Cartas A Meneceo - Epicuro
Cartas A Meneceo - Epicuro
Cartas A Meneceo - Epicuro
Que ninguno por ser joven vacile en filosofar, ni por llegar a la vejez se canse de
filosofar. Pues no hay nadie demasiado prematuro ni demasiado retrasado en lo que
concierne a la salud de su alma. El que dice que el tiempo de filosofar no le ha llegado o
le ha pasado ya es semejante al que dice que todava no le ha llegado o que ya ha pasado
el tiempo para la felicidad. As que deben filosofar tanto el joven como el viejo; ste
para que, en su vejez, rejuvenezca en los bienes por la alegra de lo vivido; aqul, para
que sea joven y viejo al mismo tiempo por su intrepidez frente al futuro. Es, pues,
preciso que nos ejercitemos en aquello que produce la felicidad, si es cierto que, cuando
la poseemos, lo tenemos todo y cuando nos falta, lo hacemos todo por tenerla.
Practica y ejercita todos los principios que continuamente te he recomendado, teniendo
en cuenta que son los elementos de la vida feliz. Antes de nada, considera a la divinidad
como un ser incorruptible y dichoso --tal como lo suscribe la nocin comn de la
divinidad-- y no le atribuyas nada ajeno a la incorruptibilidad ni impropio de la dicha.
Piensa de ella aquello que pueda mantener la dicha con la incorruptibilidad. Porque los
dioses, desde luego, existen: el conocimiento que tenemos de ellos es, en efecto,
evidente. Pero no son como los considera la gente, pues sta no los mantiene conforme
a la nocin que tienen de ellos. No es impo el que desecha los dioses de la gente, sino
quien atribuye a los dioses las opiniones de la gente.
Pues no son prenociones, sino vanas presunciones los juicios de la gente sobre los
dioses, de donde hacen derivar de los dioses los mayores daos y beneficios. En efecto,
familiarizados continuamente con sus propias virtudes, acogen a sus iguales,
considerando extrao todo aquello que no les sea semejante.
Acostmbrate a considerar que la muerte no es nada para nosotros, puesto que todo bien
y todo mal estn en la sensacin, y la muerte es prdida de sensacin. Por ello, el recto
conocimiento de que la muerte no es nada para nosotros hace amable la mortalidad de la
bueno, pero sin duda, no todos son dignos de ser escogidos. De la misma forma, todo
dolor es un mal, pero no todos deben evitarse siempre.
Conviene juzgar todas estas cosas con una justa medida a la vista de lo til y lo intil.
Pues usamos algunas veces del bien como de un mal, y, al revs, del mal como de un
bien.
Tambin consideramos un gran bien a la autosuficiencia, no para que en toda ocasin
usemos de pocas cosas, sino a fin de que, si no tenemos mucho, nos contentemos con
poco, sinceramente convencidos de que disfrutan ms agradablemente de la abundancia,
quienes menos necesidad tienen de ella, y de que todo lo natural es muy fcil de
conseguir, y lo vano muy difcil de alcanzar. Los alimentos frugales proporcionan el
mismo placer que una comida abundante, cuando alejan todo el dolor de la indigencia.
Pan y agua proporcionan el ms elevado placer, cuando los lleva a la boca quien tiene
necesidad. El acostumbrarse a las comidas sencillas y frugales es saludable, hace al
hombre resuelto en las ocupaciones necesarias de la vida, nos dispone mejor cuando
ocasionalmente acudimos a una comida lujosa y nos hace intrpidos ante el azar.
As, cuando decimos que el placer es fin, no hablamos de los placeres del los corruptos
y de los que se encuentran en el goce, como piensan algunos que no nos conocen y no
piensan igual , o nos interpretan mal, sino de no sufrir en el cuerpo ni ser perturbados en
el alma.
Pues ni fiestas ni banquetes continuos, ni el goce de muchachos y doncellas, ni de
pescados y cuanto comporta una mesa lujosa engendran una vida placentera, sino un
clculo sobrio que averige las causas de toda eleccin y rechazo y que destierre las
falsas creencias a partir de las cuales se apodera de las almas la mayor confusin. De
todo esto, el principio y el mayor bien es la prudencia. Por ello, ms preciosa incluso
que la filosofa es la prudencia, de la que nacen todas las dems virtudes, ensendonos
que no es posible vivir placenteramente sin vivir prudente, honesta y justamente, ni
vivir prudente, honesta y justamente, sin vivir placenteramente. Pues las virtudes son
connaturales al vivir feliz, y el vivir feliz es inseparable de stas.
Porque, a quin consideras mejor que a aqul que tiene sobre los dioses creencias
piadosas y en relacin a la muerte carece por completo de temor, que tiene presente el
fin propio de la naturaleza, que distingue que el lmite de los bienes es fcil de alcanzar
y que el de los males tiene o poca duracin o pocas penas, que se re del destino tomado
por algunos como seor de todas las cosas, afirmando que unas suceden por necesidad,
otras por azar y otras por obra nuestra, porque ve que la necesidad es irresponsable, el
azar inestable y lo que est en nuestras manos carece de dueo, y a quien, por tanto,
corresponden naturalmente la censura y la alabanza.
Porque era mejor adherirse a los mitos sobre los dioses que ser esclavos del destino de
los fsicos. Aqullos esbozan una esperanza de intercesin por medio del culto a los
dioses, ste presenta una necesidad inexorable. Entendiendo el azar no como un dios,
como lo considera la gente --porque nada carente de orden obra la divinidad-- ni como
una causa insegura --pues no cree que a partir del azar les sean dados a los hombres el
bien y el mal en orden a la vida feliz, pero s que de l se procuran los principios de los
grandes bienes y males--, considerando que es mejor ser desdichado con sensatez que
afortunado con insensatez; es, por otra parte, mejor que en nuestras acciones el buen
juicio sea coronado por la fortuna.
En estos pensamientos y los anlogos, a stos ejerctate, pues, da y noche, sea para t
mismo, sea con alguno semejante a ti, y nunca --despierto ni dormido-- sers turbado;
vivirs como un dios entre los hombres. Pues en nada se parece a un ser mortal el
hombre que vive entre bienes inmortales.
Aquell qui exhorta el jove a una bona vida i el vell a una bona mort no t seny, no
solament per totes les coses agradables que t la vida, sin tamb perqu la meditaci i
lexercici de viure b i el de morir b sn una mateixa cosa. I encara molt pitjor aquell
qui diu que s bell no haver nascut, per, ja que sha nascut, travessar les portes de
lHadescom ms aviat millor.
Perqu, si aix ho diu convenut, per qu no plega de viure tot seguit? En t tot el dret,
si sho ha pensat b. Contrriament, si s que ho diu de broma, tracta amb banalitat afers
que no ho permeten.
Cal recordar tamb que el futur no s del tot nostre, per tampoc no ens deixa de
pertnyer del tot. Per tant, no hem desperar-lo com si shagus dacomplir amb tota
seguretat, ni hem de desesperar com si no hagus de realitzar-se mai.
Igualment, sha de saber que dels desitjos, els uns sn naturals i els altres vans; i entre
els naturals, nhi que sn necessaris i altres solament naturals. Dels necessaris, els uns
sn indispensables per assolir la felicitat, altres per al benestar del cos, altres per a la
vida mateixa. Si coneixem b aquests desitjos, sabrem relacionar cada elecci o cada
rebuig a la salut del cos o a la tranquillitat de lnima, ja que aquesta s la finalitat
duna vida feli. En vista daix realitzem totes les nostres accions: per no patir ni sentir
torbaci. Tan aviat ho possem, qualsevol tempesta de lnima sasserena, i lhome ja no
t res ms per desitjar, ni busca cap altra cosa que li ompli ms el b de lnima i del
cos. Ja que, del plaer, en tenim necessitat quan patim per la seva absncia, per quan no
sentim dolor, tampoc no el necessitem.
Per aix diem que el plaer s el principi i el fi de la vida feli, perqu lhem reconegut
com a b primer i connatural, a partir del qual iniciem tota elecci o rebuig, i ens hi
referim jutjant els bns segons la norma del plaer i del dolor. I ja que aquest s el b
primer i connatural, per aquest motiu no escollim tots els plaers, sin que de vegades
renunciem a molts, quan sen segueix una incomoditat ms gran. I molts dolors els
considerem preferibles als plaers, si ens donen un plaer encara ms gran quan ms
temps hgim suportat el dolor. Tot plaer per la seva prpia naturalesa s un b, per no
tots shan descollir. De la mateixa manera, tot dolor s un mal, per no pas tots shan
devitar sempre. Cal jutjar totes aquestes coses amb una justa mesura en vista dels
guanys i dels perjudicis, ja que de vegades ens servim del b com dun mal i, a
linrevs, del mal com dun b.
Lautosuficincia la considerem un gran b, no perqu sempre ens hgim de conformar
amb poques coses, sin a fi que, si no possem gaire, el poc ens sigui suficient. Perqu
estem convenuts que de labundor en gaudeixen ms dolament aquells que menys la
necessiten, i que tot el que la naturalesa demana s fcil dobtenir, i difcil all que s
va.
Els aliments senzills proporcionen el mateix plaer que un pat exquisit, quan satisfan
plenament el dolor de la fam; i el pa i laigua produeixen el ms gran plaer quan sen
nodreix qui en t necessitat. Estar acostumat a una alimentaci senzilla i sbria s
saludable, i ens ajuda a ser emprenedors en les ocupacions de la vida. I si algun cop
participem duna vida ms luxosa, ens trobem en ms bona disposici i ms valents
davant latzar.
Quan diem que el plaer s lnica finalitat, no es tracta dels plaers que cerquen els
dissoluts o els crpules, tal com diuen alguns que desconeixen la nostra doctrina o no hi
estan dacord o la interpreten malament, sin el no sentir dolor al cos ni trasbals a
lnima. Perqu ni els convits i les festes contnues, ni el gaudir de jovenets i dones, ni
els peixos ni altres aliments que ofereixen les taules luxoses ens fan la vida feli, sin el
judici encertat que investiga les causes de cada acte dacceptaci o de rebuig i sap guiar
les nostres opinions lluny daquelles altres que omplen lnima dinquietud. De totes
aquestes coses ns principi i mxim b el seny, i per aquest motiu el seny, origen de
totes les altres virtuts, s ms apreciable que la mateixa filosofia, i ens ensenya que no
existeix una vida feli sense ser al mateix temps assenyada, bella i justa; ni s possible
viure amb seny, bellesa i justcia, sense ser feli.
Ja que les virtuts sn connaturals a la vida feli, i el fet de viure feliment va sempre
acompanyat de la virtut.
Perqu, qui podries considerar superior a aquell que t opinions piadoses envers els
dus i es mostra impvid en relaci a la mort, que coneix qu s el b segons la
naturalesa i t clara conscincia que el lmit dels bns s fcil dassolir i el lmit dels
mals, al contrari, s de poca durada o b comporta penes lleugeres, que es burla del dest
que alguns consideren senyor absolut de totes les coses, afirmant que algunes es
produeixen per necessitat, altres casualment, altres, en fi, depenen de nosaltres, ja que
veu que la necessitat s irresponsable, latzar inestable, en canvi la nostra voluntat s
lliure i per aquest motiu digna de merixer retrets o lloances? Gaireb era millor creure
en els mites sobre els dus que ser esclau de la predestinaci dels fsics; ja que aquells
ens donaven lesperana de poder commoure els dus mitjanant les ofrenes; el dest, en
canvi, s implacable. El savi no considera latzar com una divinitat, tal com creu la
majoria de la gent, ja que cap acte dels dus no es troba mancat dharmonia, ni
considera latzar com una causa no fonamentada en la realitat, ni creu tampoc que doni
als humans cap b o cap mal respecte a la seva vida feli, sin tan sols que latzar s
lorigen de grans bns i de grans desgrcies. El savi creu que val ms ser assenyadament
desgraciat que insensatament feli; per s daltra banda millor que en les nostres
accions el bon judici sigui coronat per la fortuna.
Totes aquestes coses i daltres semblants, medita-les i exercita-les dia i nit en el teu
interior i en companyia dalg que se tassembli, i mai, tan despert com en somnis, la
teva nima no patir torbaci, sin ben al contrari, viurs entre els humans com un du.
Perqu no sassembla gens a un mortal lsser hum que viu entre bns que no moren.
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la libertad de sus sbditos. De l tambin: la uniformidad y constante aplicacin al
servicio de la filosofa; la beneficencia y generosidad constante; el optimismo y la
confianza en la amistad de los amigos; ningn disimulo para con los que merecan su
censura; el no requerir que sus amigos conjeturaran qu quera o qu no quera, pues
estaba claro.
15. De Mxirno: el dominio de s mismo y no dejarse arrastrar por nada; el buen nimo en
todas las circunstancias y especialmente en las enfermedades; la moderacin de carcter,
dulce y a la vez grave; la ejecucin sin refunfuar de las tareas propuestas; la confianza
de todos en l, porque sus palabras respondan a sus pensamientos y en sus actuaciones
proceda sin mala fe; el no sorprenderse ni arredrarse; en ningn caso precipitacin o
lentitud, ni impotencia, ni abatimiento, ni risa a carcajadas, seguidas de accesos de ira o
de recelo. La beneficencia, el perdn y la sinceridad; el dar la impresin de hombre recto
e inflexible ms bien que corregido; que nadie se creyera menospreciado por l ni
sospechara que se consideraba superior a l; su amabilidad en...2
16. De mi padre: la mansedumbre y la firmeza serena en las decisiones profundamente
examinadas. El no vanagloriarse con los honores aparentes; el amor al trabajo y la
perseverancia; el estar dispuesto a escuchar a los que podan hacer una contribucin til
a la comunidad. El distribuir sin vacilaciones a cada uno segn su mrito. La experiencia
para distinguir cuando es necesario un esfuerzo sin desmayo, y cundo hay que relajarse.
El saber poner fin a las relaciones amorosas con los adolescentes. La sociabilidad y el
consentir a los amigos que no asistieran siempre a sus comidas y que no le acompaaran
necesariamente en sus desplazamientos; antes bien, quienes le haban dejado
momentneamente por alguna necesidad le encontraban siempre igual. El examen
minucioso en las deliberaciones y la tenacidad, sin eludir la indagacin, satisfecho con
las primeras impresiones. El celo por conservar los amigos, sin mostrar nunca disgusto
ni loco apasionamiento. La autosuficiencia en todo y la serenidad. La previsin desde
lejos y la regulacin previa de los detalles ms insignificantes sin escenas trgicas. La
represin de las aclamaciones y de toda adulacin dirigida a su persona. El velar
constantemente por las necesidades del Imperio. La administracin de los recursos
pblicos y la tolerancia ante la crtica en cualquiera de estas materias; ningn temor
supersticioso respecto a los dioses ni disposicin para captar el favor de los hombres
mediante agasajos o lisonjas al pueblo; por el contrario, sobriedad en todo y firmeza,
ausencia absoluta de gustos vulgares y de deseo innovador. El uso de los bienes que
contribuyen a una vida fcil y la Fortuna se los haba deparado en abundancia, sin orgullo
y a la vez sin pretextos, de manera que los acoga con naturalidad, cuando los tena, pero
no senta necesidad de ellos, cuando le faltaban. El hecho de que nadie hubiese podido
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tacharle de sofista, bufn o pedante; por el contraro, era tenido por hombre maduro,
completo, inaccesible a la adulacin, capaz de estar al frente de los asuntos propios y
ajenos. Adems, el aprecio por quienes filosofan de verdad, sin ofender a los dems ni
dejarse tampoco embaucar por ellos; ms todava, su trato afable y buen humor, pero no
en exceso. El cuidado moderado del propio cuerpo, no como quien ama la vida, ni con
coquetera ni tampoco negligentemente, sino de manera que, gracias a su cuidado
personal, en contadsimas ocasiones tuvo necesidad de asistencia mdica, de frmacos
o emplastos. Y especialmente, su complacencia, exenta de envidia, en los que posean
alguna facultad, por ejemplo, la facilidad de expresin, el conocimiento de la historia, de
las leyes, de las costumbres o de cualquier otra materia; su ahnco en ayudarles para que
cada uno consiguiera los honores acordes a su peculiar excelencia; procediendo en todo
segn las tradiciones ancestrales, pero procurando no hacer ostentacin ni siquiera de
esto: de velar por dichas tradiciones. Adems, no era propicio a desplazarse ni a agitarse
fcilmente, sino que gustaba de permanecer en los mismos lugares y ocupaciones. E
inmediatamente, despus de los agudos dolores de cabeza, rejuvenecido y en plenas
facultades, se entregaba a las tareas habituales. El no tener muchos secretos, sino muy
pocos, excepcionalmente, y slo sobre asuntos de Estado. Su sagacidad y mesura en la
celebracin de fiestas, en la construccin de obras pblicas, en las asignaciones y en
otras cosas semejantes, es propia de una persona que mira exclusivamente lo que debe
hacerse, sin tener en cuenta la aprobacin popular a las obras realizadas. Ni baos a
destiempo, ni amor a la construccin de casas, ni preocupacin por las comidas, ni por las
telas, ni por el color de los vestidos, ni por el buen aspecto de sus servidores; el vestido
que llevaba proceda de su casa de campo en Lorio, y la mayora de sus enseres, de la que
tena en Lanuvio. Cmo trat al recaudador de impuestos en Tsculo que le haca
reclamaciones! Y todo su carcter era as; no fue ni cruel, ni hosco, ni duro, de manera que
jams se habra podido decir de l: Ya suda, sino que todo lo haba calculado con
exactitud, como si le sobrara tiempo, sin turbacin, sin desorden, con firmeza,
concertadamente. Y encajara bien en l lo que se recuerda de Scrates: que era capaz de
abstenerse y disfrutar de aquellos bienes, cuya privacin debilita a la mayor parte,
mientras que su disfrute les hace abandonarse a ellos. Su vigor fsico y su resistencia, y
la sobriedad en ambos casos son propiedades de un hombre que tiene un alma equilibrada
e invencible, como mostr durante la enfermedad que le llev a la muerte.
17. De los dioses: el tener buenos abuelos, buenos progenitores, buena hermana, buenos
maestros, buenos amigos ntimos, parientes y amigos, casi todos buenos; el no haberme
dejado llevar fcilmente nunca a ofender a ninguno de ellos, a pesar de tener una
disposicin natural idnea para poder hacer algo semejante, si se hubiese presentado la
ocasin. Es un favor divino que no se presentara ninguna combinacin de circunstancias
que me pusiera a prueba; el no haber sido educado largo tiempo junto a la concubina de
mi abuelo; el haber conservado la flor de mi juventud y el no haber demostrado antes de
tiempo mi virilidad, sino incluso haberlo demorado por algn tiempo; el haber estado
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sometido a las rdenes de un gobernante, mi padre, que deba arrancar de m todo orgullo
y llevarme a comprender que es posible vivir en palacio sin tener necesidad de guardia
personal, de vestidos suntuosos, de candelabros, de estatuas y otras cosas semejantes
y de un lujo parecido; sino que es posible ceirse a un rgimen de vida muy prximo al
de un simple particular, y no por ello ser ms desgraciado o ms negligente en el
cumplimiento de los deberes que soberanamente nos exige la comunidad. El haberme
tocado en suerte un hermano capaz, por su carcter, de incitarme al cuidado de m mismo
y que, a la vez, me alegraba por su respeto y afecto; el no haber tenido hijos subnormales
o deformes; el no haber progresado demasiado en la retrica, en la potica y en las dems
disciplinas, en las que tal vez me habra detenido, si hubiese percibido que progresaba a
buen ritmo. El haberme anticipado a situar a mis educadores en el punto de dignidad que
estimaba deseaban, sin demorarlo, con la esperanza de que, puesto que eran todava
jvenes, lo pondra en prctica ms tarde. El haber conocido a Apolonio, Rstico,
Mximo. El haberme representado claramente y en muchas ocasiones qu es la vida
acorde con la naturaleza, de manera que, en la medida que depende de los dioses, de sus
comunicaciones, de sus socorros y de sus inspiraciones, nada impeda ya que viviera de
acuerdo con la naturaleza, y si contino todava lejos de este ideal, es culpa ma por no
observar las sugerencias de los dioses y a duras penas sus enseanzas; la resistencia de
mi cuerpo durante largo tiempo en una vida de estas caractersticas; el no haber tocado
ni a Benedicta ni a Tedoto, e incluso, ms tarde, vctima de pasiones amorosas, haber
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curado; el no haberme excedido nunca con Rstico, a pesar de las frecuentes disputas,
de lo que me habra arrepentido; el hecho de que mi madre, que deba morir joven, viviera,
sin embargo, conmigo sus ltimos aos; el hecho de que cuantas veces quise socorrer
a un pobre o necesitado de otra cosa, jams o decir que no tena dinero disponible; el no
haber cado yo mismo en una necesidad semejante como para reclamar ayuda ajena; el
tener una esposa de tales cualidades: tan obediente, tan cariosa, tan sencilla; el haber
conseguido fcilmente para mis hijos educadores adecuados; el haber recibido, a travs
de sueos, remedios, sobre todo para no escupir sangre y evitar los mareos, y lo de Gaeta,
a modo de orculo; el no haber cado, cuando me aficion a la filosofa, en manos de un
sofista ni haberme entretenido en el anlisis de autores o de silogismos ni ocuparme a
fondo de los fenmenos celestes.
Todo esto requiere ayudas de los dioses y de la Fortuna.
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Libro II
1. Al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones previas: me encontrar con un
indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable. Todo eso
les acontece por ignorancia de los bienes y de los males. Pero yo, que he observado que
la naturaleza del bien es lo bello, y que la del mal es lo vergonzoso, y que la naturaleza del
pecador mismo es pariente de la ma, porque participa, no de la misma sangre o de la
misma semilla, sino de la inteligencia y de una porcin de la divinidad, no puedo recibir
dao de ninguno de ellos, pues ninguno me cubrir de vergenza; ni puedo enfadarme
con mi pariente ni odiarle. Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las
manos, los prpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como
adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario
el hecho de manifestar indignacin y repulsa.
2. Esto es todo lo que soy: un poco de carne, un breve hlito vital, y el gua interior. Deja
los libros! No te dejes distraer ms; no te est permitido. Sino que, en la idea de que eres
ya un moribundo, desprecia la carne: sangre y polvo, huesecillos, fino tejido de nervios,
de diminutas venas y arterias. Mira tambin en qu consiste el hlito vital: viento, y no
siempre el mismo, pues en todo momento se vomita y de nuevo se succiona. En tercer
lugar, pues, te queda el gua interior. Reflexiona as: eres viejo; no consientas por ms
tiempo que ste sea esclavo, ni que siga an zarandeado como marioneta por instintos
egostas, ni que se enoje todava con el destino presente o recele del futuro.
3. Las obras de los dioses estn llenas de providencia, las de la Fortuna no estn
separadas de la naturaleza o de la trama y entrelazamiento de las cosas gobernadas por
la Providencia. De all fluye todo. Se aade lo necesario y lo conveniente para el conjunto
del universo, del que formas parte. Para cualquier parte de naturaleza es bueno aquello
que colabora con la naturaleza del conjunto y lo que es capaz de preservarla. Y conservan
el mundo tanto las transformaciones de los elementos simples como las de los
compuestos. Sean suficientes para ti estas reflexiones, si son principios bsicos. Aparta
tu sed de libros, para no morir gruendo, sino verdaderamente resignado y agradecido de
corazn a los dioses.
4. Recuerda cunto tiempo hace que difieres eso y cuntas veces has recibido avisos
previos de los dioses sin aprovecharlos. Preciso es que a partir de este momento te des
cuenta de qu mundo eres parte y de qu gobernante del mundo procedes como
emanacin, y comprenders que tu vida est circunscrita a un perodo de tiempo limitado.
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Caso de que no aproveches esta oportunidad para serenarte, pasar, y t tambin
pasars, y ya no habr otra.
5. A todas horas, preocpate resueltamente, como romano y varn, de hacer lo que tienes
entre manos con puntual y no fingida gravedad, con amor, libertad y justicia, y procrate
tiempo libre para liberarte de todas las dems distracciones. Y conseguirs tu propsito,
si ejecutas cada accin como si se tratara de la ltima de tu vida, desprovista de toda
irreflexin, de toda aversin apasionada que te alejara del dominio de la razn, de toda
hipocresa, egosmo y despecho en lo relacionado con el destino. Ests viendo cmo son
pocos los principios que hay que dominar para vivir una vida de curso favorable y de
respeto a los dioses. Porque los dioses nada ms reclamarn a quien observa estos
preceptos.
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y a veces, incluso, en cierto modo, inspira compasin, por su ignorancia de los bienes y
de los males, ceguera no menor que la que nos priva de discernir lo blanco de lo negro.
14. Aunque debieras vivir tres mil aos y otras tantas veces diez mil, no obstante recuerda
que nadie pierde otra vida que la que vive, ni vive otra que la que pierde. En
consecuencia, lo ms largo y lo ms corto confluyen en un mismo punto. El presente, en
efecto, es igual para todos, lo que se pierde es tambin igual, y lo que se separa es,
evidentemente, un simple instante. Luego ni el pasado ni el futuro se podra perder,
porque lo que no se tiene, cmo nos lo podra arrebatar alguien? Ten siempre presente,
por tanto, esas dos cosas: una, que todo, desde siempre, se presenta de forma igual y
describe los mismos crculos, y nada importa que se contemple lo mismo durante cien
aos, doscientos o un tiempo indefinido; la otra, que el que ha vivido ms tiempo y el que
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morir ms prematuramente, sufren idntica prdida. Porque slo se nos puede privar del
presente, puesto que ste slo posees, y lo que uno no posee, no lo puede perder.
15. Que todo es opinin. Evidente es lo que se dice referido al cnico Mnimo. Evidente
tambin, la utilidad de lo que se dice, si se acepta lo sustancial del dicho, en la medida en
que es oportuno.
16. El alma del hombre se afrenta, sobre todo, cuando, en lo que de ella depende, se
convierte en pstula y en algo parecido a una excrecencia del mundo. Porque enojarse
con algn suceso de los que se presentan es una separacin de la naturaleza, en cuya
parcela se albergan las naturalezas de cada uno de los restantes seres. En segundo lugar,
se afrenta tambin, cuando siente aversin a cualquier persona o se comporta hostilmente
con intencin de daarla, como es el caso de las naturalezas de los que montan en clera.
En tercer lugar, se afrenta, cuando sucumbe al placer o al pesar. En cuarto lugar, cuando
es hipcrita y hace o dice algo con ficcin o contra la verdad. En quinto lugar cuando se
desentiende de una actividad o impulso que le es propio, sin perseguir ningn objetivo,
sino que al azar e inconsecUentemente se aplica a cualquier tarea siendo as que, incluso
las ms insignificantes actividades deberan llevarse a cabo referidas a un fin. Y el fin de
los seres racionales es obedecer la razn y la ley de la ciudad y constitucin ms
venerable.
17. El tiempo de la vida humana, un punto; su sustancia, fluyente; su sensacin, turbia;
la composicin del conjunto del cuerpo, fcilmente corruptible; su alma, una peonza; su
fortuna, algo difcil de conjeturar; su fama, indescifrable. En pocas palabras: todo lo que
pertenece al cuerpo, un ro; sueo y vapor, lo que es propio del alma; la vida, guerra y
estancia en tierra extraa; la fama pstuma, olvido. Qu, pues, puede darnos compaa?
nica y exclusivamente la filosofa. Y sta consiste en preservar el gua interior, exento
de ultrajes y de dao, dueo de placeres y penas, si hacer nada al azar, sin valerse de la
mentira ni de la hipocresa, al margen de lo que otro haga o deje de hacer; ms an,
aceptando lo que acontece y se le asigna como procediendo de aquel lugar de donde l
mismo ha venido. Y sobre todo, aguardando la muerte con pensamiento favorable, en la
conviccin de que sta no es otra cosa que disolucin de elementos de que est
compuesto cada ser vivo. Y si para los mismos elementos nada temible hay en el hecho
de que cada uno se transforme de continuo en otro, por qu recelar de la transformacin
y disolucin de todas las cosas? Pues esto es conforme a la naturaleza, y nada es malo
si es conforme a la naturaleza.
En Carnunto
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LIBRO III
1. No slo esto debe tomarse en cuenta, que da a da se va gastando la vida y nos queda
una parte menor de ella, sino que se debe reflexionar tambin que, si una persona
prolonga su existencia, no est claro si su inteligencia ser igualmente capaz en adelante
para la comprensin de las cosas y de la teora que tiende al conocimiento de las cosas
divinas y humanas. Porque, en el caso de que dicha persona empiece a desvariar, la
respiracin, la nutricin, la imaginacin, los instintos y todas las dems funciones
semejantes no le faltarn; pero la facultad de disponer de s mismo, de calibrar con
exactitud el nmero de los deberes, de analizar las apariencias, de detenerse a reflexionar
sobre si ya ha llegado el momento de abandonar esta vida y cuantas necesidades de
caractersticas semejantes precisan un ejercicio exhaustivo de la razn, se extingue antes.
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no por ello se molesta con ninguno, ni se desva del camino trazado que le lleva al fin de
su vida, objetivo hacia el cual debe encaminarse, puro, tranquilo, liberado, sin violencias
y en armona con su propio destino.
Marco Aurelio Meditaciones
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LIBRO IV
1. El dueo interior, cuando est de acuerdo con la naturaleza, adopta, respecto a los
acontecimientos, una actitud tal que siempre, y con facilidad, puede adaptarse a las
posibilidades que se le dan. No tiene predileccin por ninguna materia determinada, sino
que se lanza instintivamente ante lo que se le presenta, con prevencin, y convierte en
materia para s incluso lo que le era obstculo; como el fuego, cuando se apropia de los
objetos que caen sobre l, bajo los que una pequea llama se habra apagado. Pero un
fuego resplandeciente con gran rapidez se familiariza con lo que se le arroja encima y lo
consume totalmente levantndose a mayor altura con estos nuevos escombros.
2. Ninguna accin debe emprenderse al azar ni de modo divergente a la norma consagrada
por el arte.
3. Se buscan retiros en el campo, en la costa y en el monte. T tambin sueles anhelar
tales retiros. Pero todo eso es de lo ms vulgar, porque puedes, en el momento que te
apetezca, retirarte en ti mismo. En ninguna parte un hombre se retira con mayor
tranquilidad y ms calma que en su propia alma; sobre todo aquel que posee en su interior
tales bienes, que si se inclina hacia ellos, de inmediato consigue una tranquilidad total.
Y denomino tranquilidad nica y exclusivamente al buen orden. Concdete, pues, sin
pausa, este retiro y recuprate. Sean breves y elementales los principios que, tan pronto
los hayas localizado, te bastarn para recluirte en toda tu alma y para enviarte de nuevo,
sin enojo, a aquellas cosas de la vida ante las que te retiras. Porque, contra quin te
enojas? Contra la ruindad de los hombres? Reconsidera este juicio: los seres racionales
han nacido el uno para el otro, la tolerancia es parte de la justicia, sus errores son
involuntarios. Reconsidera tambin cuntos, declarados ya enemigos, sospechosos u
odiosos, atravesados por la lanza, estn tendidos, reducidos a ceniza. Modrate de una
vez. Pero, ests molesto por el lote que se te asign? Rememora la disyuntiva o una
providencia o tomos, y gracias a cuntas pruebas se ha demostrado que el mundo es
como una ciudad. Pero, te apresarn todava las cosas corporales? Date cuenta de que
el pensamiento no se mezcla con el hlito vital que se mueve suave o violentamente, una
vez que se ha recuperado y ha comprendido su peculiar poder, y finalmente ten presente
cuanto has odo y aceptado respecto al pesar y al placer. Acaso te arrastrar la
vanagloria? Dirige tu mirada a la prontitud con que se olvida todo y al abismo del tiempo
infinito por ambos lados, a la vaciedad del eco, a la versatilidad e irreflexin de los que dan
la impresin de elogiarte, a la angostura del lugar en que se circunscribe la gloria. Porque
Marco Aurelio Meditaciones
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la tierra entera es un punto y de ella, cunto ocupa el rinconcillo que habitamos? Y all,
cuntos y qu clase de hombres te elogiarn? Te resta, pues, tenlo presente, el refugio
que se halla en este diminuto campo de ti mismo. Y por encima de todo, no te atormentes
ni te esfuerces en demasa; antes bien, s hombre libre y mira las cosas como varn, como
hombre, como ciudadano, como ser mortal. Y entre las mximas que tendrs a mano y
hacia las que te inclinars, figuren estas dos: una, que las cosas no alcanzan al alma, sino
que se encuentran fuera, desprovistas de temblor, y las turbaciones surgen de la nica
opinin interior. Y la segunda, que todas esas cosas que ests viendo, pronto se
transformarn y ya no existirn. Piensa tambin constantemente de cuntas
transformaciones has sido ya por casualidad testigo. El mundo, alteracin; la vida,
opinin.
4. Si la inteligencia nos es comn, tambin la razn, segn la cual somos racionales, nos
es comn. Admitido eso, la razn que ordena lo que debe hacerse o evitarse, tambin es
comn. Concedido eso, tambin la ley es comn. Convenido eso, somos ciudadanos.
Aceptado eso, participamos de una ciudadana. Si eso es as, el mundo es como una
ciudad. Pues, de qu otra comn ciudadana se podr afirmar que participa todo el gnero
humano? De all, de esta comn ciudad, proceden tanto la inteligencia misma como la
razn y la ley. O de dnde? Porque al igual que la parte de tierra que hay en m ha sido
desgajada de cierta tierra, la parte hmeda, de otro elemento, la parte que infunde vida, de
cierta fuente, y la parte clida e gnea de una fuente particular (pues nada viene de la nada,
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como tampoco nada desemboca en lo que no es), del mismo modo tambin la inteligencia
procede de alguna parte.
5. La muerte, como el nacimiento, es un misterio de la naturaleza, combinacin de ciertos
elementos (y disolucin) en ellos mismos. Y en suma, nada se da en ella por lo que uno
podra sentir vergenza, pues no es la muerte contraria a la condicin de un ser inteligente
ni tampoco a la lgica de su constitucin.
6. Es natural que estas cosas se produzcan necesariamente as a partir de tales hombres.
Y el que as no lo acepta, pretende que la higuera no produzca su zumo. En suma, recuerda
que dentro de brevsimo tiempo, t y se habris muerto, y poco despus, ni siquiera
vuestro nombre perdurar.
7. Destruye la sospecha y queda destruido lo de se me ha daado; destruye la queja
de se me ha daado y destruido queda el dao.
8. Lo que no deteriora al hombre, tampoco deteriora su vida y no le daa ni externa ni
internamente.
9. La naturaleza de lo til est obligada a producir eso.
10. Que todo lo que acontece, justamente acontece. Lo constatars, si prestas la debida
atencin. No digo slo que acontece consecuentemente, sino tambin segn lo justo e
incluso como si alguien asignara la parte correspondiente segn el mrito. Sigue, pues,
observando como al principio, y lo que hagas, hazlo con el deseo de ser un hombre cabal,
de acuerdo con el concepto estricto del hombre cabal. Conserva esta norma en toda
Marco Aurelio Meditaciones
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actuacin.
11. No consideres las cosas tal como las juzga el hombre insolente o como quiere que las
juzgues; antes bien, examnalas tal como son en realidad.
12. Hay que tener siempre a punto estas dos disposiciones: una la de ejecutar
exclusivamente aquello que la razn de tu potestad real y legislativa te sugiera para
favorecer a los hombres; otra, la de cambiar de actitud, caso de que alguien se presente
a corregirte y disuadirte de alguna de tus opiniones. Sin embargo, preciso es que esta
nueva orientacin tenga siempre su origen en cierta conviccin de justicia o de inters a
la comunidad y los motivos inductores deben tener exclusivamente tales caractersticas,
no lo que parezca agradable o popular.
13. Tienes razn? Tengo. Por qu, pues, no la utilizas? Pues si esto ya lo
demuestra por s solo, qu ms quieres?
14. Subsistes como parte. Te desvanecers en lo que te engendr; o mejor dicho, sers
reasumido, mediante un proceso de transformacin, dentro de tu razn generatriz.
15. Muchos pequeos granos de incienso se encuentran sobre el mismo altar; uno se
consumi antes, el otro ms tarde; y nada importa la diferencia.
16. Dentro de diez das les parecers un dios, a quienes das la impresin ahora de ser una
bestia y un mono, si vuelves de nuevo a los principios y a la veneracin de la razn.
17. No actes en la idea de que vas a vivir diez mil aos. La necesidad ineludible pende
sobre ti. Mientras vives, mientras es posible, s virtuoso.
18. Cunto tiempo libre gana el que no mira qu dijo, hizo o pens el vecino, sino
exclusivamente qu hace l mismo, a fin de que su accin sea justa, santa o enteramente
buena. No dirijas la mirada a negros caracteres, sino corre directo hacia la lnea de meta,
sin desviarte.
19. El hombre que se desvive por la gloria pstuma no se imagina que cada uno de los que
se han acordado de l morir tambin muy pronto; luego, a su vez, morir el que le ha
sucedido, hasta extinguirse todo su recuerdo en un avance progresivo a travs de objetos
que se encienden y se apagan. Mas suponte que son incluso inmortales los que de ti se
acordarn, e inmortal tambin tu recuerdo. En qu te afecta esto? Y no quiero decir que
nada en absoluto le afecta al muerto, sino que al vivo, qu le importa el elogio? A no ser
en algn caso, por cierta ventaja para la administracin. Abandonas, pues, ahora,
inoportunamente el don de la naturaleza que depende de una razn distinta...
20. Por lo dems, todo lo que es bello en cierto modo, bello es por s mismo, y termina en
s mismo sin considerar el elogio como parte de s mismo. En consecuencia, ni se empeora
ni se mejora el objeto que se alaba. Afirmo esto incluso tratndose de cosas que bastante
comnmente se denominan bellas, como, por ejemplo, los objetos materiales y los objetos
fabricados. Lo que en verdad es realmente bello, de qu tiene necesidad? No ms que la
ley, la verdad, la benevolencia o el pudor. Cul de estas cosas es bella por el hecho de
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44. Todo lo que acontece es tan habitual y bien conocido como la rosa en primavera y los
frutos en verano; algo parecido ocurre con la enfermedad, la muerte, la difamacin, la
conspiracin y todo cuanto alegra o aflige a los necios.
45. Las consecuencias estn siempre vinculadas con los antecedentes; pues no se trata
de una simple enumeracin aislada y que contiene tan slo lo determinado por la
necesidad, sino de una combinacin racional. Y al igual que las cosas que existen tienen
una coordinacin armnica, as tambin los acontecimientos que se producen manifiestan
no una simple sucesin, sino cierta admirable afinidad.
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46. Tener siempre presente la mxima de Herclito: La muerte de la tierra es convertirse
en agua, la muerte del agua es convertirse en aire, la muerte del aire es convertirse en
fuego, e inversamente. Y recordar tambin lo del que olvida adnde conduce el camino.
Y asimismo que con aquello que ms frecuente trato tienen, a saber, con la razn que
gobierna el conjunto del universo, con esto disputan, y les parecen extraas las cosas que
a diario les suceden. Y adems: No hay que actuar y hablar como durmiendo, pues
tambin entonces nos parece que actuamos y hablamos. Y que no hay que ser como
hijos de los padres, es decir, aceptar las cosas de forma simple, como las has heredado.
47. Como si un dios te hubiese dicho: Maana morirs o, en todo caso, pasado maana,
no habras puesto mayor empeo en morir pasado maana que maana, a menos que
fueras extremadamente vil. (Porque, cunta es la diferencia?). De igual modo, no
consideres de gran importancia morir al cabo de muchos aos en vez de maana.
48. Considera sin cesar cuntos mdicos han muerto despus de haber fruncido el ceo
repetidas veces sobre sus enfermos; cuntos astrlogos, despus de haber vaticinado,
como hecho importante, la muerte de otros; cuntos filsofos, despus de haber
sostenido innumerables discusiones sobre la muerte o la inmortalidad; cuntos jefes,
despus de haber dado muerte a muchos; cuntos tiranos, tras haber abusado, como si
fueran inmortales, con tremenda arrogancia, de su poder sobre vidas ajenas, y cuntas
ciudades enteras, por as decirlo, han muerto: Hlice, Pompeya, Herculano y otras
incontables. Remntate tambin, uno tras otro, a todos cuantos has conocido. ste,
despus de haber tributado los honores fnebres a aqul, fue sepultado seguidamente
por otro; y as sucesivamente. Y todo en poco tiempo. En suma, examina siempre las cosas
humanas como efmeras y carentes de valor: ayer, una moquita; maana, momia o ceniza.
Por tanto, recorre este pequesimo lapso de tiempo obediente a la naturaleza y acaba tu
vida alegremente, como la aceituna que, llegada a la sazn, caera elogiando a la tierra que
la llev a la vida y dando gracias al rbol que la produjo.
49. Ser igual que el promontorio contra el que sin interrupcin se estrellan las olas. ste
se mantiene firme, y en torno a l se adormece la espuma del oleaje. Desdichado de m,
porque me aconteci eso! Pero no, al contrario: Soy afortunado, porque, a causa de lo
que me ha ocurrido, persisto hasta el fin sin afliccin, ni abrumado por el presente ni
asustado por el futuro. Porque algo semejante pudo acontecer a todo el mundo, pero no
todo el mundo hubiera podido seguir hasta el fin, sin afliccin, despus de eso. Y por
qu, entonces, va a ser eso un infortunio ms que esto buena fortuna? Acaso
denominas, en suma, desgracia de un hombre a lo que no es desgracia de la naturaleza del
hombre? Y te parece aberracin de la naturaleza humana lo que no va contra el designio
de su propia naturaleza? Por qu, pues? Has aprendido tal designo? Te impide este
suceso ser justo, magnnimo, sensato, prudente, reflexivo, sincero, discreto, libre, etc.,
conjunto de virtudes con las cuales la naturaleza humana contiene lo que le es peculiar?
Acurdate, a partir de ahora, en todo suceso que te induzca a la afliccin, de utilizar este
principio: No es eso un infortunio, sino una dicha soportarlo con dignidad.
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50. Remedio sencillo, pero con todo eficaz, para menospreciar la muerte es recordar a los
que se han apegado con tenacidad a la vida. Qu ms tienen que los que han muerto
prematuramente? En cualquier caso yacen en alguna parte Cadiciano, Fabio, Juliano,
Lpido y otros como ellos, que a muchos llevaron a la tumba, para ser tambin ellos
llevados despus. En suma, pequeo es el intervalo de tiempo; y ese, a travs de cuntas
fatigas, en compaa de qu tipo de hombres y en qu cuerpo se agota! Luego no lo
tengas por negocio. Mira detrs de ti el abismo de la eternidad y delante de ti otro infinito.
A la vista de eso, en qu se diferencian el nio que ha vivido tres das y el que ha vivido
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LIBRO V
1. Al amanecer, cuando de mala gana y perezosamente despiertes, acuda puntual a ti este
pensamiento: Despierto para cumplir una tarea propia de hombre. Voy, pues, a seguir
disgustado, si me encamino a hacer aquella tarea que justifica mi existencia y para la cual
he sido trado al mundo? O es que he sido formado para calentarme, reclinado entre
pequeos cobertores? Pero eso es ms agradable. Has nacido, pues, para deleitarte?
Y, en suma, has nacido para la pasividad o para la actividad? No ves que los arbustos,
los pajarillos, las hormigas, las araas, las abejas, cumplen su funcin propia,
contribuyendo por su cuenta al orden del mundo? Y t entonces, rehsas hacer lo que
es propio del hombre? No persigues con ahnco lo que est de acuerdo con tu
naturaleza? Mas es necesario tambin reposar. Lo es; tambin yo lo mantengo. Pero
tambin la naturaleza ha marcado lmites al reposo, como tambin ha fijado lmites en la
comida y en la bebida, y a pesar de eso, no superas la medida, excedindote ms de lo
que es suficiente? Y en tus acciones no slo no cumples lo suficiente, sino que te quedas
por debajo de tus posibilidades. Por consiguiente, no te amas a ti mismo, porque
ciertamente en aquel caso amaras tu naturaleza y su propsito. Otros, que aman su
profesin, se consumen en el ejercicio del trabajo idneo, sin lavarse y sin comer. Pero t
estimas menos tu propia naturaleza que el cincelador su cincel, el danzarn su danza, el
avaro su dinero, el presuntuoso su vanagloria. Estos, sin embargo, cuando sienten pasin
por algo, ni comer ni dormir quieren antes de haber contribuido al progreso de aquellos
objetivos a los que se entregan. Y a ti, te parecen las actividades comunitarias
desprovistas de valor y merecedoras de menor atencin?
2. Cun fcil es rechazar y borrar toda imaginacin molesta o impropia, e inmediatamente
encontrarse en una calma total!
3. Jzgate digno de toda palabra y accin acorde con la naturaleza; y no te desve de tu
camino la crtica que algunos suscitarn o su propsito; por el contrario, si est bien
haber actuado y haber hablado, no te consideres indigno. Pues aqullos tienen su gua
particular y se valen de su particular inclinacin. Mas no codicies t esas cosas; antes
bien, atraviesa el recto camino consecuente con tu propia naturaleza y con la naturaleza
comn; pues el camino de ambas es nico.
4. Camino siguiendo las sendas acordes con la naturaleza, hasta caer y al fin descansar,
expirando en este aire que respiro cada da y cayendo en esta tierra de donde mi padre
recogi la semilla, mi madre la sangre y mi nodriza la leche; de donde, cada da, despus
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de tantos aos, me alimento y refresco, que me sostiene, mientras camino, y que me
aprovecha de tantas maneras.
5. No pueden admirar tu perspicacia. Est bien. Pero existen otras muchas cualidades
sobre las que no puedes decir: No tengo dotes naturales. Procrate, pues, aquellas que
estn enteramente en tus manos: la integridad, la gravedad, la resistencia al esfuerzo, el
desprecio a los placeres, la resignacin ante el destino, la necesidad de pocas cosas, la
benevolencia, la libertad, la sencillez, la austeridad, la magnanimidad. No te das cuenta
de cuntas cualidades puedes procurarte ya, respecto a las cuales ningn pretexto tienes
de incapacidad natural ni de insuficiente aptitud? Con todo, persistes todava por propia
voluntad por debajo de tus posibilidades. Acaso te ves obligado a refunfuar, a ser
mezquino, a adular, a echar las culpas a tu cuerpo, a complacerte, a comportarte
atolondradamente, a tener tu alma tan inquieta a causa de tu carencia de aptitudes
naturales? No, por los dioses. Tiempo ha que pudiste estar libre de estos defectos, y tan
slo ser acusado tal vez de excesiva lentitud y torpeza de comprensin. Pero tambin esto
es algo que debe ejercitarse, sin menospreciar la lentitud ni complacerse en ella.
6. Existe cierto tipo de hombre que, cuando ha hecho un favor a alguien, est dispuesto
tambin a cargarle en cuenta el favor; mientras que otra persona no est dispuesta a
proceder as. Pero, con todo, en su interior, le considera como si fuera un deudor y es
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como stos: donde es posible vivir, tambin all se puede vivir bien y es posible vivir en
palacio, luego es posible tambin vivir bien en palacio. Y asimismo que cada ser tiende
hacia el fin por el cual ha sido constituido y en virtud del cual ha sido constituido. Y
donde est el fin, all tambin el inters y el bien de cada uno se encuentra. Naturalmente,
el bien de un ser racional es la comunidad. Que efectivamente hemos nacido para vivir en
comunidad, tiempo ha que ha sido demostrado. No estaba claro que los seres inferiores
existen con vistas a los superiores, y stos para ayudarse mutuamente? Y los seres
animados son superiores a los inanimados, y los racionales superiores a los animados.
17. Perseguir lo imposible es propio de locos; pero es imposible que los necios dejen de
hacer algunas necedades.
18. A nadie sucede nada que no pueda por su naturaleza soportar. A otro le acontece lo
mismo y, ya sea por ignorancia de lo ocurrido, ya sea por alardear de magnanimidad, se
mantiene firme y resiste sin dao. Es terrible, en efecto, que la ignorancia y la excesiva
complacencia sean ms poderosas que la sabidura.
19. Las cosas por s solas no tocan en absoluto el alma ni tienen acceso a ella ni pueden
girarla ni moverla. Tan slo ella se gira y mueve a s misma, y hace que las cosas
sometidas a ella sean semejantes a los juicios que estime dignos de s.
20. En un aspecto el hombre es lo ms estrechamente vinculado a nosotros, en tanto que
debemos hacerles bien y soportarlos. Pero en cuanto que algunos obstaculizan las
acciones que nos son propias, se convierte el hombre en una de las cosas indiferentes
para m, no menos que el sol, el viento o la bestia. Y por culpa de stos podra
obstaculizarse alguna de mis actividades, pero gracias a mi instinto y a mi disposicin no
son obstculos, debido a mi capacidad de seleccin y de adaptacin a las circunstancias.
Porque la inteligencia derriba y desplaza todo lo que obstaculiza su actividad encaminada
al objetivo propuesto, y se convierte en accin lo que retena esta accin, y en camino lo
que obstaculizaba este camino.
21. Respeta lo ms excelente que hay en el mundo; y eso es lo que se sirve de todo y
cuida de todo. E igualmente estima lo ms excelente que en ti reside; y eso es del mismo
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gnero que aquello. Y en ti lo que aprovecha a los dems es eso y eso es lo que gobierna
tu vida.
22. Lo que no es daino a la ciudad, tampoco daa al ciudadano. Siempre que imagines
que has sido vctima de un dao, procrate este principio: si la ciudad no es daada por
eso, tampoco yo he sido daado. Pero si la ciudad es daada, no debes irritarte con el
que daa a la ciudad? Qu justifica tu negligencia?
23. Reflexiona repetidamente sobre la rapidez de trnsito y alejamiento de los seres
existentes y de los acontecimientos. Porque la sustancia es como un ro en incesante fluir,
las actividades estn cambiando de continuo y las causas sufren innumerables
alteraciones. Casi nada persiste y muy cerca est este abismo infinito del pasado y del
futuro, en el que todo se desvanece. Cmo, pues, no va a estar loco el que en estas
circunstancias se enorgullece, se desespera o se queja en base a que sufri alguna
molestia cierto tiempo e incluso largo tiempo?
24. Recuerda la totalidad de la sustancia, de la que participas mnimamente, y la totalidad
del tiempo, del que te ha sido asignado un intervalo breve e insignificante, y del destino,
del cual, qu parte ocupas?
25. Comete otro una falta contra m? l ver. Tiene su peculiar disposicin, su peculiar
modo de actuar. Tengo yo ahora lo que la comn naturaleza quiere que tenga ahora, y
hago lo que mi naturaleza quiere que ahora haga.
26. Sea el gua interior y soberano de tu alma una parte indiferente al movimiento, suave
o spero, de la carne, y no se mezcle, sino que se circunscriba, y limite aquellas pasiones
a los miembros. Y cuando stas progresen y alcancen la inteligencia, por efecto de esa
otra simpata, como en un cuerpo unificado, entonces no hay que enfrentarse a la
sensacin, que es natural, pero tampoco aada el gua interior de por s la opinin de que
se trata de un bien o de un mal.
27. Convivir con los dioses. Y convive con los dioses aquel que constantemente les
demuestra que su alma est satisfecha con la parte que le ha sido asignada, y hace. todo
cuanto quiere el genio divino, que, en calidad de protector y gua, fraccin de s mismo,
asign Zeus a cada uno. Y esta divinidad es la inteligencia y razn de cada uno.
28. Te sientes molesto con el que huele a macho cabro? Te molestas con el hombre al
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que le huele el aliento? Qu puede hacer? As es su boca, as son sus axilas; es necesario
que tal emanacin salga de tales causas. Mas el hombre tiene razn, afirma, y puede
comprender, si reflexiona, la razn de que moleste. Sea enhorabuena! Pues tambin t
tienes razn. Incita con tu disposicin lgica su disposicin lgica, hazle comprender,
sugirele. Pues si te atiende, le curars y no hay necesidad de irritarse. Ni actor trgico ni
prostituta.
29. Tal como proyectas vivir despus de partir de aqu, as te es posible vivir en este
mundo; pero caso de que no te lo permitan, entonces sal de la vida, pero convencido de
que no sufres ningn mal. Hay humo y me voy. Por qu consideras eso un negocio?
Mientras nada semejante me eche fuera, permanezco libre y nadie me impedir hacer lo
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que quiero. Y yo quiero lo que est de acuerdo con la naturaleza de un ser vivo racional
y sociable.
30. La inteligencia del conjunto universal es sociable. As, por ejemplo, ha hecho las cosas
inferiores en relacin con las superiores y ha armonizado las superiores entre s. Ves cmo
ha subordinado, coordinado y distribuido a cada uno segn su mrito, y ha reunido los
seres superiores con el objeto de una concordia mutua.
31. Cmo te has comportado hasta la fecha con los dioses, con tus padres, tus hermanos,
tu mujer, tus hijos, tus maestros, tus preceptores, tus amigos, tus familiares, tus criados?
Acaso en el trato con todos hasta ahora te es aplicable lo de: Ni hacer mal a nadie ni
decirlo? Recuerda tambin por qu lugares has cruzado y qu fatigas has sido capaz de
aguantar; y asimismo que la historia de tu vida est ya colmada y tu servicio cumplido;
y cuntas cosas bellas has visto, cuntos placeres y dolores has desdeado, cuntas
ambiciones de gloria has ignorado; con cuntos insensatos te has comportado con
deferencia.
32. Por qu almas rudas e ignorantes confunden un alma instruida y sabia? Cul es,
pues, un alma instruida y sabia? La que conoce el principio y el fin y la razn que abarca
la sustancia del conjunto y que, a lo largo de toda la eternidad, gobierna el Todo de
acuerdo con ciclos determinados.
33. Dentro de poco, ceniza o esqueleto, y o bien un nombre o ni siquiera un nombre; y el
nombre, un ruido y un eco. E incluso las cosas ms estimadas en la vida son vacas,
podridas, pequeas, perritos que se muerden, nios que aman la ria, que ren y al
momento lloran. Pues la confianza, el pudor, la justicia y la verdad, al Olimpo, lejos de la
tierra de anchos caminos. Qu es, pues, lo que todava te retiene aqu, si las cosas
sensibles son cambiantes e inestables, si los sentidos son ciegos y susceptibles de recibir
fcilmente falsas impresiones, y el mismo hlito vital es una exhalacin de la sangre, y la
buena reputacin entre gente as algo vaco? Qu, entonces? Aguardars benvolo tu
extincin o tu traslado. Mas, en tanto se presenta aquella oportunidad, qu basta? Y
qu otra cosa sino venerar y bendecir a los dioses, hacer bien a los hombres, soportarles
y abstenerse? Y respecto a cuanto se halla dentro de los lmites de tu carne y hlito vital,
recuerda que eso ni es tuyo ni depende de ti.
34. Puedes encauzar bien tu vida, si eres capaz de caminar por la senda buena, si eres
capaz de pensar y actuar con mtodo. Esas dos cosas son comunes al alma de Dios, a la
del hombre y a la de todo ser racional: el no ser obstaculizado por otro, el cifrar el bien en
una disposicin y actuacin justa y el poner fin a tu aspiracin aqu.
35. Si eso ni es maldad personal ni resultado de mi ruindad ni perjudica a la comunidad,
a qu inquietarme por ello?, y cul es el dao a la comunidad?
36. No te dejes arrastrar totalmente por la imaginacin; antes bien, presta ayuda en la
medida de tus posibilidades y segn su mrito; y aunque estn en inferioridad en las
cosas mediocres, no imagines, sin embargo, que eso es daino, pues sera un mal hbito.
Y al igual que el anciano que, al irse, peda la peonza de su pequeo, teniendo presente
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que era una peonza, tambin tu procede as. Luego te encuentras en la tribuna gritando.
Hombre, es que has olvidado de qu se trataba? S, pero otros en esas cosas ponen
gran empeo. Acaso por eso, vas t tambin a enloquecer?
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LIBRO VI
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pequeo terrn del mundo; todo el tiempo presente, un instante de la eternidad; todo es
pequeo, mutable, caduco.
Todo procede de all, arrancando de aquel comn principio gua o derivando de l. En
efecto, las fauces del len, el veneno y todo lo que hace mal, como las espinas, como el
cenagal, son engendros de aquellas cosas venerables y bellas. No te imagines, pues, que
esas cosas son ajenas a aquel a quien t veneras; antes bien, reflexiona sobre la fuente
de todas las cosas.
37. Quien ha visto el presente, todo lo ha visto: a saber, cuntas cosas han surgido desde
la eternidad y cuntas cosas permanecern hasta el infinito. Pues todo tiene un mismo
origen y un mismo aspecto.
38. Medita con frecuencia en la trabazn de todas las cosas existentes en el mundo y en
su mutua relacin. Pues, en cierto modo, todas las cosas se entrelazan unas con las otras
y todas, en este sentido, son amigas entre s; pues una est a continuacin de la otra a
causa del movimiento ordenado, del hlito comn y de la unidad de la sustancia.
39. Amldate a las cosas que te han tocado en suerte; y a los hombres con los que te ha
tocado en suerte vivir, malos, pero de verdad.
40. Un instrumento, una herramienta, un apero cualquiera, si hace el trabajo para el que
ha sido construido, es bueno; aunque est fuera de all el que los construy. Pero
tratndose de las cosas que se mantienen unidas por naturaleza, en su interior reside y
persiste el poder constructor; por esta razn es preciso tenerle un respeto especial y
considerar, caso de que t te comportes y procedas de acuerdo con su propsito, que
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todas las cosas te van segn la inteligencia. As tambin al Todo le van sus cosas
conforme a la inteligencia. .
41. En cualquier cosa de las ajenas a tu libre voluntad, que consideres buena o mala para
ti, es inevitable que, segn la evolucin de tal dao o la prdida de semejante bien,
censures a los dioses y odies a los hombres como responsables de tu cada o privacin,
o como sospechosos de serlo. Tambin nosotros cometemos muchas injusticias a causa
de las diferencias respecto a esas cosas. Pero en el caso de que juzguemos bueno y malo
nicamente lo que depende de nosotros, ningn motivo nos queda para inculpar a los
dioses ni para mantener una actitud hostil frente a los hombres.
42. Todos colaboramos en el cumplimiento de un solo fin, unos consciente y
consecuentemente, otros sin saberlo; como Herclito, creo, dice, que, incluso los que
duermen, son operarios y colaboradores de lo que acontece en el mundo. Uno colabora
de una manera, otro de otra, e incluso, por aadidura, el que critica e intenta oponerse y
destruir lo que hace. Porque tambin el mundo tena necesidad de gente as. En
consecuencia, piensa con quines vas a formar partido en adelante. Pues el que gobierna
el conjunto del universo te dar un trato estupendo en todo y te acoger en cierto puesto
entre sus colaboradores y personas dispuestas a colaborar. Ms no ocupes t un puesto
tal, como el verso vulgar y ridculo de la tragedia que recuerda Crisipo.
43. Acaso el sol estima justo hacer lo que es propio de la lluvia? Acaso Asclepio, lo que
es propio de la diosa, portadora de los frutos? Y qu decir respecto a cada uno de los
astros? No son diferentes y, sin embargo, cooperan en la misma tarea?
44. Si, efectivamente, los dioses deliberaron sobre m y sobre lo que debe acontecerme,
bien deliberaron; porque no es tarea fcil concebir un dios sin decisin. Y por qu razn
iban a desear hacerme dao? Cul sera su ganancia o la de la comunidad, que es su
mxima preocupacin? Y si no deliberaron en particular sobre mi, s al menos lo hicieron
profundamente sobre el bien comn, y dado que estas cosas me acontecen por
consecuencia con ste, debo abrazarlas y amarlas. Pero si es cierto que sobre nada
deliberan (dar crdito a esto es impiedad; no hagamos sacrificios, ni splicas, ni
juramentos, ni los dems ritos que todos y cada uno hacemos en la idea de que van
destinados a dioses presentes y que conviven con nosotros), si es cierto que sobre nada
de lo que nos concierne deliberan, entonces me es posible deliberar sobre m mismo e
indagar sobre mi conveniencia. Y a cada uno le conviene lo que est de acuerdo con su
constitucin y naturaleza, y mi naturaleza es racional y sociable.
Mi ciudad y mi patria, en tanto que Antonino, es Roma, pero en tanto que hombre, el
mundo. En consecuencia, lo que beneficia a estas ciudades es mi nico bien.
45. Cuanto acontece a cada uno, importa al conjunto. Esto debera bastar. Pero adems,
en general, vers, si te has fijado atentamente, que lo que es til a un hombre, lo es
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LIBRO VII
1. Qu es la maldad? Es lo que has visto muchas veces. Y a propsito de todo lo que
acontece, ten presente que eso es lo que has visto muchas veces. En suma, de arriba
abajo, encontrars las mismas cosas, de las que estn llenas las historias, las antiguas, las
medias y las contemporneas, de las cuales estn llenas ahora las ciudades y las casas.
Nada nuevo; todo es habitual y efmero.
2. Las mximas viven. Cmo, de otro modo, podran morir, a no ser que se extinguieran
las imgenes que les corresponden? En tus manos est reavivarlas constantemente.
Puedo, respecto a esto, concebir lo que es preciso. Y si, como es natural, puedo, a qu
turbarme? Lo que est fuera, de mi inteligencia ninguna relacin tiene con la inteligencia.
Aprende esto y ests en lo correcto. Te es posible revivir. Mira nuevamente las cosas
como las has visto, pues en esto consiste el revivir.
3. Vana aficin a la pompa, representaciones en escena, rebaos de ganado menor y
mayor, luchas con lanza, huesecillo arrojado a los perritos, migajas destinadas a los
viveros de peces, fatigas y acarreos de las hormigas, idas y venidas de ratoncillos
asustados, tteres movidos por hilos. Conviene, en efecto, presenciar esos espectculos
benvolamente y sin rebelda, pero seguir y observar con atencin que el mrito de cada
uno es tanto mayor cuanto meritoria es la tarea objeto de sus afanes.
4. Es preciso seguir, palabra por palabra, lo que se dice, y, en todo impulso, su resultado;
y, en el segundo caso, ver directamente a qu objetivo apunta el intento; y en el primero,
velar por su significado.
5. Basta mi inteligencia para eso o no? Si me basta, me sirvo de ella para esta accin como
si fuera un instrumento concedido por la naturaleza del conjunto universal. Pero si no me
basta, cedo la obra a quien sea capaz de cumplirla mejor, a no ser, por otra parte, que eso
sea de mi incumbencia, o bien pongo manos a la obra como pueda, con la colaboracin
de la persona capaz de hacer, con la ayuda de mi gua interior, lo que en este momento es
oportuno y beneficioso a la comunidad. Porque lo que estoy haciendo por m mismo, o
en colaboracin con otro, debe tender, exclusivamente, al beneficio y buena armona con
la comunidad.
6. Cuntos hombres, que fueron muy celebrados, han sido ya entregados al olvido! Y
cuntos hombres que los celebraron tiempo ha que partieron!
7. No sientas vergenza de ser socorrido. Pues est establecido que cumplas la tarea
impuesta como un soldado en el asalto a una muralla. Qu haras, pues, si, vctima de
cojera, no pudieras t slo escalar hasta las almenas y, en cambio, te fuera eso posible
Marco Aurelio Meditaciones
3 Juego de palabras intraducible entre mlos, que significa miembro,
y mros, que significa parte. En griego ambas palabras se diferencian
por una sola letra.
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con ayuda de otro?
8. No te inquiete el futuro; pues irs a su encuentro, de ser preciso, con la misma razn
que ahora utilizas para las cosas presentes.
9. Todas las cosas se hallan entrelazadas entre s y su comn vnculo es sagrado y casi
ninguna es extraa a la otra, porque todas estn coordinadas y contribuyen al orden del
mismo mundo. Que uno es el mundo, compuesto de todas las cosas; uno el dios que se
extiende a travs de todas ellas, nica la sustancia, nica la ley, una sola la razn comn
de todos los seres inteligentes, una tambin la verdad, porque tambin una es la
perfeccin de los seres del mismo gnero y de los seres que participan de la misma razn.
10. Todo lo que es material se desvanece rapidsimamente en la sustancia del conjunto
universal; toda causa se reasume rapidsimamente en la razn del conjunto universal; el
recuerdo de todas las cosas queda en un instante sepultado en la eternidad.
11. Para el ser racional el mismo acto es acorde con la naturaleza y con la razn.
12. Derecho o enderezado.
13. Como existen los miembros del cuerpo en los individuos, tambin los seres racionales
han sido constituidos, por este motivo, para una idntica colaboracin, aunque en seres
diferentes. Y ms se te ocurrir este pensamiento si muchas veces hicieras esta reflexin
contigo mismo. Soy un miembro del sistema constituido por seres racionales. Mas si
dijeras que eres parte, con el cambio de la letra R3, no amas todava de corazn a los
hombres, todava no te alegras ntegramente de hacerles favores; ms an, si lo haces
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simplemente como un deber, significa que todava no comprendes que te haces un bien
a ti mismo.
14. Acontezca exteriormente lo que se quiera a los que estn expuestos a ser afectados
por este accidente. Pues aqullos, si quieren, se quejarn de sus sufrimientos; pero yo,
en tanto no imagine que lo acontecido es un mal, todava no he sufrido dao alguno. Y
de m depende no imaginarlo.
15. Dgase o hgase lo que se quiera, mi deber es ser bueno. Como si el oro, la esmeralda
o la prpura dijeran siempre eso: Hgase o dgase lo que se quiera, mi deber es ser
esmeralda y conservar mi propio color.
16. Mi gua interior no se altera por s mismo; quiero decir, no se asusta ni se aflige. Y si
algn otro es capaz de asustarle o de afligirle, hgalo. Pues l, por s mismo, no se mover
conscientemente a semejantes alteraciones. Preocpese el cuerpo, si puede, de no sufrir
nada. Y si sufre, manifistelo. Tambin el espritu animal, que se asusta, que se aflige. Pero
lo que, en suma, piensa sobre estas afecciones, no hay ningn temor que sufra, pues su
condicin no le impulsar a un juicio semejante. El gua interior, por su misma condicin,
Marco Aurelio Meditaciones
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carece de necesidades, a no ser que se las cree, y por eso mismo no tiene tribulaciones
ni obstculos, a no ser que se perturbe y se ponga obstculos a s mismo.
17. La felicidad es un buen numen o un buen 'espritu familiar'. Qu haces, pues, aqu, oh
imaginacin? Vete, por los dioses, como viniste! No te necesito. Has venido segn tu
antigua costumbre. No me enfado contigo; nicamente, vete.
18. Se teme el cambio? Y qu puede producirse sin cambio? Existe algo ms querido y
familiar a la naturaleza del conjunto universal? Podras t mismo lavarte con agua
caliente, si la lea no se transformara? Podras nutrirte, si no se transformaran los
alimentos? Y otra cosa cualquiera entre las tiles, podra cumplirse sin transformacin?
No te das cuenta, pues, de que tu propia transformacin es algo similar e igualmente
necesaria a la naturaleza del conjunto universal?
19. Por la sustancia del conjunto universal, como a travs de un torrente, discurren todos
los cuerpos, connaturales y colaboradores del conjunto universal, al igual que nuestros
miembros entre s. A cuntos Crisipos, a cuntos Scrates, a cuntos Epictetos absorbi
ya el tiempo! Idntico pensamiento acuda a ti respecto a todo tipo de hombre y a toda
cosa.
20. Una sola cosa me inquieta, el temor a que haga algo que mi constitucin de hombre
no quiere, o de la manera que no quiere, o lo que ahora no quiere.
21. Prximo est tu olvido de todo, prximo tambin el olvido de todo respecto a ti.
22. Propio del hombre es amar incluso a los que tropiezan. Y eso se consigue, en cuanto
se te ocurra pensar que son tus familiares, y que pecan por ignorancia y contra su
voluntad, y que, dentro de poco, ambos estaris muertos y que, ante todo, no te da,
puesto que no hizo a tu gua interior peor de lo que era antes.
23. La naturaleza del conjunto universal, valindose de la sustancia del conjunto
universal, como de una cera, model ahora un potro; despus, lo fundi y se vali de su
materia para formar un arbusto, a continuacin un hombrecito, y ms tarde otra cosa. Y
cada uno de estos seres ha subsistido poqusimo tiempo. Pero no es ningn mal para un
cofrecillo ser desarmado ni tampoco ser ensamblado.
24. El semblante rencoroso es demasiado contrario a la naturaleza. Cuando se afecta
reiteradamente, su belleza muere y finalmente se extingue, de manera que resulta imposible
reavivarla. Intenta, al menos, ser consciente de esto mismo, en la conviccin de que es
contrario a la razn. Porque si desaparece la comprensin del obrar mal, qu motivo para
seguir viviendo nos queda?
25. Todo cuanto ves, en tanto que todava no es, ser transformado por la naturaleza que
gobierna el conjunto universal, y otras cosas har de su sustancia, y a su vez otras de la
sustancia de aqullas, a fin de que el mundo siempre se rejuvenezca.
26. Cada vez que alguien cometa una falta contra ti, medita al punto qu concepto del mal
o del bien tena al cometer dicha falta. Porque, una vez que hayas examinado eso, tendrs
compasin de l y ni te sorprenders, ni te irritars con l. Ya que comprenders t
tambin el mismo concepto del bien que l, u otro similar. En consecuencia, es preciso que
Marco Aurelio Meditaciones
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le perdones. Pero aun si no llegas a compartir su concepto del bien y del mal, sers ms
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61. El arte de vivir se asemeja ms a la lucha que a la danza en lo que se refiere a estar
Marco Aurelio Meditaciones
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firmemente dispuesto a hacer frente a los accidentes incluso imprevistos.
62. Considera sin interrupcin quines son esos de los que deseas que aporten su
testimonio, y qu guas interiores tienen; pues, ni censurars a los que tropiezan
involuntariamente, ni tendrs necesidad de su testimonio, si diriges tu mirada a las fuentes
de sus opiniones y de sus instintos.
63. Toda alma, afirman, se ve privada contra su voluntad de la verdad. Igualmente
tambin de la justicia, de la prudencia, de la benevolencia y de toda virtud semejante. Y
es muy necesario tenerlo presente en todo momento, pues sers ms condescendiente
con todos.
64. En cualquier caso de pesar acuda a ti esta reflexin: no es indecoroso ni tampoco
deteriorar la inteligencia que me gobierna; pues no la destruye, ni en tanto que es
racional, ni en tanto que es social. En los mayores pesares, sin embargo, vlgate de ayuda
la mxima de Epicuro: ni es insoportable el pesar, ni eterno, si recuerdas sus lmites y no
imaginas ms de la cuenta. Recuerda tambin que muchas cosas que son lo mismo que
el pesar nos molestan y no nos damos cuenta, as, por ejemplo, la somnolencia, el calor
exagerado, la inapetencia. Luego, siempre que te disgustes con alguna de esas cosas, di
para contigo: cedes al pesar.
65. Cuida de no experimentar con los hombres inhumanos algo parecido a lo que stos
experimentan respecto a los hombres.
66. De dnde sabemos si Telauges no tena mejor disposicin que Scrates? Pues no
basta con el hecho de que Scrates haya muerto con ms gloria ni que haya dialogado
con los sofistas con bastante ms habilidad ni que haya pasado toda la noche sobre el
hielo ms pacientemente ni que, habiendo recibido la orden de apresar al Salaminio, haya
decidido oponerse con mayor gallarda ni que se haya ufanado por las calles, extremo
sobre el que no se sabe precisamente ni si es cierto. Mas es preciso examinar lo siguiente:
qu clase de alma tena Scrates y si poda conformarse con ser justo en las relaciones
con los hombres y piadoso en sus relaciones con los dioses, sin indignarse con la maldad,
sin tampoco ser esclavo de la ignorancia de nadie, sin aceptar como cosa extraa nada de
lo que le era asignado por el conjunto universal o resistirla como insoportable, sin
tampoco dar ocasin a su inteligencia a consentir en las pasiones de la carne.
67. La naturaleza no te mezcl con el compuesto de tal modo, que no te permitiera fijarte
unos lmites y hacer lo que te incumbe y es tu obligacin. Porque es posible en demasa
convertirse en hombre divino y no ser reconocido por nadie. Ten siempre presente eso
y an ms lo que te voy a decir: en muy poco radica la vida feliz. Y no porque tengas
escasa confianza en llegar a ser un dialctico o un fsico, renuncies en base a eso a ser
libre, modesto, sociable y obediente a Dios.
68. Pasa la vida sin violencias en medio del mayor jbilo, aunque todos clamen contra ti
las maldiciones que quieran, aunque las fieras despedacen los pobres miembros de esta
masa pastosa que te circunda y sustenta. Porque, qu impide que, en medio de todo eso,
tu inteligencia se conserve en calma, tenga un juicio verdadero de lo que acontece en
Marco Aurelio Meditaciones
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torno tuyo y est dispuesta a hacer uso de lo que est a su alcance? De manera que tu
juicio pueda decir a lo que acaezca: T, eres eso en esencia, aunque te muestres distinto
en apariencia. Y tu uso pueda decir a lo que suceda: Te buscaba. Pues para m el
presente es siempre materia de virtud racional, social y, en suma, materia de arte humano
o divino. Porque todo lo que acontece se hace familiar a Dios o al hombre, y ni es nuevo
ni es difcil de manejar, sino conocido y fcil de manejar.
69. La perfeccin moral consiste en esto: en pasar cada da como si fuera el ltimo, sin
convulsiones, sin entorpecimientos, sin hipocresas.
70. Los dioses, que son inmortales, no se irritan por el hecho de que durante tan largo
perodo de tiempo deban soportar de un modo u otro repetidamente a los malvados, que
son de tales caractersticas y tan numerosos. Ms an, se preocupan de ellos de muy
distintas maneras. Y t, que casi ests a punto de terminar, renuncias, y esto siendo t
uno de los malvados?
71. Es ridculo no intentar evitar tu propia maldad, lo cual es posible, y, en cambio, intentar
evitar la de los dems, lo cual es imposible.
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LIBRO VIII
1. Tambin eso te lleva a desdear la vanagloria, el hecho de que ya no puedes haber
vivido tu vida entera, o al menos la que transcurri desde tu juventud, como un filsofo;
por el contrario, has dejado en claro para otras muchas personas, e incluso, para ti mismo
que ests alejado de la filosofa. Ests, pues, confundido, de manera que ya no te va a
resultar fcil conseguir la reputacin de filsofo. A ello se oponen incluso los
presupuestos de tu vida. Si en efecto has visto de verdad dnde radica el fondo de la
cuestin, olvdate de la impresin que causars. Y sea suficiente para ti vivir el resto de
tu vida, dure lo que dure, como tu naturaleza quiere. Por consiguiente, piensa en cul es
su deseo, y nada ms te inquiete. Has comprobado en cuntas cosas anduviste sin
rumbo, y en ninguna parte hallaste la vida feliz, ni en las argumentaciones lgicas, ni en
la riqueza, ni en la gloria, ni en el goce, en ninguna parte. Dnde radica, entonces? En
hacer lo que quiere la naturaleza humana. Cmo conseguirlo? Con la posesin de los
principios de los cuales dependen los instintos y las acciones. Qu principios? Los
concernientes al bien y al mal, en la conviccin de que nada es bueno para el hombre, si
no le hace justo, sensato, valiente, libre; como tampoco nada es malo, si no le produce los
efectos contrarios a lo dicho.
2. En cada accin, pregntate: Cmo es sta respecto a m? No me arrepentir despus
de hacerla? Dentro de poco habr muerto y todo habr desaparecido. Qu ms voy a
buscar, si mi presente accin es propia de un ser inteligente, sociable y sujeto a la misma
ley de Dios?
3. Alejandro, Csar y Pompeyo qu fueron en comparacin con Digenes, Herclito y
Scrates? stos vieron cosas, sus causas, sus materias, y sus principios guas eran
autosuficientes; pero aqullos, cuntas cosas ignoraban, de cuntas cosas eran
esclavos!
4. Que no menos harn las mismas cosas, aunque t revientes.
5. En primer lugar, no te confundas; pues todo acontece de acuerdo con la naturaleza del
conjunto universal, y dentro de poco tiempo no sers nadie en ninguna parte, como
tampoco son nadie Adriano ni Augusto. Luego, con los ojos fijos en tu tarea, indgala
bien y teniendo presente que tu deber es ser hombre de bien, y lo que exige la naturaleza
del hombre, cmplelo sin desviarte y del modo que te parezca ms justo: slo con
benevolencia, modestia y sin hipocresa.
6. La misin de la naturaleza del conjunto universal consiste en transportar lo que est
aqu all, en transformarlo, en levantarlo de aqu y llevarlo all. Todo es mutacin, de modo
Marco Aurelio Meditaciones
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que no se puede temer nada inslito; todo es igual, pero tambin son equivalentes las
asignaciones.
7. Toda naturaleza est satisfecha consigo misma cuando sigue el buen camino. Y sigue
el buen camino la naturaleza racional cuando en sus imaginaciones no da su asentimiento
ni a lo falso ni a lo incierto y, en cambio, encauza sus instintos slo a acciones tiles a la
comunidad, cuando se dedica a desear y detestar aquellas cosas que dependen
exclusivamente de nosotros, y abraza todo lo que le asigna la naturaleza comn. Pues es
una parte de ella, al igual que la naturaleza de la hoja es parte de la naturaleza de la planta,
con la excepcin de que, en este caso, la naturaleza de la hoja es parte de una naturaleza
insensible, desprovista de razn y capaz de ser obstaculizada, mientras que la naturaleza
del hombre es parte de una naturaleza libre de obstculos, inteligente y justa, si es que
naturalmente distribuye a todos con equidad y segn el mrito, su parte de tiempo,
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24. Cual se te presenta el bao: aceite, sudor, suciedad, agua viscosa, todo lo que provoca
repugnancia, tal se presenta toda parte de la vida y todo objeto que se nos ofrece.
25. Lucila sepult a Vero; a continuacin, Lucila; Secunda, a Mximo; seguidamente,
Secunda; Epitincano, a Ditimo; luego, Epitincano; Antonino, a Faustina; luego,
Antonino. Y as, todo. Cler, a Adriano; a continuacin, Cler. Y dnde estn aquellos
hombres agudos y perspicaces, ya conocedores del futuro, ya engredos? (As, por
ejemplo, agudos, Crax, Demetrio el Platnico, Eudemn y sus semejantes). Todo es
efmero, muerto tiempo ha. Algunos no han perdurado en el recuerdo siquiera un instante;
otros han pasado a la leyenda, y otros incluso han desaparecido de las leyendas. Ten
presente, pues, esto: ser preciso que tu composicin se disemine, que tu hlito vital se
Marco Aurelio Meditaciones
5 Corrupto
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extinga o que cambie de lugar y se establezca en otra parte.
26. La dicha del hombre consiste en hacer lo que es propio del hombre. Y es propio del
hombre el trato benevolente con sus semejantes, el menosprecio de los movimientos de
los sentidos, el discernir las ideas que inspiran crdito, la contemplacin de la naturaleza
del conjunto universal y de las cosas que se producen de acuerdo con ella.
27. Tres son las relaciones: una con [la causa] que nos rodea, otra con la causa divina, de
donde todo nos acontece a todos, y la tercera con los que viven con nosotros.
28. El pesar, o es un mal para el cuerpo, y en consecuencia que lo manifieste, o para el
alma. Pero a ella le es posible conservar su propia serenidad y calma, y no opinar que el
pesar sea un mal. Porque todo juicio, instinto, deseo y aversin est dentro, y nada se
remonta hasta aqu.
29. Borra las imaginaciones dicindote a ti mismo de continuo: Ahora de m depende que
no se ubique en esta alma ninguna perversidad, ni deseo, ni, en suma, ninguna turbacin;
sin embargo, contemplando todas las cosas tal como son, me sirvo de cada una de ellas
de acuerdo con su mrito. Ten presente esta posibilidad acorde con tu naturaleza.
30. Habla, sea en el Senado, sea ante cualquiera, con elegancia y certeramente. Utiliza una
terminologa sana.
31. La corte de Augusto, su mujer, su hija, sus descendientes, sus ascendientes, su
hermana, Agripa, sus parientes, sus familiares, Ario, Mecenas, sus mdicos, sus
encargados de los sacrificios; muerte de toda la corte. A continuacin psate a las
dems...5, no a la muerte de un solo hombre, por ejemplo, la de los Pompeyos. Toma en
consideracin aquello que suele grabarse en las tumbas: el ltimo de su linaje. Cuntas
convulsiones sufrieron sus antecesores, con el fin de dejar un sucesor, luego fue
inevitable que existiera un ltimo; de nuevo aqu la muerte de todo un linaje.
32. Es preciso compaginar la vida de acuerdo con cada una de las acciones y, si cada una
consigue su fin, dentro de sus posibilidades, contentarse. Y que baste a su fin, nadie
puede impedrtelo. Pero alguna accin externa se opondr. Nada, al menos en lo
referente a obrar con justicia, con moderacin y reflexivamente. Pero tal vez alguna otra
actividad se ver obstaculizada. Sin embargo, gracias a la acogida favorable del mismo
obstculo y al cambio inteligente en lo que se te ofrece, al punto se sustituye otra accin
que armoniza con la composicin de la cual hablaba.
33. Recibir sin orgullo, desprenderse sin apego.
34. Alguna vez viste una mano amputada, un pie o una cabeza seccionada yacente en
alguna parte lejos del resto del cuerpo. Algo parecido hace consigo, en la medida que de
l depende, el que no se conforma con lo que acaece y se separa, o el que hace algo
contrario al bien comn. T de alguna manera te has excluido de la unin con la
naturaleza, pues de ella formabas parte por naturaleza. Pero ahora t mismo te cercenaste.
Marco Aurelio Meditaciones
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Sin embargo, tan admirable es aqulla, que te es posible unirte de nuevo a ella. A ningn
otro miembro permiti Dios separarse y desgajarse, para reunirse de nuevo. Pero examina
la bondad con la que Dios ha honrado al hombre. Pues en sus manos dej la posibilidad
de no separarse absolutamente del conjunto universal y, una vez separado, la de reunirse,
combinarse en un todo y recobrar la posicin de miembro.
35. Al igual que la naturaleza de los seres racionales ha distribuido a cada uno a su manera
las dems facultades, as tambin nosotros hemos recibido de ella esta facultad. Pues de
la misma manera que aqulla convierte todo lo que se le opone y resiste, lo sita en el
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orden de su destino y lo hace parte de s misma, as tambin el ser racional puede hacer
todo obstculo material de s mismo y servirse de l, fuera el que fuera el objeto al que
hubiese tendido.
36. No te confunda la imaginacin de la vida entera. No abarques en tu pensamiento qu
tipo de fatigas y cuntas es verosmil que te sobrevengan; por el contrario, en cada una
de las fatigas presentes, pregntate: Qu es lo intolerable y lo insoportable de esta
accin? Sentirs vergenza de confesarlo. Luego recuerda que ni el futuro ni el pasado
te son gravosos, sino siempre el presente. Y ste se minimiza, en el caso de que lo
delimites exclusivamente a s mismo y refutes a tu inteligencia, si no es capaz de hacer
frente a esta nimiedad.
37. Estn ahora sentados junto al tmulo de Vero, Pantea o Prgamo? Y qu?, junto a
la tumba de Adriano, Cabrias o Ditimo? Ridculo. Y qu? Si estuvieran sentados, es
que iban a enterarse los muertos? Y qu? Si se dieran cuenta, iban a complacerse? Y
qu? Si se complacieran, iban ellos a ser inmortales? No estaba as decretado que
primero llegaran a ser viejos y viejas, para a continuacin morir? Entonces, qu deban
hacer posteriormente aqullos, muertos ya stos? Todo esto es hedor y sangre mezclada
con polvo en un pellejo.
38. Si eres capaz de mirar con perspicacia, mira y juzga, afirma... , con la mxima
habilidad.
39. En la constitucin de un ser racional no veo virtud rebelde a la justicia, pero s veo la
templanza contra el placer.
40. Si eliminas tu opinin acerca de lo que crees que te aflige, t mismo te afirmas en la
mayor seguridad. Quin es t mismo?. La razn. Pero yo no soy razn. Sea. Por
consiguiente, no se aflija la razn. Y si alguna otra parte de ti se siente mal, opine ella en
lo que le atae.
41. Un obstculo a la sensacin es un mal para la naturaleza animal; un obstculo al
instinto es igualmente un mal para la naturaleza animal. Existe adems igualmente otro
obstculo y mal propio de la constitucin vegetal. As, pues, un obstculo a la
inteligencia es un mal para la naturaleza inteligente. Todas estas consideraciones
aplcatelas a ti mismo. Te embarga un pesar, un placer? La sensacin lo ver. Tuviste
alguna dificultad cuando emprendiste instintivamente algo? Si lo emprendes sin una
reserva mental, ya es un mal para ti, en tanto que ser racional. Pero si recobras la
Marco Aurelio Meditaciones
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inteligencia, todava no has sido daado ni obstaculizado. Lo que es propio de la
inteligencia slo ella acostumbra a obstaculizarlo. Porque ni el fuego, ni el hierro, ni el
tirano, ni la infamia, ni ninguna otra cosa la alcanzan. Cuando logra convertirse en esfera
redondeada, permanece.
42. No merezco causarme afliccin, porque nunca a otro voluntariamente aflig.
43. Uno se alegra de una manera, otro de otra. En cuanto a m, si tengo sano mi gua
interior, me alegro de no rechazar a ningn hombre ni nada de lo que a los hombres
acontece; antes bien, de mirar todas las cosas con ojos benvolos y aceptando y usando
cada cosa de acuerdo con su mrito.
44. Procura acoger con agrado para ti mismo el tiempo presente. Los que ms persiguen
la fama pstuma no calculan que ellos van a ser iguales que estos a los que importunan.
Tambin ellos sern mortales. Y qu significa para ti, en suma, que aqullos repitan tu
nombre con tales voces o que tengan de ti tal opinin?
45. Levntame y arrjame donde quieras! Pues all tendr mi divinidad propicia, esto es,
satisfecha, si se comporta y acta consecuentemente con su propia constitucin. Acaso
merece la pena que mi alma est mal por ello y sea de peor condicin, envilecida,
apasionada, agitada? Y qu encontrars merecedor de eso?
46. A ningn hombre puede acontecer algo que no sea accidente humano, ni a un buey
algo que no sea propio del buey, ni a una via algo que no sea propio de la via, ni a una
piedra lo que no sea propio de la piedra. Luego si a cada uno le acontece lo que es
habitual y natural, por qu vas a molestarte? Porque nada insoportable te aport la
naturaleza comn.
47. Si te afliges por alguna causa externa, no es ella lo que te importuna, sino el juicio que
t haces de ella. Y borrar este juicio, de ti depende. Pero si te aflige algo que radica en tu
disposicin, quin te impide rectificar tu criterio? Y d igual modo, si te afliges por no
ejecutar esta accin que te parece sana, Por qu no la pones en prctica en vez de
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LIBRO IX
1. El que comete injusticias es impo. Pues dado que la naturaleza del conjunto universal
ha constituido los seres racionales para ayudarse los unos a los otros, de suerte que se
favoreciesen unos a los otros, segn su mrito, sin que en ningn caso se perjudicasen,
el que transgrede esta voluntad comete, evidentemente, una impiedad contra la ms
excelsa de las divinidades. Tambin el que miente es impo con la misma divinidad. Pues
la naturaleza del conjunto universal es naturaleza de las cosas que son, y stas estn
vinculadas con todas las cosas existentes. Ms todava, esta divinidad recibe el nombre
de Verdad y es la causa primera de todas las verdades. En consecuencia, el hombre que
miente voluntariamente es impo, en cuanto que al engaar comete injusticia. Tambin es
impo el que miente involuntariamente, en cuanto est en discordancia con la naturaleza
del conjunto universal y en cuanto es indisciplinado al enfrentarse con la naturaleza del
mundo. Porque combate a sta el que se comporta de modo contrario a la verdad, a pesar
suyo. Pues haba obtenido de la naturaleza recursos, que desatendi, y ahora no es capaz
de discernir lo falso de lo verdadero. Y ciertamente es impo tambin el que persigue los
placeres como si de bienes se tratara, y, en cambio, evita las fatigas como si fueran males.
Porque es inevitable que el hombre tal recrimine reiteradamente a la naturaleza comn en
la conviccin de que sta hace una distribucin no acorde con los mritos, dado que
muchas veces los malos viven entre placeres y poseen aquellos medios que se los
proporcionan, mientras que los buenos caen en el pesar y en aquello que lo origina. Ms
an, el que teme los pesares temer algn da algo de lo que acontecer en el mundo, y
eso es ya impiedad. Y el que persigue los placeres no se abstendr de cometer injusticias;
y eso s que es claramente impiedad. Conviene tambin, en relacin con las cosas en que
la naturaleza comn es indiferente (pues no habra creado ambas cosas, si no hubiese sido
indiferente respecto a las dos) que respecto a stas los que quieren seguir la naturaleza
se comporten indiferentemente viviendo de acuerdo con ella. Por consiguiente, est claro
que comete una impiedad todo el que no permanece indiferente respecto al pesar y al
placer, a la fama y a la infamia, cosas que usa indistintamente la naturaleza del conjunto
universal. Y afirmo que la naturaleza comn usa indistintamente estas cosas en vez de
acontecer stas por mero azar, segn la sucesin de lo que acontece; y sobrevienen
debido a un primer impulso de la Providencia, segn la cual, desde un principio,
emprendi esta organizacin actual del mundo mediante la combinacin de ciertas razones
de las cosas futuras y sealando las potencias generatrices de las sustancias, las
transformaciones y sucesiones de esta ndole.
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2. Propio de un hombre bastante agraciado sera salir de entre los hombres sin haber
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gustado la falacia, y todo tipo de hipocresa, molicie y orgullo. Pero expirar, una vez
saciado de estos vicios, sera una segunda tentativa para navegar. Continas prefiriendo
estar asentado en el vicio y todava no te incita la experiencia a huir de tal peste? Pues la
destruccin de la inteligencia es una peste mucho mayor que una infeccin y alteracin
semejante de este aire que est esparcido en torno nuestro. Porque esta peste es propia
de los seres vivos, en cuanto son animales; pero aqulla es propia de los hombres, en
cuanto son hombres.
3. No desdees la muerte; antes bien, acgela gustosamente, en la conviccin de que sta
tambin es una de las cosas que la naturaleza quiere. Porque cual es la juventud, la vejez,
el crecimiento, la plenitud de la vida, el salir los dientes, la barba, las canas, la
fecundacin, la preez, el alumbramiento y las dems actividades naturales que llevan las
estaciones de la vida, tal es tambin tu propia disolucin. Por consiguiente, es propio de
un hombre dotado de razn comportarse ante la muerte no con hostilidad, ni con
vehemencia, ni con orgullo, sino aguardarla como una ms de las actividades naturales.
Y, al igual que t aguardas el momento en que salga del vientre de tu mujer el recin
nacido, as tambin aguarda la hora en que tu alma se desprender de esa envoltura. Y si
tambin quieres una regla vulgar, que cale en tu corazn, sobre todo te pondr en buena
disposicin ante la muerte la consideracin relativa a aquellos objetos de los cuales vas
a separarte y con cuyas costumbres tu alma ya no estar mezclada. Porque en absoluto
es preciso chocar con ellos, sino preocuparse de ellos y soportarlos con dulzura;
recuerda, sin embargo, que te vers libre de unos hombres que no tienen los mismos
principios que t. Porque tan slo esto, si es que se da, podra arrastrarte y retenerte en
la vida, a saber, que se te permitiera convivir con los que conservan los mismos principios
que t. Pero ahora ests viendo cunto malestar se da en la discordia de la vida en comn,
hasta el punto de que puedes decir: Ojal llegaras cuanto antes, oh muerte, no vaya a
ser que tambin yo me olvide de m mismo!
4. El que peca, peca contra s mismo; el que comete una injusticia, contra s la comete, y
a s mismo se daa.
5. Muchas veces comete injusticia el que nada hace, no slo el que hace algo.
6. Es suficiente la opinin presente que capta lo real, la accin presente til a la
comunidad y la presente disposicin capaz de complacer a todo lo que acontece
procedente de una causa exterior.
7. Borrar la imaginacin, contener el instinto, apagar el deseo, conservar en ti el gua
interior.
8. Una sola alma ha sido distribuida entre los animales irracionales, un alma inteligente ha
sido dividida entre los seres racionales, igualmente una es la tierra de todos los seres
terrestres y con una sola luz vemos y uno es el aire que respiramos todos cuantos
estamos dotados de vista y de vida.
9. Cuantos seres participan de algo en comn, tienden afanosamente a lo que es de su
Marco Aurelio Meditaciones
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mismo gnero. Todo lo terrestre se inclina hacia la tierra, todo lo que es acuoso confluye,
de igual modo lo areo, hasta el punto de que se necesitan obstculos y violencia. El
fuego tiende hacia lo alto debido al fuego elemental, y est hasta tal extremo dispuesto
a prender con todo fuego de aqu, que toda materia, aunque est bien poco seca, es
fcilmente inflamable por el hecho de estar menos mezclada con lo que impide su ignicin.
Y consecuentemente, todo lo que participa de la naturaleza intelectiva tiende con afn
hacia su semejante de igual manera o incluso ms. Porque, cuanto ms aventajado es un
ser respecto a los dems, tanto ms dispuesto se halla a mezclarse y confundirse con su
semejante. Por ejemplo, al punto se descubren entre los seres irracionales enjambres,
rebaos, cras recin nacidas, y algo parecido a relaciones amorosas; porque tambin aqu
hay almas, y la trabazn se encuentra ms extendida en los seres superiores, cosa que no
ocurre, ni en las plantas, ni en las piedras, o en los troncos. Y entre los seres racionales
se encuentran constituciones, amistades, familias, reuniones y, en las guerras, alianzas
y treguas. Y en los seres todava superiores, incluso en cierto modo separados, subsiste
una unidad, como entre los astros. De igual modo, la progresin hacia lo superior puede
producir simpata, incluso entre seres distanciados.
Observa, pues, lo que ocurre ahora: nicamente los seres dotados de inteligencia han
olvidado ahora el afn y la inclinacin mutua, y tan slo aqu no se contempla esa
confluencia. Pero a pesar de sus intentos de huida, son reagrupados, porque prevalece
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naturaleza, sino que buscas una recompensa? Como si el ojo reclamase alguna
recompensa porque ve, o los pies porque caminan. Porque, al igual que estos miembros
han sido hechos para una funcin concreta, y al ejecutar sta de acuerdo con su particular
constitucin, cumplen su misin peculiar, as tambin el hombre, bienhechor por
naturaleza, siempre que haga una accin benfica o simplemente coopere en cosas
indiferentes, tambin obtiene su propio fin.
Marco Aurelio Meditaciones
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LIBRO X
1. Sers algn da, alma ma, buena, sencilla, nica, desnuda, ms patente que el cuerpo
que te circunda? Probars algn da la disposicin que te incita a amar y querer? Sers
algn da colmada, te hallars sin necesidades, sin echar nada de menos, sin ambicionar
nada, ni animado ni inanimado, para disfrute de tus placeres, sin desear siquiera un plazo
de tiempo en el transcurso del cual prolongues tu diversin, ni tampoco un lugar, una
regin, un aire ms apacible, ni una buena armona entre los hombres? Te conformars
con tu presente disposicin, estars satisfecha con todas tus circunstancias presentes,
te convencers a ti misma de que todo te va bien y te sobreviene enviado por los dioses,
y asimismo, de que te ser favorable todo cuanto a ellos les es grato y cuanto tienen
intencin de conceder para salvaguardar al ser perfecto, bueno, justo y bello, que todo
lo genera, que contiene, circunda y abarca todo lo que, una vez disuelto, generar otras
cosas semejantes? Sers t algn da tal, que puedas convivir como ciudadano, con los
dioses y con los hombres, hasta el extremo de no hacerles ninguna censura ni ser
condenado por ellos?
2. Observa atentamente qu reclama tu naturaleza, en la conviccin de que slo ella te
gobierna; a continuacin, ponlo en prctica y acptalo, si es que no va en detrimento de
tu naturaleza, en tanto que ser vivo. Seguidamente, debes observar qu reclama tu
naturaleza, en tanto que ser vivo, y de todo eso debes apropiarte, a no ser que vaya en
detrimento de tu naturaleza, en tanto que ser racional. Y lo racional es como consecuencia
inmediata sociable. Srvete, pues, de esas reglas y no te preocupes de ms.
3. Todo lo que acontece, o bien acontece de tal modo que ests capacitado por naturaleza
para soportarlo, o bien te halla sin dotes naturales para soportarlo. Si, pues, te acontece
algo que por naturaleza puedes soportar, no te molestes; al contrario, ya que tienes dotes
naturales, soprtalo. Pero si te acontece algo que no puedes por naturaleza soportar,
tampoco te molestes, pues antes te consumir. Sin embargo, ten presente que tienes dotes
naturales para soportar todo aquello acerca de lo cual depende de tu opinin hacerlo
soportable y tolerable, en la idea de que es interesante para ti y te conviene obrar as.
4. Si tiene un desliz, instryele benvolamente e indcale su negligencia. Mas si eres
incapaz, recrimnate a ti mismo, o ni siquiera a ti mismo.
S. Cualquier cosa que te acontezca, desde la eternidad estaba preestablecida para ti, y la
concatenacin de causas ha entrelazado desde siempre tu subsistencia con este
acontecimiento.
6. Existan tomos o naturaleza, admtase de entrada que soy parte del conjunto universal
Marco Aurelio Meditaciones
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que gobierna la naturaleza; luego, que tengo cierto parentesco con las partes que son de
mi mismo gnero. Porque, teniendo esto presente, en tanto que soy parte, no me
contrariar con nada de lo que me es asignado por el conjunto universal. Porque ste
nada tiene que no convenga a s mismo, dado que todas las naturalezas tienen esto en
comn y, sin embargo, la naturaleza del mundo se ha arrogado el privilegio de no ser
obligada por ninguna causa externa a generar nada que a s misma perjudique.
Precisamente, teniendo esto presente, a saber, que soy parte de un conjunto universal de
tales caractersticas, acoger gustoso todo suceso. Y en la medida en que tengo cierto
parentesco con las partes de mi misma condicin, nada contrario a la comunidad ejecutar,
sino que ms bien mi objetivo tender hacia mis semejantes, y hacia lo que es provechoso
a la comunidad encaminar todos mis esfuerzos, abstenindome de lo contrario. Y si as
se cumplen estas premisas, forzosamente mi vida tendr un curso feliz, del mismo modo
que tambin t concebiras prspera la vida de un ciudadano que transcurriese entre
actividades tiles a los ciudadanos y que aceptase gustosamente el cometido que la
ciudad le asignase.
7. Es absolutamente necesario que se destruyan las partes del conjunto universal,
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otras, y sin cesar aplcate y ejerctate en este punto particular, porque nada es tan apto
para infundir magnanimidad. Se ha despojado de su cuerpo y despus de concluir que
cuanto antes deber abandonar todas estas cosas y alejarse de los hombres, se entrega
enteramente a la justicia en las actividades que dependen de l, y a la naturaleza del
conjunto universal en los dems sucesos. Qu se dir de l, o qu se imaginar, o qu se
har contra l, no se le ocurre pensarlo, conformndose con estas dos cosas: hacer con
Marco Aurelio Meditaciones
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rectitud lo que actualmente le ocupa y amar la parte que ahora se le asigna, renunciando
a toda actividad y afn. Y no quiere otra cosa que no sea cumplir con rectitud segn la ley
y seguir a Dios que marcha por el recto camino.
12. Qu necesidad de recelos, cuando te es posible examinar qu debes hacer, y, caso de
que lo veas en su conjunto, camina por esta senda benvolamente y sin volver la mirada
atrs? Mas, en caso contrario, detente y recurre a los mejores consejeros; y en el caso de
que otras diversas trabas obstaculicen la misin a la que te encaminas, sigue adelante
segn los recursos a tu alcance, teniendo muy presente en tus clculos lo que te parece
justo. Porque lo mejor es alcanzar este objetivo, dado que apartarse de 1 es ciertamente
fracaso. Tranquilo a la vez que resuelto, alegre a la par que consistente, es el hombre que
en todo sigue la razn.
13. Tan pronto como despiertes de tu sueo, pregntate: Te importar que otro te
reproche acciones justas y buenas?. No te importar. Tienes olvidado cmo esos que
alardean con alabanzas y censuras a otros se comportan en la cama y en la mesa, qu
cosas hacen, qu evitan, qu persiguen, qu roban, qu arrebatan, no con sus manos y
pies, sino con la parte ms valiosa de su ser, de la que nacen, siempre que se quiera,
confianza, pudor, verdad, ley y una buena divinidad?
14. A la naturaleza que todo lo da y lo recobra, dice el hombre educado y respetuoso:
Dame lo que quieras, recobra lo que quieras. Y esto lo dice, no envalentonado, sino
nicamente por sumisin y benevolencia con ella.
15. Poco es lo que te queda. Vive como en un monte, pues nada importa el all o aqu, caso
de que por todas partes viva uno en el mundo como en su ciudad. Vean, estudien los
hombres a un hombre que vive de verdad en consonancia con la naturaleza. Si no te
soportan, que te maten. Porque mejor es morir que vivir as.
16. No sigas discutiendo ya acerca de qu tipo de cualidades debe reunir el hombre
bueno, sino trata de serlo.
17. Imagnate sin cesar la eternidad en su conjunto y la sustancia, y que todas las cosas
en particular son, respecto a la sustancia, como un grano de higo, y, respecto al tiempo,
como un giro de trpano.
18. Detente en cada una de las cosas que existen, y concbela ya en estado de disolucin
y transformacin, y cmo evoluciona a la putrefaccin o dispersin, o bien piensa que
cada cosa ha nacido para morir.
19. Cmo son cuando comen, duermen, copulan, evacuan, y en lo dems! Luego, cmo
son cuando se muestran altivos y orgullosos, o cuando se enfadan y, basndose en su
superioridad, humillan. Poco ha eran esclavos de cuntos y por qu cosas. Y dentro de
poco se encontrarn en circunstancias parecidas.
20. Conviene a cada uno lo que le aporta la naturaleza del conjunto universal, y conviene
precisamente en el momento en que aqulla lo aporta.
21. La tierra desea la lluvia; la desea tambin el venerable aire. Tambin el mundo desea
hacer lo que debe acontecer. Digo, pues, al mundo : Mis deseos son los tuyos. No lo
Marco Aurelio Meditaciones
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dice aquella frase proverbial: eso desea llegar a ser?
22. O bien vives aqu, a lo que ya ests acostumbrado, o te alejas, que es lo que queras,
o mueres, y has cumplido tu misin. Fuera de eso, nada ms existe. Por consiguiente, ten
buen nimo.
23. Sea claro para ti que eso es como la preciada campia; y cmo todo lo de aqu es igual
a lo que est en el campo o en el monte o en la costa o donde quieras. Pues te tropezars
con las palabras de Platn: Rodeado de un cerco en el monte, dice, y ordeando un
rebao balador.
24. Qu significa para m mi gua interior?, y qu hago de l ahora, y para qu lo utilizo
actualmente? Por ventura est vaco de inteligencia, desvinculado, y arrancado de la
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comunidad, fundido y mezclado con la carne, hasta el punto de poder modificarse con
sta?
25. El que rehuye a su seor es un desertor. La ley es nuestro seor, y el que la transgrede
es un desertor. Y a la vez, tambin quien se aflige, irrita o teme, no quiere que haya
sucedido, suceda o vaya a sucederle una cosa de las que han sido ordenadas por el que
gobierna todas las cosas, que es la ley que distribuye todo cuanto atae a cada uno. Por
tanto, el que teme, se aflige o irrita es un desertor.
26. Deposit el semen en la matriz y se retir; a partir de este momento otra causa
intervino elaborando y perfeccionando el feto. Es tal cual corresponde a su procedencia.
A su vez, se hace discurrir el alimento a travs de la garganta y, a continuacin, otra causa
interviene y produce la sensacin, el instinto y, en suma, la vida, el vigor fsico y todas
las dems facultades. As, pues, contempla estos sucesos que se producen en tal secreto
y observa su poder, de la misma manera que nosotros vemos el poder que inclina los
cuerpos hacia abajo y los hace subir, no con los ojos, pero no por eso con menor claridad.
27. Reflexiona sin cesar en cmo todas las cosas, tal como ahora se producen, tambin
antes se produjeron. Piensa tambin que seguirn producindose en el futuro. Y ponte
ante los ojos todos los dramas y escenas semejantes que has conocido por propia
experiencia o por narraciones histricas ms antiguas, como, por ejemplo, toda la corte de
Adriano, toda la corte de Antonino, toda la corte de Filipo, de Alejandro, de Creso. Todos
aquellos espectculos tenan las mismas caractersticas, slo que con otros actores.
28. Imagnate que todo aquel que se aflige por cualquier cosa, o que de mal talante la
acoge, se asemeja a un cochinillo al sacrificarle, que cocea y grue. Igual procede tambin
el hombre que se lamenta, a solas y en silencio, de nuestras ataduras sobre un pequeo
lecho. Piensa tambin que tan slo al ser racional se le ha concedido la facultad de
acomodarse de buen grado a los acontecimientos, y acomodarse, a secas, es necesario
a todos.
29. Detente particularmente en cada una de las acciones que haces y pregntate si la
muerte es terrible porque te priva de eso.
30. Siempre que tropieces con un fallo de otro, al punto cambia de lugar y piensa qu falta
semejante t cometes; por ejemplo, al considerar que el dinero es un bien, o el placer, o
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la fama, o bien otras cosas de este estilo. Porque si te aplicas a esto, rpidamente
olvidars el enojo, al caer en la cuenta de que se ve forzado. Pues, qu va a hacer? O
bien, si puedes, librale de la violencia.
31. Al ver a Satirn, Eutiques o Himen, imagnate a un socrtico; y al ver a Eufrates,
imagnate a Eutiquin o Silvano; al ver a Alcifrn, imagnate a Tropeforo; y al ver a
Jenofonte, imagnate a Critn o Severo; vuelve tambin los ojos sobre ti mismo e
imagnate a uno de los Csares; y sobre cada uno de ellos imagina paralelamente. A
continuacin, sobrevenga a tu pensamiento la siguiente consideracin: Dnde, pues,
estn aqullos? En ninguna parte o en cualquier lugar. Pues de esta manera contemplars
constantemente que las cosas humanas son humo y nada, sobre todo si recuerdas que
lo que se transforma una sola vez ya no volver en el tiempo infinito. A qu, pues, te
esfuerzas? Por qu no te basta traspasar este breve perodo de tiempo decorosamente?
Qu materia y qu tema rehuyes! Porque, qu otra cosa es todo sino ejercicios de la
razn que ha visto exactamente y segn la ciencia de la naturaleza las vicisitudes de la
vida? Persiste, pues, hasta que te hayas familiarizado tambin con estas consideraciones,
al igual que el estmago fuerte asimila todos los alimentos, como el fuego brillante reduce
a llama y resplandor cualquier cosa que le eches.
32. A nadie le sea posible decir de ti con verdad que no eres hombre sencillo y bueno. Por
el contrario, mienta todo el que imagine algo semejante de ti. Y todo esto de ti depende.
Pues, quin te impide ser sencillo y bueno? T toma slo la decisin de no seguir
viviendo, si no logras ser un hombre as, pues la razn no te coacciona a vivir, si no
renes estas cualidades.
33. Qu es lo que puede hacerse o decirse sobre esta materia de la manera ms sana?
Porque, sea lo que fuere, es posible hacerlo o decirlo, y no pretextes que te ponen
impedimentos. No cesars de gemir hasta que hayas experimentado que, al igual que la
molicie corresponde a los que se entregan a los placeres, a ti te incumbe hacer lo que es
propio de la condicin humana sobre la materia sugerida y que se te presente. Porque es
preciso considerar como disfrute todo lo que te es posible ejecutar de acuerdo con tu
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37. En toda accin hecha por cualquiera, acostmbrate, en la medida de tus posibilidades,
a preguntarte: Con qu fin promueve se esta accin?. Empieza por ti mismo y a ti
mismo en primer trmino examnate.
38. Ten presente que lo que te mueve como un ttere es cierta fuerza oculta en tu interior;
esta fuerza es la elocuencia, es la vida, es, si hay que decirlo, el hombre. Nunca la imagines
confundida con el recipiente que la contiene ni con los miembros modelados en tomo
suyo. Porque son semejantes a los pequeos aparejos, y nicamente diferentes, en tanto
que son connaturales. Porque ninguna utilidad se deriva de estas partes sin la causa que
los mueve y da vigor superior a la que tiene la lanzadera para la tejedora, la pluma para el
escriba y el latiguillo para el conductor.
Marco Aurelio Meditaciones
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LIBRO XI
1 . Las propiedades del alma racional: se ve a s misma, se analiza a s misma, se desarrolla
como quiere, recoge ella misma el fruto que produce (porque los frutos de las plantas y
los productos de los animales otros los recogen), alcanza su propio fin, en cualquier
momento que se presente el trmino de su vida. No queda incompleta la accin entera,
caso de que se corte algn elemento, como en la danza, en la representaci6n teatral y en
cosas semejantes, sino que en todas partes y dondequiera que se la sorprenda, colma y
cumple sin deficiencias su propsito, de modo que puede afirmar: Recojo lo mo. Ms
an, recorre el mundo entero, el vaco que lo circunda y su forma; se extiende en la
infinidad del tiempo, acoge en torno suyo el renacimiento peridico del conjunto
universal, calcula y se da cuenta de que nada nuevo vern nuestros descendientes, al
igual que tampoco vieron nuestros antepasados nada ms extraordinario, sino que, en
cierto modo, el cuarentn, por poca inteligencia que tenga, ha visto todo el pasado y el
futuro segn la uniformidad de las cosas. Propio tambin del alma racional es amar al
prjimo, como tambin la verdad y el pudor, y no sobrestimar nada por encima de s
misma, caracterstica tambin propia de la ley. Por tanto, como es natural, en nada difieren
la recta razn y la razn de la justicia.
2. Despreciars un canto delicioso, una danza, el pancracio, si divides la tonada melodiosa
en cada uno de sus sones y respecto a cada uno te preguntas si ste te cautiva; porque
antes te sentirs irritado. Respecto a la danza, procede de modo anlogo en cada
movimiento o figura. Y de igual modo respecto al pancracio. En suma, exceptuando la
virtud y lo que de ella deriva, acurdate de correr en busca de las cosas detalladamente
y, con su anlisis, tiende a su desprecio; transfiere tambin esto mismo a tu vida entera.
3. Cmo es el alma que se halla dispuesta, tanto si es preciso ya separarse del cuerpo, o
extinguirse, o dispersarse, o permanecer unida! Mas esta disposicin, que proceda de una
decisin personal, no de una simple oposicin, como los Cristianos, sino fruto de una
reflexin, de un modo serio y, para que pueda convencer a otro, exenta de teatralidad.
4. He realizado algo til a la comunidad? En consecuencia, me he beneficiado. Salga
siempre a tu encuentro y ten a mano esta mxima, y nunca la abandones.
S. Cul es tu oficio? Ser bueno. Y cmo se consigue serlo, sino mediante las reflexiones,
unas sobre la naturaleza del conjunto universal, y otras, sobre la constitucin peculiar del
hombre?
6. En primer lugar, fueron escenificadas las tragedias como recuerdo de los
acontecimientos humanos, y de que es natural que stos sucedan as, y tambin para que
Marco Aurelio Meditaciones
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no os apesadumbris en la escena mayor con los dramas que os han divertido en la
escena. Porque se ve la necesidad de que esto acabe as, y que lo soportan quienes
gritan: Oh Citern!.
Y dicen los autores de dramas algunas mximas tiles. Por ejemplo, sobre todo, aquella
de: Si mis hijos y yo hemos sido abandonados por los dioses, tambin eso tiene su
justificacin.. Y esta otra: No irritarse con los hechos. Y: Cosechad la vida como una
espiga granada, y otras tantas mximas semejantes.
Y despus de la tragedia, se represent la comedia antigua, que contiene una libertad de
expresin aleccionadora y nos sugiere, por su propia franqueza, no sin utilidad, evitar la
arrogancia. Con vistas a algo parecido, en cierto modo, tambin Digenes tomaba esta
franqueza. Y despus de sta, considera por qu fue acogida la Comedia Media, y ms
tarde, la Nueva, que, en poco tiempo, acab siendo artificiosa imitacin. Que han dicho
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evita eso. El hombre bueno, sencillo y benvolo tiene estas cualidades en los ojos y no
se le ocultan.
16. Vivir de la manera ms hermosa. Esa facultad radica en el alma, caso de que sea
indiferente a las cosas indiferentes. Y permanecer indiferente, siempre que observe cada
una de ellas por separado. Y en conjunto, teniendo presente que ninguna nos imprime una
opinin acerca de ella, ni tampoco nos sale al encuentro, sino que estas cosas
permanecen quietas, y nosotros somos quienes producimos los juicios sobre ellas mismas
y, por as decirlo, las grabamos en nosotros mismos, sindonos posible no grabarlas y
tambin, si lo hicimos inadvertidamente, sindonos posible borrarlas de inmediato. Porque
ser poco duradera semejante atencin, y a partir de ese momento habr terminado la vida.
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Mas, qu tiene de malo que esas cosas sean as? Si, pues, es acorde con la naturaleza,
algrate con ello y sea fcil para ti. Y si es contrario a la naturaleza, indaga qu te
corresponde de acuerdo con tu naturaleza y afnate en buscarlo, aunque carezca de fama.
Pues toda persona que busca su bien particular tiene disculpa.
17. De dnde ha venido cada cosa y de qu elementos est formada, y en qu se
transforma, y cmo ser, una vez transformada, y cmo ningn mal sufrir.
18. Y en primer lugar, qu relacin me vincula a ellos, que hemos nacido los unos para los
otros, y yo personalmente he nacido, por otra razn, para ponerme al frente de ellos, como
el camero est al frente del rebao y el toro al frente de la vacada. Y remntate ms arriba
partiendo de esta consideracin: Si no son los tomos, es la naturaleza la que gobierna
el conjunto universal. Si es as, los seres inferiores por causa de los superiores, y stos,
los unos para los otros.
Y en segundo lugar, cmo se comportan en la mesa, en la cama y en lo dems. Y sobre
todo, qu necesidades tienen procedentes de sus principios, y eso mismo, con qu
arrogancia lo cumplen!
En tercer lugar, que, si con rectitud hacen esto, no hay que molestarse, pero si no es as,
evidentemente lo hacen contra su voluntad y por ignorancia. Porque toda alma se priva
contra su voluntad tanto de la verdad como tambin de comportarse en cada cosa segn
su valor. Por consiguiente, les pesa orse llamados injustos, insensatos, ambiciosos y, en
una palabra, capaces de faltar al prjimo.
En cuarto lugar, que tambin t cometes numerosos fallos y eres otro de su estilo. Y, si
bien es verdad que te abstienes de ciertas faltas, tienes, sin embargo, una disposicin que
te induce a cometerlas, aunque por cobarda, orgullo o algn defecto te abstengas de las
mismas.
En quinto lugar, que tampoco has comprendido enteramente si cometen fallos, porque se
producen muchos, incluso por defecto de administracin. Y, en suma, es preciso aprender
de antemano muchas cosas, para poderse manifestar cabalmente sobre una accin ajena.
En sexto lugar, piensa que la vida del hombre es muy corta y dentro de poco todos
estaremos enterrados.
En sptimo lugar, que no nos molestan sus acciones, porque aqullas se encuentran en
los guas interiores de aquellos, sino nuestras opiniones. Elimina, pues, y sea tu propsito
desprenderte del juicio, como si se tratara de algo terrible, y se acab la clera. Cmo
conseguirs eliminarlo? Pensando que no es un oprobio. Porque si no fuera el oprobio el
nico mal, forzoso sera que cometieras numerosos fallos, te convirtieras en bandido y
hombre capaz de todo.
En octavo lugar, cuntas mayores dificultades nos procuran los actos de clera y las
aflicciones que dependen de tales gentes que aquellas mismas cosas por las que nos
encolerizamos y afligimos.
En noveno lugar, que la benevolencia sera invencible si fuera noble y no burlona ni
hipcrita. Porque, qu te hara el hombre ms insolente, si fueras benvolo con l y si,
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dada la ocasin, le exhortaras con dulzura y le aleccionaras apaciblemente en el preciso
momento en que trata de hacerte dao? No, hijo; hemos nacido para otra cosa. No temo
que me daes, eres t quien te perjudicas, hijo. Y demustrale con delicadeza y
enteramente que esto es as, que ni siquiera lo hacen las abejas, ni tampoco ninguno de
los animales que ha nacido para vivir en manada. Y debes hacerlo sin ironas ni reproches,
sino con cario y sin exacerbacin de nimo, y no como en la escuela, ni tampoco para
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que otro que se encuentra a tu lado, te admire. Antes bien, dirgete a l exclusivamente,
incluso en el caso de que otros te rodeen.
Acurdate de estos nueve preceptos capitales como dones recibidos de las musas, y
empieza algn da a ser hombre, en tanto vivas. Debes guardarte por igual de encolerizarte
con ellos y de adularles, porque ambos vicios son contrarios a la sociabilidad y
comportan dao. Recuerda en los momentos de clera que no es viril irritarse, pero s lo
es la apacibilidad y la serenidad que, al mismo tiempo que es ms propia del hombre, es
tambin ms viril; y participa ste de vigor, nervios y valenta, no el que se indigna y est
descontento. Porque cuanto ms familiarizado est con la impasibilidad, tanto mayor es
su fuerza. Y al igual que la afliccin es sntoma de debilidad, as tambin la ira. Porque en
ambos casos estn heridos y ceden. Y si quieres, toma tambin un dcimo bien del
Musageta: que es propio de locos no admitir que los malvados cometan faltas, porque es
una pretensin imposible. Sin embargo, convenir que se comporten as con otras
personas y pretender que no falten contigo, es algo absurdo y propio de tirano.
19. Principalmente debemos guardamos sin cesar de cuatro desviaciones del gua interior;
y cuando las descubras, debes apartarlas hablando con cada una de ellas en estos
trminos: Esta idea no es necesaria, esta es disgregadora de la sociedad, esta otra que
vas a manifestar no surge de ti mismo. Porque manifestar lo que no proviene de ti mismo,
considralo entre las cosas ms absurdas. Y la cuarta desviacin, por la que te
reprochars a ti mismo, consiste en que la parte ms divina que se halla en ti, est
sometida e inclinada a la parte menos valiosa y mortal, la de tu cuerpo y sus rudos
placeres.
20. Tu hlito y todo lo gneo, en tanto que forman parte de la mezcla, si bien por naturaleza
tienden a elevarse, estn, sin embargo, sumisos al orden del conjunto universal, reunidos
aqu en la mezcla. Y todo lo terrestre y acuoso que se encuentra en ti, a pesar de que
tiende hacia abajo, sin embargo, se levanta y mantiene en pie en su posicin no natural.
As, pues, tambin los elementos estn sometidos al conjunto universal, una vez se les
ha asignado un puesto en algn lugar, y all permanecen hasta que desde aquel lugar sea
indicada de nuevo la seal de disolucin. No es terrible, pues, que slo tu parte
intelectiva sea desobediente y se indigne con la posicin que se le ha asignado? Y en
verdad nada violento se le asigna, sino exclusivamente todo aquello que es para esa parte
intelectiva conforme a la naturaleza. Pero no slo no lo tolera, sino que se encamina a lo
contrario. Porque el movimiento que la incita a los actos de injusticia, al desenfreno, a la
ira, a la afliccin, no es otra cosa que defeccin de la naturaleza. Tambin cuando el gua
Marco Aurelio Meditaciones
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interior est molesto con alguno de los acontecimientos, abandona su puesto, porque ha
sido constituido no menos para la piedad y el respeto a los dioses que para la justicia.
Porque estas virtudes constituyen y forman la sociabilidad y son ms venerables que las
acciones justas.
21. Quien no tiene un solo e idntico objetivo en la vida, es imposible que persista durante
toda ella nico e idntico. No basta lo dicho, si no aades eso: Cul debe ser ese
objetivo? Porque, del mismo modo que no es igual la opinin relativa a todas las cosas
que parecen, en cierto modo, buenas al vulgo, sino nicamente acerca de algunas, como,
por ejemplo, las referentes a la comunidad, as tambin hay que proponerse como objetivo
el bien comn y ciudadano. Porque quien encauza todos sus impulsos particulares a ese
objetivo, corresponder con acciones semejantes, y segn eso, siempre ser el mismo.
22. El ratn del monte y el domstico; su temor y su turbacin.
23. Scrates llamaba a las creencias del vulgo Lamias, espantajos de nios.
24. Los lacedemonios, en sus fiestas, solan colocar los asientos para los extranjeros a la
sombra, pero ellos se sentaban en cualquier sitio.
25. Scrates explica a Perdicas que el motivo de no ir a su casa era: para no perecer de
la muerte ms desgraciada, es decir, por temor a no poder corresponder con los mismos
favores que le habra dispensado.
26. En los escritos de los efesios se encontraba una mxima: recordar constantemente
a cualquiera de los antiguos que haya practicado la virtud.
27. Los pitagricos aconsejaban levantar los ojos al cielo al amanecer, a fin de que
recordramos a los que cumplen siempre segn las mismas normas y de igual modo su
tarea, y tambin su orden, su pureza y su desnudez; pues nada envuelve a los astros.
28. Cual Scrates envuelto en una piel, cuando Jantipa tom su manto y sali. Y lo que
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LIBRO XII
1. Todos los objetivos que deseas alcanzar en tu progreso puedes ya tenerlos si no te los
regateas a ti mismo y por recelos. Es decir: caso de que abandones todo el pasado,
confes a la providencia el porvenir y endereces el presente hacia la piedad y la justicia
exclusivamente. Hacia la piedad, para que ames el destino que te ha sido asignado, pues
la naturaleza te lo deparaba y t eras el destinatario de esto. Hacia la justicia, a fin de que
libremente y sin artilugios digas la verdad y hagas las cosas conforme a la ley y de
acuerdo con su valor. No te obstaculice ni la maldad ajena, ni su opinin, ni su palabra,
ni tampoco la sensacin de la carne que recubre tu cuerpo. Pues eso incumbir al cuerpo
paciente. Si, pues, en el momento en que llegues a la salida, dejas todo lo dems y honras
exclusivamente a tu gua interior y a la divinidad ubicada en ti; si temes no el poner fin un
da a tu vida, sino el hecho de no haber empezado nunca a vivir conforme a la naturaleza,
sers un hombre digno del mundo que te engendr y dejars de ser un extrao a tu patria
y dejars tambin de admirar como cosas inesperadas los sucesos cotidianos, y de estar
pendiente de esto y de aquello.
2. Dios ve todos los guas interiores desnudos de sus envolturas materiales, de sus
cortezas y de sus impurezas; porque gracias a su inteligencia exclusiva, tiene contacto
slo con las cosas que han derivado y dimanado de l en estos principios. Y si t tambin
te acostumbras a hacer eso, acabars con muchas de tus distracciones. Pues el que no
mira los amasijos de carne que le circundan, perder el tiempo contemplando vestidos,
casa, fama, aparato de esta ndole y puesta en escena?
3. Tres son las cosas que integran tu composicin: cuerpo, hlito vital, inteligencia. De
esas, dos te pertenecen, en la medida en que debes ocuparte de ellas. Y slo la tercera es
propiamente tuya. Caso de que t apartes de ti mismo, esto es, de tu pensamiento, cuanto
otros hacen o dicen, o cuanto t mismo hiciste o dijiste y cuanto como futuro te turba y
cuanto, sin posibilidad de eleccin, est vinculado al cuerpo que te rodea o a tu hlito
connatural, y todo cuanto el torbellino que fluye desde el exterior voltea, de manera que
tu fuerza intelectiva, liberada del destino, pura, sin ataduras pueda vivir practicando por
s misma la justicia, aceptando los acontecimientos y profesando la verdad; si t, repito,
separas de este gua interior todo lo que depende de la pasin, lo futuro y lo pasado, y
te haces a ti mismo, como Empdocles una esfera redonda, ufana de su estable
redondez, y te ocupas en vivir exclusivamente lo que vives, a saber, el presente, podrs
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al menos vivir el resto de tu vida hasta la muerte, sin turbacin, benvolo y propicio con
tu divinidad interior.
Marco Aurelio Meditaciones
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4. Muchas veces me he preguntado con admiracin como cada uno se tiene en ms estima
que a todos y, sin embargo, toma en menos consideracin su propia opinin personal que
la de los dems. Y, por ejemplo, si un dios o un sabio maestro se personase junto a uno
y le diese la orden de que nada pensara o reflexionara en su interior que no lo expresara
al mismo tiempo a gritos, ni siquiera un solo da lo aguantara. Hasta tal punto respetamos
ms la opinin de los vecinos sobre nosotros que la nuestra propia.
5. Cmo los dioses que un da dispusieron en orden todas las cosas sabia y
amorosamente para el hombre pudieron descuidar slo este detalle, a saber, que algunos
hombres extremadamente buenos, despus de haber establecido con la divinidad como
muchsimos pactos y despus que, gracias a su piadosa actuacin y a sus sagrados
cultos, fueron por mucho tiempo connaturales a la divinidad, una vez que han muerto, ya
no retornan de nuevo, sino que se han extinguido para siempre! Y si, efectivamente, es
eso as, sbete bien que si hubiera sido preciso proceder de otro modo, lo habran hecho.
Porque si hubiera sido justo, habra sido tambin posible, y, si acorde con la naturaleza,
la naturaleza lo habra procurado. Precisamente porque no es as, si es que ciertamente no
es as, convncete de que no es preciso que suceda de este modo. Porque t mismo ves
tambin que al pretender eso pleiteas con la divinidad, y no dialogaramos as con los
dioses, de no ser ellos muy buenos y muy justos. Y si esto es as no habran permitido
que quedara descuidado injustamente y sin razn nada perteneciente al orden del mundo.
6. Acostmbrate a todo, incluso a cuantas cosas no te merecen confianza, porque tambin
la mano izquierda para las dems acciones, debido a su falta de costumbre, es intil, y, sin
embargo, sostiene con ms poder el freno que la derecha, pues a este menester est
habituada.
7. Cmo has de ser sorprendido por la muerte en tu cuerpo y alma! Piensa en la brevedad
de la vida, en el abismo del tiempo futuro y pasado, en la fragilidad de toda materia.
8. Contempla las causas desnudas de sus cortezas; la finalidad de las acciones; qu es la
fatiga, qu el placer, qu la muerte, qu la fama; quin no es el culpable de su propia
actividad; cmo nadie es obstaculizado por otro; que todas las cosas son opinin.
9. En la prctica de los principios es preciso ser semejante al luchador de pancracio, no
al gladiador, porque ste deja la espada de la cual se sirve, y muere, mientras que aqul
siempre tiene la mano y no precisa otra cosa sino cerrarla.
10. Ver qu son las cosas en s mismas, analizndolas en su materia. en su causa, en su
relacin.
11. Qu privilegio tiene el hombre de no hacer otra cosa sino lo que Dios va a elogiar, y
aceptar todo lo que Dios le asigne, lo consecuente a la naturaleza!
12. No debe censurarse a los dioses; porque ninguna falta cometen voluntaria o
involuntariamente. Tampoco a los hombres, porque nada fallan que no sea contra su
voluntad. De manera que a nadie debe censurarse.
13. Cun ridculo y extrao es el hombre que se admira de cualquier cosa que acontece en
la vida.
Marco Aurelio Meditaciones
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14. O bien una necesidad del destino y un orden inviolable, o bien una providencia
aplacable, o un caos fortuito, sin direccin. Si, pues, se trata de una necesidad inviolable,
a qu ofreces resistencia? Y si una providencia que acepta ser aplacada, hazte a ti mismo
merecedor del socorro divino. Y si un caos sin gua, confrmate, porque en medio de un
oleaje de tal ndole dispones en tu interior de una inteligencia gua. Aunque el oleaje te
arrastre, arrastre tu carne, tu hlito vital, y lo dems, porque no arrastrar tu inteligencia.
15. La luz de una lmpara, hasta extinguirse, brilla y no pierde su fulgor. Se extinguirn
con anterioridad la verdad que en ti reside, la justicia y la prudencia?
16. Respecto a la persona que te ha proporcionado la imagen de su falta. Qu s yo si
eso es una falta? Y si realmente ha cometido una falta: l mismo se ha condenado ya,
y as esto es semejante a desgarrarse su propio rostro. El que no admite que el malvado
cometa faltas, se asemeja al que no acepta que la higuera lleve leche en los higos, que los
recin nacidos lloren, que el caballo relinche y cuantas otras cosas son inevitables. Qu
puede suceder cuando uno tiene una disposicin tal? Si en efecto eres vehemente, cuida
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campaa, Lucio Lupo en sus jardines, Estertinio en Bayas, Tiberio en Capri, Velio Rufo
y, en suma, la superioridad presuntuosa en cualquier asunto. Cun ruin era todo el
objetivo de su esfuerzo y cuanto ms propio de sabio es el ser justo, moderado, el
ofrecerse simplemente sumiso a los dioses en la materia concedida! Porque la vanidad que
se exalta bajo capa de modestia es la ms insoportable de todas.
28. A los que preguntan: Dnde has visto a los dioses, o de dnde has llegado a la
conclusin de que existen, para venerarlos as?. En primer lugar, son visibles a nuestros
ojos. Y luego, tampoco yo he visto alma y, sin embargo, la honro; as tambin respecto
Marco Aurelio Meditaciones
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a los dioses, por las mismas razones que compruebo su poder repetidas veces, por stas
constato que existen y los respeto.
29. La salvacin de la vida consiste en ver enteramente qu es cada cosa por si misma,
cul es su materia y cul es su causa. En practicar la justicia con toda el alma y en decir
la verdad. Qu queda entonces sino disfrutar de la vida, trabando una buena accin con
otra, hasta el punto de no dejar entre ellas el mnimo intervalo?
30. Una sola es la luz del sol, aunque la obstaculicen muros, montes, incontables
impedimentos; nica es la sustancia comn, aunque est dividida en innumerables
cuerpos de cualidades peculiares; una es el alma, aunque est dividida en infinidad de
naturalezas y delimitaciones particulares. Una es el alma inteligente, aunque parezca estar
dividida. Las restantes partes mencionadas, como los soplos y los objetos sensibles,
carecen de sensibilidad y no tienen relacin de parentesco mutuo; sin embargo, tambin
a aquellas las contiene el poder unificador y el peso que las hace converger. Y la
inteligencia en particular tiende a lo que es de su mismo gnero, y se le une, y esta pasin
comunitaria no encuentra impedimentos.
31. Qu pretendes? Seguir viviendo? Percibir las sensaciones, los instintos? Crecer?
Cesar de nuevo? Utilizar la palabra? Pensar? Qu cosa entre esas te parece que vale
la pena echar de menos? Y si cada una de stas te parece bien despreciable, inclnate
finalmente a ser sumiso a la razn y a Dios. Pero se oponen el honrar estas cosas y
enojarse por el hecho de que con la muerte se nos privar de estas mismas facultades.
32. Qu pequea parte de tiempo ilimitado y abismal se ha asignado a cada uno? Pues
rapidsimamente se desvanece en la eternidad. Y qu pequea parte del conjunto de la
sustancia, y qu nfima tambin del conjunto del alma? Y en qu diminuto terrn del
conjunto de la tierra te arrastras? Considera todas esas cosas e imagina que nada es
importante, sino actuar como tu naturaleza indica y experimentarlo como la naturaleza
comn conlleva.
33. Cmo se sirve de ti el gua interior? Que en eso radica todo. Y lo dems, dependa o
no de tu libre eleccin, es cadver y humo.
34. Lo que ms incita a despreciar la muerte es el hecho de que los que juzgan el placer un
bien y el dolor un mal, la despreciaron, sin embargo, tambin.
35. Para la persona que considera bueno nicamente lo oportuno y para quien es igual
ejecutar muchas acciones de acuerdo con la recta razn que unas pocas, y para quien es
indiferente contemplar el mundo ms o menos tiempo, para ese tampoco la muerte es
temible.
36. Buen hombre, fuiste ciudadano en esta gran ciudad! Qu te importa, si fueron cinco
o tres aos? Porque lo que es conforme a las leyes, es igual para todos y cada uno. Por
qu pues, va a ser terrible que te destierre de la ciudad, no un tirano, ni un juez injusto,
sino la naturaleza que te introdujo? Es algo as como si el estratego que contrat a un
comediante, lo despidiera de la escena. Mas no he representado los cinco actos, sino
slo tres. Bien has dicho. Pero en la vida los tres actos son un drama completo.
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Porque fija el trmino aquel que un da fue responsable de tu composicin, y ahora lo es
de tu disolucin. T eres irresponsable en ambos casos. Vete, pues, con nimo propicio,
porque el que te libera tambin te es propicio.
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qualque cosa. Quan troba algun obstacle o algun impediment, s'acusa ell mateix. Si alg
l'elogia, es riu al seu interior d'aquell qui elogia. Si alg el blasma, no es defensa pas.
Camina alhora com els convalescents, tot procurant de no moure aquelles parts que es
restableixen abans d'haver aconseguit llur fermesa. Ha apartat de si tot desig, mentre
que ha transferit la seva aversi nicament a aquelles coses que sn contrries a la
naturalesa entre les que depenen de noslatre. Empra la tendncia d'una manera flexible
envers totes les cosas. Si sembla estpid o ignorant, no es preocupa pas per aix. En un
mot, es capguarda de si mateix com d'un enemic que el sotja.
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