Semantica Estructural
Semantica Estructural
Semantica Estructural
DIRIGIDA POR
ROMANICA HISPANICA
A. J. GREIMAS
DAMASO ALONSO
111. MANUALES, 27
S E M NT19.3h ESTRUCTURAL
I N V E S T I G A C I ~ NM E T O D O L ~ G I C A
VERSION ESPAROLA DE
ALFREDO DE LA FUENTE
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EDlTORlAL CREDOS
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l. LA SlTUACIdN DE LA SEMANTICA
PRIMERA EDICIN, abril de 1971. 1.' reimpresin, enero de 1974. 2. ' reimpresi6n. diciembre de 1976. 3.Veimpresi6n, septiembre de 1987.
El problema de la significacin se sita en el centro de las preocupaciones actuales. Para transformar el inventario de los com. portamientos humanos en antropologa y las series de aconteci, mientos en historia, no podemos dejar de preguntamos acerca del sentido de las actividades humanas y acerca del sentido de la hicv toria. El mundo humano parcenos definirse esencialmente como el mundo de la significacin. El mundo solamente puede ser llamado "humano" en la medida en que significa algo. Es, por consiguiente, en la investigacin referente a la signifie cacin d a d e las ciencias humanas pueden hallar su denominador comn. En efecto, si las ciencias de la naturaleza se preguntan cmo son el hombre y el mundo, las ciencias del hombre se plantean, d e m a n e a ms o menos explcita, la cuestin de saber lo que uno y otro significan. La lingstica ha N i d o aparecer, e n este deseo comn d e delie mitar el problema de la significacin, como la disciplina mejor situada: poi estar ms elaborada y ms formalizada, pada ofrecer
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a las dems disciplinas su experiencia y sus mtodos. De esta suerte, e n los aos cincuenta, recibi en Francia el ttulo envidiable d e ciencia piloto entre las dems ciencias del hombre. El puesto privilegiado que de este modo le fue asignado no poda por menos d e crear una situacin paradjica: una doble influencia irradi a partir de un punto donde no suceda prctica. mente nada. La primera influencia n o es sino el inconveniente inevitable d e la gloria: la sociologa y el psicoanlisis lo conocieron antes que la lingstica. Designado con el nombre de "trivializacin", se caraco r la distorsin d e las estructuras metdolgicas de una dis. teriza p ciplina y por la neutralizacin d e las oposiciones, a menudo funda. mentales, entre sus conceptos. Una terminologa lingstica empobrecida y desfigurada se difundi en ciertas revistas de vanguardia : al lingista le costaba trabajo reconocer all a sus pr'opias criaturas. Paralelamente, la lingstica conoci una influencia metodol. gica innegable. N o se trataba en este caso d e prstamo d e mtodos d e ciertas propiamente dichos, sino de actitudes epi~temol~icas, transposiciones de modelos y de'procedimientos heursticos que hi. cieron fecunda la reflexin d e un Merleau-Ponty, de un Lvi-Strauss, de un Lacan y d e un Barthes. La distancia que separaba estos modelos epistemolgicos d e los campos en que podan hallar su aplicacin n o pudo operar ms que en el sentido d e su particularizacin. Si la importancia d e los trabajos que d e ah han surgido permite a los observadores atentos hablar actualmente d e la "escuela francesa d e antropologa", la ausencia de un catalizador metodolgico es tanto ms lamentable. Este papel de catalizador era, naturalmente, el d e la lingstica. Es curioso constatar cmo, aunque as asediada por solicitaciones diversas, sta se ha mostrado, de modo general, ms que reticente, hostil incluso a toda investigacin semntica. Las razones d e tal actitud son mltiples.
Hay que reconocer que la cemntica ha sido siempre la parien. te pobre d e la lingstica. La semntica, la ms joven de las disciplinas lingsticas - s u denominacin misma n o se forj hasta fina. les del siglo XIX-, se vio precedida, en el cuadro del desarrollo d e la lingstica histrica, primeramente por la fontica, cuya elaboracin fue la que recibi mayor impulso, y, a continuacin, por la gra. mtica. Incluso una vez denominada e instaurada, no trat sino d e tomar prestados sus mtodos, ya de la retrica clsica, ya d e la psi. cologa d e la introspeccin. La lingstica estructural ha seguido, en su desarrollo, idntico orden de prioridades. La escuela d e Praga estableci bien las bases de la fonologa; la escuela d e Copnhague, que vino despus, se preocup sobre t d o d e la elaboracin de la teora lingistica que trataba d e aplicar a la renovacin de los estudios gramaticales. El olvido de la cemntica es patente y voluntario: es normal, en los medios lingsticos, el preguntarse, todava hoy, si la semntica posee un objeto homogneo y si ese objeto se presta al anlisis estructural o, dicho de otro modo, si tenemos derecho a considerar la semntica como una disciplina lingistica. La dificultad d e determinar los mtodos propios de la semn. tica y de definir las unidades constitutivas de su objeto existe real. mente. El inventario restringido d e los fonemas y su carcter d i s creto, descubierto implcitamente en la poca d e la primera revolucin cientfica de la humanidad, que consisti en la elaboracin de los primeros alfabetos, favorecan los progresos de la fontica y, ms adelante, de la fonologa. Nada semejante hallamos en el caso de la semntica. La definicin tradicional de su objeto, pdicamente considerado como "substancia psquica", impeda delimitarla netamente por relacin a ,la psicologa y, mis adelante, a la socio-
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loga. Por lo que a sus unidades constitutivas se refiere, la maraa terminolgica d e sememas, semiemas, semantemas, etc.- n o red vela otra cosa que frrago y confusin. El lingista mejor intencionado no poda considerar, en tales condiciones, a la semntica ms que como una disciplina a la bsqueda d e s misma. El golpe d e gracia se lo dio finalmente el triunfo d e cierta con* cepcin d e la lingstica que se basa en la psicologa del comportamiento. Es conocida la famosa definicin del signo lingstico dada por Bloamfield (Ldngudge): ste seria "una f m a fontica que tiene un sentido" (pg. 138). "sentido acerca del cual nada podemos saber" (pg. 162).Teniendo en cuenta tales actitudes behavioristas, se haba hecho corriente el considerar a la semntica misma como d g o carente de sentido. Y, sin embargo, como ha notado justamena te Jakobson hablando d e quienes dicen "que las cuestiones d e sens tido carecen de sentido para ellos: cuando dicen 'que carecen d e sentido', una d e dos: o bien saben lo que desean decir, y en virtud d e ese mismo hecho la cuestin del sentido adquiere entonces send tido, o bien no lo saben, y en ese caso su frmula es absolutamente carente de sentido" (Essais, pgs. 38-39). Estas tres razones - e l retraso histrico con que aparecen los estudios semntica, las dificultades propias d e la definicin de su objeto y la "ola" del formalismo- al mismo tiempo que han sido las determinantes d e las reticencias d e los lingistas respecto a las investigaciones referentes a la significacin, explican dichas retia cencias. Todo. ello muestra bien a las claras la posicin incmoda d e quien, consciente d e la urgencia d e los problemas semnticos, desea reflexionar acerca d e las condiciones e n las cuales sera posible un estudio cientfico d e la significacin. Se ve precisado a encarar das tipos d e dificultades: unas de orden terico, las otras de orden prctico. Las primeras provienen d e las dimensiones considerables de su empresa : la semntica. si debe hallar su puesto dentro de la econo-
ma general de la lingstica e integrarse en ella con sus postulados y el cuerpo de sus conceptos instriimentales, al mismo tiempo debe apuntar a un carcter d e generalidad suficiente como para que sus mtodos, que estn por elaborar, sean compatibles con cualquier otra investigacin referente a la significacin. Dicho de otro m d o , si la semntica tiene como objeto d e estudio las lenguas naturales. la descripcin de stas forma parte de esa ciencia ms vasta de la significacin que es la semiologa, en el sentido saussureano de este trmino. Las segundas se refieren al destinatario eventual de sus reflexiones. La necesidad de formalizacin y la insistencia en la univocidad d e los conceptos utilizados no pueden expresarse, en esta fase d e las investigaciones, ms que. mediante una neologa de las denominaciones y una redundancia de las definiciones que buscan el modo d e ser ms y ms rigurosas: estos tanteos precientficos no pueden dejar de parecer a la vez pedantes y superuos al destinatario cuyo sistema d e referencias culturales es literario o histrico. Pero parecern, con razn, insuficientes y demasiado "cualitativos" a los lgicos y a los matemticos, que constituyen un grupo de sostn y de presin del que la lingstica no puede desentenderse. Solicitado de este modo por exigencias prcticas contradictorias, el autor no puede elegir, con riesgo de descontentar a todos, ms que la va intermedia para hacerse comprender por ambas partes: si, por una parte, le parece evidente que, sin el auxilio d e la lgica matemtica, y de la lgica en general, la semntica no puede por menos d e quedarse e n la contemplacin de sus ~ r o p i o sconceptos generales, es igualmente consciente, por otra, d e que una iniciacin semntica que no llevara y marchara al encuentro d e las ciencias humanas, en plena crisis, continuara siendo durante largo tiempo todava un ejercicio capillista.
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U)
LA PRIMERA E L E C C I ~ NEPISTEMOLGICA
La primera observacin concerniente a la significacin no puede referirse .a otra cosa que a su carcter a la vez omnipresente y multiforme. Nos asombramos ingenuamente cuando nos ponemos a reflexionar acerca d e la situacin del hombre que, desde la maana a la noche y desde el perodo prenatal hasta la muerte, se ve literalmente asaltado por las significaciones que le solicitan par doquier y por los mensajes que le alcanzan en todo momento y bajo cualquier forma. Cun ingenuas - e s t a vez, en el sentido no cientfico del t r m i n v parecen las pretensiones d e ciertos movimientos literarios que desean sentar las bases de una esttica d e no-significacin : si la presencia, en una habitacin. d e dos sillas, situadas la una al lado de la otra, le parece peligrosa a Alain Robbe-Grillet, por ser mitificante, debido a su poder d e evocacin, s e olvida d e que la presencia d e una sola silla funciona como un paradigma lingstico y, presuponiendo la ausencia, puede ser igualmente significativa. Pero una semntica que parta de la constatacin d e la omnipresencia d e la significacin no puede evitar el confundirse con la teora del conocimiento y el tratar ya sea d e suplantarla, ya sea d e someterse a una determinada epistemologa. Esta situacin incmoda ha sido vista claramente por Hjelmslev, quien, tras haber notado que era la suerte d e cualquier ciencia, y no slo d e la lingstica. acunseja aceptarla con resignacin, tratando, al misma tiempo, de restringir los eventuales perjuicios. Las presuposiciones epistemolgicas deben ser, por consiguiente, tan escasas en nmero y tan generales como sea posible.
Con conocimiento de caiisa proponemos considerar la percep cin como el lugar no lingstico en que se sita la aprehensin de la significacin. Hacindolo de este modo, obtenemos inmediatamente la ventaja y el inconveniente de no poder establecer, en su estatuto particular, una clase autnoma de significaciones lings. ticas, suspendiendo as la distincin entre la semntica lingstica y la semiologa saussureana. Aunque reconociendo nuestras preferencias subjetivas por la teora de la percepcin tal como fue desarrollada en Francia hace poco tiempo por Merleau-Ponty, haremos notar, sin embargo, que esta actitud epistemolgica parece ser tambin la d e las ciencias humanas del siglo xx en general : hemos visto, por ejemplo, para no citar ms que lo que resulta particu. larnente sorprendente, cmo la psicologa d e la forma y del com. portamiento ha substituido a la psicologa de las "facultades" y d e la introspeccin. Vemos tambin que la explicacin .de los hechos estticos se sita hoy generalmente al nivel de la percepcin de la obra, y no ya al de la exploracin del genio o de la imaginacin. Tal actitud, por consig~iiente, aunque sea solamente provisional, aparece, e n la poca histrica en que nos ha correspondido vivir. como rentable: difcil resulta imaginar otros criterios de pertinencia aceptables para todos.
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UNA D E S C R I P C I ~ N CUALITATIVA
Pero la afirmacin de qiie las significaciones del mundo humano se sitan al nivel de la percepcin equivale a circunscribir el estudio al interior del mundo del sentido comn, o, como se suele decir, del miindo sensible. La semntica se reconoce de este modo abiertamente como una tentativa d e descripcin del mundo de las cualidades sensibles. Una tal toma de posicin no puede sorprender ms que a aquellos que. aceptando la influencia que act~ialmenteejercen los m-
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todos cuantitativos en. los diferentes campos d e la lingstica, no se han dado cuenta d e la insignificancia d e los resultados obtenidos -falta sta que incumbe n o ya a los procedimientos cuantitativa empleados, sino a las fallas d e la conceptualizacin cualificativa que hacen inoperantes los procedimientos-. Por otra parte, un anilisis ciialitativo cada vez mis ripuraso contribuir f o m e n t e a m1mr el vacio que existe hoy da entre las ciencias de la naturaleza, consideradas. cuantitativas, y las ciencias del hombre, que, D pesar e las apariencias a menudo engaosas, siguen siendo cualitativas. Pues un movimiento paralelo y d e sentido inverso, segn parece, se dibuja en el interior d e las ciencias de la naturaleza. Como seala Lvi-Strauss en su obra Pense sauvage (pg. 20): "La qumica moderna reduce la variedad de los sabores y d e los perfumes a cinco elementos combinados d e diversos modos: oxgeno, carbono, hidrgeno, azufre y zoe. Estableciendo tablas d e presencia y d e ausencia y evaluando las dosificaciones y los umbrales, llega a dar cuenta d e las diferencias y de las semejanzas entre las cualidades a las que antao dicha ciencia habra desterrado d e su campo por su carcter secundario". U n a descripcin cuaitativa promete por tanto lanzar el puente por encima de la zona brumosa del mundo d e los sentidos y d e los "efectos d e sentido!', conciliando quizs algn da la cantidad y la cualidad, el hombre y la naturaleza.
ficacin al nivel de la prcepcin, y que son reconocidos, en este momento mismo, como exteriores al hornbre. Con el nombre de significado, designaremos la significacin o significaciones que son recubiertas por el significante y manifestadas gracias a su exis, tencia. N o podemos considerar a algo como significante ni concederle dicho nombre ms que si significa algo realmente. La existencia del significante prenipone por tanto la existencia del significado. Por su parte, el significado no es "significado" ms que en la medida en que es significado, e s decir, porque existe un significante que lo significa. Dicho de otro modo, la existencia del significado presupone .la del significante. Esta presuposicin recproca es el nico concepto lgico no de&ido que nos permite definir recprcxamente, siguiendo a Hjelmslev, el .significarite y el significado. Podemos dar provisionalmente el nombre d e cmljiinto significante a esta reunin del significante y del significado, poniendo de relieve, sin embargo, qiie la palabra conjiinto que contiene esta denicin y que nos remite al concepto d e totalidad permanece por el momento sin definir.
NOTA:Se notar cmo, en el ejemplo citado por Levi-Strauss, a los ele. rnentos ltimos del sistema semiolgico corresponden los sintagmas de los procesos qumicos y no los sistemas qumicos. Puesto que los significantes, segn esta primera definicin, son considerados como captados, en el momento de la percepcin, en su estatuto de no pertenencia al mundo humano, son, por consiguiente, arrojados d e nuevo automticamente hacia el universo natural manifestado al nivel de las cualidades sensibles. Una primera clasificacin de los significantes, segn el orden sensorial del
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Para constituir los primeros elementos d e una terminoloea ow. rativa, designaremos con el nombre d e significante a los elementos o grupos d e elementos que hacen posible la aparicin d e la signi-
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los
que dependen, puede ser intentada. As, los significantes -y conjuntos significantes- pueden ser :
- de
orden visual (mmica, gesticulacin, escritura. naturaleza romntica. artes plsticas, seales de circulacin, etc.): de orden auditivo (lenguas. naturales, msica, etc.): de orden tdctil (lenguaje de los ciegos, caricias, etc.); etc.
Tal tipo d e clasificacin, utilizado a menudo, es considerado generalmente como no lingstico. Podemos sealar, sin embargo, dexle ahora que las cualidades-significantes, que situamos fuera del hombre, no deben confundirse con las cualidades-significados ; en efecto. los elementos constitutivos d e los diferentes rdenes sensoriales pueden, a su vez, ser captados como significados e instituir el mundo sensible en tanto que significacin.
recubrir un significado idntico o, al menos, equivalente: as suced e en el caso d e la lengua oral y la lengua escrita: 3. Varios significantes pueden interferirse en un solo proceso global d e significacin, como ocurre con la palabra y el gesto. Sea cual fuere el estatuto del significante, no es posible ninguna clasificacin d e los significados a partir d e los significantes. La significacin. por consiguiente, es independiente d e la naturaleza del significante gracias al cual se manifiesta. Decir, por ejemplo, como suele hacerse con bastante frecuencia, que la pintura com. porta una significacin pictrica o que la msica posee una significacin musical carece de sentido. La descripcin d e la pintura o de la msica es del orden del significante y no del significado. Las significaciones que en ellas se contienen eventualmente son sim. plemente humanas. A lo ms cabra decir que el significante, tomado en su conjunto, comporta el sentido global "pintura" o "msica".
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NO tenemos derecho a admitir que a este tipo d e clasificacin de los signide los significantes corresponda una divisin
ficados. Varios tipos d e correlacin pueden ser aqu considerados: 1. Los ~ i g n i f i c a n t ~ pertenecientes s a un mismo orden sensorial pueden servir para la constitucin d e conjuntos significantes autnomos, como las lenguas naturales y la msica. Hay qiie sealar, sin embargo, que las investigaciones de la patologa del len. guaje han permitido establecer que la distincin entre los niidos (que constituyen un conjunto significante d e ruidos), los sonidos musicales y los sonidos del lenguaje es anterior a su investimiento por los significados. Ciertm subrdenes sensoriales comportaran. por consiguiente, significaciones globales : "ruido". "msica", "lenguaje" ;
naturales que son nuestras lenguas "articuladas" d e los conjuntos significantes artificiales.
. El criterio d e esta divisin no aparece, sin embargo, d e modo evidente. Parece que es en la naturaleza discreta de los elementos constitutivos del significante donde habra que huxarlo : en el caso d e los conjuntos significantes artificiales, los elementos discretos nos seran dados a primi, mientras que los conjuntos sighificantes naturales no se descompondran en sus unidades discretas sino a
postenon'.
Este criterio no es, sin embargo, pertinente para nuestro punto de vista, que es el d e la percepcin: la cuestin d e saber si los
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Condiciones
Pd7d 1 1 7 1 a
~cmnticaciet~tfica
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elementos d e los significantes son discretos o no, con anterioridad SU percepcin, depende de las condiciones d e emisin d e la significacin, cuyo anlisis n o podemos permitirnos. Desde nuestro punto d e vista restringido, el problema, si se plantea, debe resolverse al nivel d e la percepcin, en el cuadro de una disciplina que se c a p a r a d e la tipologia d e los significantes. A nosotros nos bastar con servirnos tan slo d e los criterios relativos ya sea a los significados, ya sea a sus relaciones con bs significantes.
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LA
CONDICIN PRlVlLEGlADA
E n comparacin con los otros conjuntos significantes, las lenguas naturales parecen poseer un estatuto privilegiado, debido a las transposiciones y traducciones posibles. Las transposiciones son de dos tipos: I. Una lengua natura, considerada nicamente como significado, puede ser manifestada con la ayuda de dos o ms significantes pertenecientes a rdenes sensoriales diferentes. El francs, por ejemplo, puede ser realizado a la vez bajo forma fnica y bajo forma grfica. Se admite generamente el considerar, e n tales casos. uno d e los significantes como primero, y el otro como derivado o transpuesto; este punto d e vista, que es el d e Jakobson, n o es compartido. sin embargo, ni por Hjelmslev ni por Russell. 2 . Una lengua natural, considerada como conjunto significante, puede ser transpuesta y realizada en vn orden sensorial diferente. As, por ejemplo, el lenguaje onrico no es ms que la transposicin d e h lengua natural a un orden visual particular (divisible, a su vez, en dos subrdenes: en colores, o en blanco y negro) [ejemplos comprobatorios pueden hallarse en Freud]. Lo mismo sucede en el caso del lenguaje cinematog-rco.
Parece, sin exbargo, razonable el admitir que estas transposic ciones pueden poseer --o adquirir progresivamente- una autonw ma relativa o total. Los esfuerzos del arte cinematogrfico d e los aos veinte, tendentes a crear su propio lenguaje, son caractersticos, sobre tcdo si pensamos en la regresin que se produjo despus tras la invencin del cine sonoro. Las traducciones n o se distinguen de este ltimo tipo de transposiciones ms que por la direccin que toman: en efecto, todo conjunto significante d e naturaleza diferente a la de la lengua natua ral puede traducirse, con ms o menos exactitud, en una lengua natural cualquiera: as sucede, por ejemplo, en el caso d e l a pine tura y d e su traduccin mediante la crtica pictrica. El deajuste que se produce entre el conjunto significante pri. mero y s u traduccin interesa n o slo a la semntica, sino tambin a cualquier disciplina d e significacin: la distancia que los separa puede ser interpretada como creadora d e alienaciones y d e valo, nzaciones. Vemos que las lengua^ naturales ocupan un puesto privilegiado debido a que sirven d e punto de partida a las transposiciones y d e punto d e llegada a las traducciones. Esto bastara por si solo para dar cuenta d e la complejidad del conjunto significante que es una lengua natural.
La meta que se .propone la semntica consiste en reunir los me. dios conceptuales necesarios y suficientes con vistas a la descrip.
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cin d e una lengua natural cualquiera -la francesa, p r ejemplo-, considerada como un conjunto significante. La dificultad principal para llevar a cabo t d descripcin prw viene, segn hemos visto, del carcter privilegiado d e las lenguas naturales. U n a descripcin d e la pintura cabe concebirla, d e modo muy general, como la traduccin del lenguaje pictrico ai francs o a cualquier otra lengua natural. Pero la descripcin del francs n o es, e n esta misma perspectiva, ms que la traduccin del francs al francs. El objeto d e estudio se confunde, por consiguiente, coi1 los instrumentos d e ese estudio: el acusado e s al mismo tiempo su propio juez de instruccin. U n ejemplo, inadecuado quizs, pero muy caracterstico, d e este estado de cosas nos lo proporciona la lexicografa: un diccionario unilingiie cualquiera es un conjunto cerrado, en cuyo interior las denominaciones persiguen indefinidamente a las definiciones. H a y que resignarse : cualquier investigacin referente a las significaciones inherentes a una lengua natural queda encemda dentro d e ese cuadro lingstico y n o puede venir a parar ms que en expresiones. forrnulaciones o definiciones presentadas e n una lengua natural. El reconocimiento del carcter cerrado del universo semntico implica. a su vez, el rechazo d e las concepciones lingsticas que definen la significacin como la relacin entre los signos y las cosas, y especialmente .la negativa a aceptar la dimensin suple. mentaria d e l referente, que introducen, a modo d e compromim, los semantistas "realistas" (Uiimann) e n la teora saussureana del signo, teora sta, por otra parte, q u e cabe poner en tela d e juicio: no representa, en efecto, ms que una d e las psibles interpretaciones del estructuraiismo d e Saussure. El referirse a las cosas para la explicacin d e los signos n o quiere decir ni ms ni menos que intentar una transposicin, impracticable, d e las significaciones contenidas en las lenguas naturales a conjuntos significantes n o lingstico~.Empresa, segn vemos, d e carcter onrico.
NOTA:U n a dificultad, secundaria, subsiste debido a la existencia d e los contextos n o lingsticos d e la comunicacin. Diremos que se trata en tales casos, simplemente, d e interferencias, cn el momento mismo de! proceso d e la comunicacin, d e varios conjuntos significantes. El hecho d e que la comunicacin pueda ser a veces heterognea no prejuzga en nada e! estatuto autnomo d e los coniuntos significantes que en ella se encuentran implicados.
La lgica moderna ha permitido superar, en parte, la dificultad derivada de la imposibilidad de salir del universo lingstico cerrado, al elaborar la teora d e la jerarqua de los lenguajes. El concepto d e jerarqua as introducido debe comprenderse como la relacin de presuposicin lgica y n o puede definirse, segn hemos ya notado, con los recursos d e que disponemos. La relacin d e presuposicin se establece entre dos contenidos d e los que nada sabemos, y que pueden ser ya sea dos conjuntos significantes (el conjunto "crtica pictrica" presupone el conjunto "pintura"), ya sea dos segmentos significantes cualesquiera. As. por ejemplo, cabe decir que los tres seamentos, que disponemos jerrquica* mente :
Me doy cuenta
de
qtre digo
que
hace f n o
estn ligados entre s por relaciones d e presuposicin. NOTA: No queremos, mediante este ejemplo, introducir los problemas. n o lingsticos, d e los niveles d e realidad o d e los niveles de conciencia, sino solamente ilustrar el hecho de la existencia de niveles. Este reconocimiento de los niveles de significacin que pueden existir en el interior d e un solo conjunto significante nos permite situar la investigacin semntica distinguiendo dos niveles dife-
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rentes: el que constituye el objeto d e nuestro estudio, y q u e d e m o s continuar designando, siguiendo la tetminologa establecida, con el nombre de lengwobjefo, y aquel otro en que se disc pondrn los instrumentos lingsticos d e la investigacin semntica, y que debe ser considerado como metalingstico relacin
al pr'imero.
NOTA: EI trmino knguab, qve nos arriesgamos a emplear por costumbre, es vago y corresponde ya sea .a un conjunto, ya sea a un subconjunto significante. Trataremos de reservar el trmino kngua pan desienar solamente .los conjuntos o subconjuntos "natuales", sea cual fuere el nivel al que esten situados.
utilizacin de las lenguas naturales prticulares y si su descripcin no puede satisfacerse mediante un metalenguaje ms o menos alejado de las lenguas naturales. Debe hacerse aqu una distincin, segn Hjelmslev, entre metalenguajes cientficos y metalenguajes no cientficos. El metalen. guaje n o cientgco es. corno la lengua objeto que dicho metalen. guaje explicita, "natural": la lengua d e la crtica pictrica, obra colectiva de varias generaciones d e crticos de arte, se presenta, por ejemplo, como un subconjunto ya existente, integrado en el conjunto significante francs. El metalenguaje cientfico es construido: quiere ello decir que todos los trminos que lo componen constituyen un cuerpo d e definiciones coherente.
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Este nuevo concepto nos permite .ahora precisar la nocin d e un crtico habla d e la pintura o d e la msica, por el hecho mismo d e hablar de ellas, presupone la existencia d e conjuntos significantes "pintura'.', "msica". Sus palabras constituyen pues, por relacin a lo que ve u oye, una metalengua. P a consiguiente, sean cuaies fueren .la naturaleza del significante o el estatuto jerrquico del conjunto signiiicante considerado, el estudio d e su significacin se halla situado a un nivel\metdiigstico por relacin ai conjunto estudiado. Esta diferencia d e nivel es todava ms visible cuando se trata del estudio d e las lenguas naturales: e1 alemn o el ingls, por ejemplo, pueden estudiarse en una metalengua lingstica utilizando el francs, y viceversa,
traduccin. Cuando
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I !
Ello nos permite formular u n principio d e alcance ms gene. ral: diremos que esta metalengua transcriptiva o descriptiva n o slo sirve para estudiar cualquier conjunto signiicante, sino que adems es indiferente a la eleccin de la lengua natural utilizada. Podernos incluso ir un peco ms lejos y preguntarnos si la interpretacin metalingstica d e la, sigdcacin est ligada a la
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Pero la existencia d e un cuerpo d e definiciones n o puede siga nificar ms que una sola cosa, a saber: que el meta!enguaje mismo h a sido previamente planteado como lengua-objeto y estudiado a un nivel jerrquico superior. Por consiguiente, p a n que el metalen* guaje semntica, el nico que nos interesa, pueda ser considerado como "cientifico", es necesario que los trminos que lo constituyen sean previamente definidos y confrontados. La definicin de un metalenguaje cientfico pone, pues, como condicin, y presupone, por consiguiente, la existencia d e un met~.metdenguaje, o lenguaje terciario; pero nos damos cuenta inmediatamente de que ste no tendr razn de ser si no est destinado a analizar el metalenguaje y a dado. Vemos ahora cules son !as condiciones de unc semntica cien. t&ca: no puede concebirse tal semntica cientfica ms que como la reunin, por la relacin d e presuposicin recproca, de dos meta* lenguajes: un l e n s a j e descriptivo o translativo, en el cual podrn ser formuladas las significaciones contenidas en la lengua.objeto, y un lenguaje metdolgico, que defina los conceptos descriptivos y verifique su cohesin interna.
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La existencia de un lenguaje metodolgico, aunque autoriza el =studio semntico en el interior d e una lengua natural dada, n o parece suficiente para colocar a la semntica por encima de las lenguas naturales. Este nivel terciario que constituye a la semntica e n metalenguaje cientfico debe ser a su vez construido par deduccin, y n o por induccin. Cabe ilustrar este postulado hjelmsleviano, que nosotros suxribimos, aplicndolo a la descripcin gramatical. En efecto, un concepto morfolgico, el imperfecto francs, par ejemplo, puede ser definido inductivamente, por el anlkis d e sus distribuciones. El concepto d e "imperfecto" ser a su vez denominado U nivel del lenguaje descriptivo; una vez vertido e n el lenguaje metodolgico, su validez podr verificarse en el interior d e las categoras temporales, aspectudes y modales del francs. Y, sin embargo, n o podr utiliram, por razones evidentes, en el mili& d e otras lenguas naturales, del imperfecto alemn por ejemplo. T a n slo en la medida e n que el cuerpo d e conceptos gramatical= constituya un conjunto axiomtico deductivo estos conceptos podrn servir d e base a una morfologa comparada O general. El examen del valor metodolgico de. la deduccin y d e la induccin se sita ya, como vemos, a u n nivel jerrquicamente superior, al nivel lingstico cuaternario. E n efecto, el problema que d e este mcdo se plantea e s el d e d o s concepciones de la verdad: la verdad considerada corno coherencia interna y la verdad concebida como una adecuacin a la realidad. En efecto, si la descripcin e s la traduccin d e una lenpa-objeto a un lenguaje descriptivo, esta traduccin debe adecuarse, debe ' adherir a la realidad, que es, para nosotros, e l niyel de la lengua. objero. Desde este punto d c vista, los mtodos inductivos parecen vlidos.
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Semntica estructurd
Nos queda por hacer una ltima observacin, de carcter tcni. co, es verdad, pero bastante importante por sus consecuencias ~ r c * ticas: se trata d e la utilizacin de la notacin simblica. El ejemplo d e las matemticas. pero tambin el de la lgica simd blica, y ms recientemente todava, el de la lingstica, muestran l o que se puede ganar en precisin en el razonamiento y en facilia dad operativa si, disponiendo d e un cuerpo d e conceptos definida d e modo unvoco, se abandona la lengua "natural" para notar esos conceptos simblicamente, con la ayuda d e caracteres y d e cifras. Sin embargo, para que una notacin d e este tipo pueda introd ducirse en un campo determinado. es necesario que el inventario de los conceptos a traducir a ese lenguaje "simblico" sea bastante restringido. Slo ms adelante se sabr si tales inventarid reducidos son posibles : es ste, en iodo caso, Lino de los fines qiie la semna tica debe proponerse. La notacin simblica no es, pues, zn s misma, un procedimien* t o d e investigacin. Lo cual no impide el que la posibilidad d e utis lizarla e n un campo determinado aporte la prueba indirecta d e que el campo d e investigaciones elegido est un tanto despejado (cf. Reichenbach, flAv?nement de la philosophie scientifique, pgi* nas 1 8 ~ 1 9 5 ) .
1. CONTINUIDADES Y DISCONTlNUlDADES
La lingstica tradicionai - q u e se acomodaba por otra parte en esto a las tendencias generales de su poca-.insista d e buen grado e n el carcter continuo de los fenmenos lingsticos. De esta suerte, el paso de la a latina de mar a la [ E ] francesa de mer era considerado como inconsciente, no captable, sin solucin de continuidad. Del mismo modo, en el rea geogrfica del gaiorromnico, el paso d e un bable a otro y de uno a otro dialecto se haca, a pie o en bicicleta, con el "sentimiento Iingstico" de permanencia. La tarea d e l 1ingista.historiador consista en reducir, remontndose en el tiempo tan atrs como le fuese posible, Ias diferencias a identidades. E s e n este contexto donde hay que situar, restituyndole su carcter revolucionario. la afirmacin saussureana de que la lengua est hecha d e oposiciones. Esta constatacin, sin embargo, no es que se caiga d e su peso, y podemos preguntarnos si es posible, mientras permanezcamos en el plano de la "realidad", es decir, de la substancia fnica y d e la articulacin individual y ocurrencid, concebir, por ejemplo, un fonema d e otro modo que como un campo de dispersin comparable al del tiro de artillera; o. ms an, si es posible captar el ca. rcter discontinuo d e los hechos lingsticos si es posible decir
Semntica estructural
d e la lengua algo ms que el famoso tout se tient ("todo est ntimamente relacionado") o bien tout est ans tout ("todo est en La nica manera d e abordar, e n el momento actual, el problema de la significacin consiste en afirmar la existencia d e discontinui.
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matemticas. Es, por consiguiente, una presuposicin que hay que verter en el inventario epistemolgico de los postulados no analizados.
Cualquier tentativa d e profundizar en la nocin de estructura exige el anlisis d e los elementos de su definicin. Ser necesario, por consiguiente, considerar sucesivamente la nocin de relacin y la d e tmino-objeto. Por lo que se rebere a la expresin presencia, no es analizable a este nivel: implica, en efecto, el modo de existencia de los tminosobjeto en la percepcin: nos llevara a preguntamos acerca de la naturaleza misma de la percepcin. Su anlisis, segn el principio del mnimo epistemolgico, no pertenece ya a la lingstica. Lo mismo sucede con el concepto de simultaneidad, que, incluso una vez eliminado su carcter temporal, d e jara todava un residuo no analizable, prximo a los conceptos epistemolgicos d e continuidad y de identidad.
"toma forma" ante nosotros y para nosotros. Pero <qu significa exactamente -en el plano l,ingstic& la expresin "percibir diferencias"? I . Percibir diferencias quiere decir captar ai menos dos trmi. noseobjeto como simultneamente presentes. 2 . Peribir diferencias quiere decir captar la relacin entre los trminos, vincularlos d e .una manera u otra. De ah prucede el que la primera definicin, generalmente utilizada por otra parte, del concepto de estructura sea: presencia de dos trminos y d e la relacin entre ellos existente. Dos consecuencias se desprenden inmediatamente de dicha deU n solo trrnino-objeto n o conlleva significacin. La significacin presupone la existencia d e la relacin: lo que es condicin necesaria de la signiicacin es la aparicin d e la relacin entre dos trminos,
I .
2 .
A propsito d e la relacin, una doble constatacin se impone desde el comienzo : 1, Para que dos trminos-objeto puedan ser captados a la vez, es necesario que posean algo en comn (es ste el problema de la semejanza y, en sus repercusiones, el de la identidad). 2. Para que dos trminos-objeto puedan ser distinguidos. es necesario que sean diferentes, sea del modo que fuere (es ste el problema de la diferencia y de la no identidad). El problema d e lo continuo y de lo discontinuo, como vemos, reaparece, si bien de modo un tanto diferente. En efecto, la relacin pone de manifiesto ahora su doble naturaleza: es a la vez conjuncin y disjuncin.
31 llamados signos, ya unidades constitutivas o monemas, no son sino algo secundario dentro del cuadro de la investigacin referente a la significacin. La lengua no es un sistema de signos, sino una trabazn -cuya economa est por determinar- de estructuras de significacin.
V.
P)
vs va vs vs
carretera comarcal
batcr;
( 9 ) no m o r o ,
@que$
*.
Los dos primeros ejemplos no presentan dificultades: cada tr. mino d e relacin posee, en efecto, dos elementos, el primero d e los cuales (carretera, ala) conjunta, mientras que el segundo ( n a i o d vs comarcal; p vs b) disjunta la estructura. Los dos ltimos ejemplos parecen ms delicados por el hecho mismo d e su simplicidad Si la existencia d e l a d a c i n entre los dos trminos n o ofrece lugar a dudas, los dos aspectos d e Ia relacin -conjuntiva y disjuntivn o .soninmediatamente visibles. Designaremos a tal tipo d e relacin con el nombre d e estruce tura elemental. E n efecto, puesto que hemos convenido en que los tnninoscobjeto por si solos n o c d e v d n significacin, es al nivel d e las estructuras donde hay que buscar las unidades signifie cativas elementales, y n o al nivel d e los elementos. stos, y a sean
I l
I
i
I
!
I
pala
vs
b&,
sino al nivel de la de
p vs b.
de 10s dos fonemas. Sin embargo, si estamos en condiciones d e comparar -y luego d e distinguir- p y b, es porque esos dos fonemas son comparables o, dicho de otro m d o . porque su oposicin se sita en uno solo y el mismo eje, el d e la sonoridad. El trmino sonoridad es tal vez ina. decuado, puesto que n o pone de relieve ms que la propiedad de "sonoro" d e uno de los dos trminos, relegando a la sombra al otro. Poco importa, por otra parte. Sabemos que se trata en este caso d e una terminologa metalingistica, descriptiva, que podra reemplazarse, en ltimo trmino. por una notacin en letras o en cifras. Lo que s es importante es la existencia de un punto de vista nico, d e una dimensin en cuyo interior se manifiesta la oposicin. que se presenta bajo la forma de dos polos extremos de un mismo eje.
ningn
inconveniente en substituir los ejemplos franceses por ejemplos espaoles. libertad de proceder a una substitucin. He aqu 10s ejemplos que en este p a j e nos ofrece el original:
a) m& natianale vs routc dpartemenfufe, pas v s bar; (b) vois vs non v&, $1 grand vs pefif.
,
1
Estructura elemental de
la sigt~ijicain
32
blanco
vs
Semntka estructural
33
grande vs pequeo
prmiten postular un punto de vista comn para ambos trminos, el de la ausencia d e color en el primer caso, el de la medida del continuo en el segundo. P r o m e m o s dznominar eje. semntico a este comn denomina* dor d e los dos t&inm, a este fondo del cual se destaca la articud lacin de la significacin. Vemos que el eje sernntico tiene como funcin la d e subsumir, la de totalizar las articulaciones que Ie son inherentes.
Precisemos ahora el estatuto lingstico d e cada uno d e los smbolos de la frmula. Es evidente que los trminos-objeto A y B pertenecen a la len. gua.objeto, al desarrollo mismo del discurso, y que son captados e n e! acto d e la percepcin. El eje senintico S es el resultado de la descripcin totalizante que. rene a la vez las semejanzas y diferend cias comunes a los trminos A y B ; S pertenece, por lo tanto, al metalenguaje semntico descriptivo. Por lo que se refiere a la rela* cin (r), la hemos presupuesto desde el comienzo de esta interpretacin; (r) pertenece, pues. al lenguaje metodolgico y slo puede analizarse a nivel epistemolgico.
VI. LA RELACIdN
inventar- cada vez para el eje semntico la desominacin adecuada, podemos concebir una descripcin estructural de tipo relacional, que consistira en indicar, por una parte, los dos trminos d e la relacin y, por otra, el con* tenido semntico d e sta. De este modo, designando A y B a ! o s tminosabjeto, y S al contenido semntico, podramos expresar la estructura del siguiente modo:
-o
A / est en relacin (S) con 1 B.
Desde el momento en que aceptamos el considerar como meta. lingstico el contenido de la relacin -al que hemos designado mediante la letra S-, podemos analizar sin inquiet~idrnetodol,oica la expresin operacional del eje semntico e n tantos elementos de significacin como trminos-objeto diferentes hay implicados en la relacin, considerando a tales elementos como propiedades de estos trminos. Volviendo a considerar el ejemplo ya utilizado, el eje de sono. ridad (S) puede interpretarse como la relacin (r) entre el elemento sonoro (SI) y e1 elemento no sonoro (sz). En este caso, el trmino* objeto A (fonema b ) poseer la propiedad sr (sonoro),en tanto que el trmino#objeto B (fonema f i ) tendr como propiedad el elemento s 2 (no sonoro) :
b (sonoro) r
(no sonoro).
A 1 r (S) 1 B.
34
Semntica estructilral
35
Esta frmula puede aplicarse desde este m-to 4 anlisis de cuaiquier relacin. As, la relacin entre dos tminoiobjeto:
mujer r (sexo) hombre,
puede traducine en
mujer (femineidad) r hombre (masculinidad).
h eieemntm d e significacin (SI, sn) as destacada ron desiga nados por R. Jakobson r a s g a distintiva y n o wn, para l, sino la traduccin inglesa d e los elementos difrnnciales (lmnts diffren. tiels) d e Saussure. Por afn d e simplicidad terminol,. 01ca p r o p nemos denominarlos semas. Vemos, por consiguiente. que un& estructura elemental captarse y d e h b i r s e ya sea bajo la forma d e eje wmntic4 ya bajo la de articulacin smica. H a y que notar desde ahora que l a descripcin smica es, por lo que se refiere a rendimiento prctico. s u p r i o r con mucho a] inventario d e los ejes semntica y parece preferible por relacin a ste, segn el principio d e simplicidad formulado por Hjelmdev. En efecto, tomando prestado del mismo R. Jakobson el ejemplo. vemos que la descripcin fonolgica del rabe clsico, con sus 26 fonemas, dara, segn los clculos de Cantineau. u n repertorio de 325 oposiciones (se m t a en este caso de relaciones oposicionales n e descritas, ni siquiera bajo la forma d e ejes).. La descripcin del rabe didectd d e la Palestina septentrional que powe 31 fonemar revela la existencia, en t ~ d d , e g oposiciones binarias. (Cf. R. Ja. kobson, "Mufaxxumd'. The Emphatic P h a e m e s in Arabic, en Studies presentad to J o s h ~ r dWhutmargh, La Haya. pgs. 1 0 5
1' 5 . 1
El problema del modo de existencia (o del modo de descripcin) d e las articulaciones smicas es uno d e los ms contrwertidos por la lingstica d e nuestros das. Para los partidarios del binarismo (lgico u operacional), tales como J a k o b s a y sus discpulos, un eje semntica se articula en dos semas, que son designados, de un modo que se presta por otra parte a ambigedades, como
marcado vs no marcado
no sonoro.
nos encontramos con un sema marcado (es decir, presente en uno d e los dos polos), que se encuentra en relacin con el sema no marcado (ausente en el otro polo) :
pues n o basta con constatar la alisencia del sema "masculinidad" en el trmino-objeto mujer: este trmino posee como propio el sema "femineidad". La articulacin puede en tal caso expresarse neciiante
S
vs
no s.
Son estos dos tipos de articulaciones smicas los que admite principalmente Jakobscn.
36
Sin embargo, en el caso d e la oposicin grandc vs pequeo,
semntica estructural
d dgnificdcin
37
F,
que es mediano.
En la axiomtica d e 1% estructuras elementales elaborada por V. Brgndd, este fenmeno puede interpretarse de la siguiente maq+xa: jos dos semas polares
S
vs no
S,
positivo vs negativo, pueden aceptar u n tercer sema, que se definir c m o n i guiente, del tipo positivo vs neutro vs negativo
(grande)
(meduno)
S
ni n o
S,
(peque*)
del uno o del otro sema en el interior racterizados por cl del complejo stmico. Estas dos posiciones tericas -la d e Jakobson y la d e Br0ndalparecen a primera vista inconciliables. Su contradiccin, sin embar. go, es tan solo aparente, pues, en el fondo, slo la articulacin es compleja en la axiomtica de Brandal; el nmero d e semas im. plicados en sta permanece constante. La estructura brandaliana es n o menos binaria que la d e Jakobson. Nos vemos obligados a introducir aqu. con anticipacin, la dis. tincin entre dos tipos diferentes d e captacin y d e conceptualiza. ciq de la significacin: la significacin coma inmanencia y la significacin como manifestacin, para disipar la confusin que es intil mantener por.ms tiempo. La estructura elemental, consi* derada y descrita "en s", .es decir, fuera de cualquier contexto significante, slo puede ser binana, y ello no es as por razones tericas n o elucidadas, que hay que remitir al nivel epistemolgico del lenguaje, sino en virtud del hecho del consenso actual d e los lingistas. Dicha estructura se articula en dos semas
S
En otros casos, el sema intercalado puede aparecer como S y no S : tomar en este caso el nombre de complejo. As, en el ejemplo siguiente, la articulacin
vs
non S,
y proponemos fijar su d e h i c i n designndola mediante la expresin categora smica, que se emplea, hasta ahora, en competencia con eje semntico, pero que se revelar como ms precisa de ahora en adelante.
(no
negativo persd)
Brndal examina a continuacin otros dos tipos de articulaciones dmicas posibles, el complejo positivo y el complejo negativo, cae
Nos parece evidente, por otra parte, que n o es posible introducir ni postular razonablemente, a este nivel, la existencia del trmino neutro d e Brgndal o del -S d e Jakobson: la no existencia d e un sema n o es un sema y slo cabe registrarla al nivel de la signifi* cacin manifestada, donde la existencia de dos contextos smicos idnticos y distintos puede interpretarse por la presencia, en el primer contexto, del sema S, y por la ausencia, en el segundo con* texto, d e ese mismo sema S, ausencia que cabe designar convencio.
38
Semntica estructural
39
nalmente mediante 0s. S e trata en este caso, por consiguiente, no ya d e la existencia d e los semas considerados como unidades d e significacin construidas a partir d e su estructura relacional, sino d e l a manifestacin d e los trminos smicos. que no deben ser con. fundidos con los sernas. U n cuadro d e correspondencias precisar ms esta distincin: T&~MINOS S ~
positivo negativo neutro complejo
W S
S
SU C O ~ I D O SMIU)
'i
no s
-S
+ no s
S)
S)
NOTA :'En el caso de la manifestacin del trmino smico compleja 10s dos semas presentes pueden hallarse, segn B ~ n d a l ,ya sea en equilibrio, ya sea en relacin de predomifiio del uno por telaci6n al otro. Volveremos a ello mds adelante.
Podemos igualmente intentar precisar la distincin entre cate. goras smicas y articulaciones smicas. n o ya al nivel epistemol. gico, sino al nivel d e los procedimientos d e descripcin : la descripc cin d e una articulacin smica e s comparable al anlisis d e las distribuciones que tratara d e registrar los trminos smicos en los contextos smicos comparables. Pero, como en el caso del anlisis distribucional, esta bsqueda d e trminos smicos presupone lo que se busca: la no existencia del sema (-S) slo puede reconocerse si se ha considerado primeramente al sema S como existente; asimismo, el reconocimiento d e un trmino como complejo presupone el conocimiento d e la categora smica ya .analizada en semas disjuntos, pues, en caso contrario, e l trmino complejo n o se distinguira e n nada d e un sema simple cualquiera. Lo mal equivale a decir que la categora smica es anterior a su articulacin y que, si la descripcin parte del uiisis d e las articulaciones smicas, n o hace sino con. &mar o invalidar la existencia d e la; categora smica postulada
Este anlisis d e la relacin, considerada ya como eje semntico, ya en su articulacin en semas, trae aparejadas consecuencias que van, con mucho, ms all del deseo d e definir la estructura. Para demostrarlo, tomamos d e Hjelmslev (Prolegomena, pgina 33) el ejemplo, hoy ya clsico, del espectro d e los colores. Este eje semntico -pues evidentemente es d e eso d e lo que se trataposee una gran generaldad: hasta tal punto es difcil imaginar una civilizacin acromtica que cabe afirmar que se encuentra en todas las lenguas naturales. La comparacin d e dos articulaciones smicas d e este eje -la inglesa y la galesa- est representada por el si* guiente cuadro:
green gwyrdd
, . ,, . _:.
.,
_ .brown
::
Estas articulaciones smicas diferentes - q u e caracterizan, por supuesto, n o slo al espectro d e los colores, sino a un gran nmero de ejes seminticos- no ron sino categorizaciones diferentes del mundo, que definen, en su especifidad, culturas y civi!izaciones. Por eso, n o hay por qu sorprenderse d e q u e Hjelmslev reserve para estas articulaciones del lenguaje el nombre de forma del contenido y designe a los ejes semnticos que las subsumen con el nombre d e substancia del contenido.
40
Semntica estructurd
Il I
1
Esta ltima nocin -substancia del contenido- requiere que la pecisemos un paco. Entenderemos -ya hemos insistido e n ello anteriormente al hablar del eje semntico- q u e n o cabe acceder a ]a substancia q i captarla si q o es con ayuda de una lexicalizacin que v. sita necesariamente en el interior del u I I ~ v ~ M si~ificante. La substancia del contenido no debe, pues, considerarse como una realidad extralingstica, psquica o fsica, sino como l a manifestas cin lingstiia del contenido, situada a nivel distinto q u e la forma.. L a opmicin d e la forma y de la substmcia se hala, pa cohsis
;
41
X. SEMAS Y LEXEMAS
Tras haber examinado la ,relacin que se identifica en el lmite con el concepto mismo de estructura, debemos tratar ahora de de. terminar el papel que cabe asignar, en la economa d e este con. cepto, a los trminos-objeto, cuya existencia, al nivel d e la p r c e p cin. hemos postulado al mismo tiempo que la d e la relacin. Hemos visto que esta ltima poda analizarse en semas, a los que hemos propuesto considerar como propiedades d e los trminw
-
-1
', b ,
,
y*
I ! .
i
F i
1;
.*
guiente. situada por entero en el interior del anlisis del contenido; n o es la oposicin del significante (forma) y del significado (conte* nido). tal y como quisiera hacrnoslo admitir uqa larga- tradicin d e l siglo XX. La f m a es tan significante como la substancia, y e s asombroso que esta formulacin de Hjelmslev n o haya d i d o encontrar hasta ahora la audiencia que merece. E n consecuencia, podemos decir que las articulaciones smicas d e una lengua constituyen su forma, mientras que el conjunto d e 1% ejes semnticos traducen su substancia. Sentado esto. la d e s cripcin d e todo conjunto significante postulado en el umbral d e u n - anlisis puede ser llevada a cabo en dos planos diferentes - e l plano smico o formal y el plano semntico o substancial- y llevar a re* , sult ados diferentes. N o hace falta aadir que forma y substancia n o son ms q u e dos conceptos opeatorios que dependen del nivel d e anlisis ele* gido: l o que denominaremos substancia a un cierto nivel podr ser analizado como forma a un nivel diferente.
~~
objeto. La cuestin es. pues, la de saber qu sentido hay que atn. buir a la expresin
S
(femineidad)
:
;4
NOTA: Es aqu donde se justifica la introduccin del trmino categata smica, aplicado a un eje semntico de u n tipo particular, aquel que constituye la estructura como unidad mnima de significacin. Continuaremos empleando el trmino eje sem~tico e n su sentido o~eratoriod e "unidad de substancia del contenido articulada e n estructura".
B. Russell, al analizar los nombres propia, seala oportuna. mente que "el sentido comn considera que las cosas tienen cuali* dades, mas n o que se definan por esas cualidades" (Sienification et vrit, pg. I 13). En dicha concepcin, la cosa e s independiente d e sus propiedades: es la cosa en s, y como tal incognoscible: ningn anlisis de sus propiedades agotar jams su esencia. La intencin d e describir las substancias (en el sentido no linc gstico d e este trmino) n o puede sino hacer imposible el conmi. miento. En efecto, como seala B. RusseU (ibid., pg. I rz), "si esto es rojo es una proposicin que asigna una cualidad a una substanc cia, y una substancia n c se define por la suma d e sus predicados, es posible que esto y eso tengan exactamente los mismos predicados, sin que sean idnticos". El principio de identidad se vera de este modo nuevamente puesto en tela de juicio. Todo ello no hace sino confirmar nuestra repugnancia con respecto a una semntica que tuviera la pretensin d e describir la
. u ,
AZ
Semntica estructural
f
43
"substancia psquica". Nos es forzoso, por consiguiente, permanecer e n el plano fenomenolgico, es decir, lingstico, y postular, con Russell, que las cualidades definen a las cosas, es decir, que el sema S es uno d e los elementos que constituyen el trmino-objeto A, y que ste, al cabo d e un anlisis exhaustivo, se define como la coleccin d e los semas SI,SZ,SJ,etc. N o nos queda ya sino restituir al trmino-objeto su nombre d e lezema. ste pertenece a la lenguaaobjeto y se realiza en el d i 9 curso. Es, por consiguiente, la unidad lingstica d e otro orden y n o debe incluirse en la definicin de la estructura elemental.
NOTA:Hay que sealar que en modo alguno nos hacemos responsables de esta interpretacin de la categora del modo en francs.
Esta eliminacin d e los trminoiobjeto (lexemas) d e la definicin d e la estructura exige un reajuste d e sta. Teniendo en cuenta lo que precede, podemos decir que la estructura es el modo d e existencia d e la significacin, caracterizado por la presencia de la relacin articulada entre dos semas. Las categoras srnicas, segn hemos visto, son inmanentes a la lengua-objeto, pero n o pueden formularse ms que fuera d e ella. Esta definicin puede sorprender a primera vista; n o est, sin embargo, muy alejada si no de nuestros modos d e pensar, al menos d e nuestro modo de operar. Cuando decimos, por ejemplo, que el francs posee tres mcdos: el imperativo, el indicativo y el s u b juntivo, constatamos simplemente que el eje mcdal del francs, expresado en dos semas S y no S, se articula as:
imperativo vs
S
b
1:
indicativo
VS
subjuntivo no s
ni
ni no s
T a l categora smica es inmanente a la lengua francesa: cada sema se realiza en ella en el interior de numerosos lexemas.
Tal concepcin d e la estructura no parece todava enteramente sa'tisfactoria. Hemos tenido ya ocasin d e insistir en el hecho de que el eje sernntico subsunie, en cierto m d o . los elementos s. micos que d e l se desprenden analticamente. Ello equivale a decir que, por relacin a la totalidad que es una categora smica, los semas pueden considerarse como sus partes. Parece, por consiguiente, indispensable el integrar esta relacin, que va de la totalidad estructural a sus unidades constitutivas e n la definicin misma de la estructura. Una actitud bastante paradjica puede constatarse, respecto a este tipo d e relacin, entre los lingistas contemporneos Hjelmslev, por ejemplo, integra la relacin del t d o a las partes en su definicin d e la estructura ( P r o l e g m n a , pgs z o a r ) , sin que podamos ver, sin embargo, el puesto que le reserva en la economa d e su teora lingstica. U n gramtico que tratara, como P. Imbs, de intrducir el concepto d e totalidad en su anlisis correra el riesgo, con razn o sin ella, d e hacerse sospechoso de veleidades organi. cistas: ciertas disciplinas humansticas han abusado, en efecto, de tal manera del trmino totuiidad, considerado como concepto ex. plicativo de valor universal, que se ha hecho evidente su carcter mitificante. Para evitar esta clase de malentendidos y para economizar al mismo tiempo los tiles conceptuales, proponemos restringir tanto como sea posible esta definicin y considerar la relacin entre el sema y la categora smica a la cual pertenece el sema slo desde el punto d e vista d e la presuposicin lgica. Diremos que al lado de la
44
Semntica estructural
relacin antonmica -conjuncin y disjuncin- entre los semas de una misma categora, la estructura elemental d e la significacin se define, adems, por la relaciil hiponmica entre cada uno d e los semas tomado individualmente y la categora smica entera.
NOTA: La utilizacin operacional d e esta relacin puede exigir la intro. duccin del concepto de orienthn: as, partiendo del sema, la relacin puede designarse hiponmica; partiendo de la categora, podr ser til d e s i p narla hipeonmici. Ntese desde ahora que es necesario reservar el trmino hiponimia para la relacin situada e n el i n t e r i ~ rde la estructura elemental: la misma rela. cin, considerada en s, es decir, como vinculadora de elementos smicos que no pertenecen a una sola y 11 categora, podr denominarse hipoldctica (y. even~ualmente, hipertdctica). Pensamos que tal conceptualizacin mnima nos permite ahorrarnos la nocin d e metonimia, que es difcil d e reducir a la univocidad.
LENGUAJE Y DISCURSO
i.
SLGNIFICACIN Y COMUNICAClON
Las estructuras de la significacin, tales y como acabamos de definirlas, se manifiestan (es decir, se ofrecen a nosotros durante el proceso de la percepcin) en la comunicacin. La comunicacin, en efecto, rene las condiciones d e su manifestacin, ya que es en el acto d e comunicacin, en el evento-comunicacin, donde el signi. ficado encuentra al significante. Esta juncin del significante y del significado -o del plano d la expresin y del plano del contenido, si adoptamos la terminologa danesa- hace aparecer las unidades mnimas del discurso: el fonema y el lexema. En la manifestacin d e bus "bajo", que sub. tiende la existencia no manifestada d e par "paso", se realiza la doble presuposicin del significante y del significado: para que b pueda ser reconocido como unidad discreta del significante, es nece. sario que su oposicin a p en el contexto bus vs pm sea reconocida como creadora d e una diferencia de sentid;; mas, para que bus sea reconocido como provisto d e sentido, es necesario que previamente exista la oposicin b vs p.
:,
Sin embargo, esta constatacin -la de que el anlisis del significante es imposible sin referencia al significado, y viceversa- no
46
.Yem'ntica estructural
b g u a j e y discurso
47
debe ser la ultima ratio de su acercamiento. Otras dos observaciones deben formularse y retenerse en esta ocasin: 1. En primer lugar hay que constatar la ausencia de ixmiorfia i , i entre los dos planos del significante y del significado: las unidades 1' de comunicacin de los dos planos no son equidimensionaies. N o es .hl\ \ un fonema lo que corresponde a un lexema, sino una combinacin ( I ! ' de fonemas. El anlisis de los d a planos debe reaiirarse, aunque mediante los mismas mtodos, p o r sepando. y deber apuntar a establecer la existencia de los femas para el significante, y de .los \ semas para el significado, unidades mnimas de los dos planos del lenguaje. 2. El sentido que hacen aparecer las oposiciones fonolgicas constitutivas en el interior de unidades ms amplias slo es, mirn. dolo bien, un sentido negativo, una posibilidad de sentido. Expliqumonos: si la oposicin bas vs pas atribuye a bus una a p i e n c i a de sentido, no d e m o s decir que, durante el proceso d e comuni. cacin en que se sitan talas las opciones posibles entre lo que se manifestar y lo que quedar subentendido, la eleccin de bar, efectuada por el locutor (Le ciel est bar "el cielo est encapotado1'. Le plafond est bas "el techo es bajo"), se realiza, necesariamente, por la presencia obligante del lexema p a ~ o en relacin con l. Antes, por el contrario, la manifestacin de bas dejar relegado a la sombra a haut "alto" y no a pas "paso". Ello muestra ya con qu prudencia hay que manejar los conceptos tomados de dlcipli. nas paralelas a la lingstica, tales como la teora de la informacin, por ejemplo, pero que slo tratan los datos procedentes d e un significante transcodificado a partir de una lengua natural, y que, por ese hecho, pueden poner entre parntesis los problemas primeros d e la significacin. (Pinsese, por ejemplo, en la correlacin significativa que se quiere establecer entre la longitud d e las pala. bras y la cantidad de informacin.) La juncin del significado y del significante, una vez realizada en la comunicacin, est, pues, destinada a ser disuelta desde el i n s
tante en que queremos hacer progresar, por poco que sea, el anl i s i s de uno u otro plano del lenguaje. Lo que hay que retener de todo esto es la posibilidad y la necesidad de servirse del significado F a el estudio del significante y del signlcante para el del significado. Es ste, por otra parte, el papel que nosotros hemos asignado . los tminosobjeto.
Entenderemos, por consiguiente, que el sentido del lexema bas no surge por su oposicin a pm, tal y como la oposicin se realiza durante la comunicacin, que b u vs fiaes una estructura discrimi. natoria, y no una estructura de significacin. Nos queda por preguntarnos por consiguiente: Cmo se articulan, en conjuntos ms vastos, las estructuras 1. elementales de la significacin que hemos estudiado precedentemente. s . Cul es el estatuto de esas estructuras por relacin al plano de la manifestacin de los semas en que stos se realizan en lexemas y en combinaciones de lexemas, constituyendo as lo que se Uama generalmente el discurso. Vemos en primer lugar que, lejos de oponerse a pus, bus se opone, por el contrario a haut: la separacin diferencial entre bus y h u t existe en el plano del significante, pero no es reductible a las oposiciones fonolgicas como es el caso de bas vs p a . Suceder, por otra parte, siempre de este modo: el registro de las separaciones diferenciales al nivel de la expresin, por muy seguro y exhaustivo que sea, no constituir nunca sino un sistema de exclusiones y no aportar jams la menw indicacin acerca de la significacin. Dicho de otro m d o , las separaciones de significa. cin no se deducen a partir de las separaciones del significante, y la
. .
48
S~mnticaestructural
~ e n ~ u dy j ediscurso -
49
descripcin semntica corresponde a una actividad metalingstica situada a un nivel diferente y que obedece a las leyes d e la articu. lacin estructural d e la significacin, las cuales aparecen como c m titutivas d e una especie d e lgica lingstica inmanente. La supe. rioridad d e esa lgica en comparacin con c u a l q u i ~otra lgica posible consiste simplemente en la posibilidad de veGficacin, es decir, e n la posibilidad d e poner en correlacin el sistema d e sig. nificacions positivas construido por el desciiptot con el sistema d e exclusiones constituido g&cias al registro d e las separaciones del significante. Dicho 10 cual, n i que decir tiene que los ejemplos q u e nos ved remos precisados a introducir para 4 m . r nuestra reflexin pecarn todos ellos d e SU carcter arbitrario; debido a la ausencia de los Procedimientos d e verificacin. Las objeciones que cabe esperar e n este campo sern, pues, legitimas la mayor parte d e las veces. Sin embargo, habiendo emprendido l a tarea d e refiexionat acerca de las posibilidades d e la dekripcin semntica, nos hemos hallado ante una disyuntiva: era necesario o bien que nos concentrramos en 10s procedimientos d e descripcin de la significacin, c m riesgo de descuidar 10s procedimientos d e verificacin, o bien t r a t u de tranp Poner, a ~ l i h d o l o s al campo semntica, los mtodos de registro de las posiciones fonolgicas. d e anlisis distribucional, etc., =omendo el riesgo, al mismo tiempo, d e olvidar d e paso l o esencial, es decir, las condiciones epistemolgicas generaies d e una aximtica y de una conceptudzaun mnimas que cimienten y justifiquen la descripu n semntica misma. Queremos por consiguiente, i n s i i sobre ello: los ejemplos han sido seleccionados para ilustrar la reflexin y n o para pmbat esto 0 10 otro: rio slo dichos ejemplos n o s e prestan a la e x t t a p lacin, .sino que ni siquiera son necesariamente "verdaderos" e n el campo restringido que recubren. As ocurrir e n l a demostracin que v a a seguir, y que parte d e la oposicin significativa existente entre b a y had. Para simp]ifi,
excluiremos primero de nuestras consideraciones la articula,,n propiamente decti'ca, tal cual se manifiesta, por ejemplo* en la substantivacin de la oposicin
le
"el altow vs
su aspecto adjetival, la oposicin entre haut Y has Farece interpretarse con ayuda de la categora de la "cantidad relativa-, que se articula en dos sernas: "gran cantidad" vs "pequea cantidad7t,y que el cuadro binario del juicio emitido por el locutor, por relacin a una norma ideal, acerca de contenidos smicos variados. De esta suerte. la misma categora Y los m;smos trminos smicos se hallan manifestados en parejas lexemticas tales como long "largo" vs court "corto", large "anchow vs btroit "estrecho", etc.
en nuestra intencin el emprender aqu el an* corno no lisis smicoade la categora de la "cantidad relativa". podemos Poner entre esta ojmsicin smica utilizando solamente el nico lexema que conlleva el sema "gran cantidad" para dfsignu a los dos lexemas opuestos. T~~~ esta suspensin, resulta ms sencillo preguntarse acerca de la significacin del eje muy general que comporta las oposiciones
haut
vs
hg
large
vs
vnste "extenso"
vs
pals "grueso".
~~~d~ a este eje el nombre de "espacialidad", nos damos cuenta de que una primera divisin dicotmica permite distinguir en 41 dos aspectos, tales y corno se manifiestan en francs mediante la oposicin lexicaljzada espace "espacia" vs tendue "extensin", Y que cabe designar como
dirnensionalidad
jhaut
S E N ~ S T I C A ESTRUC.
n o dimensionalidad
.l
vs
long
vs
kv)
YS
(vaste
vs
pais)
-4
~ p
50
Semnt;ca estructural
ral
ju
51
Para simplificar una vez ms nuestro ejemplo, detengamos aqu el a n l i s i s d e la "no dimensionalidad". El sema "dimensionalidad" puede a su vez considerarse como un eje smico q u e hace aparecer una nueva articulacin en
verticalidad
VS
. 1 "
:er
1. Si nos preguntamos acerca del proceder del pensamiento que ha permitido su establecimiento, debernos reconocer que dicho proceder presupone una hiptesis, ms o menos consciente, referente al "modo d e ser" d e la concepcin del espacio en el conjunto significante que es la lengua francesa. La existencia apriorstica de la hiptesis ingenua caracteriza a toda investigacin cientfica : la objecin d e que esa hiptesis introduce un elemento subjetivo en la descripcin no es, pues. en principio, aceptable.
horizontalidad
( h g vs large)
( h t )
El sema "horizontalidad", considerado como.eje, se articula en nuevas semas que podemos designar
perspectividad.
vs
!n
hterdidad
(hg)
(largel
3s :r)
SI
NOTA: No nos podernos permitir una larga digresin - e n t r e tantas otras posibles e incluso necesuias- para mostrar (cosa que creemos posible hacer) que la longitud, como dimensin, se sita, en francs al menos, "en perp pectiva". considerando al locutor como punto de partida.
2 . La segunda etapa metodolgica consiste en proceder a .una articulacin categrica, teniendo c n cuenta las separaciones diferenciales del significante. Sin pretender explicitar aqui completamente los procedimientos d e verificacin, debemos subrayar, sin embargo, el hecho evidente -y que se tiene marcada tendelicia a considerar desdeable- d e que las oposiciones lexemticas de
Todas
conjunto :
.e
haut
vs vaste vs pais
espacialidad
no dimensionalidad superficie
n
volumen
i"
1 Z
j!
son oposiciones manifestadas al nivel del significante, y el de que es la existencia d e las separaciones del significante lo que permite en primer lugar, la existencia de las oposiciones smicas. del tipo :
dimensionalidad vs superficie vs volumen.
(h.mt / bas)
penpectividad
(vaste / x )
$ 7 lateralidad
!o'*]
NOTA: Knud Togeby (en los Cahiers de kricologie, VI) aporta cierto nmero de indicaciones ,concernientes al comportamiento particular, en el discurso, de los lexemas espaciales aqu tratados, y muestra en qu direccin deberan elaborarse los procedimientos de verificacin. Ni que decir tiene que estamos enteramente de acuerdo con sus puntos de vista.
'
Este esquema representa (de mcdo muy incompleto, dado que el anlisis d e la "no dimensionalidad" no est ni siquiera esbozado) lo que cabra llamar el sistema smico de la espacialidad.
8
A
[1
3. Debemos insistir igualmente en el hecho de que el resiiltado obtenido es una descripcin semntica, es decir, rnetalingstica: ningn sema ni ninguna categora smica, inclusosi sir de-
52
.Semntica estructural
nominacin ha sido tomada de la lengua francesa, son idnticos en principio a un lexema manifestado en el discurso.
NOTA: Hemos tenido en cuenta, desde el comienzo, la existencia de la categoria smica de la "cantidad relativa", que prodiice interferencias en el sistema descrito sin formar parte de l. Tendremos que volver ms ade. lante sobre este problema de.interferencia.
111. SEMAS
Y LEXEMAS
Para hacer ms explcita la relacin q u e existe entre el sistema smico y l a manifestacin lexemtica de sus elementos pademos servirnos d e una disposicin gtfica de los datos, como la del cua* dro siguiente :
SEMASespacia- dimensi* vcrtica- horizon- penp-
53 existencia d e una oposicin smica que disjunta, a partir d e una base smica comn, el lexema dado d e los otros lexemas que p seen aquel sema. As, los lexemas haut / bas son caracterizados por la presencia del sema "verticalidad", que se opone a la ausencia de ese sema en los lexemas long / court, large / troit, los cuales son caracterizados por e1 sema "horizontalidad". Las oposiciones &micas operan, por consiguiente, disjunciones entre los lexemas. 2 . Por otra parte, los seis rime ros lexemas son caracterizados por la presencia comtn del sema "dimensionalidad". La presencia comn d e este sema establece por consiguiente una relacin de conjuncin entre los lexemas, lo cual, a sil vez, hace posibles las disjunciones ulteriores. Estas observaciones nos permiten comprender mejor e1 fenmeno de la suspensin smica, frecuente en el funcionamiento del discurso. As, la existencia de los semas conjuntivos:
pequea cantidad
lidad
nalidad
U&d
talidad
tividad
latenlidad
+ espacialidad + dimensionalidad
troit
+ + + + + + + +
+ +
+ +
+ +
+
-t
+
+
+ +
+ +
vaste
Este cuadro sugiere las siguientes observaciones : Cada lexema d e la lista est caracterizado, como vemos, pot la presencia d e cierto nmero de semas y por la ausencia d e o t r a semas. Esa ausencia debe interpretarse c m o la manifestacin d e la
1 .
3. Si, en lugar de analizar el cuadro haciendo cotejos verticales, comparamos las relaciones que pueden existir entre los semas sobre la lnea horizontal. constatamos que un lexema cualquiera se presenta -hecho que ya haba sido notado- como tina coleccin smica. Pero, siguiendo el cuadro de izqiiierda a derecha, nos damos cuenta d e que la coleccin smica que es el lexema se interpreta como una serie de relaciones hiperonmicas, es decir, relaciones que van d e las totalidades a las partes, mientras que leyendo los semas de derecha a izquierda podemos decir que las relaciones entre semas son hiponmicas, yendo de las partes a las totalidades.
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Semntica estructural
Lenguaje y discurso
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55 -
Las consideraciones precedentes han tendido sobre todo a coma prender mejor el modo de existencia d e las estructuras d e signifi* cacin. Comenzamos ahora a plantearnos la cuestin del modo de prejencia de esas estructuras e n el acto mismo d e la comunicacin. L a comunicacin, e n efecto, e s un acto, y, p o r ese mismo hecho, e s sobre todo eleccin. En el interior del universo significante a partir del cual opera, la com"nicacin elige cada vez ciertas' significaciones y excluye otras. La comunicacin es p r tanto el ejercicio d e u n a cierta libertad, mas d e una libertad limitada. Las coerciones del d i s c u m son d e dos t i p Tomando el enun* ciado, al que cabe considerar como el acto d e comunicacin acabado y autosuficiente, nos damos cuenta d e que la libertad d e su f m u * lacin se- inscribe e n una red apriorstica d e coerciones. No puede concebirse, e n efecto, ms que -como hace Hjelmslev- dentro del cuadro d e las categoras temporales, aspectuales, modales. Es en el interior d e esas categoras morfosemnticas donde se ejerce la libertad. es decir. el conjunto d e elecciones smicas que constituir finalmente el investimiento semntica explcito del enunciado.
Por otro lado. el mundo humano y "natural" que rodea al locutor, y que sirve de cuadro muy general en el interior del cual se realizan los eventos-mensaje, es relativamente estable. La libertad de la comunicacin se ve. pues, limitada por la costumbre, que, en el plano Iingstico, se expresa por la repeticin. A sit~iaciones dadas -y que se repitencorresponden mensajes idnticos o comparables. Parafraseandd el pensamiento de Lacan, podemos dccir que dos tipos de Iocura acechan a la humanidad: por una parte la esquizofrenia. la exaltacin de la libertad total en la cornu. nicacin, que desemboca en la no comunicacin; y por otra, la palabra totalmente socializada, iterativa, el tu catrses, tu causes, c'est tout ce que tu sais faire "hablas, hablas, es todo lo que s a b s hacer" de Queneau, y que es, tambin, la negacin d e la comunicacin, al quedar sta privada de informacin. Estas consideraciones, triviales a fin d e cuentas, nos permiten situar mejor el problema de la manifestacin d e las simificaciones en el discurso y, para comenzar, la organizacin interna del lexema. Los.ejemplos precedentes no reflejan en verdad sino muy im. prfectamente la composicin smica de los lexemu: hatrt / bus, lowg / court, etc., como lexemas, constituyen casos privilegiados; se hallan demasiado cerca, por as decir, de las estructuras de significacin, reflejan demasiado bien la organizacin de los sistemas smicos. Sin embargo, incl~isoen casos tan simples, nos vemos ya estorbados por la presencia d e elementos lieterogneos, tales como esa apreciacin cuantitativa que se sobreaade a la articulacin de la espacialidad. Dos sistemas smicos, el de la espacialidad y el de la cantidad, s interfieren y se encuentran en el interior de los mismos lexemas. Tal situacin, lejos de ser'excepcional, es, por el contrario, la normal manera de ser de los lexemas. Dos ejemplos ms precisarn ciertos aspectos de la organizacin smica de los lexemas. El primero lo tomamos d e B. Pottier (Re. cherches sur I'analyse smantique en lingrristique et en traduction
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Semntica estructural
Leng~je y discurso
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mcanique), quien trata d e circunscribir el problema d e la descrip cin semntica proponiendo -cosa q u e va en u n sentido paralelo al nuestr* u n anlisis smico d e los lexemas. As, el lexema fauteuil "silln!' puede describirse, segn B. Pottier, del siguiente
modo :
"con respaldo" para sentarse" (vs fubouret "taburete"), (vs chaise "silla"), (vs birffet "aparador*'), etc.
Sin estar por entero d e acuerdo con l (especialmente en el hecho d e que "con respaldo", "con brazos", "para sentarse" pue. d a n considerarse ,semas, es decir, unidades mnimas), podemos ha. llar el ejemplo d e B. Pottier caracterstico! aunque slo fuera porque evidencia la convergencia d e dos sistemas smicos heterogneos: un sistema espaciovisual y un campo d e significacin n o determi, nado, que sera el d e la "funcionalidad", cuyos elementos, smicos engendran juntos un solo lexema fauteull. El segundo ejemplo est tomado d e la morfologa del francs. El morfolexema que es el artculo la se considera generalmente como el sincretismo de varias categoras morfolgicas y se dexompone, por esto, en los morfosemas siguientes:
singular + femenino
+ definido.
Estos semas, a su vez, n o son sino trminos d e categoras s. micas tradicionalmente denominadas :
nmero
+ gnero + determinacin.
El anlisis del morfolexema ks 'los o las" obliga al gramtico a constatar que dicho morfolexema n o comporta ya ms que los semas del " n h e r o " y d e la "determinacin': mientras que el sema del "gneroy' est ausente d e la manifestacin. Formulando d e modo U t a t o diferente esta observacin, podemos decir igualmente que, en ese caso preciso y limitado, la presencia del "gnero" presupone
la del "nmero" y la de la "determinacin", pero que lo contrario no es verdad. Podemos deducir de ello que en el interior d e un lexema existen relaciones jerrquicas entre semas pertenecientes a sistemas smicos heterogneos. Estos ejemplos permiten completar las observaciones preceden* tes e intentar una nueva definicin, un poco ms precisa, del lexema: el lexema es el punto de manifestacin y de encuentro de semas provenientes a menudo d e categwias y de sistemas smicos diferentes y que mantienen entre s relaciones jerrquicas, es decir, hipotcticas. Pero el lexema es igualmente un lugar de encuentro histrico. En efecto, a pesar d e su carcter fijo, el lexema pertenece al orden del evento y se halla, como tal, sometido a la historia. Quiere ello decir que, en el curso d e la historia, los lexemas se enriquecen con nuevos semas, pero que esa misma historia, es decir, en substancia, la separacin que separa un prweso d e comunicacin d e otro (ya que la diacrona puede comprender tanto duraciones d e cinco segundos como de cinco siglos), puede desposeer a los lexemas de al* gunos d e sus semas. As, el discurso potico, tal como lo concibe Bachelard, oponiendo, por ejemplo, la euforia del granero a la angustia de la bodega, puede considerarse, desde este punto d e vista, como un empobrecimiento smico, provisional pero considerable, e n provecho de cierto nmero d e categoras smicas d e carcter redundante. El lexema se nos aparece desde ese momento como una unidad d e comunicacin relativamente estable, pero no inmutable. Esta estabilidad, aunque relativa, permite examinar las relaciones entre los semas que se hallan en el interior d e un lexema como d e la misma naturaleza que las relaciones entre los semas situados en e1 interior de unidades de comunicacin ms amplia, y postula que pueden ser descritas d e la misma manera. Se sigue d e eilc que las unidades d e comunicacin d e dimensin diferente que se p~iedenregistrar, y que se escalonan como
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lexema (abricof "albancoque")
4
Semntica estructural
Lenguaje y discurso
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+
sintagma
paralexema
(pomme
de terre "patata")
presentan diversos grados d e amalgama debidos a las condiciones histricas diferentes d e su funcionamiento, pero que estas unida* des -y iobre todo las relaciones que pueden existir entre los semas e n el interior d e esas unidades- son, desde el punto d e vista semntica, que es el nico que nos interesa, de naturaleza idntica, y pueden ser tratadas segn los mismos procedimientos. Pero, desde ese momento. se plantea una nueva cuestin. Las relaciones entre los semas en el interior d e u n lexema n o son manb festadas d e otro modo que por la existencia de una cobertura lexed mtica 'nica. Diremos, por consiguiente, que su manifestacin es sincrtica En cambio, en .el caso d e paralexemas o d e sintagmas, vemos aparecer la relacin, manifestada como tal: e n el caso pree cLo d e nuestro ltimo ejemplo, por la preposicin de. La relacin se encuentra, en tales casos, lexicalizada en el momento d e su manis festacin.
V. MANFESTACI6N DE LAS RELACIONES
Esta diversidad d e las formas d e manifestacin d e las rela* ciones plantea dos problemas d e carcter ms general. Las relacio* nes que hemos considerado primero como inherentes a las estmce turas d e significacin, y que hemos hallado despus nuevamente en el interior d e los lexemas como elementos d e soldadura d e semas heterogneos, aparecen ahora como susceptibles d e ser manifestae das d e m a n e a independiente en el desarrolo del discurso. El primero de estos problemas es el d e la diversidad d e las formas d e la manifestacin : el segundo. el d e la autonoma d e l a
relaciones en relacin a la estructura elemental d e la significacin. El discurso, considerado como manifestacin del lenguaje, 1. es, ya lo hemos visto, la nica fuente de informaciones acerca d e las significaciones inherentes a ese lenguaje. Pot otra parte, es por esta razn por lo que hemos identificado nosotros, desde el comienzo, el discurso con la lengua objeto. Lo que no impide que todos los trminos-concepto metalingsticos que nosotros con* truimos -o que han sido "hallados" antes d e nosotros en la p a x i s lingstica- sean automticamente vueltos a verter en el dixurso. Lo mismo sucede, a pesar d e las apariencias, con l'as otras construcciones d e lenguajes considerados como "no lingsticof' : cuando los lgicos desean instituir los conceptos d e su lenguaje lgico, es ai dixurso donde se dirigen para establecer los inventarios, ms o menos completos, de 44palabras", que .servirn para constituir, por ejemplo, la clase d e las conjunciones, la cual no pertenecer ya a la lengua objeto. Los lingistas, desde este punto d e vista, son mucho ms desconfiados que !os lgicos: la experiencia les ha enseado que la relacin entre el significante y el significado (o ms bien : la c e rrelacin entre las separaciones diferenciales del significante y las diferencias q u e esas separaciones provocan en el significado) es extremadamente flexible y puede tomar formas muy variadas. El morfolexema et "y" expresa ,bien la relacin d e conjuncin, pero la consecucin d e los lexemas en Jean, Pierre et Paul "Juan, Pedro y Pablo" la expresa igualmente bien. As, un sema relaciona1 cualquiera puede surgir a continuacin d e las separaciones del significante que van d e la existencia d e u n formante autnomo hasta el sincretismo, pasando por la consecucin, la posicin y la amalgama. Vemos, por ejemplo, que la descripcin d e las conjunciones (en el sentido que los gramticos dan habitualmente a este trmino) corre el riesgo d e ser muy incompleta si slo se apoya en el inventario de las conjunciones Iexicalizadar.
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Semntica est~ucturd.
La misma prudencia se impone cuando se trata de juzgar acerca d e la significacin d e las relaciones. Hay, en efecto, clases de mora folexemas, tales como la clase d e las conjunciones de subordina* cin, que comportan lexemas con investimiento smico relativa* mente rico, pero hallamos tambin elementos relacionales "pobres", como las preposiciones de "de" o a "a, en, etc.", por ejemplo, que se limitan a establecer un2 simple relacin jerrquica entre dos le* xemas. S e puede admitir fcilmente que sucede lo mismo con las relaciones en el interior d e los conjuntos smicos que son los lexe. mas, que ciertas relaciones que se dan en ellos son d e simple jee rarqua ("nmero" y "gnero" en el artculo), mientras q u e otras pueden ser complejas ("para sentarse", e n el caso d e fauteuil). 2. Volvamos ahora al segundo problema que se nos ha teado, el de la autonoma d e las relaciones por relacin a los tr. minos estructurales que se supone relacionan. Cuando reflexion. bamos acerca d e la estructura elemental d e la significacin, el concepto d e relacin se nos ha aparecido como una exigencia d e captacin simultnea d e ' por l o menos dos trminos. Esta simule taneidad poda manifestarse, como hemos visto, ya sea como una presuposicin recproca d e conjuncin y d e disjuncin, ya sea como una presuposicin unilateral : hiponimica, cuando estaba orientada hacia la totalidad : hiperonimica, cuando la totalidad subentenda una posibilidad de divisin. Hemos visto tambin que todo elee mento d e contenido homogneo poda ser sometido a este tipo d e distorsin. Pero habamos notado igualmente que la relacin misma era jerrquicamente superior al contenido que articulaba. Desde ese momento, podemos comprender cmodamente que la manifew tacin de la significacin en el discurso pueda operar en dos planos a la vez: presentando contenidos y tejiendo redes d e relaciones entre trminos srnicos heterogneos y ello independientemente del tipo d e manifestacin d e esas relaciones
1
1
Lenguaje y discurro
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Estas observaciones nos hacen comprender que el plano del discurso, segn el punto d e vista en que nos situemos, puede apae recer a la vez como homogneo y como heterogneo. a) Es homogneo en el sentido de que, independientemente de las unidades de comunicacin tomadas en consideracin -1exee mas, sintagmas o enunciados-, las relaciones que se establecen entre los semas o los conjuntos smicos presentan variaciones etructurales poco numerosas o, en todo caso, codificables. Es homogneo igualmente en otro sentido: los semas que estn vinculados entre s, ya lo estn en el interior de un solo lexema o en el interior de un sintagma en expansin, por ejemplo, pueden pertenecer y pertenecen de hecho a sistemas srnicos muy alejados a menudo unos de otros. La heterogeneidad d e los semas, para decirlo d e otro modo. se encuentra distribuida en el discurso de manera homognea. Mas vemos ya que, en esta perspectiva, la subdivisin del dis. curso en "palabras" - e n la medida en que deseamos someterlo al anlisis semntica- n o es ya pertinente : lo es quizs incluso menM que su subdivisin en sinta-mas o en enunciados. b ) Las relaciones, al menos tal como podemos captarlas en el discurso bajo su forma lexicalizada, pueden ser de una mayor o menor complejidad smica. Su anlisis, apenas comenzado (B. Pote tier), presenta un inters evidente para la semntica. Se tratara, sin embargo, d e no considerarlas como puros elementos de relacin. Si se presentan, cada uno por separado, como comportando un elemento relacional, es decir, mztalingstico, poseen adems muy a menudo, como cualquier lexena, un contenido descriptivo, analizable en semas. Tesniere lo ha visto claramente cuando ha distinguido el elemento translativo puro (tal como est representado. por ejemplo. por que en las loc~iciones conjuntivas prrce qlre "porque", d07s que "cuando", avant que "antes que", etc.) del conte. nido secundario. adverbial, que pueden comportar las conjunciones
62
Semntica estructuraI
Tal anlisis permitira distinguir. par una parte, relaciones de conjuncin y d e disjuncin (a las que nos gustara designar, si el trmino n o hubiera sido ya usado con otro sentido. con el nombre d e sintcticas) y, por otra, relaciones jerrquicas, a las que ya he* mos propuesto llamar (a fin d e distinguirlas d e las relaciones hipo. e hiperunmicas, que son categricas, es decir, constitutivas de la estructura elemental), segn el trmino considerado e n primer lugar, sea hipotctica, sea hipertcticas. S aceptamos esta divisin d e las relaciones manifestadas en el dixurso en dos tipos correspondientes a las relaciones fundarnene tales reconocidas en la estructura elemental, debemos constatar que el plano del discurso, en su conjunto, se caracteriza por esta hete* rogeneidad fundamental: p o r una parte, los semas, los lexemas y l o s enunciados que all se encuentran pueden mantenw entre s relaciones d e conjuncin y d e disjuncin; por otra parte, los mis* mos elementos p e d e n estar vinculados por relaciones hipotcticas. Resulta d e ello que las primeas manifestarn, e n el interior del discurso, unidades situadas en la dimensin paradigmhca, mientras que las segundas establecern, en el niismo discurso, la dimensin sintagmtica; dicho d e otro modo, el plano del discurso, segn .el tipo d e relaciones utilizadas, manifiesta ya sea el modo d e e x i p tencia paradigmtico, ya sea el modo d e existencia sintagmtico. Este hecho nos parece suficientemente importante como para ser subrayado, aunque slo fuera a causa d e las frecuentsimas confue siones que los lingistas, y ms todava los usuarios n o lingistas d e los mtodos lingsticos, mantienen entre el plano del discurso y el plano sintagmtico, confusiones q u e van a veces hasta su come pleta identificaan.
LA SIGNIFICACION MANIFESTADA
1 . EL SEMEMA
U)
SICNIFICACI~N
E1 reconocer las limitaciones d e nuestra condicin de honlo loquens consiste en admitir que toda descripcin d e contenido des. emboca necesariamente en la construccin de un lenguaje apto para dar cuenta d e los modos de existencia y d e los modos d e manifestacin de .las estructuras d e significacin. Esa construccin, a su vez, se apoya en el discurso, que no slo e s el lugar d e encuentro del significante y el significado, sino tambin el lugar de distorsiones de significacin debidas a las exigencias contradictorias d e la libertad y de las imposiciones d e la comunicacin, a las oposiciones d e las fuerzas divergentes d e la inercia y d e la historia. Visto desde este ngclo, el discurso aparece como un andamiaje heterclito, y las unidades d e comunicacin que se desprenden de su anlisis parecen inadecuadas para servir d e cuadro a la descripcin de la significacin: as, los lexemas paralexemas y sintagmas, por no hablar ms que de eMos, son indudablemente unidades de comunicacin de dimensin y estructura diferentes: esto no impide que,
6.4
Semntica estrudumf
significacin manifestuda
desde el punto d e vista d e la significacin, puedan ser a menudo comparables, y a veces incluso eqiiivalentes. Esto equivale a decir que, paralelamente a las unidades de comunicacin definidas con ayuda d e categoras morfosintcticas, tenemos derecho a elaborar unidades semnticas diferentes d e las pnmeras. Disponemos ya, es verdad, de un pequeo nmero de conceptos construidos para p a r cuenta de los modos d e existencia d e la significacin considerada fuera d e su manifestacin. Hemos tratado, asimismo, d e considerar su modo d e presencia en el discurso, y ms exactamente en las unidades d e comunicacin tradicionalmente reconocidas como portadoras d e significacin, los lexemar La heterogeneidad del discurso nos obliga sin embargo a reconsiderar el problema, tratando d e establecer, ahora;la distincin que existe entre la comunicacin discursiva d e la significacin y su manifestacin propiamente dicha. Vamos a seguir, para hacerlo, un proceder exploratorio inverso: en lugar d e partir del sema con vistas a la definicin del lexema, como hemos hecho precedentemente, tomaremos como punto d e partida al lexema, para ver si su anlisis, tendente, naturalmente, a revelamos su organizacin smica, n o permite reunir informaciones ms precisas acerca d e su articulacin. El ejemplo elegido como lugar d e experiencias ser el lexema tete "cabeza", o, ms bien, el conjunto d e proposicio~eso d e sintagmas del diccionario de Littr que incluyen el lexema tEte. Nos tomaremos la libertad d e dividir este Corpus como nos plazca, a f i n de obtener series d e ejemplos adecuados para ilustrar las diversas articulaciones smicas . situadas en el interior d e un solo campo l e x e d i c o .
tr d e tcte es su representacin como "parte (del cuerpo) uni& a l cuerpo por el cuello...". Esta definicin, segn vemos, es "realista" y se refiere a la imagen no lingstica del cuerpo. (Notemos d e paso, como caracterstico de la lexicografa tradiciond, el hecho d e que ninguno d e los ejemplos citados por Littr ilustra la palabra tcte como parte del cuerpo.) Partiendo de esta "imagen" fundamental, podemos pnxeder, reagrupando ligeramente los "sentidos" definidos por Littr, a ciertos ejercicios estilisticos que la hacen aparecer como una fuente de irradiacin de "sentidos" ms o menos "figurados". Dos relaciones estructurales, que conocemos ya, permiten r e a g m p este material : La relacin hipertdica. En efecto, la cabeza puede ser considerada, segn Littr, sea como recubierta por la piel y 10s cabeiios, sea nicamente en cuanto a su parte sea.
...
65
r.
- sea
h tete nue "con la cabeza descubierta, sin sombrero, a pelo", laver la tte "lavar ia cabeza" (en sentido fig.: "echar una bronca"), tte de fou ne b!anchit pus "las cabezas locas n o encanecen".
- sea la
f&e une tte de tirconstance "poner cara de circunstancias", tu en fais une tte "ests poniendo una (mala) cara".
6 )
La primera definicin, fundamental, d e la cual derivan todas las dems -y todos los dems "sentidos" d e la palabra-, que da Lit-
z La relacin hipotctica.
S I ~ G ~ ~ ESTRUC. ICA
-5
- .
66 Pero la palabra
tambin
Semntica estructural
b 2 significacin m ~ n i f e s b d ~
67
re,mitir
d;xreto,
cmo tal o a
con cierno adjunciones "figurativ="s humana. Por no tener, a l menos d e moa mento, la intencin d e llevar ms kjos el anlisis vedadermente nos content~emcvs con una simple enumemdn: a) organ-o como unidad d i e t a :
la pe-a
ce t,,,,,pcau rst
cabezas",
a poyEr
b) ser vivo
mdtre
ma
O
caka":
h tete
de
que~urun a
p h
c)
.persona humana :
u w tte ~ouronm?e "una testa catonada", pqcr la tc'tc & q~Iqu'un 'tomarle el pelo a uno".
c)
~ ~ t ~ ~ aqu g m =te o s anlisis estilstica: poseemos Ya un inO hacer cierto n,mero d e con+ ventario res~ng,do que nos tataciones. E] ejemplo q u e acabamos de u t k presenta un lexema* nmero d e contextos. Hemos partido d e la situado en un hiptesis de que el lexema b ? f . e Significa "parte del cuerpo". A partir de ah, los contextos que hemos agrupado e n cierto modo eviO
a
:,
ES evidente que la totalidad de los ~ o n t e x t o - u , ~ ~ psi; ~~i~ bles agota todas las variables smicas. Sin embargo, el simple buen sentido nos dice que el nmero de semas contextuales es mucho ms reducido que el de 10s ~ontextos.ocunen~ia. As, por ejemplo, a los contextos:
fendre la fete, se casser la tete, kr tete de n i o ~ t ,etc,.
la hipottica
en
hipotcticas o hipertcticas Existe, Cons <in entre, por una parte, las variaciones contextudes
Y, P
r otra*
textos
en
e podemos tradiicir sible, as pues, agrupar los conclases contextuales, que estaran ccnstituidas contex.
68
Semntica estructurd
la
I
l
considerar que el sema contextual es ese denominador comn a toda una clase d e contextos. Como quiera q u e n o sabemos nada, por el momento, acerca d e l contenido del sema contextual as definido, no podemos afirmar que el sema contextual se identifique siempre con el sema a secas, e s decir. con la unidad mnima d e significacin. Es muy posible que. e n ciertos casos. el denominador comn a una clase contextual pueda comportar ms d e u n sema en el sentido estricto d e este ttmino: es al anlisis conneto d e tal O tal otta clase al q u e corres ponder precisarlo e n cada caso particular. Reconozcamos, por l o pronto, que e s ms cmodo. con vistas al establecimiento d e un mnimum d e conceptos operacionales necesarios para el anlisis d e las unidades d e manifestacin. analizar el caso ms simple, aquel e n el que u n a clase contextual se define por un solo sema contex* tual. E n efecto. las definiciones que acabamos d e dar del ncleo smico Ns y del sema contextual Cs nos permiten ahora considerar el efecto d e sentido como un semema y definirlo como la combina* cin d e N s y d e Cs :
sernema Sm z Ns
69 una nueva serie de ocurrencias, que cabe clasificar, con toda rewrva, en las rbricas smicas siguientes: superioridad + verticalidad : a) extremidad
significacin manifestada
ka tte d'un arbre "la copa.de un irboi", tre a la tte des affaires "estar al frente de los negocios", avoir des dettes par-dessus ka tefe "estar endeudado hasta las orejas":
p)
extremidad dad :
anterioridad
horizontalidad
continui-
tete de nef "cabecera d e una nave", tete d'un canal "cabeza de un canal", t e f e de ligne "cabeza de lnea";
-y)
extremidad nuidad :
anterioridad
horiz'ontalidad
dixonti.
+ Cs.
1 1 . LA FIGURA NUCLEAR
Basta un vistazo para que nos demos cuenta de que este inven. tario presenta un cierto nmero d e rasgos conjuntivos y otros d i 9 juntivos r . Primeramente una constatacin general: la palabra tete no significa. en ninguno de los contextos-ocurrencia de este inventario, "una parte del cuerpo".
2 . El primer rasgo comn del inventario es, segn vemos, la ~resencia,en todas las ocurrencias, del sema "extremidad". Podernos aadir que. adems. el sema "extremidad" aparece muy netamente en un cierto nmero de locuciones idiomticas en que, ya combinndose con "verticalidad", ya con "horizontalidad", ~raduce figuras bien antropomorfas, bien zamorfas (o ictiornorias) :
Tras esta definicin provisional del semema, podemos volver al anlisis, dejado momentneamente en suspenso, del ncleo smico, cuya combinacin con los semas contextuales. decamos, provoca, e n el plano de1 discurso, esos efectos de sentido a los que hemos denominado sememas. Para hacer esto, es necesario que partamos de
a ) de Ia tete aur pieds "de la cabeza a los pies" (cf. de jied en cup "de pies a catwza");
70
Semntica estructural
b) un tete-2-queue "vuelta completa d e direccin, tomillazo", ni queue ni tete "ni pies ni cabeza".
La significacin manifestada
7.1
3. El segundo sema de la co1ecc;n es designado por nosotros ya "superioridad", ya "anterioridad". El hecho d e que tte, como una de las dos extremidades, se oponga a pie& "pie:" o a queue ' l ~ ~ l a tque t , representan la otra extremidad, nos permite decir q u e se trata e n este caso, bajo dos designaciones diferentes, de un solo x m a : "la primera extremidad", cuya significacin es modificada por la articulacin smica "verticalidad" vs "horizontalidad". Hemos tenido ya ocasin d e mostrar en otra parte (les Topologiques, e n Cahiers de lezicologie, 1964) que los dos trminos, considerados juntamente, n o constituyen ms que un caso particular d e la n o concomitancia espacial, siendo lo contrario "inferioridad" o " p o s terioridad". Substituyendo los dos trminos denominativos por el trmino nico "superatividad", podemos decir que el ncleo smico que se para el inventario que estudiamos posee un segundo sema, y que ese ncleo se presenta, en esta fase del anlisis, como
Ns
= S, (extremidad)
"punteado", realiza sus semas en el interior de los ncleos smicos contiguos a tte (tete de ligne vs fourgon de tete), representando solamente la clase a) el trmino neutro (ni "continuidad" ni "discontinuidad") d e la articulacin smica. Esta tentativa d e desprender las constantes smicas del ncIeo conduce, a primera vista, a resultados q u e no son enteramente satisfactorios. As, hemos podido caracterizar este ncleo por la invariancia d e los dos primeros semas, pero hemos tenido que constatar, al mismo tiempo, que el anllis de los semas llamados contextuales nos obliga a invadir el terreno de los ncleos smicos contiguos que se presentan en una relacin de dependencia estrecha en relacin al ncleo estudiado. Utilizando el signo / para indicar la disjuncin smica, podemos formular as los resultados d e este primer anlisis :
+ SI (superatividad).
en que un sema dado funciona a la vez como sema nuclear y como sema contextual. La ambigedad relativa e n la definicin d e los semas contextuales deber ser suprimida ms adelante.
4. El tercer elemento d e la coleccin no se presenta ya como un sema simple, sino como lin eje smico que subsume dos Kmas: "verticalidad" (n) y "horizontalidad" (sc), cuya disjuncin, en el plano del discurso, constituye dos clases contextuales. Un anlisis ms a fondo nos mostrara que esos semas contextuales son, en realidad, elementos constitutivos d e otros ncleos smicos q u e forman parte del m k m o sintagma ("verticalidad" e n la t f t e d'un arbre, "hwizontalidad" en tete d'un canal). 5. P d e m o s decir otro tanto del cuarto elemento de la <olec. cin: la clase contextual p) comporta el sema "continuid~d" (SS), l a clase y ) el sema "discontinuidad" ( a ) , mientras que la clase a) permanece, por as decir, indiferente a esta disjuncin. Aqu tambin podemos sealar que e1 eje smico. articulado en "lnea" vs
Otro inventario, al precedente, puede extraerse del mismo Corpus y ser presentado bajo la forma de una clasificacin aproximativa, no haciendo resaltar ms que los caracteres smicw verdaderamente evidentes, As, tendremos : a) esfericidad :
'
h
la
tete d'une comete "la cabeza d e u n corneta", tete d'pingk, de clou "la cabeza de alfiler, d e clavo" (cf. b o u k "bola", citron "limn", ciboulot "cebollino", como denominaciones d e la "cabeza" e n francs popular):
72
Semntica estrudutal
A ! ,
slgnificdcin manifestada
73
p)
esfericidad
+ solidez :
se casser la tle "rornptrse los cascos", avoir la tete dure "ser duro de rnolleca", tte fle "cabeza cascada" :
+ superatividad,
y)
esfericidad
+ solidez + continente:
que hemos destacado como ncleo srnico del primer inventario, constit~iye,por consiguiente, la parte comn de los dos inventario~. Es verdad que queda todava por integrar el nuevo sema nuclear "esfericidad" y es e s este momento cuando el proceder coma p a r a t i v ~viene en nuestra ayuda. En efecto, .la presencia del sema "esfericidad" vuelve a poner en tela de juicio el anlisis smico precedente, plantendonos el problema d e la ausencia d e esta notacin smica en la primera descripcin. Nos damos cuenta as d e que la primera etapa del anlisis no ha tenido en cuenta el carcter dimensional del espacio, que sin embargo figuraba all de modo implcito, y ello gracias a la presencia del sema "esfericidad", que presupone la concepcin del espacio como extensin llena o lienable. Segn se trate del espacio vaco, constituido por puras dimensiones, o, por el contrario, de la extensin hecha d e superficies y de volmenes. la extremidad misma ser concebida ya como un 1;mite impuesto a tal o tal otra dimensin. ya como una hinchazn en la extensin, o dicho de otro modo. sea como un punto por relacin a la lnea (continua o discontinua). sea como un esferoide en 4 mundo d e los volmenes. Esta oposicin "punto" vs "esferoide" puede ser formulada consecuentemente como una estructura compleja que manifiesta ora su trmino positivo, ora su trmino negativo. Contrariamente a lo que suele pensarse generalmente, tales estructuras se encuentran bastante a menudo en los ncleos smicos, los cuales son, no hay que olvidarlo, articulaciones, realizadas al nivel del discurso, d e categoras pertenccientes a1 nivel sistemtico del lenguaje. Podernos citar, como ejemplo de nuestro primer encuentro con este tipo de articulacin, la definicin de la categora de "totalidad", donde,
se mettre dans la tte "meterse en la cabeza", une tte bien pleine "una cabeza muy liena", se creuser. h tte "quebrarse la cabeza".
Los resultados d e la descomposicin smica a la cual acabamos d e proceder parecen, a primera vista, hqsta tal punto diferentes d e los del anlisis del primer ncleo smico que podernos preguntara nos, no sin cierta razn, si el lexema tete recubre uno slo o dos ncleos independientes. Solamente una comparacin atenta de los dos ncleos podr proporcionamos la respuesta a esta cuestin. Antes d e emprenderla, contentmonos con distinguir, e n el inventario dado, el ncleo smico mismo (la "esfericidad"), que se encuentra en todas las claces contextuales, d e los dems semas ("solidez" y "continente"), q u e n o son sino variables contextuales.
La lectura un poco ms atenta d e las ocurrencias del segundo inventario muestra sin embargo que todos los contextos cit,ados comportan, d e modo ms o menos implcito, el ncleo smico ya descrito: en efecto, en las clases B) y y), la palabra tete significa sin duda d e ninguna clase "parte del cuerpo": pero, para que pueda hacerlo, es necesario primeramente que la cabeza sea concebida como "extremidad superativa", que a tete corresponda pieds "pies". E n cuanto a la clase a),sabemos que el cometa posee, adems de una tte, una queue "cola" y que a la tete d'pingle co-
74
Semntica estructural
0 significacin manifestada
75
inspirndonos en Br6ndal (vase Comment dfinir les indfinis, en Etu&s & Iinguistique applique, l), hemos podido mostrar que funcionaba ya como un integral, ya como un discreto, realizando as dos series distintas d e cuantitativos indefinihs.
mas se extienden en dos o varios lexemas de un sintagma, como sucede particularmente e n el caso de las rrcuencias del tipo t i t e d'un arb~e:
Ns
= (S1 -+ S*) 4 S , ,
d)
E n Ia medida e a que este preanlisis del ncleo smico d e tete e s correcto, permite proyectar un poco d e luz sobre la constitucin d e lo que hemos designado, quizs impropiament~ncleo d e u n lexema. Tal como se presenta en nuestro ejemplo concreto, el ncleo n o es ni u n sema solitario ni una simple coleccin d e semas, sino una combinacin d e semas que van d e las diferentes manifestaci* nes posibles d e la estructura elemental a los agrupamientos estnic* turales xns complejos. vinculando entre si los semas ~ertenecientes a sistemas relativamente independientes Es as como "extremidad" y "superatividad" son semas aut. ncrmos, es decir, dependientes de dos categoras smicas no neced ariamente imbricadas la una en la otra. La relacin que se esta* blece entre ellos en el interior del ncleo es., tambin, 4'autnoma" por relacin a los das semas: e s la relacin hipotctica, que hemos definido por la sola presuposicin lgica. S i convenimos en sealar este gnero de relaciones mediante una flecha que vaya, d e izquierda a derecha, del sema subordinante al serna subordinado, la relacin entre 4'extremidad" ( s i ) y "superatividad" ( ~ 2 ) podr representar. se d e la manera siguiente :
N S
SI
N o ser intil sealar que los semas que constituyen lar figuras que acabamos de estudiar remiten todos ellos a una conceFin general del espacio y forman parte, por =lo, de un sistema smico ms vasto. Dicho de otro modo, la h i ~ t e s i s segn la cual un anlisis de contenido en unidades constitutivas minimas hice aparecer sistemas simicos subyacentes que recubren un nmero muy elevado d e manifestaciones lexemticas, se confirma aqu una vez ms Diremos. pues, introduciendo d e este modo un nuevo concepto operacional, que los semas, que en la manifestacin son formadores de figuras nucleares, remiten a sistemas smicos de una naturaleza particular, cuyo conjunto constituye el nivel semialgico del universo significante.
111.
LOS CLASEMAS
3 $2.
Designaremar a tal ncleo smico, caracterizado por las rela* ciones jerrquicas entre los semas que 10 consGtuyen y q u e no rebasa las dimensiones d e un lexema, como una figura nuclear simple. Si, por el contrario, las relaciones jerrquicas entre los se*
Al comienzo d e este captulo. hemos definido provisionalmente el semema como la combinacin del ncleo &mico y los x m a i con. textuales. Buscando el modo de precisar ms esta de6nicin, hemos tratado a continuacin de comprender mejor el ncleo smico.
76
Semntica estructuml
al cual acabamos d e dar el nombre de figura nuclear. Nos queda an por precisar el estatuto de los elementos del contexto que en* t a n en la constitucin del semema. Bastar un ejemplo para mostrar la complejidad del problema. Tomemos una secuencia de discurso muy simple, tal como
Le chien.aboie "el perro ladra".
77 Tomando a su vez el lexema chien (y simplificando muc!io). po. demos decit que lo hallamos igualmente en el interior de dos tipos de contextos diferentes. La primera clase de contextos-ocurrencia que permite construir, con el ncleo Ns2, el semema S m :
k chiefi aboie "el perro ladra".
g r d "grue", mord "muerde". etc.,
la cignificdn manifestada
Con arreglo al procedimiento ya utilizado, el anlisis contextual de aboie, al permitirnos desprender el ncleo smico, que designa* remos mediante Nsi (y que n o trataremos de analizar, puesto que no es ese el fin perseguido, limitndonos a decir de su contenido que se refiere a una "dase de grito"), nos revela la existencia d e dos clases contextuales "sujetos" que pueden combinarse con aboie. Por una parte, la clase de los animales:
k chien "el perro", k remrd "el zorro". k chacal "el chacal", etc..
desprende el sema comn "animal" (61). La segunda clase de cm. textos que manifiesta "efectos de sentido" semmicos: "especie d e rezq", "instrumento de tonelero", "vagoneta de las minas", obliga a postular un sema comn "objeto" (Ca).
b)
LEXEMAS Y SEMEMAS
Los resultados de este tipo de anlisis pueden formularse de dos maneras ligeramente diferentes. Podemos, tomando las figuras de cada lexema y considerndolas como invariantes, aadirles todos los semas contextuales con los cuales son capaces de combinarse. o r . Tendremos de este modo, para los lexemas aboie y chien, dos f mulaciories diferentes :
Diremos que estas dos clases se caracterizan cada una por la presencia de un sema comn a la clase entera: en el primer caso, se tratar del sema "animal" (Gi); en el segundo, del sema "hu. mano" (Cs2). Segn se manifieste en el discurso, con la ayuda de uno de sus contextos-ocurrencia, uno u otro de estos semas, su combinacin con el ncleo Nsi constituye dos sememas dife. rentes : Sml = Nsl + CS, (grito animal). Sm2 = Nsl + Cs2 (grito humano).
Los semas contextuales as tratados se encuentran reunidos, pot la relacin de disjuncin, en categoras smicas del tipo:
anim-ales vs humanos, animales vs objetos,
que agotan de este modo, antes incluso de su manifestacin en el discurso, todos los empleos posibles de los lexemas analizados
78
Semntica estrudurd
sig?iific&in manifestada
79
bsqueda del sema dado en su vecino, cuando x le powe ya e n , , puede aparecer fcilmente carente de fundmento. En efecto, r-emp k z m d o uno d e 10s l e ~ e m a de s la secuencia para obtener L e
ccrmmissuirc. boie "el co&ario
]adr;<",
Vemos que esta primera formulacin permite d a n z a r nuestra definicin del lexema, .el cual aparece as como u n modelo virtud q u e subsume el funcionamiento ehtero d e una figura d e sigiificacin recubierta por un formante dado, pero anterior a toda manifestacin en el discurso, el cual no puede producir ms que sememas particulares. No creemos traicionar el pensamiento d e B. Pottier al decir que es probablemente esta concepcin del lexema la que l ha evidenciado e s sus investigaciones, que son paralelas a las nuestras. .h posible que un diccionario d e lexemas formuladm en trmin* d e modelos virtudes aporte una contribucin no desdeable a la solucin de los problemas semnticos planteados por la traduccin mecnica. Una semntica lexemtica permanece, sin embargo, e n nuestra opinin, en demasa ligada an a las articiilaciones del plano d e la expresin como p a n que pueda resolver el p r d e m a capitd d e la sinonimia, haciendo +ble al mismo tiempo un verdadero anlisis del contenido. Si, por el contrario, en lugar de formular cada lexema por se. consideramos la secuencia del dixuno en cuestin como el encuentro de dos sememas nos situamos de golpe en el plano de la significacin manifestada, en que l a eleccin e los semas a realizar est ya efectuada. As. aboie, para constituirse en semema, h a eler gido, en el instante mismo d e la realizaci6n del discurro. el sema si, contenido en el contexto chten; e, inversamente, la presencia del contexto nboie significa la eleccin obligatoria del sema SI para la aparicin del semema "peno-animal". La' secuencia en cuestin n o manifiesta, pues, ms que los semas contextuales SI, COii exclusin d e los semas S> y 53, y SU nica combinacin semmica posible e s
Sq .-
prcibirno~ que con el nuevo contexto d e aboie, que manifiesta esta vez d x m a sz, el sema contextual de1 nuevo Ni (commissairc) w r i necesariamente el sema sz:
E s t a ejercicios elementales nos permiten fomiular ya. a ttulo provisional, un cierto nmero de constataciones d e orden general, que nos c m s p o n d e r verificar ms tarde.
[Nz- Csl]
+ [Ni
CS~].
en que cada ndeo se combinr tericameente con el sema contextual perteneciente U lexema vecino. Con razn decimos "tericamente''. pues los dos remas contextiiales son en realidad idnticos. y esta
A partir de este momento. podemor darnor cuenta d papI que juega el contexto, considerado como unidad del diwurio superior al Iexema: constituye un nivel original de una nueva articulacin del plano del contenido. En efecto. el contexto. en el momento mismo en que se realiza en el dixurso, funciona como un sistema de compatibilidades e incompatibilidades entre las figuras smicas que acepta o no reunir, residiendo la compatibilidad en e1 hecho de que d a ncleos smicos pueden c o m b i n u 2 con un rniS. mo sema contextual. Considerando el mismo fenmeno h j o un ngulo un poco dife. rente, constatamos, por otra parte, que la manifestacin en el dis. curso de mis de un ndeo smico acmea autom<ticamente la manifestacin iteratiua de uno o d e varios wmas contextuala. por consiguiente, la secuencia del discurso (Le) chien aboii, qiie hemor descrito precedenteinente c o n o la combinacin de dos rememas.
80
Semntica estrudural
Ld significacin manifestada
-
S1
puede exactamente l o mismo formularse d e modo ligeramente diferente : Sq (N2+ NI) 61. Esta nueva presentacin nos permite ver mejor que una secuencia contextual dada, aunque comporte dos figuras smicas, no comprende ms q u e un solo sema contextual; dicho d e o t n i modo, que los semas contextuales corresponden a unidades d e co* municacin, sintagmas o proposiciones, ms amplias que los lexe* mas, en el interior d e las cuales s e manifiestan, grosso modo, los ncleos smicos. Este so16 hecho bastara para postular que los semas contextudes deben estudiarse de. manera independiente, separadamente d e las figuras smicas. . '. Sin embargo, el trmino sema contextd, segn hemos visto, puede revelarse ambiguo e n el uso. As. el anlisis contextual al que hemos procedido al comienzo d e este captulo ha puesto e n evidencia semas que, aunque "contextuales" en relacin al ncleo considerado, pertenecen sin embargo a1 ncleo contiguo, y no al contexto iterativo tal como nosotros tratarnos de definirlo. Por oposicin a los semas nucleares, proponemos, por consiguiente, considerar como clusemas a los semas contextuales propiamente dichos.
embargo necesario, de totalidad de significacili, postulado para un mensaje o para una lexia en el sentido hjelmsleviano. A partir de este momento. estamo; en condiciones de decir que un mensaje o una secuencia cualesquiera del discurso no pueden considerarse como &topos ms que si poseen uno o varios clasemas en comn. Lo que es ms: rebasando el cuadro estrecho del mensaje, trataremos d e mostrar, gracias a este concepto de isotopa, cmo los textos enteros se hallan situados a niveles semnticos homogneos, cmo el significado global d e un conjunto significante, en lugar de ser postulado a prion' (como propone Hjelmslev), puede ser interpretado como una realidad estructural d e la manifestacin lingstica. Por otra parte, la autonoma de los clasemas pw relacin a los semas nucleares, que no es, en esta fase, ms que una hiptesis esti. muladora d e la reflexin, recibe un comienzo d e confirmacin si se da una ojeada a los pocos clasemas ya reconmidos al azar, gracias a ,los ejemplos utilizados, Vemos que l m clasemas ,
objeto vs animal vr humano
parecen poder ser articulados en un sistema smico, que resultana quizs ms explcito si se le presentara as:
inanimado
vs
1
prestado de
B. Pottier el tkrmino
animado
l
1
d)
animal
vs
humano
Nuestra tentativa d e desprender una clase autnoma d e semas que tenga funciones originales en la organizacin del discurso, co. rresponde a una doble necesidad. En efecto, tendremos que most r a r que tal concepcin d e los dasemas, caracterizados por su iteratividad, puede tener un valor explicativo cierto, aunque slo fuera al hacer comprender mejor el concepto. todava muy vago y sin
La generalizacin que queremos proponer a partir de este mo. mento sera la siguiente : si las figuras smicas, simples o complejas, dependen del nivel semiolgico global, del cual n o son ms que articulaciones particulares prestas a investirse en el discurso, los clasemas, pw su parte, se constituyen en sistemas d e carcter diferente, y pertenecen al nivel sernntico global, cuya manifestacin garantiza la isotopa d e los mensajes y de los textos.
82
Semntica estructural
meta d establecimiento d e unidades d e construccin indispensables a toda descripcin d e la significacin. El cuadro que presentamos a continuacin comporta los trminos definidos, con ms o menos rigor, a lo largo d e l a desatrollos precedentes y q u e consideramos
EL NIVEL SEMIOLOGICO
tiles.
INMANENM
__I_C____)
Z ~ ~ ~ ~ S T A Q ~ N
OS
nivel semntico
En el curso del captulo precedente, hemos tratado d e separar dos niveles autnomos del lenguaje, el nivel semiolgico y el .nivel semntico, dos conjuntos arquitectnicos de contenido cuyos elementos, que cabe hallar en el discurso, constituan unidades d e manifestacin d e dimensiones diferentes y establecan, al mismo tiempo, la manifestacin d e la significacin misma. Ha llegado ya el momento de considerar estos dos niveles lingisticos por separado, no para describirlos, sino para precisar, en la medida de lo posible, su modo de existencia, y sobre todo para tratar de trazar - c o s a que parece ms realista quizs en el estado actual de las investigaciones semntica+ sus contornos y sus configuraciones. Introduciendo en la divisin del universo significante dos niveles de significacin, queremos sobre todo subrayar su autonoma mutua. Pero se da por entendido que los dos niveles, considerados juntamente, constituyen el universo inmanente d e la significacin, anterior d e derecho a la manifestacin d e sus elementos constitutivos e n el discurs~. Esta oposicin del sistema al proceso, que pae rece ser evidente para muchos lingistas. est lejos de ser reconw
'
84
Semntica estructural
:
cida por todos. Como, adems, el dominio semiolgico sirve ac. tuaimente de punto de confluencia a varias disciplinas humansticas, nos parece til insistir a la vez en la anterioridad lgica y e n la autonoma de la estructura semiolgica, con el fin d e precisar las posiciones d e una semntica estructural con relacin sobre todo a las investigaciones que se inspiran e n una psicologa fenomenw lgica o gentica y que'parecen a menudo paralelas a las nuestras. Pensamos en diversos trabajos acerca del simbolismo, su natura. leza y sus orgenes, y ms concretamente en ese esfuerzo de sntesis que constituyen les Structures a~thropologiques de l'imaginaire, de Gilbert Durand; este investigador, aunque abordando un gran nmero d e problemas que nos son comunes, utiliza unos mtodos y propone unas soluciones opuestas a las nuestras. As, la clasifi. cacin del simbolismo, que es la gran preocupacin del autor, d e 9 cansa en criterios de orden gentico. Se apoya en la reflexologa bechtereviana y e n la distincin fundamental d e las tres dominantes reflejas: postural. digestiva y copulativa. Este nivel reflexolgico, considerado como ontogenticamente primero, dara origen a una apariencia c k sistematizacin de los gestos del cuerpo, que estn, segn G. Durand, "en estrecha concomitancia" con las representaciones simblicas. A partir de este nivel, que n o es simblico, pero que fundamenta el simbolismo mismo y su clasificacin, se hace posible el desarrollo d e lo imaginario e n e s q u e m y e n arquetipos. Slo los gestos -porque pueden y deben ser considerados prime* ros- merecen el nombre d e "esquemas", los cuales engendran a su vez a los arquetipos: as, el gesto d e la verticalizacin, el cual descansa en la dominante postural. engendra los arquetipos eptetos "alto" vs "bajo", lo mismo que e l gesto de la deglucin, del de* censo, correspondiente a la dominante digestiva, produce, prolongndose, los arquetipos "continente" vs "contenido". Los mismos esquemas dan origen, por otra parte, a arquetipos substantivos, tales como la "luz" o las "tinieblas", por una parte, o el "color", el "recipiente", la "forma" y la "substancia", por otra.
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Habra mucho que decir acerca de una obra que contiene a la vez las cualidades y los defectos del eclecticismo. Si hablamos de ella, es porque es ampliamente representativa, por sus manipula~iones metodolgicas, de una actitud mental que no es compatible con la actitud lingstica. 1 . Para nosotros, la descripcin del simbolismo no puede empenderse postulando como criterios de la descripcin -aun cuando taies criterios fueran otra cosa que puras hiptesis- las distinciones que se operan al nivel extralingstico de la realidad. El nivel se. miolgico es, como el lenguaje en general, captable en el interior de la percepcin y n o debe a la realidad exterior, que se manifiesta en l como forma de la expresin, ms que articulaciones distintivas de sentidos negativos. 2. Ni la explicacin gentica de una complejidad creciente del simbolismo! ni el razonamiento pseudocausal ( = la deglucin "se prolonga" y crea el "contenido") pueden ser asimilados a la gene. racin de las figuras nucleares del discurso a partir de los sistemas smicos. Una clasificacin que delimite, por ejemplo, dos grandes configuraciones del simbolismo, disjuntando, por razones no lin. gsticas, la oposicien "subida" vs "descenso", no puede preten. derse estructuralista, a pesar del abuso del trmino. Slo el pos. tulado de la anterioridad de las estructuras smicas a sus mltiples manifestaciones semnicas en el discurso hacz posible el anlisis estmctural del contenido. Tal concepcin, por simple que parezca, no va menos contra nuestros hbitos de profunda. mente arraigados.
e9 3n. nos
As, una larga tradicin lexicogrfica nos impone no slo una presentacin lexemtica de los diccionarios, sino tambin una jerar. quizacin de los "sentidos" de la palabra ; el "sentido" relativo al hombre, al medio humano, a l mundo del sent;do comn e s con.
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Semntica estructural
siderado siempre como primero y, por consiguiente, implcitamente originario. Una "patte del cuerpo" es en efecto el sentido "natural", en cierto m d o , d e l a palabra tete, del mismo modo q u e prendre "tomar, coger" significa en primer lugar "entrar e n posesin d e algo". El ncleo smico d e prendre, tal como aparece con su sema "expansin" en :
Cet mbre fwend bien "este rbol agarra bien", &e bois prend "la madera prende",
87 que descansaba, como es sabido, en la distincin casi universal. hecha por la fsica cualitativa, de los cuatro elementos: tierra, aire, fuego, agua, pudo aparecer como una innovacin. Sin embargo, el autor mismo se ha percatado de que los elementos clasificatorios d e esta materia n o eran ni simples ni unvocos; de que, e en el interior d e la materia terrestre, la "blandura de la gleba" s opona a la "dureza d e la roca"; por lo que respecta a la materia acutica, el simbolismo del agua en calma se situaba en oposicin al del agua violenta. Esta constatacin Ueva a Bachelard al umbral del anlisis s. mico tal cual lo concebimos nosotros, donde las oposiciones
bIandura vs dureza, esttico vs dinbmico
Nivel -
semiolgico
se encuentran presupuestas, anteriores a los lexema~simbolosde la tierra y del agua. Habr que esperar sin embargo a la aparicin de la Potique de I'espace para hallar los primeros eIementos d e una descripcin smica consciente y una concepcin d e la comunicacin potica que utilice el nivel semiolgico del lenguaje.
C)
U N CAMPO RESERVAO:
E L SlMBOLISMO
I: ".
La misma inversin d e la problemtica del lenguaje se halla agravada en las especulaciones relativas a la naturaleza simblica de la poesa, del sueo y d e lo inconsciente: esta especie de asombro ante l a ambigedad d e los smbolos, la hipjstasis d e esta ambigedad considerada como concepto explicativo y la afirmacin del carcter "inefable" del lenguaje potico, d e la riqueza inagotable del simbolismo mtico llevan a personas tan sagaces como J. Lacan o G. Durand a introducir en la descripcin d e la s i g n i ~ ficacin juicios d e valor y a establecer distincicnes entre la pa1~:bra verdadera y la palabra socid, entre un sei?uitttismo autntico y una
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Niv
Semnticd estructural
Nivel semiolgico
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semiologin vulgar. La semntica, que trata & ser una ciuicia hu. mana, trata d e describir valores y n o de postularlos. La cuestin n o podra siquiera plantearse e n estos trminos si, rn lugar d e planteama por qu t a l pdara tiene v a r i a sentid* cmo una @alabr. puede signijicu una cosa y su contraGa (tanto l o s gramtica como l a filrofm rabes se han preguntado fncuentemente acerca d e la existencia d e los ad&d, palabras que significan a l mismo tiempo "una cosa y su contrda"), partisemos d e una descripcin xmiolgica para estudiar a continuacin SUS manifestaciones mltiples. Veramos entonces que un trmino eminentemente potico no es muy diferente, n o funciona d e manera muy distinta que un lexema cualquieri d e una lengua natural cualquiera. que e1 lexema tte, por ejemplo. Dicho d e otro modo, reconoceramos esa verdad de buen sentido d e que todo 10 que es del campo del lenguaje es lingstico, e s decir, posee una estructura lingstica idntica o comparable y se &esta gracias al esta. blecimiento d e conexiones lingsticas determinables y. e n gran medida, determinadas. Llegaramos tal vez a "desmitificar" a costa d e esto ese mito anaggico moderno segn el cual hay en el len-e< sta guaje zonas de misterio y zonas d e daridad. E s
ci mi
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I
ut
P i
una cuestin 6losfica y no ya lingstica- que el fenmeno del lenguaje como tal u misterios, pero n o hay misterios e n el len. guaje. El "pedazo d e cera'' de D e u a r t u w es menor misterioso que el smbolo d e la Luna. L o cual n o impide que la qumica haya 10grado dar cuenta de su composicin elemental. E s a un anlisis del mismo tipo al que debe proceder Ia semntica estructural. Los efectos de sentido subsisten. bien e s verdad, en Ios dos casos, pero el nuevo plano analtico de la realidad -trtese d e la qumica o de la semiologa- n o e s por esto menos legtimo.
La ltima objecin a la que hay que responder reside en la eleccin estratgica del plano nico de la dewiiFi6n del simbolismo y, ms generilrnente. de lo que se ha convenido en llamar lo imagi. fiarh. (Es el plano lingstico el nico plano de descnpin posible? (Es el mejor d e d e el punto de vista opratorio? < N o pueden wi utilizados y dar resultados comparables otrm planos de dercnpin al plano del lenguaje? Por lo que se refiere d simbolismo potico. las corx parecen evidentes: la poesa es un lenguaje n, para ser ms exactos, se sita en d interior del lenguaje. Cualquier dpiicnpin no lingstica de la poesa sera necesariamente una taduccin intil, si no imporible. No sucede lo mismo con el rimbolismo mitolgico. donde los objetos y los comportamientos "naturriles" parecen m e r las mismas funciones simblicas que los lexemas o las secuencias discursivas, y son substituibles los unos por los otros Ello crea ine. vitablemente una cierta confusin. sobre todo si no nor plan. teamos - c o m o sucede demasiado a menud* la cuestin de la homogeneidad del plano d e la descripcin. Tomemos un ejemplo mvial, el del simbolismo flico. Es cosa sabida. d e d e Freud. que tanto en pricoanUisis como en mitologa casi todo puede ser smbolo filico: tanto partes del cuerpo humano como el cuerpo en su totalidad, plantas, rboles, peces, objetos manufacturados, etc. La metfora flica aparece as como una clase abierta, llena de una especie d e mezcolanza. cuyo tcriium comparationis constituye el nico elemento permanente. Sin em. bugo, importa pmo. en el fondo. que las w i i e n c i u que com. ponen esta clase sean objetos lingsticos, visuales o "natuales"; la relacin, u decir, el elemento comn a toda la r l a u y que I i constituye justamente como clase, no es ya un objeto-significante.
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Semntica estructural
sino una articulacin smica o, a lo ms, una figura nuclear referible a1 orden del significado. Del mundo de las cosas, del cual tomamos prestados nuestros objetos de estudio, pasamos as automdticamente al mundo d e la significacin, y sta se presta entonces a los procedimientos d e descripcin elaborados por la lingw tica. N o queremos pretender por CUO que el carcter simblico d e los objetos flicos provenga siempre del discurso mantenido a p r b psito d e los objetos, que les proporcionara el contexto indispen. sable a la manifestacin d e la significacin simblica, aun cuando probablemente sea ste el caso las ms de las veces. Existen c m * portamientos rituales o simblicos que constituyen otros tantos con. textos naturales. El ejemplo elegido muestra sin embargo, d e mudo . . concreto, lo q u e hemos mantenido desde el comienzo, a saber: que la. significacin e s indiferente al significante utilizado : el he. c h o d e que el significante est constituido por objetos "naturales*' o por combinaciones d e fonemas o d e grafemas n o cambia- nada e n los procedimientos del anlisis d e la significacin. Un anlisis del contenido que descanse en los objetos que contituyen el mundo del sentido comn, tomado como significante. e s tericamente legtimo, e incluso tal vez posible. La gran supeno, ridad del plano lingstico proviene del hecho d e que cualquier otro lenguaje -y, por consiguiente, tambin el de los objetos sima blicos- puede traducirse en una lengua natural cualquiera, n o siendo siempre verdad lo inverso: no vemos cmo cabra traducir a u n lenguaje de las cosas un poema d e Mallarm. (Este fenmeno se muestra muy claramente en la elaboracin de los mtodos audios visuales para la enseanza d e lenguas, cuando se trata de construir un significante visual equivalente al significante oral d e las lenguas naturales: si la pantalla se presta relativamente bien a la repre. sentacin de los actantes, los problemas d e la expresin visuai de los pedicados y de las relaciones estn apenas esbozados y todava sin resolver.) Por otra parte, las len.qas naturales poseen un signi.
ra
ficante relativamente simple, y e n parte ya analizado, que permite la elaboracin de tcnicas d e verificacin de las separaciones d e significacin cada vez ms seguras y numerosas, aun cuando las e 9 tmcturas d e significacin son postuladas primeramente como resul0 s procedimientos lgicos. El v h d e dichas tados hipotticos d e 1 tcnicas a u n cuando, en su aplicacin al anlisis del contenido, no nos hallamos sino en nuestros primeros balbuceos- es comparable, para las ciencias humanas, a la fomalizacin algebraica en las cien. cias de la naturaleza, y es ah donde reside, segn nos parece, la superioridad metodolgica d e la lingstica estriicturd en comparacin con las intuiciones, a menudo geniales. p r o carentes d e procedimientos de verificacin, d e las dems investigaciones humansticas.
Hasta aqu, nos hemos esforzado por mostrar que el simbolismo, bajo cualquier forma que aparezca, n o se distingua, por su propia naturaleza, de las dems manifestaciones de la significacin y que su descripcin competa a la misma metodologa. Ahora d e lo que se trata es d e precisar que nos engaaramos, por el con. trario, asimilndolo sin ms al modo d e existencia d e las estructuras semiolgicas, por ms que se acerque a l en ciertos aspectos. Si, para funcionar como tal, el simbolismo debe apoyarse en el nivel semiolgico, es siempre sin embargo una referencia a otra cosa, a un nivel del lenguaje distinto del nivel semiolgico. Podramos decir qiie el nivel semiolgico constituye una especie de significante que, si nos hacemos cargo de l en un escaln ana/ ggico cualquiera, articiila el significado siinblico y lo constituye en red de significaciones diferenciadas. As como el plano de la expre,
-..
Nivel semioigico sin articulada es necesario para que el plano del contenido sea algo ms que una "gran nebulosa" saussureana, la articulacin d e la forma del contenido llama a la vida, diferencindola, a la sub9 tancia d e ste. Par otra parte, el dominio d e la estructuracin semiolgica es ms amplio q u e cualquier simbolismo particular; dicho d e otro modo, n o hay adecuacin entre un determinado espacio semiol~ gico y un determinado simbolismo: el nivel semiolgico es indiferente al simbolismo que se hace cargo d e l; uno solo y el mismo nivel semiolgico puede servir y sirve d e hecho para articular di* venos simbolismos As, volviendo al ejemplo de las imgenes flicas, vemos claramente que lo que permite reducir innumerables variaciones estilsticas a usa sola invariante simblica, es el hecho d e que un nivel d e significacin nico, el d e la sexualidad, ha sido postulado en el plano semiolgico. una d e cuyas figuras nucleares relativamente simple sirve de conectador a todas las ocurrencias contextuales. La eleccin d e este significado es legtima, como. lo son las d e los otros significada Como mostr Hjelmslev (Essais linguistiques), la categora del gnero gramatical descansa e n la oposicin smica
czpansin vs CondcnsMn.
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b)
EL "PROTOSEMANTISMO"
DE P. GUIRAUD
La comparacin entre el nivel simblico y el semiolgico nos ha permitido entrever los ptimeros elementos de una definicin posible del nivel semiolgico, que sera la forma del contenido que hace posible, gracias a la postulacin de u n nivel anaggico cualquiera, la aparicin de tal o tal otro simbolismo. Los conceptos de nivel se. miolgico y de forma del contenido n o son empero coextensivos; si todo 10 que es semiolgico pertenece necesariamente a la forma del contenido, lo contrario no es cierto: los clasemas y el nivel semntico del lenguaje que stos cocstituyen (y que es la fuente de las isotopas anaggicas) participan igualmente de la forma del contenido. El concepto hjelmsleviano de fotma del contenido, aunque revolucionario en la medida en que significa la muerte del formalismo, no es utilizable para establecer las distinciones reales de l~ niveles del lenguaje, sobre todo cuando se quiere mantener - c o m o en nuestro caso- la concepcin saussureana del lenguaje, conside. rado como una forma cuya sola manifestacin tiene como resultado la aparicin de los efectos & sentido asimilables a la substancia del contenido. La frontera q u e s e trata de trazar es. pues, la q u e separara lo semiolgico de lo semntico, y no la forma de la substancia.
La pareja femelle "hembra" vs d e "macho" n o es, por consiguiente, ms que una manifestacin. particular d e esta oposicin semiolc gica, obtenida mediante la combinacin del ncleo smico con el clasema "animado". La descripcin del nivel semiolgico constituye, pues, una tarea autnoma, que debe ser llevada a cabo sin tener e n cuenta ste o e l otro simbolimo particular.
N o s parece oportuno volver, una vez ms, a ejemplos concret o r Las investigaciones llevadas a cabo desde hace algn tiempo por P. Guiraud acerca d e lo que l llama los campos mofosemnticos son, desde este punto de vista. particularmente instructivas En uno de sus estudios recientes (BuIletin de la Socit de linguistique, tomo LVII, fascculo 7). P. Guiraud revela la existencia de matrices d e variaciones fonolgicas, con dimensiones de lexemas, a las cuales corresponden modelos, paralelos y no isomorfos, de
94
Semntica estructurd
Niz *'m
1
I
Nivel semiolgico
95
articulaciones smicas. Apoyndose en un inventaKo de unos 400 sememas, el estudio engloba un campo semntico recubierto por la raz de base consonntica. [t-k] que caracteriza el sentido nuclear frapper "golpear". Resumamos primero los resultados d e este estudio, interesante desde varios puntos d e vista. Las variedades d e "sentido" que recubre esta raz pueden agruparse en dos categoras distintas: I. Las primeras estn vinculadas a las variaciones del for. mante. As, a las variaciones voclicas de la matriz en
tip a l
ch; c10
La matriz fonolgica puede i.mplicar otras variaciones, de carcter consonntico esta vez, a las cuales correspondern nuevas articulaciones smicas en el plano del contenido. As, la insercin del infijo [-r*] :
[t-r-idk] v s [t-rek]
va
"mazos"), y tambin las objetos sobre los cuales se golpea (diversos tipos de placas y p~aquitas).En fin, ayuda a constituir, de manera a ~rimeravista inslita, los sememas que significan tache "man. cha". macule "mcula", c r d t e "costra", as como diversas ciones cutneas. S e constatar primeramente que las articulaciones smicas reunidas en un solo modelo se dividen netamente en dos grupos, y ello con arreglo a un criterio referible al plano de la expresin y n o al del contenido. 1 . Ciertas variaciones estn en correlacin con las d e la ma. triz fonolgica. Constituyen dos estratos jerrquicamente distintos: a) El ncleo de orden tctil attouchement "toquew, que cclc rresponde a la base consonntica [t-k] y que no es analizado por P. Guiraud. 6) Las variaciones smics d e rdenes sensoriales diversos y que corresponden a los elementos conmutables del formante. As, b oposicin
petit (coup) v s gros (coup)
[t-r-a-k],
aade al modelo el sema suplementario "fre~entativo"; del mismo modo, la variante [ S ] , que ~ u e d e substituir a p]. constituye la oposicin smica
(golpe) amortiguada v s (golpe) neto;
2.
podra interpretarse como Ia polarizacin del eje de intensividad, en tanto que el tercer trmino sealado por P. Guiraud se opondra a los dos primeros desde e1 punto de vista d e la superficie afectada, como
superficie v s punto.
smicas independientes d e las variaciones d e la matriz fonolgica. El protosemantkmo, como lo llama P. Guiraud, recubre tanto los verbos como los substantivos y, produce tanto los sememas del tipo frapper "golpear" como los del tipo coup "golpe". As es igualmente cmo el mismo formante sirve para designar los objetos con los cuales se golpea (pelles "palas", fourgons "badilas'; maillets
Por lo que se refiere al infijo [.r.J, as como a la variante [ i ] , introducen, a su vez. determinacioner aspctuales complementarias. As, e1 modeIo remiolgico conlieva las categoras smicas coc mspondientes a los diversos rdenes d e prcepcin: tctii, espa. cial, aspectual.
NOTA: Nos vemos Uevados a introducir aqu una dasificacin pragme tica del nivel semiolgico en rdenes sensoriales, es decir, segn criterios
96
Semntica estructural
extralingisticos. Tal clasificacin es operatoria y n o podri justilursc, ni consiguientemente fundamentarse. ms que tras la d e ~ r i p c i d nde los siste* mas smicos constitutivos d e dicho nivel de lenguaje.
NOTA:N o seria del caso plantear aqu el problema d e los orgenes del lenguaje. Notemos, sin embargo. que el reconocimiento d e las variaciones concomitantes de los modelos fonolgico y scmiolgico aporta elementos nuevos a la discusin, considerada hasta ahora como inactual.
Otras variaciones smicas son, en cambio, independientes, sin relacin de concomitancia con las del formante. As; la o p sicin
2.
substantivo vs verbo
.
parece secundaria en relacin a las articulaciones nucleares. mismo ocurre con la oposicin
destinador (nombres d e objetos con los cuales se golpea)
vs destinatario
Lo
Todas estas variaciones no por ello impiden el que subsista un doble ncleo : fonolgico, en forma del esquema consonntico t.k, y semiolgico, con e1 "protosernantismo" de frapper. Este ncleo smico, que Littr define, en su artculo sobre el tic "tic", como "movimiento convulsivo", aparece bastante netamente como una articulacin del trmino complejo, que manifiesta, segn las pocas y dialectos del francs, uno de los dos semas de la oposicin
NOTA:Contentmonos con registrar esta Itima oposicibn, notando que proyecta ya alguna luz sobre el ~ r o b l e m atratado ampliamente por G. Durand, a continuacin d e las clasificacioner d e Leroi-Gourhan, y relativo a la denominacin d e los utensilios que "prolongan" los gestos. Las investigaciones de P. Guiraud nos parecen impartantes por divetsas razones. En primer lugar, porque han !levado a su aut(>t, que, como promotor d e los mtodos estadsticos estaba sin e m b a b habituado a manipular las unidades lexemticas, a efectuar un anlisis smico bastante riguroso. Asimismo, porque muestran que 10s esnidios etimolgicos se acomcdan perfectamente a este tipo d e anIisii que incluso p e d e facilitarlos. Y, finalmente -y pata esto es para lo que el ejemplo deba sentir- la concomitancia observada entre las variaciones d e la matriz fonolgica y las d e los elementos semiolgicos por una parte. y la ausencia d e tal concomitancia cuando se t a t a de variaciones clasemticas, por ota, .nos permiten entrever el trazado que sepan los semas nucleares de los clasemas, el nivel semiolgico del nivel semntica del lend guaje.
contacto agresivo vs
reaccin convulsiva.
Sin tener en cuenta las combinaciones smicas ulteriores, p dramos pretender con facilidad que tal figura representa la artie culacin de la significacin que connota los comportamientos ape. nas diferenciados, situados al nivel biolgico --e1 estmulo exterior y la reaccin de la clula viva-, y no, como deseara G. Durand, al nivel ontogentico del ser humano. (Los sememas tuche, macule, croute, con todo el acompaamiento d e teigne "tia", rogne beroa", gale "sama, roa" y lepre "lepra", s e explican probable, mente, a este nivel, p r la reaccin de la superficie alcanzada.) El hecho de postular este nivel un sighificado global - c o m o prw propone, por ejemplo, Roland Barthes, para quien el estilo indivii n de dar dual sera slo 'la voz decorativa de la carnew-, c m el f cuenta de la articulacin semiolgica de la personalidad humana y de concebir sta.como "un sistema de atracciones y de repulsiones" orgnicas nos parece ciertamente ms, legtimo que el clasificar el simbolismo segn hipotticas dominantes reflejar.
98
Semntic4 estructural
Pero tal interpretacin, si bien es vlida simblicamente, es decir, en la medida en que el nivel biolgico es postulado como sign3cado profundo, no lo es semiolgicarnente: la existencia de los sememas del tipo plaquette, en efecto, muestra que la figura smica, para poder producir, combinndose con los clasemas aprw piados, el semema plaquette, n o debe comprender el sema "materia "mi* orgnica", y que la oposicin "orgnico" vs "inorgnico" (d. mado" vs "kanimado") s e sita fuera del ncleo smico, incluso tai vez fuera del nivel semiolgico. Nos vemos, pues, forzados a abstraer, d e alguna manera, la figura nuclear de su medio orgc $co y a considerarla como un percepto puro, como una categora smica que forma parte d e la articulacin sistemtica de la tacti* lidad, en el sentido n o antropocntrico d e esta palabra, d e la mkma manera que hemos referido el ncleo smico de t t e a la articulacin de la espacialidad. De esta suerte, el mudo d e existencia del nivel semiolgico queda, segn nos parece, algo ms precisado: es un conjunto de categoras y d e sistemas smicos situados y captables al nivel de la percepcin, comparables e4 suma, a esas percepciones visuales esquematizadas d e los pjaros evocadas por Raymond Ruyer, y que a stos reconocer a sus enemigos y a sus amigos con an-eglo a las oposiciones:
cuello hrgo
fic
n :
99 del significante. Sea como fuere, ello nos parece bastar para justi. ficar la denominacin de semidgico que hemos atribuido a este nivel del lenguaje.
Nivel semiolgico
a)
LA CONSTRUCCI~N DE LENGUAJES
EN LING~STICA APLICADA
/ cola corta
Situadas en el interior del proceso d e -la percepcin, las categoras serniolgicas representan, por as decir, su faz externa, la contribucin del mundo exterior al nacimiento del sentido. Consideradas desde este punto d e vista, parecen isomorfas de las c u a l i h des del mundo sensible y comparables, por ejemplo, a los morfofonemas de que se compone el lenguaje d e gestos. E n ello, pot otra parte, nada hay de asombroso, si recordamos que tratamos de concebir ufia s e m n t i c a independiente d e la segunda articulacir;
El anlisis smico del nivel semiol@co del lenguaje aparece como la primera tarea de la semntica estructural. Una vez emc prendido por s mismo, no slo permitira una mejor comprensin del funcionamiento de los distintos simbolismos inherentes a toda lengua natural, sino que adems prestara grandes servicios a los distintos la lingstica aplicada, a la traduccin automtica, expuesta a dificultades enormes en la medida en que se propone alcanzar la alta fidelidad, y, tambin, a la construccin de lenguajes documentales, haciendo ms fcil la delimitacin de las unidades constitutivas del lenguaje y haciendo captar mejor los mudos d e su imbricacin. En efecto, estos diferentes campos no estn tan alejados como puede parecer a primera vista; el orden de urgencia en sus de* cripciones, desdichadamente todava demasiado compartimentadas, es tambin poco ms o menos el mismo en todos los campos. Si nuestras reflexiones sobre el nivel semiolgico del lenguaje parecen, a primera vista, centradas en torno a los problemas del simbolismo, basta con dar una ojeada a las preocupaciones actuales en materia de traduccin mecnica para percibir que los esfuerzos que, en este dominio, tienden a sacarla del atolladero al que ha sido conducida, por haber elegido, al comienzo, el nivel lexemtico del discurso, conducen a menudo a las mismas condiciones. La nueva direccin
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Semntica estructural
Nivel semiolgico
101
que desea imprimir a h traduccin automtica u n investigador tan sagaz como B. Pottier es sintomtica a este respecto. mismo cabe decir d e la tentativa d e Ross Quillian, quien propone describir el universo semntico traducindolo a u n lenguaje enteramente construido, cuyos elementos, constitutivos d e las escalas de graduacin, se parecen mucho a nuestros semas. Podemos hacemos una idea de todo ello remitindonos al resumen d e su teora que se contiene e a los Semantic Problems in Language, que dan cuenta del coloquio semntico de Cambridge del ao 1961, y que es cae racterstico del estado d e nimo que reina, desde hace poco tiem. po, en los medios d e los lingistas que se interesan por los pro. blemas d e la traduccin mecnica. E n un cuadro (pg. 150). q u e indica, a ttulo exploratoio, las dimensiones probables de este lenguaje, hallaremos, junto a las sensaciones pr+ocept;vas e i+ teroceptivar, acerca de las cuales Qui&an no osa pronunciarse y para las cuales reserva 25 s e m v que han de ser construidos ulre riormente, una lista d e escalas ertcmceptivar, que reproducirnos con absoluta fidelidad :
a) The Five Abstract Scaks: "Numbet" (the r e d number continuum), "Correlation" (in fhe sfatirtical sense), "Mnhe-up" (no& of whok.to+art or whok-toapcct), "SimiIanty", "Derivative" ( i n the mathematical sense);
b) Visual Scales: hue, bightness, satutation; C) Temwral Scdes: time, kngth ( G h rubsnipts);
d) Degree of Exirtcnce, degtec of awaremss; e) Auditoty Scaks: pitch, Ioudms~; fl Gustatory Sc&s: nueetmss, soirriness, sdtiness and bitkmess; g) Olfactory Scaks: not yet detennised h) Culniieous Scdes: mt y d determimd '4'
[ ''
b)
L O S NIVELES DE GENERALIDAD
NOTA: Esta clas&cacin, que ni siquiera tratamos de traducir -puesto que cada trmino, sacado de su contexto, -parece ambiguo y admite in* terpretaciones mltiples-, no nos interesa por sus articulaciones, sino solamente por las razones que han hecho que se la proponga. Es un ejemplo que para nosotros tiene valor de sntoma revelador de un estado de nimo que domina impl'citamente las investigaciones semnticas.
Para nosotros, el hecho de admitir que toda descripcin cs construccin es, desde luego, ante todo el reconocimiento de ura ne. cesidad; pero la descripcin implica tambin la exigencia de una cierta tica cientfica. Del mismo modo que existe un buen uso d e la libertad,. a utilizacin d e la construccin apriorstica no debe ser
102
Semntica estructural
w ~ arbitraria: o la dimensin lingstica d e n u e s m existencia es una realidad social, y su descripcin debe a p m b r slo a colil. tmir un lenguaje adecuado a la lengua natural que a trata de d a * cribir. Dicho de otro modo, la libertad d e constmccin s e encuen. tra limitada ~ C W la existencia d e las r p a r a c i m e s diferenciadon. d e l sigiificante. que toda descripcin debe tener en cuenta. utilizando procedimientos.de carcter inductivo -tests d e conmutacin. ui* lisis d e diiitribucioner-. ya sea con anterioridad's la construccin sistematizante. ya sea e n una fase d e verificacin que ha d e suceder necesariamente a la descripcin lgica. Un ejemplo nos permitir precisar todava ms nuestro pensa. miento. Sean dos lexemas: danner '.'dar'' y prendre "tomar". para los cuales hemos propuesto ncleos smicos que parecen poder for. mdarse como una oposicin:
expansin vs expansin
103 en dos semas: "solidez" ("dinmica" vs "esttica"), y la oposicin d e los ncleos smicos de prendre y de tenir aparecer as:
Nivel semidgico
prendre
r
(expansin)
tenir
+ contraccin.
E n esta fase del anlisis, mientras el inventario permanezca limi* tado a dos lexemas, n o tenemos ninguna razn para considerar q u e << expansin1' y "contraccin" n o sean wmas. e s decir. unidades mnimas de significacin. Si, en cambio, quisiramos ampliar este inventario introduciendo en l el lexema tenir "tener cogido", ve* ramos que : I . E1 sema "contraccin", que parece caracterizar al mismo tiempo los nclcos d e prendre y d e tenir, debe ser completado mediante otra oposicin smica :
prendre tenir
2 .
contraccin
+ incoatividad
r
3
contraccin P duratividad
El sema "contraccin" parece manifestarse. en el primer caso, bajo su aspecto dinmico. y en el segundo. bajo el a s p c t o esttico. Por lo tanto, "contraccin" puede descomponerse todava
Incluso una vez Uegados a esta fase, no estamos totalmente seguros d e que nuestro anlisis haya alcanzado el nivel de las unidades mnimas de significacin, ni d e que sea correcto (?no son redundantes, en este caso, "dinmico" e "incoativo"?): <una nue. va ampliacin del inventario no nos obligar a proceder a nuevos reajustes? Este nuevo anlisis, que dejamos en suspenso, parece precisar el lugar que hay que atribuir a la constmccin lgica en la d e 9 cripcin semntica: en la medida en que sta parta de una lengua natural dada y opere con inventarios limitados, su papel consistir en profundizat el anlisis generalizndolo. Asimismo, lo que es vlido en el caso d e la ampliacin del inventario, o de la comparacin d e varios inventarios en el interior de una sola lengua analizada, lo es tanto ms cuando se trata de proceder -tal es el caso de la tra. duccin O d e la documentacin mecnicas- a la descripcin paralela d e varias lenguas naturales con vistas a la constitucin de un lenguaje intermediario. La descripcin obedece, pues, a dos principios simultneamente presentes y contradictorios: es inductiva en su deseo de dar fielmente cuenta de la realidad que dexribe; y es deductiva en virtud de a necesidad de mantener la coherencia del modelo en construccin y de lograr la generalidad, coextensiva del corpus some. tido a la descripcin. Tal concepcin del proedimiento dexriptivo, basada en la bsqueda del compromiso, sera desalentadora si no fuera se el destino de cualquier descripcin cientfica.
104
Semntica estructural
La ambicin de describir el nivel semiolgico en su conjunto, por excesiva que parezca a primera vista, se sita, sin embargo, a la escala humana. Sea cual fuere el Corpus elegido a este efecto -el Trsor de la-langue frangaise o el Dictionnaire de Littr-, los resul. tados deberan aparecer,.en .principio, bajo la forma de un nmero limitado de semas. No se ha d e olvidar que cualquier construccin del lenguaje, en la medida en que, al ampliar el corpus a describir, profundiza y hace descubrir unidades d e significacin .ms peque. as cada vez, disminuye al mismo tiempa, como consecuencia d e la mayor generalidad alcanzada, el nmero d e stas. Los procedimientos de la descripcin sern estudiados aparte, en un captulo que les ser dedicado. Bastar con sealar desde ahora que la descripcin, para pasar d e 4as figuras a los sistemas smicm y, de stos, a los rdenes semiolgicos, debe tomar los procedi. mientos propios d e todo anlisis y constituidos por las etapas s u c e sivas del inventxio, d e la reduccin y d e la estructuracin.
Para situar mejor los problemas relativos al nivel semntico del contenido, es necesario que volvamos a la manifestacin de la sige nificacin y que busquemos en ella las condiciones estnicturales del funcionamiento del discurso. ste presenta, en efecto, tan pronto como se trata de comprenderlo, elementos aparentemente contra. dictorios. No nos es posible aceptar la explicacin que da cuenta de la organizacin de los mensajes, cuya sucesin constituye el discurso, por el poder predicativo del espritu humano o, bajo una formula* cin tal vez ms moderna, por la intencionalidad del locutor, y ello no tanto por miedo a la acusacin del mentalismo, cuanto simple* mente porque tal interpretacin se sita al nivel de la emisin de los mensajes y no al de su recepcin o de su transmisin. Desde este ltimo punto de vista, el discurso se nos ofrece, en su d e r arrollo y a pesar de su carcter lineal, como una sucesin de determinaciones, y como creador, por ese mismo hecho, de una jerarqua sintctica.
I 06
Semntica estructural
;Cmo explicar, por lo tanto, el hecho d e que un co.njunto jea .
,
107
rrquico d e significaciones produzca u n mensaje istopo? En efecto, una cosa es segura: ya comencemos el anlisis del discurso por arriba, es decir. partiendo de una lexa, definida como una unidad d e sentido, ya emprendamos la disposicin d e las unidades sintcticas ms amplias a partir d e las unidades constitutivas mnimas, el problema d e la unidad del mensaje, indiscutiblemente captado como un todo d e significacin, se plantea. inevitablemente. La lingstica danesa ha visto claramente el' problema a1 prow n e r basar la isotopa del mensaje en la redundancia de las categoras morfolgicas. En efecto, las unidades sintcticas. que son d e naturaleza jerrquica, sirven al mismo tiempo d e cuadros en el interior d e los cuales se. sitan las iteraciones d e las estructuras morEolgicas: homoelementales, porque definen. por su repeticin, lo'que tradicionalmente se l a m a concordancia; homocategricas porque dan cuenta d e la reccin. Tal redundancia gramatical puede servir ya d e modelo para comprender ]a isotopia semntica del mensaje. N o hay que olvidar, sin embargo. que las categoras morfolgicas no constituyen, desde el punto d e vista del plano del contenido, sino un agrupamiento limitado d e clasemas; ni tampoco que, por otra parte, aun cuando e n cierta medida sean constitutivas de la isotopa d e mensajes sintcticamente delimitados. n o bastan para dar cuenta ni d e l a isotopa n i d e las variaciones isotpicas de las grandes unidades estilsticcis del discurso. ni del discurso e n su totalidad. Es, por cona siguiente. echando mano d e las categoras clasemticas, sean stas cuales fueren -y n o necesariamente d e las categoras nzorfolgiCUS-, y considerando al comienzo esas variaciones d e las isotopas que n o se encuentran cerradas dentro d e las fronteras sintcticas, como estaremos en condiciones de evaluar mejor las dificultades q u e se encuentran y las soluciones que se pueden considerar para dar cuenta de la existencia de 1 s isotopas amplias.
-Ah! foit I'un d'un ton satisfait, ,be& soire, hati? Repar mcrgnifique... et puis jolies t o i k t t e s , hein? +a, dit l'autre, je n'en sais tien.
-4omment
-Non,
qa?
(Point de
VIU, 23
de febrero de 1962.)
La historieta, como muchas otras del mismo tipo, p o x e cierto nmero d e rasgos formales constantes : I. Presenta obligatoriamente d m partes: el reIatopfesmtrt cin y el didogo.
TRADUCCI~N: ''Se trata de una brillante velada mundana, muy elegante. a la que han acudido convidadm cuidadosamente escogidos. Llegado un cierto momento. dos convidados van a t o a r un poco el aire en la terraza : -1Ahl dice uno de ellos con tono de satis6ccin. bonita velada verdad? l a comida magnfica... y adems unas t o r k t k s muy bonitas ( v e d a d ? (N. del T.: el trmino franc& to>7ctfes tiene d doble significado de "tw cadas de las damas" y "retretes"). -No sabra responderle sobre ese particular, dice d otro. '-Pero cmo es posible? -1 No, no he ido a ellas!".
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Semntica estructural
" ' 9
2. La presentacin prepara la historieta: es u n breve relato, que establece un plano d e significacin homogneo, una primera isotopa. 3. El dilogo es el procedimiento que dramatiza la historia y rompe su unidad, al oponer bruscamente a la primera una segunda isotopa. 4. Ambas isotopas stn vinculadas entre s por el trmino conectudor comn. E n los casos ms simples (juegos d e palabras palabras d e doble sentido, etc.),. la identidad, o incluso la simple semejanza del formante, sirve para poner e n conexin las dos i s c ~ topas (no tenemos que preguntarnos si el forrnante toilettes, que recubre dos semas diferentes, posee una figura srnica comn o no). 5. El placer que deriva d e la "gracia" reside e n el d m * brimiento d e dos isotopas diferentes en el interior.de u n relato al que se supone homogneo. Vemos, por consiguiente, que e l "chiste", considetado como gnero literario, eleva al nivel de la conciencia las variaciones d e las isotopas del discurso, variaciones que se aparenta camuflar, al mi9 m o tiempo, por la presencia del trmino conectador. Otro criterio, la eleccin d e los actantes que participan e n estas comedias en miniatura, constituye un procedimiento complementario que subraya la heterogeneidad de las isutopas que se confrontan. E n efecto, una primera clasificacin superficial muestra la preferencia d e los chistes por las oposiciones del tipo:
d e mentaIidades heterogneas. Vemos que la descripcin del contenido de estas "historietas" podra constituir una especie de tipologa d e las representaciones colectivas de las clases sociales. Pero esto es ya otra cuestin muy diferente.
El empleo frecuente que hacen los chistes de los relatos-pre. sentacin muestra ya la necesidad que experimezta el narrador de tranquilizar a su auditorio estableciendo slidmerte el plano istopo del discurso, estableciendo primero un contexto ms amplio, en el interior del cual piiede intrcd~icirdespus una isotnpa nue. va. Lo cierto es que las personas serias saben siempre, o creen saber, de' qu es de lo que hablan; la conversacin chistosa. por el contrario, se caracteriza por la utilizaci5n paralela y sucesiva de varias isotopas a la vez. Vemos, pues, que el problema de la sepa. racin de las isotopas y del reconocimiento de las dimensiones de los contextos idtopos es importante; constituye incluso una de las dificultades todava no resueltas en el dominio d e la traduccin mecnica. En efecto, si la isotopa de contextos tales como:
Lc chicn & "el perro ladra", Le cm.miirsaire aboie "el comisario ladra"
adultos vs nios mayoras vs minoras normales vs locos humanos vs anirriales o cosas, etc.
puede asegurarse dentro del cuadro de un enunciado elemental, no podemos decir otro tanto en el caso de L chien du cmmissaire aboie
"el perro del comisario ladra",
La confrontacin d e dos isotopas pone en oposicin, en este caso, n o ya solamente dos secuencias poseedoras cada una de ellas d e un carcter istopo: esas porciones del discurso son consideradas, desde el punto d e vista de su contenido, como representativas
ya que la secuencia-enunciado puede manifestar tanto el clasema "animal" como el clasema "humano"; solamente un contexto ms amplio podr decidir si se trata, en la ocurrencia dada, del perro o del secretario.
111
El aniisis semintico, a l buscar criterios dixriminatorios con vistas ai establecimiento d e las isotopas, se v e llevado a utilizar el
concepto de jerarqua d e los contextos que se irnbrican unos en otros As, el sintagrna, que reue p r lo menos dar figuras &micas, puede considerarse como el contexto mnimo que establecer una isotopa ; el enunciado ~ e r r n i t e someter a prueba la imtopa de los sintagrnas q u e l o constituyen; ste, a su ve& deber insertarse en la frase. La descripcin se encuentra, hasta este momento, privilegiada debido a la existencia de unidades sinticticas d e , di, mensiones conocidas, comparables y conmutables. La dificultad au, menta, en cambio, tan pronto como rebasamos las dimensiones de la frase. Existen, es verdad, tentativas d e d& las unidades no sintcticas del dixurso ms amplias que la fase: p a g a f o s "p sajes" (relatos, cuadros, dilogos, etc.), y, Cialmente, c a p i t u l a Pero los procedimientos d e conmutacin en estos casos no pueden emplearse ya coa rigor y los criterios formales q u e cabe descubrir son absolutamente insuficientes. Dado que esas unidades n o sin. tcticas no dejan d e ser unidades del contenido, estamos en condiciones d e preguntarnos si la investigacin semntica n o puede aportar otros elementos d e apreciacin q u e permitan el reconocimienro de las continuidades istopas.
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11. EL FUNCIONAMIENTO METALWGOlSTlCO DEL DISCURSO
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L a lingstica moderna ha conocido nuevos desarrollos desde el da e n que logr reconocer, e integrar eq el cuerpo d e sus conceptos instmmentdes, uno d e los aspectos importantes del funcionamiento d e las lenguas naturales: la expanxin. Poco importa, por otra parte, el nombre que demos a este fenmeno: se resume dicho
fenmeno en la constatacin de que el discurso, concebido c m o una jerarqua de las unidades de comunicacin que se encajan unas en o t r a , contiene en s la negacin de dicha jerarqua debido a que las unidades de comunicacin de dimensiones diferentes pueden al mismo tiempo . m reconocidas como equivalentes. Este principio de equivalencia de unidades desiguales, cuando es utilizado en la compara;in d e las lenguas naturales entre s (especialmente en la traduccin automtica, donde el ingIs potato corresponde a pomme de terre "patata"). hace resaltar el carcter idiomtico d e cada una de ellas; cuando se aplica a los hechor situados en el interior d e una lengua. ilumina el aspfcto metalingstico del funcionamiento del discurso, que parece ser desde entonces no menos importante que su aspecto propiamente lingstico. Expresado d e modo ingenuo, este principio quiere decir sencillamente que una poca puede ser presentada tanto de modo simple como de modo compIicado, que una palabra simple puede ser explicada por una secuencia ms amplia, y que, a la inversa, una sola palabra puede con frecuencia ser hallada para designar l o que hemos concebido primero bajo la Forma de una perfrasis. La expan. sin n o es, pues, esa propiedad sintctica del discurso que permite la adjuncin de determinaciones sucesivas gracias a Im trminos manifestados unos a continuacin de los otros: es lo propio del funcionamiento normal del discurso. No toma toda su significacin ms que si una secuencia en expansin es reconocida como eqiiiva. lente d e una unidad d e comunicacin sintcticamente ms simple que ella. Es esta equivalencia. tericamente siexpre posible -aun. que no siempre sea manifestada lexicalmente-, lo qur constituye la separacin estructural que define el fiincionamiento metalingi~ tico del dixurso. De esta suerte, la expansin, si nos situamos e n el punto de vista n o ya generalmente lingstico sino nicamente semntica, halla su expresiVn, en la medida en que a t circunscrita e n el cuadro d e las unidades sintcticas que no rebasan los limites d e la
' I12
S~mntic6estructurd
Iso -
frase, en la definicin en e1 sentido amplio d e este tnnino, en lo q u e cabra denominar. para evitar cualquier e q u i v ~ o .l a definid& discursiva E n efecto, 'la lexicografa consiste, en gan medida, e n bUxar la manera d e substituir u n lexema descollante por una o v;u Gas secuencias 4 g f i n e l nmero d e sememas recubiertos por ste-- equivalentes, pero sintcticamente ms amplias que d la+ ma q u e se desea definir. De:esta suerte, cualquirr diccionario ofrece innumerables ejemplos del. funcionamiento d e este sistema d e equiudencias :
mordre n "entamer avec l e dents" entamer E "toucher (a une diose nta~e) en fui p a a n t
1x3 tuados en los d a p l a n a lingstica. sino una r q u i v d n c i a m i . sional. a veces incluso efmera. basada en la existencia de uno o varios semas comunes a los dos segmentm yuxtapuestos.
: El concepto d e equivalencia, generalmente utilizado en lingstica NOTA - d e modo ms o menos implcito. por otra parte-, no es casi nunca definido. Esta definicin compete al nivel del metalenguaje episiemolgico: aqu nos proponemos solamente aportar los primeros elementos para esa definicin.
la prcmike atteinte"; toucher = "entrer en contact avec quelqu'un ou quelque &osew; etc, 7
(JXctM>k~ gdral.)
Vemos que 1a.s secuencias definidoras son:. 1. Sintagmas e n expansin con. k misma funcin s n t d u que el trmino q u e se trata d e definir (en este caso: sintagmas de usa predicativo previsible) ; 2. Secuencis q u e estn generalmente c o m p u s m de un pria mer trmino que establece la equivalencia, y d e un segundo t & mino que detennina al primero. La definicin discursiva se acerca, por consiguiente, aunque sin identificarse con ella, a l a definicin lgica, que se. hace, como w sabido, ter genus pvrhurn et dSfferenth sp~h'ficdmSlo que, en lugar d e ser imperiosa y unv= como esta ltima, es libre y aproximativa. NO establece la. identidad ntre los segmentos s i 0
&
Si la definicin lexicogrfica parece todava relativamente cer. cana a la definicin lgica, cuya famulacin imita con f r e ~ u e n c i ~ la definicin cancterstica d e l a r r u c i g r a m ~ en cambio, p u d e darnos una visin ms exacta del funcionruniento "normal" d e una lengua natural. Un crucigrama d e los ms corrientes elegido en France.Soir, nos propone al azar las definiciones siguientes:
comptition = "prueba deportivaw; = "habitacin miserable"; bdkt = "danza figurada"; dsir = "anhelo n o siempre satisfecho"; mer "extensin d e agua".
ianiere
Vemm que la secuencia en expansin, que se presume equiva. lente al semema que define, n o agota jams el inventario smico de ste, aun cuando implique un cierto nmero de semas en CO. mn con l.
I c n w e w h de Julio Casares.)
Al hablar d e los crucigramas hemos invertido los trminos: en efecto, si el lexicgrafo " c r u c i g ~ i i s t a " que prepara los crucigra. mas parte de un semema dado y le busca una definin. el pr* blema, tal como se presenta al lector (es decir, al nivel de la recepcin). se compone de un Corpus de definiciones a partir de las
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Semhtica estructural
'2
cuales hay que hallar los trminos definidos. Dicho d e otro mcdo, si reconocemos en la expansin u n o d e los modos del funciona* miento metalingstico del discurso, tiene, como corolario la cm0 densacin, que debe ser entendida como una especie d e descodifi. cacin comprensiva d e los mensajesen expansin. "Si h e entendido bien, usted decir ..." : as es como e l interlocutor tesu. mit a menudo una exposicin u n tanto larga. Del mismo modo que la expansin posee una formulacin sintcticamente delimitada, que es la definicin (y cuyas prolongaciones lgico-cientgcas son considerables), as tambin el esfuerzo d e condensacin desemboca lo ms a menudo eq la denominann. Basta con escuchar los di& Iogos cotidianos en un comercio especializado tal como una ferred tera par ejemplo, para captar al natural el procedimiento de la denominacin ; a las definiciones libtes del comprador, que busca:
un muchin pour "un chisme para...", u n e sorte de "una especie de...", sed... "una cosa de la que nos servimos...", une &ose dont on u n e e s f i c i de fmc qui "una especie de chirimbolo que...", u n bidule ... "chisme...". etc..
...
...
...
corresponden las denominaciones, a v e c s adecuadas, a veces tan slo exploratorias, del vendedor. Este funcionamiento metalingstico d e un discurso que gira continuamente sobre s mismo, pasondo sucesivmente d e uno a otro nivel, hace pensar en el movimiento oxilatwio entre la expansin y la condensacin, la definicin y la d.ennominacin E n u n sistema lingstico enteramente cerrado (donde, adems, los lexemas se identificaran con los sememas y u n gato se Ilamara siempre gato), este juego metalingstico sera desigual, desequilibrado: en efecto, si el sistema se define por el nmero N d e trminos que lo constituyen, las posibilidades combinatorias d e la definicin, por poco elevado que sea el nmero d e trminos dado, seran con) siderables, en tanto que la operacin inversa -la denominacin-
llevara siempre de nuevo las definiciones a los mismos trminos. As es, por otra parte, cmo se concibe a menudo, segn la tradicin pseudosaussureana, la libertad del habla, por oposicin al carcter cerrado de la lengua. Pero esta ltima no es un sistema cerrado, y tanto la denominacin como la definicin operan en ella en todo momento y gracias a procedimientos diversos y numerosos. N o es ste el lugar oportuno para intentar una descripcin d e esos procedimientos ni para presentar el extracto de un "Tratado de la formacin (o de la transformacin) de las paiabras", que sin embargo est pendiente de rehacer por completo sobre nuevas bases. En efecto, un anlisis de la denominacin n o dice relacin a la lingstica diacrnica nicamente, como se piensa con frecuencia - e l l o explica tal vez el abandono relativo de las investigaciones en sino tambin, y ante todo, al funcionamiento d e la este domini*, lengua en sincrona. Para dar cuenta d e la amplitud del fenmeno, bastar con indicar sus principales formas. 1. Algunos de estos procedimientos son fcilmente reconocible~ porque son formales y funcionales; dicho de otro modo, potque sirven esencialmente a la denominacin. a ) As ocurre con la derivacin, que constituye, en gran me; dida, un sistema de clasificacin y, al mismo tiempo, los cuadros de la denominacin simple. Es d e esta manera, por ejemplo, cmo se elabora en francs, en el siglo xvrlr, todo un lxico de actividades tecnolgicas: a partir ya sea del nombre del utensilio, ya del de la materia trabajada, el sistema denominativo ofrece los cuadros vacos adecuados para designar al productor, la actividad produc. tora, el proceso y, finalmente, el lugar de produccin. J. Dubois, en una obra reciente, ha visto claramente el problema, y toda insip tencia p o r nuestra parte sera redundante. Lo mismo sucede con la utilizacin accidental del prsta. 6) mo, pero sobre todo del procedimiento que funciona universalmente y sin que se produzca una extincin, y que consiste en la utiliza.
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Semntica estructural
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cin d e elementos lexemticos pertenecientes al patrimonio grecolatino comn a todas las comunidades lingisticas d e la civilizacin occidental : las posibilidades smicas relativamente simples q u e ofrecen dichos elementos, estabilizadas mediante las definiciones unvocas d e las lenguas cientficas, son plenamente explotadas para la composicin d e los sememas denominadores constitutivos d e las terminologas cientficas modernas. Las dificultades para captar y determinar el paso d e la composicin a la derivacin, que han sido o r la simplicidad relativa estudiadas por J. Dubois, se explican p del contenido smico d e las races componentes que las hace semejantes a los derivativos. 2. U n procedimiento particular se sita a mitad d e camino entre las denominaciones que utilizan los formantes discretos q u e acabamos d e indicar. y las que n o recurren a t a l a formantes: se trata del precedirniento d e identificacin d e la definicin con la denominacin, o, ms bien, d e la asuncin d e la definicin por el plano denominativo del lenguaje. Los ejemplos d e ello san numerosos: aunque plafond "techo", fer 2 cheval "henadura" y M d e actique "cido actico" presenten diferentes grados d e amalgama sintagmtica, se interpretan todos de la misma manera. En efecto, bien sea esto por la expansin d e la figura nuclear que rene dos o varios ncleos smicos en uno slo, o por el encuadramiento dasemtica nico que acompaa a la suspensin d e u n cierto nmero d e semas (la denominacin, por relacin a la definicin, es siempre un empobrecimiento smico), la d e h i c i n d i x u n i v a se transforma e n denominacin y exige, a su vez, una nueva definicin. 3. Pero los procedimientos que nos interesan ms particularmente son los que, utilizando el Corpus lexemtico existente -y sin embargo no sistematizado al @ve1 gramatical, como sucede con los derivativos-, prcducen nuevas unidodes d e comunicacin de carcter denominativo.
a ) El e m e r o d e estos procedimientos podra designarse denominacin figurativa. Hemos visto, en efecto, que una figura nuclear -tal como el ncleo smico d e tete, por ejemplo- funcionaba en la lengua francesa como un modelo smico denominativo de carcter general y que recubra, como prototipo, una clase de derivacin abierta: tete &un clou "cabeza de un clavo", d ' i ~ n e pingle "de un alfiler", &un mt "de u n mstil", d'uv comgar "de un comps", &un marteau "de un martiiio": tete de pdvut "adormidera", d'artichaut "alcachofa", d'oignon "de cebolla", etc. Vemos que la figura nuclear funciona aqu como un verdadero derivativo y que no.se distingue d e ste, a primera vista, ms que por el comportamiento sintctico d e su formante. Mirando las cosas ms d e cerca, nos percatamos sin embargo d e que sta se distingue de u n verdadero derivativo igualmente desde el punto d e vista de sn composicin smica: si el derivativo gramatical est formado, en principio. , d e clasemas, el derivativo d e carcter figurativo es vi. modelo smico perteneciente al nivel semiolgico del contenido. P. Guiraud, en sus investigaciones sobre los campos morfose, mnticos, que aparecen as como los preliminares de un in-ientario d e modelos figurativos, propone buen nmero de ejemplos para apoyar esta concepcin d e las clases semiolgicas de dcriv;, cin. N o nos detendremos por tanto en esta cuestin. b ) Si la denominacin figurativa puede compararse a la d c rivacin, otro procedimiento, que consiste en la transferencia 83 una secuencia del discurso provista de todas sus caracte risticas ' xrcleares y clasemticas de una isotopa a otra, y ello con vistas 3 1 ; denominacin, recuerda, en cambio. el procedimiento de prsstamo.
'
En la lista de ejemplos de definiciones de crucigrama que herncs dado precedentemente, h e m ~ s omitido voluntariamente la rnc;.\-i:i
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Semntica estructural
lso
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d e uno: a la definicin 'k& & c h ~ e l e t "(Literalmente: "gtuio d e rosario", es decir, sin literalidad: "cuenta del rosario*') c o r r e r ponda la respuesta denominativa m e "avemara". ES evidente que este tipo d e denominacin n o corresponde a las condiciones gene. *ales que deteminan la relacin d e equivalenda entre la denominacin y la deinicin: n o hay equivalencia entre grak (un objeto del mundo exterior) y me (un tipo d e oracin), como aparece, por ejemplo. en tuniirc = "habitacin" o en b d e t = "danza". Td de* nominacin n o entra tmpao. desde el punto d e vista del p c c d i . miento m a l , en ninguna d e l a s clases denominativls a luque acabamos d e puu revista. Forzoui nos es por tanto conriderula como a , especie d e prstamo interior, como la tran&mcia de un r g m r t o del discurdivvrto ,(lexema o sintagmr) de un CWPO se. mntico a otro relativamente alejado del primero. Lu denominaciones translativu -as u como p m p o n e m a Itmarlson sin embargo muy n u m e m v l B u t i c m volver a l ar. tculo Gte del diccionario d e Lim para hallar :
t & -
Cd:
ni
cic
n;
nc m ta
P
m
&h p
119 La designacin denominacin translativa parece convenir a este tipo de procedimiento en la medida en que la presuposicin lgica constituye aqu el primer elemento de su explicacin : tete de nigre como "parte del cuerpo humano" es en efecto anterior a tete de nigre como "color". Pero por otro lado, la expresin denominacin semmica, por oposicin a denominacin figurat~vale cuadrara tal vez bien igualmente: e s e n cuanto "parte del cuerpo humano", es decir. por ser un sintagma constituido por dos ncleos smicos (O por una sola figura en expansin) y sobre todo por la totalidad d e los clasemas tales y como han podido ser desprendidos por medio del anlisis contextual anterior, por lo que se ha echado mano d e tete de negre para denominar cierto color moreno o gris -no es ste en absoluto el caso d e tZte de canal-. Aunque nos queda por precisar todava en qu condiciones tete de nigre puede funcionar metalingsticamente. es decir. considerarse como equivalente d e cierto color. n o hay duda d e que, e n los casos de este tipo, es e n el semema y n o en la figura donde hay que situar el trmino a quo del procedimiento de transferencia.
r C -
= "~dor;.."t
L
"servi& &
tm,
NOTA: Esta distincin entre denominaciones figurativas y denoniinacio, nes translativas ayuda a esclarecer un problema que, aunque secundario, no deja de inquietar a los etimologistas: si la denominacin figurativa va de lo concreto a lo ribstrricto, la denominacin translativa puede orientarse igualmente e n el sentido opuesto (cf. ave, "oracin" > ave, "cuenta de rosario"). Si. e n lugar d e considerar el funcionamiento metalingistico del discurso al nivel d e la transmisin, adoptamos el punto d e vista de la recepcin d e los mensajes y del anlisis de1 texto transmitido. constatamos que : 1. E s el nuevo contexto en el que se integra el semema trans. f e d o el que proporciona a ste sus nuevos clasemas (Cis). 2, El semema original. el llamado a servir d e denominador, constituye, con sus semas nucleares y sus clasemas. una nueva figura para el nuevo semema denominativo :
te'k d ' h e
tite &
tte
litwe
nombres de
F;
de c h h
Gte noire
120
Semntica esttuctutal
(Ns
+ G) = N,s.
121
Por eso, el semema denominativo transferido puede ser r e p r e sentado mediante la frmula siguiente:
Sm ( t ) = (Ns
- G)GIS.
NOTA:N o carece de utilidad el precisar que esta colocacin entre patntesis de los semas originarios del rcmema transferido provBca perturbaciones importantes en el dispositivo: solamente algunos de los sernas sern utilizaaos en esta funcin metalingistica: otros, por el contrado, sern "suspendidos". Pero su suspensin no significa s u desaparicin: sin su mparicidn, e n ciertas condiciones determinadas, el funcionamiento pltlrifineal del discurso serfa incomprensible.
y el otro como la denominacin de una sola unidad de contenido, no se poda interpretar este hecho sino por su posesin en comn de varios semas idnticos. Es aqu donde aparece una nueva func i b . de carcter c~asificataio,de cierta espcie de wmas. El ejemplo que elegiremos para destacar esta nueva funcin nos ha sido proporcionado por A. Martin, quien. al dar cuenta, en el transcurso de un reciente coloquio, de las investigaciones del Centro de Nancy acerca de los problemas de sinonimia, se ha servido para ilustrarlos. del campo sinonimico de fatigu "cansado". Este material - e l lexema fatigu conlleva en francs moderno una cincuentena de sinnimos, o ms bien de paasinnimos- es el que vamos a utilizar.
E l ltimo problema que se plaritpa, finalmente, es el de la existencia d e campos semnticos s&ciwtemente autnomos como para justificar la nocin d e transfetenM que acabamos d e utilizar. Solamente una reflexin ms profunda acerca de la naturaleza y del papel de los clasemas podr aportar a ello un poco d e claridad.
cl)
DO=
e)
L primera subclase del inventario se presentar como el resdtado de un preanlisis referente a la vez a los contextos y a las figuras de los Iexemas que la constituyen:
%s "hecho pedazos" \ rompu "roto" reint "desrionado. derrengado" chin "deslomado" "romper.' rou "cual queda quien ha sufrido el tormento de la rueda" esquint "reventado"
F U N ~ N DE LOS CLASEMAS
En uno d e los captulos precedentes. hemos tratado d e definir los clasemas por su carcter iteativo y por su extensin sintag* mtica, que, ms amplia que la d e los Iwemas da cuenta d e la linearidad semntica relativamente homognea del discurso. N u e ~ tra reflexin actual trata d e precisar otro aspecto del dikurso, su "elasticidad", que, reconocible gracias a las manifestaciones conju* gadas d e la expansin y de la condensacin. hace aparecer poco a poco un nuevo papel que cabe atribuir a los clasemas, y que es el d e constituu el cuadro de la organizacin del universo semntica. Hemos visto que, en la medida en que dos segmentos del discurso d e desigual longitud podan considerarse el uno como la definicin
uatm "cual queda una persona manteada" Iessiv "cual queda la Colada tratada con leja"
12.2
-
Semntica estructural
MdC "agotado" crcvt "reventado" pompC "agotado*' (cf. coup de pompe "cansancio rrpentino, desfal1ecim;ento")
"agotado" CpoumunC "echando los bofes" claqud "reventado" (asociado al ruido de estallido)
&ic
123
la de "causado", por el flexivo del participio pasado y por la prea posicin apres. NOTA:Algunas de estas ocurrencias exigiran probablemente un anlisis clasemdtico ms prohndo: as, crev necesita que se ponga de manifiesto la oposicin clasemtica "animal" vs "humano".
'
4'vaciar1r(10
TI1 inventario -y la subclase que hemos extrado de l- slo puede ser aproximativo: por razones que son evidentes en el plano prctico, pero que n o se justifican tericamente. los lmites d e este estudio n o permiten proceder cada vez a ejemplificaciones basadas e n anlisis exhaustivos. P a n ser completo, el inventario debera presentarse como el resultado de un doble procedimiento analtico levado a cabo d e m h i o exhaustivo: I. Por una parte presupone el aniisis distribucional que per* mite considerar10 como una clase de lexemas conmutables, situados e n e1 interior d e un contexto-invariante (o eventualmente de varios contextos complementarios). Este anlisis apunta al registro d e un cierto nmero de clasemas que hagan posible la tonstitucin del semema, que es, segn sabemos, el resultado de la combinacin d e los semas recubiertos por el lexema con aquellos que se extraen de su contexto. As, en el caso concreto d e fatigu, un contexto tal como :
A#s
de trabajo,
permite destacar los clasemas que, aunque siendcl comunes a h subclase entera, son al mismo tiempo Wtopos por relacin a i con* texto: son los clasemas "animado" (vs "inanimado") y "causado" (vs "causante*'). La isotopa de "animado" est c d r m a d a por k presencia redundante d e ese sema en el sujeto je y en travail;
2. Por otra parte, la extraccin d e una subclase del inventario presupone un anlisis semiolgico de los ncleos de cada uno de los lexemas tomados por separado. Otra forma de anlisis distribucional se encuentra as subentendida: consiste esa forma de anlisis en considerar todos los contextos posibles de cada lexema como variables y apunta a destacar. para cada uno de los lexemas, un ncleoinvariante. Solamente la comparacin ulterior de los n. deos as obtenidos permitir constatar.que las figuras nucleares p seen uno o varios semas en comn. Son precisamente estos semas comunes cuasi hipotticos, que acabamos d e inscribir, con el fin de poner en l un poco d e orden, al margen del inventario: "romper" y "vaciar" parecen de esta suerte formar parte de un nmero relativamente elevado de figuras; otros ncleos parecen caracteria zados, por el contrario, por la presencia comn d e un sema relatia vamente secundario en la economa d e la figura nuclear, el de "iteratividad". Sin embargo, uq sema comn a toda la subclase se desprende a pesar de todo, aunque slo fuera debido al empleo inconsciente de la forma verbal para designar los semas que queremos subrayar : e4 efecto, todas las figuras inventariadas se presentan en su aspecto dinmico y ' n o esttico. Designemos, por prudencia -puesto que no sabemos demasiado bien cul es exactamente el sema que caracteriza a la clase del verbo-, con el nombre tradicional de pro. ceso a ese carcter dinmico d e las figuras.
Semntica estrurtural
124
~sot*
f)
+ animado + causado,
que vamos a considerar, i n tanto no u pniebe lo contrario, como constituyentes d e la base clasemtica comn a todas las ocumncias del inventario. Esta base clasemtica nos permite. en efecto, introducir y SOmetw a examen nuevas sulxlases del inventaiio. Permite sobre tdo mejor el procedimiento d e la denominacin taanslativa. As, una nueva serie d e ocurrencias:
cf p& "desinflado, rendido. agotado, muy bajo". n<i k jianc "rendido", ie~ g e m z "a rastras". sur les rotuks "a rastras".
efecto el trmino presuponente d e esta base, d e la cual el clasema "proceso", e11 cuanto "causante", es el trmino presupuesto: as, las figura nucleares llamadas a servir d e denominadores y reunida'; por el clasema "causado" presuponen, de hecho, el sema "proceso" : al cual corresponde, al nivel nuclear, una figura smica caracteGzada por el sema "affaisser" "hundir, agobiar, abatir, postrar" (solamente se est plat o sur les genoux tras un proceso presupuesto d e "affaissement" "hundimiento, postracin, decaimiento") : 2. El papel representado, en esta ltima subclase, por el cla. sema "causado" no es muy diferente del que representa el clasema "proceso" en la primera: ambos sirven pan clasificar hs f i m a s nucleares, introduciendo as e n el dominio semiolgico los elementos de una taxonoma.
g)
ANLISIS DEFINICIONAL
n o constituye. una subclase de denominaciones translativas m i s que si se admite q u e el dispositivo de encuadramiento dasemtico est y a instalado. con anterioridad al procedimiento d e la denomi; , nacin misma. Notarnos en seguida, por otra parte, el papel particular que rep r x n t a , en la constitucin de esta subclaw. el clasema *'causado": p r e s n t e en el inventario precedente bajo la forma del flexivo del *uticipio pasado. es decir. en su madiifutacin clasemitica por ex-. celencia, aparece aqui. por el contraro, como el denominador comn a todas lar figuras nucleares secundaGz d e la subclase. DOS o . b - ~ servaciones, de carcter ms general. se siguen: I . La funcin particular asumida por el clasema "causado" proyecta cierta luz sobre la organizacin interna de la base clases mitica que acabarnos de establecer. El dawma "causado" es en
E l inventario "sinonmico" propuesto por A. Martin comporta lexemas que no se someten sino difcilmente a los procedimientos de anlisis propuestos. Si el anlisis contextual. que permite el re. gistro d e los clasemas, parece fcil y confirma los resultados ya obtenidos, el anlisis semiolgico y la explicacin d e los ncleos smicos n o son tan fciles. Es verdad que cabra considerar en rigor desatendible la dimensin diacrnica y remontarse al latn para buscar en l la etimologa, reveladora del ncleo smico original de futigare. Mas esto equivaldra a afirmar, gratuitamente y sin pme. bas en las que apoyamos, la permanencia d e las figuras nucleares, que nos parecen histricas y n o acrnicas como desearan Jung y sus partidarios. Dos procedimientos sucesivos cabra considerar en los casos d e este tipo : I. En la medida en que la descripcin se preocupa nicamente por el establecimiento d e la isotopa del discurso con vistas, a su anlisis semmico, la reduccin del inventario puede obtenerse a c e p
127
Smrntica estrtuturat
tando el procedimiento lexicogrfico que substituye la bsqueda de las definiciones poi el enunciado de las sinonimiar As, cuando el Didionnaire gnrd juega d escondite proponiendo las siguientes definiciones:
rcndu "fatigu, harass". fou~bu = "harass", rccnr = "harass de fatigue", etc.,
podemos considerarnos autorizados, en el cuadro del anlisis' tai como nosotros lo hemos delimitado, a considerar que el inventario, de 5 lexemas, se encuentra reducido a 2:
fatigu,
harass;
el principio de equivalencia. todas las definiciones piibles de las ocurrencias lexemticas comprendidas en el inventario. La aplicacin del principio de equivalencia entre los d e b i d o s y los definientes, con tal de que no plantee dificultades tcnicas insuperables, podra resolver tal vez buen nmero de problemas dejada en suspenso en el campo de la dxumentaci6n mecnica. Reconsiderando el ejemplo dado por J. C. Gardin. podran registrarse, bajo el trmino denominativo "inhibicin", todas las secuencias de. hicionales (del tipo : arrit pmvoqu par "detencin provwada p...'') reconocidas como taies en una codlcacin Gmica previa de las denominaciones. , Volvamos empero al anlisis definicional de esta ltima clase reducida del inventario. El esquema que prrsentamos a continua. cin dar cuenta. de manera ms econmica, de l a momentos que implica este procedimiento :
Para desuibir una subclase as reducida. pdemas proponer 2. un nuevo procedimiento que consistir en el anlisis de las deno* minaciones por sus definiciones. De este modo puede a i c a n z m un doble resultado: a) Dada .la equivalencia d e la denominacin y d e la de6nicin, que se caracteriza par la presencia de un cierto nmero de semas comunes a las dos fonnulaciones sintagrmitic- podemos admitir que el anlisis de las definiciones nos informar acerca de la naturaleza de los semas (si no de todos s al menos d e un cierto nmero d e ellos) implcitamente contenidos en la denominacin. Como, por otra parte. la composicin de la base clasemtica d e los dos tipos de ocurrencias nos es ya, en principio, conocida, el inte* rs del anlisis de los definientes radica ante todo en las posibili* dades de desvelar las figuras nucleares de las denominaciones no motivadas, consideradas "abstractas". es decir, desprovistas de con. tenido semiolgico.
PROCEDlMlEh'TOS
APLICACIONES
Primera definicin
abatir
por
el consumo energa
de
Definicin de los scg- hacer caer (dando mentas de la prime- uno o varios golpes) ra definicin a alguien que estd de pie
"actividad sante"
cau-
Equivalencias cas
smi-
"postrar"
b) Tal &xploracinde los definientes nas permite ampliar -y elio tiene su importancia- el inventario e introducir en l, segn
r 28
Semntica estructural
APLICACIONES
I
de cansancio (d., el esquema pncedente) extralimitarse
Primen defini. - rendir cin Definicin de hacer su. 10s segmentos c u m b i r de la primen b a j o el definicin Peso
.........
por
el c o ~ u m od e energa
.............................
ir
..........................
~
semas
~ ncias
cii
NOTA:El clasema "causado". cuando no est lexicalizado en la definicin, aparecer en las formas del participio pasado. Vemos que el anlisis de esta nueva serie no aporta ya nada nuevo, a excepcin del sema aspectual "rebasamiento (de una nor. ma)", que es el nico indicio de la participacin del nivel semiol. gico en la elaboracin de la articulacin del dixurso. Tal y como es, ocupa sin embargo, en la economa general del semema, el lugar que cotresponde a las figuras nucleares.
redun.
r
f
Esta muestra de anlisis permite no slo encontrr en la definicin todos los clasemas -lo cual c m la isotopa redundante del d * i siio tambin los elementos d e la figun nuclear. El hecho de que sta se caracterice p r el m i m o semi ''paurr" que una de las subclases precedentemate estudiadas slo se debe. qYi. i u . a l a z u : es la pvsibilidad del ducubrimiento de l a d e m e n t a nucleares lo que.-nos parece satisfactorio. Una vez estableado el procedimiento, podemos ~rowguireste 'mimo anlisis integrando en l nuevas ocurrencias del inventaria L presentacin d e los multados puede ser simplificada tambin:
El anlisis de este inventario, aunque haya podido parecer de. masiado largo por relacin al fin que inicialmente le haba sido asignado* nos ha parecido til en la medida en que ejemplificaba
SEM~TICA ESTRVC.
-9
130
Semntica estructural
'31
b s procedimientos d e denominacin y precieci"b. rl mismo tiempo las condiciones d e integracin d e las definiciones en el inventario inicialmente lexemtico. Este anlisis ha mostrado sobre todo cmo una clase d e ocurrencias relativamente extensa p d a reducirse a un so10 semema, al que cabra llamar semema construih para distinguirlo d e los sememas-ocurrencia. El progre= metodolgico obtenido d e este modo en la concep tualizacin semntica no nos parece desdeable. El concepto d e "semema construido" l i b r a as la descripcin del contenido d e los ltimos vnculos q u e este ltimo poda tener con la manifestacin discursiva: el semema as concebido es una unidad d e contenido, independiente de su cobertura lexemtica y d e su contorno contextual. Por otro lado, el doble estatuto de las categoras clasemticas, y al mismo tiempo del nivel semntica del lenguaje, aparecc partiendo de tal concepcin del semema, con evidencia: stas hui* damentan, por una parte, la isotopa sintagmtica de la manifesta* cin de la significacin ; por otra, constituyen el cuadro paadigmtico general de la clasificacin del universo significante. El esquema que presentam0s.a continuacin precisar ms an la articulacin interna del semema construido:
MODO DE PRLSUYCIA
S & \ ! L ! E H A CONSTRUIW
EN EL DlSCURSO
Denominacin
base clasemtica
figura nuclear
Definicin
elementos genricos
e!ementos especficos
"romper"
"causado"
132
Semntica estructural
a toda la chse d e elementos especficos que permita justificar la eleccin de los ncleos, a primera vista heterclitos, llamados a representar el mismo papel en el semema construido.
1
'1
'33
la organizacin de los microuniversos significantes valorizados no precisa ser subrayada. NOTA: El carcter incompleto del anlisis. que solamente comprende el procedimiento de reduccin, n o permite decir si la base clasemtica deter. &nada nicamente por el sema "disfrico", y que cabra traducir por "resul. tado desagradable de una actividad", y sin tener e n cuenta la aportacin propiamente semiolgica, es por s sola suficiente para dar cuenta del se. merna fatigu e n su conjunto.
i)
EL ISOMORFISMO DE LAS
FIGURAS
Tal denominador comn existe efectivamente: es el sema d e tipo particular que se ha de considerar como uno d e los trminos d e la categora &mica
euforia vs disforia.
E n efecto, parece que los elementos s~miolgicostales como "romper", "vaciar", "postrat", 'rebasar (una noma)" [cf. el adverbio &vwiado] slo llegan a especificat 12 definicin, o a enriquecer mediante la transferencia denominativa la clase d e equivalencias del senema inventariado, porque son todos ellos captados como disfricos. Dirase que todo sucede como si, al nivel d e la percepcin en el cual situamos estas Eguras. una categora subjetiva, proprioceptiva, viniese a su zncrientro para binarizarlas en una especie d e a prim. integrado en la prcepcin misma. Tengan el valor que tuvieren estas consideraciones epistemolgicas, un ejem. plo tomado del francs vivo y muy cercano a ciertos ncleos s. micos estlidiailos. la oposicin
gonflt. "5nchado"
vs dgcmfii "deshinchado"
muestra el carcter claramente dicotmico d e la categora. d e la cual slo el sema "disrico" se manifiesta en el x m a fatigu. Ve. mos que los dos sememas de nuestro ltimo ejzmpla, que poseen, gracias a la disposicin clasemtica diferente, un contenida distinto d e fatigui, se a r t i c ~ l z nsin embargo segn la categotia "euforia" vs "disforia". L a imyrtancia de esra categora proprioceptiva e n
t
?
$1
Nuestras preocupaciones hasta ahora se haban caracterizado por la bsqueda de las equivalencias entre secuencias de dimensiones desiguales del discurso: los procedimientos que acabamos d e proponer deben permitir hacer frente a dificultades muy numerosas relativas a la existencia, en el discurso, d e toda suerte de locu. ciones y circunlocuciones "figuradas" y perifrsticas, llevando a todas eUas d e nuevo a un plano istopo d e significacin. Sin embargo, son posibles otros tipos de expansin y, por ello mismo, de definicin, todava n o estudiados: esos otros tipos hacen ms difb cil, si no imposible, el establecimiento d e las equivalencias. Tomemos como ejemplo el conocido perodo de Bossuet : I.
Celui et qui regne dans les cieur de qui relevent b u s les empires, a qui seul appartient la giuirc, la majest et i'indpendance, qui se glorifie de fuire Z a fui aux rois (qui se glorifie) de leus donner, quand 11 fui plm't, de grandes et de k m ' b k s k g m s
est ausn
le seul
et
'.
134 -
Semntica estructural
1 a
P
del discurso
2 .
Resulta fcil decir que esta definicin -pues es, en efecto, de una definicin d e lo q u e se trata- puede condensarse bajo la forma de la denominacin Dieu "Dios". Pero dicha condensacin slo es evidente para nosotros en la medida en que presupone el conocimiento, anterior a la descripcin, d e una cierta civilizacin cristiana y monrquica; dicho d e o t m modo. el conocimiento d e un "uni. verso semntico almacenado". N o son sas, sin embargo, las con. diciones ,normales de la descripcin del contenido, y los diversas procedimientos d e anlisis estn destinados por definicin, a, p r e s cindir del saber innato. La secuencia elegida, considerada en s misma, proporciona las siguientes informaciones : a ) Por una parte, propone indicios genricos d e equivalencia, que son celui y le sed. Dichos indicios nos permiten registrar l a clasemas "actante" y "unicidad", que son, segn nos damos cuenta, d e un carcter e n demasa geneal p m que pueda postularse una denominacin para esta definicin. b) Por otra parte. la secuencia elegida se compone d e una serie d e eptetos en expansin. que se supone especifican los elementos !genricos mediante la atribucin d e un cierto nmero d e cualificaciones. Diremos q u e tal definicin es oblicua, porque presupone la posibilidad d e establecer la equivalencia con la denominacin, al ser insuficiente la base clasemtica, a partir solamente, o casi sola. mente, d e los elementos especficos.
Traduccin :
135
U n segundo ejemplo, p o r presentarse en condiciones en que toda cultura semntica anterior est ausente, precisar ms todava la naturaleza d e la dificultad. Tomemos una definicin de cruci. grama :
U n coirP de lungw lui fuit dore un bavardage parfoir fmdier "Una calumnia (o un lengetazo) le hace concluir una charIa a menudo familiar".
La cuestin previa que se plantea es la siguiente: es posible analizar tal definicin y llegar a encontrar el trmino denominador que la condensa? De no ser as cules son las razones de su ilegibilidad? Para dar una respuesta, intentemos un anlisis formal de esta definicin. Presntase sta como una proposicin que comporta:
la funcin F : fmt cbre,
'Aquel el Unico
l I
y es tambin
y
que reina en los cielos de quien poceden todos los imperios. el nico a quien pertenecen la gloria. la majestad y la independencia, que se glorifica haciendo la ley pata los reyes dndole, cuando le place. grandes y (,que se . terribles lecciones".
a ) Para poner d e manifiesto el tipo estructural d e la definicin, procedamos en primer lugar a ciertas transformaciones. El elemento gentico, encargado d e establecer la equivalenna con la denominacin, est presente en la definicin bajo la forma del anafrico lui y slo comporta el clasema "actante". Dado que la funcin fait clore comporta el sema "factitivo", podemos Ganp formar X, que es un falso destinatario. en un destinador-sujeto. Obtenemos d e este modo el enunciado incompleto:
X concluye Y . Pero la transformacin d e la funcin F, d e factitiva en no fac. titiva, slo es posible si, al mismo tiempo, transformamos el ac. tante 2, presente como sujeto, e n circunstante.adyuvante, El enunciado completo tomar entonces la forma siguiente:
3
136
Semntica estructural
X concluye Y con q u d a dc 2.
:1 ,.
137
NOTA: El inters del ejemplo es demasiado limitado como p a n que nos sintamos autorizados a lanzarnos a la formulacin de las reglas de transformacin. Lo dejamos, pues, de buen g a d o , en la forma ingenua.
conctuyc
h cartcr con un k n g e m
Vemos que la definicin transformada de este modo presenta con mucha ms claridad una nueva variante de la definicin oblicua: la base cluemitica insuficiente se especifica no ya por cualid ficacin, sino por predicacin. . Independientemente de su catcter oblicuo. la definicin propuesta presenta otra particularidad : ninguno de sus elementos es a p+ri unvoco. Sin hablar de X. que est todava por identificar, tanto Y y Z como F son susceptibles de pertenecer a varias isotopas a la vez. As, un coup de langue y un. bavardage parfois famJier pueden ser ya simples sintagmas en expansin. ya den* minaciones translativas, ya, finalmente, definiciones de segundo gmdo. Clore, a su vez, puede significar o bien "concluir" (clme le bauardage), o bien "cerrar" (clore le bec "cerrar el pico"). Las dificultades de lectura de una secuencia de este tipo son. pues, de dos clases: a) La definicin, como contexto, no es istopa: no podemos postular el resto del enunciado como invariante para ninguno Be los elementos constitutivos del enunciado tornado comq variable. El registro de las clasemas, reconocidos generalmente gracias a su redundancia. se hace, pues, imposible; p) No sera posible aplicar n i n - 6 pcedimiento de bsqueda de equivalencias Si suponemos que el trmino Z est asegurado en su univocidad. dicho trmino entm'a en la definicin:
X m l u y e Y (uchurla a menudo familiar) can un lengetao,
.$
'$
.$,
,:q
b)
NOTA: Cabe objetar fcilmente que este tipo de. definiciones son en demasfa particulares, representativas de una tcnica 'poco extendida. la de lar crucigramas, y que no caracterizan el funcionamiento normal del discurso. Pero si hemos elegido esto ejemplo, es porque nosotros lo conside-. mos, pot el contrario, normal: los mcrouniversos poticos. mitolgicos, onricas, ctc., manifiestan muy a menudo slo de m i n e n oblicua sus sigaifi. cacioncs. Nos ha parecido m s importante sacar a luz las dificultades que cscamotcarlas.
,$
.$
jP
-y
La tcnica de los crucigramas, consciente de estas dificultades, viene, e4 efecto, en ayuda del lector ofrecindole un procedimiento suplementario, que consiste en la posibilidad de descubrimiento progresivo de los gafemas que recubren la denominacin buxada, y ello gracias al entrecruzamiento del conjunto de los trminos denominadores en un enrejado omnisciente, construido a primi, Este encasillado corresponde, por los servicios que presta. en el nivel del significante. al universo semntica almacenado, al nivel del significado, que presupona la lectura d e la frase de Bossuet. Son. sin embargo, este enrejado y su reconstitucin progresiva los que resumen metafricamente 10 esencial del proceder descriptivo.
v;;
,
b)
.+ sj
, t
"i
B
que seguira siendo predicativa. u decir, oblicua. Solamente s u p a : i niendo que la definicin de Y nos descubra el trmino denomina- $ t
>
La necesidad de una reja cultural para resolver las dificultades relativas a la bsqueda de la isotopia del discurso, y que aparecen daramente cuando se trata de encarar las dehiciones oblicuas, vuelve a poner en tela de juicio la posibilidad misma del anlisis
ii
138
Semntica estrudurd
Isotopla -
del discurso
= 39
prcticamente ilimitados en nmero. Una definicin de crucigrama del tipo "puede aplicarse a Nern" remite, si as lo queremos, a la calificacin de tyran "tirano"; pero puede corresponder a otros numerosos eptetos : 1 cuntas cosas pueden aplicarse a Nern ! Pero existe todava lo que podramos designar una definicin evenimencial que se sita en el lmite d e las posibilidades de establecimiento d e la equivalencia oblicua. Si el recuerdo nervaliano del lugar & le pampre A la rose s'allie "donde el pmpano se une a la rosa" puede salvarse. hacindose cargo d e esta definicin al nivel simblico que le es postulado, y donde su carcter evenimencial es hipostasiado como "unicidad" en el tiempo y en el lugar de un evento del que se ignora todo <cmo adivinar que aquel "que se pasea hoy por Hyde Park con un huevo d e avestruz en la mano" es efectivamente Bar-Hillel, y no cualquier otro de los nueve millones d e londinenses?
C )
E n esta perspectiva, n o slo el anlisis mecnico, sino tambin toda descripcin de contenido pareceran imposibles. Las definicion e s por fortuna, no se presentan casi nunca aisladas (hecha e x c c p cin d e algunos gneros formales particulares, tales como crucigra., mas. enigmas, etc.), sino integradas en un texto y los acontecimientos que all se relatan son tal vez imprevistos a veces, pero nunca gratuitos U n ejemplo d e Freud (Mots &esprit) nos dar a la vez la medida' de las dificultades e indicaciones por lo q u e se refiere a la direccin en la cual debera buscarse su solucin : '
"Un tmtank de caballos ofrece a su cliente un caballo de montar: -Si usted coge este caballo y parte con l a las cuatro de la muam. a lac seis y media esk en Presburgo. . -Y qu h g o yo a h s seis y media de la ~M~UIM en Prcsburgo?"
140
141
En esta historieta, la segunda isotopa, casi literal, presupone evidentemente - e s la condicin misma del choque humorsticola existencia d e una primera isotopa n o literal. Y, en efecto, todo oyente "medio o cultivado" (Riffaterre) - e n la medida e h q u e acepte las reglas formales del juego- tntar d e captar y captar3 espontneamente esta primera isotopa. Esta comporta, sin embargo, ciertos elementos evenimenciales que le son desconocidos, Puede ignorar, por ejemplo, que Presburgo es el nombre antiguo d e Bratislava, o puede no conocer n i uno ni otro. Igualmente, el lugar en que.se hallan en el momento del supuesto cambio d e mensajes el chaln y su cliente le es absolutamente desconocido y, con mucha ms razn an, por consiguiente, la distancia que separa los dos lud gares, Ello n o impide que el oyente capte inmediatamente que esta distancia es larga y que el caballo que la recorra e n dos horas y media h a d e ser u n caballo rpido. Sin embargo, todo este con* cimiento "espontneo" que n o est implicado en modo alguno en los hechos contenidas en la secuencia e n cuestin, n o puede del conocimiento d e los eventos, venirle --e insistimos en ellosino nicamente del contexto global, aun cuando ste n o le sea dado ms que mediante una breve presentacin: Un tratante e caballos ofrece a su cliente un cabaUo & montar ... El contexto anuncia, e n efecto, por la suma d e informaciones que contiene y por l a utilizacin d e u n grafema sintctico (:) [o d e un fonema s ~ ~ r a s e g m e n t aen l , el caso d e la comunicacin oral], y con una probabilidad elevada: a) u n mensaje ulterior, b) cuyo locutor ser el tratante & caballos, c) cuyo sujeto-tema ser el cabaUo de montar, d ) y cuyo predicado comportar la atribucin d e una cualidad positiva cualquiera aI sujeto del enunciado que todava queda por aparecer. Vemos que la informacin esperada est predeterminada, en amplsima medida, por la isotopa del contexto: consistir e n la
eleccin d e una d e las variables en el interior d e la clase d e las cualidades positivas posibles d e un caballo d e montar. Sin embargo, el mensaje realmente manifestado. por la presencia de los trminos salida y llegada, slo atribuye al caballo el predicado desplaza. miento. La verdadera funcin d e este mensaje aparece desde ese momento claramente : consiste nicamente en seleccionar, en espe. cificar, con ayuda del predicado desplazamiento, el trmino gen. rico, compatible con l, en el interior del paradigma d e las cuali. dades del caballo, y toda la secuencia evenimencial es slo a fin d e cuentas la definicin oblicua d e caballo:
"El caballo es (un caballo) veloz"
Comprendemos mejor ahora el proceder del pensamiento cog. noxente, que, por ser deductivo (puesto que el cabalio es rpido, la distancia que habr d e recorrer debe ser larga), nos dispensa del conocimiento real de los eventos relatados. Es intil, por lo tanto, subrayar la importancia metodolgica d e este hecho para la descripcin semntica, que se ve d e este modo liberada de uno de sus ms serios obstculos: sta comienza por el establecimiento de una isotopa segura, sobre la cual vendrn a situarse las figuras ms extraas y ms inesperadas. Las definiciones oblicuas aunquz sean evenimenciales, pueden por consiguiente ser denominadas, pero a condicin de que se en. cuentren situadas en el interior de un texto istopo suficientemente denso o suficientemente largo, es decir, que comporte la informa. cin necesaria para el encuadramiento clasemtico de las secuencias no istopas. El estudio d e Tahsin Ycel aceKa d e l'lmaginaire de Bemanos nos muestra, por otra parte, que el nmero de eptetos que determinan el lexema mort "muerte", y que por consiguiente son compatibles con l, se reduce rpidamente con la lectura de 10s textos y que el inventario dz stos se halla en poco tiempo definitivamente cerrado. Upa nueva operacin puede comenzu a
142
SemSntica estructuraf
143
IEXTO INDiYLDUAL a CORPUS COLECnVO
partir de ese momento: si l o s mismm eptetos aparecen como te* dundantes en otros p&ajes del texto y si tienden a substituirse en ellos unos por otros, tales eptetos permiten descubrir, merced a este entorno contextual estable, nuevas denominaciones de mott, tales como boue "barro", ennui "hasto" o solitu& "soledad". Por consiguiente, podrn elaborarse de modo progresivo procedimientos de establecimiento de la isotopa cada vez ms seguros. Las posibilidades que nos ofrecen, para la exploracin del unie v e r s o semntico, el carcter istopo del texto y su tendencia a cerrarse sobre s mismo se ven confirmadas por las observaciones d e Jean Dubois relativas al desarrollo del discurso en los afsicos. En su comunicacin en el Coloquio Internacional de Lingstica Aplie cada de Nancy (1964). insiste Dubois, al hablar de la polisemia sintagmctica, en una particularidad observada en el texto continuo: al prolongarse, el texto no slo llega a ser cada vez ms redundante y a introducir cada vez menos informacin. sino que adems, de* bid0 a la redundancia de las estmctuas preferenciales, desarrolla d mismo tiempo un subcdigo autnomo. Esta clausura del texto por el agotamiento d e la informacin le confiere su carcter idiolectal: en efecto. las denominaciones cona tenidas en el texto son determinadas por las definiciones que se hallan presentes en l y nicamente por d a s , de tal suerte que d texto constituye un microuniverxr semntico cerrado sobre s misa mo. Esta propiedad semntica del discurso hace legtimas las d e . + uipciones parciales, estableciendo una especie de ecuacin entre los textos acabados y los univerm significantes cerrados. NO ofrece, en cambio, una solucin definitiva para la descripcin de 10s univesernnticos abiertos, caracterizados por el aflujo continuo de
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1
El carcter idiolectal de los textos individuales no nos permite olvidar el aspecto eminentemente social d e la comunicacin hurnana Es, pues, necesario ampliar el problema estableciendo como principio que un cierto nmero de textos individuales, con la condicin de que seas elegidos con arreglo a criterios n o lingstica que garanticen su homogeneidad, pueden constituir m crpus y que este crpus podr considerarse como suficientemente istopo. Para tener una idea d e lo que puede ser una tal isotopa colectiva, tomemos como ejemplo un corpus en miniatura, constituido por las respuestas dadas por los estudiantes d e filologa francesa de la Facultad de Poitiers (1963) para los comienzos de frases del test proyectivo de Stein. Siendo la secuencia inductm :
Mi destino es. ...
las respuestas, que son complementos deiniciondes de destino, se distribuyen segn los clasemas :
bueno (10) vs malo (11). determinado (g) vs ni determinado ni indeterminado (4) vs no determinado (9).
NOTA: El resto de las respuestas i)se presenta ya sea como definiciones cvenimenciales del tipo :
ensear fibbga,
vivir e n Francia;
Semntica estructural
Isc
144
.do, secuencia inductota, s i t u d a a quince prewtas estaba formulada d e modo un tanto distinto: ~ensabdque su porvenir... de intere
en
'45
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,
. :
N o n : A su vez, "determinado" puede a ~ ! h e t&dl m *de*na diente de s mismo" vs "dependiente d t 106 d d u . Notemos tambin que porvenir, al contrario de destino, n o P r o v e puestas "originales".
en el caso de los procedimientos de solucin de los problemas de crucigrama precedentemente estudiados. Vemos por otra parte que partiendo de los denominadores el autor de cmcigramas podra fabricar fcilmente un nmero igual de definiciones: "puede ser bueno O malo", "es a menudo impenetrable" son tpicas definiciones de crucigrama para destino. Asentado esto, las variaciones individuales en el interior d e una isotopa colectiva constituyen un cierto nmero de elecciones que se escalonan jerrquicamente :
I.
a)
Vernos bien qu es .lo que hay que entender, en este casa c m 10 que ~ e m i i t e creta. pa. ha~gencidnd no lingirtica del munir una cincuenteoa d e r u p u ~ a individurlu . en C ~ U lectivo, u un conjunto de caractem cmwS a las pe-ns tidas a test: su pertenencia a la misma comunidad lingiiistica, a misma da=d edad ; es tambin d mismo nivd ciilniral. (1mismi b'situacin d e sometidos a test". . En el plano linptico, en cambio, l o que permite,reunir a c m 4 tinuacin la totalidad d e las respus- y corsidmrlv como deti& cienes queforman parte de una clase i d t o p e es la existencia, ed la =cuencia inductor4 de los c 1 a s . e ~ "funito" Y "juici2: que podernos d e s p n d e r del tnnino denominada (&&ino o pavenir) y del trmino predicador (es O * a ) . Vana que el b6htumirabre en cierto modo el paradigma selectivo "determi d d * vs "no deteminado*', mientras que d dasema "juicio" i la respuesta "bueno" vs "malo". Poco importa que el procedimiento considetado aqu sea el q va del denominador al definientc, y no a h inverwi, como ~ ~
comprometido (15 respuestas). a r r u i d o (r), destroZado (11, obrctyo (11, derprwisto de dicha (1).
Este ejemplo nos permite considear la posibilidad de conciliar la exigencia de la isotopia del corpus, por una parte, y las variaciones -individuales o colectivas- de los mensajes, por otra. Estas variaciones se sitan finalmente a dos niveles que nos son conocidos: el nivel semntico y el nivel semiolgico..
~ m c ESTRUC. 4
- 10
146
'47
tal y como aparece en este ejemplo concreto, si bien est constituido p dos categoras clasemiticas distintas, es decir, prtenecienter en e( interior del nivel wmntico. a sistemas chsemitico. diferentes, no por eUo deja de presentarse como un haz Jawmtico jeGquico capar de generar unidades de manifestacin : podemw e efecto. prejuzgar el carcter bueno o maio del futuro 9510 en la medida en que es considerado como determinado o determinable. As. la base clasemtica aparece, a fin de cuentas, como una estructura hipotctica :
detenninado bueno
vs
a)
vs
no detenninado
malo
Hasta ahora. nos hemos ocupado de indagar, a travs de las d i s t d o n e s mltiples del discurro, el plano istopo de su manifev tacin. Esta investigacin, por necesaria que sea, no de& sin e m . bargo hacernos olvidar que l a comunicacin humana no es, como pretenden algunos, unlvoca. ni unilineal. As. volviendo. a considerar el ejemplo ya utilizado:
Esto nos permite precisar qu es lo que hay que entender por irotopa de un texto: es la permanencia d e una baw clasemtica jeruquirada. que permite grrcias a la aprMra de lar ~ a n d i ~ m u crnstituid* p o r las categoras clasemiticas las variaciones de las unidades de rnanifestacin. variaciono q u en ~ lugar de destruir la irotopa, no hacen. por el contrano. sirno confirmarla. va&iones a nivel semidg"~. La posibilidad de ma2 . nifestar un determinado semema en el l u w que le est reservado en el teiro est condicionada por la asuncin selectiva de una determinada figura smica. H e m a visto asimismo en qu medida (desprendimiento de los w m u c o m m u a una clase de figura. asuncin de a t a s figuras por la categora propripmptiva) la esp. cificidad de los elementos semiolgic~~ poda ser rebuada con vhtas a un Lotpico del contenido. Pero las variaciones seMclgicas plantean ya el de la existencia de otra iwtopa. semiolgca esta vez, y que dara cuenta de la eleccin d e las figuras smicas de un texto.
kn
permanece, en nuestro contexto socid, unvoco, y len no manifiesta en l, debido a la isotopa caracterizada por la rrdundancia del claxma "humano", ms que los valaes smicos de "valor".
14%
Semntica esttudural
En cambio, en una sociedad de hombres-leones, la secuencia no har sino confirmar la equivalencia de hombre y len, y el contexto amplio revelar en este caso la repeticin de los semas que se refieren tanto a la existencia humana como a la existencia leonina. Sera un error creer que este gnero d e bivalencia es propio solamente de los discursos que tienen lugar en las sociedades Ilama. das "arcaicas": lo mtico difuso que vierte en todo instante, en fuertes dosis - c o m o ha mostrado Roland Barthes ( l afranceses n o slo comen el "bistec con patatat fritas", sino que absorben i d mismo tiempo partculas d e "hcidad")-, nuestra comunicacin social cotidiana, posee sin duda un contenido diferente al del dir curso primitivo; su presencia indiscutible no hace sino confirmar d carcter a menudo plurilineal d e la manifestacin. Por consiguiente, lo que cuenta objetivamente para el anlisis del contenido es la necesidad de reconocer la existencia, en ciertos casos, de varios planos i s t o en ~ un mismo discursa ES. luego. h obligacin de explicar estructuralmente esta bivalencia. Esta parece deberse esencialmente, para nosotros, a la negativa a disjuntar, en el momento de su manifestacin en el discurso, los trminos de una o de varias categoras clasemticas. No tomando en consideracin, como de costumbre, ms que el caso ms simple, podramos defis nirla como la manifestacin, a intervalos irregulates. d e las articu* laciones complejas de una categora clasemtica (del tipo "humano y animal'', por ejemplo) que permite d d u l r r o ~ o .en e s t a interv a l 4 de los planos autnomos referibles ya sea a una, ya sea a la otra de las dos isotopias, realizando ya el trmino positivo, ya el trmino negativo de la categm'a dasemtica en cuestin. Si un texto cualquien wtidace estas condicione* diremos que manifiesta una isotoi>a compleja.
749
b)
Esta conjuncin sincrtica de los trminos normalmente disjuntos erigida en procedimiento retrico, caracteriza a veces a ciertos gneros literarios. As, Baudelaire, cuando pretende ser
"...un vieux boudoir pkin de roses fa&s, 06 git tout un fouiUis de modcs surmints, 0; ks pasiels plaintifs et Ics p&s hucher, Seuk, respirent Z'oeur d'un f h c m dkbouch" *.
no hace ms que conjuntar, estableciendo la equivalencia, las dos trminos de la categon'a clasemtica :
(contenido) exterior vs (contenido) interior.
El d i w u m que se desarrollar tras una tal asuncin wr biirtop. y el lector tratar, ms o menos conscientemente, de extraer de la descripcin "fsica" del saloncito todm los semas que pueden mantener y desarrollar la segunda ;sotopa, establecida desde el ccmienzo: la del espacio interior del poeta. LO mismo suceder en el caso de relatos ms largw, en verso O en prosa. Ya se trate del Moiss de Vigny, el gran inventor de
mitos literarios modernos. ya sea Peste de Camus. la aparicin, en ciertos pasajes privilegiados del relato. de articulaciones complejas, bivalentes provocar una lectura situada en varios istopos a la vez. Un problema. aun cuando no sea ya del todo lingstico. puede plantearse a este propsito. Parece evidente que ~audelaireno es un boudoir ni Rimbaud iin batearc ivre "barco ebrio*' del mismo
iraduccin : "Un viejo saln lleno de rosas marchitas. / en el que yace un revoltijo de modas anticuadas, / en el que los quejumbrosos pasteles y los ~iidos Boucher. / solos, respiran el olor de un frasco destapado".
150
S e d n t i c i estructural
modo que un guetrero simba es len o que una persona residente . en u n manicomio es Napolen. Resulta fcil oponer la organizacin ; deseada d e isotopas complejas al funcionamiento inconsciente del discurso, investido d e mitos sociales o individuales, y concebir la literatura como juegos d e consciencia, encargados de procuramos .; el placer esttico mediante el descubdmiento d e las i s o t o p h ocultar Es verdad q u e algunos gneros literarios, incluso algunas " e s c r i t ~ ~ : rasw, que recubren vastos perodos histricos, s e ptestan fcilmente a tal interpretacin. Podemos preguntamos, sii embargo, tomando incluso casos lmite en que Ia clave d e la lectura biistopa es indi. .$; cada daramente por la formulacin explcita d e las articulaciones . complejas d e las categoras clasemticas, si los semas impevistar que aparecen en la lnea de la nueva isotopa as construida no e s a 'i capan al control conxiente del escritor del mismo modo q u e a l del ' lector. Es p s i b l e que, ms all d e las distinciones d e la conciencia y d e lo inconsciente, la comunicacin potica sea esencialmente una comunicacin asumida, e n cierta manera, tanto por el destina* t a n 0 como por el destinador.
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Tanto si la isotopa compleja del discurso es provocada por la &: intencin conxiente del locutm, como si se encuentra instalada all sin que l lo sepa, no cambia nada e n la estructura misma d e su manifestacin. Muy por el contrario, la existencia d e cortstruc* ciones intencionadas d e planos istopos superpuestos puede ayu. $ darnos, gracias al crecimiento artSal d e los procedimientos ema pleadm, a comprender mejor el fenmeno lingiiirtico como tal. .,$! El psicoanlisis freudiano, continuado por la Ti.fp~ychologie,. .% nos ha habituado a tratar d e distinguir en toda comunicacin dos planos d e transmisin de los mensajes, de los cuales el uno sera manifiesto y el otro latente. Esta distincin, e n la medida e n que
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151 concierne al discurso captado en su funcionamiento, no nos parece aceptable. Por un lado, todo es manifestado en el dixurso. a condicin de que el alocutario sea al mismo tiempo el destinatario del mensaje. Por otro, todo es all latente, es decir, inmanente, en el sentido de que el discurso est siempre cifrado y de que la operacin de descodificacin corresponde enteramente al receptor. del lenguaje considerado Si, abandonando la evidencia s e c u l ~ como un cdigo acabado, comn a1 locutor y al alocutario, examinamos la comunicacin oral cotidiana, nos percatamos de que sta es, incluso en las mejores condiciones, difcil e incompleta. No hay de qu sorprenderse, por ello, si el que suea no logra descodificar su propio discurso onrico. No es en absoluto necesario, para explicar su fracaso, echar mano de la existencia de un plano latente: muchos lingistas reconocern, al menos en privado, la dificultad que han encontrado para proseguir, d e modo ininterrumpido, la lectura de los Prolgomenes d e Luis Hjelmslev, a quien difcilmente se puede acusar d e haber deseado insertar en dicha obra una segunda dimensin anaggica d e la significacin. Tanto e n un caso como en otro, la principal dificultad de la lectura consiste en descubrir la isotopa del texto y p d e r mantenerse en ella. Pero si pareciera oportuno hacer ms tajante, mediante una in. sistencia terminolgica, la oposicin entre las dos isotopas simul. tneas del discurso, son los trminos texto y metntexto los qiie n w t r o s propondramos como rnenos comprometedores que los de plano manifiesto y plano latente. Esta distincin entre texto y metatexto sera nicamente operatoria y slo se apoyara, al menos al comienzo, en el simple sentido comn y en la apreciacin "media" de la comunicacin: e n efecto, desde este punto d e vista. el texto onrico se ofrece a la persona que suea a la vez como legible e inslito, si no absurdo, mientras que el metatexto permanece ilegible, pero parecer sensato tras d e su anlisis-lectura. Asimismo, un texto tal como:
152
Semnticd estructural
le soG1 noir & la mlancolie "el s o l negro de la mclancolia"
es legible y absurdo: su alter ego, el metatexto. es, por el contra. no, ilegible y claro. El carcter operatorio de esta distincin aparece inmediatamente, tan pronto como substituimos el lector razonable por un lector imaginario, un mstico, un alquimista o cualquier otro iniciado, que invertira necesariamente los trminos definicionales. Vemos aqu una de las razenes principales que nos impiden seguir a Freud en su definicin de los planos latente y manifiesto del discurso: es la personalidad del descdificador (que e s una variable individual) lo que es elegido como criterio para juzgar acerca d e las propiedades d e un texto cuya existencia'es objetiva. en la medida en que es lingstica. H a sido al tratar d e explicitar las propiedades estructurales del discurso mismo cuando hemos propuesto definir su biiwtopia por la manifestacin, durante todo su d e a r d o , d e los trminos com. plejos de las categoras clasemiticas. La isotopa compleja es, pues, un carcter formal distintivo de una clase de discunos posibles. Cada dixurso.ocurrencia, tomado y analizado en particular, dar cuenta del contenido smico de los trminos complejos que lo caa racterizan y permitir as definir las dos isotopas que en l se manifiestan. En el ejemplo del chien du cornmissaire precedente* mente utilizado, el clasema "animal" establecer la isotopa positiva que se manifiesta gracias al texto, mientas que el clasema "human" establecer la isotopa negativa que se manifiesta en el metatexto. Puesto que pueden ser determinados en cada caso dado, los dos conceptos d e texto y metatexto, aun cuando permaneciendo operatorios, dejarn de ser arbitrarios, e s decir. sometidos a la apreciatin subjetiva del lector. Estas precisiones permiten sugerir la definicin lingstica d e los diversos modos d e presencia de las isotopas complejas e n el discurso. Es sabido que Viggo Br@ndal, al fonnular su concepcin del sistema lingstico elemental, introduce al lado del trmino
153 complejo, otras dos denominaciones: el complejo positivo y 4 complejo negativo, cara,cterizados por el predominio de uno u otro de los dos trminos en la articulacin global. Resulta difcil decir, en el estado actual de las investigaciones semnticas, en qu medida las articulaciones complementarias de la estructura elemental, los trminos complejo positivo y cmplejo ne. gativo, pueden ser considerados suficientemente fundamentados: su integracin parece, en todo caso, poder constituir el cuadro ampliado capaz de permitir una interpretacin lingstica d e la nacin d e asuncin, utilizada por el Doctor Lacan en psicoanlisis y cuya importancia a nadie puede pasarle inadvertida. As, la con. cepcin brmdaliana ofrece la posibilidad de distinguir estmctur a h e n t e tres modos d e funcionamiento de la isotopa compleja en el discurso:
r. Los dos trminos constitutivos d e Ia isotcpa compleja se encuentran en equilibrio: el locutor y eI alocutario "asumen~, en este caso, plenamente las dos isotopas Volviendo a considerar el ejemplo d e los guerreros simba :
hombre
-
positivo negativo
kn
Rim baud
bateau ivre
positivo negativo
3. Domina el trmino negativo de la isotopa: el locutor "asu. me" plenamente la isotopia negativa y parcialmente la isotopa posi-
= 54
M. Dupont
zz
Semntica estructural
kmpara
Aquellos a quienes la obra de Br~ndalles es un poco familiar . saben el papel que ste atribua a las estructuras elementales -cap tadas empero por l al nivel del sistema lingstico, y no, como proponemos nosotros en este momento, al nivel de la manifestacinen el establecimiento de una tipologa de las lenguas naturales, a las q u e consideraba representativas de las mentalidades colectivas ; As, las lenguas llamadas pimitivas se caracterizan, segn l, por la utilizacin frecuente de las estructuras complejas, mientras que los progresos de la civilizacin se traducen en la transformacin , d e estas estructuras complejas en estructuras binarias lgicas Nos : percatamos de lo que puede haber de un tanto simplista y excesivo en una interptacin d e este tipo, que pretende definir global. ' mente, con la ayuda de este inico criterio, comunidades lingsticas enteras, y no zonas superestructurales particulares que pueden constituirse en cualquier contexto histrico. Parece innegable que cierd tos metalenguajes colectivos se caracterizan por la preferencia que ' conceden a las estructuras complejas: a las coincidencias & los contrarios o a las estructuras de medimMn destacadas por C. LviStrauss Pero el anlisis de un nmero. reducido de figuras smicas del francs, elegidas al azar, nos ha mostrado claramente que tales estructuras complejas pueden estar presentes en cualquier universo significante (ejemplo : las lgicas plurivalentes actuales) y que solamente la explotacin que de ellas hace tal o tal otra comunidad lingstica puede ser diferente.
'55 El carcter simple o complejo de las isotopias del discurso de. pende, adems. de las variaciones individuales. Desde el punto de vista del locutor, la mayor o menor complejidad isotpica d e su discurso est en funcin de la estmctura idiolectal de su persona. lidad. Desde el punto de vista del alocutario tambin puede ser planteado el problema de la receptividad, es decir, de la capacidad de dexdificacin simultnea de dos mensajes. Una experiencia personal - e l azar del encuentro con un viejo amigo en el momento mismo en que ste, tras de una hemorragia cerebral localizada, haba perdido la capacidad de captar la significacin potica desplegada como una segunda isotopa, aunque conservando el recuerdo y la conciencia aguda, por no decir trgica, de la existencia de este metatexto que se haba hecho inaptable- nos dio neta. mente la impresin de que las investigaciones neurolingsticas de. beran poder confirmar la existencia d e una comunicacin biistopa, los dos niveles de la cual seran a la vez autnomos y concomitantes, y deberan poder determinar con ms precisin l a s condiciones .de su conjuncin y de su disjuncin.
157
!?'p.
LA ORGANIZACIN DEL UNIVERSO SEMANTICO
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de la descripcin hgiiistica del contenido. Pero una teora de ese tipo es slo, en el momento actual, la proyeccin d e nuestras nea cesidades y de nuestras esperanzas: faltan todava los anlisis parciales,. que ;odrmen o invaliden las pl.oposiciones a menudo hipotticas.
Despus de haber destacado el carcter metalingstico de. toda descripcin y, a fortiori, de toda construccin de teora semntica, hemos tratado de reunir, en primer lugar, un pequeo nmero de conceptos bsicos que permitan construir las unidades mnimas (los conrtituyentes ltimos) constitutivas d e la significacin. A partir de ese momento, hemos tratado de observar la disposicin de esos elementos, tanto en inmanencia como en manifestacin, proponiendo, siempre que ello era posible, nuevas definiciones que dieran cuenta de esas unidades ms amplias. Llegamos ahora a una nueva fase de nuestra reflexin: tras haber explorado el terreno de la significacin a partir de sus elementos ltimos, nos es necesario considerarlo en la perspectiva opuesta, considerando el universo significante en su totalidad, para intentar. esta vez, el establecimiento de nuevos conceptos, coextensivos a las articulaciones y a las distinciones fundamentales de ese universo. Estos dos procedimientos consecutivos, el uno de construccin y el otro de divisin, deberan unirse para constituir una teora
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'La primera dicotoma que hemos propuesto,. y a la que hay que volver en esta nueva perspectiva. es la de dos niveles fundamentales del lenguaje. Hemos distinguido, en efecto, dos clases de semas, los semar nucleares y los clasemas, que remiten a dos niveles autnomos del lenguaje, el nivel semiolgico y el nivel semntica. Pese a algunas tentativas tericas llevadas a cabo en el curso de nuestro estudio, esta distincin se apoya todava, en gran parte, en extrapolaciones de carcter inductivo : hemos definido, en efecto, los semas nucleares y los clasemas por el modo de su manifestacin en el discurso. Los primeros sirven para constituir en l las figuras smicas, y se encuentran en el interior de las unidades sintcticas llamadas lexemus; los segundos, por el contrario, se manifiestan en unidades sintcticas ms amplias, que comportan la juncin de por lo menos dos lexemas. Dos procedimientos, aplicables a secuencias de discurso de dimensiones desiguales, y jerrquicamente distintas . por consiguiente, deben ser previstos para la extraccin de estos dos tipos de semas. Tal definicin. aunque vlida, no es empero todava completa. En primer lugar, define lo que es anterior a la manifestacin por su modo d e manifestacin. Adems, en la medida e n que conserva su carcter inductivo, dicha definicin se ve sometida a los riesgos de las demipciones prciales que pueden invalidarla. ElIo equivale a decir que, para poder definir el semerna como combinacin manifestada de semas nucleares y de clasemas, y la manifestacin como la reunin de dos niveles del lenguaje, el semiolgico y el 'semn~
158
Semntica estructurd
159 -
tico, nos es necesario, sin rechazar nada d e las definiciones preced dentes, establecer francamente, en el plano epistemolgico del leguaje, las categoras constitutivas d e es4s definiciones y garantizar as, por su carcter apriorstico, las fundamentos d e la construccin que nos hemos propuesto. Planteado as el problema, nos damos cuenta de que, antes d e decidir acerra d e la existencia d e dos niveles distintos:
ma; se confirma, por juncin con otros semas, en el interior de agrupamientos smicos a los que hemos llamado figurar y bares
smicas.
del lenguaje, debernos asegurarnos, aunque slo sea por principio, oe lenguaje, d e ?a oposid e los fundamentos del concepto m i ~ d a n entre inmanencia y manifestacin que se ha venido manteniendo, as como por otra parte del concepto de nivel. A lo largo d e los captulos precedentes, hemos mantenido la distincin cmoda, ya que prcticamente se ha hecho clsica, entre la lengua concebida como sistema inmmimte y la lengua captada e t r a t a d e precisar el sentido como proceso manifestado. Ahora s que podemos seguir atribuyendo a esta oposicin en la economa general d e una teora propiamente semntica del lenguaje. El centro d e toda nuestra reexin tcaca reside en la hip& tesis ingenua de que partiendo d e la unidad mnima d e significaan podemos llegar a describir y a organizar conjuntas cada vez ms vastos de significacin. Esta unidad maima a la que nosotros hemos llamado semca, carece, sin embargo, de existencia p. pa, y slo puede ser imaginada o d&ta en relacin con algo que n o es ella misma, slo en la medida en que forme parte d e una estructura de significacin. d e la percepcin, en el Situando, pues, el serna en el intmMcr lugar en que se constituyezi las significaciones, nos hemos percatado d e que ste reciba all una especie d e existencia gracias a su participacin en dos conjuntos s i g d c a n t e s a la vez: el sema, en efecto, se h a , por disjuncin, en el interm de la categora s-
E l sema guarda relacin con dos universcrr ~i~nificantes a la vez, a los que podemos designar operatoriamente el universo de la i n ~ n e n c i dy e l universo de la munifestucin, y que no son ms que dos modos diferentes de existencia d e la significacin. Dado que la significacin slo puede manifestarse a condicin de ser pri, mero articulada en estructuras disjuntivas, y que, por otra parte, n o d e m o s decir nada acerca d e la significacin ms que en la medida en que sta es manifestada, la relacin entre los dos unive-inmanente y manifestado- es la d e la presuposicin recproca. As vinculados, constituyen lo que podemos llamar ahora el univerm semntico, expresin por la que podemos substituir el trmino lenguaje, que ha llegado a ser ambiguo a causa de su utilizacin abusiva en flosofia y en literatura. Estas precisiones preliminares nos permitirn penetrar ahora ms adelante en el universo semntico para buscar aUi nuevos elementos definicionales.
c)
LA CONSLDERACIN EMP~RICA
DEL
UNIVERSO
INMANENTE
mentos de significacin. en la medida e n que formen parte d e las categm'as smicas. y, por consiguiente, en la medida en que se dispongan en estructuras elementales de s i g d c a a n . Podemos decir entonces que esas categoras smicas constituyen un conjunto : el concepto de nivel que hemos utilizado no hace sino constatar la divisin dicotmica de este conjunto en dos subconjuntos, designad dos respectivamente como niveles semiolgico y semntico.
160
Semntica estnrdural
El trmino conjunto no nos compromete en nada y n o hace otra cosa que atestiguar en cierto modo la constante de nuestra ignorancia. En efecto, es porque n o sabemos si las categoras s, micas estn todas organizadas en sistemas smicos, ni si estos ltimos son cwxtensivos por relacin a los rdenes (los rdenes o& tivo. tctil, etc., del nivel serniolgico, por ejemplo), ni. halmentei si los rdenes constituyen o no constituyen el sistema de los si* mas, por lo que decimos que el orden smico es un conjunto d e sistemas y que el nivel serniolgico est constituido por un conjunto de rdenes smica, indicando, gracias a esos trminos de mden p nivel, los escalones jerrquicos e n los que suponemos que se sitiid los sistemas smicos. Slo los anlisis smicos ulteriores permitirn decidir acerca del modo d e articulacin estnictud de 10s rdenei y de los niveles. Tal &ra ser la solucin prctica provisional del p b l e m a dd la organizacin interna d e los niveles del universo inmanente. A vechamos sin embargo la ocasin que se nos presenta para poner en guardia a los semntica contra esta nocin d e conjunto que parece gozar actualmente, en cierta medios lingticm, d e uir prejuicio que le es favorable. Sin negar su v d m operatorio. habra, sin embargo, motivos para subrayar ni carcter d e formulacin p visional en el procedimiento global del anlisis: el concepto-de inventado, por ejemplo, que es solamente una variante terminolb gica de aquella nocin. si por una pane e s til para delimitar una clase que nos proponemos analizar antes d e su reduccin a sistema otra llegar a ser peligro= si (o a varios sistemas). puede constitucin se considera como la ultima ratio d e la descripcin? Otro tanto cabra decir de las estrudura concretat que algun& gustan de oponer a veces. en ~ ~ i o l o g ia r .las e s t n i h r m a b s t r d ) es decir, sistemticas.
'A
161.
d)
SISTEMAS Y MORFEMAS
...
---
I62
Non:
es el ser inmnentes -aun es siempre morferntica : la estructura Y la segn veremos, la proyeccin de 10 sirte actantes en el enunciado es, Jobre lo morfemtico; Y, a la inversa, la utilizacin wonhmica frecuente del morfema corpr u c u e r p g , por ejemplo (d.Lvi.Stauss), nos obliga a considerarlo como un modelo inmanente.
163
'
un Po dir E~~~~ cmsidenciones pemiten f m u l l r de ,into la desniCin de los niveles c o n s t i t ~ t i v del ~ univeno inmaO
riente:
dirse 10s elementos de la percepcin del mundo para mani, festar 11 significacin. Una "concepcin del de este tipo no es absolutamente necesaria para la construcci& del lenguaje dexn~tivo. Nos bastar con decir que la reunin de los universbs irunanentes : semiolgico y semntica, constituye la manifestacin del contenido como tal. Ahora bien, para que una de ese se realice plenamente, es necesario que se superen dos etapa% que se realicen dos condiciones:
organizacin estmcturd *a mespera d e que considendos c m 0 estructuras morfemti+ .,ida, stm deben ser car constiniidas por categ&~ y s i s t e m ~ smica. El univem in+ por tuito, dividido en dos niveles -emiolgico y manente definen cada ni'e1 en su semnticp, c u y a constituti~O~, tot$i~rd, identifican con uno de 1% dos t m i n a de la
Es necesario que haya reunin de los dos niveles, es decir, que s e establezca una relacin entre un mnimo de semas pertene, tientes a 10s niveles diferentes, prduciendo as la combinacin de elementos heterogneos. Nosotras reservamos para esta junc;n el tmino ~ n i f e s ~ c~is ~ tr, in~iend de o .este su sentido.
necesario que las combinaciones de contenido de este modo vayan a encontc m el plano de la ex, presin*Para h a h r en 1 combinaciones patalelas y no isomorfas de la expresin. constituyendo as, par su presupicin recpr<xa, la manifestacin lingstica propiamente dicha. Diremos que se trata en este caso de la manifestacin de la significacin bajo forma de discurso, que hace aparecer el contenido corno una sucesin de efectos & sentido.
Obtenidas
'.
Es
godarnetasmica articulada en
extemceptividad v s interoceptividad
tmtado a aplicar a L Uno % aCabU"M d e establecer. h distincin rrmiolgica y *-tico, del contenido. Y de he hjelmsleviuia enm fama y ya hemos natado de hacerlo, a u q u e conscientes de su cari opratorio: situndonm en ei plano e relativo, Y, pr entonces de& que la substancia del mo16gico, nido corUtiuiye teln de fondo, articulado en un reduci muo de catcgo~a espintu humnno, sobre 4 cual vienen a
de 10s nivel
; : t .
Nos Parece que la descripcin paralela del plano de la que lo concibiera como la juncin de la forma y de la substancia de la expresin* al no exigir, por esto, ninguna realizacin fisiolgica de los fonemas y al no Producir ningn "efecto de sentido" auditivo, darla cuenta, de manera satisfactoria. del lenguaje ]lamado interiot.
Nos vemos llevados as a considerar por separado las dos condiciones necesarias de la manifestacin de la significacin.
1. La articulacin simultnea de los dos del contenido y de' la expresin, constitutiva del discurso, como una definitiva. no plantea pmbIemas rericor B ~ ~ pues ~ ~ ~ ; ,
164
Semntica estructural
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con dejar para ms adelante el examen del conjunto de las condu. siones de orden semntico que conviene extraer. 2. La manifestacin, definida como combinacin de semas heterogneos, plantea el problema, ms general, de las relaciones i n a tersmicas. a) Parece normal considerar que la relacin que fundamenta, .;, por la reunin de los niieles semiolgico y semntico, la m a n i f e ~ .? tacn del contenido sea la d e su presuposicin recproca. En lea. .@ lidad, la cuestin se complica debido a la existencia de relaciones %eJ ,$ lezicalizadas, tales como las que hallamos en nuestra lengua, par $ ;. ejemplo, bajo forma d e conjunciones (y, o) o de adverbios relb a $ ! cionales (ms o menos), etc., a las cuales hay que aadir todas las lexicalizaciones realizadas o posibles de clasemas (conjuncin, s u b .a $ tantivo, etc.) o de grupos de clasemas. Dicho de otro m d o , la manifestacin de metasemas o de clasemas no implica necesariamente la presencia de elementos rmiolgicos. Nos vemos, pues, obligL dos a reconocer la existencia de dos tipos de unidades manifesta; das : sememas, producidos por la juncin de los semas d e niveles % ;. heterogneos; y metasememas, que manifiestan slo las combina. ,,g/ w ciones clasemticas. Este reconocimiento d e dos tipos estructurales de sememas, en lugar de destruir, no hace sino confirmar el postulado de la presuposicin recproca de los semas nucleares y d e los clasemas en el proceso de la manifestacin. Los sememas constituyen, en efecto, el plano fundamental d e la manifestacin, al que cabe identificar con la lenguaabjeto de los lgicos. Los metasememas no se sitan en este plano: lo presuponen, por el contrario, presuponiendo al msmo tiempo el nivel semiolgico. Diremos, pues, que la relacin que se estabIece, en e1 momento de la manifestacin, entre los niveles semntico y semiolgico ~3 la de la presuposicin recproca, condicin necesaria p a n la c o m titucin del plano fundamental de la significacin. Los planos se* cundaros, por el hecho mismo de presuponer la existencia d d
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fundamental, pueden comportar unidades que manifiesten slo las combinaciones clasemticas. b ) La naturaleza de las relaciones entre semas pertenecientes a un mismo nivel inmanente plantea otro problema. De las tres relaciones fundamentales que hemos reconocido, parece y un que cierto nmero de anlisis parciales as lo han confirmadsolamente la relacin hipotctica puede tenerse eri cuenta para interpretar la organizacin interna de los sememas. La relacin d e conjuncin, en efecto, se manifiesta, segn hemos visto, estable. ciendo las equivalencias, totales o parciales, entre sememas y clases de sememas y da cuenta del funcionamiento metalingstico del discurso. La relacin de disjuncin ha de ser asimismo excluida del instrumental descriptivo del semema: solamente la disjuncin smica permite dar cuenta de la diferencia d e sentido entre dos sememas cuya organizacin smica sera por lo dems idntica. Admitiendo su existencia en el interior del semema, nos vermos obligados a renunciar al anlisis semmico del texto y a volver al procedimiento lexemtico que hemos rechazado. El lexema es, en efecto, un modelo de funcionamiento. y n o una unidad descriptiva del contenido.
la no
La simple oposicin de la inmanencia y de la manifestacin no basta, segn vemos, para definir los dos aspeaos complementarios del universo semntico. Tan pronto como cesamos de identificar la manifestacin con el discuno y d e considerarla como "encarnada" en las secuencias fnicas O grficas, el universo inmanente y el uni. verso manifestado aparecen como dos modelos comparables, que dan cuenta, de das maneras distintas, del mismo fenmeno. Los dos modelos estn bien caracterizados por su organizacin interna diferente, lo cual. no impide que constituyan una especie ,de vasos comunicantes: el universo inmanente puede ser reconstnido a
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partir de la manifestacin; sta, por su parte, debe poder dedue cirse del modelo inmanente. A las reglas d e constmccin del unic verso inmanente deben corresponder reglas d e generacin del universo manifestado. En efecto, si consideramos al universo inmanente como un conjunto de categoras smicas, la manifestacin toma la forma d e la combinatoria d e sus articulaciones. Si la disposicin d e las categoras smicas es de orden sistemtico, las combinaciones semmicas de 8s. sus articulaciones sern de orden morfemtico. 4 Las reglas de construccin d e esta combiiatoria, que nosotros $? " ; hemos establecido ya prcticamente al introducir progresivamente una serie de restricciones, podran ?sumirse del siguiente modo: -y:, :$p I. El conjunto de las categoras smicas est dividido en dos F 3: subconjuntos : un subconjunto E. constituido por semas nucleares, .. .>. :, . y un subconjunto 1, constituido por dasemas I~.. r ..; < ,. , Toda unidad de manifestacin debe comportar por lo me- j) 2. .. . . nos dos semas. 3. Dos tipos d e unidades de manifestacin pueden combinarse : los sememas y los metasememas : a) Solamente la combinatoria deducida a partir del subconjunto I se constituye en un corpus de metasememas. b ) La combinatoria que utiliza los dos subconjuntos 1 y E constituye el corpus de sememas. Los sememas deben combinarse de tal suerte que por lo menos un trmino de cada subconjunto est presente en cada uno de los sememas. 4. Cada uno de los subconjuntos est constituido por categoras smicas binarias : sin embargo, en el momento de la manifestacin, cada categora binaria hace aparecer, debido a sus articulaciones posibles, seis trminos diferentes. Por consiguiente, a una categora binaria del universo inmanente corresponden seis posibles sememas diferenciados d e la manifestacin.
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Esta concepcin del universo semntico, para desembocar e n la praxis del anlisis del contenido, presupone una descripcin previa, al menos parcial, de los niveles semiolgico y semntico inmanentes. sta, a su vez, antes de ser emprendida, debe basarse e n consideraciones concernientes a la eleccin estratgica del escaln de profundidad ptimo que se ha d e dar a la descripcin. Hemos podido notar, a lo largo de las reflexiones precedentes, que el escaln elegido para la construccin de los semas depende de las dimensiones del corpus que ha de ser descrito: contrariamente a lo que podramos pensar a primera vista, a, cada arnpliacin del corpus corresponde una mayor generalidad de los semas y, por consiguiente, la disminucin de su nmero. El nmero de categoras smicas ser, pues, ms elevado si slo nos ocupamos de la descripcin de una sola lengua natural o de un solo estado sincrnico de dicha lengua. El nmero disminuir, por el contrario, aunque en proprciones bastante reducidas, si nos decidimos a postular un universo inmanente, que d cuenta de un gran nmero de lenguas naturales o de varios estados diacrbicos de una misma lengua. Si interesa por una parte situar la descripcin smica en un plano de generalidad elevado, y resolver al mismo tiempo, al menos tericamente, el problema de la comparabilidad de las lenguas -problema capital para todas las ramas de la lhgstica aplicada-, hay que tener asimismo en cuenta por otra parte las dificultades que amenazan aparecer al nivel d e la manifestacin semmica. A Ja simplicidad del universo inmanente corresponde la complejidad del universo manifestado, articulado en sememas : cuanto menos m mas combinables haya, tanto ms compleja y fastidiosa s e nos ofrecer la estructura morfemtica de cada semema.
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d)
Hay otra particularidad ms del universo manifestado que me. rece ser tenida e n cuenta: nos referimos al abismo q u e separa el contenido realizable del contenido efectivamente realizado, en tal o tal otra lengua natural. U n clculo. aun cuando sea slo aproximad tivo, muestra que un conjunto d e semas relativamente muy redu. cid0 es capaz d e producir un nmero considerable d e sememas, contabilizados fcilmente en millones y millares d e millones d e ejemplares Es evidente que ninguna lengua agota su combinad toria terica, que deja un margen d e libertad m s q u e suficiente para las manifestaciones ulteriores d i la historia. C. Lvi~Strauss h a visto bien que esta concepcin del universo semntico puede hacer desaparecer la contradiccin apqrente entre la clausura d e las estructuras smiales, limitadas en nmero, y la apertura d e la hi* toria e n la que stas participan. De un modo general, podemos decir por tanto que, si el modelo smico d e un universo es cerrado, su corpw d e sememas es, en cambio, ampliamente abierto. NOTA:Notaremos. sin embargo, que el carcter parcial de todo Corpus de sememas realizados no tiene ninguna incidencia sobre las dimensiories del conjunto smico necesario p a n .su descripcin. La dispersin de los sememas realizados en el interior del campo de la combinatoria terica debe ser tal que no se pueda intentar ninguna reduccin de1 nmero de las categoras semicas; antes por el contrario: el carcter incompleto de los inventarios amenaza ms bien con aumentar el nmero de esas categorias,
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U n o d e los caracteres sorprendentes d e las combinaciones smicas que constituyen los sememas es su desigual densidad: en
efecto, la combinatona puede producir sememas caracterizados por la presencia de dos articulaciones smicas solamente, d e la misma manera que puede generar sememas que realicen, en su seno, tre minos que representen una articulacin cualquiera d e cada una d e las categoras smicar La densidad smica de los sememas se escae lona por tanto entre dos polos, d e l o s cuales el primero comporta un mnimo d e dos semas, y el segundo el nmero de semas correspandiente a la suma de las categoras smicas binarias utilizadas para la descripcin del universo. La densidad. considerada corno una categora cuantitativa, puede desde entonces servir d e criterio de apreciacin del carcter ms o menos abstracto o concreto de los sememas As, independientemente d r la naturaleza semiolgica o semntica d e los semas que los constituyen. los sememas relan'n o velocidad sern considerados abstractos, en tanto que sememas tales como lluvia o estructura aparecern como concretos. La posibilidad d e evaluar el grado d e abstraccin d e los sememas nos interesa en la medida en que las variaciones de densidad carac. terizan todo desarrollo del discurso y en que podemos sacar d e ello conclusiones prcticas inmediatamente. Se nos dir quizs que esto es solamente un punto de vista terico acerca del funcionamiento del discurso. pero nos resulta difcil imaginar un destinatario desco. dificando y tratando de captar, para un solo semema, una estructura modemtica d e una veintena d e semas La abstraccin, es decir, el esfuerzo, que desplega el destinatario para seleccionar los datos transmitidos. para n o retener de ellos ms que lo estrictamente necesario, caracteriza, en nuestra opinin, el funcionamiento del discurso a todos los niveles: d e ella se vale, sea cual hiere por otra pacte el nombre que se le d, R.' Jakobson para explicar, en las primeras paginas d e los Fundamentals of Language, el funciona. miento econmico del cdigo y el carcter elptico d e la transmi. sin fonolgica. La abstraccin es ciertamente un empobrecimiento del conte* nido, pero es al mismo tiempo el precio que impone la comunica.
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f)
LAS INCOMPATlBlLIDADES
cin para garantizar la pertinencia d e la significacin transmitida. .,' E n lugar d e deplorarla, como hacen ciertos filsofos "concretos", hay q u e aceptarla como una necesidad ; tras haberlo constatado, slo nos resta alegramos d e que la abstraccin haga posible la con+ miccin d e las filosofas, incluso de las filosofas "concretas". Poco importa que los sememas estn ya lexicalizados con su ;: contenido abstracto, o que se los abstraiga,. es decir, que se los ; despoje, por la suspensin d e ciertos semas, de la demasiado densidad d e sus determinaciones Este rasgo esencial d e la comunicacin hace legitimo el procedimiento d e la simplificacin smica, ya estudiado en el momento d e la constitucin d e los sememas constfuidos: sta aparece como la simulacin de la actividad liigstica durante el proceso d e la comunicacin. Al procedimiento d e simplificacin, debemos oponer aquel otro, n o menos necesario, d e la complicacin. Nos hemos percatado, en efecto, d e que los micr&niversos semnticos muy abstractos, tales como e l lenguaje matemtico, n o lexicalizan en la manifestacin u n nmero suficiente de sememas, d e que 1;s sobreentendidos implcitos del discurso matemtico n o permiten pasar directamente a las operaciones lingsticas mecanizadas. Los lenguajesmquina, tales como el Algol lingstico, han debido ser elaborados para: d a r consistencia al discurso, para "catalizarlo". Los matemtico$ rusos encargados d e construir el lenguaje documental adecu llegado a las mismas conclusiones El procedimiento d e complica? :. .cin, aplicado al discurso abstracto, elabora a s un metalenguaje : que se acerca a la f m a l i z a c i n de cualquier "semntica", entendida e n el sentido que los lgicos dan a este trmino. La f m a l i z a c i n puede exigir, as pues, tanto las proc* : mientos d e simplificacin como los d e complicacin. NOse iden totalmente ni con el u n o ni con el otro.
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Si la combinatoria realizada en tal o tal otra lengua natural n o agota, por las razones que hemos invocado, las posibilidades tericas que contiene, su manifestacin se ve, adems, limitada por un juego d e incompatibilidades, que eliminan un nmero importante d e combinaciones semmicas. Dichas incompatibilidades pudieran ser d e dos tipos: formales y substanciales. I . Incompatibilidades formales. Recordaremos que Brgndal, procediendo a la combinatwia d e los seis trminos de su sistema lingstico elemental, para ver cul es el nmero posible ,de essistructuras distintas, lleg a la conclusin d e que, de unos 144. temas tericamente combinables, solamente 64 combinaciones eran d e hecho compatibles. Esto en realidad nos da solamente indicaciones concernientes al orden d e importancia d e las eliminaciones debidas a incompatibilidades : .nosotros nos situamos evidentemente en un punto d e vista distinto del d e Brgndal, al considerar esas mismas estructuras no. ya en inmanencia, sino en manifestacin. Asimismo n a parece difcil proponer por el momento reglas d e construccin en funcin d e las incompatibilidades. A ttulo indi. cativo, podemos sin embargo sealar que la manifestacin, por ejemplo, d e un semema que comporte el trmino neutro de una categora smica slo es posible si el semema en cuestin contiene ya, en calidad d e sema, el eje constitutivo d e la categora considerada. Del mismo modo, la manifestacin d e un trmino complejo presupone la existencia d e sememas d i s t i n t e que comporten los trminos "positivo" y "negativo" aislados, etc. Estos ejemplos muestran ya que las incompatibilidades no conciernen a tal o tal otro semema en particular, sino que por el contrario se encadenan las unas en las otras 2. lncutnpatibilidaes substanciales. Su determinacin plantea di6cultades empricas, y n o problemas tericos. Su solucin slo
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Semntica estructural
Organizacin
del
universo
semntica
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podr esbozarse en el momento en que las descripciones &micas, aun cuando sean parciales, estn efectuadas, permitiendo juzgar n o slo acerca d e la agramdticalidad o de la alezicdidad d e las combinaciones smicas, sino en primer lugar de su asemanticidad.
taconomas elaboradas, que el lexema unvoco se acerque al nico semema que recubre: incluso en este caso, los elementos clasificatorios que contiene ste desbordan necesariamente el cuadro lexedtico.
2 . Hemos visto que la base clasemtica abraza dimensiones sintcticas ms amplias que los lexemas, y que los clasemas slo pueden reconocerse gracias a constataciones d e diferencias d e formantes Iexemticos contiguos, reductibles ellos mismos a clases d e formantes. As pues, hay que entender por lexicdi~acin n o la reconversin del semema en lexema, sino su reconversin en lo que a menudo se l a m a la palabra en contexto.
111. EL DISCURSO
Hemos distinguido precedentemente los conceptos d e manifesta, i. cin y d e discurso, a los cuales corresponden dos fases reconocibles en el paso del universo inmanente a su realizacin: la manifesta. cin semmica d e los semas va acompaada necesariamente por la "puesta en discurso" d e los sememas durante la cual stos se unen a las articulaciones comparables del plano d e la expresin. ,-. Nos gustara dar a este proceso el nombre d e lexicdizacin, si I. f se pudiera aceptar, como sostienen todava gran nmero d e lin- B a: gistas, que l a integracin normal de los dos planos del lenguaje :j. opera por la juncin del formante, combinacin fonemtica, y del qL; semema, combinacin smica, constitutiva del lexema (o signo lind ':. gstico). Pero por desgracia ncl es este el caso: los procedimientos 'f. modernos d e la descripcin del cdigo lingstico, obligados a d e 9 '$: componer el anlisis e n mltiples series d e subprogramaciones, cada vez ms complicadas, dan ya una idea d e la complejidad d e codie .: ?, .!',. : ficacin del discurso. r. E n el mejor d e los casos el formante no recubre al semerna, .$p sino nicamente a su ncleo smico, garantizndole, por su o p *? $ 2 sicin a los otros fotmantes comparables su sentido negativo e, in- ,$$; ..e: directamente, su especificidad figurativa. Es posible, como ocurre $$; m el cax, d e los metasememas o d e los sememas pertenecientes a las $!. ,
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3. Por ltimo, el semema, al realizarse, puede casar con varios lexemas a la vez, sea debido a la expansin de su figura nuclear, sea porque se manifiesta bajo las diversas fonnas d e denominaciones o de definiciones. Por esto, el proceso de lexicalizacin se confunde con el d e gramaticalizacin. Lexicalizacin y gramaticalizacin son, pues, dos conceptos operatonos d e un manejo que slo es simple e n apariencia, y que, aunque tericamente distintos, se confunden, debido al enmaraamiento d e sus procedimientos. en el p e s o d e comunicacin que engendra el discurso.
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LAS SEPARACIONES DE LA E X P R E S I ~ N
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Semntica edructural
organizan'+ -
del universo s e m ~ t i c o
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table en la significacin, la sinonimia estaba excluida por definicin. demasiado Es en el campo morfolgico donde este o quizs simplemente mal formulado, se vio ~rirnetamente quebrantado: al analizar las categoras morfolgic;ilr, fue necesario reconocer que marcas diferentes (-S y -2 de lar plurales franceses, por ejemplo), pueden recubrir elementos de contenido idnticos, a condicin, siq embargo, de poseer distribuciones contextuales diferentes. Basta, por consiguiente, que una marca se realice dos veces, a . dos niveles estructurales diferentes -la primera vez, bajo forma de oposicin d e fonemas, la segunda, bajo forma de oposicin de segmentos fonemticos-, para que el efecto diferenciador d e la +mera marca sea anulado por la aparicin de una segunda sepa- ,' racin diferencial. As, en ciertas condiciones, dos marcas, al combinarse, pueden neutralizarse :
y una variacin redundante del plano de la expresin no ha provocado desviacin de significacin. La sinonimia es por tanto posible. Vemos que esta ampliacin de la nocin de separacin diferencial del significante introduce una libertad de maniobra apreciable en el anlisis del contenido. A condicin de situar las articulaciones diferenciadoras del significante a niveles distintos - e l nivel lint 'otra-, po. gstico, por una parte, y el nivel metalingstico, p demos sostener. sin traicionar por ello los fundamentos mismos de la lingstica estruct:iral, que el definiente lgico puede ser idntico al trmino definido. La afirmacin de la imposibilidad d e la sinonimia, consecuencia lgica de la necesidad de dar cuenta de la aparicin de la significacin gracias a las articulaciones diferencia. doras del significante, no es ya por tanto incompatible con la actividad metalingstica, que apunta. ms all de la multiplicidad de
las articulaciones, al descubrimiento d e las identidades, condicin necesaria para la puesta en orden del universo semntica. Quien puede lo ms, p e d e lo menos. Si tenemos derecho a postular como posible Ia identidad semmica, las condiciones d e la aparicin d e la equivalencia semmica, es decir, de la identidad de un cierto nmero de semas manifestados en xmemas pot otra perte diferentes pueden ~recisarsems fcilmente. Consideremm, por ejemplo, bajo este punto d e vista, el procedimiento de verifiacin d e los clasemas extrados de los contextos lexemticos. La unidad d e comunicacin sometida al anlisis compofta, pw una parte, el lexema cuyo ncleo trataremos de extraer, y, por otra, una clase d e contextos compatibles con ese lexema. Cuando pre* tendemos que una subclase de estos contextos posee un clasema en comn, postulamos, d e hecho, una cierta invariancia del conte* nido, 40. obstante las variaciones de la expresin, una identidad smica a travs de las separaciones d e significante. Para que tal pretensin sea legtima, es necesario que una nueva separacin diferencial, anulando el efecto de las variaciones observadas, pueda registrarse a otro nivel. Este otro nivel es la unidad de comunicaa n entera, y no ya solamente la subclase de variables contex. tuales. sta est constituida por dos formantes discretos: por la cobertura fonemtica del lexema y por la subclase cerrada de formantes contextuales. El carcter discreto y definido d e estos dos formantes permite considerar su combinacin como creadora de separacin d e significante ; la substitucin por un lexema cualquiera del lexema estudiado (a menos que se trate, tambin en a t e caso, de una clase conmutable) producir una separacisn de significacin. Nos hallamos as en presencia de dos separaciones de signific cante, de dos marcas, en suma, que se anulan mutuamente, autorizndonos a decir que la identidad smica, postulada a priori para h subclase de contextos elegida, es posible. En efecto, los anlisis del plano de la expresin no nos ofrecen ninguna informacin acer-
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C .
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del contenido del clawma postulado, como tampoco p m i t e n decir que S . O - x son.marcas d e plural, y l a ~ a l a d i n u del famalismo en lingstica hacen semntica, un POCO al modo de Monsieur Tourdain, sin saberlo. Esta insistencia en las reprcudone* a ~ G m e nvista impevisibles, que provoca, en el plano de la expresin, la a6rmacin de la d e identidades en el plano del contenido. puede pr rece, a algunas intil. Pero para nosotros se trataba de introducir en la reflexin lingstica. que considera que slo b conciernen. c m arreglo a uno de los postulados mis conmidos de Saussur~ las diferencias, el principio de identidad, sin el cual nin& aniisk del contenido sera posible. Se trataba en nuestm caso de mostrar que. en el plano de la expresin. nada se opona a la existencia de contenidos idnticos, formulados de diferente m a n e r a . Asi se ve consulidado el concepto de equivalencia, que, definido como identidad smica parcial. da cuenta del hncionamiento metaiingktko del discurso y autoriza el mismo anlisis semhtico.
'77 En esta perspectiva, podemos comprender muy bien que un cierto nmero de elementos del contenido sea sacrificado en funcin solamente del mantenimiento de la canversacin. para desempear esa funcin ftica, explicitada por R. Jakobson, y que cabra identificar con la funcin gramatical en su conjunto. Basta. en efecto. con que se organice. tras una eleccin operada entre las categoras smicas constitutivas de una lengua natural con criterios que no aparezcan d e modo evidente, un sistema secundario, caracterizado por un modo de funcimamiento particular y por una redundancia excesiva, para que la significacin manifestada en el discurso sea liberada, en parte al menos, de las necesidades de mantenimiento de la comunicacin. Considerar que la estructura gramatical es un sistema secun. dario por relacin a la manifestacin del contenido n o quiere decir que aqulla constituya un universo o un nivel inmanente aut. nomo: las categoras smicas que la cumponen no tienen nada de mPginaly se realiras en t d a clase de semernas. L .estructura p . matical es, por el contrario, relativamente autnoma al nivel de la manifestacin, en que un cierto nmero de semema, caracterizados por una densidad srnica relativamente dbil y dotados de for. mantes especiales, constituyen morfemas gramaticales, encargados de funciones translativas. Esta nocin de translacin, que tomamos prestada de Tesniere, explica bien el papel representado p los morfemas gramaticales que asumen los kxemas y, tratndolos como a 10s trminos-objeto de un sublenguaje, los transmiten, como el futbolista pasa el bdn a su compaero de equipo, con la ayuda de la redundancia gramatical. hasta el ltimo objetivo. que es el destinatario. La gramaticalizacin de la manifestacin sera una cosa excelente si las funciones de significacin y las de comunicacin fueran netamente distintas. Por desgracia, las estmcturas de comunicacin, digan lo que dijeren algunos significan, y las es, tructuras de significacin, conforme hemos visto. se disponen p x a comunicar : resultan de ah continuas distorsiones del discurso.
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La estructura gramatical as comprendida es doblemente redundante. Lo es por la repeticin de sus categoras morfolgicas por la isotopa debida a la iteratividad d e las clases que funcionan en abanico en el discurso. Y lo es tambin por la c o n . tinua repeticin d e los mismos esquemas elementales eh los cuales se modelan los mensajes. Sin embargo, debido a'que la estructura gramatical es al mismo tiempo una estructura significante, es creadora, en su funcionamiento, d e redundancias de un tipo diferente. Es redundante d e bido a la existencia d e los mismos semas e n los lexemas y en los translativos (la presencia de las categm'as aspectuales O modales tematiz& en las races y en los flexivos, por ejemplo), debido a la presencia d e los indices que subredeteminan, una vez ms, las clases gramaticales, debido a su sistema de derivacin, que vuelve a tomar y a utilizar los dasemas que definen las clases gramaticales l o s sufijos substantivales que indican los procesos ya establecidas ( verbales, por ejemplo). Este tipo d e redundancia constituye el pre. cio relativamente elevado del abono que paga la humanidad pq estar constantemente a la escucha d e las noticias del mundo. La eliminacin d e esas redundancias abusivas constituye una d e las primeras tareas del anlisis del contenido, tanto ms delicada pd cuanto la elaboracin del lenguaje descriptivo se sita entre los dos extremos que se han de evitar, y que son la simplificacin y la complicacin. La eleccin del nivel estratgico paa una descripcin: ptima se impone, en este c m como en otros, como exigencia prctica.
n e a s el modo de ser y Sera poco serio resumir en algunas l funcionamiento d e las estmctuas gramaticales. Tampoco preten-, demos nosotms captar objetivamente la compleja realidad gramatical, sino que lo que pretendemos es solamente lanzar sobre
la mirada inquieta de un semntica que busca el medio ms . simple posible de demoler las c~nstruccionesbarrocas de la p mtica. para poder observar mejor el desarrollo de la significacin que all se encuentra codificada. Desde este punto de vista, el edificio sintctico aparece como una constmccin sin plano ni intencin muy claros, como un en. maraamiento de pisos y de escaleras: los denvativos se hacen cargo d e las clases de races, transformando las "funciones" sintcticas a las clases gramaticales hacindoles representar papeles para los que no son adecuadas; proposiciones enteras son aminoradas y llamadas a comportarse como simples adverbios. A travs de estas translaciones mltiples la tarea del analista consiste en hallar el hilo conductor del discurso, en reducir esas jerarquas a un plano istopo de la cumunicacin. En efecto, la sintaxis, a pesar de esa aparente mezcolanza, asume una funcin esencial: opera una nueva combinatoria a partir de elementos constitutivos, que sern ahora sememas, una combinatona que produce mensajes que permiten formular dichos sobre el mundo en nmero prcticamente infinito.. Dados los elementos d e la combinatoria, la aportacin de la sintaxis consiste en proponer un-nmero reducido de reglas d e construccin gracias a las cuales los sememas se ven vertidos en algunos esquemas sintcticos elementales. El juego sintctico que consiste en reproducir cada vez, en millones de ejemplares. un mismo pequeo espectculo, que comporta un procew, algunus actores y una situacin ms o menos circunstanciada, est quizs falseado y no corresponde a la manera de ser d e las cosas en el mundo "real". Lo cual no impide que. gracias al simbolismo lingstico, sea nuestra visin del mundo y nuestra manera de organizarlo -nicas posibles- lo que nosotros desarrollamos as ante nosotros mismos por medio de las reglas sintcticas. z le plantea al analista es el de saber cmo El problema que s construir su propia sintaxis semntica, que reflejara, bajo forma
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de invariantes, el conjunto de los juegos sintcticos que se reprea sentan, como otras tantas variables, sobre escalones jerrquicos diferentes. Pues esta sintaxis continuar siendo semntica, pese a las ilusiones de los lgicos que piensan poder apear con formas sin significaci~.Estamos definitivamente encerrados en .nuestro universo sernntico, y l o mejor que podemas hacer es tomar cmciencia d e la visin del mundo que en l se halla implicada, a la vez como sigdificacin y como condicin de esa sign%can. La sintaxis semntica es por tanto inmanente a la actividad lingstica, y slo su explicitacin progresiva puede permitir el establecimiento d e los modelos de descripcin del contenido, en la medida e s que ese contenido aspira a mensaje, es de&, a dicho acerca del mundo o relato d e los eventos del mundo, exterior o in. terior. Podramos trazar desde ahora. algunas de sus lneas genv des: I . La actividad lingltica constructora de mensajes aparece en primer lugar como el establecimiento d e relaciones hipotcticas entre u4 pequeo nmero de sememas: las funciones, los actante* los circunstantes. ES por tanto esencialmente hdemtica y p a senta las series de mensajes como algoritmos. Sin embargo, una estructura sistemtica -la distribucin de los papeles entre los acd tantes- se superpone a esta hipotaxis y constituye el mensaje como una proyeccin objetivante, s ~ m d a d m de un mundo del que el destinador y el destinatario d e la comunicacin estaran ex. cluidos. m su parte. como la 2 . La actividad metalingstia. aparece, p bsqueda y el establecimiento de las equivalencias y, por consiguiente, como la manifestacin de las relaciones de conjuncin. Con la ayuda de equivalencias, es decir, de identidades smicas. conti truye los mensajes como complementos de informacin acerca del mundo, de tal suerte que stos dejan de ser simples redundancias y sirven, por el contrario, para construir los objetos lingsticos con la ayuda de nuevas determinaciones y de nuevas definiciones.
La actividad metalingiistiri. sistemtica en sus praedim;entor, d e x r n k a * P J r consiguiente, en la creacin de objetor, que son,
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en definitiva, estructuras rncq+emticas. -Vista -. en esta p n p c t i v a . 10s esquemas a lor que obedece nuestra actividad sintctica aparecen corno ,delos inmanentcr puesta a nuestra dispaicin para concebir y organizar nidos sobre todo bajo su f m a wmmica. conte.
LA DESCRIPCION D E LA SIGNIFICACION
1. MANIFESTACIN Y DISCURSO
no podemos considerar la categora en cuestin como metasmica: puesto que organizan la manifestacin en sememas, los trminos de la categora utilizada no pueden ser ya sino clasemas. La categora clasemtica, al servir de este modo para distinguir dos dimensiones fundamentales de la manifestacin, se establecer, por definicin, como universal: si todo semema necesita por lo menos un clasema para manifestarse, este clasema ser o bien el trmino 1, o bien el trmino E de la categora fundamental. As, utilizando la misma categora smica, pero aplicndola cada vez con un estatuto diferente, obtenemm una doble clasificacin, que n o es ni paralela ni contradictoria. Para tomar un ejemplo, el sema pesado (suponiendo que pesado sea un sema simple) es, en inmanencia, un sema nudear, es decir. perteneciente al nivel semiolgico definido por el trmino E ; manifestado e n dos contex. tos diferentes :
un saco pesado,
una conciencia
Tras haber propuesto, en el captulo precedente, el cuadro de una concepcin general del universo semntico que nos ha parecido poder ser captado sucesivamente como univerw virtual. como SU combinatoria manifiesta y, finalmente, como discurso, nos hemos percatado de que la manifestacin discuniva deba, a su vez. interpretase como una combinatoria d e segundo p d o . generadma d e mensajes. Es ante este nuevo a s p e m de organizacin d e la significacin ante el que es necesario que nos detengamos ahora. Parece, sin embargo, necesario introducir primero, al nivel de la manifestacin, la misma divisin dicotmica del universo semntic0 que hemos operado ya en el interior del universo inmanente, utilizando la categora "exteroceptividad" vs "interoceptividad". Las dos operaciones n o son empero idnticas. Concediendo a la categm:a dicotomizante su estatuto de meta'. sema, hemos podido clasificar los semas con arreglo a su origen presunto y distinguir d e este modo dos niveles smicos en el interior del universo inmanente. lnteresados como estamos, en este momento, en la clasificacin de los sememas y no ya de los serr.:~
pesada,
e1 sema nuclear pesado se combinar, en el primer caso, con el cla. sema E, y e n el segundo, con el clasema 1. Volviendo a la terminologa establecida tiempo ha por Am. +re, podemos designar con el nombre d e dimensin cosmolgica ya una isotopa, y a un inventario d e sememas que comporten el clasema E. Pardelamente, el nombre de dimensin nodgica puede aplicarse a una isotopa o a un inventario d e sememas caracterizados . por la presencia del clasema 1 Toda descripcin deber apuntar, pues, sea a la dimensin cosmolgica, sea a la dimensin nmlgica del contenido. La descripcin acabada d e la dimensin cosmolgica constituira una cosmm loga que agotara el conocimiento del mundo exterior. La d e 9 cripcin completa d e la dimensin nmlgica constituira, en las m i 9 mas condiciones, una noologa que dara por entero cuenta del mundo interior. Dada la inmensidad del universo sernntico, la
184
Semntica estructural
manifestacin de una dimensin, sea cosmolgica o nmlgica, y, a fortiori,su descripcin no pueden por menos de ser parciales Diremos por tanto que el universo sernntico es divisible en micm universos, cuyas manifestaciones corresponden a corpus de descrip cin limitados. La manifestacin parcial de la dimensin cosmol& gica ser llamada manifestacin prctica, y la manifestacin parcial de la dimensin noolgica, manifest&n mticd. Como, adems, '. Jos corpus que han de .describirse presuponen sea un locutor i n - h dividual, sea un locutor colectivo, las manifestaciones parciales m i s & mas se considerarn ya como individuales, ya como colectivas.
I
Habindonos preocupado, hasta ahora, por definir la manifei tacin como una combinaturia de sememas, hemos dejado a un lado el problema de su delimitacin. Al no ver en la actividad lingstica strido sensu ms que un desarrolo de relaciones hipotcticas no disponemos, por el momento, de ningn criterio para establecer las fronteras entre los sememas. Habiendo notado, por otra parte, la posibilidad de expansin de las figuras nucleares que rebasan fcilmente los lmites "naturales" que les ofrecen los lexemas (ejemplo: tete d'un canal), y habiendo puesto despus el acento sobre la equivalencia de las denominaciones y de las definiciones nos hemos visto obligados a renunciar a esa base de apreciacin relativamente estable que era el ndeo srnico vinculado al lexema. Plantear la cuestin de la delimitacin de las unidades de manifestacin, n o es solamente volver a considerar, mediante un rodeo, los problemas ya antiguos de la actualizacin del discurso y de la constitucin del mundo de los objetos, para con los cuales los lingistas han manifestado siempre una desconfianza a menudo justificada. Definir el semema como unidad d e manifestacin, es tambin echar las bases para una nueva combinatoria sintctica, de la cual seran estas unidades los elementos combinables. Pero decir que tal semema particular debe considerarse como una unidad, no es solamente atribuirle un dasema suplementario, el de "unidad", que transformara una jerarqua smica cualquiera, denominada "semema", en una estructura morfemtica poseedora de un eje c m n que dara cuenta de su captacin totalitaria; es tambin instituir el semema como clase, considerando el corpus de t d o s los sememas manifestados como constituidores solamente de una dase denominada "semema". Diremos, pues, que el universo manifestado, en su conjunto, constituye una dase definible por la categora de la "totalidad", y
$ .C
Al intrcducir en la manifestacin esta nueva divisin, no hacemos sino complicar, a primera vista. el desciframiento del d i s curso, que, siendo ya logomquico debido a la polisemia de sus : ' Jexemas y a la confusin de los niveles consecuencia del enmaraa. miento de las estructuras gramaticales. aparecer adems como una. sucesin desordenada de secuencias o r a prcticas, o r a miticas. En realidad, la institucin de estas dimensiones exclusivas significa el establecimiento de la isotopa fundamental, a partir de la. cual se harn las elecciones de l a s isotopas segundas que deteid minan las manifestaciones prcticas o mticas de los microuniversos;, As, por ejemplo, el sistema topolgico entero, tal como se haUa . lexicalizado en las preposiciones, los adverbios, etc., y que organizi : las diferentes deixis de la dimensin, se encuentra transpuesto, por la simple substitucin de trminos categricos, a un espacio "simblico" (que ilustra, de modo perentorio, nuestra reflexin a b de niveles, de dimensiones, y de isotopias).
"
;
186 Semntica estructural que esta categma. que proponemos concebir. siguiendo a Br~ndai,
Desi
~escn'pci& de la significacin
187
articulada en
discrecin
vs
integralidad.
t divide el universo manifestado, realizando. en el momento de k manifestad6n. uno d e sus trminos smicos, en dos subclases, C tituidas en el primer cato, por unidades discretas y, en el segundo, po. unidad& integradas. Colocndona al nivel de l a manifestacin d e lu ocurrencias, vemos que todo semema. sobredeterminado pot h presencia, en su seno. de1 clarema '*discrecin". se ofrece como un objeto unitario y produce. como "efecto de sentido". t idea de 46subrtan~a" -poco importa el nombre que se le dar .ms t a r d e . tn, la adjundn d e nuevas determinacimes clasemtic~: "c0&, "persona*', "imagen", "SmMo", etc. Vemos por otra parte. que todo emema, s comporta el clasema "integralidad", se prr~entd. como un conjunto integrado por deteminacione smicas El universo semntico, manifestado bajo forma de seniemas, en ic el caso d e ser considerado como .la clase de las clases apar como un universo sintctico inmanente, capaz de generar unid sintcticas mayores de manifestacin. Proponemm reservar el n& bre d e @nte para desipar la subclase de sememas definidos com9 .. &dada dimetas y el d e predicado para denominar los sememas : considerados como unidades integradas. La combinacin d e un predicado y de px lo menos un actante constituir de este modo una unidad mayor, pan la cual podemos reservar el nombre de m s a j e (que precisaremos, siempre que sea necewrio. como un
mensaje semntico).
la ayuda de determinaciones ms o menos integradas apIicables a los misma. Tal es el punto de vista de la Igiu tradicional. tai podra ser tambin la representacin de la actividad sintctica. captada del natural. en su funcionamiento hic et nunr. La p r r p P d V a m. bia, sin embargo, tan pronto como cesamos de considerar el mend saje aislado y nos interrogamos acerca de la significacin de una de mensajes. y nos percatamos d e que la actividad sintctica, situada en el interior de un Corpus. consiste. por el contruio. en instituir los objetos a partir d e los dichos emitidos sobre los atonte. cimienta o los estados del mundo. Diremos, pues, que a prio>i. en el cuadro del universo wmintico tomado en su conjunto. el predicado presupone al actante. pero que a postennm; en el inte&r de un microuniverto, un inventario exhaustivo d e predicada constituye el actante. Para complicar un poco la manifestacin sintctica, debemos introducir una divisin de la d a w d e los prrdicaddor postulrndo una nueva categora clasemtica, la que reaIiza Ia oposicin ''esta. tismo" vs "dinamismo". Segn que comporten el sema "estatismo" O el sema "dinamismo". los wmemas predicativos son capaces de proporcionar informaciones sea sobre l o s estados sea sobre los procesos concernientes a los actantes. De este modo, con anterioridad a toda gramaticalizacin, el semema predicativo, tal como se realiza en el discurso, recubierto por el lexema ir, en:
"
La manifestacin sintctica, organizndose d e este modo en mensajes, aparece como una nueva combinatda muy simple. c u p ~ reglas de construccin es 10 que se trata ahora de pieciilr. A P& mera vista, podramos decir que el funcionamiento del m a s * consiste en establecer primeamente objetos discretos, para propor* cionar a continuacin informaaones acerca de dichos objetos, con
comportar, en el primer caso, el clasema "estatismo" y, en el se. gundo caso, el clasema "dinamismo", Reservaremos el trmino funcin para designar el predicado "dinmico". y el de cudificacin p a n el predicado "esttico*'. y diremos que el mensaje, como combinatora de sememas debe comprtar, por una parte, sea una funcin, sea una cualificacin,
I 88
Semntica esttucturd
y. por o t r a . un nmero limitado de actantes, constituyendo la totalidad de los mensajes la manifes~cin sintctica de la ~ i ~ i f i c a c i n . NOTA:El problema de la articulacin d e los actantes. particularmente complejo, serd considerado d e nuevo ms adelante en su conjunto.
El establecimiento d e estos conceptos relativos a la organizacin de la manifestacin permite entrever ya los primeros pasos d e la descripcin: la eleccin de la irotopa -prctica o mtia- que se ha de dexribir, los procedimientos de delimitacin de los sememas y d e construccin d e los mensajes que se hrn de aplicar. Parece evidente que esta descodificacin semntica deber ser seguida por la separacin operateria de los mensajes dinmicos y de los mensajes estticos. La isotopia d e un texto que se ha de d e r cribir tomar as la forma d e un doble inventario d e mensajes. Los predicadas funcionales introducen en la organizacin de la significacin la dimensin dinmica. haciendo aparecer los micm universos semnticos como- constituidos por series de cambios que afectan a los actantes. Pero, dejando aparte el imperativo y el vocativo, que pueden aparecer como instrumentos lingisticos de accin sobre el mundo, los dems predicados son slo en realidad simulaciones de acciones, relatos de los acontecimientos del mundo. Como, por otra parte, n o sabemos por el momento nada respecto a estos relatos, como ignoramos incluso si estn lgicamente orientados, nos bastar con considerarlos como afabulaciones. De esta manera diremos que un inventario de mensajes dinmicos, dexbdificados a partir de una isotopia cosmolgica, constituye una afaabu1Mn plctica y que, a la inversa, la afabulacin ser mitira si la isotopa utilizada para la construccin de los mensajes es noalgica. Por lo que s e refiere al inventario de los mensajes caracterizados por la presencia d e l a sememas cualificativa, vemos que el micr*
189 universo que as se presupone aparece como el universo d e la c w tumbre y de la permanencia. El papel d e estos mensajes no puede sucesivas, el ser de consistir sino en aumentar, por dete-naciones los actantes a los cuales se refieren. Su inventario est constituido, en el fondo, por dichos deshilvanados sobre las cosas y las personas m s o menos familiares: nadie se asombre si proponernos designar con el nombre de radotages a este inventKio d e los mensajes estticos. Del mismo modo que las afabulaciones, los "radotages" pueden ser, segn la isotopa elegida, ya prcticos, ya mticos. Vernos, pues, que la manifestacin sintctica, ya sea concebida como una aabulacin, ya como un radotage, constituye, gracias a sus unidades, que los mensajes, esquemas estereotipados en los cuales se vierte.nuestro saber, concetniente o bien al hacer, o bien al ser d e lns "objetas sirnb6licos" que son los actantes.
~ e s c r i p c i a nde la
significacin
1 1 . LA MANIFESTACI6N DISCURSIVA
4)
Basta con observar la afabulacin prctica cotidiana para dis. tinguir en eia las grandes lneas segn las cuales se opera la organizacin d e la significacin en e l discurso. Si a una serie d e comportamientos reales corresponde, en el plano lingstico, una serie pa. talela d e funciones que los simulan, connotando as U D cierto hacer n o lingstico, un solo semema, tal como bordar por ejempIo, puede subsumir todo un algoritmo de funciones, apareciendo como la denominacin d e un saber h'uer. En un dominio totalmente diferente, el "radotdge" mtico d e u n La Bruyere, subsurnido con la ayudas d e un nombre propio d e origen griego y, por consiguiente, vaco de contenido, se revela, a partir d e la suma d e Ias cuaiifica-
190
~escn'pCr'n de k l significacin
191
'*carcter". La manifestacin dixuniva logra por tanto prcducir, ya sea de series funcionales, ya sea de inventatios cualifi. cativos, conjuntos organizados que rebasan ampliamente los lmites impuestos pot la sintaxis, y que, por el solo hecho de que son susceptibles d e ser denominados, se presentan como totalidades, es decir, como estructuras que parecen ser d e orden morfemtico en el primer caso y de orden sistemtico en el segundo. -5 Poco importa que estas estructuras estn denominadas desde hace tiempo (bmddr) (I que se las denomine en el momento mismo en que la secuencia dixuniva se ve manifestada (Iphis): podran asimismo permanecer implcitas, como posibilidades de denomink cin. Nos basta, por el momento, con poder registrar la existencia, en el seno de la manifestacin discuniva, de los elementos d e organizacin del universo semntico y con sealar que, a t a d o caracterizados por la denominacin, dependen del funcionamiento metalingstico de la significacin y son, o pueden ser, por ello, presupuestos por el dixursa Un principio de orden puede ser, por consiguiente, inmanente en lo que hemm designado como simples afabulactones o r d t a g e s : para la manifestacin discuniva, cuyas unidades constitutivas son los mensajes puede ser, en principio, postulado un universo d e la inmanencia en el que estaran situados los modelos que presiden a esta manifestacin y que la descripcin semntica tendra por tarea explicitar. . @ . .E +~'
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b)
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La manifestacin discursiva parece, a primera vista y de modo general, estar caracterizada por diferentes mudos de presencia de tales modelos de organizacin y por diferentes p d o s de su expli;, citacin.
I . En los casos favorables, la afabulacin puede presentarse como el algoritmo acabado de un saber hacer prctico o mtico, y el "radotage" como una nomenclatura, resultado de un saber prc. tico o mtico organizado. 2 . Ms a menudo, la afabulacin se manifiesta de un modo elptico y no presenta ms que dos secuencias algortmicas incom. pletas de una tcnica o de 'un mito; el "radotage", a su vez, es con frecuencia littico y aparece bajo forma d e sistemas taxonmica parciales, La descripcin tiene como tarea, en este caso, la de reunirlos subordinndolos a modelos que den cuenta del conjunto d e estas manifestaciones parciales, 3. Tanto la afabulacin como el "radotage" pueden aparecer finalmente bajo la fonna d e mensajes aislados, de carcter mtico, m el interior de una manifestacin prctica, o a la inversa. En estw m ,diremos que se trata d e lo mtico difuso en la manifestacin prctica, O de lo prddico difusoen Ia manifestacin mtica. Vemos de este modo, una vez ms. que el equilibrio de la manifestacin discursiva es precario y que el funcionamiento de una biisotopa, por ejemplo, en que cada mensaje pudiera ser ledo a la vez como prctico y como mtico, n o es ms que un caso e s pedal que se encuentra, ciertamente, en algunos gneros de afabulacin, tales como el cuento popular. M s a menudo, la manifestacin compleja est en desequilibrio: es o bien positiva, o bien negativa, En efecto, e4 la comunicacin cotidiana, por ejemplo, lo mtico slo se manzesta bajo su forma difusa, cediendo el pimer puesto a las preocupaciones prcticas. En cambio, en l o s casos del sueo o de la poesa, l o prctico soporta el desarrollo excesivo d e l o mtico y se contenta con una manifestacin difusa (ejemplo: la elabotacin secundaria d e Freud). Sera un error S e r i r de las insuficiencias de la manifestacin la inexistencia de los modelos. Las manifestaciones parciales -1it. ticas o elpticas- no dejan de presuponer modelos acabados, y ms adelante tendremos ocasin d e aportar ejemplos que lo c m h e n .
Setna'ntica estructural
192
193
Es posible. por otra parte, que tal modo de presencia est en d a . ,in directa con la preferencia que el locutor -individual o colectivo- concede a tal o cual tipo de modelo: pero es premturo hablar de esto. Finalmente, no ser tal vez intil sealar, por ms que ello panzca evidente, que la distincin de las dimensiones nmlgica y cosmolgica es de carcter muy general, y que la manifestacin disursiva, tanto prctica como mitica, se divide e n micmunivenas manifestados mltiples. Es necesario preverlo, para tomar precau; .. ciones en el plano operatorio: dado que varias tcnicas o va& .': ta.onomas pueden estar implicada. al mismo tiempo en un rol4 ! a :. texto, la descripcin no debe tratar de constniir, partiendo por;:; ejemplo de lo mtico d i b en la comLnkacin prctica, un i n i .y; g :a delo nico capaz de subsumir su funcionamiento. -3 3;
el mundo de las cualidades, esa especie de opaca en la que vienen a reflejarse innumerables efectos de sentido.
2, El universo manifestado est, a su vez, sometido a un m* delo, que organiza su funcionamiento combinando los sememas en mensajes: por consiguiente, es necesario postular una sintaxis inmanente para dar cuenta, gracias a una cornbinatoria muy simpk, de una tipologia de mensajes manifestados. Contrariamente al primer modelo, que, constituido por categoras de la signficacin, proporciona el investimiento smico a cada sernema particular, el modelo sintctico, construido con la ayuda d e categoras metasmicas, no opera con los sernemamu. rrencia, sino con los sememas considerados como clases, independientemente del contenido propiamente dicho que en eos se encuentra investido: La manifestacin de la significacin, al estar en relacin con dos modelos de interpretacin situados a niveles jerrquicas distintos, posee. por consiguiente, una doble artinJacin y se encuentra m e t i d a a dos tipos de anlisis, de los cuales el primero da cuenta de los investimientos smicos realizados en los sememas, y el segundo de la organizacin de los contenidos investidos. Como se ve, es la reflexin acerca de las condiciones de este segundo tipo d e anlisis y la bsqueda de los modelos que podran justificarlo lo que nos preocupa en este momento. N o disponemos, en el momento de comenzar, m& que del modelo sintctico para darnos una primera idea del modo con arreglo al cual es necesario concebir la organizacin de los contenidos e n el interior del universo manifestado. El modelo sintctico nos sorprende primeramente por su simplicidad, es decir, por el restringido nmero de elementos constitutivos del mensaje y, a la vez, por las dimensiones muy limitadas asignadas al mensaje en el desarrollo del discurso: as, cuando nos planteamos la cuestin ingenuamente, no comprendemos por qu la frase es la secuencia mxima del discurso en el interior de la cual se ejerce
de
dif cu.
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discursiva, no ser intil el que nos detengamos un momento p4ra/3. 2 tratar de resumir los resultados obtenidos. La descripcin del -.$
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verso ~ern,~o que hemos emprendido nos ha hecho apancer.>$,:-$j ste como smceptible de ser interpretado con la a p d i de dos +,5 delos d e carcter general, el primero d e los cuales da cuenta de manifestacin del contenido. y el segundo de la -niracin d? , , contenido manifstado. .' > .:.
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I . El universo inmbnenk -ste es el nombre que hemos .:y; dado a este primer model+. del mal solamente est p p u u t a , uiomtica, quedando por d e ~ l i b i rlas artidaciwes Semics. ha .ido postulado como *paz de dar cuenta del universo manifestad4 .:, 'El as manifestado es, por su modo de existencia, una ir combinatoria de sememas: por su modo de apariencia, constituye ,;
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194
--Semntica
estructu~d gracia bajo graclx a sus aarticulaciones hipotcticas, del cmtenido manifestado
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Dejando provisionalmente a un lado los problemas concernientes a la estructura interna de los microuniversos. podemos utilizar ya, en esta fase, las informaciones relativas a !as diferectes formas de manifestacin de que disponemos, para proponer una pnrnea clarificacin de estos univerjos, basada en los criterios de m a n i f e ~ tacin. As, hemos visto que los mensaje- situados en una isot* ~ cudquiera. a deban ser clasificados e n dos inventarios separados: el de los mensajes funcianales y el de los mensajes cualificativos. Diremos que el primer inventario constituye la manifestacin di> cursiva del microuniverso -e se refiere a un modelo funcional. y llamaremos atrdisis funcional al analisis que da cuenta de este modo de organizacin. Lo mismo sucede con el segundo inventario d e mensajes: como manifestacin dixursiva de un micrw universo que es. puede interpretarse con ayuda de un modelo cuaIiicativo, y los procedimientos de descripcin utilizados a este efec-. to tornarn el nombre de undisis crudificativo. - . i'odemos precisar despus que el anlisis que apunta a explicitar los mcdelos funcionaIes, cuando se haga a partir de la inanifestacin prctica. dar cuenta de los microunivems t~cnolbgicos; cuando trate de describir la manifestacin mitica, har aparecer los microuniversos ideolgicos. Por otro lado. los modelos cualifica. tivos, en la medida en que subtienden Ja manifestacib p'ctica, dan cuenta de los micmuniversos cienticos; operando a partir de la manifestacin mtica, explicitan los microuniversos axiw lgicos. As pues, considerando las microuniversos semnticos ya como inmanentes. ya como manifestados, y distinguiendo dos tipos pnn.
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196 -
DI
Hasta ahora. h e m a considerado 1 s rnen.ajes 7 10s i n v e n t ~ i o s =lamente d e d e un punto de vista simplScado Y prcia1. tomando consider3cin dosus predicador D e e suerte. u" inventan' de rnensajs funcionales se nos ha revelado Como un a l g o n m o de funciones, es decir, como una sucesin de funcionu vistas d e un yntidO : asimismo, un inventao de mensajes c u a c a t i v o s nos ha parecido cOnstituti~O d e una &se de deteminaaones 9F. aunque sucesi~ase n apariencia, obedecan a YR d e orden. que poda transformarlar en t a x m o n ~ . DGPUCShemos propuesto d. modelos --CUY' simplki&d a m c m r a l 6 la parece seguro y que 1 0 anlisis ~ ulteriores deben lo nico que hacer cxp\icito+- caracterizados p dos tipos de disposicin Z f i tintos: unos son d e orden algariunico e implicao. por ello. una coniecucin de funciones: los otros, que son de orden clasificatorio, basados en relaciones d e conjumin y d~ diduncidn. Una hiptesis de este tipo co"tuye e1 cuadm. t d vez provision&
1
i
que permite e m ~ r e n d e r la descripcin d e los contenidos en el interior d e un microunivetso semntico dado. La simplificacin del problema reside, sin embargo, en la puesta entre parntesis d e los actantes d e mensajes. En efecto, una sucesin de mensajes slo puede considerarse como un algoritmo si las funciones que en l se manifiestan son todas ellas atribuida a un solo actante. Lo mismo sucede con los mensajes cualificativos. que n o s e constituyen en clase ms que en tanto en cuanto comportan las determinaciones d e un actante nico. Es necesario. por consiguiente, volver a considerar el problema, teniendo en cuenta la complicacin que introduce en los mensajes, y e n los inventaries de mensajes, la pluralidad de los actantes. La relacin entre actautes y analizada un momento al estudiar Ia construccin del mensaje. nos ha parecido ambigua, Si, en efecto, al nivel d e los mensajes tomados individualmente, las funcicnes y las cualificaciones parecen deber = atribuidas a 10s actantes, sucede l o contrario en el nivel d e la manifestacin discursiva: vemos que tanto las funciones como las cualificaciones son en este caso creadoras d e actante& y que los actantes son lamados ai a una vida medigstica por el hecho mismo d e q u e son representativos, e induso se dira q u e comprensivos, de las dases d e predicados. De ah resulta que los modelos y cualificativos, tales como nosotros los hemos postulado, estn. a su vez, dominados por los modelos de organizacin d e u n nivel jerrquico superior, es decir, por los m d e l o s actanciales. Precisaremos, por consiguiente, de la manera siguiente el doble estatuto d e los actantes: como contenidos investidos, los actantes son, d e hecho, instituidos por los predicados en el interior d e cada microuniverso dado: como subclases sintcticas son en cambio, d e derecho, anteriores a los predicados, consistiendo l a actividad dixursiva, conforme ya hemos visto. en la atribucin d e propiedades a las entidades. Es, pues. necesaria una categon'zacin d e los actantes, es decir, una divisin de la clase "actantes" e n
funcional?^
~ e s c r t p i nde
I$
la s;gnificacin
sujeto vs objeto. destinador vs destinatario,
Semntica esttucturd
=e
subclases de actantes, que d cuenta d e su ~luralidad; una vez constituidos en categoras, podrn proporcionar los cuadros estructurales que permiten organizar los contenidos extrados gracias al anlisis ~redicativo efectuado en el interior d e los microuniversos manifestados,
interpretando, cuando sea necesario, por el sincretisino categrico todo cmulo eventual d e actante5 As, por ejemplo. en el enunciado
Eva da una man~unaa Adnn,
Sera presuntuoso, en el estado actual d e las investigaones, pretender decir nada preciso sobre las categoras que organizan la representacin del mundo d e las significaciones en forma de o p siciones y d e conjunciones d e actantes, tanto en el plano del men. saje dixursivo como e n el interior e los microuniversos. En ninguno d e los dos terrenos en que se ha planteado -pinser en las const~cciones d e las sintaxis lingiilticas y lgicas-, ha recibido e l problema solucin satisfactoria. NO trataremos pues por n u e s tra parte, ms que d e abrir u n "dossier" para verter en l algunas sugerencias y fonnulaones preliminares. Los anlisis parciales que se esbozarn en los ltimos c a p i d o s constituyen tambin solamente unos primeros pasos pragmticos hacia la resolucin del mismo problema. La investigacin sintctica francesa. en la medida en que se atreve a atribuir un contenido semn~icoa los actantes (Tesniere, Martinet), slo propone una solucin empkica. en forma de un inventario de tres rctantes :
agente
el sujeto Eva es el punto de partida de una dob!e relacin: la ?rimera se establece entre Eva y ' manzana, y la segunda e n t r e Eva y Adn, siendo Eva a la vez actante-sujeto y actantedestinadar. - Otra sugerencia concierne a la distincin que hay que establecer necesariamente entre los actantes sintcticos propiamente dichos y los actantes semnticos. E n los enunciados:
Eva & UM m c m ~ a m a AZn
Y
Adn recibe una n t a n ~ m dr Eva,
vs
paciente v s
beneficiario.
sin cuidarse d e su articulacin categrica. sin inquietarse, por ejem$0, por el hecho de q u e el "beneficiario" n o presupone un "agente", sino un "bienhechor". Por esto, nuestra primera sugerencia consistir en articular Im actantes en dos categoras distintas:
las substituciones sintcticas d e los actantes no cambian nada por lo que respecta a su distribucin semntica. que n o vara. A lo ms, cabra decir que este juegc d e substituciones sintcticas sirve de punto d e partida a un penpectivismo estilstica (es decir, a la utilizacin d e los paradigmas d e organizacin de relatos en funci6n de l a actantes sintcticamente favorecidos por el escritor), que constituye una d e las dimensiones estilsticas frecuentemente explotadas por los movimientos literarios d e los ltimos decenios. U n fenmeno sorprendente, que merece ser subrayado desde ahora, es la concomitancia de las substituones: un destinatario slo puede ser transformado en destinador en la medida en qrie es efectuada al nivel d e Ias funciones una substitucin pualela q u e anula los efectos d e la primera. Esto equivale a decir que la distincin categrica que articula los actantes se manifiesta en dos
200
Semtitica estructural
Descripcin de la significacin Des nen con me( estr rels do1 ciac
201
puntos diferentes del mensaje y piicde establecerse tanto al nivel d e los actantes con10 a l d e las futiciotics.
g)
Esta iltima solucin es la qiie parece liabci sido elegida pol la sintaxis lgica, que sita al nivel de las funciories el problema de su orientacin. Para dar cuenta de las relaciones entre actantes se confiere e n sta a las funciones iin cierto contenido metasmicq conceptualizado bajo el nombre d e orietitmirz: as, en las p r o p siciones del tipo :
x estr por e n c i i ~ de y.
nen a ello. En lugar d e dar la forma del desarrollo sintctico a los contenidos semnticos. nos es necesario, por consiguiente, hallar l o s medios d e reducir la sintaxis a la semntica, y los eventos a las estructuras. Nos vemos por tanto obligados a guardar las distancias por relacin a la sintaxis lgica, que nos ofrece no obstante una metodologa ya elaborada. As piies, si nos hallarnos ante los dos enunciados : x est por encima de y e
y est por encima de x,
es la funcin (sea cual fuere la notacin simblica) 1,i que est en. cargada de determinar el cstatiito dcctico d e los dos actantes. L sintaxis, una vez orientada de este modo, permite hacer abstraccin del investimiento sernntico de los actantes (es decir, de los "nom. bres propia"), pero multiplica las difici~ltadrsal nivel d e las fun, ciones y las transfiere al nivel del cIculo dc 13s proposiciones. El camino que aqulla se elige dc este xnrv!o r c , i-intagmitico y .no taxonmico, y aparece como un lgebra eric.:ri;ada de controlar el mundo de las significaciones:en 12 nictliria r;i qiie ste se mani, fiesta en su forma factual y evcnirnen~i~l, Una semntica que tratara de imitar los - 6 ( ~ ~ e de l o sla sintaxis Igica acabara muy pronto en un callcj&n :l i salida. Al carecer de funciones de control, se perdera en 1; <i rripcin de la infinidad d e las aserciones ~ s i b l e s sobre los cvc r 1 : o s del mundo, He.i rs cal>al d e almar mos visto, con Bar-14illel. cluc i i ~ i i ! : i ~ ~ i riiriiioi~.i cenar todos los dichos sobre el riiirndo: ningiina ciencia debida. .mente constituida carga con el inventario d e los eventos: por otra parte, las condiciones objetivas en las que sc elcctian niiiy prolablemente la recepcin y la conservacin dc la significacin se o p
nos sentimos preocupados no slo la necesidad de formular las reglas de transformacin que permitan reducir las dos proposid ciones a un solo mensaje semntico, sino tambin por la necesidad de fijar, al nivel J e los actantes. el contenido smico de las funciones. En efecto, podemos decir que, de modo general, las mismas categoras smicas se manifiestan tanto en los actantes como en los re di cado s. As, d a actantes como
granero
vs
bodega
poseen las propiedades smicas "estar arriba" y "estar abajo", que dan cuenta, como predicados lexicalizados. de sus relaciones t o p lgicas recprocas. Una doble formulacin -topolgica y decticadel mismo contenido e s solameqte la ilustracin d e un modo de ser general d e la significaciri manifestada. En la medida en que e l anlisis funcional o cualificativo instituye los actantes, no hace ms que transferir, de algn modo, los contenidos semnticos d e la clase d e los predicados a la de los actantcs. Si existen, por consi* guiente, categoras actanciales d e carcter muy general, y si se ma. nifiestan, segn hemos visto, tanto en el nivel de las funciones como en el de los actantes, nos parece necesario darles una f o m u * lacin actancial y n o funcional : el contenido d e un microuniverso
202
Semntica estructural
Y&P~
que 10s nos, las como a categori tanteS sig-nifi~
~escn'p"~n e la signif;caci&
203
semntico, previamente descrito, podr as prrscntarse, bajo esta f-a, coma u n "espectculo" y no ya como tina serie de eventos.
h)
c A r E G o R A s
ACTANCIALES
El hecho ms sorprendente, en el funcionamiento d e las cate. gorias actanciales, nos ha parecido su carcter redundante: cada categora se manifiesta, en efecto, por lo menos dos veces e n interior d e un solo mensaje. Una primera vez, est presente, con u n o solo de sus trminos, en c ~ d a uno d e los actantes; y una s e gunda vez, se encuentra. con sus dos trminos a la vez, e n la funcibn que vincula los dos actantes As, el enunciado
PKrrc bat Paui "Pedro golpea
a
Pablo"
S,
del moda
categoras que deciden acerca de su estatuto en relaci6n a los ac. tanteS y que constituyen el mensaje e n cuanto acontecimiento significante, es decir, en cuanto espectculo del acontecimiento. Las categoras que hemos llamado adnciuies, porque nos han pa. recido, en primer lugar, constitutivas d e los papeles particulares atribuidos a los actantes. parecen ser al mismo tiempo categanas modales, tales como para dar un estatuto propio a cada mensaje. espectculo. La tarea propia d e la semntica, a este nivel d e re&. xiq metdolgica, se precisa: la semntica debe establecer, utic iizando estas categoras modales, uaa tipologia d e los modos d e existencia, e n la forma d e estructuras actanciales simples, d e los mictounivenos sernnticos, cuyos contenidos, descritos gracias a los procedimientos del anlisis funcional o del anlisis cualificativo (o de ambos a la vez), no constituyen sino variables.
+ 1:
(s
no
S)
A2 (110
S).
Vemos que nos hallamos aqu ante una relacin morfosintctica q u e ' se establece entre la funcin y los actarites "siiicto" y "objeto", y que e s una relacin homocate~6rica (o.s i rli~crrrrios,sep~'~ii ritiestra propia tenninoloi;ia. l~i~roriiiiiica) : .I~I,\L,.c O I I K " . I I ~.~~'tici<ii d e la categora manifestada ya rti sil ti>iaIi<l.l:i, y 2 cn iiiio de s ~ i s trminos. Observado desde este punto de victa. cl l i rii.qaje es solamente, en definitiva, la proyeccin d e la csr:irc:ilra :i~-r:ictital dc la signi. ficacin sobre los contenidos ya orgariizacios cn clases dc actantes y de predicados, es decir, de tina rstnictiira qiir. es jerrqiiicamente a las clases de sememas. Si los actantes, a 10s que precedentemente hemos definido como clases d e sememas discretos reciben & determinaciones suplementarias, en forma de metasemas
Establecer a este nivel el principio d e existencia d e modelos d e organizacin d e la significacin nos lleva ms lejos d e lo que ha. 1)aiiios credo 11 rotiiicnzo: rllo corisistc, eri efecto, e n postiilar la existencia dc las co~idicio~irs liii~iisticns del conocimiento del mund o y, por consiguiente, en examinar la posibilidad d e una epistemologa lingstica. Ya anteriormente, al introdiicir la categora d e la "totalidad", que nos pareci riecesaria para dar cuenta de la constitucin d e lx combinaciones smicas manifestadas en unidades d e significacidn -en actantes, objetos lingsticos discretas, y en predicados, tata* lidades smicas integradas-, confundimm a sabiendas la lings. tica y la epistemologa. E l i o nos pareci legtimo en la medida en
304
Setidtitica estrt~durnl --
~ e s c n p c i hde la ~ i ~ n i f i c d c i n
que toda teora del lenguaje puede x r considerada como una cmstruccin metalingstica y en que todo concepto metalingstico no analizado puede, por este hecho, ser vertido en el inventario epistemolgico jerrquicamente superior. El anlisis d e la estructura del mensaje nos obliga a ~ l a n t e a r el problema de un m d o un poco diferente. Decir que tina categora moda1 asume el contenido del mensaje y lo organiza estableciendo un tip determinado d e relacin entre los ol>jetos iingiisticos constituidos, equivale a reconocer que la estri!ctura del mensaje impone una cierta visin del mundo. As. la categora de la "tran. sitividad" nos fuena. p m as decir, a concebir un cierto tipo de relacin entre actantes, coloca ante nosotros a un actante como cargado de un poder d e obrar y a otro como investido d e una inercia. Sucede de idntico modo con la relacin entre destinador y destinatario, que parece no slo fundamental el cambio, sino tambin instituir, frente a frente, unos objetos de los cuales el uno sera la causa y el otro el efecto, etc' Silponiendo ahora que el nmero de estas categoras qiie organizan la significacin sea reducido y que sea posible una tipologa d c los espectculos as instituidos, tal tipolqa, basada en iiria dr:scripiln exliaustiva de las estructuras de los mensajes, cctis:itliira c! criadro objetivo en cuyo interior la representaciri d e loi; toiiti.:.:ili?.i, identificndose con los microiinivcrsos scmliiticos, sera la i'iriica variable. Las condiciones lingsticas para cl corii.n~iiiii~-iii~. i1i.I riiriii~lo se cii. contraran a formuladas. Se nos dir que esta manera de vcr I x co5.1~t:lene v a s con. secuencias prcticas sobre la descrilxi<;ii <iir I:i; ~;~,nificacioncs cm molgicas. N o cabe, sin cmbnrgo, d r r i r Ir, iiiisiiio ciiando se trata mticas, cxtreiii~dariicnte variadas, CUYOS de las anlisis, practicados por diferentes disciplitiac humansticas, parecen poco seguros, aunque slo fuera purqiie siis resultados, al no ser isomorfos, no son comparables. Mientras las categoras modales se, refieran slo a los predicados, 5u papel qiic<la limitado a la f m u -
1;icin y II control d e las juicios: otra cw sucede si las cmce. bimo como constitutivas de los modela, a I a v s r predicativa y actmciales. con arreglo a 1% cuales se organizan, porque no *e. den hacer d e otra manera, los microuniversca %&tic% El terreno de 1~ categoras mcdaiu est tm FO explondo que n o poseemos m k que muestras -ni siquiera disponemos de in. vmtaos- de 10s verbo. llamados "mdalu': muestras que, como Igico. varan d r una gramtica a om. PW esto, t d o cuuim pudiramos decir a este respecto d l o podr ser M b i d o , c m mu4 &a razn. con circunspeccin N u e d n p r k e a impuin es h de que, d e las d a categoras actancYes que hema e x t n p d a d o p ~ . tiendo d e h sintaxis francesa, y que re apresan por Iai opo ;iciones : sujeto vs objeto, destinador vs destinatario,
205
NOTA: Una pareja de circunstantes "adyuvante" vs "oponentemhar su aparici6n ms delrnte. surgiendo de un aniIisis concmo dd mento ppulai, Estaramos muy tentados de considerarla una rnodiiticiri del querer.
El acento que nos hemar visto llevada a poner sobre los menujes funcionales. que nos han permitido explicitar lar c a t ~ g o r u actanciales y proponerlas como modelos de organizacin d e micro-universos. no debe sin embargo hacemos perder de vista la e x k tencia d e los mensajes cuali6cativ0~ Podemos muy bien iniaginu
1
_
Scnlntica estructural ___-----
z o G
D E
manifestacin
ment dixursiva, sirvan solamente para describir 1 6 con, que tenidos &micos de los actantes que euos constituyen d e este modo* m " la orknizacin actaniid pmpiarnente dicha no Pueda y lxdo determinada ms que comando en consideracin 10s mensajes fund ,-ionafes imbricados en la misma manifestacin. Hecha du-fIente semc de mensajes cualiljcativos, la. inanifcstaciii diwursiva parece im* bfk p i ~ l e : un divurro de este tipo no h a h ms que marcar el p% sometido en a los riesgos d e agotamiento* amenaa F zado de ,-lausura. Vemos aqu quizs i ~ n d e las razones que iter impulsado a numerow>s'lingista~a identificar, ins o menos conscientcmcntc, dixurx> coi, e] plano siiiiay.!ilitico del lenf3raje*La ' na la 11 <Ir sil>i.i S! rxistr una manifestacin c<icriij,, Iilaniei .. ~, 1 1 i l ~ ~ i l i cII . C'. L.l<Q.1's cOild'ciOiies I,,,rarnCntc c ~ l a ] ; f i ~ ~ t i v a CS nomil* su tralls~li;~illi y <lii(: 1.1 ijllsiiilly"" que hacen iw nicacin. de ~1 caso lmite de este tipo d e manifestacin. si dejamos aparte ptolgicos d e la actividacl Iiiigstica. Parece estar los fa reprersntado por lo que se 11a:iia "la ~ m s i amodcriu"* Esta* en cc no ~l~ apunta A i-riciii~tlo a "abolir la sintaxis", es decir* : II? a disminuir tdo lo posil,!c el iiiiriic:ro dc :i~i:ri:\jcsiuiicionales* sino P ralntlil~, cl> a l k : i ~ r ? . d s : : ; - icalizaciones~conlo que aparece ., ..m pr~dolil~nio d e la un buen de nian;fcscaric~~i cc;!ililr l., ;.;.i;~.~i,ii: la i r a i ~ p i i prictica : iw>topia ~ ~ k ~ ; ~ i . ~ ,. al ,,,ninlo in2.isFnsab\r so\3:iic.;::i., ;-:,-,<c + ' ? l apoe~:, a pri~~lera , , vista, defillirse coil,o la i!1al1;(i,.;,.\(.i<'.:i ! i ; i i i i - - j ' i i ~ l i f i c . 1 1 ; " ~ a la vez. ..>:.l .. i>r..,.-. ;r se vc cii ella colni 1 En efecto, la deb;lic!acl ti-1 !:: ! : ; , ~ i : .:acin :xi*ica.. As. la i pensada dcsar:oj]o ' delimitacin de la manifestacin e:) stirlf-ni;;c Se Opera aqu en Provecho del plano &r;co, y 10s semfrnias pc:t~cos -ifflgenes, s i w bolos, sintaDmas y definicionts rnetafricilf-~- aparecen desde ese ctiyas frrinteras no corresponden moniento figuras del plaiio prictico. Si preferirnos las de las wrnemir
'
ya
207 el trmino f i g u r a a la expresin s e m ncgativoi, no es =la, mente Porque sus criterias demarcativos parezcan ms flexibles, sino que es tambin Porque, contrariamente a l o que sucede con la manifestacin compleja equilibrada, en que el semema es presen, ndo primero de aJ&n modo y sir've luego p a n 1- emplea prc, ticm Y mtico% en la manifestacin negativa los nficleos de los sememas ap3reccri casi como accidentes, como esos umateGaIes de b*cO"ge" d e q u e habla C. &vi-Strauy empleados nicamente potgue se encontraban all para .servir para otra cosa. uotra cm" es, d e hecho, la comunicacin potica misma, es decir, la iteracin de un cierto nmero d e categoras smica que, combi, ~~~d~ con 10s c1a~ema.s interoceptivo y p + ~ e p t i v o , conltintyen la isotopa polica. "I'VC~ Jc las figuras. cri CSLC gncro de manifestacin mtica, : Por una Parte, Ilcvati c n s los scrnas constitutivm de la imto~a &tica; por otra parte, sirven de relevos smicos, es decir* de lugar= en los que se efectiian las substituciones de &-,Os semas por Otros- Las equivalencias que as se establecen trans+ forman las smicas elementa!es encargadas, desde el de ]a comunicacin, dc 11 transmisin redlindante de los mensajes ticos s. en clases rinicas h ~ m ~ (vase ] ~ +a,~ d ~ ptulo siguiente). Las figuras mn, en efeao, jerarquas smicas: ciefOl P r ejemplo, lleva cn s entre otros, los elementos de "verticalidid", de ''1uz*'. dc "flilider**, L= rciacionei hipa tcticas semas que 10s constituyen en serrlemas se encuentran aParentemen:c trarisforinadas en relaciones d e : se trata de un fenmeno obsenudo y descrito tanto por C .~ ~ como P r G- Durand que !O designa por otra parte con el de isomorfismo. Tal transformacin, sin embargo, parece inconce. bible el1 el interior de un semcma: puede explicarse si consi, deramos la homologacin de las categoras smicas como el hecho IXinlario Y la estructura semrnica de este gnero de como secundaria, y si reconocernos q:ie la comun;cacin es
Desmipcin
de la ~ ; ~ n i f i c a c i ~
208 -
Senrntica estructurd
esencialmente la transmisin d e los contenidos smicos, sirvindose d e sememas como, por ejemplo, a otro nivel, el d i ~ u r s o cotidiano se sirve d e la estructura gramatical para la manifestacin del.con. tenido. La descripcin d e la manifestacin mitica, segn vemos, est lejos d e ser la descripcin del siiiibolisino "encarnado" e n los sememas. Pero reconocer as l a existencia d e los semas, desprendidos d e su contexto semkmico y dotados d e la posibilidad d e organizarse e n clases d e semas redundantes c ~ s t i t i i t i v o s d e la isotopa negativa, equivale a considerar las categoras smicas en cuestin como otros tantos criterios para una clasificacin d e figuras inventariadas e n eI. interior del metatexto dado. Es decir, qiie la coiii~iiiicacinpotica n o es e n realidad ms q u e la manifestacin discursiva de una taxonorna. Vemos q u e la descripcin d e los rnicrounivcrsos as iiiaililestados, a l poner en evidencia una lgica ptica, puede ya sea bastarse a s misma, ya sea desembocar en la construccin de un modelo cualificativo cuyos actantes-scnienias cstar.n constitiiidos, a partir d e ciertas figuras iterativas, por atril,iicioiics succs;vas dc las determinaciones smicas. El anlisis ciialificativo dcsciiiboca xi en la descripcin d e una cierta jerarqua, cuya ;irticiil:rin (a coridicin d e que se ponga entre parntesis Ia categoriri prt>i~rioceptiva "euforia" vs "disforia", q u e l e confiere sil carctcr axic>li;gico,y de que s e opere la conmutacin clascmtica, trai~formandola dimensin noolgica en c o s m o ~ ~ i c n a) o x distiiigiic rs~riictriralrnent~ en modo algiino d e .las taxonoinas cicntificas ---l>ot.iiiir.?sr zooll:icasanalizadas por C. Lvi-Strauss cri I,IL I'irt~.s<!c.lriiriIrige, y ~ U C son inmanentes, d e l mismo modo, en el plano d c la manifestacia prctica.
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1
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b)
LO I M P I . ~ C I . ~Y O LO EXPL~CITO
Es evidente q u e 10 que pcriiiite la descripcin cn forma de taxonomas de tales manifestaciones figurativas, es la existencia
de categoras smicas generales, que las soportan y las encurdran, aunque quedando implcitas en la manifestacin. La descripcin consiste, pues, en primer lugar, en su explicitacin y acaba en el' hacer evidente una "lgica concreta" (Lvi.Strauss), que subtiende la manifestacin figurativa. El trmino lgica, entendido como "manera d e razonar, tal y tomo se ejerce d e hecho" (Lalande); le conviene mejor por otra parte, debido a su carcter ms general, que el d e potica que propone G . Bachelard, cuando emprende la descripcin d e las categorias smicas espaciales utilizadas como elee mentos taxonmicos d e la manifestacin potica. En la misma perspectiva, hecha excepcin de las preocupa. ciones propiamente lingisticas, podemas situar ciertos trabajos de Roland Bartlies y de Jean-Pierre Richard. Es un hecho caracterstico el que Charles Mauron reproche a J..P. Richard, autor d e I'Universe iwjqind~e dc Mallnnn, la canfiisin de los dos planos de la p . sia y d e la metafsica. Sin quererlo, concede a l anlisis de.Richard un certificado de eficacia: es normal. e n efecto, que la descripcin de la manifestacin mtica permita extraer. a este nivel. los elementos de una axiologia explicitada. Se producc, piics, . consecuencia d e la descripcin, una traduc. cin d e los datos implcitos d e la manifestacin figurativa a un modelo explcito, formulado en un lenguaje diferente. Estas traduc. ciones pueden ser naturales es decir, realizarse en el interior d e una misma comunidad lingstica. sea en el cuadro de una sincrona: pasando de un microunivrrso manifestado (potica) a otro (critica literaria), sea en el cuadro d e tina diacrona: hemos uti. lizado ya precedentemente el ejemplo, muy aproximativo, de la filosofa presocritica, que se encarg de traducir las mitologas anteriores en "ideologas". Pero las traducciones pueden ser igualmente artificiales, es decir, descriptivas surgidas d e una voluctad metodolgica de explicitacin. El problema del modo d e presencia de 103 modelos d e organizacin e s por tanto al mismo tiempo el de la
2x0
Semntica estructural --
~escripcinde la significacin
21 1
jerarqua d e l a n i v e l a rnetalingsticor. Estos nivel~s. d e d e el los ~ siI:,iiit~iitr: punto de vista de la descripcin. s c r i i ~ 1 . El nivel imf>licito: toda minifestaciii. mitica o prktica, en l a medida e n que se desarrolla corno u n discurso, coniporta implcitamente sus propios modelos d e organizacin. 2 . El nivel p<ircialmmtc er~~liciio: ti1 rr el caso d c las tra* ducciones naturales, d e esas ideologas y dc csas metafsicas que, aunque formuladas d e manera a menudo n o figurativa al nivel de 1 . rnanifestacin sommica, conservan sin embargo implcitos los modelos a los cuales se encuentra sulmdin3da la manifestacin dis. cursiva. 3. El nivel expI0t0, al cual apunta la descripcin semntica de fa manifestacin. Es evidente que la formulacin d d c l a modelos. scan cuales fueen el nivel d e SU aprehensin y el grado d e SU abstraccin. constituw n u e v a ~ a n i i c s t a c i o n ~ tanto s. semmicas . .como discursvas. y las integra as en el mismo universo semntica.
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La actividad mctalingstica, caplada a1 rlivcl dc! funcionamien. t o del discurso, consiste, segn iici~ioiv i s t i , t.11 cl vaivin de las definiciones y de las denominacionrs. Lo riiisnio saccde can la cicniificJ, ~ U C considcrad~ , <I<:dr VI inguio iinguistico, comporta inccsantcr procediiiiicntos <Ir cIciici,,iiiicibn; Al coiinri~ir un ,modelo, ]a descripcin scriihntica iio p c < ~ ( [dc c 111do difcrente: utiliza el material lingstico disponible r! crea nuevos lexenias para denominar los focos de convergcncix dcfinicionales descubiert w Y se a m t r u y e as los trminos del metalenguaje d e ~ c r i ~ t i v o La . cUeain es saber cmo caracterizar estos trniinos denominadores. distinguindolos d e los semema ordinarios La dificultad para definidos. as como por otra parte la de preCiw el estatuto d c la manifestacin terminolgica en su con-
junto, no es propia de la lingstica exdusivamente: tornando ejemplo de! arte al que siicle Jlamarre abstracto y que. guardrdas todas las proporciones, se halla a la misma distancia d e la manifestacin pictrica figurativa que nuestra terminologa der criptiva d e la manifestacin antropomoda-, nos sentiramos ten* tados d e definir los wmemas dewriptons pa su dbil densidad y d e considerarlos como abstractos. Sin emhrgo, el concepto d e a b r traccin n o recubre todos los sememas considerados: si bien las funciones y las cualificaciones del metienguaje dewnptivo m a menudo abstractas, los actantes, por el hecho mismo d e que m constituidos con la ayuda de unas determinaciones pedicativas mltiples son, por el contrario, concretes. Otra posibilidad consistira en considerarlas concretos, n o slo siguiendo a C. Lvi*Stauss, que utiliza, segiin hemos visto, el concepto de "lgica concreta". sino tambin -y tal ver por las mismas razones- porque, muy a menudo, los semas a partir d e los cuales la denominacin se construye pertenecen al mundo d e las cualidades sensibles. Pero en este caso lo que hariamos seria intro. ducir un nuevo criterio -el que hemos utilizado para la delimitacin del nivel semiolgico- al lado d e la densidad smica. para definir la oposicin d e lo concreto y lo abstracto. Podra, adems, surgir una nueva confusin: liemos tomado buen cuidado de distinguir la manifestacin misma d e los modelos que contiene implcitamente: es la manifestacin lo que padriama. en ngw, considerar corno concreto. y 110 la terminologa que registra los elementos rnetalingsticos extrados. Contina siendo la expresin semenla no figurativo la que me. jor parece convenirle. En efecto, el paso d e uno a otro nivel de la manifestacin n o se efecta nicamente por la rarefaccin sc mica e n el interior d e los sememas, sino tambin por la disolucin de las figuras nucleares. La denominacin semntica, ya o p r e a partir d e las sememas figurativos, ya a partir d e las configuraciones contenidas en las definiciones, consiste e n n o retener, extraynd*
212
---
Semnticr; estrwiurd
~esm$cinde
signif~cdcin
213
los, ms que los sememas pertinentes, con n i i r s a la constniccin de los modelos. As, la descripcin d e la manifestacin potica abandonar, por ejemplo, las figuras granero y bodega para rete+ ner solamente los semas "alto" y "bajo", utilizados para la C O ~ L tniccin de los sememas axiolgicos -a los que no "denomi. riamos"-, tales como eirfwra dc la ultittrd y disJ&a de Ids profuni didades. Vemss aqui las razones de la preferencia de los lenpajes cientficos por las races rec cola tinas : sil empleo permite atribuir a los lexemas construidos mediante ellas unos coritcnidos smicos n o motivados, establecidos casi exclusivamente sobre la base d e definicimes anteriores. Considerando solamente la composicin interna d e 10s seme. mas, diremos, de maneta emprica, cliic la manifestacin cs n o figu. rativa si por 1.i prrsriic a <Ir i i r i ErSn ntl1icro t l ~ Wa memas n o figurativos
discursiva, es decir. en un inventario de menssjes. Vemos que una escritura blanca n a puede teaIizarse ms que a precio d e la aboli. cin del d i r u m . p r o que este deseo, muy explcito en ciertas formas d e p s f a . en vez d e desembocar en la isotopa simple, p.ov~% ~r el contrario. Ir aparicin de la manifestacin compleja negativa, es dccir, fuertemente camuflada, 2. El inventavio de las semen& discursivas.-La manifes tacin dirursiva, figiirativr o no, puede c o m v a r , y compara a menudo, en el interior d e un solo texto, modeloc inmanentec L a descripcin consiste, pues, a menudo, en la dislwacin del discurso lineal, que se encuenha as segmcntado en tantos in. ventarios d e mensajes como modelos que hm de ser de~critos hay. La manifestacin d i ~ u r s i v ade u n mictouniverso semntica es srl transfwmndn, tras ln dcscripcii,ii, cn t i ~ a jentqua d e mdelos. El discurso, cuyo carcter lineal dejara. a primen vkt; pever la formulacin algebraica, pide ms bien, una vez de&ts, una visue. lizacin geomtrica y pluridimensional. 3. La formalizacin. -La descripcin de& apuntar, por otro lado, a la formalizacin d e sus wmemas El concepto,de f-hi acin est bastante mal definido y se entiende d e diferentes ma. neras. Aplicado a la descripcin semntica, el e s h e n o d e famia. lizacin comprender esencialmente :
a la vez,
,
Entre la manifestacin no figurativa y el metalenguaje cientfico en el que aqliklla ser finalrnentc traducida. queda un cierto nmero d e etapas pw superar. 1 . La supresin del discu~so. -Sien&,. compleja toda mani. festacin, la descripcin trata de eliminar tina d e sus dimensiones para n o dejar subsistir ms que la icatopa slrnple. Que esta tarea n o es fcil l o miiestra claramc.nte c.1 hecho dc qiic toda exposicin cientfica. oral o exrita, por dcl->iir~(l.i < I I I C "a, c01111->0ria sien~prc ya una cierta cantidad dc riiido, ricccsnia siempre pata Iiaccr pasar la informacin, ya, por "1 contrario, clcriicritos elpticos, sobre.entendidos cuya amplitiid no es jams ni precisada ni i~niforme. De ah -deriva que la certidumbre de Tina isotopa simple slo puede obtenerse por la supresibn del dixurw: no basta que los sememas sean despojados de siis nclcus figurativos : es necesario tambin que cl discurso sea transforni;ido en tina manilestacin
a ) Un anlisis que tratc de reducir los predicados, en la me, dida de l o posible, al estado de semas nicos, quedando entendido que su manihstacin en lenguaje dcxriptivo 10s transformar en scniemas abstractos. que n o comprendan, adems del sema des. crito. ms que la base clascmtica mriima. en que slo estarn re. re sentadas las categoras pertcnccirntrs al inventario axiomtico de la descripcin. b ) La constitucin d e los actantes e n conceptos, entendiendo por "concepto" uri semema no figurativo concreto, definido por medio de tinos ,sememas abstractos ;
2x4
c)
Semntica
estructural
Descripcin
de
l a significacin
215
Dado que la d e s c r i ~ i nmisma elige el nivel de generalidad en q u e construye'sus semas y define sus conceptos, el valor de la nueva manifestacin semritica as formalizada slo podr ser determinado segn dos criterios que son intrnsecos al sistema: la descripcin debe ser coextensiva por rclacin a la axomtica que la ha hecho posible; el Corpus de las denominaciones descriptivas debe poseer una coherencia interna.
"ci~n~ Y regla d e transformacin de 10s modelos jdeo]g~os, podramm piever un da la posibilidad de construccin y d e esta. blecimient~de 10s m o d e b funcionalu. capaces d e dirigir a los individuos y a las colectividades hacia nuevas estructuracioner axo, It$ca. Una ciencia eficaz del h m b w pod& as substituir a los "ntem a c t w l a d e k s teraputicas pricolS;cas y miol(gicas.
El desigual desarrollo d e las ciencias d e la naturaleza y d e las ciencias del hombre. visible en todas 1 s etapas d e la construccin ., del metalenguaje cientfico, aparece as con una nitidez particular ' cuando se trata d e calibrar las posibilidades d e verificacin de la descripcin. La efiiacia d e las ciencias cosmolgicas consiste, es cosa sabida, en la posibilidad, quc por otra parte est lejos de ser 'absoluta, d e instituir la comunicacin entre los modelos cientficos y los modelos tecnolgicos, y de verificar as el valor de los pri- , meros por la solidez de los segundos gracias a la supresin de la '; establecer la eqiiivalcncia entre 10 que orietltacin, que nosotros hemos Uamado las catcgorias t e l ~ i ~ ! . ~y ic ctiolgicas. u por una parte, y las estructuras actancialc~por la otra. El problema, que aqu no podernos liarcr ms cluc evocar, es el de la posibilidad de volvcr. a parti:- c!c ici:, riidelos nxiolgicos c e nocidos y descritos, a los modelos i<leoi;;;iios : el cstaLlccirniento d e las reglas d c traiicforiii.~ciciric j t i r .ii~ic>ri/nrn este paso aiiadiria al de la coherencia un stgundo rritcrio (de verdad de los modelos nmlgicos. Pero juntamente con la posibilidad d e una verificacin se podra considerar tambin la posibilidad de una teraputica social , e individual: suponierido que los principales modelos axiolgicos de nuestro tiiiiverso sean ar~alizadosy descritos. siiponiendo asi* . mismo que se conozcan su&cicnteriicritc bicri los paraciiginns de Va* :
'
Procedimientos de descripcin
2x7
ciz lo!
de
a)
por desprender los elementos d e la significacin, y nuestras reflexiw nes sobre los modos d e existencia y d e manifestacin del universo
sernntico, alguien pudiera imaginar que la semntica apunta a la descripcin d e los vastos conjuntos significantes reciibiert~spot las lenguas natiirales. Sera iin error. En Iiii:ar, porqiic la dec. cripcin d e las significaciones conieiiidas en i ~ Iengfixs s naturales es el fin de. las ciencias hitrnan~sy la iin?iis:::.a no pcdra suplan. . . tarlas. Asimismo. po~qiie la li~i~iistica, .?iirir;iic rn sris aplicacro. ncs se vc Ilcvada a cnc,lt.,ar tal ( l r ~ , - r i ~ ~ ; ,n; o i i .l > i t r d ~ liilccr otra cosa qrie dividir rl rinivrrso sciiibrii I < i, ( v i , i i i i t .~iiiiivcrr~cis I)ilta I,iiscar e n ellos linos principios dc nr!:ari:ari\ii. I ..i ariihicin dc 13 semntica pudiera consistir a lo iiis eii cstal,l?-rc.rlos liindainciitos d e un metalenguaje descriptivo, y cn i1iven:a:-iar y iinificar, por otra parte, sobre bases comunes, los de descripcin d e l a significacin. Tratara d c ser a In vrz I ? r c s ~ a [ a t l ay prestadora. Los compartimentos estancos qiic rctiinlri~cnte reinan en las =iencias humanas hacen olvidar a ~ n e n u d o qiic todas ellas son cien-
cias de la significacin; el dejamiento d e los microuniversos d e los que estn limadas a ocuparse n o siempre permite percatarse d e que dichos microuniversos poseen, tanto en el plano d e su manifestacin bruta como al nivel de los modelos que las discipli* nas particulares elaboran para dar cuenta d e ellos, un gran nmero de propiedades estructurales y funcionales comunes. El semantista, por su parte, habiendo renunciado a la ficcin, durante largo tiempo mantenida, d e los vocabularios, fundamentadas y delimitados grac cias a criterios n o lingsticos, y, al mismo tiempo, a la posibilidad de describirlos en tanto que leiicologas, se vuelve hacia los domi* nios d e significacin aparentemente ms heterogneos: al afirmar su naturaleza lingstica comn, est en condiciones d e examinar el establecimiento d e correlaciones, hasta entonces ms o menos des* cuidadas o que haban pasado desapercibidas, entre los elementos, sistemas y algoritmos reconocidos en diferentes microuniversos semnticos, que autoricen la formulacin d e hiptesis y la constitua cin d e modelcs d e descripcin a partir d e las concomitancias estructurales parciales. . Este estado d e hecho confiere a la semntica su carcter abierto, adecuado para sacar provecho d e las adquisiciones ya registradas o de las descripciones fciles de realizar en diversos campos, pero a menudo inaccesible a falta d e un mnimo d e lenguaje comn. Es por esto pcr lo que la prewupacin que traslucirn las pginas que van a seguir no ser la d e llevar tan lejos como fuera posible, y como lo exigira el cstatiito de disciplina autosiificiente, el esfuerzo dcl Icngiiajc descriptivo semntico, sino, por el de fo~~nalizaciri contrario, la de formiilar los proccdiniientos de descripcin ms generales, ii~ilizablcs,al mciios en la fase inicial, en el mayor nmero posible de cainpos. Tal concepcin d e los procedimientos de investigacin y d e descripcin -las dos palabras son prcticamente sinnimas-, ccnsiderados como tina tcnica en vas de constmc. cin, permite el planteamiento d e una serie d e cuestiones inged nuas, del tipo: <qu hay q u e biiscar? <por dnde comenzar?
SI8
.-..
Se~nnticaestructural
-
(cmo proceder? Sabemos por experiencia q u e stas son las cuestiones a las que es ms difcii responder, y q u e es sin embargo as cmo se plantean al investigador. En efecto, hay a menudo una distancia considerable entre los piocedimientos prcticos del lenguaje interior a la bsqueda del objeto y del mtodo de investigacin y la presentacin deGnitiva de 1% resultados obtenidos. Sin descuidar esta ltima, que consti. tuye e n s misma .una etapa importailtc q ~ i cllcva a la formalizacin, nunca dewo&ammos suficientemente de las formulaciones demasiado apresuradas o demasiado generales, que se imponen tan, ta nis fcilmente por cuanto el caricter definitivo d e sil presentacin funciona mticamente, como un procedimiento d e connotacin aterrorizante, As, p o r presentar un ejemplo anodino, n o olvi, daremos tan pmnto nuestra sorpresl al hallar tan escasa lingstica, y una lingstica tan hgmentaria, e n los fundamentos d e la lgica simblica, fundamentos que sin embargo son altamente procla. mados como 1ingistico.i Finalmente, una ltima precisin : los medios d e investigacin, en el estado actual d e las invcstifiaciorics, conservan an su ca. rcter d e hiptesis aplicables en diferentes fascs d e la d e s c r i ~ n . Les falta 1.3 garanta del rendimiento opfratorio, que slo pueden aportar descripciones parcial~snurilcrcvq.
Podemos definir el c r n j ~ t cconin i i r i rnriji:irtn dc mcnsajes constituido con vistas a la descriIx;<;ri ric iin iiii~,li*lo liil~iiistico.Esta definicin, sin embargo, slo es simple en apariencia. En efecto, hemos visto que no podernos dexrihir iin rnodelo a n o ser que est ya in~~lcitarncnte co~itcriidoen 1.7 11>.?r>iJc.~t;lci(5n <lisc~~rsiva de un microuniversa sernntico. Constitiiir iiri corinis 110 significa, piics, simplemente prepararse para la dcscri t~;;ii, pues de esta elcccin
2x9 previa depende, en definitiva, el valor d e Ia descripcin, y, a Ia. inversa, slo podremos juzgar acerca del valor del co?>us una vez acabada la descripcin. La sobriedad y el n g o t lgico de la defi. nicin n o hacen, en suma, ms que enmaxarar el carcter intuitivo de las decisiones que el descriptor se ver llevado a tomar en esta etapa del anblisis. U n cierro nmero d e ptecairciones y d e consejos prcticos deben, por tanto, rodear a esta eleccin, a fin d e reducir, cuanto sea posible, la parte d e subjetividad que all se manifiesta. Diremos que u n corpus, para estar bien constituido, debe cumplir tres condiciones : set ueprescntativo, e z h a d v t l y homogneo. I . La uepresentatividd puede definirse coma la relacin h i p tctica que v a de la parte q u e es el c s a l a totalidad del dis. curso, efectivamente tealizado o simplemente posible, que aqul subentiende. La cuestin de la representatividad se plantea tanto para 10s corpus individuales como para los corpus colectivos As, e1 conjunto de los escritos conocidos d e Baudelaire slo constituye una parte nfima d e Ja totalidad d e las palabras efectivamente pro. nunciadas O "pensadas" pw Baudelaim. Incluso si suponemos que sea posible reunir todas las documentos conservadas relativos a la sensibilidad coIcaiva d e la sociedad francesa del siglo XV, tendre. mm que preguntarnos e n qu medida tal corpus representa todas las expresiones de esta sensibilidad. El cotpus es, pues, s i e m p parcial, y a'renunciar a la d w cripcin el tratar d c asimilar, sin ms, l a idea d e su representativi. dad a la d e la totalidad de la manifestacin. Lo que permite so9 tener que el corpuc, aunque sea parcid, puede ser representativo, son los rasgos fundamentales drl fiincionarniento del dixrirso a los quc se han dado los nombres d e redundancia y clausura. Hemas visto que t d a manifestacin es iteativa, que el d i s c u w tiende muy deprisa a cerrarse sobre s mismo: dicho d e otro modo, el modo d e ser del disciirso lleva eii si mismo las condiciones d e su representatividad. Dificilrnentc podemos hallar mejor ejemplo d e rcpresentatividad vrrificada a posterion quc el de las condiciones
procedimientos de descripcin
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S~ni~iitira estruclurd
en que fue publicado el Michelet de Roland Barthes. anterior en algunos aos a la edicin completa del Joitr>idL intime. Sin t-eciimir a las confidencias d e Michelet, su temitica personal le ~ a r e c i tan evidente al descriptor y fue tan inesperada para los eruditos que Lucien Febvre, depositario del fourndt fue inducido a garantizar la representatividad del corpus parcial utilizado para Ia duiripcin. 2, La eahaustividatl d e l corpus 113. d e concebirse, a su vez, como la adecuacin del modelo que se ha d e construir a la totalidad d e sus elementos implcitamente contenidos en el corpus. El principio d e exhaustividad fue considerado, a lo largo de todo el siglo xix -y todava hoy lo es a menudo-, como la c w dicin Jlne qua non d e toda investigacin hiimanstica. La imagen del pcdecto erudito va siempre asociada a csta coiisiderncin del principio de exhaustividad, y conocemos dciiiasiado bien los cst r a g a que este principio produjo, aun cuando slo fuera por la institucin d e ese monstruo que es la "tesis d e una vida", como Dan que n o nos creamos obligados a admitirlo sin tina crtica pievia. L. Hjelmslev lo ha inscrito, es cierto. entre los imperativos que condicionan la descripcin, pero lo hizo con iin cspritii radicalmente distinto, con e l fin de subrayar la ncccsidad del e~.iilibrio entre el carcter deductivo y el carcter indiictivo del anlisis lingstico. No es sorprendente el qiic ncl ,! rj:i:;i:,r:;ivi I!ilj', un ~ > i o todas partes, si existen medios ms ccnibriiico. , , t i c l>~idicrar~ Fcrmitir obtener las nlisn~asgaranti;is dc tid::iiii,!ii .i : . i a i~exrii>;.ii~ al Corpus que las que parece o f r ~ c c ri i I X / > - . ~ I ~ : I : / L ~ ! . El p~-ocediii-ln en dividi miento abreviado que cal,& prorxlncr . i.r;:.i-: . operaciii dc Jegripcin c11 os fascs '11: : :i!I : ; : a) En la primera fase, la descripcibn : i ' iirri;i iit~liz~nd solao mente un fragmento del Corpus, considerado corno reprcscntativo, y construyendo. a partir d e este segmento, un modelo con valor puramente operatono.
u
-procedimientos de descripc;n
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b) La segunda fase sera la de la verificacin d e ese modelo provisional. Dos procedimientos de verificacin no contradictorios, cuya eleccin depende sobre todo de la naturaleza del corpus que se ha d e describir, pueden distinguirse entonces: a) L a ueficarin por raturacik del m&lo (Propp, &vi~trauii).q u e consbte en comenzar con la segunda p r n e del Corpus y en proseguir sistemticamente la c o m p a n c i h entre el modelo y las ocurrencias sucesivas de la manifestacin. y eUo hasta el ag* tamiento definitivo d e las variaciones estruchirdes. 1 3 ) L a verificaci0n por sondeos (J.Dubois), que consiste en ele. gir, con arteglo a los procedimientos estudiados por los estadsticos (R. Moreau), un cierto nmero de porciones representativas de la segunda parte del corpus y en observar el comportamiento del mo. delo aplicado a estar porcionu de mmifenacin. El modelo puede de este modo ser confirmado, infirmado o completado. En las dos ltimas eventualidades, el anlisis deber reanudarse e n su totalidad y la operacin deber proseguirse hasta la conkmacia d e la legitimidad del modelo operatorio. 3. La homogenei&d del coipus parece depender, a primen vista -sobre todo cuando se trata d e cwpus colectivos-, de u n conjunto d e condiciones n o lingsticas, de u n parmetro de situa&r relativo a las variaciones captables ya sea al nivel de los locutores, ya sea a1 nivel del volumen d e la comunicacin. J. Du. bois. que se ha ocupado del asunto. pienr que la homogeneidad insuficiente del corpus puede corregirse mediante procedimientos de ponderacin (vase Teminologie l ~ i i ~ u i l f i q u p e ~ J . DUbois y P. Marcie, en le Frangnis modenle, enero. 1965). Si bien podemos admitir con l qire el acrccentaniielito del voliimcn d e las comu. nicaciones produce una "trivializacin d e las estnicturas", n o vemos en qu podra estorbar a la homogeneidad del corpus "trivial" esta transformacin cuantitativa de efectos cualitativos: la mani; festacin difusa de lo mtico trae consigo probablemente la neutralizacin de Lin cierto nmero de categoras smicas del modelo
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Sentntica estruttural
procedimientos de descripcin
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-esto est an por demostrar-, sin transforniar por ello la e& tmctuia ,misma, y el problema no nos parece situarse al nivel d e la constitucin del corpus, sino al de la eleccin d e los procedimientos de extraccin d e las informaciones, Por lo que se refiere a las variaciones debidas al locutor d e la comunicacin, los roblem mas de las separaciones diacrnicas (clase d e edad) o de los tipos do manis estacin (niveles culturales, etc.), que parecen no lingsticos cuan. d o se trata d e corpus colectivos, se enciientnn tales cuales en el interior del corpus individual: la iiiariifest.iciri discursiva d e un m10 locutor se desarrolla necesariamente wbrc el eje diacrnico; puede tomar forma figurativa ( p s a ) o no figurativa (temas estticas). En la medida en que la descripcin apunta, sea cual fuere la forma d e la manifestacin del microuniverso, a la construccin d e un modelo no figurativo y conceptual, el modclo inmanente mismo debe ser considerado indiferente a los modos d e la manifestacin. El problema d e las variaciones diacrnicas que, debido a la estabilidad relativa d e las estructuras sociales, podra scr resuelto por el procedimiento de la ponderacin cuando se trata de los cotpus c b lectivos, es ms complejo, por el contrario, al nivel de los corpus individuales: ms adelante volveremos sobre ello.
As comprendido. el procedimiento de transfmacin del cwpus en texto aparece'bajo dos aspectos complementarios: 1. U n aspecto positivo, que reside en la eleccin d e la isoto~ a .Esta eleccin, aunque lgicamente posterior a la constitucin del corpus. se sita en realidad en el interior de la praxis descriptiva: si es cierto que la descripcin exige la transformacin del corpus en texto, no l o es nienos que la eleccin del cutpus se hace casi siempre en funcin del texto qric tratamos de describir.
2 . U n aspecto negativo, que consiste en la eliminacin de los elementos pertenecientes a otras isotopas contenidas en el corpus. La necesidad d e esto parece tan evidente que no merecera ms que una simple mencin si la pdagoga d e la enseanza literaria no hubiera erigido la "explicacin de texto" en una institucin na. cional. Al corresponder slo excepcionalmente el '.texto" que se ha de explicar a un corpus representativo, los modelos que en l se manifiestan implcitamente no son tampoco casi nunca completos, y la explicacin de texto se transforma inevitablemente e n . un pretexto que da lugar a la explicitacin de los elementos dc significacin situados en todas las isotopas del texto a la vez. La peparacin de un texto -ni que decir tiene que un solo corpus ~ u e d econtener varios textos analizados sucesivamentecomprcndc n o s l o la cliriiinacin de tina dimensin d e la manif~~taci611 ~ 1 1 ~II~OVCCIIO tle la oir.1, siiio taiiibiin la de t d a s las demis isotol~iastlc la iiiisriia diiiiciisii>ii coiisidcradas coino no per. tiiietitcs l).irx 1 . tlescriliciijii ciicai-.\<l.i.As, el iiiito dc Gclipo, cii el anlisis qiic tle l Iiacc 1-Cvi+Sir.iiiss, sc: encuentra situado, debido a que es concebido coino la explicacin de !os orgenes del hom. bre, en la isotopa de carcter etiolgico; otro texto, postulado para el mismo mito, habra hallado en l sin duda los elementos d e una interpretacin teleolgica de la organizacin social.
lil prorcdiiiiicnio qiie IU~~ic.iriii iiir ~i,:iic .t 1.1 rnnsiitiiribii di1 rrii. I I tcxtn. 1SI ctw,>iic, corpus coiisiste en la traiisloriiiac iGii 11, 1 e n efecto, es una secuencia delimitada Jel dixursb y, en cuanto tal, slo p e d e ser una manifestacin logomiquica de la que slo es necesario retener una d e las isotopas elcpdas. Entenderemos, pues, por t e d o (y lo que equivale a l o misino. por mctatcxb) el conjunto d e los elementos de significacin qiie se hallan situados sobre la isotopa elegida y estn encerrados en los lmites del cotpus.
procetlimientos de descrii>ci,i
1
225
E n el momento. d e reparacin del texto, ~ u e d e ser til el p . guntarse si la eliminacin d e los elementos del corpus pertenecientes a las isotopas que n o intcrcsan no rcsulta detiiasiado costosa, si no ser ms econmica la extraccin d a m e a t e de los elementos que interesan a la descripcin., Los dos conceptos d e eliminay d e cztrdccin son, segn vemos, dc carcter puramente operatoa no. En efecto, si la parte restante dcl corpus es cuantitativamente m i s importante que la parte que se ha d e excluir. diremos que el procedimiento que se h a de adoptar es el de la eliminacin d e los elementar no pertinentes del Corpus i o n vistas al establecimiento del texto. En cambio, si la parte que se ha d e excluir es ms imc portante que la que sc ha de conservar, cl que se habr d e emplear ser el d e la extraccin, a partir del corpus dado. d e los elementos pzrtincntes d e la dexripcin. cuestin d e saber en qu condiciones debe ser empleado es de orden prctico: parece uno u otro de los que en presencia d e tina rnaiiifcstari6n difusa. mtica o prctica. . . ja extraccin de los clrmcntos prtlii~<,iiic.?, ;.lrccc rii.s econmica y, a la inversa, que toda manifcsr~i:i61ico~:rriitrada impondr natup A m e n t e el procedimiento de tli~iiiiiacii;.!e las stciiciicias n o per* tinentes. As. el m t d o adop~a.itIc:-'iz!id Baitiies en su an* lisis d e la Ytcmtica existcncial" < i c :~;irlxclet pjrccc haber sido el d e la extraccin, as coino cl p:,'cotiizadn pnr Kiflaterre e n siis investigaciones d e "efectos estils~ici>s" - - procedimiciito al que p demos reprbchar sin embargo sii iiidifcreiicia en lo que se refiere a la eleccin previa d e la isotopa ; por cl contrario, el miento utilizado por Lvi-Strauss en su descripciin del mito de es ciertamente la eliminacin de los elementos n o perti* nentes.
Ello no impide que la extraccin parezca. a primera vista, sujeta la apreciacin subjetiva del descriptor. En este caso, es normal exigir que c x carcter sul~jetivosca corregido por la intervencin ms apoyada del conjunto de los procedimientos en las distintu fases del anlisis, y ms particularmente a1 nivel d e la construccin del malelo, en que la bsqucda de equivalencias y d e oporiciones se presta perfectamente a la constatacin de lagunas y de omisiones. Estas omisiones, inevitables pese a la redundancia de los elementos que se han d e describir, ~ o d r n ser recuperadas mediante tetroanlisis, mediante reiteradas vueltas atrds.
L a
El Corpus depurado toinari. pues. la forma d e un texto i i t o p . este, para no ser un discurso logomquico, deber presentarse como una manifestacin discursiva deslexicalizada y desgramaticalizada :
una etapa importante d e este prwedimiento. la de la normalizacin de la manifestacin, debe ser prevista. Sin embargo, dejmdo para ms adelante su examen. nos es necesario permanecer t d a v a por algn tiempo en el nivel de lareflexin ms general. a fin de agotar en l, a1 iiiisiiio ticiiip y en un solo lugar. el conjunto de los roblem mas relativos a la constitucin del corpus. Resulta fcil iningiiiar que el texto istopo, desembarazado de todos los elementos parsitos dc la comunicaciri, aparecer como un inventario d e mensajes, cs dccir, de proposiciones seninticas protocolarias, cuya disposicin ulterior equivaldr a la constmccin de niodelos. Sin enibargo, si los modelos descriptivos se constmyen a partir d e inventarias de mcnsajcs, no es menos legtimo concebir un texto que, en lugar d e estar compuesto por mensajes, sea ya un inventario d e modelos. implcitos o explcitos, As, la de%+.. cin del corpus de los cuentos populares rusos habr de operar, en esta etapa del aiijlisis, ya sea a partir de iiri texto constituido por
roced di*
mipo
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Srmntica --
estri~ctura~
p,oceditnientos de &scrii>cin
-- ---
227
m inventario d e cuentos, es decir, de modelos ocurrenciales impli. citos, ya sea a partir de un inventario de modelos explcitos, ya descritos en un anlisis anterior. Sea que la descripcin proceda por
los que habra de empreiider el descriptor de la totalidad de las novelas de un Bemanos, pbi: ejemplo. Excepto una sola diferencia, sin embargo: e l cwpus de los cuentos populares era soportado por us locutor colectivo, mientras que las novelas de Bernanos tienen un locutor individuai. Ms an, el locutar individual que es Bernanos es captable en la totalidad de sus palabras, tepresen. tada por el corpus de todos sus escritos, y podemos hablar del "uni. verso bemanosiano", que contiene en s los microuniversos semnticos que son sus novelas, casi en los mismos trminos que del universo del cuento popular ruso, del que los cuentos particulares son slo emanaciones. Por otro lado, vemos que el universo d e Bernanw sirve al mismo tiempo de mediador entre el Iournd bus cur de cdmpagne y el universo imaginario"de la socied;ld france~a dc la piiiiera iriiild dcl sifilo XX. La ciiestidn practica as[ pla* teada es la dc sabcr qrr sigrlilicacin hay que atribuir respectiva. mente a los tres corpiis posil~lcs: el corpus con las dimensiones dc una novela, el corpris de la totalidad de los escritbs de Bemanos y, finalmente, el corpus de todas las nwelas de una sociedad y de un perodo histrica dados, y qu correlaciune~estructurales pbde mos razonablemente esperar encontrar entre los modelos que E puedan explicitar a pattir de tales corpus. Una presentacin esquemtica permiti tal vez ver mejor el problema :
meiaginrro "X"
RCnero
Tal concepcin jerrquica de los m d c l c c j cdcbe permitir proyec* tar alguna luz sobre el difcil probleina de 1 s relaciones entre los inventariw individiiales y los invenraricr, colectivos, y sobre el de la comparabilidad de los rnodc\os suri;ir!oc dc eras dos tipos dc manifestacin. A -era vista, los procediniientos que han permi* tido la dexripcin de los cuenta populares ni- parecen paralelos
Las flechas verticales del esquema indican que, por una parte, los corpus constituidos por novelas~ocurrencia han de ser conside.
228
Procedimientos d e clesciipcit~
h s q ~ ~ e dde a f t i m ~ s ,sino una idcnrificacjn delos etimolgicos y el c ~ I c u Iprobabilstico ~ d e rus
Y1
ilnil
radns conlo invcntrrin d c ini>dcli>s i n c i t o que ~ r m i t e nIa cons~mccin del gnero "novela dcl st;io X X " ; p6r otra p.irte,
que los Corpus compuestos de totilidndcs rcl>rcscrititivas d e palabras individuales constituyen otras tantas manifrstaciones que pueden .ir para la canstruccijn dcl l;Eiiero clrril;nado siiinariamente como de la persqnalidad'' : eii clec;o, cada cooiiinidad cultYRl atBbuye a los individllo~ los " i a r i c t ~ r ~ .~ ~~ "i o l ~ , ide c o su s ser y los algorirmor ideolgicos d e sil ~ o m ~ o r t a i n i e n t(incluso o si 10s concibe a veces corno la negacin de pnrrlei y de ~ o m ~ o ~ a m i e n t o s =ialmente orgmiZados y esalta el no coiilorniismo del individuo -lo cual otra manera de coiiccbir cl modelo "estilistico". utilivndo Ir inversin d e los signos-). La flecha horizontal indica luego ]a posibilidad de constituir un inventario de gneros caractersticos de una comunidad lingiiistica o culturd dada. con vistas la descripcin d e u n metagnero. sin embargo, J esquema evide~iciaigiiaiintnte 1. situacin par. titular d e una n ~ e I a - o c u m n c i a ,el Jouninl Bun ctirL: de c m p a g n e . que r encuentra colocado en el ~ t ~ i .ti i o que se c t i l ~ n dos cien. y que es suceeptiblede entrar siniultinc~rncnteeii dos corpus diferentes Y d e x r a dos anilisis con objetivos divcrgenter. para no tomar, a rtiilo rjri>ii>\o. 111i'; O ~ I F i I anilisis ictancial, vemos que los ppnoil~jerdi. <:sii i > o i c I i Fxirn srr considerdos como b de un;i cstniciiir.i ict~liiirliiovclc~cipropia de la literatura del siglo XX, ~ i . o que P a r i ~ i p x ' i ni l iiiisino tiempo. como encarni~ionrs csliccifirii, i!r !'I c!::ri,ctiira actincii propia, nicnte heriiJricsiana 1.0' prrmni;'j:.' 2:: j ~ i i ~ ~ipsrecen. ili~ piics. como fil;iirjs p ~ ~ c e l i r y c r)i~>ii..,< : . i i . ~ 1 i i ~*I> t i liiiiiiilo~ a li vidr ,,~,iii I , I '1,. y manifestados debido a 1.1 ~ < 1 l > :, .~~ ~ ~ 1 (los c5tl.iirliir.is aclan, cialer iJomorfai, pero no "topas. Coiisiiicradi conio ~rincipiode explicacin, la con.iergencia e i t n ~ c t i r a ldrria cuenta de la consti* tuciii de los hechor biitdricor: Ir rraa~cr:ncinconvergente d e 1 mdelos n e i r r o ~ hara ~ ~ as surgir kicciior c o i ~ t i n g e n ~ e r La . etimologia, e n a t a pcrspcctiva -P. Guiraud lo ha visto c l a r i m e n t ~ .
no
de mo.
222
g)
E S T U T O S Y DURACIONES
La eleccin de la estnictiira actancial para ilustnr la convergencia de lar modelos heterogneos nos ha permitido no tener en cuenta el carcter diacrnico d e todo Corpus Hemcn tenido ya ocasin de subrayar esta paradoja: el hecho d e que una manifertacin d e habla se encuentre separada en el tiempo d e otra mani. festacin de habla por un intervalo de t r s s e y n d o s o por un
a h naturaleza diacrnica de su relcin. As. tado es diacrnico en a manifestacin d e la significacin salvo la significacin misma,,
refiere
condicionada por nuestra aptitud para aapehender acrnicamente. como totaiidades, estructurar d e significacin muy simples. Dicho de otro modo, lo que nos permite captar un cuento popular o una novela d e Bemanos como algo provisto d e m t i d o . es b permanen. cia, a lo largo de todo el relato, de un reducido nmero de cate* goras d c significacin. T a l o texto, por consguiente, es a la ver pmnunencia y danonla: manifiesta su permanencia gracias a un reducido nmero de estructuras fundamentales redundintes; es diacrhico por la articulacin hipotctica d e las estmcniras ypcundarirt en relacin a las estructuras fundamentales y as sucesiva. mente. Todo corpus diacrnico. sea colectivo o individual, rea representativo dc Ia "histotia d e la lengua francesa" o de la "vida de Mallarm", podra ser descrito como un andamiaje jerrquica constituido p estratos estructunles suprpilestos, de abajo arriba. segn su mayor o menor permanencia. Un corpus diacrnico cualquiera, desplegado sobre el eje horizontal provisto de una flecha. smbolo del irreparabile temfus, podra a su vez ser dividido en duraciones mis o menos largar Una correlacin aparentemente sim-
23O
Semnticrr estructural
b
I
l
~rocedimietrtosdc dcscipci;tr
pie. x establece asi entre los estratos jerrqtiicos de las estructuras y su duracin.
23 f La cuestin que queda por resolver es la d e las relaciones entre las estrtictiirs jcrarcliiizaclas y cl coi.piis qiie se considera que las
El esquema distingue as, CII el interior de un corpus diacrnico, tres estratos jerrquicos dc cstnirturas; fiindnmendes, hist& ras y cstil~ticbt, y tres t i p s d e duraciones: largas, medias y cortac, reconocidas no hace ~nuclio por 1:. llraiiclcl. 1.3 plicsta cri rorrclacin consiste en pstular, para cada t ~ p o <ir. cstriictura, SL' propia duracin relativa: las estructuras se cricucntrari de este n l d o situadas en el tiempo, y la Iii:~ori;, rcsiilia "c:~trii~-!:ii.ali7.adx". I'ucsto qiie el principio mismo d e esta ii~ter~x-ctacin 110s lo h i prestado un historiador, los ejemplos de coi-piis coiccti-ios diacrriicos que puedan iliistrarlo parecen s~iprrfli~os. . T ' r a ~ ~ s ~ > i i i este ~ndo esqiiema al !,st.iI~leccrcorresponden. plano d e la Iiistoria inJvi<Iii.il, Ii<'*.lr(.rriici~ cias entre las cstiuctkiras fiiiidarncii~'>lcs y las categoras constitu* tivas, por ejemplo, d e la coticepciri clkica de la "naturaleza hu. manatf, entre las estructuras histricas y la modulacin diacrnica de la "historia d e una vida", mientras que las estructuras estilisticas d a n a n cuenta d e las variaciones debidas a las "situaciones d e ten. sin" con repercusiones estruct~irales.
contiene. La presentacin del esquema subtiende implicitamente que el corpus, sea colectivo o individual, es comprendido como una sucesin dixontinua d e elementos de significacin que pueden ser sometidos a lo que, en historia, se llama la petiod~acitl, y que es para nosotros el desglose'del discurso en secuencias Sin e m b a r ~ , tan pronto como intentamos comparar cualquier corpus as "periw dizado" con la manera d e manifestarse, en el tiempo, las cstmcturas histricas, percibimos que el desglose "periodizante" no corresponde enteramente a la presentacin de las estructurar As, para tomar un ejemplo trivial, y sin ninguna garanta de "verdad"', en la histotia d e la literatura francesa, el desglose vertical corresponder, en el esquema que a continuacin presentamos a los "perodos" histticos, mientras que las separaciones diagondes darn cuenta en l.de la presentacin, en el corpus diacrnico, de las estructuras d e media duracin.
+
Esta constatacin comporta dos coriscciiencias prcticas, concer. nicntcs dircctnmcntc a los prw~i:l;r~ljcntos dc descripcin: 1. El anlisis qtie trata de explicitar las transformaciones dia. crnicas d e las estructuras n o debe ~itilizar el desglose del texto en porciones correspoiidicntes a las "plcnns" realizacioner dc 1a.a e* tructuras. sino operar, por el contrario. una divisin del texto en secuencias superpuestas que comprendan cada vez, a los dos l a d a d e la zona franca, das zonas de enmaraamiento en que las estruc-
232
Semtitica estrrlctural
turas sobrevivientes coexistan con las estructuras de reeniplazo nuevamente elaboradas. 2 . E n la medida en que la descripcin est interesada en las transformaciones diacrnicas manifestacias e n el corplis, las zonas de enmaraamiento constituyen para clla seci~enciasd e texto privile, giadas. Aunque la distincin de los tres estratos estructurales. introduciendo una nueva dimensin, en profiindidad, d e la existencia d e los universos semntica y, sobrc todo, reintegrando la diacrona e n la descripcin estmctural, no posee por el momento ms que un valor operatorio. n o nos parece imposible qiie sea un da comolidada con ayuda d e criterios cstriicturalcs y funcionales. Desde este inomcnta, praponctiios rcscrv;ir la cxl;rr~si<iti Lru!i.cfnti~inrioncs diacrnicas solamente para los cambios situados en uno de los tres' as del funestratos estructurales recor.ocidos: di~tin~uindolos cionamiento normal -diacrnico e n i p r o - de una sincrona, ya s e manifieste por las variaciones paradigmticas ya por juegos de equivalencias, debidos a expansiones y co~~densaciones sucesivas.
:
Concierne, e n todo caso, ms particularnxcnte a la deccri~cin de individuales (ejemplo: una cura ciertas estructuras histricas *can psicoanaltica) o colectivas (ejci:~plo: los carnbios en e1 interior d e los sistemas de valores sociales)-. para las ciirilcs el reconocimiento d e las transformaciones diacrnicas CP. t !i\ir^\ j:ij.rtallte como el anlisis de las sincronas estructurales. ~ l i o r anircitra atenCiertos hechos, sin c ~ i i b a r ~ fucri...;;~ o, cin y nos obligan a preguntanios pn: la r.itiira1ez.a d t las rclacioncs que existen entrc las cstructiiras siii>,tl.ic cii cstratns diferrn, . tcs. l [ a y qiir tc'iiicr qiic iiiircrr.1 I ~ : ~ . . . ' ~ u I . ~rr.it.~~~i;ca , ~ I o I I dr las cstriictt~rasse rrfi(+ra 11x1 IJIIIO C S , I I I G V . I W I ~ ,> I ~ 10s I ~ -~ i i ~ l r l o CIT,IIs ficativos y actanriales, riiya n.~tiiralria 11-r.r-iliiirasc pri-sia liicii a 13 estratificacin. N o siiccdc l o riiisiiio <iiaii(lor;c- t r n i ~< I c i iiiOilcl0~ funcionales: su carcter algortiil;ci> tiare iii.is iricrnmla la iritcrkretacin de las intcrfcrcncias jerirquicas cntrc 10s ~ i l o d ~ p lr ~t s tnecientes a los diferentes estratos. M s an, los hechos a ~ a r t i r de
233 los cuales tal interpretacin puede scr intentada san p ~ c onume. nxos. As, una serie de relatos psicdramticos, sealados pot M. Safouan -y de los que hablaremos ms adelante-, parecen constituit secuencias de corpus de corta duracin, que pueden ser descritas en forma de modelos ideolgicos y que constituyen el estrato estils. -tito. Un anlisis semntica llevado ms lejos nos ha mrmitido darnos cuenta de que estos modelos estilisticos se integraban, en forma de secuencias aIgortmicas parcialo. en un modelo ideolgico ms general, tealizndolo finalmente, pot retoques sucesivos debi. dos a la cura, hasta acabarlo. Este ejemplo, cuyo carcter ocurrencial no se nos escapa y que pide ser confirmado por otros anlisis del mismo gfnero, n o se contenta con dar una interpretacin lingstica de cierta teraputica: d a cuenta d e la manera como se podra interpretar la integracin d e los modelos funcionales estilsticos en los modelos histricos jerrquicamente s ~ i ~ r i o r e s p. r o dotados del mismo estatiito estructural. Otro ejemplo qire merece ser tomado e n consideracin nos viene del anlisis temtico, d e J.-P. Richard, aparentemente muy alejado. por sus fines y sus mtodos, del primero. Tratando d e describir la historia personal d c Mallann, J.-P. Richard llega a considerarla. si hacemos abstraccin de unas preocupaciones y d e una teminologa diferentes de las nuestras, como u n modelo funcional fundamental nico, del cual los diversos poemas, o tal vez las clases d e poemas, que poseen en todo caso una duracin "vivida" media -y que nosotros interpretamos como susceptibles d e ser descritos con ayiida dc los rnodclos histricos -, slo seran manifestaciones parcralrq, q11' <.~ot~in pro~rcsivariiciitccl ii>odcloItindanietital en su conjiinro. No5 cilontrarnos nq r n poxri>n d r iin scaiindo ande lisis, sin relacin con cl priiiirro, y qiic dn ciicnt del mismo m 4 0 d c iiitcgraciii tic los iiiodelos Iiri~cionales,situados esta vez, lo que es para nosotros una ventaja, e n los estratos estmcturales histrico y fundamental.
234
Semntica estructural
Pn
/
Los dos ejemplos, en verdad, diccn relacin a la historia in. dividual: no permiten, por s solos, justificar una extrapolacin que nos sentiramos tentador de hacer hacia la histuria colectiva. En efecto. la historia de las cornunidadcs sacioculturales aparecera, a imagen d e la historia individual, como dotada d e una posibilidad de sentido, como realizadora, gracias a las estructura histricas par* =iales, d e un modelo fundamental ciiya economa global, cuando n o las variaciones, sera previsible : habra as historias ya trgicar. ya resignadas, como (a de Mallam. e historiar enferma O ~ S C o fbicas, como las d e esos nios a quienes M. Safouan hace contar historias. T a l extrapolacin es, en cl estado actual, absolutamente prematua
te: ri; di
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~ V ~
"35 texto: entendemw por objetivacin del texto la eliminacin. .en el texto que preparamos. de Ias categcras lingbticas que dicen relacin a la situacin no lingstica del ~scurso. d. 2 . LA institun'bn de u n < s sintrazis elementd de la descripcin, que consistir en establecer, introduciendo una notacin simblica muy elemental, clases d e sememas, que hemos definido ya, y en hacer uniforme la expresin de un reducido nniero de reglas de combinacindel de desas enunciados ' clases en mensajes, construidos a partir de.10~
1 .
Procedimientos de descripcin
La objetivacin del
lscurso.
3. LA institucin & una lexemd'ticd de la desctiecin, cuyo fin sea el de normalizar la expresin de los sememas denominados,
esdecir. lexicalizados una vez m s pero ya en el interior del lenguaje descriptivo.
6 ) LA
OB~TZVACINDEL 'IEXTO
Traseste largo rodeo. qiic tios ~ X K C iu~f;fic.1[10 dcl'ido a la importancia del fenmeno diacr6iiiro ;>ara 1.x constti!cin del CMde anairi, iiltcriur. volveiiios 1 los piacdiniirntos . . pus y p a n ducbFin prnpi-ente d i d ~ mlix' ah":'<i,ir cl i ~ r i ~ c i i l ~ l l ~ c 31 ilto que dcsignamo< con d noiill>ri <{<: o::it:i.;;iici<ii:. 1-h>irndo tras ta,jo, hasta ahora, dc definir ic:idii.l -.;!-.5 iie 17 ilorlionciicida<! del texto que se ha de iicr,i:-l'?;;-, i i a l i r , .':<.S de p:.ccisar, bajo 1.7 .~ . nibrica "normalizacin", los inci,(:: a<?!:. :rados para gararilizar Ia homogeneidad de la derripziGr, i;~isiir. :_;:e nuevo proccdi~iiieiito. segGn hemos indicado ya, no er iii:cri.:iiimcnte conrcutivo por ms bien parz.iiio a l. Consiste en trans* placin al p-imero;
-
fmar el discurso, que se encuentra eri rstado bmto en el Corpus en rnan;festacio discursiva. y comprende tres opfraciones dis. tintas:
7-40 discurso presupone, segn sabemos una situacin no lingiistica de comiinicaci6n. Esta situacin es rccubicrta por un cierto nmero de categoras i~iorfolgicas. que la explicitan lingsticamente, pero intrdiiciendo al rnisrno tiempo en la manifestacin un parmctro de subietividad, no pertinente para la descripcin y que por consiguiente hay que eliminar del texto (a menos que el anlisis no haya elegido este par.nleko como objeto d e descripcin). Estas categoras que han de ser eliminadas son principalmente las sigiiientes : I . La categora de la persona. L eeliminaci6n de esta categora t e n d como consecuencia la homogeneizacin del texto, en el cual se co~servarla forma que indica la no participacin en e] discurso, es decir, la 3.a persona Todos l o s nombres personales (YO, l, se, nosotros, vosotros) sern as reemplazados p r actante5 convencionales, tales como locutor O escritor, docutano o lector, del mismo m d o que en lugar de los anafricos colocaremos los
Procedimientos de &scrii>cin
236
Semntica estructutd
237
adantes a los cuales stos remiten. N o estando destinado solamente el procedimiento a la "desgramaticalizacin" del discurso, el d w c n p t ~ rdeber estar atento a las mil artimaas que p e m i t e n a l locutor intervenir en el texto o permanecer enmascarado en l. 2. La categora del ticnipo. La iliminncin concicme a todas las indicaciones temporales relativas al nunc del mensaje. El texto conservar sin embargo el sistema dr, n o concomitancia t e m p r d , construido sobre u n entonces sin relacin directa con el mensaje, Los dos sistemas temporales han de ser distinguidos cuidadosamente, pues el tiempo n o subjetivo cs iitilizado por el anlisis funcional. 3. La categora d e la deizis. T d o s los decticos espaciales d e t e r m i n a t i v o s , pronombres o adverbim-, en la medida en que comportan la apreciacin subjetiva del locutor, sern excluidos del texto. Solamente la deixis espacial objetiva, construida a partir de un en otra parte, deber ser mantenida. 4. Todas los elctnr>rtns I(ill.(.(?.< ~ 1 1 y,c~rirrni. Toinarido dc R. Jakobson su concepto de jutjci6n /it;c,t y extcnclifndolo al conjunto de los elementos y d c los pmcdimientos lingsticos puestos al d e la comiiiiicacin, dclw'iiios criicndcr p<sr clirriinacin de 1% elementos ticos n o slo la eliinin:.cin d e 1% secuencias del tipo: Al hbh! { m e o y e bien?, sino la eliminacin d e toda redundancia, gramatical o IcxicaT. I'iirs si h i c ! ~ la rcdiiri<l~ncia, tomada como tal, puede significar "lxriii~riciir:ia" (11 "ol>~siil"),la dcsd p c i n apunta a reconocer y a rc!:iztrar lo qiie cs rcdiindante y no a contabilizar las redundancias. I J 1 prc.;-cdimiento de la normalizacin enlaza as con el d e la reduccin.
truccin d e una sintaxis semntica. independiente d e la lengua nad e necesidades. Se tural empleada, corresponde a un cierto ~ m e r o trata, principalmente :
1. De suprimir el empleo redundante y el enmaraamiento de las clases morfalgicas y d e las cl;lses sintcticas.
2 . De eliminar la sinonimia sintctica resultante de las f o m u lzciones lexemticas diferentes d e los mismos sememas. 3. De construir un lenguaje descriptivo que permita la com. paracin de los modelos descritos .a partir de las manifestaciones for. muladas en diferentes 1e"guas naturales. Por lo que a la sintaxis misma se refiere, consiste, como se recordar, e n , l a divisin de los semenias en ,dos clases: Actantes vs Predicados,
Funciones vs
Cualificaciones.
Diremos, pues, que todo mensaje xrnlntico pertenece necesariamente a tina d e las dos clases d e mensajci posibles:
En el interior de la clase d e las fiinciones, podemos distinguir una subclase de modalidades, ciiyri dcxrifxin. en varias lenguas naturales, est enteramente por Iiaccr. Diremos, e n una primen aproximacin, que no nos cornproiiietc, que se caracterizan por su relacin hipertctica para con al predicado. As. en las secuencias:
Iuan gusk 'de tocar la pitarra,
Las lneas generales d e esta sintaxis nos con ya conocidas; aqu trataremos, pues, solamente d e proceder a su codificacin. La c o w
predicados, constituyen el cuadro de su modificacin, cuya des. cripcin, segn su propio objetivo, habr d e tener (o n o habr
238
Semntica estructural
--
d e tener) en cuenta. Los mensajes construidos a ~ a r t i rd e las dos proposiciones dadas podrn f m u l a r s e as :
F (m)lAl Y Q (m)lAl.
...........,...............
239
Al A2 A,
........................... .....................
.....................
En el interior d e la clase de las ciialificaciones podemos d i 9 tinguii igualmente una subilaw de "as~ctos". definida por su
relacin hipotctica con el predicado. As, en las proposiciones:
Pedro ha salido f~rrcipifndanicnie, El camino era m u y largo,
..................... ........................
A4
Ad
A5
pr&pit&tniente y muy pi~eden ser considerados como aspctbs: constituidos en una clase d e v a r i a b 1 ~modifican hipotcticamente a los predicados. Mal conocidos y confundidos con frecuencia con las rnodalia dades, los aspectos p e d e n o entrar en la construccin del semema predicativo, o conitituirw en c l a r s de varijibles. facilitando cierto, tip d e rnil;sis intriesada por los pedicados. distincin d e
una subclase d e aspectos conserva, pues, enteramente su carcter opcrttwio. Slo la introducimos aqu para riiostrar una , de. las di* recciones posibles de 1.i ampliari6~-i. l a ?iri:n><is sernantica, . . con la ayuda de art;rulacior~es)iipri;.il;,:.: riii1:.??. :.as pro1:ostclones naturaler transcriben entonces e n !i:,.o;.isajc : icninticm del tipo:
El panonma d e esta sintaxis intencianadmente elementd que. dar completo tan prorito como precisemos que :. J. Las maysculas son reservadas solamente a l a actantes y a los predicada (funciones y cualificaciones). mientras que la mi* n ~ u l a denotan s las otras articulaciones hipotcticas que podriama vemos llevados a introducir. 2. L o .corchetes sirven para reconorer los actates. !os pain. tesis para reconocer los operadores en tanto que los p-edicados m sealados por la ausencia de signos de indusin. 3. Las relaciones entre unidades sintcticas son indicadas as: a) una relacin hipotktica cudquieri: ausencia de signo; b) una relacin cuya indicacin n o es pertinente pua $ d e s cripcin: (;); C) Ia disjuncin : (1). 4. El orden sintagmtico convencional adoptado para la trans. "pcin d e los mensajes enteros es el siguiente :
F/Q (m; a) CAI; A2: A3: A,; As; A6].
NOTA I : Algunos otros signos, de carcter muy general, han sido tam. biLn utilimdos. Hemos dejado intencionadam~ntesu definicin en suspens~. porque -por razones didbcricas, por precaucin o par ignorancia- nadie ha querido pronunciarse acerca de su naturaleza. As:
de Diremos que las modalidades y : r ; a s p r0.5 son q i r ~ z d o r e s los predicados. En cuanto a los actanter hemos fijado ya provisionslmente sus pplcr y su nmero. A lm ci~ntroactantcr, alidirnnos a6n dos tircunrtantes, a los que nos referinimos ms adelante. Para simpiificar la notacin. los desipnaremm igualmente mediante A m r y,lar numerando todos los actantes y l a circunstantes de I a 6:
a)
24O Semntica cstructura4 NOTA11: La indicacidn d e las rclacioiies entre unidades no sintcticas
l l _ _ _ _
Procedimientos de descripcin
_ _ _
241
a)
Los semas son indicados mediantc minsculas, para distinguirlos a. la vez d e las categoras smicas y de los s c m e m s . sealados ambos
medlante las mayscu\as: Las relaciones n o precisadas, pero q u e con frecueticia son hipotca ticas, entre los semas son notadas mediante t-1 signo t. Hemos procurado que el contexto precise FII cada ocasiri la reiacin postulada.
tiesgo de confusin, remitiendo al procedimiento d e est~ctiiracin el cuidado de anaIizar los lexemas descriptivos y de consolidarlos con ayuda de definiciones d e carcter smico. NOTA:Los amantes del buen lenguaje continuarn denigrando estos neologismos a menudo barrocos y absurdos: n o son conscientes del hecho de q u e los lexemas denominativos no forman parte de la lengua natural, sino del lenguaje descriptivo secundario, y d e q u e n o son mucho m i s franceses o cspatoles que los signos algebraicos. por ejemplo. Sabemos que las lenguas iiatunles poseen, cn general, dos sistemas caracterizados d e lexicalizacin: el primero consiste en verter los sememas en las clases gramaticales (ver&, adjetivos, etc.) ; el segundo procede por derivacin. As, todo semema funcional puede, en principio, ser lexicalizado ya sea como verbo: resolver, cminar, ttasladar, etc., ya sea como substantivo deverbal: solu, a'&, cdfflino, traslado, etc. Asimismo, todo x m e m a cuaGficativo puede presentarse ya sea como adjetivo: largo, cierto, transitivo, etc., ya sea como substantivo derivado: largura, certidumbre, tran. sitividad, etc. Esta redundancia natural n o puede por menos d e ser una fuente d e vacilaciones en. la prctica d e la descripcin. Sin hablar de Ja dificultad frecuente para establecer 1a distincin entre predicados y actantes, al anlisis l e resulta a menudo difcil recw n a e t los diferentes actantes. As, en los enunciados del tipo:
la soliicin del problema =. F/A2/, la solucin del pmfrmr = F/Al/.
b)
NOTA 111 : Dxdx la existencia de riiinierows sistcri7as de notacin simb. lita, fuente frecuente d e confusin, liciiio'; tr.it.~i(i> (le rr<l~[cir 11 tninilrio indispensable el nmero de signos utilizados. Por idhticas razones no pre. sentamos aqul mds q u e los rudimentcs de una sintaxis. que cada drsctiptor -a menos que adopte su p o p i o sistema de notacin- p d r ampliar segn sus necesidadeJ. A s , n o hemos ni siquien mencionado los cuantificadores ("uno" vs "todow; "peque" cantidad" vs "gran cantidad"). q u e pueden ser
considerados como operadores que indificaii a las actantes. Y de os cuales
d>
LA L . L X S ~ ~ T I C A DI:. LA UESCRIPCIN
T o d o esfuerzo de explicitacin de un scincma cualquiera con. consigiiieiiie. a la duce, como es sabido, a la dcooninacin y, crcacin dc i i n nucvo Iexerna. Incapaz iir opcrar de otro r n d o , la d e h apuiltai a reali,.,~r r-:!.i ~ i r r ~ o ~ ~ l i r i a ilcl c i modo ~l ms econmico. Asi. los lexcnins drl lingiiajc d ~ c r i ~ ~ deben ivo x r , en la medida de lo posiblc, i~nivocor.(:S decir. que no deben recubrir. rig~iiendo en esto el ejemplo <le los lxicos . .cicnti6cos, nls que un solo selila. Es evidcntc iltir. . i in-110s < I U ~ utlhccrnos f ~ i , mantes extraos o comhiriaciones p . r a ~ ~ ~ t ' i c : ~--ricptrndo ~~~~cvas ]a ilcgilii\idad--, 110 p d c ~ n c s logrirlo cn todos 10s caros. Es necesario, por consiguiente. tratar d e aicanzar un ptimum de dEnominacin que se Gi'aecatrc 1i ariseiicia de motivacin y el
dos actantes distintos tienen una formulacin gramatical idntica. Ante tales ambigedadcs. parcce ms econmico eliminar uno de 10s dos procedimientos de denominacin, excluyendo la ltxi. calizacirt por c l a x i gramaticalcs. y adoptar un procedimiento nico, que conscrvc la motivacin lcxical d e las clases de semcmas slo medio d e la derivacin sufijal. La operacin consiste;
242
S c m d n ~ i c aestructural -
1 . En atribuir a tcdos los sememas la forma substantival: a las cuales puesto que n o quedarn ya otras clases pueda ser opuesto, el sutstan:ivo, conio c l ~ s c ,se encontrar as neutralizado. 2 . En lexicalizar los sememas mediante la adjuncin d e los sufijos sustantivales apropiados : -mento, -aje, <cin, cero, etc., cuan. d o se trata de funciones; i h d , eitud, eancin,, .m, etc., para lexicalizar las cualificacione~E n los casos en que faltcn los medios d e derivacin, debern emplear= procedimientos perifrsticos del tipo el hecho de La d e d p c i 6 n sistemtica d e los clasificadores (o d e los definientes) utilizados la lexicogafa, y que son sinnimos, o equivalentes, al nivel d e las definiciones, de los sufij(fi empleada al nivel d e 1 s denominacin, pudiera ser, en esta etapa, d e una gran ayuda. E s por otra parte intil, d e monlento, entrar en el detalle de este procedimiento, ciiyo principio se trataba d e explic citar: es, en efecto, corrientemente empleado desde hace algn tiempo, aunque de manera emprica, Esta propuesta, tendente a organizar una lexemtica descriptiva autnoma, slo constituye, a decir verdad, iiii cpkodio d e la lucha que los lingistas mantienen, d e ~nmlom i s o menos conxiente, pan suprimir la heterogeneidad f~.irirlarneiital que existe, en 1;ls lenguas naturales, entre las clases mmfolgiras y las clases sintce ticas. N u e s t n manera d e sostcncr es1 liicha carisiste, por tina parte, en la rcducci&i dc 10s actaiitcs s i r i i h r ~ i c a~ l c x nct.iiltrs seminti. y, por otra, cn la siiprcsin dv l a s cl~scs~iiorfol~iczs al nivel del lenguaje descriptivo.
...
NOTA: La notacin simblica, que ni sicquiira mcncior.amos aqu, no podr ser i n d u c i d a , por razones prcticas evidentes, sino ms adelante, cuando, tras lo reduccibn. el nmero de los lexemas descriptivos haya dis. minuido su6cicntemente.
Bajo el nombre de normalizacin, acabamos, d e hecho, d e pro. poner los primeros elementos de iina sintaxis y de una lexemtica del lenguaje sernntico, es decir, los cuadros metalingsticos en los cuales podremos verter los contenidos manifestados d e los corpus que se hayan d e describir. Este procedimiento constituye una garaiita suplementaria de la homogeneidad del texto; ayuda tamd bin a localizar ms fcilmente sus redundancias y sus articula* ciones estructurales. En efecto, la fase de descripcin que as se anuncia slo puede consistir e n la construccin del modelo que siibsume al texto, o dicho de otro modo, en la transformacin del inveqtario d e mensajes en estructura. E n efecto, todo inventario es una lista de ocu. mncias, cuya Iongitiid depende de las p~t'cularidadesdel texto; por lo que se refiere al modelo, es simple y slo puede comportar un nmero limitado d e trrniiios. La transformacin del inventano e n estnictura comportar, pues, en primer lugar, el procedimiento d c rcdiiccin. Por otro lado, sca concebido como una succsin o coino un catlogo, el inventario es siempre una yuxtaposicin; el modelo. en cambio, e s una estructura, es decir, una identificacin d e los principios d e organizacin relaciona1 de la signjficacin. La construccin impIica, pues, e n segundo lugar, el procedimiento d e estructuracin. NOTA: Si evitamos la utilizacin aproximativa, trivializada, del tkmino estruclurm'n, es porque queremos reservarlo para designar un procedi. miento determinado de descripcin que. operando con inventarios reducidos, apunta a la construccin del modelo mismo.
244
Semntita esttucturd
Procedimientos e &scriPci&
Los dos procedimientos de reduccin y de estructuracin sern ahora considerados siicesivamente. Las rcduccioncs pueden ser sinii>lcs o cotttplcias.
245
La rcducciri aparece, en su forma rns simple, como l a supresin de la redundancia. En efecto, hemos visto que un texto. desplegado en la temporalidad del discurso. n o ~ u e d eser captado como pcrrnanencia, es decir. en siima. como significacin global. mis que en la medida eii qiie los cleniciitos hiii<lrlnci~tales de sta manifiesten iterativamente. La redundancia, sin embargo, es m lamente un fenmeno cuantitativo. pues la repeticin implica, las ms d e las veces, variaciones notables de la forma del contenido. PW consigiliente, la reduccin d e la redundancia slo puede ha* cerse a cambio d e un cierto ~ m ~ o b r e c i m i e n d to e la significacin: una vez elegido el nivel d e generalidad, la descripcin slo piiede a p n c e i como releccin d e l a elementos d e contenido peninentes y como (o suspensin provisional) <le otros e l e m e n t ~ considerados como estilsticos,.y no pei-tincntcs para l a construccin del modelo Estos elernent<5 estilstica;, fin <:cremas mis . . adelante, r r rcrullridciitl<>:; <-r>ii viitir a i i i ~ i i i i i 3 i 1 o ~niiisis.CLIYO oi>jetivo sca difcri-ritcLa rcducc;n consi:,:c, pcics, ril rcc<.q:><~t r 1.3 c~]~liv.11uicid entre "arios sememas o varios nii.lisajci y cri ;vi:[ .:i.irla con la ayricla de una denon~inacili c o l i l ~ n a tm1.i 1 ; cl.~:+: . / ! ~cilrrc~icias juzgadas . . eqilivilenter. Coriio es miiy dificil. SI :\o i!:>jxsible, recoliocer de una sola vez todas las equivalencias, cl j>u.~cdimiento consistir casi siemprf en practicar una scric d c rerlit~ci(1llesCliiC constituyan . , etapas dc aprnx;li~acibn s~icc<ivis. 1 s : ni d r s <i.i\itcir, por consii:uccnte, a qiiicn corrcspn<lc Aqcidir. n l i vista (Ir sii invriiiario. . en qi16 ., e,ap de la redilccin r c r j 1 1 i . i ~rriit~l>]c iii;ioi!r~iirir iiormrlincion.
Lo rcduccia& tos etemmtos idttticos, Vanas ociirrcncias fmmantes y contenidos sean iditicos pude. r ~ d u c i i wy considerarse como una sola unidad d e contenido. As, en el c w del test proyectivo de Steis ya utilizado, si el comienzo d e f r a a : LA vid. & una persona provoca diez nspuestas idnticas: ...c~ 1 0 que m B cuenta, diremos que bastar con retener, p a n 1 a necesidades del anilisis (cri este raso, c m virtrr a la namallIcin), una sola ocurrencia cs lo que m& ctrenia. A r x c rcspecto es ncce. sario hacer dos observaciones :
...
a) Pese a Ias prcticas corrientes de la Ijigiitica rrtadrtica, la identidad d e l a formantes n o es. pa $1 aolq un cGterio su6cia. te para efectuar la reduccin : apunta, por el contrario. a la equiva. lencia de los contenidos. que no puede rer asegunda, en el caso d e la reduccin d e lar elementos idntica, mis que por b C O ~ . ~aracinde los contextos, constitutivos d e 1- sememas.
b) La descripcin semntica considen la repeticin. y por e s o mismo. la frecuencia relativa d e los elementa iterativos del contenido conlo un fenmeno n o m i l . y no como invertida d e iin c ~ n tuco particular. 1.a frcc~iencia,en i i r i texto dado, de e2emcntos de formante< idfnticos es 11x1 indicio til. revelador d e probables redundancias carniifladas y su p a p l . eii el plano prctico. no es des. deable.
2. La redurciii de l a equivdrncia rintdnii~r.h s equivalencias de este gnero. ilustradas pm el ejemplo bien conaido:
A &slruye B ,
DcsLr1rccr6ti ~ l c 0 flor A, Accin destrtrcora dc A sobre D,
246
Semntica estructural
Procedimientos de descripcin
247
n o m, si^ embargo, ni enteramente siitcticas, ni tan formales como p t e n d e n . Son, antr todo, equivhncias de conte* nido; comportan, adems. vatiaciones lciicales d e iinportancia desigiiai As, en la fuente d e rjenlplos ya citada. la cualifica~inde L a vi& d . una persona por medio d e las ocurrencias:
por tres ejemplares. Cada una de las ocumncias puede, despus, ser dividida e n dos segmentos. Lor piimemr rpgmentm:
lo ms ... que hay,
es lo que m's, mds q u e todo el oro
dcl niundo,
...es b mds importan* de todo, ...i m p o r t ~n i s que todo lo dcmn's, ...es lo ms i m p o r ~ n kque
hay*
c t mundo,
presenta variaciones lexicales e n la expxsin d e las suprlatividad que n a hacen considerar estas cciutrucciones como equivalentes y n o como idnticas. Las prctcndidas idcntidadcs sintcticas n o son, las ms de las veces ms que eq~iivalencias muy fciles de re conocer. 3. rcducdh & cijr~irif,-iii.k ic,ii:n~Uai. Ciiindo . . lar , lexemas considetadoc coino eveiitua!rs nGc/l.fl i smicos constrtutivos d e los sememas no son rcciibicrtns JHV fm-::>a~~tc~ idntic- S11 r e duccin exige un an.&is dinico li:c.vin. 'i':il anlisis de l a s ocu; e n C consideradas como tranrfnniidilrs en sememas. ~ u e di e los procediMentor ya dc'iritoi. q11c van d e la simple definicionci hasta i id~iiiifiircin de sus figura5 pracin de E r e apunta r rxplicitar un nrncro siificierite de e l r m e n t a gen{ ricos comunes a todas las ocurrenci~s,que pfrqlita rcdiicirlas a un solo semema. El mismo test de Stein ofrece, par2 juzgar acerca d e JA vi& dc una ptnond, junto a la cualificacin impmtdnte, otras series de ocurrencias:
"I
aparecen como variables ~ i l s t i c a s d e un solo elemento de signi. ficacin (no tenemos por qu preguntarnos, a este nivel del an, lisis, si Y trata de un sema o d e una combinacin smica). que podemos traducir por "superlatividad". Los segundos segmentos :
cs..
. vl>Iioso,
mto,
vole,
son, a su vez, companhles por aproximacin a S115 &finicioiicc, y comportan todos en comn un contenido smico "estimacin" (sin que sea necesario a este nivel d e reduccin un anlisis smico m& a fondo). Bastara' con transformar despus el contenido smico as des. s rendido en cualificacin (con8rindole. al mismo tiempo, h forma normalizada), y con considerar el elemento smico "suprlatiridad" como un aspecto de la cualificacin : tras esta reduccin, el semsma cualificativo puede ser registrado y transferido al lenguaje w d n , tic0 bajo la forma: Q "eshbilldad" (a: "superIatividad").
C)
REDUCCIONRS COMPLEJAS
, q (6 r x i i r i r i i ~ i . ~ < ) . ...es b n& vdlioso ,111r J ...es lo q u e m s m n l a ( r o oc~irrencias). ...v& m<Ls que todo el oro del niundo (4 ocurrencias).
Estas 2 0 oc~lrtencias sori I~inierariicntercdticidas, gracias numerosas identidades de cxprcsibti, a iin i~ivcntrriocoristiiiiido
Los tres. tipos de reducciones simples comportan rasgos estruca t u d e s comunes: fa reduccin se opera por Ir comparacin y la puesta en evidencia de las idrntidadcs srnicns, acompaada, si ptocede, d e la suspensin d e los elcmcntos no idnticos. Estructuraimente, el procedimiento se basa, pues, en la iitilizacin de las
248
Semcntica estructural:
Procedimientos
de
des~npcidn
249
relaciones de conjuncin y cn la iieiitralizacin d e las d e disjuncin. Reservaremos el nombre de r e d ~ c c i m i e scomplejas para los pr* cedimientos que ponen en juego principalmente 1 s relaciones hi. ptcticas o hipertcticas. La reducciii n o se detiene, pues, en el establecimiento de las clases rfe cqiiiviilencias. sino que trata d e reunir en una soln clase todos Im c l e n ~ e r l t del ~ coiltenido cuyas rc!aciones con la isotopa del texto j~uedcnscr definidas eri trminos d e relaciones estructurales elciiiciitalcs. Como para las reduccioi~essimples, distinguiremos varios tip& de reducciones complejas. Siendo siempre plurivoca la manifesta n semntica, es muy difcil elegir ejemplos simples. As ocurre con 10s que vamos a proponer aqu sticesivamente : cada uno' de comporta casi todas las propicdadcs estructurales que <lucre; rnos distinguir y analizar por separado. La clarificacin contar,: pues, ms que el valor del objeto clarificado. reduccin de 10 figurativo. Utilizando el comienzo d d 1 . frase del test d e Stein: C i w i d o Frlinlr v i o Iisgdr d su jefe ,... he. nos obtenido d e nuestros estudiantes respuesta d e dos tipos. Por una parte. respuestas del tipo :
y el hecho de que los actorps del mensaje manifiestan los actantes "inferior" y "superiot", puede admitirse que la reduccin debe
partir del compoflamiento prctico, como es el plidecimiento, p a n reducirlo a su significacin mtica "miedo9*. y n o a la inversa. Pero vemos. al mismo tiempo, que los predicada prcticos de este gnero son hipotcticos y se presentan como definiciones evenimenciales de "miedo", abriendo un paradigma de variaciones estilisticas e n ~imeroindefinido. Por tanto, la clase ocurrencia1 de equivalciites Iiipoticticos puede ser ampliada a las respueshs del tipo :
ir e
~e
(C.
Iarg, escundi, ...se camufld detrs del tronco d e un rbol, ...dobl la esquina, etc.,
.. se
...se
dado que las secuencias deinicionales pueden, segn ya hemm visto, ser integradas en la clase d e las denominaciones. 7. R e d u c c i n hipotctica y reducdn hipertd'ctica. Sea una se. cuencia d e discurso extrada de las Lcttres phifosophiques ("Pre. miEre L e t t r e sur les Q i u h e r s " ) d e Voltaire:
"(et h q u e apres des batailks gngtdes)
...t u v o
Iii,r;tr : t
la foi-ri~iilacilndcl
q u e I'air r e t e ~ ~ t d i tu briiif des actfons d e gr&es, des clochcs, des orgues, des cntioiic, (nous gCniisso>is en silctlce s u r ces tneurtrcs q u i causent lo pirblLque >essc)" *.
...se
snbrcsalir;,
...se q i ~ e d lIir<lo,
...ciirpalidc.ci,
< e p r u e n t m , en cambio, coino ~iiinifcsircioncsliprativas del mis, mo "miedo". Dada la isotopa nailgics elegida para la descripcin,
Traduccin : "(y cuando despus de haber sido ganadas las batallas) todo Londres resplandece cori luminatias, el cielo es incendiado por los cohetes y el aire resuena con el ruido de las acciones de gracias, las campanas. l a rganos y 10s caones. (nosotros gcniinios en silencio por esras matanzas que dan lugar a la pblica alegra)".
250
Sew'ntica estructural
E l
m 0
que Lu t m p t o p i c i o n u (como, por otra parte. la enumencin d e In &te,mci0tles d e "mido") constituyen dc hecho una hinchazn estilstica deseada por Voltaire: su reduccin a una sola p r o p b sicin capaz d e subsumirlas es por consiguiente necuuia. y ei r p m ~ i ~ t i v:OLot~dresccclbra /a victoria, por ejemplo, U equivalente del segmento entero, con anterioridad a toda nor. malizacin, q u e dara algo a d como
segmento que hemm aislado. poniendo entre parntcrk el d e la secuencia, u presenta en forma d e tres popaicion* traducir e n tres menajes s e m n t i c a P e m v e m a que
F (regocijo)
El prnblema. as presentado en un ciiadm retrico. parece dm E4 =didad, est ntimamente ligado al funcionamiento morfe, d t i m del lenguaje, del cual dan cuenta slo muy parcialmate L< figuras d e dpsi. o d e litote. Toda funcin lingiistica que r o * d a a un comportamiento llamado "real". puede ser con<idu, rada hipertctica: subsume una serie virtual porible d e hncip.rci$r+ que recubren comportaniicntas mis d e t a h d a s ; pued: ser tambin considenda hipotctica : rerriitc efectivamente o puede *emitir a una funcin denoniinliiva que designe todo un alg? iimo d e funciones parciales. Considerado en una prsprctiva de denominacin y aplicado a las u n l d ~ d e s del discurso m i s amplias el mismo se encuentra en documentacin, donde, con el ple. nombre d e c a d n i i a n n , implica iin procedimiento compIejo y mal estudiado d e Ia confcccibn dc los rrr(imcnes ( abstr&). El pmcedirniento inverso, la erpnsin, p e d c ser reconocido en y r n d e l o dbcunivo d e la enseanza fnncela. que es la disertacin, , fijada en la f a m a que le 111 Iegido, antrs de adarmilaru, k r e t o n q ~om~lcmentario reclaman s la da4 La da reglas d e reduccin Y d e pOduccin que $fi? boncin d e cmstituirlos e n tcnicas d e descripcin y d e denvsaigacin.
Procrdr'mietitos de &scn$cin -25 1 Si bien la formulacin de tales reglas no parece imposible. hay una dificultad, tanto terica como prctica. que merece ser sealada : concierne al nivel ptimo a que debe apuntar la reduccin. El problema no es de orden cuantitativo: no se trata de saber cuntas funciones podr comportar cada algoritmo, ni d e saber ciiles son las dimensiones del algoritmo denominable. El mantee nimiento de la iratopa del texto a lo Lrgo d e t d a la derc~pcin. operando siicesivamente condcnsaciones y expansiones d e las funciones. es un problcma de ponderacin que introduce molestos eIe* mentos de apreciacin subjetiva. El xito del anlisis funcional de* p n d e notablemente d e este factor: e n el capitulo consagrado en parte al anlisis de! cuento popular, nos hemos visto llevados a tetocar un tanto el inventario d e las funciones establecido por Propp, p a n hacer m i s equilibrada la estructura del nlato. El lector ve& gracias a este ejemplo. que adems de la iw*opia. que cr un concepto fundamental d e la descripcin, la reduccin debe tener en cuenta la economa general del relato, es decir, l a coherencia interna del modelo. Vista desde este ngulo. h reduccin aprrrce como c a p z de tomar bien sea la forma de coiidcnsmin, e s decir, d e la denomi* nacin d e las funciones hipnicticas. bien u a Ir f m n a de erQmi. si&, es decir. de la particin d e una funcin d e m a i a d o en funciones hipotcticas. aunque s t a no estn s i m p ardada* mente presentes en la manifestacin.
b .
'
3. La reduccin de las funcimes a las cudificannes, D problemas distintos, pero que. en la prctica. se confunden a m e nudo. deben ser considerados bajo esta rbrica: se trita, por una parte. d e la dificultad para reconocer con seguridad. d u m t e d pmcedimiento d e normalizacin. los s e m e m a cualificativa y pam & tinguirlos d e los wmemas funcionales: se trata, por otra pdurante el procedimiento de reduccin, d e hacerse cargo d e los semkmas funcionales reconocidos y registrados como tales y de ver,
252
~ c n i ~ t ~ t iestnidrlral ca
terlos, por
a) El primero d e estos casos se encuentra ilustrado, y e n parte aclarado, por las pruebas sernnticas elaboradas por Mme L. Irigaray, y a las que han sido sometidos drmentes seniles hospic
r L.
tspifenI
talizados en Sainte-Anne, As, invitados a elegir entre tres secuen. cias la que fuera equivalente d e la denominacin doctor:
2Er el dodos el que arrrgla los coches? " " ' el que condcrrc los irc~ier? " '' LL qcte cura a los etrfmno<?
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ini,aci'vo
253 g r a t i v a al nivel no figurativo. lo q u e permite transformar la funde se larg en cualificacin "miedo", es la iteraticin perfecti\~a vidad de las respuestas, es decir, la inscripcin d e una ocurrencia en el cotplis colectivo. La naturaleza d e las relaciones entre cudificaciones y funciones parece deber ser precisada. Si suponemos que la descripcin establece, a partir de un corpus representativo, la totalidad d&las fun* ciones atribuidas a un actante cualquiera, su inventario n o podr oftcccrnos a lo ms sino la esfera de actividad del' actante, El anlisis illtcrior podr slo p n e r el acento sobre las funciones rcdundantes, y el modelo elaborado slo dar cuenta d e la estructura de los comportamientos caractersticos. Tal tratamiento de las funciones, aunque legtimo, corre riesgo de hacerlas aparecer en todo momento, ya sean tomadas una a una, al nivel de los inventarios ~arciales, o en fin en estado d e modelo constituido. como hipotc~ ticas por relacin a las cudificaciones, a l o s nventmks o a los m& delos cualificativos. Si ocurre as, los procedimientos d e transforma* cin d e las Iuncioiies en ciialificacioncs son tcrican~ciitc posibles y, en efecto, vairios a tratar, en sii momento, d c ofrecer algunas muestras. Tales tratamientos d c las funciones sin embargo, n o dcben scr confundidos con la descripcin de los modelos funcionales propiariiente dichos: veinos desde ahora que todo inventario d e funciones c o est implcitamente subordinado a u n modelo d e carcter fiiiicioria~, y qiic fstc presupone la existencia d c una progninacin mnima entre fiinciones, que las trandorme en consecucin.
rocedi di mi en tos de
descAjjcitt
:,
Aparece as una doble vocacin del aniisis funcional: en la medida e n que slo tiene cn cuenta las relaciones existentes entre las funciones y los actantcs, sus modelos son comparables y, en ciertas condiciones, hipotcticos, incluso, por relacin a los modelos cualificativos; en la medida en q u e se interesa por las relaciones entre funciones, es c a p u de explicitar modelos que den cuenta no
Semntica estructural
hm
d a de transfomaI
N
La reflexin acerca d e los procedimientos de dexripcin ya con* $idPrados muestra que cada paso adelante comiste a la vez en la uleccin y en la dminacin d e elementos de significacin. El descriptivo mismo aparece. en su co~ijunto,como -a bsqueda de constantes del cmtenido a expensas de SU va* Aables, pogresivamente abandonadas. como una valorizacin d e la de] contenido por la picstx entre parntesis de 10s ele* mentas d e su forma. Diremos, pues que la descripcin de un corpus cualquiera ts -nticn en la medida en que. partiedo d e las ocurrencias las &ama en inventario& y a stos en clases y, eventualmente, en daJes de clases, p a terminar en la constmccin del modelo que d a cuenta del modo de existencia del microuniverso semntico manifestado por el Corpus, Pero este proccdimicnto ascendente de la dexripcin puede y, a veces, debe ser completado por el procedimiento dexendente, que tendr corno tarea la de reunir, pr. tiendo del modelo invariante, las variables abandonadas en cada etapa y la de constituidas en cstnictiitas sistemticas o morfemi. ticas, especies de submodelos que dan ciiciita del fiincionamiento y dc b pmductividad de lis c<tnictiiras jedrquicamente supe"* e 5 Uinatcriios cxlil\lrco . i c \ i r ~rtrxi.<rirtiirii(o drccrn<lrntr Ae la descripcin. D o s m o d a d e investigacin estilstica pueden ser distinguidos entonces. El primero, correspondiente al nivel de la reduccin coma pleja, anteriormente reconocido, ser de naturalcu hipotctica (me* timimica) y tratar de dar cuenta de los tipos de relaciones que definen Ir distancia que u p r a los sememas construidor en la fi*
255 m e r a reduccin de la isotopa definitivamente establecida. En este caso se tratar de lo que podramos llamar la estilstica semmica. Aunque situada a un nivel Je generalidad ms elevado, correspon. de, ea lneas generales, a los tipos de relaciones estudiados desde hace bastante tiempo bajo los nombres de figuras y de trqpos. El segundo modo de descripcin estilstica deber reconsiderar las va+ fiables dejadas a un lado en la reduccin simple: deber ocuparse, por consiguiente, de lis relaciones de naturaleza disjuntiva (metafrica) y promover el anrlisis smico de las ocurrencias que se pueden construir en sememas descriptivos. Se tatara, en este caso, de una estilstica smica. Correspondera, por sus preocupaciones, a una disciplina lingstica un tanto abandonada, la f m ' n de las @abras, que las tendencias actuales de la lingstica no tardarn a s descripciones de J. Dubois cuyo objetivo en volver a favorecer. L vb= es el d e explicitar lo que I considera como microsistema (d. camino = cawetera; ao = aada; nio = nia&; etc.) podran .servir de modelo para este tipo de investigaciones.
NOTA:Somos conscientes de la polisemia termin016~ica que introducimos aqu. Asf, el proceso semintico de la dexripcin slo es semdntico en cuanto a SU objetivo: el modelo en el que debe desembocar serd construMo con la ayuda de categoras smicas que, e n pfincipio, se refieren al nivel semntico inmanente. Por lo que se refiere a Ia investigacin esdsuca, se identifica slo parcialmente con el estrato utilbtico estructunl. aunque dejando a un lado el problema de las relaciones entre los estratos fundamental e histrico. Mis bien que de elaborar una terminologa pletdrica. tratamos de reunir las condiciones p a n una terminologa.
Procedimientos e descripcin
Si bien los do5 prwedirnientos, seinntico y estilstico, son slo dos fases de una misma descripcin, el segundo procedmiento presupone, sin embargo. el prilncro: n o podemos hablar de anlisis estilstico ms que en la medida en que la desuipcin semntica est ya acabada, ms que a partir del momento en que un esttrta istopo del contenido est establecido en s u invariascia. para que
--
Semntica estructural
& 6
la investigaci~d e sus variables tenga iin scntido. Sin esto. todo en el lenguaje corre el riesgo' ---y eqtn siic&<lcdcrnasiado a meniido- d e aparecer como estilstica, y c l iii~lcnict-idido siihyacente a toda controversia entre los I>artidarios cicl inktodo literario y los lingistas n o puede por menos d e generalizarse.
Procedimientos ak descrigcin
257
El trmino estnrcturuicitt debc rcscrvarx para desigiiar el pro* cedimiento d e descripcin complcmcntario del d e reduccin. Parece til, debido a su sentido literal d e "puesta en estmctura", aplicado a los elementos d e significacin obtenidos por la reduccin. La constatacin d e que los procedimientos d e rcduccin y de estructuracin son complementarios vuclve a poner en tela de juicio, una vez ms, e l estatuto diacrnico de la descripcin considerada como E n cfccto, si I>icii los rcs~iltadosde la descripcin -o la exposicin del camino a seguir que hacemos en este momenta-. tendrn tendencia a hacer aparecer los dos tr. minos como definiendo las fases siicesivas qiic caracterizan dos operaciones distintas, la descripcin misma slo p e d e concebirse como diacrnica. U n inventario d e las ociirrencias slo pucde ser redticid0 a una clase y denominado por L I I I semciiia nico cil la medida eii que otro inventario, di.iriicti-alriirriic o~>iirsto,sca al mismo tiempo constituido y dcnoniina<lo. Jix~~liquG~~~oiios: la rcduccin d e u n inventario, tomado aisladameiite, a LIII scmenia constmido e s siempre posible, y lo hemos probado, por ejemplo, operando la reduccin d e las equivalencias d e la clase "fatigu". Pero tal red duccin n o ser necesariamente pertinente, si n o s e opera e n el cuadro d e un corpus dado y con vistas a una descripcin is6topa: toda ilianifcstacin discrlrsiva cerrada c s t i sometida a la jurisdic* cin d e una estructura que le es propia, y los inventarios d e equis valencias son susceptibles d e variar d e un corpus a otro. Esto equi-
sentacin, aunque sea .hipottica, d e las estructuras que se han d e describir, pero que a sil vez la estructufacin, para ser levada a cabo adecuadamente, presupone las reducciones acabadas. La presuposicin recproca caracteriza, segiin sabemos, la articu. lacin compleja d e la estructura elemental d e la significacin. Pw demos decir, pues, no slo que la descripcin, concebida como metalenguaje, posee su propia estructura, sino tambin que su funcionamiento, es decir. en el fondo, la investigacin descriptiva. implik la captacin siittu!tlnea d e los procediinientos que la constituyen, Los procedimientos cuyos trminos forman parte d e una estructura compleja esttica son llamados c~nplementarioscuando son c a p tados en el momento del funcionamiento d e la misma estructura, sin qiie, por ello, el estatuto sincrnico d e h estructura pueda ser puesto d e nuevo en tela d e juicio. La descripcin es, pues, una praxis metalingistica, en el curso d e la cual todos los prcxedimien. tos cuyo conjiinto coiistituye el modelo descriptivo estn simult. neamente presentes y operantes. Los procedimientos d e descnpcin slo son, en esta perspectiva, reglas d e funcionamiento d e la estructura que es la descripcin, exactamente del mismo modo que ias reglas gramaticales dan cuenta del funcionamiento d e la estruc. tura gramatical. El corpus que se ha d e describir p e d e ser simple y satisfa. cersc con una sola estriictiiracin; pero piiede ser ms complejo y exigir varias: la descripcin u: dividir, en este caso, en una serie d e descripciones parciales independientes, que se encajen jed rrquicarnente las unas en las otras. Lo que hay que retener, e s que cada descripcin parcial slo puede organizar los contenidos semmicos, obtenidos por las reducciones como articulaciones de la estructura elemental.
258
Semntica estructural
para comprender mejor h complemmtaiiedad d e los v e & mientos d e reduccin y d e estmcturacin, nos gustara i n d u c i r , aqu el concepto d e h a n ~ l o g ~ Segn n ~ el Vocabulaire Q ~ J P svphphique d e M a n d e , en un sistema de relaciones del tipo: 3:
A
vs
A '
vs 8'
A y A' m gamadas 44homlogas'' por relacin a B y . ' B Ms cularmente, "en matemtica, las *es correspondientes d
figuras semejantu o, m s &noalmente, c o ~ l t i v a son s Da homlogas". Restringindo, para adaptarla a nuestras nece inmediatas, la definicin de este concepto, diremos que
l o cual si&ca: d m sememas S y S' sern llamador homlogra por relacin a n o S y a no S s i poseen ui comn un contenido smico S (S de&, un >aria por 10 menos), que, considerado comd trmino psitivo, est presente al mismo tiempo, en su forma negiY tiva d e n o S, en los sememas n o S y no S'. Dicho de otro modo, la reduccin d e los sememas-ocurrenck S y S' a un solo sememq' descriptivo i610 e s p e r t i n e n t e si e l contenido smico idnti permite esta reduccin esti i g i h n t c presente, bajo su fo d e 1 s ocurrenci categrica negativa, en el inventario +do S y n o S', redvctible tambiin, y d mismo tiempa a otro u m m F descriptivo, que es homlogo por relacin al primero. La h o r n d . legacin as entendida subsume, por coosigvients a h vez duccin y la estnicturacin. Vemos, pues, q u e l o que caracteriza las reducciones sim la identificacin d e los contenidos smicos s d e u n invent
:
259 ocurrencias dado, y que sta exige la presencia "estructurante", es decir, disjuntante, d e los trminos negativos de las categoras &micas cuyos trminos positivos tratamos de identificar. Las reducciones complejas implican, adems de la base, generalmente clasemtica, comn a todas las ocurrencias, la presencia de los contenidos smicos cuya equivalencia slo puede ser establecida gracix a las relaciones hipotcticas. La homologacin, considerada hasta ahora. binaria. puede ser ampliada hasta las dimensiones d e la estructura elemental articulada en seis trminos. Si admitimos que una categora binana puede manifestarse en seis sememas-ocurrencia constituyendo separaciones de significacin suficientes, n o puede ser excluida la posibilidad d e una homologacin que pudiera operar 1a.reduccin en el interior del cuadro estructural articulado d e la misma manera. El concepto de h o m o l ~ ~ ~ c nos i nayuda a dar un paso adelante hacia la comprensin de las transformaciones estructurales que hemos situado en las zonas de enmaraamiento de corpus de carcter diacrnico. Roman Jakobson, que ha sido uno de los primeros en interesarse por ellas, ha propuesto interpretarlas en el cuadro de la sobredeterminacin d e los elementos estructurales. As. la desapa. ricin d e la declinacin del antiguo francs puede explicarse por el establecimientoprevio del orden sintagmtico de los elementos del' enunciado, que, a causa d e la redundancia, libera a continuacin los formantes desinenciales y autoriza su cada. Este ejemplo no d a cuenta, bien es verdad, ms que de la subst;tucin de los formantes: la categora actancial "sujeto" vs "objeto", expresada de manera redundante durante un percdo de enmaraamiento d e los significantes, sale de la prueba sin haber sufrido ninguna m d i ficacin. Pero podemos concebir muy bien tales sobredeterminaciones e n el plano del contenido: una estructura binaria homologada, que funcione como una permanencia y que produzca d e modo redundante sememas de substitucin homologados: S', S", S"'. etc., en
Procedimientos de desc~ipcin
. '
260
Semntica estructuraf
P~ocedmientosde &sc,-ipcin
261
d e disjuncin con l o s sememas no S', no S", no S"', puede. .' ponerse a generar, en un momento dado. no ya loa sememas bina* tios, sino una estructura remmica ternaria. que comporta, a d e n h de I w sememas polarizados, un tercer semema que articula el trC mino complejo. A poco que la generacin de las m r r e n c i u artimC ladas en tres tnninos persista, una zona de enmaraatniento, que comporte a la vez las e s k c t u r u bina& y l a s estructum tuna&, e halla constituida, no dejando subsistir. a continuacin. ms que , la estntctun. ternaria nicamente. Este t i p d e transformacin tructural ha sido descrito por Lvi*Str;russ (Anthtopologie ~ o c i a l e ~ .:+ pg. 248). que muestra cmo una estructwa b i a homologah $ #$ tal como
vs no S (muerte) S (vidc) SI (agricultura) vs no Si (guerra),
,
rizante d e Brgndal - q u e nuestra terminologa echa por tierrapermanece extraa a las preocupaciones lingsticas.
g)
Guerra (negativo)
. ,
. .
NOTA:De hecho, el problema es, como de costumbre. mi< complejo de " 1 vista: no vemos por qu la substitwin. e h ~ t u a + ~ i lo que parere a nivel de h variacin de las ocurrencias. Ihcta, en un momento dado, a h '9 9 R I misma estructura. La interpretacin tradicional del cambio por el deterioro histrico no parece satisfactoria. Volveremos a considerar el problema mS v s muerte en Bernanos. adelante, analizando la estructura
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Con la homologacin, que resume los diferentes d e reduccin subordinndolos a la exigencia de una puesta en estructura correlativa, se acaban la eiiumeracin y la formulacin de los procedimientoc generales de la descripcin de los microuniverx semnticos, partiendo del Corpus cerrado de manifestacin. Los procedimientos ulteriores que cabra proponer concerniran ya a la organizacin de los modelos particulares, En efecto, los procedimientos conservan su carcter general mientras trata de la descrpcin del contenido propiamente dicho. es decir, del contenido instituido, en el interior de una manifestacin redundante y cerrada, por la actividad predicativa del d I' S C U ~ S O y descrito. por consiguiente. a partir de los inventaria d e mensajes. El anlisis de las clases de los predicados, cuali6cativos o funcionales, instituye, en efecto, por =parado o a la vez (con ayuda de precauciones cuyas reglas estn por precisar), los actantes semnticos: tras la descripcin del contenido cuyos procedimientos acabamos de estudiar, nos hallaremos pues, en principio, en presencia de tantas estructuras simples homologadas como actantes hay. De. ber ser considerada, pues, una nueva etapa de la descnpcin, de. dicada a una nueva estnicturacin de actantes, a su reconocimiento y al establecimiento d e una constitucin del microuniverso descrito. Pero cabe igudrnente otra salida. Habiendo transformado el anlisis predicativo el inventario de los mensajes funcionales en un reducido nmero de estructuras de contenido homologadas, en lugar de atribuir las estructuras a 10s actantes, puede, por el contrario, interesarse por las relaciones entre las clases de funciones y con.
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S e d n t i c a cstructurd
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.iderar los contenidos homologadm como constitutiva de e% t.A clases, y no d e los actarites. Hemos visto, al establecer las fun- 2 iC ciones, que el anlisis funcional ~ropiamentedicho &lo puede ser -!:, concebido si las funciones -que sern. en la etapa de la d e x i p - .$;; cin a la que hemos llegado, investidas d e contenidm analizados y , ; ' homologados- presentan entre si relaciones de consecucin, si ma. f, nifiestan una diacrona, un "antes" y un "despus" lgkos. Una ,'$' 3, etapa descriptiva diferente de la construccin actancial. que oigdr ",+. nice las funciones invertidas de contenidos en una skcuencia t t a n r \"$ forrnacional, deber ser pevista desde ese momento. Esta ltima etapa de estructuracin, dedicada a la organizacin $ d e los contenidos instituidos e investidos ya sea en los actantes, ya . ,)$: ;j? sea en las funciones, debe acabar la descipcin. En su fase insti- ~3~ tucional prevista. sta ha prmanecido urncialmente taxmmica, ,'!"! organizando las signiLaciones en contenida jerrquica dispa- ( bles. Los modelos que hay que tratar de describir a partir d e ah j deben particulan~arlos: su mudo de existencia es el del m i c m :: universo descrito. Pero, al mismo tiempo, son ms generales q los conten,idos particulares y aparecen como invariantes, como '. tipos de organizacin de la significacin en micmunivenod d e los . cuales los contenidos investidos no son m 2 que variables. .Nos encontramos, segn vemos. en el terreno de las conjetu m el que toda formulacih de hiptesis parece prematura. A v a - .,; . tanto atientas: los tres caPtu1@5 que siguen constia zarema tuyen m u t s u u d e reflexiones y de anlisis pvciales que exploran :!;, terrenos Las generalizaciones a las que pueden eres- .. tarse tendrn solamente, es evidente, un valor hipottico.
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Cuando un mitIogo. Georges Dumzil por ejemplo, se p a todos sus representantes, el procedimiento que utiliza sigue dos caminos diferentes :
pone d e ~ r i b i r una poblacin divina analizando uno a uno
I . Tras elegir un dios cualquiera, Dumzil constituye, con la ayuda de'todos los textos sagrados. mitolgicos. foiklricos. etc.. un corpus de proposiciones en las cuales el dios e n cuestin e n t a como actante. A par+ del inventario de los mensajes funcionales, las reducciones sucesivas, seguidas d e homologacin, le permiten con* rituir aquello que cabe designar la esfera d e actividad del dios
2. Una vez constituido 'un corpus paralelo, que contenga la totalidad d e las cualificaciones de ese dios tales cuales puede hallrselas en forma d e sobrenombres, eptetos estereotipados, atributos divinos, o bien en.sintagmas en expansin que comporten consideraciones de carcter teolgico, su anlisis permite establecw la fisonoma moral del dios considerado. Se derivan de esto dos posibles definiciones del mismo dios: la primera, aunque partiendo del principio de que un dios se reconoce por lo que hace, pero considerando su actividad como m-
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8 :
Semntica estructural
265
tica, lo inscribe como uno de los actantes de un universo ideolgico; la segunda lo sita como uno de los actantes con ayuda de l a cuales se conceptualiza una axiologa colectiva. Las cosas no suceden de manera diferente en la tierra: as, cuando, por ejemplo, tras haber elegido, para su descripcin del universo racineano, el anlisis funcional, R. Barthes afirma que la tragedia racineana no es psicolgica, no puede por menos de di+ gustar a los partidarios de las explicaciones cualificativas tradicionales. Hemos visto que a este nivel de descripcin los dos anlisis pre- . dicativos - e l funcional y el cua1ificativ0-, lejos de ser contra. dictorios, podan, por el contrario, en ciertas condiciones, ser cona siderados como complementarios, y sqs Asultados como canvertibles del tino al otro modelo: el dios poda obrar conforme a su propia moral; sus comportamientos itentivos. considerados tpicos, podan sede integrados como o t m tantas cualidadu El p b l e m a 1 S d e la disjuncin de los procedimientos descriptivos no se plantea, ;* .ino ms tarde, cuando, estando ya instituida tales actantes. es decir, investidos d e contenidos, hay que intentar la descripcin del rnicrouniveno en el interior del cual aqullos existen u obran. Esta ,$ nueva descripcin, situada a un nivel superior, no ser posible ; ms que si disponemos, para emprenderla, por lo menos d e un cierto nmero de hiptesis conceinientes a su objetivo. Pero, para elaborarlas, hay que tratar de responder primeramente a dos t i p : de cuestiones: a) <cules son las relaciones recprocas y el modo de existencia en comn de los actantes d e un microuniverso? b) <cul es el sentido, muy general, de la actividad que atribuimos a los actantes? <en qu consiste esta "actividad", y, si es transforrnadora, cul es el cuadro estructural de esas transformaciones? Vamos a tratar d e responder primeramente a la primera de estas preguntas.
Hemos dicho ya que nos ha sorprendido una observacin de Tesnikre a la que probablemente slo atribua un valor didcticen la que compara el enunciado elemental a un espectculo. Si recordamos que las funciones, segn la sintaxis tradiciond, no son ms que apeles representados por las palabras - e l sujeto es en ella "alguien que hace la accin"; el objeto "alguien que sufre la accin", e t c . , la proposicin, en una tal concepcin, no es en efecto ms que un espectculo que se da a s mismo el h k o lo.
quens. El espectculo tiene, sin embargo, esto de que es permanente: el contenido de las acciones cambia durante todo el tiempo, los actores varan, pero el enunciado-espectculo perma. nece siempre el mismo, pues su permanencia est garantizada por la distribucin nica de los papeles. Esta permanencia de la distribucin de un reducido nmero de papeles, como decamos, no puede ser fortuita : hemos visto que el nmero de actantes estaba determinado por las condiciones a p r i e rsticas de la percepcin de la significacin. En cuanto a la naturaleza de los papeles distribuidos, nos ha parecido ms difcil el pronunciarnos : hemos credo indispensable al menos cmegir la formulacin temaria, coja, substituyndola por dos categoras actanciales, en forma de oposiciones:
sujeto vs, actante, desrinador v s desrinatario.
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A partir de aqu, hemos podido intentar la extrapolacin siguiente: puesto que el discurso "natural" n o puede ni aumentar el nmero de actantes ni ampliar la captacin sintctica de la signifie cacin ms aii de la frase, debe suceder lo mismo en el interior de todo microuniverso; o mis bien al contrario: el microuniverso
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Semnticaestructurd
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todo d e significacin. ms que en la medida en que puede surgir .: en todo momento ante nosotros como un espectculo simple, como una estructura actancial. Dos retoques de orden prctico han sido necesarios a continuacin pan ajustar este modelo actancial, tomado de la sintaxis, a su .,* nuevo estatuto semntico y las nuevas dimensiones del micrb f . ' ! , universo: considerar, por una parte. la reduccin de los actantes sintcticos. a su estatuto semntico (Mara. ya re'ciba la carta. ya se ' le enve. es siempre "destinataro"); y reunir. poi otra parte. todas las funciones manifestadas en un corpus y atribuidas sea cual fuere su dispenin. a un solo actante semntico. a fin de que '> :S ., .,:. cada actante manifestado posea, detrs de s, su propio investi,?. ,. ~ miento semntica y de que podamos decir que el conjunto d e 10s . actantei monocidos. sean cuales f u e m las relaciones entre ellos, .:.:,u1 ,.i:. son representativos d e la manifestacin entera. ; H e aqu hasta dnde se llega con la hiptesis de un modelo a u tanciai considerado como uno de los principios posibles de la ot* ganiucin del universo semntico, demasiado cmsidenble p a nw captado en su totalidad. en micmniveruir accesibles d hombre. Sera ahora necesario que las descripciones concrens d e los domi* nios delimitados. 0. por lo menos. de las observaciones de carcter p n e n que. d n apoyarse en anliii. pmciwa. llevaran sin embargo a conjuntos significantes vastos.y diver* vinieran a conlimar estas extiapolacioner lingsticar, apurtando d mismo tiempo informa' ciones acerca d e la significacin y acerca de las posibles articula* ciones de las categoras actanciales.
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267 laire turse, cuya traduccin americana, relativamente reciente. es conocida slo desde hace poco en Francia. Tras haber definido el cuento popular como un desarrollo, en la lnea temporal, de sus 31 funciones Propp se plantea la cuestin de los actantes, o de los dramatis persmae, como l los llama. Su concepcin de los actantes es funcional; los personajes w definen, segn l, por las "esferas d e accin" en las cuales participan. estando constituidas estas esferas por los haces de funciones que les son atribuidas. La invarian. cia que podemos observar comparando todos los contextos-ocurrencia del corpus es la de las esferas de accin que son atribuidas a 10s personajes (a l a que nosotros preferimor llamar actores), variables de uno a otro cuento. Ilustrando esto con la ayuda de un esquema simple (vase ms abajo). remos que, si definimos las funciones FI, Fz y F3 como constituyentes d e la esfera de actividad de un cierto actante Al. la invanancia de esta esfera de actividad de un cuento al otro permite considerar a l a actotes al, a2 y a3 como expresiones onmenciales de uno solo y el mismo actante A,, definido por la misma esfera de actividad.
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1 1 1 . LOS ACTANTES
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de esta hiptesis ha sido a p a d a en nuestr;i opinin por V. Propp. en su Mqhologie au 'Onte P P U '
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De donde deriva que, si 10s actores pueden ser instituidos en el interior de un cuento ocurrencia, l a actante$ que son ,-lases de actores no pueden serlo sino a partir del c q u s de t d o s los cuentos: una articulacin de actores constituye un mento particu~ar;
268
Semntica estructural
una estructura de actantes un gnero. Los actantes poseen, pues un estatuto metalingstico por relacin a los actores: presuponen acabado, por otra parte, el anlisis funcimd. es decir. la cmstitu. cin de las esferas de accin. Este doble procedimiento: la institucin de l a actores p la devnpcin de sus funciones y la redmcin d e las clases de actores a actantes del gnero. le permite a Propp establecer un inventario definitivo de los actantes, que son:
the viGn; thc donor (p~avider); 3.0 the help~r; 4.0 t k soughtfor person (a& her father); 5.O the dispatckr; 6.0 t k hcro; 7.O the false hcro.
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Este inventario le auturiza a dar una definicin actancial del cuento popular ruso, como un relato de 7 personajes-
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ACTANTES DEL TEATRO
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269 a un tipo de relatos -las obras teatrales- muy diferente del cuento popular y que sus resultados podan ser comparables a los primeros. Encontramos all, aunque expresadas en otros trminos, las mismas distinciones entre la historia evenimencial (que n o es para l ms que una serie de "temas dramticos") y el nivel d e la descripcin semntica (que se hace a partir de las "situaciones", dexomponibles en procesos de actantes). ~ncontramos,'finalmente, un inventario limitativo de los actaqtes (a los que bautiza, con arreglo a la terminologa sintctica tradicional, 'con el nombre d e funciones). Por desgracia, tras haber vacilado algn tiempo entre 6 y 7 funciones dramticas, Souriau se decidi finalmente a limitar su nmero a 6 (nmero discutido, por otra parte, en sus Techniques de I'oeuvre, p o r Guy Michaud, el cual deseaha restablecer la s p tima funcin, la del traidor) : se habran obtenido as definiciones paralelas de dos gneros diferentes - c u e n t o popular y pieza teatral-, que, cada uno por separado se habran h a d o como relatos de 7 personajes. El inventano de Souriau se presenta del modo siguiente:
En el punto mismo en que Pmpp detiene su anlisis. hallamd a r o inventario bastante semejante : el catlogo de las "funciones'! drrmiticas presentado p o r E. kuriau. e n su obra les zoo.om S;: tuatia dramatiques. La reflexin d a Souriau. aunque subjetiva y carente de apoyo en ningn anlisis concreto, no est muy dejada de la descripcin d e Propp; dicha reflexin la prolonga incluso en cierta medida. Es poco probable que b u n a u haya conocido la obra d e Pmpp. Una cuestin de este tipo no es ni siquiera &* nente El inters del pensamiento de Souriau consiste en el hecho d e haber m a t r a d o que la interprrtlcin actuicial poda apliuiu
... ... ... ... Tierra ... ... ... Marte ... ... ...
Balanza Luna ...
Len Sd
la Fuetza temtica orientada; el Representante del Bien deseado, del Valor orientante: el Obtenedor virtual de ese Bien (aquel para el cual trabaja el Len); el Oponente: el Arbitro, atribuidor del Bien: el Auxilio, reduplicacin de una de las fuenm precedentes.
No hay que dejarse desanimar por el carcter; a la vez energtico y astrolgico, de la terminologa d e Souriau : no logra velar tal terminologa una reflexin que no est falta de coherencia.
Semntica estructurai
27"
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tu definiciones de Propp y de Souriau cmfiman nuestn ini terpntacin en un arito importante: un nmem m k g i d o d e tminos actanciales basta para dar cuenta de la organizacin d e un mioouniverw. Su insuficiencia reside en el c a r i e a L vu demadado e iosuficientementc fmal que hemos querido d u a dicha.. d&iciones: d e h i r un gnero rolmente por el nmem d e 1actantes, haciendo abstraccin de todo contenido. es colocar k definicin a un nivel formal demasiado elevado; p e n t a r 10s m t e s en forma de u n simple inventaio, sin pregunmse acerca reIacioner posibles entre s, es renunciar demaGado v t dejando la segunda p a r t e de la definicin. SUS nsgm e s p t c$icos, a un nivel de formalizacin insuficiente. Puece. nece&a m a uteg&zacin del inventario de 1 - actantes: v a intentarla comparando, en una primera aproximacin, 1 inventaria de que disponemor: el d e Propp. el d e Sou aqudotm, ms restringido, ya que no comporta ms que dos cateherm~.podido extraer de lar. conlideradones goad"&s, ace,a del hncionamiento sintctico del discutso.
1 i:
1
Objeto
Sought-for g e r s ~
Propp
Hero
Vs
Una primera observacin permite hilkr c identificu, en 1 inventarias de Propp y de Souiiau. 10s dos actantes nntdi conaitutivos de la categor "sujeto" vs "obieto'.'. ES a ~ ~ ~ ~ b r n r o . d e d e ahora. que la relacin entre el sujeto y d hay que obgto, que tanto trabajo nos h a costado pncisr, sin que lo hay m o s logrado ~om~ietarnente,. aparezca aqu con un invefimiento -&tico idntico en l a dos inventaria. e l de "deseo". Parece p&ble concebir que Ia transitividad, o la rtdmh ~ ~ e d ~ ic-V ca, hema sugerido llamada, situada en la dimenrin mtica d e la ma4n&stacin, aparezca, como conucuencia de esta combin mica, como un wmema que realiza el ebcto d e sentido "de~o". Si
u.
La bsqueda de lo que podra corresponder, en las intenciones de Propp y de Souriau. a esta segunda categofia irtancial no puede por menos d e plantear alguna dificultad, debido a la frecuente manifestacin sincrtica de las actantes -ya encontrada en el nivel d e h sintaxis-. acumulacin a menudo constatada, d e d a actantq presentes en la forma de un solo actor. ~.----Por ejemplo, en un relato no fuera ms que una trivial historia de amor que acabara, sin la intervencin de los padres con e1 matrimonio, el sujeto es a la vez el destipatuio, en tanto que el objeto es al mismo tiempo el destinador del amor:
---- =
Ek
.El
Sujeta -t Destinatario
Objeto
+ Destinado-
27"
-- .
,-.. . .
a a m actants se encuentran ah, simtrica e invertida. p r o sincretinada bajo la forma de dos actore* pero v e m a tambin -y la cancin d e Michel Lcgnnd, unresumen hbda en les parapluies & Cherbnirg, lo muesu. en pre&onante : "Un ho-e, une femme. Une pomme, un &ameumn
--u
273 el rey. ora el ~ a d r e -confundidos o no en un salo actor- quien encarga d hroe d e una misin. Podemos, pues, sin grandes retoques y sin recurrir al psicoanlisis, reunir el padre de Ia persona
deseada con el mandador, considerndolos cuando se pre*nten p r ~eparado,como dos actores d e un mismo actante. En cuanto al destinatario, parece que en el cuento popular mso, su campo de actividad se funde completamente con el del sujetwhrn. Una cuestin terica que cabe plantearse a este p m psito, y que volveremos a encontramos ms adelante, es la de saber s i t a h fusiones pueden ser considendas como criterios p r tinentes para h divisin de un gnero en subgneros. Vemos que las dos categoras actanciales parecen constituir, hasta ahora, un modelo simple centrado enteramente sobre el Objeto, que es a la vez objeto de deseo y objeto de comunicacin.
a u i facilidad h d i r j n c i ~ del objeto y'del d u t i i o r pi& > de producir un modelo de tres actantes* En un p&t0 del tiPo d e la Qu& du S a i n b G r ~ t , p el e a ,los cuatro actante% bihn distinta. son u t i c d a d a en d a categckas : Suieto HCroe
-=
v
Smto G f d
Dios Hummiidad
Destinador
vs
Destinatario
J&pa&
Bin< vr
d O b M d a w ' d d dr
e x Bien.
Resdta ms difcil acertar la articulacin categrica de los o t m actantes, aun cuando sIo fuera porque nos falta el modelo s i n . tctico, Reconocemos. sin embargo. sin dificultad, dos esferas d e actividad y, en el interior d e stas, dos tipos d e funcimer bastante distintas : 1 . Las unas que consisten en aportar Ia ayuda operando en el sentido del deseo, o facilitando Ia comunicacin.
2. Las otras que, por el contrario, consisten en crear obstcu. los, oponindose ya sea a la realizacin del deseo, ya sea a la comud nicacin del objeto. Estos dos haces d e funciones pueden ser atribuidos a dos actantes distintos, a los que designaremos con los nombtes de
En el anlisis d e Propp, en cambio, el destinador parece estar anirulado en dos actores, el primero de l a cuales S bastante in* ! knuamente confundido con el objeto del deseo:
i n tanto que el segundo aparece. como era d e espcrar, bajo el nomd bx de disptcher (mandador)).En 1 s ocumncias, en efecto, es ora
Adyuvante vs Oponente.
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Semntica estructur<ll
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Reflexiones acerca
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Esta distincin corresponde bastante bien a la formulacin de Souriau, de quien tomamos el trmino oponente; preferimos el trmino adyuvante, introducido por Guy Michaud, a "auxilio" de Souriau. En cuanto a la formulacin d e Propp, encontamos ella oponente, denominado peyorativamente villain (= traidor), mientras que el adyuvante mcubre dos personajes el helper y el donor (= provider). Esta elasticidad del anlisis puede sorprender a primera vista. z .:.: No hay que olvidar, sin embargo. que los actantes son institui.' :?.; .>:. y,;: dos por Propp sin hablar de Souriau, a partir de sus esferas accin, es decir, con ayuda solamente de la reduccin de las f u q y'. ciones y sin tener en cuenta la homologacin indispenmble. N o u trata aqu de hacer la crtica d e Propp, cuyo papel de precutsorpf ,,,,; considerable, sino simplemente de registrar los progresos realizados, . .::::J durante. estos treinta ltimos aos, debido a la generalizacin de :f los procedimienior crtructuralistrr Hay adems que tener en cuma ' 4 ta el hecho de que es ms fcil operar cuando disponemos d e dos ; , .i .. i . ,. inventarios comparables que cuando disponemos de uno solo. ,'.'
'
Cuando, .en el transcurso del procedimiento de normalizacin, hemos querido conceder un estatuto formal a los adverbios, los hemos designado como aspectos constitutivos de una subclase hipotctica de funciones. Existe en francs, en el interior de la clase bastante' ma definida de los adverbios, un inventuio muy restnngido de adverbios de cualidad, que se presentan en forma de dos parejas oposicionales :
voloniiers' bien
vs. nunm~>~>s, vs 4 ,
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Podemos preguntarnor a qu corresponde, en el vniverso m* tic, cuya estructura actmcid queremos explicitar. esta oposicin .:,'. entre adyuvante y oponente. A primera vista. todo sucede como S& : al lado d e los principales interesados, aparecieran ahm, en el .. espectculo proyectado sobre una pantalla axiolgica, actantes que , i representan, de modo esquematizado, las fuerzas malhechoras y, - i bienhechoras del mundo, encarnaciones del ngel de la guarda y del . , , diab!o del drama cristiano de la Edad Media. Llama tambin la atencin el carcter secundario de estos dos ., ltimos actantes Jugando un paco con las palabras, ~odramos de: . cir, pensando en la forma participial mediante la cual los hemoi :'I designado, que se trata en este caso de "participantes" circunstan, dales, y n o de verdaderos actantes del espectculo. Los participios n o san de hecho sino adjetivos que determinan a los substantivos en la misma medida en que los adverbios determinan a los verbos.
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que podran ser justamente considerados como categoras aspecmales, cuya intetpretacin semntica d c e difcil: la primera categora indicara, eq el proceso de que se encuentra investida la funcin, la participacin d e la voluntad, con o sin previsin de la resistencia ; la segunda constituira la proyecan, sobre la funcin, de la apreciacin que el sujeto hace acerca de SU propio proceso (cuando el sujeto se identifica con el locutor). Vemos ya dnde queramos llegar: en la medida en que las funciones son consideradas como constitutivas de los actantes, n o vemos por qu no podramos admitir que las categoras aspectuales p e d a n constituirse en circuristantes, que seran las fmulaciones hipotcticas del actante sujeto. En la manifestacin mtica que nos interesa, comprendemos que el adyuvante y el oponente n o sean ms que proyecciones de la voluntad d e obrar y d e las resistencias imaginarias del mismo sujeto, juzgadas benficas o malfica po, relacin a su deseo. Esta interpretacin tiene un vaior relativo. Trata de explicar la aparicin en los dos inventarios, al lado de verdaderos actantes, de los circunstantes, y de dar cuenta a la vez de su estatuto sintctic0 y de su estatuto semntica.
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Este modelo. inducido a partir d e 1 s inventan- que p m a necen a p s a r de todo inseguros, y co~stmido teniendo en cuenta la estmctura sintctica de las lenguas naturales parece p e r . en ,zn de su &nplicidad, y pata el anlisis de L manifatacimes &ticlr solamente, un cierto v,alor opetatoo. Su simplicidad nside en el hecho de que est por entrm centrado sobre el objeta del deseo perseguido pa el sujeto,' y situado, como objeto d e cw rnunicacin. entre el destinadn y el destinatario. estando d deseo del sujeto. por su parte. modulado en proyecciones d e adyuvante y oponente :
zada, que comporta un investimiento smico ms pesado, de "deseo", que se transforma, al nivel de las funciones manifestadas, en "bsqueda". Diramos as que las patticularizaciones eventuales del mudelo deberln referirse sobre todo a la relacin entre los actantes "Sujeto" vs "Objeto", y manifestatse como una clase de variables constituida por investimientos suplementarios. As, simplificando mucho? podramos decir que para un sabio filsofo de IOS siglos clsicos, estando precisada la rdacin del deseo, por un investimiento smico, como el deseo de conocer, los actantes d e su espectculo de conocimiento se dltribuiran poco ms o menos del modo siguiente :
Sujeto Objeto Destinador Destinatario .................. Oponente Adyuvante ..................
........................ ........................
.................. .....................
Fi7sofo;
Mundo;
Dios; Huma~Aad; Materia; Espintu;
De igual modo, la ideologa marxista, al nivel del militante, podra ser distribuida, gracias al deseo de ayudar al hombre, de modo pardelo:
IX. EL INVESTINIIENTO "TEMATICO"
Sujeto ........................ Objeto ........................ Destinador .................. Destinatario .................. Oponente .....................
Adyuvanre Hombre;
Si deseramol preguntama acera de las posibilidades de uti. lizacin. a ttulo de hiptesis estnicturd, d e este modelo que cm* sideramos opent&o. deberamos comenzar por una o b s e ~ a c ~ :n el hecho de haber querido c m p a r u las categoriu sintcticas con la inventaria de Pmpp y de Souriau nos ha obligado a conside. rar Ir relacin entre el sujeto y el objeto -que ~Gmeramentenm ha pncido ser, en su mb grande, una relacin de orden teleolgico. es decir, una modalidad de 'pader hacer", qur, a nivel de la manifestacin d e las funcimes. habra encontrado uo "hacer" prctico o mtico- c m una relacin ms espcirli-
............... ..
Este es el camino que parece haber querido tomar Souriau proponiendo (op. cit., pgs. 258-259) un inventario de las principales "fuerzas temticas", que. por "emprico e insuficiente" que sea, segn confesin de su mismo autor, puede damos una idea de la amplitud de las variaciones a considerar.
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Se&ntic<r estructural
a i admiracin,
* 79 des. por un lado, y d e "todos los temores". por otro. Vemos que el modelo actancial propuesto, centrado en tomo a la relacin d e "deseo", es susceptible d e transformacin negativa. y que la substitucin de los trminos en el interior d e la categora
obsesin vs fobia
religioso a poltico: - cdicia. avaricia, deseo de riquezas, d e lujo, d e placer. d e k belleza ambiente, de honores. de autoridad. d e place-, d e orgullo; - envidia. celos: d i o , deseo de venganza: curiosidad (concreta, vital o metafsica): patriotismo; , deseo de un cierto trabajo y vocacin (religiosa, cientfica, artfsticai de viajero, de hombre de negocios, de vida militar 0 poltiu): necesidad de reposo, de paz, de asilo, de libeacin, d e libertad: .. . necesidad de Otra Cosa y de e n Otra Parte: necesidad de exaltacin, d e accin sea la que fitere: necesidad de sentirse vivir, d e realizarse, d e completarse: vrtigo de todos 10s abismas del mal o d e la experiencia: todos los temores : miedo a la muerte. al pecado, a los remodimientos. al dolor. a la miseria. a la fealdad ambiente. a la enfermedad, al tedio. a la prdida del amor: temor a la desdicha de los que nos estdn prximos, d e Su Sufri. frimiento o de su muerte, d e su abyeccin m o a l , d e su envi* lecimiento : temor o esperanza de las cosas del ms all 0).
debera. en principio, tenerrepercusiones profundas en la articula. cin del conjunto d e los trminos del modelo. Pero el principal defecto de la'hiptesis que acabamos d e emitir, y que es la posibilidad d e la particularizacin del modelo por el investimiento progresivo y variable d e su relacin d e objeto, apare. ce aqu con nitidez: l o s investimientos posibles enumerados por Souriau no interesan al modelo propiamente dicho. sino que dicen relacin al contenido sernntico sea del actante sujeto. sea del actante objeto, q u e puede serles atribuido por otros procedimientos, especialmente por el anlisis cualificativo, anterior a la constmccin del modelo actancial.
No podemos r e v h a r a esta enumeracin la falta de lo q u e el autor n o ha tratado d e poner e n d a : s u falta de ahaustividad o la ausencia de toda clas&cacin. Podemos en cambio, sealar en ella una distincin importante que, d e otro modo, hubiera podido tal vez escaprunm: la oposicin d e l a d e s e a y de las necesida-
Hablando d e inversiones, nos es difcil no dar un ejemplo d e manifestacin mtica contempornea q u e desarrolla una estructura actancial conforme, e n sus lneas generales. al modelo operatorio propuesto. en un campo en que slo una manifestacin prctica parecera tener derecho d e ciudadana: el d e las inversiones empresariales. La documentacin nos ha .S.ido proporcionada por F. y J. Margot-Duclot, ea Une enqufe clinique su7 les comportements Zinvestissemnts, destinada a aparecer e n una obra colectiva : I'conomie et-les sciences humaines. Los resultados d e esta encuesta, llevada a cabo en forma d e intervis no directivas, se pueden analizar e n el cuadro de un modelo actancia, que desarrolla, ante el encuestador, el jefe de empresa q u e quiere describir su
280
Setnntica estructural -
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1
p p i a actividad econmica y transformarla. de hecho, e n un moralizada es d e c i ~ mitic- que r e v e b m , de restructura actancial implcita. El sujeto-hroe es, naturalmente, el inveisiaWta. el C U queriendo describir una sucesin d e compatamienta econmicos experimenta la necesidad d e dar cuenta de su propio ppel y lo
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281
valoriza. El objeto, ideolgico, d e la inversin es, la dvacidn d e la ,Fe=, su proteccin i d hroe Uega a veces a hablu d e sta, stilsticamente, como d e un nio a quien hay que P e g e f d e l a . amenazas del mundo exterior. El owmente se presenta en la forma del p r w cientfico ~ y tmico, que amenaza al equilibrio establecido. , . . El adyuvuite son, en primer lu&, evidentemente. 1 " estudios preparatorios anteriores a la invenin: estudia de mercado, d e patentes, de rentabilidad. investigaciones de econometra e ine vestigaciones opratoriar: pero t d o esto, a p r de la amplitud de los desarrollos a a t d a a los que el tema se pmsta, no es nadq en el fondo, en comparacin con la urgencia. en el momento decisivo, del olfato y de la intuicin. de esa fuena mgica y "vig* dicante" que transforma a l presidentedirector generil en hroe mtico. El destinador es el sistema econmico que confa d hroe, a continuacin d e un contrato implcito, la misin d e salvar, mediante el ejercicio exaltante de l a libertad individual, el p o ~ e n i r de la empresa. El destinatario, d e modo contrario a lo que sucede en ei cuento popular ruso. en que se confunde con el sujeto, es aqu la e m p r r misma, actor sincrtico que subsume e1 actante objeto y el actante destinatario: pues el hroe es desinteresado, y la =compensa no es la hija del rey confiada a Ivan.cl~tontodel~pueb10, sino la rene fabilidad d e la empresa.
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X I . ACTANTES Y
ACTORES
El procedimiento del investimiento temtico de la relacin de objeto, por el salo hecho de que corre riesgo de hacer confundir, en cada momento, la descripcin del modeIo actancial con el anlisis cualificativo, aun suponiendo que este anlisis sea vlido, no es suficiente para dar cuenta de la variacin de l a m o d e h actmciales y para promwer su tipologa. No nqs resta, pues, ms que volver a los mismos actantes para ver en qu medida los esquemas de distria bucin de los actantes, por una parte, y los tipos de relaciones estilstica~entre actantes y actores, por otra, podran servir de citerirn para una particularizacio, "tipologizante". de los modelos actanciales. El primer criterio tipolgico de este gnero pudiera ser el sincretismo, a menudo registrado, de 1s actantes; podramos as sub4 dividir los modelos en gneros segn la naturaleza de los actantes que pueden ser sincretizados: en el cuento popular, segn hemos visto, son el sujeto y el destinatario los que se constituyen e n archiactante; en el modelo de investimiento econmico, en cambio, el archiactante se reaiiza por el sincretismo del objeto y del destinatario, etc. Tomado en un terreno no axiolgico, el ejemplo podra ser ms esclarecedor: as, la reina. en el juego de ajedrez. es el archiactante sincrtico del alfil y de la torre.
283
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aguda la presencia del actaqte todava no manifestado en la econw ma de la estructura. actancial. D e d e el punto de vista operatorio, y sin plantear el problema de la realidad de tal o cual distribucin de actantes, podemos con. siderar el modelo actancial propuesto como un ptimum de d w cripcin, reductible a una estructura archiactacial ms simple, pero tambin extensible (dentm de unos lmites que es difcl a primen vista precisar, pero que ciertamente no son considerables). debido a la posible articulacin de los actantes en estructuras hipotcticas simples, Una cuestiq totalmente dikrente es la de la denominacin de los aaantes que no dice relacin ms que por una dbil parte al aniisis funcional a partir del cual, siguiendo a Propp, tratamos de construir el modelo actancial aun cuando n o se vea la razn que pudiera impedirle articular los contenidos descritos gracias al an. Iisk cuaificativo. La denominacin de los actantes, que, por esto mismo, toman la apariencia de actores no puede, las ms de las veces, ser interpretada ms que en el cuadro d e una dexripcin taxonmica: las actantes aparecen e n ella, bajo forma de semema construidos, como lugares de fijacin en el interiot de la red axiw lgica, y la denominacin de tales sememas -ya lo hemos visto con.ocasin del anlisis del semema al que arbitanamente hemos denominado fatigu-, si no es contingente, dice relacin al nivel estilistico y no puede, por consiguiente, ser justificada sino tas el anlisis cualificativo exhaustivo. Aunque estando de a a e r d o en principio con Lvi*Strauss cuando dice, a propsito del anlisis de Propp. que la descripcin del universo del cuento popllu no pv de ser completa debido a nuestra ignorancia de la red axiolgica cultual que lo subtiende, no pensamos que esto constituya e l obstculo mayor paa la descripcin que, aunque quedando incomser pertinente. As, a partir d e secuencias compara. pleta, ~ u e d e bles tomadas d e los diferentes cuentos-ocurrencia, tales como:
284
Semntica estructud
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~isii funcional.
XII. EL ENERGETISMO DE LOS ACTANIES
N o hay que olvidar. en efecto, que el modelo actancial ea, en , primer lugar, la extnpolacin d e la estructura sintctica. El actante es no slo la denominacin d e un contenido a&olgico, sino tam* i i bin una base clasemtica que lo instiniye como una p i b i l i d a d d e proceso: es de su estatuto moda1 de donde le viene su carcter i d e f u e m de inercia., que le opone a la funcin, definida como un i dinamismo descrito. l Compndemos mejor ahora las razones que pudierm llevar a E. S o u h u a dar a los actmtes nombrrr de ~ l l o e t a s y de sipor del zodiaco. El simbalismo astrolgico expnr. bien, a su modo, esta constelacin d e ''fuerzas" que es la estructura actancial, capaz t d e eje"influencias" y d e obrar sobre l a "destinoi'. Conside) iindola d e d e este ngulo, compendema tambin una d e las razw i n u d e la f-ulacin energtica, puhional, del psicoanlisis h . diano, cuya ~mceptualizacin w basa, en ppaitc. en U i n v e ~ i ~ cin d e un modelo actancial, susceptible d e dar cuenta del can. portamiento humano. Del m i m o modo que una echadon d e la buenaventura que, e n posesin de un modelo astr~Igico,es ap-
d e generar un nmero relativamente elevado de horscopos, Prapp se pregunta, no sin razn, si el modelo del gnero, conveniente. mente descrito, no permitira la composicin mecnica de nuevas ocurrencias. Este carcter particular de los actantes, que los hace aparecer, al nivel de los efectos de sentido, como inercias, pudiera servir d e puntb de partida a una cierta estilstica actancial, que diera cuenta d e los procedimientos d e personificacin, de cosificacin, de alegora, incluso tal vez de ciertos tipos de figuracin, etc. Nos s o g e n d e , en efecto, la facilidad con que las ideobgas ms "abstractas" recaen al nivel cuasi figurativo de la manifestacin: con la ayuda del gusto romntico por las mayscuIas, las grandes figuras ideolgicas de la Libertad, la ifistona y el Eterno Femenino encuentran otros actores, pero de estatuto estilstica comparable, tales como Dangier "Peligro", Bonne Norcvelle "Buena Nueva" y Merencolie "Melancola" d e un Charles dlOrlans. Notamos igualmente que, mientras el actante sujeto est dispuesto para personificar los sememas que toma a su cargo y produce efectos d e sentido tales como:
El lapicero escribe mal ..., EI diario se pregunta...,
":
el actante objeto concede ms bien, debido a que es al mismo tiempo "paciente" y "actor", el efecto de sentido Uamado "simblico" a los objetos hipotcticos. tales como:
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O
manZana de
Eva
'
el fuego de Promefeo.
Vemos que tal estilstica tendra como tarea la de interpretar l o s efectos d e sentido debidos a los sincretismos que resultan del carcter energtico d e todos los actantes y de las articulaciones propias de cada uno de ellos. Una teora explicativa de la deno* minacin, que enlazara con la investigacin etirnolgica, habra d e
286
Semntica estructurd
~effezi
La
operatl analiti marca1
tener en cuenta esas predisposiciones actancialec, que, reunidas c m las redes taxonmicas constitutivas del contenido propiamente dicho, formaran un inventario de variables, a partir del cual podran calcularse las probabilidades de aparicin de denominaciones-evento.
fases j
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func posi
4
'
287 La economa del mtodo psicocritico comporta tres conceptos operatorios fundamentales y otras tantas fases del procedimiento anditico: como el paso de una a otra fase n o est muy netamente marcado, nos ha parecido indispensable tener en cuenta esas tres fases juntas, aunque la primera d e ellas pueda compararse tilmente con el anlisis ideolgico del capitulo siguiente. I . La primera etapa de la descripcin consiste en afirmar la de descubrir redes inconscientes comunes, subyacentes a un cierto nmero d e poemas de un mismo autor. Dicha etapa esboza, segn vemos, dos procedimientos que nosotros hemos dis. tinguido: por una parte, la reduccin de las ocurrencias a fun. uones semnticas; por otra parte, la puesta en consecucin de esas funciones, que n o emprenderemos sino ms adelante. As, la supere posicin de dos sonetos d e Mallarm, Vi6eusement fui y La chevelure v d 2une jlamme ..., permite proceder a la reduccin y a la organizacin d e las funciones de lo cual a continuacin presentamos un ejemplo (Der mtaphores obsdantes au mythe persmnel, pgs. 39-40) :
...
FUNCIONES CONSTRUIDAS
Muerte Combate
suicide sang tombeau t e m e t e tisin casque guerrier
Tnrmfo
Gradeza
Riu
. *
soneto
FUNCIONES.
OCURRENCIAS
mourir rubis gIoire 2.O soupirer corche exploit soneto fulgurante tutlaire
victorieusement roya1 tire gloire inspirattice or pourpre clat fete trsw triomphe d i a d h e oeil front rieur couronn joyeuse torche
-
~ef!e?im
288
Semntica estructural
cual no ' Sera en vano buscar indicaciones. que nos seran precious acer- ciente ( ca d e l a prmedimientos descriptivos que han permitido estas m inctKi~Ul ducciones: el autor no se interesa por esto. Le importa constatar, d e vas el carcter inconsciente de estas redes y, despus SU natu* 3 raleza permanente, obsesiva, que permita postular la existencia de idenffi 44formaciones psquicas autnomas", no lingi<tica* constitutivu c a c i ~ d e lo inconsciente. alg 2 . La mgunda fa=, que no est directamente vinculada a I . de que ti ~ r n e n utiliza , el mismo rn6todo de superposicin de las secuencias de fip wleccionadas del c q u s , a fin d e descubrir *secretas similitudes : obra afectivas" entre las "figuras miticas" que se manifiestan en 10s actan diferentes textos. Esas figuns, que son ~ e r m n a j uhumana, se 1 relac comtituyen en U g r u p ~ s d e figuras'.. As, las "figuras pasivas" d e dan Baudelaire : femme, cmidim, vitner, mmrtre, bouffm, MUr, e t s si establecemos las equivdencias terminol~cas.como anotes, m reducidas a un solo actante, al que Mauron designa el " w a d o t de quimera" (@. cit., pg. 134) Esta reduccin d e ac* tores a actantes se realiza por medio de una especie d e anliik funcional en estado embrionario, seguido del r e a ~ ~ a m i e nd te o las funciones en "esferas de accin". de lo que ofrecemos a continuacin una muestra. Segn Ch. Mauron. l a "purtadotes d e qimerYn presentan los siguientes rasga comunes :
Reflexiones ucerca
289
cual n o podemos decir nada, puesto que, por definicin, es inconscit., pg. 57), es "asimilada a una especie d e sueo ciente (q. inconsciente, con personajes", o, dicho d e otro modo, al fantasma d e variaciones mltiples.
3. La tercera fase comporta la definicin del mito penonal, identificado, a su vez. con la estructura de Ia personalidad. La aplicacin d e estos principios metodolgicos a los universos semnticas d e algunos grandes poetas franceses permite a C h . Mauron observar que toda "formacin psquica autnoma" comporta varicis " p de figuras" Si los actores se encuentran, d e un poema a otro, d e una obra e n prosa a otra, en una "situacin dramtica inestable", I a actantes, por su parte, constituyen, gracias a la permanencia de sus relaciones conflictuales, un sistema estable. Es a esta "situacin dramtica interna" a lo que Ch. Mauron dar el nombre de mito personal.
XIV.
Caminan hacia un fin, se okecen a la mirada, buscan un contacto. 2. Sin embargo, su camino ofrece obstculos: advierten su propia decadencia, el contacto es inexistente o nehsto (sucio, envilecedor, hostil).
I,
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......................................................
A esta descripcin, que, Uevada a rabo con ms rigor, parecM tal vez vlida, u aaden interpretaciones tomadv del psicoanlisis (al que el autor designa, bastante ingenuamente, PO con insisten* cia, como "cientfico'): la "fomacin priquica autnoma", de la
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Las "estructuras dramticas obsesivas" aparecen, a primera vista, bastante prximas a nuestro modelo actancial. Difieren d e l, sin embargo, en un punto importante, el de las relaciones que precisamente las constituyen en estructuras. Paa nosotros un actante se construye a partir de un haz de funciones, y un modelo actancial se obtiene gracias a la estructuracin paradigmtica del inventario de los actantes. Ch. Mauron ve, por el contrario, en la "superposicin de las situaciones" la posibilidad d e establecer las relaciones de conflicto entre actantes. Ahora bien, las situaciones son movedizas; pertenecen, como ya ha subrayado Souriau, al orden del acontecimiento que es la proposicin, y las funciones son atribuidas aqu a actantes sintcticos y n o semnticos: ningn anlisis puede operdr con dos clases d e variables simultneamente. La psicocrtica no se enreda por otra parte mucho con estas cuestiones de detalle,
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Seynntica estuuctivd
290
puesto que dispone a la vez de un conjunto d e situaciones con. flictudes y de modelos de pPrsonificacin que le Ohece la tradicin psicoandtica : "...como han mostrado las inv~wi~aciones de Freud. el soador mismo u r e p r e w n ~ d o corrientemente en el sueo par dos o varios personajes distintor. Yo mismo he adoptado el punto de vista siguiente: t o d a IOS pcnonajes que aparecen en un sueo representan ya se;. 1.0, una parte de la personalidad del sor adm, ya sea, . : 2 una pcnana con la cual una parte de la prsonalidad del soador est en relacin. lo ms a menudo de identifica. ,in. ea la realidad interior'' (R. Fairbain. Psychanalytic Studies of thr Persodity, citado por M a u m , q.kt., pg. "7). La ~sicocritica dispone. por consiguiente, de l a mdelos elaborados por Freud y rus sucemres, y la descripcin que emprende no consiste ms que en reunir los materiales que permitan la confrontacin de los actores y d e las "situaciones" reconocidos con las estructuras actanciales ya establecidas, y no en construir tales modelos. Las crticas que se podran fomular a este propsito irian directamente contra cierta concepcin del psicoanlisis, al cual Ch. Mauron considera equivocadamente como "cientficamente" establecido. Sin combatir el "ser" mismo del psicoanlisis, nos gustara, sin embargo, hacer aqu un cierto nmero de observaciones concer. nientes a su terminologa. Los especialistas reconocen (Eomo hace Pontalis) que el cuerpo de conceptos instrumentales rhborado par el psicoanlisis e s muy heterogneo y correspnde a esfuerzos sucesivos de aprehensin d e realidades psquicas. kxicalizada con la ayuda de medios lingsticos diferentes. 1. Existe en primer lugar una ~onic~tualizacin de caricter espacial que permite concebir la estructura de la prmnalidad como articuladora en varios estratos superpuestos (el stiperyo, el yo y el esto). que se encuentran en relacin hipotctica respcto a la estructura global. Es a este modelo al que se refiere Ch. Mauron cuando afirma que "cada figura no puede representar ms que un yo o algn aspecto del super-yo o del id" (op. iit., pg. 210). o
'
291 cuando dice que "el yo consciente de Baudelaire r identifica muy comnmente con este personaje (es decir, el actante denominado 'chat princier')" [;bid., pg. 1341. La lexicalizacin espacial de los Mator lo ha conceptos se ha convertido, en nuestros das -G. visto claramente-, en el mal, tal vez inevitable, de las ciencias humanas, y nosotros la utilizamos abundantemente. sin por ello ser engaados por el pmmlimiento empleado. D o s planos del lenguaje o dos planos d e la manifestacin no tienen para nosotros nada d e espacial al nivel de las definiciones, e n que designan simplemente dos trminos redundantes de una estnictura compleja, es decir. vinculados por la presuposicin recproca. N o osamos pronunciamas
Reflexiones acercd
'
sobre ese asunto, pero nos que esos niveles de la personalidad son considerada pm el psicoanqisi; sea como niveles estructuT-ales muy geneales, sea como expresiones de la estnictura actancial (operan. u censuran y se libera), sea. finalmente y esto estorba mucho al lingista-, como nivdes de conciencia. Tratad tan slo d e imaginar el aprieto de un lingista si se le pidien que describiera, teniendo en cuenta la categora "consciente" vs "inconsciente", la estructura gramatical del francs: a cada articulacin de1 singular, el plurai pasara en el subconsciente, y el indicativo se opondra al subjuntivo. inconsciente. Desde Saussure y su concepcin de l a estructura significante ( s u b ~ r i b i m apor ent& lo que ha dicho Merleau-Pmty a e s t e respecto). L categoria dicotmica de Ia conciencia que se opone a lo inconsciente n o es ya pertinente en las ciencias del hombre. y nosotros seguimos, p e r w nalmente, c m mucho inters los esfuerzos d e un Lacan que trata de substituirla por el concepto de asuncin. (Vemos. por otm paife, los aprietos en que se ve Ch. Mauron cuando debe decidir si tal o cual red d e metforas obresivas era consciente o incooxiente pus el poeta.) 2. Existe, por otra parte, un rndelo actancial tomado de la terminologa descriptiva de la estructura del parentesco. Este modelo es articulado y a a imagen de la fanilia occidentd r u t n n p d a
292
Semntica estructural
(padres e hijos), ya segn las representaciones, antropolgicaniente dudosas pero muy de moda en la poca de Freud, de la "horda Este modelo entra a veces en concurrencia con el pri* mero - e n la medida en que este modelo estrtico sea utilizado como actancial- y le substituye incluso en el anlisis que hace; por ejemplo, Ch. Mauron de Moliere. Dos observaciones de orden epistemolgico podran hacerse a este propsito. Por una parte, el modelo "estructura del parentesco" no es tan simple que pueda aparecer a primera vista y comporta, por el contrario, vanas redes relacionales que se complican debido a la lexicalizacin del "pez+ pectivismo" estilstico de los actantes: debe ser, por consiguiente, de un manejo metodolgico difcil. Por otra parte, su influencia sobre los espritus es muy fuerte, y las disciplinas que, como la Ingstica, la han experimentado durante varios siglos conocen sus efectos inhibidwes sobre la reflexin metodolgica. 3. Existen, finalmente, modelos mitolgicos, como el mito d e Edipo, que Freud utiliz metafricamente para describir ciertas si* tuaciones y no estructuras complejas, y de los cuales desprendi e n seguida el carcter tpico. La elaboracin d e tales modelos parciales, hipotcticos por relacin a la "estructura del parentesco". es metodolgicamente per. tinente. Es su carcter inductivo lo que los hace un poco mspechw sos, y nos gustara ver al psicoanlisis, superando esta etapa d e o s casos clnicos y d e las inventarizacin y d e ejemplificacin d e l denominaciones mticas constituirse una teora de modelos de anlisis, tanto actanciales como transformaciondes. Quisiramos aadir -puesto que hablamos de terminologaque la instauracin d e un procedimiento metafrico de conceptua* lizacin de una disciplina que trata de ser cientfica no puede dejar de tener consecuencias considerables sobre su desarrollo. Adems d e que cede a la tentacin constante, e ''inconsciente", d e tomar las por realidades, el psicoanlisis se cierra as el camino que debe llevarle a la coristruccin de un metalenguaje metodolgico
293 unvoco y coherente, formulando sus hallazgos, que son indiscu. tibles, en un lenguaje potico y ambiguo y que puede a menudo ir hasta la hipstasis misma de la ambigedad. La utilizacin, bien conocida en otras disciplinas, del vocabulario musical para habla d e la pintura, o a la inversa, comporta buen nmero de otros riesgos. El campo del que as tomamos con, ceptos metafncos puede tambin hacer progresas y articular de un modo nuevo sus conceptos y sus postulados. Es precisamente esto 10 que ha sucedido con la definicin del mito en antropologa, mientras Ch. Mauron trataba de utilizarlo para dar cuenta, por medio del psicoanlisis, de la estructura de la personalidad literaria. Pasando pot una serie de asimilacioness e m i c a d e s y semianalgicas, pero siempre "dinmicas" (]qu "palabra-pantalla", al lado de "concreto" para ocultar nuestra ignorancia!), el autw llega, a partir d e las excitaciones nerviosas de la primera infancia, a los fan. tasmas persistentes y finalmente al mito personal, estando gaantizada la unidad de este "todo" gentico, dinmico y estructural pot la "formacin psquica autnoma", de la que no podemos saber nada. Pero el mito personal, as definido, corresponde, en sus lneas generales a un relato mtico cualquiera considerado en forma de n . manifestacin bruta y que hay que someter precisamente al a lisis para desprender su estructura inmanente. Por una especie de paradoja que no es solamente terminolgica, el mtodo picocrtico leva una guerra de retraso, y i e detiene en el punto en que CO. mienza el anlisis con todo su bagaje d e problemas metodolgicor
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~orphologitdu ~mte pqdmre w s s e d e V . Pcwp es. a& balmente. bastaate bien conocida : adems. las v m e j a n z u de l$ ,en,, ppul, mun con los otm. cuentos eumpros del mismo estn suficientemente aseguradas como,pxa que ~ o d a m k hablar de a t a o b sin una exposicin previa d e SU contenido. S& b m a que tras haber prmedido a la d e s c r i ~ i nde Us funcionts
AeuGpcin que consiste a la ver e n la condensacin d e las unir ddeS sinagmiticu del relato en unidades semnticas denminad) y en su conrolidacin como invanantu por relacin a su pmsencia* en forma de variable. en los cuentor*ninmciapwpp p e una doble definicin del relato constituido por el cuento popular: 1. Considerando las relaciones entre las hmciones as desctits y los actante* a 10s cuales son atribuidas agrupa las funciona en erfnm Q accin, cada una d e las cuales define a un actante pareirni lar. ~ ~ le t prrnite o concebir el cuento como un relato de siete personajes, Considerando 1 s funciones en misma y en Su sucesib que es constitutiva del d a t o , Propp obtiene una s e s n d a dehicin
295 del cuento popiilar, caractetizada. segn este investigador: a ) por u n inventario bastante reducido de funciones (31); 6 ) por SU orden obligatorio d e sucesin. En el capitulo ptecedente, hemos tratado de explotar la primera definicin de Propp, preguntndonos en qu medida poda ayudar a comprender y a justificar u n modelo actancial ms general, utili. zable para un mayor nmero de descripciones de microuniversos mticos. Ahora se trata d e emprender una nueva exploacin: el anlisis funcional, ya 10 hemos visto, poda servir para describir los contenidos d e los actantes y dar lugar. por consiguiente, a la construccin d e un modelo actancial: pero, al mismo tiempo. era adecuado para servir d e punto de partida a una descripcin relativa a las relaciones entre funciones, que, aunque organizadas en relatos. deban. en teora al menos: a ) aparecer, como consecuencia d e la redundancia que caracteriza a toda manifestacin discursiva. en nmeto suficientemente reducido como para ser captadas como esttucturas simples ; b) ofrecer, al mismo tiempo. como consecuencia de su sucesin e n el relato. elementos d e apreciacin que permitan explicitar la existencia d e los modelos d e transformacin de las estructuras d e la significacin. Con el fin d e verificar. en cierta medida, estas previsiones te. ricas, nos es necesario reconsiderar el inventario constituido por Propp, para ver: a) si podemos reducir d e m d o apreciable dicho inventario. d e manera que captemos un conjunto funcional como una estructura simple; b) en qu consiste la consecucin oblgatoria de las funciones, y en qu medida puede ser interpretada como correspondiente a transformaciones reales d e estructuras. Una vez precisado de este modo el fin, slo nos resta intentar esta simplificacin del inventario, procediendo. si es posible. a nuevas reducciones y a eventuales homologaciones estructurantes.
En busca
296
Semntica estructural
. (
297
I
I .O
b) EL ~ ~ A R DE I LAS o FUNCIONES
El inventario de las funciones siguiente :
ausencia : 2.0 prohibicin: 3.0 idmcci6n t 4.0 investigacin ; 5.0 informacin: 6.0 decepcin: 7.0 su"si6n: 8.0 traicin: 8.011falta: 9.0 mandamiento: 10.0 decisin del h ~ : s s . 0 partida: 12.0 asignacin de una prueba: 13.0 afrontamiento de la p r u e h t 14.0 recepcin del adyuvante; 15.0 traslado e s p a d ; 16.0 combate: 17.O m a r a : 18.O victoria: 19.0 liquidacin d e la falta: 2 0 . " retorno: 2r.O persecucin : u . 0 liberacin : 23.0 Uigada d e incgnito; 4.0V. ms arriba 8 . O a 25.0 asignacin d e ULM 26.0 logro: q.0 reconocimiento : 28.0 revelacin del traidor; 29.0 revelacin del hroe; 30.O castigo: 31.O bodas.
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Estas 31 funciones constituyen un inventario demasiado amplio para que pueda ser intentada su estructuracin. Es necesario. por consiguiente, tratar de reducirlo siguiendo sobre todo la sugerencia del mismo Propp, que entrev la posibilidad de "emparejar" las funciones. Pero el emparejamiento, en esta etapa, slo puede ser emprico. y responder a la exigencia de una condensacin del relato en unidades "episdicas", dado que los episodios previstos poseen a priori carcter binario y estn constituidos por dos funciones solamente. T r a s tal "reduccin", el inventario de Propp se articula del siguiente modo :
1.O
2.O
3.O
1x.O
1z.O
13.O
1q.O
x5.O
16.0
17.O
18.0
1g.O
2o.O
ausencia: prohibicin vs infraccin; investigacin vs sumisin: decepcidn vs sumisin: traicin vs falta: mandamiento v s decisin del heme; partida: asignacin d e u n a prueba vs afrontamiento de la prueba; recepcin del adyuvante: traslado espacial; combate vs victoria: marca; liquidacin de la blta: retorno: persecucin v s liberacin; llegada de incgnito: asignacin d e una tarea vs logro; reconocimiento: revelacin del traidor vs revelacin del heroe; castigo vs bodas.
298
Semntica estructurd
Vemos que solamente un cierto nmero de funciones se prer tan al emparejamiento. El nuevo inventario, aunque ms reducido, no es ms manejable que el primero.
Podemos preguntamas si el emparejamiento de funciones no hacetle w e d e recibir una bstificacin metodolgica q u i operatorio. As, una pareja funcional tal como
prohibicin vs infraccin
prohibicin infraccin
es interpretada, en el cuadro de la descripcin ~inta~mtica de Pfopp. como vinculada p o r la relacin de implicacin (la infraccin, en efecto, presupone la phibicin). Considerada. en cambio, fuera de todo contexto sintagmtico, aparece como una categora smica, cuyos trminos son n la vez conjuntos y disjuntos, y fmulable. por consiguiente, mediante
S
Pero, por otro lado, si la prohibicin es la. forma negativa del mandamiento, y si la infraccin es la negacin d e la aceptacin, vemos que los cuatro trminos no son ms que la manifestacin de un sistema smico que podemos notar; -ya sea al nivel hiperonrnico, como la articulacin de una categora
'
A vs
A; .
vs
no s.
-ya sea al nivel hiponmico, en que cada uno de los trminos manifiesta a su vez una articulacin categkica, como un sistema
El emparejamiento, definido como una categorizacin d e , las funciones, tiene como consecuencia el liberar al anlisis, ~arcial* mente al menos, del orden sintagmtico de sucesiones: el procedie miento comparativo, que buxa identidades que se han d e conjuntar y oposiciones que se han d e disjuntar, puede desde entonces aplicarse al conjunto de las funciones inventariadas. Como seal Lvi-Strauss en su crtica de Propp (la Stmdure e t Fonne), la prohibicin no es, en el fondo, m i s que la "transfomacin negativa" de la orden terminante, es decir, de lo que nosotros hemos designado "mandamiento". Pero sta es, por su parte, acampanada por una funcin que le es recprwa: la decisin del hroe, a la que haramos mejor en Llamar "aceptacin". Gracias a esta doble
Esta homologacin terica, qu nos ha permitido concebir a A como "estipulacin del contrato", nos autorita ahwa a reinterpretar la ltima funcin del relato, designada por Propp "bodas". En efecto, si el relato entero ha sido desencadenado por la ruptuia del contrato, es el episodio final del matrimonio el que restablece, despus de todas las peripecias, el contrato roto. Las bodas no son. pues, una funcin simple, como deja suponer el anlisis de Propp, sino un contrato, estipulado entre el destinadot. que ofrece el ob. jeto de la bsqueda al destinatario, y el destinatario-sujeto que lo acepta. Las bodas deben formularse, por consiguiente, del mismo modo que "mandamiento" vs "aceptacin'I, si bien con'la diferencia
300
Semntica estructuraI
En busca
301
de que el contrato as concluido es "consolidado" por la comunicacin del objeto del deseo. NOTA: Con el tratamiento al que sometemos la funcin "bodas" co.
menzarnos la serie de rectificaciones del inventario de las funciones de Propp, cuyas condiciones tericas hemos precisado ya : la isotopia de la ma. nifestacin discursiva slo puede ser asegurada si los algoritmos de las fun. ciones condensadas son denominados por relacin a un solo nivel de generalidad elegido.
Si tratamos d e aplicar este esquema a todas las pruebas que comporta e l reIato -y hay muchas-, nos percatamos de que las pruebas son muy desigualmente analizadas por P r o p p Basfa establecer un cuadro comparativo d e las pruebas encontradas en el relato para colmar, casi mecnicamente, las lagunas que n o dejan de aparecer:
=QUEMA
e)
LA PRUEBA
PRO,
PRUEBA CUALI-
PUESTO
La constatacin d e que un contrato puede eventualmente ser seguido d e funciones-consecuencia, y de que puede as inscribirse en el encadenamiento d e las funciones, nos obliga a situarlo e n el interior d e los esquemas sintagmticos de los que forma parte. Si tomamos, a titulo d e ejemplo, la prueba que debe sufrir el hroe inmediatamente despus d e su partida, notamos nuevas lagunas en la descripcin d e Propp. As, el anlisis d e la prueba en dos funciones
asignacin (the jirst function of the d a o r ) afrontamiento (the hero's reaction)
FICANE
PRUEBA PRiNClPAL
PRUEBA CLORI.
FICANTE
primera funcin mandamiento asignacin del donador una tarea reaccin del hC decisin del hroe roe combate victoria logro
de
lat~tamienlogro
reconocimiento
es insuficiente: del mismo modo que el mandamiento es seguido por la decisin del hroe, la asignacin de la ~ r u e b ano puede por menos d e ser seguida por su aceptacin. Lo mismo suceder con lo
que sigue: a la aceptacin sucede el afrontamiento, que acaba con el logro; finalmente, la prueba es coronada por una funcin-consecuencia : la recepcin del adyuvante. A partir d e entonces, pademos decir que toda prueba -as es como designaremos el esquema sintagmtico de cinco funciones que acabamos d e describir- comporta, en el orden de sucesin, las funciones y parejas d e funciones siguientes :
a) En primer lugar, las pruebas, consideradas como esquemas sintagmticos, se repiten tres veces: slo son distintas desde el punto d e vista del contenido d e si;s consecuencias.
6 ) La pareja funcional constitutiva d e la estructura del contrato, haiiada en su forma negativa A al comienzo del reiato, se
Sedntica esttudurd
302 vuelve a hanar fmd, segn hemos visto, como A. por el contrato: Al, Az, A* p 10 que comienza cada ~ e b a . ) I pareja 4uro~tarniento*' vs ''Iogro", vesente en cada aprece, una Vez. Y a 10 Verem4 n o Pece0 una de las tres dida d e contrato. p e b a se presenta como una caiunici+t 2. El esquema d e 'lgicaicr, cuya nturaleza h a b n m a d e precisr, y n o c m 0 una ru cuencia sintagmtica, porque : A ) Las parejas A y F n o son siempre contipas: el envo m misin del hroe n o es seguido sino mucho ms adelante pa su afrontamiento ante el proceder del traidor. b ) Las parejas A y F p i d e n aparecer sola* f u e n del erque. ma d e la prueba. 3. Si la pareja funciond A puede ser considenda como una estructura binaria d e signicacih, n o sucede 10 mismo c m la reja F, cuya constitucin r e q u i e ~ ser interpretada.
:
303
I
senc gar$ lugt
'
nen
U n vistazo supcdcial sobre l i distribucin de las funciones en muestra que su punto culminante est constituido pa el emO combate del hroe con el traidor. Este combate se sita, bargo, fuera de Ia sociedad alcanzada p la desgiacia. Una larga secuencia del relato, situada entre la ~ a r t i d a y la Uegada de incgnito del h(.oe, est caracterizada por la a~sencia d e ste. Si coniideramos un poco mis de cerca esta ~ c u u i c i a .n o t i m a de nuevo la del criterio dg iwitopa. al cual debe obedecer t denominacin d e 1 s funciones. A la panida del hroe correr p n d e , en p1opp, la funcin de retorno, que, de hecho. n o indica el de] hroe, sino su nueva partida. despus de la estancia en un otra prne** en que se sita su combate victorioso C " traidoi As pues, si entendemos por "partida" (designndola me.
Hay que aadir que entre los momenta p y n o p w sita igualmente el traslado espacial o. dicho d e otro m & un .desplplau4 miento rpido (d), que, indicado en el deunollo del relato antes del combate en forma d e una funcin particular n o est menos simtricamente presente tras el combate, en que se confunde con las funciones "pnecucin" vs "liberacin". Tenemos derecho a considerar que "prsecucin" vs "liberariii" constituye u n cretismo de funciones, que comporta. por una putc, la pareja funcional F (descomponible en "afrontamiento" vs 441~gi~9: y, por otra parte, el desplazamiento rpido. En el esquema d e la ausencia, habremos d e introducir por tanto una funcin ms (d), el de+ plazamiento, que, aunque efectundose en direcciones opuestas, n o deja de ser redundante :
Dos cosas conviene sealar a propsito de este esquema: 1. La rapidez del desplazamiento debe probablemente dar cuenta, al nivel del relato, de la intensidad del deseo d nivel del modelo actancial. As considerada, no es una funcin, sino un ai pecto de sta y. como tal, no es ~ n i n e n t e en una dew+cin de
305
Sealaremos sobre todo que toda esta secuencia aparece como una sucesin de desgracias que se presentan tras la violacin del orden establecido, y que aparece, pues, como una serie negativa, a la que debiera corresponder, segn el principio d e ,simetra que h a aparecido en las precedentes investigaciones, una serie positiva. La primera pareja d e funciones, "investigacin" vs "informa. cin", parece inscribirse en el cuadro d e la concepcin general d e la comunicacin, y traducirse ms simplemente por "pregunta" vs "respuesta". A la comunicacin lingstica as descompuesta pare. cen corresponder, en la continuacin del relato, dos funciones: separadas :
marca vs reconocimiento.
&
NOTA: La ausencia de los ancianos (= del destinador) puede ser sea. lada de idntica manera.
g)
LA ALIENACI~N Y LA REINTEGRACI~N
que, aunque formuladas en otro tipo d e significantes, pueden ser interpretadas como
1
<
'
1
i
i
donde las dos funciones simtricas constituyen el acto d e comuni. cacin positivo, en tanto que, la pareja f u n c i o d
Los lectores d e Propp han debido notar que distingue netamente, e n su descripcin, las nueve primeras funciones, notndolas con la ayuda d e caracteres griegos y considerando que constituyen una especie d e entrada en materia del relato. Sabemos ya el papel que representan las tres primeras funciones (ausencia, prohibi* cin, infraccin), para las cuales los equivalentes han sido hallados e n el interior y al final del relato. N o quedan, pues, por considerar ms que las tres parejas d e funciones que constituyen esta "intre duccin" :
'
i
pregunta vs respuesta
,i
aparece como constitutiva d e una especie de comunicacin negativa. Si tenemos en cuenta el procedimiento de cosificacin, corriente en la manifestacin mtica, se trata, en el primer caso, d e la libera. cin del mensaje.objeto, y, en el segundo, d e su extorsin. La simetra observada requiere sin embargo ser todava confirmada por el comportamiento, que nosotros suponemos simtrico, de las otras dos parejas funcionales restantes.
34
Semntica estructural
707
En la parte final del relato, el reconocimiento del hroe es se. guido por la revelacin d e la verdadera naturaleza del traidor que ve desenmascarad;. Pero, si el traidor es desenmascarado, es porque ha debido d e llevar una mscara. Y en efecto, aunque el lexema descriptivo "decepcinw no lo indique claramente, Prapp n o deja d e subrayar el hecho d e que el traidor, para engaar al hroe: se presenta siempre disfrazado. La oposicin entre "decepcin" 'Y !' "revelacin del traidor" se pecisa as. En cuanto a la segunda funcin d e la pareja, la sumisin del hroe, hace aparecer igualmente al hroe, aunque d e modo menos neto, como portador d e una mscara. En efecto, el hroe en e s o etapa del relato es muy a menudo presentado como un simpln: una especie d e tonto d e pueblo que se deja engaar fcilmente, o bien, en los casos extremos, se duerme mientas opera el traidor? en una palabra, se trata d e un hroe n o revelado. A esta manifeq tacin camuflada del hroe corresponde, al final del relato, su tranp figuracin : el hroe aparece en todo su esplendor, vestido con '3 atavos reales; manifiesta su verdadera naturaleza d e hroe. Desde entonces, comparando las funciones del comienzo y del final, demos decir que a la manifestacin del hroe y del traidor disfraa zados, ocultos bajo apariencias, corresponde la revelacin d e su verdadera naturaleza. Pese a la dificultad de la formulacin lex: mica de las funciones, la hiptesis se c o d r m a : las funcioiies inie ciales negativas se desarrollan paralelamente a las funciones ter. minales positivas. Resulta imposible no sealar una especie de crexendo en la progresin de las parejas funcionales. La comunicacin negativa, es decir, la extorsin d e la informacin, se ve seguida por el acto del engao; ste, a su vez, se ver seguido por la traicin, llevada a cabo en forma d e robo o d e rapto. Esta tercera p r e j a de funciones, se asemeja ms, sin embargo, desde el punto d e vista de su estatuto estructural. a la primera uareia. En efecto. las dos secuencias tienen esto en comn: en los dos casos un objeto -un mensaje o un
,la
A ,
1
'.
Lr
.
:
a
representante simblico del Bien- cambia de manos y pasa del hroe (o d e su familia, o d e los suyos) al traidor. En la pareja intercalar de funciones, este traslado, si existe, es menos visible: slo la comparacin con la primera prueba que debe sufrir el hroe, y cuyo resultado es la recepcin del adyuvante, es decir, en suma, del vigor que le cualifica como hroe, permite comprender que lo que cambia de manos a causa de la decepcin, lo que es robado por el traidor, es, por as decir, la naturaleza heroica de1 hroe. Vemos que el estatuto estructural d e las secuencias inicial y final del relato, caracterizadas cada una d e ellas por una triple redundancia d e parejas funcionales, se precisa; se trata d e una estructura comn d e la comunicacin (es decir, del intercambio), que comporta la transmisin d e un objeto ; objetmmensaje, objetmvi. gor, objeto-bien; l a secuencia inicial aparece como una serie re. dundante d e privaciones sufridas por el hroe y los suyos, e n tanto que la secuencia &al consiste en una serie paralela d e adquisiciones efectuadas por el hroe. Sin embargo, si "traicin" vs "falta" constituyen una pareja funcional de intercambio negativo, en el otro extremo del relato las cosas se complican un poco: a la traicin corresponde la punicin del traidor, pero la falta es liquidada, de manera redundante, pri: mero por la restitucin del Bien a la comunidad, tras la victoria sobre el traidor, y despus por la recompensa del hroe, e n el momento d e las bodas. Se trata ahora d e resumir todo este aniisis introduciendo la notacin simblica. Designemos mediante una C las seis parejas d e z ,C 3 funciones que acabamos d e analizar: su numeracin Ci, C indica, por la repeticin d e C. el carcter invariante d e su estatuto de comunicacin, representando las cifras I , 2 y 3 los objetos-variables d e sta. Consideremos, por otra parte, a la serie inicial d e las funciones como la transformacin negativa d e la serie terminal, designando a dichas funciones iniciales Si, Sz, C3. Corno la C mayscula designa.
308
Semntica estructural
309
siempre una categora su>uueptible. a su vez, de una artidacin S& mica en c vs no c. o b t e n d n m a la representacin simblica si. guiente d e las dos series paralelas e i n v e m :
NOTA : La introduccin de la notacin siuh6lic nar dispensa de atnbuit, nuevas denominaciones a las funciones reinterpretah. , .
El anlisis de las dos secuencias de alienacin y d e reintegracin permite, afortunadamente, comprender mejor las consecuencias. As, para comenzar por la consecuencia de la prueba final, la liquidacin de la falta aparece como la funcin positiva (no n), que se opone a su transformacin negativa que es la falta ( n z ) . Asimismo, el reconocimiento aparece como "recepcin del mensaje" (no a ) , que se opone a su sema positivo, que e s "marca" ( c I ) , y a "informacin" (comunicacin del mensaje) [no a ] . En cuanto a la recepcin del adyuvante, que es la consecuencia de la prueba cualificante, hemos visto ya que haca juego con la privacin de energa heroica, que representa la sumisin (no cz vs G). Esta integracin de las consecuencias en las secuencias de a!ie. nacin y d e reintegracin permite captar mejoz el sentido de las pruebas mismas: su papel consiste en anular los efectos nefastcs d e la alienacin, que es resultado a su vez d e la infraccin cl orden establecido.
h)
i)
LOS RESULTADOS DE LA R E D U C C ~ ~ N
En a t a etapa del anlisis, p o d e m a encarar ya la interpmacin d e L consecuencias d e las p u e b ~ Lu pruebas. en nmero d e d e funciones. tres, comportan cada una dos y una funcin solitaria, considerada como la consecuencia particulu que especifica cada prueba. Se reprrwnwi. segn el orden d d relato, como [a recepcin del adyuvante, la liquidacin de la falta. el reconocimiento. Dado que todas las funciones, a excepcin de estas tres. se ,an por p m e l estatuto d i t a r i o d e las cauecumciru pudien parecer inquietante.
La primera parte del anlisis, que constituye una especie d e rectificacin de la reduccin d e las funciones, se encuentra as acz. bada y podemos presentar, en forma esquemtica, el inventario reducido y definitivo de las funciones del relato.
I \-
3"
I
11. INTERPRETACION Y DEFINICIONES
4 )
El esquema de h pgina piecedente representa el inventario reducido d e 1a.s funciones E s t a reduccin slo ha sido posible tm mndonos con una cierta libertad k definicin misma del relato, que, segn Propp. deba presentar un orden obligatorio d e sucee sin. La reduccin tal y como nosotros la hemos operado ha exigido, por el contrario, una interpretacin paradigmtica y .acrnica de las relaciones entre funciones: el emparejamiento d e las funciones, en efecto, slo es vilido si h relacin d e implicacin
puede ser transformada, gracias a h existencia, en el contenido smico de las funciones emparejadas. d e una reiacin d e disjun. cin, en
S
vs no S ,
que permite h captacin de la pareja funcional como estructura ele* mental de la significacin. Esta interpretacin paradigmtica. condicin para la captacin de la significacin del relato en su totalidad, nos ha permitido despus encontrar, independientemente del orden de sucesin sin* tagmtico, unidades de significacin ms amplias. cuyos trminos estn constituidos por categoras srnicas manifestadas en las fun* ciones tomadas individualmente. La relacin constitutiva de esas unidades es igualmente la de disjuncin. Sin embargo, para sealar la distincin entre los dos niveles estructurales. hemos indicado.
3 ' 2
Semdntica estnrcturd
(I /
313 smica, sino que adems aparece como nica secuencia funcional solitaria, asimhica, es decir, que no se presenta en ningn m* mento del relato en su forma negativa. En cambio, F entra, como elemento constitutivo, en una se. cuencia diacrnica a la que hemos designado con el nombre de "prueba", y que se compone de
A+F+c.
redun-
Nor*: El
Todo e1 relato se reduiifia, pues a una e m t u r a simple, si no un residuo diacrnica en 0de una ~ a r e j afun* cional
afrontamiento
VS
logro,
a la que hemos indicado mediante F y daigoado como "lucha*', y que n o se deja transformar en una categora smica elemental.
L . pja
no
funciond
La prueba pudiera ser, por esto, considerada como el ncleo irreductible que da cuenta de la definicin del relato como diacrona. Un cierto nmero de observaciones, que precisen ese estatuto diacrnico, pueden formularse desde ahora: 1. La relacin entre A y F puede ser considerada como una relacin de consecucin, y no como una relacin de implicacin necesaria. En efecto, A o A pueden hallarse solos en el relato, sin que su presencia acarree necesariamente la aparicin de F: A no presupone, pues, a F. Por otro lado, F puede estar presente en el relato, siq estar precedido d e A: F no presupone, pues, a A. Esto equivale a decir que la secuencia "prueba", si bien carac. teriza al relato como consecucin, no impone esta consecucin, tal y como lo quisiera Propp, como obligatoria. Antes por el contrario, la prueba constituye, en este sentido, una cierta manifestacin de libertad. Y si aparece, sin embargo, como una secuencia fija, no 10 debe a las relaciones internas de caiisalidad, sino a la redundancia que la fija en tanto que forma, confirindole, como connotacin mtica suplementaria, el sentido de la afirmacin de la libertad del hroe. 2 . Si bien la relacin entre A y F es una relacin de conse. cucin, n o debe identificarse como una relacin que se manifieste gracias a1 significante "contigidad". La consecucin admite de buen grado la separacin, y vemos especialmente que la prueba principal separa sus dos parejas funcionales A y F, entre las cuales puede por tanto insertarse el relato.
3x4 Semntica estructurd 3. Lo que confiere, sin embargo, a la consecucin libre de A + F el estatuto de estructura diacrnica, es la consecuencia n e c e
saria que deriva d e esta libertad d e encuentro. Por lo que se refiere a la consecuencia, e3 necesaria en efecto: presupone la existencia d e A + F: lo vemos netamente en las reducciones litticas de ciertos relatos, en que el adyuvante puede ser atribuido al hkrce sin que el relato mencione la prueba que precede a esta tranderencia. La prueba no es, pues, ms que una invitacin a la conse a c i n d e A y F, sancionada por la aparicin de la consecuencia n o c . Si la prueba posee as un estatuto diacrnico particular, n o por ello deja de mantener un paralelismo preciso con el modelo a 4 cid precedentemente definido. En efecto, n o slo los seir actantes se encuentran implicados en la prueba, sino que adem las categoras que han permitido la a & culacin' de1 modelo actmcial hallan en la ~ r u e b asus equivalentes. As, a h categota d e la comunicacin corresponde la estructura del contrato. La pareja funcional F, a su vez, manifiesta, en forma d e lucha, la oposicin de las fuerzas del ad~uvante(que p e el h h ) y del oponente. E n cuanto a la consecuencia, vemoo que representa, en formas variad% la adquisicin, por parte del sujeto, del objeto d e su desea Conviene sealar que, d e las tres pruebas que comporta el lato :
la prueba cualificante, la prueba principal, la prueba glorificante,
3r z
C ) EL
solamente las dos itimas presentan la correspondencia trmino a trmino entre las funciones que etlas implican y los actantes del relato. En cuanto a la primera prueba, cuya consecuencia es h: cual%cacin del hroe para las pruebas decisivas, no presenta, por' SU F, ms que una lucha simulada, es decir, simblica, en que el destinada hace el papel del oponente.
Si la prueba constituye por si sola la definicin diacrnica del relato, el desarrollo temporal de ste es puesto de manifiesto, ade* ms, por un cierto nmero de procedimientos que constituyen los elementos del arte narrativo. Este arte, constitutivo de la "elaboracin secundaria" del relato (conocida con los nombres de ina triga, de suspense, de r e s d e y de teusik dramtica), puede ser o r la separacin de las funciones, es decir, por el aleja definido p miento, en el encadenamiento de las funciones que constituye el relato, de los contenidos smicos pertenecientes a la misma estructura de la significacin. As, al sema no c3 (falta) corresponde, con quince funciones d e intervalo, el sema no c3 (liquidacin de la falta). N o es necesario ha* cer el comentario de la falta, a la que Souriau designa como una situacin intolerable, creadora d e necesidades, promotora de accin. Una vez establecido este sema negativo, el relato tender a hallar el sema positivo, la liquidacin d e la falta. El resorte obtenido por la separacin d e G c 3 vs no c3 puede ser llamado "Bsqueda". En el momento mismo en que el resorte "Bsqueda" se afloja, un nuevo sema cr se encuentra establecido (marca): el resorte que tiende hacia la realizacin del sema contrario, no ci (recmocimien. to), aun cuando su tensin parezca menor a causa del carcter posi. tivo (y no negativo, como en el caso de "Bsqueda") del sema bus. cado, puede ser llamado "Peticin", es decir, solicitud de recon* cimiento, debida al hroe. En cuanto al tercer resorte, el d e "Cualificacin", que vincula no cz con no cz, aparece dbil, pero slo en la medida en que h cualificacin del hroe se limita a anunciar su victoria sin realizada. Su estructura, sin embargo, es la misma que la del resorte "Bv queda" y, entre ellos dos, constituyen el resorte redundante que gua la intriga.
3'6
Semntica estructurd
Consideraremos como resortes principales los de las separaciones funcionales cuyo sema ad quem constituye al mismo tiempo la consecuencia de la prueba, pues, de esta manera, los resortes se integran en la estructura misma de la prueba y forman parte, subsidianamente, d e su definicin. Consideraremos, en cambio, como secundarios, y no pertinentes, los resortes constituidos por las oposiciones smicas distanciadas, pero cuyo sema ab ~ U O no precede a la consecuencia de la prueba.
317 complican, sin embargo, debido a que, siguiendo el tipo de relaciones consideradas entre los trminos estructurales, hallarnos una doble lectura posible. La primera consistir en la captacin acrnica d e l a trminos en su forma de categwas y en el establecimiento de la correlacin entre las dos categon'as:
En bwca
d)
La prueba que define diacrnicamente el relato, y que constituye su nudo, est lejos de agotarlo. En efecto, con excepcin de la lucha (F), los dems elementos constitutivos de la pkeba slo estn, por as decir, formalmente presentes en la prueba: SU investimiento sernntico, su significacin - q u e ser tambin la significacin de la prueba-, n o la reciben sino del contexto, es de&, de las secuencias del relato que preceden o siguen a la prueba. E. Souriau define muy simplemente la economa general de una pieza d e teatro: a una situacin casi de calma al comienzo corresponde una situacin casi permanente al final de la pieza; entre ambas situaciones sucede algo. Conocemos ya ese "algo" que sucede en el medio del relato; pero el relato mismo no agotad su sentido ms que en las dos permanencias del comienzo y del final. Las dos secuencias -inicial y final- del relato estn consti* tuidas por dos categoras &micas, en su forma positiva y negativa:
Secuencia inicial : Secuencia final :
E.
it
y querr decir: la existencia del contrato (del orden establecido) corresponde a la ausencia del contrato (del orden) como la alienacin corresponde al pleno goce de los valores La segunda lectura, teniendo en cuenta la dlposicin t e m p ral d e los trminos nos los har considerar como implicados los unos p l a otros: (A > C ) = (C> A).
l o cual puede ser comentado poco ms o menas en estos trminos: en un mundo sin ley, los valores son trastocados; la restitucin de los valores hace posible la vuelta ai reino d e la ley. Vemos que las dos formulaciones son, a pesar de la identidad de los trminos, muy diferentes.
:.
,
... .
e)
A+C
C+A
Si consideramos que las dos secuencias contienen lo esencial del investimiento semntico del relato, es su lectura lo que debe dar la clave de la significacin del cuento popular. Las cosas se
La. primera formulacin se presenta como la puesta en correlacin d e dos rdenes d e hechos pertenecientes a dos campos dife. ten tes : 1. El c w o social: orden de la ley, de la organizacin con. tractual de la sociedad. 2. El campo individual o interindividd: la existencia y la posesin, gracias a la comunicacin interhurnana, de los valores individuales
318
Setnntica cstrrrctutd
consi~ien-
te, la existencia de la correlacin entre l o . dos c u n p a . entre b suerte del individuo y la de la sociedad. Vemos que el relato. entendido de a t e modo. manifiesta nlaciones que &ten a nivel de la uiologia colectiva de la cual e1 relato no es m s que una forma de manifestacin entre otras formas poaiblu El cuento p o p u h no es. en este sentido, mis que una encarnacin particular de ciertas estructuras de significacin que pueden serle antenow Y que, muy probablemente. son redundantes en el divurw s&d. c d a c i n prmite, pues, captar el relato como una esmictu, de significacin simple. En cuanto a 1a "correlacin*' considerada en tanto que relacin, es esencidmente la afimaci6n de la existencia de la relacin : expresada, cuando se trata de verbalizarla, mdirnte la conjuncin c m , establece la relacin conjuntiva entre l o s trminos de la ~roporcin. Es necesario que consideremos ahora u n ~ Q C O ms de cerca los trminos d e la c d c i n , para ver en qu medida podemos a pur de la ausencia d d contexto axiolgico, p h i n d i z u en la interpretacin de la significacin d d cuento populu. Tomemos primeramente la segunda parte de la p o p x c i a que E refiere al campo individuaL En la reduccin. h e m a interprtrdo cada C como un pmcew de comunicacin. caracterizado por la t m ~ Asin de un objeto simblico. La comunicacin ha sido despus particdarkada segn d objeto transmitido. siendo indicado cada objeto variable mediante una cind l r e n t e : 1, 2, 3. Es intil in. siltir 4 hecho u bien conocido en antropologa- en este modeio mtico d e la representacin de los valores que es el objeto en comunicacin; es ms interesante tratar de captar su s a t u d e z ~ 1. En el caso de C i , el objeto de comunicacin es un mensaje, una espccie de palabra "helada". cosificada y transmisible pn este mismo hecho. Al constituir h dave del caioUmiato y del recm i nocimiento, el objeto-mensaje pudiera ser considerado como. una $
320 -
Semntica estructurd
Por otra parte, a la aceptacin corresponde la infraccin. que. si bien es una forma d e negacin d e la aceptacin. no es empero enteramente negativa, pues comporta la voluntad d e obrar. por oposicin a la prohibicin. que es el veto d e obrar. La infraccin es, pues, un trmino ambiguo: a ) Por relacin a la aceptacin. es la negacin de la aceptacin :
b) Por relacin a la prohibicin. que es la negacin de la orden terminante (orden de obrar), es la negacin d e la negacin (negacin d e la orden d e no obrar); as pues
z
v . 5
- (5).
Dicho d e otro modo: la negacin d e la negacin es una especie d e afirmacin (d. el si afirmativo del francs):
321 afirmacin de la libertad del individuo. Por consiguiente, la alternativa que plantea el relato es la eleccin entre la libertad del individuo (es decir, la ausencia del contrato) y la aceptacin del contrato social. Slo tras este complemento d e aslisis aparece la verdadera significacin del cuento popular, que es, como el mito -Lvi-Strauss lo ha intuido y a h m d o acertadamente-, un modo de presentar las contradicciones, las elecciones igualm.ente imposid bles e insatisfactorias. En el contexto del cuento popuIar ruso, esta contradiccin mitica puede formularse del siguiente modo: h libertad individual tiene como corolario la alienacin; Ia reintegracin de los valores debe pagarse mediante una instauracin del orden, es decir, mediante la renuncia a esa iibertad. H a y que ver ahora cmo trata d e resolver esta contradiccin el relato.
En
- (a) = a
Esto quiere decir que la inEraccin es una especie d e orden te? minante. Aunque paradjica a primera vista, la deduccin es te& ricamente vlida. con tal que nos limitemos a la conversin solamente d e las funciones, sin tener en cuenta los actante. La toma en consideracin d e los actantes.elucida la paradoja: la infraccin es efectivamente una orden terminante, que comporta la negacin del destinador y lo substituye por el destinatario. E n efecto, la identificacin del destinadm y del destinatario en la funcin d e orden terminante parece constituir la definicin misma d e la v w luntad, del acto voluntario. Vemos por tanto que. si
A
vs
f ) EL
MODELO TRANSFORMACIONAL
es la oposicin entre el establecimiento del contrato social y SU ruptura. la ruptura del contrato toma otra significacin positiva: la
Vemos que el anlisis del relato puede dar lugar a dos definiciones diferentes. La primera de estas definiciones es d e orden diacrnico. El relato se reduce. en efecto, a la secuencia d e h prueba que, mani. festando en el discurso un modelo actancial. antropomorfiza, d e alguna manea, las significaciones y se presenta por elio como una sucesin de comportamientos humanos (o parahumanos). Estos comportamientos. segn hemos visto. implican a la vez una sucesin temporal (que no es ni contigidad ni implicacin lgica) y una libertad de sucesin, es decir, los dos atributas por los que acostum* bramos definir la historia: irreversibilidad y eleccin. Hemos v i 9 t o tambin que esta eleccin irrevenible (F despus d e A) comporta una consecuencia, dando as al hombre comprometido en el proceso histrico la consagracin d e la responsabilidad. La secuencia diacrnica elemental del relato comporta, pues, en su definicin,
todos los atributos d e la actividad histbriu del hombre, que es irrevwible, libre y mponslble. Tal interpretacin de la prueba permite considenrla como el modelo figurativo, e decir, como un conjunto organhdo de com* portamientos mticos. que dan cuenta d e las transformaciones histrica, verdadeamente diacrnius, y el del relato, prm seguido a t a direccin, conduce par tanto a concebir como p sible h descripcin d e los modelos transformacionales, Visto desde a t e ngula el papel d e la prueba se precisa: sta asume una determinadi estructura d e contenido:
,
1
y h mnsfonnh m e d i t e una operacin muu cuyos trminos ha* bremos de ~ c o l u i d - en una estructura de contenido diferente d e la primera:
La comparacin, aunque slo sea superfiad de las dos estructuras - a n t e s y despus d e la t.ransonnacin- muestra que la
t r d o n n a c i n parece consistir e n la supresin de los signos riega* tivos de la estructura sobre la que opera o, dicho de otro modo, en un procedimiento metalingstico constituido por la denegacin de la negacin, y que tiene por resultado la aparicin de la asercin. tratar d e considerar ahora los elementos si esto es a& todava no analizados del esquema de la prueba. Hemos visto que cada una de las tres pruebas que contiene el relato comporta una consecuencia particular: n o cl, no a y no c3, y que estas coxise cuencias n o slo son los resultados d e las pmebas, sino al m i m o tiempo los trminos positivos de categoras smicas cuyos trminos
I
l
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"
'
323 negativos se encuentran presentes, en forma de antecedentes, en la estructura que se considera que la prueba transforma. Es por consi* guiente la lucha (F) -nica pareja funcional no analizada en e r tructura acrnica, y que precede inmediatamente a la aparicin en su forma positiva del tkrmino perteneciente a la estructura que tratamos de transformar- lo que debe dar cuenta de la transfw* macin misma. La lucha aparece sobre todo como el afrontamiento del aydue vante y del oponente, es decir, como la manifestacin, a la vez funcional, dinmica y antropomrfica, de lo que cabra considerar como los dos trminos -positivo y negativo- de la estructura de significacin compleja. El afrontamiento es seguido inmediae tamente por la funcin "logro" que significa la victoria del adyuc vante sobre el oponente, es decir, por la destruccin del trmino negativo en provecho solamente del trmino positivo. La lucha. as interpretada, pudiera, pues, ser perfectamente la representacin mtica de la desmembracin de la estructura compleja, es decir, de esa operacin metalingstica en que la denegacin del tr. mino negativo slo deja subsistir el trmino positivo de la estruc. tura elemental. Tendremos, por otra parte, ocasin de reconsi. derar este problema de las cualidades del juicio en el captulosiguiente, a un nivel diferente, no figurativo. Sea como fuere, la lucha aparece ya como la expresin de la actividad metalingstica, en el sentido de que aqulla no posee contenido propio, sino que conduce, por el contrario, al contenido de la consecuencia, que es, como vemos, manifestada por separado, independientemente de la lucha. Pero la consecuencia n o es solamente el final de la lucha: es igualmente el del contrato parcial, establecido antes de la lucha y que es tambin constitutivo de la prueba: la consecuencia es, pues, la sancin de este contrato, la prueba de su realizacin, e implica el restablecimiento parcial del contrato global roto. No deseando detenemos aqu en la interpretacin lingstica del juicio,
1
324 Semntica estructural asertivo. a u e volveremos a considerar ms adelante, nos contentaremos con decir que la prueba. considerada como expresin figurativa del modelo transformacional, introduce una dimensin diacrnica que, al mismo tiempo que opone los contenidos axiolgicos investidos en las estructuras que la preceden y que la siguen, d a cuenta d e su transformacin.
I7C
I
I
g)
EL RELATO COMO M E D I A C I ~ N
Vemos que el relato (y ms particularmente el cuento popular ruso), sometido al anlisii funcional que trata de determinar la naturaleza de las relaciones entre las funciones en el interior d e una manifestacin discursiva, es susceptible, en definitiva, de una doble interpretacin, haciendo aparecer-la existencia de dos tipos d e modelos inmanentes: la ~ r i m e r ada cuenta d e un modelo constitu. cional, que parece ser una forma protocolar de organizacin d e los contenidos axiolgicos contradictorios, presentados como insatisfactorios e inevitables; la segunda, por el contrario, explicita la . . . . . . . .. existencia de un modelo transformacional que ofrece una solucin ideolgica, una posibilidad d e transformacin d e los contenidos investidos. Esta posibilidad d e una doble interpretacin n o hace sino subrayar el gran nmero d e coritradicciones que puede contener el relato. ste es a la vez afirmacin d e una permanencia y d e las posibilidades d e cambio, afirmacin del orden necesario y d e la libertad que rompe o restablece ese orden. Y, sin embargo, estas contradicciones n o son visibles a simple vista; el relato, muy por el contrario, d a la impresin de equilibrio y de neutralizacin d e las contradicciones. Es en esta perspectiva en la que aparece esencial* mente en su papel de mediacin. De mltiples mediaciones, debiramos decir : mediaciones entre estructura y comportamiento, entre permanencia e historia, entre la sociedad y el individuo.
I
1
.
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I
1
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1
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Nos parece posible, generalizando tal vez demasiado. agrupar este gnero de relatos en dos grandes clases: los relatos d e orden presente aceptado y los relatos de orden presente recha~ado. En el primer caso, el punto de partida reside en la conitatacin de un cierto orden existente y en la necesidad de justificar, de explicar ese orden. El orden que existe, y que rebasa al hombre puesto que ese orden es un orden social o natural (la existencia del da y d e la noche, del verano y del invierno, de los hombres y de las mujeres de los jvenes y de los ancianos, de' los agricultores y d e los cazadores, etc.), se encuentra explicado al nivel del hombre : la bsqueda y la prueba son comportamientos humanos que han instaurado tal o cual orden. La mediacin del relato consiste en "humanizar el mundo", en darle una dimensin individual y evenimencial. El mundo es justificado por el hombre, el hombre es integrado en el mundo. En el segundo caso, el orden existente es considerado como imperfecto, el hombre como alienado, la situacin como intolerable. El esquema del relato se proyecta entonces como un arquetipo d e me. diacin, como una promesa d e salvacin: es necesario que el hombre, el individuo, se haga cargo d e la suerte del mundo, que lo transforme por una sucesin d e luchas y de pruebas. El modelo que presenta el relato d a cuenta as d e diversas formas d e soteris. mo, proponiendo l a solucin d e toda situacin intolerable de falta. Esta introduccin d e la historia, sea sta explicativa o proyectia va, cclica o abierta, da u n inters suplementario al anlisis, pera mitiendo plantear la cuestin del valor y del alcance de los modelos tales y como han aparecido tras d e la descripcin del cuento popular ruso.
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Semntica estructural
327
La definicin del relato considerado como una manifestacin dixursiva que desarrolla, gracias a la consecucin de sus f u n c i o n e un- modelo transformacional implcito, se basa slo desgraciadamente en el anlisis de un solo gnero de relatos: el cuento popular ruso. Su alcance ser, pues, reducido en tanto n o d a m o s mostrar que el modelo reconocido en el relato-cuento se encuentra en otros campos axiolgicos y se puede aplicar a relatos de figuracin diferente. Podemos decir incluso que cuanto ms alejado est d e su lugar d e origen el nuevo campo de aplicacin del modelo, tanto ms general aparecer, con razn, su alcance. El campo que se ha ofrecido, un tanto casualmente, a una nueva experiencia parece corresponder a esta exigencia. Se trata de un corpus constituido por los resmenes d e relatos propuestos por un nio "obsesivo", durante un tratamiento psicodrarntico, que hemos podido extraer, acompaado de los comentarios del autor, de las Rflexions sur le psychodrame malytique de M . Safouan (Bulletin de psychologie, 30 d e noviembre de 1963). Cuando se sabe cun difcil es procurarse material psicoanaltico en bmto, no interpretado, para las necesidades d e la descripcin semntica, se aprecian los resmenes de M. Safouan, que presentan la ventaja d e ser simples y de englobar el conjunto del tratamiento al que fue sometido el nio. El inters de este corpus es evidente: al contrario del cuento popular, que es obra colectiva, los relatos de los que se compone este corpus provienen de un solo locutor individual. Por otra parte, la distincin entre la manifestac.in figurativa del relato v la estructura d e su significacin aparece aqu
de modo indiscutible: aunque el corpus est constituido por una serie d e relatos -historias policacas, cuentos chinos. relatos d e la manifestacin discuniva, a travs d e todos estos espionaje-, relatos, es la misma y refleja una estructura de significacin nica, comparable, si no idntica, a la estructura del relato-cuento popular. El tratamiento psicdramtico aparece. en esta perspectiva, como una tcnica que trata de promover !a-a&zacin p y p s i v a d.,i-p+elo transformacional del relatohasta su- acabamiento, y el papel del terapeuta consiste- en vigilqr el encadenmiento de los relatos parciales, a fin de que tiendan a completar el modelo e~ tructural previsto. Para justificar lo que acabamos de resumir en algunas palabras, expondremos, etapa por etapa, el tratamiento ntegro descrito por M. Safouan.
_.___-._-l
El nio fue presentado a los terapeutas por una madre cuyo carcter dominante era visible, seguida por un padre incoloro y benevolente: una configuracin familiar trivial, que proporciona las primeras informaciones contextualer El nio, invitado a "inventar'' los relatos para el juego psicodramtico, no dej de "proponer, semana tras semana, historias policacas que, a pesar de su diversidad aparente, tenan todas ellas esto en comn: haba, por un lado, un ~ h a ~ t ~ j i spor t a ; otro, una noble m * _ a que se dejaba desplumar, pues, en caso de revelar su secreto, provocara la ruina de un personaje a1 que haba que proteger costan lo que costara -personaje que era muy a menudo su propio padre-" (loc. cit., pg. 365). Si adoptamos, para el anlisis d e los relatos psicodramticos, la misma notacin simblica que utilizamos para la dexripcin del cuento popular, podemos tratar d e formular la estructura itentiva,
Semntica estructurai 328 implcitamente manifestada en el conjunto de relatos de esta fase inicial, mediante
C2 (decepcin)
329
! =
no c (sumisi6n)
NOTA:ES interesnte sealar que la intervencin del terapeuta, que detiene la iteracin de esta estructura inicial, consiste en la explicacin de la estructura semntica 'comn al conjunto de los relatos. El papel de la toma de conciencia parece limitarse, en este tratamiento al menos, a esta fase inicial.
es decir, mediante un sistema paradigmtico simple, que no expresa, en forma de oposicin categrica, ms que los valores individuales, e incluso de manera muy reducida : la privacin de la fuerza vital, que caracteriza la secuencia del comienzo, es compensada p o r la conciencia de su propio herosmo. La estructura de este inventario de relatos permanece, sin embargo, enteramente acrnica: si bien, como el mito, tal y como lo ha definido LviStrauss, permite nio "vivir" una situacin imposible, no desemboca en ningn encadenamiento diacrnico. ' Podemos admitir fcilmente la existencia &&de la situacin inicial, no manifestada en los relatos, y representarla por A (rup tura del contrato entre padre e hijo); la integacin de los valores individuales en un "orden social" sigue siendo imposible, pues su formulacin no puede ser otra que
Tras de esta intervencin, un nuevo tipo de relatos hace su aparicin. Todos ellos, sin embargo, comportan una idea comn: Ua pcaro, pcaro y medio". "Si el estafador lograba jugar una mala pasada al inspector, ste lograba finalmente capturar al malhechor; si el gnster, yendo contra las leyes del hampa, quera dejar plan* tados a sus compaeros, caa vctima de su propia astucia o de la de stos, etc." (Loc. cit., pgs. 365-366.) Abandonando los elementos compensadores cz y n o cz, que le conferan el carcter acrnico, el relato trata de provocar un encae denamiento diacrnico revelando una nueva pareja funcional F :
decepcin sumisin
)> (
F
combate victoria
).
El examen de este nuevo inventano de relatos y de la nueva secuencia estructural permite las siguientes observaciones : 1. La secuencia estructural, aunque poseyendo el carcter dia* crnico, contina siendo ambigua y funciona como una estructura acrnica compensatoria. En efecto, siendo intercambiables los p . peles del hroe y del traidor, el autor de los relatos, que puede elea gir, se hace hroe o traidor, pero preferentemente hroe, segn le parece ; 2. Lo que hace que los papeles sean intercambiables y que la lucha (F) no. pueda transformarse en prueba, es, evidentemente, la ausencia, en la economa del relato, de todo contrato (A) y, por
330
Semntica estructural
En busca de los
modelos de trdn.fortnm'n
331
este hecho, del destinador, que, encargndole de una misin, hara del adyuvante el actante sujeto. NOTA* La intervencin del terapeuta no se sita ya fuera, sino en el interior del juego: la vctima, que representa el papel del terapeuta. y no el terapeuta. rehusa continuar iiendo vctima. El problema. segn vemos. no K sita ya 91 nivel de la conciencii. sino al de l a distribucin y de la asuncin de los papeles.
espera
CJ
(hlh)
F (lucha)
A (contrato)
no CJ (liquidacin de la falta)
d)
EL D E S A R R O m DE LA PRUEBA
El nio, habiendo jurado venganza, vuelve a la semana si* guiente con un cuento chino muy complejo. Li-Shong y Li#Tock, dos bandidos enemigos acampan con sus tropas uno frente a otro. Shang, brazo derecho de Li-Shong, anuncia al jefe la captura del nico mdico capaz, en toda la China, de curar la peste. Habiendo dado orden de guardar al mEdico en secreto, el jefe de los bandidos imagina una astucia muy complicada para destniir a su enemigo. Su hija debe ir a coger flores en las proximidades del campo de LieTock y hacerse capturar como rehn. Una vez prisionera, har creer que est enferma de la peste. Li-Tock creyndose astuto, reclama como rescate por su rehn cuatro cajasde oro. Li-Shong le propone, a cambio de su hija, el mdico que l retiene y que es capaz de curar la peste, reclamando por este servicio veinte cajas de oro. Una vez hecho el cambio, Li-Shong dicta a su lugarteniente un mensaje dirigido a su enemigo, en el cual anuncia que el mdico mismo est enfermo de peste y que una muerte cierta espera por consiguiente a Li-Tuck. En este momento preciso del juego. interviene el terapeuta planteando un dilema a1 nio: si el mensaje es enviado, el cono+ cimiento del mal puede dar al enemigo alguna posibilidad de escapar a la muerte: si queremos destruir al enemigo. no es necesafo enviar el mensaje. El nio, incapaz de salir de sta, interrumpe el juego.
manifestacin
falsa captura lucha simu. falso contra- retorno de la hi. lada: peti. to: inter- ja (y no del obcin de res- cambio en- jeto del deseo) cate y de tre hroe y con trames, traidor (y cate no destinado~) -(no
cJ)
- (F)
- (A)
- (no CJ)
La prueba, aunque se desarrolle por entero en el plano de la "decepcinw. es decir, de la simulacin y del engao, y aunque est marcada. por esto mismo, p r la inversin de los signos y por la intervedn de .la sucesin sintlgmtisa de l a funciones contiene empero, con excepcin de la "marca", todos los elementos constitutivos: presenta, por consiguiente, un progreso indiscutible en el desarrollo de la estructura subyacente a l conjunto del Corpus. La principal dificultad que detendr el desarroIIo de este relat* mrrencia reside, sin embargo, en la distribucin de los actantes: el contrato simulado, vlido desde el punto de vista funcional, no lo es ya si consideamos los actantes que lo concluyen. El h'eroe, en efecto, no puede firmarlo ms que con el traidor, porque asume l mismo, sincrticamente, el papel del destinador y no puede ser al mismo tiempo tambin destinatario. La acumulacin de los papeles del sujeto )I del destinador es, adems. visible en el momento de la liquidacin de la falta: el objeto del deseo vuelve, por las misma
332
Semntica estnrdurd 333 darse a otra ciudad, donde un agente a quien se considera que no conoce le dar un mensaje d e primera importancia, y su tarea ser a r e a , el agente l a d e hacerlo llegar a su destino. Al realizar esta t atravesar muchas aventuras cuyo detaiie es significativo. Especial. mente, recibir cierta herida. El dexonocido, disfrazado de vended a d e cacahuetes, ha abardado d agente y le h a 44coloudo" su paquete. Apenas lo ha hecho cuando he aqu que es fulminado pot una bala. El agente tiene dudas acerca .de la identidad del desconocido. Busca el me,nsaje y lo halla entre los cac'ahuetes". Pese a las lagunas y las indicaciones a menudo sumarias, el anlisis del relato n o plantea dificultades:
no c 3 (falra)
\ I 1
razones. a su p a d r e d e ~ i n a d m .Pero, siendo destinadm, n o puede atribuirse tampoco el vigor cualificante ; l o envia, pues. bajo la forma del antivigor (= enfermedad). al traidor. Se v e as realizado el colmo de la astucia: el antivigor que va al tndoi n o es ms que un pretendido no vigor: el traidor. sin embargo, lo acepta como verdadero y lo considera capaz d e privarlo d e su fuerza: la manifestacin littica d e la pmeba cualificante se encuentia as realitada. Sucede lo mismo con el castigo del traidor ( ~ 2 ) : el hroe. que, d e casti~ en su cualidad acumulativa d e destinador. est encargado . .. garle, le envia, en esta ocasin, un verdadero antivigor, b a p la forma del mdico apestado. Pero el traidor slo puede ser cstigado si el --- hroe se ha revelado ya. El hroe destinador cae as en su propia trampa : como destinador. quiere enviar un objeto-mensaje (no c,) que permita reconaerlo como hroe. Es aqu donde se sita la intervencin del terapeuta.
(mandamiento vs (aceptacin)
Al
E 2
(prueba cualificante]
NOTA : Esta intervencin del terapeuta consiste en hacer explcita la imposibilidad del sincretismo: sujeto + destinador, la imposibilidad para el hrw de ser su propio destinador. La ausencia de un destinador independiente impide el reconocimiento del heroe en tanto que hkroe. Los dos relatos siguientes estarn. pues, dedicados a la vez a la bsqueda del desti* nador y del reconocimiento.
NOTA: Sefialaremos que el relato abandona, como intil, la repeticin d e la secuencia inicial. no dejando subsistir. del contexto alienante. ms que la situacin de falta. El inters del relato, y el del locutor, est en otra parte.
El nuevo relato propuesto por el nio logra finalmente realizar la pmeba en su forma positiva. Se pruenta como una historia d e espionaje: "Un agente de contraespionaje saborea su whisky en un. bar del Cairo. Se ha retirado y no quiere ms aventuras. Pero su exjefe d a con l y llega d e modo inesperado. El agente com* prende entonces que una nueva misin le espera y quiere 'lar* garse'. Su jefe le detiene a t i e m p . La misin comiste en trasla-
Si lo examinarnos ms d e cerca, el relato aparece como la h i ~ toria del destinador encontrado, no reconocido y finalmente perdido. E n efecto, el actantedestinador est presente en el relato en forma d e dos actores: el jefe del contraespionaje, u n destinador que va a buscar al destinatario, y el dexonocido, disfrazado d e vendedor de cacahuetes, que entrega el "mensaje" al hrw, y en el cual reconoceremos al mismo psicoanalista, que es de nacionalidad
3. Su papel termina cuando, todava desconocido, es matado por una bala perdida. As pues, aunque en posesin del "mensaje", el hroe no puede del destinador, que ha recibir la recompensa, a causa de la ause~cia sido asesinado.
NOTA:La intervencin del tcraputa. matado mientras cumplh su dcbe?, cesa en este momento.
El ltimo relato propuc.sto por el muchacho no es ms que la reproduccin, casi textual, de uno de los ltimos captulos del Zadig de Voltaire, titulado "1'EnniteV'.Recordemos que Zadig, al volver definitivamente a Babilonia, encuentra al eremita que le permite acompaarle. Juntos, piden hospitalidad y pasan cuatro noches su* cesivas en casas d e anfitriones muy diferentes: en la casa de un vanidoso y de un avaro primero, despus en la de un filsofo y en la de una mujer virtuosa. Como signo de reconocimiento, el eremita roba a l anfitrin vanidaso dos candelabros de oro, que ofrece d e pus, dndole las gracias, al avaro. Como recompensa por la honesta hospitalidad del filsofo, el eremita prende fuego a su casa d partir; para dar las gracias a la viuda virtuosa, mata a su sobrino.
Vemos que, en esta primera parte, el relato est dedicado al problema del castigo del traidor (o) y de la recompensa del hroe (no o). Esto es totaImente normal: habiendo sido realizada la prueba en el relato precedente, la cuestin de la reintegracin de los valores no puede por menos de plantearse. La secuencia que acabamos de resumir parece, sin embargo, incapaz de distribuir correctamente las recompensas y los castigos. Todo se ventila, en efecto, remitindonos casi a la secuencia inicial, al menos en apa. riencia; parece que la hospitalidad de los dos primeros anfitriones es negativa, que debera ser castigada: lo es en un caso y no en el otro; la hospitalidad del filsofo y de la viuda pareceria positiva y parecera merecer una recompensa: lo que se produce es lo contraria Como al comienzo de la manifestacin discuniva, el hroe es un hroe "decepcionado". El relato, sin embargo, todava n o est acabado. El eremita, no lo olvidemos, es el enviado de la Providencia; est en condi. ciones de entregar el mensaje al hroe (= Zadig = nio). En efecto, nuestro hroe est ya marcado (ha recibido la herida). ha reali. zado su tarea liquidando la falta (ha tomado el mensaje que estaba encargado de recuperar). Este mensaje, es el objeto del deseo del sujeto; no basta, como se recordar. con recuperarlo, sino que es necesario adems que el destinadw se lo remita, de modo re. dundante, a la vez como recompepsa y como testimonio del nuevo contrato concluido. Y es el eremitadestinadw quien lleva a cabo esta ltima funcin, entregando el mensaje que. a pesar de su forma del "reconocimiento del bien y del mal", no deja de ser una recompensa. La significacin global de esta manifestacin discursiva, recubierta por diversos inventaria de relatos. figurativos, aparece ahora con nitidez, y el modelo transformacional particular (que los espea cialistas podran definir, en caso de reconocer su valor, como cae racterstico d e un subgnero particular de relatos) puede ser defi-
226
Semntica estructural
337
nido como la transformacin d e no ci en no CI,con la ayuda de la prueba en que no CI ser tratado como no c3. Esto quiere decir que la situacin inicial d e falta estaba, de hecho, caracterizada por la privacin del objeto-mensaje, es decir, del "saber" que daba a la estructura inicial y "obsesiva" del relato un carcter oxilatorio, q u e haca del sujeto a la vez un "primo" y un "hroe p a n s mismo", constituyndole e n u n trmino estructural complejo (no c2 f n o cz). El modelo transfmacional, porsu parte, n o puede funcionar - e s su definicin misma- ms que considerando al objeto de la falta (en nuestro caso: no C I )como el objeto del deseo (no C I ) ,Este objeto del deseo particularizado (no c3 = n o ci) ser, pues, reconquistado durante la prueba principal (se trata, segn recordamos del mensaje que ha de ser recu'@rado) y remitido, de% pus, por el destinador como una recompensa. En efecto, el mensaje-explicacin del eremita consiste en establecer el "saber" como una modalidad. capaz d e disociar el trmino complejo (no c2 n o e) en una categora dtjuntiva (no cz vs no cz), distinguiendo la m i cara del rostro, la apariencia d e la "realidad revelada". El objetomensaje que cierra el relato es, por consiguiente, al mismo tiempo la recompensa y el "saber" que permite reconocer la recompensa separndola del castigo.
~ ~ ~
g)
El cuadro recapitulativo permitir ver mejor cmo se realiza, con la ayuda de relatos.ocurrencia sucesivos, la manifestacin figue rativa de una estructura de conjunto nica, manifestacin que obedece a su vez a un modelo transformacional inmanente.
338
Semntica estructural
h)
Llegados a esta etapa d e reflexin, confesamos nuestra perplejidad: los resultados de la aplicacin al anlisis del psicodrama del modelo obtenido a partir d e la descripcin del cuento popular no eran ni previstos ni previsibles. No parecen. sin embargo, obstaculizar en nada al psicoanlisis. Pero, por esto. si nuestro procedimiento es correcto, plantea, ms all de las descripciones d e cuentos populares y de psicodramas. el problema d e la generalidad del modelo transformacional, que debera p d e r dar cuenta. articulado en todas sus variables, de las transformaciones diacrnicas, es decir. histricas, d e las estructuras d e significacin. En efecto, a pesar de las identidades estructurales encontradas en los dos ejemplos estudiados la estructura psicodramtica "obsesiva" posee sus caractersticas estructurales propias: el objeto del deseo y de la bsqueda psicodramtica es el objeto-saber, y la transformacin consiste en la substitucin paradigmtica del "no saber" por el "saber". Ello constituye una particularizacin indiscutible del modelo. Cualquier conclusin sera aqu prematura, y el modelo tranv formacional cuyas primeras articulaciones posibles son aqu sugeridas no puede ser propuesto ms que como una hiptesis utilizable en la descripcin de las manifestaciones figurativas. Pues la prueba, cuyo lugar central en el desarrollo del relato hemos podido sealar, no es ms que un modelo figurativo de transformacin. y su traduccin a un lenguaje semntico est muy lejos de hallarse acabada.
1. PRINCIPIOS GENERALES
Hemos pensado que no seria intil presentar, al final -provi. sionai- de estas reflexiones, una muestra casi completa d e descrip cin, que operara a partir de un Corpus dado, dando cuenta d e los procedimientos utilizados y proponiendo finalmente los modelos debitivos de organizacin de un microuniverso semntico. Hemos elegido, con esta intencin, el univerx, de Georges Bernanos. El ejemplo se ha impuesto prcticamente a noMtrm, debido a la existencia del estudio d e Tahsin Ycel, I'lmaginaire de Bemanos, re. cientemente presentado, como tesis de doctorado, en la Facultad de Letras d e Estambul. La eleccin de un campo ya desbrozado. mediante una investigacin cuyos mtodos no estn en contradiccin con los procedimientos de la descripcin semntica. presenta ventajas e inconvenientes Entre las primeras, hay que sealar sobre todo la importancia del trabajo: la investigacin de Ycel ha considerado el conjunto de la obra de Bernanos y esto garantiza. en cierta medida, su representatividad. Cualquier otro ejemplo hubiera sido. debido al lugar limitado que habramos podido concederle en el anlisis
34O
Semntica estrudurd
34 =
mucho ms parcial. Su representatividad, por una parte, y u n anc lisis previo del cotpus ya efectuado, por otra, nos permiten n o eludir las dificultades que presenta toda descripcin y aumentar el carcter ejemplar mismo del ejercicio al que nos sometemos. El in. conveniente ms molesto reside en la imposibilidad d e aportar nuestra garanta personal a, propsito d e la. pertinencia de la deso r otra parte, la confianza que podamos cripcin, sea cual fuere, p conceder al investigador cuyo trabajo utilizamos. Otra dificultad proviene d e la presentacin, que podramos calificar de literaria, d e los resultados del trabajo d e Ycel: lo que parece satisfactorio desde e l punto d e vista de la crtica literaria constituye slo u n estado de preanlisis sernntico. De aqu deriva una cierta fluctuacin en la apreciacin de los datos: algunas reducciones parecen acabadas: otras slo lo estn parcialmente; ciertas ocurrencias, en h. se presentan en estado bruto. Por esto, el ejemplo elegido servir para ilustrar los primeros procedimientos d e la descripcin slo con ciertas reservas: slo trazaremos, por consiguiente, sus lneas ge.
b)
LA CONSTITUUN
El autor d e I'Irn~giwireparece haberse sentido inducido a utilizar, para la constitucin de su texto, el procedimiento d e extraccin : podemos, pues, servirnos d e su mtodo para ejemplificar el procedimiento que hasta ahora ha sido presentado slo d e manera sumaria. El punto de partida de la extraccin reside en la constatacin de Ia redundancia de ciertos lexemas considerados representativos, a titulo d e hiptesis, de la isotopa que se ha de describir. Estos lexemas son, en primer lugar :
Considerndolos como constitutivos de un primer inventario restringido. el procedimiento descriptivo comenzar por la extraccin de todos los contextos que comportan esos lexemas inventariados. Metodolgicamerite, esto consiste en tomar cada lexema del inventario como un invariante, y en postular para cada uno de ellos una clase de variables, constituida por las cualificaciones extradas: as, cada clase de variables definir, en el interior del corpus cerrado, el lexema invariante. La reduccin de cada clase de varizbles a un nmero limitado de sememas obtener otros tantos mensajes cualificativos, y el anlisis, si se detuviera a este nivel, desembocara en la construccin d e un modelo simple, de^ tinado a dar cuenta del contenido semntico d e vida y de ntuerte. La descripcin, sin embargo, seguira siendo incompleta, pues slo se apoyara en un nmero restringido de mensajes extrados del corpus. En lugar de proceder inmediatamente a la reduccin, parece, pues, oportuno retrasarla y operar una segunda extraccin, tomando como lista de invariancia el inventario de todas las cualid ficaciones-variables precedentemente extradas. Dos utilizaciones de este nucvo inventario han de ser consideradas : 1. Las clases de cualificaciones, constituidas mediante la primera extraccin, pueden ser consideradas como tales y servir para buscar eventuales equivalencias de los semas ya cualificados. De este modo, las clases d e cualificaciones, tomadas como invariantes permiten establecer las clases d e actantes constituidas por lexemss equivalentes :
muerte
tedw
vida
y muerte.
Como.10~ tres lexemas se encuentran en el conjunto de los contextos cualificados por las mismas variables, debemos postulzr que, en la medida en que las clases de cualificaciones que definen
342
Semntica estructural
la vida y la muerte instituyen los contenidos d e Vi& y de Muerte propia del corpus dado, estas mismas clases deben conferir tambin necesariamente contenidos idnticos a los lexemas equivalentes: estos ltimos son intercambiables y reductibles a un actantesemema comn. por consiguiente, aun cuando ms adelante con. tinuemos hablando por separado de muerte y d e agua, de vida y d e fuego, se entiende que se trata simplemente de expresiones diferentes de un solo semema, denominado segn los casos vida o
muerte.
Muestra de descripcin
NOTA : Deberemos
2 . El inventario de cualificaciones puede servir, por otra parte, para extraer nuevos lexemas, determinados no ya por clases enteras de cualificaciones, sino por cada una de las cualificaciones tomada por separado. Este nuevo inventario de lexemas ser tan dicotmico como el ptimero, al ser las cuali6caciones que hayan servido para SU formacin constitutivas, las unas d e la muerte, y las otras d e la vida. Comprender dicho inventario, pues dos subclases:
a)
c&~~er,nn&i~>-enfemie~-mentira-odio, etc. :
La eleccin estratgica que permite poner en funcionamiento la extraccin n o se basa solamente e n la redundancia observada d e los lexemas vida y muerte, sino que presupone tambin cuestiones ingenuas del tipo: <qu significan vida y muerte para Bernanos?, qu sentido atribuye este autor a estas ''palabras"? La respuesta, a este nivel, es inmediata: ni el "hecho de vivir" ni el "hecho d e morir", significaciones d e orden cosrnolgico, son pere n presencia d e cualificaciones tales tinentes para la d&p&n; como: Lt muerte es negra, Lt muerte es fra, n o se trata evidentemente d e describir ni el color ni la temperatura d e l a muerte. La dimensin d e la manifestacin, a la cual apunta la descripcin, es d e orden noolgico, y la eleccin de la isotopia. concebida como la categora binaria vida vs muerte, forma parte, juntamente con la redundancia, d e la hiptesl ingenua iniciai. Por otra parte, basta con leer una ancuentena de pginas d e Bernanos para darse cuenta d e que las nociones de vida y d e muerte se interpretan, d e manera general, n o como dos funciones, sino como dar "seres" decticos irnbricados: el hombre puede estar muerto en l a vida y vivo en la muerte Dicho de otro modo: la existencia humana est hecha de vida y de muerte, que son dos trminos contradictmios y complementarios d e su ser noolgico.
b) v i v i t n t e - n i o ~ c a n u ~ s ~ g ~ e ~ m d n etc. d-a~,
Se instituyen as un orden de.la muerte y un orden d e l a vida, encontrndose las cualificaciones mismas en relacin hiponmica por relacin al uno o al otro d e los dos rdenes El procedimiento d e extraccin aparece. pues, en su conjunto. como una serie d e operaciones sucesivas d e extraccin, permitiendo cada inventario de contextos la extraccin y el inventariado d e otros contextos. y as hasta el agotamiento del cotpus, es decir, hasta el momento en que la ltima extaccin (n), utilimndo el inventario ltimo ( n - I), no haga ya aparecer nuevas cualificaciones. Esto decir que el corpus utiiizado para pmporcionar por extraccin d e vi& los de significacin pertenecientes a la i ~ t o p i a
344
Semntica estructural
La isotopa postulada por Ycel aparece, pues, como la manifestacin, en forma d e trminos complejos, d e una estructura elemental, que podemos designar mediante
Muestra de descripcin
345
conjunto de la manifestacin: su presencia e s indispensable para conferir los caracteres axiolgico e ideolgico a los modelos que podrdn ser descritos a partir del corpus dado:
El equilibrio d e los dos elementos de la estructura e s sin emO bargo, precario, y sta se inclina ya sea al lado negativo, ya al lado positivo, instituyendo as la dominancia d e uno d e los dos elementos. Por otro lado, si la existencia humana aparece como la expresin d e una 'estructura compleja, el "ideal de vida" que se propone no puede ser ms que la supresin d e su trmino negativo y la valoracin del nico trmino p i t i v o . L o mismo sucede con la "cada", cuya expresin lingstica la desaparicin del tr* mino pasitivo d e ia estructura. Podemos, por consiguiente, formular La hiptesis d e la manera siguiente: el discurso bemanosiano e s una manifestacin mtica, situada sobre. la isotopa E, que le sirve de esquema, y que pasa par una serie d e captaciones estructurales sucesivas, basadas en el acercamiento d e los trminos contradictonos: E = (V + M)* que oscila entre las dos dominancias positiva y negativa :
Hemos tenido ya ocasin de insistir en la ambigedad del lexe. m milieu "medio", que designa a la vez el centro d e algo y ese algo que rodea al centro. Esta nocin es, en efecto, el ejemplo tipico de la lexicalizacin d e una estructura dectica compleja. a la que podriamos designar, utilizando la terminologa de Jaspers, como la de
englobante vs englobado,
E , = (V
+ m),
E2 = IM -
NOTAr: Utilii-os las letras m a y i i s a h dominantes de la estructura, y las m i n s a b dominados. 'NOTA2: Hemos incurrido en una falta al lugar, Ia categora p r ~ ~ o c e p t i v "euforia" a vs
pan indicar los elementos p a n indicar los elementos olvidar introducir, en este "disforia", que connota a1
que nosotros preferimos a la oposicin "continente" vs "contenido", utilizada por T. Ycel. La categora as denominada es de alcance muy general, y su presencia en Bernanos n o es especialmente caracterstica de su uni. verso. Sin embargo. considerada como una d e las articulaciones fundamentales del espacio noolgico, sirve de puente para permitir el paso casi imperceptible d e la manifestacin "abstracta" a la ma. nifestacin "figurativa", transformando los conceptos abstractos en actantes. As. una vez reconocida la identidad de la clase de las cualificaciones que son atribuidas a la vez a los lexemas muerte y agua, vemos fcilmente en agua el semema figurativo que asume el papel d e actor por su poder d e englobar a otro actor: cadver. Dicho de otro modo: la categora "englobante" vs "englobado", que expresa simplemente, a primera vista, la relacin topalgica
Muestra de desrripcitr
entre dos deixi~volmenes,permite tambin nuevas determinaciw aes d e sus trminos, considerados como actantes, a los cuales pued e n ser atribuidas predicados, tanto cualificativos como funcionales. Vemos empero que. ri, debido a la simplicidad relativa d e sus actantes, tal figuracin topolgica se presta particularmente bien al anlisis cualificativo -la descripcin d e agua y de fuego descubre, e n efecto. una red de articulaciones smicas muy rica-, no sucede l o mismo cuando queremos interpretar, con la ayuda d e la misma categm'a, la manifestacin figurativa no ya espacial y fsica, sino otgnica. El hombre, que es para, Ekmanos un ser "de carne y d e sangre". puede interpretarse, es cierto, como un englobante en cuyo interior se instala un actor hipotctico d e la muerte: el cncer, p r ejemplo, que mina y destruye ese organismo. Pero, a la inversa d e lo q u e s u d e en e l primer tipo d e figuracin, no es ya el englw b a t e lo que es el actante.sujeto, y por tanto el trmino dominante d e la estructura compleja, sino que lo es el englobado. Ms an, sucede que el dominio de la muerte est representado n o ya por el actante sujeto, sino por el actante objeto: el anciano, el idiot son objetos, son pcientes de la muerte; al mismo tiempo, n o son y a englobados, sino englobantes, en 'cuyo interior obra la muerte. U n tercer caso, finalmente, es el del agente exterior queacomete a los vivientes diferentes del hombre: el ratn y la serpiente son, tambin, actores hipotcticos de la muerte. Se sigue que, cuando la manifestacin figurativa d e Bemanos se sita al nivel orgnico, la categora "englobante" ' v s "englobado" no es ya complementaria de la articulacin "dominante" vs "dominado" de la estructura de la existencia que hemos postulado al comienzo, y no puede ya servir para reducir los diferentes actores a actantes, sujetos u objetos. As, la muerte, como actante, se encuentra all en la forma de actantes variables, cuyo estatuto, por relacin a los d e las categoras consideradas puede ser expresado en el cuadro siguiente :
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DOMINIO
ACTANTE
ACTORES
MFDIO
Muerte
cncer
anciano r&n
A
La dltribucin de los actores es, por consiguiente, estilstica e n la manifestacin orgnica y n o corresponde a aqueia distribucin, muy simple, que hemos encontrado en la figuracin inorgnica. Metodolgicamente, esto significa que a &edad de los actores no permite postular, desde el comienzo. los actantes como invariantes ni buscar las variables e n el interior d e los predicados: nos veremos, pues, obligados a recumr, en este caso, al anlisis funcional, que quizs permitir, gracias a la homologacin de las funciones, desprender y reducir los actores. La manifestacin figurativa inorgnica, e n cambio. se presta al anlisis cualificativo, y la correlacin entre h estructura de los actantes (la estructura del medio y h estructura del dominio) puede ser considerada en ela como adquirida: en efecto.
Actante sujeto Actante objeto
Englobante Englobado
Dominante Dominado
y la atribucin al actante sujeto de1 contenido muerte o vida confiere a la estructura compleja su carcter negativo o positivo. Es, pues, por esta descripcin c u a c a t i v a por donde vamos a comenzar.
b) LA
VIDA
LA MUERTE
Ser ms simple presentar primero, en forma de esquema, e l modelo cualificativo tal y como p i e r n a constituirlo, con algunos
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Semntica estructural
Muestra de descripcin
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cambios, a partir de los datos d e T. Ycel, y propotcionar despuks los elementos de su interpretacin.
El modelo cualificativo, presentado aqu e n forma d e estructura jerrquica, no es otra cosa que la articulacin interna del concepto al que hemos denominado, a1 nivel de la hiptesis ingenua. sirvindonos del lexema Existencia. Est constituido por tres niveles jerrquicos distintos : 1. El escaln nctancid. Hemos establecido la Eristencia como una estructura compleji, situada en la dimensin noolgica, y que comporta dos trminos: vida y muerte, cuya articulacin es scb-
rayada, adems. por la disjuncin concomitante de la categora "euforia" vs "disforia". Hemos precisado, por otra parte, que con anterioridad a todo investimiento, los dos trminos estructurales vida y muerte pueden ser considerados, al nivel de la manifestacin figurativa, como dos deixis. Pero, al mismo tiempo, debido a que son susceptibles d e recibir cudificaciones, su estatuto sintctico es el de los actantes: Vida y Muerte son. pues, dos actantes-deixis, y las cudificaciones que proporciona su investimiento semntico caracterizan, al mismo tiempo, dos espacios noolgicos distintos. 2 . El escaln semmico. Las cualificaciones de los actantes estn presentes en el modelo en forma de sememas, constmidos a partir d e los mensajes cualificativos, y sirven, de modo ms bien inesperado, d e trmite entre los actantes y los semas. 3. El escaln smico. La constmccin de los sememas se basa en un anlisis smico que permite constituir las ocurrencias en clases paralelas, que son disjuntas a causa d e las oposiciones smicas. Di. cho de otro modo: el modeIo es el resultado d e una descripcin smica que enlaza con la estructura actancial, establecida como hiptesis al comienzo, y la verifica. Las categm'as smicas consti. tuyen por s mismas la r e taxonmica subyacente al conjunto del modelo, que, por ser connotado por entero por la categora proprio. ceptiva, aparece como un modelo axiolgico. En cuanto a los sememasrelevo, su estatuto estructural est an por precisar: d e manera bastante paradjica, su homologacin parece preceder, aqu, a su reduccin. En efecto, si los sememas de vida estn, debido a las oposiciones smicas en correlacin con los d e muerte, tanto los unos como los otros constituyen solamente dos inventarias, cada uno d e los cuales comporta seis sememas, cuya articulacin interna n o es evidente. NOTA: La misma descripcin smica tambin deja a veces que desear: los semas aparecen ya como elementos. ya cono contenidos smicos analizable~en unidades ms pequeas. Rogamos al lector que conceda ms importancia al procedimiento metodolgico qut a h exactitud del detaiie.
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3 2
La redundancia ocurrencia1 de la vida mutable y de la muerte inmvrl es considerable en el radotage de Bemanos: la oposicin smica "dinamismo*' vs "estatismo" parece, a primera.vista, funda. mental para el anlisis de su wiologa. Esto no quiere decir, sin embargo, que el actante-vida est caracterizado .nicamente por funciones, en tanto que el actante muerte lo est por cualificaciones, Vida y muerte son ante todo dos deixis; slo despus la vida es cualificada como un espacio mvil y la muerte como un espacio inmvil. El carcter cambiante de la vida puede, sin embargo, servir d e punto d e partida que permita la articulacin de los sememas en el interior del inventario, que est an, segn hemos visto, p r sistematizar. El cambio puede ser interpretado como una alteracin, es decir, como el paso dinmico d e un estado o d e una "naturaleza" a otro estado u otra "naturaleza": presenta, por tanto, los carac. teres de una funcin a partir de la cual podemos tratar de desarro. llar un mensaje funcional. De hecho, los diccionarios usuales, en o r otra parte con la acepcin corriente, de5nen el conformidad p Fuego como generador, por medio de la combustin, del calor y d e la luz. Nos encontramos, pues, en presencia de una funcin de orden etiolgico, susceptible de recibir dos actantes, el destinador. causante y el destinatario-causado. La interpretacin propuesta permite as reunir en un solo mensaje tres d e los sememas (Vi, Vz, V 3 ) del inventario semmico d e Vida:
por la misma clase d e cualificaciones Fuego, decamos, es equivalente de Vida. En el interior del mensaje funcional que acabamos d e formular, Fuego no es ms que el actante destinador de este mensaje: el fuego es, pues. al mismo tiempo, la fuente de la vida y la vida misma. En trminos lingusticos, podemos decir que Fuego es susceptible de funcionar, al nivel de la manifestacin, de dos maneras diferentes : sintcticamente, Fuego es un actante ; semnticamente, es el representante hipotctico del mensaje fun. cional en su conjunto y, como tal, el equivalente de una parte de las cualificaciones semmicas d e Vida. 2 . El mismo funcionamiento estilstica da cuenta del estatuto bivalente de luz y de calw, que no slo son resultados de "movimiento de la vida", sino tambin, hipotcticamente, equivalentes de la vida misma.
NOTA:La oposicin calor vs luz sirve despus para dicotomizar el ser nwlgico: e n cuanto claridad y transparencia, la luz da cuenta del "alma espiritual", en tanto que el calor remite al "alma corporal". Desgraciadamente no podemos entrar en detalle.
'
F (cambio)
[A3 (fuego);
A4
(calor
1 luz)].
Tal formulacin nos permite comprender el papel de los se. memas en la economa del modelo axiolgico. Nos coloca, en primer lugar, ante una doble interpretacin, 1. aparentemente contradictoria, d e Fuego. Por estar determinado
3. La utilizacin hipotctica de los aaantes permite as comprender el papel de trmite atribuido a los sememas: en cuanto actantes se subwdinan a la estructura del mensaje funcional por el que se define, en parte, el actantedeixis Vida; en cuanto conte. nidos calificativos, los sememas positivos entran, uno a uno, en oposicin con sus congneres negativos, que constituyen el con. tenido d e Muerte. Una conclusin provisional, de orden metodolgico, puede ser propuesta en esta etapa del anlisis. Si consideramos a los seme. mas V i ,V zy V 3 como definiciones positivas d e Vida, su anlisis en semas permite considerar, debido a la puesta en evidencia d e las categoras smicas, la transicin hacia las definiciones negativas d e Muerte, constituidas por los sememas negativos no V i , no V y no V 3 , implicados en las definiciones positivas d e Vi&. la afirma.
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Muestra de &scripcin
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cin de la vida como calor implica, por ejemplo, la afirmacin d e la muerte como fro. Si ocurre as, podemos decir que la estructuracin del inventario de los sememas que constituyen las definiciones negativas d e la muerte no es ya necesario: su articulacin no hace ms que reflejar la organizacin de las definiciones positivas de la vida. Lo mismo suceder con las definiciones negativas de la vida: bastar con proponer un principio explicativo de la organizacin d e las defi* niciones positivas de la muerte' para que las primeras puedan ser deducidas mecnicamente de aqullas.
d ) EL AGUA
Hemos visto que la muerte se define, por oposicin a la vida, que es cambio, como inmovilidad. Si, por consiguiente, hemos interpretado el cambio como el paso dinmico de un estado (O d e una naturaleza) a otro estado (o a otra naturaleza), la inmovilidad debe definirse como estatismo, es decir, como permanencia (o, a 10 ms, como una iteracin) de identidades y d e altendades. Sera superfiuo reconsiderar una a una las definiciones negatid vas de la muerte: estn ya deducidas a partir d e las definiciones positivas d e la vida. Por tanto, no lo hacemos sino por subrayar un rasgo estructural que comportan: el d e la n o necesidad. Te mando metafricamente el ejemplo d e la categora del gnero que caracteriza .en francs a la clase nominal, podramos decir ,que las definiciones positivas de la vida son "substantivales" y fijas, en tanto que las definiciones negativas d e la muerte son "adjetivales" y variables: del mismo modo que el gnero fijo se adhiere a los substantivos, calor se combina con Fuego, mientras agua admite un paradigma variable: el agua puede estar fn'a, tibia o caliente. Po. driamos quizs formular esta distincin de otro modo, diciendo que el contenido positivo de vi& es francs, es decir, sociaL en tanto
que el contenido negativo de muerte es bernanosiano, es decir. individual. Sea como fuere, el anlisis d e un campo preciso hace aparecer la existencia d e ciertos criterios de "semanticidad". que merecen un examen ms profundo. El agua es empero susceptible, al mismo tiempo, de definiciones positivas, que podemos interpretar en el cuadro de la estructura compleja del agua. Por relacin a la vida. que es una consecucin de identidades y de alteridades y que pertenece desde el punto de vista retiico al orden d e la anttesis, la muerte es presencia simultnea d e identidad y de alteridad, y dice relacin al orden d e la antfrasis. Analizada como una articulacin particular de la estructura elemental de la significacin, se identifica con su trmino complejo:
identidad
VS
mezcla
VS
alteridad (negativo)
(positivo)
(complejo)
NOTA:En el anlisis smico que utiliza la termino!oga de Bernanos. sera, pues. necesario introducir el correctivo: pureza = identidad: impureza = (identidad alteridad). "Limpieza" y "suciedad" seran simplemente redundancias. de orden visual sobre todo. de esta oposicin.
Si hemos inscrito la mezcla como primera definicin de la muerte, es sobre todo porque' esta "estructura d e lo mixto" aclara quizs las razones que han "impulsado" a Bernanos a elegir agua como equivalente de muerte, eleccin que no parece obligante. En efecto. tina vez establecida esta equivalencia. las otras definiciones positivas se integran como articulaciones particulares capaces de manifestar el trmino complejo de su estructura. As. sobre el eje de la consistencia, el agua se sita a mitad de camino entre los dos tminos polarizados:
pseidad (positivo)
liquidez
=
so!ider (negativo)
(complejo)
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Semntica estructural
Muestra de descripcin
EI agua, en efecto, n o es ni slida n i gaseosa: es ambas cosas a la vez. El fuego, que se d e b e negativamente poi SU consistencia gaseosh no se opone, segn VMOS, a su trmino positivo, sino d trmino complejo. Comportando as el agua los dos trminos d e la categora smica, u a partir del trmino compleja considurdo como definicin positiva, a partir d e donde dedudmos el trmino simple, considerado como definicin negativa d e la vida, y n o a la inversa. Si nuestra interpretacin hasta aqu es c o r r e a U articulacin compleja debe ser hallada analizando los b constitutiva del semema infonnidad. As, h i n c o l d d d , aunque aparezca, a gri* mera vista, como el trmino negativo que se opone a col^, se de* compone, considerada como eje smico. e n una categora " n e p " vs "blanco", capaz de generar el trmino complejo, es decir, el gris, que ~ ~ ~ otodas r t las a variacionu d d color sucio. Asimismo, la monotona es simplemente la iteracin d e la consecucin "identi* dad alteridad", es decir, del cambio captado como permanencia, Podemos aplicar, sin demasiadas dificultades, el mismo tazona. miento a la insipidez. El semema "informidad" aparece, pues, como la manifestacin d e la estructura compleja en todos los rdenes d e la sensacin constitutivos del espacio noolgico d e la muerte. Las definiciones positivas d e la muerte deben, pues, ser consi* deradas como redundancias d e la estructura compleja, captada suce* sivamente. gracias a hvestimienta s u p l e m e n t d a en su naturaleza mixta, en el carcter "consistente" d e su extensin, y. finalmente, en las articulaciones complejas d e su espacio sensorial. Por relacin a stas, las de6niciones negativas d e la vida (que no tienen, con certeza, nada d e "negativo") se deducen y se afirman como trminos positiva. obtenidos por la suprain de los trmina negativos de las estructuras complejas.
355
e)
EL MODELO CONSflTUClONAL
Nuestro esfuerzo, que trataba de dar cuenta d e la organizacin estructural d e los sememas, cuyos inventaria. aparentemente accidentales, instituyen los actmtes Vida y Muerte. ha acabado poniendo d e manifiesto la existencia de un nuevo escaln jerrquico del modelo constmido. situado entre el nivel de los actantes y el d e los sememas : los seis sememas que.determinan el contenido del actante Vida se subdividen en lo que hemos designado como definiciones positivas de la vida y definiciones negativas d e la muerte ; y, a la inversa, las seis sememas constitutivos del contenido del actante Muerte se agrupan en definiciones positivas d e la muerte y en definiciones negativas de la vida. Sin considerar el contenido propiamente dicho investido en el modelo. podemos decir que esfe ltimo se presenta como la puesta en correlacin de dos categoras binarias :
NOTA1: Podramos tomar -si deseramos profundizar e n el anilisisuna por una todas las aflintlaciones smicas complejas, para estudiar las con. diciones de la supresin de sus elementos negativos.
y no como una sola categora Vida vs Muerte, articulada en estructura compleja. Si, por consiguiente, nuestra hiptesis inicial se ve par este hecho invalidada, la nueva formulacin del m d e l o presenta la ventaja de ser idntica, en cuanto a la forma de su articu. lacin, a la de la estructura acrnica, inmanente, del cuento popular, as como al modelo del mito propuesto por Lvi-Strauss.
356
Semntica estructural
Muestrd de descripcin aparece d e d e entonces como un punto d e partida demos presentarlas en dos columnas:
t
Tales afinidades estructurales n o pueden ser accidentales y t w nemos derecho a suponer que el modelo de organizacin aanica d e contenidos, que encontramos as en campos tan alejados unos d e otros, debe poseer u n alcance general. Su indiferencia a los contenidos investido5 -puesto que tales contenidos pueden obte* nerse tanto por el anlisis funcional (cuento popular) como por el anlisis cualificativo (universo bemanosiano)- nos obliga a con* siderarlo como un modelo metalingstico, jerrquicamente superior a los modelos cualificativos o funcionales de que nos servimos, en nuestros procedimientos inductivos, para dar cuenta d e los conte* nidos manifestados al nivel d e los sememas y de las categoras s . micas. Para consolidar esta ltima distincin, podramos quizs con. siderarlos como modelos constitucionales, situndolos al nivel d e estos ltimos y oponindolos a Im modelos transformacionales.
357
Po-
NOTACIONES SIMFI~LICAS
P '
cncer gangrena lcera llagas
N'
anemia hemorragia septicemia hidropesa, etc.
'anemia"
ocuRREN(311s
vs
*
DENOM~NACIONE~ "cncer"
U)
LAS ENFERMEDADES
Si el espacio noolgico, considerado como la proyeccin e x t e riorizante del ser, se confunde, en la manifestacin figurativa de Bemanus, con la deixis~volumen,dicotomizable e n fuego vs agua, su interimzacin elige c o n o escena d e su figuracin el organismo humano. U n hombre vivo es para Bernanos un hombre "de carne y d e sangre", y es la redundancia d e esta expresin lo que permite a Ycel reconsiderar, con vistas a un nuevo anlisis una segunda potcin del Liventario d e los mensajes extrados. E l hombre que tiene buena salud, en efecto, se ve a menudo atacado por las enfermedades, q u e son variadas y frecuentes en la obra d e Bernanos. La divisin de las enfermedades en dos clases:
enfrrmedades de b carne vs enfennecludes de la sangre,
Designaremos, por razones d e comodidad en la exposicin, a 19 ~ r i m e r aclase d e enfermedades (P3 con el nombre d e la ms frecuente d e ellas en el universo bemanosiano, que es "cncer", y a la segunda dase ( N ' ) , por idnticas razones, con e1 nombre de "anemia". La extraccin de los predicados postulados para estas enfermedades permite obtener, tras d e la reduccin, dos tipos de funcionessememas. Si considerarnos, despus, a la enfermedad como el actanteesujeto y al organismo sano como e1 actante-objeto, podemos dar a su descripcin la forma protocolar de mensajes funcionales:
P' = F
N' = F (succin)
El bestiario d e Bernanos es tan variado y redundante como el -u<l&o de las enfermedades. HaOamos. px una parte :
358
'
Semntica estructural
los los los las los perros, gatos, ratones, serpientes, insectos,
Muestra de descripciDn
359 NOTA 1: El tnnino irwrtos, que se encuentra en los dos tipos de men-
y, por otra :
los animaks del juico, de la tinta, de L maral, de las estadsticas, - democtdticos, toialitatos, materialistas, etc.
puede ser considerado como sajes -los insectos "devoran" y "succionan"-, luicalizaun del trmino complejo de la estructura ya manifestada por la disjuncin r a d o r vs reptil, y, por este mismo hecho. como no pertinente para la continuacin de la descripcin funcional. Encontrara, evidentemente, su puesto en el anlisis actancial estilstica. NOTA 2: Aun cuando quepa decir que los roedores devoran la carne, en tanto que los reptiles succionan la sangre. preferimos sealar con una z el actante~bjetode estos mensajes. con el fin de n o recargamos, d e momento. con una dikultad suplementaria, que proviene del hecho de que ei cncer d e v m el a l m desde 3 interior. y ei rwdor desde el exterior.
La primera tentativa de organizacin de este inventario pennite a Ycel distinguir ante todo y separar dos inventarios, que oponen
animaks salvajes vs animaks domsticos.
NOTA:Dado que la descripcin de estas inventarios, a la que Yiicel dedica numerosas pdginas. pertenece al campo de la estilstica actancial, no nos parece indispensable para la construccin del modelo sedntico. El resto del bestiario puede ser agrupado, siempre segn Ycel, en :
roedores, reptilcs. insectos.
La comparacin d e los mensajes obtenidns despus de estas reducciones manifiesta la identidad de las funciones encontradas e n estos dos inventarios relativos a las enfermedades y a los animales. Si consideramos que las funciones instituyen, por definicin, los actantes podramos pretender que, siendo idnticas las fundones descritas en los mensajes P' y P" y N' y N", los actantes-sujetos cncer y roedores, por una parte. y anemia y reptdes, por l a otra, son equivalentes La nica diferencia que existe entre los mensajes funcionales de las enfermedades y de los animales reside en el estatuto de los actantes objeta
C)
LAS MENTIRAS
La extraccin de los mensajes funcionales que comportan estos tres actores y la reduccin de N funciones permiten obtener dos mensajes funcionales :
(roedores) (insectos) (reptr7rs) A,
Las mentiras constituyen un nuevo agrupamiento posible de lexemas redundantes del discurso bemanosiano. El inventario de las mentiras podra ser dividido en
mentiras secumIclrias vs mentiras esenciales.
w]*
N = F (succin)
(inwdos)
360
hr mentiras de las
Semntica estructural
actitudes,
de las lisonjas, de las finezas, & los problema mal planteutbs, etc.
361 al orden de la Mentira y de los que les corresponden en el orden de la Verdad Aparece una dificultad suplementaria, por el hecho
de que el inventario independiente de las funciones d e las mentiras no existe, y por el de que el anlisis que quisiera seguir el procedimiento que hemos adoptado para la descripcin de las enferme dades y de los animales es, por este motivo, imposible. NOTA:Importa poco saber si la falta de tal inventario se debe a omisin del dexriptoc o a una particularidad del Corpus: la descripcin debe, ,en principio, poseer en reserva un nmero suticiente de procedimientos, que ~rmita hacer frente a tales situaones. Nos ser, pues, necesario, tomar como punto de partida la equivalencia parcial observada entre las mentiras y las enfermedades y, aunque teniendo en cuenta la existencia, en el plano figurativo, de los mensajes semnticos que tienen a los animales como actantes, tratar de operar una reduccin de los actaotessujetos, y no de las funciones. La reduccin considerada podr al mismo tiempo explotar las posibilidades ofrecidas por la homologacin eventual de las mentiras y de las verdades.
Muestra de descripcin
NOTA:Las mentiras secundarias son simplemente, en este caso, figuras hipoticticas de las mentiras esenciales. En cuanto a las mentiras esenciales, se hallan clasiicadas del modo siguiente :
T " ' : desespermM&n; sueo; Ta : orgullo; &sprccio;avmimi&, egosmo, lujuria: T ' : odio; indifeten~.
Reconocemos fcilmente que mentira es, en el universo bernanosiano, el equivalente no figurativo de enfermedad O, dicho de otro modo, que al pasar de enfermedad's mentira nos limitamos a T de isotopa. cambiar de nivel de manifestacin sin cambiar ~ O ello La identidad de las cualificaciones y de las funciones que las caracterizan y las instituyen constituye su confirmacin objetiva. Podemos decir que las correlaciones
Muerte
'
d ) LAS
MENTlRAS TRANSlTIVAS
--
Agua
Mentira
Y
Enjetmedad
Salud (carne y sangre)
Vida
Fuego
Verdad
hecha abstraccin del contenido de las categoras puestas en cw nelacin, no hacen ms que traducir las correspondencias entre dos niveles n o figurativo y figurativo- de la manifestacin. El problema que en esta etapa se le plantea a la descripcin u doble: se trata, en primer lugar, de proceder a la reduccin de los diferentes niveles de manifestacin a un solo nivel no figurativo y de operar all la denominacin de los sememas as obtenidos; pero es necesario, al mismo tiempo. y paraielamente, tener en cuenta la necesidad de homologacin de los sememas que dicen relacin
Dejando pmvlionalmente. a un lado la primera clase (Y')d e mentiras, podemos disponer, siguiendo la divisin sugerida por Ycel, las dos clases restantes en dos columnas:
C
sh~oros
T '
P " '
N"'
odio
oiguuo
indiferenciu a-~nnM
egosmo
T"
desprecio
lujuM
362
Semntica estructural
Muestra e descripcin
Sf m m s
363
1
Diremos, a ttulo de hiptesis, que la clase P"' representa los actantes caracterizados por la funcin "devoracin". y que la clase N"' est constituida por actantes determinados por la funcin "succin". En cuanto a la divisin horizontal de las mentiras en dos estratos superpuestos T' y T", su interpretacin exige una vuelta atrs: hemos sealado ya ms arriba que los mensajes que han permitido formular por separado las funciones de las enfermedades y de los animales presentaban una diferencia, al nivel de los actantes-objetos, que impeda su reduccin a una frmula nica. Esta diferencia es la siguiente: las enfermedades se instalan en el orga. nismo y lo atacan desde dentro; los roedores y los reptiles por el contrario, atacan a los seres y a las cosas desde el exterior. El actante-objeto correspondiente a las funciones de "devoracin" y & "succin" comporta, pues, una disjuncin smica
objeto interior vs objeto e x k r i w .
P
indiferenM
anemia
avaricia sept3
egoismo
I lujuria
O)
Proponemos interpretar esta disjuncin como una articulacin propia de la categora d e la transitividad, que dirige la funcin ya hacia un objeto exterior (Al+ AI), ya hacia un objeto interior, es decir, hacia el actante-sujeto (Ai+Ai). La transitividad permite, pues, clasificar las mentiras (y sus expresiones figurativas) o p i e n c d o categricamente los actore~enfermedadesa los actores-animales, definidos los primeros por sus funciones reflejadas y los segundos por sus funciones transitivas, y distribuyendo las mentiras con arreglo a sus equivalentes figurativa Esto nos p e h t e operar la reduccin de la manifestacin figuativa al nivel no figurativo de las mentiras transitivas:
El cuadro que acabamos de presentpr muestm que, si hay c e rrespondencia trmino a trmino entre la expresin lexemtica de las mentiras y los lexemas cncer y anemia, que resultan de la re. duccin de las edermedades, no se halIa la misma adecuacin entre los trminos reducidos del bestiario y las mentiras con las que Im hemos relacionado : los lexemas no figurativos son ms numerosos que los lexemas figurativos ya reducidos. Los anlisl parciales, llevados a cabo por separado, no representan el mismo grado de avance de la descripcin. Para restablecer el paralelismo, seria necesario o bien tratar de obtener una nueva distribucin de los actores animales o bien operar nuevas reducciones de mentiras. Siendo imposible el primer procedimiento (ya sea porque T. Ycel no ha estimado til analizar el bestiario a este nivel, ya sea porque la estilstica bemanosiana no representa ms que una correspondencia de estructura a estructura y no d e trmino a trmino), es la segunda solucin la que deberemos adoptar. x. As, la mentira T " ,manifestada por la clase de los roedores, se encuentra articulada en dos l e x e m :
orguh vs desprecio.
J i reduccin de estos dos lexemas a un solo semema dispone d e dos tipos de datos:
364
Senint;ca estrudurd
Muestra de descn$cin
365
, ) Su comparacin con los roedores permite constatar la c o m ptibilidad de la funcin "devoracin" con los actantes no figurntivos. t ) Una tentativa de homologacin permite encontrar, a1 nivel de la descripcin d e las verdades, la existencia de un solo lexema, humildad, que se opone a la vez a orgullo y a desprecio. Un anlisis smico, muy superficid, de estos tres Iexemas, efectuado a partir de sus definiciones en el Dictionndire gnrd, muesque su contenido smico comn se presenta como la funcin ((estimacin". articulada adems: a) +r la categora evaluativa sobre. vs sub-; p) por la categora de la transitividad. que opone la -tima de s mismo a la estima del prjimo. Los lexemas pueden formulados a p r t i r de ese momento en mensajes funcionales:
desprecio F (subestimacin) [Al 4 A21 humildad = F (sobrestimacin) [Ai 4 A21 orguUo r F (sobrestimacin) [Ai 4 Al] Itumildad = F (subestimacin) [Al 4 A i I
Dado que humildad funciona, en el universo bemanosiano, c m o antdnimo a la vez de desprecio y de orgullo, estableciendo as la equivalencia entre
sobrestirnaci6n del otro = subestimacin de s,
z Avarick, egosmo y lujuria encuentran fcilmente, en el vocabulario d e Bernanos, sus tmanos opuestos: don, sofidaRdad, "tercambio, pero, al nivel de la manifestacin figurativa, corre* ponden a un solo semema. reptrl. Las principios de economa y d e simetra nos obligan a elegir la solucin ms simple, que consiste e n reducir las dos series de lexemas a dos sememas, sin perjuio d e retomar el estudio de las categoras que los disjuntan al nivel d e la descripcin estilstica. Slo insistiremos, pues. en los elementos smicos conucidos del, inventano : a) h s tres mentiras tienen en comn una funcin a la que no denominaremos, pero que corresponde a la de "succin"; los comportamientos que subsumen poseen el m g o caractezstico d e atraer todo, d e referir todo a s, privando al otro de lo que posee como propio. 6) Las tres son transitivas, estando dirigida hacia el entorno t actividad de la cual son representantes potenciales. Bastar, pleG con denominar a las tres ocurrencias sirvindonos del nombre de una d e ellas (avaricia, por ejemplo), para designar el contenido smico delimitado por las dos categoras utilizadas, entendindose que el actor refitil se encuentra al mismo tiempo reducido y comprendido en esta denominacin comn.
contenidos
Nos quedan par considerar Ias das ltimas mentiras, dejadas provisionalmente fiera d e la descripcin :
deses$erdcrdcrnvs sueo,
Sin embargo, como la clase T" exige una formulacin transitiva d e la funcin, es el trmino desprecio, equivalente d e orgullo, el que clegirema para denominar el resultado de la reduccin de~precio vs o r g d o .
En la medida en que el anlisis de la rnentia sea correcto en su conjunto,. permite proceder, en esta etapa, a una integracin &i mecnica de los trminos restantes. utilizando las categoras descriptivas disponibles.
366
Semntica estructural
3%
As. la oposicin entre estos dos lexemas puede ser interpretada como la oposicin d e las funciones que stos denominan h i p tcticamente. es decir, mediante
F (devoracin) [A, ( d e s e s p e r m ' h ) ] vs F (succin) [A1 (sueo)].
Asimismo. dado.que la categora de la transitividad n o ha sido suficientemente explotada y que el trmino "intransitividad" est d i s p i b l e , podemos utilizarlo para definir esta parbja de funciones, considerndolas como caracterizadas por los actante~objetoscero: A2 (0). Esto nos permite completar el cuadro:
L
de h s verdades y d e las mentiras consideradas como constitutivas de un solo modelo. Para hacer esto, disponemos ya d e h s categoa ras descriptivas que permiten la binarizacin d e las funciones y una triple articulacin de los actantes-objetos. No resta ya, por consiguiente, ms que establecer. sirvindonos del cuadro dado. los trminos del inventario de las verdades consideradas como acd tante~ujetos El cuadro de conjunto se presenta as:
S~MBOLOS
P
odio
N
indiferencia
mar&
T '
T"
T"'
desprecio desesperacin
sueo
La descripcin de las mentiras slo utiliza, como vemos. dos categoras, cuya naturaleza. evidentemente, habr que precisar.
NOTA: Vemos que estas dos categoras represeritan dos grados diferentes e n la progresin del anlisis: la categora de la "transitividad" es no figurativa: la que efectJa la distincin entre dos tipos de funciones ha permanecido en el estadio Ggurativo. Este cuadro requiere un cierto nmero d e observaciones.
g)
LAS VERDADES
Nos quedan por encontrar los trminos adecuados para cons. tituir el inventario de las verdades y para articularlas d e tal manera que su estructura se presente como paralela y contradictoria por relacin a la de las mentiras, lo cual har posible la homologacin
1
i
368
Semntica estructural
Muestra
de descripcin
369
La segunda observacin concierne a la indigencia lexemtica de los mismos actantes no figurativos. Esperanza y amor se encuen* tran, en efecto, en las dos columnas P y N. Esta asimetra entre verdades y mentiras hubiera podido ser suprimida operando la neu* tralizacin de la oposicin "devoracin" vs "succin". Podramos, sin demasiada dificultad, imaginar los resultados d e tal reduccin:
T"'
Verdad Mentira
T"
comunicacin
VI
'
T '
amor
vs
esperanza cordura
sokdad
aversin
Preferimos, sin embargo, por razones que aparecern ms adee lante, mantener tal cual la oposicin funciyal e interpretar provi* sionalmente esta identidad lexical de los actantes correspondientes a las funciones disjuntas como una lexicalizacin del trmino come plejo d e la estructura.
IV.
Dos anlisis -e1 primero, cualificativo, y el segundo, .de carcter funcional-, llevados a cabo simultneamente y basados en la hiptesis, implcitamente admitida, de la existencia de una cierta correlacin entre
-=-
muerte vida
nientira verdad
han desembocado en la construccin d e dos modelos, que, aunque poseyendo una cierta semejanza, presentan, sin embargo, divergen. cias bastante considerables.
Si algunas de estas divergencias se deben a la naturaleza del anlisis utilizado -Ia categora de la transitividad, por ejemplo. que ha servido para clasificar las mentiras y las verdades es ca. racterstica del anlisii funcional y parece de una aplicacin difcil al anlisis cualificativw. otras, ms sorprendentes, provienen de la diferencia de los niveles en los que uno y otro se han detenido. As, el anlisis cualificativo se sita, por sus sememas, al nivel de la manifestacin figurativa inorgnica; estos sememas son, a su vez, analizados en semas de carcter semiolgico, en tanto que el anlisis funcional representa, por s solo, dos niveles de descripcin no homogneos: los actante~sujetoss e sitan en l a l nivel no figurativo; las funciones, por el contrario, son presentadas por dos figuras "orgnicas" : "devoracin" y "succin". Hemos visto que el mantenimiento, al nivel figurativo, d e los actantes sujeto se haca imposible debido a la ausencia de figuracin de las verdades: nos hemos guardado bien, sin embargo, d e cambiar sea lo que fuere en las denominaciones de las funciones, antes de que una yuxtaposicin comparativa no nos instruya acerca del lugar y el valor que hay que atribuir respectivamente a cada uno de los mdelos. En efecto, el carcter, aunque vago, netamente zoomcirfo, d e las funciones d e "devoracin" y d e "succin" est ah para recordarnos uno de los rasgos esenciales del modelo funcional: la bilidad que ofrece de transferir a los actantes el dinamismo que est contenido en las funciones y d e manifestarle all en forma d e "poder de obrar". Hemos visto que este hecho nos pareca expli. car no slo la estilstica de los actores animadores, sino tambin la "personificacin" d e los actantes conceptos, que, en el interior del modelo funcional, aparecen de modo completamente natural como "fuerzas", dando cuenta al mismo tiempo del carcter mitifia cante de este modelo. Vistos bajo esta luz, los actantes particulares de las verdades y de las mentiras, tales como amor o humildad, odio o clesprecio, son fuerzas capaces d e obrar. El modelo que he-
370
Semntica estructural
.Muestra de descripcin
TITI
mos podido establecer tras del anlisis funcional es, pues, una arti. culacin n o figurativa d e los actantes. El modo d e su accin es doble: se expresa con ayuda de'las dos figuras semmicas de "devoracin" y de "succin". Parece oportuno ahora, tras esta puntualizacin, tratar de simplificar estas figuras, eligiendo, en el interior de los dos sememas, la categora smica que sea suficiente para dar cuenta d e su oposicin y que, situada al nivel de la manifestacin no ya orgnica, sino inorg. mica, permitira emprender la comparacin de los modelos resultan. tes de los dos anlisis sucesivos. Podramos utilizar con este fin la categora smica
expansin v s . contraccin,
cuya articulacin permite dar cuenta del doble aspecto de la acti. vidad potencial de los actantes-sujeto del modelo. Diremos que los dos semas propuestos constituyen, cuando se combinan con "euforia", las dos funciones d e verdades, y. cuando se combinan con "disforia", producen las dos funciones de mentiras. La traduccin d e las funciones de un tipo d e manifestacin figurativa a otro hace ms visible nuesta ignorancia relativa a l o s contenidos realmente investidos en estas funciones, cuya articulacin en dos clases, lejos d e constituir un investimiento, aparece ms bien como una especie de predeterminacin modal. De donde resulta que el modelo funcional, si bien posee una configuracin actancial particularizada, permanece sin embargo independiente del contenido investido. que no es organizado, en suma, sino gracias a la articulacin de dos categoras modales o paramodales, es decir, metalingsticas por relacin a las funones investidas mismas.
Resulta tentador, en este punto, comparar los resultados d e los dos anlisis, que han sido iievados a cabo independientemente y que han desembocado en la descripcin de dos modelos. El primero de estos modelos da cuenta de la articulacin de los actantes Vi& y Muerte; el segundo, de la de los actantes Verdad y Mentira. Hemos admitido, a ttulo de hiptesis intuitiva, una correlacin entre estas dos parejas de actantes, sin saber por eiio en qu con. siste tal correlacin: la comparacin d e sus modelos debera permitir captar mejor la naturaleza de esta'.correlacin. Su yuxtaposicin permite constatar tanto semejanzas como diferencias. El hecho ms sorprendente es, sin embargo, una muy grande similitud d e su economa global: 1. Ambos son binarios. 2. Comportan doce sememas cada uno, actantes por un lado, y cualificaciones por otro. 3. Los doce sememas se subdividen igualmente para constituir los dos actantes.
4. Los seis sememas de cada actante se dividen, adems, de'la misma manera para constituir grupos de tres sememas, de tal suerte
que
definiciones positivas definiciones negativas
Este conjunto d e rasgos formales comparables permite tratar d e construir un paralelo, trmino a trmino, de los doce sememas de cada modelo:
37*
Semntica estructural
Muestra de descripci&
373
Esta disposicin paralela, que se ha hecho psible gracis a las similitudes de los dos modelos que acabamos de enumerar, slo ha presentado dificultades a partir del momento en que. estando m. ]izada la distribucin en bloques d e tres sememas -por un lado los actantes, por otro las cualificaciones-, haba que atribuir a cada uno de los tres actantes una de las tres cudificaciones posibles, elegida en el inventario paralelo. Sera demasiado largo reprducir los razonamientos que han permitido esta atribucin. Bastar con decir que nos hemos sentido esencialmente del criterio de la compatibilidad de la cualificacin transformada en funcin (por la adjuncin del sema "dinamismo"), con las tres articulaciones posibles de la categora de la transitividad, caracterstica de los actantes: as, por ejemplo, "calor", atribuido a amos, puede ser una
funcin refleja (el amor caldea el cola~n);"luz", por su parte, tomado corno funcin de humildad, puede ser una funcin transitiva; "cambio", a su vez, considerado en sus articulaciones smicas, como alteracin libre y gratuita, y sobre todo corno elevacin, puede ser una funcin intransitiva, en tanto que cualquier otra distribucin plantea dificultades, cuando no incompatibilidades Este criterio de compatibilidad ha sido consolidado, al mismo tiempo, por el criterio de homologacin : una determinada cualificacin slo puede ser considerada compatible con un determinado actante si la misma cuaUicaan, en sil forma negativa, es al mismo tiempo compatible con el actante que se encuenta en disjuncin con el primera Tal procedimiento, muy flexible, no p u d e evidentemente garantizar la exactitud absoluta de cada rrmlo d e la correlacin. No creemos, sin embargo, que el principio de la puesta en corre. lacin pueda, por este hecho, ser invalidado. La segunda cuestin se refiere a los fundamentos mismos de tal comparacin. Debemos confew que stos son, en primer lugar, de carcter inductivo: es porque l o s dos anlisis han sido llevados a cabo por separado y porque han desembocado, d e modo inesperado, en modelos comparables, por l o que nosotros hemos credo la com. paracin posible y vlida. Es evidente que este tipo de criterio no es obligante. Es posible recurrir a otros argumentos, de carcter estructural. As, no podemos dejar de sorprendernos ante la articulacin inslita de l o s dos modelos: el primero, de carcter actancial, ofrece inves. timientos de contenido en la fonna de cualificacimes, es decir, en suma, d e contenidos predicativos; el segundo, d e carcter funcional, posee, pot el contrario, contenidos investido5 en la forma de actantes. A condicin d e disponer un sistema d e correlaci6n y de perecuacin entre las propiedades estruarales de los dos mo. delos el establecimiento de las equivalencias entre los doc invcntarios de contenidos parece, pues, posible. A primera vista, el m d o ms econmico de establecer este tipo de equivalencias pudiera
Semntica estrudural
374 -consistir en prever las reglas que pemitan la convenin de las cual;ficaciones en funciones.
C)
El inters de esta comparacin nos parece considerable d e d e otro punto d e vista; e\ establecimiento de un paralelismo entre 10s investimientos de actantes y los de funciones (dejada a parte cual* quier otra consideracin) nos permite comparar los resuBados de dos anlisis. el uno Iievado a cabo al nivel de la manifestacin figurativa, y el otro al nivel no figurativo, Vemos entonces que estos resultados se completan y se justifican unos por otros. Si, como actante, por ejemplo. l a conceptos tales como esperanza, humildad, amor parecen pertenecer a la ideologa cristiana Y constituiru socialmente en una constelacin inmediatamente reconocida. no sucede lo mismo con indiferenna, avaricia y suet'io, cuyo agrupamiento. propiamente bernanosiano. registrado una primera vez durante la estnrctur;icin de los actantes, recibe ahora una confirmacin debid0.a que parece correlativo de las definiciones negativas de la muerte. h yuxtapasicin permite. por otra pam, apreciar m e j a el pa. pU de las categoras smicas. que. debido al establecimiento de las equivalencias, se encuentran subtendidls en los dos modelos. Una decena de estas categoras basta para describir el universo mtico de Bernanos: los semernas a los que nosotros consideramos como investimientos, ya d e cudificacione* ya de hincionu. m simplemente las unidades manifestadas resultantes d e la combinatoria smica. Es sobre esta red taxonmica donde descansa, d e hecho, el universo bernanosiano: la comparacin enn ni te comprender mejor la institucin de los actalita, que son sobre todo lexemas de carc. ter social, con ayuda de la manifestacin discursiva de carcter individual: vemus cmo los actantcs-concepto, tales como esperanza o amor, sin hablar de odio o d t ~ueo,se hacen cargo de 105 c m ~
-~
tenidos particularizantes, que les son atribuidos gracias a los wmemas t~ansformadosen funciones, reflejos de esta taxonoma. por otra parte. no hace sino confirmar, en el cuadro de un ejemplo concreto, la funcin de especificacin que es, en todo universo semntico, ia propia de h s categoras smicas p-tene. cientes d nivel wmiolgico del lenguaje. Esta ltima constataiin permite, a su vez. entrever el p a p l m x m a d o a las categoras dasemtica* esos universales de otro gnero que dicen relacin al nivel semntico del lenpaje. La es* tmctura del mensaje semntico, articdado en actantes y d~ las categoras que distinguen las funciones de las cualifica. ciones L que articulan los diferentrs tipos de actantes. Ias m d a . lidada. d e las que habremos d e hablar ms adelante. constituyen 10 esencial d e los materiales que sirven p a n b elaboncin de los modelos, independientemente del investimiento semntico (una buena parte del cwl, si no a totalidad, padr ser rrconaida al nivel del anlisis gtamaticd, cuando h ducripcin semntica de la gtamtica est hecha); dichos materiales ofrecen a la vez variz. paibilidades d e atticulacin d e los mdelor, utilizando los misma investimientos seminticos. El establecimiento de cornlaciones entre modelos de tipo diferente y la posibilidad de reconversin de u n a a otros cmresponden. por consiguiente. a un estudio de conjunto. mlativo a Ias equivahncias entre agmpmientos c l a m t i c a . Con a condicin de que est basado en la bsqueda de lar identidades smicas. manifestadas en el interior d e los a g u a m i e n t a clxem. ticos de estructura diferente. tal estudio de la5 recmversiones (y no de las transformaciones) presenta un inters cierto.
Muestra -
de descripci&
La hiptesis segn la cual 10s semernas descritos durante e1 anilisis cualificativo pueden ser <onsiderados c m o contenidos SUS.
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B
ceptibles de ser integrados en modelos diferentes de organizacin slo ser consistente si logramos precisar el estatuto particular de cada uno de los modelos y la naturaleza de su correlacin. El anlisis cualificativo lleva, segn hemos visto. a la construccin de doce sememas. cada uno de los cuales, tomado por separado, constituye un mensaje cualificativo del tipo:
Esta distincin permite comprender la naturaleza de la relacin que se ha de buscar entre los mensajes cualificativos y funcionales : 1. El mensaje B puede ser considerado estructuralmente equivalente a los mensajes cualificativos obtenidos en la primera descripcin. tales como : Q (1u.t) [A, (Vida)].
2 . El mensaje A corresponde, en. cambio. a los mensajes fun. cionales formulados en la segunda descripcin postulada, y que nos han proporcionado nuevos actantes, determinados por funciones de las cuales slo conocemos el carcter transitivo o factitivo, tales como: F ( r ; m : transitividad) [Ai (Verdad)].
NOTA:Hemos elegido ejemplos que manifiestan las dos funciones con la ayuda de dos verbos diferentes. Pero el sincretismo de las dos funciones en u n solo verbo es tambin frecuente: as. en lugar de El amor le hnce puro, podemos decir El amor k purifica, bastando el derivativo para manifestar la primera "funcin". En otros casos. la raz por s sola comporta no slo la funcin. sino tambin la modalidad. Al contrario de lo que hemos credo al comienzo, no se trata aqu ni de la conversin de un predicado en otro, ni de la de un mensaje en otro mensaje, sino de la superposicin de dos mensajes. El primero de estos mensajes no es otra cosa que la formulacin del contenido descrito. El hecho de que esta formulacin, en la des.
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Semntica estructural
Muestra de descripcin
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cripcin del universo bemanosiano, sea el resultado del anlisis cualificativo n o es pertinente para la definicin de este nivel d e descripcin: en caso d e habrnoslas con otro corpus, O incluso, quizs, con un preanlisis funciond de lz manifestacin orgnica (remitimos a la oposicin "devoracin" vs "succin"), habriamos podido obtener la descripcin del contenido formulada en sememaifuncin, y no necesariament-, en sememaicualificacin. Esta dexripcin del contenido debe ser distinguida de la organizacin de ese mismo contenido, que se sita a un nivel metdin0 gstico por relacin al contenido descrito. Dos tipos distintos d e estos modelos metalingsticos se desprenden bas6ante netamente : el primer modelo. al que hemos propuesto llamar constitucional, se hace cargo del contenido descrito en forma de sememas y lo organiza en una estructura d e correlacin acrnica; el segundo, tal y como se .nos ha aparecido ahora, no es en redidad el modelo fund cional, como lo hemos designado hasta ahora, sino el modclo modal. ste se hace cargo d e los contenidos constituidos, para reorganizarlos o para dar cuenta d e sus transformaciones posibles. As entendido, el modelo cuyas propiedades estructurales tratamos de desprender. fatigosamente, no es sino el modelo transformacional, presente aqu en su forma no figurativa. y que nosotros ya hemos estudiado, en su manifestacin figurativa, como prueba, en el captulo precedente. NOTA: Hemos dejado a un lada la categora "expansin" vs "contracu6n". cuyo carcter moda1 ser prcato precisado.
tantes Verdad y Mentira como sujetos de un mensaje moda1 susceptible de variaciones La aparicin d e los actores verdades y mentiras particulares seria justiciable de las variaciones paradigmticas de la categora de transitividad y de la d e "expansinH vs "contraccin". Una determinacin nueva puede ser aiiadida ahora: Bemanos no concibe la verdad y la mentira como mensajes simples, sino como algoritmos de dos mensajes. En efecto, en la lexicaiizacin bernanosiana,
Verdad = rebelda Mentira = rechazo
+ aceptacin: + resignacin.
Basta con poner entre parntesis la oposicin "euforia" vs "di9 foria", que parece justificar, por s sola, la aparicin de dos parejas lexemticas, para percatarse de que tanto la verdad como la mentira son concebidas por Bernanos en forma de una oposicin binaria :
denegacin
vs
asercin,
Tal interpretacin del modelo, considerado como modelo ttar.sformacional, nos permite entrever la posibilidad d e definir los ac-
es decir, como pertenecientes a una de las categoras fundamentales comprendidas en la subclase d e las funciones a las que hemos designado como modalidades. El hecho de encontrar aqu una categora m d a l particular nos permite preguntarnos si la categoria smica "expansin" vs "con. traccin", que tanto trabajo nos ha costado denominar, no es la expresin, al nivel de la manifestacin figurativa, de "asercin" vs "denegacin", cuyas definiciones concuerdan enteramente. As, nuestra observacin a propsito.de la expansin y d e la contraccin, que sugiere su interpretacin m d a l , se aplica, de modo ms general, a la categoria que estamos considerando ahora: el contenido, sea el que fuere, debe existir primero, para poder ser denegado o afirmado despus. No conocemos desgraciadamente estudios propiamente lingsticos acerca de esta categoria de la cualidad del juicio, y nos parece
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peligrom aventuramos demasiado lejos en este terreno. Podriam& siq embargo, tratar d e interpretarla en el cuadro de las relaciones registadat al nivel de la estructura elemental de la significacin : la denegacin sera de orden disjuntivo; consistira en la constatacin d e la existencia del trmino negativo d e la estructura; la asercin, e n cambio, sera de orden conjuntiva y afirmara la existencia del paradigma. Para n o hablar ms que d e la denegacin, sta parece dar cuenta, en el plano metasemntico, de la substitucin paradigmtica, que puede ser concebida de dos maneras: la substitucin sincrnica puede ser entendida como denegacin del trmino manifestado a favor del trmino subtendido, captado simultneamente (ejemplo: la antfrasis); la substitucin diacrnica sera, en este caso, la consecucin d e los trminos del paradigma, siendo el primero, manifestado o simplemente presupuesto, negado a favor del segundo (ejemplo: la antfrasis). NOTA:Una teora completa de la denegacin debera tener en cuenta to. das las substituciones posibles entre los seis trminos articulados de la e 9 tnictura binaria. Nosatros nos marcamos un limite no considerando aqui ms que un caso particular de la denegacin, que se formula sobre el paradigma: s vs no s.
$2
.. :';
?
'
(aqui: el contenido d e Vida o de Muerte) y no el funcionamiento del paradigma modal. A pesar de las apariencias contrarias que nos ofrece la manifestacin no figurativa d e los actantes (la humilhd sera la denegacin del desprecio; la pohezd la d e la avaricia, etc.), la denegacin no se ejerce tampoco al nivel de los actantes, sino al nivel de las funciones La denegacin debe ser entendida como la substitucin de las definiciones positivas de la muerte por las defi. niciones negativas de la vida (por ejemplo: .mezcla 4 pureza), en el caso d e la denegacin de la mentira y, por el contrario, como la substitucin de las definiciones positivas de la vida por las definiciones negativas de la muerte (por ejemplo: luz+ tiniebla), en el caro d e la denegacin de la verdad. Dicho de otro modo: la denegacin niega el trmino positivo y establece el trmino ne. gativo, manifestando sucesivamente los dos trminos del paradig. ma, O, lo que es lo mismo, presuponiendo el contenido positivo como dado y no masifestando ms que el trmino negativo. Vemos q u e la transformacin diacrnica operada por la denegacin equivale a la consecucin d e lo que se ha convenido e n Uamz "tesis" y 4. anttesis" :
Verdad (como rebelda) definiciones negativas de la vida definiciones positivas d e la muerte
:il
i
Podemos tratar d e introducir ahora, con el fin d e precisar s u funcionamiento, el procedimiento distinguido bajo el nombre d e substitucin dacrnica. Si su definicin es correcta, es necesario, para que la denegacin ~ u e d aoperarse, que se refiera a un paradigma (o a un conjunto estnicniado d e ~aradigmas)provocando el reemplazamiento de los trminos positivos por trminos negativos. As, la interpretacin segn la cual la verdad sera la denegacin de la mentira, o la mentira la denegacin de la verdad, no parece satisfactoria: la denegacin es denegacin de un cierto contenido
El papel d e la asercin aparece ahora con ms claridad. Las constatacioaes globales (la verdad es la afirmacin de la vida, la mentira es la afirmacin de la muerte), aunque verdaderas, pueden descomponerse en fases distintas. En efecto, las definiciones negativas d e vida y d e muerte no tienen necesidad d e ser afirinadas: - . han surgido en el momento de la denegacin. De donde se sigue que la asercin de verdad Glo afirma las definiciones positivas d e
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Semntica estructural
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de muerte y, a la inversa, la asercin d e mentira afirma las definiciones wsitivas de muerte y niega las definiciones negativas d e vida. - - . Tal .- concemin de la asercin es, sin embargo, todava incom- . pleta : los dos procedimientos de denegacin y de asercin seran, eii este caso, idnticos, y las denominaciones distintas que les concedemos seguiran siendo puramente operacionales ; la distincin entre denegacin y asercin slo d a a n s a r i a sobre la eleccin del contenido -positivo o negativo- que se ha de denegar o d e
. .-. - -
Reflexionando sobre la naturaleza de la relacin que @ra establecerse entre las dos columnas, yendo de izquierda a derecha, vemos que a lo ms slo la de
afirmar.
La asercin es, e n efecto, otra cosa: si bien es cierto que hace aparecer las definiciones positivas d e verdad a de mentira, no lo hace sino retornando al mismo tiempo sus definiciones negativas, y estableciendo una relacin entre las dehiciones negativas y posi* tivas de vida, en un caso, y de muelte, en el otro. La asercin, por consiguiente, debe ser entendida como el establecimiento d e td relacin, o, ms bien, como una exigencia de relacin: Fesuposicin es el nombre que se da generalmentr a esta exigencia. Sin haberlo buscado, hemos llegado a acercar as la concepcin lin* gstica d e la asercin a la definicin kantiana del juicio sirittico, aunque su Ve~knpfung entre el sujeto y el predicado parezca ms bien corresponder a la relacin entre dos contenidos categorizador entre dos "conceptos". La vuelta a los problemas concretos planteados por la prosecucin del anlisis permitir t d vez precisar ms la naturaleza de esta relacin, que, en nuestro caso, se establece entre las definiciones negativas y positivas. Recordemos, a titulo de indicacin, el con* tenido semmico de las definiaones d e l a vida:
DERNliONES N U ; A m A S DEPMliONES POSlnVAS
podra dar cuenta de ello.: e s efecto, podemos decir que, si las coridiciones postuladas por el contenido de las definiciones nega, tivas son realizadas (y solamente ,en este caso), entonces el conte, nido de las definiciones positivas puede manifestar*. Lo mismo sucede si tomamos las definiciones no ya de la vida, sino de la muerte:
DFSINlClONES NEGATIVAS
DEFINICIONES WSIT~VAS
Informidad,
Liquidez, Mezcla.
La realizacin del contenido d e las definiciones negativas es necesaria para producir y manifestar las definiciones positivas Diremos, pues, que la manifestacin de las definiciones positivas presupone la manifestacin de l a definiciones negativas. En cuanto a saber si se trata de una presuposicin simple (= seleccin) o de una presuposicin recproca (= solidaridad), esto es otra cuestin, a la que volveremos un poco ms adelante.
Forma,
Caseidad. Pureza.
As, la denegacin y la asercin aparecen como dos momentos sucesivos, como la manifestacin de dos tipos de relaciones - 4 s juntivas y conjuntivaque se establecen entre contenidos previa. mente dados. Como estas relaciones son menlingsticas por a l . un a l a trminos lingsticos entre los cuales se establecen, esnueva interpretacin n o contradice en nada la formulacin anterior
3 8 4
Semntica estructurd
segn la cual la denegacin y la asercin eran consideradas como funciones modales de los mensajes metaremnticos. Slo que, como se trata d e la consecucin d e dos funciones, debemos considerar la secuencia diacrnica as definida no ya como un mensaje, sino como o r dos mensajes. un algoritmo dialctico, constituido p NOTA: Nuestra interpretacin de la categora "expansinw vs "ccntraccidn", segn la cual la expansin seria la manifestacin figurativa de la asercin, y la contraccin la de la denegacin, se confirma aqu. Para ser operatofio, el algoritmo dialctico necesita la presencia de cuatro trminos estructurales y la manifestacin efectiva d e dos trminos del contenido que se ha de transformar. As, para inter* pretar la concepcin bemanosinna d e l a verdad y d e la mentira, necesitaremos :
Verdad Deneg&n
(sintesir)
+ contenido investido
Mentira
+ contenido investido
'definiciones positivas de la inucrte A s e ~ c i B 'definiciones positivas de la vid1 ( d e h i c i o n u negativas de la muerte) (definiciones negativas d e la vida) (anttesis]
Poniendo entre parntesis 1a.i definiciones cuya manifestacin no es necesaria, pero que u>n subtendidas en el discurso, nos ha* tlamos en presencia d e dos relaciones, cuya manifestacin constituye el algoritmo dialctico, y d e dos trminos estructurales d e - conte* nido, que surgen, uno tras otro, tras del establecimiento d e estas relaciones. As, a pesar d e la. confusin tenninolgica frecuente, vemos que anttesis y sntesis son denominaciones d e relaciones y n o denominaciones d e trminos estructurales, que pertenecen al contenido investido. A lo ms cabe de& que el contenido, sometido al tratamiento dialctico, debe ser categmizado de una cierta manera.
385 Es aqu donde podernos volver a la cuestin relativa a la naturaleza d e la presupo;icin que define la asercin. Podemos decir que, para Bemanos, como por otra parte para Hegel, la asercin se define como la presuposicin recproca: n o slo la manifestacin d e las definiciones positivas presupone la de las definiciones negativas, sino que es al mismo tiempo presupuesta por ella. Dicho d e otro mudo: n o basta, para que lar definiciones positivas se manifiesten, que las definiciones negativas estn ya manifestadas: e s necesario adems que la manifestacin d e estas ltimas exija, como una necesidad lgica, la aparicin de las definiciones positivas. Sin embargo, la dialctica d e Bemanos se distingue d e la d e Hegel pw la falta del sentido d e a historia: el actante sujeto del algoritmo n o es, en Bemanos, nico y simple, como el de HegeI, sino dobIe : segn la disposicin del contenido, el mismo algoritmo puede hacerse cargo de las articulaciones complejas d e la existen. cia y transformarlas e n Vida o en Muerte, siendo denominados el sujeto d e l a operacin y el .algoritmo mismo, en ei primer caso, Verdad, y en el segundo, Mentira. E n Hegel, el actante sujeto es uno -es Dios-, y el algoritmo dialctico, d e sentido nico. se encuentra denominado Historia. La existencia humana, para Ber. nanos, n o es solamente una deixis: es tambin un espectculo, e n que dos actantes - e s t a m o s tentados de de&: el adyuvante y el oponente- llevan a cabo con armas iguales una. lucha d e final in. cierto, estando ambos provistos d e su propia dialctica. Esta imagen d e espectculo conviene tanto mejor por cuanto cada uno d e los dos actantes - e l adyuvante y el oponente- est representado en la escena bajo la forma d e seis actores y por cuanto las victorias d e Verdad o de Mentira slo son parciales: as, por ejemplo, la denegacin del cambio provcxa el rechazo de la esperanza, haciendo surgir la inmovilidad d e la muerte, que se com. place en el sueo; pero la asercin rene, en un movimiento d e resignacin, la inmovilidad a la inforrnidad (es decir, la insulsez, la sala" y la monotona, que caracterizan a la desesperacin).
sE~~ANTIcA ESIXKJC.
?vfuestra,de descripcin -.
-25
Muestra de dcscn'pn'n
387
386
Semntica estructural
i
Tal es el movimiento escnico provocado por la denegacin de un solo actor; puesto que son doce en escena, podemos fcilmente imaginar que el espectculo de la existencia, tai y como lo concibe Bernanos, no est falto de variedad. Podemos comprender a partir d e este momento que el margen d e incertidumbre introducido por Bernanos en la concepcin dia. lctica de la existencia es considerable: se debe a la variacin de los actores, a los cuales se encuentran atribuidas las funciones espe. cficas que dicen reiacin a la wiologa de la vida y de la muerte, pero tambin a la presena de dos actante5 -Ver& y Mentiruencargados de manipular el algoritmo dialctico.
La aplicacin del algoritmo dialctico a una determinada estnica tura del contenido presupone, decamos, la organizacin de ese contenido en dos categoras binarias que puedan ser puestas e n correlacin. As, en el universo .&minosiano, retoniando la nota* cin simblica ya utilizada : = definiciones positivas de la vida, V no V = definiciones negativas de la muerte, M = definiciones positivas de la muerte, ao M = definiciones negativas de la vida. visualizamos mejor la estnictura correlativa aanica, que no es ms que una nueva formulacin de la estructura compleja de la Exisa
e)
HISTORIA Y PERMANENCIA
I
ll
11
El algoritmo dialctico aparece as como una de las formulaciones posibles del modelo transfonnacional, que, aplicado a cierta estructuras de! contenido, puede dar cuenta de su transformacin. Entendido de este modo, constituye la intrusin de la historia en la p e r ~ e n c i a . La definicin estructural d e las transformaciones diacrnicas de las estructuras de sign8cacin es indiscutiblemente una de las taa reas de la semntica: no slo porque los hombres y las sociedades son a la vez permanentes e histricos y porque toda descripcin exhaustiva no debe perder de vista estos dos aspectos. sino tambin porque las transformaciones estmcturales imaginarias representan un papel considerable en todas las clases de ideologas -indivi. duales o colectivas- con ayuda de las cuales los hombres justifican el mundo o prospectan el porvenir. As, en el captulo precedente, dedicado a la investigacin de los modelos de transformacin, el problema d e la interferencia y de una doble interpretacin posible de las estructuras acrnicas y diacrnicas se nos plante ya en trminos anlogos.
A partir de esta estructura acrnica, h operacin dialctica d e transformaci6n consistir, en el primer caso:
En negar V y en establecer n 0 . V ; En establecer M suspendiendo no M ; 3. En afirmar la existencia de la relacin entre n o V -t M.
I.
2.
En el segundo caso, la operacin dialctica consistir: En negar M y en establecer no M: En establecer V negando no V ; En afirmar la existencia de la relaan entre no M -t V. 3.
2.
El algoritmo de transfonnain Ilevar el nombre de V e r a y su resultado (no M -iV) se presentar como la estructura amnica de Vida.
388
Semntica esfruttutd
Muestra
de descripcin
Podemos decir, pues, que eligiendo sucesivamente los trminos positivos V .y M, que sern denegados en primer lugar, el algcr ritmo d e transformacin (AT) estar en estado de generar, a partir d e una estructura aunica precedentemente definida, dos nuevas estructuras polarizadas :
389
que acabamos de establecer. As, las definiciones de la vida y de la muerte son lexicaiizadas, en Bernanos, del modo siguiente:
Siendo conocida con el nombre de Existenc;~la estructura am* aica original, las dos nuevas estructuras acrnicas obtenidas tras d e la transformacin son las d e Muerte y Vida:
1. Axiologla
1 1 . Transformacin
As aparece la significacin ideolgica de la transformacin diacrnica: consiste en apoderarse del contenido de la E-zistencia, tal y como se manifiesta en el enmaraamiento de los elementos vitales y mortales contradictonos, para transformarlo, por el estallido de la estructura del contenido dada, ya sea en una Vida ideal, ya sea e n una Muerte total, destruyendo, por esta disjuncin, la confusin anterior. La Vida y la M i m e as obtenidas no llegan a ser, sin embargo, trminos simpls, sino nuevas sntesis: la asercin establece una presuposicin recproca entre los nuevos trminos constitutivos d e Vida (no M + V) y d e Muerte (no V + M), de tal suerte que estos conceptos polarizados vuelven a ser de nuevo manifestaciones d e estructuras complejs Slo nos r a t a restablecer los lexemas bemanosianos para hacer aparecer, d e una f a m a definitiva. l a s principales articulaciones de su universo. Algunos de estos lexemas no han sido ni siquiera utilizados en el curso de la descripcin: S J introduccin demasiado
I\-=-Tedio
Alegt<r
Disgusto
\/
Verdad (Rebekia
+ Acepk'n)
+ ResigMcin)
-+
4
V;J"
(Dolor
+ AlegM)
+ Disgusto)
. .--
Mentira (Rechazo
Muerte (Tedio
INDICE GENERAL
Pdgr
condiciones para
semntica cientfica
............
I . L . situacin de la semntica
..................... ..................
a) La significacin y las ciencias del hombm. 7.. b) Una pariente pobre: la semntica. g
1 1 . La significacin y la percepcin
a) La primera eleccin epistemolgica, 12.-b) Una descripcin cualitativa. 13. c) Los primeros conceptos operativos. 1 4 .
1 1 1 . Conjuntos significantes y lenguas naturales ......... a) Clasificacin de los significantu. 15. - b ) &mlacin entre significantes y significados. 16.- c) Significaciones "naturales" y significaciones 'artificiales", 17. d) La condicin privilegiada de las lenguas naturales, 18.
LA
...............
.........
392
Semntica estrwtural
Pgs.
ndice general
111. Los clasemas ....................................
a ) Los semas contextuales, 75. b) Lexemas y sememas, 77. C ) Definicin de los clasemas, 79. d) Ha* cia el nivel semntica del lenguaje, 80.
393
Pgs.
Conjuncin y disjuncin Las estructuras elementales Los ejes semnticos .............................. La relacin ...................................V... Las articulaciones smicas ........................ Los m d o s de articulacin smica 1 X . Forma y substancia ......... :.. X. Semas y lexemas ................................. XI. Segunda definicin de la estructura XII. La totalidad y las partes ............i . . ............
........................ ........................
75
.................. ..................
.....................
.........
-
82
...............
83
Lenguaje y discurso
1. 11. 111. Semas y Iexemas ................................. IV. El plano del discurso ........................... V. Manifestacin de las relaciones .....................
45 45 47 52 54
a) La autonoma del nivel semiolgico, 83. b ) El lutemattmo antr~~ochntrico, 85. - c) Un campo reserva* do: El simbolismo, 87. d) La lingktica y lo imagina*
no, ag.
..................
-
91
58
1 . El semema
.................................... a ) Unidades de comunicacin y unidades de signifia cacin. 63. - b ) El lexema : U n a constelacin estiistica. 64. - c) La definicin del semema, 66.
63
i
1
"
......
99
a) L a construccin de lenguaje a linglstica aplicad c) El proda, 99. - b) Los niveles de generalidad, sor. cedimiento descriptivo, 104.
.................................
-
..................
...
,105
68
a ) El primer ncleo de "tZteW: extremidad. 6 8 . b ) El segundo ncleo de "tete": esfericidad. 71. c ) El ncleo smico comn. 72. d) Las figuras simplec y complejas, 74. - e) Hacia el nivel semiolgico del content do. 75.
b) Variaciones d e las isotopas. lo7. - c) Las 'dimensione de los contextos istopos, rog.
IIO
a) Expansin y definicin, 110. b) Condensacin y denominacin, I 13. - E ) La denominacin translativa, 117. d ) Doble Euncin de los clasemas, rw. e ) Anliik de las denominaciones figurativas, 121. - f) Andlisis de las
lndice generd
395
Lb desrripcin de la significhn
.
........................
-
Pdgs.
182
6 ) La drfinicidn obiicna, 133. b) Las d i o s s o b e d mundo, 137. C) La damn del texto, 139.- d ) Del
.... 13
1 . Manifestacin y discurso
O)
............................ 182
b) IsotopIas fundamentalu, 184. -c) La combinatoria sintictia, 185. t ) La afabulacidn y el "radotage", 188.
c)
Isotopa y
..................... 189
N. El discurso plurvoco
..: ........................ a) La manifutacidn de una isotopa compleja, 147.b) La ambivdencia bbiiu en litmtara, ~qg. -c) Lu
147
..................
............
156
b) Los modos de presencia de la manifestacin discursiva, 190. - C) Los microuniversar semdnticos, 192. d) La tipologa de los r n i c ~ n i v e r s a s , 195. e) Pre* dicados y actanter, 1 ~ 6 . f) Las utegonas actanciales, 198. g) Sintaxis lgica y sintaxis semntica, 200. h) El caricter moda1 de las categorks acunciales. z&. i) Una epistemologh lingstica, 20).
205
1 . El universo inmanente de la significacin 156 a) U n a doble direaidn epiatemolgica, 19. b) Induccin y deduccin, xn;- c) La considenu'n empi&
sistemas y m 0 6
c)
.........
1 &
corpus de los sememkk 168.-e) Lar s c m m abstactos y 10s sememas cocretos. 168, - f ) Lu intompltibilidades, 171.
216
I K E 1 discurso
....................................
w-
1 7 ' 2
a) Luicalabn y gnrmticaiizaci<5n, b) Lzr separaaoncs de ia uprfsi6n y ts ide&iadc~ del amtmi d a 173. - c ) La C o l U U l h d ~1.16.-d) h& O cidn d e las mtnsaja, 178.
1 1 . i.a nomializacis
a)
...............................
234
C)
b) La La sintaxis elemental
396
de la descripcidn, 236. cin. 40.
Indice general
397
-8)
La lexemtica de l a descrip-
111. La constniccin
................................. 243
11.
~ r u e b a ,300.-f) La ausencia del hroe, 302. g) L alienacin y la reintegracin, 304. h) Las pruebas v sus consecuencias, 308. -i) Los resultados de la reduccin, 309.
Pgs.
a) La construccin del modelo: reduccin y estructuacin. ~ 3 . b ) Reducciones simples, 144. c) Reducciones complejas. 247. -d ) La semdntica y la estiC) La estructuraci6n, . 256. f) La ho. lstica, 254. mologacin y la generacin, 258. - g) Los contenidos
Interpretacin y definiciones
l I
1
........................
-
311
............... 263 1 . Dos niveles de descripcin ......................... 11. Los actantes en lingstica ........................ 111. Los actantes del cuento popular niso ............ I V . Los actantes del teatro ...........................
La categora actancial "sujeto" vs "objeto" ......... La categora actancial "destinador" vs "destinatario". La categora actancial "adyuvante" vs "oponente". E l modelo actancial mtico ........................ E l investimiento "temtico" ..................... Las inversiones econmicas ........................ Actantes y actores El energetismo d e los actantes E l modelo actancial y la crtica psicoanalitica ...... Los modelos actanciales psicoanalticos
a) Elementos acrnicos y diacrnicos del relato, 311. b ) El estatuto diacrnico de la prueba, 312. c ) El resorte dramtico del relato, 315.-d) Dos interpretacio. neo del d a t o , 316. e ) La significacin acrnica del re.. lato, 317.- f ) El modelo transformacional, 321.-g) El relato como mediacin, 324.
f'
I
a ) D e lo colectivo a lo individual, 326. b) La estructura cornpensatoria inicial, 327. - c ) La aparicin de d ) El desarrollo de la prueba, 330. la lucha, 329. e ) La realizacin de la prueba, 332. f ) El problema del reconocimiento y de la recompensa, 334. -g) La ma. -. nifestacin figurativa del modelo, 336.- h) El alcance del modelo transformacional, 338.
......... 326
1 .
..............................
.....................
...............
.............................. Principios generaes ................................. a) El ejemplo elegido : El Unberso de Bemanos, 339. b ) La constitucin del texto por extraccin, 340. - c ) La
eleccin de la isotopa. 343.
339
339 --.
............
294
........................
345
En busca dc
1, Reduccin y estnicturacin
........................
a ) La organizacin d e las funciones, 294. b) El i n v e n k o de Ils funciones, 296:-E) El emparejamiento d e I l s funciones, 297. d ) El contrato, 298. - e ) La
294
Las formas d e manifestacin y los tipos de anlib ) La vida y la muerte, 347. c) El fuesis, 345. go, 350. - d) El agua, 352. - e ) El modelo constitucional, 355.
.....................
356
a) Las enfermedades, 356. - b ) El bestiario. 357. c ) Las mentiras, 359. - d ) Las mentiras transiti-
398
vas,
Semintica estructural
Pgs.
361. e) Las reducciones econmicas. 363. mentiras intransitivas, 365. - g) Las verda. des, 366.
368
f) Las
de l o s modelos
a) Ausencia de homogeneidad. 368. - b) La com. paracin de los resultados. 371. -c) Los modelos y los contenidos, 374. d ) El carcter' moda1 del modelo h n . cional, 375.