Arcipreste de Hita - Juan Ruiz
Arcipreste de Hita - Juan Ruiz
Arcipreste de Hita - Juan Ruiz
plenarias
El pensamiento de Juan Ruiz
Jacques Joset. Universit de Lige
A pesar de unos intentos ms o menos recientes de volver a titular la obra de
Juan Ruiz Libro del Arcipreste, convendremos que los argumentos aducidos
por Ramn Menndez Pidal en fecha tan lejana como 1898 en pro de Libro de
buen amor siguen en pie por fundamentarse en el mismo texto del
Arcipreste(13c, 1630a).1 Pero, a su vez, dicho ttulo sigue siendo enigmtico
por el significado de buen amor que ha sido la piedra de toque de controversias
filolgicas y hermenuticas.2 No obstante las quince ocurrencias de buen
amor en el texto son, en su mayora, reductibles al concepto de amor de
Dios: ni el antittico loco amor, ni el amor corts, ni el platnico ni tampoco
otras clases posibles de amores podran servir de comn denominador
semntico al buen amor de Juan Ruiz. Sin embargo, esa reduccin
semntica no abarca todas las ocurrencias: as cuando don Amor le aconseja
al protagonista de mostrar buen amor a la alcahueta (443b), quiere inclinarle
a un trato amistoso con la vieja amenizado por la sabidura popular.3 Pero la
primera aparicin de la expresin en el prlogo en prosa no deja lugar a dudas
sobre su sentido: E desque est informada e instruida el alma que se ha de
salvar en el cuerpo linpio, e piensa e ama e desea omne el buen amor de Dios
e sus mandamientos.4 Corresponde ese buen amor de Dios al sentimiento
de atraccin respetuosa de la criatura hacia el Creador, sentido confirmado por
la rigurosa anttesis que viene a continuacin: E otros desecha e aborrese el
alma el pecado del amor loco d'este mundo (p. 79, ll. 28-30) y la segunda
ocurrencia del buen amor, que es el de Dios (p. 79, ll. 34-35). La segunda
parte del prlogo en prosa se dedica ms bien al loco amor del mundo, a
algunas de sus maneras e maestras e sotilezas [], que usan algunos para
pecar (pp. 83, ll. 94-96), reiterado maliciosamente en el tan glosado: Enpero,
porque es umanal cosa el pecar, si algunos, lo que non los consejo, quisieren
usar del loco amor, aqu fallarn algunas maneras para ello (p. 83, ll. 113115).5 Este empero no corresponde a una invitacin, siquiera solapada, a
una prctica desaforada del loco amor expresamente rechazada en la frase
anterior dirigida a los de poco entendimiento: E desecharn e aborresern
las maneras e maestras malas del loco amor que faze perder las almas e caer
en saa de Dios, apocando la vida e dando mala fama e deshonra e muchos
daos a los cuerpos (p. 83, ll. 108-112). Por si fuera poco, el Arcipreste vuelve
a declarar la bondad de su intencin y a machacar que quiso tan slo avisar a
todos contra tantas maestras como algunos usan por el loco
amor (p. 85, ll. 131-132).
La anttesis, clave del prlogo en prosa, repetir sus dos trminos en el cuerpo
de la obra. Al pedir la ayuda de Dios en 13cd para que pueda fazer libro de
buen amor aqueste, / que los cuerpos alegre e a las almas preste, es decir, al
anunciar el contenido del libro, Juan Ruiz no renuncia al amor de Dios que
aprovecha a las almas. Este buen amor bien puede alegrar los cuerpos,
ya que el amor loco, como sabemos, apoca la vida y da muchos daos a los
cuerpos. La malicia, si la hay, se burla del pblico de poco o mal
entendimiento.6
Poco despus (c. 18), tras dos metforas cultas, enlaza el Arcipreste dos
comparaciones de tono popular (como so mala capa yaze buen bevedor, /
ans so mal tabardo est el buen amor) que slo sirven para despistar al
muerte de Garoza no puede ser sino el que paga tributo al buen amor de
Dios.12
En el epitafio de la alcahueta enunciado por la misma Trotaconventos, sta
desea la bendicin de Dios para quien visitare su tumba y, adems, s [as] l'
d Dios buen amor e plazer de amiga! (1578b), La yuxtaposicin de buen
amor y de plazer de amiga as como el origen divino de ambos deseos puede
parecer blasfematorio. Sin embargo, tambin puede entenderse como desvo
irnico del concepto augustiniano de bonus amor, que es recta voluntas, o bien
interpretarse tomando en serio el primer deseo y el segundo en son de burla:
Dios le d la gracia de quererle a l, su Creador! (o Dios le d [a su criatura]
su buen amor!) Y, al de mal entendimiento, le d la posibilidad de gozar del
loco amor por decir un pater noster para la salvacin del alma de la
alcahueta!. As se condensan en unas palabras equvocas los dos propsitos
declarados de sendos prlogos.13
Tan complejas en lo semntico como sta son las dos ltimas ocurrencias
debuen amor en la c. 1630:
Pues
es
de
buen
amor,
enprestadlo
de
grado:
no
l'
neg[u]edes
su
nonbre
ni
l'
dedes
refertado,
no
l'
dedes
por
dineros
vendido
ni
alquilado,
ca no ha grado nin graia el buen amor conprado.
La serie de treinta y seis versos en la que esta estrofa est insertada constituye
un contexto cristiano en lo ideolgico, marcado por la transmisin del Libro en
lo socioliterario. Como en la c. 13, el autor vuelve a dar el ttulo y el contenido
de la obra. El buen amor, por ser el de Dios, no puede ni venderse ni
alquilarse, sino que ha de entregarse gratuitamente: es todo provecho para su
difusin y conforme con su contenido didctico (no l' neguedes su
nonbre). Adems, en el v. a, se juega con el sentido de la expresin
adverbial de buen amor que vale el de grado del segundo hemistiquio.14
Buen amor, el concepto y la palabra, Juan Ruiz no los invent sino que los
sac primero de san Ambrosio, donde tiene el sentido de caridad (Vulnus
boni amoris, sunt vulnera caritatis, De Virginibus, xix, 91, Migne, PL, xvi), y
luego de San Agustn con el significado de buena voluntad (recta itaque
voluntas est bonus amor, et voluntas perversa malus amor, De civitate Dei,
xiv, 7, 2).15 La oposicin entre buen y loco amor correspondera ms bien en
los textos del autor de La ciudad de Dios a la anttesis amor Dei / amor
mundio caritas / cupiditas, mientras San Alberto Magno emplea los
trminos dilectioy amor (Mittellateinisches
Wrterbuch,
Mnchen,
16
1961, p. 582a, ll. 12-26).
La irrupcin de la ideologa del amor corts irradiada desde las literaturas de oc
y ol perturba ese sistema relativamente sencillo. Sin embargo, la codificacin
de Andrs el Capelln desconoce una oposicin bonus amor /malus
amor introduciendo a partir del siglo XII otras categoras de inters (as la
entre amor purus y amor mixtus) en cuanto refinan los sentimientos de los
amantes del De amore.17 Totalmente embrollada ser la semntica de esos
amores con la intervencin de los goliardos, quienes ya no
diferencianamor y dilectio.18 Al parecer, Juan Ruiz aprovech esta confusin
del vocabulario didctico-moral pervertido por una ideologa mundana en un
sentido humorstico, pero sin abandonar la anttesis ortodoxa entre amor de
Dios y amor del mundo para explorar los vericuetos del lenguaje amoroso. El
empleo de la expresin bon amors y bone amor en las lricas occitana y
Arcipreste retratar a la mujer ideal con el mismo genio que la repelente sin que
se le pueda adscribir en el bando feminista o misgino de la literatura medieval:
los contempla a ambos desde arriba y los utiliza irnicamente repartiendo con
equidad los pasajes del Libro de los que se podran apoderar sendas corrientes
de la polmica.55 Huelga decir que la misma relacin equvoca se da en las
apariciones de la alcahueta Trotaconventos, cuyo papel consiste en borrar las
fronteras entre el mundo recluido de las mujeres objetos de la seduccin del
arcipreste, haciendo que salgan al mundo exterior (Arias, 1987: 378-379).56
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NOTAS
Villanueva [1965: 281], Dutton [1966: 170-171], Di Camillo [2000: 185186]. volver
(10) Comentarios de 1331d en Mrquez Villanueva [1965: 280], Sobejano
[1963: 441], Dutton [1966: 171; 1970: 116], Gybbon-Monypenny [1988:
386n.]. volver
(11) Vanse Lida de Malkiel [1959: 39 n. 33], Kellermann [1951: 249], Hart
[1959: 113], Gybbon-Monypenny [1961: 24], Sobejano [1963: 437], Mrquez
Villanueva [1965: 280], Joset [1966: 560], Dutton [1966: 172; 1970: 117]. volver
(12) Otras interpretaciones en Sobejano [1963: 437], Gybbon-Monypenny
[1961: 24], Dutton [1966: 172; 1970: 117-118]. volver
(13) Vanse tambin Weisser [1934: 243], Capecchi [1954: 81-82], Leo [1958:
17], Lida de Malkiel [1959: 39 n. 33], Sobejano [1958: 418; 1963: 442],
Vermeylen [1961: 170], Dutton [1966: 173; 1970: 118]. volver
(14) Sobre la c. 1630, vanse Capecchi [1954: 84 y n. 94], Gybbon-Monypenny
[1961: 24], Zahareas [1965: 25], Dutton [1966: 173-174], Joset [1973: 150-151],
Di Camillo [2000: 179-182]. volver
(15) Muchos aos antes de la nota de Gerli [1982], ya Puyol Alonso [1906]
haba relacionado a Juan Ruiz con San Agustn, a quien citaba por un prrafo
de los Castigos y documentos del rey don Sancho, LXI. volver
(16) Es de notar que San Isidro no utiliza bonus amor ni malus amor aunque s
unstultus amor, para llamar a Cupido: Puer pingitur, quia stultus est et
inrationabilis amor (Etymologiae, VIII, xi, 80). Sobre la historia medieval
de caritas / cupiditas, vase Lot-Borodine [1961]. volver
(17) Andrs el Capelln, De amore. Tratado sobre el amor, texto original,
traduccin, prlogo y notas por Ins Creixell Vidal Quadras, Sirmio (El festn de
Esopo, 3), Barcelona, 1990. volver
(18) Vanse Gybbon-Monypenny [1961: 19] y Lehmann [1963]. volver
(19) Sobre esta evolucin, vanse Bliss Luquiens [1907: 289-296], Chaytor
[1939], Gybbon-Monypenny [1961: 18-24], Sobejano [1963: 446-447], Lazar
[1964], Joset [1971]. volver
(20) Vanse Gybbon-Monypenny [1961: 15], Sobejano [1963: 445), Dutton
[1966: 162-164 y 1970: 102, 120-121], Joset [1977]. volver
(21) Lecoy [1934: 361] y Green [1963: 46-53]. Clarke [1972] sigue interpretando
el prlogo en prosa como una variante del sermon joyeux. Estudiosos
norteamericanos han sugerido, con argumentos bastante dbiles en nuestra
opinin, que Juan Ruiz no fuera el autor del prlogo en prosa; vanse Walsh
[1985; 1985-1986] y Dagenais [1994: 141-142, 231 n. 8]. Sin embargo el mismo
Dagenais [1994: 81-91] comenta agudamente dicho prlogo remitiendo a la
literatura ovidiana medieval como posible fuente de las ideas literarias del
pasaje (ya en Dagenais, 1986-1987). Higashi [1997] no hace sino repetir esta
lectura ovidiana ya bien elaborada por Dagenais y Rico [1967]. volver
(22) Otros investigadores realzan el aspecto pardico del sermn culto; as
Deyermond [1970] y Walsh [1979-1980], mientras Beltrn [1977: 41-42] y Burke
[1980-1981] lo rechazan y tildan el prlogo de sermn universitario
o meditative sermon en la tradicin agustiniana. Definitivo partidario de una
interpretacin seria, no pardica, del prlogo es Yndurin [2001: 94], quien lo
lee como una exposicin de normas ortodoxas. Otro anlisis de sus aspectos
teolgicos en Paiewonsky Conde [1972: 333-345] y una lectura estructuralista
en lvarez [1988]. volver
Decreti (c. 1300) de Guido de Baisio; la Novela, las glosas a las decretales de
San Gregorio, quiz, con ms precisin, la Novella in Decretales Gregorii
IX (1338) de Johannes Andreae, segn Kelly [1984: 23-28] y, por fin, otra
coleccin de decretales Decretorio (ms. G) o Diratorio (ms. S) por Directorio,
identificado por Kelly [1984: 23-24] con el Directorium juris (1322) de Petrus
Quesnel. Walsh [1985, 1985-1986] no convence cuando supone que la
digresin sobre la confesin es obra de un eclesistico ajeno a Juan Ruiz en
vista de proponer una lectura ortodoxa del Libro de buen amor. Yndurin [2001:
36] observa el inters evidente del Arcipreste por los aspectos jurisdiccionales
de la confesin. volver
(33) Sobre las armas del cristiano vanse Lecoy [1938: 179-187], Ricard [1973:
95-103], Bueno [1983: 85-94], Dagenais [1994: 106]. volver
(34) Una perspectiva diferente del pecado de monja en Zahareas [1965:
35]. volver
(35) Di Stefano [1999: 644] sigue sin excluir Historia animalium de las fuentes
posibles del pasaje. volver
(36) Vase tambin Blecua [1992: xxxiii-xxxviii]. No es de excluir en este
recorrido del aristotelismo radical una interferencia del Libro conplido en los
iudizios de las estrellas de Al Abenragel en la traduccin encargada por
Alfonso X, como sugiere Lpez-Baralt [1985: 55-56]. Lope Garca de Salazar
citar en prosa la c. 71 en su Libro de bienandanzas e fortunas (1471-1476),
segn sealan Armistead [1976-1977] y Dagenais [1994: 187-188]. Dagenais
[1989; 1994: 206-207] declara ser escptico en cuanto a la exgesis de Rico y
a la concatenacin histrica de Ctedra, pero, en nuestra opinin, sus
argumentos no logran desarmar la sutileza erudita de los investigadores
espaoles. Yndurin [2001: 20-21] lee las reiteradas referencias a Aristteles
en clave burlesca. volver
(37) El estudio de Seidenspinner-Nez [1988-1989] trata de la anttesis
Dios vs.mundo en el Libro de buen amor, pero no cuestiona su alcance
filosfico. volver
(38) Tambin Yndurin [2001: 36, 112] realza la importancia del concepto de
mesura en el Libro de buen amor. volver
(39) Sobre fuentes e interpretaciones de la doctrina astrolgica y del cuento
insertado, vanse Castro Guisasola [1923], Crawford [1925], Lecoy [1938: 160163], Deyermond [1963], Ullman [1964], Zahareas [1965: 188-201], Michael
[1970: 188-190], Arias y Arias [1970], Kinkade [1970: 310-314], Knowlton
[1973-1974], Colombi de Ferraresi [1976: 184-185], lvarez [1981-1982; 1982],
Marmo [1983: 174-186], Castro [1984: 389], Lpez Baralt [1985: 43-58] y la
respuesta de Joset [1988: 671-63] a esa tesis arabizante, Ctedra [1989: 7072], Vicente Garca [1999]. Para Yndurin [2001: 113-130] la digresin
astrolgica de Juan Ruiz es un episodio de la querella teolgica que oponan
los nominalistas de Occam a los realistas tomistas, polmica a la que se
sumaba otra jurdica sobre el origen (razn o voluntad divinas) de la justicia y
de laequitas. Walsh [1985 y 1985-1986] vuelve a proponer que el comentario
astrolgico del LBA no pertenece a Juan Ruiz, reduciendo abusivamente la
complejidad intelectual del texto. volver
(40) Sobre las figuras del Arcipreste, vase la nota de Joset [1990: 624] con
bibliografa a la que se agregar Briere [1987] y Ly [1992]. volver
(41) Comentarios sobre las fuentes posibles de este verso (Alexandre,
71a, ms. P y/o el refranero) en Lida [1941], Corominas [1967: 110n.], Joset
(53) Sobre las aventuras del Arcipreste en la sierra hay abundante bibliografa
que se encuentra en la nota a las cc. 950-1042 de Joset [1990: 404], a la que
se agregar Johnston [1976], Villegas [1978] y Casillas [1998-1999]. volver
(54) Para las fuentes de estos versos y textos de la tradicin espaola
posterior, vanse Joset [1960: 674] y la bibliografa de la nota correspondiente
a la que se agregarn Hatzfeld [1973: 10-16] y Porras Collantes [1979]. Un
anlisis diferente de la cauda en Impey [1975] quien la lee como conciliacin de
lo ertico y de lo religioso. Nepaulsingh [1975] rebate esa interpretacin. Lpez
Baralt [1987] propone una fuente rabe para la digresin, pero vase Joset
[1990: 670]. volver
(55) Para un anlisis del cambio de percepcin de la alteridad femenina en
relacin con la crisis ideolgica de las sociedades occidentales de los
siglos XIV y XV, vase Ferreras Savoye [1995]. volver
(56) La onda de estudios feministas de los tres ltimos decenios del
siglo XX acarre tambin su cuota de contribuciones sobre la mujer en el Libro
de buen amor de calidad varia y alcance diverso: Nepaulsingh [1980-1981],
Gimeno [1983], Goldberg [1983], MacCurdy [1985-1986], Reynal [1991],
Miranda [1997], Graa Cid y Segura Graio [1998], Di Stefan