El documento critica duramente a la CONADEP, la comisión creada por Alfonsín en 1984 para investigar los crímenes de la dictadura militar. Argumenta que la CONADEP estuvo presidida por Ernesto Sábato, quien había apoyado abiertamente a la dictadura militar y elogió a Videla. También incluyó a personas como Graciela Fernández Meijide y Magdalena Ruiz Guiñazú que tenían vínculos con la guerrilla o no criticaron a la dictadura cuando trabajaron en medi
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El documento critica duramente a la CONADEP, la comisión creada por Alfonsín en 1984 para investigar los crímenes de la dictadura militar. Argumenta que la CONADEP estuvo presidida por Ernesto Sábato, quien había apoyado abiertamente a la dictadura militar y elogió a Videla. También incluyó a personas como Graciela Fernández Meijide y Magdalena Ruiz Guiñazú que tenían vínculos con la guerrilla o no criticaron a la dictadura cuando trabajaron en medi
El documento critica duramente a la CONADEP, la comisión creada por Alfonsín en 1984 para investigar los crímenes de la dictadura militar. Argumenta que la CONADEP estuvo presidida por Ernesto Sábato, quien había apoyado abiertamente a la dictadura militar y elogió a Videla. También incluyó a personas como Graciela Fernández Meijide y Magdalena Ruiz Guiñazú que tenían vínculos con la guerrilla o no criticaron a la dictadura cuando trabajaron en medi
El documento critica duramente a la CONADEP, la comisión creada por Alfonsín en 1984 para investigar los crímenes de la dictadura militar. Argumenta que la CONADEP estuvo presidida por Ernesto Sábato, quien había apoyado abiertamente a la dictadura militar y elogió a Videla. También incluyó a personas como Graciela Fernández Meijide y Magdalena Ruiz Guiñazú que tenían vínculos con la guerrilla o no criticaron a la dictadura cuando trabajaron en medi
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La CONADEP: un organismo infame que
ahora se pretende imitar
Por Nicols Mrquez
Si los opositores no tienen una idea ms novedosa ni original que pretender recrear una Conadep de la corrupcin para juzgar al kirchnerismo, mejor que se queden en sus casas. En efecto, as como el demagogo Ral Alfonsn cre una comisin en 1984 para elevar un informe sobre los llamados crmenes de la dictadura, los papanatas que hacen la parodia de opositores al kirchnerismo quieren hacer lo mismo, pero a los fines de juzgar la mega-corrupcin kirchnerista obrante entre el ao 2003 a la fecha. Esta ltima apetencia no tendra nada de malo en sus propsitos, de no ser por el hecho de que la CONADEP, a diferencias de lo que se cree y de lo que se divulga de manera hegemnica, no fue un organismo modelo sino un verdadero contubernio absolutamente arbitrario e irregular que jams debera ser reivindicado ni emulado. Asimismo, cabe agregar que para combatir a la corrupcin, lo que se necesita no son organismos burocrticos conformado por amigotes del poder de turno, sino jueces imparciales que apliquen la ley sin mayores obstculos: punto. Qu fue la CONADEP? Ni bien Ral Alfonsn asumi el poder que le entreg el Presidente Reynaldo Bignone en diciembre de 1983, a efectos de comenzar a construir la mentira oficial y preparar un sainete vengativo con juicios a los militares que gobernaron el pas (junto a los radicales), el 15 de diciembre de 1983 -a tan solo das de asumir- Alfonsn emiti el Decreto 187/83 con el que se cre la CO.NA.DE.P (Comisin Nacional para la Desaparicin de Personas), cuya finalidad sera investigar los hechos sucedidos durante la reciente guerra civil acontecida en la dcada anterior. La Comisin estaba integrada por diez personas designadas en el Decreto y otras seis nombradas por el Congreso Nacional. Por el carcter y funcin que este organismo deba desempear, era de esperar que la misma fuera integrada por personalidades notables, neutrales, de espritu humanista y desprovista de ideologismos. Sin embargo, la CO.NA.DE.P fue presidida por Ernesto Sbato, quien haba estado afiliado al Partido Comunista (partido que en ejercicio del poder asesin a ms de cien millones de personas en solo siete dcadas en todo el mundo). Vale decir: para investigar violaciones a los DDHH ocurridos en una guerra en la que de un lado estaban las FFAA. y del otro el comunismo armado (Montoneros y ERP), el presidente de esta comisin imparcial haba estado enrolado en las filas ideolgicas del segundo bando. Si bien es cierto que Sbato fue un izquierdista de fuste, tambin sabemos que como militante nunca mantuvo muchos escrpulos, pues durante el gobierno cvico-militar del Proceso de Reorganizacin Nacional, disfrut de un distendido almuerzo con el entonces Presidente de la Repblica Jorge Rafael Videla, en mayo de 1.976. Al salir del afable banquete, la prensa le pregunt a Sbato cual era su impresin sobre Videla y contest: El Gral. Videla me dio una excelente impresin. Se trata de un hombre culto, modesto e inteligente. Me impresion la amplitud de criterio y la cultura del Presidente. Hablamos de la cultura en general, de temas espirituales, culturales, histricos hubo un altsimo grado de comprensin y respeto mutuo, y en ningn momento incurrimos en el pecado de caer en banalidades; cada uno de nosotros verti sin vacilaciones su concepcin personal de los temas abordados[1]. Lo que no aclar a la prensa el por entonces videlista Sbato, es que dentro del cordial almuerzo le sugiri al general Videla que el pas necesitaba un bao de sangre para purificarse. El presidente Videla, pese a estar en plena represin, le aclar que los militares no estaban para hacer la guerra sino para evitarla y no para derramar sangre sino para intentar contenerla[2]. Dos aos despus, en 1.978, Sbato ratific su opinin pro-proceso diciendo a la revista alemana GEO: La inmensa mayora de los argentinos rogaba casi por favor que las Fuerzas Armadas tomaran el poder. Todos nosotros desebamos que se terminara ese vergonzoso gobierno de mafiosos. Desgraciadamente ocurri que el desorden general, el crimen y el desastre eran tan grandes que los nuevos mandatarios no alcanzaban ya a superarlos con los medios de un estado de derecholos extremistas de izquierda haban llevado a cabo los ms infames secuestros y los crmenes monstruosos ms repugnantes y haciendo un balance de la gestin en curso de Videla, remat: Sin duda alguna, en los ltimos meses, muchas cosas han mejorado en nuestro pas; las bandas terroristas han sido puestas en gran parte bajo control. La democracia tiene que aprender su leccin de la historia y debe saber que con los viejos mtodos liberales heredados de tiempos menos problemticos, no se pueden dominar los delirios del presente[3] Pero el servilismo de Ernesto no se limit al abierto elogio para con los llamados genocidas del proceso, sino que su pasin por adular golpes de estado viene de larga data. En efecto, ya en los aos de la Revolucin Libertadora de 1.955, el perseverante golpista explay: En toda revolucin hay vencidos. En esta los vencidos son la tirana, la corrupcin, la degradacin del hombre, el servilismo. Son vencidos los delincuentes, los demagogos, los torturadores. Personalmente creo que los torturadores deberan ser sometidos a la pena de muerte[4]. Seguidamente, su militancia golpista tiene lugar en la Revolucin Argentina, llevada adelante por el Gral. Juan Carlos Ongana contra el Presidente radical Arturo Illia en 1.966, en donde Sbato apoyando el golpe manifest nuevamente su desprecio por la democracia: Lleg el momento de barrer con prejuicios y valores apcrifos, que no responden a la realidad. Debemos tener el coraje para comprender (y decir) que han acabado, que se haban acabado instituciones en las que nadie crea seriamente. Vos crees en la Cmara de Diputados? Conocs a mucha gente que crea en esa clase de farsas?. Por eso la gente comn de la calle ha sentido un profundo sentimiento de liberacin. Se trata de que estamos hartos de mistificaciones, hartos de politiquera de comit, combinaciones astutas para ganar tal o cual eleccin. Ojal la serenidad, la discrecin, la fuerza sin alardes, la firmeza sin prepotencia que ha manifestado Ongana en sus primeros actos sea lo que prevalezca y que podamos al fin levantar una gran nacion, sin hipcrita acatamiento a viejos mitos polticos. Como se comprende, es mucho ms lindo y viste ms hablar de democracia vulnerada y otras falacias del mismo calibre. Yo prefiero equivocarme haciendo o intentando hacer algo ms grande, que ser una persona correcta y honorable, contribuyendo a que nos hundamos todos en la podredumbre[5]. Pero volviendo al Proceso, todos sabemos quines son los primeros en huir cuando el barco se hunde. Sbato, tras haber almorzado y elogiado a Videla, respaldado el Mundial 78, y apoyado la guerra de Malvinas en 1.982, luego del llamado a elecciones efectuado por el Presidente Reynaldo Bignone previsto para octubre de 1.983, el 27 de mayo (cinco meses antes de las elecciones) se despegaba del gobierno y con admirable facilidad para el zigzag afirmaba: Toda dictadura implica la violacin de esos derechos sagrados. Cualquiera sean los fines invocados, no hay persecuciones benficas y persecuciones perversas: todas las persecuciones son innobles. No queda ms camino que el de la democracia[6]. Luego, en su cmodo rol de Presidente de la Conadep alfonsinista, Sbato se vio acompaado por personajes tambin de nula imparcialidad, como la dirigente Graciela Fernndez Meijide, comprometida ideolgicamente con la izquierda y familiarmente con la guerrilla, puesto que tuvo la desgracia de perder un hijo durante la guerra desatada por su vstago en calidad de montonero. Cuenta el guerrillero Miguel Angel Lico (uno de los pocos que conservan lealtad y reivindicacin a su Jefe Mario Firmenich), que l conoci perfectamente bien a Pablo Fernndez Meijide cuando militaban en la U.E.S, y agrega Fue uno de los mejores cuadros que Montoneros tuvo en este pas. Te hablo de tipos que tenan mi edad y pareca que tenan 30 aos por su formacin y capacidad. Pablo era montonero, aunque la seora Fernndez Meijide reniega permanentemente del origen de su hijo. Lo peor que puede hacer un padre es anular su memoria[7]. Otra integrante de la Conadep fue la conductora televisiva Magdalena Ruiz Guiaz (progresista-caviar proveniente de una familia paqueta e hija de un relevante dirigente nacional-socialista). En este punto, cabe mencionar la notable capacidad de adaptacin de Magdalena a las diferentes coyunturas, puesto que trabaj en carcter de periodista en canales estatales durante todo el Proceso (que hoy tanto abomina), sin cuestionar una sola coma a las presuntas violaciones a los derechos humanos de las que luego tanto presumi preocuparse. Asimismo, cabe destacar que no tuvo en ese lapso un rol menor, sino que fue nada ms y nada menos que Vice Gerente del Depto. de Noticias de Canal 11 (que era del Estado) y fue recin en julio de 1.980 (ms de cuatro aos de gestin de Videla) cuando Magdalena Ruiz Guiaz, junto a otra exponente de la prensa complaciente de entonces, Mnica Cahen Danvers (quien durante los aos del exterminio a los jvenes idealistas conduca en canal 13 el ciclo Mnica Presenta, el noticiero de mayor ndice de audiencia del pas)[8] se reunieron con el General Arguindeguy, a la sazn Ministro del Interior, para hacerle reclamos (no por el supuesto genocidio), sino por la censura que deben soportar los programas de radio y televisin[9] Y en qu consista la censura que denunciaba Magdalena?: pues durante el lapso en el que los Derechos Humanos eran presuntamente conculcados, a Magdalena parecan importarle poco, ya que si bien trabaj ganando jugosos honorarios durante el gobierno de facto, la tarda abanderada de los derechos humanos se encarg de dar a conocer su rol de vctima del genocidio afirmando que durante aquellos aos poco a poco fueron sacndome las notas importantes o polticas y dejndome solo la lotera o los accidentes[10]. En efecto, tal como lo confiesa Magdalena, parece que su problema con la dictadura obedeca a una mera cuestin vedettstica al opacarse su protagonismo y figuracin en la pantalla televisiva procesista. Como si estos exponentes no bastasen como para desprestigiar (tanto por ideologismo como por hipocresa manifiesta) al staff de la Conadep, se mencion tambin a un extranjero, el Rabino Marshall Meyer de EE.UU. (quien asombrosamente fuera condecorado por el gobierno de Alfonsn con la Orden del Libertador) a pesar de que con anterioridad haba sido expulsado de su comunidad religiosa entre otros cargos, por corrupcin de menores. En efecto, Marshall Meyer fue enjuiciado por el peridico La Voz Juda N 21, noviembre de 1.983- siendo desautorizado moral y pblicamente a ejercer el ministerio rabnico por su conducta amoral. El 15 de octubre de 1.971 en causa N 26.176 instruida en el Juzgado en lo Correccional letra I de la Capital Federal, se dicta Sentencia (posteriormente confirmada por la Excma. Cmara del mismo Fuero el 11 de agosto de 1.972) donde en su parte resolutiva el Magistrado expresa: Aunque cueste creerlo por su investidura, su cultura pblicamente reconocida, su labor religiosa y educacional- el rabino M. Meyer ha sido eje de este lamentable proceso. Con su obrar ha mancillado los honores de su cargo religioso. Lleg a tal punto que hizo conmover la escala de valores de algn joven [...] Este proceso se debe a que M. Meyer haba promovido la corrupcin de menores de edad, ya sea proponiendo requerimientos sexuales, especialmente durante un campamento juvenil realizado en enero y febrero de 1969 en Ro Ceballos (Crdoba). El fallo judicial motiv la intervencin del Consejo Rabnico, quin con la firma del gran rabino Dr. David Kahana, aconsej la separacin de Meyer del medio donde actuaba[11]. Meyer tambin fue expulsado por un tribunal plenario, integrado por los presidentes de: DAIA (Delegacin de Asociaciones Israelitas Argentinas), AMIA (asociacin Mutual Israelita Argentina) y OSA (Organizacin Sionista Argentina) por corrupcin moral de sus alumnos y homosexual[12]. Y quien fue el crneo que influy en la seleccin del no muy destacado staff de la Conadep?, precisamente el inefable marxista Carlos Nino, quien reconoci: Yo jugu un rol activo en la definicin de los miembros de la CONADEP. Yo trabajaba con Jos Ignacio Lpez, un periodista catlico que fue el vocero de Alfonsn en la formacin de la CONADEP. Adems de los personajes antedichos, la Comisin fue integrada por: Gregorio Klimovsky, un marxista epistemlogo de profesin () Hilario Fernndez Long, ex rector de la UBA, que tena un hijo desaparecido (lo que tambin constitua un condicionamiento a su parcialidad); los juristas Ricardo Colombres, propuesto por el presidente de la Corte Genaro Carri y Enrique Rabossi, miembro del grupo de filsofos que asesoraban a Alfonsn. La componan tambin el pastor protestante Enrique Gattinoni, del Movimiento Ecumnico por los Derechos del Hombre y el Obispo de Neuqun Jaime de Nevares (pro marxista),[13] este ltimo, adems, haba trabado sentida amistad con el sacerdote criminal Puigjan, oscuro elemento que un da de enero de 1980 colg la sotana y decidi matar soldados atacando el Regimiento de la Tablada. Vale aclarar que no todos los miembros de la CO.NA.DE.P eran personajes desconfiables, pues tambin la integr el eximio mdico-cirujano Dr. Ren Favaloro, hombre ntegro y desideologizado, quien a poco de andar no vacil en renunciar alegando que la Comisin padeca falta de tica y de objetividad. El libro Nunca Ms El trabajo de la CO.NA.DE.P, se plasm con la edicin del best seller (pagado por los contribuyentes) titulado Nunca Ms, con el que se explic la versin oficial de los hechos ocurridos durante la guerra civil. Desde entonces, el libro de marras (ms nombrado que efectivamente ledo), es abrazado a modo de dogma infalible y el slogan Nunca Ms es insistentemente repetido en cuanto acto o arenga televisiva se refiera al tema. Justamente, el mentado libro comienza con unas lneas en las que se lamenta que las Fuerzas Armadas no hayan actuado en igual forma en que se desempearon en Italia o Alemania contra el terrorismo, lo cual es un parangn improcedente. Ni las Brigadas Rojas Italianas ni el terrorismo alemn contaban con ms de un puado de decenas de miembros; tampoco tenan la capacidad operativa como para atacar guarniciones militares o tomar localidades o Provincias como en nuestro caso. Basta con mencionar que La banda alemana llamada Baader Meinhof nunca cont con ms de medio centenar de combatientes y las Brigadas Rojas apenas si alcanzaba a las trescientas personas[14]. Adems, en esta extravagante comparacin se omite, por ejemplo, que cuando en Italia las Brigadas Rojas asesinaron a Aldo Moro, de inmediato el Parlamento modific las leyes punitivas. Se derogaron las medidas del Cdigo Penal que fueran introducidas de favor en 1.972 y sobrevino una Ley Penal de emergencia a la vez que en el Cdigo de Procedimientos Penal se aplicaron cambios bajo la direccin de los jueces, que fueron quienes marcaron la poltica criminolgica que se presentaba como ms eficaz para combatir al terrorismo introduciendo entre otras reformas normas que aliviaban la situacin de terroristas arrepentidos. Absolutamente todo lo contrario fue lo que ocurri aqu, dado que antes de marzo de 1976 el peronismo provoc un furibundo desmantelamiento jurdico y un estado total de indefensin legal, material y poltico (caritativa amnista mediante a los terroristas en los tiempos de Hctor Cmpora). Uno de los propsitos que se intentaron plasmar en el texto, fue precisamente el de exculpar (adems de a los terroristas) a la dirigencia poltica por los asesinatos de la AAA y por las casi mil desapariciones acaecidas antes del cambio de mando en marzo de 1.976. Para tal fin, el libro incurre en minimizaciones o justificaciones absurdas tales como afirmar que los episodios anteriores al golpe formaron parte de un ensayo llevado adelante en el Operativo Independencia en Tucumn, o que eran algunos antecedentes previos al golpe de estado del 24 de marzo de 1976 o una mera Prueba piloto, tales los inslitos conceptos afirmados por los asalariados de Alfonsn para proteger a la partidocracia. Otro despropsito en el que incurre el Nunca Ms es el de intentar demostrar la existencia de una metodologa diablica digitada desde los altos mandos de las FF.AA. Este ltimo objetivo, adems de no ser logrado, es un desborde de sus propias funciones, ya que el mismo Decreto que cre la CO.NA.DE.P dice: La Comisin no podr emitir juicio sobre hechos y circunstancias que constituyen materia exclusiva del Poder Judicial. Pero quizs la ms grave injusticia en que incurre el informe es analizar los hechos a partir del 24 de marzo de 1.976, cuando va de suyo que el informe debi haberse extendido muchsimo tiempo atrs. En cuanto al humor de la sociedad de la poca (que apoy el golpe y vivi mucho ms distendida y segura que durante el des-gobierno peronista), la pluma de Sbato vuelve a mentir en el Nunca Ms afirmando: En cuanto a la sociedad, iba arraigndose la idea de la desproteccin, el oscuro temor de que cualquiera, por inocente que fuese, pudiese caer en aquella infinita caza de brujas. En rigor de verdad, guste o no, el apoyo del hombre comn era mayoritario, aunque no todos los ciudadanos podan darse el lujo de almorzar con Videla y solicitarle un bao de sangre, prerrogativa que s tena (y de la cual hizo uso) Sbato por entonces. Con lenguaje no exento de recursos impresionables o sensibleros, el libro da por sentado que las vctimas eran todas inocentes y en el prlogo, el ex golpista Sbato dispara: todo era posible: desde gente que propiciaba una revolucin social hasta adolescentes sensibles que iban a villas miseria para ayudar a sus moradores. Todos caan en la redada: dirigentes sindicales que luchaban por una simple mejora de salario, muchachos que haban sido miembros de un centro estudiantil, periodistas que no eran adictos a la dictadura, psiclogos y socilogos por pertenecer a profesiones sospechosas, jvenes pacifistas, monjas y sacerdotes que haban llevado la enseanza de Cristo a barriadas miserables. Y amigos de cualquiera de ellos, y amigos de esos amigostodos, en su mayora, inocentes de terrorismo, o siquiera de pertenecer a los cuadros combatientes de la guerrilla y glorificando a los terroristas agrega: porque estos presentaban batalla y moran en el enfrentamiento o se suicidaban antes de entregarse, y pocos llegaban vivos a manos de los represores. En primer trmino, vale aclarar que los miembros de la CO.NA.DE.P (conforme lo especifica el Decreto que la cre), no tenan por funcin averiguar la culpabilidad o inocencia de los cados, sino indagar por las aparentes violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante la guerra contra el terrorismo. En segundo lugar, la inocencia o culpabilidad de los cados era una situacin de hecho que la CO.NA.DE.P nunca investig (ni le corresponda), por lo tanto la ignoraba total y absolutamente. Con qu elementos de juicio emiten tamaa afirmacin entonces?. Con ninguno. No hubiese sido ms propio de una comisin neutral mantenerse equidistante de estas valoraciones infundadas?. Tngase en cuenta que la CO.NA.DE.P slo recogi datos de familiares y amigos de los desaparecidos y en estos parcializados relatos bas la totalidad de su obra. Asimismo, el fragmento del prlogo transcripto ms arriba que manifiesta que los desaparecidos eran cndidos jovenzuelos, se contradice con lo afirmado por el propio Sbato el 18 de febrero de 1.981 al diario El Pas de Madrid: qu duda cabe: el terrorismo (argentino) cometi crmenes abominables, incluyendo los perpetrados por la Triple A, que jams fueron castigados. De los miles de desaparecidos, muchos fueron culpables de viles atentados[15] Los Juicios alfonsinistas Cul fue el objetivo del trabajo CO.NA.DE.P? Todo indica que obrar de antesala de un fallo condenatorio a los jefes de las FF.AA en el pendiente juicio que ya estaba decretado y virtualmente sentenciado en forma inconstitucional por el Poder Ejecutivo Nacional. En efecto, dos das antes de dictar el Decreto que orden crearla, Alfonsn emiti otro (el 158/83) que puso en marcha ante la Justicia Civil el proceso (cuando debi aplicarse la Justicia Militar) contra la Junta de Comandantes por los hechos ocurridos durante la guerra revolucionaria. Pese a que el Nunca Ms, jurdicamente no prueba absolutamente nada, fue la base sobre la que se fundament la parodia del juicio que terminara con la condena (decretada virtualmente por el P.E.N) de cinco ex comandantes de las FFAA. El ya citado Decreto 158/83, en flagrante violacin a los ms elementales principios jurdicos de Occidente, no dispone que se investigue la presunta comisin de delitos, sino que directamente supone su existencia, asumiendo Alfonsn facultades judiciales inadmisibles. En efecto, el Decreto dice taxativamente en sus considerandos Que la Junta Militar usurp el gobierno de la Nacin el 24 de marzo de 1976. A esta afirmacin le falt agregar que la usurpacin se efectu conjuntamente con la U.C.R a la cabeza, el resto de los partidos y el respaldo de todos los sectores sociales. Seguidamente, el Decreto agrega que los mandos orgnicos de las fuerzas armadas que se encontraban en funciones a esa fecha concibieron e instrumentaron un plan de operaciones contra la actividad subversiva y terrorista, basado en mtodos y procedimientos manifiestamente ilegales. Si fue legal o no, es materia que debe definir la Justicia y no Alfonsn en su Decreto inconstitucional. Adems cabe preguntarse si antes del citado 24 de marzo se respet la legalidad. Si no es as, por qu los delitos cometidos con anterioridad han sido exculpados?. Luego, el Decreto incurre en la malicia de no decir que quienes concibieron e instrumentaron un plan de operaciones contra la actividad subversiva y terrorista no fueron las FF.AA. sino el rgimen peronista (consentido por la U.C.R) entre 1.974 y 1.975, a lo que cabe agregar que antes del 24 de marzo de 1976 los desaparecidos ya eran 908 y los crmenes de la AAA ascendan a 500. Siguiendo con esta flagrante afrenta a la verdad histrica y a la Constitucin Nacional, Alfonsn (siempre usurpando facultades judiciales) decret que entre los aos 1976 y 1979 aproximadamente, miles de personas fueron privadas ilegalmente de su libertad, torturadas y muertas. Cabe agregar que adems de entrometerse en sentencias que slo puede dictaminar la Justicia, como vemos, Alfonsn prosigue (a travs del Decreto) la mentira diciendo que dicha accin nace en marzo 1.976, a efectos de salvar el pellejo a sus colegas de la partidocracia. Luego, esta argucia poltico-ideolgica disfrazada de Decreto humanista persiste juzgando ilegalmente al sentenciar que en el curso de las operaciones desarrolladas por el personal militar y de las fuerzas de seguridad se cometieron atentados contra la propiedad de las vctimas, contra su dignidad y libertad sexual y contra el derecho de los padres de mantener consigo a sus hijos menores. Y con respecto a la legislacin dictaminada durante el gobierno provisional para combatir al terrorismo, el Decreto afirma que son insanablemente nulas las normas de facto. O sea, Alfonsn deshecha la normativa antiterrorista por provenir de un gobierno de facto (siempre integrado por numerosos radicales que durante la Presidencia de Videla comandaron 310 Intendencias, adems de Embajadas y Gobernaciones), aunque sin embargo, durante su gestin, Alfonsn se vali absolutamente de toda la legislacin emitida durante los casi ocho aos de gobierno provisional y slo descart en el Decreto en cuestin aquella que contemplaba operaciones antiterroristas, argumentando su invalidez por su origen. Esta fundamentacin resulta indefendible, ya que por ejemplo, hasta el artculo 14 bis de la Constitucin Nacional es de facto (colocado en 1.957 por la Revolucin Libertadora), y a nadie se le ocurrira derogarlo (mucho menos Alfonsn, dado el contenido populista de esa clusula). Con esto queremos decir que Alfonsn, de la legislacin de facto slo le quit validez a la antiterrorista y no al resto; por ende, su argumentacin no peca por absurda, sino por abiertamente maliciosa. Pero el cmulo de irregularidades no cesaba all y entre los dislates ms famosos, el Decreto determin Que para el enjuiciamiento de esos delitos es aconsejable adoptar el procedimiento de juicio sumario en tiempo de paz, lo cual es una felona, puesto que en todo caso, la legislacin aplicable es la prevista para tiempos de guerra, ya que incluso al mismo Tribunal que luego por Decreto presidi el Juez len Arslanin no le qued ms remedio que sentenciar: cabe determinar que s hubo una guerra; de modo que la legislacin en tiempos de paz es ilegal e inaplicable al caso de marras. Esta disquisicin resulta clave, puesto que en lugar de juzgar los hechos a la luz de los procedimientos y formas previstos para tiempos de guerra (es decir, bajo la contemplacin de los cdigos de Justicia Militar) se aplic la normativa destinada a regir en tiempos de paz (la Justicia Civil) y a modo de ejemplo, tengamos en cuenta que el hecho de tomar un prisionero de guerra (perfectamente consentido en la Justicia Militar) es tipificado en la Civil como privacin ilegtima de la libertad. Seguidamente, se incurri en otro atentado inconstitucional al aplicar leyes ex post facto (despus del hecho del proceso) ya que el Decreto reza: se prev enviar inmediatamente al Congreso un proyecto de ley agregando al procedimiento militar un recurso de apelacin amplio ante la justicia civil y tal como se desprende del mismo, se orden expresamente qu es lo que deba disciplinadamente legislar el Congreso posteriormente. Siendo que los Poderes son Independientes, el Ejecutivo no puede decretar ni dictaminar, ni siquiera insinuar qu es lo que se debe o no hacer en el Parlamento. Obviamente, el obediente Congreso legisl de inmediato y sancion las leyes 23.040 y 23.049, lo que una vez ms pone de manifiesto el espritu de teatralizacin en cierne, conformada por arreglos previos entre los poderes que conformaron un verdadero contubernio habilidosamente disfrazado de ceremonia cvica. Estas leyes, en evidente afrenta a la Constitucin Nacional, se aplicaron ex post facto, violando el artculo 18 de nuestra Carta Magna, que reza: Ningn habitante puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso Luego de los considerandos de contenido ilegal que acabamos de ver, pasemos a recordar que Alfonsn inconstitucionalmente decret: Art.1: Somtase a juicio sumario ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a los integrantes de la Junta Militar que usurp el gobierno de la Nacin el 24 de marzo de 1976 y a los integrantes de las dos juntas militares subsiguientes. El Presidente jams puede ordenar que se someta a juicio a ningn ciudadano, pues ello es facultad exclusiva del Poder Judicial; as el artculo vuelve a poner de manifiesto la intromisin del Poder Ejecutivo, no slo en asuntos del Poder Judicial, sino tambin del Legislativo al que seguidamente le ordenara en el Art.3: La sentencia del tribunal militar ser apelable ante la Cmara Federal en los trminos de las modificaciones al Cdigo de Justicia Militar una vez sancionadas por el H. Congreso de la Nacin el proyecto remitido en el da de la fecha.Y cmo sabe Alfonsn si el Legislativo lo va aprobar o no? No es acaso el Legislativo un poder separado e independiente del Ejecutivo? Cmo sabe Alfonsn cules sern los alcances de la eventual votacin parlamentaria?. En efecto, todo estaba inconstitucionalmente planeado, parodiado y calculado. Seguidamente y a efectos de hacerse pasar por neutral, el Presidente/desertor emiti otro Decreto (157/83) en el que inclua en acusaciones similares a siete dirigentes de la subversin: Mario Eduardo Firmenich, Fernando Vaca Narvaja, Ricardo Armando Obregn Cano, Rodolfo Gabriel Galimberti, Roberto Cirilo Perda, Hctor Pedro Pardo y Enrique Gorriarn Merlo. Curiosamente todos ellos se encontraban viviendo fuera del pas y con nulas posibilidades de ser detenidos (de un lado se acusaba a miles de militares y por el otro a siete terroristas). En los considerandos mismos de este ltimo Decreto se advierte la absoluta parcialidad ideolgica y la manipulacin de la historia, ya que all se emiten declaraciones respecto a los terroristas (que atentaron contra la democracia cometiendo ms de 6000 atentados entre mayo del 73y marzo del 76) totalmente condescendientes y hasta por momentos de cierta justificacin al pronunciar que la actividad de esas personas y sus seguidores, reclutados muchas veces entre una juventud vida de justicia y carente de la vivencia de los medios que el sistema democrtico brinda para lograrla (esta afirmacin es falsa, puesto que el terrorismo es anterior al gobierno de facto de 1.976) y luego, al referirse al estado de violencia que se viva, se afirma que la instauracin de un estado de cosas como el descripto deriv asimismo, en la obstruccin de la accin gubernativa de las autoridades democrticamente elegidas, y sirvi de pretexto para la alteracin del orden constitucional por un sector de las Fuerzas Armadas que, aliado con representantes de grupos de poder econmico y financiero usurp el gobierno (falt agregar que entre los aliados de los usurpadores se destacaba la UCR, el Partido de Ral Alfonsn). El Decreto mendaz, seguidamente dice (sin pruebas ni sentencia) que el actuar represivo del gobierno de facto no se limit al combate antiterrorista sino que se extendi a sectores de la poblacin ajenos a aquella actividad, y con descaro infrecuente arremete alegando que dicha represin a los terroristas vino a funcionar como obstculo para el enjuiciamiento, dentro de los marcos legales y que la situacin no dej margen para la investigacin de los hechos delictivos con arreglo a la ley. Resulta sumamente curioso que Alfonsn se queje de que los terroristas no tenan marcos legales para su defensa, puesto que cuando los hubo (entre 1.971 y 1.973), l mismo, en su calidad de abogado defensor de terroristas del E.R.P que secuestraron y asesinaron a Oberdan Sallustro (causa 305) presentaba en sus escritos argumentos para la defensa que se basaban en cuestionamiento de la competencia de la Cmara Federal en lo Penal de la Nacin, destinada exclusivamente a la represin de los delitos polticos del rgimen de turno, aclarndose que este, es el pensamiento comn de los defensores sobre el particular (Fs.124)[16]. Ntese que por entonces Alfonsn cuestion su legitimidad, y luego dijo que la guerrilla deba combatirse dentro de un marco jurdico; y como vemos, cuando hubo tal marco, lo deslegitim y combati. Adems, vale recordar que la dificultad sealada consistente en no dejar margen para la investigacin de los hechos delictivos con arreglo a la ley es culpa exclusiva de dirigentes polticos irresponsables como Alfonsn y sus amigos de la U.C.R, que derogaron la ley represiva, anularon la Cmara Federal Penal, y amnistiaron a los terroristas procesados o condenados conforme a derecho en mayo de 1.973. Cabe destacar que esta accin poltica dirigida al revanchismo violentando y desatendiendo la mismsima Constitucin Nacional no se constituy en un mero descuido leguleyo, sino que obedeca a una calculada estrategia ilegal inspirada por Alfonsn y su principal asesor en la materia, el pensador gramsciano Carlos Salvador Nino, quien sostena antijurdicamente que Alguna forma de justicia retroactiva por violaciones masivas a los derechos humanos brinda un sustento ms slido a los valores democrticos[17]. Lo que equivale a decir que a efectos de brindar sustento a la sacrosanta Democracia, a la vigencia de los Derechos Humanos y a los principios constitucionales, haba justamente que violar y desatender por completo dichos derechos. La Composicin del Tribunal y la Fiscala Siguiendo con el kilomtrico rosario de atropellos legales, Alfonsn arm inconstitucionalmente- una Cmara Federal de Apelaciones ad hoc conformada por amigos, que juzg y conden a los ex Comandantes. Esta cofrada tuvo el carcter de una comisin especial (prohibida por el artculo 18 de la Constitucin Nacional), que sac a los imputados de los jueces naturales en una inslita maniobra pseudo-jurdica. El ya citado Nino (personaje clave en esta farsa), a modo de justificacin ante la alevosa en cuanto al trato de amistad y familiaridad existente entre el gobierno y la comisin especial que teatralizaba de Tribunal independiente, afirm: los jueces en los tribunales claves eran amigos cercanos de la administracin pero se disculpa alegando que de todos modos los dos tribunales (La Corte y la Cmara Federal) mantuvieron un alto grado de independencia.[18] Qu significa alto grado de independencia?. Se es independiente o no se es independiente. El caso es que los miembros de esta comisin especial inconstitucional, lejos de ser independientes, constituan un contubernio de asalariados subordinados del rgimen que, luego del juicio, el grueso de ellos obtuvieron diversos premios y recompensas por parte del gobierno central (tal como luego lo veremos). Como caricaturesca nota de color de la farsa en cuestin, vale aclarar que los siete miembros del Tribunal haban sido antes funcionarios judiciales del mismsimo Proceso de Reorganizacin Nacional, sin que estos jams obraran de oficio ante la eventualidad de alguna presunta violacin a los Derechos Humanos. En cuanto al Fiscal del juicio, el encargado de ocupar ese papel fue el Dr. Julio Strassera, quien entusiastamente colabor histrinicamente con la mentada comisin especial que juzgaba a los Comandantes. Con respecto a este ltimo, vale tambin destacar que fue nombrado por Videla como Fiscal Federal el 23 de abril de 1.976 a cargo de la Fiscala en lo Criminal y Correccional N 3 con asiento en la ciudad de Buenos Aires[19]. Tcnicamente, son los fiscales y no los jueces los que reciben las denuncias y luego las elevan a juicio, pero no se conoce que Strassera haya efectuado denuncias por desapariciones o violaciones a los DD.HH. durante el gobierno de facto. Es ms, para advertir la flexible moral del mencionado personaje, cabe destacar que cuando obraba de Fiscal durante el genocidio, llev adelante dictmenes judiciales avalando a la Junta de Gobierno Provisional, reafirmando y reconociendo expresamente el rango de legitimidad constitucional de la misma, y rechazando pedidos de habeas corpus de detenidos, tal como se puede advertir por ejemplo en el caso del ex Gobernador de Santa Cruz Jorge Cepernic, en la causa Cepernic Jorge C/ Estado Nacional, en la que Strassera dictamin que debido al carcter constitucional de las Actas Institucionales[] necesariamente ha de coincidirse en que la privacin de la libertad impuesta al beneficiario de este recurso encuentra su legitimidad en la misma Constitucin Nacional indudablemente reformada por el Estatuto para el Proceso de Reorganizacin Nacional y el Acta y que esta ltimaconstituye una norma de idntica jerarqua que la contenida en el art.23 de aquella, en cuanto faculta al Poder Ejecutivo Nacional para arrestar personas a su exclusiva disposicin, en tanto las circunstancias excepcionales por las que atraviesa el pas as lo aconsejen. Como Strassera sostena que el Estatuto del Proceso de Reorganizacin era equiparable a la Constitucin Nacional misma, agregaba que impugnar la Resolucin n 2 de la Junta Militar resulta inadmisible, pues ello equivale a afirmar que la Constitucin es inconstitucional. En cuanto a la detencin de Cepernic, Strassera la avala totalmente y agrega que encontrndose Jorge Cepernic legtimamente detenido, opino que corresponde tanto el rechazo de la presente accin de habeas corpus, como la excesiva peticin a que me he referido en el prrafo precedente[20]. Como frutilla del postre de la parodia descripta, vale agregar que varios de los tteres que participaron del culebrn jurdico (o antijurdico) en cuestin, fueron premiados por el gobierno de Alfonsn, y as Strassera fue compensado y galardonado con una cmoda estada como Embajador especial en Europa. En cuanto a los jueces del Tribunal, DAlesio fue nombrado procurador general del tesoro, Gil Lavedra Subsecretario del Interior, Ledesma abogado del Banco Central, y Arslanin beneficiado por el Banco Hipotecario Nacional[21]. Para no ser injustos, no podemos dejar de mencionar al adjunto de Strassera, el Dr. Luis Moreno Ocampo, por entonces joven abogado, quien tras ganar fama televisiva, se le abrieron las puertas al mundo de la farndula y posteriormente pudo darse el gusto de conducir por TV un programa que competa a la hora de la tarde con los magazines chimenteros. El programa conducido por Moreno Ocampo, en rigor de verdad era un abominable talk show llamado Forum en el cual el jurisconsulto parodiaba de juez o amigable componedor, y dirima contiendas de lo ms desopilantes (tal el caso de dos travestis que al divorciarse se disputaban la tenencia de un loro, o el conflicto suscitado por unos ciudadanos que se hallaban profusamente molestos y agraviados porque sus vecinos colindantes emanaban por las noches sonoras flatulencias que impedan el buen dormir). Seguidamente, Moreno Ocampo pega un nuevo salto, y muta de la TV Basura a Fiscal del Universo, desempendose como tal en la Corte Internacional de Justicia. Cabe aclarar que tambin colaboraron con la fiscala en el juicio, el Dr. Anbal Ibarra, ex Secretario General de la Federacin Juvenil Comunista y futuro Jefe de Gobierno (postulado primero en carcter de delarruista y reelecto despus en carcter de kirchnerista), devenido en 2.006 en muerto poltico al ser destituido mediante Juicio Poltico por ser considerado intil y responsable por la Tragedia de Cromagnon (donde murieron 192 jvenes). Y quin fue el abogado defensor de Ibarra durante el Juicio Poltico que lo destron?, el inefable Julio Strassera. Dios los cra y el Diablo los amontona. Durante el juicio, las declaraciones testimoniales presentadas por la parte acusadora, aparecieron teidas en su mayora de un inters marcadamente ideolgico, en donde Los testigos eran trados desde Europa con todo pago, para declarar contra los acusados[22]. En este contexto, el Tribunal (es decir, la comisin especial inconstitucional) se neg repetidas veces a inquirir, conforme lo solicit la defensa, acerca de los antecedentes y actuacin poltica de los testigos en los movimientos subversivos. Con esta negativa, se mancill otro derecho ms, que constituye el principio de ampliacin de la prueba en detrimento del derecho de defensa en juicio. El proceso judicial fue llevado a cabo a toda velocidad, en medio de una formidable campaa publicitaria y sin la ms mnima sorpresa para nadie en cuanto a la decisin que la comisin especial (que remedaba de Tribunal imparcial) tomara el 9 de diciembre de 1.985. Como corolario, el juicio fue rubricado con el jubiloso abrazo (posado para la T.V y la foto) del ex Fiscal procesista Strassera con su adjunto Moreno Ocampo. Estas y otras manipulaciones dolosas y/o culposas contaron con otras atrocidades tales como: no existi un proceso legal; la Cmara import ser una comisin especial (prohibida por el artculo 18 CN); se sac a los procesados de los jueces naturales designados por ley antes del hecho de la causa (prohibido tambin por el citado artculo); se impuso adems una pena inexistente en el Cdigo Penal y, bajo el amparo de leyes aplicadas ex post facto, se sufri el yugo de un Tribunal enrolado en parcialidad manifiesta. El diario La Prensa informaba: El Presidente asumi funciones judiciales y habra violado el Artculo 95 de la Constitucin Nacional (10-5-88). Del mismo modo, el destacado jurisconsulto Alberto Rodrguez Vrela afirmaba que se viol el derecho de defensa y la garanta del Juez natural, as como el principio de irretroactividad de la Ley Penal y el precepto que exige que todo proceso se funde en Ley anterior a los hechos de la causa y agreg que se dej cesantes a todos los jueces federales y nombr a otros que homologaron el designio de condena del Decreto 158/83. El gobierno arm y puso en marcha un mecanismo que tiende a destruir a las Instituciones Armadas[23]. Pero este galimatas antijurdico al servicio de la vindicta no es de extraar, puesto que, cuando Alfonsn fue abogado de la guerrillera del E.R.P Silvia Ins Urdampilleta (por el secuestro de Sallustro), dentro de los argumentos esgrimidos aleg el estado de guerra y conforme fundament su defensa, los subversivos no son delincuentes sino combatientes, integrantes de un Ejrcito Revolucionario del Pueblo, alzado en armas en rebelin abierta, en operaciones, en sntesis fue una guerra[24]. Pero la imputacin que cupo a Ral Alfonsn no se agotaba en que haya obrado como defensor de esta clula criminal (ello en definitiva no es ms que el ejercicio inmoral de la profesin pero ejercicio legal al fin), sino como integrante presunto de la banda, pues se present una denuncia ante el Congreso Nacional con el respaldo de diversos diputados en la que el entonces Presidente Alfonsn fue sindicado nada ms y nada menos que como actor en la negociacin por la liberacin de Oberdan Sallustro como un verdadero hombre del ERP. Esto tiene que salir a la luz de cualquier modo e impedir de inmediato que siga usurpando un poder que obtuvo con engao. Nos referimos a un episodio tal vez prescripto para el derecho criminal, pero no se ha extinguido ni en lo moral ni en lo poltico. De todos modos la denuncia-peticin ha sido dirigida al Presidente de la Cmara de Diputados de la nacin y ser entonces el Diputado Moreau quien deba darle curso y trmite correspondiente [25]. Pero resulta que Moreau (segn lo confirma el montonero Miguel Bonasso en su libro Diario de un Clandestino), por intermedio de Alfonsn trabaj en los aos 70 con Montoneros en el diario Noticias (financiado con fondos obtenidos por secuestros extorsivos). Y qu pudo haber hecho Moreau ante esta denuncia: darle curso o archivarla?. Saque conclusiones el lector. Las vinculaciones de Alfonsn con la guerrilla no se reduciran a simpatas ideolgicas o a vnculos profesionales, sino tambin familiares, puesto que haba tenido que recurrir aos antes a su amistad con el Ministro del Interior de Videla, general Albano Arguindeguy, compaero suyo del Liceo Militar General San Martn, para salvar la vida de su propia hija, miembro del ERP, capturada por los militares[26]. El favor fue concedido y se facilit el exilio de su hija, lo que segn autorizadas voces, ocasion que Arguindeguy nunca fuera molestado durante el revanchismo alfonsinista en este juicio arbitrario que estamos comentando. En definitiva, ha sido tan evidente esta ruin operacin poltico-revanchista con vestimenta jurdica, que hasta reconocidos montoneros tuvieron que admitir que el juicio era una pantomima innecesaria, tal como lo manifest la guerrillera Alicia Pierini, quien criteriosamente manifest: cuestion que se viera enmarcado dentro del mbito penal lo que haba sido una lucha poltica, con crmenes de guerra, pero lucha poltica. Cuando se hace el juicio a las juntas en el 85, yo cuestion que esto jurdicamente no tendra destino, que sera un hecho poltico con formato jurdico. Porque en derecho penal hay autores, coautores, cmplices, encubridores. Si seguamos aplicando el derecho, ac no quedaba nadie en pie o por lo menos medio pas iba a tener que sentarse en el banco de los acusados[27]. En sntesis, la parodia antijurdica se apoy en cuatro aristas dantescas: 1) Este asalto fue llevado a cabo por el gobierno nacional en manos de la U.C.R, el partido que precisamente con mayor ahnco impuls el golpe y obtuvo rcord de funcionarios durante el gobierno de Videla. 2) Se juntaron y reunieron testimonios a efectos de elevarlos para enjuiciar a los Comandantes, cuyas compilaciones fueran elaboradas por la CO.NA.DE.P presidida por Ernesto Sbato, ex golpista y compaero de almuerzos de Videla. 3) Con el Decreto inconstitucional de Alfonsn, se utilizaron estos testimonios para forjar la acusacin del Fiscal Julio Strassera, ex Fiscal y Juez del Proceso nombrado por Videla 4) El Tribunal (o sea, la comisin especial inconstitucional) que en cumplimiento del decreto de Alfonsn conden a los Comandantes, estaba conformado por siete jueces (los Dres. Edwin Torlasco, Andrs Dlessio, Guillermo Ledesma, Jorge Valerga Araoz, Jorge Ricardo, Gil Lavedra y el conspicuo Len Arslanin) que tenan un risueo denominador comn: fueron unnimemente relevantes funcionarios judiciales del gobierno de Videla. En verdad, la parodia montada por el Alfonsn y sus nuevos amigos fue tan tragicmica, que no falt algn ocurrente que (mitad en serio, mitad en broma) dijera que el juicio (impulsado por los videlistas de ayer) se haba constituido en una disputa interna de procesistas contra procesistas. La Conadep del Siglo XXI Con estas arbitrariedades e ilegitimidades pretende la oposicin enjuiciar a la delincuencia kirchnerista?. No se le ocurre proponer algo ms transparente y elevado que abrevar en oscuras comisiones integradas por arribistas y personajes ms cuestionados todava?. Ser posible que a la oposicin nunca se le caiga una idea y que cuando al fin se le cae una, resulta ser una propuesta consistente en emular a una desdichada cofrada burocrtica compuesta por comunistas, trnsfugas y oportunistas que obraron de manera irregular y totalmente funcional a la guerrilla castrista de los aos 70?. Seores de la oposicin, a la corrupcin se la combate reinstaurando el Estado de derecho, todo lo dems es show. En efecto, o vayan por le recuperacin de las instituciones seriamente o vayan por un casting en Bailando por un Sueo, pero ambas cosas al mismo tiempo son irreconciliables NOTAS
[1] (In Memoriam- T III) [2] Citado en Responsabilidad Compartida Garca Montao -254, Memorias tras los dientes del perro, Helvio Botana H B [3] Crtica de las ideas polticas argentinas Juan Jos SebreliSudamericana Buenos Aires, 2002 [4] Silencio de Mudos Leandro Viotto pg. 30 [5] Aos de Terror y Plvora, Guillermo Rojas, pg. 162 [6] el 27, de mayo 1983, diario La Nacin Guillermo Rojas 30.000 Desaparecidos, Mito, Dogma o Realidad pg 296 [7] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Pern. Soldados de Duhalde? Pgina 79 [8] Vigo Leguizamn -Amar al enemigo, pg 324 [9] Responsabilidad Compartida-Garca Montao 240 [10] Responsabilidad Compartida -Garca Montao 241 [11] La Otra Campana del Nunca Ms (Miguel Etchecolatz [12] Los Increbles Radicales-M. H. Laprida, 249 [13] Guillermo Rojas 30.000 Desaparecidos, Mito, Dogma o Realidad? 331 [14] Carlos Manuel Acuna Por Amor al Odio Tomo II, pag 114 [15] Responsabilidad Compartida Garca Montao 257 [16] Cabildo -La Subversin Est en el Poder -2Epoca, Ao X, N 93, 08/10/1985 [17] Guillermo Rojas 30.000 desaparecidos, mito dogma o realidad. 323 Juicio al Mal Absoluto. [18] Guillermo Rojas. 30.000 Desparecidos Mito Dogma o Realidead, 327 [19] Strassera Dr. Ricardo Curuchet Revista Cabildo 2006 [20] Despacho n 39.986 Fiscala 19 de marzo de 1979.- Julio C. Strassera Fiscal Federal) (Dictamen Dr. Julio. Strassera en el Habeas Corpus a favor de Jorge Cepernic Juzgado Federal N 2 Secretaria N 5 de la Capital Federal/ Autos Cepernic Jorge C/ Eestado Nacional Juzgado Constencioso Aadministrativo Federal N 1, Secretara N 1. [21] La Prensa, 2/3/1989 Gabril Tabeada Los Increbles Radicales M.H. Laprida, 116. [22] Curiosidades-Cosme Beccar Varela-1991 [23] La Prensa 10-5-1988- citado en Los Increbles Radicales M. H. Laprida [24] Diario La Prensa, ejemplar 4/9/85 [25] LA PRENSA 6/7/89 Los Increibles Radicales M. H. Laprida pg. 83 [26] Guillermo Rojas, 30.000 Desaparecidos, Mito, Dogma o Realidad, 271 [27] Viviana Gorbato. Montoneros. Soldados de Menem. Soldados de Duhalde?- Pgina 122 Fuente: http://www.laprensapopular.com.ar/13799/la-conadep-un-organismo-infame-que-ahora-se- pretende-imitar-por-nicolas- marquez?utm_medium=Email&utm_source=Newsmaker&utm_campaign=Newsmaker%20- %20conadep%20-%2022-05-2014