02-El Principe Leopardo

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E El li iz za ab be et th h H Ho oy yt t E El l p pr r n nc ci ip pe e l le eo op pa ar rd do o

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N2 Triloga Princes
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ndice
ARGUMENTO ............................................................................................................................... 4
Captulo 1 ................................................................................................................................... 5
Captulo 2 ................................................................................................................................. 18
Captulo 3 ................................................................................................................................. 31
Captulo 4 ................................................................................................................................. 43
Captulo 5 ................................................................................................................................. 55
Captulo 6 ................................................................................................................................. 66
Captulo 7 ................................................................................................................................. 79
Captulo 8 ................................................................................................................................. 91
Captulo 9 ............................................................................................................................... 106
Captulo 10 ............................................................................................................................. 118
Captulo 11 ............................................................................................................................. 131
Captulo 12 ............................................................................................................................. 144
Captulo 13 ............................................................................................................................. 160
Captulo 14 ............................................................................................................................. 173
Captulo 15 ............................................................................................................................. 184
Captulo 16 ............................................................................................................................. 197
Captulo 17 ............................................................................................................................. 210
Captulo 18 ............................................................................................................................. 227
Captulo 19 ............................................................................................................................. 238
Captulo 20 ............................................................................................................................. 249
Captulo 21 ............................................................................................................................. 263
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ARGUMENTO
La adinerada lady Georgina Maitland no quiere un esposo, aunque no le vendra
nada mal un administrador que gestione sus propiedades. Es ponerle la vista encima
a Harry Pye, y Georgina sabe que no slo est tratando con un sirviente, sino con un
hombre
Harry ha conocido a muchos aristcratas... incluyendo a uno en particular que es
su enemigo jurado. Pero Harry jams ha conocido a una hermosa dama tan
independiente, desinhibida y ansiosa por estar en sus brazos.
Con todo, es imposible mantener una aventura discreta cuando el
envenenamiento de ovejas, asesinato de aldeanos y un magistrado rabioso tiene
alborotado al condado entero. Los lugareos culpan a Harry de todo. Georgiana no
tardar en hacer algo para poder mantenerse a flote ella misma y salvar a Harry de la
horca... sin perderse otra noche de amor.
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Captulo 1
Yorkshire, Inglaterra
Septiembre de 1760

Tras el accidente del carrueje y un poco antes de que los caballos huyeran, lady
Georgina Maitland repar en que el administrador de sus tierras era un hombre.
Bueno, es decir, naturalmente que saba que Harry Pye era un hombre. No tena la
falsa ilusin de que fuese un len o un elefante, ni una ballena, ni ciertamente ningn
otro miembro del reino animal (si poda llamarse animal a una ballena y no
simplemente un pez muy grande). Lo que quera ella decir era que su masculinidad se
haba hecho de pronto muy evidente.
George arrug la frente mientras estaba de pie en la desierta carretera que
conduca a East Riding, en Yorkshire. A su alrededor, las colinas cubiertas de aulaga
se extendan hasta el horizonte gris. Estaba anocheciendo rpidamente, temprano
debido a la tormenta. Podran haber estado en los confines de la Tierra.
Usted cree que la ballena es un animal o un pez muy grande, seor Pye?
grit ella al viento.
Harry Pye se encogi de hombros. Unos hombros cubiertos nicamente por una
empapada camisa de lino que tena pegada a l de un modo estticamente agradable.
Se haba sacado previamente el abrigo y el chaleco para ayudar a John, el cochero, a
desaparejar a los caballos del carruaje volcado.
Un animal, mi lady. La voz del seor Pye era, como siempre, uniforme y
profunda, con una especie de tono grave hacia el fina!.
George no lo haba odo alzar la voz ni manifestar ninguna clase de pasin. No
cuando ella le haba insistido en acompaarlo a su finca de Yorkshire; no cuando
haba empezado a llover, reduciendo la velocidad de su viaje a un lento arrastre; no
cuando el carruaje haba volcado haca veinte minutos.
Que irritante era!
Cree que podr enderezar el carruaje? George tir de su capa empapada
hasta cubrirse el mentn mientras contemplaba los restos de su vehculo. La puerta
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colgaba de una bisagra, que golpeaba a causa del viento; dos ruedas estaban
aplastadas, y el eje trasero haba quedado en un extrao ngulo. Era una pregunta
totalmente estpida.
El seor Pye no indic de accin ni de palabra que estuviese al tanto de la
estupidez de su pregunta.
No, milady.
George suspir.
En realidad, era casi un milagro que ni ellos ni el cochero hubiesen resultado
heridos ni hubiesen muerto. La lluvia haba vuelto las carreteras resbaladizas a causa
del barro, y al tomar la ltima curva el carruaje haba empezado a patinar. Desde el
interior, el seor Pye y ella haban odo gritar al cochero mientras trataba de
equilibrar el vehculo. Harry Pye haba saltado desde su asiento a! de ella, casi como
un gato enorme.
Se haba agarrado con fuerza a ella antes de que George pudiera siquiera articular
palabra. Su calor la haba rodeado, y con la nariz ntimamente hundida en su camisa
haba inspirado el aroma de la ropa limpia y la piel de hombre. Para entonces el
carruaje se haba ladeado, y fue evidente que caeran en la cuneta.
Lenta y terriblemente el armatoste haba volcado con un estrepitoso chirrido. Los
caballos haban relinchado en la parte delantera y el carruaje gemido como si
protestase por su destino. Ella se haba agarrado al abrigo del seor Pye mientras su
mundo se volva del revs, y ste gimi de dolor. Entonces dejaron de moverse de
nuevo. El vehculo descansaba sobre un lateral, y e! seor Pye sobre ella como una
inmensa y clida manta. Slo que Harry Pye era mucho ms rgido que cualquier
manta que ella hubiera tocado nunca con anterioridad.
l se haba disculpado con suma correccin, se desenred de ella y subi al asiento
para empujar con fuerza la puerta que estaba sobre ellos. Haba salido a rastras y
despus tir de ella y la sac. George se frot la mueca que l haba sujetado. Harry
Pye era asombrosamente fuerte; algo que uno jams dira al verlo. En un momento
dado, casi todo su peso haba colgado del brazo de l, y ella no era una mujer
menuda.
El cochero solt un grito que se llev el viento, pero bast para devolverla al
presente. La yegua que l haba estado desaparejando estaba libre.
Cochero, cabalgue hasta el siguiente pueblo si es tan amableorden Harry
Pye. Averige si nos pueden enviar otro carruaje. Yo me quedar aqu con la
seora.
El cochero subi al caballo y salud con la mano antes de desaparecer bajo el
aguacero.
A qu distancia est el siguiente pueblo? inquiri George.
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Entre quince y veinticinco kilmetros. l solt una rienda de uno de los
caballos.
Ella lo examin mientras trabajaba. Aparte de estar empapado, el aspecto de
Harry Pye no difera en absoluto del que tena esta maana cuando haban partido
de una posada de Lincoln. Segua siendo un hombre de estatura media. Bastante
delgado. Su pelo era marrn; ni castao ni cobrizo, simplemente marrn. Lo llevaba
atado en una sencilla cola, sin tomarse la molestia de peinarlo con pomada o polvos.
Y vesta de marrn: pantalones, chaleco y abrigo, como para camuflarse. Solamente
sus ojos, de un oscuro verde esmeralda,que en ocasiones emitan destellos de lo que
podra ser emocin, le daban algn color.
Lo digo nicamente porque tengo bastante fro musit George.
El seor Pye levant rpidamente la mirada. Clav los ojos en sus manos,
temblorosas junto a su cuello, y a continuacin la desvi hacia las colnas que haba
tras ella.
Lo lamento, mi lady. Debera haberme dado cuenta antes de que tiene fro. Se
volvi al atemorizado caballo capn que estaba intentando liberar. Sus manos deban
de estar tan entumecidas como las de ella, pero trabajaba sin detenerse. No lejos de
aqu hay una cabaa de pastores. Podemos montar este caballo y se. l asinti
indicando la yegua que estaba al lado del capn. El otro est cojo.
En serio? Cmo lo sabe?George no se haba fijado en que el animal
estuviese herido. Los tres caballos del carruaje que quedaban temblaban y ponan los
ojos en blanco ante el pitido del viento. El caballo que Harry Pye haba sealado no
pareca en peor estado que el resto.
Prefiere apoyarse en la pata delantera derecha gru el seor Pye, y de
repente los tres caballos estuvieron desatados del carruaje, aunque seguan
aparejados entre s. Ya, ya, precioso. Agarr al caballo que iba delante y lo
acarici; su bronceada mano derecha se mova con ternura sobre el cuello del animal.
Le faltaban las dos articulaciones de su dedo anular.
George gir la cabeza para observar las colnas. Los criados (en realidad un
administrador de tierras era simplemente una especie de criado de mayor rango) no
deberan tener gnero. Naturalmente, uno saba que eran personas con sus propias
vidas y todo eso, pero facilitaba mucho las cosas considerarlos asexuales. Como una
silla. Uno quera una silla en la que sentarse cuando estaba cansado. Nadie pensaba
mucho en las sillas de otro modo, y as era como debera ser. Qu desagradable tener
que preguntarse si la silla se habra fijado en que a uno le goteaba la nariz, desear
saber en qu pensaba o ver que la silla tena unos ojos bastante bonitos! No es que las
sillas tuvieran ojos, ni bonitos ni lo contrario, pero los hombres s.
Y Harry Pye los tena.
George lo mir de nuevo.
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Qu haremos con la yegua?
Tendremos que dejarla aqu.
Bajo la lluvia?
S.
Eso no es bueno para ella.
No, mi lady. Los hombros de Harry Pye se encogieron otra vez, una reaccin
que a George le resultaba curiosamente fascinante. Ojal pudiera pedirle que lo
hiciera ms a menudo!
Tal vez podramos llevarla con nosotros.
Imposible, mi lady.
Est seguro?
Sus hombros se tensaron y el seor Pye volvi lentamente la cabeza. Con el
destello de los relmpagos que iluminaron la carretera en ese instante, George vio
que sus ojos verdes brillaban y un escalofro ascendi por su espalda. A
continuacin, el trueno que sigui al destello retumb como el anuncio del
apocalipsis.
George dio un respingo.
Harry Pye se enderez.
Y los caballos huyeron al galope.


Oh, no! exclam lady Georgina, con la lluvia goteando por su estrecha
nariz. Me da la impresin de que estamos en un pequeo aprieto.
Un pequeo aprieto, en efecto. Estaban pero bien fastidiados. Harry mir con
los ojos entornados hacia la carretera, donde los caballos haban desaparecido,
galopando como si el mismsimo demonio estuviera persiguindolos. No haba ni
rastro de los estpidos animales. A la velocidad que haban salido galopando no se
detendran antes de unos ochocientos metros o ms. Era intil ir tras ellos con este
aguacero. Desvi la mirada hacia la que era su jefa desde haca menos de seis meses.
Los aristocrticos labios de lady Georgina estaban azules, y la piel que adornaba la
capucha de su capa se haba convertido en un revoltijo empapado. Se pareca ms a
una pilluela con ropa de gala hecha jirones que a la hija de un conde.
Qu haca ella aqu?
De no ser por lady Georgina, l habra cabalgado desde Londres hasta su finca de
Yorkshire. Habra llegado el da antes a la Mansin Woldsly, y ahora mismo estara
disfrutando de una cena caliente frente a la chimenea de su propia cabaa. No
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congelndose de pies a cabeza, en medio de la carretera, bajo la lluvia y con la luz
desvanecindose aprisa. Pero en su ltimo viaje a Londres para informarle de sus
fincas, lady Georgina haba decidido regresar con l a la Mansin Woldsly. Lo que
haba implicado coger el carruaje, ahora volcado cual montn de madera rota en la
cuneta.
Harry se trag un suspiro.
Puede caminar, mi lady?
Lady Georgina abri desmesuradamente los ojos, azules como los huevos de un
tordo.
Oh, s! Llevo hacindolo desde que tena once meses.
Bien. Harry se puso su chaleco y su abrigo, sin molestarse en abotonar
ninguno de los dos. Estaban empapados como el resto de su persona. Se arrastr por
el carruaje ladeado para coger las mantas de viaje del interior del vehculo.
Afortunadamente an estaban secas. Las enroll juntas y ech mano del farol todava
encendido del carruaje; entonces agarr a lady Georgina del codo, por si pona mal el
pie y caa sobre su aristocrtico y pequeo trasero, y empez a ascender con
dificultad la colina cubierta de aulaga.
Al principio, su insistencia en viajar hasta Yorkshire a Harry le haba parecido un
capricho infantil de esa feliz mujer que jams se planteaba de dnde procedan la
comida que haba en su mesa o las joyas que llevaba en el cuello. En su opinin,
aquellos que no trabajaban para ganarse la vida, a menudo tenan ideas frivolas. Pero
cuanto ms tiempo pasaba en su compaa, ms empezaba a dudar de que ella fuese
una mujer de esas. Deca cosas absurdas, cierto, pero casi al instante comprobaba que
lo haca porque a ella le diverta. Era ms inteligente que la mayora de las damas de
clase alta. Le daba la impresin de que lady Georgina tena una buena razn para
viajar con l a Yorkshire.
Falta mucho? La seora estaba jadeando, y su rostro normalmente plido
luca dos manchas rojas.
Harry escudri las colnas anegadas en busca de un punto de referencia en la
oscuridad. Estaba ese roble torcido creciendo sobre un crestn que le resultaba
familiar?
No mucho.
Al menos eso esperaba l. Haca aos que haba recorrido estas colinas a caballo
por ltima vez, y podra haberse equivocado en la ubicacin de la cabaa. O bien
podra haberse desplomado desde la ltima vez que la vio.
Confo en que tenga habilidad para encender hogueras, seor P-pye. Su
nombre castaeteaba entre los dientes de George.
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Ella necesitaba entrar en calor. Si no daban pronto con la cabaa, l tendra que
crear un refugio con las mantas de viaje del carruaje.
Oh, s! Llevo hacindolo desde que tena cuatro aos, mi lady.
Eso mereci una sonrisa sarcstica. Sus ojos se encontraron y l dese... un rayo
repentino interrumpi su pensamiento a medias y con el destello vio una pared de
piedra.
Est ah. Gracias a Dios.
Por lo menos la diminuta cabaa an segua en pie. Cuatro paredes de piedra con
un techo de paja negro por el paso del tiempo y la lluvia. Apoy el hombro contra la
puerta resbaladiza, y tras uno o dos empujones, sta cedi. Harry entr dando un
traspi y sostuvo en alto el farol para iluminar el interior. Pequeas siluetas se
escabulleron entre las sombras. Reprimi un escalofro.
Uf! Qu mal huele! Lady Georgina entr y agit la mano delante de su nariz
rosada como para ahuyentar el hedor a moho.
l cerr la puerta de un portazo tras ella.
Lo siento, mi lady.
Por qu no me dice simplemente que cierre el pico y d las gracias por no estar
bajo la lluvia? George sonri y se descubri la capucha.
Me parece que no. Harry camin hasta la chimenea y encontr varios leos
medio quemados. Estaban cubiertos de telaraas.
Oh, vamos, seor Pye! Sabe que eso es lo que le gu-gustara. Sus dientes an
castaeteaban.
Haba cuatro sillas de madera desvencijadas rodeando una mesa ladeada. Harry
dej el farol sobre la mesa y levant una silla. La golpe con fuerza contra la
chimenea de piedra. Se rompi en pedazos, el respaldo se solt y el asiento se astill.
A sus espaldas, lady Georgina grit.
No, mi lady replic l.
De veras?
S. Se arrodill y empez a colocar pequeas astillas de la silla junto a los
leos carbonizados.
Muy bien. Entonces supongo que debo de ser simptica. Harry la oy acercar
una silla. Parece muy eficaz lo que est haciendo ah.
El acerc la llama del farol a las astillas de madera. Prendieron y aadi trozos
ms grandes de la silla, con cuidado para no sofocar la llama.
Mmm... qu agradable! A sus espaldas, la voz de George son gutural.
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Durante unos instantes Harry se qued paralizado, pensando en lo que sus
palabras y su tono podran implicar en un contexto distinto. A continuacin desech
los pensamientos y se volvi.
Lady Georgina alarg las manos hacia el fuego. Su cabello pelirrojo se estaba
secando formando rizos perfectos alrededor de su frente, y su piel blanca brillaba a la
luz de la lumbre. Todava temblaba.
Harry se aclar la garganta.
Creo que debera quitarse el vestido mojado y envolverse con las mantas. Fue
a zancadas hasta la puerta, donde haba dejado las mantas del carruaje.
Oy a sus espaldas una carcajada jadeante.
No creo haber odo nunca una sugerencia tan indecorosa propuesta tan
adecuadamente.
No era mi intencin ser indecoroso, mi lady. Le entreg las mantas.
Lamento si la he ofendido. Fugazmente sus ojos encontraron los de ella, tan azules
y risueos; entonces se volvi de espaldas.
Tras l se produjo un frufr. Trat de controlar sus pensamientos. No se
imaginara sus plidos hombros desnudos sobre...
No es usted indecoroso, como bien sabe, seor Pye. Es ms, empiezo a pensar
que le resultara imposible serlo.
Si ella supiera! Harry se aclar la garganta, pero no hizo ningn comentario. Se
oblig a s mismo a recorrer la pequea cabaa con la mirada. No haba aparador en
la cocina, nicamente la mesa y las sillas. Una lstima. Su estmago estaba vaco.
El frufr junto al fuego ces.
Ahora ya puede girarse.
Se prepar mentalmente antes de mirar, pero lady Georgina estaba envuelta en
pieles. Se alegr de ver que sus labios estaban ms rosados.
Ella extrajo un brazo desnudo del hatillo de ropa para sealar una manta que
haba al otro lado de la chimenea.
He dejado una para usted. Estoy demasiado cmoda para moverme, pero
cerrar los ojos y prometo no mirar si tambin desea desvestirse.
Harry apart la vista con dificultad de su brazo y la mir a sus astutos ojos azules.
Gracias.
El brazo desapareci. Lady Georgina sonri, y sus prpados se cerraron.
Durante un momento Harry se limit a observarla. Los arcos rojizos de sus
pestaas se movan rpidamente sobre su piel plida, y una sonrisa revoloteaba en
su boca torcida. Su nariz era afilada y demasiado larga, los ngulos de su rostro un
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tanto demasiado pronunciados. Cuando estaba de pie casi le igualaba en estatura. No
era una mujer hermosa, pero se descubri a s mismo teniendo que controlar su
mirada cuando estaba junto a ella. Haba algo en el meneo de sus labios cuando
estaba a punto de mofarse de l. O en el modo en que sus cejas se enarcaban en su
frente cuando sonrea. Los ojos de Harry se vean atrados por su rostro como las
limaduras de hierro cerca de un imn.
Se sac las prendas de ropa superiores y se envolvi con la ltima manta libre.
Ya puede abrir los ojos, mi lady.
Georgina los abri de golpe.
Bueno, ahora ambos parecemos rusos abrigados para el fro siberiano. Lstima
que no tengamos tambin un trineo con cascabeles.
Alis la piel de la manta sobre su regazo.
l asinti. El fuego cruja en medio del silencio mientras l procuraba pensar en
cmo ms poda cuidar de ella. No haba nada para comer en la cabaa; nada que
hacer salvo esperar a que amaneciera. Cmo se comportaban los miembros de la
clase alta cuando estaban solos en sus palaciegas salas de estar?
Lady Georgina estaba tirando de los pelos de su manta, pero de repente junt sus
manos como para aquietarlas.
Sabe alguna historia, seor Pye?
Alguna historia, mi lady?
Mmm..., historias. Cuentos, ms bien. Yo las recopilo.
En serio? Harry estaba desconcertado. La forma de pensar de la aristocracia
en ocasiones era realmente asombrosa. Cmo, si me permite la pregunta, lleva a
cabo la recopilacin?
Indagando. Se estaba riendo de l?. Le sorprendera las historias que la
gente recuerda de su juventud. Naturalmente, las antiguas nieras y dems son las
mejores fuentes. Creo que a todos mis conocidos les he pedido que me presenten a
sus antiguas nieras. La suya vive todava?
Yo no tuve una niera, mi lady.
Oh! Las mejillas de George se sonrojaron. Pero alguien... su madre?, debi
de contarle cuentos de hadas de pequeo.
l se movi para poner en la chimenea otro trozo de la silla rota.
El nico cuento de hadas que recuerdo es Las habichuelas mgicas.
Lady Georgina le lanz una mirada de compasin.
No recuerda nada mejor que eso?
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Me temo que no. -Los dems relatos que conoca no eran precisamente
adecuados para que los oyera una dama.
Bueno, hace poco o uno bastante interesante. Me lo cont la ta de mi cocinero
cuando vino a Londres a ver a su sobrino. Le gustara que se lo contara?
No. Lo ltimo que necesitaba era intimar con su jefa ms de lo que la situacin
ya le haba forzado a hacerlo.
S, mi lady.
Haba una vez un gran rey al que le serva un leopardo encantado. George
mene el trasero en la silla. S lo que est pensando,pero el cuento no va as.
Harry pestae.
Mi lady?
No. El rey muere enseguida, de modo que l no es el hroe. Ella lo mir
expectante.
Ah...! A Harry no se le ocurri nada ms que decir.
Pareci suficiente.
Lady Georgina asinti.
El leopardo llevaba una especie de cadena de oro alrededor de su cuello. Ver,
estaba esclavizado, pero no s cmo lleg eso a producirse. La ta del cocinero no me
lo dijo. De cualquier forma, cuando el rey se estaba muriendo hizo prometer al
leopardo que servira al siguiente rey, su hijo. Ella arque las cejas. Lo que, en
cierto modo, no parece muy justo, verdad? Me refiero a que normalmente liberan al
leal sirviente en ese momento. Volvi a removerse en la silla de madera.
Harry se aclar la garganta.
Quizs estara ms cmoda en el suelo. Su capa est ms seca. Podra colocarla a
modo de jergn.
Ella le sonri de forma deslumbrante.
Qu buena idea!
l extendi la capa y enroll su propia ropa para hacer una almohada.
Envuelta en mantas, lady Georgina anduvo arrastrando los pies y se dej caer en
la tosca cama.
As mejor. Usted tambin podra venir a tumbarse; lo ms probable es que
estemos aqu hasta maana.
Jess!
No creo que sea lo ms aconsejable.
Ella lo mir desde su afilada nariz.
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Seor Pye, esas sillas son duras. Por favor, al menos venga a tumbarse sobre la
capa. Prometo no morderlo.
A l se le tens la mandbula, pero realmente no tena eleccin. Era una orden
velada.
Gracias, mi lady.
Harry se sent con cautela a su lado (ni en broma se echara al lado de esta mujer,
lo ordenara o no) y dej un espacio entre sus cuerpos. Se abraz las rodillas dobladas
con los brazos y procur no reparar en el perfume de George.
Es usted un tozudo, verdad? musit ella.
l la mir fijamente.
Ella bostez.
Dnde estbamos? Ah, s! Entonces lo primero que hace el joven rey es ver un
cuadro de una hermosa princesa y se enamora de ella. Se lo ensea un cortesano, o
un mensajero o algo as, pero eso no importa.
George volvi a bostezar, esta vez con un chillido, y por alguna razn el pene de
Harry reaccion al sonido. O quiz fuera su perfume, que le llegaba hasta la nariz
quisiera o no. Ola a especias y flores exticas.
La princesa tiene la piel tan blanca como la nieve, los labios tan rojos como
rubes, el pelo negro como, mmm... el alquitrn o algo similar, etctera, etctera.
Lady Georgina hizo una pausa y mir fijamente hacia el fuego.
l se pregunt si ella habra acabado y su tormento finalizado.
Entonces ella suspir.
Se ha fijado alguna vez en que estos prncipes de los cuentos de hadas se
enamoran de princesas hermosas sin saber nada sobre ellas? Los labios de color rub
estn muy bien y son muy bonitos, pero y si resulta que la princesa se re de forma
extraa o chasquea la lengua al comer? Se encogi de hombros. Claro que los
hombres de ahora son igual de propensos a enamorarse de unos brillantes rizos
morenos, as que supongo que no debera protestar por cosas sin importancia. De
pronto abri mucho los ojos y volvi la cabeza para mirar a Harry. Sin nimo de
ofender.
No me ha ofendido dijo Harry con seriedad.
Mmm... Pareca que George titubeaba. Sea como sea, el joven rey se
enamora de este retrato y alguien le dice que el padre de la princesa la entregar al
hombre que pueda traerle el Caballo de Oro, que en ese momento estaba en manos
de un ogro terrible. De modo que lady Georgina se volvi de cara al fuego y apoy
una mejilla en una mano manda buscar al Prncipe Leopardo y le pide que se
marche deprisa y le traiga el Caballo de Oro, y que cree usted que pasa?
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No lo s, mi lady.
Pues que el leopardo se convierte en un hombre. Ella cerr los ojos y
susurr: Imagneselo. Desde el principio haba sido un hombre...
Harry esper, pero en esta ocasin la historia no continu. Al cabo de un rato oy
un suave ronquido.
Tir de las mantas hasta el cuello de George y le arrebuj el rostro.
Sus dedos le rozaron la mejilla, y se detuvo, examinando el contraste de los tonos
de sus pieles. Su mano era oscura en comparacin con la piel de ella; sus dedos
speros mientras que ella era lisa y suave. Con su pulgar le acarici lentamente las
comisuras de la boca. Qu tibieza! Casi reconoca su aroma, como si lo hubiera
inspirado en otra vida o tiempo atrs. Le produca deseos.
Si ella fuese una mujer diferente, si ste fuese un lugar diferente, si l fuese un
hombre diferente... Harry interrumpi el susurro de su mente y retir su mano. Se
tumb junto a Lady Georgina, con cuidado de no tocarla. Clav los ojos en el techo y
desterr todo pensamiento, todo sentimiento. A continuacin cerr los ojos, aun
cuando saba que tardara un buen rato en dormirse.


Le haca cosquillas la nariz. George le dio un zarpazo y not las peles. A su lado,
algo cruji y luego hubo silencio. Gir la cabeza. Unos ojos verdes encontraron los
suyos, desagradablemente despiertos a tan tempranas horas del da.
Buenos das. Sus palabras salieron como el croar de una rana. George se
aclar la garganta.
Buenos das, mi lady. La voz del seor Pye era suave y profunda, como el
chocolate caliente. Si me disculpa.
Se levant. La manta que sujetaba se desliz por un hombro, mostrando la piel
bronceada antes de que Harry se cubriera de nuevo. Andando en silencio, se escurri
por la puerta.
George frunci la nariz. No haba nada que perturbara a este hombre?
De pronto se le ocurri lo que deba de estar haciendo fuera. Su vejiga le envi una
seal de alarma. Rpidamente se levant con dificultad y se puso su arrugado
vestido an hmedo, abrochndose tantos corchetes como pudo. No logr llegar a
todos los corchetes,y la cintura deba de estar sin abrochar, pero al menos la prenda
no se le caera. George se puso la capa para ocultar su espalda y luego sigui al seor
Pye afuera. En el cielo flotaban nubes negras, que amenazaban lluvia. Harry Pye no
estaba visible por ningn sitio. Mirando a su alrededor, eligi un cobertizo ruinoso
detrs del que orinar y lo borde pesadamente.
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Cuando sali por detrs del cobertizo, el seor Pye estaba de pie frente a la
cabaaa abotonndose su abrigo. Se haba vuelto a anudar una cola, pero su ropa
estaba arrugada y su pelo no tan arreglado como habitualmente. Al pensar en el
aspecto que ella misma deba de tener, George not que sonrea divertida y poco
compasiva. Ni siquiera Harry Pye poda pasar la noche sobre el suelo de una cabaa
y no sufrir los efectos a la maana siguiente.
Cuando est lista, mi lady dijo l-, sugiero que regresemos a la carretera.
Quizs el cochero est esperndonos all.
Oh, eso espero!
Desandaron sus pasos de la noche anterior. Con luz y cuesta abajo a George le
sorprendi descubrir que no estaba a tanta distancia. No tardaron en ascender la
ltima pendiente y pudieron ver la carretera. Estaba desierta, a excepcin del
carruaje destrozado, en estado an ms lamentable a la luz del da.
Ella suspir.
Bueno, supongo que simplemente tendremos que empezar a andar, seor Pye.
Si, mi lady.
Caminaron con dificultad por la carretera. Una desagradable y hmeda neblina se
suspenda sobre el suelo, con un ligero olor a podrido. Se col debajo de su vestido y
trep por sus piernas. George se estremeci. Anhelaba una taza de t caliente y
quizs un bollo con miel y mantequilla goteando por los lados. Casi gimi al
pensarlo y luego se dio cuenta de que se oa un estruendo a sus espaldas.
El seor Pye alz el brazo para hacerle seas al carro de un granjero que tomaba la
curva.
Hola! Detngase! Oiga, necesitamos que nos lleve.
El granjero tir de las riendas de su caballo hasta que se par. Levant el ala de su
sombrero y mir fijamente.
Es el seor Pye, verdad?
El seor Pye se puso tenso.
S, as es. De la finca Woldsly.
El granjero escupi en la carretera, esquivando por poco las botas del seor Pye.
Lady Georgina Maitland necesita ser llevada a Woldsly. El rostro de Harry
Pye no cambi, pero su voz se haba vuelto tan fra como la muerte. El carruaje que
ha visto all atrs era suyo.
El granjero desvi la vista hacia George como s reparase en ella por primera vez.
S, seora, espero que no resultase herida en el choque.
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No. Ella sonri encantadora. Pero necesitamos que nos lleve, si no le
importa.
Encantado de ayudar. Detrs hay sitio. Por encima de su hombro el granjero
seal con un pulgar sucio hacia la tarima del carro.
Ella le dio las gracias y rode el carro a pie. Titube al ver la altura de los tablones.
Le llegaban a la clavcula.
El seor Pye se detuvo junto a ella.
Con su permiso. Apenas esper a que ella consintiera antes de agarrarla por la
cintura y levantarla para subirla.
Gracias dijo George sin aliento.
Ella observ mientras l colocaba las palmas de sus manos sobre la plataforma y
saltaba con facilidad felina. El carro empez a dar sacudidas justo cuando l pasaba
sobre los tablones y cay contra un lateral.
Est bien? George le ofreci una mano.
El seor Pye no la acept y se incorpor.
Muy bien. Le lanz una mirada a George. Mi lady.
No dijo nada ms. George se reclin y contempl el paisaje al pasar. Aparecieron
campos de color verde grisceo con bajas tapias de piedra y a continuacin la
fantasmagrica neblina los volvi a ocultar. Tras la noche anterior debera haberse
alegrado del viaje, por muchos baches que pudiese haber. Pero haba algo en la
hostilidad del granjero hacia el seor Pye que la inquietaba. Pareca personal.
Llegaron a una cuesta, y George observ con deleite a un rebao de ovejas
pastando en una ladera cercana. Estaban de pie como pequeas estatuas, quiz
congeladas por la niebla. nicamente sus cabezas se movan mientras coman la
aulaga. Unas cuantas estaban tumbadas. George arque las cejas. Las del suelo
estaban muy quietas. Se inclin hacia delante para ver mejor y oy que Harry Pye
soltaba en voz baja una palabrota a su lado.
El carro se detuvo con brusquedad.
Qu les pasa a esas ovejas? le pregunt George al seor Pye.
Pero fue el granjero quien respondi con voz desapacible:
Estn muertas.



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Captulo 2
George! Lady Violet Maitland cruz corriendo las enormes puertas de roble
de la Mansin Woldsly, haciendo caso omiso del murmullo reprobador de su dama
de compaa, la seorita Euphemia Hope.
Violet apenas se abstuvo de poner los ojos en blanco. Euphie era una vieja
compaera, una mujer menuda y redonda como una manzana, de pelo gris y mirada
dulce, que prcticamente se vea forzada a hablar entre dientes por todo lo que ella
haca.
Dnde has estado? Te esperbamos hace das y... Se detuvo derrapando
sobre el patio de gravilla para mirar fijamente al hombre que ayudaba a su hermana
a bajar del extrao carruaje.
Cuando ella se acerc el seor Pye levant la vista y asinti, su rostro, como
siempre, era una careta inexpresiva. Qu haca viajando con George?
Violet lo mir con los ojos entornados.
Hola, Euphie dijo George.
Oh, mi lady, qu felices estamos de que haya llegado! exclam la dama de
compaa. E1 tiempo no ha sido todo lo bueno que poda esperarse, y nos ha
inquietado bastante su seguridad.
George sonri a modo de respuesta y rode a Violet con sus brazos.
Hola, cario.
El cabello anaranjado de su hermana, varios tonos ms claro que el suyo, de color
fuego y abundante ola a jazmn y a t, los olores ms reconfortantes del mundo.
Violet not que le escocan los ojos por las lgrimas.
Lamento haberte preocupado, pero no creo haber llegado tan tarde. George
besuque su mejilla y retrocedi para contemplarla.
Violet se volvi apresuradamente para inspeccionar el carruaje, un viejo trasto
bastante destartalado que no encajaba en absoluto con George.
Qu haces viajando por ah en eso?
Bueno, es una larga historia. George se descubri la capucha. Estaba
increblemente mal peinada, incluso en su propia opinin. Te lo contar mientras
tomamos un t. Estoy sencillamente muerta de hambre. En la posada donde cogimos
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el carruaje slo comimos unos cuantos bollos. Mir al administrador e inquiri con
bastante timidez: Le gustara unirse a nosotras, seor Pye?
Violet contuvo el aliento. Que diga que no. Que diga que no. Que diga que no.
No, gracias, mi lady. El seor Pye hizo una siniestra reverencia. Si me
disculpan, hay diversas cuestiones en la finca de las que debera ocuparme.
Violet exhal con fuerza, aliviada.
Para su horror, George insisti.
Seguro que esas cuestiones podrn esperar otra media hora aproximadamente
dijo con su maravillosa y amplia sonrisa.
Violet mir fijamente a su hermana. En qu estaba pensando?
Me temo que no contest el seor Pye.
Oh, muy bien! Supongo que por eso lo he contratado, despus de todo.
George son arrogante, pero por lo menos el seor Pye ya no vendra a tomar el t.
Lo siento, mi lady. De nuevo hizo una reverencia, esta vez un poco rgida, y
se alej andando.
Violet casi se compadeci de l; casi, pero no del todo. Pas un brazo por debajo
del de su hermana mientras se volvan para entrar en Woldsly. La mansin tena
cientos de aos y estaba integrada en el paisaje como si hubiera crecido all, un
aspecto natural de las colnas circundantes. La hiedra verde se encaramaba por la
fachada de ladrillo de cuatro pisos. Las enredaderas se podaban despejando las altas
ventanas con parteluz. Haba un sinfn de chimeneas trepando sobre los tejados
inclinados de la mansin que parecan excursionistas en una montaa. Era una casa
acogedora, que encajaba a la perfeccin con la personalidad de su hermana.
El cocinero ha hecho tartaletas de crema de limn esta misma maana dijo
Violet mientras suban las amplias escaleras frontales. Euphie lleva todo el da
soando con ellas.
Oh, no, mi lady! exclam la dama de compaa tras ellas. Realmente no
creo que haya soado con las tartaletas. No con las de limn, de cualquier forma.
Cuando se trata de pastelillos rellenos, s reconozco que demuestro cierta debilidad,
no del todo refinada, me temo.
Eres la mismsima personificacin del refinamiento, Euphie. Todos nos
afanamos por seguir tu ejemplo coment George.
La anciana se enorgulleci como una gallina gris enana.
Violet sinti una punzada de culpabilidad por exasperarse siempre tanto con la
pobre mujer. Hizo la solemne promesa de intentar ser ms amable con ella en el
futuro.
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Atravesaron la inmensa doble puerta de roble de la mansin, donde George
salud con la cabeza a Greaves, el mayordomo. La luz se colaba por la ventana en
forma de media luna que haba sobre las puertas, iluminando las paredes de color
caf con leche y el viejo suelo de parqu del vestbulo.
Has encontrado algo con lo que pasar el tiempo en Woldsly? pregunt
George mientras seguan andando por el pasillo. Confieso que me sorprendi que
dijeras que queras rusticar aqu tan slo con Euphie. Es un sitio apartado para una
quinceaera. Aunque, naturalmente, siempre eres bienvenida.
He estado haciendo dibujos contest Violet, manteniendo su voz
cuidadosamente suave. El paisaje de aqu es distinto al de Leicestershire. Y mam
se estaba poniendo bastante pesada en casa. Asegura que ha encontrado un nuevo
tumor en su pierna derecha y ha hecho venir a un curandero belga que le administra
cierto producto asqueroso que huele como la col hervida. Violet intercambi una
mirada con George. Ya sabes cmo es.
S, lo s. George le dio unas palmaditas en el brazo.
Violet apart la vista, aliviada por no tener que seguir explicando. Su madre haba
estado prediciendo su propia muerte desde antes de que Violet naciera. La condesa
pasaba la mayor parte del tiempo en cama. atendida por una paciente criada. De vez
en cuando, sin embargo, mam se pona histrica por algn nuevo sntoma. Cuando
eso ocurra, a Violet la volva prcticamente loca.
Entraron en la salita rosa, y George se quit los guantes.
Entonces, dime, por qu me escribiste esa carta...?
Chsss! Violet movi con brusquedad la cabeza hacia Euphie, que estaba
ocupada dndole a la criada instrucciones para que trajese el t.
George arque las cejas pero se dio por aludida bastante deprisa,
afortunadamente. Cerr la boca y tir los guantes sobre una mesa.
Violet dijo con voz clara:
Ibas a contarnos por qu cambiaste de carruaje.
Oh, eso! George frunci la nariz. Mi carruaje se sali de la carretera ayer
noche. Fue bastante impresionante, la verdad. Y qu crees que pas entonces?
Tom asiento en uno de los sofs de color azafrn, apoy un codo en el respaldo y la
cabeza en la palma de su mano. Los caballos huyeron. Nos dejaron al seor Pye y a
m completamente a nuestra suerte... slo que estbamos empapados, naturalmente.
Y en medio de quin sabe dnde.
Dios...! Violet capt la mirada de censura de Euphie y cambi de exclamacin
a media frase. Por favor! Qu hicisteis?
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En ese momento entraron varias criadas con bandejas cargadas con el t y George
alz una mano, dndole a entender a Violet que continuara cuando lo hubieran
dejado sobre la mesa. Unos instantes ms tarde,Euphie le sirvi una taza.
Ah...! George suspir de satisfaccin con ella en las manos. Creo que, si se
tomara en cantidades suficientes, el t curara las peores enfermedades mentales.
Violet dio botes con impaciencia en su asiento hasta que su hermana capt la
indirecta.
S, bueno, por suerte el seor Pye conoca una cabaa cercana George se
encogi de hombros. De modo que pasamos la noche all.
Oh, mi lady! Usted sola y el seor Pye, que ni siquiera est casado. -Daba la
impresin de que la noticia de que George haba pasado una noche entera con un
hombre a Euphie la sorprenda ms que el accidente del carruaje en s. No, no creo,
no creo que pudiese usted sentirse cmoda. Se reclin y se abanic la cara,
haciendo que los lazos de color castao rojizo de su sombrero se agitaran.
Violet puso los ojos en blanco.
No es ms que el administrador de las tierras, Euphie. No es que sea un
caballero procedente de una buena familia. Adems aadi con pragmatismo,
George tiene veintiocho aos. Es demasiado mayor para provocar un escndalo.
Gracias, querida. contest George bastante mordaz.
Un escndalo! Euphie sujet con fuerza el platillo de su taza. S que tendr
usted sus propos jueguecillos, lady Volet, pero no creo que debamos emplear la
palabra escndalo tan a la ligera.
No, no, por supuesto que no musit George en tono conciliador mientras
Violet apenas poda evitar poner los ojos en blanco... otra vez.
Me temo que todo este desasosiego me ha cansado. Euphie se levant. Le
supondra una molestia terrible que me acostara un rato, lady Violet?
No, naturalmente que no. Volet reprimi una sonrisa. Cada da despus del
t, puntual como un reloj, Euphe se inventaba una excusa para acostarse un rato. Al
igual que hasta entonces, hoy haba contado con la costumbre de su dama de
compaa.
La puerta se cerr detrs de Euphe, y George mir a Violet.
Bueno, tu carta era tremendamente dramtica, querida. Creo que usaste la
palabra diablico dos veces, lo cual parece improbable teniendo en cuenta que me
has convocado en Yorkshire, normalmente un lugar de lo menos diablico. Espero
que sea importante. He tenido que rechazar cinco invitaciones, incluido el baile
otoal de mscaras de Oswalt, que este ao prometa estar lleno de polmica.
Es importante. Violet se inclin haca delante y susurr: Alguien est
envenenando las ovejas de las tierras de lord Granville!
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S? George frunci las cejas y peg un mordisco a su tartaleta.
Violet exhal con exasperacin.
S! Y el envenenador es de tu finca. Quiz de la propia Mansin Woldsly.
Esta maana hemos visto varias ovejas muertas junto a la carretera.
No ests preocupada? Violet se puso de pie de un salto y camin delante de
su hermana. Los criados no hablan de otra cosa. Los granjeros locales rumorean
que hay una bruja, y lord Granville dice que sers t la responsable, si el
envenenador es de esta finca.
En serio? George se introdujo el resto de tartaleta en la boca. Cmo sabe
que las ovejas han sido intencionadamente envenenadas? No podran simplemente
haber comido algo que les sentara mal? O lo que es ms probable, haber muerto por
enfermedad?
Las ovejas murieron de repente, de golpe...
Entonces ha sido una enfermedad.
Y junto a sus cuerpos se encontraron plantas venenosas cortadas!
George se sent hacia delante para servirse otra taza de t. Pareca un tanto
divertida.
Pero si nadie sabe quin es el envenenador..., no se sabe, verdad?
Violet sacudi la cabeza.
Entonces, cmo saben que es un hombre de la finca Woldsly?
Por las huellas! Violet se detuvo con los brazos en jarras frente a su hermana.
George enarc una ceja.
Violet se inclin hacia delante con impaciencia.
Antes de escribirte encontraron diez ovejas muertas en un campo de Granville
arrendado a un granjero justo pasado el arroyo que divide las fincas. Haba huellas
con barro que conducan desde los cuerpos hasta la orilla del arroyo... huellas que
continuaban en el otro lado del arroyo, en tus tierras.
Mmm... George eligi otra tartaleta. Eso no suena demasiado concluyente.
Me refiero a que y si alguien de las tierras de lord Granville cruz el arroyo y luego
volvi para dar a entender que vena de Woldsly?
George Violet se sent al lado de su hermana. En la finca de Granville
nadie tiene motivos para envenenar a las ovejas. Pero hay alguien en Woldsly que s
los tiene.
Qu? Quin? George levant la tartaleta hacia su boca.
Harry Pye.
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George se qued helada con la tartaleta an merodeando junto a sus labios. Violet
sonri triunfalmente. Al fin haba acaparado toda la atencin de su hermana.
George dej con cuidado la tartaleta otra vez en su plato.
Qu posibles motivos podra tener m administrador para matar a las ovejas de
lord Granville?
Venganza. Al ver la mirada de incredulidad de George, Violet asinti con la
cabeza. El seor Pye le guarda rencor al seor Granville por algo que ste hizo en
el pasado.
El qu?
Violet se desplom en el sof.
-No lo s confes. Nadie me lo ha dicho.
George empez a rerse.
Violet cruz los brazos.
Pero debe de haber sido algo terrible no? inquiri hacindose or por encima
de las carcajadas de George. Para que aos despus haya vuelto y llevado a cabo
su diablica venganza.
Oh, cario! exclam George. Los criados o quienquiera que te haya estado
contando esas historias te han engaado. En serio puedes imaginarte al seor Pye
merodeando por ah tratando de darles a las ovejas hierbajos venenosos? De nuevo
estall en enormes carcajadas.
Violet hurg malhumorada en los restos de la tartaleta de limn. Sinceramente, el
problema principal de los hermanos mayores era que nunca la tomaban a una en
serio.


Lamento no haber estado con usted, m lady, cuando tuvo el accidente
resopl Tiggle detrs de George a la maana siguiente. La doncella estaba
abrochando una interminable hilera de corchetes en el vestido tipo saco de color
zafiro que George haba decidido ponerse.
No s qu habras hecho, salvo acabar en la cuneta con nosotros. George se
dirigi a Tiggle por encima de su hombro. Adems, estoy convencida de que
disfrutaste yendo a ver a tus padres.
Eso es verdad, mi lady.
George sonri. Tiggle se haba ganado un da extra de vacaciones para pasarlo con
su familia. Y dado que su padre era el propietario de la posada de Lincoln en la que
se haban detenido de camino a Woldsly, pareci el momento adecuado para
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proseguir el viaje ydejar que Tggle se reuniera con ellos al da siguiente. Pero debido
al accidente, Tiggle no haba llegado tanto ms tarde que ellos. Lo que estaba bien,
porque ella se habra hecho un desastre arreglndose su propio pelo. Tiggle tena
manos de artista cuando se trataba de domar su revoltijo de rizos.
Es slo que no me gusta pensar que estuvo usted sola con ese seor Pye, mi
lady. Tiggle habl con un hilo de voz.
Por qu no? Se comport como un perfecto caballero.
Eso espero! Tiggle pareca indignada. Aun as. Es un poco seco no? Dio
un tirn final y retrocedi. Bien, ya est.
Gracias. George se alis la parte delantera de su vestido.
Tiggle la haba servido desde antes de que George se pusiera de largo, haca ahora
muchos aos. Probablemente haba atado y desatado mil vestidos y se haba
lamentado con George de su encrespado cabello rojo anaranjado. El pelo de la propia
Tiggle era de un liso rubio dorado, el color favorito de todos esos cuentos de hadas.
Sus ojos eran azules, y sus labios del requerido rojo rub. De hecho, era una mujer
muy bella. Si la vida de George fuera un cuento de hadas, ella debera ser el patito
feo y Tiggle la princesa del cuento.
George anduvo hasta su tocador.
Por qu crees que el seor Pye es seco? Abri su joyero y empez a rebuscar
las perlas.
Nunca sonre, verdad? A travs del espejo pudo ver a Tiggle recogiendo su
camisn. Y la forma como mira un cuerpo. Me hace sentir como una vaca que l
estuviera evaluando, tratando de valorar si criar bien otra temporada o si debera
enviarme al matadero. Tiggle sostuvo en alto el vestido que George haba llevado
durante el accidente y lo examin con seriedad. Aun as, hay un montn de chicas
por aqu que lo encuentran atractivo.
Oh! La voz de George son como un chillido. Se sac la lengua a s misma
frente a! espejo.
Tiggle no levant la vista, tena el entrecejo fruncido por un agujero que haba
encontrado cerca del dobladillo del vestido.
S, las criadas de la cocina hablan de sus maravillosos ojos y su bonito trasero.
Tiggle! A George se le cay su pendiente de perlas. Rod por encima de la
superficie lacada del tocador y se detuvo junto a una pila de lazos.
Vaya! Tiggle se llev la mano a la boca-. Lo siento, mi lady. No s qu me
ha hecho decir eso.
George no pudo evitar rer tontamente.
Es eso de lo que se habla en la cocina? De los traseros de los seores?
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El rostro de Tiggle se sonroj, pero sus ojos brillaron.
Gran parte del tiempo, me temo.
Quiz debera pasar por la cocina ms a menudo. George se inclin hacia
delante para mirarse con detenimiento en el espejo mientras se pona un pendiente
. Varas personas, entre ellas lady Violet, dicen haber odo rumores acerca del seor
Pye. Retrocedi y gir la cabeza de un lado a otro para contemplar los
pendientes. T has odo algo?
Rumores, mi lady? Tiggle dobl el vestido despacio. Desde que he llegado
todava no he bajado a la cocina. Pero s que o algo mientras estaba en la posada de
mi padre. Haba un granjero que estaba de paso y viva en las tierras de Granville.
Coment que el administrador de Woldsly estaba dando problemas, hiriendo a los
animales y gastando bromas en los establos de Granville. Tiggle mir a George a
los ojos a travs del espejo. Es eso a lo que se refiere, mi lady?
George inspir y sac el aire lentamente.
S, es exactamente a lo que me refiero.


Esa tarde, Harry se encorv sobre su silla de montar bajo la incesante llovizna.
Haba esperado que lo citaran en la mansin casi desde el momento en que haban
llegado a la finca Woldsly. Sorprendentemente, lady Georgina haba tardado un da
entero con su noche en mandarlo buscar. Espole a su yegua para que trotara por el
largo y sinuoso camino de entrada a la Mansin Woldsly. Quiz fuese porque era
una dama.
Cuando al principio supo que el propietario de las mltiples fincas que l
administrara era una mujer, se qued desconcertado. Las mujeres no solan poseer
tierras a su nombre. Normalmente, si tenan una finca, haba un hombre (un hijo o un
marido o un hermano) detrs, el verdadero poder a la hora de gobernar las tierras.
Pero aunque lady Georgina tena tres hermanos, era la propia dama la que
controlaba. Y es ms, haba recibido las tierras en herencia, no por contraer
matrimonio. Lady Georgina no se haba casado nunca. Una ta le haba dejado todo a
ella y, al parecer, en el testamento estipul que ella misma llevase las riendas de sus
propiedades y se quedase con sus ingresos.
Harry resopl. Estaba claro que la anciana no toleraba a los hombres. La gravilla
cruji bajo los cascos de la yegua zaina mientras el entraba en el gran patio que haba
frente a la Mansin Woldsly. Lo atraves hacia el patio de los establos, salt de su
caballo y le tir las riendas a un joven.
stas cayeron sobre los adoquines.
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La yegua retrocedi nerviosa, con las riendas colgando. Harry se detuvo y alz la
vista para mirar a los ojos al mozalbete. El chico lo mir fijamente, con el mentn
levantado, los hombros rectos. Se pareca a un joven San Esteban aguardando su
lapidacin. Desde cundo tena el tan mala reputacin?
Cgelas le orden Harry en voz baja.
El joven vacil. Las piedras de la lapidacin parecan ms afiladas de lo que se
haba esperado.
Ahora susurr Harry. Dio media vuelta sin molestarse en comprobar que el
chico hubiera obedecido a su orden, y se fue a grandes zancadas haca la mansin,
subiendo de dos en dos los escalones que conducan a la puerta principal.
Informe a lady Georgina Maitland de que estoy aqu le dijo a Greaves. Arroj
su tricornio a las manos de un criado y entr en la biblioteca sin esperar a que le
ensearan el camino.
Altas ventanas con cortinas de terciopelo de color verde musgo recorran el lado
opuesto de la sala. De haber sido el da soleado, las ventanas habran baado la
biblioteca de luz. Pero no era soleado. El sol llevaba semanas sin brillar en esta regin
de Yorkshire.
Harry cruz la sala y mir fijamente por la ventana. Campos y pastos uno detrs
de otro se extendan hasta donde alcanzaba la vista, una colcha de retazos verdes y
marrones. Las tapias de piedra en seco que dividan los campos haban aguantado
durante siglos desde antes de que l naciera y seguiran durante siglos despus de
que sus huesos se hubieran convertido en polvo. En su mente era un hermoso
paisaje, un paisaje que le atenazaba el corazn cada vez que lo vea, pero algo andaba
mal. Los campos deberan haber estado llenos de segadores y carromatos, recogiendo
el heno y el trigo. Pero los cereales estaban demasiado hmedos para la siega. Si no
dejaba de llover pronto... Sacudi la cabeza. El trigo se pudrira o tendran que
cortarlo hmedo, en cuyo caso se pudrira en los graneros.
Cerr el puo sobre el marco de la ventana. Le importaba a ella siquiera las
consecuencias que su despido tendra para estas tierras?
La puerta se abri a sus espaldas.
Seor Pye, creo que debe de ser usted uno de esos odiosos madrugadores.
l relaj la mano y se volvi.
Lady Georgina camin tranquilamente hacia l con un vestido de un tono ms
intenso que el azul de sus ojos.
Cuando le he mandado buscar esta maana a las nueve, Greaves me ha mirado
como si estuviese loca y me ha informado de que seguramente haca horas que usted
se haba marchado de su cabaa.
Harry hizo una reverencia.
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Lamento haberla importunado, mi lady.
Ya puede lamentarlo. Lady Georgina se sent en un sof negro y verde,
reclinndose con indiferencia, con su falda azul extendida a su alrededor. Greaves
tiene una habilidad natural para hacerle sentirse a una como un bebe balbuciente en
un andador. George se estremeci. No quiero ni pensar lo horrible que tiene que
ser trabajar de criado a sus rdenes. No va a sentarse?
Si lo desea, mi lady. Harry eligi un silln. Adnde quera ir a parar?
Lo deseo. Detrs de ella, la puerta se abri de nuevo, y dos criadas entraron
trayendo unas bandejas repletas. No solamente eso, sino que me temo que insistir
en que tambin se tome un t.
Las criadas colocaron la tetera, las tazas, los platos, y el resto deconfusos objetos
de un t aristocrtico en una mesa baja que haba entre ellos, y se marcharon.
Lady Georgina levant la tetera de plata y sirvi.
Bien, deber tener paciencia conmigo y procurar no fulminarme con la mirada.
George rechaz el intento de disculpa de Harry. Toma azcar y leche?
El asinti.
Vale, entonces una buena racin de ambas cosas, ya que estoy convencida de
que en el fondo es un goloso. Y dos trozos de mantecado. Tendr que soportarlo
como un soldado. Le ofreci el plato.
l la mir a los ojos, curiosamente desafiante. Titube un instante antes de coger el
plato. Durante una fraccin de segundo, sus dedos rozaron los de ella, tan suaves y
clidos, y luego se retrep. El mantecado estaba tierno y crujiente. Se comi el primer
trozo en dos bocados.
Bravo! George suspir y se acomod entre los cojines con su propio plato.
Ahora s cmo se sinti Anbal tras la conquista de los Alpes.
Harry not una mueca en su boca mientras la observaba por encima del borde su
taza. Los Alpes se habran sorprendido y habran considerado un honor que lady
Georgina hubiera caminado hacia ellos con un ejrcito de elefantes. Su cabello
pelirrojo era un halo alrededor de su rostro. Podra haber tenido un aspecto angelical,
de no ser tan picara su mirada. Peg un mordisco al mantecado, y se le rompi.
Cogi una miga de su plato con el dedo y se lo chup de una forma muy poco propia
de una dama.
Harry cerr los puos. No. De esta mujer no.
Dej su taza de t con cuidado.
Por qu quiere hablar conmigo, m lady?
Bueno, esto es bastante incmodo. George dej su propia taza. Me temo que
la gente ha estado esparciendo historias sobre usted. Alz una mano y empez a
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enumerar con sus dedos. Uno de los criados, el chico limpiabotas, cuatro... no,
cinco de las criadas, mi hermana, Tiggle y hasta Greaves. Puede creerlo? Me
sorprend un poco. Jams pens que se relajara lo bastante como para rumorear
Mir a Harry.
ste le devolvi la mirada impasible.
Y todos desde ayer mismo por la tarde cuando llegamos. Se haba quedado
sin dedos y dej caer la mano.
Harry no dijo nada. Sinti que se le retorca el pecho, pero eso era intil. Por qu
iba ella a ser diferente de todas las dems?
Todos parecen tener la impresin de que ha estado usted envenenando a las
ovejas del vecino con cierta clase de hierbajo. Aunquearrug la frente no se con
seguridad por qu todo el mundo les da tanta importancia a las ovejas, y menos
cuando ya estn muertas.
Harry la mir con fijeza. Seguro que bromeaba. Claro que no haba que olvidar
que era de la ciudad.
Las ovejas son la columna vertebral de esta regin mi lady.
S que todos los granjeros de los alrededores las cran. Mir con detenimiento
la bandeja de pasteles, con la mano suspendida sobre sta, aparentemente eligiendo
un dulce. Estoy segura de que la gente se encaria con su ganado...
No son mascotas.
Ante la brusquedad de su tono, George levant la vista y frunci las cejas.
Harry era un impertinente, lo saba, pero maldita sea!, era preciso que ella lo
supiera.
Son su vida. Las ovejas son la carne de un hombre y su ropa. El ingreso para
pagar al terrateniente su cuota. Lo que mantiene con vida a su familia.
George se qued inmvil, sus ojos azules solemnes. l sinti que algo ligero y
frgil lo conectaba con esta mujer, que estaba tan por encima de su posicin social.
La prdida de un animal puede significar que no haya ningn vestido nuevo
para una esposa. Quizs escasez de azcar en la despensa. Un par de ovejas muertas
podran impedir que los hijos de un hombre tuvieran zapatos para el invierno. En
una mala racha, un granjero se encogi de hombros quiz no pueda pagar el
arriendo, quiz tenga que matar al resto de su rebao para alimentar a su familia.
George abri mucho los ojos.
En esto radica la ruina. Harry asi el brazo del sof, intentando explicar,
intentando hacerle entender. De ah los hospicios.
Ah...! Entonces la cosa es ms grave de lo que yo saba. Ella se reclin con un
suspiro. Supongo que debo actuar. Mir a Harry aparentemente pesarosa.
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Ya estaba, por fin. Harry se prepar para lo que seguira.
La puerta principal se cerr de un portazo.
Lady Georgina lade la cabeza.
Qu...?
Algo retumb en el vestbulo, y Harry se puso de pie de un brinco. Acaloradas
voces y una pelea estaban cada vez ms cerca. Se puso entre la puerta y lady
Georgina. Movi su mano izquierda hacia la caa de su bota.
La ver ahora, maldito sea! La puerta se abri de golpe e irrumpi un hombre
de rostro rubicundo.
Greaves lo segua, jadeando, con la peluca torcida.
Mi lady, lo siento mucho...
Est bien lo tranquiliz lady Georgina. Puede marcharse.
Pareca que el mayordomo quera protestar, pero capt la mirada de Harry.
Mi lady. Hizo una reverencia y cerr la puerta.
El hombre se volvi y pas de largo por delante de Harry con la mirada dirigida
hacia lady Georgina.
Esto no puede continuar, seora! Ya he tenido bastante. Si usted no puede
controlar a ese bastardo al que ha contratado, yo mismo me ocupar del asunto y
ser un gran placer hacerlo.
Empez a avanzar: su rostro tosco y sonrojado contrastaba con su peluca blanca
empolvada, y con sus puos cerrados y amenazantes junto a su cuerpo. Tena
prcticamente el mismo aspecto que aquella maana de haca dieciocho aos. Los
ojos marrones de pesados prpados eran bonitos incluso a su edad. Tena los
hombros y los brazos de un hombre corpulento; grueso, como un toro. Los aos
haban acortado su diferencia de estatura, pero l segua siendo media cabeza ms
bajo. Y la mueca de desdn de sus gruesos labios... s, sin duda, eso no haba
cambiado. Se llevara consigo hasta su tumba el recuerdo de esa mueca.
Ahora el hombre estaba a su lado, sin prestarle atencin, su mirada clavada
nicamente en lady Georgina. Harry alarg su mano derecha; su brazo era una slida
barrera que interceptaba el paso del otro hombre. El intruso hizo ademn de
atravesar la barrera, pero l se mantuvo firme.
Pero qu...? El hombre dej de hablar y mir fijamente la mano de Harry. Su
mano derecha.
La mano a la que le faltaba un dedo.
Lentamente, el otro hombre levant la cabeza y le mir a los ojos.
El reconocimiento encendi su mirada.
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Harry mostr sus dientes en una sonrisa, aunque nunca en su vida haba estado
menos divertido.
Silas Granville. Omiti el ttulo nobiliario deliberadamente.
Silas se tens.
Maldito seas, Harry Pye!

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Captulo 3
No era de extraar que Harry Pye nunca sonriera. La expresin de su rostro en ese
momento bastaba para aterrorizar a un nio pequeo. A George se le cay el alma a
los pies. Haba ms bien esperado que todos los rumores sobre el seor Pye y lord
Granville fuesen simplemente eso: historias inventadas para entretener a los
granjeros aburridos. Pero a juzgar por las miradas de asco que los dos hombres
estaban intercambiando, no slo se conocan, sino que, ciertamente, tenan un
desagradable pasado.
George suspir. Esto complicaba las cosas.
Si, canalla! Cmo te atreves a mirarme despus del vergonzoso destrozo que
has ocasionado en mi finca? Lord Granville grit directamente a la cara del seor
Pye, la saliva volaba.
Harry Pye no contest, pero haba en sus labios una sonrisa de increble irritacin.
George hizo una mueca de disgusto. Casi poda solidarizarse con lord Granville.
Primero las triquiuelas en mis establos, los cabestros cortados, el pienso
estropeado, los carruajes destrozados. Lord Granville se diriga a George, pero en
ningn momento apart los ojos del seor Pye. Despus la matanza de ovejas!
nicamente en las ltimas dos semanas mis granjeros han perdido ms de quince
buenos animales. Antes de eso, veinte. Y todo esto empez cuando l volvi por esta
regin, contratado por usted, seora.
Tena unas referencias magnficas musit George.
Lord Granville se volvi en direccin a ella. George recul, pero el seor Pye se
movi pausadamente a la vez que el corpulento hombre, ponindose siempre entre
ellos. Su demostracin de proteccin no hizo sino que enfurecer ms a lord Granville.
He dicho que ya basta. Exijo que despida a este... este sinvergenza! lord
Granville escupi la palabra-. Siempre acaba habiendo sangre. Como su padre
antes que el, est entre los crimnales ms viles.
George inspir.
El seor Pye no habl, pero un suave sonido emergi de sus labios contenidos.
Dios! Son como un gruido. George se apresur a hablar.
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Ver, lord Granville, creo que se ha precipitado bastante acusando al seor Pye.
Al fin y al cabo, tiene motivos para suponer que es mi administrador en lugar de
otra persona quien est ocasionando los daos?
Motivos? Lord Granville dijo la palabra entre dientes-. Motivos? S, tengo
motivos. Hace veinte aos el padre de este hombre me agredi. Por poco me mat;
estaba completamente loco.
George enarc las cejas. Le lanz una mirada al seor Pye, pero ste haba
controlado su rostro con su acostumbrada impasibilidad.
No veo por qu...
El tambin me agredi. Lord Granville hundi un dedo en el pecho del
administrador de fincas. Se uni a su padre para tratar de asesinar a otro seor de
la zona.
Pero... Ella mir a uno y otro hombre: el primero, la mismsima
personificacin de la ira, el otro, sin demostrar ninguna expresin en absoluto,
pero l apenas era adulto hace veinte aos. Deba de ser un chico de... de...
Doce aos. El seor Pye habl por primera vez desde que haba pronunciado
el nombre del otro hombre. Habl en voz baja, casi susurrando. Y fue hace
dieciocho aos para ser exactos.
Doce aos son ms que suficientes para asesinar a un hombre. Lord Granville
desech la objecin con la palma de su mano. Es por todos sabido que los canallas
vulgares maduran temprano... lo mejor para que las sabandijas se reproduzcan. A los
doce era tan hombre como lo es ahora.
George parpade ante esta ultrajante afirmacin, hecha con una cara de absoluta
seriedad y que, al parecer, lord Granville consideraba cierta. Mir de nuevo al seor
Pye, pero en todo caso pareca aburrido.
Era evidente que haba odo esta acusacin u otras muy parecidas con
anterioridad. Se pregunt fugazmente con qu frecuencia haba escuchado
semejantes estupideces en su infancia.
Ella sacudi la cabeza.
Sea como sea, mi lord, no parece que tenga pruebas concluyentes de la actual
culpabilidad del seor Pye. Y realmente siento...
Lord Granville arroj algo a los pies de lady Georgina.
Tengo pruebas. Su sonrisa fue sumamente detestable.
George frunci las cejas y contempl el objeto que haba junto a la punta de su
zapato bordado. Era una pequea figura de madera. Se inclin para cogerla, una
pequea figurilla de color melaza, no mayor que la base de su pulgar. Sus rasgos
estaban parcialmente ocultos por el barro seco. Le dio la vuelta y frot la suciedad.
Apareci un erizo tallado con exquisita precisin. El artista haba aprovechado
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hbilmente una mancha oscura de la madera para destacar las pas del dorso del
diminuto animal. Qu monada! George sonri de placer.
Entonces fue consciente del silencio que haba en la habitacin. Levant la vista y
percibi el espantoso silencio con que el seor Pye miraba fijamente la talla de su
mano. Dios!, seguro que en realidad el no haba...
Creo que eso basta como prueba afirm lord Granville.
Qu...?
Pregntele a l. Granville seal el erizo, e instintivamente George cerr los
dedos como para protegerlo. Venga, pregntele quin ha hecho eso!
Ella mir al seor Pye a los ojos. Haba un destello de pesar en ellos?
Lo hice yo confes l.
George sostuvo con cuidado la talla entre sus dos manos y las acerc a su pecho.
Su siguiente pregunta era inevitable:
Y qu tiene que ver el erizo del seor Pye con sus ovejas muertas?
Ha sido encontrado junto al cuerpo de un carnero en mi finca. Los ojos de
lord Granville contenan el brillo perverso del triunfo. Esta misma maana.
Ya veo.
De modo que como mnimo debe despedir a Pye. Redactar los cargos y una
orden para su arresto. Entretanto, estar bajo mi tutela. Al fin y al cabo, soy el
corregidor de esta regin. Lord Granville estaba casi alegre por su victoria.
Quiz pueda prestarme a un par de fuertes criados.
No lo creo. George sacudi la cabeza pensativa. No, me temo que,
simplemente, eso no ser as.
Se ha vuelto usted loca, seora? Me ofrezco a solucionarle el problema...
Lord Granville dej la frase a medias con impaciencia. Se dirigi hacia la puerta,
agitando su mano. Muy bien, me limitar a regresar a mi finca a caballo y traer a
mis propios hombres para arrestar a este tipo.
No, no lo creo repuso George. El seor Pye sigue siendo empleado mo.
Debe dejarme manejar este asunto como yo considere oportuno.
Lord Granville se detuvo y se gir.
Est usted loca. Me llevare a este hombre al anochecer. No tiene derecho...
Tengo todo el derecho lo interrumpi George. ste es mi administrador, mi
casa, mi finca. Y usted no es bienvenido en ella. Dando rpidas y grandes
zancadas, sorprendi a ambos hombres pasando junto a ellos antes de que pudieran
oponerse. Abri la puerta de golpe y sigui andando hacia el vestbulo. Greaves!
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El mayordomo deba de estar rondando cerca, porque apareci con asombrosa
celeridad. Iba acompaado de los dos criados ms corpulentos que George tena a su
servicio.
Lord Granville ya se marcha.
S, mi lady. Greaves, el ms perfecto de los mayordomos, no demostr
ninguna satisfaccin mientras se apresuraba a ofrecerle a lord Granville su sombrero
y sus guantes, pero su paso era ms enrgico que habitualmente.
Se arrepentir de esto. Lord Granville sacudi la cabeza despacio,
pesadamente, como un toro embravecido. Me asegurar de ello.
De repente el seor Pye estuvo al lado de George. Ella se imagin que poda sentir
su calor aun cuando l ni siquiera la rozaba.
La puerta est por aqu, mi lord anunci Greaves, y los criados se movieron
para flanquear a lord Granville.
George contuvo el aliento hasta que las grandes puertas de roble se cerraron con
un golpe. Entonces sac el aire.
Bueno, por lo menos est fuera de la mansin.
El seor Pye la roz al pasar junto a ella.
No he acabado de hablar con usted le dijo George, irritada. El hombre poda
al menos darle las gracias antes de irse. Adnde va?
Tengo una serie de preguntas que necesitan respuesta, mi lady.
Hizo una ligera reverencia. Prometo venir a verla maana por la maana.
Cuanto tenga que decirme podr decrmelo entonces.
Y se fue.
George abri el puo lentamente y volvi a mirar el pequeo y delicado erizo.
Y qu pasa si lo que tengo que decirle no puede esperar hasta maana?


Maldito fuera Harry Pye y tambin esa bruja arrogante! Silas Granville espole a
su capn negro para que galopara mientras dejaba atrs la verja de la Mansin
Woldsly. El animal trat de respingarse ante el aguijonazo de las espuelas, pero l no
estaba para tonteras. Tir con crueldad de las riendas, hundiendo el bocado en los
tiernos laterales de la boca del caballo hasta que el animal sabore el cobre de su
propia sangre. El capn se someti.
Con qu fin protega lady Georgina a Harry Pye? El no tardara mucho en volver,
y cuando lo hiciera, se asegurara de traer a un pequeo ejrcito. Ella no podra
impedir que se llevase a Pye a rastras.
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El capn titube ante el vado del arroyo que divida sus tierras de la finca
Woldsly. Aqu el arroyo era ancho y poco profundo. Silas espole al caballo, que se
zambull en el agua. Brillantes gotas de sangre se arremolinaron y mezclaron con la
corriente, y fueron arrastradas ro abajo. Las colinas ascendan a partir del arroyo,
ocultando el camino de entrada a la casa Granville. En la vereda haba un hombre a
pie, que llevaba cestos en un yugo colgado sobre sus hombros. Se desplaz hacia un
lateral al or el ruido de los cascos del capn. Cuando Silas lo adelant a caballo, el
hombre se quit el gorro. l no se molest en saludarlo.
Su familia haba posedo estas tierras desde la poca de los Tudor. Los Granville se
haban casado, reproducido y muerto aqu. Algunos haban sido dbiles y otros
haban sido desmedidos con la bebida o las mujeres, pero eso no tena importancia.
Lo que importaba era la tierra, ya que la finca era el cimiento de su riqueza y de su
poder; la base de su poder. Nadie (especialmente un administrador de tierras de baja
ralea) pondra en peligro ese cimiento. No mientras la sangre an palpitara en sus
venas. La prdida de dinero por las ovejas muertas en sus tierras era mnima, pero la
prdida de orgullo (de honor) era demasiado grande para soportarla. l jams
olvidara la insolencia total del joven rostro de Pye haca casi veinte aos. Incluso
mientras le cortaban el dedo, el muchacho lo haba mirado fijamente a los ojos y se
haba redo con desdn. Pye nunca se haba comportado como debera hacerlo un
granjero. Era importante que l hiciese una demostracin de castigo contra Harry Pye
por su afrenta criminal.
El caballo capn torci por la verja amurallada y Silas lo espole para que volviera
a galopar. Coron una pendiente y apareci la casa de los Granville. De granito gris,
cuatro plantas de altura, con alas que formaban un cuadrado rodeando un patio
interior, esa casa se ergua sobre el paisaje circundante. El edificio era imponente y de
aspecto severo, concebido para decirle aqu est la autoridad a cualquiera que lo viera.
Silas avanz a medio galope hasta la puerta principal. Frunci la boca con
disgusto al ver la silueta de color carmes y plata en los escalones.
Thomas. Pareces un sodomita con ese atuendo. Descabalg y le lanz las
riendas a un caballerizo. Cunto me han costado esas prendas en el sastre?
Hola, padre. El rostro de su hijo mayor se sonroj. La verdad es que no ha
sido tan caro. Thomas clav los ojos en la sangre de los laterales de la boca del
capn, que jadeaba. Se relami los labios.
Dios! Te has sonrojado como una nia. Silas pas rozando junto a! chico.
Ven arriba y cena conmigo, seorito afeminado.
Sonri burln mientras su hijo titubeaba tras l. El chico no tena muchas opciones,
verdad? No, a menos que por la noche le hubieran crecido un par de testculos. Silas
entr en el comedor pisando con fuerza, perversamente contento al ver que la mesa
no estaba puesta.
Dnde demonios est mi cena?
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Los sirvientes brincaron, las criadas corretearon y el mayordomo balbuci
disculpas. Enseguida estuvo la mesa puesta y ellos dos se sentaron a cenar.
Come un poco de esto. Con un tenedor Silas seal la carne cruda en medio
de un charco de sangre que estaba en el plato de su hijo. Quiz te crezca pelo en el
pecho. O en alguna otra parte.
Thomas aventur una media sonrisa al or el anzuelo que le haba echado su padre
y encogi un hombro nervioso.
Jess! Cmo se le haba podido ocurrir en su da que la madre de este chico sera
una buena progenitora? Su descendiente, e! fruto de sus entraas (cosa que nunca
puso en duda, porque su difunta esposa no tuvo nimos para ponerle los cuernos)
estaba sentado frente a l y jugueteaba con su carne. Ese hijo haba heredado su
altura y sus ojos marrones, pero eso era todo. Su nariz demasiado larga, su boca de
labios finos y su naturaleza endeble eran todo de su madre. Silas resopl con fastidio.
-Pudiste ver a lady Georgina? Thomas haba ingerido un mordisco de la
ternera y la masticaba como si tuviese estircol en la boca.
Oh, s! Vi a esa bruja arrogante. La vi en la biblioteca de Woldsly. Y a Harry
Pye, malditos sean sus ojos verdes! Alarg el brazo para coger un panecillo.
Thomas dej de masticar.
Harry Pye? El mismo Harry Pye que sola vivir aqu? No un hombre
diferente con el mismo nombre? Me refiero al administrador de lady Georgina.
S, su administrador. La voz de Silas se elev en la ltima palabra con un
afectado falsete. Su hijo se ruboriz de nuevo. No ser capaz de olvidar esos ojos
verdes en un futuro inmediato.
Supongo que no.
Silas mir a su hijo con dureza, con los ojos entornados.
Hars que lo detengan? Thomas habl deprisa, con un hombro alzado.
En cuanto a eso, tengo un ligero problema. Silas levant las comisuras de su
labio superior. Al parecer, lady Georgina no quiere que su administrador sea
arrestado, niata estpida. Tom otro trago de cerveza- No cree que la prueba
sea lo bastante concluyente. Probablemente, al ser de Londres, el ganado muerto no
le importe en absoluto, mi ganado muerto.
La figurilla tallada no la convenci?
No, no lo hizo. Silas se sac un poco de cartlago de entre sus dientes
frontales. En cualquier caso, es absurdo dejar que una mujer tenga tantas tierras.
Para qu las quiere? Probablemente le interesen ms los guantes y el ltimo baile de
Londres que su finca. La anciana debi dejrsela a un hombre. O hacer que ella se
casara para que tuviera un marido que se ocupara de la finca.
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Tal vez... Thomas vacil. Tal vez yo podra hablar con ella.
T? Silas ech atrs la cabeza y se ri hasta que se empez aatragantar. A sus
ojos asomaron lgrimas y tuvo que tomarse una copa.
Thomas estaba callado al otro lado de la mesa.
Silas se enjug los ojos.
No es que se te den bien las damas, verdad, Tommy, mi chico? No eres como tu
hermano, Bennet. A ese chico le hicieron la primera mamada cuando todava estaba
en edad escolar.
Thomas tena la cabeza agachada. Sus hombros suban y bajaban con espasmos.
Alguna vez has llegado a tener relaciones sexuales con una chica? le
pregunt Silas en voz baja. Alguna vez has tocado unas tetas suaves y grandes?
Alguna vez has olido el olor a pescado de un coo ardiente? Se reclin,
manteniendo la silla en equilibrio sobre dos patas, y observ a su hijo. Alguna vez
has metido tu polla en una mujer deseosa y la has follado hasta que chillara?
Thomas dio un respingo. Su tenedor resbal de la mesa y cay repiqueteando en el
suelo.
Silas se sent hacia delante. Las patas delanteras de su silla se apoyaron con un
golpe.
Supona que no.
Thomas se levant tan repentinamente que su silla cay con estrpito.
Bennet no est aqu, verdad? Y probablemente no vaya a venir pronto.
Silas frunci la boca al or aquello.
Soy tu primognito. Algn da estas tierras sern mas. Deja que intente hablar
con lady Georgina.
Por qu? Silas lade la cabeza.
Puedes ir all y llevarte a Pye a la fuerza dijo Thomas. Pero es probable que
no nos ganemos el cario de ella. Y mientras sea nuestra vecina, es necesario que
tengamos buenas relaciones. l es nicamente su administrador. No me puedo creer
que ella est dispuesta a iniciar una pela por ese hombre.
S, bueno, no creo que puedas empeorar las cosas. Silas apur su cerveza y
dej su copa con un fuerte ruido. Te doy un par de das para que intentes hacer
entrar en razn a esa mujer.
Gracias, padre.
Silas hizo caso omiso del agradecimiento de su hijo.
Y cuando fracases, s tengo que hacerlo echar abajo las puertas de Woldsly y
sacar a Harry Pye arrastrndolo por el pescuezo.
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Harry se estremeci mientras guiaba a su yegua zaina subiendo por el camino que
conduca a su cabaa. Con sus prisas por interrogar a los granjeros de Granville esa
maana, no se haba tomado la molestia de coger una capa. Ahora baca rato que
haba anochecido, y las noches de otoo eran fras. Sobre su cabeza, las hojas de los
rboles vibraban por el viento.
Debera haber esperado y dejar que lady Georgina le dijera lo que sea que fuese a
decirle esta maana. Pero el hecho de que alguien estuviese intentando
enrgicamente implicarlo en los asesinatos de las ovejas lo haba urgido a salir de la
biblioteca. Qu estaba pasando? Desde haca semanas corran malintencionados
rumores apuntando a que l era el asesino. Cotilleo que haba empezado
prcticamente desde el momento en que se haba encontrado la primera oveja muerta
haca un mes. Pero l le haba quitado importancia a las habladuras. No se poda
arrestar a un hombre por las habladuras. Las pruebas eran harina de otro costal.
Su cabaa se encontraba apartada del camino de acceso principal a la Mansin
Woldsly, construida, slo Dios saba por qu, en un bosquecillo. Al otro lado del
camino estaba la cabaa del guarda, una construccin mucho ms grande. Podra
haber echado al guarda y haberse quedado con la casa ms grande nada ms llegar a
Woldsly. Al fin y alcabo, un administrador gozaba de ms estatus que un simple
guarda. Pero el hombre tena esposa y familia, y la cabaa pequea estaba ms
alejada del camino y escondida entre los rboles. Tena ms intimidad. Y l era un
hombre que apreciaba su privacidad.
Salt de la yegua y la condujo hasta el diminuto cobertizo que haba pegado a la
parte trasera de la cabaa. Harry encendi el farol que colgaba en el interior de la
puerta y le sac la silla y la brida al caballo. Un cansancio de cuerpo y de nimo se
instal en sus extremidades. Pero cepill con esmero a la yegua, le dio de beber y
tambin una racin extra de avena. A temprana edad su padre le haba inculcado la
importancia de que uno cuide de sus animales.
Con una ltima palmadita a la yegua ya adormilada, cogi el farol y abandon el
cobertizo. Rode la cabaa por el trillado sendero hacia la puerta. Ai aproximarse a la
entrada principal, su paso vacil. Una luz titilaba a travs de la ventana de su cabaa.
Harry apag el farol. Retrocedi hasta los matorrales que haba junto al sendero y
se acuclill para pensar. A juzgar por el tamao de la luz, pareca una sola vela. No
se mova, as que probablemente estaba sobre la mesa del interior. Quiz la seora
Burns la haba dejado encendida. La esposa del guarda en ocasiones vena a limpiar
y le dejaba comida hecha. Pero la seora Burns era una mujer ahorradora, y Harry
dudaba que desperdiciase una vela (incluso una vela de sebo como las que l usaba)
en una cabaa vaca.
Alguien lo esperaba dentro.
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Y no era raro despus de haber discutido con Granville esa misma maana? Si
pretendan agredirlo, seguramente habran tomado la precaucin de esperarlo a
oscuras. Al fin y al cabo, l no haba sospechado nada hasta que haba visto la luz. De
haber estado su cabaa a oscuras, habra entrado tan tranquilo y confiado como un
cabrito recin nacido. Harry resopl en voz baja. De modo que ellos... quienesquiera
que fueran... estaban muy seguros de s mismos esperndolo en su propia casa.
Suponan que aun con la luz tan obviamente visible a travs de las ventanas, l sera
lo bastante estpido o temerario para entrar sin dudarlo.
Y quiz tuviesen razn.
Harry dej el farol en el suelo, extrajo la navaja de su bota y se incorpor en
silencio de su posicin agazapada. Se movi con sigilo hasta la pared de la cabaa.
Su mano izquierda sostena la navaja junto a su muslo. En silencio avanz rozando la
pared de piedra hasta que lleg a la puerta. Asi el picaporte y lo abri lentamente.
Cogi aire y abri la puerta de golpe.
Seor Pye, haba empezado a pensar que jams vendra a casa. Lady Georgina
estaba arrodillada junto a su chimenea; pareca completamente impasible por su
repentina entrada. Me temo que soy un desastre encendiendo fuegos, de lo
contrario habra preparado un poco de t. Se levant y se sacudi el polvo de sus
rodillas.
Mi lady. l se inclin y pas su mano izquierda por la parte superior de su
bota para enfundar la navaja. Naturalmente, es un honor tener su compaa, pero
tambin estoy sorprendido. Qu est haciendo en mi cabaa? Harry cerr la
puerta tras l y camin hasta la chimenea, cogiendo la vela encendida a su paso.
Ella se apart mientras l se acuclillaba junto al hogar.
Me temo que detecto cierto sarcasmo en su tono.
De veras?
Mmm... Y se me escapa el motivo. Al fin y al cabo, ha sido usted quien me ha
rehuido esta maana.
La dama estaba resentida.
Los labios de Harry esbozaron una sonrisa mientras encenda el fuego ya
preparado.
Mis ms humildes disculpas, mi lady.
Uf! Todava no he conocido a un hombre que fuera realmente humilde. Por el
sonido de su voz, lady Georgina estaba deambulando por la sala a sus espaldas.
Qu vea ella? Qu le pareca este pequea cabaa? Harry repas mentalmente
el interior de su cabaa: una mesa de madera y unas sillas, bien hechas, pero que a
duras penas eran el lujo almohadillado de las salas de estar de la mansin. Un
escritorio donde l guardaba los registros y libros de contabilidad de su trabajo. Una
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serie de estantes con diversos y toscos utensilios de cermica de cocina: dos platos,
dos tazas, un cuenco, una tetera, tenedores y cucharas, y una olla de acero. A un lado
haba un puerta sin duda abierta, de modo que ella pudo ver su estrecha cama, los
colgadores que contenan su ropa y el tocador con la jofaina y la jarra de barro.
l se puso de pie y se volvi.
Lady Georgina estaba escudriando su habitacin.
Harry suspir en silencio y anduvo hasta la mesa. Sobre sta haba una cazuela
tapada con un plato. Levant el plato y ech un vistazo al interior de la cazuela.
Estofado de cordero que le haba dejado la seora Burns, ahora fro, pero aun as
bienvenido.
Regres junto a la chimenea para llenar el hervidor de hierro con agua y colgarlo
sobre el fuego.
Le importa si como, mi lady? Todava no he cenado.
Ella se gir y lo mir fijamente como si su mente hubiese estado en alguna otra
parte.
Por favor, adelante. No quisiera que me acusara de impedirle comer.
Harry se sent a la mesa y con una cuchara se sirvi un poco de estofado en un
plato. Lady Georgina se acerc, mir con curiosidad lo que cenaba y luego camin
hasta la chimenea.
l la observ mientras coma.
Ella examin las tallas de animales que revestan la repisa.
Ha hecho usted todos estos? Seal una ardilla con una nuez entre sus patas
y lo mir de nuevo.
S.
As es como lord Granville supo que usted haba hecho el erizo. Haba visto
antes sus creaciones.
S.
Pero a usted no lo haba visto, por lo menos durante largo tiempo. Ella se gir
totalmente para mirarlo.
Una vida entera. Harry se sirvi un poco ms de estofado.
No.
Entonces, tampoco haba visto sus figurillas durante largo tiempo? De hecho,
desde que era usted un nio. Lady Georgina frunci las cejas mientras sealaba la
ardilla. Porque diga lo que diga lord Granville, a los doce aos todava no se es
ms que un nio.
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Tal vez. El hervidor empez a echar vapor. Harry se levant, cogi la tetera
marrn de su aparador y puso cuatro cucharadas de t. Cogi un trapo para levantar
el hervidor del fuego. Lady Georgina se apart a un lado y observ mientras l
echaba el agua hirviendo.
Tal vez, qu? Ella arrug la frente. A qu pregunta ha contestado
realmente?
Harry dej la tetera sobre la mesa y la mir por encima de su hombro.
Cul era realmente la pregunta? Se sent de nuevo. M lady.
Ella parpade y dio la impresin de que reflexionaba. A continuacin coloc la
ardilla en su sitio y cruz la sala hasta los estantes. Cogi las dos tazas y un paquete
de azcar, y llev todo hasta la mesa. Se sent frente a l y sirvi el t.
Harry se qued inmvil.
Lady Georgina le estaba preparando su t, en su propia casa, en su propia mesa,
igual que hara una mujer de campo, atendiendo a su esposo tras un duro da de
trabajo. No era en absoluto como esta maana en la biblioteca de ella. Ahora mismo
pareca una esposa. Lo cual era un pensamiento ridculo porque ella era la hija de un
conde. Slo que en ese momento no pareca una dama. No mientras le pona azcar
en su taza y lo remova para l. Pareca nicamente una mujer; una mujer muy
atractiva.
Maldita sea! Harry trat de obligar a su pene a bajar de nuevo, pero esa parte
de su cuerpo nunca haba atendido a razones. Prob el t e hizo una mueca de
disgusto. Habra otros hombres que tuvieran erecciones mientras tomaban una taza
de t?
Demasiado azcar? Ella mir con preocupacin hacia la taza de Harry.
El t estaba bastante dulce para su gusto, pero no se le ocurrira decirlo.
Est excelente, mi lady. Gracias por servrmelo.
De nada. Lady Georgina tom un sorbo de su propio te. Bien, en cuanto a
cul es realmente la pregunta... Cmo exactamente conoci a lord Granville en el
pasado?
Harry cerr los ojos. Estaba demasiado cansado para esto.
Importa, mi lady? En cualquier caso, pronto me despedir.
Qu le ha hecho pensar eso? Lady Georgina frunci las cejas. Entonces capt
su mirada. No pensar que yo creo que mat a esas ovejas, verdad? Abri los
ojos desmesuradamente. Lo piensa.
Volvi a dejar su taza sobre la mesa con un brusco golpe seco. Parte del t se
derram por el borde.
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S que no siempre parezco muy sera, pero le ruego me disculpe por haberme
comportado como una completa mentecata. Lo mir con semblante ceudo
mientras estaba de pie, con los brazos en jarras como la reina guerrera Boadicea,
aunque pelirroja. Todo lo que necesitaba era una espada y una cuadriga.
Harry Pye, usted no ha envenenado a esas ovejas ms de lo que podra haberlo
hecho yo!

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Captulo 4
Como ocurra con los gestos solemnes, el fracaso fue considerable.
El seor Pye arque de pronto una sola ceja.
Dado que sera sorprendente dijo en ese tono tremendamente spero que
usted, mi lady, pudiera jams envenenar al ganado, debo de ser inocente.
-Ufff...! Recuperando su dignidad, George camin hasta la chimenea y fingi
interesarse otra vez por las figurillas. Todava no ha contestado a mi pregunta. No
crea que no me he dado cuenta.
Normalmente, en ese momento ella dira algo frivolo y estpido, pero de algn
modo con l simplemente no poda hacerlo. Resultaba difcil quitarse la mscara,
pero no quera hacerse la boba con l. Quera que tuviera mejor concepto de ella.
Pareca muy cansado; las arrugas alrededor de su boca se haban intensificado y el
viento le haba desordenado el pelo. Qu haba estado haciendo toda la tarde para
cansarse tanto? A George no se le pas por alto el modo en que l haba entrado en la
cabaa, inesperadamente y medio acuclillado, sus ojos verdes desafiantes. Le haba
recordado un gato asilvestrado acorralado. Pero a continuacin se haba erguido
introduciendo algo en su bota, y de nuevo volvi a ser su administrador flemtico.
Quiz George se hubiese imaginado la violencia que haba visto en sus ojos, pero lo
dudaba.
Harry Pye suspir y apart su plato.
Mi padre se llamaba John Pye. Era el guardabosques de Silas Granville cuando
yo era pequeo. Vivamos en la finca de Granville, y crec all.
En serio? George se volvi hacia l. Cmo pas de ser el hijo de un
guardabosques a un administrador de fincas?
l se tens.
Tiene mis referencias, mi lady, le aseguro...
No, no. Ella cabece con impaciencia. No pretenda cuestionar sus
credenciales. Es pura curiosidad. Tiene que reconocer que es un salto considerable.
Cmo lo hizo?
Trabajando duro, mi lady. Segua con los hombros tensos.
George enarc las cejas y esper.
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A los diecisis aos consegu un trabajo de guardabosques en una gran finca. El
administrador de esa finca descubri que yo saba leer y escribir y sumar. Me
contrat como una especie de aprendiz. Cuando hubo una vacante en una finca
vecina ms pequea, me recomend. Se encogi de hombros. Desde all fui
ascendiendo a base de esfuerzo.
Ella golpete la repisa de la chimenea con los dedos. La historia no deba de
quedarse ah. Pocos hombres de la edad del seor Pye gestionaban fincas tan grandes
como la suya y, en cualquier caso, cmo haba recibido educacin? Pero ese asunto
poda esperar hasta ms tarde. En este momento haba cuestiones ms acuciantes.
Cogi un conejo y acarici su suave dorso.
Qu pas cuando tena doce aos?
Mi padre y Granville tuvieron una pelea dijo el seor Pye.
Una pelea? George devolvi el conejo a su sitio y cogi una nutria. Docenas
de pequeas tallas de madera atestaban la repisa, todas hechas con gran precisin. La
mayora eran animales salvajes, aunque repar en un perro pastor. La fascinaban.
Qu clase de hombre tallaba semejantes cosas?. Lord Granville asegur que su
padre intent matarlo. Eso parece mucho ms que una pelea.
-Mi padre lo golpe. Solamente eso. Habl despacio, como si eligiera las
palabras con cuidado. Sinceramente, dudo que su intencin fuera matar a
Granville.
Por qu? George dej la nutria al lado del conejo y form un pequeo crculo
con una tortuga y una musaraa. Por qu atac a su patrono y seor?
Silencio.
George esper, pero Harry no respondi. Toc un ciervo, apoyado sobre tres
patas, la cuarta levantada como si fuese a huir.
Y usted? Quiso usted matar a lord Granville cuando tena doce aos?
De nuevo se hizo el silencio, pero al fin Harry Pye habl.
S.
Ella solt el aire lentamente. Un plebeyo, nio o no, poda ser colgado por intentar
matar a un lord.
Qu hizo lord Granville?
Mand azotarnos a mi padre y a m.
Las palabras cayeron en el silencio como guijarros en un estanque. Fras. Simples.
Revelaban la violencia con que unos azotes castigaran el cuerpo de un nio. Su alma.
George cerr los ojos. Oh, Seor! No pienses en ello. Forma parte del pasado.
Cntrate en el presente.
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Entonces s tiene motivos para matar a las ovejas de la finca de lord Granville.
George abri los ojos y los clav en un tejn.
S, mi lady, los tengo.
Y esta historia es de conocimiento pblico en la comarca? Saben otras
personas que tiene semejante enemistad con mi vecino? Coloc el tejn junto al
ciervo. La cabeza de la pequea criatura estaba levantada, mostrando los dientes. Eso
la converta en un enemigo formidable.
Yo no ocult mi pasado ni quin era cuando regrese como administrador de
Woldsly. El seor Pye se puso de pie y acerc la tetera hasta la puerta. La abri y
arroj a los arbustos el poso. Hay algunos que recuerdan lo que sucedi hace
dieciocho aos. Fue un escndalo en aquel entonces. De nuevo apareci su tono de
sequedad.
Por qu regres usted a esta comarca? inquiri ella, preguntndose si estara
buscando venganza de algn modo. Parece una ligera coincidencia que trabaje en
la finca que linda con aquella en la que creci.
l titube con la tetera colgndole de una mano.
No es ninguna coincidencia, mi lady. Se dirigi intencionadamente hacia el
aparador, de espaldas a ella. Fui detrs de este trabajo en cuanto surgi. Como
usted ha dicho, crec aqu. Es mi hogar.
No tuvo nada que ver con lord Granville?
Bueno... el seor Pye la mir por encima de su hombro, haba un brillo de
picarda en sus ojos verdes, no me pareci mal que a Granville le molestara verme
por aqu.
George not que las comisuras de sus labios se levantaban.
Todo el mundo sabe lo de sus tallas? Con la mano seal hacia la coleccin
de animales.
Harry haba sacado un barreo y jabn, pero se detuvo para lanzar una mirada a
los animales que revestan la repisa de la chimenea.
Probablemente no. Cuando viva aqu de pequeo tan slo hice unas cuantas
tallas. Se encogi de hombros y empez a lavar las cosas del t. Mi padre era
conocido por sus tallas. l me ense.
Lady Georgina cogi un trapo del estante, agarr una taza de t que el seor Pye
haba lavado y empez a secarla. l la mir de reojo, y ella crey haberlo
sorprendido. Bien.
Entonces quienquiera que puso el erizo junto a la oveja muerta o lo conoce a
usted de antes o ha estado en esta cabaa desde que usted se instal.
El sacudi la cabeza.
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Las nicas visitas que he tenido son del seor Burns y su esposa. Le pago un
poco para que me limpie y me cocine de vez en cuando.
Seal con el mentn la cazuela vaca que haba contenido su cena.
George sinti una oleada de satisfaccin. Harry Pye no haba trado aqu a
ninguna mujer. Pero luego frunci las cejas.
Quiz se lo haya contado en confianza a una mujer con la que ha estado
saliendo.
Ella contrajo la cara. No era el ms sutil de los comentarios. Dios!, l deba pensar
que era una torpe. Sin mirar, George alarg una mano para coger otra taza de t y
choc con la mano de Harry Pye, clida y resbaladiza por el jabn. Ella alz la vista y
se encontr con sus ojos esmeralda.
No he salido con ninguna chica. No desde que entr a trabajar para usted, mi
lady. -Harry cogi la cazuela para lavarla.
Ah, bien! Bueno. Eso reduce un poco las posibilidades. Podra parecer ms
boba si se esforzara?. Y sabe quin podra haber robado el erizo? Deduzco que lo
cogieron de la repisa de su chimenea.
Harry Pye lav la cazuela y levant el barreo. Lo llev hasta la puerta y tir el
agua con la que haba lavado. Repar en la puerta abierta.
Cualquiera pudo haberlo cogido, mi lady. Seal el picaporte.
No haba cerrojo.
Oh! musit George. Eso no reduce las posibilidades.
No, mi lady. l camin con tranquilidad hacia la mesa, la lumbre iluminaba
un lado de su cara y dejaba la otra mitad a oscuras. Sus labios sonrieron. La
consideraba divertida?
Adnde ha ido esta maana? inquiri ella.
Fui a interrogar a los granjeros que encontraron la oveja muerta y mi talla. -Se
detuvo slo a un palmo y medio de distancia de George.
Ella pudo sentir e! calor de su pecho casi tocando el suyo. Estaba Harry mirando
fijamente su boca?
Lo estaba.
Me preguntaba si uno de ellos haba dejado el erizo. Pero eran hombres a los
que no conoca, y me parecieron bastante honestos.
Entiendo. George tena la garganta seca. Trag saliva, Harry era su
administrador, por el amor de Dios! Lo que senta no era en absoluto adecuado.
Bien. George dobl el trapo y lo guard en el estante-. Pues maana tendremos que
investigar un poco ms.
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Tendremos, mi lady?
S. Yo lo acompaare.
Esta misma maana lord Granville la ha amenazado. Harry Pye ya no
contemplaba su boca. De hecho, la miraba a los ojos con el ceo fruncido.
George sinti una punzada de decepcin.
Necesitar mi ayuda.
No necesito su ayuda, mi lady. No debera deambular por el campo mientras...
Dej la frase inacabada porque de pronto lo asalt un pensamiento. Cmo ha
venido hasta mi cabaa?
Ups.
Andando?
Ha...? Hay ms de un kilmetro y medio desde aqu hasta Woldsly! El seor
Pye hizo una pausa y suspir con fuerza de esa manera en que suspiran algunos
hombres cuando una mujer dice algo especialmente estpido.
Andar es un buen ejercicio explic George con amabilidad. Adems, estoy
en m propia finca.
Aun as, me promete, por favor, no dedicarse a pasear sola, m lady? Sus
labios se tensaron. Hasta que esto haya terminado?
Muy bien, prometo no salir sola. George sonri. Y, a cambio, usted puede
prometer llevarme en sus investigaciones.
Harry Pye entorn los ojos.
George rgui la espalda.
Al fin y a! cabo, soy su jefa, seor Pye.
Muy bien, mi lady. La llevar conmigo.
No era el ms corts de los acatamientos, pero bastara.
Bueno, podemos empezar por la maana. George se puso la capa sobre sus
hombros. Sobre las nueve estara bien. Iremos en mi calesa.
Como usted desee, mi lady. El seor Pye avanz hacia la puerta de la cabaa
precediendo a George. La acompaar andando hasta Woldsly.
No ser necesario. He pedido que me trajeran el carruaje alrededor de las nueve.
Ya debera estar aqu.
Y efectivamente, cuando el seor Pye abri la puerta, un lacayo esperaba con
discrecin en el sendero. El administrador de George observ al hombre. Debi de
dar su aprobacin, porque asinti con la cabeza.
Buenas noches, mi lady.
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Hasta maana por la maana. George se cubri el pelo con la capucha.
Buenas noches.
Anduvo hacia el lacayo y despus lanz una mirada por encima de su hombro.
Harry Pye permaneca de pie en el umbral de la puerta, su silueta recortada por la
lumbre que haba a sus espaldas.
George no pudo ver la expresin de su cara.


Qu haces levantada tan temprano? Violet mir fijamente a su hermana, ya
vestida y corriendo escaleras abajo a las (retrocedi hasta su habitacin para
comprobar la hora) ocho de la maana.
Oh, hola querida! George hizo un leve giro en las escaleras para mirar hacia
ella. Mmm..., simplemente voy a dar un paseo en calesa.
A dar un paseo en calesa? -repiti Violet. T sola? A las ocho de la
maana?
George baj la barbilla, pero sus mejillas se estaban sonrosando.
Me acompaar el seor Pye. Quiere ensearme varas cosas de la finca.
Arrendatarios y muros, y cosechas y cosas por el estilo supongo. Tremendamente
aburrido, pero necesario.
El seor Pye! Pero George, no puedes ir sola con l.
Por qu no? Despus de todo es el administrador de mi finca. Es su trabajo
mantenerme informada sobre los asuntos de la propiedad.
Pero...
De verdad que debo irme, querida. El hombre es capaz de irse sin m, si llego
tarde. Y tras eso, George casi corri escaleras abajo.
Violet la sigui ms lentamente, su frente fruncida, pensativa. Qu tramaba
George? No era posible que todava confiara en su administrador, verdad? No
despus de las acusaciones que haba odo, no despus de que lord Granville hubiera
irrumpido ayer en la mansin. Quiz su hermana estaba intentando averiguar ms
cosas sobre el seor Pye por s misma. Pero en ese caso, por qu se haba
ruborizado?
Violet salud con la cabeza a los criados mientras entraba en la salita donde se
serva el desayuno. Tena la habitacin dorada y azul claro para ella sola; Euphie
jams se levantaba antes de las nueve de la maana, ni siquiera en el campo. Fue
hasta el aparador y se sirvi un bollo y una loncha de jamn ahumado, y a
continuacin se sent a la bonita mesa dorada. nicamente entonces repar en la
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carta que haba junto a su plato. La letra estaba particularmente inclinada hacia la
izquierda.
Cundo ha llegado esto? Se apresur demasiado a tomar un sorbo de t y se
quem la boca.
Esta maana, mi lady musit uno de los criados.
Era una pregunta estpida y no debera haberla formulado, pero se haba
demorado en abrir la carta. La cogi y la gir para abrir el sello con un cuchillo para
la mantequilla. Inspir hondo antes de desdoblar el papel y luego le cost soltarlo.
Era importante que no revelara sus emociones delante de los criados, pero resultaba
difcil. Sus peores temores se haban materializado. Haba tenido dos meses de
respiro, pero ahora eso se haba acabado.
l la haba encontrado.


Uno de los problemas con las mujeres, y hay muchos, es que no les importa
demasiado entrometerse en los asuntos de un hombre. Harry Pye record las
palabras de su padre al ver el carruaje de lady Georgina a las ocho y media de la
maana siguiente.
No quera correr riesgos, su seora. Haba conducido la vieja calesa hacia la parte
del camino de acceso a Woldsly que cruzaba con el atajo a su cabaa. Era imposible
que l huyera de la finca sin que ella lo viera. Y George llegaba media hora antes de
su acordada hora de encuentro a las nueve en punto. Era casi como si ella hubiera
temido que l intentara marcharse sin ella. Y dado que Harry haba planeado
exactamente eso, la aparicin de ella fue an ms molesta.
Buenos das. Lady Georgina salud alegremente con la mano.
Llevaba una especie de vestido rojo y blanco estampado que debera haber
desentonado con su cabello pelirrojo, pero no lo haca. En la cabeza llevaba un
sombrero de ala ancha inclinado hacia abajo por delante y levantado por detrs,
donde estaba su pelo concentrado. Lazos rojos en la copa del sombrero se agitaban
con la brisa. Tena un aspecto delicado y aristocrtico, como si saliese a hacer un
picnic al campo.
Le he pedido al cocinero que prepare comida anunci ella a medida que
Harry se acercaba, confirmando los peores temores de ste.
l evit a tiempo dirigir la mirada hacia el cielo. Que Dios me ayude.
Buenos das, mi lady.
Era otro da triste y gris. Sin duda les llovera antes de que transcurriera la
maana.
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Le gustara conducir? Lady Georgina se desliz por el asiento para hacerle
sitio.
Si no le importa, mi lady. Harry subi, haciendo que la calesa se balanceara
sobre sus ruedas de gran tamao.
Oh, no! No me importa en absoluto. Harry pudo sentir su mirada mientras
coga las riendas. Naturalmente, puedo conducir yo; al fin y al cabo, es como he
llegado hasta aqu esta maana. Pero encuentro mucho ms agradable contemplar el
paisaje sin preocuparme de los caballos y el camino y todo eso.
Desde luego.
Lady Georgina se sent hacia delante, sus mejillas ruborizadas por el viento. Tenia
los labios ligeramente separados como una nia que espera con ansia un dulce.
Harry not que una sonrisa se formaba en sus propios labios.
Adnde iremos hoy? inquin ella.
l clav los ojos de nuevo en el camino.
Quiero ir a ver a otro de los granjeros que ha perdido varias ovejas. Necesito
averiguar qu mat a los animales exactamente.
No fue un hierbajo venenoso?
Scontest Harry. Pero ninguna de las personas con las que he hablado
parecen saber de qu tipo, y podran ser varias. El acnito es venenoso, aunque no
abunda en estas zonas. Algunas personas cultivan belladona y dedaleras en sus
jardines; ambas pueden matar a las ovejas y tambin a las personas. Y hay plantas
comunes, tales como la atanasia, que crece en forma silvestre en los pastos y que
puede matar a las ovejas, si la comen en suficiente cantidad.
No tena ni idea de que haba tanto veneno creciendo en el campo. Es casi para
echarse a temblar. Qu usaban los Mdicis?
Los Mdicis?
Lady Georgina movi inquieta sus pequeas posaderas sobre el asiento del
carruaje.
Ya sabe, esos italianos deliciosamente horribles con los anillos venenosos que
iban matando a cualquiera que los mirara con recelo. Qu cree que empleaban?
No lo se, mi lady. Cmo pensaba esta mujer!
Oh! Pareca decepcionada-. Qu me dice del arsnico? Eso es muy
venenoso, verdad?
Es venenoso, pero el arsnico no es una planta.
No? Entonces, qu es?
Harry no tena ni idea.
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Una especie de concha marina que se muele hasta convertirla en polvo, mi lady.
Hubo una breve pausa mientras George pensaba en ello.
Harry contuvo el aliento.
Por el rabillo del ojo, la vio mirndolo de reojo.
Eso se lo ha inventado.
Mi lady?
Esa historia de que el arsnico es una especie de concha marina. Para imitarlo,
baj el tono de voz en las ltimas palabras.
Le aseguro Harry sigui hablando con suavidad que es una concha marina
roscea que nicamente se encuentra en el Mar Adritico. Los granjeros locales
recogen las conchas con largos rastrillos y tamices. Anualmente hay un festival para
celebrar la cogida. Se esforz para impedir que sus labios le temblaran burlones.
El Asalto Anual de Arsnico del Adritico.
Silencio (y, estaba bastante seguro), silencio de asombro tras or eso.
Harry sinti una oleada de orgullo. No todos los hombres podan lograr que lady
Georgina se quedara sin habla.
Aunque no dur mucho.
Tendr que vigilarlo de cerca, seor Pye.
Mi lady?
Porque es usted perverso. Pero sus palabras temblaron como si apenas
contuviese la risa.
l sonri. No se haba sentido tan relajado en mucho, mucho tiempo. Hizo
aminorar el ritmo del caballo cuando llegaron al riachuelo que separaba la finca de
lady Georgina de las tierras de Granville. Escudri el horizonte. El suyo era el nico
vehculo que haba en el camino.
Estoy convencida de que lord Granville no cometera la imprudencia de
atacarnos aqu.
El le lanz una mirada con las cejas levantadas.
Ella frunci el ceo impaciente:
Lleva observando las colinas desde que nos hemos acercado al riachuelo.
Vaya, se haba dado cuenta! Harry se record a s mismo que no deba
subestimarla, aun cuando jugara a ser una boba aristocrtica.
Granville tendra que estar loco para intentar un ataque. -Lo que no
significaba que no lo estuviera.
~ ~5 51 1~ ~
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Los segadores recogan cebada a su derecha. Normalmente los segadores cantaban
mientras trabajaban, pero stos lo hacan en silencio.
Lord Granville tiene a sus empleados en el campo en un da nebuloso
constat lady Georgina.
El apret sus labios para omitir un comentario acerca de las prcticas agrcolas de
Granville.
De pronto a George le sobrevino un pensamiento.
No he visto a nadie en mis campos desde mi llegada a Woldsly. Le preocupa
que los granjeros puedan contraer fiebres intermitentes?
Harry la mir fijamente. Ella no lo saba.
Los cereales est an demasiado hmedos para almacenarlos. Solamente un
idiota ordenara a los segadores que salieran en una maana como esta.
Pero ella frunci sus cejas no es necesario recogerlos antes de que hiele?
S, pero si los cereales estn mojados es totalmente intil recogerlos.
Simplemente se echaran a perder en los cajones de almacenaje. Harry sacudi la
cabeza. Esos trabajadores estn malgastando sus fuerzas con unos cereales que, de
todas formas, se pudrirn.
Ya veo. Dio la impresin de que lady Georgina reflexionaba sobre eso durante
unos instantes. Qu har, pues, con la cosecha de Woldsly?
No hay nada que hacer, mi lady, salvo rezar para que cesen las lluvias.
Pero si la cosecha se estropea...
l se irgui un poco en el asiento.
Sus ingresos de la finca disminuirn considerablemente este ao, me temo, mi
lady. Si el tiempo despeja, quizs obtengamos todava la mayora de la cosecha, tal
vez toda ella. Pero cada da que pasa disminuye esa probabilidad. Los arrendatarios
de sus tierras necesitan esas cosechas para alimentar a sus familias, y tambin para
pagarle a usted su cuota. A los granjeros no les sobrar mucho...
No me refiero a eso! Ahora lo miraba ceuda, pareca ofendida. Me
considera tan... frivola como para que me importen ms mis ingresos que la
capacidad de un arrendatario para alimentar a sus hijos?
A Harry no se le ocurri nada que decir. Su experiencia era que todos los
terratenientes se preocupaban ciertamente ms de sus ingresos que del bienestar de
la gente que trabajaba sus tierras.
Ella prosigui;
~ ~5 52 2~ ~
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Naturalmente, los eximiremos del dinero del arriendo que me deban este ao, si
la cosecha sale mal. Y conceder prstamos asequibles a cualquier granjero que
pueda necesitar uno para que le ayude a pasar el invierno.
Harry parpade, sobresaltado por una repentina ligereza en su corazn. La oferta
de lady Georgina era ms que generosa. Le haba quitado una carga de sus hombros.
Gracias, mi lady.
Ella baj la vista hacia sus manos enguantadas.
No me d las gracias contest con brusquedad. Debera haberme dado
cuenta. Y lamento haberme enfadado con usted. Me avergenza saber tan poco sobre
mi propia finca. Debe de pensar que soy una idiota.
No dijo l en voz baja, tan slo una dama de ciudad.
Ah..., seor Pye! Ella sonri, y a Harry le pareci que senta calor en el
pecho. Siempre tan diplomtico.
Coronaron una pendiente, y Harry aminor el ritmo para torcer por un camino
lleno de surcos. Esperaba que no perdieran una rueda en los baches. El camino
conduca a la cabaa de un arrendatario, amplia y baja, con un techo de paja.
Entonces hizo frenar al caballo y salt de la calesa.
Quin vive aqu? pregunt lady Georgina mientras l iba hasta su lado para
ayudarle a bajar.
Sam Oldson.
Un terrier peludo sali corriendo de detrs de la construccin y empez a
ladrarlos.
Sam! chill Harry. Est usted ah, Sam! Est en casa?
No estaba dispuesto a acercarse ms a la cabaa con ese perro gruendo con tal
seriedad. Era un perro ms bien pequeo, cierto, pero los pequeos eran ms
propensos a morder.
S? Un hombre corpulento que llevaba un sombrero de paja de segador sali
del cobertizo. Cllate, perro! le rugi al terrier que an ladraba-. Vete por ah!
El perro escondi su rabo entre las piernas y se sent.
Buenos das. Lady Georgina habl alegremente junto a Harry.
Sam Oldson se sac el sombrero de la cabeza, dejando al descubierto una maraa
de pelo moreno.
Seora. No la haba visto. Se pas una mano por el cabello, levantndolo an
ms, y mir con impotencia hacia la cabaa. Mi esposa no est en casa. Visitando a
su madre est, de lo contrario estara aqu fuera ofrecindole una bebida y algo para
comer.
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No pasa nada, seor Oldson. Hemos venido inesperadamente, lo s. Lady
Georgina le sonri.
Harry se aclar la garganta.
Le presento a lady Georgina Maitland, de Woldsly. Se pens mejor lo de
presentarse a s mismo, aunque Sam no era ningn estpido. Ya estaba empezando a
fruncir el ceo. Hemos venido a preguntarle acerca de las ovejas que perdi. Las
que fueron envenenadas. Las encontr usted mismo?
S. Sam escupi sobre el polvo, junto a sus pies, y el terrier se encogi ante su
tono de voz. Fue hace poco ms de dos semanas. Haba enviado a m hijo a traerlas
y vino enseguida corriendo. Dijo que era mejor que fuese a verlo yo mismo. All
estaban, tres de mis mejores ovejas hembra, tumbadas de lado con la lengua fuera y
trozos de hojas verdes todava en sus bocas.
Sabe que haban comido? inquiri Harry.
Perejil falso. El rostro de Sam se volvi morado. Algn hijo de puta haba
cortado perejil falso y se lo haba dado de comer a mis ovejas. Y yo le dije a mi hijo, le
dije, que cuando le pusiera las manos encima al maleante que haba matado a mis
ovejas, deseara no haber nacido nunca, lo deseara.
Hora de irse. Harry agarr a lady Georgina por la cintura y la subi al asiento del
carruaje. Ella solt un grito.
Gracias. Harry borde aprisa la parte frontal del carruaje, vigilando a Sam
Oldson con la mirada. El perro haba empezado a gruirde nuevo.
Oiga, por qu est haciendo preguntas? Sam empez a caminar hacia ellos.
El perro se abalanz hacia ellos y Harry salt al carruaje y sujet las riendas.
Que pase un buen da, Sam.
Hizo girar la cabeza de! caballo y lo puso a trotar camino abajo. A sus espaldas,
Sam respondi algo no apto para los odos de una dama. Harry hizo una mueca de
disgusto y le lanz una mirada a lady Georgina, pero sta pareca ms pensativa que
contrariada. Quiz no hubiese entendido las palabras.
Qu es el perejil falso? pregunt ella.
Es un hierbajo que crece en lugares hmedos, mi lady. Aproximadamente de la
altura de un hombre con pequeas flores blancas en la parte superior. Es un poco
parecido al perejil o las zanahorias silvestres.
Nunca haba odo hablar de l. Lady Georgina tena las cejas fruncidas.
Probablemente lo conozca por su otro nombre dijo Harry: Cicuta.

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Captulo 5
Sabe que la primera vez que lo vi no me cay bien? coment lady Georgina
con indiferencia mientras la vieja calesa traqueteaba al pasar sobre un bache del
camino.
Bajaban despacio por un sendero que conduca a la cabaa de Tom Harding. ste
haba perdido dos ovejas la pasada semana. Harry tan slo esperaba no estar
tentando su suerte y la de lady Georgina, permaneciendo tanto tiempo en la finca de
Granville. Apart su atencin de los pensamientos sobre la cicuta y las ovejas
muertas, y la mir fijamente a ella. Cmo se supone que deba contestar a una
pregunta como sa?
Estaba usted tan rgido, era tan correcto. Ella gir su sombrilla. Y tuve la
inconfundible sensacin de que usted me miraba con despreci como si yo tampoco
le cayera especialmente bien.
Harry record la entrevista mantenida muchos meses antes en la residencia
londinense de lady Georgina. Ella lo haba hecho esperar en una bonita salita rosa
durante ms de una hora. Entonces entr de sopetn, hablndole como si ya se
conocieran. Le haba dirigido l una mirada fulminante? No lo saba, pero era
probable. En aquel entonces ella se ajustaba a todas las expectativas que l tena
sobre una dama aristocrtica.
Era curioso cmo haba cambiado su manera de verla desde entonces.
Seguramente es por eso por lo que a Violet le cae mal dijo ella ahora.
Qu? Harry haba perdido el hilo de la conversacin. Otra vez.
Ella gesticul con una mano.
La dureza, la correccin que destila. Creo que por eso a Violet usted no le gusta
mucho.
Lo siento, mi lady.
No, no, no es necesario que se disculpe. La culpa no es suya.
Harry arque una ceja.
Es de nuestro padre. Lady Georgina le lanz una mirada y debi de detectar
el desconcierto en su rostro. Era severo y tambin terriblemente correcto. Seguro
que usted le recuerda a l.
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Ha dicho ella que yo le recuerdo a su padre? A un conde?
No, por supuesto que no. Dudo que haya percibido el parecido superficial de
una manera consciente.
Harry hizo una mueca.
Me halaga que me compare con su padre, mi lady, superficialmente o no.
Oh, Dios, y ahora est usando ese horrible tono spero!
Harry le ech una mirada de sobresalto.
Ella abri los ojos desmesuradamente.
Cuando lo oigo, nunca s si debera arrojarme por un acantilado o simplemente
escabullirme en algn rincn e intentar volverme invisible.
Lady Georgina jams podra volverse invisible. Al menos no para l. Harry olera
su extico perfume, aunque slo fuera eso. Se enderez.
Le aseguro...
No importa. Ella lo interrumpi con un gesto de la mano. Si alguien tiene
que disculparse, sa debera ser yo. Mi padre era un hombre temible, y no tena
derecho a compararlos a los dos.
Cmo contestar a eso?
Ah...!
No es que visemos tanto a mi padre, naturalmente. Slo una vez a la semana,
en ocasiones menos, cuando la niera nos haca bajar para la inspeccin.
Inspeccin? Harry nunca entendera a los ricos.
La verdad es que era de lo ms aterrador. Yo nunca poda comer con
anterioridad, de lo contrario corra el peligro de sacar la comida encima de sus botas,
y eso s que hubiera sido un horror. George se estremeci al pensarlo. Nos
ponamos en fila, mis hermanos y yo, todos en una fila. Frotados, pulidos y en
silencio, esperbamos a que nuestro padre diera su aprobacin. Bastante, bastante
angustioso, se lo aseguro.
l le lanz una mirada. A pesar de sus palabras el rostro de lady Georgina era
afable, cas indiferente, pero no se le dio tan bien disimular la voz. Una semana antes
Harry no lo habra notado, pero hoy detect la tensin. Su padre deba de ser un
autntico bastardo.
Ahora lady Georgina miraba fijamente sus manos, entrelazadas sobre su regazo.
Y, sabe?, por lo menos nos tenamos los unos a los otros, mis hermanos y yo,
cuando ramos inspeccionados. Pero Violet es la ms pequea. Tuvo que pasar sola
por ello cuando los dems crecimos y nos marchamos.
Cundo muri el conde?
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Hace ya cinco aos. Participaba en una cacera de zorros, estaba muy orgulloso
de su criadero de perros zorreros, cuando su caballo fren de golpe delante de un
seto. El caballo se qued atrs, pero mi padre sali volando y se desnuc. Ya estaba
muerto cuando lo trajeron a casa. Mi madre sufri un ataque de histeria y
permaneci en cama el ao siguiente entero. Ni siquiera se levant para el funeral.
Lo siento.
Yo tambin. Sobre todo por Violet. Mi madre siempre ha estado delicada; eso
dice ella. Dedica una gran cantidad de su tiempo a inventarse enfermedades y luego
a pedir el ms novedoso y absurdo tratamiento. De repente George hizo una pausa
y respir.
Harry esper, manejando las riendas mientras el caballo trotaba tomando una
curva.
Entonces ella djo en voz baja:
Lo siento. Debe de pensar que soy terrible.
No, mi lady. Creo que su hermana es afortunada por tenerla.
Entonces ella sonri, esa intensa y amplia sonrisa que a l le pona nervioso y le
cortaba la respiracin.
Gracias. Aunque ahora mismo no s si ella estara de acuerdo con usted.
Por qu dice eso, mi lady?
No s por qu exactamente contest ella despacio. Pero me da la impresin
de que algo anda mal. Est enfadada conmigo... no, no es as de simple. Est distante,
como si me estuviese ocultando algo.
De esto no entenda nada, pero Harry lo intent.
Quiz simplemente sea que est saliendo del cascarn.
Quiz. Pero Violet siempre ha sido una chica muy alegre y abierta, y hemos
estado muy unidas. Siendo como es nuestra madre, bueno, he tenido que intervenir.
Estamos ms unidas que la mayora de las hermanas. Ella le sonri con picarda.
Por eso estoy tan segura del motivo por el cual desconfa de usted.
Sin duda tendr razn en eso. Haban llegado a una verja, y Harry hizo
detener al caballo. Pero se equivoca en lo otro.
En qu?
l at las riendas y se levant disponindose a saltar de la calesa.
Usted nunca me ha cado mal, mi lady.


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La clave del xito de un picnic ai aire libre estaba en los envases. George mir con
detenimiento la cesta de mimbre y canturre en seal de aprobacin. Los alimentos
blandos, como los pasteles de crema, por ejemplo, acababan indudablemente mal por
mucho que la cesta se manejase con cuidado. Extrajo un poco de jamn ahumado y lo
dej en una tabla para cortar junto al queso y el pan crujiente. Si uno olvidaba
utensilios importantes, es probable que acabara teniendo que partir las cosas con sus
propias manos. Lady Georgina le pas el sacacorchos al seor Pye. Asimismo era de
suma importancia que los alimentos no se echaran a perder durante la jornada. A
continuacin sac una tarta de pera. Y los pequeos detalles no deban ser olvidados
para poder tener un picnic realmente esplndido. George extrajo un pequeo tarro
de pepinillos en vinagre y suspir de satisfaccin.
Simplemente adoro los picnics.
El seor Pye, que forcejeaba con el corcho de una botella de vino blanco, alz la
vista y le sonri.
Ya lo veo, mi lady.
Durante unos instantes, George sinti que se perda en esa sonrisa, la primera
sonrisa amplia que jams haba visto en el rostro de Harry.
El corcho sali con un suave pop. El seor Pye sirvi una copa del lquido
transparente y se la dio a ella. George tom un sorbo, saboreando el trozo de tarta en
su lengua, y luego dej la copa sobre la manta en la que se haban sentado. Una
mariposa blanca que haba estado descansando en la manta levant el vuelo.
Mire! George seal el insecto. Me pregunto de que clase ser.
Es una mariposa de la col, mi lady.
Oh! Ella frunci la nariz. Qu nombre tan feo para una cosa tan hermosa!
S, mi lady. El tono de Harry era serio. Se estaba riendo de ella?
El ltimo granjero al que haban ido a ver no estaba en casa, y al alejarse de la
solitaria cabaa ella haba insistido en que pararan a comer. El seor Pye haba
encontrado una herbosa colna junto al camino. La vista desde lo alto de la colina era
magnfica. Incluso en un da nublado como ste podan ver kilmetros a lo lejos,
quizs hasta el siguiente condado.
Cmo conoca este sitio? inquiri ella mientras pinchaba pepinillos con un
tenedor.
Sola venir aqu de pequeo.
Solo?
A veces. De nio tena un pequeo pony, y sola salir a pasear. Me preparaba un
picnic, no tan esplndido como este, por supuesto, pero suficiente para contentar a
un chico durante todo el da.
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George escuch con el pepinillo clavado en el tenedor y sostenido en el aire.
Eso suena fabuloso.
Lo era. Harry apart la vista.
Ella mir su pepinillo con el ceo fruncido y a continuacin se lo introdujo en la
boca.
Iba solo o haba otros chicos de la zona acompandolo ? George entorn los
ojos por encima del hombro de Harry. Era un hombre a caballo lo que suba por el
camino?
Normalmente iba con un amigo.
Sin duda, era un hombre a caballo.
Me pregunto quin es se.
l se volvi para mirar a sus espaldas. Su espalda se tens.
Maldita sea!
Sabe quin es?
El jinete se aproximaba, y a juzgar por sus estrechos hombros, no era lord
Granville.
Tal vez. El seor Pye segua mirando fijamente.
El jinete estaba ahora al pie de la colina. Levant la vista hacia ellos.
Maldita sea! exclam el seor Pye.
George saba que debera haberse alarmado, pero daba la impresin de que l no
se haba dado cuenta de que haba dicho una palabrota (dos veces) delante de ella.
Dej el tarro de pepinillos lentamente.
Hola salud el hombre. Les importa que me una a ustedes?
Ella tuvo la sensacin de que el seor Pye se dispona a contestar con una negativa
a este saludo amistoso, de modo que respondi:
En absoluto.
El hombre descabalg, at su caballo y empez a subir la cuesta, George no pudo
evitar fijarse en que, a diferencia de cuando el seor Pye haba subido la colina, el
hombre estaba jadeando en el momento en que se reuni con ellos.
Vaya! Menuda subida, eh? Extrajo un pauelo y se enjug la sudorosa cara.
George lo mir fijamente con curiosidad. Vesta y hablaba como un caballero. Alto
y de huesos largos, tena una halagadora sonrisa en sus labios finos, y sus ojos
castaos le resultaba familiares.
Lamento importunarlos, pero he reparado en el carruaje y se me ha ocurrido
presentarme. Hizo una reverencia. Thomas Granvillea su servicio. Y usted es...?
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Georgina Maitland. Este es...
Pero el seor Granville la interrumpi:
Ah...! Me lo imaginaba... o ms bien es lo que esperaba. Puedo?
Seal la manta.
Por favor.
Gracias. El seor Granville se sent cuidadosamente. De hecho, quera
disculparme por el comportamiento de ayer de mi padre. Me ha dicho que la haba
ido a ver y que haban discrepado. Y conociendo a mi padre...
Es muy amable por su parte.
Adems somos vecinos. El seor Granville agit la mano distradamente.
He pensado que tiene que haber un modo de poder arreglar esto pacificamente.
Cmo? La palabra del seor Pye cay en la conversacin, echndola por
tierra.
George lo mir con dureza.
El seor Granville se gir para hablar, vio la cara del seor Pye y sepuso a toser.
El seor Pye le dio una copa de vino.
Harry dijo el seor Granville con voz entrecortada cuando pudo respirar.
No me haba dado cuenta de que eras t hasta que he visto...
Cmo inquin Harry Pye pretendes arreglar el problema sin
derramamiento de sangre?
Tendr que acabarse, por supuesto..., el envenenamiento de las ovejas, me
refiero. Y los dems destrozos.
Eso est claro, pero cmo?
Me temo que tendrs que marcharte, Harry. El seor Granville levant un
hombro bruscamente. Aun cuando reembolsaras el coste del ganado y los
destrozos de los establos de mi padre, l no piensa dejar el tema. Ya sabes cmo es.
El seor Granville descendi la mirada hacia la mano derecha mutilada de Harry
Pye, que descansaba sobre su rodilla. George sigui su mirada y sinti que una
oleada de fro recorra su cuerpo cuando vio que Harry doblaba los dedos que an
tena.
Y si no me voy? replic el seor Pye con una voz terriblemente serena, como
si estuviese preguntando que hora era.
No tienes alternativa. El seor Granville mir a George, aparentemente en
busca de apoyo.
Ella arque las cejas.
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Thomas Granville se volvi de nuevo al seor Pye.
Es para bien, Harry. No ser responsable de lo que ocurra si no te vas.
Harry Pye no contest. Sus ojos verdes se haban vuelto glaciales.
Nadie habl durante un incmodo lapsus de tiempo.
De repente, el seor Granville dio un manotazo sobre la manta.
Qu asco de bichos! Levant la mano y George vio que haba aplastado la
mariposa de la col.
Debi de emitir algn sonido.
Ambos hombres la miraron, pero fue el seor Granville el que habl:
La mariposa. Salen de los gusanos que devoran los cultivos de hoja. Son
repugnantes. Todos los granjeros las odian.
El seor Pye y ella permanecieron en silencio.
El seor Granville se ruboriz.
Bien, debo irme. Gracias por la comida. -Se puso de pie y baj la colina hasta
su caballo.
Harry Pye lo observ mientras se iba, con los ojos entornados.
George mir hacia el tarro de pepinillos que estaba junto a su mano.
Ya no le apetecan. Suspir con tristeza. Un picnic perfecto estropeado.


No le cae bien. Lady Georgina arrug la frente, con la vista clavada en la
manta del picnic. Estaba intentando doblarla, pero se estaba haciendo un lo.
Quin? Harry se la quit y la sacudi, despus le dio las esquinas de un
extremo.
Thomas Granville, naturalmente. Ella sostuvo su lado de la manta con
desgana, como si no supiese qu hacer. No haba doblado nunca una sbana?. Ha
dicho una palabrota cuando lo ha visto, no pensaba invitarlo a que se uniera a
nosotros y, cuando lo ha hecho, a duras penas se ha mostrado educado con l.
No, Thomas Granville no me cae bien. Harry retrocedi para tensar la manta,
entonces junt sus esquinas de forma que entre ellos qued colgando un rectngulo.
Ella le copi. Doblaron la manta una vez ms y luego l camin hacia delante para
coger el extremo que ella sostena. La mr a los ojos.
Estaban muy cerca.
Por qu? Qu le pasa con el seor Granville?
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Que es hijo de su padre.
No confo en l.
l lo conoce. La cabeza de George estaba ladeada, como si fuese un tordo
curioso. Se conocan mutuamente.
S.
Ella abri la boca, y l esperaba ms preguntas, pero George se limit a cerrar los
labios de nuevo. Recogieron el resto del picnic en silencio. l le cogi la cesta, y
bajaron hasta la calesa que los aguardaba. Harry guard la cesta debajo del asiento y
a continuacin se volvi hacia ella, endureciendo sus rasgos. ltimamente le costaba
ms controlar sus emociones cuando ella estaba cerca.
Ella lo mir con unos pensativos ojos azules.
Quin cree que est envenenando a las ovejas?
El le rode la cintura con las manos.
No lo s. Harry not la rigidez de su cors y debajo de eso, el calor. La subi a
la calesa y la solt antes de que ella pudiera percibir el deseo en su mirada. De un
salto, subi junto a ella al asiento, y solt las riendas.
Quiz sea Thomas Granville conjetur lady Georgina.
Porqu?
Para que parezca que es usted quien comete el delito? Para enfurecer a su
padre? Porque odia el olor de la lana mojada? No lo s.
Harry poda sentir su mirada sobre l, pero mantuvo los ojos al frente mientras
guiaba de nuevo al caballo hacia el camino. Si el conductor no prestaba atencin, al
caballo capn le gustaba jugar al despiste. Pens en las palabras de George.
Thomas? Por qu iba Thomas...?
Un sonido parecido al vapor escapndose de una cazuela con tapa sali de los
labios de George.
No es necesario que me culpe a m de la arrogancia de ese hombre, sabe? Ya le
he dicho que yo no creo que usted matara a las ovejas.
Lo miraba con semblante ceudo. Qu haba hecho l ahora?
Lo siento, mi lady. Estaba pensando.
Bien, pues procure pensar en voz alta. No me manejo bien en los silencios
tensos. Me ponen nerviosa.
Los labios de Harry se curvaron con un espasmo.
Recordar eso.
Hgalo.
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Viajaron otros cuatrocientos metros en silencio antes de que ella volviese a hablar.
Qu ms haca cuando era pequeo?
l le dirigi una mirada.
Ella la capt.
Seguro que puede contarme eso. No es posible que toda su infancia sea un
secreto.
No, pero no es muy interesante. Principalmente ayudaba a mi padre.
Ella se inclin hacia l.
Y...?
Caminbamos por la finca, comprobbamos las trampas, vigilbamos que no
hubiera cazadores furtivos. Eso es lo que hace un guardabosques. Le sobrevino un
recuerdo de las fuertes y curtidas manos de su padre colocando con delicadeza una
trampa. Era curioso que pudiera recordar sus manos, pero no su rostro.
Y encontraron a algn cazador furtivo?
S, naturalmente. Harry se alegr de que no le temblara la voz. Siempre hay
cazadores furtivos y Granville tena ms de los debidos porque era muy cruel con sus
arrendatarios. Muchos cazaban furtivamente para comer.
Qu haca su padre? La mano de lady Georgina, que haba estado reposando
en su regazo, se desliz, descansando ahora junto al muslo de Harry.
l mantuvo la mirada al frente y se encogi de hombros.
Por lo general, haca la vista gorda. Si cazaban demasiado, les deca que cazaran
en otra parte.
Pero eso le habra causado problemas con su patrono no? Si lord Granville
hubiera averiguado que su padre no estaba deteniendo a todos los cazadores
furtivos.
-Tal vez. Si Granville lo hubiera averiguado. Pero resulta que no lo hizo, Se
haba interesado por otros temas, verdad?
Me habra gustado conocer a su padre coment ella pensativa. Harry hubiera
jurado que senta sus dedos presionando contra la pierna.
l la mir con curiosidad.
De veras? A un guardabosques?
S. Qu ms haca cuando era pequeo?
Qu quera de l? Por qu todas estas preguntas y por qu la mano contra su
pierna? Senta como si los dedos de George le atravesaran ardientes sus pantalones
hasta la piel que haba debajo.
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Eso es casi todo, mi lady. Deambular por la finca, comprobar las trampas,
buscar huevos de pjaros...
Huevos de pjaros?
S. Harry le lanz una mirada a George, despus a su mano. De pequeo
sola coleccionarlos.
Ella tena las cejas fruncidas y no pareci reparar en su mirada.
Pero dnde los encontraba?
En los nidos. George daba la impresin de que estaba an perpleja, de modo
que se explic: Hay que observar a los pjaros en primavera. Ver adnde van. Ms
tarde o ms temprano, todos regresan a sus nidos. Las cornejas a las chimeneas, los
chorlitos a los matorrales, las palomas a las copas de los rboles y los tordos a los
nidos en forma de cuenco de las ramas de los setos. Hay que esperar y observar, y
con paciencia, uno ve dnde estn los huevos. Entonces se puede coger uno.
Slo uno?
El asinti.
Nunca ms de uno, ya que mi padre deca que era un pecado robar todos los
huevos de un nido. Yo observaba al pjaro y lenta, lentamente me acercaba a rastras
hasta que poda coger un huevo. La mayora de las veces tena que esperar a que el
pjaro abandonara el nido. Pero en ocasiones, si iba con cuidado, poda alargar la
mano justo por debajo del pjaro...
No! Ella se ri de l, el rabillo de sus ojos azules se arrug y de pronto a
Harry le dio la impresin de que el corazn le daba un vuelco. Quiz no le importara
realmente el motivo de sus preguntas con tal de que se las hiciera. Ahora s que me
toma el pelo.
Es verdad. l sinti que esbozaba una sonrisa. Alargaba la mano por debajo
del pjaro, notaba su pequeo cuerpo plumfero palpitante y caliente sobre mis
dedos, y robaba un huevo directamente de su nido.
En serio?
En serio.
Probablemente me engae otra vez, seor Pye, pero por alguna razn le creo.
Ella sacudi la cabeza. Y despus de eso qu haca con los huevos? Comrselos?
-Comrmelos? Jams! l abri los ojos desmesuradamente en una mirada de
exagerado horror que a ella pareci divertirla. Eso le gust a Harry, y lo desconcert.
Esta absurda conversacin no se pareca a ninguna otra que pudiese recordar. Los
hombres lo tomaban completamente en serio. Las mujeres se sentan un tanto
intimidadas por l; nadie se rea tontamente de sus palabras ni intentaba...
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Entonces, qu haca con los huevos? La mirada de George era de nuevo
burlona.
Harry por poco solt una palabrota; estaba de lo ms sorprendido.
Estaba lady Georgina (la hija de un conde, por el amor de Dios!) flirteando con l?
Haba perdido el juicio.
Coga un alfiler y haca un diminuto agujero en cada extremo del huevo y lo
dejaba secar. Junto a mi cama haba un estante con una fila entera de huevos,
marrones y blancos y de color azul plido. Azules como... Harry perdi el hilo.
Azules como sus ojos, quiso decir, pero de pronto record que esta mujer era su
patrona y l su sirviente. Cmo iba a olvidar ese hecho? Molesto consigo mismo,
mir de nuevo al frente.
Ella no pareci notar su pausa.
Todava tiene los huevos? Me gustara verlos.
Haban tomado una curva del camino y Harry vio que una maraa de ramas
bloqueaban el paso. Un rbol haba cado en sentido transversal al camino.
Vaya! Harry frunci las cejas. El camino de por s apenas era lo bastante
amplio para la calesa. Se las veran y desearan para dar la vuelta al carruaje. Qu...?
Cuatro hombres salieron sbitamente de detrs de las ramas enmaraadas. Eran
corpulentos, su aspecto era perverso y cada uno de ellos sostena una navaja en la
mano.
Mierda.

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Captulo 6
George chill al tiempo que Harry Pye hizo un heroico intento por hacer girar al
caballo. El camino era demasiado estrecho, y los hombres se abalanzaron sobre l en
cuestin de segundos. El seor Pye le dio una patada al primero en el pecho con su
pie enfundado en una bota. El segundo y el tercero cayeron sobre l y lo sacaron del
carruaje a rastras.
El cuarto le propin un terrible golpe en la mandbula.
Oh, Dios mo! Lo mataran. George sinti que un segundo chillido se le
atascaba en la garganta. La calesa dio una sacudida cuando el caballo se medio
encabrit. Estaba asustado e intentaba huir, el estpido animal, aun cuando no tena
adnde ir. Desesperada, George se puso a buscar las riendas en el suelo de la calesa,
soltando improperios en voz baja y golpendose la cabeza contra el asiento.
Cuidado! Tiene una navaja!
Esa no era la voz del seor Pye. George se aventur a levantar la cabeza y, para su
alivio, vio que Harry Pye ciertamente tena una navaja. Sostena una delgada y
reluciente cuchilla en su mano izquierda. Incluso a esta distancia pareca bastante
peligroso. Estaba agazapado en el camino en una extraamente grcil posicin de
lucha, ambas manos frente a l. Adems, daba la impresin de que saba lo que haca.
A uno de los rufianes le sangraba la mejilla. Pero los otros tres formaban un crculo,
intentando rodearlo, y el asunto no tena buen aspecto.
La calesa dio otro bandazo. George perdi de vista la escena de la accin al caerse
y golpearse el hombro con el asiento.
Por qu no te quedas quieta, bestia estpida? musit.
Las riendas se estaban deslizando haca delante, y si se le escapaban, jams
conseguira controlar la calesa. Los que peleaban proferan gritos y gruidos,
mezclados con el horrible sonido de los puos impactando en la carne. No se atreva
a levantar la vista de nuevo. Se sujet al asiento con una mano para mantener el
equilibrio y con la otra trat con esfuerzo de alcanzar las escurridizas riendas. Casi.
Las yemas de sus dedos rozaron el cuero, pero el caballo dio una sacudida
envindola otra vez contra el asiento. Apenas mantuvo el equilibrio. Si el caballo se
limitara a quedarse quieto!
Un.
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Segundo.
Ms.
George se agach y se levant triunfalmente con las riendas. Rpidamente tir de
ellas, prestndole poca atencin a la boca del caballo, y las at al asiento. Se aventur
a lanzar una mirada. A Harry Pye le sangraba la frente. En el momento en que
George mir, un asaltante se abalanz sobre l por su derecha. El seor Pye se gir
con un enrgico movimiento y le dio una patada al otro hombre en las piernas. El
segundo agresor arremeti contra su brazo izquierdo. El seor Pye se retorci y
realiz una especie de maniobra, demasiado deprisa para que ella la viera. El hombre
grit y se tambale hacia atrs con una mano ensangrentada. Pero el primer hombre
aprovech la distraccin. Golpe una y otra vez al seor Pye en el estmago. Harry
gimi con cada puetazo, doblndose e intentando valientemente blandir su navaja.
George accion el freno del carruaje.
El tercer hombre y el cuarto avanzaron. El primero le dio un puetazo ms al
seor Pye, y ste cay de rodillas, tena arcadas.
El seor Pye se mora.
OhDiosmoohDiosmoohDiosmo! George gate bajo el asiento y extrajo un
bulto envuelto en arpillera. Sac la tela, cogi una de las dos pistolas de duelo con la
mano derecha, la alz con el brazo estirado, apunt al hombre que estaba sobre el
seor Pye, y dispar.
Pum!
El estallido por poco la dej sorda. George entorn los ojos por el humo y vio que
el hombre se alejaba haciendo eses y con la mano en el costado. Le haba dado al
bastardo! Se estremeci de alegra sanguinaria. Los hombres que quedaban, incluido
Harry Pye, se haban vuelto hacia ella con diversos grados de sobresalto y horror en
sus expresiones. George levant la segunda pistola y apunt a otro hombre.
ste dio un respingo y se agach.
Gorblimey! Tiene una pistola!
Por lo visto la idea de que ella pudiera ser peligrosa ni se les haba pasado por la
cabeza.
Harry Pye se levant, gir en silencio y le dio una cuchillada al hombre que tena
ms cerca.
Jess! grit ste, llevndose una mano a su cara ensangrentada-. Vamonos,
chicos! Los atacantes dieron media vuelta y se fueron corriendo por donde haban
venido.
De pronto, en el camino rein el silencio.
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George oy que la sangre corra por sus venas. Dej con cuidado las pistolas en el
asiento.
El seor Pye segua mirando en la direccin por donde los hombres haban
desaparecido. Debi de decidir que se haban ido, ya que baj la mano que blanda la
navaja e, inclinndose, la introdujo en su bota. Despus se volvi hacia George. La
sangre de la herida de la frente se haba mezclado con el sudor y le haba manchado
un lado de la cara. Tena mechones sueltos de su cola pegados a ella. Inhal
profundamente, las aletas de la nariz se inflaron mientras procuraba recuperar el
aliento.
George se senta extraa, casi enfadada.
l camin hacia ella, arrastrando las botas sobre las piedras del camino.
Por qu no me dijo que haba trado pistolas? La voz de Harry era spera y
grave. Reclamaba una disculpa, una concesin, incluso sumisin.
George no tena ganas de hacer nada de eso.
Yo... empez a decir con firmeza, con vehemencia, incluso arrogancia.
No tuvo oportunidad de terminar porque l estaba frente a ella. La agarr por la
cintura y la baj bruscamente del carruaje. George se medio cay sobre l. Puso las
manos en los hombros de Harry para evitar perder el equilibrio. l tir de ella hacia
s hasta que sus senos quedaron absolutamente aplastados contra su pecho, lo cual,
curiosamente, le result muy agradable. Entonces, George levant la cabeza para
preguntarle exactamente qu crea que estaba a punto...
Y l la bes!
Unos labios sensuales y firmes que saban al vino que haban bebido en la comida.
Se movan encima de los suyos con un ritmo insistente. Poda sentir cmo le
pinchaba la incipiente barba de Harry y la lengua, deslizndose sobre el pliegue de
sus labios hasta que ella los abri y luego... Guau! Alguien gema, y muy
posiblemente fuese ella, porque nunca, nunca, nunca en toda su vida la haban
besado as. La lengua de Harry estaba literalmente dentro de su boca, acariciando y
tentando a la suya. George estaba a punto de derretirse; quiz ya se estuviera
derritiendo, se senta absolutamente hmeda. Y luego l atrajo su lengua hacia su
propia boca y la succion, y George perdi todo control y rode el cuello de Harry
con sus brazos y le succion a su vez la lengua.
Pero el caballo {estpido, estpido animal) eligi ese momento para relinchar.
El seor Pye apart la cabeza con brusquedad. Mir a su alrededor.
No me puedo creer que haya hecho esto.
Ni yo repuso George. Intent que l bajara de nuevo la cabeza con el fin de
que volviera a hacerlo.
Pero de repente Harry la levant y la subi al asiento del carruaje.
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Mientras ella an parpadeaba, l fue hasta el otro lado y se subi de un salto.
El seor Pye coloc la pistola todava cargada en el regazo de George.
Este lugar es peligroso. Podran decidir volver.
Oh!
Durante toda su vida a George le haban advertido que los hombres eran esclavos
de sus deseos, que apenas contenan sus impulsos. Una mujer (una dama) deba ser
muy, muy prudente en sus acciones para no encender la plvora que era la libido de
un hombre. Las consecuencias de la dejadez de una dama nunca se explicaban del
todo, pero las insinuaciones eran ciertamente espantosas. George suspir. Qu
desalentador encontrarse ahora con que Harry Pye era la excepcin a la regla de la
inestabilidad masculina!
Harry maniobr para girar la calesa, maldiciendo y siendo alternativamente
zalamero con el caballo. Al fin, logr que ste diera la vuelta por donde haban
venido y lo puso al trote rpido. Ella lo observ. La expresin de su rostro era seria.
No haba ni rastro de la pasin con la que la haba besado haca tan slo unos
instantes.
Bien, si l poda ser sofisticado, entonces ella tambin poda.
Cree que lord Granville ha hecho que esos hombres nos atacaran, seor Pye?
nicamente me han atacado a m. Pero, s, podra ser lord Granville. Es lo ms
probable. Harry pareca pensativo. Pero Thomas Granville ha subido por el
camino tan slo unos minutos antes que nosotros. De haber trabajado para l, podra
haber advertido a los asaltantes.
Cree que est aliado con su padre, a pesar de sus disculpas?
El seor Pye sac un pauelo de un bolsillo interior y le enjug suavemente la
mejilla a George con una mano. El pauelo se manch de sangre. l deba de haberle
pasado su sangre al besarla.
No lo s, pero hay una cosa de la que estoy seguro.
George se aclar la garganta.
De qu, seor Pye?
l guard su pauelo.
De que ahora ya puede llamarme Harry.


Harry empuj para abrir la puerta de Cock and Worm y de inmediato se vio
envuelto en humo. West Dikey, el pueblo ms prximo a la Mansin Woldsly, era
apenas lo bastante grande para preciarse de tener dos tabernas. La primera, White
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Mare, era un edificio de entramado de madera con unas cuantas habitaciones y poda
considerarse una posada. Debido a ello, serva comidas y atraa a clientes de lo ms
respetables: viajeros de paso, comerciantes locales, e incluso a la alta burguesa.
La taberna Cock and Worm era adonde iba el resto de la gente.
Con una serie de salas deslucidas con vigas a la vista que haban sido causa de que
mas de un cliente se diera un tremendo golpe en la cabeza, Cock and Worm tena
unas ventanas permanentemente ennegrecidas por el humo de las pipas. Un hombre
poda sentarse aqu con tranquilidad sin que su propio hermano lo reconociera.
Harry se abri paso entre la multitud hasta la barra, pasando por delante de una
mesa de obreros y granjeros. Uno de los hombres (un granjero llamado Mallow) alz
la vista y lo salud con un movimiento de cabeza cuando l pas. Harry le devolvi
el saludo, sorprendido pero satisfecho. All por el mes de junio Mallow le haba
pedido ayuda para solventar una disputa que estaba manteniendo por culpa de la
vaca de su vecino. La vaca no paraba de escaparse de su cercado y en dos ocasiones
le haba pisoteado las lechugas del huerto. Pues bien, Harry haba solucionado el
problema ayudando al anciano vecino a construir un nuevo cercado para su vaca.
Pero Mallow era un hombre taciturno y nunca le haba dado las gracias por las
molestias que se haba tomado. Entonces l dio por sentado que era un ingrato;
obviamente, se haba equivocado.
El pensamiento lo anim mientras llegaba hasta la barra. Esta noche Janie estaba
trabajando. Era la hermana de Dick Crumb, el dueo de Cock and Worm, y a veces
ayudaba en la barra.
S? mascull ella. Janie le habl al aire que haba encima del hombro derecho
de Harry. Con las uas de los dedos tamborileaba con arritmia sobre la barra.
Una pinta de cerveza bitter.
Ella dej la cerveza delante de l, y Harry desliz unos cuantos peniques sobre la
deteriorada barra.
Est Dick esta noche? pregunt Harry en voz baja.
Janie estaba lo bastante cerca para orlo, pero su rostro careca de expresin. Haba
vuelto a tamborilear.
Janie?
S. Ahora ella clav los ojos en el codo izquierdo de Harry.
Est Dick?
Ella se volvi y entr en la parte trasera.
Harry suspir y encontr una mesa vaca junto a una pared. Con Janie resultaba
difcil saber si haba ido a decirle a Dick que l estaba all, a buscar ms cerveza o si
simplemente se haba ido harta de su pregunta. En cualquier caso, poda esperar.
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Se haba vuelto completamente loco, loco de atar. Harry tom un sorbo de su
cerveza y se enjug la espuma de los labios. Era la nica explicacin de que hubiera
besado a lady Georgina esta tarde.
Haba andado hacia ella, con la cabeza ensangrentada y dolor de barriga por los
golpes. En absoluto era su intencin besarla. Entonces, de algn modo ella haba
acabado en sus brazos, y nada en el mundo iba a impedir que la saboreara. Ni la
posibilidad de que lo atacaran de nuevo. Ni el dolor de sus extremidades. Ni siquiera
el hecho de que ella fuera una aristcrata, Dios santo!, con todo lo que eso
significaba para l y sus fantasmas.
Una locura. Simple y llanamente. No tardara en correr por la calle principal,
desnudo y mostrando su pene. Apesadumbrado, tom otro sorbo. Y qu escena tan
magnfica sera, teniendo en cuenta el estado de su pene ltimamente!
l era un hombre normal. Haba deseado a una mujer con anterioridad. Pero en
aquellas ocasiones o se haba acostado con ella, si estaba libre, o se haba conformado
con su mano, y listos. Nunca haba tenido esta dolorosa sensacin de desasosiego, un
anhelo de algo que saba perfectamente que no poda tener. Mir su jarra con el ceo
fruncido. Quiz fuese el momento de pedir otra cerveza.
Espero que esa mirada no vaya dirigida a m, muchacho. Dos jarras cayeron
con fuerza frente a l, la espuma derramndose por sus bordes. A sta invita la
casa.
Dick Crumb desliz su barriga, cubierta por un delantal manchado, debajo de la
mesa y tom un sorbo de su jarra. Sus pequeos ojos de cerdito se cerraron de xtasis
mientras la cerveza bajaba por su garganta. Extrajo un trapo de franela y se enjug la
boca, la cara y la cabeza calva. Dick era un hombre voluminoso y sudaba
constantemente; la bveda desnuda de su cabeza brillaba de color rojo grasiento.
Llevaba una diminuta coleta gris, hecha con los mechones grasientos de pelo que an
tena pegados a los lados y la parte posterior de la cabeza.
Janie me ha dicho que estabas aqu fuera dijo Dick. Haca tiempo que no
venas.
Hoy me han atacado cuatro hombres. En la finca de Granville. Sabes algo del
asunto? Harry levant su jarra y observ a Dick por encima del borde. Hubo un
ligero destello en sus ojos decerdito. Alivio?
Cuatro hombres, dices? Dick resigui con el dedo un cerco de humedad
sobre la mesa. Tienes suerte de estar vivo.
Lady Georgina llevaba un par de pistolas.
Las cejas de Dick se arquearon de pronto hasta donde debera haber estado el
nacimiento de su pelo.
Ah, s? Entonces estabas con esa seora.
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S.
Bien. Dick se retrep y levant su rostro hacia el techo. Sac el trapo de
franela y empez a enjugarse la cabeza, Harry permaneci en silencio. Dick estaba
pensando, y de nada servira darle prisa. Tom un sorbo de su cerveza.
Vers empez a decir Dick inclinndose hacia delante, los hermanos
Timmons suelen venir por la noche, Ben y Hubert. Pero esta noche nicamente ha
venido Ben, y cojeaba un poco. Me ha dicho que le ha dado una coz un caballo, pero
eso no parece muy probable, no crees?, porque los Timmons no tienen caballos.
Asinti triunfalmente y volvi a coger su jarra.
Para quin trabajan los Timmons, lo sabes?
Bi-en. Dick alarg la palabra mientras se rascaba la cabeza. Vers, son unos
manitas, pero principalmente ayudan a Hitchcock, un arrendatario de Granville.
Harry asinti sin mostrar sorpresa.
Granville estaba detrs de esto.
Yo no he dicho eso.
No, porque no ha hecho falta.
Dick se encogi de hombros y levant su jarra.
Entonces dijo Harry en voz baja, quin crees que mat a las ovejas de
Granville?
Dick, sorprendido mientras tragaba, se atragant. De nuevo sac el trapo de
franela.
En cuanto a eso dijo entrecortadamente cuando pudo volver a hablar,
supuse como todo el mundo en esta zona que habas sido t.
Harry entorn los ojos.
De veras?
Pareca lgico, por lo que Granville os hizo a ti y a tu padre.
Harry permaneci en silencio.
Lo cual debi de incomodar a Dick, que agit la mano en el aire.
Pero despus de reflexionar un poco sobre ello, no me pareci apropiado.
Conoc a tu padre, y John Pye jams habra puesto en peligro el sustento de otro
hombre.
Ni siquiera en nombre de Granville?
-Tu padre era honesto, muchacho. No era capaz de matar a una mosca. Dick
levant su jarra a modo de brindis. Era honesto.
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Harry permaneci en silencio mientras observaba cmo el otro hombre renda su
homenaje. A continuacin se removi en el asiento.
Si a m me has descartado, quin crees que est envenenando a las ovejas.
Dick frunci el ceo mirando el fondo de su jarra vaca.
Como bien sabes, Granville es un tipo duro. Hay quienes dicen que el diablo
cabalga sobre su espalda. Es como si sintiese feliz causando dolor a los dems.
Aparte de con tu padre, la emprendi con ms personas a lo largo de los aos.
Con quien?
Un montn de hombres fueron expulsados de unas tierras que sus familias
haban sembrado durante dcadas. Cuando hay un mal ao, Granville no hace
concesiones a la hora de cobrar su dinero coment Dick lentamente. Luego
estuvo Sally Forthright.
Qu pas con ella?
Era la hermana de Martha Burns, la esposa del guarda de Woldsly. Se dice que
Granville se li con ella, y la chica acab muerta en un pozo. Dick sacudi la
cabeza. No tena ms de quince aos.
Conociendo a Granville dijo Harry escudriando el fondo de su propia
jarra, probablemente haya muchas como ella en esta regin.
S. Dick inclin el rostro hacia un lado y lo enjug con el trapo. Suspir con
fuerza. Mal asunto. No me gusta hablar de eso.
A m tampoco, pero alguien est matando a esas ovejas.
De repente Dick se apoy en la mesa. Su aliento impregnado de cerveza ba a
Harry mientras le susurraba:
Entonces quiz deberas centrarte un poco ms en la finca de Granville. Dicen
que ste trata a su primognito como si fuese un excremento en su t. El hombre debe
de tener tu edad, Harry. Te imaginas lo que un trato as le hara a tu alma despus
de treinta aos?
S afirm Harry. Tendr presente a Thomas. Apur su jarra y la dej en la
mesa. No se te ocurre nadie ms?
Dick cogio las tres jarras con una mano y se puso de pie. Titube:
Podras tratar de hablar con la familia de Annie Pollard. No se qu paso ah,
pero fue malo, y Granville estaba en medio de ello. Y... Harry?
Harry se haba levantado y puesto el sombrero.
-S?
Aljate de las damas aristcratas. Los ojos de cerdito miraban tristes y viejos
. No te convienen en absoluto, chico.
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Era bien pasada la medianoche, la luna llena estaba suspendida en lo alto como
una hinchada y plida calabaza, cuando Harry atraves las verjas de Woldsly aquella
noche de madrugada. Lo primero que vio fue el carruaje de lady Georgina parado en
el camino de acceso. Los caballos, dormidos, tenan la cabeza agachada, y el cochero
le lanz una mirada llena de rabia cuando l torci por el sendero que conduca a su
cabaa. Era evidente que el hombre llevaba un buen rato esperando.
Harry sacudi la cabeza. Qu haca ella en su cabaa, por segunda noche
consecutiva? Estaba decidida a acosarlo y llevarlo prematuramente a la tumba? O
lo vea a l como algo con lo que divertirse aqu en el campo? El ltimo pensamiento
le hizo fruncir el entrecejo mientras llevaba a su yegua al cobertizo. An frunca el
ceo cuando entr en su cabaa. Pero la escena que vieron sus ojos lo hizo detenerse
y suspirar.
Lady Georgina estaba dormida en su silla de respaldo alto.
Junto a ella, el fuego se haba reducido a unas incandescentes ascuas. Se lo haba
encendido el cochero o esta vez lo haba conseguido hacer ella sola? Su cabeza estaba
inclinada hacia atrs, su largo y delgado cuello confiadamente expuesto. Se haba
tapado con una capa, pero sta se haba escurrido formando un sedoso charco a sus
pies.
Harry volvi a suspirar y recogi la capa, colocndola suavemente sobre lady
Georgina. Ella no se movi para nada. l se quit su propia capa, la colg en un
colgador junto a la puerta y se acerc a atizar las ascuas. En la repisa de la chimenea,
los animales tallados haban sido colocados de dos en dos, unos de cara a otros como
si estuvieran bailando un reel escocs. Los mir fijamente unos instantes,
preguntndose cunto tiempo llevara ella esperando. Puso ms lea en el fuego y se
incorpor. A pesar de la hora y de haberse bebido dos pintas, no estaba sooliento.
Fue hasta los estantes, baj una caja y la llev hasta la mesa. En su interior haba
una pequea navaja con empuadura de ncar y un trozo de madera de cerezo de
aproximadamente el tamao de medio palmo suyo. Se sent frente a la mesa y le dio
la vuelta a la madera en sus manos, frotando las vetas con un pulgar. En un principio
tena pensado tallar un zorro (la madera era del color naranja rojizo de la piel de un
zorro), pero ahora no estaba seguro. Cogi la navaja y realiz el primer corte.
El fuego crepit y cay un leo.
Al cabo de un rato, Harry levant los ojos. Lady Georgina lo observaba; su mejilla
era acunada por la palma de una mano. Sus ojos se encontraron y l desvi de nuevo
la vista hacia la talla.
Es as como las hace todas? Su voz era grave y gutural tras el sueo.
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Hablaba as por las maanas, acostada en sus sbanas de seda, con su cuerpo
tibio y hmedo? Harry desech el pensamiento y asinti.
Es una bonita navaja. Lady Georgina cambi de posicin para mirarlo de
frente, cruzando sus pies sobre la silla. Mucho ms bonita que la otra.
Qu otra?
La de aspecto repugnante que tiene en su bota. sta me gusta ms.
l realiz un corte superficial y una viruta rizada de madera cay sobre la mesa.
Se la dio su padre? Ella hablaba lentamente, soolienta, y l se excit.
Harry abri el puo y contempl la empuadura nacarada, recordando.
No, mi lady.
Al or eso, ella levant un poco la cabeza.
Crea que yo lo iba a llamar Harry y que usted podra llamarme George.
Yo no dije eso.
Pues no es justo. Lady Georgina frunci las cejas.
La vida es rara, mi lady. l se encogi de hombros, tratando de aliviar la
tensin. Naturalmente, la tensin estaba sobre todo en sus testculos, no en sus
hombros. Y, con toda seguridad, encogerse de hombros no aliviara sus testculos.
Ella lo mir fijamente un minuto entero y a continuacin se volvi para mirar la
lumbre.
Harry not en qu momento dejaba ella de mirarlo.
Lady Georgina inspir.
Recuerda el cuento de hadas que le cont, el del leopardo encantado que en
realidad era un hombre?
S.
Mencion que llevaba un collar de oro en el cuello?
S, mi lady.
Y que en el collar haba una diminuta corona con una esmeralda? Se lo dije?
Lady Georgina se haba vuelto de nuevo hacia l.
l arrug el entrecejo concentrado en su madera de cerezo.
No me acuerdo.
En ocasiones olvido los detalles. Ella bostez. Bien, en realidad era un
prncipe y en su collar haba una diminuta corona con una esmeralda, del mismo
color verde que los ojos del Prncipe Leopardo...
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Eso no estaba en el cuento anterior, m lady intervino l-. El color de sus
ojos.
Acabo de decirle que en ocasiones olvido los detalles. Lady Georgina
parpade con expresin inocente.
Ya. Harry empez a tallar otra vez.
En cualquier caso, el joven rey haba enviado al Prncipe Leopardo a arrebatarle
el Caballo de Oro al ogro malvado. Recuerda esa parte, verdad? No esper a
obtener respuesta. De modo que el Prncipe Leopardo se convirti en un hombre y
sostena la corona con la esmeralda en su collar de oro...
Harry levant la vista cuando ella perdi el hilo.
Lady Georgina miraba fijamente al fuego y golpeteaba sus labios con un dedo.
Ha supuesto que eso es lo nico que llevaba puesto?
Oh, Dios, acabara con l! Su pene, que haba empezado a relajarse, se irgui de
nuevo.
Me refiero a que, si antes era un leopardo, no es muy factible que fuera vestido,
verdad? Y luego, cuando se convirti en un hombre, bien, supongo que tendra que
estar desnudo no?
Sin duda. Harry se removi en su silla, contento de que la mesa ocultara su
regazo.
Mmm... Lady Georgina reflexion unos instantes ms, y luego cabece. As
que all estaba el de pie, evidentemente desnudo, agarrando la corona, y dijo: Deseo
una armadura impenetrable y la espada ms fuerte del mundo. Y qu cree que
sucedi?
Obtuvo la armadura y la espada.
Bueno, s. A lady Georgina pareca molestarle que l hubiese adivinado lo que
cualquier nio de tres aos podra adivinar. Pero no eran armas normales. La
armadura era de oro puro y la espada estaba hecha de cristal. Qu le parece eso?
Me parece que no es muy prctico.
Qu?
Apuesto a que esta historia se la invent una mujer.
Ella lo mir enarcando las cejas.
Por que?
Harry se encogi de hombros.
La espada se rompera nada ms blandirla, y la armadura cedera incluso a un
golpe flojo. El oro es un metal blando, mi lady.
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No haba pensado en eso. Ella golpete de nuevo sus labios.
Harry continu tallando. Mujeres.
Deban de estar encantadas, tambin. Lady Georgina apart el problema de
los pertrechos defectuosos. De modo que el Prncipe Leopardo fue y consigui el
Caballo de Oro...
Qu? As sin ms? l la mir con fijeza, una extraa sensacin de
frustracin le inundaba el pecho.
A qu se refiere?
-Entonces, no hubo una gran pelea? Harry gesticul con la madera en la
mano. Un forcejeo a muerte entre este Prncipe Leopardo y el ogro malvado? El
ogro deba de ser un tipo duro; otros deban de haber intentado arrebatarle antes su
trofeo. Qu haca a nuestro protagonista tan especial como para poderlo vencer?
La armadura y...
Y la estpida espada de cristal. S, de acuerdo, pero deba de haber otros que
tuviesen armas mgicas...
Es un Prncipe Leopardo encantado! Ahora lady Georgina estaba enfadada.
Es mejor y ms fuerte que todos los dems. Podra haber derrotado al ogro malvado
de un solo golpe. Estoy convencida.
Harry sinti subir el calor a su rostro, y sus palabras brotaron con demasiada
rapidez.
Si es tan poderoso como para hacer eso, mi lady, entonces, porque no se libera
a s mismo?
Yo...
Por que no simplemente se aleja de reyes malcriados y tareas absurdas? Por
qu est siquiera sumido en la esclavitud? Tir su talla. La navaja fue brincando
por toda la mesa y cay al suelo.
Lady Georgina se agach para cogerla.
No lo s, Harry. Entonces le ofreci a l la navaja sobre la palma de su mano
extendida. No lo s.
El ignor su mano.
Es tarde. Creo que ser mejor que se vaya ya a su finca, mi lady.
Ella dej la navaja en la mesa.
Si no fue su padre quien le dio esto, entonces quin lo hizo?
Lady Georgina formulaba todas las preguntas equivocadas. Todas las preguntas
que el no contestara, que no poda contestar, ni as mismo ni a ella, y aun as no
paraba. Por que jugaba a este juego con l?
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En silencio, Harry cogi la capa de George y la sostuvo para ella.
Esta lo mir a la cara y luego se gir con el fin de que el se la pusiera sobre los
hombros. El perfume de sus cabellos le lleg a el a la nariz, y cerr los ojos sintiendo
algo muy parecido a la agona.
Volver a besarme? susurr ella. Segua de espaldas a l.
l retir sus manos.
No.
Pas por delante de ella a zancadas y abri la puerta. Deba tener las manos
ocupadas para no sujetar a lady Georgina y atraer su cuerpo hacia el suyo propio y
besarla hasta que no hubiera maana.
Sus miradas se encontraron, y los ojos de George eran unos profundos pozos
azules. Un hombre poda sumergirse en ellos sin importarle en absoluto en qu
momento se ahogara.
Ni siquiera si yo quiero que me bese?
Ni siquiera entonces.
Muy bien. Lady Georgina pas junto a l y sali a la noche. Buenas noches,
Harry Pye.
Buenas noches, mi lady. Harry cerr la puerta y se apoy en ella, respirando
el rastro de su perfume suspendido en el aire.
A continuacin se enderez y se alej de la puerta. Tiempo atrs se haba quejado
del orden de las cosas que lo consideraba a l inferior a hombres carentes de
inteligencia y de tica. No haba tenido importancia.
Ya no se quejaba del destino.

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Captulo 7
Tiggle, por qu crees que los caballeros besan a las damas? George se ajust
la paoleta de gasa metida en el escote de su vestido.
Hoy llevaba un vestido de color limn con estampado de pjaros turquesa y
escarlata. Minsculos volantes de color escarlata recubran el escote cuadrado, y de
los codos caan cascadas de encaje. El atuendo entero era simplemente delicioso,
como ella misma dira.
Slo hay una razn por la que un hombre besa a una mujer, milady. -Tiggle
tena varias horquillas entre los labios mientras le arreglaba el pelo a George, y sus
palabras no se entendan del todo. Porque quiere acostarse con ella.
Siempre? George arrug la nariz mirndose en el espejo. Me refiero a que,
no es posible que bese a una mujer simplemente para demostrar, no s, amistad o
algo?
La doncella resopl y coloc una horquilla en el peinado de George.
No es muy probable. No, a menos que considere que el sexo forma parte de la
amistad. No, tenga presentes mis palabras, mi lady: la mejor mitad de la mente de un
hombre se dedica a pensar en cmo conseguir llevarse a una mujer a la cama. Y el
resto... Tiggle retrocedi para examinar su creacin probablemente al juego y a
los caballos, o cosas as.
En serio? George se distrajo pensando en todos los hombres que conoca,
mayordomos, cocheros, sus hermanos, vicarios, caldereros, y toda suerte de
hombres, entregados a pensar principalmente en el sexo. Pero que pasa con los
filsofos y los hombres de letras? Es evidente que dedican bastante tiempo a pensar
en otra cosa.
Tiggle sacudi la cabeza.
Cualquier hombre que no piense en el sexo es que tiene algn problema, mi
lady, sea filsofo o no.
Oh! George empez a colocar las horquillas que haba sobre el tocador
formando un dibujo en zigzag. Pero qu pasa si un hombre besa a una mujer y
luego se niega a volverlo a hacer? Aun cuando se lo anime a ello?
Hubo un silencio a sus espaldas. George levant la vista para encontrar la mirada
de Tiggle en el espejo.
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La doncella tena dos arrugas en el entrecejo que antes no haban estado all.
Entonces debe de tener una muy buena razn para no besarla, milady.
George dej caer los hombros con brusquedad.
Naturalmente, segn mi experiencia Tiggle habl con cautela los hombres
pueden ser persuadidos para que besen y hagan otras cosas con una facilidad
tremenda.
George abri los ojos desmesuradamente.
De verdad? Incluso aunque se muestren... reacios?
La doncella asinti una vez con la cabeza.
Incluso contra su propia voluntad. Bueno, no pueden evitarlo los pobrecillos,
verdad? Simplemente estn hechos as.
Ya veo. George se puso de pie y, con impulsividad, abraz a la otra mujer.
Tus conocimientos son de lo ms interesante, Tiggle. No te imaginas lo til que ha
sido esta conversacin.
Tiggle pareca alarmada.
Pero tenga cuidado, mi lady.
Oh, lo tendr! George sali de su habitacin.
Baj corriendo las escaleras de caoba y entr en la soleada salita donde se serva el
desayuno. Violet ya estaba bebiendo t sentada a la mesa dorada.
Buenos das, cario. George fue hasta el aparador y le complaci ver que el
cocinero haba hecho arenques ahumados con mantequilla.
George?
S, querida? Con unos arenques la maana empezaba como la seda. Si haba
arenques, el da nunca poda ser del todo malo.
Dnde estuviste anoche?
Anoche? Estuve aqu no? Se sent frente a Violet y cogi su tenedor.
Me refiero a antes de que volvieras. A la una en punto de la madrugada, debera
aadir. La voz de Violet era un tanto estridente. Dnde estabas entonces?
George suspir y baj el tenedor. Pobres arenques.
Sal a hacer un recado.
Violet mir a su hermana de un modo que a George le record una institutriz del
pasado. Aunque una persona as habra superado con creces la dcada de la
cincuentena. Cmo poda, entonces, una chica que difcilmente haba finalizado su
etapa escolar lograr una expresin tan adusta?
Un recado a medianoche? inquiri Violet. Qu podas estar haciendo?
~ ~8 80 0~ ~
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Fui a consultarle al seor Pye, por si te interesa, querida, sobre las ovejas
envenenadas.
El seor Pye? chill Violet. Pero si el seor Pye es quien est envenenando
a las ovejas! Qu es lo que necesitas consultarle?
George mir atnita, sorprendida ante la vehemencia de su hermana.
Bueno, ayer entrevistamos a uno de los granjeros y nos dijo que el veneno
empleado era cicuta. Y cuando nos dirigamos a interrogar a otro granjero, se
produjo un incidente en el camino.
Un incidente.
George hizo una mueca de disgusto.
Tuvimos ciertos problemillas con unos hombres que atacaron al seor Pye.
Atacaron al seor Pye? Violet dio un respingo. Mientras t estabas con el?
Debieron de hacerte dao.
El seor Pye se defendi muy bien solo, y yo haba llevado las pistolas que me
dej ta Clara.
Oh, George! suspir Violet. Acaso no ves los problemas que te est
causando ese hombre? Tienes que entregrselo a lord Granville para que pueda ser
debidamente castigado. Me he enterado de cmo echaste a lord Granville el otro da
cuando vino a buscar al seor Pye. Lo haces, simplemente, para llevar la contraria; lo
sabes.
Pero es que no creo que l sea el envenenador. Pense que lo entenderas.
Ahora era Violet la que miraba atnita.
A qu te refieres?
George se levant para servirse un poco ms de t.
No creo que un hombre del carcter del seor Pye cometiera un delito como se.
Se volvi a la mesa y se encontr a su hermana boquiabierta, horrorizada.
No te habrs enamorado del seor Pye, verdad? Es horrible cuando una dama
de tu edad empieza a fantasear con un hombre.
Fantasear? George se tens.
En contra de tu opinin, a los veintiocho aos uno no chochea todava.
No, pero es una edad en la que una dama debera saber comportarse.
Qu quieres decir con eso?
Deberas tener cierto sentido del decoro a estas alturas. Deberas tener ms
dignidad.
Dignidad!
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Violet dio una palmada en la mesa, haciendo que la cubertera de plata
repiqueteara.
No te importa lo que los dems piensen de ti. No...
De qu ests hablando? inquiri George, verdaderamente confusa.
Por qu me haces esto? solloz Violet. No es justo. Slo porque ta Clara te
dejara un montn de dinero y de tierras te crees que puedes hacer lo que quieras.
Nunca te paras a pensar en aquellos que te rodean y en cmo tus acciones pueden
afectarles.
Que problema tienes? George dej su taza. Sencillamenteno creo que un
amor que yo pueda o no tener sea en absoluto de tu incumbencia.
Me incumbe cuando lo que haces repercute en la familia. En m. Violet se
levant tan bruscamente que su taza de t se volc. Una fea mancha marrn empez
a expandirse por el mantel. Sabes perfectamente que no es correcto estar a solas
con un hombre como el seor Pye y, sin embargo, tienes srdidas citas
romnticascon l por las noches.
Violet! Ya basta! A George la sorprendi su propia rabia.
Casi nunca le levantaba la voz a su hermana pequea. Se apresur a alzar una
mano para apaciguarla, pero ya era demasiado tarde.
Violet estaba roja como la remolacha y tena lgrimas en los ojos.
Muy bien! grit. Haz el ridculo con un palurdo de baja ralea! De todas
formas, es probable que slo le interese tu dinero! Las ltimas palabras se
suspendieron horriblemente en el aire.
Violet pareci afligida unos instantes; despus se gir enrgicamente y sali
corriendo por la puerta.
George apart su plato a un lado y apoy la cabeza en los brazos. Al fin y al cabo,
no era un da para comer arenques.


Violet subi aporreando las escaleras con los pies, vea borroso. Porqu? Oh!
Por qu tenan que cambiar las cosas? Por que no poda todo quedarse igual? Al
llegar arriba, torci a la derecha, zanqueandolo ms deprisa posible con su
voluminosa falda. Frente a ella se abri una puerta. Trat de escabullirse pero no fue
lo bastante rpida.
Est bastante sonrojada, querida. Algo anda mal? Euphie la mir con
preocupacin, obstaculizndole el acceso a su propia habitacin, al fondo del pasillo.
Es que... tengo un ligero dolor de cabeza. Ahora iba a tumbarme. Violet
esboz una sonrisa.
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Son horribles los dolores de cabeza! exclam Euphie. Enviar a una criada
con una palangana de agua fresca para que le alivie la frente. Asegrese de ponerse
un pao hmedo y cambiarlo cada diez minutos. Bueno, dnde habr puesto mis
polvos? Son muy tiles para el dolor de cabeza.
Violet tuvo ganas de gritar mientras Euphie empez a agitarse con un nerviosismo
que dio la impresin de que durara horas.
Gracias, pero creo que me encontrar bien si simplemente me tumbo. Violet se
inclin haca delante y susurr: Tengo la menstruacin, ya sabes.
Si algo poda detener a Euphie, era mencionar esas cosas de mujeres. Se puso
intensamente colorada y desvi la mirada como si Violet llevase un cartel que
anunciara su estado.
Oh, comprendo, querida! Bien, pues, vaya a acostarse ya. Y yo ver si puedo
encontrar mis polvos. Se medio cubri la boca con la mano y dijo entre dientes:
Tambin son buenos para eso, Violet suspir, dndose cuenta de que le sera
imposible conseguir marcharse sin aceptar la ayuda de Euphie.
Eres un encanto. Quiz se los puedas dar a mi criada cuando los encuentres.
Euphie asinti, y despus de otras tantas instrucciones detalladas sobre cmo
tratar con eso, afortunadamente Violet pudo escapar. Unavez en su habitacin, cerr
la puerta con pestillo y a continuacin atraves la estancia para sentarse junto a la
ventana. Su dormitorio era uno de los ms bonitos de Woldsly, aunque ni mucho
menos el ms grande. De las paredes colgaba una seda a rayas de color amarillo
plido y azul, y la alfombra era una antigua persa en azules y rojos. Normalmente, a
Violet le encantaba su habitacin. Pero ahora haba empezado de nuevo a llover
fuera y el viento escupa gotas de agua contra la ventana que golpeteaban en los
cristales. Haba acaso brillado el sol desde su llegada a Yorkshire? Apoy la frente
en el cristal y observ cmo su aliento empaaba la ventana. El fuego de la chimenea
se haba apagado, y la estancia estaba oscura y fra, en perfecta armona con su
estado de nimo.
Su vida se haca aicos por completo, y la culpa era toda suya. Los ojos le
volvieron a escocer y los enjug irritada. En los ltimos dos meses haba llorado lo
bastante como para poner a flote una flota de barcos, y no le haba ayudado lo ms
mnimo. Oh, ojal se pudiera retroceder y tener una segunda oportunidad para
volver a hacer las cosas! No lo volvera a hacer jams, no, si tuviese una segunda
oportunidad. Sabra que los sentimientos (tan desesperados y acuciantes en un
momento) se desvanecen pronto.
Abraz un cojn de seda azul contra su pecho al tiempo que la ventana se
desdibujaba ante sus ojos. De nada haba servido huir. Haba credo que, sin duda,
marchndose de Leicestershire, pronto lo olvidara. Pero no lo haba olvidado, y
ahora todos sus problemas la haban seguido hasta Yorkshire. Y George (la seria de
George, su atpica hermana mayor que se haba quedado definitivamente para vestir
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santos con su melena suelta y su amor por los cuentos de hadas), actuaba de forma
extraa, apenas reparando para nada en ella y pasando todo su tiempo con ese
hombre horrible. George era tan ingenua; probablemente no se le haba ocurrido
pensar que el antiptico seor Pye iba detrs de su fortuna.
O peor.
Bien, sobre eso por lo menos poda hacer algo al respecto. Violet salt del asiento
junto a la ventana y corri hasta su escritorio. Abri cajones y rebusc en ellos hasta
que dio con una hoja de pape! para escribir. Sacando el tapn de su tintero, se sent.
George no la escuchara jams, pero haba una persona a la que tena que obedecer.
Sumergi la pluma en la tinta y empez a escribir.


Por que no se ha casado nunca, seor Pye? Lady Georgina hizo hincapi en
su apellido simplemente para irritarlo, estaba del todo convencido.
Hoy llevaba un vestido amarillo con unos pjaros estampados que l no haba
visto nunca antes; algunos de ellos tenan tres alas. Harry deba reconocer que le
sentaba bien. Lady Georgina llevaba una de esas paoletas que las mujeres se metan
en el corpio. Era casi transparente, insinuando de manera seductora sus pechos. Eso
tambin lo irritaba. Y el hecho de que estuviera de nuevo a su lado en la calesa, a
pesar de sus firmes objeciones, era prcticamente la gota que colmaba el vaso. Al
menos la incesante lluvia hoy haba remitido un poco, aunque el cielo estaba de un
gris siniestro. Harry esperaba que pudieran llegar a la primera cabaa antes de estar
calados hasta los huesos.
No lo se. Harry habl lacnicamente, un tono que jams habra empleado con
ella una semana antes. El caballo pareci que notaba su humor y se puso a amblar,
dando sacudidas a la calesa. Harry tir de las riendas para que la jaca regresara al
sendero. Supongo que todava no he encontrado a la mujer adecuada.
Quin sera la mujer adecuada?
No lo s.
Alguna idea tendr afirm ella con aristocrtica seguridad. Se ve a s
mismo con una chica de cabellos dorados?
Yo...
O prefiere a las doncellas morenas? En cierta ocasin conoc a un hombre que
nicamente quera bailar con damas bajitas y morenas, aunque a decir verdad
ninguna de ellas quera bailar con l, pero por lo visto a l no se le ocurri pensar en
eso.
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No soy exigente con respecto al pelo -musit l cuando ella hizo un alto para
respirar. Lady Georgina abri la boca de nuevo, pero l ya tena bastante. Y usted,
por qu no se ha casado, mi lady?
Bien! Ahora la pelota estaba en el tejado de lady Georgina.
Ella no se azor:
Es bastante difcil encontrar a un caballero que prometa. A veces pienso que
sera ms fcil encontrar un ganso que pusiera huevos de oro de verdad. En realidad,
muchos caballeros de la alta sociedad tienen serrn en el cerebro. Consideran que
saber de caza o de perros perdigueros es suficiente y no les preocupa nada ms. Y a
la hora del desayuno hay que hablar de algo en la mesa. Acaso no sera horrible que
en el matrimonio hubiera un montn de incmodos silencios?
Harry no haba pensado nunca en ello.
Si usted lo dice.
Lo digo. No hay nada como el tintineo de los cubiertos de plata contra la
porcelana y el ruido de los sorbos al beber t. Horrible. Luego estn los que llevan
cors y usan pintalabios y lunares falsos. Frunci la nariz. Tiene idea de lo poco
apetecible que es besar a un hombre que lleva los labios pintados?
No. Harry frunci las cejas. Y usted?
Bueno, no confes ella, pero s de buena tinta que no es una experiencia
que una quisiera repetir.
Ah! Eso fue prcticamente lo nico que Harry pudo decir, pero por lo visto
bast.
He estado prometida en una ocasin. Lady Georgina mir distrada hacia un
rebao de vacas frente a las que pasaban.
Harry se enderez.
En serio? Qu pas? Le habra dado calabazas algn seor de poca monta?
Slo tena diecinueve aos, que, a mi juicio, es una edad bastante peligrosa. Se
es lo bastante mayor para saber algunas cosas, pero uno no tiene la sabidura
suficiente para darse cuenta de que hay otras muchas que no sabe. Lady Georgina
hizo una pausa y mir a su alrededor. Adonde vamos hoy exactamente?
Haban entrado en la finca de Granville.
A la cabaa de los Pollard anunci l. Qu habra sucedido con su
compromiso?. Me estaba hablando de cuando tena diecinueve aos.
De pronto Paul Fitzsimmons y yo nos prometimos; as se llamaba, sabe?
Esa parte la entiendo -Harry casi gru, pero cmo se prometieron y cmo
acab aquello?
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Estoy un poco confusa con respecto a cmo nos comprometimos.
l la mir arqueando las cejas.
Es verdad. Ahora lady Georgina pareca que estaba a la defensiva. Estaba
en un baile paseando con Paul por la terraza, hablando de la peluca del seor Huelly,
era rosa se lo imagina?, y luego, de repente, boom! Nos habamos prometido. Ella
lo mir como s eso fuera absolutamente lgico.
Harry suspir. Aquello sera probablemente lo mximo que le sonsacara.
Y cmo se rompi el compromiso?
No mucho tiempo despus descubr que mi amiga del alma, Nora Smyth-
Fielding, estaba enamorada de Paul. Y cuando me di cuenta de eso, tard poco en
comprender que l estaba enamorado de ella. Aunque lady Georgina arrug las
cejas sigo sin entender por que me pidi que me casara con l, cuando era tan
evidente que adoraba a Nora.
Tal vez estuviera confuso, pobre hombre.
Pobre hombre, y un cuerno! Este Fitzsimmons deba de ser tonto.
Qu hizo usted?
Ella se encogi de hombros.
Romp nuestro compromiso, naturalmente.
Naturalmente. Lstima que l no hubiera estado all para ensearle a ese
desgraciado cmo haba que comportarse. Daba la impresin de que al tipo le
hubiera convenido un puetazo en la nariz. Entonces dijo gruendo:
No me extraa que despus de estar con l le costara confiar en un hombre.
-Yo no lo vi as. Pero sabe?, creo que el mayor obstculo para encontrar marido
es la herencia de ta Clara.
Cmo es posible que una herencia sea un obstculo? inquiri l. Yo
hubiera dicho que eso atraera en masa a los hombres como un cadver a los cuervos.
Un smil delicioso, seor Pye. Lady Georgina lo mir con los ojos entornados.
l hizo una mueca de disgusto.
Me refera...
A lo que yo me refera es a que, debido a la herencia de ta Clara, nunca tendr
que casarme por razones econmicas. De ah que sea mucho menos acuciante fijarme
en un hombre como marido.
Oh!
Lo cual no me impide fijarme en los hombres con otros fines.
Otros fines? Harry la mir.
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Ella se haba ruborizado.
Que no sean el matrimonio, quiero decir.
Harry intent desarrollar esa enrevesada afirmacin, pero ya haba hecho torcer la
calesa por un camino lleno de baches. Ahora tir del caballo hasta detenerlo junto a
una cabaa destartalada. De no habrselo dicho, jams habra imaginado que alguien
viva aqu. Construida con la misma forma que la cabaa de los Oldson, sta era muy
diferente. El techo de paja estaba negro y destrozado, y una parte haba cado en el
interior. Las malas hierbas crecan a lo largo del sendero de entrada y la puerta
colgaba de una bisagra.
Quiz debera quedarse aqu, mi lady intent l. Pero lady Georgina ya estaba
bajando de la calesa sin su ayuda.
Harry rechin ios dientes y le ofreci un brazo intencionadamente. Ella lo acept
sin protestar, envolvindole el brazo con sus dedos. Poda sentir su calor a travs del
abrigo y eso, en cierto modo, lo calm. Caminaron hasta la puerta y llam esperando
no tirar al suelo la cabaa entera.
Se oyeron sonidos de movimiento procedentes del interior, y luego silencio. Nadie
contest detrs de la puerta, y Harry la aporre de nuevo y esper. Estaba
levantando el brazo para probar una tercera vez cuando la vieja madera se abri con
un crujido. Un nio de aproximadamente ocho aos apareci callado ante ellos. Su
pelo, grasiento y demasiado largo, caa sobre sus ojos marrones. Iba descalzo y
llevaba una ropa que se haba vuelto gris con los aos.
Est tu madre en casa? inquiri Harry.
Quin es, muchacho ? La voz era spera, pero no contena malicia.
Unos terratenientes, abuela.
Qu? Apareci una mujer detrs del chico. Era casi tan alta como un hombre,
huesuda y de aspecto fuerte pese a su edad, pero sus ojos estaban desconcertados y
temerosos, como s unos ngeles se hubieran detenido frente a su puerta.
Tenemos algunas preguntas que hacerle. Sobre Annie Pollardanunci Harry.
La mujer se limit a seguir mirando fijamente; ya podra l haberle estado hablando
en francs. sta es la cabaa de los Pollard, verdad?
No me gusta hablar de Annie. La mujer mir hacia el chico, que no haba
apartado la vista del rostro de Harry. Le propin bruscamente unos cachetes en la
nuca. Anda, vete a buscar algo que hacer!
El nio ni siquiera parpade; simplemente pas de largo y desapareci por la
esquina de la cabaa. Quizs era as como su abuela le hablaba siempre.
Qu quiere saber de Annie? pregunt la mujer.
Tengo entendido que tuvo una relacin con lord Granvilleempez a decir l
con cautela.
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Una relacin? S, es una bonita palabra para referirse a ello. La mujer esboz
una sonrisa y dej ver unos huecos donde haban estado sus dientes frontales. Su
lengua rosa se asom al exterior. Porqu quiere informacin sobre eso?
Alguien est matando ovejas declar Harry. Tengo entendido que Annie o
quizs alguien cercano a ella podra tener motivos para hacerlo.
Yo no s nada de esas ovejas. La mujer empez a cerrar la puerta.
Harry meti su bota en la abertura.
Y Annie?
La abuela se estremeci.
Al principio Harry pens que tal vez la haba hecho llorar, entonces ella levant la
cabeza y l vio que su cara estaba partida por una grotesca sonrisa.
Quizs ella s, Annie s dijo resoplando. Si estn al tanto de cmo se vive en
el fuego del infierno.
Entonces, est muerta? Lady Georgina habl por primera vez.
La claridad de su tono parece que le hizo a la mujer ponerse ms seria.
Si no lo est, podra estarlo. Se apoy con cansancio en la puerta. Vern, su
nombre era Annie Baker. Estaba casada. Al menos lo estuvo hasta que l se puso a
perseguirla como un perro.
Lord Granville? -musit lady Georgina.
S, el mismsimo Diablo. La mujer se chup el labio superior. Annie dej a
Baker. Fue la puta de Granville mientras l la dese, que no fue mucho tiempo.
Volvi aqu muy embarazada y se qued simplemente el tiempo suficiente para
parir. Despus volvi a irse. Lo ltimo que o fue que se abra de piernas por una
copa de ginebra. Pareci repentinamente melanclica. Una chica que se vende a
cambio de una ginebra no puede durar mucho no?
No contest Harry en voz baja.
Lady Georgina pareca impresionada, y Harry lament no haber podido
convencerla de que se quedara en la Mansin Woldsly. La haba arrastrado hasta una
pocilga.
Gracias por hablarnos de Annie, seora Pollard. Harry le habl con suavidad
a la anciana. Pese a su dura actitud, deba de dolerle hablar de viejas heridas. Slo
tengo una pregunta ms y luego ya no volveremos a molestarla. Sabe qu fue del
seor Baker?
Oh, l! La seora Pollard agit una mano como s ahuyentase una mosca.
Baker se li con otra chica. Tengo entendido que incluso se cas con ella, aunque no
debi de poder hacerlo por la Iglesia, porque ya estaba casado con Annie. No es que
a Annie le importe. Ya no. Y cerr la puerta.
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Harry frunci las cejas, y en ese momento decidi que ya haba interrogado
suficiente a esa mujer.
Vamos, mi lady. Agarr a lady Georgina por el codo y la condujo de vuelta
por el sendero. Mientras la ayudaba a subirse a la calesa, ech un vistazo atrs.
El chico estaba apoyado en la esquina de la cabaa, cabizbajo, un pie descalzo
encima del otro. Probablemente hubiese odo todo cuanto su abuela haba dicho
sobre su madre. No haba suficientes horas al da para solucionar todos los
problemas de este mundo. Haba odo decir eso mismo a su padre, con bastante
frecuencia, cuando l era pequeo.
Espere un momento, mi lady. Harry recorri a zancadas la poca distancia que
lo separaba del nio.
ste levant la vista con cautela cuando se le acerc, pero por lo dems no se
movi.
Harry lo mir.
Si muere o te quedas sin ella, ven a buscarme. Me llamo Harry Pye. Reptelo.
Harry Pye susurr el chico.
-Bien. Ten, a ver si te compra un poco de ropa.
Harry coloc un cheln en la mano del muchacho y regres a la calesa sin esperar
un agradecimiento. Haba sido un gesto sentimental y probablemente intil. Haba
tantas posibilidades de que la mujer emplease el cheln para ginebra como para
comprarle al nio ropa nueva.
Subi a la calesa, ignorando la sonrisa de lady Georgina, y cogi las riendas.
Cuando mir de nuevo hacia el chico, ste tena los ojos clavados en la moneda de su
mano. Se fueron.
Qu historia tan tremenda! La sonrisa de lady Georgina haba desaparecido.
S. Harry la mir de soslayo. Siento que la haya odo.
Puso a trotar al caballo. Lo mejor sera que saliesen de la finca de Granville lo
antes posible.
No creo que nadie de esa familia pueda estar envenenando a las ovejas. La
mujer es demasiado anciana y temerosa, el nio demasiado pequeo, y da la
impresin de que el marido de Annie ha seguido con su vida. A menos que Annie
haya vuelto...
Harry sacudi la cabeza.
Si lleva todo este tiempo yendo de bar en bar, no es una amenaza para nadie.
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A ambos lados del camino las ovejas pacan, una escena apacible pese a las nubes
bajas y el creciente viento. Harry escudri el paisaje que los rodeaba. Despus de lo
de ayer, deba estar alerta por si lo asaltaban.
Hay otro granjero al que visitar hoy? Lady Georgina se sujet el sombrero
sobre su cabeza con una mano.
No, mi lady. Yo... Coronaron una pendiente y Harry avist lo que haba al
otro lado. Tir de las riendas bruscamente. Maldita sea!
La calesa se bambole hasta detenerse. Entonces l mir fijamente hacia los tres
bultos de lana que yacan justo al otro lado de la tapia de piedra en seco que
bordeaba el camino.
Estn muertas? susurr lady Georgina.
S. Harry at las riendas, puso el freno y salt de la calesa.
No eran los primeros en hacer el descubrimiento. Un lustroso caballo castao
estaba atado a la tapia, sacudiendo la cabeza nervioso. El dueo, un hombre, estaba
de espaldas a ellos, inclinado sobre una de las ovejas tendidas. Pero en ese momento
se incorpor, revelando su estatura. Su cabello era castao. El corte de su abrigo,
agitado por el viento, era el de un caballero. Slo le poda pasar a l que Thomas
diera primero con las ovejas envenenadas!
El hombre se volvi y Harry perdi el hilo de sus pensamientos. Durante unos
instantes no pudo pensar en absoluto.
Los hombros de aquel hombre eran ms anchos que los de Thomas, su pelo de un
tono ms claro, rizado junto a las orejas. Su cara era ancha y atractiva; unas lneas de
expresin enmarcaban sus sensuales labios, y sus ojos tenan pesados prpados. No
poda ser.
El hombre se acerc y salt con facilidad la tapia de piedra. A medida que se
aproxim, sus ojos verdes relucieron como el fsforo. Harry sinti que lady Georgina
se pona a su lado. Cay en la cuenta distradamente de que se haba olvidado de
ayudarle a bajar de la calesa.
Harry -oy que deca ella, no me haba dicho que tena un hermano.

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Captulo 8
Haba sido siempre su perdicin: no pensar bastante antes de hablar. Y eso mismo
pens con bastante nfasis cuando ambos hombres se volvieron para mirarla
sorprendidos. Cmo iba ella a saber que era una especie de oscuro secreto? Jams
haba visto unos ojos tan verdes como los de Harry, y sin embargo aqu estaban, los
mismos ojos verdes, mirndola fijamente desde el rostro de otro hombre. Es verdad
que el otro hombre era ms alto, y sus rasgos estaban moldeados de otro modo. Pero
mirndolos a los ojos quin podra sacar cualquier otra conclusin salvo que eran
hermanos? Ciertamente, no poda culprsele.
Harry? El desconocido avanz hacia delante. Harry?
ste es Bennet Granville, mi lady. Harry se haba recuperado ms deprisa que
el otro hombre y ahora estaba impasible. Granville, lady Georgina Maitland.
Mi lady. El seor Granville hizo la debida reverencia. Es un honor
conocerla.
Ella hizo lo propio y musit de memoria las palabras adecuadas.
Y Harry. Durante unos instantes, aparecieron unos destellos de emocin en
los ojos verde esmeralda del seor Granville; a continuacin se control a s mismo
. Ha... pasado mucho tiempo.
George por poco resopl. Dentro de ms o menos un ao sera tan experto como
Harry en ocultar sus pensamientos.
Cunto exactamente?
Qu? El seor Granville pareca sobresaltado.
Dieciocho aos, Harry se gir y les lanz una mirada a las ovejas, obviamente
esquivando el tema. Han sido envenenadas?
El seor Granville parpade, pero no tard en entender de qu hablaba Harry.
Me temo que s. Quieres echar un vistazo? Se volvi y se encaram de nuevo
al muro.
Oh, Santo Dios! George puso los ojos en blanco hacia el cielo. Por lo visto los dos
hombres pretendan ignorar su desliz y el hecho de que no se haban visto en
dieciocho aos.
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Mi lady? Harry le ofreci a George su mano, supuestamente para ayudarle a
subirse a la tapia.
S, de acuerdo. Voy.
El la mir con extraeza. Cuando ella coloc su mano en la de Harry, en lugar de
simplemente sujetarla, ste la atrajo hacia s y luego la levant para sentarla sobre la
tapia. George reprimi un chillido. Los pulgares de Harry estaban justo bajo sus
senos, y sus pezones de pronto adquirieron sensibilidad. Harry le lanz una mirada
de advertencia.
A qu vena eso? Ella sinti que se ruborizaba.
Harry salt el muro y camin hasta el seor Granville. George, que tuvo que
aparselas sola, pas las piernas al otro lado y salt sobre el pasto que haba tras el
muro. Los hombres estaban examinando un montn de malas hierbas mustias.
No hace mucho que estn aqu. Harry toc un tallo mojado con la punta del
zapato. Probablemente las hayan dejado a lo largo de la noche. Es cicuta de nuevo.
De nuevo? El seor Granville, acuclillado junto a las plantas, alz la vista
hacia l.
S. Llevamos semanas con esto. No te lo han dicho?
Acabo de llegar de Londres. Ni siquiera he estado an en la finca. Quin est
haciendo esto?
Tu padre cree que soy yo.
T? Por qu iba l...? El seor Granville dej de hablar; entonces se ri en
voz baja. Por fin est pagando por sus pecados.
T crees?
<Qu est ocurriendo aqu? George mir a uno y otro hombre respectivamente,
intentando descifrar el trasfondo.
El seor Granville asinti.
Hablar con l. Ver si consigo que se olvide de t y se centre en quien realmente
est haciendo esto.
Te escuchar? Harry hizo una mueca de cinismo.
Tal vez. Los dos hombres intercambiaron una mirada. Pese a sus diferentes
estaturas y rasgos, sus expresiones eran sorprendentemente similares. Irradiaban
seriedad.
Intente que su padre lo escuche, seor Granville pidi George. Ya ha
amenazado con arrestar a Harry.
Harry mir ceudo a George, pero el seor Granville sonri encantador.
Har cuanto pueda, mi lady, por Harry.
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George cay en la cuenta de que, de manera bastante inapropiada, haba estado
llamando al seor Pye por su nombre de pila. Oh, qu desastre! Levant la cabeza
hacia el cielo y sinti que una gota de agua le golpeaba en la nariz.
El seor Granville hizo otra reverencia.
Es un placer haberla conocido, lady Georgina. Espero que podamos volver a
vernos en circunstancias ms agradables.
Harry se peg ms a Georgina, colocando una mano en la parte inferior de su
espalda. Ahora ella tuvo la sensacin de que Harry miraba ceudo al seor Granville.
Lady Georgina sonri todava ms abiertamente a su vecino.
Desde luego.
Me alegro de verte, Harry dijo el seor Granville.
ste se limit a asentir con la cabeza.
El joven titube, a continuacin se volvi deprisa y salt la tapia.
Subi a su caballo y le hizo dibujar media circunferencia para despedirse con la
mano antes de irse a medio galope.
Ser fanfarrn! exclam Harry en voz baja.
George dej escapar un suspiro y le espet:
Es eso todo lo que tiene que decir al ver a su hermano por primera vez despus
de dieciocho aos?
l arque las cejas mirndola, en silencio.
Ella levant los brazos indignada y camin pisando con fuerza hasta el muro de
piedra; entonces se puso nerviosa al ver que no hallaba un punto de apoyo donde
introducir el zapato. Unas manos fuertes la agarraron por detrs, otra vez bajo sus
senos. Y en esta ocasin s que chill.
Harry la levant y la apret contra su pecho.
No es mi hermano le gru al odo, enviando toda suerte de curiosos
escalofros por su cuello y a otras partes. Quin saba que los nervios del cuello
estaban conectados con...?
La dej con bastante firmeza sobre la tapia.
Ella baj de sta con dificultad y camin hacia la calesa.
Entonces, qu relacin tiene con usted?
En lugar de ofrecerle la mano para que subiera al carruaje, Harry volvi a cogerla
de la cintura. Tal vez George se acostumbrase a esto.
Era un compaero de juegos de la infancia, mi lady. La dej en el asiento.
George lament que l retirara sus manos.
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Jug con Thomas y Bennet Granville de pequeo? Ella estir el cuello para
seguirlo con la mirada mientras l rodeaba la calesa.
Empezaron a caer ms gotas de agua.
S. Harry subi y cogi las riendas. Me cri en la finca, recuerda? Thomas
es ms o menos de mi edad y Bennet varios aos ms pequeo, Gui al caballo
hasta el camino y lo puso a trotar.
Pero no los haba visto desde que usted se march de la finca de Granville?
Yo era... soy... el hijo del guardabosques. Un msculo se tens en su
mandbula. No haba razn alguna para que nos viramos.
Oh! Lady Georgina reflexion sobre eso. Eran buenos amigos? Me refiero
a si le caan bien Bennet y Thomas.
La lluvia arreci. George se envolvi en su capa y esper que no se le estropease el
vestido.
Harry la mir como si ella hubiese preguntado algo tremendamente estpido.
ramos unos nios que crecan juntos. No importaba demasiado que nos
cayramos bien mutuamente, Estuvo brevemente pendiente del caballo y a
continuacin dijo casi a regaadientes: Supongo que me llevaba mejor con Bennet,
aun cuando Thomas se llevaba menos tiempo conmigo. Thomas siempre me pareci
un remilgado. No le gustaba pescar ni explorar ni otras cosas que les gusta hacer a
los chicos por temor a ensuciarse la ropa.
Es por eso por lo que en la actualidad no se fa de Thomas?
Porque era un remilgado de pequeo? No, mi lady. Soy ms sensato que eso.
De pequeo siempre intentaba que su padre lo favoreciese. Dudo que haya cambiado
mucho simplemente porque ahora sea un hombre. Y como Granville me odia...
Dej su frase inacabada y se encogi de hombros.
Que su padre lo favoreciese. Un hijo primognito normalmente obtena eso sin
pedirlo. Qu extrao que Thomas Granville no lo tuviera! Pero George senta
curiosidad por algo ms.
As que pas usted mucho tiempo en compaa de Bennet cuando eran
pequeos?
La lluvia goteaba por el ala del tricornio de Harry.
Jugbamos y yo asista a sus clases, si el profesor estaba ese da de buen
humor... y si Granville no estaba por ah.
Ella frunci las cejas.
Si lord Granville no estaba por ah?
Harry asinti con seriedad.
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El hombre me odiaba, incluso entonces. Deca que yo tena demasiado orgullo
para ser hijo de un guardabosques. Pero el profesor tambin senta antipata hacia su
jefe. Creo que darme clases a m era su pequea venganza.
Es as como aprendi a leer y a escribir.
Harry asinti.
A Bennet se le daban mejor que a m las letras, aun cuando l fuera ms
pequeo, pero yo lo superaba en matemticas. De modo que, s, pasaba bastante
tiempo con l.
Qu ocurri?
Harry la mir.
Su padre azot a mi padre cuando yo tena doce aos y l diez.
George pens en cmo sera si ella hubiese perdido a un ser querido a los doce
aos. A alguien a quien vea cada da. Alguien con quien discuta y jugaba. Alguien
que daba por sentado que siempre estara all. Seria como si le amputaran una
pierna.
Hasta dnde llegara uno para enmendar semejante agravio?
Se estremeci y levant la vista. Estaban junto al riachuelo que separaba la finca de
Granville de la suya propia. Harry hizo aminorar la marcha del caballo al paso para
sumergirse en el vado. Ahora la lluvia caa con fuerza, haciendo que el agua fangosa
saltara. George mir ro abajo, donde la profundidad del agua aumentaba y giraba
formando remolinos. All haba una silueta flotando.
Harry. George le toc en el brazo y seal.
l solt una palabrota.
El caballo retrocedi con dificultad y Harry detuvo la calesa, apresurndose a atar
las riendas. La ayud a bajar, antes de caminar hasta el margen del riachuelo que
haba frente a ella. Mientras lo segua, sus zapatos se hundieron en el barro. Cuando
le dio alcance, vio que Harry permaneca inmvil. Entonces entendi por qu. El
cuerpo de una oveja giraba lentamente en el agua; la lluvia que caa a cntaros sobre
la lana haca que el animal se moviera de un modo extrao; pareca estar vivo.
George se estremeci.
Por qu no se lo lleva la corriente?
Est atado. Con semblante serio, Harry inclin la cabeza hacia una rama que
colgaba encima del agua.
George vio que alrededor de la rama haba atada una cuerda, que desapareca
debajo del agua. Probablemente, el otro extremo estaba atado de alguna manera a la
oveja.
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Pero por qu iba alguien a hacer una cosa as? Sinti que un escalofro
descenda por su espalda. Es una locura.
Tal vez para contaminar el riachuelo. Harry se sent y empez a quitarse las
botas.
Qu hace?
Voy a cortar la cuerda. Se desaboton el abrigo. Ir a parar a la orilla, ms
lejos, corriente abajo, y un granjero sacar al animal. Por lo menos no contaminar el
riachuelo entero.
Ahora estaba en mangas de camisa, empapado por la lluvia. Harry extrajo la
navaja de su bota y se desliz por la orilla hasta el riachuelo. El agua le llegaba a la
altura de medio muslo, pero al ir adentrndose lentamente, enseguida le lleg a la
altura del pecho. La lluvia haba hecho que el arroyo normalmente tranquilo
borbotara.
Tenga cuidado le pidi George. Si perda pie, poda verse arrastrado por la
corriente. Sabra nadar?
Harry no respondi a su peticin y sigui vadeando. Cuando lleg hasta la
cuerda, la agarr por donde se tensaba sobre el agua y empez a cortar. Los ramales
se destrenzaron con rapidez y de pronto la oveja se alej ro abajo dando vueltas.
Harry se gir y empez a salir vadeando; el agua se arremolinaba furiosamente a su
alrededor. Entonces resbal y su cabeza desapareci debajo del agua sin emitir
sonido alguno.
Oh, Dios! A George le dio un vuelco el corazn. Se dirigi hacia la orilla sin
saber que podra hacer. Pero entonces Harry se puso otra vez de pie, con el cabello
mojado y pegado a sus mejillas. Sali del agua y escurri la parte frontal de su
camisa, transparente ahora por el agua. George pudo ver sus pezones y los
tirabuzones de vello oscuro donde la camisa se pegaba a su pecho.
Algn da me gustara ver a un hombre desnudo coment.
Harry se qued helado.
Se incorpor lentamente tras ponerse las botas. Sus ojos verdes encontraron los de
George, y ella podra haber jurado que en estos arda un fuego.
Es eso una orden, mi lady? pregunt l, con voz tan grave que era casi un
siniestro ronroneo.
Yo... Oh, Dios mo, s! Una parte de George deseaba desesperadamente ver
a Harry Pye quitndose esa camisa. Ver cmo eran sus hombros y su vientre
desnudos. Averiguar si realmente tena rizos de pelo en su pecho. Y despus de eso...
si se sacaba los pantalones... La verdad es que no pudo evitarlo. Sus ojos
descendieron hacia esa parte de la anatoma masculina donde una dama nunca.,
jams, bajo ningn concepto dejaba que se dirigiese su mirada. El agua haba hecho
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una magnfica tarea moldeando los pantalones de Harry sobre sus extremidades
inferiores.
George inspir. Abri la boca.
Y Harry solt una palabrota y apart la vista. Un carro y un pony suban por el
camino.
Vaya, maldita sea!


No es posible que creas que Harry Pye est envenenando a tus ovejas. Bennet
articul las palabras como una pregunta, pero las expres como una afirmacin.
No haca ni dos minutos que haba vuelto y el muchacho ya se estaba poniendo en
su contra. Claro que el chico siempre haba estado departe de Pye. Silas resopl.
No es que lo crea, es que s que Pye las est matando.
Bennet frunci las cejas y se sirvi una copa de whisky. Levant la licorera en
cuestin.
Silas sacudi la cabeza y se reclin en la silla forrada de cuero detrs del escritorio
de su despacho. Esta habitacin era su predilecta, le daba una sensacin de total
masculindad. Las cornamentas colgadas en la pared rodeaban todo el despacho,
justo por debajo del techo. Una enorme chimenea negra ocupaba la pared entera del
otro extremo de la habitacin. Sobre sta haba un cuadro clsico: El Rapto de las
Sabinas. Hombres morenos desgarrando la ropa de unas jvenes de hermosa piel que
gritaban. En ocasiones se excitaba nicamente contemplndolo.
Pero con veneno? Bennet se dej caer en una silla y empez agolpetear el
brazo de sta con los dedos.
Su hijo pequeo lo exasperaba; pero incluso ahora, no poda evitar sentirse
orgulloso de l. ste debera haber sido su heredero. Thomas jams tendra las
narices de enfrentarse a l. En cambio, ste lo haba sabido en el instante en que lo vio
por primera vez, llorando y con la cara roja, en brazos de su madre. Haba observado
el rostro del beb y una voz en su interior le haba susurrado que ste (ste por
encima de todos los dems) sera el hijo del que l, Silas, estara orgulloso. De modo
que lo arranc de los brazos de esa puta y se lo llev a casa. Su esposa haba hecho
pucheros y haba llorado, pero el no tard en hacerle saber que no cambiara de
opinin y ella haba tenido que ceder. Quizs algunos todava recordaran que Bennet
no haba sido un hijo legtimo, que haba salido de las entraas de la mujer del
guarda, pero no se atrevan a decirlo en voz alta.
No, mientras Silas Granville administrara esta finca.
Bennet sacudi la cabeza.
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El veneno no es el mtodo que Harry empleara si quisiera vengarse de ti. Adora
las tierras y a la gente que las cultiva.
Adora las tierras?se mof Silas. Cmo puede ser? No posee tierra alguna.
No es ms que un guardin remunerado. Las tierras de las que se ocupa y en las que
trabaja pertenecen a otra persona.
Pero los granjeros siguen recurriendo a l no? inquiri Bennet en voz baja,
con los ojos entornados. Le preguntan su opinin; siguen sus consejos. Incluso
muchos de tus propios arrendatarios recurren a Harry cuando tienen un problema...
o por lo menos eso hacan antes de que empezara todo esto. No se atreveran a
recurrir a ti.
Un doloroso pinchazo sacudi la sien izquierda de Silas.
Por qu deberan hacerlo? Yo no soy el guardin de la taberna, alguien sobre el
que los granjeros tengan que vomitar sus problemas.
No, no te interesan los problemas que puedan tener otras personas, verdad?
dijo Bennet arrastrando las palabras. Pero su respeto, su lealtad... esa es otra
historia.
Silas contaba con la lealtad de los lugareos. Acaso no lo teman?
Estpidos y apestosos campesinos, cmo se les ocurra pedirle consejo a uno de
los suyos simplemente porque haba subido un poco de categora! Silas not que el
sudor goteaba por su nuca.
Pye tiene envidia de sus superiores. Le gustara ser un aristcrata.
Aun cuando tuviese envidia, no empleara ese mtodo para vengarse de sus
superiores, tal como t lo llamas.
Mtodo? Silas dio un golpe en su escritorio con la palma de la mano.
Hablas como si fuese un prncipe maquiavlico en lugar de un vulgar administrador
de fincas. Es hijo de una puta y un ladrn. Qu clase de mtodo crees que usara en
lugar de envenenar a hurtadillas a los animales?
Una puta. Bennet apret los labios mientras se serva un dedo ms de whisky.
Probablemente fuese as como pasaba todo su tiempo en Londres: bebiendo y con
mujeres. Si la madre de Harry, mi madre, era una puta, por culpa de quin crees
que fue?
Silas lo mir con semblante ceudo.
Que te has credo, hablndome a m en ese tono? Soy tu padre, jovencito.
Nunca olvides eso.
Como si pudiese olvidar que me engendraste. Bennet solt una fuerte
carcajada.
Deberas estar orgulloso... empez a decir Silas.
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Su hijo se ri con sarcasmo y apur su copa.
Silas se puso de pe.
Yo te salv, muchacho! De no ser por m...
Bennet arroj su copa contra la chimenea. La copa se rompi en pedazos, lanzando
los brillantes fragmentos sobre la alfombra.
De no ser por t, habra tenido una madre, no a la glida bruja de tu mujer, que
era demasiado engreda para darme cario!
Silas barri los papeles que haba sobre su escritorio con el brazo.
Es eso lo que quieres, chico? La teta de una madre para mamar?
Bennet se puso lvido.
Nunca lo has entendido.
Entender? Qu hay que entender entre vivir la vida en la mugre o en una
mansin? Entre ser un bastardo muerto de hambre o un aristcrata que puede
costearse todos los caprichos? Te di eso. Te lo di todo.
Bennet cabece y anduvo hasta la puerta con are majestuoso.
Deja en paz a Harry.
Cerr la puerta a sus espaldas.
Silas levant el brazo para darle un golpe a lo nico que haba an en su escritorio,
la escribana, pero se detuvo al verse la mano. Estaba temblando. Bennet. Se
desplom en su silla.
Bennet.
Lo haba educado para ser fuerte, asegurndose de que poda montar a caballo
como un demonio y pelear como un hombre. Siempre haba favorecido al chico, sin
ocultarlo. Por qu debera ocultarlo? Acaso no podan ver todos que ste era el hijo
del que un hombre poda estar orgulloso? A cambio haba esperado... qu? No
simpata o amor, sino respeto, naturalmente. Sin embargo, su segundo hijo lo trataba
como si fuera un montn de estircol. Vena a la finca nicamente para pedir dinero.
Y ahora se pona de parte de un criado de baja estofa en contra de su propio padre.
Silas se apart del escritorio. Necesitaba ocuparse de Harry Pye antes de que se
convirtiese en una amenaza an mayor. No poda consentir que Pye se interpusiese
entre Bennet y l.
La puerta se abri un resquicio y Thomas se asom como una nia tmida.
Qu quieres? Silas estaba demasiado cansado para gritar.
He visto que Bennet se iba corriendo. Ha vuelto, eh? Thomas entr en la
habitacin.
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Oh, s! Ha vuelto. Y por eso has entrado sin permiso en mi despacho? Para
comentar la noticia de que tu hermano ha vuelto?
He odo algunas de las cosas que le has dicho. Thomas avanz despacio
varios pasos ms como si se acercase a un jabal enfurecido. Y quera mostrarte mi
apoyo. En lo de castigar a Harry, me refiero. Resulta bastante obvio que l es quien
est haciendo esto; es algo que ve cualquiera.
Encantador. Silas mir a su hijo mayor esbozando una sonrisa. Y en qu
puedes t ayudarme exactamente?
El otro da habl con lady Georgina. Intent decrtelo. El msculo de debajo
del ojo derecho de Thomas haba empezado a temblar.
Y te dijo que nos entregara a Pye, atado con un bonito lazo, cuando as lo
quisiramos?
N-no, ella pareca encantada con l. Thomas se encogi de hombros. Al fin
y al cabo, es mujer. Pero quiz si hubiese ms pruebas, si tuvisemos hombres
vigilando a las ovejas...
Silas se ri entre dientes con voz ronca.
Como si en el condado hubiese suficientes hombres para vigilar cada noche a
todas las ovejas de mi finca. No hagas el idiota queriendo ayudarme. Atraves el
despacho hasta la licorera de whisky.
Pero si hubiese pruebas que lo vincularan...
Ella no aceptara nada salvo una confesin firmada de Pye. Tenemos pruebas: la
talla de Pye, hallada justo al lado de la oveja muerta, y ella sigue creyendo que el es
inocente. Sera diferente si en lugar de una oveja, un hombre o... Silas se detuvo a
mitad de frase, con la mirada perdida clavada en su copa recin servida. A
continuacin ech hacia atrs la cabeza y empez a rerse, grandes y estridentes
carcajadas que sacudieron su silueta y derramaron el whisky de su copa.
Thomas lo mir como s hubiera perdido la razn.
Silas le dio unas palmadas al chico en la espalda, casi tirndolo al suelo.
S, le daremos pruebas, muchacho. Pruebas que ni siquiera ella podr ignorar.
Thomas sonri trmulamente, el muy mariposn.
Pero no tenemos ninguna prueba, padre.
Oh, Tommy, hijo mo! Silas tom un sorbo de whisky y le gui un ojo.
Quin dice que las pruebas no pueden crearse?



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Eso es todo. Puedes tomarte el resto de la noche libre. George sonrio de una
manera que esperaba que fuera informal. Como si siempre le pidiera a Tiggle que se
retirase antes de la cena.
Por lo visto no funcion.
Todo, mi lady? La doncella se irgui tras guardar un montn de sbanas.
A qu se refiere? Despus se desvestir, verdad?
S, naturalmente. George sinti calor en el rostro. Pero he pensado que esta
noche puedo hacerlo sola.
Tigle la mir fijamente.
George asinti con seguridad.
Estoy convencida de que ser capaz. De modo que puedes irte.
Qu se trae entre manos, mi lady? Tiggle puso los brazos en jarras.
ste era el problema de tener los mismos criados durante muchos aos. Una no
inspiraba el debido respeto.
Tengo un invitado a cenar. Agit una mano con ligereza. Simplemente he
pensado que no querras esperarme.
Es mi trabajo esperarla contest Tiggle con recelo. La doncella de lady
Violet se toma tambin la noche libre?
En realidad... George pas la yema de un dedo por su tocador: Es una cena
muy ntima. Volet no asistir a ella.
No...!
La exclamacin de la doncella fue interrumpida por unos golpes en la puerta.
Maldita sea! Esperaba que a estas horas Tiggle ya estuviese fuera.
George abri la puerta.
En mi salita, por favor les dijo a los criados que estaban al otro lado.
Mi lady dijo Tiggle entre dientes mientras George pasaba de largo
dirigindose a la puerta que daba a la salita.
George la ignor y abri la puerta. En la salita, los criados estaban atareados
recolocando los muebles y poniendo la mesa que haban tenido que traer. En la
chimenea titilaba el fuego.
Qu...? Tiggle sigui a George hasta la salita pero al instante se call en
presencia de otros sirvientes.
Es as como lo quiere, mi lady? inquiri uno de los criados.
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S, est muy bien. Ahora, asegrese de avisar al cocinero cuando llegue el seor
Pye. Querremos la cena enseguida.
Los criados se marcharon haciendo una reverencia, lo cual, lamentablemente,
liber a la doncella de su autoimpuesto silencio.
Viene el seor Pye a cenar? Tiggle pareca escandalizada. Con usted,
mano a mano?
George levant la barbilla hacia arriba.
S, conmigo.
Oh, Dios mo! Por qu no me lo ha dicho, mi lady? Tiggle se volvi
bruscamente y regres corriendo a la habitacin.
George la sigui con la mirada.
La doncella asom la cabeza por el marco de la puerta, y la llam con urgencia:
jDeprisa, mi lady! No hay mucho tiempo.
Reaccionando como si le hubieran dado un empujn, George la sigui hasta la
habitacin.
Tiggle ya estaba en el tocador, rebuscando entre las botellas. Cogi un pequeo
frasco de cristal mientras ella se acercaba.
Con esto bastar. Extico, pero no excesivo. -Arranc la paoleta que llevaba
su seora alrededor del cuello.
Qu ests...? George se llev las manos a su escote repentinamente desnudo.
La doncella le apart las manos. Quit el tapn de cristal del frasco y lo pas
suavemente por el cuello de George y entre sus senos. El olor a sndalo y a jazmn
flot en el aire.
Tiggle puso de nuevo el tapn en la botella y retrocedi para mirarla con ojos
escrutadores.
Mejor los pendientes granates.
George busc obedientemente en su joyero.
A sus espaldas Tiggle suspir.
Lstima que no pueda arreglarle otra vez el pelo, mi lady!
Estaba bien hace un momento. George se concentr frente al espejo mientras
se cambiaba de pendientes.
Hace un momento yo no saba que vendra un caballero.
George se enderez y se gir.
Tiggle la examin con las cejas fruncidas.
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Entonces ella se pas una mano con timidez por el vestido de terciopelo verde.
Una hilera de lazos negros, que se repetan en los codos, recorran el corpio de
arriba abajo.
Estoy bien?
S afirm Tiggle tajante. S, mi lady, creo que est muy bien.
Anduvo con rapidez hasta la puerta.
Tiggle la llam George.
Mi lady?
Gracias.
La doncella se ruboriz literalmente.
Buena suerte, mi lady. Sonri abiertamente y desapareci.
George volvi tranquilamente a la salita y cerr la puerta que daba a su
habitacin. Se sent en uno de los sillones junto a la chimenea y al instante se levant
de un salto; despus camin hasta la repisa de la chimenea y ech un vistazo al reloj
que haba sobre sta. Pasaban cinco minutos de las siete en punto. Quizs el seor
Pye no tuviese reloj o quiz simplemente fuese impuntual por costumbre; o quiz no
tuviese intencin de venir...
Alguien llam a la puerta...
George se qued helada y mir fijamente hacia all.
Adelante.
Harry Pye abri la puerta. Titube, observndola con la puerta todava entornada
tras l.
No piensa entrar?
l entr pero dej la puerta abierta.
Buenas noches, mi lady. Su aspecto era de lo ms enigmtico.
George empez a balbucir.
Pens que podramos cenar tranquilamente para discutir sobre el
envenenamiento y el ataque y lo que tal vez convendra hacer.
Aparecieron varios criados en la puerta (gracias a Dios!) y empezaron a poner
la mesa. Detrs llegaron ms sirvientes, llevando fuentes con tapa y vino. Hubo una
actividad frentica. Harry y ella observaron en silencio mientras los sirvientes
organizaban la comida. Al fin, la mayora salieron, quedando nicamente un criado
para servir la cena.
Ese caballero de buenos modales apart sus sillas, primero la de George y luego la
de Harry. Se sentaron y l se dispuso a servir la sopa con un cucharn.
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En la habitacin reinaba un silencio sepulcral.
George mir al criado y a Harry respectivamente.
Creo que nos las arreglaremos solos, gracias.
El criado hzo una reverencia y se fue.
Y se quedaron solos. George le lanz una mirada a Harry, que estaba mirando la
sopa con el ceo fruncido. No le gustaba el consom?
Ella parti su panecillo, un trueno en la quietud.
Espero que no se haya resfriado por haberse metido en el riachuelo esta tarde.
Harry levant su cuchara.
No, mi lady.
Porque el agua pareca tremendamente fra.
Estoy bien, mi lady. Gracias.
Bueno. Vale... eso es bueno. George comi y trat de pensar frenticamente en
algo que decir. Su mente estaba completamente en blanco.
De pronto Harry dej su cuchara.
Por qu me ha hecho venir aqu esta noche?
Acabo de decirle...
Que quera hablar del envenenamiento y el ataque, s, lo s.
Harry se levant de la mesa. Pero prcticamente se le ven los pechos y ha
hecho que los sirvientes se retiren. Los otros sirvientes. Porqu me quiere aqu en
realidad? Permaneci de pie casi amenazadoramente, su mandbula tensa, sus
manos cerradas en un puo.
Yo... A George se le aceler el pulso. Sus pezones se haban excitado en el
momento en que l haba dicho pechos.
Los centelleantes ojos de Harry descendieron y ella se pregunt s l lo sabra.
Porque no soy lo que cree que soy djo Harry sin alterar la voz mientras
rodeaba la mesa hacia ella. No soy un criado que salta ante uno de sus ruegos y
luego se tumba cuando usted haya acabado conmigo. Su voz era cada vez ms
grave. No soy alguien a quien pueda despachar como a esos criados, como a todas
las dems personas de esta mansin. Soy un hombre que tene sangre en las venas. Si
empieza algo conmigo, no espere que me convierta en un perrito faldero que jadea
cuando usted lo llama. Harry la sujet por la parte superior de los brazos y la
atrajo hacia su duro cuerpo. No espere que sea su sirviente.
George pestae. La idea de confundir a este hombre, que verdaderamente
reaccionaba ante el peligro, con un perro faldero era absurda.
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Harry arrastr lentamente un dedo por el borde de su corpio, observando su
reaccin.
Qu quiere de m, mi lady?
Los pechos de George parecan estar hinchndose.
Yo... No poda pensar mientras l la tocaba; no saba qu decir. Qu quera
or l? George mir alrededor de la habitacin en busca de ayuda, pero nicamente
vio el montn de comida y las fuentes. En realidad, no estoy segura. No tengo
ninguna experiencia en esto.
Harry hundi dos dedos por dentro de su corpio y le acarici el pezn. Ella se
estremeci. Oh, Dios mo! Entonces se lo pellizc, enviando chispas directamente
a sus rincones ms ntimos. George cerr los ojos.
Sinti que el aliento de Harry acariciaba su mejilla.
Cuando lo averige, mi lady, hgamelo saber.
Y al marcharse, cerr la puerta discretamente.

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Captulo 9
Esa noche Bennet entr en Cock and Worm justo pasadas las doce. La taberna
estaba abarrotada, haba mucho ruido a esas horas, y el humo de un sinfn de pipas
se suspenda en una nube cerca del techo. Harry estaba sentado en una oscura
esquina y observ al joven seor Granville moverse con el modo de andar
excesivamente prudente del hombre ya medio borracho. Entrar en un lugar con mala
fama como la taberna Cock and Worm teniendo uno los sentidos mermados no era
un acto especialmente inteligente, pero eso no era de su incumbencia. Un aristcrata
que arriesgaba su propia seguridad no era asunto suyo, ni ahora ni nunca.
Harry tom un sorbo de su jarra e intercambi su mirada con las dos prostitutas
locales que intentaban obtener negocio. La ms joven de las chicas, una rubia, estaba
sentada en el regazo de un hombre de rostro rubicundo. Tena los pechos justo
debajo de su barbilla, como si le preocupara que l fuese miope. Los ojos del hombre
estaban vidriosos, y la prostituta haca sigilosos movimientos en la parte frontal de
sus pantalones. No pasara mucho tiempo antes de que los dos llegasen a un
acuerdo.
La segunda prostituta, una chica pelirroja, capt su mirada y sacudi la cabeza. Ya
haba intentado seducirlo y l la haba rechazado. Naturalmente, si ahora le enseaba
la cartera, ella no tardara en sonrerle. Cuanta ms cerveza beba, ms empezaba a
replantearse lo de haber rechazado a la pelirroja. Llevaba das caliente, y el objeto de
su ereccin, pese a su ofrecimiento, probablemente no le ayudase ahora, verdad que
lady Georgina no lo hara?
Harry mir su cerveza con semblante ceudo. Qu tramaba su lady Georgina
invitndolo a sus estancias privadas? No lo que l haba querido pensar, eso seguro.
La dama era virgen, y la primera norma de las aristcratas solteras era: Conserva tu
virginidad. Hagas lo que hagas, no vayas por ah regalndosela a los criados. La
dama buscaba la emocin de uno o dos besos robados. El era un fruto prohibido para
ella. Menos mal que haba resistido a sus halagos. Pocos hombres de los que conoca
podran haberlo hecho. Asinti y brind por su propia cordura.
Pero entonces record el aspecto que tena lady Georgina horas antes esa noche.
Sus ojos eran tan azules y tan confiados, contradiciendo la tentacin de su
pronunciado escote. Sus senos pareca que resplandecan a la luz del fuego. Pensar
en ella incluso ahora haca que su pene, excesivamente sensible, reaccionara. Frunci
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las cejas, disgustado por su propia debilidad. De hecho, ninguno de los hombres que
conoca...
Pum!
Harry se volvi bruscamente.
El joven seor Granville se desliz sobre una mesa, de cabeza, tirando al suelo
vasos llenos de cerveza. Cada vaso deton con una pequea y lquida explosin al
impactar en el suelo.
Harry tom otro sorbo de su jarra. Esto no era asunto suyo.
Los hombres de la mesa no estaban contentos. Un tipo con unas manos grandes
como jamones levant a Bennet con fuerza por la pechera de su camisa. ste
arremeti contra el otro hombre, golpendolo en un lado de la cabeza.
No era asunto suyo. Otros dos hombres lo agarraron por las muecas,
juntndolas con brusquedad en su espalda. El hombre de enfrente hundi su puo
en la barriga de Bennet. ste se dobl por el dolor. Trat de dar patadas, pero estaba
respirando bilis por el puetazo en el estmago. Sus pies quedaron muy lejos de su
agresor. Detrs de ellos, una mujer alta ech hacia atrs la cabeza y se ri borracha.
Le resultaba familiar, no era...? El hombretn desplaz el puo hacia atrs
preparndose.
No era asunto suyo. No era... oh, al diablo!
Harry se levant y sac la navaja de su bota con un solo movimiento. Nadie se
estaba fijando en l y antes de que alguien se diera cuenta ya se haba abalanzado
sobre el hombre que se dispona a golpear a Bennet. Desde este ngulo, una rpida
pualada en el costado seguida por una torcedura de mueca lo matara incluso
antes de caer al suelo. Pero el objetivo de Harry no era matarlo. En su lugar le hizo
un corte en la cara. La sangre sali a borbotones, cegando al hombre, que grit y solt
a Bennet. Entonces Harry le propin una cuchillada a uno de los que le sujetaban las
muecas a Bennet, y luego agit la hoja de su navaja ante la mirada de! segundo
hombre.
ste levant las manos.
Espera! Espera! Slo le estbamos enseando modales!
Ya basta susurr Harry.
El hombre parpade.
Harry se agach (a tiempo para proteger su cabeza pero no su hombro) mientras
una silla se estrellaba contra su costado. Se volvi y dio un navajazo. El hombre que
tena detrs chill, apretndose el muslo sangriento. Otra colisin y el porrazo de
carne contra carne. Entonces cay en la cuenta de que Bennet estaba de pie espalda
con espalda con l. El aristcrata no iba tan borracho como haba credo. Por lo
menos poda pelear.
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Tres hombres atacaron de golpe.
Harry se ech a un lado, dejando que un hombre pasara de largo dndole un
puetazo y un empujn. Despus, otro, de pelo rubio con una navaja, se abalanz
sobre l. Este tena cierta experiencia peleando con navaja y agarr una capa con la
mano que tena libre para impedirle usar su pual. Pero no haba peleado en los
mismos sitios que l.
Ni nunca haba peleado por su vida.
Harry le arrebat la capa de un tirn. El hombre se tambale, procur recuperar el
equilibrio y descubri que lo haba cogido por el pelo.
Harry ech hacia atrs su cabeza, arqueando su cuello, y le apunt a los ojos con la
punta de la navaja. Testculos y ojos. sas eran las dos cosas que los hombres ms
teman perder. Amenazando cualquiera de las dos, se consegua toda la atencin de
un hombre.
Sultala le orden Harry entre dientres.
El sudor y el pis le agredieron las aletas de la nariz. El hombre de pelo rubio haba
perdido el control de su vejiga. Asimismo haba soltado su navaja, a la que l le
propin una patada. sta se desplaz por el suelo rebotando, deslizndose debajo de
una mesa. La taberna estaba en silencio. Lo nico que se oa era la dificultosa
respiracin de Bennet y los sollozos de una de las prostitutas.
Deja que se vaya. Dick Crumb sali de la parte trasera.
-Diles que retrocedan. Harry seal con la barbilla a los tres hombres que an
estaban de pie.
Obedeced. Es mejor no meterse con Harry cuando tiene el da.
Nadie se movi.
Dick levant la voz.
Obedeced! Habr ms cerveza para todo el que quiera.
La alusin a la cerveza fue mgica. Los hombres refunfuaron pero se apartaron.
Harry baj la mano. El hombre de pelo rubio cay de rodillas, gimoteando.
Ser mejor que saques a Granville de aqu musit Dick mientras pasaba con
las jarras de cerveza.
Harry agarr a Bennet del brazo y lo empuj hacia la puerta. El joven se
tambaleaba, pero al menos se mantena erguido. Fuera, el aire era fro y Bennet jade.
Alarg una mano para apoyarse en la fachada de la taberna, y por un instante Harry
crey que iba a vomitar. Pero entonces se enderez.
La yegua zaina estaba al lado de un capn castao ms grande.
Vamos dijo Harry, ser mejor estar fuera antes de que acaben de beber.
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Montaron y se fueron. Haba empezado a lloviznar de nuevo.
Supongo que debera darte las gracias coment Bennet de repente. No
pens que acudieras en ayuda de un Granville.
Siempre empiezas las peleas sin nadie que te respalde?
No-o. Bennet hip. Esto no estaba previsto.
Cabalgaron en silencio. Harry se pregunt si Bennet se habra quedado dormido.
Los caballos cruzaron chapoteando los charcos del camino.
No saba que podas pelear as. La voz imprecisa de Bennet le lleg a travs
del tamborileo de la lluvia.
Harry gru.
Hay muchas cosas que no sabes de m.
Dnde aprendiste?
En los hospicios.
Harry crey que lo haba hecho callar con su dura afirmacin, pero entonces
Bennet se ri entre dientes.
-Mi padre es un cabronazo, verdad?
No hubo necesidad de contestar a eso. Coronaron una pendiente y llegaron al ro.
Ser mejor que no me sigas acompaando. No ests a salvo en la finca de los
Granville. Bennet lo escudri en la oscuridad. Quiere matarte, lo sabas?
S. Harry tir de las riendas y gir la cabeza de la yegua.
Nunca ms me volvers a llamar por m nombre? Bennet pareca
melanclico. Quizs ya hubiese entrando en la fase sentimental de la borrachera.
Harry espole a su caballo camino abajo.
Te he echado de menos, Harry. La voz de Bennet flot en el aire nocturno a
sus espaldas y desapareci como un fantasma.
ste no respondi.


Frente a la taberna Cock and Worm, Silas sali de entre las sombras y observ con
amargura mientras , su querido hijo se alejaba con el hombre que ms odiaba en el
mundo.
Tu chico morir, pero ser a manos del administrador de Woldsly dijo una
cercana voz beoda arrastrando las palabras.
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Silas se volvi y aguz la vista hacia la oscura callejuela que haba entre la taberna
y el edificio contiguo.
Quin eres? Cmo te atreves a hablarme as?
Slo soy un pajarito. Una desagradable risita de mujer.
Silas sinti que la presin aumentaba en su sien.
Sal de ah o te...
Me... qu?repuso la voz con desdn. Apareci un rostro, fantasmagrico
entre las sombras. Estaba arrugado y fatigado y perteneca a una anciana a la que
Silas no recordaba haber visto nunca. Qu me hars? repiti ella, rindose
burlona como un demonio. Ha estado matando a tus ovejas durante semanas y t
no has hecho nada. No eres ms que un viejo. Viejo Granville, seor de nada! Qu
se siente al ser dominado por el nuevo lder?
La mujer se volvi y se tambale calle abajo, con una mano extendida para
mantener el equilibrio apoyada en la pared.
Silas dio dos pasos y se abalanz sobre ella.


Dios! Los huevos pasados por agua estn buensimos esta maana. George
puso mentalmente los ojos en blanco ante su propia fatuidad.
Ella, Violet y Euphie estaban sentadas a la mesa del desayuno.
Como vena siendo habitual desde haca varios das, su hermana rehusaba hablar
con ella salvo para mantener las ms desganadas conversaciones, obligndola a hacer
comentarios sobre los huevos.
Mmm... Violet levant un hombro.
Por lo menos an estaba viva. Que le haba pasado a su vivaz hermana pequea?
La que era constitucionalmente incapaz de reprimir una exclamacin sobre cada
pequeo detalle?
A m me gustan los huevos pasados por agua coment Euphie con voz
aflautada desde el otro extremo de la mesa. Naturalmente, es muy importante que
estn un poco crudos y no hechos del todo.
George arrug el entrecejo mientras tomaba un sorbo de t. Acaso Euphie no
haba reparado en el silencio casi sepulcral de la joven que estaba a su cargo?
Los rones tambin son buenos continu Euphie. Si estn hechos con
mantequilla. Pero no puedo soportar el jamn por la maana. Lo cierto es que no s
cmo puede soportarlo nadie.
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Quizs hubiese llegado el momento de encontrar una dama de compaa ms
joven para Violet. Euphie era un encanto, pero un tanto despistada a veces.
Te gustara salir hoy a montar? inquiri George. Quiz lo nico que
necesitaba Violet era aire fresco. El otro da vi un paisaje precioso y pens que si te
llevabas tus lpices, podras dibujarlo. Tony dice...
-Lo siento. Violet se levant de su silla de un salto. Es que... es que hoy no
puedo ir.
Sali corriendo de la habitacin.
La gente joven es tan impredecible, verdad? Euphie pareca perpleja.
Cuando yo era pequea, estoy convencida de que mi madre me dijo un centenar de
veces: Euphemia, no te precipites. El verdadero sello de distincin de una dama es
su habilidad para permanecer tranquila.
Muy instructivo, sin duda repuso George. Sabes qu es lo que le preocupa
a Violet?
Lo que le preocupa, mi lady? Euphie lade la cabeza como un pjaro. De
hecho, no me consta que est preocupada. Creo que cualquier pequeo cambio en su
comportamiento habitual podra ser atribuido a su juventud y a ciertos
acontecimientos mensuales. Se ruboriz y rpidamente tom un sorbo de t.
Ya veo. George analiz a la mujer de cierta edad cuidadosamente. Quiz sera
mejor que trabajase como dama de compaa de mam. Sin duda, all sus despistes
no seran perjudiciales. Bien, gracias por tu perspicacia. Y ahora, si me disculpas...
George se puso de pie y sali de la salita del desayuno mientras Euphie an
murmuraba su consentimiento.
Corri escaleras arriba hasta la habitacin de Violet.
Violet, querida? George llam a su puerta.
Qu quieres? La voz de su hermana sonaba sospechosamente spera.
Quera hablar contiguo, si es posible.
Vete. No quiero ver a nadie. T nunca me entiendes. La llave gir en la
cerradura.
Violet le haba impedido entrar.
George mir fijamente la puerta. Muy bien, pues. Desde luego no pensaba
enzarzarse en una discusin a travs de la madera maciza. Atraves el pasillo dando
pisotones. Euphie estaba en su propio mundillo, Violet enfurruada, y Harry...
George abri la puerta de su dormitorio con tanto mpetu que sta choc contra la
pared. Y Harry no apareca por ninguna parte. Ella se haba presentado con la calesa
en su cabaa a las siete de esta maana, y l ya se haba marchado. Cobarde! Y los
hombres crean que las mujeres eran dbiles. Probablemente habra salido a hacer
cosas de hombres llevado por la falsa ilusin de que haba trabajo que hacer, cuando
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en realidad no haca ms que evitarla. Ja! Bien, a ese juego podan jugar dos. Se sac
con dificultad su vestido de da y se puso precipitadamente un traje de montar. Dio
una vuelta entera sobre s misma para intentarse abrochar los corchetes de la espalda
antes de admitir la derrota y llamar a Tiggle.
La doncella lleg con la misma expresin medio apesadumbrada medio
reconfortante que haba adoptado desde la desastrosa noche anterior.
Al verla, George por poco perdi el control.
Aydame a abrocharme esto, por favor. Se puso de espaldas.
Va a salir a montar, mi lady?
S.
Con este tiempo? Tiggle mir con reservas hacia la ventana.
Una rama mojada de un rbol daba latigazos contra ella.
S. George contempl la rama del rbol con semblante ceudo. Por lo menos
no haba relmpagos.
-Ya veo. Tiggle se agach detrs de ella para llegar a los corchetes de su
cintura. Qu lstima lo de anoche! Que el seor Pye rechazase su invitacin.
George se tens. Se compadecan ahora de ella todos los criados?
No me rechaz. Bueno, no exactamente.
Oh!
George pudo notar cmo el calor se expanda por su cara. Al diablo con las
complexiones plidas!
Me pregunt qu quera de l.
Tiggle, que estaba recogiendo el vestido de da que George se haba quitado, se
detuvo y la mir con fijeza.
Y qu respondi, mi lady? Si no le importa que se lo pregunte.
George levant las manos en el aire.
No saba qu decir. Mascull algo as como que nunca haba hecho esto antes y
l se fue.
Oh! Tiggle arque las cejas.
Qu quiere que le diga? George anduvo hasta la ventana-. Quiero que se
desnude, Harry Pye? Seguro que normalmente se hace con ms finura que eso. Y
por qu me pregunta por mis intenciones? No me creo que la mayora de los affairs de
coeur empiecen con semejante observacin de legista. Me sorprende que no me las
pidiera por escrito: Yo, lady Georgina Maitland, exijo que el seor Harry Pye haga
el amor conmigo con suma delicadeza. Por favor!
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Hubo silencio a sus espaldas. George hizo una mueca de disgusto. Haba dejado
atnita a Tiggle. Acaso el da poda ser...?
La doncella se ech a rer.
George se volvi.
Su doncella estaba doblada, intentando recobrar el aliento.
Oh, mi lady!
George hizo otra mueca enfadada.
No tiene gracia.
No, naturalmente que no. Tiggle se mordi el labio, claramente esforzndose
por contenerse. Es slo que... Quiero que se desnude, Ha-Ha-Harry Pye. De
nuevo estall en risas.
George se sent pesadamente en el borde de la cama.
Qu voy a hacer?
Lo siento, mi lady. Tiggle se sent junto a ella, con el vestido an en sus
brazos. Es eso lo que quiere de Harry Pye? Un affaire?
S. George frunci la nariz. No lo s. Si lo hubiese conocido en un baile, no
le habra pedido un affaire.
George habra bailado con l, luego flirteado e intercambiado ingeniosas bromas.
l le habra enviado flores a la maana siguiente y quiz le habra pedido dar una
vuelta por el parque en carruaje. La habra cortejado.
Pero a un administrador de fincas no le invitan a los bailes a los que usted asiste,
mi lady constat Tiggle con tranquilidad.
Exacto. Por alguna razn ese simple hecho oblig a George a parpadear para
ahuyentar las lgrimas.
Bien, pues... Tiggle suspir y se levant, como no hay ninguna otra opcin,
quiz deba usted decirle lo que me ha dicho. Sonri sin mirarla a los ojos y
abandon la habitacin.
George se dej caer sobre su cama. Ojal...! Suspir. Si los deseos fuesen
caballos, entonces los mendigos montaran a caballo.


Harry cerr la puerta de su cabaa y apoy en ella la cabeza. Todava poda or
cmo la lluvia golpeaba sobre la madera. Los cereales se estaban pudriendo en los
campos, y l no poda hacer una maldita cosa al respecto. Pese al amable
ofrecimiento de lady Georgina de hacer prstamos a los arrendatarios, estos
perderan un montn de dinero, un montn de comida, si la cosecha se iba a pique. Y
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no slo eso, sino que hoy se haban encontrado ms ovejas muertas en la finca de
Granville. La audacia del envenenador estaba aumentando. En la ltima semana
haba actuado tres veces, matando a ms de una docena de animales. Hasta el ms
leal de los arrendatarios de Woldsly lo miraba ahora con recelo. Y por qu no? Para
muchos l era un forastero aqu.
Se apart de la puerta y dej el farol encima de la mesa junto a una carta que haba
abierto esta maana. La seora Burns le haba dejado la cena, pero no la toc. En
lugar de eso encendi la chimenea y puso el hervidor de agua a calentar.
Haba salido a caballo antes del amanecer y haba estado trabajando desde
entonces, examinando las cosechas. Ya no poda seguir soportando lo mal que ola su
propio cuerpo. Rpidamente se desnud de cintura para arriba y puso el agua
caliente en una palangana. Apenas estaba tibia, pero la emple para lavarse debajo
de los brazos, el pecho y la espalda. Finalmente, llen la palangana de agua limpia y
sumergi en ella la cabeza y la cara. El agua fresca se desliz por su rostro, goteando
por la barbilla. Le dio la impresin de que no nicamente limpiabala suciedad de la
jornada, sino tambin todas las angustias mentales: la frustracin y la rabia y la
impotencia. Harry cogi un trapo y se sec la cara.
Llamaron a la puerta.
Se qued helado, con el trapo an en su mano. Habran venido al fin los hombres
de Granville a buscarlo? Apag el farol, sac su navaja y fue sigilosamente hasta la
puerta. Se apart a un lado y la abri de golpe.
Fuera estaba lady Georgina, la lluvia goteando por su capucha.
Puedo entrar? Baj la mirada y repar en el torso desnudo de Harry. Sus ojos
azules se abrieron atnitos.
Harry sinti que su pene se endureca ante la reaccin de George.
No pens que necesitara mi permiso para entrar, mi lady. Volvi hacia la
mesa para ponerse la camisa.
El sarcasmo no le sienta bien. Ella entr y cerr la puerta.
Harry destap su cena (sopa de judas) y se sent para tomrsela.
Lady Georgina dej su capa de cualquier manera sobre una silla. Harry sinti que
clavaba los ojos en l antes de acercarse a la chimenea. Toc todas y cada una de las
tallas de animales con la yema de un dedo y luego se volvi hacia l.
Harry tom una cucharada de sopa. Ya estaba fra, pero segua siendo sabrosa.
Ella arrastr los dedos por la mesa, detenindose al llegar a la carta. La cogi.
Conoce al conde de Swartingham?
Solemos ir a la misma cafetera en Londres. Harry se sirvi una jarra de
cerveza. En ocasiones me escribe para hablarme de asuntos agrcolas.
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En serio? George empez a leer la carta. Pero le habla como si lo
considerase su amigo. Su lenguaje es ciertamente informal.
Harry se atragant y le arrebat la carta de la mano, asustndola. Las cartas de
lord Swartingham algunas veces podan ser pintorescas; no aptas para una dama.
En qu puedo ayudarle, mi lady?
Lady Georgina se alej de la mesa. Su comportamiento pareca fuera de lugar, y
Harry necesit un minuto para comprenderlo.
Estaba nerviosa.
El entorn los ojos. Nunca la haba visto abochornada con anterioridad.
La ltima vez no me dej acabar mi cuento dijo ella. Sobre el Prncipe
Leopardo. Se detuvo junto al fuego y le dedic una expresin curiosamente
vulnerable.
Con una nica y fra palabra, Harry poda ahuyentar a esta mujer cuya posicin
era tanto ms elevada que la suya. Haba tenido alguna vez tanto poder sobre una
aristcrata? Lo dudaba. El problema radicaba en que en algn momento de la pasada
semana ella haba dejado de ser simplemente un miembro de la aristocracia y se
haba convertido en... una mujer. Lady Georgina.
Su seora.
Por favor, cunteme su historia, mi lady. Harry tom un poco ms de sopa de
la seora Burns, y mastic un trozo de carne de cordero.
Ella pareci que se relajaba y regres junto a la repisa de la chimenea para
juguetear con los animales tallados mientras hablaba:
El Prncipe Leopardo venci al ogro y se llev el Caballo de Oro. Le expliqu
esa parte? George le lanz una mirada.
Harry asinti.
S, entonces... Ella arrug la nariz pensativa. El joven rey, lo recuerda?
Mmm.
-Bien, el joven rey le quit al Prncipe Leopardo el Caballo de Oro,
probablemente sin siquiera un muchas gracias, y se lo envi a la princesa George
agit una mano, o mejor dicho a su padre, el otro rey. Porque la princesa no tiene
ninguna autoridad, verdad?
Harry se encogi de hombros. El cuento de hadas era de George; qu iba a saber
l!
Muy raras veces la tienen. Las princesas, quiero decir. Son siempre vendidas a
viejos dragones y gigantes y dems. Lady Georgina estaba observando un tejn
con las cejas arqueadas-. Dnde est el ciervo ?
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Cmo dice?
El ciervo. George seal la repisa. No est aqu. No se le habr cado al
fuego no?
No creo, pero podra ser.
Tendr que encontrar otro sitio para las tallas. Aqu es demasiado peligroso.
Empez a alinear los animales tallados al fondo de la repisa.
Como quiera, mi lady.
En cualquier caso continu lady Georgina, el joven rey le llev el Caballo de
Oro al padre de la princesa y le dijo: Aqu lo tiene, y qu me dice, pues, de su
hermosa hija?. Pero lo que el joven rey no saba era que el Caballo de Oro poda
hablar.
Es un caballo de metal que habla?
Por lo visto George no lo oy.
Nada ms salir el joven rey de la sala, el Caballo de Oro se dirigi al otro rey, el
padre de la princesa... me sigue?
Mmm. Harry tena la boca llena.
Bueno. Todos estos reyes resultan muy confusos. Suspir. Y el Caballo de
Oro le dijo: se no es el hombre que me ha liberado. Han engaado a Vuestra
Majestad. Y el padre de la princesa se puso furioso.
Por qu? Harry bebi un poco de cerveza. El padre de la princesa tena el
Caballo de Oro. Por qu iba a importarle quin lo rob realmente? Ella puso los
brazos en jarras.
Porque el robo del Caballo de Oro es una prueba. El rey nicamente quiere que
se case con su hija el hombre capaz de haberlo hecho.
Ya veo. Todo en s pareca estpido. Acaso un padre magnnimo no
mostrara ms inters por el hombre ms rico que por el ms fuerte?. O sea, que,
entonces, en realidad no quera el Caballo deOro.
Seguramente tambin quera el Caballo de Oro, pero eso no viene al caso.
Pero...
Lo importante lady Georgina lo fulmin con la mirada es que el padre de la
princesa se fue directamente a ver ai joven rey y le dijo: Ver, lo del Caballo de Oro
est muy bien, pero lo que realmente quiero es el Cisne de Oro que pertenece a una
bruja muy mala. De modo que si quiere a la princesa, vaya a buscarlo. Qu le
parece eso?
Harry tard unos instantes en darse cuenta de que lo ltimo iba dirigido a l.
Trag saliva.
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Me parece que hay un montn de animales de oro en este cuento de hadas, mi
lady.
S-afirm lady Georgina. Eso mismo pens yo. Pero difcilmente podran
ser de otra cosa no cree? Me refiero a que no quedara bien que hubiera un caballo
de cobre o un cisne de plomo. Frunci las cejas y cambi un topo por un gorrin.
Harry la observ pensativo.
Es eso todo, mi lady?
Qu? Ella no desvi la vista de los animalillos. No, hay mucho ms. -
Pero no sigui con el relato.
l apart a un lado la sopa restante.
Piensa contarme el resto?
No. No ahora mismo, en cualquier caso.
Harry se levant de la mesa y dio un paso hacia ella. No quera asustarla. Senta
como si su propio cisne de oro estuviese a su alcance.
Entonces, piensa decirme por que ha venido realmente, mi lady? le pregunt.
Poda oler el perfume de su pelo, una extica fragancia que ola a especias de tierras
remotas.
George coloc un tordo junto a un gato. El pjaro se cay y Harry esper mientras
ella lo enderezaba cuidadosamente.
Necesito decirle algo. Adems de lo del cuento de hadas. George tena el
rostro medio vuelto y l pudo ver el brillante rastro de una lgrima en su mejilla.
Un hombre amable (un hombre honorable) la dejara a solas. Fingira no haber visto
las lgrimas y se ira. No invadira sus miedos y deseos. Pero haca mucho tiempo
que Harry haba perdido el poco honor que alguna vez tuvo.
Y jams haba sido amable.
Le toc el pelo con la yema de un dedo, notando los suaves mechones.
Qu necesita decirme?
George se volvi para mirarlo de frente y sus ojos brillaron a la luz del fuego,
vacilantes, esperanzados, y seductores como la propia Eva.
Ya se lo que quiero de usted.

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Captulo 10
Harry estaba tan cerca de ella, que su aliento le acariciaba la cara.
Y qu es lo que quiere de m, mi lady?
A George le lata el corazn en la garganta. Esto era mucho ms difcil de lo que se
haba imaginado en su habitacin de Woldsly. Tena la sensacin de que estaba
desnudando su alma ante l.
Lo quiero a usted.
l se inclin ms hacia ella y a George le pareci notar que su lengua le tocaba la
oreja.
A m?
Ella ahog un grito. Esto era lo que la impulsaba, a pesar de su vergenza, a pesar
de su miedo: el deseo por este hombre.
Si. Quiero... quiero que me bese como la otra vez. Quiero verlo desnudo. Quiero
que me vea desnuda. Quiero...
Pero sus pensamientos se dispersaron porque en esta ocasin se senta segura de
ello, y Harry le estaba resiguiendo el borde de su oreja con la lengua. Y si bien la idea
de semejante caricia poda parecer bastante extraa, en realidad era divina. George se
estremeci.
Entonces el verti una risa sofocada en su hmeda oreja.
Usted quiere muchas cosas, mi lady.
Mmm. George trag saliva al tiempo que se le ocurra otra idea. Y quiero
que deje de llamarme mi lady.
Pero si me da usted las rdenes magistralmente. Los dientes de Harry se
cerraron alrededor del lbulo de su oreja.
George tuvo que apretar una rodilla contra otra para refrenar su propia excitacin.
A-aun as...
Quiz debera llamarla George, como hace su hermana. Harry subi hasta su
sien depositando una hilera de besos.
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Ella frunci el entrecejo mientras intentaba concentrarse en las palabras de Harry.
No resultaba muy fcil.
Bien...
Aunque me temo que no la veo con los mismos ojos que su hermana. George es
un nombre tan masculino! Una mano se desplaz hasta su pecho. Y yo no la
encuentro nada masculina. Le roz el pezn con el pulgar.
George dej casi de respirar.
Entonces se lo rode a travs de la tela de su vestido. Oh, Dios mo! No saba
que fuese posible sentir tanto con una caricia tan pequea.
Podra llamarla Georgina, pero es largo. Harry observ su mano, su mirada
era intensa.
Que?
Y luego est Gina, un apodo, pero es demasiado vulgar para usted. Le
pellizc el pezn y ella sinti que la descarga le llegaba hasta el centro de su ser.
Gimi indefensa.
Harry levant rpidamente la mirada hacia ella. Ya no sonrea.
As que, como ve, creo que tendr que seguir llamndola mi lady.
Baj la cabeza. La boca de Harry cubri la suya antes de que ella pudiera siquiera
pensar. Mordiendo, lamiendo, chupando. Su beso (si adevorar con tanta voracidad
poda llamrsele beso) se apoder de todos sus sentidos. George hundi los dedos en
sus cabellos y se aferr a stos como si su vida corriese peligro. Oh, gracias a Dios!
Haba empezado a pensar que jams volvera a saborear a Harry. Le succion la
lengua, susurrando su placer.
l emiti un sonido (un gruido?) y sin disimulo puso una mano en sus nalgas,
atrayndola bruscamente hacia l. George se habra apostado la vida a que la dura
vara que senta presionando contra el abdomen era su virilidad. nicamente para
estar segura, se frot contra ella, y la vara de Harry recibi casi toda su atencin. El
premi su atrevmiento metiendo una rodilla entre sus piernas. El efecto fue tan
excitante que ella prcticamente se olvid de la vara. De algn modo Harry haba
encontrado ese punto, ese rincn que tanto placer poda proporcionarle. l se lo frot
con su pierna mientras le introduca la lengua repetidas veces en la boca.
La sensacin por poco le hizo a George gimotear. Lo saba Harry? Tenan todos
los hombres un conocimiento secreto de esa parte de la anatoma de la mujer?
George le tir del pelo hasta que los labios de Harry se separaron de los suyos. La
rodilla continuaba con su desquiciador movimiento. Ella lo mir a los ojos,
entornados y de un verde ardiente, y entendi que su conocimiento era demoledor
Harry saba exactamente lo que le estaba haciendo. No era justo! La tendra postrada
en un charco de deseo antes siquiera de que ella pudiera descubrirlo.
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Pare.
La palabra fue ms un grito sofocado que una orden, pero Harry se detuvo de
golpe.
Mi lady?
He dicho que quera verlo a usted. George desmont de su rodilla. sa era
realmente la nica manera de describirlo.
Harry alarg los brazos abiertos.
Aqu me tiene.
Desnudo.
Por primera vez, hubo indicios de incomodidad en el rostro deHarry.
Como desee mi seora. Pero no hizo movimiento alguno.
George lo vio en sus ojos; tendra que desvestirlo ella misma. Se mordi el labio,
excitada y vacilante al unsono.
Sintese ah. Seal el silln que haba junto al fuego.
l obedeci, reclinndose con las piernas extendidas.
Ella titube.
Soy suyo para que haga conmigo lo que quiera, m lady dijo Harry. Las
palabras sonaron como un ronroneo, como si un gato enorme le hubiera dado
permiso para acariciarlo.
Si ella se mostraba ahora reacia, jams lo averiguara. Se arrodill y desaboton
cuidadosamente los botones de su camisa. Las manos de Harry descansaban con
naturalidad en los brazos de! silln, y l no hizo ningn movimiento para ayudarla.
Ella lleg al ltimo botn y abri las dos mitades de su camisa, examinndolo. La
trayectoria de los tendones de su cuello llegaba hasta las colinas de sus hombros,
suaves y firmes. Debajo estaban sus pequeos pezones marrones, fruncidos como los
suyos propios. Toc uno con la yema de un dedo y despus resigui la cresta
irregular del circundante y oscuro crculo.
l emiti un sonido.
Ella levant rpidamente la vista. Los ojos de Harry brillaban bajo sus prpados
entornados, y tena las aletas de la nariz infladas; por lo dems estaba quieto. Ella
volvi a mirar su torso desnudo. En el centro creca un vello oscuro, y George lo roz
para sentir su textura. Era fino, hmedo por debajo debido al sudor. Descendi
siguiendo el rastro del vello hasta su vientre, donde ste rodeaba su ombligo. Qu
curioso! Y el vello se esparca hasta ms abajo. Deba de encontrarse con... Busc el
cierre de sus pantalones, los botones que la encerraban. Su virilidad se ergua tiesa
dentro del tejido. George vio de soslayo que las manos de Harry se agarraban a los
brazos del silln, pero dej que ella continuara. Encontr los botones. Le temblaban
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las manos y desabroch un botn. Desaboton el cierre y lo abri lentamente
mientras trataba de respiran.
Su virilidad se ergua sola; era ms grande de lo que ella jams se hubiera
imaginado, y sobresala por debajo de sus calzones. Las estatuas mentan. Era
imposible que esto pudiese caber debajo de esas endebles hojas de higuera. Era ms
rojiza que la piel de su vientre, y poda ver las venas latiendo a lo largo de su
extensin. La cabeza era ms grande que el resto, brillante y roja. El pelo de la base
estaba hmedo, y cuando ella se inclin hacia delante (oh, cielos!) pudo oler a Harry.
Almizcle masculino, espeso y embriagador.
George desconoca la etiqueta de la situacin, si eso se haca o no, pero se lanz. Si
muriese maana y para la eterna salvacin de su alma tuviera que dar cuenta ante las
puertas del cielo y el mismsimo San Pedro, no se arrepentira de ello: toc el pene de
Harry Pye.
l gimi y levant la cadera.
Pero ella estaba entretenida con su descubrimiento. La piel era suave, como el ms
delicado guante de un nio, y se mova independientemente del msculo que haba
debajo. Pas rozando la palma de sumano por la columna hasta la cabeza del pene y
vio que haba una raja por la que emanaba lquido. Sera sta la semilla de la vida?
Harry volvi a gemir. Esta vez agarr a George y la sent sobre su regazo,
ocultando esa interesantsima parte de su cuerpo.
Me matar, mi lady. Forceje con los corchetes de la espalda del vestido de
George. Le prometo por la tumba de mi padre que podr contemplar mi cuerpo
desnudo durante horas, o tanto tiempo como pueda yo soportarlo, ms tarde. Pero
ahora mismo el vestido se solt hacia delante, y Harry tir de l y de la
combinacin necesito ver el suyo.
George frunci las cejas, dispuesta a protestar, pero l le haba sacado ya el
corpio entero, y agach la cabeza y le succion un pezn.
Ella mir fijamente la cabeza de Harry, atnita; entonces le lleg la sensacin del
movimiento, y tom aire. George saba que los hombres se volvan locos con los
pechos, pero no tena ni idea de por qu.
Oh, Dios!Esto era normal? Quiz no importase (l desliz la lengua hasta su otro
pecho y lo succion tambin), porque le pareca muy ertico. Muy evocador. Ahora,
espontneamente, las caderas de George se movieron en crculo. l se ri entre
dientes y ella sinti la vibracin a travs de su pezn.
Y entonces l mordi con suavidad.
Oh, por favor! A George le sorprendi la ronquedad de su propia voz. No
saba qu estaba suplicando.
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Pero Harry s lo saba. Cambi de posicin y tir del vestido de George para
sacrselo. Le quit las chinelas de una en una y dej que cayeran al suelo. Ella estaba
sobre su regazo como una odalisca, desnuda a excepcin de las medias y las ligas, su
pene presionando contra su cadera. Debera de haber sentido bochorno, lo saba. Si
tuviese un poco de decoro, habra huido dando gritos. Lo cual no haca sino poner de
manifiesto lo que ella llevaba cierto tiempo sospechando; que haba perdido todo
sentido del decoro. Para cuando Harry levant la cabeza y lenta, muy lentamente,
observ con atencin su cuerpo desnudo, ella arque literalmente la espalda como
para mostrarse.
Es tan hermosa. La voz de Harry era gutural, grave y spera. Esto toc
sus pezones hinchados parecen bayas rojas rodeadas de nieve. Esto pas la
mano suavemente por la curva de su vientre es tan suave, como la pelusa. Y esto...
Desenmara con los dedos los rizos de color castao rojizo que rodeaban su
feminidad. Tens brevemente la mano sobre su montculo. El rostro de Harry era
carnal a la luz del fuego, sus lneas de expresin marcadamente aliviadas, los labios
retirados en una sonrisa. Introdujo un largo dedo corazn entre sus pliegues.
George cerr los ojos mientras l la tocaba all.
Le gusta suave? La roz con el dedo. O fuerte? La acarici.
A-as suspir ella. Abri las piernas un poco ms.
Bseme susurr Harry, y volvi la cabeza para depositar ligeros besos sobre
sus labios.
George gimi en la boca de Harry. Enred las manos en su pelo y las pase por la
clida piel de sus hombros. Y durante todo el rato su dedo la acarici hasta que la
tensin alcanz unos niveles insoportables, y l le meti su lengua en la boca. George
se arque, sintiendo que el corazn se le sala del pecho y el calor se filtraba, se
expanda desde su centro. Estaba conmocionada, como si hubiese emprendido un
viaje sin regreso.
El la acarici, tierno y reconfortante.
Cuando ella empez a dejarse llevar, Harry la cogi en brazos, se levant y
anduvo hasta su dormitorio. La tumb en su estrecha cama y retrocedi
deliberadamente. La observ mientras se deshaca de la ropa restante. George
permaneca echada sin rigidez, expectante ante lo que sea que l fuese a hacer a
continuacin. Entonces el se subi a la cama y se puso un segundo a cuatro patas;
una bestia hambrienta a punto de devorar a su presa.
Su ms que dispuesta presa.
Quiz le duela. Harry busc su mirada.
No me importa. Ella tir de su cabeza acercndola a la suya propia.
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Sus labios se encontraron y l le abri las piernas con las suyas. George lo sinti en
su entrada. Harry levant la cabeza y aguant su peso sobre una mano, despus
entr con mpetu en ella. O por lo menos eso pens George. El retrocedi un poco y
empuj de nuevo, entrando ms carne en su cuerpo. Santo Dios!, todo l...? Otro
empujn y George ahog un grito. Dola. Molestaba. Quemaba. Harry le lanz una
mirada, apret los dientes y empuj con fuerza. Sus pelvis se unieron.
Suspir. Se senta llena; demasiado llena.
Sobre ella, l estaba quieto. Una gota de sudor resbal por un lado de su cara y le
cay en la clavcula.
Bien? Era un gemido.
No. George asinti y aventur una sonrisa.
Chica valiente susurr Harry.
ste se inclin para besarla y movi lentamente sus caderas. Daba la impresin de
que se friccionaba contra ella prcticamente sin mover su virilidad. Eso era bastante
agradable. Ella explor su espalda, los tensos msculos de los hombros, el valle de su
columna, hmeda por el sudor. Baj ms y not la flexin de sus nalgas mientras l,
al fin, se adentraba en ella. No era doloroso, pero tampoco tan agradable como le
haba parecido antes su dedo. George se concentr en juguetear con sus lenguas. Y en
hundir los dedos en los msculos de su trasero, porque le resultaban curiosamente
fascinantes. Le hubiera gustado verlo de espaldas ahora mismo. Ella se senta frgil.
l la penetraba una y otra vez. La sensacin de su virilidad deslizndose y saliendo
de ella era bastante interesante.
George se pregunt distrada qu aspecto deban de tener.
Entonces todo pensamiento se desvaneci, ya que l haba presionado su mano
contra ella all. Y, de algn modo, la combinacin de sus dedos y las embestidas de su
pene fueron absolutamente perfectas. Entonces le agarr de las caderas y empez a
mover las suyas. Completamente carente de ritmo, aunque no pareca que importase.
Casi... Oh,cielos! Vio realmente estrellas. Interrumpi su beso para arquear la
cabeza contra la almohada con una dicha distinta a cuantas haba sentido antes.
De repente l haba salido de su cuerpo y ella sinti que un calor salpicaba su
vientre. George abri los ojos a tiempo de ver a Harry echando hacia atrs la cabeza y
gritando. Se le marcaron los tendones del cuello, y su torso brillaba por el sudor.
Era la cosa ms magnfica que haba visto jams.


Resultaba verdaderamente sorprendente lo sencillo que era matar.
Silas baj los ojos y mir a la mujer que yaca en el tojo. Haba tenido que
arrastrarla hasta aqu despus de mantenerla encerrada durante ms de un da. Al fin
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y al cabo, lo importante haba sido que muriera del modo adecuado, y l haba tenido
que encontrar y preparar las hierbas venenosas. Una tarea bastante fastidiosa. La
mujer haba acabado teniendo convulsiones, y el cuerpo estaba retorcido. Antes de
morir, haba vomitado y perdido el control de sus intestinos, defecando de forma
asquerosa por todas partes. Se sonri. Aparte de ser repugnante, todo el proceso le
haba robado demasiado tiempo.
Pero haba sido sencillo.
Haba elegido un pasto de ovejas de su propia finca. Aislado por la noche, pero lo
bastante cerca del camino con el fin de que encontraran a la mujer antes de que se
descompusiera del todo. Era importante que esto se asociara con el envenenamiento
de las ovejas. Estos granjeros eran un puado de zopencos, y si no se les
proporcionaban las conexiones, posiblemente no viesen lo obvio.
Silas podra haber intentado que la mujer se bebiera el brebaje que l haba
preparado, pero haba sido ms rpido metrselo simplemente garganta abajo. A
continuacin se haba sentado a esperar. Ella haba blasfemado y protestado por su
comportamiento; ya estaba borracha cuando l se la haba encontrado. Entonces, al
cabo de un rato, la mujer se haba apretado con fuerza el estmago. Haba vomitado.
Se haba cagado.
Y finalmente haba muerto.
Silas suspir y se desperez, sus msculos entumecidos tras pasar tanto tiempo
sentado en una roca hmeda. Se levant y extrajo un pauelo del bolsillo. Se acerc
al apestoso cadver y desenvolvi el ciervo tallado. Lo coloc cuidadosamente a
varios pasos de la mujer. Lo bastante cerca como para que lo encontraran, pero lo
bastante alejado como para que pareciera que al asesino se le haba cado. Observ
con ojo crtico la escena que haba creado y le pareci bien.
Se sonri y se fue.


Un peso reposaba sobre su pecho. Harry abri los ojos pero no se movi. Vio una
nube de cabellos pelirrojos flotando por su pecho y su brazo derecho.
George se haba quedado a pasar la noche.
Mir hacia la ventana y blasfem para sus adentros. Ya clareaba.
Debera haberse levantado haca una hora, y lady Georgina debera haberse ido
bastante antes de eso. Pero estar aqu tumbado en una cama demasiado pequea con
su seora era agradable. Poda sentir la almohadilla de su seno contra el costado. Su
aliento le caa sobre el hombro, y su brazo le cruzaba por encima del pecho como si
ella se hubiese apropiado de el. Y quiz lo hubiese hecho. Tal vez l fuera como uno
de los prncipes encantados de sus cuentos y ella tuviera ahora la llave de su corazn.
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La llave de su mismsima alma.
Harry volvi a cerrar los ojos. Poda oler la fragancia de George mezclada con la
suya. Ella se movi, descendi la mano por su vientre, casi hasta su ereccin
matutina. Contuvo la respiracin, pero se detuvo ah.
Necesitaba orinar y, adems, ella estara demasiado dolorida esta maana. Apart
el brazo que tena encima suyo. Harry se incorpor.
El pelo de lady Georgina era una maraa que enmarcaba su rostro. Lo retir con
suavidad, y ella frunci la nariz dormida. l sonri. George pareca una joven e
indmita gitana. Se inclin, bes su pezn desnudo y se levant. Atiz el fuego, y
despus se puso los pantalones para salir a orinar. Cuando volvi, puso agua a hervir
y ech de nuevo un vistazo a la pequea habitacin. Su seora an dorma.
Estaba cogiendo la tetera cuando alguien empez a aporrear la puerta de la
cabaa. Se apresur a cerrar la del dormitorio. Se hizo con su navaja y entreabri la
puerta.
Fuera haba un caballero. Alto, y de pelo castao rojizo. El desconocido agitaba
una fusta en una mano huesuda. A sus espaldas vio un caballo atado.
S? Harry apoy la mano derecha por encima de su cabeza.
Con la otra sostena la navaja, escondida en su lado de la jamba de la puerta.
Estoy buscando a lady Georgina Maitland. La voz del desconocido,
entrecortada y perteneciente a la clase alta, habra paralizado a la mayora de los
hombres.
Harry arque una ceja.
-Y usted quin es?
El Conde de Maitland.
Ah...! Harry empez a cerrar la puerta.
Maitland encaj su fusta en el umbral para impedrselo.
Sabe dnde est? Ahora su voz era de advertencia.
S Imperturbable, Harry mir fijamente a Maitland. Pronto estar en casa.
Haba destellos de rabia en la mirada del otro hombre.
Antes de una hora o tumbar de una patada esta maldita choza con usted
dentro.
Harry cerr la puerta.
Al volverse, vio a lady Georgina asomada desde el dormitorio. Llevaba el pelo
suelto sobre los hombros y haba usado una sbana para cubrirse.
Quin era? Tena la voz ronca por el sueo.
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Harry tuvo deseos de levantarla en brazos y llevarla de nuevo a su cama y hacerle
olvidar el da de hoy, pero el mundo y cuanto en ste haba la aguardaban.
Volvi a dejar la tetera en el estante.
Su hermano.


Si haba alguien en el mundo entero a quien una mujer no querra ver justo
despus de una noche de xtasis, se era su hermano. George juguete con el lazo
que tena en el cuello.
Tiggle le apart la mano y le puso una ltima horquilla en el pelo.
Ya est lista, mi lady. Ms lista que nunca. Al menos la doncella haba dejado
de dirigirle miradas de tristeza.
Por el contrario, ahora se compadeca. Saba todo el mundo lo que haba pasado
anoche? La verdad es que debera haber sido ms discreta y no haberse quedado a
dormir. George suspir y contempl la posibilidad de fingir un dolor de cabeza. Pero
Tony era de lo ms obstinado. Quiz no la obligase a salir de su habitacin para
interrogarla, pero estara esperndola frente a la puerta en cuanto ella intentara
abandonar la estancia. Lo mejor sera quitrselo de encima.
Ech los hombros hacia atrs y baj las escaleras como una cristiana que va al
encuentro de un len especialmente fiero. Greaves le dedic una mirada solidaria
mientras le abra la puerta de la salita del desayuno.
Dentro, Tony estaba de pie junto a la repisa de la chimenea, mirando fijamente al
fuego desde su huesuda nariz. Evidentemente, no haba tocado la comida del
aparador. Era la viva imagen de su difunto padre, alto y anguloso, con un rostro
dominado por pmulos prominentes y gruesas cejas. La nica diferencia estaba en el
pelo castao rojizo que haba heredado de su madre. Eso, y el hecho de que era un
hombre mucho ms simptico de lo que lo fue su padre.
Habitualmente, en cualquier caso.
George repar en que Violet estaba visiblemente ausente. Tambin saba muy bien
por qu. Despus se ocupara de aquella sinvergenza.
Buenos das, Tony. George fue paseando hasta el aparador.
Arenques ahumados con mantequilla. Incluso el cocinero lo saba. Se sirvi una
racin generosa. Necesitara estar fuerte.
George la salud Tony con frialdad. Se acerc hasta la puerta y la abri de
golpe. Dos criados lo miraron, sobresaltados. No los necesitaremos. Asegrense de
que no se nos molesta.
Los criados hicieron una reverencia.
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S, mi lord.
Tony cerr la puerta y tir de su chaleco para alisarlo. George puso los ojos en
blanco. Cundo se haba vuelto su hermano tan estirado?
Deba de haber estado ensayando en su habitacin por las noches.
Vas a desayunar? inquiri ella al tiempo que se sentaba-. El cocinero ha
hecho unos arenques deliciosos.
Tony ignor su cortesa.
En qu podas estar pensando? Su tono era increblemente arisco.
Bien, en realidad, si quieres que te diga la verdad, no pens en absoluto.
George tom un sorbo de t. Me refiero a despus del primer beso. Besa muy bien.
George!
Si no queras saberlo, por qu preguntas?
Sabes perfectamente a qu me refiero. No te hagas la tonta conmigo.
George suspir y dej el tenedor. De todas maneras, los arenques le saban a
ceniza en la boca.
No es de tu incumbencia.
Naturalmente que me incumbe! Eres m hermana y no ests casada.
Me meto yo en tus asuntos? Te pregunto yo a qu damas ves en Londres?
Tony cruz los brazos y la mir fijamente desde su gran nariz.
No es lo mismo y lo sabes.
S George pinch un arenque, pero debera serlo.
l suspir y retir una silla que haba frente a ella.
Tal vez. Pero no es as como funciona el mundo. No se trata de cmo debera ser
la sociedad, sino de cmo es. Y la sociedad te juzgar con bastante dureza, querida.
Ella sinti que le temblaban los labios.
Vuelve a Londres conmigo le sugiri Tony. Podemos olvidar esto. Puedo
presentarte a algunos hombres para...
No es como elegir un caballo. No quiero cambiar un zaino por un castao.
Por qu no? Por que no buscas a un hombre de tu propia clase? Uno que se
case contigo y te de hijos?
Porque respondi George despacio no quiero simplemente a cualquier
hombre. Quiero a ste.
Tony golpe la mesa con la palma de su mano, sobresaltndola. l se inclin sobre
ella.
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Y que el resto de la familia se vaya al infierno, y ya est? T no eres as. Piensa
en el ejemplo que le ests dando a Violet. Querras que ella hiciera lo que haces t?
No. Pero no puedo vivir mi vida no siendo otra cosa que un ejemplo para mi
hermana.
Tony frunci los labios.
T no lo haces lo acus George. Puedes decir honestamente que cada vez
que haces algo te paras a pensar si es un buen ejemplo para tus hermanos?
Por el amor de Dios!
La puerta se abri de golpe.
Ambos alzaron la vista sorprendidos. Tony frunci las cejas.
Cre que haba dicho que no se admitieran...
Mi lord. Mi lady. Harry les cerr la puerta a los dos abrumados criados que
estaban fuera, y entr en la salita.
Tony se enderez y se alej de la mesa. Le sacaba tranquilamente media cabeza a
Harry, quien pese a ser ms bajo no titube en sus zancadas.
Est usted bien, m lady? Harry se diriga a George, pero en ningn
momento apart la mirada de Tony.
S, gracias, Harry. George le haba asegurado con anterioridad en la cabaa
que Tony jams le hara dao, pero deba de haber decidido constatarlo por s
mismo-. Le apetece un arenque ahumado?
Una comisura de los labios de Harry se levant esbozando una sonrisa, pero Tony
se anticip a su respuesta:
No lo necesitamos. Puede irse.
Tony protest George boquiabierta.
Mi lord. Harry inclin la cabeza. Una vez ms su expresin era
cuidadosamente impasible.
George tuvo la sensacin de que el corazn se le parta en pedazos diminutos.
Esto no est bien. Empez a levantarse, pero Harry ya se diriga hacia la puerta.
Su amante abandon la salita, expulsado por su hermano como un vulgar criado.


Nada derrumba tanto a un hombre como no poder proteger a su amada. Harry se
puso su tricornio y su capa y anduvo a zancadas hasta los establos; los talones de sus
botas levantaban la gravilla. Pero lady Georgina no era realmente suya, verdad? No
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estaba unido a ella por ley o por la sociedad. Era una mujer que le haba dejado que
le hiciera e lamor. Una vez.
Y quizs nicamente esa vez.
Haba sido la primera vez para ella e inevitablemente l le haba hecho dao. Le
haba dado placer antes, pero bast para compensar el dolor de despus? Saba ella
que slo dola la primera vez? Quiz no le dejara demostrarle que poda darle placer
con su carne dentro de la suya.
Harry blasfem. El caballerizo que sostena la cabeza de su yegua lo mir con
cautela. l mir al chico con semblante ceudo y cogi las riendas. El hecho de que
deseara a lady Georgina no le ayudaba a mejorar su estado anmico. Ahora. Debajo
de l o encima, no importaba; lo nico que quera era hundir su miembro en ella y
volver a sentir que el mundo desapareca.
Seor Pye!
Harry mir por encima de su hombro. El conde de Maitland lo estaba llamando
desde los escalones de Woldsly. Jess! Y ahora, qu?
Seor Pye, si me espera mientras me traen mi caballo, me gustara acompaarlo.
Vaya! No tena otra alternativa, verdad?
Muy bien, mi lord.
Observ al conde encaminndose hacia l mientras los caballerizos corran para
cumplir sus rdenes. Aun cuando el otro hombre no se hubiera presentado esta
maana en la cabaa, Harry lo habra reconocido. Tena los ojos de su hermana; de
un azul claro y penetrante.
Trajeron un caballo ensillado, y los dos hombres se montaron. Se alejaron del patio
del establo sin decr palabra. Por lo menos el conde era discreto.
En lo alto se cernan nubes oscuras, amenazando an con ms lluvias donde ya no
se requera ni una gota.
Estaban prcticamente en la verja de entrada cuando el conde habl:
Si es dinero lo que quiere, puedo darle una considerable cantidad para que se
marche.
Harry mir al conde; Tony, lo llamaba lady Georgina. Su rostro era glacial, pero
las comisuras de sus labios se curvaban muy ligeramente, delatando su aversin.
Harry casi lo compadeci.
No quiero dinero, mi lord.
No me tome por un idiota. Las aletas de la nariz de Tony se inflaron. He
visto la barraca en la que vive, y su atuendo no evidencia siquiera una fortuna
modesta. Va detrs del dinero de m hermana.
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No ve otro motivo para que yo busque la compaa de lady Georgina?
Yo...
-Me pregunto si se da cuenta de lo cerca que est de insultar a mi seora
declar Harry.
El rubor se esparci por los pmulos del otro hombre. Harry record que el conde
era el hermano menor de lady Georgina. No poda tener ms de, qu?, veinticinco o
veintiseis aos. Sus aires de autoridad hacan que pareciera mayor.
Si no acepta mi dinero y la deja en paz, me ocupar de que sea despedido sin
referencias amenaz Tony.
He sido contratado por su hermana, no por usted, mi lord.
Acaso no tiene amor propio, hombre? Tony hizo parar de golpe su caballo.
Qu clase de canalla se aprovecha de una mujer solitaria?
Harry tambin detuvo su caballo.
De verdad cree que su hermana no calara rpidamente a un hombre que
intentara aprovecharse de ella?
Tony frunci las cejas.
La ha puesto en peligro. Volet dice que nuestra hermana fue asaltada estando
en su compaa.
Harry suspir.
Tambin le ha dicho lady Violet que lady Georgina dispar con una pistola a
los agresores? El otro hombre abri los ojos desmesuradamente. O que, para
empezar, si yo me hubiera salido con la ma, ella no habra estado conmigo en la
calesa?
Tony hizo una mueca de disgusto.
Le dio igual lo que usted opinara, verdad? Es un tanto insistente.
Harry arque una ceja.
Tony tosi e hizo avanzar a su caballo.
Sea como sea, un caballero no sigue volcando sus atenciones en una dama que
no puede corresponder a ellas.
Entonces, a mi juicio, tiene usted dos problemas, mi lord anunci Harry.
Tony entorn los ojos.
Uno, que la dama, ciertamente, corresponde a mis atenciones; y dos Harry se
volvi para mirar al conde a los ojos, que no soy un caballero.

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Captulo 11
Violet, abre esta puerta! George contuvo el aliento y peg la oreja a la madera.
Nada. S que ests ah dentro. Te oigo respirar.
No puedes dijo su hermana con voz malhumorada desde el interior.
Ah!
Violet Elizabeth Sarah Maitland. Abre esta puerta de una vez o le dir a Greaves
que saque las bisagras.
No, no lo hars. Las bisagras estn dentro. Violet son triunfal.
As era, qu picarona! George inspir y apret los dientes.
Entonces le dir que eche la puerta abajo.
T no haras eso. La voz de Violet estaba ms cerca.
Yo que t no lo dara por sentado. Cruz los brazos y dio golpecitos con un
pie en el suelo.
Se oy un chirrido al otro lado; luego la puerta se entreabri. Se asom un ojo
empaado de lgrimas.
Oh, cario! George empuj para abrir la puerta del todo y entr, cerrndola a
sus espaldas. Ya es hora de acabar con esto. Qu te ha empujado a escribirle a
Tony?
El labio inferior de Violet empez a temblar.
Ese hombre te tiene en sus garras. Te ha engatusado con sus caricias y sus
artimaanas carnales.
Caricias y artimaas carnales? George arrug el entrecejo.
Qu sabes t de artimaas carnales?
Violet abri los ojos desmesuradamente.
Nada contest con excesiva rapidez. Bueno, slo lo que todo el mundo oye.
George mir fijamente a su hermana pequea mientras sta se ruborizaba.
Siempre resultaba problemtico intentar mentir teniendo la piel blanca.
Violet le dijo lentamente, hay algo que quieras contarme?
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Violet solt un agudo gemido y se arroj a los brazos de George.
Oh, Dios mo!
Ya, ya, mi nia. George se tambale hacia atrs (Violet era dos o tres dedos
ms alta que ella) y se sent en el asiento almohadillado que haba junto a la
ventana. No ser para tanto.
Violet intent hablar, se atragant y llor un poco ms. George la acun,
musitando las necedades que uno le susurra a un nio angustiado, y apart el pelo
de la hmeda frente de su hermana.
Violet inspir, estremecindose.
T-t no lo entiendes. He hecho algo realmente horroroso. Se frot los ojos
con una mano. He... he pecado George!
George no pudo evitar esbozar una sonrisa {Violet era siempre muy dramtica),
pero recuper la compostura de golpe.
Cuntame.
Me... me he acostado con un hombre. Las palabras eran confusas porque
Violet haba enterrado la cabeza en su hermana, pero George no las confundi.
Se puso seria de inmediato, el temor se anud en su garganta.
Qu? Apart a Violet de su pecho. Mrame. A qu te refieres? Tal vez
su hermana hubiese de algn modo confundido los conceptos; hubiese confundido
un abrazo con algo ms.
Violet levant su rostro destrozado.
Le entregu mi virginidad a un hombre. Me sali sangre.
Oh, Dios mo! No, Violet no, su hermana pequea no. George sinti que las
lgrimas le escocan sus propios ojos, pero las ahuyent y enmarc la cara de su
hermana con sus manos. Te oblig? Te hizo dao?
N-no. Violet se atragant con un sollozo. Es casi peor. Lo hice por mi propia
voluntad. Soy una libertina. U-una... ramera. Se derrumb de nuevo y ocult su
rostro en la falda de George.
George le acarici la espalda a su hermana, esper y reflexion. Tena que enfocar
esto bien desde el principio. Cuando Violet se volvi a calmar, George dijo:
No creo que podamos atrevernos a decir que eres una ramera. Me refiero a que
no aceptaste dinero, verdad?
Violet sacudi la cabeza.
Por supuesto que...
George alz una mano.
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Y en cuanto a lo de ser una libertina, bueno... slo ha habido un hombre. Estoy
en lo cierto?
S-s. El labio inferior de Violet tembl.
Entonces creo que tendrs que perdonar mi inclinacin a afirmar que el
caballero tiene por lo menos tanta culpa como t. Qu edad tiene l?
Violet pareca un poco reacia a dejar de ser rebajada a la categora de ramera.
Veinticinco.
Veinticinco! El seductor y lascivo... George respir.
Y lo conozco? inquiri con tranquilidad.
Violet se apart de su hermana.
No te lo dir! No me obligars a casarme con l!
George la mir fijamente; el corazn dejndole de latir en el pecho.
Ests engordando?
No! El susto de Violet era sincero, gracias a Dios.
George solt el aire con alivio.
Entonces, por qu crees que te obligara a casarte con l?
Bueno, quiz t no, pero Tony... Violet se levant y deambul por la
habitacin. Me ha estado escribiendo cartas.
Tony?
No! Violet se volvi y la mir rabiosa. El.
Oh, l! George frunci las cejas. Y qu te dice?
Que quiere que me case con el. Asegura que me ama. Pero, George... Violet
cogi un candelabro de la mesilla de noche y gesticul con l, yo ya no lo quiero.
Lo quera. Es decir, crea que lo quera. Por eso, bueno, ya sabes.
Perfectamente. George not que se ruborizaba.
Pero entonces despus empec a fijarme en lo separados que tena los ojos de la
nariz y en que su tono de voz es muy amanerado. Violet se encogi de hombros y
dej el candelabro encima del tocador. Y luego se desvaneci, el amor o lo que
fuera. No lo odio; simplemente no lo quiero.
Ya veo.
Es eso lo que sientes por el seor Pye? -le pregunt Volet. Ya lo has
olvidado?
George visualiz a Harry Pye: su cabeza echada hacia atrs, los tendones de su
cuello tensos mientras alcanzaba el climax encima de ella.
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Un lento calor le invadi las entraas. Se sorprendi a s misma cerrando los
prpados.
Los abri de golpe y enderez la espalda al unsono.
Mmm..., no exactamente.
Oh! Violet pareca desesperada. Entonces, quiz sea slo yo.
No lo creo, mi amor. Quiz sea que nada ms tienes quince aos. O se
apresur a aadir viendo que Violet haca pucheros quiz sea que simplemente l
no es el hombre adecuado para ti.
Oh, George! Violet se dej caer sobre la cama, Jams tendr otro
pretendiente. Cmo explicar que he perdido el himen? Quiz debera casarme con
l. Ningn otro hombre me querr nunca. Violet clav los ojos en el dosel de su
cama. Es slo que no estoy segura de que pueda soportar su manera de tomar rap
durante el resto de mi vida.
-S, eso sera una tortura musit George, pero me temo que tendr que
imponerme y prohibirte que te cases con l. De modo que ests salvada.
Eres un encanto. Violet sonri trmulamente desde la cama. Pero l me ha
dicho que se ver obligado a contarlo todo si no me comprometo con l.
Ah...! Si alguna vez consegua ponerle las manos encima a ese bastardo
chantajista.... Entonces me parece que realmente tendrs que decirme su nombre,
mi amor. Lo s alz una mano mientras Violet empezaba a protestar, pero es la
nica forma.
Qu hars? le pregunt su hermana con un hilo de voz.
George la mir a los ojos.
Tendremos que decirle a Tony quin es para que pueda convencerlo de que no
ests interesada en el matrimonio.
Pero a Tony, George? Violet extendi los brazos en cruz sobre la cama,
adoptando inconscientemente la postura de una mrtir. Sabes la frialdad y el
desprecio con que observa a las personas. Me hace sentir como un gusano. Un
gusano aplastado.
S, querida, soy consciente de cmo mira constat George. He sido la
receptora de ello precisamente esta maana, gracias a ti.
Te pido perdn por eso. Violet pareci compungida antes devolver a su
propio dilema. Tony me obligar a casarme con l!
No, ahora ests siendo injusta con el repuso George. Es posible que haya
perdido todo su sentido del humor desde que se hizo con el ttulo, pero eso no
significa que fuerce a una hermana a casarse, especialmente a su hermana de quince
aos.
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Aunque me haya...
Aun as. George sonri. Piensa en lo til que ser Tony para convencer a
este caballero. La verdad es que es la nica ventaja que le veo a tener un conde por
hermano.


Esa noche, George se estremeci y se ajust mejor la capucha de su capa alrededor
de la cara. Era tarde, casi medianoche, y la cabaa de Harry estaba a oscuras. Se
habra ido ya a la cama quiz? En cualquier otro momento, por cualquier otra razn,
habra dado media vuelta. Pero esta compulsin la empujaba a seguir. Tena que
volver a verlo. Slo que no haba venido aqu tan tarde por la noche para verlo no?
Sinti que un rubor se iniciaba en la parte alta de sus pmulos. Quera hacer ms,
mucho ms, que ver a Harry Pye. Y no quera analizar con demasiado detenimiento
las razones que haba detrs de ese impulso.
Llam a su puerta.
Se abri casi al instante, como si l hubiera estado esperndola.
Mi lady. Sus ojos verdes estaban soolientos.
Llevaba el pecho desnudo, y eso atrajo la mirada de George.
Espero que no le importe... empez ella a decir inspidamente, dirigindose a
su pezn izquierdo.
El extendi su largo brazo y la atrajo hacia s. Dio un portazo y la levant
apoyndola contra la puerta. Le retir la capucha y le palp los labios. Harry le
inclin la cabeza hacia atrs y acerc su boca a la de ella, introducindole la lengua
entre los labios. Oh, cielos, necesitaba esto!, pens ella. Se haba vuelto tan lasciva
tras probar slo una vez? Las manos de Harry la agarraron por detrs de la cabeza, y
ella not que las horquillas se caan. El pelo se solt sobre su espalda. Entonces
desplaz las manos, masajeando, acariciando la espalda de Harry. Su lengua saba a
cerveza y poda oler su almizcle.
Ya tenia los pezones excitados y anhelantes como si lo reconocieran a l y lo que
representaba.
Harry desliz los labios por su cuello, con la boca abierta.
No me importa contest l con voz spera.
Y mientras ella trataba de recordar a qu le haba contestado, l meti la mano en
su corpio. Tir de ste violentamente, desgarrando la delicada tela y dejando al
descubierto sus pechos desnudos. George ahog un grito y sinti que se humedeca
entre sus piernas. A continuacin l puso la boca en su seno, pellizcndolo. De hecho,
le preocupaba que el la mordiera. Pareca animal, primario, masculino en contraste
con su feminidad. Lleg a su pezn y lo mordi, un fuerte pellizco.
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George no pudo evitar arquear la cabeza y gemir.
Ahora l tena una mano bajo su falda, levantndola y empujndola como si
estuviera impaciente por encontrar su centro. Ella se agarr de sus hombros cuando
l encontr su objetivo. La roz con los dedos, tocando, palpando.
Harry alz la cabeza de su seno y se ri entre dientes.
Ests hmeda para m. Su voz era enigmtica. Sexual.
Entonces puso ambas manos debajo de sus piernas y la levant, apoyando su
espalda contra la puerta; todo su peso descansaba sobre el. Estaba irremediablemente
abierta mientras l se mova entre sus muslos. George sinti el roce de los pantalones
de Harry. Y despus el roce de l. Abri bien los ojos y se encontr con los suyos,
brillantes y verdes como los de un depredador.
Oh, Dios!
l oscil sus caderas, slo un poco. Ella sinti la intrusin. Se imagin esa ancha
cabeza separando sus labios all abajo, y jade con los ojos medio cerrados. l se
mene de nuevo y su pene se introdujo un poco ms.
Mi lady. El aliento de Harry le acarici los labios.
Con un esfuerzo, ella abri los ojos.
Qu? dijo respirando con dificultad. Se senta borracha, aturdida, como si
flotara en un maravilloso ensueo.
Espero que no le importe se mene mi atrevimiento.
Qu?
No. Esto...,no me importa. George apenas poda articular las palabras.
Est segura? l le lami el pezn, el malvado, y ella dio un respingo.
Estaba tan sensible, que la sensacin era casi dolorosa. sta me la pagar.
l se mene.
En otro momento.
Completamente gimi George.
Harry sonri abiertamente, pero una gota de sudor resbal por su sien.
Entonces, con su permiso.
No esper a que ella asintiera, sino que introdujo toda la extensin de su pene en
ella, levantndola contra la puerta y dando con maravillosa precisin en ese lugar.
George rode a Harry con sus piernas, sus brazos y su corazn. l recul con una
lentitud desesperante y repiti el proceso, esta vez pivotando un poco al penetrarla.
El impacto envi destellos de xtasis que recorrieron todo su cuerpo.
Se iba a morr de placer.
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l recul de nuevo, y ella pudo sentir cmo cada centmetro se arrastraba contra
su carne sensible. Esper, suspendida en el tiempo y el aire, a que l la penetrase una
vez ms. Y Harry lo hizo; su pene se introdujo en ella y con la pelvis friccion su
centro expuesto. Entonces por lo visto l perdi el control. Inici un ritmo rpido, sus
movimientos eran cortos y bruscos; pero igual de eficaces, maldito fuera! Y se inici
para ella, expandindose en ondas que parecan no tener fin. George no poda
recuperar el aliento, no poda ver ni or, nicamente poda gemir con primitiva
desinhibicin y abrir la boca y llenarla con el hombro de Harry, salado y caliente.
Le mordi.
l eyacul, saliendo de ella repentinamente, pero manteniendo los brazos a su
alrededor mientras entre convulsiones y espasmos volcaba entre ellos su secrecin.
Harry se apoy en ella; su peso la mantena pegada a la pared al tiempo que ambos
respiraban profunda y entrecortadamente. George se senta pesada. Lnguida. Como
si nunca pudiera volver a mover sus extremidades. Acarici el hombro de Harry,
frotando la seal de la mordedura que le haba dejado.
l suspir en sus cabellos, y dej que las piernas de George cayeran al suelo
mientras la sujetaba.
Me gustara poderla llevar a mi cama, pero me temo que me acaba de dejar sin
fuerzas, mi lady. Eso se apart de ella lo suficiente como para mirarla a los ojos,
si tiene intencin de quedarse toda la noche.
S. George comprob el estado de sus piernas. Temblorosas pero pasables. Se
dirigi hacia la pequea habitacin. Me quedare a pasar la noche.
Y su hermano? inquiri l a sus espaldas.
Mi hermano no controla mi vida contest George altiva. Adems, he salido
inadvertidamente por la puerta de servicio.
Ah! El la haba seguido hasta el dormitorio, y ahora ella vio que Harry
llevaba una palangana con agua.
George arque las cejas.
Tendra que haber hecho esto ayer noche. Estaba avergonzado?
Harry dej la palangana junto a la cama y ayud a George a quitarse el vestido y
la camisa, a continuacin se arrodill para sacarle los zapatos y las medias.
Tmbese, mi lady.
George se ech boca arriba en la cama. Por alguna razn ahora se mostraba tmida
cuando no lo haba estado antes mientras hacan el amor como unos locos. Harry
cogi un trapo y lo sumergi en la palangana, escurrindolo; acto seguido lo desliz
por el cuello de George. Ella cerr los ojos. El trapo mojado le dej a su paso frescor y
la carne de gallina. Oy que Harry sumerga y escurra otra vez el trapo; el hilillo de
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agua en cierto modo le pareci ertico en medio del silencio de la habitacin. Le lav
el pecho, los senos y por encima del vientre, dejando un rastro de calor fro.
Ahora la respiracin de George se estaba acelerando, a la espera delo que vendra
a continuacin.
Pero l empez de nuevo por sus pies, arrastrando el trapo por sus pantorrillas.
Con suavidad, Harry le separ los muslos y le lav las curvas internas. Moj el trapo,
y ella sinti el frescor en su monte de venus. l la acarici deliberadamente con el
trapo entre sus pliegues y George contuvo el aliento. Entonces el peso del cuerpo de
Harry abandon la cama.
Ella abri los ojos y lo observ mientras se quitaba los pantalones. Desnudo, con
los ojos clavados en los suyos, cogi el trapo y se frot el pecho. Lo moj. Lo escurri.
Se lav las axilas. El vientre.
Ella cerr los prpados y se lami los labios.
El pene de Harry creci. George alz la vista y sus miradas se encontraron. l
sumergi el trapo en el agua. Levant su virilidad para lavar las pesadas bolsas de
debajo. Volvi a sumergirlo en la palangana y arrastr el trapo mojado por su pene
de abajo arriba, envolvindolo, dejando la piel reluciente. Restreg el trapo en su
vello pbico y luego lo tir al suelo. Entonces se acerc a la cama con el pene erecto,
George no poda sacarle los ojos de encima.
Coloc una rodilla junto a ella, haciendo que la cama se hundiera. Las cuerdas que
sostenan el colchn crujieron.
Piensa terminar su cuento de hadas, mi lady?
Ella parpade.
Mi cuento de hadas?
El del prncipe Leopardo, el joven rey. Harry roz su clavcula con los
labios. La hermosa princesa, el Cisne de Oro.
Ah, s! George se esforz en pensar. La boca de Harry se estaba acercando a
la parte inferior de su pecho izquierdo. Creo que nos habamos quedado en el
momento en que el padre de la princesa le dice al joven rey que consiga... Solt un
grito.
Haba llegado a su pezn. Su pecho ya estaba blando de su juego anterior.
Harry levant la cabeza.
El Cisne de Oro que tiene la bruja malvada. Exhal aire fresco sobre su pezn
hmedo.
George ahog un grito.
S. Naturalmente, el joven rey envi ai Prncipe Leopardo a buscarlo.
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Naturalmente susurr Harry sobre el otro pezn.
Y el Prncipe Leopardo se convirti en... ah...!
Harry se haba metido ese pezn en la boca.
Lo solt de golpe.
Un hombre apunt, y resopl.
Mmm... George se dej llevar por unos segundos. S. Y el Prncipe
Leopardo sujetaba su corona de esmeraldas en la mano...
Le estaba depositando besos en su abdomen.
...y dese...
S?
Le estaba lamiendo el ombligo?
Una capa que lo volviera invisible.
En serio? Harry apoy su mandbula en el bajo vientre de George; sus brazos
descansando sobre los huesos plvicos de sta.
George alarg el cuello para verlo. Estaba tumbado entre sus piernas abiertas;
tena la cara slo a unos centmetros de su... Y pareca seriamente interesado en su
historia.
S, en serio. Ella volvi a dejar caer la cabeza en la almohada. Y se puso la
capa y fue a robar el Cisne de Oro sin que la malvada bruja siquiera se diera cuenta.
Y cuando regres que haca Harry all abajo?, le dio el Cisne de Oro a... Oh,
Dios mo!
Harry acab sin prisas de lamerle los pliegues de su feminidad y luego bes ese
punto. Levant la cabeza.
Forma eso parte del cuento de hadas, mi lady? inquiri con educacin.
George hundi los dedos en los sedosos cabellos de Harry.
No. Por ahora ya he acabado de contarle el cuento. Le empuj la cabeza de
nuevo hacia abajo. No. Pare.
Ella crey que quizs l se haba redo, puesto que le pareci notar una vibracin,
pero entonces Harry baj la boca, la coloc sobre su cltoris, y lo chup.
Y, francamente, despus de aquello ya nada le import.


Qu suea por las noches? le pregunt lady Georgina mucho rato despus.
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-Eh? Harry procur centrar su mente. Su cuerpo era un absoluto desperdicio.
Las extremidades le pesaban, estaban casi lquidas por el cansancio, y le costaba
mantenerse despierto.
Lo siento. Estaba dormido?
Su seora obviamente no lo estaba. Harry poda sentir sus dedos acaricindole el
vello del pecho. Hizo un esfuerzo heroico.
No. Abri los ojos. Mucho. Qu me deca?
Con qu suea por las noches?
Con ratas. Reprimi un escalofro.
Con nada. Hizo una mueca de disgusto. Eso no era lo que una dama de cuna
noble quera or. Aparte de usted se apresur a aadir.
No. Le dio unos golpecitos en el hombro. No estoy buscando cumplidos.
Quiero saber en qu piensa. Lo que quiere. Lo que le importa.
Lo que le importaba? A estas horas de la noche? Despus de haberla amado no
una, sino dos veces?
Ah! Sinti que se le cerraban los prpados y procur abrirlos de nuevo.
Estaba sencillamente demasiado cansado para esto. Me temo que soy un hombre
simple, mi lady. Pienso sobre todo en la cosecha.
Qu es lo que piensa? La voz de George era resuelta.
Qu quera ella de l? Le acarici el pelo mientras reposaba la cabeza sobre su
pecho e intent pensar, pero era un esfuerzo demasiado grande. Dej que sus ojos se
cerraran y dijo lo que se le ocurri:
Bueno, me preocupa la lluvia, como sabe. Que este ao no pare a tiempo. Que la
cosecha se estropee. Harry suspir, pero ella estaba silenciosa debajo de su mano
. Pienso en la siembra del ao que viene, en si deberamos probar con el lpulo, ya
que estamos en el extremo norte.
El lpulo?
Mmm. Dio un bostezo gigantesco. Es para la cerveza. Pero entonces
tendramos que encontrar un mercado para la cosecha. El cultivo sera comercial,
pero les bastara a los granjeros para pasar el invierno? George dibuj un crculo
en su esternn; el roce casi le haca cosquillas a l, que ahora se estaba despertando
mientras reflexionaba sobre el problema. Resulta difcil que los granjeros se
familiaricen con una nueva cosecha. Estn anclados en sus formas de hacer y no les
gustan las innovaciones.
Entonces, cmo los convencera?
Harry permaneci un minuto callado, reflexionando, pero ella no lo interrumpi.
Nunca le haba hablado a nadie de esta idea.
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A veces pienso que una escuela de enseanza primaria en West Dikcy sera una
buena idea.
-De veras?
Mmm. Si los granjeros o sus hijos pudiesen leer, si recibieran formacin, aunque
fuese poca, la innovacin quiz sera ms sencilla. Y entonces cada generacin estara
ms instruida y a su vez estara ms abierta a nuevas ideas y maneras de hacer las
cosas. Sera un progreso medido en dcadas, no en aos, y repercutira no
nicamente en los ingresos del terrateniente, sino tambin en las vidas de los propios
granjeros. Ahora Harry estaba completamente despierto, pero su seora
permaneca callada. Tal vez pensara que instruir a los granjeros era una idea
estpida.
Entonces George habl.
Tendramos que buscar un profesor. Un caballero que fuera paciente con los
nios.
Su empleo del plural le encant a Harry.
S. Alguien a quien le guste el campo y entienda las estaciones.
Las estaciones?La mano sobre el pecho de Harry se haba parado.
El la cubri con la suya y acarici el dorso de la mano de George con el pulgar
mientras hablaba.
La primavera, fra y lluviosa, cuando los granjeros tienen que sembrar la tierra,
pero no demasiado pronto o las semillas se congelaran, y todas las ovejas paren a la
vez, o eso parece. El verano, largo y caluroso, vigilando el ganado bajo los ciclos
amplios y azules, y observando cmo crecen los cereales. El otoo, esperando que
brille el sol para que la cosecha sea buena. Si sale el sol, la gente lo celebra y hay
fiestas; si no, van por ah con caras lnguidas y temerosas. Y el invierno, largo y
triste, cuando los granjeros y sus familias se sientan frente a pequeos fuegos en sus
cabaas, contando historias y esperando a la primavera. Harry hizo una pausa y le
apret tmidamente el hombro a George. Las estaciones.
Cunto sabe!susurr ella.
Slo lo que pasa en esta parte de Yorkshire. Estoy convencido de que podra
encontrar a muchos hombres que sepan lo mismo que yo.
Ella sacudi la cabeza, su pelo abundante rozando el hombro de Harry.
Pero usted est atento. Usted sabe cmo piensa la gente que tiene alrededor. Lo
que sienten. Yo no.
A qu se refiere? Harry intent ver su cara, pero ella tena la cabeza
agachada contra su pecho.
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Me centro en cosas tontas como el corte de un vestido o un nuevo par de
pendientes, y pierdo de vista a la gente que me rodea. No pienso en si Tiggle est
siendo cortejada por un nuevo criado o en cmo Tony lo est haciendo todo solo en
Londres. Viendo a Tony, nadie lo dira, parece tan grande y fuerte y que controla,
pero puede sentirse solo. Y Violet... -George suspir. Violet ha sido seducida este
verano en nuestra casa familiar de Leicestershire y yo no lo saba. Ni siquiera me lo
haba imaginado.
Harry frunci las cejas.
Entonces, cmo se ha enterado?
Me lo ha confesado ella esta misma maana.
La cara de George segua oculta, y l intent apartarle el pelo de los ojos.
Si lo mantena en secreto, si no ha querido decrselo hasta ahora, difcilmente iba
usted a saberlo. Los jvenes a esa edad son a veces muy misteriosos.
Ella se mordi el labio.
Pero soy su hermana. Soy la que tiene ms relacin con ella. Debera haberlo
sabido. Suspir de nuevo, un sonido pequeo y triste que hizo que Harry deseara
protegerla de todas las preocupaciones mundanas. La est presionando para que
se case.
Quin?
Leonard Wentworth. Es un don nadie sin blanca. La ha seducido simplemente
para conseguir que ella se case con l.
Harry apret su boca en la frente de George, sin estar seguro de qu decir. Vea
ella lo parecida que era la situacin de su hermana a la suya? Tena miedo de que l
tambin exigiera casarse a modo de penalizacin por haber hecho el amor juntos?
Nuestra madre... Ella titube, luego volvi a empezar. Nuestra madre no
siempre est bien. Mam tiene muchas enfermedades y achaques, la mayora
imaginarios, me temo. Pasa tal cantidad de tiempo examinndose en busca de la
siguiente enfermedad que con frecuencia no repara en aquellos que la rodean. En su
lugar, yo he intentado ser una madre para Violet.
sa es una carga considerable.
No necesariamente. sa no es la cuestin. Querer a Violet no es el problema.
Harry arrug la frente.
Entonces, cul es?
Siempre he aborrecido a mam. George hablaba en voz tan baja que l dej de
respirar para poder orla. Por ser tan fra, tan poco afectuosa, tan sumamente
egosta. Yo nunca he credo ser como ella, pero quiz s lo sea. Finalmente mir a
Harry, y l vio lgrimas de cristal en sus ojos-. Quiz lo sea.
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Algo se retorci en el pecho de l. Agach la cabeza y le lami la sal de las mejillas.
La bes suavemente, con dulzura, notando el temblor debajo de su boca, deseando
conocer las palabras que la consolaran.
Lo siento suspir ella. No es mi intencin cargarle con todas mis penas.
Quiere a su hermana repuso l-. Y yo cargara con sus penas, mi lady,
fueran cuales fueran.
Harry sinti el roce de los labios de George en su clavcula.
Gracias.
l escuch, pero ella no dijo nada ms y, al cabo de un rato, su respiracin se
regul con el sueo. Pero Harry permaneci despierto hasta altas horas de la noche,
con la vista clavada en la oscuridad y abrazando a su seora.

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Captulo 12
El trasero de lady Georgina, suave y terso, descansaba sobre su ereccin matutina.
Harry abri los ojos. Ella haba vuelto a quedarse toda la noche. Su hombro era un
confuso contorno frente a l. Tena un brazo cubriendo su cadera, y encogi la mano
para rodear su vientre.
George no se movi, su respiracin suave era lenta por el sueo.
Harry lade la cabeza hacia delante para que el pelo de George le hiciera
cosquillas en la nariz. Pudo oler ese extico perfume que llevaba, y su pene palpit
como un perro adiestrado que se sienta ante la seal de su amo. Rebusc en su pelo
hasta que dio con su nuca, tibia y hmeda debido al sueo. Abri la boca para
saborearla.
Ella mascull algo y levant el hombro.
Harry sonri y desplaz la mano hacia abajo, lentamente, con disimulo, hasta que
not el arbusto de su pubis enredndose alrededor de sus dedos. Toc su cltoris. Ese
trozo del cuerpo femenino haba sido su mayor descubrimiento de joven. La
revelacin de que las mujeres contenan semejantes secretos en sus cuerpos haba
sido embriagadora. Harry ni siquiera recordaba la cara de su primera amante, pero
poda recordar su asombro por cmo estaban hechas las mujeres.
Ahora estimul el cltoris de su seora. No con fuerza; en realidad, eran apenas
unos toques suaves. Como ella no se movi, el atrevimiento de l aument y lo
apret con cuidado. Ms bien lo acariciaba. George mene las caderas. Harry le lami
la nuca y casi pudo saborear lo que haba lamido anoche (el lugar donde ahora
jugaban sus dedos). A ella, a su seora, le haba gustado eso, cuando l la haba
besado, lamido y chupado all. Haba arqueado la espalda y gemido tan fuerte que l
haba querido rerse en voz alta. Ahora acariciaba lentamente, jugueteando con sus
lisos y suaves pliegues, y not cmo estaba cada vez ms hmeda. Casi le dola el
pene, no recordaba haberlo tenido nunca tan duro. Levant la pierna de encima de
George y la extendi sobre su cadera. Ella dej de respirar de golpe, y el sinti que
una sonrisa mudaba su rostro.
Harry cogi su pene en cuestin y lo gui haca ese lugar tibio y hmedo. Apret
el trasero y la penetr; tan tirante, tan fluido era que quiso gemir de dolor y de
placer. Empuj de nuevo, suave pero firmemente, y la penetr ms hondo. Una vez
ms, y el vello que rodeaba su pene choc con el trasero de George. Ella estaba
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jadeando. l le baj la pierna y, al fin, no pudo evitar gemir en voz alta. La perfeccin
absoluta. Harry alarg la mano y encontr otra vez su cltoris. Presion. Jess! Poda
sentir cmo George lo oprima. En lugar de empujar, Harry se friccion contra ella,
presionando esa parte de su cuerpo hasta que ella lo volvi a oprimir.
Harry gimi George.
Chsss...! susurr l mientras le besaba la nuca.
Ella estaba empujando contra l. Con mucha impaciencia. Harry sonri
abiertamente y friccion un poco ms.
Harry.
Cario.
Flleme, Harry!
Y l empuj con fuerza, por la sorpresa y por puro deseo. SantoDios! l nunca se
haba imaginado que ella conociera esa palabra, y menos an que la llegara a decir.
Ohhh, s! exclam ella.
Ahora Harry la penetraba rpido y con fuerza, prcticamente fuera de control, y
los gemidos de George eran muy erticos. Cada encuentro era mejor que el anterior,
y l pens con inquietud que tal vez jams se cansara de ella. Que siempre la
deseara tanto. Pero entonces sinti sus espasmos alrededor de l mientras la
agarraba de las caderas y ese pensamiento desapareca. Era tan tremendamente
agradable que por poco lo olvid; estuvo a punto de salir demasiado tarde. Pero al
fin sac su pene a tiempo y eyacul, estremecindose sobre las sbanas junto a ella.
Harry le acarici la cadera y trat de calmar su respiracin.
Buenos das, mi lady.
Mmm. George se volvi para mirarlo. Tena la cara sonrojada y somnolienta y
satisfecha. Buenos das, Harry. Lady Georgina acerc la cara de Harry a la suya
y lo bes.
Fue un contacto ligero y suave, pero algo se contrajo en el pecho de l. De pronto
supo que hara cualquier cosa por ella, su seora. Mentir. Robar. Matar.
Renunciar a su amor propio.
Era as como se haba sentido su padre? Se incorpor y cogi sus pantalones.
Siempre est tan activo por la maana? le pregunt ella a sus espaldas.
Porque debo decirle que algunos no lo consideran una virtud.
Harry se levant y se puso la camisa.
Lo siento, mi lady. Finalmente, se volvi de cara a ella.
George estaba apoyada en un codo; las sbanas de la cama le cubran ms o menos
hasta la cintura. Su cabello naranja caa en cascada alrededor de sus plidos
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hombros, enmaraado y alborotado. Sus pezones eran de color marrn rosado claro,
rosa ms oscuro en el centro.
Nunca en toda su vida haba visto a una mujer ms hermosa.
Harry se volvi de espaldas.
No estoy decepcionada exactamente. Ms bien cansada dijo lady Georgina.
Supongo que usted nunca pasa simplemente la maana en cama sin hacer nada.
No. Harry acab de abotonarse la camisa.
Se dirigi a la otra habitacin y oy un ligero araazo. Se detuvo.
Lo oy de nuevo.
Se gir y le lanz una mirada a George.
Crea que a su hermano no le importaba.
Lady Georgina pareca tan contrariada como poda parecer una mujer desnuda.
-No se atrevera.
Harry se limit a arquear una ceja y cerr la puerta del dormitorio.
Fue hasta la puerta de la cabaa y la abri. Sobre el escaln haba acurrucado un
pequeo fardo de harapos. Qu...?
El pelambre levant la cabeza y Harry clav los ojos en la cara del nio que haba
visto en la cabaa de los Pollard.
Mi abuela se fue a beber y no volvi. El chico lo dijo sin rodeos, como si
hubiese estado esperando que algn da lo abandonaran.
Ser mejor que entres repuso Harry.
El nio titube, despus se levant y se meti dentro.
Lady Georgina asom la cabeza por el marco de la puerta del dormitorio.
Quin es, Harry? Repar en la pequea silueta. Oh!
Nio y dama se miraron fijamente.
Harry puso el hervidor al fuego para hacer t.
Ella reaccion primero.
Soy lady Georgina Maitland, de la mansin. Cmo te llamas?
El nio se limit a mirarla fijamente.
Ser mejor que inclines la cabeza cuando te habla una dama, muchacho le dijo
Harry.
Ella arrug la frente.
No creo que sea realmente necesario.
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Pero el chico inclin la cabeza en seal de respeto.
Lady Georgina avanz tmidamente por la habitacin. Se haba puesto una sbana
encima de su vestido de la noche anterior. Harry record que le haba rasgado el
corpio.
Sabe cmo se llama? le susurr a Harry al odo.
l sacudi la cabeza.
Le apetece un t? No tengo mucho ms. Un poco de pan y mantequilla.
Lady Georgina se anim, fuese por el ofrecimiento de comida o por algo que iba a
hacer y que l no acababa de tener claro.
Podemos hacer tostadas propuso George.
Harry levant una ceja, pero ella ya haba dado con el pan y la mantequilla, el
cuchillo y un tenedor torcido. Cort el pan y obtuvo un trozo informe.
Los tres contemplaron la rebanada.
George se aclar la garganta.
Creo que cortar quiz sea un trabajo ms para hombres. Le pas el cuchillo a
Harry. Ahora bien, no corte rebanadas demasiado gruesas o no se tostarn y
tendrn esa espantosa parte esponjosa en el centro. Y es importante que no sean
demasiado delgadas o se quemarn, y detesto las tostadas quemadas usted no? Se
volvi hacia el nio, que inclin la cabeza.
Lo har lo mejor que sepa declar Harry.
Bueno. Yo pondr la mantequilla. Y supongo mir al chico con seriedad que
t puedes tostar. Sabes cmo tostar el pan correctamente, verdad?
El chico asinti y cogi el tenedor como si fuese la espada del Rey Arturo.
No tard en haber un montn de pan crujiente, que chorreaba mantequilla, en el
centro de la mesa. Lady Georgina sirvi el t, y los tres se sentaron a tomar su
desayuno.
Me encantara simplemente quedarme aqu coment George, lamindose la
mantequilla de sus dedos, pero supongo que tendr que volver a la mansin por lo
menos para vestirme como es debido.
Pidi que !e mandaran el carruaje? inquiri Harry. De lo contrario, l le
prestara su caballo.
Yo he visto un carruaje esta maana intervino el chico.
Te refieres a que un carruaje esperaba en el camino? le pregunt lady
Georgina.
No. El nio trag un enorme bocado. Suba por el camino de entrada al
galope; pas ms bien volando.
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Lady Georgina y Harry se miraron.
Era negro ribeteado de rojo? inquiri ella. El color del carruaje de Tony.
El nio alarg la mano para coger su quinta tostada y sacudi la cabeza.
Azul. Era completamente azul.
Lady Georgina solt una exclamacin y se le atragant el t.
Harry y el chico la miraron fijamente.
Oscar inform con voz entrecortada.
l enarc las cejas.
Mi hermano mediano.
Harry dej su taza de t.
Cuntos hermanos tiene exactamente, mi lady?
Tres.
Demonios!


Con tu administrador de fincas, Georgie? -Oscar cogi un pastelillo glaseado
de la bandeja que haba preparado el cocinero. Esto no funciona as, querida. Me
refiero a que agit el pastelillo uno debera elegir a alguien de su propia clase o
irse al otro extremo y seducir a un caballerizo joven y fornido.
Oscar le sonri a George burlonamente, el rabillo de sus ojos castaos del color de
la melaza arrugndose con picarda. Su pelo era ms oscuro que el de Tony, casi
moreno. Slo cuando le daba la luz del sol poda uno distinguir los mechones rojizos.
No me ests siendo til. Tony se pellizc el puente de la nariz entre los dedos
ndice y pulgar.
S, Oscar. Ralph, el ms pequeo de los hermanos Maitland, aport su grano
de arena. Larguirucho y huesudo, su cuerpo apenas empezaba a mostrar su
corpulencia. Georgina sera incapaz de seducir a nadie. No est casada. Debe de
haberla seducido el, el muy sinvergenza.
Oscar y Tony miraron fijamente a Ralph durante unos instantes, aparentemente
anonadados por su explicacin de lo evidente.
George suspir, y no por primera vez desde que haba entrado en su biblioteca.
Estpida. Estpida, Estpida. Nada ms ver el carruaje de Oscar debera haber
salido corriendo hacia las colinas con el rabo entre las piernas. Posiblemente no la
habran encontrado durante das; con suerte semanas. Podra haber dormido bajo las
estrellas y vivido a base de fresas silvestres y roco; qu importaba que las fresas no
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dieran fruto en septiembre! Por el contrario, se haba sumisamente enfundado su
vestido ms recatado y se haba presentado antes sus tres hermanos pequeos.
Los cuales la estaban fulminando ahora con la mirada.
De hecho, por si eso importa, creo que la seduccin fue mutua.
Ralph pareca perplejo, Tony solt un gruido y Oscar se ri, atragantndose por
poco con el pastelillo que tena en la boca.
No, eso no importa replic Tony. Lo importante...
Es que lo pares en seco. Oscar acab la frase por l. Empez a agitar un dedo
dirigido a George y se dio cuenta de que todava tena el pastelillo en la mano. Busc
un plato y lo dej en l. Ahora bien, cuando te hayas casado con un caballero
apropiado, entonces podrs relacionarte con quienquiera...
Creo que no! Ralph se puso de pie de un brinco, un movimiento eficaz,
puesto que era el ms alto. Georgina no es como las frivolas y libertinas y las
busconas con las que t sales. Ella es...
Yo nunca, jams, en toda mi vida, he estado con mujeres frivolas.
Oscar, horrorizado, enarc una ceja dirigida a su hermano pequeo.
Caballeros, por favor intervino Tony. Resrvense las bromas para despus.
George, qu pretendes hacer con tu administrador de fincas? Quieres casarte con
l?
Vaya!
Pero Tony! saltaron tanto Oscar como Ralph.
Tony alz una mano, hacindolos callar.
George?
George parpade. Que quera de Harry? Estar cerca de l, lo saba, pero ms all
de eso, las cosas se complicaban. Por qu? Oh! Porque no poda ir improvisando
como siempre haba hecho?
Porque continu Tony por mucho que deteste admitirlo. Oscar y Ralph
tienen razn. Debes romper o casarte con ese hombre. No eres la clase de dama que
adopta este tipo de comportamiento.
Oh, Dios! George sinti su pecho repentinamente oprimido, como si alguien se
hubiese acercado a ella por detrs con sigilo y hubiese tirado de los cordeles de su
cors, tensndolos. Siempre tena esta sensacin cuando pensaba en el matrimonio.
Qu poda decir?
Bien...
Est matando ovejas. Eso dice Violet en su carta. Ralph cruz los brazos.
Georgina no puede casarse con un hombre que est loco.
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No era de extraar que Violet se escondiese. Deba de haber enviado cartas a todos
y cada uno de sus tres hermanos. George entorn los ojos. Probablemente su
hermana estuviera en las colinas en este mismo instante, tratando de averiguar
precisamente cmo se las apaaba una para beber roco.
Has estado leyendo mi correo otra vez. Oscar eligi una tarta de la bandeja,
habiendo aparentemente olvidado el pastelillo, y la agit delante de Ralph. Esa
carta iba dirigida a m. La tuya no hablaba de ovejas.
Ralph abri la boca y la cerr varias veces, como una mula que duda del bocado
que tiene entre los dientes.
Cmo es posible que sepas eso, si no has estado leyendo mis cartas?
Oscar sonri con suficiencia de un modo repugnante. Algn da alguien le dara
una paliza.
Soy mayor que t. Es mi deber vigilar a mi influenciable hermano pequeo.
Catapln!
Todo el mundo se gir bruscamente hacia la chimenea, en la que haba fragmentos
de cristal.
Tony se apoy en la repisa y los mir duramente y con el ceo fruncido.
Espero que no te haya importado lo del jarrn de cristal, George.
Eh? No, en...
Bien dijo Tony con voz entrecortada. Bueno, pues. Por edificante que sea
esta exhibicin de amor fraternal, creo que nos hemos desviado de la cuestin
principal. Alz una mano y enumer con sus dedos de grandes nudillos.
Primero, crees que Harry Pye es un loco que va por el campo matando las ovejas de
Granville?
No. Esa quiz fuese la nica cosa de la que George estaba segura.
Muy bien. Ah-ah. Tony neg con la cabeza mirando a Ralph, que haba
empezado a protestar. Confiis los dos en el criterio de George?
Por supuesto repuso Ralph.
Sin reservas contest Oscar.
Tony asinti, despus volvi a dirigirse a ella:
Segundo, quieres casarte con Harry Pye?
Pero Tony, es un administrador de fincas! le espet Oscar. Sabes que slo
est en esto por... Hizo un alto y pareci aturdido. Lo siento, Georgie.
George desvi el mentn. Sinti como si algo vibrara en su garganta, impidindole
el paso del aire.
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nicamente Tony encar la objecin de frente:
Crees que quiere tu dinero, George?
No. Que crueles eran sus hermanos, qu crueles!
Tony enarc las cejas y mir deliberadamente a Oscar.
Oscar levant los brazos y movi las palmas abiertas hacia Tony.
Vale! Oscar se retir molesto junto a la ventana, llevndose con l su plato de
comida.
Quieres casarte con l? insisti Tony.
No lo s! -George no poda respirar. Cmo haban llegado al tema del
matrimonio? El matrimonio era como una colcha mullida que envolva a sus
ocupantes ms y ms pegados el uno al otro, con el aire volvindose escaso y rancio,
hasta que moran asfixiados y ni siquiera se daban cuenta de que ya estaban muertos.
Tony cerr los ojos durante un instante, luego los abri.
S que has evitado el matrimonio hasta ahora, y puedo entenderlo. Todos
podemos.
Junto a la ventana. Oscar encogi un hombro.
Ralph se mir los pies.
Tony se limit a mirarla fijamente.
Si te has entregado a este hombre, no crees que la eleccin ya est hecha?
Tal vez. George se levant. Tal vez no. Pero en cualquier caso, no quiero
sentirme presionada. Dadme un poco de tiempo para pensar.
Oscar alz la vista desde la ventana e intercambi miradas con Tony.
Te daremos tiempo accedi Tony, y la comprensin de su mirada hizo que a
ella le entraran ganas de echarse a llorar.
George se mordi el labio y se alej hasta una pared cercana llena de libros.
Resigui los lomos con la yema de un dedo. Oy que Ralph deca a sus espaldas:
Te apetece montar un poco. Oscar?
Qu? Oscar pareca irritable; y como si tuviera otra vez la boca llena.
Ests loco? Ha empezado a llover.
Un suspiro.
De todas formas, ven conmigo.
Por qu? Oh! Ooh! S, naturalmente. Sus dos hermanos pequeos salieron
de la biblioteca en silencio.
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George casi sonri. Oscar siempre haba sido el menos perspicaz de sus hermanos.
Se gir para mirar a sus espaldas. Tony miraba el fuego con el ceo fruncido. Ella
hizo una mueca de disgusto. Oh, maldita sea! Ayer haba olvidado decrselo.
Tony deba de tener una misteriosa visin perifrica. Levant la vista
bruscamente.
Qu?
Dios! Esto no te gustar. Quise decrtelo en cuanto llegaste y luego... Puso la
palma de una mano boca arriba. Me temo que hay otro problema de hermanas del
que tendrs que ocuparte.
Violet?
George suspir.
Violet se ha metido en un pequeo aprieto.
l arque las cejas.
Durante el verano la sedujeron.
Maldita sea, George! exclam Tony; su voz son ms aguda que si hubiese
chillado. Por qu no me lo dijiste de inmediato? Est bien?
S, est bien. Y lo siento, pero me entere de la historia por ella ayer mismo.
George exhal. Estaba muy cansada, pero lo mejor era acabar con el tema. Violet
no quera decrtelo; crea que la obligaras a casarse con l.
sa es la reaccin habitual cuando una dama de buena familia se ve en una
situacin comprometida. Tony la mir ceudo, sus cejas aterradoras. El tipo es
el indicado?
No. George apret los labios. Ha estado amenazndola. Asegura que la
pondr en evidencia, si no se casa con l.
Tony permaneci unos instantes inmvil frente a la chimenea, con una gran mano
apoyada en la repisa. Con el dedo ndice golpeteaba lentamente sobre el mrmol.
George contuvo el aliento. En ocasiones Tony poda ser increblemente estirado y
convencional. A lo mejor era por haber sido educado para ser el heredero.
Eso no pinta bien coment de repente, y George solt el aire. Quin es ese
hombre?
Leonard Wentworth. Tard una eternidad en sonsacrselo. Slo me lo dijo
cuando le promet no dejar que la obligaras a casarse.
Me alegra saber que se me ha asignado el papel del padre colrico en este drama
musit Tony. Nunca haba odo hablar de Wentworth. Qu hace?
George se encogi de hombros.
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Tuve que darle vueltas, pero debe de ser uno de los jvenes que vino con Ralph
este verano. Recuerdas esa fiesta con ocasin de la cacera que organizaste en junio?
Tony asinti.
Ralph tena tres o cuatro amigos. A dos de ellos los conozco, son los hermanos
Alexander; pertenecen a una antigua familia de Leicestershire.
Y estaba all Freddy Barclay; no captur ningn urogallo y los dems se
burlaron por eso de el despiadadamente.
Pero hubo otro que mat diez pjaros coment Tony pensativo. Era mayor
que el resto de los amigos de Ralph, estaba ms cerca de mi propia edad.
Violet dice que tiene veinticinco aos. George hizo una mueca. Te
imaginas a un hombre de esa edad seduciendo a una chica que ni siquiera ha
terminado el periodo escolar? Y la est presionando para casarse.
Un cazafortunas manifest Tony. Maldita sea! Tendr que preguntarle a
Ralph por l y averiguar dnde puedo encontrar a ese sinvergenza.
Lo siento confes George. ltimamente nada de lo que haca pareca salir
bien.
El gesto de la ancha boca de Tony se suaviz.
No, soy yo quien lo siente. No debera enfadarme contigo por los pecados de
este hombre. Oscar, Ralph y yo arreglaremos esto, no temas.
Que haris? inquiri George.
Tony arrug la frente, sus gruesas cejas se juntaron. Era clavado a su padre.
Durante unos instantes no respondi, y ella crey que quiz no la haba odo.
Entonces l levant la vista y George contuvo el aliento por la frialdad que vio en sus
ojos azules.
Qu har? Hacerle comprender lo tremendamente absurdo que es amenazar a
una Maitland declar. No volver a molestar a Violet.
George abri la boca para pedirle detalles, pero se lo pens mejor.
Quizs en esta ocasin lo mejor sera ocuparse de sus propios asuntos.
Gracias.
Tony enarc una ceja.
Al fin y al cabo, cuidar de la familia es una de mis obligaciones.
Nuestro padre no lo hizo.
No admiti Tony. No lo hizo. Y entre mam y l es un milagro que nosotros
hayamos siquiera sobrevivido. Claro que sa es parte de la razn por la que jur
hacerlo mejor.
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Y as ha sido. Si ella lo hubiera hecho igual de bien con sus propias
responsabilidades!
Lo he intentado. Tony le sonri, su ancha boca se curv puerilmente, y ella se
dio cuenta de las pocas veces que sonrea ya. Pero entonces su sonrisa se disip.
Me ocupar del problema de Violet, pero no puedo hacer lo mismo por ti hasta que
me digas por dnde debo empezar. Necesitas tomar una decisin sobre Harry Pye,
George, y necesitas tomarla pronto.


Tiene un coo de oro, Pye?
Harry se tens y se volvi lentamente hacia su interlocutor, con la mano izquierda
doblada y relajada junto a su cuerpo. Se haba llevado al nio en sus rondas esta
maana despus de que lady Georgina se hubiera ido de su cabaa; luego haban
cabalgado hasta West Dikey con la esperanza de dar con un par de zapatos para el
muchacho.
El zoquete que haba hablado era el hombre de puos grandes del altercado en la
taberna Cock and Worm. La herida de navaja que Harry le haba ocasionado
destacaba en su rostro con un color rojo amoratado. Empezaba en un lado de su
frente, cruzaba el puente de su nariz y terminaba en la otra mejilla. El hombre estaba
flanqueado por dos hombretones. Haban elegido un buen lugar para plantarle cara.
Una calle desierta, no mucho ms que una callejuela de tierra. El hedor de la cloaca
abierta que atravesaba el centro de la calle era intenso bajo el sol.
Deberas ponerte una cataplasma en eso le recomend Harry, asintiendo hacia
la encostrada cicatriz que le cruzaba la cara. Rezumaba pus.
El otro hombre sonri burln, estirando el extremo de la cicatriz de su mejilla
hasta que se abri y sali sangre.
Te regala cosas bonitas por hacer de semental?
Quiz le decore la polla con anillos de oro dijo riendo tontamente uno de los
compinches del hombre.
A su lado, Harry sinti que el nio se tensaba. Le puso la mano derecha sobre el
hombro.
Si quieres, puedo abrirte esa herida dijo Harry con suavidad. Y drenar el
veneno.
El veneno. S, t sabes de venenos, verdad, Pye? El hombre de la cicatriz se
mof divertido de su propia gracia. Tengo entendido que ahora has dejado de
envenenar animales para envenenar a mujeres.
Harry arque las cejas.
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Qu?
Su adversario interpret correctamente su cara de extraeza.
Entonces, no lo sabas? El hombre lade la cabeza. Esta maana han
encontrado su cuerpo en el pramo.
De quin?
Es un delito que se castiga con la horca. Asesinato. Hay quienes dicen que
deberan cortarte el cuello de inmediato. Pero t has estado ocupado con tu seora
no?
El hombretn se inclin hacia delante, y Harry baj su mano izquierda hasta su
bota.
Te dice cundo eyacular, Pye? O quiz no te deje eyacular en absoluto. Eso
ensuciara su delicado y blanco cuerpo, verdad? Tener en su cuerpo semen vulgar.
No te molestes en coger eso. Seal hacia la mano de Harry suspendida cerca de su
navaja. No quisiera herir a un putero.
Los tres hombres se alejaron rindose.
Harry se qued helado. Puta. Era como haban llamado a su madre mucho tiempo
atrs.
Puta.
El nio se movi debajo de su mano. Harry mir hacia abajo y cay en la cuenta de
que estaba apretndole el hombro demasiado fuerte. El muchacho no se quej,
simplemente se encogi un poco.
Cmo te llamas? le pregunt Harry.
Will. El chico levant la vista para mirarlo y se enjug la nariz con una
mano. Mi madre es una puta.
S, Harry solt el hombro de Will. La ma tambin lo era.


Aquella noche George iba de un lado a otro de la bblioteca. Las ventanas eran
espejos negros que reflejaban la oscuridad de fuera. Se detuvo durante unos instantes
y examin su fantasmal reflejo. Su pelo estaba perfecto, cosa rara, pero Tiggle se lo
haba vuelto a arreglar despus de cenar. Llevaba un vestido de color lavanda, uno
de sus favoritos, y sus pendientes de perlas. Tal vez. fuese engreda, pero crea que
estaba atractiva, casi guapa, con ese vestido, Si se sintiese igual de segura por
dentro!
Estaba empezando a pensar que la biblioteca era el lugar equivocado para este
encuentro. Pero que otra opcin haba realmente? Con sus hermanos instalados en
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Woldsly, no poda citar a Harry en sus dependencias, y las ltimas dos veces que ella
haba ido a su cabaa...
George not calor en la cara. No haban hablado demasiado, verdad?
De modo que no haba alternativa. Pero aun as, en cierto modo la biblioteca le
pareca inapropiada.
El sonido de pisadas de botas reson en el vestbulo. George enderez los
hombros y se puso de cara a la puerta, una ofrenda solitaria esperando al dragn. O
quizs al leopardo.
Buenas noches, mi lady. Harry entr tranquilamente en la biblioteca.
Definitivamente, el leopardo. Sinti que se le erizaba el vello de la nuca. Harry
desprenda esta noche una especie de energa voltil.
Buenas noches. No quiere sentarse? George seal el sof.
l lanz una rpida mirada en la direccin que ella indicaba y la mir de nuevo.
Creo que no.
Vaya!
Bien... George inspir y trat de recordar lo que haba planeado decirle. Su
discurso haba tenido sentido en su habitacin. Pero ahora, mientras Harry la miraba
fijamente, ahora se desmenuz como un pauelo de papel mojado.
S? l lade la cabeza como para or mejor sus pensamientos. Lo quiere
hacer en el sof o en el suelo?
Confusa, George abri desmesuradamente los ojos.
No...
En la silla? inquiri Harry. Dnde quiere hacer el amor?
Oh! Ella sinti un incipiente rubor en las mejillas. No le he hecho venir
aqu para eso.
No? Harry arque las cejas. Est segura? Debe de haberme hecho venir
aqu para algo.
Yo no le he hecho... George cerr los ojos y cabece y volvi a empezar.
Necesitamos hablar.
Hablar espet. Quiere mi dimisin?
No. Qu le hace pensar eso?
Mi lady. Harry se ri, un sonido desagradable y ronco. Puede que sea
simplemente su criado, pero atribyame un poco de inteligencia. Se ha pasado todo
el da encerrada con sus tres aristocrticos hermanos, y despus me cita en su
biblioteca. Qu es esto si no un despido?
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George estaba perdiendo el control de la conversacin. Extendi las manos con
impotencia.
Simplemente necesito hablar con usted.
De qu desea hablar, mi lady?
No... no lo s. George cerr los ojos con fuerza, procurando pensar. Harry no
le estaba facilitando esto en absoluto. Tony me est presionando para que tome
una decisin sobre nosotros. Y no s qu hacer.
Me est preguntando a m qu hacemos?
Yo... George respir. S.
Siendo como soy un pobre plebeyo, a m me parece muy sencillo dijo Harry
Seguir como hasta ahora.
George clav los ojos en sus manos.
Pero se trata de eso precisamente. No puedo.
Cuando alz de nuevo la mirada, la expresin de Harry era tan hueca que bien
podra haber estado mirando a los ojos de un cadver. Seor, cmo haba empezado
a odiar ese rostro inexpresivo!
Entonces maana tendr m dimisin.
No. Ella retorci las manos. Eso no es en absoluto lo que quiero.
Pero las dos cosas no pueden ser. Harry pareca repentinamente cansado. Sus
hermosos ojos verdes estaban apagados por algo que rozaba la desesperacin.
Puede ser mi amante o me ir. No me quedar porque le resulte conveniente, como
ese caballo capn que tiene aqu en el establo. Lo monta cuando est en Woldsly y se
olvida de l el resto del ao. Sabe siquiera cmo se llama?
George se qued en blanco. El hecho era que no saba cmo se llamaba el caballo.
No es lo mismo.
No? Perdone, pero cmo es, mi lady? La rabia emanaba de la mscara
inexpresiva de Harry, pintando llamas escarlata en sus pmulos. Soy un semental
de alquiler? Bonito para retozar en la cama, pero despus de fornicar no lo bastante
bueno para ensenarlo a su familia?
George poda sentir que el rubor calentaba sus propias mejillas.
Por qu est siendo tan cruel?
Lo soy? De pronto Harry estaba de pie frente a ella, demasiado cerca. Debe
perdonarme, mi lady. Eso es lo que una saca de un amante vulgar: un hombre cruel,
Con los dedos rodeaba la cara de George, los pulgares ardan en contacto con sus
sienes. Ella sinti que al rozarla el corazn le brincaba en el pecho-. No es eso lo
que quera cuando me eligi para desvirgarla?
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George pudo oler el alcohol en su aliento. Era se el motivo de esta hostilidad?
Estaba borracho? En tal caso, Harry no evidenciaba ms indicios. Inspir
profundamente para controlar sus propias emociones, para intentar contrarrestar la
terrible amargura de Harry.
Yo...
Pero l no la dej hablar. Por el contrario, le susurr con una voz cruel y fuerte:
A un hombre tan cruel que la toma contra la puerta? Un hombre tan cruel que
la hace gritar cuando tiene un orgasmo? Un hombre tan cruel que no tiene la
amabilidad de desaparecer cuando ya no es deseado?
George se estremeci al or las espantosas palabras y se esforz por elaborar una
respuesta. Pero era demasiado tarde. Harry se apoder de su boca y succion su
labio inferior. La atrajo hacia s bruscamente y frot sus caderas contra las suyas. All
estaba de nuevo, ese desenfrenado y desesperado deseo. Harry le agarr la falda con
una mano, tirando haca arriba. George oy un crujido pero no logr que le
preocupara.
l meti la mano por debajo y encontr su monte con brutal precisin.
Esto es lo se saca de un amante vulgar. Arpone su vaina con dos dedos.
Ella ahog un grito ante la repentina intrusin, sintiendo que l la dilataba
mientras la acariciaba con los dedos. No debera sentir nada, no debera reaccionar
cuando l...
El pulgar de Harry presion sobre su punto ms sensible.
Ninguna delicadeza, ni palabras bonitas. Slo un pene duro y un coo caliente.
Recorri la mejilla de George con la lengua. Y su coo est caliente, mi lady le
susurr al odo. Prcticamente me est chorreando en la mano.
Entonces ella gimi. A George le resultaba imposible no reaccionar a l, aun
cuando la tocase furioso. El le cubri la boca con la suya, tragndose su gemido,
haciendo con ella lo que quera. Hasta que ella estall de golpe y unas olas de placer
se expandieron por su cuerpo tan deprisa que se sinti aturdida. Se estremeci con
los espasmos, agarrndose a Harry mientras ste la inclinaba hacia atrs sobre su
brazo y beba de su boca. Sac los dedos de ella para acariciarle la cadera con ternura.
La boca de Harry se suaviz.
Entonces se separ de ella para susurrarle al odo:
Ya se lo he dicho, decida lo que quiere antes de venir a m. No soy un maldito
perro faldero al que puede coger y acariciar y despus ahuyentarlo otra vez. No
puede deshacerse de m con esa facilidad.
George tropez, tanto por las palabras de Harry como por el hecho de que el la
haba soltado. Se asi al respaldo de una silla.
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Harry, yo...
Pero l ya haba abandonado la biblioteca.



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Captulo 13
Harry se despert con un sabor a cerveza rancia en la boca. Esper un momento
antes de abrir los ojos. Aunque haba pasado mucho tiempo, nunca olvidaba del todo
la dolorosa tortura que supona la luz del sol y una resaca. Cuando por fin,
entreabri sus ojos secos, vio que el dormitorio estaba demasiado iluminado para las
primeras horas de la maana. Haba dormido demasiado. Refunfuando, se
incorpor condificultad y se sent unos instantes en el borde de su cama, con la
cabeza entre las manos, sintindose extraordinariamente viejo.
Dios!, que idiota haba sido bebiendo demasiado ayer por la noche. Haba estado
tratando de seguir la pista de los rumores sobre la mujer envenenada en el pramo,
yendo primero a la taberna White Mare y luego a Cock and Worm, pero Dick no
estaba en su taberna y nadie ms quiso hablar con l. Haba visto recelo en cada uno
de los rostros y, en algunos, odio. Entretanto, lo que el hombre de la cicatriz le haba
dicho en West Dikey haba resonado en su crneo como una salmodia. Putero. Putero.
Putero. Quizs anoche hubiese estado intentando ahogar las palabras bebiendo
mltiples jarras de cerveza.
Se oy un estruendo procedente de la habitacin principal de la cabaa.
Harry gir la cabeza con cuidado en esa direccin y suspir. Probablemente Will
estuviese hambriento. Se tambale hasta la puerta y mir fijamente.
El fuego llameaba y sobre la mesa haba una tetera humeante.
Will se agazap en el suelo, curiosamente inmvil.
Se me han cado las cucharas. Lo siento susurr. Encogi su cuerpo como si
estuviese intentando hacerse ms pequeo, quiz desaparecer del todo.
Harry conoca esa postura. El chico esperaba que lo pegaran.
Entonces sacudi la cabeza.
No pasa nada. Su voz son como el roce de una pala en un suelo pedregoso.
Se aclar la garganta y se sent. Has hecho t, verdad?
S. Will se puso de pie, sirvi una taza y se la entreg cuidadosamente.
Gracias. Harry tom un sorbo y se escald la garganta. Hizo una mueca de
dolor y esper, pero su estmago se senta mejor, de modo que tom otro gran trago.
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He cortado un poco de pan para tostar, tambin. Will trajo un plato para que
Harry le echara un vistazo. Aunque no tan bien como usted.
Harry contempl las rebanadas desiguales con recelo. No estaba seguro de que su
barriga pudiese ingerir slidos en ese momento, pero el nio necesitaba un elogio.
Mejor que el intento de lady Georgina.
Su dolorida sonrisa se desvaneci cuando pens en lo que le haba dicho y hecho a
su seora la pasada noche. Clav los ojos en el fuego.
En algn momento del da de hoy tendra que ir a disculparse. Suponiendo que
ella le siguiese dirigiendo la palabra, claro est.
Yo las tostar. Will deba de estar acostumbrado a los silencios repentinos e
incmodos. Procedi a ensartar el pan en el tenedor torcido y buscar un sitio para
suspenderlo sobre el fuego.
Harry lo observ. Will no tena padre; gracias a Granville, tampoco madre.
nicamente a esa anciana, su abuela, y pocas veces haba visto Harry a una mujer
menos cariosa. Sin embargo, aqu estaba l, cuidando competentemente de un
adulto indispuesto por haber bebido demasiado. Tal vez haba tenido que atender a
su abuela tras una noche de alcohol. El pensamiento le supo amargo a Harry en la
boca.
Tom otro sorbo de t.
Bueno, ya estn anunci Will, hablando como una mujer mayor. Dej una pila
de tostadas con mantequilla encima de la mesa y busc rpidamente otra silla.
Harry mordi un trozo de tostada y se relami la mantequilla derretida del
pulgar. Repar en que Will lo estaba mirando. Asinti.
Est buena.
El nio sonri, mostrando un hueco en sus dientes superiores.
Comieron amigablemente durante un rato.
Se ha peleado con ella? Will levant rpidamente un dedo con una gota de
mantequilla y se lo lami. Su seora, quiero decir.
Podra llamarse as. Harry se sirvi ms t, esta vez revolvindolo con una
gran cucharada de azcar.
Mi abuela deca que la aristocracia es mala. Que no le importa si la gente normal
vive o muere, siempre y cuando coma en vajilla de oro. Will dibuj un crculo en la
mesa con un dedo grasiento. Pero su seora es simptica.
S, lady Georgina no es como la mayora.
Y es guapa. Will asinti para s y cogi otra tostada.
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S, tambin era guapa. Harry mir por la ventana de la cabaa, una sensacin de
intranquilidad empez a surgir en l. Lo dejara ella disculparse?
Naturalmente, no es una gran cocinera. No pudo cortar el pan recto. Tendr que
ayudarle con eso. Will arrug la frente pensativo. Come en vajilla de oro?
No lo s.
Will lo mir con recelo, como si Harry estuviese guardndose informacin
importante. Despus su mirada fue de compasin.
Entonces, no le ha invitado a cenar?
No. Bien, estaba esa cena en las dependencias de lady Georgina, pero no
quera contarle eso a Will. Aunque he tomado un t con ella.
No tena vajilla de oro para el t?
No. Por qu estaba dndole tantas explicaciones?
Will asinti astutamente.
Tendr que ir a cenar antes de que se d usted cuenta. Se acab la tostada.
Le ha llevado regalos?
Regalos?
Will lo mir de nuevo compasivo.
A todas las chicas les gustan los regalos; eso es lo que deca mi abuela. Y creo
que tena razn. A m me gustan los regalos.
Harry apoy la barbilla en las manos y sinti el pelo de su barba incipiente tieso
como el alambre. Volva a dolerle la cabeza, pero por lo visto Will crea que los
regalos eran importantes. Y esto era lo mximo que el nio haba hablado desde su
aparicin el da anterior.
Qu clase de regalos? inquin Harry.
Perlas, cajitas de oro, dulces. Will agit una tostada. Cosas por el estilo. Un
caballo estara bien. Tiene usted caballos?
Solamente uno.
Oh! Era como si Harry lo hubiera decepcionado. Entonces supongo que no
puede regalarle eso.
Harry sacudi la cabeza.
Y ella tiene muchos ms caballos que yo.
Entonces, qu puede darle?
No lo s.
Harry no saba que quera ella de l. Contempl ceudo el poso de su t. Qu
poda un hombre como l darle a una dama como ella? Ni dinero ni una casa. Eso ya
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lo tena. Y el amor fsico que l le daba {cualquier hombre medianamente competente
podra hacerlo igual de bien). Qu poda darle el que ella no tuviese ya? Quiz nada.
Quiz lady Georgina pronto decidira, sobre todo despus de anoche, no volverlo a
ver jams.
Harry se puso de pie.
Pero ms importante que un regalo es que hoy necesito habla rcon lady
Georgina. Avanz hasta el aparador, cogi sus enseres de afeitar y empez a afilar
su cuchilla.
Will mir los platos sucios de la mesa.
Yo puedo lavarlos.
Buen chico.
Will deba de haber vuelto a llenar el hervidor tras hacer el t, porque ya estaba
hirviendo. Harry dividi el agua caliente entre su palangana y un gran cuenco donde
el chico poda lavar los platos. El pequeo espejo que empleaba para afeitarse le
devolvi un rostro consumido.
Harry frunci las cejas, a continuacin empez a rasurar la barba incipiente de sus
mejillas. Su navaja de afeitar era vieja pero muy afilada, y un rasguo en su mentn
no contribuira a mejorar su aspecto. A sus espaldas, poda or a Will lavando los
platos.
Para cuando Will termin, Harry estaba todo lo listo que poda estar. Se haba
lavado, cepillado el pelo y puesto una camisa limpia. La cabeza an le retumbaba sin
cesar, pero los crculos debajo de sus ojos haban empezado a desaparecer.
Will le ech un vistazo.
Tiene buen aspecto, creo.
Gracias.
Debo quedarme aqu? El rostro del muchacho era demasiado estoico para su
corta edad.
Harry vacil.
Te gustara ver las caballerizas de Woldsly mientras yo hablo con mi seora?
Will se puso al instante de pie.
S, por favor.
Pues vamos. Harry se dirigi primero hacia la puerta. El nio poda montar
detrs de l a lomos de su caballo.
Fuera, las nubes se acumulaban en el cielo. Pero hoy todava no haba llovido, y
ensillar la yegua le llevara un buen rato. Era poco razonable, pero estaba descoso de
ver a lady Georgina.
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Caminemos.
El chico lo segua pisndole los talones, en silencio, pero con la emocin contenida.
Estaban casi en el camino de acceso a Woldsly cuando Harry oy el estruendo de las
ruedas de un carruaje. Apret el paso. El sonido aument cada vez ms cercano.
Entonces ech a correr.
Justo cuando l sala del refugio del soto, pas un carruaje, sacudiendo el suelo
que haba bajo sus pies y salpicando gotas de barro.
Harry vislumbr el cabello pelirrojo de lady Georgina; entonces el carruaje vir y
desapareci, indicando su paso nicamente el decreciente sonido de las ruedas.
No creo que hoy pueda hablar con ella.
Harry se haba olvidado de Will. Mir obnubilado hacia el chico que jadeaba a su
lado.
No, hoy no.
Una gruesa gota de lluvia lo salpic en el hombro, y luego las nubes descargaron
con fuerza.


El carruaje de Tony traquete al volver la esquina, y George se balance mientras
miraba por la ventanilla. Haba empezado a llover de nuevo, encharcando los pastos
ya anegados, empujando las ramas de los rboles hacia la tierra y volviendo todo del
mismo color gris pardo. Caan montonos velos de agua sucia, empaando el paisaje
y goteando por la ventanilla como lgrimas. Desde el interior del carruaje daba la
impresin de que el mundo entero lloraba, conmovido por un pesar que no se
disipara.
Quiz no pare.
Qu? inquiri Tony.
La lluvia explic George. Que quiz no pare. Quiz siga eternamente hasta
que el barro de la carretera se convierta en un riachuelo y crezca y se transforme en
un mar que se nos lleve flotando. Resigui con un dedo la condensacin del
interior de la ventanilla, dibujando lneas serpenteantes. Crees que tu carruaje
flota?
No respondi Tony. Pero yo no me preocupara. La lluvia parar en algn
momento, aunque ahora mismo parezca que no.
Mmm... George mir fijamente por la ventanilla. Y si no me importa que
siga? Quiz no me importara flotar. O hundirme.
Estaba haciendo lo correcto, eso le aseguraba todo el mundo.
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Dejar a Harry era la nica opcin adecuada que le quedaba. Era de una clase
inferior y a l le molestaba su diferencia de rangos. La noche anterior, Harry haba
sido desagradable mostrando su resentimiento; y, sin embargo, George no poda
culparlo. Harry Pye no estaba hecho para ser el perro faldero de nadie. A ella no le
haba parecido que lo estuviese aprisionando, pero l se senta obviamente
menospreciado. No tenan futuro juntos; la hija de un conde y un administrador de
fincas. Ellos lo saban; todo el mundo lo saba. sta era una conclusin natural de un
romance que, de entrada, jams debera haber empezado.
Pero, aun as, George no poda quitarse de encima la sensacin de que estaba
huyendo.
Como si le leyese el pensamiento, Tony dijo:
Es la decisin correcta.
Lo es?
No haba otra.
Me siento como una cobarde musit ella, que segua mirando por la
ventanilla.
No eres una cobarde -repuso l con suavidad. Esta opcin no ha sido fcil
para ti, lo s. Los cobardes son personas que cogen el camino menos difcil, no el ms
duro.
Pero he abandonado a Violet cuando ms me necesita objet George.
No, no lo has hecho replic Tony con firmeza--. Me has pasado a m su
problema. Ya he enviado a Oscar y a Ralph Londres. A nuestra llegada, deberan
haber averiguado dnde vive este sinvergenza. Entretanto, rusticar unas cuantas
semanas ms en el campo no le har ningn dao, y tiene a la seorita Hope para
hacerle compaa. Para eso le pagamos, al fin y al cabo concluy con sequedad.
Pero Euphie ya le haba fallado en una ocasin a Violet. George cerr los ojos. Y
que haba de las ovejas envenenadas, la razn por la que en un inicio haba viajado
hasta Yorkshire? Los ataques eran cada vez ms frecuentes. Al marcharse, haba odo
de pasada a dos criados hablando de una mujer envenenada. Debera haberse
detenido y averiguar si la mujer fallecida tena alguna conexin con las ovejas, pero,
por contra, haba dejado que Tony la sacara apresuradamente por la puerta. En
cuanto tom la decisin de abandonar Woldsly, sinti como s un extrao letargo se
hubiese apoderado de su cuerpo. Resultaba tan difcil concentrarse! Tan difcil saber
qu hacer! Su corazn le deca que actuaba mal, pero le era imposible hacer las cosas
bien.
Tienes que dejar de pensar en el le advirti Tony.
Su tono hizo que George le lanzara una mirada a su hermano, sentado en el
asiento de cuero rojo sangre que haba frente a ella. Tony pareca comprensivo y
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preocupado. Y triste; sus gruesas cejas estaban inclinadas hacia abajo. Unas lgrimas
repentinas empaaron sus ojos, y George se volvi de nuevo a la ventanilla, aunque
ahora no poda ver nada.
Es slo que Harry era tan... bueno. Me daba la impresin de que me entenda
como nadie lo ha hecho, ni siquiera t o ta Clara. Y yo no poda entenderlo a l. Se
ri entre dientes. Quizs era eso lo que me atraa de l. Era como un rompecabezas
que podra haber pasado el resto de mi vida analizando sin cansarme nunca de l.
Cruzaron con estruendo un puente. No creo que vuelva a encontrar eso nunca.
Lo siento mucho confes Tony.
George repos la cabeza en el asiento.
Eres un hermano tremendamente bondadoso, lo sabas?
He sido sumamente afortunado con mi asignacin de hermanas. Tony sonri.
George trat de devolverle la sonrisa pero vio que no poda. En su lugar volvi a
mirar por la ventanilla del carruaje. Pasaron por delante de un campo con ovejas
empapadas, pobres e infelices criaturas. Saban nadar las ovejas? Tal vez flotaran si
su pasto se inundaba, como mechones de pelo en un charco.
Ya haban salido de sus tierras y dentro de un da habran dejado Yorkshire
completamente a sus espaldas. Al trmino de la semana ella estara en Londres,
retomando su vida como si este viaje jams hubiese existido. Dentro de tres o cuatro
meses, Harry, en calidad de su administrador de fincas, quiz le escribira para
preguntarle s quera que le presentara un informe sobre sus tierras en persona. Y
ella, recin llegada de una fiesta nocturna, quiz girase la carta que tena en la mano
y musitara; Harry Pye. Por qu estuve en su da entre sus brazos? Yo levantaba la
vista hacia su rostro iluminado mientras l una su cuerpo al mo, y me senta viva.
Quiz tirara la carta sobre su escritorio y pensara*. Pero eso fue hace mucho
tiempo y en un lugar distinto. Tal vez fuese slo un sueos.
Quiz pensara eso.
George cerr los ojos. De algn modo saba que jams llegara el da en que Harry
Pye dejase de ser su primer recuerdo al despertarse y su ltimo pensamiento al ser
arrastrada por el sueo. Lo recordara todos los das de su vida.
Lo recordara y se lamentara.


Te dije que no tuvieras trato con las damas de la aristocracia. Dick Crumb se
sent sin ser invitado frente a Harry a ltima hora de esa tarde.
Fascinante. Ahora reciba asesoramiento romntico de Dick. Harry examin al
propietario de la taberna Cock and Worm. Dick tena aspecto de haber estado
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probando demasiadas cervezas del local. Su rostro estaba arrugado por la falta de
sueo, y su pelo ms fino, si eso era posible.
Las aristcratas no dan ms que problemas. Y aqu ests t, metiendo las narices
donde no te importa. Dick se enjug la cara.
Harry le lanz una mirada a Will, que estaba sentado a su lado. Al fin le haba
comprado unos zapatos nuevos esta maana. El nio haba tenido los ojos clavados
en sus pies, que se columpiaban debajo de la mesa, todo el tiempo que llevaban en la
taberna. Pero ahora miraba fijamente a Dick.
Ten. Harry extrajo unos cuantos peniques de su bolsillo. Ve a mirar si al
panadero le queda algn bollo dulce.
Las monedas atrajeron de inmediato la atencin de Will. Le sonri abiertamente,
cogi el dinero y sali deprisa por la puerta.
se es Will Pollard, verdad? pregunt Dick.
Sdijo Harry. Su abuela lo ha abandonado.
Y ahora vive contigo? La ancha frente de Dick se frunci por la confusin, y
se pas el trapo por ella. Cmo es eso?
Tengo sitio. Pronto tendr que encontrarle un hogar mejor, pero por ahora por
que no?
No lo s. Para que no te estorbe cuando ella venga a buscarte? El hombre de
cierta edad se inclin hacia delante y baj el tono de voz, pero su susurro era lo
bastante alto como para ser claramente odo por todo el local.
Harry suspir.
Ha vuelto a Londres. Eso no pasar.
Bueno. Dick tom un trago gigantesco de la jarra que haba dejado frente a l
al reunirse con Harry. S que no quieres or esto, pero es por tu bien. El pueblo
llano y la aristocracia no estn hechos para mezclarse. Es as como Dios lo quiso.
Ellos estn en sus vestbulos de mrmol con sus sirvientes para limpiarles el culo...
Dick...
Y nosotros trabajamos nuestra jornada honestamente y volvemos a casa para
comer caliente. Si somos afortunados. Dick dej su jarra con fuerza para dar
nfasis a su comentario. Y es as como debe ser.
Correcto. Harry tena la esperanza de detener ese sermn.
No hubo tal suerte.
Y qu haras con la dama, si te cazara? El hombre de cierta edad segua sin
detenerse. Tendra tus huevos colgados junto a su cama a modo de timbre para
llamar a los criados en menos de una semana. Probablemente tendras que llevar una
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peluca rosa y calzones amarillos, aprender ese baile que la aristocracia baila de
puntillas y suplicar como un perro para tener dinero para tus gastos. No tom otro
trago de cerveza, esa no es vida para un hombre.
Estoy de acuerdo. Harry busc cambiar de tercio. Dnde est tu hermana?
ltimamente no la he visto.
Dick extrajo el trapo. Sac brillo a la cpula de su cabeza.
Oh! Ya conoces a Janie. Era un poco rara de nacimiento y desde que Granville
acab con ella, ha estado an peor.
Harry dej su jarra lentamente.
No me habas dicho que Granville abus de Janie.
Ah, no?
No. Cundo sucedi eso?
Hace quince aos. No fue mucho despus de que tu madre contrajera esa fiebre
y muriera. Dick se enjug ahora el rostro y el cuello casi desesperadamente.
Janie tena veinticinco aos ms o menos, una mujer adulta, salvo en su cabeza tal
vez. Cualquiera menos Granville habra respetado eso. La habra dejado en paz. Pero
l... Dick escupi en las baldosas que tena bajo los pies. Para l era simplemente
una conquista fcil.
La viol?
Quizs, al principio. No lo s. Dick desvi la mirada. Su mano se haba
detenido sobre su cabeza, todava sujetando el trapo. Vers, yo no lo supe, no
durante mucho tiempo. Ella estaba viviendo conmigo, como hace ahora, pero Janie es
diez aos ms joven que yo. Nuestro padre haba fallecido aos antes, y la madre de
Janie muri cuando ella naci. El hombretn dio un trago de su jarra.
Harry no dijo nada por miedo a interrumpir el flujo de la historia.
Janie es ms como una sobrina o una hija para m que una hermana dijo Dick.
Sac la mano de su cabeza y mir el trapo con rostro inexpresivo. Y cuando me di
cuenta de que sala a hurtadillas por las noches, la cosa ya duraba cierto tiempo. Se
le escap una carcajada. Cuando lo averige y le dije que parase, me dijo que l iba
a casarse con ella. Estuvo un momento en silencio.
Harry se tom otra copa para arrastrar la bilis que se le haba acumulado en la
garganta. Pobre, pobre Janie.
Lo entiendes? Dick alz la vista, y Harry vio lgrimas brillando en sus ojos
l haba enviudado, de modo que ella pens que lord Granville se casara con ella.
Nada de lo que dije pudo impedir que ella saliera sigilosamente y se encontrara con
l por las noches. Se prolong durante semanas y yo cre que me iba a volver loco.
Despus, naturalmente, la dej. Como a un trapo sucio con el que se hubiese
limpiado el semen.
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Que hiciste?
Dick solt otra carcajada y finalmente guard su trapo.
Nada. No haba nada que yo pudiese hacer. Janie volvi y se port como una
buena chica. Me pas un par de meses preocupado por si tendra que alojar a otro de
los bastardos de Granville, pero tuvo suerte. Levant su jarra para beber, repar en
que estaba vaca, y la dej de nuevo. Probablemente haya sido la nica vez en toda
su vida que Janie ha tenido suerte. Y, adems, tampoco fue mucha, verdad?
Harry asinti.
Dick, crees...?
Lo interrumpi un tirn en el codo. Will haba vuelto tan silenciosamente que los
dos hombres no se haban dado cuenta.
Slo un momento, Will.
El nio tir de nuevo.
Est muerta.
Qu? Los dos hombres miraron al chico.
Est muerta. Mi abuela. Est muerta. Habl en un tono tan apagado que a
Harry le preocup ms que la noticia.
Cmo lo sabes? pregunt.
La encontraron en el pramo. Un granjero y sus hijos haban salido en busca de
un animal extraviado. En un pasto de ovejas. De repente Will mir fijamente a
Harry a la cara. Dicen que el envenenador de ovejas la mat.
Harry cerr los ojos. Jess! Con toda la gente que haba, por qu la mujer muerta
tena que ser la abuela de Will?
No. Dick sacuda la cabeza. No puede ser. Es imposible que la matara el
envenenador de ovejas.
Encontraron perejil falso junto a ella, y estaba completamente retorcida... Will
frunci el rostro.
Harry rode con los brazos a Will por los hombros y atrajo al chico hacia s.
Lo siento. El nio deba de seguir queriendo a la vieja bruja, incluso despus
de haberlo abandonado como a un trozo de excremento. Tranquilo, chico. Dio
unas palmaditas en la espalda del nio y se sinti estpidamente enfadado con la
abuela de Will por haberse dejado matar.
Ser mejor que os vayis intervino la voz de Dick.
Harry alz la vista, perplejo. El hombretn pareca pensativo... y preocupado.
Mir a Harry a los ojos.
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Si la gente cree que t eres el envenenador, tambin creer que t has hecho
esto.
Por el amor de Dios, Dick! A Will slo le faltaba creer que Harry haba
matado a su abuela.
Will levant su rostro lloroso de la camisa de Harry.
Yo no he matado a tu abuela, Will.
Lo s, seor Pye.
Bien. Extrajo un pauelo y se lo dio al nio. Y llmame Harry.
S, seor. El labio inferior de Will empez a temblar de nuevo.
Dick tiene razn, ser mejor que nos vayamos. De todas maneras, se est
haciendo tarde. Harry observ al chico. Ests listo?
Will asinti.
Se dirigieron hacia la puerta de la taberna. Ya haba hombres formando corrillos y
hablando. Algunos daba la impresin de que levantaban la vista y miraban a Harry
iracundos mientras Will y el pasaban de largo, pero se lo poda haber imaginado
despus del comentario de Dick. Si la abuela de Will haba sido realmente asesinada
por el mismo hombre que haba matado a las ovejas, la cosa no auguraba nada
bueno. La gente de los alrededores estaba preocupada por su ganado. Cunto ms
temerosos estaran s ahora tenan que preocuparse por sus hijos, sus esposas, y quiz
por ellos mismos?
A medida que se acercaba a la puerta, alguien lo empuj. Harry se tropez, pero
casi al instante tuvo su navaja en la mano. Cuando se gir, un muro de rostros
hostiles le devolvi la mirada.
Alguien susurr:
Asesino. Pero nadie se movi.
Vamos, Will. Lentamente, Harry sali de espaldas de Cock and Worm.
Deprisa, encontr su yegua y subi a Will a lomos de esta. Al montar, Harry mir
a su alrededor. Un borracho estaba orinando junto a la fachada de la taberna, pero
por lo dems la calle cada vez ms oscura estaba desierta. La noticia de un asesinato
se propagara rpido, pero quizs al estar anocheciendo se retrasara un poco.
Seguramente tendra hasta la maana para planear cmo afrontar esto.
Harry le chasc la lengua a la yegua y se adentr en el creciente atardecer, con
Will agarrado a su espalda. Torcieron por el camino que llevaba a casa. El camino
atravesaba la finca de Granville antes de cruzar el ro hacia Woldsly. Las luces de la
ciudad se desvanecan, dejando que la oscuridad los envolviera. No haba salido la
luna para iluminar el camino. Ni para delatar su presencia.
Harry espole a la yegua para que trotara.
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Lo van a colgar? La voz de Wll pareca asustada en la oscuridad.
No. Necesitan ms pruebas que un montn de habladuras para colgar a un
hombre.
El ruido de unos cascos de caballo se oy a sus espaldas.
Harry lade la cabeza. Ms de un caballo. Y los alcazaran deprisa.
Rodame con los brazos, Will.
Aguijone a la yegua al galope en cuanto not que lo asan fuertemente por la
cintura. La yegua baj por el camino con gran estruendo. Pero llevaba a dos
personas, y Harry saba que los jinetes que los seguan pronto les daran alcance.
Estaban en una pradera abierta. No haba dnde esconderse. Poda desviar a la
yegua del camino, pero en la oscuridad tendra bastantes posibilidades de meter los
cascos en un hoyo y matarse todos. Y tena que pensar en Will.
Las pequeas manos de ste se agarraban a su cintura. De la boca de la yegua sala
espuma a borbotones, y Harry se inclin sobre su cuello sudoroso para susurrarle
palabras de nimo. Si conseguan llegar al vado, a lo largo de la orilla haba sitios
para esconderse. O incluso podan meterse en el riachuelo de ser necesario y seguir el
curso del agua ro abajo.
Casi hemos llegado al vado. All estaremos bien! le grit Harry al nio.
Will deba de tener miedo, pero no emiti sonido alguno. Otro giro. Los pulmones
de la yegua respiraban con agitacin, como fuelles. Los jinetes que los seguan
estaban cada vez ms cerca, el sonido de los cascos de sus caballos se oa ms fuerte.
Ya estaban! La yegua galop por el camino hasta el riachuelo. Harry casi suspir de
alivio. Casi. Entonces vio y se dio cuenta de que en ningn momento haba habido
esperanza alguna. Al otro lado del ro unas sombras se movan en la penumbra. Ms
hombres a caballo lo esperaban all.
Lo estaban conduciendo a una emboscada.
Harry lanz una mirada por encima de su hombro. Quiz tena medio minuto
antes de que los jinetes los alcanzaran. Tir de las riendas, hacindole un corte en la
boca a la pobre yegua. No tena otro remedio.
La yegua se medio encabrit, derrapando hasta detenerse. Harry despeg las
manos de Will de su cintura. Cogi al chico por la mueca y lo plant en el suelo.
Estaba llorando.
Escndete. Ahora! Harry sacudi la cabeza mientras el nioso llozaba una
protesta. No hay tiempo para eso. Tienes que permanecer escondido... hagan lo
que hagan. Vuelve con Dick, dile que avise a Bennet Granville. Ahora, corre!
Harry espole a la yegua y extrajo su navaja. No mir haca atrs para ver si Will
haba hecho lo que le haba ordenado. Si poda llevar a los asaltantes lo bastante lejos,
quiz no se molestaran en retroceder por un nio pequeo. Se meti en el riachuelo
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a galope tendido. Harry not que una sonrisa estiraba sus labios justo antes de que la
yegua se precipitara contra el primer caballo.
Estaba rodeado de caballos que se haban zambullido en el agua espumeante. El
hombre que tena ms cerca levant el brazo, y Harry dirigi la navaja hacia la axila a
la vista. ste ni tan siquiera gimi cuando se cay al riachuelo. A su alrededor, los
caballos relinchaban y los hombres gritaban. Haba manos extendidas para agarrarlo
y l blandi su navaja con ferocidad. Desesperadamente.
Otro hombre cay al arroyo, chillando. Entonces lo tiraron de su caballo. Alguien
le agarr la mano que sujetaba la navaja. Harry cerr su mano derecha, la del dedo
amputado, en un puo y arremeti contra toda carne lo bastante cercana como para
ser golpeada.
Pero ellos eran muchos y l estaba solo, y le cay un aluvin de patadas y golpes.
Al final, sucumbir fue slo cuestin de tiempo.

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Captulo 14
Los hombres sirven para muchas cosas dijo lady Beatrice Renault como si
estuviese concediendo un punto cuestionable de debate, pero dar consejo en
affaires de coeur no es una de ellas. Levant el platillo con la taza de te hasta sus
labios y tom un pequeo sorbo.
George reprimi un suspiro. Llevaba ms de una semana en Londres y hasta esta
maana haba conseguido con xito evitar a ta Beatrice. Todo esto era culpa de
Oscar. De no haber sido tan imprudente como para dejar una carta de Violet a la
vista, su ta Beatrice jams habra averiguado lo de Harry y jams se habra sentido
obligada a venir y sermonear a George acerca del modo adecuado de mantener una
aventura amorosa. Es cierto que Oscar haba dejado la carta condenatoria en el cajn
de su escritorio, pero cualquier idiota saba que se sera el primer sitio por el que ta
Beatrice empezara a curiosear en cuanto el mayordomo la dejara sola en el estudio
tras haber venido de visita.
Definitivamente, era culpa de Oscar.
Son demasiado sentimentales, pobrecitos! continu ta Beatrice. Mordi un
trozo de pastel y luego lo mir con el ceo fruncido. Lleva relleno de ciruela,
Georgina? Te he dicho expresamente que las ciruelas no me sientan bien.
George lanz una mirada al trozo de pastel causante del disgusto.
Creo que es crema de chocolate, pero puedo llamar para que traigan otro pastel.
Ta Beatrice haba invadido la residencia londinense de George, se haba
acomodado en una silla dorada de su bonita salita azul y blanca, y casi haba exigido
un t. George consideraba que el cocinero haba hecho un trabajo excelente, teniendo
en cuenta que nada le haba advertido sobre un potencial invitado.
Uf! Lady Beatrice escarb en el pastel de su plato, espachurrndolo.
Parecen ciruelas, pero si ests realmente segura... Peg otro mordisco, masticando
con aire pensativo. En consecuencia, estn capacitados, a duras penas, para dirigir
el gobierno, pero son un desastre total en asuntos familiares.
George se qued unos instantes perpleja antes de recordar que su ta haba estado
hablando de hombres antes de las ciruelas.
Completamente.
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Tal vez si fingiera un ataque de vapores... Pero conociendo a ta Beatrice,
probablemente le arrojase a la cara agua fra hasta que George admitiera estar
consciente y entonces proseguira con su sermn. Lo mejor era dejarla acabar.
Ahora bien, a diferencia de lo que te dirn los hombres continu su ta, una
relacin o dos o ms es buena para una dama. Produce cierta agudeza mental y,
naturalmente, sonrosa las mejillas.
Lady Beatrice se toc su propia mejilla con la arreglada ua de un dedo.
Ciertamente estaba roscea, pero ms por el colorete que por la naturaleza.
Asimismo estaba decorada con tres lunares negros de terciopelo: dos estrellas y una
luna creciente.
Lo ms importante que debe recordar una dama es ser discreta. Ta Beatrice
tom un sorbo de su t. Por ejemplo, he reparado en que si una se relaciona con
dos o ms caballeros durante el mismo periodo de tiempo, es indispensable que stos
no averigen su mutua existencia.
Ta Beatrice era la menor de las hermanas Littteton. Ta Clara, que le haba dejado
a ella su fortuna, haba sido la mayor, y su madre, Sarah, la hermana mediana. Las
hermanas Littleton haban sido consideradas unas bellezas en su poca, causando
una sensacin demoledora en toda la sociedad londinense. Las tres haban tenido
matrimonios desdichados. Ta Clara se haba casado con un hombre terriblemente
religioso que haba fallecido joven, dejndola sin hijos pero rica. Ta Beatrice se haba
casado con un hombre mucho mayor que ella, que la haba dejado constantemente
embarazada mientras vivi. Trgicamente, todos sus bebs murieron, ben por
haberlos abortado o por haber nacido muertos.
En cuanto a Sarah, su propia madre... George tom un sorbo de t. Quin saba
qu haba fallado exactamente en el matrimonio de sus padres? Quiz slo que su
madre y su padre no se haban querido. En cualquier caso, lady Maitland estaba
postrada en la cama por enfermedades imaginarias desde haca aos.
Hasta el ms sofisticado de los hombres se convierte en un nio pequeo
incapaz de compartir sus juguetes continuaba ahora su ta Beatrice. No ms de
tres es mi lema, y con tres una tiene que hacer realmente grandes malabarismos.
George se atragant.
Qu te ocurre, Georgina? Lady Beatrice la mir molesta.
Nada contest George entrecortadamente-. Ha sido una miga.
De verdad que me preocupa que los ingleses sean una raza con...
Qu suerte encontrar no uno, sino dos ejemplos de belleza femenina! La
puerta de la salita de George se abri de golpe y apareci Oscar con un guapo joven
que les hizo una reverencia a las damas.
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Lady Beatrice arque las cejas y levant una mejilla para que Oscar le diera un
beso.
Estamos ocupadas, querido. Vete. T no, Cecil. El otro hombre haba
empezado a retroceder hacia la puerta. Puedes quedarte. Eres el nico hombre que
conozco con un poco de sentido comn, y eso merece ser fomentado.
Cecil Barclay sonri e hizo otra reverencia.
La seora es ciertamente amable.
Enarc una ceja mirando a George, que daba palmadas en el cojn del sof que
tena al lado. Conoca a Cecil y a su hermano menor, Freddy, desde que todos ellos
usaban andador.
Pero si Cecil se queda, entonces pido permiso para quedarme yo tambin.
Oscar se sent y se sirvi un trozo de pastel.
George mir indignada a su hermano.
Oscar le contest: Qu, moviendo los labios sin hablar.
Ella puso los ojos en blanco exasperada.
Tomars t, Cecil?
S, por favor respondi ste. Oscar me ha arrastrado por todo Tattersalls
esta maana para mirar caballos. Quiere un grupo de caballos parecido para su
nuevo carruaje y asegura que en Londres no le sirve ninguno.
Los caballeros gastan demasiado dinero nicamente en carne de caballo
declar lady Beatrice.
En que otro tipo de carne querras que invirtiramos nuestro dinero? Oscar
abri desmesuradamente sus picaros ojos castaos.
Lady Beatrice le dio unos golpecitos excesivamente fuertes en la rodilla con su
abanico.
Uf! Oscar se frot la zona. Quiero decir, el pastel lleva relleno de ciruela?
George reprimi otro suspiro y mir por las ventanas de su residencia londinense.
Aqu en Londres no estaba lloviendo, pero haba una especie de neblina gris que lo
cubra todo y dejaba a su paso una suciedad pegajosa. Haba cometido un error.
Ahora lo saba, despus de ms de una semana alejada de Harry y Yorkshire.
Debera haber aguantado y hacerle hablar. O hablar ella hasta que el se desmoronase
y le dijese... qu? Sus temores? Le recitase los defectos que vea en ella? Por qu
no la quera? Si era el final, por lo menos ella lo sabra. No estara atrapada aqu en
este estado de incertidumbre, incapaz de volver a su vida anterior y, sin embargo,
incapaz de seguir adelante con lo que podra ser una nueva.
Puedes venir, George? le estaba hablando Cecil.
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Que? Parpade ella. Lo lamento, me temo que no he odo la ltima parte.
Su ta y los caballeros intercambiaron una mirada dando a entender que tenan
que hacer concesiones debido al estado mental de Georgina.
George apret los dientes.
Cecil deca que maana por la noche ir al teatro y quera saber si poda
acompaarte explic Oscar.
De hecho, yo... George se ahorr elaborar una excusa por la aparicin de su
mayordomo. Arrug las cejas.
S, Holmes?
Le ruego me perdone, mi lady, pero acaba de llegar un mensajero de parte de
lady Violet. Holmes le ofreci una bandeja de plata sobre la cual reposaba una
carta bastante enlodada.
George la. cogi.
Gracias.
El mayordomo hizo una reverencia y sali.
Habra seguido Wentworth a Violet hasta el norte? Haban credo que lo mejor
era dejar a Violet en Woldsly presuponiendo que all, lejos de la sociedad, es donde
estara ms segura, pero quiz se hubiesen equivocado.
Con vuestro permiso. George no esper al permiso de sus invitados, sino que
se sirvi de un cuchillo para la mantequilla y rompi el sello de la carta. La letra de
Violet se extenda frenticamente por toda la pgina, borrada aqu y all por manchas
de tinta. Mi querida hermana... Harry Pye golpeado y arrestado... detenido por
Granville... acceso denegado... por favor, ven inmediatamente.


Golpeado.
A George le tembl la mano. Oh, Santo Dios, Harry! Un sollozo se le anud en
la garganta. Trat de recordar la tendencia de Violet al melodrama. Quizs haba
dramatizado o, en todo caso, exagerado.
Pero no, Violet no menta. Si lord Granville tena a Harry en sus garras, tal vez ya
estuviese muerto.
Georgie? Ella levant la vista y se encontr a Oscar arrodillado justo
delante. Qu pasa?
En silencio, George gir la carta para que el pudiera leerla.
Oscar arrug el entrecejo.
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Pero no haba pruebas concretas de su culpabilidad, verdad?
George sacudi la cabeza y respir entrecortadamente.
Lord Granville le guarda rencor a Harry. No necesita prueba alguna. Cerr
los ojos. Nunca deb marcharme de Yorkshire.
Era imposible que pudieras prever esto.
George se levanto y se dirigi hacia la puerta.
Adnde vas? Oscar la agarr del codo.
George se deshizo de l.
Adnde crees que voy? Con el.
Espera, yo...
Ella se volvi violentamente hacia su hermano.
No puedo esperar. Puede que ya est muerto.
Oscar alz las manos como si se rindiera.
Lo s, lo s, Georgia. Iba a decir que ir contigo. Ver lo que puedo hacer. Se
dirigi a Cecil-. Puedes ir a caballo a contarle a Tony lo que ha pasado?
Cecil asinti.
Ten. Oscar le arrebat a George la carta de la mano. Dale esto. Ser preciso
que venga cuando pueda.
Por supuesto, viejo amigo. Cecil pareca tener curiosidad, pero cogi la carta.
Gracias. Las lgrimas empezaron a resbalar por la cara de George.
Tranquila. Cecil iba a decirle algo ms, pero entonces cabece y se march.
Bien, no puedo decir que apruebe nada de todo esto, sea lo que sea. Lady
Beatrice haba estado callada durante toda la escena, pero ahora se puso de pie. No
me gusta que se me oculten las cosas. En absoluto. Pero por esta vez esperar a
averiguar por qu tenis todos tantas prisas.
Por supuesto, ta. George ya haba medio salido por la puerta, y no estaba
realmente escuchando.
Georgina. Lady Beatrice puso una palma en el rostro surcado de lgrimas de
su sobrina, haciendo que sta se detuviera. Recuerda, querida, que no podemos
impedir la voluntad de Dios, pero podemos ser fuertes. Pareca repentinamente
anciana. En ocasiones es lo nico que podemos hacer.


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La vieja seora Pollard ha sido asesinada, simple y llanamente. Silas se reclin
en su silln de cuero y mir a su hijo menor con satisfaccin.
Bennet paseaba por la biblioteca como un joven len. En cambio, su hermano
estaba encogido en una silla esquinera, demasiado pequea, con las rodillas
prcticamente pegadas a su mentn. Silas no lograba comprender por qu Thomas
estaba en la biblioteca con ellos, pero en cualquier caso realmente no le importaba.
Toda su atencin estaba centrada en su hijo pequeo.
Durante toda la semana, desde que sus hombres haban trado a Harry Pye,
Bennet haba criticado a su padre con dureza y se haba puesto furioso con l. Pero
por mucho que lo intentase, haba un hecho que no poda negar: una mujer haba
sido asesinada. Una anciana, es verdad, y, adems, pobre. Una mujer de la que nadie
se haba preocupado mucho mientras viva. Sin embargo, era un ser humano y, por
tanto, al margen de su grado de decrepitud, estaba varios peldaos por encima de
una oveja muerta.
Por lo menos segn la opinin popular.
De hecho, Silas haba empezado a preguntarse si se haba equivocado en sus
prisas por atrapar a Pye. Los nimos de los lugareos estaban muy caldeados. A
nadie le gustaba que un asesino anduviese suelto. Si se hubiera limitado a dejar que
se las arreglase solo, alguien habra podido tomarse la justicia por su mano y habra
linchado a ese bastardo.
Quizs a esas alturas ya estara muerto, y a largo plazo no habra mucha
diferencia. Muerto ahora o muerto dentro de una semana, de un modo o de otro, Pye
estara pronto bien, bien muerto. Y despus su hijo dejara de discutir con l.
Es posible que la hayan asesinado, pero Harry Pye no lo ha hecho. Bennet
estaba de pe delante del escritorio de su padre, con los brazos cruzados y los ojos
llameantes.
Silas sinti que la impaciencia creca en l. Todos los dems crean que el
administrador de fincas era culpable. Por qu entonces no poda creerlo su propio
hijo?
Se sent hacia delante y golpete el escritorio con el dedo ndice como si pudiera
perforar la caoba.
La mat la cicuta, igual que a las ovejas. La talla de Harry fue hallada junto a su
cadver. Recuerda que es la segunda talla descubierta en estos crmenes. Silas
empuj las manos hacia delante, con las palmas hacia arriba. Qu ms quieres?
S que odias a Harry Pye, padre, pero por qu iba l a dejar sus propias tallas
junto a los cuerpos? Por qu iba a autoinculparse?
Es posible que est loco dijo Thomas tranquilamente desde la esquina. Silas lo
mir con el ceo fruncido, pero Thomas estaba demasiado centrado en su hermano
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para darse cuenta. La madre de Pye era una puta, al fin y al cabo; quizs heredase
su mala sangre.
Bennet pareca dolido.
Tom...
No me llames as! exclam Thomas en tono agudo. Soy tu hermano mayor.
Soy el heredero. Trtame con el respeto que merezco T no eres ms que un...
Cllate! rugi Silas.
Thomas se encogi ante el grito.
Pero padre...
Ya basta! Silas mir iracundo hasta que a su hijo mayor le salieron colores del
rubor; entonces se reclin en la silla y devolvi su atencin a Bennet. Qu querras
que hiciera?
Bennet le lanz una mirada de disculpa a Thomas, que el otro ignor, antes de
contestar:
No lo s.
Ah!, la primera exteriorizacin de incertidumbre. Fue como un blsamo para su
alma.
Soy el corregidor de este condado. Debo defender la ley como yo crea
conveniente.
Al menos djame verlo.
No. Silas sacudi la cabeza. Es un criminal peligroso. No sera responsable
por mi parte dejar que te acercaras a l.
No hasta que sus hombres obtuvieran una confesin. Por el modo en que Pye
aguantaba las palizas (soportando golpe tras golpe hasta que ya no se tena en pie,
hasta que se tambaleaba y se caa, pero aun as se negaba a hablar) quiz pasaran
varios das ms antes de que se derrumbara. Pero se derrumbara. Y luego Silas lo
colgara del cuello hasta que muriese, y nadie, ni el rey ni Dios, podra interponerse.
S, poda esperar.
Oh, por el amor de Dos! Bennet deambulaba ahora nervioso. Lo conozco
desde que ramos unos crios. Es mi... Hizo un alto y desech la frase agitando la
mano. Slo djame hablar con l. Por favor.
Haca mucho, mucho tiempo que el chico no suplicaba. Debera saber a estas
alturas que suplicar nicamente le daba municin al adversario.
No. Silas cabece con pesar.
Todava est vivo?
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Silas sonri.
S. Vivo, pero no especialmente bien.
El rostro de Bennet palideci. Mr fijamente a su padre como si fuese a pegarle, y
de hecho Silas se prepar para un golpe.
Que Dios te maldiga! -susurr Bennet.
Quiz lo haga, ciertamente.
Bennet se gir hacia la puerta del estudio y tir de ella para abrirla.
Un nio pequeo y esculido entr tambalendose.
Qu es esto? Silas arque las cejas.
Est conmigo. Vamos, Will.
Deberas ensear a tus criados a no escuchar junto a las puertasle dijo Silas a
su hijo articulando lentamente.
Por alguna razn sus palabras hicieron que Bennet se detuviera y se volviera. Le
mir a el y al chico respectivamente.
Realmente no sabes quin es, verdad?
Debera? Silas estudi al muchacho. Algo en sus ojos castaos le resultaba
familiar. Omiti la pregunta con un gesto de la mano. Daba igual. El nio es un
don nadie.
Jess! No te creo. Bennet lo mir fijamente. Todos nosotros no somos ms
que unos tteres para ti, verdad?
Silas sacudi la cabeza.
Sabes que no me gustan los acertijos.
Pero Bennet haba agarrado al nio por el hombro y lo estaba conduciendo fuera
de la biblioteca. La puerta se cerr tras ellos.
Es un desagradecido susurr Thomas desde el rincn. Despus de todo lo
que has hecho por el, despus de todo lo que yo he sufrido, es un desagradecido.
A que viene esto, chico? gru Silas.
Thomas parpade y se levant con aspecto extraamente solemne:
Siempre te he querido, padre. Hara cualquier cosa por ti. Entonces tambin l
abandon la habitacin.
Silas sigui con la mirada a su hijo unos instantes, luego sacudi de nuevo la
cabeza. Se volvi hacia una pequea puerta recortada en la madera que revesta las
paredes de detrs de su escritorio y la golpe. Por razones desconocidas, un
antepasado de la familia Granville haba construido un pasadizo desde la biblioteca
hasta el stano. Tras una breve espera, la puerta se abri. Apareci un hombre
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fornido, agachando la cabeza para pasar. Llevaba el torso desnudo. Unos brazos
gruesos y musculosos colgaban a lo largo de su cuerpo. El vello castao que cubra la
parte superior de su torso estaba espantosamente salpicado de sangre.
Y bien? pregunt Silas.
Sigue sin hablar. El hombretn extendi unas manos hinchadas. Mis
nudillos estn realmente ensangrentados, y m colega tambin lo ha intentado hoy.
Silas frunci el ceo.
Tengo que traer a alguien ms? El est solo y no tiene ni mucho menos tu
tamao. A estas alturas debera estar silbando cualquier meloda que le pidieras.
S, bueno, el cabrn se es duro de pelar. He vsto a tos llorar como bebs
despus de lo que le hemos hecho a el,
Si t lo dices se mof Silas. Vndate las manos y sgue intentndolo. Pronto
se vendr abajo y cuando lo haga, recibirs una gratificacin. Y si no lo puedes hacer
a lo largo del da de maana, encontrar a alguien que pueda y os sustituya a ti y a tu
colega.
S, mi lord. El hombretn mir fijamente a Silas, reprimiendo la rabia que
arda detrs de sus ojos antes de dar meda vuelta. Ben, se desquitara con Pye.
La puerta se cerr tras l y Silas sonri. Pronto, muy pronto ya.


En alguna parte el agua goteaba.
Lentamente.
Continuamente.
Incesantemente.
Haba goteado desde que se despert por primera vez en esa habitacin, haba
goteado todos los das desde entonces, y goteaba ahora.
Era muy probable que el goteo acabara con l antes de que lo hicieran las palizas.
Harry encogi un hombro y se arrastr dolorosamente para ponerse de pie
apoyado en la pared. Lo tenan retenido en una habitacin diminuta. Crea que deba
de haber pasado al menos una semana desde su captura, pero aqu resultaba difcil
calcular el tiempo. Y haba horas, quiz das, en que se haba sentido insensible. En la
parte alta de una pared haba una ventana del tamao de la cabeza de un nio,
cubierta con una reja de hierro oxidado. Del exterior asomaban unas cuantas malas
hierbas, de modo que saba que la ventana estaba al nivel del suelo. Proporcionaba
suficiente luz para iluminar su celda cuando el sol estaba a determinada altura. Las
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paredes eran de piedra hmeda, el suelo de tierra. No haba nada ms en la
habitacin a excepcin de l mismo.
Bueno, es decir, normalmente.
Por las noches poda or el chirrido de unos pies diminutos, correteando de aqu
para all. Los chirridos y los crujidos de pronto paraban y luego volvan a empezar.
Ratones. O tal vez ratas.
l odiaba las ratas.
Cuando estuvo en el hospicio de la ciudad, comprendi rpidamente que su padre
y l moriran de hambre s l no poda ahuyentar a los dems para proteger sus
raciones de comida. De modo que haba aprendido a defenderse, deprisa y con
brutalidad. Despus de aquello el resto de chicos y hombres se haban mantenido
alejados.
Pero las ratas no lo hacan.
Cuando anocheca, salan. Las criaturas salvajes del campo teman a las personas.
Las ratas no. Se acercaban con sigilo hasta el bolsillo de un hombre para robarle su
ltimo trozo de pan. Metan el hocico en el pelo de un nio en busca de migas. Y si
no encontraban ningn resto, se lo inventaban. Si un hombre dorma demasiado
profundamente, fuese por el alcohol o por enfermedad, las ratas se ponan a roer. En
los dedos de los pes o de las manos o en las orejas. Haba hombres en el hospicio
cuyas orejas eran flores irregulares. Uno saba que sos no duraran mucho tiempo
ms. Y si un hombre se mora mientras dorma, en ocasiones por la maana su rostro
resultaba irreconocible.
Naturalmente podas matar a las ratas si eras lo bastante rpido.
Algunos chicos incluso las asaban sobre una hoguera y se las coman.
Pero por muy hambriento que l estuviese (y haba habido das en que sus
entraas se haban retorcido por la necesidad), jams se pudo imaginar
introducindose esa carne en la boca. Haba un demonio en las ratas que, sin duda,
se trasladara a la barriga de uno e infectara su alma, si se las coma. Y por muchas
ratas que uno matara, siempre haba ms.
As que ahora, por las noches, no dorma realmente. Porque haba ratas por all
fuera y l saba lo que podan hacerle a un hombre herido.
Los matones de Granville lo haban golpeado a diario, en ocasiones dos veces al
da, desde haca ya una semana. Su ojo derecho estaba cerrado por la hinchazn, el
izquierdo no mucho mejor; su labio partido y vuelto a partir. Por lo menos haba dos
costillas rotas. Y tena la sensacin de haber perdido varios dientes. No haba ms de
un palmo en todo su cuerpo que no estuviese cubierto de moretones. Era slo
cuestin de tiempo hasta que lo golpearan demasiado fuerte o en el lugar equivocado
o hasta que su cuerpo simplemente le fallara.
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Y luego las ratas...
Harry sacudi la cabeza. Lo que no poda entender era por qu Granville no lo
haba matado en el acto. Cuando se despert al da siguiente de su captura en el
riachuelo, durante un momento lo asombr simplemente ver que estaba vivo. Por
qu? Por qu apresarlo con vida cuando seguramente Granville tena intencin de
matarlo de todas formas? No paraban de decirle que confesara haber matado a la
abuela de Will, pero seguro que eso a Granville en realidad no le importaba. El barn
no necesitaba una confesin para colgarlo. Nadie se preocupara mucho por la
muerte de Harry ni protestara porque lo mataran, salvo Will, quizs.
Harry suspir y apoy su dolorida cabeza en la mohosa pared de piedra. Eso no
era verdad. Su seora se preocupara. Dondequiera que estuviese, ya fuese en su
lujosa residencia de Londres o en su mansin de Yorkshire, llorara al enterarse de la
muerte de su amante de cuna humilde. Desaparecera la luz de sus preciosos ojos
azules, y su rostro se encogera.
En esta celda Harry haba tenido muchas horas para reflexionar. De todas las cosas
que lamentaba en su vida, haba una que lamentaba especialmente: hacerle dao a
lady Georgina.
Procedente del exterior oy un murmullo de voces y el sonido de botas
arrastrndose sobre la piedra. Harry lade la cabeza para escuchar. Venan para
golpearlo otra vez. Se estremeci. Puede que su mente fuese fuerte, pero su cuerpo
recordaba y tema el dolor. Cerr los ojos en ese instante antes de que ellos abrieran
la puerta y todo empezase de nuevo. Pens en lady Georgina. En otro tiempo y lugar,
si ella no hubiese sido de tan alta cuna ni l tan vulgar, quizs hubiese funcionado.
Quiz se hubiesen casado y tuviesen una pequea cabaa. Ella quizs habra
aprendido a cocinar, y a l tal vez lo esperase su dulce beso al llegar a casa. Por las
noches quiz se habra acostado junto a ella y hubiese notado cmo suba y bajaba su
cuerpo al respirar y se hubiese dejado sumir en un sueo sin sueos, con su brazo
extendido sobre ella.
Podra haberla amado, a su seora.

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Captulo 15
Est vivo? El rostro de George se pareca a un trozo de papel estrujado y
alisado de nuevo. Su vestido gris estaba tan arrugado que deba de haber dormido
con el puesto desde Londres.
S. Violet abraz a su hermana, tratando de no manifestar su sorpresa por el
cambio de aspecto de sta. nicamente haba estado fuera de Woldsly menos de dos
semanas. S, que yo sepa, pero. Lord Granville no deja que nadie lo vea.
La expresin de George se aliger. Sus ojos seguan mirando fijamente con
demasiado atencin, como si parpadeando fuese a perderse algo importante.
Entonces quizs est muerto.
Oh, no! Desesperada, Violet mir a Oscar con los ojos desmesuradamente
abiertos. Socorro!. No lo creo...
Si Harry Pye estuviese muerto, lo sabramos, Georgie intervino Oscar,
saliendo al rescate de Violet. Granville se estara jactando. El hecho de que no lo
est significa que Pye an est vivo. Cogi a George del brazo como si estuviese
guiando a una invlida. Entra en Woldsly. Sentmonos y tomemos una taza de t.
No, tengo que verlo. George se quit de encima la mano de Oscar como si ste
fuera un vendedor excesivamente entusiasta que la importunara con unas flores
marchitas.
Oscar no se inmut.
Lo s, querida, pero, si pretendemos intervenir, es preciso que nos mostremos
fuertes cuando nos enfrentemos con Granville. Es mejor que estemos frescos y
descansados.
Crees que le habrn dado el mensaje a Tony?
S dijo Oscar como si repitiese algo por ensima vez. Estar viniendo justo
detrs de nosotros. Preparmonos para cuando llegue. Puso de nuevo la mano en
el codo de George y esta vez ella dej que Oscar la condujese por la escalera principal
de Woldsly.
Violet los segua, absolutamente perpleja. Qu le pasaba a George? Haba
contado con que su hermana estuviese desconcertada, incluso con que llorara. Pero
esto... esto era una especie de sufrimiento angustioso y sin lgrimas. Si hoy le
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comunicaran que Leonard, su amor de verano, haba muerto, sentira cierta
melancola. Quiz derramara alguna lgrima y deambulara con cara mustia por la
casa durante uno o dos das. Pero no estara tan destrozada como ahora pareca
estarlo George. Y, que ellos supieran, el seor Pye ni siquiera estaba muerto.
Era casi como si George lo amara.
Violet se detuvo de golpe y observ cmo se alejaba la espalda de su hermana,
apoyada en su hermano. No era posible! George era demasiado mayor para el amor.
Claro que tambin era demasiado mayor para una aventura amorosa. Pero el amor,
el amor verdadero, era otra cosa. Si George amaba al seor Pye, quiz quisiese
casarse con l. Y si se casaba con l, bueno... formara parte de la familia. Oh, no!
Harry probablemente no supiese qu tenedor usar para el pescado, o cmo dirigirse
a un general retirado que adems hubiese heredado el ttulo de barn, o la forma
adecuada de ayudar a una dama a montar a caballo a mujeriegas o... Santo Dios!
George y Oscar haban llegado a la salita, y Oscar mir a su alrededor mientras la
acompaaba dentro. Vio a Violet y la mir frunciendo el ceo. Ella aceler para
darles alcance.
En el interior de la salita. Oscar ayud a George a sentarse.
Has pedido t y refrescos? le pregunt a Violet.
Ella sinti que su rostro se ruborizaba por la culpabilidad. Rpidamente se asom
por la puerta y le dijo a un criado lo que necesitaban.
Violet, qu sabes? George la miraba fijamente. En tu carta pona que Harry
haba sido arrestado, pero no por qu ni cmo.
Vers, encontraron el cadver de una mujer. Violet se sent e intent ordenar
sus pensamientos-. En el pramo. La seora Piller o Poller o...
Pollard?
S. Violet la mir con fijeza, sorprendida. Cmo lo sabas?
Conozco a su nieto. Con un gesto George le quit importancia a la
interrupcin. Sigue.
Fue envenenada de la misma manera que las ovejas. Hallaron esas malas
hierbas junto a ella, las que haba junto a las ovejas muertas.
Oscar arque las cejas.
Pero una mujer no sera tan estpida como para comerse hierbajos venenosos
como una oveja.
Haba una taza a su lado. Violet se estremeci. Con una especie de poso en
ella. Creen que l, el envenenador, la oblig a bebrselo. Mir con inquietud a su
hermana.
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Cundo fue eso? pregunt George. Seguro que si la hubieran encontrado
antes de que nosotros nos fusemos, alguien nos lo habra dicho.
Bien, por lo visto no fue asrepuso Violet. Los lugareos la encontraron el
da antes de que te fueras, pero yo no me enter hasta el da siguiente de tu partida. Y
haba una talla, alguna clase de animal. Dicen que lo hizo el seor Pye, as que debe
de haberlo hecho l. Asesinarla, quiero decir.
Oscar le lanz una mirada a George. Violet titube, anticipando una reaccin de su
hermana, pero sta se limit a levantar las cejas.
De modo que Violet sigui con tenacidad:
Y la noche en que te fuiste arrestaron al seor Pye. Lo que pasa es que nadie me
ha dicho gran cosa sobre este arresto, salvo que fueron necesarios siete hombres para
ello y que dos resultaron gravemente heridos. As que Violet inspir y dijo con
cautela debi de oponer bastante resistencia. Mir a George expectante.
Su hermana clav los ojos en el infinito, mordisquendose el labio inferior con los
dientes.
A la seora Pollard la mataron el da antes de que yo me fuera?
Bueno, no contest Violet. En realidad se comenta que podra haber sido
tres noches antes.
George mir de pronto a su hermana fijamente.
Violet se apresur a continuar:
Fue vista con vida en West Dikey cuatro noches antes de que t te fueras; la
vieron varias personas en una taberna, pero el granjero jura que ella no estaba all a
la maana siguiente de que la vieran en West Dikey. Recuerda con claridad haber
llevado a sus ovejas a ese pasto a la maana siguiente. Pasaron varios das antes de
que l regresara de nuevo al pasto donde fue descubierta. Y creen, por el estado del
cadver, debido al... uf! frunci la nariz del asco que le daba, deterioro, que
llevaba ms de tres noches en el pramo. Pufff...! Volet se estremeci.
Trajeron el t, y Violet lo mir sintiendo nuseas. El cocinero haba considerado
oportuno incluir varios pasteles de crema de los que sala un relleno rosa, que dadas
las circunstancias eran bastante repugnantes.
George hizo caso omiso del t.
Violet, esto es muy importante. Ests segura de que se cree que la mataron tres
noches antes de la maana en que yo me fui?
Mmm. Violet trag saliva y apart los ojos de los horribles pasteles de
crema. S, estoy segura.
Gracias a Dios! George cerr los ojos.
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Georgie, s que sientes cario por l, pero no puedes. La voz de Oscar
contena una advertencia. Simplemente no puedes.
Su vida est en juego. -George se inclin hacia su hermano como si pudiese
infundirle su pasin. Qu clase de mujer sera si ignorase eso?
El qu? Violet mir a uno y otra respectivamente. No lo entiendo.
Es muy sencillo. Al fin, George pareci reparar en la humeante tetera y alarg
el brazo para servir. Es imposible que Harry matase a la seora Pollard esa noche.
Le dio una taza a Violet y la mir a los ojos. La pas conmigo.


Harry estaba soando.
En el sueo tena lugar una pelea entre un ogro peligroso, un joven rey y una
hermosa princesa. El horrible ogro y el joven rey tenan ms o menos el aspecto
consabido, teniendo en cuenta que era un sueo.
Pero la princesa no tena los labios como rubes n el pelo negro como el azabache.
Tena el cabello pelirrojo y los labios de lady Georgina.
Mejor as. Despus de todo era su sueo, y tena derecho a que su princesa se
pareciera a quien l quisiese. A su juicio, en el da a da el cabello pelirrojo y sedoso
era mucho ms bonito que los mechones negros y suaves.
El joven rey estaba charlando de leyes y pruebas y dems en un tono de categora
social superior tan refinado que a uno le entraba dolor de dientes. Harry entenda
perfectamente por qu el ogro le contestaba gritando, tratando de ahogar el
monlogo del joven rey. El le gritara al tipo, si pudiera. El joven rey por lo visto
quera el ciervo de estao. Harry reprimi una carcajada. Deseaba poder decirle al
joven rey que el ciervo de estao no tena ningn valor El ciervo haca mucho tiempo
que haba perdido buena parte de su soporte y se aguantaba nicamente sobre tres
patas. Y, adems, el animal no era mgico. No poda hablar ni lo haba hecho jams.
Pero el joven rey era obstinado. Quera el ciervo, y tendra el ciervo, por Dios!
Con ese propsito, estaba importunando al ogro con ese estilo tan desptico de la
aristocracia, como si el resto del mundo estuviese en esta Tierra meramente por la
dicha de limpiar a lametazos las botas de su seora. Gracias, mi lord. Ha sido un
placer, realmente un placer.
Harry se habra puesto de parte del ogro, simplemente por principios pero algo
iba mal. Pareca que la Princesa Georgina estuviese llorando. Enormes gotas lquidas
rodaban por sus mejillas traslcidas y se convertan lentamente en oro a medida que
caan. Al golpear en el suelo de piedra tintineaban y se alejaban rodando.
Harry estaba hipnotizado; no poda apartar los ojos de su pesar.
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Deseaba gritarle al joven rey: Aqu tenis vuestra magia! Mirad a la dama que
est junto a vos. Pero, naturalmente, no poda hablar. Y result que estaba
equivocado: en realidad era la princesa, no el joven rey, quien quera el ciervo de
estao. El joven rey se limitaba a actuar como intermediario de la princesa. Bien, sta
era una cuestin completamente diferente. Si la Princesa Georgina deseaba el ciervo,
debera tenerlo, aun cuando fuera una cosa vieja y desastrada.
Pero al horrible ogro le encantaba el ciervo de estao; era su posesin ms
preciada. Para demostrarlo, tir el ciervo al suelo y lo pisote hasta que ste gimi y
se hizo aicos. El ogro lo mir fijamente, yaciendo all a sus pies, sangrando plomo, y
sonri. Mir a los ojos a la princesa y seal. Tened, cogedlo. De todas formas lo he
matado.
Entonces sucedi una cosa asombrosa.
La Princesa Georgina se arrodill junto al ciervo hecho aicos y llor, y mientras lo
haca, sus lgrimas de oro cayeron sobre el animal. All donde caan, servan para
fijar, soldando el estao hasta que el ciervo estuvo de nuevo entero, hecho tanto de
estao como de oro. La princesa sonri y abraz al extrao animal contra su pecho, y
all el ciervo acurruc la cabeza. Lo cogi en brazos, y el joven rey y ella se volvieron
con su dudoso trofeo.
Pero Harry pudo ver por encima del hombro de la princesa que al ogro no le
gustaba ese desenlace. Todo el amor que haba sentido por el ciervo de estao se
haba convertido ahora en odio hacia la princesa que se lo haba arrebatado. Quiso
gritarle al joven rey: Cuidado! Vigilad las espaldas de la princesa! El ogro quiere
hacerle dao y no descansar hasta que se haya vengado!. Pero por mucho que lo
intentara, no poda hablar.
Nunca se puede en los sueos.


George acunaba la cabeza de Harry en su regazo y procuraba no sollozar por las
horribles marcas que tenia en su rostro. Sus labios y sus ojos estaban negros e
hinchados. Haba manchas de sangre fresca de un corte que cruzaba una ceja y otro
debajo de una oreja. Tena el pelo grasiento y sucio, y ella mucho se tema que parte
de la suciedad fuese, en realidad, sangre seca.
Cuanto antes salgamos de aqu, mejormusit Oscar. Dio un portazo a la
puerta del carruaje al subir.
Desde luego. Tony golpete con fuerza en el techo, avisando al cochero.
El carruaje se fue de la casa de Granville. George no necesitaba volverse para saber
que su dueo los miraba fijamente con ojos malvolos.
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Fij bien el cuerpo para amortiguarle a Harry los baches mientras l permaneca
tumbado en el asiento contiguo al suyo.
Oscar examin a Harry.
Nunca haba visto a un hombre tan brutalmente golpeado susurr. Las
palabras y vivo flotaron en el aire sin ser articuladas.
Qu animales! Tony desvi la vista.
Vivir declar George.
Lord Granville cree que no; de lo contrario, jams habra dejado que nos lo
llevramos. De hecho, prcticamente he tenido que hacer alarde de mi ttulo. Tony
apret los labios. Debes prepararte para lo peor.
Cmo? George casi sonri. Cmo me preparo a m misma para verlo
morir? No puedo, de modo que no lo har. As que creer en su recuperacin.
Oh, querida! exclam Tony, y suspir, pero no hizo ms comentarios.
Aquello pareci una eternidad antes de que, al fin, se detuvieran frente a Woldsly.
Oscar sali apresuradamente y Tony lo sigui ms tranquilamente. George pudo or
cmo daban instrucciones a los criados y encontraban un tablero para poner a Harry
encima. Ella mir hacia abajo. l no se haba movido ni un centmetro desde que lo
haban tumbado sobre su regazo. Sus ojos estaban tan hinchados que George no
estaba segura de que el pudiera abrirlos aun cuando estuviera despierto. Puso la
palma de la mano en su cuello y not su pulso, lento pero fuerte.
Los hombres regresaron y tomaron el control. Sacaron a Harry con dificultad del
carruaje y lo colocaron encima del tablero que haban encontrado. Cuatro hombres lo
subieron por las escaleras y lo metieron en la mansin. Luego tuvieron que subirlo
por ms escaleras, sudando y blasfemando pese a que George estaba presente. Por
fin, colocaron a Harry en una cama de una pequea habitacin que haba entre la de
Tony y la suya propia, una solucin intermedia. El dormitorio era apenas lo bastante
grande para dar cabida a una cama, una cmoda, una mesilla de noche y una silla.
En realidad tena que haber sido un vestidor. Pero estaba cerca del de George y eso
era lo nico que importaba. Todos los hombres, incluso sus hermanos, salieron en
tropel dejando la habitacin repentinamente silenciosa. Durante todo el proceso
Harry ni tan siquiera se haba movido.
George se sent cansada junto a l en la cama. Le puso de nuevo la mano en el
cuello para notar los latidos de su corazn y cerr los ojos.
A sus espaldas se abri la puerta.
Santo Dios, pero qu le han hecho a ese hombre tan guapo! Tiggle
permaneci de pie al lado de George con una palangana de agua caliente. La
doncella mir a George a los ojos, a continuacin enderez sus hombros. En
cualquier caso, acomodmoslo no, milady?
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Seis das despus Harry abri los ojos.
George estaba sentada junto a su cama en la pequea y oscura habitacin como
haba hecho todos los das y casi cada noche desde que a l lo tumbaran all. Ella no
perdi la esperanza cuando vio que l parpadeaba. Haba abierto los ojos fugazmente
con anterioridad y a George le haba dado la impresin de que no la reconoca y que
ni siquiera estaba completamente consciente.
Pero esta vez sus ojos esmeralda la miraron y se clavaron en ella.
Mi lady. Su voz era un graznido ronco.
Oh, Dios mo, gracias! George podra haber cantado un aleluya.
Podra haber bailado un reel escocs por la habitacin ella solita. Podra haberse
arrodillado y rezado una oracin dando las gracias.
Pero se limit a acercarle una taza a los labios.
Tiene sed?
l asinti sin dejar de mirarla en ningn momento. Despus de tragar le susurr:
No llore.
Lo siento, George volvi a dejar la taza en la mesilla de noche. Son lgrimas
de felicidad.
l la observ durante varios minutos ms; entonces cerr de nuevo los ojos y se
qued dormido.
Ella le puso la mano en el cuello tal como haba hecho innumerables veces durante
esa ltima horrible semana. Lo haba hecho con tanta frecuencia que se haba
convertido en un hbito. La sangre que haba bajo su piel lata fuerte y
continuadamente. Harry murmur cuando lo toc, y se movi.
George suspir y se levant. Pas una hora dndose un esplndido y tranquilo
bao y durmi una siesta que, de algn modo, dur hasta el anochecer. Cuando se
despert, se puso un vestido amarillo de cotona con encaje en los codos y orden
que le trajeran la cena a la habitacin de Harry.
l estaba despierto cuando ella entr en su dormitorio, y el corazn le dio un
vuelco. Una cosa tan insignificante como ver sus ojos atentos para ella era muy
importante.
Alguien le haba ayudado a incorporarse.
Cmo est Will?
Muy bien. Est con Bennet Granville. George fue a descorrer las cortinas.
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El sol se iba ocultando, pero incluso esa tenue luz haca que la habitacin pareciese
menos triste. Tom nota mentalmente para ordenar a las criadas que por la maana
abrieran la nica ventana que haba para que desapareciese el olor a enfermedad.
Regres junto a la cama.
Por lo visto Will se escondi cuando a usted lo apresaron y luego volvi
corriendo a West Dikey para contarle al dueo de la taberna Cock and Worm lo que
haba pasado. No es que el dueo pudiera hacer gran cosa.
Ah!
George frunci las cejas al visualizar a Harry en esa celda siendo golpeado cada
da sin que nadie le ayudase. Sacudi la cabeza.
Will estaba sumamente preocupado por usted.
Es un buen chico.
Nos cont lo que pas aquella noche. -George se sent. Usted le salv la
vida, lo sabe?
Harry se encogi de hombros. Era evidente que no quera hablar de ello.
Le apetece un poco de caldo de carne? George levant la tapa de la bandeja
de comida que las criadas ya le haban trado.
En el lado de George haba un plato de rosbif, humeante en su jugo y su salsa.
Haba patatas y zanahorias y un apetitoso pudn. En el lado de la bandeja de Harry
haba una solitaria taza de caldo de carne.
Harry le ech un vistazo a la comida y suspir.
Me encantara un caldo de carne, mi lady.
George le acerc la taza a su rostro con intencin de sostenerla como haba hecho
antes mientras l beba, pero Harry le cogi la taza de los dedos.
Gracias.
Ella se concentr en ordenar su bandeja y servirse un vaso de vino mientras
miraba a Harry por el rabillo del ojo. l bebi de la taza y la apoy en su regazo sin
derramar el caldo. Su pulso pareca firme. George se sinti un tanto aliviada. No
haba querido abochornarlo estando pendiente de l, pero precisamente el da
anterior l haba mostrado tener poca sensibilidad.
Me explica su cuento de hadas, mi lady? Desde esta tarde su voz se haba
fortalecido.
George sonri.
Seguramente habr tenido el alma en vilo, preguntndose cmo termina.
Los labios amoratados de Harry esbozaron una sonrisa, pero contest con
seriedad:
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S, mi lady.
Bien, veamos. George se introdujo un trozo de rosbif en la boca y pens
mientras masticaba. La ltima vez que le haba contado la historia... De pronto
record que ella estaba completamente desnuda y que l haba... George trag con
excesiva brusquedad y tuvo que coger su copa de vino. Simplemente saba que se
estaba ruborizando. Mir con disimulo a Harry, pero l estaba mirando hacia su
caldo de carne con resignacin.
Se aclar la garganta.
El Prncipe Leopardo se convirti en un hombre. Asi su collar con corona y
pidi como deseo una capa para volverse invisible. Lo cual debi de ser bastante
prctico porque, como ya comentamos con anterioridad, lo ms probable es que
estuviera desnudo al convertirse en un hombre.
Harry arque las cejas mirndola por encima del borde de su taza.
Ella asinti remilgadamente.
Se puso la capa y sali a derrotar a la horrible bruja y conseguir el Cisne de Oro.
Y aunque hubo un pequeo contratiempo cuando ella lo transform en un sapo...
Harry le sonri. Cmo se regodeaba ella cuando l sonrea!
Finalmente, l pudo recuperar su condicin natural y robar el Cisne de Oro y
llevrselo al joven rey; quien, por supuesto, lo envi de inmediato al padre de la bella
princesa.
George cort un trozo de rosbif y se lo ofreci a Harry. Este ech un vistazo al
tenedor, pero en lugar de cogerlo se limit a abrir la boca.
Sus ojos se encontraron y l sostuvo su mirada mientras ella le meta la comida en
la boca. Por alguna razn, esta transaccin hizo que la respiracin de George se
agitara.
George clav los ojos en su plato.
Pero el joven rey segua sin tener suerte, ya que el Cisne de Oro poda hablar
exactamente igual que el Caballo de Oro. En un aparte, el otro rey, el padre de la
princesa, lo interrog y pronto descubri que no era el joven rey quien le haba
robado a la horrible bruja el Cisne de Oro. Patatas?
Gracias. Harry cerr los ojos al tiempo que sus labios arrastraban un bocado
del tenedor de George.
A George se le hizo la boca agua por empatia. Se aclar la garganta.
As que el padre de la princesa, enfurecido, sali a enfrentarse con el joven rey.
Y el primero dijo: De acuerdo, el Cisne de Oro es muy bonito, pero no precisamente
util. Debis traerme la Anguila de Oro custodiada por el dragn de siete cabezas que
vive en las Montaas de la Luna.
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Una anguila?
George le ofreci una cucharada de pudn, pero Harry mir a su seora con recelo.
Ella agit la cuchara debajo de su nariz.
S, una anguila.
Harry agarr su mano y gui la cuchara hacia sus labios.
Parece bastante extrao, verdad? continu George jadeando. Le pregunt a
la ta del cocinero al respecto, pero estaba completamente segura. Pinch otro trozo
de rosbif y se lo dio. Yo misma habra pensado, no s, en un lobo o un unicornio.
Harry trag.
Un unicornio, no. Se parece demasiado al caballo.
Supongo que s. Pero, en cualquier caso, algo ms extico.
Arrug la nariz mirando el pudn. Las anguilas, aun cuando sean de oro, no le
parecen exticas, verdad que no?
No.
A m tampoco. George juguete con el pudn. Naturalmente, la ta del
cocinero ya est mayor. Debe de tener al menos ochenta aos. Levant la vista y se
encontr a Harry mirando fijamente el pudn que ella acababa de destrozar. Oh, lo
siento! Le apetece un poco ms?
Por favor.
Ella le dio un poco de pudn, observando mientras sus labios envolvan la cuchara.
Dios! Tena unos labios adorables, incluso asi, amoratados.
Sea como sea, el joven rey cabalg al trote de vuelta a casa, y estoy convencida
de que estuvo bastante antiptico cuando le dijo al Prncipe Leopardo que tena que
recuperar la Anguila de Oro. Pero el Prncipe Leopardo no tena alternativa,
verdad? Se convirti en un hombre y con una mano cogi su collar con la corona de
la esmeralda, y adivine qu pidi esta vez.
No lo s, mi lady.
Unas botas de cien leguas. George se reclin satisfecha. Se lo imagina?
Quien se las pusiera podra atravesar cien leguas de un solo paso.
Harry hizo una mueca burlona.
No debera preguntarlo, m lady, pero cmo poda eso ayudar al Prncipe
Leopardo a llegar a las Montaas de la Luna?
George lo mir fijamente. Nunca haba pensado en ello.
No tengo ni idea. Seran maravillosas para ir por tierra, pero funcionaran en el
aire?
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Harry asinti con solemnidad.
Me temo que es un problema.
Distrada, George le dio el resto de su rosbif mientras reflexionaba sobre esta
pregunta. Le estaba ofreciendo el ltimo bocado cuando cay en la cuenta de que l
la haba estado observando todo el rato.
Harry... Titube. l estaba dbil, apenas lo bastante recuperado para sentarse
erguido. George no debera aprovecharse de l, pero necesitaba saberlo.
S?
Lo pregunt antes de pararse a pensarlo.
Por qu su padre atac a lord Granville?
l se tenso.
George lament al instante la pregunta. Era ms que evidente que l no quera
hablar de esa poca. Qu cruel por su parte!
Mi madre era la puta de Granville. Sus palabras fueron rotundas.
A George se le cort el aliento. Nunca haba odo a Harry mencionar a su madre
con anterioridad.
Era una mujer hermosa, mi madre. Mir hacia su mano derecha y la
flexion, Demasiado hermosa para ser la esposa de un guardabosques. Tena el
pelo completamente negro y unos brillantes ojos verdes. Cuando bamos a la ciudad,
los hombres solan mirarla al pasar. Incluso de pequeo me haca sentir incmodo.
Fue una buena madre?
Harry se encogi de hombros.
Era la nica madre que tena. No tengo ninguna otra con quien compararla. Me
daba de comer y me vesta. Mi padre haca casi todo lo dems.
George se mir sus propias manos, combatiendo las lgrimas, pero sigui oyendo
las palabras de Harry, speras y lentas.
De pequeo en ocasiones sola cantarme, tarde por la noche, si no poda
dormirme. Canciones de amor tristes. Tena la voz aguda, y no muy fuerte, y no
quera cantar si la miraba a la cara. Pero era una delicia escucharla. Harry
suspir. Al menos eso crea yo en aquella poca.
Ella asinti, movindose apenas, demasiado temerosa de interrumpir el flujo de
sus palabras.
-Se trasladaron aqu, mi padre y mi madre, nada ms casarse. No lo s con
exactitud; he tenido que reconstruir los hechos a partir de conversaciones que he
odo por casualidad, pero creo que ella se li con Granville poco despus de venir
aqu.
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Antes de que naciera usted? inquiri George con cautela.
El la mir fijamente con sus ojos esmeralda y asinti una vez.
George solt el aire lentamente.
Lo saba su padre?
Harry hizo una mueca de disgusto.
Deba de saberlo. Granville se llev a Bennet.
Ella parpade. Era imposible que lo hubiese odo bien.
Bennet Granville es...?
Mi hermano contest Harry en voz baja. El hijo de mi madre.
Pero cmo pudo hacer una cosa as? Nadie se dio cuenta cuando se llev el
beb a su casa?
Harry profiri un sonido que era casi una carcajada.
Oh! Lo saba todo el mundo; probablemente habr bastante gente de por aqu
que todava lo recuerde, pero Granville siempre ha sido un tirano. Cuando dijo que
el beb era su hijo legtimo, nadie se atrevi a contradecirle. Ni siquiera su legtima
esposa.
Y su padre?
Harry se mir las manos con las cejas fruncidas.
No me acuerdo, yo slo tena unos dos aos, pero creo que mi padre debi de
perdonarla. Y ella debi de prometer mantenerse alejada de Granville. Pero minti.
Qu ocurri? pregunt George.
Mi padre la pill. No s si mi padre siempre supo que ella haba vuelto con
Granville y mir hacia otra parte, o si se enga a s mismo creyendo que ella haba
hecho borrn y cuenta nueva o... Sacudi la cabeza con impaciencia. Pero no
importa. Cuando yo tena doce aos, se la encontr en la cama con Granville.
--Y?
Harry hizo una mueca de pesar.
Y se abalanz sobre la yugular de l. Granville era mucho ms corpulento, y lo
venci. Mi padre fue humillado. Pero aun as Granville mand que lo azotaran.
Y usted? Me dijo que a usted tambin lo azot.
Yo era joven. Cuando empezaron a azotar a mi padre con ese enorme ltigo...
Harry trag saliva. Entr como una flecha. Fue una estupidez.
Estaba intentando salvar a su padre.
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S, lo estaba. Y lo nico que obtuve por el esfuerzo fue esto. Harry levant su
mano derecha mutilada.
No lo entiendo.
Procur protegerme la cara, y el ltigo me dio en esta mano, lo ve? Harry
seal una larga cicatriz que recorra la parte interior de sus dedos. El ltigo por
poco me los corta todos, pero el tercer dedo fue el peor. Lord Granville orden a uno
de sus hombres que me lo cortara. Dijo que me estaba haciendo un favor.
Oh, cielos! George sinti que la rabia se le anudaba en la garganta. Cubri la
mano derecha de Harry con la suya. l la gir para estar palma con palma. George
entrelaz cuidadosamente sus dedos con los de l.
Mi padre se qued sin trabajo y tan gravemente lisiado por los azotes que al
cabo de un tiempo fuimos a parar a un hospicio. Harry apart la vista de ella, pero
sus manos seguan unidas.
Y su madre? Tambin acab en un hospicio? le pregunt George en voz
baja.
La mano de Harry apret la suya casi hacindole dao.
No. Ella se qued con Granville. Como su puta. Muchos aos ms tarde me
enter de que haba muerto a causa de la peste. Pero yo no volv a hablar con ella
despus de aquel da. Del da en que mi padre y yo fuimos azotados.
George inspir profundamente.
La quera usted, Harry?
Entonces l sonri torciendo la boca.
Todos los nios quieren a sus madres, mi lady.
George cerr los ojos. Qu clase de mujer abandonara a su hijo para ser la
amante de un hombre acaudalado? Ahora saba muchas cosas de Harry, pero su
conocimiento era casi demasiado doloroso para soportarlo. Apoy la cabeza sobre el
regazo de l y sinti que le acariciaba el pelo. Era extrao. Era George quien debera
estar consolndolo tras sus revelaciones; pero, en cambio, l la consolaba a ella.
Harry exhal como un suspiro.
Ahora entender por qu debo marcharme.

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Captulo 16
Pero por qu debe marcharse? inquiri George.
Pase de un lado a otro de la pequea habitacin. Tena ganas de aporrear la
cama. De aporrear la cmoda. De aporrear a Harry. Haban pasado casi dos semanas
desde la primera vez que lo dijo. Dos semanas en las cuales se haba vuelto a poner
de pie, sus magulladuras haban perdido color adquiriendo el amarillo verdoso de la
recuperacin, y a duras penas cojeaba. Pero en esas dos semanas se haba mantenido
inflexible. La dejara en cuanto se hubiese repuesto.
Todos los das ella ba a visitarlo a su diminuto dormitorio, y todos los das tenan
la misma discusin. George ya no poda soportar esta habitacin estrecha (a saber lo
que Harry pensara al respecto) y estaba apunto de chillar. l pronto la dejara,
simplemente se ira por la puerta,y ella segua sin saber por qu.
Ahora Harry suspir. Deba de estar cansado del acoso al que lo haba sometido.
No funcionara, mi lady. Usted y yo. Seguro que lo sabe y no tardar en estar de
acuerdo conmigo. Hablaba en voz baja y tranquila.
Con sensatez.
Ella no.
Ni hablar! -George grit como una nia pequea a la que le dicen que debe
irse a la cama. Lo nico que le faltaba era patalear.
Oh, Seor! Saba que se estaba poniendo desagradable, pero no poda parar. No
poda evitar suplicar y gimotear y darle la lata. La idea de no volver a ver a Harry le
inundaba el pecho de un pnico cegador.
Inspir profundamente y procur hablar con ms tranquilidad.
Podramos casarnos. Le amo...
No! Harry dio un puetazo en la pared, el sonido fue como si hubieran
disparado un can en la habitacin.
George lo mir con fijeza. Saba perfectamente que Harry la amaba. Lo saba por el
modo en que deca mi lady, tan bajo que era casi un ronroneo. Porque le costaba
apartar la vista de ella cuando la miraba a los ojos. Por la intensidad con la que
haban hecho el amor antes de que a l lo hirieran. Por qu no poda...?
l cabece.
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No, lo lamento, mi lady.
A George se le llenaron los ojos de lgrimas. Los frot ahuyentndolas.
Al menos haga el favor de explicarme por que no cree que deberamos casarnos.
Porque yo, simplemente, no entiendo por qu no.
Por qu? Por qu? Harry se ri con fuerza. A ver qu le parece este
motivo: si me casara con usted, mi lady, toda Inglaterra pensara que lo hice por su
dinero. Y cmo resolveramos exactamente la parte econmica, eh? Me dara usted
una cantidad trimestral? Se qued de pie con las manos en las caderas y la mir
fijamente.
No tendra por qu ser as.
No? Quiz le gustara poner todo su dinero a mi nombre?
Ella titube durante un segundo fatdico.
No, por supuesto que no. Harry alz los brazos. De modo que yo sera su
mascota. Su prostituto. Acaso cree que alguno de sus amigos me invitara a cenar?
Que su familia me aceptara?
S. S lo haran. Desplaz la mandbula hacia delante. Y usted no es...
No lo soy? Haba dolor en sus ojos verdes.
No, nunca susurr ella. Extendi las manos suplicante. Sabe que para m no
es eso. Es mucho ms. Le...
No.
Pero esta vez George sigui hablando.
...amo. Le amo, Harry. Le amo. Eso no significa nada para usted?
Naturalmente que s. l cerr los ojos. Razn de ms para no dejar que la
sociedad la ponga a usted en la picota.
No ser tan dramtico como eso. Y aunque lo fuera, no me importa.
Le importara despus de que entendieran por qu se cas conmigo. Le
importara entonces. Harry avanzaba haca ella, y a George no le gustaba su
mirada.
No me...
El la agarr por la parte superior de los brazos casi con demasiada suavidad, como
si se contuviese gracias a una fuerza de voluntad manifiesta.
No tardaran en saberlo dijo l. Por qu ms iba a casarse conmigo? Un
plebeyo sin dinero ni poder? Con usted, la hija de un conde? Se acerc ms a ella
y le susurr: No lo adivina? Su aliento en la oreja de George le envi escalofros
cuello abajo. Haba pasado mucho tiempo desde la ltima vez que la haba tocado.
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No me importa lo que piensen de mrepiti ella con obstinacin.
No? La palabra fue susurrada en sus cabellos. Pero, ver, mi lady, aun as
lo nuestro no funcionara. Todava queda un problema.
Cul?
Que a m s que me importa lo que piensen de usted. Harry puso sus labios
sobre los suyos en un beso con sabor a rabia y desesperacin.
George lo agarr de la cabeza. Le arranc de un tirn el lazo que llevaba en el pelo
y deslig los dedos por ste. Y le devolvi el beso, contrarrestando la rabia con ms
rabia. Si Harry dejara simplemente de pensar! Le pellizc el labio inferior, sinti el
gemido que atravesaba su cuerpo y abri la boca invitndolo seductora. Y l acept
la invitacin, metindole su lengua en la boca y ladeando su rostro frente al de ella.
Enmarcndole el rostro con sus manos, acariciando y castigndole la boca con la
suya. Harry la bes como si fuera el ltimo abrazo que jams compartiran.
Como si l la fuese a abandonar maana.
George asi su pelo con ms fuerza al pensar en eso. A Harry le debi de doler,
pero ella no estaba dispuesta a soltarlo. Presion el cuerpo contra el de l hasta que
not su ereccin incluso a travs de la voluminosa ropa de ambos. Entonces se frot
contra su cuerpo.
Harry interrumpi su beso e intent levantar la cabeza.
Mi lady, no podemos...
Chsss...! musit George. Salpic su mandbula de besos. No quiero or que
no podemos. Lo deseo. Lo necesito.
Ella le lami el pulso en su garganta, que saba a sal y a hombre.
Harry se estremeci. Le clav los dientes en el cuello. Le solt el pelo con una
mano y le desgarr la camisa, rasgndola al abrirla y dejndole un hombro al
descubierto.
Mi lady, yo, ah...! -Solt un gemido cuando ella le lami el pezn desnudo.
Por el modo en que Harry la sujet de las nalgas y la estrech con fuerza contra su
entrepierna, ya no tena inters alguno en protestar. Mejor. George nunca haba cado
en que los pezones de un hombre fueran sensibles. Alguien debera dar a conocer
este dato a la poblacin femenina en general. Cogi el diminuto pezn entre los
dientes y lo mordisque con delicadeza. l le apret las nalgas con sus grandes
manos. Ella levant la cabeza y de un tirn le quit completamente la camisa.
Definitivamente mejor. De todas las cosas que Dios haba creado en esta Tierra, sin
duda el pecho de un hombre deba de estar entre las ms hermosas. O quiz fuese
slo el pecho de Harry. Entonces desliz las manos sobre sus hombros, rozando con
suavidad las cicatrices de las palizas.
Haba estado tan cerca de perderlo!
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Acto seguido, sus dedos descendieron para dibujar un crculo alrededor de sus
pezones, haciendo que Harry cerrara los ojos, y luego descendieron ms, hasta la
delgada lnea de vello que tena debajo de su ombligo. Le debi de hacer cosquillas
con las uas, por que el hundi el estmago. Luego lleg a los pantalones. Explor el
cierre y dio con los botones escondidos. George los abri, consciente durante todo el
rato de que su pene estaba debajo, ya duro y tensando la tela. Alz la vista una sola
vez y se lo encontr observndola con los prpados encornados. El fuego esmeralda
de sus ojos hizo que ella se retorciera. Un flujo lento de humedad empez a manar de
su propio centro.
George le abri los pantalones a Harry y hall su premio, asomando por la parte
superior de la ropa interior.
Quteselos. Ella se oblig a mirarlo. Por favor.
Harry arque una ceja pero se sac obediente los pantalones, la ropa interior, las
medias y los zapatos. A continuacin alarg los brazos hacia la parte frontal del
vestido de George.
No. Todava no. Ella se apart de l con coquetera. No puedo pensar
cuando me toca.
Harry fue tras ella.
De eso se trata, mi lady.
El trasero de George choc contra la cama. Sostuvo las manos en alto para evitar
que l se acercara.
No para m.
Harry se acerc a ella sin tocarla realmente; el calor que emanaba de su pecho
desnudo era casi intimidatorio.
La ltima vez, que jug conmigo por poco me muero.
Pero no se muri.
l la observ con la mirada recelosa.
Confe en mi.
Harry suspir.
Sabe que no puedo negarle nada, mi lady.
Bien. Ahora suba a la cama.
Harry hizo una mueca, pero cumpli rdenes y se tumb de lado.
Su pene se arqueaba hacia arriba, prcticamente tocndole el ombligo.
-Desabrcheme.
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George se puso de espaldas y sinti sus dedos mientras l le desabrochaba el
vestido. Cuando lleg hasta el final, ella so alej fuera de su alcance y se volvi. Dej
caer el corpio. No llevaba corse y los ojos de Harry se clavaron rpidamente en sus
pezones, asomando por la tela de su camisa. George se puso las manos en la cintura y
culebre para sacarse el vestido.
Harry entorn los ojos.
Ella se sent en una silla y se quit las ligas y se baj las medias. Llevando
nicamente la camisa, camin hasta la cama. Cuando se subi a ella, junto a l, Harry
alarg el brazo para tomarla de inmediato.
No, esto no vale. George frunci las cejas. Usted no puede tocarme. Mir
hacia la hilera de pernos labrados del cabecero de la cama. Cjase ah.
Harry se gir para mirar, a continuacin se ech, y sujet un perno con cada
mano. Con los brazos por encima de la cabeza, se le marcaron los msculos de la
parte superior de brazos y pecho.
George se relami el labio inferior.
No puede soltarse hasta que yo se lo diga.
Como desee gru l, que no sonaba nada sumiso. Deba de haber parecido
dbil en tan comprometida posicin. En cambio, a George le recordaba un leopardo
salvaje capturado y atado. Se qued all echado, mirndola inquisitivo con un rastro
de una sonrisa sarcstica en los labios.
Lo mejor sera no acercarse demasiado. George desliz una ua por su pecho.
Quiz debera atarle las muecas a la cama.
Harry levant rpidamente las cejas.
Slo para estar segura lo tranquiliz con dulzura.
Mi lady advirti l.
Bah, da igual! Pero tiene que prometerme no moverse.
Le doy mi palabra de honor de que no soltar el cabecero de la cama hasta que
usted me d permiso.
Eso no es lo que he dicho.
Pero era bastante parecido. George se inclin sobre l y le lami la punta de su
pene.
Jess!
Ella levant la cabeza y arrug la frente.
No me ha dicho que no hablara. Harry jade. Por el amor de Dios, vuelva a
hacer eso!
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Tal vez. Si me apetece. George se acerc un poco ms, ignorando la palabrota
de queja de Harry.
En esta ocasin George levant su pene a un lado y plant una serie de diminutos
y hmedos besos en su vientre. Finaliz cuando lleg al oscuro y fuerte vello que
haba por encima de su ereccin. Abri la boca y roz su piel con los dientes.
Mierda. Harry contuvo el aliento.
Aqu su olor era acre. Ella le separ las piernas y le pas los dedos por el escroto.
Pudo notar aquello que los hombres llamaban priedras rodando en su interior. Apret
con mucho, mucho cuidado.
Demonios.
Ella sonri al orlo blasfemar. George le sujet el pene entre el dedo ndice y el
pulgar. Lanz una mirada hacia el rostro de Harry.
ste pareca preocupado.
Bueno. Ahora, qu tal s...? George agach la cabeza y lami la parte inferior de
su virilidad. Le supo a sal y a piel e inspir su aroma.
Movi los dedos y pas la lengua alrededor de la cabeza del pene, justo donde
empezaba a hincharse. Harry gimi; de modo que ella repiti el proceso y luego se le
ocurri besar la mismsima punta de donde brotaban gotas de semen.
Mtasela en la boca. La voz de Harry era profundamente spera, grave y
suplicante.
A George la excit a ms no poder. No quera obedecer su orden.
Por otra parte.. Abri la boca alrededor de su pene. Era muy grande.
Sin duda, Harry no se refera a todo el pene. Se meti la cabeza en la boca, como si
fuera un pequeo melocotn. Slo que los melocotones eran dulces y esto tena un
olor almizcleo. Saba a hombre.
Chpemela.
George se sobresalt. En serio? Frunci la boca y las caderas de Harry se
levantaron de la cama, sobresaltndola de nuevo.
Ah..., Dios!
Su reaccin, su evidente placer por lo que ella le estaba haciendo, la excit. Poda
sentir esa parte de s misma palpitante. Apret con fuerza un muslo contra otro y
chup el pene de Harry. Sabore su semen y se pregunt si alcanzara el climax en su
boca. Pero George quera que estuviera dentro de ella cuando eso sucediera. Lami
una vez ms y se incorpor para sentarse sobre l a horcajadas. Gui su ereccin a
donde debera estar, pero ahora pareca muy grande. Presion y sinti cmo l
empezaba a abrirle la vulva. A introducirse y empujar. George mir hacia abajo. La
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suave piel roja del pene de Harry desapareci en su vello femenino. Ella gimi y casi
se desintegr all mismo.
Djeme moverme susurr el.
George no poda hablar. Asinti.
Harry se puso una mano en el pene para que ste no se moviera y la otra en el
trasero de George.
Inclnese hacia m.
Ella lo hizo y l la penetr de pronto, casi hasta el final. George contuvo el aliento
y not unas lgrimas inesperadas. Harry. Harry estaba haciendo el amor con ella.
Cerr los ojos y presion sus caderas contra las suyas. Al mismo tiempo not que el
pulgar de Harry le tocaba esa parte. George gimi y recul hacia arriba hasta que
nicamente qued en su interior la cabeza del pene, concentrndose en el placer de
ambos. Baj, presionando contra l. Subi, manteniendo con precariedad el equilibrio
sobre la cima. Baj, el pulgar de Harry presionando contra la parte ms sensible de
ella. Subi...
Pero de pronto l hizo un alto. Apret con fuerza las nalgas de George y rodaron
hasta que ella qued debajo de l. A continuacin se apoy en sus manos y la penetr
deprisa y con frenes. Ella intent moverse, reaccionar, pero l la haba inmovilizado
sobre el colchn con su peso, la dominaba y la diriga con su carne. George arque la
cabeza y separ las piernas indefensa. Le permiti un acceso total. Se entreg a l
mientras ste continuaba con sus incesantes embestidas. l gema con cada
embestida en su cuerpo, y casi sonaba como un sollozo. Lo senta tanto como ella?
Entonces George se desintegr y vio estrellas, un esplendido chorro de luz inund
su ser. Oy vagamente el grito de l y not que daba marcha atrs, como una
pequea muerte.
Despus se tumb junto a ella, jadeando.
Ojal no hiciera eso! George le acarici el cuello. Tena la lengua pesada por
la saciedad. Ojal siguiera dentro de m hasta el final!
Sabe que no puedo hacer eso, m lady. Su voz no pareca estar mejor.
George se gir y se acurruc contra l. Con la mano lo acarici bajando por su
sudoroso vientre hasta que de nuevo encontr su pene. Lo cogi. La discusin poda
esperar hasta maana.
Pero cuando se despert por la maana, Harry se haba ido.


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Bennet estaba acostado con un brazo apoyado sobre la cabeza y un pie colgando
de la cama. A la luz de !a luna, algo metlico brillaba dbilmente alrededor de su
cuello. Estaba roncando.
Harry cruz con sigilo la oscura habitacin, pisando con los pes cuidadosamente.
Debera haberse marchado de la zona la noche en que se haba levantado de la cama
de su seora, ahora haca una semana. Y sa haba sido su intencin. Fue ms difcil
de lo que debera haber sido observar a su seora durmiendo, ver su cuerpo relajado
despus de haberle dado placer, y ahora deba abandonarla. Sencillamente, no haba
otra opcin. Haban mantenido en secreto su recuperacin para que Granville no se
enterara, pero era slo cuestin de tiempo antes de que Silas lo averiguara. Y cuando
lo hiciera, la vida de lady Georgina correra peligro. Granville estaba loco. Harry lo
haba comprobado de primera mano durante su estancia en las mazmorras del lord.
ste haba dado rienda suelta a lo que sea que lo impulsara a buscar su muerte.
Lord Granville no se detendra ante nada (ni siquiera una mujer inocente) con tal de
verle muerto. Sera una irresponsabilidad poner en peligro la vida de su seora por
una aventura amorosa que no tena futuro.
Todo esto lo saba y, sin embargo, algo segua retenindolo aqu enYorkshire. Por
consiguiente, se haba vuelto un experto en moverse a hurtadillas. Se esconda de la
atenta mirada de Granville y los hombres que haban empezado a deambular por las
colinas haca unos cuantos das buscndolo. Esta noche prcticamente no haba
hecho ruido, tan slo un ligero crujido con sus botas de piel. El hombre tumbado en
la cama no se movi en absoluto.
Aun as, el chico que estaba en el catre junio a la cama abri los ojos.
Harry se detuvo y observ a Will. El nio asinti levemente. l le devolvi el
asentimiento. Camin hasta la cama. Durante unos instantes se qued de pie
mirando a Bennet. A continuacin se inclin hacia delante y le tap la boca con la
mano. ste se encogi convulsivo. Alarg los brazos y trat de apartar la mano de
Harry.
Qu...?
Harry volvi a cubrirle con brusquedad la boca con la mano, refunfuando
mientras Bennet le daba codazos.
Chsss..,! Eh, mentecato, que soy yo!
Bennet forceje durante un segundo ms, y luego dio la impresin de que las
palabras de Harry le llegaban al cerebro. Se qued helado.
Con cautela, Harry levant su mano.
Harry?
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Qu suerte la tuya! Habl en un tono apenas ms alto que un susurro.
Haces tal ruido al dormir que podras atraer a unos maleantes. Hasta el chico se ha
despertado antes que t.
Bennet se lade en la cama.
Will? Ests ah?
S, seor. Will se haba incorporado en algn momento del forcejeo.
Jess! Bennet se dej caer de nuevo en la cama, tapndose los ojos con un
brazo, Casi me da una apopleja.
Has llevado una vida muy tranquila en Londres. Harry esboz una sonrisa.
No es cierto, Will?
Bue-eno. Era evidente que el chico no quera decir nada en contra de su nuevo
mentor. No le ira mal estar ms atento.
Gracias, joven Will. Bennet retir el brazo para mirar indignado a Harry.
Qu haces entrando a hurtadillas en m habitacin de madrugada?
Harry se sent en la cama con la espalda apoyada en uno de los postes del
extremo. Empuj suavemente las piernas de Bennet con una bota. El otro hombre
mir la bota con fijeza e indignacin antes de moverse.
Harry estir las piernas.
Me marcho.
De modo que has venido a despedirte?
No exactamente. Clav los ojos en las uas de los dedos de su mano derecha.
En el lugar donde tena que haber un dedo que no estaba, Tu padre est empeado
en matarme. Y no le ha gustado en absoluto que lady Georgina me salvara.
Bennet asinti.
Lleva toda la semana hecho una furia por la casa, exclamando a gritos que
mandara que te arrestaran. Est loco.
S. Tambin es el corregidor.
Qu puedes hacer? Qu puede hacer quien sea?
Puedo encontrar a quienquiera que est realmente matando las ovejas. Harry
le lanz una mirada a Will. Y tambin al asesino de la seora Pollard. Quizs eso
disminuya su rabia. Y deje de estar dirigida a mi seora.
Bennet se incorpor.
Muy bien. Pero cmo vas a encontrar al asesino?
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Harry mir fijamente. Un colgante que penda de una delgada cadena alrededor
del cuello de Bennet se haba movido hacia delante: un pequeo halcn toscamente
tallado.
Harry parpade, recordando.
Haca mucho, mucho tiempo. Una maana tan luminosa y soleada que abrir los ojos
completamente hacia el intenso azul del ciclo haca dao. Benny y l se haban tumbado boca
arriba en la cima de la colina, mascando hierba.
Toma esto. Harry extrajo la talla de su bolsillo y se la entreg a Benny.
Benny la gir con sus sucios dedos.
Un pjaro.
Es un halcn, no lo ves?
Naturalmente que lo veo. Benny alz la vista. Quin lo ha hecho?
Yo.
De verdad? T lo has tallado? Benny lo mir fijamente asombrado.
S. Harry se encogi de hombros. Mi padre me ha enseado. An es el primero que
hago, as que no est muy bien.
Me gusta.
Harry volvi a encogerse de hombros y entorn los ojos debido al cegador cielo azul.
Puedes quedrtelo si quieres.
Gracias.
Haban descansado un rato, casi quedndose dormidos bajo el calor del sol.
Entonces Benny se incorpor:
Tengo algo para ti.
Se haba vaciado ambos bolsillos y luego los haba vuelto a llenar, extrayendo finalmente
una navaja pequea y sucia. Benny la frot contra sus pantalones y se la dio a Harry.
Harry mir con detenimiento el mango nacarado y prob el filo con el pulgar.
Gracias, Benny. Me ir bien para tallar.
Harry no poda recordar qu haban hecho l y Bennet el resto de aquel da.
Probablemente haban paseado en sus ponys. Quizs haban pescado en el riachuelo.
Haban vuelto a casa hambrientos. As era como haban pasado la mayora de los
das en esa poca. Y realmente no importaba. Al da siguiente por la tarde su padre
sorprendi a su madre en la cama con el viejo Granville.
Harry levant la mirada y se encontr con unos ojos tan verdes como los suyos.
Siempre lo he llevado. Bennet toc el pequeo halcn.
~ ~2 20 06 6~ ~
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Harry asinti y apart momentneamente los ojos de su hermano.
Antes de ser arrestado haba empezado a preguntar por la zona, y esta pasada
semana lo he intentado de nuevo, con discrecin, no vaya a ser que tu padre me siga
la pista. Volvi a mirar a Bennet, controlando ahora la expresin de su cara. Por
lo visto nadie sabe gran cosa, pero hay mucha gente, aparte de m mismo, que tiene
motivos para odiar a tu padre.
Probablemente la mayor parte del condado.
Harry ignor el sarcasmo.
He pensado que tal vez debera indagar un poco ms en el pasado. Bennet
arque las cejas-. Tu niera an vive, verdad?
La vieja Alice Humboldt? Bennet bostez. S, est viva. Su cabaa fue el
primer sitio donde par al volver a la comarca. Y tienes razn, es posible que sepa
algo. Era una niera muy discreta, pero siempre se fijaba en todo.
Bien. Harry se levant. Entonces es la persona a la que hay que interrogar.
Quieres venir?
Ahora?
Harry esboz una sonrisa. Haba olvidado lo divertido que era provocar a Bennet.
Tena intencin de esperar a que amaneciera contest con seriedad, pero si
ests impaciente por ir ahora...
No, no, al amanecer est bien. Bennet hizo una mueca contrariado. Me
imagino que no puedes esperar hasta las nueve.
Harry lo mir.
No, por supuesto que no. Bennet volvi a bostezar, descoyuntndose por
poco la parte posterior de la cabeza. Nos vemos en la cabaa de la niera, vale?
Yo tambin ir declar Will desde el catre.
Harry y Bennet le lanzaron una mirada al nio. El primero casi se haba olvidado
de l. El segundo enarc las cejas mirando a Harry, dejando que l tomara la
decisin.
S, t tambin irs concedi Harry.
Gracias dijo Will. Tengo algo para usted.
Hurg debajo de su almohada y apareci con un objeto largo y delgado envuelto
en un trapo. Se lo ofreci. Harry cogi el paquete y lo desenvolvi. Su navaja, limpia
y engrasada, descansaba en la palma de su mano.
La encontr en el riachuelo coment Will despus de que lo apresaran. He
estado cuidndola por usted. Hasta que estuviera lista para volver a tenerla.
Era lo ms largo que Harry haba odo salir de los labios del chico.
~ ~2 20 07 7~ ~
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Harry sonri.
Gracias, Will.


George toc el pequeo cisne que nadaba en su almohada. Era la segunda talla
que Harry le haba regalado. La primera haba sido un caballo encabritado. Se haba
ido de su casa haca siete das, pero no se haba marchado de la comarca. Eso
resultaba obvio por las diminutas tallas que, de algn modo, le haba dejado en su
almohada.
Le ha regalado otra, verdad, mi lady? Tiggle iba de un lado a otro de la
habitacin, guardando su vestido y recogiendo ropa sucia para echar a la colada.
George cogi el cisne.
S.
Tras recibir la primera talla George haba interrogado a los criados.
Nadie le haba visto entrar o salir de Woldsly, ni siquiera Oscar, que tena el
horario irregular de un soltero. Su hermano mediano se haba quedado despus de
que Tony se hubiera ido a Londres. Oscar dijo que era para hacerles compaa a ella
y a Violet, pero George sospechaba que el verdadero motivo estaba ms relacionado
con sus acreedores de Londres.
Qu romntico por parle del seor Pye! No? Tiggle suspir.
O exasperante. -George mir el cisne arrugando la nariz y lo coloc con
cuidado en su tocador junto al caballo.
O me imagino que exasperante, mi lady convino Tiggle.
La doncella se acerc y apoy una mano en el hombro de George, hundindola
suavemente en la silla frente al tocador. Cogi el cepillo con el dorso de plata y
empez a pasrselo por los cabellos. Tiggle empez por las puntas y sigui con las
races, desenredando los nudos. Ella cerr los ojos.
Si no le importa que se lo diga, mi lady, los hombres no siempre ven las cosas de
la misma forma que nosotras.
No puedo evitar pensar que el seor Pye se cay de cabeza siendo un beb.
George apret los ojos con fuerza-. Por qu no vuelve conmigo?
No lo s, mi lady. Desenredados los nudos, Tiggle empez a cepillarle con
suavidad desde la coronilla hasta las puntas de su pelo.
George suspir de placer.
Pero tampoco se ha ido demasiado lejos, verdad? seal la doncella.
Mmm. Entonces inclin la cabeza para que Tiggle pudiese trabajar ese lado.
~ ~2 20 08 8~ ~
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Quiere irse, usted misma lo ha dicho, mi lady, pero no se ha ido. Tiggle
empez por el otro lado, cepillando con suavidad desde lasien. Es lgico pensar,
pues, que quiz no pueda.
Me ests hablando con acertijos y estoy demasiado cansada para
comprenderlos.
Simplemente digo que quiz no pueda dejarla, mi lady. Tiggle dej el cepillo
dando un golpe y empez a trenzarle el pelo.
Pues de nada me sirve si tampoco se atreve a enfrentarse conmigo. George
frunci el entrecejo frente al espejo.
Creo que volver. La doncella at un lazo al extremo de la trenza de George y
se inclin sobre su hombro para buscar su mirada en el espejo. Y cuando venga,
ser preciso que se lo cuente, si no le importa que se lo diga, mi lady.
George se sonroj. Tena la esperanza de que Tiggle no lo notara, pero debera
haber sabido que la doncella reparaba en todo.
Todava no hay modo de saberlo.
S, lo hay. Y siendo usted tan regular como... Tiggle le lanz una mirada de
desaprobacin. Buenas noches, mi lady.
Sali de la habitacin.
George suspir y hundi la cabeza en sus manos. Mejor que Tiggle estuviese en lo
cierto con respecto a Harry. Porque s tardaba demasiado en regresar, no habra
necesidad de contarle que estaba embarazada.
Lo vera.

~ ~2 20 09 9~ ~
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Captulo 17
S? El arrugado rostro se asom por la abertura de la puerta.
Harry mir hacia abajo. La cabeza de la anciana no le llegaba al esternn. La
joroba de su espalda la encorvaba tanto que tuvo que mirar a ambos lados y hacia
arriba para ver quin llamaba.
Buenos das, seora Humboldt. Mi nombre es Harry Pye. Me gustara hablar
con usted.
Pues ser mejor que entre no, joven? La diminuta figura sonri mirando
hacia la oreja izquierda de Harry y abri ms la puerta.
Slo entonces, con la luz que dejaba entrar la puerta abierta, vio las cataratas que
nublaban los ojos azules de la anciana.
Gracias, seora.
Bennet y Will haban llegado antes que l. Estaban sentados frente a una lumbre
que arda lentamente, la nica luz de la oscura habitacin.
Will estaba mascando un bollo y tena los ojos puestos en otro que haba en una
bandeja.
Llegas tarde no te parece? Bennet estaba ms despierto de lo que lo haba
estado cinco horas antes. Pareca bastante satisfecho de haber sido el primero en
llegar.
Algunos tenemos que viajar por caminos secundarios.
Harry ayud a la seora Humboldt a acomodarse en una butaca tapizada que
tena un montn de cojines tejidos a mano. Un gato de manchas negras, blancas y
amarillentas apareci pisando sin hacer ruido y maullando. Salt sobre el regazo de
la anciana seora y ronrone con fuerza incluso antes de que ella empezara a
acariciarle la espalda.
Coja un bollo, seor Pye. Y si no le importa, puede servirse el t usted mismo.
La voz de la seora Humboldt era dbil y aflautada. Veamos, muchachos, de qu
han venido a hablar conmigo para que tengan que hacerlo en secreto?
Harry esboz una sonrisa. Puede que los ojos de la anciana estuvieran
deteriorndose, pero no su mente ciertamente.
De lord Granville y sus enemigos.
~ ~2 21 10 0~ ~
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La seora Humboldt sonri con dulzura.
En ese caso, tiene usted todo el da, joven? Porque si tuviera que enumerar a
todos los que alguna vez le han guardado rencor a ese seor, maana por la maana
todava estara hablando.
Bennet se ri.
Tiene toda la razn, seora convino Harry. Pero a quien busco es a la
persona que est envenenando a las ovejas. Quin odia tanto a Granville como para
querer cometer esa atrocidad?
La anciana lade la cabeza y clav los ojos en el fuego durante unos instantes, el
nico sonido de la habitacin era el ronroneo del gato y el de Will comindose su
bollo.
De hecho coment la mujer lentamente, yo tambin he estado pensando en
la matanza de esas ovejas. Frunci la boca. Es un asunto feo y diablico, porque
s bien perjudica al granjero, a lord Granville apenas le afecta. Me parece que lo que
en realidad debera preguntar, joven, es quien tiene el valor de hacerlo. La seora
Humboldt tom un sorbo de te.
Bennet empez a hablar. Harry sacudi la cabeza.
Se necesita un corazn de piedra para que a uno no le importe ir detrs del lord
perjudicando a otros por el camino. La seora Humboldt golpete su rodilla con
un dedo tembloroso para enfatizar su punto de vista. Un corazn de piedra y
tambin valiente. Lord Granville es la ley y la mano dura en este condado, y
cualquiera que vaya en contra de l se juega su propia vida.
Quin encaja en tu descripcin, nanny? Bennet se inclin hacia delante con
impaciencia.
Se me ocurren dos hombres que encajan, al menos en parte. Arrug la
frente. Pero ninguno de los dos est del todo bien. Se llev su taza de t a los
labios con una mano temblorosa.
Bennet se movi en su silla, sacudiendo una pierna hacia arriba y hacia abajo, y
suspir.
Harry se inclin hacia delante en su propia silla y cogi un bollo.
Bennet le dirigi una indignada mirada de incredulidad.
Harry enarc las cejas mientras le pegaba un mordisco.
Dick Crumb declar la anciana, y Harry baj el bollo. Hace algn tiempo,
su hermana, Janie, la que est mal de la cabeza, fue seducida por este seor. Una cosa
terrible, aprovecharse de esa joven. Las comisuras de los labios de la seora
Humboldt se arrugaron, fruncindose. Y Dick, cuando lo descubri, bueno, por
poco perdi la cabeza. Dijo que habra matado a ese hombre, de haber sido otro
cualquiera salvo el lord. Que igualmente lo matara.
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Harry frunci el entrecejo. Dick no le haba dicho que haba amenazado de muerte
a Granville, aunque qu hombre lo hara? Sin duda, eso por s solo...
La seora Humboldt ofreci su taza y Bennet le sirvi t en silencio y volvi a
entregarle la taza en la mano.
Perocontinu la ancianaDick no es un hombre cruel. Duro,s, pero no tiene
el corazn de piedra. En cuanto al otro hombre la seora Humboldt mir en
direccin a Bennet, quiz sea mejor no remover las cosas.
Bennet pareca desconcertado.
A quin te refieres?
Will dej de comer. Mir respectivamente a Bennet y a la anciana.
Maldita sea! Harry tena la sensacin de que saba adnde apuntaba la seora
Humboldt. Quiz lo mejor sera dejarlo correr.
Bennet percibi cierta incomodidad en Harry. Se inclin hacia delante con tensin,
los codos apoyados en las rodillas, ahora ambos talones golpeteando el suelo.
Dnoslo.
A Thomas.
[Mierda! Harry apart la vista.
Thomas, qu? Por lo visto Bennet cay de pronto en la cuenta. Dej
momentneamente de moverse, y entonces sali disparado de la silla, caminando por
el diminuto espacio frente a la lumbre. Thomas, mi hermano? Se ech a rer.
No puedes hablar en serio. Es un... un cobarde. No le dira que no a nuestro padre
aunque ste le dijera que caga perlas y que el sol sale por el oeste.
La anciana apret los labios ai or esa vulgaridad.
Lo siento, nanny se disculp Bennet. Pero Thomas! Ha vivido tanto tiempo
bajo la opresin de mi padre que tiene callos en las nalgas.
S, lo s- A diferencia del joven Granville, la seora Humboldt estaba
tranquila. Deba de haberse imaginado su reaccin. O quizs estuviese simplemente
habituada a que l se moviera constantemente. Por eso precisamente lo he
nombrado.
Bennet la mir con fijeza.
Un hombre que pasa tanto tiempo sometido al poder de su padre no puede ser
normal. Su padre sinti antipata por Thomas cuando ste era muy joven. Yo nunca
lo entend. La anciana cabece. Que lord Granville odiase tantsimo a su propio
hijo.
Pero aun as, l jams... Las palabras de Bennet se apagaron, y se volvi
bruscamente.
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La seora Humboldt pareca triste.
Sera capaz. Usted mismo lo sabe, seor Bennet. Lo demuestra la forma en que
su padre lo ha tratado. Thomas es como un rbol que intenta crecer por la grieta de
una roca. Torcido. No del todo recto.
Pero...
Recuerda los ratones que en ocasiones atrapaba cuando era pequeo? Una vez
lo sorprend con uno que haba cogido. Le haba cortado las patas, y estaba
obervando cmo intentaba arrastrarse.
Oh, Dios! exclam Bennet.
Tuve que matarlo. Pero luego no pude castigarlo, pobre cro. Su padre ya le
pegaba bastante. Nunca ms volv a verlo con un ratn, pero no creo que dejase de
atraparlos. Simplemente aprendi a ocultrmelos mejor.
No tenemos que seguir con esto advirti Harry.
Bennet se gir, su mirada era de desesperacin.
Y si es l quien envenena a las ovejas? Y si mata a alguien ms?
Su pregunta flot en el aire. Nadie poda responderla, salvo Bennet.
Por lo visto ste cay en la cuenta de que le corresponda contestar. Enderez sus
anchos hombros.
Si es Thomas, ha asesinado a una mujer. Debo detenerlo.
Harry asinti.
Yo hablar con Dick Crumb.
Estupendo dijo Bennet. Nos has ayudado, nanny. Ves cosas que nadie ms
ve.
Tal vez con mis ojos ya no, pero siempre fui capaz de leer a las personas. La
seora Humboldt le ofreci una mano temblorosa al hombre que antiguamente haba
cuidado.
Bennet la agarr.
Que Dios lo conserve y lo proteja, seor Bennet declar ella. La tarea que
tiene por delante no es fcil.
Este se agach para besar su mejilla marchita.
Gracias, nanny. Se irgui y le dio una palmadita a Will en el hombro. Ser
mejor que nos vayamos, Will, antes de que te acabes esos dos ltimos bollos.
La anciana sonri.
Deje que el muchacho se lleve lo que queda. Hace ya mucho tiempo que no
tengo que alimentar a un nio.
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Gracias, seora. Will se meti los bollos en los bolsillos.
Ella los acompa hasta la puerta y se qued all despidindose con la mano
mientras ellos se alejaban a caballo,
Haba olvidado lo astuta que es nanny. Thomas y yo nunca conseguamos que
nada le pasara desapercibido. El rostro de Bennet se ensombreci al pronunciar el
nombre de su hermano.
Harry le lanz una mirada.
Si quieres, puedes posponer tu conversacin con Thomas hasta maana,
despus de que yo tantee a Dick Crumb. De todas formas, tendr que esperar a que
anochezca para encontrarlo. El mejor momento para pillar a Dick es a partir de las
diez en la taberna Cock and Worm.
No, no quiero esperar otro da ms para hablar con Thomas. Es mejor hacerlo de
inmediato.
Cabalgaron durante ochocientos metros o ms en silencio, Will agarrando a
Bennet por detrs.
Entonces, en cuanto demos con quienquiera que est haciendo esto coment
Bennet te irs?
Eso es. Harry miraba hacia el camino que se extenda frente a l, pero pudo
sentir la mirada de Bennet sobre l.
Me haba dado la impresin de que lady Georgina y t tenais una... mmm...
relacin amistosa.
Harry le dirigi a Bennet una mirada que normalmente hara callar a un hombre.
A l no.
Porque, quiero decir que es un poco bestia no? Que uno est recin repuesto y
abandone a una dama.
No soy de su clase.
S, pero es obvio que eso a ella no le importa, verdad? De lo contrario nunca se
hubiera molestado en iniciar algo contigo.
Yo...
Y si no te importa que te sea franco, ella debe de estar locamente enamorada de
ti. Bennet lo mir de arriba abajo como si Harry fuera un trozo de res podrida.
Me refiero a que no tienes precisamente la clase de rostro por el que las mujeres se
desmayan. Un rostro parecido al mo...
Bennet...
No lo digo por alardear, pero podra contarte una magnfica ancdota de una
chica encantadora de Londres...
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Bennet.
Harry asinti en direccin a Will, que tena los ojos desmesuradamente abiertos y
estaba escuchando cuanto se deca.
Oh! Bennet tosi. Vale, te veo maana, pues? Quedaremos e
intercambiaremos informacin.
Se haban acercado a una arboleda que marcaba el punto donde el camino
principal cruzaba el sendero por el que viajaban.
Muy bien. Harry detuvo su yegua. En cualquier caso, debo torcer por aqu.
Y, Bennet?
S? Volvi el rostro y el sol le dio de lleno, iluminando las lneas de expresin
que tena alrededor de los ojos.
Ten cuidado le advirti Harry. Si es Thomas, ser peligroso.
Ten cuidado t tambin, Harry.
ste asinti.
Buena suerte!
Bennet se despidi con la mano y se alej a caballo.
Harry pas el resto de horas diurnas escondido. Al anochecer parti hacia West
Dikey y la taberna Cock and Worm. Agach la cabeza al entrar y escudri a la
muchedumbre tapado por el sombrero de ala baja. Una mesa de granjeros que
fumaba en pipas de barro en el rincn estall en sonoras carcajadas. Una camarera de
aspecto avejentado esquiv con gran soltura una gruesa mano dirigida a su trasero y
se dirigi a la barra.
Est Dick est noche? vocifer Harry en su odo.
Lo siento, cario. La camarera pivot y carg sobre su hombro una bandeja
con bebidas. Quiz venga ms tarde.
Harry frunci las cejas y le pidi una pinta al joven de la barra, un chico que
recordaba haber visto con anterioridad una o dos veces. Estaba Dick escondido en la
trastienda o realmente no estaba en el local?
Se apoy en la barra de madera mientras pensaba y observaba a un caballero, sin
duda un viajero, a juzgar por el barro de sus botas, entrando y mirando estupefacto a
su alrededor. El hombre tena un rostro atractivo, pero largo y soso, bastante
parecido al de una cabra. Harry sacudi la cabeza. El viajero deba de haber
confundido el letrero con el de White Mare. No tena el perfil habitual de los clientes
de la taberna Cock and Worm.
El chico desliz sobre la barra la jarra de cerveza para Harry, y ste a su vez le
pas rodando unas cuantas monedas. Se desplaz un sitio y tom un sorbo mientras
el viajero se acercaba a la barra.
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Disculpe, pero sabe cmo se va a la Mansin Woldsly?
Harry se qued momentneamente helado, con la jarra en los labios. El forastero
no le haba prestado ninguna atencin; estaba apoyado en la barra hablndole al
camarero.
Cmo ha dicho? chill el chico.
La Mansin Woldsly. El forastero levant la voz. La finca de lady Georgina
Maitland. Soy ntimo amigo de su hermana pequea, lady Violet. No logro encontrar
el camino...
La mirada del camarero se clav rpidamente en Harry.
Harry le dio una palmada al forastero en el hombro, haciendo que ste se
sobresaltara.
Yo puedo ensearle el camino, amigo, en cuanto termine m cerveza.
El hombre se volvi con la cara iluminada.
Lo hara?
Sin ningn problema. Harry asinti en direccin al camarero. Otra pinta
aqu, para mi amigo. Lo siento, no he odo su nombre.
Wentworth. Leonard Wentworth.
Ah! Harry reprimi una sonrisa feroz-. Busquemos una mesa, le parece?
En cuanto el hombre se gir, Harry se apoy en la barra y le susurr urgentes
instrucciones al camarero, luego le dio una moneda.
Una hora ms tarde, cuando el hermano mediano de los Maitland entr
tranquilamente en Cock and Worm, Wentworth iba por su cuarta pinta. Harry
llevaba ya cierto rato tomndose la segunda y se senta como si necesitara un bao.
Wentworth se haba mostrado bastante comunicativo sobre sus relaciones sexuales
con una quinceaera, sus esperanzas de casarse y lo que hara con el dinero de lady
Violet en cuanto pusiera sus manos en l.
De modo que sinti cierto alivio cuando divis el cabello pelirrojo de Maitland.
Venga aqu! le chill al recin llegado.
Slo haba hablado una o dos veces con el hermano mediano de lady Georgina, y
lo cierto es que no se haba mostrado especialmente amable con l. Pero toda la
animosidad de Maitland estaba en este momento reservada al acompaante de
Harry. Se abri paso hasta ellos con una mirada que habra hecho salir corriendo a
Wentworth, de haber estado sobrio.
Harry. E1 hombre pelirrojo lo salud asintiendo la cabeza; slo entonces
record su nombre: Oscar.
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Maitland. Harry asinti. Me gustara presentarle a un conocido mo,
Leonard Wentworth. Dice que este pasado verano sedujo a su hermana pequea.
Wentworth palideci.
Eh! E-e-espere un...
De veras? repuso Oscar arrastrando las palabras.
En efecto contest Harry. Me ha estado hablando de sus deudas y de cmo
la dote de lady Violet le ayudar a cubrirlas, una vez que la haya chantajeado para
que se case con l.
Curioso. -Oscar sonri abiertamente. Tal vez deberamos discutir esto fuera.
Cogi a Wentworth por un brazo.
Quiere que le ayude? se ofreci Harry.
Por favor.
Harry lo cogi por el otro brazo.
Maldita sea! fue todo cuanto Wentworth dijo antes de que lo sacaran a la
fuerza por las puertas.
Tengo el carruaje aqu. Oscar haba dejado de sonrer.
Wentworth gimote.
Oscar le dio con indiferencia unos coscorrones en la cabeza y Wentworth se
desvaneci.
Lo llevar a Londres con mis hermanos.
Necesita m ayuda durante el trayecto? inquiri Harry.
Oscar sacudi la cabeza.
Ya ha conseguido que bebiera bastante. Dormir la mayor parte del viaje.
Subieron el cuerpo ahora inerte de Wentworth al carruaje.
Oscar se sacudi el polvo de las manos.
Gracias, Harry. Le debemos una.
No, no me deben nada.
Maitland titube.
Bien, gracias igualmente.
Harry levant la mano a modo de saludo, y el carruaje arranc.
Oscar asom la cabeza por la ventanilla del carruaje que se alejaba.
Oiga, Harry!
Qu?
~ ~2 21 17 7~ ~
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Puede venir a casa. Oscar se despidi con la mano y escondi la cabeza.
Harry se qued mirando mientras el carruaje doblaba la esquina a gran velocidad.


George haba dejado de dormir bien. Quiz fuera por la vida que creca en su
interior, que haca notar su presencia alterndole el sueo.
Quiz fuera por pensar en las decisiones que pronto debera tomar. O quiz fuera
porque se estaba preguntando dnde pasara la noche Harry. Dormira bajo las
estrellas, estremecindose envuelto en una capa? Habra encontrado un refugio con
amigos en alguna parte? Estara esta noche dndole calor a otra mujer?
No, mejor no pensar en eso.
Cambi de lado y mir fijamente hacia la oscura ventana de su habitacin. Quiz
fuera simplemente el aire fresco otoal. La rama de un rbol cruji por el viento.
George tir de la colcha hasta cubrirse la barbilla. Haba encontrado el ltimo regalo
de Harry horas antes cuando se dispona a acostarse. Una pequea anguila bastante
curiosa. Al principio haba credo que era una serpiente, antes de recordar el cuento
de hadas. Entonces pudo ver la diminuta aleta a lo largo del dorso de la criatura.
Completaba eso su coleccin? Harry haba creado todos los animales que el Prncipe
Leopardo haba conseguido para la princesa.
Tal vez fuera su manera de decirle adis.
Una sombra se movi al otro lado de la ventana, y el marco se levant
suavemente. Harry Pye pas una pierna por el alfizar y entr en su habitacin.
Gracias a Dios.
Es as como ha estado entrando y saliendo?
La mayor parte de las veces me he colado por la puerta de la cocina. Harry
cerr la ventana con cuidado.
Eso no es ni mucho menos tan romntico como usar la ventana. George se
incorpor y se abraz las rodillas pegadas al pecho.
No, pero es mucho ms fcil.
Vi que haba que saltar tres pisos hasta el suelo.
Con rosales espinosos ahajo, mi lady. Espero que tambin los viera. Anduvo
tranquilamente hasta la cama.
Mmm. He visto las rosas. Naturalmente, ahora que s que se limitaba a usar la
entrada de la cocina...
Esta noche, no.
~ ~2 21 18 8~ ~
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No, esta noche no convino George. Oh, cmo le quera! Sus ojos verdes
siempre vigilantes. Sus palabras, tan cuidadosamente elegidas. Pero, aun as, me
temo que algunos de mis sueos se han hecho aicos.
Harry esboz una sonrisa. Su boca en ocasiones lo delataba.
Esta noche he encontrado la anguila. George asinti con la cabeza en direccin
a su tocador.
l no sigui su mirada. Por el contrario, continu mirndola a ella.
Tengo uno ms. Extendi el puo y abri la mano.
En su palma haba un leopardo.
Por qu est enjaulado?
George se lo qut y lo mir con detenimiento. Era una obra de una habilidad
increble. La jaula era de una sola pieza pero separada del leopardo que haba dentro.
Habra tenido que tallar el animal en el interior de la jaula. A su vez el leopardo
llevaba una minscula cadena alrededor de su cuello, y cada uno de los eslabones
estaba cuidadosamente delineado. Una corona diminuta, diminuta, colgaba de la
cadena.
Es una maravilla dijo ella, pero por qu ha tallado al leopardo dentro de
una jaula?
Harry se encogi de hombros.
Est encantado no?
Supongo que s, pero...
Pens que me preguntara por qu estoy aqu. Harry camin hasta el tocador.
Tendra que decrselo pronto, pero todava no. No, mientras l pareciera estar a
punto de huir. George puso el leopardo enjaulado sobre sus rodillas.
No, simplemente me alegro de que est conmigo. Introdujo un dedo a travs
de los barrotes y movi con cuidado el collar del animal. Siempre me har feliz que
venga a verme.
Siempre? Harry estaba mirando los animales tallados.
S.
Mmm... musit l evasivo. En ocasiones me he hecho a m mismo esa
pregunta: por qu sigo viniendo cuando ya me he despedido?
Y tiene una respuesta? George contuvo el aliento, esperanzada.
No. Salvo que no logro permanecer alejado.
Quiz sea sa la respuesta, entonces.
~ ~2 21 19 9~ ~
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No, es demasiado sencilla. Harry se volvi para mirarla. Un hombre
debera ser capaz de gobernar su vida, de tomar sus decisiones de un modo ms
razonado. Dije que la abandonara, y por tanto debera haberlo hecho.
De veras? George dej el leopardo en la mesilla que haba junto a su cama y
apoy el mentn en sus rodillas. Pero entonces, para qu estn las emociones? El
Seor se las dio a los hombres igual que les dio el pensamiento intelectual. Seguro
que quera que usramos tambin nuestros sentimientos.
Harry frunci las cejas.
Las emociones no deberan dominar el pensamiento razonado.
Por qu no? inquiri George con suavidad. Si el Seor nos dio ambas
cosas, entonces seguro que sus emociones, su amor hacia mi, son tan importantes
como lo que piense acerca de nuestra relacin. Quiz sean ms importantes.
Lo son para usted? Harry empez a caminar de nuevo hacia la cama.
S. George levant la cabeza. Mi amor por usted es ms importante que los
miedos que pueda tener con respecto al matrimonio o a dejar que un hombre tenga
control sobre m.
Qu miedos son sos, mi lady? Harry haba llegado otra vez junto a su cama.
Le acarici una mejilla con un dedo.
Que pueda engaarme con otra mujer. George apoy la mejilla en su mano.
Que con el tiempo podamos distanciarnos e incluso que lleguemos a odiarnos el uno
al otro. Esper, pero l no intent apaciguar sus preocupaciones. Suspir. Mis
propios padres no tuvieron un matrimonio dichoso.
Los mos tampoco. Harry se sent en la cama para quitarse las botas. Mi
madre enga a mi padre durante aos; quiz durante todo su matrimonio. Sin
embargo, l la perdon una y otra vez. Hasta que ya no pudo perdonarla ms. Se
sac el abrigo.
La amaba declar George con suavidad.
S, y eso lo debilit y a la larga lo llev a la muerte.
George no pudo consolarlo mejor de lo que l haba sido capaz de consolarla. Ella
nunca lo engaara con otro hombre; eso lo saba. Pero quin saba si ella no lo
conducira de otra forma a su destruccin? Lo debilitaba amarla?
George examin su leopardo enjaulado.
Es liberado, sabe?
Harry par de desabotonarse el chaleco y enarc las cejas.
Ella cogi la talla.
El Prncipe Leopardo. Ai final es liberado.
~ ~2 22 20 0~ ~
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Cuntemelo. Se sac el chaleco.
George inspir profundamente y dijo despacio:
El joven rey le llev la Anguila de Oro al padre de la princesa, al igual que con
los otros regalos. Pero la Anguila de Oro era diferente.
Era fea. Harry empez a desabrocharse la camisa.
Bueno, s admiti George. Pero adems de eso, poda hablar, y era astuta.
Cuando el padre de la princesa se qued solo, le dijo: Bah! Ese enclenque ha sido
tan capaz de robarme como el viento. Prestad atencin, decidle al joven rey que la
hermosa princesa se casar nicamente con el hombre que lleve la cadena de oro con
la corona de la esmeralda. Entonces tendris al hombre que ha hecho todas estas
cosas maravillosas. Ese hombre y ninguno otro ser su prometido.
Estoy empezando a sospechar que se inventa fragmentos de este cuento de
hadas, mi lady. Harry tir su camisa sobre una silla.
George alz una mano.
Le doy mi palabra como que me llamo Maitland, que es exactamente como me
lo cont la ta del cocinero en la cocina de mi residencia de Londres mientras
tombamos un t y bollos.
Ya!
George se reclin contra el cabecero.
De modo que el padre de la princesa se dirigi de nuevo al joven rey y lo repiti
las palabras de la Anguila de Oro. El joven rey sonri y dijo: Oh, eso ser fcil! Y
ni siquiera tuvo que volver a casa, puesto que se haba trado al Prncipe Leopardo
consigo. Fue hasta el Prncipe Leopardo y dijo: Dame esa cadena que llevas colgada
al cuello. Hizo un breve alto para observar cmo Harry empezaba a
desabrocharse los pantalones. Y qu cree que dijo el Prncipe Leopardo?
l resopl.
Vyase al infierno? Le lanz una mirada a George.
No, naturalmente que no. Ella arrug la frente con seriedad. Nadie habla
as en los cuentos de hadas.
Quiz deberan.
George ignor su comentario entre dientes.
El Prncipe Leopardo dijo: Es imposible, mi seor, ya que si me quito esta
cadena no tardar en enfermar y morir. El joven rey contest: Vaya, qu pena!
Porque me ha sido bastante til, pero ahora necesito la cadena, de modo que debe
drmela de inmediato. Y eso hizo el Prncipe Leopardo. George mir a Harry,
esperando una protesta, un comentario, algo.
~ ~2 22 21 1~ ~
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Pero l se limit a devolverle la mirada y se quit los pantalones.
Esto hizo que ella olvidara temporalmente por qu parte del cuento de hadas iba.
Observ mientras l se sentaba en la cama junto a ella, completamente desnudo.
Y? musit Harry. Eso es todo? El Prncipe Leopardo muere y el joven rey
se casa con la hermosa princesa?
George alarg el brazo y le desat el lazo negro que sujetaba su cola. Desliz los
dedos por su pelo castao, extendindolo sobre sus hombros.
No.
Entonces?
Dse la vuelta.
Harry arque las cejas, pero se volvi de espaldas a ella.
El joven rey se fue a ver al padre de la princesa dijo George con tranquilidad
mientras deslizaba las manos por su espalda, notando los baches de su columna. Y
el padre de la princesa tuvo que reconocer que llevaba la cadena descrita por la
Anguila de Oro. A regaadientes, mand llamar a su hija, la hermosa princesa. Se
detuvo para hundir los pulgares en los msculos que suban desde sus hombros
hasta su cuello.
Harry dej que la cabeza le cayera hacia delante.
Ah...!
Pero la hermosa princesa le ech un vistazo al joven rey y se empez a rer.
Naturalmente, todos los cortesanos y damas y seores, y la gente que merodeaba por
una corte real se limit a mirar fijamente a la hermosa princesa. No lograban
entender por qu se rea. George masaje con los dedos los msculos de la nuca de
Harry.
ste gimi.
George se inclin hacia delante y le susurr al odo mientras presionaba en los
msculos de sus hombros.
Por fin, su padre, el rey, le pregunt: Cul es la causa de tanta risa, hija ma?
Y la hermosa princesa contest: Es que la cadena no le queda bien!
Cmo puede una cadena no quedar bien? mascull Harry por encima de su
hombro.
Chsss...! George volvi a empujarle la cabeza hacia abajo. No lo s.
Probablemente le colgase hasta las rodillas o algo. Hundi los pulgares en las
colnas que recorran su columna. En cualquier caso, la hermosa princesa recorri
la corte con la mirada y dijo: Ah est. se es el hombre al que pertenece la cadena.
Y, naturalmente, era el Prncipe Leopardo...
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Qu? Simplemente lo reconoci entre la multitud? Esta vez Harry se
escabull de sus manos.
S! George puso las manos en jarras--. S, simplemente lo reconoci entre la
multitud. Era un Prncipe Leopardo encantado, recuerda? Estoy convencida de que
su aspecto destacaba bastante.
Ha dicho que se estaba muriendo. Ahora Harry estaba casi malhumorado.
Seguramente su aspecto era un completo desastre.
Bueno, no despus de que la hermosa princesa le volviese a poner la cadena.
George cruz los brazos. La verdad es que, en ocasiones, los hombres eran muy poco
razonables. Mejor a! instante, y la hermosa princesa lo bes y se casaron.
A lo mejor fue el beso lo que lo reanim. Harry hizo una mueca. Se inclin
hacia George. Y se rompi el hechizo? Nunca volvi a convertirse en un
leopardo?
Ella parpade.
La ta del cocinero no me lo dijo. Yo dira que no, y usted? Quiero decir que eso
es lo habitual en los cuentos de hadas, el hechizo se rompe y se casan.
George estaba frunciendo las cejas pensativa y por lo tanto Harry la cogi
desprevenida cuando se abalanz sobre ella y le agarr de las muecas. Tir de sus
manos colocndolas por encima de su cabeza y se inclin sobre ella
amenazadoramente.
Pero quiz la princesa habra preferido que siguiera siendo un Prncipe
Leopardo.
A qu se refiere? inquiri George, parpadeando.
Me refiero l le mordisque el cuello a que tal vez su noche de bodas habra
sido ms interesante.
George se retorci por las sensaciones que l le estaba despertando y ahog una
risa nerviosa.
No sera eso bestialismo?
No. Harry cogi sus muecas con una mano y us la otra para destaparla con
brusquedad. Me temo que en eso est equivocada, milady. Le levant la camisa,
dejando al descubierto sus piernas desnudas. Ella las abri de manera seductora y l
acomod all sus caderas, haciendo que ella soltara un grito por el contacto. El
bestialismomusit Harry en su odo es la unin entre un ser humano y un
animal corriente, tales como un caballo, un toro o un gallo. La actividad sexual con
un leopardo, por otra parte, es meramente extica. Empuj con sus caderas,
introduciendo la longitud de su pene entre los pliegues de George y tocndola justo
all.
George cerr los ojos.
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Un gallo?
En teora. Harry le lami el cuello.
Pero cmo podra un gallo...?
l us la mano que tena libre para pellizcarlo el pezn.
Ella gimi y se arque debajo de l, separando ms las rodillas.
Parece muy interesada en los gallos ronrone Harry. Le frot el pezn con un
pulgar.
l no haba movido sus caderas desde la primera embestida. George procur
levantar las suyas para animarlo, pero todo el peso de Harry yaca pesadamente
sobre ella, y se dio cuenta de que l no se movera hasta que quisiera hacerlo.
En realidad, podra decirse que estoy ms interesada en el pene de un gallo
1
en
particular.
Mi lady. Harry levant la cabeza y ella pudo ver el reprobador fruncimiento
de sus labios. Me temo que no apruebo semejante lenguaje.
Ella sinti una oleada de deseo ertico.
Lo siento. George baj las pestaas con timidez. Qu puedo hacer para
ganar su aprobacin?
Hubo silencio.
George empez a preguntarse si habra traspasado alguna frontera.
Pero entonces levant la vista y vio que Harry intentaba reprimir una sonrisa.
l agach la cabeza hasta que estuvieron frente a frente.
No ser fcil recuperar mi gracia. Le roz el pezn con una ua.
No?
No. Casi casualmente Harry tir del lazo de su camisa y la abri. Rode su
seno con una mano. A George le pareci que la palma de su mano estaba
increblemente caliente. Tendr que esforzarse mucho. l mene sus caderas,
deslizndose entre los pliegues de ella.
Mmm...
Harry dej de moverse.
Mi lady?
Qu? mascull George con irritacin. Ella subi ligeramente, pero l no se
movi.
1
Gallo: en el original pone cock. Juego de palabras que se pierde en su traduccin al castellano, ya que el
trmino ingls significa tanto gallo como pene (N. de la T)
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Preste atencin. Le pellizc otra vez el pezn.
Eso hago. George abri mucho los ojos para demostrarlo.
Harry se movi de nuevo. Angustiosamente despacio. Ella pudo sentir la cabeza
de su ereccin resbalando hacia abajo, casi hasta la entrada, y luego volviendo a subir
para besarle el cltoris.
Quiere ganar mi aprobacin le record el.
S. George habra estado de acuerdo en casi cualquier cosa que l dijera.
Y cmo va a hacerlo?
Ella estuvo inspirada.
Complacindolo, seor.
Dio la impresin de que l reflexionaba seriamente sobre eso. Entretanto, su pene
friccionaba contra ella y su mano le acariciaba el pecho.
Bien, s, sa podra ser una manera de hacerlo. Est segura de que es sa la
manera que quiere elegir?
Oh, s! George asinti con entusiasmo.
Y cmo me complacer? Su voz haba bajado hasta ese tono grave que quera
decir que estaba muy excitado.
Follndomelo, seor?
Harry se qued helado. Por un momento ella temi haberlo podido aturdir.
Entonces l levanto las caderas.
Eso bastar. Y la penetr con fuerza y deprisa.
Ella sinti que un grito naca en su garganta mientras l la clavaba contra el
colchn con el rostro desprovisto de cualquier indicio de picarda. George levant las
piernas y le envolvi las caderas, hundiendo los talones en sus nalgas. Harry le haba
soltado las muecas, y ella tir de su pelo para bajarle la cabeza y besarlo. Con
intensidad. Con voracidad. Con desesperacin.
Por favor, por favor, Seor, no dejes que sta sea la ltima vez.
Harry estaba imparable, y ella pudo sentir la explosin creciendo en su interior,
pero la posterg, obligndose a abrir los ojos. Era importante que viera a Harry, que
estuvieran juntos al final. El rostro de el brillaba por el sudor; tena las aletas de la
nariz hinchadas. Mientras ella observaba, l rompi el ritmo. George le solt el pelo
para agarrarse a sus hombros, todo su ser estaba concentrado en mantenerlo en su
interior.
Y ella lo sinti al eyacular.
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l retrocedi, sus caderas an pegadas a las de George. Ella pudo sentir su pene
latiendo dentro. Pudo sentir el chorro y el calor de su semen llenndola. Arque la
cabeza y sucumbi a las olas de su propio orgasmo, que la recorran y la inundaban
junto con el de Harry. Fue magnfico, distinto a cuanto haba sentido nunca, que el
eyaculara dentro de su cuerpo. Las lgrimas resbalaron por sus sienes hasta sus
cabellos enmaraados. Cmo iba a poder dejarlo marchar despus de esto?
Harry se movi de pronto y trat de retroceder.
Lo siento. No quera...
Chsss...! George le cubri la boca con sus dedos, silenciando su disculpa.
Estoy engordando.

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Captulo 18
Dio la impresin de que la palabra engordando reverberaba por la habitacin de
lady Georgina, rebotando en las paredes de color azul china y exquisitas cortinas de
encaje del dosel de la cama. Durante unos instantes Harry crey que ella se refera a
que l la haba dejado embarazada justo en ese momento, al haberla llenado con su
semen, cuando a l lo haban seducido la fuerza de su orgasmo y la oleada adicional
de sus sentimientos hacia ella.
Del amor hacia su lady Georgina.
Aun sabiendo que tena que retroceder, sencillamente haba sido incapaz de
resistirse al momento. Incapaz de resistirse a la mujer.
Entonces recobr la sensatez. Se apart de lady Georgina y la mir fijamente.
Estaba embarazada. Sinti una oleada de rabia absurda, de dolor porque todas sus
dudas y preocupacin al final no importaran.
George estaba embarazada.
Tendra que casarse con ella. Quisiera o no, tendra que hacerlo. Tuviera o no
fuerzas para dejarse llevar y creer en su amor mutuo. Fuera o no capaz de encajar en
su vida, tan alejada de su experiencia. Todo eso quedaba ahora al margen. Dicho
claramente, ya no importaba nada. Haba cado en la trampa de su propio semen y el
cuerpo de una mujer. Casi le entraron ganas de rerse. La parte menos inteligente de
s mismo haba tomado la decisin por l.
Harry cay en la cuenta de que llevaba demasiado rato mirando fijamente a su
dama. La esperanzada expresin del rostro de George se haba vuelto ms cautelosa.
Abri la boca para tranquilizarla cuando por el rabillo del ojo vio un centelleo.
Levant la cabeza. En la ventana danzaban unas luces amarillas y naranjas.
Harry se levant y camin a zancadas hasta la ventana.
Qu es? pregunt lady Georgina tras el.
A lo lejos, una pirmide de luz iluminaba la noche, resplandeciendo como algo
salido del mismsimo infierno.
Harry. l not los dedos de ella sobre su hombro desnudo. Qu...?
La casa de Granville est en llamas. Bennet. Un pnico, puro e instintivo,
inund sus venas.
~ ~2 22 27 7~ ~
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Lady Georgina ahog un grito.
Oh, Dios mo!
Harry se volvi y cogi su camisa, ponindosela.
Tengo que irme. Ver si puedo ayudar de alguna manera. Estara Bennet
durmiendo esta noche en casa de su padre?
Por supuesto. Ella se agach para cogerle los pantalones. Yo vendr con
usted.
No. l le arrebat los pantalones de la mano y procur controlar su voz. No.
Usted debe quedarse aqu.
Lady Georgina frunci las cejas con esa obstinacin propia de ella.
Harry no tena tiempo para esto. Ahora Bennet lo necesitaba.
Pero yo... empez ella.
Esccheme. Harry acab de meterse la camisa por dentro de los pantalones y
sujet a su seora por la parte superior de los brazos. Quiero que haga lo que le
digo. Granville es peligroso. Usted no le gusta. Vi la mirada que le lanz cuando me
rescat de sus tiernos cuidados.
Pero seguro que usted me necesitar.
Ella no estaba escuchando sus palabras. Se consideraba invencible, era su bella
dama, y sencillamente hara lo que quisiera. A pesar de lo que l pensara; a pesar de
Granville; a pesar del peligro que ella y el beb corrieran.
Harry sinti que el miedo aumentaba hasta un nivel insoportable en su interior.
No la necesitar all. La zarande. Estorbar. Podra morir,lo entiende?
Entiendo que est preocupado, Harry, pero...
No se renda nunca esta mujer?
Maldita sea! Harry busc desesperadamente sus botas. No puedo
ocuparme del fuego y de usted a la vez. Qudese aqu!
All estaban, medio ocultas por el faldn cubre somier. Sac sus botas y se las
puso, a continuacin cogi deprisa su abrigo y su chaleco. Corri hasta la puerta. De
nada servira salir de nuevo por la ventana (pronto toda Inglaterra sabra que haba
estado en la cama de su seora).
En la puerta se volvi para repetir:
Qudese aqu!
Al mirarla por ltima vez, le pareci que lady Georgina haca pucheros.
Vol escaleras abajo mientras se pona el abrigo. Tendra que pedir un montn de
disculpas cuando volviera, pero ahora no tena tiempo para pensar en eso. Su
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hermano lo necesitaba. Corri hasta la puerta principal, despertando a un criado
dormido a su paso, y entonces sali a la noche. La gravilla cruja bajo sus botas.
Dobl la esquina de Woldsly corriendo. Haba atado la yegua no lejos de la ventana
de su seora.
Venga. Venga!
La yegua estaba en las sombras, dormitando. Salt sobre la montura,
sobresaltando al caballo. La espole para que galopara, bordeando la mansin.
Cuando llegaron al sendero de entrada la yegua iba a toda velocidad. Aqu, al aire
libre, daba la impresin de que el fuego se elevaba ms imponente en el cielo. Incluso
desde esta distancia, Harry pudo ver las llamas saltando en el cielo. Le pareci oler el
humo. Pareca colosal. Habra sido engullida toda la casa de Granville? La yegua
lleg a la carretera y aminor justo lo suficiente para asegurarse de que no haba
obstculos delante. Si Bennet y Will estaban dentro dormidos...
Harry desech la idea. No pensara hasta que llegase a la casa y viera los daos.
Pasado el riachuelo, las luces relucan en las cabaas que salpicaban las colinas.
Los granjeros que vivan y trabajaban en las tierras de Granville estaban despiertos y
deban de estar al tanto del incendio. Pero, curiosamente, no tropez con nadie ms
que se apresurara hacia el fuego.
Habran seguido con lo que estaban haciendo o estaban acurrucados en el interior
de sus cabaas, fingiendo que no vean? Coron la pendiente hasta las verjas de la
casa de Granville, y el viento le trajo humo y cenizas danzantes a la cara. La yegua
estaba manchada de espuma, pero l la aguijone por el camino de acceso.
Y entonces lo vio. El incendio haba rodeado los establos, pero la casa estaba
todava intacta.
La yegua se encabrit al ver el fuego. Harry hizo que desistiera y la oblig a
acercarse ms. A medida que se aproximaban, pudo or a hombres que gritaban y el
horrible rugido de las llamas devorando los establos. Granville se vanagloriaba de
sus caballos, y probablemente tuviese veinte o ms en esas cuadras.
nicamente dos de ellos estaban fuera de las caballerizas.
La yegua avanz hasta el patio chacoloteando, sin ser percibida por el dueo ni
por los criados de ste. Los hombres se aglomeraban, medio vestidos, aparentemente
aturdidos. Sus rostros ennegrecidos estaban extraamente iluminados por las llamas;
el blanco de sus ojos y dientes reflejaba el resplandor. Unos cuantos haban formado
una fila y arrojaban endebles cubos de agua al infierno, no haciendo ms que
enfurecer ms al monstruo. En medio de todo ello, Silas Granville era una silueta
salida del infierno. Con su camisa de dormir, sus piernas desnudas prolongndose
desde unos zapatos de hebilla, su pelo gris desordenadamente en punta, daba
vueltas por el patio, agitando los puos.
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Vaya a buscarlo! Vaya a buscarlo! Granville abofete a un hombre, tirndolo
sobre los adoquines. Malditos sean todos ustedes! Los ver salir huyendo de mis
tierras! Los ver colgados, canallas asquerosos! Que alguien vaya a buscar a mi hijo!
nicamente al or la ltima palabra Harry se dio cuenta de que haba un hombre
atrapado en el infierno. Contempl las caballerizas en llamas. stas laman
hambrientas las paredes. Se trataba de Thomas o de Bennet?
Nooo!
De algn modo, por encima del rugido y de los gritos, oy el dbil lamento. Harry
se volvi en su direccin y vio a Will, materialmente levantado del suelo por un
corpulento criado. El chico forcejeaba y peleaba a la vez que clavaba su mirada en las
llamas.
Nooo!
Bennet estaba all dentro.
Harry salt del caballo y corri hasta la fila de hombres que transportaban agua.
Cogi un cubo lleno y se lo volc sobre su propia cabeza, ahogando un grito mientras
le caa el agua fra.
Guau! exclam alguien.
Harry ignor el grito y se meti en los establos.
Fue como zambullirse en el sol. El calor lo rode y lo abrum, impulsndolo
vidamente al suelo. El agua de su pelo y ropa silb al convertirse en vapor. Un
muro negro de humo obstaculizaba su camino. A su alrededor, los caballos
relinchaban su miedo. Oli las cenizas y, para su horror, carne que se quemaba. Y en
todas partes, por todo el espacio restante, las espantosas llamas devorando los
establos y cuanto haba en ellos.
Bennet! Tena aliento para un grito.
Su segunda inspiracin le introdujo cenizas y un calor abrasador en los pulmones.
Harry se atragant, incapaz de hablar. Tir de su camisa hmeda y se cubri nariz y
boca, pero la diferencia fue poca. Tropez como un borracho, palpando
desesperadamente con sus manos. Cunto tiempo poda vivir un hombre sin aire?
Su pie golpe algo. Al no poder ver, cay hacia delante. Aterriz sobre un cuerpo,
percibi unos cabellos.
Harry. Una voz terriblemente spera. Bennet. Harry se apresur a palpar
con las manos. Haba encontrado a Benent. y a otro hombre.
Tengo que sacarlo. Bennet estaba de rodillas, esforzndose por tirar del
hombre, moviendo el peso muerto slo tres o cuatro centmetros.
Ms cerca del suelo, el aire era un poco mejor. Harry abri la boca, llenndose los
pulmones, y agarr uno de los brazos del hombre inconsciente. Tir. Se abras el
pecho y le doli la espalda como si los msculos se le estuvieran desgarrando.
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Bennet haba sujetado el otro brazo del hombre, pero era obvio que estaba al lmite
de sus fuerzas.
Slo pudo tirar dbilmente. Harry esper y rez para que estuvieran movindose
en direccin a la puerta de los establos, para que no hubiera dado la vuelta debido al
humo, los gritos, las cenizas y la muerte. Si iban en la direccin equivocada, moriran
all mismo. Sus cuerpos se abrasaran tanto que nadie sabra quin era quin.
Mi seora me necesita. Apret los dientes y tir pese al dolor de sus brazos.
Pronto ser padre. Se le atasc el pie y se tambale, pero mantuvo el equilibrio.
Mi hijo me necesitar. Poda or a Bennet sollozando a sus espaldas, fuese por el
humo o por el miedo, Harry no lo saba.
Por favor, Seor, los dos me necesitan. Djame vivir. Y Harry la vio: la puerta de
los establos. Solt un grito inarticulado y tosi convulsivamente. Un ltimo y terrible
tirn y saldran por las puertas de las caballerizas. El fro aire nocturno los abraz
como el beso de una madre. Harry se tambale, sujetando todava al hombre
inconsciente. Entonces aparecieron otros hombres, gritando y ayudndoles a alejarse
de las llamas. Cay sobre los adoquines, Bennet junto a l. Not unos dedos
pequeos en su cara, Abri los ojos y vio a Will frente a l.
Harry, ha vuelto.
S, he vuelto. Harry se ri y luego empez a toser, abrazando al agitado nio
contra su pecho. Alguien trajo un vaso de agua, y el sorbi agradecido. Se volvi a
Bennet con una sonrisa en el rostro.
Bennet an lloraba. Tosi convulsivamente y estrech al hombre inconsciente en
sus brazos.
Harry arque las cejas.
Quin...?
Es el seor Thomas le susurr Will al oido. Entr en los establos cuando vio
el fuego. Por los caballos. Pero no sali y Bennet corri a buscarlo. El nio dio de
nuevo unas palmaditas en el rostro de Harry. Me oblig a quedarme con ese
hombre. Pens que jams volvera a salir. Y entonces entr usted tambin. Will
rode el cuello de Harry con sus delgados brazos, casi estrangulndolo.
Harry se liber con suavidad de los brazos del muchacho y mir al hombre que
haban sacado de las caballerizas. Tena media cara roja y con ampollas, el pelo
chamuscado, negro y corto en ese lado. Pero la otra mitad lo identificaba como el
hermano mayor de Bennet. Harry puso el lateral de su mano debajo de la nariz de
Thomas. A continuacin desplaz los dedos hasta el cuello del hombre.
Nada.
Toc el hombro de Bennet.
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Est muerto.
No repuso Bennet con voz spera y horrible. No. Dentro ha cogido mi
mano. Estaba vivo. Levant la vista con ojos enrojecidos. Lo hemos sacado,
Harry. Lo hemos salvado.
Lo lamento. Harry se senta indefenso.
T! A sus espaldas se oy el rugido de Granville.
Harry se puso de pie de un brinco, cerrando los puos con fuerza.
Harry Pye, has sido t, maldito criminal, quien ha provocado este incendio!
Arrstenlo! Te ver...
Me ha salvado la vida, padre declar Bennet atragantndose. Deja a Harry
en paz. Sabes tan bien como yo que l no ha provocado el incendio.
Yo qu voy a saber! Granville avanz amenazante.
Harry sac su navaja y se acuclill en posicin de pelea.
Oh, por el amor de Dios! Thomas est muerto manifest Bennet.
Qu? Por primera vez Granville mir hacia su primognito, que yaca a sus
pies. Muerto?
S respondi Bennet con amargura. Ha entrado para sacar a tus malditos
caballos y ha muerto.
Granville frunci el entrecejo.
Yo no le he dicho en ningn momento que entrara all. Era una estupidez hacer
una cosa as, al igual que todo lo dems que siempre ha hecho. Estpido e intil.
Jess! susurr Bennet. Todava est caliente. Ha dejado de respirar hace tan
slo unos minutos y ya lo ests humillando. Mir a su padre con rabia. Eran tus
caballos. Probablemente entr all para conseguir tu aprobacin y ni siquiera puedes
darle eso una vez muerto. Bennet dej que la cabeza de Thomas descansara sobre
los duros adoquines y se levant.
T tambin eres un estpido por haber ido detrs de l mascull Granville.
Por unos instantes, Harry crey que Bennet golpeara a su padre.
T ni siquiera tienes sentimientos, verdad? dijo Bennet.
Granville arrug la frente como si no lo hubiese odo, y quiz fuera as. La voz de
su hijo estaba prcticamente destrozada.
A pesar de todo Bennet se gir.
Has hablado con Dck Crumb? le pregunt a Harry en voz tan baja que nadie
ms pudo orlo. No creo que Thomas provocase este incendio y luego se metiera
en l.
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No repuso Harry. Antes he ido a la taberna Cock and Worm, pero no ha
aparecido.
El rostro de Bennet era sombro.
Entonces vayamos a buscarlo ahora.
Harry asinti. Ya no haba modo de extinguir el fuego. Si Dck Crumb haba
provocado este incendio, lo colgaran por ello.


George contempl el amanecer con resignacin. Harry haba dicho que no la
necesitaba, y ayer por la noche no haba vuelto. El mensaje era bastante claro.
Oh! Saba que haba hablado con prisa, que cuando Harry haba dicho: No la
necesito, haba sido por temor a que lord Granville le hiciera dao a ella. Pero
George no poda evitar sentir que en ese momento de prisas desesperadas el haba
confesado una verdad oculta.
Harry controlaba muy bien sus palabras, siempre iba con mucho cuidado para no
ofenderla. Le habra dicho alguna vez que simplementeno quera estar con ella, de
no haber sido llevado a ello?
George gir el pequeo leopardo tallado en sus manos. ste le devolvi la mirada,
sus ojos inexpresivos en el interior de su jaula. Se vea Harry reflejado en el animal?
Ella no haba tenido intencin de enjaularlo; nicamente haba querido amarlo. Pero
por mucho que quisiera, no poda cambiar el hecho de que ella fuese una aristcrata
y l un plebeyo. La propia circunstancia de sus distintos rangos pareca ser la base de
la angustia de el. Y eso jams cambiara.
Se levant cautelosamente de la cama, vacilante cuando su estmago le dio un
desagradable vuelco.
Mi lady! Tiggle irrumpi en la habitacin.
George alz la vista, sobresaltada.
Qu ocurre?
El seor Thomas Granville ha muerto.
Santo Dios! George se volvi a sentar en el borde de la cama.
Con su propia desdicha casi haba olvidado el incendio.
Los establos de Granville ardieron anoche continu Tiggle, sin tener en cuenta
la consternacin de su seora. Dicen que fue provocado intencionadamente. Y el
seor Thomas Granville entr corriendo para salvar los caballos, pero no sali.
Entonces el seor Bennet Granville entr pese a las splicas de su padre de que no lo
hiciera.
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Bennet tambin ha muerto?
No, mi lady. Tiggle sacudi la cabeza, haciendo que se le soltara una
horquilla. Pero estuvo tanto tiempo dentro que todo el mundo crey que ambos
haban muerto. Y entonces apareci el seor Pye a caballo. Entr de inmediato en los
establos...
Harry! George se levant de un salto horrorizada. La habitacin dio vueltas a
su alrededor de una forma nauseabunda.
No, no, mi lady. Tiggle la detuvo antes de que George pudiera correr hacia la
puerta. O desmayarse. Est bien. El seor Pye est bien.
George se desplom con una mano sobre el corazn. Tena el estmago en la
garganta.
Tiggle, que sofoco!
Lo lamento, mi lady. Pero el seor Pye los sac a los dos, al seor Thomas y al
seor Bennet.
Salv a Bennet, pues? George cerr los ojos y trag saliva.
S, mi lady. Despus de lo que lord Granville le hizo al seor Pye, nadie poda
crerselo. El seor Pye habra salvado a ambos, pero el seor Thomas ya estaba
muerto. Terriblemente abrasado.
Al pensar en ello el estmago de George sufri una sacudida.
Pobre Bennet. Perder a un hermano de esa manera.
S, debe de haber sido difcil para el seor Bennet. Dicen que estaba abrazado al
cuerpo de su hermano como s no fuese a soltarlo nunca. Y que lord Granville ni se
inmut. Apenas mir a su hijo muerto.
Lord Granville debe de estar loco. George cerr los ojos y se estremeci.
De hecho, algunos lo piensan. Tiggle la mir arqueando las cejas. Por
favor, mi lady, est usted muy plida! Lo que necesita es una buena taza de t
caliente. Fue apresuradamente hacia la puerta.
George se tumb de nuevo, cerrando los ojos. Quiz si se quedara muy quieta
durante un ratito...
Tiggle regres, sus tacones golpeteaban el suelo de madera.
He pensado que le sentara muy bien su vestido verde claro para cuando el
seor Pye venga a verla...
Llevar el marrn estampado.
Pero, mi lady. Tiggle pareca escandalizada. Sencillamente no es el
adecuado para recibir a un caballero. Al menos no a un caballero especial. Vaya,
despus de anoche...!
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George trag saliva y procur hacer acopio de sus fuerzas para oponerse a su
doncella.
No volver a ver al seor Pye. Nos iremos hoy a Londres.
Tiggle respir con brusquedad.
Las tripas de George rugieron. Se prepar para lo que vendra acontinuacin.
Mi lady dijo Tiggle, prcticamente todos los criados de esta casa saben
quin vino a verla ayer por la noche a sus dependencias privadas. Y luego su
valiente actuacin en casa de Granville! Las criadas ms jvenes llevan toda la
maana suspirando por el seor Pye, y la nica razn por la que las mayores no
suspiran tambin es la mirada que hay en los ojos del seor Greaves. No puede dejar
al seor Pye.
Todo el mundo estaba en su contra. George sinti que una oleada de autocompasin y
nuseas creca en ella.
No lo dejo. Simplemente hemos acordado que es mejor que nos separemos.
Bobadas. Lo siento, mi lady. Normalmente no le digo lo que pienso repuso
Tiggle con aparente sinceridad, pero ese hombre la ama. Es un buen hombre,
Harry Pye. Ser un buen marido. Y el beb que usted lleva es suyo.
Soy perfectamente consciente de eso le espet George malhumorada. Puede
que el seor Pye me ame, pero no quiere amarme. Por favor, Tiggle, no puedo
quedarme, esperando y aferrndome a l. Abri mucho los ojos por la
desesperacin. Acaso no lo ve? Se casar conmigo por honor o compasin y se
pasar el resto de su vida odindome. Debo marcharme.
Oh, mi lady...!
Por favor.
Muy bien concedi Tiggle. Creo que est cometiendo un error, pero har las
maletas para irnos, si es eso lo que quiere.
S, es lo que quiero concluy George.
Y acto seguido vomit en el orinal.


El sol llevaba ms de una hora iluminando el cielo matutino cuando Harry y
Bennet se acercaron a caballo hasta la pequea y ruinosa cabaa. Haban pasado la
mayor parte de la noche esperando en la taberna Cock and Worm, aun cuando ya a
la media hora Harry haba sospechado que era intil.
Primero se haban asegurado de que Will estuviese a salvo llevando al
somnoliento nio a la cabaa de la seora Humboldt. Pese a la intempestiva hora esa
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anciana se haba mostrado encantada de quedarse con el chico y lo haban dejado
embutindose felizmente la boca de pastelitos. Despus haban cabalgado hasta la
taberna Cock and Worm.
Tanto Dick Crumb como su hermana vivan encima de la taberna en unas
habitaciones de techo bajo que estaban sorprendentemente ordenadas. Al
registrarlas, con la cabeza rozando los dinteles, Harry pens que Dick deba de tener
que agacharse continuamente en su propia casa. Naturalmente, ni Dick ni Janie
estaban all; de hecho, la taberna ni siquiera haba abierto esa noche, para gran
disgusto de los diversos palurdos que merodeaban frente a la puerta. Dick y Janie
tenan tan pocas posesiones que era difcil saber si se haban llevado algo de las
habitaciones. Pero Harry no crea que se hubieran llevado nada. Era extrao. Seguro
que si Dick hubiese decidido huir con su hermana, al menos se habra llevado las
cosas de Janie. Pero sus pocas prendas de ropa (un vestido extra, algunas camisas y
un pattico par de medias repletas de agujeros) seguan colgadas del perchero que
haba en su habitacin debajo del techo inclinado. Haba incluso una pequea bolsa
de cuero con diversas monedas de plata escondida debajo del delgado colchn de
Dick.
De modo que pensando que el dueo de la taberna volvera cuando menos a por
el dinero, Harry y Bennet se haban escondido en la oscura taberna. Haban tosido y
escupido flemas negras una o dos veces, pero no haban hablado. La muerte de
Thomas haba dejado a Bennet paralizado. Se haba quedado mirando al infinito, con
los ojos muy ausentes. Y Harry haba reflexionado sobre su vida futura con una
esposa y un hijo y un estilo de vida completamente nuevo.
A medida que el amanecer iluminaba la oscura habitacin y fue evidente que Dick
no ba a aparecer, Harry record la cabaa. La cabaa de los Crumb, la choza donde
Dick y su hermana haban sido criados, estaba en ruinas desde haca mucho tiempo.
Pero quiz Dick la usara como refugio temporal. Era mucho ms probable que a estas
alturas estuviese ya en el condado vecino, pero vala la pena comprobarlo.
Ahora, a medida que se aproximaban, la cabaa pareca desierta. El tejado de paja
se haba derrumbado en su prctica totalidad, y una pared se haba desmoronado,
dejando que la chimenea sealase desnuda al cielo. Descabalgaron y las botas de
Harry se hundieron en el barro, lo que sin duda motiv que la cabaa fuese
abandonada. Aqu el ro que flua detrs de la diminuta casa se desbordaba de sus
mrgenes, convirtiendo la zona en un pantano. Probablemente la cabaa se inundaba
cada primavera. Era un lugar insalubre donde vivir. Harry no entenda por qu
nadie querra construir algo aqu.
No s si deberamos llamar siquiera dijo.
Miraron hacia la puerta, ladeada hacia dentro debajo de un dintel inclinado.
Echemos un vistazo detrs coment Bennet.
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Harry camin sobre el barro con el mayor sigilo que pudo, pero sus botas
producan un chapoteo cuando el fango las absorba con cada paso. Si Dick estaba
aqu, ya estara sobre aviso.
Llevaba la delantera cuando volvi la esquina y se par en seco.
Unas plantas de la atura de un hombre crecan en el suelo pantanoso que haba
detrs de la cabaa. Tenan delicadas ramas con hojas y algunas an inflorescencias.
Cicuta.
Seor! exclam Bennet. Se haba reunido con Harry, pero no eran las plantas
lo que miraba.
Harry sigui la direccin de su mirada y vio que toda la pared posterior de la
cabaa haba desaparecido. De una de las vigas restantes haba atada una cuerda de
cuyo extremo penda un pattico bulto.
Janie Crumb se haba colgado.

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Captulo 19
Mi hermana no saba lo que haca. Dick Crumb estaba sentado con la espalda
apoyada en la deteriorada piedra de la cabaa. An llevaba puesto su manchado
delantal de la taberna, y con una mano sujetaba con fuerza un pauelo arrugado.
Harry ech un vistazo al cuerpo de Janie, que se bamboleaba tan slo a escasos
metros de donde estaba su hermano sentado. Janie tena el cuello grotescamente
alargado, y la lengua ennegrecida sobresala de sus labios hinchados.
Ya nada poda hacerse por Janie Crumb.
Nunca estuvo bien, pobre cra, no despus de lo que l le hizocontinu Dick.
Cunto tiempo llevaba ah sentado?
Sola escaparse por las noches. Vagaba por los campos. Quizs haca otras cosas
de las que yo no quera enterarme. Dick sacudi la cabeza. Tard un tiempo en
darme cuenta de que tal vez tramaba algo ms. Y entonces la seora Pollard muri.
Dick levant la vista. Sus ojos estaban inyectados de sangre, sus prpados
enrojecidos. Vino despus de que te cogieran, Harry. Estaba fuera de s, con todo el
pelo alborotado. Dijo que ella no lo haba hecho. Que no haba matado a la seora
Pollard como haba hecho con las ovejas. Llam demonio al seor Granville y lo
maldijo. El hombretn frunci las cejas como un nio desconcertado. Dijo que
lord Granville haba matado a la anciana Pollard. Janie estaba loca. Simplemente loca
de remate.
Lo s convino Harry.
Dick Crumb asinti, como si lo aliviara que l estuviera de acuerdo.
Yo no supe qu hacer. Era mi hermana pequea, loca o no. Se enjug la
cpula de su cabeza con una mano temblorosa. La nica familia que me quedaba.
Mi hermana pequea. La quera, Harry!
El cuerpo que colgaba de la cuerda pareci girar a modo de horrible respuesta.
As que no hice nada. Y ayer por la noche, cuando me enter de que haba
prendido fuego a las caballerizas de Granville, vine aqu corriendo. Este viejo lugar
siempre haba sido su escondite. No s qu habra hecho. Pero me la encontr as.
Alarg las manos hacia el cadver como si rezara. As. Lo lamento tanto. El
hombretn empez a llorar, enormes y agitados sollozos que hacan temblar sus
hombros.
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Harry desvi la vista. Qu poda uno hacer frente a un dolor tan sobrecogedor?
No tiene motivos para disculparse, seor Crumb dijo Bennet por detrs de
Harry.
Dick levant la cabeza. Los mocos brillaban debajo de su nariz.
La culpa es de mi padre, no suya. Bennet asinti secamente y retrocedi
rodeando la cabaa.
Harry extrajo su navaja. Arrastr una silla debajo del cadver, subi y cort la
cuerda. Janie se desplom, repentinamente liberada de su castigo autoimpuesto. l
cogi el cuerpo y lo dej con cuidado en el suelo. Mientras lo haca not que algo
pequeo y duro caa del bolsillo de Janie. Se inclin para verlo y vio una de sus tallas:
un pato. Rpidamente, acarici el pequeo pjaro. Haba estado Janie todo este
tiempo colocando sus tallas junto a los animales envenenados? Por qu?
Haba sido su intencin enemistarlo con Granville? Quizs hubiese visto en l su
instrumento de venganza. Entonces le lanz una mirada a Dick, pero el hombre de
cierta edad tena los ojos simplemente clavados en el rostro de su hermana muerta.
Decirle que la intencin de Janie haba sido incriminarle a l de sus crmenes tan slo
entristecera ms a Dick. Harry se meti el pato en el bolsillo.
Gracias, Harry dijo Dick. Se quit el delantal y tap la desfigurada cara de su
hermana.
Lo siento. Harry apoy una mano sobre el hombro del otro hombre.
Dick asinti, el dolor se apoder de l de nuevo.
Harry se volvi para reunirse con Bennet. La ltima imagen que tuvo de Dick
Crumb fue la de un hombre corpulento inclinndose, una montaa de pesar, sobre la
ligera silueta del cuerpo de su hermana.
A sus espaldas la cicuta bailaba elegantemente.


Desde luego, ltimamente se ha viajado mucho musit Euphie, sonriendo
afablemente a todo el carruaje. De Yorkshire a Londres y viceversa. Vaya, parece
que la gente apenas respira antes de volver a salir corriendo! Creo que no recuerdo
tanto ir y venir desde, bueno, desde nunca.
Violet suspir, cabece ligeramente y mir por la ventanilla. Tiggle, sentada al
lado de Violet, pareca desconcertada. Y George, apretujada junto a Euphie en el
mismo asiento, cerr los ojos y agarr con fuerza la palangana de estao que haba
trado consigo por si acaso. No vomitar. No vomitar. No vomitar. El carruaje
dio bandazos al volver la esquina, empujndola contra la ventanilla cubierta de gotas
de lluvia. De pronto decidi que su estmago estaba mejor si mantena los ojos
abiertos.
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Esto es absurdo resopl Violet, y cruz los brazos. Si de todas formas vas a
casarte, simplemente no veo qu tiene de malo el seor Pye. Al fin y al cabo le gustas.
Estoy segura de que podemos ayudarle si tiene problemas con sus Hs.
Sus Hs?
Eras t la que pensaba que era un asesino de ovejas. George se estaba
cansando de la casi universal desaprobacin dirigida contra su persona.
A juzgar por la reaccin de sorpresa de sus criados ante la marcha de George,
cualquiera dira que Harry era un verdadero santo. Hasta Greaves se haba quedado
de pie en las escaleras de Woldsly, con la lluvia goteando por su larga nariz,
mirndola con tristeza mientras se suba al carruaje.
Eso era antes repuso Violet con una lgica irrefutable. Hace al menos tres
semanas que he dejado de creer que sea el envenenador.
Oh, Seor!
Mi lady! -exclam Euphie. Como damas que somos, jams deberamos usar
el nombre de Dios en vano. Estoy convencida de que ha sido un error por su parte.
Violet mir fijamente a Euphie con exagerado asombro mientras a su lado Tiggle
pona los ojos en blanco. George suspir y apoy la cabeza en los cojines.
Y, adems, el seor Pye es bastante guapo. Violet no estaba dispuesta a dar
por concluida esta discusin. Jams. Para ser un administrador de fincas. No es
muy probable que encuentres a otro ms guapo.
Administrador de fincas o marido? pregunt George con rabia.
Se est usted planteando el matrimonio, mi lady? inquiri Euphie con los
ojos muy abiertos, como una paloma mostrando nteres.
No! replic George.
Que fue prcticamente sofocado por el s! de Violet.
Euphie parpade con rapidez.
El matrimonio es una condicin bendita, conveniente incluso para las damas
ms respetables. Naturalmente, yo misma nunca he experimentado esa comunin
celestial con un caballero, pero eso no quiere decir que no respalde sus rituales sin
reservas.
Tendrs que casarte con alguien insisti Violet. Seal sin delicadeza hacia el
abdomen de George. A menos que pretendas hacer un largo viaje por el
continente.
Ampliar la mente viajando... empez Euphie.
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No tengo intencin de recorrer el continente. George interrumpi a Euphie
antes de que pudiera coger carrerilla y estar parloteando sobre los viajes hasta que
llegaran a Londres. Quiz podra casarme con Cecil Barclay.
Cecil! Violet mir atnita a su hermana como si sta hubiera anunciado su
intencin de contraer matrimonio con un bacalao, George pensaba que Violet sera
un tanto ms comprensiva, teniendo en cuenta el apuro que ella misma acababa de
pasar. Te has vuelto loca de remate? Aplastars a Cecil como si fuera un conejito
de pelo suave.
Qu quieres decir? George trag saliva y presion la mano contra su
vientre. Hablas de m como si fuera una arpa.
Bueno, ya que lo mencionas...
George entorn los ojos.
El seor Pye es tranquilo, pero al menos nunca te ha dado la espalda. Violet
abri mucho los ojos. Has pensado en lo que har cuando descubra que has huido
de el? Son los silenciosos los que tienen ms carcter, sabes?
No se de dnde sacas estas ideas melodramticas. Y, adems, no he huido.
George ignor a su hermana, mirando intencionadamente alrededor del carruaje, que
en este momento estaba alejndose de Yorkshire a sacudidas. Y no creo que l vaya
a hacer nada. El estmago le dio un vuelco al imaginarse a Harry descubriendo
que ella se haba ido.
Violet pareca dubitativa.
El seor Pye no me ha parecido la clase de hombre que se limita a quedarse con
los brazos cruzados y dejar que su amada encuentre otro hombre con el que casarse.
No soy la amada del seor Pye.
No estoy segura de cmo ms podra llamarse...
Violet! George agarr con fuerza la palangana de estao debajo de su
mentn. No vomitar. No vomitar. No...
Est bastante enamorada, mi lady? pregunt Euphie con voz estridente.
Porque est casi verde. Saba que su madre tena exactamente esa misma cara
cuando estaba la dama de compaa se inclin hacia delante y susurr como si un
caballero pudiera de algn modo orla dentro del carruaje en movimiento
engordando con lady Violet? Euphie se reclin y se sonros intensamente. Pero,
naturalmente, se no puede ser su problema.
Violet mir fijamente a Euphie como hipnotizada.
Tiggle hundi la cara en sus manos.
Y George gimi. Se morira antes de llegar a Londres.

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Qu quiere decir que se ha ido? Harry procur mantener la voz en el mismo
tono. Estaba de pie en el vestbulo principal de Woldsly.
Haba venido aqu para ver a su seora, y ahora el mayordomo le estaba diciendo
que Georgina se haba marchado haca ms de una hora.
Greaves retrocedi un paso.
Exactamente eso, seor Pye. El mayordomo se aclar la garganta. Lady
Georgina, acompaada de lady Violet y la seorita Hope se ha ido esta maana
bastante temprano a Londres.
Y un cuerno! Haba George recibido noticias urgentes acerca de un familiar,
quiz de uno de sus hermanos?
Seor Pye. El mayordomo se irgui ofendido.
He tenido una noche muy dura, seor Greaves. Y una maana an ms dura.
Harry se pas una mano por la dolorida frente. Le han traido una carta a mi
seora? O ha venido un mensajero? Ha venido un mensajero trayendo alguna clase
de noticia?
No. No que le incumba a usted, seor Pye. Greaves lo mir fulminador desde
su estrecha nariz. Ahora, puedo acompaarlo a la puerta?
Harry dio dos rpidos pasos y agarr al mayordomo de la pechera. Un paso ms y
estrell a! hombre contra la pared, agrietando el yeso.
Resulta que lo que mi seora hace es de mi incumbencia. Harry se acerc lo
bastante como para oler los polvos de la peluca de Greaves. Lleva un hijo mo y
pronto ser mi esposa. Est claro?
El mayordomo asinti, haciendo que una fina capa de polvos cayera sobre sus
hombros.
Bien. Harry solt al otro hombre.
Qu la hara irse tan repentinamente? Frunciendo las cejas, subi los peldaos de
la curva escalinata principal de dos en dos y recorri el largo pasillo hasta la
habitacin de su seora. Se le haba escapado algo? Haba dicho lo que no deba? El
problema con las mujeres era que poda tratarse prcticamente de cualquier cosa.
Harry abri con fuerza la puerta de la habitacin, asustando a una criada que
limpiaba la chimenea. Zanque hasta el tocador de lady Georgina. La superficie
haba sido despejada. Abri cajones y los cerr con la misma rapidez. Estaban vacos
a excepcin de diveras horquillas y un pauelo olvidado. La doncella sali corriendo
de la habitacin. Harry se incorpor del tocador y examin la habitacin. Las puertas
del armario estaban entornadas y vacas. Sobre la mesilla de noche haba un
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candelabro solitario. La propia cama ya estaba deshecha. No haba nada que indicara
adnde haba ido George.
Sali de la habitacin y corri de nuevo escaleras abajo, consciente de que los
criados estaban al tanto de sus movimientos. Saba que deba de parecer un loco,
corriendo por la mansin y afirmando que la hija de un conde era su novia. Bien,
que se fueran todos al infierno! No se rendira. Era ella la que haba llevado las cosas
tan lejos. Ella le haba arrojado el guante y luego haba ido a por l. Esta vez no
esperara a que George entrara en razn. Quin sabe cunto tiempo tardara en
asumir el enfado que sea que tuviese. Es posible que l fuese un plebeyo, es posible
que fuese pobre, pero por su vida que sera el marido de lady Georgina, y su esposa
necesitaba aprender que no poda simplemente esfumarse cada vez que algo la
molestara.
Harry se mont en la pobre yegua, ya medio dormida, y la hizo girar en direccin
a su propia y pequea cabaa. Recogera lo bsico e indispensable. Si se daba prisa,
quiz la pillase antes de llegar a Lincoln.
Cinco minutos despus Harry abri la puerta de su cabaa, pensando en lo que se
llevara, pero todo pensamiento se detuvo cuando vio la mesa. El leopardo se
encontraba encima de ella. Harry cogi el animal tallado. Estaba exactamente igual
que la ltima vez que lo haba visto sobre la palma de la mano de George, fuera de la
jaula.
George haba liberado al leopardo.
Durante un minuto, clav los ojos en la criatura de madera que tena en la mano,
acariciando con el pulgar la suave espalda que con tanto esmero haba tallado.
Entonces mir de nuevo hacia la mesa. Haba una nota. La cogi con una mano
temblorosa.

Mi querido Harry:
Lo siento. Nunca fue m intencin enjaularlo. Ahora comprendo que no estara,
bien imponerme en contra de su voluntad.
Me ocupar de todo yo misma. Le adjunto algo que redact la ltima vez que
estuve en Londres.
Georgina.

El segundo papel era un documento legal. Lady Georgina le haba cedido la finca
de Woldsly.
No.
Harry reley la magnfica letra. El documento segua siendo el mismo.
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No. No. No. Estruj el papel en su puo. Tanto lo odiaba George? Lo odiaba lo
suficiente para cederle parte de su herencia con tal de expulsarlo de su vida? Se
desplom en una silla y mir fijamente la inservible bola de papel de su mano.
Quizs al fin George haba entrado en razn. Al fin se haba dado cuenta del bajo
nivel social que l tena con respecto a ella. En ese caso, no habra salvacin para l.
Se ri, pero incluso para sus propios odos, lo que sali fue ms parecido a un
sollozo. Se haba pasado las ltimas semanas apartando de s a lady Georgina, pero
incluso al hacerlo haba sido consciente.
Ella era la persona.
La nica mujer para l en esta vida. Si ella lo dejaba, no habra otra.
Y eso a l le haba parecido bien. Su vida haba sido aceptable hasta ahora no?
Poda continuar sin ella. Pero, de algn modo, en las ltimas semanas George haba
anidado en su vida. En l. Y las cosas que con tanta naturalidad le haba ofrecido,
una esposa y una familia, un hogar, esas cosas haban acabado siendo como la carne
y el vino delante de un hombre que durante toda su vida nicamente ha tomado pan
y agua.
Vitales.
Harry mir hacia el papel estrujado y se dio cuenta de que tena miedo. Miedo de
no poder hacer esto bien. Miedo de no volver a sentirse pleno.
Miedo de haber perdido a su amada y al hijo que tendran en comn.


Dos caballos.
Silas resopl y le propin una patada a una viga an candente. Dos caballos de un
establo de veintinueve. Hasta el ltimo acto de Thomas haba sido un desacierto;
haba conseguido salvar nicamente a un par de jamelgos antes de sucumbir a las
llamas. La atmsfera era densa por el hedor de la carne quemada. Algunos de los
hombres que estaban arrastrando a los animales muertos tenan arcadas a pesar de
las bufandas que les cubran sus bocas. Eran unos nenazas, lloriqueando por la peste
y la suciedad.
Silas contempl los restos de sus enormes caballerizas. Ahora eran un montn de
escombros humeantes. Todo debido a una mujer desquiciada, eso deca Bennet. Era
una lstima que se hubiera suicidado.
Habra constituido un buen ejemplo para los campesinos de la zona que hubiera
cado en manos del verdugo. Pero al final tal vez hasta hubiera tenido que darle las
gracias a esa puta loca. Ella haba matado a su primognito, lo que ahora converta a
Bennet en su heredero. Se haban acabado los viajes a Londres para el joven. Como
heredero, tendra que quedarse en la casa familiar y aprender a llevar la finca. Silas
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sonri de nuevo curvando el labio superior. Ahora tena a Bennet. Es posible que el
muchacho se opusiera y pataleara, pero saba cul era su deber. El heredero de
Granville deba supervisar la finca.
Un jinete lleg con estrpito al patio. Silas por poco se atragant al ver quin era.
Fuera! Fuera, miserable! Cmo osaba Harry Pye entrar como si nada en su
finca? Silas se dirigi hacia el caballo y el jinete.
Pye descabalg sin siquiera mirar en direccin a l.
Aprtese de mi camino, vejestorio. Empez a caminar hacia la casa.
Ustedes! A Silas se le atasc la ira en la garganta. Se volvi a los jornaleros
embobados. Cjanlo! Squenlo de mis tierras, malditos sean!
Que lo intenten. Pye habl en voz baja a sus espaldas.
Varios hombres retrocedieron, los muy cobardes. Silas se gir y vio que Pye
llevaba una larga y delgada navaja en su mano izquierda.
El sinvergenza pivot en direccin a l.
Qu tal si se defiende usted solo, Granville?
Silas se qued inmvil, abriendo y cerrando los puos. De haber sido veinte aos
ms joven, no lo habra dudado. Le arda el pecho.
No? se burl Pye. Entonces no le importar que hable con su hijo. Corri
escaleras arriba hasta la casa y desapareci en su interior.
Patn apestoso y vulgar. Silas le dio un revs al criado que tena ms cerca. Al
hombre lo pill desprevenido y lo tumb. Los dems trabajadores observaron a su
compaero, que se revolcaba en el estircol del patio de las caballerizas. Uno le
tendi la mano al hombre que estaba en el suelo.
Cuando acabe esta jornada, estn todos despedidos orden Silas, y no esper
a or los gruidos a sus espaldas.
Subi sus propias escaleras, frotndose el fuego que senta en el pecho. l mismo
expulsara a ese bastardo, aunque el fuego lo matara. No tendra que ir muy lejos. Al
entrar en el enorme vestbulo, pudo or voces procedentes de la sala de la parte
delantera donde haban colocado el cadver de Thomas.
Silas abri la puerta con fuerza, golpendola contra la pared.
Pye y Bennet levantaron la vista desde donde estaban, cerca de la mesa donde
yaca el cadver chamuscado de Thomas. Bennet apart la mirada deliberadamente.
Puedo irme contigo, pero antes tengo que ver a Thomas enterrado como Dios
manda. Debido al incendio su voz era un spero susurro.
Por supuesto. De todas formas, mi caballo necesitar descansar despus de
anoche contest Pye.
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Eh! Espera un momento dijo Silas interrumpiendo la intimidad de ambos.
T no te vas a ninguna parte, Bennet. Desdo luego no con este bastardo.
Ir a donde me d la gana.
No, no lo hars insisti Silas. El ardiente dolor se extendi a su brazo.
Ahora eres el heredero de la finca. Te quedars aqu mismo, si quieres que te d un
penique ms.
Bennet levant la vista por fin. Silas nunca haba visto tanto odio en los ojos de
otro hombre.
No quiero ni un penique ni nada ms de ti. Me ir a Londres en cuanto Thomas
haya sido decentemente enterrado.
Con l? Silas movi bruscamente la cabeza en direccin a Pye, pero no
esper a una respuesta. De modo que tu sangre de baja estirpe ha empezado a
aflorar, eh?
Ambos hombres se volvieron.
Silas sonri satisfecho.
Tu madre era una puta, eso lo sabes, verdad? Yo ni siquiera fui el primero con
quien ella le puso los cuernos a John Pye. Esa mujer tena un picor que simplemente
no poda rascar un solo hombre. De no haber muerto tan pronto, ahora mismo estara
abrindose de piernas en la cuneta con tal de sentir un pene.
Tal vez fuese una puta infiel y mentirosa, pero era una santa comparada con
usted repuso Pye.
Silas se ech a rer. No pudo evitarlo. Menudo chiste! El muchacho no deba de
tener ni idea. Respir entrecortadamente.
No sabes sumar, chico? No debe de ser algo que enseen en los hospicios, eh?
Otra risa ahogada lo sacudi. Bien, deja que te lo explique despacio y con
claridad. Tu madre vino aqu antes de que t fueras concebido. Hay tantas
probabilidades de que seas mi hijo como de John Pye. Es ms, por el modo en que
jadeaba conmigo...
No. Curiosamente, Pye no manifest ninguna reaccin. Es posible que
usted plantara la semilla en mi madre, pero John Pye y slo John Pye fue mi padre.
Padre espet Silas, dudo que John Pye fuera siquiera capaz de prear a una
mujer.
Durante unos instantes Silas crey que Pye se abalanzara sobre su cuello, y el
corazn le brinc dolorosamente. Pero el bastardo se apart y camin hasta la
ventana, como si l no mereciera el esfuerzo.
Silas mir con semblante ceudo y gesticul con desdn.
Ves de qu te salv, Bennet?
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Salvarme? Su hijo abri la boca como s se riera, pero no emiti ningn
sonido. Cmo me salvaste? Trayndome a este mausoleo? Dejndome al tierno
cuidado de la bruja de tu esposa? Una mujer que deba de sentir el aguijn de la
humillacin cada una de las veces que me miraba? Favorecindome a m antes que a
Thomas, de modo que fuera imposible que nunca tuviramos una relacin normal?
Ahora Bennet gritaba con voz ronca. Desterrando a Harry, mi hermano} Dios!
Dime, padre, cmo me salvaste exactamente?
Sal por esa puerta, chico, y jams volver a recibirte, seas o no el heredero. El
dolor en el pecho haba regresado. Silas se frot el esternn. No obtendrs ms
dinero, ms ayuda por mi parte. Te morirs de hambre en una zanja.
Muy bien. Bennet se volvi. Harry, Will est en la cocina. Puedo tener las
maletas hechas en media hora.
Bennet! Fue como si la palabra hubiera sido arrancada de los pulmones de
Silas.
Su hijo se alej andando.
He matado por ti, chico. Maldita sea! No quera arrastrarse por su propio
hijo.
Bennet se gir; en su rostro haba una expresin mezcla de horror y repugnancia.
Que t, qu?
He asesinado por ti. Silas crey que chillaba, pero las palabras no sonaron tan
fuertes como antes.
Jess! Ha dicho que asesin a alguien? La voz de Bennet pareci que flotaba
a su alrededor.
El dolor de su pecho se haba esparcido y convertido en un fuego que le atraves
ardiendo la espalda. Silas se tambale. Trat de agarrarse a una silla y se cay,
volcando la silla junto a l. Permaneci tumbado de lado y sinti que las llamas le
laman vidamente el brazo y el hombro. Le lleg el olor a ceniza del cadver de su
hijo y de su propia orina.
Aydame. Tena un hilo de voz.
Alguien se inclin sobre l. Unas botas llenaron su visin.
Aydame.
Entonces vio el rostro de Pye frente al suyo propio.
Usted mat a la seora Pollard, verdad, Granville? Es as como asesin. Janie
Crumb nunca tuvo la entereza para hacerle comer veneno a otra mujer.
Oh, Dios mo! Bennet susurr con su deteriorada voz.
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De pronto la bilis inund la garganta de Silas, y ste respir agitadamente,
asfixindose con el contenido de su propio estmago. La lana de la alfombra le irrit
la mejilla mientras se convulsionaba.
Vagamente, Silas vio que Pye se apartaba a un lado, esquivando el charco de
vmito.
Aydame. Le dio la impresin de que los ojos verdes de Harry Pye lo
penetraban.
Jams implor piedad cuando hizo que me golpearan. Sabe porqu?
Silas sacudi la cabeza.
No fue por orgullo o valenta oy que deca Pye.
El fuego trep hasta la garganta de Silas. La sala se oscureca.
Mi padre le suplic piedad cuando hizo que lo azotaran. Usted lo ignor. No
tiene piedad.
Silas se atragant, tosiendo sobre ascuas candentes.
Est muerto dijo alguien.
Para entonces el fuego haba llegado a los ojos de Silas y ya dej de importarle.

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Captulo 20
Te has vuelto loca. Tony se reclin en el sof como si su aseveracin zanjase
el asunto.
Estaban en la elegante salita de la residencia de Tony. Frente a l, George estaba
rgidamente sentada en un silln con la ahora siempre presente palangana preparada
a sus pies. Oscar merodeaba por la sala, comiendo ruidosamente un bollo. Sin duda,
Violet y Ralph estaran turnndose para pegar sus orejas a la puerta.
George suspir. Haban llegado ayer a Londres, y le daba la impresin de que
desde entonces se haba pasado todo el tiempo debatiendo su estado con sus
hermanos. Debera simplemente haber huido con Cecil. Podra haber informado a
su familia a travs de una nota y ni siquiera haber estado presente para or la
conmocin resultante.
No, me he vuelto cuerda repuso ella. Por qu todo el mundo era antes
contrario a mi relacin con Harry y ahora no paris de presionarme para que este con
l?
Antes no estabas embarazada, Georgie seal Oscar con amabilidad. Tena un
cardenal atenuado en la parte alta de una mejilla, y ella repar brevemente en l,
preguntndose dnde se lo habra hecho.
Muchas gracias. George hizo una mueca de disgusto mientras su barriga
ruga con fuerza. Creo que soy consciente de mi estado. No veo que tenga
importancia.
Tony suspir.
No seas obtusa. Sabes perfectamente que tu estado es la razn por la que
necesitas casarte. El problema es el hombre que has elegido...
Debes reconocer que la cosa es un poco complicada. Desde su sitio junto a la
repisa de la chimenea, Oscar se inclin hacia delante y agit hacia George un bollo,
esparciendo migas. Me refiero a que llevas dentro un hijo de ese tipo. Parece
ciertamente adecuado que l tuviera la oportunidad de casarse contigo.
Maravilloso. Justamente Oscar la estaba sermoneando sobre el decoro.
Es un administrador de fincas. No hace mucho t mismo me dijiste que un
administrador de fincas simplemente no era apropiado. George baj el tono de voz
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por hacer una pasable imitacin del tono de Oscar. Cecil viene de una familia muy
respetable. Y a ti te cae bien. Cruz los brazos, segura de su argumento.
Me decepciona terriblemente tu falta de moral, Georgie. No te puedo decir lo
decepcionante que es para m esta apreciacin de la mente femenina. Podra muy
bien convertirme en un cnico durante muchos aos. Oscar frunci las cejas. Un
hombre tiene derechos con respecto a su progenie. No importa cul sea su clase, el
principio es el mismo. Peg un mordisco a su bollo para enfatizar.
Por no hablar del pobre Cecil musit Tony, al que se le endosara el hijo de
otra persona. Cmo piensas explicar eso?
De hecho, probablemente eso no sea un problema mascull Oscar sotto voce.
No?
No. Cecil no est tan interesado en las mujeres.
No est inter... Oh! Tony se aclar la garganta y se alis el chaleco dando un
tirn. George repar por primera vez en que tena los nudillos pelados. Bien. Y sa
es otra cosa que debes considerar t, George. Seguramente no querrs tener sa clase
de matrimonio.
En realidad, no importa qu clase de matrimonio tenga, verdad?
Su labio inferior tembl. Ahora no. Durante los ltimos das se haba
sorprendido a s misma casi constantemente al borde del llanto.
Por supuesto que importa. Tony se senta claramente ofendido.
Queremos que seas feliz, Georgie dijo Oscar. Antes se te vea feliz con Pye.
George se mordi el labio. No llorara.
Pero l no era feliz conmigo.
Oscar intercambi una mirada con Tony.
Tony frunci sus pobladas cejas.
Si es preciso persuadir a Pye para que se case contigo...
No! George inspir con un estremecimiento. No. No podis entender que
obligarle a casarse conmigo sera mucho peor que el matrimonio con Cecil? O que
no casarme?
No veo por qu. Oscar mir ceudo. Quizs al principio se opusiera, pero
creo que una vez casado no tardara en estar conforme.
Lo estaras t? George mir a Oscar fijamente.
l pareca desconcertado.
Ella mir despus a Tony.
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Cualquiera de vosotros? Si los hermanos de vuestras novias os obligaran a
casaros, perdonarais y olvidarais enseguida?
Bueno, tal vez... empez Oscar.
Tony le quit la palabra.
No.
George arque las cejas.
Mira... intervino Oscar de nuevo.
La puerta se abri y Cecil Barclay asom la cabeza.
Oh, perdn! No quera interrumpir. Volver ms tarde, si os parece.
No! George baj el tono de voz. Pasa, Cecil, pasa. Precisamente
hablbamos de ti.
Oh! Mir con cautela a Tony y a Oscar, pero cerr la puerta a sus espaldas y
entr en la sala. Se sacudi una manga, esparciendo gotas de agua. Hace un
tiempo espantoso fuera. No recuerdo cundo fue la ltima vez que llovi tanto.
Has ledo mi carta? inquiri George.
Oscar murmur algo y se dej caer en un silln. Tony apoy el mentn en una
mano, unos largos y huesudos dedos cubriendo su boca.
Absolutamente. Cecil le lanz una mirada a Tony. Me parece una propuesta
interesante. Deduzco que has hablado de esta idea con tus hermanos y que cuenta
con su aprobacin.
George se trag la oleada de una nusea.
Oh, s!
Oscar murmur, esta vez en voz ms alta.
Tony enarc una ceja poblada.
Pero cuenta con tu aprobacin, Cecil? George se oblig a s misma a
preguntar.
Cecil respondi. Haba estado mirando a Oscar desplomado en un silln, con
bastante preocupacin.
S. S, la verdad es que s. De hecho, resuelve un problema bastante delicado.
Debido a una enfermedad infantil, dudo que sea capaz de, mmm..., engendrar a un...
un... Cecil hizo una pausa, mirando concierta fijeza la barriga de George.
George presion una mano contra su vientre, deseando desesperadamente que se
calmara.
Bueno, bueno, bueno. Cecil haba recuperado su capacidad de hablar. Extrajo
un pauelo y se enjug el labio superior. Slo hay un problema, por as decirlo.
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Vaya! Tony dej caer la mano.
S. Cecil se sent en un silln cerca de George, y ella se sinti culpable al darse
cuenta de que haba olvidado ofrecerle asiento. Es el ttulo, me temo. No es gran
cosa, nicamente un ttulo de baronet de poca importancia que tiene mi abuelo, pero
la finca que lo acompaa es bastante grande. Cecil se pas el pauelo por la
frente. Enorme, puestos a ser vulgar.
Y no querras que el nio lo heredara? coment Tony con tranquilidad.
No. Es decir, s. Cecil respir entrecortadamente. Es el propsito de la
propuesta no? Tener un heredero. No, el problema radica en mi ta. Concretamente
en ta Irene. La puetera siempre me ha culpado de ser el siguiente en la lnea de la
herencia. Cecil se estremeci-. Lo cierto es que me dara miedo tropezarme con
esa vieja bruja en un callejn oscuro. Podra aprovechar la ocasin para que la
sucesin estuviera un poco ms cerca de su propio hijo, Alphonse.
Pese a lo fascinante de esta historia familiar, Cecil, viejo amigo,qu tiene que
ver esto con Georgie? le pregunt Oscar. Durante el relato de Cecil se haba
incorporado.
Acaso no lo ves? Ta Irene podra cuestionar a cualquier heredero que llegara,
mmm..., un poco pronto.
Tony lo mir fijamente.
Qu me dices de tu hermano pequeo, Freddy?
Cecil asinti.
S, lo s. Una mujer cuerda entendera que hay mucha gente que se interpone
entre su Alphonse y la herencia, pero de eso se trata precisamente. Ta Irene no est
en sus cabales.
Ah! Tony se reclin, aparentemente pensativo.
Y qu vamos a hacer? Lo nico que quera George era retirarse a sus
dependencias y dormir.
De hacerse, lo mejor es que se haga rpido
2
coment Oscar en voz baja.
Qu? Cecil frunci las cejas.
Pero Tony se incorpor y asinti.
S. Naturalmente, has citado mal a Macbeth, pero tienes toda la razn. Se
volvi a Cecil. Cunto puedes tardar en obtener un permiso especial?
Yo... Cecil parpade. Dos semanas?
2
En el original se cita una frase que aparece en la obra Macbeth, de Shakespeare:
If it were done when 'tis done, then 'twere well it were done quickly [Se haga cuando se haga, estara bien que
se hiciera rpido]. (N. de la T.)
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Oscar sacudi la cabeza.
Demasiado tiempo. Dos, tres das como mucho. Conozco a un tipo que obtuvo
uno en menos de veinticuatro horas desde que lo solicit.
Pero el Arzobispo de...
Canterbury es un amigo personal de ta Beatrice declar Oscar. Ahora
mismo est en Londres. Precisamente el otro da me lo estuvo comentando. Dio
unas palmadas a Cecil en la espalda. Venga, te ayudar a encontrarlo. Y
felicidades. Estoy seguro de que sers un cuado excelente.
Oh, mmm..., gracias!
Oscar y Cecil salieron de la sala dando un portazo.
George mir a Tony.
ste baj una comisura de su ancha boca.
Ser mejor que empieces a buscar un vestido de novia, Georgie.
Y en ese momento fue cuando George se dio cuenta de que estaba prometida... con
el hombre equivocado.
Cogi la palangana justo a tiempo.


La lluvia caa con fuerza. Harry pis sin cautela y el pie se le hundi hasta el
tobillo en el barro exudado. El camino entero era ms un riachuelo que flua que un
suelo firme.
Jess! Bennet jade desde lo alto de su caballo. Creo que me est saliendo
moho entre los dedos de los pies. No me puedo creer que llueva tanto. T s? Cuatro
das seguidos sin ningn descanso.
Un asco mascull Will indistintamente desde su sitio detrs de Bennet. Su
rostro estaba casi oculto por la capa de Bennet.
Haba empezado a llover el da del funeral por Thomas y haba continuado
durante el entierro de lord Granville al da siguiente, pero Harry no lo dijo. Bennet
conoca bastante bien los hechos.
S, cierto, es un asco. La yegua le acarici la nuca con el morro, soplando un
aliento tibio y rancio contra su piel.
El caballo haba empezado a cojear haca kilmetro y medio. Harry haba
intentado echarle un vistado al casco repleto de barro, pero no haba encontrado
nada visiblemente mal. Ahora no le quedaba ms remedio que acompaar a la yegua
a pie hasta la prxima poblacin. Acompaarla despacio.
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Qu piensas hacer cuando demos alcance a lady Georgina? le pregunt
Bennet.
Harry se volvi para escudriarlo a travs del aguacero. Bennet tena una
expresin de estudiada indiferencia.
Voy a casarme con ella declar l.
Mmm... Intua que ese era tu plan general. Bennet se rasc la barbilla. Pero
se ha marchado a Londres. Debes reconocer que ms bien parece que ella pudiera
ser, bueno, reacia a la idea.
Lleva a mi hijo dentro. Una rfaga de viento salpic juguetonamente de gotas
de lluvia helada la cara de Harry. Tena las mejillas tan paralizadas por el fro que
apenas las sinti.
Esa parte me desconcierta. Bennet se aclar la garganta. Porque lo lgico
sera pensar que una dama en semejante estado corriera hacia ti con los brazos
abiertos. En cambio, da la impresin de que huye.
Ya hemos hablado de eso.
S convino Bennet. Pero, quiero decir, le dijiste algo antes?
No.
Porque las mujeres pueden ser tremendamente sensibles cuando estn
embarazadas.
Harry levant una ceja.
Y eso cmo lo sabes?
Todo el mundo... Bennet baj la barbilla, haciendo que un chorro de agua
cayera directamente desde su tricornio sobre su regazo. Maldita sea! Se
enderez. Todo el mundo sabe lo de las mujeres embarazadas. Es de dominio
pblico. Quiz no le hayas prestado suficiente atencin.
Recibi bastante atencin de mi persona gru Harry con irritacin. Se fij en
que los ojos marrones de Will miraban inquietos alrededor de la espalda de Bennet e
hizo una mueca de disgusto. Especialmente la noche antes de irse.
Oh! Ah! Bennet arrug la frente pensativo.
Harry busc otro tema distinto.
Te agradezco que vengas conmigo dijo. Lamento que tuvieras que
precipitar el funeral por Thomas. Y el de tu padre.
De hecho Bennet se aclar la garganta, me alegra que estuvieras all,
precipitado o no. Thomas y yo no estbamos unidos, pero era mi hermano. Y fue
duro ocuparme de la herencia y tambin de su funeral. En cuanto a mi padre...
Bennet se enjug la nariz que le goteaba y se encogi de hombros.
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Harry se salpic al cruzar un charco. No es que importara. Ya estaba calado hasta
los huesos.
Naturalmente, t tambin eres mi hermano declar Bennet.
Harry le lanz una mirada. Bennet estaba mirando hacia el camino con ojos
entornados.
El nico hermano que tengo ahora. Bennet se volvi y le dedic una sonrisa
sorprendentemente cariosa.
Harry esboz una sonrisa.
S.
Aparte de Will, que est aqu. Bennet asinti refirindose al nio que llevaba
agarrado a su espalda como un mono.
Will abri desmesuradamente los ojos.
Qu?
Harry frunci el ceo. No haba querido contrselo a Will, pues tema crear
confusin en la ya complicada vida del chico, pero por lo visto Bennet no pensaba
esperar para discutir el tema.
Al parecer, es muy posible que m padre quiz fuera tambin el tuyo le dijo
ahora Bennet al chico. Tenemos los ojos parecidos, sabes?
Pero los mos son marrones. Will arrug el entrecejo.
Se refiere a la forma aclar Harry.
Oh! Will pens en eso un rato, luego lo mir de reojo. Qu hay de Harry?
Tambin soy su hermano?
No lo sabemos -contest Harry tranquilamente. Pero como no lo sabemos,
podramos afirmar que lo somos. Si no te importa, te importa ?
Will cabece enrgicamente.
Bueno concluy Bennet, ahora que est arreglado, estoy seguro de que Will
est tan preocupado como yo por tu inminente boda.
Qu? La sonrisa que haba empezado a formarse en los labios de Harry se
esfum.
La cosa es que lady Georgina es la hermana del conde de Maitland. Bennet
frunci la boca. Y si ella decide cerrarse en banda... podra ser un problema que
tuviramos que enfrentarnos a un conde.
Uf! exclam Harry. No se le haba ocurrido antes que pudiera tener que tratar
con los hermanos de su seora para poder hablar con ella. Pero si ella estaba
realmente furiosa con l.... Maldita sea!
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Exacto. Bennet asinti. Sera til que, cuando lleguemos a la siguiente
poblacin, pudiramos enviarle un mensaje a alguien en Londres. Para que estn
preparados, por decirlo as. Sobre todo si tardamos un rato en conseguir un caballo
fresco para t. Bennet mir hacia la yegua, que definitivamente se rezagaba.
S.
Por no mencionar que sera agradable tener a alguien que nos respaldara
cuando le plantemos cara a Maitland continu Bennet. Conozco a un par de
tipos en Londres, naturalmente. Tal vez, si logramos convencerlos de que se trata de
una especie de broma, estn dispuestos a ello. Arrug la frente. No suelen estar
sobrios, pero si los imbuyo de la seriedad...
Yo tengo algunos amigos coment Harry.
Quin?
Edward de Raaf y Simon Iddeslegh.
El conde de Swartingham? Bennet abri los ojos desmesuradamente. E
Iddesleigh tambin tiene ttulo, verdad?
Es el vizconde de Iddesleigh.
Cmo demonios los has conocido?
A travs de la Sociedad Agraria.
De los agricultores? Bennet arrug la nariz como si hubiese olido algo
desagradable. No hablan de nabos?
Harry hizo una mueca.
Es para caballeros interesados en la agricultura, s.
Supongo que aglutina a toda clase de gente. Bennet an pareca dubitativo.
Seor, Harry! No tena ni idea. Con amigos como sos, por qu diantres pierdes el
tiempo conmigo y con Will?
Vosotros dos sois mis hermanos no?
S!chill Will.
Eso somos. Una amplia sonrisa invadi el rostro de Bennet.
Y entonces ech atrs la cabeza y se ri bajo la lluvia.


Este azul es muy bonito, mi lady. Tiggle sostena el vestido en cuestin,
extendiendo la falda sobre su brazo.
George ech un vistazo al vestido tan tentadoramente mostrado y trat de
manifestar cierto entusiasmo. O que como mnimo le importara para bien o para mal.
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Era el da de su boda. Tiggle y ella estaban en su habitacin de su residencia
londinense, que en este momento tena esparcidos los vestidos de intensos colores
que haba rechazado. A George le estaba costando convencerse a s misma de que la
boda era real. Tan slo haba pasado una semana escasa desde que ella y sus
hermanos hablaran con Cecil, y ahora se estaba arreglando para casarse con l. Su
vida haba adquirido los rasgos de uno de esos sueos horribles en los que era
inevitable un espantoso y fatdico destino y nadie poda or los gritos.
Mi lady? la inst Tiggle.
Si ahora gritaba, la oira alguien? George se encogi de hombros.
No lo s. El escote no me queda realmente bien, verdad?
Tiggle frunci la boca y apart el azul.
Entonces, qu me dice del de brocado amarillo? El escote es cuadrado y
bastante bajo, pero podramos meterle una paoleta de encaje, si quiere.
George arrug la nariz sin mirar.
No me apetecen todos los volantes que hay en la parte inferior de la falda.
Hacen que parezca un pastel demasiado decorado con mazapn.
Como realmente debera vestir era de negro. De negro con un velo negro.
Descendi la mirada hacia su tocador y con un dedo toc el pequeo caballo tallado
que haba sobre el. El cisne y la anguila estaban a cada uno de los lados del caballo.
Parecan bastante desamparados sin la vigilancia del leopardo, pero ella se lo haba
dejado a Harry.
Tendr que decidirse pronto, mi lady dijo Tiggle a sus espaldas. Contraer
matrimonio en menos de dos horas.
George suspir. Tiggle estaba siendo tremendamente amable con ella.
Normalmente, a estas alturas el aspecto de su doncella estara avinagrado. Y estaba
en lo cierto. Era intil aferrarse a los sueos. Pronto tendra un beb. Su bienestar era
de mucha mayor importancia que las estpidas fantasas de una mujer a la que le
gustaba recopilar cuentos de hadas.
Creo que el verde, el que tiene lirios bordados coment George-. No est
tan nuevo como los otros, pero est bastante bien y siempre he tenido la sensacin de
que me sienta bien.
Tiggle suspir, posiblemente de alivio.
Una buen eleccin, mi lady. Ir a buscarlo.
George asinti. Abri uno de los cajones poco profundos de la parte superior de su
tocador. En el interior haba una sencilla caja de madera. La abri y meti dentro
cuidadosamente el caballo, el cisne y la anguila.
Mi lady? Tiggle estaba esperando con el vestido.
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George cerr la caja y el cajn y se volvi para prepararse para la boda.


Es aqu donde se renen los agricultores? Bennet miraba con incredulidad la
pequea entrada a la cafetera. Estaba en la ltima planta (realmente el stano) de un
edificio medio de entramado de madera de una estrecha callejuela. No ir a
derrumbarse el lugar, verdad? Lanz una mirada hacia la segunda planta, que se
ergua amenazadoramente sobre el callejn.
No lo ha hecho todava- Harry se agach y entr en el local lleno de humo con
Will pegado a l. Le haba pedido a de Raaf que se encontraran aqu.
A sus espaldas, oy que Bennet deca un improperio cuando su cabeza choc con
el dintel.
Ms vale que el caf sea bueno.
Lo es.
Harry! Un hombre corpulento y con marcas de la viruela lo salud desde una
mesa.
Lord Swartingham. Harry avanz hacia la mesa. Gracias por venir, mi lord.
Puedo presentarle a mis hermanos, Bennet Granville y Will?
Edward de Raaf, quinto conde de Swartingham, frunci el entrecejo.
Te he dicho que me llames Edward o de Raaf. Esto de mi lord es ridculo.
Harry se limit a sonrer y se dirigi al segundo hombre que haba a la mesa.
Lord Iddesleigh. No esperaba verlo. Bennet, Will, ste es Simon Iddesleigh.
Que tal est? Bennet hizo una reverencia.
Will simplemente agach la cabeza.
Encantado. Iddesleigh, un esbelto aristcrata de ojos gris hielo, inclin la
cabeza. Ignoraba que Harry tuviera familia. Pensaba que haba salido
completamente formado de una roca como Atenea. O quiz de una remolacha. Eso
demuestra que uno no siempre puede fiarse de las apariencias.
Bueno, me alegra que haya venido. Harry levant dos dedos hacia un chico
que pasaba por delante y tom asiento, hacindoles sitio a Bennet y a Will.
Iddesleigh agit una mueca ribeteada de encaje.
Hoy tampoco haba mucho ms que hacer, de todas formas. Se me ha ocurrido
apuntarme. O era eso, o asistir a una conferencia de Lillipin sobre la estratificacin
del abono y, por fascinante que pueda ser el tema de la descomposicin, no s cmo
se pueden aguantar tres horas enteras hablando de ese tema.
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Lillipin podra musit de Raaf.
El chico dej bruscamente dos lazas de caf humeante y se gir deprisa.
Harry tom un sorbo muy caliente y suspir.
Tiene el permiso especial?
Aqu mismo. De Raaf se dio unas palmaditas en el bolsillo. Crees que la
familia pondr reparos?
Harry asinti.
Lady Georgina es hermana del conde de Maitland... Pero se detuvo porque
Iddesleigh se haba atragantado con su caf.
Que te pasa, Simon? espet de Raaf.
Perdn. Iddesleigh respir entrecortadamente. Tu pretendida es la
hermana de Maitland?
S. Harry sinti que se le tensaban los hombros.
La hermana mayor?
Harry se limit a mirar fijamente; el miedo lo invadi.
Por el amor de Dios, sultalo ya! suplic de Raaf.
Podras haberme dicho cmo se llamaba la novia, de Raaf. Me he enterado de la
noticia esta misma maana por Freddy Barclay. Casualmente hemos coincidido en
mi sastre, un tipo maravilloso...
Simon -gru de Raaf.
Oh! Est bien. Iddesleigh se puso repentinamente serio- Se casa. Tu lady
Georgina. Con Cecil Barclay...
No. Harry cerr los ojos, pero no pudo dejar de or las palabras de Iddesleigh.
Hoy


Tony estaba esperando fuera, con las manos entrelazadas detrs de la espalda,
cuando George sali de su residencia. Las gotas de lluvia le salpicaron los hombros
del gabn. Su carruaje, que llevaba el blasn en dorado de los Maitland en las
puertas, estaba preparado junto al bordillo.
Se volvi mientras George bajaba por las escaleras y frunci las cejas preocupado.
Empezaba a pensar que tendra que entrar a buscarte.
Buenos das, Tony. George extendi la mano.
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l la envolvi con su propia gran mano, y ayud a su hermana a subirse al
carruaje.
Tony se sent delante de ella, el cuero chirri mientras se acomodaba.
Estoy seguro de que pronto dejar de llover.
George mir hacia las manos de su hermano, apoyadas en sus rodillas, y repar de
nuevo en los nudillos encostrados.
Qu te ha pasado?
Tony dobl su mano derecha como evaluando los rasguos.
No es nada. La semana pasada solucionamos lo de Wentworth.
Solucionamos?
Oscar, Ralph y yo contest Tony. Eso no importa ahora. Escucha, George
se inclin hacia delante con los codos sobre las rodillas, no tienes que pasar por
esto. Cecil lo entender, y podemos encontrar alguna solucin. Que te refugies en el
campo o...
No lo interrumpi George. No, te lo agradezco, Tony, pero sta es la mejor
manera. Para el bebe, para Cecil e incluso para m.
George inspir profundamente. No haba querido reconocerlo, ni siquiera en su
fuero interno, pero ahora le hizo frente: en algn rincn de su interior haba
albergado secretamente la esperanza de que Harry la detendra. Pesarosa, hizo una
mueca de disgusto. Haba esperado que l apareciera galopando sobre un semental
blanco y se la llevara en volandas. Que quiz diera unas vueltas sobre su semental
mientras peleaba con diez hombres y se alejara galopando hacia el sol poniente con
ella.
Pero eso no iba a suceder.
Harry Pye era un administrador de fincas que tena una vieja yegua y una vida
propia. Y ella era una mujer embarazada de 28 aos. Ya era hora de dejar atrs el
pasado.
Logr dedicarle una sonrisa a Tony. No era gran cosa, a juzgar por el rostro
indeciso de su hermano, pero era lo mejor que poda hacerlo en este momento.
No te preocupes por m. Soy una mujer adulta. Tengo que hacer frente a mis
responsabilidades.
Pero...
George sacudi la cabeza.
Tony omiti lo que sea que fuese a decir. Mir fijamente por la ventanilla,
tamborileando sobre su rodilla con sus largos dedos.
Maldita sea, detesto esto!
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Media hora despus, el carruaje se detuvo delante de una deslucida y pequea
iglesia de un barrio poco elegante de Londres.
Tony descendi los peldaos del carruaje y despus ayud a George a bajar.
Recuerda que todava puedes parar esto le susurr Tony al odo mientras
pona la mano de George en el recodo de su brazo.
George se limit a apretar los labios.
Dentro, la iglesia estaba oscura y un tanto fra, con un ligero olor a moho
suspendido en el aire. Sobre el altar, un pequeo rosetn colgaba entre las sombras;
la luz de fuera era demasiado dbil para saber de qu color poda ser el cristal. Tony
y George recorrieron la nave sin alfombrar, sus pasos reverberaban en las viejas
losas. Diversas velas estaban encendidas en la parte delantera junto al altar,
complementando la tenue luz procedente del triforio. Un pequeo grupo de gente se
haba congregado all. George vio a Oscar, a Ralph y a Violet, as como a su
inminente marido, Cecil, y al hermano de ste, Freddy. Ralph luca un moretn
amarillento en un ojo.
Ah..., la novia, deduzco! El vicario mir con ojos entornados por encima de
sus gafas de media luna. Bien, bien. Y su nombre es, mmm...? Consult un
trozo de papel que llevaba anotado y metido en su Biblia. Georgina Regina
Catherine Maitland? S? Pero qu nombre ms raro para una mujer!
George se aclar la garganta, reprimiendo una carcajada histrica y una nusea
repentina. Oh, por favor. Seor, ahora no!
En realidad, mi nombre de pila es Georgina.
Georgiana? inquiri el vicario.
No, Georgina. Realmente importaba? Si este hombre estpido deca mal el
nombre durante el oficio, acaso no se casara ella con Cecil?
Georgina. Bueno. Bien, pues, si ya estamos todos y estamos listos... La nobleza
congregada asinti con docilidad. Entonces procedamos. Jovencita, por favor,
colquese aqu.
El vicario los hizo mover a todos hasta que George y Cecl estuvieron el uno al
lado del otro, con Tony junto a George y Freddy junto a Cecil en calidad de padrino.
Bueno. El vicario les gui un ojo y a continuacin se pas un largo minuto
revolviendo en su papel y su Biblia. Se aclar la garganta. Hermanos empez en
un extrao falsete.
George dio un respingo. El pobre hombre deba de pensar que se le oa mejor.
Estamos aqu reunidos...
Plum!
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El ruido de las puertas de la iglesia golpeando contra la pared reverber por toda
la nave. El grupo se volvi al unsono para mirar.
Cuatro hombres avanzaban con seriedad por el pasillo, seguidos de un nio
pequeo.
El vicario frunci las cejas.
Grosero. Muy grosero. Es asombroso lo que la gente se piensa que puede hacer
impunemente hoy en da.
Pero los hombres haban llegado ahora al altar.
Disculpe, pero me parece que tiene usted a mi dama djjo uno de ellos con una
voz serena y grave que envi autnticos escalofros porla columna vertebral de
George.
Harry.

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Captulo 21
EI tintineo del acero contra acero reson en las paredes de la pequea iglesia
cuando todos los hombres del cortejo nupcial desenvainaron sus espadas
simultneamente, emulados a continuacin por Bennet, de Raaf e Iddesleigh, que
desenfundaron sus armas. Bennet pareca muy serio. Haba empujado a Will haca
un banco en cuanto se haban acercado al altar, y ahora blanda su espada en alto con
el cuerpo ladeado. El rostro plido y con marcas de la viruela de Edward de Raaf
estaba alerta, su brazo firme. Iddesleigh tena una expresin aburrida y sostena su
espada con ligereza; sus dedos largos y envueltos en encaje casi laxos. Por supuesto
que Iddesleigh era probablemente ms peligroso que cualquiera de los dems con
una espada.
Harry suspir.
No haba dormido en dos das. Estaba cubierto de barro y, sin duda, ola mal. No
poda recordar su ltima comida. Y se haba pasado la ltima hora terrible,
vertiginosa y espantosa cabalgando a toda velocidad para cruzar Londres, pensando
que nunca llegaran a tiempo de impedir que su seora se casara con otro hombre.
Suficiente.
Harry zanque entre la confusin de aristcratas que blandan armas hasta llegar
junto a su seora.
Podemos hablar, mi lady?
Pero, quiero decir.., El esculido hombre rubio que haba al lado de George,
probablemente el novio, maldito fuera!, protest.
Harry volvi la cabeza y mir al hombre a los ojos.
El novio retrocedi tan deprisa que por poco tropez.
Muy bien! Muy bien! Seguro que es muy importante, verdad?
Enfund su espada con una mano temblorosa.
Quien es usted, joven? El vicario mir a Harry con los ojos entornados por
encima de sus gafas.
Harry apret los dientes y estir los labios en algo parecido a una sonrisa.
Soy el padre del hijo que espera lady Georgina.
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De Raaf se aclar la garganta.
Uno de los hermanos de su seora murmur:
Jess!
Y Lady Volet se ri nerviosamente.
El clrigo pestae deprisa sus miopes ojos azul claro.
Bien, pues, sugiero que ciertamente hable con esta dama. Puede usar la sacrista.
Cerr la Biblia.
Gracias. Harry cerr una mano alrededor de la mueca de su seora y tir de
ella hacia la pequea puerta que haba en un lateral. Necesitaba llegar a la sacrista
antes de que su dolor estallara. A sus espaldas el silencio era absoluto.
Arrastr a su seora hasta la sacrista y cerr la puerta de una patada.
Qu demonios pretenda con esto? Harry extrajo el documento legal en el que
ella le ceda Woldsly. Lo sostuvo frente al rostro de George y lo agit, apenas
conteniendo la rabia, la angustia. Crey que podra sobornarme?
Lady Georgina retrocedi al ver el papel, su cara era de confusin.
Yo...
Pinselo bien, mi lady. Harry hizo aicos el papel y lo tir al suelo. La agarr
de la parte superior de los brazos, hundiendo en su carne los dedos temblorosos.
No soy un criado al que pueda despedir con un regalo excesivamente generoso.
Yo slo...
No me despedir de ninguna manera.
Lady Georgina volvi a abrir la boca, pero l no esper a que ella hablara. No
quera or cmo lo rechazaba. De modo que le cubri los labios con los suyos.
Aterriz sobre la boca suave y jugosa de George e introdujo la lengua. Le puso la
mano debajo de su barbilla y sinti la vibracin de su gemido en su garganta. Ya
tena el pene duro y anhelante. Deseaba aporrearlo contra ella, aporrearlo dentro de
ella. Deslizarse en su interior y quedarse all hasta que ella le explicara porqu haba
huido. Hasta que le prometiera no volver a hacerlo jams.
La empuj contra una maciza mesa de caballetes y sinti que su cuerpo se
entregaba al suyo. Esa sumisin le proporcion una pequea cantidad de control.
Por qu? gimi l sobre sus labios. Por qu me dej?
Ella emiti un leve sonido, y l le mordi el labio inferior para silenciarla.
La necesito. Le lami el labio magullado para aliviarlo. No puedo pensar
con claridad sin usted. Todo mi mundo est patas arriba, y voy por l dolido,
queriendo hacer dao a alguien.
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La bes otra vez, con la boca abierta, para asegurarse de que ella estaba realmente
aqu en sus brazos. Su boca estaba caliente y hmeda y saba a su t de la maana.
Harry podra pasarse el resto de su vida simplemente saborendola.
Me duele. Aqu. Cogi la mano de George y coloc su palma contra su propio
pecho. Y aqu. La gui ms abajo y empuj con brusquedad el pene contra sus
dedos.
Eso le haca sentir bien, volver a tener la mano de George sobre l, pero no
bastaba.
Harry cogi a su seora en brazos y la sent en la mesa.
Usted tambin me necesita. S que me necesita. Le levant la falda y escondi
la mano debajo de sta, acaricindole los muslos.
Harry...
Chsss...! susurr l pegado a su boca. No hable. No piense. Simplemente
sienta. Con los dedos encontr su vulva, y estaba hmeda. Oh, s! Lo nota?
Harry, yo no...
l toc su cltoris en forma de guisante y ella gimi con los ojos cerrados. El sonido
lo encendi.
Silencio, mi lady. Se desaboton los pantalones y separ ms las piernas de
George, avanzando entre ellas.
George volvi a gemir.
A l no le importaba mucho, pero quizs ella tuviera vergenza. Despus.
Chsss...! Tiene que estar callada. Muy callada. Presion con el pene contra su
lubrificada abertura.
Al notar el pene George abri repentinamente los ojos.
Pero, Harry...
Mi lady? l empuj con cuidado. Oh!, Dios, cmo lo oprima!
Ella se agarr a l como s no fuera a soltarlo jams. Y por l no haba ningn
problema. Estara ms que encantado de permanecer aqu mismo eternamente. O
quizs un poco ms adentro.
Empuj otra vez.
Oh, Harry! suspir su seora.
Alguien aporre la puerta.
Ella se sobresalt, apretando a Harry en su interior. l reprimi un gemido.
George? Ests bien? Uno de los hermanos.
Harry retrocedi un poco y la embisti con cuidado. Con ternura.
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Contstele.
Est cerrado? Su seora arque la espalda cuando l la penetr. Est la
puerta cerrada?
Harry apret los dientes.
No. Envolvi sus nalgas desnudas con las manos.
El aporreo empez de nuevo.
George? Es necesario que entre?
Su seora jade.
l de algn modo sonri en medio de su terrible deseo.
Debera entrar? Harry la embisti intensamente, enterrndose en el calor de
George. Pasara lo que pasara, l no huira. En cualquier caso, no crea que pudiera.
No jade George.
Qu? Se oy desde la puerta.
No! chill ella. Ahhh! Vete, Tony! Harry y yo necesitamos charlar un poco
ms.
Harry arque una ceja.
Charlar?
Ella lo mir rabiosa, su rostro sonrojado y hmedo.
Ests segura? Por lo visto Tony quera profundamente a su hermana.
Harry saba que valorara ese hecho ms tarde. Llev una mano al punto de unin
entre ambos. La toc.
S! grit George.
Muy bien, pues. Los pasos se alejaron.
Su seora levant las piernas para envolverle las caderas y se inclin hacia delante
para morderle la boca.
Acbelo.
Harry tena los ojos entornados por la sensacin, por la perfeccin de George. sta
era su dama, y l la reclamara. Su pecho se llen de gratitud por haberle sido dada
esta segunda oportunidad.
Pero ella segua esperando.
Como desee. l presion su pulgar con firmeza en ella y al mismo tiempo la
penetr con fuerza y deprisa, moviendo la mesa.
Oh, Dios mo! gimi ella.
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Murdame el hombro jade Harry, aumentando an ms la velocidad.
l sinti el pellizco incluso a travs de su abrigo de pao fino. Y entonces estall
dentro de ella, echando atrs su propia cabeza y rechinando los dientes para evitar
gritar de xtasis.
Dios!
Su cuerpo entero tembl por los espasmos, y tuvo que apoyar un brazo encima de
la mesa para aguantar a ambos. Cerr las rodillas para mantenerse erguido y jade:
Se casar conmigo, mi lady?
Ahora lo pregunta? La voz de George era dbil.
Al menos l no era el nico afectado.
S. Y no me ir hasta que me d una respuesta.


De qu pueden estar hablando todo este rato? le pregunt Violet a nadie en
particular. Se estremeci y dese haber pensado en traer un chal. Haca fro en la
iglesia.
El vicario musit algo y se acomod con ms holgura en un banco delantero. Tena
los ojos cerrados. Ella sospech que se haba quedado dormido.
Violet golpete las baldosas con el pie. Al principio, cuando Harry y sus amigos
haban aparecido, la cosa haba sido bastante tensa, realmente emocionante, con
todas esas espadas blandidas. Haba estado convencida de que se desatara algn
tipo de pelea. Haba estado completamente preparada para empezar a desgarrarse
las enaguas de la manera prohibida, en caso de que se derramase sangre. Pero a
medida que transcurran los minutos, los caballeros haban empezado a parecer,
bien, aburridos.
El hombre corpulento con el rostro lleno de cicatrices empez a meter la punta de
su espada en las grietas de las baldosas de la iglesia. El hombre de aspecto elegante
miraba iracundo a su amigo y lo aleccionaba en el adecuado mantenimiento de las
espadas. El tercer hombre del grupo de Harry tena el pelo castao y llevaba un
abrigo tremendamente polvoriento. Eso era todo lo que saba de l, porque estaba de
espaldas a todo el mundo mientras examinaba ociosamente las vidrieras de la iglesia.
Haba un nio pequeo a su lado y daba la impresin de que le estaba sealando las
escenas bblicas representadas en los vitrales.
Entretanto, Oscar, Ralph, Cecil y Freddy, los defensores del honor de George,
discutan sobre la manera correcta de blandir una espada.
Ralph tena un ojo hinchado y que se estaba volviendo amarillo verdoso, y Oscar
cojeaba. Tendra que indagar eso ms tarde.
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Violet suspir. Todo era bastante decepcionante.
Me estaba preguntando... t no eres de Raaf? Tras llamar a la puerta de la
sacrista Tony haba vuelto con una expresin extraa, casi abochornada. Se dirigi al
hombre de las cicatrices. Quiero decir, elconde de Swartingham.
S. El hombretn arrug el entrecejo con ferocidad.
Soy Maitland. Tony extendi su mano.
Durante unos instantes lord Swartingham clav los ojos en la extremidad que le
haba sido ofrecida, luego envain su espada.
Qu tal ests? Inclin la cabeza hacia el hombre elegante. Este es
Iddesleigh, el vizconde de Iddesleigh.
Oh, cmo no! Tony tambin le dio la mano a l. He odo hablar de ti, de
Raaf.
Ah, s? El hombretn mir receloso.
S. Tony se mostr impasible. Le un manuscrito tuyo hace algn tiempo.
Sobre la rotacin de cultivos.
Ah...! La cara del hombre corpulento se despej. Practicas la rotacin de
cultivos en tus tierras?
Hemos empezado a hacerlo. Estamos un poco ms al norte que t, y los
guisantes son uno de los principales cultivos de la zona.
Y la cebada y los nabos intervino Oscar. Ralph y l se acercaron.
Naturalmente musit lord Swartingham.
Nabos? Violet se qued mirando fijamente. Hablaban de agricultura como si
estuvieran tomando un t por la tarde. O ms bien, en este caso, en la taberna del
barrio.
Perdonad. Tony seal a sus hermanos. stos son Oscar y Ralph, mis
hermanos pequeos.
Qu tal estis?
Otra ronda de apretones de manos masculinas.
Violet sacudi la cabeza sin decir nada. Jams, jams, jams entendera a los
hombres.
Oh! Y stos son Cecil y Freddy Barclay. Tony se aclar la garganta. Cecil
iba a casarse con mi hermana.
Me temo que ya no replic Cecil afligido.
Todos se rieron entre dientes, los muy bobos.
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Y usted debe de ser la hermana pequea dijo una voz masculina al odo de
Violet.
Violet se volvi y se encontr de pe, tras ella, al tercer amigo de Harry. Haba
dejado al nio golpeando un banco con los talones. De cerca, los ojos del hombre
eran de un verde precioso, y era sospechosamente guapo.
Violet entorn sus propios ojos.
Quien es usted?
Granville, Bennet Granville. l hizo una reverencia.
Violet, no. Esto era demasiado confuso. Por que iba un Granville a ayudar a
Harry?
Lord Granville por poco mat al seor Pye. Ella levant la vista hacia Bennet
Granville con el semblante ceudo.
S, me temo que era mi padre. Su sonrisa se desvaneci un poco. La culpa
no es ma, se lo aseguro. Yo tuve muy poco que ver en mi concepcin.
Violet sinti que su boca empezaba a relajarse en una sonrisa y la elimin
implacablemente.
Qu hace aqu?
Bueno, es una larga historia... El seor Granville hizo un alto,y desvi la vista
por encima de la cabeza de Violet. Ah..., creo que estn saliendo!
Y las preguntas que Violet haba estado a punto de formular se escurrieron de su
mente. Se gir para ver si George haba decidido con qu hombre se casara.


George suspir voluptuosamente. Podra quedarse dormida ah mismo en brazos
de Harry. Aun cuando estuviera sentada encima de la mesa de una sacrista.
Y bien? l le dio un pequeo empujn con el mentn.
Por lo visto Harry quera una respuesta ahora. Ella trat de pensar, esperando que
su cerebro no estuviera tan inerte como sus piernas.
Yo le quiero, Harry, sabe que le quiero. Pero qu me dice de sus reservas? De
que otros piensen que es mi... George trag saliva, detestaba decir la palabra
...mascota?
l le acarici con la nariz el pelo de la sien.
No puedo negar que me molestar. Eso y lo que dirn de usted. Pero la cosa es
Harry levant la cabeza y ella vio que su mirada esmeralda se haba ablandado,
casi vulnerable que no creo que pueda vivir sin usted, mi lady.
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Oh, Harry! George le acun la cara con las palmas de sus manos. A mis
hermanos les cae bien, igual que a Violet. Y, realmente, ellos son los ms importantes
al fin y al cabo. Para m el resto est en segundo plano.
l sonri y, como siempre, a George le brinc el corazn al verlo.
Entonces, se casar conmigo y ser mi mujer durante el resto de nuestras
vidas?
S. S, por supuesto que me casar con usted. Ella not que las lgrimas se
agolpaban en sus ojos. Le quiero con locura, ya lo sabe.
Y yo a usted dijo l bastante distrado, en opinin de George.
Harry sali cuidadosamente de la sensible carne de su cuerpo.
Oh! Es necesario? George procur retenerlo.
Me temo que s. Harry se volvi a abotonar rpidamente los pantalones.
All fuera nos esperan.
Oh, deje que esperen! Ella frunci la nariz. Harry acababa de proponerle
matrimonio de la forma ms romntica. No poda saborear el momento?
Harry se inclin haca delante para bajarle la falda y darle un beso en la nariz.
Despus tendremos un montn de tiempo para no hacer nada.
Despus?
Despus de casarnos. Harry la mir arqueando las cejas. Acaba de darme el
s.
Pero no me imaginaba que sera ahora mismo. Revis su corpio. Por qu no
haba un espejo ah dentro?
Estaba dispuesta a casarse de inmediato con ese petimetre de ah fuera. Harry
gesticul alargando un brazo.
Eso era distinto. Tena aspecto de haber estado haciendo lo que haba estado
haciendo?. Y Cecil no es un petimetre; es... George percibi que la expresin de
Harry se haba ensombrecido de forma alarmante. Quiz fuera el momento de
cambiar de tema. No podemos casarnos. Necesitamos un permiso.
Ya tengo uno. Harry se dio unas palmaditas en el bolsillo del abrigo, que se
arrug.
Cmo...?
El la interrumpi con un beso que nicamente poda ser descrito como magistral.
Va a casarse conmigo o no?
George se agarr con fuerza a sus brazos. Realmente, algunos de los besos de
Harry la dejaban bastante dbil.
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Voy a casarme con usted.
Estupendo. Harry le pas un brazo por debajo del suyo y la condujo hacia la
puerta.
Detngase!
Qu?
Los hombres podan llegar a ser muy obtusos.
Parece como si me acabara de dar un revolcn?
Harry esboz una sonrisa.
Parece la mujer ms hermosa del mundo. Volvi a besarla con intensidad.
Harry no haba contestado exactamente a su pregunta, pero ahora era demasiado
tarde.
Harry abri la puerta.
Los dos bandos se haban fusionado en un solo grupo, arremolinado junto al altar.
Gracias a Dios, no se haban peleado, verdad? Todo el mundo se gir expectante.
George se aclar la garganta, intentando enlazar las palabras adecuadas. Entonces
vio algo y se par en seco.
Harry...
Mi lady?
Mire seal ella.
Una alfombra persa de luces bailaba en el antes deslucido suelo: azules cobalto,
rojos rub y amarillos mbar. George sigui el rayo de luz hasta su origen, el rosetn
que haba sobre el altar. Resplandeca, iluminado desde el exterior por la luz del sol.
Ha salido el sol susurr George maravillada. Casi haba olvidado cmo era.
Cree que habr salido tambin en Yorkshire?
Los ojos verdes de Harry la miraron centelleantes.
No me cabe la menor duda, mi lady.
Ejem! George alz la vista y vio que Violet los miraba fijamente con bastante
exasperacin. Y bien?
George sonri.
Hoy me caso con el seor Pye.
Violet solt un grito.
Ya era hora! exclam alguien, probablemente Oscar.
George hizo caso omiso y procur parecer compungida al dirigirse al pobre Cecil:
Lo siento mucho, Cecil. Yo...
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Pero Cecil la interrumpi.
No te preocupes, preciosa. Es una ancdota que surgir en todas las cenas a las
que asista este ao. No todos los das plantan a un hombre en el altar.
Eh? Un chillido procedente del banco delantero hizo reaccionar a todo el
mundo. El vicario se enderez la peluca. Volvi a ponerse las gafas sobre la nariz y
escudri a los congregados hasta que sus ojos se iluminaron al ver a George. Bien,
pues, seorita. Con cul de estos caballeros va a casarse?
Con ste. George apret el brazo de Harry.
El vicario examin a Harry y mir con desdn.
No parece muy distinto del otro.
Aun as, ste es el hombre al que quiero.
Muy bien. El vicario mir a Harry frunciendo el ceo. Tiene usted un
permiso?
S. Extrajo el trozo de papel. Y mis hermanos harn de padrinos.
Bennet se coloc al lado de Harry y se qued de pie con Will slo un poco ms
atrs. El chico pareca horrorizado y a la vez emocionado.
Hermanos? susurr Violet.
Luego te lo explico contest George. Parpade para ahuyentar las repentinas
lgrimas.
Mi cena est esperando, de modo que empezaremos. El vicario se aclar
ruidosamente la garganta. Otra vez comenz con la misma voz de falsete que haba
empleado antes. Hermanos...
Todo lo dems fue diferente.
El sol brillaba a travs del rosetn, iluminando y calentando la pequea iglesia.
Tony pareca aliviado, como si le hubieran quitado un terrible peso de encima. Ralph
sonrea abiertamente junto a l. Osear le gui un ojo a George cuando ella capt su
mirada. Violet no dej de lanzar miradas de perplejidad a Bennet, pero entremedio le
sonri a su hermana. Bennet permaneci de pie un poco torpemente al lado de
Harry, pero tambin pareca orgulloso. Will daba saltos de puntillas por la excitacin.
Y Harry...
George lo mir y sinti que una inmensa burbuja de felicidad creca en su interior.
Harry la observaba como si ella fuera el centro de su alma. No sonrea, pero sus
preciosos ojos esmeralda eran clidos y serenos.
Cuando lleg el momento de darse el s quiero, George se inclin hacia Harry y le
susurr:
Me olvid de una cosa cuando le cont el final del cuento de hadas.
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Su casi esposo la mir sonriendo y pregunt con seriedad:
El qu, mi lady?
Ella sabore el momento y el amor de la mirada de Harry, luego declar:
Y vivieron felices para siempre jams!
Eso es susurr Harry a su vez, y la bes.
Vagamente, George oy que el vicario protestaba:
No, no, todava no! Y a continuacin dijo: Oh! Da igual, los declaro marido
y mujer.
Y as era como deba ser, pens George al tiempo que abra la boca debajo de la de
su esposo. Era la mujer de Harry.
Y Harry era su marido.





Fin

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