Apuntes para Una Clasificación de Los Conflictos-Alberto Piris
Apuntes para Una Clasificación de Los Conflictos-Alberto Piris
Apuntes para Una Clasificación de Los Conflictos-Alberto Piris
Alberto Piris
Disponible en http://www.cip.fuhem.es/EDUCA/docs/cau1.doc
* Nota
Aunque, tradicionalmente se ha considerado a la guerra como inclasificable, entender las races de los conflictos es necesario para impedir que se transformen en conflictos armados y finalmente en guerras. Simplificando, las causas pueden ser de base psicolgica, tradicional o moderna. El territorio, sobre todo, ha sido la causa primigenia, tanto en la expansin imperialista como en los procesos de descolonizacin. El nuevo imperialismo, financiero y multinacional, no necesita el factor territorial. La historia siempre est presente en los conflictos, y se utiliza como fuerza motivadora y en la propaganda. Adems de otras, en casi todas las guerras existen razones econmicas como causas secundarias. La imposicin de un idioma, una religin o unas costumbres genera conflictos de raz tnica, que frecuentemente se combinan con la lucha por territorios o recursos. La falta de democracia se ha convertido en un factor moderno de conflicto, ya que los sectores oprimidos de la sociedad se rebelan por sus derechos. La pobreza y la miseria se encuentran en la raz de muchos conflictos actuales, a menudo de tipo interno, que se originan en el reparto injusto de la riqueza. La superacin de la desigualdad es un elemento esencial para la prevencin de los conflictos armados. Modernamente se ha aadido un nuevo conjunto de motivos, que tienen que ver con la degradacin medioambiental, las guerras destruyen los recursos, el medio ambiente se ve afectado por la preparacin militar en tiempos de paz y existen armas de destruccin masiva. El militarismo es tambin una fuente de problemas, ya que el rearme puede detraer recursos del desarrollo. En conclusin, las causas son muy diversas y se combinan entre s, pero un conocimiento cabal es el paso inicial para la resolucin de los conflictos.
Un intento simplificador Sin abrir tanto el campo de operaciones como para hacer imposible una clasificacin de los conflictos, se puede establecer una lista resumida de algunas de las principales causas de los conflictos que aquejan a la humanidad al concluir el siglo xx. En este trabajo se van a considerar las siguientes cuestiones como causas principales de los conflictos:
la importancia de las percepciones o la base psicolgica de los conflictos las causas de tipo tradicional: territoriales, histricas, econmicas y tnicas las causas modernas: las carencias democrticas, la pauperizacin del Tercer Mundo, el deterioro ambiental y el militarismo
Todo intento de clasificacin es simplificador y, aun estando de acuerdo con las causas aqu calificadas de tradicionales, pudiera discutirse, por ejemplo, si son causas modernas las carencias democrticas o el militarismo. No obstante, es aceptable pensar que el ideal democrtico universal, si hunde sus races en la antigua Grecia, no ha sido ampliamente aceptado hasta despus de la Segunda Guerra Mundial, y que el militarismo romano o del imperio persa, por ejemplo, poco tuvo que ver con lo que ahora se entiende por ese concepto. Por otro lado, parece evidente que la preocupacin ecolgica es hija de los ltimos decenios y la miseria extendida por amplias zonas de la Tierra es en gran medida un subproducto del largo proceso colonizador/descolonizador consumado a mediados del presente siglo. No es, pues, difcil aceptar una clasificacin bsica como la anteriormente propuesta. Las percepciones estn en la raz de todos los conflictos El documento fundacional de la Unesco manifiesta que las guerras comienzan en las mentes de los hombres, con lo que indica uno de los principales orgenes de los conflictos: el que se basa en las percepciones humanas. Se ha dicho tambin, acertadamente, que la historia responde tanto a los
hechos como a las falsedades,(1) es decir, que el anlisis histrico se construye frecuentemente sobre percepciones. Siendo as, es claro que el ser humano se debate entre impulsos opuestos de cooperacin y agresin y la humanidad no es por naturaleza ms agresiva que pacfica. Hay buenas razones para creer que los hombres vivieron en paz y cooperacin con sus congneres durante la casi totalidad de su historia evolutiva, y el hecho de que la guerra se haya hecho tan habitual en la sociedad es una pauta cultural relativamente moderna y de ningn modo inevitable. Por otro lado, ha quedado suficientemente demostrado que nuestra visin de la naturaleza humana, la imagen que tenemos de nosotros mismos, ejerce un efecto determinante sobre nuestra conducta y nuestra sociedad.(2) Los medios de comunicacin configuran una determinada forma de ver el mundo y pueden fomentar la agresividad desde la infancia. Tambin contribuyen a esto, entre muchos otros factores, los juguetes blicos y la habitual mitificacin y glorificacin de la guerra y la violencia en las leyendas e historias de los pueblos.(3) Unos estereotipos tradicionales educan a los muchachos en la competitividad y la agresividad e inducen a las nias a una actitud pasiva y secundaria. Se crea as un crculo vicioso que premia la belicosidad y castiga la cooperacin pacfica. No siempre ha sido as, ni tampoco en todas partes; una de las nicas filosofas que a travs de los siglos se dedic a no exaltar la guerra fue la de Confucio: Un general verdaderamente grande no ama la guerra, y no es vengativo ni apasionado.(4) Pero han sido ms las corrientes de pensamiento dedicadas a mitificar la guerra, cuya bibliografa llenara muchas pginas. Por otra parte, el fenmeno CNN, llamado as por la conocida cadena norteamericana de televisin que sirve a domicilio las guerras de cualquier zona del planeta mientras se estn desarrollando, y que contribuye de forma desproporcionada a modelar la opinin mundial sobre aqullas, es la expresin moderna de este problema. La percepcin de los equipos de televisin modela la opinin pblica sobre cualquier conflicto, crea un mundo de buenos y malos y slo pone ante los ojos del pblico lo ms espectacular y brillante. Lo cotidiano y lo normal no tienen all cabida ni multiplican los ndices de audiencia. Pero si alguien se siente propenso a culpabilizar a los modernos medios de comunicacin, convendra recordar que la mtica guerra de Troya, provocada por el amor de una mujer y difundida por Homero en La Ilada, con espectacularidad de detalles que en nada tiene que envidiar a la televisin actual, es un hecho que revela que este problema no es exclusivo de hoy. El territorio como causa primigenia En el pasado, gran parte de las guerras tenan como motivo fundamental la conquista de territorios. En los tiempos prehistricos, se trataba de defender los territorios de caza, las rutas de nomadeo o los campos de recoleccin; ya en pocas histricas, el motivo poda ser el afianzamiento del poder de un seor feudal, o la dilatacin y proteccin de un imperio colonial. En la actualidad este tipo de conflicto es menos frecuente, debido en parte al desarrollo del derecho internacional y la creacin de instancias jurdicas que regulan los conflictos territoriales, como el sistema de Naciones Unidas, el Tribunal Internacional de Justicia y otros medios de arbitraje (Chile y Argentina recurrieron recientemente a la Santa Sede para delimitar algunas partes de su frontera austral). An as, el factor geogrfico sigue siendo un elemento importante para poder entender cmo se generan los conflictos. La ciencia que estudia el territorio es la geografa, pero sta sirve ante todo para hacer la guerra y para organizar los territorios con objeto de controlar mejor a los hombres sobre los que ejerce su autoridad el aparato estatal.(5) La geografa es, pues, arma para la guerra, dada la necesidad de
comprender el espacio donde surgen los enfrentamientos, armados o no, para as poderlos analizar en toda su integridad. Durante la expansin imperialista del siglo XIX, la ocupacin de territorios ajenos estaba motivada por diferentes razones: ampliacin de mercados, bsqueda de mano de obra barata, apropiacin de recursos naturales, creacin de zonas de seguridad, acceso a vas fluviales navegables o a puertos martimos. Desde 1945, diversos Estados usaron la fuerza como medio para garantizar sus intereses territoriales y estratgicos: Francia y el Reino Unido, en el canal de Suez, contra Egipto; la URSS, en Checoslovaquia y Afganistn; EE UU, en Granada y Panam; Indonesia, en Timor Oriental; Irak, en Kuwait, por citar slo unos casos. En la segunda mitad del siglo XX se inici el proceso de descolonizacin, que dio la independencia a los territorios sometidos a los intereses colonialistas. Este proceso fue una nueva fuente de conflictos, al establecerse fronteras artificiales y dividir entre dos o ms Estados sociedades homogneas que haban permanecido unidas durante siglos. Aos despus, estos pueblos, cuyos ecosistemas tambin han sido fragmentados y disueltos, intentan reagruparse, y entran en colisin con las fronteras dentro de las que se independizaron. El continente africano es un sangriento muestrario de problemas de este tipo.(6) En otras ocasiones, algunos pueblos o Estados que han perdido una parte de su territorio en una guerra anterior o que creen tener derechos histricos sobre un espacio geogrfico que consideran suyo, intentan recuperarlo de nuevo mediante el recurso de las armas: Argentina, en las Malvinas; Irak en Kuwait; Ecuador y Per se enfrentaron entre s y lo mismo ocurre entre las repblicas de la antigua Yugoslavia. Los litigios fronterizos de carcter irredentista son an frecuentes, aunque slo unos pocos derivan en enfrentamientos violentos. Las nuevas formas de colonialismo, basadas en la penetracin financiera y de capitales, y en la expansin de compaas multinacionales, hacen menos necesaria la ocupacin y conservacin de territorios. La omnipresente historia En todos los conflictos hay causas histricas, porque todos van evolucionando a lo largo del tiempo. Con frecuencia se distinguen circunstancias cercanas al estallido del conflicto -por ejemplo, los acontecimientos de Sarajevo en el verano de 1914, desencadenantes de la Primera Guerra Mundial-, y factores de ms largo alcance, como la competencia econmica y estratgica entre los grandes imperios coloniales en frica y Asia desde 1870, que es una de las razones que permiten entender por qu lo ocurrido en Sarajevo condujo a la guerra de 1914-1918. Todos estos datos, de rasgos y alcances muy diferentes, se sitan en el tiempo y, por lo tanto, pertenecen a la historia. A menudo es la misma historia la que, adaptada a las conveniencias e intereses de los promotores o actores de los conflictos, es usada para justificar y alentar la necesidad o la legitimidad del enfrentamiento. Muchos dirigentes polticos, militares e intelectuales apelan a la memoria histrica de sus pueblos para deformar la imagen de los adversarios. Los recuerdos de hechos histricos resucitan as con toda su fuerza motivadora. Socializados por la propaganda escolar,(7) periodstica y audiovisual, contribuyen a crear una mentalidad colectiva proclive al enfrentamiento violento como medio para solucionar todas las deudas pendientes. Este uso y abuso de la historia como causa de los conflictos presenta muchas manifestaciones. He aqu algunos ejemplos. La humillacin sufrida por alguna antigua o reciente derrota militar, que es preciso vengar para recuperar la dignidad nacional degradada: en la antigua Yugoslavia se han manejado a este respecto acontecimientos ocurridos desde finales del siglo XIV hasta la Segunda
Guerra Mundial. La vuelta al esplendor perdido como gran potencia: argumento frecuentemente esgrimido por grupos xenfobos y racistas en muchas grandes potencias periclitadas. El compromiso adquirido con los viejos territorios coloniales: lo que explica en parte las polticas intervencionistas de muchos Gobiernos con ocasin de algn problema en lo que fueron sus posesiones africanas o asiticas. Aun en los conflictos en los que el factor histrico no es elemento principal o desencadenante, en todos ellos desempea un papel sustancial. Las causas econmicas de los conflictos La guerra evoluciona a partir de dos actividades milenarias de la humanidad: la caza y el pillaje. Muchos de los primeros conflictos violentos de los que se tiene noticia en la historia de la humanidad, lo son por motivos que hoy podramos llamar econmicos: posesin de recursos (tierras, ganados, aguas), apropiacin de bienes y personas (esclavos, mujeres) y satisfaccin de otras necesidades de subsistencia de las sociedades. Las guerras comerciales y coloniales, que a finales del siglo XIX llegaron a abarcar todo el planeta, son la ms genuina expresin del mximo nivel de violencia al que han llegado los enfrentamientos producidos por motivos fundamentalmente econmicos. Algunos siglos antes, esto era ya perceptible en los conflictos originados sobre las rutas comerciales que unan a Europa con el Oriente asitico e incluso las guerras pnicas, que tanto afectaron a Espaa, fueron una clara expresin del antagonismo comercial que enfrent a Roma con Cartago. Pero, contra algunas teoras que afirman lo contrario, conviene poner de relieve que no todas las guerras son desencadenadas por motivos econmicos. Esta idea est basada en el hecho irrefutable de que toda guerra tiene graves consecuencias econmicas, lo que es muy distinto y no tiene nada que ver con la cuestin. E incluso se basa tambin en el hecho de que para gestionar una guerra se requieren unas condiciones econmicas imprescindibles, lo que se percibe sin ms que constatar que las iniciales estructuras burocrticas de los Estados luego llamados modernos se crearon casi exclusivamente para satisfacer la necesidad del soberano de disponer de fondos para hacer la guerra. Se aproxima ms a la realidad el hecho de que en casi todas las guerras existen razones econmicas como causas secundarias que refuerzan los motivos primarios que las desencadenan. Otra cuestin importante es el hecho de que las guerras suelen ser a menudo provocadas por los pases o coaliciones econmicamente poderosos (Alemania era el pas ms rico de Europa en 1939), pero los conflictos armados de mayor virulencia suelen aquejar a los pases pobres, a causa de las debilidades estructurales que acompaan a la pobreza. Guerra y miseria resultan ser as la frmula infalible para el fracaso absoluto de una sociedad (como se explica ms adelante). Penetrando en la intimidad humana: las cuestiones tnicas Con frecuencia unos grupos humanos dominan a otros imponindoles su idioma, su religin o sus costumbres. Se genera as un tipo de conflicto de races tnicas. Los conflictos tnicos son tan antiguos como la humanidad.(8) En otros tiempos, fue frecuente que unos grupos sometiesen a otros a la esclavitud, para utilizar su fuerza de trabajo o incluso para combatir a su servicio. En la actualidad, este tipo de conflictos se extiende sobre todo el planeta y se expresa en el rechazo de unos pueblos a ser dominados por otros que consideran ajenos a su identidad. Ocurre a veces que el sojuzgamiento de unos grupos por otros coincide con situaciones de desigualdad econmica, de despojo de recursos naturales propios de los grupos oprimidos o de
desplazamientos forzados de poblaciones fuera de sus territorios de origen, y as las causas tnicas de los conflictos se relacionan en ocasiones con las econmicas, con la lucha por los recursos y por los territorios. Una vez ms se confirma lo indicado anteriormente: las causas de los conflictos se combinan entre s a menudo multiplicando sus efectos. Lo que sucede hoy en Yugoslavia, en Ceiln, en Timor Oriental y en muchos pases africanos son conflictos tnicos agravados hasta convertirse en guerras por la falta de cauces de expresin de los pueblos que se sienten oprimidos. Por el contrario, los problemas vasco y cataln, que son tambin conflictos de races tnicas e importante componente cultural, se mantienen en gran medida dentro de los lmites naturales en un sistema democrtico que permite su expresin en un marco de libertades pblicas que hacen innecesaria la violencia. Esto lleva al siguiente factor. La falta de democracia, moderno factor de conflictos Hay una relacin entre democracia, conflictos armados y paz. En las sociedades en las que rigen las libertades pblicas, los derechos humanos y los derechos civiles, existen ms posibilidades de que los conflictos se resuelvan sin el uso de la violencia. Cuanto ms estables son las instituciones democrticas, menos se recurre a la violencia. En los sistemas democrticos existen garantas para los ciudadanos, y si sus derechos son vulnerados disponen de procedimientos reivindicativos no violentos. La Ley en la democracia debe proteger los derechos universales de todos los ciudadanos, al igual que los derechos particulares de las minoras o sectores de la poblacin que pueden sufrir alguna discriminacin. Los sistemas democrticos son los ms aptos para resolver los conflictos en las sociedades multiculturales, multitnicas o multirreligiosas, aunque esto no quiere decir que funcionen a la perfeccin y supriman de raz la causa de los conflictos. Hay ms democracias imperfectas que perfectas entre los Estados tenidos por democrticos. En los que no lo son, las libertades esenciales no estn garantizadas y, ms an, son violadas por los propios Estados. Pese a la aparente fuerza de las dictaduras, basada en la violencia, cuando no rige la democracia se produce un vaco de poder institucional. Por regla casi general esto lleva a la rebelin de sectores de la sociedad oprimidos y coartados en sus derechos, libertades y en el acceso a mayores niveles de bienestar. Globalmente, los Estados democrticos tienden a relacionarse de forma pacfica entre s. Hay, sin embargo, Estados democrticos con intereses econmicos externos o geopolticos que actan de forma imperialista. Hay tambin Estados democrticos, o grupos econmicos de Estados democrticos, que ayudan a Gobiernos dictatoriales a cambio de obtener beneficios econmicos. Como tendencia general, al aumentar el nmero de Estados democrticos ser ms probable que se aborden y se gestionen de forma pacfica los problemas comunes, como la crisis medioambiental, los desplazamientos masivos de refugiados y emigrantes, las guerras o el comercio internacional. El avance de la democracia en cada Estado del sistema mundial favorece a largo plazo la paz dentro de los Estados y entre ellos. La raz de muchos conflictos actuales: la pobreza y la miseria La crisis econmica, la desigualdad y la pobreza se encuentran a menudo entre las causas de los conflictos, especialmente cuando se trata de conflictos armados internos, guerras civiles o conflictos
motivados por el control de unos recursos naturales cada vez ms escasos. En sociedades caracterizadas por un reparto injusto de la riqueza no es extrao que se establezcan regmenes autoritarios y represivos, que mantienen los privilegios econmicos de una minora y excluyen a la mayora mediante la militarizacin de la vida cotidiana, la discriminacin tnica, la represin poltica y las violaciones de los derechos humanos. En este tipo de sociedades existe un enorme potencial de inestabilidad y violencia, que en ocasiones desemboca en conflictos guerrilleros o guerras civiles. Durante los aos 80, ms de cien pases en desarrollo, sumidos en la crisis de la deuda, se han visto obligados a adoptar programas de ajuste estructural. Estos programas han recortado el gasto social y los ingresos de los sectores populares, incrementando la pobreza, la conflictividad social y la depredacin del medio ambiente. Hoy, muchos pases en desarrollo son democracias con pobreza, con un gran potencial de violencia e inestabilidad y un futuro incierto. De seguir la tendencia actual, hacia el fin de siglo habr 2.000 millones de pobres en el mundo tratando de sobrevivir entre un mundo rural cada vez ms deteriorado por la crisis ambiental y unas megaciudades que ofrecen cada vez menos puestos de trabajo. La superacin o reduccin de la desigualdad, tanto entre el Norte y el Sur como entre los diferentes grupos sociales, es un elemento esencial para la supervivencia del planeta y la prevencin de conflictos armados. Hacia el siglo XXI:los conflictos ambientales y la ecologa La relacin entre conflictos armados y recursos o bienes naturales esenciales para la supervivencia y el desarrollo de las sociedades es profunda y son varias las formas de vinculacin:
las guerras que se libran entre Estados o dentro de los Estados, por acceder a recursos naturales considerados econmicamente vitales los conflictos sociales que pueden derivar en violencia por efecto de la escasez de uno o varios recursos el deterioro ambiental producido por los conflictos violentos.
La escasez progresiva de recursos ambientales, tales como el agua potable y la tierra apta para el cultivo, puede provocar guerras por recursos o conflictos interestatales. Cuando escasean los recursos surgen enfrentamientos entre sectores sociales. La escasez inmediata o potencial puede hacer que un pas ataque a otro para controlar sus recursos. stos pueden escasear de forma directa por una excesiva explotacin humana o de forma indirecta por diversas causas ambientales. Entre ellas destacan:
el cambio climtico debido al efecto invernadero; la destruccin de la capa estratosfrica de ozono; la degradacin y prdida de tierra apta para cultivar; la degradacin y destruccin de los bosques; la destruccin y contaminacin de las reservas de agua potable; el agotamiento de las reservas pesqueras.
Una grave escasez de recursos podra incrementar simultneamente las carencias econmicas y perturbar las instituciones sociales fundamentales. Esto, a su vez, puede causar conflictos que se manifiestan en formas de insurgencia y guerras civiles.
Las guerras destruyen los recursos naturales. El medio ambiente tambin se ve afectado por la preparacin militar en tiempos de paz. Por otra parte, el uso de armas de destruccin masiva (nucleares, qumicas o biolgicas) causa un gran impacto ambiental. El militarismo Tradicionalmente la seguridad ha sido concebida en trminos exclusivamente militares como la capacidad de un Estado para disuadir o repeler una agresin externa. Este concepto ha alcanzado niveles extraordinariamente peligrosos desde la aparicin de las armas nucleares y de destruccin masiva. Los gobiernos han invocado a menudo la seguridad nacional para justificar el mantenimiento, la ampliacin y la modernizacin de las Fuerzas Armadas y para fomentar nuevas tecnologas militares. Tambin algunos pases, en nombre de la seguridad, se inmiscuyen en los asuntos internos de las naciones ms dbiles y hasta llevan a cabo una sistemtica violacin de los derechos humanos de sus propios ciudadanos. El rearme puede minar la economa de un pas y empobrecerlo al destinar recursos a la compra de armamento en lugar de invertirlos en desarrollo del pas, mejorando la productividad y la competitividad internacional, favoreciendo la investigacin e inversin en recursos humanos. Esta situacin se agrava en el caso de los pases del Tercer Mundo, en los que las necesidades bsicas de la poblacin no estn cubiertas y es muy alta su vulnerabilidad ante las crisis econmicas y los desastres ambientales. La compra de armamento habitualmente se realiza mediante prstamos con altos intereses que endeudan al pas. El aumento de la deuda ha obligado a muchos pases a aplicar recortes en los gastos sociales con graves consecuencias para la poblacin. La inestabilidad poltica y econmica de muchos pases del Sur favorece los golpes de Estado que apoyan y perpetan poderosos aparatos militares que protegen los intereses de una lite sobre los del conjunto de la poblacin. En las ltimas dcadas, cuando los militares tomaron el poder en Chile, Guatemala, Indonesia y Uganda, entre otros, fueron un instrumento para preservar estructuras polticas y econmicas que negaban las necesidades bsicas y los derechos elementales de la mayor parte de la poblacin. Los conflictos por causas tnicas, culturales, polticas y por las agudas desigualdades socioeconmicas pueden incrementarse o reavivarse cuando el Estado o un grupo dentro de ste, aumentan su capacidad militar. La mayora de los conflictos armados que se han producido despus de la Segunda Guerra Mundial han tenido lugar en los pases del Sur y han ocasionado la muerte de al menos 20 millones de personas, en su mayora civiles. Conclusin En el siglo IX a. de JC, se preguntaba Homero, en el primer canto de La Ilada, sobre las causas que generaron la mtica guerra de Troya que enfrent en sangriento conflicto blico al Pelida Aquiles y al Atrida Agamenn, rey de hombres, adems de todos los guerreros que participaron en ambos bandos: Cul de los dioses promovi entre ellos la contienda para que pelearan?
En el lenguaje actual de la poltica internacional la pregunta no hubiera sido muy distinta: Cules fueron las causas que intervinieron en la guerra de Troya? A facilitar el anlisis de las causas de los conflictos tiende este trabajo. Pero esto no es sino el paso inicial de una investigacin para la paz que se quiere activa y no se limita a estudiar desde fuera los conflictos, sin implicarse en su evolucin. Porque tras la averiguacin del porqu de stos, es necesario desarrollar toda una teora que contenga los pasos que hay que dar antes, durante y despus de los conflictos. Sin embargo, tanto para prevenirlos antes de su agravacin, como para controlarlos y limitarlos en su evolucin, as como para la posterior recuperacin de las sociedades que han sufrido sus efectos, un conocimiento cabal de las causas confluyentes en aqullos es el paso inicial para su resolucin. A ello pretenden contribuir estos apuntes.
Nota final: En este artculo se recogen muchas de las aportaciones realizadas por los otros miembros del equipo de trabajo del CIP: Mariano Aguirre, Manuela Mesa y Pedro Sez.
(1) Felipe Fernndez-Armesto, Millenium, Bantam Press, Londres, 1995, p. 562. (2) Ashley Montagu, La naturaleza de la agresividad humana, Alianza Universidad, Madrid, 1978, p. 235. (3) Lase sin prejuicios lo que constituy lectura infantil de muchos jvenes, la narracin Corazn de Edmondo de Amicis, que contiene una exaltacin patritica de la guerra. Comprensible cuando Italia luchaba por su identidad nacional, es una muestra romntica y sentimental de cmo se puede contribuir a erigir la guerra como supremo bien. (4) Gaston Bouthoul, La guerra, Oikos-Tau, Barcelona, 1975, p. 14. (5) Y. Lacoste y otros, Geografas, ideologas, estrategias espaciales, Ddalo Ediciones, Madrid, 1977, p. 10. Muy a menudo se olvida que uno de los manuales ms claros sobre geopoltica es obra de un gegrafo espaol: Vicens Vives, Tratado general de geopoltica, Vicens Vives, Barcelona, 1972. En l puede comprenderse bien la importancia del territorio como origen de conflictos y guerras. (6) Vase al respecto frica Subsahariana: un continente marginado. Reflexiones geoestrtegicas, ponencia presentada por el autor en el Seminario de Investigacin para la Paz, Centro Pigntelli, Zaragoza, el 10 de marzo de 1995. (7) Un compendio, en clave de humor, de la manipulacin de la historia en la educacin de los jvenes espaoles de la posguerra se lee en Andrs Sopea Monsalve, El florido pensil. Memoria de la escuela nacionalcatlica, Crtica, Barcelona, 1994. (8) Numerosos textos que pertenecen a los orgenes de la humanidad as lo revelan. En el mbito cultural judeocristiano, una somera lectura de los documentos veterotestamentos es ms que suficiente para comprobar la crueldad y la violencia de las guerras tnicas que el pueblo judo desencaden en la "tierra de promisin": II Samuel 12, 31; II Reyes, 8, 12 y, especialmente, 15,16; II Par 25,12. El muestreo de los horrores es amplio y variado.