Eros Arte y Creación

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Rev Cubana Med Gen Integr 1998;14(2):191-9

PGINA CULTURAL
EROS, ARTE Y CREACIN*

"Escribir es un modo del eros..."

Miguel Lugones Botell1 y Tania Quintana Rivern2


Si un tema ha sido caracterstico en el
arte desde que ste existe es el que est relacionado con el amor. Lo mismo en las
Santas Escrituras que en la historia profana de los primeros y los ms grandes pueblos del mundo ya hay referencia a ste. No
existan sobre la tierra ms que un hombre y
una mujer y ya hubo entre uno y otro una
complicidad de seduccin. No haba ms que
3 y ya se contaron un viejo perjuro, un fratricida y una vctima inocente. Nemrod funda la esclavitud, poblaciones enteras entregadas a los vicios perecen por el fuego del
cielo, y el lago Asfaltites sumerge en sus
aguas empozoadas los restos de Sodoma
y Gomorra; Loth cohabita con sus propias
hijas y tambin ya desde la antigedad
Ovidio y Horacio celebraron en versos
pomposos el incesto y el adulterio.
Los orgenes del arte ertico, cuyas
imgenes lo invadieron desde sus comienzos, se encuentran -como los de todo arteen la creencia y el ritual mgico, muy poco
relacionado con el placer individual.1 Por-

Roland Barthes

que el erotismo no es sexo en bruto. Mientras la sexualidad es animal, una funcin


natural fundamentalmente; el erotismo se
despliega en la sociedad; est transfigurado por la imaginacin: rito, teatro, etctera.
En las culturas primitivas en funcin
del artista era el de un dador de la vida. La
cualidad ms importante de la obra no era
su belleza o su parecido con la realidad,
sino su potencia mgica, su posesin de
vida independiente y su influencia sobre el
mundo circundante.1
La visin del arte como forma de generacin mgica continu en las creencias y
prcticas de culturas posteriores ms evolucionadas.1 La historia de que Adn fue
creado "del polvo de la tierra", como aparece en el Gnesis, ejemplifica tal
sobrevivencia y as lo hacen las efigies talladas por los egipcios, que pretendieron
servir como sustitutos de cuerpos para las
almas de los muertos sin hogar. El trmino
descriptivo de los egipcios para el escultor
era el de "aquel que se mantiene vivo".

Trabajo presentado en el II Congreso Cubano de Educacin, Orientacin y Terapia Sexual y II Taller


Iberoamericano de Educacin Sexual y Orientacin para la Vida. La Habana, 9 al 14 de febrero de 1998.

Especialista de I Grado en Ginecologa y Obstetricia. Policlnico Docente. "26 de Julio", Playa. Ciudad
de La Habana.
Residente de Endocrinologa Peditrica. Instituto de Endocrinologa y Especialista de I Grado en
Medicina General Integral. Ciudad de La Habana.

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Segn el mito griego, Ddalo,2 el inventor de la escultura, hizo figuras tan poderosamente vivas que tuvieron que encadenarlas a sus bases, y Pigmalin tall la
estatua de una doncella que con la ayuda
de Atenea tom vida bajo su cincel y con el
tiempo lleg a ser su desposada.
Entre las representaciones conocidas
ms antiguas del cuerpo humano, que datan de la Edad de Piedra, hay esculpidas
pequeas figuras y relieves de mujeres con
mamas y caderas muy acentuadas. Algunas parecen representar mujeres embarazadas, y es probable que estas imgenes fueran hechas para propiciar la fertilidad de la
tribu y la grey.1 No trataron de ser slo copias de la realidad, sino de ser la realidad
misma, llevadas a un ser real fuera de la
materia muerta en la realizacin mgica de
un deseo. Su carcter sexual era doble: ser
instrumentos de fecundidad y, a la vez, productos de un proceso parecido a la reproduccin humana.
Seala Poblacin del Castillo3 que el
instinto sexual qued patente en numerosas esculturas y dibujos prehistricos,
como el llamado arte antidiluviano en el que
Wiegres ha insistido en poner de manifiesto el conocimiento de la anatoma genital
femenina en el cuaternario, como las venus
auriacienses, que con sus anchas caderas
y vientre pndulo, son como un canto a la
maternidad.3
Hay abundantes referencias sexuales
en el arte prehistrico y primitivo que no
reflejan un talante de hedonismo descuidado en las primeras civilizaciones, sino un
inters por las apremiantes necesidades
humanas y ms en particular por la preservacin de la vida misma.1 Todo el arte sexual
de esta etapa era un arte mgico.
Existe una escultura de slo 11 cm de
altura que representa una mujer del perodo
paleoltico y que se conserva en el Museo
de Viena a la que se le da una interpretacin

actual de una diosa de la fecundidad, ms


que una simple figura ertica, en la que se
ven muy marcados los caracteres sexuales,
grandes caderas, pechos voluminosos y
todas las caractersticas femeninas.4 Modelos de este tipo se han encontrado en
diferentes cuevas, como las de Les
Combarelles, Lausel y Laugerie Basse. El
conjunto de obras y de imgenes sexuales
sirvi para explicar los orgenes misteriosos de la vida humana, el movimiento del
sol y la luna, el ciclo de las estaciones y la
existencia del hombre despus de la muerte.4
Mucho antes de que el Cristianismo
viniera a revelar sus grandes secretos de
civilizacin, los hombres rendan un culto
idoltrico a los objetos materiales que impresionaban ms directamente sus sentidos, y se puede asegurar que mucho tiempo antes no haba otro culto que el de los
smbolos. La divinidad que presida a la reproduccin de la especie humana, milagro
de todas las pocas, mereca el homenaje
ms vehemente. Ese vago deseo que precede a la unin de dos amantes, la voluptuosidad que acompaa a esta unin, la
dulce languidez que la sigue, todo reciba
un nombre, un alma, un atributo y el amor
fue considerado como Rey de los Cielos
por las aclamaciones del mundo.
Los smbolos sexuales adornaron instrumentos de todo tipo y fueron usados
como fetiches o amuletos. Tambin se han
encontrado representaciones de actos
sexuales en dibujos de las cuevas neolticas,
en el arte aborigen de Australia y Africa,
etctera.1
Desde la prehistoria, los objetos de
culto a menudo han recibido la forma de los
rganos sexuales. Ese culto que naci con
el primer sentimiento del amor, consagr,
en primer trmino, el emblema de la virilidad. Hoy mismo los rabes lo ponen por
testigo cuando quieren hacer una promesa
solemne y los campesinos de la Pouille le

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llaman el miembro santo. Se haca una divinidad que preceda sucesivamente el himeneo, la fecundacin, los placeres del campo, los ruiseores, los bosques, las fuentes...
Segn Ddoro, Plutarco, Pausianas,
San Jernimo, Orgenes y otros escritores
antiguos y modernos, el culto al Falo o el
signo Prapo se remonta a la historia de
Osiris. He aqu un fragmento de esta historia:
"Osiris, prncipe de Egipto, esposo de
Isis, parti para una guerra lejana, dejando
a su hermano Thypon el cuidado de gobernar sus estados durante su ausencia. Este
enga cruelmente su confianza. Busc ampararse del trono y sobornar a su cuada.
Osiris a su regreso, se esforz en retener a
su hermano por la dulzura y los buenos procedimientos; pero el traidor ocultando su
perfida bajo la mscara de la hipocresa,
concibi el horrible proyecto de hacer perecer a su rival. Al efecto lo invit a un gran
festn, al que asistieron muchos oficiales de
su corte que le eran adictos. Despus de la
comida se llev un gran cofre y Typhon propuso a cada convidado que se metiera en l
y llenara su interior. El fue el primero en intentar la prueba. Cuando le lleg el turno a
su hermano, los conjurados se precipitaron
encima y lo cerraron. El cofre fue arrojado al
Nilo con la vctima."
"Isis desconsolada recorri las riberas
del ro con la esperanza de encontrar sus
restos; al fin, supo que estaba en Fenicia,
all se traslad, lo encontr y lo llev a Egipto. Pero el implacable Typhon arrebat el
cuerpo de su hermano e hizo cortarlo en
numerosos pedazos que se dispersaron por
diversos sitios. La desgraciada Isis los recogi con cuidado, los hizo dar sepultura y
consagr los rganos genitales que no pudo
encontrar.". A su muerte, que ocurri poco
despus de este suceso, los egipcios la elevaron, as como a su esposo, al rango de
los dioses, instituyendo en su honor fies-

tas y misterios. Se llev la representacin


del Falo de Osiris consagrado por Isis en
procesiones pblicas y el culto del emblema del amor conyugal lleg a ser bien pronto general en Egipto.
Herodoto habla de una fiesta que se
celebraba entre los egipcios y griegos, Pompa Phalli, y aade que las mujeres colgaban
a su cuello pequeas figuras representando el signo de la virilidad.5 Osiris vino a ser
en el espritu de los pueblos el smbolo del
Sol, generador de toda Naturaleza y, es notable, que todas las religiones antiguas estn acordes en la misma doctrina, no diferencindose ms que en la liturgia. Los
scitas, egipcios, fenicios, persas, babilonios,
indios, griegos, etruscos y romanos estuvieron de acuerdo con este punto. El clebre culto de Mithra no es otro que el del
Sol, el de Osiris, el de la virtud fecundante.
Fue lo mismo que los de Baco, Apolo, Vesta,
etc. El Zend-Aresta es el libro de una religin parecida, como su nombre indica: fuego viviente. Por ltimo, ese mismo culto ha
seguido el curso de la civilizacin para llegar a nosotros y se ha manifestado de diferentes formas. En muchas localidades est
an en uso encender grandes fogatas la
vspera de San Juan, da de la mayor exaltacin del Sol, ste es el solsticio de verano.
Esta costumbre se conservaba no hace mucho en Pars y la historia de Dulaure dice
que los reyes de Francia consideraban un
deben asistir a la fiesta. Los fenicios transmitieron el culto de Osiris a los pueblos de
Oriente.
Los comienzos de la civilizacin griega
y romana ofrecen ejemplos impresionantes
de la influencia de cultos a la sexualidad.
Los campos y rebaos de la Grecia rural
estaban custodiados por pilares o estatuas
con representaciones sexuales. Pan, Sileno
y los stiros lujuriosos eran exhibidos a
menudo en estado de excitacin sexual e
invadieron las artes y el teatro desde su

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creacin. Hasta se crea que Fauno, Dios


latino del ganado, y Fauna (su contraparte
femenina) espiaban en los campos y bosques, y eran incorporados en imgenes expresivas de la sensualidad animal.1
El desenfreno de los espritus de la Naturaleza, la persecusin de las mujeres, etc.,
suministraron temas para el drama, la pintura y la escultura.
Las obras de arte de ndole sexual, inspiradas en el culto y pertenecientes a etapas y regiones diferentes y hasta muy distantes, muestran enormes variedades de tipos y estilos, pero tienen en comn que
cada una tiende, dentro de su propio ambiente cultural, hacia la abstraccin formal
y la repeticin del estereotipo que caracteriza al arte primitivo o arcaico en todas partes. No expresan la individualidad de artistas particulares, sino incorporan las reglas
establecidas para el arte y para el sexo por
las diferentes civilizaciones que las produjeron.1 En esto reflejan las restricciones que
limitan al arte primitivo.
Lentamente las convenciones en desarrollo y no la voluntad individual de los
artistas gobernaron los temas y el estilo.
De igual manera todas las culturas primitivas limitaron la expresin de la sexualidad.
Los hombres y las mujeres no eran libres de
actuar de acuerdo con impulsos individuales. As, el tratamiento del sexo en el arte
permaneci bajo una doble limitacin a travs de la mayor parte de la historia, que en
la etapa medieval alcanz su mxima expresin, donde permaneci marginada. En esta
etapa los temas sexuales en raras ocasiones entraron al arte sin sancin cristiana y
cuando tenan que mostrarse cuerpos desnudos, como en las escenas de la Cada de
Adn y Eva o de El Juicio Final, se
esquematizaban para quitarles cualquier
matiz de sexualidad.
Pero volvamos a los tiempos griegos
donde la mitologa se llena de dioses y dio-

sas femeninas, ensalzndolas filsofos, artistas y polticos, y en el teatro de la cultura


no podemos dejar de nombrar a Safo con
sus cnticos de amor. En la mitologa griega
Eros representa la fuerza atractiva, que agrega y combina elementos, la fuerza creadora
que anima al mundo, y por ende la pasin
amorosa. Al personificarse este principio
abstracto, se hizo de Eros el Dios del Amor.
Como tal, pas a la mitologa romana con el
nombre de Cupido. Los poetas helensticos,
siguiendo una concepcin que ya apunta
en Anacreonte, aluden a l como un Dios
que castiga y causa tribulaciones a los que
intentan resistir a su influjo. Se le tributaba
culto en varias ciudades de Grecia, principalmente en Tespias, donde le erigieron un
templo con estatuas de Praxiteles. Safo le
compara al viento, que llega de improviso;
lo llama "amargo y dulce a la vez". En las
artes plsticas se le represent durante el
perodo Arcaico como un joven, en el perodo clsico es un muchacho, y un nio en
el perodo helenstico. En Samos se le adoraba como al dios de la Libertad, asunto
interesante, pues el amor siempre se opone
a todo tipo de tiranas.6
En este mundo mitolgico al que hacemos referencia, los dioses fueron clasificados en muchos rdenes y los ms poderosos, entre ellos Venus, precedan a los placeres de los sentidos, a los goces fsicos.
Jpiter mereci el primer puesto en el palacio de los dioses porque estaba considerado como el ms poderoso atleta en los combates amorosos. Por causas parecidas mereci Hrcules la apoteosis.
Como ya sealamos, se crearon
divinidades de mujeres y es preciso creer
que con objeto de satisfacer las pasiones
de los hombres, los campos y los bosques
fueron poblados de creaciones tan bellas
como apasionadas de ninfas amables y voluptuosas, hijas del Ocano, fecundaban las
plantas, entre ellas, las orcades presidan a

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las montaas, las drades a las florestas, las


hemadriades a los rboles, a las que estaban unidas sin poder separarse, las nyades
a los ros y las nereidas a las olas del mar.
Entre este cortejo de divinidades, las
ms lascivas eran a propsito para excitar
el genio ardiente de los poetas de Egipto,
Grecia y Roma.
Dos cuadros, llamados Polignote y
Parrasius han sido citados por Pausanias
y Plinio como excelentes en ese gnero de
composicin.
En el arte griego del perodo
helenstico, la obra de tema ertico y estilo
con carga ertica, constituy una especialidad principal realizada por muchos artistas, algunos de ellos muy talentosos.5 De
esta etapa es "Afrodita, la llamada Venus
de Mdici". La importancia del perodo helnico en el desarrollo del arte ertico no
radic tanto en la originalidad de la obra
que produjo, sino en la formacin de un
vasto repertorio secular que influy en el
arte ertico posterior de Europa, sobre todo
de Roma,7 y dej sus huellas en el arte de
lugares tan dismiles como frica del Norte, el Medio Oriente y la India. Los rasgos
helnicos caracterizaron para siempre la
mera nocin de la belleza fsica y la atraccin.
Como hemos sealado, la licencia ertica del arte no avanz sin oposicin. Entre
las poblaciones ms ligadas a la tradicin
del Imperio, siempre estuvieron presentes
corrientes de resistencia. El rechazo al erotismo pagano tuvo fuerza en el Oriente entre las sectas semticas; en Grecia, entre los
miembros de las filosofas estoicas y cnicas,8 y an en Roma, donde las tradiciones
patriarcales de austeridad y modestia estaban en constante conflicto con la libertad
cosmopolita.
El surgimiento del cristianismo coincidi con la difusin de prcticas ascticas
entre las comunidades gentiles y judas del

Imperio. Con l declin la popularidad del


arte licencioso y los artfices de lo ertico se
enfrentaron a una doble prohibicin que
puso un alto efectivo a su trabajo, lo cual lo
hizo declinar.
Slo hacia fines de la Edad Media los
artistas empezaron a tratar el desnudo ms
francamente,1 permitindose una visin ms
cercana de lo antiguo y de la realidad, y osando expresar un tmido deleite en la belleza
del cuerpo humano.
El Renacimiento reclam una herencia
antigua, la de los logros de Grecia y Roma
rehabilitadas y reaparecieron los temas erticos en el arte renacentista temprano, pero
no fue igualmente compartida por todas las
clases sociales. La erudicin humanista legitimaba ahora la desnudez de Venus, al igual
que la teologa cristiana haba aceptado anteriormente, con algo de reticencia, la desnudez de Eva.1 De tumbas y bvedas llenas
de ripio, los cazadores de tesoros sacaron a
la luz estatuas y pinturas de belleza esplndida y sensual. Los artistas las escogieron
como modelo, y en sus propias obras trataron de reincorporar estas divinidades a sus
medios apropiados. Los amores de los dioses, sus fiestas y triunfos, las viejas fbulas
de persecucin, disfraz, seduccin y abandono, volvieron as a entrar al repertorio del
arte. A partir de entonces aparecieron imgenes arquetpicas del arte ertico moderno: la Venus de Botticelli, nacida en el mar
en desnudez perfecta; la Venus de Giorgione;
la Leda de Miguel ngel abrazando al cisne; la Io de Corregio sostenida por la nube
de Jpiter, y muchas otras ms. Interminablemente vueltas a copiar o adaptadas y difundidas a travs de impresos, estas caras,
cuerpos y actitudes suministraron el conjunto bsico de tipos erticos para el arte
occidental posterior.1 La sensualidad que
caldeaba las composiciones mitolgicas de
Rafael y Tiziano fue templada por el decoro
y la reticencia emocional.

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Adems de la tendencia clsica en el


arte ertico renacentista, existi otro ms
popular tomado de la realidad de la vida diaria que goz de gran circulacin. A partir
del siglo XVI esta tendencia realista del gnero ertico "bajo", continu como una alternativa importante de las tradiciones ms
grandes del arte ertico.1
De toda esta etapa se han sealado a
Rembrandt y a Rubens entre los pocos grandes maestros del arte ertico de Occidente
a causa del vigor, verdad y profundidad en
la concepcin del sexo en sus obras.
Los siglos posteriores dieron tambin
su aporte al arte ertico y as puede verse la
importancia que se le da al siglo XVIII donde "en ningn otro perodo de la historia
occidental el arte ertico ha sido ms clidamente protegido y ms oficialmente promovido que en los aos de 1720 a 1780" al
decir de Lucie-Smith. El perodo produjo artistas como Antoinie Watteau que se ha comparado con Tiziano, Corregie y Rubens
como productor de obras de arte ertico,
donde "lo rosado de los desnudos despliega gran ingenio, invencin y seduccin."
Su obra, al igual que la de otros autores como
Boucher, que produjo cuadros muy bellos, como
La Muchacha desnuda en 1740, muy raramente llega al punto de la obscenidad ofensiva.
En el siglo XIX, los diferentes movimientos que dominaron el arte como el
neoclasicismo, el romanticismo y el
naturalismo, entre otros, no fueron favorables para el desarrollo de un arte ertico vigoroso.1 Se seala que mientras los artistas serios tenan dificultad para manejar
los temas sexuales, la produccin masiva y
comercial de la pornografa que fue estimulada por los avances tecnolgicos de la impresin y del mercado, alcanz proporciones de industria.
El arte moderno no ha sido poca de
oro para el erotismo, pues los artistas se
han preocupado ms por otros temas for-

males y el surgimiento del abstraccionismo


en el siglo XX tuvo un efecto adverso, pues
resulta difcil referirse al sexo en trminos
no figurativos en absoluto. Sin embargo,
autores como Picasso han tenido en sus
obras repetidas vueltas a los temas erticos.1
En el presente siglo, con el surgimiento del cinematgrafo, se crean innumerables posibilidades de representacin ertica, y puede decirse con Ado Kyrou que
"no hay cine sin amor". Los actos de amor
son tan naturales y tan aptos como tema
para una pelcula como para cualquier arte
representativo y aunque ste no es el nico tema efectivo del cine, es imposible dudar que hacer pelculas y hacer el amor han
estado ligados durante toda la historia de
este medio.
Consideraremos, al menos someramente, el lenguaje. Se est generalmente
habituado a ver la pintura del amor como
asunto principal de todas las obras literarias, dramticas, trgicas o cmicas, romnticas o clsicas. Ha sido tambin el ms fecundo de los asuntos para la poesa lrica
como para la pica.
Mucho antes de la escritura era el mensaje boca a odo lo que mantuvo de alguna
forma las tradiciones de la poca y un ejemplo de ello lo constituyen los poemas
honricos La Ilada y La Odisea, que precedieron en siglos a la escritura griega.9
Desde entonces hay ejemplos de sensualidad y ternura amorosa. En La Ilada vemos como Andrmaca, esposa de Hctor,
simboliza el tipo inmortal de la ms tierna y
abnegada afeccin conyugal. El texto donde se separa de Hctor, el cual no volver
de la batalla, es una de las ms puras joyas
de la poesa griega y de todos los tiempos (Ilada, Canto VI).
Pero la creacin llega en la escritura
hasta plasmar el pensamiento en cdigos
que no dejan de tener belleza como el Kama
Sutra y el Ananga Ranga, milenarios do-

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cumentos de la India, donde el sexo, la


sexualidad y la sexuacin son descritos prolija y delicadamente dentro de un esquema
moral y tico que propicia el entendimiento
entre las personas, como parte de un ritual
de comunicacin de carcter religioso.9 La
ley era inexorable para el que faltaba el respeto a su mujer. La proteccin de sta comienza con el famoso Cdigo de
Hammurabi10 con el contrato matrimonial
que dice: "Si un hombre toma esposa y no
ha hecho contrato, el matrimonio no es legal". El amor estaba desprovisto de toda
timidez y as se expresa en un papiro:" "Yo
deseo estar contigo como mujer tuya". Tambin la lealtad en el amor era muy considerada y as lo dice otro papiro: "Si mi amado
no acude esta noche, yo estar como las
que reposan en la tumba".
Los rabes antiguos nos legaron libros
como Las mil y una noche, donde adems
de la amistad, estn la sensualidad, el erotismo, la desesperanza, la infidelidad, y muchas otras vivencias.
En el lenguaje potico, el amor y la sensualidad se desenvuelven en una atmsfera de belleza en todos los tiempos. Sera
inacabable este trabajo si pretendiramos
enumerar en cada poca, cunto de poesa
amorosa se ha escrito. Siempre la poesa ha
sacado al amor de los ordinario, del plan
biolgico. La mujer de la poesa es una criatura magnfica y ya desde los tiempos griegos se conoci a Safo que como se ha sealado, su poesa est inspirada en el verdadero amor, en la pasin desairada, en la
evocacin, y es capaz de los deleites ms
serenos, haciendo msica de las pasiones.
Tambin Mimnermo de Colofn fue un poeta consagrado al aspecto amoroso y fue el
pionero del hedonismo literario.11
La poesa del amor se nutre de sufrimientos que le son inseparables: ausencia,
separacin, imposibilidad de fijar el instante, lo irrevocable del pasado, la presencia

de la muerte, aun cuando no sea ms que


hipottica. Estos sufrimientos entran en la
literatura como tradicin hasta nuestros das
desde Ditima, Amarilis y Sulamita, entre
otros.11
El lenguaje ertico est en innumerables autores: Ovidio, La Fontaine, Voltaire,
Pierre Poys y otros tantos, donde se ha
manejado desde lo vulgar hasta las formas
ms perfectas de la belleza. Hasta
Shakespeare torn a este tema tantas veces que se puede sospechar que consideraba que ningn tratamiento poda explorar
ms de un ngulo de su inters.12 "Nunca
hubo historia ms dolorosa que esta de
Julieta y Romeo", se ha dicho, as como lo
"dolorosamente horrible de la tragedia de
Othello".12
Cabe a estas alturas preguntar: Qu
rumbos seguiran las emociones erticas de
un joven, o de cualquier persona, sobre las
cuales nunca hubieran influido directa o indirectamente al menos, la poesa sexual u
otra obra de arte? Inclnase uno a pensar
que un camino recto a un sencillo desenlace puramente animal de la situacin ertica,
sin incluir ninguna de esas vagas y profundas regiones de emocin que constituyen
parte tan principal de lo que tratamos de
designar de designar cuando empleamos la
palabra amor.
Sealar a travs de los siglos los diversos cambios en el ideal sexual y mostrar
cmo la poesa ertica ha determinado cambios en esos ideales, sera interminable. Pero
es seguro que cada uno a su manera han
producido cambios acumulativos y han hecho en sus tiempos que el punto de vista de las
cuestiones sexuales hayan sido diferentes.
Como ejemplo, podemos detenernos en
el movimiento Romntico, que tuvo distintas caractersticas segn el pas que consideramos: En Inglaterra fue primordialmente
pictrico, en Alemania, musical y en Francia, literario. Pero siempre se vuelve al ideal

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caballeresco que tanto modific el equilibrio en las relaciones amorosas entre el


hombre y la mujer.13 Wagner es uno que
resucita estos temas y las grandes leyendas para sus obras. Goethe, Chautebriand,
Bcquer y Espronceda figuran entre muchos de los autores que dan una lnea melanclica a sus obras.14
En esta poca tambin la mujer ser la
determinante de grandes inspiraciones:
Espronceda en su Canto a Teresa, clama
por la mujer que am; Lamartine inmortaliza figuras de la vida real; Goethe inmortaliza en la Margarita de Fausto la representacin ms pura de su amor por Grechten.14
La msica ha estado siempre en la creacin a travs de Eros. Es as desde la antigedad, cuando el lirismo griego se escriba para ser cantado con acompaamiento
musical. Lrica proviene de lira, el primero
de los instrumentos de cuerda usado por
los griegos. Una de las grandes figuras de
la msica de todos los tiempos, Federico
Chopin, tiene presente en toda su obra a la
mujer. El gran compositor Franz Liszt se
inspira en la campesina Alfonsina Plessi,
as como en la otra figura femenina, la princesa rusa; seran ambas las creadoras de
esas bellas pginas meldicas.14 La figura
de Clara Wieck inspira la obra de
Schumann, que no es capaz de triunfar hasta
que logra su matrimonio. Tambin en la obra
de Wagner retrata en su Isolda del Tristn,
a Matilde Weessendock. Ms tarde, ya viudo, se casa con Cosima Liszt, la hija del
gran compositor y de ah nace El Anillo de
los Nibelungos.14
Como vemos, el sexo y el arte relacionado con ste, se inspiran y se trasladan a
la vez a las regiones del sentimiento puro,
que son imposibles de explorar siguiendo
mtodos realstios o cientficos. Probablemente ningn instrumento, salvo el arte, la
poesa, la msica, ser nunca apto para explorarlas. La ciencia llega hasta cierto lmite; mas all se encuentra lo ms importante

para el alma humana, el sentimiento.


Al comienzo sealbamos a Eros como
Dios del amor. En literatura, la rosa es la flor
de este dios, con la que se corona. Aqu la
creacin es natural. Francisco de Rioja,
poeta espaol, cant a la rosa, comparndola con la aurora y haciendo resaltar la
brevedad de la vida floral:

"Pura, encendida Rosa,


mula de la llama que nace con el da,
Cmo naces tan llena de alegra,
si sabes que la edad que te da el Cielo
es apenas un breve y veloz vuelo?"
La historia hizo mrito a esta flor, consagrndola a realzar elevados valores morales y relevantes virtudes. Para algunos es
presagio de amor firme y duradero, como la
rosa que abre al mgico conjuro del roco
cristalino de la noche o a la frescura del
agua de la fuente.
En nuestra poesa y en nuestra creacin
musical tambin hay referencias a la brevedad o a la fragilidad floral. En este caso, no
por el tiempo, sino quizs cuando en un atardecer stas mueran al adivinar que el amor se
termina por la existencia de otro querer. Eso
lo expresa muy poticamente el tema Dos
Gardenias, conocido internacionalmente.
Ah est la grandeza de este smbolo, permanente en su encanto, en el tiempo y la distancia, pero reacio a perderlo ante la significacin de su emblema de pureza y perfeccin.

Referencias bibliogrficas
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actual (y 2a. parte). Tok Gin Pract
1986;45(3):177-89.
Recibido: 17 de marzo de 1998. Aprobado: 22 de
abril de 1998.
Dr. Miguel Lugones Botell. Policlnico Comunitario Docente "26 de Julio". Calle 72 esquina a 13,
Playa, Ciudad de La Habana, Cuba.

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