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LA GUERRA CIVIL EN CARMONA
2 3 LA GUERRA CIVIL EN CARMONA Ciclo de Conferencias Carmona, 11, 12 y 13 de abril de 2007 Excmo. Ayuntamiento de Carmona DELEGACIN DE CULTURA Carmona, 2008 4 Fotografas: Cubierta: Eduardo Rodrguez Cabeza Dubois, Calle de San Pedro y Puerta de Sevilla [1928] Portada: Ramn Rodrguez Ros, Corpus Chico [1937] Pg. 9: Annimo, Milicianos de Carmona y su comarca [1936] Pg. 14: US Army, Carmona vista area. 27 de Septiembre de 1956. Pg. 15: Antonio Sancho Corbacho, Convento de Concepcin. 8 de agosto de 1936. Pg. 27: La represin en Tocina (Sevilla) [1936] (Hemeroteca Municipal de Sevilla) Pg. 49: Pedro Panadero, Monumento a Francisco Rodrguez Ojeda, Curro Elas. Alameda de Alfonso XIII, 2005. de la edicin: Excmo. Ayuntamiento de Carmona. Delegacin de Cultura. Archivo Municipal. de los textos: los autores. Imprime: Ingrasevi, s.l. - Carmona. Depsito Legal: SE-2415-2008 5 NDICE Presentacin Jos Miguel ACAL FERNNDEZ Concejal Delegado de Cultura 7-8 Antonio LERA Golpe de estado y guerra civil en Carmona 9-26 Jos Mara GARCA MRQUEZ La represin militar en la provincia de Sevilla 27-48 Francisco ESLAVA RODRGUEZ Consejo de guerra 84/41 contra el alcalde de Carmona: Francisco Rodrguez Ojeda Curro Elas (1889-1945) 49-71 6 7 El Archivo Municipal es una de las dependencias de la Delegacin de Cultura, de la que soy responsable, como Concejal del Ayuntamiento de Carmona. Adems de organizar, conservar y custodiar, el Archivo tiene como funcin la de difundir el patrimonio documental de esta ciudad, para lo que utiliza como medios, las exposiciones, las publicaciones y los Ciclos de Conferencias, con el objetivo de hacer llegar a los ciudadanos los documentos histricos y el contenido de stos. Desde 2005 se han celebrado cuatro ciclos, tres de los cuales se han dedicado a la II Repblica y a la Guerra Civil en Carmona (abril de 2005, mayo de 2006 y abril de 2007) y, como viene siendo habitual, los textos de las conferencias se publican en forma de libro. La II Repblica y la Guerra Civil han sido ampliamente estudiadas en los ltimos aos en todo el pas. En el caso de Carmona, sin embargo, los textos de esta conferencias son prcticamente las nicas aportaciones crticas y exhaustivas referidas a dicho periodo. De ah el inters que para esta Delegacin tienen estas publicaciones. Como en los libros anteriores, los trabajos que se incluyen en ste que corresponden a las conferencias de abril de 2007 han sido elaborados con rigor y seriedad, aunque se expongan de forma somera condicin obligada, dado el formato de la actividad. Hay que destacar tambin, que esta publicacin que presentamos tiene un inters aadido, ya que, a los aspectos sociales, econmicos y polticos sobre la historia de Carmona durante la II Repblica tratados en los Ciclos anteriores, se suma un nuevo asunto cargado de actualidad: lo que se ha dado en llamar recuperacin de la memoria, que pretende el esclarecimiento de los hechos que ha mantenido silenciados la represin franquista y el reconocimiento y resarcimiento moral, poltico y econmico de las vctimas durante la guerra y la dictadura. PRESENTACIN 8 En su artculo: Golpe de Estado y Guerra Civil en Carmona, Antonio Lera describe con detalle el escenario y los hechos ocurridos en la ciudad, aportando la lista real de nombres de las vctimas de nuestra localidad, fruto de un exhaustivo y contrastado anlisis de las fuentes histricas. Por su parte, Francisco Eslava Rodrguez relata con claridad los hechos que se desprenden del expediente del Consejo de guerra 84/41 contra el alcalde de Carmona: Francisco Rodrguez Ojeda Curro Elas (1889-1945). Y, por ltimo, Jos Mara Garca Mrquez, nos ofrece una visin general de La represin militar en la provincia de Sevilla, a partir de la documentacin que se conserva en los fondos de las antiguas Auditoras de Guerra, de los archivos militares. Como Delegado de Cultura del Ayuntamiento de Carmona, soy consciente del valor que tiene el conocimiento de la Historia ms reciente, en general, y de la Historia reciente de nuestro pueblo, en particular, para el fomento de la convivencia pacfca de los ciudadanos. A la que, sin duda, ciclos de conferencias y publicaciones como sta contribuyen.
Jos Miguel Acal Fernndez Concejal de Cultura 9 GOL P E DE E S TADO Y GUE R R A C I VI L E N CAR MONA Antonio LERA 10 11 I Francisco Rodrguez Ojeda, alcalde de Carmona, y Adolfo Chrcoles Vico, secretario municipal, asistieron el quince de julio de mil novecientos treinta y seis en Madrid a la asamblea de municipios con centros de segunda enseanza celebrada a instancias del ayuntamiento de Mora de Ebro (Tarragona). El secretario regres a Carmona inmediatamente por motivos personales pero el alcalde permaneci en Madrid ocupado en otros asuntos, all le sorprendi el golpe de estado militar del da dieciocho y all permaneci durante buena parte de la guerra que le sigui. Tambin le cogi el dieciocho de julio fuera de Carmona al capitn supernumerario de la guardia civil Juan Peralta Villar, que viva en el paseo pero que se encontraba aquel da de visita en Higuera de la Sierra (Huelva). Aunque el cuartel estaba en realidad a cargo del teniente Rafael Martn Cerezo, que permaneci fel a la repblica. II Hubo cargos carmonenses de los partidos obreristas que viajaron a Sevilla el dieciocho de julio de mil novecientos treinta y seis para conocer la situacin en la capital de primera mano, recibiendo instrucciones para afrontar el golpe. Y a la cada de la tarde se constituy en el ayuntamiento de Carmona el comit local de defensa, formado por el socialista de veinticinco aos de edad Antonio Garca Lera, el anarquista de treinta y dos aos Jos Sabn Prez, el republicano de veintinueve Manuel Gmez Montes y el comunista Manuel Rodrguez Mallado tambin de veintinueve. Lera, Sabn y Mallado eran los mximos responsables de sus partidos y sindicatos y Gmez Montes que sustituira al 12 ausente Rodrguez Ojeda era presidente de las juventudes y miembro de la ejecutiva de Unin Republicana. Trabajadores, ciudadanos: El Comit de Defensa, velando por la libertad, que se asienta sobre la ms y mejor organizacin de los cuadros obreros armados, en los que radica hoy la libertad del pueblo, amenazada por el fascismo, y para mejor defensa de la poblacin, acuerda las siguientes normas: 1 Aquellos que carezcan de armas, procurarn no mesclarse [sic] a los grupos armados para su ms libre desenvolvimiento. 2 Solo se le permitir usar armas a aquellos que sepan usarla [sic]. 3 Todo el que posea armas, la presentar [sic] a la comisin, as como toda clase de municiones. 4 Los almacenes de comestibles se pondrn a la inmediata disposicin, para facilitar comida a los concentrados de los pueblos prximos. 5 No se obedecern ms consignas, ni ordenes, que las emanadas de este Comit. 6 Desde las 8 de la noche, quedar completamente prohibido, circular por las afueras ni por las calles de la poblacin, a persona sospechosa, que sern detenidas e identifcadas [sic] por nuestros grupos armados. 7 El que oculte armas, municiones u otros objetos tiles a la defensa, ser responsable de este acto, considerandose por tanto, enemigo del pueblo, y 8 Todo el que falte o vaya contra lo acordado en este bando, ser considerado como enemigo del pueblo, ante el cual responder inexorablemente de cuanto haga. Los momentos son graves, y el pueblo ha de seguir con ahinco y coraje, dispuesto como hasta ahora, a morir como hombres en defensa de la libertad y la justicia. En bien de todos, este bando ha de ser una consigna inexorable que se ha de cumplir por todos. 13 Adelante, adelante! El miembro del comit Gmez Montes se encarg ofcialmente del reparto de armas, en su calidad de jefe de la polica municipal y responsable del orden pblico. III El comit local de defensa acord con el teniente Martn Cerezo en la maana del diecinueve de julio la vigilancia de los accesos a Carmona por medio de piquetes separados de paisanos y de guardias civiles, es decir, bien de piquetes formados slo por paisanos o bien slo por guardias. Un automvil seguido de un camin con anarquistas lleg a Carmona a media tarde por la carretera comarcal del Carmen procedente de Alcal de Guadara (Sevilla) con la idea de formar un grupo de trabajadores de los Alcores para acudir en defensa de Sevilla, haba tres guardias civiles vigilando esta entrada y los ocupantes del camin, creyndolos rebeldes, les tirotearon, y en respuesta los guardias tirotearon al coche, un Citron matrcula SE-16.329 propiedad de la viuda Trinidad Daz, resultando muerto en la refriega el bracero alcalareo Antonio Gonzlez Fernndez, conocido por Aragn, y herido el tambin bracero alcalareo Rafael Aragn Fontao y los guardias civiles Clemente Ridruejo Ayo y Lorenzo Arranz Llorente, as como el trabajador sevillano Jos Peral Alcntara, que acert a pasar en burro casualmente por all en medio de balas y perdigones. El camin se volvi por donde vino y Martn Cerezo acuartel a los civiles. Ridruejo muri aquella misma tarde y los dems heridos ingresaron en el hospital de san Pedro. IV La carretera nacional de Sevilla a Crdoba pasaba entonces necesariamente por la poblacin de Carmona, cuya travesa an era la misma que trazara a fnes del siglo dieciocho el ingeniero militar Fernndez de Angulo. El comit estableci el veinte de julio en este antiguo tramo urbano, entre otras defensas, un piquete parapetado en el acceso del Carmen frente a la fbrica de Rojo, que estaba en la esquina de la calle Jorge Bonsor, una barricada en la calle Sevilla y otra en el paseo ante el convento de Concepcin, gente apostada en el teatro Cerezo, en la torre de san Pedro y en la puerta de Sevilla, y otros piquetes en la salida a Crdoba y en las ramifcaciones a Lora del Ro (Sevilla) y Arahal (Sevilla). 14 La barricada del paseo se form con enseres del convento de Concepcin, asaltado sobre las once de la maana, cuyas monjas fueron desalojadas, refugindose en su mayora en el domicilio familiar de la que fuera abadesa Consuelo Lera, ta materna de uno de los miembros del comit de defensa. Siendo abadesa en ejercicio la valverdea Auxilio Fernndez. Pues bien, una seccin de guardias de asalto sublevada pas todos estos impedimentos camino de Crdoba sin el ms mnimo contratiempo, fngindose leal a la repblica. Y esta ocasin no fue la nica en que los rebeldes, aprovechando la confusin del momento, burlaron estas barreras con engao: luego, un coche Hispano-Suiza con varios ofciales del ejrcito pas en direccin contraria y repost en un surtidor de gasolina que haba junto a la lonja de san Pedro, custodiado por una decena de hombres al mando del comunista Manuel Garca Garca, que intent detenerlo, impidindolo el libertario Rafael Gutirrez Caro, que subido en el estribo pistola en mano le abri paso hacia Sevilla creyendo a los ofciales republicanos y que, en pago, pasado el control del Carmen fue tirado al suelo y tiroteado, por suerte sin consecuencias. Desde entonces cambi evidentemente la estrategia de defensa. 15 V Una compaa de regulares al mando del capitn Elas Corts Quirell entr en Carmona en la maana del veintiuno de julio por la carretera nacional, desplegndose en dos flas que avanzaron una por cada acera de la calle Sevilla y del paseo sin encontrar prcticamente resistencia, alcanzando sobre las once la calle san Pedro, llamada ofcialmente Manuel Azaa. Ahora bien, cuando estuvo entre la puerta de Sevilla y el teatro Cerezo recibi descargas de fusiles y escopetas y bombas caseras por todas partes, hubo regulares heridos y la compaa retrocedi y tom el teatro, donde se guareci, regresando a Sevilla en cuanto pudo. Este episodio lo contar cincuenta aos despus, con ojos infantiles, el escritor Jos Mara Requena, hijo de un conocido boticario de entonces. Once aos contaba yo al estallar la guerra civil. La calle de nuestra casa familiar de Carmona escribi Requena fue campo de batalla en varias oca- siones, durante varios das. En la primera de ellas, una compaa de moros intent la toma del pueblo y hubieron de retirarse a Sevilla con unos cuantos 16 heridos. Uno de aquellos soldados con turbante y chilaba dispar contra la puerta de la farmacia y la bala hizo estallar en aicos una caja repleta de ampollas de aceite alcanforado, con lo que huele eso. La desagradable inten- sidad del olor fue como un temido mensaje de alarma para nosotros, agazapa- dos muy al fondo de la casa bajo el arco de un viejo y ancho muro. Un conocido derechista de Carmona, el abogado Emilio Villa Baena acompaaba a los regulares. Sobre la una de la tarde sali del teatro Cerezo para parlamentar con sus paisanos en nombre del capitn Corts Quirell llevando por rehenes para garantizar su integridad fsica al flocomunista Manuel Prez Abeja, apodado el cojo Fohncho, a un Crucilla y a un Chano que estudiaba msica. Los tres capturados en la toma del propio teatro. Fohncho le arrebat a Villa por sorpresa una pistola FN 7.65 que llevaba oculta y dos cargadores camino del control de la salida a Lora, que estaba a cargo del albail socialista Manuel vila Vzquez, conocido por Almendro, donde lo entreg. Villa dio el plazo de una hora establecido por Corts para que sus paisanos permitieran la retirada de los rebeldes hacia Sevilla o, en caso contrario, pondran en peligro la vida de otros diecisis prisioneros que permanecan con los regulares en el teatro: Joaqun Algarn Peralta conocido por el Paraeo, Clemente Baos Lancharro el hijo de la Puerto, Juan Bentez Gonzlez, Francisco Cabada Pedrosa, Juan Carrin Bentez el Visueo, Manuel Garzn Prez, Pedro Gonzlez Cruz y Miguel Gonzlez Prez ambos de los Chato, Manuel Jimnez Aparicio alias Mochale, Francisco Maqueda Castaos llamado Cisquerito, Juan Martnez Garca, Manuel Medina Vzquez el Sordo, Antonio Nogales Rodrguez tambin de los Crucilla, Juan Ortega Martnez el Ronco, Cristbal Paredes Baeza apodado Pajarito y Mariano Piero Daz el Grillo. Pasaba el tiempo sin respuesta y la compaa de regulares sali del Cerezo y abandon Carmona con direccin a Sevilla empleando a los prisioneros como escudo humano. Con esta marcha, Emilio Villa qued abandonado a su suerte, siendo asesinado al parecer por el dirigente cenetista Vctor Rincn Moreno en una casa de vecinos de la calle Gonzlez Girn que hoy es Santa Ana nmero diez donde estaba retenido, cerca del control de Lora. Rincn era de Granja de Torrehermosa (Badajoz) pero viva en Constantina (Sevilla) y se encontraba en Carmona con otros camaradas de la sierra. Comenz entonces la bsqueda a domicilio de derechistas notables y fueron detenidos y encarcelados hasta 18 individuos en la prevencin municipal de los 17 stanos del ayuntamiento, llamada popularmente la casilla, entre ellos, Rafael Caballos Gavira, ngel Casares Garca, Manuel Gavira Acal, Francisco Prez Luna, Rafael Requena Garca, Hilario Romn Garrido, Antonio Rodrguez Hoyos, Rafael Snchez Belloso, Juan Snchez Carrera, Pedro Villa Baena y Rafael Zayas Domnguez. Fueron requisadas las armas en su poder y en la armera del citado Casares, que haba recibido seis cajas de pistolitas del 6.35, con cinco balas en palabras de quienes las incautaron. Y dos coches buscaron armas por el campo. El propietario Gregorio Rodrguez Pelez, Goro el medidor, huy con una escopeta por los tejados de su casa, sita en la calle san Felipe nmero diecisiete, entonces llamada de ngel Pestaa, y fue alcanzado por un disparo de tercerola del que result muerto. El general Queipo de Llano amenaz aquella misma noche en una de sus famosas charlas radiofnicas con un castigo ejemplar para Carmona. VI El estado mayor de Sevilla form una columna compuesta por dos caones, una seccin de ametralladoras, un tabor de regulares, un grupo de legionarios y otro grupo de falangistas que puso al mando de los comandantes Simn Lapatza, como primero, y Eduardo lvarez de Rementera, como segundo. Un avin procedente del aerdromo sevillano de Tablada bombarde Carmona sobre las once de la maana de nuevo y por tercera vez, como en los dos das anteriores, sobre las once de la maana del mircoles veintids de julio de mil novecientos treinta y seis, amedrentando al vecindario y abriendo paso a la columna de Lapatza y Rementera en su primera misin. La columna ametrall los accesos a la ciudad por el Carmen, caone las barricadas que le salieron al paso y despleg a sus hombres por las aceras de la calle Sevilla, calle Enmedio, que entonces era Marcelino Domingo, y calle san Francisco, llamada Jos Nakens, luego el paseo, la puerta de Sevilla y el recinto amurallado, tomando la poblacin con relativa facilidad y evidente supremaca en el armamento. Los defensores se ocultaron o huyeron y la guardia civil cambi de bando aprovechando la confusin del momento, no obstante, el teniente Rafael Martn Cerezo fue detenido en su domicilio, llevado al ayuntamiento y tiroteado mientras se alejaba camino del cuartel, resultando herido de tal gravedad que muri al da siguiente. 18 En los enfrentamientos del veintids muri un desconocido con camiseta a rayas azules y blancas y en el sitio del Cenicero el bracero y militante confederal Jos Villaln Rodrguez, y resultaron heridos, entre otros, Antonio Rodrguez cerca de la fbrica de Rojo y Miguel Villatoro en la calle Teniente Lera. Y aquel mismo da fueron asesinados otros diez ciudadanos: Manuel Fernndez Prez llamado la Morena, Antonio Fuentes Recio, Antonio Lpez Gonzlez, Eduardo Ojeda Ojeda, Juan Parra Rodrguez el Gallego, Daniel Perea Bravo conocido por Pelele, Jos Rodrguez Escamilla por Palanco, Francisco Rodrguez Macas por Ataque, Pedro de Ronda y Antonio Surez Castejn apodado Castejn Rubio. Mientras que, en cambio, eran liberados y armados los detenidos en la casilla desde la tarde anterior, quienes junto con la Guardia Civil, algunos falangista y personas de orden montaron la vigilancia desde las torres, por las calles y por los alrededores de Carmona para impedir el asalto de los huidos, si es que el asalto era posible. De los que no volvern algo ms de doscientos, doscientos trece incluyendo al alcalde y algn que otro ausente de antemano y a unos pocos que permanecieron en la ciudad y en el campo ocultos como topos. Con la columna fascista llegaron a Carmona los capitanes Antonio y Germn Villa Baena, hermanos de Emilio, y el teniente Francisco Villa Salgado, sobrino del mismo, adems de otros carmonenses disfrazados de moros, es decir, con el uniforme de regulares, como lo hizo el que fuera alcalde lerruxista por orden gubernativa Miguel Caballos Fernndez, segn sus propias declaraciones. Un grupo de los ocupantes se present en la crcel del partido y, adelantndose a l, Germn Villa, un cabo y un tal Pelegrino liberaron a dos de los seis presos que all se encontraban, como puso en conocimiento del juez municipal el director de la prisin, a saber: Manuel Rodrguez Fernndez, que cumpla condena por estafa, y Ramn Villanueva Garca, en prisin preventiva a disposicin judicial por homicidio frustrado en la persona de su esposa. Ambos militantes falangistas. VII El comandante Lapatza en calidad de jefe militar de las fuerzas ocupantes nombr sobre la marcha una comisin gestora municipal que tom posesin al da siguiente de manos del nuevo teniente de la guardia civil Francisco Gonzlez Narbona, comandante militar de la plaza. Presidi esta comisin Manuel Villa Baena, otro hermano de Emilio, estando formada por los vocales Manuel Caballos Belloso, Manuel Gavira Acal, Hilario Romn Garrido, Miguel Rivas Borrego, Manuel Daz Villasante, Ramn Cansino Bascn y Antonio Mancera Hoyos. 19 El veintitrs de julio continu la vigilancia en las torres y en las calles y continuaron las batidas de falangistas y guardias civiles por los campos, y pas por Carmona en direccin a Crdoba una seccin de la legin, y el veinticinco pas un contingente del ejrcito africano. El veintisis de julio muri por explosin de bomba en el huerto del Cartero el nio de ocho aos Miguel Gonzlez Blanco. Y de orden frmada de puo y letra por Queipo de Llano a primero de agosto, los fondos de la cuenta abierta en el banco Central a nombre de Manuel Mora Torres, Jos Sabn Prez y Antonio Caballero Maqueda caudales que pertenecan en realidad a la CNT, a la Confederacin Nacional del Trabajo se emplearon en la reparacin de los desperfectos producidos en Carmona con motivo de la resistencia ofrecida por los elementos marxistas, o sea, en los destrozos callejeros producidos en la toma de la ciudad por las tropas rebeldes. Estos trabajos ascendieron segn el aparejador municipal a cinco mil cuatrocientas cuarenta y tres pesetas con setenta y tres cntimos. VIII Con el nio Gonzlez Blanco hubo en total dieciocho muertos, dos de ellos fascistas, Villa y Goro. Pero el comandante militar Gonzlez Narbona plant su despacho en el saln de sesiones del ayuntamiento y rodeado segn dijo de los elementos de mayor solbencia [sic] moral realiz cuantas detenciones y aplic el bando de guerra cuantas veces crey oportuno. De las que resultaron veintitrs sacas en cuatro meses, desde fnes de julio hasta fnes de noviembre de mil novecientos treinta y seis. Aunque Gonzlez Narbona fue relevado en el cargo diez das antes. La junta gestora municipal tambin haba cambiado en parte casi tres meses antes, encabezndola entonces el maestro de escuela falangista Hilario Romn Garrido. Otra vctima de este tribunal fue Antonia Osuna Ojeda, conocida por la Castellana, asfxiada por suspensin en la casilla, es decir, ahorcada el dos de septiembre. En un suicidio inducido por pura vejacin. De estas personas, diecisis fueron mujeres y el resto hombres, nueve de ellos forasteros sin domicilio en nuestra ciudad (marcados a continuacin con * ). Los fascistas detenan generalmente en sus viviendas o donde los descubran ocultos si eran perseguidos o denunciados a quienes consideraban sospechosos, 20 y los encarcelaban, pasando a la casilla mientras los interrogaban o apartaban por alguna otra razn, sobre todo si eran mujeres, y a los condenados a muerte los sacaban normalmente de la crcel amarrados unos con otros y los montaban en un camin para darles el paseo. Aunque, algunos ni llegaron al fnal del trayecto. Como fue el caso de Jos Lara Rodrguez, conocido por el Sevillano, asesinado sin bajar siquiera del camin por desobedecer una orden a su paso por la calle Real, entonces Antonio Rodrguez Lpez, esquina a Vidal. En contrapartida, tres se fugaron durante el fatdico viaje: Jos Gmez Oliva apodado el Bello, Antonio Gonzlez Camero el Rubio y Rafael Lpez Velasco el Piara. La escena fue siempre la misma: el Bello, por ejemplo, se solt de la cuerda de presos al dar un frenazo el camin bajando la cuesta de Brenes hacia la fbrica de aguardiente, y corri, ocultndose en la maleza de los alcores hasta que pudo huir. En defnitiva y adems de las vctimas ya citadas, los fusilados en Carmona, saca a saca, uno a uno, con nombres y apellidos y apodos en su caso para mejor distinguirlos y acercarlos familiarmente fueron los que siguen. 29 de julio Enrique lvarez Cceres - Betunero Jos Daz Buiza - Manta Jos Gallardo Simn Arturo Gaona Barroso Miguel Jaln Martnez Antonio Jara Real - Caminero Gabriel Len Fernndez - Pollo Francisco Prez Olganvides - Jerez Juan Ramos Caada - Salmern 2 de agosto Jos Antnez y Snchez Barranco Antonio Cruz Parrondo - Mariposo Rafael Garca Castellano Felipe Garca Gago - Cojo Guillena Juan Gonzlez Pulido - Capacha Francisco Guilln Mora - Granao Antonio Lpez Candilejo - Chicle Eduardo Lozano Diz - Lucas 21 Jos Maqueda Pea - Tarzn del Valle Antonio de los Santos Fernndez - Flora 6 de agosto Jos vila Vzquez Jos Domnguez Lpez - Nicanor Antonio Fernndez Garca - Martillo Enrique Piero Rodrguez - Viejo Pregonero 7 de agosto Antonio lvarez Gonzlez - Juanarro Juan lvarez Prez - Montero Antonio Calzn Preguezuelo Jos Garca Milla - Matacabrero Francisco Lorenzo Lpez - Cojo Espartero Manuel Miranda Montes - Mirandilla Juan Osuna Baena - Osunilla Francisco Prez Lpez - Miseria Jos Prez Torres - Tenazas Carmen Pintado Fernndez - Boquina Gracia Pintado Fernndez - Pel Jos Reyes Mallado - Banega Jos de los Santos Fernndez - Flora 8 de agosto Jos Alonso Rodrguez - Barchicha Manuel Caballero Prez - Zajn David Castillo Piero * Juan Fernndez Maqueda - Faralaes Jos Gmez Garrido - Cipote Manuel Jimnez Prez - Tuerto Sampedro Luis Medina Rodrguez - Vareta Jos Montero Gonzlez * Juan Osuna Gonzlez - Pajarillo Antonio Rodrguez Ojeda - Sobrino de Elas Antonio Tomillero Morante Francisco Trapero Antn - Intrprete Manuel Valverde Sarmiento- Bizco Valverde 22 13 de agosto Jos Enrique Delgado Manuel Romero Prez - Romerillo 14 de agosto Francisco Alonso Parrilla - Peluca Jos Atencia Rodrguez - Cochero Juan Jos Carrero Parras - Flora Francisco Fernndez Garca - Martillo Juan Gonzlez Aranda - Olivete Jos Guilln Mora - Granao Joaqun Guindo Vargas Francisco Len Medina - Cojo Quema Jos Maqueda vila - Potroso Baldomero Maqueda Gonzlez - Pirraca Jos Maqueda Gonzlez - Pirraca Antonio Morante Tomillero Francisco Muoz Rodrguez - Frascn Luis Navarro Macas - Sabn Juan Prez Fernndez - Perea Antonio Ruiz Manzano - Sagasta Sebastin Snchez Barra - Chico Sebastin Francisco Villanueva Fernndez - Cuquero 21 de agosto Antonio Salazar Lpez 22 de agosto Manuel lvarez Moreno * Francisco Blanco Gmez - Rey Viejo Antonio Cruz Almendro * Francisco Estabolite Hualde * - Popular Rafael Gmez Puerto - Bizco Amalia Gonzlez Guerra - Merina Antonio Gonzlez Pulido - Capacha Rafael Montilla Aranda - Chulo Jos Ojeda Gmez - Manteco Antonio Ojeda Navarro * 23 Dolores Pajarn Snchez Manuel Prez Diz - Manoln Lutgardo Piero Mallado - Miii Victoriano Rodrguez Albandea - Cojo Victoriano 24 de agosto Antonio Bentez Hortnez - Calero Manuel Caballero Montes Juan Garca Lora - Matacabrero Jos Llamas Gutirrez Manuel Rodrguez Alcntara - Teja Concepcin Rodrguez Garca - Huesa Antonio Rodrguez Gonzlez - Palomillo Juan Rodrguez Tirado - Cubero Francisco Vzquez Herrero - Calimanco 25 de agosto Carmen Fernndez Herrero - Minera Juan Fernndez Rodrguez - Caete Juan Gmez Villar - Rey Viejo Isabel Recio Pedrosa Jos Recio Pedrosa - Bomba Jos Snchez Pajarn - Zapatero Jos Surez Rajado - Ventura 1 de septiembre Juan Alfonso Gonzlez Gregorio Delgado Aguado - Granano Agustn Fernndez Gonzlez - Botinero Antonio Fernndez Muoz - Martillo Antonio Gavira Prez - Pesuo Eugenio Gordillo Montero Andrs Guerra Ramos - Merino Calixto Jimnez Reina - Hermano de Papafrita Antonio Lpez Mesa - Chicle Jos Lpez Reina - Realito Francisco Medina Prez - Lern 24 Jos Moreno Alfonso - Talega Francisco Navarro Muoz - Perea Francisco Nodal vila - Santero Jos Ordez Prez - Pando Antonio Pacheco Vzquez Antonio Prez Garca - Carbonero Manuel Ricoy Fernndez Baldomero Rodrguez Lago Salvador Tomillero Morante 2 de septiembre Agustn Hidalgo Algarn - Paraeo 4 de septiembre Jos lvarez Hoyos - Juanarro Rafael Aragn Fontao * Manuel Cano Garrido - Ecijano Pedro Carmona Jimnez - Candel Isabel Carmona Lpez - Avispa Ramn Fernndez Ortega - Monago Miguel Gavira Santamara - Gavirilla Antonio Gmez Dvila - Bigote Juan Gonzlez Jimnez- El de Pimpina Manuel Gutirrez Barrios Catalina Jimnez Moreno - Pimpina Rosario Lpez Caballero - Avispa Antonio Martn Prez - Tripita Manuel Medina Prez - Lern Gracia Medina Rodrguez - Placilla Manuel Olmo Ruiz - Marchenero Jos de la Ossa lvarez Francisco Pozo Jimnez Manuel Romero Moreno - Seorito 22 de septiembre Jos Abeja Domnguez - Abejilla Antonio Alcaide Lpez 25 Juan Alfonso Garca - Papalina Jos Alfonso Gonzlez Juan Castao Fernndez - Castaito Jos Daz Snchez - Yegerizo Manuel Fernndez Tomillero - Zenn Francisco Garca Jimnez Manuel Gmez Montes Manuel Gonzlez Gmez - Volantn Mara Morante Tomillero Agapito Otero Fernndez - Gallego Manuel Paredes Gonzlez Jos Prez Molina Manuel Piero Guijarro - Cogollo Gracia Sabn Prado - Montoro Cristbal Salcedo Gallardo - Paco del Agua Jos Vzquez Marchena Rafael Vzquez Villar 24 de septiembre Manuel Barrera Garca - Catenda Emilio Calvo Garca - Columnilla Antonio Cerpa Parral - Despechugao Juan Daz beda Juan Escamilla Morillo - Gaviri Francisco Galisteo Prez Antonio Galvn Chamizo - Tuerto Chamizo Manuel Garca Carrero - Cagao Gabriel Garca Marchena - Manco Jos Gonzlez Vera - Lagrimita Antonio Martn Rubio - Portugus Rosario Morante Alcntara Manuel Muoz Fernndez - Mataladrones Antonio Rodrguez Puerto * - Panivino Jos Tomillero Piero 2 de octubre Manuel Blanco Santos - Bandera 26 24 de octubre Simn Corvete Clavijo * Jos Lara Rodrguez - Sevillano Juan Lpez Caballero - Avispa Modesto Rodrguez Daz - Ciria 2 de noviembre Francisco Gutirrez Nieto - Mesa 21 de noviembre Manuel Fuentes Prez - Cochinita Manuel Mndez Garca - Carbonero 22 de noviembre Emilio Fernndez Gutirrez - Lezna Antonio Nodal Pulido 25 de noviembre Rafael Colomer Juristo 28 de noviembre Jos Snchez Lobato - Quinqu Diego Vega Vivas Sin especifcar Dolores lvarez Vzquez - Forrajillo Rafael Bautista Trujillo 27 LA R E P R E S I N MI L I TAR E N L A P R OVI NC I A DE SE VI L L A Jos Mara GARCA MRQUEZ 28 29 No puede nadie en absoluto probar que se ha cometido en ningn pueblo, en ninguna parte, la villana de asesinar a una sola persona. Gonzalo Queipo de Llano. ABC, 30 de agosto de 1936 La reciente investigacin histrica y la informacin que se est aportando desde el estudio de los archivos militares, principalmente los fondos de las antiguas Auditoras de Guerra, estn conduciendo, poco a poco, a rescribir numerosos aspectos del golpe militar del 18 de julio. Y no solo porque estos documentos permiten establecer una cronologa exacta de los hechos y una identifcacin completa de sus participantes, sino porque tambin vienen a describir numerosos sucesos que, hasta ahora, haban sido desconocidos o silenciados. Estamos conociendo los entresijos de la represin militar y los mecanismos de su funcionamiento, precisamente desde el interior, desde su documentacin, desde sus propios centros de decisin. No estamos interpretando la historia desde posiciones contrarias, desde documentacin republicana o desde la bibliografa existente. Estamos leyendo sus propios papeles. Los papeles que se han conservado de la brutal represin que se llev a cabo contra la poblacin civil por parte de los militares sublevados. Porque la represin es militar. Se ha deformado hasta la saciedad, el protagonismo represivo de otras fuerzas, como las milicias nacionales o milicias de Falange y Requets. Entre otras razones porque los propios militares, durante aos, no tuvieron ningn inconveniente en dejar correr estas afrmaciones que, en cierta forma, excusaban a ellos mismos. Y aunque es evidente el papel represor que estas milicias tuvieron, hay que precisar que, en todo momento, fue dirigida y controlada por los mandos militares. La represin se lleva a cabo bajo una estructura defnida y unas fases claramente diferenciadas. 30 En la pirmide estructural se encuentra el mando de la II Divisin, (lase Queipo de Llano) auxiliado por un brazo represivo compuesto por el Estado Mayor de dicha Divisin (a su frente el entonces Comandante Cuesta Monereo), el Auditor de Guerra (Francisco Bohrquez Vecina) y el Delegado Militar Gubernativo de Orden Pblico para Andaluca Occidental y Extremadura (Capitn Manuel Daz Criado), cargo especialmente creado el 25 de julio para llevar a cabo la direccin de la poltica represiva. Desde este triple organigrama es de donde parte la estructura jerrquica bajo la que quedan las Comandancias Militares y las diferentes unidades del ejrcito sublevado. A su vez, las Comandancias Militares tienen en sus localidades, el mando directo sobre las fuerzas de la Guardia Civil y las milicias. No se olvide que son Comandantes Militares sin soldados a sus rdenes, pues stos estn en los frentes. La organizacin civil establecida por los golpistas, Gobiernos Civiles, Diputaciones Provinciales y Comisiones Gestoras, quedan supeditadas a la triloga de mando, as como sus propias Comisaras de Polica o Polica Municipal y Rural. Las rdenes de ejecucin que se llevan a cabo, denominadas casi siempre, aplicacin del Bando de Guerra, son dadas por los Autoridades Militares o autorizadas por stos. As es en todos los casos que hemos estudiado. Y en aquellos en los que, sin esta orden o autorizacin, se lleva a cabo el fusilamiento de alguna persona, por fuerzas de las milicias cvicas, falangistas o requets, existe un procedimiento abierto contra sus autores, independientemente de que su resultado sea sancionador o no 1 . En ningn momento las autoridades militares permiten que otras fuerzas establezcan prerrogativas que les corresponden a ellos. Sin embargo, la visin popular de la imagen de la represin, tanto en las ciudades como en los pueblos, es otra. Los testigos directos, los testimonios orales, los escritos que se conocen, nos hablan sobre todo de milicias de falange que detienen, que interrogan, que torturan, que forman los piquetes de ejecucin. Y es cierta esa visin. Pero no suele fgurar en esa visin de los hechos la fgura del responsable de la represin: el Comandante Militar. 1. Hemos localizado una veintena de procedimientos instruidos mayoritariamente a falangistas, que llevaron a cabo asesinatos por su cuenta, sin autorizacin del Comandante Militar y que fue- ron procesados por ello. Como ejemplo ms ilustrativo de todos ellos, puede citarse el de Pablo Fernndez Gmez, el que siendo Jefe de la Brigadilla de Ejecuciones de Falange, llev a cabo tres asesinatos (de los ms de ochocientos en los que particip) sin orden alguna. Finalmente fue condenado a la pena de muerte y ejecutado. ATMT2. Causa 380/40, legajo 339-13499. 31 Y no suele apreciarse que slo con el concurso y autorizacin de ste, los derechistas del pueblo llevarn a cabo la pacifcacin de la retaguardia, que es como suele denominarse. Insistimos en la fgura del Comandante Militar por ser la pieza clave instrumental del mecanismo represivo en los pueblos, sin olvidar que en algunos pueblos medianos y pequeos, el propio comandante de puesto de la Guardia Civil asume sus funciones y que en aquellas pequeas localidades donde no exista puesto de la Guardia Civil, suele ser el presidente de la Gestora el designado para ello. Desde los primeros momentos, la informacin referente a la represin que se lleva a cabo, es fuida y diaria. Se cursan a la Divisin partes detallados de todas las personas que son detenidas y la situacin de stas. Se informa de los traslados entre distintos centros de reclusin. Se envan las listas X-2 (denominacin militar de Pena de Muerte) correspondientes a cada da. La propia Divisin, con todos los nombres, y en su Auditora de Guerra, elabora un detallado fchero nominal donde cada individuo, acumular la informacin que sobre l se produzca. Esta informacin, creemos que en su totalidad, fue reutilizada en sus dorsos como papel reciclado, segn hemos comprobado. Al mismo tiempo y, por el Negociado de Investigacin, se confecciona un gigantesco fchero informativo, tambin de carcter nominal, donde se incluyen todos los nombres que se obtienen por agentes de informacin, denuncias annimas, declaraciones de detenidos, noticias de prensa, registros de socios o afliados, relaciones con bienes incautados a organizaciones polticas, societarias o sindicales, etc. 2
2. Una parte signifcativa de estos gigantescos archivos, se conserva en los dorsos de los millares de carpetillas que se conservan en el Archivo de la antigua Auditora de Guerra (hoy Archivo del Tribunal Militar Territorial Segundo, ATMT2) y que fueron recicladas en su uso. La informacin que arrojan, nos indican que, desde el mismo 19 de julio de 1936, fueron llegando las informaciones puntuales de todas las detenciones que se producan, ya en la capital o en los pueblos, mediante comunicaciones telegrfcas o telefnicas. Se comunicaron todos los traslados entre los distintos centros de reclusin y todas las salidas de los mismos, bien en libertad, para cumplir arrestos en al- gn campo de concentracin o directamente para aplicarle el bando de guerra y, a partir de marzo de 1937, para ejecucin de sentencia. Este archivo, del Negociado de Investigacin de la Auditora de Guerra, continu la labor que ya con anterioridad realizaban los militares en el perodo republicano. Adems de las carpetillas individuales, se confeccion un fchero (muchas de cuyas fchas se incor- porarn como informacin secreta a los procedimientos sumarsimos), donde se hicieron extensas y minuciosas anotaciones de todos los nombres que aparecieron en la prensa republicana, ya bien por informaciones de congresos, reuniones societarias, escritos o artculos, etc., as como los nombres de todos los registros de socios y afliados incautados a las diferentes organizaciones. Hasta elencos de actores participantes en obras consideradas desafectas o irreverentes, miembros de ateneos culturales, sociedades deportivas, etc. Nada escap a la exhaustiva investigacin militar. Bastaba un simple apodo o un solo apellido, para que el fchero recogiera la fcha correspondiente. 32 Las alusiones que se dan en gran parte de la historiografa sobre la guerra civil, sobre ajustes de cuentas, venganzas personales, etc., pueden ser ciertas en sus motivaciones, pero la investigacin demuestra que, siempre, salvo casos muy excepcionales, se llevan a efecto con la autorizacin u orden del Comandante Militar. Tampoco puede hablarse, sin rigor alguno, sobre asesinatos incontrolados o, como algunos autores establecen, de dos perodos represivos: la de la represin descontrolada y la de los Consejos de Guerra. La represin se lleva a cabo bajo un conjunto de Bandos y rdenes que emanan directamente de Queipo de Llano. Estos bandos, contra lo que algunos historiadores sealan, no son intimidatorios. Son rdenes que, amn de su difusin en la prensa escrita y en la radio, son remitidas por telegrama o telefonema a las Comandancias Militares para su ejecucin, tal y como la investigacin demuestra 3 . Son el soporte legal bajo el que se va a desarrollar una brutal represalia que abarcar a todo tipo de personas, quedando stas incursas en cualquiera de los mltiples apartados que los bandos consideran sancionables. No es desde luego el famoso Bando de Guerra del 18 de julio, elaborado por Cuesta con la colaboracin del auditor Bohrquez, el que va regir la represin. Es un error grave considerar este documento como la gua represiva de los sublevados. Conviene recordar, por olvidarse frecuentemente, que dicho Bando, en sus artculos 2, 3 y 4 se dedica a advertir a los contraventores, que sern juzgados en juicio sumarsimo aquellos que se mantengan en huelga, no entreguen las armas o a los autores de incendios, atentados o perturbadores de la vida en el territorio de la Divisin. En los tres das siguientes, Queipo dicta dos nuevos Bandos (el nmero 2, de 20 de julio, decretando la movilizacin ferroviaria y el nmero 3, de 21 de julio, dictando la militarizacin de los obreros de los establecimientos militares) y cinco Ordenes (la nm. 1, sobre la incorporacin de los funcionarios de servicios bsicos, la nm. 2, sobre la apertura inmediata de bares, cafs, etc., las dos de fecha 19 de julio y al da siguiente dos nuevas rdenes, la nmero 3, exigiendo la incorporacin de los guardias municipales y la nmero 4, obligando a la presentacin de conductores con sus vehculos requisados. El 3. Aunque la mayora de los telegramas dirigidos a las Comandancias Militares han desaparecido, con alguna frecuencia, copias de stos, son encontrados en diferentes procedimientos judiciales. Vase como ejemplo en ATMT2, el sumario 1709/37, Legajo 134-4740. 33 da 21, se dicta la Orden nm. 5, relativa al servicio pblico y auto-taxis). Estos Bandos y Ordenes de los tres das que siguen a la sublevacin, hablan tambin con claridad de sanciones, despidos y juicios sumarsimos. Pero es el 23 de julio cuando todo va a cambiar. A la vista de la resistencia popular al golpe, Queipo va a dejar a un lado los procedimientos legales y los juicios sumarsimos, para llamar, clara y terminantemente, a la eliminacin, sin procedimiento alguno, de sus oponentes y para ello, no slo vocear en la radio terribles amenazas sino, lo que es peor, frmar los Bandos necesarios 4 . En la madrugada de ese mismo da y en la Orden que dirige expresamente a los vecinos de Triana, Queipo habla ya de ejecuciones inmediatas, no de detenciones ni de procedimientos. No importa que no se haya usado un arma o que incluso sta est inservible o sin municin. Bastar que se le encuentren armas sin autorizacin militar para que sean fusilados. Esta Orden, que el propio Castejn ya haba puesto en prctica en el mismo barrio, llevar a la muerte a muchas personas que, tras la entrada de las columnas en sus pueblos, entregan sus escopetas y pistolas voluntariamente al comandante militar. Ante la persistente negativa de muchos obreros en volver al trabajo, un nuevo Bando, el nmero 4, dir: ...en todo gremio que se produzca una huelga o un abandono de servicios que por su importancia pudiera estimarse como tal, sern pasadas por las armas inmediatamente todas las personas que compongan la directiva del gremio y, adems, un nmero igual de individuos de ste, discrecionalmente escogido. Medidas como sta que, amn de obviar procedimiento alguno, instituyen una feroz represalia a los trabajadores y sern las cartas blancas que se pongan a disposicin de los ejecutores para cubrir un crimen de guerra de proporciones desmesuradas. Al da siguiente, 24 de julio, un nuevo Bando, el nmero 6, vuelve a dejar meridianamente clara, la intencin de Queipo de acabar con los dirigentes de las organizaciones izquierdistas. Dice su punto 1: Al comprobarse en cualquier localidad actos de crueldad contra las personas, sern pasados por las armas, sin formacin de causa, las directivas de las organizaciones marxista 4. Para los textos de los Bandos he utilizado tanto los propios ejemplares que suelen aparecer en los procedimientos instruidos por la Auditora de Guerra (ATMT2), como las amplias reseas del libro Bajo la frula de Queipo. Como fue gobernada Andaluca, de Julio de Ramn-Laca. Im- prenta del Diario FE. Sevilla 1937-38. 34 o comunista que en el pueblo existan, y caso de no darse con tales directivos, sern ejecutados un nmero igual de afliados arbitrariamente elegidos. 2.- Esta medida se pondr en ejecucin sin perjuicio de las penas que habrn de aplicarse a los responsables de los hechos vandlicos. Por si hubiera alguna duda, en el punto segundo del Bando de 23 de julio de 1936, enviado por telegrama a los Comandantes Militares a las 9.45 h. de dicho da, se especifca: Que en vista del poco acatamiento que se ha prestado a mis mandatos, advierto y resuelvo que toda persona que resista las rdenes de la Autoridad o desobedezca las prescripciones de los Bandos publicados o que en lo sucesivo se publiquen, sern tambien fusilados sin formacin de causa. Incluso el Bando n 2, de 21 de julio sobre la movilizacin de los obreros en los establecimientos militares, se modifca con un Bando Adicional unos das ms tarde y donde ya se dice, en previsin de posibles llamadas a la huelga de estos trabajadores, que la coaccin que contra ellos se ejerciera ser castigada en el acto con fusilamiento sin formacin de causa, o el uso indebido de sus brazaletes ser castigado con inmediato fusilamiento. Como puede observarse no es necesario acudir a las tan citadas charlas en la radio, para comprobar que los exabruptos y amenazas que Queipo pronunciaba, no eran ms que lo que sus propias rdenes frmadas decan. Las conocidas directivas de Mola, palidecen ante las rdenes escritas que frma Queipo. Por rdenes bastante menos precisas que estos bandos, fueron ahorcados en Nremberg dirigentes nazis. Si a estas alturas de la historia, un vulgar criminal de guerra como Queipo de Llano, todava recibe entusiastas apologas, es evidente que la batalla de la memoria la gan la dictadura y que nuestro pas no ha afrontado jams el encuentro con su propia historia. Pero continuemos. La represin se desarrolla cronolgicamente en fases diferenciadas. La primera de ellas, y a su vez la ms difcil de controlar, es la que se sucede de manera inmediata a la ocupacin de los pueblos. En los momentos que siguen a la entrada de las columnas, principalmente en aquellos que ha habido algn tipo de resistencia, se desarrolla una represalia brutal y desmesurada , casi siempre, contra personas que no han participado en la resistencia, pues la mayora de stas, en los casos estudiados, huyen apresuradamente. As por ejemplo, en Constantina, la Guardia Civil, en su informe a la Delegacin de Orden Pblico de octubre de 1938, habla de unos 300 en los primeros momentos 5 . En Utrera, los investigadores Javier Castejn y Jos Daz Arriaza, nos dicen que 5. Archivo Histrico Nacional (AHN) Fondos Contemporneos- Expedientes Policiales H-754 y siguientes. Informe Comandancia de Puesto de la Guardia Civil de Constantina. 1938. 35 son 102 cadveres los que se entierran en el cementerio al da siguiente de la ocupacin 6 . En Arahal, el coadjutor de la parroquia, Cayetano Parody, en su informe al Cardenal Ilundain de 31.7.36, nos habla de que hicieron una razzia fusilando por las calles a cuantos se encontraban. Segn noticias fdedignas eran ms de 200 fusilados 7 . Salvando algunos testimonios orales, existen escasos documentos que acrediten las matanzas que se suceden en esos momentos en muchos pueblos, a manos principalmente de la legin y regulares, acompaados siempre de falangistas, requets y voluntarios derechistas. Algunas veces, incluso los propios militares que forman estas columnas, nos narran sus hazaas. Leamos, por ejemplo, lo que nos cuenta Flix Moreno de la Cova, el terrateniente que fuera alcalde de Sevilla, tras su entrada en Baena: ...Hubo un escarmiento muy duro en la plaza, creo que debieron fusilar a ms de 60 personas, pero todos, sea por el Teniente de la Guardia Civil, por los guardias o por algn superviviente eran reconocidos como asesinos y a todos ellos, previa comprobacin, los fusilaron. Yo me qued con el Coronel Buruaga en un Casino o bar que haba all y siempre me acordar de dos legionarios que iban de escolta con Buruaga, uno ms joven que se llamaba Francisco y otro ms viejo que se llamaba Benito, hombres duros, que formaron parte de los que fusilaban. Tomamos una cerveza all en la plaza y nos volvimos a Crdoba 8 . La segunda fase de la represin se desarrolla desde la ocupacin de los pueblos y ciudades hasta fnales de febrero de 1937, exactamente hasta el 28 del mismo mes, en que Queipo enva a los Gobernadores Militares de las provincias ocupadas, la siguiente orden por telegrama: Ordene a todas las autoridades dependientes de su jurisdiccin se abstengan de ordenar aplicacin mis bandos en que se imponga ltima pena, debiendo seguirse procedimiento judicial que indique el Auditor y teniendo preparadas mayor nmero de pruebas respecto todos los detenidos a fn de que Consejos sumarsimos urgencia nuevamente establecidos efecten condena procedente. Acuse recibo 9 . 6. DIAZ ARRIAZA, Jos y Castejn FERNNDEZ, Javier. Utrera 1936. Una semana crucial entre la Repblica y el franquismo. Pendiente de publicacin. (Agradezco a los autores su lectura previa). 7. Archivo Arzobispado de Sevilla. Legajo 591. Arahal, 1936. 8. MORENO DE LA COVA, FELIX. Mi vida y mi tiempo. La guerra que yo viv. Edicin del autor 1988. Grfcas Mirte, S.A. Pg. 23. 9. Esta orden, infructuosamente buscada durante mucho tiempo, la localizamos fnalmente en ATMT2, sumarsimo 383/37, Legajo 64-938, en su folio 33, pudindose datar con exactitud el fnal de la fase de la gran matanza llevada a cabo en aplicacin de los bandos de guerra. 36 Es sin duda en este perodo en el que se produce la mayor matanza en todo el suroeste espaol, Canarias y el norte de frica. Durante los algo ms de siete meses que dura esta etapa, se lleva a cabo una minuciosa y continua tarea de eliminacin del adversario; a partir de noviembre la curva represiva ser descendente. Debe sealarse, de manera muy destacada, que la mayora de las personas asesinadas, en todos los casos estudiados, no son personas de signifcacin poltica destacada y, por el contrario, encontramos numerosos casos de familiares de izquierdistas sealados que se encontraban huidos, de ah que sea tan llamativo en esta etapa, el nmero de mujeres asesinadas, as como el de padres sexagenarios. La disminucin en noviembre de 1936 del nmero de asesinatos, no parece obedecer a ninguna consideracin especial hacia los adversarios, sino a razones objetivas de tipo econmico y militar. De una parte, la acuciante necesidad de los militares rebeldes de efectuar continuas levas de nuevos reclutas (agravada por el signifcativo nmero de prfugos y desertores de sus flas )10 y, de otra, la difcil situacin en que se encuentra el campo y la ganadera debido al conficto, obligan a disminuir sensiblemente la represin. Son millares los hombres que a esa fecha, han abandonado sus pueblos internndose en zona republicana 11 . sta huida provoca en muchos pueblos que la mano de obra quede brutalmente mermada, sin que sea posible atender en muchos casos las tareas de recoleccin y siembra, as como el cuidado de la cabaa ganadera 12 . A partir de noviembre de 1936 y en los primeros meses de 1937, son centenares los izquierdistas detenidos que, de forma inmediata, son sacados de los depsitos municipales y crceles y llevados al ejrcito, sin que se lleve a cabo sobre ellos ninguna represalia en esos momentos 13 . 10. En los tres primeros reemplazos (1936, 37 y 38) y slo en Sevilla capital, se registraron 1.397 prfugos. Archivo Diputacin Provincial de Sevilla. BOP. N 138. 16.7.40 y otros. Las deserciones y evasin a la zona republicana, fueron numerosas y tan signifcativas en su n- mero, que se dispuso que no se publicaran sus requisitorias en los Boletines Ofciales, toda vez que de esta forma el enemigo tena acceso detallado a todas las que se producan. ATMT2 DVA. ATMT2 DVA. Caja 2-72. 1937. 11. En su informe a Queipo de Llano de 19.7.37, el Auditor Bohrquez seala que a esa fecha se llevan ya confeccionada 35.000 fchas de personas en zona roja con antecedentes. Tambin, y en el mismo informe, se indica que se han abierto 3.719 fchas a soldados signifcados como extremis- tas. ATMT2. DVA Caja 1-21. El informe de la Delegacin de Orden Pblico, de octubre de 1938, a Valladolid, (AHN-F.C.-Expedientes Policiales, H-754) consigna 21.730 huidos de la provincia de Sevilla en zona roja, teniendo en cuenta que ya se haba producido en febrero de 1937, el retorno masivo que provoc la ocupacin de Mlaga. 12. En seis pueblos sevillanos de los que poseemos datos ms precisos (La Campana, Pruna, El Saucejo, Alans, Villanueva de San Juan y Tocina), de los 8.268 varones de edades comprendidas entre los 15 y 65 aos, se encontraban huidos 4.232 y haban sido asesinados, 844. Es decir, faltaba el 61,39% de la poblacin laboral. Hay que sealar adems, que la mayora de los huidos eran jvenes y en edad de reclutamiento militar. 13. Ser en los meses siguientes y, sobretodo, en 1938, cuando se vayan depurando minuciosamen- te de las diferentes unidades militares donde se encuentren y, de manera ms selectiva, detenidos y procesados en consejos de guerra sumarsimos. En esas fechas son millares tambin, los soldados del ejrcito sublevado que se encuentran sometidos a vigilancia la mayora de las veces sin do- 37 La tercera fase, si bien podemos titularla como el perodo de los Consejos de Guerra Sumarsimos, tiene, no obstante, un prembulo claramente diferenciado: La ocupacin de Mlaga en los primeros das de febrero de 1937. La cada de la capital malaguea, donde son apresados numerosos izquierdistas sealados y que provoca el retorno a sus pueblos de origen de muchos refugiados, constituye un recrudecimiento muy importante de la represin y una nueva ola de aplicacin de los bandos de guerra, unida a la instruccin de muchos juicios sumarsimos con numerosas condenas de pena de muerte que son ejecutadas de inmediato. Simultneamente, y en las provincias de Sevilla y Huelva, se produce un masivo retorno de personas que se encontraban embolsadas y huidas en las sierras entre ambas provincias, regreso que va a generar una considerable ejecucin de penas de muerte por sentencias de sumarsimos, a la par que decenas de aplicacin de los bandos de guerra. Los Consejos de Guerra sumarsimos de esta etapa se desarrollan, en su mayora, hasta el fnal del verano de 1937. La cuarta fase, que podramos llamar represin de la retaguardia y depuracin de las tropas, se desarrolla a lo largo de todo el transcurso de la guerra hasta abril de 1939. En esta fase, y por medio de juicios sumarsimos, se van a reprimir masivamente las llamadas manifestaciones contra el rgimen, se van a instruir numerosos procedimientos contra personas que en los primeros momentos no fueron afectadas por la represin, la mayora de las cuales se encuentran afliadas a las milicias nacionales, falange o requet. Al mismo tiempo, numerosos soldados son trasladados desde sus unidades y desde el frente a las prisiones militares y procesados por rebelin militar, conforme iban llegando paulatinamente los informes de sus localidades, dando cuenta de su pasado izquierdista. Por ltimo, una quinta fase en la que, una vez concluida la guerra, sern detenidos y procesados decenas de miles de personas a su retorno de lo que fue zona republicana. Su duracin abarca desde abril de 1939 hasta 1943, tal como hemos comprobado en la instruccin de procedimientos. Prcticamente se une en el tiempo al inicio de los procesos de postguerra contra la lucha clandestina y guerrillera (aunque es preciso hacer notar que esta lucha, en menor medida, se encuentra presente desde el mismo comienzo del golpe). Es esta etapa, sin duda, la que mejor documentada se encuentra en los archivos militares. tacin de armamento- e integrados en batallones disciplinarios o de trabajo. A ttulo de ejemplo, el 8 Bn. del Regimiento de Infantera Pava, que se encontraba en el frente, con guarnicin en Castro del Ro (y que precisamente mandaba el ya Comandante, Manuel Daz Criado), tena una dotacin de 553 soldados, de los cuales 144 estaban en el batalln disciplinario de trabajo como indeseables. ATMT2 D.P. s/n 1937. Leg.212-9876. ATMT2 D.P. s/n 1937. Leg.212-9876. Leg.212-9876. 38 Se puede cuantifcar la represin?. Es difcil, muy difcil, si nos atenemos a la documentacin existente sobre las dos primeras fases de la represin que son, sin duda, las ms importantes en su cuanta. No obstante, y por el estudio de las bases de datos y fcheros de los archivos militares, estudio que est en pleno desarrollo y que ya avanza mucha informacin, podemos adelantar que en el suroeste espaol, Cdiz, Sevilla, Huelva y Badajoz, ms de 120.000 personas son afectadas directamente por la represin militar y de ellas, unas 35.000 son asesinadas y el resto detenidas, arrestadas o condenadas. Estas cifras, por desmesuradas que parezcan, estn establecidas en las cuantas mnimas, conforme al estado actual de la investigacin. (Francisco Espinosa, que ha realizado una profunda investigacin sobre Huelva y Badajoz, nos indica que pueden aproximarse a 8.000 los asesinados en Huelva, de los que ya ha identifcado a ms de 5.000, y prcticamente el doble de los ms de 6.000 asesinados que identifc en Badajoz 14 . En Sevilla, los casos documentados a la fecha, rebasan los 11.400 15 . En Cdiz, a los ms de 3.000 casos de asesinados documentados que se conocen, habr que aadir la cifra que nos aporte la investigacin en curso de Jos Manuel Algarbani en el Campo de Gibraltar 16 , as como los resultados de diferentes investigaciones locales que se encuentran en curso. Respecto a los afectados por detenciones y condenas, baste sealar que, slo en el Archivo del Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla, existen ms de 40.000 procedimientos 17 -diligencias, expedientes informativos, 14. ESPINOSA MAESTRE, Francisco. La Guerra Civil en Huelva. Diputacin Provincial de Huelva. 4 Edicin. 2005 y del mismo autor, La Columna de la muerte. El avance del ejrcito franquista de Sevilla a Badajoz. Ed. Crtica Contrastes. 2003. 15. GARCIA MARQUEZ, Jos Mara. Comunicacin La Represin en la provincia de Sevi- lla. II Jornadas Memoria y Justicia. Huelva, abril 2005. Pgs. 71-72. Hasta la fecha tenemos constancia de 22 pueblos que han sido investigados, aunque algunos de forma parcial (de los 101 que tena la provincia en 1936). Ser sin duda la investigacin local la que progresivamente vaya completando las grandes lagunas que actualmente se tienen sobre la represin en muchos lugares y su cuantifcacin. 16. ROMERO ROMERO, Fernando. Comunicacin La Represin en la Provincia de Cdiz. Bi- bliografa y cifras. II Jornadas Memoria y Justicia. Huelva abril 2005, pg.67.Sobre los datos de dicha comunicacin (que recoge 3.071 casos documentados), ya se conocen cifras que aumentan sensiblemente los datos de algunos pueblos, como Alcal del Valle, Ubrique, etc., amn de que el propio autor seala a 12 localidades con datos incompletos. El propio Jos Manuel Algarbani me adelanta que podrn aproximarse a unos 700. 17. Las cifras debern entenderse como mnimas. En tanto no se proceda a la catalogacin com- pleta de los fondos del ATMT2 no se poseern las defnitivas. Tngase en cuenta que en el fchero de dicho archivo existen aproximadamente unas 80.000 fchas relativas a Sevilla, Cdiz, Cr- doba, Jan y Huelva, de las que el 65%, unos 52.000, corresponden a delitos de rebelin militar (y auxilio a la rebelin, excitacin, proposicin, induccin, etc.) y delitos por manifestaciones contra el rgimen, propaganda, contra la seguridad del Estado, etc. A su vez, los procedimientos colectivos (a veces con decenas de procesados), solo fguran a nombre del encartado que encabeza el procedimiento. Por la catalogacin de una provincia completa, sabemos que el promedio es de 2,72 personas/procedimiento. Por ltimo, en dicho fchero no estn comprendidas ms de 8.000 personas procesadas en los aos 1936 y 1937, de las que hasta la fecha tenemos constancia, as 39 causas y sumarsimos de urgencia- contra vecinos de Sevilla, Cdiz y Huelva, con privacin de libertad, sin que poseamos los datos policiales y de la Guardia Civil, de las personas que fueron detenidas en 1936 y que no fueron procesadas por la jurisdiccin militar (a modo de ejemplo, puede sealarse que en el perodo desde 1.8.36 a 31.1.37, por la Polica de Sevilla capital, se abrieron expedientes de detencin a ms de 7.000 personas, o que la Delegacin de Orden Pblico, en su informe de octubre de 1938 a la Jefatura Nacional de Seguridad en Valladolid, comunique 10.119 detenidos en la provincia) 18 . Y conste que nos estamos limitando a la represin ejercida por los militares sublevados contra la poblacin civil, con resultado de muerte o privacin de la libertad. No consideramos en esta comunicacin otras formas de represin que, en muchos casos, supusieron un costo humano de sufrimiento de grandes proporciones. Nos referimos a los masivos despidos realizados en las primeras semanas del golpe, a la depuracin de funcionarios y enseantes, a los expedientes de incautacin que, en muchos casos, se sucedieron a los previos saqueos, a las multas, expulsiones forzosas de los pueblos, rapados y purgados, trabajos forzados y un largo etctera. Represin que, aparte del signifcado poltico de la misma y la humillacin que trajo consigo, gener una angustiosa situacin econmica para miles de personas que se vieron abocadas al hambre y a la necesidad. Bajo que ideas y criterios se pudo llevar a cabo esta gigantesca represin?. En 1937, Pemn deca, el da de la Virgen de los Reyes, que la misin providencial e histrica de Espaa ha sido siempre sta: redimir al mundo civilizado de todos sus peligros, expulsar moros, detener turcos, bautizar indios... 19 . En las mismas fechas, el Diario Aguilas de Cdiz, rellenaba los huecos de las noticias con recuadros de propaganda que decan: Contra los delincuentes vulgares congregados en Pars, una sola respuesta: la muerte. como tampoco las fchas de los procesados por el Consejo de Guerra Permanente de Huelva, unas 5.000. En Andaluca, y segn el cuadro provisional que hemos efectuado partiendo de las bases existentes, el nmero mnimo de procedimientos instruidos (causas, sumarsimos, diligencias y expedientes) como consecuencia del golpe militar, entre 1936 y 1943, es de 215.000, de los que 140.900 lo fueron por delitos de rebelin y delitos asociados a la represin militar ejercida contra la poblacin civil. Huelga decir que, en estas cifras, no estn incluidas las millares de personas que fueron asesinadas mediante la aplicacin de los Bandos de Guerra y sin procedimiento alguno. 18. Las detenciones efectuadas por la polica sevillana, estn extradas de las numeraciones corre- lativas empleadas en las carpetillas de detencin (muchas de las cuales se encuentran incorporadas a los sumarsimos de 1937) y en orden a los legajos y nmeros de las mismas. En concreto, desde el legajo 91 n 49 al legajo 160, n 69. Los detenidos que fguran en el informe citado de la D.O.P. a la Jefatura Nacional de Seguridad, estn obtenidos de AHN (Archivo Histrico Nacional), Fondo Expedientes Policiales, Signatura H-754. 19. Edicin cartel con texto del discurso. ATMT2 DVA.s/n. ATMT2 DVA.s/n. 40 Contra los falsos catlicos, una sola respuesta: la muerte. Contra los judos, una sola respuesta: la muerte 20 . La Espaa y la anti-Espaa. Los espaoles y los rojos. ...Las dos Espaas que iniciaban la tremenda y despiadada lucha que todava se ventila, la una entregada a poderes extranjeros, conculcadora del Imperio del derecho constitudo inobservante de los principios ms elementales de la convivencia ciudadana; la otra, depositaria de la savia de la hispanidad, justa para todo derecho, respetuosa de la tradicin, sostenedora de los principios morales bases indeclinables para el mantenimiento y cohesin de toda sociedad poltica 21 . ...un pueblo partido en dos tendencias: la espiritual, del lado de los sublevados, que sale a la defensa del orden, la paz social, la civilizacin tradicional y la patria, y muy ostensiblemente en un gran sector, para la defensa de la religin; y de la otra parte, la materialista, llmese marxista, comunista o anarquista, que quiso sustituir la vieja civilizacin de Espaa en todos sus factores por la novsima civilizacin de los soviets rusos, como seala la Carta de los Obispos espaoles al episcopado mundial, publicada en julio de 1937. Ese esquema constituye el armazn bsico de la ideologa que los sublevados van a imponer al pas. El baluarte frente al mal es el ejrcito, y el propio ejrcito en sus Consejos de Guerra, nos ensear una y mil veces las razones de su verdad. Los Considerando de las sentencias de los juicios sumarsimos, refejarn con nitidez y profusamente, las bases de su ideologa totalitaria y clasista. El golpe estaba claramente justifcado para los sublevados, para los: ...Que como es pblico y notorio, el cambio de rgimen determin en Espaa una situacin bien difcil al pretender grandes masas ciudadanas, que rpidamente se le concedieran exagerados benefcios sociales, que ni por su cultura, ni por su preparacin poltica, les era dable alcanzar, y aunque los primeros aos se contuvieron, con altas difcultades, esas ansias revolucionarias, al aduearse del poder el llamado Frente Popular, el desgobierno, el caos y la anarqua, perdido todo freno, se infltr en todas las esferas del Gobierno y de la mquina administrativa, siendo aquel el primero en dar el mal ejemplo y al perder del todo los resortes del mando, estall la revolucin, que a costa de tanta sangre y de tanto herosmo, viene venciendo el Ejrcito Espaol, del 20. Diario guilas, FET Cdiz. N 160, de 9.6.37. 21. ATMT2 Causa 243/38 Leg.205-9489. 41 que se reconoce por todo el orbe, que es el mejor del mundo, en cuanto al elemento hombre se refere.. 22 . Esa supuesta revolucin es la que llevar a la sublevacin y la legitimar. As, nos dice el Auditor de Brigada, Felipe Acedo Colunga, que el nico gobierno legtimo y la nica autoridad de este carcter son los pertenecientes al Ejrcito movido por ideales patriticos cuya legitimidad para los efectos judiciales queda justifcada con su solo impulso y a virtud de la anarqua que constitua el patrimonio del gobierno partidista del frente popular 23 . Ms claro, imposible. Con su solo impulso, se acredita su legitimacin. Y contra esa legitimidad obtenida por la fuerza, el adversario ser el rebelde y como tal ser juzgado ...sin que pueda ofrecer ninguna duda ese califcativo de Militar atribuido a la Rebelin en que intervinieron, desde el momento que es sabido que el movimiento no tena ms fnalidad que oponerse a los designios del Ejrcito.. 24 y, por tanto, no estarn preocupados por los formalismos legales que prescribe el propio Cdigo de Justicia Militar que utilizan, porque ...pretendan imponerse por la fuerza haciendo frente al poder legtimo y cometiendo toda clase de crmenes y trasgresiones legales, importando poco que no se haya podido precisar si estaban o no mandados por militares o sostenidos o auxiliados por fuerzas del Ejrcito, ya que contra ste iban, al enterarse que el mismo, bien consciente de sus deberes, haba declarado el Estado de Guerra, por lo que procede declararlos responsables criminalmente del expresado delito de rebelin militar en concepto de autores por participacin directa y voluntaria 25 . ..rebelin contra el verdadero Gobierno de orden; el nico que poda existir en Espaa, porque el que actuaba como legtimo gobierno, era una horda de asesinos y anarquistas 26 , como nos dice el Fiscal de la Divisin, Eduardo Jimnez Quintanilla, en la peticin de pena de muerte para 68 onubenses de la Columna Minera, detenidos en La Paoleta y de los que fueron fusilados 67. No son insurgentes, como el propio Queipo les dice a los representantes consulares en su primera visita a la Divisin: No hay otro Gobierno legtimo que el Gobierno de Burgos. El mal llamado Gobierno de Madrid no merece, jurdicamente, la consideracin de poder legtimo. Llamar insurgentes o insurrectos a las fuerzas que combaten a las rdenes del Gobierno de Burgos, 22. ATMT2 Leg.899-24708. 23. ATMT2 Causa 170/36. Leg.1507-98. 24. ATMT2 Sumarsimo 1698/38 Leg.16-276. 25. ATMT2 Ejecutoria 8/37 Leg.22-419. 26. ATMT2 Causa 95/36 Leg.19-331. 42 es, en derecho, inadmisible. Insurgente o insurrecto es, en castellano, gramaticalmente, el levantado o sublevado contra la autoridad pblica. En derecho poltico, el Estado es el poder pblico, la sociedad necesaria, orgnica, establecida en un territorio determinado, para declarar el derecho, cumplirlo en todos los rdenes de la vida y hacerlo cumplir por la coaccin o por la fuerza cuando no se cumpla voluntariamente. El Gobierno es el elemento formal de la sociedad poltica, hasta el punto de que vulgarmente se confunden Estado y Gobierno: y la autoridad es la representacin del Gobierno que ejercita, con jurisdiccin propia, la funcin de gobernar, de dirigir, de cumplir y hacer cumplir la ley. Esto supuesto, si el mal llamado Gobierno de Madrid, no ejerce, conforme a derecho, la funcin directiva, no podr ser considerado como insurgente, quien se levanta contra l. Ese pseudo gobierno, no solo es incapaz de cumplir y hacer cumplir el derecho establecido en Espaa, sino que lo conculca y pisotea; y es ms, llega a aliarse con los marxistas y comunistas, que pretenden acabar con la actual constitucin poltica del Estado Espaol, y a constituirse en un fel servidor de sus mandatos. Es incapaz de oponer a los crmenes y saqueos sin cuento, el principio de su autoridad y escribe al dictado de las turbas. La autoridad no existe en l y a mayor abundamiento, su jurisdiccin ideal -ya que, de hecho, no la ejerce- solo alcanza a menos de una tercera parte del territorio nacional, sometido, no a su autoridad, sino al terror de los rojos que domina a una enorme masa de ciudadanos de orden, vctimas del abandono del poder. Es el Ejrcito el que, hacindose cargo del poder abandonado, somete a la turba, restablece y vigoriza el principio de autoridad, impone la tranquilidad pblica y normaliza, con el aplauso y el entusiasmo del pueblo sano, la vida de relacin jurdica 27 . Era un designio, a veces incluso divino, el que les empujaba al glorioso alzamiento. Designio al que estaban obligados todos los militares del ejrcito y si alguno ... no se sum al movimiento fue ms bien por su concepto de la legalidad algo estrecho, ya que al salirse el gobierno de ella, persiguiendo sauda y descaradamente a la Ofcialidad, la dignidad del uniforme que vestamos obligaba a rebelarse contra l, para oponerse abiertamente a sus 27. Insurgentes. Interpretacin de la palabra. ATMT2 DVA Caja 1-10. Minuta de las palabras de Queipo a los representantes consulares. 1936. 43 designios de implantar el comunismo en Espaa 28 , o, en otros casos:...tena un empacho de legalidad 29 . Establecida la legitimidad para condenar al adversario por Rebelin Militar, y tras hacer asesinar a millares de personas en aplicacin de sus rdenes y bandos de guerra, los sublevados se dedicaron, con especial atencin, a la depuracin del territorio conquistado. Se impone el silencio a la crtica o a la opinin diferente, porque, como escribe el ponente, Joaqun Prez Romero, fel magistrado al nuevo rgimen, ..estallado el movimiento revolucionario por todos conocido, fue uno de los primeros cuidados que se tomaron por los gloriosos generales encargados de sofocarlo y aplastarlo, el de la vigilancia y cuidado de la retaguardia, a fn de que los que haban tomado parte en el movimiento, pero cuya ideologa o inclinaciones marxistas eran conocidas, no perturbaran la labor patritica que fua constantemente de todos los rincones de Espaa... 30 . Como nos dice el mismo ponente en otra sentencia ..No quieren reconocer la etapa de brillo que se les muestra a su vista y ya que no otra cosa, emplean la lengua, para derramar la baba de sus siniestras y traidoras intenciones 31 . Hay que pacifcar y tutelar a la poblacin, porque en esta cruenta lucha que Espaa est empeada y en la que velando por su honor y por su dignidad al par que por las gloriosas tradiciones de la Raza, aplasta con asombro del mundo entero al marxismo disolvente y revolucionario, la poblacin civil de la retaguardia tiene que ser cuidadosamente vigilada, no tanto para que cumpla su primordial misin de ser el sostn, ayuda y refugio del combatiente, sino para evitar que algn mal germen que en ella haya quedado fructifque y contamine a la sociedad que se est formando y que ha de vivir con la seleccin efectuada, al calor de la gesta inmortal de su glorioso ejrcito que gua el invicto caudillo Generalsimo Franco.. 32 . ...Que prosiguiendo este Consejo en su patritica al par que justa y equitativa labor de ir seleccionando con arreglo a los bandos de guerra y disposiciones de orden pblico y efectos punitivos que se publican en esta zona, al par que se juzga a los que prepararon la revolucin y tomaron parte 28. ATMT2 Causa 333/48 Leg.205-9477. 29. ATMT2, id. 30. ATMT2 Sumarsimos 225 y 611/38 Leg.29-596. 31. ATMT2 Sumarsimo 4826/38 Leg.17-287. 32. ATMT2 Sumarsimo 2724/38 Leg.26-532. 44 en ella, pues que los ciudadanos que han de integrar la Nueva Espaa forjada al calor de la noble cruzada iniciada por el Ejrcito Nacional y acaudillada por nuestro Generalsimo Franco, han de latir al unsono de las nuevas y elevadas normas que se estn dando y que harn imposible que en muchos siglos pueda repetirse una revolucin que como la presente ha encharcado el suelo patrio y manchado de oprobio y de vergenza a la que pomposamente se llamaba civilizacin democrtica.. 33 . Los consejos de guerra dejaron tambin una amplia huella del lenguaje del nuevo rgimen. La dualidad en las sustantivos y adjetivos, segn el bando al que pertenezca una persona o en el que se le site, explica con claridad hasta que punto se defni la lnea separadora de las dos Espaa. Empezando por la palabra Repblica, que siempre aparecer unida indisolublemente, a los adjetivos de aciaga, funesta, o de triste recuerdo, identifcndola siempre como sinnimo de enfrentamientos, caos, muertes, incendios, luchas polticas, anarqua, etc.. Califcativos tantas veces repetidos que, an hoy, podemos observar como muchos ciudadanos cuando escuchan hablar de la Repblica, establecen inconscientemente esas asociaciones de ideas. El pueblo no aparece como pueblo, sino como masa, plebe, turba. Todas las personas derechistas vienen con el don antepuesto y ninguna con apodo, aunque as eran conocidas en sus pueblos. Los apodos son para la plebe. Frente a las gloriosas tropas, la horda. Esas mismas tropas, confscan, pero no saquean, como los rojos. Registran, no asaltan. Requisan, no roban. El que no tiene trabajo es un parado, cuando se trata de persona afecta, un parsito, cuando es un rojo. Convencido o fantico, embriagado o borracho, valiente o cobarde, de nobles ideas o de ideas disolventes. Hasta ser mayor, signifcar ser un respetable anciano, si se es de orden, o un viejo, si es un desafecto. Los autos de procesamiento, las sentencias, estn llenos de estos conceptos. Si el testigo falangista se march del pueblo, se dir se vio obligado a huir por las persecuciones de que era objeto, quedando en desamparo su mujer y sus hijos pequeos. En el mismo procedimiento, del rojo dice la sentencia: ..huyendo de la justicia abandon el pueblo sin importarle dejar a su familia. Todo sirve para acusar a millares de personas, desde se dedicaba a leer el Heraldo hasta vesta con ropas de colores chillones, especialmente el rojo. Todo puede convertirse en prueba acusatoria, ..como prueba de que es un exaltado peligroso, hubo que aplicarle el bando de guerra a su padre y a dos 33. ATMT2 Sumarsimo 48/37 Leg.11-170. 45 hermanos. A veces se llegar al paroxismo, cuando se dan casos de algunas personas de las que no encuentran absolutamente nada de lo que acusarla: ... se paseaba tan tranquilo por las calles, demostrando con ello que era amigo de los rojos que dominaban el pueblo. Vot al Frente Popular, no vot en las elecciones, negndose con ello a apoyar a los partidos de orden, vot en blanco en las elecciones, facilitando el triunfo del Frente Popular. No hay escapatoria a la depuracin de la Nueva Espaa. Los maestros rojos son siempre procesados por inculcar el veneno marxista a los nios, las mujeres alientan a los hombres a cometer desmanes, los concejales mangonean. Poco importa la fliacin poltica del acusado, siempre que sea de izquierda: ...era un peligroso anarquista, de furibundas ideas comunistas y fue concejal socialista con el Frente Popular 34 . Desde el primer momento, los sublevados llevaron a cabo una sistemtica tarea de ocultamiento de la represin que se estaba llevando a cabo. En Sevilla capital, las 3.028 personas que se llevaron a las fosas comunes del cementerio de San Fernando, entre julio de 1936 y febrero de 1937 35 , fueron enterradas innominadamente, pese a que, tanto la Delegacin Militar Gubernativa de Orden Pblico como el Estado Mayor de la II Divisin, tenan cumplida y detallada informacin de las vctimas. En el propio ao 1936, de las 2.901 personas enterradas, se inscribieron en el registro civil a 97 de ellas, teniendo en cuenta que 16 fueron militares y 44 miembros de la columna de mineros de Huelva, procesados en consejos de guerra e inscritos por orden de juez militar. Es decir, que slo a 37 sevillanos de los que se les aplic el bando de guerra, se registr su defuncin. En sucesivos aos y, principalmente, tras la llegada de la democracia, se llegaran a inscribir un total de 519 casos de los 3.028 reseados por Francisco Espinosa 36 . Se llevaron a cabo masivos traslados de detenidos de unos pueblos a otros para proceder a su eliminacin. A muchos familiares de vctimas, no se les dijo jams que stas haban sido asesinadas, se les deca que haban sido llevados a otro sitio, a diligencias, a comisara o, sencillamente, que ya no haca falta que fueran a visitarlo ms. El concepto desaparecido, sin duda el ms cruel de todos, fue cobrando forma entre los represores y as aparece en el destino o suerte de 34. Las frases utilizadas estn todas extradas, de forma literal, de autos de procesamiento, Las referencias seran interminables. En millares de procedimientos del ATMT2, pueden leerse mu- chas similares. 35. ESPINOSA MAESTRE, Francisco, en SEVILLA 36. Sublevacin fascista y represin. Mu- oz, Moya y Montraveta editores, S.A. Sevilla 1990. Pg.257. 36. ORTIZ VILLALBA, Juan. SEVILLA 1936. Del golpe militar a la guerra civil. Ed. Vistale- gre. Crdoba. 1998. Pgs.327 y siguientes. 46 millares de personas. Desaparecido, salvo en muy contadas excepciones, no signifcaba la situacin de una persona de la que no se tena conocimiento de su situacin, sino desaparecido para siempre 37 . La ocultacin de la represin lleg incluso a los propios jueces instructores. La Auditora de Guerra, como la Divisin, reciba las listas X-2 de las personas que eran asesinadas, conociendo en todo momento su situacin. Cuando los instructores, en 1937, retomaron las causas iniciadas en 1936 y suspendidas en octubre de ese ao, se encontraron con decenas de procesados que no aparecan en las crceles y a los que no podan tomar declaraciones indagatorias; se lo comunicaban al Auditor sin que ste les indicara que ya haban sido eliminadas, sino que se dirigieran al Delegado Militar Gubernativo para acreditar su situacin 38 . 37. En el ya citado informe de la Delegacin de Orden Pblico de Sevilla a la Jefatura Nacional de Seguridad en 1938, se detallan como fusilados a 7.963 personas y a 2.149 como desapare- cidos. Cuando se analizan pueblo a pueblo a estos desaparecidos, se constata siempre que se co- rresponden con personas a las que se les aplic el bando de guerra. En algunas localidades incluso no se utiliza la casilla de fusilados, sino que directamente se consignan como desaparecidos. Por ejemplo: Marchena: 0 fusilados, 198 desaparecidos; Paradas: 0 fusilados, 150 desaparecidos; Villanueva del Ro y Minas: 0 fusilados, 112 desaparecidos, etc. En otros se consignan los asesi- nados en ambas columnas y de forma arbitraria. Por ejemplo, en Morn de la Frontera, el informe dir 60 fusilados y 126 desaparecidos, cuando los identifcados hasta la fecha rebasan los 250 y siguen apareciendo continuamente nuevamente casos. En otros de los pueblos sevillanos ms duramente castigados, Carmona, se indican como fusilados en la localidad a 184 vecinos y des- aparecidos a 197. Y hay que insistir que los desaparecidos no son huidos, que fguran en columna aparte y que se corresponden con los que, segn los registros de la guardia civil, se encontraban en zona republicana. Nicols Salas, en su libro Sevilla fue la clave, manipul directamente estas cifras, despreciando la columna de desaparecidos y unindola a la de huidos, para as no rebasar sus 8.000 vctimas. Manipul hasta la ubicacin de la fuente, que jams estuvo en el archivo de Simancas. 38. Sabamos que la Divisin y la Auditora reciban puntual informacin de las listas X-2 ela- boradas por la D.O.P. de Sevilla. Se poda constatar por la cantidad de veces que aparece junto a un nombre la anotacin X-2 y luego la confrmacin de su eliminacin. Incluso cuando el propio Auditor, de su puo y letra escribe en algn caso, en agosto de 1936: X-2 cuando se le detenga (Caso del agente auxiliar de polica Francisco Quintas. ATMT2 DVA Caja 1-3), pero la confrmacin nos lleg en una de las miles de carpetillas sin catalogar del archivo de la Auditora, la correspondiente a la causa 1739/37 (ATMT2 Leg.143-5315) contra tres jvenes de Bormujos. Cuando el instructor quiso determinar la situacin de los encartados, el Auditor, por ofcio de 8.9.37, le indic que acreditara fehacientemente dicha situacin y el juez se dirigi al D.O.P. quin confrm la aplicacin del Bando de Guerra. En la carpetilla de esta causa (ATMT2 DVA s/n), aparece la nota interna de Auditora que, bajo el membrete Causa sin nmero del Registro Especial, se dice que los tres jvenes fueron detenidos y puestos en libertad, que posteriormente fueron nuevamente detenidos y llevados a Juregui el da 11 de agosto, sealando que aparece el Javier Librero Moreno en la relacin X-2 correspondiente al 12 de agosto. Es de hacer notar que segn se desprende de autos en Bormujos no ocurrieron incidentes. La causa est muy mal instruida. Efectivamente, la causa estaba muy mal instruida porque de ella no se desprende nada que pudiera haber llevado a los tres jvenes a la muerte. Lo que se hizo fue cambiar de instructor. El 17.9.37, Bohrquez decreta el sobreseimiento defnitivo de la causa, por habrsele aplicado el bando de guerra a los encartados. 47 Se confeccionaron por la Delegacin de Orden Pblico, expedientes detallados de las aplicaciones de los bandos de guerra. Varias decenas de ellos se conservan gracias a que la puesta en marcha de los consejos de guerra sumarsimos, hizo que la D.O.P. enviara a la Auditora de Guerra los expedientes originales que tena en curso (sin conservar copia) y, a su recibo, se instruyeron los correspondientes sumarios incorporndose a stos dichos expedientes. En la mayora de ellos vemos la inscripcin X-2 ya determinada, e incluso en algunos el patio donde se encuentra el detenido (patio 2, antesala del fatdico patio 3, desde donde salan en los celulares para su fusilamiento). Se encuentran en ellos las denuncias, la fecha de detencin y por quin, su fliacin completa y, normalmente en breves lneas, su interrogatorio y los informes que hubieran solicitado. Se registr toda desaparicin, toda aplicacin del bando de guerra, aunque los archivos completos no hayan llegado a nuestro poder. Pero la masacre fue de tal proporcin que, pese a su manifesto deseo de ocultarla, dej rastros documentales por todos lados. A veces, incluso, porque un olvido hace que junto a un sumario haya quedado unido el procedimiento original, luego transformado en otro, donde el desaparecido no fgura para nada 39 . O los numerosos consejos de guerra que se llevaron a cabo en muchos pueblos sevillanos, Cazalla, Guadalcanal, Lora del Ro, etc., en el verano y otoo de 1936, de los que se hizo desaparecer toda su documentacin (que fue enviada a la Auditora de Guerra) y que, como siempre, un olvido hace que uno de ellos aparezca en el posterior y legal sumarsimo de 1937 40 . Como en todas las dictaduras, la ocultacin de la represin constituye una razn de Estado fundamental para su sustento. 39. No han aparecido en Sevilla, hasta la fecha, expedientes completos del Registro Especial de la Auditora de Guerra, pero puede verse la forma en que se llevaban a cabo en: ATMT2 HU Caja 11-193. 40. ATMT2 Sumarsimo 5/37 Leg.22-419, contra Rosario Rubio Snchez, vecina de Cazalla de la Sierra. Fue detenida el 14.9.36 por Falange y comunicada su detencin al Comandante Militar, Manuel Garca, quin, manualmente, anota al margen del ofcio: Pase al Teniente Juez Instructor Don Quiterio Rincn a los efectos de justicia. A continuacin se encuentra el acta del Consejo de Gue- rra celebrado en Cazalla el da siguiente, 15.9.36, con las declaraciones acusatorias de dos testigos. Rosario Rubio, fue condenada a la pena de muerte aplazndose la ejecucin hasta que se resuelva de sus hijos menores, segn consta en la sentencia. Como tard en producirse la ejecucin, la documentacin fue enviada a la Auditora de Guerra en cumplimiento al artculo 3 Justicia de la Orden General del Ejrcito del Sur del da 3 del mes actual (marzo de 1937). Al iniciarse el nuevo sumarsimo (en el que nuevamente Rosario Rubio fue condenada a la pena de muerte, sindole conmutada por 30 aos), no se hace alusin alguna al consejo de guerra de Cazalla, que por un afortunado olvido qued unido al procedimiento. Como en el caso de Rosario Rubio, se hizo con centenares de vecinos de Cazalla. De todos se llevaron a cabo estos consejos de guerra que, oportunamente, se hicieron desaparecer. 48 A modo de resumen, podemos concluir que la represin que se llev a cabo contra la poblacin civil en Sevilla, por la sublevacin del 18 de julio, fue organizada, dirigida, amparada y alentada por los militares sublevados. Represin que, en todo momento y en todo lugar, estuvo bajo su control. Represin que fue deliberadamente ocultada para esconder las proporciones que alcanz. Represin que constituy, sencillamente, un crimen de guerra que mantuvo, hasta el da de hoy, su impunidad. Jams sus autores y cmplices tuvieron que responder de sus actos ante ningn tribunal de justicia. Intentemos al menos que respondan ante el tribunal de la historia de Sevilla, muy similar al del suroeste espaol, donde la guerra, nuestra guerra, no tuvo frentes, ni brigadas internacionales, ni batallas de Belchite o Guadalajara, donde no hubo checas ni comisarios soviticos. La provincia de Sevilla no fue Madrid, Barcelona, Valencia, ni siquiera Mlaga. Cuando termin la guerra, el 1 de abril de 1939, los sevillanos conocan ya la dictadura desde el 11 de septiembre de 1936, cuando fueron ocupados los ltimos pueblos de la provincia. 49 CONSEJO DE GUERRA 84/41 CONTRA EL ALCALDE DE CARMONA: FRANCISCO RODRGUEZ OJEDA CURRO ELAS (1889-1945) Francisco ESLAVA RODRGUEZ
50 51 Muri con la dignidad que haba vivido toda su vida; renunci a la libertad que se le ofreca, si abjuraba de sus ideas republicanas y de la masonera, y permiti morir en prisin, antes que humillar su dignidad y su ombra Jos SABN PREZ A Estatura, un metro seiscientos milimetros aproximadamente, pelo blanco, ceja cana, barba poblada, color sano, ojos pardos, boca regular y nariz regular. Seas particulares, ningunas 1 . As describan el juez militar y comandante de Infantera, Ildefonso Pacheco Quintanilla, y el capitn de Ingenieros, Francisco Ortega Leal, al alcalde republicano de Carmona, Francisco Rodrguez Ojeda, cuando se disponan a interrogarle en indagatoria en la Prisin Provincial de Sevilla el 29 de julio de 1942. El procesado tambin es conocido por sus paisanos y amigos con el apodo de Curro el de Elas; Curro por el nombre de pila, y Elas por el de su to y maestro poltico, Elas Luna Liuela que lo cri como un padre. Los aos no pasan en balde. Va camino de cumplir los 53 aos y el asma bronquial sigue desgastando una salud que se acelera en picado hacia una vejez prematura, sobre todo desde que hace ao y medio ingresara entre los muros de la crcel sevillana. Pero an vive. Hasta ahora ha tenido ms suerte que los ms de 100.000 presos polticos muertos en las crceles espaolas desde el ltimo parte de guerra 2 . Una cifra que va en aumento y que slo parece frenarse ante las noticias que llegan de Europa donde los aliados toman la iniciativa en los diferentes frentes de batalla. Curro est convencido de que su suerte y la de los republicanos vencidos est en la liberacin de Espaa por una fuerza internacional formada por los defensores de las libertades y la democracia que luchan contra el fascismo A. Carmonense y dirigente nacional de la CNT. Comandante de la 77 Brigada Mixta, de la 37 Divisin y del 7 Cuerpo del Ejrcito de la II Repblica Espaola. 1. Archivo Tribunal Militar Territorial Segundo, Sevilla:(ATMTSS). Consejo de guerra (C. de g.). 84/41. folio 150. 2. Carlos Jimnez Villarejo. El rgimen fascista de Franco. 52 desde Rusia a la frontera pirenaica. All tambin hay espaoles y, como no, paisanos; carmonenses dispuestos a proseguir la guerra para volver a casa con la victoria 3 . Tambin est convencido de que su proceso penal es un montaje del que no espera la ms mnima justicia. Es la ensima vez que frma una declaracin y la ensima tambin en la que afrma No haber perseguido a nadie por sus ideales, bien de derechas o de izquierdas Que nunca ha sido extremista, ni lo es Que fue a Madrid el 14 de julio de 1936 a una reunin de alcaldes para asuntos relacionados con el Instituto Elemental de Segunda Enseanza de Carmona Y que no ha dispuesto de los fondos del Ayuntamiento ni de sociedades benfcas ningunas. Su frma an mantiene el vigoroso espritu de lder y su generoso optimismo ante las adversidades 4 . La celda la comparte con otros paisanos, entre ellos Francisco Pea Gonzlez Papocha y Vicente Rodrguez Moreno Tirabeque. Este ltimo va ser un puntal en la salud de Curro y de sus compaeros ya que su sapiencia culinaria le permitir ser el cocinero del grupo con los vveres que semanalmente aportan desde Carmona los familiares del primero (su hija Carmelita y su sobrina Rosarito), y por parte de Curro lo harn, su hermana Ana y su sobrina Anita, La Madrilea 5 . Los compaeros de celda sern una autntica guardia pretoriana en torno a su alcalde, al que no dejarn de aconsejarle que no se fe de los directivos de la prisin y menos de los que estn relacionados con la enfermera, lugar al que Curro acude con frecuencia en solitario para ser atendido de su enfermedad crnica. Las interminables jornadas dan para mucha charla, para el debate poltico y sobre todo para los recuerdos Hasta los sordos de Cantillana saban que vena un alzamiento militar- fascista. Pero el Gobierno no lo crea La tarde del 18 de julio de 1936, estbamos todos los trabajadores en Carmona por la Semana Inglesa. La patronal quera que fusemos a la huelga para tener cientos de trabajadores en las crceles. No haba un solo detenido, gracias al sistema empleado mediante el censo y la huelga de brazos cados si llegaba la ocasin. La Ciudad desde ese da 18 ya saba lo que tena que hacer, no ir al trabajo y estar alerta, sin armas, pero alerta todos, sostena el libertario Manuel Mora Torres 6 . 3. Facundo Lpez. Memorias. Pags, 34 y 35. 4. (ATMTSS). C. de g. 84/41. Folio 151. 5. Testimonio de Ana Gonzlez Rodrguez, sobrina de Curro Elas. 6. Manuel Mora Torres.Memorando: cap. La sublevacin, pag. 70. 53 El 17 de julio se vea en Carmona unos movimientos extraos, los capitalistas no se vean por los casinos y en las calles como de costumbre, eso fue muy extrao, afrma Facundo Lpez Lpez, veterano dirigente de la CNT, que en su domicilio de la calle Calatrava n 10, postrado en cama por un clico heptico, le llegan noticias de que los marrocanos estaban en Sevilla luchando en la calle contra los trabajadores. Le atiende el mdico El nio de Goro, (Drt. Jos Goro) 7 . Das antes el alcalde de Carmona, Francisco Rodrguez Ojeda, sala de viaje hacia Madrid junto con el secretario municipal Adolfo Chrcoles Vico, al que entreg mil quinientas pesetas para los gastos de dietas y desplazamientos. En la capital de Espaa, Curro Elas se hospeda, como es habitual, en casa de su hermana Dolores, en la calle Fortuny n 3 y, a veces, en la de su sobrina Carmen Gonzlez Rodrguez, en la calle Hermosilla n 85. Terminadas la gestiones ofciales, el secretario Chrcoles regresar a Carmona el da 17, mientras que Curro alargar su estancia para saludar a los amigos y correligionarios de siempre y, cmo no, a su ntimo de Unin Republicana y gran maestre de la masonera Diego Martnez Barrio, presidente del Parlamento, y al que el da 19 de julio, el Presidente de la Repblica, Manuel Azaa Daz, va a encargarle la misin de formar Gobierno; un Gobierno que dura tan slo 24 horas ante la negativa de los socialistas a formar parte de un gabinete de concentracin nacional 8 . El alcalde carmonense, es de suponer que conociera por estos privilegiados contactos que la sublevacin no era un hecho puntual en el norte de frica, sino que en casi toda Espaa existan focos rebeldes protagonizados principalmente por militares africanistas. El general Queipo de Llano ha declarado el estado de guerra en Sevilla, y no hay contacto con Carmona, donde Jos Vzquez Marchena ejerce como regidor interino y propicia la constitucin de un comit de defensa formado por un representante de cada partido y sindicato feles a la legalidad republicana, que se hace cargo de la situacin. Hasta semanas despus Curro Elas no conocer que el primer incidente blico en su pueblo se produjo junto al felato del Carmen 9 , siguindole la defensa heroica de la ciudad en el Paseo de Elas Luna, donde el primer contingente de tropa rebelde fue rechazado. Tambin supo que, hasta que no lleg el refuerzo de la artillera, los jvenes 7. Facundo Lpez Lpez. Memorias. 8. Alfredo Semprn. La memoria oculta del PSOE en la Guerra Civil. 9. (ATMTSS). Leg. 94. Causa 435/39. 2351. 54 republicanos se defendieron hasta la extenuacin en el edifcio del Teatro Cerezo con unas cuantas escopetas de caza y latas incendiarias de gasolina. La noticia de que la mayora de los dirigentes locales haban podido huir, no pudo contrarrestar la profunda aficcin que le produjo al alcalde la confrmacin de las amenazas que Queipo de Llano haba anunciado contra Carmona: Con harto dolor de mi corazn tengo que comunicar que sigue el castigo a los pueblos, que dejndose engaar por unos granujas que tanto vale decir marxistas-Una columna del Tercio ha impuesto ya por tales excesos un castigo tan enrgico a Carmona, que, segn comunica la Aviacin, una parte de la poblacin aterrada, huye en direccin a Fuentes de Andaluca 10 . La gente sale despavorida con lo puesto y sin terminar la faena. En la panadera de la calle Antn Gutirrez n 19, propiedad de Jos Eslava Hermida, el ltimo amasijo del da queda abandonado y se recoge tres das despus, hecho masa fermentada sobre los tablones 11 . Los fusilamientos y los asesinatos en Carmona a manos de falangistas y caciques fascistas comenzarn a hacer estragos entre la poblacin, que sufrir el mayor genocidio conocido en su historia. Hasta primeros de diciembre los paseos en camiones desde la crcel del partido a los paredones sern la tnica general impuesta por los nuevos gobernantes salvadores de la Patria, por Dios y por Espaa; entre ellos el comandante militar de la plaza teniente de la Guardia Civil, Francisco Gonzlez Narbona, y los alcaldes Manuel Villa Baena e Hilario Romn Garrido. El regidor republicano va conociendo detalles de esta masacre a travs de los dirigentes carmonenses que, poco a poco y tras grandes vicisitudes, llegan a Madrid. Algunos, como el grupo de aguerridos anarquistas de la CNT, bajo la direccin de Jos Sabn y Manuel Mora, ya conocen lo que es la lucha cuerpo a cuerpo y se han enfrentado con armas y dientes a tropas rebeldes en Brenes, Lora del Ro, Tocina, Constantina, Cazalla de la Sierra 12 Otros grupos, como en el que va el dirigente socialista Antonio Garca Lera, toman la misma ruta de la sierra norte. Algunos recortan camino hacia la de Crdoba y llegan a pie y exhaustos hasta Pearroya, como Jos Mara Alonso Soriano, lder de la Agrupacin Socialista de Carmona y presidente del Sindicato de empleados y ofcinas de la UGT, al que acompaa su compaero Juan Gavira Santamara 13 . Unos pocos destacados militantes republicanos han sopesado los problemas 10. ABC, doble diario de la guerra civil, fasc. 2, pag. 7. 11. Testimonio de Rosario Eslava Belloso. 12. Manuel Mora Torres. Cesa la lucha 13. Jos M Garca Mrquez. Micro biografa de Alonso Soriano. 55 de la huda y, confados en una corta vuelta a la normalidad, se quedan en Carmona, por ello caen asesinados o frente al pelotn de fusilamiento o escondidos como topos. Entre los primeros, y a pesar de su integridad humana al salvar de la muerte segura a destacados elementos de derechas en manos de jvenes exaltados, muere a balazos sindole aplicado el Bando de Guerra al ser liberada la Ciudad el Jefe de la Polica Local y Orden Pblico del Ayuntamiento de Carmona y secretario de Unin Republicana, Manuel Gmez Montes -segn certifcacin del alcalde franquista Manuel Villa 14 . Entre los que se ocultan, fguran el joven secretario contador socialista Jos Castro Zafra, que lo hace emparedado en su domicilio; los anarquistas Facundo Lpez Lpez Malucn y Cndido Fernndez Tomillero Zenn, su cuado, que como topos deambulan por todo trmino municipal hasta que, tras pasar una odisea, deciden cruzar por las trincheras en la sierra de Crdoba; y el republicano Francisco Pea Gonzlez Papocha, que lo hace escondido dentro de un viejo tronco de olivo en una fnca prxima a Carmona. Nadie descubrir el escondite, a pesar de que hay fascistas que emplean cualquier mtodo para averiguarlo, como hizo el empresario olivarero Antonio Villa, engatillando una pistola sobre el pecho de Araceli Belloso Garca, vecina e ntima amiga de los Papocha 15 . Curro el de Elas va a ir abrazando a cuantos carmonenses llegan huidos a Madrid, proporcionndoles refugio, apoyo y posibilidades de colaborar con las autoridades republicanas en la defensa de la capital. Al mes marcha hacia Andjar, ante el impulso de la columna Andaluca al mando del general Miaja que, en agosto, intenta recuperar Crdoba para la Repblica. Tras quedar estabilizado este frente, sin conseguir el objetivo principal que le situaba a tan slo cien kilmetros de casa, Rodrguez Ojeda vuelve a Madrid prosiguiendo su tarea en las milicias de Unin Republicana como encargado de almacn del batalln, sito el cuartel en la calle Nez de Balboa nmero 63, con ofcina en la calle Padilla nmero 21, que lleva por nombre el de su entraable amigo Martnez Barrio. A este batalln tambin se une el 25 de septiembre pero en labores de pagadura Jos M Alonso Soriano, que fue nombrado capitn, y su compaero Juan Gavira Santamara. Otros carmonenses estn ya en primera lnea de fuego en la Ciudad Universitaria y en diversas unidades del ejrcito de la Repblica. Los hay que por su liderazgo llegarn a conseguir responsabilidades de primer nivel. 14. (ATMTSS). C. de g. 84/41, folio 111. 15. Testimonio de Araceli Belloso Garca. 56 As, Jos Sabn Prez, fundador de la columna Espartaco, alcanz el grado de mayor de milicias en la 77 Brigada Mixta y llegar a dirigir la 15 y la 33 Divisin 16 ; Rafael Gutirrez Caro, que desde capitn de la columna Uribarri llega a jefe de la 14 Divisin; y Manuel Mora Torres que ocupar el cargo de mayor de milicias en la Agrupacin Autnoma del Ebro, en la 16 Divisin del XII cuerpo de Ejrcito 17 . Ms de una treintena de carmonenses obtendrn puestos de jefaturas de comandantes de batalln y de brigadas como Jos Belloso Marchena Marchenilla y Juan Pea Rodrguez Peita; y en la ofcialidad de capitanes y tenientes, como Tirabeque, Jos el Visueo, Pepe Infantes el Carbonerillo, Pepe Hidalgo, ex presidente del Sindicato de Taberneros, Felipe Gonzlez de los Santos, Francisco Cintado, Antonio Buiza, Miguel Fernndez Pieiro Portillo... 18 . La mayora de ellos junto con unos doscientos combatientes de Carmona, incluidos los veteranos de la brigada de la pana 19 , van a reunirse con Curro Elas que fue a visitarlos en el frente del Jarama. Fue un da grande para todos. Sabn era el Jefe de la 77 brigada. Hubo comida a lo grande. Currito, sealando a Sabn dijo: Aqu tenemos al futuro alcalde de Carmona. Hubo ovaciones 20 . Francisco Rodrguez Ojeda vive de lleno el Madrid de los bombardeos areos, el de la miseria, el de la hambruna y del caos revolucionario. Entre muerte y desolacin, realizar diversos trabajos relacionados con su condicin de dependiente, bien por necesidad, o por seguridad, o por estrategia. As, vender por cuenta propia mercadera ambulante y se colocar de camarero con carn de la UGT en el bar Espartero en la calle Alcal 103 21 . El propietario, Mariano Garca Prez, le frmar un documento de buena conducta y de manifestaciones en adhesin a la causa Nacional sindicalista antes de abandonar Madrid 22 . El alcalde republicano de Carmona ayudar en Madrid no slo a sus paisanos combatientes, tambin lo har con los que estn perseguidos o en situacin de extremo peligro por sus ideologas o afnidad a la causa rebelde. En este sentido va a lograr que el famoso pintor vecino de la calle Enmedio, Juan 16. Jorge Martnez Reverte. La batalla de Madrid, pag. 476-477. 17. Jorge M. Reverte. La batalla del Ebro, pag. 111 y 262-263. 18. Manuel Mora Torres. Memorando; pag. 113 y 114. 19. Jorge Martnez Reverte. La batalla de Madrid, pag. 497. 20. Manuel Mora Torres. Memorando; cap. Visita de Currito al Jarama. 21. (ATMTSS). C. de g. 84/41 folio 133 vto. 22. Expediente de Responsabilidad Poltica 331/1940. Folio 35. 57 Rodrguez Jaldn, salve la vida; al igual que la del comerciante domiciliado en la alameda Jos Portillo Mallado. A ambos les proporcionar salvoconductos con los que podrn salir de la capital de Espaa. Curro Elas se ver unido con el pintor camino del exilio, pero antes proporcionar auxilio tanto documental como en vveres a miembros del grupo con el que Jaldn departe desgracias en el hotel Larios, en la madrilea plaza de Santa Brbara, donde se renen, entre otros, el artista Gonzalo Bilbao, Emilio Garca Junco, vecino de Sevilla; Andrs Campillo, coronel de Artillera; Eugenio Lafuente, pintor; Horacio Echevarrieta, de Bilbao, y algunos funcionarios de la compaa de ferrocarriles de MZA. 23 . Francisco Rodrguez Ojeda abandona Madrid el 15 de octubre de 1938. Junto a l, Rodrguez Jaldn. Suben a un autobs que los llevar a Valencia lejos de las bombas y de la muerte. Los dos disponen de salvoconductos que desde Barcelona les hizo llegar el siempre inefable amigo Martnez Barrio. Adems por mayor seguridad, Curro le ha entregado a Jaldn un carn de militante de Unin Republicana de Carmona. El artista ver desde los cristales las ltimas imgenes de un Madrid en guerra y dejar atrs la pesadilla del acoso de unos milicianos que por su soledad y aspecto fsico lo creyeron un cura refugiado 24 . Entre los ecos de la dureza de los combates en el Ebro, la repatriacin de combatientes internacionales y la acogida con el corazn de su santidad Po XI a la Espaa de Franco 25 , Francisco Rodrguez y Rodrguez Jaldn parten por mar desde Valencia en un carbonero ingls con rumbo a Orn y Casablanca donde nada ms pisar tierra se despiden; el primero con destino a Tnger; y el segundo a Alcazarquivir (Ksar El Kebir). Jaldn llegar defnitivamente, a fnales del mes de diciembre de ese mismo ao, a su casa en Carmona 26 , encontrndose a la familia en la ruina econmica. En el exilio norteafricano, el regidor republicano no ha cejado en el empeo del reencuentro con su mujer Gracia Villanueva Fernndez. Son casi dos aos y medio de separacin y las gestiones para un intercambio con familiares de dirigentes rebeldes an no haban dado resultado. Sin embargo, en Carmona, los familiares de Curro reciben una buena noticia a travs de la Cruz Roja 23. (ATMTSS). C. de g. 84/41 folios 23 y 142. 24. Maribel Baceiredo. La Odisea de la guerra, sin paginar. 25. ABC, doble diario de la guerra civil, fasc. 59, pag. 9, 37 y 41. 26. Maribel Baceiredo. La Odisea de la guerra, sin paginar. 58 Internacional y de la embajada de Blgica en Madrid: ha llegado la hora del canje. Sern dos las mujeres que se prepararan en Carmona para el trueque: Gracia, su esposa, y Anita La Madrilea, su sobrina de 13 aos, que no ve a sus padres desde que lleg de Madrid para cambiar de aires por motivos de salud en la primavera del 36. A las dos les han confeccionado bajo las ropas unas fajas provistas de monederos en los que transportar algo de dinero para sobrevivir. La consigna a la pequea se reiteraba una y otra vez: T no has visto nada, t no sabes nada, nada de nada, y aunque lo sepasCuando todo estaba previsto para la partida, vino ngel Astolf, marido de doa Soledad Parra (maestra del Patronato Escuelas de San Jos) con la mala noticia de que al fnal el canje no se producira 27 . La crcel provincial de Sevilla est hasta los topes tras los aos triunfales. Tal es el hacinamiento de presos que se ha tenido que habilitar otra crcel ms en el barrio de Helipolis 28 . En el primer establecimiento penitenciario de Sevilla, Francisco Rodrguez Ojeda, que est como preso preventivo desde noviembre de 1940 a disposicin del juez militar de la II Regin Militar, teniente coronel Gerardo Sanz-Agero, solicita despus de ocho meses de presidio la libertad provisional o atenuada. Dos son los motivos que aduce el alcalde: Que desde que se me tom declaracin se habr comprobado facilmente que ni antes ni durante el Glorioso Movimiento he cometido delito de clase alguna y menos que pudiera perjudicar al actual Regimen. Y un segundo: Cuando ingres en Prisin me encontraba gravemente enfermo con Asma bronquial, siguiendo en identica forma actualmente, ya que debido al regimen carcelario no me es posible atender a su curacin, extremos estos facilmente comprobables con la prctica de un reconocimiento medico si a bien lo tuvieren 29 . La piedad no existe en los cnones de los militares sublevados vencedores, y por lo tanto tres semanas ms tarde el teniente coronel instructor propone a sus superiores la denegacin de la libertad provisional. Sus argumentos son los siguientes: Se le juzgar por Auxilio a la Rebelin existen cargos muy graves; estando considerado por todo ello como un individuo desafecto por completo al Regimen y por dems peligroso para la Causa Nacional. Se anticipa al fallo avisando: Que la pena que le pudiere corresponder excedera de doce aos y un da. Y sobre la enfermedad afrma: No se puede considerar contagiosa; que es de caracter crnico y puede ser tratada en la Prisin. La 27. Testimonio de Ana, sobrina de Curro Elas. Pag 3. 28. (ATMTSS). C. de g. 532-18201. Folio 17. 29. Idem. C. de g. 84/41 folio 39. 59 denegacin, por supuesto, es confrmada por el escalafn militar del Estado Mayor de la Capitana General 30 . Las desgracias no llegan solas, y la suerte le da la espalda de nuevo a Curro Elas cuando recibe en prisin la noticia que en el juzgado n 3 de Madrid, sito en Princesa 23, y perteneciente al Ministerio del Aire, se le sigue otro consejo de guerra sumarsimo ordinario con el n 91-941. En este procedimiento le acusan de haber pertenecido al ejrcito rojo como Comandante de aviacin roja y de haber bombardeado muchas veces la Zona Nacional, entre otras cuestiones 31 . Ante tal despropsito, Francisco Rodrguez va a pedir una ampliacin de declaracin para aclarar el asunto y la acumulacin del nuevo proceso al que se le sigue en la II Regin Militar. As, consigue en ltima instancia evitar el desplazamiento a Madrid gracias a la certifcacin mdica realizada por Salvador Fernndez lvarez, mdico accidental de la prisin provincial de Sevilla que manifesta: he reconocido al recluso Francisco Rodrguez Ojeda, el cual padece Asma Bronquial con Enfsema; habindole asistido durante el tiempo de su Prisin y en diferentes ocasiones de Acceso de sofocacin con debilidad cardiaca, por lo que tiene prohibido toda clase de esfuerzo 32 . La ampliacin de declaracin del alcalde republicano rememora su exilio en Tnger. All consigue trabajo como encargado de una fnca o granja agrcola- ganadera conocida como Tay-el-Balia. Inconsciente de futuros peligros y creyndose en la seguridad que le permite la internacionalidad de la ciudad, se registra en el consulado espaol con todos los parabienes ofciales con certifcado de nacionalidad 5.555 33 . La elaboracin del censo de la poblacin de Tnger de 1939 va a dar lugar al grave equvoco de hacerlo de la noche a la maana comandante de aviacin del ejrcito republicano. Dos funcionarios marroques llegan a la fnca Tay-el-Balia para registrar administrativamente a los trabajadores. Curro no est en esos momentos y sus compaeros aaden al nombre y apellidos, en broma, los motes con los que acostumbran a llamarlo cariosamente: el aviador y comandante. El primer apodo, relacionado con su enfermedad, por el ruido que sus bronquios producen con el asma, similar al de los motores de un avin en altura; y el segundo, por su puesto de responsabilidad en la fnca. Estos datos de carcter burlesco fueron recogidos como verdaderos 30. Idem. C. de g. 84/41 folio 39 vto., 40, 40 vto. y 41. 31. Procedimiento S.O 91-941. Juzgado n 3. Madrid. Ejrcito del Aire. Informe 719. 32. (ATMTSS). C. de g. 84/41 folio 63. 33. Registro de Ciudadanos Espaoles del consulado de Espaa en Tnger: Folio 150 libro 1. 60 por los agentes censales, llegando a la Polica y quedando registrados. A partir de ah, los servicios secretos franquistas incrementarn nuevos argumentos fcticios hasta la apertura del sumario por parte del Ministerio del Aire. Todo quedar aclarado y archivado durante la tramitacin del consejo de guerra, previa comparecencia de los testigos: Manuel Marmolejo Bianchi y Antonio Galiardo Linares, trabajadores de Tay-el Balia, y del sbdito francs Jos Favier Fuentes, administrador de la fnca 34 . El exilio de Rodrguez Ojeda en Tnger dura dos aos, y otros dos ms lejos de su Carmona natal sin ver a su mujer y familia. An quedan energas para seguir luchando contra la enfermedad, pero pocas para hacerlo contra la soledad. Por ello, o tal vez por ignorancia o engao, no emprender otra aventura de viajes inciertos, cuando las fuerzas jalifanas en columna de ocupacin toman Tnger por las armas. La orden para Curro, del comandante asesor jurdico Carlos Muoz-Repiso queda clara en el salvoconducto: marcha a CARMONA (Sevilla), al objeto de fjar su residencia en dicha Plaza, donde quedar a disposicin del Tribunal Regional de Responsabilidades Polticas de Sevilla, debiendo hacer su presentacin ante el Comandante de Puesto de la Guardia Civil y Juzgado de Instruccin. Por lo tanto ruego a las Autoridades Civiles y Militares no le pongan impedimento alguno al traslado 35 . Por el puerto de Algeciras, Curro pisa de nuevo tierras andaluzas. Carmona est ms cerca, pero no es la misma. El luto y el silencio obligado imperan por doquier. Centenares de familias siguen y seguirn llorando a sus muertos por muchos aos. Las autoridades fascistas se vanaglorian de ser el cimiento del nuevo rgimen construido sobre las fosas comunes y el dolor de los carmonenses, por Dios, por Espaa y su Revolucin Social Sindicalista. La noticia llega a todos los rincones de la ciudad: Curro Elas ha vuelto al pueblo. Es el 25 de noviembre de 1940. En la calle Real el jolgorio es inmenso; all est su mujer y casi toda la familiaFaltan los que fueron asesinados: su hermano, sus cuados, su primaLa gente busca la fgura del alcalde republicano como si buscara un rayo de esperanza que iluminara el incierto futuro. Pronto se darn cuenta que la realidad es otra bien distinta; y como la nueva corre como la plvora, el alcalde franquista Manuel Villa Baena ya ha dispuesto su detencin, que se producir en pocas horas y en la misma casa de Curro. Todos temen por su muerte, porque saben de sobra que los elementos fascistas de Carmona querrn cobrarse la pieza ms codiciada de su cacera de 34. (ATMTSS). C. de g. 84/41 folio 121. 35. Idem. C. de g. 84/41 folio 108. 61 exterminio. Con este fn pretenden retenerlo en la prisin de la localidad, pero la presentacin ante la autoridad militar va impedir su asesinato. El teniente de la Guardia Civil Juan Gallego Corbacho es quin asume la responsabilidad de su custodia y ordena de inmediato el traslado a la prisin provincial de Sevilla. Este hecho, va a quedar grabado para siempre en Ana Gonzlez Rodrguez Anita; la joven sobrina de Curro, a la que ste castig cariosamente de nia con fregar el suelo al verla jugar disfrazada de revolucionaria y cantando el estribillo: Arriba trabajadores/ luchemos por la pring y la tost/ Viva, viva el ejrcito rojo/ Viva, vivan los kilos de pan. En esta ocasin la alegra de ver de nuevo sano y salvo a su to, fue motivo para componer unos versos que guardar siempre: El da que Curro Elas de Marruecos regresaba/ todas sus amistades en la calle le abrazaban/ Viva el teniente don Juan Gallego 36 . La causa militar contra el regidor republicano se abrir de inmediato con el n 84/41. Pero, cuales sern los cargos si estaba ms que demostrado que no estuvo en Carmona durante los llamados, por la jerga fascista, das de la dominacin roja? Manuel Villa, primer alcalde de la era franquista y autor de la orden de detencin cumple el reiterado trmite de poner en conocimiento de la autoridad provincial las acusaciones pertinentes. En esta ocasin no dispone de muertos con que cargar al acusado, ni de accin armada conocida; argumentos con el que acostumbra, l y sus ms allegados afectos al Glorioso Movimiento, a acusar a todo vecino sospechoso en cuantos informes se solicitan desde Capitana General que los llevan ante el pelotn de fusilamiento o a presidio perpetuo. 37
Villa se remonta en esta ocasin al perodo de la II Repblica para afrmar que Curro Elas en su mandato fue el directivo principal de toda actuacin perniciosa en aquella Ciudad inductor y dirigente de cuantos desmanes se cometieron en este pueblo, como incendio de almiares, robo de frutos, y atropellos a personas y cosas. As, seala por su gravedad los incendios y saqueos (del Casino y la Cmara Agraria) con motivo de los sucesos del 10 de agosto de 1932 (golpe militar del general Sanjurjo); en esta fecha apunta- dio orden de detencin de la directiva de Accin Popular para Julio Zabala Snchez, Jos Luis Gutirrez Zabala y Antonio Navarro Fernndez. Prosigue recordando el ao 1933 para acusar a Curro Elas de organizar partidas de individuos de los que l capitaneaba que armados con porras obligaron a refugiarse en una casa al candidato Luis Illana y apalearon con saa al juez 36. Testimonio de Anita, sobrina de Curro Elas. Pag 4. 37. (ATMTSS). Consejos de guerra varios contra vecinos de Carmona. 62 municipal Ramn Gavira Acal. Contina Manuel Villa con este captulo de cargos afrmando que El alcalde haba mandado retirar las fuerzas de la Guardia Civil de la calle para conseguir la impunidad de los elementos extremistas por el dirigidos. Recuerda el triunfo del Frente Popular para culparle de nuevos incendios, como el del Casino de Carmona, del que dice que, Curro, tras conocer el suceso, coment al presidente de la entidad Esteban Mira del Olmo que era preciso que el pueblo se expansionara. Acenta su carcter revolucionario como incitador de los sindicatos de la CNT y la FAI, a la persecucin a personas de orden para hacerles la vida imposible y conseguir que se trasladaran a Sevilla para poder salvar sus vidas. La cobarda y el robo son tambin elementos acusadores que Villa emplea con saa contra Curro Elas al afrmar que el 14 o 15 de julio previendo que pudiera ocurrir algo desagradable se march a Madrid llevando consigo diez mil pesetas que tenia en su poder de dos patronatos benefcos que presida como Alcalde. La complicidad con las fuerzas rojas de Madrid es tambin motivo de acusacin, por ello aade que mantuvo estrechas relaciones con los elementos rojos huidos de este pueblo con los que se uni para intentar atacar el frente de Crdoba. Manuel Villa apela en el punto octavo del escrito de acusacin a la moralidad de Curro, de la que dice: no puede ser ms baja ya que ha sido el autor moral de cuantos delitos y hechos delictivos se cometieron en Carmona durante la Repblica y el Frente Popular Prosigue el regidor afrmando que fue el promotor de cuantas huelgas revolucionarias se padecieron en la ciudad; considera peligrosa la libertad del mismo, por lo que dispuso de su detencin. El fascista Villa va a fnalizar su acusacin plasmando sus verdaderos odios y rencores personales por la muerte de su hermano Emilio, abogado golpista y rebelde que fue asesinado el primer da de enfrentamientos con el comit defensa de Carmona tras arrebatarle una pistola FN 7,65 e incautarle cierta cantidad de dinero dispuesta para comprar voluntades 38 . As, asevera en la acusacin como conclusin que la presencia de Curro Elas representa una perturbacin en la ciudad, ya que hiere los sentimientos de los familiares de las vctimas del marxismo, as como los de las personas de orden y afectas al Glorioso Movimiento Nacional 39 . El segundo estamento ofcial que emite un informe es la Guardia Civil: una micro biografa del encartado sin adjetivos, con un solo error: el hacerlo fundador de la asociacin Amigos de la Unin Sovitica. Sin embargo en el mbito policial para la Secretara de Orden Pblico existe la constancia de que se trata de un elemento peligroso, de ideas marxistas, intimo de Martnez Barrio 38. Manuel Mora Torres. Memorando, pag.79. 39. (ATMTSS). C. de g. 84/41 folios 2, 2 vto, 72 y 72 vto. 63 y masn 40 . La Polica acierta al cincuenta por ciento porque la peligrosidad de Curro suena al humor negro de la granja de Tay-el-Balia, y lo de marxista apunta a la ignorancia supina de unos agentes lejanos al conocimiento de las ideologas. Completa la informacin sobre el reo la delegacin local de Falange Espaola Tradicionalista y de las JONS; que aade poco ms que una ampliacin de su currculo masn 41 . En la primera declaracin, Francisco Rodrguez Ojeda, a preguntas del juez instructor, hace un resumen de su vida poltica desde que tena catorce o quince aos cuando ingresara en el Partido Radical hasta las disidencias internas entre Alejandro Lerroux y Diego Martnez Barrio, apoyando a ste ltimo e ingresar en las flas de Unin Republicana como presidente de la agrupacin de Carmona. Rechaz las acusaciones de ser el inductor del incendio del Casino y los desmanes de agosto de 1932, y record como alcalde el requerimiento hecho a la Guardia Civil y Polica Municipal al objeto de cortar estos sucesos. Confrm su pertenencia a la masonera desde 1912 hasta 1926; que fue diputado compromisario para la eleccin de Azaa como presidente de la Repblica; que presida los actos del Frente Popular en Carmona y presentaba a los oradores; que efectivamente era un gran amigo de Martnez Barrio y de su familia, pero ms personal que poltico, y de haber pasado juntos algunas temporadas en fncas de amigos; ampli detalle de su biografa masnica, corroborando su pertenencia a Tringulo Vida Nueva y tener como nombre simblico Blasco Ibez. Curro an desconoca en esta declaracin el grueso de las acusaciones que se incorporaban al mismo tiempo al sumario. Un grupo de destacados fascistas de Carmona van a tener el privilegio de formar parte de la acusacin contra Francisco Rodrguez, la mayora de ellos poseen un largo historial de comparecencias ante la justicia militar como denunciantes de rojos. El primero de ellos es Miguel Caballos Fernndez vecino de Carmona, con domicilio en calle General Chinchilla 10, de 51 aos, casado y propietario, quien corrobora las acusaciones realizadas por Villa, aunque matiza en la mayora de ellas que no presenci los hechos y que los conoce de oidas 42 . El segundo declarante es Luis Prez Alonso vecino de Carmona, con domicilio en Gonzlez Girn 17, de 28 aos, casado y labrador. Perteneca a la directiva de la Juventud de Accin Popular y fue detenido tras el golpe militar de Sanjurjo. Al igual que el anterior, su declaracin se basa en referencias de otros, aunque asegura que vio a 40. Idem. C. de g. 84/41 folio 2 vto. 41. Idem. C. de g. 84/41 folios 2 vto. , 3 y 71. 42. Idem. C. de g. 84/41 folios 30 y 31 vto. 64 Curro Elas capitaneando a grupos con porras en la segunda vuelta de las elecciones de noviembre de 1933 43 . Tambin declara Francisco de Paula Prez Luna, vecino de Carmona, con domicilio en la calle Martn Lpez nmero 23, casado, procurador y de 44 aos. Sus manifestaciones son similares al anterior, casi una copia exacta, empleando reiteradamente trminos como que lo sabe de rumor pblico, no obstante tiene la certeza de que Curro se llev el dinero del Patronato de Escuelas por razn de intervenir en su reclamacin en representacin del Patronato 44 . La siguiente declaracin se retrasa unas semanas porque el compareciente est enfermo en el campo con reuma. Se trata de Ramn Cansino Bascn, natural de Paradas y vecino de Carmona, con domicilio en la calle Mximo Teruel nmero 16, est casado, tiene 41 aos y es labrador. Su historial faccioso es de sobra conocido por los dirigentes sindicales locales, con los que ms de una vez se enfrent por motivos laborales. Su negativa a pagar los jornales convenidos para el laboreo forzoso lo llev en una ocasin a cumplir lo pactado tras tres das secuestrado metido en un pozo por los anarcosindicalistas de la CNT 45 . Con idntico perfl que los anteriores declarantes, Cansino reiter las mismos argumentos de afrmacin a las acusaciones generales contra Curro Elas de odas y por rumor pblico 46 . Las actuaciones del proceso judicial seguirn de la mano del comandante de Infantera Ildefonso Pacheco Quintanilla, quien diligencia las declaraciones de personas de garanta propuestas por el acusado para su defensa. De la relacin solicitada por Curro dos citados haban fallecido, se trata del capitn de la Guardia Civil, Juan Peralta Villar, muerto en accin de guerra en Higuera (Huelva), al que el alcalde solicit los servicios del cuerpo para reprimir los sucesos de 1932 en Carmona; el otro, el prroco de Santa Mara Antonio Tinoco. Otro citado nunca llegar nunca a presentarse a pesar de los requerimientos, el Barn de Gracia Real 47 . S lo harn tres testigos: Andrs Snchez Montero, vecino de Carmona con domicilio en la calle Teniente Lera nmero 8, casado y de profesin labrador de 57 aos de edad. Asegura que Curro Elas, como alcalde le dio todo tipo de facilidades para el desenvolvimiento y organizacin del Patronato de San Jos incluso en la orientacin religiosa; pero no avala su conducta 43. Idem. C. de g. 84/41 folios 40 y 40 vto. 44. Idem. C. de g. 84/41 folios 41 y 41 vto. 45. Manuel Mora Torres. Memorando pag. 52 y 53. 46. (ATMTSS). C. de g. 84/41 folio 42 y 42 vto. 47. Idem. C. de g. 84/41 folio 102 vto. 65 al desconocer su actuacin despus del Alzamiento 48 . Al compareciente, esta declaracin de apoyo y posterior escrito de aval le costar el endoso de una supuesta deuda de 5.335 pesetas que el propio alcalde Manuel Villa har cobrar como presidente del Patronato de San Jos 49 . El segundo Jos Portillo Mallado, vecino de Carmona, con domicilio en la calle avenida de Portugal, comerciante, casado, de 56 aos. Afrm que la conducta del alcalde republicano la consider buena antes del Movimiento y tiene buen concepto de l pero no avala su conducta por cuanto desconoce su actuacin en zona roja 50 . El ltimo compareciente es Diego Daz Villasante, de 54 aos de edad, casado, abogado y vecino de Carmona con domicilio en la calle Fernando de la Barrera numero dos, quien afrma que como Alcalde se comport con toda correccin en materia religiosa sobre su vida privada aade- le merece buen concepto y en la pblica no tiene noticia de ningn hecho punible, y que no avala su conducta. 51 . Ms tarde aadir que la condicin de masn no le ofreca garantas para el aval. Conocidos por Curro Elas los nuevos cargos que se le imputan por los elementos facciosos, negar la acusacin de ordenar la detencin de directivos de Accin Popular y la de las de Julio Zabala Snchez y Navarro. De estas detenciones afrma que fueron ordenadas por el Gobernador Civil de Sevilla, ignorando el porqu y ejecutadas por un polica que lleg a Carmona ex profeso para este cometido. Por ello, pedir al juez instructor otras comparecencias de testigos como la del Secretario del Ayuntamiento Adolfo Chrcoles Vico para aclarar adems de las susodichas detenciones, las acusaciones, confrmar la puesta en libertad antes de veinticuatro horas de algunos de sus miembros, de inhibirse en los desmanes del 32, y despejar dudas sobre la procedencia y depositara del dinero del viaje a Madrid. El secretario Chrcoles, que ya no esconde y es pblica y notoria su ferviente ideologa falangista, lejos de decir verdad, compromete con falsas declaraciones e insinuaciones tendenciosas el futuro penal de Curro Elas. ste no perdonar la traicin y har que sea el nico testigo al que se obligue a estar presente en el acto del consejo de guerra para tenerlo frente a frente. Asimismo, pide la comparecencia de Zabala, perito aparejador del Ayuntamiento para aclarar la autora del incendio del Casino. 48. Idem. C. de g. 84/41 folio 100. 49. Archivo Histrico Municipal de Carmona. Documentos de la Fundacin. Domnguez Pascual. Noviembre de 1946. 50. (ATMTSS). C. de g. 84/41 folio 100 vto. 51. Idem. C. de g. 84/41 folio 101. 66 La derecha de Carmona no cejar en su empeo en busca de una condena ejemplar y va a propiciar nuevas comparecencias con nombres de peso que afancen los cargos contra Francisco Rodrguez Ojeda. As, lo hizo Antonio Caballos Rodrguez, con domicilio en Don Juan Carrera n 7, labrador, casado, de 62 aos de edad que reitera las mismas denuncias con el latiguillo del segn rumor pblico 52 . Julio Zabala Snchez, procurador, casado, vecino de Carmona con domicilio en calle Fernando de la Barrera nmero 6, afrmando que estuvo preso veintin das por orden del alcalde en la crcel de Sevilla 53 . Ramn Gavira Acal que se refri a la infuencia de Curro sobre los partidos de izquierdas y masas obreras; que pronunci frases groseras y de mal gusto al requerirle a l, como juez de instruccin accidental, la libertad de dos individuos que fueron detenidos en los incendios del Casino y Patronal Agraria; que tena noticias de que el encartado tena en su poder fondos del Patronato; que fue apaleado en la plaza pblica en las elecciones de 1933, sin que sintiera amparo de la Autoridad Municipal 54 . En esta ltima referencia, el protagonista del incidente no menciona a Curro como elemento agresor tirando por tierra las declaraciones de anteriores comparecientes que lo hacan capitn de apaleadores. Por ltimo comparece, el fascista Manuel Villa Baena, que adems de acusador ofcial lo hace como particular; tiene 45 aos, de estado casado y de ocupacin Alcalde de esta Ciudad. Entre otras reiteradas acusaciones confrm que el 10 de agosto de 1932, cuando era miembro de Accin Popular, fue detenido junto con miembros de la directiva local; asegur que Curro Elas, cuando era alcalde, se llev de los patronatos un total de 9.875 pesetas; y que en la zona roja vino hasta Crdoba como intendente de las fuerzas para atacar la ciudad 55 . Un testigo propuesto por Villa, llamado Luis Prez Gil, panadero de Andjar, va a testifcar que Curro lleg a esta poblacin con la columna Miaja, ignorando el cargo que tena, lo visit en varias ocasiones y que tuvo buen comportamiento. 56 De la parte del procesado, una serie de comparecencias poco aportarn al auto de procesamiento que se emite el 18 de julio de 1942. Das antes el secretario municipal Chrcoles era nuevamente interrogado por el juez para aclarar la procedencia de los fondos con los que realiz con Curro el viaje a 52. Idem. C. de g. 84/41 folio 105 vto a 106 vto. 53. Idem. C. de g. 84/41 folio 115 vto. 54. Idem. C. de g. 84/41 folio 117. 55. Idem. C. de g. 84/41 folio 115, 115 vto. 56. Idem. C. de g. 84/41 folio 127. 67 Madrid. En esta ocasin, el funcionario pormenoriz todos los gastos realizados, incluida la devolucin del sobrante, as como la procedencia del dinero: la Caja Municipal. Chrcoles ya saba que sus anteriores declaraciones acusatorias, haban llegado a odos del alcalde republicano. No obstante ste requerir de nuevo su presencia 57 . Llegado a este punto el auto de procesamiento recoge todas las acusaciones formuladas contra Francisco Rodrguez como: de ideales extremistas y masnicos, de atropellar a elementos de derechas, de falta de cario a la nacinTodo ello -afrma el documento-, constitutivo de delito de rebelin por el cdigo militar y de hurto por el civil 58 . El procesado volver a ser interrogado en indagatoria ampliando sus anteriores declaraciones para apuntalar su inocencia en cuanto a la acusacin del hurto de dinero del Patronato de San Jos. En este sentido Curro Elas manifesta que no ha dispuesto de los fondos del Ayuntamiento ni de Sociedades benefcas ningunas, y que lo que tena en su domicilio particular del Patronato de San Jos eran cinco mil setecientas treinta y cuatro pesetas con veintidos centimos y del Patronato Escuelas Populares Gratuitas cuatro mil ochocientas cuarenta y una pesetas, ms mil suyas particulares, cuyas cantidades estaban guardadas en el cajn de la derecha de la mesa de despacho que tena en su domicilio particular de la calle Concepcin nmero diez y ocho y al ser liberada Carmona por las fuerzas nacionales, fueron los vecinos de la misma conocidos por los hijos de Don Jos Zaya con un camin saquendole la casa, y lo primero que cargaron fu la mesa del escritorio, sin abrir los cajones, donde se encontraban guardadas dichas cantidades 59 . Los dos elementos fascistas, hijos de Don Jos Zayas, van a ser citados a declarar, hacindolo el da 11 de septiembre de 1942, solamente Rafael Zayas Cuesta, natural y vecino de Carmona con domicilio en la calle General Mola 3, casado, de ocupacin empleado y de 38 aos de edad. ste niega cualquier intervencin en los hechos denunciados por Curro. El segundo, Antonio Zayas Cuesta no se present a declarar al hallarse ausente de la poblacin, de la que march a Sevilla, desconocindose su actual paradero 60 . Nunca se procedi a reiterar su bsqueda. Curro acaba de cumplir dos aos de prisin preventiva. 57. Idem. C. de g. 84/41 folio 145 y 145 vto. 58. Idem. C. de g. 84/41 folio 147 y 147 vto. 59. Idem. C. de g. 84/41 folio 150 y 150 vto. 60. Idem. C. de g. 84/41 folio 155 y 155 vto. 68 Las conclusiones que elevar al pleno el Fiscal Jurdico Militar dejan bien patente la flosofa del rgimen totalitario nacido del golpe militar y la sublevacin: Aunque los actos delictivos realizados en la localidad de que tratamos fueron de mayor o menor importancia que los ocurrido en otras localidades, ello no es obstculo para que la responsabilidad criminal contrada en su nefasta actuacin anterior quede desvirtuada en lo ms mnimo, toda vez que el envenenamiento que en las masas produjo el constante desarrollo y propagacin de las doctrinas marxistas, es el elemento bsico para poder considerar al procesado como un indiscutible inductor moral e instigador de todos los actos delictivos que tuvieron lugar en Espaa El fscal por tanto pide una pena de reclusin perpetua a muerte 61 . Curro nombra como defensor al teniente provisional de Infantera Francisco Zarza del Valle, una fgura decorativa obligatoria que slo sirve para estar presente en la lectura de cargos y tomar nota de las alegaciones del procesado. Curro Elas se niega a aceptar los cargos y pide: la unin de avales, que por el Ayuntamiento de Carmona se demuestre la denuncia de haberse llevado 10.000 pesetas de entidades benfcas, que por el Ayuntamiento y la Comandancia militar se enve el inventario levantado de bienes, alhajas, metlicos y dems efectos encontrados en su domicilio al incautarse de ste despus de la liberacin del pueblo. Y por ltimo, que se cite para que comparezca el da del Consejo de Guerra al secretario municipal Adolfo Chrcoles Vico 62 . Avalan a Curro Elas en el sumario, con textos y frmas, Sabas Marn Martnez, vecino de Carmona, que lo hace con una breve misiva de impecable honor; Andrs Snchez Montero, tambin vecino de Carmona y gerente del Patronato de San Jos, que expone la fecunda tarea impulsada por el alcalde en la entidad con la certifcacin expresa de la primera inspeccin realizada por el Estado; y Juan Mara Coronil y Gmez, cura de Santa Mara, que de su puo y letra certifca el respeto de Curro Elas hacia al religin, hacia los sacerdotes, hacia los cultos en la prioral, a la novena de la Virgen de Gracia, a la enseanza de la religin catlica y su proteccin a las Hermanas de la Cruz, tanto afrma Coronil- como el mejor Alcalde de la Monarqua 63 . Las ltimas indagaciones del sumario tienen como objeto responder a las ltimas peticiones del procesado como el conocimiento de los bienes que se le incautaron. En este sentido ni la comandancia de la Guardia Civil, ni el 61. Idem. C. de g. 84/41 folio 161 vto. 62. Idem. C. de g. 84/41 folio 166 vto. 63. Idem. C. de g. 84/41 folio 169 y 169 vto. 69 Ayuntamiento de Carmona responden de ellos, a pesar de que cuando fueron usurpadas la propiedades de Curro Elas se abri un expediente de incautacin que con el nmero 23 que se abri con fecha 13 de noviembre de 1936 64 . Su sobrina Anita s pudo localizar el destino fnal del escritorio de su to: en el despacho de la casa nmero tres de la calle Prim perteneciente a Juan Nogales Crusilla. Del Ayuntamiento no se recibi denuncia judicial alguna sobre hurto en los patronatos municipales y s un certifcado del alcalde franquista haciendo constar que existe un descubierto de 9.875 pesetas en las dos escuelas fundacionales de inters municipal. La orden de plaza del Gobierno militar de Sevilla de 26 de abril de 1943 seala la vista del consejo de guerra sumarsimo 84/41 para el da 28 a las 10:30 horas en la sala de Justicia de la Capitana General, sita en la planta baja del pabelln central de la plaza de Espaa. Siete individuos feles a Repblica sern juzgados a la vez por rebelin militar, entre ellos Francisco Rodrguez Ojeda. El consejo lo preside el comandante de Ingenieros Francisco Carrillo Ordez, fjando sus posiciones el fscal, que pide para el reo treinta aos de reclusin mayor, y el defensor la absolucin. El nico testigo que participa en el acto pblico es el que fuera secretario del Ayuntamiento republicano y que sigue en el franquista: Adolfo Chrcoles. Afrmar delante del ex alcalde que ste le merece buen concepto en cuanto a l, ignorando en cuanto a los dems, y aade: haba quien se enojaba de su actuacin y quien lo alababa. Ignora fuera alentador de desmanes toda vez que durante su actuacin fueron llevadas las fuerzas de Orden Pblico para sofocar stos. Ignora se llevara dinero de ninguna entidad y que fueron a Madrid das antes del Glorioso Movimiento Nacional para asuntos del Instituto de Enseanza 65 . Ser la ltima vez que Chrcoles mire de frente a Curro Elas. La sentencia no se hace esperar, confrmndose en todos los extremos las acusaciones formuladas y resultando probados los hechos relatados por las declaraciones. El fallo en su texto fnal propone la conmutacin de la pena impuesta por la de veinte aos y un da de reclusin mayor, que se hace frme por el auditor militar y por el propio capitn general de la 2 Regin Militar, Miguel Ponte Manso de Ziga, el 7 de junio de 1943. Cuatro meses ms tarde pasar a los archivos militares 66 . 64. Idem. C. de g. 84/41 folio 171. 65. Idem. C. de g. 84/41 folio 179 vto. 66. Idem. C. de g. 84/41 folio 182. 70 En diciembre de 1944, la libertad condicional por enfermedad, se le deniega al preso -a pesar de los informes internos favorables- por orden directa del Gobernador Civil, informe de la Junta de Carmona y denuncia annima que lo llevan a la celda de aislamiento. El Administrador de la prisin, Francisco Luque Reina, deja clara las secuelas de la enfermedad en prisin en la salud del preso: Tiene una edad matemtica de 55 aos y biolgica de SETENTA 67 . Las medidas de gracia otorgadas por el rgimen del general Franco en octubre de 1945, motivadas por la enorme presin internacional, y que pondran en la calle a miles de presos polticos, llegan tarde para Curro Elas. ste muere en la Prisin Provincial de Sevilla a las 10:45 horas del 28 de junio del mismo ao, a consecuencia de segn certifcacin facultativa- por insufciencia cardiaca por asma bronquial 68 . Otra versin de su muerte se basa en los testimonios de sus compaeros de celda, Vicente Tirabeque y Francisco Pea quienes mantuvieron hasta el fnal de sus vidas que ante la proximidad de la puesta en libertad de Curro Elas por las medidas de gracia que se anunciaban, un grupo de fascistas de Carmona tramaron su asesinato y realizarlo, para no levantar sospechas, por medio de cmplices medico-farmacuticos. De hecho -ambos afrmaron- que Curro Elas fue requerido en perfecto estado de salud por personal de la enfermera de la prisin, que le convencieron para inyectarle un medicamento que le produjo una crisis aguda de la que no sali; fue un veneno letal. Sus ltimas palabras fueron: Me han matado me han matado. 69 Los bienes de Francisco Rodrguez Ojeda fueron embargados: su casa de la calle Concepcin 16, una parcela de rstica de ocio con una fanega de tierra y otra de la misma extensin con una aranzada de olivar. A pesar de ello en las cuentas del Patronato de San Jos del 1950, cinco aos despus de la muerte de Curro Elas, ste fguraba como deudor. Segua como presidente del patronato Manuel Villa 70 . La documentacin del consejo de guerra 84/41 se abri de nuevo en dos ocasiones, el 28 de septiembre de 1945 y el 18 de septiembre de 1953, desconocindose los motivos. Cincuenta y tres aos despus Antonio Lera y Francisco Eslava consiguen recuperarlo del secuestro obligado para realizar el presente trabajo y sumarlo al proyecto general que ambos preparan sobre la militancia poltica y afliacin sindical durante la II Repblica en Carmona. 67. Ministerio del Interior. Direccin General de Instituciones Penitenciarias. Expediente penitenciario de Francisco Rodrguez Ojeda. 68. Registro Civil de Sevilla. Distrito del Salvador. N 730. Certifcado 0885401/06. 69. Testimonios orales de ambos presos realizados a la familia de Rodrguez Ojeda. Francisco Rodrguez Nodal. Al frente alegre de la paz. 70. Archivo Histrico Municipal de Carmona. Documentos sueltos del Patronato Escuelas de San Jos, ao 1950. 71 Se acab de imprimir el da 14 de abril de 2008. Aniversario de la proclamacin de la II Repblica espaola 72