El documento revisa instrumentos para la evaluación clínica del comportamiento infantil y juvenil. Describe las diferencias entre la evaluación tradicional y conductual, y cómo la evaluación conductual-funcional se centra en obtener información detallada a través de entrevistas y observación para comprender el problema de comportamiento, los factores contextuales y diseñar un plan de tratamiento efectivo. La evaluación debe ser mínimamente intrusiva y considerar las perspectivas de múltiples informantes.
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El documento revisa instrumentos para la evaluación clínica del comportamiento infantil y juvenil. Describe las diferencias entre la evaluación tradicional y conductual, y cómo la evaluación conductual-funcional se centra en obtener información detallada a través de entrevistas y observación para comprender el problema de comportamiento, los factores contextuales y diseñar un plan de tratamiento efectivo. La evaluación debe ser mínimamente intrusiva y considerar las perspectivas de múltiples informantes.
El documento revisa instrumentos para la evaluación clínica del comportamiento infantil y juvenil. Describe las diferencias entre la evaluación tradicional y conductual, y cómo la evaluación conductual-funcional se centra en obtener información detallada a través de entrevistas y observación para comprender el problema de comportamiento, los factores contextuales y diseñar un plan de tratamiento efectivo. La evaluación debe ser mínimamente intrusiva y considerar las perspectivas de múltiples informantes.
El documento revisa instrumentos para la evaluación clínica del comportamiento infantil y juvenil. Describe las diferencias entre la evaluación tradicional y conductual, y cómo la evaluación conductual-funcional se centra en obtener información detallada a través de entrevistas y observación para comprender el problema de comportamiento, los factores contextuales y diseñar un plan de tratamiento efectivo. La evaluación debe ser mínimamente intrusiva y considerar las perspectivas de múltiples informantes.
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Molina Moreno, A
Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40
23
INSTRUMENTOS DE EVALUACIN CLNICA EN NIOS Y ADOLESCENTES
Antonio Molina Moreno 1
RESUMEN
En el presente trabajo se realiza una revisin de distintos instrumentos para la evaluacin clnica del comportamiento infanto-juvenil, as como los sistemas en los que se sustentan, describiendo en cada caso las tcnicas adaptadas al castellano. Se destacan las peculiaridades de la evaluacin infantil como la edad, sexo, los criterios evolutivos, las influencias de las interacciones familiares, las discrepancias de las fuentes de informacin y las caractersticas ms relevantes del evaluador infantil. Se aboga por una evaluacin mnimamente intrusiva, ajustada a las caractersticas del problema, teniendo en cuenta la informacin inicial de quienes solicitan ayuda, sus creencias, expectativas, etc.
PALABRAS CLAVE: evaluacin conductual-funcional, evaluacin infanto-juvenil, instrumentos de evaluacin clnica.
INTRODUCCIN
La evaluacin clnica del comportamiento en la infancia y la adolescencia se ha cimentado a partir de la evaluacin de la poblacin adulta, heredando los mismos problemas y limitaciones (Del Barrio, 1995). Hasta bien entrados en el s. XVIII el nio era considerado como un adulto en minuatura, incluso desde marcos tericos diferentes se ha considerado al nio como sujeto a las mismos principios que el adulto. Slo ser a partir de los aos 70 cuando esta manera de entender al infante cambie, reconociendo las peculiaridades propias del desarrollo infantil, aunque las tareas de evaluacin infantil permanecern durante largo tiempo centradas fundamentalmente en la clasificacin y el diagnstico (Valero, 1997). Es a partir de los aos 80 cuando la evaluacin se dirige a la planificacin y verificacin de los resultados del tratamiento (Shapiro y Kratochwill, 1988).
En general, tanto la evaluacin clnica adulta como la infantil han sido conceptuadas desde perpectivas que defendan (y defienden) presupuestos distintos a la hora de entender los distintos trastornos psicolgicos. En este sentido podemos sealar que existe un hecho histrico que marca una ruptura conceptual tanto en la evaluacin adulta como en la infantil. Nos referimos a la diferenciacin entre la evaluacin tradicional y la evaluacin conductual, aunque hoy en da, en el estado actual de la evaluacin infantil esta diferenciacin no est clara, dado que la evaluacin conductual no puede entenderse de una forma integrada, sino ms bien difuminada en distintas tendencias, una de las cuales sera la evaluacin mltiple (Luciano, 1997; Zaldivar, 1998; Fernndez Ballesteros, 1994).
Entre la evaluacin tradicional y la evaluacin conductual existen mltiples diferencias. Una de estas diferencias se refiere al modo de conceptuar la conducta y al tipo de variables explicativas sobre el origen y el mantenimiento del comportamiento problema. Obviamente desde marcos conceptuales distintos se ha de esperar que las tcnicas de evaluacin generadas sean cualitativamente distintas, aunque la realidad sea algo diferente.
Desde la aproximacin tradicional se aboga por la evaluacin de constructos de personalidad para averiguar la/s causa/s de la/s conducta/s alterada/s. Desde este punto de vista, la conducta tiene un valor de sntoma que reflejara causas subyacentes. Desde esta perspectiva, la valoracin de la psicopatologa se ha realizado a partir de una serie de tcnicas indirectas de evaluacin en las que se
1 Departamento de Personalidad, Evaluacin y Tratamiento. Universidad de Almera (Espaa) Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 24 englobaran: las tcnicas proyectivas, test, tcnicas subjetivas, etc. Este tipo de instrumentos se han construido sobre el presupuesto de que la conducta es consistente respecto a la variabilidad del contexto.
Por otro lado, la evaluacin conductual se considera un proceso en el que el clnico toma decisiones sobre las variables que se suponen relevantes en el mantenimiento del problema, a partir de las cuales desarrolla el plan de intervencin. Las caractersticas fundamentales sealadas a la evaluacin conductual quedan resumidas en las siguientes (Mash y Terdal, 1981): a) uso de la observacin sistemtica; b) orientada a detectar la naturaleza, desarrollo y valoracin del cambio conductual; c) entiende la conducta como una muestra del repertorio del sujeto; d) concibe el proceso evaluativo como un proceso continuo en el que se recogen medidas antes, durante y despus de la intervencin; y e) interpreta los datos desde un nivel de inferencia mnimo.
No obstante, bajo el rtulo de evaluacin conductual se agrupan una gama de tcnicas de evaluacin, que se valoran de forma distinta en funcin del marco conceptual o terico que se adopte de partida. Prueba de ello son los supuestos o principios que se enmarcan de manera diferencial en la evaluacin cognitivo-conductual respecto a la evaluacin conductual-funcional que se sintetizan en los siguientes (Zaldivar, 1998): a) la evaluacin cognitivo conductual hace uso de los sistemas de clasificacin psiquitricos (tipo DSM y CIE) u otras estrategias como la de la conducta clave frente al uso de los anlisis funcionales; b) evalua el triple sistema de respuesta en lugar de entender la conducta como un todo producto de la interaccin entre el organismo y su ambiente; c) usa de forma desproporcionada procedimientos indirectos (cuestionarios, escalas...) ms que directos (observacin); d) incluye constructos tericos intrapsquicos como responsables de la conducta en menoscabo de las influencias ambientales; e) sobrevalora las evaluaciones estructurales de la conducta frente a las funcionales y f) est ms interesada por las garantas psicomtricas del instrumento y la integracin de enfoques tericos distintos, ms que por las evaluacin funcional de la conducta.
Algunos autores sealan que una adecuada evaluacin, debido a los diversos factores implicados en el desarrollo y mantenimiento de los problemas de conducta, debera incluir mltiples mtodos (evaluacin multimtodo) (entrevista, observacin directa, cuestionarios, etc.), administrados a distintas personas (padres, maestros, propio nio, etc.) y referidos a distintos contextos (casa, colegio, etc.), as como incluir una evaluacin tanto familiar como extrafamiliar (McMahon, 1987). No obstante, no queda justificado claramente el hecho de llevar a cabo una evaluacin multimtodo, entre otras razones por los escasos apoyos empricos de esta evaluacin (Kessler, 1988; citado en Luciano, 1997). Adems se debera tener en cuenta que en muchas ocasiones la evaluacin multimtodo supone: a) un costo personal y profesional a la hora de integrar la informacin recogida; b) numerosas exigencias y requisitos para la familia; y c) el establecimiento de diversos diagnsticos con los efectos estigmatizantes que ello conlleva y que se han recogido ampliamente en la literatura (Fernndez Parra y Luciano, 1997; Wicks- Nelson e Israel, 1996; Bijou, 1976; Eikeseth y Lovaas, 1992). Asimismo, la cantidad de datos recogidos mediante este tipo de evaluacin no est necesariamente relacionada con la calidad de la informacin.
En general, desde un punto de vista conductual-funcional, se aboga por un proceso de evaluacin mnimamente intrusivo en el que aboga por la valoracin previa de la utilizacin de mltiples instrumentos, de mltiples fuentes, etc. en el primer contacto de la evaluacin, especialmente respecto al uso de evaluaciones fisiolgicas y neuropsicolgicas. En relacin con esta ltima evaluacin podemos indicar que no todos los problemas psicosociales que presentan los nios necesitan una evaluacin neurofisiolgica o fisiolgica, debido al coste personal y material que ello conlleva y a la escasa utilidad de cara al tratamiento.
No obstante, podramos indicar algunas razones sobre la importancia de este tipo de evaluacin. En primer lugar, algunos trastornos infantiles (autismo, , retraso en el desarrollo, dolor de cabeza, rumiacin, asma, etc.) pueden implicar alteraciones a nivel fisiolgico y su medicin podra ser esencial de cara la tratamiento. Hay cierta evidencia de que en algunos problemas de comportamiento (hiperactividad, trastornos de la atencin, etc.) existe una alteracin a nivel fisiolgico en cuyo caso un tratamiento combinado mdico y conductual podra ser el plan a seguir para obtener adecuados resultados.
Desde una perpectiva conductual-funcional, los informacin recogida a partir de la entrevista inicial no slo se centrar en el comportamiento problema sino que tambin se obtendr informacin sobre los aspectos positivos del repertorio del nio. Asimismo se valorar la motivacin para el cambio de las personas que consultan y el clnico decidir sobre la conveniencia de usar otros instrumentos, de entrevistar a otras personas, etc. a fin de corroborar o contrastar la informacin inicial. Asimismo la evaluacin del comportamiento infanto-juvenil con vista a intervenir se centrar en obtener informacin detallada de distintas reas o aspectos como los que se sealan a continuacin (Luciano, 1997; Gmez, 1999; Mash y Terdal, 1981):
1) Descripcin del problema consultado a dos niveles: global, a travs de entrevistas abiertas, y especfico, a travs de observacin; a fin de delimitar los eventos antecedentes, los parmetros de la respuesta, las consecuencias reforzantes y las relaciones de contingencia; Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 25 2) Funcionamiento global del nio (rutina semanal), repertorio social y acadmico, tendencias personales (reacciones ante situaciones de frustracin, espera, autocontrol, etc.) y motivacionales, estado biolgico general y funcionamiento intelectual. Esta informacin puede recabarse a travs de entrevistas y si se estima oportuno mediante escalas y cuestionarios. 3) Historia de los comportamientos problemticos, es decir, datos de los dficit o excesos comportamentales (momento y forma de su deteccin, por quin, etc.). Estos datos se obtendrn mediante entrevista ms o menos estructuradas en funcin de los recursos y del tiempo disponible. 4) Informacin relativa a las creencias, actitudes y reacciones de los padres, profesores y otras personas implicadas directamente en el comportamiento problema. Esta informacin se recabara a travs de entrevista y se complementara con registros de observacin. 5) Informacin acerca de las condiciones fsico-contextuales (condiciones de hbitat, aspectos sociodemogrficos, recursos disponibles en la familia, etc.) que puede ser obtenida a travs de entrevista.
Para concluir, desde un marco conductual-funcional el juicio diagnstico puede basarse en (Gmez, 1999):
La informacin o conducta verbal puntual - producida en situ (o tras un breve periodo de tiempo desde su ocurrencia) y relativa a una mestra amplia de los comportamientos objeto de queja, unido a la informacin general del funcional (a modo de screening o rastreo) del funcionamiento global del nio en los contextos y las reas relacionadas con el problema y del nivel de sensibilidad e implicacin de los padres u otros adultos- datos estos ltimos que convendra obtener a travs de mtodos abiertos o semiabiertos (aadiendo, o no, observacin directa segn la problemtica) (p. 105).
CARACTERSTICAS DE LA EVALUACIN INFANTO-JUVENIL
El proceso de evaluacin infanto-juvenil se rige por los mismos principios, mtodos y procesos que la evaluacin del adulto, sin embargo tiene unas caractersticas propias que deben ser consideradas a la hora de conducir dicho proceso. A continuacin se resumen algunas de las peculiaridades propias del desarrollo que otorgan a la evaluacin infantil un matiz genuino.
En primer lugar, el nio se concepta como un ser en continua evolucin aspecto que convierte la evaluacin en un hecho puntual, por lo que se deber de prestar una especial atencin a la edad, sexo y a su nivel de desarrollo teniendo en cuenta patrones tanto normativos como sociales (Ross, 1987). En el desarrollo evolutivo del nio, la edad es un indicador que junto al tipo de problemas, su frecuencia de aparicin e intensidad nos permite considerar un comportamiento como patolgico o analizar los factores de riesgo asociados a su aparicin.
En segundo lugar, los padres, por iniciativa propia o por que han sido recomendados por un especialista, acuden a consulta para buscar solucin a los problemas de su hijo. Esta decisin no est exenta de problemas. Por ejemplo algunos adolescentes se niegan a asistir al especialista (psiclogo, psiquiatra, etc.) alegando que ellos no estn locos o sencillamente expresan que no tienen ningn problema y que son sus padres quienes deberan acudir a consulta debido a sus quejas reiteradas. Este aspecto debe de contemplarse en el proceso de evaluacin.
Al mismo tiempo que se analiza el motivo de consulta y la fuente inicial de la que ha partido tal decisin, es esencial prestar atencin a otro tipo de variables que distintos autores (Nietzel, Bernstein y Milich, 1994) han sealado como relevantes a la hora de que los padres acudan al especialista como: a) sus niveles de tolerancia (p.ej., aquellos que perciben el problema como algo permanente y que no pueden manejarlo acuden ms al psiclogo) y b) la existencia de problemas psicolgicos en algunos de los padres (p.ej., trastornos depresivos en las madres que tienden a reaccionar y a considerar de mayor gravedad los problemas de sus hijos). En este sentido, se han apuntado diversos aspectos de la relacin familiar como responsables de la demanda tales como: problemas de ajuste personal y marital, tipo de percepciones sobre el desarrollo del nio, habilidades sobre solucin de problemas y relaciones sociales extrafamiliares (McMahon, 1987). La valoracin de toda esta informacin permitir al clnico tomar decisiones adecuadas de cara a la intervencin, contrastando la informacin con otros familiares y con el propio nio, si se estima oportuno, para tener una visin global de la realidad familiar en l a que tiene lugar el problema consultado.
Una tercera caracterstica es la relativa a la plasticidad propia de la etapa infantil que en ocasiones favorece que se moldeen en el contexto familiar comportamientos inadecuados en el nio como producto de la relacin entre los distintos miembros de la familia. En este sentido algunos problemas comunes de comportamiento que muchos nios manifiestan en esta etapa vital pueden convertirse en verdaderos problemas, debido a ciertas prcticas de tipo aversivo o coercitivo (Patterson, 1976; Patterson y cols., 1989) en las que algunos padres se implican, a veces de manera consciente y otras inconsciente, para controlar el comportamiento problema del nio. Un ejemplo de ello es cuando los Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 26 padres reaccionan de una forma amenazadora, llegando en ocasiones a la agresin verbal e incluso fsica, para que el nio obedezca a sus demandas. Este tipo de prcticas provocadas, por la falta de habilidades en el gobierno de los nios, tienen consecuencias a corto y largo plazo, ya que producen que el nio lleve a cabo las demandas que se le exigen, pero si este tipo de prcticas continan a lo largo del tiempo, pueden modelar y moldear repertorios agresivos en el nio favoreciendo interacciones negativas con enorme desgaste emocional para los miembros de la familia.
La cuarta peculiaridad se refiere al hecho de que los problemas de comportamiento del nio se pueden producir en distintos contextos (p.ej. casa, colegio, etc.). Cuando los problemas se producen en el colegio necesariamente se obtendr informacin a este nivel. En funcin de los objetivos que se persigan esta informacin puede ser recabada por medio de diversos instrumentos: a travs de registros de observacin, a travs de pruebas estandarizadas, de escalas puntuadas por profesores, etctera. Sin embargo, no existen reglas claras para decidir a qu personas implicar en un problema determinado, entre otras cosas por la falta de concordancia que se produce cuando obtenemos una valoracin de distintas reas del repertorio infantil por distintas personas y en distintos contextos. Prueba de esta falta de concordancia la muestran diferentes estudios (Achenbach, 1978; Kazdin, 1983). La ausencia de correspondencia entre informantes a hecho que distintos autores defiendan una evaluacin multimtodo (Achenbach, 1995; Valero, 1997; Wicks-Nelson e Israel, 1996), en cambio desde otra perspectiva el desacuerdo entre la informacin recabada de distintos informantes, de distintos contextos y por diversos instrumentos se debe a que se estn evaluando dimensiones psicolgicas diferentes (Luciano, 1997, Gmez, 1999). La solucin propuesta por estos autores no es conducir una evaluacin multimtodo, sino obtener un nmero suficiente de observaciones o informes que proporcionen una muestra amplia del comportamiento en cuantas circunstancias se considere oportuno.
No obstante y en lneas generales, se puede afirmar que son los padres los informadores ms idneos cuando se trata de recabar informacin sobre el comienzo e intensidad del problema; los profesores son mejores informantes para valorar los problemas de conducta en el contexto escolar; por el contrario muestran serias dificultades a la hora de informar sobre problemas de comportamiento que se producen a nivel privado (interiorizados). Por otro lado, el nio es conceptuado como un mal informador respecto a los cambios en su comportamiento, pero en cambio sera el informador idneo en problemas relativos a la personalidad (Ezpeleta, 1995a, 1995b; Del Barrio, 1990). Finalmente, los compaeros o amigos del nio seran los informadores idneos de los problemas de socializacin aunque su nivel de discriminacin de la cualidad de los mismos es relativa (Del Barrio, 1995).
A partir de estos datos, numerosos autores recomiendan que no se lleven a cabo entrevistas, cuestionarios, autorregistros o cualquier prueba escrita a nios menores de 5 aos (Mash y Terdal, 1981) o con edades menores de 10 aos (Edelbrock y cols., 1985). Ms an, se plantea que los nios a esta edad no muestran un suficiente autoconocimiento o sensibilidad, ni sobre su propio comportamiento ni sobre las consecuencias del mismo, como para informar de los distintos estados emocionales o pensamientos. Asimismo muchos nios se muestran inaccesibles cuando se le hacen preguntas relativas a cuestiones personales, porque sencillamente se niegan a cualquier informacin personal o la ocultan. Esta situacin puede llegar a empeorarse si el especialista no crea una rapport adecuada con el nio o por el contrario crea una relacin tan clida que el nio responde para agradar al evaluador (Del Barrio, 1990). Estas ltimas cuestiones plantean otra peculiaridad en la evaluacin infantil relativa a las caractersticas del evaluador infantil.
Como sealabamos anteriormente, los adultos (padres, profesores, mdicos,...) son, en muchas ocasiones, los interesados en solucionar el problema de comportamiento del nio. Este hecho explica la baja motivacin del nio a colaborar en el proceso de evaluacin y/o de intervencin y conlleva a que el evaluador muestre en su repertorio determinadas habilidades para favorecer la cooperacin del nio. En este sentido distintos autores (Mash y Terdal, 1981; Luciano, 1997; Gmez, 1999; Rodrguez-Sacristn, 1995) han considerado que un evaluador infantil ha de mostrar las siguientes habilidades y conocimientos: a) conocer las pautas bsicas del desarrollo infantil; b) conocer los factores socioculturales y expectativas educativas, demandas y criterios de la familia y del contexto escolar; c) tener habilidades especficas (ldicas, comunicacin, temas infantiles,...) para favorecer la implicacin del nio en la evaluacin; d) tener habilidades para el manejo de perturbadoras; y e) tener habilidades para crear un ambiente cordial que facilite la adherencia de los adultos a la evaluacin.
Por ltimo, otra peculiaridad en la infancia se refiere a que determinadas respuestas fisiolgicas expresadas a una variedad de eventos o acontecimientos se confunden a esta edad con problemas estrictamente de comportamiento. Muchos nios no tienen an formado un repertorio discriminativo que les permita diferenciar entre el malestar fsico que padecen y las consecuencias psicolgicas que mantienen dicho malestar. Por ejemplo, muchos problemas que aparentemente haran pensar sobre una etiologa orgnica (vmitos, dolores abdominales, cefaleas, etc.) pueden ser la manifestacin de miedos o angustias causadas por eventos muy variables que se expresan a travs de una variedad de comportamientos de evitacin: a contextos (negacin a acudir al colegio), a tareas (demora a la hora de enfrentarse a ciertas actividades acadmicas), a personas (evitar la relacin con ciertos compaeros de Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 27 clase) o a una combinacin de los anteriores. En este tipo de problemas de comportamiento el clnico ha de realizar un anlisis detallado del caso que le permita averiguar las condiciones en las que se produce el problema, atendiendo ms a los aspectos funcionales del comportamiento (antecedentes, consecuencias a corto y largo plazo, etc.) que a sus caractersticas estructurales (forma o sintomatologa). Por ejemplo, muchos nios expresan su rechazo al colegio (negativismo escolar) mediante lloros, vmitos, quejas abdominales, etc. sin que haya evidencia de una alteracin orgnica. Estos comportamientos pueden ser clasificados formalmente de diversas maneras como: fobia especfica, fobia social, ansiedad por separacin o trastorno por somatizacin (Lee y Miltenberger, 1996) e incluso en ocasiones, muchos nios que presentan negativismo escolar pueden ser agrupados dentro de una misma categora diagnostica sin atender a otras caractersticas. Desde una perspectiva conductual- funcional sera necesario averiguar las razones a las que cada una de estas manifestaciones o expresiones inadecuadas estn respondiendo. Se establecera de esta forma un modo de clasificacin funcional que tiene en cuenta ms los aspectos de interrelacin que los formales. En este sentido se ha desarrollado un modelo (Kearney y Silverman, 1990, 1993) que delimita cuatro posibles funciones respecto al problema de negativismo escolar como: a) evitacin del miedo/ansiedad que provocan las situaciones escolares; b) evitacin de situaciones sociales aversivas; c) atencin de los padres u otros adultos; y d) logro de reforzadores tangibles (TV, juegos, comidas, etc. tanto dentro como fuera de casa). Otros modelos funcionales se han descrito respecto a una variedad de problemas de comportamiento como: a) conductas perturbadoras (Carr y Durrand, 1985, Durrand y Carr, 1991; Luiselli, 1991); b) evitacin emocional (Hayes y cols. 1996); c) dficit en el seguimiento de reglas (Luciano, 1992); y d) dficit en la adhesin al tratamiento (Hayes y Follette, 1992).
Adems de todas las cuestiones consideradas a la hora de evaluar los problemas de comportamiento infanto-juvenil deben tenerse en cuenta distintos aspectos relativos a la tica del profesional evaluador. En este sentido es fundamental mantener la confidencialidad de la informacin, reducir el uso de etiquetas diagnosticas dados los efectos iatrognicos asociados a las mismas, pedir el consentimiento y cooperacin del sujeto evaluado; evitar el uso de procedimientos que amenacen la integridad del nio y hacer un uso adecuado de los datos obtenidos de la evaluacin. Para una mayor informacin sobre los aspectos ticos en el proceso de evaluacin consltese (Silva, 1995).
Como conclusin podemos decir que el proceso de evaluacin infanto-juvenil tiene un grado de complejidad mayor que la de los adultos en la que destacaramos dos de los aspectos sealados anteriormente. Por un lado, la carencia de autonoma del nio (incluso para interpretarse como necesitado de ayuda) hace que sean los padres, maestros u otros profesionales quienes valoran la necesidad de intervencin; y por otro lado, el acelerado proceso evolutivo, es decir, los cambios fisiolgicos, cognitivos y conductuales que acontecen a esta edad, nos obliga a prestar una especial atencin a las condiciones familiares, escolares y sociales en las que el nio se desarrolla. Por tanto, y siguiendo a Mash y Terdal (1988) la evaluacin de los trastornos de la infancia implica necesariamente realizar una serie de juicios normativos sobre lo que puede constituir: a) una desviacin evolutiva; b) una variacin en el tipo de comportamiento en relacin con el grupo de referencia; c) una adaptacin apropiada a una variedad de demandas situacionales y d) una desviacin inesperada del curso previsto de evolucin individual.
CONCEPCIONES DIAGNOSTICAS EN LA EVALUACIN PSICOPATOLGICA
Dos grandes concepciones diagnosticas se han elaborado para la evaluacin clnica infantil. Por un lado, estaran los sistemas de clasificacin categorial en los que se enmarcara las distintas versiones del Manual Diagnostico y Estadstico de los Trastornos Mentales (DSM) en su ltima versin DSM-IV (APA, 1994), la Clasificacin Internacional de los Trastornos Mentales elaborada por la OMS en su versin ms actual ICD-10 y el sistema de clasificacin GAP (Group for Advancement of Psychiatric) centrado en los aspectos evolutivos. Por otro lado, se enmarcara el sistema de clasificacin dimensional o estadstico como el sistema de Achenbach (1978) y Quay (1986).
Los procedimientos para la elaboracin de los sistemas anteriores son distintos. Los sistemas categoriales se basan en el consenso de expertos, en la revisin de la literatura y en algunos datos a nivel correlacional para establecer los criterios de inclusin y exclusin que determinan la pertenencia de un sujeto a una categora. En cambio, los sistemas dimensionales se han focalizado en crear sistemas de clasificacin de forma emprica para lo cual realizan anlisis estadsticos (factorial) de numerosos datos agrupando los sntomas que con mayor probabilidad pertenecen a cada categora.
El sistema DSM-IV establece el diagnostico en base a un sistema multiaxial compuesto de cinco ejes, con objeto de incorporar distintos puntos de vista en el diagnstico de un trastorno. En el eje I se incluyen los trastornos clnicos y otros problemas que pueden ser objeto de atencin clnica. En este eje se agrupan los trastornos de inicio en la infancia, la niez o la adolescencia. El eje II contempla los trastornos de la personalidad y el retraso mental. En el eje III se incluyen las enfermedades mdicas, el eje IV evala el estrs psicosocial y el eje V valora el nivel de adaptacin en el ltimo ao (APA, 1994; p. 28).
Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 28 Por otro lado, los sistemas dimensionales han establecido tres grandes dimensiones (Achenbach y Edelbrock, 1983) a la hora de agrupar los problemas infanto-juveniles: 1) problemas de ext ernalizacin como hiperactividad, agresin o delincuencia; 2) problemas de internalizacin como problemas de personalidad, timidez o ansiedad e inhibicin; y 3) mixtos o combinados como problemas sociales, de pensamiento y de atencin. Para la obtencin de los grupos de trastornos anteriores se han utilizado diferentes instrumentos como la Child Behavior Checklist, el Teacher Report Form y el Youth Self-Report que ms abajo pasaremos a comentar.
Las ventajas e inconvenientes de estos sistemas estn recogidos por diferentes autores, en este sentido se recomienda al lector consultar (Fernndez Parra y Luciano, 1997; Hoghughi, 1992; Achenback y Edelbrock, 1989; Silva, 1995; Domenech y Ezpeleta, 1995; Vizcarro, 1992; Wick-Nelson, 1997, entre otros).
INSTRUMENTOS DE EVALUACIN CLNICA INFANTO-JUVENIL
Los instrumentos desarrollados para la evaluacin clncia infantil son numerosos. Los clnicos utilizan entrevistas con los padres, test, escalas, etc. y segn la problemtica (pe. problemas afectivos) entrevistas con el propio nio (Luciano, 1997). Otros profesionales utilizan observaciones realizadas por los padres o el propio nio, y otros una combinacin de elementos (Pelechano, 1980). La seleccin de instrumentos para evaluar la conducta en la infancia depende de la naturaleza del objetivo de la evaluacin, de las caractersticas del sujeto (edad, sexo, habilidades cognitivas,...), de la fuente de envo, del contexto, del medio sociocultural y del propsito de la evaluacin (Mash y Terdal, 1988). Distintos autores sealan que la eleccin de un instrumento u otro depende fundamentalmente de la formacin conceptual del terapeuta, y otras veces del tiempo disponible (Kessler, 1988, citado en Luciano, 1997).
INSTRUMENTOS DE EVALUACIN BASADOS EN EL SISTEMA DIAGNOSTICO CATEGORIAL
Dentro del marco categorial es la entrevista, en sus distintas modalidades (estructurada, semiestructurada) el mtodo ms comn de evaluacin (Del Barrio, 1995). La entrevistas se realiza a los padres o allegados y a los propios nios, y pueden ser llevadas a cabo por profesionales clnicos o por personas legas que previamente han sido entrenadas independientemente de su orientacin terica (Edelbrock y Costello, 1984; Hodges y Zeman, 1993; Shaffer, 1994; Ezpeleta, 1995, 1997; De la Osa, Ezpeleta, Domenech, Navarro y Losilla, 1996; Hodges, 1993; Gutterman, OBrian y Young, 1987; Vacc y Juhnke, 1997; Weller, Weller, Fristad, Teare y Schecter, 2000).
Al margen del tipo de entrevista que se vaya a utilizar es importante que desde el primer contacto se establezca una adecuada relacin teraputica con los padres para que ofrezcan informacin confidencial y personal sobre sus relaciones familiares. Los padres durante la entrevista pueden exagerar o minimizar los problemas de comportamiento de su hijo dependiendo de cmo perciban la gravedad y el grado de control sobre los problemas de comportamiento del nio. Durante la entrevista inicial es fundamental determinar cules son las expectativas y las creencias de los padres sobre el desarrollo y comportamiento problema del ni, as como la influencia de los mismos en la relacin familiar. Estos aspectos se deberan tratar y discutir con ellos de una manera clara y natural. Se defiende que el clnico adopte una posicin de colaboracin ms que de superioridad, haciendo uso de un lenguaje comprensible, libre de tcnicismos. En caso de que el clnico opte por una modalidad de entrevista poco estructurada, se recomienda que utilice preguntas abiertas que paulatinamente vayan cerrandose y que preste una especial atencin a la forma en la que se interroga a los padres, evitando cualquier comentario que pueda generarles sentimientos de culpabilidad. Todo ello siguiendo una lgica de mnima intrusividad, en la que la evaluacin se adapte a las caracteristicas psicolgicas de los padres teniendo en cuenta su nivel de comprensin, su motivacin al cambio, etc. En cambio cuando se adopta un protocolo de entrevista estructurada, el entrevistador se ve obligado a interrogar a los padres realizando todas las preguntas contenidas en el protocolo, respetando la estructura y el orden de las mismas. En este tipo de entrevistas no hay oportunidad, al menos en ese momento, de indagar sobre algunos aspectos de la informacin que se va obteniendo.
Las entrevistas estructuradas han permitido establecer el diagnostico categorial de una forma precisa, aunque tambin se han utilizado como: instrumento de screening para maximizar la intervencin del clnico, instrumento de investigacin clnica y como herramienta de apoyo en contextos de salud mental a la hora de ensear a los clnicos noveles a establecer diagnsticos precisos (Weller, Weller, Fristad, Teare y Schecter, 2000).
Las bondades o limitaciones de las entrevistas estructuradas (estudios de validez y fiabilidad) han sido analizados ampliamente y no van a ser contempladas en este trabajo. Para una revisin detallada de las caracteristicas psicomtricas de estos instrumentos se recomienda al lector consultar (Ezpeleta, 1990, 1995; Hodges, 1993; Herjanic y Reich, 1982; Silverman, 1994; Weller, Weller, Fristad y Rooney, 1999; Young, OBrian, Gutterman y Cohen, 1987).
Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 29 Dentro de las entrevistas basadas en criterios categoriales podemos sealar dos modadilades en funcin del grado de estructuracin: a) las entrevistas estructuradas (DICA, DISC y CAS) y b) las entrevistas semiestructuradas (ISC, K-SADS) que a continuacin pasamos a comentar brevemente.
Diagnostic Interview for Children and Adolescents (DICA) (Herjanic, Herjanic, Brown, y Heatt, 1975).
Es una de las entrevistas estructuradas ms utilizada, tanto en el mbito clnico como en estudios epidemiolgicos (Del Barrio, 1995; Ezpeleta, 1990, 1995). Es una de las pocas entrevistas que recoge datos relativos a los primeros aos de vida del nio, incluyendo datos de la historia mdica, embarazo, nacimiento y desarrollo infantil. Se aplica a nios de 6 a 17 aos y existe una versin paralela para padres. Para su aplicacin no se necesita una preparacin clnica especial, aunque s un entrenamiento exhaustivo (De la Osa y cols., 1996). El tiempo de aplicacin de la entrevista oscila entre 60 a 90 minutos.
La entrevista estructurada DICA consta de distintas partes, una de las cuales est compuesta por items que evalan la presencia o ausencia de sntomas. Otra parte que explora los diversos trastornos, en funcin de las categoras contenidas en el DSM comprendiendo un total de 18 categoras. Asimismo contiene una parte especial dirigida a los adolescentes, donde se hacen preguntas sobre la conducta sexual, abuso sexual, menstruacin y estresores psicosociales. Finalmente, la entrevista consta de una observacin de la conducta del sujeto durante el transcurso de la entrevista. La valoracin final de la escala recoge la presencia, ausencia y duracin del sntoma.
La entrevista ha recibido sucesivas revisiones en funcin de los cambios experimentados en las distintas versiones DSM. Su ltima adaptacin se ha desglosado en tres versiones. DICA-R-C (6-12 aos), DICA-R-A (13 a 17 aos) y DICA-R-P (versin para padres) que se sustentan en los criterios diagnsticos del DSM-III-R (Reich, Shayka y Taibleson, 1991; citado en Ezpeleta, 1995). A su vez en esta versin se ha incluido la categora de trastorno por estrs postraumtico, la valoracin de la severidad del trastorno y un elemento ms, consistente en evaluar no slo al sujeto objeto de estudio sino a los miembros de la familia cuyas edades estn comprendidas entre los 6 a 17 aos. Existe una adaptacin de esta entrevista para poblacin espaola (Ezpeleta y cols., 1997).
Diagnostic Intervi ew Schedule for Children (DISC) (Costello y cols., 1984)
Es una entrevista altamente estructurada diseada para realizar diagnsticos de acuerdo con los criterios DSM-III-R. Comparte los mismos criterios diagnsticos de base que la entrevista estructurada especificada anteriormente. Se ha utilizado tanto en investigacin clnica como en epidemiolgica. Puede ser administrada por entrevistadores legos previamente entrenados. Se aplica a nios (DISC-C) con edades comprendidas entre los 6 a los 17 aos, aunque tambin existe una forma para padres (DISC-P). La entrevista con el nio puede aplicarse en una nica sesin de una hora, mientras que la entrevista con los padres dura entre 60 a 90 minutos. Las preguntas se responden en forma dicotmica (si/no; verdadero/falso) aunque tambin existen preguntas sobre la edad de comienzo del problema, en las que se especifica la frecuencia, la duracin y la intensidad del problema referidas al ltimo ao. Se obtienen puntuaciones comparativas para cada trastorno y un ndice global de la psicopatologa del nio.
Interview Schedule for Children (ISC) (Kovasc, 1978)
La ISC es una entrevista semiestructurada compleja para cuya aplicacin es necesario el profesional acredite experiencia clnica. Es aplicable a nios de 8 a 17 aos, aunque existe una forma paralela para los padres. Valora los sntomas de afecto, cognicin, funciones vegetativas y expresiones conductuales de humor experimentados en las dos ltimas semanas y las conductas perturbadoras se valoran en los ltimos 6 meses. Asimismo, se valora el estado mental actual del nio y finalmente se realiza una observacin directa de la conducta durante la aplicacin de la entrevista (Ezpeleta, 1990; 1995).
Shedule for Affective Disorders and Schizophrenia for School-Age Children (K-SADS) (Puig Antich y Chambers, 1978)
Es una entrevista semiestructura cuya aplicacin requiere una amplia experiencia clnica con un conocimiento exhaustivo de los criterios incluidos en el DSM-III-R (Ezpeleta, 1995; Del Barrio, 1995). Es aplicable a nios de entre 6 a 17 aos y como las anteriores entrevistas consta de una forma paralela para padres. Es una de las entrevistas utilizadas para estudiar los trastornos afectivos y psicticos en nios y adolescentes. Contiene preguntas que valoran la psicopatologa percibida del nio en el ltimo ao. Asimismo se recogen datos sobre el comienzo, la duracin, la intensidad y la existencia de algn tipo de tratamiento. Tambin existen una serie de preguntas relativas a la situacin (severidad e impacto psicosocial) en la ltima semana.
Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 30 El clnico entrevista primero a uno de los padres y a continuacin al nio para efectuar a continuacin una valoracin global a partir de toda la informacin de la que disponga, incluida la referida al contexto escolar. La duracin aproximada de la administracin de la entrevista es de 90 minutos, que variar en funcin del nmero de preguntas que el clnico estime oportunas realizar para tener una visin completa de los sntomas presentes en el caso. Existe una traduccin espaola de esta entrevista (Vizcarro y cols., 1986)
Childrens Interview for Psychiatric syndromes (ChIPS, Weller y cols., 1985; Weller y cols. 2000)
La Childrens Interview for Psychiatric syndromes (ChIPS) es una entrevista altamente estructurada, basada en los criterios del DSM-IV (APA, 1994) y desarrollada para establecer el diagnostico en sujetos con edades comprendidas entre los 6 y los 18 aos y que muestren un CI mayor o igual a 70 (Weller y otros, 2000).
La entrevista est compuesta de tres secciones. La primera seccin del protocolo contiene diversas preguntas relativas a la: descripcin del motivo de consulta y el lugar en que se produce (casa, colegio, con compaeros), relacin familiar y responsabilidades del nio en el hogar, relacin y rendimiento escolar, relacin con sus compaeros y tratamientos previos. La segunda seccin pretende recabar informacin sobre los 20 trastornos incluidos en el Eje I, excepto retraso mental, problemas de aprendizaje (lectura, escritura, etc.) y problemas de personalidad. En cada trastorno se especifica el comienzo de los sntomas, la duracin y el deterioro o nivel de interferencia a tres niveles en casa, en el colegio y/o en la relacin con sus compaeros. La tercera seccin se obtiene informacin sobre estresores psicosociales a dos niveles: abuso y abandono infantil, y otros estresores en general (clima familiar, problemas econmicos, problemas familiares y extrafamiliares, etc.).
La preguntas relativas a los trastornos estn diseadas en formato de rbol, de modo que si el sujeto responde de forma negativa a las preguntas principales, el entrevistador pasar a la siguiente seccin. En cambio, las preguntas relativas a las secciones de los estresores psicosociales se debern realizar de forma integra.
En general esta entrevista comparte ciertas caracteristicas con las anteriores, aunque segn indican sus autores, se han incorporado algunos cambios para facilitar su aplicacin. Pasamos a continuacin a sealar algunas de sus caracteristicas: a) est diseada para ser administrada por entrevistadores legos que previamente hayan sido entrenados; b) las preguntas estn formuladas en un lenguaje sencillo con un formato de estructura corto, a fin de favorecer la comprensin de las preguntas y la cooperacin del sujeto, c) existe una nica versin para nios y/o adolescentes y una versin paralela para padres; d) diferentes estudios han mostrado la validez del instrumento en sus dos versiones (Teare y cols., 1998a; Teare y cols., 1998b; Fristad y cols., 1998a; Fristad y cols., 1998b; Fristad y cols., 1998c); e) puede ser administrada en cualquier contexto; y f) el tiempo de administracin es relativamente breve, entre 20 a 50 minutos, caracteristica que es de destacar frente al tiempo invertido en otras entrevistas.
La entrevista estructurada (ChIPS) puede ser utilizada para mltiples objetivos: a) como instrumento de registro (screening); b) como medio de contrastar la eficiencia del clnico; c) como herramienta para establecer un diagnostico psiquitrico en estudios de investigacin clnica; y d) como instrumento para establecer el diagnstico psiquitrico en profesionales de la salud mental.
Adems de las entrevistas que han sido expuestas, existen otro tipo, aunque no pueden ser incluidas en una evaluacin de tipo categorial, pueden utilizarse al comienzo de todo proceso evaluativo. En concreto nos referimos a las entrevistas biogrficas o anamnsicas tales como: a) Pauta de entrevista para padres (Pelechano, 1980); b) Informacin diagnostica general (Capafons y cols., 1986); c) Entrevista evolutiva (Garcia Marcos, 1983); d) Childrens Personal Data Inventory (Shaywitz, 1982); e) Prediagnostico infantil para padres (Izquierdo, 1982). Los principales reas que suelen contemplar este tipo de entrevistas son: a) descripcin sobre el desarrollo del embarazo, parto y periodo post-natal; b) desarrollo de habilidades en relacin a la edad; c) historia mdica; d) historia y caracteristicas familiares; e) habilidades interpersonales; f) historia educativa; g) desarrollo sexual; y g) historia laboral.
La entrevista biogrfica debe hacerse con los padres, con el nio en solitario y con el nio y padres juntos, preferentemente empezando por la entrevista conjunta. Cuando el nio es menor de seis aos la entrevista individual suele sustituirse por una observacin de conducta en situacin real o por la aplicacin de tcnicas de representacin de papeles. A continuacin pasamos a describir de forma breve las dos primeras entrevistas.
Pauta de entrevista para padres (Pelechano, 1980)
Consta de 78 cuestiones que pueden ser recogidas por el entrevistador o bien contestadas directamente por los padres. Se divide en seis apartados, dividindose a su vez en distintos subapartados. Los apartados generales de la entrevista de recepcin son los siguientes: identificacin del Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 31 nio y del centro escolar, identificacin de las relaciones familiares (comportamientos afectivos), condiciones de vida dentro de la familia (mtodos educativos), exploracin del problema, ordenacin de los problemas y confirmacin de los padres para la intervencin. El tiempo invertido en la aplicacin de esta entrevista es aproximadamente de 60 minutos.
Informacin diagnstica general (Capafons y cols., 1986)
Es una entrevista estructurada que recoge informacin para la anamnesis y el diagnstico psicopatolgico y que puede ser contestada por los padres o por el profesor del nio. Consta de 59 cuestiones elaboradas de forma cerrada en la que se recaba informacin sobre datos de identificacin y sociodemogrficos, sobre las caractersticas del nio (entre 8 a 15 aos) en distintos ambientes, sobre la interaccin familiar, sobre los mtodos educativos utilizados por los padres y sobre el desenvolvimiento del nio en el rea escolar. Las preguntas y las posibilidades de respuesta se presentan con un vocabulario fcil que probabiliza una mayor comprensin de las mismas. No requiere una formacin especfica y es posible completarla durante una entrevista abierta. El tiempo dedicado a su aplicacin puede variar de 30 a 45 minutos.
INSTRUMENTOS DE EVALUACIN BASADOS EN EL SISTEMA DIMENSIONAL
Desde esta perspectiva se conceptualiza el comportamiento inadecuado o perturbador como un continuo, en el que se clasifican los distintos problemas de comportamiento en funcin de su intensidad. Los instrumentos desarrollados desde este marco agrupan: inventarios, escalas y cuestionarios, que son aplicados a los padres, maestros o al propio nio o a otros adultos que conozcan al nio. Cada uno de ellos responde a formatos distintos. As , los cuestionarios estn constituidos por items en forma de preguntas (abiertas o cerradas) a las que el sujeto debe responder. Los inventarios (checklist) son reactivos que estn formulados en forma de listado y recogen las respuestas en forma dicotmica (presente /ausente, si/no; adecuado/no adecuado; etc.). Las escalas (rating scale) recogen las respuestas a un grupo de reactivos en base al grado de apreciacin (nada....mucho; 0...5; etc.). En general, este tipo de instrumentos son fciles de aplicar, son econmicos y requieren poca formacin por parte del entrevistador. Se suelen utilizar antes y despus de la intervencin a fin de evaluar los cambios experimentados.
A continuacin vamos a describir algunos de los instrumentos elaborados a partir del anlisis factorial y el anlisis de cluster, principales tcnicas estadsticas empleadas en su construccin. Este listado no pretende ser exhaustivo por lo que se recomienda consultar para una revisin ms detallada los siguientes trabajos (Del Barrio, 1995; Maganto, 1995; Achenback y Edelbrock, 1986; McConaughy, 1992; entre otros muchos). Asimismo, en este articulo no hace alusin a las ventajas y limitaciones de estos instrumentos, para ello consltese (Achenback y Edelbrock, 1975; Wicks-Nelson e Israel, 1997; Achenback, 1995; Fernndez Parra y Luciano, 1997; Luciano, 1989; Mash y Terdal, 1981).
Behavior Problem Check-list (Quay, 1977; Quay y Peterson, 1979, 1987 y revisada por Quay y otros en 1983)
Este listado de problemas de conducta est dirigido a l a evaluacin de la psicopatologa infantil. Est compuesta por 55 items que se puntan en una escala de 3 puntos (0-2) respecto a la severidad del problema. Puede ser completada por padres, profesores y otros informantes que tengan un conocimiento amplio del repertorio del nio. Se aplica para conocer el repertorio de nios con una edad comprendida entre los 5 a 16 aos. La puntuacin se agrupa en cuatro factores empricos: problemas de conducta, problemas de personalidad, inadecuacin-inmadurez y delincuencia socializada. Los ndices de fiabilidad y validez son adecuados, aunque slo se focaliza en los problemas de comportamiento y no en el repertorio positivo o adecuado del nio.
Child Behavior Check-list (CBCL, Achenback, 1978; Achenback y Edelbrock, 1985)
Este listado registra un amplio conjunto de conductas adaptativas y conductas problema de nios cuyas edades estn comprendidas entre los 4 a los 16 aos. Existe una versin para padres y otra para maestros (TRF, Achenback y Edelbrock, 1986) y se puede utilizar tanto con poblacin clnica como normal. Las respuestas se contestan en una escala de 3 puntos (0-2) que refleja la gravedad y la frecuencia de los comportamientos. El grado de especificacin de los items vara desde los ms especficos (p.ej., prende fuego, roba en casa) hasta otros menos especficos (p.ej., miedo a los propios impulsos). Se han establecido tres grupos de trastornos: de externalizacin (hiperactividad, agresividad, delincuencia y otros problemas), de internalizacin (depresin, i ncomunicacin, obsesin-compulsin, quejas somticas, aislamiento social y esquizofrenia) y los de tipo combinado o mixto en los que se englobara problemas de tipo sexual y aislamiento social. La puntuacin se puede visualizar en un perfil individual que compara los repertorios del nio con los patrones normativos en funcin de la edad y el sexo.
Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 32 Las caractersticas psicomtricas de la escala son adecuadas: fiabilidad test-retest (Achenback y Edelbrock, 1983), validez concurrente (Mash y Johnson, 1983) y validez discriminante (Barkley, 1988). Asimismo, se ha sealado su utilidad clnica tanto para la delimitacin de problemas como para la valoracin de los resultados de la intervencin (Barkley, 1988).
Existen datos normativos para distintos periodos de edad y sexo y para poblacin espaola (Del Barrio y Cerezo, 1993 a, 1990b; Moreno y Del Barrio, 1991). Asimismo existe una versin hispanoamericana del CBCL y el TRF (Rubio-Stipec et al., 1990).
La escala para maestros fue creada para evaluar los resultados de terapias farmacolgicas sobre el trastorno de hiperactividad (Del Barrio, 1995). Esta escala consta de 39 items que se evalan en una escala de 0-3. Las propiedades psicomtricas de esta prueba han resultado adecuadas (Conners, 1973; Kazdin, 1983).
La escala para padres se construy a partir de la anterior y consta de 93 items que se contestan en una escala de 0 a 3. Esta escala ha recibido varias modificaciones, aunque la primera versin muestra unas caractersticas psicomtricas ms adecuadas (Conners y Barkley, 1985).
Existe una escala abreviada (Abbreviated Teacher Questionnaire, Conners, 1973) que al igual que las anteriores fue utilizada en distintas instituciones norteamericanas para la evaluacin del salud mental infantil (Valero, 1997; Maganto, 1995). Esta escala cuenta con slo 10 items que se usan para la evaluacin de la hiperactividad. No obstante, muestra adecuadas propiedades psicomtricas, por lo que su utilizacin es cada vez mayor dado su fcil aplicacin y su bajo coste.
Youth Self Report (Achenback y Edelbrock, 1987)
Es una escala compuesta por 120 items referidos a adaptacin social (17) y problemas de conducta (103) cuyo contenido es parecido al Child Behavior Checklist (CBCL de Achenbach) y se aplica a adolescentes con edades comprendidas entre 11 y 18 aos. Las respuestas se recogen en una escala de 0-2. Los ndices de fiabilidad y validez son adecuados.
Existe una prueba piloto adaptada a poblacin espaola con adecuados resultados de validez (Lemos y cols., 1992a; Lemos y cols., 1992b).
Los instrumentos que acabamos de exponer dentro de la perspectiva dimensional comparten la caracterstica de que los items se agrupan dando lugar a distintos factores, lo que nos permite valorar la psicopatologa infanto-juvenil en una pluralidad de dimensiones. No obstante, existen una serie de instrumentos que permiten evaluar una sola dimensin del repertorio del nio y del adolescente. Este tipo de instrumentos, en los que se incluiran cuestionarios, escalas o inventarios, se utilizan para valorar el comportamiento tanto a nivel privado (estado emocional, autoconcepto, etc.) como pblico (hiperactividad, delincuencia, etc.). Vamos a describir a continuacin algunos de ellos.
Childrens Manifest Anxiety Scale (Castaeda y cols., 1956)
Esta escala valora los sntomas de ansiedad como rasgo. Se puede aplicar a sujetos cuya edad est comprendida entre los 6 a los 19 aos. Las respuestas se recogen en un formato dicotmico verdadero/falso. La escala se puede utilizar siempre que el nio muestre un nivel de comprensin lectora adecuado, si bien el clnico puede leer los items al nio y anotar a continuacin sus respuestas.
Las propiedades psicomtricas de la escala son adecuadas. Existe una versin adaptada a la poblacin espaola (Sosa y cols., 1993).
Escala de depresin para nios (Tisher y Lang, 1987)
Es una escala que registra una variedad de comportamientos: problemas afectivos, problemas sociales, autoestima, preocupaciones por la enfermedad y la muerte, sentimientos de culpa y comportamientos depresivos. Consta de un total de 66 items. Puede ser contestada tanto por el nio como por los padres. Las respuestas son clasificadas por el sujeto en una escala de cinco puntos, desde 1 muy en desacuerdo- a 5 muy de acuerdo. Los ndices de fiabilidad (test-retest) y los de validez (convergente) son adecuados. Existe una versin de la escala en espaol (Seisdedos, 1987).
Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 33 Batera de socializacin (Silva y Martorell, 1987)
Esta batera est compuesta por un conjunto de escalas para evaluar la conducta social. Cada una de las formas que la componen puede ser contestada por profesores, padres y por el propio nio (6- 15 aos). Se obtienen una serie de factores relativos a la socializacin, unos de carcter positivo (autocontrol social, liderazgo, etc.), y otros negativos (agresividad, ansiedad, etc.).
INSTRUMENTOS DE EVALUACIN BASADOS EN LA OBSERVACIN
La observacin ha sido el mtodo tradicional por excelencia de la evaluacin conductual, al menos en sus primeras etapas (Silva y Moro, 1994). El registro preciso de conductas especficas y la toma de decisiones en base a los datos registrados, ms que sobre la base de impresiones subjetivas, ha sido una de la mayores contribuciones al anlisis de conducta (Martin y Pear, 1999). Dado que los problemas infantiles ocurren en distintas situaciones, la observacin sera la tcnica por excelencia para recoger de modo directo no slo los comportamientos objeto de inters sino las condiciones en las que ocurren. En este sentido mediante el registro se pueden recoger distintos elementos que son fundamentales para realizar el anlisis funcional de la conducta problema y generar a partir de estas informacin las hiptesis oportunas de cara a la planificacin del tratamiento. As mediante el registro se recogen datos sobre las condiciones o eventos disposicionales (Michael, 1988) (antecedentes y contexto), los distintos parmetros de la respuesta, las relaciones de contingencia, etc. Asimismo, el registro de observacin se puede llevar a cabo en un contexto estructurado (clnico o de laboratorio) o bien en un contexto ms abierto, como las distintas situaciones que se pueden presentar en el hogar y en el aula.
No obstante, la observacin como instrumento de evaluacin no est exenta de mltiples limitaciones de las que podramos destacar las siguientes (Silva, 1989): la reactividad que puede producir tanto en el comportamiento del sujeto observado como en el observador, la baja fiabilidad entre observadores y el propio sesgo del observador que repercute en la distorsin de los datos. Para suplir este tipo de dficit se han recomendado distintas estrategias: a) elaborar sistemas de observacin que incluyan conductas especficas, donde se defina claramente la conducta a registrar, los parmetros, situaciones y momentos; b) seleccionar un nmero limitado de conductas para facilitar la observacin; c) usar un nmero de categoras conductuales reducido, descriptivas y excluyentes; d) invertir cierto tiempo para permitir la adaptacin del nio a las condiciones de observacin y e) evitar los sesgos del observador, procurando que no tenga informacin sobre los objetivos del estudio y recibiendo entrenamiento previo en la aplicacin del registro.
A continuacin se van a describir algunos de los mtodos de registro dirigidos a la evaluacin de problemas de comportamiento infantil. En primer lugar se describirn algunos sistemas dirigidos a evaluar la interaccin entre padres e hijos en el contexto de casa. Seguidamente se mostrarn algunos registros elaborados para la evaluacin del comportamiento infantil en el contexto escolar.
Family Interaction Coding Sistem (Patterson y cols., 1969; 1975)
Es uno de los sistemas de codificacin clsicos, elaborado para el estudio de las interacciones familiares, y aplicado posteriormente al contexto escolar y de laboratorio (LaGreca y Stone, 1992). Consta de 28 categoras de conductas que son registradas, como existentes o no, en periodos de una hora y en intervalos de 30 segundos. Este sistema permite registrar secuencias de conducta entre el nio y otros adultos, procediendo de la siguiente forma. Primero, se registra el nmero de conductas apropiadas e inapropiadas del nio en cada intervalo. Segundo, se comparan con los patrones de comportamiento mostrados por otros nios. Tercero, se analiza el tipo de interaccin con el adulto especificando los factores del contexto que se suponen a la base del inicio del comportamiento problema.
Existe un sistema de registro de problemas de conducta infantiles en su interaccin con los adultos adaptado al espaol denominado SOC-III (Sistema de observacin para la evaluacin de las interacciones familiares, Cerezo, 1991). Los periodos de observacin con este sistema oscilan de 30 minutos a una hora, en intervalos de 15 minutos. Existen dos versiones para aplicar el registro, una manual y otra mecnica. La aplicacin de este sistema requiere un entrenamiento exhaustivo de los observadores lo que contribuye a adecuados ndices psicomtricos.
Parent Daily Report (Patterson, Reid, Jones y Conger, 1975)
Este procedimiento facilita la recogida de informacin ya que son los padres, previo entrenamiento, los que observan y registran ciertas conductas del nio. Una ventaja de este sistema es que permite evaluar conductas de baja frecuencia. Normalmente este instrumento se utiliza a travs de llamadas telefnicas. Por ejemplo, se pregunta a los padres cules de las 31 conductas desadaptativas del nio han tenido lugar en las ltimas 24 horas, detallando el lugar donde hayan ocurrido. Esta tcnica se ha utilizado como medida de pretratamiento, para comprobar el progreso de la familia durante el tratamiento y evaluar los resultados del mismo. Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 34
Dyadic Parent-Child Interaction Coding System (Robinson y Eyberg, 1981)
Este sistema permite registrar distintas conductas, as como las interacciones entre la diada padre-hijo. Consta de 22 items para padres e hijos con referencia a los padres y 19 items con referencia a los hijos (Silva y Moro, 1994). Los estudios realizados muestran ndices de fiabilidad y validez adecuados, al comparar un grupo de nios con problemas de comportamiento con un grupo control.
Cuando el inters del investigador o del clnico es registrar la conducta en el contexto del aula han de tenerse en cuenta diversos factores como: el tipo de grupo, la asignatura, la situacin fsica del mobiliario, la edad y el nivel acadmico de los alumnos, la forma en la que se lleva a cabo el cambio de clase, etc. (Silva y Moro, 1994). Es importante realizar previamente una seleccin de los periodos de observacin, a fin de obtener una muestra representativa de las conductas objeto de estudio. En este sentido, se han elaborado numerosos sistemas para registrar diversos aspectos del comportamiento inadecuado en el aula. Uno de estos registros es el sistema de observacin de comportamientos escolares de OLeary y Wilson (1975) cuyo objetivo es registrar diferentes comportamientos inadecuados del alumno como: estar fuera del pupitre, distracciones fuera de la tarea, dar voces, etc.
Otro sistema es el formato desarrollado por Abikoff y cols., (1977) con objeto de evaluar en el aula el comportamiento de nios diagnosticados con hiperactividad. Este sistema puede ser utilizado para valorar el comportamiento de nios con edades comprendidas entre los 6 a los 12 aos. Los alumnos seleccionados son observados en el aula en periodos de 4 minutos, durante las explicaciones del profesor, en diversas tareas escolares, etc. El sistema contiene 14 categoras de registro (comportamiento fuera de tarea, desobediencia, agresin fsica, etc.). Este sistema muestra adecuados ndices de fiabilidad y discrimina entre nios diagnosticados con hiperactividad de los normales, aunque los autores mencionan que el diagnostico no se base exclusivamente en los datos obtenidos por el cdigo de observacin sino que se contraste con la informacin proporcionada por padres y profesores.
Existen distintos sistemas para la observacin de comportamientos problemticos en situaciones estructuradas. Tal es el caso del sistema denominado Behavioral Assertiveness Test for Children de Bernstein y cols. (1980) y el Compliance Test de Forehand y McMahon (1981). El primero desarrollado para evaluar conductas de retraimiento y de agresividad en la escuela, con nios de 8 a 12 aos.
El sistema estandarizado de observacin Compliance Test se ha utilizado para registrar el comportamiento desobediente del nio en el contexto clnico. En una situacin controlada se anima a los padres para que interaccionen con su hijo, implicndose en tareas de juego o educativas. Por ejemplo se les pide a los padres que indiquen a su hijo que ordene la habitacin despus de jugar, la forma en cmo los padres dirijan sus peticiones sern interpretados como uno de los patrones tpicos de interaccin (Matson y Beck, 1981; citado en Valero, 1997). En este contexto se procede a registrar el nmero de instrucciones y el cumplimiento de las mismas, la aparicin o no de consecuencias, las habilidades de los padres para manejar al nio, etc.
Independientemente del tipo de registro que podamos utilizar (con mayor o menor estructuracin) no siempre es fcil llevar a cabo una observacin de las interacciones diarias en la escuela o en el hogar, por razones obvias. En muchas ocasiones aparecen dificultades que impiden usar esta tcnica de registro como la cantidad de tiempo que se requiere para entrenar a los observadores, etc. Como consecuencia de ello, se recomienda el uso de observaciones estructuradas en la clnica para evaluar las interacciones padres-hijo. No obstante, aunque sea posible obtener datos a este nivel, no se debera excluir la informacin extrada mediante otros procedimientos, ni a la inversa.
CONCLUSIN
En este trabajo se han revisado distintos aspectos sobre las peculiaridades de la evaluacin en la infancia y la adolescencia. Asimismo, se han revisado los distintos tipos de instrumentos disponibles sealando en cada caso las traducciones y adaptaciones realizadas al castellano. A la hora de conducir una evaluacin clnica del comportamiento problema infanto-juvenil se aboga por la seleccin de aquellos instrumentos que proporcionen al profesional una adecuada informacin y se ajuste a las caractersticas psicolgicas de los padres y a las condiciones (tiempo, personal, etc.) en las que se produce la demanda.
La evaluacin es un proceso de decisin, en la que desde el primer momento el clnico debe de valorar quienes van a participar en la evaluacin, qu instrumentos se van a utilizar y cmo se va a llevar a cabo. Es decir, en una evaluacin del comportamiento clnico infantil no se debera proceder de una forma poco reflexiva haciendo un uso sistemtico de mltiples informantes, de contextos y de Molina Moreno, A Rev Psiquiatr. Psicol Nio y Adolesc, 2001, 2(1): 23-40 35 instrumentos (Ollendick y Hersen, 1984). Ms bien, se tratara de recabar informacin mediante entrevista- de una amplia gama de los comportamientos objeto de queja y de los comportamientos positivos del nio, de los parmetros de respuesta inadecuada, analizando las posibles clases funcionales, etc. Todo ello unido a la informacin del funcionamiento general del nio en las distintas reas que se supongan relacionadas con el problema, informacin especfica en los diferentes contextos en los que se manifiesta y las relaciones de contingencia establecidas e informacin del nivel de implicacin de los padres valorando sus creencias y expectativas sobre el comportamiento del nio. Estos ltimos datos podran ser obtenidos mediante distintos mtodos abiertos o semiabiertos, en los que se hara uso de la observacin en funcin de la problemtica consultada, de la disponibilidad de personas en el contexto natural y del tiempo disponible.
La sntesis de la informacin anterior integrara el juicio diagnstico en el que se evitar el etiquetaje del sujeto, a menos que sea una exigencia legal, en cuyo caso, tras una descripcin detallada de la informacin recabada en la evaluacin, se asignar la etiqueta que menos perjudique al sujeto.
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