Rios de La Mora Nora Patricia

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UNIVERSIDAD

DE COLIMA







MAESTRA
EN
HISTORIA



FACULTAD DE CIENCIAS
POLTICAS Y SOCIALES







MUJERES QUE ESCRIBEN: TEXTOS FEMENINOS
EN LA LITERATURA REGIONAL,
1880-1910





Tesis para obtener el grado de Maestra en Historia





Presenta:
Nora Patricia Ros de la Mora




Asesora
Doctora Avital H. Bloch




Colima, Colima, marzo de 2007



3

AGRADECIMIENTOS

Escribir un texto se asemeja a emprender un viaje, y en el camino gozamos, aprendemos
y a veces cavilamos acerca de la direccin que deben llevar nuestros siguientes pasos.
Este trabajo es el resultado de aos de inquietudes y meses de trabajo, sin embargo no
he estado sola en este recorrido. Para comenzar y terminar este texto he contado con el
aliento y cobijo de diversas personas e instituciones. No es posible mencionarlas a
todas, pero s es un verdadero placer hacerles llegar mi agradecimiento, y quiero
mencionar a quienes de manera muy particular colaboraron en este proyecto.
Cursar la Maestra en Historia y realizar esta tesis no hubiera sido posible sin la
beca que me proporcion el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa (CONACYT).
Reconozco la dedicacin y capacidad de todos mis maestros y maestras en la maestra.
Con algunas de ellas hay recuerdos memorables: el viaje a Alcal de Henares y Madrid,
Espaa con la Dra. Mara, y la Mtra. Anayanci Fragoso, quien a travs de su curso
Historia de mujeres y gnero, es capaz de hacer que la historia y cualquier expresin
humana pueda comprenderse de distinta manera.
Reconozco a todos mis compaeros y compaeras de la maestra, pues su
presencia hizo de sta una experiencia especial. Agradezco la compaa de Lupita,
Arcadio y Rafael, la amistad de Jos Luis, de quien aprecio los comentarios e inters
por mi trabajo.
Este compromiso hubiera sido azaroso si no hubiera contado con la colaboracin
y profesionalismo de las personas de las bibliotecas y archivos que visit. Especial
mencin deben tener los chicos y chicas del Archivo Histrico Municipal de Colima, de
la Biblioteca de Ciencias Sociales Francisco Velazco Curiel la M. C. Nlida Valencia
Contreras, de la Biblioteca de Ciencias Miguel de la Madrid Hurtado, su Directora la
Licda. Luz Mara Perez Santa Ana, la M.C. Alma Delia Heredia Durn y la Licda. Rosa
Elena Prez de la Fuente.
Finalmente, mi trabajo debe mucho al auspicio de las personas que integran el
Centro Universitario de Investigaciones Sociales CUIS de la Universidad de Colima, mi
agradecimiento especial a Cecilia Chvez, Jos Molina, a la Licda. Patricia Snchez, y
a la Mtra. Celia Cervantes, Directora del Programa de Estudios de Gnero.
Especialsimo reconocimiento merece la Dra. Avital Bloch, Directora de este centro
4
universitario y asesora de mi proyecto, a quien agradezco su confianza, el espacio fsico
y emocional que me proporcion para el trabajo y la inventiva de esta tesis.
A los lectores de este texto: el Dr. Servando Ortoll, la Dra. Mara de los ngeles
y la Dra. Karla Kral, a quienes agradezco su crtica, dotada de aos de experiencia,
paciencia y buena voluntad.
A mis amigos y amigas: Teo, Tony, Anabel y Noem, gracias por su generosidad
y aliento.






































5






La dama de la ventana
1


Del tiempo hecho arena como nica vestidura, as surge el rostro impasible de la
dama de la ventana. Tras siglos de silencio parece ahora recobrar el habla. Ella, como
errante figura, cuelga de la memoria hermana, ignorada e ignorante de su vala. Inmvil
y sujeta al marco blanquecino y ptreo de su ventana, parece reconocer con su mirada la
brevedad de la vida y lo inmortal del alma humana, de qu olvidada pasin habla? De
qu vieja fantasa ahora me hace su confidente?


Dedico este texto y los otros a mi familia: la
heredada y la elegida, con quienes he
compartido el camino y el corazn.

Nora Patricia Ros de la Mora



1
La imagen que aqu se ilustra es conocida como dama asomada a la ventana y fue un motivo
predilecto de los artesanos del marfil de culturas de la antigedad. Vase Michael Roaf, Mesopotamia y el
antiguo Oriente Medio. vol. II. Atlas Culturales del Mundo (Barcelona: Ediciones Folio, 1994), 157.
6



INDICE



PRESENTACIN
CARTA DE APROBACIN
AGRADECIMIENTOS
DEDICATORIA
NDICE
RESUMEN
ABSTRACT

INTRODUCCIN............................................................................................................1

CAPTULO I.- CULTURA PORFIRISTA: ESCENARIO LIMINAR
FEMENINO....................................................................................................................17
I.1Elementos culturales en
Colima.30

CAPTULO II.-EL IMPACTO DE LA PRENSA Y LA EDUCACIN
EN LAS
MUJERES.......................................................................................................................37
II.1 La prensa.... 37
II.2 La educacin....46

CAPTULO III.-VOCES EN LA ESCRITURA DE MUJERES EN EL SIGLO
XIX.........................................................................................................................57

CAPITULO IV.- MARA REFUGIO BARRAGN DE TOSCANO
Y LA
LITERATURA................................................................................................................73
IV.1 Mara Refugio Barragn de Toscano...74
1V.2 La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado...78
IV.3 Otras miradas a La hija de Nazareth y La hija del bandido
o Los subterrneos del Nevado....82

CONCLUSIONES...........................................................................................................92

BIBLIOGRAFA...........................................................................................................101







7










RESUMEN



Este estudio analiza mujeres escritoras en la Ciudad de Colima y su regin desde
1880 a 1910. Estas mujeres mexicanas escribieron y publicaron poemas, discursos,
obras de teatro, novelas y cartas. Participaron en los ambientes culturales de la poca
como las escuelas, crculos literarios y asociaciones de caridad que favorecieron su
expresin escrita. Algunas de ellas se instruyeron en casa y otras se alfabetizaron en las
escuelas pblicas por pertenecer a distintos estratos sociales. Los textos femeniles se
localizaron en el peridico oficial El Estado de Colima y se analizaron desde las teoras
aplicadas en los estudios de gnero y herramientas metodolgicas usadas en el campo
de la historia de las mujeres.




Palabras claves: historia, mujeres, gnero, cultura, Colima, Mxico, escritoras,
1880-1910.








8







ABSTRACT


This study analyzes women writers in Colima and the region from 1880 to 1910. These
Mexican women wrote and published poems, speeches, plays, novels and letters. They
contributed to the periods cultural settings, such as schools, literary circles, and charity
associations that appreciated the written expressions of these women. Belonging to
different social classes, some of them were instructed at home, while others were
educated in state public schools. Their literature and texts, published in books and in the
official newspaper El Estado de Colima, is analyzed through theories that are applied in
Gender Studies and by methodological tools used in the filed of womens history.




Keywords: history, women, gender, culture, Colima, Mexico, female writers, 1800-
1910.













9


INTRODUCCIN


Mujeres y escritura fueron los elementos bsicos con que conduje este trabajo. Las
mujeres como tema central de estudio y reflexin, como interlocutoras, o bien, como
generadoras de mensajes y discursos son tpicos frecuentes en el contexto social
nacional. Pasar la mirada por nuestro derredor significa encontrar una diversidad de
ideas y significados del quehacer y pensar de las mujeres. Sin embargo, cuando vuelvo
la mirada al pasado e intento recuperar las expresiones de las mujeres que conformaron
nuestro origen, es frecuente la ausencia de su registro en la historia tradicional, la que
como resguardo de la memoria tiene poco qu decir de las mujeres, de sus espacios, de
sus pensamientos y de sus productos materiales o simblicos. La historia tradicional
tambin dificulta que sean ellas mismas quienes relaten sus experiencias y su vida.
Estas caractersticas de la historia y de la historiografa tradicional, parecen ser su
actitud frecuente en relacin a la historia de las mujeres.
La historiadora Mara-Milagros Rivera Garretas concibi que el escaso registro
de las mujeres en el pasado se debe a un problema de interpretacin histrica, pues no
refleja la experiencia de vida que ellas han tenido.
2
Rivera Garretas nos dice que las
mujeres estamos presentes en la realidad, pero ausentes de las representaciones
culturales que formamos como trabajadoras, artistas o intelectuales a lo largo de la vida.
Aunque las mujeres hemos estado en la vida diaria y en los eventos extraordinarios de la
sociedad, con frecuencia nuestra presencia es borrada de la memoria. Segn cita Rivera
Garretas en su artculo, tal consideracin la hace la filsofa Luisa Muraro al reflexionar
acerca de un incidente que apareci en la prensa en la poca contempornea. Luisa
Muraro es investigadora de la Universidad de Verona en Italia,
3
y segn relata Rivera
Garretas, ella se enter que una mujer haba organizado un acto pblico para apoyar la
campaa electoral de un candidato a jefe de gobierno. Ms tarde, cuando la prensa
relat el evento, y dio a conocer algunos nombres de las personas presentes en l, le

2
Mara-Milagros Rivera Garretas, La querella de las mujeres: una interpretacin desde la diferencia
sexual, Poltica y Cultura 6 (primavera 1996): 25-39.
3
Para mayor informacin acerca de Muraro y su trabajo, vase
http://www.df.univr.it/dol/main?ent=persona&id=721&lang=es y
http://www.elpais.com/articulo/andalucia/filosofa/italiana/Luisa/Muraro/investiga/herejia/feminista/elpep
uespand/19980601elpand_17/Tes ( 24 de febrero de 2007).
10
llam la atencin la omisin de la mujer que lo haba organizado. Para Muraro fue tan
significativo este acto de omisin que propuso una ley para estudiar la sociedad, que
llam Ley de Lina Vannucci.
4
De acuerdo a este cdigo, la presencia femenil en el
registro social es siempre menor en relacin a la de los varones.
En la actualidad ya existe el registro de las mujeres en los medios impresos. Sin
embargo al buscar en la memoria colectiva las acciones femeninas, con frecuencia
permanecen ausentes en la mayora de las sociedades occidentales. En los orgenes de
este estudio, el escenario del Porfiriato
5
colimense tambin estaba desprovisto de
expresiones culturales femeninas, lo cual pareca evidenciar la ausencia de la escritura
de las mujeres en la memoria cultural del siglo decimonnico. Respecto a esto, el
pensamiento feminista considera que la primera segmentacin en la sociedad se basa en
el sexo del individuo: nacer varn o nacer hembra. Y a partir de eso se construyen
diferencias en el acceso a la educacin, al trabajo y a la idea de la vida. Por feminista
voy a entender una definicin general y desprovista de sesgos- la expresin de un
sistema de pensamiento que intenta comprender los eventos sociales desde la
experiencia y condicin de gnero de las mujeres en las comunidades de todos los
tiempos. El concepto acuado desde esta posicin para comprender la divisin social ha
sido llamado poltica sexual, y se entiende como las relaciones de poder que se han
establecido y se establecen entre hombres y mujeres en razn de[l] sexo. Estas
relaciones son previas a las que supuestamente regula el contrato social (y que generan,
por ejemplo, las desigualdades de clase).
6

En las sociedades occidentales con una profunda tradicin patriarcal, esas
relaciones de poder se establecen en perjuicio de las mujeres. El sistema patriarcal
considera que el principio de orden y jerarqua social es el individuo masculino, de ah
que privilegie la comprensin y explicacin de las relaciones y roles sociales a partir de
l. Por esta razn, ellas, nosotras: hijas, hermanas, esposas, madres, son ahora mis
interlocutoras y guas del pasado porfirista. Me conducirn a travs de los escritos
acerca de ellas, o bien, de aquellos documentos que cobraron vida al impulso de su
pluma. Estoy conciente de la recomendacin de escribir en tercera persona en los

4
Rivera Garretas, La querella, 26.
5
El periodo histrico de Mxico conocido como el Porfiriato, abarc un poco ms de 30 aos (1876-
1911). Tom su nombre de la principal figura poltica de la poca, el general Porfirio Daz, quien dirigi
el pas durante estos aos, sin contar breves interrupciones de su gobierno. Vase Jos Luis Martnez,
Mxico en busca de su expresin en Historia General de Mxico, coordinado por el Centro de Estudios
Histricos, 707-756 (Mxico, D.F.: Colegio de Mxico, 2000).
6
Mara-Milagros Rivera Garretas, Textos y espacios de mujeres (Barcelona: Icaria, 1995), 14.
11
escritos acadmicos. Sin embargo, utilizo la primera persona a causa del sentido tan
personal que este trabajo tiene para m. Al hacerlo as guardo en la memoria el esfuerzo
y la entrega con que nuestras mujeres del pasado tomaron, con su voz y su pluma, el
yo como forma de enunciacin.
Las escritoras del Porfiriato colimense son el objeto de este estudio, e indagu
acerca de ellas desde una doble perspectiva: la de la historia de las mujeres y la
reflexin y la metodologa feminista contempornea. En esta introduccin expondr
algunas ideas del pensamiento feminista que han sido el germen y faro de esta travesa.
Aunque puntuales, no voy a tratar todas las ideas en este apartado porque lo har a
conveniencia del desarrollo de otros captulos.
Un aspecto medular en esta investigacin es la construccin de categoras de
anlisis, las cuales, por las caractersticas de esta tesis, van hermanadas con las teoras
que las sustentan a lo largo de la exposicin. La categora feminista desde la que
desprendo y articulo este estudio es gnero y el paradigma conocido como sexualizar
el anlisis. Desde otras disciplinas aplicar y ajustar conceptos como: regin, texto,
poltica, literatura y cultura. Por supuesto que el enfoque principal es el de la historia,
disciplina que me permite historizar los conceptos y precisar los significados que se
estructuran en las prcticas y fenmenos que deseo estudiar y que estn vinculados al
tiempo y espacio preciso de anlisis. Esta particularidad de la disciplina histrica me
permite reflexionar acerca de los trminos, prcticas y significados del estudio de las
mujeres del siglo XIX.
7

El gnero ha sido definido como una [c]onstruccin social, cultural e histrica
que asigna ciertas caractersticas llamadas femeninas y masculinas con base en el sexo
biolgico
8
a los individuos. Al concebir que los rasgos de la feminidad y masculinidad
no son de naturaleza gentica, sino que se aprenden e incorporar a lo largo de la vida
por parte de las personas, esta acepcin del gnero aplicada al estudio de las sociedades
permitira observar las diferentes actitudes y valores en derredor de los sujetos sociales,
hombres y mujeres. Adems, esta acepcin del gnero se aplic y populariz en los
estudios de la mujer porque el trmino adquiri un matiz poltico para las feministas
contemporneas, pues al aplicarlo ellas quisieron reivindicar el campo acadmico, as

7
Alberto Tenenti, De las revueltas a las revoluciones (Barcelona: Crtica, 1999), 7.
8
Cecilia Olivares, Glosario de trminos de crtica literaria feminista (Mxico, D.F.: Colegio de Mxico,
1997), 51.
12
como sealar la falta de recursos tericos que explicaran la subordinacin de la mujer
respecto al hombre en la sociedad, y su menor registro en la historia.
9

El gnero es un concepto heredado de los estudios de la sexualidad humana
realizados por los investigadores John Money y Robert Stoller alrededor de los aos de
1960. Ellos hicieron una diferenciacin conceptual entre sexo y gnero, al primero lo
concibieron como propio de la biologa, la gentica, la fisiologa y lo hormonal,
mientras que el gnero lo definieron como una forma de elaborar social e histrica de lo
femenino y lo masculino.
10
De ese campo del conocimiento, el gnero fue incorporado
por feministas estadunidenses a otras disciplinas como la historia y la antropologa en la
dcada de los setenta, y ms tarde pas a la crtica literaria feminista.
11
Ah, el trmino
se utiliz para argumentar que la literatura escrita por mujeres se encontraba marcada
por la pertenencia al sexo femenino por parte de la autora. Por esa misma poca, los
aos de 1980, el gnero comenz a utilizarse como una categora relacional, pues se
consider que tanto el hombre como la mujer son definidos socialmente en funcin del
otro.
Las acadmicas francesas fueron las primeras en ocuparse de colocar a la mujer
en el centro de la investigacin y reflexin del acontecer social, y esa prctica se
denomin estudios de las mujeres.
12
Las feministas estadounidenses tambin se
enfocaron en el anlisis de la mujer, y para los aos setenta, estas historiadoras
feministas lograron definir un campo acadmico especfico: el de la historia de las
mujeres. Este campo tuvo como antecedentes el inters del activismo feminista de la
dcada de los sesenta, mismo que demand un pasado que reflejara a las mujeres y su
participacin en la sociedad. No es el inters central y tampoco existe el espacio
suficiente en este apartado para exponer la complejidad del desarrollo de este campo de
estudio, sin embargo hay que sealar las vinculaciones entre el movimiento feminista y
el inters acadmico de la historia de las mujeres y su poltica que legitimaba la
produccin de este conocimiento.
13
As, las historiadoras feministas han construido en

9
Olivares, Glosario, 51.
10
Mariela Castro Espn, El sexo como juez universal del ser humano. Vase
<http://www.cenesex.sld.cu/webs/marielads.htm> ( 26 de febrero de 2007).
11
Olivares, Glosario, 51.
12
Karen Offen, Definir el feminismo: un anlisis histrico comparativo, Historia Social 9 (1991): 103-
135.
13
Joan W. Scott, Historia de las mujeres, en Formas de hacer historia, coordinado por Peter Burke,
59-89. (Madrid: Alianza, 2003), 59-61.Para otros detalles vase Elena Urrutia, coordinadora, Estudios
sobre las mujeres y las relaciones de gnero en Mxico: aportes desde diversas disciplinas (Mxico,
D.F.: Colegio de Mxico, 2002), passim.
13
las ltimas dcadas categoras, modelos y conceptos que intentan reflexionar en la
manera cmo se ha hecho la historia, particularmente el registro de las mujeres.
Este estudio no es ajeno a estas propuestas, y durante la bsqueda y trayecto para
la consecucin de este proyecto me han importado los atributos, conductas y lmites que
histrica y socialmente se conforman en derredor de la caracterstica biolgica del ser
mujer, y lo que su escritura significa como elemento de expresin dentro de un proceso
de construccin y afirmacin de la identidad femenina. Es posible considerar que los
trabajos literarios no slo hablan de las ideas o sentimientos de las autoras, sino que en
ellos es posible leer ideas, valores y prcticas de la poca que las cobija. La
representacin y actuacin social de las mujeres est matizada por la identidad de
gnero que la sociedad y la familia construyen y perpetan en cada momento histrico.
Para este proyecto eleg el contexto histrico del Porfiriato porque favorece la
bsqueda de fuentes documentales en los sitios tradicionales del registro histrico: los
archivos institucionales, donde es posible localizar escritos seriales que ofrecen una
visin de conjunto. Eleg tambin este periodo para comprenderlo a travs de estudios
histricos previos.
14
El lugar geogrfico de partida ser la ciudad de Colima. Esta
limitacin espacial obedece a las dificultades que existen para realizar estudios acerca
de las mujeres y por tanto a la necesidad de realizar una acuciosa y profunda
exploracin en archivos y bibliotecas. Resultados de otros anlisis reflejan una seria
dificultad para encontrar fuentes primarias que registren la vida de las mujeres en los
lugares tradicionalmente utilizados para el oficio histrico.
15

Existe una paradoja. La historiadora Silvia Marina Arrom habla de la dificultad
para conseguir fuentes en Mxico. Por su parte Joan Scott niega que haya problemas
para conseguirlas. Ambas tienen razn. Scott expone desde su experiencia en territorio
norteamericano y considera que el problema de la ausencia de esos registros es
consecuencia del desinters y la miopa de la historiografa tradicional que no considera
importante el registro de la vida de las mujeres.
16
Mientras que Arrom habla desde su
experiencia al trabajar en archivos localizados en Mxico, pas donde la tradicin y
condiciones en los archivos son distintas. La aparente ausencia de las mujeres en el

14
Para mayores datos acerca de la poca vase Martnez, Mxico en busca de su expresin, 707-756.
15
Silvia Marina Arrom, Las mujeres de la Ciudad de Mxico, 1790-1857 (Mxico, D.F.: Siglo XXI,
1988), 24.
16
Joan Wallach Scott, El problema de la invisibilidad, en Gnero e Historia: la historiografa sobre la
mujer, coordinado por Carmen Ramos Escandn, 38-65 (Mxico, D.F.: Instituto de Investigaciones Jos
Mara Luis Mora, 1992), 43-44.
14
registro de la historia, as como el estatus menor de la historia de la mujer como
corriente historiogrfica, puede tener causas distintas, dependiendo de las condiciones
tangibles de los archivos y documentos o de la valoracin con que se construye esta
disciplina.
La reflexin y preocupacin de la filsofa europea Muraro acerca de la escasa o
nula presencia de las mujeres en la cultura, y por extensin en la memoria social, se
convirti en una ausencia de fuentes para la disciplina histrica, as como en una
cuestin de lo que los acadmicos consideraban poco valioso o digno de ser estudiado.
Tales consideraciones se tradujeron en este proyecto en una serie de ajustes. Al indagar
en los archivos locales y al leer otras investigaciones del periodo se evidencia un
escenario desrtico de expresiones literarias femeninas en Colima. Mi pesquisa mostr
que la nica presencia de las mujeres en el Porfiriato colimense refera a su labor en la
educacin como maestras. Para las mujeres hubo intentos nacionales por educarlas
desde mediados del siglo XIX.
17
Sin embargo, fue a finales de esa centuria que algunos
nombres femeninos destacaron en los ambientes educativos colimenses.


Encontrar referencias de las mujeres en los mbitos educativos a fines del siglo
decimonnico, no subsanaba el problema original de la ausencia de sus obras literarias.
Por lo tanto, consult el trabajo de un investigador local que realiz una revisin
documental en bsqueda de poesa decimonnica en Colima. El autor consult archivos
gubernamentales, eclesisticos, histricos y la edicin del peridico oficial El Estado de
Colima.
18
ste surgi en Colima el 13 de julio de 1867 y sigue apareciendo hasta
nuestros das, aunque sus contenidos han cambiado, y hoy son slo de carcter oficial.
En la poca de este estudio, 1880-1910, era un impreso que contena informacin
variada, donde lo mismo aparecan las disposiciones del gobierno local y federal que
una seccin literaria que publicaba poemas de autores locales y nacionales.
19
Tambin
mostraba una seccin de eventos de la sociedad local, anuncios de productos como
jabn, instrumentos musicales y medicamentos.
Otras investigadoras dijeron que segn estudios del siglo XX acerca de la
literatura femenina de los decenios anteriores, las mujeres mexicanas en el pas no

17
Francisco Hernndez Espinoza, Historia de la educacin en Colima (Colima: Talleres Linotipogrficos
de la Escuela de Artes y Oficios, 1961), 17-19.
18
Rogelio Guedea, Los decimonnicos. Antologa potica colimense del siglo XIX (Colima: Universidad
de Colima, 2001), 17.
19
La consulta de este peridico la realic en el Archivo Histrico General del Estado de Colima, en el
Archivo Histrico del Municipio de Colima y en la Biblioteca de Ciencias Miguel de la Madrid
Hurtado de la Universidad de Colima. Por eso no ofrezco una localizacin nica en las referencias de l.
15
escribieron nada desde la poca de Sor Juana hasta principios del siglo XX. Esos
estudios tuvieron como fuentes los libros de texto y la historiografa literaria mexicana.
Ellas tambin aseguran que cuando el ensayista e historiador Jos Luis Martnez
20

escribi su obra La expresin nacional, encontr una treintena de escritoras antologadas
por el escritor jalisciense Jos Mara Vigil,
21
quien recogi los trabajos poticos de las
mujeres mexicanas. Este autor se entreg a la tarea de consultar las bibliografas
fundamentales, revisar los certmenes impresos de la poca colonial, y buscar en
publicaciones peridicas los materiales [...]
22
para reunir la expresin de las mujeres
del pas. El estudio preliminar de esta obra refleja una gran actividad cultural y literaria
en Mxico, de la cual fueron partcipes ciertas mujeres.
Los resultados de otras investigaciones realizadas en el Colima decimonnico
reflejaron un ambiente de profusa actividad cultural, donde se constituyeron sociedades
literarias, hubo montaje de espectculos teatrales y la presencia de escritores y
traductores varones, quienes eran generosos con su pluma.
23
En esos estudios tambin
encontr referencias a la existencia de una gran cantidad de peridicos en aquellos aos,
mismos que ofrecan una mezcla: la discusin pblica de la construccin de la repblica
y un ejercicio literario impregnado del ideal porfirista del progreso.
24

Con base en la discusin sobre la ausencia y presencia de las mujeres en las
fuentes, surgi la pregunta: dnde encontrar a las mujeres escritoras decimonnicas?
Esta inquietud me llev a recordar un breve pasaje de la obra de Lewis Carroll Alicia en
el pas de las maravillas, en el momento en que Alicia inquiere del Gato de Cheshire

Me podras indicar, por favor, hacia dnde tengo que ir desde aqu?
Eso depende de a dnde quieras llegar, contest el Gato.
25


20
Jos Luis Martnez es miembro de la Academia Mexicana de la Historia desde 1993 y public su obra
La expresin nacional. Letras mexicanas del siglo XIX en 1955. Vanse
<http://www.acadmexhistoria.org.mx/ 28jlm.html> y < http://www.fil.com.mx/bibliofilo/jlmtz.asp> (15
de enero de 2007).
21
Lilia Granillo Vzquez y Esther Hernndez Palacios, De reinas del hogar y de la patria a escritoras
profesionales. La edad de oro de las poetisas mexicanas, en La Repblica de las Letras. Asomos a la
cultura escrita del Mxico decimonnico, vol. I Ambientes, asociaciones y grupos. Movimientos, temas y
gneros literarios, coordinado por Belem Clark de Lara y Elisa Speckman Guerra, 121-152 (Mxico,
D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 2005), 121
22
Jos Mara Vigil, Poetisas mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX (1893; reimpresin, Mxico, D.F.:
Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1997), xxxiii.
23
Guedea, Los decimonnicos, 11-19.
24
Daniel Coso Villegas, et. al., Historia mnima de Mxico (Mxico, D.F.: Colegio de Mxico, 2001),
127.
25
Lewis Carroll, Alicia en el pas de las maravillas (Madrid: Alianza Editorial, 1984), 110.
16

Tal respuesta hace pensar que si quera localizar a las mujeres escritoras en
Colima necesitara buscar en los sitios correctos y saber preguntar acerca de su
paradero. Una vez que defin con claridad el objeto de este estudio, las posibilidades de
concretar la bsqueda con xito aumentaran pues es lo que la lgica del minino de
Cheshire auguraba al decir: [s]iempre llegars a alguna parte [] si caminas lo
bastante.
26
La cita sugiere tambin cmo conducir una investigacin y cmo no
desviarme del objetivo de encontrar a las mujeres escritoras. Para lograrlo incorpor una
forma particular de mirar lo social, cuya propuesta se centra en la idea de sexualizar el
anlisis al momento de estudiar el pasado, y a tener en cuenta las diferencias que
marca el sexo en la representacin de los individuos.
27

La historiadora Rivera Garretas ha creado este concepto para dirigir sus estudios
y considera que de esa manera se puede localizar la expresin femenil. Para ella
sexualizar el anlisis significa dirigir la investigacin desde la conciencia de que
existen dos sexos biolgicos y que a partir de ellos se construyen relaciones las cuales
habr que cuestionar en el momento del anlisis. Sexualizar el anlisis se refiere
tambin a buscar la subjetividad femenina, es decir la subjetividad de gnero. Esta
subjetividad presupone que las mujeres (por nuestro gnero, que se construye sobre la
diferencia sexual) tenemos algo que decir y hemos tenido algo que decir en el
pasado.
28
De forma general subjetividad significa desde el anlisis de gnero, darles
a las mujeres el ejercicio de su voz y permitir que manifiesten sus puntos de vista acerca
de su existencia y su sociedad. Esto, a la larga, nos conducir a obtener una nueva
comprensin de la historia y sus sujetos. Para lograr una investigacin que tome en
cuenta la subjetividad y que muestre su impacto en el entendimiento de la historia, hay
que observar las formas, maneras y representaciones de las relaciones que se establecen
entre hombres y mujeres, y que en la literatura especializada se reconoce como anlisis
de gnero.
29


26
Carroll, Alicia, 110.
27 Rivera Garretas, Textos, 16-17. Vase tambin La Jornada, 2 de noviembre de 1998,
<http://www.jornada.unam.mx/1998 /11/02/casa.htm> (26 de septiembre de 2006).
28
La Jornada, 2 de noviembre de 1998.
29
Ms acerca de este tema vase Ana Lau J., La historia de las mujeres: una historia social o una historia
de gnero, en Cincuenta aos de investigacin histrica en Mxico, coordinado por Gisela Von Wobeser,
159-169 (Mxico, D.F.: Universidad Autnoma de Mxico; Guanajuato: Universidad de Guanajuato,
1998), 164-165; Joan Scott, El gnero: una categora til para el anlisis histrico, en El gnero: la
construccin cultural de la diferencia sexual, compilado por Marta Lamas, 265-302 (Mxico, D.F.:
Nueva Imagen,1989).
17
En comparacin al emergente anlisis feminista que busca encontrar la
existencia de las mujeres en la literatura y en el arte, la historiografa e investigacin en
otras disciplinas realizadas antes de los estudios de gnero en Mxico, sugieren un
dinamismo cultural, intelectual y poltico en el Porfiriato habitado, investigado y escrito
principalmente por hombres. A mediados de los aos noventa ciertos estudios en
Mxico consideran fundamental estudiar la prensa para recuperar y conocer la
produccin literaria del Porfiriato, pues en los medios permanecen olvidados los textos
literarios.
30
Al principio del siglo XIX las condiciones sociales y econmicas del pas no
favorecieron el surgimiento y florecimiento de las publicaciones artsticas. El sesgo
principal de la prensa fue el poltico. Aunque eran peridicos de corte poltico, todos
ellos incluan temas o expresiones literarias, y esa situacin se mantuvo an despus del
surgimiento de las revistas especializadas en literatura.
31

Me pareci adecuado por ello elegir como fuente vertebral la prensa local
oficial, pues, pese a los hallazgos de los estudios locales revisados, exista la posibilidad
de que este medio impreso contuviera expresiones literarias femeninas. Adems, esta
fuente es un documento serial que se encuentra en buenas condiciones para ser revisado
y cubre todo el periodo de este estudio. stas eran las condiciones ptimas para obtener
un panorama general de la sociedad, la vida econmica y poltica de Colima, as como
informes sobre el mbito nacional. La poca porfirista impuls con fuerza los ambientes
culturales y artsticos que en general ocuparon los hombres, mientras que se deca que
haba una ausencia total de las manifestaciones artsticas femeninas. En este punto, lo
interesante es la mezcla entre la vida cultural y la poltica y la forma en que esto
impact a las mujeres.
Dentro de esta efervescencia cultural mi principal objetivo fue localizar la
escritura de las mujeres. El peridico oficial El Estado de Colima fue una fuente
obligada inicial para el tema. Con el afn de ampliar las posibilidades para localizar los
escritos de las mujeres indagu en peridicos literarios de la poca como El
Renacimiento, revis tambin bibliotecas universitarias locales. Visit archivos de otras
localidades como el Archivo Histrico del Municipal de Zapotln el Grande (AHMZG),
la Biblioteca Pblica del Estado de Jalisco Juan Jos Arreola (BPJ) y el Archivo
General de la Nacin (AGN). Tambin busqu en acervos y ediciones digitales como el

30
Mara del Carmen Ruiz Castaeda, Revistas de literatura del siglo XIX (Colima: Universidad de
Colima, 1995), 4.
31
Ruiz Castaeda, Revistas de literatura, 1-3.
18
que pertenece a la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada de la Secretara de Hacienda y
Crdito Pblico y el de la Biblioteca de la Universidad de Austin, Texas Nattie Lee
Benson. Tambin incorpor gneros literarios como poesa, narrativa y prosa, en el
entendido que fueron apreciados como expresiones artsticas de la poca, y los podemos
tratar como documentos histricos. En las obras literarias encontr y analic aspectos de
la subjetividad femenina.
Enmarqu este proyecto entre los aos 1880 y 1910, y al cabo de unos meses de
bsqueda en archivos y bibliotecas, rescat de la prensa oficial, poemas y otros textos
escritos por mujeres del siglo XIX. Las referencias escriturales de estas mujeres
mostraron dos cosas: hubo expresiones literarias femeninas y sobre mujeres, que aunque
de cantidad reducida, evidenciaban su existencia de ellas y la de sus escritos, as como
su olvido.

Para efectos de este estudio, los trminos de texto, escritura o literatura
femenina y femenil, debern entenderse como productos y expresiones de las mujeres.
Estos textos poemas, novelas, reportes periodsticos reflejaban la condicin de la
mujer en el escenario de la poca. Adems, al indagar en fuentes secundarias acerca de
quines eran las mujeres que escribieron y publicaron en la prensa oficial, encontr que
haba textos de mujeres de la ciudad de Colima y de otros lugares que mostraban, de
forma sutil, que los escritos y prcticas escriturales de las mujeres estaban tambin
inmersos en las mismas dinmicas de socializacin e intercambio cultural que las de los
varones.
En cuanto al concepto cultura como civilizacin, la nocin clsica del trmino
recuerda las facultades del pensamiento intelectual y las creaciones del espritu, lo que
se conoce como la alta cultura que produce una gran obra. Es el genio humano
asociado exclusivamente a la idea del varn como creador. El sentido antropolgico, por
su parte, evoca un conjunto de significados que se expresan en todas las acciones
humanas: se refiere a lo cotidiano, lo propio de las costumbres, folklore y de grupos
marginados. Desde esta perspectiva observ las conductas intelectuales en el periodo de
estudio. As, este concepto de cultura se refiere a los contenidos heredados que
permanecen en los smbolos y en todas las formas comunicativas del individuo y le
permiten conservar su conocimiento e ideas acerca de la vida.
32

Para el historiador de arte Ernst H. Gombrich, el anlisis de la cultura reviste la
particularidad de encontrar o mostrar las continuidades en las sociedades y los

32
Arlette Fargue, La historia de las mujeres. Cultura y poder de las mujeres: Ensayo de historiografa,
Historia Social 12 (1991): 79-101.
19
individuos. Esta nocin del concepto conduce a entender que el estudio de la cultura
transita sin lmite de tiempo y geografa. Aunque Gombrich es reconocido por sus
aportaciones a la difusin del arte, su libro Breve historia de la cultura presenta una
narracin de las diversas connotaciones del trmino cultura, as como el recuento de sus
principales creadores. Me interesa del trabajo de Gombrich la sugerencia a concebir la
cultura como un rea de conflicto, de contacto e incluso como una experiencia que
significa hallarse frente a distintas modalidades de vida, ante distintos sistemas de
referencia, o frente a diversas escalas de valores.
33

Adems, como seala Gombrich, la sociologa incorpor el trmino cultura de la
disciplina antropolgica, y lo utiliz para describir y segmentar los eventos sociales en
su anlisis de la sociedad.
34
La cultura entendida como los significados de todas
acciones humanas que se transmiten por espacios y tiempo, permite mostrar procesos
largamente heredados, reconstruir identidades culturales y sociales, as como
documentar las formas de ser y estar en el mundo. De modo que, la forma de concebir la
cultura como el territorio de las continuidades, resulta ser pertinente y oportuno para el
estudio de las mujeres desde la perspectiva de gnero. Pues este ltimo trmino al ser
definido como una construccin social e histrica compartida por hombres y mujeres
en la sociedad favorece el registro y observacin de los individuos y sus prcticas.
Tambin, el gnero se ha convertido en las ltimas dcadas en uno de los
principales conceptos para analizar las sociedades, y esa condicin favorece el estudio
de las mujeres, ya que permite observarlas a partir de su ubicacin y definicin mltiple
en la sociedad: desde su condicin de individuos de gnero femenino, y su situacin de
clase y raza. Trabajar estas categoras como herramientas del anlisis no slo permite
observar las diferencias y pautas sociales entre hombres y mujeres, sino que tambin
muestran la pluralidad de la experiencia social femenina, es decir, existen diferencias en
la representacin, significacin y manifestacin entre la mujer de clase alta y la mujer
de clase baja. La diversidad de la oferta social se multiplica cuando la categora de
gnero y la de clase se cruzan. Sin embargo, desde la perspectiva histrica an
permanecen las dificultades para construir estos elementos en categoras de anlisis para
el estudio de las mujeres, pues esta disciplina con frecuencia est limitada por el
hallazgo de las fuentes directas y la calidad de ellas. Ante estas limitantes, algunas

33
Ernst H. Gombrich, Breve historia de la cultura (Barcelona: Ocano, 2004), 12.
34
Gombrich, Breve historia, 10-15.
20
reflexiones feministas contemporneas consideran que adems de establecer un marco
epistmico novedoso e incorporar una metodologa propia para analizar a las mujeres,
se debe buscar el registro de ellas en las fuentes no tradicionales de la historia.
35

Pero volviendo a mi marco epistmico y tema de investigacin, cmo y de qu
forma interpretar los escritos femeniles de otras latitudes en la prensa oficial local? Era
necesario definirlo, pues la perspectiva histrica requiere no slo de una delimitacin
temporal, sino tambin espacial. Decid retomar ciertas consideraciones bsicas que
acepta la geografa para proponer un concepto que caracteriza este fenmeno en el que
encontr escritos de mujeres de varios lugares geogrficos como Guadalajara, la
Ciudad de Mxico- pero publicados en un espacio impreso que formalmente perteneca
a un solo lugar, como fue el peridico oficial El Estado de Colima.
36

Un criterio bsico para delimitar una regin es considerarla como unidad
homognea por la cultura.
37
Aunque esta es una conceptualizacin bsica y tradicional
de la geografa, me permiti concebir la idea de una homogeneidad cultural, y elaborar
una definicin que contemple las similitudes y relaciones de la vida intelectual en el
Porfiriato colimense. El concepto de regin fue un trmino sometido a debate, y a partir
de las preocupaciones acerca de la globalizacin y los estudios regionales vuelve a ser
discutido. Sin embargo, aunque reconozco la importancia de esta reflexin no es un
factor determinante en mi estudio, tan slo planteo una conceptualizacin bsica para
iniciar sus posibles vinculaciones con mi tema principal de estudio: las mujeres y su
escritura.
38
Como ya he sealado, la investigacin me mostr que hubo una regin
cultural particular, habitada y articulada a travs de la cultura, a lo que llamo regin
cultural. Trmino que entender como un espacio que aunque geogrficamente era
discontinuo y no sencillamente unificado, presentaba manifestaciones sociales y
culturales con caractersticas de significado similares y compartidas por los sujetos que
la habitaban. Construir este concepto me permiti ver prcticas y relaciones que
imperaron en Colima durante el Porfiriato. Es decir, encontr la posibilidad de analizar

35
Cristina Segura Graio, La voz del silencio, en La voz del silencio I. Fuentes directas para la historia
de las mujeres (siglos VIII-XVIII), editado por Cristina Segura Graio, 7-15 (Madrid: s.e., 1992), 7-8.
36
Alexander Von Humboldt consider como verdadero objetivo de la geografa el estudio de reas o
partes de la superficie de la Tierra que tuvieran caractersticas similares. Vase
<http://www.monografias.com/trabajos11/ cartuno/cartuno.shtml#concepto> (24 de febrero de 2006).
37
Guglielmo Cavallo y Roger Chartier, Historia de la Lectura en el mundo occidental (Madrid: Editorial
Altea; Madrid: Taurus; Madrid: Alfaguara, 2001), 19.
38
Para mayor detalle consltese el artculo de Gladys Lizama Silva, Regin e historia en el Centro-
Occidente de Mxico, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, vol. XVI, 60 (1994): 13-29. Vase
<http://www.colmich.edu.mx/relaciones/060/pdf/ GladysLizamaSilva.pdf> (28 de septiembre de 2006).
21
los significados literarios y de gnero que ofreca la delimitacin de ese espacio y sus
prcticas intelectuales. Hall contactos culturales y literarios entre grupos e individuos
de varios puntos geogrficos, publicaciones que atrajeron escritores y escritoras
distanciados fsicamente, pero que juntos constituyeron un espacio y conformaron una
vinculacin cultural que puede definirse como una regin cultural. Sin tener lmites
exactos esta regin que defin como virtual, incluy las ciudades centrales del estado
de Colima y sur del estado de JaliscoCiudad de Colima, Zapotln el Grande (hoy
Ciudad Guzmn), Guadalajaray la lejana Ciudad de Mxico, que fue el centro de las
dems regiones culturales del pas.
Uno de los obstculos ms fuertes en la consecucin de este proyecto fue reunir
un cuerpo de textos escritos por mujeres decimonnicas colimenses, logro que
estudiosos literarios e historiogrficos consideraron prcticamente imposible.
39
Ante
este problema elabor otros recursos. El primero desde la historiografa feminista que
seala la pertinencia de construir conceptos nuevos o resignificar los ya existentes para
que reflejen el mundo en trminos de gnero y as ser capaz de historizar a las mujeres,
sus prcticas y sus vidas.
40
El segundo es que no us el sentido actual del vocablo
literatura que slo considera como tal los gneros poticos, el ensayo, la narrativa o
novela, as como los textos dramticos. Para esta tesis recuper el sentido etimolgico
del trmino literatura. Segn Mara del Carmen Ruiz Castaeda, historiadora de la
prensa del siglo XIX en Mxico, literatura refiere a todo lo que se expresa mediante la
letra. Ese significado se utilizaba desde la segunda mitad del siglo XVIII en Mxico.
41

Considerar as la literatura me acerc a la prctica que de ella se tena en el siglo
XIX, y que se expresaba as: la palabra literatura abraza todos los conocimientos
humanos, como que todos pueden expresarse por medio de las letras.
42
Al encontrar un
concepto distinto de literatura pude ampliar las posibilidades de documentar el proceso
de las mujeres en la escritura. En esta tesis y dado que me interesaba la literatura y las

39
Guedea, Los decimonnicos, passim.

40
Para indagar ms en este sentido vase Lola G. Luna, Historia, Gnero y Poltica, en Historia,
Gnero y Poltica. Movimientos de mujeres y participacin poltica en Colombia: 1930-1992, coordinado
por Lola G. Luna y Norma Villarreal, 19-58. (Barcelona: Universidad de Barcelona, 1994); Lola G. Luna,
Contextos discursivos de gnero y movimientos de mujeres en Amrica Latina, Hojas de Warmi 12
(2001): 35-47; Lola G. Luna, Historia feminista del gnero y la cuestin del sujeto, Boletn
Americanista 52 (2002): 105-121.
41
Ruiz Castaeda, Revistas de literatura, 1-3; Paul Ricoeur, Historia y narratividad (Barcelona: Piads,
1999), 60.
42
Ignacio Ramrez, Estudios sobre Literatura, El Renacimiento. Peridico literario, tomo I (1869;
reimpresin, editada por Huberto Batis, Mxico, D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
1979), 56-58.
22
mujeres desde la doble mirada de la historia y el anlisis de gnero, me percat de la
dificultad de separar los ambientes culturales de los escenarios polticos. Al revisar
estudios anteriores pude observar que los personajes de la poltica y de la escritura
estaban imbricados en ms de una manera. Los redactores de los peridicos, por
ejemplo, eran funcionarios pblicos, idelogos, traductores, promotores de la cultura, y
dems. Tambin encontr que la actuacin de las mujeres escritoras en los espacios
culturales y literarios del pas lindaba con el de la poltica del siglo XIX. Respecto a la
creacin intelectual de las mujeres la crtica feminista literaria ha elaborado conceptos y
teoras para definirla y analizarla, y aunque conozco de forma general sus propuestas, es
oportuno sealar que en este momento no es prioritario detallar tales reflexiones para
este trabajo.
43

Esta tesis est dividida en cuatro captulos, en los que seguir algunas
consideraciones tericas y de mtodo que me permitirn construir y delimitar con mayor
cercana mi objeto de estudio. Ninguno de ellos est dedicado particularmente a la
exposicin terica y metodolgica. En esta introduccin hago me refiero a conceptos y
procesos que considero centrales para la comprensin de la tesis. Parte de la
metodologa es mezclar aspectos tericos en el cuerpo capitular de la tesis, y de ese
modo establecer las relaciones entre las reflexiones y los eventos que estudio. En la
introduccin presento la forma en que he construido el tema, sus elementos tericos y
empricos bsicos que permitieron la creacin del problema de investigacin, tambin
planteo la forma cmo narrar los hallazgos. En el primer captulo tocar de forma
breve aspectos generales del contexto histrico, describir ambientes culturales en el
pas para acercarme a algunos aspectos de la cultura literaria nacional en relacin a las
mujeres.
El esquema bsico de este captulo ser el de la obra Historia de la literatura
mexicana, siglo XIX.
44
Aunque el esbozo es sencillo me permitir vislumbrar las
generalidades del periodo, y ubicar los personajes que la habitaron. Segn ese modelo,
el romanticismo fue la idea esttica que prevaleci a lo largo del siglo, y a finales de l
convivi con otras corrientes, como el neoclasicismo, el realismo y el modernismo, pero
no es la intencin de este trabajo ahondar en los pormenores de estas corrientes

43
Para mayores detalles vase Raman Selden, La teora literaria contempornea (Barcelona: Ariel,
1993), 152-176; Jean Franco, Las conspiradoras. La representacin de la mujer en Mxico (Mxico,
D.F.: Fondo de Cultura Econmica y Colegio de Mxico, 1993), 11-25.
44
Lydia Oseguera de Chvez, Historia de la literatura mexicana, siglo XIX (Mxico, D.F.: Alhambra
Mexicana, 1990), passim.
23
estticas. En el mismo captulo mostrar aspectos de los escenarios culturales locales
que fueron favorables para las expresiones escritas de las mujeres.
Para el segundo captulo mostrar aquellos eventos que marcaron un escenario
de ruptura y continuidad social que afectaron de forma particular el ejercicio y
legitimacin social de la lectura, la escritura y la participacin pblica de las mujeres en
el Porfiriato colimense: la proliferacin de la prensa y la formalizacin de la educacin
pblica. Examinar con mayor detalle el impacto que la prensa y la educacin
provocaron en varones y mujeres, en relacin a su experiencia escritural.
En el tercer captulo indagar, desde los textos de las mujeres, los posibles
significados culturales y de gnero que se reflejan en la forma que ellas ejercieron la
escritura y lo que manifestaron en ella. Mi enfoque ser establecer las interrelaciones
entre los textos y los sujetos como un vehculo para introducirnos al mundo de los
significados sociales y las representaciones de fines del siglo XIX y la primera dcada
del XX. Los documentos de la poca con que he trabajado esta tesis fueron transcritos
con apego al original. Conservo en ellos la intencin de lo escrito, pues no hice
modificaciones semnticas o de estructura. Las citas textuales mantienen tambin la
ortografa de la poca acento en la preposicin a, ausencia de la admiracin en los
textos y la fidelidad a la escritura de los nombres personales-, por ejemplo.
En el cuarto captulo proporcionar datos acerca de la vida y obra de una
maestra y escritora: Mara Refugio Barragn de Toscano. Revisar su poema religioso
La hija de Nazareth y la novela La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado
desde las consideraciones feministas. Intentar encontrar significados culturales de la
poca, as como elementos propios al gnero que marcaron su quehacer literario, y que
me permiten comprender de forma distinta la vida y expresiones de esta autora
decimonnica.
Como mencion a lo largo de esta introduccin, encontr en la investigacin
textos de otras mujeres que escribieron en esa poca, pero decid enfocarme en Barragn
de Toscano porque ella posee diversa y abundante obra. La eleg tambin por el
reconocimiento que tuvo su trabajo literario, y porque ella surgi del contexto de clase
media a los ambientes intelectuales. Esta situacin la convirti en un caso atpico de
escritora de fines de siglo XIX en la regin.
45
Aunque este ejercicio enfatiza la bsqueda
de la escritura femenil, en algunos captulos recupero textos masculinos para favorecer

45
Magdalena Gonzlez Casillas, La mujer y el quehacer literario en el Jalisco del siglo XIX, Encuentro
5 (1984): 141-167.
24
el anlisis, pues la metodolgica feminista exige poner en correlacin las expresiones de
ambos gneros para reconstruir las relaciones entre los hombres y las mujeres. Inicio
pues, el camino que nos llevar a las mujeres que hicieron uso de su voz y la
perpetuaron a travs de la escritura en beneficio de la memoria colectiva.












































25

CAPTULO I
CULTURA PORFIRISTA: ESCENARIO LIMINAR FEMENINO

En lo que concierne al estudio de las mujeres, el registro de ellas ha sido muchas veces
olvidado, sesgado y bsicamente construido bajo la aceptacin de una diferencia que las
coloca irremediablemente supeditadas y de forma liminar en la historiografa. Tal
evidencia tambin aporta la posibilidad de encontrar similitudes de gnero que
hermanan sus experiencias vitales y superan las diferencias de raza, clase y poca
histrica.
46
Al reconocer estas constantes, el problema de la invisibilidad
47
de las
mujeres se acenta en los registros y datos en la historiografa tradicional que indican
que el periodo porfirista fue un escenario donde se privilegi la manifestacin de las
ideas de progreso y adelanto social que visibiliz la participacin y liderazgo de los
varones. Dentro del pensamiento feminista la nocin de visibilizar se refiere a la accin
conciente para hacer que las mujeres y sus prcticas sean ubicadas en el imaginario
social y en el discurso histrico.
El Porfiriato tambin es reconocido como una poca de calma social, auge
econmico, efervescencia poltica y cultural.
48
Este periodo habla de una calma que
surgi tras los inquietos y belicosos decenios que conformaron las tres primeras partes
del siglo XIX. En lo que toca a las mujeres, la historiografa tradicional de esta centuria
refleja una escasa produccin intelectual femenina. Mientras que la reflexin feminista
acerca de ese vaco, dice que bsicamente es un problema de valoracin. Esto sugiere
una pregunta de ajuste, entonces dnde se debe buscar a las mujeres escritoras de fines
del siglo XIX?
Aventuro una respuesta: deben buscarse en el lugar donde se les ha olvidado, o
bien, donde existan pero se ignor su presencia: los espacios culturales. Ellos son los

46
Bonnie S. Anderson y Judith P. Zinsser, Historia de las mujeres: una historia propia, vol. II
(Barcelona: Crtica, 1992), 12.
47
Visibilizar: tr. Hacer visible artificialmente lo que no puede verse a simple vista, como los rayos x y los
cuerpos ocultos, o con el microscopio los microbios. Vase diccionario de la Real Academia Espaola
<http://www.rae.es/> (25 de enero de 2007).
48
Para mayores datos acerca de la poca vase Jos Luis Martnez, Mxico en busca de su expresin,
en Historia General de Mxico, coordinado por Centro de Estudio Histricos, 707-756 (Mxico, D.F.:
Colegio de Mxico, 2000).
26
sitios donde se genera y guarda la memoria social, y que segn mi observacin se
describen con base en los valores y aspiraciones que se comparten. Los espacios
culturales que observ en mi poca de estudio se conforman de sujetos sociales -
hombres y mujeres- que se identifican en ellos al compartir prcticas y valores sociales,
tales como la predileccin por la lectura y escritura, o bien la participacin en
determinados gustos e ideas estticas. Esos espacios culturales no responden
nicamente a elementos de carcter geogrfico, y una vez reconocidos, pueden
vincularse con otros espacios culturales de otras latitudes.
49

En relacin al estudio de las mujeres este hallazgo, ms el resultado de
investigaciones realizadas en otros pases y otros decenios sugieren que pese a la
sealada ausencia de las mujeres en las expresiones y mbitos culturales, ellas -en
menor o mayor grado- han participado de esas prcticas, y generalmente esas
expresiones han sido silenciadas por la historia.
50

El siglo decimonnico se reconoce como una poca con tendencias a los
cambios y reformas. En el contexto nacional present caractersticas europeas que
transformaron la sociedad en esa poca, como lo fueron el conocimiento del ideario de
la Ilustracin y las ideas independentistas, por mencionar algunas.
51
Una vez que se
logr la independencia de Mxico, las fuerzas en discordia intentaron definir el tipo de
gobierno que tendra la nueva repblica. Aquellos desacuerdos derivaron en luchas
violentas que alimentaban un ambiente de incertidumbre, alarma y pobreza nacional. De
esta historia de desencuentros y conflictos surge la figura de quien gobern el pas desde
1877 a 1910: Porfirio Daz. l estableci una estabilidad poltica que permiti el
desarrollo de la economa, las artes y las ciencias, y de este modo el personaje poltico
instaur lo que lleg a llamarse paz porfiriana.
52
Esta denominacin al periodo
histrico bien puede considerarse inadecuada para definir la totalidad de la experiencia

49
Esta apreciacin no pretende ser una definicin de lo que es un espacio cultural, sin embargo si
refiere a lo que observ en mi estudio de forma emprica. Tambin entiendo que en la actualidad hay una
preocupacin intelectual por explorar esas definiciones y sus vinculaciones con problemticas vigentes:
cultura y mundializacin, o bien, lenguaje y cultura. Para mayores detalles vanse
<http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric09a05b.htm> y
<http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric06a04.htm> (28 de febrero de 2007).
50
Anderson y Zinsser, Historia de las mujeres; passim; Mara Cristina Arambel-Guiaz y Claire Emilie
Martn, Las mujeres toman la palabra. Escritura femenina del siglo XIX, 2 vols. (Madrid:
Iberoamericana, 2001), passim; Mara-Milagros Rivera Garretas, La querella de las mujeres: una
interpretacin desde la diferencia sexual, Poltica y Cultura 6 (primavera 1996): 25-39.
51
Lydia Oseguera de Chvez, Historia de la literatura mexicana siglo XIX (Mxico, D.F.: Alhambra
Mexicana, 1990), 7-8.
52
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 8.
27
de vida de los hombres y mujeres de aquella poca, pues las tensiones sociales no
desaparecieron por completo y la llamada paz porfiriana se refiere a un proceso de
pacificacin y control por parte de los lderes polticos, encabezado por el presidente
Porfirio Daz. El gobierno de ese momento intent lograr lo que consider el progreso
econmico y material del pas, a travs de una poltica de instruccin generalizada que
incluyera al pueblo. Por ello, propagar la instruccin de los habitantes del territorio
mexicano, particularmente la enseanza de la lectura fue primordial para el gobierno
porfirista.
53
Aunque estas ideas pretendan ser aplicadas de la misma manera en todo el
pas, lo cierto es que las condiciones sociales y econmicas distintas del territorio
nacional, tambin modificaron la aplicacin de esas polticas. Lo que intentar en
adelante, es indagar sobre el impacto que los objetivos del gobierno tuvieron en las
mujeres colimenses, y de qu manera repercutieron para que ellas tuvieran presencia y
actuacin en la vida pblica.
Para encontrar los lugares de impacto en torno a la historia de las mujeres en
Mxico, voy a enfocarme en el estudio de los ambientes culturales, particularmente el
literario. La razn de esta eleccin la encuentro en la apreciacin de que esos ambientes
culturales estuvieron marcados por las ideas sociales y polticas de la poca. En torno a
las ideas de aquel momento, a principios del siglo XIX en Europa, surgi el movimiento
cultural llamado Romanticismo. La propuesta de esta corriente esttica fue el impulso
liberador de las ideas neoclsicas anteriores. El aliento libertario que propuso el nuevo
movimiento lleg a Mxico, y se implant definitivamente desde el tercer decenio del
mismo siglo, hasta fines del mismo periodo. Las ideas romnticas tuvieron una gran
aceptacin en los ambientes culturales mexicanos y para fines de siglo convivieron con
otras ideas artsticas como el realismo, naturalismo y modernismo, principalmente. Fue
tal el impacto del romanticismo en Mxico que Ignacio Manuel Altamirano, reconocido
escritor y pensador de aquella poca, consider que la historia literaria del pas podra
segmentarse en tres periodos romnticos: el primero profundamente ligado a la etapa
independentista nacional, el segundo comprende la fundacin de la Academia de Letrn,
y en el tercero se ubica el Liceo Hidalgo y el Liceo Altamirano.
54


53
Lilia Guiot de la Garza, El competido mundo de la lectura: libreras y gabinetes de lectura en la ciudad
de Mxico, 1821-1855, en Constructores de un cambio cultural: impresores-editores y libreros de la
ciudad de Mxico, 1830-1855, coordinado por Laura Surez de la Torre, 437-510 (Mxico, D.F.: Instituto
de Investigaciones Dr. Jos Mara Luis, 2003), 441.
54
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 8-9.
28
Segn el pensamiento de Altamirano, las ideas romnticas prevalecieron sobre
otras tendencias a lo largo del siglo XIX en Mxico. Sin embargo, hay que tener
presente que a principios del siglo la esttica neoclsica estaba presente en el pas, pero
fue tambin el momento en que en los ambientes culturales circul la idea de liberarse
artsticamente del canon europeo al que consideraban un lmite a la expresin propia.
Mientras que en Europa se implant, a principios del mismo siglo, la corriente
romntica, en Mxico el neoclasicismo permaneci vigente durante las primeras
dcadas.
Este esquema de anlisis de la literatura mexicana, en su primera etapa, seala la
existencia de concursos poticos, en los que participaron varones nicamente. Uno de
esos eventos fue para conmemorar la instalacin de una estatua en honor a Carlos IV en
1803. El convocante fue Jos Mariano Beristin y Martn de Souza (1756-1817), quien
form una antologa llamada Cantos de las musas mexicanas en la solemne colocacin
de la estatua ecuestre de bronce de Carlos IV en la plaza de Mxico con los trabajos
que resultaron del concurso. Beristin y Martn de Souza estuvo interesado en conservar
y estudiar todo las obras literarias producidas en Mxico en esa poca, y su trabajo
bibliogrfico fue una fuente de informacin vasta aunque criticada por contener
imprecisiones. En esa etapa independentista ya figuraban las musas como elementos
abstractos de inspiracin artstica para la pluma masculina, sin embargo, comenzaron a
surgir imgenes de mujeres reales de la poca que se convirtieron en personajes de
leyendas y novelas. As, los hombres escritores comenzaron a generar representaciones
de las mujeres, la poca colonial cont con la mexicana Mara Ignacia Rodrguez de
Velasco y Osorio Barba (1778-1850), llamada la Gera Rodrguez, quien fue conocida
por su hermosura e inteligencia; y el escritor Artemio de Valle Arizpe perpetu su
memoria a travs de la novela biogrfica La Gera Rodrguez. Ella estuvo casada en
tres ocasiones, enviud en dos, y logr el divorcio eclesistico, que en esa poca, era la
nica forma legal de reconocer la separacin de la pareja.
En esta misma etapa, a principios de 1808, aparece formalmente constituida la
Arcadia Mexicana, rgano cuyos socios fundaron de acuerdo a un modelo europeo de
sociedad cultural. Dependiendo del pas que acogi este estilo de agrupacin variaban
las tendencias y preocupaciones artsticas: en Suecia, pas que instaura el modelo, la
tendencia era ms barroca, mientras que Italia intenta limitar esos excesos y vira hacia
los ambientes mitolgicos, donde la comunin de pastores y ninfas inspiran las plumas
29
de sus escritores. Estos poetas firmaban sus trabajos con nombres de pastores, stiros y
ninfas. Los miembros de la arcadia espaola prefirieron usar seudnimos, iniciales y
anagramas, y fueron las costumbres que heredaron a la Arcadia Mexicana. Los rcades
mexicanos utilizaron el peridico Diario de Mxico para publicar sus textos, sin
embargo esta forma de firmar las colaboraciones dificult la labor de identificacin de
las obras con sus autores varones.
55
Esta situacin se aplica a las mujeres escritoras que
ms tarde, cuando ellas comenzaron a escribir, incorporaron esta forma de firmar sus
trabajos. Pero en aquellos momentos, esa tendencia estilstica, les propici a las mujeres
una forma de anonimato.
56

En el periodo independentista destaca la actividad de los folletos y hojas
peridicas que fueron los vehculos para que revolucionarios y realistas dieran a conocer
las razones de su lucha e intentaran crear solidaridad con ella. El gobierno colonial y los
insurgentes mostraron la forma de usar las publicaciones impresas para exponer y
defender sus ideas ante la sociedad. Aunque los intelectuales intentaron aplicar el
sistema para diseminar sus ideas estticas, lo cierto es que los intereses y necesidades de
la lucha independentista terminaron por dominar los contenidos de todos los medios
impresos. Lo interesante de esto es que la intensidad del inters poltico plasmado en el
uso de la prensa, permiti el acceso a ms personas a otras formas de socializacin y
participacin social. Adems, este ambiente de papel, letras y luchas polticas
terminaron por dar origen a otras formas de expresin ideolgicas que ya eran
practicadas en Europa, como la novela.
En Mxico, es Jos Joaqun Fernndez de Lizardi (1776-1827), quien escribe la
primera novela en el pas El Periquillo Sarniento. Este gnero literario haba sido
prohibido desde 1531 por una Cdula Real que lo consideba subversivo.
57
Adems de
escribir esa primera novela en 1816, la importancia de este autor radica en que su obra
muestra la transicin entre las ideas neoclsicas y romnticas, as como la utilizacin de
la prensa y la novela para diseminar ideas y crticas sociales. La mayora de sus novelas
estn impregnadas de ideas ilustradas y ponen nfasis en la instruccin de las personas
para que stas logren una vida satisfactoria y el xito social. Su obra tambin expone las

55
Celeste Flores Cartwright, Periodismo, poesa, crtica y censura a fines del Virreinato, resea de La
Arcadia de Mxico. La primera asociacin literaria del pas, por Mara del Carmen Prez Hernndez,
Correo del Maestro, agosto de 2002,
<http://www.correodelmaestro.com/anteriores/2002/agosto/libros75.htm> (28 de febrero de 2005).
56
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 11-16.
57
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 22-23.
30
fallas en la educacin de los valores inculcados a hombres y mujeres. La obra de Lizardi
est marcada principalmente por la esttica neoclsica que enfatiza el predominio de la
razn, las recomendaciones acerca de la conducta y un objetivo didctico. Sin embargo,
su obra tambin incluy destellos de las preocupaciones Enciclopedistas pues consider
que la instruccin era el eje transformador de la sociedad, y la familia era el valuarte de
la moral.
De acuerdo al esquema de la literatura del siglo XIX, la segunda etapa se ha
denominado La Academia de Letrn, la cual surge como una tertulia juvenil en 1836.
Los integrantes de ella se identificaron con la corriente romntica e imprimieron a sus
poesas, cuentos, novelas y obras dramticas el sentido de bsqueda hacia la expresin
propia, as como la exaltacin de los valores nacionales. La Academia de Letrn
foment la produccin literaria de sus integrantes y promovi el estudio de la literatura
nacional y la literatura clsica. Los mecanismos para lograr sus objetivos abarcaban la
calendarizacin de reuniones para que sus integrantes expusieran sus trabajos de
acuerdo a un plan de estudios asignado. La finalidad de esas reuniones era crear un
ambiente de discusin y crtica acadmica entre los socios, as como de reconocimiento
a los cultivadores ms destacados del arte literario. Tambin era frecuente que estas
asociaciones culturales tuvieran su propio rgano informativo para publicar los trabajos
de sus miembros destacados. En el caso de la Academia de Letrn, los socios con
mritos literarios eran Guillermo Prieto, Roa Brcena e Ignacio Ramrez.
Es interesante destacar que aunque el romanticismo fue la nota que se populariz
durante el siglo XIX, lo cierto es que la visin clsica de la literatura pervivi en la
misma poca. De este modo, ambas tendencias compartieron el escenario cultural de
fines de siglo, con otras apreciaciones como el naturalismo y el modernismo. Aunque
estas mezclas artsticas dotaron al movimiento romntico mexicano de un matiz sobrio,
la persistencia de la visin clsica y romntica en el arte penetr la vida poltica del
pas, y no era extrao identificar las posturas ideolgicas de unos bajo los conceptos de
clsicos y conservadores, y de otros como romnticos y liberales.
58

En Francia el concepto romntico tuvo una evolucin en sus usos y acepciones:
para Rousseau denotaba un reclamo de libertad e insumisin, mientras que a travs de
las novelas de Madame de Stael, principalmente Corinne o Italia, publicada en 1807, el
trmino adquiri un reconocimiento intelectual. Esa nocin enfatiz las preocupaciones

58
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 39-43.
31
de los escritores romnticos europeos, destacndose entre ellos Alfonso de Lamartine y
Vctor Hugo.
59
En Mxico se cont con traducciones de la obra de Lamartine desde la
dcada de los treinta del mismo siglo.
60
Y as como en Mxico se lleg a conocer la
obra de Lamartine, se tuvieron noticias del movimiento romntico, el cual reconoce
como caracterstica preponderante el nfasis en la libertad en todos los temas: libertad
de fe, sentimientos, pensamiento, expresin e imaginacin. Esa posicin de apertura
ideolgica, colocaba a los individuos ante la posibilidad de experimentar actitudes
antagnicas y contrapuestas: experimentar una fe profunda de la misma forma que un
atesmo abismal. O bien, plantear el ideal caballeresco de la Edad Media en convivencia
con ideas futuristas. Dentro de la corriente romntica la funcin del Estado se concibe
slo como un eje de vigilancia, cuyo objetivo es garantizar el ejercicio de la libertad.
Mientras que, en trminos artsticos, el romanticismo enfatiz la expresin de la
individualidad, alejada de cualquier lmite.
61

El romanticismo floreci en Inglaterra y Alemania donde tuvo caractersticas
semejantes: un enfoque al amor a la naturaleza, inters por la literatura del pasado, al
estudio de leyendas y de la historia medieval, as como de la literatura del Siglo de Oro
Espaol. En Inglaterra el movimiento fue ms un resultado de la necesidad interna de
expresin de sus militantes, y no formalizaron su propuesta en una escuela. Sin
embargo, tuvo fuertes practicantes como Walter Scott y Lord Byron. Alemania por su
parte s form escuelas, y tuvo como exponentes a Novalis y a Heine. Francia vio llegar
esta propuesta de forma muy tmida en las primeras dcadas del siglo. Pero a partir de la
publicacin de la novela Cromwell de Vctor Hugo, donde expuso la idea de que el
romanticismo es el liberalismo en la literatura, la actitud tom un impulso luminoso. Y
Vctor Hugo pas a ser considerado el maestro de la escuela romntica francesa.
62

En la poca de la Academia de Letrn adems de los temas romnticos, otra de
las caractersticas fueron la convivencia y amistad entre los intelectuales, pese a que
adoptaban posturas polticas contrarias. Entre los integrantes de la Academia se
encontraban jvenes y adultos, pobres y ricos, creyentes y ateos, y algunos de ellos
adoptaron posiciones radicales. Sin embargo, esas posturas divergentes entre liberales y
conservadores al interior de la organizacin, no minimizaban el afn de llegar a

59
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 39.
60
Alfonso Lamartine, Graziella Rafael (Mxico, D.F.: Porra, 1987).
61
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 40.
62
El Romanticismo. poca de la Restauracin, 1830-1850, <http://www.artehistoria.com> (15 de
diciembre de 2006).
32
otorgarle a la literatura un carcter mexicano. Las pretensiones de los literatos
decimonnicos generaron el surgimiento de una literatura nacional, y a travs de sus
obras participaron en la discusin poltica. El intelectual de esta poca destaca por su
carcter multifactico, pues sola desempearse como funcionario poltico, periodista o
escritor.
En cuanto a la historia de las mujeres, en esta poca surgieron nombres
femeninos que no slo fueron musas inspiradoras de las letras masculinas, sino autoras
de literatura. En este sentido hay que mencionar a la aristcrata escocesa Frances
Erskine Inglis (1806-1882), tambin conocida como Marquesa Caldern de la Barca.
Ella fue esposa del ministro espaol en Mxico: ngel Caldern de la Barca, quien hizo
funcionar el Ateneo Mexicano, fundado en 1840. La marquesa lleg a Mxico en
diciembre de 1839 y se march en 1842. Durante su estada viaj por el pas y escribi
acerca de sus impresiones en cartas que envi a su familia radicada en Boston. De esa
correspondencia, la marquesa tom cincuenta y cuatro epstolas para formar su obra La
vida en Mxico durante una residencia de dos aos en ese pas.
63
En ella, Caldern de
la Barca plasm su visin del pas, y narr con minucioso detalle las costumbres,
personajes e ideas de la poca .
Otra figura literaria femenina del momento fue Isabel Prieto de Landzuri (1833-
1876), poeta y traductora que perteneci a la asociacin cultural jalisciense La Alianza.
Esta agrupacin contaba con un reglamento para conservar la calidad literaria de las
obras que presentaban sus miembros en las reuniones, y que ms tarde se publicaran,
de ser aprobadas, en la revista La Alianza Literaria. A esta asociacin pertenecieron
otras escritoras: Esther Tapia de Castellanos y Antonia Vallejo.
64
La Alianza fue
fundada en Guadalajara en septiembre de 1867 por algunos intelectuales liberales, y
ellos fueron reconocidos como la primera generacin romntica de Jalisco. La revista de
esta asociacin surgi en un momento en que abundaban las publicaciones que
defendan sus ideas polticas o religiosas, siendo sta la nica que tena como objetivo
primordial la creacin y difusin literaria. Para ingresar a la asociacin los interesados
deban contar con una carrera cientfica, literaria, o bien, un reconocido conocimiento
en esas materias. La revista La Alianza Literaria, qued ubicada histricamente en la

63
M. Caldern de la Barca, La vida en Mxico durante una residencia de dos aos en ese pas (Mxico,
D.F.: Porra, 1978).
64
Magdalena Gonzlez Casillas, Historia de la literatura jalisciense en el siglo XIX (Guadalajara:
Gobierno del Estado de Jalisco, 1987), 128.
33
poca de la restauracin de la Repblica, momento de gran actividad cultural y de
mpetu nacionalista.
65
Los primeros aos de la asociacin cultural que le dio origen a la
revista, estuvieron dirigidos por el crtico jalisciense Jos Mara Vigil, quien recogi la
obra de Isabel Prieto de Landzuri en un ejemplar que titul Obras poticas. En ella
aparecen composiciones de la autora, as como algunas de sus traducciones de Goethe y
Schiller. La asociacin La Alianza estableci en su reglamento que habra tres tipos de
socios: activos, honorarios y corresponsales; a esta ltima perteneci Isabel Prieto.
66

Quien tambin particip en el proceso literario mexicano fue el librero e
impresor Mariano Galvn Rivera (1782-1876). Este personaje impuls la preservacin y
difusin de las letras mexicanas, convirtindose en famoso impresor por publicar
calendarios anuales que contenan noticias astronmicas que apoyaban la labor agrcola.
Esos calendarios presentaban fechas de festividades religiosas y civiles, y apoyaban la
difusin de artculos cientficos y literarios. De esos impresos destaca, en razn de este
estudio, el Calendario de las Seoritas Mexicanas que apareci en 1838 y permaneci
hasta 1843.
67

Para 1850 Francisco Granados Maldonado inaugur el Liceo Hidalgo. En 1851
Francisco Zarco Mateos se hizo cargo de l y de la publicacin de la revista literaria de
la agrupacin llamada La Ilustracin Mexicana. En el discurso de aceptacin al cargo,
Francisco Zarco seal la urgencia de fortalecer las letras mexicanas con el fin de
salvaguardarlas del ambiente rido de las guerras. Zarco le pas, en 1860, la estafeta de
la direccin a Ignacio Manuel Altamirano, quien permaneci al frente de este organismo
cultural hasta 1870. La tercera etapa literaria en Mxico, segn el esquema del mismo
Altamirano, la marc precisamente el Liceo Hidalgo y las obras de sus integrantes. Este
liceo surgi en un ambiente de caos poltico y enfrentamiento social, situacin que
propici un clima psicolgico de pesadumbre. Ante la incertidumbre de este ambiente,
los habitantes comenzaron a buscar espacios de esparcimiento. Algunos de ellos asistan
a los espectculos teatrales que llegaban a las ciudades, otros organizaban fiestas en sus
domicilios particulares, donde olvidaban al comps de polkas o valses la tensin poltica
y econmica en que vivan.

65
Mara del Socorro Guzmn Muoz, La Alianza Literaria. Una revista tapata del siglo XIX, Sincrona
(primavera 2004), < http://sincronia.cucsh.udg.mx/guzman04.htm> (7 de enero de 2007).
66
Guzmn Muoz, La Alianza Literaria, passim.
67
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 63-64, 76-77.
34
Es interesante destacar que ante esa situacin de general malestar, la actitud y
accin de los artistas, intelectuales y escritores fue fundamental para propiciar y
mantener el desarrollo de las letras. Aunque ellos tuvieron apreciaciones y posturas
distintas de la poltica, su aficin por la esttica literaria les tendi puentes de
entendimiento y concordia. Adems de los enfrentamientos polticos, el pas tena una
economa similar a la de la poca colonial, y la poblacin estaba dividida en urbana y
rural. Esta ltima conformaba la mayora de la poblacin, compuesta de indgenas y
rancheros. La clase media la formaban algunos comerciantes al menudeo, industriales
en pequeo e intelectuales, que lo mismo
practicaron la abogaca, la medicina y la literatura.
La clase pobre eran los artesanos de la madera,
albailes, herreros, as como algunos prestadores de
servicios como mucamas, aguadores, cocheros y
obreros de la industria textil.
68

Para los intelectuales la palabra escrita fue
su herramienta para expresar posiciones
ideolgicas, y su crtica social a travs de la prensa
peridica. En este imperio de papel y escritores
surgi El correo Mexicano en 1867, El ahuizote lo
fund el general Riva Palacio en 1874. Por su parte
Ignacio Manuel Altamirano fund en 1869 la revista literaria El Renacimiento. El
nacimiento de estos peridicos y revistas estuvo, siguiendo el esquema referido, en la
tercera etapa de la literatura nacional, donde destac la figura del escritor mexicano de
ascendencia indgena: Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893). l escribi la primera
novela moderna en Mxico llamada Clemencia, publicada en 1869. Este escritor fund
la revista El Renacimiento para fomentar el arte nacional y los valores mexicanos.
Segn l, mexicanizar la literatura significaba adoptar los mejores elementos extranjeros
para aplicarlos a la expresin propia de las letras mexicanas.
69
Su revista aglutin a
escritores, polticos, y aunque en menor cantidad, a mujeres escritoras como Isabel

68
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 75-76.
69
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 79-88.
35
Prieto de Landzuri, Gertrudis Tenorio Zavala, Mara del Pilar Moreno y Esther Tapia
de Castellanos.
70

De este modo, en el anterior recorrido por el espacio de la literatura nacional,
donde busqu reas, elementos y obras de personajes femeninos, encontr que s hubo
expresiones escritas femeniles y que estaban inmersas en las dinmicas sociales que
caracterizaron el siglo XIX mexicano. En la misma poca, pero en Europa, hubo una
masificacin de la lectura. Ese aumento de lectores se acompa con el
engrandecimiento de la educacin primaria, as como el aumento en el consumo de
novelas baratas, gnero que para ese siglo ya haba alcanzado un estatus aceptable.
71
En
ese proceso de auge de lectores y expansin de la educacin, Europa vio aparecer y
florecer a la revista dedicada a las mujeres, as como el surgimiento de la literata con un
estatus reconocido para las mujeres en la sociedad.
72
En Mxico durante el Porfiriato, la
lectura del peridico se consider algo de gran importancia: estmulo para el desarrollo
de la lectura en general y parte de la educacin informal.
73
El surgimiento de
asociaciones culturales y la publicacin de revistas sugieren el crecimiento de una
poblacin sensible al desarrollo de las expectativas nacionales.
El objetivo gubernamental de lograr el desarrollo pleno de la nacin fue una
preocupacin compartida por algunos sectores sociales: intelectuales, polticos y
religiosos. En este ambiente de preocupaciones compartidas surgi el uso de los medios
impresos con el fin de llevar a cabo el ideal del Porfiriato, y se constituyeron en smbolo
de integracin, reconocimiento y transicin nacional. El Mxico de aquella poca
necesit a la prensa nacional para formar e informar a los habitantes de todo su
territorio. Engarzado en los cometidos nacionales, el peridico colimense El Estado de
Colima se sum al deseo de consolidar la paz social necesaria para el progreso de la
nacin. Los medios oficiales de la poca asumieron la funcin de expresar y promover
las ideas polticas y constitucionales del gobierno del pas.
74
Adems, pusieron en

70
El Renacimiento. Peridico literario, 2 tomos (1869; reimpresin, editada por Huberto Batis, Mxico,
D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1979). Vase la imagen de la poeta Esther Tapia que
ilustra esta pgina en Jos Mara Vigil, Poetisas mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX (1893;
reimpresin, Mxico, D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1997), 92.
71
Martyn Lyons, Los nuevos lectores del siglo XIX: mujeres, nios, obreros, en Historia de la lectura
en el mundo occidental, coordinado por Guglielmo Caballo y Roger Chartier, 241-589 (Madrid:
Santillana, 2001), 241-243.
72
Lyons, Los nuevos lectores, 545.
73
Mlada Bazan, Historia de la educacin durante el Porfiriato (Mxico, D.F.: Colegio de Mxico,
1993), 15-17.
74
Estado de Colima, 9 de febrero de 1867.
36
comunin territorios lejanos y acercaron los pensamientos e ideas de individuos
extraos. Los peridicos mostraron tambin un mundo donde privaban las acciones y
reflexiones de los hombres, y funcionaron como ejes de socializacin, pues reflejaron en
sus pginas las relaciones laborales, vnculos de amistad y de intereses polticos. Sin
embargo, al analizar la prensa oficial local descubr que tambin colocaron en la escena
pblica la existencia de las mujeres y sus argumentos. Esto para algunas mujeres
aquellas que tuvieron acceso a la instruccin- signific la posibilidad de representacin
y expresin pblica, del mismo modo y a travs de los mismos mecanismos que lo
hacan los hombres.
Existen indicios de que desde fines del periodo colonial surgieron en Mxico
revistas dirigidas a la mujer. Un ejemplo de esas publicaciones que surgieron en la
Ciudad de Mxico, dentro del periodo nacional, lo fueron El Semanario de las seoritas
mejicanas (1841-1842) y La Semana de las seoritas mejicanas (1851-1852), y tambin
surgieron en otros sitios del pas, como El Album de las seoritas potosinas en San Luis
Potos (1865). El Semanario de las seoritas mexicanas se autodesign como el primer
impreso interesado y dedicado a la mujer, y se propuso ayudar a la educacin de ella,
pues su editor, Isidro Rafael Gondra consideraba que haba un descuido social en ese
sentido. Mientras que La Semana de las seoritas mejicanas consider que con su
creacin allanara el espacio de la literatura nacional, y se dedicara a defender las ideas
de la piedad y la religin.
75

En este contexto, hacia mediados del siglo XIX surgen peridicos de corte
feminista en Amrica hispana, incluso en Mxico, dirigidos por mujeres que quisieron
reflejar la voluntad femenil. Ellas externaron su opinin pblicamente y manifestaron
sus ideales en torno a su condicin en la sociedad. Esta prctica intelectual les permiti
la creacin de nuevos vnculos comunitarios. En estas publicaciones expresaban
abiertamente cuestionamientos acerca de su marginacin y del perjuicio en contra de sus
aspiraciones sociales. Adems, los contenidos de estas publicaciones funcionaron como
divertimento para las lectoras, y de ese modo las hicieron partcipes en la discusin de
los temas del momento. Con voces distintas, las directoras y redactoras de esas revistas
lograron compartir un argumento similar para desafiar las tradiciones y elaborar
reformas que favorecieran la idea principal: anunciar la igualdad de ambos sexos en el

75
Jane Herrick, Periodicals for Women in Mexico during the Nineteenth Century, The Americas,
octubre de 1957, 135-144, < http://www.jstor.org> (6 de agosto de 2006).

37
plano intelectual. Con esto como ideario, y en conocimiento de las dificultades y
deficiencias de la educacin en relacin a las mujeres, la prensa feminista propuso su
principal objetivo de campaa: mejorar la instruccin de la mujer.
Con base en el objetivo de conseguir y mejorar la instruccin femenil, se puede
considerar que El Semanario de las seoritas mejicanas tuvo un matiz y originario
sentido feminista, pues se enfoc en las mujeres como pblico lector. Este impreso tena
varias secciones: bellas artes, fsica, literatura y moral, pero la mayora de sus artculos
fueron pedaggicos. Sus colaboraciones tocaron los temas de botnica, ornitologa,
geometra e historia de la biblia. Su plan original consider mantener un nivel
intelectual alto en los contenidos de sus artculos, de modo que no deba contener
chistes, recetas de cocina, instrucciones de bordado, figurines de moda o crucigramas;
lo nico permitido era una hoja de msica. Sin embargo, poco despus de su edicin,
comenzaron a aparecer modelos de bordado en sus pginas. Isidro Gondra, su editor, a
pesar de estar convencido de la necesidad de instruir a la mujer y de hacerla partcipe de
las expresiones intelectuales, lleg a sostener una postura en defensa de la costura, pues
segn l tal prctica era un talento a mantener y desarrollar por parte de las mujeres bien
educadas.
76

A fines de la colonia surgieron revistas que tenan como auditorio exclusivo a las
mujeres. A mediados del siglo XIX aparecieron aquellos impresos que tenan como
propsito general la edificacin, educacin y entretenimiento de la mujer a travs de la
lectura. Asimismo aparecieron otros tipos de publicaciones que, como los anuarios,
promovieron a travs de sus ilustraciones el ideal de la belleza femenina. Las imgenes
femeniles difundidas a mediados del siglo decimonnico en Mxico, eran ilustraciones
que recreaban el tipo de vestimenta y rasgos de las mujeres europeas. Un caso tpico de
este tipo de publicacin lo fue el anuario de literatura llamado Presente Amistoso.
77
A
travs de ese tipo de publicaciones las mujeres del Porfiriato tuvieron la posibilidad de
acceder a la lectura de obras de contenido diverso: de reflexin, ciencias naturales y
sociales que podan tener factura local o europea. Por su parte, los peridicos ofrecieron
novelas de autores y autoras mexicanos a sus lectores, a travs del sistema de entregas.
78


76
Herrick, Periodicals for Women, 135-144.
77
Herrick, Periodicals for Women, 135-144.
78
Guadalupe Ros de la Torre, Idea de mujer a travs de la prensa porfiriana (ponencia presentada en el
II Encuentro Internacional de historia de la prensa en Iberoamerica, 1872-1950, Xalapa, marzo de 2004),
< http://www.historiadoresdelaprensa.com.mx/articulos/IIencuentroprensa/26.doc> (22 de marzo de
2005).
38
Bsicamente el sistema se refiere a la posibilidad de publicar las novelas en segmentos,
y entregarlas a sus lectores a travs de la adhesin de esos fragmentos al peridico. As,
el auge editorial que experiment el pas en ese siglo, fue para algunas mujeres de clase
alta y clase media, la oportunidad para escribir textos de diversos gneros y publicarlos.
Ellas pudieron ser lectoras y quiz escritoras en privado, y de ah pasaron a la difusin
de sus escritos, reflexionando uno de los temas centrales: el derecho de las mujeres a la
educacin de la misma forma que la obtenan los hombres.
79

I.1 Elementos culturales en Colima

Respecto a las condiciones locales al igual que otros pases en Amrica y Europa, las
sociedades de caridad en Colima fueron un espacio preferentemente femenino. Estas
organizaciones estaban vinculadas con la vida de las iglesias. Su importancia para las
mujeres fue que les permiti un acercamiento legtimo a la lectura, a formas diversas de
socializacin y acceso al conocimiento. Las mujeres en estas asociaciones tenan labores
administrativas y organizaban eventos para recaudar fondos econmicos que
posteriormente destinaran a la atencin de nios y adultos pobres. Estas organizaciones
generalmente divulgaban su quehacer a travs de un rgano de difusin de corte
religioso.
80
En este sentido, la asociacin colimense de mujeres catlicas promova sus
eventos y los de la iglesia a travs del rgano llamado La Aurora.
81
A travs de este
peridico, la sociedad de caridad proporcion un acercamiento a la lectura de textos
religiosos a la poblacin en general. Desde la reflexin feminista estos organismos
representaron para las mujeres el acceso al fenmeno llamado Marianismo. ste
consiste en considerar que la conducta femenil debe aspirar a lograr el modelo de
perfeccin que encarna la Virgen Mara. Este estereotipo religioso promueve la
sumisin, castidad y entrega al servicio de otros. Asimismo, este ideal considera que

79
Mara del Carmen Ruiz Castaeda, Revistas de Literatura del siglo XIX (Colima: Universidad de
Colima, 1995), 18; Arambel-Guiaz y Martn, Las mujeres toman la palabra, 45-46.
80
Carlos Pizano y Saucedo, Historia Cronolgica del periodismo colimense desde su comienzo en (1830)
hasta nuestros das (1973). Evolucin histrica del periodismo y la imprenta en Colima (Colima:
Universidad de Colima, 1973), 8-28.
81
Algunos ejemplares de este peridico pueden consultarse en la Biblioteca Pblica de Jalisco Juan Jos
Arreola (en adelante BPJ). La Aurora fue un semanario catlico, rgano de la Asociacin de Seoras
bajo el patrocinio de Mara, reina del sagrado corazn de Jess. El semanario fue el sucesor de El
Clarn, editado por Eusebio del Ro.
39
todas las acciones de las mujeres deben realizarse sin esperar atencin o retribucin
alguna, y que deben permanecer supeditadas a una figura masculina.
82

Otras instituciones que promovieron la literatura y la lectura en Mxico durante
la primera mitad del siglo XIX, fueron los establecimientos denominado libreras y
gabinetes de lectura, y fungieron como difusores de la cultura impresa. Aunque la
poblacin lectora constitua slo el 10 % de la poblacin, este pblico contaba con
diversidad de textos y materiales impresos que se encontraban en las libreras y
gabinetes. El primero de estos establecimientos se fund en 1820 en la Ciudad de
Mxico por Jos Joaqun Fernndez de Lizardi. Los gabinetes generalmente eran
pequeos y se localizaban al centro de la ciudad. Ah la gente poda rentar libros,
revistas y peridicos, adems de establecer vnculos sociales con quienes tuvieran esa
afinidad. Los gabinetes de lectura fueron parte de las iniciativas para lograr la
propagacin de la instruccin entre la poblacin. Por esta razn, en 1823 en la ciudad de
Mxico, el gobierno los declar una institucin formal, y una dcada despus, todos los
estados contaban con uno de ellos para representar la unin entre los esfuerzos del
gobierno y los ciudadanos para lograr la ilustracin nacional.
83

En Colima instal un gabinete de lectura, en las postrimeras del siglo, el
conocido abogado y traductor Severo Campero, y es posible que ese establecimiento
tuviera los mismos objetivos educativos de los que se ubicaban en la Ciudad de
Mxico.
84
Laura Surez de la Torre, investigadora del Instituto Mora, coordin un
estudio acerca del ambiente cultural en la ciudad de Mxico en las dcadas posteriores a
la Independencia del pas. Ella afirma que en esa poca quienes encabezaron los
ambientes tipogrficos pueden ser reconocidos por su papel como intermediarios
culturales, ya sea recibiendo las creaciones de los nuevos autores mexicanos,
traduciendo las versiones provenientes del extranjero, poniendo en circulacin las
nuevas producciones, y entrando en relacin con el pblico [...].
85


82
Para informacin acerca del Marianismo vase Steven Bocchi, The Meaning of Marianismo in
Mexico, Hispanic Literature, <http://www.lclark.edu/ ~woodrich/Bocchi_marianismo.html> (25 de
septiembre de 2006); Mara Luisa Ochoa Fernndez, La figura de la mujer en la narrativa de Cristina
Garca, <http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=2622> (25 de
septiembre de 2006).
83
Guiot de la Garza, El competido, 437-440, 496-504.
84
Rogelio Guedea, Los decimonnicos. Antologa potica colimense del siglo XIX (Colima: Universidad
de Colima, 2001), 110.
85
Laura Snchez de la Torre, prlogo de Constructores de un cambio cultural: impresores-editores y
libreros en la ciudad de Mxico, 1830-1855 (Mxico, D.F.: Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara
Luis Mora, 2003), 8.
40
Segn dijo la investigadora Guiot de la Garza, los dueos de libreras y
gabinetes de lectura en el siglo decimonnico, fueron personajes destacados de la vida
cultural y, en ocasiones de la poltica del pas, [...] [e] hicieron de sus negocios
verdaderos centros de cultura y entretenimiento.
86
Severo Campero fue un personaje de
la cultura colimense, y estuvo allegado a la vida poltica a travs de una afectuosa
relacin con Gildardo Gmez, gobernador de Colima de 1887 a 1893. Desde 1884
Severo Campero se relacion con el ambiente de la imprenta, al heredar el puesto de
redactor del peridico oficial El Estado de Colima de su pariente Gildardo Gmez.
87

Dicho impreso ofreci un aviso acerca de las actividades de Campero como librero. El
aviso se public en 1890, y deca que

En el Gabinete de lectura, Librera, Agencia universal y Papelera de
Severo Campero [...] hay un variado selecto y variado surtido de obras sobre
religin, enseanza, recreo, literatura, historia: viajes, jurisprudencia, medicina,
ciencias, etc. en espaol, lenguas antiguas idiomas modernos. con objeto de
fundar en el Estado un centro de Propaganda literaria [...] Las publicaciones
por entregas, se ven los precios de Mxico, condicin de que los
consumidores ocurran por ellas al despacho de esta librera. Se venden y
compran libros usados y se trueca toda clase de obras. Las obras de precio que
no est al alcance del interesado comprarlas en un solo desembolso, se sirven
mediante abonos parciales.
88


Estas lneas sugieren la diversidad de actividades que se realizaban en el
establecimiento, y su posible papel socializador y propagador de la cultura nacional.
Otro elemento de impacto favorable para el conocimiento del quehacer literario de las
mujeres en Mxico fue la Exposicin Colombina de Chicago. Este evento se realiz en
1893, y los colimenses se enteraron de ella a travs de las notas de prensa nacionales
que se reprodujeron en el peridico oficial local.
89
Aquella nota dijo que en el mismo
edificio que se presentaban las Manufacturas se encontraba la exhibicin en el
importantsimo ramo de Artes Liberales que comprende la educacin y la mayor parte
de los conocimientos intelectuales.
90
Segn se relata, en el departamento mexicano
podra encontrarse una

86
Guiot de la Garza, El competido, 442.
87
Alejandro Rodrguez Mayoral, Gildardo Gmez. Relato de un gobernador Porfirista (tesis de
maestra, Universidad de Colima, 2004), 42-53.
88
Estado de Colima, 1 de marzo de 1890, 36.
89
Estado de Colima, 19 de agosto de 1893, 131.
90
Estado de Colima, 19 de agosto de 1893, 131.
41

magnfica coleccin zoolgicas(sic) formada por la comisin
exploradora cientfica mexicana, que se compone de una infinidad de pjaros
disecados de todos tamaos y colores, [], as como los trabajos sobre clculo
astronmico, geolgicos, topogrficos, de nivelaciones que gozan de tan alta
reputacin. los trabajos de pluma hechos por las alumnas de la Escuela Normal
de Oaxaca y los trabajos fotogrficos de la Academia de nias, [], libros de
literatura, msica y materiales de las escuelas de que me ocupar en la
siguiente correspondencia.
91


La Exposicin Colombina de Chicago no fue la primera participacin
internacional de productos naturales y artsticos de Mxico, ya haba participado en
Pars en 1889 y en Madrid en 1892. Las exposiciones de Madrid y la de Chicago
estaban enmarcadas en las celebraciones del descubrimiento del Nuevo Mundo. Para
Madrid se conform una Junta encabezada por Joaqun Garca Icazbalceta, notable
fillogo, historiador e impresor.
92
Esa comisin logr preparar una amplia
representacin cultural de materias y materiales cultivados en el pas: etnografa,
antropologa, indumentaria, panoplia, numismtica, herldica, estatuaria, arte cermica
y plumaria, pictografa, epigrafa y bibliografa.
93
A estas colecciones se sum la
Antologa de poetas mexicanos, que fue propuesta por la Academia Mexicana y
comisionada a Casimiro del Collado, Jos Mara Roa Brcena y Jos Mara Vigil.
Para la Exposicin Colombina de Chicago se form
un Comit, presidido por el ministro de Fomento Manuel
Fernndez Leal, y la Junta de Seoras, al estilo de la de
Chicago, cuya presidenta era la seora Carmen Romero
Rubio de Daz,
94
esposa del entonces presidente del pas
Porfirio Daz. Los materiales impresos con que se particip
abarcaron, principalmente, los temas de poltica y
economa nacional. Sin embargo tambin hubo estudios de
historia, filosofa, lengua, y algunas de esas participaciones
obtuvieron distinciones, tal es el caso de la revista Mxico

91
Estado de Colima, 19 de agosto de 1893, 131.
92
Oseguera de Chvez, Historia de la literatura, 133.
93
Vigil, Poetisas mexicanas, xv-xvi.
94
Vase la ilustracin de Carmen Romero Rubio en Vigil, Poetisas mexicanas.
42
Intelectual, del pedagogo Enrique C. Rbsamen o la obra Leyendas histricas de Ireneo
Paz.
95
Adems de los reconocimientos internacionales a los trabajos presentados, en este
evento se destaca que por vez primera en el escenario de esas exhibiciones se muestre y
reconozca a la mujer por su influencia en el proceso de diversificacin de las
industrias, de las manufacturas y de las artes liberales, [lo que] significaba poner a un
mismo nivel la trascendencia de su papel en el hogar y su capacidad de accin
pblica.
96

Para exhibir los trabajos de las mujeres el comit organizador de Chicago plane
la construccin del Palacio de la Mujer, edificio que contaba con un hospital, y un
jardn de nios que funcion a manera de taller para exponer sistemas educativos.
Asimismo, desde este lugar la Junta de Seoras de Mxico mostr sus diversas labores
al mundo tambin.
97
Los ecos de ese evento llegaron a tierras colimenses a travs de la
prensa oficial que citaba al Correo de Chicago, al decir

[Propicio es] este Certamen Universal para mostrar cunta destreza y
maestra se encuentra en todas las preciosas obras que forman el contingente de
Mxico en el 'Womans Building' [] Figura all una interesante y curiosa
coleccin de poesas escritas por damas mexicanas, no solamente de los
actuales tiempos, sino de ms de cien aos esta parte.
98


Como se advierte, aquella exposicin era tambin un certamen. En lo que toca a
la produccin impresa de las mujeres, fueron pocas las obras literarias con las que
participaron, o al menos, las referencias a ellas. Sin embargo, el trabajo potico de
algunas de ellas fue reconocido, como el de Mercedes Carrasco, Consuelo Fenochio,
Mara Santaella y Esther Tapia de Castellanos. De esta ltima poeta se premiaron sus
obras: Flores silvestres y Los cnticos de los nios.
99


Como parte de los trabajos de la Junta de Seoras para asistir a la Exposicin
Colombina de Chicago, se present una antologa de poetisas mexicanas elaborada y

95
Ireneo Paz (1836-1924) fue un periodista liberal, amigo y seguidor de Riva Palacio. Admirador de
Altamirano, abraz apasionadamente la tesis de nacionalizar la literatura. Oseguera de Chvez, Historia
de la literatura mexicana, 92.
96
Vigil, Poetisas mexicanas, xxx.
97
Vigil, Poetisas mexicanas, xxxi.
98
Estado de Colima, 19 de agosto de 1893, 132.
99
Vigil, Poetisas mexicanas, xxxii.
43
prologada por Jos Mara Vigil. Hay que destacar que previo a este trabajo poco se
haba hecho para recuperar la obra literaria de las mujeres, por eso el escritor acudi a
bibliografas fundamentales y revis ejemplares de prensa en bsqueda de su
material.
100
El nombre de Vigil est ligado a obra literaria monumental, a la Antologa
de poetas mexicanos y la antologa de Poetisas mexicanas.
101
Fue un reconocido e
influyente intelectual liberal que estaba convencido del poder transformador de la
educacin, y de que no deba negarse esa posibilidad a las mujeres.

En la antologa Poetisas mexicanas, siglos XVI, XVII,
XVIII Y XIX que se present en la exposicin de Chicago y
Vigil prolog,
102
se encuentran textos de Refugio Barragn
de Toscano y Esther Tapia de Castellanos. Aunque la
antologa cuenta con textos de otras poetas, destaco los
nombres de estas escritoras porque la prensa colimense hizo
referencia a ellas y a sus trabajos en distintos momentos del
Porfiriato.
Finalmente, y para dar paso a otros temas, lo que este recorrido ha mostrado es
que en el siglo XIX s hubo participacin de las mujeres en la literatura, ya fuera como
lectoras o escritoras. Desde el punto de vista de la historia de las mujeres, esta situacin
abre las posibilidades para localizar y analizar obra intelectual de las mujeres. Por otra
parte, el contexto local mostr que aunque de forma incipiente y muchas veces
olvidada, algunas mujeres colimenses tuvieron acceso a expresiones culturales y
literarias, y eventualmente a una oportunidad para escribir.
El recorrido seala que intentar separar los ambientes culturales e intelectuales
de los espacios polticos en la poca porfirista es un esfuerzo adems de frustrante,
adverso a la comprensin del periodo. Adems, es precisamente ese acercamiento y
vinculacin de los espacios, actividades y sus sujetos que permiten visibilizar la
actividad femenil de manera ntegra al conjunto. Esta caracterstica permite vislumbrar
lgicas de relacin e influencia que propiciaron la participacin de las mujeres en los
ambientes culturales y literarios. Los fenmenos sociales locales que favorecieron en

100
Vigil, Poetisas mexicanas, xxxiii.
101
Vigil, Poetisas mexicanas, ix-xii.
102
La imagen que ilustra esta pgina es la portada de la antologa de Vigil.
44
mayor medida la presencia y expresin femenil fueron la prensa y la educacin, y es ah
donde buscar sus textos para analizarlos en el captulo siguiente.































45


CAPTULO II
EL IMPACTO DE LA PRENSA Y LA EDUCACIN EN LAS MUJERES

II.1 La prensa


Prensa, poltica y educacin son elementos que se presentan entrelazados en la memoria
que se puede reconstruir del Porfiriato en el peridico oficial El Estado de Colima. La
poltica de este periodo ha sido un tema de estudio bastante socorrido, mientras que
prensa y educacin por lo general se han abordado de forma distanciada. La
historiografa acerca de la primera mitad del siglo XIX se ha enfocado primariamente en
los temas de poltica. Sin embargo, los investigadores de los ltimos aos han vuelto su
mirada a ese siglo para analizar otros aspectos de la poca, como la economa y la
sociedad.
103
Los investigadores han dejado de lado la cultura, pese a la importancia que
puede revestir para la mejor comprensin de la centuria. En este escenario de
complejidad de intereses polticos y necesidad econmica, de personajes
comprometidos en diversos mbitos de la sociedad y de una profunda discusin de ideas
ajenas en bsqueda de las ideas nacionales propias, se inscribe la bsqueda de los textos
escritos por las mujeres de finales del siglo XIX. En este nuevo escenario, donde la
prensa tiene un lugar particular y se formaliza la institucin educativa en aras de la
conveniencia nacional, es que surge la pregunta qu signific el impacto de ideas y
prcticas en la prensa y la educacin para la vida y la experiencia femenina?
En beneficio de esta inquietud, considero adecuado el estudio de los espacios
que permitieron el acercamiento entre los individuos, as como las actividades que
favorecieron la concrecin de los intereses intelectuales, particularmente, los de las

103
Laura Snchez de la Torre, prlogo de Constructores de un cambio cultural: impresores-editores y
libreros en la ciudad de Mxico, 1830-1855 (Mxico, D.F.: Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara
Luis Mora, 2003), 7.
46
mujeres. La poca porfirista fue una poca de cambios y aspiraciones, donde los
individuos exploraron en las maneras de expresarse y relacionarse. Esos impulsos
generaron actividades e ideales que hicieron que las mujeres accedieran a la vida
pblica en la sociedad con la posibilidad de ser vistas y escuchadas. Las actividades
sociales fueron el sitio donde se pusieron en juego la representacin femenil, los valores
de gnero y la identidad personal. Como lo coment anteriormente, la perspectiva
tradicional de la historia ha olvidado colocar a las mujeres en la memoria social, y desde
esa concepcin de la historia, las mujeres escritoras colimenses permanecen en la
sombra. Cuando la visin tradicionalista de la historia ha rescatado la labor de las
mujeres en la sociedad, enfatiza las imgenes del deber ser de las mujeres en la
sociedad. Por esta razn, en las siguientes lneas expondr algunos elementos que dicen
cmo han sido vistas las mujeres y lo que ellas dijeron acerca de s mismas y de la
poca en que vivieron.
La prensa oficial del Porfiriato se reconoce como bastin de lucha poltica, punto
difusor de las ideas estticas y econmicas que fueron traducidas en los anhelos
modernizadores del gobierno y las elites del pas. Del mismo modo la prensa porfirista
diseminaba por doquier las innovaciones de la ciencia y la tecnologa, y ofreci en sus
pginas una variedad de lecturas.
104
En Mxico, el ejercicio y derecho para difundir las
ideas y disposiciones antes de la Independencia era un privilegio real. Despus de la
Independencia la posibilidad de publicar tuvo apertura a ms individuos, y desde
entonces la prensa ha tenido una presencia y actuacin que la convierte en fuente
obligada para la investigacin histrica.
105
La investigadora de medios Florence
Toussaint, por ejemplo, seala la prensa como un testimonio y registro del desarrollo
del pas. Reconoce en ella el carcter germinal de polticos y escritores, quienes la
hicieron tribuna para exponer y diseminar sus ideas y pensamientos, que de otra forma
se hubieran limitado a los crculos intelectuales y del gobierno. Asimismo, el peridico
tuvo una labor de difusin del conocimiento que colabor con el gran proyecto
educativo que era de importancia vital para el gobierno porfirista.

104
Guadalupe Ros de la Torre, Idea de mujer a travs de la prensa porfiriana (ponencia presentada en
el II Encuentro Internacional de historia de la prensa en Iberoamerica, 1872-1950, Xalapa, marzo de
2004), <http://www.historiadoresdelaprensa.com.mx/articulos/IIencuentroprensa/26.doc> (22 de marzo
de 2005).
105
Snchez de la Torre, Constructores de un cambio cultural, 13.
47
Del mismo modo, las publicaciones peridicas participaron de la discusin
poltica del estado nacional.
106
Como elemento de gran importancia en la vida del pas,
la prensa tambin fue expuesta a los vaivenes del desarrollo de la sociedad. En los
peridicos florecieron ideas liberales. En este juego de ideas se incluyeron aportes de la
literatura, otros gneros periodsticos, y con ello, nuevos actores y sus mundos. Fue en
la prensa donde por primera vez empezaron a integrarse mujeres escritoras, y de este
modo sus textos ofrecen informacin para entender el tiempo en que vivieron y la forma
particular en que ellas lo entendieron.
Enmarcada en un escenario de grandes carencias econmicas y tecnolgicas, la
palabra escrita tena ciertas y serias limitaciones para ser leda. Basta recordar que en
ese momento eran pocos los caminos de transporte en el pas y la mayora de ellos
inseguros. El ferrocarril, smbolo de las comunicaciones y del progreso de la poca
porfirista, era todava un proyecto a desarrollar. La prensa era generalmente editada en
castellano, dejando de lado a todas las lenguas indgenas. se era el obstculo mayor
para su distribucin y conocimiento en todo el territorio nacional, pues el
desconocimiento de la lengua castellana dificultaba el acceso no slo a quienes
hablaban lengua indgena, sino a todos aquellos que no supieran leer. Para ilustrar esta
dificultad bastar sealar que en 1895 el 17 por ciento de la poblacin no hablaba
espaol, mientras que para 1910 tan slo se haba reducido unas dcimas, quedando en
el 13 por ciento el ndice de analfabetas mexicanos. Ante estas dificultades surgi la
lectura en grupo y lecturas de caf en las asociaciones literarias, en los salones y patios
de las casas, en las escuelas, libreras y gabinetes de lectura, que eran realizadas por
personas que podan leer. Segn la investigadora de medios en Mxico, Toussaint, el
goce de la lectura era un privilegio sesgado por el sexo y la clase social. Favoreca
mayoritariamente el acceso a los hombres de la clase media alta con educacin formal o
eclesistica.
107

Adems, la prensa y los procesos de escritura se desarrollaron principalmente en
reas urbanas, y estas caractersticas se replicaron en el estado de Colima. Toussaint
estudi indicadores demogrficos, econmicos y sociales que sealaron que los lectores
de la prensa porfiriana fueron un sector de elite. La investigadora Guadalupe Ros de la

106
Florence Toussaint, La Prensa y don Porfirio, Revista Mexicana de Comunicacin,
septiembre - octubre de 1988,
<http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/FMB/foromex/porfirio.html> (2 de marzo de
2005).

107
Toussaint, La Prensa; Snchez de la Torre, Constructores de un cambio cultural, 16-17.
48
Torre caracteriz la prensa del Porfiriato, como colaboradora con los anhelos de
progreso y modernizacin que proponan las elites y el gobierno de Daz. Segn Ros de
la Torre, la prensa oficial llev las noticias y eventos al pblico y de esta forma
incorpor el ambiente de lo pblico nacional en los espacios de la vida privada.
108
La
importancia de este hallazgo en relacin a la vida de las mujeres fue que la prensa
impact al mundo privado, generalmente entendido como el espacio de las mujeres, y lo
hizo visible socialmente.
La modernizacin en Mxico transform a la ciudad y a sus habitantes. Las
elites buscaban modificar los hbitos y el aspecto de los mexicanos para alcanzar el
progreso. A travs de la prensa de la poca porfirista, es posible observar que en lo que
toca a la mujer, la ideologa de la modernizacin busc promover una serie de valores y
formas que impulsaban un deber ser femenino, cuyas caractersticas eran la abnegacin,
la rectitud moral y el desempeo en la sociedad como madre y esposa.
109

Como instrumento educativo, la prensa respondi al ideario que se tena y que
generalmente limitaba el rol de la mujer en el avance social que buscaba. En 1880, el
peridico oficial del gobierno, El Estado de Colima, mostr escasamente a las mujeres:
slo a propsito de su matrimonio o defuncin. Aparecan tambin algunas notas acerca
de mujeres que realizaban labores de servicio de caridad y asistencia social, y a ellas
sola dedicrseles un lugar para la memoria que podra ir as: A la Sra. Ernestina
Meillon de Moreno la van a extraar los pobres y los hurfanos, para quienes tena
siempre una palabra de consuelo.
110
Mientras que la prensa relacionaba a las mujeres
con labores de trabajo social, a los poetas varones les dedicaba un espacio intelectual
donde presentaban sus versos, discursos y alegatos. Esta preferencia a los hombres
escritores se explica porque los responsables de la redaccin y edicin eran varones.
Un verso escrito por un hombre fue La Flor del Cementerio, cuyo autor -
Atanasio Orozco- lo compuso tras la muerte de la hija de un amigo. Conocemos el
nombre del amigo, Julin Pizano, y de su hija fallecida: Juanita. Ni el nombre de la
esposa o de la madre de la pequea, sin embargo, se menciona. Con esta prctica la
prensa demuestra que olvida identificar a la mujer por su nombre, y en consecuencia
la ignora y limita su presencia pblica. Da poco espacio para que las mujeres se
expresen, mientras que los hombres tenan todos los espacios de expresin. La palabra

108
Ros de la Torre, Idea de mujer.
109
Ros de la Torre, Idea de mujer.
110
Estado de Colima, 24 de mayo de 1881, 210.
49
masculina se entenda como una voz universal, representativa tanto de hombres como
de mujeres. Dentro de la corriente esttica del romanticismo
111
del siglo XIX, que
influy en la literatura de Amrica Latina, se consideraba un elemento ideal para un
escritor o poeta varn nombrar las emociones y pasiones universales -el amor y el dolor,
especialmente en relacin a la muerte-, y al nombrarlas elevarlas a nivel divino. Orozco
escribi sobre la muerte de la nia:

Es un sueo nuestra vida,
Que est velando el dolor;
[...]
Triste es partir; y es amargo
El llanto del que se queda
112


Como un poeta varn, Orozco describe sentimientos universales de tristeza y
prdida de todos y para todos, segn los objetivos culturales y literarios del
romanticismo. Al mismo tiempo, la hegemona literaria masculina limit la
manifestacin escrita de las mujeres acerca de estos mismos sentimientos.
Los medios impresos se desarrollaron principalmente en las ciudades, y de ah
partieron a distintas plazas, llegando incluso a lugares pequeos y remotos. Colima fue
un manantial de publicaciones, como lo constan el mismo peridico oficial, el cual
mantena relacin con Correo de las Doce, Epoca, El Siglo XIX, El Tiempo, La Familia,
Album de la Mujer, Liceo Hidalgo, Voz de Espaa, Diario del Hogar, Entreacto y Voz
de Mxico.
113
Eso mismo lo sugiere el resultado de la investigacin de Rogelio Guedea,
quien seala que desde 1860 hasta el fin del siglo hubo una produccin editorial
constante de peridicos y revistas, destacando: El Estado de Colima, La Unidad
Nacional, La Campana, La Verdad, La Voz de Colima, La Organizacin, El perjuicio,
El Pigmeo, El Defensor de la Paz, El Noticioso, La Sombra de Guzmn, El Reformista,

111
El romanticismo es un movimiento esttico, poltico, social e ideolgico del cual an hoy persisten
varios de sus principios: libertad, individualismo, democracia y nacionalismo. La idea y principios
romnticos proponen la ruptura con una costumbre, con un orden anterior de valores culturales y sociales,
en nombre de una libertad autntica. El movimiento romntico impact fuertemente a todas las
expresiones artsticas y constituye la esencia del actual sentido de la modernidad. Aunque en el
movimiento romntico se pueden identificar principios unnimes acerca de la concepcin del hombre, la
naturaleza y la vida, lo cierto es que esa propuesta tuvo matices y particularidades de acuerdo al pas en el
que se manifest. Vase <http://www.ale.uji.es/romuniv.htm> (15 de enero de 2007).
112
Estado de Colima, 24 de agosto de 1883, 135.
113
Estado de Colima, 24 de agosto de 1884, 199.
50
Revista Literaria, La Mscara, El Alacrn, La Unin Colimense, La Opinin Pblica,
La Nueva Era, El Figurete, El Renacimiento, La Voz del Progreso, Correo de Colima ,
El Herbdomadario, La Educacin Moderna, La Opinin Libre, El Pueblo Colimense,
La Educacin Contempornea, El Magisterio de Colima, El Eco del Sur, La Juventud
Literaria, entre otros. El peridico oficial mantena relacin e intercambio con diversos
medios nacionales y extranjeros, y apelaba a su colaboracin para dar mayor impulso
al movimiento periodstico.
114
En lo que respecta a las mujeres, la prensa colimense del
Porfiriato difundi un conjunto de virtudes adecuadas o esperadas de las mujeres, cuyas
caractersticas de dulzura, amor, rectitud, servicio y entrega, entre otras, tambin eran
resguardadas por los manuales de urbanidad, las revistas femeninas y las novelas por
entregas.
115

Tomar la prensa como fuente de indagacin reviste una importancia mayor al
conocimiento del medio impreso, pues permite mostrar las preocupaciones, prcticas y
valores de cierto sector de la sociedad. Los ambientes de editores y libreros, este ltimo
un trmino para sealar en esa poca a quien viva en el ambiente de los libros,
provocaron un inters entre los lectores de distintas regiones del pas, y los del centro
cultural en la ciudad de Mxico. El vnculo entre la regin y el centro produjo lazos
entre sus comunidades lectoras que en razn al gusto y al ejercicio del arte de la palabra
escrita, conformaron un espacio al que he descrito antes como regin cultural.
116

Coincido con Snchez de la Torre con que los ambientes de la palabra escrita
presentaron, para ciertos grupos sociales, un elemento de continuidad cultural a travs
del tiempo que descubre una convivencia de valores coloniales y las nuevas ideas del
progreso y la ciencia.
117

Analizar la publicacin El Estado de Colima permite dar cuenta de diversos
impactos a las mujeres. Uno de esos efectos indica que la prensa signific para ellas
que, quiz por primera vez, aparecieran en eventos de la vida social fuera de su familia
y hogar, en calidad de educandas (alumnas) o preceptoras (maestras), o bien, como

114
Rogelio Guedea, Los decimonnicos. Antologa potica colimense del siglo XIX (Colima: Universidad
de Colima, 2001), 17. Vase tambin Carlos Pizano y Saucedo, Historia Cronolgica del periodismo
colimense desde su comienzo en (1830) hasta nuestros das (1973). Evolucin histrica del periodismo y
la imprenta en Colima (Colima: Universidad de Colima, 1973), 15.
115
Ros de la Torre, Idea de mujer.
116
En el transcurso de esta investigacin encontr un fenmeno social al que he llamado regin cultural.
Por ella voy a entender un espacio geogrfico discontinuo que presenta elementos o manifestaciones
humanas con caractersticas de significado similares. En la parte introductoria presento algunas razones
para concebir este concepto.
117
Snchez de la Torre, Constructores de un cambio cultural, 17.
51
directoras de planteles de instruccin. Prueba de ello son las inserciones en la prensa
local que anunciaban los resultados de los exmenes escolares, incluso los nombres de
las estudiantes y maestras y su nivel educativo. En dichas evaluaciones, que en aquel
tiempo se hicieron del conocimiento pblico en el peridico, aparecan las nias que se
instru[a]n , [as como] las seoritas profesoras que cursa[ba]n ctedras especiales.
118

Esta prctica editorial del peridico, que difundi pblicamente la informacin privada
y personal de estas mujeres, signific otorgarles cierto grado de estatus o posicin
dentro de la comunidad. As, la prctica que impuso el gobierno a las escuelas y la
prensa de publicitar los logros escolares de la poblacin en general, se volvi una
costumbre que visibiliz a las mujeres que accedan a las oportunidades educativas.
Un ejemplo de este beneficio para las mujeres lo muestra la cobertura del
peridico de la inauguracin del Colegio de San Jos, una escuela de instruccin
primaria y secundaria, a donde asistieron personajes de la vida poltica e intelectual.
119

Aquel acontecimiento lo acompaaron con una orquesta local y los discpulos del
mismo plantel, quienes participaron con poesas y msica. Destaca la presencia Dolores
Gmez Palencia y Esperanza Hurtado como ejecutantes en piano.
120
Esperanza Hurtado
fue hija de un poltico que constantemente apareca en la prensa lo que lleva a pensar
que los individuos mencionados en las notas de prensa pertenecan a un grupo compacto
de la elite local. Los miembros de estas familias mantenan lazos sociales entre ellos e
incluan a las figuras polticas del momento.
Unos de los elementos culturales relacionado con el grupo de estrato social alto
fue el piano. El piano fue un instrumento utilizado inicialmente por la burguesa para
ms tarde democratizarse entre la poblacin europea, la cual lo consideraba refinado.
121

Puede apreciarse la aceptacin del instrumento en su presencia constante en la literatura
novelesca del siglo XIX. Fue el instrumento de moda a principios de siglo, y se
relacionaba mayoritariamente con las figuras de mujeres solteras, y, en menor medida,

118
Estado de Colima, 1 de Diciembre de 1882. Fue comn que estas notas tambin refirieran el listado de
asignaturas en las que las educandas y preceptoras haban sido evaluadas.
119
Estado de Colima, 8 de febrero de 1884. El Colegio de San Jos no aparece en las listas de escuelas
pblicas que funcionaban en el Estado y de las que da cuenta la obra de Francisco Hernndez Espinoza,
Historia de la educacin en Colima (Colima: Talleres Linotipogrficos de la Escuela de Artes y Oficios,
1961), 25-27. Es posible que la lista est incompleta, o bien, que dicho establecimiento perteneciera a un
particular, por ello es comprensible que no aparezca en el trabajo de Hernndez que recupera
principalmente las escuelas pblicas.
120
Estado de Colima, 8 de febrero de 1884.
121
Martyn Lyons, Los nuevos lectores del siglo XIX: mujeres, nios, obreros, en Historia de la lectura
en el mundo occidental, coordinado por Guglielmo Caballo y Roger Chartier, 241-589 (Madrid:
Santillana, 2001), 459.
52
con mujeres casadas. En Europa y en lugares como Colima, que pretendan pertenecer a
la cultura occidental, se entenda que tocar bien el piano era la base de una buena
reputacin para la mujer. As como con la forma respetuosa de vestir, al tocar el piano
las mujeres tambin demostraban pblicamente su buena educacin.
122
Este instrumento
les permita desempear actos pblicos, lo cual tiene un paralelismo con lo acontecido
en Estados Unidos a principios del mismo siglo, cuando los colegios prestigiosos de
mujeres enseaban a sus alumnas un poco de francs y de msica, para que pudieran
entretener al auditorio, mayoritariamente masculino, presente en los eventos
sociales.
123
De aqu infiero que la instruccin musical de las mujeres en el Porfiriato
formaba parte de sus habilidades, su gracia y embellecimiento para desenvolverse y les
permitiera ser aceptadas en las reuniones de la sociedad.
Los eventos artsticos en Colima reflejan continuidad en las ideas culturales
extranjeras que seal arriba. As lo sugiere la presencia de Esperanza Hurtado y
Dolores Gmez Palencia en la nota de prensa que relata su participacin como pianistas.
La participacin de Hurtado y Gmez en el evento social fue resultado de sus relaciones
con los polticos e intelectuales reconocidos en la ciudad. Los padrinos del Colegio San
Jos, adems del padre de Esperanza Hurtado, Gerardo Hurtado, fueron tambin el
gobernador del Estado, Esteban Garca, Trinidad Padilla, Francisco C. Palencia,
124

Fernando Carrillo, el presbtero Francisco de J. Garca y Miguel Daz.
125
Hurtado fue
presidente de la Junta Municipal de Colima en 1878, y aunque solamente por unos das,
fue gobernador sustituto del general Lpez una dcada despus.
126
En las ocasiones que
aparece su hija Esperanza Hurtado en la prensa, ella se encuentra en eventos educativos
y en su derredor estn figuras de la poltica.
127
Segn las historiadoras Bonnie Anderson

122
Lyons, Los nuevos lectores, 459. Estado de Colima, 19 de agosto de 1893, 131.
123
Christine Stansell, Sister Act, The New Republic, 10 de octubre de 2005,
<http://www.tnr.com/docprint.mhtm.?i=20051010&s=stansell101005> (15 de mayo de 2006).
124
De l se sabe que fue Diputado del Congreso de la Unin, esposo de la preceptora Ramona Llerenas de
Palencia. Estado de Colima, 13 de diciembre de 1890, 188.
125
Aproximadamente en 1878 Miguel Daz dirigi la escuela Nez para varones. Hernndez Espinoza
menciona que el maestro Daz fue director de la Escuela Hidalgo en 1898. Daz fue Jefe de Instruccin
en 1906. Vase Hernndez Espinoza, Historia de la educacin, 22, 25, 57.
126
Ignacio G. Vizcarra, Pequea cartilla histrica de Colima (Colima: Imprenta del Gobierno del Estado,
1891), 88. Dice este autor que el Dr. Hurtado fue Gobernador a partir del treinta de Diciembre de 1879
hasta el 8 de Enero de 1880. Vase Estado de Colima, 3 de enero de 1879, 1.
127
De 1874 a 1879, realiz sus estudios [Profesora Mara de las Mercedes Zamora Garca] primarios en
su solar nativo, teniendo como compaera y amiga a Esperanza Hurtado, hija del Dr. Gerardo Hurtado
Vidrio, que fue gobernador del estado de Colima. Jos Oscar Guedea y Castaeda, La mujer en Colima,
origen y causa de la represin de la mujer. Vida y obra y realizacin de algunas distinguidas e ilustres
mujeres. (Colima: s.e., 2005), 83. El autor no refiere con exactitud de dnde obtuvo esta informacin, sin
embargo ofrece como fuentes de su trabajo sobre la profesora Mara de las Mercedes Zamora el Archivo
Histrico del Estado de Colima, Servicios Documentarios del Congreso del Estado, Estado de Colima,
53
y Judith Zinsser, esto fue un fenmeno comn que por siglos relacion la presencia de
las mujeres en el ambiente pblico, con su vnculo con los hombres: como hijas,
esposas o madres.
128
Y este hecho legitim su aparicin en lugares habitados
principalmente por hombres. Bonnie y Zinsser comentaron que las hijas de Pramo, la
mujer de Lot, la madre de los macabeos, no son sino unos pocos ejemplos
tempranos,
129
de esta circunstancia. La forma como Esperanza Hurtado aparece en el
peridico, respaldada por la figura de un hombre de estatus social alto, entonces,
representa esa tradicin conocida en la vida social de las mujeres de esta clase. Esto
represent una oportunidad y benefici la movilidad de las mujeres en la sociedad, pero
no se dio entre las mujeres de las clases populares.
130

Aunque no hay evidencia de que Esperanza Hurtado escribiera, su estatus social,
belleza y talento musical, inspir la pluma de ms de un poeta. Arcadio M. Azuaga, su
gran admirador, public segn una costumbre de la poca, versos para ella. Las virtudes
femeninas y significados sexuales de Esperanza Hurtado fueron resaltadas en el poema
titulado Al pasar, firmado por Fingal, otro de sus admiradores:
131


Paloma mensajera de los amores,
Que cruzas por el mundo vertiendo aromas,
Vertiendo aromas.

Archivo Parroquial Diocesano de Colima (A.P.S.D.) y Beaterio. La maestra Merced Zamora fue pintora,
y obtuvo el primer premio en un concurso de pintura de paisajes, Estado de Colima, 18 de marzo de 1899,
43.
128
Bonnie S. Anderson y Judith P. Zinsser, Historia de las mujeres: una historia propia, vol. II
(Barcelona: Crtica, 1992), 12-13.
129
Anderson y Zinsser, Historia de las mujeres, 12-13.
130
Esta situacin no slo favoreci a las mujeres, tambin los varones que tenan alguna relacin con los
individuos que detentaban el poder. Un ejemplo de la poca: la nia Carmen Garca y el nio Luis
Orozco, la primera hija del Sr. Gobernador del Estado y el segundo de nuestro apreciable amigo Atanasio
Orozco, Estado de Colima, 25 de marzo de 1887, 51.
131
Estado de Colima, 2 de febrero de 1889. Se dice que Fingal era el seudnimo de Atanasio Orozco,
quien naci en Colima a principios del siglo XIX. Fue [a]bogado, orador, traductor y poeta. Adems de
ocupar cargos importantes en la administracin local, fue director de la Revista Literaria (1873) y del
peridico La Opinin Pblica (1889). Gracias a su intervencin como redactor del Peridico Oficial en
1888, el ambiente cultural del estado se vio enriquecido con figuras de la talla de Juan de Dios Peza,
Njera y Urbina. En 1875 public Mis primeras impresiones, libro de ensayos literarios, vase Rogelio
Guedea, Los decimonnicos. Antologa potica colimense del siglo XIX (Colima: Universidad de Colima,
2001), 109 y el peridico oficial El Estado de Colima, 7 de septiembre de 1889. Arcadio M. Azuaga
(1862-1890) naci en Cuba. Vino a Colima en la compaa de teatro Azuaga, propiedad de su padre.
Durante su estancia en la ciudad instal un negocio de fotografa. Public, desde muy joven, en varias
revistas y peridicos de la localidad y particip estrechamente en el movimiento potico colimense. Fue
quiz el ms ferviente admirador de Esperanza Dolores Hurtado, a quien como tantos otros- le dedic
muchos de sus versos. Se suicid en lamos, Sinaloa, el 27 de diciembre de 1890, Guedea, Los
decimonnicos, 113.
54
Sus aromas tu paso, vacan las flores,
Porque eres esperanza, y eres dolores.
132


II.2 La educacin

Otro elemento crucial que impact y modific la vida de las mujeres en el Porfiriato fue
la educacin formal. Los ambientes educativos a fines del siglo XIX abrieron el abanico
de opciones en la vida femenil. Muchos trabajos sobre la historia de la educacin
sealan la importancia de revisar la educacin entre los aos de 1876 y 1910 para
comprender la pedagoga moderna y la proliferacin de instancias educativas.
133
Sin
embargo, ya desde la poca colonial se consideraba necesaria la educacin de las
mujeres y su subsiguiente incorporacin a la fuerza de trabajo. Esos planes fueron parte
del discurso econmico del progreso y la prosperidad de la sociedad y no tenan por
objetivo mejorar el estatus y respeto social de las mujeres.
134
Como sugiere la
historiadora Silvia Marina Arrom, esos deseos de progreso a travs de la educacin
femenil, a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, afect a mujeres en
situacin de privilegio, aquellas que por ser de clase alta recibieron la influencia de la
Ilustracin.
135
El pensamiento porfirista fue ms all en su nfasis en la educacin de las
mujeres. Consideraba que la educacin sera el mecanismo para convertir a Mxico en
un pas moderno y democrtico. Para lograr ese propsito, el gobierno diseara los
programas educativos, en los que la innovacin fue la unin de la enseanza de la

132
Estado de Colima, 2 de febrero de 1889, 19.
133
Algunos de los siguientes textos fueron revisados a modo ubicar el trabajo previo y el posible aporte
de la visin histrica al anlisis. Rosa Martha Romo Beltrn, Interaccin y estructura en el saln de
clases: negociaciones y estrategias (Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 1993); Susana Garca
Salord y Liliana Vanella, Normas y valores en el saln de clases (Mxico, D.F.: siglo XXI y Universidad
Nacional Autnoma de Mxico, 1992). Mario Rueda Beltrn, Gabriela Delgado Ballesteros y Miguel
ngel Campos Hernndez, coordores, El aula universitaria, aproximaciones metodolgicas (Mxico,
D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1991. Mencionar stas, obedece slo a la relacin
temtica que se ha establecido entre dichas disciplinas. Vase tambin Mlada Bazant, Historia de la
educacin durante el Porfiriato (Mxico, D.F.: Colegio de Mxico, 1995), 15. Estado de Colima, 3 de
enero de 1879, 1. Es en 1879 cuando se declara la obligatoriedad de la instruccin en el Estado de Colima
con el decreto nmero 139. Sin embargo desde principios de la segunda mitad del siglo XIX, la
organizacin de la educacin en el Estado adquiri cierta formalidad y funcionaron escuelas bajo la
direccin del Gobierno Civil. Hernndez Espinoza. Historia de la Educacin, 17-18. Bazant, Historia de
la educacin, 16.
134
Silvia Marina Arrom, Las mujeres de la Ciudad de Mxico, 1790-1857 (Mxico, D.F.: Siglo XXI,
1988), 29.
135
Arrom, Las mujeres, 28-35.
55
lectura y la escritura en un mismo momento, as como la obligatoriedad de la educacin,
lo que permiti su democratizacin.
136

Pese a la tendencia a implementar ciertas novedades en la educacin, algunas
ideas acerca de las materias pedaggicamente adecuadas para los gneros, permeaban
las prcticas educativas. En marzo de 1881 el peridico oficial El Estado de Colima
public un fragmento del Reglamento de la Ley de Instruccin Pblica que haba sido
aprobado en 1863, a propsito de establecer los lineamientos para los estudios
profesionales. Dicho reglamento estableca las bases para la instruccin primaria y
secundaria. De la lectura de ese documento se deriva que, las materias que se cursaban
en las escuelas primarias slo se diferenciaban entre nios y nias en cuanto a que ellas
deban cursar adems costura y bordado. En las escuelas secundarias, por otra parte, se
distingue una separacin en los contenidos educativos. Para las mujeres se sigue
considerando importante la enseanza de urbanidad, moral, costura, bordado y la
elaboracin de flores, as como la enseanza de materias vinculadas con la organizacin
del hogar, como higiene y economa domstica. Mientras que para los varones se
prescinde de las materias de moral y urbanidad para permitir que adquirieran
conocimientos en filosofa, latn, matemticas, qumica y fsica. El reglamento tambin
muestra que la educacin de los varones tena el objetivo explcito de impartir la
instruccin preparatoria para las carreras profesionales.
137
Estas prcticas marginaron a
las mujeres de ciertos conocimientos y experiencias educativas.
Pese a esta marginacin, en Colima el impacto de la modernizacin educativa
que propuso el gobierno porfirista signific para ciertas mujeres de clase media su
alfabetizacin, la adquisicin del oficio de maestras y, ms escasamente,
profesionalizarse en el quehacer literario. En esta poca fue comn que las mujeres que
asistan a las escuelas para instruirse eran de la clase media, pues las que pertenecan a
familias de la clase alta reciban su instruccin preferentemente en casa, donde una
institutriz, generalmente extranjera, les enseaba a tocar el piano, el conocimiento de la
lengua francesa, la lectura y escritura del espaol, la elaboracin de bordados y el
estudio de la religin.
138
El sistema escolar promovido durante el porfiriato permiti a
las mujeres el acceso a nuevas vivencias intelectuales. El plan de estudios para las nias

136
Bazant, Historia de la educacin, 20-21; Estado de Colima, 3 de enero de 1879, 1; Lyons, Los
nuevos lectores, 558.
137
Estado de Colima, 15 de marzo de 1881, 113.
138
Magdalena Gonzlez Casillas, Historia de la literatura jalisciense en el siglo XIX (Guadalajara:
Gobierno del Estado de Jalisco, 1987), 298.
56
no incluy materias que recibieron los nios: las nias adems de aprender la lectura y
escritura, practicaron manualidades, msica, francs e ingls. Aun con diferencias y
limitaciones en comparacin a las materias que cursaban los varones, ellas pudieron
acceder a la experiencia ntima de la lectura de poesas y otras obras literarias, lo que les
influy para que descubrieran una va de expresin personal a sus pensamientos,
sentimientos y opiniones mediante la escritura. La lectura tambin proporcion a las
alumnas la posibilidad de tener acceso a mundos y personajes alejados y extraos a su
vida social inmediata. Adicionalmente a la lectura y escritura, los ambientes educativos
introdujeron prcticas artsticas, como la ejecucin del piano, la destreza en la pintura,
as como la lectura pblica de discursos. Estas actividades fueron muestra frecuente en
los eventos de fin de cursos, exhibicin de exmenes y apertura de esos centros
educativos. Varias mujeres comenzaron a aparecer como ejecutantes de piano y como
lectoras pblicas de poesa y discursos en los exmenes o celebraciones educativas, y en
esos ambientes su pensamiento comenz a aparecer como reflexin estructurada e
intelectual.
139

La escritura para algunas mujeres fue el mecanismo que les permiti materializar
sus pensamientos e inquietudes a travs de las posibilidades de difusin en la prensa,
donde se publicaron sus reflexiones. El peridico El Estado de Colima mostr opiniones
de mujeres acerca de temas de inters general como la educacin. Fue el caso de
Gregoria de Miranda, quien public su ensayo en dicho peridico, pero de quien ignoro
si radicaba en la ciudad de Colima. Es posible que su texto fuera remitido por alguna
publicacin de otra localidad, con quien el diario oficial mantuviera intercambio de
informacin o de ejemplares. Para de Miranda acceder a la escritura y posteriormente a
la prensa le permiti comentar acerca de los modernos planes de estudio que en ese
tiempo se proponan en las escuelas. En su opinin, se deba acudir a los autores
clsicos para ensear la literatura y ser rigurosos en los mtodos de lectura de los libros.
Segn ella, ensearle a leer al nio era la base del estudio y la instruccin debera estar
guiada por el camino del bien, funcin que deba realizar el maestro. sta es una clara
referencia a que la educacin deba tener un carcter moral, con pleno conocimiento de
los derechos del hombre.
140


139
Ejemplo de ellos es el discurso de la preceptora Matilde Gonzlez, en el teatro Santa Cruz. Estado de
Colima, 14 de febrero de 1891, 27.
140
Estado de Colima, 11 de febrero de 1888, 23.
57
Aunque la autora de esta reflexin era una mujer, ella consideraba que la educacin
deba ser para el nio-varn y de este modo toleraba y perpetuaba la ideologa de gnero
masculino. De Miranda seala que el nio es la imagen del pueblo; l pertenece.
Gregoria de Miranda consideraba que la educacin del nio-varn era una necesidad
para el engrandecimiento y progreso del pas. El texto tambin muestra que las
aspiraciones nacionales estuvieron consideradas y representadas con imgenes
masculinas. Enseando al nio de hoy se ilustra al hombre de maana, dijo la autora,
y expres su esperanza para que ese nio-varn se convirtiera en alguien ilustre y
grande, til a su patria y digno de ella.
141
Este texto es un reflejo de cmo algunas
mujeres reprodujeron el discurso oficial del Estado sobre la educacin con atributos
masculinos sin cuestionarlo. Sin embargo, hay que reconocer que al apoyar el discurso
oficial en torno a educacin funcion positivamente para algunas mujeres: les permiti
participar pblicamente con sus opiniones, las acerc a la literatura y a las habilidades
de discusin y crtica pblica.
Algunas de las mujeres que se desarrollaron ms intelectualmente, lo hicieron a
travs de los avances educativos. Ellas fueron maestras. El crecimiento del sistema
educativo requiri ms personal docente e increment entonces el nmero de maestras y
su consecuente profesionalizacin. Estos cambios tuvieron su origen durante el
Porfiriato, cuando surgieron las maestras y las alumnas como grupos identificados, que
aunque ya funcionaban en la sociedad, carecan de reconocimiento social. Como lo
pronunci el licenciado Miguel Serrano,
142
un prestigiado maestro del pas, en el
discurso de inauguracin de la Escuela Normal para profesoras: todos los pueblos
cultos han instado la instruccin de la mujer, y ha llegado el momento de reconocer sus
conocimientos al servicio del magisterio. Y el lugar donde mejor se desempeara la
maestra, sera la escuela de prvulos. En el pensamiento de gnero de ese periodo,
domin la idea que el hombre deba contribuir con su espritu de empresa, su carcter
sociable y generalizador, mientras que, por ser mujer, el rol que le corresponda porque
ella estaba ayudada de su ternura y de su infatigable paciencia era el de preparar a los

141
Estado de Colima, 11 de febrero de 1888, 23.
142
Es posible que la nota de prensa se refiera a Miguel Serrano Daza (1842-1916), abogado y maestro
poblano. Estudi para abogado en el seminario conciliar de Puebla. Fue secretario general de Gobierno y
de Fomento en Puebla. Director y profesor de la Normal en la misma entidad. Diputado al Congreso de la
Unin. Varias veces delegado de Mxico, en unin de Joaqun Miranda, Ignacio Manuel Altamirano,
Enrique Laubscher, etc. Particip en los Congresos Pedaggicos de 1889 y 1891, y en 1912 ocup la
direccin de la Escuela Normal de Puebla. Historia, Biografa y Geografa de Mxico (Mxico, D.F.:
Porra, 1964), 1475.
58
infantes. Pues para ello, adems la ayudaban, el fuego de sus sentimientos, [] sus
tendencias esencialmente artsticas y su concentracin profunda y luminosa.
143

Durante el periodo porfirista ciertas mujeres alcanzaron ms prestigio social,
como maestras. El espacio educativo les otorg un reconocimiento social materializado
en un salario, as como la posibilidad de moverse con legitimidad en un escenario fuera
de casa. Ser maestra asalariada, para algunas de ellas signific convertirse en un apoyo
parcial o total para la economa familiar, y con esto, alcanzar un nuevo estatus dentro de
la familia, as como opciones de vida independiente. Este punto es importante porque
las expectativas de, y para las mujeres de fines del siglo XIX, no abundaban por
diversidad, por lo general, las colocaban en situaciones de dependencia econmica con
relacin al padre, al hermano o al esposo. Esta situacin se modific a partir de su
capacidad por obtener una retribucin monetaria, relativamente segura por su
desempeo como maestras. Este fue el caso de Eufemia Gonzlez de Vargas, quien
obtuvo su ttulo profesional por la satisfaccin de llamarse profesora de enseanza la
vez que de ser el sostn y amparo de su anciana madre y de su numerosa familia.
144

Aparte de la remuneracin salarial, las mujeres maestras podan tambin disfrutar de
otros premios y reconocimientos. En los exmenes pblicos, el gobernador premiaba
econmicamente al maestro responsable del buen desempeo en el estudio de los
alumnos o alumnas.
145

Hacia fines del siglo, los exmenes oficiales escolares dieron a las alumnas y a
las maestras un espacio pblico para su presentacin y reconocimiento, y aunque
tuvieron que ocupar un lugar jerrquico no siempre elevado, desde ah comenzaron a
plantear sus inquietudes y reclamos. Por su importancia, estos exmenes se realizaban
en el teatro Santa Cruz, conocido hoy como Teatro Hidalgo, prestigioso edificio
gubernamental de la poca, y poblado de sujetos masculinos. De uno de aquellos
eventos en 1890, aparece reseada, en la seccin literaria de El Estado de Colima, la
participacin de la nia Mara Gonzlez, quien as se expresaba:
146


143
Estado de Colima, 1 de marzo de 1890, 33.
144
Estado de Colima, 30 de julio de 1886, 130.
145
Hernndez Espinoza, Historia de la Educacin, 24-25.
146
Esta alocucin la dirigi Mara Gonzlez en un examen de la Escuela La Independencia, El Estado
de Colima, 22 de febrero de 1890, 31. Hubo una escuela llamada La Independencia en 1898, dirigida
por la profesora Mara Guadalupe Vizcarra. Vase Hernndez Espinoza, Historia de la Educacin, 27.
Desconozco la edad cierta de Mara Gonzlez, sin embargo es posible que para esta fecha terminara su
instruccin primaria, y como Mara de las Mercedes Zamora ingres a los 15 aos de edad, cabe la
posibilidad de que Mara Gonzlez tuviera alrededor de esa edad, Guedea y Castaeda, La mujer en
Colima, 83.
59

Seores:
Lleg el da en que vierais el fruto de nuestros dbiles esfuerzos:
nuestras manos han labrado pequeas labores, y nuestra naciente inteligencia
despleg sus alas, queriendo alcanzar el cielo desconocido del saber. Hollamos
ya las primeras espinas del camino, y no descansaremos hasta tocar la cima.
147


En este discurso se refleja un sentimiento de satisfaccin por participar en el proceso
educativo. Tambin, se percibe un elemento optimista en el proceso del desarrollo
personal, as como un grado de conciencia y reconocimiento de la inteligencia
femenina. Aunque es posible que en la composicin de este discurso intervinieran las
maestras, el lenguaje con el que est escrito denota un naciente sentimiento de poder
entre las mujeres jvenes, pues convierte simblicamente a las oradoras en personas con
capacidad de pensar y externar sus ideas. Sus palabras muestran que a la par de su
inteligencia, la mujer porfiriana se designa como un sujeto con propsitos, sueos y
deseos para llegar a un conocimiento de nivel ms alto, al que llama Mara Gonzlez el
cielo desconocido del saber. De esta forma la autora, y las personas de su gnero,
poseen la capacidad de externar pblicamente sus ambiciones intelectuales, y se
muestran decididas a no descansar hasta tocar la cima.
Al mismo tiempo, Mara Gonzlez, en su texto, se refiere al carcter
subordinado y dbil de la mujer cuando menciona que las nias nicamente realizaron
labores manuales en la escuela, lo que refleja la conciencia de su situacin y de sus
posibilidades.
148
El documento tambin refleja un elemento de identidad femenina. La
referencia a las manualidades constituye cierta conciencia por parte de esa generacin
joven acerca de la continuidad de las tradiciones para las mujeres. Aunque este texto se
inscribe inicialmente en el ambiente educativo de la poca, al realizarse desde una
plataforma pblica, expuesta al conocimiento y debate general, toca la dimensin
poltica.
149
Este acto anunci una intencin hacia la autonoma y fue un ejercicio de
libertad personal. El discurso pblico frente a las autoridades polticas del estado,
convirti a la joven en miembro de la comunidad, y a su discurso en un acto que
buscaba mostrar y modificar las relaciones sociales establecidas en esa poca.

147
Alocucin de Mara Gonzlez. Estado de Colima, 22 de febrero de 1890.
148
Mara Cristina Arambel-Guiaz y Claire Emilie Martn, Las mujeres toman la palabra. Escritura
femenina del siglo XIX (Madrid: Iberoamericana, 2001), 18.
149
Aqu recojo la consideracin de Lola Luna que concibe que el lenguaje puede ser entendido como un
sistema de signos y como prctica social y poltica. Vase Lola G. Luna, Contextos discursivos de
gnero y movimientos de mujeres en Amrica Latina, Hojas de Warmi 12 (2001): 36.
60
Mara Gonzlez, la alumna, pidi derechos para acceder al conocimiento de la ciencia y
lograr el cambio, y por eso rechaz la ignorancia que ahogaba sus deseos:

Porque la ciencia no es solo para los hombres; sus dones tambin a
nosotros nos pertenecen. Y por qu se nos habra de privar de sus dulzuras,
cuando tambin pensamos, soamos, sentimos y creemos? Por qu dejar morir
con inclemencia los ms puros afectos en el pecho y los nobles deseos de
dilatar el alma, envolvindonos en el sudario de la ignorancia?
150


En este fragmento existe un reclamo de igualdad ante los hombres, al considerar que la
ciencia debe brindar una oportunidad para todas las interesadas. Al decir que la ciencia
deba estar al alcance de ambos sexos tambin Mara Gonzlez sugiri que la facultad
para dominar dicha ciencia perteneca tanto al hombre como a la mujer. As se plante
Mara Gonzlez una inteligencia femenil semejante a la que posean los hombres. En
este mismo espacio, ella llam al reconocimiento de las mujeres como sujetos capaces
de pensar, sentir y soar. Aunque la alusin al destinatario femenino se encuentra
presente entre las lneas del texto y no al principio, vale sealarlo porque manifiesta una
idea de comunidad entre las educandas y su maestra. Entre ellas comparten una
juventud cobijada de afectos, sentimientos, as como una poca que les brinda la
oportunidad de acercarse a la ciencia. Para estas mujeres, la escuela se convierte en un
espacio de reconocimiento, un lugar donde experimentan alegras tempranas y derraman
lgrimas de inocentes sufrimientos, en un sentido de comunidad de gnero.
As contina Mara Gonzlez:

Hoy somos capullo que maana, brotando a nueva vida tendremos que
derramar el perfume en las sociedades; crislidas que atesoramos los dones que
nos legan nuestra maestra y nuestros padres, bebiendo en las fuentes pursimas
de su cario y su ternura, para agitar maana en el hogar las alas matizadas de
virtudes.
151


En esta parte del discurso Mara Gonzlez entiende que la mujer debe ser instruida para
educar a los nuevos ciudadanos en el hogar, considerado su lugar en la sociedad. Esto
es, una vez educada, la mujer debe regresar al hogar. El pensamiento de Gonzlez
coincide con un ideal propagado en Mxico a mediados del siglo XIX. De acuerdo a ese
modelo, a las mujeres se les deba educar para ser el ngel del hogar, seres etreos,

150
Alocucin de Mara Gonzlez. Estado de Colima, 22 de febrero de 1890, 31.
151
Estado de Colima, 22 de febrero de 1890, 31.
61
inmaculados, sabios, eficientes y buenos. Ellas deban de ser buenas esposas, buenas
madres y amas de casa, y transmitir a sus hijos las bases morales y religiosas, que
hicieran de ellos buenos ciudadanos y buenos catlicos. [...].
152
Los ambientes
educativos locales promovan esa ideologa, y consideraban que el pas tambien
necesita de mujeres ilustradas, sin olvidar por eso sus deberes domsticos, y la
instruccin de la mujer [era] de una necesidad ingente en el desarrollo de las [...], y uno
de los problemas ms arduos para los gobiernos
. 153
Mara Gonzlez expres
aceptacin al discurso oficial por parte de las alumnas, quienes se desempearan como
educadoras de sus hijos, en el entorno del hogar.
Hay que destacar en la intervencin de Mara Gonzlez el uso de trminos
alusivos a la naturaleza. Elige vocablos como capullo, crislidas, alas matizadas de
virtudes como metforas de la transformacin y cambio de ella misma. Estas palabras
pueden ser comprendidas como expresiones de las ideas liberales y romnticas, y como
palabras con fuerte sentido femenino como lo son cario, ternura y dulzura. El texto
refleja un sentido de gnero femenino en el uso de las palabras brotando a nueva vida,
expresin que en una de sus acepciones se refiere a la funcin reproductiva de la mujer.
La figura de Margarita Rodrguez Paz representa la transicin de algunas maestras al
trabajo intelectual serio y su integracin al mundo literario. En 1891, fue comisionada
por parte del gobierno de Colima para viajar a Jalapa, Veracruz, para investigar acerca
de la labor educativa en la Escuela Normal de esa ciudad. All tom indicaciones del
director del plantel, el reconocido pedagogo Enrique C. Rbasemen.
154
El hecho de que
el gobernador de Colima, Gildardo Gmez, enviara a la maestra Rodrguez Paz a Jalapa
fue interpretado como prueba de un tacto exquisito al escoger para tan delicada misin
una profesora tan empeosa ilustrada.
155
En ese contexto, el nombramiento de

152
Valentina Torres Septin, Un ideal femenino: los manuales de urbanidad: 1850-1900, en Cuatro
estudios de gnero en el Mxico urbano del siglo XIX, coordinado por Gabriela Cano y Georgette Jos
Valenzuela, 97-127. (Mxico, D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 2001), 109; Silvia
Caporale Bizzini, coordinadora, Discursos tericos en la(s) maternidad(es). Una visin integradora
(Madrid: Entinema, 2004), passim.
153
Estado de Colima, 13 de diciembre de 1890, 188.
154
Estado de Colima, 30 de mayo de 1891, 88. Esta informacin se public en el Estudio de Jalapa, dice
la misma nota. No encontr ms referencias de esta impreso, salvo que hubo uno con el mismo nombre en
el siglo, pero en Uruguay. Vase Irma Leticia Moreno Gutirrez, La prensa pedaggica en el siglo XIX
(Mxico, D.F: Universidad Nacional Autnoma de Mxico),
<http://biblioweb.dgsca.unam.mx/diccionario/htm/articulos/sec_23.htm> (16 de octubre de 2006).
Enrique Conrado Rbsamen (1857-1904) fue un educador de origen suizo, que lleg a Mxico en 1884
para desarrollar su labor educativa. Por ms datos vase Red Escolar SEP-ILCE
<http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/efemerides/abril/conme8.htm> e Instituto Enrique Rbasemen
<http://www.institutoerebsamen.edu.mx/contenido/bioier.html> (16 de octubre de 2006).
155
Estado de Colima, 11 de julio de 1891, 112.
62
Rodrguez Paz fue tambin un logro considerable para una mujer ser seleccionada para
esa misin. Rodrguez Paz se interes por la materia de pedagoga, y present al trmino
de su estada en Jalapa, un plan educativo que pensaba proponer al gobierno de Colima.
La propuesta pedaggica de la maestra consista en un nuevo mtodo de lectura y lo
titul Reforma pedaggica.
156

A pesar de ser una mujer acreditada, con el honor, y distincin, que supondra
ser enviada por el gobernador a esa misin, al texto de su despedida de Jalapa,
Rodrguez Paz describi en trminos de gnero lo que experimentaba al confrontarse
ante un escenario tradicionalmente masculino. Ella se sinti atrevida al no merecer la
oportunidad que se tomaba. Por ello apel a la benevolencia de sus escuchas:

Comprendo que muy atrevida he sido al solicitar el permiso de tomar la
palabra en este lugar, ante las distinguidas personas que me escuchan, y donde
vienen desarrollar sus galas las flores primaverales de jvenes pero ilustradas
inteligencias. Ms confo en que me juzgareis con indulgencia, pues creo que
tendris en cuenta que, aunque poseo el honroso ttulo [] estoy muy lejos de
poseer los conocimientos []
157


Al hablar as, Rodrguez Paz perpetu el rol subordinado femenil y la actitud tradicional
femenina de minimizar su capacidad y logros como mujer, ante un pblico masculino.
As, las dudas sobre el lugar y validez de la mujer educada que encontr en el discurso
de la joven Mara Gonzlez, las descubr en las palabras de la maestra Rodrguez Paz.
Esto tambin implica que la poca porfiriana fue de transicin histrica para las
mujeres: que eran momentos cuando todava era difcil para ellas asimilar sus logros
profesionales y superar herencias psicolgicas de inferioridad femenina en relacin con
las habilidades masculinas.
Rodrguez Paz no slo estuvo relacionada con la educacin y las sociedades
locales de caridad. Tambin manifest su inters por los ambientes literarios. En cuanto
a esto, un mes de 1875, la prensa local anunci dos nuevas revistas en Colima: una de
varones y otra de mujeres: Felicitamos a las seoritas que redactan La Violeta por sus
interesantes artculos y sus bellas poesas, e igualmente nos congratulamos de ver en
nuestro Estado jvenes estudiosos y amantes del progreso como lo son los redactores de
La Juventud.
158


156
Estado de Colima, 11 de julio de 1891, 111-112.
157
Alocucin de Margarita Rodrguez Paz. Estado de Colima, 11 de julio de 1891, 111.
158
Estado de Colima, 6 de agosto de 1875, 330.
63
La Juventud la encabezaban Esteban Garca y Francisco G. Palencia y dur hasta 1880,
mientras que La Violeta la encabezaba Margarita Rodrguez Paz y dur hasta agosto de
1876.
159
Aunque la publicacin de Rodrguez Paz slo sobrevivi un ao, ella volvi a
dirigir una revista de corte pedaggico en 1907,llamada La Cestita de Flores. Adems,
de 1920 a 1926 fue directora del peridico de literatura Bajo las Palmas.
160
Es posible
que si La Violeta estaba redactada por mujeres jvenes, la revista estuviera sujeta a su
trabajo editorial, el cual dependa de los ciclos de matrimonio y reproduccin femenina.
En 1886 Rodrguez Paz era la directora de la Escuela Normal de Nias, y El Estado de
Colima public otro de sus poemas.

A mis discpulas.
Por eso gozo, s, con vuestras madres
Grato en vosotras con amor pensando,
Sereis felices cuanto sois virtuosas,
Dulces, amables, de bondad dechado.
161


El ejemplo de Rodrguez Paz confirma la idea de que con la prensa porfirista y la
educacin oficial las mujeres desempearon otros oficios en la sociedad, ella misma fue
maestra y directora de un plantel de instruccin. El texto tambin es un ejemplo de
cmo las maestras continuaron realizando su rol de madres protectoras de la moral de
las jvenes. La prensa divulg las imgenes ideales de gnero, as como del deber ser
femenino, esperando y alentando que las mujeres fueran virtuosas, dulces y amables,
como seala el poema. En esta poca tambin se abri y diversific el acceso a la
lectura. Por su parte, la innovacin educativa fue un elemento que para las mujeres
propici movilidad social e introduccin a los conocimientos y contenidos de la cultura
formal, e incluso les otorg la posibilidad de desempearse profesionalmente como
maestras. Perpetuaron su deber social de salvaguardas de las nuevas generaciones
mediante su oficio de maestras. A travs de la educacin, ellas modificaron su posicin
social, as como su situacin econmica. El ser maestras les permiti experimentar una

159
Esteban Garca naci en Colima en 1848, fue periodista, dirigi La Juventud, Regidor en 1880,
Diputado y electo gobernador para el periodo de 1883-1887. Vase Daniel Moreno, Colima y sus
Gobernadores. Un siglo de historia poltica (Mxico, D.F.: Studium, 1953), 45; Carlos Pizano y Saucedo,
Historia Cronolgica del periodismo colimense desde su comienzo en (1830) hasta nuestros das (1973).
Evolucin histrica del periodismo y la imprenta en Colima (Colima: Universidad de Colima, 1973), 19-
20.
160
Pizano y Saucedo, Historia cronolgica, 27, 34.
161
Poema de Margarita Rodrguez Paz. Estado de Colima, 25 de junio de 1886, 110.
64
forma de comunidad diversa al grupo familiar. La educacin fue un punto medular en la
historia de las mujeres, pues gracias a sta adquirieron las herramientas con las cuales
contar sus experiencias vitales. De este modo, tomaron la palabra escrita y pblica, y
con ella forzaron a la sociedad a leer sus ideas, necesidades y reflexiones. La historia de
las mujeres mostr una paradoja: el ser maestras les permiti modificar su estatus social
y obtener un ingreso, pero al realizarse como maestras continuaron desempeando su
rol de gnero, como protectoras de la rectitud juvenil, particularmente el de las mujeres.



























65


CAPTULO III
VOCES EN LA ESCRITURA DE MUJERES EN EL SIGLO XIX


En este captulo voy a interpretar la subjetividad de las mujeres a partir de su escritura:
de qu manera la utilizaban, qu decan en ella y cmo se reflejaban ellas mismas en
sus escritos? Encontrar los significados de gnero y culturales en su escritura ser la
presente tarea en un nivel ms profundo tratar de ver cmo se construye la identidad de
gnero femenil a travs de la voz personal y de la comunidad. Para las mujeres del
Porfiriato, el ejercicio de la escritura les dio presencia pblica, y a la larga posibilit la
transicin entre una escritura femenil a la de una escritura feminista.
Distintos y sinuosos, pero todos ellos con escollos, fueron los caminos de las
mujeres decimonnicas hacia la expresin personal a travs de la escritura. La sociedad
colimense de fines de siglo XIX comenz a pronunciar los nombres de las mujeres, as
como a otorgarles el reconocimiento pblico a sus roles y habilidades sociales: amas de
casa, madres, esposas, hijas, artistas, preceptoras, directoras, alumnas y escritoras. En
cuanto al rol de las mujeres en la sociedad, algunas autoras encuentran que con
frecuencia ellas han sido representadas en una posicin de dominadas con relacin al
hombre. Especialmente en el siglo XIX, las mujeres fueron dibujadas como controladas
por sus esposos.
162

La autorepresentacin de las mujeres en la cultura escrita decimonnica
signific para ellas, por una parte, su visibilizacin legtima en los espacios pblicos.
Las mujeres han estado presentes en las sociedades y han desempeado en ellas
funciones y actividades, sin embargo es frecuente que su presencia y prctica
permanezca oculta, y el trmino visibilizar
163
propone la accin explcita de hacerlas
visibles en el imaginario social. La reflexin de historiadoras feministas fue que la

162
Liselle Sant, The Yellow-Paper: A Twist on Conventional Symbols,
<http://grammar.ccc.commnet.edu/grammar/composition/liselle.htm> (20 de febrero de 2006).
163
Visibilizar: tr. Hacer visible artificialmente lo que no puede verse a simple vista, como los rayos x y
los cuerpos ocultos, o con el microscopio los microbios. Vase diccionario de la Real Academia Espaola
<http://www.rae.es/> (25 de enero de 2007).
66
historia oficial o tradicional se haba escrito desde la experiencia masculina y era
necesario incorporar a las mujeres en el discurso histrico como protagonistas. En
Colima, la participacin y exposicin femenina en los ambientes culturales fue tambin
la divulgacin de una norma de conducta esperada y promovida para ellas, as como la
posibilidad de discutir acerca de esa norma social en el espacio de inters general. La
representacin y autorepresentacin de las mujeres podemos interpretarlas como
prcticas polticas acerca del lugar y condicin femenil en la sociedad. Podemos en un
texto femenino encontrar los preceptos y cnones del deber ser que les estableca el
discurso predominante de la sociedad patriarcal, as como los asomos de transgresin
real y simblica, que se manifestaban en una bsqueda de espacios para la reflexin
acerca de su vida y su condicin en la sociedad. Comulgo con la idea de mujeres
transgresoras que propone Mara-Milagros Rivera Garretas, quien seala que la
transgresin debe entenderse como un ejercicio de libertad. El trmino se refiere a
aquellas mujeres que han buscado y logrado distanciarse del deber ser social, pero que
al hacerlo se mantienen en el orden patriarcal simblico establecido y construyen un
sentido de lo femenino en relacin a su escritura y a la relacin que proponen con otras
mujeres.
164
Aqu, para comprender de manera ms fina la accin transgresora en la
escritura femenil, planteo considerar su relacin con los hombres.
Al discutir la transgresin, el pensamiento feminista reconoce dos actitudes en
los textos. Primera, aqullas que cuestionan la autoridad del varn, y llaman al cambio
de las prcticas, significados, valores e instituciones conocidas para que incluyan a las
mujeres y las valoren como sujetos sociales. Mientras que la segunda actitud demuestra
que aunque el escrito haya sido realizado por mujeres, no cuestiona de manera explcita
de su condicin. La distincin terica entre texto femenino, es decir, escrito por una
mujer, y texto feminista, que presenta una conciencia de su marginacin en la sociedad,
permite diferenciar los lmites entre las dos clasificaciones. Estos conceptos definen
actitudes que no siempre se ajustan a lo que encontramos en la realidad. El proceso de
cambio entre lo que es literatura femenil y una escritura con conciencia de transgresin
es gradual. Esto podemos aplicarlo en las lneas de un discurso que pronunci la alumna
Refugio Quiroz en un mes de 1890, aunque modesto en s por la pequeez de nuestros
trabajos intelectuales, tiene, sin embargo, una elevada significacin social, porque cada

164
Mara-Milagros Rivera Garretas, La querella de las mujeres: una interpretacin desde la diferencia
sexual, Poltica y Cultura 6 (primavera 1996): 25-39.
67
paso que d la mujer en la senda de la cultura y de la instruccin es un triunfo para el
progreso y el porvenir de los pueblos.
165

De este modo se expres Quiroz ante el gobernador de Colima, el inspector de
educacin y una comunidad a la que denomin: Seores. A ellos les deca que el
progreso intelectual de las mujeres era lento, pero que ocurra y que la pequeez de
sus trabajos era slo transitoria. Cuando utiliz la palabra pequeez aludi a su
condicin disminuida frente a la educacin, pero tambin a la posibilidad de que esa
condicin desapareciera con el tiempo, y esa interpretacin le dio un sentido irnico a
sus palabras. Fue tambin importante que Quiroz considerara que esos pequeos
trabajos que las alumnas mostraron eran de carcter intelectual: un rea de reciente
inauguracin para las mujeres, y quiz por eso, las suyas fueron labores modestas.
Como podemos apreciar, inicialmente habl con recato caracterstico a las
mujeres de su tiempo pero reconoci que su trabajo era importante porque afectaba a la
sociedad. Para ella su patria, avanza[ba] de dia en dia la conquista de sus grandiosos
ideales y la anhelada meta de su prosperidad, porque al impulsar la instruccion
pblica, [...] no hace mas que fundar el slido cimiento de su futura grandeza [...]
166

Estas ideas colocan al texto de Quiroz en el centro de los intereses de la poca, los
cuales estaban influidos por las ideas de la Ilustracin
167
, as como las necesidades del
gobierno de mejorar la economa a travs de los avances cientficos, del conocimiento y
de la industria. Slo as se poda consolidar la nueva nacin mexicana. Quiroz est
conciente de los valores de su sociedad y utiliza ese imaginario para legitimar su
aspiracin a la instruccin, y dice experimentar una emocion sublime ante la cercana
de la ciencia, despus de las asperezas y dificultades que tuvieron que pasar para
alcanzar ese conocimiento.
Aunque Quiroz no duda de la capacidad intelectual de las mujeres, cuida de no
confrontar otras inteligencias e insiste en la necesidad de ilustrar a la mujer para
beneficio de las sociedades y de las nuevas generaciones. Es decir, para el beneficio de

165
Estado de Colima, 13 de diciembre de 1890, 188. Alocucin de Refugio Quirz, en el documento
original aparece como Quirz. Para evitar las constantes aclaraciones en este texto, tom la ortografa
vigente del apellido: Quiroz.
166
Estado de Colima, 13 de diciembre de 1890, 188.
167
Lydia Oseguera de Chvez, Historia de la literatura mexicana siglo XIX (Mxico, D.F.: Alhambra,
1990), 14,22,24. La Ilustracin se conoce como un movimiento filosfico que se origin y desarroll en
Europa (particularmente en Francia) durante el siglo XVIII. [...] La Ilustracin es para la historia un
sistema de pensamiento producido por los intelectuales [...] Era sobre todo, un programa educativo
orientado a elevar el nivel cultural de la sociedad y mejorar la situacin de quienes desearan cultivar la
razn y salir de la ignorancia, < http://www.monografias.com/trabajos12/lailustr/lailustr.shtml> (25 de
enero de 2007).
68
la sociedad y la patria. Quiroz describe dos tipos de mujeres. Una de ellas, abandonada
si misma, cual dbil nave sin timn merced de los vientos y las olas, como flor entre
espinas [], alejada de la educacin e incapaz de servir a los pueblos que buscan la
grandeza y la prosperidad. Alejada de la instruccin, esa mujer tambin era reducida
la nada en el oscuro rincn del hogar.
168
La otra mujer, segn la escritora, era la que
cambiaba al instruir su inteligencia y salvarse del rincn. Es decir, aquella que se
salvaba del anonimato y de la soledad del hogar. La condicin para lograr el progreso de
la mujer a travs de la ilustracin era obligada y necesaria: de ninguna manera podra
ella abandonar el escudo de la virtud a fin de obtener tal educacin. Asimismo, para
Quiroz la nueva patria deber alcanzar sus ideales de prosperidad con fundamento en la
instruccin de las nuevas generaciones de mexicanos y mexicanas, los futuros
protectores y dirigentes de la nacin. Para lograr este proyecto se necesitaba: de
mujeres ilustradas, sin olvidar por eso sus deberes domsticos, que la vez que
muestren sus hijos el camino del cielo y de la religin, les inculquen y enseen como
se ama la patria, como se respetan las leyes del poder civil y como se cumple con los
deberes imprescindibles del ciudadano.
169

A fines del siglo XIX, era todava indiscutible que la instruccin de la mujer
estaba destinada al mbito de la familia, a no contradecir los roles tradicionales de
gnero y no trascender el relativamente nuevo espacio de la escuela. Algunas mujeres
usaron de forma distinta el conocimiento de la lectura y la escritura.
Como ejemplo del rompimiento del uso de la educacin solamente para
perpetuar el rol tradicional de la mujer, es oportuno recordar la peticin que en la ciudad
de Mxico hizo Rita Hurtado de Moncayo al peridico catlico El Tiempo.
170
Como
lectora de este diario, ella solicita se publique una carta en la que denuncia a su esposo.
Hurtado solicita al diario que a travs del intercambio entre los peridicos, se publique
su carta en Colima, donde radicaba su cnyuge. En el texto de la carta, Hurtado de
Moncayo evidencia la infidelidad de su pareja, y avala su denuncia pblica mediante el
sentimiento maternal que reclama proteccin para sus hijos y su patrimonio.
Esta esposa tambin escribe: Pues bien, seor director, en nombre de mis hijos
y mi desamparo, [sic] invocando la solidaridad cristiana, suplico ud. proteja con la

168
Estado de Colima, 13 de diciembre de 1890, 188.
169
Estado de Colima, 13 de diciembre de 1890, 188.
170
Enrique Krauze, Mstico de la autoridad: Porfirio Daz (Mxico, D.F.: Fondo de Cultura Econmica,
1987), 101.
69
popularidad de su diario, mi causa, que es la causa de todas las madres.
171
En la figura
de la madre que Hurtado present se perfila una fuerte carga del mandato social, de los
deberes de una mujer madre para con sus hijos y la familia. Pero Hurtado tambin
evidenci un movimiento sutil que busca que ese mandato social se transforme en una
fuerza mstica e incuestionable, en que la presencia de la mujer-madre adquiera un
poder femenino, emanado de esa virtud maternal. As, el deber de proteger y cuidar a
sus hijos que le impona el mandato social (a travs del acto de escribir y enterar a la
comunidad sobre la infidelidad de su esposo), se convierte en su responsabilidad de
gnero. Hurtado encontr en el ejercicio pleno de su deber ser como madre, su acto de
transgresin.
Por esta carta sabemos que Hurtado fue abandonada por su esposo, y que a eso
se haba resignado porque las madres que hemos nutrido nuestro corazon con la
doctrina de Jesucristo, velamos ante todo por la honra del esposo, y apelando al
herosmo pugnamos porque nuestros hijos no lo aborrezcan. Hurtado menciona que
nunca se hubiera atrevido a exhibir las acciones y reputacin de un hombre, y que ella
hubiera preferido sufrir en silencio. Sin embargo, [cuando] se trata de pisotear, de
explotar mi desamparo, de hollar mi dignidad de esposa y mi respetabilidad de madre,
nicos tesoros que la naturaleza y la religin me mandan conservar ilesos y respetados,
ella solicit el apoyo del diario para dar a conocer a la sociedad colimense de los actos
de su esposo.
172
Existen otros ejemplos del uso de la escritura por parte de las mujeres
fuera del hogar. Lo caracterstico en ellas, como en el caso apenas citado, es la
utilizacin de la figura de la mujer-madre para salir a la atmsfera de lo pblico, a los
escenarios reconocidos como espacios masculinos.
173

Un ejemplo de lo que un hombre consideraba deba ser y hacer una mujer, lo
expres el profesor colimense Blas Ruiz en un poema de 1880, titulado No caigas!.
Ruiz fue director del liceo de varones en 1880 y public diversos impresos de corte
poltico y pedaggico.
174
Como un personaje reconocido que fue, Ruiz representa la
opinin de un sector importante de la sociedad colimense.


171
Rita Hurtado de Moncayo, Como lo pide, Estado de Colima, 6 de marzo de 1885, 40.
172
Hurtado de Moncayo, Como lo pide.
173
Por mencionar algunos: Mara Dionisia Cruz promueve un amparo a favor de su hijo, un caso ms fue
el de Catharine Baker de Martnez Negrete que solicita informacin sobre el paradero del padre de su
hijo. Estado de Colima, 16 de febrero de 1883, 28.
174
Rogelio Guedea, Los decimonnicos. Antologa potica colimense del siglo XIX (Colima: Universidad
de Colima, 2001), 110.
70
Rechaza la mano aleve
que te convide al placer
y el angel s del hogar,
no la diosa del burdel.
[]
Estudia experta y trabaja:
sea tu mejor caudal,
[]
175


Este texto difunde la idea de la conducta deseable de las mujeres. Propone una
imagen instruida de la mujer, una imagen ideal porfirista, que aspiraba a que las mujeres
se ilustraran para educar mejor a sus hijos. Todo, en beneficio de la patria.
Los atributos esperados de la madre los conocan las mujeres de la poca.
Tambin reconocan en esa imagen una instancia de autoridad, de poder y ubicacin en
los espacios y caracteres de la sociedad. Tal sentir lo expres la alumna Mara Gonzlez
de la escuela La Independencia, el da de exmenes.

Compaeras: Por nuestra dicha vivimos en una poca en que todo avanza; por
nuestra felicidad el templo de la ciencia tiene abiertas para nosotras sus puertas y ella,
como cariosa madre, nos acoge en sus brazos y cubre nuestras sienes con sus besos.
176


Llama la atencin que la alumna usara la
palabra compaeras para dirigirse al
auditorio. Era costumbre que las alocuciones
se dirigieran a un pblico denominado
seores, o bien a las autoridades. Mara
Gonzlez repite la costumbre. Sin embargo,
poco despus de comenzar destina su
discurso al sector femenino y de pares de gnero. Esto es un acto importante porque
reconoce explcita y pblicamente a una comunidad de mujeres. En otro nivel, equipara
a la ciencia y a la madre. Al hacerlo, le otorga a la ciencia los atributos de generosidad,
amor y comprensin de una madre, explica que las alumnas, como hijas de esa
madre, tienen el derecho a esperar la proteccin de la ciencia. En 1890, los textos
citados muestran que suele atribuirse a la ciencia y tambin a la figura de la maestra las

175
Blas Ruiz, No caigas!, Estado de Colima, 1 de noviembre de 1890, 164.
176
Mara Gonzlez, Alocucin, Estado de Colima, 22 de febrero de 1890, 31.
71
propiedades maternales de proteger y de proveer. En una recreacin interesante. Los
smbolos reconocidos de madre, otorgan a las maestras la capacidad de cuidar y heredar
a sus pupilas. Al mismo tiempo, esa recreacin confiere a las alumnas un halo protector
que las hermana y las convierte en una comunidad de hijas legtimas del pueblo. Como
tales, ellas aspiran a los beneficios del gobierno. As, los atributos de las figuras de la
ciencia, la maestra y la madre se fusionan en un concepto unificado con carcter de
gnero. Gonzlez recrea trminos como madre, ciencia y maestras, pilares en el
pensamiento y la poltica del gobierno porfirista, obtiene con eso la posibilidad de
adjudicarse una accin que beneficie a la nacin, y de forma colateral al individuo, a
ella misma.
177

En un evento que promovi la sociedad de Caridad de Seoras de la ciudad de
Colima en 1885, Margarita Rodrguez Paz, maestra colimense, particip con la lectura
de su poema Orfandad.
178
Los versos de Rodrguez Paz se dirigen principalmente a la
indefensin de las hurfanas y las describe como de flores sujetas a la adversidad del
clima, a quienes hace falta la proteccin maternal.

Tambin vosotras, agostadas flores,
En este pramo vivs sin dicha,
Sin que el benfico calor materno
Dulce reanime vuestra helada vida.
179


En esta composicin la idea de mujer est metamorfoseada con la imagen de una
flor. Cuando dice tiernas flores nos habla de la juventud de las nias en orfandad, y
tambin se refiere a ellas como pobres flores o dulces flores que yacan marchitas
para enfatizar su sufrimiento y abandono. En estos textos la flor representa a la mujer.
Al acudir a los smbolos de flores, la poeta describe por analoga la situacin, el carcter
y la actitud femenina. Con el uso de las flores evita ser directa y explcita en la
narracin y tambin acude a las emociones e imaginarios colectivos, los cuales ya
haban sido explorados en las ilustraciones de algunas publicaciones nacionales en la
primera mitad del siglo. Un ejemplo de esto lo fue El Album mexicano publicado en

177
La imagen de las violetas que ilustra esta pgina fue tomada de
<http://palavrasdealgodao.blogs.sapo.pt/arquivo/2004_11.html> ( 5 de noviembre de 2006).
178
De la maestra Rodrguez no fue posible conseguir ms datos biogrficos en los archivos y bibliotecas
consultados; de su obra slo recuper la que aparece en el peridico oficial.
179
Poema de la maestra Margarita Rodrguez Paz. Peridico oficial Estado Colima, 31 de julio de 1885,
125.
72
1849 en la Ciudad de Mxico, cuyo objetivo principal fue la edicin de una serie de
ilustraciones llamada Las Flores Animadas, las cuales contenan imgenes de mujeres
vestidas como flores.
180

Habremos de reconocer el carcter simblico atribuido a las flores en diversas
culturas, y recordar que en el movimiento romntico de fines del siglo XIX, Occidente
hered de los alemanes el llamado lenguaje de las flores, con el cual se intentaba
comunicar mensajes entre amigos y amantes. Para ese sistema de comunicacin se
escribieron obras que explicaban el significado de las especies florales. Subsisten hasta
nuestros das algunos ejemplos de aquel simbolismo floral: la rosa significa belleza; el
girasol expresa que el amor es para la vida lo que el sol es para la flor.
181
En un texto de
la maestra Refugio Barragn de Toscano, las flores tambin representan una madre no
terrena -la Madre espiritual, la Madre del Hacedor- de quien [t]ienes la candidez de
la azucena, [l]a pureza del lirio matutino, [y] [l]a casta sencillez de la verbena [].
182

En el uso de la flor para representar a la mujer subyace un significado crptico
que trastoca el carcter dbil, indefenso y efmero atribuido a la flor. Su uso puede
aludir al poder que como generadora de vida tiene esta especie en la naturaleza. Este
concepto puede tener diversos orgenes, sin embargo hay que recordar el nfasis en el
estudio de la naturaleza como ciencia a fines del Siglo XIX, y tambin las posibles
reelaboraciones y significados atribuidos a la flor a lo largo del tiempo. Se dice que
cuando aparecieron las plantas con flores en el Cretcico, dominaron el periodo por su
capacidad para reproducirse y siguen dominando el gusto social a travs de la
historia.
183
As, el Porfiriato mostr sus aspiraciones culturales mediante la exhibicin
de su flora y fauna, como lo hizo a propsito de la feria de productos y elementos del
pas en la Exposicin Mundial (World Fair) de Chicago de 1893. Ireneo Paz, un
periodista reconocido del tiempo que cubri el evento, escribi: Los siguientes
aparadores contienen las interesantes colecciones de animales disecados []
compuestos de mamferos, aves, reptiles, insectos, etc., todo muy bien clasificado []

180
Jane Herrick, Periodicals for Women in Mexico during the Nineteenth Century, The Americas,
octubre de 1957, 135-144, < http://www.jstor.org> (6 de agosto de 2006).
181
Biblioteca Luis ngel Arango, <http://www.lablaa.org/blaavirtual/faunayflora/flores/primera.htm> (1
de marzo de 2006).
182
Biblioteca Pblica del Estado de Jalisco Juan Jos Arreola, en adelante (BPJ), Fondos Especiales:
Refugio Barragn de Toscano, La Hija de Nazareth. Poema religioso (Ciudad Guzmn: Imprenta de J.M.
Fuentes, 1880), 9.
183
David Norman y Angela Milner, Dinosaurios, series Guas visuales (Mxico, D.F.: Cordillera,
Televisa, Dorling Kindersley, 2005), 61. La imagen de violetas que ilustra esta pgina fue tomada de
<http://es.wiktionary.org/wiki/Espa.C3.B1ol> (5 de noviembre de 2006).
73
colecciones de plantas disecadas para diversos usos botnicos [], y estos intereses se
consideraban representativos de la sociedad y sus habitantes.
184

La representacin de lo femenino a travs de
diversas flores es frecuente en estos textos. La flor que
ms destaca por su referencia es la violeta y su color azul
es el aspecto ms sobresaliente. Las violetas pueden ser
de diversos colores, azul intenso, morado claro y a veces
blancas de tallo largo y fino. Sin embargo las flores de
color azul son las que tienen significado particular para el anlisis cultural.
185
El uso de
la violeta en la literatura de las mujeres de esta poca se relaciona con el gnero
femenil. En 1884, Laureana Wright de Kleinhans, present en la ciudad de Mxico su
revista Violetas de Anhuac y tres aos ms tarde, en 1887 comenz la edicin del
peridico Mujeres de Anhuac. La mexicana Laureana Wright (1846-1896) est
relacionada con el pensamiento y obra a favor de las mujeres en el siglo decimonnico.
Por tanto, me llama la atencin que utilizace la violeta para titular su revista feminista, y
que poco ms tarde cambie el nombre para titular su diario, y lo llamara Mujeres de
Anhuac. Considero que esta sustitucin de las palabras refleja una conexin entre el
vocablo violetas y el de mujeres, segn la cual la alusin a las primeras significa la
mencin de las segundas.
186

Adems, el color azul representa la belleza en el ser humano y en la naturaleza.
Simboliza aquello que el individuo desea alcanzar,

y para la flor el azul es el espacio
natural, aquel que la alimenta y la conecta con lo eterno y lejano.
187
En la literatura de
las mujeres de la poca, el uso de las violetas ejemplifica la capacidad de adaptarse a las
circunstancias adversas. Las escritoras de fines del siglo XIX con frecuencia utilizaron
la violeta para describir a sus protagonistas. Quiz la gran cantidad de variedades de
esta flor, permiti mostrar la existencia de mltiples formas de ser mujeres y, tambin,

184
I. Paz es as como firma el periodista al pie de la nota. De ah supongo que es un trabajo de Ireneo
Paz, un personaje del ambiente intelectual y periodstico de la poca. Peridico oficial Estado de Colima,
19 de agosto de 1893, 131.
185
Vase < http://es.wiktionary.org/wiki/violeta#Espa.C3.B1ol> ( 5 de noviembre de 2006).
186
Laureana Wright de Kleinhans (1846-1896). Vase <http://www.inmujer.df.gob.mx/muj_destacadas/
laureanaw.html> ( 6 de diciembre de 2006).
187
Vase http://es.wiktionary.org/wiki/violeta#Espa.C3.B1ol ( 5 de noviembre de 2006). Jorge Von
Ziegler, Las revistas azules, en La Repblica de las letras. Asomos a la cultura escrita del Mxico
decimonnico, vol. II. Publicaciones peridicas y otros impresos, editado por Belem Clark de Lara y Elisa
Speckman Guerra, 207-222 (Mxico, D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 2005), 209-212.
74
que ellas no son siempre las mismas.
188
Las violetas son generalmente de ptalos
pequeos, aromticas y de hojas en forma de corazn: rasgos que a veces son percibidos
como de debilidad femenina. Sin embargo estas flores se adaptan al ambiente y resisten
condiciones extremas del hbitat.
189
En la Edad Media fue costumbre otorgar a las
mujeres nombres de flores, y tambin relacionar a la violeta con la modestia de la
persona.
190
En el siglo XIX la ideologa de gnero tambin percibi a las mujeres como
sigilosas y cautelosas y hered una tradicin cultural de siglos que otorgaba estos
atributos a las violetas.
Es posible que las escritoras de la poca al utilizar la flor como representacin
femenina, sugirieron que el poder y fortaleza de la planta en la naturaleza estaban
relacionados con la vida de las mujeres en la sociedad. A travs de la maternidad las
mujeres obtienen y ejercen un poder particular que las legitima para actuar fuera del
mbito privado. Por ello, la reflexin feminista seala que existe una vinculacin entre
norma y prctica social de la maternidad, lo cual produce un fenmeno en dos planos: la
poltica de la maternidad y la maternidad poltica. El primer concepto se refiere al
uso de la maternidad por parte del Estado, mientras que el segundo se relaciona con la
experiencia de las mujeres en la vida pblica y en la esfera poltica desde su identidad
de madres. Desde esa identidad, ellas pueden actuar como defensoras de los valores
tradicionales y patriticos, o bien, actuar como presin o resistencia a situaciones o
instituciones sociales.
191
Este poder maternal representado en la flor, trastoca tambin
simblicamente instancias de poder masculino. Incluso, la sociedad puede reconocer el
ejercicio de ese poder maternal como legtimo, as como lo hizo cuando Rita Hurtado y
las dems mujeres publicaron sus reclamos como madres. Segn deca el intelectual y
poltico jalisciense Jos Mara Vigil, [a]lgunas veces, [...] [la mujer] ha hecho oir su
voz en son de splica o protesta cuando ha credo lastimadas sus ideas religiosas, o
amenazados ciertos intereses morales que se ligan estrechamente a la estabilidad de la
familia.
192


188
Existen aproximadamente unas 500 especies de violetas que se encuentran principalmente en
Norteamrica, Asia y Europa, hay variedades resistentes tanto a temperaturas clidas como fras y otras
que se adaptan al interior o al exterior. Vase <http://www.botanical-
online.com/florvioleta.htmConsultado> (5 de noviembre de 2006).
189
Vase <http://es.wiktionary.org/wiki/Espa.C3.B1ol> (5 de noviembre de 2006).
190
Vase <http://www.ciudad-real.es/varios/nombres/buscar.php?ape=Violeta> (5 de noviembre de
2006).
191
Silvia Caporale Bizzini, coordinadora, Discursos tericos en la(s) maternidad(es). Una visin
integradora (Madrid: Entinema, 2004), 20.
192
Jos Mara Vigil, Poetisas mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX (1893; reimpresin, Mxico, D.F.:
Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1997), lxxv.
75
Las escritoras del Porfiriato colimense acuden a la flor para expresar
condiciones, sentimientos o caracteres que aluden a las mujeres terrenales y para hablar
de la madre espiritual: la Virgen. En un doble juego, las mujeres plantean la flor como
smbolo femenino, y a la madre como imagen idealizada de todas las mujeres, incluso
las divinas. Podemos considerar que la maternidad es una construccin social e histrica
que aunque tiene caractersticas particulares de acuerdo a la poca, representa un
estereotipo unificador para las mujeres a lo largo de su historia. En este caso, las
mujeres-madres podan aparecer en el espacio pblico y demandar derechos ligados a
ese rol social. Hay que considerar, sin embargo, que esta particular representacin de la
maternidad dificulta la posibilidad de distinguir las individualidades.
193

En 1886 vuelve a aparecer un poema de Margarita Rodrguez Paz. En esta
ocasin es para lamentar la muerte de su hermano Esteban. En su poema, ella
transforma la vida de su hermano en una flor. Dice: Oh caro hermano! Tu preciosa
vida, lozana, hermosa flor!.
194
Poco despus, en febrero de 1887, muere el mdico
Mariano Ruiz y la pequea sociedad colimense, que como dice Rodrguez Paz ms
propiamente puede llamarse una hermanable familia, se cimbr y se reuni para
mostrar su duelo: fue como nosotros, [prosigue Rodrguez Paz] hijo de nuestra cara
tierra, de nuestra bella y querida Colima, quien como el nuestro arrull su sueo
infantil, al dulce murmullo de sus cercanos mares y de sus sonantes palmeras; y
envolvi como la nuestra su cuna con el templado abrigo de sus tibias y perfumadas
brisas.
195
De nueva cuenta se presenta la figura de la madre a travs del signo de la
tierra. Tambin son significativas las alusiones a una relacin cercana con el fallecido
Mariano Ruiz, y con aquellos que acuden a expresar el dolor de su partida. Segn datos
de la nota periodstica fue la Junta de Caridad de Seoras la que organiz la inhumacin
del cadver, y la que le encomend a Rodrguez pronunciar su discurso. Este dato es
interesante: al parecer las sociedades de caridad funcionaban como un espacio en el que
las mujeres participaban, y en el que las maestras tuvieron un papel destacado. O al
menos dicho espacio permiti a las mujeres el acceso al mundo pblico, y a la larga
tomar la palabra en ese escenario mayoritariamente masculino. En esta ocasin,
Rodrguez estuvo rodeada de hombres polticos e intelectuales destacados como el Dr.

193
Caporale Bizzini, coordinadora, Discursos tericos, 19.
194
Texto de Margarita Rodrguez. Peridico oficial Estado de Colima, 20 agosto de 1886, 142.
195
Texto de Margarita Rodrguez. Peridico oficial Estado de Colima, 4 de febrero de 1887, 20.
76
Ricardo Vejar, Ignacio Rodrguez y Miguel Garca Topete, quienes tambin leyeron un
discurso.
En 1895, en el teatro Santa Cruz solan celebrar los exmenes pblicos a los
alumnos de las escuelas primarias.
196
La maestra Trinidad Crdenas sinti una fuerte
emocin al tomar la palabra ante aquel pblico: No s que extrao temor se apodera de
m al escalar por primera vez esta tribuna, en la que aun palpitan los acentos de
inspirados poetas y oradores, y al sentir fija en m la mirada de un pblico que ha
aplaudido en otras ocasiones tantos gladiadores de la palabra.
197

Otro ejemplo de una emocin similar aparece en el discurso de Carmen Barreto,
alumna de la escuela La Libertad en 1892. En su texto se advierte un temor ancestral
caracterstico en las participaciones de las mujeres en los ambientes de tradicin
masculina.
198
La historiadora Rivera Garretas afirma haber encontrado en su estudio de
textos de mujeres medievales europeas un sentimiento compartido por ellas, que refiere
a un temor al realizar algo de poca cotidianeidad para ellas como mujeres, como tomar
la palabra y escribir. Advierte que la experiencia de la marginalidad para las mujeres es
algo generalizado, as como que su esfuerzo para escribir ha sido parte de su historia
como mujeres. Estas mujeres asumen lo que Rivera Garretas considera como una:
machacona insistencia [] en su ignorancia, en su debilidad y en su escasa
competencia intelectual.
199

En el caso de Barreto, de Crdenas y otras ms, considero que esa actitud de
aceptar una marginalidad o incapacidad propia de su sexo, est acompaada de un aire
de tranquilidad, pues ellas presentan su participacin como la encomienda de un grupo
femenil. De este modo lo dice Barreto: cbeme la alta honra de hablar en nombre de
mis queridas condiscpulas y mo.
200
Considero que la formalizacin de la educacin,
as como las ansias del gobierno por lograr el progreso nacional, a pesar de las imgenes
tradicionales sobre su rol de sumisin, permitieron para las mujeres experimentar una
seguridad y legitimidad en su actuacin pblica, pues los exmenes pblicos fueron

196
Mara-Milagros Rivera Garretas, Textos y espacios de las mujeres. Europa, Siglo IV-XV (Barcelona:
Icaria, 1995), 19-29.
197
Texto de la maestra Trinidad Crdenas, Directora de la Escuela de la Constancia. Peridico oficial
Estado de Colima, 6 de abril de 1895, 55.
198
Discurso de Crmen Barreto. Peridico oficial Estado de Colima, 26 de noviembre de 1892, 192. El
nombre de la alumna aparece acentuado en el original.
199
Rivera Garretas, Textos y espacios, 21.
200
Discurso de Crmen Barreto. Peridico oficial Estado de Colima, 26 de noviembre de 1892, 192. El
nombre de la alumna aparece acentuado en el original.

77
espacios donde se les dej hablar, tomar la palabra y an as estar dentro del orden
simblico establecido. De este hecho, puedo ofrecer otra interpretacin: si bien es cierto
que el miedo a escribir, como lo llama Rivera Garretas, es un sentimiento
frecuentemente experimentado y evidenciado por las mujeres, tambin puede reflejar
una transgresin que opera en dos sentidos: el de que las mujeres hablen en pblico
irrumpe la costumbre de no hacerlo. Ellas expresaron explcitamente su temor y fueron
percibidas como personas inofensivas, necesitadas de proteccin y benevolencia. De
este modo, la sociedad acept su participacin en los foros educativos.
Otra referencia significativa acerca de la escritura femenil es el caso de la
profesora Juana Ursa, alumna de la prestigiada maestra colimense Rafaela Surez.
Ursa escribi obra potica y es la autora de una biografa de la maestra Surez. Esta
biografa, afirma Daniel Moreno fue plagiada por un historiador de la educacin en
Colima y no aclara quin fue. Moreno tambin consiga que Ursa escribi otras obras:
Amor a la Patria, Obediencia ciega a la madre, Cario imperecedero a la maestra,
editadas en Guadalajara en 1931. Tambin dice que la obra Rasgos biogrficos de la
Seorita Profesora Rafaela Surez se reprodujo en la imprenta La Mujer Mexicana en
1910.
201
Este dato seala las dificultades de las mujeres escritoras para lograr el
reconocimiento a la autora de sus obras, muchas veces perdidas en el registro histrico.
Cuando en 1864 el ejrcito francs ocup territorio colimense, Ursa escribi el
ensayo Entrada de las tropas imperiales a la ciudad de Colima en la que denunci la
ocupacin militar. Una vez que se instal el gobierno imperialista, ella renunci a su
trabajo como maestra, pues no quera servir al enemigo. Convencida de su decisin,
comenz los preparativos para continuar con su labor docente en su domicilio
particular.
202
Prepar lechada, blanque los muros, le pint un zcalo, [] con un

201
Daniel Moreno, Colliman, vol. II. Literatura y Biografa de Colima (Mxico, D.F.: Stadium, 1952-
1953), 30. En este volumen el autor consign varias obras de la profesora Juana Ursa, y respecto de la
biografa dice: Este folleto fue ntegramente plagiado en una Historia de la educacin en Colima (V.
Supra), 131. Existe una obra local de: Francisco Hernndez Espinoza, Historia de la Educacin en
Colima (Colima: Escuela de Artes y Oficios, 1961), en cuyo captulo XII se presentan rasgos biogrficos
de Rafaela Surez. Aunque en la pgina 277 Hernndez Espinoza referenci el trabajo de la profesora
Juana Ursa, no qued claro que partes de dicho captulo son autora propia o de la citada profesora.
Hernndez Espinoza cit como fuente de informacin la Biografa de la Srita. Profa. Da. Rafaela
Surez, escrita por la Srita. Profa. Juana Ursa. Desconocemos si esta es la obra a la que alude el seor
Daniel Moreno. Otro autor tambin refiri que la maestra Juana Ursa [E]n noviembre de 1904, publica
la biografa de su maestra Rafaela Surez, a la cual titul: Rasgos Biogrficos de la Seorita Profesora
Rafaela Surez. Vase Jos Oscar Guedea y Castaeda, La mujer en Colima (Colima: Sericolor, 2005),
72. Respecto al apellido de la maestra Juana, tanto Ursa como Urza aparecen en las fuentes de este
estudio. En esta tesis utilic Ursa porque es as como se usa actualmente.
202
Genaro Hernndez Corona, Maestra Juana Ursua. Insigne Maestra Colimense, Histrica 8 (1997),
11.
78
cartn en que dibuj un ramito de lirios, y con una brocha, llen de lirios azules mi
saln.
203
Este acto patritico refleja solidaridad con las causas polticas, pero tambin
refleja una desobediencia e independencia de carcter. Pero aquellos tiempos eran
difciles, y tener su propio establecimiento no le proporcion ingresos econmicos
suficientes para mantener a su madre y hermanos, pues era cabeza de familia, por lo que
deba acudir a otras labores: madrugar y har bordados y tejidos, y sacar lo necesario
para el gasto,
204
le deca a su madre a quien preocupaba lo precario de su situacin y la
actitud renuente de Ursa para aceptar impartir clases en una escuela dentro del rgimen
de ocupacin.
Ante las dificultades econmicas Ursa acudi a los conocimientos tradicionales
de las manualidades para las mujeres, a fin de obtener con ellos otro ingreso econmico
que le permitiera sostener a su madre y hermanos. Ante una situacin similar, la maestra
y escritora Mara Refugio Barragn de Toscano public sus novelas por entregas y
tambin opt por hacer prendas con tejido de gancho, as como canastitas de raso y
fabricacin de objetos de madera labrada.
205
Estas maestras escritoras se encontraban
en situaciones liminares: entre las viejas prcticas domsticas, las responsabilidades
familiares, y el nuevo oficio de maestras y escritoras. El oficio de la escritura, aunque
no aseguraba la manutencin total de una familia, fue una nueva forma de suplementar
la subsistencia econmica.
En su calidad de maestra, Ursa acompa a su alumna Merced Zamora a la
ciudad de Mxico, donde la joven Zamora continuara sus estudios de pintura becada
por el congreso del Estado de Colima. En el peridico oficial El Estado de Colima ellas
anunciaron su viaje y se despidieron de la sociedad colimense.
206
La nueva profesin de
maestras gener la formacin de nuevas redes de convivencia y apoyo femenil. Estas
redes femeniles permitan a las mujeres mayores proteger y convertirse en guas de las
mujeres ms jvenes e inexpertas en su encuentro con escenarios fuera del ambiente
familiar. De esta manera, las comunidades de maestras tambin funcionaron como
formas de transmisin de los conocimientos y herencias femeninas.

203
Hernndez Corona, Maestra, 12.
204
Hernndez Corona, Maestra, 13.
205
Jos Luis Vivar Ojeda, Memorias de un Mexicano, vida y obra de don Salvador Toscano,
Benemrita Sociedad de Geografa y Estadstica del Estado de Jalisco, A.C. Boletn XV (2002): 117.
206
En esa ocasin, Zamora obsequi a la redaccin una obra con la imagen religiosa de San Juan
Bautista a orillas del Jordn. Peridico oficial Estado de Colima, 8 de febrero de 1890, 24.
79
Emulando la usanza de la poca, cuando los varones se reconocan y
reconfortaban a travs de la publicacin de textos en la prensa, Ursa escribi un poema
dedicado a Mara Refugio Barragn de Toscano al que titul Lloremos

De mi orfandad su dolorosa herida
la muerte de tus padres renov;
No soy tu hermana yo? Dime, querida
Tu hermana en sentimientos no soy yo?
207


Resulta revelador que la fecha del poema es el 24 de septiembre de 1891, a unos
meses de que Barragn de Toscano perdiera a su padre en la ciudad de Mxico; su
madre haba muerto en Guadalajara el 16 de abril de 1890.
208
Las estrofas de Ursa nos
sugieren que lleg a conocer la situacin familiar de Barragn, circunstancia que le hizo
recordar su propia prdida. Ursa manifest a travs del poema, su empata emocional
con Barragn de Toscano, la semejanza que provoc entre ellas la orfandad, as como su
solidaridad y apoyo.

Lloremos juntas...pero como? lejos
a una de la otra nos impele el viento
oreando un mismo sol con sus reflejos
el llanto por un mismo sentimiento!
209


La expresin de comunidad, amistad y reconocimiento a travs de la escritura de
poemas era algo que los hombres tambin practicaban en la sociedad colimense. Sus
momentos de gozo, encuentro y tristeza eran expuestos de forma pblica en la prensa.
Los sentimientos y experiencias de corte ntimo en la vida de los hombres y que se
volveran del conocimiento general, sugieren la existencia de una red social informal
que se manifestaba en las instituciones y comunidades existentes en la sociedad, tales
como las asociaciones literarias, polticas y culturales. Inscrita en esa serie de relaciones
entendemos la poesa que Miguel Garca Topete dedic al ilustrado literato licenciado

207
Poema de Juana Ursa. Vase Hernndez Corona, Maestra, 54. Hernndez Corona no revela dnde
consult este documento.
208
Refugio Barragn de Toscano, La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado (Ciudad Guzmn:
Archivo Histrico Municipal de Zapotln el Grande, 2004), 8.
209
Hernndez Corona, Maestra, 54.
80
Severo Campero, y le dio por titulo Colima. En la composicin el autor habla de un
regreso a Colima, la cual considera su patria y que como madre generosa, lo escucha y
lo espera.

Nuevamente, Colima, te importuna
El eco de mi voz, y t indulgente
Cual madre tierna escuchars mi ruego
Una gracia otorgndome clemente.
210


Los poemas de hombres y mujeres retomaron los temas de flores, la madre, la
naturaleza y la patria. Los versos femeninos se mostraron tmidos y temerosos; mientras
que los poemas masculinos reflejaron un sentimiento de confianza e incluso, soltura en
el texto. Hubo semejanza en las temticas tratadas, pero la forma de expresin fue
distinta.



















210
Poema Colima de Miguel Garca Topete. Peridico oficial Estado de Colima, 1 de diciembre de
1882, 203.
81


CAPTULO IV
MARA REFUGIO BARRAGN DE TOSCANO
Y LA LITERATURA


Despus de discutir la voz de las poetas y su
contribucin a la subjetividad femenil,
encuentro la figura de la primera escritora
de novela reconocida en el pas en los
ambientes acadmicos, Mara Refugio
Barragn de Toscano.
211
La presencia de
esta maestra en el ambiente cultural del
siglo XIX no es una coincidencia, sino el
resultado de la fusin de elementos sociales
favorables para las mujeres, como lo fueron
la proliferacin de la prensa oficial y la
poltica de instruccin general en el pas. El
XIX fue un siglo que brind oportunidades
a las mujeres para acercarse a la literatura.
La palabra impresa les dio la oportunidad de convertirse en lectoras y productoras de
bienes intelectuales a travs de su escritura. El presente captulo lo segmentar en tres
apartados. En el primero de ellos presentar el bosquejo biogrfico acerca de la autora,
basndome en los aportes que distintas investigadoras han presentado. En el segundo
apartado ofrecer una interpretacin del texto desde los instrumentos literarios
elementales, as como una breve descripcin del argumento y personajes de la novela de

211
La imagen de Barragn de Toscano fue tomada de Jos Mara Vigil, Poetisas mexicanas, siglos XVI,
XVII, XVIII y XIX (1893; reimpresin, Mxico, D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1997),
138.
82
Barragn de Toscano: La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado. En el tercer
segmento presentar una interpretacin a textos de Barragn de Toscano, desde los
aportes del pensamiento feminista y el anlisis de la cultura. Esos textos son La hija de
Nazareth y La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado.

IV.1 Mara Refugio Barragn de Toscano

Antonio Barragn Snchez y Mara Francisca Carrillo Aguilar se casaron el 28 de
noviembre de 1841, y poco tiempo despus partieron de Tuxpan, Jalisco rumbo a Tonila
para establecer un comercio.
212
Otra investigadora sostiene que Antonio Barragn era
profesor en Tonila cuando naci Mara Refugio, un 27 de febrero.
213
Los datos difieren
en el ao. Algunos dicen que fue en 1843 y otros, en 1846.
214
La inquietud de sus
padres y una dosis de necesidad por mejorar su situacin econmica los llevaron a
emprender la bsqueda de mejores escenarios para su familia. De Tonila fueron a
Jilotln de los Dolores. Y con el mismo anhelo, nuevamente partieron a Los Reyes,
Sayula, Tamazula y Zapotln el Grande, tambin conocido como Ciudad Guzmn. En
esa exploracin su padre tuvo diversos oficios: fue comerciante y espordicamente
escribiente. Es posible que esta ltima vivencia, le permitiera a ella vislumbrar la
posibilidad de tener un ingreso econmico mediante el oficio de la escritura, aos ms
tarde, cuando qued viuda y con la responsabilidad de sostener a sus hijos y ayudar a
sus padres.
215

Mara Refugio Barragn tuvo un ambiente familiar que apreciaba la lectura.
Realiz su instruccin primaria asistiendo a las escuelas pblicas de los pueblos adonde
sus padres se mudaban. Su infancia transcurri en Jilotln de los Dolores, Jalisco y Los
Reyes, Michoacn, donde termin su instruccin primaria a los catorce aos, y escribi
uno de sus primeros poemas:


212
Refugio Barragn de Toscano, La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado (Ciudad Guzmn:
Archivo Histrico Municipal de Zapotln el Grande, 2004), 7.
213
Magdalena Gonzlez Casillas, La mujer y el quehacer literario en el Jalisco del siglo XIX,
Encuentro 5 (octubre-diciembre 1984):141-167. Esta cronologa de vida de Barragn de Toscano parte
del ao 1843 como fecha de su nacimiento.
214
Vase Diana Morn y Laura Czares, Doa Refugio Barragn de Toscano: Lucirnagas y La hija del
bandido, en Las voces olvidadas. Antologa crtica de narradoras mexicanas nacidas en el siglo XIX,
editado por Ana Rosa Domenella y Nora Pasternac, 77-91 (Mxico, D.F.: Colegio de Mxico, 1997), 77;
Barragn de Toscano, La Hija del bandido, 7-8.
215
Barragn de Toscano, La Hija del bandido, 7.
83
Al fin me aparto de tu suelo,
Al fin me voy de tu recinto hermoso,
Tal vez maana en triste desconsuelo
Buscar en vano, con ferviente anhelo,
En otra tierra a mi inquietud reposo
216


Mara Refugio ingres a la Escuela Normal de Profesoras en Colima en 1863, y
bajo la tutela de la maestra Rafaela Surez , obtuvo el ttulo de maestra de primer orden
en 1865. Durante su estancia en Colima continu escribiendo, public su primer poema
y otros ms, entre 1862 y 1864 en el peridico La Aurora del Progreso (1862-1864), el
peridico oficial de Colima antes de que se llamara El Estado de Colima (1867- ).
217
La
investigadora Magdalena Casillas seala que la obra dramtica La hija del capitn fue
puesta en escena en 1866,
218
mientras que otras estudiosas refieren que fue en 1886 en
Zapotln el Grande.
219
Lo interesante del trabajo de distintas investigadoras es la
coincidencia de resultados, al encontrar que esa obra fue puesta en escena y tuvo
aceptacin entre el pblico.
En 1867 Mara Refugio y sus padres dejan Colima para trasladarse a Zapotln el
Grande, donde ella encontr empleo como maestra en una escuela para nias.
Posteriormente estableci y dirigi, en esa misma ciudad, una escuela de enseanza
infantil particular. Ser propietaria y directora de una escuela fue una experiencia
importante porque realiz actividades como administradora del plantel, donde a la par
de llevar el liderazgo pedaggico, tambin tena que dirigir a otros maestros o
maestras.
220
Mara Refugio contrajo nupcias con el profesor Esteban Toscano Arreola el
19 de mayo de 1869 en Zapotln el Grande.
Despus de su matrimonio fueron a radicar a Guadalajara y tuvieron cuatro
hijos, aunque slo les sobrevivieron dos: Salvador y Ricardo. En esta ciudad ella
continu trabajando en el ambiente educativo, dentro de la compaa Lancasteriana,

216
Magdalena Gonzlez Casillas, Historia de la literatura jalisciense en el siglo XIX (Guadalajara:
Gobierno del Estado de Jalisco, 1987), 294.
217
La Aurora del Progreso fue un peridico oficial del Estado de Colima, segn consta en el Archivo
Histrico Municipal de Villa de lvarez, (AHMVA). Ah encontr 3 fojas de este impreso. Otra fuente
dice que en 1855 se reanud la publicacin del peridico oficial La Luz de la Libertad, y subsisti hasta
1862 y fue previo al conocido como La Aurora del Progreso. Vase Carlos Pizano y Saucedo, Historia
Cronolgica del periodismo colimense (Colima: Universidad de Colima, 1973), 13-15.
218
Gonzlez Casillas, La mujer, 159.
219
Existe una confusin acerca del ao de la representacin. Morn y Czares sealan 1886, mientras que
una semblanza a la autora menciona que fue en 1866. No ha sido posible conseguir los textos en los
archivos y bibliotecas visitados para realizar esta investigacin, y se desconoce el tipo de comedia que
escribi. Vase Morn y Czares, Doa Refugio Barragn de Toscano, 78 y Barragn de Toscano, La
Hija del bandido, 7.
220
Barragn de Toscano, La Hija del bandido, 7.
84
mientras que Esteban ingres al Colegio Ingls.
221
En 1873, en esa misma ciudad se
represent en teatro su drama histrico La diadema de perla o Los bastardos de Alfonso
XI.
222
Diez aos despus de su boda Esteban Toscano falleci y Barragn de Toscano,
decidi regresar a Zapotln el Grande con sus hijos y seguir utilizando el apellido de su
esposo.
En Zapotln el Grande se desempe en el magisterio y la literatura, as como en
otras labores que le permitieran obtener unos centavos ms para la manutencin de su
hogar.
223
A la muerte de su esposo Esteban, ella haba quedado al frente de su hogar, lo
mismo bordaba, que teja prendas de gancho, elaboraba canastitas de tela de raso y
labraba objetos de madera.
224
Estas labores manuales no fueron extraas para la autora,
pues Barragn de Toscano provena de la clase social trabajadora ms esforzada, y vivi
en una poca en que el sueldo de una profesora de primaria sumaba la mitad de lo que
perciba un maestro en el mismo nivel. La condicin econmica de Barragn de
Toscano era grave al ser responsable de la manutencin de sus hijos y de sus padres.
En 1880, en Zapotln el Grande public Celajes de Occidente y La hija de
Nazareth, este ltimo fue un poema religioso dedicado a su madre y reimpreso en la
ciudad de Veracruz cinco aos despus. En 1881 public la tragedia de costumbres
Libertinaje y virtud o El verdugo del hogar. Mientras que Cnticos y armonas sobre la
pasin, en prosa y verso y dedicados a la niez, aparecieron hasta 1883. Tambin
ensay el estilo de la novela y public Premio del bien y castigo del mal que se public
en 1884. En julio de 1886 apareci en El Estado de Colima una prueba del
reconocimiento a su obra: El Parnaso Mexicano, una importante publicacin nacional
de la poca, dedic una edicin especial la bien reputada poetisa y escritora
jalisciense Sra. Refugio Barragn de Toscano. [Esta edicin cont con un estudio
biogrfico de la autora a cargo del profesor de instruccin primaria] [...] Diego
Peregrina
225
.
En 1887 se march a Guadalajara, donde residi desde los 44 a los 46 aos, y
continu su labor magisterial y literaria. Este mismo ao, al estilo de la novela por
entregas, Barragn de Toscano public La hija del bandido o Los subterrneos del
Nevado, y tuvo tanta aceptacin que se reedit tres veces en Ciudad Guzmn y otras

221
Barragn de Toscano, La hija del bandido.
222
Gonzlez Casillas, La mujer, 159.
223
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 7-8.
224
Jos Luis Vivar Ojeda, Memorias de un Mexicano: Vida y obra de Don Salvador Toscano,
Benemrita Sociedad de Geografa y Estadstica del Estado de Jalisco, A.C. Boletn XV (2002): 117.
225
Peridico oficial Estado de Colima, 16 de julio de 1886, 122.
85
tantas en la de Mxico.
226
La aceptacin y xito de esta novela continua, y es un texto
que se imprime y edita en la actualidad.
227
El estudio de Magdalena Casillas acerca de
Barragn de Toscano, seal que esta obra fue su primera novela, sin embargo, es la
misma autora quien dice fue mi segunda novela.
228
En Guadalajara la maestra
Barragn de Toscano particip por primera vez como fundadora y directora de un
peridico. ste fue La Palmera del Valle, un impreso quincenal de carcter religioso,
cientfico y literario que circul desde febrero de 1888 hasta junio del 1889.
229
En este
impreso public poemas de temas religiosos y familiares; escribi en honor de Len
XIII, del obispo Pedro Loza y Pardav, y otros textos los dedic a sus hijos.
230
Para
1889 apareci en esta misma ciudad Pginas de oro para mis hijos.
231
La maestra y
escritora Barragn de Toscano siempre estuvo al pendiente de acompaar y cuidar de
sus padres. Su madre Francisca no pudo marchar con ella a la Ciudad de Mxico, pues
falleci en Guadalajara el 16 de abril de 1890.
232

En el peridico El Estado de Colima se anunci que el da primero de febrero de
1890 se inaugur en Mxico, con asistencia del Sr. Presidente de la Repblica y del
Secretario de Justicia Sr. Baranda, la Escuela Normal de Profesoras que dirige la Srita.
Rafaela Surez. En la misma escuela se les confi la direccin de unas ctedras la Sra.
Refugio Barragn de Toscano [...].
233
Ella fue a radicar a la ciudad de Mxico y
desempe la ctedra de prvulos en esa escuela. Con ella marcharon sus hijos Salvador
y Ricardo, y su padre Antonio, quien falleci en esa ciudad el 17 de mayo de 1891.
234


226
Gonzlez Casillas, La mujer, 159.
227
La novela La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado la edita el Archivo Histrico Municipal
de Zapotln el Grande, Jalisco y est a la venta al pblico. Esta novela se imprimi en los talleres de
Agapito Ochoa en Zapotln el Grande, segn Vivar Ojeda, Memorias de un Mexicano, 117. Para
Morn y Czares la obra Libertinaje y virtud o el verdugo del hogar (1881) es una comedia, mientras que
para Fernando Castolo es la primera novela de Barragn de Toscano. Basndome en las fechas de
publicacin y en datos que la misma autora ofrece, considero que Libertinaje y virtud o el verdugo del
hogar fue una comedia, pues en la novela La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado (1887)
Barragn de Toscano dice que esa es su segunda novela. En medio de ambas se public la novela Premio
del bien y castigo del mal (1884). Vase Morn y Czares, Doa Refugio, 77-78. Barragn de Toscano,
La hija del bandido, 7-8.
228
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 200.
229
Vigil, Poetisas mexicanas, xxvii;
Gonzlez Casillas, Historia de la literatura jalisciense, 295.
230
Gonzlez Casillas, La mujer, 159.
231
Gonzlez Casillas, Historia de la literatura jalisciense, 295. Hasta el momento slo he conseguido
texto escrito de la poesa titulada La hija de Nazareth. Se encuentra un ejemplar en los Fondos Especiales
de la Biblioteca Pblica del Estado de Jalisco Juan Jos Arreola. En adelante (BPJ).
232
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 8.
233
Estado de Colima, 15 de febrero de 189, 28.
234
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 8.
86
En 1893, aparecieron algunos versos de la autora en una antologa de poetas
mexicanas que se elabor para presentarla y exhibirla en la Exposicin Colombina
Mundial (Words Columbian Exposition) de Chicago.
235
Esta obra se titul Poetisas
mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII Y XIX y la edicin estuvo a cargo del reconocido
intelectual jalisciense, Jos Mara Vigil. Estas acciones destacan la figura de la maestra
y escritora, pues pocas mujeres obtuvieron reconocimiento a este nivel durante la poca.
Adems, durante 1894, en la misma ciudad de Mxico, colabor en una revista
llamada Juventud Ilustrada.
236
En 1895 se represent su comedia Nias y mariposas, la
cual presumiblemente dirigi. Esta puesta en escena fue en honor de Carmen Romero de
Daz, esposa del Presidente Porfirio Daz.
237
En 1905, tambin en la Ciudad de Mxico,
apareci su libro Lucirnagas. Lecturas amenas para nios, publicado por segunda
ocasin en 1940.
238
Mara Refugio Barragn de Toscano permaneci en la ciudad de
Mxico hasta su muerte, acaecida el 22 de octubre de 1916, a los 73 aos. Al parecer
est sepultada en el Panten de Dolores, cerca de los restos de su hijo Salvador
Toscano.
239

Despus de su muerte se publicaron obras inditas: un libro de Poesas en 1921;
otro titulado Arpa infantil en1931, con versos dedicados a la niez mexicana; y la
zarzuela Las cuatro estaciones y Dilogos, monlogos y comedias para nios, en 1933.
De la extensa produccin literaria de Barragn de Toscano, quedan todava por localizar
parte de sus obras en los archivos y hemerotecas.

IV.2 La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado

Esta novela se inicia con la presentacin del capitn Vicente Colombo, quien regresa de
un viaje a Zapotln el Grande hoy Ciudad Guzmn- a las montaas donde habitaba
desde haca 17 aos. La razn de su traslado fue comprar un regalo para su hija que
cumplira 15 aos de edad. Mara, su hija, viva encerrada en las montaas desde su
nacimiento. Colombo viajaba con Teodoro, su compaero y hombre de confianza, entre

235
En el prlogo de esta antologa, Vigil, dijo que la nica obra que le anteceda en su objetivo de reunir
la obra literaria de las mexicanas se realiz entre 1885 y 1886, bajo el nombre de el Parnaso Mexicano,
de la librera La Ilustracin, vase Vigil, Poetisas mexicanas, xxvii.
236
Vivar Ojeda, Memorias de un Mexicano, 118.
237
Gonzlez Casillas, La mujer, 160.
238
Gonzlez Casillas, Historia de la literatura jalisciense, 295. Hasta el momento slo he conseguido
texto escrito de la poesa titulada La hija de Nazareth. Se encuentra un ejemplar en los Fondos Especiales
de la Biblioteca Pblica del Estado de Jalisco Juan Jos Arreola. En adelante (BPJ).
239
Vivar Ojeda, Memorias de un Mexicano, 131.
87
un laberinto de rocas, rboles y breales. Ambos cruzaron un subterrneo en las
montaas, hasta llegar a una cueva labrada por el hombre. Ah los esperaban otros
individuos mal vestidos, el Coronel Miranda, su hija Mara, y Juana, la aya de sta.
Vicente Colombo era un bandido que junto con su cuadrilla asolaba la zona del
Nevado de Colima. A causa de su actividad delictiva, haba dejado de vivir en el pueblo
desde muy joven. l anhelaba, en vsperas al cumpleaos de Mara, obsequiarle a su
hija un nombre libre de sospecha para presentarla en sociedad como la hija de un
hombre honrado, y no un bandido. Para lograr ese propsito dise un plan y desde
haca dos aos mantena preso al Coronel Pedro Miranda, a quien esperaba sustituir para
as ingresar con honores a la sociedad de Zapotln. Miranda tena una hija, Cecilia, y
una esposa, as como un enorme parecido fsico con el capitn Colombo. El plan de
Colombo era conseguir una confesin firmada por el verdadero Miranda acerca del
secuestro y usurpacin de la personalidad del Coronel Miranda en manos del falso
Colombo. La declaracin deba decir que esos hechos haban ocurrido haca 17 aos, y
desde entonces la actividad de Colombo haba sido el atraco; y Miranda haba logrado
su libertad por la muerte y arrepentimiento de Colombo. Esta propuesta fue rechazada
por el verdadero Miranda y provoc la amenaza de Colombo en contra de la honra de la
hija del coronel: Cecilia.
Mara Natividad cumpli 15 aos el 8 de septiembre de 17..., y desde su
nacimiento haba estado al cuidado de Juana, Colombo y del criado Martn. Colombo
organiz un da de fiesta entre los miembros de su banda para celebrar el cumpleaos de
Mara, y Juana a nombre de la madre de Mara, le entreg un cofre que contena un
manuscrito. Juana haba recibido ese encargo de la joven Paula, madre de Mara, poco
antes de morir. Mara esper hasta la noche para leer las ltimas palabras de su madre.
Paula le platic que siendo ella una joven de 20 aos, viva feliz con su padre Pablo
Medina, en el pequeo pueblo de Zapotiltic. Ella era hija nica y su padre se
desempeaba como labrador. Un da de septiembre, su padre la invit a ver la labor que
l tena cerca de la falda del volcn. Paula y su padre pasaron un da feliz, rodeados de
flores silvestres y la algaraba de golondrinas. En el trayecto a su casa, ella vislumbr a
lo lejos la figura de un hombre, y sin saber por qu, le produjo un profundo temor. Esa
noche, segn el relato de Paula, haba sido el preludio de una tempestad en su vida.
88
Al da siguiente de ese viaje al volcn
240
, comenzaron las noticias de robos en las
poblaciones cercanas al
Nevado. Desde entonces
tambin, aquel hombre que
haba visto en el camino,
comenz a perseguirla hasta
hacerle perder su
tranquilidad. Y una noche en
que escuchaba de su padre un
fragmento de `Las Mil y una
Noches`, un puado de
bandidos la arranc de su
lado. Entre aquellos hombres
distingui al hombre del
camino que tanto la haba atemorizado con su presencia. Al da siguiente de su rapto,
ella supo que estaba en una cueva subterrnea, rodeada de objetos preciosos que le
hicieron recordar los robos que haban asolado la regin. Desde entonces el dolor y el
desconsuelo acompaaron su vida. Mara naci ms tarde, y Juana fue la encargada de
atenderlas. Paula escribi esa carta pocos das despus del nacimiento de Mara, y
semanas ms tarde falleci. En esa misiva, Paula le solicita a su hija buscar la manera de
salir de esa cueva para localizar a su padre, Pablo Miranda, y le cuente su historia.
De este modo Mara se enter que su padre era un bandido y que su madre haba
sido secuestrada por l. Despus de conocer el relato de su madre, Mara decidi salir de
la cueva y localizar a su abuelo. Le pidi a Colombo su permiso y apoyo para viajar a
Zapotln. Para cumplir el deseo de Mara, Colombo viaj a Guadalajara. Ah visit al
vizconde de Tuneranda, hombre de incierta nobleza, a quien propuso fungir como to de
Mara para presentarla en su sociedad. El vizconde accede a la peticin -ms por cuidar
sus propios intereses- que por ayudar a Colombo.
A una semana de esta charla Mara lleg a Zapotln, acompaada de Juana,
Martn y servidumbre del vizconde de Tuneranda. El prestigio y nombre del vizconde
ayudaron a Mara a relacionarse con distinguidas familias de la sociedad de Zapotln.

240
Vase esta ilustracin del volcn de Colima en El Renacimiento. Peridico literario, tomo I (1869;
reimpresin, editado por Huberto Batis, Mxico, D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
1979), 450.
89
La belleza y buena educacin de Mara facilitaron su aceptacin en los altos crculos de
esa sociedad. Mara conoci a la familia del coronel Miranda: Cecilia y Doa Mercedes,
y al novio de la adolescente, Adolfo Diguez que era empleado del Gobierno. Por
cuestiones de su trabajo, Diguez trab amistad con un abogado que lleg a Zapotln.
Aqul era Rafael Ordez, quien rpidamente estableci relacin con Cecilia y su
madre, y a travs de ellos, con Mara.
Mientras la joven Mara disfrutaba de la gente y beneficios de la sociedad de
Zapotln, Colombo tena que permanecer oculto en las cuevas del volcn. Esa situacin
le caus desesperacin y desconsuelo, y en venganza decide raptar a Cecilia, la hija del
coronel Miranda. Teodoro y Andrs Patio, hombres de confianza del bandido
Colombo, son enviados por l a Zapotln para secuestrar a Cecilia. La diligencia de los
esbirros de Colombo es malograda por el abuelo de Mara, Pablo Medina, quien
habitaba en las inmediaciones del Nevado.
Mara haba sido enterada, por la carta que le dej su madre Paula, de que
Colombo era el salteador de los viajeros de la regin. Ella tambin se entera de que
Colombo mantiene al padre de Cecilia recluido en las cuevas del volcn, y que l haba
orquestado el rapto de Cecilia. Mara utiliza la lealtad de Martn, el sirviente de su
padre, y de este modo pone a salvo a Cecilia. Ella acuerda su matrimonio con el
vizconde de Tuneranda, y elabora una ingeniosa serie de pactos para salvar a su padre
de mayor repudio social. Ella logra salvar a Cecilia, a Rafael y al coronel Miranda, pero
no logra proteger de los soldados a su padre, quien muere en los subterrneos del
Nevado. El vizconde y Andrs Patio tambin mueren. Mara ama a Rafael, sin
embargo, rechaza su propuesta de matrimonio y decide ingresar de monja en un
convento. Ante esa negativa de Mara, Rafael participa en la lucha independentista, y
muere despus de uno de los combates, escuchando a lo lejos los cantos que las monjas
entonan desde su claustro.
Esta novela se desarrolla en las inmediaciones del Nevado a fines del siglo
XVIII y principios del XIX, y est divida en seis libros, los cuales a su vez, se dividen
en captulos. Los libros llevan por ttulo: Los bandidos del camino real; Amor y
desgracias; Los bandidos de saln; La mano de Dios; En poder de la justicia; y
finalmente, A la sombra de la religin.

90
IV.3 Otras miradas a La hija de Nazareth y La hija del bandido o Los subterrneos del
Nevado


En las siguientes lneas quiero exponer la obra de Barragn de Toscano en el marco
interpretativo de la teora literaria feminista y el anlisis de la cultura. Comenzar este
ejercicio con anlisis de su poema religioso: La hija de Nazareth, publicado en 1880. En
la tradicin cultural europea del siglo XIX, la lectura de los textos religiosos era una
actividad comnmente realizada por las mujeres en el mbito familiar, mientras que la
escritura y el registro de la contabilidad era cosa de hombres. En la primera mitad del
siglo XIX, las sociedades europeas rechazaron el surgimiento de la mujer escritora, pues
se consider que atentaba contra las costumbres familiares, de las que se alejaban, al
dedicarse a la escritura.
241
Por ello se explica que los materiales que lean las mujeres
deberan servir para mantener los hbitos sociales, el sistema de gnero y a las mujeres
en su lugar tradicional: en la cocina y en la vida religiosa. La tradicional cultura
occidental consideraba que las lecturas para las mujeres deban estar regidas por su rol
de conservadoras de la tradicin religiosa y familiar.
242
Esa tradicin permita el
acercamiento de las mujeres a la palabra escrita nicamente como lectoras, pero no
como creadoras de textos, menos an de escritos religiosos.
Comprender la fuerza de esta prctica cultural de marginacin de la mujer en la
escritura, me permite observar un significado distinto en el poema La hija de Nazareth.
Barragn de Toscano escribi una obra religiosa que fue aprobada por el gobierno
eclesistico de Jalisco para su publicacin. Un sacerdote realiz el prlogo, y reconoci
en l la calidad literaria de la autora y la compar con Chateubriant, Lamartine y
Zorrilla.
243
Otra muestra de la aprobacin eclesistica, y quiz de su xito, fue el hecho
de que el poema se reedit cinco aos ms tarde en Veracruz. Los versos de este poema
exponen la vida de la Virgen Mara, y son un ejemplo de cmo las mujeres han estado
ligadas en su papel de conservadoras de las tradiciones y de las costumbres religiosas. Y

241
Martn Lyons, Los nuevos lectores del Siglo XIX: Mujeres, nios, obraros, en Historia de la lectura
en el Mundo Occidental, , Guglielmo Cavallo y Roger Chartier, 241-589. (Madrid: Santillana, 2001),
544-547.
242
Lyons, Los nuevos lectores del siglo XIX, 546.
243
Biblioteca Pblica del Estado de Jalisco, Fondos Especiales. En adelante BPJ. Refugio Barragn de
Toscano, La hija de Nazareth, poema religioso, dividido en dieciocho cantos, desde la concepcin de
Mara Ssma. hasta su gloriosa asuncin (Ciudad Guzmn: Imprenta de J.M. Fuentes, 1880), 3-7. En la
carta de censura y aprobacin que se expone en las primeras pginas se advierte que el nombre original
fue Maria de Nazareth.
91
tambin cmo ese papel les permiti al menos en el caso de Barragn de Toscano-
participar de forma legtima y aceptada de la escritura en la sociedad.

.

244


Como se observa, la autora dedica el poema a su madre. ste homenaje puede
interpretarse como un legado de sucesin femenina, en el que Barragn de Toscano es
continuadora de la tradicin y legado del conocimiento de la religin.
245
Entiendo
entonces, que a travs del acto de escribir el poema, Barragn de Toscano la mujer-,
transgrede el espacio de la escritura religiosa que era ancestralmente un espacio
masculino. Ella lo hace asumiendo la continuidad de su rol tradicional como lectora de
textos religiosos, conservadora de la moral y las costumbres religiosas de la sociedad y
la familia.
Otra de las obras, La hija del bandido o Los subterrneos del Nevado es un texto
sin contenido explcitamente religioso. Apareci como una novela por entregas o de
folletn, y de la aceptacin que tuvo entre los lectores la misma Barragn de Toscano
escribi: me despido de mis lectores, agradecindoles en el alma la buena acogida que
han dado a mi segunda novela.
246

En ella Barragn presenta un escenario natural, vinculado a la regin, a los
lugares en que vivi desde nia, y que por tanto le eran conocidos. Ella habla de
aquellos caminos que unan a Sayula, Zapotln, Colima y multitud de ranchos y

244
BPJ, Fondos Especiales. Barragn de Toscano, La hija de Nazareth, 7.
245
BPJ, Fondos Especiales. Barragn de Toscano, La hija de Nazareth, 7.
246
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 200.
92
pueblos.
247
Una de los imgenes del paisaje ms significativas para la autora fue el
volcn conocido como el Nevado de Colima. Segn su relato, se impona la presencia
de esa montaa en el horizonte y era visible desde Tonila donde naci, y desde Zapotln
del Grande, donde presumiblemente resida al momento de escribir la novela. En la
introduccin de la novela la silueta del volcn la describe como una bellsima
montaa que domina todo el territorio por su elevada altura. Otra caracterstica que ella
resalta de la montaa es la manifestacin fsica de grandeza espiritual pues fue
colocada ah por la mano de Dios para acabar [...] de hermosear [a la montaa]
248
.
Barragn de Toscano observa a la montaa y dice: Y a lo lejos, como atalaya
gigantesca, iluminado en sus altas planicies, obscuro en sus declives y en sus quebradas
rocas, negro como una tumba, se levantaba el Nevado, con su blanco crter tocando
hasta las nubes.
249

Las lneas de introduccin a la novela reflejan una ornamentacin literaria
herencia del espritu artstico y arquitectnico del rococ de Europa del siglo XIX.
250

Pretende expresar especialmente lo ntimo y interno, una forma de significar y retener
en s mismo los valores ms profundos de lo humano. Segn este estilo, la montaa se
convierte en expresin de sentimientos y cualidades humanas, no solamente un
elemento fsico del paisaje. La importancia de esta visin esttica en la literatura, es que
representa la transicin de las preocupaciones y temticas religiosas a las de la vida
mundana.

Esa azul montaa, dividida en dos altos picachos, el uno rido,
consumido por la erupcin de sus fuegos internos [...] amenaza con devorarlo
todo [...] y el otro [...] con su verdor eterno, sus pjaros, sus flores, sus aromas,
sus vertientes de agua cristalina, remedando cintas azuladas, [...] su crter
coronado de blanca nieve, remedando a los rayos del sol, la toca de una virgen
[...] esa azul montaa, repito, ha tenido siempre para mi alma, un encanto
desconocido [...] que atrae y conmueve sus ms secretas fibras.
251



247
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 50.
248
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 9.
249
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 53.
250
El Rococ es un estilo que surge hacia 1730 en Francia y se difunde de forma irregular ya que, si bien
tuvo un amplio desarrollo por Centroeuropa y sobre todo por Alemania, fue menos frecuentado en
Espaa, por ejemplo. Vase <http://w3.cnice.mec.es/eos/MaterialesEducativos/bachillerato/arte/arte/x-
modern/rococo.htm> (17 de enero de 2007); Debemos e[n]tender el Rococ como un estilo
independiente y personal. El Rococ a diferencia del Barroco, se despreocupa por cuestiones catlicas. Es
un arte eminentemente aristocrtico, un arte para la alta clase media, amante de un estilo mundano, ntimo
y delicado. La sociedad ansa la libertad, el buen gusto y el placer. La lite artstica e intelectual se reuna
en salones, <http://www.spanisharts.com/history/rococo/rococo.html> (17 de enero de 2007).
251
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 9.
93
La azul montaa que describe Barragn de Toscano es el Nevado de Colima,
rodeada a sus pies de una vegetacin paradisaca. Mediante esta descripcin del paisaje,
la autora logra tambin que esa azul montaa se convierta en la visualizacin de una
pareja: ella pinta a un hombre y una mujer a travs de sus caractersticas genricas. Uno
de los picachos que componen esa azul montaa ostenta una pavorosa melena de humo
y fuego, bajo la cual se desgajan rocas calcinadas, lavas ardientes que vienen, por
decirlo as, formando una muralla en torno del coloso que, con sus constantes
erupciones, amenaza devorarlo todo [...] .
252
Mientras que el otro picacho es esbelto
y elevado, con su verdor eterno, sus pjaros, sus flores, sus aromas, sus vertientes de
agua cristalina, remedando cintas azuladas, espejos claros, cuyo tenue rumor atrae a las
palomas que gustan de mirarse en ellas y mojar sus plumas durante el calor [...] .
253
Las
aguas cristalinas es una descripcin con contenido de gnero femenino.
El arte literario de Barragn de Toscano incluye detalles simblicos y
significados culturales que la hermanan con otros espacios y otros tiempos. La
utilizacin de elementos del paisaje como montes, valles, rboles, fuentes, pjaros y
flores, [...] [y] el ruido del viento en las hojas de los rboles y el murmullo del
arroyuelo,
254
la conectan con el espritu plstico del rococ. El arte de la escritura
representa para la autora la oportunidad de abandonar una realidad e incursionar a otros
mundos. Barragn de Toscano presenta ese espritu del rococ de Inglaterra del siglo
XVIII, el cual a travs de imgenes de espacios ajardinados en la pintura la cultura
inglesa represent un mundo que pareca prximo a las fuentes de la vida.
255
As, con
el uso de imgenes alusivas la naturaleza, la pintura [en Europa] fue una obra de arte y
un documento de una visin liberal del mundo.
256

Las extensas descripciones del paisaje son el pretexto de la narradora para
reflexionar sobre la religin, la tica o la literatura.
257
Los datos geogrficos sirven para
ubicar espacialmente los acontecimientos en la novela La hija del bandido o Los
subterrneos del Nevado. Barragn de Toscano utiliza las descripciones del paisaje para
hablar de aspectos ntimos y de herencias intelectuales y culturales; para ella todo [...]

252
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 9.
253
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 9.
254
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 70.
255
Gran Historia del Arte. El Arte Rococ, 26 [videograbacin] Film de Gaby Imhof-Weber y kurt W.
Ochlschger. Una coproduccin de Bayerischen Rundfunks, NHK de Japn y Telepool Manchen.
AMARA, GMBH, 1991. Este material es parte de la enciclopedia Gran Historia del Arte, El Barroco y el
Rococ, vol. 7. Barcelona, Espaa, Editorial Planeta, 1998.
256
Gran Historia del Arte. El Arte Rococ, 27.
257
Morn y Czares, Doa Refugio, 85-86.
94
tiene su poesa, su belleza particular, como dijera Lamartine, el poeta francs.
258
El
Nevado de Colima como se le conoce, o la azul montaa como la nombra ella,
representa la herencia de sus ancestros. Esta expresin representa una herencia cultural
lejana y coloca a la autora en consonancia con el escritor francs Alphonse de
Lamartine, quien expres en su obra Rafael: [n]o se puede comprender bien un
sentimiento ms que en los lugares donde se ha concebido.
259
As, al acudir Barragn
de Toscano a los espacios geogrficos en que pas su infancia los convierte en parte de
su memoria, identidad y fuerza expresiva.
Barragn de Toscano habla de una memoria e identidad de gnero, representadas
con imgenes de una naturaleza dadora de vida, con flores y agua. Coloca a la montaa
al centro de la narrativa, pues est colocada ah por la mano de Dios. La escritora
describe a la montaa con rasgos humanos y a travs de este recurso presenta su
experiencia de vida y percepcin de la realidad desde una identidad de gnero femenil.

[A] esa azul montaa [...] la han contemplado mis ojos con alegra, con
admiracin, con entusiasmo. Y en esas horas de arrobamiento, ha vibrado mi
lira bajo la opresin del sentimiento y he cantado su belleza agreste y
potica.
260



Para describir el paisaje en la novela, Barragn de Toscano utiliz imgenes de gnero.
La autora casi no se refiere al aspecto ms caracterstico del volcn que es su capacidad
eruptiva y explosiva, o a su forma visual flica, rasgos propios de lo masculino. Prefiere
hablar sobre una montaa, caracterizada por una naturaleza que inspira confianza y
predecible calma constante. La montaa no cambia, dice Barragn de Toscano. Est ah,
del mismo color y forma. En su descripcin del Nevado de Colima y del volcn de
Fuego, la escritora presenta silencios y algunas variaciones sobre lo masculino. El
volcn ostenta un crter que se asemeja a la toca de una virgen que significa pureza

258
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 70.
259
El estudio preliminar a Graziella Rafael afirma que hubo traducciones de su autor, Alphonse de
Lamartine, desde los aos treintas del siglo XIX en Mxico. Vase Alfonso de Lamartine, Graziella
Rafael (Mxico, D.F.: Porra, 1987), x. Lamartine es un reconocido poeta, novelista y poltico francs,
vinculado con el movimiento romntico del siglo XIX; Un estudio a la obra de Barragn reconoci la
influencia intelectual de Lamartine en esta autora. Este estudio encontr ciertos paralelismos. Ambos
autores nombran Rafael al protagonista masculino; tambin conciben a la naturaleza como el encuentro
mstico con el alma universal que est depositada en esa misma naturaleza, vase Morn y Czares,
Doa Refugio, 81 y 87.
260
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 9.
95
femenina y virtud. Como una mujer idealizada y representada en la figura de la virgen,
la montaa se convierte en el centro de vida interior y espiritual, pero con capacidad
eruptiva como en el interior de un volcn.
261




La autora recupera la visin romntica cuyo objetivo fue acercar ms el arte a la
vida y a la naturaleza, en contra del clasicismo, cuyos convencionalismos, limitaciones
y artificios, haban concluido, [...] por divorciar al arte de la verdad.
262
Una actitud
romntica y femenina en que la naturaleza se convierte en un puente de enlace entre las
emociones, la sensibilidad artstica del individuo, la fuente de la verdad, y el contacto
del ser humano y lo divino. La naturaleza es un elemento mstico que encierra la fuerza
de la creacin, de lo eterno. Quiz no es gratuito ni accidental que la autora acuda a la
descripcin de la montaa con las caractersticas de un volcn, entendindola como un
poder materno, como smbolos de proteccin, grandeza, temeridad, contacto profundo
con la tierra y el dominio visual de la geografa que representa la altura del Nevado de
Colima, lugar donde se cobijan los personajes y la trama de la novela.

261
Fotografa digital del Volcn de Fuego y del Nevado de Colima.
262
Lamartine, Graziella, Rafael, xxviii.
96
Bajo la perspectiva del anlisis literario, en esta obra se presentan los personajes
de forma mecnica y con poca profundidad psicolgica; la autora los describe a travs
de sus rasgos de bondad o maldad. Ella se presenta como narradora de la novela, y acta
como intermediaria entre los hechos que cuenta y los lectores, y en un momento dice
[v]oy a conducir a mis lectores a la casa de Da. Mercedes, una hora despus del rapto
de Cecilia;
263
o bien, dejmosla observando a sus vecinas, y ya que la pluma nos
permite ir a donde deseamos, penetremos a la pequea sala donde se encontraban, para
escuchar lo que a la sazn decan.
264
Tambin utiliza su voz narrativa para introducirse
en la trama y hacer aclaraciones: Nada me disgusta tanto, cuando leo una novela, como
que el autor deje pendiente el hilo de los acontecimientos y me lleve a presenciar hechos
retrasados, que vienen a entorpecer el pronto desenlace de aquellos.
265
Desde la
perspectiva literaria tradicional la manera de escribir de Barragn de Toscano demuestra
los lmites y las carencias de los personajes y el fracaso en la novela. Para esta crtica
literaria, la autora no debe aparecer porque por su necesidad de aclarar, ordenar y
opinar perturba las reglas literarias cannicas, pues ella debera dejar al lector en
libertad para descubrir los sucesos de la novela y que forme su propia opinin en torno a
los acontecimientos.
266
Esta interpretacin acerca de la forma de narrar de Barragn de
Toscano ha generado dudas acerca de su calidad literaria. Ms all de ellas, mi opinin
es que esa prctica narrativa puede entenderse como una continuacin de otra prctica
ms antigua y conocida por las mujeres: la costumbre de narrar sucesos a travs de la
oralidad.
La historia de las mujeres dice que ellas conservaron y heredaron sus
conocimientos y leyendas de generacin en generacin, principalmente a travs de la
transmisin oral. De esta prctica femenil hablan las consejas de las viejas junto al
fuego [...] que gustaban de narrar y lograban embelesar a su auditorio. Scherezada es el
ejemplo tpico de la habilidad narrativa femenina.
267
En la introduccin a La hija del
bandido o Los subterrneos del Nevado la autora explic que lo que ella hizo fue
trasladar al papel, aunque ligeramente ataviada con el lenguaje de la ficcin y de la
novela, la relacin que de [los hechos criminales de Colombo] [...] me hizo una tarde la

263
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 74.
264
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 46-47.
265
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 74.
266
Morn y Czares, Doa Refugio, 85-86.
267
Gonzlez Casillas, La mujer, 141.
97
ta Mariana.
268
Esto es un ejemplo de la tradicin oral en la vida femenil; ella dijo que
su ta Mariana era una viejecita simptica, divertida y que sola contarme cosas que yo
escuchaba siempre con gusto [y era ] una de esas mujeres que todo lo inquieren, lo
profundizan, lo cuentan
269
. Y cuando narraba revelaba en su acento, en sus palabras y
hasta en sus ademanes
270
un carcter de realidad a lo que contaba.
Un punto ms a considerar es que las intervenciones de la narradora-autora en
la novela, pueden ser comprendidas como recomendaciones morales y expresiones
de ideas polticas, religiosas y de las costumbres de la autora:

Voy a dar a mis lectores una idea ligera de esta fiesta, en que los indios no
omiten nada de lo que contribuye a hermosearla, segn su costumbre
tradicional. Desde la vspera de ese da, se ve a los indios conducir a la plaza
principal unas gruesas y elevadsimas latas barnizadas de cal y pintadas de
colores vivos que forman de trecho en trecho, anillos, alfajores o ramos. Estas
latas deben tener inferiormente, de veinticinco a treinta metros de elevacin y
estn claveteadas de estacas gruesas y redondas. En su parte superior, tienen
una casilla a manera de jaula, hecha de cohetes, y capaz de contener en su
centro, tres o cuatro hombres.
271


En esta novela las constantes interrupciones de Barragn de Toscano para aclarar
algn elemento de la trama, son tambin manifestaciones de gnero, pues la autora
reprodujo en su obra rasgos de su rol social principal, que era el de una mujer que deba
instruir y preservar la moralidad y las costumbres. Hay que contemplar que en esta
poca la prensa y la literatura servan para ilustrar al pueblo, y la novela de Barragn de
Toscano tambin llev a cabo este objetivo.
En la literatura escrita por mujeres, la casa simboliza proteccin para la mujer y
las posibilidades para desarrollarse de diversa manera, pero siempre en el mbito
privado. La ventana de la casa tradicionalmente simboliza las posibilidades de ser o
tener, pero tambin representa el sentimiento que experimenta la mujer de estar atrapada
e inmvil.
272
En la novela de Barragn de Toscano este elemento est presente y alude a
una condicin de privilegio para la mujer, en el sentido que ella puede observar y ser
protegida por la ventana al tiempo de ser invisible para el entorno que observa. Sobre

268
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 10.
269
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 10.
270
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 10.
271
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 60.
272
Sant, Liselle, 'The Yellow-Paper': A Twist on Conventional Symbols,
<http://grammar.ccc.commnet.edu/grammar/composition/liselle.htm> (20 de febrero de 2006).
98
Mara, Barragn de Toscano escribe: hallbase nuestra joven tras la ojiva ventana de su
recmara, medio oculta por los vaporosos encajes de una cortina de tul.
273
Esta figura
de mujer en la ventana significa el poder adquirido a travs de su invisibidad: Cuando
desde all observ que cerraban la ventana, satisfecha y contenta se sent en una silla,
ech lnguidamente la cabeza hacia atrs y esper.
274

Adems, al observar el mundo exterior a travs de la ventana comprende a
profundidad a otras mujeres; sus emociones y pensamientos. La ventana en la novela de
Barragn de Toscano es un elemento que protege, libera y comunica a la mujer de forma
ntima con otros individuos de su mismo gnero. Lo expresa de esta manera Barragn
de Toscano: Lo que tan absorta la tena, no era otra cosa que un grupo de dos mujeres
sentadas al pie de la ventana y que a juzgar por su interior, parecan agobiadas por
amargos sufrimientos.
275
Es as como el smbolo de la ventana sugiere un significado
cercano a la etimologa de la palabra. Ventana es una palabra derivada de ventus, que
significa viento y se refiere a una hendidura en un muro que permite que el interior se
comunique con el exterior.
276
Esta nocin de la palabra sugiere la posibilidad de
conectar los espacios que separa. Mara se conecta de forma personal e ntima con las
otras mujeres, al grado que un impulso la anima a decir: Seremos amigas; y an ms
esa joven ser mi hermana!
277

Otro elemento ligado a la expresin femenina y presente en la novela son las
flores. Barragn de Toscano utiliza a las violetas para expresar situaciones, emociones o
condiciones sociales de las mujeres. Por ejemplo, cuando al salir de la cueva Mara
empieza a relacionarse con la sociedad. El vizconde de Tuneranda, amigo de su padre,
la presenta con sus amistades, quienes pertenecan a la clase ms pudiente y selecta de
la sociedad. En esas reuniones Mara se sobrecoge, pues ella est conciente de ser la hija
de un maleante y conoce la imposibilidad de ser aceptada por esa sociedad. Mara se
mantiene al margen de los eventos y por eso tiene el cuidado [] en ocultase como las
violetas.
278
Barragn de Toscano tambin utiliz la violeta para describir la situacin
de Mara cuando habitaba en las cuevas de la montaas, y escribi: creca all como las

273
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 44.
274
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 48-49.
275
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 44.
276
Marta Lamas, La Ventana, La Ventana. Revista de Estudios de Gnero. Separata conmemorativa de
los diez aos de esta publicacin universitaria (julio 2005): 13.
277
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 49.
278
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 45.
99
violetas silvestres, oculta entre los pliegues de aquella montaa inculta.
279
A partir de
la manera como Barragn de Toscano utiliza las flores en sus textos, y de vincular estas
expresiones con posibles connotaciones culturales y literarias de la poca, es posible
comprender que esas aluciones a elementos de la naturaleza fueron manifestaciones que
representaron a la mujer del siglo XIX. Y tambin fueron la expresin personal de ellas,
acerca de s mismas.



























279
Barragn de Toscano, La hija del bandido, 33.
100

CONCLUSIONES


Considero que las conclusiones son la oportunidad de hacer un balance de lo que
observ en la consecucin de esta tesis, y son una impresin personal acerca del trabajo.
Estas caractersticas les permiten ser el espacio para decir aquello que me inquiet a lo
largo de la tesis, o bien aquello que no inclu en el texto porque lo consider obvio
cuando comenc a escribir. En las siguientes lneas quiero tratar de ciertas
preocupaciones y obviedades que elimin en la introduccin de esta tesis, as como mis
reflexiones finales acerca del trabajo.
Por estas razones ste es el lugar para mostrar con mayor detalle cmo plante
mi proyecto de investigacin Mujeres que escriben: Textos femeninos en la literatura
regional, 1880-1910, y es tambin el momento de rescatar los antecedentes que me
condujeron a la enunciacin del problema. Asimismo, es la oportunidad de exponer las
concepciones que alentaron mi inters por estudiar a las mujeres y su escritura. Y cmo
eso situ mi proyecto en el lmite de los campos acadmicos conocidos como historia de
las mujeres e historia cultural, donde planteo el anlisis desde la teora de gnero.
Para solicitar el ingreso a la Maestra en Historia deba presentar un
anteproyecto de investigacin. Adems, necesitaba exponer las razones de mi inters
para ingresar al programa. De ese modo comenc el proyecto al que titul La escritura
femenina como acto de libertad. Una mirada a textos escritos por mujeres en el siglo
XIX. Este ttulo denotaba la necesidad de afinar la mirada histrica. Pero mostr
claramente que los temas que me interesaban estudiar, eran las mujeres y su escritura.
Como egresada del Diplomado en Estudios de Gnero apliqu los conocimientos en el
anteproyecto solicitado para ingresar a la maestra.
En aquel momento tena como objetivo hacer visible la presencia y las
condiciones de participacin de las mujeres decimonnicas en la literatura. Quera
tambin recuperar la experiencia femenina, revalorar sus prcticas y conocimientos. As
como llegar a dilucidar si existi un corpus de escritura femenina. Para llevar a cabo
estos propsitos establec que mis recursos documentales seran las epstolas y los
archivos eclesisticos. Este planteamiento se nutri de lecturas que hablaban de la
experiencia de mujeres europeas en relacin a la prctica de la escritura. Uno de esos
101
trabajos fue realizado por Mara-Milagros Rivera Garretas, estudiosa de la historia de
las mujeres y especialista en historia europea de la poca medieval. El libro llev el
nombre de Textos y espacios de mujeres. Europa, siglos IV-XV. En l, la autora hace
una seleccin de textos escritos por mujeres, y los analiza aplicando metodologa que el
pensamiento feminista ha elaborado en las ltimas dcadas.

Segn la autora, dichos
textos quedaron relegados de la historia de la literatura porque se construy un canon
literario que no valoraba esas expresiones.
280

El planteamiento bsico en la obra de Rivera Garretas, es que en la sociedad se
construyen diferencias de acceso a la cultura entre los individuos, a partir de la
diferencia biolgico-sexual. Es decir, a partir de la diferencia de nacer varones o
hembras. Este es un planteamiento que he mantenido a lo largo de todo el estudio.
Respecto al anteproyecto tuve que modificarlo de acuerdo a la disciplina histrica y los
recursos documentales locales. En trminos histricos deba ajustar el espacio y el
tiempo. Adems, las primeras pesquisas en bsqueda de epstolas y documentos
eclesisticos para construir el cuerpo documental de anlisis, reflej que no haba
suficientes cartas de mujeres en la localidad. De modo que tena que ampliar las
posibilidades de documentar la escritura femenil, Las mujeres letradas en Colima,
1880-1910 y Mujeres que escriben, Colima 1880-1910. Apropiacin y uso de la
escritura fueron intentos de encontrar el tema, espacio y tiempo para el anlisis.
Ante la dificultad de encontrar cartas de mujeres en Colima slo consegu una-
para estudiarlas, decid establecer como fuente vertebral del proyecto el peridico
oficial El Estado de Colima. Las bondades de esta fuente eran varias: ofreca un registro
del ambiente social y de personajes en Colima durante el periodo que pretenda estudiar,
y tena tambin la particularidad de ser una fuente que permanece casi completa para su
consulta. As surgi un nuevo intento por construir el proyecto, el cual titul Mujeres
que escriben: Textos femeninos en el peridico El Estado de Colima, 1880-1910. El
objetivo en ese momento tom un cariz distinto, quera estudiar la escritura de las
mujeres y lo que sta significaba culturalmente. Entonces, comenc a aventurar
bosquejos de hiptesis y propuse concebir la escritura de las mujeres como elemento y
ejercicio de construccin de identidad, as como punto de convergencia de las prcticas
e ideas sociales.

280
Mara-Milagros Rivera Garretas, Textos y espacios de mujeres (Barcelona: Icaria, 1995), passim.
102
Conciente de que mis primeras lecturas acerca de la historia de las mujeres
europeas me dieron un tema y algunas consideraciones tericas, pero no las fuentes
adecuadas para este contexto, decid hacer una exploracin a estudios locales acerca de
mi tema. La lectura de historiadores locales acerca del siglo XIX me ofreci un
panorama desprovisto de mujeres escritoras en Colima. Segn esos textos, las mujeres
de aquella poca fueron bsicamente maestras y muy pocas escribieron literatura. Mi
pesquisa me llev a la lectura de investigaciones literarias acerca de la literatura escrita
a fines del siglo XIX en Colima. El texto Los decimonnicos. Antologa potica
colimense del siglo XIX me mostr un escenario con amplia vida cultural y poblado de
personajes masculinos. Segn dice su autor, Rogelio Guedea, la motivacin de su
trabajo fue responder a las preguntas: quines fueron los poetas colimenses del siglo
XIX? y qu fue lo que escribieron?
281
A partir de esa preocupacin revis diversos
archivos locales y el peridico El Estado de Colima, de donde rescat obra de 22
poetas, pero en ese rescate no figur ninguna mujer. De la investigacin de Guedea lo
que ms llam mi atencin fue el hecho de l no vio ningn poema escrito por una
mujer. Despus de revisar su trabajo, me interes hablar con l acerca de las
posibilidades de encontrar textos femeniles en el peridico oficial, lo cual, en opinin
del autor era algo lejano: aunque l haba realizado un minucioso reconocimiento de esa
publicacin no encontr ningn poema femenino. Su declaracin, me hizo recordar la
reflexin feminista literaria que seala que el canon literario vigente, o al menos, con el
que tradicionalmente se han revisado los espacios culturales que buscan la expresin
intelectual femenina, ha sido un elemento de discriminacin para las escritoras. Esta
crtica literaria considera que tal canon privilegia reglas de creacin y apreciacin
masculina que no corresponden a la experiencia creativa e intelectual de las mujeres
escritoras. Ese modelo masculino de apreciacin literaria, a travs de la rigurosidad de
sus normas y gneros, ha dejado fuera otras expresiones escritas tanto por hombres
como por mujeres- por considerarlas fuera de la norma, de menor o nula calidad
artstica, y esos textos pueden ser los diarios y las cartas.
De nueva cuenta mi pesquisa mostr una ausencia de expresiones femeninas en
la literatura local. As que decid investigar acerca de obras literarias femeniles en el
peridico oficial. Revis El Estado de Colima, foja por foja, desde enero de 1880 hasta
diciembre de 1910. Esa bsqueda minuciosa mostr que algunas mujeres haban

281
Rogelio Guedea, Los decimonnicos. Antologa potica colimense del siglo XIX (Colima: Universidad
de Colima, 2001), 9.
103
publicado poemas y otros textos en la prensa colimense. Ah estaban los nombres y los
poemas de Margarita Rodrguez,
282
Edda Flores conocida como La Bogotana,
283

Esther Tapia de Castellanos,
284
Luz Brisa
285
y Mara Enriqueta Camarillo y Roa.
286

Estaban tambin los discursos de Isabel Garca de lvarez,
287
Gregoria de Miranda
288
y
Matilde Gonzlez.
289
Y otros textos que se relacionan con nombres de mujeres, pero que
no he podido confirmar la autora femenina hasta ahora. Este hallazgo signific
comenzar a establecer otras preguntas a la investigacin: cmo interpretar la escritura
de las mujeres?, y, qu significaba la ausencia de las mujeres y sus obras en el registro
histrico, as como en la historia de la literatura local?
Lo que hice a continuacin fue enlistar los nombres y textos de ellas, y consult
libros y bases de datos en bsqueda de informacin acerca de esas escritoras. Eso me
llev a ubicar algunas de ellas, quienes eran reconocidas poetas en la historia de la
literatura mexicana del siglo XIX, como Esther Tapia de Castellanos y Mara Refugio
Barragn de Toscano. De esta ltima localic, en la misma fuente, que era una
reconocida escritora a quien se le haba realizado un estudio biogrfico.
290
En el
peridico oficial El Estado de Colima encontr la referencia a la publicacin de un
relato de viaje realizado por las hermanas Larrainzar: Enriqueta, Ernestina y Elena. Del
relato aqul result una obra de cinco volmenes, al que titularon Viaje a varias partes
de Europa por Enriqueta y Ernestina Larrainzar, con un Apndice sobre Italia, Suiza y
los Bordes del Rhin por su hermana Elena L. de Glvez.
291
A travs de este relato las
vimos transitar por poblaciones de nuestra Repblica, cruzar el Atlntico, detenerse en
la Habana, pasar a los Estados Unidos, visitando su gran Metrpoli Nueva York,
abandonar la Amrica, y atravesando los mares, recorrer las ms grandiosas capitales de
la culta Europa.
292

Como estas viajeras del pasado, continu mi recorrido en bsqueda de las
mujeres escritoras en Colima. As, el proyecto volvi a tomar nombre y se convirti en

282
Peridico oficial Estado de Colima, 31 de julio de 1885,124-125.
283
Estado de Colima, 11 de febrero de 1888, 87-88.
284
Estado de Colima, 8 de febrero de 1890, 24.
285
Estado de Colima, 22 de febrero de 1890, 31.
286
Estado de Colima, 5 de julio de 1890, 107.
287
Estado de Colima, 31 de julio de 1885, 125.
288
Estado de Colima, 11 de febrero de 1888, 23.
289
Estado de Colima, 14 de febrero de 1891, 27.
290
Estado de Colima, 16 de julio de 1886, 122.
291
Cecilia Olivares Mansuy, Enriqueta y Ernestina Larrainzar, crnicas de viaje, en Las voces
olvidadas: Antologa crtica de narradoras mexicanas nacidas en el siglo XIX, editado por Ana Rosa
Domenella y Nora Pasternac (Mxico, D.F.: Colegio de Mxico, 1997), 317-354.
292
Estado de Colima, 23 de noviembre de 1883, 188.
104
Mujeres que escriben: Textos femeninos en la literatura regional, 1880-1910. Hasta
este momento ya haba obtenido la evidencia, minscula para realizar un anlisis
histrico, pero vlida para proseguir en mi objetivo de documentar el trayecto de las
mujeres hacia la escritura. As nacieron otras preguntas y otros senderos que explorar.
Como lo he descrito anteriormente, plantear un tema de inters no es
necesariamente un proyecto de investigacin viable. Algunos temas requieren un trabajo
previo para llegar a constituirse en problemas de estudio. En el caso de la historia de las
mujeres, y particularmente en el caso de mi tema, implic hacer ajustes para encontrar
un tema y problema de investigacin. En este caso implic pensar en el diseo de un
protocolo de investigacin creativo, preguntas constantes para afinar el marco
epistmico y considerar que tales cuestionamientos son una gua en la bsqueda.
Implic tambin indagar y adecuar los enfoques tericos.
Quiero mencionar que para este proyecto importaron las condiciones y lmites
que histricamente se conforman en derredor de la caracterstica biolgica de ser mujer.
Me interesaba tambin concebir la escritura como elemento de expresin de lo social.
Pues considero que los trabajos literarios no slo hablan de las ideas o sentimientos de
las autoras, sino que son textos donde es posible leer los valores y prcticas de la
sociedad que los cobija. Hubo varias preguntas, pero las que ms me inquietaron fueron
qu significa la ausencia de las mujeres en la historia tradicional?, y, cmo interpretar
la escritura de las mujeres?
Para dar seguimiento y posible respuesta a estas inquietudes estructur cuatro
captulos en esta tesis.
En el primer captulo me propuse construir un esquema que permitiera presentar
un panorama histrico y social de la poca, donde las mujeres y sus actuaciones fueran
visibles en el contexto nacional y local. Por esta razn deliberadamente evit los
elementos clsicos con que se ha estudiado el periodo: la poltica y la economa. Para
lograr el objetivo consider fundamental avocarme a presentar los espacios y prcticas
que permitieran insertar a las mujeres en la historia porfirista, y stos fueron los
espacios o ambientes culturales. Este estudio me permite considerar que el trmino
cultura refiere a un espacio donde interactan individuos, condiciones histricas,
percepciones y prcticas en permanente redefinicin, conciliacin y conflicto.
Haber encontrado expresiones intelectuales femeninas que el canon literario
vigente, y la prctica histrica tradicional han olvidado, me llev a considerar que los
escenarios sociales deben estudiarse con teoras cercanas a sus prcticas. Los
105
historiadores debemos tener cuidado al utilizar modelos y conceptos que no siempre se
ajustan a las prcticas y valores de la sociedad que estudiamos. Las teoras y conceptos
son tambin producto de una historia del pensamiento particular y tienen contextos
sociales de produccin distintos a lo largo del tiempo y las geografas. Este captulo me
permiti entender que la sociedad, y lo que podemos ver de ella, no son modelos tan
simples en sus dinmicas reales. El esquema de exposicin que utilic estuvo dirigido a
mostrar a las mujeres y sus trabajos intelectuales. Reflej reas de estudio oportunas
para anlisis posteriores: las sociedades de caridad en Colima y su relacin con la
produccin literaria de las mujeres. Estas formas de organizacin deben estudiarse
porque fueron espacios que privilegiaron los valores y costumbres tradicionales, y quiz
puedan decir algo en relacin a la historia de las mujeres.
Adems, construir este apartado signific darme cuenta que la mayora de los
anlisis literarios de la escritura femenina que consult, se enfocan en la construccin de
un corpus de literatura escrita por mujeres desde el canon masculino. Es decir, son
recuperados aquellos textos que participan de las reglas de produccin intelectual
vigente: por tanto slo se recuperan aquellos textos que se relacionan con algn gnero
literario, como la poesa, la novela o el relato de viaje.
En sus orgenes la crtica literaria feminista consider fundamental la
construccin del corpus de literatura escritura por mujeres, as como su legitimacin y
reconocimiento en el canon tradicional. Sin embargo, la reflexin literaria feminista
actual, en su inters por consolidar la teora y metodologa para el estudio de las
mujeres, considera que ubicar o reconstruir la expresin intelectual femenil desde los
valores y prcticas masculinas es decir el canon tradicional- significa dejar en la
oscuridad y en el olvido muchas de las manifestaciones de las mujeres. Por esta razn
ha propuesto reflexionar acerca de los trminos, definiciones y conceptos que son la
base del conocimiento acadmico tradicional, y propone repensarlos y redefinirlos. De
esa manera, las formas expresivas femeniles que inicialmente no pueden ser aceptadas
como manifestaciones literarias, son revaloradas y reinterpretadas. En el caso concreto
del siglo decimonnico, la reduccin conceptual impuesta al trmino literatura por el
canon literario que por cierto no atiende ni al sentido etimolgico de la palabra, ni a la
prctica que de la escritura se tena en esa poca- imposibilita la recuperacin de otros
textos escritos por mujeres, con pleno reconocimiento de su valor esttico.
En el siglo XIX en la cultura Occidental los fenmenos de la palabra escrita y la
tecnologa para reproducirla y expandirla mediante la prensa, tuvieron amplias y
106
profundas repercusiones sociales. En el captulo dos, me pregunt acerca del impacto de
estos fenmenos en las mujeres en Colima a finales del siglo. Esta eleccin permiti
observar que la lectura y la escritura fueron factores de diferenciacin y movilidad
social en Colima: ciertas mujeres lograron modificar su forma de vida y se convirtieron
en maestras, alumnas, lectoras, o bien, escritoras. Al modificar su situacin social estas
mujeres lograron ser vistas y reconocidas de forma legtima en la sociedad. Aunque la
prensa y la educacin pblica democratizaron el acceso a la instruccin, a la lectura y
escritura para las mujeres, tales elementos no fueron de acceso real y semejante para
todas ellas. Algunas de ellas pudieron acceder a estos procesos a travs de su condicin
de clase media, o por su relacin de gnero con varones que simpatizaban con la
propuesta general de instruir a la mujer para beneficio de la sociedad y los nuevos
individuos. Este captulo tambin sugiri estudiar otros temas y otras preguntas. Los
personajes femeninos de Colima que ms destacaron en este apartado fueron Esperanza
Hurtado y Margarita Rodrguez Paz. La primera no escribi, pero representa un ejemplo
de cmo la mujer ha sido aliento de escritores y cmo los valores sociales se han
perpetuado a travs de las imgenes femeninas. Rodrguez Paz tuvo intereses culturales
e impuls la edicin de revistas literarias y pedaggicas: en 1875 la prensa local anunci
la creacin de su revista literaria La Violeta y tambin la revista La Juventud, editada
por un grupo de jvenes que sobrevivi hasta 1880.
293
Ella tambin imprimi la revista
pedaggica La cestita de flores en 1907, y presumiblemente dirigi la revista literaria
Bajo las Palmas de 1920 a 1926. Adems, en 1891 cre un mtodo de lectura, del que
queda mucho por indagar.
Una vez que encontr a las mujeres que participaron de la cultura escrita en
Colima y que encontr suficientes textos de ellas, constru el captulo tercero. En l
intent ubicar significados culturales en los textos. La intencin del estudio fue
distinguir ciertas continuidades culturales presentes en la escritura femenina. Al parecer,
los principios de libertad, individualismo, democracia y nacionalismo propuestos por el
movimiento del romanticismo europeo impactaron en Mxico en la forma de concebir la
escritura, y en una apertura acerca de quines deberan participar en ella. Esa forma de
concebir el mundo permiti que algunas mujeres pudieran aparecer en l de manera
pblica, a travs de sus escritos y el desempeo del oficio de maestras. Este estudio
permiti vislumbrar elementos del pensamiento estructurado acerca del acontecer social,

293
Peridico oficial Estado de Colima, 6 de agosto de 1875.
107
y de las vivencias de gnero experimentadas por las mujeres de la poca. Las mujeres
que analic, escribieron textos de diversos gneros: obras teatrales, cuentos para nios,
novela, cartas, relatos de viaje, y mayoritariamente, poemas. Considero que el uso de la
palabra escrita permiti a estas mujeres utilizar elementos simblicos que representaban
sus cualidades de gnero femenino tradicionales, como la belleza, la ternura y la
maternidad. Pero tambin les permiti presentar cualidades no siempre reconocidas o
atribuidas a las mujeres, como fortaleza, capacidad intelectual, y su presencia real y
legtima en la sociedad. La caracterstica ms aguda en los textos femeniles de esta
poca fue el uso de elementos de la naturaleza, principalmente las flores, para
representar sus cualidades y expectativas de gnero femenino.
En el cuarto captulo me enfoqu en la figura de la maestra Mara Refugio
Barragn de Toscano. Adicionalmente a su profesin de maestra, ella se dedic a
escribir obras en verso y prosa, poemas, cuento, drama y novela. Particip en el
ambiente periodstico en diversos momentos de su vida, y lleg a publicar, dirigir y
fundar un peridico. Al revisar datos biogrficos de este personaje, pude constatar la
cantidad y diversidad de actividades laborales y familiares que realiz durante su vida,
as como su gran produccin literaria. Barragn de Toscano fue una mujer pionera en su
escritura, pues se atrevi escribir no solamente por inquietud intelectual y literaria, sino
tambin para obtener ingresos econmicos, algo bastante raro y desconocido en aquellos
tiempos. Ella logr publicar en los lugares donde vivi: en Colima, en Zapotln el
Grande -conocido en la actualidad como Ciudad Guzmn-, en Guadalajara y en la
ciudad de Mxico. Esas caractersticas me sugirieron abrir las posibilidades de
interpretacin a sus textos, y utilizar la perspectiva cultural y de gnero para analizarlos.
Estoy conciente de que este anlisis es una forma ms de percibir e interpretar los
textos. Sin embargo, esto indica que los comentarios a los textos no son de carcter
unvoco y admiten nuevas interpretaciones.
Esta tesis me permite concluir que la incorporacin de diversos modelos de anlisis, as
como un dinmico marco de preguntas aplicado a la observacin de la realidad, as
como a los modelos de anlisis tradicionales permite elaborar interpretaciones
diferentes. Tambin recordar la posibilidad de construir otras categoras de anlisis que
permitan vislumbrar elementos menos obvios en la sociedad, como lo pueden ser los
trminos de regin y cultura. Pues no debe olvidar que la realidad se interpreta desde un
primer momento, pues las actuales evidencias del pasado transitaron por un proceso de
seleccin y valorizacin, es decir, se registr lo que por alguna razn se consider
108
valioso o necesario. Lo que lleva a pensar que muchos eventos que pasaron y muchas
personas que estuvieron en el pasado no fueron registradas y que, otras ms, se
registraron parcialmente y aguardan una segunda mirada.































109

BIBLIOGRAFA
Archivos y bibliotecas

Colima

Archivo Histrico Municipal de Villa de lvarez (AHMVA).
Archivo Histrico del Municipio de Colima (AHMC).
Archivo Histrico General del Estado de Colima (AHEC).
Biblioteca de Ciencias Miguel de la Madrid Hurtado, Universidad de Colima.
Biblioteca de Ciencias Sociales Francisco Velazco Curiel, Universidad de Colima.

Jalisco

Archivo Histrico del Municipal de Zapotln el Grande (AHMZG).

Biblioteca Pblica del Estado de Jalisco Juan Jos Arreola (BPJ).

Mxico, D.F.

Archivo General de la Nacin (AGN).

Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, Secretara de Hacienda y Crdito Pblico.


Fuentes primarias

Peridicos

El Estado de Colima, entre los aos 1880 y 1910.
La Aurora del Progreso, diciembre de 1862.
La Aurora, febrero de 1874.
110
El Renacimiento. Peridico literario, 2 tomos. 1869; reimpresin,
Mxico, D.F.: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1979.

Libros

Barragn de Toscano, Refugio. La Hija de Nazareth. Poema religioso.
Ciudad Guzmn: Imprenta de J.M. Fuentes, 1880.
Barragn de Toscano, Refugio. La hija del bandido o Los subterrneos
del Nevado. Ciudad Guzmn: Archivo Histrico Municipal de Zapotln
el Grande, 2004.
Vigil, Jos Mara. Poetisas mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX.
1893; reimpresin, Mxico, D.F.: Universidad Nacional Autnoma de
Mxico, 1997.
Vizcarra, Ignacio G. Pequea cartilla histrica de Colima. Colima:
Imprenta del Gobierno del Estado, 1891.

Fuentes secundarias

Libros

Anderson, Bonnie S. y Judith P. Zinsser. Historia de las mujeres: una
historia propia, vol. II. Barcelona: Crtica, 1992.
Arrom, Silvia Marina. Las mujeres de la Ciudad de Mxico, 1790-1857.
Mxico, D.F.: Siglo XXI, 1988.
Bazan, Mlada. Historia de la educacin durante el Porfiriato. Mxico,
D.F.: Colegio de Mxico, 1993.
Caldern de la Barca, M. La vida en Mxico durante una residencia de
dos aos en ese pas. Mxico, D.F.: Porra, 1978.
Carroll, Lewis. Alicia en el pas de las maravillas. Madrid: Alianza
Editorial, 1984.
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