El Problema de Definir La Cultura
El Problema de Definir La Cultura
El Problema de Definir La Cultura
Tomás Austin M.
Sociólogo, Antropólogo Social.
Esta forma de entender la cultura era la dominante hasta la década de los cincuenta en los
centros de estudio de Antropología, contribuyendo con un amplio entendimiento de lo que nos
une y nos hace comunes como seres humanos, a la vez que proporcionando un gran caudal
de información sobre las sociedades pequeñas y medianas del mundo, fundamentalmente
comunidades humanas minoritarias.
Como se dijo, toda definición debe ser precisa, con una clara delimitación de lo que es o no
parte del término definido. La definición de Taylor hoy es considerada como imprecisa y poco
clara, porque es enumerativa y abierta, es decir, hace una corta enumeración de lo que Taylor
estima que es parte de la cultura (“conocimientos, creencias, arte, moral, derecho,
costumbres...”) dejando abierta la posibilidad para cualquier otra cosa que uno quiera incluir,
cuando dice “...y cualquier otras aptitudes y hábitos...”
El problema es que aún con el paso de todos estos años desde que Taylor publicó su célebre
definición, no hay una definición común del término cultura para los antropólogos de todo el
mundo, poniendo de manifiesto que cultura es uno de los términos más difíciles de definir del
vocabulario antropológico.
Importante y completa como es esta forma de definición, y a pesar que encierra toda una época
paradigmática del estudio de la cultura en Antropología, durante la década de los años 50
algunos antropólogos comenzaron a destacar que siguiendo esta línea teórica, producto del
positivismo de comienzos de siglo, la cultura era considerada fundamentalmente un fenómeno
externo a los seres humanos que la viven --más precisamente, externo a la mente humana-- de
tal forma que el ser humano aparece más como objeto de la cultura, que como el sujeto que la
crea, recrea y vivencia cotidianamente. Esto ocurriría porque, como ya se dijo, la cultura es vista
como un conjunto de presiones y acondicionamientos externos al ser humano que fijaban
pautas de conductas, a través de las costumbres, creencias, modos de vida, es etc. con que
la cultura era vista como un determinante del comportamiento, pero no naciendo del ser
interior del individuo.
Finalmente esta forma de conceptualizar la cultura resulta en un “molde (o patrón) cultural” muy
rígido en el que los seres humanos, una vez que son formados, difícilmente podrían escaparse o
cambiar, readecuando su cultura a nuevos momentos, situaciones o eventos del diario vivir. La
rigidez teórica para aceptar el cambio y la “externalidad” a la mente, fueron las principales
críticas que se le hicieron al paradigma original del concepto de cultura y que motivaron la
búsqueda de una teoría alternativa. Esta forma de conceptualizar la cultura aun es usada por
algunos antropólogos, especialmente latinoamericanos, por ejemplo, Valiente (1993) dice que “la
cultura comprende los artefactos heredados, los bienes, los procesos técnicos, la organización
social, las ideas, los hábitos y los valores” citándola de Audrey Richards y Raymond Firth, dos
Antropólogos Sociales británicos.
Desde este punto de vista es posible comprender a Clifford Geertz cuando dice que:
Lo que queda más claramente entendido más adelante, cuando aclara que:
En otras palabras la cultura es la red o trama de sentidos con que le damos significados a
los fenómenos o eventos de la vida cotidiana, para poder interactuar socialmente.
CUESTIONES: