Este documento analiza cómo el Código de Derecho Canónico de 1983 y el Catecismo de la Iglesia Católica definen y describen el estatuto y la misión de los laicos. Ambos se basan en las enseñanzas del Concilio Vaticano II y reconocen que los laicos participan en las misiones sacerdotal, profética y real de Cristo a través de sus vidas familiares y laborales en el mundo.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
24 vistas10 páginas
Este documento analiza cómo el Código de Derecho Canónico de 1983 y el Catecismo de la Iglesia Católica definen y describen el estatuto y la misión de los laicos. Ambos se basan en las enseñanzas del Concilio Vaticano II y reconocen que los laicos participan en las misiones sacerdotal, profética y real de Cristo a través de sus vidas familiares y laborales en el mundo.
Este documento analiza cómo el Código de Derecho Canónico de 1983 y el Catecismo de la Iglesia Católica definen y describen el estatuto y la misión de los laicos. Ambos se basan en las enseñanzas del Concilio Vaticano II y reconocen que los laicos participan en las misiones sacerdotal, profética y real de Cristo a través de sus vidas familiares y laborales en el mundo.
Este documento analiza cómo el Código de Derecho Canónico de 1983 y el Catecismo de la Iglesia Católica definen y describen el estatuto y la misión de los laicos. Ambos se basan en las enseñanzas del Concilio Vaticano II y reconocen que los laicos participan en las misiones sacerdotal, profética y real de Cristo a través de sus vidas familiares y laborales en el mundo.
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10
ESTATUTO Y MISIN DEL LAICO:
EL CDIGO DE DERECHO CANNICO
Y EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATLICA
Daniel Tirapu Martnez
I. PLANTEAMIENTO
Resulta interesante comprobar que tanto el Cdigo de Derecho Cannico de 1983 como el nuevo Catecismo de la Iglesia Catlica tienen su puerto comn en el Concilio Vaticano II. La Constitucin apostlica Sacrae disciplinae leges, por la que se promulga el Cdigo reconoce con toda claridad que las aportaciones del Concilio Vaticano II exigan la reforma del Cdigo de 1917, que finalizara en la promulgacin de un nuevo Cdigo 1 . En este sentido el nuevo Cdigo es un instrumento que pretende ajustarse a la naturaleza de la Iglesia tal y como es presentada por el Magisterio del Concilio Vaticano II, de modo especial en su doctrina eclesiolgica. Por ello, las notas de novedad presentes en su doctrina eclesiolgica, constituyen tambin la novedad del Cdigo. Entre estas aportaciones merece la pena destacar: a) la doctrina por la que se presenta a la Iglesia como Pueblo de Dios, y a la autoridad jerrquica como un servicio; b) la doctrina que presenta a la Iglesia como communio,
1 . Cfr. Const. Ap. Sacrae Disciplinae Leges, en Cdigo de Derecho Cannico, Pamplona 1983, p. 33. 2 DANIEL TIRAPU MARTNEZ especialmente en las relaciones que se dan entre Iglesia universal e Iglesias particulares, entre la Colegialidad y el Primado; c) finalmente, de vital importancia para nuestro tema, la doctrina de que todos los miembros de la Iglesia, participan del triple oficio de Cristo, doctrina que enlaza con la que se refiere a los derechos y deberes de todos los fieles, especialmente de los laicos 2 . La Constitucin apostlica Fidei Depositum para la publicacin del Catecismo de la Iglesia catlica explica cmo el Concilio Vaticano II se fij como principal tarea la de conservar y explicar mejor el depsito precioso de la doctrina cristiana, con el fin de hacerlo ms accesible a los fieles de Cristo y a todos los hombres de buena voluntad. Para esto, el Concilio no deba comenzar por condenar los errores de la poca, sino ante todo, deba dedicarse a mostrar serenamente la fuerza y la belleza de la fe 3 . En la Asamblea extraordinaria del Snodo de los Obispos, convocada el 25 de enero de 1985, los Padres del Snodo expresaron el deseo de que fuese redactado un Catecismo o compendio de toda la doctrina catlica tanto sobre la fe como la moral, que sera como un texto de referencia para los catecismos o compendios que se redacten en los diversos pases. La presentacin de la doctrina deba ser bblica y litrgica, exponiendo una doctrina segura y, al mismo tiempo, adaptada a la vida actual de los cristianos 4 . La misma Fidei Depositum pone en estrecha relacin las aportaciones del Cdigo y del Catecismo, precisamente por su vinculacin con el Concilio Vaticano II: tras la renovacin de la liturgia y el nuevo Cdigo de Derecho cannico de la Iglesia latina y de los cnones de las Iglesias orientales catlicas, este Catecismo es
2 . Cfr. ibidem, pp. 39-41. 3 . Const. Ap. Fidei Depositum, en Catecismo de la Iglesia Catlica, Madrid 1992, p. 7. 4 . Declaracin final del Snodo extraordinario, 7 de diciembre 1985, II, B, a, n. 4: Enchiridion Vaticanum, vol. 9, p. 1758. ESTATUTO Y MISIN DEL LAICO 3 una contribucin importantsima en la obra de renovacin de la vida eclesial, deseada y promovida por el Concilio Vaticano II 5 . Por ello puede ser de inters analizar la doctrina sobre los laicos que presenta el nuevo Catecismo y su relacin con el Cdigo de 1983 6 . Tngase adems en cuenta que prcticamente hasta el Concilio Vaticano II haba primado en la doctrina cannica y teolgica una definicin negativa del laico: bautizado que no es clrigo, ni religioso. Con sentido del humor se ha dicho que la posicin del laico, hasta hace poco, se caracterizaba por dos notas: hallarse bajo el plpito y de rodillas ante el altar. Algunos aadan una tercera nota: echar la mano al bolsillo para la colecta. El Vaticano II, principalmente en las Constituciones Lumen Gentium y Gaudium et Spes, pone las bases para un tratamiento digno y correcto del estatuto y misin de los laicos en la Iglesia, redescubriendo precisas conexiones con la dignidad y accin apostlica de los primeros cristianos.
II. DEFINICIN, VOCACIN Y MISIN DE LOS LAICOS EN EL NUEVO CATECISMO
Por laico se entiende a todo cristiano, excepto los miembros del orden sagrado y del estado religioso reconocido en la Iglesia. Son, por tanto, cristianos que estn incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el Pueblo de Dios y que participan de las funciones de Cristo: Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan, segn su condicin, la misin de todo el Pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo 7 .
5 . Const. Ap. Fidei Depositum, en Catecismo cit., p. 9. 6 . Vid. D. TIRAPU, Los derechos del fiel como condicin de dignidad y libertad del Pueblo de Dios, en Fidelium Iura, 2 (1992), pp. 31 y ss. 7 . Cfr. Catecismo de la Iglesia catlica, n. 897. 4 DANIEL TIRAPU MARTNEZ Tienen como vocacin propia el buscar el Reino de Dios ocupndose de las realidades temporales y ordenndolas segn Dios. De modo especial les corresponde iluminar y ordenar todas las realidades temporales, de tal manera que stas lleguen a ser segn Cristo, se desarrollen y sean para alabanza de Dios 8 . La iniciativa de los laicos es particularmente necesaria cuando se trata de descubrir los medios para que las exigencias de la doctrina y la vida cristiana impregnen las realidades sociales, polticas y econmicas 9 . Es precisamente a travs de las relaciones y su trabajo en el mundo donde encuentran su punto de unin las difciles relaciones entre Iglesia-mundo. Las realidades familiares, profesionales, sociales, polticas y econmicas no son tareas eclesiales, pero adquieren la nota de eclesialidad en la medida que constituyen la vocacin y misin propia y genuina de los laicos. Dos son los peligros que acechan al quehacer del laico: a) el laico dedicado a tareas exclusivamente eclesiales, abandonando sus responsabilidades profesionales, sociales, econmicas, culturales y polticas; b) la separacin en el laico entre Fe y vida, entender la Fe como actividad de conciencia y separarla de la vida social 10 . Como todos los fieles, los laicos estn llamados por Dios al apostolado por virtud del bautismo y de la confirmacin y por eso tienen el derecho y el deber, individualmente o agrupados en asociaciones, de trabajar para que el mensaje cristiano sea conocido y recibido por todos los hombres. En la Comunidad eclesial su accin es tan necesaria que sin ella, el apostolado de los Pastores no puede obtener su plena eficacia 11 . Los laicos participan, segn su condicin, en la triple misin sacerdotal, proftica y real de Cristo:
8 . Cfr. Catecismo cit., n. 898. 9 . Cfr. Catecismo cit., n. 899. 10 . Cfr. Christifideles laici, n. 8. 11 . Cfr. Catecismo cit., n. 900. ESTATUTO Y MISIN DEL LAICO 5 a) Los laicos participan en la misin sacerdotal de Cristo a travs de todas sus obras, oraciones, tareas apostlicas, la vida conyugal y familiar, el trabajo diario, el descanso espiritual y corporal, si se realizan en el espritu, incluso las molestias de la vida, asumidas con paciencia; todo ello se convierte en sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo cuando se unen a la ofrenda del Seor en la celebracin de la Eucarista, consagrando el mismo mundo a Dios 12 . De modo muy especial los padres participan de la misin de santificacin impregnando de espritu cristiano la vida conyugal y procurando la educacin cristiana de los hijos 13 . Tambin los laicos, con las condiciones requeridas, pueden ser admitidos a ciertos ministerios 14 . b) Los laicos tambin participan de la misin proftica de Cristo, evangelizando con el anuncio de Cristo comunicado con el testimonio de la vida y de la palabra. Esta evangelizacin de los laicos adquiere una nota especfica y una eficacia particular por el hecho de que se realiza en las condiciones generales de nuestro mundo 15 . Los fieles laicos idneos y formados para ello pueden colaborar en la formacin catequtica (CIC cc. 774, 776, 780), en la enseanza de las ciencias sagradas (CIC c. 229), en los medios de comunicacin social (CIC c. 823,1). Tienen tambin el derecho e incluso el deber de manifestar a los pastores su opinin sobre el bien de la Iglesia y de manifestarla a los dems fieles, con el debido respeto y salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres (CIC c. 212,3) 16 . c) Finalmente, los laicos participan en la misin real de Cristo. Los fieles laicos han de sanear las estructuras y las condiciones del
12 . Cfr. Catecismo cit., n. 901. 13 . Cfr. Catecismo cit., n. 902; CIC c. 835,4. 14 . Cfr. Catecismo cit., n. 903. Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden tambin los laicos, aunque no sean lectores ni aclitos, ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litrgicas, administrar el bautismo y dar la Sagrada comunin, segn las prescripciones del Derecho (CIC, c. 230,3). 15 . Cfr. Catecismo cit., n. 905. 16 . Cfr. Catecismo cit., nn. 906-907. 6 DANIEL TIRAPU MARTNEZ mundo, impregnando de valores morales la cultura y las realidades humanas 17 . Los laicos pueden ser llamados a colaborar con sus pastores en tareas propiamente eclesiales: pueden cooperar a tenor del derecho en el ejercicio de la potestad de gobierno (CIC c. 129,2), con su presencia en los Concilios particulares (CIC c. 443,4), en los Snodos diocesanos (CIC c. 463), en los Consejos Pastorales (CIC cc. 511, 536); en el ejercicio in solidum de la tarea pastoral de una parroquia (CIC c. 517,2), en la celebracin de los Consejos de asuntos econmicos (CIC c. 492, 1); la participacin en tribunales eclesisticos (CIC c. 1421,2) 18 . En cualquier caso los fieles deben aprender a distinguir cuidadosamente entre los derechos y deberes que tienen como miembros de la Iglesia y los que les corresponden como miembros de la sociedad humana. Deben esforzarse en integrarlos en buena armona recordando que en cualquier cuestin temporal han de guiarse por la conciencia cristiana. Ninguna actividad humana puede sustraerse a la soberana de Dios, as todo laico es testigo e instrumento vivo de la misin de la Iglesia misma 19 .
III. DERECHOS DEL FIEL EN EL NUEVO CDIGO
Los derechos del cristiano en la Iglesia han sido tema de creciente atencin para los canonistas a partir de los aos 50, con la inicial preocupacin por la posibilidad de existencia del derecho subjetivo en la Iglesia; ser con las aportaciones del Vaticano II cuando la cuestin tome carta de naturaleza entre los canonistas 20 :
17 . Cfr. Catecismo cit., n. 909. 18 . Cfr. Catecismo cit., n. 911. 19 . Cfr. Catecismo cit., nn. 913-914. 20 . Vid. para toda esta cuestin, Les droits fondamentaux du Chrtien et dans l'glise dans la societ, Friburgo 1981; especialmente P. LOMBARDA, Los derechos fundamentales del cristiano en la Iglesia y en la Sociedad, en Les droits cit., pp. 15 y ss. ESTATUTO Y MISIN DEL LAICO 7 a) en primer lugar estaran quienes, preferentemente preocupados por el orden eclesial, veran en los derechos del fiel el riesgo de su instrumentalizacin, poniendo en entredicho el principio jerrquico. Tales posturas olvidan que los derechos responden a la condicin jurdica primaria del fiel en la Iglesia, y que son expresin del orden fundacional y fundamental del Pueblo de Dios. b) otros autores llegan a considerar los derechos del fiel desde un punto de vista exclusivamente historicista, asimilando sin ms la doctrina del positivismo iluminista de los derechos polticos en la comunidad eclesial. Si hubiera que valorar la respuesta que el reciente Cdigo ha dado al tema de los derechos del fiel, es bien clara en sentido afirmativo. La Sacrae Disciplinae Leges indica que una de las principales aportaciones del Cdigo y de la eclesiologa del Concilio, es la consideracin de la igualdad radical de los miembros del Pueblo de Dios y los derechos y deberes de los mismos recogidos en los cc. 208 y siguientes. Entre tales derechos podemos enunciar los siguientes: 1. todos los fieles cristianos son verdaderamente iguales en dignidad y accin en la edificacin de la Iglesia (c. 208); 2. tienen derecho a evangelizar y extender el mensaje cristiano (c. 211); 3. tienen derecho a manifestar a los pastores de la Iglesia sus necesidades y manifestar sus opiniones para el bien de la Iglesia (c. 212); 4. derecho a recibir de los Pastores la Palabra de Dios y los sacramentos; 5. derecho a tributar culto a Dios segn su propio rito, elegir y practicar su propia forma de vida espiritual (c. 214) conforme con la doctrina de la Iglesia; 6. derecho de asociacin y de reunin para fines cristianos (c. 215); 7. derecho a participar, promover y sostener la accin apostlica con iniciativas propias (c. 216); 8. derecho a una educacin cristiana en sus aspectos religioso y humano (c. 217); 9. libertad de investigacin y difusin de sus opiniones teolgicas o cannicas, con la debida sumisin al Magisterio de la Iglesia (c. 218); 10. inmunidad de coaccin en la eleccin del estado de vida (c. 219); 11. derecho a la buena fama y a la propia intimidad (c. 220); 12. derecho a reclamar y defender sus 8 DANIEL TIRAPU MARTNEZ derechos en la jurisdiccin eclesistica, a un juicio justo, a no ser sancionado con penas cannicas, si no es conforme con la norma legal (c. 221). Entre los principales deberes de los fieles estaran: 1. obligacin de mantener la comunin con la Iglesia y cumplir las leyes eclesisticas (c. 209); 2. deber de esforzarse en llevar una vida santa, cada uno segn su propia condicin, as como extender el mensaje cristiano (cc. 210- 211); 3. deber de observar con obediencia cristiana el Magisterio de la Iglesia (c. 212); 4. deber de ayudar con sus bienes a la Iglesia en sus necesidades, promover la justicia social y ayudar a los pobres (c. 222). Adems de los derechos y obligaciones referidos a los fieles, los laicos (cc. 224-231) estn llamados de modo especfico a impregnar y perfeccionar el orden temporal con el espritu del evangelio, mediante su propio trabajo y en el ejercicio de sus tareas cotidianas. Tienen un especial deber, quienes han contrado matrimonio, de dar testimonio en el mundo a travs del matrimonio y la familia: son los primeros responsables en la educacin cristiana de sus hijos. Los fieles laicos tienen libertad en cuestiones temporales, pero han de actuar siempre con conciencia cristiana y evitando presentar como doctrina de la Iglesia su propio criterio en materias opinables (c. 227). Tienen, finalmente, capacidad para ser llamados a determinados oficios eclesisticos, derecho a obtener grados acadmicos en las Facultades eclesisticas, y quienes se dedican de modo permanente o temporal a un servicio especial de la Iglesia tienen derecho a una correcta retribucin (c. 231). Para finalizar quisiera exponer tres puntos de vista en la actual formalizacin del estatuto jurdico de los laicos: a) Para algunos autores el carcter fundamental de los derechos del fiel se habra visto empaado al no haberse promulgado la Ley Fundamental de la Iglesia. La ausencia en la Iglesia de una constitucin formal no impide discernir en el nuevo Cdigo el especial relieve de los contenidos materiales de Derecho constitucional ESTATUTO Y MISIN DEL LAICO 9 cannico. El problema surge de que en el nuevo Cdigo, los contenidos constitucionales estn mezclados con normas no constitucionales, y por ello, existe el peligro de una captacin de los contenidos de todos los cnones en el mismo plano, prescindiendo del nivel material-formal de las normas contenidas en el mismo. Como seal Lombarda para la solucin de este problema es necesario delimitar, ante todo, el mbito de lo constitucional en un sentido material; es decir, cules son los principios del Derecho cannico que tienen la virtualidad de constituir al conjunto del Pueblo de Dios en una sociedad jurdicamente organizada. En este sentido puede afirmarse, en lneas generales, que son constitucionales aquellas normas que definan la posicin jurdica del fiel en la Iglesia, en cuanto que formalizan sus derechos y deberes fundamentales. Tambin son constitucionales las normas que fijan los principios jurdicos acerca del poder eclesistico y de la funcin pastoral de la jerarqua, constituyendo as a la Comunidad de los creyentes en una sociedad ordenada jerrquicamente. Finalmente son tambin constitucionales las normas fundamentales que aseguran, tanto la tutela de los derechos y la exigibilidad de los deberes de los fieles, como un rgimen jurdico del ejercicio del poder, para que tal funcin no d ocasin a la prepotencia de los gobernantes respecto de los gobernados; sino que por el contrario, el ejercicio del poder sea una funcin de servicio a la comunidad 21 . b) Una cuestin capital para comprobar la verdadera eficacia de los derechos del fiel es la de los sistemas de garantas y recursos de tales derechos; de ah la necesidad de contrastar el cotidiano ejercicio del poder eclesistico con el carcter fundamental y prevalente de los derechos de los fieles. Tales derechos constituyen una manifestacin de la necesidad de regular ordenadamente el ejercicio del poder. Es por ello que la mejor va para la defensa de los derechos fundamentales son los recursos jurdicos. Al respecto debemos
21 . P. LOMBARDA, Lecciones de Derecho cannico, Madrid 1984, pp. 74-75. 10 DANIEL TIRAPU MARTNEZ sealar que la situacin deja mucho que desear. No hay medios rpidos y eficaces para garantizar los derechos de los fieles (). Puede hablarse de una acusada indefensin de los derechos del fiel. Faltan recursos y falta sensibilidad en los jueces 22 . c) Finalmente, conviene destacar la presencia de algunos derechos del fiel que son verdaderos derechos humanos, o derechos naturales en el ordenamiento cannico. En el Cdigo actual se recogen algunos de esos derechos naturales con plena vigencia en la Iglesia; por ejemplo los reconocidos en los cc. 220 y 221: el derecho a la buena fama, a la intimidad y el derecho a la proteccin judicial.
22 . J. HERVADA, Pensamientos de un canonista en la hora presente, Pamplona 1988, pp. 124-125.