Este documento presenta los cinco grandes accidentes lunares visibles desde la Tierra con binoculares o un pequeño telescopio: el Sinus Iridum o Golfo del Arco Iris, el cráter Copérnico, la región que contiene los cráteres Clavius y Tycho, el Valle Alpino y los Montes Apeninos. Estos accidentes son ideales para observar cuando se encuentran cerca del terminador, el límite entre la luz y la sombra en la Luna. El documento incluye imágenes de estos accidentes tomadas por Carlos Di
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Este documento presenta los cinco grandes accidentes lunares visibles desde la Tierra con binoculares o un pequeño telescopio: el Sinus Iridum o Golfo del Arco Iris, el cráter Copérnico, la región que contiene los cráteres Clavius y Tycho, el Valle Alpino y los Montes Apeninos. Estos accidentes son ideales para observar cuando se encuentran cerca del terminador, el límite entre la luz y la sombra en la Luna. El documento incluye imágenes de estos accidentes tomadas por Carlos Di
Este documento presenta los cinco grandes accidentes lunares visibles desde la Tierra con binoculares o un pequeño telescopio: el Sinus Iridum o Golfo del Arco Iris, el cráter Copérnico, la región que contiene los cráteres Clavius y Tycho, el Valle Alpino y los Montes Apeninos. Estos accidentes son ideales para observar cuando se encuentran cerca del terminador, el límite entre la luz y la sombra en la Luna. El documento incluye imágenes de estos accidentes tomadas por Carlos Di
Este documento presenta los cinco grandes accidentes lunares visibles desde la Tierra con binoculares o un pequeño telescopio: el Sinus Iridum o Golfo del Arco Iris, el cráter Copérnico, la región que contiene los cráteres Clavius y Tycho, el Valle Alpino y los Montes Apeninos. Estos accidentes son ideales para observar cuando se encuentran cerca del terminador, el límite entre la luz y la sombra en la Luna. El documento incluye imágenes de estos accidentes tomadas por Carlos Di
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NOME"O 4 - "IMA&E"A/&E"ANO 2012
'(AFF Editora Responsable / Directora LIC. LUCA CRISTINA SENDN Director Periodstico DIEGO LUIS HERNNDEZ Director de Arte / Diseo Grfco ALFREDO MAESTRONI Secretario de la redaccin MARIANO RIBAS Redactores de esta edicin LEONARDO GONZLEZ GALLI RODOLFO FERRAIUOLO BLAS SERVN Colaboradores Carlos Di Nallo, Sergio Eguivar, Matas Tomasello, Omar Mangini, Ezequiel Bellocchio, Leonardo Sculli, Leonardo Julio, Diego Sassone, Marcelo Salemme Correctores Walter German, Natalia Jaoand Agradecimientos Pablo Espaa, Alberto Russomando, Dra. Catherine Heymans (Univ. de Edimburgo, Escocia), Dr. Ludovic Van Waerbeke (Univ. de Br. Columbia, Canad), Mara Griselda Servn (Planetario de Asuncin, Paraguay), Vernica Capelli, Gastn Ferreirs Administracin GRACIELA VZQUEZ MARCELA BARBIERI Impresin GRFICA IMAGINARIA S.A. Tel. 4555-4040 - www.presspoint.com.ar EDI$O"IAL Este nuevo nmero de Si Muove nos encuentra finalizando un ao muy intenso, con este nuevo Planetario que nos enorgullece. Hemos superado el nmero de visitantes de aos an- teriores, dado que incrementamos el nmero de exhibiciones semanales, siendo ahora de ocho funciones diarias durante la semana, y de seis los sbados, domingos y feriados. A esto debemos agregar las observaciones por telescopios, las conferencias a cargo de cientficos, las exposi- ciones (como la Bienal de Kosice, que tantos elogios recibi) y los cursos cuatrimestrales de divulgacin y enseanza de la Astronoma, que resultan un lugar de encuentro y de goce tanto para los docentes como para los alumnos. Es poco comn contar con herramientas didcticas como las de la sala de proyeccin, y tambin con la posibilidad de realizar observaciones por telescopios, en el campo y a cielo abierto. Vale la pena destacar las visitas de dos astronautas, cuyos comentarios estn desarrollados en la Revista, y tambin la conferencia que dio Miguel San Martn, este ingeniero argentino que tra- baja en la NASA desde hace ms de 20 aos y que estuvo a cargo del descenso del Curiosity en Marte. Su charla, llena de emocin, nos enorgulleci al recordar sus visitas al Planetario cuando era nio y su rol motivador para seguir su carrera de ingeniero espacial y trabajar en la NASA. El Planetario no descansa. Trabajamos da a da para promover el conocimiento de las ciencias, para contribuir al descubrimiento de vocaciones cientfcas y, sobre todo, para que siga siendo un lugar de encuentro de todos los ciudadanos. Lic. Luca Cristina Sendn Directora Planetario de la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei Reservados todos los derechos. Est permitida la reproduccin, distribucin, comunicacin pblica y utilizacin, total o parcial, de los contenidos de esta revista, en cualquier forma o modalidad, con la condicin de mencionar la fuente. Est prohibida toda reproduccin, y/o puesta a disposicin como resmenes, reseas o revistas de prensa con fnes comerciales, directa o indirectamente lucrativos. Registro de la Propiedad Intelectual en trmite. Revista de divulgacin cientfica del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei #%MA"IO /// Los cinco grandes. /// El gran mapa y materia oscura. /// Es la Tierra un sper organismo? /// El cielo de los guaranes. /// Manual del buen observador. /// Curiosidad marciana. /// Miguel San Martn en el Planetario. /// Astronautas. /// Escondiendo al gigante. /// Bajo una misma Luna. /// Los colores de la Luna. /// Galera astronmica. /// Y el tiempo no para... Ministerio de Cultura Jefe de Gobierno - Ing. Mauricio Macri Ministro de Cultura - Ing. Hernn Lombardi Subsecretario de Gestin Cultural - Sr. Alejandro Gmez Directora del Planetario - Lic. Luca C. Sendn CNDIGO !" B/15) >-* /C699-6 -3-+;9F51+6 DDD.=9.;2A.?6<.4</..? ?2C6@A.=9.;2A.?6<@/B2;<@[email protected]</..? ACCIDENTES LUNARES Los cinco grandes Por Diego Luis Hernndez, Planetario de la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei. Imgenes: Carlos Di Nallo. E n ftbol, llamamos Cinco Gran- des a los equipos de mayor con- vocatoria: River, Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo (Huracn, Vlez, Estudiantes, Newells y Rosario Central se disputan el sexto lugar histricamente). En el mundo del espect- culo, se recuerda como los Cinco Grandes del Buen Humor al primer grupo de acto- res cmicos argentinos, surgidos en la d- cada del 40, que imitaban a las fguras del momento, fundamentalmente, en la radio y el teatro. En frica se conoce como los Cinco Grandes a las especies ms represen- tativas: el leopardo, el len, el elefante, el bfalo y el rinoceronte. De la misma ma- nera podramos llamar al grupo de mega- fauna extinta en el Pleistoceno, formado por el megaterio (un perezoso gigante), el toxodn (similar a un rinoceronte), el glip- todonte (como un armadillo gigante), el esmilodn (o tigre dientes de sable) y el mastodonte (emparentado con los elefantes y mamuts), grandes mamferos que habita- ban y desaparecieron de Sudamrica hace no mucho ms que diez mil aos, quizs, debido a cambios ambientales o al impacto que provoc la invasin de otra bestia, el Homo sapiens. Por ltimo, cinco fueron las grandes extinciones masivas en la historia geolgica de nuestro planeta (la ms famosa es la ltima, la de los dinosaurios, pero en este preciso momento estamos siendo res- ponsables de la sexta gran extincin). Hoy, para nosotros, cinco son los grandes accidentes de la superfcie de la Luna que aqu presentamos y que son muy fciles de observar a travs de un pequeo telescopio e, incluso, con unos simples binoculares. Sinus Iridum Coprnico Vallis Alpes y Plato Montes Apeninos Clavius y Tycho 4 5 ACCIDENTES LUNARES No son los nicos detalles imperdibles de nuestro satlite, pero si hubiera que hacer una lista con los mejores, sin dudas no fal- taran el Golfo del Arco Iris, el crter Co- prnico, la regin que contiene a los crteres Clavius y Tycho, los Montes Ape- ninos y el Valle Alpino. Entre estas hermosas imgenes tomadas por Carlos Di Nallo, la de campo amplio de la Luna corresponde a unos tres das despus del Cuarto Creciente. Las fases intermedias, crecientes o menguantes, no muy cerca de la Luna Llena, son los mejores momentos para observar este tipo de detalles. El ter- minador, el lmite entre la luz y la sombra, es el lugar en el que est amaneciendo o anocheciendo en la Luna, y eso signifca que all el Sol est bajo, cerca del horizonte, y que las elevaciones en el terreno lunar producen sombras ms largas. Eso hace que el contorno de un crter o una montaa, por ejemplo, parezca dibujado por su som- bra cuando observamos con un telescopio o con binoculares. Sinus Iridum, Golfo del Arco Iris. A pesar de su aspecto y su nombre, es un crter de unos 260 km de dimetro, cuya parte sur ha desaparecido bajo la lava que rellen el terreno luego del impacto. Esta regin de la Luna aparece unos das despus del Cuarto Creciente, y como la mayora de los accidentes lunares, es ideal para observar cuando se encuentra cerca del terminador. Coprnico, fcil de observar con bi- noculares, es un gran crter de impacto situado muy cerca del centro de la cara visible de la Luna. Es notable su sis- tema de rayos, producto del material eyectado en el momento de la colisin del objeto que dej el crter, hace unos 800 millones de aos. Posee unos 92 km de dimetro y sus paredes, unos 3800 metros de altura. Los picos cen- trales llegan hasta los 2000 metros de altura. Vallis Alpes, Valle Alpino. Es un valle de 166 km de extensin y 10 km de ancho, en medio de un sector de tierras altas dominado por los Montes Alpes. Su suelo es plano, est cubierto por lava y est cruzado por una grieta de 700 metros de ancho, cau- sada probablemente por an- tiguos movimientos de la corteza lunar. Puede verse con un telescopio de afcio- nado cerca del Cuarto Creciente en ade- lante. Muy cerca, el crter Platn posee un color oscuro, 100 km de dimetro y parece tener un perfl ovalado debido a la perspectiva en la que se encuentra, cerca del borde lunar desde nuestro punto de vista. Los Montes Apeninos representan la formacin montaosa ms im- presionante de la Luna. Superan los 5000 metros de altura y poseen unos 600 km de extensin. Existen gracias a la accin de un gran ob- jeto que provoc, tras su impacto, la formacin de la cuenca del Mare Imbrium y la elevacin de una parte de la corteza lunar, hace 3800 millones de aos. Tambin es fcil de identifcar con peque- os telescopios y binoculares, a partir del Cuarto Creciente. Los notables crteres Clavius y Tycho se encuentran en una regin de tierras eleva- das en el hemisferio sur de la Luna. Clavius es el mayor crter de la cara visible (si no consideramos a Sinus Iridumcomo crter), con 225 km de dimetro. En su interior hay varios crteres de impactos posteriores, dispuestos en forma semicircular y de ta- maos decrecientes. Tycho es menor que Clavius, de unos 90 km de dimetro, y posee un pico central de 2000 metros de al- tura. Con 108 millones de aos de antige- dad, es uno de los crteres ms recientes. Pero lo que lo hace realmente notable es su sistema de rayos, que permite que pueda distinguirse a simple vista cuando hay Luna Llena e, incluso, bajo la luz cenicienta poco despus de la Luna Nueva. Esos rayos se formaron con el material eyectado en el momento del impacto. n Sinus Iridum Coprnico Vallis Alpes Clavius Tycho Plato Vallis Alpes Montes Apeninos Clavius Tycho 6 ENTREVISTA El gran mapa Por Mariano Ribas, Planetario de la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei. MA$E"IA O#C%"A E;A?2C6@A. . 9. D?.. C.A52?6;2 H2F:.;@ ();[email protected] 12 E16:/B?4<, E@0<06.), 0<-.BA<?. 129 2@AB16< 12 :.F<? [email protected]. @</?2 2@A. :6@A2?6<@. 2;A61.1 0<@:<9L460.. D esde su descubrimiento, hace escasos ochenta aos, los cientficos vienen li- diando con esta misteriosa entidad fsica que supera con creces a la ma- teria ordinaria (de la cual estamos hechos nosotros y las estrellas); esa cosa que nadie sabe bien qu es, pero que a escala macro- csmica abruma por su cantidad y por su gravedad, y que justamente por eso se sabe que existe: porque se expresa gravitatoria- mente. Y no slo eso: gracias a su desbor- dante presencia, la materia oscura parece ser una suerte de argamasa gravitatoria que, desde los albores del Universo, organiz y aglutin a las estructuras de materia con- vencional. Ayud y ayuda a mantener la estructura y la cohesin de las galaxias y los cmulos galcticos. Desde ese punto de vista, fue una aliada poderosa que permiti que ese poquito de Universo visible, del cual formamos parte, sea lo que es. Durante las ltimas dcadas, y a partir de estudios indirectos (fun- damentalmente basa- dos en los efectos gra- vitatorios que induce sobre la luz y el Uni- verso observable), los astrnomos, fsicos y cosmlogos han logrado ciertos modelos que describen, a grandes rasgos, la distri- bucin y cantidad de materia oscura del Universo. A comienzos de 2012 dieron un paso ver- daderamente signifcativo: en un encuentro de la Sociedad Americana de Astronoma (celebrado en Austin, Texas, Estados Uni- dos), un equipo internacional de cientfcos present el mayor mapa de materia oscura jams realizado; un relevamiento que cu- La idea resulta tan fascinante como incmoda: de pronto, el Universo que todos conocemos, repleto de galaxias, estrellas, planetas, nebulosas y tantsimas cosas ms, se hunde irremediablemente en un mar mucho ms vasto y profundo, de aguas pesadas y oscuras. De pronto, todo aquello que nos pareca mucho, muchsimo, ahora resulta ser poco, poqusimo. El cielo repleto de estrellas, la Va Lctea des- plegndose de horizonte a horizonte, todo lo que vimos y todo lo que veremos queda irremediablemente empequeecido ante la materia oscura. Algo que nunca vimos, ni nunca veremos. Algo que se ha burlado de todo ojo, de toda cmara y de todo telescopio. Simplemente, porque es invisible. Las observaciones a gran escala del CFHTLens muestran que la materia oscura est distribuida como una red de regiones densas (zonas claras en los mapas) y otras mayormente vacas (zonas oscuras). Las regiones ms densas contienen y rodean a los grandes cmulos de galaxias (fotos ampliadas). Crdito: Van Waerbeke, Heymans and CFHTLens collaboration. 7 ENTREVISTA bri un rea de cielo equivalente a 600 lunas llenas y de un dimetro de 1000 mi- llones de aos luz en el espacio. En esta edicin de Si Muove entrevistamos a la astrofsica britnica Catherine Heymans, co-autora principal de este trabajo, consi- derado todo un hito de la cosmologa mo- derna. Antes de ir al mapa, cuntenos algo sobre usted y su especialidad. Soy profesora de astrofsica en el Instituto de Astronoma de la Universidad de Edim- burgo. En 2003 obtuve mi doctorado en astrofsica en la Universidad de Oxford. En estos ltimos aos he sido miembro de los paneles cientfcos que otorgan turnos de investigacin en el Telescopio Espacial Hubble y en el Observatorio Europeo Aus- tral. Mi especialidad es el Lado Oscuro del Universo. Pero cuando no me ocupo de nada de eso, pueden encontrarme haciendo castillos de arena en la playa o remando en el mar con mis dos hijos. Ahora s, vamos al mapa. Usted y su co- lega, el Profesor Ludovic Van Waerbeke, de la Universidad de British Columbia, han liderado el equipo cientfco que acaba de dar a luz este sondeo de la ma- teria oscura, indito por su escala y pro- fundidad. Cuntos cientfcos y cunto trabajo hay detrs del mapa? El equipo del proyecto Canada- France-Hawaii Telescope Lensing Survey (CFHTLenS) est formado por 20 inves- tigadores internacionales. Durante los lti- mos cuatro aos hemos estado analizando las imgenes de ms de 10 millones de ga- laxias tomadas por el Telescopio Franco- Canadiense de Hawai en cuatro regiones del cielo. Los cuatro cuadrados que vemos en la imagen de esta pgina... Claro, y el mayor de todos, al que llama- mos Campo de Invierno, corresponde a una zona de la constelacin de Orin. sa es un rea de cielo equivalente al tamao de la palma de la mano con el brazo estirado hacia el frmamento. En total, hemos ma- peado 155 grados cuadrados de cielo. Por qu eligieron esas zonas del cielo? Para empezar, tuvimos que elegir reas donde no hubiese estrellas brillantes que, con su resplandor, nos bloquearan la visin del Universo distante. Pero adems, esas cuatro zonas fueron elegidas porque, en parte, se superponan con otros sondeos as- tronmicos previos que nos dieron infor- macin extra. Por defnicin, la materia oscura es in- visible. Entonces, cmo la detectaron en esas reas del cielo? Lo que hicimos fue estudiar la dbil seal que la materia oscura imprime en las im- genes de las lejansimas galaxias que s po- demos ver. Cmo es eso? La luz de esas galaxias no llega a la Tierra en lnea recta, sino que, a medida que va atravesando las concentraciones de materia oscura, se va torciendo ligeramente de- bido a la accin de la gravedad de esas masas invisibles. Gracias a este fenmeno, llamado lentes gravitatorias, podemos aprender mucho sobre la presencia y distri- bucin de la materia oscura. Pero esta seal es tan sutil que slo fue posible de- tectarla con el telescopio CFHT (ver El proyecto, los cientfcos y el telescopio), y nicamente en las noches en que las con- diciones climticas eran perfectas. En su trabajo, ustedes explican que las zonas ms claras (celestes) del mapa muestran las mayores concentraciones de materia oscura, y que los parches blancos corresponden a los cmulos de galaxias, o sea, la materia visible. As es Entonces, salta a la vista que las grandes masas de materia oscura, distribuidas a modo de redes, coinciden y envuelven a los cmulos galcticos. Por qu? Porque tal como dice la teora, avalada por estos resultados, la materia oscura fue la que, desde el comienzo, dict cundo y dnde se formaron los cmulos de galaxias. En el Universo primitivo, la poderosa gra- vedad de la materia oscura fue la que aglu- tin inicialmente a la materia ordinaria, que luego dara origen a las primeras galaxias. Resulta verdaderamente curioso: la ma- teria oscura ayud a construir las gran- des estructuras del Universo visible. S, y no slo eso: si no hubiese un masivo La colosal red csmica de materia oscura se ve parcialmente en estos 4 sectores del cielo (que totalizan 155 grados cuadrados), mapeados con el Canada-France-Hawaii Telescope en cada estacin del ao: invierno (arriba a la izquierda), primavera (arriba a la derecha), verano (abajo a la derecha) y otoo (abajo a la izquierda). Para tener una idea del rea mapeada, aparece la Luna Llena. A su lado, el rea cubierta por el mayor trabajo previo (el COSMOS Dark Matter Map, realizado por cientfcos de NASA y ESA, entre otros). Crdito: Van Waerbeke, Heymans and CFHTLens collaboration. 8 ENTREVISTA halo de materia oscura alrededor de nuestra propia Va Lctea, el Sol, por ejemplo, que es apenas uno de los cientos de miles de millones de estrellas que la forman, saldra disparado fuera de la galaxia. La gravedad de la materia oscura es la principal causa de que todas las estrellas de la Va Lctea estn juntas. Usted cree que los astrnomos ya tie- nen evidencias defnitivas sobre la exis- tencia de la materia oscura? Porque hay quienes an dudan de su existencia y pro- ponen modelos alternativos, como el de la Dinmica Newtoniana Modifcada (MOND). Los cientfcos no podemos probar una teora. Slo podemos desaprobarla. Y la ver- dad es que durante ms de una dcada, me- diante diferentes observaciones, hemos estado desafando la teora actual del Uni- verso, segn la cual, est dominado por la materia oscura y la energa oscura. Ms adelante aclaramos qu es eso. Contine por favor Hasta ahora, no hemos encontrado una sola observacin que demuestre lo contrario. De todos modos, tenemos que seguir inves- tigando, dado que todos sabemos que para tener una comprensin fnal y completa del Universo, seguramente tendremos que re- currir a alguna clase de nueva fsica que, a la vez, cambiar para siempre nuestra visin del Cosmos. Yendo al punto: qu extraas cosas po- dra ser la materia oscura? Alguna vez se consider, por ejemplo, a esos misterio- sos Objetos Masivos del Halo Galctico (MACHOs), e incluso, otros objetos sub- estelares, como las enanas marrones. No. Se han hecho muchos estudios sobre ambas cosas para dar cuenta, al menos par- cialmente, de la materia oscura en el halo de la galaxia. Pero todas esas investigaciones nos han mostrado que estos objetos son apenas una pequea fraccin de la materia del Uni- verso. As que podemos descartarlos. Y entonces de qu est hecha la materia oscura? La mayora de los cientfcos cree que existe una partcula especfca de materia oscura. Sera una partcula sper-simtrica, es decir, una suerte de espejo de las partculas de materia ordinaria E3 796?-+;6, 36: +1-5;D.1+6: ? -3 ;-3-:+6716 HE:;, ,:;<+06 :6)9, 3( +0:;90)<*0F5 +, 3( 4(;,90( 6:*<9( ,: *0,5 =,*,: 4(@69 8<, *<(38<0,9 6;96 (5;,9069I, 1602 9. D?.. C.A52?6;2 H2F:.;@, >B62; 7B;A< .9 0<@- :L9<4< B1<C60 *.; +.2?/282 ();6C2?- @61.1 12 B?6A6@5 C<9B:/6., *.;0<BC2?, C.;.1H) 9612?. 29 =?<F20A< C(5(+(- F9(5*,-H(>(00 ",3,:*67, L,5:05. !<9- =,@ (CFH(2;'), 2; 29 >B2 A?./.7.; C26;A2 062;AJ360<@ 6;A2?;.06<;.92@. 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En una nota aparte hablamos ms en detalle de esas supuestas Partculas Ma- sivas de Interaccin Dbil. Pero Ya encontraron algo as? Los WIMPs todava no han sido detec- tados, pero estamos muy confados de encontrarlos con la ayuda del Gran Coli- sionador de Hadrones, en el CERN. Volviendo a lo macro: ustedes observa- ron galaxias muy distantes, tanto que las vieron como eran hace 6 mil millones de aos. Notaron, acaso, diferencias en el rol de la materia oscura a lo largo del tiempo? S. Las observaciones y las tcnicas esta- dsticas nos permitieron testear cmo fue variando el comportamiento de la materia oscura a lo largo del tiempo csmico. Y eso, a su vez, nos dice algo sobre el rol de la tambin misteriosa energa oscura, que estara acelerando la expansin del Uni- verso. Y qu les dice su investigacin sobre materia oscura en cuanto a la energa os- cura? Nos dice que, desde hace miles de millo- nes de aos, la energa oscura viene contra- rrestando la accin de la materia oscura. Las masivas estructuras de materia oscura que hemos observado, siempre tendieron a unir a las estructuras visibles del Universo: los cmulos de galaxias. Pero la energa oscura viene haciendo exactamente lo contrario: est acelerando la propia expansin del Universo. El espacio se estira cada vez ms, separando a las galaxias. Al cambiar constantemente el campo de juego, la ener- ga oscura hace que el trabajo de la materia oscura sea cada vez ms difcil. Quin ganar fnalmente esta batalla cosmolgica? La energa oscura ya gan. Y cul sera, entonces, la suerte fnal del Universo? Si todas nuestras observaciones y teoras actuales son correctas, el Cosmos est con- denado a un fnal ms que triste. De qu estamos hablando? El Universo, simplemente, va a expan- dirse por siempre. Se har cada vez ms vaco, ms fro y ms oscuro, a medida que todas sus estrellas vayan agotando sus ltimos combustibles y se vayan apagando. Eso suena profundamente oscuro. Gracias por la entrevista, Catherine Gracias a ustedes por su inters en nuestro trabajo. n En 1933, sin que lo hubiese imaginado, el gran astrofsico Fritz Zwicky (Foto. 1898- 1974 ), nacido en Bulgaria pero nacionalizado suizo, hizo uno de los descubrimientos ms importantes (e inquietantes) de la historia de la ciencia. Mientras estudiaba el famoso C- mulo de Coma (una metrpolis csmica de ms de 1000 galaxias, a 300 millones de aos luz de la Va Lctea), el excntrico cientfco observ una aparente incompatibilidad fsica. Zwicky haba estimado la masa total del c- mulo (teniendo en cuenta la cantidad de ga- laxias y su luminosidad), pero adems, haba medido la velocidad orbital de varias de sus galaxias. Y algunas se movan a alrededor de 1000 km/segundo. Ah surgi el problema: a semejantes velocidades, esas galaxias deberan haber vencido el tirn gravitatorio del con- junto, escapndose del Cmulo de Coma. Pero no, all estaban, ligadas de algn modo a todas sus compaeras. Zwicky revis sus ob- servaciones y sus clculos, y lleg a una inquie- tante conclusin: el Cmulo de Coma deba ser mucho ms masivo de lo que pareca. Slo as, la gravedad total mantendra unido al c- mulo y sus galaxias sper veloces. Zwicky cal- cul que todo cerraba si lo que se vea (las galaxias) era apenas la dcima parte de la masa total del cmulo. O dicho de otro modo: el cmulo pareca contener un 90% de materia perdida (segn sus palabras). La materia oscura, tal como se la llam ms tarde, asomaba su pesada pero invisible cabeza. Presencia masiva e invisible Las pioneras observaciones de Zwicky fueron la punta de lanza de una abrumadora realidad cosmolgica: con el correr de los aos, y con la ayuda de instrumentos y mediciones cada vez ms fnas, los astrnomos se toparon, una y otra vez, con cmulos galcticos que parecan contener cinco o diez veces ms masa de la que daban cuenta sus componentes visibles. Ma- teria oscura que, a modo de red de contencin o argamasa gravitatoria, envolva, unifcaba y organizaba a esas grandes familias de galaxias. A partir de los aos 70 y 80, los astrnomos encontraron claros indicios de la presencia de materia oscura en las propias galaxias indivi- duales: se observ que las estrellas ubicadas en sus zonas ms externas giraban demasiado r- pido en torno a sus ncleos galcticos. Tan r- pido que, teniendo en cuenta la masa observable de la galaxia que las contena, de- beran haberse escapado de su tirn gravita- torio. Pero all estaban, sujetadas por algo muy masivo e invisible. Evidencias de este tipo se han encontrado, por ejemplo, en la famosa galaxia de Andrmeda (M31), e in- cluso, en nuestra propia Va Lctea, que parece estar envuelta por un colosal halo de materia oscura, unas 10 veces ms ma- sivo que su espiralada estructura visible (formada por cientos de miles de millones de estrellas y masas de gas y polvo). MA$E"IA O#C%"A De la materia perdida a los WIMPs Por M. R. 10 MATERIA OSCURA Fsica de la extravagancia Ms all de su ominosa presencia, la materia oscura es todo un desafo para la fsica de nuestros das: evidentemente, no es materia ordinaria. O dicho ms fsicamente: no es materia barinica (hecha de bariones: pro- tones y neutrones). Los bariones son part- culas que interactan y se expresan no slo mediante la gravedad, sino tambin me- diante las fuerzas nucleares fuerte y dbil, y la fuerza electrosttica. Son justamente esas interacciones las que permiten que la mate- ria ordinaria emita o refeje luz; que la vea- mos. Pero tambin impiden, por ejemplo, que pasemos caminando alegremente a tra- vs de una pared (las partculas que forman nuestro cuerpo son electrostticamente re- chazadas por las que forman la pared). Pero la materia oscura es otra cosa: no emite, ni refeja, ni absorbe luz. Es literal e inevita- blemente invisible. Tampoco interactuara electrostticamente. Por eso, no podramos tocarla, ni sentirla de ninguna manera. Po- dra atravesarnos quizs, ahora mismo sin que nos diramos cuenta, y sin consecuen- cias para todas las entidades barinicas, como los seres vivos, la Tierra o el Sol. La materia oscura y la materia normal slo tienen un idioma en comn: la gravedad. Y justamente por eso es posible detectar los efectos gravitatorios de la materia oscura sobre las estructuras y los movimientos de las galaxias (y sus estrellas); incluso, sobre la misma luz: la materia oscura gravedad me- diante tuerce el espacio, y en consecuen- cia, altera la trayectoria de la luz. Juega a las lentes gravitatorias. Y ese efecto es el que han estudiado y aprovechado los cientfcos que presentaron este gran mapa de materia os- cura, el ms importante, por escala y rele- vancia, realizado hasta la fecha. WIMPs: las partculas oscuras? Desde hace dcadas, los cientfcos estn bus- cando alguna salida terica que resuelva, en forma fsicamente verosmil, la identidad de la materia oscura. Varias hiptesis fueron sur- giendo, entre ellas, la que considera una va- riante barinica de muy bajo perfl: los Objetos Masivos del Halo Galctico, cuya sigla en ingls, por la que se los co- noce generalmente, es MACHOs. Se tra- tara, obviamente, de objetos oscuros pero hechos de materia convencional: funda- mentalmente, agujeros negros, enanas ma- rrones (una suerte de estrellas fallidas) y hasta planetas hurfanos. Sin embargo, y tal como nos explic la Dra. Catherine Heymans, actualmente la mayora de los as- trnomos considera que los MACHOs no son, ni por asomo, la parte ms gruesa de este masivo pero invisible misterio. La variante que hoy cuenta con la mayor adhesin de fsicos y astrnomos, es la posi- ble existencia de partculas especfcas de materia oscura. Minsculas entidades no barinicas, ms pequeas que un tomo, llamadas Partculas Masivas de Interaccin Dbil, ms conocidas por su sigla en ingls: WIMPs. Adems de ser muy pequeas y relativamente masivas, su identikit terico incluye su capacidad de interactuar con la materia ordinaria mediante la gravedad. Y quizs, tambin mediante la fuerza nuclear dbil (otra de las cuatro fuerzas fundamen- tales de la naturaleza, que opera en los n- cleos atmicos). Si as fuera, los WIMPs podran llegar a detectarse mediante experi- mentos especfcos (incluyendo sensores sub- terrneos), capaces de ver eventuales fashes y partculas residuales, producidos por su interaccin con la materia ordinaria. Hoy, ochenta aos despus de las pioneras observaciones de Fritz Zwicky, la ciencia est un poco ms cerca de revelar la identidad del lado oscuro de la materia; esa cosa podero- samente gravitante, omnipresente desde el amanecer de los tiempos, y que, como un ar- quitecto invisible, ha modelado y defnido la macroestructura del Universo. n Cmulo de Coma, una agrupacin de alrededor de 1000 galaxias, situada a 300 millones de aos luz de la Va Lctea. H ' ( ,
" A ' A 11 BIOLOGA U n organismo individual, como quien escribe este ar- tculo y usted que lo lee, est conformado por diver- sas partes (por ejemplo, clulas y rga- nos) que funcionan de un modo coordinado, de tal manera que todo el organismo es capaz dentro de ciertos lmites de auto-preservarse frente a per- turbaciones externas tales como los cambios en la temperatura externa o la ac- cin de un parsito. Desde este punto de vista, es posible afrmar, por ejemplo, que tras la ingesta, el estmago libera cidos para facilitar la digestin y eliminar micro- organismos presentes en el alimento, lo que ayuda a la preservacin del individuo. Sera muy sencillo multiplicar los ejem- plos: El ritmo cardaco se acelera para su- ministrar oxgeno y nutrientes a todos los tejidos durante la actividad fsica; o la pupila se dilata en condiciones de baja lu- minosidad para captar ms luz, etc. Las consideraciones anteriores son vlidas para cualquier ser vivo individual, pero no son aplicables a una entidad inerte como el planeta Tierra. O s lo son? Para algu- nas personas, la respuesta parece ser afr- mativa. Hay quien sugiere que, as como un ser humano tiene estmago para dige- rir su alimento, la Tierra tiene, por ejem- plo, organismos descomponedores que contribuyen al reciclaje de nutrientes en los ecosistemas. Aqu intentaremos mos- trar que esta analoga entre un organismo y nuestro planeta es poco conveniente. Una analoga supone una comparacin: A es como B en tal y cual aspecto. En el caso que nos ocupa, no se afrma gene- ralmente que nuestro planeta es un orga- nismo sino que, en cierto grado y sentido, es como un organismo. En realidad, algu- Es la Tierra un sper organismo? Por Leonardo Gonzlez Galli * [email protected] O"GANI#MO# ' LANE$A# Es frecuente que en los medios de comunicacin se sugiera que nuestro planeta es como un ser vivo, un gigantesco y complejo sper organismo. Generalmente, esta comparacin no es explcita, sino que est implcita en ideas tales como aqulla segn la cual, el planeta se defende de la agresin debida a la actividad humana (la contaminacin, el calentamiento global, etc.), o aquella otra que dice que cada proceso natural tiene como fnalidad mantener el equilibrio del planeta entero. Aqu exploraremos esta comparacin, es decir, nos preguntaremos si puede sostenerse en algn sentido relevante que nuestro planeta es como un gran ser vivo. Para tal fn, nos basaremos principalmente en la teora de la evolucin por seleccin natural propuesta por Charles Darwin. P ( 5 2
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" A ' A 12 BIOLOGA nas personas fuerzan la analoga hasta la identidad (nuestro planeta es un orga- nismo), pero asumimos que no es necesa- rio refutar semejante afrmacin, por lo que nos centraremos en la analoga. Las analogas son un recurso para pensar sobre algo y/o para comunicar estos pen- samientos. Algunas pueden potenciar nuestra comprensin enormemente; otras, pueden alejarnos de dicha com- prensin. Mostraremos que la analoga planeta/organismo es cientfcamente in- sostenible y que, adems, puede tener consecuencias ticas indeseables. Para comprender por qu la analoga pla- neta/organismo es inadecuada, debemos entender primero qu mecanismo ha dado origen a la notable coleccin de es- tructuras y procesos que permiten a un ser vivo sobrevivir: la evolucin por se- leccin natural. Cmo conseguir un estmago El estmago es un rgano cuya utilidad para la supervivencia del individuo es evi- dente. Lo tomaremos pues como ejemplo para explicar cmo se pudo originar tan conveniente estructura. Imaginemos un vertebrado 1 ancestral que posea un tubo digestivo tpico pero sin estmago. En las poblaciones de ese hipottico ancestro existan diferencias entre los individuos: unos eran ms grandes, otros ms peque- os, unos ms claros, otros ms oscuros. Estas diferencias surgen de un modo azaroso, con total independencia de las necesidades del organismo, y tienen su origen en las mutaciones genticas y en las nuevas combinaciones de genes que se originan gracias a la reproduccin sexual. Como estas diferencias se deben a diferen- cias genticas, pasan de padres a hijos, es decir, son heredadas. Como parte de esta variabilidad hereda- ble que exista en esa poblacin ances- tral, algunos individuos tenan, como consecuencia de una mutacin, un leve ensanchamiento de la regin media del tubo digestivo. Podemos imaginar que esto les confera una ventaja (en compa- racin con aquellos individuos que no te- nan ese ensanchamiento), ya que les permita alojar ms alimento y la muscu- latura les permita mezclar mejor esos ali- mentos con los fuidos digestivos. Gracias a esa ventaja, esos individuos se nutran mejor, y como consecuencia, podemos su- poner que sus cras eran algo ms robustas que las cras de los individuos que no po- sean ese ensanchamiento, al que denomi- naremos proto-estmago. Esta robustez extra daba a esas cras una mayor probabilidad de sobrevivir y, por lo tanto, de reproducirse. As, los individuos con este proto-estmago tenan un mayor xito reproductivo que aquellos que no lo tenan, y como este rasgo era heredable (por deberse a ciertas caracte- rsticas genticas), en cada nueva genera- cin haba un porcentaje mayor de individuos con proto-estmago. Enton- ces, varias generaciones despus, la gran mayora de los individuos de esta pobla- cin tendra proto-estmago. Luego, podemos imaginar que naci un individuo portador de otra mutacin que tena el efecto de que ciertas clulas del proto-estmago liberaran un lquido cido. Como este cido mejoraba la diges- tin y eliminaba algunos patgenos 2 pre- sentes en el alimento, los poseedores de esta novedad tuvieron una mejor nutri- cin y salud y, por lo tanto, una mejor re- produccin. A su vez, eso tuvo como consecuencia, con el paso de las genera- ciones, un incremento de la frecuencia de individuos con proto-estmagos cidos. Con el paso de las generaciones, las mu- taciones fueron introduciendo nuevas variantes del proto-estmago cido. Al- gunas de estas variantes funcionaban peor que la ya existente, en cuyo caso sus po- seedores se reproducan menos que los in- dividuos tpicos, y la nueva variante era rpidamente eliminada de la poblacin. Otras variantes eran tan buenas como la tpica, en cuyo caso se sumaban a la di- versidad ya existente, y se podan hacer ms o menos frecuentes de un modo pu- ramente azaroso. Pero, de vez en cuando, surga alguna nueva variante que funcio- naba mejor que las existentes. En ese caso, la novedad se volva ms frecuente a travs de las generaciones, como ya explicamos. Este proceso evolutivo, denominado se- leccin natural, fue reteniendo cada mejora que apareca, y los estmagos ac- tuales son la ms reciente versin de esta serie de proto-estmagos mejorados. La seleccin natural es el modo mediante el cual, a lo largo de la evolucin, los seres vivos adquieren nuevas estructuras y fun- ciones que les permiten sobrevivir y re- producirse (adaptaciones). Las nuevas variantes slo sern retenidas por la selec- cin si suponen una mejora en el funcio- namiento de los organismos como un todo, por lo que el resultado es un orga- nismo con diversas partes que funcionan de un modo coordinado. Es por este mo- tivo que podemos pensar que la funcin del estmago (o del ojo, o de cualquier otra parte) est subordinada a la supervi- vencia y a la reproduccin del organismo individual como un todo. Los seres vivos como rganos del planeta-organismo Volvamos ahora a la analoga entre nues- tro planeta y un organismo, y utilicemos para referirnos a ella un nombre con el cual se ha hecho famosa: Gaia. Los de- fensores de esta idea sostienen que los seres vivos son parte de un sistema mayor: el planeta. Esto es una verdad in- discutible. Pero los partidarios de Gaia van ms all y proponen que estos orga- nismos cumplen funciones especfcas orientadas a la preservacin de Gaia. Aqu hemos llegado al corazn de la ana- loga: as como el estmago cumple una funcin orientada a la supervivencia y re- produccin del organismo individual que lo contiene, los organismos y los dems componentes del sper organismo cum- plen funciones orientadas a la preserva- cin de Gaia. Vale decir que los seres vivos seran como rganos de Gaia. Las dems partes, como los ocanos y la at- L) :-3-++1F5 5);<9)3 -: -3 46,6 4-,1)5;- -3 +<)3, ) 36 3)9/6 ,- 3) -=63<+1F5, 36: :-9-: =1=6: ),8<1-9-5 5<-- =): -:;9<+;<9): ? .<5+165-: 8<- 3-: 7-941;-5 :6*9-=1=19 ? 9-796,<+19:- (),)7;)+16- 5-:). 13 BIOLOGA msfera, haran lo suyo tambin. El autor de la hiptesis de Gaia, el espe- cialista en qumica atmosfrica James Lo- velock, ha sugerido, por ejemplo, que algunas bacterias producen metano por el rol que esta sustancia juega en la regula- cin de la temperatura atmosfrica. De- bemos detenernos en esta idea. Lo que Lovelock est afrmando es que si el me- tano no tuviera ese efecto regulador en la atmsfera entonces las bacterias no lo pro- duciran. Para decirlo de otro modo, las bacterias producen metano para regular la temperatura atmosfrica. El uso del tr- mino para sugiere una fnalidad, y de- bemos ser cuidadosos con este lenguaje. Sin embargo, volviendo al ejemplo ante- rior, podramos decir que, en cierto sen- tido, el estmago segrega cido para matar los microrganismos patgenos. Por qu podemos permitirnos este lenguaje f- nalista en el caso del estmago? Porque si el cido no tuviera esos efectos, no hu- biera sido seleccionado. La pregunta que debemos hacernos ahora es: Es este razonamiento igualmente v- lido para la produccin bacteriana de me- tano y la regulacin de la temperatura atmosfrica? Es decir, podramos afrmar que as como el estmago segrega cido para digerir los alimentos, las bacterias producen metano para regular la tempe- ratura atmosfrica? Para responder esta pregunta debemos volver al mecanismo mediante el cual los organismos adquieren sus caractersticas (entre ellas, el estmago de los vertebrados y la capacidad de producir metano de las bacterias): la seleccin natural. La (falta de) amabilidad de las bacterias En relacin con este ejemplo, el bilogo evolucionista Richard Dawkins ha escrito que el problema de la hiptesis Gaia es que pide que las bacterias sean ms ama- bles de lo que la seleccin natural puede explicar. La clave para comprender por qu esto es as reside en que la seleccin natural slo puede incrementar la fre- cuencia de aquellos rasgos que suponen una ventaja para la supervivencia y la re- produccin del individuo que posee el rasgo en cuestin. Es cierto, como afrma Lovelock, que el metano que las bacterias liberan a la atmsfera tiene un efecto re- gulador. Pero para afrmar que las bacte- rias producen metano por dicho efecto regulador habra que mostrar que sa es la razn por la cual la produccin de metano fue seleccionada dentro de las poblaciones bacterianas, y aqu es donde la analoga falla. Si la seleccin natural favoreci la produccin de metano entre las bacterias, fue como consecuencia de que ese rasgo confera una ventaja a cada bacteria pro- ductora de metano. Si ese metano libe- rado tiene o no un efecto regulador en la atmsfera es algo totalmente incidental y secundario, que no explica por qu las bacterias producen metano. Pero, no po- dra la seleccin favorecer un rasgo por el efecto benefcioso que ese rasgo tiene en el ambiente? Para decirlo brevemente, no. Imaginemos que en una poblacin de bacterias que no producen metano surge, como consecuencia de una mutacin, una bacteria cuyo metabolismo energtico tiene como consecuencia la liberacin de este gas. Qu suceder con esta nueva va- riante en la poblacin? Como ya vimos, todo depende del efecto que tenga sobre la supervivencia y la reproduccin de su poseedor. Si el metabolismo metangeno fuera ventajoso para su poseedor (por ejemplo, porque permite obtener ms energa), entonces la seleccin incremen- tara la frecuencia de las bacterias meta- ngenas automticamente, sin importar si esto es bueno o malo para la atmsfera. Supongamos otro escenario posible segn el cual la capacidad de producir metano es mala para su poseedor (por ejemplo, por- que los materiales necesarios para producir metano son escasos), al tiempo que tiene un benfco efecto regulador en las condi- ciones atmosfricas. En este caso, aquellas bacterias que no producen metano se re- producirn ms que aqullas que s lo pro- ducen, ya que las primeras conseguiran las sustancias necesarias para su metabolismo ms fcilmente que las segundas. As, por ms benfca que sea la liberacin de metano para la atmsfera, la seleccin favorecer la variante que no produce me- tano. En sntesis, el hecho de que el me- tano tenga un efecto regulador en la atmsfera no puede explicar por qu esta capacidad evolucion entre las bacterias. Si dicha capacidad evolucion es porque era benefciosa para cada bacteria indivi- dual. En realidad, estas bacterias toman dixido de carbono (CO2) e hidrgeno gaseoso (H2) y sintetizan metano (CH4) como parte de los procesos qumicos que les permiten obtener energa de sus ali- mentos. El metano liberado acta como un gas de efecto invernadero que ayuda a mantener la temperatura de la atms- fera. El punto es que la seleccin natural favoreci un cierto proceso metablico (que supone la liberacin de metano) por- que era ventajoso para la nutricin de cada bacteria, y no porque contribua a la regulacin de la temperatura de la atms- fera. sa es una consecuencia secundaria que no explica por qu, actualmente, vemos bacterias productoras de metano. Por eso, podemos decir que las bacterias pro- ducen metano para obtener energa pero no podemos decir que producen metano para regular la temperatura atmosfrica. La venganza de Gaia Diversas funciones de nuestro organismo se ponen en accin frente a las perturba- ciones, por ejemplo, la reaccin inmuno- lgica frente a una infeccin. Siguiendo con la analoga del planeta-organismo, los amantes de Gaia sugieren que la Tierra re- acciona para compensar las perturbacio- nes, como aqullas causadas por la accin humana. As, podemos or en la televisin que las catstrofes naturales (huracanes, terremotos) son reacciones del planeta frente a la agresin humana. Nueva- mente, se sugiere aqu que cosas tales como las tormentas se producen para ase- gurar la supervivencia de Gaia. De ms est decir que sugerir que los sis- temas fsicos del planeta tienden a pre- servar a Gaia es ms absurdo an que sugerir que la accin de los organismos responde a dicho fin. Queremos en este punto llamar la atencin sobre el hecho de que esta analoga entre el planeta y un organismo, adems de ser incompatible con lo que actualmente sabemos sobre la evolucin biolgica, puede tener conse- cuencias indeseables. Por ejemplo, no falta quien sugiere que es innecesario BIOLOGA La analog"a planeta/organismo es cien- t"ficamente insostenible y, adems, puede tener consecuencias !ticas inde- seables. Que los sistemas f"sicos del pla- neta tiendan a preservar a Gaia es ms absurdo que sugerir que la acci#n de los organismos responda a dicho fin. Creer que nuestro planeta tiene mecanismos para defenderse puede resultar un peli- groso llamado a la inacci#n frente a la crisis ambiental. Los planetas no evolu- cionan por selecci#n natural y no exhiben una complejidad funcional comparable. 14 15 BIOLOGA preocuparse por y ocuparse de la crisis ambiental porque, de algn modo, Gaia sabr librarse de esta especie (la humana) que, cual infeccin bacteriana, la agrede. As, creer que nuestro planeta tiene me- canismos para defenderse como los or- ganismos los tienen puede resultar un peligroso llamado a la inaccin frente a la crisis ambiental que enfrentamos. En ciertos movimientos ecologistas la met- fora segn la cual nuestra especie es una enfermedad de la que Gaia se debe librar llega a extremos an ms peligrosos. As, el crecimiento de la poblacin mundial se ha comparado con un cncer que amenaza la vida del planeta-organismo Gaia. Por supuesto, desde esta perspec- tiva, el cncer son las crecientes pobla- ciones del Tercer Mundo y no las envejecidas poblaciones del Primer Mundo con bajas tasas de natalidad. Se vislumbran aqu peligrosas ideas misan- trpicas, cuando no racistas. Conclusin La teora de la seleccin natural, pro- puesta hace ya ciento cincuenta aos por el naturalista ingls Charles Darwin, nos permite comprender cmo evolucionan las caractersticas de las especies. Como consecuencia de la lgica de este pro- ceso, aquel rasgo que evoluciona est ge- neralmente al servicio de cada individuo que lo posee. Los efectos que estos ras- gos tienen en entidades mayores, tales como la especie como un todo, el eco- sistema, la biosfera 3 o Gaia, son meros efectos secundarios que en ningn caso explican por qu ese rasgo evolucion. La evolucin por seleccin natural no puede producir rasgos que perjudiquen a sus poseedores para beneficiar entida- des superiores. Tampoco puede producir rasgos que perjudiquen a sus poseedores aqu y ahora porque, en un futuro le- jano, aparecer algn presunto benefi- cio. La seleccin natural no puede prever el futuro. Adems de cientficamente cuestiona- ble, la analoga entre nuestro planeta y un organismo puede tener implicancias ticamente indeseables. Los organismos evolucionan por seleccin natural como entidades complejas cuyas partes inter- actan tendiendo a la supervivencia y a la preservacin del individuo. Los plane- tas no evolucionan por seleccin natural y, por lo tanto, no exhiben una comple- jidad funcional comparable. Ambos, or- ganismos y planetas, son producto de procesos histricos diferentes, y estable- cer una analoga entre ellos no hace ms que generar confusin. Las personas en general tenemos una fuerte tendencia a atribuir caractersticas humanas a entidades no humanas (an- tropomorfismo). As, tratamos a nues- tros perros como si de personas se tratara. Del mismo modo, estamos bien predispuestos a pensar en nuestro pla- neta como si fuera un gran ser vivo. Sin embargo, nuestro planeta no es un ser vivo y, lo que es ms importante, no es como un ser vivo en ningn sentido re- levante. Mejor haremos entonces en re- accionar rpidamente frente a la crisis ambiental, sin esperar una inexistente respuesta inmunitaria de Gaia. n * L-65)9,6 G65@B3-@ G)331 2@ D<0A<? 2; C62;- 06.@ B6<9L460.@ (0<; <?62;A.06L; 2; 161H0A60. 12 9.@ 062;06.@ ;.AB?.92@) F $?<32@<? 12 E;@2K.;G. !216. 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De regiones remotas lleg TOM o TUM, un personaje que les ense la agricultura y cmo organizarse social- mente, y que luego se retir, prometiendo regresar. Este mito lo podemos encon- trar, de manera similar, con Quetzalcatl ASTRONOMA CULTURAL de los aztecas, Kukulkan de los mayas y Wiracocha en los Andes. TUP es la forma divina ms cercana al hombre. Para algunas parcialidades es el trueno, para otras, el Sol o el semidis de la lluvia y del granizo. Segn los guaranes, YVA, el cielo, est formado por varias capas transparentes, y la ltima se llama PYTUMBA (oscuro) o ARAKAY (cielo perdido), una re- gin donde la luz del Sol no llega. La Luna, diosa de la fecundidad, de los amores sexuales y del desarrollo de las plantas, se llama YASY, y es la madre de las estrellas, el origen de la raza y la deidad que cre a los guaranes. En estas tradi- ciones, las estrellas brillan gracias a la in- fuencia de YASYTATA, la luz de la Luna. Por su parte, el planeta Venus, cuando aparece por la maana, es MBIYA COE; y Marte es YASYTATA GUASU, donde fue a vivir el espritu luminoso de Tom o Tum, quien antes de retirarse prometi que un da se comunicara con ellos. La Va Lctea Para algunos grupos se trata del MBOREV TAP, el camino del tapir, El cielo de los guaranes Por Blas Servn, Planetario Padre Buenaventura Surez de Asuncin, Paraguay. Imgenes: Mara Griselda Servn. [email protected] %EBLO# O"IGINA"IO# Como todas las culturas indgenas americanas, los guaranes proyectan su ambiente en el cielo y tratan as de explicar las estrellas y los fenmenos celestes. Conciben a la Tierra como una isla o continente que fota en un ocano plano infnito, y existen tantos mitos como tribus. 17 ASTRONOMA CULTURAL un animal nocturno que siempre trilla el mismo recorrido entre su guarida y un punto donde encuentra alimentos o agua. Las hojas secas pisadas da tras da por el tapir brillan a la luz de la Luna, y sus an- cestros proyectaban ese camino en la Va Lctea. Para otras parcialidades, la Va Lctea era el TAP KUE, el viejo camino por donde vinieron sus abuelos del espacio, por donde un da, todos regresaremos. Para indicarnos el camino, los abuelos de- jaron dos fogatas, lo que nosotros cono- cemos como la Nube Mayor y la Nube Menor de Magallanes. Las Estaciones Los guaranes saban que despus de apro- ximadamente doce lunas llenas regresaba el mismo clima. No tenan nocin del ao, pero s notaron que en junio, la apa- ricin de EICH (las Plyades) en el ho- rizonte este un poco antes de la salida del Sol, marcaba el regreso del ciclo agrcola. Las Plyades Para los guaranes de la regin oriental, este grupo de estrellas recibe el nombre de EICH, y se trata de un panal de avispas existentes en la Amrica pre-colombina. Segn los guaranes de la regin occiden- tal, es OEMBYATYVA, los que se re- nen. Como en los primeros das de junio las Plyades aparecen al este un poco antes de la salida del Sol, y como sa es una poca de mucho fro, vean en este cmulo estelar a una familia indgena abrazada y temblando de fro en el cielo. La salida de EICH u OEMBYATYVA marcaba el regreso del ciclo agrcola, el ao nuevo, y en esa fecha las aldeas esta- llaban en una ruidosa celebracin, acom- paada de fautas, trompetas y tambores; la festa del ARETE GUAZ, que an se festeja. Eclipses Para los guaranes, en el cielo viva un m- tico animal, el JAGU JHOVY (tigre azul), que en ciertas oportunidades se tragaba a la Luna o al Sol. Al ver este fe- nmeno, gritaban JAGU JHOU YASY (el tigre se comi a la Luna) o JAGU JHOU KUARAJHY (el tigre se comi al Sol), y lanzaban al espacio fechas y pie- dras para que el JAGU JHOVY, asus- tado, escupiera a la Luna o al Sol para que regresara la luz. Orin Las estrellas que componen el cinturn de Orin, las que conocemos como las Tres 18 ASTRONOMA CULTURAL Maras, eran para los guaranes una madre viuda acompaada de sus dos hijas, tam- bin viudas a causa de una guerra. Las tres lloran su soledad en el cielo. Alfa y Beta Centauri Como las vean siempre juntas las llama- ban MENDAR JOACJH, el amor de una pareja recin casada. Cruz del Sur El AND PYS, la huella dejada por un and. Escorpio AGUAR TUP ROKAI, el cerco del huerto del dios zorro, un animal muy re- lacionado en toda la Amrica indgena con la agricultura. Sagitario MBOREVI TUP ROKAI, el cerco del huerto del dios tapir. Cmulo estelar de las Hyades (Tauro) Los guaranes bautizados por los misione- ros vean a la Virgen en esta parte de la constelacin de Tauro, la que para la mi- tologa clsica representaba la cabeza del Toro. Lluvias de meteoros Para los guaranes era un fenmeno ce- leste de mal augurio que anunciaba la muerte de un gran jefe, una guerra o en- fermedades. De all su pintoresco nombre de YASY TATA REPOTI: excrementos de las estrellas. n 19 OBSERVACIN ASTRONMICA Manual del buen observador Por Rodolfo Ferraiuolo * [email protected] Muchos destacados observadores creen que su pasin por el estudio del frmamento naci en el mismo momento de ver por primera vez un oscuro cielo estrellado. Eso les provoc tal hechizo que jams olvidaron ese instante. Minutos despus ya estaban preguntndose por esas luces lejanas y esas pro- fundas oscuridades. Con el tiempo, cargando prismticos, telescopios, oculares y cartas estelares, sa- lieron a relajarse lejos de las luces y el ruido de la ciudad, para observar bellos cmulos estelares, intrincadas nebulosas gaseosas y muy distantes galaxias. Poco a poco, con dedicacin, empeo y uti- lizando tcnicas adecuadas, se hicieron expertos observadores visuales y grandes conocedores del cielo. A continuacin intentaremos transmitir algunas recomendaciones para iniciarse y avanzar, como ellos, por este fascinante camino de la observacin astronmica. #%GE"ENCIA# A"A INICIA"#E ' A&AN(A" EN OBJE$O# DE CIELO "OF%NDO S e conoce como objetos de cielo profundo a la gran variedad de cmulos estelares abiertos o globu- lares, asociaciones estelares y aste- rismos, nebulosidades brillantes y oscuras, galaxias y todo tipo de objeto dentro o fuera de la Va Lctea, situado ms all de nuestro Sistema Solar, con excepcin de las estrellas. Aunque tambin algunos observadores con- sideran a las estrellas simples, dobles y ml- tiples dentro de este rtulo. El estudio de estos objetos necesita un fondo de cielo bien oscuro para lograr contrastarlos, ya que son generalmente te- nues, de bajo brillo. Debido a la altsima contaminacin lumnica de los ncleos urbanos, debemos alejarnos de las ciuda- des en busca de oscuridad para que la ob- servacin visual del frmamento rinda sus mximos frutos. Es maravillosa e indes- criptible la sensacin que se experimenta al ver a simple vista la Va Lctea desde un cielo oscuro y difano; luego de ha- berla vivido, no dudaremos en movernos hacia zonas oscuras en busca de un buen lugar para la observacin. Nuestro principal instrumento, el ojo Nuestros ojos han evolucionado bajo un Sol brillante, por lo tanto, su diseo est principalmente preparado para la visin diurna. Pero el sistema visual es verstil, posee la capacidad de habituarse a la os- F < A < :
* 2 ? L ; 6 0 .
C . = 2 9 9 6 20 OBSERVACIN ASTRONMICA curidad y responde, luego de unos minu- tos, a la falta de luz. Esta cualidad de adaptabilidad para la visin nocturna es fundamental y necesaria para alcanzar el mximo detalle en nuestras observaciones astronmicas. La luz ingresada a travs de la pupila forma la imagen en la superfcie interna del ojo, sobre un complejo tejido sensible a la luz, denominado retina. All se produce una serie de fenmenos que terminan siendo impulsos nerviosos transmitidos por el ner- vio ptico al cerebro. En la retina se sitan las clulas fotorreceptoras, denominadas conos y bastones. Los conos, concentrados en la fvea 1 y principalmente en el centro del ojo, sobre el eje ptico 2 , se encargan de aportar la visin en color y gran resolucin a la imagen; utilizan la visin directa, ya que estn adaptados a la luz intensa. Los bastones, ubicados por casi toda la retina (excluyendo a la fvea, a unos 20 alrede- dor de sta), fuera del eje ptico, son los encargados de la visin bajo luz escasa. No detectan los colores (visin en blanco y negro), pero son muy sensibles al movi- miento. Al hallarse fuera del eje ptico, los bastones son utilizados mediante la tcnica de visin perifrica o lateral, que nos per- mite percibir mejor los objetos dbiles. Los bastones necesitan cierto tiempo para lograr una mayor sensibilidad. Por lo tanto, antes de comenzar con nuestras ob- servaciones, es imprescindible adaptar la vista a la oscuridad, por lo menos, du- rante unos 20 minutos, e idealmente, unos 40 minutos. Usar anteojos de sol con proteccin UV durante el da anterior a la observacin ser tambin de utilidad para cuidar la vista. Al observar a travs de un telescopio (ex- cepto en los casos de las estrellas y los pla- netas), es difcil detectar colores en los objetos de cielo profundo. Pero varias ne- bulosas planetarias brillantes presentan tonos azulados o verdosos, y unas pocas nebulosas de emisin o refexin dejan ver reas con tenues tonos crema, verdosos y rojizos-amarronados. Tcnicas de observacin El uso de la visin lateral o perifrica consiste en mirar al objeto como de reojo. As se uti- lizarn ms los bastones y se evitar la zona de la retina de baja sensibilidad a la oscuridad. Parece haber un poco ms de sensibilidad en el ojo hacia el lado que da a la nariz. Fijar el ojo en la imagen durante varios se- gundos ayudar a ver ms detalles en el ob- jeto, como bordes o claroscuros. Si el objeto es casi invisible pero nos da una leve sensa- cin visual o, al menos, fantasmagrica, po- demos mover ligeramente el telescopio para lograr una diferencia de contraste. Los basto- nes son buenos detectores de movimiento. Al observar con un ojo en el ocular del teles- copio, el otro ojo suele mantenerse cerrado, y eso provoca una molesta tensin. Se reco- mienda dejar abierto el ojo con el que no se observa, pero cubierto con la mano o con un parche. Ese ojo podremos utilizarlo al tomar notas, dejando tapado ahora el ojo observa- dor, de forma que el ms adaptado a la os- curidad no pierda esta condicin con alguna luz necesaria para escribir. Tambin puede utilizarse una tela negra para cubrirse toda la cabeza y el ocular, para evitar luces molestas y poder mantener ambos ojos abiertos sin difcultad. Esto es muy recomendable al ob- servar desde reas urbanas. Empezando a observar Luego de la primera adaptacin a la oscuri- dad, lo mejor es comenzar por los objetos F < A < :
G . @ A L ;
F 2 ? ? 2 6 ? L @ 21 OBSERVACIN ASTRONMICA ms brillantes, como planetas, estrellas o c- mulos abiertos, y dejar los tenues para ms adelante, mientras prosigue la adaptacin del ojo. En lo posible, debemos observar un ob- jeto cuando se encuentre cerca de su culmi- nacin (mxima altura alcanzada sobre el horizonte). De esta forma, su luz atravesar menos atmsfera y sufrir menor turbulen- cia, por lo que su imagen ser mejor. La luz de la Luna interfere drsticamente en la observacin y aclara el cielo. Por lo tanto, si est presente, hay que cerciorarse de que sea al comienzo o al fnal de la noche, para asegurarnos varias horas de oscuridad. En noches de Luna es mejor observar estrellas simples, dobles y cmulos abiertos, y no ob- jetos tenues como nebulosas y galaxias. Si nos tomamos un buen tiempo con cada objeto, al transcurrir los minutos irn apare- ciendo ms detalles, estrellas, etc. Debemos respirar tranquilos, estar relajados y cmo- dos. Nuestras observaciones mejorarn con el ejercicio y la experiencia. Ser sorpren- dente notar cunto ha crecido nuestra capa- cidad de ver el cielo cuando comparemos las primeras observaciones con las ms recientes, luego de poco tiempo. En la ciudad, el cielo tambin existe Lo ideal es observar bajo cielos oscuros y di- fanos, pero si lo hacemos desde una ciudad, debemos elegir los objetos a estudiar de acuerdo a sus parmetros. Los ms compli- cados sern las galaxias y nebulosas difusas, pero la Luna, los planetas, muchas estrellas y varios cmulos abiertos son fcilmente ob- servables desde las grandes ciudades. No hay que temerle al cielo contaminado; hay que presentarle batalla y ponerse a observar desde el balcn, la terraza o el jardn. Es importante determinar la Magnitud L- mite Estelar (MALE) del sitio de observa- cin, para tener una idea de bajo qu calidad de cielo estamos. La MALE es la magnitud de la estrella ms dbil detectable a simple vista. Mientras en una ciudad sofocada de G36:)916 ):;965F41+6 CG4<36: A*1-9;6:: $</9.06<;2@ 16@=2?@.@ 12 1202;.@ < 062;A<@ 12 2@A?299.@ 7LC2;2@, C6;0B9.1.@ 3J@60.:2;A2 2;A?2 @J =<? 5./2?@2 3<?:.1< A<1.@ 12 B;. :6@:. ;2/B9<@.. *.?6<@ @<; C6@6/92@ . @6:=92 C6@A. (9.@ $9IF.12@, 29 J<F2?<, ! 44, "GC 2516), F :B- 05J@6:<@ 0<; =2>B2K<@ A292@0<=6<@. CG4<36: G36*<3)9-:: $</9.06<;2@ :BF 0<;02;A?.1.@ 12 062;A<@ 12 :692@ < :699<;2@ 12 2@A?299.@ :BF .;A64B.@, >B2 @2 .4?B=.; 2; 3<?:. 2@3I?60. 964.1.@ =<? @B =?<=6. 4?.C21.1. C<; B; =2>B2K< A292@0<=6< =B212; C2?@2 0<:< B;. 2@32?. 163B@. 12 9BG, :H@ 0<;02;A?.1. 2; @B 02;A?<. A:6+1)+165-: -:;-3)9-:: G?B=<@ >B2 42;2?.9:2;A2 =<@22; :2;<? 0.;A61.1 12 2@A?299.@ >B2 9<@ CM:B9<@ A/62?A<@, :H@ 16@=2?@.@ F 0<; 0.?.0A2?J@A60.@ 3J@60.@ @6:69.?2@. A:;-91:46:: A@<06.06<;2@ 2@A29.?2@ .=.?2;A2@ @6; ?29.06L; 3J@60. 2;A?2 @J, =2?< >B2 @2 2;0B2;A?.; 2; 9. :6@:. 16?2006L; [email protected]. N-*<36:): !.@. 163B@. 12 4.@ F =<9C< 6;A2?2@A29.?, @6; B;. 3<?:. 1236;61., 0BF<@ =?6;06- =.92@ 0<:=B2@A<@ >BJ:60<@ @<; 29 561?L42;< F 29 5296< (! 17, ! 42). N-*<36:) 3)5-;)91): &2@A<@ 12 B;. 2@A?299. >B2 5. 9924.1< . @B 36; F >B2 5. 2E=B9- @.1< @B@ 0.=.@ =2?63I?60.@, =<? 9< 0B.9 .1>B62?2 B;. .=.?2;A2 364B?. 12 .;699< C6@A. . 9. 16@A.;06.. A A?.CI@ 12 B; A292@0<=6< =B212 A2;2? 29 .@=20A< =.?2061< . B; =9.- ;2A., =<? 2@< @B ;<:/?2 ("GC 3242). M)/51;<,: E@ 9. :2161. 12 9. 6;A2;@61.1 129 /?699< 12 B; .@A?<. .@ 2@A?299.@ C6@6/92@ . @6:=92 C6@A. @2 @2=.?.; 2; 0.A24<?J.@, 0<:M;:2;A2, 12 9. :.4;6AB1 1 . 9. 6, .B;>B2 2; 0629<@ :BF <@0B?<@ @2 =B212 16@A6;4B6? 5.@A. 9. 7. !62;A?.@ :2;<? @2. 29 ;M:2?<, :.F<? @2?H 29 /?699<. A A?.CI@ 12 A292@0<=6<@ 12 .3606<;.1<@ @2 =B212 9924.? . </@2?C.? 2@A?299.@ 12 :.4;6AB1 12, F 0<; /6;<0B9.?2@, 9 L 10. O+<3)9: E@ 29 @6@A2:. L=A60< >B2 .:=9J. 9. 6:.42; 3<?:.1. 2; 29 3<0< 129 A292@0<=6<. C<:M;:2;A2 2@ B; =2>B2K< AB/< 2; 29 >B2 0<9<0.:<@ 29 <7< =.?. </@2?C.?. La Nebulosa Omega (M 17) y la Nebulosa Planetaria Fantasma de Jpiter (NGC 3242) son clsicos objetos del cielo pro- fundo fcilmente visibles con telescopios de afcionados. F < A < :
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E 4 B 6 C . ? F < A < :
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& 6 / . @ 22 OBSERVACIN ASTRONMICA luz la magnitud lmite puede ser 4, en cielos rurales alcanzar 6 6,5, y en desiertos y montaas podr llegar a 7 7,5, e incluso algo ms en situaciones excepcionales, gene- ralmente a cierta altitud. Segn la zona, generalmente la peor poca para observar es el verano, porque las noches son cortas y, fundamentalmente, habr ms inestabilidad atmosfrica debido al calor del da. En invierno tendremos las mejores no- ches y el impresionante centro galctico sobre nuestra cabeza, pero tomaremos mucho fro. Por eso debemos pensar en salir a observar con buen abrigo. Por suerte, hoy en da existe mucha ropa tr- mica adecuada. Adems de una campera im- permeable, medias gruesas y todo el abrigo posible, son importantes los guantes (pueden ser dos pares: los primeros, fnos, para poder manipular el instrumental, y los de arriba, gruesos, para cuando no utilicemos las manos) y unas botas que nos protejan del fro y la humedad. La cabeza es por donde el cuerpo pierde ms calor, por ello, es fun- damental tener un gorro o pasamontaas. Si la cabeza se enfra, el cuerpo reaccionar re- duciendo el fujo sanguneo a las extremida- des y aumentndolo hacia la cabeza, enfriando manos y pies. Ser fundamental tambin llevar alimentos que aporten mucha energa, como choco- late, frutos secos, etc., y beber algo caliente. A pesar de la creencia popular, las bebidas al- cohlicas no proporcionan mejora ante el fro, sino todo lo contrario, ya que producen vasoconstriccin. La visin nocturna no va bien con la falta de azcares, con el alcohol ni con la nicotina. Por ltimo, es ventajoso llevar algn banco o reposera para sentarse al pie del telescopio y observar cmodamente. Planifcacin y apuntes Al planifcar la observacin, no es bueno recargarnos de objetivos. Segn las posi- bilidades de nuestro instrumental, tene- mos que inspeccionar los datos conocidos de los objetos a estudiar, esencialmente su magnitud, tamao aparente y brillo su- perfcial. En objetos extensos (varias nebulosas, c- mulos estelares y galaxias vistas de frente o con ncleos ms luminosos), la luz se esparce por toda la superfcie. Cuanto ms bajo sea el brillo superfcial, ms grande ser su tamao aparente, a la vez que el brillo superfcial podr ser ms alto que su magnitud visual, medida por el brillo integrado del objeto, que es puntual en el caso de las estrellas. Durante y despus de la observacin, podemos tomar notas con grficos, bos- quejos y dibujos, o grabar en audio des- cripciones y comentarios, para luego confeccionar un reporte que deje constan- cia del objeto estudiado, su ubicacin, fecha y hora, condiciones del cielo y visi- bilidad, nivel de oscuridad, transparencia del cielo, seeing (condicin de turbulencia atmosfrica), MALE, presencia o no de la Luna, temperatura, humedad, viento, etc. Tambin hay que especifcar el instru- mental utilizado (a simple vista, con te- lescopio o binoculares; aumento y campo visual, uso de fltros, etc.), coordenadas del lugar y su categorizacin (si es urbano, suburbano, rural o de montaa), altitud, tiempo de observacin, etc. Con respecto al objeto observado, pode- mos describir su aspecto, forma, estructura, magnitud, concentracin, densidad, color, resolucin, conteo de estrellas (en cmulos abiertos), etc. Podemos destacar tambin si nuestro objetivo es fcil o no de hallar, si es brillante, grande, dbil, tenue, etc.; si es visible a simple vista, con prismticos y/o telescopio; a bajos, moderados o altos au- mentos, con visin directa o perifrica, con o sin fltros. Tambin es bueno describir otros astros que se encuentren en el mismo campo visual; registrar estrellas destacadas y sus colores; estrellas dobles, asterismos in- teresantes que ayuden a situar el objeto; o si el brillo de alguna estrella nos perturba la visualizacin. Toda anotacin o registro sirve, por ms que parezca irrelevante, incluso si el objeto no pudo ser hallado. Uno de los mejores modos de recordar las experiencias obser- vacionales y afanzar los conocimientos es llevar un diario donde, adems de plasmar lo tcnico (que con el tiempo se convertir en un importante banco de datos), pode- mos anotar otros condimentos, como la presencia de familiares y amigos en la se- sin, ancdotas de la noche, etc. Cuando necesitemos un poco de luz para realizar nuestras tareas, usaremos luz roja. La luz blanca contraer nuestras pupilas rpidamente, pero los bastones de la re- tina son insensibles al rojo. Lo ideal es un Antiguo y apreciado diario de observaciones astronmicas del autor. Arriba, un dibujo de la galaxia Sombrero (M 104). 23 OBSERVACIN ASTRONMICA monocromtico LED rojo de moderada a baja intensidad. Telescopios Para ser un buen observador, es impor- tante conocer las posibilidades de nuestro instrumental. Si uno no tiene experiencia con su telescopio, conviene practicar de da, enfocando rboles, antenas, edifcios o cualquier cosa que le d la seguridad de no estar viendo un objeto equivocado. Una gran cantidad de avezados observa- dores opinan que el mejor telescopio para comenzar en la observacin visual de ob- jetos de cielo profundo es un luminoso re- fector newtoniano de mediana apertura 3 , sobre todo si es robusto, simple, efciente y est bien calibrado o colimado. Su pre- cio es ms ventajoso y hasta puede ser construido manualmente. De todas for- mas, el mejor telescopio siempre es el que tenemos. Ms importante que el telescopio es ob- servar bajo un buen cielo oscuro. En estas condiciones, con un pequeo refractor 4 de 60 mm sern visibles los 110 objetos de cielo profundo del catlogo Messier, entre otras cosas. Hay cientos de objetos al alcance de pequeas y medianas aper- turas, y varios miles con medianas y gran- des. Con un telescopio de 12 pulgadas (30 cm), siempre desde un cielo oscuro, pode- mos estudiar los casi 8000 objetos del cat- logo NGC (New General Catalogue) y varios miles ms. Para buscar un objeto (sin disponer de Go-To 5 en la montura del telescopio), muchas veces utilizaremos el mtodo co- nocido en ingls como star hopping: con un mapa o carta del sector del cielo, habr que partir desde alguna estrella visible ms fcilmente y saltar", de estrella en estre- lla, hasta llegar al objetivo. Para comenzar a buscar, hay que colocar en el telescopio el ocular de ms baja po- tencia que tengamos, y luego iremos su- mando aumento en la medida necesaria. Es conveniente utilizar oculares variados durante la observacin y probar distintas combinaciones. Las nebulosas planetarias logran un mayor contraste con mediano y alto au- mento. Las galaxias, nebulosas y cmulos globulares tenues, con baja, mediana y, ocasionalmente, alta potencia. Las nebu- losas oscuras, con un ocular de baja po- tencia y gran campo. En el caso de cmulos estelares abiertos o globulares brillantes, cualquier potencia y campo puede ser til, y son los que menos sufren los efectos de la contaminacin lumnica de las ciudades. Una imagen inolvidable es la que se ofrece al ver varias galaxias juntas en el mismo campo de un ocular de baja potencia o de gran campo, aunque se vean slo peque- as manchas blanquecinas y difusas. De ser posible, siempre es mejor colocar el telescopio sobre csped o tierra por- que, sobre todo en verano, el concreto o el asfalto irn expulsando lentamente el calor adquirido durante el da, y eso ge- nera turbulencias. Para observaciones urbanas es muy reco- mendable el uso de un fltro antipolucin, como el LPR (Light Pollution Reduction) o el CLS (City Light Supressor), que redu- cen los efectos de la contaminacin lum- nica al bloquear las longitudes de onda amarillas y verdes emitidas por el alum- brado pblico. Bajo cielos oscuros pode- mos contar con otros fltros que bloquean o permiten el paso de determinadas lon- gitudes de onda. Por ejemplo, los UHC, Oxgeno III y H son muy efectivos para resaltar nebulosas brillantes y planetarias. El resto depende de Ud. Hay mucho ms para contar sobre el tema, pero creemos que la experiencia ahora la tiene que hacer cada uno. Nuestra intencin aqu es informar y alentar al astrnomo aficionado a que comience o siga con el estudio de los fantsticos objetos de cielo profundo, as como animarlos a reportar y com- partir sus observaciones e inquietudes en algn foro de Astronoma, en sitios Web personales, blogs, etc. Eso nos ayu- dar a todos los amantes de algo que es mucho ms que un hobby. n * Rodolfo Ferraiuolo es afcionado a la obser- vacin astronmica desde los 12 aos, hace ya ms de 30. Publica variados artculos del tema y es parte del staf del sitio surastronomico.com. Es coautor del libro Extico Cielo Profundo (junto a Enzo De Bernardini), dedicado a la ob- servacin visual de ms de 200 objetos al alcance de diferentes instrumentos. Es porteo pero vive en San Rafael, Mendoza, adonde fue en busca de la montaa y de hermosos cielos estrellados. 1 FLC2.: =2>B2K. 12=?2@6L; 2; 9. ?2A6;. 129 <7<, 12 B; =<0< :H@ 12 1 :: 0B.1?.1<, 1<;12 @2 2;3<0.; 9<@ ?.F<@ 9B:6;<@<@. '2 2;0B2;A?. 2@=206.9:2;A2 0.=.06A.1. =.?. 9. 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Los cientfcos de la misin confan en que, adems, podrn encontrar pistas de materia orgnica y hasta compuestos orgnicos muy bien preservados dentro de la arcilla (como ocurri en la Tierra). Pero Curiosity no va a buscar vida en Marte, ni pasada, ni presente. No est preparado para eso. S podr olfatear posibles emisiones de metano, y la deteccin de este elemento en la atmsfera marciana puede alimentar prudentes esperanzas sobre la existencia de microorganismos subterrneos. El crter Gale fue un blanco cuidadosamente elegido: es una impresionante fosa de impacto, de 160 kilmetros de dimetro, situada a 4 grados al sur del ecuador del planeta. La nave Mars Reconnaissance Orbiter revel que el piso del crter contiene sulfatos y arcillas, compuestos que se forman en presencia de agua. Por eso, muchos expertos piensan que all pudo haber existido un lago. Todava estamos a dcadas del ansiado desembarco humano en el planeta rojo, pero la hazaa de ese fabuloso robot, que lleva toda nuestra curiosidad a cuestas, no es poca cosa. C9B;-9 G)3- (65) ,- ,-:+-5:6 C<906:0;@ 3<?:. =.?A2 129 $?<4?.:. 12 EE=9<?.06L; 12 !.?A2 12 9. "A'A. ); =9.; [email protected]<;.1< F 12 9.?4. 1B?.06L; >B2, 1B?.;A2 9<@ M9A6:<@ .K<@, 5. 1.1< 9B4.? . :6@6<;2@ :2:<?./92@, 0<:< M(9: P(;/-05+,9, M(9: G36)(3 !<9=,@69 < 9<@ ?<C2?@ !7090; F O7769;<50;@. '2 A?.A. 12 B; 9./<?.A<?6< 42<->BJ:60< ?<1.;A2: A62;2 29 A.:.K< 12 B; .BA< 0560< F @26@ ?B21.@ 12 A?.006L;, @B@=2;- @6L; F :<C6961.1 6;12=2;162;A2. E; @B 0.??<02?J. :2AH960. 992C. :<;A.- 1.@ 0<:=BA.1<?.@, ?24B9.1<?2@ 12 A2:=2?.AB?., .;A2;.@, B; /?.G< :20H;60< (0<; A.9.1?< F =.9.) =.?. A<:.? :B2@A?.@ 129 A2??2;< F 162G 6;@A?B:2;A<@ 062;AJ360<@. E;A?2 299<@, @2 [email protected].; 9. M(:;C(4 (B;. 0H:.?. 12 .9A. ?2@<9B06L; >B2 A<:.?H 6:H42;2@ 129 [email protected] F 12 =B;A<@ 12 6;A2?I@ 42<9L460<) F 9. 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D<9)+1F5 ,- 3) 41:1F5: 1 .K< :.?06.;< (23 :2@2@ A2??2@A?2@), 0<:< :J;6:<. 27 CURIOSITY Buscamos el pasado climtico y geolgico de Marte MIG%EL #AN MA"$MN EN EL LANE$A"IO Miguel San Martn, ingeniero argentino que trabaja en la NASA desde hace 27 aos, uno de los responsables del descenso en Marte del vehculo robtico Curiosity, brind una conferencia en el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires. E l pasado 6 de agosto, el Labora- torio de Propulsin a Chorro de la NASA pos sobre la su- perfcie de Marte el vehculo de exploracin Curiosity, de casi una tonelada de peso y un costo de 2500 millones de d- lares. Fue una de las maniobras de descenso ms peligrosas y audaces en la historia de la exploracin espacial. Das ms tarde, el ingeniero San Martn, que estuvo a cargo del diseo y la implementacin del sistema de guiado y navegacin que control al Curiosity durante ese descenso, brind una presentacin en el Planetario donde detall los objetivos cientfcos de la misin y los desafos tcnicos para colocar a la sonda es- pacial sobre la superfcie del planeta rojo. Por qu penss que esto va a funcionar?, fue la pregunta que ms veces tuvimos que responder en los ltimos 8 aos de trabajo. Justamente, por eso, porque es- tuvimos 8 aos trabajando en ello. Alejandro Miguel San Martn naci en 1959 en Villa Regina, Ro Negro, y creci en Buenos Aires. Curs en Estados Unidos sus estudios universitarios y realiz su sueo de contribuir a la exploracin espa- cial en la NASA. Se recibi con el ttulo de Ingeniero Electrnico en la Univer- sidad de Siracusa, con summa cum laude (con alabanza, laureado, en latn), y en el Instituto de Tecnologa de Massa- chusetts, con un Mster en Ingeniera Aeroespacial. Luego de su graduacin fue contratado por el Jet Propulsion Labora- tory, el centro de la NASA que se especia- El Ing. San Martn, familiares, amigos y parte del personal del Planetario. F < A < :
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! . 2 @ A ? < ; 6 28 CURIOSITY liza en la exploracin planetaria, donde se desempea desde hace 27 aos. Su rea de especializacin es el guiado, navegacin y control de naves espaciales interplaneta- rias. Particip en las misiones Magallanes (a Venus), Cassini (a Saturno), Pathfnder (que pos al Sojourner, el primer vehculo robtico en Marte), en el descenso y pos- terior desempeo cientfco de los vehcu- los Spirit y Opportunity (en Marte), y ha sido miembro de varios paneles de aseso- ramiento para las misiones Topex, Mars Polar Lander, Deep Impact y Phoenix. En su visita a nuestro Planetario, San Mar- tn se encarg de dejar en claro por qu Marte es una de las prioridades de la ex- ploracin espacial. Porque tenemos suf- ciente evidencia de que hace unos 3000 millones de aos era un planeta clido y hmedo, con mucha agua, como lo es la Tierra ahora. Hoy Marte es lo opuesto a eso. En aquel pasado remoto estaban las condiciones necesarias para que pudiera surgir la vida tambin en Marte. Eso hace que los cientfcos de todo el mundo ten- gan inters en saber si alguna vez existi vida all, para tratar de responder a una pregunta que la humanidad se ha hecho a travs de los siglos: si estamos solos en el Universo. Las condiciones que se dieron en la Tierra, la qumica, la temperatura, la humedad son casi un accidente cs- mico. Pero ante la cantidad de mundos que pueda haber en el Universo, que es tan grande, las posibilidades de que haya vida en otra parte crecen, y nada mejor que intentar encontrarla en un mundo ve- cino. Eso hara suponer que la vida no es tan poco comn. Por eso, la importancia est en probar esta hiptesis en Marte. -Por qu es tan difcil buscar vida en Marte? -En primer lugar, detectar vida es difcil en cualquier lado, ya que la defnicin de vida no es del todo clara. Aparente- mente, hay ciertas reacciones qumicas que no son biolgicas, pero que se aseme- jan muchsimo a eso. Si se encontrara un organismo complejo sera ms simple, pero si se tratara de microorganismos, sera mucho ms difcil. Ya se ha fracasado en misiones anteriores en la bsqueda de vida en Marte, y as se desinf todo el programa espacial de este planeta, ya que bajaron mucho las expectativas. Durante casi 20 aos no se hizo nada al respecto. Entonces, ahora la NASA decide ir y bus- car, primero, evidencias de agua; luego, condiciones de probabilidades para la su- puesta existencia de vida; y luego se estu- diar dnde buscarla, e incluso est la idea de traer muestras a la Tierra para ser ana- lizadas. El prximo paso ser buscar con- diciones de vida y compuestos orgnicos. El ingeniero argentino tuvo una participa- cin fundamental en el diseo de los instru- mentos que le permitieron al Curiosity descender en suelo marciano. Pero una vez superados esos pasos, haba que buscar el lugar propicio para aterrizar, teniendo en cuenta los objetivos cientfcos de esta mi- sin. El crter en el que descendi la nave posee montaas con capas geolgicas se- dimentarias, que cuentan la historia del pasado climtico y geolgico de Marte. Por eso elegimos ese lugar. Pero al comen- zar a transitar el Curiosity por la superfcie de Marte, los cientfcos queran recono- cer cosas que no estaban, en un principio, en los planes, ya que a cada paso que el ve- hculo da, algo les llama la atencin. Y nosotros, los ingenieros, tenemos que hacer que las cosas sigan funcionando. En este caso, los cientfcos son como nues- tros clientes, y trabajamos para ellos. G?.06.@ . :6@6<;2@ .;A2?6<?2@, 29 12@02;@< 129 C<906:0;@ @2 C6< .=<F.1< =<? ;.C2@ 2@=.06.92@ >B2 @2 2;0B2;A?.; 2; L?/6A. 12 !.?A2 5.02 F. .94B;<@ .K<@. KE:6 56: 7-941;1F :)+)9 -:;) 7914-9) 14)/-5, 8<- 8<1@B: 56 ;-5/) 4<+06 =)369 +1-5;D.1+6, 7-96 :D 01:;F91+6. E: +646 :1 )3/<1-5 3- 0<*1-9) ;64),6 <5) .6;6 ) C63F5 )3 33-/)9 ) A4C91+)L. !64B29 @2 ?236?6L A.:/6I; . 9. 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Durante trece das llev a cabo una amplia variedad de ex- perimentos relacionados con el procesa- miento de materiales y la fsica de los fui- dos. Al concluir la misin, el Dr. DeLucas haba viajado ms de 9 millones de km en 221 rbitas a la Tierra, y haba acumulado ms de 331 horas en el espacio. n Las naciones tienen muchos hroes y prceres. Sin embargo, hay pocos hroes de la humanidad que han cruzado todas las fronteras polticas, sociales y religiosas. Neil Armstrong fue nuestro hroe global contemporneo. Desde chico, Neil sinti una irresistible atraccin por los aviones. A los 16 aos ya haba obtenido su licencia de vuelo. Estudi ingeniera astronutica y a comienzos de los aos 50 fue uno de los pilotos mas destaca- dos de la Marina de los Estados Unidos, du- rante la guerra de Corea. Pero la guerra no hace grande a nadie. Lo que hizo grande a Neil vino tiempo ms tarde. Hacia 1962, la NASA lo convoc para for- mar parte de la selecta lista de astronautas que participara de las futuras misiones espaciales. En 1966 form parte de la misin orbital Gemini 8. El resto es historia conocida: el 20 de julio de 1969, Neil Armstrong se convirti en el primer ser humano que pis el suelo de F < A < :
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& B @ @ < : . ; 1 < Astronautas en Buenos Aires El Planetario recibi la visita de dos ex as- tronautas de la NASA, quienes compartie- ron sus experiencias en los programas de transbordadores, exploraciones y estaciones espaciales, en dos conferencias abiertas al HOMENAJE A NEIL ARMSTRONG otro mundo. Fue una hazaa mayscula, un hito que debe enorgullecernos como especie, ms all de obvias cuestiones polticas y mi- litares, que con el correr de los siglos queda- rn en el ms absoluto de los olvidos. Neil Armstrong se nos fue el pasado 25 de agosto, a la edad de 82 aos. Aquel chico que soaba con volar, un buen da tom coraje, se subi a un cohete monumental y vol hasta la Luna. El primero de nosotros. n Mariano Ribas 30 FOTO DE TAPA / OCULTACIONES piter es el segundo planeta ms brillante de nuestro cielo, despus de Venus, y si uno sabe su posicin exacta, puede ser visible durante el da. Pero el brillo del cielo diurno difi- culta extremadamente la posibilidad de encontrarlo. La presencia de la Luna muy cerca del planeta resulta fundamen- tal para facilitar esa tarea. sta fue una de esas extraas oportunidades que nos brinda la observacin del cielo diurno: buscar la Luna y descubrir a su lado un puntito brillante, nada menos que Jpi- ter, que tanto brilla de noche. La imagen de la tapa de esta cuarta edicin de Si Muove, realizada por Mariano Ribas, corresponde a los momentos previos a la ocultacin, que ocurri a las 08:13 del 8 de septiembre. Minutos despus, el propio movimiento de la Luna alrededor de la Tierra, viajando a unos 3500 km por hora, la llev a taparnos a Jpiter durante casi una hora y media, hasta que el planeta asom por el lado opuesto de nuestro sa- tlite. En realidad, como en todos estos casos de alineaciones y ocultaciones, fue slo una cuestin de perspectivas, algo que ocurre segn el lugar en el que nos en- contremos. En este caso, la Luna estaba a 403.500 km de la Tierra, mientras que de Jpiter nos sepa- raban unos 735.000.000 de km, lo que hace que el planeta se encuentre unas 1821,5 veces ms alejado de nosotros que la Luna. Caminos que se cruzan Durante el ao, el Sol recorre un ca- mino aparente en el cielo al que denomi- namos Eclptica. Los planetas del Sistema Solar, incluida la Tierra, giran alrede- dor del Sol en planos orbitales que si bien no son exactos, son simila- res y mantienen leves inclinaciones unos respecto de los otros. Eso hace que, vistos desde la Tierra, los planetas realicen tra- yectorias por un camino similar al que transita el Sol en nuestro cielo, siempre cerca de la Eclptica. La Luna tambin realiza un recorrido aparente similar en nuestro cielo, y como est ms cerca que cualquiera de los planetas, es lgico que, cada tanto, pase por delante de al- guno de ellos y nos lo tape. A eso se llama Ocultacin. Es un fenmeno de perspectivas cuya nica importancia ra- dica en que nos permite disfrutar de cu- riosos paisajes en el cielo, pero que en el pasado ayud a determinar distancias enormes en el Sistema Solar a travs de mtodos geomtricos. A estar atentos Si bien debieron pasar unos 14 aos desde la ltima ocultacin de Jpiter por la Luna visible en nuestro pas, estamos disfrutando de una seguidilla infrecuente de estos fenmenos. Al evento del 8 de sep- tiembre se sum una ocultacin, en este caso, de Marte por la Luna. El mircoles 19 de septiembre la Luna pas por delante del planeta rojo y lo ocult entre las 17:55 y las 19:10. Para los observadores de lati- tudes cercanas a la de Buenos Aires, Marte desapareci por detrs de la Luna durante el da y volvi a aparecer casi de noche. Los prximos eventos de este tipo ten- drn nuevamente como protagonista a Jpiter. La Luna volver a ocultarlo el 28 de noviembre, aunque en este caso el inicio del fenmeno tendr lugar mien- tras ambos astros se encuentren an bajo el horizonte. Desde Buenos Aires y alre- dedores podremos ver salir a la Luna Llena ese da a las 20 h por el este-nor- este, en la constelacin de Tauro, sin Escondiendo al gigante J Gracias a una serie de sucesos que la tienen como protago- nista, la Luna vuelve a decir presente en las observaciones astronmicas. La maana del sbado 8 de septiembre, la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores se presentaba igual que en los das anteriores, bajo una capa densa de nubes que amenazaba con arruinar lo que no se observaba desde 1998: una ocultacin del pla- neta Jpiter por la Luna. Como curiosidad agregada, esto ocurra poco despus de las 8 de la maana, es decir, a plena luz del da. 31 OCULTACIONES nada extrao en sus cercanas. Pero si es- peramos hasta las 21 h veremos cmo se asoma Jpiter por detrs (si la Luna fuera un reloj, Jpiter aparecer por donde la aguja marca las 10). Todo ocurrir a unos 10 de altura, es decir, cerca del ho- rizonte, por lo que para observarlo bien habr que buscar lugares despejados de obstculos, como edificios y rboles, hacia el noreste. Un mes despus, en la tarde del 25 de diciembre nuevamente podremos ver todo el fenmeno de ocultacin. La Luna y Jpiter asomarn por el horizonte a las 17:55. Los instantes posteriores sern ideales para buscar a Jpiter de da, ya que la ocultacin comenzar a las 19:41 y terminar a las 20:20. Si alguno de estos das el cielo llegara a estar nublado, tendremos la ltima re- vancha en las primeras horas del 22 de enero. Otra ocultacin de Jpiter por la Luna ocurrir entre las 00:55 y las 01:52, apenas 15 minutos antes de que ambos se oculten por el horizonte oeste. n !.?A2 F < A < :
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& 6 / . @ Instantes posteriores a la reaparicin de Marte por detras de la Luna el 19 de septiembre de 2012. La imagen demuestra, a pesar de una inslita creencia popular moderna, que nunca Marte puede verse tan grande como la Luna. Jpiter poco antes de ser ocultado por la Luna en la maana del 8 de septiembre de 2012. 32 EVENTOS El pasado 22 de septiembre, el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires particip de la Noche Internacional de la Observa- cin de la Luna, un evento mundial de divulgacin astronmica que crece ao tras ao. Con el lema Bajo una misma Luna, el Planetario organiz un evento pblico y gratuito, en el que cerca de 1200 personas pudieron observar nuestro satlite a travs de telescopios y en una pantalla gigante, acompaados con m- sica y charlas didcticas al aire libre. n F < A < :
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& B @ @ < : . ; 1 < F < A < :
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& B @ @ < : . ; 1 < Bajo una misma Luna 33 CURIOSIDADES Blanco y negro y algo ms En las noches de Luna Llena, nuestro sat- lite parece un brillante disco en blanco y negro. Nada de colores. Al menos, eso es lo que parece a simple vista. Las zonas ms cla- ras son las llamadas tierras altas, las ms antiguas y accidentadas de nuestro satlite. Estas regiones son una suerte de registro fsil de los tiempos ms remotos y violen- tos del Sistema Solar: estn completamente cubiertas de antiqusimos crteres, enormes fosas provocadas por los terribles impactos Los colores de la Luna Por Mariano Ribas, Planetario de la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei. Hey, es naranja, es naranja... encontr suelo naranja!, Harrison J. Schmitt, astronauta y gelogo del Apolo 17 (1972). Cuando Gene Cernan escuch las vibrantes palabras de su compaero de aventuras, all en el gran valle lunar de Taurus-Littrow, qued estupefacto. Pens que Jack haba pasado mucho tiempo en la Luna, y que ya era hora de llevarlo a casa, recuerda con una sonrisa, cuarenta aos ms tarde, quien fuera el ltimo ser humano en pisar suelo selenita, esa superfcie polvorienta y abrumadoramente griscea. Justamente por eso, la gran sorpresa: luego de una veloz corrida dando toscos saltitos, Cernan lleg hasta el crter Shorty. All lo esperaba Schmitt, junto a una pequea fosa que recin haba excavado, sealndole orgu- lloso su colorido hallazgo: s, tierra naranja. Ya de regreso a la Tierra, los anlisis qumicos de las muestras revelaron que ese material lunar contena montones de esferas microscpicas anaranjadas, salpicadas de titanio, zinc y una notable presencia de xido de hierro. Tierra naranja en un mundo gris. La curiosa ancdota de los astronautas del Apolo 17 puede resultar sorprendente. Al fn de cuentas, con slo mirar la Luna a simple vista podemos darnos cuenta de que los colores no parecen ser su especialidad. Y sin embargo, los tiene. De manera tmida, sutil, casi austera, la Luna tambin es un mundo colorido. F < A < :
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& 6 / . @ 34 CURIOSIDADES de meteoritos, asteroides y cometas, hace al- rededor de 4 mil millones de aos. Las manchas oscuras, por el contrario, son regiones mucho ms suaves y relativamente ms jvenes. Son los famosos mares, as llamados porque los observadores de antao crean que eran grandes superfcies cubiertas por agua. Pero la verdad es que no hay nada ms seco que los mares selenitas: son enor- mes y suaves llanuras de roca volcnica, que cubren el 16% de la Luna (aunque su dis- tribucin es muy despareja: son muy nota- bles en su cara visible y casi nulos en su cara oculta). Los mares se formaron hace unos 3000 a 3500 millones de aos, cuando in- mensos fujos de lava brotaron del interior de la Luna, baando y rellenando crteres colosales de cientos de kilmetros de dime- tro. De ah sus formas bastante redondeadas. Por su relativa suavidad, los mares fueron los lugares elegidos para el descenso de las seis misiones Apolo (11, 12, 14, 15, 16 y 17) que, entre 1969 y 1972, llevaron a doce as- tronautas a la superfcie lunar; doce hom- bres que caminaron por aquellos suelos duros, polvorientos y apenas salvados de la chatura total por algunas colinas y crteres. A diferencia de lo que vemos a simple vista desde la Tierra, los astronautas observaron que los paisajes lunares muestran suaves ma- tices de grises, amarillos y marrones, ade- ms, claro, del muy puntual y anaranjado hallazgo de Cernan y Schmitt, junto al cr- ter Shorty. Esta historia comienza a tomar color. Buscando colores con telescopios Los colores de la Luna estn, pero necesitan de una ayudita para estallar ante nuestros ojos. En parte, esa ayuda nos la pueden dar los telescopios, esas preciosas mquinas p- ticas que, adems de acercarnos lo que est muy lejos y resolver detalles fnos, colectan mucha ms luz de los astros que la que reci- ben nuestras pequeas pupilas. Justamente, para el ojo humano la deteccin de colores depende mucho del brillo del objeto y de la saturacin intrnseca de su color. Si ambos son muy bajos, no vemos colores, o los vemos en forma muy marginal. Con su gran capacidad colectora de luz, los telescopios transforman a la aburrida Luna en blanco y negro que vemos a ojo des- nudo, en un mundo un poco ms colo- rido. Si miramos con cuidado, veremos que los mares que dominan la mitad occiden- tal de la cara visible de la Luna, muestran los suaves tonos amarillento-amarronados que vieron, in situ, los astronautas de los Apolo El vehculo lunar del Apolo 17 y (abajo) el sector en el que el astronauta Schmitt encontr tierra naranja, al borde del crter Shorty. F < A < :
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1 7 35 CURIOSIDADES 12 y 14 (1969 y 1970). Ms an: del otro lado, en la mitad oriental de nuestro satlite, en el famoso Mar de la Tranquilidad, donde aluniz el Apolo 11 (1969), muchos astr- nomos amateurs experimentados suelen adivinar un ligersimo tono azulado en el gris predominante. La meseta mostaza Pero si de buscar (con un telescopio) co- lores en la Luna se trata, hay un lugar ab- solutamente descollante: la Meseta de Aristarco. Es una regin rectangular de unos 200 km de largo que se eleva 2 km por encima de los impresionantes fujos de lava solidifcada que forman el Ocano de las Tormentas. Entre otras formaciones geolgicas, esta meseta contiene, justa- mente, al crter Aristarco, de 42 km de di- metro, uno de los ms brillantes (y por ende, nuevos) de toda la Luna. Obser- vada con telescopios, la Meseta de Aris- tarco muestra un claro tono amarillento. De hecho, muchos observadores experi- mentados dicen ver all un color mostaza. Y esto es especialmente patente durante la Luna Llena, un da antes y un da despus. En 1910, el fsico estadounidense Robert W. Wood hizo estudios espectroscpicos de esta regin y determin que ese color se deba a la presencia de depsitos de azufre. Desde entonces, la meseta tambin es co- nocida como la Mancha de Wood. Naves e imgenes digitales En 1994, la sonda espacial estadouni- dense Clementine (que realiz un pro- fundo estudio geolgico, qumico y mineralgico de nuestro satlite) tambin se hizo un tiempito para escrutar cma- ras y fltros mediante los colores de la Luna. Cuando los cientfcos procesaron las fnas imgenes de Clementine, e in- cluso algunas tomadas por la nave Gali- leo, de la NASA (que en viaje a Jpiter hizo dos fugaces pasadas por la Luna, en 1990 y 1992), obtuvieron resultados, li- teralmente, muy coloridos, y que, a gran- des rasgos, coinciden con las actuales imgenes digitales logradas por astrno- mos profesionales y amateurs. Hoy en da, con la ayuda de telescopios, cmaras digitales y programas de procesa- miento de imgenes (como el famoso Adobe Photoshop), es posible obtener fotos lunares completamente impensadas hace apenas unas dcadas. Vaya como ejemplo la Luna Llena a todo color que ilustra el comienzo de este artculo, que es el resultado de la suma y posterior procesado de varias fotos individuales to- madas en la madrugada del 9 de enero de 2012. Colores y qumica selenita La clave para obtener este tipo de imge- nes es aumentar dramticamente el grado de saturacin de los colores que la Luna realmente tiene. Pero hay que hacerlo de manera gradual y controlada, para obte- ner resultados visualmente agradables y sin demasiado ruido en la imagen. No se trata de inventar nada, sino, en todo caso, de exagerar lo que realmente est para hacerlo patente a la vista. Y as, por ejemplo, aparece claramente el color azul del Mar de la Tranquilidad, ese mismo azul que tantos observadores lunares han adivinado; el naranja y azul del Ocano de las Tormentas; y tambin el marrn amarillento de la zona central del Mar de la Serenidad. E incluso, algunos parches rosados o violceos. Ms all de mostrarnos una Luna mucho ms atractiva, estos colores hablan en nombre de los materiales de su superfcie: los azules corresponden a zonas de roca volcnica (lava enfriada) ricas en titanio, a diferencia de las zonas naranjas o viol- ceas, donde el dursimo metal es mucho ms escaso. Los tonos amarronados y amarillentos, por su parte, delatan una mayor presencia de lavas ricas en hierro. Finalmente, las tan extensas zonas rosadas indican la presencia de feldespatos, mine- rales muy duros y ricos en aluminio que dominan las tierras altas de la Luna. Despus de miles de millones de aos de triste y oscura existencia, y de la mano de las nuevas tecnologas, la Astronoma ha logrado rescatar los colores de la Luna. Y as, de pronto, nuestro viejo y querido satlite se nos presenta como un mundo enteramente nuevo. n F < A < :
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& 6 / . @ 36 GALERA ASTRONMICA Amateurs con nivel profesional En los ltimos aos, la fotografa astronmica se ha visto favorecida notablemente con la implementacin de nuevas tecnologas en cmaras y telescopios. Gracias a ello, hoy podemos disfrutar de impresionantes imgenes que, hasta hace poco, parecan exclusivas de los ms grandes observatorios del mundo. Ahora, muchos astrofotgrafos afcionados son capaces de lograr imgenes sorprendentes, que nada tienen que envidiar a los mtodos profesionales. Muchas veces, nuestra revista se ve enriquecida con el trabajo de los astrofotgrafos amigos, a quienes les pedimos determinados objetos para ilustrar los artculos. Esta vez, quisimos que la eleccin de la imagen fuera de ellos, y que la justifcaran contndonos por qu, cada uno, se decidi por estas fotos que embellecen nuestra Galera Astronmica. Autor: E!equiel Bellocchio O)1,;6: IC 2631, C/(4(,3,65 C36<+ C6473,?, N,)<36:( 6:*<9( ,5 3( *65:;,3(*0F5 +, C(4(3,F5. HE3,.D ,:;( 04(.,5 7698<, +<9(5;, 4<*/6: (E6: 4, 8<,+()( /69(: 409(5+6 ,5 3( %,) ,:(: -(5;B:;0*(: ;64(: +, 5,)<36:(: 6:*<9(:, @ :6E()( *65 76+,9 (3.G5 +D( /(*,9 <5( -6;6 (:D. P69 :<,9;,, +,:7<C: +, 4<*/6 ;0,476 @ ,:-<,9A6, ,5 <5( ,:*(7(+( *65 (40.6: ,5 )<:*( +, *0,36: 6:*<96:, 36 05;,5;C, @ (<5 *65 76*(: ,?7,*;(;0=(: +, 36.9(936, 7<+, +(94, ,3 .<:;6 +, /(*,9 40 7904,9( ;64( +, ,:;(: ,:7,*;(- *<3(9,: A65(: +, ():69*0F5. F<,965 *(:0 *05*6 /69(: +, ,?76:0*0F5 +<9(5;, <5( *B30+( 56*/, +, ,5,96 +, 2010, ,5 I5;,5+,5;, A3=,(9, L( P(47(, *65 <5 ;,3,:*6706 9,-9(*;69 "(2(/(:/0 !2@90 @ <5( *B4(9( CCD !BIG !"-8300 4656*9646 *65 -03;96: B((+,9 LGBI. A#$"OFO$OG"AFMA 37 GALERA ASTRONMICA Autor: Leonardo Julio O)1,;6: CG4<36 A)0,9;6 NGC 4755, ,3 HJ6@,96I, @ 3( N,)<36:( 6:*<9( !(*6 +, C(9)F5. 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L( ;64( -<, *(7;(+( ,3 7 +, ()903 +, 2012 *65 <5( C(565 "10I. 38 GALERA ASTRONMICA Autor: Sergio Eguiar O)1,;6: CG4<36 A)0,9;6 M 6, 3( HM(9076:(I. HE:;, 796@,*;6 ;0,5, <5 =(369 4<@ 04769;(5;,, @( 8<, -<, 40 7904,9 ;9()(16 :,3,**065(+6 769 3( NA!A ,5 :< *656*0+( 7<)30*(*0F5 A:;96- 564@ P0*;<9, 6- ;/, D(@ (APOD). L( 04(.,5 -694( 7(9;, +, <5( )(:, +, +(;6: 9,*(70;<3(+( 769 3( NA!A +, ;9()(16: 7<)30*(+6: +<9(5;, ,3 (E6 2011, @ 8<, :, +0:;90)<@, 4<5- +0(34,5;, ,5 *(:(: +, ,:;<+06:, 73(5,;(906: @ 3<.(9,: +, 05;,9C: ,+<*(*065(3. E:;( 04(.,5, ;64(+( +,:+, M,9*,+,:, 796=05*0( +, B<,- 56: A09,:, 3( /, (+8<090+6 *65 40 7904,9 ;,3,:*6706, <5 9,-3,*;69 +, 150 44 +, (7,9;<9( @ 750 44 +, +0:;(5*0( -6*(3, 8<, :0 )0,5 7(:F 769 (3.<5(: 4,169(: 4,*B50*(: @ F7;0*(:, ;0,5, <5 :,5;0+6 ,46;0=6 4<@ ,:7,*0(3I. Autor: Carlos Di Nallo HE: 40 6)1,;6 79,-,90+6. !0 )0,5 /(.6 <5 768<0;6 +, ;6+6, 3( L<5( :0,479, 4, 7<,+,. 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Autor: Mat"as Tomasello O)1,;6: CG4<36 A)0,9;6 NGC 3532 @ N,)<36:( G#M 36 HE: <5( +, 3(: 04B.,5,: 79670(: 8<, 4B: 4, .<:;(5 7698<, ,5 ,3 *(476 +, =0:0F5 :, *64)05(5 <5 *G4<36 @ <5( 5,)<36:( +, 9,-3,- ?0F5, *65 <5 -65+6 4<@ 5<;90+6 +, /0+9F.,56, 4B: (3.<5(: 4(5*/(: +, .(: +0:7,9:(:. N6 ,: *64G5 ,5*65;9(9 ,5 <5( -6;6.9(-D( <5( *64)05(*0F5 (:D. L( 04(.,5 -<, 6);,50+( +,:+, 40 6):,9=(;6906 ,5 M<596, $0*,5;, LF7,A, 796=05- *0( +, B<,56: A09,:, ,3 16 +, ,5,96 +, 2012, *65 <5 ;,3,:*6706 O90F5 ED 80 @ <5( *B4(9( CCD !)0. !"-8300MI. 40 GALERA ASTRONMICA Autor: Marcelo Salemme O)1,;6: N,)<36:(: C(),A( +, C()(336 @ 3( F3(4( HE3,.D ,:;( -6;6 +(+6 8<, 3( C(),A( +, C()(336 -<, <56 +, 36: 6)1,;6: 8<, +,:+, */0*6 4, +,:3<4)9()( *<(5+6 =,D( 3( 04(.,5 ,5 <5( G<D( +, C(476 +, 3(: ,:;9,33(: @ 36: 73(- 5,;(:. !0,479, 8<,9D( =,93( *65 40 7,8<,E6 ;,3,:*6706 @ 56 36 36.9()(. H(*, <56: (E6: 05;,5;C -6;6.9(- -0(93( +,:+, 3( *0<+(+ 4,+0(5;, 3( <;030A(*0F5 +, -03;96:, @( 8<, 3( 763<- *0F5 *64730*( 3( -6;6.9(-D(. 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Pero el primer medio de comuni- cacin natural fue el cielo. All tenemos el ms preciso modo de medir el tiempo. No fue fcil interpretarlo. Est ah, nadie lo coloc (de haber sido as Por favor, lo hubiera hecho ms simple!) y no es inmu- table. Produce ciclos regulares, innovacio- nes fugaces y cambios menores pero inexo- rables. El cielo nos advierte el paso del tiempo: cuatro minutos, seis horas, un da, tres meses, un ao, 26.000 aos... Estamos acostumbrados a dividir el tiempo en perodos exactos. Pero los movimientos de la Tierra y una intrin- cada serie de atracciones gravitatorias entre nuestro planeta, el Sol, la Luna; ms la forma elptica de las rbitas, los diferentes perodos de tiempo en los que se trasladan los astros, la precesin de los equinoccios, etc., impiden una medicin absolutamente fiel y con re- sultados redondos, como nos gustara que sucediera. El calendario que utilizamos en la actua- lidad fue ideado por Julio Csar, posea originalmente 365 das y cuarto, y tuvo su arranque el 1 de enero del ao 45 antes de Cristo. Los romanos contaban los aos desde la fundacin de Roma. La idea de comenzar a contar desde el naci- miento de Cristo fue engendrada por un monje astrnomo, Dionisio el Exiguo, La persistencia de la memoria, por Salvador Dal (1931). 43 HISTORIA quien en el ao 532 estableci, con cl- culos equivocados, el nacimiento de Jess en el 25 de diciembre de 753 desde la fundacin de Roma. As, el 1 de enero de 754 desde la fundacin de Roma sera el primer ao de la era cristiana, sin in- cluir ningn ao cero, ya que el con- cepto de cero no exista an en Europa. El ao anterior al 1 de la era cristiana fue entonces el ao 1 antes de Cristo, ya que tampoco hay cero entre los nmeros ro- manos. Este mtodo fue aceptado en di- ferentes sectores del mundo occidental en distintas pocas, e incluso hoy existen si- tios en los que se utilizan otros procedi- mientos. Csar y el Sol contra la Luna Luego de su viaje por Egipto, Julio Csar dise un calendario tras consultar a los astrnomos especializados de Cleopatra. Su base era el tiempo que le lleva a la Tie- rra dar una vuelta alrededor del Sol o, lo que las apariencias hacan suponer, el tiempo que tarda el Sol en recorrer la Eclptica. Pero cualquier observador del cielo de la antigedad, con un poco de paciencia y regularidad, pudo haber notado antes que existen otros ciclos ms simples, como los de la Luna, cuyas fases pueden ser calcu- ladas y contadas con los dedos de las manos. As, lo ms lgico era comenzar a calcular el tiempo segn lo que le toma a la Luna completar un ciclo de fases. Hace ms de 10.000 aos se poda contar cun- tas Lunas Llenas deban pasar entre las primeras nevadas y las pocas de siembra o de cosecha. Cuando se establecieron las civilizaciones, muchos pueblos de Europa, Asia y Am- rica tenan calendarios lunares basados en el ciclo de doce meses de 29 30 das, agrupados en un ao de 354 das. Los an- tiguos griegos, los sumerios y los chinos se encontraban entre ellos. Pero este m- todo llevara a un error de aproximada- mente 11 das al ao, lo que equivaldra a un orden inverso de las estaciones en apenas 16 aos. Para intentar solucio- narlo, se intercalaban meses extras o, como en el caso de los babilonios, tenan aos con 12 meses y aos con 13 meses. Otros agregaban das cada determinada cantidad de aos. El Sol y el ro Hace 42 siglos, los sumerios posean un ao de 360 das, el mismo nmero que utilizaban para dividir en grados una cir- cunferencia, como la de la esfera celeste, por ejemplo. Ms tarde, los babilonios di- vidieron el da en dos etapas, y cada etapa en 12 perodos dedicados a cada signo del zodaco, llegando as a un da de 24 seg- mentos u horas. Fueron los egipcios los primeros en adop- tar al Sol como gua. Pero su calendario no era regido por los astros, sino por el ro. Las mrgenes del Nilo, donde se asent la civilizacin egipcia, se desborda- ban una vez al ao debido al agua proce- dente de las lluvias en Etiopa. Slo esto provocaba la fertilidad del valle. Conocer las fechas de este hecho era fundamental para el desarrollo de la agricultura. Ca- sualmente, el desborde del Nilo coincida con la aparicin de Sotis (Sirio), la estrella ms brillante del cielo, por encima del Sol al amanecer. Gracias a eso adoptaron un ao solar de 365 das. Los egipcios descubrieron que la fecha de la salida de Sotis se repeta en el mismo da de su calendario cada 1460 aos, y que en esta cantidad de aos haba una diferencia de 365 das; lo que es lo mismo que un da cada cuatro aos. Existen registros de que el faran Tolo- meo III Evergetes, tres siglos antes de Cristo, agreg al calendario un da ms cada cuatro aos, para sumar las seis horas por ao que deban aadirse a los 365 das. Pero los sacerdotes egipcios, por razones de supersticiones, se negaron a rea- lizar modifcaciones en su calendario. Ms tarde, hacia el ao 130 a.C., el astr- nomo griego Hiparco de Nicea descubri, al comparar observaciones antiguas, la precesin de los equinoccios, una leve desviacin hacia el oeste de los puntos equinocciales, causada por la interaccin gravitatoria del Sol y la Luna con la Tie- rra. Esto provoca que, si no se hacen las Salida del Sol desde el Nilo hace 4000 aos. La aparicin previa de la estrella Sirio (Sotis para los egipcios) marcaba la venida de las inundaciones del ro, fertilizantes para todo el valle y su civilizacin. E3 +)3-5,)916 8<- <;131@)46: -5 3) )+;<)31,), .<- 1,-),6 769 J<316 CC:)9. 6:-D) 691/1- 5)34-5;- 365 ,D): ? +<)9;6 ? )99)5+F -3 1I ,- -5-96 ,-3 )E6 45 )5;-: ,- C91:;6. 44 HISTORIA correcciones necesarias, las fechas del co- mienzo de las estaciones se vayan adelan- tando lentamente. Hiparco calcul que el tiempo que le tomara a un punto equi- noccial volver a colocarse en su lugar ori- ginal sera de unos 26 mil aos, y que la duracin ms exacta del ao solar era de 365 das, 5 horas y 55 minutos 1 . Los meses de Roma Gracias a un informe del astrnomo So- sgenes de Alejandra, cuando Julio Csar lleg a Egipto se enter de la forma que all empleaban para medir el tiempo segn el recorrido del Sol. Este mtodo fue llevado a Roma para reformar su ca- lendario y decretar, en el 46 a.C., el cese defnitivo del calendario lunar. En su calendario lunar, el fundador R- mulo haba dividido un ao de 304 das en diez meses, con das y meses agrega- dos casi al azar. A los cuatro primeros meses los llam Martis, Aprilis, Maius y Junio (por Marte, por la poca de la cra de cerdos, por la diosa Maya y por la diosa Juno, respectivamente). A los dems meses los llam Quintilis, Sextilis, September, October, November y December (quinto, sexto, sptimo, octavo, noveno y dcimo 2 ). El sucesor de Rmulo, Numa, agreg otros dos meses: Januarius y Fe- bruarius, ante la falta de los das para completar, al menos, un ao de 354 das. Entre manipulaciones especulativas y errores involuntarios, hasta que Julio Csar regres de Egipto el calendario ro- mano fue un caos de meses atrasados con respecto al ao solar. Como Tolomeo III dos siglos antes, Csar instituy un calen- dario con tres aos de 365 das cada uno, y un cuarto ao de 366 das. As estable- ci el ao bisiesto cada cuatro aos. El ao 46 a.C. fue de ordenamiento para los romanos. Tuvo 445 das!, con dos meses intercalados de 33 y 34 das res- pectivamente. Se acomod para el 21 de marzo la fecha del equinoccio vernal, que hasta ese momento se supona caa el 25 de marzo. Tambin Csar coloc el primer da del ao en el 1 de enero, y ya no en el equinoccio vernal; agreg los das necesarios para completar los 12 meses, alternando meses con 30 y 31 das, excepto febrero, que tena 29 30 segn el ao que le correspondiere. Ms tarde, en su honor, el mes de Quintilis pas a llamarse Julius. Tras la muerte de Csar en el ao 44 a.C., se cometieron algunos errores en el calendario que fueron corregidos por el emperador Augusto en el 8 a.C. Para ho- menajearlo, el senado decidi cambiar el nombre del mes Sextilis por el de Augus- tus. Y no slo eso: como el mes de Julio tena 31 das y el de Augusto slo 30, para no ser menos, se le quit otro da a fe- brero, y as julio y agosto pasaron a tener 31 das cada uno. Para no tener tres meses seguidos con 31 das, se les cambi la du- racin a los siguientes meses: septiembre y noviembre pasaron a tener 30 das, y oc- tubre y diciembre, 31. A partir de all, el calendario y la medicin del tiempo pa- saron a estar al alcance de la mayora de la gente, que empez a emplearlo para or- ganizar su vida. Ordenando la semana Trescientos cincuenta aos despus de Csar, el emperador Constantino el Grande, el legalizador del cristianismo en el imperio romano, estableci el domingo Los puntos equinocciales son las dos inter- secciones entre el Ecuador Celeste (el ecuador de la Tierra extendido a la Esfera Celeste) y la Eclptica (el recorrido apa- rente del Sol en el cielo durante el ao). Debido a la precesin, estas posiciones se van corriendo lentamente hacia el oeste, y completan una vuelta en 26.000 aos. E C L P T IC A E C U A D O R
C E L E S T E C-;<: 1:+1: -/):6 -9:-6 A<91/) $)<96 O9165 G-4151 A+<)916 A91-: E#$E NO"$E <5;6 A91-:* (*) E>B6;<006< C2?;.9 2; 29 52:6@32?6< ;<?A2 <5;6 A91-: E@A2 =B;A< @2 2;0<;A./. 2; 9. 0<;@A29.06L; 12 A?62@ 0B.;1< ?206/6L @B 12;<:6;.06L;. D2/61< . 9. =?202@6L;, @2 2;0B2;A?. 12@=9.G.1<, .9 64B.9 >B2 A<1< 29 -<1J.0<. 45 HISTORIA como el primer da de una semana de siete das que, hasta ese entonces, no exis- ta. Constantino desterr as la tradicin pagana y juda de conmemorar el sbado; orden no trabajar el domingo, o dies solis, da del Sol, como homenaje al principal dios pagano. Los cristianos lo justifcaron con el hecho de que Jess haba resucitado un domingo. Adems, Constantino retom una perdida tradi- cin babilnica de otorgarle a cada da un dios/planeta, incluyendo a la Luna y al Sol. El orden de los das de la semana no responde ni a la distancia de los planetas (supuesta, al menos, en aquellos tiempos), ni a su brillo aparente, ni a sus movimien- tos. El hecho de contar lunes, martes, mircoles, jueves, etc., provendra de una tradicin astrolgica mesopotmica. Con el fn de reglamentar una religin estatal (que con el tiempo terminara reemplazando a la propia Roma), Constantino tambin es- tableci un orden a la hora de los festejos de las tradiciones cristianas, especialmente la de la Pascua. Luego de muchas discusiones acerca de si deba ser una fecha fja o mvil, y ante la imposibilidad de determinar con exactitud hechos que habran tenido lugar ms de 300 aos atrs, se lleg a un acuerdo en el concilio de Nicea en el ao 325. Se es- tableci que la fecha del domingo de Pascua se regira segn la Luna y el equinoccio ver- nal. Simplifcando una ecuacin mucho ms compleja, el primer domingo despus de la pri- mera Luna Llena despus del equinoccio de marzo, se celebrara la resurrec- cin de Jess, al mismo tiempo en todos los l ugares donde el poder romano/cris- tiano llegara. Luego de la muerte de Constantino, el obispo Agustn de Hipona uni a la religin cristiana con la flosofa de Platn y Arist- teles, al menos, para explicar la concepcin de la naturaleza. As, l as cuesti ones cientfcas y la me- dicin correcta del tiempo perdieron importancia du- rante ms de mil aos, no ms que para las festividades re- ligiosas. Ya en esa poca en Europa la ciencia em- pezaba a ser considerada como una intromisin a los dominios de Dios. En cambio, en Oriente la investigacin cientfca sigui viva para, posteriormente, penetrar lentamente en Occidente. Pero la idea romana de medir el tiempo y di- vidir el da en horas sigui viva, ya no para la guerra o la organizacin de las tareas do- msticas, sino para el rezo y las oraciones. En un principio, el da simplemente estaba di- vidido en maana, medioda y tarde: tercia, sexta y nona. La vigente hora de la siesta procede de la sexta, y haba momentos in- termedios menos importantes como el amanecer y la noche absoluta. Pero an quedaba un error de unos 11 minutos por descubrir, lo que implicara un corrimiento insospechado de las fechas y nuevas correc- ciones al calendario. Roger Bacon encuentra los 11 minutos Muchos siglos ms tarde, los atentos ob- servadores del cielo (que eran pocos) y quienes podan acceder a publicaciones antiguas acerca de las posiciones de las es- trellas, se dieron cuenta de que la fecha real del equinoccio de primavera se haba adelantado varios das, casi hasta el 14 de marzo. En 1267, un monje ingls llamado Roger Bacon lo anunci acaloradamente a Roma. Basndose en observaciones del siglo II despus de Cristo del astrnomo griego Claudio Tolomeo, Bacon haba cal- culado que el ao del calendario era 11 minutos ms largo que el tiempo que le toma al Sol volver a colocarse en el punto vernal, es decir, en el equinoccio de marzo. Esos once minutos no parecen mucho si se cuenta de un ao para el otro, pero en varios siglos se convertira en un problema evidente. Desde la poca de Julio Csar, el calendario se haba desfasado unos diez das, a razn de un da cada 125 aos. Por lo tanto, las estaciones estaban adelantadas C65:;)5;156 K-3 G9)5,-L 9-;64F <5) 7-9,1,) ;9),1+1F5 *)*13F51+) ,- 6;69/)93- ) +),) ,D) <5 ,16:/73)5-;): H D6415/6 = #63 H L<5-: = L<5) H M)9;-: = M)9;- H M1C9+63-: = M-9+<916 H J<-=-: = JG71;-9 H &1-95-: = &-5<: H #B*),6 = #);<956 46 HISTORIA con respecto a la fecha supuesta. Y no slo eso, se estaran realizando las festividades religiosas en das incorrectos. Por esa y otras herejas, Roger Bacon fue encarcelado y confnado al olvido durante tres siglos. A partir de 1572, el papa Gre- gorio XIII mand a todos los astrnomos cristianos a investigar el asunto, ya que haca dcadas que los cientfcos venan elevando informes al respecto. Hasta Ni- cols Coprnico, medio siglo antes, se haba pronunciado desde su lejano mo- nasterio en el norte, a orillas del mar Bl- tico, y haba calculado la duracin del ao solar en 365 das, 5 horas, 49 minutos y 29 segundos, apenas 43 segundos ms de lo que se mide en la actualidad a travs de un reloj atmico. En lo que fue el mayor ajuste del calen- dario desde la poca de Julio Csar, en 1582 Gregorio tom una medida drs- tica para ordenar las fechas: se quitaron 10 das al calendario. Millones de euro- peos se acostaron la noche del jueves 4 de octubre y, al otro da, cuando desper- taron, era viernes 15 de octubre. Si en la actualidad nos causa trastornos adelan- tar una hora durante el verano, las de- mandas de la gente a la que le robaron diez das fueron enormes. En diferentes lugares de Europa el calendario se fue ordenando en distintas pocas. Por ejemplo, en Inglaterra no se realiz la modificacin hasta el siglo XVIII, y en Rusia, hasta 1929. Al comps de un tomo de cesio Hoy en da el tiempo no se mide ob- servando el cielo sino calculando las oscilaciones del tomo de cesio, un metal increblemente preciso a la hora de absorber y emitir energa con regu- laridad, con un margen de error de una milmillonsima de segundo por ao. Pero si bien esto puede ser prc- ticamente exacto, la Tierra no lo es, y es por eso que peridicamente hay que agregar o quitar segundos 3 , introducir das o eliminar aos bisiestos. La ne- cesidad de medir el tiempo con exac- titud est en todas partes: en la navegacin y en las distancias estela- res; para sembrar o para sacar un plato de arroz del horno a microondas; a la espera del tren o para saber cunto tarda Usain Bolt en recorrer 100 me- tros llanos. De alguna manera, esta- mos esclavizados por el tiempo. Por qu? Quizs, la mejor respuesta la tenga el gaucho Martn Fierro: Moreno, voy a decir, Sign mi saber alcanza: El tiempo es slo tardanza De lo que est por venir. No tuvo nunca principio, Ni jams acabar, Porque el tiempo es una rueda Y rueda es eternid; Y si el hombre lo divide, Slo lo hace en mi sentir, Por saber lo que ha vivido O le resta por vivir. Jos Hernndez, Martn Fierro (1872). 1- H6=.?0< 2@ABC< :BF 02?0. 2; @B@ 0H90B- 9<@: . 9. (62??. 92 A<:. 365 1J.@, 5 5<?.@, 48 :6;BA<@ F 46 @24B;1<@ 1.? B;. CB29A. .9?2121<? 129 '<9. 2- E; ;B2@A?. 92;4B., 9<@ ;<:/?2@ 12 9<@ :2@2@ @2 2@0?6/2; 0<; :6;M@0B9.. 'B@ 12- ;<:6;.06<;2@ F 9.@ 12 9<@ 1J.@ 12 9. @2- :.;. =?<C62;2; 12 B;. :2G09. 2;A?2 29 616<:. 9.AJ; F 29 .;49<@.7L;. 3- E9 [email protected]< 30 12 7B;6< @2 .4?24L B; @2- 4B;1< :H@ 12/61< . 9.@ C.?6.06<;2@ 2; 9. C29<061.1 12 9. ?<A.06L; A2??2@A?2. La desintegracin de la persistencia de la memoria, por Salvador Dal (1954).