La Macroeconomía Después de Lord Keynes

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La Macroeconoma

despus de Lord
Keynes[1]

Lic. Axel Kicillof


La siguiente es una transcripcin de la publicacin de Documentos del CEPLAD,
Coleccin "Archivo Abierto", serie "Temas de Historia del Pensamiento Econmico", julio
de 2004
Lo cabal de la victoria de los ricardianos tiene algo de curiosidad y misterio;
probablemente se debi a un complejo de conformaciones de la doctrina al medio
ambiente en que fue proyectada. Creo que el hecho de haber llegado a conclusiones
completamente distintas de las que una persona comn sin instruccin del tipo medio
podra esperar, contribuy a su prestigio intelectual. Le dio virtud el hecho de que sus
enseanzas transportadas a la prctica, eran austeras y a veces inspidas; le dio belleza el
poderse adaptar a una superestructura lgica consistente; le dio autoridad el hecho de
que poda explicar muchas injusticias sociales y aparente crueldad como un incidente
inevitable en la marcha del progreso, y que el intento de cambiar estas cosas tena, en
trminos generales, ms probabilidades de causar dao que beneficio; y, por fin, el
proporcionar cierta justificacin a la libertad de accin de los capitalistas individuales le
atrajo el apoyo de la fuerza social dominante que se hallaba tras la autoridad.
-John Maynard Keynes, Teora General de la Ocupacin, el inters y el dinero

El incisivo pasaje tomado de la Teora general de la ocupacin, el


inters y el dinero ilustra la concepcin de Keynes acerca de la
necesaria conexin entre el pensamiento econmico dominante
y su poca histrica. A poco de publicada, la Teora general o
ciertas ideas en ella inspiradas se impusieron como una nueva
ortodoxia en el campo de la teora econmica. Puede atribuirse
esta victoria en el terreno de las doctrinas a causas de la
misma ndole que las sealadas por Keynes cuando se refiere a
los ricardianos? Cul es el genuino aporte cientfico de Keynes
a la teora econmica?
El primer tercio del siglo XX estuvo marcado por
extraordinarias convulsiones sociales: la Primera Guerra
Mundial, la revolucin rusa, los conflictos obreros en toda
Europa, la gran depresin, el surgimiento del fascismo. No se
trat, ni mucho menos, de una mera sucesin de violentas
turbulencias pasajeras que luego de ocurridas se esfumaron sin
dejar huella. A lo largo de ese perodo el mundo sufri
profundas transformaciones. A mediados del siglo XX la
sociedad capitalista emerge de la Segunda Guerra Mundial con
un semblante completamente renovado para iniciar sobre
nuevas bases una etapa de explosiva y sostenida expansin: la
llamada edad de oro del capitalismo.
La gigantesca influencia conquistada por la Teora general no
puede atribuirse nicamente a que en ella se discuten ciertas
cuestiones tericas hasta entonces mal enfocadas por la
economa
clsica
heredada;
su
contribucin
segn

nuestraperspectiva es de otra naturaleza. La principal obra de


Keynes expresa en la teora econmica algunas de las ms
profundas transformaciones del sistema capitalista mundial[2].
Nuestro principal esfuerzo estar dirigido al anlisis crtico de la
obra que dio inicio a la revolucin terica ms importante del
siglo XX, la Teora general de la ocupacin, el inters y el
dinero (1936); el extenso debate que su publicacin suscit de
manera inmediata slo tendr importancia aqu en la medida en
que nos permita contrastar nuestras propias interpretaciones.
La Tesis se centrar en la obra de Keynes y no en los
desarrollos keynesianos[3] (y anti-keynesianos)posteriores.
La investigacin deber hacer explcita la diferencia especfica
entre la construccin terica de Keynes y la de sus
predecesores, es decir, deber distinguir lo esencial de su
aporte. Desde este ngulo, nuestra contribucin se inscribe en
el ya clsico debate Keynes y los clsicos, controversia
iniciada por el artculo homnimo que J. Hicks da a conocer
pocos meses despus de publicada la Teora General. Los
antecedentes sobre este tema son innumerables. La discusin
entonces comenzada se extiende bajo distintas formas hasta el
presente y sus implicancias prcticas en el campo de la poltica
econmica la sitan entre las ms apasionadas y trascendentes
de la disciplina.
Una reconstruccin del desarrollo de esta teora no podra
nunca ser exhaustiva. Nos referiremos entonces exclusivamente
a algunas contribuciones seleccionadas de la copiosa literatura
tanto por su propio peso en la discusin como por su relevancia
desde la perspectiva adoptada por nuestro trabajo. El debate
alcanz su mayor intensidad durante la segunda posguerra.
Fue entonces cuando se definieron las lneas interpretativas de
mayor influencia. Luego de esta primera poca de apasionadas
contribuciones en torno a la Teora General, la discusin
continu; pero, alejndose cada vez ms de la obra original
considerada como un todo, se limit slo a ciertos aspectos
parciales de la teora.
El punto de partida obligado de este recorrido est en la Teora
General. El propio autor se encarga de sealar cules son las
contribuciones a las que otorga mayor relevancia y de explicitar
aquellos puntos para los que reclama originalidad y que, segn
l, distinguen y apartan sus teoras del pensamiento ortodoxo
previo.
LAS INNOVACIONES DE LA TEORA GENERAL SEGN LA
TEORA GENERAL

En una carta dirigida a Bernard Shaw, fechada el 1 de enero


de 1935, un premonitorio Keynes se refiere al futuro impacto
que esperaba alcanzar con el libro que publicara el siguiente
ao.
I believe myself to be writing a book on economic theory, which will largely revolutionize not, I
suppose, at once but in the course of the next ten years the way the world thinks about economic
problems. When my theory has been duly assimilated and mixed with politics and feelings and
passions, I cant predict what the upshot will be in effects on actions and affairs. But there will be a
great change, and, in particular, the Ricardian foundations of Marxism will be knocked
away [4] (citado en Skidelsky, 1994, p. 520).

El Prefacio de la Teora General advierte que el propsito


primario del libro es el de abordar problemas de carcter
eminentemente terico, dejando en un segundo plano sus
consecuencias
prcticas.
Las
divergencias
con
el
pensamientoclsico[5] se encuentran en el terreno de las
premisas. Tambin en el Prefacio se ofrece una muy
esquemtica aproximacin a esas divergencias. La economa
ortodoxa acostumbraba a separar la influencia del dinero de la
teora fundamental del valor. Keynes cree haber logrado
reconciliar ambos aspectos en una economa monetaria que
sirve de base para el estudio de las fuerzas que determinan los
cambios en la escala del producto y la ocupacin como un
todo. Como resultado de este cambio en los supuestos bsicos
se obtiene entonces una teora ms general; la teora clsica
queda reducida a un simple caso especial (Keynes, 1992).
Si nos dejamos guiar por las palabras del autor, el problema
central del pensamiento anterior radica en su incapacidad para
integrar la teora del valor con la teora del dinero en una
representacin unitaria del sistema econmico[6]. Esta crtica
fundamental a sus predecesores, anunciada en el Prefacio,
conduce a otras mltiples diferencias que se irn desgranando
a lo largo del libro. Enumeramos a continuacin algunos de los
aspectos de la economa clsica que Keynes se propone criticar
y que son mencionados en la Teora General de manera
explcita[7]. La enumeracin que sigue respetar su orden de
aparicin en el libro:
La economa clsica niega la posibilidad de que se registre
una situacin persistente de equilibrio con desempleo
involuntario. Supone adems que el nivel de ocupacin de los
recursos disponibles est dado y coincide con su plena
utilizacin. Los problemas tericos fundamentales ataen a
la forma en que esos recursos fijos se distribuyen y no se
ocupa en cambio de la determinacin del volumen total de
ocupacin (Captulos 1, 2 y 3).

La economa clsica supone que el nivel de empleo y el


salario real se determinan en el mercado de trabajo, a travs
de la interaccin entre la oferta y la demanda de ocupacin.
En particular, el segundo postulado clsico da por
supuesta la igualdad entre salario y desutilidad marginal del
trabajo (Captulos 2 y 20).
La economa clsica sostiene que todo incremento en la
produccin genera un aumento equivalente del gasto, es
decir, adhiere a la ley de Say de los mercados. Considera por
tanto imposible que se produzca una insuficiencia en la
demanda global. (Captulos 2 y 3).
La economa clsica pretende medir empleando unidades
fsicas o reales los cambios en la produccin y el stock de
capital, es decir, cree lcito comparar entre s conjuntos de
bienes no homogneos. Recurre tambin a la agregacin en
trminos fsicos para computar las variaciones de la
produccin neta. La necesidad de calcular los cambios en el
producto en trminos reales la obliga a su vez a recurrir al
impreciso concepto de nivel general de precios (Captulo 4).
La teora clsica no tiene en cuenta adecuadamente el costo
de uso de los bienes de capital en su teora del valor
(Captulo 6, apndice).
Algunos autores sostienen, en base a definiciones
particulares, que el monto de la inversin total para el
conjunto de la sociedad puede diferir del monto del ahorro, lo
que da lugar al denominado ahorro forzado. Aunque en
general se considera que ahorro e inversin son iguales, la
teora clsica carece en este punto de definiciones precisas
(Captulos 6, 7 y 14).
La economa clsica supone que el ahorro guarda una
relacin directa con la tasa de inters en el corto plazo,
despreciando la influencia del ingreso total sobre las
decisiones de consumo (Captulo 8).
La economa clsica no contempla el efecto de los
incrementos de la inversin sobre el nivel total de
produccin, es decir, el poder multiplicador de los gastos de
inversin sobre el nivel de ingreso global, y, por tanto, de
empleo. Al ignorar este efecto condena la intervencin directa
del Estado mediante el gasto en inversiones (Captulo 10).
La economa clsica utiliza los conceptos de productividad,
rendimiento, eficiencia o utilidad marginal del capital de
manera ambigua, suponiendo que los retornos pueden
medirse en trminos fsicos, lo cual es imposible para el

capital en su conjunto (Captulo 11 y circunstancialmente en


el captulo 5).
Al computar la eficiencia marginal de un bien de capital no
se considera su tiempo de vida completo. Al tener en cuenta
nicamente los rendimientos corrientes, correspondientes al
perodo actual, se pierde el vnculo entre las decisiones
econmicas actuales y el futuro incierto. El sistema es
entonces un sistema esttico. Luego, el papel fundamental
que desempean las expectativas que los agentes se forman
sobre el rendimiento futuro probable es ignorado (Captulo
11).
La economa clsica confunde la tasa de inters con la
eficiencia marginal del capital. Ambas son presentadas como
fenmenos reales (Captulos 11 y 13).
Por lo general no se distingue el riesgo en el que incurre el
prestatario o empresario del que corre el prestamista
(Captulo 11).
La economa clsica supone que la tasa de inters se
acomoda para poner en equilibrio la oferta y demanda de
ahorro, es decir, la curva de eficiencia marginal del capital y
la propensin psicolgica a ahorrar. La tasa de inters se
toma como una recompensa al ahorro o la espera y no
depende de la forma en que los individuos conservan sus
ahorros. Se sigue de all que un descenso en el gasto
corriente provoca una reduccin en la tasa de inters
mientras un incremento en la inversin tiene el efecto
contrario. Se recomienda tanto al individuo como al Estado
practicar la abstinencia (Captulo 13 y 14).
La teora clsica de la tasa de inters es contradictoria. Su
naturaleza y determinantes difieren cuando la exposicin se
realiza en el contexto de la teora del valor y cuando se la
define y explica en el marco de la teora del dinero (Captulo
14).
La economa clsica considera una nica funcin del dinero,
la de facilitar las transacciones, omitiendo su papel de
depsito, almacn o reserva de valor (Captulos 14 y
17).
Al suponer una sociedad esttica o estacionaria, sin lugar
para la incertidumbre, la economa clsica descuida la
influencia de la tasa de inters sobre la demanda de dinero a
travs de la propensin a atesorar. Sobrevivi as la teora
cuantitativa del dinero en su forma tradicional (Captulo 15).

Los clsicos sostienen que el capital, al igual que el trabajo,


es productivo. Capital y trabajo son dos factores de la
produccin equiparables (Captulo 16).
Para la economa clsica si la tasa de inters mantiene un
nivel demasiado elevado que sofrena la acumulacin de
riqueza es porque opera una preferencia natural del hombre
en favor del consumo presente y en detrimento del consumo
futuro. Supone adems que la tasa de inters alcanza
siempre la magnitud correspondiente a un grado constante
de ocupacin y produccin (Captulo 17).
El sistema econmico se dirige a posiciones de equilibrio de
manera autnoma mediante una hipottica flexibilidad en los
salarios monetarios. Cuando los salarios son rgidos, esta
rigidez es la responsable del desajuste. Es por ello que toda
reduccin en los salarios nominales estimula directamente el
empleo. No se toma en consideracin el efecto sobre la demanda
de una reduccin en los salarios (Captulo 19).
La economa clsica suele alcanzar sus conclusiones
referidas al sistema en su conjunto, considerado como un
todo, mediante el simple expediente de la generalizacin de
conclusiones obtenidas al analizar el comportamiento de la
empresa o el consumidor individual (Captulo 19 y 7).
Los clsicos realizan una separacin completa entre su
teora del valor y la distribucin, por una parte, y su teora
del dinero, por otra (Captulos 21, 14 y 2, Prefacio).
La teora cuantitativa del dinero lleva a la economa clsica a
sostener que un aumento en la cantidad de dinero provocar
necesariamente un incremento proporcional en los precios
(Captulo 21).
Aunque incompleta, esta enumeracin proporciona un marco
adecuado para apreciar las direcciones por las que deriv la
discusin posterior. Keynes no establece una jerarqua que
ordene sus mltiples objeciones a la teora tradicional[8];
tampoco hace explcita la conexin interna que las pone en
relacin. El camino queda entonces despejado para que sus
sucesores tanto detractores como partidarios pongan nfasis
en alguno de estos aspectos, relegando los restantes. Las
distintas apreciaciones conducen a conclusiones contrapuestas.
En un extremo del arco de las interpretaciones se encuentran
algunos autores que destacan la continuidad entre Keynes y los
clsicos, afirmando que la Teora General no aporta nada
realmente nuevo a la teora existente y, cuando lo hace,
sistemticamente se equivoca[9]. En el polo opuesto se

encuentran quienes consideran que la ruptura de Keynes con el


marginalismo es profunda y sus diferencias irreconciliables.
Estas
actitudes
extremas
ante
la Teora
General no
predominaron. Los autores neoclsicos de la corriente terica
principal dirigieron sus esfuerzos a la bsqueda de una
integracin entre ambas doctrinas, adaptando las ideas nuevas
a las pretritas. Sin embargo, el desafo lanzado por Keynes a
los clsicos no fue ignorado. Aun cuando se lograra la
unificacin de ambos cuerpos tericos, quedara por demostrar
cul de los dos sistemas es el que logra subsumir al otro, es
decir, cul es laverdadera teora general[10].
TESIS: PRELUDIO
La Teora General contiene en sus pginas numerosos
desarrollos tericos apartados segn su autor del cauce de la
doctrina clsica. El debate sobre los mismos domina la historia
del pensamiento econmico en el siglo XX. Sin embargo, pese al
enorme caudal de contribuciones que inspir la obra,
partidarios y detractores de la misma pasaron por alto el
problema de su unidad conceptual. Sin este requisito, toda
interpretacin est condenada a la parcialidad.
Los continuadores de Keynes emplearon mltiples recursos
para desatender el problema de la conexin interna entre los
elementos que componen la obra. La Teora General fue tildada
de inconclusa, innecesariamente compleja e imperfectamente
redactada. A la descalificacin del libro se suman tambin
algunas sospechas sobre la competencia cientfica del autor.
Keynes es considerado por lo general un brillante polemista,
pero no un terico de envergadura. Sin duda la contradiccin
formal, la inconsistencia terica y la ignorancia del autor deben
ser rigurosamente probadas, pero tal demostracin suele estar
ausente. Estos prejuicios, aceptados prcticamente sin
fundamento, funcionaron como pretexto para ignorar captulos
e incluso secciones completas de la obra.
Como se ver a continuacin, la polmica sobre la Teora
General consisti en que cada uno de los autores enfrentados
destacaba un aspecto del sistema, tratando de enfrentarlo
contra los aspectos destacados por los dems. El debate se
fragment. El sistema en su conjunto no fue sometido a crtica.
EL PEQUEO ARTEFACTO DE HICKS

La reaccin ante la publicacin de la Teora General no tard en


producirse; fue prcticamente inmediata. El prestigioso
economista ingls J. Hicks public al ao siguiente
en Econometrica su crucial Mr. Keynes and the Classics:
a SuggestedInterpretation. Nos ocuparemos de este artculo con
algn detalle: en l se establecen los andariveles por los que
transitar el grueso de la literatura durante los treinta aos
subsiguientes.
En ocho escasas pginas Hicks presenta un ingenioso y
elegante modelo de tres ecuaciones y tres incgnitas, segn sus
palabras un pequeo artefacto, que pretende condensar los
aspectos sustanciales de la contribucin original de Keynes
dispersa en las casi 400 de la Teora General. La traduccin o
absorcin llevada a cabo por Hicks marcar adems la gnesis
de la futura sntesis neoclsica, llamada a sustituir al menos
en la enseanza y en las aplicaciones prcticas a la obra
original de Keynes. Fue esta versin simplificada de la Teora
General la que se populariz hasta ocupar el lugar de una
nueva ortodoxia. Ms all del xito alcanzado por la
formulacin de Hicks, su trabajo inaugura el debate que aqu
nos incumbe principalmente: cul es la esencia del aporte de
Keynes?
Hicks comienza su artculo con una severa acusacin: con el
propsito de criticar a sus antecesores Keynes construy un
hombre de paja que no refleja fielmente las teoras ms
difundidas en aquel entonces. De modo que los economistas,
aun aceptando como vlidos sus argumentos, no pueden
reconocerse como el blanco de esos ataques: Es fcil entender
el desconcierto del economista medio cuando se le dice que sas
eran sus ideas (op. cit., p. 143).
Es por eso que Hicks emprende una doble tarea. En primer
lugar, se aboca a reconstruir una teora de la ocupacin que,
segn su opinin, representa adecuadamente el pensamiento
clsico anterior a Keynes. Slo despus de realizado este trabajo
se dedica a esclarecer mediante la comparacin el verdadero
aporte contenido en la Teora General.
El modelo clsico de aceptacin general, segn Hicks, surge de
la conjuncin de elementos ms antiguos y primitivos que los
considerados por Keynes. En primer lugar, la ecuacin
cuantitativa del dinero de Cambridge relaciona de manera nica
a la cantidad de dinero con el ingreso monetario[11]. Se agregan
a sta dos ecuaciones. La inversin depende nicamente de la
tasa de inters. El ahorro est determinado por la tasa de
inters y tambin por la magnitud del ingreso monetario. La

condicin de equilibrio obliga a que ahorro e inversin alcancen


igual magnitud[12].
Mientras la ecuacin cuantitativa establece una relacin nica
entre la cantidad de dinero y el ingreso monetario, las dos
ecuaciones restantes permiten obtener el monto de la inversin.
Como la produccin total se divide en bienes de inversin y de
consumo, valindose de las funciones de produccin respectivas
puede obtenerse el nivel total de ocupacin.
Hicks utiliza este esquema para identificar con precisin las
diferencias entre Keynes y sus antecesores clsicos. En esta
representacin
condensada
de
la Teora
General las
innovaciones son escasas. Pueden, en esencia, reducirse a dos
pequeas alteraciones en el modelo clsico: Keynes
simplemente modifica la ecuacin cuantitativa y la funcin de
ahorro. El ahorro se convierte en una funcin que depende
exclusivamente del ingreso, eliminando de los argumentos a la
tasa de inters. Pero la modificacin ms importante se
introduce en la ecuacin cuantitativa, que es reemplazada por
una funcin de demanda de dinero condicionada por la tasa de
inters (preferencia por la liquidez)[13]. La Teora General se
transforma en un compacto sistema de ecuaciones
simultneas[14].
Segn Hicks, la contribucin fundamental de Keynes consiste
en haber rechazado la explicacin clsica que sostiene que el
ingreso monetario se determina directamente a travs de la
ecuacin cuantitativa; en ese enfoque la tasa de inters no
desempea papel alguno en la fijacin del nivel de empleo. En
la versin de Keynes, en cambio, la cantidad de dinero no afecta
de modo directo el nivel de ingreso, sino que primero se
determina el tipo de inters y ste a su vez, mediante la accin
del multiplicador, establece el nivel de ingreso monetario.
Todo el esfuerzo terico original de Keynes puede sintetizarse a
travs de este pequeo retoque al modelo clsico original. El
resto de la obra resultara, en principio, accesorio. Huelga decir
que si fuera esta toda su contribucin, no parece ser capaz de
sacudir la estructura completa de la teora clsica.
Hicks no se detiene all, sino que pretende avanzar aun ms
que el propio Keynes. Llegado este punto propone una nueva
formulacin del modelo para que gane en elegancia
matemtica, incluyendo ambas variables dependientes, renta y
tasa de inters en las tres ecuaciones fundamentales,
formulando as una teora general generalizada[15]. Una
evaluacin comparativa de los resultados no es favorable para
Keynes. Al modelo que reflejara la propuesta de la Teora

General,
segnHicks, no
podemos
considerarlo
la
Teora General. Si ese es nuestro gusto podemos llamarlo
la teora especial de Keynes. La Teora General es mucho ms
ortodoxa (op. cit., p. 147). Keynes es entonces responsable de
tergiversar la teora clsica para atacarla. Su pretensin de
originalidad debe ser rechazada. No se trata de un cambio
radical, sino nicamente de una mejora por cierto incompletade la teora anteriormente aceptada, de raz marshalliana, sobre
la determinacin del producto y el empleo.
Con esta revisin las ideas del Sr. Keynes vuelven a grandes pasos hacia la
ortodoxia marshalliana, de forma que su teora resulta difcil de diferenciar de las
teorasmarshallianas revisadas y cualificadas, teoras que ya hemos visto que no son nuevas
(op. cit.., p. 147).

En todo caso, el mrito de Keynes se reduce a la reintroduccin


del tipo de inters en la determinacin de la renta[16], una tesis
relativamente modesta y poco revolucionaria. Las premisas de
la economa clsica no son cuestionadas en sus aspectos
cruciales.
El sencillo sistema de ecuaciones construido por Hicks puede
representarse grficamente mediante dos curvas en un nico
diagrama. Hicks denomina IS a la curva que expresa la
igualdad entre la inversin y el ahorro. Bautiza LL (ms
adelante la literatura la llamar LM) a la curva que rene los
pares de valores del ingreso y el tipo de inters que equiparan el
stock y la demanda de dinero. En la interseccin entre ambas
curvas quedan determinados conjuntamente el ingreso y la tasa
de inters de equilibrio. Este grfico permite examinar el
problema econmico que la Teora General puso en el centro de
la discusin: el caso del equilibrio sin pleno empleo. En la
representacin de Hicks la explicacin para este fenmeno debe
buscarse en la particular forma funcional de la curva LL. Al
existir un nivel mnimo a partir del cual la tasa de inters no
puede descender ms[17], la curva LL se hace horizontal para
niveles bajos de ingreso. De esta manera, cuando la curva IS se
encuentra sobre el tramo elstico de la curva LL, cualquier
incremento en la eficiencia marginal del capital ocasiona un
desplazamiento de la curva IS que no afecta la tasa de inters
sino que produce un aumento en el ingreso. En el tramo
horizontal inelstico- de la curva LL, en cambio, un incremento
en el stock de dinero es incapaz de producir una disminucin
en la tasa de inters que desencadene un crecimiento del
ingreso monetario[18]. Esto nos lleva a lo que desde muchos
puntos de vista es lo ms importante del libro de Keynes,

contina diciendo Hicks. Es la zona uniforme de la izquierda


del grfico [el tramo de la curva LL paralelo al eje de abscisas] la
que destruye de nuevo a la teora clsica ... la Teora General
del Empleo es el anlisis de la depresin (op. cit., p. 149 y ss.).
En tiempos de crisis, cuando el ingreso se encuentra deprimido
la economa no reacciona a estmulos monetarios.
Mr. Keynes and the classics se convirti, como sealamos, en
el punto de partida del largo debate posterior. El aporte de
Keynes es recluido dentro de un modelo esttico de equilibrio
simultneo para dos mercados. Tambin hace su primera
aparicin en el debate una cuestin que habr de convertirse en
el contenido central de la discusin: la capacidad del sistema
para alcanzar el equilibrio con pleno empleo a travs de
mecanismos
automticos
autorreguladores,
es
decir,
prescindiendo de la accin del gobierno. Es el desempleo el
estado en que se encuentra habitualmente el sistema o, por el
contrario, se trata de un caso especial producto de
circunstancias particulares? Esta discusin terica tiene un
claro correlato prctico, porque de ella se derivan conclusiones
opuestas acerca del accionar posible y adecuado del Estado[19].
Las posiciones extremas abren camino para una infinidad de
matices. Entre quienes aceptan la conveniencia de la
participacin directa del Estado en el proceso econmico,
existen posiciones distintas con respecto a la potencia y
conveniencia de los distintos instrumentos de poltica
econmica.
Para Hicks la obra de Keynes a travs del tramo plano de la
curva LL, describe al sistema capitalista en su etapa de
estancamiento. La Teora General fue una caja de resonancia
para el estado de nimo apocalptico que reinaba en la poca
de la Gran Depresin.
"En verdad el mundo no tolerar por mucho tiempo ms la desocupacin que, aparte de breves
intervalos de excitacin, va unida y en mi opinin inevitablemente al capitalismo individualista de
estos tiempos (Keynes, 1992, p. 335, subrayado AK).

Si, tal como se afirma en Mr. Keynes and the Classics,


la Teora General se limita a describir a la economa sumida en
una depresin como la de la dcada de 1930, la validez de sus
recomendaciones queda igualmente restringida a los tiempos de
recesin. Los supuestos de la teora convencional no son
desafiados.

HITOS EN LA CONSTRUCCIN DE LA SNTESIS


NEOCLSICA: MODIGLIANI, PIGOU Y PATINKIN
Keynes muere en 1946. La Segunda Guerra Mundial, por su
parte, dej en suspenso a la discusin acadmica sobre laTeora
General. Terminado el conflicto blico se puso en marcha la
reconstruccin de una Europa devastada. Se inici entonces un
nuevo e inusualmente prolongado perodo de crecimiento
econmico sostenido en los pases centrales, la llamada edad
de oro del capitalismo. El clima social caracterizado entonces
por la confianza en una prosperidad sin lmites result propicio
para seguir adelante con el proceso de absorcin del aporte de
Keynes por parte de la escuela marginalista. La forma definitiva
de la sntesis neoclsica se fue construyendo en la segunda
posguerra en base a las contribuciones de algunos destacados
economistas[20]. Nos referiremos a algunos de sus loci classici.
Modigliani,
con
un
clebre
artculo
publicado
en Econometrica en 1944, sigue los lineamientos trazados
por Hicks, con el objeto de examinar las condiciones bajo las
cuales el sistema keynesiano se estaciona en un equilibrio de
largo plazo con desempleo. El modelo desarrollado en el artculo
de Hicks permite determinar la tasa de inters y el ingreso
monetario de manera instantnea; no se hace referencia
explcita al transcurso del tiempo. Modigliani se propone
extender el anlisis a un plano dinmico, dejando planteado
entonces el problema de las condiciones de estabilidad. Para
convertir en dinmico al sistema de ecuaciones de Hicks,
recurre al mtodo ms simple y ms antiguo: la distincin
entre el equilibrio de corto y de largo plazo[21].
El mercado de dinero alcanza el equilibrio de manera
inmediata, es decir, en el corto plazo. Pero la condicin de
igualdad entre ahorro e inversin no se satisface
instantneamente, pues debe transcurrir cierto lapso de tiempo
para que el multiplicador acte plenamente: la curva IS
describe entonces posiciones de equilibrio de largo plazo. A
partir de esta reformulacin se alcanza una conclusin que
resultar crucial en la direccin que tomarn los desarrollos
posteriores.
It is usually considered as one of the most important achievements of the Keynesian theory that it
explains the consistency of economic equilibrium with the presence of involuntary unemployment. It
is, however, not sufficiently recognized that, except in a limiting case to be considered later, this
result is due entirely to the assumption of rigid wages and not to the Keynesian liquidity
preference. (Modigliani, 1944, p.65)

En su artculo, Hicks considera que el aporte principal de


Keynes est vinculado a la inclusin de la funcin de
preferencia por la liquidez; la tasa de inters pasa a ocupar un
papel clave como mecanismo de transmisin entre la cantidad
de dinero y el nivel de ingreso. Es por eso que la posibilidad de
equilibrio con desempleo se asocia a la forma particular de la
curva LM. Existe un nivel mnimo por debajo del cual la tasa de
inters no puede descender. Queda as determinado un rango
para niveles bajos de ingreso en que los cambios de la oferta de
dinero son incapaces de estimular la produccin.
Modigliani traslada la explicacin del equilibrio con desempleo a
otro terreno. En esta nueva interpretacin se sostiene que el
supuesto clave que conduce al resultado alcanzado por Keynes
es la rigidez de los salarios[22]. El modelo que construye es
capaz de arribar a puntos de equilibrio con desempleo sin
necesidad de recurrir a la trampa de liquidez de Hicks. Es
ms,Modigliani demuestra que cuando los salarios permanecen
fijos el sistema puede alcanzar la plena ocupacin, incluso si se
mantiene la vieja teora cuantitativa del dinero y se prescinde de
la preferencia por la liquidez keynesiana (demanda de dinero
que depende de la tasa de inters)[23].
Por el contrario, si los salarios ajustan libremente, recurriendo
tanto a la teora cuantitativa como a la funcin de preferencia
por la liquidez en el largo plazo el sistema se acomoda siempre
hasta alcanzar posiciones de equilibrio con pleno empleo, ya
que el ajuste se realiza a travs de una cada de precios y
salarios. En estas circunstancias los cambios en las variables
nominales no tienen efectos sobre las variables reales.
El mecanismo es simple. Con la oferta monetaria fija, una
disminucin exgena en la eficiencia marginal del capital (es
decir, un desplazamiento de la curva de inversin), empuja a la
tasa de inters de equilibrio hacia un nivel ms bajo,
desencadenando un incremento en la demanda de dinero como
activo. El ingreso monetario desciende. Cuando los salarios son
flexibles a la baja, tanto stos como los precios se reducen
hasta que se alcanza el nivel de oferta de dinero que satisface la
demanda de liquidez correspondiente a la tasa de inters
reducida. Como se dijo, las variables monetarias ajustan sin
afectar las variables reales. Cuando, por el contrario, los
salarios se resisten a descender, la cada de la tasa de inters
requiere una disminucin en el ingreso nominal que slo puede
lograrse mediante una cada en el ingreso real y en el nivel
empleo[24]. El sistema no es inmune a una reduccin en la
inversin, sino que responde con desempleo persistente.

Bajo el supuesto de salarios flexibles la economa siempre se


recupera, alcanzando la ocupacin completa. La nica
excepcin se afinca en el caso lmite, cuando la demanda de
dinero es infinitamente elstica para un nivel en que la tasa de
inters es mayor a la correspondiente al pleno empleo. En esas
circunstancias ni siquiera la flexibilidad de salarios y precios
puede restablecer el pleno empleo. Fracasa todo esfuerzo
encaminado a disminuir el salario real y a incrementar el nivel
de empleo, ya que tanto la cada en los salarios nominales como
el aumento en los precios estimulan la demanda de dinero como
activo, pero esta presin no es capaz de provocar la
correspondiente disminucin en la tasa de inters.
En resumidas cuentas, el resultado asociado con Keynes se
obtiene recurriendo al supuesto de los salarios rgidos. La
trampa de liquidez puede por su parte provocar equilibrio con
desempleo, pero slo opera en el caso extremo de una tasa de
inters mnima. En Mr. Keynes and the Classics de Hicks, la
Teora General ya se haba transformado en un caso particular
de la teora previa. El estudio de Modigliani avanza
decididamente por la misma senda, pero estableciendo una
nueva condicin especial ms abarcativa: la resistencia de los
salarios a descender.
Para Keynes, en las economas capitalistas la demanda de
inversin suele ser insuficiente para asegurar la ocupacin
plena,
de
manera
que
habitualmente
se
registra
una subutilizacin de los recursos disponibles. En la Teora
General el pleno empleo es un caso especial y extremo que se
produce slo cuando el gasto en equipos de capital se ubica en
el nivel adecuado por accidente o por designio (Keynes, 1992,
p. 36). Adems segn Keynes El carcter esencial del
argumento es exactamente igual, sin importar que los salarios
nominales, etc., sean o no susceptibles de modificarse (Keynes,
1992, p. 36). En manos de la sntesis la situacin se invierte. El
modelo queda especificado de tal modo que el equilibrio con
desempleo se produce nicamente cuando se adoptan
supuestos particulares, supuestos que en adelante sern
considerados como el caso keynesiano[25]. Las prescripciones
de poltica que se desprenden de la Teora General quedan
limitadas a estas circunstancias especiales.
In conclusion, then, the statement that unemployment is caused by lack of investment assumes
implicitly that every possible economic system works under the special conditions of the Keynesian
case; and this is clearly unwarranted. In general the reduced level of investment is not a cause, but
just a symptom of unemployment, which in turn is due to essentially monetary disturbances. This
conclusion is not only more correct but carries also important implications about the concrete form of
economic policies necessary to relieve unemployment. (Modigliani, 1944, p. 77).

Fuera de ese caso particular la recuperacin de las economas


capitalistas conserva su carcter automtico. El modelo
muestra que existen dos hipotticas excepciones a esta
tendencia inexorable que empuja al pleno empleo: a) cuando la
economa se encuentra atascada en la trampa de liquidez; y b)
cuando los salarios son renuentes a caer a pesar de que hay
trabajadores desempleados. El virus Keynesiano qued de
esta manera identificado y aislado en el laboratorio de la
sntesis neoclsica. El desempleo persiste cuando los salarios
no pueden descender, situacin ajena a una economa
capitalista libre[26].
El mecanismo que acta empujando a la economa hacia el
pleno empleo haba sido restaurado, pero an poda ser
perfeccionado. Pigou en The Classical Stationary State de
1943, aporta un dispositivo aun ms poderoso para restablecer
el pleno empleo cuando los salarios son flexibles: in given
conditions of technique and so on, if wage earners follow a
competitive wage policy, the economic system must move
ultimately to a full-employment stationary state; which is the
essential thesis of the classicals (Pigou 1943, p. 351). En este
trabajo Pigou entabla una discusin con A. Hansen ferviente
seguidor de Keynes- quin haba afirmado que en el estado
estacionario, es decir, cuando el stock de capital se hace
constante y la inversin nula, no puede existir pleno empleo.
Los trminos de la pregunta no corresponden todava a los
planteados porModiglini ya que el debate es anterior, pero la
solucin ser integrada al argumento principal de la sntesis y
formar parte luego del modelo cannico.
Pigou reivindica la posicin de los clsicos i.e. el pleno empleo
asegurado-, suministrando un mecanismo que entra en accin
cuando los salarios nominales se reducen. La disminucin de
los salarios monetarios se refleja en una cada de los precios, lo
que implica a su vez un incremento del stock de dinero valuado
en trminos reales (en la literatura se lo denominar efecto
saldos reales, efecto liquidez real, efecto Pigou, efecto
riqueza, etc.)[27]. El incremento en la riqueza real empujar a
una disminucin del ahorro, o, lo que es equivalente, a un
incremento del consumo. El aumento de la demanda empuja a
la produccin y el sistema econmico regresa necesariamente al
equilibrio con pleno empleo.
En
la
obra
de
D. Patinkin Money, Interest and Prices. An Integration of Moneta
ry and Value Theory (1956) los elementos dispersos de la

sntesis son desarrollados e integrados al cuerpo principal de la


teora neoclsica. La primera parte del libro est dedicada a la
microeconoma,
la
segunda
a
la
macroeconoma. Patinkin presenta
un
ambicioso
modelo
inspirado en los desarrollos keynesianos precedentes, de
notable consistencia lgica.
El sistema formal bsico est construido de manera tal que
ante cualquier perturbacin el equilibrio con pleno empleo se
restituye automticamente[28].
La pieza fundamental del mecanismo autorregulador es ahora el
efecto liquidez real, expuesto en el mencionado artculo
dePigou. Por su intermedio toda insuficiencia en la demanda de
bienes ser finalmente neutralizada, asegurando el retorno de la
ocupacin plena. Una modificacin de la oferta monetaria que
presiona sobre el mercado de bienes producir un cambio en
los precios. El valor real de las tenencias de dinero se modifica
en sentido opuesto restaurando as la demanda original. Otro
tanto ocurre en el mercado de dinero: la tasa de inters retorna
al nivel original de equilibrio por la accin del efecto liquidez
real sobre el mercado de valores[29] (Patinkin, 1959, p. 163
y ss.). El nivel de precios se convierte en una pieza fundamental
del proceso de ajuste.
En el modelo bsico de resolucin instantnea que
expone Patinkin el equilibrio con desempleo simplemente no
puede producirse porque en el caso en que el consumo o la
inversin desciendan exgenamente el desplazamiento de la
demanda ...genera automticamente fuerzas de mercado que
tienden a equilibrarlo. Si esta demanda es suficientemente
sensible a estas fuerzas, se volver rpidamente a una situacin
de pleno empleo con niveles de salarios, precios y tipo de inters
ms bajos (op. cit., p. 222). Nuevamente las variables
monetarias se modifican sin que las variables reales sufran
cambios. Cuando la economa reacciona rpida y flexiblemente
no da lugar al desempleo.
El sistema est dotado de poderosos mecanismos automticos
que lo empujan hacia el pleno empleo. La validez de este
resultado, no obstante, reposa en un conjunto de supuestos
sobre el comportamiento de las variables del modelo, en
particular el de la flexibilidad de precios y salarios. Al prescindir
de este supuesto el panorama se transforma por completo. Si
los salarios y precios son absolutamente rgidos el sistema no
puede retornar a la posicin de equilibrio con pleno empleo
porque queda impedida la operacin del crucial efecto liquidez
real (op. cit., p.195). Pareciera que hasta aqu slo se repite el

resultado alcanzado por Modigliani, slo que en el trabajo


de Patinkin se incorpora a la explicacin el mecanismo
subrayado por Pigou. Sin embargo Patinkin toma distancia de
las contribuciones anteriores de una forma peculiar. Lo hace
llevando hasta las ltimas consecuencias la lgica del modelo
planteado por la sntesis.
A partir del anlisis contenido en la Teora General, la escuela
neoclsica acept la posibilidad del desempleo involuntario sin
reparos, e incluso se hicieron esfuerzos por construir modelos
capaces de generar esa situacin, negada hasta entonces por la
teora convencional. Patinkin profundiza el examen de estos
resultados
considerados
involuntarios. Para
el anlisis
econmico convencional una decisin es voluntaria siempre y
cuando el individuo tenga la posibilidad de situarse libremente
en una situacin ptima acorde a sus objetivos. Las decisiones
voluntarias se reflejan en el comportamiento descripto por las
curvas de oferta y demanda, que renen las decisiones ptimas
de vendedores y compradores. El equilibrio de mercado implica
la realizacin simultnea de los planes de todos los agentes; la
igualdad entre oferta y demanda refleja la armona de estos
intereses contrapuestos. Se sigue de este anlisis que una
situacin slo puede catalogarse de involuntaria cuando los
individuos no pueden realizar sus planes ptimos, es decir, se
encuentran
fuera
de
sus
respectivas
curvas
de
comportamiento ptimo deseado. Si esto es as, por definicin
no puede tratarse de un estado de equilibrio. Slo puede
hablarse de involuntariedad bajo el imperio del desequilibrio.
Este anlisis de tipo general permite caracterizar al desempleo
involuntario como una situacin de desequilibrio en el mercado
de trabajo. El desempleo no puede ser otra cosa que un exceso
de oferta de trabajo. Pero el anlisis esttico propio del enfoque
de equilibrio general no es apto para evaluar posiciones en las
que la oferta difiere de la demanda. Patinkinconcluye entonces
que el caso del desempleo involuntario slo puede ser
comprendido en el marco del anlisis dinmico.
[E]s en el anterior esquema de desequilibrio dinmico donde debemos estudiar el problema del
paro involuntario. Aqu se encuentra la real importancia de la intil tautologa del apartado
anterior [equilibrio = voluntariedad, AK]: no es que el paro involuntario no pueda definirse, es que
no tiene significado en los lmites del anlisis de equilibrio esttico. Por el contrario, la esencia del
anlisis dinmico es la involuntariedad: su estudio abarca slo posiciones que se encuentran fuera
de las curvas de oferta y demanda, y los consiguientes esfuerzos de los individuos por volver a su
comportamiento ptimo que ello supone, lo que proporciona impulso al mismo proceso dinmico.
(op. cit., p. 227).

Aunque el sistema tienda a regresar por sus propios medios al


pleno empleo, durante el proceso de ajuste forzosamente habr

de
producirse
desempleo
involuntario.. Ante
una
disminucin paramtrica en el nivel de inversin o de consumo
el pleno empleo se restituye mediante la variacin
correspondiente en la tasa de inters o bien mediante la accin
del efecto liquidez real. Pero toda cada sbita de la demanda
implica para las empresas la incapacidad de colocar sus
productos temporalmente, es decir, se registra un aumento
generalizado y no deseado de las existencias (acumulacin
de stocks o inventarios). Si la elasticidad del precio o del tipo de
inters son insuficientes, el sistema ajustar de manera lenta.
En el parsimonioso curso de este reacomodamiento de los
precios hace su aparicin el desempleo involuntario.
En un modelo donde el ajuste se realiza velozmente, las
empresas no alcanzan a reducir el nivel de produccin ante la
demanda insuficiente, pero en el caso de una recomposicin
aletargada, se produce una saturacin (glut) general[30] en el
mercado de bienes, y se renueva la acumulacin indeseada de
inventarios. Mientras el exceso de oferta de bienes persiste, los
precios y los salarios se deprimen. Las empresas se ven
obligadas a disminuir la produccin y a reducir tambin la
demanda de mano de obra al salario real vigente. Aparece el
desempleo, como un fenmeno que tiene lugar fuera de las
posiciones de equilibrio. Se trata de un estado de cosas
estrictamente involuntario, no slo para los trabajadores
incapaces de conseguir empleo al salario existente a pesar de su
disposicin a trabajar, sino tambin para los empresarios, que
desearan contratar ms mano de obra e incrementar el
volumen de la produccin, si no chocaran con esta
circunstancial imposibilidad de colocar sus productos.
[T]anto empresas como trabajadores se ven influidos por la misma fuerza mayor de la insuficiencia
de la demanda en el mercado de bienes. Ambos se ven, por tanto, impedidos de seguir la conducta
que consideran como ptima (op. cit., p. 226).

Queda demostrada la posibilidad del desempleo involuntario


en tanto fenmeno dinmico prescindiendo del supuesto de la
total rigidez de salarios o precios. La desocupacin, aunque
involuntaria, es temporaria y no de equilibrio, sino un
fenmeno propio del desequilibrio. Una vez transcurrido el
tiempo necesario para que reaccionen las variables
correspondientes, se desencadena un proceso cuyo resultado
final ser la elevacin de la demanda en el grado suficiente para
compensar la reduccin inicial que ocasion el desajuste. La
cada de los precios y los salarios nominales activa la demanda
a travs del efecto liquidez real conduciendo al sistema

nuevamente al pleno empleo. En la nueva situacin salarios,


precios e inters sern inferiores. Este proceso dinmico es,
segn Patinkin, un desarrollo explcito del modo en el que opera
en la economareal el ttonnement walrasiano. En los modelos
de equilibrio general el rematador resuelve en el instante la
penosa transicin de un estado de equilibrio a otro.
Si por el contrario nos colocamos en el caso extremo en que los
salarios y los precios son totalmente rgidos, el proceso
dinmico basado en el efecto liquidez real no podra
desenvolverse. Si la rigidez aparece slo al comienzo del proceso
para luego desaparecer, ste simplemente se prolongar en el
tiempo provocando una situacin de desequilibrio con
desempleo que finalmente desaparecer.
El equilibrio significa pleno empleo o, anlogamente, el paro significa desequilibrio. Por tanto,
nuestro estudio de las fuerzas correctoras del mercado generadas automticamente por la
presencia de paro involuntario, constituye un estudio de la accin dinmica de una economa en
desequilibrio. Y el estudio hecho hasta ahora de que, supuesta la flexibilidad, estas fuerzas
restablecern la situacin de pleno empleo, es el supuesto de que la economa es consistente y
estable (op. cit., p.232).

Patinkin define entonces a la economa keynesiana (no


necesariamente de Keynes[31]) como la economa del
desequilibrio sin pleno empleo. La inelasticidad de la tasa de
inters, los efectos de distribucin y las expectativas propias del
proceso dinmico no colaboran de forma efectiva para
reconducir al sistema rpida y dcilmente hacia el pleno
empleo. Cuando estas causas operan con tenacidad, el proceso
se vuelve inestable y el retorno al pleno empleo luego de una
perturbacin requiere de alguna fuerza exterior al sistema que
acte exgenamente sobre la demanda.
Patinkin reconsidera bajo esta luz la posicin y las conclusiones
de Keynes. El autor de la Teora General opinaba que el perodo
durante el cual los salarios, los precios y los tipos de inters
tienden a caer y lo que es peor los trabajadores
noconsiguen emplearse, puede ser intolerablemente largo. No
se trata de una falla esencial del sistema que le impide alcanzar
el pleno empleo, sino que bajo ciertas circunstancias la
operacin automtica de la economa puede requerir demasiado
tiempo. Se hace indispensable provocar una salida ms
expedita recurriendo al estmulo directo de la demanda efectiva
por parte del Estado. Otra solucin posible dentro de este
esquema consistira en forzar una cada en los salarios
nominales. Nuevamente Patinkin expone su interpretacin
sobre la opinin de Keynes, segn la cual el ajuste en los
salarios es cuando no imposible, al menos inadecuado. La

rigidez de salarios no es una hiptesis de Keynes sobre el modo


en que opera la economa sino una solucin para el desempleo
que el autor de la Teora General descarta por ser polticamente
inconveniente[32].
Queda abierta una brecha considerable para la legtima
participacin directa del Estado. La intensidad y alcance de la
intervencin se convierte en una cuestin eminentemente
fctica, es decir, supeditada a la magnitud real de los
parmetros econmicos relevantes (op. cit., p. 244). Los
resultados obtenidos llevan a Patinkin a considerarse ms
Keynesiano que Keynes, porque con su formalizacin el
problema del paro involuntario se emancipa del requisito de los
salarios rgidos y se convierte en un fenmeno propio de la
dinmica econmica, capaz de producir situaciones de
desequilibrio ms all de los supuestos especiales que se
adopten (de corte keynesiano o clsico, en trminos del
debate anterior). El desempleo como fenmeno transitorio
caracterstico del perodo que separa dos situaciones sucesivas
de equilibrio vuelve a convertirse en una posibilidad que no
requiere de supuestos especiales. De este modo sobreviven las
tendencias automticas hacia la plena ocupacin aunque la
desocupacin tambin est presente en los poros del ajuste.
Ambos estados son, en cierto sentido, generales: la tendencia
permanente al pleno empleo, el desempleo durante la
transicin.
Por ltimo, en el apndice dedicado especialmente a la
discusin sobre el aporte de Keynes importante para
nuestrosfines, Patinkin se esfuerza por mostrar que en
la Teora General el uso de la categora equilibrio para el caso
del desempleo se corresponde en realidad con una situacin de
desequilibrio si se conserva el sentido tradicional del trmino.
Keynes debe ser criticado por utilizar el concepto de equilibrio
de un modo distinto al habitual. En el equilibrio de Keynes los
salarios y los precios tienden a caer indefinidamente[33].
Claramente no se trata de un equilibrio, pues la concepcin
generalmente aceptada asocia al equilibrio con situaciones en
que las variables permanecen estables. El caso que describe
Keynes es, hablando estrictamente, de desequilibrio[34]. Ms
all del abuso de las categoras establecidas, ste sera el
principal aporte de Keynes.. La rigidez en los salarios nominales
no es una premisa del anlisis, y es por eso que en la Teora
General no se presenta como el argumento clave para llegar al
resultado keynesiano. Pero ese supuesto no sera tampoco
imprescindible. Keynes muestra, sin embargo, que una poltica

de pleno empleo basada en la cada del salario no puede


llevarse a cabo y es polticamente inconveniente. Ms all de
la existencia de rigideces en el mundo real, la posicin de
Keynes sobre la flexibilidad de los salarios que tanta polvareda
levant, obedece en ltima instancia a una apreciacin de
naturaleza poltica.
El otro error que debe ser resaltado en la exposicin de Keynes
est vinculado con la poca atencin que le prest al efecto
liquidez real, fundamental para explicar el proceso de ajuste en
la versin de Patinkin. Keynes slo tom en cuenta el efecto
liquidez real en el mercado de dinero (y su reverso, el de
valores), pero ignor sus repercusiones sobre el mercado de
bienes, ms concretamente sobre la demanda de consumo
(op. cit.,
p.486
y ss.). Patinkin ofrece
una
explicacin
especulativa sobre la causa de esta exclusin. Keynes slo
habra tenido en cuenta a los activos fsicos como argumento en
la funcin consumo que, por definicin, deben considerarse
fijos en el corto plazo. Pero esta falencia no es patrimonio
exclusivo de Keynes. La fatal omisin, a pesar de ser resaltada
por la contribucin de Pigou, se traslad a los modelos
keynesianos subsiguientes. Para Patinkin, fue la realidad
econmica la que atrajo nuevamente la atencin sobre este
efecto, subsanando el descuido de la teora. Las condiciones de
exceso de liquidez que tuvieron lugar luego de terminada la
Segunda Guerra mundial obligaron a una reconsideracin
generalizada del movimiento real de los saldos lquidos. El
efecto liquidez real reconquist as su papel preponderante en el
proceso de ajuste representado por los modelos de equilibrio
general.
Con la contribucin de Patinkin se cristaliza la interpretacin
cannica de la Teora General (aunque, por cierto, los matices
ms ricos de su anlisis no fueron incluidos en los manuales de
enseanza). Toda perturbacin que empuje al sistema fuera de
su posicin natural de pleno empleo pone en accin fuerzas
automticas que lo devuelven a su situacin original. El ajuste
en direccin al pleno empleo es en ltima instancia cuestin de
tiempo. En el perodo de desequilibrio se presenta el desempleo.
La mayor o menor rigidez en los precios y los salarios
simplemente retrasa o precipita el proceso, cuyo saldo es
forzosamente el pleno empleo.
Hemos examinado hasta aqu algunas de las principales
contribuciones del perodo de elaboracin de la sntesis en el
seno de la escuela neoclsica. Nuestro particular inters por
estas primeras obras correspondientes al perodo de asimilacin

de laTeora General reside justamente en que en ellas se


entablaba aun un dilogo directo y fluido con las principales
ideas de Keynes en su versin original. Este anlisis contribuye
adems a la comprensin de los carriles adoptados por las
investigaciones posteriores. Los primeros arquitectos de la
sntesis se vieron obligados a dejar sentado cules eran las
rupturas y continuidades de Keynes con respecto a la teora
previa. Pero tan pronto como el pequeo aparato
de Hicksdebidamente calibrado y mejorado fue ganando mayor
aceptacin, el debate terico comenz a languidecer. El modelo
simplificado se hallaba en acuerdo con los usos, costumbres y
mtodos caractersticos de la economa del mainstream. Ocup
entonces el lugar de la obra original[35]. No slo se convirti en
la referencia obligada en lo que sigue del debate sino que la
agenda de investigacin de los aos subsecuentes se estableci
en base a sus premisas. El trabajo acadmico se dirigi a
enmendar los defectos tericos del modelo bsico, ampliando
sus alcances y aplicaciones, y a acomodar los numerosos
resultados de un sinfn de estudios empricos[36]. El forcejeo de
Keynes para ...huir de la tirana de las formas de expresin y
pensamiento habituales ... que entran rondando hasta el ltimo
pliegue del entendimiento de quienes se han educado en ellas
pareca haber fracasado; los modelos keynesianos convivan
pacficamente con la teora econmica a la que Keynes haba
declarado la guerra. Las dcadas de 1950 y 1960 fueron un
perodo de consenso entre los economistas[37].
La revolucin keynesiana cobr as una dinmica propia y
pareca poder seguir su curso prescindiendo de las ideas
germinales del propio Keynes, descuidando en especial los
aspectos ms polmicos y problemticos de su obra cumbre.. Se
abandon asimismo la discusin en torno de la naturaleza de
sus innovaciones tericas. El dictamen era, hasta el momento,
poco favorable para Keynes, en vista de sus numerosos
reclamos de originalidad. La doctrina neoclsica fue
reivindicada, conservando para s el lugar de la ms general de
las
teoras.
Se
restaur
la
confianza
en
las
fuerzas autoequilibrantes del sistema. El problema de la
integracin fundamental entre valor y dinero fue dejado de lado.
La posicin de Keynes se redujo a ciertos supuestos especiales
referentes a la rigidez de precios y salarios[38], a la existencia
de trampa de liquidez y a las demoras del proceso ajuste[39].
Era el fin de la revolucin iniciada por Keynes? La aparente
calma fundada en la reconciliacin de lo viejo con lo nuevo no
alcanzaba, a pesar de todo, para disimular el profundo quiebre

con el pasado. Un quiebre considerable se produjo a espaldas y


contra la voluntad de los economistas neoclsicos. Despus de
la aparicin de la Teora General la teora econmica jams
volvi a ser la misma. Al adoptar la sugerencia de Keynes,
debieron separarse en dos ramas ntidamente diferenciadas: la
microeconoma y la macroeconoma[40]. Esta escisin de lo que
antes era un cuerpo terico nico fue aceptada de manera
prcticamente universal, imponindose en los programas de
investigacin y enseanza, conquistando un lugar incluso en
elconventional wisdom[41].
Por otra parte, ms all de las peripecias del debate terico que
tuvo lugar en los claustros y los journals especializados, la
prdica de Keynes alcanz sus propsitos en el campo de las
polticas
econmicas,
imponindose
por
sobre
las
prescripciones ortodoxas que se derivaban de las teoras
anteriores[42], [43].
EL REGRESO A KEYNES
El abundante material terico de la poca del consenso tena
como punto de partida y marco de referencia al modelo
producido por la sntesis[44]. Es por ese cambio de foco que en
pocas oportunidades el curso de las polmicas de la
macroeconoma coincide con el nudo principal de nuestra
investigacin acerca del aporte genuino de Keynes. Las
referencias a la obra original se restringen a aspectos parciales
de la teora y no al sistema considerado como un todo.
No obstante, a fines de la dcada de 1960 comienzan a cobrar
fuerza algunas posturas que se enfrentan a la visin dominante
de la sntesis. La necesidad de dar nuevas respuestas ante la
crisis mundial de principios de la dcada de 1970 contribuy de
forma decisiva a resquebrajar la unanimidad que hasta
entonces reinaba entre los economistas[45]. El derrumbe del
consenso dentro del mainstream condujo a la discusin por
nuevos caminos, pero slo algunos de ellos llevaban de regreso
a la Teora General. La mayora de los desarrollos posteriores se
aboc a una reformulacin del pensamiento de la sntesis que,
en lo fundamental, se mantena dentro de los lmites
establecidos por las primeras aportaciones que ya repasamos.
Mientras algunas posiciones reivindicaron los argumentos
keynesianos, otras los rechazaron con vehemencia. La lnea
divisoria entre estas posturas antagnicas no se encuentra
tanto en el corazn terico de los distintos planteos, sino que se
hace manifiesta en sus resultados: segn la visin generalizada

un modelo es considerado keynesiano si produce equilibrio


con desempleo. El enfrentamiento que se prolonga de modos
diversos hasta la actualidad tiene adems su reflejo directo en
las distintas recomendaciones acerca del grado y forma de
intervencin del Estado en la economa. La discusin acompa
de cerca la controversia acerca de las polticas econmicas ms
adecuadas
para
cada
situacin
histrica
particular,
confundindose a veces con esta ltima.
Pero, ms que las numerosas contribuciones y las apasionadas
controversias en torno a las ideas keynesianas en cuanto a sus
conclusiones prcticas, nos interesa referirnos a aquellas
posiciones que, rechazando de plano la interpretacin cannica
asociada al consenso, se propusieron volver a la fuente,
examinando la obra de Keynes ab ovo. Es decir, a las nuevas
interpretaciones de la Teora General destinadas a rescatar su
espritu original olvidado por la sntesis. Nos detendremos en
aquellas que se afanan en la bsqueda de las nuevas premisas
tericas anunciadas por Keynes e ignoradas por elmainstream.
Uno de los ms serios intentos encaminados a recuperar el
verdadero aporte de Keynes, surgi del seno mismo de la
escuela marginalista con los escritos de R. Clower y
A. Leihonjufvud. Nos referiremos con algn detalle a sus
posiciones.
En primer lugar, y a los fines de evitar confusiones entre las
distintas posturas, establecen una tajante distincin entre las
ideas de Keynes y las de sus seguidores, los keynesianos.
Era menester revalorizar la contribucin de Keynes a la teora
econmica, ya que el debate Keynes y los clsicos gir
alrededor de algunos elementos secundarios de la problemtica
original dejando de lado sus aspectos fundamentales. Esta
seleccin lleg a tal punto que termin por convertir a Keynes
...en un charlatn que ocult sus triviales manipulaciones tras
un velo de palabras sobre temas irrelevantes (Leijonhufvud,
1976b. p. 84).
La llave terica para una novedosa interpretacin de Keynes se
encuentra en la hiptesis de la decisin dual propuesta
originalmente
por Clower (1965).
La
teora microeconmica convencional
supone
que
la
maximizacin de la utilidad de los consumidores y la
maximizacin de beneficios de los productores arrojan como
resultado las respectivas curvas de demanda y oferta de
mercancas, por un lado, y de servicios productivos por el
otro. Clower denomina a los niveles ptimos derivados del
ejercicio de optimizacin niveles ideales o nocionales. La ley

de Walras asegura por su parte que la suma de las demandas


(ideales) excedentes de todos los mercados debe ser igual a
cero. La contribucin de Clower permite analizar las situaciones
en las que el sistema no se encuentra en equilibrio, avanzando
entonces
hacia
una
comprensin microeconmica del
desequilibrio. Cuando se registra un exceso de oferta en el
mercado de trabajo, por ejemplo, las familias no consiguen
colocar en el mercado todo el trabajo que ptimamente
desearan vender, es decir, no consiguen ubicarse sobre su
curva de oferta ideal. Pero las consecuencias de esta
incapacidad de realizar sus planes ptimos no terminan aqu.
La imposibilidad de vender su fuerza de trabajo modifica a su
vez la restriccin presupuestaria relevante para sus decisiones
de consumo de bienes. Las familias reaccionarn recortando
sus compras como contrapartida necesaria de esta restriccin
no deseada de sus ingresos, disminuyendo la demanda de otras
mercancas. A estas demandas restringidas por el estado de
desequilibrioClower las denomina efectivas. Ante esta
situacin, desaparecen las fuerzas dinmicas que ayudan a
restaurar el equilibrio, porque en el mercado de trabajo existe
un exceso de oferta ideal mientras en el mercado de bienes
existe un exceso de oferta efectivo. Como puede verse, la ley
de Walras no es operativa y no aporta una adecuada
descripcin de los estados de desequilibrio.
La conexin con la obra de Keynes salta a la vista. Segn estos
autores la nocin de demanda efectiva, primordial para el
pensamiento
de
Keynes,
no
tiene
cabida
en
el
enfoque walrasiano predominante; Clower brinda
as
...una fundamentacinmicroterica para el concepto central de
la teora keynesiana de la demanda efectiva (Leijonhufvud,
1979, p. 84).
En
su
trabajo
seminal,
de
explosivas
repercusiones, Leijonhufvud (1976a) busca demostrar que la
raz terica de Keynes es fundamentalmente distinta a la de los
clsicos, pero tambin a la de la sntesis, a pesar de su etiqueta
keynesiana. Los intrpretes neoclsicos despreciaron por
completo el intento de Keynes de reconciliar la teora del valor
con la teora del dinero, a pesar de que este era su caballito de
batalla en la embestida contra el pensamiento previo.
Para Leijonhufvud se construy una leyenda en torno a Keynes,
sus palabras fueron sustituidas por una interpretacin mtica
que es necesario derribar, en tanto se aleja de sus desarrollos e
ideas particulares. Con este fin se propone reconstruir la
visin[46] original de Keynes. La discusin se sita

nuevamente en el plano de las premisas tericas


fundamentales.
Para los llamados desequilibristas, la confusin ms difundida
consiste en asumir que el estudio de Keynes se refera a
situaciones de equilibrio, cuando en realidad el foco de su
concepcin propia de demanda efectiva est puesto en el
proceso de ajuste del sistema econmico ante distintas
perturbaciones.
La Teora
General analiza
estados
de
desequilibrio[47]. Lo novedoso est vinculado a las
concepciones acerca del desequilibrio en los mercados.
La tradicin marshalliana anterior a Keynes supone que los
precios reaccionan rpidamente en el corto plazo cuando se
produce un desequilibrio, en tanto las cantidades negociadas
no sufren modificacin alguna. La visin que se desprende de
la Teora General sobre este problema es diametralmente
opuesta: primero reaccionan las cantidades, como el ingreso
real, mientras los precios permanecen relativamente fijos. Las
familias sufren as restricciones de renta como las descriptas
porClower, que dan lugar a las deficiencias en la demanda
efectiva y a las posteriores repercusiones amplificadas (efecto
multiplicador).
El revolucionario impacto de la economa keynesiana en el pensamiento contemporneo radic,
principalmente en la inversin del orden de las velocidades de ajuste de los precios y las
cantidades (Leijonhufvud, 1976a, p.57).

Para los modelos de la sntesis la rigidez de precios tiene su


origen en factores institucionales o estructurales. Se pasa por
alto as la contribucin ms importante de Keynes a los
fundamentos de la teora de los mercados, es decir, a la teora
del valor neoclsica. Al penetrar en el anlisis del desequilibrio
se impone necesariamente dejar de lado los enfoques inscriptos
en la tradicin del equilibrio general de tipo walrasiano en
donde el ajuste se produce instantneamente[48]. Fuera del
equilibrio, en cambio, tienen lugar operaciones en
falso[49] que de otra manera son impedidas por la ficcin
analtica del subastador.
Los procesos econmicos llevan tiempo. En el mundo real los
individuos no toman sus decisiones saltando mgicamente de
un punto de equilibrio a otro. Es por eso que mientras el
proceso de ajuste se desenvuelve no cuentan con perfecta
informacin acerca de los precios de equilibrio. Es esta falta de
informacin inherente al proceso econmico aun cuando se
desenvuelve con normalidad- la que asegura la existencia del
desequilibrio.

No hay ningn deus ex machina para enderezar las cosas, ni ningn subastador walrasiano que
asegure que los precios dicen la verdad (y nada ms que la verdad) respecto a cmo pueden y
deben asignarse los recursos (Leijonhufvud, 1976a, p. 75).

La visin original de Keynes no puede encorsetarse en un


esquema de equilibrio general: la ley de Walras se vuelve
irrelevante para describir un sistema en desequilibrio
(Leijonhufvud, 1976b, p. 104). Esta concepcin esencialmente
diferente acerca de la teora del valor conduce a su vez a un
concepto del dinero distinto al de la teora marginalista
ortodoxa. En el marco del equilibrio general un bien cualquiera
puede ocupar el lugar del dinero porque todos los bienes son
perfecta e igualmente lquidos; son lquidos porque a los precios
de equilibrio los agentes pueden siempre vender y comprar las
cantidades deseadas. Pero una vez que se abandona la
ficcin walrasiana, en ausencia de rematador y sin informacin
perfecta, slo el dinero conserva la propiedad de ser
perfectamente lquido y la particularidad de ser objeto de
cambio en todos los mercados. El dinero es el nico medio de
compra[50]. El secreto del desempleo involuntario reside en esta
propiedad
del
dinero.
Mientras
el
marginalismo walrasiano borra esta cualidad como atributo
exclusivo del dinero, en un sistema en desequilibrio donde los
individuos carecen de informacin completa[51] reaparece
plenamente. Los modelos de la sntesis, al pasar por alto la
discusin sobre la teora del valor y del dinero, atribuyeron
todas las dificultades a la falta de flexibilidad de los precios
impuesta por las restricciones monopolsticas de los
trabajadores, las empresas, el estado. Sin embargo la
explicacin del desempleo involuntario no debe buscarse en
estas imperfecciones, sino en las caractersticas de toda
economa capitalista.
En las economas en que se emplea un medio de pago, el exceso de demanda de trabajo no es sino
ideal: no es comunicado a los patronos en forma de demanda efectiva de output. Las desgracias
resultantes son por completo involuntarias. (Leijonhufvud, 1976a, p.86).

Como puede verse, esta interpretacin de Keynes difiere


sustancialmente de la que inspira a los desarrollos
keynesianos de la poca del consenso. La sntesis descansa en
un supuesto especial: precios y salarios son rgidos. No
cuestiona la teora del valor asociada al mecanismo del
equilibrio general[52]. Sin embargo, slo fuera de este mundo
idlico tienen lugar los procesos de desviacin amplificada y de
distorsin de la informacin reflejados en

La Teora General y que ocurren en el mundo real. Estas


innovadoras
lneas
bsicas
esbozadas
por Clower y Leijonhufvudobligaron a una reconsideracin de la
obra de Keynes[53] que si bien no conquist la aceptacin
mayoritaria en el mundo acadmico, al menos logr convocar
nuevamente la atencin sobre una controversia que haba sido
sepultada en la prctica.
RESTAURACIN NEOCLSICA: MONETARISMO Y
DESARROLLOS POSTERIORES
El derrumbe del consenso keynesiano tom tambin la
direccin opuesta. Al tiempo que los tericos del desequilibrio
regresaban a la Teora General en busca de nuevas pistas,
comenz tambin a fortalecerse una influyente vertiente que
cuestionaba abiertamente la relevancia de las ideas
keynesianas, a la que de manera genrica e imprecisa se llam
monetarismo. Sin lugar a dudas M. Friedman es el principal
exponente de esta escuela. A travs de una serie de objeciones a
las convicciones arraigadas en el pensamiento de la sntesis
neoclsica, se puso en marcha un debate cuyos resultados
probablemente se hicieron notar con mayor fuerza en el plano
de las polticas econmicas que en el campo de la teora
(Bleaney, 1985). El enfoque no alcanz a conformar un nuevo
conjunto terico, e incluso, segn muchas opiniones, no
cuestiona las convicciones tericas keynesianas en su
esencia[54].
Aunque los contornos precisos del enfoque monetarista no
estn del todo definidos, en esta visin esquemtica nos
contentamos con reproducir sus principales crticas a los
desarrollos del keynesianismo de la sntesis.
En su artculo de 1956, Nueva formulacin de la teora
cuantitativa del dinero, Friedman dirige un ataque a la
perspectiva keynesiana que se haba convertido en una nueva
ortodoxia.
Recapitulemos. Para Hicks (1937) en la teora clsica
prekeynesiana la renta monetaria estaba determinada
unvocamente por la cantidad de dinero, a travs de la llamada
teora cuantitativa del dinero en la versin de Cambridge. Segn
el criterio de Hicks, el principal aporte de Keynes consista
justamente
en haber
derrocado
esta
representacin,
reemplazando la antigua teora cuantitativa por la funcin de
preferencia por la liquidez, es decir, por una funcin de
demanda de dinero dependiente de la tasa de inters. Esta leve

modificacin trae consigo notables consecuencias. El mercado


de dinero determina nicamente la tasa de inters; el ingreso
monetario se fija a travs de la igualdad entre ahorro e
inversin en el mercado de bienes. El dinero para Keynes
(siempre segn Hicks) no es una fuerza todopoderosa en la
determinacin del ingreso monetario, sino que sus efectos estn
mediados por el proceso de ahorroinversin. El stock de dinero
slo afecta indirectamente al nivel de ocupacin.
Friedman, por su parte, intenta recuperar el perdido
protagonismo para la vieja teora cuantitativa, aunque
remozada en una versin ms sutil y significativa que la
convierte en un instrumento flexible y con sensibilidad para
interpretar los movimientos de la actividad econmica agregada,
as
como
para
desarrollar
prescripciones
polticas
relevantes(Friedman, 1985, p. 153). La correcta interpretacin
de la teora cuantitativa, segn Friedman, implica considerarla
una teora de la demanda de dinero, abriendo as las puertas a
un enfoque terico que insiste en la importancia del dinero
(op.cit.., p. 153). En sntesis : Money matters. Lo que distingue
entonces a un terico cuantitativista (monetarista) de uno que
no lo es (es decir, de un economista keynesiano) es que para el
primero la funcin de demanda de dinero juega un papel vital
en la determinacin de las variables ms importantes, en
particular el nivel de precios y la renta monetaria.
Para Keynes la tasa de inters depende de la preferencia por la
liquidez, que incluye una demanda especulativa de dinero
fuertemente subordinada al estado de las expectativas y, por lo
tanto, altamente inestable. Antes de Keynes pocos cuestionaban
la estabilidad de la velocidad de circulacin del dinero (v o su
inversa
cambridgeana k), a la que incluso se consideraba una variable
de carcter institucional y por tanto de magnitud prcticamente
constante. Si la velocidad de circulacin es firme, la poltica
monetaria es un instrumento efectivo y confiable para modificar
el nivel de ingreso. Al reemplazar esta representacin por el
enfoque de la preferencia por la liquidez afectada por las
previsiones cambiantes, Keynes arroja un manto de sospecha
sobre la capacidad de la poltica monetaria, no ya para
determinar directamente el nivel de producto monetario, sino
incluso para manipular la tasa de inters a travs de las
operaciones del Banco Central[55]. As, la nica salida posible
para el estancamiento es la poltica fiscal.
Friedman disiente enfticamente en este punto: la demanda de
dinero no es un fuego fatuo, que se desplaza errticamente y

de forma impredecible con cada rumor o expectativa (op. cit.


p.163). El terico cuantitativista acepta la hiptesis emprica
de que la demanda de dinero es muy estable, ms que otras
funciones, como la de consumo, que se presenta como relaciones
clave alternativas (op. cit. p. 163, destacado AK). La firmeza de
la demanda de dinero se complementa con una hiptesis sobre
la inestabilidad de la demanda de consumo. As la desconfianza
se desplaza hacia las polticas de gasto. En resumidas cuentas,
para los monetaristas los cambios en la cantidad de dinero se
convierten en la principal causa de las variaciones en el ingreso
monetario[56], explicacin claramente enfrentada a la de
Keynes e incluso a la de los keynesianos de la sntesis.
Aunque en trminos generales el enfoque es hostil a las ideas
inspiradas en la Teora General y precisamente por ello la
discusin sobre los aportes originales de Keynes es
prcticamente abandonada, tendencia que se consolida en las
investigaciones posteriores. El eje del debate se aleja del plano
estrictamente terico haciendo nuevo centro en las diversas
apreciaciones sobre la efectividad y oportunidad de las polticas
monetarias
y
fiscales.
En
estudios
posteriores Friedman (interallia) se esfuerza por apuntalar la
idea de que el consumo no est vinculado de manera inmediata
con el ingreso corriente, dando lugar a la llamada hiptesis de
la renta permanente. Si el consumo no reacciona ante cambios
en el ingreso actual[57], el efecto multiplicador del gasto se
neutraliza. Es otro ataque contra la efectividad de la inversin
pblica.
Lo- visto hasta aqu parece sugerir una inclinacin por la
poltica monetaria antes que por los estmulos reales, lo que
llevara a creer que tanto monetaristas como keynesianos
impulsan la intervencin del estado, aunque difieran los
instrumentos recomendados. Pero, como veremos, el
monetarismo no lleva ese nombre por proponer una
intervencin de tipo monetaria. El movimiento en la cantidad de
dinero supera a la poltica fiscal en su influjo sobre el ciclo
econmico. Las autoridades monetarias poseen un poderoso
instrumento. Mal utilizado es capaz de provocar daos
irreparables. Friedman se inclina entonces por reducir al
mnimo toda intervencin discrecional de las autoridades,
recostndose en las fuerzasautoequilibrantes del mercado. Esta
postura abre paso a una abierta oposicin a la intromisin del
Estado en el proceso econmico.
Ms tarde o ms temprano y tal vez antes de lo que la mayora de nosotros espera, un sector
pblico cada vez ms intervencionista destruir tanto la prosperidad que debemos al sistema de

libre mercado como la libertad humana proclamada de manera elocuente en la Declaracin de


Independencia (Friedman, 1997, p. 22).

Para los monetaristas las fluctuaciones en la demanda agregada


responden principalmente a fluctuaciones en la oferta de
dinero. Este enfoque permite evaluar el efecto de las distintas
polticas pblicas. Pero tambin se utiliz como clave para
reinterpretar la historia de las fluctuaciones econmicas como
un resultado de perturbaciones vinculadas a la moneda
circulante. Esta lectura monetarista concluye, en trminos
globales, que todas las tragedias econmicas fueron resultado
de polticas pblicas errneamente concebidas o mal
implementadas.
Bajo el ala del monetarismo se agruparon los principales
detractores de las ideas keynesianas dentro del mainstream.
Luego de generar una agitada polmica, esta corriente fue
perdiendo gradualmente protagonismo. No obstante, ciertas
intuiciones novedosas del monetarismo dieron lugar a algunos
desarrollos antikeynesianos posteriores en el seno de la escuela
neoclsica, cuya influencia perdura hasta la actualidad.
En la macroeconoma se configur un cuadro de disgregacin
terica que contrasta fuertemente con la unanimidad de la
poca del desarrollo de la sntesis. Mankiw afirma en 1990 que
los modelos macroeconomtricos y la visin del consenso
fallaron tanto emprica como tericamente. Este fracaso produjo
en la macroeconoma un perodo de confusin, divisin y
excitacin que an contina (Mankiw, 1990, p. 6). Ese perodo
de desconcierto comenz a principios de los 70, y dio lugar a la
consolidacin de nuevas vertientes que coexisten sin que
ninguna haya logrado hasta el presente establecer una clara
hegemona. Se fortaleci en cambio en todas ellas una
tendencia al abandono prcticamente total de las ideas
originales de Keynes[58], lo que implica dejar de lado la
discusin en torno de la Teora General. Es por eso que los
desarrollos
recientes
de
la
macroeconoma
resultan
escasamente relevantes en el contexto de nuestra investigacin,
centrada
en
la
contribucin
novedosa
de
Keynes.
Mencionaremos no obstante algunos aspectos destacados del
debate actual.
El modo de introducir las expectativas en los modelos
macroeconmicos fue uno de los puntos ms cuestionados por
la nueva generacin de economistas que despunt a partir del
derrumbe del consenso. La economa neoclsica acostumbra
considerar a todas las decisiones de los agentes individuales
como un resultado de un comportamiento racional y, por tanto,

dirigido a optimizar las variables objetivo del agente. Keynes y la


economa keynesiana dan a las expectativas acerca del futuro
enorme trascendencia en la determinacin de las variables
fundamentales. Aunque la importancia de las expectativas no
es cuestionada, se critica en cambio el tratamiento que reciben,
al que se juzga superficial y contradictorio con el cuerpo
principal de la teora econmica[59]. Sera un acto de
esquizofrenia no suponer que los agentes econmicos actan
racionalmente cuando forman sus expectativas sobre el futuro
(Mankiw, 1990, p. 8)[60]. Llevando al extremo el supuesto de
que los individuos no pueden cometer errores sistemticos al
tomar sus decisiones, es decir, no pueden ser continuamente
engaados
por
las
autoridades
(you cant fool all the people all the time), surge la hiptesis de
las expectativas racionales[61]. Para lograr una adecuada
consistencia con el cuerpo principal de la doctrina neoclsica,
la construccin de los modelos debe partir del supuesto de que
los agentes conocen la estructura real de los procesos
econmicos y forman sus expectativas sobre la base de ese
saber. Los agentes son considerados omniscientes. De esta
manera las expectativas se convierten en racionales, en lugar de
ser arbitrarias y caprichosas.
La hiptesis de expectativas racionales gan general aceptacin,
revolucionando
la
forma
de
construir
los
modelos
predominantes en la sntesis. Sin embargo, el debate contina.
A partir de este factor comn pueden identificarse de manera
esquemtica- dos corrientes divergentes en la macroeconoma
neoclsica posterior a la dcada de 1970: nuevos clsicos
y neokeynesianos. La lnea divisoria ms ntida entre ambos
enfoques tal vez se encuentre en sus posiciones opuestas en lo
que respecta a la capacidad de los mercados para alcanzar
posiciones de equilibrio[62]. Aunque el marco analtico es en
gran medida similar, para los neokeynesianos el vaciamiento de
uno o ms mercados es impedido por una serie de
circunstancias cuya consideracin no debe ser omitida en las
representaciones del proceso econmico[63]. La falta de
flexibilidad de los precios, la ausencia de competencia perfecta y
las fallas de coordinacin e informacin son algunas de las
direcciones exploradas para rechazar el enfoque de equilibrio
general walrasiano caracterstico de los nuevos clsicos. Las
posiciones tericas divergentes sobre este punto (el equilibrio)
llevan a su vez a apreciaciones dispares sobre la poltica
econmica, aunque en este terreno las diferencias no son del
todo ntidas.

Si bien el nombre de Keynes aun divide las aguas dentro de la


macroeconoma, el cauce principal de las discusiones se alej
cada vez ms de su origen: la Teora General. Los modelos de la
sntesis son fuertemente criticados, pero aun as se los acepta
en principio como fiel representacin del pensamiento de
Keynes. El blanco de las crticas para ambos grupos no es ya
Keynes sino la versin surgida de su absorcin por parte del
marginalismo.

ALGUNAS CONTRIBUCIONES NO MARGINALISTAS


Hasta aqu nos detuvimos nicamente en las repercusiones de
la Teora General dentro de la corriente principal del
pensamiento econmico durante el siglo XX, que refleja la
posicin de mayor difusin y aceptacin entre los economistas.
Mencionaremos en una ms apretada sucesin algunas
posiciones situadas fuera de la tradicin neoclsica. Como
creemos haber dejado en claro, la intencin de nuestro trabajo
no es reconstruir la trayectoria histrica del pensamiento
econmico desde 1936, ni tampoco brindar un exhaustivo (y
probablemente imposible) recuento de todas las posiciones
sobre la materia. Nos concierne en cambio sealar aquellas
claves originales que arrojan luz sobre la obra de Keynes,
capaces de enriquecer nuestras tesis y que se encuentran fuera
de la ortodoxia.
Bajo el rtulo de economa postkeynesiana[64] se agrupa a un
conjunto notablemente heterogneo de autores. El ncleo
comn ms definido de estos variados desarrollos est en el
abierto rechazo de la sntesis neoclsica, acompaado por la
intencin de retomar los olvidados contenidos genuinamente
keynesianos, y proseguir as con su interrumpido desarrollo. El
grito de guerra fue proferido por Joan Robinson quien bautiz
de keynesianos bastardos a los autores de la sntesis
neoclsica, acusndolos de desnaturalizar la contribucin de
Keynes. Surgieron entonces interpretaciones dirigidas a
enfatizar la ruptura de Keynes con la tradicin marginalista
anterior y posterior a l. Se articulan nuevos discursos segn
los cuales las ideas de Keynes se aproximan ms a las de la
tradicin de la economa poltica clsica (en especial a los
desarrollos enraizados en el pensamiento de D. Ricardo), y en
algunos casos a la crtica de la economa poltica desplegada
por K. Marx[65].
Los postkeynesianos comparten el objetivo de completar la
inconclusa revolucin keynesiana, generalizar la Teora General
(Arestis, 1996). El principio de la demanda efectiva se convierte
en la columna vertebral de todo el anlisis. Es por eso que entre
los autores con mayor influjo sobre este grupo se encuentra
M. Kalecki, economista polaco que de manera independiente y
prcticamente simultnea[66] desarroll una versin muy
prxima a la teora de Keynes de la demanda efectiva, aunque
de inspiracin marxista[67].

Los llamados postkeynesianos no conforman una escuela de


pensamiento compacta; nos referiremos entonces a algunos de
los autores que individual o colectivamente obtuvieron mayor
reconocimiento. Se destaca sin duda el grupo original
deCambridge, entre los que se cuenta a J. Robinson, R. Kahn,
N. Kaldor,
P. Garegniani y
L.
L Pasinetti.
Sus
reas
preferenciales de trabajo son el crecimiento y la distribucin.
Intentaremos caracterizar sus posiciones comunes. En cuanto a
lo que nos concierne de manera ms directa, el aporte
fundamental de Keynes se localiza para estos autores en la
ruptura con el contexto esttico, en conexin a la problemtica
de la demanda efectiva como fuerza propulsora de la actividad
econmica. Se le reprocha al autor de la Teora General el
haberse restringido a un anlisis de corto plazo, en donde no
hay lugar para fenmenos fundamentales como el cambio
tcnico y la acumulacin de capital.
Dej cubierta con los fragmentos de vidrio de la teora esttica una gran rea de problemas de largo plazo
y slo hizo vagas insinuaciones sobre cmo reconstruir la resquebrajada estructura (Robinson, 1960).

La revalorizacin del Keynes no neoclsico no se detiene aqu.


Los economistas de Cambridge sostuvieron en las dcadas de
1950 y 1960 una resonante polmica con los economistas
ortodoxos conocida como controversia del capital[68]. El
ataque a la definicin neoclsica de capital se convierte en un
punto de contacto con las ideas originales de Keynes, quien
tambin haba rechazado las concepciones tradicionales del
inters, del dinero y del capital[69]. En efecto, en el
controvertido captulo 17 sobre "las propiedades esenciales del
inters y el dinero" la nica referencia de Keynes a trabajos de
otros autores apunta a un artculo en el que P. Sraffa,
criticando a von Hayek, sugiere la posibilidad de obtener una
tasa de inters propia para cada mercanca, expresada en
trminos de s misma[70]. Sraffa desarrolla ms adelante con
mayor rigor esta representacin del proceso de produccin que
puede prescindir de la definicin neoclsica de capital. En 1960
publicaProduccin de mercancas por medio de mercancas.
Preludio a una crtica de la Teora Econmica, una obra que
conquist
a
muchos
de
los postkeynesianos.
Aunque Sraffa consideraba a su obra inscripta dentro de la
corriente marxista, sus desarrollos estn fuertemente
emparentados con la obra de Ricardo, a cuya concienzuda
recopilacin y anlisis dedic largos aos.

Los llamados neorricardianos fusionan algunas ideas de Keynes


con una concepcin inspirada en la economa poltica clsica de
Ricardo. Empujan as la interpretacin de los aportes de Keynes
a
un
terreno
original,
taxativamente
alejado
del
marginalismo mainstream. Garegniani, en su reconsideracin
de las innovaciones de Keynes, afirma que en la Teora
Generalconviven dos corrientes de pensamiento extraas entre
s. La exposicin completamente novedosa de Keynes acerca de
la determinacin del nivel de produccin global a travs de la
igualdad entre ahorro e inversin est impuesta sobre una
base conceptual propia del pensamiento tradicional: su teora
de la inversin y la tasa de inters. Cuestiona a Keynes por su
vacilacin a la hora de despojarse definitivamente de los
resabios neoclsicos de su pensamiento.
[L]origine de la diffrence entre Keynes et les conomistes orthodoxes doit tre cherche dans la
thorie du taux dintrt ... Les conclusions de Keynes reposent, en fait, non pas tant sur la thorie
particulire du taux dintrt quil propose, mais sur son rejet de la thorie traditionnnelle qui
dtermine le taux dintrt par la demanda et loffre dpargne(Garegnani, 1985, p.205).

El proyecto, interesante aunque no completamente acabado,


consiste en componer una nueva teora de la demanda efectiva
inspirada en Keynes y Kalecki, en clave ricardiana. El sistema
alcanza un equilibrio de reproduccin en que el ahorro es igual a
la inversin y la cantidad producida est limitada por la
demanda efectiva. El pleno uso de los recursos no est por lo
tanto asegurado. Los modelos neorricardianos con ms de una
mercanca producen sorprendentes resultados, similares a los
estados de equilibrio con desempleo que Keynes describe.
Nuevamente se trata de retener un aspecto parcelario de la
teora, integrndola esta vez al marco conceptual clsico.
Los
matices
y
diferencias
al
interior
de
la
corriente poskeynesiana no son menores. En su seno se
entrecruzan las influencias de autores tan variados como
Ricardo, Kalecki, Marx y Veblen. Esta pluralidad de posturas es
la que lleva a Arestis a sotener que post-Keynesianism is not a
homogeneous body of thought ; indeed, it may sometimes
appear that the proponents only common focus is their dislike
and rejection of the GNS [Grand Neo-classical Synthesis, AK]
(Arestis, 1992, p. xii).
Ms all de la ausencia de un enfoque estrictamente
compartido, sus distintas perspectivas contribuyeron a
revitalizar la discusin acerca del carcter innovador de
la Teora General[71]. Para concluir con este repaso de los
desarrollospostkeynesianos haremos breve referencia a las

contribuciones de H. Minsky y J. Kregel. Algunas de sus


conclusiones pueden considerarse antecedentes relevantes para
nuestro enfoque.
En su John Maynard Keynes de 1975 Minsky atribuye el triunfo
de la sntesis neoclsica ms que a razones estrictamente
cientficas a las necesidades propias de la poca histrica en
que alcanz el predominio. El auge de posguerra contribuy a
consolidar el consenso, pero la crisis desatada a principios de la
dcada de 1970 cerr sbitamente ese perodo exigiendo nuevas
respuestas ausentes en el cuerpo terico del keynesianismo
establecido. A mediados de la dcada de 1970, se justifica un
regreso a la obra original de Keynes en busca de nuevas
respuestas para las nuevos problemas. La sntesis neoclsica,
en palabras de Minsky, es el producto de una revolucin
cientfica abortada[72].
Mi opinin es que lo que se populariz y fue acogido en los pliegues de la economa convencional
es tan slo una parte de la sustancia contenida en el argumento de Keynes... Tambin sostengo
que lo olvidado o lo perdido es una parte importante de la sustancia de la Teora General; esa parte
perdida rompe abruptamente con las formulaciones fundamentales de las doctrinas clsicas
anteriores y se relaciona de manera ms inmediata con los problemas a que se enfrentan las
economas desarrolladas en la actualidad. De este modo, la teora econmica clsica keynesiana
integrada llamada sntesis neoclsica atenta contra el espritu y contra la sustancia de la obra de
Keynes. (Minsky, 1987, p.10).
H. Minsky; Las razones de Keynes

En una aguda crtica de la sntesis neoclsica, Minsky distingue


tres familias distintas de modelos. Su evaluacin de todas ellos
es lapidaria. Las variadas construcciones que reposan sobre la
funcin consumo son triviales. Los modelos de tipo ISLM son
incompletos cuando no incluyen al mercado de trabajo e
inconsistentes cuando s lo hacen. Por ltimo, la laboriosa
construccin de la sntesis neoclsica no hace ms que alcanzar
resultados
idnticos
a
los
que
arrojan
los
modelosprekeynesianos apoyados en la teora cuantitativa del
dinero (op. cit. , p. 63). De esta manera la sntesis neoclsica se
convierte, desde la apreciacin de Minsky, en una restauracin
del pensamiento clsico anterior. Las situaciones de desempleo
provienen en ltima instancia de la rigidez en los salarios. Lo
esencial del aporte de Keynes se desvanece: en el mundo
neoclsico desaparece el desempleo involuntario (op. cit. , p.
64). Cuando la desocupacin no proviene de la falta de
flexibilidad de los salarios, su presencia se atribuye a
problemas institucionales o a errores sistemticos del gobierno.
El pensamiento de la sntesis, a partir de este diagnstico,
recomienda la implementacin de polticas monetarias y
fiscales, combinadas con ciertos cambios y ajustes menores

destinados a eliminar las rigideces existentes. Estas formas de


intervencin del Estado se volvieron respetables una vez que
la sntesis les suministr la adecuada justificacin terica.
[L]a conduccin adecuada de la poltica econmica o algunos cambios institucionales menores
pueden superar las rigideces y evitar las rupturas, eliminando as las fallas. Estos modelos se
vuelven la base razonada por un enfoque activo y dirigido de la poltica econmica en una
economa capitalista, as como por el criterio de que no se necesitan reformas fundamentales.
(op. cit., p. 31).

Por detrs de la concepcin terica y prctica de la sntesis se


impuso en forma generalizada una apreciacin sobre las
cualidades
del
aporte
de
Keynes. Minsky lo
expresa
aforsticamente: En la actualidad, la perspectiva parece ser que
lo vlido no era nuevo y que lo nuevo no era vlido (op. cit.., p.
15).
Sin embargo para Minsky la representacin propia de la
macroeconoma convencional vigente no concuerda con el
espritu de la contribucin de Keynes. La direccin tomada por
la teora despreci tres aspectos claves: la incertidumbre, el
carcter cclico del proceso econmico y la naturaleza de las
relaciones financieras. Al tomarlos en consideracin salta a la
vista que la inestabilidad del sistema no se remedia mediante
retoques menores por va de la intervencin monetaria o fiscal.
La economa capitalista avanzada es fundamentalmente
imperfecta.
Esa imperfeccin existe porque el sistema financiero necesario para la vitalidad y el vigor
capitalista que transforma las tendencias bsicas de los empresarios en demandas de inversin
contiene en potencia una expansin desbocada, movida por un auge de la inversin. Esa
expansin desenfrenada se detiene porque los cambios financieros acumulados hacen frgil el
sistema financiero, de suerte que unos cambios no inhabituales pueden ocasionar graves
dificultades financieras. (op.cit., p. 23).

Los estudios de Minsky se concentran en la estructura


financiera[73], llegando a nuevos insights sobre la crisis, en el
marco de una economa "...inherentemente falible e
irremediablemente cclica (op. cit. p. 66). Esta reinterpretacin
alternativa de Keynes abre el camino a propuestas de poltica
econmica muy distintas a las sugerencias tpicas de la sntesis
neoclsica: la distribucin del ingreso y el tipo de ocupacin se
vuelven objetivos de poltica legtimos, adems de la
estabilizacin y la bsqueda del pleno empleo. El propsito
de Minsky es hacerlas tambin respetables, es decir, dotarlas de
un fundamento terico slido.
El aporte de Kregel transita por otros caminos. La mayora de
los
autores
que
se
inscriben
dentro
de
la
corrientepostkeynesiana rechazan
la
interpretacin
ms

difundida de la principal obra de Keynes basada en el enfoque


de equilibrio general walrasiano. J. Kregel intenta emancipar a
Keynes de este marco recurriendo a la teora del inters
expuesta en los captulos finales de la Teora General[74].
En su artculo Mercados e instituciones como aspecto de un
sistema de produccin capitalista expone una original crtica a
la ley de Say apoyada en las propiedades y funciones del dinero.
Para el enfoque del equilibrio general el dinero slo aparece
como un medio de circulacin. En la Teora General el dinero no
slo cumple el papel de facilitar el intercambio, es adems un
almacn de valor. Si una parte de la demanda se dirige hacia
el dinero en su carcter de tonel sin fondo para el poder de
compra, el mercado es de suyo incapaz de producir seales
relevantes que inciten a un aumento del gasto de inversin.
Como se observa, esta situacin no puede tomarse como un
problema de falta de informacin equiparable a una simple falla
de mercado. Es ms bien una identificacin de las
caractersticas estructurales de una economa capitalista
(Kregel, 1988, p. 74). Este trabajo de Kregel se encuentra entre
los escasos trabajos que incursionan en los captulos de la
teora general dedicados a las propiedades esenciales del inters
y el dinero, donde las divergencias tericas con la doctrina
neoclsica saltan a la vista.
Por ltimo, nos referiremos muy escuetamente a las
repercusiones de la Teora General sobre las corrientes
vinculadas al marxismo. Algunos de los tericos ms
renombrados de la poca de la revolucin keynesiana no slo
prestaron gran atencin sino que incluso se dejaron influenciar
fuertemente por las nuevas teoras en boga. El prestigioso
P. Sweezy parece simpatizar con Keynes antes que nada debido
a su enfrentamiento con la ortodoxia.
Su tarea era reformar la economa neoclsica, volverla a poner en contacto con el mundo real del
cual se haba alejado cada vez ms desde su separacin de la tradicin clsica del siglo XIX.
(Sweezy, 1967, p. 312).

La principal contribucin de Keynes en el plano terico


consisti en liberar a la economa neoclsica de la tirana de la
ley deSay. Sweezy calific a su anlisis de penetrante en tanto
derribaba el mito del pleno empleo y de la armona entre inters
pblico y privado. Sin embargo el enfoque de Keynes,
para Sweezy, est irremediablemente limitado. Al considerar a
la sociedad capitalista como la nica forma posible para la
sociedad civilizada, slo puede entenderse a la crisis un
acontecimiento confuso, pasajero, y al Estado como un deus ex

machina en condiciones de resolverla. Si bien considera que


la Teora General contiene elementos originales, en muchos
casos estos avances son apreciados como una mera
reformulacin de descubrimientos anteriores hechos por Marx o
sus discpulos. Pero, en trminos generales, segn su opinin,
...hay una gran parte de la obra de Marx que adquiere un
nuevo significado y se ajusta en su lugar correcto cuando se lee
a la luz de las contribuciones keynesianas (Sweezy, 1967, p.
314). El marxismo tambin acus el impacto de la revolucin
keynesiana.
Esta aparente confluencia entre el marxismo y las ideas de
Keynes tiene su origen en la similitud en cuanto a las
explicaciones de la crisis capitalista ms difundidas en aquel
momento entre los autores socialistas[75]. La clsica teora de
la crisis basada en la tendencia a la cada en la tasa de
ganancia fue reemplazada por mltiples formulaciones en las
que el estancamiento tiene su gnesis en las dificultades del
sistema para realizar la plusvala producida (Sweezy, 1974).
Esta insuficiencia de demanda es acicateada por la creciente
concentracin y centralizacin del capital (Sweezy y Baran,
1966).
Dentro de las corrientes marxistas contemporneas tambin se
observa un manifiesto inters por la obra de Keynes[76],
aunque la afinidad con su pensamiento es manifiestamente
menor. En trminos generales, los esfuerzos se dirigen ms a
comprender la irrupcin del keynesianismo en el marco del
proceso histrico de la lucha de clases que a ofrecer una
interpretacin novedosa de la Teora General, por lo que
tambin estos desarrollos se alejan de los
interrogantes
principales que impulsan nuestro estudio. Una excepcin puede
encontrarse
en
el
trabajo
de
M.
De Angelis Social Relationsand the Keynesian Multiplier en
donde se interpreta al multiplicador keynesiano desde la ptica
de las categoras marxistas clsicas.
NOTA FINAL
En la presente seccin del Plan de Tesis nos limitamos
exclusivamente a mencionar algunos de los principales aportes
a un debate que sigue abierto, abstenindonos de interrumpir el
fluir de la exposicin con nuestras apreciaciones crticas sobre
cada autor o corriente. Estas ltimas formarn parte del
material de la Tesis Doctoral. A modo de eplogo reproducimos
una apreciacin del economista argentino O. Braun sobre el

legado de Keynes. El pasaje acerca de las razones de la victoria


de losricardianos que encabeza esta seccin se conecta de este
modo con el sinttico itinerario por los antecedentes sobre
nuestro tema, que aqu concluye.
Podran intentarse interesantes analogas entre Ricardo y Keynes. Ambos tienen como motivacin
principal el solucionar un problema concreto y acuciante del sistema capitalista; ambos
desarrollan para justificar sus prescripciones de poltica econmica un modelo terico simple pero
riguroso que implica una verdadera revolucin en la perspectiva cientfica de su tiempo; ambos
hubieran podido ver cmo mientras sus recomendaciones de poltica econmica eran aceptadas, y
mientras sus personas eran glorificadas, la substancia de sus anlisis era distorsionada y
finalmente totalmente rechazada por sus seguidores. (Braun, 1975).

APORTES DE LA TESIS[77]
Hemos recorrido en el apartado anterior si bien someramentebuena parte de los ms influyentes puntos de vista sobre
nuestro tema. Cada enfoque se distingue de los restantes por
poner nfasis en uno u otro aspecto parcial de la obra de
Keynes. En principio las diferencias entre estas interpretaciones
aparecen mucho ms visibles que las presuntas analogas. Sin
embargo, es precisamente en la notable dispersin de
apreciaciones donde puede sealarse un rasgo comn a todas
ellas, que dar lugar a nuestra primera tesis. Las principales
tradiciones interpretativas tratan a la Teora General como una
coleccin de piezas o componentes tericos separables los unos
de los otros. Se los aborda de manera aislada, resaltando
algunos y descartando otros de plano. Nuestro esfuerzo estar
dirigido en cambio a la reconstruccin de la unidad en el
argumento de Keynes. Consideraremos a la Teora General como
el esbozo de un sistema terico completo y consistente[78].
En la discusin cientfica posterior el lugar de ese sistema fue
ocupado por sus membra disiecta. El conjunto formado por
unos pocos captulos, entre los que se destacan los primeros
tres, se convirti en el fragmento ms recurrido de la Teora
General. Es all donde se desarrollan los aspectos salientes de lo
que luego se convertir en el contenido de la moderna
Macroeconoma[79]. Los captulos finales, en particular los
referidos a la naturaleza del capital, el dinero y el inters
pasaron rpidamente al olvido[80]. En esos captulos
descartados Keynes se ocupa de las categoras fundamentales
de la ciencia exponiendo sus originales concepciones. Nos
enfrentamos as a una peculiaridad en la organizacin
expositiva de la Teora General. A diferencia de las grandes
obras clsicas que la antecedieron, aparece como punto de
partida del desarrollo el conjunto de fenmenos complejos
asociado a la determinacin del volumen de ocupacin total,

mientras el tratamiento de las categoras ms simples slo se


aborda al final de la obra. El orden de la exposicin est
invertido. Esta particularidad nos obliga a restablecer la
desdibujada conexin interna de toda la exposicin. Se trata de
poner cada pieza en su lugar.
Keynes sostiene que su sistema consigue reconciliar la teora
del valor con la teora del dinero. Nuestra reconstruccin echar
nueva luz sobre este reclamo, lo que nos conduce a nuestra
segunda tesis. Afirmamos que para Keynes la naturaleza del
dinero, del capital y del inters, as como la teora del valor
que de all se deriva, no son conciliables con los fundamentos
tericos de la escuela marginalista[81]. La diferencia est, como
afirma Keynes, en las premisas [82]. En un sistema dinmico
reaparece la funcin del dinero como depsito de valor. Se
impone recuperar algunas concepciones clsicas abandonadas
(preclsicas en trminos de Keynes).
Combinando las dos primeras tesis llegamos a una nueva
conclusin. Los desarrollos de Keynes acerca de las categoras
elementales son inseparables del resto del sistema. Es por este
motivo que la infructuosa bsqueda iniciada a partir de
lasntesis neoclsica de los micro-fundamentos marginalistas
para la macroeconoma inspirada en la Teora General est
destinada al fracaso. En la Teora General se sostiene
explcitamente
que
las
decisiones
individuales optimizadoras (free will) no juegan papel alguno en
la determinacin de los grandes agregados, sino que, por el
contrario, la conciencia de los agentes aislados es moldeada por
los movimientos del proceso social en su conjunto.
Exploraremos las consecuencias de esta reconstruccin del
sistema de Keynes en dos planos: terico e histrico.
Aportaremos algunas conclusiones preliminares a la luz de
nuestra interpretacin.
Por una parte, discutiremos los resultados alcanzados desde la
perspectiva de la economa poltica clsica y crtica. Creemos
poder poner de manifiesto la fragilidad de las nuevas premisas
sobre las que Keynes intenta fundar su teora. Como
sealamos, empero, no es posible simplemente descartarlas
para reemplazarlas por las que dominaban la disciplina antes
de la aparicin de la obra. Las teoras ortodoxas del valor y del
dinero son, tal como seala Keynes, incapaces de proporcionar
respuestas acerca de las leyes de movimiento de la produccin y
del empleo.
La Teora General se distingue de gran parte de la literatura
previa y posterior en un aspecto fundamental, pocas

vecesresaltado. Keynes reconoce ciertos rasgos novedosos que


configuran un mundo diferente al del siglo XIX. En sus pginas
penetra la historia. El autor afirma que la teora ortodoxa y sus
recomendaciones no se aplican a la sociedad econmica que
hoy vivimos. Nuestro trabajo se esforzar por caracterizar esta
nueva etapa. En particular sostendremos que sin la
consolidacin de los Estados Nacionales luego de la Primera
Guerra Mundial y sin el derrumbe del patrn oro no hay lugar
para las modernas polticas monetarias y fiscales que se
asocian al nombre de Keynes. En la mayora de los debates
posteriores se ignora esta circunstancia, comparando teoras de
suyo inconmensurables.
Entre Keynes y los clsicos no media nicamente una
transformacin en el plano de la teora, sino otra ms profunda,
en la estructura misma de la sociedad capitalista.
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[1] El texto corresponde a la seccin Antecedentes sobre el tema del Plan de Tesis. Se han introducido leves modificaciones que
no afectan el contenido del original.
[2] M. Blaug no duda en atribuir el triunfo del keynesianismo a causas similares a las que Keynes como veamos denuncia para el
caso de Ricardo: "la revolucin keynesiana triunf porque Keynes produjo las conclusiones de poltica econmica que la mayora de
los economistas quera defender de todos modos..." (Blaug, 1985, p. 807).
[3] Nos valemos de la distincin enfatizada por Leijonhufvud entre la teora keynesiana y la teora de Keynes (Leijonhufvud,
1976b), aunque, por supuesto, no basta con enunciar dicha diferencia para dar cuenta de su contenido.
[4] En la Tesis discutiremos esta enigmtica alusin de Keynes a los fundamentos ricardianos del marxismo.
[5] Recordemos que Keynes rene en la escuela clsica a Ricardo y J. S. Mill con marginalistas del siglo XX
como Marshall, Edgeworth y Pigou.
[6] Ms adelante seala que la teora ortodoxa reposaba en una falsa analoga con una economa de trueque, como la
de Robinson Crusoe (Keynes, 1992, p. 29). As, para Keynes, la economa llev una doble vida, escindida en dos libros
distintos, irreconciliables e inconsistentes entre s: el Libro I, dedicado a la teora del valor y el Libro II que contiene la teora del
dinero (Keynes 1992, p. 82, p. 260).
[7] No incorporamos a esta sinttica lista algunas evidentes discrepancias que no fueron enfatizadas por Keynes, as como tampoco
incluimos las crticas contenidas en el libro VI que comprende del captulo 22 hasta el final de la obra.
[8] Citamos una entre las numerosas opiniones que dan por sentado un cierto grado de ignorancia por parte de Keynes en materia de
teora econmica: Keynes, como muchos innovadores, particularmente los que no estn empapados del tema, se inclin a exagerar
la novedad de su enfoque y desarrollo (Harris, 1966, p. 9)
[9] Esta reaccin adversa fue tambin anticipada por Keynes en el Prefacio: "Supongo que quienes se aferran demasiado a lo que
llamar la teora clsica vacilarn en la creencia de que estoy completamente equivocado y la de que no estoy diciendo nada
nuevo" (Keynes, 1992)
[10] Esta disputa en torno de la universalidad mantendr ocupados a los economistas por ms de tres dcadas.
[11] En el Treatise on Money Keynes realiza una crtica a la ecuacin cuantitativa de Cambridge que atribuye a Marshall y
a Pigou, aunque seala que su origen se remonta a las obras de Petty, Locke, Cantillon y Adam Smith. La ecuacin supone la
existencia de una proporcin fija que relaciona frreamente el ingreso nacional y la cantidad de dinero (Keynes, 1935, p. 231).
Debemos sealar, sin embargo, que en el Treatise se recurra a la ecuacin cuantitativa para explicar las determinaciones del nivel
general de precios, no del ingreso global como supone el modelo de Hicks. Keynes indica en el Prefacio de la Teora General que
sus ecuaciones fundamentales y, por tanto, tambin estas formas alternativas de la teora cuantitativa implican el supuesto de una
produccin determinada de antemano (Keynes, 1992, p. 10).

[12] Las tres ecuaciones, segn la notacin original, son: M = kI, Ix=C(i), Ix=S(i,I), donde M es la cantidad dada de dinero, k la
velocidad de circulacin del dinero, C(i) la eficacia marginal del capital, S la funcin de ahorro. Las incgnitas son la renta total I, la
demanda de inversin Ix, y la tasa de inters i.
[13] Las tres ecuaciones se transforman en: M = L(i), Ix = C(i), Ix = S(I), donde L(i) es la demanda de dinero, funcin del tipo de
inters.
[14] Keynes suscriba al viejo modo de anlisis caracterstico de la economa inglesa en donde la matemtica no era esencial. Esta
era tambin la modalidad de Marshall que deca : it seems doubtful whether any one spends his time well in reading lengthy
translations of economic doctrines into mathematics, that have not been made by himself Marshall, 1948, p. xi. La opinin de
Keynes al respecto era todava ms decidida : Una parte demasiado grande de la economa matemtica reciente es una simple
mixtura, tan imprecisa como los supuestos originales que la sustentan, que permite al autor perder de vista las complejidades e
interdependencias del mundo real en un laberinto de smbolos pretenciosos e intiles (Keynes, 1992, 264)
[15] M = L(i,I), Ix = C(i,I), Ix = S(i,I).
[16] Para consuelo de Keynes, aun si todo el aporte que le pertenece quedara reducido a estos cambios menores, Hicks lo
considerara de todos modos trascendente: La innovacin del Sr. Keynes es paralela a la innovacin de los marginalistas. La teora
cuantitativa intenta determinar la renta sin el tipo de inters, de la misma forma que la teora del valor trabajo intentaba determinar
el precio sin el output. Ambas teoras han tenido que ceder el puesto a anlisis que reconocen un mayor grado de interdependencia
(op. cit., p. 148).
[17] Segn Hicks esta posicin acerca de la forma de LL que se sigue de la existencia de un lmite inferior para la tasa de inters
refleja la opinin de Keynes, aunque su explicacin sea diferente. Veamos los argumentos de Hicks. En primer lugar, la tasa de
inters no puede ser nunca negativa porque la masa total de riqueza se conservara entonces en forma lquida. Por otra parte, a largo
plazo la tasa de inters mnima tiene que ser mayor que cero para compensar el riesgo de que haya aumentos de la tasa de corto
plazo mientras se mantiene el capital inmovilizado (motivo especulacin).
[18] Esta situacin caracterizada por un tipo de inters renuente a descender fue bautizada luego trampa de liquidez. El poder del
estado para actuar sobre la tasa de inters y el nivel de ocupacin a travs de la modificacin de la oferta de dinero es (en el
extremo) nulo.
[19] La preocupacin de los economistas por los lmites de la intervencin del Estado se remonta a los primeros pasos de la
disciplina como ciencia particular. Adam Smitharroja una conclusin con tono de advertencia: El Soberano se ver liberado
completamente de un deber, cuya prosecucin forzosamente habr de acarrearle numerosas desilusiones, y cuyo cumplimiento
acertado no puede garantizar sabidura humana ni asegurar ningn orden de conocimiento, y es, a saber, la obligacin de supervisar
la actividad privada, dirigindola hacia las ocupaciones ms ventajosas de la sociedad (Smith, 1997, p. 612). Transcurridos 160
aos las expectativas de Keynes van en direccin opuesta: Espero ver al Estado, que est en situacin de poder calcular la
eficiencia marginal de los bienes de capital a largo plazo sobre la base de la conveniencia social general, asumir una responsabilidad
cada vez mayor en la organizacin directa de las inversiones" (Keynes, 1992, p. 64). Es otro el juicio acerca de las potencias que
porta el Estado capitalista.
[20] Entre los autores que no visitaremos cabe mencionar a W. Baumol, J. Duesenberry, L. R. Klein, J. E. Meade, P. A. Samuelson,
R. Solow y J. Tobin. La Gua de Keynes y otras obras de A. Hansen se convirtieron en un temprano camino de acceso del
pensamiento de Keynes a los crculos acadmicos de Estados Unidos.
[21] Keynes inscribe su Teora General en un contexto de corto plazo, es decir, donde no varan the existing skill and quantity of
available labour, the existing quality and quantity of available equipment, the existing technique, the degree of competition, the
tastes and habits of the consumer, the disutility of different intensities of labour and of the activities of supervision and organization,
as well as the social structure including the forces, other than our variables set forth below, which determine
the distribution of national income (Keynes 1939, p. 245). Para Marshall el largo plazo refiere a "periods of time long enough to
enable producers to adapt their production to changes in demand ...; but not long enough to enable them to make important
changes in the supply of these factors of production" (Marshall, 196, p.498). Veremos que Modigliani, en cambio, considera que el
largo plazo se diferencia del corto porque en el primer caso el multiplicador acta plenamente. En el trabajo de Keynes este sera un
problema confinado al corto plazo.
[22] Modigliani no deja de reconocer la escasa importancia de este argumento en la propia Teora General, en donde la rigidez de
los salarios pasa prcticamente desapercibida.."In the General Theory Keynes does of course recognize the fundamental importance
of the relation between money wages and the quantity of money as shown by his device of the wage units. This very fact, on the other
hand, has had the effect of obscuring the part played by wage rigidities in the determination of economic equilibrium" (op. cit.,
p.76). Pareciera que Keynes ocult o no pudo ver que era ese, en ltima instancia, el supuesto ms trascendente, sobre el que
descansaba la explicacin del desempleo. Esta oscuridad no se convirti, sin embargo, en una traba para que la interpretacin de
los salarios rgidos ganara general aceptacin.
[23] Una observacin relevante para comprender algunos de los aportes posteriores: Modigliani sostiene que su modelo no es ms
que una aplicacin del sistema equilibrio general walrasiano. La presentacin difiere de la tradicional slo por cuestiones de
conveniencia expositiva (op. cit. p. 46). Los intentos de representar las ideas de Keynes en el marco del equilibrio general sern ms
adelante criticados in toto.

[24] Si el salario nominal est fijo a un nivel superior al valor del producto marginal del trabajo, el nivel de empleo se contraer,
empujando los precios hacia abajo. Los precios dependen aqu nicamente del producto y el empleo.
[25] El caso keynesiano genera un nivel de equilibrio que does not tend to coincide with full employment except by mere chance,
since there is no economic mechanism that insures this coincidence. There may be unemployment in the sense that more people
would be willing to work at the current real wage rate than are actually employed; but in a free capitalistic economy production is
guided by prices and not by desires and since the money wage is rigid, this desire fails to be translated into an economic
stimulus" (op. cit., p.66)
[26] Este modelo simplificado establece adems una nueva agenda para la investigacin emprica. Si en las economas reales no se
verifica ninguna de estas condiciones especiales, la recuperacin automtica est asegurada y todo el problema deviene en una
abstraccin, un simple ejercicio terico. Sin embargo, Modigliani no muestra tanto optimismo: "Whether the situation we have
characterized as the Keynesian case is typical of some or all modern economic systems is a factual question which we cannot
attempt to answer here. It is beyond doubt however that its interest is not purely theoretical" (op. cit., p.75)
[27] Formalmente el llamado efecto Pigou se introduce en el modelo standard considerando al consumo una funcin creciente de
los balances monetarios reales, adems de su dependencia funcional con respecto al ingreso.
[28] La contribucin de Patinkin consiste en sistematizar y dotar de mayor generalidad a los resultados anteriores, introducindolos
en el marco de un modelo de equilibrio general y conectados con la teora microeconmica a la que dedica la primera parte de la
obra. Hasta aqu habitualmente se consideraban tres mercados interconectados: bienes, dinero y trabajo. Patinkin agrega el crucial
mercado de activos financieros.
[29] Se refuerza as el mecanismo autocorrectivo clsico. En el modelo original la disminucin en la demanda de mercancas
implica una mayor demanda de valores, lo que empuja hacia abajo a la tasa de inters. La inversin se estimula y la curva de
demanda total de mercancas retorna a su posicin de equilibrio. La ayuda del efecto liquidez real permite que el equilibrio se
restablezca aun si la tasa de inters o la demanda de inversin no reaccionan adecuadamente (op. cit., p. 221).
[30] La familiar terminologa nos obliga a asociar esta discusin al debate clsico (para Keynes preclsico) sobre la posibilidad de
un general glut que tuvo por protagonistas a D. Ricardo, Th. Malthus y sus contemporneos. Esta discusin haba quedado fuera de
las preocupaciones tericas de la economa oficial, es decir, durante casi un siglo. Fue revivida por la crisis de la dcada de 1930.
[31] Recordemos que Keynes consideraba posiciones de equilibrio tanto al caso extremo del pleno empleo como a todas las
situaciones en que estaba ausente (Keynes, 1992, p. 15)
[32] En un artculo posterior, discutiendo con M. Friedman, repetir este punto de vista sobre la rebaja de salarios de manera ms
explcita: Por lo tanto, la inflexibilidad del salario de que habla este captulo no es un supuesto que establece el anlisis, sino la
conclusin de poltica a la que llega Keynes despus de investigar los resultados que seran de esperar con la flexibilidad de
salarios (Patinkin, 1981, p.145)
[33] Patinkin aporta evidencia textual segn la cual las situaciones que Keynes llama de equilibrio no son tales, porque los precios
y los salarios no estn en reposo sino que tienden a caer.
[34] La confusin posterior es justificada. Ello supone tergiversar un trmino que tiene un significado preciso y generalmente
aceptado. As debemos reconocerlo y criticarlo (op. cit., p. 494)
[35] Para Samuelson hasta la aparicin de los modelos matemticos de Meade, Lange, Hicks y Harrod, hay razn para creer que el
mismo Keynes no comprenda completamente su propio anlisis (Samuelson, 1967, p.326). En cuanto al valor intrnseco de
la Teora General sostiene que es un libro oscuro, de tal manera que los futuros antikeynesianosdeben sustentar su opinin
principalmente por el estudio de trabajos intermediarios, a menos que deseen hacer un considerable trabajo y arriesgarse a ser
convencidos en el proceso de ste ... Ciertamente, en su estado actual, el libro no logra que lo lean cada ao ni siquiera el profesor y
el estudiante que simpatizan con l (op. cit., p. 329, subrayado AK)
[36] Entre los desarrollos inscriptos en esta direccin pueden citarse las teoras sobre el crecimiento, distribucin
(Tobin 1955, Solow 1956, Swam 1956) y la inflacin (Phillips1958, Lipsey 1960), as como las discusiones sobre la demanda de
dinero (Baumol 1952, Markowitz 1959, Tobin 1958 y 1969) y la funcin consumo
(Kuznets 1942, Tobin 1951,Modigliani 1954, Friedman 1957). Mencionaremos algo de este material ms adelante.
[37] En un penetrante anlisis crtico de la interpretacin mainstream de Keynes, Minsky distingue tres familias de modelos
keynesianos ortodoxos: basados en la funcin consumo, de tipo IS-LM con y sin mercados de trabajo (Minsky, 1987, cap. 2).
Mencionaremos sus conclusiones ms adelante.
[38] El grado de aceptacin de esta jibarizacin del pensamiento de Keynes es confirmado por Haberler : La contribucin analtica
de Keynes consiste en gran parte en establecer las implicaciones de este supuesto [salarios rgidos]. En la actualidad se reconoce
casi generalmente que el sistema terico propio de Keynes ... depende del supuesto de la rigidez de los salarios. Si no se hace ese
supuesto, el sistema keynesiano sencillamente se desintegra o, dicho de otra manera, pierde su cualidad distintiva y diferencial que
lo separa de lo que se conoce ampliamente como sistema clsico. (Haberler,1967, p. 302)

[39] Dillard sostiene que In the vast literature on Keynes almost no recognition has been given to his Theory of Monetary
Economy, and the concept has not been developed anywhere (Dillard, 1954, p. 3)
[40] La divisin de la economa en teora del valor y la distribucin por una parte y teora del dinero por la otra, es, en mi opinin,
una separacin falsa. Sugiero que la dicotoma correcta es entre la teora de la industria o firma individual y las remuneraciones y
distribucin de una cantidad dada de recursos entre diversos usos por una parte y la teora de la produccin y la ocupacin en
conjunto por otra. Es verdad que mientras nos limitemos al estudio de la industria o firma individual, suponiendo que la cantidad
total de recursos es constante y, provisionalmente, que las condiciones de otras industrias o firmas no han cambiado, no nos
estaremos refiriendo a las caractersticas importantes del dinero. Pero tan pronto como pasemos al problema de la determinacin de
la produccin y la ocupacin en conjunto, necesitaramos la teora completa de una economa monetaria. (Keynes, 1992, p. 260)
[41] A pesar de su extraordinaria difusin el tratamiento de los problemas econmicos en estas dos esferas separadas sigue
despertando inquietud y aun resistencia en muchos tericos; en el seno de la escuela marginalista el intento de reconciliacin se
conoce como la bsqueda de los esquivos fundamentos microeconmicos de la macroeconoma.
[42] Segn Bleaney, los neoclsicos no lamentaron demasiado este revs en el terreno prctico: The neoclassical synthesis was thus
happy to grant to Keynes in the policy field what it denied him in theory. But he did not, after all, overthrow the formidable body of
refined neoclassical thinking (Bleaney, 1985, p. 22). Tambin Argandoacomparte esta perspectiva.
[43] Histricamente las polticas keynesianas son previas a la aparicin de la Teora General, que se convierte en realidad en su
fuente de legitimacin en el campo terico. Por otra parte, prcticamente todos los historiadores coinciden en que las polticas por
las que abogaba Keynes eran compartidas por gran parte de la profesin en esos das, aunque carecan de un sustento formal
elaborado (ver Blaug 1985, Bleaney 1985, Temin 1990, Skidelsky, 1994, entre otros). Blaug menciona a unos pocos economistas
que durante la gran depresin se opusieron al estmulo de las obras
pblicas: Robbins, Hayek, Hawtrey, Cannan, Schumpeter y Cassel (Blaug, 1985, p. 799 y ss.)
[44] La discusin sobre la capacidad del esquema IS LM para representar la esencia de la Teora General est plagada de sorpresas.
Los cambios de opinin afectaron incluso al creador del modelo. El pol{emico y mudable Hicks afirmaba en 1977 que Keynes
a reconnu que IS-LM tait un enonc correct de ses positions (Hicks, 1977, citado en Kregel, 1985, p. 223), confirmando la
fidelidad de su criatura con respecto a la Teora General. Ms adelante el segundo Hicks crtico de la teora neoclsica del
capital- renegar de sus puntos de vista anteriores: La revolucin keynesiana concluy a medio cocinar .... Los equilibristas
... pensaron que lo que Keynes haba planteado poda ser absorbido dentro de sus sistemas de equilibrio general. Debo decir que el
diagrama es ahora mucho menos popular conmigo que ... con muchas otras gentes. Este reduce la Teora General a la economa del
equilibrio (Hicks, 1976, citado en Puyana Ferreira, 1997, p. 188-9).
[45] Para Mankiw en esta poca se inicia un perodo de dispersin del que la macroeconoma nunca lograr recuperarse. El
consenso se desmorona y con l las viejas certezas: "El modelo IS-LM aparece raramente en las revistas acadmicas; algunos
economistas ven al modelo como una reliquia de tiempos pasados y ni siquiera se toman la molestia de ensearlo" (Mankiw, 1990).
Esta prdida de hegemona result segn Mankiw de una conjuncin de fallas empricas y tericas. Cabe observar que para este
autor, como para muchos neokeynesianos, como veremos luego, la diferencia entre el pensamiento de la sntesis y el de Keynes o
bien no existe o bien es irrelevante. Lo que no se discute es si el modelo IS-LM es un adecuado resumen de la Teora General.
[46] La distincin entre las palabras textuales del autor y su visin es tomada de Schumpeter.
[47] Esta perspectiva ya haba sido explorada aunque sin ser explotada exhaustivamente por Patinkin (1959). Ver supra.
[48] Los modelos de la sntesis son cuestionados ya que se basan en una inadecuada concepcin de equilibrio general
(Ver supra Modigliani, en donde se acepta explcitamente la filiacin walrasiana del marco analtico).
[49] Hicks en su Valor y capital reconoca ya la existencia de estas operaciones falsas que producen efectos-ingreso, impartiendo
un cierto grado de indeterminacin a las leyes econmicas, aunque relativiza su trascendencia (Hicks, 1945, p. 147).
[50] El primer requisito de una teora relevante para una economa monetaria debe ser que refleje la propiedad singular del dinero
[la de ser medio de compra, AK] (Clower, citado en Leijonhufvud, 1976a, p. 70)
[51] "El desequilibrio keynesiano lo hemos discutido como debido a un fallo en la comunicacin que rompe la coordinacin de las
actividades econmicas" (Leijonhufvud, 1967b, p. 117)
[52] Si bien la discusin acerca de la originalidad de Keynes distancia a Leijonhufvud del mainstream de la sntesis, en lo que
respecta a las recomendaciones de poltica su postura no es especialmente disruptiva. Para este autor, la economa atraviesa
distintos estados a los que se corresponden medidas econmicas diferenciales por parte de las autoridades. En cada situacin
particular se verifican condiciones de tipo no keynesianas o keynesianas. El sistema puede hallarse entonces en uno de dos
estados posibles: en el primero de ellos los mecanismos autocorrectivos del sistema funcionan correctamente tal como supone la
representacin neoclsica, por lo que las polticas monetaristas sern adecuadas. Fuera de este corredor de normalidad se debilitan
las fuerzas que conducen al sistema hacia el equilibrio, el multiplicador se robustece y por tanto las polticas fiscalistas tienen mayor
efectividad. En este caso, nuevamente las dificultades se atribuyen a los aspectos institucionales, como las asociaciones de
trabajadores, las trabas legales, los salarios mnimos, que impiden al mercado alcanzar el equilibrio por sus propios medios
(Leijonhufvud, 1979, p. 311). En este punto las diferencias parecen haberse disuelto.

[53] Tambin sirvieron de disparador para una interesante vertiente de investigacin sobre las situaciones de desequilibrio: el
llamado equilibrio no walrasiano o con racionamiento. Estos modelos arrojan estados estables, en los que no existen estmulos para
modificar el comportamiento de los agentes y sin embargo una parte de los recursos no es utilizada. Se inscriben en esta lnea
autores como Barro, Grossman, Benasy, Grandmont, Dreze, Malinvaud.
[54] Tal como pretendemos poner de manifiesto en esta resea, no existe un acuerdo general acerca de cules son esas ideas
keynesianas originales. La afirmacin sobre la filiacin terica del monetarismo debe entenderse en este contexto como una
solidaridad con las lneas fundamentales de la sntesis neoclsica. En el debate entre keynesianos y monetaristas el herramental
terico bsico era compartido por ambos grupos.
[55] Las palabras de Keynes son contrarias al money allways matters del monetarismo: si nos vemos tentados de asegurar que el
dinero es el tnico que incita la actividad del sistema econmico, debemos recordar que el vino se puede caer entre la copa y la
boca ; porque si bien puede esperarse que, ceteris paribus, un aumento en la cantidad de dinero reduzca la tasa de inters, esto no
suceder si las preferencias por la liquidez del pblico aumentan ms que la cantidad de dinero ... (Keynes 1992, p. 156)
[56] Su ambiciosa A Monetary History of the United States, 1861-1960 pretende reconstruir la historia econmica desde esta
perspectiva (Friedman y Schwartz, 1963)
[57] Para Friedman, la funcin consumo cobr relevancia en el pensamiento econmico since Keynes
made it a keystone of his theorethical structure in The General Theory(Friedman, 1964, p. 26). Sin embargo, la hiptesis de
Keynes segn la cual elcurrent consumption expenditure is a highly dependable and stable function of current income (op. cit.
p.26) fue refutada por el material emprico recopilado. Sin la funcin consumo el multiplicador de la inversin basado en la
propensin marginal a consumir pierde sustento.
[58] El problema es entonces planteado en nuevos trminos, ms categricos: Keynes est o no
definitivamente muerto ? (ver Argandoa, 1996, p.12)
[59] Si los modelos son tan sensibles a la formacin de las expectativas, la falta de una teora general de las expectativas resulta
una situacin bastante insatisfactoria. No parece apropiado que la poltica econmica dependa de lo que los economistas piensan
que el pblico cree (Sheffrin, s/f, p. 16)
[60] La posicin de Mankiw, un neokeynesiano, muestra cmo las expectativas racionales fueron aceptadas por los grupos
contendientes en el debate sobre la poltica econmica al interior de la escuela neoclsica.
[61] Las contribuciones inciales de J. F. Muth, M. Friedman, E. S. Phelps y R. E. Lucas fueron cruciales para estos desarrollos.
[62] Mankiw y Romer admiten que ms all de las fuertes diferencias con los nuevos clsicos, tanto el diagnstico negativo sobre el
pensamiento de la sntesis como los objetivos generales de las investigaciones son compartidos por ambas
escuelas: The new classical economists argued persuasively that Keynesian economics was theoretically inadequate, thatmacroeco
nomics must be built on a firm microeconomic foundation. They also argued, less persuasively, that Keynesian economics should be
replaced with macroeconomic theories based on the assumptions that markets always clear and that economic actors always
optimize (Mankiw & Romer, 1991, p. 1).
[63] Para Argandoa los neokeynesianos siguen a Keynes pero con la mediacin de los keynesianos, sin importarles mucho lo que
el maestro dijo realmente. Y no cabe duda de que sus planteamientos, as como algunas de sus conclusiones, habran sido
rechazadas por el autor de la Teora General (op. cit., p.14)
[64] En un principio se denomin postkeynesiana tambin a la economa de algunos seguidores de Keynes dentro de la tradicin
neoclsica, pero luego el nombre sirvi para distinguir a los autores no neoclsicos, enfrentados a la sntesis. As, en 1954, K.
K. Kurihara edita una compilacin de ensayos en honor a Keynes en un libro titulado Post-Keynesian Economics (Kurihara, 1954).
Estrictamente hablando la mayor parte de las contribuciones reunidas pertenecen a la sntesis.
[65] Keynes obtur en cierta medida este debate al denominar clsicos tanto a los autores pertenecientes a la escuela clsica (en
especial Ricardo) como a algunos de sus propios predecesores marginalistas. Por otra parte, consideraba a Marx un autor menor,
aunque reconoce su paternidad sobre la teora de la demanda efectiva.
[66] El anlisis detallado de las fechas de publicacin de los artculos de uno y otro llevan a algunos autores a afirmar que el
descubrimiento de Kalecki antecede al de Keynes (Screpanti y Zamagni, p. 249; para Robinson, 1959, se trata de un caso de
simultaneidad). Algunos atribuyen el menor influjo de su pensamiento a su origen polaco (Boyer, 1985 p. 548) otros a su filiacin
marxista. Kalecki mismo afirma haber alcanzando la esencia de la Teora General en obras publicadas en polaco en 1933, 1934 y
1935.
[67] Harcourt sostiene que Kalecki is a most important patron saint of the post-Keynesians (Harcourt, 1977, citado en Sawyer,
1985, p. vii). Sin embargo existen notorias diferencias con Keynes. Enumeramos algunas. Kalecki establece una distincin entre la
capacidad de ahorro de los trabajadores y la de los capitalistas; dispone de una particular teora de la fijacin de los precios en base
al grado de monopolio; considera a la ganancia como una variable central en el anlisis; y desarrolla una teora articulada del ciclo
econmico asociado a las fluctuaciones de la inversin. Sus modelos han sido apreciados por sus seguidores por incorporar cruciales
elementos de la realidad, como la creciente concentracin de la industria, el enfrentamiento entre trabajadores y capitalistas, y otros

aspectos de naturaleza poltica que cobran relevancia creciente en los ltimos trabajos de Kalecki. Para un detallado anlisis de
los contrastes entre ambos autores, ver Saywer (1985, cap. 7).
[68] Las crticas poskeynesianas a la nocin neoclsica de capital son aceptadas por algunos neoclsicos renombrados (entre ellos,
finalmente, Samuelson). Hicks se inclina por esta posicin anti-marginalista en su Capital y crecimiento (1965), lo que lo conduce a
rechazar su anterior interpretacin de Keynes.
[69] De manera elocuente en el captulo 4 de la Teora General se cuestiona todo intento de medir el producto y el stock de capital
en trminos reales, sealando el problema de la no homogeneidad de sus componentes. Esta posicin coincide con la de los
economistas cambridgeanos.
[70] El artculo se llama Dr. Hayek on Money and Capital"y fue publicado por Sraffa en 1932.
[71] Se destacan en esta escuela, entre otros, los aportes de J. Kregel, M. Lavoie, S. Marglin, P. Davidson, J. Steindl, P. S. Labini,
A. S. Eichner, A. Asimakopulos y H. Minsky.
[72] Al preguntarse acerca de las razones de esta marcada divergencia entre el pensamiento keynesiano y el de Keynes, Minsky le
asigna gran poder explicativo a la actitud complaciente de Keynes ante las primeras repercusiones de la Teora General, e incluso a
su repliegue intelectual luego del infarto que sufri a principios de 1937, seguido por el cambio en el eje de las discusiones durante
la Segunda Guerra Mundial (Minsky, 1987, p. 26). Keynes fue un cmplice seguramente involuntario- de la tergiversacin de
laTeora General.
[73] Con estructura financiera se refiere a un ensemble particulier dinstitutions et de relations financires sur comportement de
lconomie." (Minsky, 1985, p.307)
[74] P. Davidson es otro de ellos. Menciono estas contribuciones en tanto se aproximan a nuestras ideas.
[75] Goldner se refiere incluso a un marxismo neokeynesiano, aunque la unidad la encuentra en su concepcin sociolgica del
problema econmico, es decir, la reduccin de la comprensin terica de la crisis, en ltima instancia, a una cuestin de
poder. Baran, Sweezy and their progeny among the theoreticians of monopoly capitalism, this modern Marxism recognizes a
common ground with Keynesianism a common ground made explicit in individuals like Kalecki and Joan Robinson-- neoclassical theory has been imported into Marxism Neo-Keynesian Marxism, which transforms the Marxist problematic of the
total capital and expanded reproduction into a theory of monopoly prices, domination, and power (that is, into a sociological
and Weberian problematic) thus completely accepts the Malthusian framework, while changing particular judgements on welfare.
The theory of monopoly capitalism is a theory founded on a moral judgement. It is not a theory, like that of Marx, about forces and
relations of production. (Goldner, 1999)
[76] Ejemplos de este inters se encuentran en las contribuciones de J. Holloway, A. Negri, W. Bonnefeld, S. Clarke, P. Mattick, M.
De Angelis, J. Weeks, entre otros.
[77] El texto corresponde a la seccin Identificacin del aporte que se realizar del Plan de Tesis.
[78] En este punto coincidimos con las intenciones expresadas por Leijonhufvud en su Keynes y los keynesianos (Leijonhufvud,
1976b), aunque nuestras apreciaciones difieran sustancialmente de las de ese autor.
[79] En algunos casos se incluyen los captulos 11, 13 y 18. Slo ocasionalmente el 12 y el 21. Los fragmentos que tratan de los
determinantes del consumo y la inversin slo se estudian en discusiones especficas sobre esos temas, que incluso se convirtieron
en temticas con peso propio, apartadas del resto del debate.
[80] Hansen en su clsica Gua de Keynes considera a los captulos 16 y 17 otro rodeo que podra evitarse sin sacrificar el
argumento principal (Hansen, 1966, p. 140) y sobre el captulo 17 llega incluso a afirmar que no se habra perdido mucho, si este
captulo no se hubiera escrito nunca (op. cit., p. 143). Robinson sostiene que [W]hen Keynes was writing ... chapter [17], he
admitted that he was groping for ideas that were new to him, and I do not think that he ever quite succeeded in seizing
them (Robinson, 1956, p. 138, citado por Asimakopulos, 1991, p.103)
[81] Sobre estas bases puede discutirse si Keynes es marshalliano, walrasiano, ricardiano, etc.
[82] Esta lectura dar lugar a una reinterpretacin del viejo debate Keynes y los clsicos. Lekachman sintetiza el ncleo del
problema: "[W]as Keynes, his own protestations to the contrary, essentially a classical economist?" (Lekachman, 1964)
[83] Slo mencionamos las obras citadas en el presente trabajo.

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