Semana Santa Reflexion
Semana Santa Reflexion
Semana Santa Reflexion
de la Sabidura Seor, t me elegiste, contigo Seor est la sabidura que conoce tus obras, dame esa sabidura para que me acompae en mis tareas y pueda conocer lo que te agrada, en ellas puse la vivencia y celebracin de los misterios de la pasin, muerte y resurreccin de Nuestro Seor Jesucristo. Mi reflexin versa de manera especial es el mbito pastoral - litrgico, claro est, sin desconocer la riqueza teolgica y humana de estos das santos. Celebrar la Pascua del Seor es hacer viva y real entre nosotros la presencia de Dios Padre que es misericordia, amor, perdn y caridad. Es sentirnos lanzados a la reflexin y a la oracin. Al cambio renovador de la vida de cada cristiano que ha sentido la necesidad de vivir en la presencia de Jesucristo Resucitado. "La Semana Santa nos lleva al centro de nuestra fe, al Misterio Pascual de Cristo muerto y resucitado que hace nuestro este misterio salvador por medio de los Sacramentos y por medio de las acciones litrgicas de la Iglesia. A cada uno de los cristianos nos corresponde llegar a estas celebraciones con un corazn nuevo y convertido, con una fe viva y una entrega total, para que as la accin salvadora y misericordiosa de Dios sea plena en cada uno de nosotros. La Semana Santa es un momento pleno de bendiciones, una semana de apertura a Dios que nos habla en su Palabra, en la Tradicin, en el Magisterio eclesial, en los signos de los tiempos, en fin, ha de ser una semana de Esperanza plena en el Seor que se comunica abundantemente y sin dejarse ganar en generosidad. Todos estbamos llamados a celebrar este ao 2014, como la Pascua Redentora del Seor. De esta manera estaremos renovando en nuestra parroquia y en nuestra comunidad apostlica la celebracin de nuestra fe en la Pasin Muerte y Resurreccin de Jesucristo. El Seor Jesucristo resucitado de entre todos los muertos necesita de nuestro compromiso y testimonio para que unidos como hermanos y como pueblo de Dios (como insistentemente cantamos en la cuaresma) ese asistir a todas las celebraciones litrgicas de la Semana Santa haya sido con generosidad y con mucha fe. Hoy como ayer la Semana Mayor, Semana Santa, el Triduo Pascual, o muchas otras designaciones que encontramos en las diversas programaciones de nuestras Parroquias, nos quiere llevar a vivir, contemplar y celebrar la prueba ms grande del Amor del Padre hacia esta humanidad, que ao tras ao celebra dichos misterios. 1. DOMINGO DE RAMOS Con la entrada triunfal de Jess en Jerusaln, el pueblo caminante iniciaba el recorrido de fe, con ramos, palmas y otros con pauelos por el cuidado de la naturaleza, aclamaciones y dramatizaciones en este primer momento de nuestra semana santa. Si bien muchos de aquellos de los que acompaaron a Jerusaln y lo proclamaron rey, esperaban un Mesas
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poltico, guerrero, embaucador, nosotros hoy, por el acontecer histrico, hemos de saber que la Esperanza es en el Mesas Salvador, aqul que nos anuncia con su llegada la presencia del Reino de Dios entre nosotros. En este inicio reflexiono al ver a las multitudes de gentes agolpadas en la parroquia y recreo en mi mente la entrada de Cristo a la ciudad santa, a la Jerusaln donde concurran los judos a conmemora su pascua. Al ver a los nios, jvenes y adultos, enfermos, discapacitados pienso que la fe es el motor clarividente de este acontecimiento que a pesar del calor, las incomodidades, lo largo de la procesin, o hasta los pormenores de ltima hora, salen con rostros llenos de felicidad al poder hacer bendecir sus ramos y aclamar: Hosanna al Hijo de David! Bendito el que viene en nombre del Seor! Hosanna en el cielo! 2. LUNES, MARTES Y MIRCOLES SANTO La celebracin del lunes, martes y mircoles santo, de veras reafirmo fue un acto lleno de fe, que enmarcado desde una peregrinacin al Santuario del Seor Cado de Monserrate, me mostr que los aos, lo dolores, el cansancio, y las incomodidades son superadas cuando la fe al realizar el Rezo del Santo Viacrucis y al encontrarse con ya mencionada imagen cambio y con emotivas palabras, lgrimas y una confesin sincera se puede superar el dolor, la incomprensin, la angustia y hasta el abandono. Si, de veras son das en los que la alegra de los nios en la pascua infantil, la recocha con templanza de los jvenes en su pascua juvenil, y la formacin seria de los adultos luego de la eucaristas de la noche muestran una Iglesia plural en edades, en directrices, formacin y en ambientes adecuados a cada persona, tiempo y lugar. Siempre lo he dicho, Semana Santa en parroquia un suero que irradia, fe esperanza y caridad tres virtudes teologales centradas en ese amor genuino de Dios nuestro Padre. 3. JUEVES SANTO Ao tras ao, vivimos el Jueves Santo con un sin nmero de actividades, que la misa de recepcin de oleos en presencia de los ms enfermos y mayores, o la celebracin con los nios de una forma pedaggica, los arreglos del monumento. Tantas y tantas cosas en mente en torno a tres hechos claves, Institucin de la Eucarista, Sacerdocio y mandamiento del amor. La liturgia de esta celebracin vespertina centra y hace eco en las palabras y los hechos de Jess en aquella tarde santa, en ese cenculo ntimo donde con los suyos celebra lo que perpetuamente da a da conmemoramos. He aqu la cuestin donde versa el sentido propio de esta celebracin, no son los ramos, las flores, los panes, espigas, vino, uvas, frases o un sin nmero de adornos y hasta errores de muchos pastores que engalanan la custodia con Jess Sacramentado como si fuese una
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exposicin decorada. Es el inicio del gran Triduo Pascual una celebracin en tres momentos dividida en tres das y con un sentido claro, misterioso y profundo, pasin, muerte y resurreccin. Este da, jueves santo se pierde en medio de decoraciones y se empobrece en su predicacin significado y misterio, se pasa de lo no tan espiritual a lo simblico adornado. Da propicio para reconocer la Eucarista, su importancia y perpetuidad, centro de nuestra vida de fe y presencia real. Da clave para orar, aclarar y formar sobre la vida sacerdotal como ministerio transmitido y vivido en la persona del sacerdote. Da reconocible para hacer vivencia ese mandato del amor hecho por el Padre a esta humanidad que se transforma y que acude casi en masa solo en estos das santos. 4. VIERNES SANTO Que cantidad de gente, pens entre m, con una profunda fe sin duda, aun cuando todos sabemos que es la procesin multitudinaria por excelencia y en la cual se tiene que invertir recursos para que la gente quede contenta, en la que los jvenes se trasnochan para hacer un mejor dramatizado, y porque no, donde ms se vende agua, se pelean por ponerle la sombrilla al padre y en la que todo debe estar calculado, que no sea por los lugares de aos anteriores y que la gente diga, el padre como siempre innova. Que misterio tan grande celebramos el viernes santo, sin lugar a dudas es la prueba a la que muchos no estamos dispuestos a seguir pero en la cual ms insistimos a que se viva en la maana llena de sol y reclamos. Si comprendiramos que amor tan grande nos muestra Dios a su hijo humanado en medio de los dolores del camino de aquella va dolorosa que se complementa a las tres de la tarde, donde ya no hay tanta gente, o que van llegando solo para ver a donde van a poner a Cristo en el Sepulcro. Que riqueza litrgica tenemos, una postracin que muchos ni entienden porque se hace y que dicen: como se ven de bonitos en ese tapete. Una pasin donde el evangelista San Juan nos describe lo acecido en cada caminar de la cruz. Oraciones de fieles que marcan un gran proceso de comprensin donde la oracin de todos aun lo creyentes o no creyentes jugamos un papel fundamental. Una exaltacin y veneracin de la santa cruz que nos debe llevar a asumir la cruz de cada da y reconocer que cristo ha cancelado una deuda por m y que se me olvida. Un altar desnudo y solo la celebracin de la palabra y la comunin y no eucarista como muchos piensan; si est en mi reflexin sobre un misterio escondido y que nos falta profundizar ms. 5. SBADO SANTO
Oh noche maravillosa, la madre de todas las celebraciones como exclam el inmortal San Agustn hace ms de 1600 aos. Que hemos trado luego de ella, preocupaciones por si la fogata est lista, pendientes de que todos escuchen adecuadamente, reorganizados para que si toquen las campanas en el gloria y que a los viejitos no se les olvide entrar el resucitado. Que no se duerman en las lecturas y que el coro este pilas, que me toque adelante para que me caiga el agua que el padrecito nos va a tirar, que apaguen ligero las velas para que no chorreen el piso, que los pascualitos de la parroquia son ms caros que los de la seora del frente. Todo esto dicen los fieles de muchas de nuestras parroquias, pero an pienso viv la liturgia de la luz donde debo ser luz para mi comunidad, entend el porqu de las lecturas del antiguo testamento como un camino desde los orgenes pasando por la historia del pueblo de Israel hasta llegar a comprender lo que anunciaban los profetas? Vivimos cada palabra del pregn pascual como ese verdadero canto exultante de gloria que en la liturgia de la palabra de Dios, iluminada por ese santo cirio pascual como la llama que debe arden al renunciar al pecado nuevamente y profesar en singular aquello que desde bautizados mis padres han hecho por m?. En fin desde mi lugar de apostolado una celebracin intima, sobria, pero profunda. Desde la parroquia, multitudinaria, templada, abierta emotiva y como todos acaban diciendo se luci este ao el padre porque nunca el obispo haba estado ac en una vigilia pascual. S, que celebracin, que riqueza de significados, que partes tan bien estructuradas, que misterio tan profundo, grande y que noche santa en que nacemos a una vida nueva, pero verdaderamente sepult al hombre viejo y con Cristo he resucitado a un hombre nuevo?, este el meollo espiritual, litrgico y pastoral. El domingo de resurreccin se une a la celebracin de la vigilia pascual, por ello mi centro de inters es comprender si hemos vivido verdaderamente ese triduo pascual como la unidad del misterio de Cristo. Jess es la vida, hoy es la fiesta de la vida, y desde que Mara Magdalena y los discpulos salieron gritando: Jess est vivo, comprendemos que la muerte no es el fracaso frustrante del hombre. La muerte es el sueo de paz en que entra el hombre para despertarse en los brazos de Dios. Con Cristo todos vamos a la gloria del cielo, por algo o por mucho nos dijo en la noche iluminada del jueves santo: me voy a prepararos un lugar para que donde est yo estis tambin vosotros (Jn: 14,1-3). Por ello concluyo con estas palabras que son la hoja de ruta a seguir, es lo que nos exige la actualidad para formar la Iglesia de Cristo en la que estamos llamados testimoniar todos los "Hombres, que a travs de una fe iluminada y vivida hagan a Dios creble en el mundo, enemos la necesidad de hombres que tengan la mirada dirigida a Dios, aprendiendo de l, la verdadera humanidad, tenemos la necesidad de hombres, cuyo intelecto sea iluminado por la luz de Dios, y a quienes Dios abra el corazn, de modo que su intelecto pueda hablar al intelecto de los otros y su corazn pueda abrir el corazn de los otros, solamente a travs de hombres tocados por Dios, Dios puede retornar a los hombres". Por ello el Misterio
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escondido desde antiguo y que los judos no aceptaron, se hizo patente si celebre, viv y entend en Cristo ha resucitado y que solo con su muerte, Dios nos da nueva vida. Felices Pascuas. FRANK CHAVARRIAGA ESCOBAR