Este documento analiza la cultura escrita del quechua en Bolivia en el contexto del nuevo gobierno que ha dado oficialidad a las lenguas indígenas. A pesar de esta nueva política lingüística, el quechua parece estar retirándose de espacios formales ya ganados y se mantiene principalmente en forma oral. El documento explora por qué no se ha traducido este proceso político en un fortalecimiento de la lengua y cultura escrita del quechua, a pesar de que la mayoría de la población boliviana ahora está en el
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Este documento analiza la cultura escrita del quechua en Bolivia en el contexto del nuevo gobierno que ha dado oficialidad a las lenguas indígenas. A pesar de esta nueva política lingüística, el quechua parece estar retirándose de espacios formales ya ganados y se mantiene principalmente en forma oral. El documento explora por qué no se ha traducido este proceso político en un fortalecimiento de la lengua y cultura escrita del quechua, a pesar de que la mayoría de la población boliviana ahora está en el
Este documento analiza la cultura escrita del quechua en Bolivia en el contexto del nuevo gobierno que ha dado oficialidad a las lenguas indígenas. A pesar de esta nueva política lingüística, el quechua parece estar retirándose de espacios formales ya ganados y se mantiene principalmente en forma oral. El documento explora por qué no se ha traducido este proceso político en un fortalecimiento de la lengua y cultura escrita del quechua, a pesar de que la mayoría de la población boliviana ahora está en el
Este documento analiza la cultura escrita del quechua en Bolivia en el contexto del nuevo gobierno que ha dado oficialidad a las lenguas indígenas. A pesar de esta nueva política lingüística, el quechua parece estar retirándose de espacios formales ya ganados y se mantiene principalmente en forma oral. El documento explora por qué no se ha traducido este proceso político en un fortalecimiento de la lengua y cultura escrita del quechua, a pesar de que la mayoría de la población boliviana ahora está en el
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Revista Pgina y Signos 2008 Ao 1 Nmero 3, 133-158.
Cultura escrita quechua en Bolivia: contradiccin en los tiempos del poder Inge Sichra 1
Resumen La mayoritaria de las lenguas indgenas en Sudamrica se ha mantenido vital en un campo de tensiones histricas, sociales, polticas, educativas caracterizado por mltiples contradicciones. Una de estas tensiones, referida a su prctica escrita, es resaltada en este trabajo: A dos aos de instaurado un gobierno que torn oficial lo no hegemnico, lo subalternizado, lo popular y mayoritario, legislada por la Asamblea Constituyente la oficialidad de las 36 lenguas del pas y la obligatoriedad del bilingismo castellano/lengua indgena de los funcionarios pblicos y de administracin en el proyecto de Nueva Constitucin de diciembre de 2007, el quechua parece retirarse de espacios formales ya ganados y es mantenido en una condicin de oralidad por sus mismos hablantes, en primera instancia, sin que se propicie la prctica de escritura, la creatividad lingstica, la adecuacin a nuevas funciones sociales y hasta su uso por sectores ahora en el poder. Tan auspicioso proceso social para la transformacin social, poltica y lingstica como el boliviano no se traduce en fortalecimiento lingstico ni desarrollo de la cultura escrita.
Palabras claves: escrituralidad en lenguas indgenas, planificacin lingstica, derechos lingsticos, educacin intercultural bilinge, lengua de poder.
1. A manera de introduccin
1 Fundacin para la educacin en contextos de multilingismo y pluriculturalidad FUNPROEIB Andes [email protected]
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Como lengua originaria, el quechua simboliza la reivindicacin poltica, territorial, jurdica, organizativa, cultural de la mayora indgena del rea andina, seguido por el aimara. A pesar de ser Bolivia un pas mayoritariamente urbano (62% de su poblacin vive en poblaciones con ms de 2000 habitantes), el ltimo censo establece un alto grado de bilingismo en el pas: de acuerdo al Censo Nacional de 2001 (INE 2002), el 40.8 % de la poblacin mayor de 6 aos es bilinge, 46.8 % es monolinge castellano y 11.1 % monolinge en lengua indgena. 27.6% de la poblacin total o 2.281.198 personas hablan quechua, 18.5% de la poblacin total o 1.586.547 personas hablan aimara. Gracias al fenmeno de la migracin del campo a las ciudades y capitales de departamento, pero tambin debido a la particular historia colonial de algunas ciudades como Cochabamba, el espacio urbano se constituye en espacios de reproduccin de culturas y lenguas andinas 2 . Adems de su presencia oral en los espacios pblicos y en algunos medios de comunicacin radial y televisiva en ciertas horas, el quechua ha ingresado a espacios formales como la educacin pblica y privada a travs de la educacin intercultural bilinge en las modalidades establecidas por la Reforma Educativa, donde se han producido, publicado y difundido materiales didcticos y textos de tradicin oral en quechua. Tmidamente, pero con cada vez ms fuerza, es enseado en universidades pblicas de Cochabamba y Chuquisaca y tambin en universidades e instituciones privadas. En el plano de expansin lingstica y expansin de espacios de uso, y aunque puntualmente, el quechua ha ingresado a la academia a travs del PROEIB Andes en la Universidad Mayor de San Simn con la produccin escrita de captulos de resumen en tesis de maestra, ensayos y exposiciones orales. La Normal Catlica en Cochabamba ofrece una especialidad a nivel
2 En otros trabajos (Sichra 2005a, 2006b) exploramos cmo el quechua ha ganado, por ejemplo, a la ciudad de Cochabamba y a sus pobladores mestizos imprimindole un carcter bilinge por excelencia (la mitad de la poblacin cochabambina declar en el censo de 2001 ser bilinge, mientras que 46% afirm ser monolinge castellano y 2.5% monolinges quechua o aimara). 3 tcnico superior Profesor de idiomas quechua ingls para maestros de educacin secundaria desde 2007, la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca es pionera de esta especialidad a nivel de licenciatura desde hace ms de una dcada. El panorama ecolgico del quechua, como tambin del aimara, se ha enriquecido gracias a la reemergencia de la multietnicidad y su valor poltico en el nuevo escenario jurdico del pas. Desde enero de 2006, el Estado en Bolivia es gobernado por sectores adscritos a corrientes de izquierda, populistas y asistmicas que incluyen a la otra Bolivia, la india, la mayoritaria e histricamente excluida del poder, la subalterna. La identificacin con lo indgena, en nuestro caso, lo quechua (y tambin lo aimara!) refleja una actitud de orgullo originario que los no indgenas llegan a sentir como una afrenta 3 Cmo repercute esta histricamente novedosa constelacin de fuerzas en el comportamiento lingstico quechua en Bolivia? Qu rol adquiere la cultura escrita en la reivindicacin tnica y poltica de este empoderado sector poblacional? En este trabajo busco aclarar varias ideas vagas que se tienen como verdades a partir no de la teorizacin de esas ideas sino de la confrontacin con la realidad. Una idea vaga fuertemente promocionada es que la escritura en lenguas indgenas es no solamente un derecho sino un sine qua non para la pervivencia de las lenguas indgenas. Y por esta razn, ese derecho hay que introducirlo aunque sea a la fuerza, convenciendo a los pueblos indgenas que deben escribir sus lenguas (por su bien!). Otra idea es que los derechos lingsticos de por s generan acciones lingsticas por los mismos sujetos que pelearon por esos derechos. Tambin me interesa detenerme en la prctica detrs de dos ideas que no son supuestas verdades sino una especie de apuestas. Una es que la condicin de lengua minorizada se desdibuja o se supera cuando sus hablantes dejan de ser una minora (no en el sentido
3 Las plenarias de la Asamblea Constituyente instalada en agosto del 2006 fueron un espacio privilegiado para recrear esta situacin, por ejemplo, cuando una representante no indgena de Santa Cruz en la regin de tierras bajas se indign con si quiere hablar, que aprenda a hablar en castellano a raz de la intervencin en quechua de la constituyente Isabel Domnguez en quechua. 4 numrico sino en el sentido sociolgico). Y relacionada con esto, la otra apuesta es que cuando el estado asume las polticas lingsticas y educativas demandadas por las organizaciones indgenas y populares, stas estn garantizadas y favorecen a las lenguas indgenas.
2. Encontrando la cultura escrita en quechua en Bolivia La historia reciente de cultura escrita 4 en lengua indgena en la Bolivia andina est ntimamente ligada a la educacin popular y la educacin intercultural bilinge. Ambas vertientes tuvieron su origen y su auge entre los aos 80 y 90 como espacio de lucha reivindicativa a favor de las lenguas y conocimientos indgenas y que fueron recogidas por sendos gobiernos. Ambas han instrumentalizado cada una, con su propio objetivo, la escrituralidad; finalmente, ambas estn fatalmente imbricadas por contradicciones propias de las polticas educativas nacionales que las acogieron e implementaron. Conviene recordar aqu que desde el acoso del naciente estado liberal a las tierras comunales en el siglo XVIII y la expansin de la hacienda en el siglo XIX, fue imperativo protegerse y luchar por la propiedad tradicional y aprender a leer y escribir en castellano pareca ser el camino efectivo. La escuela indigenal en castellano que reclamaban los indios en el siglo XIX representaba un medio para detener el despojo de las tierras ancestrales y lograr justicia social. Aparece, desde entonces, la identificacin de la escuela con aprender castellano y la equivalencia de aprender castellano con aprender a leer y escribir. Esta doble ecuacin imprimira un sello inconfundible a la escuela boliviana a travs de su historia.
2.1. La cultura escrita en lengua indgena como transformacin de las relaciones sociales
4 Tratndose en este caso de lenguas indgenas de tradicin oral y con cultura de literatura oral, encuentro apropiado el uso de cultura escrita sugerido para esta mesa y lo utilizar junto a escrituralidad y escritura con el significado de fenmeno social amplio no restringido a lo educativo que se confiere a literacidad. 5 Entre los aos 50 y 70, sendos gobiernos de corte nacionalista (militares y civiles) en Bolivia competan en sus campaas de alfabetizacin recurriendo a brigadas estudiantiles o a apoyos extranjeros para fortalecer el estado homogneo creando el espritu patrio mientras se superaba el analfabetismo con cartillas en castellano. Si intervena el Instituto Lingstico de Verano, este propsito no variaba, utilizndose un enfoque de educacin bilinge de transicin. Alfabetizacin y castellanizacin eran elementos de una sola ecuacin. Fue a fines de los aos setenta que, como instrumento de participacin poltica, la corriente pedaggica de Freire (1970) ingres a Bolivia posibilitando procesos de autoafirmacin mientras generaba la escritura en castellano y en lenguas indgenas a partir de la lectura de la realidad. Desarrollar la conciencia de la condicin subordinada de los sectores populares era la apuesta de la alfabetizacin, originariamente concebida en castellano, ya que se trataba de poblacin obrera y proletaria urbana. Desde varios escenarios y con el concurso de varios actores - ONGs, intelectuales indgenas, organizaciones sindicales rurales, universidades- se fue desarrollado una rica veta de escrituralidad en lenguas andinas en la lnea de leer la realidad para escribir la historia (Peresson y otros 1983:152). No es casual que la historia oral y las historias de vida resultaran cruciales para este proceso de instalar la cultura escrita durante las dcadas de gobiernos de facto, opresin poltica y exclusin social. En esta corriente, podemos mencionar las transcripciones bilinges aimara-castellano de historia comunitaria, luchas indgenas y sindicales, lderes y escuelas indgenas, memorias del movimiento cacical de principios del siglo XX, as como de tradicin oral e historia de vida recogidas con mtodos etnogrficos y desde la concepcin de autora indgena fueron propiciadas y publicadas en La Paz por el Taller de Historia Oral Andina, la editorial Historia Social de Bolivia y la Carrera de Historia de la Universidad Mayor de San Andrs, con la participacin de intelectuales aimaras, algunos descendientes de caciques apoderados 5 .
5 Movimiento de reivindicacin en Bolivia hacia fines del siglo XIX para recuperar y asegurar las tierras originarias de comunidad frente a los despojos estatales a travs de la obtencin de los antiguos ttulos firmados por la Corona de Espaa. 6 Con un enfoque de investigacin-accin, el Centro de Comunicacin y Desarrollo Andino (CENDA) gener publicaciones bilinges quechua-castellano recopilando historia y literatura oral sobre las estrategias campesinas de sobrevivencia en temas de salud y medicina propia, sabidura agrcola, liderazgo comunal, luchas sindicales. En ambos casos, los destinatarios de las publicaciones son tanto los protagonistas y autores indgenas, adultos y nios de zona rural, como lectores mestizos urbanos. Esta institucin, adems, publica desde hace 20 aos ininterrumpidamente un peridico bilinge Conosur awpaqman con un tiraje de 5000 ejemplares y de distribucin en el rea rural de la regin quechua que privilegia el gnero testimonial con una perspectiva de escritura alternativa cercana a la oralidad que permite plasmar la voz propia de individuos, comunidad y organizacin quechua (Garcs 2007 y 2005, Sichra 2005b). A nivel comunitario, la cultura escrita en lenguas andinas se instal en las actas de asambleas sindicales, aunque subordinada al castellano. Ms all de la utilidad de la escritura en la gestin comunitaria, destaca la circulacin de documentos escritos altamente simblicos de derechos consuetudinarios (usos y costumbres), registros y mapas en crnicas o escritos judiciales, ttulos comunales de demarcacin y propiedad de tierras y otros documentos orales y escritos presentados por comunidades como evidencias histricas de su identidad colectiva y sus derechos que de ella se desprenden. Al levantar la voz silenciada para narrar la historia desde lo testimonial no solamente se actualiza la conciencia histrica, sta puede ejercer una funcin poltica en el sentido de querer influenciar sobre el presente, transformar el orden de las cosas y proyectar hacia un futuro diferente (Howard-Malverde 1999: 341). Es as que al cabo de sucesivos gobiernos militares y en plena reconstruccin democrtica y despertar social a inicios de los aos 80, el gobierno de la Unidad Democrtica Popular crea en 1983 el Servicio Nacional de Alfabetizacin y Educacin Popular como entidad descentralizada del Ministerio de Educacin. En respuesta a la demanda de la Confederacin Sindical Unica de Trabajadores 7 Campesinos de Bolivia (CSUTCB) y de la Central Obrera Boliviana y con su decidida participacin ejecuta el Plan Nacional de Alfabetizacin y Educacin Popular Prof. Elizardo Prez en quechua, aimara, guaran y castellano popular. El Plan era una verdadera accin poltica, no solamente pedaggica, ya que consideraba el analfabetismo como el producto de la situacin econmica, poltica y social del pas que haba que erradicar en estrecha y permanente vinculacin con la transformacin estructural de la realidad. A partir de este momento (1983), los ideales de interculturalidad y bilingismo y la temtica indgena en general se instalan en el discurso pedaggico y poltico boliviano y se comienza a avizorar de una manera distinta la relacin indgenas-no indgenas, fundamentalmente a partir de la esfera educativa (Lpez 2005:109). Entre otras medidas urgentes a tomar para la implementacin del Plan Nacional, pero con un espritu por dems amplio y participativo, se definieron en 1983 los alfabetos unificados para el quechua y el aimara, oficializados un ao despus por Decreto Supremo. En los ltimos 13 aos, la otrora educacin popular 6 ingres a ser parte del sistema de educacin alternativa por la Ley de Reforma Educativa bajo el rtulo de educacin de adultos. Su estado de abandono es proverbial, su desatencin de parte del Estado se atribuye a la focalizacin de los recursos pblicos hacia la re-estructuracin de la educacin primaria formal, dejando descubiertos los dems niveles educativos. Es por ello que la educacin alternativa de adultos est relegada a un segundo plano y la alfabetizacin de adultos, que es parte de sta, resulta y se percibe como una responsabilidad de privados (Carrarini 2005:4). En efecto, ms de una decena de iniciativas cristianas evanglicas o catlicas as como de
6 Es interesante que hasta el da de hoy desde la derecha se sigue denunciando el impacto de la educacin popular en las transformaciones sociales. En un artculo de editorial del 16.3.08 en el diario Los Tiempos escribe W. Pea Cazas en un artculo titulado La vulgarizacin de la poltica: Las rutinas y los estilos polticos se han vulgarizado por diversos motivos: el voto universal, el fetichismo de la democracia, el desarrollo de la educacin popular y la explosin demogrfica provocaron el surgimiento de populismos con lderes de medio pelo
8 ONGs y organismos de cooperacin internacional se disputan el terreno. Si bien en su concepcin la alfabetizacin estatal est inserta en un plan global formal alternativo de Educacin Primaria de Adultos (EPA) y no es concebida como un programa que se ejecuta con campaas aisladas sino como fase inicial de una educacin continua de adultos los adultos analfabetos no la consideran necesaria y no ven en los centros ofertados por la EPA unas instancias a donde acudir para alfabetizarse (ibid). Por otra parte, al no contar con suficiente financiamiento, los directores de los 500 centros de educacin de adultos prefieren derivar sus recursos a los ciclos de Educacin Secundaria de Adultos o a la Educacin Tcnica de Adultos antes que ofertar el nivel primario. Dems est decir que este sistema de educacin se ejecuta en castellano an siendo parte de la Reforma Educativa, como se vi arriba. No es atrevido concluir que el Estado asumi esta obligacin desde una posicin clsica de castellanizacin y enseanza de lectura y escritura sin pretender alcanzar una conciencia de participacin en la transformacin de la realidad (ibid). Por el lado de las 13 iniciativas de alfabetizacin privadas, 7 utilizan enfoques bilinges tanto de transicin (4) como de mantenimiento (op.cit.:10). Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que la educacin de adultos llamada educacin alternativa actualmente no propicia o desarrolla la cultura escrita en lenguas indgenas. 2.2. Cultura escrita en lengua indgena como recreacin del idioma En el despertar a la democracia, las organizaciones indgenas y de maestros rurales iniciaron en la dcada de los 80 el largo proceso de transformacin de la visin de educacin con sus demandas de cambios en la educacin castellanizante y asimiladora que era ofertada por el estado boliviano hasta entonces y propusieron la educacin intercultural bilinge. Se genera una franca arremetida de organizaciones sindicales obreras y campesinas, movimientos y lderes polticos autctonos - an no se los llamaba indgenas, lderes del magisterio rural, universitarios y acadmicos para superar la exclusin de lo quechua y lo aimara como 9 lenguas y como culturas de la vida pblica y de la educacin enmarcada en la educacin popular. La CSUTCB, mxima organizacin sindical, present en 1989 su propuesta educativa, partiendo de la constatacin de que: Ya no podemos seguir mirando as noms cmo la escuela, hoy mismo, saca del campo a nuestros hijos e hijas, les muestra el espejo de la ciudad y les hace sentir vergenza de su propia historia, lengua y cultura. (CSUTCB 1991:4)
En base a un amplio diagnstico de la situacin de la educacin escolar bsica, la Confederacin propuso la Educacin Intercultural Bilinge como modelo educativo apropiado para contribuir a mejorar la calidad de vida de los pueblos indgenas. Cuando al cabo de cuatro aos de diagnsticos y trabajos previos como el Proyecto de Educacin Intercultural Bilinge MEC/UNICEF, en 1994 el estado boliviano emprende durante el gobierno de Gonzalo Snchez de Lozada la Reforma Educativa en actual vigencia, los lderes indgenas consideraron que haban ganado una de las batallas ms importantes hacia el reconocimiento nacional de uno de sus derechos fundamentales (Lpez 2006:122). La Reforma parte del reconocimiento de la heterogeneidad sociocultural del pas con el fin de fortalecer la identidad nacional, exaltando los valores histricos y culturales de la Nacin Boliviana en su enorme y diversa riqueza multicultural y multirregional (MECyD 1998:11). Se genera el discurso estatal de la interculturalidad bajo el supuesto de lograr una sociedad democrtica anclada en equidad y respeto a todos los bolivianos. Como tal, estamos ante una de las polticas de la diferencia la dcada de los 90 que pretendan superar los mecanismos de subordinacin de lo indgena, sus lenguas, conocimientos y culturas. Fue desarrollado un enfoque de mantenimiento y desarrollo de las lenguas indgenas quechua, aimara y guaran en la educacin para poblacin donde predominan estos idiomas y se reglament la enseanza de lenguas indgenas como segundas lenguas para poblacin castellano hablante que nunca se implement. 10 En cuanto a escrituralidad en lengua indgena, se publicaron materiales educativos llamados mdulos de aprendizaje en quechua, aimara y guaran para los dos primeros ciclos de los tres que comprende la primaria para el rea de lenguaje (2 millones de ejemplares) y mdulos de aprendizaje bilinges para matemtica y ciencias de la vida para el segundo ciclo (700,000 ejemplares) 7 y textos de literatura oral (as como obras literarias en castellano) para las bibliotecas escolares y de aula. Si bien su efecto simblico de valorizacin de lo nativo ha sido incuestionable como lo reflejan las aceptaciones y rechazos de los maestros y directores, pero tambin en muchos casos de los padres de familia-, la autora y los propsitos de estos mdulos as como su afn normalizador les imprimen un carcter especial de textos escritos en lengua indgena construidos en gabinete (de ministerio), se apoyan en ejercicios recreativos de las lenguas indgenas, desarrollo lingstico desde una perspectiva purista y nfasis en la escritura como objeto. Por su concepcin de material de lecto escritura creado para uso escolar, subyace una instrumentalizacin de la cultura ms bien esencialista y tradicional desprovista de la vivencia y recreacin de procesos dinmicos y, conflictivos de lo indgena frente o en contacto con lo no indgena que hace justamente a la interculturalidad (Garcs 2007). Ms cerca a una cultura escrita en lenguas originarias estuvo la labor de docentes de quechua y aimara y alumnos de 10 Institutos Normales Superiores de EIB, donde se produjo y public la serie Chaski Aru que se compone de fascculos de diversos gneros textuales y contenido referido a lo indgena y las lenguas indgenas. Aunque resultado de talleres de produccin de textos en lengua originaria, con esta creacin propia de docentes y futuros docentes de lenguas originarias y los mdulos antes comentados podemos observar un indiscutible avance en lo tocante a una forma distinta de escritura de las lenguas originarias que, quirase o no, cobra paulatina fuerza en el pas y nos sita ante un nuevo escenario en el cual la discusin gira hoy en torno a cmo
7 Un aspecto problemtico fue la distribucin y aceptacin de los materiales en las escuelas de transformacin que implementaban la EIB. Es as que los materiales en lengua originaria para el segundo ciclo no se habran distribuido an en marzo de 2005 (Lpez 2005:420). 11 escribir en estas lenguas y no, como antes, a si ellas deben o no escribirse. (Lpez 2005:420, nfasis nuestro)
Como efecto del proceso de planificacin lingstica impulsado por la Reforma Educativa, si bien no se objeta ms la escrituralizacin del quechua y del aimara, el ejercicio de promover la prctica escrita en estas lenguas se ha circunscrito bsicamente a la forma de hacerlo (textos en quechua y en aimara en vez de textos quechuas y textos aimaras) siendo an difcil encontrar seales de desarrollo de cultura escrita ms all de las aulas. 2.3 Consejos Educativos de Pueblos Originarios como rganos de planificacin lingstica El eje de participacin social de la Reforma Educativa impuls por primera vez en la educacin pblica boliviana la participacin directa de las comunidades en procesos de planificacin, gestin y fiscalizacin de la educacin. Esta estructura de participacin signific la creacin por ley y organizacin de cuatro Consejos Nacionales de Educacin de los Pueblos Indgenas, dos andinos (quechua y aimara), uno de zona de Chaco (guaran) y uno amaznico (multitnico), responsables de ejercer control social sobre la implementacin de las polticas educativas y lingsticas nacionales. Los consejos indgenas fueron producto de las demandas y reclamos indgenas, habiendo sido reconocidos el 2005 tres nuevos consejos de la regin de tierras bajas del oriente del pas (moxeo, chiquitano y guarayo) . La principal tarea de estos consejos se refiere a las polticas educativas y a la aplicacin de la EIB, para lo cual trabajan en asuntos de gestin de formacin docente en los Institutos Normales Superiores Bilinges y en capacitacin de juntas escolares. En la transicin entre el gobierno de Carlos Mesa, Eduardo Rodrguez Veltz y el de Evo Morales, han tenido una destacada labor con la elaboracin de la Propuesta de poltica lingstica nacional llevada hasta el Congreso Nacional de Educacin en 2006 y distribuida a cada uno de los congresistas, como recalca el expresidente del Consejo Educativo Aimara, Walter Gutirrez. En su labor de difusin de la EIB y sus avances, los Consejos aimara y quechua utilizan medios orales como radio y televisin as como medios escritos. Aunque con fines educativos 12 -en ltima instancia-, impulsaron desde el mbito extra escolar el desarrollo de la cultura escrita en lenguas originarias. Es as que editaron durante cuatro aos el suplemento Kimsa Pacha / Ara Mboapi en aimara, quechua y guaran) distribuido con el diario La Prensa de cobertura nacional en un nmero de veinte mil ejemplares. Un equipo multilinge ad hoc de profesionales indgenas en la sede del Consejo Educativo Aimara redactaba noticias y artculos, a la vez que editaba y diagramaba este vocero del involucramiento indgena en la EIB (Lpez 2005:447). Ms all de su funcin simblica, incorporando tambin noticias de ndole poltica y otras relacionadas con el avance el movimiento indgena y de la EIB (ibid), el suplemento tambin estaba pensado como material de lectura y de estudio para maestros y futuros maestros de EIB, de all que tena una perspectiva normativa aunque ms flexible y menos rgida que la del Ministerio de Educacin (ibid). Para los talleres de capacitacin de padres de familia, autoridades y maestros, el Consejo quechua con sede en Sucre se impuso elaborar todos los materiales y folletos en esa lengua. Y, como ltimo detalle, estableci la norma de que sus miembros y toda la planta tcnica, administrativa y logstica solamente hablaran quechua en el trabajo, llegndose a proclamar esta determinacin en avisos pegados en las puertas y paredes de las oficinas de tcnicos. La funcin de los CEPOs en este ejercicio de aplicacin prctica de la escritura alfabtica de las lenguas indgenas y de hacer de la escritura en estas lenguas un medio ms de comunicacin entre la poblacin indgena, sobre todo de aquella que habita en el medio urbano (ibid) fue la de impulsar una labor de planificacin lingstica de corpus y de estatus, equivalente a una real academia de lenguas indgenas llevada adelante por hablantes nativos. Un rgano adicional de planificacin lingstica fue el Instituto de lengua y cultura indgena en Sucre que se estaba organizando en 2005 antes del cambio de gobierno y para lo cual se empezaron a elaborar materiales de enseanza a partir de manuscritos utilizados para la formacin de maestros de lengua originaria en los institutos docentes y de creaciones propias. Resultado de la negociacin con el Ministerio de Educacin, este instituto, al igual que los que se gestaban en los otros Consejos Originarios de Educacin (aimara, guaran, 13 multitnico-amaznico y los tres nuevos Consejos de tierras bajas mencionados anteriormente), ya contaba con su propuesta curricular con el objetivo de preparar a profesionales habilitados para atender los nuevos requerimientos que, en materia de lengua y cultura indgena, surgen como resultado de la propia aplicacin de la EIB en el pas (Lpez 2005:464). 2.4 Trascendi la cultura escrita el mbito educativo? Se ha podido ver en las pginas anteriores que las vetas de escrituralidad clsicas de lenguas indgenas, la educacin popular y la educacin intercultural bilinge, se desarrollaron con el concurso y empuje de las organizaciones indgenas que le confieren a lo escrito un claro sentido social y poltico. Estas demandas fueron cada una implementadas como poltica nacional educativa por los gobiernos de turno, en el marco de las cuales se crearon tambin espacios extraescolares de cultura escrita como los Consejos Educativos de Pueblos Originarios. Al estar atada la escrituralidad a la escuela y ser sta su principal motor, surgen dos contradicciones que obstaculizan el desarrollo de la cultura escrita indgena. Una se refiere a la dificultad de revertir una larga y dolorosa historia de discriminacin hacia todo lo indgena que caracteriz y an caracteriza- a la escuela pblica encargada de civilizar a travs de su labor de alfabetizacin en castellano (Arnold y Yapita 2000; Oliart 2004). Sustentado por la relacin diglsica entre castellano y lenguas indgenas que prevalece en la sociedades andinas a pesar de los cambios constitucionales y polticos, la educacin intercultural bilinge ha tenido entre sus mayores opositores a padres de familia que deseaban para sus hijos un futuro menos doloroso que el que ellos vivieron a causa de la discriminacin del mundo castellano no indgena. Es as que la racionalidad de la escritura como herramienta de poder sigue estando incuestionablemente atada al castellano. Es difcil imaginarse que alguien quisiera escribir en lengua indgena pensando en que confiere poder alguno. 14 Nowadays writing and literacy are closely associated with the hegemonic language (Lpez 2001: 211). La segunda contradiccin que se genera por el impulso de la cultura escrita a travs de la educacin es la enorme importancia que se le sigue dando al problema de los alfabetos y las grafas de las lenguas indgenas y nula consideracin al problema de la escritura y literacidad. Probablemente, la lengua indgena escrita en general es en s importante como muestra de su igualdad y de su posibilidad de uso complementario con la lengua dominante. As lo expresaron las organizaciones indgenas al pedir el ingreso de las lenguas indgenas en la escuela. No obstante, y dada su condicin minorizada, pueblos y organizaciones indgenas siguen mirando sus lenguas como un elemento importante de la propia cultura e identidad cultural, pero desde una perspectiva ms simblica que comunicativa propiamente dicha, en la cual se inscribe, por ejemplo, el afn de las organizaciones de tener aprobados y oficializados los alfabetos. En aadidura, la poltica y labor de la educacin bilinge pblica ha difundido una nocin normativa de la escritura que dificulta y aleja la prctica escrita de la cotidianeidad (Crdova y otros 2005; King 2001). Esta tendencia se confirma fcilmente entre usuarios de lenguas indgenas como primera lengua as como tambin entre aprendices de lengua indgena como segunda lengua con la postura de no escribo porque es muy difcil, ms fcil es en castellano. Por su parte, varios estudios han mostrado cmo el tratamiento de las lenguas indgenas, especficamente de su escrituralidad, an en la educacin intercultural bilinge de desarrollo y mantenimiento sigue moldes de la lengua dominante castellano y su propia literacidad para cumplir con los fines pedaggicos de la escuela, de modo que termina siendo un nuevo sutil o no tan sutil mecanismo de subordinacin (Garcs 2007, Sichra 2006a, Vigil 2004). Aqu tambin, como advierten Street&Street (2004:185), buena parte de lo que se relaciona con la literacidad escolarizada, antes que ser intrnseco a la literacidad misma, 15 resulta ser el producto de las presunciones occidentales sobre la escolarizacin, el poder y el conocimiento. Es as como, propiciando la Reforma la escritura y lectura en lengua indgena para su consolidacin y desarrollo, el ministerio se erigi como ente que regulaba forma y contenido de materiales quechua y aimara cerrndose a otras escrituralidades (alfabticas, para nuestro caso) existentes en el entorno extra escolar, y que hacen a la vitalidad de las lenguas y a la creatividad de sus hablantes y su variacin y contacto con el castellano. Entre estos materiales podemos mencionar el peridico bilinge Conosur awpaqman editado regularmente desde 1985 por CENDA, y su suplemento infantil Aaskitu, herramientas de lectura respetuosas de la oralidad 8 .
3. Otros vientos en la poltica lingstica en los tiempos del poder Irnicamente, en el caso boliviano, los problemas que se detectan en la escrituralidad indgena no se derivan de una falta de reconocimiento de las lenguas y culturas andinas, sino de concepciones ideolgicas que se sitan en el mbito de la voluntad poltica de los gobiernos nacionales y autoridades locales para encarar la promocin de la escritura y la cultura escrita en lenguas indgenas como herramienta de poder en su ms amplio sentido. Veamos en seguida un ejemplo de mxima actualidad relacionado con poltica lingstica de facto.
8 Otro ejemplo de la regulacin estatal y derecho propietario sobre las lenguas indgenas no solamente en cuanto a funcin sino a forma, y en especial, la forma de escribir, es la Ley Orgnica de Pueblos y Comunidades Indgenas de Venezuela dictada en 2005. El Ttulo IV norma la educacin propia y el rgimen de educacin intercultural bilinge. En ese ttulo, el Artculo 77 establece como obligacin del Estado, entre otros, la uniformidad gramatical de la escritura del idioma de cada pueblo indgena, la revitalizacin de las lenguas mediante nichos lingsticos u otros mecanismos idneos, la formacin integral de docentes indgenas, el ajuste del calendario escolar a los ritmos de vida de las comunidades, la produccin de materiales didcticos. Aparte del Leitmotiv de la uniformidad que subyace a la accin de normatizacin y normalizacin estatal y que es contrario a la oralidad de las lenguas indgenas, es impensable una Ley similar referida al castellano! 16 3.1 Alfabetizacin en castellano: replicando los tiempos de nacionalismo A travs de los aos, persiste el dogma generado por todo tipo de polticas internacionales y nacionales y que se resumen en: la alfabetizacin en castellano tiene un valor intrnseco por ser una herramienta de superacin de la pobreza, constituir un derecho inalienable de participacin ciudadana y ser un requisito de democracia. La concrecin de esta fuertemente incorporada ideologa de la escritura y la consecuente diferenciacin jerrquica entre los que saben escribir y no saben escribir est bien documentada en diversas comunidades quechua hablantes (Hornberger and King 1996; Salomon 2004; Zavala 2002). Contradictoriamente, esta corriente se est extendiendo entre las mismas organizaciones indgenas y es impulsada como poltica estatal por el nuevo gobierno boliviano de explcita orientacin popular. El ejemplo ms vvido es la implementacin del Programa Nacional de Alfabetizacin Yo s puedo a nivel nacional. Despus de intentos de traducir los mdulos audiovisuales de este programa a las lenguas andinas y guaran, el Director Nacional del Yo s puedo, Pedro Quispe, declar que no habr alfabetizacin bilinge y que se har en castellano, tal como se hizo en Cuba donde result ser eficiente. Utilizado como smbolo de la determinacin de erradicar el analfabetismo que impide el pleno disfrute del derecho de ciudadana, desde hace dos aos miles de bolivianos en regiones periurbanas y rurales monolinges en lenguas indgenas o bilinges son declarados con pompa y sonaja alfabetizados despus de capacitacin de diez a doce semanas de clases por parte de la Polica y Fuerzas Armadas con apoyo econmico y logstico de los gobiernos de Venezuela y Cuba. Esta visin tcnica de la escritura, en palabras del presidente Morales ms bien de la lectura 9 , lejos de acercarse a un plano de cultura escrita se mantiene en un plano de alfabetizacin en la lengua dominante y es, para sorpresa de muchos, una opcin en esta nueva constelacin de fuerzas de un gobierno emblemtico, que como expresin de la toma
9 El 13 de marzo de 2008, con ocasin de declarar el departamento de Oruro libre de analfabetismo, el Presidente dijo que de aqu en adelante los campesinos que fueron alfabetizados no tendrn que contratar a otras personas para que les lean sus documentos (Diario Los Tiempos 14.3.08) 17 del poder se adscribe ya no a la interculturalidad como poltica de multiculturalismo sino a la descolonizacin y autodeterminacin. La continuacin del programa Yo puedo seguir ya fue anunciada para llevar a los recientes alfabetizados a salir bachilleres, no importa si son ancianos, con tal de que quieran seguir aprendiendo para mejorar el conocimiento en el pas (Los Tiempos 14.3.08). Se busca encontrar la explicacin para esta contradiccin en los ejes de clase y etnia que atraviesan la misma prctica de colonizacin y, por lo mismo, descolonizacin. La poltica social expresada en el Yo s puedo reflejara la necesidad del fortalecimiento de un estado nacionalista contra el imperialismo de all la alianza con Cuba, an a costa del fortalecimiento de lo tnico. El Estado que apunta a la soberana indgena- originaria-campesina, con un presidente reconocido por el movimiento indgena continental como su lder y que es catapultado a la presidencia en pleno auge del movimiento tnico recurre al castellano como lengua de poder y como histrica herramienta de nacionalismo (convertido a nacionalismo indgena?). Otra explicacin mucho ms prosaica para esta postura es el financiamiento de los creadores del regionalmente muy difundido programa de alfabetizacin. 3.2 Cambios en las leyes y marco jurdico En el plano de poltica lingstica de jure encontramos otra postura, una que representa el poder indgena derivado del proyecto poltico indgena, que, tambin esta vez, muestra su propia contradiccin. En la evaluacin que los Consejos Educativos de Pueblos Originarios institucionalizados por la Reforma Educativa hicieron a diez aos de implementacin de las nuevas polticas educativas y lingsticas, hubo el reconocimiento de que no bastaban leyes y normativas gubernamentales para transformar a la sociedad y volverla ms justa y democrtica. Qued claro que no se haban superado an el racismo y la exclusin social y econmica ni las actitudes de incomunicacin y desprecio en un pas de caracterstica colonial. 18 Es justamente la superacin de este estado de cosas que el Gobierno de Evo Morales busca lograr con su revolucin democrtica. En cuanto a la poltica educativa, el Ministerio se ha concentrado el 2006 en propiciar una Nueva Ley de la Educacin Boliviana Avelino Siani y Elizardo Prez, que en forma de Anteproyecto de Ley espera desde entonces hasta el da de hoy su tratamiento y aprobacin en el parlamento. El Anteproyecto incorpora casi en su totalidad la propuesta educativa Por una educacin indgena originaria. Hacia la autodeterminacin ideolgica, poltica, territorial y sociocultural, ms conocida como propuesta indgena elaborada durante dos aos por el Bloque Indgena conformado por los CEPOs y todas las organizaciones indgenas nacionales. Una cita del ex Ministro de Educacin Flix Patzi sirve para entender el tenor de la construccin y fines de la poltica educativa en construccin: Cuando hablamos de colonialidad o de la descolonizacin, ya estamos hablando de dos proyectos societales. En Bolivia se estn proyectando estos dos proyectos. Un proyecto descolonizante, indgena, un proyecto societal totalmente distinto, que ahora cada vez ms va tomando cuerpo, por un lado, y un proyecto societal eurocntrico que ha tenido entre sus representantes a los herederos de los conquistadores y que se va derrumbando, por otro lado.Esto es la descolonizacin, descolonizar totalmente significa impulsar el proyecto societal indgena. (Patzi 2006:130)
Como se puede apreciar, el trmino que marca el terreno de la poltica educativa y fundamenta el cambio ahora es descolonizacin, nocin ms poltica que cultural, en la cual se contraponen dos proyectos de sociedad para que cese la hegemona de uno de ellos (el eurocntrico) sobre el otro (indgena). Estamos viendo en Bolivia el final de la vigencia de interculturalidad como desiderata y caracterstica normativa de la transformacin del sistema de educacin y su suplantacin por este concepto no tan reciente pero novedoso en una poltica educativa estatal 10 . Si en 1989 la COB contrapuso la Educacin Colonizadora
10 En la corriente de la pedagoga crtica estadounidense, por ejemplo, Chet Bowers propone con su texto Hacia la descolonizacin de la educacin emprender el difcil camino de la argumentacin destinada a descolonizar la educacin, ncleo fundamental del proyecto civilizatorio de Occidente sobre el propio occidente y sobre el resto del mundo (Ramos 2002:13), proyecto que se lleva adelante con la globalizacin y procesos de ajustes 19 del Cdigo de la Educacin 1955 imperante en ese entonces a la Educacin Intercultural Bilinge, abogando por la segunda, ahora se contrapone la Educacin Intercultural Bilinge de la Reforma Educativa a la Educacin Descolonizadora. Concebido, discutido y elaborado por los Consejos Educativos de Pueblos Originarios como propuesta del Bloque Indgena a ser presentada en el II Congreso Nacional de Educacin que deba convocarse en marzo de 2005 y que se realiz finalmente en julio de 2006 con el nuevo gobierno, este proyecto de ley ha provocado muchas reacciones de la iglesia, las Universidades, los colegios privados y, en general, los sectores de la poblacin no indgena que se ven poco o mal representados. La propuesta ha sido calificada como de ruptura con la condicin colonial y con la consecuente subordinacin de los indgena a lo mestizo- occidentalizante que ha primado en el pas (Lpez 2005:462). Haciendo un salto al recientemente proclamado proyecto de Nueva Constitucin Poltica del Estado, en cuya elaboracin participaron 55% de constituyentes autoidenficados con un pueblo originario 11 , el expresidente del CEA y constituyente aimara Walter Gutirrez afirma que el asunto de las lenguas ha trascendido la educacin para volverse poltica de Estado, al reconocerse como oficiales las 36 lenguas del pas enumeradas con sus nombres en la propuesta de Nueva Constitucin (comunicacin oral 5.3.08). Adems, se norma el uso de las lenguas en la administracin en el Art. 5 Los gobiernos plurinacionales y los gobiernos departamentales deben utilizar al menos dos idiomas oficiales y en el Art. 235 inc. 7 para acceder al desempeo de funciones pblicas se requiere hablar al menos dos idiomas. Para Gutirrez, esto sera un reflejo de que los pueblos indgenas se estaban ya apropiando de las lenguas. Si quiero ser dirigente, tengo que saber hablar o aprender a hablar aimara. La
estructurales. La ideologa subyacente de la educacin que aqu se denuncia es la del individualismo, antropocentrismo, innatismo de la inteligencia, determinismo cultural. 11 31,8% quechuas, 16,9% aymaras y 7,1% de otros pueblos. Todos ellos saben castellano y la gran mayora sabe tambin la lengua de su pueblo. 13,9% se identifica con algn pueblo originario sin saber la lengua y otro 8,4% habla la lengua sin considerarse miembro de alguno, situacin ms frecuente en el idioma quechua (Alb 2008: 55-56).
20 norma desde arriba y la norma desde abajo, en las asambleas, van a hacer que sigan creciendo las lenguas. Como enfatiza Gutirrez, este auge de desarrollo oral de las lenguas en la organizacin comunal tiene que ver con el retorno del qamasa u orgullo indgena, ya que ahora nos devuelven los discursos, la autoestima. 3.3 Cambios en los hechos: esquizofrenia y anestesia Satanizada la Ley de Reforma Educativa 1565 porque este instrumento legal era la expresin del sistema de economa de mercado (neoliberal) anti-indgena y antipopular y parte de la serie de medidas de ajuste estructural impuestas por el neoliberalismo (MEyCs 2006: 2, 14), se buscara estructurar un modelo educativo con identidad nacional (Patzi en La Razn el 26 de enero de 2006). A juzgar por el documento difundido de la futura Ley, la educacin que se propone desde el Estado es ahora descolonizadora, comunitaria y productiva (MEyCs 2006:12). Sin embargo, mientras esta propuesta de Ley de Educacin permanece dormida en el Congreso, sigue vigente la Reforma Educativa desconocida y dada por muerta en el discurso gubernamental y sobre todo del magisterio. Ante el vaco legal de legitimidad, ms bien- que se ha instalado en los hechos, las autoridades educativas desde directores departamentales hasta maestros de aula vuelven a recrear la gestin institucional y educativa de los tiempos de pre-reforma. Desde la gestin 2006 se recurre primero veladamente y ahora de manera abierta a materiales 12 , enfoques pedaggicos y contenidos curriculares propios del Cdigo de la Educacin de 1955, exclusivamente en castellano. Contradictoriamente, se generaliza en los colegios particulares (asentados sobre todo en reas urbanas) la oferta del quechua como asignatura a cambio del francs y en universidades privadas la obligatoriedad de incluir el quechua entre las materias obligatorias de sus carreras. Tambin se generaliza en
12 Los mdulos no distribuidos en 2005 no solamente siguen sin utilidad sino habran desaparecido de los almacenes del ministerio. Su desaparicin fsica hace juego con la desaparicin que se propicia del trmino interculturalidad cuyo uso est prohibido en las oficinas gubernamentales responsables de la educacin. 21 los colegios particulares, dicho sea de paso, el enfoque constructivista que introdujo la Reforma en este pas. Los Consejos Educativos de Pueblos Originarios han perdido su rol estelar en la educacin, su gestin hacia afuera ha estado dirigida a la legislacin, no a la concrecin o consecucin de la EIB. Pero tambin han perdido su rol estelar como rganos de planificacin lingstica. Los miembros del Consejo Educativo de la Nacin Quechua, en su disminuida labor cotidiana, no escriben ms ni hablan en quechua ni siquiera con el chofer (comunicacin personal Elizabeth Estrada). Cuando preguntamos a los miembros de los actuales Consejo Educativo Aimara y Consejo Educativo de la Nacin Quechua sobre su prctica escrita en aimara y quechua, surge la interesante diferenciacin entre nosotros los indgenas y los intelectuales indgenas. Los primeros tuvieron educacin primaria, pasaron por programas de alfabetizacin de adultos como el Yuyay japina de UNICEF o tuvieron otras oportunidades de capacitacin. Estos no ven la necesidad de escribir en quechua o en aimara. Algunos afirman no haber aprendido a escribir en sus lenguas, algo que los nios beneficiarios de la Reforma Educativa s hicieron. El segundo grupo, los intelectuales indgenas, segn los consejeros, son universitarios, estudian e investigan las culturas y lenguas indgenas, de all que estn en condicin de escribirlas. Las publicaciones y peridicos de los Consejos no seran produccin propia, me informaron, son encargadas a los intelectuales que las escriben para ellos, para los Consejos. Antes que generalizarse la cultura escrita indgena e instalarse en la cotidianeidad para permanecer, se ha vuelto, a lo sumo, un capital simblico de diferenciacin social entre los mismos indgenas. El Instituto de lengua y cultura quechua se transform en un instituto privado de enseanza de quechua apoyado por la cooperacin bilateral. Al desaparecer de hecho la EIB como poltica de estado llevada adelante por los gobiernos anteriores, estos rganos creados para impulsar la EIB y la difusin de lenguas originarias han perdido no solamente su principal razn de ser sino su funcin de interlocucin con los actores de la educacin, tanto 22 institucionales como comunales y familiares. Como lo explica Diego Pari, las organizaciones, al verse comprometidas con la gestin de gobierno, descuidaron la relacin con los sindicatos y las bases (comunicacin oral 5.3.08). Con la seguridad y conviccin de haber un movimiento indgena fuerte, se ha descuidado el trabajo desde las comunidades. Ya tenemos presidente, l nos dar, hemos dicho (ibid). Reconocer esta tendencia de acomodo en el paternalismo o de delegacin en el representante de un Estado que esta vez s sera de ellos y para ellos tiene un aadido por dems inmovilizador. Ivn Ignacio en la Revista Pucara 29 de marzo 2008 resume este efecto: el tener de gobernante a un indgena ha servido de anestesia el espritu crtico de las organizaciones sociales y de los pueblos originarios. No pasa desapercibida la retirada de los Consejos entre los propios miembros y ex miembros. En las palabras de Gutirrez: Si la nueva constitucin asume la educacin, la interculturalidad, a la forma de interpretar de los indgenas, no el concepto de Goni, ser un instrumento de liberacin. Sin embargo, la recurrencia a lo propio en esta nueva etapa poltica no se reduce con lo establecido en la ley, hay una tarea por delante: otra vez nos van a domesticar si no lo hacemos nosotros. Recurriendo nuevamente a Juan Ignacio, aadimos desde nuestra postura que es momento de salir del chantaje de que la protesta hace el juego a la derecha y puede frustrar este proceso".
Eplogo Asistida por la historia de escrituralidad, su extensin geogrfica y su difusin en centros urbanos, siendo la lengua mayoritaria de las minorizadas y habiendo sido promovida por polticas favorables, la lengua quechua conserva su vitalidad en Bolivia. La cultura escrita en quechua se impuls desde la educacin popular (ahora llamada de adultos o alternativa) y la educacin intercultural bilinge, instancias que recibieron su impronta ideolgica de los gobiernos de turno y que tuvieron, por lo tanto, distintos puntos de partida. 23 Si bien relacionada con la educacin pero desde espacios extra escolares, la escrituralidad quechua se promovi y desarroll por parte de los mismos quechuas alrededor del Consejo Educativa de la Nacin Quechua durante los satanizados gobiernos neoliberales entre 1992 y 2005. Esta especie de militancia o conviccin lingstica de un consejo indgena puesta a prueba en la prctica, en la cotidianeidad, se debilita en el momento de instalarse el gobierno popular de Evo Morales que debe su ascenso gracias justamente al movimiento indgena. O, si se quiere, se transforma en accin legislativa y poltica, pasa de la planificacin a la poltica lingstica en castellano. La cultura escrita en lenguas indgenas no solamente tiene que vrselas con la oralidad y minorizacin de estos idiomas; tambin, o tal vez justamente por eso, est sujeta en su desarrollo a coyunturas polticas muy dinmicas, cuyos efectos inmediatos no son predecibles, independientemente de la ideologa que subyace la poltica. Dcadas de impulso a la escrituralidad en lenguas indgenas de comprobada vitalidad y funcin social como el quechua no nos bastan para responder con certeza la pregunta para qu necesita quin una cultura escrita indgena que trascienda lo meramente simblico y la satisfaccin de tener el derecho de un alfabeto y el permiso de escribir. En el caso de Bolivia, cuando todo parece estar a pedir de boca respecto a este derecho y permiso por el auge de lo tnico, reducidas las resistencias y ganado el espacio poltico, se impone la hegemona estatal con racionalidad de clase que funciona en la lengua hegemnica del castellano. Encontramos hasta ahora pistas para saber quines cmo y por qu impulsan la escrituralidad en lengua indgena desde la ptica del castellano y estrechamente relacionadas con la escuela, sin poder an sustentar la existencia y racionalidad de la escrituralidad indgena an en condiciones favorables a las culturas y lenguas indgenas. Volviendo a las ideas iniciales, en cuanto a la primera idea inicial de la imperiosa necesidad de escribir las lenguas indgenas para su pervivencia, no la podemos sostener a la luz de la prctica. Hay otras fuerzas mucho ms impactantes en el desarrollo de una lengua que su 24 prctica escrita. Vemos relativizada la apuesta de superacin de la diglosia empoderando a sus hablantes. Se observa que el estado aplica su propia lgica a las demandas que satisface. Y respecto a los derechos lingsticos, se puede sostener que no se trata de ser sujetos de derecho sino se trata de ser tratados como sujetos de derecho -y ser los primeros en ejercer los derechos lingsticos.
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