Fetichismo y Cosificacion de Las Relaciones Sociales

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Sistema de Informacin Cientfica
Csar Ruiz Sanjun
EL FETICHISMO Y LA COSIFICACIN DE LAS RELACIONES SOCIALES EN EL SISTEMA CAPITALISTA
Praxis Filosfica, nm. 33, agosto-diciembre, 2011, pp. 191-206,
Universidad del Valle
Colombia
Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista
Praxis Filosfica,
ISSN (Versin impresa): 0120-4688
[email protected]
Universidad del Valle
Colombia
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Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Praxis Filosca
Nueva serie, No. 33, agosto-diciembre 2011: 7-16 ISSN: 0120-4688
EL FETICHISMO Y LA COSIFICACIN
DE LAS RELACIONES SOCIALES
EN EL SISTEMA CAPITALISTA
The Fetishism and the Reication
of Social Relations
in the Capitalist System
Csar Ruiz Sanjun
Universidad Complutense de Madrid (Espaa)
[email protected]
RESUMEN
Este artculo tiene como objetivo analizar el sentido que tiene el fetichismo
dentro de la teora de Marx y mostrar el potencial de esta dimensin de su
teora para la crtica de las relaciones sociales del sistema capitalista. La
especicidad histrica de la sociedad capitalista es que todas las relaciones
estn atravesadas por la produccin y el intercambio de mercancas, y esta
mediacin material de las relaciones sociales tiene como consecuencia que a
las personas se les aparezcan sus relaciones como propiedades de las cosas.
Se establece as, a espaldas de los individuos, un poder autnomo al que
quedan subordinados. La crtica de Marx est dirigida a esta percepcin
espontnea de los agentes sociales y a las teoras de la economa poltica,
que se levantan sobre las formas de pensamiento que surgen por s mismas
de estas relaciones sociales cosicadas.
Palabras clave: fetichismo, cosicacin,
capitalismo, crtica, Marx.
ABSTRACT
The aim of this paper is to analyze the meaning of fetishism within Marxist
theory in order to show the potential of this dimension of Marxist theory
for the critique of the social relations of the capitalist system. The historical
specicity of capitalist society is that all relations are traversed by the
production and exchange of commodities, and that as a result of the material
mediation of social relations, people have come to view these relations as
properties of the things. In this way, there is set, behind the individuals, an
independent power to which they are subordinate. Marxs critique is directed
Recibido: junio 2011 aprobado: octubre 2011

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at this spontaneous perception of social agents and to the theories of political
economy, which are developed on the forms of thinking that are suggested
by these reied social relations.
Key words: fetishism, reication,
capitalism, critique, Marx.
Introduccin
Con el anlisis del fetichismo de la mercanca Marx quiere desvelar
un secreto, como nos indica ya el propio ttulo que le da en El Capital a
su exposicin del fetichismo: El carcter fetichista de la mercanca y su
secreto. Este secreto lo es tanto para la conciencia espontnea como para
la economa poltica, que permanece presa en este sentido de la misma
apariencia que la conciencia comn, y est atrapada tambin, por tanto, en
el fetichismo de la mercanca, cuyo carcter enigmtico no puede descifrar.
De hecho, en esta parte de El Capital se presentan algunas de las crticas
ms contundentes a la economa poltica, por lo que resulta fundamental
para comprender el sentido de la crtica marxiana.
Lo que hace aqu Marx no es otra cosa que explicitar algunas de las
conclusiones fundamentales que se desprenden de la teora del valor, la
cual constituye la clave de bveda del entero edicio terico de Marx. De
hecho, en el Anexo a la primera edicin de El Capital el fetichismo de la
mercanca aparece dentro de la exposicin de la forma de valor. Es en la
segunda edicin cuando esta cuestin pasa a ser tratada en una seccin
independiente. Si se entiende esta conexin, por otra parte, resulta evidente
que el fetichismo no tiene nada que ver con la teora de la alienacin que
Marx defendi en sus escritos de juventud, como ha considerado una
buena parte de la tradicin marxista. Henri Lefebvre expresa esta forma de
comprensin con toda claridad: La teora econmica del fetichismo retoma,
eleva a un nivel superior, explicita la teora losca de la alienacin del
individuo. Su actividad el producto de su actividad se presenta a l como
otro, como su negacin (LEFEBVRE, 1990: 91). Una interpretacin similar
se puede encontrar, por ejemplo, en autores como W. Schmied-Kowarzik
(1981) o L. Kolakowski (1980).
En el presente artculo pondremos de maniesto que el fetichismo de la
mercanca y del dinero constituye uno de los nervios centrales de la teora
del valor de Marx, y que no tiene ninguna relacin con un planteamiento
humanista en el que se critica la alienacin del hombre, sino que el fetichismo
es el resultado de la cosicacin de las relaciones sociales que tiene lugar
necesariamente en una sociedad basada en la produccin y el intercambio
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generalizado de mercancas. El objetivo de esta parte fundamental de la
teora de Marx es sacar a la luz el carcter ineludible de este proceso en el
sistema capitalista y, a partir aqu, llevar a cabo una crtica fundamental tanto
de las relaciones sociales capitalistas como de las categoras de la economa
poltica, en las cuales adquieren una expresin terica dichas relaciones.
El signicado del fetichismo de la mercanca
En la exposicin de la teora del valor, Marx habla con frecuencia de
los enigmas y misterios que se presentan en el anlisis de la mercanca. Al
abordar la investigacin del fetichismo plantea la cuestin en los siguientes
trminos:
A primera vista, una mercanca parece una cosa evidente, trivial. Pero
su anlisis demuestra que es una cosa muy compleja, llena de sutilezas
metafsicas y argucias teolgicas. En tanto que valor de uso, no hay nada
misterioso en ella [...] Pero en cuanto se presenta como mercanca, se
transforma en una cosa sensiblemente suprasensible (MEW 23, 85).
1
Lo que Marx quiere decir con ello es que la mercanca en tanto que
valor es algo exclusivamente social, algo que no tienen los productos del
trabajo por separado, sino slo en cuanto se reeren los unos a los otros
como mercancas. Lo que ocurre entonces es que el valor de uso de una
mercanca sirve como materializacin inmediata del valor, de manera que
el cuerpo de la mercanca, algo sensible, se convierte simultneamente
en algo suprasensible. La objetividad de valor es as cosa y relacin a la
vez.
2
Ello se debe a que el producto del trabajo tiene que adoptar la forma
de valor para convertirse en mercanca, pues slo as el valor adquiere una
expresin objetiva. Y lo que ocurre entonces es que la propiedad social que
es el valor aparece como una propiedad natural de una cosa.
Lo que tiene carcter social es el valor, cuya sustancia es el trabajo
abstracto, no el valor de uso, que es resultado del trabajo concreto. Pero en
la sociedad capitalista el trabajo individual privado no es inmediatamente
1
En el caso de Marx no citamos con la indicacin de la fecha de edicin, sino con las siglas
de sus obras completas y el nmero del volumen en el que se encuentra el texto citado.
2
Hans-Georg Backhaus ha sealado en referencia a ello: La cosa sensiblemente
suprasensible designa una realidad sui generis, que no se deja reducir ni a los aspectos
siolgicos y tecnolgicos del proceso de trabajo, ni a los contenidos de la conciencia de los
hombres. La objetividad abstracta del valor es para Marx objetividad social. Puesto que esta
dimensin de la realidad es objetiva y subjetiva al mismo tiempo, se distingue de todas las
relaciones sociales que estn constituidas slo por la accin consciente (BACKHAUS, 1997:
58).
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social, sino que slo lo es a travs de la mediacin del intercambio de los
productos del trabajo. Y sucede como consecuencia de esta mediacin
necesaria que el carcter social del trabajo se presenta como carcter objetivo
de los productos del trabajo y, por tanto, parece como si los productos
tuvieran una propiedad social por naturaleza, del mismo modo que son de
un determinado tamao o de un determinado peso. Esta apariencia surge
necesariamente porque, de hecho, las relaciones sociales de los hombres
estn mediadas por cosas en esta forma de sociedad. De este modo parece
que el carcter social fuera un atributo intrnseco de las cosas. Con ello se
produce la inversin de que una relacin social entre las personas aparece
como una relacin entre cosas, de modo que a los hombres se les presenta
como una relacin que existe al margen de ellos. Si esto es as, los individuos
no pueden tener ningn poder sobre esas relaciones, son algo que escapa por
completo a su control. Esto queda ms claro con el siguiente paralelismo
que establece Marx:
Es slo la relacin social determinada existente entre los hombres lo que
aqu adopta para ellos la forma fantasmagrica de una relacin entre cosas.
De ah que para encontrar una analoga tengamos que remontarnos a las
nebulosas regiones del mundo religioso. En ste los productos de la mente
humana parecen guras autnomas, dotadas de vida propia, que estn en
relacin entre s y con los hombres. Lo mismo sucede en el mundo de las
mercancas con los productos de la mano humana. A esto llamo el fetichismo,
que se adhiere a los productos del trabajo tan pronto como son producidos
como mercancas, y que es inseparable de la produccin mercantil (MEW
23, 86-87).
3
Esta ltima frase pone de maniesto que el fetichismo no es meramente
una percepcin errnea por parte de los hombres de una situacin que en
realidad es diferente a como la perciben. El fetichismo es el resultado de
un estado de cosas efectivo que tiene lugar en la sociedad mercantil. La
conciencia lo nico que hace es reejar el modo en que se establece la
conexin social entre los productores en esa forma de sociedad. Y esta
conexin social, efectivamente, no es directa, sino que est mediada a
travs del intercambio en el que se relacionan los productos del trabajo
3
En este pasaje parece resonar ciertamente la crtica a la religin de Feuerbach, y a l
se remiten aquellas interpretaciones que entienden el fetichismo como una continuacin
de la teora de la alienacin que aparecen en los textos marxianos de juventud. Pero hay
que observar que aqu Marx se reere a ello como una analoga, y no sigue el modo de
argumentacin feuerbachiano, como haba hecho en sus textos de juventud. El planteamiento
de Marx parte ahora de supuestos totalmente distintos.
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como mercancas. Es slo a travs de este intercambio como se relacionan
los productores, y es a travs de l como los trabajos privados se convierten
en parte integrante del trabajo social global. ste es el modo propio de
socializacin del trabajo en la sociedad capitalista, en la que todas las
relaciones sociales estn atravesadas por el intercambio de mercancas.
Marx pone as de maniesto el contenido social que se oculta en las
formas econmicas, en las cuales aparecen veladas las relaciones a travs
de las que se constituye el proceso social. Esto es as necesariamente, puesto
que a las personas se les aparecen las relaciones sociales entre sus trabajos
privados como lo que son, es decir, no como relaciones directamente sociales
entre las personas en sus trabajos, sino ms bien como relaciones materiales
entre personas y relaciones sociales entre cosas (MEW 23, 87).
4
Aqu se puede constatar con ms claridad an que el fetichismo de
la mercanca es la reproduccin en la conciencia de los hombres de una
estructura social objetiva, en la cual se produce de manera privada e
independiente. Esto signica que el mercado es la nica instancia que
establece el contexto social, pues slo aqu se reeren los productos del
trabajo unos a otros y se determina en qu medida el trabajo privado
realizado por los distintos productores vale como parte del trabajo social.
As pues, que las relaciones sociales se constituyan por medio de las
cosas y que, en consecuencia, las cosas tengan propiedades sociales, no es
ninguna percepcin invertida de la realidad social. Por el contrario, sta es
la consecuencia necesaria del modo en que funciona efectivamente esta
forma de sociedad: el trabajo abstracto que es la sustancia del valor y su
medida inmanente es resultado de la reduccin de los distintos trabajos
concretos en la relacin de intercambio entre los productos del trabajo, los
cuales se transforman en ese momento en mercancas, esto es, productos
que adems de valor de uso tienen valor, el cual es una propiedad social que
slo puede materializarse en el cuerpo de una cosa, de modo que las cosas
en su materialidad aparecen investidas de atributos sociales.
Hay que observar las consecuencias que esto tiene para una concepcin
correcta del valor. A este respecto indica Marx que es insuciente la
comprensin del valor como una relacin entre las personas (a lo queda
reducida la concepcin marxiana del valor en muchas presentaciones de su
pensamiento): a ella hay que aadirle que el valor es una relacin oculta bajo
envoltura csica (MEW 23, 88). Con esta caracterizacin Marx no hace ms
que sacar las consecuencias de su precedente exposicin del valor. El anlisis
de la forma de valor ha hecho patente esta cosicacin de las relaciones
4
Las cursivas de la cita son nuestras.
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sociales, pero tambin que esto es as solamente dentro de la relacin de
valor de las mercancas, no fuera de ella.
5
Ello es algo constitutivo de una
sociedad basada en el intercambio mercantil. Pero lo que es falso es que las
cosas tengan propiedades sociales en cualquier forma de sociedad. La nica
sociedad histrica donde el intercambio tiene tal extensin que las cosas
tiles no son producidas por su utilidad, por las necesidades que satisfacen,
sino para ser intercambiadas, esto es, donde el valor de uso se convierte en
un simple medio de realizacin del valor, es la sociedad capitalista. Slo en
esta formacin social el fetichismo se adhiere inevitablemente a la mercanca.
La cosicacin de las relaciones sociales
como consecuencia del carcter fetichista de la mercanca
Este estado de cosas tiene importantes consecuencias ulteriores que es
preciso poner de relieve. El hecho de que en el valor de las mercancas las
relaciones de los hombres se presenten bajo envoltura csica hace que
dichas relaciones permanezcan ocultas a los individuos que forman parte de
ese sistema. Les atribuyen as a las cosas un poder al que quedan sometidos,
pues las cosas siguen sus propias leyes independientes de ellos. Esto es
algo que ocurre efectivamente en una sociedad basada en el intercambio
mercantil. Pero esto no ocurre porque las cosas tengan propiedades sociales
en s mismas, sino porque la conexin social de los hombres se establece a
travs de las cosas en este modo de produccin histricamente determinado
que es el sistema capitalista. Es la forma misma de mercanca la que genera
el carcter fetichista de sta.
Ahora bien, esta situacin no es visible para las personas inmersas
en dichas relaciones. stas consideran que las mercancas poseen la jeza
de formas naturales de la vida social. Tambin la economa poltica, que
elabora las categoras con las que opera a partir de las formas acabadas, tal
y como se presentan a la observacin dentro de esas condiciones sociales,
est apresada dentro de esas formas:
Tales formas constituyen precisamente las categoras de la economa
burguesa. Son formas de pensamiento socialmente vlidas y, por tanto,
objetivas para las relaciones de produccin de este modo de produccin
social histricamente determinado que es la produccin de mercancas

(MEW 23, 90).
5
En este sentido seala Rdiger Bubner: El fetichismo como caracterstica fundamental
de las formas sociales capitalistas no nombra otra cosa que relaciones devenidas csicas. En
el fetichismo desaparece el carcter de relacin de las relaciones tras su fachada csica, de
modo que a partir de esta solidicacin slo puede ser desvelado a travs del anlisis crtico
el modo propio de las relaciones (BUBNER, 1973: 77).
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Aqu puede verse con claridad el fundamento de la forma de exposicin
de Marx, que consiste en llevar a cabo simultneamente la crtica de las
categoras econmicas y la exposicin de las mismas. La economa poltica
lo que hace es sistematizar tericamente la autocomprensin que la moderna
sociedad burguesa tiene de s misma, sus categoras se derivan de las formas
de pensamiento dominantes en esta forma de sociedad. Estas formas de
pensamiento son las que corresponden a las relaciones sociales del modo de
produccin capitalista: dentro de esta formacin social son, por consiguiente,
objetivas. Por ello la exposicin de esas relaciones sociales tiene lugar a
travs de la crtica de las categoras en las que se expresan tericamente. Aqu
se puede observar que J . Habermas no tiene sucientemente en cuenta esta
dimensin fundamental de la teora de Marx cuando arma que ste no ha
considerado necesario justicar la teora de la sociedad desde la perspectiva
de la crtica del conocimiento (HABERMAS, 1982: 54). El hecho de que Marx
no haya tematizado explcitamente esta cuestin no signica que su teora
no est justicada en esos trminos. Por el contrario, ste constituye uno de
los aspectos fundamentales de la construccin terica de Marx.
La condicin de posibilidad de esta crtica es el desarrollo de las formas
econmicas de la sociedad capitalista. La economa poltica no desarrolla
las formas, sino que parte de ellas como presupuestos dados, y por ello las
considera como formas naturales.
6
El valor es una propiedad social de las
cosas, que hace de la mercanca una cosa sensiblemente suprasensible.
Pero esta propiedad no la tienen los productos del trabajo en todas las
formas de sociedad, no es una propiedad natural de las cosas, sino una
propiedad que aparece como natural dentro de unas determinadas relaciones
de produccin, en las cuales las cosas son producidas como mercancas.
A este respecto seala Marx en el Urtext que en la sociedad capitalista el
individuo produce dentro de un contexto, bajo condiciones de produccin
y relaciones de intercambio que slo han surgido a travs de un proceso
histrico, pero para l aparecen como una necesidad natural (MEGA II.2, 51).
El intercambio generalizado de los productos del trabajo no es la relacin
social dominante en todas las pocas histricas, algo que no es visto por
la economa poltica, que considera la forma de mercanca como la forma
natural de los productos del trabajo.
6
A este respecto observa Marx: Formas que llevan escrita en la frente su pertenencia
a una formacin social en la que el proceso de produccin domina al hombre, en lugar de
dominar el hombre al proceso de produccin, son consideradas por la conciencia burguesa
como una necesidad natural tan evidente como el trabajo productivo mismo (MEW 23, 95-
96).
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En el fetichismo de las categoras de la economa poltica ve Marx
tambin la base para la vulgarizacin de la economa que tiene lugar
con el n de la economa clsica.
7
Las categoras de la economa poltica
son categoras fetichistas en tanto que son expresin de formas de valor
acabadas, categoras que se constituyen sobre las formas de la supercie de
la sociedad que son relevantes para la accin de los individuos integrados en
esas relaciones sociales. Son las que percibe su conciencia espontnea, y en
ellas permanece oculta la conexin social, las relaciones a travs de las que
se constituye el carcter social del trabajo de los individuos en esa sociedad.
8

Marx indica que esto tiene su causa en la concepcin suprahistrica
de las categoras que tiene la economa poltica. Ni siquiera su mayor
representante, David Ricardo, que fue el que ms lejos lleg en la
comprensin de las relaciones econmicas de la sociedad burguesa, pudo
llegar a concebir la dimensin histrica fundamental de las categoras
del sistema capitalista. Esto se debe, como subraya J indrich Zeleny, a
que Ricardo absolutiza y eleva la forma de la distribucin especca e
histricamente transitoria caracterstica del modo de produccin capitalista,
hasta dotarla de inmovilidad suprahistrica (ZELENY, 1974: 35). Por ello
la crtica de Marx se dirige a la abstraccin objetivadora de la economa
poltica, que considera que las relaciones sociales burguesas se presentan ya
en sus elementos esenciales en todas las formas histricas de sociedad. Esta
comprensin de la economa poltica de las formas capitalistas es rechazada
por Marx como ahistrica, y su exposicin tendr como uno de sus objetivos
fundamentales poner de maniesto el carcter histrico del capitalismo, que
la economa burguesa considera como natural.
9
7
Como Marx pone de maniesto en las Teoras sobre el plusvalor: La economa vulgar
no hace nada ms que expresar en forma doctrinaria la conciencia atrapada en la manifestacin
del modo de produccin capitalista segn sus motivos y representaciones. Y cuanto ms se
vincula a la supercie y la reproduce en un cierto orden, tanto ms tiene conciencia de ser
adecuada a la naturaleza y permanecer alejada de todos los delirios abstractos (MEW 26.1,
476).
8
Por ello arma Helmut Brentel que la teora de la constitucin econmico-social del
objeto en Marx contiene, como anlisis y como desarrollo dialctico de las formas de valor,
una teora crtica de la categoras de la economa poltica. Es teora del fetichismo de
las categoras econmicas y al mismo tiempo teora del carcter fetichista de la conciencia
burguesa (BRENTEL, 1989: 15).
9
G. Lukcs expresa con suma precisin esta dimensin de la crtica de Marx a la economa
poltica: La falta de cienticidad de este mtodo aparentemente tan cientco consiste, por
tanto, en que desatiende e ignora el carcter histrico de los hechos que le subyacen []
Esos hechos precisamente en la estructura de su objetividad son productos de una poca
histrica determinada: son productos del capitalismo. Por consiguiente, aquella ciencia
que reconoce como fundamento del estado de cosas cientcamente relevante el modo como
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El fetichismo de las categoras de la economa poltica, as como la
consiguiente vulgarizacin de la misma que ste lleva consigo, resultan del
hecho de que en el sistema capitalista, la relacin especcamente social
de los hombres en sus trabajos se maniesta como una propiedad que les
corresponde a las cosas en su forma natural y como una relacin entre esas
cosas. De este modo, aparece como inherente a las cosas lo que les ha sido
transferido: la relacin social. El fetichismo signica la cosicacin de
las relaciones sociales porque las relaciones constitutivas de la sociedad
capitalista ya no resultan visibles como tales relaciones en las formas
acabadas que se presentan a la conciencia espontnea de los individuos
de dicha sociedad, as como tampoco en las categoras de la economa
poltica, que se conguran a partir de esas formas. Las relaciones sociales
se presentan as cosicadas como propiedades naturales que pertenecen a
esas cosas independientemente del contexto social en que se encuentran.
El fetichismo del dinero
Hay que tener en cuenta que Marx no slo habla del fetichismo de
la mercanca, sino tambin del fetichismo del dinero. Sin embargo, no
desarrolla sus planteamientos a este respecto, porque todo lo fundamental
ya est dicho con el fetichismo de la mercanca: El enigma del fetichismo
del dinero es solamente el enigma del fetichismo de la mercanca que se
ha vuelto visible y deslumbra la vista (MEW 23, 108). Para entender esta
armacin es preciso tener en cuenta el desarrollo de la forma de valor
realizado por Marx. En l se constata que el dinero ha sido determinado
como la mercanca equivalente general, de modo que le corresponden las
mismas propiedades que al resto de las mercancas, pero en una posicin
privilegiada, por as decir. Esta posicin social en virtud de la cual todas
las mercancas se reeren al dinero como equivalente general hace que el
fetichismo en el caso del dinero resulte todava ms difcil de aprehender
tericamente. Es el resultado de la relacin social global de todo el mundo
de las mercancas, por lo que la mediacin a travs de la que se constituye la
forma de dinero es la ms compleja. Pero este movimiento de mediacin se
desvanece por completo en su resultado, de modo que ya no es perceptible
como tal.
As pues, dado que en el dinero aparece una relacin social especca
de los hombres en sus trabajos como una simple cosa, en la cual est
esos hechos se dan inmediatamente, y acepta su forma de objetividad como punto de partida
de la formacin cientca de conceptos, se ubica simple y dogmticamente en el terreno
de la sociedad capitalista, y toma su esencia, su estructura objetiva y su legalidad de modo
acrtico como fundamento inmutable de la ciencia (LUKCS, 1969: 177-178).
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materializado el trabajo social global, se les aparece a la conciencia de los
hombres algo meramente material como la existencia inmediata de la riqueza
social. Por ello arma Marx que el dinero es la forma ms carente de sentido,
la ms incomprensible una forma en la que todas las mediaciones estn
suprimidas (MEGA II.2, 73). En efecto, la cosicacin de las relaciones
sociales que tiene lugar con el dinero es ms difcil de comprender que la
que se presenta con la mercanca, puesto que en el caso del dinero no hay
ninguna objetividad fsica como valor de uso que represente la objetividad
social del valor. Por consiguiente, a diferencia de las mercancas, que son al
mismo tiempo valores de uso y objetos de valor, el dinero es objeto de valor
de manera inmediata. Lo que resulta preciso comprender para no quedar
atrapado en el fetichismo del dinero es que la objetividad de valor no es
algo que tenga el dinero en s mismo, sino que la tiene en tanto que todas
las mercancas estn referidas necesariamente a l para poder expresar su
valor, de modo que el dinero llega a ser la forma autnoma del valor.
Slo el desarrollo de las formas, a partir de la ms elemental de todas
ella, la forma simple de valor, puede poner de maniesto que lo que aparece
aqu como una propiedad que le corresponde a una cosa en s misma no
es ms que el resultado de la relacin social global en la que se reeren
unos a otros los productos de los trabajos como mercancas, haciendo
que las relaciones sociales aparezcan como atributos de las cosas. Esto
es necesariamente as en una sociedad mercantil, a los hombres se les
aparecen sus relaciones sociales como lo que son, no como relaciones
inmediatamente sociales en sus trabajos, sino como relaciones mediadas
por cosas. Lo que la crtica de Marx hace patente es que el fetichismo no
es consustancial a todas las formas de sociedad, pero s lo es a la sociedad
capitalista. Todos los individuos que forman parten de ella estn sometidos
al fetichismo de la mercanca y del dinero, pues el contexto social general
no se establece a travs de las relaciones directas entre las personas, sino a
travs del intercambio de los productos del trabajo en el mercado. Lo que
se desprende del anlisis de Marx, por tanto, es que solamente en una forma
de organizacin social que no est basada en el intercambio generalizado
de mercancas desaparecer el fetichismo, y slo cuando ste desaparezca
las personas dejarn de estar sometidas al poder de las cosas.
El dinero como el contexto social objetivado
de las relaciones cosicadas
Marx critica a la economa burguesa que no ha sido capaz de comprender
la conexin necesaria entre el trabajo representado en el valor de las
mercancas y la forma de valor. La economa poltica, en efecto, no ha
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comprendido que el valor necesita una forma determinada de expresin, que
es precisamente lo que Marx expone con la forma de valor. Michael Heinrich
observa que aqu se encuentra el ncleo mismo de la crtica marxiana de
la economa poltica: Marx realiza una crtica fundamental, referida a
los fundamentos de la economa burguesa: critica las formas siempre ya
presupuestas por la economa burguesa (HEINRICH (2008), p. 89).
La forma de valor es la forma ms general y abstracta de todas las formas
ms concretas y desarrolladas del modo de produccin capitalista, con lo
cual queda denida la especicidad histrica de este modo de produccin.
Si el valor de cambio est a la base de todas las formas econmicas de
la sociedad burguesa, sta es una sociedad regida por el cambio, lo que
signica que en ella todos los productos del trabajo son tendencialmente
mercancas, productos que adems de valor de uso tienen valor, el cual
necesita de una forma de manifestacin propia. La economa poltica, al
concebir la produccin burguesa como una forma natural eterna de la
produccin social, no es capaz de comprender la forma de valor ni, por tanto,
puede entender de manera adecuada la forma de dinero, que no es ms que
la expresin desarrollada de la forma de valor.
Para comprender la forma de dinero es preciso desplegar la relacin
cualitativa entre la mercanca y el dinero. Marx seala que el hecho de que
una mercanca sea igual a una determinada cantidad de dinero signica
que en un determinado respecto ambos son sustancialmente iguales. Como
valor de uso la mercanca no es sustituible por ninguna otra mercanca ni
por dinero. Pero como valores son iguales la mercanca y el dinero, como
valor la mercanca es dinero.
10
El hecho de que el valor de la mercanca, su
forma social, tenga que aparecer necesariamente como dinero, signica que
el dinero es la objetivacin del contexto social de los individuos atomizados.
Esto lo expresa Marx de manera pregnante en los Grundrisse: El dinero
mismo es la comunidad, y no puede soportar ninguna otra que est por
encima de l (MEW 42, 149).
Frente a esta concepcin marxiana, la economa poltica considera que el
dinero es simplemente una magnitud de valor cticia, un mero representante
de las mercancas. sta es la concepcin del dinero que est a la base de
las teoras de todos los economistas burgueses, incluido David Ricardo.
ste considera, en efecto, que los productos son comprados siempre por
productos, o por servicios; el dinero es slo el medio a travs del que se
10
Lo que esto signica, como seala Hermann Kocyba, es que el dinero es un medio
necesario de la produccin socializada a travs de la ley del valor. No hay valor antes del
dinero salvo en la estructura del orden discursivo de exposicin de la teora (KOCYBA, 1979:
76).
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efecta el cambio (RICARDO, 1953: 291). En la discusin con la teora
ricardiana que Marx desarrolla en las Teoras sobre el plusvalor le reprocha
a esta concepcin de Ricardo que considere que el dinero es mero medio
de circulacin, y el valor de cambio mismo mera forma evanescente del
intercambio de producto por producto, lo que es falso (MEW 26.2, 500).
Puesto que la economa burguesa desconoce la gnesis de la forma de
dinero, no puede comprender la inversin que aqu tiene lugar. El dinero
slo puede convertirse en el representante de las mercancas porque las
mercancas son los representantes del dinero. Slo el desarrollo conceptual
de la forma de valor puede exponer la gnesis interna del dinero, sacando as
a la luz la mediacin que ya no es accesible a la percepcin inmediata, porque
ha desaparecido en el resultado: Una mercanca no parece convertirse en
dinero porque todas las dems mercancas representen sus valores en ella,
sino que, por el contrario, todas parecen representar sus valores en ella porque
es dinero. El movimiento mediador desaparece en su propio resultado y no
deja ninguna huella tras de s (MEW 23, 107).
La posicin bsicamente empirista de la economa burguesa hace que
su consideracin del valor est encaminada solamente a la determinacin
cuantitativa del valor, mientras que el anlisis marxiano de la sustancia
del valor saca a la luz su dimensin cualitativa, a partir de la cual se puede
entender el valor precisamente como aquello que en su movimiento mediador
establece la relacin como relacin. En efecto, el valor es el sujeto de un
proceso en el que adopta alternativamente la forma de mercanca y la de
dinero, alcanzando as una forma en la que se hace autnomo. El valor
adquiere esta autonoma, pues, en tanto que es l mismo el movimiento a
travs del cual se presenta en las distintas formas. Se trata de un movimiento
en el que el valor de cambio como sujeto se pone tanto en una como en
otra determinacin, y en cada una de estas determinaciones se conserva
como su contrario (MEW 42, 190).
La exposicin de Marx est encaminada a mostrar que la relacin entre
cosas que est a la base de la duplicacin de la mercanca en mercanca
y dinero es la expresin de un determinado modo de relacin entre los
hombres. Slo comprendiendo la estructura de las relaciones sociales entre
las personas dentro del modo de produccin capitalista pueden hacerse
comprensibles las relaciones entre las cosas como mercancas dentro de
este sistema. A partir de estos planteamientos marxianos, se puede dar una
solucin a ciertos problemas fundamentales que la economa burguesa no es
capaz de solucionar, y que se dejan entender desde el anlisis marxiano de
la forma de valor. En efecto, para la economa poltica el capital es a veces
mercanca, a veces dinero. El capital se presenta en una y otra forma, y
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entonces es ineludible la pregunta por el sujeto que lleva a cabo este cambio
de forma. Pero la economa poltica no puede ir ms all de estas formas de
manifestacin, y es incapaz de comprender la relacin interna entre ellas. A
partir de la exposicin de Marx es posible entender que el capital no es ni
mercanca ni dinero, sino valor, que se maniesta alternativamente como
mercanca y como dinero.
11

La diferencia fundamental entre la teora de Marx y las diversas teoras
de la economa poltica se encuentra en que stas no han realizado en
ningn momento un anlisis en el que se aborden las categoras econmicas
antes e independientemente de la accin de los individuos en el proceso
de intercambio de mercancas. La economa poltica adopta como punto
de partida en sus teoras las acciones de los individuos (que segn estos
tericos se derivan de sus decisiones racionales), mientras que Marx
expone las acciones de los individuos slo despus del desarrollo de las
formas econmicas fundamentales y sobre la base de stas.
Este orden de exposicin le permite a Marx poner de maniesto la
estructura social a la que se tienen ajustar los individuos en sus acciones, a
partir de la cul stas pueden ser explicadas, porque son acciones dentro del
marco establecido por el intercambio mercantil. La economa poltica parte
de las reexiones y las acciones de los individuos, y considera que el dinero
es un medio que introducen conscientemente para facilitar el intercambio.
Frente a ello, Marx establece que los individuos actan antes de pensar sobre
su actuacin, siguiendo las leyes de la naturaleza inherente a las mercancas:
En su confusin, nuestros poseedores de mercancas piensan como Fausto.
En el principio fue la accin. Por eso ya han actuado antes de haber pensado
[] Slo un acto social puede convertir una determinada mercanca en
equivalente general. La accin social de todas las dems mercancas
segrega, pues, una determinada mercanca en la que todas ellas representan
sus valores. De esta manera, la forma natural de esta mercanca llega a ser
la forma de equivalente socialmente vlida. El ser equivalente general se
convierte a travs del proceso social en funcin especcamente social de la
mercanca segregada. As es como sta se convierte en dinero (MEW 23, 101).
11
A este respecto indica Marx en los Grundrisse: El dinero es siempre la misma forma
en el mismo sustrato, y as puede ser concebido fcilmente como mera cosa. Pero la misma
cosa, mercanca, dinero, etc., puede representar capital o rentas, etc. Y as queda claro
incluso para los economistas que el dinero no es algo tangible; sino que la misma cosa se
puede subsumir ya bajo la determinacin del capital, ya bajo otra determinacin diferente
y contrapuesta y que, por consiguiente, es o no es capital. Es evidentemente una relacin y
slo puede ser una relacin social de produccin (MEW 42, 421).
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Los individuos, como poseedores de mercancas, tienen que seguir la
legalidad general que rige el mundo de las mercancas. Esta estructura ha sido
expuesta por Marx en su anlisis de las formas econmicas de la sociedad
capitalista, y a partir aqu puede explicar las acciones de los individuos dentro
de esa estructura social.
12
La economa poltica, que parte de las acciones
de los individuos, desconoce las condiciones que estn a la base de dichas
acciones, por lo que incurre necesariamente en una comprensin errnea
del proceso de intercambio. Marx ha mostrado a travs del desarrollo de
las formas la gnesis de la forma de dinero, poniendo as de maniesto que
es precisamente la forma consumada del valor. Ello le permite exponer al
nivel del proceso de intercambio cmo el dinero no es meramente un medio
accesorio del intercambio, sino el resultado necesario de las acciones de los
individuos. Este planteamiento est expresado con la mayor concisin en el
Urtext: El dinero no es meramente una forma mediadora del intercambio
de mercancas. Es una forma del valor de cambio que surge del proceso de
circulacin, un producto social que, a travs de las relaciones en las que
entran los individuos en la circulacin, se genera a s mismo (MEGA II.2, 73).
Lo que esto signica es que la circulacin de mercancas y el dinero
se presuponen mutuamente. Frente a ello, la economa poltica, puesto que
no realiza ningn anlisis de las formas econmicas, sino que parte de la
accin de los individuos, lo que hace es considerar como perteneciente a
la naturaleza humana lo que en realidad es la estructura social que est a
la base del intercambio mercantil. Entiende por ello que la propensin al
cambio forma parte de la naturaleza misma del hombre, y que el intercambio
ha constituido, por tanto, la base de todas las formaciones sociales. Adam
Smith expresa esta comprensin con suma claridad: Es una propensin en
la naturaleza humana [] el trueque, la permuta y el intercambio de una
cosa por otra, a lo que aade: Es comn a todos los hombres, y no se
encuentra en otras razas de animales (SMITH, 1976: 50).
A partir de esta concepcin, que subyace a toda la economa burguesa,
sta considera que el dinero es simplemente un medio auxiliar introducido
para facilitar el intercambio. Por ello la economa poltica cree posible
desarrollar el valor sin referencia al dinero. Para Marx, en cambio, el dinero
constituye un presupuesto necesario para la constitucin del valor.
13
En
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Esto queda claramente expresado por Marx en el siguiente pasaje: El supuesto
fundamental de que los sujetos de la circulacin han producido valores de cambio []
encierra una serie de supuestos que no se derivan ni de la voluntad del individuo ni de su
inmediata condicin natural, sino de condiciones y relaciones histricas en virtud de las
cuales el individuo se encuentra ya socialmente determinado (MEGA II.2, 50-51).
13
Sobre este aspecto ha insistido H. Brentel, que seala que el trnsito de la mercanca
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efecto, el dinero est presupuesto desde el primer momento de la exposicin,
pues de lo que se trata es del intercambio de mercancas, no del intercambio
directo de productos. Marx ha criticado precisamente el mtodo de la
apologtica econmica, que consiste en identicar la circulacin de
mercancas con el intercambio directo de productos, mediante el simple
recurso de hacer abstraccin de sus diferencias (MEW 23, 128).
Frente a ello, la exigencia terica de Marx es que el dinero sea deducido
conceptualmente, hacer lo que la economa poltica no ha sido capaz siquiera
de intentar. Como hemos sealado, en un primer momento de la exposicin
Marx deduce la forma de dinero a partir del desarrollo de la forma de
valor, y despus el dinero a partir de las acciones de los poseedores de
mercancas, las cuales se tienen que ajustar a las estructuras de movimiento
de las formas econmicas. Con ello pone de maniesto que el dinero no
es un puro medio auxiliar para facilitar el intercambio, sino la expresin
objetiva de un contexto social mediado necesariamente por el intercambio
de mercancas, lo que tiene como resultado ineludible la cosicacin de las
relaciones sociales.
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