El documento describe cómo Medellín logró transformarse de la ciudad más violenta del mundo en 1991 a un modelo de seguridad ciudadana en tan solo quince años. La violencia en Medellín aumentó drásticamente en las décadas de 1960-1990 debido al colapso de la industria, la desigualdad económica y la penetración del narcotráfico. Sin embargo, a partir de 1991, el gobierno nacional y local colaboraron en estrategias como recuperar el monopolio de la fuerza, modernizar las fuerzas de seguridad y conquistar los espac
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El documento describe cómo Medellín logró transformarse de la ciudad más violenta del mundo en 1991 a un modelo de seguridad ciudadana en tan solo quince años. La violencia en Medellín aumentó drásticamente en las décadas de 1960-1990 debido al colapso de la industria, la desigualdad económica y la penetración del narcotráfico. Sin embargo, a partir de 1991, el gobierno nacional y local colaboraron en estrategias como recuperar el monopolio de la fuerza, modernizar las fuerzas de seguridad y conquistar los espac
El documento describe cómo Medellín logró transformarse de la ciudad más violenta del mundo en 1991 a un modelo de seguridad ciudadana en tan solo quince años. La violencia en Medellín aumentó drásticamente en las décadas de 1960-1990 debido al colapso de la industria, la desigualdad económica y la penetración del narcotráfico. Sin embargo, a partir de 1991, el gobierno nacional y local colaboraron en estrategias como recuperar el monopolio de la fuerza, modernizar las fuerzas de seguridad y conquistar los espac
El documento describe cómo Medellín logró transformarse de la ciudad más violenta del mundo en 1991 a un modelo de seguridad ciudadana en tan solo quince años. La violencia en Medellín aumentó drásticamente en las décadas de 1960-1990 debido al colapso de la industria, la desigualdad económica y la penetración del narcotráfico. Sin embargo, a partir de 1991, el gobierno nacional y local colaboraron en estrategias como recuperar el monopolio de la fuerza, modernizar las fuerzas de seguridad y conquistar los espac
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30 DEBATES IESA Volumen XVI Nmero 3 2011
LA SEGURIDAD CIUDADANA se ha conver-
tido en un tema trascendental para los latinoamericanos. Se- gn el informe Latinobarmetro 2010, el 31 por ciento de la poblacin latinoamericana reconoci haber sido vctima de algn delito en los ltimos doce meses. El informe agrega que la percepcin de inseguridad es muy alta, pues slo el diez por ciento de los habitantes de la regin cree que no sern nunca vctimas de un delito con violencia. Esta demoledora realidad obliga a pensar sobre los medios y vas para aliviar el problema. El clamor de la ciudadana en reclamo de una solucin recae, en gran parte, sobre los gobiernos de las grandes ciuda- des, donde se concentra una importante parte de la violencia. Emerge pues la pregunta: qu pueden hacer los gobiernos municipales para disminuir sustancialmente el delito violento que mantiene a sus ciudadanos en estado de zozobra? Existen algunos ejemplos de ciudades que en las dos ltimas dcadas han logrado combatir efectivamente la vio- lencia. Uno de ellos es el de Medelln. A comienzos de la dcada de los noventa esta ciudad era catalogada como la ms violenta del mundo; quince aos despus se convirti en un modelo de convivencia y seguridad ciudadana (Acero Velsquez, 2007). Frente a los logros de los medellinenses en materia de seguridad y reduccin del delito violento, y en vista de la grave situacin de violencia que viven Venezue- la y el resto de la regin latinoamericana, cabe preguntarse: cmo logr Medelln convertirse en una ciudad ejemplar en seguridad ciudadana y convivencia y cules son las lecciones de esta experiencia? Josena Bruni Celli y Manuela Plaza Angeli Quince aos despus de haber sido considerada la ciudad ms violenta del mundo Medelln se convirti en un modelo de convivencia y seguridad ciudadana. En vista de la grave situacin de violencia que viven las ciudades de Venezuela y muchas otras de Amrica Latina, la pregunta es: cmo logr Medelln convertirse en una ciudad ejemplar en seguridad ciudadana y cules son las lecciones de esta experiencia? Josena Bruni Celli, doctora en Administracin Pblica por la Universidad de Nueva York y profesora del IESA. Manuela Plaza Angeli, magister en ONG y Desarrollo por la Escuela de Economa de Londres e investigadora del IESA. 31 DEBATES IESA Volumen XVI Nmero 3 2011 De la ciudad ms violenta del mundo Hasta mediados de los aos sesenta, Medelln haba sido una pujante urbe con ndices de violencia ligeramente inferiores a los del resto de Colombia. Pero, a partir de ese momento, la ciudad se hizo cada vez ms violenta hasta alcanzar en 1991 el primer lugar en las estadsticas de violencia del mundo, con 375 homicidios por cada cien mil habitantes. El crecimiento de la violencia en Medelln tuvo su g- nesis en el estancamiento de la industria textil, corazn de la economa de la ciudad, en la dcada de los sesenta, cuando amplios sectores obreros perdieron sus empleos, y las clases comerciales y medias perdieron sus fortunas y sus ahorros. Pero el vertiginoso crecimiento de la inseguridad se debi a la penetracin del narcotrco en el tejido social de la ciudad. Las capas medias venidas a menos encontraron en el trco de drogas una oportunidad para superar rpidamente sus dicultades econmicas. La creciente desigualdad y la incer- tidumbre econmica, sumadas al ascenso de la economa ile- gal del narcotrco y a una actitud inicial de tolerancia de las instituciones pblicas frente a ste, les restaron credibilidad, legitimidad y capacidad de direccin a las lites tradicionales de la ciudad e impulsaron un espectacular incremento de la violencia criminal (Giraldo, 2007; Ortiz, 1998; Ceballos, 2000; Uribe de Hincapi, 2001). Las expresiones criminales de la ciudad se fueron ha- ciendo ms violentas a medida que fue desarrollndose el cri- men organizado. En los aos setenta las bandas delincuentes tenan estructuras relativamente simples, tanto por los tipos de delitos que cometan como por las armas que utilizaban. La delincuencia estaba constituida principalmente por ban- das criminales de jvenes que no encontraban posibilidades de ascenso y movilidad social. La violencia se aceler con- siderablemente a mediados de los aos ochenta, cuando el narcotrco otorg un nuevo estatus a las bandas de aos anteriores: con recursos econmicos, armamentos de ltima tecnologa y el control de territorios en las zonas perifricas de la ciudad, desarrollaron estructuras slidas basadas en je- rarquas y mandos ante los cuales deban rendirse cuentas y resultados. Gran parte de las actividades criminales de las bandas eran labores que el narcotrco delegaba en estos grupos. Entre 1985 y 1993 ms del noventa por ciento de los homicidios en la ciudad estaban asociados con el nar- cotrco. Cuando no tenan labores asignadas, las bandas, convertidas en grupos armados, realizaban otras acciones en su benecio, tales como atracos bancarios, robos de vehcu- los, secuestros y sicariato (Ortiz, 1998; Jaramillo Arbelez, Ceballos Melguizo y Villa Martnez, 1998; Ceballos, 2000; Uribe de Hincapi, 2001). Con la aparicin de la guerrilla urbana, a nales de los ochenta y principios de los noventa, las milicias comenza- ron a cooptar las bandas criminales ya establecidas para instaurar su proyecto militar y poltico. La mayora de los jvenes miembros de bandas, al ingresar a estos grupos mili- tantes, comenzaron a buscar protagonismo y reconocimiento por medio de la violencia. El incremento del crimen en Me- delln se vincul rmemente con la actividad guerrillera y paramilitar que se haba inmiscuido en la vida de la ciudad (Ortiz, 1998; Jaramillo Arbelez, Ceballos Melguizo y Villa Martnez, 1998; Ceballos, 2000; Uribe de Hincapi, 2001). a modelo de seguridad ciudadana A partir de 1991, ao en que Medelln alcanza la mayor tasa de homicidios del mundo, se comienzan a tomar me- didas para tratar de solventar la situacin de violencia en la que se encontraba inmersa la ciudad. Los resultados fueron sumamente favorables. Medelln pas de ser un arquetipo mundial de violencia y cuna de uno de los carteles de tr- co de droga ms complejos y poderosos del mundo el Cartel de Medelln a convertirse en una ciudad modelo de convivencia y seguridad ciudadana en apenas quince aos. En 2007, cuando la tasa de homicidios llega a 26 por cada cien mil habitantes, Medelln pasa a ser una de las ciudades ms seguras de Colombia y del continente sudamericano. Con un desempeo superior al de la capital estadounidense Washington tena una tasa de 30,8 homicidios por cada cien mil habitantes (FBI, 2007) en 2007 Medelln tambin es catalogada como una de las ciudades ms dinmicas de Amrica Latina (The Washington Post, 2008). La transformacin de la ciudad en materia de seguridad ciudadana se reeja tambin en una encuesta de victimiza- cin realizada en octubre de 2008 por la Fundacin Seguri- dad y Democracia: del 15,8 por ciento de los ciudadanos de Medelln que reportaron haber sido vctimas de algn delito en el ltimo ao, el 73,9 por ciento indic que el crimen haba sido hurto; y el 76 por ciento de los medellinenses dijo sentir conanza en la polica, en contraste con el prome- dio de Cali, Bogot y Barranquilla ubicado en 52 por ciento (Fundacin Seguridad y Democracia, 2008). La ciudad logr estos resultados favorables gracias a factores de diversa ndole; pero, principalmente, como con- secuencia de la aplicacin de polticas nacionales y locales ecaces destinadas a disminuir los ndices de delito violento. Un anlisis pormenorizado de la historia de las polticas p- blicas de la ciudad entre 1991 y la actualidad permite identi- car cuatro lneas de accin que fueron determinantes en los logros de Medelln: 1. Estrecha colaboracin entre el gobierno nacional y el gobierno local. 2. Estrategia centrada en la recuperacin del monopolio de la fuerza. 3. Modernizacin y transformacin de los organismos de seguridad y justicia. 4. Conquista y dignicacin de los espacios pblicos para la ciudadana. Colaboracin entre el gobierno nacional y la alcalda Con el n de atender el problema de seguridad en Medelln, el gobierno nacional y la alcalda de la ciudad dieron mucha importancia a las instancias de colaboracin interguberna- mental. Estas instancias potenciaron las polticas de seguridad de Medelln por dos vas: 1) intercambio de experiencias, el dilogo, el anlisis y la discusin entre los distintos niveles de gobierno, lo cual result en una comprensin ms profunda del problema y, en consecuencia, en una mejor formulacin de polticas pblicas; y 2) alineacin de las polticas naciona- les y locales de seguridad que favoreci la ejecucin de opera- tivos conjuntos y la potenciacin de recursos nancieros y no nancieros en materia de seguridad ciudadana. En 1990, momento pico de inseguridad de la ciudad, el presidente Gaviria cre la Consejera Presidencial para Medelln, la cual deba formular polticas y coordinar ac- ciones entre distintas agencias del Estado con el objeto de Medelln pas de ser la ciudad ms violenta del mundo en 1991 a ser una de las ciudades ms seguras de Latinoamrica en escasos quince aos Medelln: del terror a la convivencia TEMA CENTRAL 32 DEBATES IESA Volumen XVI Nmero 3 2011 apoyar a los gobiernos municipales y a las comunidades en la superacin de la crisis de seguridad (Vargas Velsquez y Garca Pinzn, 2007). La Consejera organiz un proceso de diagnstico colectivo de la situacin en Medelln, en el que participaron ONG, investigadores sociales, el Proyecto de Gestin Pblica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y alrededor de mil representantes de 435 organizaciones de 16 comunas. En el proceso se reunieron, por primera vez, sectores que nunca antes haban debatido de manera franca y abierta los problemas que aquejaban a Medelln. Se discutieron y ofrecieron recomendaciones sobre empleo, ingresos, vivienda, espacio pblico, salud, medio ambiente, educacin, recreacin, deportes, cultura, seguri- dad, bienestar social, organizacin comunitaria y participa- cin ciudadana (Henao Delgado, 2004). Varias medidas emergieron de la Consejera Presidencial. Una fue el Programa de Apoyo Institucional a los Jvenes de Medelln (Paisajoven), desarrollado con el apoyo de la Agen- cia de Cooperacin Tcnica Alemana (GTZ), el cual tena el propsito de atender el problema de exclusin juvenil y prevenir la socializacin por parte de las bandas (Sarmiento Anzola, 2004; Hernndez, 2000). Otra fue la creacin de las juntas de Participacin y Conciliacin Ciudadana, presididas por los inspectores municipales de polica, cuya nalidad era facilitar la convivencia pacca. El gobierno nacional tambin cre en 1991 el Consejo Metropolitano de Seguridad, integrado por las autoridades civiles y armadas locales, y presidido por el gobernador de Antioquia y el alcalde de Medelln; as como un Comit para Asuntos Judiciales, integrado por el Procurador Departamen- tal y Provincial, el director del Departamento de Estudios Criminolgicos y Policiales (Decypol) y un representante del Departamento de Fiscala. En coordinacin con el Consejo Nacional de Seguridad, el Consejo Metropolitano asumi y deni los planes y acciones para garantizar la seguridad re- gional. Como organismo consultor del Consejo Metropolitano de Seguridad, se cre una Comisin Asesora, bajo la tutela del gobernador y con la participacin de la Comisin Asesora de Paz del Departamento de Fiscala y distintos sectores y organi- zaciones de la comunidad (Acero Velsquez, 2005). Siguiendo el mismo esfuerzo de colaboracin entre go- bierno nacional y gobierno local, la Polica Nacional, junto con los ministerios de Interior y Justicia y de Defensa Na- cional, puso en marcha en 2004 el programa Departamen- tos y Municipios Seguros (DMS) (Acero Velsquez, 2007). Partiendo de la premisa de que las problemticas de convi- vencia y seguridad ciudadana son en su mayora de carcter local y deben ser tratadas por las autoridades locales, ofre- ci capacitacin a 1.098 alcaldes y a los 32 gobernadores en la legislacin existente para el manejo de la seguridad, los instrumentos disponibles para combatir la inseguridad y la delincuencia (consejos de seguridad, comits de orden p- blico, fondos de seguridad y planes de convivencia y seguri- dad ciudadana) y los sistemas de informacin de violencia, y para la elaboracin de planes de seguridad. Tambin ofreci acompaamiento a las autoridades departamentales y muni- cipales para la formulacin de polticas de seguridad y con- vivencia ciudadana, con el propsito de institucionalizar el manejo de estos temas en cabeza de todos los gobernadores y alcaldes del pas, en coordinacin con los organismos de seguridad y justicia, con una amplia participacin de las co- munidades (Polica Nacional, 2005: 5). El protagonismo dado por la Polica Nacional de Co- lombia a los alcaldes y gobernadores en el programa DMS forma parte de su losofa de trabajo. La Polica Nacional posee una estructura jerrquica similar a la de las fuerzas militares: forma parte de la fuerza pblica junto con el ejr- cito, la fuerza area y la armada; est adscrita al Ministerio de Defensa; es dirigida por el Director General de la Polica Na- cional quien es nombrado por el Presidente de la Repblica; ste ltimo es su jefe superior. Sin embargo, existe una doble lnea de reporte, por lo que, en sus circunscripciones, los gobernadores y alcaldes son las primeras autoridades de la polica, la cual toma el nombre de Polica de Departamento y de Municipio, respectivamente. En Medelln la Polica Nacional se llama Polica Metro- politana de Medelln y el Valle de Aburr. El alcalde tiene la facultad de disear y desarrollar planes y estrategias inte- grales de seguridad, en conjunto con la Polica Nacional, a los nes de atender las necesidades y circunstancias de las comunidades bajo su jurisdiccin. Igualmente, la Polica Na- cional-Metropolitana debe atender con prontitud y diligen- cia los mandatos que tanto el gobernador como el alcalde de Medelln impartan al comandante de esa circunscripcin. La recuperacin del monopolio de la fuerza A principios de la dcada de los noventa, el Estado colom- biano logr desarticular el Cartel de Medelln y, en 1993, dio muerte a Pablo Escobar. Estas medidas, signicativas en trminos de la recuperacin del monopolio de la fuerza, ex- plican el pronunciado descenso de las tasas de homicidios observadas entre 1991 (375 por cien mil habitantes) y 1998 (157). Pese a los progresos, en 1998 la ciudad segua siendo una de las ms peligrosas del mundo, y entre 1998 y 2001 repuntaron levemente las tasas de homicidio. Diversos analistas han indicado que las estrategias se- leccionadas por el Estado colombiano para luchar contra la violencia en la dcada de los noventa constituyen la raz del limitado progreso. La primera estrategia fue la mediacin en- tre bandas. El Estado logr que se rmaran 57 pactos de no agresin entre bandas o milicias en 71 barrios y 28 mesas barriales de Medelln. Segn algunos crticos, esta estrategia slo sirvi para que los grupos armados milicias, parami- litares y bandas de crimen organizado fortalecieran su pre- sencia en la ciudad, porque la Alcalda y el gobierno nacional haban sacricado la poltica de Estado en aras de mostrar resultados favorables puntuales, convirtindose a s mismos en uno ms, a lo mejor un primus inter pares, entre otros ac- tores locales del conicto armado (Giraldo, 2007: 6). La segunda estrategia se fundaba en el rechazo al trata- miento represivo del narcoterrorismo y el sicariato. Segn el consenso de la poca, para reducir la inseguridad el Estado deba mejorar el funcionamiento de los servicios de seguri- dad y justicia, y organizar a las comunidades para que stas autogestionaran el conicto mediante mecanismos partici- pativos y concertados (Giraldo, 2007: 6). Segn los crticos, este nfasis en convivencia y cultura ciudadana, que en principio no tiene ningn tipo de connotacin negativa, no trae ningn resultado positivo en contextos en los cuales estn presentes mltiples actores armados (Alonso, Giraldo y Sierra, 2007: 152). Por el contrario, provoc el hostiga- La Consejera Presidencial para Medelln reuni, por primera vez, a sectores que nunca antes haban debatido de manera franca y abierta los problemas que aquejaban a Medelln TEMA CENTRAL Medelln: del terror a la convivencia 33 DEBATES IESA Volumen XVI Nmero 3 2011 miento y el asesinato, por parte de paramilitares y milicias, de los lderes de organizaciones sociales y polticas que esta- ban al frente de los procesos participativos y preventivos de las comunidades (Guzmn y Moreno, 2007). La violencia en Medelln se redujo de manera signi- cativa solamente cuando el Estado colombiano asumi, en 2002, la estrategia de recuperar el monopolio de la fuerza. Esa estrategia tuvo dos componentes principales: el primero consisti en una serie de operaciones militares desarrolladas con el propsito de recuperar aquellas comunas de la ciu- dad donde se concentraba el enfrentamiento entre guerrillas, autodefensas y fuerza pblica; y el segundo fue el programa de desarme, desmovilizacin y reinsercin de grupos arma- dos, y los procesos que lo acompaaron. Las operaciones militares en Medelln A partir de 2002 se llevaron a cabo unas diez operaciones militares ordenadas por la Presidencia de la Repblica para recuperar zonas controladas por grupos criminales violentos, autodefensas y milicia armada. Eran vistas como necesarias porque estos diversos grupos armados tenan una organiza- cin compleja, ante la cual los tradicionales mtodos polica- cos eran inefectivos. Las dos operaciones ms importantes, en cantidad de equipamiento y de efectivos de la polica y el ejrcito, fueron la Operacin Mariscal y la Operacin Orin. En la madrugada del 21 de mayo de 2002 se inici la Operacin Mariscal con el ingreso de efectivos de las fuerzas de autoridad a la Comuna 13, con vehculos blindados y helicpteros artillados dispuestos a bombardear y com- batir directamente a los grupos de milicias posicionados en el lugar (Norea Betancur, 2007: 113). El enfrentamiento dur aproximadamente doce horas y media y fueron allana- das 34 viviendas. En este operativo participaron alrededor de mil funcionarios de la polica y del ejrcito. La Operacin Orin fue una accin de guerra llevada a cabo en varios barrios dominados por grupos violentos. Co- menz a la medianoche del 16 de octubre de 2002 y naliz en diciembre de ese ao. En el despliegue participaron fuerzas especiales del ejrcito y la polica, con el respaldo de la fuerza area, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y la Fiscala. Los grupos guerrilleros opusieron fuerte resistencia y el balance nal as lo conrma: hubo diez muertos de la insurgencia, cuatro de la fuerza pblica y cuatro civiles, ms cuarenta civiles heridos, entre ellos 16 menores de edad, cinco desaparecidos y 308 detenidos. De no haber sido porque un gran nmero de miembros de las milicias guerrilleras aban- donaron la comuna la noche antes del inicio de la operacin (pues saban lo que iba a ocurrir), el nmero de muertos y heridos hubiera sido an mayor. A medida que las fuerzas del Estado iban avanzando territorialmente, se fueron establecien- do estrictos controles en las entradas de los espacios conquis- tados por la polica y el ejrcito, con el n de evitar que las milicias se reestablecieran (Giraldo, 2007). Desarme, desmovilizacin y reinsercin de grupos armados El segundo componente de la estrategia de recuperacin del monopolio de la fuerza fue el programa de desarme, desmo- vilizacin y reinsercin a la vida civil de integrantes de los grupos armados. Para desactivar a estos grupos y reinsertar a sus miembros a la sociedad, se llevaron a cabo programas de capacitacin y apoyo a los desmovilizados. En 2003 el gobierno nacional puso en marcha el progra- ma de desmovilizacin del grupo paramilitar Bloque Cacique Nutibara, uno de los actores ms violentos y problemticos del conicto armado. En diciembre de ese ao se haban re- incorporado 874 miembros de ese grupo, lo cual marc el inicio de una larga cadena de desmovilizaciones en el marco Tasa de homicidios en Medelln, 1975-2007 (nmero de homicidios por cada cien mil habitantes) Fuentes: http://www.medellincomovamos.org/seguridad-y-convivencia y http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/colombia/iep/26/7%20Homicidios.pdf. ltima visita: 6 de agosto de 2011. Medelln: del terror a la convivencia TEMA CENTRAL 1975 1979 1983 1987 1991 1995 1999 2003 2007 65 49 37 38 44 43 56 57 56 71 101 98,2 123 142 196 237 312 375 331 309 273 227 206 167 157 168 157 173 184 56,8 37,3 31,5 26,3 34 DEBATES IESA Volumen XVI Nmero 3 2011 del proceso de dilogo y negociacin que lider el gobierno nacional. En 2004 la Alcalda de Medelln puso en marcha una iniciativa de desmovilizacin y reinsercin de gran escala: el Programa de Paz y Reconciliacin. El programa tena dos componentes: el primero consisti en disear e implantar una estrategia de acompaamiento a las comunidades que recibieran a los desmovilizados y el segundo fue realizar el seguimiento y la evaluacin de los procesos de desmoviliza- cin y reincorporacin. El Programa de Paz y Reconciliacin se enmarc en un modelo llamado Intervencin y Regreso a la Legalidad. Este modelo dispona de varios ejes de accin dirigidos a facilitar el regreso de los desmovilizados a la legalidad y fomentar la presencia del Estado en las comunidades: educacin y capa- citacin al desmovilizado, acompaamiento psicosocial, sa- lud, seguridad, comunicaciones, seguimiento y evaluacin, y vericacin. En general, se observ una relacin directa entre la des- movilizacin de los grupos armados y la disminucin del homicidio por comunas. Aquellas comunas donde se haba desmovilizado un mayor nmero de personas de grupos ar- mados presentaban un descenso importante en las tasas de homicidios y hechos delictivos. Despus de la intervencin del Estado, la Comuna 13 pas de registrar 717 homicidios en 2003 a 173 en 2004. De 2002 en adelante la reduccin del delito violento en la ciudad se debi en gran parte al debilitamiento de la gue- rrilla y los paramilitares, y al protagonismo del Estado na- cional y local en materia de polticas de seguridad (Giraldo, 2007). Algunos analistas, al considerar la muerte de 40 mil jvenes en la ciudad de Medelln en las dos ltimas dcadas del siglo XX, recalcan que la recuperacin del monopolio del uso de la fuerza constituy una medida clave para detener la continuada incorporacin de jvenes a las las de los diver- sos grupos armados. Modernizacin y transformacin de los organismos de seguridad y justicia Desde comienzos de la dcada de los noventa la Alcalda de Medelln hizo importantes inversiones en los cuerpos de se- guridad y justicia de la ciudad, con la nalidad de mejorar su desempeo. Esta inversin se concentr en tres grandes mbitos: personal y tecnologa; dotacin de infraestructura, armamento y transporte; y relacin de conanza y apoyo en- tre la comunidad y la polica. La inversin en personal comenz por la conformacin de tres brigadas especiales con funciones especcas para los tres tipos de delitos ms comunes en la ciudad: homicidio, robo de vehculos y asalto bancario. Para ello se organiza- ron cursos de especializacin y actualizacin dirigidos a los funcionarios policiales. Asimismo, se aument el nmero de efectivos a partir de un estricto proceso de reclutamiento y se- leccin que tuvo como resultado la incorporacin de un gran nmero de jvenes bachilleres al cuerpo policial. Adems, se prest apoyo continuo a la Unidad Antiextorsin y Secuestro de la Polica Nacional (Unase) y Polica Judicial y de Investiga- cin, y se crearon mecanismos que facilitaron una coordina- cin eciente entre el Decypol y la Polica Metropolitana. En materia de tecnologa la Alcalda de Medelln invir- ti en la renovacin de los sistemas policiales de comunica- cin. Metroseguridad (una empresa pblica municipal de la ciudad de Medelln dedicada a la creacin de sistemas inte- grales de seguridad mediante el uso de la tecnologa de la informacin) y la Secretara de Gobierno invirtieron recursos para desarrollar un sistema satelital de vigilancia por video y congurar una red epidemiolgica contra la violencia. Ac- tualmente, Metroseguridad cuenta con un moderno sistema de vigilancia para la localizacin automtica de vehculos y el sistema de seguridad satelital por vdeo. En lo referido a infraestructura se crearon nuevas es- taciones y subestaciones de polica, con el n de asegurar presencia permanente en espacios abandonados e inseguros, as como en zonas de la ciudad antes ocupadas por grupos armados. Tambin se adquirieron laboratorios mviles y se instal un laboratorio regional de criminalstica de la Polica Nacional en la ciudad. Finalmente, se invirti en el fortaleci- miento del parque automotor y el armamento, con la ayuda de recursos nancieros facilitados por el gobierno nacional. Para propiciar una relacin de conanza y apoyo entre la comunidad y la polica se crearon las ocinas de Recepcin de Denuncias y la Comisin Especial de Quejas, mediante las cuales la ciudadana pas a desempear un papel evaluador y contralor de la Polica Metropolitana e incluso de la Polica Militar. Se capacit a mil personas de las Fuerzas Armadas y de la Polica en procesos de formacin en civilidad, cultura ciudadana y solucin de conictos. Conquista y dignicacin de espacios pblicos para la ciudadana Las medidas de recuperacin militar de zonas de la ciudad anteriormente ocupadas por grupos armados fueron segui- das por una poltica de conquista del territorio, mediante la dignicacin de espacios pblicos para el disfrute de la ciudadana, sobre todo en los sectores populares. La estra- tegia tena el doble propsito de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y disuadir el hampa y la actividad ilegal, mediante una masiva presencia ciudadana en hermosos es- pacios pblicos. Se cre el Programa Ncleos de Vida Ciudadana (1991- 1993). Los ncleos se concibieron como lugares de encuen- tro, integracin y concertacin para la poblacin de un sector determinado, que pretendan mejorar las condiciones del de- sarrollo humano (Biblioteca CF+S, 1998). En el marco de este programa, las comunidades formularon proyectos para crear centros de integracin cultural, juveniles y de la tercera edad, centros deportivos, centros de vivienda, mejoramien- to de reas verdes y quebradas, entre otros. La ejecucin de este programa tambin trajo resultados positivos en materia de acercamiento entre el Estado, el sector privado y las comu- nidades (Dapena Rivera, 2003). La alcalda cre tambin los proyectos urbanos integra- les (PUI) como un instrumento de intervencin urbana que abarca la dimensin de lo fsico, lo social y lo institucional, con el objetivo de resolver problemticas especcas sobre un territorio denido, donde se haya presentado una ausen- cia generalizada del Estado, procurando el mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes. Los frutos de esos proyectos incluyen la construccin de edicaciones y espa- cios de disfrute social en los barrios, tales como unidades A partir de 2002 en Medelln se llevaron a cabo unas diez operaciones militares ordenadas por la Presidencia de la Repblica para recuperar zonas controladas por grupos criminales violentos, autodefensas y milicia armada TEMA CENTRAL Medelln: del terror a la convivencia 35 DEBATES IESA Volumen XVI Nmero 3 2011 permanentes de justicia, bibliotecas, escuelas, universidades, unidades de vivienda, comedores y restaurantes, centros ambulatorios, parques verdes, parques lineales, bulevares y paseos urbanos, centros comerciales, teatros, polideportivos, canchas deportivas, entre otros. En el mismo espritu de dignicar y ordenar los espacios pblicos para el disfrute de la ciudadana se cre el programa Manejo del Espacio Pblico para la Convivencia (2004), des- tinado a organizar las actividades formales e informales que se llevaban a cabo en el espacio pblico de la ciudad, para propiciar el uso adecuado de los espacios y lograr el disfrute de la colectividad. Para ello se realizaron pactos con organi- zaciones de venteros (buhoneros) en manejo y autocontrol de lugares especcos de la ciudad; se capacit a 500 comer- ciantes formales sobre la correcta utilizacin y el respeto del espacio pblico; se capacit a 2.000 venteros en el adecuado manejo del espacio pblico; se mantuvieron 186 cuadras sin invasin de espacio pblico y se recuperaron veinte cuadras en el centro de la ciudad; se sensibiliz a 8.000 venteros y al 35 por ciento de los ciudadanos para el uso adecuado del espacio pblico; y, por ltimo, diez espacios pblicos de la ciudad pasaron a manos del sector privado para que fueran administrados por ellos (Alcalda de Medelln, 2009). Retos pendientes Los avances de Medelln en materia de seguridad ciudadana en los ltimos aos son innegables: en 2007 Medelln era una de las ciudades menos violentas de Amrica Latina, con una tasa de 26 homicidios por cada cien mil habitantes. Sin embargo, los ndices de inseguridad siguen siendo preocu- pantes, segn los estndares de violencia para Latinoam- rica establecidos por el PNUD. Adicionalmente, en 2008 se observ un retroceso en materia de seguridad con respecto al ao anterior, que se evidenci en el incremento de algunas modalidades de violencia que condujeron a una mayor can- tidad de muertes y al aumento de otros delitos como atracos callejeros y hurtos. Las principales causas de este retroceso radican en que, a pesar de los esfuerzos realizados, Medelln no ha logra- do resolver algunos problemas de fondo que inuyen ne- gativamente en los ndices de violencia y contribuyen a la persistencia del delito: la exclusin socio-productiva de sus jvenes y la inecacia del sistema de justicia. Exclusin socio-productiva de los jvenes Desde los diagnsticos tempranos hechos en 1990, acerca de la caracterizacin de la violencia en Medelln, se identic el problema de la exclusin como una de las fuentes princi- pales o causa raz del problema de inseguridad en la ciudad (Uribe Hincapi, 2001). Entre stas se destaca la exclusin juvenil. La Alcalda de Medelln se aboc a crear una polti- ca pblica de la juventud, con el objetivo de prevenir la ex- clusin juvenil y sus efectos en la socializacin de los jvenes en combos, bandas y dems agrupaciones criminales. Una importante medida fue la creacin, en 1994, de la Ocina de la Juventud, adscrita a la Secretara de Bienestar Social, para atender las necesidades de la juventud local, con el pro- psito de fomentar la participacin juvenil y formular una poltica de juventud en Medelln (Cruz Henao, 2002). Esa ocina concentr sus esfuerzos en crear ambientes de paz para los jvenes en zonas clave de la ciudad. Entre las polticas destinadas a luchar contra la exclu- sin juvenil se disearon diversos programas e iniciativas. La ciudad de Medelln cre un Fondo de Iniciativas Juve- niles, para nanciar actividades propuestas por distintas organizaciones. Lider varias campaas de acercamiento a los jvenes; una de stas, llamada Especialidad de Meno- res, se dedic a la atencin, la adaptacin y la correccin de menores con antecedentes delincuenciales. Fortaleci las comisaras de familia, creadas en 1989 como instancias de conciliacin, sancin y prevencin del menor infractor. Ide casas de la juventud, espacios de encuentro, socializacin y capacitacin juvenil, con el objetivo de preparar a los jve- nes en algn ocio. Cre el programa Jvenes Aprendices, para ayudar a los jvenes en su capacitacin y en su proceso de insertarse formalmente a su primer trabajo, y puso en marcha Jvenes con futuro, un programa de formacin inte- gral para jvenes que nunca hubieran participado en grupos armados, en el cual se formaba en reas tcnicas y culturales, as como tambin se les daba la oportunidad de culminar sus estudios secundarios y medios. Tambin cre el Paisajo- ven, el cual se concentr tres grandes reas de trabajo: orga- nizacin juvenil para el fortalecimiento de la convivencia y la participacin ciudadana, educacin y capacitacin y pro- mocin para el empleo. Pese a los esfuerzos emprendidos, los combos (ban- das criminales) an son un mecanismo de socializacin de los jvenes, y el nmero de este tipo de organizaciones cri- minales es alto. Persisten problemas en la construccin de polticas pblicas para la juventud que no se han logrado resolver: los programas diseados para este n no han logra- do el impacto deseado ni han alcanzado un nmero signi- cativo de beneciarios, para incidir de manera importante en la cantidad de jvenes excluidos y en condiciones de riesgo. La alcalda de Medelln cre los proyectos urbanos integrales, cuyos frutos incluyen la construccin de edifcaciones y espacios de disfrute social en los barrios COMPROMISO SOCIAL: GERENCIA PARA EL SIGLO XXI ANTONIO FRANCS (COORDINADOR) La empresa es el motor econmico por excelencia, sea privada, pblica o social. Hasta ahora trabaja para sus accionistas, pero los trabajadores, los clientes y las comunidades le plantean exigencias crecientes, que van ms all de lo que se conoce como responsabilidad social. En Compromiso social: gerencia para el siglo XXI se dan herramientas novedosas para responder a esas exigencias. 0212-555.42.63 [email protected] Medelln: del terror a la convivencia TEMA CENTRAL 36 DEBATES IESA Volumen XVI Nmero 3 2011 Existen problemas de calidad de los servicios impartidos, as como de focalizacin, debido a que la mayora de los jve- nes que acuden a los programas y se benecian de ellos no son los jvenes de alto riesgo ni los ms excluidos. Aunque hay experiencias exitosas, hay fragmentacin y dispersin de los esfuerzos, y la cobertura de las iniciativas ha sido en su conjunto insuciente. Adems, los organismos estatales y los programas en apoyo a la juventud se han multiplicado en la ciudad, pero muchos de ellos o estn atravesados por la lgica burocrtica o cumplen roles que no son los ms ade- cuados o no tienen un lugar central en las polticas sociales (Puentes, 2003: 276). A todo esto, se suma la persistencia de algunos problemas estructurales de la ciudad, como el estan- camiento econmico en los ltimos dos aos y el repunte de las tasas de desempleo, entre otros. El desafo es, entonces, atacar el problema de raz la exclusin socio-productiva de los jvenes de los sectores de bajos ingresos para evitar que las agrupaciones delictivas sean una de las unidades bsicas y peculiares de organiza- cin de los jvenes y que se perpete una tendencia do- minante hacia una expresin conictiva y violenta en la ciudad (Carrin, 2003: 56). Las polticas de seguridad de- ben ir acompaadas de polticas de desarrollo humano, de la creacin de condiciones para una poblacin prspera y alejada del delito. Inecacia del sistema de justicia La recuperacin de la ecacia de las instituciones de justicia y el fortalecimiento del marco institucional an estn lejos de alcanzarse. El deciente desempeo de la justicia penal y la congestin de los despachos demoran los procesos y contri- buyen a la impunidad, lo cual ha incentivado a los criminales y aumentado el comportamiento violento en la ciudad. Asi- mismo, hechos violentos propiciados por grupos armados en contra de funcionarios pblicos de justicia han contri- buido a la parlisis del sistema penal, por presin directa e indirecta sobre el sistema judicial colombiano. El Estado no ha logrado vencer el temor a las amenazas e intimidaciones que sufren sus funcionarios al evaluar y dictar sancin sobre algn proceso delictivo. Se han hecho esfuerzos con miras a fortalecer el sec- tor judicial y lograr una reduccin de la impunidad. Uno de ellos fue la creacin en 2007 del proyecto Fortalecimien- to del Sector Justicia para la Reduccin de la Impunidad en Colombia, actividad liderada por el gobierno nacional, que se desarrolla en diez ciudades colombianas (entre las cua- les se encuentra Medelln) con el objetivo de capacitar a los defensores pblicos en tres aspectos primordiales: sistema acusatorio, gerencia de procesos judiciales y escena del de- lito. Existen tambin programas de capacitacin y asesora a jueces, magistrados y defensores pblicos. En la dcada de los noventa la Alcalda de Medelln ide estrategias basadas en la creacin de herramientas alternativas para facilitar el acceso ciudadano a la justicia y la promocin de mecanismos de solucin pacca de conictos, a travs de centros de con- ciliacin y mediacin, unidades de proteccin familiar, co- misaras de familia para resolver disputas en la comunidad, establecimiento de jueces de paz, y casas de justicia. Pese a los esfuerzos realizados, el sistema de justicia colombiano sigue siendo sumamente dbil, y los ndices de impunidad muy elevados, lo cual ha ocasionado una reproduc- cin del crimen violento. Como bien lo expone un crtico en la materia: La justicia colombiana acumula ms casos de los que ventila y, en general, se erosiona a pasos agigantados (Carrin, 2003: 75). Las lecciones Medelln pas de ser la ciudad ms violenta del mundo en 1991 a ser una de las ciudades ms seguras de Latinoamrica en escasos quince aos. Cuatro polticas pblicas explican en gran medida el xito de la ciudad en la lucha contra la violencia en el perodo estudiado: 1. La existencia de una estrecha colaboracin entre el gobierno nacional y el gobierno local, que condujo a la creacin de instancias y programas de concertacin, coor- dinacin y aprendizaje, con miras a atender el problema de inseguridad. 2. La aplicacin de una estrategia centrada en la recu- peracin del monopolio de la fuerza por parte del Estado, lo cual llev a organizar y ejecutar una serie de operaciones militares y programas de desmovilizacin y desarme de los grupos armados en la ciudad a comienzos del siglo XXI, con el objetivo de retomar la ciudad y contrarrestar los concu- rrentes episodios de violencia. 3. La recurrente inversin en la modernizacin y la transformacin de los organismos de seguridad y justicia; especcamente, inversiones en personal y tecnologa, en dotacin de infraestructura, armamento y transporte, y en propiciar una relacin de conanza entre los organismos de seguridad y la comunidad. 4. La conquista y la dignicacin de los espacios p- blicos para la ciudadana, especcamente aquellas zonas de la ciudad ocupadas y sometidas durante muchos aos por grupos armados. Si bien Medelln logr entre 1991 y 2007 sustanciales avances en la reduccin de la violencia, la ciudad sigui sien- do peligrosa y en 2008 se observ un rebote de las cifras de delincuencia, debido en parte a dos aspectos que debe asumir la ciudad como retos: 1) no se ha atacado de manera exitosa la exclusin socio-productiva de los jvenes y su socializacin en bandas y combos criminales y 2) la inecacia institucional del sistema de justicia se ha convertido en una suerte de in- centivo criminal, que contribuye a la impunidad y al aumento del comportamiento violento de los ciudadanos. El desafo principal para los medellinenses radica en sostener la tendencia decreciente de los ndices de violencia observada hasta nales de 2007, para lo cual es importante que se trabaje en corregir las fallas estructurales de la ciudad, tales como el desempleo y el estancamiento econmico; se modiquen los procesos de recuperacin institucional; y se creen programas ecientes de apoyo a los jvenes en riesgo. Los resultados positivos se logran mediante un trabajo coordinado en la aplicacin de polticas ecientes frente al control de los distintos grupos de delincuentes violentos que an persisten en sectores de la ciudad. El problema de la violencia ciudadana debe ser abordado por los gobiernos lo- cales, en colaboracin con el gobierno central y organismos de la sociedad civil, por medio de polticas integrales que deben ir desde lo preventivo hasta lo coercitivo. La violencia en Medelln se redujo de manera signifcativa solamente cuando el Estado colombiano asumi, en 2002, la estrategia de recuperar el monopolio de la fuerza, mediante operaciones militares y un programa de desarme, desmovilizacin y reinsercin de grupos armados TEMA CENTRAL Medelln: del terror a la convivencia 37 DEBATES IESA Volumen XVI Nmero 3 2011 REFERENCIAS Acero Velsquez, H. (2005). Los gobiernos locales y la seguridad ciudada- na. Bogot: Fundacin Seguridad y Democracia. Acero Velsquez, H. 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