Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls

LOS PRIMITIVOS (Tomo I)

*
Elas Recls
PRLOGO
La etnologa, ciencia recin nacida, la comprendemos como la psicologa de la especie, siendo
la demografa una fisiologa, y la antropologa representando una anatoma inmensa.
La demografa y la etnologa estudian los grandes hechos de la nutricin y la reproduccin, de
la natalidad y mortandad, la una en el hombre fsico, la otra en el hombre moral.
La demografa compara los trminos estadsticos, los ordena en serie, encuentra sus relaciones
y contrastes, descubre las modalidades de la vida, desconocidas o ms conocidas hasta ella.
Haciendo de las grandes cifras un instrumento de precisin, ha tomado por divisa, como los
pitagricos, la expresin Numero, pondere, meurur. La etnografa tiene tambin sus grandes
n!meros los hbitos, las costumbres, las creencias y religiones. "ribus, pueblos y naciones,
siglos y ms siglos, tales son las cantidades sobre las cuales opera# cantidades algebraicas,
pero concretas. $na costumbre, adoptada por millones de hombres, y continuada durante miles
de a%os, vale, en definitiva, los millones de individuos &ue la han practicado. 'arias de esas
reputaciones alcan(arn a cifras enormes, dignas de esas &ue los astrnomos y los gelogos
mane)an con tanta facilidad.
*os hemos acostumbrado demasiado a mirar con desdn, desde las alturas de la civili(acin
moderna, las mentalidades de los tiempos pasados, los modos de sentir, de obrar y pensar, &ue
caracteri(a las colectividades humanas anteriores a la nuestra. +,untas veces se las
menosprecia sin conocerlas- .e ha imaginado &ue la etnologa de los pueblos inferiores no es
ms &ue un amontonamiento de divagaciones, un c!mulo de necedades# /en efecto, los
pre)uicios parecen doblemente absurdos cuando no se tiene la explicacin de ellos/# y se ha
terminado por creer &ue no hay ms inteligencia &ue la nuestra y &ue no hay otra moralidad &ue
la &ue se acomoda a nuestras frmulas. "enemos manuales de historia natural &ue, dividiendo
las especies vegetales y animales en dos categoras los !tiles y los per)udiciales, afirman &ue
fuera del hombre no existe ni ra(n ni conciencia. 0 reprochan al asno su estupide(, al tiburn
su voracidad, al tigre su furor. 12ero &uin somos nosotros para )u(garlos desde tan alto con
relacin a las debilidades morales e intelectuales de nuestros antecesores3 Hora es ya de
prevenirse# esos errores por los &ue ha pasado el gnero humano, esas ilusiones &ue ha
sentido, eran su ciencia. *o son monstruosidades surgidas del vaco por efecto de la
casualidad# causas naturales las han producido en su orden natural, y, digmoslo, en su orden
lgico. 4n su tiempo fueron otras tantas creencias, &ue pasaron por bien cimentadas.
5esultando de la desproporcin entre la inmensidad del mundo y la insignificancia de nuestra
personalidad, son testimonio de un esfuer(o perseverante, significando la evolucin y la
adaptacin de nuestro organismo a su medio ambiente, adaptacin siempre imperfecta,
siempre me)orada. La serie de las supersticiones no es otra cosa &ue la investigacin de la
verdad al travs de la ignorancia. Los lentes, los telescopios, el anlisis espectral, son otras
tantas correcciones a la insuficiencia de nuestros rganos visuales. 0 no habr comprensin
exacta de la realidad si no es por el conocimiento ra(onado de las divagaciones anteriores. La
ciencia de la ptica intelectual se hace a ese precio.
*
Recurdese que este libro fue escrito y editado en tiempos pasados. Digitalizacin: KCL.
5
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
"ampoco nuestras instituciones son el producto de una ciega produccin# son derivativo del
alma humana &ue no cesa de modelarlas y modificarlas a su imagen. ,ada cual traba)a en esa
obra durante su generacin, luego muere. 4l pobre &ue nosotros hemos animado conserva
nuestro recuerdo tanto tiempo como la transparencia de las aguas conserva el refle)o de sus
orillas. "odo nuestro ser parece confundirse en el olvido. .in embargo, nosotros no
sobrevivimos ms &ue por lo &ue &ueda de nuestra accin, inconsciente con frecuencia,
e)ercida con el fin de la conservacin propia y transformacin del medio. Las pasiones &ue nos
han hecho vibrar, nuestros temores y esperan(as, nuestras luchas, nuestras victorias y
derrotas, han de)ado huellas tenidas por inconcebibles. La acumulacin de stas,
indefinidamente repetida por la multitud de nuestros seme)antes, constituye, de siglo en siglo,
las leyes y los cdigos, las religiones y los dogmas, las artes y las ciencias, y, finalmente, las
diferentes formas de sociedad. Hacemos lo &ue los infusorios, cuyos restos se concretan en
rocas y se amontonan en maci(os monta%osos. 6esde este punto de vista, la etnologa se
aproxima a la paleontologa. 4n el siglo pasado, de 7rosses deca ya con precisin perfecta
82ara saber bien lo &ue pasaba en las naciones modernas y ver si no sucede ante nuestra
vista, en alguna parte, algo parecido9.
,untas veces no se ha repetido la profunda expresin 8via)ar por el espacio es via)ar tambin
por el tiempo9. 4n efecto, tales ritos inexplicados, tales costumbres, &ue los &ue las han
practicado no han conocido )ams el significado, tienen, en su gnero, el mismo inters &ue
tendra para el ar&uelogo, el descubrimiento de una ciudad lacustre# para el (ologo el
halla(go de un terodctilo &ue se (ambulle en un pantano en :ustralia.
La inteligencia es por todas partes parecida a ella misma, pero sus desarrollos son sucesivos#
lentamente, paso a paso, la humanidad gravita hacia la ra(n. "arde o temprano, se consignar
&ue las ideas tienen su edad, &ue los sentimientos varan por la forma y el grado. $na ciencia
futura clasificar las imaginaciones, hasta las ms extravagantes, dir cmo se forman las
fantasas fuera de ra(n, fi)ar la fecha a los pre)uicios y supersticiones, fsiles en su gnero.
"al ha sido el pensamiento principal del libro. 4xpli&umonos ahora sobre el mtodo seguido y
los procedimientos empleados.
.e trata de tra(ar retratos fieles, sin precipitarlos con violencia ni embellecerlos tampoco. .in
embargo, nos vemos obligados a reconocer &ue de)an, cuando se les estudia, una impresin
algo ms favorable &ue la resultara de la consulta cotidiana de los originales. 0 ello no poda
menos &ue suceder.
: todo civili(ado, los no civili(ados empie(an por serle repugnantes. 4l pre)uicio es desfavorable
a los salva)es. Los su)etos &ue se exhiben como tales en nuestras ferias se esfuer(an por
representar el tipo oficial harto vulgar. 2ara expresarse en 8lengua pagana9 escupen, tosen o
estornudan# son rgidos y chillones, no dicen en lengua europea ms &ue necedades o
groseras. 1.us bailes3 ,ontorsiones, movimientos barrocos y grotescos. 1.us comidas3
6escuarti(ar un cone)o, morder en una gallina viva. *ing!n via)ero encuentra tipos parecidos. :
medida &ue el investigador aprende la lengua indgena, &ue penetra en sus ideas y modos de
sentir, de)a de ser extran)ero entre los extran)eros. 'e esclarecerse el aspecto de esos hombres
tatuados, desnudos o medio desnudos, disiparse la piel obscura, y, finalmente, descubre &ue
los salva)es le parecan tanto ms salva)es cuanto ms desconocidos le eran# &ue la repulsin
era su ignorancia. 4n el siglo pasado, se conocan tan poco, hasta entre habitantes de una
misma isla, &ue muchos burgueses londinenses tomaban a los monta%eses de 4scocia por
bandidos o por repugnantes canbales.
:l efecto hemos tenido ocasin de se%alar algunas prcticas absurdas y brbaras, pero sin
hacernos pesados, por el motivo de &ue la necedad engendra el aburrimiento y la crueldad
provoca bien pronto el disgusto. Hemos pensado &ue, sin ser optimistas, debamos, con

Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls

preferencia, entendernos sobre las manifestaciones de la inteligencia naciente, sobre los
esfuer(os hacia una moralidad superior. 'ean los historiadores grandes y concien(udos,
/;ichelet por e)emplo/, cuando hablan de un pueblo, insisten menos sobre sus ba)as obras &ue
sobre sus grandes hechos# lo )u(gan sobre sus nobles aspiraciones y no sobre los actos
eno)osos de la vida cotidiana. 4s cierto &ue es la humanidad, como entre las plantas y los
animales, los individuos ms bien desarrollados representan su especie me)or &ue los otros.
2ero la cuestin est ya )u(gada. 1<u regla es la &ue se sigue en todas las exposiciones,
sobre todo en las del arte y la industria3 8*o admitir sino los ms hermosos modelos, la ms
notables muestras9.
'ayamos ms le)os. 4sos primitivos son ni%os con la mentalidad de tales. 0 la distancia del ni%o
al adolescente se mide por a%os# hasta del animal al hombre los grados se miden. La
inteligencia infantil no es en todos casos inferior a la ra(n del adulto. +,on cunta frecuencia
los padres admiran la ingenuidad de los primeros a%os de sus hi)os, sus ideas originales, sus
cuestiones, cuya profundidad desconcierta, ese frescor de sensacin, ese encanto sonriente e
imprevisto- Los pueblos nacientes tienen tambin sus manifestaciones subitneas, sus
inspiraciones de genio, una concepcin heroica, sus facultades de invencin, &ue desde hace
largo tiempo han perdido las naciones en la fuer(a de su edad madura. 10 las &ue declinan, las
civili(aciones bi(antinas3 .e sostienen tambaleantes, marchan vacilantes, el cetro se sostiene
con muletas la regla, la traicin, lo convenido# y de ah no salen. +6esgracia para el &ue no
comprende la )uventud, para el &ue no se extasa con las auroras intelectuales-
4l ni%o era todo alegra, todo esperan(a. 12ero el hombre representa las esperan(as de la
edad primera3 6e todo lo &ue hubiera podido hacer, 1&u ha reali(ado3 =La menor parte> sin
embargo, no ha salido por mala voluntad, y, con frecuencia, no es por culpa suya. 1<uin
reprochara al rbol no haber sa(onado todos sus frutos en flor3 La pendiente misma de las
facultades obliga a especiali(arse# el progreso incesante de la divisin del traba)o circunscribe al
traba)ador a un rincn cada da ms estrecho# las exigencias de la produccin, las crueles
necesidades, empotran al proletario al extremo de una manivela, reducindole a una sola
funcin, hipertrofiando un miembro para atrofiar a los otros, afinando una facultad para debilitar
a todo un ser. 2or eso no vacilamos en afirmar &ue en numerosas tribus, llamadas salva)es, el
trmino medio del individuo no es inferior, ni moral ni intelectualmente, al individuo medio de
nuestros 4stados llamados civili(ados. *o por&ue, recogiendo la tesis de ?uan ?acobo,
exaltemos nosotros a los 8hi)os de la *aturale(a9 para reba)ar de paso al hombre, producto
cultivado. *osotros adoramos, admiramos al ni%o, sin &ue ello &uiera decir &ue lo declaremos
superior al adulto. *unca el instinto, por saga( e ingenioso &ue sea, alcan(ar la comprensin
vasta y luminosa de las cosas &ue la ra(n elabora, segura y silenciosamente. La poesa
misma, no puede elevarse hasta la sublimidad de la ciencia# curu)a o ruise%or no abordarn
)ams las elevadas regiones donde se cierne el guila con sus alas poderosas y slidas.
4stos estudios han sido hechos, en su mayora, con los informes y noticias &ue los misioneros y
via)eros han publicado durante la !ltima mitad del siglo, sobre pases y tribus cuyo estado social
ha sido despus profundamente modificado. 4l flu)o de comerciantes y de industriales desborda
irresistiblemente, invade las plagas &ue, ayer aun, eran desconocidas. .in embargo, nosotros
hablamos en tiempo presente, bien para seguir el relato de los autores o bien para evitar
fastidiosas acotaciones. 'ivamos en duda sobre la existencia actual de un hecho &ue los
!ltimos relatos nos presentan con vigor. 12odamos nosotros subsistir con probabilidades y
posibilismos las observaciones precisas3 Hemos tenido &ue tomar nuestro partido y rogamos al
lector &ue haga lo mismo. 4n tesis general, esas poblaciones no han sido descritas ms &ue
por sus invasores, y por a&uellos &ue no podan comprenderlas. "ales son el imperio de los
@ncas y de ;onte(uma, entrevistos solamente en le preciso momento &ue iban a desaparecer,
igual &ue un copo de nieve observado al deshelarse, cuando se desagrega y evapora, antes de
la vista haya discernido su forma geomtrica. 2rimitivos &uedan ya pocos# bien pronto habrn
desaparecido completamente.
!
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
//////////
*o hemos &uerido retratar, en fin, cada una de nuestras individualidades tnicas hubiramos
necesitado vol!menes enteros de repeticiones infinitas. Hemos preferido no dar ms &ue
informes sucintos, desenvolviendo ms un detalle a&u, una costumbre, una institucin all.
,a(adores, pescadores, pastores, agricultores rudimentarios, casamientos singulares,
obse&uios extraordinarios, iniciaciones, prcticas de magia. .i el p!blico acoge favorablemente
este primer estudio, no tardaremos en ofrecer otro.
;ayo de ABBC.
//////////
;ar(o de ADEF.
6esde &ue fueron escritas las pginas &ue siguen, los 2rimitivos &ue describan han cambiado
de fisonoma# la civili(acin, as llamada, los transforma rpidamente.
14ra necesario volver a modelar estos estudios para ponerlos al corriente de las condiciones
actuales3 12ero &ue se dira del pintor, &ue, cada die( a%os, retocara un retrato, con ob)eto de
&ue siempre tuviera parecido3
8La fa( del mundo cambia9# as se dice desde hace largo tiempo.
LOS HIPERBREOS CAZADORES Y PESCADORES
LOS INOTAS ORIENTALES
La ltima Thule, el punto ms septentrional de nuestro hemisferio &ue sea habitado todo el a%o,
es villorrio de @ta, en la costa de .mith/.ound, baha de 7affin, por los grados GB latitud *orte y
GD longitud Heste, meridiano de IreenJich. Los itayanos son los primeros o los !ltimos de los
hombres, como se &uiera. 4n sus expediciones de ca(a llegan hasta la extremidad meridional
del glaciar Humboldt, un poco ms all del grado GD# y a partir de los BE grados, la lnea de las
nieves eternas llega hasta las costas mismas, al nivel del mar. "oda vegetacin desaparece#
slo se encuentran raros abrigos, simples campamentos de verano, visitados de tarde en tarde.
Keilden, uno de los heroicos compa%eros de la expedicin de ;arLham, &ue tubo el honor de
plantar su bandera a GME Lilmetros del 2olo *orte, estima &ue 8los indgenas no han pasado
)ams del cabo $nin. Hasta en los meses de ?ulio y :gosto, el litoral es demasiado pobre para
suministrar alimentos a un pu%ado de es&uimales errantes# en cuanto a una residencia de
invierno, est fuera de cuestin. 4l punto ms septentrional donde se ha reconocido alg!n
rastro evidente de residencia, es el cabo 7eechey, y por el BANCMO latitud *orte. 4l naturalista de
la misin ;arLham, ha recogido el es&ueleto de un gran trineo, una lmpara de estearina, un
rapador de nieve hecho con un diente de foca, restos probables de alguna expedicin. ;s all
de ese paralelo, no ha vivido seguramente ninguno de nuestros seme)antes. Los inotas no
llegan ms le)os en sus correras9.
0a Hudson, en su navo a vela, haba penetrado, en APEG, hasta cerca del grado BQ. 2arry, con
su velero, alcan(, en ABQG, la latitud BQNMCO. *ares, con su vapor, no lleg ms &ue al BQNAPO, y
"
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
con su trineo al BFNQEO. 4s cosa de extra%arse &ue los modernos, con todos los recursos de la
ciencia y el arte y la industria, hayan apenas podido sobrepasar a los primeros navegantes.
Irande era la distancia &ue separaba nuestros climas templados de esas heladas regiones.
Kuimos a los es&uimales y los reconocimos en seguida como seres humanos, y ellos nos
tomaron como parecidos. 6esde haca siglos &ue vivan en las llanuras nevadas# creeran
&ui(s, aparte de algunos indios, &ue eran los !nicos habitantes del globo# desconocan la
existencia de los europeos, ni si&uiera haban odo hablar de nosotros por tradicin. ,uando el
bu&ue de 5oss abord sus para)es en ABAB, los buenos itayanos se figuraron invadidos por
fantasmas# ilusin bien natural, &ue otros salva)es, los australianos, notablemente, tuvieron en
ocasin parecida. 4n efecto, el navo, con sus grandes velas blancas, &ue apareca en el
hori(onte, en la lnea en &ue las profundidades del cielo se confunden con los abismos del
Hcano, 1&u poda parecer sino un monstruo alado ba)ando del 4mpreo3 10 &u podan ser
los seres fantsticos &ue llevaba sobre sus lomos y dentro de su vientre, sino aparecidos,
aparecidos &ue venan de visita3 1Las hechiceras no dicen y ense%an &ue los muertos habitan
en la luna, en donde encuentran abundantemente bos&ues, male(as y cosas buenas para
comer3 Los primeros es&uimales &ue subieron a bordo palpaban la cubierta, tactaban todo lo
&ue vean, masteleros, barcas, remos, y maravillados se decan al odo +<u maderas en la
luna, &u maderas-
A
6espus de 5oss aparecieron el Nordstern, enviado en busca de KranLln, y luego Rane, en
ABCF/ABCC, y seis a%os ms tarde, Hayes. 4l aislamiento de esa parte del mundo es menor
desde &ue los vapores pescan las ballenas. 6e tiempo en tiempo, una banda de es&uimales
ba)a hasta el cabo 0orL y se encuentran con e&uipa)es balleneros. $n sistema de cambio se
establece en esos para)es# &uincallera y otros artculos se dan en cambio de aceites, de pieles
de oso y de foca. .e asegura &ue, en todo tiempo, los indios han sostenido con los hiperbreos
algunas pe&ue%as relaciones comerciales.
4n el oto%o de ABGF, una parte de la expedicin cientfica alemana, &ue haba sido arro)ada
sobre el .mith/.ound, tuvo &ue invernar entre los itayanos, y slo pudieron abandonarlos al
verano siguiente. ;. 7essels, &ue formaba parte de esta expedicin, tuvo la satisfaccin de
poder estudiar de cerca esa poblacin, casi desconocida hasta l, y no perdi el tiempo ni la
ocasin.
*osotros slo sentimos &ue su relato sea tan corto. 4so no obstante, lo tomamos como la
principal autoridad, e @ta como cuartel general. :mpliaremos el cuadro por diferentes informes
sobre los otros inotas del 2olo, y nos extenderemos sobre los .louts del extremo occidental
del continente americano. 6e ese modo podremos formarnos una idea relativamente completa
de la ra(a es&uimal, haciendo lo &ue el botnico &ue, teniendo &ue describir una especie
compuesta de pocas variedades, elige las dos menos parecidas despreciando las intermedias.
//////////
4l paisa)e rtico es por todas partes parecido a s mismo. Los sublimes horrotes de ese Abismo
de sombra estril y luces espectrales
Q
es necesario haberlos visto para poderlos describir.
*osotros tomamos las lneas siguientes de varios via)eros, entre los cuales, en primer trmino,
el infatigable 2etitot
8S;ontes de hielo, llanuras de hielo, islas de hielo. $n da de seis meses, una noche de seis
meses, espantosa, silenciosa. $n cielo incoloro donde flotan, empu)adas por viento silbador,
agu)as de escarcha# amontonamientos de rocas salva)es, donde no crece ninguna hierba#
palacios de cristal &ue se levantan y se hunden con horrible estrpito# una niebla espesa &ue
1
Ross, Relations.
2
Leconte de Lsle, Poemas brbaros.
#
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
tan pronto ba)a como sudario, como se desvanece, presentando a los o)os espantados,
fantsticos abismosS.
T6urante ese da !nico, el sol hace brillar al hielo con resplandores &ue ciegan. 2or la caricia de
sus tibios rayos se funde y fragmenta# los montes se seccionan en montones, las llanuras
chas&uean y se separan en tmpanos &ue chocan produciendo ruidos siniestros y detonaciones
alarmantesS.
TLa noche, una noche eterna, sucede a ese da desesperante. 4n medio de las tinieblas se
distinguen fantasmas gigantescos &ue se mueven lentamente. 4n ese aislamiento profundo &ue
toda soledad lleva en s, la energa del via)ero, su ra(n misma, sufren extra%os sobresaltos. 4l
sol es a!n la vida. 2ero por la noche, esos tristes desiertos aparecen como espacios caticos
al pie de precipicios &ue no se pueden medir, se levantan escarpaciones. 2rolongados
lamentos del hielo, parecidos a aullidos, llenan el cora(n de espantoS.
T:parece la fantasmagora sangrienta de la aurora boreal el hielo negro se ilumina con
resplandor inmenso. $n arco ms vivo rodea un fondo de llama# los rayos surgen, mil destellos
saltan. 4s una lucha de dardos a(ules, ro)os, verdes, violetas, centelleando, &ue se elevan y
ba)an# compiten en rapide(, estallan, se confunden, palidecen. La !ltima magia, un crculo
esplndido, la 8,orona9 estalla en la cima de esas magnificencias. Luego los rayos blan&uean,
los olores se esfuman, palidecen, desaparecenS.
TLa lu( rtica, 2roteo areo, reviste mil formas, se desenvuelve en combinaciones maravillosas
brillante efulgencia en lucecitas inn!meras, parecidas a los fuegos de .an "elmo, se agrupan
en la cima de los mstiles# (onas de oro caprichosamente onduladas, serpientes lvidas con
refle)os metlicos &ue resbalan silenciosamente por los espacios profundos# arcos iris
concntricos# domos esplndidos y difanos &ue iluminan el cielo o tami(an la lu(# nubes
sangrientas y l!gubres, bandas largas y blancas &ue se distienden de una a otra parte del
hori(onte# tenues e inciertas nebulosas como ligero velo de gas...S9.
Htros fenmenos, otros cuadros no menos extra%os
8S4s un radiante parhelio, unas veces segmentario, otras e&uiparado# lo ms frecuente son dos
o tres falsos soles, algunas veces cuatro, ocho y hasta die( y seis espectros luminosos &ue se
convierten en centros de otras tantas circunferencias# a veces hori(ontal, envuelve al
espectador en una multitud de imgenes solares, transportndole como ba)o una c!pula
iluminada por linternas venecianas. $na luna, &ue )ams se pone, transforma en da las largas
noches del solsticio de invierno, se multiplica por el paraseleno, y cuatro u ocho lunas surgen
del hori(onteS.
T4stas noches tan tran&uilas y silenciosas en las &ue palpitaciones del cora(n se hacen
perceptibles, estn embellecidas por una lu( fantstica &ue )uega al travs del roco helado.
2irmides de cristal, pulidas, brillantes, prismas, gemas irisadas, columnas de alabastro,
estalactitas de aspecto sacarino y vitroso, entreme(clados de enca)es y festones de blondas
inmaculadas. :rcas, torres, bvedas, pinculos# la luna acaricia con sus rayos misteriosos toda
una ar&uitectura de hielo y de nieve, de escarbachas y piedras. 2as de magia y de ensue%osS.
T4l vapor aspirado se condensa en neblinas heladas &ue chocan en el aire denso produciendo
ruidos singulares, recordando el chirriar de las bran&uillas, el silbar de una varita o la ruptura de
una papel grueso. :lgunas veces un relmpago s!bito, sin detonacin, anuncia el trmino de
una aurora boreal, de una tempestad magntica, cuyo centro est situado encima de la vista.
4stampidos de trueno advierten la proximidad de un lago donde los nacimientos de agua hacen
deshelar el hielo. 14scuchan esta conversacin3 14scuchan ese tintineo de cascabel, esos
chas&uidos de ltigo repercutidos3 .e creern &ue esos ruidos se producen all cerca# pero los
$%
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
instantes y las horas se pasarn antes &ue hayan visto llegar las personas de las &ue les
separa corto espacio. .in embargo, un disparo de fusil hecho a su lado no ha producido ms
ruido &ue la ruptura de una nue(>S.
T4s el espe)ismo con sus fantasmas de riberas, sus montes invertidos, sus rboles &ue
marchan, sus colinas &ue se persiguen, sus dislocaciones de paisa)es, sus fantasmagricas
caleidoscpicas de supuestos abedules sobre verde csped> ,olumnas de humo &ue se
elevan por entre la niebla producen la ilusin de un campamento. 0 sobre el mar, troncos de
rboles, venidos de no se sabe dnde, se inflaman en sus frotaciones violentas con el hieloS9.
2or todas partes fro. He a&u cmo habla un desgraciado de la Jeannette
8S4n fin, el invierno se presenta con todo su rigor. 4l termmetro ba)a hasta CQ grados. *uestro
abrigo desaparece ba)o catorce pies de nieve# vientos implacables cargados de grani(os
agudos, nos obliga a echar da y noche el carbn y el aceite en dos sartenes &ue conservan
alg!n calor a nuestra sangreS.
T0o hice helar mercurio y golpearlo sobre el yun&ue. *uestro aguardiente, helado, tena el
aspecto de un blo&ue de topacio. La carne, el aceite y el pan se partan a hacha(os. ?os olvido
de ponerse uno de los gruesos guantes un minuto despus su mano estaba helada. 4l pobre
amigo &uera calentar sus dedos con agua tibia, pero instantneamente se cubra de hielo. 4l
mdico tuvo &ue amputar el miembro a nuestro infortunado amigo, &ue sucumbi al da
siguienteS.
THacia mediados de enero una caravana de es&uimales vino a pedirnos algunos pescados
secos y aguardiente. *osotros les dimos adems tabaco, &ue fue todo aceptado con lgrimas
de alegra. 4l )efe, anciano dbil, nos cont &ue el mes anterior se haba comido a su mu)er y a
sus dos hi)osS9.
Htro ve las cosas por el lado bueno
84ste fro ms terrible &ue el lobo blanco y el oso gris, este fro &ue sorprende a su vctima a su
salida, instantneamente, mortalmente, es un fro &ue activa y purifica la sangre, reanima las
fuer(as, activa el apetito, provoca las funciones del estmago, es el me)or de los calorficos#
adormece el dolor y contiene la hemorragia. .i es hora &ue nos hiera, &ue sea durante el
sue%o# as produce la muerte en medio de ensue%os. 4ste fro intenso, tan seco y puro, evita la
putrefaccin, destruye los miasmas, purifica el aire, aumenta la densidad# l depura el agua
dulce, destila las hondas saladas del Hcano y las convierte en agua potable# transforma en
cristales la leche, y el vino y los licores, permitiendo transportarlos# reempla(a la sal en las
carnes, y el cocimiento en las frutas, &ue las conserva duraderas# hace comestibles la carne y el
sebo crudos# petrifica los pantanos y lagunas, detiene el curso de las enfermedades, revela a
los ca(adores la presencia del reno envolvindolo de niebla. La seda, el pelo, las plumas, se
unen a los dedos como si estuvieran impregnados de liga# las virutas se adhieren al cepillo. Los
cabellos cru)en al peinarse, se agitan y crepitan. *o se puede uno envolver con mantas ni
echarse encima un simple cobertor de lana sin salir de su pelo y de todas partes chispas y luces
&ue centellean>9.
//////////
;uchos han pretendido &ue la ra(a de los inotas es la ms grosera y atrasada de nuestra
especie. 4sta distincin ha sido concedida generosamente a tantas hordas, poblaciones y
nacionalidades, &ue ha terminado por carecer de toda importancia# ya no es ms &ue una figura
retrica, un modo sencillo de decir &ue los as calificados son poco conocidos. ,ada explorador
presenta a los salva)es &ue observa como ignaros y brutos. "omndose como medida de la
humanidad, no encuentra expresin bastante fuerte para indicar la distancia entre ellos y su
personalidad.
$$
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
.ea lo &ue fuera, ning!n pueblo es ms curioso &ue el de los inotas. *inguna ra(a est menos
me(clada, es ms homognea y caracterstica. *o obstante, est esparcida en un territorio de
cinco o seis mil Lilmetros, en una extensin &ue ocupa entre el tercio y la mitad de la
circunferencia terrestre, tomada en el PGNFEO de latitud. ;orton, ya en ABMD, haca de los
es&uimales y otras ra(as polares una sola familia, de la los ;ogolo/:mericanos, a la cual
pertenecen la Iroenlandia, con sus millones de hectreas ba)o la nieve, el vasto Labrador, el
inmenso c!mulo de islas y pennsulas conocido con el nombre de tierras de 7affin, ;elville,
7oothia, 'ictoria, Uallostn, 7anLs, 2arry y 2rncipe :lberto# adems, toda la extremidad *. H.
el continente americano y el archipilago :luta, extendindose en diversos grados, desde
:lasLa a la 5eina ,arlota, hasta 'ancouver, los "hlinLets Roloches, RousLoJins, Haidas, :hts y
otras tribus del litoral, las cuales se indiani(an a medida &ue avan(an hacia el .ur, 5iuL, 6allas
y Kederico ;uller, pretenden asimilar a la ra(a es&uimal la extensin de las costas &ue habitan
los "chouLtches, Ror)aLs y "schouLa)ires, por aparecer me(clados con las hondas asiticas.
2ara abreviar, nadie discutir la opinin de Latham
8Los es&uimales ocupan una extensin geogrfica &ue les concede una importancia
excepcional. 6e su afinidad ms o menos manifiesta con varias otras familias humanas
depende la solucin de algunos problemas etnolgicos de gran trascendencia9.
*i la de "opinard
84n :sia, los pueblos han sido infusionados de Hriente a Hccidente y de Hccidente a Hriente
de un modo tan prodigioso, &ue la rama ms caracterstica debe ser buscada por la otra parte
del 2acfico, en los mares polares9.
,ual&uiera &ue sea nuestra opinin sobre los problemas relativos al parentesco de los hombres,
lo cierto ser &ue los es&uimales, en su mayor parte, son producto de su clima# pues el medio
implica una alimentacin, residencia y costumbres apropiadas.
Kcilmente se exagerara la extensin &ue ocupan esos hiperbreos, como se les llama con
frecuencia, si no se reflexiona &ue en el continente americano, la extensin &ue ocupan no es
ms &ue una fachada, un bra(o de tierra ancho de unos QE o FE Lilmetros, &ue alcan(a en el
interior una amplitud de GB a BE Lilmetros a lo largo de ciertos ros, tales como el 0ouLou y el
;ancLen(ie, del cual no alcan(an ms &ue la parte martima. 2or ese motivo, 6all propona &ue
se les diera el nombre de Hrariens Vde orillaW al con)unto de las estrechas longitudes de los
inotas. 4n el bos&ue, fuera de la estrecha banda ocupada por ellos, empie(an los 2ieles/5o)as,
enemigos &ue les hacen una guerra de exterminio. 4sta animosidad, algunos sabios
antroplogos han pretendido explicarla 8por diferencia de sangre9 V'on RlutschaLW. .i valiera
creer a los indios, el odio tiene otro motivo. *o pueden perdonar al es&uimal &ue se coma crudo
el pescado. 6e ah los nombres de abani&ue, de Esqui mautik
F
y ob)ibenerianos, Ayeskimen,
&ue, aplicados en un principio a los labradorianos, se han hecho extensivos poco a poco al
con)unto de las tribus hiperbreas. : nosotros nos parece ms lgico atribuir esta enemistad,
&ue por momentos toma aspecto religioso, a una causa siempre actual, siempre efica( la de la
competencia vital# unos y otros se disputan la presa de ellos se comen cruda o viva. 4l indio no
es exclusivamente ca(ador, sabe tambin arponear al salmn. 2or su parte, los inotas saben
ca(ar al oso, al ciervo y al gallo silvestre. 4n :lasLa, se distinguen entre s por 8gentes de
tierra9 y 8gentes de barco9, seg!n el gnero de la vida a &ue se entregan con preferencia.
//////////
,errados el resto del mundo por su barrera de hielos y escarchas, los es&uimales han &uedado,
ms &ue pueblo alguno, fuera de las influencias extra%as, fuera de nuestra civili(acin &ue
rompe y transforma todo cuanto toca. La ciencia prehistrica ha comprendido bien pronto &ue
ellos ofrecan un tipo intermedio entre el hombre actual y el hombre de tiempos desaparecidos.
3
Charlevoix, Histoire de la Nouvelle France.
$&
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
,uando se penetr por entre ellos la primera ve(, se encontraban en plena edad de hierro y de
piedra V*ordensLiold, Voyage o the VegaW, lo mismo &ue los gauchos cuando se les descubri#
sus hierros y aceros son de importacin muy reciente y casi contempornea. Los europeos del
perodo glacial no llevaron una vida muy diferente a lo &ue arrastran hoy los inotas en sus
estepas de nieve. ,omo se vive ahora en la Iroenlandia y el Labrador, se viva antes en
"hayingen, en .chusseuried y la 'i(ere. Los trogloditas de 4y(ies han emigrado a los
alrededores de la baha de Hudson# con el retroceso sucesivo de los hielos, y siempre en
persecucin del reno, se han acercado al 2olo. "al es notablemente la opinin de ;ortillet,
dO:bbott y de 7ody 6arvoLins, &ue creen a los es&uimales por descendientes directos de los
trogloditas magdalenianos. 4n todo caso, dicen estos autores, si se introdu)eran en las cavernas
de la 6ordo%a ob)etos de origen es&uimal, no se les sabra distinguir de los de)ados por los
autctonos.
: estos estudios geolgicos sobre *eJ/Hampshire, Irote da como conclusin &ue en las
regiones de Uhite ;ountains o ;onta%as 7lancas, el retroceso de los hilos se remonta a una
dcada de siglos, prximamente, y &ue los ascendientes de los es&uimales tomaron posesin
del suelo a medida &ue retrocedan las nieves, y despus de ellas los reba%os de renos.
5esultado &ue hay &ue tener presente ante a&uel a &ue llega 7essels, &ue, despus de
cuidadosas mediciones, afirma &ue le tipo craniano de los inotas no es diferente al de los
!ound "uilders, o constructores de t!mulos, poblacin desaparecida, &ue en otro tiempo
practic las gigantescas instalaciones de tierra &ue se han encontrado en varias partes de los
4stados $nidos.
:lgunos autores pretenden &ue los es&uimales, en otro tiempo, llenaron la :mrica polar con
sus estaciones de ca(a y pesca, y hasta &ue llegaron a dominar en los pases &ue vinieron a
ser el ,anad, *ueva 7runsJicL, *ueva 4scocia y *ueva @nglaterra, de donde fueron
desalo)ados por los primeros Hurones, @ro&uinos y :lgonguinos.
$na ciencia ms bien informada dir su opinin sobre estas aserciones. :lgunos sabios las
estiman ya como suficientes para resolver el problema tan difcil de la poblacin de :mrica.
:firman &ue todo el continente occidental, desde el cabo Iolovino hasta el estrecho de
;agallanes, ha debido sus habitantes a una sola ra(a es&uimoodea. Lo cierto es &ue las ra(as
de los inotas y los pieles ro)as, a pesar del odio &ue las divide, aparecen aproximadas como
tipos intermedios en el vasto :lasLa y la ,olombia britnica. 0, por la parte de :sia, los via)eros,
inclinados a observar ms bien las analogas antropolgicas &ue las diferencias tnicas, no
de)an de consignar &ue el inota cae, por transaccin insensible, hacia el 0acouta y el
.amoyedo.
//////////
1<uin no conoce la fisonoma es&uimal3 Irueso tronco sobre piernas cortas, extremidades
notablemente pe&ue%as, dedos patones, carnes blandas. ,rneo esencialmente dolicocfalo#
cabe(a gruesa, pmulos salientes, larga cara, llena, como hinchada, cabellos negros, largos,
duros y rgidos# nari( aplastada. $n via)ero ha dicho placenteramente &ue, ba)o esas latitudes,
una ra(a de nari( romana no se hubiera podido mantener VK. U. 7utlerW# con demasiada
frecuencia la protuberancia del aparato del olfato se hubiera helado y se hubiera cado,
mientras &ue la nari( aplastada est menos expuesta a tan desagradable accidente. Los rasgos
de la cara, y especialmente los o)os, presentan un notable parecido con los chinos y trtaros
VLubbocLW. La piel, de un amarillo oscuro, recubierta de una espesa capa de grasa aceitosa,
produce al contacto un fro desagradable. 4l invierno de la un tinte muy claro, casi europeo,
pero en cuanto llegan los primeros das de primavera, se oscurece, se hace negra, como por
una muda. 2or sucia &ue sea su cara ancha y bonachona, produce una impresin favorable al
extran)ero. 4l trmino medio de los inotas oscila entre un metro cinco y un metro siete.
M

!r. "#eller, Aligemeine Ethnographie.

$'
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
4l nombre de 4s&uimales o #omecrudo no es, seg!n nosotros mismos hemos visto, ms &ue
un sobrenombre. 4llos mismos se llaman inotas, nombre &ue significa hombre. 7a)o todas las
latitudes, los salva)es se atribuyen esa apelacin halagXe%a entre todas. 6esde el "schouLtche
al 6inn, ,anaca o :pache, no existe brbaro &ue, en conciencia y con perfecta conviccin, no
se atribuya la calidad de hombre por excelencia. 2ero como los vecinos hacen igual, ha sido
preciso distinguir entre 8hombre9 y 8hombre9# y se han dado designaciones especiales, tales
como hombres/cuervos, hombres/lobos, hombres/(orros.
4ntre los ms ingenuos podemos contar los Rolches, variedad de ra(a es&uimal, los cuales
creen llenar ellos solos lo menos la mitad de la tierra, habitada en primer lugar por los Loloches
y en segundo lugar por los noLoloches. Los antiguos 7eni @srael no conocan tampoco ms &ue
dos pases la "ierra .anta, la suya, y el resto de las comarcas, habitadas o no, eran profanas y
sin homogeneidad. La cosmogona es&uimal cuenta &ue 6ios era un groenlandio llamado
RellaL# amas con un terrn de tierra el primer hombre y la primera mu)er. 2rimero ensay en
Lodliouna, el hombre blanco, pero, torpe como principiante, lo err, no dndole al mismo tiempo
la foca. 4n la segunda tentativa hall la perfeccin y cre el hombre, el verdadero, es decir, el
inout o inota.
4n .mith/.ound se encontraron habitantes &ue no saban tanto, extra%ndose en gran manera
al saber &ue su tribu no era la !nica en el mundo.
//////////
Los inotas, hemos dicho, se encuentran distribuidos sobre un bra(o de tierra
desmesuradamente largo, pero sin profundidad. .us campamentos estn separados por
espacios desiertos y desolados de AC, de FE y hasta de ACE Lilmetros. @nvernan siempre en el
mismo sitio. .i el patriotismo es una virtud, ellos lo poseen en alto grado. ?ams paisa)es con
bos&uecillos verdosos, mieses doradas, sauces refle)ndose en los arroyos de aguas
argentinas, fueron ms &ueridos &ue esos campamentos de nieve y esas colinas de hielo, esos
promontorios escabrosos y esos bancos de hielo ba)o un cielo inclemente. 4l es&uimal se ha
adaptado tan bien a su medio &ue no podra vivir fuera de l, tanto se ha identificado con la
naturale(a &ue le rodea. *o obstante, via)a algo. 4n verano, cambia de sitio vagando es sus
expediciones, llevando su tienda, o me)or dicho, hacindola llevar a sus perros enganchados a
su trineo, pero de ra(a particular
C
, ms grande &ue la ra(a de los 2irineos y &ue la de los
:bru((os# no ladran, pero a!llan horriblemente V7utlerW. Ha sido modelado para su uso especial
a latiga(os continuos, durante muchos siglos. 4l perro es para el es&uimal lo &ue el reno para el
lapn y el samoyedo, el camello al targu y el caballo al beduno y al trtaro# es el gran medio de
locomocin, el amigo inseparable, y, en situacin desesperada, el !ltimo alimento.
$na banda de perros va uncida al trineo. ?ams podra usarse un ltigo &ue alcan(ar a las
lneas delanteras. 1<u hacen, si es preciso ir de prisa3 2ues el conductor inflige una regular
pali(a al primer perro &ue tiene a su mano, y ste, &ue sabe su oficio de esclavo, no se resigna
a sufrir solo la tortura# no pudiendo volverse para morder, muerde la primera carne &ue tiene
delante, y mordiendo cada cual del mismo modo, en un instante todos los perros se sienten
mordidos y el trineo corre rpidamente sobre la nieve en medio de protestas, gru%imientos y
aullidos. 1<u de ms humano3 14l carro del 4stado no avan(a acaso igual3
Llegada la noche, el guin de cada )aura se ata cerca de cada trineo# machos y hembras le
rodean y se acuestan a sus pies. 4sa sumisin, resultado del cansancio &ue les ani&uila, no es
ms &ue intermitente# el )efe de la )aura tiene traba)o de sobra para someter a sus vasallos las
hembras particularmente, se sienten vagabundas. Los machos tiran de la cuerda, gru%en,
fruncen el hocico, impacientes por el momento &ue les permita medirse con sus rivales. ,ada
uno busca su puesto en la lucha. $na larga serie de combates establece la supremaca del ms
robusto y del ms hbil# pero tampoco esta autoridad es respetada por mucho tiempo. 6e un
$
C#rt#, Philosofical ransations.
$(
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
da a otro estallar nueva revolucin fomentada por cual&uier ambicioso, &ue se apercibe de la
disminucin de fuer(as del )efe, por la edad o por otra causa. 4sos perros &uieren el tumulto# la
batalla es el ideal de su existencia. 2ara mantener la disciplina por entre el bello sexo, se ponen
a prueba los dientes de la reina favorita, &ue, salvo los casos de celos, e)erce sus prerrogativas
con bastante buen )uicio# lo ms frecuente es &ue el rey se someta sin protesta cuando la
soberana parece prxima a enfadarse.
P
//////////
.eg!n las autoridades &ue se consulte, se oye decir &ue los es&uimales via)an poco o &ue
via)an mucho. :sercin &ue de)ara de ser contradictoria si, en ve( de expresarse de una
manera general, se hubiera hecho mencin cada ve( del nombre particular de la tribu de &ue se
habla. Los unos afirman &ue los inotas tienen un centro de cambio entre el estuario del
;acLen(ie y el del ro de ,obre. Htros, negando &ue ese cambio sea bastante activo para
merecer el nombre de comercio, cuentan &ue los groenlandeses y los labradorianos ignoran
tener hermanos en el estrecho de 7ering. .e ve uno inducido a creer &ue los accidentes
locales, &ue las particularidades tradicionales diferencian profundamente esas poblaciones &ue
desde tiempo inmemorial, se perpet!an cada una en su pe&ue%o rincn. 2ero causa extra%e(a
saber &ue desde la Iroenlandia al Labrador, y de a&u al archipilago aleuta, como desde ste
a los tchouLtches, las costumbres se distinguen slo por insignificantes detalles# &ue, en lneas
generales, las creencias y supersticiones se confunden# &ue la familia es&uimal ocupa una
inmensa regin. 4sto se explica los habitantes se encuentran dominados por los dos mayores
factores de la existencia, el clima y la alimentacin, cuyas condiciones se imponen un forma
igual a unos y otros. "odos sienten las mismas necesidades y recurren a los mismos medios
para satisfacerlas# hacen un mismo gnero de vida, medio terrestre medio martima# se
alimentan con los mismos pescados, se apoderan de iguales pie(as cogidas por los mismos
procedimientos, anlogos instrumentos y parecida astucia. 4n esas latitudes, la vida no es
posible sino por la observacin estricta y rigurosa de ciertas obligaciones, muy racionales,
despus de todo# es preciso aceptarlas ba)o pena de muerte, y se conforman sin violencia. 4l
hbito es una segunda naturale(a.
//////////
Kuera de los seres de su especie, el inota no conoce ms &ue la Iran 7allena, ;artn el Hso,
ser ;orsa, se%or Koca, el 'ie)o Lobo, y estos otros persona)es importantes (orros, liebres,
nutrias y otarias. .e les ca(a y reca(a, pero procuran hacerles olvidar tan mal proceder
prodigndoles el testimonio de su honor y su respeto# por lo dems, se les admira
sinceramente, y en muchas ocasiones se les tomo como modelos. .in la foca y la morsa no les
sera posible la vida. La primera es, me(clada con pescado, el fondo de la alimentacin general#
en cuanto a la segunda, en muchas islas y pennsulas constituye la !nica alimentacin durante
algunas semanas. $n hambre mortal destruye las tribus cuando las morsas se ausentan, o
cuando inviernos excepcionalmente rigurosos levantan barricadas de hielo al travs de ciertos
para)es, como sucedi en ABGD/BE, en &ue poblados enteros desaparecieron hasta su !ltimo
habitante. .obre todo en la isla de .an Loren(o o de 4ivugen, en las aguas de :lasLa, a media
distancia entre el antiguo y el nuevo continente. La morsa y las focas hacen al inota el mismo
servicio &ue al polinesio el cocotero, &ue al australiano el canguro, constituyen su alimentacin
y sus vestidos, pasan por su persona y sobre su persona, la calientan y alumbran, cubren su
cho(a al exterior, la tapi(an en el interior. ,on las pieles construyen sus barcos y bateles
LayaLs, umiaLs, baidarLas# con los huesos fabrican toda clase de armas y herramientas# el
marfil de la morsa constituye el principal valor de cambio. 4l pas hace homogneos, en parte,
al hombre y la foca# anfibio tambin el hombre, tiene de ese animal las costumbres, el carcter,
la apariencia, hasta la fisonoma# nada tiene esto de extra%o, puesto &ue hacia la foca dirige
todos sus pensamientos y sentidos. ,onstruye una casa de invierno seg!n el modelo &ue le ha
dado la foca en su igl. 4l uno como el otro son rechonchos, todo abdomen y trax, vora(,
alegre, familiar, con grandes o)os dulces e inteligentes. : primera vista no se forma uno opinin
elevada de esas pesadas masas de carne# pero observndolas de cerca, se siente extra%e(a el
%
&ares, !oyages a la mer Polaire.
$5
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
reconocer su gran inteligencia y buen carcter. 4s de notar &ue el animal es de un amor ms
celoso &ue su compatriota humano
8:l llegar la primavera, las hembras salen del mar y los machos se encuentran en las orillas
esperndolas. 4stos las saludan soplando aire por las narices, produciendo un ruido terrible,
se%al de batalla. 4sos monstruos se levantan sobre sus aletas, entablndose una lucha
general, en la &ue los formidables dientes de su amplia boca producen terribles heridas.
"endidas a la larga, las hembras son espectadoras del combate, cuya causa son# el vencedor
ser su esposo, e)erciendo autoridad absoluta y conducindose con fiere(a. 2ero su dominio
est su)eto a las invasiones# las fronteras son frecuentemente salvadas por pe&ue%os
destacamentos# los machos &ue han sido descartados en la lucha, ruedan no le)os, hacen
se%as &ue escucha amorosa alguna hembra ligera de cascos, mientras &ue su amo y se%or
est ocupado en otra parte. .i se da cuenta ste del mane)o, gru%e con vo( furiosa, se precipita
sobre su rival y, si no puede alcan(arle, se arro)a sobre la infiel y le de)a un doloroso recuerdo.
"odo ello no obstante, si dominacin es casi siempre fuga(, uno de los vencidos vuelve a la li(a
y le substituye a su ve(9.
G
La fisonoma del oso polar es tambin original# tan torpe en apariencia y tan extremadamente
hbil en todo cuanto emprende. $na fina y astuta cabe(a de (orro sobre un pesado cuerpo
desproporcionado# su espesa piel es un saco de malicia. .u carne fresca es delicada, pero de lo
ms indigesto# por eso la de)an en !ltimo lugar, si el hambre lo permite# en cuanto a su hgado,
pasa por ser un veneno muy peligroso, lo cual tiene el mrito de hacerle muy buscado por las
hechiceras. Los inotas reconocen al oso como su maestro de ca(a cuando persiguen las focas#
de l cuentan maravillas de habilidad y discrecin. 6esde lo alto de una roca donde ha subido
sin ser notado, vigila las morsas y otarias &ue se regoci)an en la playa. <ue se pongan a tiro y l
les aplastar la cabe(a arro)ndoles una gruesa piedra o un blo&ue de hielo con increble fuer(a
y habilidad peculiar. 4l oso habla la lengua oca, halaga y fascina a la pobre bestia &ue, sin
embargo, deba conocerle desde hace largo tiempo# l la duerme por un estancamiento del &ue
los inotas conocen el secreto, &ue ellos cuentan con toda la exactitud &ue pueden> 2odra
creerse &ue exageramos# citemos un testigo ocular, el verdico Hall
8,oud)issi9, hablaba el foca. 8:costado sobre uno de sus lados avan(aba hacia adelante por
una serie de saltitos y reptaciones. ,uando la foca levantaba la cabe(a, ,oud)issi detena su
avance, se pavoneaba con los pies y las manos, pero hablando, parloteando sin cesar.
4ntonces la foca se levantaba un poco, despus, con estremecimientos en las aletas, se
arrastraba como en xtasis sobre los lomos y los costados, luego de lo cual su cabe(a volva a
caer como para dormirse. 0 ,oud)issi continuaba avan(ando de nuevo, resbalndose, hasta
&ue la foca levantaba otra ve( la cabe(a. 4l mane)o se renov varias veces. 2ero ,oud)issi se
aproxim con excesiva vive(a, el encanto fue roto, la foca se sumergi y no se la volvi a ver. +@/
ei/oue- exclam el ca(ador impaciente +:h- +si nosotros supiramos hablar tan bien como el
oso-9
.i la foca, si el oso debieran creer lo &ue se les canta, las 8palabras &ue se les dicen9, coger a
esos animales, matarlos, arrancarles la piel y comerlos no seran sino detalles accesorios,
formalidades obligadas para proporcionar a los inotas la ocasin de aproximrseles, de
presentarles los homena)es ms sinceros y respetuosos. 4llo no obstante, el ca(ador &ue ha
dado su golpe se est generalmente encerrado en su cho(a durante uno o varios das, seg!n la
importancia de la presa cogida. "eme el resentimiento de su vctima. 2ero como siempre
existen acomodamientos con los poderes del otro mundo, si el tiempo aprieta y la ca(a produce,
se ver en el trance de adicionar las penitencias sufridas para hacer de una ve( las expiaciones
o bien por series, en tiempo ms oportuno. ;ientras tanto, ponen en lo alto de una percha la
ve)iga del oso, bolsa en la cual el ca(ador deposita sus me)ores puntas de lan(a y arpn. .i la
'
"alte()r#n, Nouvelles annales des !oyages, 1*$$.
$
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
bestia era un oso, la ve)iga contendr los cristalitos y collares de la mu)er y sus )oyas de cobre.
4l pa&uete no lo ba)arn hasta pasados dos o tres das y noches. ;agia elemental puesto &ue
la ve)iga es para el es&uimal el rgano donde reside la vida, ste comunicar a los ob)etos &ue
se pongan dentro las virtudes fsicas, morales e intelectuales del alma &ue all habitaba no ha
mucho. *o es in!til mencionar, a propsito de esto, &ue una ve)iga atada a la punta de su
clebre palo, el kayak, le hace sumergible y evita a ste adminculo innumerables movimientos.
:%adamos &ue las correhuelas unidas a los arpones van siempre provistas de una ve)iga
hinchada &ue hace sobrenadar a todo, cuando el animal se sumerge deba)o del agua despus
de haber sido herido.
*o &uiere esto decir &ue la doctrina de los inotas haga de la ve)iga el !nico receptculo del
espritu. 4l hgado, el 8inmoral hgado9, para servirnos de una expresin de 'irgilo, es otro sitio
del destino. 4l ca(ador &ue acaba de herir a una foca, transmitir la virtud de su suerte a un
camarada torpe o desgraciado si remite el hgado a una hechicera &ue, sin prdida de
momento, lo da al infortunado# ste lo masticar lentamente, lo ingerir tambin con lentitud y
despus ser otro hombre.
B
:l primer aren&ue &ue se le de)e arponear, se le dirigen cumplidos solemnes, se le apostrofa
como a un gran )efe de tribu, se le prodigan ttulos pomposos, y para tocarlo se ponen guantes
D
,
en sentido propio y figurado. : las mu)eres les est prohibido tocar la primera foca capturada#
slo a los hombres les est permitido aproximarse. 0 cuando van a perseguir la morsa, no se
permite tocar las pieles de reno, hacer correas o coserlas a los vestidos. .era un defecto de
procedimientos hacia la Iran ;orsa, &ue se vengara impidiendo la pesca de las morsas
pe&ue%as.
.in duda &ue todo esto es pura ficcin# pero en materia de religin, sera bien hbil &uien
distinguiera lo falso de los sincero. 6igamos &ue todo esto es hipocresa ingenua, mentira
infantil.
//////////
"anto como las fisionomas, como las costumbres y los vestidos se parecen los dialectos los de
la costa de :sia y el estrecho de 7ering, difieren poco de los &ue hablan en Iroenlandia, en el
Labrador y el ro ;acLen(ie. 5inL, competente en la mentira, se inclina a creer &ue la afinidad
es tan grande &ue los &ue hablan esas lenguas se deben comprender o debieran
comprenderse.
Las generaciones pasan sin &ue el habla sufra cambios apreciables. :s, los cuentos literarios
se trasmiten de siglo en siglo# las versiones recogidas en las localidades, distantes centenares
de lenguas, difieren menos &ue si entre nosotros la contara un mismo hombre distintas veces.
4l inota no carece de eufona y toma cierto acento musical en algunas bocas. .u estructura y la
de las lenguas americanas estn establecidas sobre el mismo modelo polisinttico. 4n una
palabra, pero muy larga, concentran ellos una frase, o varias. Hall cita
$eniagasakardluarungnaeraugat, como una palabra bastante larga, pero slo tiene una
treintena de letras, y hay palabras hasta de cincuenta. 5iuL traduce esta expresin %gdbor&
ssua&tsia&lior&i&gssa&liar&ku&gamiuk, por 8;ientras l le ordenaba ir al punto donde la gran casa
deba ser construida9.
4n teora, se poda a%adir a la palabra principal esos afi)os tanto o ms, pero exceden
raramente de die(, y se les agrupa, lo me)or posible, en orden lgico.
//////////
4l sistema de numeracin &ue han adoptado, es el ms natural y ms universalmente aceptado
el de contar con los dedos. Los cuatro miembros son un hombre# para decir B ense%an una
*
Rin+, ales of the Es"imos.
,
Dall, Alas"a and its Resources.
$!
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
mano y tres dedos# para QM, un hombre y M dedos# para FC, un hombre y tres miembros# para
BE, M hombres.
Los refugios o igls presentan notables diferencias y varan seg!n los materiales.
Krecuentemente hay habitacin de verano y de invierno# esta !ltima establecida con cuidados
particulares, por&ue los fros de FE a CE grados no son raros. 4l tipo de construccin ms
generalmente adoptado es la habitacin/cueva. Las paredes se sumergen en el suelo hasta la
altura de la cubierta o poco ms# el te)ado mismo est cubierto de una capa de barro en
terrones y se penetra al interior por el agu)ero del humo. La madera, si se tiene, se emplea con
extremada economa, slo para puntales y vigas de carga. 2ara otros usos se las substituye por
materiales diversos, tales como es&uistos, costillas de oso, vrtebras de ballena y dientes de
morsa# pieles extendidas por las paredes suplen el defecto de ladrillos y tablas.
He a&u la descripcin &ue nos hace Hayes de un palacio del *orte, la ms suntuosa
construccin de toda la 4s&uimalia
8La casa del gobernador dinamar&us de $pernaviL, construida en el mismo estilo &ue las
otras del poblado y de todas las habitaciones de Iroenlandia, es relativamente grande y
cmoda. 4l vestbulo, menos largo &ue en las construcciones ordinarias, no sirve de residencia
a los perros de todas las edades# el propietario es bastante rico para dar a esos miembros de la
familia es&uimal el lu)o de una residencia por separado. 4se corredor tiene una altura de cuatro
pies en ve( de tres, y se corre menos el peligro de chocar con la cabe(a al entrar. 4l te)ado, el
piso, las paredes, todo est guarnecido de tablas, llevadas desde los almacenes
dinamar&ueses. Las cho(as del com!n de las gentes no miden ms &ue doce pies de largas
por die( de anchas. La casa del gobernador, como todas las dems, no se compone ms &ue
de una sola pie(a, pero sta tiene veinte pies por die( y seis. Las paredes, altas de seis pies y
gruesas de cuatro, son, como en todas partes, me(cla de piedra y lodo. 4l te)ado est
compuesto de tablas y de tablones apenas escuadrados# el todo est recubierto de tierra. 4n
verano, a cincuenta pasos de distancia, la caba%a ofrece el aspecto de un montecillo cubierto
de verdura, y se confundira con una pendiente cubierta de hierba sino fuera por el tubo de
hierro &ue sobresale y el humo de carbn dinamar&us &ue por l escapa. 4l pas no produce
otro combustible &ue un musgo seco# los del pas lo impregnan de aceite de foca y lo &ueman
en un plato de esteatita &ue sirve a la ve( de hogar y de lmpara. 4n medio de la habitacin, el
piso se eleva un pie# en esta entrada nos colocamos nosotros con otros miembros de la familia.
4n el fondo estaban apilados sacos de edredn. ,uando llega la hora del sue%o cada cual
extiende su cama donde le parece. *i paredes ni tabi&ues# las mu)eres ocupan un lado de la
sala y los hombres el otro9.
;s al *orte, las cho(as de barro endurecido se hacen ms raras, al menos en las habitaciones
de invierno. La tierra, casi siempre halada, es difcil de traba)ar, y se construyen colmenas u
hornos, en cubos de nieve, dispuestas en capas anulares &ue van adelga(ndose. Los itayanos
disponen sus blo&ues en espirales desarrolladas con rigor geomtrico. 4sa forma parece !nica,
y no se cita ning!n otro e)emplo de ese sistema de ar&uitectura. ?ohn KranLlin dice &ue una de
esas cho(as acabadas de construir es una de las cosas ms hermosas &ue pueden salir de
manos de hombre.
8La pure(a de los materiales, la elegancia de la construccin, la translucide( de sus paredes, al
travs de las cuales se filtra la ms dulce de las claridades, producen una belle(a &ue el ms
puro de los mrmoles blancos no podra igualar. La contemplacin de una de esas caba%as y la
de un e)emplo griego adornado por Kidias de)an la misma impresin triunfos del arte una y otro,
son inimitables cada cual en su gnero9.
2ero con una o varias familias emparedadas en tan estrecho espacio, sin ventilacin por
puertas ni ventanas, en medio de m!ltiple acumulacin hierbas, carnes en descomposicin,
$"
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
pescados &ue se agrian, aceite rancio, restos y desperdicios de toda especie, 1&u es, &u
puede ser la limpie(a3 4sas cho(as, &ue no sabamos cmo admirar al ser terminadas, y &ue,
desde afuera nos encantaban por su forma ovoidea y su blancura inmaculada, y vista de dentro
por la lu( plida y suave &ue las penetra, esas cho(as apenas habitadas, no son sino focos
infectos, innobles receptculos de inmundicia. *otoriamente sucios y puercos, los inotas toman
cuando pueden un ba%o de vapor# pero en tiempo ordinario, sienten una invencible repugnancia
por las abluciones, pre)uicio del &ue se adivinan las consecuencias en medio de una
aglomeracin de digestiones en marcha. 2or consecuencia de las basuras y de la falta de aire,
en el interior de las habitaciones exhala un hedor insoportable, a la cual contribuye sacos de
pieles tiernas. La carne muerta desde varios meses se descompone de un modo perfecto.
:lrededor el suelo se ve lleno de osamentas innumerables de morsa y de otarias, me(cladas
con piltrafas infectas, cabe(as de perro, de oso y de reno, y hasta con restos humanos.
4l mobiliario de esas residencias es sorprendente# 5oss describe las herramientas e
instrumentos como la cosa ms me(&uina &ue pueda imaginarse trineos, no de madera, sino
de huesos, lan(as con la punta de diente del narval V!onodon conocerosW, pobres cuchillos
cuya ho)a est incrustada de hierro meterico V2allasW, alguna ve( en estado mineral.
$n es&uimal, habiendo odo el sonido de un relo) de pared en un establecimiento dans,
pregunt si los relo)es hablaban tambin. .e le present uno de repeticin
8S= 2regunta la hora tu mismoS.
T= .e%or y persona excelente, 1puedo esperar de su bondad el &ue se sirva decirme &u hora
es3S
T.e apret un botn, etc.>S
T= Las tres y cuarto /di)o el relo)/T.
T= +4st muy bien- /contest el buen hombre/. +.e%or, yo estoy muy agradecido-S9.
2articularidad de los itayanos no conocen arcos y flechas sino de nombres, aun siendo los
dems inotas hbiles ar&ueros, y hasta varios de ellos habiendo aprendido a mane)ar
diestramente las armas de fuego.
Htra observacin importante estos itayanos no tienen ninguna clase de embarcacin. 5oss no
poda explicarse lo &ue vea. 1,mo un pueblo del litoral martimo, cmo una poblacin de
pescadores, puede carecer de todo medio de navegacin &ue se posee, por otra parte, en los
poblados vecinos3 1,mo no han imitado un instrumento necesario, un instrumento tan
sencillo, al menos en apariencia, y &ue conocen de vista o por haber odo hablar de l3
Rane confirma esos informes y dice &ue no conocen los LayaLs ms &ue por tradicin, aun&ue
los es&uimales se tienen por los ms atrevidos marinos, los ms expertos bateleros, y cuya
existencia est tan unida al mar, &ue la barca constituye su unidad sociolgica. 4n un
pueblecillo hiperbreo, cuentan las barcas como en otra parte los fuegos# todo )efe de familia
debe ser due%o de barca. 8.i los itayanos tuvieran barcas, observa 7essels, los pobres
perseguiran las bandadas de narvales, obtendran pescas fructuosas, y se libraran de hambres
largas y crueles. 0 cuando no tienen ya otro recurso, cuando se ven reducidos al !ltimo
extremo, haran me)or &ue lan(ar todos sus trineos al agua, atados unos con otros, sistema
peligroso y en extremo incmodo9. 4ste observador no se explica la falta de barcos ms &ue
por la hiptesis de una degeneracin la poblacin, ms &ue bien dotada en otro tiempo, debi
conocer el arte de la navegacin# por una u otra causa debi haberlo olvidado.
$#
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
4sta indiferencia extraordinaria parece exceder todo lo explicable, sobre todo entre gentes &ue
no se les ve, en ninguna otra materia, aparecer ms est!pidos &ue sus congneres y prximos
vecinos. Hasta &ue estemos ms bien informados y sin pretender cortar las dificultades &ue
embara(aban a tan finos observadores como 5oss y 7essels, adoptamos la explicacin
sugerida por 5iuL. ;s al *orte, dice ste, el mar se encuentra helado con demasiada
frecuencia para &ue las barcas y LayaLs sean de provechoso uso. Llevando hasta el extremo la
divisin del traba)o, los itayanos se debieron inclinar exclusivamente a las prcticas de la ca(a
menospreciando las de la pesca, estimando, tal ve( sin ra(n, &ue perderan el tiempo
empleado en la construccin y maniobra de LayaLs, baidarLas y uniaLs.
;uy prcticos en su gnero, los vestidos de los inotas son hasta susceptibles de elegancia#
preg!ntese, si no, a los oficiales y marineros &ue han tenido el honor de bailar con co&uetas
groenlandeses. : primera vista parecen de corte idntico el de los hombres y las mu)eres, pero
estos !ltimos los alargan en forma de cola y los guarnecen de un ms amplio capuchn, en el
&ue la madre mete a su pe&ue%n, &ue se acomoda confortablemente, a menos &ue no lo
introdu(ca en una de sus botas. 4l sobretodo, fabricado con intestinos de foca, iguala en
impermeabilidad a nuestros me)ores impermeables de caucho y son bastante ms ligeros. 4n
ciertas localidades el sexo masculino adopta vestidos de pluma# el femenino de pieles# en otras
partes el vestido es doble pluma por encima y pelo por deba)o. Las personas )venes llevan
botas blancas, de piel fina y bien curtida# las casadas botas encarnadas. 2ara indicar la tribu a
&ue pertenecen, los hombres se cortan el cabello de sta o la otra forma y las mu)eres se hacen
tatua)es especiales.
.in recurrir al peine, la mam escudri%a por entre los pelos del pe&ue%o y se compensa de su
traba)o por la ca(a &ue recoge. Krecuentemente las comadres se acuclillan en crculo y
organi(an una batida general. 5pidas como macacos, meten los dedos por entre la cabellera
empegostada# las manos van y vienen de la cabe(a a la boca y de sta a la cabe(a. "an pronto
visto como no visto>
4se cuidado es una de las funciones de la mu)er primitiva todo conocedor de cuentos antiguos
y vie)as leyendas habr observado cmo en todas las grandes escenas de amor, el hroe se
sienta a los pies de la virgen, sta le coge la cabe(a entre las piernas, lo espulga, y, tras de una
dulce expresin, otra dulce expresin, le magneti(a y aduerme.
Las bellas es&uimales se sirven de un bastoncito terminado en esptula, &ue hace funciones de
dedo prolongado# con l se rascan la espalda, hurgan en las profundidades del vestuario. .e
dira &ue el pe&ue%o instrumento es copia de los rascadores de marfil, &ue los tenderos del
mundo elegante exponen en los escaparates suntuosos de la calle de 5ichelieu, de 2iccadilly y
de 5egent .treet los extremos se tocan. 4n Hriente, dice ,hardn, una mano de marfil no falta
)ams en la toilette de las mu)eres, por&ue sera indecente rascarse con los dedos.
//////////
4l buen tiempo trae la abundancia# entonces, en los intervalos &ue de)a la ca(a, nuestros
hombres no encuentran placer ms dulce &ue masticar dando vueltas a la cho(a, durmiendo
buena parte del da y despertndose slo para llenar el vientre. ,omer es placer y
voluptuosidad# ellos les dirn con conviccin haber sido gratificados con un inoua o genio
especial, el 6emonio del apetito. 2ara ellos tendra poco valor la famosa expresin 84l hombre
come para vivir y no vive para comer9. 4n cuanto aparece el da, la madre ba%a los labios de su
ni%o con un poco de nieve y luego los restriega con un peda(o de carne, como dicindole
8+,ome, hi)o &uerido, como y bebe-9
4l invitado a sus comidas no debe ir con remilgos, sino atacar bravamente, al modo de los
hroes de Homero# el husped debe manifestar hambres herc!leas, parecidas a las del due%o#
el honor &ue se le reconoce est en ra(n directa del apetito satisfecho. .i el invitado es
&%
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
decididamente incapa( de devorar todo lo &ue le presentan, viene obligado, por educacin, a
llevarse todo lo sobrante.
,omedores poderosos son estos es&uimales, 'irchoJ dice &ue su crneo y toda su anatoma
est determinado por las mandbulas, &ue determinan ellas mismas la eterna masticacin.
AE
8"res salmonetes nos bastaban para die( personas# cada es&uimal se comi dos> cada uno
de ellos devor AM libras de salmn crudo, como simple colacin para honrar nuestra presencia.
2asando la mano por su estmago puede consignar una prodigiosa dilatacin. ?ams hubiera
credo &ue una criatura humana lo pudiera soportar9.
AA
,on repulsiva avide(, se les ve absorber pescados descompuestos, aves oliendo a carro%a.
"an poco delicados como los igorrotes de las Kilipinas, &ue ponen como salsa a sus carnes el
pienso de los b!falos acabados de sacrificar,
AQ
no retroceden ante los intestinos del oso, ni
si&uiera ante los excrementos, arro)ndose con avide( sobre los alimentos mal digeridos &ue
encuentran en las tripas de los renos. 2or ms &ue el li&uen sea tierno como la achicoria y sepa
un po&uito a salvado V,larLe, VoyagesW, nosotros no podemos representarnos esta comida sin
sentir malestar, pero es el caso de repetir el axioma 8.obre gustos y colores no debe
discutirse9. LubbocL opina, con verosimilitud, &ue esta idiosincrasia se explica por la necesidad,
&ue se impone a los inotas, de sa(onar, por medio de algunas substancias vegetales, las
pesadas comidas de carne con &ue cargan su estmago. 4l capitn Hall ha probado el man)ar
l mismo, y declara &ue no hay nada me)or. La primera ve( &ue comi fue en la oscuridad, y sin
saber lo &ue meta entre sus dientes.
8:&uello era delicioso y se funda en la boca> ambrosia con un gustillo de acedera>9. 2ero
he a&u el men 82rimera entrada un hgado de foca, crudo y todava caliente, del &ue cada
husped tuvo su parte, me(clada con manteca. 4n segundo lugar, costillas tiernas como )ams
haba yo comido, sintindose la sangre nada ms ex&uisito. 6espus de esto, tripas &ue la
patrona vaciaba con sus dedos, un metro tras otro, y &ue luego cortaba en tiras de dos o tres
pies, aproximadamente. .e me sirvi este tro(o delicado como significndome &ue yo no
apreciara a&uello# pero tambin como el primero saba yo &ue todo es ex&uisito en la foca.
,og una de a&uellas cintas, &ue empec a desarrollar entre mis dientes a la moda rtica, y
exclam 8+;s- +;s-9. 4sto produ)o extraordinaria sensacin las damas se entusiasmaron9.
4stos dolosos se relamen y chupan los dedos con arndano y frambuesa deshecha en aceite
rancio# saborean la grasa de la ballena, cortada en tro(os alternados, blancos y frescos con
negros y p!tridos. $n bocado delicioso es la me(cla de hgado crudo espolvoreado con larvas
aun vivas. Iolosina es la grasa &ue se funde en la lengua# nctar los gusanos de leche &ue se
encuentran en el estmago de las )venes focas, leche blanca como la de vaca, perfumada
como la de nue( de coco. 6elicia a ninguna otra parecida, en la sangre del animal vivo bebida
desde la misma vena por medio de un instrumento inventado para ello. .iempre &ue pueden,
ahogan la ca(a ms &ue degollarla, con ob)etivo de no perder ni una gota del l&uido vital &ue
corre por las arterias. ,uando echan sangre por la nari(, )uegan hbilmente con la lengua y se
relamen de gusto. Las carnes aun palpitantes las mastican con delicia, cuyo )ugo encarnado
corre por su garganta de)ndole un sabor a(ucarado, ligeramente cido. La sal les repugna, tal
ve( por&ue la atmsfera y el pescado &ue comen est ya saturado. Iolosos y lambrucios,
saben apreciar la calidad, pero a condicin &ue la cantidad sea abundante. <ue est cocido o
crudo, fresco o podrido, les es igual a condicin &ue haya mucho. 4n los tiempos de escase(,
se tragan grandes cantidades de hierbas marinas &ue se han preparado con antelacin en agua
caliente. 4n general, el hielo y la larga espera han reblandecido ya sus provisiones de carne,
1-
!erhandlungen der #erliner $eseltschaft f%r Anthropologie, 1*''.
11
Ross, &eu'i(me voyage, 1*2,(1*33.
12
D. .ini/aldo 0. ": s.
&$
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
hasta un punto &ue ellos estiman suficiente. 4n cuanto al cocimiento propiamente dicho, lo
admiten en tiempo y lugar como refinamiento agradable, pero nunca como necesidad.
7elcher evaluaba en QM libras por persona y por da el aprovisionamiento &ue una estacin
haba hecho para el invierno, cantidad &ue se le daba como normal y muy ra(onable. 4l capitn
Lyn ha de)ado, de una de las comidas de estros primitivos un interesante relato.
8RuillitleuL haba comido hasta embriagarse. .e dorma, la cara ro)a y ardiente, la boca siempre
abierta. .u mu)er lo atiborraba introducindole en la garganta, con ayuda del dedo ndice, los
peda(os de carne hervida hasta llenarlo al ras de los dientes. Luego observaba atentamente la
deglucin. Los vacos &ue se producan en el orificio los llenaba instantneamente con tapones
de grasa cruda. 4l feli( mortal no se meneaba, moviendo solamente las mandbulas,
masticando lentamente, no abriendo los o)os. 6e cuando en cuando exhalaba un suspiro
ahogado# era &ue expresaba su satisfaccin9.
//////////
2or la energa de su sistema digestivo !nicamente se explica &ue los es&uimales puedan vivir
robustos y alegres ba)o la rude(a de su clima helado. 4n ninguna parte, ni si&uiera en la (ona
trrida, se hace menos uso del fuego &ue en medio de esos hielos eternos. Hcupados
constantemente en &uemar aceite y grasa en sus estmagos, los inotas, cuyo aliento arde, no
buscan mucho el fuego de le%a o de carbn. 8'iven siempre alterados, dice 2arry. ,uando
venan a visitarme, me pedan siempre agua, y la beban en tan grandes cantidades &ue era
imposible darles la mitad de la &ue hubieran engullido9. 4l fro, observa LubbocL, es ms
necesario &ue el calor a estos habitantes de casas construidas con hielo, y en las cuales las
temperaturas no puede elevarse al grado del hielo fundente sin &ue la cubierta gotee y
amenace ruina, cayendo sobre los &ue abriga. Irave accidente pieles ba)o la bveda y con toda
la extensin de las paredes, &ue se ha tenido cuidado de hacer bien delgadas para &ue estn
constantemente penetradas por el fro de afuera. ,olgados en las paredes estn los sacos &ue
como en casa de un descuarti(ador, contienen las provisiones de carne, las cuales para
conservarse frescas, debieran estar constantemente heladas, pero no tardan en
descomponerse y exhalar miasmas nauseabundos y sutiles &ue transforman bien pronto la
guarida en pudridero inhabitable para los europeos. Hasta en los camarotes cerrados, los
oficiales del Alerte reciban mal toda elevacin de temperatura. 'estidos con sus pieles, el calor
les fatigaba en cuanto la temperatura exterior suba a ms de AC grados ba)o cero.
La poca ms malsana, se nos ha dicho, es la primavera, cuando hace demasiado calor para
estar en el encierro y demasiado fro para salir de l. 4n esas cho(as, cuidadosamente
empotradas, en las &ue no se penetra sino por entradas subterrneas, el calor producido por la
respiracin y la combustin de aceites y grasas, dispensa de toda clase de calor. 4n medio de
la habitacin arde una lmpara ba)o de la cual se pone a fundir la nieve &ue servir de bebida.
4ncima pone el esposo a secar sus (apatos, cuyo cuero retorcido en forma de cuerno volver a
su estado de blandura, por&ue la esposa cuida de l masticndolo con sus poderosas muelas.
La cocina se hace con esta lmpara y con ella se alumbran toda la larga noche &ue, desde &ue
se pone el sol hasta &ue sale, no abarca menos de cuatro meses.
4spectculo digno de inters es el &ue ofrecen esas pobres gentes agrupadas alrededor de la
luminaria humeante. "odos los autores han hecho remontar las civili(aciones al descubrimiento
del fuego, y en ello han tenido ra(n. La humanidad, adems de la bestia, naci sobre la piedra
del hogar. 4l fuego irradia la lu( y el calor, doble manifestacin de un mismo principio del
movimiento. .in reflexionar lo suficiente, se ha dado a la accin calrica un predominio &ue
pertenece ms bien a la accin de la lu(. :s, al menos, lo vemos en el e)emplo de esos
hiperbreos, &ue, se dira, tienes ms &ue nadie necesidad de recurrir a la produccin del fuego
artificial, lo cual no hacen o hacen muy poco. 2ero en cambio, no saben vivir sin lu(# y si se
pasaran sin ella no se podran establecer sensibles diferencias con sus rivales los osos, ni con
&&
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
las focas, &ue constituyen su alimentacin. *osotros atribuimos a la lu(, la transformacin en
hombres, de los antropoideos ms o menos velludos.
//////////
La enorme alimentacin desarrolla un calor interior &ue da por resultado inesperado una
sorprendente precocidad a los es&uimales. 4n esas comarcas rticas, se llega a la pubertad
casi con la misma rapide( &ue en los pases tropicales, y no es raro ver a las muchachas, hasta
de die( y doce a%os, casarse con ni%os apenas de mayor edad. Los efebos de ambos sexos
viven separados todo lo ms posible, menos para los )uegos# se les somete a la ms estricta
reserva.
La familia toda, no gusta de renunciar al servicio de sus )venes mu)eres. *umerosos cuentos
populares nos las presentan imposibilitadas por sus hermanos de casarse con su enamorado.
AF
*o es el dote lo &ue las detiene ellos llevan por todo a)uar un cuchillo, un cortante y un
rascador, y en fin, si sus medios lo permiten, una lmpara# en cambio, ellas recibirn un vestido
completo# en cuanto lo aceptan, el negocio est terminado. ,asi siempre el )oven enamorado
simula el rapto, la violencia# hasta cierto punto se ve siempre for(ado a entregarse a vas de
hecho sobre la persona de su preferencia. @nmediatamente despus de la boda, la pare)a no se
priva de sus satisfacciones, pareciendo extra%os a todo sentimiento de pudor, y los misioneros
se indignan reprochndoles su indecencia y su excesiva despreocupacin.
AM
4sos hi)os de la
naturale(a no han salido del perodo de la animalidad, han de aprender todava &ue las
necesidades fsicas no deben ser satisfechas en p!blico. 4llos se excusan se%alando el exiguo
espacio en &ue viven encerrados durante los largos meses de invierno un agu)ero ba)o la nieve,
en donde, siempre acurrucados, no pueden ni si&uiera estirarse para dormir.
La promiscuidad en &ue viven excita, tal ve( con derecho, nuestro disgusto. 2ero debemos
procurar no atribuirnos un mrito por ello, ni vanagloriarnos de una moralidad debida a mayor
conort.
"odos los via)eros consignan el hecho de &ue el n!mero de mu)eres es muy superior al de
hombres, anomala de &ue no se tarda en descubrir la causa. 4n sus expediciones tan
peligrosas, muchos pescadores se ahogan a pesar de su destre(a para conducir sus barcas en
medio de las mayores tormentas. .ucede con el LayaL como con el cntaro, &ue tanto va a la
fuente> La consecuencia de esta mortalidad masculina produce la poligamia. Los vecinos
hacen cuestin de honor subvenir a las necesidades de la familia &ue ha perdido su )efe.
,ual&uiera se siente abnegado# se casa con la viuda y adopta a los pe&ue%os. Los itayanos,
desprovistos de barcas y disponiendo de menores recursos alimenticios, estn, en cambio,
menos expuestos a los peligros del mar. 4l resultado es &ue la poblacin masculina e&uivale en
n!mero a la femenina. ,ada uno tiene su cada una y nada ms. 2ero esta monogamia no es
ms &ue aparente. 4n este punto, todas han sido hechas para todos, seg!n la ley formulada en
la No'ela de la (osa. La castidad no es una virtud es&uimal. ,uando sopla cierto viento del .ur,
algunas hembras van a correr sus aventuras en cual&uier cho(a, en la &ue ella sabe &ue el
compadre est en casa y la comadre anda de pecoreo. :s empie(a la institucin matrimonial
en el punto en &ue empie(a la especie humana. *o obstante, existe una condicin, y es la de
&ue la esposa se haya entregado a otro esposo, al &ue le hubiera prestado voluntaria por poco
&ue lo hubiera pretendido. 4ntre los miembros de la asociacin marital existe cuenta corriente y
crditos abiertos con largue(a. 4ntre los es&uimales, como entre los caribes del Hrinoco
VIumilleW, siempre &ue la partida se )uegue entre compa%eros, lo &ue se pierde se recupera.
2ero la cosa tomara otro cari( si la infiel se entregara a un clibe, al cual la ley del talin no
pudiera aplicarse.
13
Rin+, Esquimo ales.
1
0r#nde1ann, )leine *issions #ibliothe".
&'
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
+,urioso resto moral de una poca primitiva, esta comunidad de esposos, &ue se apropia la
comunidad de las mu)eres y de los ni%os- La tribu viene a ser una gran hermandad. 2asan por
hermanas todas las esposas y por hermanos todos los esposos# son hermanos todos los primos
y hermanas todas las primas una generacin de hermanos sucede a otra tambin de
hermanos.
//////////
4n nuestras sociedades civili(adas, todo ni%o &ue nace tiene asegurada la existencia, al menos
si est bien constituido# los padres &ue matan a su hi)o, son castigados por la legislacin actual
con igual severidad &ue otro crimen cual&uiera, y la opinin les condena al oprobio. 2ero sera
un craso error si se creyera &ue siempre ha sido as, &ue siempre se ha tenido en tan alta
estima la vida de un pe&ue%n, personificacin de la debilidad, &ue no es ms &ue una promesa
le)ana. *ing!n hecho mide tal ve( me)or los progresos reali(ados por nuestra especie despus
de la poca glacial# los progresos morales, de lentitud desesperante, no se hacen sensibles sino
en vastos perodos. *uestros antepasados no podan comprender &ue el recin nacido tuviera
derecho a la existencia. La madre le haba de)ado rodar por la tierra# as deba continuar hasta
&ue el )efe de la familia, el padre, bamos a decir, se dignara recogerlo y consintiera &ue fuera
recogido. :ntes &ue l hubiera hecho la se%al, el ob)eto no vala mucho ms &ue un terrn de
tierra, no era sino un poco de barro organi(ado. 6e a&u esas innumerables leyendas de ni%os
llevados al desierto o al bos&ue, expuestos en una encruci)ada, puestos sobre un enca%i(ado
de huesos y abandonados a la corriente del agua. +2or unos cuantos &ue fueron recogidos,
seg!n los cuentos, o amamantados por ciervas, lobas u osos, cuntos no habrn sido
devorados, picoteados por los cuervos, como en ;adagascar- 6e ah tambin los das nefastos
en &ue los ni%os nacan sino para ser condenados a muerte# de ah esos horscopos funestos#
las leyes crueles &ue die(maban a los ni%os y mataban el tercio de las ni%as# de ah esas
prcticas odiosas para decidir sobre la legitimidad o ilegitimidad de los nacimientos#> puros
alegatos, miserables pretextos. La pure(a de la ra(a, el )uicio de las 2arcas, no eran tomadas
en serio ms &ue por los necios. +,unto ms sencilla la realidad- *o se poda alimentar ms
&ue un pe&ue%o n!mero de hi)os# haba, pues, &ue desembara(arse de los dems. 6e todos los
pretextos, el ms oscuro pareca el menos doloroso. : medida &ue la piedad hablaba ms alto,
se las arreglaban de manera &ue la responsabilidad recayera sobre el a(ar, sobre causas
le)anas. 2ero cuales&uiera &ue fueran los sinos consultados, el n!mero de ni%os estaba en
relacin directa con los medios de subsistencia, y los pe&ue%ines privados del pecho de sus
madres, corran el inminente peligro de desaparecer de la vida. 4n pases alemanes se arro)aba
a los hurfanos al mismo foso &ue al padre indigente. *o se ha dicho lo bastante, no se ha
repetido lo suficiente la civili(acin aumenta con la alimentacin y sta con a&ulla. La especie
humana aumenta o disminuye con la cantidad de subsistencias disponibles. ,uanto ms
abunde el pan ms abundarn los hombres# cuanto ms e&uitativa sea la distribucin del pan,
me)ores sern los hombres.
7essels vio morir a un )efe de familia, padre de tres hi)os. La madre, entonces, alegando la
imposibilidad de alimentar al !ltimo nacido, un hermoso pe&ue%n de unos seis meses, lo ahog
entre sus manos y fue a depositarlo )unto al otro muerto, esperando &ue el difunto se cargara al
chi&uitn sobre los hombros y atendiera a sus necesidades en el otro mundo, donde, seg!n
dicen, los alimentos se miden menos ceremoniosamente.
Le)os de ser el hecho de padres desnaturali(ados, el infanticidio pasaba por un derecho y hasta
en parecidos casos un deber, al &ue hubiera sido criminal sustraerse. ,on mayor ra(n el
aborto no era ms &ue un accidente vulgar. 2or entre muchos salva)es, es cosa descontada
&ue la )oven soltera carece del permiso para tener un hi)o, a cuya alimentacin no podra
subvenir. .i, ello no obstante, llega a ser madre, es un deber de los &ue tienen derecho,
suprimir su progenitura, pero si ella simplifica la operacin desprendindose del fruto antes de
sa(n, tanto me)or.
&(
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
2ara volver a nuestros es&uimales, diremos &ue a&ullos prevn &ue les ser imposible criar a
su hi)o recurren al aborto con un ob)eto pesado o la vara de un ltigo, se golpean y comprimen,
pero no siempre consiguen su ob)eto, por&ue parecen conformadas, seg!n la opinin de
algunos obsttricos, para concebir fcilmente y llegar al feto a trmino feli(. :lgunas se
entregan sobre s mismas a una operacin de ciruga mayor, por medio de una costilla de foca,
bien afilada, envuelta con cuero &ue ellas separan y vuelven a envolver, por medio de un hilo,
cuando el cortante est en el sitio &ue se ha de ra)ar. @n!til es decir cuntas se &uedan en el
puesto o sobreviven estropeadas para siempre.
4l maltusianismo, !ltima palabra de la economa oficial, y !ltima tambin de los pases &ue
declinan, se practica ampliamente por esos primitivos, &ue no permiten a una mu)er ms &ue
dos o tres hi)os y matan luego lo &ue, ni%o o ni%a, ha cometido el crimen de nacer. Haciendo
ella misma el oficio de verdugo, la madre estrangula al recin nacido o lo abandona en una de
esas anfractuosidades de la costa donde acaba el hielo de la tierra y empie(a el hielo fundente
del amplio mar. +"riste cuna- :l subir la marea, la ola sorprende a la inocente vctima, y si no ha
muerto a!n de fro, la mata empu)ndola hacia la playa o estrellndola contra alg!n tmpano.
2ero esas e)ecuciones repugnan a las madres, sobre todo cuando el ni%o anhela vivir,
expresando su deseo con sus miradas candorosas dirigidas hacia la lu( del da. ,ada da la
opinin se pronuncia ms y ms contra los infanticidios, y nos los permite ms &ue en casos de
extremada necesidad. 0 hasta en estos casos se dice &ue traen desgracia a la aldea y &ue
durante la noche se oyen los gemidos lamentables del pobre inocente. 4sta misma creencia
existe en Laponia, donde las madres cortan la lengua a sus pe&ue%os antes de abandonarlos
en el bos&ue.
<ue provo&ue el aborto o &ue estrangule a su progenitura, no &uiere decir &ue sean malas
madres. .orprendente es la solicitud, innumerables los cuidados &ue se toman por sus reto%os,
antes y despus de nacer. La mu)er embara(ada est relevada de todo traba)o rudo /1por &u
nuestros civili(ados no hacen lo mismo3/ no come ms &ue ca(a &ue no ya sido herida en sus
entra%as V5iuL, ob. cit.W# dos prescripciones &ue exigen comentario. 4l ni%o, aun nacido de legal
matrimonio, est expuesto a convertirse en bastardo si fuera alimentado por otros man)ares &ue
los trados o presentados por su padre, lo cual es una prctica llamada de la incubaci)n, y &ue
sera suficiente para explicarse. 2or&ue el padre, cuando &uiere reconocer a su hi)o, se muestra
solcito en cuidarlo y alimentarlo por su parte. :ll se insiste bastante ms &ue entre nosotros
sobre la correlacin &ue existe entre el organismo y el alimento &ue lo constituye. 4l animal no
debe haber sido herido en sus entra%as por temor a &ue, por ley de simpata, haya de sufrir la
mu)er en las suyas. 4sta !ltima creencia no es slo peculiar a los inotas# la hemos encontrado
en la @ndia
AC
, en :bisinia y en Yan(bar. ,onocemos las leyendas suecas, &ue cuentan cmo la
dama ricahembra abort o muri por&ue su caballero castellano, sin preocuparse de ello, haba
dado muerte a una cierva pre%ada.
,on tierna solicitud, las buenas amigas derraman sobre la cabe(a de la sufriente, el contenido
de un vaso de noche, para fortalecerla, seg!n dicen. 6espus del alumbramiento, las comadres
cortan el cordn umbilical con los dientes, alguna ve( con una concha cortante, )ams con
ti)eras ni cuchillo# y ese cordn se guarda luego con grandes cuidados para &ue produ(ca
dichas sin cuento al recin nacido. 4n cuanto le es posible, la parturienta come una me(cla &ue
se le ofrece de buenos man)ares el cora(n, los pulmones, el hgado, el estmago y los
intestinos de un animal sano y robusto, como medio de procurar al recin nacido fuer(a, salud y
larga vida. 6urante varios das no se enciende fuego en la cho(a, nada se pondr a cocer sobre
la lmpara &ue alumbra, ning!n hueso deber ser sacado del recinto domstico, el padre y la
madre tienen cada uno su colodra, de la cual est prohibido beber a los dems# durante seis
semanas les est prohibido igualmente a los parientes comer fuera de la cho(a, y a la madre
1$
C2r., *aha #harata+ Adi Parva.
&5
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
rebasar el umbral de la caba%a. 2asado este trmino, sale a hacer sus visitas, vestida con
ropas completamente nuevas, y )ams volver a ponerse el vestido &ue llevaba durante las
visitas. 4n todo un a%o no comer sola, prescripciones todas &ue, buscando bien, las
encontraramos parecidas en nuestros cuentos y tradiciones.
:l recin nacido la madre le reserva su me)or piel de abrigo y el padre le sirve el peda(o de
carne ms delicado de sus caceras cotidianas. 2ara &ue sus o)os sean hermosos, lmpidos y
brillantes, le dan a comer los de la foca. .e complacen en ponerle el nombre de alguien &ue
acaba de morir 8para &ue el difunto encuentre pa( en la tumba9 V5iuLW. 84l nombre obliga9.
6espus el ni%o vendr obligado a desafiar las influencias &ue produ)eron la muerte a su
padrino. 14l bravo muri en agua salada3 pues bien, +&ue el )oven se haga lobo de mar-
4n todo pas, padres y madres, rivali(an en cuidados a su progenitura, )ams les pegan,
raramente les reprimen. Los pe&ue%os se muestran agradecidos, ni gimen ni gritan# as crecen
sin atravesar edad ingrata, sin ser impertinentes y contradictores desagradables# la ingratitud es
sentimiento desconocido# nunca un inota levant la mano sobre su padre o madre. 4n la
Iroenlandia danesa, se ha visto a muchos hi)os renunciar a una posesin para volver al lado de
sus padres o procurarles una ve)e( exenta de peligros y privaciones. 4l afecto a la familia es
una virtud es&uimal. La se%ora Iato es una inota, inota tambin su esposo, a los &ue un
via)ero vio sollo(ar /les hubieran cortado a peda(os sin exhalar un gemido/, pero sollo(aban por
algo muy conmovedor, por&ue su pe&ue%o no chas&ueaba el ltigo con tanta fuer(a como sus
camaradas. 4se padre tan lleno de ternura se guardar mucho, sin embargo, de irritar a su hi)o
&uerido, procurara hacerle ca(ador incansable, y para facilitar la cosa, le servir la carne dentro
de las grandes botas &ue l mismo ha impregnado de sudor ms de una ve(.
Las nodri(as, mulas de la hembra del canguro, llevan su reto%o en el capuchn, o en una de
sus botas, hasta el sptimo a%o, pues todo ese perodo son amamantados los ni%os. 4llas no
destetan nunca# por esos sus pechos se estiran hasta hacerse cosa fesima. .e han visto
mo(os de &uince a%os no sentir ning!n reparo de mamar al volver de la ca(a en espera de &ue
la comida estuviera dispuesta. 4n esta lactancia tan prolongada, existe el medio y el deseo de
procurar al hi)o alg!n alimento durante las largas pocas de escase(# hay tambin una
manifestacin elocuente de ternura y afecto. He a&u lo &ue leemos en una leyenda trtara
84l hroe Rossy en)ae( el caballo 7urchun, e hi(o su oracin. .u madre lloraba y le deca
8+<ue tengas buena fortuna-9. 0 descubriendo sus senos T"oma, bebe a!n y te acordars de
tu madreS9.
AP
Hay madres es&uimales &ue van a!n ms le)os en sus tiernos afectos, y &ue, llevando su
complacencia hasta donde pueda llegar una gata con cra o la osa con cachorros, lamen a su
hi)o para limpiarlo, y lo relamen de arriba aba)o# ternura bestial &ue nos ofende en nuestra
variedad de especie superior.
//////////
La existencia de las sociedades, como la de los individuos, hemos dicho, depende de la
cantidad de medios de subsistencia puesta a su disposicin# si esta cantidad se aumenta, el
contingente de poblacin crece. 2ero si las subsistencias se hacen insuficientes,
manifiestamente insuficientes, es for(oso desembara(arse de las bocas in!tiles, no valores
sociales. La carne se suprime a los &ue tienen menos vida ante s# el derecho a la vida es la
posibilidad de la vida. 4n tales condiciones, el infanticidio tiene por triste consecuencia el
sacrificio de los ancianos# a stos se les abandona, a a&ullos se les expone. "al es la regla
contra la cual esas desgraciadas sociedades se debaten como pueden. ,uando es necesario
elegir, los unos pierden los ni%os y hasta las mu)eres, con tal de salvar a los vie)os# otros
sacrifican a todos los ancianos antes &ue sacrificar una cabecita rubia e inocente. Lo ms
1%
Radlo22, !ols"sliteratur de ur"ischen, etc., 33, 2,1 4 35, 31.
&
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
frecuente es &ue los abuelos reclamen como un derecho, o como especial favor, el morir en
puesto y lugar de los pe&ue%ines a &uienes aman con ternura infinita. .anos suficiente haber
enunciado la ley, sin apoyarla por los e)emplos &ue podran suministrarnos nuestros
antepasados y muchos otros primitivos. 1.e maldecir la crueldad de las hordas y
agrupaciones &ue no han llegado a seres humanos3 +,on cunta frecuencia preferiran
mostrarse compasivas si les fuera posible- *i &u decir tiene &ue los enfermos son asimilados a
los ancianos, puesto &ue, como stos, pertenecen a la masa de impedimenta.
;ientras &ue se tiene alguna esperan(a se acude solcito alrededor del enfermo. Las mu)eres,
en coro, salmodian su Aya Aya# ellas conocen el poder de los encantamientos. La matrona
pone ba)o la cabecera una piedra de dos o tres Lilogramos, proporcional a la gravedad de la
enfermedad. "odas las ma%anas la pesa pronunciando palabras misteriosas, informndose as
del estado del enfermo y de las probabilidades de curacin. .i la piedra aumenta de peso
constantemente, es &ue el enfermo no saldr con vida. .us das estn contados.
4ntonces sus compa%eros construyen en cual&uier parte una cho(a con tmpanos de hielo,
extienden algunas pieles, llevan un boti)o de agua y una lmpara &ue durar lo &ue dure a&uel a
&uien minan los sufrimientos, abate la edad o las crecientes enfermedades, cuyo mantenimiento
es difcil, y &ue se reprocha costar a la comunidad ms de lo &ue aporta, y luego se acuesta.
Hermanos y hermanas, todas las mu)eres, hi)os e hi)as, parientes y amigos, acuden a darle el
!ltimo adis, a conversar con a&uel a &uien no volvern a ver )ams. *o permanecen all ms
de lo estrictamente necesario, por&ue si la muerte sorprende al enfermo, los visitantes deben
despo)arse rpidamente de sus vestidos para arro)arlos en montn, lo cual no de)ara de ser
una prdida sensible. *ada de emociones aparentes, ni gritos, ni lgrimas, ni sollo(os# su
sentimiento es tran&uilo y ra(onable. 4l &ue va a de)ar la vida hace sus encargos, sus
recomendaciones, expresa su !ltima voluntad. ,uando lo ha dicho todo, sus amigos se retiran,
unos tras de otros, y el !ltimo obstruye la entrada con otra leva de hielo. 6esde este momento
el hombre es difunto para la comunidad. La vida no es ms &ue un con)unto de relaciones
sociales, una serie de acciones y reacciones llamadas penas o placeres, menos diferentes entre
s de lo &ue creemos. La muerte, dgase lo &ue se &uiera y hgase lo &ue se haga, es un acto
individual. Los animales lo comprenden as. .i tienes la rara fortuna de morir de otro modo &ue
no sea asesinado o devorado, desde el momento &ue se sienten dominados por la debilidad,
van a ocultarse en la ms profunda espesura, se refugian en un agu)ero o en un hoyo, o
desaparecen en la ms oscura caverna. 6esde este punto de vista, el primitivo es todava un
animal sabe &ue hay &ue morir solo. 4n ninguna parte esta expresin es ms verdadera &ue
entre los es&uimales. La !ltima escena de su vida no puede ser ms egosta, odiosa y
repugnante# no puede verse tampoco un acto ms solemne y grandioso, impregnado de l!gubre
ma)estad.
.u caba%a ya no es ms &ue una tumba, la de un vivo, &ue durar algunas horas, &ui(
algunos das. Ha odo cerrar la puerta, ale)arse las voces. ,on la cabe(a cada hacia adelante,
las manos apoyadas sobre sus muslos, piensa y recuerda. Lo &ue vio, lo &ue pens en otro
tiempo, le vuelve a la memoria# se acuerda de su infancia y de su )uventud, de sus proe(as y de
sus amores, sus caceras y aventuras# vuelve sus pasos atrs con su imaginacin. :hora
ninguna esperan(a, ning!n proyecto# en cuanto a los lamentos, 1para &u3 1<u importa
ahora el orgullo3 *adie a &uien envidiar, nadie a &uien odiar. Krente a s, consigo mismo,
piensa slo en medirse en su )usto valor. 80o fui esto, tanto y nada ms9. :bandonar la vida,
sus fatigas, sus hambres y privaciones, sus deberes y sus disgustos# fcilmente tomara su
partido. 2ero el terrible desconocido de 8all9 le intimida# 1y ese mundo de los 4spritus de
donde :ugaLut cuentan terribles visiones3 La calentura eterna, roe sus rganos y devora sus
entra%as. 7ebe alg!n sorbo, pero recae vencido. La lmpara se ha apagado# ninguna noche fue
ms oscura. .us o)os velados y tenebrosos espan la ;uerte. 4l la ve a la ;uerte# ha aparecido
en el hori(onte# es un punto negro, al final de la gran llanura blanca &ue el plido resplandor de
las estrellas alumbra vagamente. La ;uerte avan(a# la ;uerte se aproxima. :umenta de
&!
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
segundo en segundo, se resbala silenciosa sobre el blanco y espeso sudario de nieve. ,uenta
sus pasos> +Hela a&u-... +la ;uerte- 0a blande el arpn con el &ue tantas veces l hiri al oso
y a la foca. La ;uerte se yergue, levanta sus bra(os# l espera> espera>
:l ver esta cho(a abandonada, misteriosa, los extran)eros, sabiendo lo &ue pasaba dentro, se
han sentido presa de horror y compasin. Han derribado las heladas paredes y 1&u han visto3
$n muerto con sus grandes o)os abiertos hacia el infinito. H bien un agoni(ante &ue le ha dicho
en tono de reproche 81<u hacen ah3 12or &u turbarme3 1*o es bastante morir una ve(39
//////////
Los tchuLtches, &ue se consideran, generalmente una rama del tronco inota, pretenden &ue es
debilidad y falsa compasin el no terminar bruscamente con a&uellos &ue estn enfermos de
muerte. 4s preferible acabar de una ve( a sufrir por largo tiempo la muerte lenta con sus
crueles triste(as, rodo adems por el dolor. 2or manera &ue ellos despiden a los moribundos
de distinto modo. *o se les puede acusar de sensiblera in!til.
4l individuo &ue se permite estar enfermo ms de siete das, es amonestado seriamente por
sus parientes y deudos, &ue, rodendole una cuerda al cuello, corren rpidamente alrededor de
la cho(a. .i cae, tanto peor para l. Le arrastran sobre las rocas y las piedras, 8+hop- +hop-9.
,ura o revienta. 6espus de media hora de arrastre, o muere o se declara bueno y sano. .i, no
obstante, vacila a!n, se le conduce al cementerio, donde es inmediatamente lapidado o
enterrado de modo &ue no pueda moverse ya ms. .obre su cadver se arro)an perros para
&ue sea devorado, y esos perros sern comidos a su ve(. *ada se pierde, nada se perder.
4sos tchuLtches son decididamente ms fuertes &ue nuestros economistas liberales de la
escuela de ;anchester.
Los bravos, &ue no son raros, cuando se sienten completamente vencidos, convocan a sus
parientes y amigos a una comida de despedida en la &ue ellos mismos hacen alegremente los
honores. 6espus de terminado el festn, los invitados se retiran discretamente, el enfermo se
acuesta sobre un costado y recibe una certera lan(ada &ue le propina uno de sus camaradas#
pero lo ms frecuente es &ue el paciente se diri)a a un robusto y bravo mo(o, al &ue paga y
contrata expresamente para el golpe de gracia.
: lo le)os, a las gentes dbiles, decididamente in!tiles, se les pregunta terminantemente si no
estn a!n dispuestos. .u deber y su honor es contestar &ue s. @nmediatamente se practica en
el terreno destinado a los muertos su fosa ovoidea &ue rellenan de musgo, y en las
extremidades se amontonan piedras gruesas con las &ue fi)an dos perchas hori(ontales. .obre
la piedra de la cabe(a degXellan un reno, cuya sangre se esparce e impregna el musgo, y sobre
esa capa enro)ecida, tibia y blanda, se acuesta el anciano. 4n un instante se encuentra atado a
las perchas, y le preguntan 814sts dispuesto39. Las cosas llegadas a este terreno, sera
vergon(oso y necio articular una contestacin negativa, &ue, por otra parte, aparentaran no
haberla odo. 8+7uenos amigos-9. .e tapan las narices con una sustancia espon)osa# le abren la
arteria cartida y en el bra(o una gruesa vena# en un instante se ha desangrado hasta &uedarse
blanco.
La operacin &uir!rgica es llevada a efecto por los notables, o sencillamente por mu)eres,
seg!n la consideracin de &ue go(ara el individuo. .i se &uieren obse&uios, particularmente
distinguidos, el cuerpo se &uema )untamente con el del reno, &ue, seg!n ellos, sirve de festn en
el otro mundo. .i el difunto pertenece al vulgo, se le entierra pura y simplemente, y los
8afligidos9 tendrn el deber de comerse el reno y romper sus huesos, en atencin al muerto.
12or &u3 2robablemente para &ue el animal no vuelva a renacer sobre la tierra y &uede
eternamente propiedad del cadver, en los dominios del 2lutn de los tchuLtches.
,uando costumbres parecidas se han perpetuado en un pueblo atrevido, si es a!n algo
guerrero o pirata, ser para los hombres de honor y un deber morir en el campo de batalla. .i
&"
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
es preciso, pretextarn duelos para ser expedidos por los ms ntimos como hacen a!n los
escandinavos. 0 dirn, como los antiguos helenos 8<uien muere )oven es bien amado de los
dioses9.
Los ritos funerarios son menos uniformes &ue toda otra costumbre. La mayor parte de los
es&uimales sepultan sus cadveres ba)o piedras o en las fisuras de las rocas# algunos
groenlandeses y labradore%os los arro)an al mar# sus congneres de :sia los &ueman, los
entierran o los de)an abandonados a las fieras. ,ada cual cree su proceder el me)or de todos.
2ero es una creencia general la de &ue la muerte no es el trmino de la existencia# &ue los
muertos e)ercen sobre los vivos una accin variada y generalmente funesta# &ue son malos en
su mayora, sobre todo en estado de aparecidos, y &ue pasan el tiempo sufriendo fro y hambre.
Los vivos se abstienen todo cuanto les es posible de acercarse a su morada, sobre todo si hace
poco &ue est ocupada# pero los pasa)eros piadosos depositan, al menos, un poco de comida.
: la gran ceremonia de despedida, los parientes y conocidos llevan algunos alimentos, carne
sobre todo, de la &ue cada cual corta dos peda(os, uno para l y otro para el difunto 8+"oma,
come-9 le dicen# luego recortan una piel capa( para cubrirlo 8+"oma, tpate-9 a%aden. 4l
cuchillo de &ue se han servido se disimula entre los asistentes &ue, formando crculo, se lo
pasan detrs unos a otros, igual &ue se hace entre nosotros en algunos inocentes )uegos
populares, en los &ue pasndose de unas en otras manos un ob)eto pe&ue%o, se pierde de vista
la mano &ue lo retiene. 0 mientras la ho)a metlica circula, cada cual habla al muerto para
distraer a su atencin# todos tienen algo de particular para decirle.
4n se%al de duelo, la viuda itayana modifica sus vestidos, se abstiene de ciertos alimentos y de
diversas ocupaciones. 2or deber riguroso, se priva de todo cuidado de limpie(a. Los amigos se
tapan una fosa nasal con un tapn de hierba, y no se la destapan hasta pasados varios das#
ingenuo smbolo &ue &uiere decir 8+*o respiramos ms &ue a medias, estamos medio muertos
de pena-9. Los &ue sufren verdaderamente se lan(an a aventuras peligrosas para desvanecer
sus penas con las fatigas fsicas, y ahogar su dolor en la excitacin apasionada &ue proporciona
el sentimiento del peligro.
: nuestra fiesta de "odos los .antos y nuestras misas de fin de a%o, corresponden all con
fiestas y aniversarios &ue, seg!n las regiones, celebran con bastante diversidad# pero por todas
partes dan(an, saltan y representan pantomimas &ue tienen la pretensin de ser biogrficas# las
fiestas se celebran a expensas de las familias, &ue se desposeen de todo para hacer bien las
cosas, distribuyendo con largue(a sus vituallas y abrigos. Los &ue no pueden hacer otra cosa,
dan ob)etos de poco valor, pero ninguno de los asistentes a la fiesta se vuelve con las manos
vacas.
//////////
: propsito de las siluetas descubiertas en los fsiles de "hayingen, se observ &ue los pueblos
ni%os posean la facultad de producir dibu)os superiores a los de nuestros escolares.
: esta asercin apriorstica se ha contestado con numerosos e)emplos los bos&uimanos, los
australianos y muchos otros. Los inotas representan con bastante correccin escenas de ca(a
y pesca de osos, focas y ballenas.
AG
Iui)arros puntiagudos, cuchillos malos, marfiles de
extremada dure(a, cuernos retorcidos, huesos de curva irregular># +cun ingrata la materia,
cun rebeldes los instrumentos- 5iuL ha hecho ilustrar su volumen de #uentos %no*tas por un
artista del pas, cuyos dibu)os ingenuos, pero muy expresivos, podran pasar por antiguas
estampas, &ue se disputan los aficionados. .e recomienda a los inteligentes una coleccin de
tablillas grabadas por los naturales.
4sos es&uimales poseen en alto grado el sentido de la forma y de las proporciones relativas#
dominan la abstraccin geomtrica con tal facilidad, &ue han levantado mapas de su pas
1'
)aladlit Assialiait. 316reso en 0othac/ de la 0roenlandia 6or "oeller 4 )erthelsen, 1*%-.
&#
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
bastante exactos para servir a los exploradores. Los planos de *utchegaL y otras localidades,
tra(ados por $stiaLof, uno de esos salva)es, han sido tenidos durante mucho tiempo por
traba)os suficientemente correctos. Halla ha adornado con una plancha de (escue +arbour,
obra de ,ud)issi. 5ey ense% una de sus cartas marinas a un indgena, &ue la comprendi
bastante bien, pidi un lpi( y tra( una con mayor cantidad de islas, /preciosa adicin/. 4se
talento no de)a de real(ar a los es&uimales, y darles no poca importancia en el estudio de la
mentalidad. @ndos y guebros, tamules y musulmanes, muy inteligentes en otras materias, no
comprenden nada en nuestros dibu)os, grabados y fotografas, presentndose con una torpe(a
extra%a. $n sabio brahmn, al &ue se le ense%aba la fotografa de un caballo vencedor en el
6erby, preguntaba con seriedad, &ue pareca sincera 815epresenta eso la real ciudad de
Londres39
6espus &ue 6alton descubri en s mismo &ue todos los hombres no ven los colores del
mismo tono, se ha observado, con sorpresa, &ue la ceguedad total o parcial con respecto a
ciertos colores es un hecho fisiolgico bastante frecuente la parte completamente central de la
retina se presenta slo sensible a las tonalidades, pero la lu( y la sombra la impresionan en
toda su extensin. .obre esto, los lingXistas, Ieiger al frente, creyeron aportar a la doctrina de
la evolucin una prueba decisiva. ,onsignando &ue los nombres de los colores asignados por
Homero a ciertos ob)etos no cuadran manifiestamente bien con los &ue nosotros les atribuimos
/de modo &ue :polo no tuvo el pelo violeta Vsi es &ue nuestros lxicos dan todas las
significaciones de los nombresW/ se creyeron con derecho para afirmar &ue el sentido del color
se ha modificado en nuestra especie durante la poca histrica.
:cogida con favor, la teora estuvo en moda. :l ilustre Iladstone, le pareci bien aceptar la
moda. :s se vea la prueba de la superioridad de nuestros civili(ados actuales, sobre los
griegos y los romanos, y con mayor ra(n sobre los salva)es. *o se reflexion &ue los trtaros
ven a simple vista los planetas de ?!piter, &ue los cafres, cuya penetracin visual es como F a
Q, podran, si se tomaran la molestia, distinguir tonalidades imperceptibles a nuestra vista. Htra
cosa &ue no se tuvo en cuenta es &ue los hotentotes, los miserables hotentotes, poseen en su
lengua treinta y dos expresiones para designar los colores diferentes. 4n s misma, la teora de
Ieiger parece plausible# nosotros diramos hasta &ue es verdadera, pero afirmando &ue el
desenvolvimiento de &ue se trata se ha efectuado en un perodo bastante ms largo &ue los
tres o cuatro millares de a%os de historia. .ea lo &ue fuera, la cuestin ocupaba entonces los
espritus# 7essels pint en diversos colores una ho)a de papel cuadriculado y pregunt a trece
itayanos, hombres, mu)eres y ni%os, a cada uno por separado. "odos distinguieron los cuadros
blancos, amarillos, verde oscuro y negro, pero ninguno pareci diferenciar el casta%o del a(ul.
La observacin es interesante, pero no decisiva. 5ecurdese cmo se ense%a a nuestros
escolares el modo de mirar para ver, de escuchar para or. *osotros no percibimos netamente
ms &ue los ob)etos sobre los cuales nuestra atencin, ya despierta, ha dirigido los esfuer(os
de la inteligencia. *o basta una vista penetrante para reconocer tantas coloraciones como
podra hacerlo un aprovisionador de los Iobelinos, ni para apreciar las gamas cromticas &ue
un pintor sorprende a primera vista, o sin esfuer(o. 4l odo no e)ercitado no pasa de ser un
mediocre instrumento al lado de un m!sico &ue, en el amplio volumen de sones &ue esparce
una poderosa or&uesta, descubre el semitono incorrecto &ue un e)ecutante ha de)ado escapar.
4ntre lo &ue nosotros llamamos silencio del bos&ue, un le%ador, el guarda de coto, notan ruidos
significativos &ue escapan a los habitantes de la ciudad. .i ellos confunden lo casta%o con lo
a(ul, la falta no es debida al rgano visual de los inotas, sino a su diferencia# ellos llegaran a
distinguirla, con seguridad, si durante una o dos generaciones sintieran por ello alg!n inters.
He ah lo &ue tenamos &ue decir sobre los es&uimales del *orte, tomando como punto de
partida el poblado de @ta. *inguna poblacin tiene ms derecho a estudios pacientes y
concien(udos. *o cuenta, es verdad, ms &ue con un centenar de habitantes, no llena ms &ue
media docena de cho(as y caba%as, pero su aldea est literalmente al cabo de la tierra, y sus
'%
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
habitantes, centinelas perdidos en las nieves y los hielos eternos, son a la ve( los !ltimos del
mundo y los ms primitivos de los hombres.
LOS INOTAS OCCIDENTALES
ESPECIALMENTE LOS ALEUTAS
: la pennsula de :lasLa sucede, desde el grado CA al PE de latitud *orte, el :rchipilago
:leuta o Ruril, &ue 7ering descubri en AGMA. 6e a&u, si hay &ue creer a 4ugenio .u, sali de
?udo 4rrante para correr las aventuras &ue apasionaron a una generacin literaria. 4l grupo se
compone de unas sesenta islas y escollos, parecidas a otras tantas piedras &ue :hasverus, el
gran via)ero, arro) para vadear el mar Ramtschandale y pasar de :sia a :mrica. HunimaL, la
ms considerable, ocupa una extensin de cinco o seis mil Lilmetros cuadrados, la &uinta parte
de la extensin total del archipilago. Zridas rocas, de difcil aborda)e, le dan un aspecto
sombro y desolado. Los paisa)es del interior son apenas menos severos en sus aguas
oscuras, estan&ues y turbas, se refle)an poderosas rocas granticas# un suelo lleno de
torrenteras, cubierto de lavas en vastos amontonamientos, habla de cataclismos geolgicos y
violentas conmociones. 2or esas latitudes pasa la lnea de los grandes volcanes boreales. 4n
las cumbres, cubiertas de eternas nieves, algunos crteres humean sin interrupcin, otros se
activan a intervalos. 'estigios de erupciones se encuentran a cada paso# por todas partes se
hallan rocas ennegrecidas por el fuego. "oda la parte continental del distrito de HunalasLa est
atravesada por una cadena de montes elevados, por entre los cuales se encuentran nueve
crteres apagados. Los fuegos subterrneos han revuelto la isla HunimaL, donde el ,hichaldin,
alto de unos F.EEE metros, arro)a a!n llamas a intervalos. 4n diciembre de ABFE, en medio de
relmpagos y estruendosos truenos, se cubri de espesa bruma, y cuando se disip la
oscuridad, el monte haba cambiado de forma. 4llo no obstante, los efectos volcnicos han
perdido su intensidad desde el tiempo en &ue se combatan los montes
8$n da, los montes de HunimaL y de HunalasLa lucharon por la preeminencia, y se arro)aron
furiosos piedras y llamas. Los volcanes pe&ue%os, no pudiendo resistir a los grandes, saltaron
en estallidos y se apagaron. 0 no &uedaron ms &ue dos picos, el ;aLouchin de HunalasLa y el
5etchesnoi de HunimaL. 4l fuego, las piedras y ceni(as exterminaron a todos los seres vivos,
tanto el aire era sofocante. 4l 5etchesnoi sucumbi# y cuado vio su derrota, )unt todas las
fuer(as &ue le &uedaban, se hinch, hi(o explosin y se apag. 4l ;aLouchin, victorioso, se
aplan, y ahora no arro)a ms &ue una pe&ue%a humareda de cuando en cuando9.
V'eusianunofW.
4l clima, de carcter martimo, no es caliente ni fro en extremo, pero tan h!medo, &ue es una
calamidad. 4l termmetro &ue Uil)aminof observaba en HunalasLa, oscilaba entre FB grados, y
la temperatura media no era ms &ue de [MN. La temporada verdaderamente hermosa, no dura
ms &ue unas die( semanas, de mediados de ?ulio a !ltimos de .eptiembre. 4n Hctubre nieva
ya, y esta nieve no se fundir hasta ;ayo. 4n las islas meridionales, las mayores lluvias caen
durante la primavera# .itLa se tiene por uno de los para)es ms mo)ados del globo. 6urante el
oto%o la niebla es continua.
4n verano reverdecen hierbas y plantas pe&ue%as, pero el sol no llega a hacer crecer rboles,
salvo en las islas prximas a la tierra firme, donde abundan los lamos blancos y los abedules,
'$
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
y tambin los cipreses, pinos y abetos. Los cereales &ue se &uisieron introducir no llegaron a
madurar. Las coles, las patatas y diversas legumbres, remuneraban los cuidados de los colonos
extran)eros, pero los indgenas han despreciado siempre el cultivo de la tierra# no tienen gusto
alguno por el traba)o. 4xisten algunas flores, pero desprovistas de perfume# las bayas no faltan,
pero acuosas e inspidas. Las gallinas, importadas, han tenido &ue acostumbrarse a
alimentarse de pescados# tal ve( por eso sus huevos huelen a podridos y parecen haber sido
envueltos en aceite de hgado de bacalao.
:lgunas hulleras dan tal combustible &ue, hasta ahora, no ha podido sacrseles partido. Los
aleutas de la antigua generacin se calentaban en cuclillas alrededor de un fuego de hierbas.
//////////
4l sorprendente parecido de los aleutas con los yaLouts y los Lamtschadales, ha sido causa de
&ue se les atribuyera origen de mongol. 6all, &ue los ha estudiado larga y cuidadosamente,
afirma, con la autoridad de las tradiciones locales de los inotas, perseguidos de :mrica por las
incursiones de los indios, hace ms de tres siglos, &ue emigraron a la extremidad *oroeste de
:sia. 4llos mismos se dicen provenir de un gran pas situado al Heste, &ue ellos llaman
:liaLhiLhae o "raduc :ngouana, desde donde se habran adelantado hasta HunimaL y
HunalasLa V'en)aminofW. Lo cierto es &ue estn estrechamente emparentados con las tribus
ribere%as de la costa americana, :htes y otras, hasta la isla 5eina ,arlota. 4s cierto &ue de
prximo en prximo, todos esos incivili(ados tienen un estrecho parecido unos con otros. 4l tipo
de los aleutas revela manifiestamente al tipo es&uimal, por ms &ue 5iuL les crea ya maculados
con elementos extran)eros. ,abello recto y negro, plano y abundante, ligeramente bronceados.
,ortos y desgarbados, admirablemente robustos, llevan, sin fatiga aparente, pesados
cargamentos durante das enteros# sesenta libras sobre la espalda y cincuenta Lilmetros de
marcha no les molesta lo ms mnimo. .u vista es extra%adamente penetrante. Los rasgos de
su fisonoma, muy pronunciados, llevan impresas la inteligencia y la reflexin. Las mu)eres son
menos hura%as &ue los hombres, y algunas hasta podran pasar por hermosas, de no ser por
los odiosos tatua)es. 6all considera a los aleutas muy superiores a los indios de las
inmediaciones, fsica e intelectualmente. La cabe(a es c!bica en stos, piramidal en a&ullos.
2ero por la influencia de las prolongadas escaseces de subsistencias y los malos tratos
infligidos por los rusos, la ra(a ha perdido su antigua solide(# sus organismos decados resisten
mal al reumatismo y enfermedades del pecho. Las formas son robustas, decimos, pero
desprovistas de elegancia# de remar &uince o veinte horas seguidas, las piernas se deforman, el
cuerpo se modela sobre la sempiterna barca. .on verdaderos lobos marinos# sus movimientos,
pesados y lentos, sus actitudes de apariencia torpe, sus andares indecisos, pero muy hbiles y
activos, no obstante. 6emuestran una sorprendente destre(a para guiar, en medio del ms
grueso olea)e, sus pe&ue%as embarcaciones, uniaLs y LayaLs, de las &ue se hace uso hasta en
,alifornia, y sus peligrosas baidarLas, cuyo modelo han introducido los rusos en 4uropa.
Uil)aminof, comparndolos a )inetes cuyas piernas se ar&uean constantemente, los llamaba
8,osacos del mar, montadores perpetuos de caballos marinos9. 2ara &ue uno de estos
hombres se muestre en todo su valer, hay &ue verle maniobrando con su batel de cuero &ue l
mismo ha fabricado, y blandiendo su arpn en medio de las ondas agitadas. 6esde su ms
tierna infancia se ha familiari(ado con el elemento l&uido. 4l beduino arrastra a su recin
nacido por la arena y lo expone al ms ardiente sol para acostumbrarle al calor# el aleuta, si
tiene el capricho de exhalar un vagido o un grito, es sumergido instantneamente en el agua,
aun&ue haya necesidad de romper el hielo. ,on tal rgimen slo prosperan los ni%os robustos,
discretos y fuertes, los dbiles no tardan en desaparecer.
Los aleutas se dividen en dos grupos idnticos en su porte, en sus costumbres y carcter, pero
algo diferentes por su dialecto las tribus &ue habitan :tcha, HunalasLa, las "ierras de las ratas
y las de los (orros y otras al .ur de la pennsula, de una parte# y de otra los Loniagas, los
LadiaLs y gentes del alrededor. 0 en el ,ontinente, los Lolutches de .intLa, los Lenes,
tcherguetches, medatrenes y male&uintes, se parecen mucho a unos y a otros. : todos ellos la
'&
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
civili(acin rusa inflingi un tremendo golpe# la civili(acin americana concluir con ellos
completamente V4rmanW.
//////////
:lrededor de las islas rica vegetacin marina alimenta una fauna variada# las aguas corrientes
abundan en peces, sobre todo en truchas. Los aleutas viven de la ca(a y la pesca. 4n las
luchas por la existencia tienen por rivales al oso y al lobo, a los &ue hacen una guerra
encarni(ada# no de)an en pa( las fuinas, martas, ardillas, castores, nutrias, (orros y narvales.
;ientras las aguas estn libres, siempre encuentran ca(a, abundante o escasa, pero cuando se
hielan, el recurso !nico es alimentarse de races en las llanuras y solanas. La ms larga
temporada para ellos es la de la 8corta racin9, de Kebrero a :bril, despus de los grandes
festines de *oviembre a 4nero.
*inguna ca(a les apasiona tanto como la de la ballena. 4llos arponean al enorme cetceo, lo
matan y devoran, pero lo reverencian. Hacen como &ue creen &ue, empu)ado por la suerte,
medio triste y resignado, el animal obedece a los encantamientos, y hasta pone buena cierta
voluntad en de)arse coger. :l llegar la temporada una cincuentena de hombres y mu)eres se
adornan con su me)or a)uar y se embarcan para saludar en plena mar la banda &ue se ha
significado en el hori(onte, para cumplimentarla y feste)arla. 2or&ue el 85ey de los Hcanos9
gusta de las buenas formas de urbanidad, y para detenerlo en sus dominios es preciso
demostrarle &ue se trata de gentes &ue saben conducirse bien. 4l ballenato se enamora de la
moral y la virtud# &uiere &ue le respeten la decencia y las buenas costumbres, y evita los
para)es amena(ados por hordas cobardes y disolutas, no admite &ue los balleneros, &ue le
siguen de cerca, se entrometan con sus hembras durante la temporada de ca(a# hasta las
condenara a un castigo terrible si sus esposas le traicionaran en su ausencia# las hara perecer
en muerte cruel si sus hermanas faltaran a la castidad antes del casamiento V'en)aminofW. 2ero
&ue un golpe de mar arro)e sobre la playa una ballena y la recibirn con honores divinos, no
sabiendo cmo agradecerle su complacencia, congratulndose de haber tenido la bendita dicha
de comer su carne sagrada. .e aproximan a ella al son del tambor, arengan la divinidad, la
adulan y coman de cumplidos, e)ecutan en su honor dan(as solemnes los profanos con sus
me)ores atavos, y los balleneros y hechiceras completamente desnudos, salvo la cara, &ue
llevan tapada como en las grandes ceremonias. 4s un espectculo la recepcin hecha a la
.oberana de las :guas por los animales terrestres V6allW. 6espus de esas pruebas de respeto
y esos preliminares de conveniencia, el tambor (umba por !ltima ve(# hombres, mu)eres, ni%os
y perros se arro)an sobre el enorme montn de carne le atacan con los dientes y cuchillos, se
atracan a pedir de boca# /+un tro(o de sesenta mil Lilos-/ pinchan, agu)erean, horadan, cavan,
desaparecen en el interior# se abren paso al travs del enorme arma(n. ?ams 2antagruel ni
"angaldabas asistieron a tan gran festn. 4so es la glotonera heroica. :ntes de poco tiempo,
antes &ue la carne se haya reblandecido o descompuesto, no habrn de)ado ms &ue los
huesos, es decir, de)ar no, puesto &ue habindolos despo)ado perfectamente, se los llevan,
pie(a por pie(a, para hacer herramientas e instrumentos diferentes, para servirse como hierro o
como madera. 6e la grasa y el aceite sacan su partido, de la piel, de las barbas y la papada#
finalmente, 8del monte de abundancia9 no se habr perdido ni pi(ca.
La alimentacin de sus antecesores era menos variada pues los k,ok ken moenddings, o restos
culinarios amontonados en la playa, no han presentado a 6all ms &ue cscaras de huevos y
moluscos. *o habiendo encontrado en esos amontonamientos fragmentos de lan(as, flechas y
arpn, el investigador ha deducido la conclusin de &ue los aborgenes ignoraban hasta las
artes ms rudimentarias# autori(ndose por el hecho de &ue ning!n ob)eto con huellas gneas,
haba sido visto por los o)os, neg el uso del fuego a esos buscadores de huevos, a esos
comedores de alme)as y de eri(os. La asercin debe tenerse en cuenta, pero no parece
probada# las consecuencias podran ser superiores a las premisas. 4n todo estado de causa, ya
sea reciente o le)ana la poca en la &ue los habitantes del archipilago ,atalina aprendieron a
conocer el fuego /hoy lo obtienen por medio de un ar&uito/, es lo cierto &ue no hacen, como sus
congneres los inotas, sino un uso muy secundario de los alimentos condimentados,
''
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
prefiriendo a la modificacin del calor la &ue produce el fro en sus provisiones alimenticias.
,omen crudo, comen helado, comen podrido y comen mucho# no gustan de ninguna bebida
como no sea el aceite de foca o de ballena. ,on la invasin de los peleteros y tratantes, la
coccin de las carnes se ha introducido y propagado, pero los ancianos de HnimaL reprochan la
decadencia de las santas tradiciones, protestan contra una funesta innovacin a la &ue ellos
atribuyen la debilidad y decadencia de las nuevas generaciones y las epidemias &ue les
die(man. 2ero en cambio, aceptaron con entusiasmo la introduccin de licores fuertes, el primer
presente &ue la civili(acin hace a los brbaros. 4n cuanto al tabaco, todos le declararon y le
conservan una pasin desordenada por unos cuantos filamentos de la hierba mgica, cuyo
humo absorben para no perder nada, hombres y mu)eres lo dan todo su alimento y su hasta su
libertad.
//////////
La habitacin tiene la importancia de un rgano fisiolgico entre los es&uimales, &ue tienen &ue
defenderse contra un clima mortfero. *osotros cambiamos de vestidos seg!n la temporada#
ellos tienen la habitacin de invierno y la de verano. La ms pe&ue%a, la menos cuidada, es la
resistencia veraniega, la barabore, instalada lo ms frecuente en las inmediaciones de un ro
con abundante pesca# a veces esta habitacin puede consistir slo en una cubierta de bro(as
de carri(o, en una barca vuelta del revs. 4l tipo general es una tienda cnica o piramidal,
apoyada sobre un ba)o muralln de tierra o piedras. Los aleutas practican un po(o bastante
profundo, fi)an en sus paredes perchas &ue se )untan en vrtice por sus extremos, las
entrela(an y las cubren con una espesa capa de tierra, la cual no tarda en cubrirse de musgo,
sirviendo la hierba de manto. $na casa se confunde con la verdura circundante, el villorrio
produce de le)os el efecto de las tumbas de un cementerio. ;uchas no tienen otra abertura con
&ue un agu)ero practicado en el techo chimenea, puerta y ventana, todo )unto. .e entra en la
casa por el te)ado, se ba)a por un resalvo en el &ue se han practicado muesgos. 6onde la
hierba es rara, donde se carece de madera, se construye la habitacin de invierno con nieve y
hielo, sostenida por un arma(n de costillas de ballena# la entrada es un corredor subterrneo
bastante estrecho, en el cual el aire alcan(a la temperatura intermedia de la de adentro y la de
afuera# una piel de oso sirve de mampara. Los gases viciados se escapan, al menos en parte,
por una abertura abrigada con intestinos de foca, limpios, engrasados, fuertemente cosidos,
transparentes como el cristal sin pulir. 2or el circuito interior, poyos estrechos y ba)os sirven de
cama. ;obiliario una o dos lmparas, dos o tres calderos, algunos platos, cuya limpie(a es
debida a la lengua de los perros. 4stas caba%as son calientes a condicin &ue los habitantes
estn amontonados unos encima de otros# hay algunas anchas de siete a die( metros y largas
de treinta, a veces hasta de cien metros, pero en este caso sirven de refugio a toda una tribu, y
hasta a varios centenares de personas. 4sos grandes po(os, conocidos con distinto nombres, y
ms particularmente con el de -achins, son casas comunes, frecuentemente entre los
hiperbreos, y &ue se encuentran por todas partes. *osotros las tomamos por falansterios
primitivos, ms o menos anlogos a las colmenas y avisperos, al refugio de los castores, a los
hormigueros, termiteros y 8rep!blicas9 de p)aros. Los poliperos humanos tienen seme)an(as
con las colonias animales# por todas partes se ven las bandas salva)es hacer excavaciones
como familias de ratas# aglomerarse en un agu)ero, como murcilago# balancearse sobre los
mismos rboles, como cuervos y corne)as.
: la gran cuestin &ue en etnologa se plantea a cada instante 814l individuo es anterior a la
sociedad, o la sociedad es anterior al individuo39 la contestacin pareca, no ha mucho, cosa
fcil, y se repeta corrientemente la leccin oficial 4l primer individuo se descompuso en macho
y hembra, y de la primera pare)a, creada soberbia y vigorosa, inteligente y hermosa, naci la
primera familia, la cual se ampli en tribu, luego en pueblo y naciones. La doctrina se impona
por su aparente simplicidad# pareca inspirada por el buen sentido. 2ero ayudados por la
Ieologa y la 2aleontologa, se observ &ue deba relegarse al valor de cuentos de hadas la
teora de un hombre saliendo de en medio del mundo, de un 5obinson abordando a su isla
desierta. Kuera de sus seme)antes, el hombre es hombre, al igual &ue la hormiga es hormiga
fuera de su hormiguero# igual &ue la abe)a contin!a siendo abe)a hasta despus de
'(
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
abandonada su colmena. Lo &ue viene a ser un hombre aislado se ve bien en las prisiones
celulares, inventadas por nuestros filntropos un idiota. :s, pues, hasta convencernos de lo
contrario, empe(amos por creer &ue nuestros remotos antecesores debutaron por la vida
colectiva, &ue ellos dependieron de un ambiente tanto o ms &ue nosotros. ,ontrariamente a la
idea de &ue el individuo es padre de la sociedad, nosotros suponemos &ue la sociedad ha sido
madre del individuo. La residencia com!n nos parece haber sido el apoyo material de la vida
colectiva y el gran medio de las primeras civili(aciones. ,om!n era la habitacin, y comunes las
mu)eres y los ni%os# los hombres ca(aban la misma presa y la devoraban )untos al igual de los
lobos# todos sentan, pensaban y obraban en concierto. *os inclinamos a creer &ue, en el
origen, el colectivismo lo era todo, el individualismo muy poco.
*o abordaremos el asunto sin mencionar una cuestin importante &ue a l se une entre los
hiperbreos, como entre algunos primitivos, los trtaros y mayor parte de los negros, la
construccin de residencia es, en principio, cuestin de las mu)eres, &ue hacen todas las tareas,
desde los cimientos hasta el te)ado# los maridos no intervienen sino para llevar los materiales al
pie de la obra. 4l hecho ha sido con frecuencia se%alado, como probando la indolencia insigne
de esos machos incultos, &ue de)an los ms rudos traba)os para sus compa%eras ms dbiles.
*osotros preferimos ver en ello la confirmacin de la hiptesis seg!n la cual la mu)er fue el
primer ar&uitecto. : la mu)er, seg!n nuestra opinin, la especie le debe todo lo &ue nos hace
hombres. ,argada y recargada de ni%os y baga)es, debi establecer una cubierta permanente
para abrigar su pe&ue%a familia el nido para su covada fue un hoyo tapi(ado de musgo# al lado,
levant un palo con anchas ho)as formando estantes# y cuando imagin plantar tres o cuatro de
estas perchas convergiendo por arriba, la huta fue inventada, la huta, el primer 8interior9. :ll
deposit el hachn &ue ella )ams abandonaba, y la caba%a se alumbr, se calent, el hogar
&ued abrigado. 1*o se ha dicho 2rometeo 82adre de los hombres9, para entender &ue la
humanidad empie(a con el empleo del fuego3 .ea, pues, cual fuera el origen del fuego, la
mu)er fue siempre la guardiana y conservadora de ese manantial de vida. He a&u &ue un da, al
lado de una cierva &ue el hombre haba matado, la mu)er vio un cervatillo &ue la miraba con
o)os suplicantes. .inti piedad de l y lo llev a su pecho> +,untas veces se ve a nuestras
salva)es hacer otro tanto- 4l pe&ue%o animal se sinti atrado por la mu)er y la sigui a todas
partes. :s es como ella cri y domestic a los animales, viniendo a ser madre de los pueblos
pastores. *o es eso todo al lado del marido empe%ado en la ca(a mayor, ella se ocupaba de la
menor, recoga huevos, insectos, granos y races. 6e esos granos hi(o provisin en su caba%a#
algunos, &ue haba de)ado caer, germinaron luego, crecieron y maduraron. 4lla, &ue la vio,
sembr otros, y vino a ser tambin madre de los pueblos agricultores. 4n efecto, entre todos los
no civili(ados, la mu)er es la encargada de las faenas agrcolas. *o obstante la doctrina &ue es
ley actualmente, nosotros creemos a la mu)er creadora de la civili(acin y sus elementos
primordiales. .in duda &ue la mu)er, en sus comien(os, no fue ms &ue una hembra humana,
pero esta hembra nutra, criaba y protega a ms dbiles &ue ella misma, mientras &ue el
macho, salva)e terrible, no saba sino perseguir y matar# degollaba por necesidad y no sin
satisfaccin l, bestia fero( y por instinto# ella, madre por funcin.
//////////
4n la poca de las grandes pescas y caceras, los aleutas mandaban fuera a sus mu)eres con
frecuencia, prohibindoles fran&uear el umbral del gran Lachim. *o por&ue estuviera prohibido
pasar la noche )unto a su cnyuge, sino por&ue esto deba de ser a hurtadillas, y era preciso
estar de regreso una o dos horas antes del (afarrancho del camanin, el cual, vestido con sus
ropas de ceremonia, tocaba el tambor, cumplimentaba las armas y las personas.
AB
4ste
pe&ue%o informe nos hace comprender bastante bien cmo las casas comunes se
desagregaron ba)o la influencia de las familias particulares, aun cuando no hubieran sido
disueltas por los extran)eros, dicindose portadores de una civili(acin superior, es decir, del
aguardiente psimo y de las armas perfeccionadas. 4n esas residencias, &ue todava subsisten,
la parte central es libre y pertenece a todos# los lados estn divididos en estancias por una
1*
)a#cro2t, Native Races of America.
'5
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
cuerda, &ue marca las familias, el lugar de cada una# se dira una cuadra con doble hilera de
caballeras# cada familia dispone de un espacio &ue nos parecera apenas insuficiente para un
caballo en el mismo lugar &ue ocupara uno de nuestros muebles, padre, madre e hi)os se
amontonan alrededor de la lmpara. "oda familia posee barca en el mar y lmpara en el
Lachim. 2ara economi(ar terrenos, duermen, bien sea un agu)ero practicado en la pared,
guarnecido de pelusa, o bien en cuclillas, sentados sobre los talones con la barbilla apoyada en
las rodillas, en la misma actitud &ue muchos primitivos dan a los cadveres. 6all, &ue ha
pasado por el tami( 8residuos de cocina9 y escombros de varios Lachims prehistricos, est
persuadido &ue esas residencias eran habitadas simultneamente por los vivos y los muertos.
.i uno de los habitantes mora, sobre el sitio &ue ocupaba de costumbre se cavaba un po(o, se
le depositaba all, se le cubra de tierra# dos pies de arcilla separaban los muertos de los vivos>
*o decimos nada en contra.
*ing!n otro fuego hay ms &ue la llamita de las lmparas &ue funden el hielo para procurarse
agua potable# el calor de todos esos cuerpos vivos apretados en un pe&ue%o espacio Vtales son
esos cercados habitados por dos o trescientas personasW es bastante para hacer subir la
temperatura a un grado tan elevado &ue toda esa gente, hombres y mu)eres, ni%os y ni%as, han
de despo)arse de sus vestidos.
*ada nos extra%a ms a nosotros, civili(ados de 4uropa, vie)os de una cultura relativa de treinta
siglos prximamente, &ue la ausencia de pudor, la inocencia paradisaca de la mayora de esos
hiperbreos, acostumbrados a la desnude( casi constante en la casa com!n, ba%ndose )untos,
como no hace mucho )aponesas y )aponeses, sin pensar en mal. *o existe funcin fisiolgica o
necesidad natural cuya satisfaccin en p!blico les contrare. 8$na costumbre no tiene nada de
indecente cuando es universal9, observa filosficamente uno de nuestros via)eros V6allW.
:%adamos &ue el aleuta, persona curiosa, se presenta a veces tan reservado &ue nos
sorprende y escandali(a casi# por e)emplo, delante de un extran)ero no osara dirigir una palabra
a su mu)er, ni solicitar de ella el ms pe&ue%o servicio.
:un&ue generalmente sucios, estas gentes tienen, como los inotas y la mayor parte de los
indios, la pasin por los ba%os de vapor, para los cuales el Lachim tiene su instalacin siempre
dispuesta. ,on la orina, &ue ellos recogen cuidadosamente para la operacin de tenera, se
frotan el cuerpo# el lcali, me(clndose con la transpiracin y los aceites de &ue el cuerpo est
impregnado, limpian su piel pudieran hacerlo con )abn# el olor acre de ese licor p!trido parece
serles grato, pero a los extran)eros les produce esco(ores en la garganta, retroceden sofocados
y les cuesta no poco traba)o acostumbrarse VYagosLineW.
= +Horror-
= +Horror- s, para los &ue no carecen de una buena pastilla de )abn en su lavabo# 1pero y los
&ue no conocen ese detersivo3 :&uellos y a&uellas &ue la poseen, ignoran tal ve( &ue los
guantes, artculo de gran lu)o y alta elegancia, hecho para cubrir blancas manos y lindos bra(os,
estn embebidos de una yema de huevo con una gran adicin del precitado l&uido# preparacin
indispensable, seg!n parece, para producir en las pieles la finura y elasticidad deseada. Largo
tiempo esta misma sustancia comunic a las corte(as del holanda su vello color anaran)ado, y
al tabaco de 'irginia algo de su aroma penetrante. :un hoy, en varios pases civili(ados /en
2ars mismo/, muchos individuos no acostumbrados a la glicerina batida y a la leche de
almendras amargas, conservan un pre)uicio en favor de la locin aleuta, &ue limpiara me)or &ue
ninguna otra sustancia y hasta conservara la salud# asercin contestada por los mdicos &ue
atribuan a esta agua de toilette ciertos casos de envenenamiento y de oftalmia purulenta.
8Limpiar sus dientes con la orina, moda espa%ola9, dice 4rasmo.
AD
Los espa%oles la haban
heredado de sus antepasados prehistricos
1,
&e civilitate forum puerilium.
'
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
82ara lavarse y limpiarse los dientes, los cntabros, hombres y mu)eres, empleaban la orina
&ue haban de)ado descomponer en un depsito9. V.trabnW.
8:un&ue cuidadosos de su persona y limpios en sus modo de vivir, los celtberos se lavan todo
su cuerpo con orina, frotndose hasta los dientes, creyendo eso como medio excelente de
conservar la salud del cuerpo9. V6iodoroW.
*adie se extra%ar &ue los ouahabitas y los ou/gogos del Zfrica oriental hagan a!n hoy lo
mismo. 2ero se tienen sus preferencias. :s, por e)emplo, rabes y bedunos buscan la orina de
las camellas# los bananas del ;omba se lavan la cara con orinas de vaca, por&ue, seg!n ellos
dicen, la vaca es su madre. 6icha sustancia se emplea tambin por las siberianas contra las
manchas rosceas. Los clersuras del ,ucaso la encuentran excelente para conservar la salud
y desarrollar la abundancia del cabello. ,on este ob)etivo recogen cuidadosamente el purin de
los establos, pero el l&uido, aun impregnado del calor vital, pasa por ser el ms enrgico. Las
orde%adoras halagan a la bestia, le silban una tonadilla, cos&uillean ciertos rganos, y en el
preciso momento alargan la cabe(a para recibir el l&uido &ue se derrama# la madre amante de
sus pe&ue%os hace inundar la cabe(a de stos al mismo tiempo &ue la suya.
"ales fueron, tales son los comien(os de la limpie(a del cuerpo. La industria aleuta representa
exactamente la &ue se posea en la edad del reno. :s lo dice ;r. ,artailhac, hombre
competente.
4sta industria era bien primitiva, ciertamente. <uien tena necesidad de cola se daba un fuerte
pu%eta(o en la nari(, sabiendo &ue la sangre es una materia aglutinante. :ctualmente las
gentes estn ms bien provistas. Habitacin, herramientas, mobiliario, costumbres y religin, se
inspiraron rpidamente en los modelos llevados por los comerciantes rusos y &ue impusieron
los con&uistadores. Las mercancas &ue provienen de :mrica han substituido a las &ue
provenan de 2etersburgo y ;osc!. Los te)idos de pa%o, hasta la lencera, invaden los roperos,
pero no pueden sustituir enteramente a las pieles del pas. Las mu)eres tienen excelentes
ra(ones para no abandonar completamente un vestido &ue les sienta admirablemente, y &ue
ellas adornan con cintas y pedrera barata. "ambin los hombres han continuado fieles al
vestido con plumas de p)aros marinos, sobre las cuales el agua resbala sin mo)ar. .u cal(ado
es de piel de pescado, pero esos (apatos no deben acercarse al fuego, ba)o pena de
deformarse y reblandecerse# en pocos instantes &uedara fuera de uso. .e llevan medias
te)idas con cierta hierba de los pantanos. ,on los despo)os de los esturiones se confeccionan
mantones bastante convenientes. Los hombres se rebosan gustosos con una piel de lobo en la
&ue est la cabe(a y la cola del animal.
Hasta no ha mucho, los aleutas se singulari(aban por su pasin hacia los vestidos y el tatua)e#
pero la cruel opresin &ue han sufrido les ha hecho perder esta vanidad. .i se restriegan alguna
ve( la cara con colores o con carbn, es menos para embellecerse &ue para preservarse contra
las sales marinas &ue en evaporacin van a depositarse sobre la piel produciendo irritaciones
dolorosas. La mayor parte de los es&uimales se taracean a!n la frente, los carrillos y la barbilla#
las mu)eres casadas reivindican el privilegio, y lo convierten en 8signo de alta distincin9,
decan ellas a Hall. :ntes los aleutas se grababan en la cara figuras de peces y aves, seg!n
;alte/7run# 8las hi)as de la familias ricas y distinguidas9 preferan representarse en sus
taraceos los grandes hechos de sus antepasados, por medio de dibu)os y signos variados &ue
expresaban simblicamente el n!mero de enemigos vencidos y de animales muertos. ,on un
cortante de slex se despo)aban del cabello, las mu)eres se rascaban la parte frontal, y los
hombres se de)aban crecer una soberbia vede)a# estos, adems, se agu)ereaban el labio inferior
y las ore)as para colocarse pe&ue%as conchas, piedras delgaditas o hebritas ro)as de lana,
indicadoras de alg!n acto heroico# o bien aun se ensanchaban las narices, ya de s bastante
anchas, para colocarse un pe&ue%o hueso, grueso como el tubo de una pluma, pues ellos
tampoco eran insensibles a los encantos de la belle(a. ,elosas de esta vanidad, sus dulces
'!
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
esposas llevaban al cuello, como en las manos y los pies, piedras coloradas y amuletos de
mbar# pero las infelices se introducan en el labio inferior un labro o pe&ue%o cilindro de ncar
o madera &ue, teniendo la boca siempre abierta, hace &ue la saliva les caiga constantemente
sobre la barbilla. 0 no son los aleutas, thlinLets y diversos inotas los !nicos &ue se afean con
labros# los botocudos y numerosos africanos son tambin partidarios de ese apndice &ue
deshorna la figura humana. +0 decir &ue a ellos les parece bellamente atractivo ese feo pegote,
incmodo y absurdo hasta lo inexplicable- La cosa existe# tiene, pues, su ra(n de ser, seg!n
expresin de Leibnit(.
La reverberacin del sol sobre la nieve y las olas deslumbra los o)os y los ciega se los protegen
por medio de enormes anteo)os, de aspecto fantstico, o por medio de un casco de cuero o
madera, provisto de ancha visera, &ue recuerda a&uel con &ue el excelente 6aumier gratificaba
a los acadmicos y miembros del @nstituto. Los indgenas fabrican este artculo con madera &ue
les llega de aguas de ,hina o del ?apn, reblandecida por la larga flotacin# le dan la curva
deseada y luego la de)an secar. 4se casco afecta varias formas, diversos colores# lo ms
frecuente es &ue sea moteado de blanco y a(ul claro, o bien ocre y ro)o# esculturas en marfil
adornan la cimera, por atrs lleve un plumero y por delante eri(ado con pelos de oso, de barbas
y bigotes cogidos a las focas y otarias, cuya )eta ha sido reproducida con fidelidad ingenua &ue
encanta a los conocedores. 0a ,ooL haba observado el gusto con &ue acababan esas obras#
la mayor parte de los visitantes reproducen el mismo testimonio y alaban la delicade(a del
dibu)o. $n mesti(o, RriouLof, pintaba al temple retratos de un parecido sorprendente, y
,hamisso determin nueve especies de delfines y ballenas por las imgenes &ue haban hecho
los indgenas. 6otados en grado superior del talento de imitacin, aprendieron de los rusos, con
slo mirar, casi todos los oficios manuales. .e han hecho )ugadores apasionados de a)edre(.
Llegan a dominar la lectura y escritura casi )ugando. Los ni%os parecen aptos para comprender
las matemticas elementales, y, lo &ue encantaba al bueno de 'en)aminof, parecan
comprender los dogmas de la religin cristiana.
,on las mscaras de &ue hemos hablado disfra(an a las hi)as cuando llegan a la pubertad,
poca crtica durante la cual se les encierra a distancia de las habitaciones y se les somete a
una higiene y alimentacin especial. Los Lolocos encarecen esas precauciones encerrndolas
en casas de mimbre. Irotescos cobertores las priva de ser vistas y de ver ellas# temen &ue la
mirada, la sola mirada de esas desgraciadas, empa%e la lu( del da, produ(ca desgracia a todo
y a todos a su alrededor# parecen considerarlas como vampiros.
//////////
4ste pueblo se le considera por&ue parece haberse elevado hasta el casamiento, +.ea- +2ero
&u casamiento-
4n :leutia, los parientes ms prximos contratan la unin, el hermano con la hermana y a veces
el padre con la hi)a. 8Langsdorf reprochaba estas uniones a un aleuta, &ue le respondi 10 por
&u no3 Las nutrias hacen lo mismo9.
4l galn se presenta con un regalo /cual&uier bagatela/ en casa de los suegros, &ue hacen a la
)oven la se%al de seguir al )oven, y negocio concluido. 4n algunos distritos, especialmente en la
isla Hunamartch, las mu)eres sirven de moneda corriente, regulan las ventas y compras. 8.e
han entregado tantos (orros a(ules, tantas cibelinas, ello vale tanto en mu)eres9.
4ntendindose bien &ue esta moneda no es ms &ue convencional. 2ara comprar y pagar las
diferencias, no es necesario llevar tras s un reba%o femenino.
$na palabra basta para establecer el contrato, una palabra para establecer el divorcio, los ni%os
siguen a la madre o son recogidos por el to materno. La institucin matrimonial no ha sido
inventada para producir desagrado a esas gentes. 4ntre esposos escasos o nulos celos. ,omo
entre muchos salva)es y no pocos semicivili(ados, el esposo sera un mal educado si no
ofreciera la hospitalidad al visitante y dormir con su cnyuge o con la hi)a menos hura%a.
'"
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
.iguiendo sus conveniencias, los casados truecan sus mu)eres, las cambian, las al&uilan a ba)o
precio. 4n tiempo en &ue la administracin rusa no acordaba a sus empleados ms &ue ocho
vasos de ron por a%o, un hombre entregaba su mu)er por unas cuantas gotas del divino licor.
4l )efe de familia daba el nombre de 8;adre9 a la esposa preferida, la cual titulaba 82adre9 no
slo a su marido, sino tambin a su hi)o mayor, y calificaba tambin de 8;adre9 a la hi)a de
mayor edad V'en)aminofW. 4l informe sugiere reflexiones &ue podran llevarnos le)os> pero no
elevemos obra in!til sobre base frgil.
La monogamia es la regla, pero con frecuentes excepciones los hombres mueren muy pronto
corriendo los peligros del mar. Las viudas y los hurfanos son grave cuidado en tiempos de
escase(. 4l pescador &ue vuelve con la barca llena, puede dirigir su mirada hacia la muchacha
&ue ha perdido su padre, sentir piedad por las viudas &ue amamantan un pe&ue%o tendr
cho(as separadas y varias familias a &ue atender. :s es como la poliandria es ms bien una
obligacin moral &ue busca de un placer, y representa un c!mulo de cargas &ue es preciso
tener cora(n para aceptar y carcter para sostener da tras da.
2or lo dems, esos hiperbreos no encuentran nada extra%o &ue una aleuta declare &ue un
solo marido no puede contentarla. 4n otro tiempo, las florentinas de buenas casas ponan como
clusula en el contrato nupcial el reconocimiento de su derecho a tomar un amante p!blico
cuando a ella le pluguiera. 6el mismo modo, las )venes aleutas go(an, durante su mocedad,
de una libertad de la &ue hacen amplio uso, reservndose para los esposorios, la facultad de
tener un chichisbeo.
4l 8ayudante9, trmino oficial, reempla(a al amo en todos sus derechos y deberes, servicios
activos y pasivos, y viene obligado a subvenir a todas las necesidades domsticas y
alimentacin de los ni%os. Las mu)eres as atendidas pasan por bien dichosas y go(an de una
consideracin distinguida. La presencia del ayudante es de rigor durante la ausencia del
marido, el cual a su regreso manda y protege al )oven, espera de l la deferencia del hermano
menor> Hermano menor. 4n efecto, entre los thlinLets y los Loloches, aliados de los aleutas, el
caballero sirviente debe ser humano, o por lo menos pariente prximo de la familia del )efe. 4l
Loyanga sorprendido en adulterio, viene obligado a pagar, como en @nglaterra, una
indemni(acin al marido# pero si l es de la familia, tendr &ue someterse a las rdenes del
amo y a las de la esposa, con lo cual la unin ser legtima en adelante. .i el esposo thlinLet,
en esas condiciones, tiene la desgracia de morir, el llamado hermano viene obligado a casarse
con la viuda, y para ayudante tomar a otro 8hermano9.
1<u te parece, lector3 1*o tenemos a&u la llave del chichisveato, institucin extravagante,
reprobada como inmoral, pero &ue nadie ha explicado3 4l chichisbeo es un levirato. .u funcin
es una supervivencia de las antiguas 8hermandades9 polindricas, cuyas huellas se encuentran
entre otros es&uimales, y &ue se estudian en pleno vigor en LadaL, en el "ibet, en ;alabar y
varias otras comarcas &ue &uedaron fuera de las grandes vas de comunicacin internacional.
//////////
4n esas condiciones matrimoniales, las &uerellas no son frecuentes. .in embargo, los partos
difciles se consideran como castigo a una conducta demasiado irregular. Los maridos de
:leutia, bonachones a pedir de boca, no tienen tan mal gusto como sus vecinos geogrficos los
Lor)aLs, los cuales obligan, seg!n RrascheniLof, a sus mu)eres a afearse e ir ms sucias &ue de
ordinario, con ob)eto de no incitar ning!n deseo ilegtimo. 1'irtud a tan caro precio obtenida,
obtenida al precio de la repugnancia, puede ser virtud3
'iudos y viudas se encierran en la oscuridad durante cuarenta das. La viuda, durante el luto, es
considerada como impura, y encerrada en una caba%a particular en donde los alimentos le son
entregados reducidos en pe&ue%os fragmentos, por&ue ella no debe tocar nada con su mano
desnuda V'en)aminofW. .e teme evidentemente &ue, por su mediacin, la muerte haga presa
'#
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
sobre los vivos. 4l polgamo lega un luto ms severo a a&uella de sus esposas &ue ms tiempo
ha vivido con l, a a&uella, sobre todo, cerca de la cual morir.
//////////
*osotros preferiramos terminar a&u este asunto, pero el celo por la verdad nos lleva a a%adir
&ue estos primitivos llegan en su ignorancia del mal hasta la inmoralidad, y &ue su inocencia,
verdaderamente excesiva, se confunde con el vicio. *tese &ue los testigos de cargo son para
todos muy favorables a este pueblo, al cual no regatean la admiracin en ms de una
circunstancia. 1$n hi)o de cada hermosa se muestra gracioso de continente3 La madre no le
permite alternar con los camaradas de su edad, y lo educa y cra como a una hi)a# todo
extran)ero se enga%ara# y a los &uince a%os se le vende por una suma importante a cual&uier
rico persona)e. Los 8choupau9 o adolescentes de esta especie son muy buscados por los
Lonyagas V5ossW. 4n cambio, se encuentra a&u y all, por entre la poblacin, y notablemente
entre los yoLou, )venes hembras &ue se niegan al casamiento y la maternidad. ,ambiando de
sexo, por as decirlo, esas ama(onas viven como hombres, adoptan los ademanes y
costumbres viriles# corren tras el ciervo, no retroceden en la ca(a ante ning!n peligro, ni en la
pesca ante ninguna fatiga.
Los )venes guapos de &ue hemos tratado, se consagran voluntariamente al sacerdocio, y,
marchita la )uventud, entran en las rdenes, costndoles as mucho menos llegar &ue a sus
cofrades. 4n todos los tiempos hubo afinidad entre el onanista y el servidor de los altares, entre
la prostitucin y la palacidad. 4n los templos del antiguo Hriente, el vasto y el ma)estuoso
santuario parece haber estado poblado de capillas floridas, de tocadores perfumados, donde
anidaban sobre blandos lechos los :tis y las ,omble(a, gracioso 4liacin, encantadores :donis,
&ue vacaban en los placeres de los dioses, es decir de sus ministros, hasta &ue plenamente
iniciados en los ritos sagrados, llegaban a ser a su ve(, )efes de culto y encargados de los
misterios. 4l hierofante gustaba de hacerse servir por los hierodulos y las bayaderas. 4l
hetarismo ha nacido a la sombra de los altares. 8,asi todos los hombres, dice Herodoto
VEuterpeW, se me(clan con las mu)eres en los edificios sagrados, excepto los griegos y los
egipcios9.
14xcepto la Irecia3 10 &u pasaba en ,orinto3 14xcepto el 4gipto3 +0 7ubastis y *aucrates-
+0 :frodita de :bidos, &ue lleva el nombre significativo de $orn- 2or eso ?uvenal se permita
preguntar 81,ul es el templo donde no se prostituyen las mu)eres39
4n ?erusaln, el rey ?oras destruy en el templo de ?ehov las celdas &ue habitaban los
afeminados y las mu)eres &ue te)an las tiendas de :shera. .e saben los prodigiosos
desbordamientos &ue tenan lugar en los 8verdes bos&uecillos9 y los 8altos lugares9 de la
8Iran 6iosa9. La costumbre estaba tan arraigada &ue en la gruta de 7elem, lo &ue antes se
haca en nombre de :donis, se hace hoy por los peregrinos cristianos en nombre de la 'irgen
;ara# y los had)is musulmanes hacen lo mismo en el santuario de la ;eca# a las pagodas,
8sentinas de vicio9, acuden las mu)eres estriles, hecho el voto de entregarse a un n!mero
determinado de libertinos# otras, para dar a la diosa de la comarca pruebas de su veneracin,
se prostituan en p!blico, en las puertas mismas de la casa divina. Las sacerdotisas de Kuidah
educan a las hi)as de las familias ms distinguidas, y, despus de pruebas rigurosas, hacen de
ellas cortesanas, instruidas en las artes de la voluptuosidad. 4n 7orneo, el dayaL &ue se hace
sacerdote toma nombre y vestido femeninos, se desposa simultneamente con un hombre y
una mu)er el primero, para &ue le prote)a y le acompa%e en p!blico# la segunda, para &ue le
procure distracciones>
'olvamos a nuestros aleutas. 4n cuanto la ordenacin ha sido conferida al levita, tan pronto
como el choupan ha cambiado en augakok, la tribu le confa sus hi)as ms a propsito para las
gracias del cuerpo y del carcter# l completar la educacin de las )venes, las perfeccionar
en la dan(a y otras cosas alegres y, por fin, las iniciar en los placeres del amor. .i se muestran
inteligentes, llegarn a ser curanderas, sacerdotisas y profetisas. Los Lachims de verano,
(%
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
inaccesibles a las mu)eres ordinarias, se abrirn de par en par para ellas. 4stn persuadidos
&ue a esas )venes sera peligroso galantearlas, no habiendo sido purificadas por el comercio
de un hombre de 6ios. = +7uenas gentes- +0 se ha dicho de ellos &ue carecan de religin-....
//////////
Los inotas, tanto o ms religiosos &ue cual&uier otro pueblo, reverencian a los espritus de las
rocas y de los cabos, de los glaciares, de las colinas y los islotes de hielo# presentan sus
respetos a toda cosa desconocida o peligrosa. .u chamanismo o teora mgica, es idntica en
sustancia a la doctrina profesada por las poblaciones de :sia y :mrica septentrional# ha sido
desenvuelto en la sucesin del tiempo tan admirablemente, &ue la institucin de los poulik de
los angaLout Vbru)os, hechicerosW y los ,ossakids, forma, con las doctrinas y tradiciones &ue la
acompa%an, el la(o moral de las tribus esparcidas sobre inmenso territorio.
"odo el mundo no es apto para el santo ministerio# para llegar a ser angaLoL es necesario una
vocacin bien determinada, una carrera especial, un temperamento &ue no todos poseen. Los
sacerdotes en funciones no reclutan sus discpulos al a(ar# los eligen de temprana edad, ni%os
y ni%as, pues el sexo no importa# en esto demuestran ms inteligencia &ue otros sacerdotes. .e
han visto dirigirse a matrimonios particularmente calificados, solicitndoles la procreacin de
hi)os elegidos, empe(ando la formacin del futuro sacerdote antes de estar concebido, por una
educacin apropiada y un tratamiento especial. 4l padre y la madre del futuro hechicero
ayunarn con frecuencia y prolongadamente, buscarn ciertas carnes y recha(arn atrs en su
alimentacin, suplicarn a sus antepasados envolver al pe&ue%o reto%o con sus solicitudes.
Luego despus de nacida la pe&ue%a criatura, ser rociada con orina, la impregnarn de su olor
caracterstico# es su agua bendita. 4n otras partes, la barba, la cabellera, la persona toda de los
reyes y sacrificadores son untadas con aceites, conservados en santas redomas# en otras
regiones se les embadurna y fricciona con bo%iga, cuidadosamente esparcida. ,ada cual su
gusto. .e re&uiere &ue el pe&ue%o no sea como todo el mundo, &ue pos sus gestos y actitudes
se anuncie como amasado con pasta distinta del resto de los mortales# pues l tendr como
principal ttulo el &ue ha sido supuesto aparte V+sacer esto-W. ;odelado por las abstinencias y
prolongadas veladas, por la dure(a y la privacin, es preciso &ue aprenda a soportar
estoicamente el dolor, a dominar sus necesidades fsicas, a hacer &ue el cuerpo obede(ca sin
protesta las rdenes del espritu.
Los profanos son habladores, l ser taciturno, como conviene a los profetas y recitadores de
orculos. 6esde muy )oven el novicio frecuenta las soledades. .e pasea errante durante las
noches
QE
al travs de llanuras silenciosas &ue la luna alumbra con su fra blancura# escucha el
gemido del viento sobre el tmpano desolado. 4n el ancho mar, como un reba%o de osos
blancos en busca de aventuras, avan(an reto(ones con la cabe(a gacha# oye cru)ir de sus
dientes, el ara%ar poderoso de sus garras. .obre el Hcano negro, ba)o el cielo f!nebre, flotan
glebas de hielo, pesados montones de nieve# nadan las colinas de hielo como diamantes
gigantescos, caminan enormes masas heladas, masas sombras, veteadas de glaucas
transparencias, con vagos resplandores opalinos tembleteando alrededor# espectculo de
ultratumba# magnificencias dignas de otro planeta, como se vern tal ve( en $rano o .aturno
las auroras boreales ocasin buscada para 8hartarse de lu(9, como dice 7astin, pues es
preciso penetrarse de todos los resplandores y de todos los esplendores. "riste y abatido, presa
de doloroso xtasis, el )oven contempla los gloriosos combates, las grandes batallas de los
espritus en los campos del aire, cuando torrentes de electricidad surgen del cielo
incandescente, se desbordan los geiser de chispas y las fuentes de colores magnificentes# los
relmpagos en rayos sangrientos surcan el cielo, las lan(as fulgurantes chocan por los aires, el
ter palpita, y sus repulsaciones son resplandores y llamaradas.
4l futuro hechicero no es ms &ue un ni%o. 'arias veces se ha sentido ante la presencia de
.idn, la ,eres de la 4s&uimalia, la ha adivinado por el escalofro &ue le corra por las venas,
2-
7or lo 1is1o los 6olinesios lla1an a s#s sacerdotes paseantes de noche 8"oerenho#t9.
($
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
por la carne de gallina &ue le picoteaba la piel y eri(aba sus cabellos# varias veces ha
distinguido sus suspiros dolorosos y prolongados, le)anos llantos, repercutientes como esos
mugidos de la ballena &ue los espritus oyen tan bien, pero a los cuales permanece siempre
sorda la ore)a vulgar. 4l ve astros desconocidos por los profanos# a .irio, :lgol y :ltairo,
pregunta el secreto de los destinos# adivina lo &ue piensa el Zguila, el ,isne, la Hsa ;ayor, &ue
oyen los inotas, la ven hacer, pero se callan. 2or&ue esos astros gloriosos no hablan sino por
centelleamientos, y nadie entiende su lengua)e si no tiene la lu( en s mismo. 2asa por la serie
de las iniciaciones# no ignora &ue su espritu no podr desprenderse del pesado fardo de la
materia y de la ruda ignorancia hasta &ue la luna le haya mirado de frente y le haya dirigido,
como dardos, varios rayos de lu( en sus propios o)os. 2or fin, su propio Ienio, evocado desde
las insondables profundidades de su ser, se le aparecer,
QA
habiendo fran&ueado la inmensidad
del cielo y ascendido al travs de los abismos del Hcano. 7lanco, plido y solemne, el
fantasma dir 8Heme a&u- 1<u &uieres39 $nindose al reo de ultratumba, el alma del
angaLoL volar en alas del viento# abandonando al cuerpo seg!n su voluntad, vagar por el
universo, rpida y ligera. Libre ella para sondar de ese modo las cosas ocultas, para informarse
acerca de los misterios, revelar sus conocimientos a los hombres mortales, de espritu grosero.
*o hay como el angaLoL ideal para pasar por tal educacin y tal disciplina interior. 2rofetas y
reveladores, ascetas e inspirados, todos buscarn a 6ios en el desierto, se refugiarn en la
soledad para conversar con el Lobo, dicen unos, con los santos ngeles, piensan los otros# se
sumergen todos en el augusto silencio para or la meloda de las estrellas cantando a coro, para
distinguir el susurro de los tomos, los murmullos del grano de arena, los suspiros &ue exhala la
gota de roco antes de de)ar de ser# inefables armonas &ue apagan el ruido de las calles, de los
mercados, el rugido de las batallas. *uestra propia alma se nos escapa en el conflicto de las
vanidades, sus movimientos ntimos se escapan a nuestra percepcin, se embota el
ensordecedor tumulto de las agitaciones me(&uinas. 2ara volver a ser s mismo, para
apagarse, en fin, es preciso huir de la ciudad, evitar la multitud. Hasta &ue hayan descubierto su
conciencia e interrogado los orculos, no se es, no ser sino un ni%o. *o se comprende nada
del mundo exterior, mientras &ue concentrado en su alma no se hayan medido las sombras
profundidades, mientras no se hayan escuchado los ecos del pensamiento precipitndose en
cascadas cada ve( ms sordas, como el rodar del trueno &ue va a perderse por la otra parte del
hori(onte.
2ero los pulmones necesitan aire &ue consumir, los estmagos necesitan alimentos para
digerir, las inteligencias hechos para elaborar y realidades para asimilar. ,aera en el idiotismo
el individuo &ue se aislara sin regreso y cesara de sostener con sus seme)antes las relaciones
de accin y reaccin de &ue se compone la existencia. 2or eso el augaLoL no se ausentar de
la comunidad sino por intervalos, formar parte en las expediciones de ca(a y pesca, e)ercer
tal ve( alguna industria, no ser a)eno a la vida p!blica, seguir, o hasta dirigir los movimientos
populares, los comprender bien por&ue no intervendr )ams en los tumultos de la accin# l
vive reposado, mira desde arriba. : medida &ue progresa en su arte, se hace ms original y
excntrico. *o se sabe con exactitud si vela o sue%a, si est presente o ausente, si tiene )uicio o
est loco. "oma las abstracciones por realidades y las realidades por abstracciones, se crea
simpatas y antipatas. 4l esparce su alma por las espesuras, pero hace entrar las piedras en la
sustancia de sus huesos, se identifica con el paisa)e ambiente. Lo &ue a todos disgusta
complace a este hombre, pero l aguanta lo insoportable# se hace un modo suyo de entender y
comprender, ve oscuro donde los dems ven claro, pero distingue con precisin lo &ue los otros
no pueden discernir. .u mirada, velada por las cosas del presente siglo, penetra el mundo
traslunar. Los secretos de la eternidad se le hacen familiares a medida &ue se ale)a de las
vulgaridades de la vida cotidiana. 2oco a poco llega a ver doble, percibe los ob)etos exteriores y
el refle)o &ue proyectan en su espritu. :s es como en 7roLeu, el ;onte de las Hechiceras, el
via)ero ve su sombra chaparse contra las nubes y perfilarse en el espacio como espectro
21
La 1is1a creencia existe entre los la6ones, 6ieles(ro:as, los +a1tchadales. Charlevoix, ,ournal.
(&
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
gigantesco. La fantasa misma, las &uimeras extravagantes, no pueden desordenar y traspasar
la realidad, descomponer sus elementos, recomponerlos de un modo incongruente. :ntes de
dar doctrinas a los pueblos, los profetas tuvieron &ue presentarse como fantasmas, igual &ue
los bacchauts llenarse de ruidos y cubrirse de estruendos# antes de abordar a las verdades
eternas, les fue necesario inmergirse en la ilusin. .obre una metafsica me(clada de
ignorancia y de locura, construyen un vasto e ingenioso sistema, &ue hace la aberracin
plausible, se desacuerda con el mtodo, prueba el prodigio por el milagro, expone el absurdo
con lgica, todo el nombre de religin.
Hermanos o primos hermanos de estos augaLoL son los ,ossakides indianos, los chamanes de
.iberia, los ,oguis y faLires de la @ndia, los derviches mahometanos, los eugaka de 7autou, los
piod,es australianos y los ascetas y hechiceros en su totalidad. 4l ob)eto de sus ambiciones es
el xtasis, la unin con 6ios, la absorcin en el 4spritu infinito, en el :lma universal, en
resumen, la vida religiosa por excelencia, cuyas manifestaciones, reputadas como milagrosas,
entran todas, a pesar de la diversidad de detalles, en la categora del ;al .agrado# reaniman la
fisiologa neurtica, muy estudiada, pero aun oscura. .in pretender explicar sus casos, es fcil
ver &ue esos desgraciados han traba)ado para crearse una existencia fuera de la higiene y el
buen sentido. 2ara ponerse por encima de la *aturale(a, la violaron# por eso soportan las
consecuencias, y su existencia es ms doliente &ue normal. "ienen ellos, a pesar de su
apariencia adormecida y su fisonoma aptica, lucideces singulares, percepciones de acuidad
sorprendente# se dira &ue su alma est ausente, pero experimentan sensaciones de delicade(a
extraordinaria, algunos inexplicables accesos de fuer(a y de vigor, sensibilidades e
insensibilidades &ue pasan a ser esencias. :l mismo tiempo creen en las persecuciones de
demonios &ue irn a molestarlos y darles tormentos, hasta a degollarlos, si, por un terrible
)uramento no se comprometen a obedecerles. 4n sus accesos profticos, se entregan a
contorsiones extravagantes, a movimientos desordenados y convulsivos, prorrumpen en
aullidos &ue parecen no tener nada de humano# la vo( ronca sale de su boca espumeante, su
te( se hace violcea y se inyectan sus o)os# con frecuencia se &uedan ciegos a consecuencia
de las congestiones. 2asan por fatigas y cansancios de los &ue no es fcil tener idea# sufren
todas las fibras del cuerpo, se ven extenuados por todas las excitaciones cerebrales. +*ada
tiene de extra%o &ue estn siempre tristes, inclinados a las ideas sombras- .u fisonoma
comunica al alma un sentimiento penoso y profundo, dice Hyacinthe en su #hamanismo en la
#hina. .e observa en ellos un temor excesivo a la muerte# temen hasta de ver a un cadver, y
sin embargo, con sus pensamientos penetra el suicidio. Hall cuenta
8La mu)er de ?acL remaba cuando fue presa de un acceso &ue al principio cre de epilepsia.
4stall en gritos salva)es, familiares, al parecer, a los &ue practican la hechicera. 4n esos
casos todos redoblan sus fuer(as. .u vo( era extra%o vagido# de sus labios salan como
explosiones. Los marineros le contestaban en coro. .u meloda se acentuaba de minuto a
minuto, hacindose por instantes ms salva)e# al mismo tiempo remaba desplegando un vigor
sobrehumano. 6e regreso al campamento, la representacin se repiti durante la noche. ?acL
deca una especie de liturgia, las mu)eres cantaban, los hombres respondan. 4sto dur varias
horas# luego, al da siguiente, hicieron lo mismo9.
He a&u otra observacin
8S:nocheca. :penas si nos distinguamos a!n en el interior de la cho(a cuando se oy un grito
estentreo. 5pidos como el pensamiento, mis inotas saltaron de su puesto, se arro)aron sobre
sus grandes cuchillos &ue se encontraban a la vista y los ocultaron en un escondri)o. :penas si
haban vuelto a sus sitios cuando un augaLoL se desli( a gatas por la estrecha entrada.
:rrastrndose sobre las rodillas, tentaba en la oscuridad, y ciego por una lepra &ue le cubra los
o)os y la cara toda, buscaba tentando en la especie de armario donde guardaban comida. *o
encontrando lo &ue buscaba, volvi sobre sus pasos, retirndose sin decir una palabra. 0o
pregunteS
('
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
T= 10 si hubiera encontrado un cuchillo3S
T= 1$n cuchillo3 .e hubiera dado un golpe en cual&uier parte. .uelen tener ideas. 4so les pasa
de ve( en cuandoS9.
,uando un novicio se ha despo)ado completamente de lo &ue le haca ser humano, hace de su
cuerpo el templo de un espritu, o de varios, por&ue puede albergar legin, llama por su nombre
al genio de su eleccin y le invita a tomarle a l como domicilio. .i le con)urara die( veces
in!tilmente, renunciara a su oficio, pues sin tornae no puede haber profeca ni milagro. *o
&uiere esto decir &ue haya perdido su tiempo y su traba)o. Los estudios, la dura disciplina por la
&ue ha pasado, le valdrn siempre respeto y confian(a. 1,mo se obtiene la inspiracin3
4l espritu invocado hace encontrar a su protegido, un animal demonaco fuina, nutria o te)n,
para &ue l lo mate, despelle)e y vista su piel. .e apropiar, como un tesoro, la lengua del
animal, y con ella har su medicina, su men)ur)e personal. La eleccin de este rgano es
evidentemente simblica# se ha adivinado o se ha recordado &ue es el instrumento del verbo,
manifestacin de la 5a(n> sin &ue nosotros &ueramos insinuar &ue esos pobres augaLoL
hayan presentado la escuela de :le)andra.
He a&u otros procedimientos
.eg!n el aviso &ue le dan sus ancianos, el levita visita la caverna de una isla inhabitada, en la
cual fueron ocultados los huesos de un mago ilustre. 4l profeta duerme el sue%o de la muerte,
pero no hace ms &ue dormir. .e sienta rgido y helado, la cara oculta por una mscara.
'estido con la magnificencia del aparato sacerdotal, las alas de un mochuelo o de un b!ho se
extienden sobre su bonete# de su ropa cuelgan chuchumecos de marfil, cencerritos y
campanillas, cadenitas y anillas, todo un revolti)o grotesco, gracias al cual se pone en relaciones
con los reyes de los animales y los genios de los 4lementos u%as de guila, dientes de culebra,
escamas de pescado, peda(os de cuero tierno y diversos pe&ue%os ob)etos &ue se chocan,
produciendo ruidos por los movimientos del cuerpo. 4ntre las rodillas tiene apoyado el tambor,
el indispensable tambor /un mundo en pe&ue%o/, sobre l cual estn tra(ados los crculos del
universo, la ,ru( de los ,uatro 'ientos, figura mgica de hombres y animales# el interior abriga
pe&ue%os monuelos, otros tantos espritus &ue responden cada uno a los golpes de parche,
dados de un modo especial. 4l adepto hace sonar el instrumento se dirige al 'idente mismo,
interpela al augusto profeta. 2or efecto del ruido el cadver se mueve, las plumas se agitan, la
mscara se estremece. 4sa mscara del muerto, tiene el vivo la bravura de &uitarla descubre la
momia. 4st negra y mucosa, yerta y deforme. 4l la contempla y es a su ve( contemplado, las
rbitas profundas le lan(an rayos de oscuridad. 4l vivo saluda frotando la punta de su nari(
contra la espina nasal del cadver, luego se pasa la mano por el vientre como para decir
8+4ncantador, delicioso-9 .e crece en buenas formas, se escupe en las manos y mo)a con su
saliva la cara del grande, del grande hombre# luego despus le ofrece tabaco para una o dos
pipas, y tal ve( tambin un hgado de oso, &ue mata a los perros y envenena a los hombres, los
hiere en el cuerpo y en el espritu.
:nte tan ex&uisitas atenciones, los labios apergaminados dibu)an una sonrisa, los palillos fi)ados
en el pecho de la cabe(a empie(an a menearse ha sido bien recibido. : la dudosa claridad de
la ardiente mecha empapada en el aceite de una concha marina, el maestro y el discpulo
hablan durante toda la noche. 4l discpulo interroga, el maestro contesta por se%ales
fosforescentes en el cerebro a las cuestiones precisas y claras, contestacin luminosa, pero la
duda no obtiene ms &ue orculos tenebrosos. :s es como el espritu del doctor pasa al )oven
discpulo# la transfusin se se%ala por la transmisin de un diente &ue el sucesor toma de la
augusta mandbula para ocultarla en la suya. .i este diente fuera visto por un profano, o si
vislumbrara solamente la lengua de la misteriosa nutria, caera inmediatamente herido de
((
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
ena)enacin. 4l mismo castigo sufre el &ue haya visto el )aspe del Iraal, en el cual .an ?os
haba recogido las gotas de la 6ivina .angre.
12ero por &u el diente del vie)o hechicero, el diente precisamente3
.obre este punto no podemos ofrecer ms &ue con)eturas. 4l diente, la pie(a ms resistente del
organismo, y &ue se encontraba con frecuencia en las ceni(as de las hogueras, despus &ue
los huesos haban desaparecido, pasa en muchos pueblos primitivos por ser el sitio donde
reside la vida. Los animales rapaces tienen su fuer(a en las mandbulas# HLen y los filsofos de
la *atura, comparan los dientes con bra(os ceflicos. Los molares de las vctimas muertas en la
guerra o en las caceras, componan los ms soberbios collares &ue los hroes ofrecan a sus
amadas. La vbora concentra en sus dientes su clera y su vida, y echa la esencia de su &uilo y
de sus humores. 12or &u el hombre no haca lo mismo3 14l hechicero no tiene tambin un
diente venenoso3
//////////
.e cuentan otras cosas no menos sorprendentes. Los hechiceros pueden cambiar de sexo a su
gusto, sacarse un o)o para comrselo en seguida, hundirse un pu%al en el pecho sin hacerse
mal. 6e ese modo pasaran por la muerte, lo &ue creen seriamente haber hecho ya varias
veces, en las condiciones ms heroicas# y ms extravagantes, a%adimos nosotros. 'an a la
orilla del mar, llaman a ellos un oso o una morsa, pero con preferencia a la Iran 7allena, a la
cual invitan, por indicaciones, a abrir su enorme boca, dentro de la cual se precipitan. La
marsopla costea distintas playas, visita islas numerosas, luego se sumerge en el abismo &ue
conduce al 2araso boreal, donde contemplarn a placer los misterios del otro mundo. 1,unto
tiempo residen all3 Lo ignoran ellos mismos, pues la medida del tiempo es una arriba y otra
aba)o. 6urante el tiempo de residencia en el 2araso, ad&uieren facultades extraordinarias y una
inteligencia trascendental# se transforman de larva a mariposa. ,uando ya han aprendido lo
bastante, la ballena los vomita sobre la playa a esos otros ?ons.
,uando todas las iniciaciones han sido cumplidas y las educaciones hechas y perfectas, el
mago toma el nombre de augaLoL, &ue significa el 8Irande9 o el 8:ntiguo9, y entonces se
ofrece al pueblo como gua e instructor. 6esprovisto de todo poder oficial, es, no obstante,
consultado en todo negocio o cuestin importante y su conse)o es siempre seguido. "odos
podrn desafiarle, contradecirle, pero nadie se atreve ni se ocupa de ello. :tribuciones
especiales, no tiene ninguna, pero acumula todas las influencias conse)ero p!blico, )ue( de
pa(, experto en todo, rbitro en negocios p!blicos y privados, artista en todo gnero, poeta,
cmico, bufn. 5eputado como genio y como loco, por lo menos, su inteligencia pasa como
empapada en divinas fuentes, &ue comunica con los poderes superiores. 4l comprende a todo
el mundo, pero nadie pretende adivinarlo. 4n !ltimo anlisis, su poder es el de un espritu
superior a los espritus obtusos# su secreto el mismo de la Ialigay el ascendiente de una
voluntad fuerte sobre una voluntad dbil. 7asta con &ue sea superior, incontestablemente
superior, para &ue los &ue le rodean le atribuyan una potencia suprema. 4s mdico, sacerdote y
taumaturgo, por&ue l tiene varios demonios en el cuerpo, en el cerebro, en los ri%ones, en el
cora(n y en el hgado. .lo l es Iran 2roveedor del pueblo, tiene el poder de atraer hacia el
arpn o el la(o, la ca(a de mar y tierra# l solo tiene el poder de hacer obrar a la piedra, don del
Hcano, gracias al cual la ballena, los salmones y brochetes, corren a de)arse arponear# slo l
puede llevar un cinturn de hierbas con varios nudos, &ue aseguran la victoria en todo
encuentro# l slo puede asistir a la luna cuando ella sufre. 6urante los eclipses totales, la luna
pierde completamente la cabe(a, se extrava por los cielos, va errante por las rocas y los
fundideros# pero entonces su amigo el augaLoL la vigila, le indica a gritos el camino &ue debe
seguir para volver en s y al mismo tiempo le canta himnos &ue la fortifican. 6eclara la guerra a
los genios malficos y se lan(a contra ellos acora(ado con frmulas, armado de encantos, picos
de cuervo, incisivos de (orra, garras de oso, y, si le es posible, alg!n utensilio de baratillo &ue
all les llevan los europeos. 2ara ca(ar el demonio de la enfermedad y contener las almas
(5
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
errantes, e)ecutar movimientos violentos, contorsiones, saltar sobre un vasto brasero,
combatir la muerte con grandes ma(adas y conseguir hacerla huir.
//////////
4n 4s&uimalia, como entre nosotros, existe la magia 7lanca y la magia *egra, los malos y los
buenos hechiceros. Los malos se aprovechan de su intimidad con los muertos poco
recomendables, con los espritus desprovistos de delicade(a, para servir los deseos
malaventurados, los rencores particulares y perpetrar as malas acciones.
La vil multitud, en el otro mundo como en ste, no hace ni gran bien ni gran mal y no se
manifiesta sino por ligeros silbidos. Los ms robustos, trompetean los odos para &ue se les d
de comer# los temibles se aparecen en forma corporal# los ms peligrosos, locos o insensatos
con los vivos, han e)ercido el augaLoLat y mueren de muerte violenta. Los doctores espiritistas
de all recomiendan a los se%ores asesinos &ue inmediatamente me cometido el crimen
arran&uen el hgado a la vctima y comrselo a!n palpitante, por ser el sitio donde reside la
fuer(a y la vida# medio !nico de escapar a las represalias del asesinado, &ue, de otro modo, se
convertira en furia, entrara en el cuerpo del asesino y le convertira en demonio. 4sto se
explica bastante bien.
He a&u un acto practicado por todos los maleficientes del mundo ampararse de una carne &ue
ya empe( a devorar la persona a &uien se &uiere per)udicar# ponerla a podrir en una tumba,
para &ue el muerto, royndola a su ve(, sea puesto en comunicacin con el individuo
traicionado y devore su sustancia. 6e a&u el nombre dado al &ue pronostica el sino 84l &ue
hace padecer9.
QQ
4ste artista de la desgracia entra tambin en relaciones con la luna mala, la
luna en su descenso, &ue tiene la especialidad de atraer hacia ella las entra%as de los &ue se
ren sin moderacin. Las vctimas de Hcate hacen de vampiro con los vivos, chupan las
vsceras y rganos vitales# si se transforman en ara%a, visible al augaLoL, la cual exhala un
aliento envenenado en los intestinos, en los &ue introduce sus largas patas negras y curvadas.
4l hechi(ado si tiene fuer(a, se presenta en la puerta del dioptra y hechicero y grita 8+4h, eh-
se tiene necesidad de ti9. 4l hombre de arte no responde inmediatamente, se hace repetir el
llamamiento en la vo(, en el acento del enfermo, adivinan la enfermedad &ue padece y hasta
&uin le ha enviado, pues no existe enfermedad &ue no sea producida por el odio de los vivos, o
el soplo pestilente de alg!n muerto en descomposicin# hasta la fractura de alg!n miembro se
atribuye a un espritu malo. 4l augaLoL, hechicero de la buena causa, defiende a su pueblo de
las m!ltiples incursiones de los demonios, &ue afectan la forma de cnceres, reumatismos,
parlisis, y sobre todo enfermedades cutneas, &ue los civili(ados atribuiran a falta de limpie(a.
4l dispersa la maldita conflagracin, persigue la innoble turba, exorci(a al enfermo, lo chopa con
rancias orinas, al modo de los doctores del 'eneno bos&uimanos. Los cambodgios asper)an
igualmente al demonio de la viruela con orina, pero esta orina es la de un caballo blanco. .in ir
tan le)os, en el 4xtremo Hriente, los pastores eslavos sacuden sobre sus reba%os, para
preservarlos de la desgracia, con hierbas de .an ?uan hervidas y de)adas secar. *uestros
campesinos de Krancia se lavan las manos con su orina, o con las de sus maridos o hi)os, para
deshacer los con)uros e impedir sus efectos. 4l )ue( 2aschase hi(o rociar con ese l&uido a la
bienaventurada .anta Luca, &ue l confunda con una hechicera. 4l augaLoL, cuyo diagnstico
encuentra difcil, recurre a un procedimiento verdaderamente ingenioso ata a la cabe(a del
enfermo un cordel, lo fi)a por el otro extremo a un bastn &ue l levanta, tantea, sopesa y lo
vuelve en todos los sentidos. .iguiendo diversas operaciones, cuyo ob)etivo es arrancar a la
ara%a de la desgracia las carnes &ue ella devora, las limpiar, las acomodar en tanto cuanto le
sea posible, y de ah su nombre purificador de almas.
$na mala hechicera, invisible pero presente, puede hacer fracasar los esfuer(os del con)uro, y
hasta comunicarle la enfermedad, hacindole vctima de su abnegacin# la magia negra puede
22
)ousouina"+ -lisitsout+ 6l#ral -lisitso".
(
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
presentarse ms poderosa &ue la magia blanca. ,uando ve el caso desesperado, el augaLoL
honrado recurre, si le es posible, a uno de o varios de sus cofrades# )untos esos mdicos de
almas, reconfortan al moribundo y con vo( solemne exaltan las felicidades del 2araso, cantan
con vo( sordina un cntico de adis &ue acompa%an delicadamente con el tambor.
4n los LousonincL perseguidos por el odio de los augaLout, se ha credo ver a los sacerdotes de
una religin anterior, degradados y malos hechiceros. Lo cierto es &ue los augaLout mismos
estn representados como sostenedores del negro .atans, por los misioneros griegos,
luteranos y otros, &ue declaran y afirman a ciencia cierta &ue "ornarsauL, el dios es&uimal, no
es otro &ue el gran diablo del infierno.
//////////
6urante el invierno no siempre se va a la ca(a del oso y del (orro# no est siempre atento para
sorprender a la pobre foca cuando saca su hocico fuera del agu)ero para respirar. *o puede
siempre construir barcas, trineos ni trampas. La vida no sera sostenible sin el reposo. 4l tugurio
es pobre y miserable, ra(n de ms para abandonarlo. 4l es&uimal se re de todo se re del
hombre blanco con sus cien instrumentos y sus mil frusleras# se re friccionndose la nari( y las
manos en peligro de gangrena# se re engullendo su aceite y engrasndose la piel, cuidando
sus vestidos en el interior y en el exterior# se re y no pide otra cosa sino rer. Los inotas no
tienen otro placer &ue los de la sociedad y no se privan de ellos. .indoles el clima hostil y la
tierra madrastra, sienten la necesidad de aproximarse, ayudarse y amarse. Lo &ue les niega el
exterior, lo piden ellos al mundo interior. 6espus de todo, nada es ms grato al hombre &ue la
compa%a del hombre mismo# frecuentando a sus seme)antes, desenvuelven en s sus
cualidades originales y sus ms altas facultades. .i no fuera por&ue las tribus es&uimales no
son sino grandes familias solidarias las unas de las otras# si no fuera por&ue ellas llevan el
comunismo hasta puntos extremos, sus pe&ue%as rep!blicas no tardaran en desaparecer. 6e
hecho, nada comprenden todava del glorioso principio de 8,ada uno para s9 ni de las eternas
verdades de la Hferta y la 6emanda. *o han prestado atencin a las suaves 8Harmonas9 de la
5enta y del ,apital, moduladas por la lira 7astiat.
Los aleutas empie(an en *oviembre sus festividades y las contin!an hasta !ltimos de 4nero.
6e aldea en aldea se invitan unos a otros a festines pantagrulicos. 4sas gentes, &ue se
aprietan el vientre con frecuencia, no conocen mayor felicidad &ue la de hacerse turgente el
abdomen, atiborrarse de aceite y comer carnes crudas aun sangrando. 4n los intervalos, los
)venes celebran asaltos vigorosos y luchas de agilidad, los hombres ya maduros y los vie)os,
se entretienen )ugando a )uegos diversos con figuritas de marfil, representando patos, pichones
y otros p)aros# aprenden fcilmente el )uego de a)edre(, las damas y domin. 6iscuten los
accidentes del da. 4l tribunal de la opinin p!blica entiende en las infracciones a las buenas
costumbres. 5aramente es severo# sin embargo, se habla de locos y hechiceros criminales &ue
han sido condenados a muerte# en stos el ms prximo vengaba a la vctima. 2ero si esta ley
del talin suscitaba nuevas vengan(as, varias aldeas evocaban la cuestin y los notables
e)ecutaban la sentencia. .alvo raras excepciones, el )urado no interviene sino para a)ustar
diferencias y explicar errores. Las discusiones se abandonan prontamente, la comunidad sabe
perfectamente &ue en su lucha incesante contra una naturale(a hostil, no puede existir sino por
el buen deseo de cada uno.
Los negocios, sin embargo, no se arreglan siempre por s mismos, las diferencias pueden ser
profundas. 2or temor a &ue las cuestiones tratadas en privado no agrien los caracteres, se
conviene en hacerlas p!blicas, echarlas fuera. 4l ofendido hace saber &ue tal da servir un
plato de su especialidad a cierto camarada habr lucha potica entre los adversarios# 7eltrn
de 7orn prepara su sirviente y 7eltrn de 'atandous su cancin se cantarn su copla satrica,
la declamarn, la mimarn, la dan(arn, asistidos por segundos, previamente preparados, &ue
en caso necesario les reempla(arn# acompa%an en coro y hacen sonar el tambor en los
perodos interesantes. La asamblea escucha con atencin, da la ra(n aplaudiendo, declara
culpable gru%endo, ntimamente persuadida de &ue el buen derecho y el mrito artstico van a
(!
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
la par# convencidos de &ue la conciencia tran&uila da cierta pasin, cierta energa y una altura
de acento a la &ue no sabe elevarse la mala fe. 'ista de cerca, en sta una ordala bastante
ms humana y ra(onable &ue esos 8)uicios de 6ios9 por el hierro enro)ecido, el plomo fundido,
las ahogadas, las ingurgitaciones de veneno o de hostias santas. 4sta costumbre no es
desconocida en el alto pas bvaro, donde algunas fiestas del santo patrn estn ameni(adas
por dos gallos del pueblo &ue se provocan a un gsangl. Los saLalabas de ;adagascar tienen
tambin estas diversiones V.ibW.
4l inculpado inota &ue no se siente sostenido por una buena causa, pide, antes del encuentro,
una reconciliacin con su adversario, al &ue expide un emba)ador vestido con ropas nuevas de
franela ro)a, un bastn adornado con plumas, se%al del heraldo, para preguntar &u reparacin
es la &ue exige. ,ual&uiera &ue sea la reparacin, el ofensor hace cuestin de honor ofrecer
a!n ms.
= 8"! habas pedido un pa&uete de tabaco, pues helo a&u. "oma tambin este peludo, luego
esta manta y despus esta piel de foca9# cosas todas &ue el otro no acepta sino para
distribuirlas entre los testigos de la reconciliacin. Los nuevos amigos se cambian sus vestidos
respectivos, se cogen por la mano y empie(an los primeros movimientos de una dan(a, la cual
bailarn todos al terminarla los reconciliados.
"odos los hiperbreos no disipan su clera en cantares, no exhalan tampoco su malhumor en
versos y saltos en esos casos no hay lucha potica, sino un duelo vulgar# nada de trovadores,
nada sino simples caballeros. :s, pues, thlinLets y Loloches redimen sus &uerellas en combate
singular# se rellenan de gruesas guede)as de pelo, se cubren bien con ho)as de hierbas
marinas, se echan a!n por encima una cora(a hecha con palitos te)idos entre s# se cubren la
cabe(a con un casco de madera, al cual han adaptado el blasn de la familia. 0a as forrados,
luchan por largo rato a cuchilladas los campeones estn sentados, frente a frente# da el uno el
golpe, el otro le contesta, empleando un minuto en cada golpe, de modo &ue puede saborearse
y go(ar de todo su efecto# se toman el tiempo necesario, demostrando con ello lo pacficos y
duros &ue son estos es&uimales. 0 eso se prolonga hasta &ue uno de los combatientes se
declara satisfecho o bien &ue los asistentes tengan bastante. Las cosas buenas tambin
acaban.
//////////
Los inotas no tienen, como nosotros, fraccionado su arte en poesa, baile y m!sica# apenas se
distinguen todo esto de su religin, o de lo &ue nosotros llamamos tal, puesto &ue su religin,
puramente instintiva, se parece poco a nuestras religiones abstractas, notablemente alteradas
por la metafsica. Los primitivos no han dividido su ser en sus mitades# su vida profana se
penetra e impregna de vida religiosa# en cambio, su religin est indisolublemente unida a las
rudas realidades de la existencia diaria. *uestros obispos excomulgan no ha mucho a los
bailarines y bailarinas de la Hpera, y les negaban sepultura en tierra santa# tacharan de
sacrlego a otro 6avid &ue dan(ara ante el 4spritu .anto. 2ero un aleuta no comprendera la
adoracin de su "ornarsauL, de otro modo &ue bailando. Lo &ue la poesa es a la prosa, el baile
es al gesto. ;ovimientos rtmicos la una y el otro, provienen de la inteligencia y la pasin. ,on
los o)os y el gesto es menos fcil mentir &ue con la lengua y los labios# el gesto, como expresin
inmediata del sentimiento, precede al lengua)e articulado# de ah la importancia del baile y de la
pantomima entre los salva)es.
La dan(a, gesto cadencioso, del cual participa el cuerpo, es el arte supremo por excelencia, es
el lengua)e ms expresivo de las poblaciones primitivas. 4l aleuta, ms sensitivo e imaginativo
&ue lgico y ra(onador, reproduce con movimientos fsicos las agitaciones de su alma, sus
alegras y triste(as, sus temores y esperan(as# l pasa de lo sagrado a lo profano, de lo pattico
a lo grotesco, de lo sublime a lo ridculo, y acaba por la parodia. 4n efecto, todo artista se
complace en recorrer el ciclo entero, en pulsar toda la gama del sentimiento, hasta burlarse de
los seres &ue ms teme y de las cosas &ue me)or ama.
("
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
He a&u la descripcin de una fiesta dada a los mahlmoutes de ,haLtoliL por los malhmoutes
de HunahlaLliL
8S"odo un pueblo haba sido invitado por otro pueblo, y cada familia tena huspedes, &ue
trataban lo me)or posibleS.
T,atorce actores, bailarines reputados, hicieron la fiesta la primera tarde. .alieron por un
corredor subterrneo, se formaron en dos lneas, ocho hombres en frente de seis. Los actores,
desnudos hasta la cintura, llevaban una diadema encuadrada con grandes plumas &ue les caa
sobre la espalda# colas de lobo y de (orro les pendan hasta los muslos# guantes bordados,
botas adornadas con tiras de piel de varios colores. Las mu)eres vestan una manteleta
prendida al cuello, hecha con piel de reno blanco, y sobre sta una t!nica, bien de intestinos de
foca, teniendo la finura y el brillo de colodin, o bien en membranas de pescado, produciendo
refle)os transparentes como lminas de plata. Las hermosas aleutas no tienen &ue aprender
&ue la semidesnude( denuncia con venta)a lo &ue se pretende ocultar. 4llas se han adornado
con bordados y pedrera barata en colores, adere(an su tocado con lminas blancas
abrillantadas de ncar, cubren sus manos con guantes blancos como la nieve, de piel de
cervatillo con forros de pelusa# en la mano llevan un largo penacho de guila o de cisneS.
T+:tencin- Los vie)os, seguidos del coro, se instalan con sus tamboriles y preludian la obertura
cantinela de antiguo estilo, grave y mesurada, lenta y montona# los aires modernos son ms
ligeros y frvolos. 4l minueto /si es un minueto/ merece la admiracin de los inteligentes por la
precisin del ritmo, la seguridad de los bailarines, la gracia modesta de las bailarinas &ue
resbalan sobre el suelo haciendo ondular sus plumasS.
T: esto sigue un baile# el /eli. #a.ador, escena de dos persona)es. $n p)aro salta, menea la
cola, bebe y se ba%a, alisa las plumas, picotea por a&u y pa por all. 4l ar&uero le vigila, se
aproxima con pasos furtivos. $no de sus movimientos espanta al pa)arito, &ue levanta su vuelo.
2ero silva una flecha, el p)aro ha sido herido en el aire. 4l herido se yergue contra el dolor, se
agita dando vueltas en el aire y va a caer en una male(a. ,on su ala rota hace frente al
enemigo defendindose con el pico y con las u%as, hasta &ue perdiendo sangre y aliento se
entrega y abandona abatiendo su pluma)e> +;aravilla- 4ntonces el ca(ador abra(a a una
mu)er desnuda, temblorosa y palpitante, ebrio de fervor y de alegraS9.
1<u les parece3 1*o es eso la traduccin al aleuta del aplogo de 4ros, de 4ros arro)ando su
flecha de oro sobre la encantadora paloma de :frodita3 Los dind)i cuentan &ue Ialinota
7lanca se transform en mu)er para convertirse en compa%era del hombre. Los indios tienen
tambin la leyenda de Hseo, &ue, pasendose por la 4strella de la "arde, dispar sobre un
)ilguero# el p)aro cay y se vio entonces &ue era una ni%a herida con una flecha, por cuya
herida sala sangre ti%endo de carmes su pecho nacarado. 4l ruso ;ilcailof @vanovitch 2otoL
corra detrs del polluelo de un cisne, contra el &ue dispar 8,ayeron las plumas blancas, cay
el manto y apareci la ms hermosa de las vrgenes9. = 80o soy el halcn, t! eres la paloma9,
canto eterno y amoroso de las poesas populares.
8S2oco a poco los espectadores se enardecan acompa%ando con el gesto. .e producen trovas
de circunstancias acontecimientos contemporneos, batallas y tratados de pa(, aventuras de
ca(a, incidentes de via)e, accidentes de navegacin V'en)aminofW. 4l entusiasmo aumenta con
el ruido de los aplausosS.
T2ero sin ban&uete no hay verdadera fiesta. ,omo de ba)o tierra surgen s!bitamente ni%os
alegres, soberbiamente ataviados, marcando el paso con lentitud, medida y gravedad perfectas,
llevando platos de pescado hervido, carnes, lmparas de aceite, mdula de reno, y, como
postre, mirtos envueltos en grasa y nieve. Los huspedes convidados a la solemnidad
consumen tal cantidad de provisiones, &ue con frecuencia a la fiesta sigue una escase(
(#
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
extrema, pero en tales casos el hambre es un honor. 2ara me)or hacer la digestin, baile
general, despus del cual cada uno es gratificado con un poco de tabacoS9. V6allW.
Las solemnidades de a%o nuevo no siempre se celebran por los dos sexos en com!n# a veces
los hombres y las mu)eres celebran separadamente las fiestas /y pena de muerte para el
curioso o indiscreto/.
6urante la noche se re!nen para bailar a la lu( de la luna, despo)ndose de sus vestidos hasta
con fros intensos. La desnude( es el vestido sagrado, el hombre se inviste para aproximarse a
la divinidad. ,uando hiela hasta hacer estallas las piedras, los pasos no llevan le)os, y la
gesticulacin se acent!a. ,uerpo desnudo y cara tapada. ,on la mscara &ue ciega, sostenida
por una correta abrochada atrs, y una morda(a &ue impide mover las mandbulas, slo se
puede ver a uno o dos pasos delante de los pies. 4stos adminculos de tortura slo sirven para
una ve(# despus de la solemnidad, se los retira al montn acervo. ;ientras &ue se las lleva, se
vive ba)o la influencia del espritu &ue representan, genio temible cuya mirada produce la
muerte# por eso los dems se guardan muy mucho de descubrirle los o)os.
He a&u la descripcin de una agapa o santa comunin
8SLas gentes )venes se han embadurnado con colores# marchan unos tras de otros cogidos
por la ropa como en cierto )uego de nuestros ni%os, van postulando de familia en familia,
obteniendo en cada casa lo menos un plato. 4n el La)im, adornado de gala, la or&uesta
interpreta melopeas montonas &ue los asistentes acompa%an. Llegan los cuestadores,
salmodiando y silbando tambin. 4ntonces levantan sus platos por encima de la cabe(a, los
presentan a los puntos cardinales empe(ando por el *orte. Los ,uatro 'ientos son as invitados
por el augaLoL, &ue implora con ello su benevolenciaS.
T:l da siguiente van, hombres y mu)eres, a formar un corro en medio del campo y alrededor de
una vasi)a con agua rodeada a su ve( de gran cantidad de carnes. .in decir palabra cogen un
bocado de a&u, un sorbo de all, y lo ofrecen a .idn, pidindole proteccin. ,ada uno mo)a su
dedo en el agua y bebe un sorbo, invocando siempre a .idn, diciendo por lo ba)o su propio
nombre y el lugar y la poca de su nacimiento. 6espus de esto, todos ofrecen a todo el mundo
algo &ue comer, persuadidos de &ue cuanto ms generosos se presentarn, ms favorables les
ser .idnS9. VHallW.
12ero &uin es .idn3
.idn, llamado tambin :narLouagsaL, madre de los es&uimales y de los hombres, es, en
!ltimo anlisis, la "ierra, generadora de todos los animales, bestias y hombres. :ntes de la
institucin, relativamente moderna, de la paternidad, la maternidad exista# este sentimiento fue
el primero &ue germin en los cerebros, al menos en las especies vivparas. Lo mismo &ue el
ni%o se hace una mu%eca, de igual modo nuestra especie naciente se cre un mundo
fantstico, imagen y refle)o del mundo real tal cual se conceba, y lo hi(o presidir por una
madre, por una ,ibeles. .idn no ha sido a!n destronado# ning!n hi)o ingrato, ning!n marido
ambicioso le ha postergado. = +4sos pobres hiperbreos estn todava tan atrasados-
"odas esas poblaciones celebran en a%o nuevo sus 4leusinias, muy parecidas a las
mascaradas de los alitos y de los mo&uis, a las Kiestas del 7isonte, en boga entre los
mandanas y otros pieles ro)as, a esas rogativas, pompas de renovacin, observadas hasta en
las tribus ribere%as del :ma(onas. 4l cristianismo no las ha abolido sin pena entre las
poblaciones germnicas y anglo/sa)onas.
5%
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
84n la poca de ms larga noche, dos augaLout, uno de ellos disfra(ado de mu)er, van de
cho(a en cho(a apagando todas las luces para alumbrarlas con fuego virgen, gritando T6e solo
nuevo, lu( nuevaS9.
4n efecto, de a%o en a%o, la primavera produce renacimiento de hierbas y animales nuevos.
"odos los soles, todos los fuegos, todas las luces no tienen, sin embargo, la misma virtud# hay
pocas de escase( y de abundancia, temporadas fecundas y estriles. 1<uiere el hombre
remediar esta irregularidad3 14nmendar su desgracia3 2ues se mete en la cabe(a modificar la
luna, refundir el sol. 6e ese deseo naci la industria de las religiones, &ue todas se aplican a
favorecer la produccin en provecho del consumo. Los doctores orientales dicen &ue durante la
noche, el cielo de)a caer tres gotas en los elementos. La primera cae en el aire, suscitando el
poder creador# la segunda cae en el agua, de a&u entra en las venas de los animales para
despertar el amor# la tercera cae sobre la tierra, para hacer reto%ar las plantas V7astianW. = 4so
es, en efecto, dicen los hiperbreos# pero nosotros vamos a contarles la cosa con sus detalles.
2or a%o nuevo la ;adre ,igXe%a sale de su tugurio sombro, del fondo del mar# se sienta
delante de una huta, abierta al ;edioda, aspira el aire fresco, estornuda, respira a place.
5establecida, vigori(ada, re&uiere su gran lmpara, la adere(a, la carga de aceite, la llena hasta
rebasar por todas partes, luego la enciende. 4l aceite llamea, cayendo en gotas encendidas por
tierra, y estas gotas ardientes se hacen animales &ue respiran, hierbas &ue reverdecen,
capullos &ue florecen. ;adregrande asper)a los aires &ue llenan de trinos los p)aros
levantando el vuelo# asper)a las aguas &ue se pueblan de peces. ,uando la 'ie)a est de buen
humor, se entretiene )ugando, hace llover grasa fundida. 4ntretanto, ;adre :bundancia hace
aumentar toda criatura# pero cuando se presenta con mala cara, habr &ue apretarse el
cinturn. 12or &u tan distinto proceder3 4s &ue ;am tiene sus pocas de buen y mal humor#
malo, seguramente, cuando los pio)os y otras alima%as corren a picarle, producindole
desa(n. Los augaLout deben prever estos casos, y en la visita &ue le hacen la distraen con
amenas y alegres conversaciones, limpindole al mismo tiempo la cabe(a V5inLW.
4se tema mtico se presta a variaciones numerosas. 'eamos la de los tchougatches
8SLa fiesta era esperada desde haca mucho tiempo por los escolares de los augaLout, &ue
llevaban los dolos a visitarse
QF
de isla en isla, de aldea en aldea. 2ara hacerse ms accesibles
a las influencias espirituales, los vie)os chamanes se han preparado con un largo ayuno# los
miembros de la familia no han comido nada desde la vspera, y hasta se han provocado
vmitosS.
T4l da solemne, la gran sala del La)im, alumbrada por numerosas lmparas, est invadida por
gentes plagadas de oropeles excntricos, con sombreros de madera o )unco, en forma de pico
de ave, hocicos de animal y bocas de fiera# ellos imitan los gritos y movimientos de las bestias.
6espus de una indescriptible baraunda, cuelgan al extremo de cordeles un centenar de
ve)igas, pertenecientes a animales &ue ellos han matado con flechas. ,uatro p)aros,
esculpidos en madera dos perdices, un b!ho y una osfraga, la !ltima con cabe(a humana#
todos articulan igual &ue los mu%ecos &ue se mueven tirando de un cordel. .e tira de la cuerda
y la osfraga mueve la cabe(a, el b!ho chas&uea con el pico como si tuviera cogido un pescado,
y las perdices agitan las alas. 4n el centro del edificio un palo derecho, cubierto de hierba)os,
personificacin de un espantap)aros, para ellos el 4spritu del mar. :l terminar cada nueva
dan(a, nuevos )uncos y nuevas ho)as se arro)an a la llama &ue chisporrotea delante de los
p)aros y las ve)igas. :l terminar el !ltimo acto, las vituallas ofrecidas anteriormente a cada uno
de los cuatro vientos y luego al dios de las nubes son acometidas por la asamblea, &ue no se
priva de consumir hasta la !ltima miga)aS9. VHallW.
23
C2. los lectisternies ro1anos, las visitas ;#e se devolvan los 6atronos 4 6atronas de las iglesias, ci#dades 4
conventos en la <dad "edia.
5$
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
12ero es acaso necesario explicar &ue las ve)igas calentadas simboli(an los soplos de la
primavera, los cuales vivifican a p)aros y peces, a la selva y a sus habitantes3 1<ue
simboli(an tambin el espritu de la vida
QM
&ue entra por las narices3 1*o hemos ledo en las
#artas a Emilio V?. ?. 5ousseauW &ue Klora es despertada por ,firo3
4n su #oleda, los nervios &ueman un tronco de encina, lo rocan con vino, lo golpean activando
la salida de chispas, y gritan 8+"antas chispas, tantas cabras y ove)as# tantas chispas, tantos
cerdos y novillos- +"antas chispas, tantos xitos y bendiciones-9
QC
:nte nuestra vista tenemos
un grabado
QP
representando una fiesta anglo/sa)ona en los tiempos de Heugis y Horsa. La
ceremonia es&uimal est reproducida en este grabado en sus rasgos esenciales. .e dan(a
alrededor de un tronco ardiendo, el 0ule log, sobre el cual se asan los cerdos con &ue se van a
regalar. Hertha, y a su lado dos ni%os adornados como cabe(a de cuervo, con largo pico, llega
sobre un carro &ue arrastran dos robustos mo(os disfra(ados de oso. .igue el corte)o lobos,
)abales, (orros, ciervos, a los cuales los ca(adores consagran la fiesta# el hipocrs y el
hidromiel corren en abundancia. 6e esas fiestas a nuestros carnavales, a las mascaradas de la
4dad ;edia, la transicin es fcil.
'ase una variante Lolioutche
Los oficiantes hacen su entrada, anuncindose como ca(adores los primeros, completamente
desnudos, pero armados con pu%ales de cobre, de ho)a brillante# los otros ataviados con piel de
foca, brillante y moteada, disfra(ados de pescado, de ave, de lobo y de perro, gallardamente
empenachados. ,ogidos, dan vueltas alrededor de un fuego encendido en medio de la sala.
5atas y p)aros rellenos de bro(a penden de cordeles VUrangellW. .urge una sorda y lenta
cantinela VHooperOsW
+i yagah yangen1 +a ha yangah. @nterminablemente repetida &ue, pareciendo venir de la
profundidad del espacio, se aproxima, se aviva, se acent!a en estallidos de trueno para
terminar bruscamente. .e levanta el teln# aparece un chamama con sus cabellos flotantes, la
cara marcada con )eta de animal, manto lu)oso con perifollos extra%os, adornos fantsticos.
Iravemente se dirige hacia el centro, los espectadores se apartan con respeto penetra en el
crculo de dan(antes y ca(adores y contempla por largo rato la llama. 5epentinamente coge el
pendengue y sale disparado corriendo en la direccin del sol. Los ca(adores le saludan con
gritos salva)es, blandiendo sus pu%ales y lan(ndose en su persecucin como una )aura. 4l
otro corre como el viento# presiente los golpes en su direccin y los es&uiva con admirable
destre(a, su mscara no es obstculo para dar vueltas y rodeos, para saltar a derecha o a
i(&uierda. :l mismo tiempo &ue huye coge un ti(n &ue lan(a al te)ado, cae sobre el suelo y
estalla con chisporroteo.
= 1<u es lo &ue eso significa3
= <ue atosigado por los perseguidores, la ca(a olvida los peligros para reproducir su especie#
ha(a%a &ue toda la existencia saluda con aclamaciones. *o consiste todo en matar la ca(a, es
preciso &ue se produ(ca, &ue la ra(a no se extinga. 2or eso los es&uimales, cuando matan un
reno, tienen buen cuidado de rodear con algas marinas cual&uier fragmento de un rgano
esencial y ponerlo luego, reverentemente, ba)o una piedra o enterrarlo ba)o un terrn, en el sitio
mismo donde el animal cay herido. 0 cuando han cogido una foca, al abrirle le arro)an algunas
gotas sobre la cabe(a# sin duda con ob)eto de &ue el alma se refugie en el agua, &ue ms
pronto o ms tarde correr hacia el mar, gran generador de existencias. .ea lo &ue fuera, los
aplausos estn perdidos para el fugitivo, sus perseguidores le cercan, ganan terreno, le pisan
los talones y le ro(an ya con el pu%al. 2or fin le arro)an un la(o a las piernas, le derriban en
2
C2. 3saas, 33, 22= >o/, ??533, 3.
2$
.ch@eni+, *ithologie der .laven.
2%
De #n c#adro de Cor/o#ld.
5&
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
tierra, le atan los cuatro miembros, lo envuelven en una manta y le arrastran otra ve( detrs del
teln. .e oye un ruido de ho)as metlicas &ue se entrechocan, algunos gemidos ahogados, y
luego el ruido se extingue.
6espus del entreacto, ca(a nueva. ,ada ve( se repite la escena de ca(arle# a pesar de su
agilidad y de su destre(a, no puede evitar el golpe fatal. .in embargo, antes de caer, cada
animal procura la continuacin de su especie# un vaso de aceite, un puchero de grasa &ue se
ha encendido iluminando la sala entera.
:l terminar el misterio, cuando el !ltimo actor, un sacerdote, acaba de ser expedido, se
aprovecha de su muerte momentnea para solicitar la opinin de ultratumba sobre los negocios
pendientes. Hay &ue saber &ue las mscaras son levantadas por el genio del hombre o del
animal &ue representan. "antos animales, tantos dioses. La larva del divino persona)e &ue se
tiene inters de consultar, es la imagen y figura del chamana &ue se simula muerto l se
estremece y sus miembros se agitan convulsivos. 4l 4spritu entra en l. .e le interroga, l
responde, pero con vo( apenas perceptible, con palabras ambiguas e incoherentes# nunca
orculo sibilino fue ms misterioso.
4n rigor no era indispensable &ue el augaLoL muriera para servir de intermediario entre los dos
mundos, puesto &ue su cuerpo sirve siempre de receptculo a uno o varios aparecidos. 4n
cuestiones privadas los hechiceros evacuan sus consultas dentro de una cho(a# se les echa al
suelo con las manos atadas a la espalda, la cabe(a entre las piernas, al lado de un tambor y de
una piel extendida# luego, con las luces apagadas, se retiran cerrando la puerta. :l cabo de
alg!n tiempo se oye al cautivo tocar el tambor. 4s &ue invoca su Ienio, cuya proximidad,
indicada por resplandores y fosforescencias, se anuncia por un cierto estremecimiento de la piel
seca y estirada. .e entabla la conversacin# preguntas y contestaciones parecen provenir del
exterior. ,uando se entra con luces encendidas no se encuentra a nadie el profeta y la
divinidad han desaparecido por el agu)ero de la chimenea. @notas y pieles ro)as creen a o)os
cerrados en esa perormance, cuyo secreto es tal ve( el de los hermanos 6avenport, clebres
por su armario.
,omo se habr comprendido, los actores del drama predescrito no han recibido sino
pretendidas cuchilladas. Los ahtas, ms difciles de contentar, &uieren ver el arma
ensangrentada, y con gusto meteran los dedos en la herida como el "oms de los 4vangelios.
.in embargo, no exigen &ue el actor muera ante sus o)os, pero &uieren pensarlo y le hacen
desaparecer para &ue no se presente ante ellos sino despus de bastante tiempo.
//////////
4sos dramas son ante todo, desde el principio al final, operaciones mgicas# insistamos sobre
este hecho. 4l hechicero 8discreto en la (ambra9, se disfra(a con garras, picos y botas de fiera,
para ponerse en relaciones con los animales &ue ha de presentar al ca(ador. 4l brasero, punto
central de esas ceremonias, simboli(a la lmpara de la gran madre .idn, el .ol, origen del
movimiento, cuyos rayos son otros tantos espritus vitales, principios generadores. 4sos inotas
podran entenderse con los campesinos de .ui(a y :lemania, encendiendo las hogueras de
2ascua, lan(ando discos incandescentes por los aires y haciendo dar vueltas a una rueda
encendida en lo alto de una colina abrupta. 4n sus fiestas de 2ada, en todas las cumbres los
persas hacen tambin llamear gruesos troncos, en los cuales el rey, los grandes persona)es y
los notables arro)an animales, en la cola y patas de los cuales han atado antes hacecitos de
hierbas secas. Los desgraciados animales huyen veloces llevando el incendio por montes y
bos&ues VHydeW. .mbolo brutal y fero( de un hecho grandioso. La 7iblia cuenta la travesura del
hroe &ue solt por los trigos en sa(n, (orros &ue l haba atado de dos en dos con una tea
encendida prendida en la cola# leyenda malo&uita en la cual el (orro de pelo rutilante representa
evidentemente el calor estival, &ue personificaba tambin .amsn, el mismo .amsn o el .ol.
6urante largo tiempo, en la buena ciudad de 2ars, en presencia del soberano y de la familia
5'
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
real, los magistrados encendan en la pla(a de .an ?acobo una hoguera donde perecan
gallinas y gatos. 2rctica parecida no ha sido a!n completamente olvidada en el :lto 6elfinado.
8S6e todas las fiestas &ue yo he visto, cuenta Luciano de .amorate en 3e 3ea 2ys, la ms
solemne es la &ue celebran en Hierpolis al empe(ar la primavera. .e cortan grandes rboles
&ue se ponen derechos en la nave del templo# se conducen cabras, ove)as y otros animales
vivos y los cuelgan en los troncos de los rboles. 4l interior del montn de troncos est lleno de
p)aros vestidos y ob)etos de oro y plata. 6e .iria y de todas las comarcas circundantes, una
multitud concurre a la fiesta, &ue unos llaman de la 8Hoguera9 y otros de la 8Lmpara9S.
T= 4l hombre es ms uno &ue diversoS9.
//////////
4sto nos lleva a hablar de los balleneros, corporacin &ue fue gloria de las poblaciones
LadiaLas y aleutas antes de la invasin rusa, las balas explosivas y los proyectiles lan(ados por
ca%ones.
Los romanos haban reunido en colegio sacerdotal a los constructores de puentes# los
cheJsoures del ,ucaso tienen sus divinos &ueseros# y nuestros aleutas de Roniagas y de
otras partes, tienen sus sacerdotes ca(adores de ballenas. *o entraban en la comunidad de
balleneros ms &ue individuos habiendo pasado por rudas pruebas, iniciados en las tradiciones
y leyendas del poderoso cetceo, verdadero 6ios de esos para)es. :nte todo se les exiga un
vigor y destre(a nada comunes. ;s de una ve( alguno de esos hombres, embarcado en su
pe&ue%o ba)el de piel de foca, sali solo al encuentro del enorme animal# le atacaba con una
lan(a por toda arma y consegua matarlo V6e ;ofrasW, seg!n cuentan los indgenas# pero
nosotros sospechamos &ue el relato de esas ha(a%as es fantstico. 4se hechicero lan(aba
sobre la ballena un dardo empon(o%ado, seg!n nos dicen, luego se encerraba en una caba%a
aislada donde pasaba tres veces veinticuatro horas sin comer ni beber# all imitaba de tiempo en
tiempo los gemidos de la ballena herida, creyendo as asegurar su muerte, y al cuarto da volva
al mar. .i encontraba al cetceo muerto se daba prisa en extraerle el dardo y las partes de
carne por l contaminadas, temiendo &ue su magia produ)era per)uicios a los comedores. .i la
ballena nadaba todava, es &ue haba cometido alguna falta, y volva otra ve( a su caba%a para
empe(ar nuevamente el con)uro V'en)aminofW.
La casta privilegiada haca plantel de dioses, sus miembros go(aban de un prestigio
sobrenatural, al menos durante la poca de la ca(a. *adie entonces hubiera probado sus
particulares alimentos, impregnados de virtudes mgicas, nadie se hubiera acercado a sus
personas ni osado mirar sus remos.
2ero no por ser divinos eran inmortales. :l fallecer, sus cofrades despeda(aban el cadver en
tantos peda(os como individuos componan la comunidad# cada uno frotaba con la grasa del
muerto el arpn preferido y lo conservaba a modo de talismn. Htros depositaban el cadver en
una caverna despus de haberle arrancado las vsceras y las materias grasas, lavadas en agua
corriente. La vspera de una expedicin, los compa%eros visitaban su ,ampo .anto y
asper)aban los cadveres, exprimindoles luego para beberse el l&uido &ue se haba
impregnado de las virtudes, la fuer(a y la bravura del difunto. 4se es el origen de la religin, de
las reli&uias y de las m!ltiples supersticiones de la nigromancia.
*ada hay como la indomable valenta de los hroes difuntos para comunicarse a los vivos# los
muertos vulgares transmiten tambin sus cualidades novicias# por eso es por lo &ue en los
convoyes, el cadver, envuelto en un pa%o, va seguido inmediatamente por un perro# es esto
una medida de prudencia se ha calculado &ue si la enfermedad &uitara el cuerpo de su vctima,
entrara en el del animal. :l presentarse a los vivos, los aparecidos propagan el 8hambre
canina9, apetito verdaderamente espantoso &ue excita a la golosina, privando de todo medio
para satisfacerla. $n cuento inota V5iuLW relata la historia de un facineroso &ue viol una tumba,
5(
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
cogiendo grasa humana, frotando ciertos tro(os escogidos. .u husped se los comi, y, presa
de s!bita locura, se arro) sobre su mu)er, la cual despeda( a mordiscos, despus devor sus
hi)os y sus perros. Hubieron de matarlo, de otro modo hubiera devorado a todo el mundo.
4n tiempo de la barbarie cristiana, las iglesias se robaban unas a otros los tesoros &ue ellas
presentaban a la veneracin de los fieles, se sustraan un bucle de la 'irgen ;ara, o se pedan
prestada, para no devolverse )ams, una u%a de .an 2edro. Lo mismo en :leutia, los
aficionados huronean cerca de los cadveres sagrados y los roban, si les es posible# las
comunidades se roban sus hroes difuntos. :lguna familia posee en su santuario una docena
de dioses, cuyo origen no se atrevera a declaras, como secreto transmitido por el padre a sus
hi)os. 2ero> +;al haya la moralidad vulgar- .era vergon(oso robar una piel, execrable llevarse
una cuerda sin permiso, pero es cosa plausible procurarse santos patronos y genios protectores
por la astucia o por la violencia.
4n sus exploraciones del archipilago, 2inard tuvo la dicha de caer en un punto perdido, sobre
la caverna de :Lnauh, en donde una comunidad o cofrada tena su punto de reposo. .us
sepulturas, siempre relegadas a sitios le)anos, estaban ocultas entre rocas abruptas o en la
c!spide de montes apenas accesibles. 6el mismo modo Uiener, haciendo excavaciones en las
antiguas ruinas del 2er!, descubri en una anfractuosidad de la roca varias momias &ue haban
ocultado descolgndose por medio de cuerdas o ba)ando por escaleras &ue luego haban hecho
desaparecer. :nlogas creencias crean prcticas anlogas. 6OHrbigny y 6all creen haber
observado &ue repugna a los aleutas poner sus cadveres en contacto inmediato con el suelo#
no sera, pues, exacto decir &ue entierran los muertos, puesto &ue se les rodea de ho)as secas
y de hierbas olorosas. Los cadveres se ba)an a una fisura de la roca o se les levanta en forma
de barca apoyada por pies derechos. : los simples mortales se les sienta con los bra(os
alrededor de las piernas y el pecho sobre las rodillas, pero a los bravos balleneros se les
acuesta en toda su longitud o se les de)a derechos, acora(ados con una armadura de madera,
la cabe(a oculta por una mscara figurada &ue protege a los vivos contra las temibles miradas
del muerto sus o)os, sus funestos o)os, no basta slo con cerrarlos, sino &ue es preciso
cegarlos. 14ra ste el motivo &ue induca tambin a los asirios, a varios egipcios y a algunos
griegos /al menos los de la antigua ;iscenas/ a poner mscaras a sus muertos3 ,ostumbre
&ue se encuentra entre los den dind)i y los negros de :ustralia, con los cuales los aleutas
tienen numerosas seme)an(as, &ue sera eno)oso se%alar cada ve(.
//////////
La madre &ue pierde a su ni%o de pecho, deposita su tierna criatura en una ca)a elegantemente
adornada, &ue ella se carga sobre su espalda para llevarla durante largo tiempo. ,on
frecuencia coge la pobre al lamentable residuo entre sus bra(os, le &uita las mculas
descompuestas, le desinfecta y lo viste y mima como si viviera. Los primitivos consideran la vida
como indestructible la muerte no es para ellos ms &ue un cambio de estado. Los animales van
a habitar al otro mundo en espera de poder volver al nuestro. @nmortal es el gusano, eternos los
mos&uitos. 4l muerto se lleva todos sus apare)os de pesca# l se servir de ellos. Las
herramientas y vestidos &ue no se lleva consigo, los ob)etos de uso personal &uedan como
simpata hacia l# pero su contacto da fro, mirarlos inspira triste(a.
Los LoloLas, ms sencillos &ue sus vecinos, afirman la metempsicosis pura y simplemente. La
muerte, dicen ellos, no es ms &ue una disolucin momentnea, dura el tiempo &ue el alma
necesita para encontrar un nuevo cuerpo, luego de expulsada del suyo, bien sea de hombre, de
lobo o de cuervo, pues ello poco importa. ;udar de calabo(o, +&u felicidad- 4nfermos y
achacosos, solicitan con frecuencia &ue se les mate lo antes posible para renacer )venes y
vigorosos.
.eg!n la creencia generalmente adoptada, el alma puede elegir de entre dos residencias en
ultratumba la de arriba, o sea #oudli&$armiau, y la de aba)o, o sea Adli&$armiau, en el fondo
del mar. La !ltima es mucho me)or, est situada en una (ona de cielo inclemente y de tierra
55
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
inhospitalaria en donde casi todos los medios de subsistencia provienen del Hcano. Los
habitantes de Iuinea creen saber tambin &ue las almas contin!an su existencia en las
profundidades del mar. 4l es&uimal se cree perdido si se ale)a un poco de las costas# se
descora(ona cuando no se siente prximo a las morsas y pescados. Los misioneros ensal(aban
las felicidades del paraso cristiano# los es&uimales interrumpieron
8S= 10 las focas3 $stedes no dicen nada de las focas. 1Hay focas en su cielo3S
T= 1Kocas3 *o, por cierto. 1<u haran las focas all arriba3 2ero tenemos ngeles y
arcngeles, &uerubines y serafines, la 6ominacin y la 2otencia, los doce :pstoles y los
veinticuatro ancianos>S.
T= 4st muy bien, 1pero &u animales tienen all3S
T= :nimales, ninguno> 4s decir, s, tenemos el ,ordero, un len, un guila, un toro>S.
T= +7asta- .u cielo no tiene focas, y un cielo &ue carece de focas no puede convenirnosS9.
4n el fondo del Hcano residen los bienaventurados, los elegidos reclutados por entre los
balleneros heroicos# por entre los buenos marinos ahogados en la tormenta# por entre los
hombres de cora(n &ue se han suicidado antes &ue vivir a expensas de sus familias# por entre
8las mu)eres bien taraceadas9 &ue han muerto de parto, cuando cumplan el gran deber de la
maternidad. :nte esos valientes de ambos sexos, las puertas del paraso submarino se abren
por s mismas. 2ero los mrtires ordinarios no penetran sino por la 8senda del perro9, camino
oscuro practicado por abruptos para)es y hendiduras de roca# hay &ue sufrir durante cinco das,
y slo se llega con los miembros mortecinos y ensangrentados, si se llega. $n vendaval &ue
sorprende, un resbaln inoportuno, y se cae en cual&uier precipicio. 4n ciertos momentos hay
&ue tenerse en e&uilibrio sobre una rueda dando vueltas, lisa y pulida, luego atravesar un
puente, no ms ancho &ue una ho)a de cuchillo. +,untos peligros, cuntas fatigas antes de
llegar a la puerta guardada por perros monstruosos- Las almas se guan por el retumbar de un
tambor mgico &ue suena en la le)ana# +desgraciados de los &ue se desorientan- 6evorados
por animales fantsticos, no vuelven a reaparecer ms. *o obstante, la mayor parte llega a
puerto y van a alo)arse ba)o la corte(a de tierra &ue habitaban cuando tenan cuerpo. :leutas,
LoloLas y taitanes tienen todos tra(ados los lmites de su estacin subterrnea.
+,unto ms fcil es la subida al cielo, hacia el cual el alma no tiene ms &ue de)arse ir,
flotando como el humo- 2ero las gentes de cora(n reprueban esa molicie, prefiriendo afrontar
los horrores del l!gubre camino. 2ara evitar &ue el moribundo desfalle(ca, al !ltimo instante los
amigos le arrancan del rincn donde est acostado sobre bro(as y lo depositan en el duro
suelo, en el &ue, vivo a!n, le hunden la cabe(a en tierra, como para darle el primer impulso
hacia el camino de aba)o. 1<uin no penar por llegar a esas regiones inferiores, donde en las
salas siempre tibias y luminosas de un La)im inmenso, resuenan los tambores eternos3
:lrededor de los enormes pilares, sobre los cuales la tierra est fundada, se salta, se )uega a la
barra, se representan bailes esplndidos. +0 los festines, y las comilonas- +0 los cetceos y
cachalotes /prodigiosos como el Leviatn del ban&uete de :braham/ donde se hartarn las
almas es&uimales-
+<u diferencia entre el infierno subterrneo, lugar de regoci)o, y la atmsfera, otro Hcano,
pero de profundidades estriles, desiertos inmensos, frecuentados por el hambre- Las almas
flotan por las nubes, errantes y doloridas, hambrientas, transidas, sacudidas y volteadas por las
intemperies en los torbellinos de los espacios celestes. .in embargo, +&u gangas les caen de
tiempo en tiempo-# por aventura, la pobre(a go(a de abundancias opparas# en las auroras
boreales, las inn!meras multitudes corren y saltan al travs de los cielos, rpidas como el rayo.
6ivididas en dos bandas, se las ha visto empu)ado hacia todos lados una cabe(a de cetceo
5
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
&ue les serva de bala. Hasta entre ellas se tienen terribles combates y su sangre cae entonces
en copos de nieve, por&ue las almas no tienen en sus arterias el hermoso l&uido ro)o, sino una
linfa fra y blanca. +<u batalla en los aires, cuando sobre el suelo la nieve se amontona-
//////////
8Los indios de las pampas, dice 6e ;oussy, han aprendido de origen cierto, por revelacin, &ue
en la celeste residencia de 2illau sus guerreros go(aran de una emigracin &ue sera eterna, si
no fuera interrumpida por esplndidas caceras, en las &ue matan tantos y tantos avestruces,
&ue las plumas, cayendo en montones, forman las nubes sobre nuestras cabe(as9.
Los camanes de alto vuelo, los 2latn y "oms de :&uino de :leutia, han dado cuerpo a ese
catecismo rudimentario y lo han desarrollado en un sistema sutil y complicado
6espus del !ltimo suspiro, el organismo se descompone en sus elementos primitivos, pero el
cadver guarda alguna sensibilidad por tanto tiempo como conserva su forma. 4l alma, tenue y
transparente como el aire, pero de aspecto grisceo apenas sensible, es alternativamente
.ombra y 4spritu la primera se dirige a la residencia subterrnea, la segunda a los espacios
areos. /.i nosotros interpretamos correctamente nuestros textos, la .ombra de los
hiperbreos, vapor de sangre, parece corresponder al psych greco/romano, representar la
especie en el individuo/. Las .ombras residen en ,oudli un tiempo cual&uiera, unas ms, otras
menos, luego entran en el cuerpo de una mu)er, frecuentemente advertida por ensue%o, y
renacen sobre la tierra. 4n cuanto al espritu, &ue contin!a respirando, constituye el elemento
irreductible, el germen de la personalidad. 2or la .ombra, el hombre forma parte integrante de
la humanidad, por el 4spritu se distingue. *o cabe duda &ue ese soplo vivificante de los
camanes es el 8viento fresco9 de los egipcios, el ronach del :ntiguo "estamento, el pneuma el
*uevo, el aura de los estoicos. .alido del gran depsito atmosfrico, a l volver. "ournarsouL,
el .er .upremo, se llama el 8.e%or de las 7risas9
QG
. :&uellos cuya excelencia nativa fue
probada por una actividad fuera de comparacin, irn a asociarse con los otros 4spritus &ue
residen por la otra parte del firmamento, esfera slida, como su nombre indica, bveda circular
&ue tiene la solide( y la transparencia del cristal a(ul, y &ue rueda alrededor de un monte
prodigiosamente alto, un ;erou, situado completamente en el fondo de las regiones polares.
Los 4spritus &ue han pertenecido a los hombres felices e inteligentes por excelencia, van a
confundirse con las estrellas# pues todas las ya existentes fueron inotas. 4n cuanto el 8yo9 de
los cobardes# en cuanto al de los malos hechiceros, la tempestad los barre y persigue# el viento
trae sus sollo(os. Les es in!til &ue se obstinen en su desgracia, empeorar su miseria, todo ello
no les conducir a ninguna parte, por&ue entonces caen ellos en la estupide(, pierden el
sentimiento y finalmente la existencia# el aire de &ue ellos se componan entra en sustancias
nuevas.
2ero +oh- 6octor .util, 1cmo se las arreglan sus bienaventurados para perambular por las
estrellas al mismo tiempo &ue por el 4lseo de los abismos marinos3 1,mo la .ombra y el
4spritu pueden existir separadamente3
4l hiperbreo contesta balbuciente 8Los padres nos lo han ense%ado as9. .i hubiera
estudiado en nuestras escuelas podra a su ve( preguntar
= 14s &ue su mitologa no muestra a Hrcules presente al mismo tiempo en el Hades y en el
Hlimpo3 12or &u tanto rigor contra nuestros augaLout3 12or &u imponerles una lgica de la
&ue ustedes dispensan o Homero y a 'irgilio3
//////////
;s &ue ninguna otra cosa, satisface a los aleutas el reposo, el abandono dulce en la pere(a.
6esde la eminencia de sus rocas, o desde lo alto de sus te)ados de tierra, se complacen
contemplando el mar con indolencia. .e ha dicho &ue lo &ue esperan es la aurora para darse un
2'
.illi misnua/ .illi nelega".
5!
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
ba%o de lu(. Lo cierto es &ue desde muy de madrugada, hombres y mu)eres suben al puesto de
observacin. *inguna nube, ning!n vapor, ninguna neblina escapa a sus miradas# de la
direccin, formar y tonalidades deducen el tiempo har, el movimiento del mar, la fuer(a y
naturale(a de las olas. .i experimentan satisfaccin, permanecen as horas enteras sin
menearse, sin hacer mal alguno, sin pronunciar una palabra. : pesar de las brumas y de los
vientos helados, esos so%adores indolentes y melanclicos conocen el 8Lief9 de los orientales.
La pere(a no es su vicio, puesto &ue suministran con paciencia y conciencia un traba)o
considerable, si as lo creen necesario# pero se guardarn mucho de gastar en mprobo traba)o
otro esfuer(o &ue el estrictamente indispensable, prefiriendo, como el )uicioso .alomn, 8un
solo pu%ado con calma &ue dos manos llenas con ruidos y esfuer(o de espritu9.
6otados de una dure(a a toda prueba, resisten al fro, al hambre, a la fatiga, con tal calma y
serenidad &ue merecen admiracin y les ha valido el desprecio. ;ientras no se ven empu)ados
al !ltimo extremo /y en tal caso su furor no conoce lmites, y, si no pueden vengarse, se
suicidarn sin vacilar/, los aleutas tienen la fuerte paciencia del buey y la dulce afectuosidad de
la vaca# no ha faltado, no obstante, &uien ha dicho &ue su paciencia, atributo bestial, proviene
de su insensibilidad. 4l dolor sera bien vivo y la opresin bien cruenta para &ue les arrancara
una protesta# la enfermedad )ams provoca un suspiro, )ams un gemido.
*o habindose llevado nada a la boca desde tres o cuatro das, pena y sufre el pobre primitivo
sin exteriori(ar ning!n malestar. .e le pregunta 1.ufres3 4l no contesta# si se insiste, contesta
con una triste sonrisa. : los ca(adores les sucede a veces &ue se cogen una pierna en un cepo
de lobo o de (orro. 4l hierro &ue ha magullado la carne puede a veces no ser retirado sino a
travs del miembro# cuando esto sucede, resisten la operacin sin gestos de impaciencia# en
caso de necesidad se operan ellos mismos. 2or otra parte, esas heridas, tratadas por la dieta y
el reposo, no tardan en curarse.
6iferentes a nuestros rapa(uelos, los ni%os no se pegan ni insultan# sus eno)os slo se
manifiestan por alg!n denuesto desagradable dirigido a los padres. Hay &ue decir &ue
ofenderse con groseras palabras les es imposible, pues los trminos in)uriosos y de insulto no
existen en su lengua. 2ero de alg!n tiempo a esta parte ha sido provista de palabras groseras
por influencia de la civili(acin, y los borrachos, &ue se apostrofan, disponen actualmente de
una pe&ue%a partida de expresiones ultra)antes, tomadas del vocabulario ruso. 4n otro tiempo,
cuando se rompan las hostilidades entre dos tribus, la ms furibunda preparaba una
emboscada, haca una mala accin y, saliera bien o no, se bata despus en retirada. 2ero tales
cuestiones no eran frecuentes, puesto &ue el anciano 'iniani ni presenci ni tuvo noticia de una
sola ri%a en HunalasL durante die( a%os &ue residi all# el mismo 5oss cuenta &ue no pudo
hacer comprender a los habitantes del pas de 7affin, &ue carecan de armas de guerra, eso
&ue nosotros llamamos batallas y combates. 4n toda la 7oothia Klix slo se conoca un solo
caso de crimen# nadie se comunicaba con su autor, todo el mundo le hua. ,omo pacficos en
exceso, se sometern a &uien se atreva a mandarles, no obstante serles muy desagradable
obedecer, pero les es mucho ms desagradable a!n luchar y &uerellarse. .i alg!n imprudente
lleva su opinin de modo ms atrevido &ue lo conveniente, los ancianos, aun&ue fueran de
opinin contraria, toman la cosa a broma o preguntan al osado 84xplica tus ra(ones. "al ve(
sepas algo &ue nos sea desconocido9. .on tan ingenuos &ue apenas si se atreven a entablar
un negocio de compra o de venta por su propia cuenta# modestos en exceso, no pueden, sin
sentir sincero malestar, sentirse alabados por nadie, y se rubori(an hasta las ore)as si se les
hace alg!n cumplido delante de un amigo# pero en cambio, los reproches ante un extra%o les
llena de furor. : pesar de su gran paciencia, tienen a veces indignaciones s!bitas, terribles
cleras.
\igase a Hall
5"
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
8,harley regresaba descontento. .u mu)er lleg para descargar la barca# la infeli( marchaba
atascndose por el barro, con su carga a cuestas, cuando ,harley, sin motivo aparente, le
descarg, vigoroso, su arpn sobre la espalda# afortunadamente la punto no pas el grueso de
las ropas. La otra se volvi sin decir palabra, se desprendi del arpn y continu su camino.
,uando se ensar(an con sus esposas, cogen el primer ob)eto &ue encuentran a mano, cuchillo,
piedra o hacha, y lo arro)an sobre su cara mitad /con sus perros hacen los mismo/. 2ero
aun&ue con frecuencia maltratada, la mu)er es ob)eto de un afecto verdadero y constante9.
4xpli&ue &uien pueda estas contradicciones y esas desigualdades del carcter. ,ooL fue uno
de los primeros en alabar el carcter y la benevolencia de esos primitivos. ,artJright, &ue haba
vivido durante largos a%os entre los labradore%os, no encontraba expresiones para ensal(ar lo
suficiente la energa y resistencia, la destre(a y bondad de los indgenas.
?!(guese por lo &ue dice Hall
8.u probidad es imponderable. *osotros habamos descargado todas las provisiones y
utensilios madera, carbn, al&uitrn, aceite, cacerolas, cuerdas, filsticas, lan(as, arpones,
ob)etos todos &ue para los es&uimales representaban un tesoro# no tocaron nada
absolutamente, y ese gnero estuvo completamente abandonado, sin guardia ni vigilancia,
durante algunos das9.
Htra prueba suministrada por HellJald
82uesto en peligro por una tempestad, el capitn de un barco, &ue tena &ue transportar
mercaderas a la otra parte del cerebro de 7ering, arro)aba a los tripulantes, uno tras otro, por la
borda sin &ue ninguno profiriera una protesta. 1:caso no se haban ellos comprometido, por su
honor, a llevar a puerto feli( todo el cargamento39
"odo individuo &ue reco)a maderas flotantes y restos de naufragio, no tiene ms &ue depositar
su halla(go en punto donde no alcance la marea alta y ponerle una piedra encima# puede
de)arla abandonada todo el tiempo &ue le pla(ca, seguro &ue nadie pondr su mano encima. .i
descubren un escondri)o donde hay carne oculta, no la tocarn a!n cuando la ms espantosa
miseria reine en la familia. Los Jeddas de ,eiln, incultos entre los incultos, sienten el mismo
respeto por las provisiones &ue encuentran colgadas en un rbol.
Honorabilidad y veracidad son hermanas. 4l aleuta, &ue es incapa( de mentir, despreciara con
profundo desdn al hombre &ue sorprendiera en mentira no le volvera a hablar en toda su
vida. 4n su ex&uisita sinceridad, considera como cosa a)ena el ob)eto de su pertenencia &ue ha
prometido a otra persona# lo pone separado de sus cosas, y cual&uiera &ue sea la necesidad
&ue de l sienta, )ams lo tocar. 5echa(ar uno de sus presentes, sobre todo si es de escaso
valor, es declarar &ue no se le estima personalmente.
Las compras y ventas se hacen por intermediarios. ;ientras duran las negociaciones, el
vendedor debe ignorar el nombre del comprador y recprocamente# por timide(, seg!n se nos
ha dicho. 10 si fuera por hidalgua3 10 si fuera por me)or garanti(ar la e&uidad en las
transacciones3
6urante el tiempo &ue un miembro de la familia se encuentra enfermo, se abstienen de tratar
ning!n negocio. 1.er acaso por respeto al &ue sufre, por sentimiento refinado de las
conveniencias3 La mu)er &ueda fuera de todo negocio comercial# se la &uiere exenta de toda
sospecha de lucro, no trafica en nada, ni con los hombres ni con las dems mu)eres.
La teora de la 5enta, &ue domina toda nuestra civili(acin occidental# el ,apital,
reproducindose perpetuamente por el traba)o a)eno> +&u monstruosidad para esas gentes
5#
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
de buena voluntad, &ue prestan voluntarios toda herramienta o instrumento, del &ue no tienen
necesidad inmediata, y a &uienes no se les ocurre si&uiera la idea de una indemni(acin si el
amprador perdi o deterior el ob)eto- ;s bien &ue el ca(ador &ue no puede pasar revista a los
cepos por l preparados, tiene derecho a las pie(as &uien vaya a visitarlos. 2ara coger
pescado, los extra%os tienen derecho a servirse de los cebaderos y empali(adas &ue no han
contribuido si&uiera a instalar ni establecer. 1<u diran de esas costumbres "erra/*ova, .an
2edro y ;igueln3 "oda presa excepcional, gruesa como la ballena, o de especie rara,
pertenece a la comunidad# ya se las arreglan ellos de manera &ue todos participen. 4s raro &ue
un )efe de familia posea otra cosa &ue una barca y un trineo, sus vestidos, sus armas y algunas
herramientas.
,omunistas sin saberlo, los inotas no tienen sino rudimentos de propiedad privada, la &ue no
obstante saben tan bien respetar. 'iviendo en llanuras de nieve, yendo en compa%a a la mayor
parte de los traba)os del mar, el grande, el vasto y movible mar, &ue nadie puede dividir en lotes
ni cortar en parcelas, el reparto igualitario &ue hacen de sus productos constituye un seguro
mutuo, sin el cual pereceran unos tras de otros. "oda foca capturada es distribuida, al menos
en tiempos de hambre, entre todos los )efes de familia. .i no se hacen las partes estrictamente
iguales, es por&ue las mayores se dan a los ni%os# cuando los adultos carecen de todo desde
hace tiempo, los pe&ue%os reciben a!n alguna cosa.
4l fondo del carcter es tan comunista, &ue todo es&uimal llegado a poseer alguno cosa, es
para l cuestin de honor darlo todo, distribuirlo todo, diciendo &ue se siente ms feli(
distribuyendo &ue recibiendo. La escena &ue transcribimos pasa en las orillas del 0ouLou
8"odos los vecinos haban sido invitados. ?uegos, cantos, dan(as y ban&uetes duraron varios
das. La !ltima tarde, consumida toda provisin, los due%os, vestidos con sus me)ores ropas,
empe(aron a distribuir regalos, dando a cada amigo lo &ue ellos crean convenirle ms. :s
repartieron AE fusiles, AE vestidos completos, QEE bra(aletes de perlas ensartadas y gran
cantidad de peletera AE de lobo, CE de ciervo, AEE de foca, QEE de castor, CEE de marta y
numerosas mantas adems. 6espus de esto, el anfitrin y su mu)er se despo)aron de sus
vestidos y los distribuyeron tambin, vistindose luego con harapos, y para terminar, dirigieron a
sus huspedes esta pe&ue%a arenga +Les hemos testimoniado nuestro afecto. :hora somos
ms pobres &ue cual&uiera de ustedes y no lo sentimos. *o nos &ueda mucho ms. .u amistas
nos basta-9
,ada cual hi(o un gesto como de gracias y se retiraron en silencio. La fiesta haba costado
&uince a%os de traba)o, de economas y privaciones V6allW. La familia no haba perdido todo, ya
&ue haba ganado en la estimacin y el reconocimiento de sus conciudadanos# lo &ue haba
gastado materialmente, le era devuelto en honor y consideracin. 4l &ue ha demostrado tanta
munificencia y generosidad, viene a ser una especie de persona)e consular, y es consultado en
los trances difciles, y cuando ha hablado, nadie se permite contradecirle.
+0 su hospitalidad- Los &ue vienen de fuera se ponen al abrigo ba)o la misma tapa &ue los de
dentro. Hall cuenta con emocin cmo un da &ue volva transido de cansancio y de fro, una
mu)er anciana cogi sus pies helados, y despus de haberlos bien friccionado, se los meti en
su seno para me)or calentarlos.
:parte sus vicios y desarreglos sexuales, esas buenas gentes han reali(ado el ideal ebionita.
Los 8pobres9, los de 8cora(n sencillo9, &ue la %mitaci)n de Jesucristo predica el e)emplo# los
indigentes y los desgraciados, son sobre todo los &ue ms se aman.
<uien tiene, parte con el &ue nada posee. 4l hambriento, sin palabra de excusa ni expresin de
ruego, va a sentarse al lado del &ue come y mete las manos en el plato. Los europeos, siempre
desconfiados y prontos a los )uicios severos, calificaran de robo y pilla)e esas costumbres
%
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
comunistas. 4n efecto, los inocentes, en sus primeras visitas a los navos, hacan como entre
ellos, cogan lo &ue les pareca y se lo llevaban, creyendo &ue no haba otra pena &ue la de
tomarlo. :l apercibirse &ue los extran)eros )u(gaban detestable tal proceder, restituyeron lo &ue
se haban apropiado indebidamente y se ofrecieron a pagarlo para &ue no se tuviera de ellos
mal concepto.
84sos es&uimales, observa LubbocL, tienen menos religin y ms moralidad &ue ninguna otra
ra(a9.
:lgunos misioneros griegos, cuya sinceridad honramos, declararon &ue los aleutas no podran
sino perder con el cambio &ue ellos les proponan, y &ue su conversin al cristianismo sera
poco deseable V7astianW. 4se e)emplo no es el !nico# algunos honrados evangelistas daneses
di)eron lo mismo de los nicovarianos, y se volvieron a su patria.
+,osa singular- Los griegos y los romanos hacan grandes elogios de los hombres &ue
habitaban ms all de los vientos del *orte, 8los hiperbreos sin reproche9 &ue vivan en
felicidad perfecta y la ms pura inocencia. 2or la dul(ura de sus costumbres pacficas, los
es&uimales hubieran podido inspirar la leyenda slo &ue los hyperboire campi y los
hyperbore4 or4 de Horacio y de 'irgilio se les supona viviendo ba)o 8un cielo donde el .ol no
se pona9, lo &ue en rigor podra explicarse por el sol de media noche. 2ero nosotros no
podemos creer &ue esta leyenda se funde sobre ning!n hecho, nosotros la tomamos por toda
otra cosa. :cto de fe, afirmacin confiada y atrevida, dice ella &ue la )usticia, voto secreto de
todos los cora(ones, no es un triste enga%o, y &ue la fraternidad entre los hombres no es
tampoco una &uimera. ,onvencidos de &ue es posible la reali(acin de su ideal, algunos
fervientes han dicho y hasta han credo &ue su ensue%o haba ya recibido confirmacin y &ue
ello se haba visto> 16nde3 Le)os, muy le)os, en todos los extremos del mundo, entre los
hiperbreos, entre los gimnosofistas de la @ndia, entre los etopes, en el reinado de 2reste ?uan,
en el 4ldorado, y tambin en el de la abada de "hetemo.
//////////
10 nada del gobierno3
4n efecto, se nos haba olvidado. Lo &ue nos excusa es &ue los aleutas no lo conocan
prcticamente antes &ue los rusos fueran a imponrselo. *adie mandaba, nadie obedeca. Los
balleneros y los augaLout e)ercan una influencia predominante en virtud de su inteligencia y de
su bravura, reconocida como superior# pero cual&uiera poda contradecirles, si as le placa. Los
ancianos se constituan tambin en conse)o p!blico# y se respetaban sus )uicios por&ue se les
&uera. Las islas pobladas, las grandes aglomeraciones, haban llegado a una forma de
representacin. $n Ta,un presidente elegido, centrali(aba las informaciones, gobernaba como
un padre. .e le dispensaba de las rudas tareas# varios remadores estaban encargados, de
oficio, de su barco en el bucentauro de HunimaL o de HunalasLa. : veces posea algunos
esclavos, &ue se inmolaban a su muerte para &ue le hicieran compa%a# los colocas no han
abandonado a!n esta costumbre. Las prerrogativas del "a)un no eran ms &ue honorficas. .i
se le designaba para dirigir una expedicin de pesca, terminada la empresa acababa su mando,
por&ue 8nuestro enemigo es nuestro amo9. Las leyendas estigmati(aban algunos tiranos de
tiempos pasados &ue hubieron de usurpar el poder, y cuyos asesinatos se celebraban como
grandes hechos p!blicos V5inLW.
4n suma, el es&uimal no vive desprovisto de ambicin, pero busca menos la dominacin &ue la
superioridad# prefiere la direccin al mando. *o tienen necesidad, como nosotros, de una
autoridad ante la cual sea necesario temblar, ni arma a la ?usticia con una espada, ni a la
autoridad con una ma(a con clavos de bronce. .in crceles ni guardias civiles, sin alguaciles ni
cmitres, 1cmo se las arreglan ellos3 +2obres salva)es, por esta parte no son dignos de
lstima-
//////////
$
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
6os a%os despus de la expedicin de 7ering y de "chiriLof, en AGMA, el sargento 7assof,
estacionado en RamtschatLa, construy un barco con huesos y naveg con buena fortuna hacia
las islas aleutas. 4n AGMC, otro ruso, ;iguel *evodsiLof, visit el archipilago. : su regreso
cont &ue las ms preciosas peleteras de (orros rticos, de osos y de nutrias marinas,
abundaban en esos le)anos para)es. .us relatos maravillosos excitaron el entusiasmo de las
gentes atrevidas, decididas a triunfar cueste lo &ue cueste. .olos o por grupos, aventureros
cada da ms numerosos, se pusieron a la cabe(a de los indgenas inofensivos y bien pronto
los trataron como esclavos.
4n AGPM, el gobierno ruso concedi la explotacin del archipilago a una compa%a denominada
.ibero/:mericana, cuya residencia administrativa y poltica deba estar en 2etersburgo y la
principal sucursal en 0rLoutsL. ,oncebida sobre el modelo de la ,ompa%a de las @ndias, se
propona la con&uista de los LoJiles y del :rchipilago aleuta, hacerse fuerte en el continente
americano desde el grado CM *orte hasta el mar Ilacial, con el propsito de llegar hasta ?apn
y hacer maravillas. .e le concedi el derecho de reclutar soldados, construir fortale(as y
enarbolar bandera. "odo a cambio de ceder en provecho de la corona el die( por ciento de sus
beneficios netos, sin per)uicio de un tributo en peleteras &ue pagaran los naturales 8,on piel
de otro ancha correa9.
Los civili(adores llegaron con ca%ones, metralla y proclamas magnficas. Llevaban la
abundancia, decan ellos, las artes y las industrias de Hccidente# llevaban tambin las
felicidades eternas &ue dispensaba la religin ortodoxa# llevaban hachas y cuchillos, hierro y
acero, maderas y mantas, varias cosas !tiles y otras &ue la novedad haca parecer admirables#
llevaban sobre todo tabaco y el maravilloso y atractivo aguardiente, por el cual todo salva)e
dara su alma. 4llos pasaban por seres divinos y su emperador como 6ios del mundo. 'istas las
bienandan(as &ue produca su sola presencia, no podan hacer menos &ue ad)udicarse el
territorio e imponer algunos impuestos. 0 los alutas entregar sus peleteras y admirar la
generosidad de los extran)eros. $n da los agentes de la ,ompa%a impusieron la orden de
entregar la mitad del producto de la ca(a y de la pesca 8para me)or repartirlas seg!n las
necesidades9# los indgenas obedecieron creyendo &ue sus huspedes haran la distribucin
con ms inteligencia y e&uidad &ue lo hacan ellos mismos. 0a se adivinar cmo se hi(o el
reparto y se adivinar tambin cmo el fusil, terrible lgico, hi(o )usticia cuando vinieron las
reclamaciones. .in duda ese abandono confiado era inexcusable necedad. +2ero admirar la
diferencia de hombre a hombre, de salva)e civili(ado- <ue la :sistencia p!blica pidiera
solamente a los parisienses la mitad de sus rentas, beneficios y salarios para distribuirlas en
provecho de los pobres, de los necesitados y suprimir la miseria> +,mo se les contestara-
,uando el poder estuvo consolidado, los rusos se &uitaron la mscara de filantropa y
es&uilmaron de temporada en temporada la parte de los hambrientos y necesitados. 2ara
amontonar la peletera, para llenar las barricadas de aceite, se hicieron tan crueles como lo
haban sido los espa%oles para amontonar oro. 4l negociante no tard en convertirse en
asesino. .e vio &uin se diverta alineando a los miserables indgenas en lnea cerrada y
apostando sobre el n!mero de cabe(as &ue atravesaran las balas de carabina.
QB
2rendan a las
mu)eres e hi)as y las conservaban en rehenes en ausencia de los padres y maridos. 4n las altas
esferas se tuvo por fin vergXen(a de lo &ue pasaba# y la emperatri( ,atalina, muy piadosa,
como se sabe, &ueriendo hacer algo, decidi en AGDF &ue se enviaran misioneros a esos
pobres aleutas para inculcarles el cristianismo y galeotes para &ue los iniciaran en la agricultura.
4l bu&ue los Tres 2antos condu)o un cargamento de for(ados. La ilustre amiga de los filsofos y
de los economistas, no imaginaba nada me)or en favor de los desgraciados indgenas. 12ero
&uin lo hubiera credo3 Las cosas fueron de mal en peor. 4n AGDD se reorgani(a nuevamente
la empresa, 8con ob)eto de reali(ar una obra civili(adora, si hay &ue creer el rescripto oficial, y a
fin de promover el comercio y la agricultura, facilitar los descubrimientos cientficos y propagar
2*
.a#er, )illingAs, E'pedition a6Bnd. $%, .a/alischin .i/irische )rie2e, "os+a#er Ceit#n.
&
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
la fe ortodoxa9. 2ara ciertos ob)etos, la ,ompa%a, confirmada en sus derechos y privilegios,
fue transformada en representante y delegada de la corona, &ue le concedi soldados.
5esistirse contra sus rdenes vino a ser crimen de lesa ma)estad. Los aleutas, &ue haban sido
entregados como s!bditos, fueron tratados como esclavos# sin darles ninguna remuneracin,
sin alimentarlos si&uiera, se les renda a fuer(a de traba)os. ,uando presentaban el n!mero de
pieles exigido, no haban hecho otra cosa &ue cumplir con su deber, y desgraciados de ellos si
no lo cumplan. : pesar de los esfuer(os de los misioneros, por entre los cuales se encontraba
ese bravo @nocencio 'iniani, la evangeli(acin no adelantaba gran cosa. 2ero he a&u &ue se
les ocurre eximir del pago de todo impuesto a los nefitos durante tres a%os consecutivos.
+;ilagro- 4so fue un nuevo 2entecosts, la gracia se esparci a raudales, la verdad ilumin los
cora(ones, las multitudes corrieron hacia las pilas bautismales. 2ero la felicidad eterna era
despreciada mientras no se daba una manta o un cuchillo como arras# para aceptar el 2araso
se exiga un ovillo de cordel y seis an(uelos VIolovnineW.
Los )efes de la ,ompa%a se titulaban a s mismos de ;uy Honorables# calificaban de
Honorables a sus principales empleados y se dignaban calificar de .emi/honorables a los
escribientes y contadores, calificativo demasiado elevado a!n. Rrusenstern, un marino honrado,
declaraba &ue para entrar en ese servicio era necesario ser un mal su)eto, aventurero de la peor
especie. He a&u lo &ue dice Langsdorf
8Los aleutas estn mandados por algunos aventureros, facinerosos ignorantes y malvados, &ue
crmenes repetidos les han obligado a abandonar su pas natal. Hacen lo &ue les viene en gana
y no tienen &ue dar a nadie cuenta. $na peste terrible hara menos estragos &ue esa
administracin9.
4l naturalista Rittlit(, &ue acompa% al almirante LutLe por esos para)es y fue alo)ado en las
distintas factoras de la ,ompa%a, no se atreva a decir la verdad, pero la de) adivinar
8La ,ompa%a ruso/americana exige el servicio de la mitad de toda la poblacin masculina
desde los die( y ocho a los cincuenta a%os. 4l traba)o es completamente gratuito. ,ontrata
tambin algunos asalariados. 6urante seis meses los hombres van a la pesca de animales
marinos, y durante los otros seis meses del a%o ca(an por tierra. 4n esas condiciones, es difcil
comprender cmo pueden &uedar bastantes bra(os para subvenir a las necesidades de la
familia9.
"res generaciones de cristianos y civili(adores bastaron para despoblar el pas. Las islas eran
ricas en animales de piel valiosa, pues era necesario exterminar estos animales. .lo de las
islas 2ribyln se exportaron Q.CEE.EEE pieles de osos marinos durante los primeros treinta a%os
&ue siguieron al descubrimiento VAGBG/ABAGW. ;ataron tanto, &ue cierto a%o VABEFW,
prximamente BEE.EEE pieles estaban amontonadas en los almacenes, y como no haba salida
para ellas, se prendi fuego a la mayor parte. La explotacin alcan( su trmino lgico la ruina.
4se pilla)e lleg a costar bastante ms &ue produca# el negocio era ya negativo, y en ABPG se
vendi la :leutia a los 4stados $nidos, con los pocos aleutas &ue &uedaban todava.
1<u haran los americanos de ese nuevo territorio, del &ue ellos son ahora los responsables3
1,mo tratarn a los indgenas3 ,omo a los pieles ro)as, probablemente. :un&ue &uisieran
resucitar al pueblo infortunado, no podran# est ya agoni(ando. 2ero si &uieren endul(ar su fin,
&ue se den prisa.
Hambrientos, cansados, perseguidos, los pobres es&uimales le han cogido asco a la vida.
12ara &u la satisfaccin de tener hi)os &ue seran incapaces de mantener3 12ara &u
aumentar el n!mero de los desgraciados3 ,uando desembarcaron por primera ve( los
civili(ados, escoltados de sus bienaventuran(as, los aleutas alcan(aban un contingente de cien
mil, si hemos de creer a los primeros traficantes, pero la cifra nos parece algo exagerada. La
'
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
evaluacin, &ui(s aun exagerada, hecha por ,heliLof en AGDA, se elevaba a cincuenta mil, de
la cual el padre ?oasaph deca, exagerando en grande, haber convertido la cuarta parte. 4n
ABPE los registros no acusaban ms &ue die( mil individuos, y en ese total, comprendidos rusos
y mesti(os, los aleutas propiamente dichos apenas si llegaban a dos mil.
QD
4l cambio de amos
no poda producir, no ha producido me)ora inmediata. :s, por e)emplo, entre los oulongas,
visitados por 6all, sobre una poblacin mixta de Q.MCE individuos, la mortalidad es de AFE y los
nacimientos de AEE. Los aleutas son poco fecundos. .e est de acuerdo en consignar &ue la
ra(a entera de los es&uimales decrece rpidamente, salvo tal ve( en los distritos
groenlandeses, sobre los cuales 6inamarca prodiga una solicitud paternal.
4ntre los inotas hace estragos la consuncin, &ue hace parecer por s sola ms individuos &ue
todas las dems enfermedades# y ese terrible a(ote, hasta hace poco conocido, es la
civili(acin &uien lo ha llevado, seg!n Hall. :l lado de stos, los pieles ro)as son destruidos por
la viruela, triste regalo de los ,aras 2lidas.
12or &u esa accin funesta del civili(ado sobre el salva)e3 Htros apreciarn las causas
fisiolgicas# examinemos nosotros algunas de las causas morales &ue producen ese resultado.
"omados por dioses, fuertes por el prestigio &ue rodea al civili(ado, por grosero e ignorante &ue
sea, los rusos no tuvieron ms &ue presentarse para tomar posesin de todo el archipilago y
reducir sus moradores a la servidumbre.
= 14l aleuta era acaso cobarde e indigno de la libertad3
= *o, por cierto. 4scuchen lo &ue dice de esa ra(a uno de los hombres &ue ms la conocen,
Hall
8Los inotas, inotas son e inotas sern. La independencia es el rasgo esencial de su carcter#
no soportarn )ams la coaccin cual&uiera &ue sea el compromiso contrado o &ue se les haya
hecho contraer. *acidos libres sobre una tierra salva)e, &uieren ir y venir a su gusto# nunca se
de)arn conducir por el ltigo9.
1Los aleutas se han de)ado acaso conducir por el ltigo3
2or el ltigo> eso merece explicacin. Los rusos hubieran empleado gustosos el verga)o, su
procedimiento nacional, sobre esos bonachones insulares, &ue se de)aban matar casi con
indiferencia, y &ue, sin pronunciar palabra, se suicidaban despus de haber recibido un
bastona(o. 2recisamente por&ue los rusos los &ue &ueran tratar a latiga(os los aleutas mueren
o han muerto casi todos. ,omo la vida sin libertad no tiene para ellos ning!n encanto, pensaron
huir al otro mundo para librarse de los extran)eros y cobradores de impuestos. 4mpe(aron por
entregarse sin reserva, pero no haban credo &ue fuera para ser a(otados. 6ciles y
disciplinables en alto grado, aceptaron con sencille( ingenua la direccin de hombres cuya
superioridad exageraban, tomndolos por hermanos mayores. 1<u no hubieran conseguido
otros hombres inteligentes y buenos con esos indgenas &ue se ofrecan voluntariosos y de
buen grado3 12ero para &u las almas y los cora(ones nobles3 Los filibusteros no &ueran otra
cosa &ue aceites y san, pieles de marta y de reno.
Ieneralicemos la cuestin
4n las luchas por la existencia, al travs de las cuales la humanidad se abre un camino
sangriento, las virtudes pasivas son ahogadas por los vicios agresivos. 0, sin agitar la cuestin
2,
<l censo a1ericano e2ect#ado en 1**- en el territorio de Dlas+a, 6or ". 7etrot, arro:a 2,21 4 1%,3-3 inotas
es6arcidos 6or los distritos del Kadia+, la /aha de )ristol, Ko#s+o+ol1, Eo#+on 4 )ering se6tentrional de la costa
Frtica.
(
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
de 8vicio9 y 8virtud9, se ha visto por todas partes, al contacto de los blancos, venirse aba)o los
sistemas polticos y sociales, caer en desuso las antiguas costumbres, &uedar sin ob)eto las
distinciones anteriores. Lo &ue los indgenas haban tomado por dioses, por buenos espritus,
por pastores y protectores, tuvieron &ue transformarlos en diablos del infierno# la conciencia
corrompida haba perdido la nocin sobre las cuestiones del 8bien9 y del 8mal9. 4l fusil y
aguardiente no haba otra cosa. Los )efes, escarnecidos por patanes y groseros venidos del
otro lado del mar, se sintieron degradados, perdieron toda la voluntad, toda dignidad delante de
la pistola, trueno de bolsillo# los hechiceros mismos haban perdido la cabe(a, reconociendo su
ridcula impotencia ante la gran magia de los blancos. Los bra(os del guerrero caan sin
movimiento delante de las armas &ue parecan tener el poder del rayo# con sus arcos y sus
flechas, un hroe no poda ser otra cosa &ue un necio enfrente de una carabina. :l perder toda
confian(a en ellos mismos, perdan toda alegra de vivir y hasta su temperamento. *ada de
go(o y alegra, no ms cantos ni bailes, nada de imaginaciones grotescas y bufonas.
4ncerrmonos en un da triste y sombro, en una atmsfera densa y pesada# ba)emos pletricos
de la vida a una cavidad funeraria> la de nuestra nacin# muramos con lo &ue fue nuestra
patria V6allW.
La civili(acin moderna, irresistible cuando ataca y desorgani(a las sociedades brbaras,
demuestra una singular falta de destre(a cuando pretende me)orarlas. 4llo es falta de bondad,
falta de humanidad. *uestro genio no puede presentarse ni amable ni simptico. +4s de bien
mal augurio encontrar un pueblo tan dulce y pacfico, tan bien dispuesto a la )usticia y a la
e&uidad, para no saber sino subyugarlo y fustigarlo, die(marlo y destruirlo- 4se pe&ue%o pueblo
es&uimal tena alegra, buen humor y bravura# no deseaba ms &ue traba)ar para vivir y, como
)ovial, cantar, bailar y feste)ar. 0 desde &ue nuestro progreso le toc, helo triste y sombro. 4se
pueblo es a!n un ni%o, pero un ni%o profundamente disgustado# nosotros le hemos destro(ado
sus ingenuos entusiasmos con tantas in)usticias, le hemos turbado y enlo&uecido, hemos roto
su gran resorte, hemos extinguido la vida en sus orgenes.
4so mismo sucedi a los gauchos, no ha mucho uno de los tipos ms perfectos de nuestra
especie. .encillos, felices, inocentes, merecieron &ue se diera a sus islas el nombre de
8:fortunadas9. *osotros los suprimimos = 1por &u y cmo3... 0 cuando haya desaparecido el
!ltimo de esos pobres aleutas se oir decir
8+<u lstima-9
LOS APACHES
CAZADORES, NMADAS Y BANDIDOS
4l nombre de apaches es el trmino genrico &ue se da a varias tribus indianas de la :mrica
del *orte, entre las cuales diversos autores comprenden los camanchos, los nava)os, los
mohavos, los hualapais, los yumas, los yampas y los athapasLes meridionales, dividindose
ellos mismos en hordas numerosas, de entre las cuales designaremos los mescaleros, llaneros,
(icarillas, chiriguais, Lotchis, pi%ale%os, coyoteros, gile%os y mimbre%os. Los apaches
propiamente dichos se han dado a s mismos el apelativo de 2his %nday u hombres del bos&ue.
5ecorren, ms bien &ue habitan, el vasto territorio de lmites indecisos &ue desde las riberas del
Iran Lago .alado al *orte ba)a hacia ,hihuahua al .ur, y se extiende desde ,alifornia y el
5
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
.onora al Heste hasta "e)as y *uevo ;)ico al 4ste# est surcado por el ro Irande &ue
desemboca en el :tlntico, por otro ro Irande y por el ro Iilo, &ue desembocan en el 2acfico.
5egin rocosa, elevada de GEE a Q.EEE metros sobre el nivel del mar# sus capas de lava estn
cortadas por ca5ones o abismos, profundos hasta de un millar de pies de anchos de otros
tantos practicados por los arrastres de las aguas. 2or encima de los llanos se levantan
numerosos picos desligados, muy escarpados, excesivamente fros en invierno# la mayor parte
emergen de las selvas, refugio de los hombres y de las fieras. 6urante die( meses, desde lo
alto de un cielo sin nubes, el sol arro)a ardores trridos sobre las arenas de la llanura y los
pedruscos del monte# luego, al llegar la noche, el fro se siente s!bitamente al salir las estrellas.
Los rpidos cambios de temperatura producen rfagas de viento &ue levantan torbellinos de
polvo alcalino &ue irrita los o)os y pulmones. 6urante &uince das en :bril y seis semanas en
Hctubre y *oviembre, la lluvia cae como en cataratas, y poco despus las fisuras de las pe%as
y las depresiones del terreno verdean y florecen. Los carneros salva)es, los antlopes y los
ciervos salen de sus guaridas y detrs se desli(an los coyolcos, el oso, el lobo, la hiena y el
apache, temido de los hombres y de los animales.
//////////
4l apache es una hermosa bestia fero(. Hablemos de los apaches granvoros, o ms bien
omnvoros. Los nava)os, los mohavos y los camanchos, los cuales se alimentan de una comida
bastante variada, gracias a su agricultura naciente# son casi todos de una estatura de seis pies
y las mu)eres no desmerecen en esbelte(. 4l pecho y los bra(os, de vigorosos m!sculos, las
extremidades finas, los rasgos agradables con frecuencia# o)os grandes de negro brillante, de
refle)o singular y de un poder de visin verdaderamente extraordinario# la cara bastante larga# el
con)unto es soberbio. 4l color recorre todos los tonos, desde el claro oscuro al casta%o
bronceado, pasando por ro)o ladrillo# el cabello es negro y, cosa notable, la barba bien poblada.
,on frecuencia se les ha se%alado como uno de los bellos tipos de la especie humana.
*o puede decirse lo mismo de los apaches propiamente dichos, casi exclusivamente
carnvoros, y &ue nos describen negros y desagradables mscara imposible, cara arrugada y
mortecina# ancha figura, nari( aplastada, pmulos salientes, boca grandsima, labios finos,
mirada diagonal. Los o)os ligeramente oblicuos y cuyo brillar vidrioso recuerda el del coyote, son
ms fulgurantes &ue los de los indios del *orte. Los cabellos de un negro mate, )ams
peinados, caen sobre las espaldas en espesos bucles# por lo dems, carecen casi
completamente de pelo y vello. :l lado de sus grandes vecinos, parecen stos desmirriados,
pues su talla media no es ms &ue de cinco pies y cinco pulgadas.
Los cactus ensangrientan y desuellan a los caballos y mulos antes &ue hacer mella en la piel de
un apache. .u tegumento recio es poco sensible a la accin de la temperatura. 4n las horas de
ms ardiente sol van y vienen sin ninguna proteccin# pero cuando tienen un momento para
recrearse, lo mismo &ue los indgenas de :ustralia y los ademanes, se cubren stos la cabe(a
con un casco de barro tierno &ue les procura agradable frescura y les desembara(a de
insectos. 2or las mismas ra(ones se cubren el cuerpo de una capa fangosa. .uelen gastar
cal(ado a veces, modesto lu)o &ue protege sus pies de las espinas, y a este efecto, la gruesa
suela se levanta en punta larga y curvada. 4n cuanto a los vestidos propiamente dichos, se
atavan menos por higiene, y aun menos por pudor, &ue por vanidad y co&uetera, para hacerse
valer los hombres se adornan con cual&uier trofeo de muerto o de rapi%a# las mu)eres )venes,
con un trapo cual&uiera de color, con un )ubn de corte(a, con una guede)a &ue adornan con
barras y sedales hbilmente suavi(ada, frotndosela con sesos. :lgunas se taracean la barba#
la suprema elegancia es embadurnarse con colores chillones. Las abluciones no ponen en
peligro las pinturas con &ue se adornan, pues slo se ba%an por placer y el agua est
escassima. .ea a causa de su falta de limpie(a, o bien por&ue slo se alimentan con carne, y
principalmente con la de caballo, asno y mulo, esos apaches, &ue nos recuerdan los hipfagos
de .olutr, cuyas osamentas han sido encontradas me(cladas con las de cincuenta a cien mil
caballos, esos apaches, decimos, exhalan un penetrante olor e&uino, sobre todo cuando estn
sudados. Las cabalgaduras retroceden en su camino en cuanto huelen algo. ,onsignemos una

Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls

ve( ms &ue la limpie(a del cuerpo es lo ms frecuente un signo de civili(acin ya bien
avan(ada. :l llegar a la pubertad, se les arrancan los pelos de las ce)as a las mu)eres, y ms
tarde hacen lo propio con las pesta%as pelo a pelo. 14s acaso para embellecerlas3
.us cho(as, en forma de piln de a(!car, cuyos alrededores estn amontonados de carro%as
infectas y materias fecales, estn construidas con huesos, ramas entrela(adas, ho)as y carri(os,
&ue cubren con pieles, tierra y losas. 6urante la mala temporada, nuestros salva)es se suelen
refugiar voluntariosos en las grutas, en donde encienden grandes fogatas, y, cubiertos de
sudor, se acuestan sobre las fras losas, lo cual les cuesta ser die(mados por el reuma y las
pulmonas# una herida grave les hara menos da%o. .lo se encuentran en su centro cuando
estn al aire libre# ba)o una cubierta se encuentran oprimidos, como encerrados entre murallas#
slo go(an realmente de la vida en sus expediciones. ,uando las noches son demasiado fras y
el viento muy helado, se amontonan encogidos en una hondonada, o se introducen en cual&uier
hoyo para dormir algunas horas.
//////////
4n otro tiempo el bisonte se encontraba en toda la :mrica del *orte# en reba%os innumerables
recorran el continente desde el Iran Lago de los 4sclavos hasta el golfo de la Klorida. 2ero
hay la carabina del blanco los ha exterminado en toda la parte meridional, estn bien
die(mados en la comarca septentrional, y las poblaciones a &ue alimentaban padecen no poca
hambre. 8;aten los bisontes, deca un gobernador de los ,aras 2lidas# sus balas herirn de
recha( a los indgenas9. 0 fue comprendido# tanto, &ue los apaches se ven reducidos a la
ca(a menor. .u arma, la ms peligrosa, es la infinita paciencia con la &ue inmovili(a su cuerpo
ro)i(o detrs de las piedras y las male(as grises. .e les ha visto cubrirse de tallos de hierba y
transformarse en verde planta# entre yucas se convierte en yuca# en monte raso se extiende
sobre una manta de lana, tan bien te%ida y moteada de color de tierra, &ue soldados mandados
en su persecucin los confundan con blo&ues de granito# son tan hbiles en sus mixtificaciones
como los bhils de la @ndia y los salva)es de :ustralia.
: pesar de su destre(a, como carecen de agricultura en su buen sentido, y de animales
domsticos, la despensa de esos desgraciados est vaca frecuentemente. 2or eso no
desprecian nada de lo comible y atacan con buen apetito bellotas, frutas diversas, bulbos,
bayas y races, recogen cohombros, calaba(as y ciertas habas &ue crecen espontneamente.
.iembran algunos granos de un ma( ra&utico, pero la casi totalidad de su alimentacin es
animal gamos, ciervos, carneros salva)es, codornices, ardillas, ratas, gusanos y culebras. *ada
de falsa delicade(a. *o se discute la calidad sino cuando la cantidad abunda# slo se elige
cuando existe lo superfluo. ,uando hay alimentos a pedir de boca, los pobres salva)es se
hartan, engullen enormes tro(os. 2ero entre ellos la escase( es el estado normal. La corta
primavera va seguida de un largo y ardoroso verano# bien pronto las hierbas se secan y los
herbvoros mueren o desaparecen# los carnvoros perecen o viven en lamentable estado. .e
soporta estoicamente el hambre, pero cuando la carencia se prolonga, la muerte sobreviene.
,uando el pas no puede alimentar al habitante, ste tiene &ue proveerse en otra parte. 4l clima
y el suelo transforman en nmadas, ca(adores, brigantes y ladrones a los apaches en el
continente americano, y a los beduinos de Rourdes en el continente asitico, poco ms o
menos ba)o las mismas latitudes. ;ontados sobre rpidos caballos /pues son grandes )inetes/,
los hambrientos van al merodeo# en grupos de tres o cuatro, raramente ms de una docena,
pues hay &ue vivir andando, recorren enormes distancias en busca de alguna presa# felices
cuando caen sobre cual&uier miserable hierba)o o encuentran bandadas de langostas,
dragones o p)aros de paso# mientras tanto mastican su tasa)o, secado al sol, o ayunan hasta
&ue la buena 2rovidencia les dirige hacia una ranchera aislada, o sobre una caravana de
via)eros. *o atacan a cara descubierta ms &ue cuando no pueden hacer otra cosa, o en los
casos de superioridad evidente. .e emboscan como lobos# se ocultan, se aga(apan durante
das enteros, se disimulan confundindose con arbustos, rocas o troncos, y en el oportuno
momento se arro)an sobre sus vctimas, matando a los hombres, llevndose a veces a las
!
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
mu)eres para hacerlas sus esclavas, a los ni%os, sobre los cuales piden luego rescate, o cran
para hacerlos hbiles bandidos# pero ante todo se apoderan de caballos y mulos &ue conducen
por delante hacia un hato. :ntes &ue se les pueda perseguir, han huido como el viento por
laberintos de montes, barrancos y desfiladeros, por desiertos de ardiente arena, verdaderos
lagos de fuego, 8)ornadas de muerte9, como dicen con propiedad los me)icanos. 2umpelley
dice &ue, via)ando al travs de esas horribles regiones y el cansancio subindole al cerebro, fue
presa durante algunos das de un acceso de locura. 4sos rapaces estn por los montes y
desiertos como en su casa, doblan y triplican las etapas. ;altrechas por los golpes y heridas,
rendidas y despeadas, las caballeras capturadas caen muertas ante el cubil de esos lobos y
lobe(nos con figura humana, y cuya muerte saludan con aullidos de alegra.
Zvidos, ansiosos, con los dientes afilados, no siempre esperan &ue sus presas mueran.
:rro)ndose sobre ellas, las devoran a!n vivas unos cortan y pinchan# otros arrancan los
miembros y los hacen peda(os a fuer(a de tirones, sin preocuparse ms de los sufrimientos de
la vctima &ue el civili(ado deleitndose ante una ostra rociada con unas gotitas de limn, y sin
creerse ms cruel &ue el cocinero &ue abre una anguila retorcindose entre sus u%as. 6espus
de haber calmado los primeros furores del hambre, tienen la delicade(a de intentar asar
algunos peda(os, pero la paciencia les falta y se engullen los tro(os de carne ahumada y
caliente, adere(ada con algunos carbones prendidos. Las entra%as pasan por bocados
ex&uisitos, por peda(os de honor. .obre la carne del animal todos tienen el mismo derecho,
pero el ca(ador &ue abati la presa reclama su piel o su pelo.
4sas orgas en las &ue el hambre se sacia, fiestas supremas de los miserables &ue estn
expuestos con frecuencia a perecer de inanicin, recuerdan el gran acto de los misterios
dionsicos iniciados e iniciadas arro)ndose sobre el cabrito, smbolo de 7aco Yagreo,
mordiendo en los temblorosos miembros crudos, metiendo las manos ensangrentadas en las
vsceras desgarradas y disputndose el cora(n para devorarlo cuando aun palpita.
4ntre los comedores de carne cruda y los canbales, la distancia pasa por ser mediocre# a los
apaches se les acusa de antropofagia. 4l hecho no est probado. $n da, sin embargo,
debieron decir &ue los puntalis, tribu ms hacia el *orte, no eran buenos para ser comidos por
tener su carne un gusto muy salado.
,omo armas, los fusiles, aun raros, no han suplantado las lan(as y flechas, con puntas de
madera endurecida, de obsidiana y de cobre natural, a veces tambin de hierro y una especie
de bronce, el cual, seg!n dicen, tiene la dure(a y la elasticidad del acero, y &ue debe ser
obtenido por la fundicin del cobre sobre ho)as verdes.
//////////
*uestros autores no estn de acuerdo sobre el captulo de las relaciones sexuales. 2arece
haber para el animal humano, como para las fieras, una poca del a%o consagrado al amor.
.eg!n 7aucroft, los apaches propiamente dichos se distinguen de sus vecinos ms civili(ados
por la castidad &ue imponen a sus mu)eres antes del casamiento. *o es &ue el marido care(ca
del derecho a repudiar su mu)er al menor capricho, y hasta reembolsarse del precio &ue pag
por ella# no es &ue la mu)er, por su parte, no pueda abandonar a su marido, sino &ue el hombre
abandonado recibe una ofensa &ue es necesario lavar en sangre inmediatamente. .in demora
debe dirigirse a derecha o i(&uierda y matar a un hombre en cual&uier parte. 2or la ofensa
hecho a su honor alguien ha de morir# la ofensa era personal, pues la vengan(a tambin ha de
serlo# el gran salva)e no ve en ello nada &ue no sea perfectamente legtimo.
2or otra parte, se nos cuenta &ue ellos no conocen el casamiento, &ue el empare)amiento es
facultativo, &ue hasta en ciertas ocasiones la promiscuidad es general. :s lo dice .chunit(, &ue
es una autoridad en la materia y habla como testigo ocular. Las dos opiniones pueden no ser
irreconciliables. La comunidad de las mu)eres no es absoluta. 4l )efe de banda, al volver de una
expedicin de pilla)e, tiene el derecho de ad)udicarse una de las cautivas. .i l le pone un
"
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
adorno cual&uiera en el cabello, la raptada 8es la parte del capitn9# nadie la tocar sin su
permiso. .i &uiere tomarla como mu)er por mucho tiempo, le romper una flecha sobre la
cabe(a por este acto de)a ella de ser una persona para convertirse en cosa del vencedor.
4ste mismo simbolismo existe entre los trtaros nmadas# vase lo &ue dice 5adloff
8RasmaL cogi a la )oven RalmouLe, tom un pa%uelo, se lo puso alrededor del cuello y dispar
una flecha por encima de su cabe(a>9.
Los antiguos griegos clavaban tambin su )abalina en el cabello de sus prisioneras, &ue decan
haber ganado 8con la punta de la lan(a9. *osotros tomamos sobre el caso la institucin del
matrimonio, en lo &ue se refiere a captura y acaparamiento. 6e esta primera apropiacin
vendrn las otras formas. 2or&ue no es la propiedad la &ue procede de la familia, como los
teoristas afirmaban a priori no ha mucho# es, al contrario, la familia la &ue se deriva de la
propiedad# la familia, seg!n la palabra indica, empe( por no ser ms &ue un reba%o de
esclavos.
:un cuando sus casamientos no sean ms &ue rudimentarios, aparecen ya complicados con
algunas insanias. Los recin casados evitan el encuentro con sus suegros, o los &ue nosotros
llamamos tales durante la ca(a, para no errar las pie(as# en tiempo ordinario, para &ue las
uniones no sean infecundas. : pesar de sus precauciones, las mu)eres pierden bien pronto la
facultad de tener hi)os. 1: &u edad3 .era difcil precisarlo apenas si saben ellas lo &ue es un
a%o, y se preocupan poco de contar los a%os.
6e un embara(o a otro, el intervalo ordinario es de tres a%os, durante los cuales se amamanta
al ni%o# ste permanece )unto a su madre hasta &ue coge un fruto por s mismo y ha ca(ado
una rata sin ayuda de nadie. 6espus de estas ha(a%as, va y viene por donde &uiere# es libre e
independiente, est en posesin de todos sus derechos civiles y polticos y no tarda en
confundirse con el grueso de la horda. Los padres seran mal vistos si castigaran a sus hi)os o
les reprimieran severamente. ,osa tan seria no tiene lugar sino es con el consentimiento de la
tribu entera, la cual no ha abdicado de sus derechos de paternidad colectiva, no los ha
delegado a!n en los )efes de familia, en la capacidad individual. La tribu usa raramente de su
derecho, y hasta casi )ams, puede decirse# teme demasiado disminuir la ferocidad nativa de
los ni%os, ferocidad &ue les hace atrevidos e indomables. $n nava)o deca &ue si l se
permitiera corregir a su hi)o, ste no tardara en dispararle un flecha(o desde detrs de un
rbol. 4s preciso dar a todo )oven las virtudes necesarias para el bandida)e. 0 sin ir muy le)os,
entre los me)icanos, al lado del &ue sirve de gua, un soldado resulta casi inofensivo# y eso &ue
hay entre militares algunos &ue se alaban con frecuencia de no ser extra%os al noble oficio de
batidores de campo.
//////////
$n estado social tan primitivo no de)a puesto a los dbiles. Los fuertes no tienen bastante para
ellos, 1cmo van a consentir la impedimenta de los enclen&ues3 .in embargo, algunos lisiados
en las luchas consiguen vivir durante alg!n tiempo# siguen como pueden las expediciones y
tanto peor para ellos si no llegan a tiempo al reparto del botn. Tarde 'enientibus ossa. Los &ue
se arrastran deben morir. :lgunos, no obstante, encuentran refugio entre los vecinos me)or
provistos &ue pueden compadecerles. :lguna ve( los compa%eros ms robustos, sus amigos,
los ni%os tal ve(, despachan al miserable de una lan(ada, o le ahogan cargndoselo a la
espalda, luego les pasan un bastn por el cuello, a cuyos extremos se cuelgan dos fornidos
camaradas de buena voluntad.
4n esas condiciones los enfermos no corren me)or suerte &ue entre nuestros amigos, ya
conocidos, los tchouLtches# se convierten en una carga para la comunidad y sta prefiere &ue la
enfermedad sea breve, &ue pere(can o &ue desapare(can prontamente. 2ara curar a los
calenturientos, la tribu entera se ocupa en tocar el tambor durante varias noches seguidas#
#
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
procedimiento no menos racional ni menos efica( &ue el de aliviar a los pobres y a los
indigentes con bailes de beneficencia y conciertos de caridad.
.ucede, pero muy raramente, &ue se lamente una muerte# es preciso ser muy notable para
obtener obse&uios de alguna solemnidad. Ieneralmente el cadver se envuelve con algunas
pieles, se sube a lo alto de una colina y se oculta en la pendiente expuesta a Hriente# se
espera, sin duda, &ue el sol guardar al difunto y le despertar cuando llegue la hora.
//////////
2oseen el pe&ue%o baga)e intelectual com!n a la mayor parte de los pieles ro)as la nocin de
un Irande 4spritu, tal ve( hasta de varios, la tradicin de un diluvio, y diversas leyendas.
'eneran el Hso, y los ms fervorosos por nada del mundo comeran su carne# tienen como
sagrados los b!hos, los p)aros blancos y el guila en primer lugar. $n guila inmensa y
prodigiosa produce los relmpagos abriendo y cerrando un o)o, y agitando las alas produce el
trueno y el rayo. 6e l surgieron los apaches, pues ste se uni a la gran madre 0stal *aletch,
la cual dio vida a *ahinec Ian y a "oubal Lichin, este !ltimo el antepasado, el hroe &ue con
sus flechas mat la serpiente 2ythn en el momento &ue este monstruo le iba a devorar V;alte
7runW. :s es cmo los desgraciados apaches cuentan el gran mito del Zguila y de la ,ulebra,
de :hi y la @ndra, smbolo antiguo y grandioso &ue pertenece igualmente al antiguo y nuevo
mundo, cuestin demasiado vasta y complicada para &ue nosotros podamos abordarla.
:lgunos via)eros han negado a esas hordas todo sentimiento potico y religioso. 4so no es
extra%o. 4n asuntos de conciencia, los salva)es se callan cuanto pueden# no les gusta
explicarse acerca de las cosas &ue les son ntimas, y los blancos niegan imperturbablemente lo
mismo lo &ue no han visto &ue lo &ue no han sabido adivinar.
Los misioneros espa%oles intentaron convertir a esos desgraciados indios, pero tuvieron &ue
renunciar por la misma ra(n &ue hi(o fracasar tentativas anlogas sobre los tasmanios cuando
stos existan a!n. La ense%an(a se diriga a inteligencias limitadas, desprovistas de la facultad
de abstraer &ue una larga cultura ha desarrollado entre nosotros. ,omprndase el embara(o de
un honrado apstol exponiendo la doctrina de la 5esurreccin en una lengua donde la idea de
alma no tiene e&uivalente &ue la palabra 8tripa9. 2ara hacer comprender a esos salva)es &ue
posean una 8alma inmortal9, vena obligado a decir &ue ellos tenan en el vientre una 8tripa
&ue no se pudra nunca9. Les hacan contar hasta die(, pero no podan inculcarles el dogma de
la "rinidad. 1,mo los reverendos padres hubieran traducido a su lengua, en la &ue el verbo
ser no existe, la clebre definicin del 2adre 4terno 8yo soy 4l &ue soy9.
Los pieles ro)as hablan muy poco, y menos &ue todos ellos los apaches, &ue prefieren
explicarse por gestos. .e ha observado &ue sentados alrededor del fuego, sostenan una larga
conversacin slo moviendo los labios V,oroados, HeuselW# mtodo adoptado para la
ense%an(a de los sordo/mudos. La lengua apache abunda en sonidos nasales y guturales y en
chas&uidos de la lengua, &ue los extran)eros no siempre consiguen imitar. 4l idioma es bastante
desagradable, y no obstante, los mohaves, vecinos inmediatos, tienen un habla dulce y sonora,
tan armoniosa como el italiano o el )apons. 6igamos de paso &ue carecen de todo saludo, de
toda frmula de bienvenida y de despedida.
2uesto &ue la moralidad, al menos en sus lneas generales, se mide por el desenvolvimiento de
la inteligencia, no se extra%ar encontrarla a&u reducida a sus rudimentos. 4sos desgraciados
no viven sino de rapi%as# sus merodeos se complican con raptos y crmenes, y sus combates no
son luchas, sino asesinatos. 5api%as, crmenes y degollaciones, tal es su gloria# desprecian a
los degenerados, a sus propios esclavos y a todos los &ue no saben vivir en la salva)e
independencia del desierto. 6e entre todos los animales, creen ellos &ue los ms fuertes y
rpidos y los ms bellos son los feroces y de rapi%a y en nuestra especie el ms noble es el &ue
ca(a al hombre.
!%
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
.e les trata de burlones y prfidos, ad)etivos por los &ue se sentiran adulados# pero
protestaran contra el de cobardes &ue se les prodiga. La valenta y la cobarda no son hechos
de orden simple. :lgunas cobardas tienen mucho de valentas. 4s cierto &ue esos truhanes no
atacan a nadie mientras no se sienten los ms fuertes# no teniendo ning!n gusto por la alta
lucha, prefieren atraer al enemigo a una emboscada o arro)arse sobre l por la espalda,
procedimiento recomendado en la elevada estrategia y practicado por todos los animales de
presa# esos ca(adores han aprendido de la misma ca(a a ocultarse. .i hacen prisioneros se
llevan consigo las mu)eres y los hombres )venes, de los cuales tienen necesidad para llenar los
vacos &ue la muerte o las aventuras producen en su campo y &ue los nacimientos no son
suficientes para llenar, pues no son numerosos. ,omo consecuencia de las privaciones y de la
vida muy ruda &ue llevan los padres, los ni%os nacen menos robustos &ue se supone#
raramente tienen una constitucin bastante fuerte para llegar hasta los cuarenta a%os. 'arios
blancos &ue haban capturado y de los cuales apreciaron la fuer(a y el valor, fueron obligados a
procrear un reto%o con una mu)er )oven de la tribu, con ob)eto de conservar la buena simiente.
2ero el servicio prestado no siempre ha indultado de la muerte y los tormentos# pues estos
salva)es se deleitan haciendo sufrir a los prisioneros crueles suplicios# lo &ue ,hateaubriand nos
cont ya en su Virgen de los ltimos amores.
,omo crueles, lo son. ,onsignmoslo sin disculpa los suplicios &ue ellos infligen, los saben
soportar. 0 no les parece mal &ue se los hagan sufrir si por desgracia se han de)ado coger. 4s
preciso decir, para &ue todo sea tenido en cuenta, &ue casi la !nica distraccin para ellos es la
de ladrar a la luna, y &ue sientan la necesidad de algunos espectculos mas conmovedores. *o
pudindoselos procurar simulados, se entretienen con hechos reales, ya &ue carecen de teatros
para dramas y melodramas. "ambin ellos sienten la necesidad de contemplar a un hroe en
lucha con la adversidad, 8placer de los dioses9, seg!n la doctrina de los estoicos, el ms
hermoso espectculo &ue le sea permitido al hombre contemplar. Lo cual explica el xito de los
autos de fe y otros mil tormentos &ue, ayer aun, infligamos nosotros a los heterodoxos y
librepensadores. 4sos desdichados pieles ro)as, careciendo de actores para rer y de verdugos
delegados por la magistratura, se ven obligados a ir personalmente a arrancar la piel al mrtir, a
&uemar por s mismos al delincuente con fuego lento. "engmoslo presente cuando las
funciones reparadoras de la alimentacin estn satisfechas, el animal humano no est a!n
satisfecho# la inteligencia y la imaginacin hacen valer sus derechos# la sensibilidad no &uiere
permanecer inactiva y reclama su parte de emociones. 84l hombre no vive slo de pan9.
,omo individuo, nadie menos embara(ado &ue nuestro apache de toda especie de gobierno#
ante nada ni ante nadie es responsable# hace siempre lo &ue &uiere, es decir, lo &ue puede. 4n
los casos de grandes expediciones, se agrupan ba)o el mando de un camarada cuya autoridad
personal se impone, y la cual acaba cuando ha terminado la empresa. .i las hostilidades se
prolongan, es natural &ue la autoridad del )efe se acreciente con frecuencia ms de lo debido.
:lgunas tribus se precaven contra ese peligro reconociendo una autoridad puramente moral a
los sachems o ?efes de 2a(, persona)es siempre distintos a los capitanes de orden militar#
institucin de las ms interesantes, pero &ue no se sabra estudiar !tilmente en esas hordas
diseminadas.
,omo manifestacin la ms elevada en la vida p!blica en esos desiertos, estos primitivos
celebran las neomanias. 4n todo cuanto puede saberse, la veneracin a la luna ha precedido
en todas partes a la del sol.
La noche de la fiesta encienden fogatas en varias partes. Hbservemos a este propsito &ue la
mayor parte de las tribus indias, sino todas, parecen haber venerado al fuego, al menos en
algunos ritos. .e han provisto de tabaco y una bebida embriagadora compuesta con )ugo de
cactus o con granos hervidos y fermentados, y si no fumaran y se emborracharan, no se
creeran dignamente preparados para un acto religioso. :costados o en cuclillas, esperan con
profundo silencio la aparicin de la reina de la noche. 4n cuanto sta aparece en el hori(onte,
!$
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
gru%en en coro, imitan los gritos del coyote husmeando la carro%a, y las bandadas de estos
animales no tardan en contestarles en la le)ana. 4sa perfecta imitacin es el provecho de una
larga prctica. 'arios de sus dialectos no tienen ms &ue una sola y !nica palabra para
designar el canto del hombre y el aullido de los perros de las praderas# algunos via)eros han
encontrado perfecta analoga entre la lengua del hombre y los gritos del animal. 2oco a poco
las voces aumentan, estallan en ga%idos# se dira una )aura de ca(a, o ladrando a la luna, lo
cual es lo mismo. 4l concierto contin!a por el gru%ido del lobo, hiena y el rugido del oso, los
bramidos del ciervo y los gritos de todos los hermanos y primos del mundo animal, los relinchos
del caballo y del mulo, los rebu(nos del asno, y entonces ren todos, o ms bien gru%en, pues la
risa implica tal ve( una mentalidad superior a la &ue alcan(an estos salva)es, degradados por la
miseria. 2or otra parte, los pieles ro)as no se sienten muy inclinados a la alegra# los de la
:mrica del *orte pasan por muy melanclicos y los de la :mrica del .ur por tristes.
84l indio, dice Uienes, est siempre triste. "riste en la iglesia, triste apare)ando su caballo, triste
acurrucndose en el umbral de la puerta, triste bebiendo, triste bailando, triste corte)ando a su
dama# hasta su cancin de amor no es ms &ue un prolongado gemir9.
*o obstante, de acto en acto, de escena en escena, los gritos se hacen ms desordenados, y
ayudados por la bebida, la representacin degenera en una algaraba &ue no cesa hasta el
amanecer.
: pesar de su ridicule(, nosotros vemos en esa representacin un acto religioso, un verdadero
misterio. 4sos ca(adores se dirigen a lo sobrenatural para &ue les ponga en relaciones con los
animales, con ob)eto de &ue la ca(a abunde, prospere y se de)e coger. *osotros tomamos esa
solemnidad por una e&uivalente de la 86an(a del 7isonte9 descrita por ,atlin y practicada por
los mandanas y la mayor parte de los pieles ro)as# de la 8Kiesta de las 'e)igas9, a la cual
hemos asistido entre los aleutas, y por los regoci)os 8del ciervo9 &ue los antiguos romanos,
disfra(ados de fieras salva)es, celebraban en las lupercales y saturnales de a%o nuevo. Los
descendientes de los celtas, germanos y escandinavos emplearon mucho tiempo para olvidar
esa costumbre, ba)o la presin de la @glesia cristiana, la &ue por sus concilios y snodos, sus
homilas y penitencias, no cesaba de amonestar y castigar a los supersticiosos &ue en *avidad
u otros das se obstinaban en correr la vaca, el gamo o el novillo. ;s condescendiente la
religin griega, consinti las mascaras de carnaval, gran diversin de los mougiLs, &ue se
divertan de todo cora(n. "odos los buenos su)etos y gente alegre de la aldea, envolvindose
en la piel y remedando el carcter de alg!n animal, se organi(an en banda alegre
acompa%ados de m!sicos, y celebran la peregrinacin de las tabernas. :l frente de ellos, como
es )usto, el oso dan(a con su se%ora esposa en medio de sus ose(nos locos y de sus ose(nos
reto(onas. Luego el se%or buey, con sus altos cuernos y con su corpulenta compa%era, se
presenta seguido de su numerosa familia de terneros y terneras. 6espus el lobo, la loba y los
lobe(nos, el (orro, la (orra y los (orrillos> forman rosario completo, y cierra la marcha un
camello de )oroba ma)estuosa.
//////////
Hemos hablado de los apaches como de un pueblo aun existente y siempre agitado# pero en
realidad casi no existen. ;ientras no eran ms &ue salva)es, su poblacin se mantena tal cual
era, no obstante la escasa fecundidad de las mu)eres y a pesar de las eventualidades de los
combates# pero cuando desde la cumbre de sus montes distinguieron en el hori(onte el
penacho de las locomotoras, su condena a muerte fue pronunciada. 6eseosa de go(ar,
devorada por los deseos, inventndose necesidades, nuestra civili(acin extirpa los pueblos
invadidos por&ue no pueden adaptarse instantneamente a la transformacin &ue le cost a ella
una veintena de siglos. 2or eso los pueblos ca(adores, tales como los pieles ro)as, recha(an
nuestra cultura# no por&ue no sean inteligentes, sino por&ue su inteligencia se encierra slo en
una especialidad nacido ca(ador, el apache morir ca(ador. :dems es nmada, y, como dice
la sabidura de las naciones, 8piedra &ue rueda no fecunda hierba9. ;ientras &ue el cuerpo no
tiene residencia fi)a, el espritu encontrar difcilmente su alimento, se acostumbrar con mucha
!&
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
dificultad a las reflexiones prolongadas y a los pacientes estudios &ue arrancan a la naturale(a
sus secretos. .in poner severidad en nuestros )uicios y sin pretender reba)arle hasta la bestia,
se puede dudar &ue la inteligencia del apache sea verdaderamente superior a la del castor, o
si&uiera igual a la de las hormigas, &ue saben recolectar granos y saben sembrarlos. : uno de
esos centauros se le preguntaba por &u no sembraba ma( para ponerse al abrigo de las
eventualidades de la ca(a, seg!n lo hacan desde tiempo inmemorial los pueblos &ue l
conoca bien. 81.embrar ma(3 12ara &u, para &ue los camaradas se coman la cosecha en
hierba antes &ue haya madurado39 VLoeJW.
*i saben ni &uieren cultivar, pero en cambio toman o arrasan lo &ue cultivan los dems. Los
armers estn descontentos con el gobierno de Uashington por&ue concentra a los apaches en
una parte del territorio &ue antes les perteneca por entero, y les paga una anualidad de mil
&uinientos francos, con gran provecho de los comisarios. Les parece &ue eran ms viriles y
decididas las medidas del gobernador me)icano de ,hihuahua, &ue haba puesto precio a la
cabe(a de esos bandidos &uinientos francos por adulto macho# doscientos cincuenta francos
por mu)eres y ciento veinticinco francos por ni%o. Los ca(adores de cabe(as se pusieron en
campa%a, presentando gran cantidad de esos despo)os, pero se prescindi de sus servicios
cuando se not &ue presentaban demasiadas cabe(as sospechosas, pues los blancos parece
&ue eran ms fciles de asesinar &ue los indios. La :ri(ona, .onora y ,alifornia decidieron
matar a todo indio &ue se presentara a tiro de carabina. 4n ABPM, los ,aras 2lidas organi(aron
una expedicin contra los payutas, de los cuales mataron doscientos individuos en una
8esplndida batida9, for(ndoles a ahogarse en el lago HJen. 6os a%os despus las
autoridades de Humbaldt ,ity convinieron un tratado estipulando &ue los sobrevivientes vinieran
obligados a li&uidar su cuenta en el trmino de siete das, so pena de muerte contra todos los
morosos 84ste tratado no puede ser ms favorable a los indios9, declaraba un peridico del
distrito. 4l FE de :bril de ABGA, despus de alg!n encuentro, las tropas federales condu)eron
algunos apaches prisioneros. 4so fue un gran festival para los colonos de la regin, los cuales
acudieron de todas partes, y arro)ndose sobre los cautivos degollaron un centenar en la
primera acometida.
,ontra los apaches, dice .ilvestre ;oJry, no hay distintos medios de proceder es necesaria
una campa%a bien ra(onada y pacientemente conducida. 6esde el momento &ue se les ve, &ue
se les cace hasta en sus montes, &ue se les hostilice en sus recintos encerrndolos y
condenndolos al hambre. <ue se obtiene una rendicin ense%ndoles banderas blancas o de
otro modo, pues tan pronto cogidos, fusilados. ,ontra ellos todo medio es bueno, venga de 6ios
o proceda del hombre. 4l mtodo podr sorprender a un filntropo# hacia un hombre de fibra tan
sensible siento alguna piedad, pero ning!n respeto. 0o le aconse)o no emplear toda su simpata
para el apache y reservarse alguna para el tigre y la serpiente de cascabel.
4sos conse)os eran fciles de seguir. Los blancos recurrieron a todas las tradiciones, a todas
las crueldades. 4l envenenamiento por la estricnina, la infeccin de la viruela, son otros tantos
hechos de nuestros civili(adores, forman parangn con las bridas adornadas con cuero
cabelludo &ue ellos mismos haban arrancado, con dientes afilados extrados a las mu)eres aun
vivas. 4n 6euver, cierto da, un voluntario entr llevando en la punta de un bastn el cora(n de
una india. 6espus de haberla asesinado de un tiro, le haba abierto el pecho para arrancarle el
trofeo &ue por las calles de la ciudad saludaron con aclamaciones los burgueses. Htra tarde se
vio llegar a ?acL 6unLier, de ,entral ,ity, llevando en su ar(n un muslo de indio. 4l tal
persona)e afirmaba no haber tenido otro alimento durante dos das. *adie crey una palabra,
+pero &u sntoma es el de esa fanfarronada- Htro su)eto se envaneca afirmando &ue haba
asado y comido chuletas humanas.
,onclusin 4n ABQE se evaluaban a veinte mil los adultos varones apaches# cincuenta a%os
despus, el n!mero alcan(aba apenas cinco mil.
!'
Los primitivos (Tomo I) de Elas Recls
Ladrones de caballos y de carneros, slo se les perdonar su pecado cuando haya sido
exterminado el !ltimo. Lo &ue el propietario pecuario odia ms en el mundo es al lobo, y sobre
todo si ste tiene forma humana. 5a(a errante, hambrienta, alterada, perseguida# ra(a
resistente, astuta y apasionada, indomable ante la fatiga y los sufrimientos> el apache, pueblo
lobo, correr la misma suerte &ue ste. 4l lobo perecer devorado por el carnero ste no es lo
&ue cree un pueblo vano. 4l carnero avan(a irresistible, ca(ando a su paso tigres y leones,
ca(ando hombres.
= 1Hombres3
., hombres. 2reg!ntese a esos miles de ingleses, a esos miles de escoceses, a esos miles de
irlandeses, &ue han tenido &ue arro)arse al mar retrocediendo ante los reba%os de carneros
propiedad de algunos nobles lords, grandes propietarios pecuarios.
!(