Parbola de la gran cena

14:15 Oyendo esto uno de los que estaban sentados con l a la mesa, le dijo:
Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios. Esta figura indica la
comunin con Dios. Sal. 23:5; Mat. 8:11,12; Apoc. 3:20; 19:9. La siguiente
parbola tiene que ver con esta comunin con Dios, comparada a una gran cena.
Comprese Mat. 22:2, El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta
de bodas a su hijo.
14:16 Entonces Jess le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convid a
muchos. Los judos tenan esta invitacin en el Antiguo Testamento; se
puede decir que Dios les envi una invitacin escrita
Esta parbola es semejante a la de Mateo 22:1-14, pero son dos parbolas
diferentes. El reino de Dios se compara con un banquete o una fiesta. Se trata de
una dicha grande, de gran gozo. Es muy significativo que Jess haya pensado en
Su reino (iglesia) y Su servicio como una fiesta, una celebracin. Esto indica que el
reino de Dios ofrece lo ms alegre que la raza humana puede conocer.
Sin embargo, lamentablemente la mayora de los hombres no lo ven as. Cuando
son invitados al parque, al cine, al juego de pelota, o a una fiesta literal, con alegra
aceptan. Son ocasiones festivas, gozosas, pero la invitacin al banquete de Dios es
rechazada. Muy pocos son como el salmista que dijo, Yo me alegr con los que
me decan: A la casa de Jehov iremos (Sal. 122:1). Busque en su concordancia
los textos en los salmos que hablan de alegrarnos en Jehov y en su ley. Qu dijo
el ngel a los pastores cuando Jess naci? Luc. 2, 10 Pero el ngel les dijo: No
temis; porque he aqu os doy nuevas de gran gozo.
Por qu no entiende el mundo que el reino de Cristo es un banquete, una gran
fiesta o cena? Tendremos la culpa, por lo menos en parte, los que predicamos el
evangelio? Lo predicamos como buenas nuevas o simplemente como puros
mandamientos, una gran obligacin? Es necesario predicar todo el consejo de Dios,
incluyendo todos los mandamientos que son para nosotros, y sobre la disciplina y
lo dems, pero al predicar estos temas necesarios perdemos de vista que sobre
todo el evangelio significa buenas nuevas y que el reino es un gran banquete?
14:17 Y a la hora de la cena envi a su siervo a decir a los convidados: Venid,
que ya todo est preparado. Haba dos invitaciones. Obviamente los
convidados eran los que haban aceptado la invitacin cuando primero se les
ofreci. Esta primera invitacin no especific el tiempo exacto de la cena.
Entonces la segunda invitacin fue dada cuando ya todo estaba listo.
Gl. 4, 4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envi a su Hijo.
Entonces Cristo y sus apstoles dijeron a los convidados, Venid, que ya todo
est preparado. 2 Cor. 6, 2 Porque dice: En tiempo aceptable te he odo, Y en da
de salvacin te he socorrido. He aqu ahora el tiempo aceptable; he aqu ahora el
da de salvacin. Vanse Mat. 11:28-30; 23:37; Luc. 4:19.
14:18 Y todos a una (la mayora de los judos rechazaron la invitacin de Jess)
comenzaron a excusarse. Para ellos otras cosas eran ms importantes que la
gran cena. Recurdese la amonestacin de Heb. 12, 25 Mirad que no desechis al
que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba
en la tierra (Ex. 20:19) mucho menos nosotros, si desechremos al que amonesta
desde los cielos.
-- El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla (como si la
hacienda no estara el da siguiente); te ruego que me excuses. Los que fueron
invitados originalmente aceptaron, puesto que la segunda invitacin fue dada a
ellos. Estaban comprometidos y deberan asistir a la cena; al no hacerlo no slo
mostraron falta de cortesa, sino que fue en extremo insultante.
Adems, es difcil interpretar estas excusas porque parecen no solamente
superficiales y triviales, y hasta absurdas, pero fueron las mejores excusas que
podan ofrecer, y lo que los hombres dicen ahora para excusarse no es ms
razonable que estas. El punto principal en esta excusa es que la hacienda es
mejor que la gran cena. As piensan muchos hombres. Para ellos la hacienda, la
tierra que compran, es mejor que el reino de Dios, mejor que la iglesia. Es ms
importante que la salvacin del alma.
El compr tierra. Es de gran valor. Se trata de bienes races que tienen valor
duradero. Teniendo esto hay confianza, seguridad. Los que piensan as no aceptan
lo que Jess dice (Luc. 12:15).
El hombre dice, necesito ir a verla. Para l fue una necesidad, algo imperativo.
No podra verla el da siguiente. Como las personas que no pueden esperar hasta el
lunes para ver su tierra; tiene que ir el domingo en lugar de adorar a Dios. La
tierra podra volar o ser robada. Por eso, tengo que ir ahora, de una vez, es
necesario. Es urgente. No hay otra cosa ms importante.
Es como si dijesen, No niego que es importante salvar el alma, pero no tengo
tiempo ahora. Tal vez despus. A no ser por esta necesidad de seguro me ira,
pero los asuntos del mundo son tan importantes que no es posible apartar tiempo
para el alma. No hay tiempo para estudiar la Biblia, orar, asistir a las reuniones de
la iglesia y obrar por el Seor. El Seor dice, Buscad primeramente el reino de
Dios (Mat. 6:33), pero stos responden, es imposible hacerlo, porque necesito
dedicarme completamente a los asuntos de esta vida.
Simplemente dicho, no podemos posponer los asuntos de la hacienda (la tierra
que compr), pero los asuntos del reino s pueden esperar, pues son de menos
importancia. As son los que son ahogados por los afanes de sus haciendas, los
asuntos de esta vida y el engao de las riquezas (Lucas 8:14; Mat. 13:22).
14:19 Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te
ruego que me excuses. -- La mentalidad de este individuo es que mis bueyes son
ms importantes que la gran cena, y hay millones que piensan igual. Sus bueyes
son ms importantes que la iglesia. Sus bueyes son ms agradables que los
hermanos. Prefieren estar con sus bueyes.
Tiene que probarlos ahora, cuanto antes. Maana no. Podran escapar o ser
robados. Ya los compr, ya est hecho; por eso, es de suma importancia
probarlos ahora. En realidad ahora mismo voy, ya estoy en camino para
hacerlo.
Esto es otro ejemplo del puro egosmo. El tal busca su propia satisfaccin. Se
agrada a s mismo. As son todas las excusas. Dicen a Dios, no sea la voluntad
tuya, sino la ma.
Es ms. Fue posesin nueva. Acabo de comprarlos. Comprese el que dice, acabo
de comprar este vehculo y tengo que hacer un viaje para probarlo. Estara muy
inquieto en los servicios de la iglesia, slo pensando en mi nuevo automvil. Desde
luego, a no ser por mi nueva posesin de seguro me ira, pero
14:20 Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. -- Comprese
Deut. 24, 5 Cuando alguno fuere recin casado, no saldr a la guerra, ni en
ninguna cosa se le ocupar; libre estar en su casa por un ao, para alegrar a la
mujer que tom; pero aunque este nuevo marido hubiera querido aplicar esta ley,
no hubiera ayudado a alegrar a la mujer que tom la gran cena? No hubiera
sido bienvenida ella tambin?
Despus de las bendiciones relacionadas con la salvacin misma, no hay otra
bendicin ms grande que la esposa. Prov. 18:22, El que halla esposa halla el
bien, Y alcanza la benevolencia de Jehov. Prov. 12:4, La mujer virtuosa es
corona de su marido. Sin embargo, el apstol Pablo dice, 1 Cor. 7, 29 Pero esto
digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean
como si no la tuviesen; es decir, no dejar que la esposa sea estorbo para su vida
espiritual. Tampoco los hijos. Cuntas mujeres dicen que les gustara ir a los
servicios pero que tienen muchos nios y que son muy molestos? Entonces, debe
Dios quitar estos estorbos?
En realidad muchos aman su familia terrenal ms que su familia celestial. Cuntas
veces hemos escuchado tales excusas! Hay que hacer algo con la familia, o algo
por la familia, y no hay tiempo para la iglesia. En el da final, podr la familia
salvarles? Mateo 12:46, Mientras l an hablaba a la gente, he aqu su madre y
sus hermanos estaban afuera, y le queran hablar. 47 Y le dijo uno: He aqu tu
madre y tus hermanos estn afuera, y te quieren hablar. 48 Respondiendo l al que
le deca esto, dijo: Quin es mi madre, y quines son mis hermanos? 49 Y
extendiendo su mano hacia sus discpulos, dijo: He aqu mi madre y mis hermanos.
50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que est en los cielos, se
es mi hermano, y hermana, y madre.
La esposa, como tambin los negocios y posesiones, son bendiciones del Seor.
Cmo, pues, dejaremos que las buenas cosas que Dios nos da nos impidan en
nuestro servicio a El?
Mejor que la iglesia. Estas personas y sus excusas bien representan a los que hoy
en da rehsan buscar primeramente el reino de Dios y Su justicia. Creen que la
hacienda es mejor que la iglesia. Creen que sus bueyes son mejor que la iglesia.
Creen que su esposa es mejor que la iglesia. Por eso dicen, no puedo, pero se
engaan solos porque Jess no dice que no puede, sino que, no quisiste (Luc.
13:34).
El que hizo la invitacin estaba enojado porque los invitados despreciaron su cena.
Esto bien representa al Dios de ira, que es fuego consumidor (Heb. 12:29).
14:21 Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su seor. El siervo del Seor
slo puede reportar los hechos del caso, sean alentadores o desalentadores. Es lo
que hizo Lucas al escribir Hechos de los Apstoles. Algunos aceptaron el
evangelio y muchos otros lo rechazaron. Sin embargo, el apstol Pablo dice que
nuestro trabajo en el Seor nunca es en vano (1 Cor. 15:58).
-- Entonces enojado el padre de familia, Los que rehsan la misericordia de
Dios provocan su ira. Comprese Mateo 22:8, Las bodas a la verdad estn
preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. Vase Hech. 13:46.
-- dijo a su siervo: Ve pronto (porque la cena est lista; 2 Tim. 4:2, que
prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo) por las plazas y las
calles de la ciudad, (donde la gente era muy pobre y no tena casas cmodas) y
trae ac a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Es decir, toda clase de
gente, y especialmente la gente ms desdichada (los intocables GH), porque el
seor estaba disgustado con los que estaban preocupados con sus propiedades,
negocios y familiares. Estos cojos y ciegos no tenan nada de propiedades,
negocios y familiares que no pudieran dejar. Dira algn ciego, He comprado
una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses? Dira algn cojo,
He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me
excuses?
Vanse Luc. 7:29; Mat. 21:31, 32. As Jess y los apstoles predicaron a los que
fueron despreciados y rechazados por los fariseos, de los cuales decan Mas esta
gente que no sabe la ley, maldita es (Jn. 7:49).
-- trae ac, porque sera difcil para ellos creer que en realidad fueron invitados.
14:22 Y dijo el siervo: Seor, se ha hecho como mandaste, y an hay lugar.
As es ahora. La misericordia de Dios no se ha agotado; la sangre de la expiacin
no ha perdido su eficacia; el cielo no est lleno. Qu mensaje tan triste sera si
furamos compelidos a salir y decir, Ya no hay lugar el cielo est lleno nadie
ms puede ser salvo. No importan sus oraciones, o lgrimas, o suspiros, no pueden
ser salvos. Todo lugar est llenado; todo asiento est ocupado. Pero gracias a
Dios, este no es el mensaje que debemos llevar (AB).
Como haba lugar para los publicanos, rameras, el ladrn en la cruz, el perseguidor
Saulo de Tarso, el carcelero y los adlteros, homosexuales, ladrones, avaros,
borrachos, maldicientes y estafadores de Corinto que obedecieron al evangelio (1
Cor. 6:10, 11), as tambin hay lugar para los tales hoy en da. El infierno no est
lleno todava, pero tampoco est lleno el cielo!
Qu pensamiento ms horrible si Jess o algn apstol hubieran anunciado, Ya no
hay ms lugar. El cielo est lleno. Nadie ms puede entrar. No importa cuntos
obedezcan, no importa cuntos oren, no importa cuntas lgrimas derramen, ya no
hay lugar. Cmo debemos alegrarnos al or la proclamacin de que an hay
lugar! El predicador puede proclamarlo. Los maestros y maestras de clases
bblicas pueden proclamarlo. Los padres pueden proclamarlo a sus hijos. An
hay lugar! Gracias a Dios por esto. Todava hay cupo para toda persona que est
dispuesto a obedecer al evangelio y ser fiel hasta la muerte.
Los nicos que quedan excluidos son los que se excluyen a s mismos. El hombre
no se puede salvar solo, pero s se puede condenar solo. Muchos son como Esa
quien menospreci su primogenitura (Gn. 25:34). Se roban a s mismos de los
privilegios y bendiciones ms grandes y atraen sobre s mismos la ira de Dios.
14:23 Dijo el seor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, -- La regin
fuera de la ciudad; por eso, A los samaritanos (Hech. 1:8; 8:5,12), a los gentiles
(Hech. 10 y a travs del libro de los Hechos), a todas las naciones (Mat. 28:19;
Mar. 16:15). Vanse 1 Cor. 1:26-29. La invitacin de Cristo debe llevarse a los
paganos ms apartados de Dios. Vanse 1 Cor. 6:9-11; Efes. 2:12; 1 Ped. 2:10.
-- y furzalos a entrar, Obviamente el seor quera que su casa se llenara para la
cena. Furzalos cmo? No como Pablo forz a los cristianos a blasfemar (Hech.
26:11), sino con persuasin (Hech. 18:4, 13; 2 Cor. 5:11; Judas 22, 23). No para
emplear la fuerza, sino para constreirlos en contra de la vacilacin que tales
pobres personas sentiran en cuanto a aceptar la invitacin de un gran seor
(MRV). Comprese Hech. 16:15, Y cuando (Lidia) fue bautizada, y su familia,
nos rog diciendo: Si habis juzgado que yo sea fiel al Seor, entrad en mi casa, y
posad. Y nos oblig a quedarnos.
-- para que se llene mi casa. No reservaron lugar para los que amaban ms su
tierra, sus bueyes y su esposa, Porque os digo que ninguno de aquellos hombres
que fueron convidados, gustar mi cena (Luc. 14:24).
El siervo haba de persuadir, compeler, constreir a todos los que estaban en los
vallados a entrar para llenar la casa, pero conviene aadir aqu un texto de Mateo
22 que habla de la fiesta de bodas. Dicen los versculos 11-13 que entr el rey
para ver a los convidados, y vio all a un hombre que no estaba vestido de boda. Y
le dijo: Amigo, cmo entraste aqu, sin estar vestido de boda? Mas l enmudeci.
Entonces el rey dijo a los que servan: Atadle de pies y manos, y echadle en las
tinieblas de afuera; all ser el lloro y el crujir de dientes; es decir, todos son
invitados a entrar a la fiesta de bodas, pero es indispensable que sean respetuosos,
responsables y sumisos a la voluntad del Rey. Es necesario vestirse de la manera
apropiada. Gl. 3, 27 porque todos los que habis sido bautizados en Cristo, de
Cristo estis revestidos. En la carta a los efesios (4:17-32) Pablo describe la nueva
vida en Cristo. Dice, despojaos del viejo hombre y vestos del nuevo hombre
(vv. 22-24).
14:24 Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron
convidados, gustar mi cena. Al leer esta parbola a la luz de todo el Nuevo
Testamento es obvio que los convidados eran los judos. Rom. 1:16,17; 2:10;
Hech. 13:46. Sin embargo, si los judos incrdulos se arrepienten, ellos tambin
sern salvos (Rom. 11:22, 23).
Esto nos hace ver lo peligroso de rechazar la invitacin del Seor de obedecer al
evangelio, lo peligroso de entristecer al Espritu Santo (Efes. 4:30).