1) El documento trata sobre la libertad humana, definiéndola como la cualidad de la voluntad por la cual elegimos un bien sobre otros. 2) Explica que la libertad implica un acto de elección entre opciones y que esta elección se realiza a través de la inteligencia y la voluntad. 3) Divide la libertad en física, psíquica, legal y moral; y analiza las características y relación entre la libertad psíquica y legal.
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1) El documento trata sobre la libertad humana, definiéndola como la cualidad de la voluntad por la cual elegimos un bien sobre otros. 2) Explica que la libertad implica un acto de elección entre opciones y que esta elección se realiza a través de la inteligencia y la voluntad. 3) Divide la libertad en física, psíquica, legal y moral; y analiza las características y relación entre la libertad psíquica y legal.
1) El documento trata sobre la libertad humana, definiéndola como la cualidad de la voluntad por la cual elegimos un bien sobre otros. 2) Explica que la libertad implica un acto de elección entre opciones y que esta elección se realiza a través de la inteligencia y la voluntad. 3) Divide la libertad en física, psíquica, legal y moral; y analiza las características y relación entre la libertad psíquica y legal.
1) El documento trata sobre la libertad humana, definiéndola como la cualidad de la voluntad por la cual elegimos un bien sobre otros. 2) Explica que la libertad implica un acto de elección entre opciones y que esta elección se realiza a través de la inteligencia y la voluntad. 3) Divide la libertad en física, psíquica, legal y moral; y analiza las características y relación entre la libertad psíquica y legal.
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Captulo 3: La libertad humana. 21
CAPITULO 3 LA LIBERTAD HUMANA
INTRODUCCIN. Una de las caractersticas principales del hombre que nos diferencia de los animales es nuestra libertad. Por ello no podemos dejar de estudiar este tema pues es determinante dentro del estudio de la tica.
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I. DEFINICIN: Es una cualidad de la voluntad, por la cual elegimos un bien con preferencia a otros.
a. El acto de elegir: Lo tpico de la libertad es el acto de elegir, es decir, tomar un camino, adoptarlo y avanzar por l decididamente, es el requisito indispensable para poder hablar de libertad. La eleccin es un hecho innegable en la vida del hombre; los hombres eligen, se deciden, adoptan una direccin en lugar de otra.
Gracias a esta facultad de elegir, el hombre se hace dueo de sus propios actos; l es el seor de su conducta, es el artfice de su vida, pues elegir algo es lo mismo que elegirse, es decir, fabricarse el tipo de vida que se ha querido.
Junto a este aspecto positivo de la eleccin encontramos otro negativo: toda eleccin supone una renuncia. El hombre, forzosamente tiene que optar por un camino, no puede optar todos simultneamente. Dicho de otro modo, la libertad no es solamente elegir, sino aceptar lo que no hemos elegido.
b. El papel de la inteligencia y de la voluntad: El mecanismo interno del acto libre no es tan sencillo. En l intervienen por lo menos las dos facultades superiores del hombre que son la inteligencia y la voluntad.
La eleccin se realiza por medio de la voluntad. El hombre se decide gracias a su voluntad. Es en ella donde reside esta cualidad o aptitud de elegir algo. Recordemos que la voluntad es una facultad del hombre. Es una inclinacin de tipo racional dirigida hacia el bien en general. Enfrente de los diversos bienes, el hombre usa su voluntad prefiriendo unos y desechando otros.
Pero, como condicin necesaria para que el hombre adopte una decisin voluntaria, es preciso que previamente, o sino al menos casi simultneamente, haya visto con su inteligencia el camino a escoger.
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Al hablar de la inteligencia hemos visto que no se escoge sino lo que se conoce. En esta colaboracin de las dos facultades es donde tiene lugar ese fenmeno tan caracterstico del hombre en el uso de su libertad: la deliberacin.
Deliberar significa pesar razones en pro o en contra, en relacin con los diversos caminos que propone la inteligencia. Muchas veces es casi automtica, o, al menos, instantnea; en otras ocasiones exige serias reflexiones, ayudadas por consultas, lecturas, pausas, dando as ocasin a que el horizonte se presente ms claro a la inteligencia y pueda surgir en la voluntad el motivo ms potente en favor de determinada direccin.
c. El bien, como objeto de la eleccin: El objeto de la eleccin voluntaria es siempre el bien. La libertad no es una facultad para elegir entre el bien y el mal. Siempre elegimos necesariamente un bien, por la naturaleza misma de la voluntad. Si el hombre no viera absolutamente nada bueno en un objeto, ni siquiera se lo propondra para su eleccin.
Ahora bien, hay que diferenciar entre elegir el bien (nivel ontolgico) y elegir bien (nivel moral o moralmente hablando). Siempre elegimos un bien pero no siempre elegimos bien.
Para que una eleccin de un bien sea adems buena, moralmente buena, se requieren otras condiciones. Veamos unos ejemplos que l pueden ilustrar: un enfermo que elige para comer un plato con alimentos grasosos, elige un bien pero no elige bien. El ladrn que escoge el botn de un banco escoge un bien, pero no escoge bien. Vemos que en el primer caso, bien es un sustantivo; en el segundo, es un adverbio; una cosa es el objeto elegido, otra es el calificativo que merece la eleccin.
Por eso, cuando se dice que somos libres para el bien o para el mal, en realidad se quiere decir que somos libres para elegir bien o elegir mal. El bien o el mal se refieren a la eleccin misma, no al objeto elegido.
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d. Algunas precisiones sobre el objeto de la eleccin: Es necesario considerar lo siguiente al tener presente el objeto de la eleccin: 1. El objeto elegido es un bien, real o aparente, tal como se presenta a la inteligencia y voluntad. Puede ser que nos equivoquemos y elijamos un valor que ha sido colocado en un puesto superior al que le corresponde en realidad (poder, fama, confort, etc.). La mente puede ser que quede deslumbrada ante esos valores y les d ms importancia de la que poseen.
2. La voluntad siempre se dirige a un objeto en cuanto bueno, en cuanto que presenta un aspecto de bondad. No es necesario que sea completa y absolutamente bueno para que la voluntad lo elija; basta que presente a la inteligencia cierto aspecto de bondad que puede coexistir con otros aspectos de valor negativo y que la inteligencia tambin capta. Al presentrselo as a la voluntad, con sus aspectos positivos y negativos, hace que el hombre experimente perplejidad, angustia a la hora de sopesar pros y contras. Esto da origen al fenmeno llamado miedo a la libertad. La indecisin desaparece cuando la inteligencia ve con claridad los valores preferentes; para ello es necesario el consejo y la meditacin. De ah que el mejor consejo es el que abre horizontes, no el que empuja a determinada direccin. El consejo debe dejar toda la responsabilidad de la eleccin al sujeto interesado.
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II. DIVISIN DE LA LIBERTAD. Aunque hay diversas opiniones a la hora de hacer una divisin de la libertad nosotros seguiremos aqu una divisin en funcin de los fines propios de la tica.
a. Divisin:
1. Libertad fsica (tambin llamada libertad de accin): Ausencia de vnculos materiales (cadenas, crcel, violencia, etc.) Desde el punto de vista de la tica es de menor importancia en comparacin con la libertad interna, que reside en la voluntad. Una persona privada de la liberad externa no pierde la interna ni le queda disminuida.
2. Libertad Psquica (tambin llamada libre albedro): Es, por antonomasia, la libertad propia del hombre, su capacidad o poder de autodeterminacin: por ella se hace dueo de sus actos, puede aumentar su capacidad de eleccin, en fin, es el autocontrol que nos eleva por encima del determinismo material o instintivo. A mayor libertad psquica, mayor valor humano de la persona, y adems, mayor posibilidad de valor moral, as como mayor posibilidad de deficiencia moral.
Tambin podra llamarse libertad de querer porque, efectivamente, es la voluntad la que, al decidirse y elegir, quiere positivamente determinado objetivo, no importa que materialmente no pueda actuar en pos de l. Curso de tica UNID
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Es variable de persona a persona. Unos pueden decidir con facilidad mientras que otros, en las mismas circunstancias, no aciertan a decidirse.
3. Libertad legal: Es la ausencia de vnculos de conciencia. Es lo opuesto a la obligacin moral. All donde no hay una obligacin moral para una determinada accin, se dice que hay libertad legal para la misma. Dicha libertad va disminuyendo no slo por medio de leyes morales, sino tambin por los compromisos y las promesas. Por ejemplo: El casado no tiene libertad legal para ser infiel a su esposa (aunque con su libertad psquica elija lo contrario); la persona que recibe un prstamo y se compromete a regresarlo en un plazo de tiempo, cumplido el plazo, ya no tiene libertad legal para retener dicho dinero ms tiempo; no tenemos libertad legal para quitar la vida a otro, o para llegar tarde al trabajo, etc. La libertad legal es ms limitada que la psquica.
4. Libertad moral: Es la adhesin personal a los valores morales, de tal manera que permite una fcil eleccin por el recto camino de la moralidad.
Se trata de un estado poco frecuente, propio de quien se conduce fcil y espontneamente por el camino correcto, valioso, moral. Esta persona tiene una adhesin positiva hacia los valores morales y hacia su realizacin. Se siente libre de impedimentos (resentimientos, pasiones, fobias, odios) para actuar, no slo honestamente, sino por el mejor camino entre los que puede elegir en cada situacin. Sus obligaciones reales no le pesan como algo que tiene que hacer, sino que las ejecuta con verdadera facilidad y hasta con alegra. Es verdaderamente libre en su interior.
b. Relaciones entre la libertad psquica y la legal: Su ntima relacin queda expresada por el dicho popular: puedo, pero no debo, que traducido en trminos tcnicos, dira as: Tengo libertad psquica para hacerlo, pero no tengo libertad legal para lo mismo. Esto tiene algunas aplicaciones: Curso de tica UNID
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1. La persona que no respeta los lmites de su libertad legal y hace uso total e indebido de su libertad psquica, inclusive pisoteando las leyes y obligaciones con los dems, cae en el libertinaje (abuso de la libertad psquica).
Se da el sofisma: soy libre, luego puedo hacer lo que quiera; sera esta una actitud fanfarrona con la que se quiere justificar una conducta moralmente mala. Efectivamente, es libre, pero no puede hacer lo que quiera.
2. Esto tambin nos permite hacer una crtica al liberalismo econmico de los siglos XVIII y XIX. Segn dicha doctrina, el hombre en los negocios no debera estar sometido a ninguna presin, ley o imposicin proveniente del Estado o de cualquier otra autoridad. Basta actuar conforme a las leyes de la Economa (como la ley de la oferta y la demanda). Dejar hacer, dejar pasar era su lema. Dicha doctrina ha sido, de hecho y de derecho, un verdadero abuso de la libertad. No se puede admitir que la libertad humana en los negocios sea absoluta y conceda derechos para abusar de la impotencia de los que no tienen con qu defenderse. La libertad psquica de los empresarios debe reconocer las limitaciones de su libertad legal, y, por lo tanto, los derechos de los asalariados.
c. El incremento de la libertad interna. Mientras la libertad psquica puede incrementarse con el tiempo, con la edad (la voluntad de una persona es ms potente a medida que madura psquicamente), la libertad legal ordinariamente va disminuyendo a medida que la persona va adquiriendo mayores deberes, obligaciones, compromisos. Aplicaciones: 1. Esta situacin paradjica puede resultar una experiencia desagradable para el adolescente que suea con ser grande para ser ms libre. Quiz aqu est el origen de tantas rebeldas contra todo lo que es ley, obligacin, coartacin de la libertad, etc.
2. La persona que voluntariamente, de un modo autnomo, se somete a sus propias obligaciones y compromisos, y utiliza su libertad psquica dentro de los lmites de su libertad legal, va Curso de tica UNID
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adquiriendo simultneamente una ms autntica y valiosa libertad, que es la ya mencionada libertad moral. As la persona acta no por miedo al peso de la ley, sino por propia conviccin, por una verdadera autodeterminacin que se goza en la buena eleccin (ej. pudiendo engaar a otro, no lo hace). La libertad moral se conquista por la actividad moral constante, esforzada y aun sacrificada. Al final, la conducta con valor moral ya no es pesada, sino alegre, ya no es coaccionada, sino espontnea; entonces se es verdaderamente libre.
III. OBSTCULOS Y LIMITACIONES DE LA LIBERTAD. La libertad humana no es absoluta. Existen una serie de obstculos que disminuyen y, a veces, hasta anulan el carcter de libre de un acto humano. Su estudio ilumina la comprensin del hecho moral. En la medida en que falta libertad, el acto humano pierde su calidad de humano y puede convertirse en un simple acto del hombre que, por lo mismo, es amoral, carente de valor moral. Es cierto que existe la libertad humana pero no todos los actos ejecutados por el hombre son libres, ni, entre los libres, todos tienen el mismo grado de libertad. Efectivamente, slo unos cuantos actos durante el da pueden llamarse verdaderamente libres. La mayora es producto del automatismo, y slo en unas cuantas ocasiones hacemos una autntica eleccin.
La libertad del hombre no es ilimitada, pero debe vivirse y conquistarse dentro de un nivel adecuado a la naturaleza humana: la del hombre que vive en la materia y en el espritu, que sabe aprovechar los automatismos propios del cuerpo, y que rige con su inteligencia y su voluntad la direccin que efectivamente quiere seguir. Y, a pesar de todo, siempre encontrar los obstculos a la libertad. Describmoslos:
a. La ignorancia: consiste en la ausencia de conocimientos. Ya vimos como para elegir algo hay que conocerlo, de ah que sea un obstculo a la libertad. Hay dos tipos: 1. Culpable o positiva: cuando no se sabe lo que se debera saber (por ej. el mdico que desconoce qu recetar ante un diagnstico determinado). Curso de tica UNID
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2. No culpable o negativa: cuando no se sabe lo que no sera necesario saber. Esta no es culpable (por ej. El ingeniero que no sabe qu recetar a un enfermo).
b. El miedo: consiste en una perturbacin emocional producida por la amenaza de un peligro inminente. En casos extremos (pavor), puede producir una ofuscacin completa de las facultades superiores; lo que se ejecute en estos momentos pierde el carcter de acto humano y el sujeto no puede responder de ello. En otros casos, con previsin, es obligatorio resistir los impulsos del miedo con un esfuerzo de la voluntad, pudiendo llegar incluso al herosmo (el soldado que permanece en la trinchera). La valenta no consiste en no tener miedo sino en saber controlarse a pesar de l.
c. Las pasiones: Son inclinaciones o tendencias de los apetitos sensibles del hombre (el enamoramiento, el odio, la clera, la tristeza, los celos, etc.). En ciertas ocasiones arrastran por completo al hombre perdiendo todo control sobre s mismo (ej. en un momento de clera). Las leyes civiles ya tienen en cuenta ciertos atenuantes a la hora de juzgar crmenes pasionales. Pero en la mayora de los casos, el sujeto, advertido de la fuerza de sus pasiones, debe estar prevenido para controlarlas en el momento preciso.
Las pasiones, como elemento integrante de la naturaleza humana, son buenas, al revs de lo que pudiramos pensar. Lo nico malo sera la pasin desordenada, la que funciona en sentido contrario a lo que manda la razn. Un hombre sin pasiones poco trecho puede recorrer; un hombre con pasiones desordenadas est en o al borde del vicio. Un hombre con pasiones ordenadas avanza con rapidez por el camino adecuado a su propia naturaleza.
d. La violencia: Es una fuerza externa a la que no se puede resistir. Segn sea el grado de ella, puede debilitar la libertad del sujeto y hacerlo irresponsable en lo que ejecute en esos momentos (por ej. la cajera del banco que bajo amenaza entrega el dinero al ladrn no se convierte en su cmplice) Normalmente suele venir acompaado de otros obstculos, como el miedo, las pasiones, etc.
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e. Las enfermedades psquicas, como la neurosis. Una persona neurtica debe ser tratada en calidad de enfermo. Su estudio, como caso patolgico, es objeto de la Psicologa, pero desde el punto de vista tico decimos que supone un debilitamiento de la libertad psquica.
IV. LAS PRUEBAS DE LA LIBERTAD: Cules son las razones por las que afirmamos que el hombre es libre? En la respuesta nos colocaremos en un nivel cientfico, es decir, en un conocimiento por causas.
Para algunos esta realidad resultar tan evidente que no vern la necesidad de plantearse el problema. Pero tenemos que hacerlo pues nos ayudar para entender ms adelante el estudio de los determinismos. No podemos quedarnos en un nivel ingenuo de simple opinin, sino en el plano superior del conocimiento cientfico.
Responder a dicha pregunta es sumamente importante, hasta el punto de que sin libertad, se acabara la ciencia tica. No es posible hablar de moralidad, responsabilidad, obligacin, si no es sobre la base del libre albedro (libertad psquica) como hecho innegable. Las pruebas o demostraciones del libre albedro, que es la libertad por antonomasia, se pueden explicar segn tres grupos:
a. Pruebas de tipo psicolgico: 1. Cada persona tiene conciencia de su libre albedro. En cualquier momento puede verificar experimentalmente que en realidad posee, de un modo cierto y efectivo, la capacidad para dirigirse hacia una direccin o hacia otra, y que de hecho escoge una de ellas por propia determinacin. Este hecho es innegable, y contra los hechos no hay teoras que valgan.
2. Adems, sera posible que se experimentaran obstculos y limitaciones al libre albedro, si ste en realidad no existiera? Una persona, como actitud normal en la vida, experimenta un cierto poder de eleccin, pero, bajo la influencia del miedo, o de la clera, o del odio, etc. experimenta que este poder est limitado, dominado, determinado por fuerzas que en ese Curso de tica UNID
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momento son invencibles. Pues bien, esta diferencia, ese poder, que es innegable, constatable, que no es producto de ninguna teora abstracta, es justamente lo que se llama libre albedro.
b. Pruebas de tipo moral: 1. La existencia de leyes morales y civiles presupone, como un hecho cierto, el hecho de la libertad. Si el hombre estuviera determinado por leyes fsicas, psicolgicas y sociolgicas, quedara sin explicacin la existencia de las leyes morales.
Qu objeto tendran estas ltimas si el hombre efectivamente estuviera determinado por las primeras? Sera absurdo dictar ese tipo de leyes, si el hombre no fuera libre. Por esta misma razn es por lo que juzgamos y condenamos con criterio muy distinto la conducta de un nio y la de un adulto. El primero no es capaz de elegir, es todava irresponsable ante sus actos; no as el adulto. En resumen: el hombre est sometido a un cierto determinismo regido por leyes fsicas, psicolgicas y sociolgicas; pero, con todo y eso, mantiene, por encima de ese nivel, un cierto aspecto de su personalidad que se mueve libremente respecto de las leyes morales.
2. El hecho de las promesas y los compromisos presupone el hecho de la libertad. Qu objeto tendran los contratos, los pagars, los compromisos de boda, si el hombre efectivamente no fuera libre para cumplirlos? Un hombre, ordinariamente, slo puede prometer algo cuando se siente capaz de realizarlo y, adems, existe la posibilidad de que no lo realice. En ciertos casos, una persona promete algo, pero llegado el momento, no puede cumplirlo. Esto puede deberse a varias razones, o bien, efectivamente a esa persona le falta libertad, no tiene la voluntad suficiente para realizar lo prometido (caso de los viciosos y de enfermos mentales), o bien, en la mayora de los casos, se debe a la defectuosa educacin de la libertad del individuo, que elude la responsabilidad contrada.
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c. Prueba de tipo metafsico: La voluntad est hecha para el bien. Su objeto es el bien. Si la voluntad encontrara un bien absoluto, quedara definitivamente determinada o inclinada a l. Pero, en la vida ordinaria, la voluntad del hombre no se encuentra con el bien absoluto, sino con una serie de bienes particulares, que son relativos y limitados. Lo que sucede ante ellos es que la voluntad queda inclinada hacia dichos bienes; pero no queda determinada (o inclinada definitivamente) por ninguno de ellos en particular. Eso que falta a los bienes particulares para determinar definitivamente a la voluntad lo pone ella misma, y as es como se autodetermina hacia alguno de ellos.
La demostracin metafsica de la libertad es de capital importancia para la tica. A partir de ella se empieza a vislumbrar que los bienes de este mundo no son suficientemente poderosos para determinar la voluntad espiritual del hombre. Es el espritu humano (razn y voluntad) el que se autodetermina, est por encima de esos bienes y los elige. Anlogamente no son los bienes de este mundo los que dan categora moral a una eleccin, sino que es el mismo espritu, por su subordinacin y participacin de un Ideal Absoluto, el que otorga valor moral a un acto humano.
V. LAS TEORAS DETERMINISTAS. Siendo la libertad una caracterstica que le da a la naturaleza humana tan elevado rango, ha sido, sin embargo, negada por insignes pensadores como Leibniz, Spinoza, Freud y Calvino, por lo menos tal como es entendida normalmente y tal como la hemos descrito anteriormente.
Por supuesto que no pueden negar los hechos. Pero, en todo caso dicen -, la interpretacin de estos hechos ha sido una ilusin producida por la ignorancia acerca de las verdaderas causas que nos mueven en lo que ingenuamente creemos que es nuestra determinacin absoluta y autnoma. El libre albedro - dicen- no es sino el resultado de nuestra suficiencia; pero, al fin y al cabo, es una creencia ingenua e ilusoria.
Tales doctrinas reciben el nombre de determinismo, pues su tesis central es la de que el hombre ya est fijado o determinado en cierta direccin por diferentes causas que desconocemos en el momento mismo, y que, por Curso de tica UNID
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lo tanto, su decisin libre slo de nombre lo sigue siendo. Explicaremos a continuacin las teoras ms representativas:
a. El determinismo de Freud: Leyendo sus obras encontramos algunas contradicciones. Por ejemplo, cuando explica el psicoanlisis afirma el libre albedro, diciendo que una de sus funciones es la de dar mayor libertad y responsabilidad al enfermo (Freud, obras completas, tomo II, Biblioteca Nueva, Madrid 1948, pgs. 28, 144 y 283). En cambio, lo niega expresamente en un discurso ante una Sociedad de Mdicos, diciendo que el libre albedro es una ilusin (Ibdem, pg. 78).
Esta afirmacin se explica porque, en efecto, Freud le da mucha importancia a la accin de fuerzas inconscientes dentro de la personalidad. En realidad, no conocindose esas fuerzas y motivaciones en el momento mismo de la eleccin, el sujeto cae en la ilusoria creencia de que es l mismo quien se ha determinado libremente.
Los freudianos posteriores han querido comprobar esta teora con experimentos de hipnotismo. Efectivamente, el sujeto hipnotizado al que se le indica que inmediatamente despus de despertar salga de la sala, lo hace, y cuando se le pregunta si lo hizo libremente, responde que s.
Refutacin: Siguiendo esta misma lnea de experimentos, se da el caso de un sujeto hipnotizado al que se le indica que al despertar d una bofetada a su amigo; al despertar, se dirige a su lugar, y despus de vacilar en sus movimientos, termina sentndose. Enseguida se le pregunta por qu se notaba vacilante, y responde que sinti un impulso para abofetear a su compaero; pero, no teniendo motivos, resisti a dicho impulso, y se sent.
Efectivamente, hay fuerzas inconscientes, pero no son las nicas que componen al hombre. El libre albedro existe, lo cual no niega la existencia de ciertas fuerzas inconscientes en cada persona. Para afirmar la libertad no es necesario negar el inconsciente, y para afirmar el inconsciente, no es necesario negar la libertad.
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Con esto podemos llegar a un conocimiento ms preciso de la naturaleza del libre albedro. Se trata de una cualidad que reside en la voluntad; se ejerce de un modo consciente y racional; es un autocontrol que, por lo mismo, supone algo que controlar; y, en este caso, hemos palpado esas fuerzas inconscientes que son objeto de control en el momento en que afloran a la conciencia. En muchas ocasiones, el sujeto estar de acuerdo en seguir esas fuerzas; en otras ocasiones se determinar en contra de ellas; habr situaciones de lucha, y, por ltimo, se dan casos en los cuales el inconsciente es un puro conflicto que domina la vida consciente de la persona; tal es el caso del neurtico, caso patolgico, anormal, y por lo tanto, intil para concluir acerca de la naturaleza de todos los hombres.
Aplicacin prctica: La libertad es susceptible de educacin e incremento, como hemos visto. El educador tendr que tener en cuenta las fuerzas inconscientes para poder armonizarlas en concordancia con la razn.
b. Determinismos biolgico, sociolgico y fsico: Segn dicen, existen fuerzas sociolgicas (costumbres de la sociedad), biolgicas (instintos) y fsicas (ley de la conservacin de la energa por ejemplo), que rigen y determinan la conducta del hombre.
Refutacin: Por supuesto que el hombre est inmerso dentro de leyes de este tipo, pero por encima de ellas, estn las facultades racionales que controlan y determinan una direccin a la conducta humana. El libre albedro coexiste con otros tipos de fuerzas que bullen en el hombre. Y la funcin de la libertad no es otra, sino la de darle un sentido correcto y armnico a todas esas fuerzas humanas. El libre albedro es la accin del marinero que aprovecha con sus velas todas las fuerzas y direcciones del viento.
c. Determinismo teolgico. Se plantea de dos maneras: 1. El hombre no es libre porque Dios ya conoce todos los hechos, sean pasados, presentes o futuros. Una vez que conoce todo el futuro, ste queda determinado, fijado, y, por lo tanto, no da Curso de tica UNID
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lugar a elecciones libres por parte del hombre. La presciencia divina destruye la libertad humana.
Refutacin: Toda esta argumentacin est basada en un sofisma: Creer que el conocimiento de algo le quita libertad a ese algo. De ah que el conocimiento del futuro le quita libertad al futuro. Pero, en realidad, el conocimiento es una facultad que deja inmutable al objeto conocido; o, dicho de otra manera: si alguien conoce un hecho, no por eso cambia la naturaleza de ese hecho. Hasta la inteligencia humana, con todas sus deficiencias, es capaz de prever un poco el futuro y predecir en casos concretos lo que va a suceder; y todo esto, sin quitarle libertad a tales acontecimientos.
2. Dios no slo conoce el futuro, sino que, adems, debido a que es omnisciente, acta sobre el hombre en cada momento.
Refutacin: Efectivamente, Dios es causa primera de todas las acciones ejecutadas por el hombre. Pero eso no quita la accin de las causas segundas, entre las cuales se encuentra de un modo especial el libre albedro. Coexisten pues todas ellas, y cada una tiene su correspondiente funcin dentro de la naturaleza de cada ser. El papel de las causas segundas o instrumentales es fundamental.
De todas maneras, hay que reconocer que estos hechos relacionados con Dios no quedan suficientemente claros para la inteligencia humana. Siempre queda un margen de oscuridad y misterio inaccesible al poder intelectual del hombre. Pero esta oscuridad no nos debera hacer renegar de la evidencia de dos hechos racionalmente demostrables, a saber: la existencia de Dios y la libertad del hombre. Lo lgico, una vez constatada la dificultad al relacionar estas dos verdades, no es negarlas, sino en todo caso, aceptar la limitacin de la inteligencia humana.