Lucha Por El Territorio y La Autonomía Indigena en Guatemala

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LA LUCHA POR EL TERRITORIO

Y LA AUTONOMA INDGENA EN GUATEMALA



Silvel Elas
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1. Presentacin.

Guatemala es uno de los pases del continente con mayora indgena (6 millones de
habitantes (60 %), distribuidos en 23 grupos tnicos), en donde la territorialidad indgena,
entendida como la capacidad de control y decisin que tiene un grupo tnico sobre su
propio espacio, se ejerce a dos ritmos. Por un lado, la territorialidad legtima, que se
expresa en la lucha constante que las comunidades realizan con la finalidad de hacer valer
sus derechos sobre su espacio, sus recursos y sus propias instituciones; y por el otro lado
una territorialidad negada, que se manifiesta en el conjunto de polticas, ideologas y leyes
que el Estado mantiene con el objetivo de imponer un sistema nico de organizacin
poltico territorial del pas, en donde las aspiraciones indgenas son permanentemente
anuladas. Sin embargo, los indgenas no constituyen solamente una cifra en la proporcin
demogrfica, que dicho sea de paso, tiende a disminuir con el paso del tiempo, como
consecuencia de la fuerte aculturacin que impone la cultura dominante; sino que adems
tienen una expresin espacial, que se sigue legitimando a travs de diversos mecanismos.
Los derechos territoriales sobre los espacios ancestrales, forma parte de las luchas de
reivindicacin de los pueblos indgenas, en cualquier parte del mundo, y en Guatemala
tambin, aunque aqu la cultura dominante, ha hecho de este tema un tab en la discusin
poltica y acadmica, con el pretexto de que eso pondra en riesgo la supuesta unidad de la
nacin.

La territorialidad indgena, es sin embargo, una realidad que se vive a cotidiano en las
relaciones culturales y socioeconmicas del pas: los pueblos indgenas luchando por
retener el control sobre determinados espacios geogrficos, y el Estado desarticulando esos
derechos territoriales. En este artculo, pretendemos abrir la reflexin sobre la manera en
que se expresa la territorialidad indgena, desde un anlisis geopoltico, a travs de las
siguientes preguntas: De qu manera los pueblos indgenas en Guatemala viven y perciben
sus derechos territoriales?, Cmo se expresan los derechos territoriales indgenas en las
polticas y en los dispositivos legales e ideolgicos del pas?. Cmo se manifiestan las
luchas por la territorialidad y la autonoma indgena frente a un Estado excluyente
dominado por la minora no indgena?

2. El Territorio indgena: del espacio ancestral al espacio fragmentado

Desde la poca de la colonizacin espaola, las elites dominantes fueron estableciendo las
bases de lo que sera el modelo de Estado Nacin impuesto a partir del perodo
independiente, lo que para la mayora de los indgenas no es sino una especie de
neocolonialismo. Este modelo, se caracteriza entre otras cosas por el imaginario de una
nacin nica, indisoluble y unida. nica en el sentido de considerar que todos las

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Profesor en la Facultad de Agronoma, Universidad de San Carlos de Guatemala.
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resoluciones tienen jurisdiccin sobre un territorio y un pueblo culturalmente homogneo;
indisoluble porque en su fundamento no tienen cabida otras identidades tnicas ni
regionales, y unida porque impone un patriotismo nacional al cual deben sujetarse y ser
fieles todos los habitantes de la nacin. En este imaginario de la Patria del Criollo, como
la llamara Martnez Pelez, (Martnez Pelez, 1979), los hroes, los ancestros, la historia,
el idioma, el territorio y los smbolos, constituyen los referentes obligados de la identidad
nacional que el Estado Nacin, se empea en imponer, (Thiesse, 1999), muchas veces de
forma violenta, destruyendo, negando o invisibilizando los referentes tnicos que
obstaculizan el progreso y la unidad nacional.

El territorio en Guatemala, es en ese sentido, el mbito que mejor expresa la contradiccin
entre el Estado Nacin y las identidades indgenas. En primer lugar, la estructura poltico
administrativa del pas no incluye una especificidad con relacin al espacio habitado por los
pueblos indgenas. La organizacin poltico territorial actual del pas, basada en
municipios, departamentos y regiones (que ha sido modificada repetidas veces), es un
ejercicio de fragmentacin de los espacios ancestrales indgenas, con la finalidad de
obligar al culto de la identidad nacional. Los Kichs por ejemplo, se encuentran divididos
administrativamente en 4 regiones, 8 departamentos y 75 municipios, siendo en este caso
imposible pensar en una especie de gobierno regional propio para este pueblo.

El actual sistema de municipios y departamentos, es la perpetuacin del modelo
administrativo del rgimen colonial llamado Pueblos de Indios. Estos fueron parte de una
estrategia poltico territorial para mantener bajo control a los habitantes indgenas, ya sea
por medio de los misioneros religiosos o de los encomenderos espaoles, y con ello
aprovechar la extraccin de tributos y la imposicin del trabajo forzado necesarios para la
consolidacin del rgimen colonial. Cada uno de los pueblos fue dotado de un espacio
compuesto por un Ejido, rea aledaa al ncleo poblado que serva como rea de cultivos
y fuente de suministro de productos forestales y reas de pastoreo. Con el crecimiento
poblacional, muy pronto estos Ejidos resultaron insuficientes para atender las necesidades
locales.

Los indgenas muy pronto empezaron a reivindicar sus derechos sobre sus tierras
ancestrales. Por la va legal, solicitaron a las autoridades coloniales el reconocimiento a
esos espacios, a travs composiciones o mercedes de las llamadas Tierras Comunales, o
Tierras del Comn de Indios o simplemente como Tierras de Indios. Al contrario de lo
han dicho muchos historiadores, el reconocimiento de estos derechos territoriales no fue
una ddiva del rgimen, sino producto de una larga lucha por parte de las comunidades
indgenas. Pero como efecto de la poltica de reduccin de los pueblos indgenas, esas
luchas se dieron sobre espacios sobre los cuales se reclamaban derechos ancestrales,
generalmente adyacentes a los nuevos poblados. A pesar de que hubo efectivamente una
poltica agraria colonial de proteccin de las tierras indgenas, contenida en los diversos
mandatos reales, la misma no logr detener el proceso de usurpacin y despojo contra las
tierras comunales que se dio durante toda la colonia, y tampoco pudo evitar el
enfrentamiento entre poblados indgenas limtrofes.

De esta cuenta, la fragmentacin sociopoltica y territorial de las comunidades indgenas en
pequeas unidades espaciales, de fcil control administrativo por parte del Estado, se fue
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convirtiendo en el referente espacial de la construccin identitaria en los pueblos indgenas,
principalmente por el hecho de que paulatinamente pudieron reconstruir sus instituciones
polticas y sus procesos de control sobre determinadas fracciones de sus territorios
ancestrales. Aunque los pueblos indgenas mantuvieron sus contactos sociales, comerciales
y culturales entre s, fue imposible reconstituir unidades polticas y territoriales ms
amplias.


(Fuente: Hosting, 1997)

Los indgenas en Guatemala no han permanecido confinados a un espacio fsico como el
reservas indgenas norteamericanas, pero tampoco tienen el control de sus espacios
tradicionales como el caso de las comarcas panameas o el de las regiones autnomas
nicaragenses. Aqu aunque se reconoce que los indgenas siguen vinculados a un espacio
tradicional, el Estado y el poder dominante prefieren reducir esta relacin a una simple
especificidad lingstica. La mayora de mapas que designan la ubicacin espacial de los
indgenas lo hacen solamente en funcin del idioma indgena que ah se habla. Por ello es
que varios pueblos como el Xinca, el Chort, el Pocomam, el Itz y el Mopn, cuyos
idiomas van cediendo a la presin de la cultura ladina dominante, van desapareciendo de
los mapas tnicos, an y cuando sus habitantes sigan reconocindose a si mismos como
tales. Un ejemplo es el pueblo Xinca, del cual solo aparece un pequeo crculo para indicar
que quedan solamente 20 hablantes de este idioma, no obstante que ms de 150,000
personas sigan reivindicando su pertenencia a este pueblo.

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3. La territorialidad negada:

Con el arribo de los gobiernos liberales a finales del siglo XIX, el Estado intensific la
poltica de disolucin de los territorios indgenas, por considerar que estos constituan
obstculos para avanzar en la modernizacin del pas. Se consideraba que los indgenas
haban sido sobreprotegidos durante la colonia al recibir grandes extensiones de tierra que
permanecan incultas, razn por la cual se inici un vasto proceso de despojo y usurpacin
de las tierras comunales indgenas para favorecer la conformacin de grandes latifundios
cafetaleros que est a la base de la actual inequidad en la distribucin de la tierra. (El censo
agropecuario de 2003 indica que el 1.8% de las propiedades, pero retienen el 56.5% de la
tierra) (Guatemala, 2004). El proceso de despojo fue mucho ms violento en aquellas reas
con vocacin para este cultivo, especialmente en la llamada Bocacosta y en la regin de Las
Verapaces. A la par del despojo territorial, el rgimen liberal intensific el trabajo forzado,
para obligar a los indgenas a trabajar en las fincas cafetaleras y con ello desvincularlos de
sus patrimonios comunales, en un proceso legalmente avalado por el Estado a travs del El
Reglamento de J ornaleros y la Ley de la Vagancia; que perdur hasta 1944, cuando
durante la corta vigencia de un gobierno revolucionario se promulg el Cdigo de Trabajo
y se intent una reforma agraria.

Pero adems de las medidas directas de destruccin de los territorios e instituciones
indgenas, el Estado contina hasta ahora ejerciendo una serie de medidas excluyentes en la
formulacin de sus leyes, polticas y proyectos. Todas las decisiones se concentran en las
entidades gubernamentales y en las municipalidades, e incluso en las zonas
mayoritariamente indgenas, las autoridades tradicionales, como los Consejos de Ancianos,
las Alcaldas Indgenas o los Consejos Comunales, han sido relegadas a un tercer plano y
estn supeditadas al control de las autoridades gubernamentales electas bajo un sistema de
partidos polticos que cooptan o anulan la verdadera participacin social. Adems la
represin de los aparatos del Estado ha sido una prctica comn para desarticular y
minimizar los movimientos de resistencia indgena.

Por todo ello el Estado guatemalteco y los sectores de poder dominante, prefieren hablar de
grupos tnicos, tal como est contenido en la Constitucin de la Repblica: Guatemala
est formada por diversos grupos tnicos entre los que figuran los grupos indgenas de
ascendencia maya, (Art. 66), y no tanto de Pueblos indgenas, ya que ello implicara el
traspaso de ciertos poderes especficos de gobierno indgena a pesar de que las misma
Constitucin afirma que Las comunidades indgenas y otras que tengan tierras que
histricamente les pertenecen y que tradicionalmente han administrado en forma especial,
mantendrn ese sistema (Art. 67). Sin embargo hasta la fecha no existe ningn mandato
legal que reconozca los plenos derechos que las comunidades indgenas tienen sobre sus
espacios ancestrales.

4. Accin colectiva y lucha por la territorialidad indgena

Una de las primeras luchas en las cuales se embarcaron los pueblos indgenas desde la
colonia fue la obtencin del reconocimiento legal de la Corona sobre sus territorios
ancestrales. Para ello documentaron sus derechos a travs de los llamados Ttulos
Antiguos, (Tales como el Ttulo de los Yax, el Ttulo de Alotenango, el Ttulo Coyoi, el
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Ttulo de los Seores de Solol, etc), etc), en los cuales se encuentran extensos registros
genealgicos que se utilizaron como medios para probar los derechos de ocupacin; pero
dichos documentos, a pesar de su incalculable valor histrico, no fueron medios efectivos
para lograr el reconocimiento por parte de las autoridades coloniales. Por ello los indgenas
siguieron muy pronto el camino legal establecido por la Corona: denunciar sus propios
territorios como reas baldas o realengas como primer paso para luego solicitar la
medicin y posterior adjudicacin como Merced (donacin) o por Composicin (compra);
proceso que poda durar varias dcadas, ya que estos espacios eran al mismo tiempo
solicitados por otras comunidades o por los mismos espaoles. Algunas comunidades
llegaron a disponer de tierras abundantes, sin embargo, se constata que se trataba, muchas
veces, de tierras estriles, barrancosas, intiles en una palabra para efectos productivos.
(Palma, 1997) p. 31

Los ttulos reales que obtuvieron muchas comunidades, no fueron suficientes para asegurar
la posesin territorial, ya que muy pronto estas se vieron envueltas en un largo proceso de
denuncias de excesos que obligaba a las remediciones, que en la mayora de los casos
finalizaban con sentencias de despojo que eran adjudicadas a los demandantes,
generalmente no indgenas. Esta prctica de despojo ha continuado hasta la poca de la
historia reciente. Durante el conflicto armado interno que padeci el pas entre 1960 y
1996, muchas de las comunidades indgenas fueron desplazadas y sus habitantes obligados
a encontrar refugio en pases cercanos, situacin que aprovechada para que personas ajenas
se apropiaran de esos recursos, como sucedi en las reas de la llamada Franja Transversal
del Norte.

La defensa del territorio se ha convertido en el eje central de la accin colectiva en las
comunidades indgenas y en un bastin esencial en la construccin identitaria. Las formas
en que se ha movilizado la accin colectiva para la defensa del territorio han incluido la
movilizacin pacfica, los mtodos legales y ocasionalmente la violencia plasmada en las
rebeliones y los motines. Los indgenas se han apropiaron de los instrumentos legales para
plantear sus reclamos antes las autoridades, tal como la tradicin legalista que mantienen
Xincas de J utiapa, iniciada en 1563 para protestar contra los abusos que un cura estaba
haciendo sobre sus tierras. Pero todas estas acciones legales o de movilizacin social, han
sido constante reprimidas, tal el caso de las protestas que las comunidades Mam iniciaron
en 2004 contra la instalacin de las mineras a cielo abierto, que de todas maneras siguen
funcionando con el apoyo gubernamental.

Los territorios indgenas no han tenido solamente una funcin de refugio ante los abusos
del Estado y del sector dominante. En realidad desde ah, los pueblos indgenas han
lograron mantener mnimo de autonoma que les ha permitido tener el control sobre la
conformacin de sus instituciones locales y lograr tambin la reproduccin cultural, no
obstante la presin que sobre ellos ha ejercido la poltica de asimilacin e integracin
inducida por el indigenismo. Ejemplo de este mnimo de autonoma son las instituciones
indgenas de gestin territorial, de lo cual no referiremos en los siguientes prrafos.

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Foto: Asamblea en la Comunidad Indgena de Quezaltepeque. 2005

5. Instituciones indgenas de gestin territorial

La gestin local del territorio en las comunidades indgenas se entiende como la capacidad
y autonoma que los pueblos indgenas han conquistado para mantener un relativo control
sobre su espacio territorial, poltico, econmico y cultural. Esto no ha sido fcil en un pas
en donde el Estado negado sistemticamente los derechos relativos a la autodeterminacin
de los pueblos, pero existen evidencias concretas que muestran la fuerza comunitaria de la
accin colectiva para este propsito. En el oriente del pas por ejemplo, las comunidades
indgenas han logrado mantener un sistema de administracin local del territorio, que se
fundamente en sus propios reglamentos o estatutos, que localmente denominan como la
ley de la comunidad, en donde se especifican los normativos para el acceso a los recursos
del territorio. Por ejemplo en varios de estos estatutos se especifica que la transferencia de
derechos sobre la tierra solo puede darse entre miembros de la misma comunidad, con
previo aval de las autoridades comunales; como un mecanismo para evitar que personas
externas a la comunidad puedan hacerse de bienes sin sujetarse a los mandatos colectivos.
En otros casos, los derechos se circunscriben nicamente a los herederos o condueos,
como una manera de mantener bajo control la filiacin a la comunidad. En el occidente del
pas, muchas de las comunidades indgenas, mantienen ms un sistema de derecho
consuetudinario que vela por la elaboracin y aplicacin de normas de convivencia, que
sustituye el sistema de reglas formales impuestas por el Estado. As por ejemplo, la
aplicacin de justicia se hace con base en normas consuetudinarias muy diferentes a las
contenidas en la legislacin nacional. El conjunto de estas normas, constituyen verdaderas
instituciones locales (Ostrom, 1990), en el sentido de que han sido construidas y aceptadas
por los miembros de las comunidades como parte de un acuerdo de convivencia social.

En Totonicapn, al occidente del pas, estas instituciones han sido reconocidas por su
capacidad reguladora en el acceso y uso de los recursos naturales, especialmente el agua y
el bosque (Elias, 1997). Ah cada miembro de la comunidad puede beneficiarse del
patrimonio comunitario, siempre y cuando se sujete a las normas que para el efecto se
establecen. En algunos casos se prohbe que los productos se comercialicen fuera del
mbito comunitario, en otros, los productos forestales se comercializan en funcin de una
cuota que se asigna a cada miembro y tambin existen casos en que la cosecha debe
realizarse en cierta poca del ao o con el uso de una determinada tecnologa. En todos los
casos, para tener derecho de acceso los pobladores deben participar activamente en las
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actividades de mantenimiento, supervisin, gobernancia y defensa del territorio. En
Totonicapn como en otros lugares del pas, las comunidades han demostrado una fuerza
increble cuando se trata de defender su espacio geogrfico de amenazas externas.

En el Oriente de Guatemala, las comunidades indgenas de J utiapa, J alapa, Alzatate,
Quetzaltepeque, entre otras, lograron que el gobierno central les reconociera los Estatutos
para poder implementar sus propias normas de administracin territorial, con lo cual han
logrado evitar que la invasin de personas ajenas sobre su territorio y tambin han logrado
cierta equidad en cuanto al acceso a la tierra. Las comunidades indgenas de esta regin
profundamente influenciada por la cultura ladina, han mantenido sus propias instituciones
de gestin territorial, como el nico mecanismo para luchar contra las presiones internas y
externas. Pero por qu los indgenas son muy sensibles en cuanto a la movilizacin de la
accin colectiva en torno al patrimonio territorial?

En primer lugar, el territorio indgena constituye la referencia espacial de la identidad
colectiva, es decir el espacio de pertenencia a un grupo y a una cultura. (IGWIA, 1998). Es
el espacio histrico que simbolizan las relaciones afectivas con el pasado ancestral, y
tambin el espacio vivido que en donde se han plasmado las huellas que dejan las
relaciones afectivas y de contradiccin entre los miembros del a comunidad. Es adems el
espacio simblico que ha permitido la reproduccin cultural del pueblo, es decir es el
espacio de vida y de la madre naturaleza (Grnberg, 2003). En segundo lugar, el territorio
indgena es un espacio de apropiacin. No es solamente un referente simblico, sino
tambin una fuente de recursos para beneficio individual o colectivamente, sujeto a
diferentes formas de ocupacin, es decir una garanta para la sobreviencia que difcilmente
puede obtenerse fuera del contexto comunitario. En tercer lugar el territorio indgena
constituye un espacio poltico, cultural y econmico sobre el cual se establecen relaciones
de poder y de diferenciacin social, pero tambin relaciones de cooperacin, solidaridad y
reciprocidad.

6. El sentido de la autonoma indgena en el marco de la descentralizacin

Los derechos de autodeterminacin de las comunidades indgenas sobre sus propios
territorios, no han sido reconocidos por el Estado a travs de ninguna medida concreta ya
sea legal o poltica; no obstante que su mandato aparece tanto en la Constitucin Poltca de
la Repblica, en el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indgenas firmado
en 1996, as como en el Convenio 169 de la OIT que fue ratificado en 1999. La razn es
simple: al Estado guatemalteco no le interesa ni le conviene dar demasiados poderes a las
comunidades indgenas, porque ello significara la prdida del control y la sujecin que
histricamente ha ejercido el Estado en contubernio con los sectores dominantes del pas.
De hecho la negacin de la territorialidad indgena es una estrategia poltica que ha
permitido por un lado la exclusin social y por el otro el saqueo del patrimonio indgena.

La leyes que recientemente se han aprobado (Ley de Descentralizacin, Cdigo Municipal
y Ley de los Consejos de Desarrollo), no contienen en lo absoluto mandatos especficos
hacia el reconocimiento de las instituciones indgenas como actores claves en la
construccin de una verdadera nacin multitnica y pluricultural. Adems, en otras leyes
especficas como la Ley Forestal y la Ley del Catastro, las instituciones indgenas de
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gestin territorial y de recursos naturales quedan totalmente invisibilizadas. Pero es
posible una reorganizacin sociopoltica del pas en donde se plasme una nueva relacin
entre el Estado y las comunidades indgenas? Es viable social y polticamente la
concrecin de la autonoma para la gestin territorial indgena en un pas fuertemente
marcado por la centralizacin y el autoritarismo?

Latinoamrica la autonoma en si misma no es una solucin sino un instrumento en la lucha
de emancipacin de los pueblos indgenas que buscan salir de la invisibilizacin y de la
histrica negacin a sus derechos fundamentales. Las experiencias de las Regiones
Autnomas de Nicaragua creadas en 1987 y el reconocimiento constitucional que al
respecto se encuentra en la Constitucin de Colombia en 1991, y la Ley Indgena de Chile,
han mostrado que la utopa autonmica de los pueblos indios y de las otras comunidades
tnicas aparece como socialmente viable. (Diaz-Polanco, 2003), p.11. Claramente los
procesos autonmicos deben entenderse como conquistas en las demandas indgenas y no
como concesiones gubernamentales, es decir que son los propios pueblos quienes deben
conducirlas. De todas maneras, en un pas como Guatemala, marcado profundamente por
la exclusin y marginacin de las poblaciones indgenas, la autonoma indgena aparece no
solamente como algo posible, sino tambin como algo necesario.

Una nueva relacin de las comunidades indgenas con el Estado basada en la autonoma
indgena, se presenta como algo indispensable para avanzar en la construccin de una
democracia participativa, para vencer la profunda inequidad social que afecta
principalmente a los indgenas y tambin para fortalecer la participacin poltica y social de
todos los habitantes del pas. Se podra incrementar la contribucin que los indgenas hacen
del manejo del espacio, lo cual cada vez tiene un mayor reconocimiento mundial. Su
concepcin del mundo (cosmovisin) no es solamente retrica sino que se constata con
hechos concretos: en las zonas indgenas, densamente pobladas, existe ms bosques que las
zonas no indgenas menos pobladas, lo cual evidencia la diferencia en la lgica productiva;
la primera centrada en la convivencia con la naturaleza y la segunda en la explotacin
irracional de los recursos naturales con valor econmico.

La apertura a un dilogo sobre el sentido de la territorial y la autonoma indgena, romper
el tab ideolgico que existe sobre este tema y ayudar a la construccin de una
participacin social plena en donde los indgenas no sigan siendo vistos como ciudadanos
de tercera categora. De tomas maneras Los indgenas, para conseguir asegurarse un
destino, han ido integrando y adaptando a la legalidad sus instituciones, intuitivamente y
en la medida de lo posible, las ofertas que cada coyuntura parecieron propicias a la
defensa de sus intereses territoriales (Suralls and Garca Hierro, 2004)

Post Scriptum

La redaccin de este artculo ha coincidido lamentablemente con la tragedia ocasionada por
el Huracn Stan durante la primera semana de octubre de 2005, que a su paso caus
grandes prdidas materiales y en vidas humanas. El 90% de los aproximadamente 700
fallecidos son indgenas que vivan en poblados situados en altas condiciones de riesgo,
como producto de la marginalidad y el olvido al que histricamente han sido relegados.

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Referencias

Diaz-Polanco H (2003) Autonoma Regional. La autodeterminacin de los pueblos indgenas. Siglo Veintiuno
editores., Mxico, DF, 266 pp.
Elias S (1997) Autogestin comunitaria de recursos naturales. El caso de Totonicapn. FLACSO, Guatemala.
Grnberg G (2003) Tierras y territorios indgenas en Guatemala. FLACSO, Guatemala, 166 pp.
Guatemala (2004) IV Censo Nacional Agropecuario. INE, Instituto Nacional de Estadstica., Guatemala,
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Thiesse A-M (1999) La cration des identits nationales. Europe XVIII - XX sicle. ditions du Seuil, Paris,
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