En Torno A La Lengua Vasca
En Torno A La Lengua Vasca
En Torno A La Lengua Vasca
Sin embargo, no slo el vasco ha recibido influencias, tambin ha influenciado en ciertos aspectos al
castellano, sobre todo cambios fonticos.
A la hora de valorar cronolgicamente, surgen muchas dificultades, sobre todo si se trata de su
elemento primitivo. El vasco tiene una literatura muy tarda y por esa falta la historia se reduce casi
todo a una prehistoria, estadio muy vago y deficiente, que nos empuja a enfrentar la lengua solamente a
partir de la fontica.
Generalmente, se cree que el vasco ha sido un idioma bastante esttico en el transcurso de los siglos
y que los cambios se reducen a algunos vocablos, la evolucin de algn significado y a la alteracin de
la sintaxis; aunque esto todava debe ser corroborado a partir de muchos documentos al alcance. La
toponimia, tambin puede ser una fuente poco explotada de material.
En cuanto a la geografa de la lengua, el vasco experiment un retroceso en siglos pasados. A partir
de que Bonaparte sealara los lmites de la lengua en 1863, se tiene constancia de su desaparicin en
una zona entre Estella y Pamplona. Los lmites dialectales internos seran difciles de sealar. Cada
alteracin o evolucin de un idioma es espejo de un fenmeno o movimiento social, producido o
propagado por la masa social que emplea ese idioma y su extensin e influencia depende de la relacin
de aquel grupo humano con el resto, ese el lmite del movimiento. Y cada grupo humano lo percibe de
una forma diferente o en momentos distintos, por lo que ese fenmeno no puede ser el mismo para
todos. Es necesario un estudio y un Atlas Lingstico del Vasco para poder llegar a conclusiones sobre
esto.
Por ltimo, se habla de asociar los lmites del idioma a los lmites polticos, eclesisticos o
comerciales. Estos lmites suelen obedecer a divisiones polticas o administrativas de la poca romana
o prerromana. No quiere decir esto que los lmites influyeran en la divisin dialectal sino que stos
reflejan antiguas divisiones del pas que podran ser las de los antiguos pueblos.
La geografa lxica es ms fcil de estudiar que la gramatical. Los datos del lxico pueden ser
estudiados y recopilados por muchos investigadores al mismo tiempo, lo que hace de su desarrollo un
proceso ms rpido y menos arduo. Es necesaria una red de estudiosos de todos los puntos del Pas
Vasco para que se pueda crear un diccionario con autoridad del que se pueda analizar la historia del
vocabulario, porque en la distribucin geogrfica de cada voz esta reflejada gran parte de su historia.
En cuanto a la historia del vascuence, queda por analizar el periodo moderno. ste esta caracterizado
por un mayor cultivo literario y para ello se necesitaban muchos neologismos, ya que el idioma no
estaba preparado para una etapa cultural.
La creacin de neologismos de forma artificial para darle un valor literario a la lengua no es una
solucin acertada ya que el lenguaje es un producto social y colectivo, un fenmeno natural. La
Academia no promovera el vasco histrico, habra una ruptura de tradicin en el desarrollo del idioma.
El vasco est en un periodo preliterario, dividido en mltiples dialectos sin que ninguno de stos se
haya impuesto sobre los dems, y para que llegue a su poca de oro debe fomentarse la lengua habida.
Esa lengua partir de un dialecto que por su produccin crecer naturalmente y adhesionar al resto. Y
para llegar a este punto, son necesarios todos estos estudios: el Atlas, los diccionarios, la bsqueda del
lxico...
En resumen, al hablar del vasco se trata de algo mas general, es el bero. Es por esto que el vasco es
merecedor de una mayor atencin, ya que es un representante de las extintas lenguas ibricas que
antiguamente se hablaban en toda la pennsula.
A continuacin se harn algunas observaciones de la influencia que estas lenguas primitivas han
podido transmitir al espaol. Con la ayuda del vasco se podran distinguir algunos rasgos
fundamentales de transmisin de estas lenguas neolatinas. Esta influencia esta muy debatida y se cree
que solo en el mbito de la fontica se pueden distinguir estos rasgos adoptados.
La s apical del castellano frente a la s dorsal del resto de romances no hispnicos, no puede concebirse
como independiente de la s apical del vasco. El hecho de que esa s esta tan extendida en la pennsula y
en zonas lejanas del Pas Vasco nos hace pensar que no solo por la influencia del vasco se ha llegado a
esa generalizacin, tiene que haber sido producto de otras lenguas anteriores a la romanizacin de
Espaa. Algo semejante cabra esperar de la prdida de distincin entre la v y la b.
Estas influencias son muy generales, y a continuacin se har un anlisis de la influencia de otras
lenguas neo-ibricas mas prximas al vascuence.
Schuchardt, por ejemplo, atribuy la pronunciacin moderna de la j a la moda que los hidalgos
vascos pudieran implantar en Espaa en el siglo XVI.
En cuanto a influencias primitivas podra hablarse de la prdida de la oclusin en el grupo pl
(planu / llamo).
Tambin la perdida de la f- inicial del castellano est atribuida a la influencia ibrica, aunque esta es
una opinin un poco controvertida y no todos estn de acuerdo. Aun as, este es uno de los rasgos
caractersticos que diferencian al castellano del resto de lenguas romances.
Las razones principales de que se pensara que este suceso paso a partir de la influencia bero-vasca
son 2: en el bero antiguo y en el vasco moderno este fonema es inexistente y, en segundo lugar, las dos
lenguas romnicas que lindan con el Pas Vasco son las dos nicas importantes que en toda la Romania
convierten la f- inicial en h-.
Sin embargo, en contra tambin hay algunas razones: se dice que en castellano la f- se conserva ante
el diptongo ue (fuerza) y esto indica que la perdida de la f- es posterior a la diptongacin y que por ello
no se podra incluir la influencia bera de una forma tan tarda. Segn Menndez esto es rebatible
porque la diptongacin es una fenmeno muy remoto y no hay fechas que indiquen la desaparicin de
las lenguas iberas, pudieron haber convivido en aquella poca perfectamente.
Se dice tambin que los nombres germnicos que empiezan por h, no la conservan en Espaa y esto
prueba que los ibero-romanos de la poca visigoda no tenan un sonido similar a la h germnica.
Aunque aqu Menndez tampoco ve una razn de peso porque hay mucha duplicidad en las formas
germnicas y porque esto no demuestra que pudiese suceder en toda la pennsula, simplemente que en
la regin en la que tenan los visigodos su corte carecan de este sonido. Tambin se podra objetar que
el paso de la f a la h fuese un cambio natural fontico porque no solo se da en estas dos regiones
contiguas al pas vasco, sino tambin en dialectos italianos modernos y se verificaba ya en antiguos
dialectos latinos.
De todas formas, aunque este cambio se podra explicar por medio de la evolucin fontica natural,
tiene algunos rasgos que podran indicar algo mas que eso. Siempre queda en pie la coincidencia de que
conservndose la f en toda la Romania, salvo raras excepciones, las dos nicas importantes se dan en el
gascn y en el castellano, idiomas limtrofes al pas vasco. Esta coincidencia, puede oscurecerse por
razones geogrficas y cronolgicas. La influencia vasca del gascn es fcil de admitir porque
geogrficamente se encuentran muy prximas, pero tratndose de Andaluca demostrar esto se
complica. Ademas, en Andaluca es donde se da una mayor aspiracin de la h. Se debe considerar
tambin la cronologa, ya que la perdida de la f en los textos antiguos castellanos se consolida en la
segunda mitad del siglo XV y comienzos del XVI, poca de gran desarrollo literario en el que el vasco,
tratndose de una lengua arcaizante, no poda influir. Esta es la razn principal que se esgrime en
contra de la influencia vasca en la perdida de la f inicial, ya que la perdida de la f es demasiado tarda.
O con su forma -doi, indica un lugar donde se halla una cosa. -Toi se halla principalmente tras
consonante sorda y -doi tras vocal o consonante sonora. En la toponimia de Guipzcoa encontramos
Ameztoy y en la de Vizcaya, Albistuy. En Lrida Menty y en Huesca Serrady. Muestras todas de una
evolucin diferente. La variante -toy y -tuy responde a dos matices de la vocal velar y no presenta
controversia.
Fuera de Huesca y Lrida se encuentran muy pocos ejemplos de este adjetivo, slo en Galicia, en la
toponimia antigua portuguesa y el alguna provincia de Castilla y Len.
5. El sufijo -oi.
Este sufijo significa tendencia o propensin y se aplica principalmente a personas. En la toponimia
vasca es muy escaso y tenemos la complicacin de que esta forma convive con otras como -kue o -ue,
por lo que slo se pueden comprobar las influencias romnicas en sus formas arcaicas con -oi o la
forma -uei, solo ah podremos asegurarnos que en el trmino ocurre diptongacin de -oi. Hay
abundantes nombres en el Alto Aragn como Binu; pero no se puede saber si viene de -oi o de un -ue
primitivo. Tambin se encuentran Berroy o Paternoy. La forma -oy es una evolucin de -oi.
La forma -ue es la primitiva de -oi y podemos ver el triunfo de este sufijo en el topnimo Paternoy
porque encontramos en documentos del siglo XI su forma en -ue (Paternue), lo que demuestra que es
una caso de hibridismo.
En los Pirineos podemos encontrar formas terminadas tanto en -oi como en -ue o -uy de forma ms o
menos regular segn su estructura fontica.
En otras regiones cercanas al Pas Vasco como Burgos, Logroo o Palencia no encontramos trminos
con este sufijo, lo que resalta la toponimia pirenaica. Aunque en Galicia, en Portugal y en Castilla si
que encontramos algunos como Belloy.
No es posible decir si se podran incluir en este artculo algunos nombres que se encuentran en el
resto de Espaa porque su relacin no es visible.
6. Conclusiones.
Con todos estos ejemplos se puede ver que haba lenguas afines al vasco habladas desde el ro
Araduey hasta el Noguera-Pallaresa. Estas lenguas tenan e y o abiertas y evolucionaron de forma
diferente en cada regin romance de este territorio. Esta evolucin es igual a aquella que se dio en las
vocales del latn vulgar y , correspondientes a la y del latn clsico.
Este fenmeno de extensin de nombres de tipo vasco en Espaa ha sido notado desde largo. Moret, a
mediados del siglo XVII razona sobre esta extensin del vascuence por la geografa espaola
fundndose en la toponimia y pone como ejemplo iria y uria, que significa poblacin y se puede
encontrar en El Padrn (Iria Flavia), Granada (Illiberris)...
Se hallan ejemplos de los sufijos -toi y -oi esparcidos por gran parte de Espaa, sobre todo en
Galicia, en el Alto Aragn y en Lrida.
Esta ltima regin, la de Lrida, se destaca por los adjetivos terminados en berri y gorri, que
tambin se acumulan en el Alto Aragn, al oriente de la provincia de Huesca.
Estos casos tambin se pueden relacionar con los de -oi, -toi, y -oz; y sealan y distinguen estas
zonas pirenaicas del resto de su provincia. Algunos ejemplos seran Benabarre, Navarri, Bisaurri,
Espierre...
Moret aport que esto era un efecto de las conquistas del rey Sancho Ramrez de Navarra y su
abuelo Sancho el Mayor. Pero esta teora que pretende explicar el vasquismo toponmico de la regin
est coja. En primer lugar, los nombres de tipo vasco se extienden tambin a la zona de Lrida, donde
no dominaron ninguno de los dos reyes; en segundo lugar, la diptongacin de la y la aplicada a
estos nombres de forma regular demuestra que es un fenmeno que se produjo mucho antes del siglo
XI. Se trata de nomenclaturas topogrficas primitivas que nos hablan de la extensin del idioma
vascuence. La Vasconia antigua estaba ms expandida que la de la actualidad. Hay que suponer que los
cerretanos occidentales y los ilergetes septentrionales hablaban una lengua muy afn a la de sus vecinos
vascones. El hecho de que las toponimia de las regiones tuviesen diferencias cabe relacionarlo con una
romanizacin ms o menos tarda. La regin de Lrida y en menor escala la de Huesca, ciudades que
fueron romanizadas tempranamente, debieron perder poco a poco sus topnimos primitivos para
sustituirlos por otros de origen latino. Adems, hay que tener en cuenta que esta zona estuvo bajo
dominio rabe durante los siglos VIII a XI y la regin pirenaica se mantuvo libre.
Es por ello que la regin pirenaica hasta el Noguera-Pallaresa conserv mucho bilingismo con gran
masa de nombres topnimos vascos aunque ya estaba bastante romanizada. Tambin se produjeron
bastantes hibridaciones como Aquilu o Paternoi. Hay que matizar que la diptongacin de una vocal en
un nombre toponmico vasco, no indica una segura romanizacin del nombre anterior a la produccin
del diptongo de la y , en muchos casos puede haber otra interpretacin.
El territorio de los vascones, como el de los vrdulos o los carstios, nunca lleg a ser romanizado en
su interior y sus partes externas debieron ser romanizadas relativamente tarde.
La doble nomenclatura topogrfica en las zonas colindantes a reas en las que se habla otra lengua
es un fenmeno muy dado y conocido (Roncesvalles Orreaga, en el Pas Vasco).
7. Tres pocas de Romanizacin en el Nordeste.
En este ltimo punto, Menndez Pidal hace una periodizacin de el retroceso general del vascuence
y las lenguas ibricas vecinas. Este proceso se divide en 3 fases:
1. La primera esta dominada por la romanizacin temprana de las reas colindantes a la Vasconia y
de los dems pueblos ibricos vecinos. Se pueden distinguir estas reas por tener una toponimia ms
marcadamente vasca, a diferencia de los que sustituyeron los nombres por nomenclaturas latinas. Esta
zona comienza en el Cantbrico y termina en Zaragoza y Huesca pasando por la cuenca el ro
Omecillo, el Bayas, el Zadorra y el Ayuda.
El motivo de la expansin temprana del latn por estas reas viene dado por ser las principales rutas
de comercio. Tambin hay que considerar que la regin oriental de los Pirineos fue la primera conquista
de los Escipiones en Espaa y la romanizacin de stos era antiqusima y esto tambin explica que la
toponimia de esa zona sea marcadamente latina.
2. Despus de esta romanizacin ms antigua ocurre otra ms tarda, caracterizada por la
abundancia de nombres toponmicos de tipo ibero-vasco, muchos de los cuales sufren alteraciones
fonticas romnicas. Esta zona no forma un ncleo romnico uniforme en su desarrollo. En la parte que
va hacia el ro Isbena confluye el lmite entre la diptongacin aragonesa >ue, oi>ue y la catalana o>o,
oi>ui. Este rea se considera un lmite primitivo y permanente, tanto en cuanto a la lengua como a la
historia, muy posterior a la medieval y la de reconquista.
Esta romanizacin tarda tambin vino promovida por el comercio del Mediterrneo y de las vas
romanas que se bifurcan en el rea.
En la zona de Navarra, tenemos una de las zonas que se romaniz ms tardamente. Hubo un
bilingismo que perdur hasta el siglo XVI, y algunos pueblos conservaron el vascuence hasta bien
entrado el siglo XIX. Este bilingismo fue efecto de la comunicacin con Jaca.
La castellanizacin de la Rioja, Lava, Vizcaya y norte de Burgos es ms antigua. Burgos fue un
centro romanizador muy grande y eficaz. El rey Sancho el Sabio fund Vitoria, y la dio al fuero de
Logroo, dado por reyes castellanos, lo que demuestra que el contacto entre castellanos y vascos era
muy grande. Como detalle, se sabe que los vecinos de la Rioja tenan por fuero confirmado entre 1234
y 1239 el poder de utilizar el vascuence ante los tribunales castellanos, esto demuestra el bilingismo
de la zona.
En la regin del norte de Castilla encontramos un entremezclamiento de los idiomas en la toponimia,
en esta zona hay una escasez manifiesta de diptongacin en el idioma, por lo que se puede decir que
esta regin septentrional se castellaniz cuando el periodo de bilingismo primitivo estaba muy a su
fin. El castellano de la poca ya estaba totalmente formado y haba un escaso sentimiento de
diptongacin, algo que en otros puntos del norte todava se resista hasta el siglo XIII y que en cierto de
ellos se resiste aun a da de hoy.
3. Una vez formadas ya las lenguas romances, el vasco continu perdiendo territorio. A este
fenmeno Menndez Pidal lo llama castellanizacin del pas vasco, aunque tal nombre no sea exacto
siempre, porque puede responder tambin a regiones de Aragn y Navarra. En la zona de Aragn esta
etapa no nos ofrece ejemplo alguno pero en la de Navarra encontramos unos cuantos que nos muestra
que el vasco empez a retroceder en el siglo XVI, algo que ha perdurado hasta nuestros das.
El territorio abandonado por el vascuence y lenguas ibricas afines se divide con claridad en dos
mitades: la del este es un efecto de romanizacin tarda por influjo del Mediterrneo y de las ciudades y
vas de comunicacin romanas; y las del oeste donde no existan focos de irradiacin de la vida romana
como los de sus vecinos, y esto promovi la castellanizacin.
La zona de la castellanizacin se ensancha conforme va de oriente a occidente. Cuanto ms nos
acercamos a Castilla, la castellanizacin es ms activa y esto hace retroceder al vasco, una invasin
idiomtica en Vizcaya y lava que data de la Edad Media, y desde la Edad Moderna en Navarra.
Fue la mayor actividad de la comunicacin comercial y de las relaciones oficiales lo que aceler
bastante la castellanizacin.
El retroceso del vasco moderno no se puede estudiar por no haber una investigacin recopilatoria.
Menndez Pidal insta a los eruditos vascos que investiguen este fenmeno de delimitacin, ya que es
una parte importante de la historia. Gran parte de la historia del vasco esta archivada y conservada en la
toponimia no romnica, donde se conservan fsiles de la lengua primitiva y esto nos revelara
condiciones especiales de lxico, gramtica y geografa de las regiones limtrofes, algo imposible de
recabar a travs de documentos.
Tambin el sustantivo del que tratamos se puede encontrar en el nombre Jrica, de la provincia de
Castelln, que tambin ha sido relacionado con el rabe. Menndez Pidal disiente y cree que que la
explicacin parte de que antiguamente el pueblo se denominaba Xerica de Exerica (forma usada aun en
el siglo XVI). La acentuacin inicial surge aqu y tambin en zonas de ms influencia del vascuence y
no es un obstculo en la dilucizacin.
Tambin hay que incluir en esta coleccin de topnimos Jaresa, de la provincia de Valencia. Este
nombre se escriba anteriormente Xaresa. Xeresa y Exaresa. Cae entonces en el campo de exe.
As podemos ver que exe caa en la zona oriental de la pennsula, en los pueblos vascones del este,
los cerretanos, los edetanos y los contestanos. De una forma ms extensa se encuentra eche en la
occidental, extendida en los pueblos con los nombres de berones, caristios, vrdulos, los arevacos y en
la porcin occidental de los vascones.
2. El Adjetivo barri, berri.
El segundo elemento del nombre Javier nos lleva hasta este sufijo, que como se ha mencionado
antes significa nuevo. Se alternan estas dos vocales (a y e) motivadas sobre todo por una r siguiente, y
esto sucede no slo en el vasco. Segn el diccionario de Azkue, barri es comn en Vizcaya y berri en el
guipuzcoano, en el navarro, en el labortano y en el suletino. Y la toponimia nos da ms datos acerca de
todo esto. Segn la investigacin de Menndez Pidal, en la zona de Navarra no encontramos ningn
barri, ste, es de uso casi exclusivo solamente en lava y Vizcaya. En Guipzcoa predomina berri,
aunque hay algunas muestras de barri. En Navarra conviven las dos formas y en el Pas Vasco francs
encontramos slo formas en e: Lecumberry, Etcheberry...
La e de berri era vocal abierta y esto lo demuestra el hecho de que en las zonas romanizadas esta e
evolucionase a la par que la e abierta latina, as en Navarra y Huesca encontramos Xavierre y Javierre o
Alcubierre, como ya se ha mencionado antes. De estos tres topnimos y de muchos otros, se puede
deducir que el acento romnico primitivo iba en la segunda parte del compuesto y no en la primera,
algo que sale del fenmeno de diptongacin.
Es interesante la extensin de este adjetivo fuera de las provincias vascas y vascongadas, se puede
encontrar incluso en Granada (Iliberri), y demuestra la gran proliferacin de este adjetivo en la poca
primitiva por toda la pennsula ibrica. Pero no slo se encuentra en la pennsula, tambin hay muestras
del adjetivo en frica o en la Mauritania Cesariense.
Conclusin
Tenemos siempre dos dialectos, el oriental y el occidental, que se manifiestan en las varias formas
del topnimo Javier en sus dos componentes. Los lmites se forman en la provincia de Navarra. Esta
divisin dialectal era bastante profunda y se extenda a otros fenmenos lingsticos (ili e iri / uli y uri).
En conclusin, las lenguas ibricas o prerromanas en la toponimia hispnica se nos muestra
claramente dividida en dos zonas: una occidental y otra oriental o propiamente ibrica. Aragn,
Catalua, Valencia y Granada pertenecen a la oriental y la Vasconia antigua y el Vasco francs se
reparten entre los dos dialectos de forma varia, segn se trate de eche o exe o de barri y berri. Vizcaya y
lava pertenecen a la zona occidental.
Las formas hoy dominantes en Navarra y Huesca (berri, iri, (e)xa y (e)xe) son las que dominan en la
antigedad y lo mismo en lo mismo en gran parte del territorio vascn. En oposicin, tenemos las
formas barri, uri, ulii, echa y eche que predominan hoy y antiguamente en el occidente; en Vizcaya,
lava, Burgos, Logroo y Soria.