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Los medios masivos de comunicacin audiovisual y la


representacin de la realidad
Lic. Jorge Jaunarena


Introduccin

Los Medios masivos de comunicacin constituyen una fuerza cultural e ideolgica muy
fuerte en los procesos de produccin y transformacin del sentido comn de las
audiencias. Partiendo de esta base entonces, los medios en sus intervenciones, no
reflejan si no construyen una forma de realidad y tambin de percibirla.
La televisin a travs de sus producciones moldea, refracta y transforma activamente al
mundo, norma y valoriza las identidades sociales y promulga una hegemona en los
imaginarios sociales/culturales. Aunque este proceso muchas veces se produce
invisibilizando esta situacin y pretendiendo armar una imagen en donde las empresas
mediticas, siempre concentradas en pocos grupos y vinculadas a los intereses
econmicos dominantes, aparecen como portadoras de un espritu crtico y en el marco
de una falsamente anunciada libertad de expresin, entonces, cabe preguntarnos:
quines nos expresamos a travs de la pantalla?.
Al respecto el periodista Ricardo Foster seala que El neoliberalismo, comprendi que
no era posible garantizar una profunda transformacin econmica si al mismo tiempo no
se cambiaba la manera de mirar el mundo y de comprender la realidad
(Neoliberalismo, medios de comunicacin y democracia. Revista veintitrs N662.
10-03-2010).
No se pretende caer en viejas polmicas sobre el alcance real y efectivo de los medios
masivos como factores dominantes, pero sin lugar a dudas, hay que reconocer que en la
actualidad las corporaciones mediticas ocupan un lugar destacadsimo en la estrategia
de dominacin poltica. Entre la ideologa y el mito, los lenguajes emanados desde los
medios, apuntalaron el despliegue de nuevas formas de subjetividad adheridas al reino
de valores de un capitalismo que se ley as mismo como la estacin final y consumada
de la historia, afirma Foster (Neoliberalismo, medios de comunicacin y democracia.
Revista veintitrs N662. 10-03-2010).
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En nuestra cotidianeidad, observamos pasivamente como los discursos formulados
desde la estructura narrativa de los informativos de televisin, juegan un papel
fundamental en la instalacin de tpicos, problemas y sujetos de atencin pblica.
Segn Peter Mclaren el lenguaje es un agente generativo de la realidad que el mismo
evoca y con la cual habla (Pedagoga identidad y poder. Santa Fe, Homo
Sapiens.1998).
Segn lo expuesto y teniendo en cuenta la realidad empresarial televisiva que hoy se nos
presenta, encontramos un escenario a lo largo y ancho del territorio nacional, en dnde
desde Marzo a Mayo de 2010, slo las programaciones de canal 13 (Grupo Clarn) y
canal 11 Telef (Grupo Telefnica) representaron el 86% -42 y 44% respectivamente-
del total de lo retransmitido en todo el pas, mientras que Ciudad de Buenos Aires y sus
alrededores no recibi absolutamente nada de televisin abierta por parte de las
provincias. Canal 7, la televisin pblica, transmiti un 6% y Amrica retransmiti un
5%. (7 informe de la Direccin Nacional de Supervisin y Evaluacin de la Autoridad
Federal de Servicios de Comunicacin Audiovisual Afsca-).
La Comunicacin y por ende la actividad audiovisual es un derecho humano bsico y
fundamental, ya que no slo es un derecho indivisible de los dems, tambin posibilita
la realizacin de todos los otros, nuestra constitucin establece un claro resguardo a la
Libertad de Expresin a partir de los principios de libertad que contiene desde su mismo
prembulo.
Si se produce una afectacin a este principio bsico en derechos humanos, se crean
situaciones discriminatorias que acarrean graves consecuencias para nuestra
convivencia cotidiana y por consiguiente, anula la posibilidad de poder disfrutar del
goce pleno y efectivo de derechos humanos para todos y todas, se llega a una
manipulacin sobre la opinin pblica de nuestra sociedad, donde lo que los medios
intentan y muchas veces logran, es imponer ciertas temticas ideolgicas que acarrean
un duro perjuicio para poder vivir en condiciones de armona e igualdad.


Antecedentes Legales

El 15 de Septiembre de 1980, la dictadura militar en Argentina promulga la Ley N
22.285, que en el artculo 45, estableca que slo podan tener acceso a la titularidad de
licencias de radio y televisin, las entidades comerciales, o personas fsicas. Esto
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anulaba lisa y llanamente la posibilidad de tener una actividad radiodifusora a cualquier
sector que no tenga inters comercial. Promoviendo, conjuntamente con la poltica de
facto, una forma totalmente autoritaria y centralista, cuya premisa fundamental era
controlar la palabra y silenciar a los que no opinaban lo mismo. Entre otros, ya que no
tenan objetivos comerciales, quedaban afuera de la posibilidad de obtener frecuencias
las asociaciones sin fines de lucro, entre ellas cooperativas, medios comunitarios, o
cualquier persona u organizacin que slo tuvieran motivos netamente sociales.
A partir de la Ley de Reforma del Estado N 23.696, del ao 1989 (en donde se
proclama la emergencia de las empresas pblicas y de servicios del estado ordenndose
su posterior privatizacin), promulgada durante el gobierno de Carlos Menem y
convenida anteriormente en el Pacto de Olivos, se produce una espectacular
concentracin de medios en pocas manos, al permitirse a las editoriales u otras empresas
periodsticas tener numerosas licencias (ahora podan ser mas de veinte y los medios
grficos podan acceder a la propiedad de canales de radio y televisin), siendo esta
concentracin oligoplica y monoplica, surgida con el auge de las polticas
neoliberales en nuestro pas, la principal caracterstica meditica hasta la fecha.
En el ao 2004 se conforma la Coalicin por una Radiodifusin Democrtica, integrada
por asociaciones civiles, cooperativas, sindicatos, universidades, representantes de
pueblos originarios, entre otros, que confeccionan una propuesta con 21 puntos, que
entregan al Poder Ejecutivo Nacional para que formule un proyecto de ley, all se
determina que la radiodifusin es una forma de ejercicio del derecho a la informacin y
la cultura y no un simple negocio comercial. La radiodifusin es un servicio de carcter
esencial para el desarrollo social
La nueva LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIN AUDIOVISUAL 26.522, de
Octubre de 2008, se ampara en los fundamentos en el artculo 13 de la Convencin
Americana de Derechos Humanos o tambin conocida como Pacto de San Jos de Costa
Rica, de 1969, en donde se establece que Toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento y expresin. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y
difundir informaciones e ideas de toda ndole, sin consideracin de fronteras, ya sea
oralmente, por escrito o en forma impresa o artstica, o por cualquier otro procedimiento
de su eleccin (sin ningn tipo de condicionamiento ni exclusin por origen, situacin
social, etnia, raza, religin, orientacin sexual, etc.). Considera y reconoce al espectro
radioelctrico como patrimonio de la humanidad, admitiendo adems, un reparto
equitativo de frecuencias, se establece que la entidades sin fines de lucro podrn tener
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acceso al 33 % de las frecuencias, al igual que las empresas privadas y el Estado
(art.21).
En lnea con dicha norma, el Principio 12 de la Declaracin de Principios sobre la
Libertad de Expresin, aprobada por la OEA en el ao 2000 en su 108 Perodo de
sesiones establece: Los monopolios y oligopolios en la propiedad y control de los
medios de comunicacin deben estar sujetos a leyes antimonoplicas, por cuanto
conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el
pleno ejercicio del derecho a la informacin de los ciudadanos. En ningn caso esas
leyes deben ser exclusivas para los medios de comunicacin. Las asignaciones de radio
y televisin deben considerar criterios democrticos que garanticen una igualdad de
oportunidades para todos los individuos en el acceso a los mismos.
Por ello, el Artculo 3 de la Ley de Servicios de Comunicacin Audiovisual establece
objetivos tanto para los servicios como para los contenidos de las emisiones, entre otros:
la promocin y garanta del libre ejercicio del derecho de toda persona a investigar,
buscar, recibir y difundir informaciones, opiniones e ideas en el marco del respeto al
Estado de Derecho democrtico y los derechos humanos; la difusin de las garantas y
derechos fundamentales garantizados en la Constitucin Nacional; la defensa de la
persona humana y el respeto a los derechos personalsimos; la alfabetizacin meditica
y la eliminacin de las brechas en el acceso al conocimiento y a las nuevas tecnologas;
el ejercicio del derecho de acceso a la informacin pblica; la participacin de los
medios de comunicacin como formadores de sujetos, de actores sociales y de
diferentes modos de comprensin de la vida y del mundo, con pluralidad de puntos de
vista y debate pleno de ideas; el desarrollo de una industria nacional de contenidos que
preserve y difunda el patrimonio cultural y la diversidad de todas las regiones y culturas
que integran la Nacin; y la administracin del espectro radioelctrico en base a
criterios democrticos y republicanos que garanticen una igualdad de oportunidades
para todos los individuos en su acceso por medio de las asignaciones respectivas.
Como bien sabemos, en materia de Derechos Humanos la normativa no nos garantiza la
prctica concreta, pero nos abre la puerta para el real y efectivo cumplimiento, entonces
ese ejercicio debemos ejercerlo, apropirnoslo siempre en el marco de un proceso
colectivo y organizado. Donde nadie quede excluido de la posibilidad de expresarse,
promoviendo contenidos con pluralidad de fuentes y sujetos.


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Los medios masivos de comunicacin, las construcciones hegemnicas de
sentido y los derechos de las personas

Los medios no solo tiene condicionantes ideolgicos para reproducir la realidad, hay
tambin aspectos tcnicos que lo imposibilitan, en 1899 con la invencin de la
fotografa se pens falsamente que esto sera posible. Las limitaciones pueden deberse a
la diferencia entre captacin directa o mediatizada de un hecho, pero tambin y muy
fundamentalmente desde la intencionalidad.
En cuanto a las limitaciones tcnicas, podramos mencionar que el mundo se capta con
cinco sentidos cosa que la televisin an no permite hacer, la cmara me muestra la
realidad desde un determinado punto o perspectiva, ngulo y tipo de plano, encuadre o
sentido que el espectador no tiene opciones de elegir. Adems existe un guin acordado
previamente antes de la toma y una edicin posterior a la toma. Los medios son
expresin del encuentro del realizador con la realidad.
El gran problema radica en que se produce una manipulacin sobre la opinin pblica,
donde lo que los medios intentan y muchas veces logran, es imponer ciertas temticas
ideolgicas que acarrean un duro perjuicio para poder vivir en condiciones de armona e
igualdad, la gran concentracin meditica en pocas manos, contribuye a crear
situaciones discriminatorias que acarrean graves consecuencias para nuestra
convivencia cotidiana.
Cuando se criminaliza un grupo o un sector, los medios no necesariamente funcionan a
travs de enunciados explcitamente discriminatorios, como indica la activista, docente
e investigadora en estudios culturales, Silvia Delfino Esto hace que la cultura de los
medios no slo pueda mercantilizar toda forma de subjetividad sino que, a su vez,
sostenga este procedimiento desde un aparente punto medio liberal y ecunime.
(Proyecto de Extensin Universitaria: Observatorio Contralor de Noticias Informativas
sobre Jvenes en Situacin de Delito. rea Queer de la UBA, Asociacin Miguel Bru,
Direccin de DDHH de la FP y CS de la UNLP. 2006).
Como fiel ejemplo de lo expuesto, debemos de tener en cuenta, que, desde hace ya
bastante tiempo, en los medios de comunicacin (radio, TV, grfico) est instalada la
temtica sobre la proliferacin y acentuacin de la denominada inseguridad. Los
debates en torno a la baja de la edad de imputabilidad, la pena de muerte y la seguridad
se articulan con el problema de la pobreza y la exclusin social como sector altamente
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estigmatizado. Entre estas situaciones podemos ver por televisin generalmente a la
juventud, en una situacin ambivalente, por un lado como sujeto responsable del
crecimiento de ndices de actos delictivos o violentos y por otro tambin
victimizndolo como el sector ms vulnerable a la proliferacin de todo lo peligroso.
La produccin de noticias audiovisuales, en la mayora de los medios, no tiene en
cuenta los condicionamientos sociales y culturales como material relevante en sus
consideraciones y en muy pocos casos se recurre a fuentes especializadas (generalmente
son la polica, el poder judicial y la vctima directa con la carga emotiva que esto
implica), segn la organizacin Periodismo Social, en la actualidad, solo en el 1,5%
de los casos de las noticias sobre nios, nias o adolescentes, se recurre a fundaciones,
organizaciones o especialistas especficos en el tema.
Este tipo de situaciones se haban sucedido en los medios televisivos durante la ltima
dictadura militar de 1976, la creacin del Consejo de Seguridad Nacional y de la Central
de Inteligencia (leyes 16.964 y 16.970) represent un umbral sin retorno en materia
represiva, a pesar de las reformas posteriores. A partir de esa frontera, las doctrinas de
"seguridad nacional" y de "seguridad ciudadana" pueden ser ledas como los marcos
prcticos de elaboracin del poder hegemnico, que trabaja identificando "enemigos
internos" en pos del mantenimiento del "orden", lo cual exige la "eliminacin" del
delincuente (subversivo o social) en tanto amenaza de caos. Con esto no se pretende
"equivalenciar" fenmenos distintos como la experiencia del delito y el accionar armado
de distintos grupos polticos de la dcada del 70, sino poner en relacin histrica,
poltica y cultural- las prcticas mediticas de construccin hegemnica, en este caso
por parte del Estado.
Esta relacin entre delito y percepcin simblica del delito tiene que ver principalmente
con la experiencia del miedo, la cual se construye sobre la base de representaciones
sociales, figuras del conflicto y perfiles de sujeto que tienen un efecto fuertemente
regulatorio sobre ciertas prcticas y sujetos. De all que sea absolutamente necesario
inscribir este contraste en el contexto de los debates polticos que se vienen dando en
estos aos en relacin con ciertos intentos de reconfigurar los lmites del sistema penal
argentino, en el marco de la avanzada neoliberal.
Los medios de comunicacin hacen fundamentalmente una produccin simblica, la
seguridad/inseguridad y el miedo se remiten a lo simblico, segn un estudio realizado
por el escritor colombiano Germn Rey, en nuestro pas, las noticias policiales, ocupan
ms lugar en la agenda meditica que en ciudades como San Pablo (Brasil) y Medelln
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(Colombia), que tienen ndices de delito mucho mayores, lo que demuestra el grado de
violencia impuesta por los mismos.(Rey, 2005)
De acuerdo a lo expuesto podemos afirmar que aunque haya delito, el grado de
sentimiento de seguridad/inseguridad no necesariamente es un reflejo mecnico de la
frecuencia del mismo, los relatos policiales provienen esencialmente de los medios
masivos de comunicacin. La inseguridad se pone entre las principales preocupaciones
en la opinin pblica y en la agenda poltica. Aunque, en la actualidad, los ndices de
delitos hablen de una disminucin de los mismos, la sensacin de inseguridad avanza
segn las encuestas y los medios, lo que termina provocando, en la mayora de los
casos, solo respuestas punitivas por parte de las autoridades, cercenando los derechos
humanos de ciertos sectores sociales estigmatizados y discriminados.
Los hechos en la mayora de los casos se presentan y se consumen inmediatamente, sin
la posibilidad de establecer un seguimiento e historicidad sobre la noticia, lo que reduce
la posibilidad de profundizar y saber cmo realmente concluyen los acontecimientos,
adems tienen que ser explosivos y con caractersticas excepcionales para que puedan
ser publicados, algo similar a la denominada crnica roja. En la mayora de los casos,
hay una alta participacin de hombres jvenes tanto vctimas como victimarios, el
escritor Gabriel Kessler afirma que Si para ciertos anlisis es la evidencia de una
mayor proporcin de jvenes que delinque, otras voces argumentan que es el resultado
de un mayor ensaamiento del poder judicial y policial contra la juventud.
En cuanto a los sectores sociales y las caractersticas de los peligrosos Rossana
Reguillo dice que resulta cada vez mas necesario, para los grupos sociales, dotar a sus
miembros de rostros reconocibles, ayudados en esta operacin por los medios de
comunicacin, especialistas en la denominacin del mundo. Cuando el miedo tiene
rostro es posible enfrentarlo, dicen los psicoanalistas. Los jvenes y especialmente de
barrios marginales son los que los medios sindican como los principales productores de
violencia, y llevarlos a la crcel es el centro de las polticas de seguridad, exponiendo
una visin fragmentada y no integral de la seguridad, el enemigo pasa a ser el pequeo
delincuente, y su caracterstica esencial es ser joven, pobre y villero. Los medios de
comunicacin son formadores de opinin pblica y de ah la responsabilidad mayor que
les compete sobre estas situaciones.
Debemos agregar que el/la trabajador/a de prensa se termina convirtiendo en un factor
de tensin entre la poltica editorial del medio, las necesidades econmicas de la
empresa, su fuente laboral, las demandas de la poblacin, su propia ideologa, su
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contexto sociocultural, etc. Teniendo que lidiar con todas estas situaciones en el
momento de la realizacin de la nota periodstica.

QUIENES TIENEN LA PALABRA

Los medios deberan considerar la posibilidad de incorporacin y la participacin de los
destinatarios en el proceso de informacin y la relacin de estos con sus propios
procesos sociales. Posiblemente los avances en materia de pluralidad de palabra que
lleva en sus cimientos la nueva Ley de Servicios en Comunicacin Audiovisual otorgar
la posibilidad de escuchar otras voces y por ende otras perspectivas con respecto a estas
temticas. El uso del lenguaje nos ofrece la posibilidad de problematizar, nos hace
razonar, nos otorga herramientas para cambiar la realidad siempre y cuando el acceso al
conocimiento y al poder pronunciar el mundo se nos sea otorgado.
Es necesario replantearse quienes formulan esos discursos y desde dnde, no deben
propiciarse prcticas en donde de alguna u otra forma queden anuladas otras voces,
nosotros mismos desde nuestros rol de comunicadores, con nuestras intervenciones, no
debemos contribuir en ese sentido, solamente entregar las herramientas legales y
tcnicas, para que todos y todas decidan qu decir, que otras voces tengan la
posibilidad de construir sus propios mensajes inscriptos en proyectos colectivos o de
creatividad social, produciendo nuevos modos de narracin colectiva, en los cuales la
sociedad se pueda pensar, reconocer y encontrar.
De nada sirve tener medios nuevos, televisoras y radioemisoras nuevas, si no tenemos
nuevos contenidos, si seguimos copiando las formas hegemnicas, esta ley tendra que
abrir las puertas para la construccin de nuevos relatos que logren un nivel de
participacin que contribuya al proceso comunicativo, que resignifique cmo surge y
genera el propio mensaje.
Sin ir mas lejos, Mario Kapln, prestigioso especialista en comunicacin popular
latinoamericano, afirma que un material audiovisual es vlido, si moviliza
interiormente a quienes lo reciben, si problematiza, si genera dilogo y participacin, si
alimenta un proceso de creciente toma de conciencia. Esto sera una verdadera prctica
de comunicacin popular, que es nada mas ni nada menos que darles la palabra a los y
las silenciadas, construir otros discursos, alejados de las construcciones hegemnicas
discursivas de esta realidad actual
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Esto finalmente es lo que se propone reflexionar y relacionar el presente trabajo, cmo a
partir de esta particularidad de fenmenos, actores mediticos y su relacin con las
legislaciones, se crea la posibilidad de reformular los discursos y las formas en que las
audiencias se apropian de ellos. Establecer la posibilidad de que se produzcan
condiciones para lograr marcos de lectura integrales, que permitan la puesta en crisis de
los mensajes de los medios masivos.

Orden de citas por aparicin:

- Ricardo Foster, Neoliberalismo, medios de comunicacin y democracia. Revista
veintitrs N662. 10-03-2010.
-Peter Mclaren, Pedagoga identidad y poder. Santa Fe, Homo Sapiens.1998.
-Delfino Silvia, Proyecto de Extensin Universitaria: Observatorio Contralor de
Noticias Informativas sobre Jvenes en Situacin de Delito. rea Queer de la UBA,
Asociacin Miguel Bru, Direccin de DDHH de la FP y CS de la UNLP. 2006.
-Germn Rey. El cuerpo del delito. Representacin y narrativas mediticas de la
seguridad ciudadana. Colombia 2005.
-Gabriel Kessler. Sociologa del delito amateur. Siglo veintiuno editores. 2004.
- Rosana Reguillo. La construccin simblica de la ciudad. Sociedad, desastre y
comunicacin. Jalisco: Iteso, 1996.
-Kapln, Mario.- La Comunicacin Educativa. (En La Carta, ao l7 #l56 pgs.9-l0)

Bibliografa:

-Medios de Comunicacin y Discriminacin: Desigualdad de Clase y Diferencias de
Identidades y Expresiones de Gneros y Orientaciones Sexuales en los Medios de
Comunicacin. rea Queer, Facultad de Filosofa y Letras, Secretara de Extensin
Universitaria y Bienestar Estudiantil, Universidad de Buenos Aires.2007.
-Sandra Gayol y Gabriel Kessler. Violencias, delitos y justicias en la Argentina.
Manantial. 2002.
-Periodismo Social. Niez y adolescencia en la prensa Argentina. Informe anual. 2009.
-Stella Martn. Agendas policiales de los medios en la Argentina. En Violencias,
delitos y justicias en la Argentina. Manantial. 2002.
10
-Proyecto de Extensin El Derecho A Tener Derechos, manual de derechos humanos
para organizaciones sociales. Esteban Rodrguez, Gabriel Appella, Mariana Relli.
Galpn Sur, Colectivo de Investigacin y Accin Jurdica, Facultad de Periodismo y
Comunicacin Social. La Plata. 2009.
- Propuesta de Proyecto de ley de Servicios en Comunicacin Audiovisual. Presidencia
de la Nacin. Marzo de 2009.
- El Derecho a Comunicar la Actividad Radiodifusora. Anala Elades. EPC, Ediciones
de Periodismo y Comunicacin. 2009.
- Eliseo Vern. Construir El Acontecimiento. 3 edicin, Editorial gedisa,
Barcelona.2002
- Omar Rincn. Narrativas mediticas. O cmo se cuenta la sociedad del
entretenimiento. Editorial Gedisa, S.A.; 1 ed., 1 imp.2006.
-Lic. Elina Hernndez Galarraga. Copyright. Enero-Febrero-Marzo de 1997. Vol 2.
No.7. Revista Electrnica VIDEO.ISSN 1027-2135. Producida por Televisin
Educacional. Universidad Pedaggica "Enrique Jos Varona". La Habana, Cuba.
-Manual de Cursos y Talleres de Comunicacin Popular. Cmo poner en marcha una
emisora popular. Talleres de capacitacin. en la Universidad Nacional de La Plata.
Facultad de Periodismo y Comunicacin Social. Autoridad Federal de Servicios de
Comunicacin Audiovisual. 2010.
- Doelker, Christian. "La realidad manipulada". Editorial Gustavo Gili, Barcelona. 1992.

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