Amar Las Jarchas y Las Moaxacas en La España Musulmana

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Las jarchas y las moaxajas en la Espaa musulmana

By
Aziz Oulad Amar

A thesis submitted in partial


Fulfillment of the requirements for the
Degree of Master of Science at
Minnesota State University, Mankato

Mankato, Minnesota
January, 2013

NDICE
Introduccin ................................................................................................................. 1
Captulo I: Orgenes de la poesa estrfica ............................................................................5
Captulo II: El amor entre occidente y oriente ......................................................................13
Captulo III: Los rabes en Espaa .........................................................................................24
Captulo IV: El contexto de la moaxaja ..................................................................................27
Captulo V: Lenguaje problemtico .......................................................................................39
Captulo VI: Las jarchas ..........................................................................................................45
Captulo VII: El tema del amor...............................................................................................53
Conclusin ................................................................................................................... 57
Obras citadas ............................................................................................................... 65

1
Introduccin

Hablar de las jarchas es en realidad hablar de la voz femenina; una voz que hoy
en da parece excluida y sin fuerza en el mundo rabe musulmn. Este trabajo es un
homenaje a todas aquellas mujeres que han sufrido, durante aos, la opresin, la
exclusin y el mal trato del macho rabe.
En contraposicin con lo que sucede hoy en la mayora de los pases rabesmusulmanes, parece ser que en al-Andaluz de la edad media, la mujer tena una
situacin ms agradable porque gozaba de un margen de libertad muy importante
gracias a su presencia en muchos sectores especialmente culturales. Al-Andaluz
presenta sin duda un esplendor artstico nunca vivido en el mundo rabe musulmn y
con un nuevo tipo de poesa llamado jarcha-moaxaja.
Las jarchas son breves poemas de amor que representan el mundo femenino, el
mundo de las mujeres visto por ellas mismas. En las jarchas se trata de la ausencia del
amado, o quejas formuladas dentro de unos sentimientos amorosos e secretos muy
ntimos. No hay duda que que las jarchas forman la primera tentacin de un discurso
amoroso que lleva las seas de mujer. Por primera vez, la mujer puede quejarse,
manifestar sus deseos y formular su visin del amor. As que en al-Andaluz no slo la voz
masculina tena el derecho de expresarse, sino que todo el mundo tena una
oportunidad de expresarse y manifestarse su capacidad artstica y cultural.
Aunque la mayora de las jarchas son escritas por hombres, el contenido de ellas
es puramente femenino. Adems, la mayora de las jarchas son escritas por autores

annimos, pero hay una probabilidad que muchas de ellas han sido escritas por
mujeres.
Sin embargo, hay que recordar que el ao 1948 es un ao muy especial en la
historia de las jarchas y de la poesa estrfica en particular. En este ao, S.M. Stern dio a
conocer veinte estribillos o finidas en romance hispnico que remataban otras tantas
composiciones hebreas de los siglos XI al XIV, es decir, en una poca todava muy
primitiva de las lenguas y literaturas hispnicas y romances en general (SolSol 7).
Jarcha en rabe significa salida, son, en general, cancioncillas compuestas en el
idioma popular del pueblo, que eran, segn un famoso arabista, una especie de
romance con influencia del rabe y el hebreo, pero bsicamente romance), escritas en
caracteres rabes o hebreas sin vocales (Garca Gmez 28).
En otros estudios, la jarcha o la parte final o finida, es definida como la final de
una moaxaja.
La iniciativa de Stern fue la inauguracin de un terreno totalmente nuevo,
porque su trabajo fue recibido con sorpresa y general aplauso por parte, no slo de los
hispanistas peninsulares, sino tambin de romancistas extranjeros (7). El trabajo de
Stern fue seguido por otro gran descubrimiento de Garca Gmez en 1952, donde daba
a conocer un par de otras jarchas.
El propsito general de este trabajo es intentar acercarse al origen de la lrica
arbigo-andaluz, en especial las jarchas, intentando identificar las variables lingsticas,
culturales e histricas en la Espaa medieval. Este estudio pretende analizar las razones

que condujeron a una literatura rabe con su famoso doblete literario: moaxajasjarchas.
Histricamente, se tena conocimiento de que en la Espaa musulmana, por lo
menos en los siglos X-XI, se cantaban las jarchas en rabe vulgar que insertaron
despus, a manera de estribillo, en poemas de mayor extensin-la moaxaja (Castro
Daz 29). La moaxaja es un poema bilinge, o sea el poeta usaba el rabe clsico y otra
lengua, que es el rabe dialecto/vulgar, o el romance mozrabe. La entrada, o
introduccin del verso potico est escrito en un rabe clsico, mientras que los versos
finales estn escritos en rabe vulgar. Estos versos finales que cierran el poema se
llaman jarchas. Jarcha en este sentido, significa salida. La mayora de las jarchas son
escritas en rabe vulgar o popular, o en hebreo, o con una mescla de rabe, hebreo y
romance. Las jarchas se caracterizan por su sencillez temtica y de expresin. Y el tema
fundamental es el amor.
Para acercarse al origen de la lrica arbigo-andaluz, en especial las jarchas,
vamos a intentar identificar las variables lingsticas, culturales e histricas en la Espaa
medieval. Sin embargo, hay que plantear una introduccin al mundo rabe musulmn
de al-Andaluz, los llamados rabes occidentales, y sus contribuciones a la primera lrica
europea.
Para evitar confusiones y malos entendimientos, hay tambin que determinar las
caractersticas de las jarchas/moaxajas como producto cultural de una sociedad
andaluza en su pluralidad tnica, lingstica y religiosa.

En el captulo I, exploramos el origen de la poesa estrfica, sus comienzos y los


debates entre rabes y espaoles sobre la identificacin de esta poesa.
En el captulo II, definimos las diferencias entre el amor rabe y el amor
europeo, el amor platnico rabe que buscaba la idea la idealizacin- del amor, frente
a lo europeo que llevaba encima la idea del pecado del amor: El amor eterno platnico
versus el amor corts.
Por lo tanto, en el captulo III, repasemos la invasin rabe de al-ndalus,
subrayando la naturaleza del ser rabe-musulmn, empezando por sus races y su
cultura.
En el captulo IV, establecemos el contexto cultural que dio vida a la moaxaja,
sus razones de nacer en al-Andaluz y sus diferencias entre la casida del oriente.
El lenguaje de las jarchas-moaxajas marca el captulo V. Aqu, estudiamos el
problemtico lenguaje de las jarchas-moaxajas y las traducciones/interpretaciones que,
en muchos casos, se ven contradictorios.
En el captulo VI, destacamos la importancia de la jarcha en su relacin con la
moaxaja, repasamos la etimologa del trmino y los distintos tipos de jarchas
En el ltimo captulo, ofrecemos ejemplos del amor en las jarchas y los trminos
usados para justificar este amor.
Aparte de la conclusin, hemos aadido un apndice para facilitar al lector los
trminos ms destacados en este estudio.

Captulo I: Orgenes de la poesa estrfica


En esta seccin, exploramos los orgenes de la poesa estrfica para colocarla
dentro de la historia europea con el fin de reunir y completar nuestro conocimiento
fragmentario del panorama literario andalus y europeo primitivo (Carbonell 41).
Desde el siglo XVII se plantearon por primera vez la existencia de elementos
rabes en las literaturas europeas. Este debate de la presencia de componentes
orientales en las literaturas occidentales y viceversa est lejos de cerrarse. Las jarchas
parecen ofrecer unas respuestas a algunas preguntas que, durante siglos, han
reclamado una solucin.
Segn Carbonell, la poesa estrfica andalus se basaba sobre dos sistemas
opuestos. Primero se pensaba que las jarchas pertenecen al Arud clsico jaliliano, o sea
de la poesa rabe oriental y la segunda teora habla de una tradicin romance y su
reflejo en las jarchas.
Muchos especialistas en el medievo, tal como Dmaso Alonso y Monroe, afirman
que las jarchas representan una tradicin lrica romance incluso si se trata de
imitaciones, pues the very fact that they are imitations suggests the existence of a
model, for where there is an echo, there must be a voice (Monroe 143). El mismo
Monroe afirma que Four poetic traditions in four languages spoken by four peoples
closely related in space, time and culture, which exhibit so many thematic and formulaic
correspondences, as well as common stress-syllabic prosody, can only have resulted
from a common source (48).

Ahora bien, el gran inters por las jarchas en particular y la poesa estrfica en
general, han alcanzado actualmente un nivel internacional, porque los autores
mencionados en este trabajo han sido publicados en diferentes pases de Europa, de
Amrica y del mundo rabe. El objetivo de estos trabajos ha sido la promocin de un
mejor entendimiento de la literatura medieval y de sus influencias en el mundo. Este
inters se puede explicar por mltiples factores, pero dos factores parecen relevantes.
El primero reside en que las jarchas parecen dentro de un periodo y espacio muy
conflictivo donde hubo varias lenguas y varias religiones, y el segundo, aparece alndalus como centro cultural del mundo.
Desde un punto de vista histrico hay que recordar que el primer descubridor
occidental de las jarchas fue Menndez Pelayo, 1894, quien, dentro de la obra hebrea
de Yahuda Hallevi, detectaba textos que l crey estar en castellano, lo que fue seguido
de similares identificaciones por Brody, 1933, por Baer, de nuevo en textos del mismo
autor sefard, si bien tales descubrimientos, de coros alcance y escaso fruto, no tuvieron
eco (Corriente 71). Haba que esperar hasta la llegada de los descubrimientos de Stern
en 1948 y Emilio Garca Gmez en 1952, gracias a ellos desencadenaron un verdadero
alud de libros y artculos que alcanzan ya varios centenares, a juzgar por la bibliografa
publicada por Hitchcock, 1977, Lpez Morillas, en 1996 (71-72).
Sin embargo, el arabista Gonzlez Palencia nos ofrece una versin basando su
argumento sobre las estructuras sociales de la poca y la vida de los distintos estatus
sociales:

La moaxaja es la composicin en que alteran las rimas a


modo de un guexah (se refiere aqu a la moaxaja), es
decir, collar formado por dos lneas de perlas de distintos
colores, aludiendo a la composicin de rima. En realidad es
el mismo tipo artstico; pero el nombre del zjel se aplic a
las ms populares en que se usa el dialecto ms vulgar,
empleadas para cantar en la calle. La palabra moaxaja es
erudita y se aplicaba a las composiciones del tipo del zjel
en que se usaba el rabe clsico o de manera ms elevada
(Palencia 104)
Siguiendo los mismos pasos de Palencia, Le Gentil se centra en el gusto y la vida
interna de la clase alta rabe en Al-ndalus. Para l, las moaxajas eran producto de una
bsqueda consciente, de un refinamiento, que slo los poetas sabios, en el ambiente
particular de las cortes islmicas de Espaa, podan apreciar y hacer apreciar a su
alrededor (Le Gentil 214).
Hay que destacar tambin a Teresa Garulo, quien dice que la portacin ms original de
al-ndalus a la literatura rabe es precisamente la creacin de una nueva forma mtrica
donde se funden elementos populares con la poesa culta (Garulo 161).
Sin embargo, hay un gran nmero de expertos en el medievo que reconocen
formas distintas del origen rabe de las jarchas/moaxajas. Otros defienden la hispanidad
de estos poemas y que les consideran como parte del patrimonio romnico. Algunos por
razones ideolgicas o por la bsqueda de una identidad nacionalista, rechazan el origen

rabe de estos poemas. Hay dos ejemplos de ellos: el primero era Ribera que deca que
la idea de esa mtrica acentual y el estrofismo concomitan eran genticamente
hispnicos (Corriente 74). El segundo era el arabista Gmez que hablaba de las jarchas
con texto romance. Pero Gmez no parece convencido de la pureza romnica de estos
textos y habla en otros estudios de la poesa Arbigo-Andaluza. Siguiendo sus pasos
analticos, se pregunt:
Hasta qu punto y en qu medida y proporcin estn
realmente unidos? Hasta dnde es arbigo, es decir,
puro eco y resonancia de la que se cultivaba en el oriente
rabe (y ahora prescindimos del puro vehculo idiomtico),
y hasta dnde es andaluza, es decir, reflejo de la
sensibilidad hispnica, de las reacciones intelectuales y
sentimientos de los musulmanes espaoles?(Gmez 21).
El debate sigue abierto, lo que explica la complejidad de determinados
problemas como los que afectan al origen de la lrica en el mundo del Occidente
medieval y de las interacciones que pudieron existir entre el mundo rabe y el romance
a travs de Espaa (Vernet 272).
Muchos arabistas que consideraban las jarchas como producto hispnico se
basan en una nota de Ibn Bassam en su libro Dajira, (Tesoro), que compara versos de
autores andaluses con sus precedentes orientales, dice:
El primero que compuso poesas de la medida o clase de
las moaxajas en nuestro pas e invent este gnero fue

Mocadem Benmoafa, el de Cabra, el Ciego, el cual las


compuso empleando versos cortos; pero la mayor parte de
estas composiciones las hizo en formas mtricas
descuidadas, sin arte escrupuloso y usando la manera de
hablar del vulgo ignaro y la lengua romance. A esas frases
vulgares o romances, llamndolas estribillo. Con tales
versos cortos compona la moaxaja sin llegar a formas
perfectas en la combinacin y enlace de las rimas y sin que
estos versos fueran realmente elementos orgnicos del
conjunto de la estrofa (281).
Y por fin explica Ibn Bassam las razones que le han llevado a excluir las moaxajas
de su antologa: la mtrica de estas moaxajas las excluye de los objetivos de esta
coleccin, porque la mayora estn basadas en esquemas prosdicos distintos de los
versos rabes (283)
Ibn Bassam intent comparar la poesa estrfica andaluza con el Arud que era la
famosa mtrica de medir la poesa en oriente. El resultado de estas comparaciones del
crtico le llev a concluir que la poesa andaluza no encaja en absoluto con el Arud, y,
naturalmente, no forma parte de la poesa rabe. Gmez dejo que la poesa estrfica
andaluza son versos cortos, sin cesura interna, como los de la coplillas romances
(Corriente 90). Ribera, por su parte, les califica de formas mtricas descuidadas (Mata
110), y Nykl deca que no eran approved metres, y casi lo mismo deca Monroe
unusual metres rarely used (Corriente 87).

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Segn estas teoras, la mtrica de la poesa estrfica andaluza, es idntica y


derivada de la hispnica, es acentual, o sea, produce al odo un ritmo debido a la
periodicidad del acento tnico en determinadas silabas del verso (Pidal 92). Segn
Corriente, las transformaciones hechos en la lengua andaluza como siglos antes el latn
trado a Hispania, haba perdido el ritmo cuantitativo, y no perciba silabas breves y
largas, sino tnicas y tonasLas investigaciones sobre la fonologa del andalus
inequvocamente sealaban el carcter fontico del acento de intensidad en l, y la
ausencia de cantidad fontica, suscribi precipitadamente la hiptesis hispnica
(Corriente 92).
Por estas razones hubo un gran debate dentro de los hispanistas mismos. En
1912, el arabista Julin Ribera dice que hay una presencia romnica en la poesa
hispanorabe y la gnesis del propio gnero estrfico. Ribera ofrece dos hiptesis: 1.
que poda tratarse de una lrica autctona de la Hispania musulmana. Se conoca en esta
poca la existencia de la lengua romnica en la Espaa musulmana que haba durado
siglos. Procedente del latn vulgar de poca visigodo o pre-rabe; es la lengua llamada
Mozrabe, (trmino que refiere a los cristianos que viven entre los musulmanes de la
Pennsula Ibrica), aunque era tambin una lengua usada por los rabes de origen
hispnicos-mulades, y 2.que esta lrica romnica es de importacin y que fue llevada a
la Espaa musulmana por los emigrantes cristianos del norte, especialmente por los
gallegos , numerossimos en la Crdoba Omeya (siglo XIII-X) como esclavos y muy
apreciados, es decir esclavos de lujo o de placer, en el que ocupaban un importante
lugar las esclavas cantoras. Ribera defiende su tesis en la importancia de la poesa

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galaico-portuguesa posterior, frente a la ausencia de otro tipo de lrica peninsular


romnica. Hay tambin la tesis de la lrica provenzal, dada la existencia de las esclavas
Ifrany (Rubiera 154).
En conclusin, la identidad de las jarchas es resultado de un encuentro entre
varios factores histricos y culturales. Las mezclas lingsticas en al-Andaluz nos ofrecen
un producto tan raro y tan especial que parece imposible tener un solo dueo: es
evidente que hay una proporcin rabe muy significativa, pero aun as, el origen de las
jarchas es fruto de todos aquellos que han compartido el terreno andaluz. Sin embargo,
la dificultad del origen de las jarchas reside en su naturaleza: estamos en frente de un
texto serrado, complicado en su forma lingstica. as que cualquier lectura de una jarcha es

extremadamente difcil y puede ser polmica porque se trata de un texto que est
construido a base de unas consonantes dudosas, sin la ayuda de vocal alguna, y con el
nico patrn de un metro que debe intuirse(El Pas).

Los rabes de oriente han participado en este debate para ofrecer sus ideas y
versiones sobre esa poesa estrfica rabe; (rabe entre parntesis por no estar
seguro de ello o quizs es una hiptesis entre otras). Cmo calificaron los rabes del
oriente el producto cultural, sobre todo potico, de al-Andaluz, o mejor dicho de los
rabes del occidente?
Los rabes piensan que las jarchas forman parte de su propio patrimonio cultural
con la razn de que las jarchas en rabe vulgar o clsico constituyen un 95% de todas las
conocidas y los romances slo una pequesima proporcin. Mientras tanto, el escritor
rabe Said Ghazi considera que las moaxajas son una simple elaboracin del mussamat

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(un tipo de poesa rabe basado en rimas internas e conocido en Bagdad de la poca
abas). Otros (con un tono ms o menos fantico) reconocen que las moaxajas/jarchas
nacieron en el suelo andaluz, pero siempre dentro de una tradicin puramente rabe y
como desarrollo natural de ella.
Para Ghazi, la diferencia de tono entre los dos elementos de la composicin: el
de las jarchas mozrabes es la mujer quien declara su amor, mientras que en la lrica
rabe (casida e incluso las moaxajas), es el hombre el amante apasionante ante la
timidez y el orgullo femenino. Lo que le lleva a considerar que el estribillo surge de una
rica herencia potica totalmente independiente de la oriental, y que los poetas
andaluses lo tenan que coger de la boca del pueblo (Gmez 178).
El debate rabe tampoco lleg a una conclusin satisfactoria sobre el origen de
estas cancioncillas porque hay una gran cantidad de ellas escritas por poetas annimos.
Pero algo es cierto es que la moaxaja est escrita en rabe, y hay una posibilidad que
sea de origen rabe.
Con el fin de entender las jarchas era imprescindible ver sus races/orgenes. Era
necesario dar versiones contradictorias para un mejor entendimiento de la lrica
primitiva; y en particular su aspecto lingstico. El nmero de estudios sobre el tema del
origen, las diferencias profundas entre arabistas y rabes muestra que estamos en
frente de un tema muy problemtico, y que todava falta mucho camino para llegar a un
conocimiento seguro de su origen.

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Captulo II: El amor entre occidente y oriente


En este captulo intentamos resolver los conceptos del amor en occidente y
oriente para, en fin, aclarar la funcin del amor en las jarchas en trminos de relaciones
entre los amantes.
El amor en el mundo rabe est calificado por Ibn Rachik en su libro Al Omda
de la forma siguiente:
Dice alguien: entre los rabes es costumbre que sea el
poeta quien galantee a las mujeres y se finja muerto de
amor (por ellas), mientras que entre los no rabes la
costumbre es hacer a la mujer solicitar y desear con sus
declaraciones (a su amante), diferencia que constituye un
indicio de noble condicin de los rabes y del celo con que
guardan a sus mujeres (Y Gasset 63).
Pero cmo se puede definir el amor rabe? Hay algunas seas que le
diferencia del amor occidental? Para responder hay que remontar en los tiempos para
ver, en voz del gran poeta andaluz Ibn Hazm, lo que significa el amor. Su libro titulado El
collar de la paloma trata de buscar la esencia del amor:
Te amo con un amor inalterable
Mientras tantos amores humanos no son ms que espejismos
Te consagro un amor puro y sin mcula:
En mis entraas esta visiblemente grabado y escrito tu cario.
Si en mi espritu hubiese otra cosa que t

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La arrancara y desgarrara con mis propias manos


No quiero de ti otra cosa que amor;
Fuera de l no te pido nada (Hazm 168).
Es difcil, segn Ortega y Gasset entender, (como occidental, o dentro de la
nocin occidental del amor), suficientemente esos versos porque no sabemos qu
quiere decir el autor con la palabra amor (Ortega Y Gasset 160). Segn el mismo autor
estos versos van dirigidos a un hombre (161). Lo que significa que estos versos son
similares, o casi, a lo que Plantn se refiere- en el sentido en que el amor existe entre
hombre y hombre y no entenda el filsofo griego bien lo que pudiera ser un amor de
hombre a mujer (161). El conocimiento de Platn y Aristteles en los siglos IX y X,
permiti a los rabes encontrar otros textos y maneras de contar el amor aunque fuera
de las rdenes de la institucin y disciplina muy rgida de la religin musulmana. De una
manera general se puede resumir el amor del gran poeta y filsofo andaluz Ibn Hazm en
los siguientes pasos:
1-Una seleccin de los actos que son seal de que dos personas estn enamorados
2- El erotismo de la mujer frente a la dispersin en que el varn suele vivir y le impide
una ltima concentracin en su fervor
3- Precisin sobre el placer de los dos sexos
4- Cmo se puede caracterizar el primer amor
5- Conciencia clara que tiene de ser el amor una de las cosas ms penetrantes en el ser
humano
6- La reconciliacin entre amantes

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7- Sobre el olvido (163).


Segn Ortega y Gasset, se puede empezar a entender el concepto del amor en el
occidente durante la edad media a travs de un fragmento de una lrica francesa que
ofrece estribillos semejantes a las jarchas rabes:
Je me duel, amie, des dous malz que jai,
Se nai vostre ayde, bien croi, jen morrai
En castellano:
Estoy en duelo, amigo, de los males que tengo
Sin vuestra ayuda, amigo, creo, que morir.
La cultura occidental del siglo XII, como la de los musulmanes, es una cultura de
lo masculino. Frente a la actividad pblica del hombre, la mujer queda relegada al
interior de la casa, de manera que las expresiones de un discurso femenino no hay que
buscarlas en el juego del amor corts, cuya ideologa refleja una organizacin
fuertemente vasalltica, sino en la espontaneidad de la lrica popular, que est al
margen del espritu cortesano.( Lpez Castro 45). Es entonces un espritu que no se
diferencia en mucho con lo de los musulmanes. Se puede notar que en la experiencia
ertica occidental, tal como se nota en la oriental, la lrica amorosa de tipo tradicional
tiende a decir el deseo en su plenitud, pues vivir la sensualidad se convierte en una
expresin de libertad (450).
El fragmento siguiente de una cancin tradicional castellana, donde la
enamorada canta sus deseos invitando al amado en los tiempos perdidos del alba,
parece servir para ver en claro la presencia de la influencia de las jarchas:

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Al alba venid, buen amigo


Al alba venid
Amigo el que yo ms quera
Venid al alba del da
El trmino alba se repite frecuentemente en las jarchas donde la llegada del
amanecer anuncia el fin del amor. Igual como sucede en los cuentos rabes de las Mil y
una noches.
Segn Ortega y Gasset:
A finales del siglo XI y comienzo del siglo XII, se inicia en
Francia una manera de sentir el hombre a la mujer que no
tiene estrictos precedentes ni de la cultura antigua ni en
los siglos de la Edad Media anteriores. El hombre se
complace a considerar a la mujer como algo superior a l.
Se le rinde culto. Se proyecta sobre la relacin sentimental
entre ambos sexos la idea del seoro, que en ese mismo
tiempo comienza a informar la sociedad. La mujer es
seora y el hombre su vasalloEl sentimiento hacia la
mujer que enuncian los trovadores implica distancia. La
amada aparece esencialmente situada en la lejana, y, con
frecuencia, en remoto peralte, como la estrella. No est al
alcance de la mano, y, por tanto, de la caricia. No es algo
que se acaricia y de que se goza, sino algo de que est

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dolorosamente separado y que se echa de menosy el


amor se presenta como delicioso dolor, como venturosa
herida (y Gasset 166).
Siguiendo los pasos del mismo autor, se trata aqu de un amor que parece en
algunos grados al amor riental de nombre de Urd, donde el hombre sufre de amor
por renunciar al goce de la amada.
La religin musulmana da al hombre pleno derecho sexual a travs de la
poligamia. Pero esta situacin poligamia- condena al hombre de rechazar a
enamorarse o estar enamorado. As que la mujer se convierte en un ser inalcanzable,
en un personaje de la imaginacin, ms que un ser real, y el amor, en deseo no
satisfecho (Rubiera Mata 58).
Aqu unos versos del califa de Bagdad Harun al-Rachid:
Tres mujeres me domean
Y acampan en mi corazn
Por qu todas las criaturas me obedecen
y yo las obedezco a ellas que me rebelan?
Ser acaso que el poder del amor que poseen
es ms fuerte que mi poder?
El mismo tema/idea ser expresado por el emir de Al-ndalus, Al Hakam I
cuando se pregunta:
Quin me ayudar contra las tiranas de mi cuerpo?
Ellas doblegan, con el amor, mi fuerza y poder (58)

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Todo figura directamente en los poemas de las jarchas. La ausencia angustiada


del habib o amigo se nota fuertemente en ellas. Aqu un ejemplo:
Vaise mio corachon de mib
Ya Rabbi! si me tornarad?
Tan mal me duoled li-l-habib,
enfermo yed cuand sanarad?(De Fuentes 109).
En castellano:
Vase mi corazn de mi
Ay Dios!? Acaso tornar?
Tan grande es mi dolor por el amado,
Enfermo est, cundo sanar?
La voz potica (un poeta annimo) emplea recursos muy precisos. Con el uso de
las exclamaciones e interrogaciones, el poeta dibuja un cuadro lleno de belleza: la vuelta
del amado parece una urgencia para la amada.
Otro ejemplo de esta ausencia donde una jovencita muchacha se queja ante su
madre por la ausencia del amado (habib/amigo):
La encerrada doncellica, (segn otra versin, se usa doncellita).
a la que la ausencia aflige,
la que, con sus trece aos
llora, abandonada y triste
embriagada de deseos,
qu bien a su madre dice:

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Madre, mi amigo
se va y no tornar ms
Dime qu har, madre:
no me dejar siquiera un besito? (Castro Daz 129-130)
En muchas jarchas hay una manifestacin muy fuerte del amor: una muchacha
enamorada suplica a su amado, denominado bajo el nombre rabe habibi, que responde
a su pasin con un tono ertico, le ruega que est presente y cerca de ella. En otras
ocasiones la muchacha lamenta la ausencia de su habib que ya se fue a un lugar lejano.
Manifiesta, tambin, sus celos y su disposicin o decisin de salir en busca del
amado/amigo/habib.
La prdida del ser amado y todos los efectos que provoca, sobre todo el dolor,
no tienen lmites. Parece que se trata de un juego de amor/dolor, una combinacin,
aunque parezca contradictoria, planteada como objeto bsico para los dos amantes.
Para sobrepasar el dolor, la enamorada tiene la esperanza que se manifiesta en
esperar la vuelta del amado. Esperar se convierte en un tiempo perpetuo y en un
crculo cerrado. Son capaces los enamorados de soportar esa desesperada espera para
siempre? Dicho de otra manera, se puede hablar de un eterno retorno?, de una
nueva forma de sentir el bien y el mal, la soledad, las angustias y la separacin? Barthes
reacciona sobre la lgica de este tipo de amor, o mejor dicho de un amor suspendido,
de un amor que est en la lista de esperas/esperanzas:
Todas estas diversiones que me solicitan seran momentos
perdidos para la espera, impurezas de la angustia. Puesto

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que la angustia de la espera, en su pureza, quiere que yo


me quede sentado en un silln al alcance del telfono, sin
hacer nada.
El ser que espero no es real. El otro viene all donde yo lo
espero, all donde yo lo he creado ya. Y si no viene lo
alucino: la espera es un delirio (Barthes 43).
Los versos de la doncella: Madre, mi amigo se va/ y no tornar ms/Dime qu
har, madre: / no me dejar siquiera un besito?, presentan una catstrofe. La situacin
amorosa de la doncella est en peligro, es una situacin vivida por el sujeto como algo
que debe destruirlo irremediablemente un sujeto con mal de amores (Barthes 66).
Tenemos un personaje al borde de un ataque de nervios. El pnico de la prdida del
otro, del amante, se convierte en las jarchas en un mensaje repetitivo: el yo potico: el
verdadero poeta que pone estos versos (sus versos) en boca de una doncella est
sometido, queriendo someter a su yo en el otro que canta sus penas y dolores
(78). El yo mujer/hombre no refleja ningn contraste de los dos seres inseparableshay que recordar aqu que hace ya tiempo que Flaubert hablaba del yo es otro en su
obra maestra Madame Bovary.
En las jarchas, el deseo es siempre lo mismo: la ausencia del amante y el reflejo
psicolgico sobre la amada. El amor en las jarchas elimina todo el resto: los espacios, las
descripciones, la naturaleza, etc., lo que existe es el amor sin fines felices. Lo que hay se
resume en dudas, deseos, enfados, e involucra una parte muy fina de la familia sobre

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todo la madre. Tanto el ser amado como la amante parece frgil/dbil,


daada/lastimada por el amor.
En las jarchas, el discurso amoroso aplasta a todo otro discurso: no hay ningn
espacio para algo extra, algo que pueda perturbar la esencia pura, particular y deliciosa
del amor. En una palabra, el amor en las jarchas vive su forma mxima a travs de la
exclusin de otras formas de expresin (Ortega y Gasset 165).
Al mencionar antes a Ibn-Hazm, el autor del collar de la paloma, quera
subrayar la relacin entre este poeta andaluz y los griegos, sobre todo a Platn y
Aristteles, para entender las diferencias sobre el tema del amor entre ambas
civilizaciones. Resulta que entre el autor andalus y los filsofos griegos no hay gran
diferencia en cuanto al tema del amor: segn Platn, el amor es la unin total, es la
bsqueda de la otra mitad que est perdida dentro del mundo de las ideas. Esta
bsqueda perpetua es el nico placer que el ser debe perseguir.
Casi la misma frmula se encuentra en la definicin del amor de Ibn-Hazm. Se
trata, segn l de un gozo sin mancha y sin mezcla, la perfeccin de los sueos, el
trmino de todas las promesas (Hazm283). Se puede notar sin duda la influencia de
Platn sobre ibn Hazm, pero tambin se puede hablar de una reintegracin de Platn en
la cultura rabe, especialmente andaluza. As que el amor de Dios se convirti en un
amor del ser ausente, del ser humano-ausente. Y el amor en su profundidad es la
bsqueda al encuentro del ausente, sea dios que est detrs del amado o Dios mismo
que cre el amor (Barthes 88). No importa el sujeto, lo que importa es el amor en s. El
amor limpio de Ibn Hazm, el amor de las ideas de Platn.

22

En suma, el amor corts europeo era un amor que expresaba la nobleza y


caballera. Era un amor secreto entre miembros de la nobleza y generalmente no se
practica entre marido y mujerera una experiencia entre el deseo ertico y el logro
espiritual: un amor a la vez ilcito y moralmente elevado, apasionado y disciplinado,
humillante y exaltante, humano y transcendente (Corriente 139). Mientras tanto, la
nocin del amor rabe busca su esencia, lo ms all, la idea del amor, y el europeo es
una disciplina ennoblecedora y un modelo a seguir (Gaston Paris 209). Segn Pars, el
amante acepta la independencia de la amante y trata de hacerse digno de ella, actuando
con valenta y honor, noblemente (219). Se puede calificar al amor europeo como amor
aristocrticoamor caballeresco, mientras que el rabe tiene una inspiracin
neoplatnica. Segn el mismo Pars, en el mundo rabe musulmn (ver el captulo III),
hubo una mezcla de razas y etnias que en muchas ocasiones reflejaba unas visiones
cercanas a las europeas. La idea del amor por amor y la valoracin/elevacin de la
mujer amada han parecido en muchos textos rabes de los siglos IX y X.
La importancia del amor en las jarchas viene de su coraje de hablar de algo muy
humano en una poca muy lejana llamada edad media. Se trata de fragmentos hechos a
base de una vida mezclada de rabes de oriente, de africanos de norte, y otras
entidades de otras tierras que han coincidido en al-Andaluz. El resultado es aquel amor
que no puede tener ninguna sea de identidad, es un amor multitnico que no
pertenece a nadie y al mismo tiempo a todos. Las jarchas no hacen sino resumir estas
mezclas dentro de un contexto artstico y crear de ello una tradicin literaria. Se puede
decir que la aparicin de la poesa amorosa en al-Andaluz fue una manifestacin de

23

rebelda literaria. Es una nueva manera de contar las emocionas y sentimientos sin tener
que ser llamado amor cortes o amor udri rabe. La singularidad de las jarchas es que el
amor en no tiene nombre ni ttulo, rechaza encajarse en una lista dada, es el producto
del pueblo andaluz y de sus fantasas.
Lejos de ser aristcratas o nobles, los poetas de las jarchas vienen del
marginado, de la nada , y por eso sus amores cuentan, porque llevaban sueos y deseos
de alcanzar algo inalcanzable y buscan momentos fugaces que perpetan al alma e
intensifican una tal pasin.
Ha servido este captulo para entender cmo se manifiesta el amor en las jarchas
y de qu forma se presenta, porque a raz del cmo y del qu, el ser rabe-andaluz
pretenda expresar su forma de amar.

24

Captulo III: Los rabes en Espaa


Con el propsito de entender mejor las jarchas, es importante conocer sus
autores, los que participaron en encender las primeras luces en el mundo andaluz. Por
eso es importante saber quines son los rabes? Vamos a dar una primera definicin,
aunque sea muy limitada, para poner en claro a qu se refiere dentro del texto histrico
y cultural.
El historiador britnico H. A. R. Gibb ha dado una famosa definicin que dice:
Son rabes todos aquellos para los que el conocimiento
central de la historia es la misin de Mahoma y la memoria
del imperio rabe y que, adems, aprecian la lengua rabe
y su herencia cultural como una posicin comn
(Rodinson 12).
Lo que se entiende de la destacada definicin es que excluye a todos los rabes
que no son musulmanes. Hay muchos rabes que no son musulmanes aunque
pertenecen a la ideologa arabista (12), como el caso del Lbano donde la mayora son
cristianos y los numerosos cristianos de Egipto y algunos otros pases rabes. Es verdad
que algunos rechazan la identidad rabe, pese a que el rabe es su lengua materna
(75).
Segn Rodinson, el pueblo rabe exista ya antes de Mahoma; los rabes eran
paganos, mazdeos, cristianos, judos o judaizantes (Rodinson 13). La definicin de Gibb
no considera otros factores que no forman parte del conjunto rabe y mezcla
claramente el rabe y el musulmn dentro de un conjunto inseparable.

25

Dentro de la historia de las grandes invasiones rabes de los siglos VII y VIII
dispersaron a una fraccin importante de las tribus de Arabia por un espacio vastsimo,
desde la India a los Pirineos. Los rabes poseyeron en esta poca un imperio muy
extenso, habitado por mltiples pueblos: iberos romanizados y godos de Espaa,
berberes, egipcios, sirios, mesopotamios, iranios, etc. (15). As que la islamizacin se
extiende sin llevar consigo siempre la arabizacin (de la lengua rabe, en el mismo
sentido cuando se habla de la castellanizacin/cristianizacin de las Amricas). Muchos
persas, turcos y berberes se convierten en fieles musulmanes sin llegar a ser rabes, y
continan hablando su propia lengua. Lo que significa que en el imperio musulmn
coexisten etnias musulmanas heterogneas.
Sin embargo, el orientalista Rodinson aclara que en el caso de Espaa,
conquistada por los rabes en el siglo VIII, exactamente entre los aos 711-714, fue
arabizada y berberizada, y un gran nmero de autctonos adaptaron el Islam y se
adhirieron a la arabidad, (de la lengua rabe), pero los dialectos romnicos siguieron
hablados, (y finalmente escritos en caracteres arbigos) junto con el rabe, incluso por
los musulmanes arabizados (73). La palabra rabe utilizada aqu no se refiere a ninguna
etnia ni religin sino a la lengua utilizada por rabes, persas, turcos, judos, algunos
berberes y espaoles durante la edad media y que sirvi de vehculo para la
transmisin de los ms diversos saberes de la antigedad-clsica u oriental- al mundo
del islam (Vernet 7).
Muchos expertos del medioevo andalus consideran el siglo XI como siglo de oro
de la literatura de Al-ndalus. Es considerada edad de oro tanto por el nmero de

26

autores como por la variedad de gneros, la maestra con que los escritores supieron
tratarlos, la libertad creativa de que parecen haber disfrutado, y la influencia que
ejercieron en autores y gneros de pocas posteriores (Garulo 13).
Con esta historia en la mente, se puede decir que la jarcha aparece en al-Andaluz
como un testimonio nuevo contra la rgida estructura de la poesa oriental y como
prueba de ello su sistema se basa en un estribillo asonantado y con un nmero muy
limitado de versos. Con su lenguaje sencillo, la jarcha se convirti en la cultura popular
por excelencia.
Otro aspecto de este retrato histrico es que por primera vez, el lenguaje rabe
se mezcla con varios otros lenguajes especialmente el romance.
Por fin se puede decir que las jarchas entran en la historia desafiando al ritmo
cultural del oriente y marcando un nuevo estilo.
Ha servido este captulo para ver que la invasin rabe a la Pennsula Ibrica,
sobre todo al-Andaluz, marc todo una poca y dio a formular una cultura mestiza:
haba el rabe intelectual, el vulgo, la lengua romance y el latn. Era prescindible
destacar este lado histrico para conocer de cerca quien eran los rabes, musulmanes y
otros que han participado a celebrar una civilizacin llamada andalus.

27

Captulo IV: El contexto de la moaxaja


En este captulo establecemos el contexto cultural que dio vida a la moaxaja para
captar el carcter literario de ella. Conocer el contexto de la moaxaja es relacionado
automticamente con su lenguaje, su forma de comunicar y su lado prctico.
La conquista de los rabes al terreno andaluz planteaba en su debut un
problema de comunicacin entre las variedades lingsticas de la Pennsula. Pues, en alAndaluz, aparte del uso de la lengua rabe clsica, se form un dialecto rabe que
llevaba a dentro los elementos de todas las lenguas usadas en al-Al-ndalus: un
substrato latino o romnico con cierta abundancia de romancismo o palabras de origen
latino. Este dialecto que se llam hispano-rabe produjo una literatura que nos ha
llegado a travs de la moaxaja (Garullo 38).
El bilingismo en al-ndalus era un factor, entre otros, de la aparicin del
estribillo llamado jarcha. Este tipo de poesa alcanz su mayor esplendor en los tiempos
de la fe en la diferencia, tolerancia y competencia artstica. Sin embargo, en al-ndalus
no era fcil determinar el tipo de bilingismo y su efecto social. Zwartjes habla de la
confusion of different types of bilingualism (Zwartjes 5). Para un mejor
entendimiento de este bilingismo andaluz, merece la pena seguir los pasos que nos
ofrece el autor de Love Songs from Al-Andalus, cuando hace una divisin
extremadamente interesante para el uso del lenguaje de una sociedad:
We can distinguish societies in which each group is
monolingual and a small group of bilingual individuals
intermediates between them. Another possibility is that all

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individuals are bilingual. A third type of bilingualism is


obtained when only one group, a minority for instance, is
bilingual in a monolingual society (Zwartjes 67)
Las jarchas, segn Zwartjes, son las nicas muestras que nos ofrece el testimonio
de estas diferencias en aquellos tiempos de Al-ndalus. Era muy frecuente en esta
poca hablar de un moro latinado y de un mozrabe arabizado, (Gmez 98), o sea
que haba una comunicacin entre los musulmanes y espaoles en trminos de
intercambio de lenguaje y el aprendizaje uno del otro. As, y dentro de esta mezcla
lingstica, apareci la lrica arbigo-andaluza. Una literatura llamada popular, o sea, que
refleja el cotidiano, las costumbres y tradiciones, y expresa una calidad artstica.
La primera manifestacin de este bilingismo se refleja en primer lugar en los
trabajos del gran poeta Ibn Quzman que convirti el rabe dialectal en lengua literaria.
La aportacin ms original de al-ndalus a la literatura rabe es la creacin de una
nueva forma mtrica donde se funden elementos populares con la poesa culta. La
moaxaja es un gran ejemplo de esta mezcla. El tawshih (la forma inicial del poema
moaxaja) ocurre cuando:
The beginning of the line testifies to its rhyme syllable and
the meaning of the latter is attached to the former in such
a way that anyone who knows the rhyme syllable of the
poem to which the verse belongs knows its end as soon as
he hears the beginning of the verse (Zwartjes 320).

29

Buscando el final, o sea la jarcha, es el trabajo primordial de la moaxaja o del


moaxajero. Hay que recordar lo que dijo Ibn Sana alMulk sobre las jarchas y sus
relaciones con las moaxajas. Segn l, el poeta debe inventar el final de la moaxaja (la
jarcha) primero y despus construir sobre ella el resto del poema. Segn al-Mulk, la
moaxaja es la parte secundaria de la jarcha, y su tema depende del tema de la jarcha.
Este gran moaxajero de Egipto habla tambin de cmo se representa la moaxaja de alndalus y transmite su entusiasmo y la influencia que obtuvo en l:
En la flor de mi vida y de mis verdes aos me prend de
ellas (las moaxajas), las am con pasin, las o a menudo,
me las aprend de memoria, las estudi a fondo, penetr
en sus secretos, me asom a sus senos, las revolv por
dentro y por fuera, abrac a sus vrgenes y a sus matronas,
buce en pos de sus perlas escondidas, y no contento con
las noticias sabidas, me intern en sus ocultos repliegues.
Llegu a comprender que su conocimiento es estmulo de
la razn y rectificacin del entendimiento, as como su
ignorancia es ofensa del carcter y perversin de la mente
(152).
La moaxaja es un poema estrfico muy diferente de la casida. Es un poema
compuesto de cinco o seis estrofas, cada una de ellas dividida en dos partes: una, con
rima comn que se llama gusn /bayt= (que equivale en castellano mudanza), y otra, con
rimas y estructuras iguales a la jarcha se llama qufl= (vuelta). El poema termina siempre

30

con una estrofa qufl, es decir, con las de rima comn o vuelta. Esta ltima estrofa se
llama en rabe jarja o salida o markaz, centro o estribillo
La moaxaja presenta una estructura muy precisa, que slo admite muy pocos
cambios o variantes. Al contrario de los poemas tradicionales rabes, que se forman de
estructuras monorrimas y de versos largos cuantitativos, la moaxaja es ms breve, y
tiene un nmero limitado de versos cortos polirrmicos y de naturaleza cualitativa, es
decir, basados no en el sistema de slabas largas y breves, sino en el acento tnico
(Sol-Sol 10).
Para entender mejor este juego de mudanza y vuelta, o sea de rimas, dentro de
las moaxajas, aqu hay una seleccin de ellas:
Qufl

el amor juguetea con mi corazn


que se queja y llora por la pasin

Gusn

Oh gentes Mi corazn est prendado,


y es quien ansia amar, desconcertado;
le enga y es mi llanto, el derramado

Jarcha o Markaz/Salida

no encuentro para la calma ninguna razn


Derramar lgrimas es mi nico blasn

(Rubiera 151).
La moaxaja fue inventada por Muhammad Ibn Mahmud o segn Gmez,
Muqaddam ibn Muafa de Cabra, poeta del emir Abd-Allah (888-912).
Un crtico rabe de la poca llamado ibn Bassam no encuentra en las moaxajas
de ibn Muafa ningn uso del sistema potico rabe. As que para l, el moaxajero de

31

Cabra tomando expresiones en la lengua coloquial o en romance, a las que llamaba


markaz (jarcha), y construyendo sobre ellas la moaxaja (Garulo 166), y por supuesto,
tena que adaptarse a un sistema que no es lo del rabe clsico, o sea de la casida. Y por
fin ibn Bassam explica que las razones que le han llevado a excluir las moaxajas de su
antologa estn en la forma mtrica de estas moaxajas porque la mayora estn
basadas en esquemas prosdicos distintos de los versos rabes (67).
En general se puede hacer una separacin provisionalmente entre la lrica rabe
y la romnica usando los pasos siguientes: pues en la lrica rabe andaluza parece el
amor como tema principal, como pilar fundador en que se plantea todo el texto potico:
los trminos de habib, ashik, khalil, etc., que pueden significar, depende claro del
contexto, amor. Se puede decir dentro de este contexto que la moaxaja marca una casiruptura con los largos versos de la casida y formula un nuevo modelo que es ms breve
y directo. Mientras que en la lrica romnica hay una variedad de temas que pueden ser
de temas amorosos, descripciones de la naturaleza, etc. Sin embargo, comparten con la
lrica rabe su forma breve.
Ofrezco a continuacin, con forma detallada, la estructura de la moaxaja,
ejemplos especficos de ellas y por fin sus temas ms importantes:
1-Estructura estrfica de la moaxaja
Segn Corrientes,
el estrofsmo de la moaxaja, a diferencia de lo
comn en la versificacin europea: no es genticamente el
resultado de combinar, como constituyentes, versos de

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distinta rima segn un esquema determinado dentro de


cada estrofa, sino de subdividir cada verso de un poema
monorrimo en segmentos, en principio,
predominantemente cinco, de que los tres primeros riman
entre s en cada estrofa, pero con consonante distinta en
cada una de ellas, mientras que los dos ltimos
mantienen, a manera de estribillo, la rima del poema
monorrimo generador: es decir, que aaaa, etc., genera,
por escisin interior, bbbaa cccaa dddaa eeeaa, etc. Con
respeto a otros gneros poticos estrficos rabes
orientales, con lo que tiene una indiscutible y obvia
relacin gentica, particularmente con el musammat,
resultado tambin de la aparicin de rimas internas en los
versos monorrimos de una casida, o sea, bbb(b)a ccc(c)a
ddd(c)a, etc., el muwassah se caracteriza esencialmente
por la presencia de una xarjah o ltimo estribillo en lengua
vulgar casi siempre(generalmente dialecto rabe andalus,
raramente romandalus), a manera de gracia folclrica o
tesitura ldica, llamada hazl por la preceptiva rabe y
opuesta al jidd o seriedad de la lengua y temticas clsica
(Corrientes 24).

33

Dentro de este esquema,o sea, AA bbbAA cccAA eeeAA, que ,como ha sido mencionado
antes, poda presentar ligeras variantes; los estribillos, o vueltas son ms importantes y
dirigen la moaxaja hacia una salida que lleva el nombre de jarcha. Otro punto
importante de la moaxaja es su lenguaje culto: debera de estar redactaba en rabe
clsico.
Segn el testimonio del egipcio del siglo XII, ibn Sana al-Mulk:
La moaxaja constaba de seis partes que rimaban entre s,
llamadas qufl, y de cinco partes ms denominadas bayt,
que no precisaba de rima comn. Los qufl o vueltas
estaban formados generalmente de dos versos o esticos.
Los bayt o cuerpos, en cambio, constaban, por lo
general, de tres. Segn el Gays al-tawsih, obra que
contiene 165 moaxajas, el 87% de ellas son de cinco
estrofas, oscilando el resto entre tres y siete (Sol-Sol
11)
La moaxaja se diferencia de la casida por su longitud, tena un nmero limitado de
versos de distintas rimas-algunos explican esta brevedad por la razn de que la moaxaja
se creaba para ser cantada o recitada con instrumentos musicales.
2-Ejemplos de las distintas formas de la moaxaja.
En el primer ejemplo se trata de una moaxaja de verso simple con tres mudanzas y dos
vueltas. Centradas en el estribillo: bbbaa.
Sahirtu wanama lwara

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Tara layta si-ri tara


Asa atu layli suhur
Ami llaylu hawli yadur
Es decir:
Se me ha vedado el delicioso sueno
Velo, mientras la gente duerme
Y ojal supiera, por ventura
Si las horas de mi noche son meses
O es que la noche en torno a mi gira. (Traducciones de Corrientes 125)
Moaxaja de verso doble con una vuelta: bcbcbcaa:
Hatiha sahi ku usa jalibatin lissururi
Wartakib minha sumusa tali atin fi buduri
Ma tara- rrawda arusa fi hula nawrin wanuri
Waatat ruslu nnawasin tajtali haqi imawasim
Es decir:
Vengan amigo, esas copas portadoras de alegra
mira que son soles nacientes entre lunas
no ves que el jardn es una novia enjoyada de flores y luz
y que han venido mensajeros de los cfiros a contemplar estos festejos?
(131).
3-Temas de la moaxaja

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Los temas de la moaxaja son bastante variados; algunos de ellas acogen los
temas tradicionales que estaban en el oriente, o de las casidas de Bagdad, como
panegricos, elegas, solitud, erotismo y descripciones de la belleza de al-ndalus. Estas
descripciones que vienen a sustituir el trasnochado rahil (viaje) o descripcin de viaje
por el desierto de la casida de los primeros tiempos que, sin embargo, an reaparece de
vez en cuando junto a otros tpicos desgastados como el llanto sobre los restos del
campamento de la amada(Corrientes 40).
En el siguiente fragmento se puede notar la presencia del vino como tema del
poema, aunque el sustantivo vedado ofrece ms que una interpretacin, el amor
como principal motivo, se aplica tanto al ser humano como a la bebida del vino. La
estructura interna de estos versos nos ofrece todos los ingredientes del doble sentido
del amor: el verbo perder (perd a la hija) es muy significativo e introduce al mismo
tiempo las cosas ms queridas donde el vino forma parte crucial de estas cosas
queridas.
Desde que perd a la hija de Fulano y me qued vedado el vino
No he probado cosa tierna, ni visto rostro hermoso
La fortuna me ha atacado: ni vino, ni beldad (Corrientes 63).
El tema principal de la moaxaja es el sufrimiento amoroso, que comparte
fundamentalmente con el tema de la jarcha. El poeta expresa sus dolores y sus penas
por un amor no correspondido. Habla tambin del abandono de su querida y expresa
con dolor su solitud. El poeta se siente cansado y no puede aguantar esta situacin de

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amor perdido. A veces la pena del amante es tan profunda que se siente morir de amor
(tema del amor mrtir) (Sol-Sol 16).
Otro tema que es muy presente en la moaxaja es el tema de panegrico donde el
poeta dirige su discurso potico a un personaje importante en la sociedad. Pero aunque
el tema es panegrico, lleva una introduccin o una parte amorosa cuya intencin es la
de predisponer favorablemente el nimo del lector o del pblico (16).
Los temas del amor en la moaxaja rabe pueden ser resumidos en lo siguiente:
1-el amor es un sufrimiento eterno
2- el amor puede conducir a la muerte
3-el llanto forma parte del amor
4-el amor es una magia que nadie puede entender
5-nadie es capaz de resolver los secretos del amor
6-el secreto del amor es nico en la experiencia de cada persona
7-el que ama debe sentir la humillacin
8-el ser amado (la mujer) es un ser invisible
Segn Sol-Sol, a los principios del siglo XI, con las moaxajas del poeta judo Yehuda
Halevi:
Observamos cierta variacin temtica: tres de sus
composiciones son requiebros amoroso-panegricos y una
constituye un lamento por la muerte de un amigo. Por lo
dems, en todas las composiciones judas de la serie
hebrea se advierta cierta tendencia al empleo de

37

expresiones e imgenes bblicas, algunas de las cuales,


como la comparacin entre la miel y la dulzura de los
labios de la amada, se repiten tambin en la poesa rabe
(18).
Una moaxaja de Yahuda Helevi, considerado en su tiempo uno de los mejores
moaxajeros hebreos:
ben sidi, beni!
El qerer es tanto beni
d esta z-zamai
kon filio dibn ad-Daiyeni
Aunque el lenguaje utilizado aqu es muy sencillo, parece muy difcil descifrar el nmero
de palabras hebreas y las rabes y romnicas. Gracias a la traduccin de Gmez, se
puede acercarse con ms claridad a ese texto;
Ven, dueo mo ven!
El poder amarnos es un gran bien
que nos depara esta poca
tranquila gracias al hijo de Ibn ad-Daiyan(417).
En las moaxajas hebreas, con una pequea diferencia de las rabes, las palabras
de la enamorada son precedidas por otras palabras introductorias en hebreo. Estas
mismas palabras resumen lo que va a decir despus la enamorada en romance o rabe
dialectal (150).

38

En conclusin, si las jarchas por definicin son breves composiciones poticas


que sirven en general para cerrar un poema ms largo que es la moaxaja, sta se
encarga de llevar el conjunto potico en distintos gneros, porque a pesar de la
dominacin total del tema amoroso, existen tambin otros como el satrico y el
panegrico.
Pero aun as es muy difcil separar los dos textos uno del otro, las jarchas van
enmarcadas en las moaxajas y stas se construan sobre la jarcha. Pero una cosa es
cierta es que la moaxaja depende de la jarcha: sta determina la disposicin de los
versos y su rima.
Lo ms destacado en este captulo ha sido la demonstracin de los tipos de
moaxajas, sus diferencias de la casida oriental y su novedad en la lrica rabe. Tambin
hemos destacado la extrema relacin jarcha-moaxaja y que la moaxaja estaba
condicionada por la jarcha.

39

Captulo V: Lenguaje problemtico


En este captulo destacamos el complicado lenguaje de la moaxajas/jarcha, un
lenguaje que abri las puertas a muchas interpretaciones y variedades de lecturas y
desciframientos. Vamos a intentar conocer los motivos de este problema a travs de
unos ejemplos concretos.
En 1949, Stern, al dar a conocer por vez primera la jarcha que empieza por
Meu-l-habib enfermo de meu... d'estar, identific, o sea interpret el texto as:
La interpretacin de Stern 1949:

Meu-l-habib enfermo de meu... d'estar


a mib ... de meu atar".

Interpretacin de Garca Gmez del mismo texto

Meu l-habib enfermo de meu amar.

Gmez hizo la traduccin siguiente:

K no d'estar?

La nueva interpretacin de Stern 1953 del mismo

Non ves a mib ke s'a de no legar?,

poema:

'Mi amigo (est) enfermo de amarme.

Stern tradujo el texto al francs:

Cmo no ha de estarlo?
No ves que a m no se ha de allegar?
Meu 'l-habib enfermo de meu amar
quen ad sanar
ven (o: vengas) a mib que sanad (?) meu legar
'Mon ami est malade de mon amour!
Qui le gurira?
Viens chez moi, car c'est l'union avec moi qui
gurit!

40

Mi traduccin al castellano es:

Mi amigo es enfermo de amor


Quin lo sanar?
Ven conmigo, porque la unin conmigo te
sanar!

Interpretacin de Corominas del tercer verso:

non ves a mib kesa de meu ligar?

Traduccin :

no ves que a m se queja de mi unin?'

En 1959, Borello dio la siguiente interpretacin:

meu l-abibi enfermo de meu amar

De nuevo Garca Gmez, en 1965:

que no d'estar?

Su traduccin:

Non ves a mib quexase de meu ligar?


mw l-h.abib 'nfrm dy mw 'm'r
k n dst'r *nn fys 'myb k s' d nw lg'r
Mi amigo (est) enfermo de mi amor.
Cmo no ha de estar (lo)?
NO ves que a m no se ha de acercar?

Por fin Sola-Sol presenta a su vez una lectura de la jarcha que, vocalizada, dice:
mio al-habil enfermo de mio amar
ke no ad sanar bengese a mibi ke sanad mio legar
Su versin en castellano moderno:
'Mi amigo (est) enfermo de amarme.
No sanar?
Que se venga a m que cura mi acercamiento

41

Todas estas versiones del mismo texto plantea una grave dificultad en acercarse
al verdadero texto porque el autor de la moaxaja hubiera modificado la mtrica de la
jarcha romance para adaptarla a un determinado esquema mtrico (Gmez 16).
Buscando el contexto de la primera moaxaja, Gmez, se inclina en la influencia
de una coplilla romance sobre el poeta rabe de Cabra en la que una coqueta
doncellita mozrabe da celos a su amigo o habib y desea hacer sobre ella su moaxaja
(18). Siguiendo los pasos del gran arabista, aade:
El poeta empieza por componer un calco rabe de la copla,
que se adapta ms o menos al metro sari, si es que no la
oblig con algunos retoques a esta adaptacin. El calco
rabe de la copla sirve de preludio:
Damun safuhna wa-dukuun hirar
Maun wa-nar
Ma ytama illa li-amrin kubar,
O sea, calcado a mi vez por m del rabe: (aqu habla
Gmez de su traduccin)
El alma me abrasa, ms me hace llorar
Fuego, agua! Par
de cosas es este que es raro juntar.
Segn la interpretacin que puede hacerse en esta estrofa con el tema del (fuego)= la
pasin amorosa, y el agua= (las lgrimas) pueden combinarse sin ser vistos
contradictorios. Quien ama, dice otra moaxaja, llora con lgrimas de sangre.

42

Este alambicado concepto del fuego y el agua, comenta Gmez (45), que
milagrosamente se juntan en el amante en forma de llanto y ardor, es tpico de la
poesa rabe clsica. Lo mismo ocurre en la estrofa 1. , y en la 2. , donde el poeta llega
incluso a hablar de la Ka'ba. Calco de nuevo el ritmo y las rimas agudas del rabe:
Devoto a esa Ka'ba brillante he de ir,
pues no puedo el grito de amor desor.
Si soy un esclavo, me debo rendir.
Aqu estoy! Lo que hablen de ti no he or.
Permite que acuda piadoso a rezar en ese altar
y como holocausto mi pecho a inmolar.
Kaaba es el lugar sagrado de los musulmanes para la peregrinacin religiosa.
Pero en la 5. viene la transicin (tambid):
Que no podr, no, de su amor prescindir,
por ms que en daflarme no ceje y huir,
por ms que me fuerce de pena a gemir,
y aun cuando coqueto persista en decir:
(Y aqu viene la copla origen de todo:)
Mew l-habyb enfermo de mew amar
K no a dsetar?
Non fes a mibe ke sa de no legar?
La conclusin del famoso arabista es que la moaxaja es el ms estupendo caso de
fusin de las poesas de dos pueblos diferentes que probablemente se conoce en la

43

historia. En ella, la lrica de los rabes de Espaa merece en absoluto el calificativo de


"arbigo-andaluza"(Gmez 43-48).
Como ya se ha visto antes, la relacin entre jarcha-moaxaja queda
muy complicada. Hay una hiptesis que considera que:
La mtrica de la moaxaja se construye sobre un
poemilla romance (que es la jarcha), es la misma, o muy
anlogo, a la mtrica romnica, especialmente a la espaol
actual. Es decir, una mtrica basada en el acento y el
nmero de silabas, que exista tambin en rabe vulgar,
como muestran las jarchas en esta lengua, tambin
prexistentes a las moaxajas que las incluyen (88).
Pese a las dificultades del lenguaje de las jarchas-moaxajas, y como ya
comentamos sobre la naturaleza de la jarcha y su relacin con otros textos romnicosuna jarcha puede llegar a ser escrita por una fusin del hebreo, el rabe y romance la
jarcha parece, entonces, llevar algunos rasgos romnicos parecidos a los de las coplas
por ejemplo, lo que explica que se trata de una manifestacin artstica que era fruto de
un espacio multicultural.
En conclusin, se puede decir que la moaxaja es un poema rabe clsico que se
construye sobre una copla en romance, a la que sirve de marco: es un caso nico en la
historia de la literatura rabe de todos los tiempos, que refleja una simbiosis cultural
que no se produjo en ninguna otra regin del mundo islmico (Garulo 178).

44

Ha servido este captulo para demostrar las dificultades que rodean el lenguaje
de las jarchas-moaxajas. Sus formas y temas reflejan las dificultades lingsticas y son
fruto de un tejido hecho de varios colores, un tejido que responde a las preguntas
artsticas de una poca donde todo el mundo buscaba una salida comunicativa.

45

Captulo VI: las jarchas


En este captulo vamos a intentar conocer el significado de la jarcha, su
composicin, su relacin con la moaxaja y el tipo del lenguaje que usa.
En primer lugar hay que preguntarse qu es una jarcha? Para obtener una
respuesta, Ibn Sana al-Mulk dice: Siendo la jarcha lo esencial de la moaxaja, conviene
que sea compuesta lo primero de todo, y que a su metro y rima obedezca luego todo el
poema, ajustndose a ese pie forzado (Al-Mulk 38). Segn esta definicin, la jarcha da a
la moaxaja su mtrica silbico-acentual, desconocida por la poesa rabe, y recibe de
sta el tpico del amor corts, ajeno al mundo latino y germnico (Castro 15).
Partiendo de esta hiptesis, o sea, teniendo en cuenta la prexistencia de la jarcha, se
puede confirmar que la jarcha marcaba el ritmo y el contenido de todo el contenido
potico de la moaxaja.
Para entender mejor lo de la jarcha, hay que decir que la jarcha es el preludio, la
introduccin, (matla) de una moaxaja. Para evitar caer en el sistema rgido de la casida
oriental, y como la situacin lingstica de al-ndalus era diferente de la de Bagdad; los
andaluces llegaron a una nueva frmula que se puede resumir en:
1- Adaptacin de una mtrica acentual, adecuada al ritmo de la lengua hablada,
adaptacin a sta del modelo tradicional, la mtrica rabe tradicional. Lo primero no
tuvo lugar, pese a que tal vez exista el modelo entre los que hablaban romance en la
Pennsula.
2- La solucin fue la segunda, generada casi automticamente por la lectura de poemas
en rabe clsico donde, al colocar acentos en lugar de cantidades largas con cierta

46

prioridad por la misma estructura de los pies del metro, se produca un cierto efecto
rtmico (Corrientes 54).
De esta forma se plante un nuevo tipo de poemas que usaba el dialecto, lengua vulgar,
para acercarse ms al pueblo y a sus sufrimientos. Era una poesa popularizante que
popular, puesto que parece cierta la extraccin ms bien culta de sus autores (29).
Desde esta perspectiva, la jarcha sera una prueba de la vida cotidiana y, en especial, de
la cultura popular. Sin embargo, hay que decir que la jarcha dio a la moaxaja su mtrica
silbico-acentual, desconocida por la poesa rabe, y recibe de sta el tpico del amor
corts (Castro 15).
Segn Gmez:
El canto de las gentes de al- ndalus era en lo antiguo, o
bien por el estilo de los cristianos, o bien por el estilo
camelleros rabes, sin que tuviera normas sobre las cuales
basarse hasta el establecimiento de la dinasta omeya.
Ms tarde surgi Ibn Bayya, el mximo imam, que tras
encerrarse a trabajar por algunos aos con esclavas
diestras, depur el istihlal y el amal mezclando el canto de
los cristianos con el canto de Oriente. El mismo (Ibn Bayya)
invent el estilo de los zjeles en al-ndalus y a este estilo
se inclin el gusto de los andaluces, quienes rechazaron los
dems (Gmez 56).

47

El mismo arabista intenta resumir las caractersticas de las jarchas para ver sus
limitaciones en comparacin con las casidas y el romance. Segn l, todas las moaxajas
tienen a la jarcha, de la que es preludio o preparacin, o sea una introduccin del
poema. El segundo argumento es que la jarcha ha de estar en lenguaje directo y puesta
en boca de alguien, sea personal u objeto personificado. El otro punto importante es
que la jarcha ha de estar en lengua rabe vulgar o lengua romance. Adems la jarcha
debe ser compuesta antes del resto de la moaxaja, y luego adaptarse a ese pie forzado:
(hay que recordar aqu lo que ha dicho Ibn Bassam de que la moaxaja se construa sobre
el markaz (jarcha). Por fin, algunos poetas, por ser incapaces de componer una buena
jarcha, tomaban una ajena, lo cual era mejor que se compusieran por si mismos otra
ms floja (Vernet 306).
Segn De Fuentes, la forma rtmica de la moaxaja/jarcha se caracteriza por:
1-El dstico. El dstico o pareado de versos iguales est
representando en la jarcha siguiente:
Vey, ya raqi,vey tu via
Que non me tenes an-niya
Se trata de un dstico octoslabo del tipo, tan frecuente en
los villancicos castellanos.
2-El trstico. Como ejemplo de trstico con versos iguales
podemos citar la siguiente jarcha:
Si queres como buon a mib,
Bejame ida-l-nazma duk

48

Boquella de habb al-muluk.


3- Cuartera de dos asonantes. Otro tipo de jarcha est
representado por un pareado con versos largos con
cesura, cuyo primer hemistiquio es considerado en la
moaxaja como verso independiente, resultando cuartetas
con versos pares asonantes. Sirvan de ejemplo esta jarcha
de versos octoslabos, es decir, (8+8) + (8+8):
Garrid vos, ay yermanellas
Cm contener a mieo male?
Sin el habib non vivireyo
Advollarey, demandare (De Fuentes 124-126).
Para De Fuentes, en la lengua rabe, la posicin de los elementos rimantes
(Gmez 123), es ms importante que el acento. Y as slo la ltima slaba representa la
rima en la prosodia rabe, mientras que en espaol la rima afecta a todas las slabas que
siguen al acento de intensidad. As, por ejemplo, la palabra habibi rima en rabe con
kulubi.
Ofrezco a continuacin un par de jarchas en sus formas originales y hay que
notar los grandes esfuerzos hechos por los arabistas para descifrarlos.
La primera jarcha que descifr Gmez, estaba escrita en su origen as:
Ya fatin, a fatin!
Os y entrad
Kand o yilos keded

49

E interpretada por l, dndola la siguiente forma castellana:


Oh seductor, ay seductor!
Entraos aqu
Cuando de gils duerma.
Otro poema que la present de la forma siguiente:
Qvant los gilos er fora
Bels ami
Uene uos a mi
Y que ha sido interpretada:
Ya que me has embrujado,
No me hagas ms sufrir
Y al dormir mi maro
La puerta te voy a abrir (50).
La presencia de los trminos populares en las jarchas es muy frecuente, porque
se trata de una libertad de la expresin individual y del uso de un lenguaje bilinge que
no tiene lmites.
Una cancin, como la siguiente, ha sido interpretada y descifrada de muchas formas. Se
trata de un rostro doloroso de una mujer llorando:
tant amare, tant amare,
Habibi, tant amare!
Enfermeron welyos gayados,
Ya duelen tan male.

50

Con la traduccin de Castro:


Tanto amar, tanto amar
amigo mio, tanto amar!
Se trata aqu del nfasis de la repeticin tant amare que refleja el sentido
profundo de un amor perdido. Se nota tambin el nmero elevado de las palabras
romances, salvo la palabra habibi.
En esta jarcha se nota la presencia casi total del rabe:
Qulu As tuhaiyi BOKELLA
helwa mitl ES
Con una interpretacin:
Dicen saludando BOKELLA
Dulce como ES
Sin embargo hay una considerable cantidad de jarchas, tanto rabes como
hebreas, mezcladas con una cantidad de romance que puede llegar a veces al cincuenta
por ciento. En un texto de Ibn Sana al-Mulk, ya mencionado, muchas jarchas podan
estar en lengua extranjera (88). A veces el nmero de las jarchas con palabras
romances es muy reducido, en que se puede notar la casi totalidad de los trminos
rabes.
En Los siguientes ejemplos, especialmente encontrados en los estudios de
Gmez, De Fuentes, Castro y otros especialistas en el tema de las jarchas, se puede
notar en muy claro la mezcla lingstica entre el rabe y el romance:
Si morr, Ay Jillo

51

Onde hu man sa tama li-l-adu?


En claro:
si muero, Ay Amor,
Onde hay quien pesar//de al que nos odio?
Romance: si morr[o] (=si muero), onde (= dnde). Ay, la exclamacin espaola actual,
tal vez es una forma internacional. Jillo es desde luego el jill (=amigo) rabe, acaso
hispanizado.
Otro poema:
Iyyak yagurrak
Sarfi DE MALE
Yaqad bada li!

En claro:
No yerres porque
No uso DE MALE!

Ya cambi el aire!
Las dos palabras romances son (de mal), y el adverbio (ya); el rabe qad en yaqad,
Otro ejemplo
YA MAMMA, TANTO LEBO
Da l-wagad, da l-layyay
Da hayar, MAMMA,qati

Fa-l-qatu bi samay
En claro:
AY MAMMA, TANTO LEBO

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Tal posma, tal costal!


Que l rompa deja, MAMMA,
Que en mi estara mal.
MAMMA, Tanto lebo (= tanto llevo, tanto suporto, o: tanto vengo suportando),
en romance (Galmez 123).
Con una palabra romance:
Lain tanal[ min||jal , a-kan MAL?
En claro:
si del moreno || lograr el lu || nar fuera MAL?
La nica palabra romance es MAL (+= mal).
A travs de este balance lingstico se puede ver la mezcla casi justa del romance
y el rabe: una gran parte de las jarchas se compone en romance pero otras han
conservado sus caracteres grficos rabe o hebreo. Pero lo ms importante es la
coexistencia de esta mezcla entre entidades distintas, entre catlicos, musulmanes y
judos, entre un mosaico que invent, no slo una manera de sobrevivir, sino un
conjunto de obras de calidad artstica. Las jarchas, entonces, son el producto de este
raro encuentro entre el oriente y el occidente.

53

Capitulo VII: El tema del amor


En este captulo nos ocupamos de analizar y comentar sobre un par de versos de
las jarchas que tienen como tema principal el amor. Es obvio que la mayora de las
jarchas son quejas transmitidas en boca de doncellas. En esas cancioncillas el concepto
de amor:
se reduce a su voz de intratable, expresa ganas de
abismarse, siente una serie de confusiones, sentimientos
que envuelven su alma sin darse cuenta, expresa una
cercana con la muerte, una simpata con el abismo que
llega a lo ms hondo de su corazn, de sus amores, pero
siempre evoca a una lejana (Barthes 39).
Los trminos abundantes en las jarchas explican perfectamente este dolor
penoso del amante y que pueden ser resumidos en trminos como: hubb, habib, echk,
jil, etc., que son diversos nombres del trmino amor. Como ha sido mencionado antes,
el amor es smbolo de la existencia y de la vida. Todo se plantea dentro de la existencia
del ser amado, verte es mi consuelo, canta una muchacha. Con la misma nfasis canta
otro, un beso, aunque hubiera muerto, me dara la vida. Es ms bello y placero cuando
se encuentran los enamorados cuando lo veo, mi vida es dichosa. A veces se nota el
coraje de la doncella de ir a la bsqueda de su amor aunque est encerrada con las
miradas de un raqib (guardin, vigilante).
Pero dentro de este amor triste se puede notar la contradiccin de la doncella cuando
ella expresa su angustia ante la inesperada presencia del habib que llama a la puerta:

54

Ke far mama?
Mio al habib est ad yana
En castellano:
Qu har madre?
Mi amigo es (est) a la puerta (Gmez 148).
La sorpresa de ver el habib se convierte en una cuestin de esta ausencia
mencionada antes, porque el amor es ms dulce e atractivo dentro del mundo
imaginario. As que la ausencia es omnipresente en casi la mitad de las jarchas. La
presencia del raqib, espa, o sea los valores morales de la sociedad, impide, o prohbe el
encuentro amoroso:
Alma dad mio fagore
E alma dad mio ledore
Visitando al raqibi
Esta nohte mio amore
En casellano;
El alba me da ardor
e el alma, en cambio, me da ledor (dolor)
visitando est el espa
esta noche de mi amor ( 87)

Este discurso de amor viene casi siempre en boca de una mujer e siempre en
primera persona. Ella es el narrador de la historia y el amante, o al-habib, es el foco, la

55

imagen omnipresente que se busca con llantos y penas. A veces (pero muy raro) el
nombre del habib es mencionado, como en los siguientes fragmentos:
Mio sidi Ibrahim
Oh tu uemne dolge
En castellano:
Mi seor Ibrahim
Oh tu nombre dulce (83)
La madre es la confidente del secreto de su hija. En muchas ocasiones aparecen
las hermanas de la enamorada para darle consuelo y nimo. Fuera de la familia hay las
amigas que juegan tambin un papel importante en la vida de la enamorada:
Garid bos ay yermane(l)as
Kom kontenir e (l) mio malo
Sin el habib non bibreyo
Ed bolarey demandare
Es decir:
Decid me vosotras, ay compaeras
cmo reprimir mi mal
Sin el amigo no podre vivi
y volar a buscarlo ( 133).
En suma, el personaje femenino de las jarchas se convierte en un hroe
defraudado. Un personaje que parece batido, sin fin feliz. Pero a travs de este
personaje se resume un mundo lleno de secretos y totalmente peligroso: este mundo se

56
comunica a travs unos versos cortos, pero muy cortos, como en viene la Pascua y yo sin l.
Con esta declaracin de la ausencia de l se abre el primer fragmento de la jarcha.
La ausencia es, tambin, una oportunidad para destacar las calidades del amante, su
cuerpo tiene el cuello blanco, y en muchas veces esa ausencia se convierte en tema
omnipresente, en un manifiesto lleno de quejas. Una mujer se pregunta Cmo, pobre de m,
me ha dejado?
El texto amoroso de las jarchas est lleno de dolores, penas, deseos, erotismo,
seduccin y todo un discurso que celebra en palabras muy sencillas el mundo femenino.

57

Conclusin
Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron
-soy de la raza mora, vieja amiga del solque todo lo ganaron y todo lo perdieron.
Manuel Machado, en poemas del
alma.
El estudio de la poesa estrfica, las jarchas/moaxajas, se presenta como una
tarea bastante ambiciosa a alcanzar. No hay duda que este trabajo -por su naturaleza y
por las caractersticas de las jarchas-solamente pudiera reflexionar en algunas
cuestiones y representar un lado/aspecto de dichas poemas sin cerrar las puertas con
respuestas definitivas.
En este estudio, intent recoger una serie de poemas, sobre todo de temas de
amor, para abrir, si es posible, el debate de nuevo sobre una historia del mundo rabe
donde la mujer tena un margen de libertad muy respetable. Sin embargo, el problema
del origen de las jarchas surge como un problema de todos los tiempos: ayer como hoy,
el conflicto sigue ah sin resultados concretos. Pero hay que destacar el gran esfuerzo
hecho hasta ahora sobre todo de parte de los fillogos que han logrado a descifrar y
determinar la naturaleza de aquellos textos.
La edad media, sobre todo el siglo XI, era una edad de oro por su creatividad
cultural e intelectual, por sus jarchas y sus moaxajas que nos han ofrecido una visin
ms clara de una poca llena de amores y guerras, o mejor dicho, de guerras de amor.
La palabra o la voz era el secreto multidimensional para el placer lejano donde la

58

ausencia del amante juega un papel real: se trata de personas que hablan y dicen sus
sufrimientos, sentimientos y fantasas. El discurso amoroso estaba abierto a todos y
para todos.
Ahora bien, la cultura andalus es distinta del resto de la cultura europea. Es
verdad que Espaa forma parte del conjunto europeo, pero su pasado ofrece una serie
de componentes y rasgos, fruto de su pasado histrico, singulares y nicos. Es seguro
que la cultura rabe-musulmana ha dejado una profunda huella en su lengua,
costumbres y modos de vida, arte, literatura (Goytisolo). Esta huella rabe-musulmanahebrea es smbolo de una riqueza para el pueblo espaol y con ello el resto de Europa.
Se trata aqu del largusimo encuentro entre musulmanes-judos y espaoles que,
juntos, contribuyeron a plantear una nueva forma de expresarse que era nica en su
tiempo: la lrica medieval. Esta experiencia representa el primer testimonio literario
escrito de la lrica primitiva en Espaa. Sin embargo, queda muy claro que la cuestin de
los orgenes de dicha lirica est abierta, y depende de las intenciones, buenas o malas,
de los expertos en el tema.
Hay que destacar en esta conclusin que la mayora de las historiografas
admiten que El Cantar del Mio Cid es el texto fundacional y representa la primera
muestra de literatura espaola. Un gran nmero de libros sobre la lrica primitiva
empiezan por El Mio Cid y las jarchas estn situadas en una poca o etapa denominada
etapa pre literaria, o sea, una etapa de introduccin, de preparacin a la etapa
siguiente que es la etapa del Mio Cid.

59

Afortunadamente, los descubrimientos de las jarchas en el principio del siglo XX, dio a
revisar aquella historia que trataba de considerar El Mio Cid como punto fundacional
literario en Espaa. En Espaa de hoy, hay voces que han tenido el coraje de reclamar
aquella lrica como patrimonio humano, dichas voces discuten/debaten la hiptesis del
origen de la literatura espaola e defienden a la literatura rabe-juda como punto de
arranque e inicio fundamental en la poesa espaola.
Es verdad que las jarchas eran una lrica popular de un nivel artstico muy
modesto, pero algunas de ellas alcanzaban un estilo artstico bastante alto.
Sin embargo, La influencia de la lrica arbigo-andaluza en las cantigas de amigo y en los
villancicos es sobresaliente. Esta influencia se expandi hasta el siglo XIV: algunas
jarchas se encuentran en las maravillosas escenas de La Celestina cuando, por ejemplo,
Melibea pregunta para qu me toca la camisa?... qu provecho te trae daar mis
vestiduras?. Este texto nos recuerda casi la misma imagen en una jarcha que dice
Non me tangas, ya habibi, No me toques, oh mi amor
no kero dannoso! No puedo tener un daoso amante
Al gilala rahsa, basta mi camisn es bastante frgil
a todo me refuso. Lo rechazo, en completo
Para cerrar este trabajo, esperando- como en las jarchas- algn da llegar a
establecer relaciones entre textos literarios pertenecientes a mbitos distintos
(Mariscal 293), es decir, simplemente, un dialogo entre textos y, porque no, entre seres
humanos.

60

Apndice
Para facilitar la lectura de este trabajo, ofrezco a continuacin definiciones de
algunos trminos usados en esta tesis. Nuestras referencias aqu son sacadas, en su
mayora, de Wikipedia, La enciclopedia libre. Tambin de Ortega y Gasset, Jos en su libro
Estudios sobre el amor y por fin Corriente, Federico, Crdoba en su Diccionario Medieval
rabe . Todos citados en las referencias de este trabajo.

El amor corts: se trata de una filosofa del amor que floreci en la Provenza
francesa a partir del siglo XI. El amor corts era una concepcin de la Europa medieval
que expresaba el amor en forma noble y caballeresca. Generalmente hablando, este
tipo de amor era secreto y exista mayormente entre los miembros de la clase alta. No
era un amor que se practicaba en parejas formales (el adulterio). El amor corts tiene
una relacin fundamental con la filosofa griega y mstica. Se puede resumir este amor
en:
a-Total sumisin del enamorado a la dama (por una transposicin al amor de las
relaciones sociales del feudalismo, el enamorado rinde vasallaje a su seora).
b-La amada es siempre distante, admirable y un compendio de perfecciones fsicas y
morales; siempre est casada y su marido (gils), normalmente un noble o seor feudal,
es advertido por las voces de los acusadores (lausengiers).
c-El estado amoroso, por transposicin al amor de las emociones e imaginera religiosas,
es una especie de estado de gracia que ennoblece a quien lo practica.
d-Los enamorados son siempre de condicin aristocrtica (aunque tambin es comn
que el enamorado sea de condicin social ms baja que la amada).

61

e-Se trata, frecuentemente, de un amor adltero. Por lo tanto, el poeta oculta el objeto
de su amor sustituyendo el nombre de la amada por una palabra clave (senhal) o
seudnimo potico.
Los arabistas son los especialistas en lengua y cultura rabe. En Espaa, haba un
inters muy especial en la cultura rabe por la larga conquista por los musulmanes de la
Pennsula Ibrica que dur ms de ocho siglos. Emilio Garca Gmez era uno de los
grandes arabistas del siglo veinte, fue el primer director de la escuela de estudios de
Madrid. Tambin fue l quien descubri una parte interesantsima de las jarchas.
Las Cantigas de amigo galaico-portuguesas: se trata de cantigas de amor escritas
en una mezcla de gallego-portugus. Es generalmente una composicin cantada, lleva
versos de ocho y cuatro silabas. Segn los historiadores, las cantigas de amigo surgieron
en el siglo XII. Tienen un contenido muy parecido a lo de las jarchas.
La Copla es una composicin potica, generalmente de cuatro, que suele ser
letra de cancin popular.
El espaol aljamiado simplemente aljama es la lengua espaola cuando sta se
halla en caracteres arbigos, o sea, utilizando el alifato rabe en lugar del alfabeto latn,
sin alterar de ningn modo la lengua en s.
Al habib: amante
El habla mozrabe fue un conjunto de hablas romances que hablaban los
habitantes del sur de la pennsula ibrica entre los siglos VIII y XV. El habla mozrabe se
desarroll en los territorios de los reinos musulmanes de Al ndalus, y era hablada
principalmente por los cristianos mozrabes que en ellos vivan. El mozrabe

62

desapareci sobre el siglo XV por la sustitucin con lenguas preminentes en los reinos
cristianos tras la Reconquista (galaico-portugus, leons, castellano, navarroaragons,
cataln), manteniendo reductos hasta el siglo XIX y palabras en uso en la actualidad en
el lenguaje cotidiano. Para la escritura de las lenguas mozrabes era comn emplear la
aljama. Se domina mozrabe a las poblaciones que permanecieron en los territorios de
la pennsula Ibrica gobernados por los musulmanes.
La Jarcha o Kharja, del verbo rabe kharaja, significa salir/salida/fin. La mayora

de las jarchas son escritas en rabe vulgar o popular, o en hebreo, o con una mezcla de
rabe, hebreo y romance. Las jarchas se caracterizan por su sencillez temtica y de
expresin. Y el tema fundamental es el amor.
Las lenguas romances (tambin denominadas lenguas romnicas neolatinas),
son una rama indoeuropea de lenguas estrechamente relacionadas entre s y que
histricamente aparecieron como evolucin del latn vulgar (entendido en su sentido
etimolgico de hablado por el pueblo y como opuesto al latn clsico).
Por literatura aljamiada se entiende el conjunto de obras literarias escritas en
una legua con grafas del alifato rabe o alefato hebreo. La palabra aljama deriva del
rabe alagamiyya, que era el nombre con el que denominaban a las lenguas
extranjeras.
La Moaxaja del rabe Muwachha, que significa "adornado con un cinturn de doble
vuelta" es una composicin potica culta propia de la Espaa musulmana.

Modelo de una moaxaja:

63

1-aa=Qufl o Mrkaz o matla: es el estribillo inicial de la moaxaja, cada una de sus partes
pueden representar una rama del poema.
2-bbb=Bayt : es la mudanza. Cada mudanza puede representar un Gusn (parte)
compuesto de versos.
3-aa=Qufl, que es continuacin de un bayt y prlogo del siguiente, formado por versos
idnticos al primer qufl en metro, rima y componentes.
Este orden puede repetirse cinco o ms veces, acabando con la jarcha. Con aa jarcha,
cerrando el poema.
Los Mulades: se dice del cristiano espaol que, durante la dominacin de los
rabes en Espaa, abrazaba el islamismo y viva entre los musulmanes. La palabra viene
del rabe muallad/muwalladin (nacido), engendrado de madre no rabe.
Los orientalistas: son los Occidentales que estudian el Oriente: su civilizacin y
su formacin histrica. El Oriente aqu quiere decir todo el mundo rabe-musulmn (el
Prximo y Medio Oriente).
Un villancico es una composicin musical, y la forma potica asociada,
tradicional de un villancico de Espaa y Portugal. Estas piezas fueron populares entre los
siglos XV y XVIII. Los villancicos eran originariamente canciones profanas con estribillo,
de orgenes populares y armonizados a varias voces. Posteriormente comenzaron a
cantarse en las iglesias y a asociarse especficamente con las Navidades.
Zjel: comparte con la jarcha el uso de la lengua vulgar. Se compone de un
estribillo de dos versos, que siguen otros tres monorrimos (mudanza) y un cuarto verso
(vuelta) que rima con el estribillo, anunciando su repeticin. La distribucin de la rima es

64

la siguiente: aa (estribillo), bbb (mudanza), a (vuelta) y repeticin del estribillo. O sea,


aa-bbba, aa-ccca, aa-ddda

65

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66

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Zwartjes, Otto. Love Songs from al-Andalus: History, Structure & Meaning of the Kharja. Koln:
Brill, 1997.
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