El Reino de Dios, Su Entrada y Su Alcance

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EL REINO DE DIOS, SU ENTRADA Y SU ALCANCE

Estudio 14
CONTEXTO: Lucas 13:1-35

6 de Abril 2014
TEXTO BSICO: Lucas 13:1-5, 18-30

VERDAD CENTRAL: Hay una sola puerta para entrar al reino de Dios: el arrepentimiento y la fe en Jesucristo; y cuando una persona llega a formar parte de este reino, llega a ser participe de la influencia mas poderosa que haya existido VERSCULO CLAVE: Vendrn gentes del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarn a la mesa en el reino de Dios. Lucas 13:29 ESTUDIO PANORMICO DEL CONTEXTO
El asesinato de los galileos a que alude el primer versculo de este pasaje fue, sin duda, asunto general de conversacin en Jerusaln, y en toda la Judea. Ya podemos imaginarnos que todos sus por menores y circunstancias fueron repetidos por millares de hombres que no pensaban en el fin de su propia existencia. Lo mismo sucede hoy da: un asesinato, una muerte repentina, un naufragio, un accidente de ferrocarril, se apoderan de los nimos de toda una poblacin, y estn en boca de todos los que encontramos de da en da. Y sin embargo, a esas mismas personas les disgusta hablar de su propia muerte y de la suerte que les espera ms all del sepulcro. Tal es la naturaleza humana en todos los siglos. En lo que toca a religin, todos estn dispuestos a hablar de los dems ms bien que de s mismos. El estado de nuestras propias almas debiera ser lo que primero ocupara nuestra atencin. Con sobrada razn se ha dicho que la verdadera religin empieza siempre por el "Yo." El hombre convertido piensa primero, en su propio corazn, en su propia vida, en sus propios merecimientos, en sus propios pecados. Llega a sus odos la noticia de una muerte repentina? El se dice para s: "Habra estado yo preparado para tal evento?" Le refieren algn crimen horroroso? Se pregunta: "Han sido perdonados mis pecados, y me he arrepentido de mis culpas?" Sabe que algunos hombres irreligiosos estn cometiendo toda clase de pecados? Se interroga: "Quin me ha hecho ser diferente de ellos?" "Qu sino la gracia de Dios ha podido librarme de seguir las mismas sendas?"

1. El arrepentimiento: punto de partida para entrar al reino, Lucas 13: 1-5

1. En este mismo tiempo estaban all algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato haba mezclado con los sacrificios de ellos.
Parece que ellos queran hablar de los pecados de otros en lugar de hablar de los suyos. Muchos piensan que hay pecadores malos y pecadores respetuosos y ms aceptables. En el captulo 7:36 -50 Lucas habla de la mujer pecadora que fue perdonada de sus muchos pecados por Cristo, pero quin no ha tenido muchos pecados que necesitan ser perdonados?

2. Respondiendo Jess, les dijo: Pensis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran ms pecadores que todos los galileos?
Estas palabras de Jess indican que as era el concepto del pueblo. Crean que calamidades extraordinarias se deban a pecados extraordinarias. Es el argumento usado por los amigos de Job contra l; es decir, esta calamidad que ests sufriendo es la consecuencia de tus pecados. (Job 4:7), Recapacita ahora; qu inocente se ha perdido? Y en dnde han sido destruidos los rectos? (11:6), Conoceras entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece. (22:6-10). Tambin los discpulos de Jess tenan este concepto como vemos en (Juan. 9:2), Y le preguntaron sus discpulos, diciendo: Rab, quin pec, ste o sus padres, para que haya nacido ciego? . Teolgicamente es difcil saber la razn de los problemas y persecuciones en este mundo:

Puede ser un castigo por algn pecado personal o rebelin. Puede ser la maldad personal. Puede ser el resultado de vivir en un mundo cado (el mal estadstico) Puede ser una oportunidad para el crecimiento personal.

3. Os digo: No; antes si no os arrepents, todos pereceris igualmente.


(Romanos 3:23) por cuanto todos pecaron, y estn destituidos de la gloria de Dios, y habiendo pecado todos estn perdidos y necesitan del perdn de Dios, sin el cual perecern eternamente en el infierno

4-5. O aquellos dieciocho sobre los cuales cay la torre en Silo, y los mat, pensis que eran ms culpables que todos los hombres que habitan en Jerusaln?, os digo: No; antes si no os arrepents, todos pereceris igualmente.
En lugar de concluir que ciertos hombres eran ms dignos de castigo que otros, deberan pensar en las calamidades que vendran sobre ellos si no se arrepentan. La primera calamidad horrible sera la destruccin de Jerusaln dentro de unos 40 aos. En ese evento no meramente cay alguna torre sino que muchos de ellos fueron sepultados bajo las mur allas de la ciudad que fueron derribadas por los romanos. Pero aun otra calamidad les esperaba en el juicio final si no se arrepentan.

Qu es el arrepentimiento?
El reconocer y aceptar el pecado y tener cambio de corazn (intelecto, voluntad, emociones) que resulta en cambio de vida (frutos digno del arrepentimiento, Lucas 3:8-14; Hechos19:19). Es el cambio de actitud hacia Dios, Cristo, el Espritu Santo. Es el cambio de actitud hacia el pecado; al arrepentirse uno entiende lo que es, lo que hace, y en lugar de amarlo ahora lo aborrece (Hebreos 1:9; Romanos 12:9). Dios manda que todos se arrepienten: Hechos 17:30, 31; Mateo 3:2; 4:17; Hechos 2:38; 3:19; 17:30. Es necesario, para obtener el perdn de pecados (Lucas 24:47; Hechos 2:38) y para obtener la vida eterna (Hechos 11:18) Es don de Dios: Hechos 5:31; 11:18; 2 Timoteo 2:25.

Lo que no es el arrepentimiento: el remordimiento (pesar interno) por el pecado (Mateo. 27:3); el temor del castigo (Hechos 24:25); el sentir tristeza por el pecado (Hechos. 2:37; 2 Corintios. 7:10); Qu nos lleva al arrepentimiento? La benignidad de Dios, Romanos 2:4; la predicacin, Mateo. 12:41; la tristeza segn Dios, 2 Corintios 7:10; el temor de la muerte, Hebreos 9:27, y del juicio, Hechos 17:30, 31; 2 Corintios 5:10, 11.

2.- La salvacin en Jesucristo: nica puerta de entrada al reino, Lucas 13: 22-30 22. Ahora estaba viajando por ciudades y aldeas, enseando y caminando hacia Jerusaln.
El principio de este viaje fue indicado en 9:51. Parecera que Jess no tena prisa. Se detuvo en las ciudades y aldeas que haba en el camino. De hecho, permaneci suficiente tiempo en estos lugares para poder ensear en ellas. Esta es la segunda vez que Lucas nos recuerda que Jess intencionalmente iba a Jerusaln (la anterior aparece en 9.51). Aun cuando saba que estaba en camino hacia la muerte, continu predicando a grandes multitudes y sanando. La perspectiva de la muerte no vari la misin de Jess.

23. Alguien le pregunt: Seor, los salvados sern pocos en nmero?


Segn una opinin ampliamente difundida entre los judos, respaldada por los rabes, Israel como un todo sera salvo. Por otra parte, segn la enseanza de Jess la lnea de demarcacin entre los salvados y los no salvados no era nacionalista sino eminentemente espiritual. No es sorprendente que alguien preguntara a Jess si los salvados iban a ser pocos en nmero. No es verdad que dondequiera que fuera Jess proclamaba que solamente aquellos cuyos corazones eran comparables a la buena tierra, solamente aquellos que estaban dispuestos a negarse a s mismos, solamente aquellos que no slo oan su enseanza sino la ponan por obra, seran salvos? Eso dejaba fuera a muchos. Por lo tanto, no era legtima la inferencia que solamente unos pocos entraran por la puerta al palacio de la salvacin?

23b, 24. Les dijo: Esforzaos por entrar por la puerta estrecha; porque muchos, os digo, procurarn entrar y no podrn.
El Seor nos ofrece una puerta angosta y hay tiempo limitado para entrar por ella para ser salvos. Al pasar por ella uno cierra la puerta a la vida pasada y entra en una vida bendecida y dichosa con la esperanza de heredar la vida eterna. "Esforzaos a entrar". "AGONIZOMAI, luchar (castellano, agonizar)". Se traduce "luchar" en 1 Cor. 9:25, "todo aquel que lucha, de todo se abstiene"; "luchar como en una competicin, forzando todos y cada uno de los nervios para alcanzar el objetivo, Luc 13:24; dar el todo en el esfuerzo, involucrando penalidades, Col. 1:29". Se traduce "pelear" en 1 Tim. 6:12, "Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna". Tambin en 2 Tim. 4:7, "he peleado la buena batalla". Vemos, pues, que el Nuevo Testamento emplea trminos relacionados con las carreras y aun con la guerra para enfatizar lo serio y lo intenso del conflicto contra Satans y, por lo tanto, lo difcil de ser incluido entre los pocos que se salvan. Cuntas personas quieren esforzarse tanto, como para correr una carrera, o aun para pelear como soldados en una guerra? 1 Cor. 9:27, "golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre". Pablo emplea trminos del boxeo para indicar lo intenso de la lucha para ser salvos. Es lucha entre la carne y el Espritu (Rom. 8:6, 7; Gl. 5:17) La puerta es estrecha y el camino angosto porque tenemos que cambiar. Mat. 16:24; Luc. 9:23, "Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo, y tome su cruz (cada da), y sgame". Es muy difcil someter nuestra voluntad a la voluntad de otro, aun a la voluntad de Dios. Todo el mundo quiere hacer su propia voluntad. Quiere hacer lo que l mismo quiere hacer. Las palabras muchos procurarn entrar y no podrn son una seria advertencia a todos para que dejen la maldad y la indiferencia de inmediato y reciban al Salvador y la salvacin que ofrece como un don gratuito. Por otra parte, estas palabras no estaban destinadas a asustar a los hijos de Dios. No quieren decir que la entrada al palacio de la salvacin es solamente para quienes estn sin pecado. Todos los que luchanobedientes al mandato esforzaos por entrarentrarn. Tenemos que destruir otro concepto errado. El mandamient o esforzaos por entrar no quiere decir que despus de todo la salvacin es producto del esfuerzo humano y no de la gracia. Es todo de gracia, gracia que capacita. La verdadera situacin se describe en Filipenses 2:12,13: Con temor y temblor continuad ocupandos en vuestra salvacin, pues Dios es el que est obrando en vosotros tanto el querer como el hacer por su beneplcito.

25. Una vez que el dueo de la casa se levante y cierre la puerta y vosotros comenzis a estar a fuera y tocar a la puerta [o: vosotros estis afuera y llamis a la puerta], diciendo: Seor, brenos! (la puerta), El responder y os dir: No s de dnde vens.
Llega el momento en que el dueo del palacio de la salvacin Jess mismo; vase v. 26 bcerrar la puerta. Aquellos que han rehusado esforzarse, estarn fuera, tocando furiosamente a la puerta a fin de entrar. La escena descrita aqu nos recuerda Mateo 24:113; vase especialmente vv. 10b, 11 de esa parbola.

26, 27. Entonces comenzaris a decir [o: entonces diris]: Comimos y bebimos en tu presencia, t enseaste en nuestras calles. Pero l responder: No s de donde vens. Apartaos de m, todos vosotros obradores de maldad.
Lo que tenemos en vv. 25b hasta 27 es una descripcin del juicio final segn este afecta a los perdidos. En relacin inmediata con el pensamiento del v. 27, Jess ahora dice a sus oyentes:

28,29. Habr lloro y crujir de dientes cuando veis a Abraham y a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros mismo echados fuera. Y vendrn del oriente y del occidente, del norte y del sur y se reclinarn a la mesa en el reino de Dios.
El lloro es el de la miseria inconsolable y sin fin y la desesperanza completa y eterna. El crujir de dientes que lo acompaa es por la rabia frentica, la ira desenfrenada. De este lloro y crujir de dientes hay tres causas: a. Ellos ven a (estn conscientes de la presencia de) Abraham, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios ; es decir, el reino en su consumacin final. b. Adems, notan el hecho de que tantos otros, incluyendo a los gentiles (convertidos), de todas las naciones de la tierra este, oeste, norte y surestn participando en el banquete mesinico (cf. Mateo 8:11, 12). c. Ellos mismo son echados fuera; es decir, no solamente se l es neg la entrada, sino tambin fueron forzosamente expulsados.

30. Adems, fijaos bien, hay algunos ltimos (ahora) que (entonces) sern primeros y hay algunos primeros (ahora) que (entonces) sern ltimos.
En relacin con el contexto inmediato, que se refiere a las condiciones contrastantes de los salvados y los perdidos, los ltimos que entonces sern primeros podra referirse a las personas que al principio carecieron de los medios de gracia, pero cuando los recibieron los aceptaron gozosos. De la misma forma, los primeros que entonces sern ltimos podra sealar a quienes desde el principio tuvieron estos medios de gracia, pero los pasaron por alto. En lnea con esta interpretacin, entre los ltimos que entonces sern primeros habr muchos gentiles. Entre los primeros que sern ltimos habr muchos judos. Tambin hay que tener presente el hecho de que Jess no dice que todos los que son primeros ahora sern ltimos entonces; solamente algunos. Lo mismo se aplica a los que son ltimos ahora.

3.-UNA INFLUENCIA POSITIVA CRECIENTE: CARACTERSTICA DE LOS CIUDADANOS DEL REINO, Lucas 13:18-21

18. Dijo pues: A qu se parece el reino de Dios, y con qu lo comparar?


Lo que tenemos en v. 18 es una pregunta retrica para despertar el inters. Ntese la sorprendente semejanza en forma a la similarmente doble pregunta que se encuentra en Isaas 40:18 y la de Lucas 7:31. Tal pregunta era un artificio para agudizar el inters de la gente. Hablando, por tanto, del crecimiento del reino, Jess prosigue:

19. Es como la semilla de mostaza que un hombre tom y planto en su huerto, y creci hasta ser rbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.
El reino creci en el primer siglo. Comenz como semilla de mostaza. Muchos menospreciaron a Jess. "No es ste el hijo del carpintero?" Era reconocido como el carpintero de Nazaret, "De Nazaret puede salir algo bueno?" (Juan 1:46). Crean que Jess era hombre insignificante entre ellos. No esperaban nada de importancia de l. En cuanto a sus seguidores, Jess les dijo, (Lucas 12:32), "No temis, manada pequea, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino". Jess y sus discpulos eran como el pequeo grano de mostaza, "el cual a la verdad es la ms pequea de todas las semillas". El reino no se prepar para reyes, prncipes, ricos y famosos, sino para la "manada pequea" que sinceramente segua a Jess. En la vida real la planta de mostaza alcanza tres metros y a veces alcanza a los cuatro metros y medio. En otoo, cuando las ramas adquieren rigidez, aves de diversas especies encuentran aqu abrigo de la tormenta, descanso y sombra del calor del sol. En forma similar, una vez establecido el reino del Dios se extiende y se sigue extendiendo. En cuanto a las aves que hayan refugio en la sombra del rbol (Ez. 17:2224; Dn. 4:20,21), no indica esto que el reino es una bendicin para hombres de toda regin, raza y nacin?

20-21. Nuevamente dijo: A qu comparar el reino de Dios? Es como la levadura que una mujer tom y puso en tres medidas de harina de trigo, hasta que toda la masa hubo quedado leudado.
La levadura en la harina se refiere a la influencia poderosa del evangelio. Como la levadura (un trozo de maza fermentada) trabaja y transforma la masa, as el evangelio del reino tiene gran poder transformador en el mundo. Romanos 1:16. En un sentido el evangelio s es revolucionario, porque hace grandes cambios en e l hombre, en el gobierno y en toda la sociedad humana. Pero no es revolucionario en el sentido ordinario, sino que es una fuerza que tiene que ser recibida en el corazn del hombre para que haga cambios desde adentro. En la misma carta explica cmo nuestras vidas son transformadas (Romanos 12:1,2). Ejerce una influencia sana, completa y penetrante dentro y desde adentro hacia afuera

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