Doctrina de La Biblia 5 Parte La Doctrina de La Salvación
Doctrina de La Biblia 5 Parte La Doctrina de La Salvación
Doctrina de La Biblia 5 Parte La Doctrina de La Salvación
SEGUNDA EDICIN
Edicin original en ingls: Doctrines of the Bible, Daniel Kauffman, Editor 1928, 1956 Mennonite Publishing House Primera edicin en espaol: Doctrinas de la Biblia 1973 Asociacin Menonita Conservadora Publicadora Lmpara y Luz 26 Road 5577 Farmington, NM 87401 2003 Publicadora Lmpara y Luz Traducido de Doctrines of the Bible y adaptado con permiso de Herald Press Todos los derechos reservados Segunda impresin 2006 Impreso en los Estados Unidos de Amrica
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Introduccin
(a la PriMera edicin en ingls) La Biblia expone la doctrina de nuestro Seor. Dios bendice a los que guardan esta doctrina. Pero para guardar correctamente la doctrina de la Biblia tenemos que entenderla correctamente. La doctrina de la Biblia incluye los mandamientos, las enseanzas, las leyes y los principios que pertenecen a la fe que salva y nos ayuda a vivir una vida en victoria. En tal sentido, un libro que exponga estas verdades de la Biblia ha ocupado, y siempre deber ocupar, un lugar importante en el pueblo de Dios. Este libro de la doctrina bblica se prepar precisamente con ese objetivo. En cuanto Dios puso al hombre sobre la tierra hermosa que l mismo cre le present a ste unas enseanzas que hacen que la vida sea ms prspera para su creacin. Guardar estas enseanzas hubiera prolongado la felicidad del hombre en el Huerto de Edn por toda la eternidad. Pero el hombre desobedeci las enseanzas de su Creador, sumiendo as a todo el gnero humano en el desastre y la muerte. Sin embargo, Dios tuvo un plan para redimir al hombre. En ese plan l dio al hombre la doctrina y las enseanzas necesarias para darle de nuevo lo que haba perdido a causa de su pecado. A travs de todo el perodo de la ley de Moiss, de los reyes de Israel y los profetas hasta la venida de Jess, el xito o fracaso del hombre dependa de aceptar o rechazar esta doctrina dada por la autoridad divina. Cuando vino Jess, el gran Maestro, l habl sobre los requisitos esenciales para una vida aceptable a Dios. Jess declar que una vida que agradaba al Padre dependa de or y hacer lo que l enseaba. Luego, el Espritu Santo instruy a los lderes de la iglesia primitiva sobre las cosas necesarias
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para obtener la aprobacin del Pastor y Obispo de nuestras almas. El Espritu Santo les dio a entender que es esencial vivir y ensear la doctrina de la palabra de Dios e infundirla en las vidas de los hermanos. Dios nos ensea en 2 Timoteo 3.1617 que todas las enseanzas de su palabra son esenciales a n de capacitar al cristiano para la obra. Asimismo, en 1 Timoteo 4.16 se nos brinda esta enseanza: Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvars a ti mismo y a los que te oyeren. Este volumen de Doctrines of the Bible es el resultado de haber escudriado, estudiado y practicado la Biblia por muchos aos. Los autores de esta obra han deseado exponer, de la forma ms clara posible, las enseanzas de la palabra de Dios. Nosotros estamos viviendo en tiempos peligrosos. El liberalismo y el modernismo son enseados en varios seminarios por muchos telogos. As que, se nos ha hecho necesaria la impresin de un libro de la doctrina de la Biblia que exponga las sanas enseanzas de la palabra de Dios y que al mismo tiempo est libre de las inuencias dainas de las falsas enseanzas de hoy. Por tanto, nuestro deseo es que los cristianos conozcan cules son las enseanzas de la palabra y que las hagan parte de sus vidas. Lo que creemos tiene un efecto muy grande en nuestras vidas. Lo que creemos ejerce una gran inuencia en lo que pensamos en cuanto a: la inspiracin de la Biblia; la relacin de Cristo con Dios; el nacimiento de Cristo; sus sufrimientos; su obra expiatoria; su resurreccin corporal; su ascensin victoriosa; su posicin a la diestra del Padre; su regreso glorioso; el juicio que l pronunciar contra los desobedientes y las recompensas eternas que l dar a los eles. Estudie cuidadosamente Doctrines of the Bible y practique elmente las enseanzas de la Biblia que se promulgan en este libro. Usted aprender cul es la actitud correcta hacia Dios, su iglesia y su obra en la creacin.
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El estudio de este libro le capacitar para prestar un mejor servicio al hombre, ser ms til en las manos del Maestro y ayudar a las almas perdidas a encontrar la gloriosa luz del evangelio de Jesucristo. Es posible dividir la doctrina bblica en tres categoras: (1) la doctrina de la Deidad, (2) la doctrina del hombre y (3) la doctrina del futuro. La primera parte de este libro trata sobre Dios: el Padre, el Hijo y el Espritu Santo. Nadie puede entender correctamente el universo y la vida fsica sin un entendimiento correcto de la trinidad. Los cientcos que no reconocen a Dios como creador del universo quedan perplejos en sus intentos de explicar la creacin. No importa el nivel educacional ni los conocimientos que estos cientcos hayan alcanzado porque ellos buscan en vano y presentan teoras que son completamente irrazonables e imposibles para explicar segn las leyes de la naturaleza y la vida. Tambin existen algunos telogos que no reconocen que la Biblia es la palabra inspirada de Dios. Ellos no creen que Jesucristo hizo los milagros y la obra de la reconciliacin de forma literal. Estas personas tambin quedan perplejas en sus intentos de dar una explicacin acerca de nuestro Salvador. No pueden entender las verdades espirituales acerca de la cada del hombre en el Huerto de Edn, la redencin del hombre y su futuro. Los ltimos captulos de Doctrines of the Bible abordan el tema del futuro del hombre. Muchos de los telogos incrdulos se niegan a reconocer la existencia de Satans, los ngeles, el cielo y el inerno. Permiten que cada persona tenga sus propias ideas en cuanto al futuro, mientras que ellos mismos procuran olvidarse de las realidades de un mundo futuro de pesadumbre o de gloria. Y lo que es peor an, hay muchas vctimas que consumen el veneno de sus enseanzas engaosas. Cuando estas personas llegan al borde de la
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muerte se sumen en un abismo terrible de incertidumbre y tinieblas tal y como algunas han testicado estando en su lecho de muerte. Hemos preparado este libro con estas realidades en nuestras mentes, y a la luz del conocimiento que tenemos de la palabra eterna. Reconocemos la gran responsabilidad que tenemos de mostrar a los hombres la libertad gloriosa del evangelio de Jesucristo. La iglesia de Jesucristo necesita las sanas enseanzas presentadas en este libro. Oramos que, por la bendicin de nuestro Padre celestial, estas verdades sean tiles para que los hombres conozcan mejor a Dios y su gran plan de salvacin. Deseamos que este libro gue a los hombres a la libertad gloriosa de la gracia del Seor y que edique a su iglesia. Y que el gran nombre de Dios reciba toda la gloria. D. H. Bender Hesston, Kansas, EE.UU. c 1928
Prlogo
(a la PriMera edicin en esPaol) Un grupo de hermanos cristianos con un celo muy grande por la obra del Seor, mientras trabajaban como misioneros en Guatemala entre los de habla espaola, se dieron cuenta de la gran necesidad que haba de traducir al espaol el libro, Doctrines of the Bible. Hasta ese momento no se haba publicado un libro semejante en ese idioma. Se necesitaba un volumen que explicara la sana doctrina de la Biblia en una manera clara y honesta, exponiendo elmente las enseanzas del Seor. Por supuesto, ya se haban publicado muchos libros sobre la doctrina bblica, pero los mismos negaban o evadan algunas de las enseanzas que la Biblia ensea. Mientras tanto, muchos creyentes se nos acercaban y nos pedan explicaciones en cuanto a la doctrina de la Biblia. La necesidad de un texto gua que nos ayudara a responder a tantas interrogantes sirvi de incentivo para preparar una obra como sta. As fue como la junta de la Asociacin Menonita Conservadora, con el permiso de Herald Press, autoriz el comienzo de la traduccin de este libro. Muchos hermanos de varias misiones y lugares se dieron a la tarea de trabajar en tan importante obra. Queremos agradecerles mucho a todos los que ayudaron. Sin embargo, no es posible recompensar a cada uno de ustedes que de una forma u otra ayud en la realizacin de este material, pero esperamos que ahora, con el libro ya impreso, todos disfruten sus aportes. Conamos que las enseanzas de este libro sirvan de mucha bendicin a todos nuestros amigos de habla espaola. Sea la voluntad de Dios que las mismas ayuden a muchos a establecerse ms en la sana doctrina de la Biblia: Para perfeccionar a todos los santos, para que la predicacin del
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evangelio avance, para que la iglesia siga en pos de Cristo a n de que lleguemos a la unidad de la fe y al conocimiento del Hijo de Dios. Por favor, si encuentra algo en este libro que no concuerda con su propia opinin, bsquelo en la Biblia para asegurarse que as sea. La Biblia tiene la ltima palabra en todas las disputas humanas. Sabemos que esta obra no es una obra perfecta, pero queremos que traiga gloria al Seor. Gloriquemos al Seor Jesucristo y magniquemos su palabra. Queremos animar a cada creyente, por medio de este libro, que d su vida en sacricio vivo al Seor. Tambin deseamos que cada pecador no arrepentido aprenda acerca de la salvacin que hay en el Seor Jesucristo y busque ser salvo antes de que llegue el n. Lev Schrock c 1973
Prlogo
(a la segunda edicin en esPaol) La publicadora de la primera edicin en espaol de Doctrinas de la Biblia (la Asociacin Menonita Conservadora) dej de existir como tal en los aos 90 del siglo veinte. Sin embargo, siempre se mantuvieron los pedidos que solicitaban ms reproducciones de este libro. Por consiguiente, se le ofreci a la Publicadora Lmpara y Luz la propuesta de comenzar a publicarlo para suplir la demanda existente. Despus de considerar el asunto, decidimos aceptar la oferta. La junta ejecutiva de la Publicadora Lmpara y Luz, con el permiso de Herald Press, autoriz una nueva traduccin de este libro del ingls al espaol y nos dio permiso para redactar una nueva edicin. Presentamos esta obra a nuestros lectores con la esperanza de que la misma les estimule a buscar en la Biblia para comprobar la veracidad de las enseanzas que aqu se exponen. Que Jesucristo reciba toda la gloria por cualquier ayuda espiritual que se adquiera por medio de la presente obra. Publicadora Lmpara y Luz noviembre de 2003
Contenido
La doctrina de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo
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Dios, su ser y sus atributos . . . . . . . . Dios, sus obras . . . . . . . . . . . . . . . . . . La trinidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Dios el Padre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Dios el Hijo .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Dios el Espritu Santo .. . . . . . . . . . . . El hombre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Un diseo histrico del hombre . . . . El hombre en su estado cado . . . . . . El hombre redimido . . . . . . . . . . . . . . La muerte. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
15 27 41 45 51 61 71 75 85 93 97
12 13 14 15 16 17 18 19
La gracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La revelacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La Biblia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El hogar .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La iglesia .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El gobierno civil . . . . . . . . . . . . . . . . . El da del Seor . . . . . . . . . . . . . . . . . Los ngeles .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
103 109 117 135 143 149 155 167 179 185 191 203
Captulo 20 El diablo, Satans. . . . . . . . . . . . . . . Captulo 21 Satans y los que estn bajo su dominio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Captulo 22 El pecado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Captulo 23 La incredulidad . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo
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La iglesia cristiana .. . . . . . . . . . . . . . 281 Los pastores de la iglesia . . . . . . . . . 291 La congregacin . . . . . . . . . . . . . . . . 315 Unas ordenanzas cristianas . . . . . . . 331 El bautismo .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335 La santa cena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343 El lavatorio de los pies . . . . . . . . . . . 351 El velo de la mujer cristiana . . . . . . 357 El sculo santo .. . . . . . . . . . . . . . . . . 365 La uncin con aceite . . . . . . . . . . . . . 369 El matrimonio . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373 El servicio cristiano . . . . . . . . . . . . . . La oracin .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La obediencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La adoracin .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . La abnegacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . La separacin del mundo . . . . . . . . . La no resistencia. . . . . . . . . . . . . . . . El juramento .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . El amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La pureza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
383 391 401 407 413 421 435 443 445 451
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La doctrina de la salVacin
Somos salvos por la bondad y la gracia de Dios, y no por la bondad y la justicia del hombre. Esto pone la salvacin al alcance de todo ser humano y nos impone una deuda eterna a causa de la ddiva preciossima que Dios nos da al nosotros cumplir las condiciones necesarias. Si estudiramos la salvacin desde el punto de vista humano, comenzaramos con La fe; pero como Dios llev a cabo nuestra redencin aun desde la fundacin del mundo entonces decidimos empezar con la obra de Dios en La expiacin. Sin embargo, el orden de estos temas es ms o menos arbitrario, pues no hay orden cronolgico para su ubicacin. Adems, todos estos temas estn tan estrechamente relacionados que ninguno de ellos puede excluirse del plan perfecto de Dios para la salvacin. Para una mejor descripcin de la salvacin, volvamos a la Biblia:
Porque nosotros tambin ramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborrecindonos unos a otros. Pero cuando se manifest la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salv, no por obras de justicia que nosotros hubiramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneracin y por la renovacin en el Espritu Santo, el cual derram en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justicados por su gracia, vinisemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna (Tito 3.37).
En los nueve captulos siguientes presentamos esta doctrina ms detalladamente como la ensea la Biblia.
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CAPTULO 24
La eXPiacin
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho ms, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no slo esto, sino que tambin nos gloriamos en Dios por el Seor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliacin (Romanos 5.1011).
La expiacin resumida
Una vez estuvimos muy lejos de Dios (Efesios 2.1213). Cuando el hombre pec, no solamente lleg a ser un ser pecaminoso, sino que estaba tambin sin recurso o auxilio para volver a Dios. Del hombre cado est escrito: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas (Isaas 53.6). Todos pecaron, y estn destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3.23). La muerte pas a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Romanos 5.12). Ningn hombre pudo redimirse de su pecado al hacer buenas obras ni por su bondad humana, ni por sus riquezas, ni aun por la obediencia estricta de la ley. El hombre estaba perdido; esa palabra resume toda la historia. Pero Dios, quien cre al hombre a su propia semejanza, quiso que el hombre tuviera la oportunidad de resplandecer a la imagen suya en la eternidad. Por eso Dios provey para la expiacin del pecado al enviar al mundo a su propio Hijo amado, Jesucristo. Jess era el unignito del Padre y como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo muri en la cruz para quitar el pecado del mundo (Juan 1.29). Por su llaga fuimos nosotros curados (Isaas 53.5). Tambin dice: Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santicados (Hebreos 10.14). Slo por los mritos de la
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sangre que derram Jesucristo podemos nuevamente tener acceso al Padre, y como coherederos con Jesucristo otra vez nosotros podemos contemplar el futuro con esperanza. La expiacin es lo que Dios provee para reparar los efectos de nuestro pecado. Por medio de la misma l quita nuestra culpa y restaura su relacin con nosotros.
El da de la expiacin
Dios introdujo la expiacin en el Antiguo Testamento. Un estudio de la expiacin en ambos pactos es necesario para darnos un entendimiento amplio de esta doctrina.
1. El antiguo pacto
Los judos celebraban un da de humillacin nacional, guardando el dcimo da del mes sptimo (Levtico 16; 23.2627). En ese da confesaban sus pecados y ofrecan una ofrenda para la expiacin de los mismos. Preparaban dos machos cabros; mataban uno y sobre la cabeza del otro el sacerdote pona los pecados del pueblo y lo enviaba al desierto. De esa manera los pecados de la gente les eran remitidos. Los animales inocentes sufran por el pecado y los pecadores culpables podan regresar a sus casas libres de toda culpa. La obra de estos animales expiaba el pecado porque era una sombra de la obra de Cristo como el Cordero de Dios. Su sufrimiento y muerte por el pecado del pueblo cumplieron todos los sacricios judos que jams haban sido ofrecidos. La ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacricios que se ofrecen continuamente cada ao, hacer perfectos a los que se acercan (Hebreos 10.1). (Lea tambin Hebreos 9; 10.14).
2. El nuevo pacto
Como ya notamos, los sacricios judos slo eran un smbolo del sacricio perfecto, Jesucristo. El sacricio per212
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fecto de Cristo cumpli el propsito de los sacricios que se ofrecieron bajo la ley, pues todos estos se cumplieron en l. As la expiacin del antiguo pacto introduce la del nuevo pacto, y la expiacin del nuevo pacto cumple la expiacin del antiguo. Nosotros hoy podemos pensar en nuestro da de expiacin en dos sentidos: (1) Podemos meditar en el da en que Jesucristo estuvo colgado, ensangrentado en la cruz, donde con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santicados (Hebreos 10.14). (2) Esta nueva poca es un da de expiacin, porque tenemos acceso continuo al altar de Cristo, nuestro gran sumo sacerdote. En cualquier momento podemos aceptar ese sacricio como expiacin por nuestros pecados y volver a Dios regocijndonos, perdonados y sin pecado. La muerte de Cristo es nuestra esperanza eterna.
2. Nuestro Cordero
En el Antiguo Testamento Dios introdujo el principio que un inocente puede llevar los pecados de los culpables y
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proveer perdn para los mismos. Dios dio la expiacin a los sacerdotes para llevar la iniquidad de la congregacin, para que sean reconciliados delante de Jehov (Levtico 10.17). En el da de la expiacin el sacerdote pona los pecados de la gente sobre la cabeza de un macho cabro que ms tarde era llevado al desierto (Levtico 16). Dios aceptaba la obra de un inocente para efectuar el perdn del culpable. De la misma manera, Cristo, el Cordero de Dios inocente, muri a n de proveer perdn para los culpables. Jehov carg en l el pecado de todos nosotros (Isaas 53.6) y l se ofreci en la cruz por los mismos. Jess puso su vida en expiacin por el pecado (Isaas 53.10). Si creemos en l y en la ecacia de su sangre entonces su muerte fsica nos salva del castigo que merecen nuestros pecados: la muerte eterna. Al que no conoci pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fusemos hechos justicia de Dios en l (2 Corintios 5.21).
3. Nuestro abogado
La vida de Jesucristo en la tierra hizo posible que l se convirtiera en nuestro abogado en el cielo (Hebreos 2.1618; 4.15). Luego de haber sido crucicado, l ascendi a la gloria y ahora est a la diestra del Padre como nuestro representante, intercesor y abogado. Esteban vio a Jess que estaba a la diestra de Dios (Hechos 7.5556). Cristo vive siempre para interceder (Hebreos 7.25) por todos los que por medio de l se acercan a Dios. Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo (1 Juan 2.1).
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carrera. Si esto hubiera sido el caso, entonces la mayor parte de la Biblia hubiera tenido que ser escrita nuevamente y la declaracin de Cristo en cuanto a su poder (Mateo 26.53; 28.18) sera una mentira. Los muchos pasajes bblicos que ensean que su muerte fue necesaria para redimir al hombre tambin seran mentira si slo muri por pura casualidad. Cristo fue entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios (Hechos 2.23).
4. Que Cristo slo muri para mostrarle a la gente cunto los amaba
Sin embargo, ya Dios haba mostrado su amor hacia los hombres pecaminosos repetidas veces. Cada vez que la Biblia menciona acerca del amor de Dios al enviar a su Hijo para morir en la cruz por nosotros, tambin menciona acerca de la salvacin: Porque de tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3.16). En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que l nos am a nosotros, y envi a su Hijo en propiciacin por nuestros pecados (1 Juan 4.10). Hay muchas maneras en que Dios maniesta su amor hacia los hombres, pero slo hay una manera en que los redime: por medio de la sangre de Cristo.
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en el inerno, sino muri fsicamente en la cruz, dando as su sangre para quitar el pecado de muchos. La Biblia dice claramente que es la sangre que uy de su cuerpo moribundo la que provee la salvacin, pues sin derramamiento de sangre no se hace remisin (Hebreos 9.22). Jess no fue castigado como pecador, sino fue sacricado como un cordero inocente. Se ofreci a s mismo sin mancha a Dios (Hebreos 9.14). Es errneo creer que no queda castigo por nuestros pecados porque Cristo ya sufri por lo mismo. No es que el castigo ha sido agotado, sino que el perdn ha sido logrado. Tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados segn las riquezas de su gracia (Efesios 1.7). Una prueba mediante la cual se debe probar cada teora de la expiacin es cunta importancia atribuye esa teora a la sangre. Acaso esas teoras aceptan el sacricio expiatorio de Cristo para limpiarnos del pecado por medio del poder de su sangre? Lo siguiente, escrito por Joseph Parker, expresa la creencia bblica de la expiacin:
En este momento yo siento que Cristo est haciendo algo por m en la cruz. Yo siento que su muerte es mi vida, su sacricio es mi perdn, su crucixin la propiciacin por mis pecados, que del Glgota, el lugar de la Calavera, mis ores de paz y gozo orecen y que en la cruz de Cristo me gloro.
2. Fue voluntaria
Cristo fue crucicado porque l se entreg a s mismo al decreto divino. No fue porque los judos o los roma217
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nos tenan ms fuerza que l. (Lea Mateo 26.4756; Juan 10.1718; 18.411.) Los que ejecutaron a Jess no se dieron cuenta de que por medio de ellos Dios se gloric (Salmo 76.10). De esta forma ellos estaban cumpliendo el plan de Dios para que tanto ellos como muchos otros tuvieran acceso al poder limpiador de la sangre del Cordero de Dios.
3. Fue expiatoria
La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado (1 Juan 1.7). En el manantial carmes que uy del Glgota hay un poder limpiador para lavar los pecados de todos los que vienen a l por medio de la fe. Mirando hacia el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Juan 1.29), oramos: Lvame, y ser ms blanco que la nieve (Salmo 51.7).
5. Fue mediadora
Pero ahora en Cristo Jess, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo (Efesios 2.13). Por su muerte, Jess nos reconcilia con Dios. Es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisin de las transgresiones que haba bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna (Hebreos 9.15). (Lea tambin Efesios 2.1219.)
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7. Fue gloriosa
Contemplemos al Hijo de Dios en la cruz. En medio de sus sufrimientos, l or por sus enemigos. Jess tambin le habl palabras de paz y perdn al ladrn a su lado. El Seor hizo provisiones para su madre y encomend todo su ser al Padre. El poder maravilloso de Dios se manifest al partirse las rocas, al temblar la tierra y al rasgarse en dos el velo del templo. Aquellas ltimas tres horas de la crucixin del Seor Jesucristo fueron tan maravillosas y extraordinarias que aun el centurin romano y sus compaeros exclamaron: Verdaderamente ste era Hijo de Dios (Mateo 27.54). Alaben la misericordia de Jehov, y sus maravillas para con los hijos de los hombres (Salmo 107.8).
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CAPTULO 25
La redencin
En quien tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados segn las riquezas de su gracia (Efesios 1.7).
La palabra redimir signica rescatar, librar y comprar de nuevo (Levtico 25.2527; 1 Corintios 6.20; 7.23). Como algo empeado puede ser redimido pagando la suma requerida de dinero, as el hombre, perdido en pecado y sin esperanza, por la gracia de Dios ha sido redimido por la sangre del Cordero. En el Antiguo Testamento Dios dijo a los israelitas que los primognitos machos le pertenecan a l. Pero les dio la oportunidad de redimir algunos de los mismos. Por ejemplo, ellos pudieron comprar de Dios un asno que era primognito. A cambio tenan que sacricarle (pagarle) un cordero. As el precio de la redencin del asno era un cordero (xodo 13.1113). Como el asno poda ser redimido si el dueo daba un cordero suyo a Dios, as el hombre perdido en pecado fue redimido cuando Dios ofreci su Cordero en la cruz. Para redimir al hombre cado (comprarlo de nuevo para s), Dios tuvo que dar a su Hijo unignito. En el captulo anterior vimos la obra de Cristo al expiar nuestro pecado para reconciliarnos con Dios. Su sangre vertida pag el precio de nuestra redencin. El hombre salvado ya es posesin de Dios y adquirido por la sangre preciosa de Jess.
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Resultados de la redencin
Los redimidos gozan de:
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os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de l; si en verdad permanecis fundados y rmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio (Colosenses 1.2123). Hay dos cosas que se mencionan de manera especial: (1) que podemos ser reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo y (2) que tenemos que permanecer en la esperanza del evangelio. Dios ha hecho su parte en la redencin e hizo posible que el hombre hiciera la suya. Acaso permaneceremos rmes en la fe?
3. Perdn de pecados
En quien tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados (Colosenses 1.14). Pablo declara en su carta a los efesios esta misma verdad al hacer mencin de que recibimos la salvacin por las riquezas de su gracia (Efesios 2.7). Cuando somos redimidos entonces damos a conocer que fuimos pecadores y que ahora somos salvos por gracia.
4. Justicacin
Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redencin que es en Cristo Jess (Romanos 3.24). La redencin hecha por Cristo nos justica para que podamos presentarnos ante Dios, porque ahora tenemos la justicia que es por la fe en su Hijo amado.
5. Santicacin
Cristo am a la iglesia, y se entreg a s mismo por ella, para santicarla, habindola puricado en el lavamiento del agua por la palabra, a n de presentrsela a s mismo, una iglesia gloriosa (Efesios 5.2527). (Lea tambin Tito 2.1114; Hebreos 10.10, 14; 13.12.)
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6. Ciudadana celestial
Por medio de la redencin llegamos a ser hijos de Dios. Pablo lo llama la adopcin de hijos (Glatas 4.5). Para redimirnos de toda iniquidad y puricar para s un pueblo propio, celoso de buenas obras (Tito 2.14). Pedro declara que el pueblo de Dios es linaje escogido, real sacerdocio, nacin santa, pueblo adquirido por Dios (1 Pedro 2.9). Hemos sido llamados del mundo pecaminoso para ser pueblo adquirido por Dios. Debemos recordar que los redimidos del Seor, salvados, santicados, tiles al Seor son su propia posesin adquirida (1 Corintios 6.20). Tambin debemos recordar que ellos andarn en el camino de la santidad del Rey (Isaas 35.89), esperando el tiempo cuando los redimidos volvern a Sin con gozo (Isaas 35.10) y slo ellos cantarn juntos la historia bendita de la redencin en el cielo.
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CAPTULO 26
La Fe
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la conviccin de lo que no se ve (Hebreos 11.1).
El elemento esencial de la fe es la conanza. La fe es (1) la certeza de lo que se espera, (2) la conviccin de lo que no se ve. En otras palabras, es una conanza muy segura en algo que no podemos ver ni tocar. Hay cosas que percibimos por los sentidos de la vista, del odo, del tacto, etc.; otras las conocemos simplemente porque conamos en que se nos ha dicho la verdad. Por ejemplo, usted cree que existieron tales hombres como Julio Csar, Martn Lutero, Simn Bolvar y otros personajes histricos no porque los conoci, sino porque usted confa en los medios por los cuales recibi la informacin. Las cosas que llegan a nosotros directamente por medio de los sentidos no son de fe, sino de conocimiento. Hay personas que dicen que es slo por ignorancia que la gente acepta algo como verdadero sin una evidencia positiva y directa. Pero la vida misma de los que as dicen contradice su dicho, pues casi no hay un da en que ellos mismos no dejan de conar en la palabra de otros, sin preguntar. Por ejemplo, al subir a bordo de un autobs para viajar hasta un pueblo que no conocen, los mismos creen que van hacia ese pueblo porque as se les inform el conductor. No saben si van para ese pueblo, pero s lo creen. Por todos lados estn rodeados de cosas o circunstancias de las cuales no saben absolutamente nada, excepto lo que otros les han dicho. Como la fe cristiana es esencial a la vida cristiana, as la fe en lo que no se ha visto es esencial a cualquier clase de vida. Notemos, pues, algunas tipos de fe.
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LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
Tipos de fe
La palabra fe puede aplicarse de manera general. Un ejemplo pudiera ser como se describe en estos versculos bblicos a continuacin. Porque por fe andamos (2 Corintios 5.7). Que contendis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 3). La fe puede tambin aplicarse a la verdad revelada por Dios. No obstante, la fe pudiera ser el resultado de nuestra conanza en los hombres o en las cosas. Pudiera decirse que existe una fe natural y una fe bblica. La fe natural es la conanza que los seres humanos tienen unos en otros. Por ejemplo, cuando creen que el autobs se dirige hacia el lugar que les informa el conductor. Cuando hablamos de fe bblica nos referimos a algo totalmente diferente de la fe natural. El hombre que slo tiene una fe natural llega al lmite de su propio conocimiento o del conocimiento de otros en quienes tiene conanza. Este tipo de fe no cree en la creacin ni en la eternidad. Sin embargo, el hombre que posee fe en la palabra de Dios va ms all de esto. l cree aun en lo que nadie jams ha visto porque l cree que la Biblia es la revelacin divina y milagrosa de Dios al hombre. Puesto que la Biblia lo dice, l cree que Jesucristo es el Hijo de Dios, que naci de una virgen, nos dio el evangelio infalible, muri por nuestros pecados y resucit para nuestra justicacin. La fe que los hombres profesan tener en Dios es de dos tipos: la fe que es muerta y la fe que es viva.
1. La fe muerta
Leemos acerca de esta clase de fe en Santiago 2.1426. Aqu dice que la fe sin obras es muerta. En otras palabras, la falta de obras es evidencia que la fe no es genuina. De esta manera nadie puede pensar que la fe sin obediencia es suciente.
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LA
FE
2. La fe viva
La fe viva es la fe que obra (Glatas 5.6). Este es el tipo de fe que atrae al alma y estimula al individuo a actuar. Por qu el agricultor siembra su grano? Porque l tiene fe en que habr una cosecha. Por qu las personas depositan su dinero en el banco? Porque tienen fe en la estabilidad del banco. Qu sucedera entonces si no hubiera esperanza de cosecha ni conanza en la estabilidad del banco? No habra siembra ni dinero depositado. Qu conmovi al eunuco a pedir el bautismo (Hechos 8.3638) y a Cornelio a mandar a llamar a Pedro (Hechos 10)? La fe. Por qu la gente se aparta de Dios? Por la falta de fe. Es la fe viva lo que conmueve al hombre a buscar la gracia de Dios; y habiendo encontrado esta gracia, lo anima a mantenerla hasta el n.
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2. Por la oracin
La oracin de los discpulos al Seor fue: Aumntanos la fe (Lucas 17.5). Nosotros tambin debemos orar lo mismo. Fue la oracin de fe de Cornelio (Hechos 10.3031) que le trajo el mensajero que lo gui a l y a su casa a la fe viva. Siente usted una falta de la fe vencedora? Ore. Siente usted que otros deben ser bendecidos con una fe ms fuerte? Ore. Siente usted la necesidad de un avivamiento que traer a los salvos y a los incrdulos a una fe victoriosa? Ore.
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LA
FE
1. Asegura la salvacin
Cree en el Seor Jesucristo, y sers salvo (Hechos 16.31). (Lea tambin Juan 3.16.)
3. Asegura la justicacin
En l es justicado todo aquel que cree (Hechos 13.39). Concluimos, pues, que el hombre es justicado por fe sin las obras de la ley (Romanos 3.28).
5. Sana el cuerpo
La oracin de fe salvar al enfermo, y el Seor lo levantar (Santiago 5.1315). No es la voluntad de Dios sanar en cada situacin, pero muchas veces s lo es. Lo cierto es que l contesta las oraciones de fe al sanar al enfermo.
7. Gua al cristiano
Por fe andamos, no por vista (2 Corintios 5.7). Cuando andamos por vista lo hacemos tal y como el mundo lo hace.
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LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
Pero cuando andamos por fe, nuestros pasos se dirigen hacia el cielo armados en nuestra conanza en Dios.
8. Santica al cristiano
Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satans a Dios; para que reciban, por la fe que es en m, perdn de pecados y herencia entre los santicados (Hechos 26.18).
La prueba de nuestra fe
Santiago habla del lado prctico de la fe cuando nos recuerda que la fe sin obras es muerta (Santiago 2.20). Es ms fcil decir yo creo, que demostrar nuestra creencia por lo que hacemos cuando estamos expuestos a las pruebas y la aiccin. Entre tanto que haba panes y peces para comer, todos creyeron en Jess; pero cuando l predic su sermn acerca del pan de vida (Juan 6), poniendo as al pueblo a la prueba verdadera en cuanto a su fe, dice Juan 6.66 que muchos de sus discpulos volvieron atrs, y ya no andaban
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LA
FE
con l. En aquel momento la fe de muchos fue probada y fue evidente que a algunos les falt la fe.
2. Produce paciencia
El testimonio de Santiago es el siguiente: Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia (Santiago 1.3). Este testimonio se verica frecuentemente en las vidas de las personas que profesan seguir a Cristo. Hay un poder renador en las pruebas que trae la vida diaria que consume la escoria y produce lo mejor que hay en el hombre. Adems, tenemos los ejemplos de fe de algunos de los personajes bblicos. Abraham, por ejemplo, cuando fue llamado a ofrecer al hijo de la promesa; Jos, perseguido por sus hermanos y esclavizado y encarcelado en Egipto; Daniel y sus tres compaeros en Babilonia. Por tanto, tened por sumo gozo cuando os hallis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia (Santiago 1.23). En todo esto es importante saber que no nos ha sobrevenido ninguna tentacin que no sea humana; pero el es Dios, que no os dejar ser tentados ms de lo que podis resistir (1 Corintios 10.13). Esto quiere decir que Dios suple la gracia para resistir cada prueba que viene a nuestra vida. Cada prueba que nosotros resistimos purica nuestra fe y
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Las obligaciones de la fe
Ahora nos enfrentamos con otra pregunta: Cul debe ser la actitud del cristiano hacia la fe? Al volver a la palabra de Dios nosotros vamos a encontrar la siguiente amonestacin:
LA
FE
Lucas 1.14. Comprobamos la sinceridad de nuestra fe en Jess apoyando elmente su evangelio y dndolo a conocer a otros.
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CAPTULO 27
El arrePentiMiento
Porque la tristeza que es segn Dios produce arrepentimiento para salvacin, de que no hay que arrepentirse (2 Corintios 7.10).
Al estudiar este tema debemos recordar que el arrepentimiento es un requisito tan esencial como la fe para que la persona llegue a convertirse en un verdadero cristiano. El arrepentimiento fue el primer mensaje en el ministerio de Juan el Bautista (Mateo 3.2); el primer mensaje en el ministerio del Seor Jesucristo (Mateo 4.17); el primer mensaje en el ministerio del Espritu Santo por medio de Pedro (Hechos 2.38) y tambin ocup un lugar prominente en las enseanzas de los apstoles. Esto debe ser una enseanza continua de cada cristiano. Dios (...) ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan (Hechos 17.30).
Lo que es el arrepentimiento
El arrepentimiento verdadero es un cambio de voluntad, de sentimientos, de actitud hacia el pecado y la justicia, y un cambio de corazn. Sin cambio no hay arrepentimiento, pues el arrepentimiento signica un cambio. Qu pasa cuando uno se arrepiente?
1. Hay conviccin
Una conviccin genuina es el primer paso al arrepentimiento. Al escuchar el mensaje de Dios para nosotros, la conviccin de que hemos hecho lo malo crece en nosotros. Esto fue lo que le sucedi a aquella gran multitud en el da de Pentecosts (Hechos 2) y tambin al carcelero en Filipos
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DOCTRINA DE lA SAlVACIN
(Hechos 16). La conciencia (Romanos 2.15) y el Espritu Santo (Juan 16.8) con su espada (que es la palabra de Dios) traen conviccin al corazn humano.
3. Hay confesin
Una sensacin de vergenza y humillacin acompaa el verdadero arrepentimiento por el pecado, pero eso no impide que el pecador conese sus pecados. Ms bien, el que est verdaderamente arrepentido quiere confesar sus pecados para librarse de ellos (Proverbios 28.13). Los que se arrepienten de corazn obedecen este mandamiento: Confesaos vuestras ofensas unos a otros (Santiago 5.16). Por lo general, cuanto menos deseo sienta la persona de confesar sus pecados, tanto menos arrepentido est su corazn. Si confesamos nuestros pecados, l es el y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1.9).
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El
ARREPENTIMIENTO
4. Se deja el pecado
Balaam, Sal y otros confesaron sus pecados, pero siguieron en los mismos tal y como si nunca los hubieran confesado. David, el hijo prdigo y otros tambin hicieron la misma confesin; pero ellos dejaron sus pecados y se volvieron al camino de la justicia. Los que realmente se arrepienten de corazn, no solamente conesan sus pecados, sino que tambin los dejan. Los que hemos muerto al pecado, cmo viviremos an en l? (Romanos 6.2).
5. Hay restitucin
Acaso es posible estar verdaderamente arrepentido por algn pecado sin querer hacer restitucin? No. La restitucin acompaa el verdadero arrepentimiento. La restitucin quiere decir enmendar nuestras malas acciones para con los hombres. Zaqueo tuvo una actitud correcta cuando dijo: Si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado (Lucas 19.8). Esta actitud de Zaqueo hizo que Cristo dijera: Hoy ha venido la salvacin a esta casa (Lucas 19.9).
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Lo que no es el arrepentimiento
El arrepentimiento verdadero:
2. No es solamente estar triste por los pecados que han sido cometidos
Judas y Pedro ambos se sintieron tristes por lo que haban hecho, pero slo Pedro volvi al Seor para recibir perdn. La nica tristeza por el pecado que pertenece al arrepentimiento verdadero es la que trae al pecador arrepentido a Dios para recibir perdn, dejar sus pecados y enmendar sus malas acciones.
El
ARREPENTIMIENTO
5. No es meramente reformarse
Un hombre puede dejar todos sus malos hbitos y todava apreciarlos en su corazn. Por eso decimos que el pecador necesita ser transformado.
2. Or la verdad
As que la fe es por el or, y el or, por la palabra de Dios (Romanos 10.17). Cmo puede un hombre arrepentirse del pecado sin antes saber que es pecador? La predicacin de la palabra de Dios en su plenitud es una obra muy necesaria para traer a los pecadores al arrepentimiento. Fue Natn quien le trajo a David el mensaje: T eres aquel hombre (2 Samuel 12.7) antes que David se arrepintiera. Fue por la predicacin de Jons que la gente de Nnive se arrepinti. Porque escucharon, se arrepintieron. En el da de Pentecosts tres mil personas fueron convertidas como resultado de la predicacin de Pedro y los otros discpulos.
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El
ARREPENTIMIENTO
7. Recompensas y castigos
Nuestro motivo principal al servir a Dios no debe ser ni nuestro miedo ni nuestras ganancias personales. Sin embargo, no se puede negar que el temor al castigo de Dios muchas veces convence a los pecadores. Sin embargo, muchos pecadores mueren en sus pecados porque los pastores tienen miedo de ensearles a huir de la ira terrible que ha de venir.
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El
ARREPENTIMIENTO
vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partcipes del Espritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucicando de nuevo para s mismos al Hijo de Dios y exponindole a vituperio. Mientras que la blasfemia contra el Espritu Santo es el nico pecado que no puede ser perdonado (Mateo 12.3132), estos versculos en Hebreos nos advierten que es peligroso jugar con la gracia de Dios.
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cAPTULO
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La JustiFicacin
Estando ya justicados en su sangre, por l seremos salvos de la ira (Romanos 5.9).
La justicacin es la obra de Dios por la cual cada persona que cree en Jesucristo ya es justo delante de l, el juez supremo. Mientras que el acusador de nuestros hermanos (Apocalipsis 12.10) ejecuta sus artimaas satnicas para condenarlos ante Dios, el gran Juez dice: Estos son mos. Ellos antes eran culpables, condenados, ajenos a los pactos de la promesa (Efesios 2.12), pero las cosas han cambiado. El precio de su redencin ha sido pagado; ellos han aceptado las condiciones ofrecidas de misericordia, han sido limpiados por la sangre del Cordero de Dios y ahora son justos delante de m. Cristo ha sido resucitado para nuestra justicacin (Romanos 4.25).
LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
10.34); sin embargo, algunos son justicados delante de l mientras que otros no lo son. Por esto sabemos que tiene que haber algo que forme la base de tal divisin. Ese algo es la fe. La Biblia dice que es justicado todo aquel que cree (Hechos 13.39); que el hombre es justicado por fe sin las obras de la ley (Romanos 3.28) y que el Dios justo es el que justica al que es de la fe de Jess (Romanos 3.26). La fe traza la lnea que divide entre los que estn justicados y los que no estn justicados. Segn estas citas bblicas resulta evidente que Dios, sin esperar a que la persona haga buenas obras, justica a la persona tan pronto que la misma reconoce su condicin pecaminosa y cree en Cristo.
LA
JUSTIFICACIN
Algunos piensan que las enseanzas de Pablo y de Santiago relacionado con el tema de la fe y las obras se contradicen. Pero las escrituras no apoyan tal conclusin. La idea principal de los escritos de Pablo es que el que cree es justicado, mientras que la idea principal de Santiago es que si no hacemos las obras de Dios esto prueba que la fe que profesamos no es genuina. La fe que justica ante Dios es la fe que obra (Glatas 5.6). Las obras producidas por la fe viva pueden ser vistas por los hombres.
LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
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CAPTULO 29
La conVersin
La ley de Jehov es perfecta, que convierte el alma (Salmo 19.7).
La doctrina de la conversin es un tema prominente en las enseanzas de Cristo y de sus discpulos. Cuando una persona se convierte quiere decir que la misma ha cambiado. Convertirse quiere decir dejar de ser una cosa para ser otra (Diccionario de uso del espaol, Mara Moliner).
La doctrina de la conversin
Nosotros ramos por naturaleza hijos de ira (Efesios 2.3). Desde la antigedad se nos cas con nuestros dolos como el caso de Efran. Para volver a Dios es necesario que haya una transformacin; un cambio en nuestra mentalidad, en los deseos de nuestro corazn y en nuestra actitud hacia Dios y hacia el pecado. A nosotros nos es necesario experimentar un cambio completo en nuestras vidas de manera que agrademos a Dios al estar en armona con su palabra. Cuando un pecador se arrepiente, Dios hace la obra de convertirlo en un cristiano. Los pecados que el pecador una vez am ahora aborrece y las cosas buenas de Dios que antes aborreci ahora las ama. La conversin es una transformacin completa: un amor nuevo en el corazn y una vida nueva en el alma.
LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
con el cual se fabrican los parabrisas; el agua se convierte en vapor. En cada caso hay un cambio esencial que produce entonces la conversin. Tambin ocurre un cambio esencial que convierte al pecador en un hijo de Dios. Hay un cambio de mentalidad, de los deseos del corazn y de vida en esa persona. Sin tal cambio, aunque el incrdulo se ale a una congregacin de creyentes, no ser un hijo de Dios. Para estar en Cristo Jess nada sirve a menos que la persona llegue a ser una nueva creacin (Glatas 6.15). Y cuando esa nueva creacin existe por dentro, la persona manifestar por fuera una vida nueva en Cristo Jess (Romanos 6.4). Porque de la abundancia del corazn habla la boca (Mateo 12.34). La fe sin obras est muerta (Santiago 2.26). Porque los que hemos muerto al pecado, cmo viviremos an en l? (Romanos 6.2). Cuando uno se convierte al Seor cambia sus caminos, desecha todos los hbitos pecaminosos y maniesta los frutos de una vida justa en su andar diario. Hay personas que dicen que se han convertido al Seor, pero con sus hechos lo niegan. Su lengua no ha sido limpiada de inmundicia y blasfemia, su orgullo sigue siendo parte de su vida diaria, su conducta es la misma de todos los das, sus negocios son tan fraudulentos como antes, su forma de vestir es tan mundana como las modas del mundo y siguen viviendo en los placeres pecaminosos que antes vivan. Concluimos, pues, que como no hay un cambio por fuera, tampoco ha habido un cambio por dentro. Tal persona no se ha convertido al Seor. Donde hay vida adentro hay luz afuera (Mateo 5.1416).
Ejemplos de la conversin
Podemos formular un concepto correcto de la conversin cuando notamos los cambios en la vida de las personas que se vuelven hacia Dios. Notemos algunos ejemplos:
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LA
CONVERSIN
Verdades acerca de la conversin 1. La conversin consiste en un cambio de vida y de servicio en lugar de ser un cambio de rasgos personales
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LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
Por ejemplo, piense en Saulo de Tarso. Aun despus de convertirse se ve su entusiasmo, energa, valor y celo que tena antes de su conversin. Su cambio consisti en pasar su fe del farisesmo a Cristo, su lealtad del judasmo a Cristo y cambiar su propia justicia por la justicia de Dios. Moralmente, la conversin signica un cambio de las normas del mundo a las del evangelio; es un cambio de las normas de Satans a las de Dios.
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LA
CONVERSIN
Es notable lo daino y pecaminoso que es el hombre bueno cuando se ve a la luz de la verdad. Pablo era un hombre muy bien educado e inteligente, tena una personalidad dominante, posea una buena conciencia (Hechos 23.1) y era celoso de la ley. Sin embargo, cuando vemos todas estas buenas cualidades absorbidas en su furor contra la iglesia del Seor notamos cun lejos de Dios andaba. A l le haca falta una conversin cabal. Aquel fariseo que or en el templo y relat una lista de buenas obras que l haca no fue justicado como lo fue el pobre publicano. Ni las buenas obras, ni los logros, ni la fama mundana, ni la grandeza pueden traernos nada bueno delante de nuestro Dios santo. Nos queda volvernos como nios (Mateo 18.3). Tenemos que convertirnos.
LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
Dios lo que les hizo or. La ley de Jehov es perfecta, que convierte el alma (Salmo 19.7).
LA
CONVERSIN
Resultados de la conversin
Como ya se ha declarado, la conversin signica un cambio, una transformacin, una vida nueva. Lo siguiente es lo que la Biblia dice que pasa cuando uno se convierte verdaderamente:
3. Es revestido de humildad
La verdadera norma de grandeza se declara en Mateo 18.14. Cuando las personas se convierten a Dios las mismas
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LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
llegan a ser de un corazn manso, modesto y humilde. Cristo se reere a s mismo como manso y humilde de corazn (Mateo 11.29). Sus verdaderos discpulos son como l. (Lea Filipenses 2.58.)
4. Es revestido de justicia
Sion ser rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia (Isaas 1.27). Cuando una persona se convierte trae su propia justicia a la cruz y en cambio recibe la justicia de Dios. Esta justicia ya no es como trapo de inmundicia sobre lo cual escribe Isaas (Isaas 64.6), sino la justicia verdadera de Dios que resplandece en su vida motivando a otros a gloricar a Dios. (Lea Mateo 5.1416.)
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CAPTULO 30
La regeneracin
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo (Juan 3.7).
El signicado literal de regeneracin es engendrar de nuevo (Diccionario de uso del espaol, Mara Moliner). Esta palabra se usa raras veces en las escrituras (Mateo 19.28; Tito 3.5). Sin embargo, la doctrina de la regeneracin se evidencia bastante en la enseanza bblica que pertenece a la salvacin. Es la doctrina de la vida nueva que Dios engendra en nosotros cuando nos convertimos. Vida nueva en Cristo resulta de la regeneracin como tambin la redencin resulta de la expiacin, la justicia de la justicacin y la santidad de la santicacin. Dios regenera, el hombre es renacido; Dios expa, el hombre es redimido; Dios justica, el hombre es justicado; Dios santica, el hombre es hecho santo.
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DOCTRINA DE lA SAlVACIN
(2 Corintios 5.17). La vida nueva no resulta de nuestros esfuerzos para reformarnos, sino resulta de una obra creadora de Dios en nosotros. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jess para buenas obras (Efesios 2.10). Observe que las buenas obras de Dios sern evidentes en la persona regenerada. La vida despus que el pecador se arrepiente y se reconcilia con Dios se describe como una vida nueva (Romanos 6.4). Habindoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo cre se va renovando hasta el conocimiento pleno (Colosenses 3.910). El hombre nuevo no nace hasta que el viejo sea crucicado (Romanos 6.6).
4. Ser lavado
Nos salv, no por obras de justicia que nosotros hubiramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneracin y por la renovacin en el Espritu Santo (Tito 3.5).
LA
REGENERACIN
LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
Pero si se examinaran honestamente en el espejo del evangelio se veran como pobres pecadores, engaados por su propia justicia.
LA
REGENERACIN
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LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
Evidencias de la regeneracin
La Biblia ofrece evidencias por las cuales podemos saber si somos regenerados o no. A continuacin presentamos algunas:
1. La justicia
Todo el que hace justicia es nacido de l (1 Juan 2.29). Dios no hace acepcin de personas, sino que en toda nacin se agrada del que le teme y hace justicia (Hechos 10.3435). La justicia de Cristo, dada a los hombres, se maniesta en una vida justa, porque los que hemos muerto al pecado, cmo viviremos an en l? (Romanos 6.2). Es imposible ser justo por dentro sin manifestarlo por fuera (Mateo 5.1416).
LA
REGENERACIN
tanto, si alguno ama al mundo, el amor del Padre no est en l (1 Juan 2.15). Todo aquel que de todo corazn ama lo que es bueno entonces aborrece en absoluto lo que es malo. Esta es una de las evidencias fundamentales que demuestra que alguien es hijo de Dios. Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca (1 Juan 5.18). Para el que es nacido de Dios el mandamiento aborreced lo malo le es tan importante como seguid lo bueno (Romanos 12.9). El hijo de Dios, que est lleno del Espritu Santo, puede decir como dijo el salmista: He aborrecido todo camino de mentira (Salmo 119.104).
4. La obediencia
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos (1 Juan 2.3). Cristo les pone una prueba a sus discpulos cuando les dice: Vosotros sois mis amigos, si hacis lo que yo os mando (Juan 15.14). Tambin Santiago nos amonesta diciendo: Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engandoos a vosotros mismos (Santiago 1.22).
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DOCTRINA DE lA SAlVACIN
5. El amor
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos (1 Juan 3.14). Por esta misma razn Dios dice que el que no ama a su hermano, permanece en muerte (1 Juan 3.14). Amados, ammonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios (1 Juan 4.78).
6. La fe
Todo aquel que cree que Jess es el Cristo, es nacido de Dios (1 Juan 5.1). La prueba verdadera de la fe, como la del amor, se halla al creer toda la palabra de Dios y obedecerla. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1.12).
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CAPTULO 31
La adoPcin
Porque todos los que son guiados por el Espritu de Dios, stos son hijos de Dios. Pues no habis recibido el espritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habis recibido el espritu de adopcin, por el cual clamamos: Abba, Padre! (Romanos 8.1415).
Dios recibe en su familia slo a las personas que han sido regeneradas. La regeneracin y la adopcin son dos temas muy parecidos. Pero la regeneracin enfoca la vida espiritual, mientras que la adopcin enfoca la relacin espiritual. La adopcin es el acto amoroso de Dios de recibir en su familia espiritual a sus hijos en este mundo que cumplen con ciertas condiciones para pertenecer a la misma. De la manera que Moiss fue adoptado como hijo de la hija de Faran (xodo 2.110) y Me-boset fue acogido por David (2 Samuel 9.110) as tambin Dios recibe en su familia, como hijos e hijas, a los que han llegado a ser herederos de la gloria al ser hechos nuevas criaturas en Cristo Jess.
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LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
Cuando el hombre pec en el Huerto de Edn, l perdi su relacin con la familia de Dios. La nica manera de restaurar esa relacin es por medio de la regeneracin y la adopcin. Las teoras de la hermandad universal del hombre y la paternidad de Dios han sido antibblicas desde la cada del hombre.
2. Que Dios est dispuesto a adoptar como suyos a los que no son miembros de su familia
Efesios 1.45 dice: ...segn nos escogi en l antes de la fundacin del mundo (...) habindonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, segn el puro afecto de su voluntad. En esto se maniesta el amor maravilloso de Dios en que l provey la adopcin para los hijos prdigos de la tierra miles de aos antes que muchos de ellos hubieran nacido.
LA
ADOPCIN
2. Regeneracin
Juan dice que los que creen en el nombre de Cristo son nacidos de Dios (1 Juan 5.1). La declaracin de Cristo que nadie podr ir al cielo sin nacer de nuevo (Juan 3.3, 5, 7) conrma que la regeneracin es esencial para la adopcin.
3. La gracia de Dios
La adopcin, como la justicacin, es algo que no tiene como fundamento el mrito humano. No hay nada en nosotros que conmueve al Padre amado a recibirnos en su familia: ni inteligencia, ni buenas obras, ni bondad innata, ni nada atractivo. nicamente su gracia admirable, su benevolencia innita, sus misericordias tiernas y su bondad amorosa lo conmueven a desearnos como sus propios hijos. Tal y como ningn hijo de otro puede llegar a ser de una familia sin ser adoptado por la cabeza de la familia, as tambin ningn hijo del diablo puede entrar en la familia de Dios a menos que sea por la gracia perdonadora de Dios. Nuestra parte es aceptar sus condiciones. l hace lo dems.
LA
DOCTRINA DE lA SAlVACIN
dad de servir a Dios; el consuelo de saber que hemos hecho rme nuestra vocacin y eleccin, y nalmente, la bendita esperanza de estar en la mera presencia de Cristo.
2. Obedecer
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos (1 Juan 2.3). (Lea tambin 1 Juan 5.13.) Los que voluntariamente desobedecen a Dios conesan por sus hechos que no conocen a Dios y, por tanto, no pueden ser sus hijos (1 Juan 2.4; Romanos 6.1622).
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LA
ADOPCIN
5. Ser pacicadores
Bienaventurados los pacicadores, porque ellos sern llamados hijos de Dios (Mateo 5.9). (Lea Romanos 12.1721; Santiago 3.1718.)
6. Imitar a Dios
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados (Efesios 5.1). Tal y como los hijos se parecen a sus padres, asimismo los hijos de Dios se parecen a l.
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CAPTULO 32
La santiFicacin
As que, si alguno se limpia de estas cosas, ser instrumento para honra, santicado, til al Seor, y dispuesto para toda buena obra (2 Timoteo 2.21).
Su signicado
El signicado de la palabra santicar en la Biblia incluye apartarse o consagrarse a alguna causa, propsito u obra especial. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se emplean con frecuencia varias formas de esa palabra. En casi todos los casos, el signicado de la frase no cambiara si la palabra santicar fuera sustituida por las palabras separar o apartar. Dios aparta (santica) a su pueblo para un propsito santo. As que el signicado de santicar incluye tambin la pureza, la santidad y la consagracin a Dios. La santicacin indica:
1. Consagrarse
Y bendijo Dios al da sptimo, y lo santic (Gnesis 2.3); o sea, lo apart como un da consagrado a l. Los israelitas no se acercaron al Monte Sina porque Dios haba puesto lmites alrededor del mismo y lo haba santicado (xodo 19.23). Este monte estaba apartado para un propsito santo. (Lea tambin Levtico 8.1011; Juan 17.17; 1 Tesalonicenses 4.3; Hebreos 9.3.)
2. Limpiarse, puricarse
(Lea 1 Tesalonicenses 5.23; Hebreos 10.10, 14.) Para servir a Dios tenemos que ser puros, santos y limpios por
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medio de la sangre de Cristo. Seguid (...) la santidad, sin la cual nadie ver al Seor (Hebreos 12.14).
1. Dios, el Padre
Y el mismo Dios de paz os santique por completo (1 Tesalonicenses 5.23). Santificados en Dios Padre (Judas 1). Esta obra fue profetizada en Ezequiel 37.28.
2. Dios, el Hijo
Por lo cual tambin Jess, para santicar al pueblo mediante su propia sangre, padeci fuera de la puerta (Hebreos 13.12). Somos santicados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo (Hebreos 10.10). Adems, Pablo escribi a los efesios que Cristo santica a la iglesia habindola puricado en el lavamiento del agua por la palabra (Efesios 5.2527).
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4. La palabra de Dios
Santifcalos en tu verdad; tu palabra es verdad (Juan 17.17). Dios nos da su palabra, la aceptamos, y as somos santicados mediante el lavamiento del agua por la palabra (Efesios 5.26). Adems, nosotros somos hechos limpios por la palabra (Juan 15.3). Es por medio de la Biblia que conocemos nuestros pecados. Somos santicados cuando obedecemos a Dios despus de recibir ese conocimiento.
5. La fe
Cristo, el sacricio por nuestros pecados, nos ha sido hecho (...) santicacin (1 Corintios 1.30). Cmo puede ser? Cuando acudimos a l y nos aferramos a sus promesas por fe, l llega a ser nuestro santicador. Recibimos herencia entre los santicados por medio de la fe en Cristo (Hechos 26.18).
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(Romanos 8.9), que sin la santidad (la santicacin), nadie ver al Seor (Hebreos 12.14) y que los que son de Cristo han crucicado la carne con sus pasiones y deseos (Glatas 5.24). Juan tambin dice as: Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado (1 Juan 3.9). Estos versculos contradicen la teora que ensea que el nuevo convertido no es santicado. Concluimos, pues, que cuando una persona se convierte al Seor es santicada. Dios la aparta del pecado para sus propsitos santos. Pero el Espritu Santo sigue vivicndola (Hechos 4.31), por lo cual la misma vive con ms gozo, mayores logros espirituales, ms fortalecimiento, ms celo y ms santidad. El hecho de que la santicacin es instantnea y completa no contradice la realidad de que hay un crecimiento espiritual en dicha persona.
2. La santicacin es una obra progresiva que contina durante la vida del cristiano
Despus que hemos entrado en la gracia es entonces que vemos que estamos creciendo en la gracia y el conocimiento de nuestro Seor (2 Pedro 3.18). Como hijos de Dios crecemos espiritualmente (1 Tesalonicenses 3.12), abundamos ms y ms (1 Tesalonicenses 4.1, 10), vamos adelante a la perfeccin (Hebreos 6.1) y nos perfeccionamos en la santidad en el temor de Dios (2 Corintios 7.1). El hijo natural no sera normal si no continuara desarrollndose desde su niez. Asimismo, el hijo de Dios no es normal si no contina creciendo espiritualmente. Por ejemplo, piense en un nio que tiene dos aos. Usted quedar impresionado con su listeza, sus charlas inocentes y su inteligencia prometedora. Qu hijo ms inteligente y prometedor!, usted dir. Pero luego el nio adquiere una enfermedad que impide su desarrollo. Diez aos despus usted ve al mismo nio otra vez. Qu muchacho ms atra276
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sado!, sera su expresin aunque ste pueda hacer mucho ms que la primera vez que usted lo vio. Asimismo pasa con la persona que se ha convertido en un recin nacido en el reino de Cristo. Bueno en gran manera! dice el Creador. Pero, qu pasa si ese mismo hijo de Dios, por no aprovecharse de la abundante gracia de Dios, no se desarrolla espiritualmente? Lo que sucede es que uno puede ver a esa persona unos aos despus de su conversin sin notar ninguna evidencia del crecimiento en la obra del Seor. Atrasado espiritualmente!, dira usted. El que no crece, fsica o espiritualmente, no es normal. Usted comienza en su vida cristiana, se arrepiente de todo el pecado que Dios le muestra en su vida y en su corazn y Dios est contento de su condicin. As es como usted llega a tener una conciencia limpia delante de Dios y los hombres. Su comunin con Dios y con los santos lo mantiene bien nutrido y, qu sucede entonces? Usted crece espiritualmente. Al crecer usted espiritualmente su entendimiento se desarrolla de tal manera que ahora usted no puede seguir haciendo algunas cosas que antes hizo. Usted se arrepiente de las mismas y deja de hacerlas. Esto contina por muchos aos. Por n, al usted compararse con lo que fue en los aos anteriores ahora le asombra que no not esas cosas en aquel tiempo. Esto quiere decir que usted ha crecido espiritualmente. Durante todos estos aos la luz ha brillado ms y ms, y por la gracia de Dios, si contina creciendo, brillar aun ms. Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el da es perfecto (Proverbios 4.18). A esto lo llamamos la santicacin progresiva. La santicacin perfecta y completa ser la herencia gozosa de cada santo en la venida de nuestro Seor; pues entonces ningn manto mortal oscurecer la vida y la luz de Dios dentro del alma. De manera que nuestro estado all ser perfecto.
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2. La perfeccin cristiana
Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santicados (Hebreos 10.14). (Lea tambin Mateo 5.48.) Cmo es posible que un humano imperfecto alcance la perfeccin cristiana? Slo mediante la puricacin por medio de la sangre de Cristo y el poder de Dios para guardarnos sin mancha. La perfeccin por medio de la sangre es la perfeccin llevada a cabo por el nico sacricio en la cruz.
4. La herencia eterna
Es evidente que todos los santicados en Cristo son coherederos con Cristo: (1) Dios les ha prometido a todos los eles una herencia con todos los santicados (Hechos 20.32). (2) La santidad (santicacin) se menciona entre los requisitos para ver al Seor. (3) Todas las cosas de Apocalipsis 21.7 son prometidas a los vencedores, y los nicos vencedores son los que son santicados.
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