Rem Koolhaas-La Ciudad Generica

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

ngel Martn Ramos, ed.

EN 20 AUTORES CONTEMPORNEOS
Franoise

Choay

Andr

Corboz

Giuseppe Dematteis - Robert Fishman


Mario Gandelsonas - Peter Hall - David
Harvey - Francesco Indovina - Rem
Koolhaas - Peter Marcuse - Rosario
Pavia - Nuno Portas - Saskia Sassen
Bernardo Secchi - Richard Sennett
Edward W. Soja - Ignasi de Sol-Morales
Manuel de Sol -Morales - Gayatri
Chakravorty Spivak - Melvin M. Webber

Con la colaboracin de:

La versin castellana de los textos se ha coordinado y revisado desde el Departament d'Urbanisme i


Ordenaci del Territori de la UPC, en la ETSAB, y ha estado a cargo de ngel Martn, profesor titular
de Urbanstica.
Han sido traductores colaboradores:
De los artculos de Robert Fishman, Peter Hall y Peter Marcuse: Cristina Garca Zamudio.
De los artculos de Giuseppe Dematteis y Bernardo Secchi: Fernando Roa.
De los artculos de Francesco Indovina y Rosario Pavia: Caterina Anastasia.
De los artculos de David Harvey, Rem Koolhaas, Mario Gandelsonas, Saskia Sassen, Richard
Sennett y Melvin M. Webber: Juan M. Mendizbal (con la colaboracin de ARTELEKU).
Del artculo de Andr Corboz: Luis Manterola (con la colaboracin de ARTELEKU).
Del artculo de Gayatri Chakravorty Spivak: Idoia Gillenea (con la colaboracin de ARTELEKU).
Los traductores de los textos previamente publicados fueron:
Del artculo de Edward W. Soja: Adela Barquero (para la revista URBAN).
Del artculo de Franoise Choay: Juana M. Furi, M. Jos Furi y Csar Muoz (para el CCCB).

Primera edicin: abril de 2004


Diseo de la cubierta: Edicions UPC
Foto cubierta: NASA - Goddard Space Flight Center Scientific Visualization Studio
Maquetacin: Cristina Garca Zamudio.

Del editor: ngel Martn Ramos, 2004

De los artculos: los respectivos autores, 2004

De las fotografas: los respectivos autores, 2004

Edicions UPC, 2004


Edicions de la Universitat Politcnica de Catalunya, SL
Jordi Girona Salgado 31, 08034 Barcelona
Tel.: 934 016 883 Fax: 934 015 885
Edicions Virtuals: www.edicionsupc.es
E-mail: [email protected]

ETSAB, 2004
Escola Tcnica Superior dArquitectura de Barcelona
Av. Diagonal 649, 08028 Barcelona

Produccin

Copisteria Miracle, SA
Rector Ubach 6-10, 08021 Barcelona

Depsito legal: B-16271-2004


ISBN: 84-8301-752-0
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes,
la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamo pblicos.

Sumario

Introduccin. Una cuestin sustantiva, de ngel Martn Ramos...............................................................................7

Melvin M. Webber (1968). La era postciudad...............................................................................................13


Andr Corboz (1983). El territorio como palimpsesto....................................................................................25
Robert Fishman (1987). Ms all del suburbio: el nacimiento del tecnoburbio..............................................35
Francesco Indovina (1990). La ciudad difusa..............................................................................................49
Franoise Choay (1994). El reino de lo urbano y la muerte de la ciudad....................................................61
Rem Koolhaas (1994). La Ciudad Genrica.................................................................................................73
Peter Marcuse (1995). No caos, sino muros: El postmodernismo y la ciudad compartimentada................83
Edward W. Soja (1995). Seis discursos sobre la postmetrpolis.................................................................91
Manuel de Sol-Morales (1996). Contra el modelo de metrpolis universal...............................................99
Rosario Pavia (1996). El miedo al crecimiento urbano..............................................................................105
Peter Hall (1997). Megaciudades, ciudades mundiales y ciudades globales.............................................117
Saskia Sassen (1998). Las economas urbanas y el debilitamiento de las distancias..............................133
Bernardo Secchi (1999). Ciudad moderna, ciudad contempornea y sus futuros....................................145
Mario Gandelsonas (1999). La ciudad como objeto de la arquitectura.....................................................159
Giuseppe Dematteis (1999). En la encrucijada de la territorialidad urbana..............................................171
David Harvey (2000). Mundos urbanos posibles........................................................................................177
Gayatri Chakravorty Spivak (2000). Megaciudad.....................................................................................199
Ignasi de Sol-Morales (2001). Mediaciones en la arquitectura y en el paisaje urbano...........................207
Richard Sennett (2001). El capitalismo y la ciudad....................................................................................213
Nuno Portas (2003). De una ciudad a otra: perspectivas perifricas.........................................................221

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

La Ciudad Genrica

Rem Koolhaas y OMA (Office for Metropolitan Architecture) son hoy


en da referencias extendidas mundialmente en el campo de la arquitectura contempornea. Fundada en 1975 con base en Rotterdam,
OMA ha participado con renombrado xito en importantes concursos
internacionales y ha desarrollado relevantes obras de distintas escalas hasta alcanzar en la actualidad una difusin de su actividad en
varios continentes. Adems de su papel creador, Rem Koolhaas ha
cultivado la reflexin terica, difundida en obras como Delirious New
York (1978) o S, M, L, XL (1995), con su investigacin Harvard Design
School Project on the City, o por medio de la creacin de AMO, compaa dedicada a la investigacin en el campo de la arquitectura y los
sistemas conceptuales ligados a su evolucin y desarrollo en el
mundo de los medios de comunicacin y del dominio virtual. Rem
Koolhaas est en posesin del Premio Pritzker del ao 2000 y del
Praemium Imperiale del 2003.
Se presenta aqu uno de los textos de su mano de 1994 que ms
directamente abordan en su globalidad aquella entidad nueva percibida en la ciudad contempornea que le permite advertir la naturaleza de un cambio en lo urbano del mundo de hoy.

Sanne Peper

73

LA CIUDAD GENRICA*
Rem Koolhaas / OMA
1. Introduccin 1.1 Es la ciudad contempornea como el

aeropuerto contemporneo, exactamente igual? Es posible


teorizar sobre esa convergencia? En caso afirmativo, a qu
configuracin definitiva aspira? La convergencia slo es posible al precio de despojarse de identidad. Eso suele considerarse una prdida. Pero a la escala a la que se da, debe de significar algo. Cules son las desventajas de la identidad?, y a la
inversa, cules son las ventajas de su falta? Y si esa homogeneizacin aparentemente accidental y normalmente lamentada fuera un proceso deliberado, un movimiento consciente
para alejarse de la diferencia y avanzar hacia la similitud? Y
si estuviramos asistiendo a un movimiento global de liberacin
Abajo el carcter!? Qu queda una vez que la identidad se
desnuda? Lo genrico? 1.2 En la medida en que la identidad
deriva de la sustancia fsica, de lo histrico, del contexto, de lo
real, no somos capaces de imaginar que nada contemporneo
hecho por nosotros contribuya a ella. Pero el hecho de que

* Traducido del original publicado en: OMA, S, M, L, XL, Rotterdam, 010 Publishers,
1995, pp. 1247-1264.

el crecimiento humano sea exponencial implica que en un


momento dado el pasado se har demasiado pequeo para
ser habitado y compartido por los vivos. Lo agotamos nosotros
mismos. En la medida en que la historia encuentra su poso en
la arquitectura, las cifras de poblacin actuales explotarn
inevitablemente y agotarn la sustancia previa. La identidad
concebida como esa forma de compartir el pasado es una premisa que lleva todas las de perder: no slo hay en un modelo
estable de expansin continua de la poblacin proporcionalmente cada vez menos para compartir, sino que la historia
tiene tambin una media vida odiosa cuanto ms se abusa de
ella, menos importante se hace, hasta el punto de que sus
cada vez menos frecuentes comunicados se hacen insultantes.
Ese adelgazamiento de sustancia se ve agudizado por la masa
de turistas que crece constantemente, una avalancha que, en
una bsqueda perpetua de carcter, machaca identidades
logradas hasta hacerlas polvo insignificante. 1.3 La identidad
es como una ratonera en la que cada vez ms ratones tienen
que compartir el cebo original, y que, observada de cerca,
puede llevar siglos vaca. Cuanto ms fuerte es la identidad,

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

La Ciudad Genrica

74

ms aprisiona, ms se resiste a la expansin, a la interpretacin, a la renovacin, a la contradiccin. La identidad se convierte en algo parecido a un faro, algo fijo, sobredefinido: puede
cambiar de posicin o de mensaje luminoso, pero slo a costa
de desestabilizar la navegacin. (Pars slo puede hacerse
ms parisina, lleva ya camino de convertirse en un hiper-Pars,
una caricatura refinada. Hay excepciones: Londres cuya nica
identidad consiste en la falta de una identidad clara est convirtindose cada vez en menos Londres, y hacindose ms
abierta, menos esttica.) 1.4 La identidad centraliza; insiste en
una esencia, en un punto. Su tragedia viene dada en trminos
geomtricos simples. A medida que se expande su esfera de
influencia, el rea caracterizada por el centro se hace cada vez
mayor, diluyendo completamente tanto la fuerza como la autoridad del ncleo; de forma inevitable, la distancia entre el centro y la circunferencia aumenta hasta el punto de ruptura. En
esa perspectiva, el reciente descubrimiento tardo de la periferia como zona de valor potencial una especie de condicin
prehistrica que podra finalmente llegar a merecer la atencin
de la arquitectura es slo una disimulada insistencia en la
prioridad del centro y en la dependencia de l: sin centro, no
hay periferia; el inters de aqul compensa supuestamente el
vaco de sta. La situacin de la periferia, conceptualmente
hurfana, empeora por el hecho de que su madre sigue viva,
chupando cmara, haciendo hincapi en las deficiencias de su
descendencia. Las ltimas vibraciones emitidas por el centro
agotado hacen imposible la lectura de la periferia como masa
crtica. El centro no slo es, por definicin, demasiado pequeo para desempear las funciones a l asignadas: tambin ha
dejado de ser el centro real para convertirse en un espejismo
amplificado que va camino de su implosin; aun as, su presencia ilusoria niega legitimidad al resto de la ciudad (Manhattan
denomina peyorativamente gente de puente y tnel a quienes precisan del apoyo de infraestructuras para entrar en la
ciudad, y les hace pagar por ello). La persistencia de la actual
obsesin concntrica nos hace a todos gente de puente y tnel,
ciudadanos de segunda en nuestra propia civilizacin, despojados de nuestros derechos por la estpida coincidencia de
nuestro exilio colectivo del centro. 1.5 En nuestra programacin concntrica (el autor pas parte de su juventud en
Amsterdam, ciudad de centralidad fundamental), la insistencia
en el centro como ncleo de valor e importancia, fuente de toda
significacin, es doblemente destructiva: el volumen cada vez
mayor de dependencias no slo constituye una presin totalmente intolerable, supone tambin que el centro tiene que ser
constantemente mantenido, es decir, modernizado. Como el
lugar ms importante que es, tiene que ser, paradjicamente,
al mismo tiempo lo ms antiguo y lo ms nuevo, lo ms fijo y lo
ms dinmico; experimenta la adaptacin ms intensa y constante, que despus se ve comprometida y complicada por el
hecho de que tiene que ser una transformacin no reconocida,

invisible a simple vista. (La ciudad de Zurich ha encontrado la


solucin ms radical y cara para volver a una especie de
arqueologa al revs: capas y ms capas de nuevas instalaciones modernas centros comerciales, aparcamientos, bancos,
cajas fuertes, laboratorios se construyen bajo el centro. El
centro no se expande ya hacia fuera o hacia el cielo, sino hacia
dentro, hacia el mismsimo centro de la tierra.) Desde el injerto
de arterias de trfico ms o menos discretas, desvos, soterramientos, la construccin de cada vez ms tangentiales, hasta
la transformacin rutinaria de viviendas en oficinas, de almacenes en lofts, de iglesias abandonadas en club nocturnos, desde
las bancarrotas en serie y consiguientes reaperturas de unidades especficas en unos centros comerciales cada vez ms
caros hasta la implacable conversin de espacio til en espacio pblico, peatonalizaciones, creacin de nuevos parques,
plantaciones, exhibiciones, puentes, una restauracin sistemtica de la mediocridad histrica... Toda autenticidad se expulsa
sin piedad. 1.6 La Ciudad Genrica es la ciudad liberada del
cautiverio del centro, de la camisa de fuerza de la identidad. La
Ciudad Genrica rompe con ese ciclo destructivo de dependencia: no es sino un reflejo de la necesidad actual y de la capacidad actual. Es la ciudad sin historia. Es lo bastante grande para
todo el mundo. Es cmoda. No necesita mantenimiento. Si se
queda demasiado pequea, basta con que se expanda. Si
envejece, basta con que se autodestruya y renueve. Es igual
de emocionante o no emocionante en todas partes. Es
superficial: igual que un estudio de cine de Hollywood, puede
producir una nueva identidad cada lunes por la maana.

2. Estadsticas 2.1 La Ciudad Genrica ha crecido espectacularmente durante las ltimas dcadas. No slo ha aumentado de tamao, tambin lo ha hecho en cifras. A principios de
los aos setenta, tena una media de 2,5 millones de habitantes oficiales (y ms o menos 500.000 no oficiales); ahora anda
por los 15 millones. 2.2 Naci en Norteamrica la Ciudad
Genrica? Es acaso tan profundamente poco original que
slo puede ser importada? El caso es que la Ciudad Genrica
existe actualmente tambin en Asia, Europa, Australia, frica.
El movimiento definitivo de alejamiento del campo, de la agricultura, a la ciudad, no es un desplazamiento a la ciudad tradicional: es un desplazamiento a la Ciudad Genrica, una ciudad
tan penetrante que ha llegado hasta el campo. 2.3 Algunos
continentes, como Asia, aspiran a la Ciudad Genrica; otros se
sienten avergonzados de ella. Como tiende hacia los trpicos
convergiendo en torno al ecuador, una gran proporcin de
Ciudades Genricas estn en Asia, lo que parece una contradiccin de trminos: lo superfamiliar habitado por lo inescrutable. Un buen da volver a ser extico ese producto desechado
de la civilizacin occidental, mediante la resemantizacin que
su propia diseminacin trae como consecuencia... 2.4 A veces,
una ciudad antigua, singular, como Barcelona, simplificando en
exceso su identidad, se vuelve Genrica. Se hace transparen-

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

La Ciudad Genrica

te, como un logo. Lo contrario no sucede nunca... al menos,


an no. 3. General 3.1. La Ciudad Genrica es lo que queda
despus de que amplias secciones de la vida urbana saltaran
al ciberespacio. Es un lugar de sensaciones tenues y distendidas, pocas y distanciadas emociones, discretas y misteriosas
como un espacio extenso iluminado por una lmpara de cabecera. Comparada con la ciudad clsica, la Ciudad Genrica
est sedada, percibida normalmente desde una posicin
sedentaria. En lugar de concentracin presencia simultnea,
en la Ciudad Genrica los momentos individuales estn muy
espaciados entre s, para crear un trance de experiencias estticas casi imperceptibles: las variaciones de color de la iluminacin fluorescente de un edificio de oficinas justo antes de
ponerse el sol, las sutilezas de los blancos ligeramente diferentes de un anuncio iluminado de noche. Como la comida japonesa, las sensaciones pueden reconstituirse e intensificarse en
la mente; o no, pueden ser simplemente ignoradas (hay una
posibilidad). Esa omnipresente falta de urgencia e insistencia
acta como una droga potente: induce una alucinacin de lo
normal. 3.2 Trastocando drsticamente lo que se supone que
es la caracterstica ms importante de la ciudad los negocios, la sensacin dominante de la Ciudad Genrica es una
calma extraa: cuanto mayor es la calma, ms se aproxima a
su estado puro. La Ciudad Genrica afronta los males que
se atribuan a la ciudad tradicional antes de que nuestro amor
por ella se hiciera incondicional. La serenidad de la Ciudad
Genrica se logra por la evacuacin del mbito pblico, como
en un ensayo de emergencia en caso de incendio. El plano
urbano ahora slo acoge en su seno el movimiento necesario,
fundamentalmente en coche; las autopistas son una versin
superior de bulevares y plazas que ocupan ms y ms espacio;
su diseo, aparentemente dirigido a la eficacia en la automocin, es de hecho sorprendentemente sensual, una apariencia
utilitaria que entra en el dominio del espacio terso. Lo que tiene
de nuevo ese dominio pblico locomotor es que no pueden
medirse sus dimensiones. El mismo segmento digamos, quince kilmetros proporciona una cantidad enorme de experiencias muy distintas entre s: puede durar cinco minutos, o cuarenta; puede compartirse con casi nadie, o con toda la poblacin; puede proporcionar el placer absoluto de la anfetamina
pura, sin adulterar momento en que la sensacin de la Ciudad
Genrica puede incluso llegar a ser intensa, o al menos adquirir densidad, o momentos absolutamente claustrofbicos de
bloqueo, momentos en que la liviandad de la Ciudad Genrica
llega a su punto ms notable. 3.3 La Ciudad Genrica es fractal, una repeticin sin fin del mismo mdulo estructural simple;
es posible reconstruirlo a partir de su ente ms minsculo, un
ordenador, tal vez incluso un disquete. 3.4 Los campos de golf
son lo nico que queda de alteridad. 3.5 La Ciudad Genrica
tiene nmeros de telfono fciles, no los de diez cifras, resistentes y destrozacerebros de la ciudad tradicionales, sino ver-

siones ms fciles, con los nmeros centrales iguales, por


ejemplo. 3.6 Su principal atractivo reside en su anomia.
4. Aeropuerto 4.1 Los aeropuertos, una vez manifestaciones de neutralidad esencial, se encuentran ahora entre los elementos ms caractersticos y singulares de la Ciudad
Genrica, son su medio de diferenciacin ms fuerte. Han de
serlo, porque son cuanto la persona de la calle tiende a experimentar de una ciudad en concreto. Como una demostracin
drstica de perfume, foto-murales, o vegetacin, las costumbres locales dan una primera impresin concentrada de la identidad local (a veces es tambin la ltima). Lejano, cmodo, extico, polar, regional, oriental, rstico, nuevo, incluso sin descubrir: esos son los registros emocionales que se invocan. Los
aeropuertos, tan cargados conceptualmente, se convierten en
seales emblemticas impresas en el inconsciente colectivo
global bajo la forma de manipulaciones salvajes de sus atractivos no areos: establecimientos libres de impuestos, cualidades espaciales espectaculares, la frecuencia y fiabilidad de sus
conexiones con otros aeropuertos. En cuanto a su
iconografa/rendimiento, el aeropuerto es un concentrado de lo
hiperlocal y lo hiperglobal; hiperglobal en el sentido de que puedes conseguir all productos que no se encuentran ni en la ciudad; hiperlocal en el sentido de que puedes adquirir all cosas
que no pueden conseguirse en ninguna otra parte. 4.2 La tendencia en el comportamiento del aeropuerto va hacia una
mayor autonoma: a veces no estn ni siquiera relacionados en
la prctica a una Ciudad Genrica concreta. Cada vez mayores
y equipados con cada vez ms instalaciones sin relacin con el
viaje, estn empezando a reemplazar a la ciudad. La condicin
de en trnsito se est haciendo universal. Los aeropuertos,
todos juntos, contienen poblaciones de millones de personas, a
las que hay que sumar una enorme mano de obra diaria.
Siendo sus instalaciones tan completas, son como barrios de la
Ciudad Genrica, a veces incluso su razn de ser (su centro?), con el atractivo aadido de ser sistemas hermticos de
los que no hay escapatoria posible, excepto a otro aeropuerto.
4.3 La poca/edad de la Ciudad Genrica puede reconstruirse
a partir de una lectura cercana de la geometra de su aeropuerto. Planta hexagonal (en algunos casos aislados pentagonal o
heptagonal): aos sesenta. Planta y seccin ortogonal: aos
setenta. Ciudad del Collage: aos ochenta. Una simple seccin
curva, estirada sin fin en un plano lineal: probablemente, aos
noventa (si la estructura se ramifica como un roble: Alemania).
4.4 Los aeropuertos se presentan en dos tamaos: demasiado
grandes y demasiado pequeos. Pero su tamao no influye en
su funcionamiento. Esto indica que el aspecto ms intrigante
de toda infraestructura es su elasticidad esencial. Calculados
con exactitud por los nmeros pasajeros por ao, se ven
invadidos por lo incontable y sobreviven, estirados hacia la
indeterminacin definitiva. 5. Poblacin 5.1 La Ciudad
Genrica es tremendamente multirracial, por trmino medio un

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

75

La Ciudad Genrica

76

8% de negros, un 12% de blancos, un 27% de hispanos, un


37% de chinos/asiticos, un 6% indeterminado y un 10% de
otras razas. No slo multirracial, sino multicultural tambin. Por
eso no parece sorprendente ver templos entre los bloques, dragones en los grandes bulevares, o Budas en el distrito central
de negocios. 5.2 La Ciudad Genrica la funda siempre gente
en movimiento, confiada en seguir adelante. Eso explica la
insustancialidad de sus fundamentos. Como los copos que se
forman de repente en un lquido claro al unir dos sustancias
qumicas, para despus depositarse en forma de montn vacilante en el fondo, la colisin o confluencia de dos migraciones
emigrados cubanos yendo al norte y retirados judos yendo al
sur, por ejemplo, ambas en ltima instancia para ir a alguna
otra parte establece un asentamiento donde antes no haba
nada. Una Ciudad Genrica ha nacido. 6. Urbanismo 6.1 La
gran originalidad de la Ciudad Genrica consiste simplemente
en abandonar lo que no funciona lo que ha sobrevivido a su
uso, romper el asfaltado del idealismo con los martillos neumticos del realismo y aceptar cualquier cosa que pueda crecer en su lugar. En ese sentido, la Ciudad Genrica da cabida
en su seno tanto a lo primordial como a lo futurista: de hecho,
slo a esas dos cosas. La Ciudad Genrica es cuanto queda
de lo que sola ser la ciudad. La Ciudad Genrica es la posciudad que se prepara en el solar de la exciudad. 6.2 La Ciudad
Genrica se mantiene unida, no por una esfera pblica demasiado exigente progresivamente desvalorizada en una
secuencia sorprendentemente larga en la que el foro romano
es al gora griega como la gran superficie comercial es a la
calle mayor, sino por lo residual. En el estilo original de los
modernos, lo residual era simplemente verde, su pulcritud controlada una afirmacin moralista de buenas intenciones que
desanima la asociacin, el uso. En la Ciudad Genrica, como
la corteza de su civilizacin es tan delgada, y por medio de su
inmanente tropicalidad, lo vegetal se transforma en residuo
ednico, el principal portador de su identidad: un hbrido de
poltica y paisaje. Simultneamente refugio de lo ilegal, de lo
incontrolable, y objeto de interminable manipulacin, representa un triunfo simultneo de lo bien cuidado y lo primitivo. Su
exuberancia inmoral compensa las dems carencias de la
Ciudad Genrica. Siendo como es sumamente inorgnica, lo
orgnico es el mito ms fuerte de la Ciudad Genrica. 6.3 La
calle ha muerto. Ese descubrimiento ha coincidido con los
intentos frenticos de resucitarla. El arte pblico est por todas
partes, como si dos muertes equivalieran a una vida. La peatonalizacin realizada con intencin de conservar simplemente canaliza el flujo de los condenados a destruir con los pies el
objeto de su calculada reverencia. 6.4 La Ciudad Genrica
est pasando de la horizontalidad a la verticalidad. El rascacielos parece que va a ser la tipologa definitiva, final. Ha engullido todo lo dems. Puede existir en cualquier parte: en un arrozal, o en el centro de la ciudad, ahora ya no acusa la diferen-

cia. Las torres no se alzan juntas ya; estn separadas, para


que no interacten mutuamente. La densidad en el aislamiento es el ideal. 6.5 La vivienda no es un problema. Una de dos:
o ha sido totalmente resuelto, o se ha abandonado totalmente
a su suerte; en el primer caso es legal, en el segundo ilegal;
en el primer caso, torres, o, normalmente, bloques (como
mucho, de 15 metros de fondo), en el segundo (en perfecta
complementariedad), una costra de improvisados cuchitriles.
Una solucin consume el cielo, la otra el suelo. Es extrao que
quienes menos dinero tienen habitan lo que ms cuesta: el
suelo; y los que pagan, algo que es gratis: el aire. Tanto en un
caso como en el otro, la vivienda parece ser sorprendentemente acomodaticia; no es slo que la poblacin se dobla cada
equis aos, sino que, adems, al relajarse la disciplina de las
diversas religiones, el nmero medio de habitantes por unidad
de vivienda se reduce a la mitad por medio del divorcio y otros
fenmenos que provocan la divisin de familias al mismo
ritmo con que la ciudad dobla el nmero de sus habitantes; a
medida que crecen las poblaciones, la densidad de la Ciudad
Genrica decrece continuamente. 6.6 Todas las Ciudades
Genricas surgen de la tabula rasa; si antes no haba nada,
ahora estn ellas; si antes haba algo, ellas lo han reemplazado. No les queda otro remedio, de lo contrario seran ciudades
histricas. 6.7 El paisaje de la Ciudad Genrica es normalmente una amalgama de secciones demasiado ordenadas que se
remontan al principio de su desarrollo, cuando el poder estaba sin diluir an y con una organizacin cada vez ms libre en
el resto. 6.8 La Ciudad Genrica es la apoteosis del concepto
de mltiple opcin: todas las casillas llevan una equis, es una
antologa de todas las opciones. Normalmente, la Ciudad
Genrica ha sido planificada, no en el sentido habitual de
alguna organizacin burocrtica que controla su desarrollo,
sino como si ecos, esporas, tropos, semillas varias cayeran al
suelo al azar, igual que en la naturaleza, arraigaran explotando la fertilidad natural del terreno y ahora formaran un conjunto: un parque gentico arbitrario que a veces produce resultados asombrosos. 6.9 La escritura de la ciudad puede ser
indescifrable, defectuosa, pero eso no quiere decir que no haya
escritura; puede suceder simplemente que nosotros hayamos
desarrollado una nueva forma de analfabetismo, una nueva
forma de ceguera. Una deteccin paciente revela los temas,
partculas, fibras que pueden aislarse de las aparentes tinieblas
de esa ur-sopa wagneriana: notas abandonadas en una pizarra
por un genio de visita hace cincuenta aos, informes a multicopista de las Naciones Unidas desintegrndose en su silo de
cristal de Manhattan, descubrimientos de antiguos pensadores
coloniales con buen ojo para el clima, rebotes impredecibles de
educacin de diseo haciendo acopio de fuerzas como proceso de blanqueo global. 6.10 La mejor definicin de la esttica
de la Ciudad Genrica es el estilo libre. Cmo describirlo?
Imaginemos un espacio abierto, un claro en el bosque, una ciu-

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

La Ciudad Genrica

dad nivelada. Existen tres elementos: carreteras, edificios y


naturaleza, que coexisten por medio de relaciones flexibles, sin
razn aparente, en una diversidad organizativa espectacular.
Cualquiera de los tres puede dominar: a veces se pierde la
carretera, para encontrarla despus serpenteando tras un
rodeo incomprensible; a veces no se ven edificios, slo naturaleza; despus, de un modo igual de impredecible, ests rodeado slo de edificios. En ciertos lugares espantosos, los tres elementos estn igualmente ausentes. En esos sitios (de
hecho, qu es lo opuesto a un sitio? Son como agujeros que
atraviesan el concepto de ciudad), el arte pblico emerge como
el monstruo del Lago Ness, figurativo y abstracto a partes iguales, normalmente autolimpiable. 6.11 Algunas ciudades concretas siguen discutiendo seriamente los errores de los arquitectos por ejemplo, sus propuestas de creacin de redes peatonales elevadas con tentculos que llevan de un bloque a otro,
como solucin a la congestin, pero la Ciudad Genrica se
limita a disfrutar las ventajas de sus inventos: plataformas,
puentes, tneles, autopistas una enorme proliferacin de la
parafernalia de la conexin frecuentemente decorados con
helechos y flores, como para alejar de s el pecado original,
creando una congestin vegetal mayor an que en una pelcula de ciencia-ficcin de los aos cincuenta. 6.12 Las carreteras
son slo para coches. La gente (los peatones) dan una vuelta
(como en un parque de atracciones) en paseos que los elevan del suelo, despus los someten a un catlogo de condiciones exageradas viento, calor, cuestas, fro, interior, exterior,
olores, humos en una secuencia que es una caricatura grotesca de la vida en la ciudad histrica. 6.13 En la Ciudad
Genrica hay horizontalidad, pero es algo que est desapareciendo. Consiste en historia que no se ha borrado an, o bien
en enclaves de estilo Tudor que se multiplican en torno al centro como emblemas recin acuados de la conservacin. 6.14
Por irnico que parezca, aunque la Ciudad Genrica sea nueva
en s, est rodeada de una constelacin de Nuevas Ciudades:
las Nuevas Ciudades son como los anillos de los aos. De uno
u otro modo, las Nuevas Ciudades envejecen muy rpidamente, del mismo modo en que un nio de cinco aos puede desarrollar arrugas y artritis como consecuencia de una enfermedad llamada progeria. 6.15 La Ciudad Genrica presenta la
muerte final de la planificacin. Por qu? No porque no est
planificada; de hecho, enormes universos complementarios de
burcratas y contratistas encauzan flujos inimaginables de
energa y dinero en su realizacin. Por el mismo dinero, sus llanuras pueden fertilizarse con diamantes, pavimentarse sus
campos embarrados con adoquines de oro... Pero su descubrimiento ms peligroso y ms estimulante es que la planificacin
no cambia nada en absoluto. Los edificios se pueden construir
bien (una torre junto a una boca de metro) o mal (centros situados a kilmetros de cualquier carretera). Florecen/marchitan de
modo imprevisible. Las redes se extienden demasiado, enveje-

cen, se pudren, se quedan obsoletas; las poblaciones se


doblan, triplican, cuadriplican, y de pronto desaparecen. La
superficie de la ciudad explota, la economa se acelera, frena,
emerge, se viene abajo. Como madres de la antigedad que
siguen alimentando embriones titnicos, se construyen ciudades enteras sobre infraestructuras coloniales cuyos planos se
llevaron consigo los opresores de vuelta a casa. Nadie sabe
dnde ni cmo, ni desde cundo funcionan las alcantarillas, la
ubicacin exacta de las lneas telefnicas, cul fue la razn
para colocar el centro donde est, dnde terminan los ejes
monumentales. Lo nico que demuestra es que hay infinitos
mrgenes ocultos, depsitos colosales de negligencia, un perpetuo proceso orgnico de ajuste, estndares, comportamiento; las expectativas cambian con la inteligencia biolgica del
animal ms atento. En esa apoteosis de mltiple opcin, no va
a ser posible reconstruir de nuevo causa y efecto. Funcionan,
eso es todo. 6.16 La aspiracin de la Ciudad Genrica a la tropicalidad implica automticamente el rechazo de cualquier
referencia prolongada a la ciudad como fortaleza, como ciudadela; es abierta y adaptable, como un manglar. 7. Poltica 7.1
La Ciudad Genrica tiene una relacin (a veces distante) con
un rgimen ms o menos autoritario, local o nacional.
Normalmente, los amiguetes del lder quienquiera que
fuera decidieron desarrollar una parte del centro o la periferia, o incluso empezar a construir una ciudad donde antes no
haba nada, y as desencadenaron el auge que puso a la ciudad en el mapa. 7.2 Muy a menudo, el rgimen ha evolucionado hacia un grado sorprendente de invisibilidad, como si, por su
propia permisividad, la Ciudad Genrica se resistiera a lo dictatorial. 8. Sociologa 8.1 Es muy sorprendente que el triunfo
de la Ciudad Genrica no haya coincidido con el triunfo de la
sociologa, disciplina cuyo campo se ha extendido gracias a
la Ciudad Genrica ms all de su imaginacin ms desatada.
La Ciudad Genrica es sociologa, acontecimiento. Cada
Ciudad Genrica es una bandeja de cultivo, o una pizarra con
una paciencia infinita en la que casi todas las hiptesis pueden
demostrarse y despus borrarse, para no reverberar nunca
ms en la mente de sus autores o de su pblico. 8.2 Est claro
que hay una proliferacin de comunidades un zapeo sociolgico que se resiste a una sola interpretacin absoluta. La
Ciudad Genrica est aflojando la estructura que antes mantena todo unido. 8.3 Aunque infinitamente paciente, la Ciudad
Genrica resiste tambin firmemente a la especulacin:
demuestra que la sociologa puede ser el peor sistema para
captar la sociologa en potencia. Desmonta cuanta crtica se le
hace. Aporta enormes cantidades de pruebas a favor y en
cantidades an ms impresionantes en contra de cada hiptesis. En la torre A, los bloques llevan al suicidio, en la B a la
felicidad posterior. En la C se perciben como un primer paso
hacia la emancipacin (presumiblemente, sin embargo, bajo

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

77

La Ciudad Genrica

algn tipo de coaccin), en la D se perciben simplemente


como pasados de moda. En la K estn construidos en cantidades inimaginables, en la L estn despiezados. El nivel de creatividad es inexplicablemente alto en la E, inexistente en la F. La
G es un mosaico tnico sin fisuras, la H est siempre a merced
del separatismo, si no al borde de la guerra civil. El modelo Y
nunca durar, porque est desnaturalizando la estructura familiar, pero Z florece -palabra que ningn acadmico aplicara
jams a ninguna actividad de la Ciudad Genrica- debido a
ello. La religin est corroda en la V, sobrevive en la W, se
transmuta en la X. 8.4 Aunque parezca extrao, nadie ha pensado que las contradicciones sin fin de esas interpretaciones
demuestran cada vez ms la riqueza de la Ciudad Genrica;
sa es la hiptesis que se ha eliminado de antemano. 9.

Barrios 9.1 Siempre hay un barrio llamado Buenas Palabras,

78

donde se guarda un mnimo del pasado: normalmente suele


tener un viejo tren/tranva o autobs de dos pisos discurriendo
por l, haciendo sonar campanas siniestras, versiones domesticadas del buque fantasma del Holands Errante. Sus cabinas
de telfono son rojas y transplantadas de Londres, o bien llevan pequeos tejados chinos. Buenas Palabras tambin llamado Ocurrencia Tarda, Muelles, Demasiado Tarde, Calle 42,
simplemente el Village, o incluso Metro es una elaborada operacin mtica: celebra el pasado como slo puede hacerlo algo
recin concebido. Es una mquina. 9.2 La Ciudad Genrica
tuvo una vez un pasado. Llevada por su ambicin de prestigio,
grandes secciones suyas desaparecieron de algn modo, primero sin que nadie lo lamentara aparentemente, el pasado
fue sorprendentemente antihiginico, incluso peligroso; despus, sin previo aviso, el alivio se volvi pesar. Ciertos profetas
con largo pelo blanco, calcetines grises y sandalias- haban
advertido siempre de que el pasado era algo necesario, un
recurso. Lentamente, la mquina destructora se detiene con un
chirrido; algunos cuchitriles elegidos al azar en el plano eucldeo blanqueado son protegidos y devueltos a un esplendor que
nunca conocieron... 9.3 A pesar de su ausencia, la historia es
la preocupacin principal, incluso la actividad principal de la
Ciudad Genrica. En el suelo liberado, en torno a los cuchitriles restaurados, se construyen ms hoteles an para recibir
ms y ms turistas en proporcin directa al borrado del pasado. Su desaparicin no tiene ninguna influencia en las cifras de
aquellos, o tal vez se trata slo de la prisa de ltima hora. El
turismo es ahora independiente del destino... 9.4 En lugar de
recuerdos concretos, las asociaciones que moviliza la Ciudad
Genrica son recuerdos generales, recuerdos de recuerdos: ya
que no todos los recuerdos a la vez, s al menos un recuerdo
abstracto simblico, un dj vu que jams termina, un recuerdo genrico. 9.5 A pesar de su presencia fsica modesta (en
Buenas Palabras las casas no tienen ms de tres pisos:
homenaje a/venganza de Jane Jacobs?), condensa todo el

pasado en un nico complejo. La historia vuelve, no como


farsa, sino como servicio: comerciantes disfrazados (sombreros raros, trajes gastados, velos) ponen en escena las condiciones (esclavitud, tirana, enfermedad, pobreza, colonia) para
abolir las cuales su pas fue a la guerra. Como un virus duplicado, por todo el mundo lo colonial parece ser la nica fuente
inagotable de autenticidad. 9.6 Calle 42: aparentemente, los
lugares donde el pasado se conserva son de hecho los lugares
donde ms ha cambiado el pasado, donde est ms distante
como visto por el extremo equivocado de un telescopio, o
incluso est totalmente eliminado. 9.7 Slo el recuerdo de antiguos excesos es lo suficientemente fuerte para acusar lo
suave. Como si trataran de calentarse al calor de un volcn
inactivo, los lugares ms populares (con turistas, y en la Ciudad
Genrica el trmino incluye a todo el mundo) son los que en
otro tiempo estuvieron ms intensamente relacionados con el
sexo y la conducta licenciosa. Los inocentes invaden los lugares antes frecuentados por proxenetas, prostitutas, camellos,
putas, travests y, en menor grado, artistas. Paradjicamente,
en el mismo instante en que las autopistas de la informacin
estn a punto de suministrar pornografa por camiones hasta
sus salas de estar, es como si la experiencia de caminar sobre
los rescoldos recalentados de la trasgresin y el pecado los
hiciera sentirse especiales, vivos. En una poca que no genera nuevos ambientes, el valor del ambiente establecido se pone
por las nubes. Ser que caminar sobre esas cenizas es lo
ms que pueden acercarse a la culpabilidad? Existencialismo
diluido hasta lograr la intensidad de una Perrier? 9.8 Cada
Ciudad Genrica tiene unos muelles, no necesariamente con
agua pueden ser con desierto, por ejemplo, pero al menos
con un borde, donde uno entra en contacto con otras circunstancias, como si una posicin de librarse por los pelos fuera la
mejor garanta de su disfrute. Aqu, los turistas se congregan
en manada en torno a un grupo de puestos. Hordas de vendedores ambulantes tratan de venderles los aspectos singulares de la ciudad. Las partes singulares de todas las
Ciudades Genricas han creado en comunin un souvenir universal, cruce cientfico entre la Torre Eiffel, el Sacre Coeur y la
Estatua de la Libertad: un edificio alto (normalmente entre 200
y 300 metros) metido en una pequea bola de cristal con nieve
o, si est cerca del ecuador, copos de oro; diarios con cubiertas de cuero picadas de viruelas; sandalias hippies, aunque los
hippies de verdad son rpidamente repatriados. Los turistas las
acarician nadie ha sido jams testigo de una venta y despus se sientan en los restaurantes exticos que se suceden a
lo largo de los muelles: all se experimenta con toda la gama de
la gastronoma actual: picante: primera indicacin, y quiz definitivamente la ms fiable, de estar en otro lugar; empanada: de
buey o sinttica; cruda: prctica atvica que va a ser muy popular en el tercer milenio. 9.9 Las gambas son el aperitivo definitivo. Gracias a la simplificacin de la cadena alimentaria y las

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

La Ciudad Genrica

vicisitudes de la preparacin, saben igual que los bollos ingleses, es decir, a nada. 10. Programa 10.1 Las oficinas siguen
ah, de hecho hay cada vez ms. La gente dice que ya no son
necesarias. Dentro de cinco o diez aos, todos trabajaremos
en casa. Pero entonces necesitaremos casas mayores, lo suficientemente grandes como para poder hacer reuniones en
ellas. Las oficinas tendrn que convertirse en viviendas. 10.2
La nica actividad es hacer compras. Pero por qu no considerar el hacer compras como algo temporal, provisional?
Espera a tiempos mejores. Es culpa nuestra, por no haber pensado en algo mejor que hacer. Esos mismos espacios inundados con otros programas bibliotecas, baos pblicos, universidades seran algo magnfico; nos quedaramos impresionados por su grandeza. 10.3 Los hoteles se estn convirtiendo
en el alojamiento genrico de la Ciudad Genrica, su bloque
edificado ms comn. Antes lo sola ser la oficina, lo que al
menos implicaba un ir y venir, suponiendo la existencia de otros
alojamientos importantes en otros lugares. Los hoteles son
ahora contenedores que, por la expansin y perfeccin de sus
instalaciones, hacen innecesarios casi todos los dems edificios. Aunque funcionen tambin como centros comerciales,
son lo ms cercano que tenemos a la existencia urbana, al estilo del siglo XXI. 10.4 El hotel trae consigo ahora prisin, arresto domiciliario voluntario; no queda ningn otro lugar de la competencia al que ir; llegas y te quedas. Describe cada vez ms a
una ciudad de diez millones, todos ellos encerrados en sus
habitaciones, algo as como el reverso de la animacin: la densidad implosionada. 11. Arquitectura 11.1 Cerremos los
ojos e imaginemos una explosin de color beige. En su epicentro aparece el color de los labios vaginales (sin excitar), un
berenjena mate-metlico, caqui-tabaco, calabaza polvorienta;
todos los coches camino de la blancura nupcial... 11.2 En la
Ciudad Genrica hay edificios interesantes y aburridos, como
en todas las ciudades. Ambos tipos se remontan a los tiempos
de Mies van der Rohe: la primera categora, a su irregular Torre
Friedrichstadt (1921), la segunda a las cajas que concibi no
mucho despus. Esa secuencia es importante: evidentemente,
despus de cierta experimentacin inicial, Mies cambi de opinin de una vez por todas y se puso en contra del inters y a
favor del aburrimiento. Como mucho, sus ltimos edificios captan el espritu de su obra temprana sublimado, reprimido?
como una ausencia ms o menos notable, pero nunca volvi a
proponer proyectos interesantes para posibles edificios. La
Ciudad Genrica demuestra que estaba equivocado: sus arquitectos ms atrevidos han aceptado el reto que Mies abandon,
hasta el extremo de que ahora es difcil encontrar una caja.
Aunque parezca irnico, ese homenaje al Mies interesante
muestra que el Mies estaba equivocado. 11.3 La arquitectura de la Ciudad Genrica es bella por definicin. Construida a
velocidad increble, y concebida a un ritmo ms increble an,

hay una media de 27 versiones fracasadas por cada estructura realizada pero ese no es el trmino exacto. Se elaboran
en los 10.000 estudios de arquitectura de los que nadie ha odo
hablar, todos ellos vibrantes de fresca inspiracin.
Presumiblemente ms modestos que sus colegas famosos,
esos estudios estn unidos por una conciencia colectiva de que
algo va mal con una arquitectura que solamente puede rectificarse mediante sus esfuerzos. El poder de las cifras les da una
arrogancia esplndida, reluciente. Son los que disean sin
dudar. Acaparan, con feroz precisin, procedentes de mil y una
fuentes, ms riquezas que las que pudiera amasar cualquier
genio. Por trmino medio, su educacin ha costado 30.000
dlares, sin contar el transporte y alojamiento. El 23% han sido
blanqueados en universidades de la American Ivy League,
donde han estado expuestos cierto es que durante periodos
cortos a la bien pagada lite de la otra profesin, la oficial.
De ello resulta que una inversin combinada total de trescientos mil millones de dlares (300.000,000.000 $) en formacin
de arquitectos [es decir, 30.000 $ (coste medio) x 100 (media
de trabajadores por estudio) x 100.000 (nmero de estudios en
todo el mundo)] est funcionando y produciendo Ciudades
Genricas en cualquier momento. 11.4 Los edificios de formas
complejas dependen de la industria del muro-cortina, de adhesivos y agentes selladores cada vez ms eficaces, que transforman cada edificio en una mezcla de camisa de fuerza y
cmara de oxgeno. La utilizacin de silicona -estamos estirando la fachada todo lo que podemos- ha aplanado todas las
fachadas, ha pegado cristal a piedra, a acero, a cemento, en
una impureza propia de la edad espacial. Esas conexiones
guardan la apariencia del rigor intelectual mediante la aplicacin generosa de un compuesto transparente espermtico que
mantiene todo junto por intencin ms que por diseo, un triunfo de la cola sobre la integridad de los materiales. Como todo
lo dems en la Ciudad Genrica, su arquitectura es lo resistente hecho maleable, una epidemia de rendimiento, ya no
mediante la aplicacin del principio, sino mediante la sistemtica aplicacin de lo falto de principios. 11.5 Como la Ciudad
Genrica es en su mayora asitica, su arquitectura lleva generalmente aire acondicionado; aqu es donde la paradoja del
reciente cambio de paradigma la ciudad no representa ya el
mximo desarrollo, sino algo que hace frontera con el subdesarrollo se agudiza: los medios brutales por los que se logra el
acondicionamiento de aire universal imita en el interior del edificio las condiciones climticas que una vez se daban en el
exterior: tormentas repentinas, mini-tornados, rachas heladas
en la cafetera, olas de calor, incluso niebla. Un provincialismo
de lo mecnico, abandonado por la materia gris encaminada
hacia la electrnica. Incompetencia o imaginacin? 11.6 La
irona consiste en que, a su manera, la Ciudad Genrica presenta en su lado ms subversivo, lo ms ideolgico; eleva la
mediocridad a un nivel superior; es como el Merzbau de Kurt

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

79

La Ciudad Genrica

80

Schwitters a escala ciudad: la Ciudad Genrica es una MerzCiudad. 11.7 El ngulo de las fachadas es el nico ndice fiable del genio arquitectnico: 3 puntos para las inclinadas hacia
atrs, 12 puntos para las inclinadas hacia delante, 2 puntos de
castigo para los retranqueos (demasiado nostlgicos). 11.8 La
sustancia aparentemente slida de la Ciudad Genrica es
engaosa. El 51% de su volumen consiste en atrios. El atrio es
un artefacto diablico porque es capaz de dar sustancia a lo
insustancial. Su nombre romano es garanta eterna de su clase
arquitectnica, sus orgenes histricos hacen que el tema sea
inagotable. Acomoda al habitante rupestre en su infatigable
suministro de comodidad metropolitana. 11.9 El atrio es espacio vaco: los vacos son el bloque edificado esencial de la
Ciudad Genrica. Paradjicamente, su vaciedad asegura su
propia fisicidad, e inflar el volumen es el nico pretexto para su
manifestacin fsica. Cuanto ms acabados y repetitivos son
sus interiores, menos se nota su repeticin esencial. 11.10 El
estilo de eleccin es posmoderno, y lo seguir siendo siempre.
La posmodernidad es el nico movimiento que ha logrado
conectar la prctica de la arquitectura con la prctica del pnico. La posmodernidad no es una doctrina basada en una lectura sumamente civilizada de la historia de la arquitectura, sino
un mtodo, una conversin en la arquitectura profesional que
produce resultados a la velocidad suficiente para no quedar
rezagada en el crecimiento de la Ciudad Genrica. En lugar de
conciencia, como podran haber esperado sus inventores originales, crea un nuevo inconsciente. Es algo as como el pinche
de la modernizacin. Cualquiera puede hacerlo: un rascacielos
basado en la pagoda china y/o una ciudad toscana sobre una
loma. 11.11 Toda resistencia al posmodernismo es antidemocrtica. Crea un envoltorio furtivo en torno a la arquitectura
que la hace irresistible, como un regalo de Navidad procedente de la caridad. 11.12 Existe alguna conexin entre la predominancia del espejo en la Ciudad Genrica es para celebrar
la insignificancia mediante su multiplicacin, o un esfuerzo
desesperado por captar esencias que estn a punto de evaporarse? y los obsequios que, durante siglos, se supona que
iban a ser el regalo ms popular y eficaz para los salvajes?
11.13 Mximo Gorki habla sobre Coney Island de aburrimiento variado. Est claro que trata el trmino como un oximorn.
La variedad no puede ser aburrida. El aburrimiento no puede
ser variado. Pero la infinita variedad de la Ciudad Genrica se
acerca, al menos, a hacer de la variedad algo normal, banalizado, en una inversin de la expectativa: es la repeticin lo que
se ha convertido en algo inusual, y por lo tanto potencialmente
atrevido, estimulante. Pero eso es para el siglo XXI. 12.
Geografa 12.1 La Ciudad Genrica se encuentra en un
clima ms clido de lo habitual; se desplaza hacia el sur hacia
el ecuador, alejndose del desorden creado por el norte en el
segundo milenio. Es un concepto en estado de migracin. Su

destino definitivo es ser tropical, con mejor clima y gente ms


guapa. La habitan aquellos a quienes no gusta vivir en otra
parte. 12.2 En la Ciudad Genrica, la gente no es slo ms
guapa que sus semejantes, tienen fama tambin de ser ms
ecunimes, menos preocupados por el trabajo, menos hostiles,
ms agradables: prueba, dicho en otras palabras, de que hay
una conexin entre arquitectura y comportamiento, que la ciudad puede producir gente mejor mediante mtodos por el
momento desconocidos. 12.3 Una de las caractersticas ms
potentes de la Ciudad Genrica es la estabilidad de su clima
sin estaciones, vistas soleadas, pero todos los pronsticos
se presentan en trminos de cambio inminente y futuro deterioro: nubes sobre Karachi. La cuestin del funesto destino se ha
desplazado de lo tico y religioso al dominio ineludible de lo
meteorolgico. El mal tiempo es casi la nica preocupacin que
se cierne sobre la Ciudad Genrica. 13. Identidad 13.1 Hay
una redundancia calculada (?) en la iconografa adoptada por
la Ciudad Genrica. Si est de cara al mar, entonces se distribuyen por todo su territorio smbolos basados en el agua. Si es
un puerto, entonces aparecern lejos, en el interior, barcos y
gras (no obstante, mostrar los propios contenedores no sera
lgico: no se puede particularizar lo genrico mediante lo
Genrico). Si es asitica, entonces aparecen mujeres delicadas (sensuales, inescrutables) en poses elsticas, sugiriendo
sumisin (religiosa, sexual) en todas partes. Si tiene un monte,
entonces cada folleto, cada men, cada billete, cada cartelera
insistir en la colina, como si nada que est por debajo de una
tautologa sin fisuras pueda convencer. Su identidad es como
un mantra. 14. Historia 14.1 El pesar por la ausencia de historia es un reflejo agotador. Expone un consenso tcito sobre
la presencia deseable de la historia. Pero quin dice que lo
sea? Una ciudad es un plano habitado del modo ms eficaz por
gente y procesos, y, en la mayora de los casos, la presencia
de la historia no hace ms que aminorar su rendimiento... 14.2
La historia actual obstruye la pura explotacin de su valor terico como ausencia. 14.3 A lo largo de la historia de la humanidad por empezar un prrafo al estilo norteamericano las
ciudades han crecido por un proceso de consolidacin. Los
cambios se hacen en el momento. Las cosas mejoran. Las culturas florecen, decaen, reviven, desaparecen, son saqueadas,
invadidas, humilladas, violadas, triunfan, renacen, tienen edades de oro, callan de repente... y todo en el mismo lugar. Por
eso es la arqueologa una profesin de excavar: expone capa
tras capa de civilizacin (es decir, ciudad). La Ciudad Genrica,
igual que un sketch que nunca se explica, no mejora, sino que
se abandona. La idea de estratificacin, intensificacin o conclusin le son ajenas: no tiene capas. Su prxima capa tiene
lugar en otra parte, bien al lado puede ser del tamao de un
pas o incluso en un lugar totalmente apartado. Lo arqueologal (= arqueologa con ms interpretacin) del siglo XX necesi-

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

La Ciudad Genrica

ta billetes de avin ilimitados, no una pala. 14.4 Al


exportar/expulsar sus mejoras, la Ciudad Genrica perpeta su
propia amnesia (su nico vnculo con la eternidad?). Por
tanto, su arqueologa ser la prueba de su olvido progresivo, la
documentacin de su evaporacin. Su genio estar con las
manos vacas: no ser un emperador desnudo, sino un arquelogo sin descubrimientos, o incluso sin yacimiento. 15.
Infraestructura 15.1 Las infraestructuras, que se reforzaban y totalizaban mutuamente, se estn haciendo cada vez
ms competitivas y locales; ya no pretenden crear totalidades
que funcionen, sino que ahora despliegan entidades funcionales. En lugar de red y organismo, la nueva infraestructura crea
enclave y atolladero: ya no crea el grand rcit, sino el desvo
parasitario (la ciudad de Bangkok ha aprobado planes para tres
sistemas de metro elevado para ir de A a B; que gane el mejor).
15.2 La infraestructura no es ya una respuesta ms o menos
retrasada a una necesidad ms o menos urgente, sino un arma
estratgica, una prediccin: el puerto X no se ampla para prestar servicio a un mercado interior de consumidores frenticos,
sino para acabar con o reducir las posibilidades de que el puerto Y sobreviva al siglo XXI. En una sola isla, a la metrpolis del
sur Z, an en su infancia, se le da un nuevo sistema de
metro para que la metrpoli asentada del norte W parezca
torpe, congestionada y anticuada. La vida en V se hace ms
fcil para lograr que la vida en U llegue a ser insoportable. 16.
Cultura 16.1 Slo cuenta lo redundante. 16.2 En cada zona
horaria, hay al menos tres representaciones de Cats. El mundo
est rodeado de un anillo de Saturno de maullidos. 16.3 La ciudad sola ser el gran territorio de caza sexual. La Ciudad
Genrica es como una agencia de citas: adecua eficazmente
oferta y demanda. Orgasmo en vez de agona: he ah el progreso. Las posibilidades ms obscenas se anuncian en la tipografa ms limpia; el tipo Helvtica se ha hecho pornogrfico. 17.
Fin 17.1 Imaginemos una pelcula de Hollywood sobre la
Biblia. Una ciudad, en alguna parte de Tierra Santa. Escena de
mercado: por todas partes hay extras cubiertos con trapos de
colores, pieles, ropajes de seda, entran en escena gritando,
gesticulando, ponen los ojos en blanco, empiezan peleas, se
ren, se rascan la barba, con la cola de las pelucas goteando,
se apian en el centro de la imagen blandiendo palos, puos
cerrados, derribando puestos, aplastando animales... La gente
grita. Para vender cosas? Para revelar el futuro? Para invocar a los dioses? Se roban bolsas de dinero, la muchedumbre
persigue a los delincuentes (o los ayuda?). Los sacerdotes
oran pidiendo calma. Los nios se vuelven locos entre la maleza de piernas y ropajes. Los animales rugen. Las estatuas se
vienen abajo. Las mujeres chillan, amenazadas?, en xtasis? La masa agitada se transforma en ocenica. Rompen las
olas. Ahora quitemos el sonido silencio, un alivio bienvenido
y veamos la pelcula al revs. Hombres y mujeres mudos pero

visiblemente agitados retroceden vacilantes: el observador no


registra ya solamente a seres humanos, sino que empieza a
advertir espacios entre ellos. El centro se vaca: las ltimas
sombras desaparecen del rectngulo del fotograma, probablemente entre quejas, pero por suerte no las omos. El silencio se
ve ahora reforzado por el vaco: la imagen muestra puestos
vacos, algunos restos aplastados bajo los pies. Alivio... se
acab. Esa es la historia de la ciudad. La ciudad ya no existe.
Ya podemos salir del cine...

Los autores, 2005; Edicions UPC, 2005

81

También podría gustarte