Hobsbawn, E. - Inventando Tradiciones
Hobsbawn, E. - Inventando Tradiciones
Hobsbawn, E. - Inventando Tradiciones
Eric Hobsbawm
fiestas anuales, en razn de que la importancia de este atractivo para la gente del
campo no se puede negar.(l0) Pero un riguroso racionalismo individualista domin
no slo como clculo econmico sino tambin como idea social.
Estas notas introductorias podran concluir con algunas observaciones
generales sobre las tradiciones inventadas desde la poca industrial.
Las tradiciones inventadas parecen pertenecer a tres tipos superpuestos:
a) las que establecen o simbolizan la cohesin social o la membreca de los
grupos y comunidades, reales o artificiales, b) las que establecen o legitiman
instituciones, status o relaciones de autoridad, y c) aquellas cuyo propsito
principal es la socializacin y el inculcamiento de creencias, sistemas de valores y
comportamientos convencionales. Mientras que las tradiciones del tipo b) y c)
eran las inventadas -como las que simbolizaban la sumisin a la autoridad
britnica en India-, puede sugerirse tentativamente que prevalecieron las del tipo
a) cuyas otras funciones eran consideradas implcitas o que fluan desde un
sentimiento de identificacin con la comunidad y/o la institucin representada,
expresando o simbolizndola como una nacin.
Una dificultad con tan amplias entidades sociales es que no era
plenamente una comunidad (Gemeinschaften), o siquiera un sistema de rangos
aceptados. La movilidad social, la realidad de los conflictos de clases, y la
ideologa dominante hacan que la tradicin, en su tarea de combinar la
comunidad con las desigualdades de las jerarquas formales -como el ejrcitofuera difcil de aplicarse universalmente. Esto no afect mucho a las tradiciones
del tipo c), ya que la socializacin generalizada inculc los mismos valores en
cada ciudadano, miembro de la nacin o sbdito de la corona, y las especficas
socializaciones funcionales de los distintos grupos sociales -tales como los
alumnos de las escuelas de paga- por lo comn no se interpusieron en el camino
de los dems. Por otro lado, en la medida en que las tradiciones inventadas
reintrodujeron, por as decirlo, el status en el mundo del contrato, a superiores e
inferiores en un mundo de iguales ante la ley, no lo pudieron hacer todo de
manera tan directa. Podran entrar de contrabando gracias a la aceptacin
simblica formal de una organizacin social que de hecho fuera desigual; como
cuando el cambio de estilo en la ceremonia de coronacin britnica.(11) Con ms
frecuencia ellas fomentaron el sentido corporativo de la superioridad de las lites en particular cuando stas se tuvieron que reclutar entre aquellos que por
nacimiento o adscripcin no la posean-, que por inculcar un sentido de obediencia
en los inferiores. A algunos se les anim a sentirse ms iguales que otros. Esto se
pudo hacer al asimilar a los grupos dirigentes y gobernantes previos a la
burguesa, ya sea en la forma militar-burocrtica caracterstica de Alemania -como
con los desafiantes cuerpos estudiantiles-, o bien en el modelo no militar de la
gentry moralista en las escuelas de paga britnicas. De forma alternativa, es
tambin posible que el espritu de cuerpo, la confianza y el liderazgo de las lites
puedan desarrollarse por medio de otras tradiciones ms esotricas, como sera
destacando la calidad del oficial mayor al mando, como sucede en Francia o entre
los blancos en las colonias.
Aun dando por supuesto que las tradiciones inventadas comunitarias son
las del tipo bsico, todava est por estudiarse su naturaleza. La antropologa
puede ayudarnos a elucidar las diferencias, si es que las hay, entre las prcticas
tradicionales antiguas y las inventadas. Aqu slo haremos notar que mientras los
ritos de pasaje estn sealados normalmente en las tradiciones de ciertos grupos
-iniciacin, promocin, jubilacin y muerte-, puesto que se supona que esto le
asignaba un carcter incambiable y eterno, por lo menos desde la fundacin de
dicha comunidad. Sin embargo, tanto los regmenes polticos nuevos como los
movimientos innovadores debern buscar y encontrar sus propios equivalentes
para los ritos tradicionales de pasaje asociados con la religin -como el matrimonio
civil y los funerales-.
Se puede observar una diferencia marcada entre las prcticas sociales
antiguas y las inventadas. Las primeras eran prcticas especficas segn la
naturaleza de los valores, derechos y obligaciones de la membreca del grupo que
ellas inculcan: patriotismo, lealtad, deber, reglas de juego, el espritu de
escuela, etc. Pero si el contenido del patriotismo britnico o del americanismo
estaba notablemente mal definido, aunque por lo comn se le especificaba a
travs de comentarios asociados a ocasiones rituales, las prcticas que los
simbolizaban eran virtualmente compulsivas, como levantarse para entonar el
himno nacional ingls, o el ritual de la bandera en las escuelas norteamericanas.
El elemento crucial parece haber sido ms bien la invencin de signos de
membreca al club con carga simblica y emocional, ms que en base a los
objetivos y estatutos del mismo. Su significado estaba precisamente en su mal
definida universalidad:
La bandera nacional, el himno nacional y el escudo nacional son los tres smbolos
a travs de los cuales un pas independiente proclama su soberana e identidad, y
como tales ellos demandan respeto instantneo y lealtad. En ellos mismos se
refleja el completo historial, pensamiento y cultura de una nacin.(12)
menor a como lo hicieron con sus ancestros, y aun mucho menos que las
exigencias externas de la economa, tecnologa, la organizacin burocrtica
estatal, las decisiones polticas y otras fuerzas que no desarrollan ni dependen de
la tradicin en nuestro sentido.
Sin embargo, esta generalizacin no se aplica al campo de lo que
llamaramos la vida pblica del ciudadano, incluyendo las formas pblicas de
socializacin, tales como la escuela, en contraste con formas privadas, como los
medios masivos. No hay un signo real de debilitamiento en las prcticas
neotradicionales asociadas tanto a cuerpos de hombres en servicios pblicos
-fuerzas armadas, la justicia, y quiz tambin los servidores pblicos-, o en las
prcticas asociadas con los ciudadanos integrantes de los estados. Ciertamente,
la mayora de las veces que la gente llega a ser consciente de la ciudadana como
tal permanece asociada a smbolos y prcticas semirituales (v.g. las elecciones),
muchas de las cuales son nuevas histricamente y en gran medida inventadas:
banderas, imgenes, ceremonias, msica; en la medida en que las tradiciones
inventadas desde la poca de las revoluciones industrial y francesa hasta la
actual, han llenado una laguna permanente en todo este tipo de eventos que
parecieran estar dentro de este campo.
Por qu, se nos podra preguntar a fin de cuentas, los historiadores deben
dirigir su atencin a tales fenmenos? En un sentido, la pregunta es innecesaria,
ya que muchos lo hacen, como lo atestigua el contenido de esta obra y las
referencias aqu citadas. As que ms vale replantear la pregunta. Qu
beneficios pueden sacar los historiadores al estudiar la invencin de las
tradiciones?
Primera, y principalmente, puede sugerirse que son sntomas importantes y
por lo tanto indicadores de problemas que de otra forma no seran fciles de
identificar o ubicar en el tiempo. Son evidencias. La transformacin del
nacionalismo alemn desde el antiguo patrn liberal al nuevo de tipo
expansionista-imperalista, aparece iluminado con ms precisin al examinar lo que
ocurri en el movimiento gimnstico alemn (por los aos de 1890), con el rpido
reemplazo de sus colores negro-rojo-dorado, por los nuevos negros, blancos y
rojos, que al tratar de examinar los pronunciamientos oficiales de las autoridades o
de los voceros de las organizaciones. La historia de las finales del campeonato de
copa en la Gran Bretaa nos dice ms del desarrollo de la cultura urbana de los
trabajadores, que otras fuentes o datos. Pero por lo mismo el estudio de las
tradiciones inventadas no puede estar desligado de un estudio ms amplio de la
historia de la sociedad; e igual, tampoco puede esperarse avanzar ms all del
mero descubrimiento de tales prcticas sociales a menos que esa labor se integre
a una investigacin ms profunda.
En segundo lugar, el estudio de la invencin de las tradiciones arroja una
luz considerable sobre las relaciones humanas del pasado y, por lo tanto, sobre la
propia materia y oficio del historiador. Ya que todas las tradiciones inventadas
usan la historia tanto como pueden, como legitimadora de la accin y como
aglutinadora de cohesin grupal. Con frecuencia se convierte en el smbolo
efectivo de la lucha, como en las batallas por los monumentos a Walther von der
Vogelweide y Dante en el Tirol del Sur en 1889 y 1896.(15) Hasta los mismos
movimientos revolucionarios retomaron sus invenciones en referencia al pasado
de la gente (sajones contra normandos, los ancestros galos contra los francos,
Espartaco), y a tradiciones de la revolucin (tambin el pueblo alemn tiene sus
tradiciones revolucionarias deca Engels al principio de su Guerras campesinas
en Alemania),(16) y de sus propios hroes y mrtires. La obra de James Connolly
El trabajo en la historia irlandesa ejemplifica muy bien esta unin de temas. Aqu
queda particularmente claro el elemento de invencin, ya que la historia que lleg
a ser parte del fundamento de los conocimientos o de la ideologa de una nacin,
estado o movimiento social, no es lo que efectivamente se ha conservado en la
memoria popular, sino lo que ha sido seleccionado, escrito, pintado, popularizado
e institucionalizado por aquellos cuya funcin era hacerlo. Los historiadores orales
han observado frecuentemente cmo en las memorias de los ancianos la Huelga
General de 1926 juega un papel menos dramtico y ms modesto que el que
haban previsto los entrevistadores.(17) As tambin, la imagen que se form en
la Tercera Repblica de la revolucin francesa ya ha sido analizada.(18) Y as,
cualquiera que sean sus objetivos, los historiadores estn involucrados en este
proceso, ya sea que contribuyan de manera consciente a la creacin
desmantelamiento o reestructuracin de imgenes del pasado, que pertenecen no
slo al mundo de los especialistas de la investigacin, sino tambin a la esfera
pblica del hombre como ser poltico. Por eso los historiadores deberan poner
atencin a esta dimensin de sus actividades.
En este contexto, hay un inters especfico relacionado con la invencin de
la tradicin que los historiadores modernos y contemporneos tienen que
destacar. Las tradiciones inventadas tienen una gran relevancia para esa
innovacin histrica comparativamente reciente, la nacin, junto con todos sus
fenmenos asociados :
el nacionalismo, el estado-nacin, los smbolos
nacionales, las historias y dems. Todo esto descansa sobre ejercicios de
ingeniera social que con frecuencia son deliberados y siempre innovadores, as
sea slo porque la novedad histrica implica innovacin. Las naciones y el
nacionalismo de Israel y Palestina deben ser nuevos, cualquiera que haya sido la
continuidad histrica de los judos o de los musulmanes del Medio Oriente, ya que
el mero concepto de estado territorial del tipo standard y comn en la regin
apenas se le conceba un siglo antes, y con dificultades lleg a ser una
perspectiva seriamente considerada slo hasta antes del final de la Primera
Guerra Mundial. Las lenguas nacionales standard que se aprenden a escribir en
la escuela, y que las hablan ms personas que las de una pequea lite son
mayormente construcciones de una poca cambiante pero de breve duracin.
Como observaba correctamente un historiador francs de la lengua flamenca, la
enseanza del flamenco en la Blgica actual no es el lenguaje con el que las
madres y abuelos de Flandes hablaban a sus nios, o sea que es una lengua
madre' slo metafricamente pero no en un sentido literal. No nos debe desviar
una paradoja curiosa pero un tanto incomprensible: las naciones modernas y
todos sus defectos generalmente dicen ser lo contrario de lo nuevo, ya que
bsicamente estn enraizados en la remota antigedad, y tambin lo opuesto a lo
Notas
1. Vase por ejemplo a G. Tihon, Les religieuses en Belgique du XVIIIe au XXe
siecle: Approche Statistique, Belgisch Tijdschrift V. Nieuwste Geschiedenis/
Revue Belge d Histoire Contemporaine, VII (1976), pp. 1-54.
2. Karsten Bahnson, Akademische Auszuge aus deutschen Universitats und
Hochschulorten (Saarbrecken, 1973).
3. Fueron registrados 17 de tales xodos en el siglo XVIII, 50 entre 1800-48, pero
slo 6 de 1848 a 1973.
4. Rudolf Braun, Sozialer und kultureller wandel in einem landlichen lndustriegebiet
im 19, und 20, Jahrhundert. Captulo 6, (Erlenbach-Zurich, 1965).
5. Rudolf Braun, op. cit., pp. 336-37.
6. A. L. Lloyd, Folk Song in England {London, 1969 ed.), pp- 134-38.
7. Esto debe distinguirse de las tradiciones que son revividas para propsitos que en
realidad demuestran su declinamiento. El revivamiento campesino (por 1900) de
los antiguos vestidos regionales, danzas folklricas y rituales similares para
ocasiones de festividad no era un rasgo burgus pero tampoco uno tradicionalista.
Superficialmente podra verse como un anhelo nostlgico por la cultura de los
tiempos pasados, que rpidamente ha desaparecido, pero en realidad era una
demostracin de la identidad de clase por medio de la cual, los agricultores
prsperos podran ellos mismos distanciarse horizontalmente en relacin a la
gente del pueblo y verticalmente de los artesanos, pastores y jornaleros. Cfr. PalIe
Ove Christiansen Peasant Adaptation to Bourgeois Culture? Class Formation and
Cultural Redefinition in the Danish Countryside en: Ethnologia Scandinavica
(1978), p. 128. Vase tambin: G. Lewis, The Peasantry, Rural Change and
Conservative Agrarianism: Lower Austria at the Turn of the Century , Past &
Present, no.81 (1978), pp. 119-43.
8. Patrick Joyce, The Factory Politics of Lancashire in the Later Nine-teenth
Century, Historical Journal, XVIII (1965), pp. 525-53.