¡Cuán Hermosos Son Sus Pies!
¡Cuán Hermosos Son Sus Pies!
¡Cuán Hermosos Son Sus Pies!
La enseñanza de hoy es sobre el evangelismo, el mayor el encargo que Jesús nos ha dado a su Iglesia amada,
haciéndole claridad de que esta enseñanza no es para teólogos, ni para expertos sino para usted que camina en
Cristo, que mueve sus pies para llevar las buenas nuevas a todos cuanto pueda y para aquellos cuyos pies no son aun
tan hermosos.
PASAJE CENTRAL: Romanos 10, 14 a 16: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán
en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren
enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas
nuevas! Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?”
Oración: Padre nuestro y Señor nuestro te damos gracias infinitas por habernos predestinado, por habernos escogido,
por habernos salvado, por habernos glorificado, por habernos sentado contigo en las regiones celestiales, por
habernos sellado con el Espíritu Santo, por habernos proveído con tu santa y verdadera Palabra, por habernos dado a
nuestros corazones el Espíritu de tu Hijo Amado, porque Tu Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de ser hijos de
Dios, por habernos hecho hijos de la promesa, hijos de luz e hijos amados. Oh, Señor, te alabamos y te exaltamos. Te
pedimos perdón por haber callado tanto tiempo tu verdad, por haber disfrutado tanto tiempo de la comodidad sin
hablar con denuedo de ti, sin predicar tu Palabra, sin llevar las buenas nuevas a los perdidos. Perdóname Señor por
haberme avergonzado de tu evangelio en tantas ocasiones. Declaramos hoy, Señor, que tenemos un espíritu
diferente porque tu nos has dado no un espíritu de temor sino de poder de amor y de dominio propio. Declaramos
Padre del Cielo que queremos ir, que iremos dónde nos envíes, que no nos avergonzamos del evangelio porque el
Evangelio es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree, que disponemos nuestra vida para servirte y
para proclamar Tu Santa Palabra en el nombre de Jesús de Nazareth.
Hemos aprendido que cuando Dios repite algo en Su Palabra Santa es porque quiere hacernos entender que eso es
realmente importante para El. Pues bien, nuestro Dios nos dio el mandato de la gran comisión, nos mandó a ir y a
hacer discípulos, en los cuatro evangelios y en el Libro de los Hechos.
Mateo 28,18 a 20: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo”.
Marcos 1, 17: “Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.”
Marcos 16, 15 a 18: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere
bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: en mi
nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa
mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.
Lucas 24, 46 a 49: “y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos
al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre
sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”.
Juan 20, 21 a 22: “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo”.
En el pasaje de 1 Corintios 9, 16 a 27 Dios va más allá y deja muy en claro que esa es una obligación además de la
que uno no se debe gloriar sino que es un mandato con una consecuencia tremenda para el que no lo cumpla: “Sin
embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo.
¡Ay de mí si no predico el evangelio! En efecto, si lo hiciera por mi propia voluntad, tendría recompensa; pero si lo
hago por obligación, no hago más que cumplir la tarea que se me ha encomendado. ¿Cuál es, entonces, mi
recompensa? Pues que al predicar el evangelio pueda presentarlo gratuitamente, sin hacer valer mi derecho. Aunque
soy libre respecto a todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible. Entre los judíos me
volví judío, a fin de ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo la ley me volví como los que están sometidos a ella
(aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar a éstos. Entre los que no tienen la ley me volví como los que
están sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar a los que
están sin ley. Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a
algunos por todos los medios posibles. Todo esto lo hago por causa del evangelio, para participar de sus frutos. ¿No
saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo
que lo obtengan. Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que
se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. Así que yo no corro como quien no tiene
meta; no lucho como quien da golpes al aire. Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber
predicado a otros, yo mismo quede descalificado”.
La evangelización es una de las razones principales por la cual Cristo no ha regresado aun. Dios ha dejado muy claro
que Su bendito deseo es que todos se salven y que nadie se pierda (2 Pedro 3, 9). Recordemos esa bella Palabra que
le dijo a sus discípulos en Mateo 24, 14: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio
a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. De modo que esa es nuestra misión y es urgente. Debemos llevar
rápidamente el Evangelio de la Salvación a todos cuanto conozcamos en nuestra familia, nuestro vecindario, nuestro
barrio, nuestra ciudad, nuestra nación.
Debemos de convertir el evangelismo en un estilo de vida, aprovechando muchas de las ocasiones ordinarias como el
mismo nombre de algunas personas, el viaje en un avión o en un simple ascensor, la ida a un velorio, la muerte de un
cercano, la conversación sobre algún accidente, la noticia sobre la enfermedad de algún conocido, la posible erupción
de un volcán, el tsunami en el pacífico y muchas más para introducir el tema del Evangelio.
Dios lo ha puesto a usted en esa familia, en esa ciudad en ese barrio y le ha dado esos amigos que usted tiene para
alumbrar con su Adorable Luz a todos a través de usted.
TENGA SIEMPRE PRESENTE QUE LA POBLACIÓN MUNDIAL CRECE GEOMETRICAMENTE MIENTRAS LOS CRISTIANOS
PARECE QUE CRECEMOS ARITMÉTICAMENTE, LUEGO PIENSE EN INVOLUCRARSE EN UN MINISTERIO DE EVANGELISMO
MULTIPLICATIVO COMO EVANGELISMO EXPLOSIVO.
Para terminar debo decir que evangelizar es una cuestión eminentemente de Amor. Si usted, mi amado hermano,
está andando en Amor, el Amor de Dios lo va a constreñir a compartir el Evangelio pues usted querrá dar de gracia a
otros lo que usted ha recibido de gracia. Usted querrá que todos tengan lo que usted ya tiene y que es muy superior a
lo que está en el mundo, Cristo Jesús. Porque usted ya ha probado el gozo de la salvación, ha visto lo que puede
hacer Cristo en la vida de cualquier persona, ha sido testigo de grandes prodigios y milagros en su vida usted querrá
que aquellos a los que usted ama que son todos esos que Dios llama el Prójimo.
EL EVANGELISMO NO ES UNA TAREA PRIMORDIALMENTE DEL PASTOR SINO UNA MISIÓN DE TODO CREYENTE, DE
TODO NACIDO DE NUEVO.
Pero muchos cristianos hoy tienen varias razones para no testificar. Dicen que no saben cómo, dicen que no tienen el
don, que dan testimonio por medio de sus vidas, que es el oficio del Pastor, que les da miedo de ser rechazado o fallar,
que no tienen tiempo…. Muchos no lo hacen porque tienen un pecado no confesado por allá escondido que está
causando estragos.
Déjenme detenerme un poco en la idea generalizada que el adversario ha difundido de que evangelizar es una tarea
del Pastor o de éste y los líderes de la iglesia o de los teólogos. Esa es la estrategia hasta ahora más exitosa del
¿Quiénes predicaban la Palabra? ¡Los que fueron esparcidos! No dice los pastores, pues los mejores de ellos, los
Apóstoles, se quedaron en Jerusalén. Y esta estrategia de dispersión y prédica de la Palabra fue poderosamente
exitosa durante los siguientes 300 años hasta el año 313 en el cual se publicó por Constantino el edicto de tolerancia
por medio del cual se terminaba la persecución contra el pueblo cristiano.
Los pastores en cambio sí tienen la obligación de capacitar sus laicos. Leamos Efesios 4, 11 a 12: “Él mismo
constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar
al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.”
JESÚS MISMO EVANGELIZÓ Y NOS ENSEÑÓ CÓMO HACERLO. EN ESTE PASAJE VEMOS QUE JESÚS UTILIZÓ LAS 5 LEYES
DE PERSUACIÓN: A- ATENCIÓN, B- INTERÉS, C- DESEO, D- DECISIÓN, E- ACCIÓN.
Leamos de nuevo el bello relato de la Samaritana en Juan 4, 4 a 42: “Y le era necesario pasar por Samaria (este
inicio me conmueve mucho porque veo el propósito de Dios al decirnos que no es casualidad que estemos en el lugar
que estemos sino que estamos precisamente donde estamos porque nos es necesario estar ahí. Nos es necesario a
nosotros en primer lugar para poder cumplir ese mandato de la Gran Comisión y es necesario para nosotros porque es
aquí donde la mies es mucha y usted puede desempeñarse en las hermosas funciones del obrero de Cristo). Vino,
pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba
allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora
sexta. (LEY DE LA ATENCIÓN) Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: dame de beber (Jesús
llamó la atención de la señora de manera simple, usando las circunstancias normales del momento, pero haciendo
algo anormal para un judío que era hablarle a una mujer samaritana). Pues sus discípulos habían ido a la ciudad
a comprar de comer (notemos que mientras Jesús estaba muy interesado en evangelizar, sus discípulos ¡se fueron a
comprar comida, a buscar primero algo con qué saciar su cuerpo!). La mujer samaritana le dijo: ¿cómo tú,
siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se
tratan entre sí. (LEY DEL INTERÉS) Respondió Jesús y le dijo: si conocieras el don de Dios, y quién es el que
te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva (Jesús introduce el tema de Dios y la vida eterna
usando expresiones que también tenían especial significado para la ocasión). La mujer le dijo: Señor, no tienes
con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que
nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? (LEY DEL
DESEO) Respondió Jesús y le dijo: cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que
bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una
fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo
sed, ni venga aquí a sacarla (miremos cómo Jesús habla más directamente acerca de la vida eterna y le crea la
necesidad de lo que El le ofrece, usando también palabras que aprovecharan el escenario de la situación. Ella no era
una mujer de buena reputación, estaba aburrida de tener que ir al mediodía a ese pozo porque esa era la hora en que
no había gente. Ella empieza también a entender que a más de cosas naturales Jesús estaba tocando temas
espirituales). (LEY DE LA DECISIÓN- Convicción de pecado) Jesús le dijo: ve, llama a tu marido, y ven acá (Jesús
la confronta con su pecado, lo mismo que debemos hacer cuando evangelizamos porque debemos hablar del pecado y
de cómo Dios dice que por cuanto todos pecamos, todos estamos destituidos de Su Gloria). Respondió la mujer y
Requiere que usted sea limpio. Revísese diariamente, pida perdón diariamente, arrepiéntase diariamente. RECUERDE
QUE USTED SE ESTÁ MULTIPLICANDO Y QUE SUS HIJOS HEREDERÁN LO QUE USTED TENGA EN SU CORAZÓN Y EN SU
VIDA.
Ser testigo requiere estar lleno del Espíritu Santo. (Efesios 5, 18: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay
disolución; antes bien sed llenos del Espíritu…”)
Ser testigo requiere ser un adorador, tener pasión por pasar tiempo en oración.
3- ¿CÓMO EVANGELIZAR?
Ore mucho por la persona a la cual le va a testificar, recordando que “la salvación es de Jehová” (Jonás 2, 9).
Establezca vínculos de amistad con esas personas. Averigüe sus necesidades, sepa en qué punto está la persona
espiritualmente.
Preocúpese por su apariencia. Si es mujer, use ropa apropiada. Use goma de mascar o caramelos para el aliento.
Durante la visita observe, haga preguntas, escuche con atención, mire siempre el candidato cuando está hablando,
haga elogios sinceros.
Si el momento no es propicio, busque una mejor oportunidad después y si es posible pídale a la persona una fecha en
la cual pueda visitarla. No force nada.
Cuando dé su testimonio no haga énfasis en su vida pasada antes de recibir el regalo de la vida eterna sino, mejor, en
los maravillosos beneficios de haberla recibido.
No discuta. No pierda tiempo defendiendo al Señor, pues El no necesita de ello y antes mejor EL le defiendo a usted
porque El es su Abogado. Eso sí, esté siempre preparado para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante
todo el que le demande razón de la esperanza que hay en usted.
Cite y declare la Palabra de Dios porque es ella la que tiene poder y no su oratoria o sus dones.
Evite las objeciones, pospóngalas hasta antes de irse o quede comprometido en volver después con alguna respuesta.
Siempre esté preparado para dar
Esté preparado para que en el momento de la decisión haya interrupción, pues el adversario no estará contento.
Si es rechazado o el candidato no quiere aceptar a Jesús, no lo obligue. Insista prudentemente pero no hostigue.
No piense que tiene que asegurar una decisión favorable del candidato.
Si alguien rechaza o no quiere aceptar a Jesús no se desanime. Usted no ha predicado la Palabra de Dios en vano y la
Palabra nunca vuelve vacía. Dios con seguridad tiene un propósito con su testimonio.
Que su salida de la casa de alguien o la despedida al final, así este no haya aceptado a Cristo, sea muy agradable.
Ore mucho por el nacido de nuevo para que Dios forme a Cristo en el.
RECUERDEN MIS HERMANOS QUE MUCHAS PERSONAS HACEN CONFESIÓN DE FE, PERO NO NACEN DE NUEVO Y
MUCHOS OTROS ¡¡NACEN DE NUEVO PERO NO SE SALVARÁN!! Por eso el Señor nos dice que vayamos y hagamos
discípulos enseñándoles que guarden todas las cosas que EL nos ha mandado. Mi hermano NO hay otra interpretación
para el pasaje de Mateo 7, 19 a 27 que dice: “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así
que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que
hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en
tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les
declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las
hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera
que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y
descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su
ruina”. Bueno, pero esto hará parte de otra enseñanza sobre cómo ser un verdadero cristiano.
UN MÉTODO
Todos sabemos ya por qué evangelizar, pero muchos, como he dicho antes, se excusan en que no saben cómo.
Pues para quitar esa excusa vamos a aprender hoy un método fácil, simple, flexible y poderoso para evangelizar. Es el
método de Evangelismo Explosivo.
Les he entregado una especie de bosquejo para que sobre el podamos edificarnos acerca de cómo testificar
eficazmente. Obviamente que aquí no lo aprenderemos tan completo como se estudia en el Ministerio, pero lo que
aprenderemos, les aseguro mis amados que ¡será suficientísimo!
2. PREGUNTAS DE DIAGNÓSTICO
a) Si Ud. muriera hoy, ¿está seguro que iría al cielo? Dígale que la Biblia fue escrita para tener esa seguridad. “Estas
cosas os he escrito… para que sepáis que teneis vida eterna” 1 Juan 5, 13
Voy a compartirle cómo recibí ese regalo maravilloso de la vida eterna y cómo usted también puede hacerlo, pero
antes ¿me permite hacerle otra pregunta?
b) Supongamos que Ud. muriera hoy, y se presentara ante Dios y Él le preguntara: ¿por qué tengo que dejarte entrar
mi cielo, ¿qué le diría? Si no obtiene una respuesta, cambie la pregunta. Pregúntele por ejemplo que le han enseñado
en la Iglesia a la que va sobre los requisitos para ir al cielo, o si un hijo menor le preguntara que debe hacer para ir al
cielo qué le respondería, cuéntele que usted pensaba que debía hacer cosas buenas para ganar el cielo. Si de verdad
no sabe la respuesta acepte que no la sabe y siga. Generalmente la respuesta a esta pregunta es “por obras”.
3. TESTIMONIO PERSONAL
Puede darlo en la introducción o antes de hacer la segunda pregunta de Diagnóstico. En su testimonio mencione de
manera general cómo era antes de recibir el regalo de la vida eterna (menos de 1 minuto); cómo recibió el regalo de
la vida eterna (menos de 1 minuto, sea muy general y sin mencionar a Jesús aun). Qué ventajas obtuvo al recibir el
regalo de la vida eterna (menos de 1 minuto) Evite palabras de "iglesia" (Jehová, testimonio, redención,
convertirse, aleluya, amén, barón de Dios, etc)
4. EL EVANGELIO
Sea afirmativo diciendo que al oír la contestación de las preguntas anteriores usted sabe que es portador
de las más extraordinarias noticias que jamás el haya escuchado: ¡la vida eterna es un regalo!
a) Gracia:
b) Hombre:
*Es pecador y no puede salvarse a sí mismo (Ro 3:23). (Ef 2: 8-9). Que entiende por pecado y dele la definición
c) Dios:
d) Jesucristo: La solución. Pregúntele quién es Cristo para él. Aclárele que Jesús es el eterno Dios-hombre, Juan 1,
1
ofrece gratuitamente.
e) Fe:
* La Fe salvadora es confiar únicamente en Jesucristo para salvación, confesar que Jesús es el Señor y creer en el
corazón que Dios le levantó de entre los muertos y dejarlo entrar en su vida, y arrepentirse.
f) La decisión
Ahora la pregunta no la hago yo sino Dios mismo: ¿Desea recibir el regalo de la vida eterna ahora?
Si esto tiene sentido para usted y quiere recibir el regalo de la vida eterna le aclaro lo qué ello implica:
2. Transferir toda su confianza a Cristo para su salvación y para todo en su vida (Ro 10:8-10)
Como usted ha dicho que eso es lo que quiere, hagámoslo con una simple oración.
5. ORACIÓN: Si tiene tiempo haga 3 oraciones: a- Por él para que crea y se arrepienta, 2- Con él para salvación y 3-
por él para seguridad. En la oración para salvación que el candidato debe repetir en voz audible, se debe iniciar
dirigiéndose a nuestro AMADO JESÚS. Use esta guía: Amado Jesús, hoy te recibo en mi corazón como Señor y Salvador,
confieso con mi boca que tu eres Señor y creo en mi corazón que Dios te levantó de entre los muertos. Me arrepiento
de todo corazón de todas mis faltas y te doy gracias por tu perdón y tu infinito amor. Recibo el regalo de la vida eterna
que me ofreces y te agradezco en el nombre de Jesús.
6. EXPLICACIÓN DE LO QUE HA HECHO Y PASOS SIGUIENTES: Para crecimiento espiritual motivar a orar,
estudiar la Biblia, adorar, congregarse y testificar.
Animarlo a ser un discípulo efectivo y si es el caso usted mismo díctele el discipulado. Pastoree esa oveja
y nunca la descuide. Ore mucho por ella para que Dios forme a Cristo en él.