Visiones Enfoques Y Evidencias La Catedra Memoria Historica Del Siglo XX
Visiones Enfoques Y Evidencias La Catedra Memoria Historica Del Siglo XX
Visiones Enfoques Y Evidencias La Catedra Memoria Historica Del Siglo XX
Visiones, enfoques y evidencias: la Ctedra Memoria Histrica del siglo XX Views, Approaches and Evidences: the Chair Historical Memory of the 20th Century
Julio Arstegui Jorge Marco Gutmaro Gmez Bravo Universidad Complutense de Madrid. Spain [email protected]
Abstract This article provides essential information on the Spanish academic Chair of Historical Memory of the 20th Century (Ctedra Memoria Histrica del siglo XX) at the Universidad Complutense de Madrid (Spain), together with its projects, research and activities since the institution was founded in 2004, and especially from 2011 onwards. During the past few decades, Spain has undergone a profound social change, with the memory of the Civil War becoming a matter of social, political and academic controversy. As a result of this change, the social sciences have been through a process of deep methodological renewal, which the Chair attempts to reflect with its research, debates and outreach activities. Key words Historical memory, violence, repression, genocide.
Resumen Este artculo proporciona informacin esencial sobre la institucin acadmica espaola Ctedra Memoria Histrica del siglo XX (Universidad Complutense de Madrid) (Espaa), sus proyectos, lneas de investigacin y actividades desarrolladas desde su fundacin en 2004 y, particularmente, desde 2011. En los ltimos aos Espaa ha sufrido un profundo cambio social, convirtindose la memoria de la guerra civil en materia de polmica social, poltica y acadmica. Como resultado de este cambio, las ciencias sociales han profundizado en una renovacin metodolgica que la Ctedra intenta reflejar con sus investigaciones, debates y actividades divulgativas.
Palabras clave
El proyecto de investigacin dirigido por el Dr. Gonzalo Pasamar, La memoria de la guerra civil espaola durante la transicin a la democracia (Secretara de Estado de Innovacin, Desarrollo e Investigacin. Ministerio de Economa y Competitividad. Ref. HAR2011-25154) (2012-14) colabora con la Ctedra Memoria Histrica del siglo XX (Universidad Complutense de Madrid). ISSN 2174-4289 77
Memoria histrica, violencia, represin, genocidio. Introduccin La sociedad espaola ha experimentado un creciente inters por conocer mejor su pasado reciente. Una demanda generalizada que se ha sentido en muchos otros lugares aunque de forma muy desigual, sobre todo en funcin de la realidad sociopoltica de cada pas. Lejos de estar agotada o saturada, la memoria se ha colocado en el centro de la discusin sobre la identidad nacional; un debate donde cada vez juega un papel ms determinante la interpretacin del pasado. Un proceso especialmente activo, sin ir ms lejos, en Francia, que no slo cuestiona el escepticismo de los crticos con la dimensin pblica y social de la memoria, sino que adems desmonta el mito que la vincula exclusivamente a una izquierda trasnochada. La historia escrita desde finales del siglo XX hasta hoy no se reconoce en nada con la fijada medio siglo atrs. Emerge con fuerza una realidad desconocida o deliberadamente oculta otras veces, cuya aparicin ha tenido una gran importancia en la consolidacin de una identidad colectiva renovada, donde el pasado deja de ser una carga, para formar parte de un proyecto de cambio. Todo ello ha sucedido de manera especialmente vertiginosa en aquellos casos que haban sufrido dictaduras largas y con un alto perfil represivo. Los pases situados dentro de la rbita comunista en el siglo XX muestran la evolucin ms clara al respecto. Pero sigue presente igualmente entre los pases del Cono Sur que sufrieron dictaduras militares, especialmente en Argentina y Chile, donde la cuestin sigue estando centrada en el problema de los desaparecidos y en la discusin, poltica y jurdica, de las denominadas leyes de punto final. Las posturas son casi siempre irreconciliables y muestran claramente el efecto de una memoria enfrentada.1 Las memorias traumticas del siglo muestran muchos elementos en comn y, como no poda ser de otro modo, tambin sus propias particularidades. Pero el caso espaol, donde destaca la divisin identitaria entre vencedores y vencidos despus de la guerra civil y a lo largo de toda la dictadura, se asemeja en gran medida a otros fenmenos similares. Del mismo modo, la gestin de la memoria como una forma de control social no presenta rasgos particularmente diferenciados. Al mantener viva la fractura abierta el verano de 1936 durante prcticamente cuatro dcadas, el franquismo termin por crear una identidad nacional y una memoria nica que glorificaba su accin y la propia guerra como fuente de legitimidad. El proceso de transicin a la democracia concluy con xito la operacin de recuperacin del Estado de Derecho y sent las bases para restablecer un marco de convivencia plural. Sin embargo, la cuestin de la memoria no se abord desde la poltica oficial por la fuerte divisin existente.2 La conocida como Ley de Amnista (Ley 46/1977 de 15 de octubre de 1977), eliminaba la responsabilidad ante cualquier delito poltico cometido hasta diciembre de 1976. Habra que esperar ms de treinta aos para que se volviera a debatir, y finalmente se aprobara, un proyecto de ley sobre la Memoria Histrica, cuya aplicacin
Robert Laffont, Memoria del mal, tentacin del bien (Barcelona: Pennsula, 2009). Pier Paulo Poggio, Nazismo y revisionismo histrico (Madrid: Akal, 2006). 2 Alicia Gil Gil, La justicia de transicin en Espaa: de la Ley de Amnista a la memoria histrica (Barcelona: Atelier, 2009). ISSN 2174-4289 78
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genera todava hoy una fuerte controversia. En este perodo han aflorado prcticamente por todo el pas las asociaciones de memoria histrica, que se suman a otras iniciativas de distinta ndole, como la Ctedra Memoria Histrica del Siglo XX, surgida en el seno de la Universidad Complutense de Madrid. El auge de estos movimientos muestra el importante papel jugado por la sociedad civil en la normalizacin de las relaciones entre una memoria traumtica para gran parte de la sociedad y una relectura de la historia aceptada por todos. Esto ltimo parece haberse conseguido en torno al perodo de la transicin a la democracia, donde reina el consenso en los dos grandes partidos polticos. Sin embargo, no puede decirse lo mismo en torno a la guerra civil y el franquismo.3 El punto ms conflictivo parece ser el de la reparacin moral, ya que la rehabilitacin de los represaliados bajo el franquismo encuentra una fuerte oposicin en determinados sectores que, ideolgica o corporativamente, se sienten amenazados. El caso ms llamativo es el del juez Garzn, reconocido internacionalmente por su tarea en la persecucin de los crmenes contra la Humanidad, mientras que en Espaa es inhabilitado por investigar los crmenes de la dictadura, por un proceso iniciado a instancias de organizaciones vinculadas a ella. Pero los problemas, las trabas y, en definitiva, la oposicin a que se investigue seriamente este perodo, los vienen sufriendo mucho antes las familias que buscan todava a miles de personas desaparecidas.4 Al mismo tiempo, sobre esta cortina de humo de remover el pasado, han proliferado distintos fenmenos oportunistas. Y precisamente el ms pernicioso de todos es aquel que lo utiliza como arma arrojadiza: un revisionismo que defiende la dictadura, juzgando, acusando y culpando a todos los que arrojan luz en otra direccin. Los excesos represivos del franquismo quedan as justificados por los cometidos durante la Repblica. Los crmenes rojos son reutilizados con la fuerza meditica de estos sectores que se oponen precisamente a que el debate pblico sobre la memoria tenga normalidad y continuidad. Por estas y otras muchas razones, la memoria histrica en Espaa ha seguido un proceso de difcil articulacin.5 Para desbloquear esa situacin se necesita algo ms que una empresa cultural conmemorativa. Hay que encauzar el debate hacia una dimensin representativa de un verdadero problema de identidad nacional. Los historiadores podemos y debemos facilitar ese proceso de normalizacin de la memoria, simplemente haciendo nuestro trabajo de investigacin. No debemos eludir ningn perodo ni aspecto por problemtico que parezca. La violencia republicana debe ser estudiada pero no superficialmente para explicar lo que vino despus como una venganza aislada y momentnea en manos de unos cuantos fanticos descontrolados; tampoco deben extrapolarse aspectos como la persecucin religiosa para justificar la toma de postura de la Iglesia actual en el tema de la memoria. Esto slo sera vlido para la Iglesia de 1936 lo que nos llevara a tener que reconocer la posicin de todos los actores del momento, desde los militares sublevados
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Existe una abundante bibliografa al respecto, citamos dos obras colectivas: Margarida Capell y David Ginard (coord.), Represin poltica, justicia y reparacin. La memoria histrica en perspectiva jurdica, 1936-2008 (Palma: Plural, 2009). Julio Arstegui (ed), Espaa en la memoria de tres generaciones (Madrid: UCM/Fundacin Largo Caballero, 2007). 4 Federico Fernndez-Crehuet y Daniel Garca Lpez (eds.), Derecho, memoria histrica y dictaduras (Granada: Comares, 2009). 5 Juan Sisinio Prez Garzn y Eduardo Manzano Moreno, Memoria Histrica (Madrid: CSIC/La Catarata, 2010). ISSN 2174-4289 79
a los sindicatos y milicias populares. Esto nos devolvera automticamente al punto de partida y de nuevo a posiciones inmviles.6 En este contexto de conflicto en torno a la memoria, de compromisos ciudadanos y acadmicos, surgi la Ctedra Memoria histrica del siglo XX en el ao 2004, como una institucin que ha tratado, desde sus orgenes, alentar las sinergias procedentes del campo de la investigacin histrica y la sociedad civil. La propia matriz de su gnesis as lo pona de manifiesto, culminando un acuerdo entre la Universidad Complutense de Madrid y la Asociacin para la Memoria Social y Democrtica (AMESDE). Un acuerdo refrendado seis aos despus, ampliando el espectro social del acuerdo, con la participacin de la Fundacin Largo Caballero y la Fundacin 1 de Mayo. A lo largo de toda esta trayectoria, el catedrtico en Historia Contempornea y especialista en la guerra civil, los procesos traumticos y la memoria colectiva, Julio Arstegui, ha dirigido la institucin, desarrollando junto a un amplio equipo de historiadores un ambicioso proyecto de investigacin, publicaciones y seminarios.7
1. Lneas de Investigacin En los ltimos aos, la Ctedra Memoria Histrica del siglo XX ha asumido la direccin de dos proyectos de investigacin relacionados con el sistema represivo de la dictadura durante la guerra civil y la posguerra, en el primer caso, y la polica poltica franquista, a saber, la Brigada Poltica-Social, inserta en la Direccin General de Seguridad (DGS). Del mismo modo, la Ctedra ha organizado diversos Congresos y Encuentros Internacionales relacionados con los movimientos sociales y la memoria, la difusin de la historia conflictiva del siglo XX en las aulas, la resistencia armada antifranquista, la dimensin audiovisual de la memoria en las sociedades contemporneas, el sistema represivo de la dictadura de Franco o las polticas de la memoria en Espaa. El fruto de ambos esfuerzos proyectos de investigacin y congresos se puede comprobar en la publicacin de ms de una docena de libros individuales y colectivos por miembros del equipo de la Ctedra entre el ao 2006 y 2012, relacionados todos ellos con la represin franquista,8 el sistema penitenciario de la dictadura, 9 la depuracin laboral tras la guerra, 10 la guerrilla antifranquista 11 o la
Nicols Salas, La otra memoria histrica (Crdoba: Almuzara, 2006). Fernando del Rey (dir). La intransigencia poltica en la Segunda Repblica espaola (Madrid: Tecnos, 2011). Manuel lvarez Tardo y Roberto Villa Garca, El precio de la exclusin. La poltica durante la Segunda Repblica (Madrid: Encuentro, 2010). Julius Ruiz, El Terror Rojo. Madrid, 1936 (Madrid: Espasa Calpe, 2011). 7 Jorge Marco y Ana Martnez Ruz, La historia y sus memorias: la Ctedra Extraordinaria Memoria Histrica del siglo XX y Julio Arstegui, en Jess Martnez Martn, Eduardo Gonzlez Calleja, Sandra Souto y Juan Antonio Blanco (eds.), El valor de la Historia. Homenaje al profesor Julio Arstegui (Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2009): 363-370. 8 Mirta Nez Daz-Balart (coord.), La gran represin. Los aos de plomo de la posguerra, 1939-1948 (Barcelona: Flor del Viento, 2009); Ana Domnguez Rama (ed.), Enrique Ruano. Memoria viva de la impunidad del franquismo (Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2011); Gutmaro Gmez Bravo y Jorge Marco, La obra del miedo. Violencia y sociedad en la Espaa franquista, 1936-1950 (Barcelona: Pennsula, 2011); y Julio Arstegui (ed.), Franco: el poder de la represin (Barcelona: Flor del Viento, 2012). 9 Gutmaro Gmez Bravo, La redencin de penas. La formacin del sistema penitenciario franquista, 1936-1950 (Madrid: Los Libros de la Catarata, 2007); Gutmaro Gmez Bravo, El exilio interior. Crceles y represin en la Espaa franquista (Madrid: Taurus, 2009); y ngeles Egido, El perdn de Franco. La represin de las mujeres en el Madrid de la posguerra (Madrid: Los Libros de la Catarata, 2009). 10 Luis Enrique Otero Carvajal (dir.), La destruccin de la ciencia en Espaa. Depuracin universitaria en el franquismo (Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2006). ISSN 2174-4289 80
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memoria colectiva.12 Unos resultados cualitativos y cuantitativos que parecen ms que ptimos a tenor de la escasez de recursos habituales en las universidades espaolas, acrecentadas ms aun si cabe en los ltimos aos de crisis econmica.
1.1 Policas Polticas Durante el ao 2011, el equipo de la Ctedra ha afrontado un reto de enorme relieve, el estudio de la polica poltica franquista, gracias a la financiacin por un aodel Ministerio de la Presidencia. Los objetivos del proyecto, sin embargo, no se han visto culminados en toda su plenitud al menos de momento- debido a la obstruccin en el acceso a la documentacin. El Proyecto de Investigacin estaba orientado, al estudio de algunos elementos clave en el aparato institucional que el Rgimen del general Franco (franquismo, en adelante) cre y puso en ejecucin desde poco despus del desencadenamiento de la guerra civil de 1936-1939. Se trataba de penetrar en el interior histrico de ciertos instrumentos que, sobre la base de la inspiracin totalitaria y de un complejo discurso ideolgico, sustentados en principio sobre el Ejrcito, la sublevacin antirrepublicana, el Estado que se ira constituyendo al hilo de conflicto blico, puso en marcha para la sujecin del pas conquistado. El nuevo Estado adoptara la sencilla frmula de la Dictadura militar que se apoy en el control violento de los gobernados a travs de una poltica permanente de represin.13 La Dictadura del general Franco como rgimen se bas fundamentalmente en una accin directa de control social de la poblacin mediante la violencia poltica en todos sus grados y aspectos, lo que convertira tal control en un proceso imparable de represin. Tres son los elementos fundamentales de ese orden poltico basado en un control social instrumentado con violencia explcita: las doctrinas y accin de las jurisdicciones especiales (militar y civil), la actividad omnipresente de los servicios de informacin e investigacin (policiales) y el establecimiento de un completo Sistema Penitenciario, un modelo en su gnero, basado en la idea de la penitencia y la redencin. El funcionamiento de estos sistemas y su coordinacin, la cuantificacin del nmero de sus vctimas y la memoria de la represin, necesitan de un estudio conjunto. Se necesitan conocimientos comprobados e histricamente bien establecidos del funcionamiento y de sus resultados, particularmente en el periodo 1936-1962 (creacin del TOP). El conocimiento suficiente del orden poltico y sus instrumentos desarrollados en todo el periodo franquista no puede basarse meramente en el anlisis ideolgico de sus supuestos. Se hace preciso ahondar ms all de las meras declaraciones ideolgicas para alcanzar un conocimiento mejor fundamento sobre la estructuracin y coordinacin de esos pilares bsicos del sistema. El proyecto contina efectivamente otros estudios e
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Julio Arstegui y Jorge Marco (eds.), El ltimo frente. La Resistencia armada antifranquista en Espaa, 1939-1952 (Madrid: Los Libros de la Catarata, 2008); Jorge Marco, Hijos de una guerra. Los hermanos Quero y la resistencia antifranquista (Granada: Comares, 2010); Jorge Marco, Guerrilleros y vecinos en armas. Identidades y culturas de la resistencia antifranquista (Granada: Comares, 2012). 12 Julio Arstegui (ed.): Espaa en la memoria de tres generaciones. De la esperanza a la reparacin (Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2007); Julio Arstegui y Sergio Glvez (eds.), Generaciones y memoria de la represin franquista (Valencia: Publicacions de la Universitat de Valncia, 2010). 13 Sobre el concepto de represin, sus fundamentos y dificultades, vase Julio Arstegui (coord.), Franco: la represin como sistema (Barcelona: Flor del Viento, 2012), especialmente: 19-59 y 60-103. ISSN 2174-4289 81
investigaciones realizadas en equipo dentro de las actividades de esta Ctedra, que versan sobre el Rgimen de Franco como ideologa de exclusin y aparato de control social, sobre la delincuencia poltica, sobre la accin armada contra el Rgimen, etc. Estas investigaciones han hecho exploraciones previas sobre el funcionamiento de las instituciones judiciales y penitenciarias. Estn por estudiar ms a fondo las actividades de informacin e investigacin (policiales). El proyecto se ha basado en la investigacin directa sobre las fuentes histricas escritas (documentacin de Archivo) y sobre la recoleccin de una amplia muestra significativa de testimonios orales sobre acciones de la polica (Brigada Poltica Social) en el control y persecucin de personas no adictas al rgimen y sobre el sistema penitenciario especialmente en relacin con la accin policial. La visin general o hiptesis de que se ha partido es la de la configuracin lenta y sujeta a sucesivas etapas diferenciadas, sobre la que prim en principio las necesidades de una organizacin de guerra, para irse perfilando sucesivamente sobre la mmesis de sistemas como el fascista, continuando luego su evolucin regida siempre por un complejo ideolgico con aportaciones de diversa procedencia, en las que prim el pensamiento clsico y antiilustrado espaol antiliberal por definicin de inspiracin teolgico-poltico-jurdica que ha sido, o ha ido siendo, en definitiva, elaborado por idelogos, polticos y juristas, con gran presencia eclesistica y de una manera coordinada, en modo alguno improvisada o circunstancial, al servicio del cual se han puesto tanto instrumentos basados en la concepcin militar del orden como los derivados del pensamiento eclesistico-conservador desarrollado en Espaa en la Edad Contempornea. De la coordinacin de esos elementos y del desarrollo de la situacin poltica espaola en el tiempo de la guerra civil y la posguerra, se dedujo todo el proceso de la represin que tuvo su primera y ms cruenta concrecin en la eliminacin fsica de un gran nmero de quienes se opusieron al alzamiento pero que en modo alguno termin con esa eliminacin sino que se convirti en un sistema continuado que afect a muchas ms personas, a un cantidad que puede evaluarse en cientos de miles sujeta siempre a revisin , durante toda la existencia del rgimen con un aparato operativo en el que confluyeron siempre las acciones del triple control: judicial (militarjudicial, en principio) -policial-penitenciario. En realidad, es sobre la actuacin de los organismos policiales sobre la que los estudios son extremadamente escasos, de poca calidad muchos de ellos y, evidentemente, trufados de grandes dificultades para su realizacin. La represin continuada, y no meramente la de guerra e inmediata posguerra es decir, entre 1936 y 1943, aproximadamente tiene tanta importancia para la caracterizacin del proceso como sus manifestaciones en los primeros tiempos del conflicto y de primera institucionalizacin del rgimen. La demostracin de la importancia en el rgimen de Franco, en el periodo designado - 1936-1962-, de la actividad coordinada de esas tres instancias garantes del orden poltico, especialmente en lo que se refiere al funcionamiento de las jurisdicciones y la estructuracin de los servicios policiales es el objetivo ltimo de la investigacin. Pero, segn hemos expuesto, el aspecto histrico que necesita una urgente y prioritaria investigacin sistemtica es el del funcionamiento del aparato policial. Se ha propuesto dar una visin histrica ms completa y detallada de la actuacin policial y, subsidiariamente, la penitenciaria, sobre la que la primera ha tenido una accin causal e instrumental que no es preciso destacar.
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En el desarrollo del Proyecto se ha tenido muy en cuenta que el sistema de legislacin poltica y la especial jurisdiccin ligada a ella, tuvo, no como inicio, pero s como culminacin, dos piezas legislativas esenciales como fueron la Ley de Responsabilidades Polticas de 9 de febrero de 1939 y la Ley sobre Represin de la Masonera y el Comunismo de 1 de marzo de 1940. Pero los procedimientos de control frreo de las adscripciones ciudadanas fueron simultneos al propio alzamiento, si bien las instituciones y disposiciones siguieron siempre la pauta de los procedimientos militares, a contar desde los Bandos de Guerra en el origen de la sublevacin y pasando por las disposiciones para el funcionamiento de los Consejos de Guerra, fundamentados sobre la Legislacin militar en los apartados de rebelin, adhesin a la rebelin y auxilio a la rebelin. De las disposiciones primitivas y de las posteriores se desprendi la creacin de Tribunales especiales y la condenada en diversos grados de miles de personas. Como decimos, el estudio de estos hechos ha recibido una decidida atencin por parte de la historiografa y la publicstica jurdica especializada. Constituyen, naturalmente, ambas disposiciones y actuaciones jurisdiccionales piezas claves del sistema represivo del franquismo. Algo semejante puede decirse de las instituciones penitenciarias que el rgimen puso al servicio del control represivo de la poblacin. En el Equipo de Investigacin reunido para la ejecucin del presente proyecto figuran acadmicos conocidos por su contribucin a estos estudios en el aspecto de sus realizaciones y consecuencias penitenciarias (Gutmaro Gmez Bravo, Mirta Nez Daz-Balart y Matilde Eiroa). Todo el aparato de confinamiento y reeducacin de los perseguidos como enemigos del rgimen era, obviamente tambin, una pieza ms del entramado cuyas connotaciones tenan como fundamento ltimo concepciones derivadas de preceptos religiosos ligados a la ms cerrada ortodoxia catlica, con concepciones sobre el castigo, la penalidad o la redencin de las penas que tenan conocidos antecedentes pero que el franquismo refundi en una doctrina de inspiracin teolgica bastante caracterstica.
1.2 De genocidios, holocaustos y exterminios El convencimiento central que ha presido esta investigacin reside en el hecho de que mientras la Magistratura y el Sistema Penitenciario cuentan, como ya hemos recalcado, con esa atencin de los estudiosos y, en cierta manera, las fuentes de informacin han sido razonablemente exploradas y cuentan igualmente con un razonable acceso, el caso de la Polica del Rgimen, el aparato de investigacin y seguimiento directo de los desafectos, la Direccin General de Seguridad y las secciones policiales afectas a ella, fundamentalmente la Brigada Poltico Social, son temas pendientes de estudio que hemos credo llegado al momento de abordar. A la altura del ao 2012, sin embargo, la polica poltica y los servicios secretos franquistas todava representan un gran reto para los investigadores, quienes se encuentran indefensos frente al bloqueo constante de sus peticiones. Bajo el paraguas de la proteccin de datos y la calificacin como secretos de gran parte de esta documentacin, la clase poltica espaola y los centros directores que custodian estos archivos interceptan cualquier intento de consulta. Una situacin que como historiadores, no podemos ms que condenar y denunciar, teniendo en cuenta que gran parte de esta documentacin cuenta con ms de ochenta aos desde su produccin y que
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indica, significativamente, los renglones torcidos de las polticas de la memoria llevados a cabo en Espaa. Los estudios recientes sobre un componente esencial de lo que represent la dictadura del General Franco en Espaa, es decir, el reiterado asunto de su base represiva, tienen, ya lo hemos sealado, un volumen ms que considerable,14 de forma que ramos y somos conscientes de la dificultad de aportar visiones, enfoques y evidencias capaces de mostrar perspectivas nuevas sobre lo que se ha llamado muy ajustadamente el secreto mejor guardado del franquismo o aquello que realmente qued atado y bien atado a la muerte del Dictador. 15 Sin embargo, estbamos y estamos convencidos igualmente de que el espectro explicativo ofreca an algunas lagunas, ciertas limitaciones procedentes en algunos casos de aspectos no abordados o, en otros, de no haberlos sido suficientemente, segn creemos. Entre los aspectos que en el conocimiento de la Dictadura franquista han sido objeto de insistente polmica, que an perdura, figura la ya hoy evidencia, aunque no guste a muchos, de que los sublevados antirrepublicanos y el Rgimen que construyeron en el curso de la guerra y la posguerra tuvieron siempre un designio constitutivo y prefigurado que no fue otro que el de la destruccin por la violencia extrema del proyecto republicano y, con l, de sus servidores. La sublevacin, por tanto, super con mucho los que podan tenerse por primitivos planes de la conspiracin una anulacin del resultado de las elecciones de febrero de 1936 y el derribo del Gobierno del Frente Popular para venir a proponer y realizar una rectificacin completa del curso histrico del pas. La sublevacin, pues, no ahorr sangre ni permiti transaccin alguna. Su designio de aniquilacin de la anti Espaa no dej nada a la improvisacin, se coordin perfectamente mediante unos instrumentos que funcionaron a plena eficiencia durante lustros y que constituyeron, de hecho, un acabado sistema de represin. La opinin proclive a destacar las bondades de la Dictadura franquista se ha resistido siempre, de la misma manera, y con ms nfasis si cabe, a admitir la absoluta disimetra entre las polticas de violencia represiva practicadas en una y otra retaguardia durante el tiempo del conflicto armado y, naturalmente, su continuacin en el mbito de los vencedores en una larga y negra posguerra. Ello nos sita directamente en el centro de esa polmica aludida que de hecho versa sobre la disimetra o no de los procesos de coercin social que se presentaron en uno y otro de los bandos en lucha en la guerra civil y que, ms all de ello, se prolongaran durante prcticamente todo el tiempo de existencia de la Dictadura, si bien tuvieron sus manifestaciones ms ntidas en la primera etapa de existencia de sta, centrada en el tiempo de la inmediata posguerra. Dicho en trminos ms directos: la opresin social violenta y omnmoda que pusieron en marcha los sublevados responda a un designio previo que la resistencia republicana exacerb an, que fue siendo perfilado y desarrollado a lo largo de muchos aos con posterioridad al final de la contienda. Desde el otro lado, la direccin social de la violencia desarrollada en el territorio bajo control republicano a lo largo de la guerra
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La investigacin abarca tanto temticas generales como abundantes estudios del alcance territorial regional o local y de aspectos particulares del proceso mismo. La disponibilidad de fuentes y testimonios, la exploracin de algunas nuevas hacen, que, al menos cuantitativamente, el panorama sea positivo, Vase un ejemplo de ello el volumen publicado por esta misma Editorial Mirta Nez DazBalart (coord.), La gran represin. Los aos de plomo del franquismo (Barcelona: Flor del Viento, 2009). 15 Las expresiones se deben a Francisco Moreno y Paul Preston respectivamente. ISSN 2174-4289 84
tuvo un carcter bien distinto: fue un hecho reflejo de la sublevacin, sin designio gubernamental alguno, ms bien en contra de l, y que es, en parte al menos, inteligible en la condiciones normales del control de la retaguardia en una guerra civil donde abundaban los meros leales geogrficos, como los ha llamado Michael Alpert. Se trata, pues, pese a los intentos de desvirtuacin reiterados en la literatura proclive a los sublevados, de una disimetra indiscutible, cuya relevancia histrica es tan evidente que ello explica que se haya intentado desvirtuar a toda costa. Lo cual no resta gravedad social y tica al fenmeno en su conjunto, pero cambia sustancialmente la interpretacin histrica que deba drsele. El Poder que los vencedores en la guerra civil obtuvieron no procedi de la legitimidad de su empeo ni de la justicia de su propuesta, sino de violencia de su represin. Sin embargo, uno de sus ms perseverantes empeos, tal vez la ms angustiosa preocupacin del Rgimen que construyeron, fue tenerse y ser tenido por un Estado de Derecho. El problema de su ilegitimidad peso siempre y ocup otro tanto a sus telogos, filsofos, juristas y corifeos de toda especie. Ello no obsta para que deba tenerse claro que ese Rgimen no careci tampoco de apoyos sociales y connivencias ideolgicas en una parte de la poblacin que permitieron su implantacin y perduracin. Ningn rgimen poltico por muy tirnico que sea deja de depender en su equilibrio, como estableciese ntidamente el politlogo David Easton, de los apoyos recibidos por la satisfaccin de las demandas de los gobernados. Pero el dato determinante en una Dictadura como la franquista, nacida de una guerra civil, de liberacin, dijeron sus iniciadores, fue su capacidad de suscitar tales apoyos fundamentalmente por mtodos represivos. El concepto mismo de represin es otro de los extremos que no dejan de ser problemticos. No creemos que la historiografa espaola haya acertado hasta el momento en una explicacin convincente del alcance conceptual mismo del hecho, de su relacin con los fenmenos de control social y de violencia poltica, de la complejidad de su origen, nada circunstancial, enraizado en viejos y nuevos conflictos, de su ejecucin y los grados de ella, de la caracterizacin de sus protagonistas y, en fin, de su diferenciacin de otros procesos de violencia desde el Poder. Un proceso de represin sistemtica de los gobernados no se cualifica simplemente por el nmero de sus vctimas. Lo hace ms por la entidad de sus objetivos, la multiplicidad de sus direcciones y la naturaleza del conflicto que subyace. No se calibra ni magnifica su importancia por el hecho de aplicarle denominaciones impactantes como genocidio, holocausto o exterminio La represin es un proceso especfico que es imposible explicar si no se exploran incansablemente sus races de todo gnero, adems de sus vctimas. Estudiar cuestiones que apuntan a la ideologa y doctrina en que se bas el sistema, en el desentraamiento, por la va de los hechos, del significado real de lo que el rgimen llam Unidad de Poder y coordinacin de funciones. De su increble uso de la seudo-juridicidad para enmascarar la opresin. Lo que lleva a que se estudie aqu con cierta detencin el lenguaje mismo en que todo ello fue expresado. Se analizan los instrumentos legales y jurisdiccionales de la represin, los Consejos de Guerra, los campos de concentracin y algunas peculiares doctrinas, sibilinas pero transidas de teologa, como la penitenciaria. Se presta, en fin, una especial atencin a disposiciones represivas que no conllevaron la muerte de sus vctimas pero que fueron instancias decisivas tambin en la configuracin de un sistema completo de represin y
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aniquilacin del enemigo: trabajos forzados, represin de la cultura, derogacin de proyectos sociales republicanos como la reforma agraria. La sistemtica represiva inspirada en ltima instancia por el General Franco no dej hueco alguno entre los recovecos de las formas de accin social.
2. Seminarios y Congresos En el ao 2011 la Ctedra tambin alent en su seno una nueva iniciativa, la creacin del Seminario permanente Historia y Memoria del siglo XX, coordinado por Jorge Marco y Gutmaro Gmez Bravo, con el propsito de debatir y difundir los principales trabajos en torno a la memoria y la violencia de los conflictos traumticos del siglo XX. El Seminario, con un enfoque internacional e interdisciplinar, trata de convertirse en un foro de discusin donde confluyan las ltimas lneas de investigacin y las reflexiones metodolgicas que han renovado este campo de estudio en las ltimas dcadas. El primer ao del Seminario ha contado con seis sesiones en la que han participado investigadores nacionales e internacionales. Peter Anderson, profesor de la Universidad de Bath (Reino Unido), abri la primera sesin titulada En el nombre de los mrtires: memoria, luto y castigo en el primer franquismo, donde analiz los elementos fundamentales de la memoria colectiva franquista a partir de su raz social, centrndose en la figura de los mrtires y el carcter simblico del luto, utilizado como un medio de legitimacin social de la dictadura. La segunda sesin adquiri una mayor dimensin en cuanto al nmero de ponentes. Con el objeto de analizar el caso de la polica poltica franquista desde una perspectiva comparada, las jornadas contaron con la participacin de varios especialistas en torno al fenmeno de las policas polticas y las dictaduras. Diego Palacios Cerezales present una panormica sobre el caso portugus bajo el rgimen de Salazar, mientras que Jos Mara Faraldo se centr en varios casos de la Europa del Este bajo el sistema sovitico. El encuentro se complet con la reciente investigacin sobre el caso espaol de Alberto Sabio, las aportaciones jurdicas del ex fiscal anticorrupcin Carlos Jimnez Villarejo y las primeros avances de la investigacin llevados a cabo por el equipo de la Ctedra. Miguel ngel del Arco Blanco, profesor en la Universidad de Granada, analiz el papel de las polticas autrquicas durante la posguerra como una forma de control social y consolidacin de la dictadura en la tercera sesin, mientas que Gareth Stockey, profesor en la Universidad de Nottingham (Reino Unido), emple el siguiente seminario para analizar las formas de representacin simblica y sus efectos sobre la memoria colectiva de uno de los monumentos ms representativos de la dictadura: el Valle de los Cados. El investigador Alfredo Gonzlez-Ruibal, arquelogo del CSIC, desarroll su propuesta en torno al estudio cultural y antropolgico de los campos de internamiento y concentracin en Espaa en la quinta sesin, mientras que Maria Thomas, investigadora de Royal Holloway University (Reino Unido) analiz en la ltima sesin del curso 2011/2012 la cuestin de la sexualidad y la masculinidad en la violencia anticlerical en la zona republicana durante la guerra civil. Un amplio repertorio de estudios que muestran las investigaciones ms recientes llevadas a cabo por una nueva generacin de investigadores (de diferentes nacionalidades) que estn llevando a cabo una renovacin metodolgica y terica en el campo de la represin franquista y la memoria. Al mismo tiempo, trata de buscar el acercamiento interdisciplinar, asumiendo distintos enfoques
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que van desde la historia social a la antropologa, pasando por la historia cultural, la arqueologa o la sociologa. El avance, en trminos cualitativos y cuantitativos, que los estudios sobre la represin durante la guerra civil y la dictadura han tenido en el conocimiento y la divulgacin en los ltimos aos es, sin duda, una realidad asentada. Fruto de ese proceso se ha desatado una discusin sobre los trminos que mejor definen estos procesos; un debate que no siempre se ha realizado con los mejores rudimentos conceptuales. La Ctedra Memoria Histrica del Siglo, en este contexto, propuso a mediados de 2011 un debate nacional e internacional sobre esta materia. Frente a la denominacin comn de represin, se ha ido incorporando un nuevo vocabulario historiogrfico y nuevos conceptos tales como limpieza poltica, exterminio, genocidio, politicidio u holocausto, por sealar algunos de las ms destacados y polmicos. Pero el uso de tales categoras no siempre ha ido acompaado de la reflexin terica y metodolgica necesaria. Por ese motivo la Ctedra lanz esta iniciativa, que en el momento de escribir este texto marzo de 2012 ha derivado en dos vertientes. Por un lado se ha iniciado la publicacin de un dossier en el nmero 10 de la revista digital Hispania Nova, donde se recogen las aportaciones ms interesantes que el debate ha ido desarrollando.16 Hasta el momento, dado que la publicacin todava sigue en curso, los marcos generales de la discusin se han centrado en cuatro mbitos centrales: 1) debates generales en torno a los conceptos de represin y genocidio, a cargo de Eduardo Gonzlez Calleja y Jorge Marco respectivamente; 2) la conceptualizacin en el caso espaol, con sugerencias de los investigadores Julio Prada Rodrguez, Julio Ponce Alberca, Irene Snchez Gonzlez, Jos Antonio Vidal Castao, Francisco Espinosa, Peter Anderson, Antonio Elorza, Pablo Gil Vico, Carmen Ortiz, Matilde Eiroa o Antonio Mguez Macho, entre otros; 3) estudios en torno a la represin centrados en el mbito local o regional; y 4) una aproximacin a la violencia y la memoria desde el mbito de la comunicacin social, con trabajos de autores como Beln Moreno Garrido, Juan Carlos Rueda Laffond, Amparo Guerra Gmez, Carlota Coronado Ruiz o Isabel Mara Martn Snchez. El dossier, en cualquier caso, todava permanece abierto, con la intencin de aportan un mayor dinamismo, fomentando la discusin y los debates sobre los textos ya publicados. En segundo lugar, la Ctedra Memoria Histrica del siglo XX va a celebrar un Congreso en el otoo de 2012 donde se debatirn las aportaciones realizadas a lo largo de todo el ao en el citado dossier. La intencin de la Ctedra es ampliar el marco nacional del estudio, invitando a ponentes internacionales, de tal modo que las discusiones se puedan contrastar con otros casos, estableciendo un debate permanente con otras realidades a travs, fundamentalmente, de seminarios de debate. Estas son, a grandes rasgos, las principales lneas de actuacin y los presupuestos bsicos de la Ctedra de Memoria Histrica, que afronta los problemas que la utilizacin de la memoria presenta en la conformacin de la sociedad espaola, defendiendo el necesario papel de la universidad como foro abierto y lugar de encuentro. Todo ello dentro de un esfuerzo importante por mantener conjuntamente la
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Julio Arstegui, Jorge Marco y Gutmaro Gmez Bravo (coord.), De Genocidios, Holocaustos, Exterminios Sobre los procesos represivos en Espaa durante la Guerra Civil y la Dictadura, Hispania Nova, 10 (2012). 87
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investigacin y los debates tericos y metodolgicos fruto de la vertiginosa renovacin que han sufrido las ciencias sociales en las ltimas dcadas, como un camino inseparable de los propios cambios acaecidos tambin en las sociedades contemporneas.
Profiles Julio Arstegui is professor emeritus of the Universidad Complutense de Madrid (Spain). An expert in the political and social history of Spain in the twentieth century, he is the author of several studies on the theory of history, methodology and historiography, including La investigacin histrica. Teora y Mtodo (1995) and La historia vivida: sobre la historia del presente (2005). Jorge Marco is a specialist in Anti-Franco guerrilla warfare and political violence in contemporary Spain, having recently published El ltimo frente (2008) (together with Julio Arstegui), Hijos de una guerra (2010), and Guerrilleros y vecinos en armas (2012). Gutmaro Gmez Bravo has specialized in the study of the judiciary system and penal institutions in periods of social crisis and political instability, particularly during the Franco era. He is the author of La redencin de penas: la formacin del sistema penitenciario franquista (2007), El exilio interior: crcel y represin en la sociedad franquista (2009), and La obra del Miedo. Violencia y sociedad en la Espaa franquista (2011), the latter in collaboration with Jorge Marco. Julio Arstegui es profesor emrito de la Universidad Complutense de Madrid (Espaa). Estudioso de la historia poltica y social de la Espaa del siglo XX, es autor de diversos estudios sobre teora de la historia, metodologa e historiografa, entre los que destacan La investigacin histrica. Teora y Mtodo (1995) y La historia vivida: sobre la historia del presente (2005). Jorge Marco es especialista en la guerrilla antifranquista y la violencia poltica en la Espaa contempornea. Ha editado recientemente, junto a Julio Arstegui, El ltimo frente (2008), y publicado Hijos de una guerra (2010) y Guerrilleros y vecinos en armas (2012). Gutmaro Gmez Bravo se ha especializado en el estudio del sistema judicial y las instituciones penales en perodos de crisis social e inestabilidad poltica, particularmente en el franquismo. Es autor de La redencin de penas: la formacin del sistema penitenciario franquista (2007), El exilio interior: crcel y represin en la sociedad franquista (2009), y La obra del Miedo. Violencia y sociedad en la Espaa franquista (2011), esta ltima en colaboracin con Jorge Marco.
Fecha recepcin: 12 de marzo de 1012 Fecha de aceptacin: 26 de marzo de 2012 Publicado: 15 de junio de 2012 Para citar este artculo: Julio Arstegui, Jorge Marco y Gutmaro Gmez Bravo, Visiones, enfoques y evidencias: la Ctedra de Memoria Histrica del Siglo XX, Historiografas, 3 (enero-junio, 2012): pp. 77-88, http://www.unizar.es/historiografias/historiografias/numeros/3/memorias.pdf
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