Einstein describe su visión del mundo en 3 oraciones:
1) Expresa su creencia en la democracia y el respeto a cada individuo, y su desprecio por los sistemas autocráticos y el militarismo.
2) Valora la belleza, la bondad y la verdad como sus ideales, y considera triviales los objetivos humanos como las posesiones y el éxito.
3) Define su religiosidad como la experiencia del misterio y la admiración por lo que no podemos alcanzar pero podemos vislumbrar.
Einstein describe su visión del mundo en 3 oraciones:
1) Expresa su creencia en la democracia y el respeto a cada individuo, y su desprecio por los sistemas autocráticos y el militarismo.
2) Valora la belleza, la bondad y la verdad como sus ideales, y considera triviales los objetivos humanos como las posesiones y el éxito.
3) Define su religiosidad como la experiencia del misterio y la admiración por lo que no podemos alcanzar pero podemos vislumbrar.
Einstein describe su visión del mundo en 3 oraciones:
1) Expresa su creencia en la democracia y el respeto a cada individuo, y su desprecio por los sistemas autocráticos y el militarismo.
2) Valora la belleza, la bondad y la verdad como sus ideales, y considera triviales los objetivos humanos como las posesiones y el éxito.
3) Define su religiosidad como la experiencia del misterio y la admiración por lo que no podemos alcanzar pero podemos vislumbrar.
Einstein describe su visión del mundo en 3 oraciones:
1) Expresa su creencia en la democracia y el respeto a cada individuo, y su desprecio por los sistemas autocráticos y el militarismo.
2) Valora la belleza, la bondad y la verdad como sus ideales, y considera triviales los objetivos humanos como las posesiones y el éxito.
3) Define su religiosidad como la experiencia del misterio y la admiración por lo que no podemos alcanzar pero podemos vislumbrar.
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El mundo tal como yo lo
veo Autor: Albert Einstein
COLECCIN JOLBES 16
www.jolbes.com
09/03/2013
El mundo tal como yo lo veo Albert Einstein
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www.jolbes.com
Jolbes significa Primicia en Maya
Ese nombre fue seleccionado por ser representativo del contenido publicado desde 2004 en el sitio jolbes.com.
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EL MUNDO TAL COMO YO LO VEO -Albert Einstein
Qu mala suerte la de nosotros los mortales! Estamos aqu por un breve perodo, no sabemos con qu propsito, aunque a veces creemos percibirlo. Pero no hace falta reflexionar mucho para saber, en contacto con la realidad cotidiana, que uno existe para otras personas: en primer lugar para aquellos de cuyas sonrisas y de cuyo bienestar depende totalmente nuestra propia felicidad, y luego para los muchos, para nuestros desconocidos, a cuyos destinos estamos ligados por lazos de afinidad. Me recuerdo a m mismo cien veces al da que mi vida interior y mi vida exterior se apoyan en los trabajos de otros hombres, vivos y muertos, y que debo esforzarme para dar en la misma medida en que he recibido y an sigo recibiendo. Me atrae profundamente la vida frugal y suelo tener la agobiante certeza de que acaparo una cuanta indebida del trabajo de mis semejantes. Las diferencias de clase me parecen injustificadas y, en ltimo trmino, basadas en la fuerza. Creo tambin que es bueno para todos, fsica y mental- mente, llevar una vida sencilla y modesta.
No creo en absoluto en la libertad humana en el sentido filosfico. Todos actuamos no slo bajo presin externa sino tambin en funcin de la necesidad interna. La frase de Schopenhauer Un hombre puede hacer lo que quiera, pero no querer lo que quiera, ha sido para m, desde mi juventud, una autntica inspiracin. Ha sido un constante consuelo en las penalidades de la vida, de la ma y de las de los dems, y un manantial inagotable de tolerancia. El comprender esto mitiga, por suerte, ese sentido de la responsabilidad que fcilmente puede llegar a ser paralizan- te, y nos impide tomarnos a nosotros y tomar a los dems excesivamente en serio; conduce a un enfoque de la vida que, en concreto, da al humor el puesto que se merece.
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Siempre me ha parecido absurdo, desde un punto de vista objetivo, buscar el significado o el objeto de nuestra propia existencia o de la de todas las criaturas. Y, sin embargo, todos tenemos ciertos ideales que determinan la direccin de nuestros esfuerzos y nuestros juicios. En tal sentido, nunca he perseguido la comodidad y la felicidad como fines en s mismos... Llamo a este planteamiento tico el ideal de la pocilga. Los ideales que han iluminado mi camino y me han proporcionado una y otra vez nuevo valor para afrontar la vida alegremente, han sido Belleza, Bondad y Verdad. Sin un sentimiento de comunidad con hombres de mentalidad similar, sin ocuparme del mundo objetivo, sin el eterno inalcanzable en las tareas del arte y de la ciencia, la vida me habra parecido vaca. Los objetivos triviales de los esfuerzos humanos (posesiones, xito pblico, lujo) me han parecido despreciables.
Mi profundo sentido de la justicia social y de la responsabilidad social ha contrastado siempre, curiosamente, con mi notoria falta de necesidad de un contacto directo con otros seres humanos y otras comunidades humanas. Soy en verdad un viajero solitario y jams he pertenecido a mi pas, a mi casa, a mis amigos, ni siquiera a mi familia inmediata, con todo mi corazn. Frente a todos estos lazos, jams he sentimientos que crecen con los aos. Uno toma clara conciencia, aunque sin lamentarlo, de los lmites del entendimiento y la armona con otras personas. No hay duda de que con esto uno pierde parte de su inocencia y de su tranquilidad; por otra parte, gana una gran independencia respecto a las opiniones, los hbitos y los juicios de sus semejantes y evita la tentacin de apoyar su equilibrio interno en tan inseguros cimientos.
Mi ideal poltico es la democracia. Que se respete a cada hombre como individuo y que no se convierta a ninguno de ellos en dolo. Es una irona del destino el que yo mismo haya sido objeto de excesiva admiracin y reverencia por parte de mis semejantes, sin causa ni mrito mo. La causa de esto quiz sea el deseo, inalcanzable para muchos, de comprender las pocas ideas a las que he llegado con mis dbiles fuerzas gracias a una lucha incesante. Tengo plena conciencia de que para que una sociedad pueda lograr sus objetivos es necesario que haya alguien que piense, dirija y asuma, en trminos generales, la
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responsabilidad. Pero el dirigente no debe imponerse mediante la fuerza, sino que los hombres deben poder elegir a su dirigente. Soy de la opinin que un sistema autocrtico de coercin degenera muy pronto. La fuerza atrae siempre a hombres de escasa moralidad, y considero regla invariable el que a los tiranos de talento sucedan siempre pcaros. Por esta razn, me he opuesto siempre apasionadamente a sistemas como los que hay hoy en Italia y en Rusia. Las causas del descredito de la forma de democracia que existe hoy en Europa no deben atribuirse al principio democrtico en cuanto tal, sino a la falta de estabilidad de los gobiernos y al carcter impersonal del sistema electoral.
Creo, a este respecto, que los Estados Unidos han encontrado el camino justo. Tienen un presidente a quien se elige por un perodo lo bastante largo y con poder suficiente para ejercer adecuadamente su cargo. Por otra parte, lo que yo valoro en el sistema poltico alemn es que ampara mucho ms ampliamente al individuo en caso de necesidad o enfermedad. Lo que es realmente valioso en el espectculo de la vida humana no es, en mi opinin , el estado poltico, sino el individuo sensible y creador, la personalidad; slo eso crea lo noble y lo sublime, mientras que el rebao en cuanto tal, se mantiene torpe en el pensamiento y torpe en el sentimiento.
Este tema me lleva al peor producto de la vida de rebao, al sistema militar, el cual detesto. Que un hombre pueda disfrutar desfilando a los compases de una banda es suficiente para que me resulte despreciable. Le habrn dado su gran cerebro slo por error; Le habra bastado con mdula espinal desprotegida. Esta plaga de la civilizacin debera abolirse lo ms rpidamente posible. Ese culto al hroe, esa violencia insensata y todo ese repugnante absurdo que se conoce con el nombre de patriotismo. Con qu pasin lo odio! Qu vil y despreciable me parece la guerra! Prefiero que me descuarticen antes de tomar parte en actividad tan abominable Tengo tan alta opinin del gnero humano que creo que este espantajo habra desaparecido con mucho si los intereses polticos y comerciales, que actan a travs de los centros de enseanza y de la prensa, no corrompiesen el sentido comn de las gentes.
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La experiencia ms hermosa que tenemos a nuestro alcance es el misterio. Es la emocin fundamental que est en la cuna del verdadero arte y de la verdadera ciencia. El que no la conozca y no pueda ya admirarse, y no pueda ya asombrarse ni maravillarse, est como muerto y tiene los ojos nublados. Fue la experiencia del misterio (aunque mezclada con el miedo) la que engendr la religin. La certeza de que existe algo que no podemos alcanzar, nuestra percepcin de la razn ms profunda y la belleza ms deslumbradora, a las que nuestras mentes slo pueden acceder en sus formas ms toscas... son esta certeza y esta emocin las que constituyen la autntica religiosidad. En este sentido, y slo en ste, es en el que soy un hombre profundamente religioso. No puedo imaginar a un dios que recompense y castigue a sus criaturas, o que tenga una voluntad parecida a la que experimentamos dentro de nosotros mismos. Ni puedo ni querra imaginar que el individuo sobreviva a su muerte fsica; dejemos que las almas dbiles, por miedo o por absurdo egosmo, se complazcan en estas ideas. Yo me doy por satisfecho con el misterio de la eternidad de la vida y con la conciencia de un vislumbre de la estructura maravillosa del mundo real, junto con el esfuerzo decidido por abarcar una parte, aunque sea muy pequea, de la Razn que se manifiesta en la naturaleza. Publicado por primera vez en Forum and Century, voL 84, p. 193-194, el nmero 13 de la serie "Forum Film actual". Incluido tambin en Living Philosophies (p. 3-7), Nueva York, Simon & Schuster.