Ajedrez-Escuelas-2009 Campitelli
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Guillermo Campitelli
CONICET
Universidad Abierta Interamericana
Datos para contacto: Guillermo Campitelli, Universidad Abierta interamericana, Av. Montes de Oca
745, CABA. Tel: 4953-6295.
Email: [email protected]
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Resumen
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Ajedrez, procesos cognitivos e inteligencia
2. Inteligencia en ajedrez
3. Inteligencia extendida
En este apartado desarrollaré la visión que la inteligencia no es una capacidad general sino que
es una habilidad con características específicas y que puede aplicarse a muchos campos. Esto
presupone que existen personas que tienen la habilidad de la inteligencia y que la aplican a uno o a muy
pocos campos. Esta concepción contradice la postura dominante de la inteligencia como capacidad
general.
La inteligencia tiene características que las capacidades generales no tienen. Las capacidades
generales son comunes a todos los componentes de una especie. Por ejemplo, percibir, moverse,
emocionarse, recordar e imaginar son capacidades que poseen todos los seres humanos. Requieren de
un mínimo de exposición al ambiente y contacto social para expresarse. Las distintas formas de
percibir, moverse, emocionarse, recordar e imaginar requieren de una exposición específica y
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dependerán de ésta para expresarse. Por ejemplo, hablar un idioma requiere de una exposición
prolongada al mismo y un esfuerzo deliberado de adultos para que los niños adquieran tal habilidad.
Hablar un idioma es una forma específica de mover los músculos vocales; es decir, es una habilidad
que se erige utilizando la capacidad general de movimiento de músculos vocales que tenemos todos los
humanos. De la misma forma que hablar un idioma es una habilidad, la inteligencia también lo es.
Utilizo el término “capacidad” para las características que posee un tipo de sistema (en este caso el ser
humano) que le permiten ejecutar distintas tareas y que se expresan luego de una exposición breve con
el ambiente. En cambio, el término “habilidad” lo utilizo para referirme a aquellas posibilidades del ser
humano que se expresan únicamente si ocurre una instrucción o una exposición específica al ambiente.
Una vez determinado que la inteligencia es una habilidad, es importante discernir si es una
habilidad general o específica. La tesis de este artículo es que el grado de generalidad o especificidad
de una habilidad no tiene que ver con la habilidad en sí, sino con su espectro de aplicación. La
inteligencia puede ser general o específica de acuerdo al grado de aplicación que se le de. Una persona
puede ser inteligente solamente en un campo (por ejemplo, la física cuántica) y no utilizar esa habilidad
en otros campos (por ejemplo, logro de objetivos de vida), o puede ser inteligente en varios campos.
Hasta ahora manifesté que la inteligencia es una habilidad específica pero ¿de qué se trata esa
habilidad? Esto me obliga a brindar una definición del término inteligencia. Esta no es una tarea
sencilla porque luego de más de 100 años del estudio de la inteligencia no hay acuerdo en cómo
definirla. Neisser y colaboradores (1996), comisionados por la Asociación Americana de Psicólogos,
realizaron una investigación sobre el estado del arte de los estudios sobre inteligencia. Luego de un
amplio trabajo no pudieron dar una definición del término. Solamente se limitaron a establecer que
existen diferencias entre individuos en “comprender ideas complejas, adaptarse efectivamente al
ambiente, aprender de la experiencia, ejecutar varias formas de razonamiento y sobrepasar obstáculos
por medio del pensamiento.”
Aquí proveeré una definición que toma el aspecto de habilidad descrito anteriormente y que
rescata el espíritu del término original inteligencia que es el de la comprensión. Defino inteligencia
como la habilidad de un sistema que consiste en realizar comportamientos con el objetivo de capturar la
esencia de un evento, situación, problema o sistema. Esta definición puede dividirse en tres factores:
habilidad, comportamientos y comprensión. El factor habilidad ya fue tratado. El aspecto
comportamiento se refiere a que la inteligencia requiere de acciones encubiertas (recordar, imaginar) y
acciones externas (búsqueda de información en una biblioteca, uso de una computadora). El factor
comprensión es el más importante de la definición. Se entiende por comprender a la captación de la
esencia de un evento, situación, problema o sistema. También existen cuestiones implícitas en la
definición. La inteligencia no se refiere a la captación de la esencia de las cosas en sí, porque una
persona puede ser inteligente y, por ende, buscar la esencia de las cosas y no lograrlo
momentáneamente. Es decir, lo que define a la inteligencia es la idiosincrasia de los comportamientos
que se realizan para captar la esencia de las cosas.
Planteo como características de los comportamientos inteligentes las siguientes que fueron
propuestas por Baron (1985): autocrítica, tolerancia a la duda, apertura a alternativas, pensar
deliberadamente, consideración de posibles conclusiones y objetivos (en lugar de aceptar los primeros
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que vienen a la mente), aceptación de la evidencia que va en contra de nuestras ideas iniciales,
búsqueda de evidencias que pudieran contradecir nuestras posturas, no analizar aspectos irrelevantes,
evaluar las posibilidades utilizando la evidencia. Además agrego las siguientes características:
establecimiento de objetivos, establecimiento de acciones para lograr objetivos, realización de planes
de acción basados en evaluación de las situaciones y de los recursos disponibles, evaluación del
comportamiento externo y el encubierto, uso de analogías para comprender situaciones complejas. La
mayoría de estas habilidades no son medidas en los tests de inteligencia tradicionales.
Todas las características de la inteligencia extendida mencionadas son importantes para el éxito
en ajedrez. Consecuentemente, predigo que una medición de la inteligencia extendida produciría
correlaciones más importantes que las encontradas con coeficiente intelectual. Lamentablemente, la
propuesta de inteligencia aquí presentada todavía no tiene una forma de medirse.
5 Conclusiones.
Los estudios científicos en psicología han demostrado que la habilidad ajedrecística tiene
características que son específicas: el recuerdo de posiciones específicas y la generación de jugadas
típicas. También han demostrado que los ajedrecistas poseen habilidades que no son tan específicas: la
capacidad de adaptación, la consideración de estados futuros antes de tomar una decisión, el freno del
automatismo de elegir opciones típicas. Los resultados contradictorios en cuanto a la relación entre la
inteligencia y la habilidad ajedrecística pueden deberse a que la forma de medir la inteligencia es
incorrecta. Aquí he propuesto que no solamente la forma típica de medir la inteligencia es incorrecta,
sino que ha llevado a aceptar un concepto equivocado de la inteligencia. He propuesto el concepto de
inteligencia extendida. Si esta forma de entender la inteligencia fuera adoptada por la comunidad
científica, predigo que la relación entre inteligencia y habilidad ajedrecística sería más robusta.
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