Historia de La Biblia 01

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fray Domingo Cosenza OP

Un libro con historia

a trama de la Biblia est constituida por un relato pico que describe la aparicin del pueblo de Israel y su continua relacin con Dios. A diferencia de las mitologas del Medio Oriente, como las narraciones egipcias de Osiris, Isis y Horus o la epopeya mesopotmica de Gilgamesh, la Biblia est firmemente cimentada en una historia terrena. Y, a diferencia de las crnicas monrquicas de otras naciones antiguas de la misma regin, no se limita a celebrar el poder de la las dinastas reinantes, sino que nos ofrece una visin, muchas veces crtica, de cmo se ha desarrollado la historia para Israel en relacin a unas pautas referidas a exigencias y promesas de Dios. El comportamiento de Israel, su adhesin a los mandamientos de Dios, determinan, segn la narracin bblica, la direccin de su la historia. Sern precisamente dos acontecimientos trgicos los que llevarn a los redactores bblicos a interpretar crticamente la situacin ruinosa de la nacin como una amonestacin divina, como el llamado a un cambio de orientacin en el camino de la historia del pueblo. Con motivo de la devastacin de las ciudades del reino del Israel por parte del poderoso imperio asirio (721 aEC) y el posterior incendio de Jerusaln y deportacin de muchos de sus habitantes a la capital del brutal imperio babilnico (587 aEC), el relato bblico se aparta una vez ms del modelo normal de la pica religiosa antigua. En muchos de esos relatos, la derrota de un dios frente a un ejrcito rival significaba, asimismo, el final de su culto. Pero en la Biblia, el poder del Dios de Israel se consider incluso mayor tras la cada de Jud y el exilio de la poblacin. Lejos de ser humillado por la destruccin de su Templo, el Dios de Israel fue visto como una divinidad de insuperable poder. Porque haba manejado a asirios y babilonios para castigar a Israel por su infidelidad. En adelante, tras el regreso de algunos exiliados a Jerusaln y la reconstruccin del Templo, Israel no sera ya una monarqua local ms, sino una comunidad regida por una ley religiosa y dedicada a la exacta observancia de los ritos prescritos en sus textos sagrados. Y lo que determinara el curso de la futura historia de Israel sera la decisin libre de hombres y mujeres de cumplir aquel orden tico-cultual, a diferencia del comportamiento de los reyes del pasado y al margen de la cada de los grandes imperios de la historia. La gran fuerza de la Biblia residi en esa extraordinaria insistencia en la responsabilidad humana. Otras epopeyas antiguas se desvanecieron con el tiempo. En cambio, la influencia de la narracin bblica sobre la civilizacin occidental no hara sino ir en aumento. En las siguientes pginas trataremos de rastrear las huellas del proceso de redaccin de esta importante literatura.
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Qu es la Biblia?
a Biblia hebrea es la Escritura fundamental del judaismo, la primera parte del Canon cristiano y una abundante fuente de alusiones y enseanzas ticas del Islam trasmitidas a travs del texto del Corn. Se trata de una recopilacin de textos narrativos, legales, poticos y profticos, escrita en su mayor parte en hebreo. Tradicionalmente, la Biblia hebrea se ha dividido en tres partes principales:
TORAH Gnesis xodo Levtico Nmeros Deuteronomio PROFETAS ANTERIORES Josu Jueces Samuel Reyes POSTERIORES Isaas Jeremas Ezequiel Los Doce (Oseas, Joel, Amos, Abdas, Jons, Miqueas, Nam, Habacuc, Sofonas, Ageo, Zacaras, Malaquas) ESCRITOS Salmos Proverbios Job Cantar de los Cantares Rut Lamentaciones Eclesiasts Ester Daniel Crnicas Esdras-Nehemas

La TORAH (o Pentateuco) narra la historia del pueblo de Israel desde la creacin del mundo y la poca del diluvio y los patriarcas hasta el xodo de Egipto, la travesa del desierto y la entrega de la Ley en el Sina.

Los PROFETAS, en su Primera Parte, cuentan la historia del pueblo desde el paso del Jordn y la conquista de Canan hasta su derrota y exilio a manos de los asirios y babilonios, pasando por el auge y la cada de los reinos de Israel y Jud. La Segunda Parte contiene los orculos, doctrinas sociales, condenas y expectativas mesinicas de un variado grupo de individuos inspirados que abarcan un periodo desde mediados del siglo VIII hasta el final del siglo V aEC. Los ESCRITOS son una coleccin de homilas, poemas, oraciones, proverbios y salmos que representan la devocin del israelita. En la mayora de los casos, resulta muy difcil vincularlos a algn suceso o autor concreto. Son producto de un proceso continuo de composicin que se extiende durante cientos de aos. El material ms antiguo de la coleccin (presente en los Salmos y las Lamentaciones) pudo haber sido recopilado al final de la monarqua. Pero la mayora de los Escritos perteneceran a los periodos persa y helenstico (siglos V al II aEC).

Quin escribi la Biblia? En qu epoca?

urante siglos se acept como algo natural que los primero cinco libros de la Biblia (conocidos como la Torah, en el judasmo, y como el Pentateuco, a partir de la traduccin griega) haban sido escritos por el propio Moiss poco antes de su muerte en el monte Nebo, segn se cuenta en el libro del Deuteronomio. Los libros siguientes habran sido redactados por Josu, Samuel y el profeta Jeremas sucesivamente. De la misma manera, el rey David habra compuesto los Salmos que se cantaban en el Templo, y el rey Salomn habra pronunciado los Proverbios y entonado el Cantar de los Cantares. Esta conviccin tradicional se form a partir de algunas expresiones del texto bblico que mostraban a Moiss como escritor. l habra escrito por orden de Dios la narracin del triunfo en una batalla: YHWH dijo Moiss: Escribe esto en un libro para que sirva de recuerdo, y haz saber a Josu que yo borrar por completo la memoria de Amalec de debajo de los cielos (Ex 17,14). Tambin el contenido de la Alianza del Sina: Entonces escribi Moiss todas las palabras de YHWH; y, levantndose de maana, alz al pie del monte un altar y doce estelas por las doce tribus de Israel (Ex 24,4). Hasta la marcha por el desierto: Moiss, por orden de Yahveh, escribi los puntos de donde partan, etapa por etapa (Nm 33,2). Sin embargo, eruditos dedicados a un minucioso estudio literario y lingstico de la Biblia comenzaron a plantear algunas preguntas acerca de esta atribucin mosaica, que pareca tan obvia. Abraham ibn Ezra (s.XII)

Los autores bblicos segn la tradicin juda


Moiss escribi su libro, la seccin de Balaam y Job. Josu escribi su libro y los ltimos ocho versculos de la Torah. Samuel escribi su libro, Jueces y Rut. David escribi el libro de los Salmos con ayuda de diez ancianos (el primer Adam, Melquisedec, Abraham, Moiss, Heman, Yedutn, Asaf y los tres hijos de Cor). Jeremas escribi su libro, Reyes y Lamentaciones, Ezequas y su grupo escribieron Isaas, Proverbios, Cantar de los Canteres y Eclesiasts. Los hombres de la Gran Sinagoga escribieron Ezequiel, los Doce, Daniel y el rollo de Ester. Esdras escribi su libro y las genealogas de Crnicas hasta la suya propia (Talmud de Babilonia, barata de Baba Bathra 14b-15a).

lo hace de forma indirecta y enigmtica, probablemente para no ser condenado; mientras que Baruc Spinoza (1632-1677) rechaza explcitamente la autora de Moss (cf. Tratado teolgico-poltico c.8). Las principales objeciones a la atribucin tradicional son los anacronismos, que reflejan que el autor escribe en una poca diversa de la de Moiss. Moiss no pudo haber escrito: Por entonces estaban los cananeos en el pas (Gn 12,6; 13,7). Porque en tiempos de Moiss los cananeos an estaban viviendo en el pas. Es decir, el texto fue escrito en una poca posterior a Josu y los Jueces, quienes todava siguieron luchando contra los cananeos. Moiss tampoco pudo escribir algunos textos que mencionan a los filisteos (Gn 21,34; 26,14.15.18; Ex 13,17). Porque este pueblo llegara a la regin bastante despus de la muerte de Moiss. El autor de Gn 36,31ss escribe sabiendo cundo comenz la poca monquica en Israel, que es ciertamente posterior a Moiss.

La Palabra de Dios y la historia


El mtodo histrico-crtico es el mtodo indispensable para el estudio cientfico del sentido de los textos antiguos. Y puesto que la Sagrada Escritura, en cuanto Palabra de Dios en lenguaje humano, ha sido compuesta por autores humanos en todas sus partes y todas sus fuentes, su justa comprensin no solamente admite como legtima, sino que requiere la utilizacin de este mtodo. La existencia de duplicados, de divergencias irreconciliables y de otros indicios manifiesta el carcter compuesto de algunos textos, que se dividen entonces en pequeas unidades, de las cuales se estudia su posible pertenencia a fuentes diferentes. La crtica de los gneros procura determinar los gneros literarios, su ambiente de origen, sus rasgos especficos y su evolucin. La crtica de las tradiciones sita los textos en las corrientes de tradicin, de las cuales procura precisar la evolucin en el curso de la historia. Finalmente, la crtica de la redaccin estudia las modificaciones que los textos han sufrido antes de quedar fijados en su estadio final y analiza ese estadio final, esforzndose por discernir las orientaciones que le son propias. Mientras las etapas precedentes han procurado explicar el texto por su gnesis, en una perspectiva diacrnica, esta ltima etapa se concluye con un estudio sincrnico: se explica all el texto en s mismo, gracias a las relaciones mutuas de sus diversos elementos, considerndolos bajo su aspecto de mensaje comunicado por el autor a sus contemporneos. Pontificia Comisin Bblica (1993), La interpretacin de la Biblia en la Iglesia , I,A,3.

Por otro lado existen en el Pentateuco duplicados y triplicados con notables diferencias, que seran una incoherencia si hubieran sido escritos por el mismo autor. Hay dos relatos de la creacin (Gn 1,1 - 2,4a; 2,4b - 24); dos descendencias de Adn (Gn 4 y 5); tres relatos sobre la esposa en peligro (Gn 12,10-20; 20,1-18; 26,1-11); dos pactos de Dios con Abraham (Gn 15 y 17); dos relatos de la vocacin de Moiss (Ex 3 y 6); dos promulgaciones del Declogo (Ex 20 y Dt 5). En el Pentateuco se nombra a Dios de dos formas distintas: Elohim y YHWH. Lo mismo ocurre con el nombre de la montaa donde Dios se revela, llamada a veces Sina, y otras veces Horeb. El suegro de Moiss se llama Ragel en Ex 2,18 y Jetr en Ex 3,1; 18,1.2.6.12. A los habitantes del pas donde vivirn los israelitas se los llama genricamente cananeos, pero otra veces tambin amorreos. Existen cortes y tropiezos en algunas narraciones, que hace pensar en dos escritos mezclados. Por ejemplo, en Gn 7,6ss se repite el comienzo del diluvio y la entrada de No al arca. En Gn 37,28 los madianitas encuentran

Fundamentalismo bblico
El fundamentalismo rehuye la relacin estrecha de lo divino y de lo humano en las relaciones con Dios. Rechaza admitir que la Palabra de Dios inspirada se ha expresado en lenguaje humano y que ha sido escrita, bajo la inspiracin divina, por autores humanos cuyas capacidades y posibilidades eran limitadas. Por esto, tiende a tratar el texto bblico como si hubiera sido dictado palabra por palabra por el Espritu, y no llega a reconocer que la Palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y en una fraseologa condicionados por tal o cual poca. No concede ninguna atencin a las formas literarias, y a los modos humanos de pensar presentes en los textos bblicos, muchos de los cuales son el fruto de una elaboracin que se ha extendido por largos perodos de tiempo, y lleva la marca de situaciones histricas bastante diversas. El fundamentalismo insiste tambin, de un modo indebido, sobre la inerrancia de los detalles en los textos bblicos, especialmente en materia de hechos histricos, o de pretendidas verdades cientficas. Frecuentemente considera como histrico lo que no tena pretensin de historicidad, porque incluye en tal categora cuanto es referido o narrado con verbos en pretrito, sin la atencin necesaria a la posibilidad de un sentido simblico o figurativo. Pontificia Comisin Bblica, La interpretacin de la Biblia en la Iglesia, 1993, I,F.

a Jos y lo sacan del pozo, y se lo venden a los ismaelitas. En 37,36 Jos es vendido en Egipto por los madianitas! Sin embargo, en 39,1 el mismo egipcio de quien se dijo que lo compr a los madianitas, se lo est comprando a los ismaelitas. En Ex 19,25 Moiss baja del monte y le habla al pueblo... En el versculo siguiente Moiss est otra vez en el monte escuchando la promulgacin del Declogo (20,1). A veces ms que cortes, se trata de ideas muy distintas. En Gn 1 Dios crea al mismo tiempo al varn y a la mujer; pero en Gn 2 Dios crea al hombre, luego a los animales y, buscando una compaa apropiada, finalmente crea a la mujer. En Ex 33,7 la Tienda del encuentro se dice que debe ser levantada fuera del campamento, pero en Nm 2,2 se levanta el campamento alrededor de la Tienda. En Ex 16,14-35 el man que alimenta a los israelitas es enviado milagrosamente por Dios; pero en Nm 11,6-9 llega como un fenmeno natural. La duracin de la fiesta de las Tiendas es de siete das segn Dt 16,15 y de ocho segn Lv 23,36. Todas estas observaciones permiten comprender no slo que Moiss no pudo haber escrito esta obra (pues algunos pasajes son claramente de una poca posterior), sino tambin que el Pentateuco es una composicin bastante heterognea, imposible de atribuir a un nico autor. Pero es mucho ms difcil explicar cmo y cundo los diversos autores fueron aportando su trabajo a la conformacin definitiva del texto. Algunos estudiosos sostienen que los textos fueron compuestos y editados durante la existencia de la monarqua de Jud e Israel (c. 1000-587 aEC), mientras que otros insisten en que se trata de composiciones posteriores, recopiladas y editadas por sacerdotes y escribas durante el exilio babilnico y la restauracin (en los siglos VI y V aEC). Todos, no obstante, estn de acuerdo en que el Pentateuco no es una composicin nica y sin costura, sino un mosaico de fuentes diversas escritas cada una de ellas en circunstancias histricas distintas para expresar diferentes puntos de vista religiosos o polticos.

En tiempos del rey Josas


El mundo donde se escribi la Biblia fue un reino pequeo en el que la gente luchaba por su futuro enfrentndose al miedo, a la guerra, la pobreza, la injusticia, la enfermedad, la hambruna y la sequa. La epopeya histrica contenida en sus pginas comenz a concebirse hace unos veintisis siglos. Su lugar de nacimiento fue el reino de Jud, una regin de pastores y agricultores escasamente poblada y gobernada desde una ciudad real levantada sobre empinados barrancos rocosos entre las colinas.
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Hacia el final del siglo VII aEC, durante unas cuantas dcadas de ebullicin espiritual y agitacin poltica, un grupo de funcionarios de la corte, escribas, sacerdotes y profetas judatas, se uni en torno a un movimiento de renovacin nacional. El mismo se apoy en un relato compuesto de memorias, narraciones populares, cantos y profecas. Aquella obra maestra de literatura sera objeto de un posterior trabajo editorial, hasta convertirse en una referencia espiritual, no slo para los descendientes del pueblo de Jud, sino tambin para comunidades extendidas por todo el mundo. El ncleo histrico de la Biblia naci en el bullicio de las calles de Jerusaln, en los patios del palacio de la dinasta davdica y en el Templo del Dios de Israel. En fuerte contraste con otros pueblos del Medio Oriente, dispuestos a mantener relaciones internacionales mediante la veneracin de las divinidades de sus aliados, los dirigentes judatas del siglo VII, encabezados por el rey Josas (descendiente del rey David en la decimosexta generacin), declararon anatema cualquier rastro de culto extranjero, por considerarlo, de hecho, causa de las calamidades que afectaban al pas por aquel tiempo. Y emprendieron tambin una vigorosa campaa de unificacin religiosa, ordenando la destruccin de los santuarios de las zonas rurales. A partir de ese momento, el Templo de Jerusaln, sera reconocido como el nico lugar legtimo de culto para el pueblo de Israel (2 Re 23,4-20). Cmo podemos advertir que fue en esa poca cuando se comenz a llevar a cabo la compilacin de las antiguas tradiciones que integran la narracin bblica? Por un lado, hay referencias sobre el trabajo editorial que se realizaba en el palacio de Jerusaln durante el reinado de Ezequas (fin del siglo VIII aEC): Tambin estos son proverbios de Salomn, transcritos por los hombres de Ezequas, rey de Jud (Prv 25,1). Pero, por otro lado, el texto bblico revela algunas claves que pueden delimitar el momento de la composicin final de antiguas tradiciones orales, como los relatos de los Patriarcas. Por ejemplo, las repetidas alusiones a los camellos. Las investigaciones arqueolgicas informan que los camellos no fueron domesticados para servir como animales de carga antes del final del segundo milenio, y no se utilizaron ampliamente para ese fin en el antiguo Oriente Prximo hasta bastante despus del ao 1000 aEC (la poca de los reyes de Israel). La caravana de camellos que en la historia de Jos transporta goma, blsamo y resina, revela una evidente familiaridad con los principales productos del lucrativo comercio rabe, floreciente en los siglos VIII-VII aEC bajo la supervisin del imperio asirio. Hasta entonces, los camellos no haban sido un elemento del paisaje lo bastante comn como para incluirlos como detalle en una narracin literaria. En los relatos de los Patriarcas tambin se narra el encuentro de Isaac con Abimelec, rey de los filisteos, en la ciudad de Guerar (Gnesis 26,1). Sin
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embargo los filisteos, un grupo emigrado del Egeo o del Mediterrneo oriental, no haban establecido sus asentamientos a lo largo de la llanura costera de Canan hasta algo despus del 1200 aEC (la poca de Josu y los Jueces). Sus ciudades prosperaron en los siglos XI y X y siguieron dominando la zona hasta bien entrado el periodo asirio. La mencin de Guerar como ciudad filistea en las narraciones sobre Isaac y la mencin de la ciudad (sin atribuirla a los filisteos) en las historias sobre Abraham (Gn 20,1) dan a entender que tena una importancia especial, o que al menos era muy conocida, en el momento de la redaccin de las narraciones de los Patriarcas. Las excavaciones realizadas all (hoy Tel Haror) han demostrado que en la fase temprana de la historia filistea (Edad del Bronce I) no era ms que un pueblo pequeo y bastante insignificante. Pero, a finales del siglo VIII y en el siglo VII aEC, se haba convertido en un bastin poderosamente fortificado de la administracin asira. Es un evidente punto de referencia temporal. Estos detalles apuntan hacia una fecha de composicin de los relatos posterior en muchos siglos a la poca en que, segn la Biblia, vivieron los Patriarcas. stos y otros anacronismos sugieren un periodo intenso de redaccin de las antiguas tradiciones en los siglos VIII y VII aEC.

Detalle de las puertas de bronce de Balawat (cerca del 800 aEC), que muestra a un camello de carga guiado por soldados asirios.

En la encrucijada de los grandes imperios


Las tierras bblicas se hallan en uno de los cuernos de lo que se ha llamado la media luna frtil. Se trata de una amplia zona del occidente asitico constituida por un conjunto de pases relativamente frtiles, y en cuya concavidad se encuentra una de las regiones ms speras y desoladas del planeta, el inmenso Desierto siro-arbigo. El cuerno oriental de esta media luna llega hasta el Glfo Prsico, y el occidental hasta el valle del Nilo. La parte central del creciente lo constituyen las altas cuencas del Eufrates y del Tigris, que se reparten entre los actuales pases de Siria, Turqua e Irak. En cualquier caso, la tierra de Canan fue siempre en la antigedad lugar de paso entre el poderoso imperio egipcio y los otros imperios de Oriente.
Los HITITAS dan su nombre al pas de Hatti, dominando con su imperio la regin de Anatolia (actual Turqua) y disputando con Egipto en el siglo XIII el pas de Canan. Sucumbirn ante los Pueblos del Mar en el siglo XII. Los SUMERIOS fundan el primer gran imperio de Oriente, desplazados luego por los ACADIOS en 2350 aEC.

ANATOLIA

Assur HATTI
AK KA D

MAR MEDITERRANEO

Babilonia
SUMER

Susa
Persepolis

Jerusalen Ur

Menfis
EGIPTO PUEBLOS DEL ANTIGUO ORIENTE

Tebas
EGIPTO comienza su expansin hacia el Oriente despus de haber sufrido la invasin de los asiticos, que lo dominaron entre los siglos XVIII y XVI. Recuperada la soberana, persigui a los invasores hacia Oriente y conquist las ciudades cananeas. En el siglo X los ASIRIOS comienzan una expansin que llegar hasta dominar a Egipto, ralizando grandes deportaciones de los pueblos sometidos. Despus de su ocaso en el siglo VII, los BABILONIOS heredan su imperio. Los PERSAS extienden sus conquistas hasta Egipto a partir del siglo VI, hasta que Alejandro Magno se impone en todo el Oriente.

Los antepasados de Israel


a presencia de ciertos detalles en los relatos de los orgenes de Israel lleva a pensar que stos fueron escritos mucho despus de los acontecimientos que narran. No se puede dejar de reconocer que hay detrs de ellos un complicado desarrollo literario y que fueron redactados desde la ptica histrica de un Israel ya constituido como pueblo en el pas de Canan, y desde la perspectiva religiosa de un yahwismo plenamente desarrollado. Sin embargo no se puede excluir sin ms que para la redaccin se utilizaran documentos ya existentes, o se recogieran unas tradiciones orales muy antiguas. Las tradiciones particulares de cada tribu se habran combinado hasta llegar a ser las tradiciones de todo Israel. Se las pudo aumentar o retocar para dar cuenta de situaciones ms recientes; se las pudo modificar al ser recitadas en los santuarios o con vistas a su empleo en el culto. Pero an as, detrs de esas tradiciones retocadas, es posible todava advertir recuerdos autnticos sobre unos tiempos muy remotos.

Los relatos patriarcales


La Biblia refiere una larga serie de tradiciones referidas a Abraham, en su mayora relacionadas con la regin de Hebrn, tal vez porque all fueron conservadas y transmitidas: Y Abram vino a instalarse con sus tiendas junto a la encina de Mambr, que est en Hebrn, y all edific un altar a YHWH (Gn 13,18). Algunos de los hechos narrados evocan costumbres practicadas en culturas antiguas del Cercano Oriente, como las atestiguadas en Nuzi, ciudad ubicada en la actual Irak, a 400 km al sudeste de Harn (lugar de procedencia de Abraham segn Gn 11,31). Tal es el caso de la designacin de Eliezer de Damasco como heredero de Abraham ante la ausencia de hijos (Gn 15,2).

Siquem
k Ya b b o

Betel Hebrn Beersheba

Sitios de los relatos patriarcales 10

Jordn
Mar Muerto

Herencia y adopcin en el antiguo Oriente


Si la primera esposa de uno le da hijos y si su esclava le da hijos, si el padre, en vida, les dice a los hijos que la esclava le haba dado: Vosotros sois mis hijos!, y si los ha puesto en el mismo rango que a los hijos de la primera esposa, cuando el padre haya ido a su destino, los hijos de la primera esposa y los hijos de la esclava se repartirn por igual los bienes del patrimonio paterno, (pero) el heredero, hijo de la primera esposa, tomar la parte de su eleccin (Cdigo de Hammurabi 170)

En efecto, en Nuzi un hombre poda designar legalmente un heredero para su propiedad. Por lo general el designado sera alguien de confianza, que vena trabajando para su patrn, como Eliezer respecto a Abraham. As lo muestra una tableta que refiere el siguiente acuerdo firmado entre dos hombres llamados Nashwi y Wullu: Mientras viva Nashwi, Wullu le dar comida y vestido. Al morir Nashwi, Wullu ser su heredero. Si Nashwi tiene un hijo, dividir la hacienda por igual con Wullu. La tradicin contenida en Gn 16 sobre el origen de los rabes ismaelitas alude a una prctica contemplada en el antiguo cdigo legal babilnico de Hammurabi, segn la cual un padre puede reconocer como hijos suyos a los hijos de la esclava. Este relato vincula al clan de Ismael con el santuario de Lajay Ro (Gn 16,14), donde desde haca mucho tiempo se estara rindiendo culto al dios El-Ro (EL de la visn). Por su parte, las tradiciones referidas a Isaac sitan el establecimiento de su clan en torno a Beersheba (Gn 26,23), donde los cananeos adoraban al dios El-Olam (EL-Eterno; 21,33). La cercana de Beersheba respecto a Lajay Ro, y la necesidad de compartir los pozos de agua de esa regin desrtica, habran acercado a los grupos de Isaac e Ismael, haciendo de ellos clanes hermanos. Los relatos correspondientes a Jacob sitan a los integrantes de su grupo tanto al este del Jordn como en las cercanas de Betel (Gn 35,1ss), que ya era considerado por los cananeos un lugar santo (cf. 28,17). El origen arameo de sus esposas (28,2) y el credo proclamado por los primitivos israelitas: Mi padre era un arameo errante... (Dt 26,5), sealara un ingreso de su clan a la regin central de Canan desde el este del Jordn. El episodio de los dolos sustrados por Raquel a su padre Labn (Gn 31,19) remitira tambin a una prctica jurdica de Nuzi, segn la cual al hijo de sangre le corresponde como legtima propiedad las figuras de los dioses paternos: Si Nashwi tiene un hijo, dividir la hacienda por igual con Wullu, pero el hijo de Nashwi tomar [las estatuas de] los dioses de Nashwi.
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Pintura en una tumba en Beni - Hasam, perteneciente a Khnem - Hotep, funcionario egipcio durante la XII dinasta (siglo XIX aEC). La escena completa retrata a un grupo de 36 nmadas, compuesto de hombres, mujeres y nios, que ingresan pacficamente en el pas con sus animales y con obsequios para el prncipe. Ibsha, el lder del grupo lleva un nombre semita y ostenta el ttulo de hikau khasut (dominador de un pas extranjero).

Sinuh entre los seminmadas


Me puse en pie despus de haber odo el mugido del ganado y divisado a los Setyu. Un jefe que se encontraba all y que haba estado en Egipto me reconoci. Entonces me dio agua, me hizo cocer leche, fui con l a su tribu y ellos me trataron bien... Pas numerosos aos; mis hijos se haban convertido en guerreros, cada uno de ellos dirigiendo su propia tribu. El mensajero que descenda o suba hacia la Corte se paraba a mi lado, pues yo haca parar a todo el mundo. Yo daba agua al sediento, pona en camino a aquel que se haba extraviado, socorra a quien haba sido robado. Cuando los Setyu iniciaron las hostilidades contra los jefes de los pases extranjeros, yo aconsejaba sus movimientos, pues el prncipe de Retenu hizo que yo pasara muchos aos como comandante de su ejrcito. Yo atacaba victoriosamente cada pas contra el que parta, de manera que era despojado de sus pastos y de sus pozos; capturaba su ganado, llevaba conmigo a sus habitantes, tomaba su comida, masacraba a sus gentes que estaban all, por mi fuerte brazo, mi arco, mis maniobras y mis excelentes consejos.

La Historia de Sinhu narra las andanzas de un funcionario egipcio entre los habitantes de Retenu (actual Israel y Siria) despus de huir de la corte del faran. All encontr hospitalidad entre unos seminmadas (cf. Ex 2,21) que lo haban conocido en anteriores visitas a Egipto. La poblacin del pas aparece en el texto como compuesta de: nmadas (los corredores de arena), seminmadas (los Setyu) y sedentarios (los Aamu). La descripcin de los Setyu es bastante similar a la que el libro del Gnesis hace de los patriarcas bblicos, quienes tambin practican la hospitalidad (18,1ss), viajan a Egipto (12,10ss), socorren a los que son saqueados (14,12ss) y luchan por los pozos de agua (26,20ss).

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El episodio de violencia que tiene como protagonistas a las tribus de Simen y Lev y a los habitantes de Siquem, lugar de culto cananeo consagrado al dios El-Berit (EL de la Alianza; Jue 9,46), podra ser el recuerdo de un intento de estos grupos por establecerse en la regin. Ambas tribus se asentarn ms tarde en el sur. Simen ser absorbida por una tribu ms poderosa: su heredad estaba en medio de la heredad de los hijos de Jud (Jos 19,1). Lev subsistir sin territorio como tribu sacerdotal: YHWH es su heredad (Dt 10,9). Finalmente, el misterioso episodio del combate de Jacob en el vado de Yabbok y su cambio de nombre (Gn 32,29) hace pensar en la existencia de un jefe tribal llamado Israel, distinto de Jacob. Este grupo estara relacionado con el santuario de Siquem, como el de Jacob lo estaba con el de Betel. De hecho, la divinidad a quien se consagr el nuevo altar en Siquem es EL, Dios de Israel (Gn 33,20). Ambos grupos se habran unido ms tarde, precisamente en Siquem (cf. Jos 24).

El culto de los antepasados


Si, en general, los relatos bblicos fueron redactados desde la ptica histrica de un Israel ya constituido como pueblo en el pas de Canan, y desde la perspectiva religiosa de un yahwismo plenamente desarrollado, las narraciones patriarcales constituyen una excepcin en este ltimo aspecto. En efecto, segn los textos bblicos, los Patriarcas practicaban una religin pre-israelita y pre-mosaica. En su culto recurran a piedras sagradas, como la estela erigida por el grupo de Jacob en Betel, consagrada a ELBetel (Gn 35,7.14); o se reunan en torno a altares levantados bajo las encinas, como hace Abraham en Mor (12,8) y en Hebrn (13,18); o plantaban rboles, como el tamarisco de Abraham en Beersheba en honor de EL-Olam (21,33). Todas esas prcticas sern ms tarde condenadas en Israel cuando se trate de consolidar el yahwismo: No plantars cipo, ni ninguna clase
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El dios El, el Padre del hombre


En 1929 cerca de Rash-Samra, en la actual Siria, se descubrieron las ruinas de la antigua Ugarit. El abundante material hallado, tanto imgenes como textos, constituye la mayor parte de la documentacin que permite conocer la antigua cultura cananea. Presida el panten EL, el padre de todos los dioses y de los hombres, el creador sabio, bueno y justo. En la imagen recibe en su trono una ofrenda del rey de la ciudad (Ugarit, siglo XIV aEC. Museo de Alepo). Es interesante el siguiente texto de la Epopeya de Kirta (s. XIV), donde el hroe, ante las promesas divinas, pide que el dios le conceda descendencia (cf. Gn 15,2).

Y en el sueo El descendi, en su visin el Padre del hombre. Y se acerc preguntando a Kirta: Qu tiene Kirta, que llora, que gime el Apuesto servidor de El? Es que desea la realeza del Toro, su padre, o un poder como el del Padre del hombre? Toma plata y oro amarillos, una parte de su suelo con siervos a perpetuidad, aurigas de carro de la reserva de esclavos. Y respondi Kirta el Magnfico, el Apuesto servidor de El: Para qu quiero yo plata y oro amarillos, una parte del suelo con siervos a perpetuidad, aurigas de carro de la reserva de esclavos. Concdeme que consiga procrear hijos, dame que pueda multiplicar la parentela. Y respondi el Toro El, su padre: ... toma un cordero sacrificial, un cordero victimal en tu derecha, un recental con ambas manos; toma una medida de tu pan de ofrenda, las entraas de un ave sacrificial; echa vino en una copa de plata, miel en una de oro; y sube encima de la torre, monta a hombros del muro; levanta tus manos al cielo, sacrifica al Toro El, tu padre, honra a Baal con tu sacrificio al hijo de Dagan con tu Provisin.

de rbol, junto al altar de YHWH tu Dios que hayas construido; y no te erigirs estela, cosa que detesta YHWH tu Dios (Dt 16,21-22). Por tanto, si los relatos hubiesen sido totalmente inventados en la poca de la redaccin de los textos bajo la ptica de un yahwismo estricto, no se hubiesen hecho semejantes referencias a prcticas cultuales prohibidas por entonces. De modo que la descripcin del culto patriarcal pone en evidencia la antigedad de esas tradiciones, cuyos detalles incompatibles con el culto yahwista posterior al siglo VII aEC han permanecido, a pesar de la compleja reelaboracin literaria. An ms, aunque en algunos relatos se presenta a YHWH como la divinidad patriarcal, otros textos bblicos explican que este nombre divino
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fue revelado recin en tiempos de Moiss: Me aparec a Abraham, a Isaac y a Jacob como El-Shadday; pero mi nombre de YHWH no se lo di a conocer (Ex 6,2). Cuando Abram tena noventa y nueve aos, se le apareci YHWH y le dijo: Yo soy El-Shadday, anda en mi presencia y s perfecto (Gn 17,1). El culto de los antepasados de Israel era, por tanto, un culto preyahwista. La divinidad de aquellos antiguos grupos no estaba ligada a un determinado lugar, como era el caso de los dioses cananeos, y no habitaba en un templo. Estaba, en cambio, relacionada al antepasado del grupo, de quien tomaba su nombre. As, se habla de el Dios de mi padre (Gn 31,5): el Dios de Abraham y el Dios de Najor (Gn 31,53) el Terror de Isaac (31,42) el Fuerte de Jacob o el Pastor y la Roca de Israel (49,24). Ese dios era concebido como sealando el camino y acompaando al clan en su marcha. Lo nico que reclamaba era obediencia y confianza. Obviamente, no poda pensarse en rendir culto a ningn otro dios ms que a l (henotesmo). La alianza pactada entre l y la tribu beneficiaba a ambas partes, siguindose la glorificacin de la divinidad cuando el grupo prosperaba, o su misma desaparicin en el caso de que la tribu no sobreviviera.

El, el dios de los padres


La llegada de aquellos nmadas a los antiguos santuarios cananeos y el contacto con la cultura del lugar los hara identificar al dios de los padres con la divinidad adorada en esos lugares. Esto signific que los relatos que describan la manifestacin de la divinidad en un lugar y la fundacin de un
Culto politeista Vinculado a un lugar Culto henotesta Vinculado a una tribu
El encuentro de los antepasados de Israel con el ambiente cultual cananeo pudo realizarse con gran naturalidad. Fue en parte el resultado de la progresiva asimilacin del modo de vida agrcola de los sedentarios, que se fue integrando al culto tradicional de los pastores nmadas.

El - Shaday El - Olam El - Betel El - Berit

Hebrn Beersheba Betel Siquem

el Dios de Abraham el Terror de Isaac el Fuerte de Jacob el Pastor de Israel

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La organizacin tribal
La tribu es un grupo autnomo de familias que se consideran descendientes de un mismo antepasado. Pero, tambin otros elementos pueden intervenir en la constitucin de una tribu. Elementos dbiles son absorbidos por un grupo vecino ms fuerte, o bien varios grupos dbiles se juntan para formar una unidad capaz de permanecer autnoma, es decir, con capacidad para resistir a los diversos ataques. Puede suceder tambin que un grupo, demasiado numeroso para poder convivir y utilizar los mismos pastos, se divida y forme dos grupos, que viven independientemente. De esta manera se separaron Abraham y Lot (Gen 13,513). Sin embargo, la solidaridad subsiste y, cuando Lot es llevado cautivo por los cuatro reyes victoriosos, Abraham corre en su auxilio (Gen 14,12-16). Una tribu, en lugar de crecer, puede sencillamente ir disminuyendo y por fin desaparecer. As sucedi con Simen, cuyos restos fueron muy pronto absorbidos por Jud (Jos 19,1-9), pues ya no se la nombra en las bendiciones de Moiss (Dt 33). La tribu tiene una organizacin interna, fundada tambin en los vnculos de la sangre. La casa paterna es la familia, que comprende no slo al padre, a la esposa o esposas y a sus hijos no casados, sino tambin a los hijos casados, con sus esposas e hijos, y a la servidumbre. Varias familias componen un clan, que vive ordinariamente en el mismo lugar o, por lo menos se rene para fiestas religiosas comunes y comidas sacrificiales (1 Sam 20,6.29). Lo rigen los cabezas de familia o ancianos. En tiempo de guerra, suministra un contingente, evaluado tericamente en mil hombres, que est a las rdenes de un jefe (1 Sam 8,12). El conjunto de los clanes constituye la tribu. La tribu congrega a todos los que obedecen al mismo lder, llamado prncipe o principal (Num 7,2).

santuario tendran en lo sucesivo como protagonista al dios del clan recin asentado. Y, de igual modo, el nombre y los atributos del dios cananeo adorado en cada santuario podran aplicarse al dios del clan que se estaba instalando en las cercanas del lugar santo. Por eso en la regin de Hebrn el dios de Abraham comenzara a ser venerado por los miembros de su clan con el nombre de EL-Shadday; en Beersheba el Terror de Isaac sera llamado por su grupo EL-Olam; en el desierto del Nguev los ismaelitas adoraran a su dios como EL-Ro; en Betel el Fuerte de Jacob se convertira para sus fieles en EL-Betel; y en la regin de Siquem los hijos del patriarca Israel honraran a su Pastor y a su Roca como EL-Berit. Pero no debemos entender esta identificacin como una simple asuncin de la religin cananea. En esos santuarios la religin de los antepasados de Israel continu siendo monoltrica y henotesta, puesto que, sin negar
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Varias familias agrupadas forman un clan, regido por los cabezas de familia. En la guerra lo dirige un jefe.
FAMILIAS

CLANES

Prncipe de la TRIBU.
FAMILIAS

El conjunto de clanes forma la tribu, guiada por un prncipe. As la familia de Zabd forma parte del clan de Zraj, parte de la tribu de Jud (Jos 7,14-18).

la existencia de los dioses de los dems pueblos, se continu adorando a un solo dios. En esto sigui distinguindose del politesmo propio de las otras culturas sedentarias. No hay que olvidar, por otra parte, que tanto el idioma hebreo como el rabe, siendo las lenguas sagradas de dos religiones intransigentemente monotestas, continan utilizando la misma raz semtica Illu ( ) para designar al Dios nico y absoluto: El ( ); Allh ( ). A pesar de la novedosa referencia a un lugar fijo, el dios venerado por los antiguos nmadas continu manteniendo una vinculacin nica con el clan. Y as como dos clanes diversos podan poner como jueces de su pacto al dios de Abraham y al dios de Najor (Gn 31,53), que eran dioses que guardaban relacin solamente con su grupo, as tambin el dios venerado por los antepasados en Siquem no fue considerado simplemente como EL, el padre del hombre (Ab-Adam), sino como EL, dios de Israel (Gn 33,20).
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Seguidores de un Dios errante


ocilogos y etnlogos han verificado entre los beduinos rabes actitudes que se remontan a tiempos muy remotos. Una de ellas se da cuando elementos dbiles son absorbidos por un grupo ms numeroso. En ese caso se considera que los pequeos grupos se afilian (se hacen hijos) a otro mayor. En otros casos dos grupos pequeos se unen para fortalecerse. Entonces se considera que estos grupos parejos se hacen hermanos entre s. Y as las relaciones comerciales, sociales y religiosas que los grupos fueron estableciendo a lo largo del tiempo se expresa en trminos de parentesco. Respecto a los antepasados de Israel se pueden advertir dos grupos de tradiciones patriarcales, a partir de los lugares mencionados en los relatos de cada personaje: uno en el sur, con Abraham e Isaac, y otro en el norte, con Jacob e Israel. Los clanes portadores de estas tradiciones se habran asentando en el pas de Canan en pocas diversas, relacionndose entre s hasta reconocerse en una misma identidad cultural. A la vez, estas tradiciones, que eran particulares de cada grupo, se habran entrelazado y armonizando a medida que stos se fueron asociando. Entonces el antepasado de cada clan lleg a ser considerado como miembro de una nica familia. De este modo los hijos de Jacob se afiliaran a Isaac, como resultado del continuo intercambio de tradiciones entre la nortea Betel y la surea Beersheba, a travs de los peregrinos y de las caravanas que se dirigan a Egipto, como se haca todava en el siglo VIII aEC (Am 5,5). Por otro lado el predominio de la tribu de Jud, radicada en torno Hebrn y portadora de las tradiciones de Abraham, sobre los clanes establecidos en Beersheba, pudo llevar a que el grupo transmisor de la tradicin de Isaac se reconociera como afiliado a los abrahamitas. Cunto tiempo tardaron en consolidarse estas tradiciones? Lo seguro es que a mediados del siglo VIII, en sus duros vaticinios contra el Reino de Israel, el profeta Ams identifica al pueblo como la casa de Isaac (Am 7,16), la casa de Jacob (9,8) y el Resto de Jos (5,15). Contemporneamente Oseas vincula al pueblo de Jud con Jacob, y refiere las tradicio-

Clanes hermanados
Y los nah ben Zaid se unieron a los bene al-Harit, se confederaron y se juntaron con ellos totalmente; y los yarm ben Rabban se unieron con los bene Zubaid, juntndose y viviendo con ellos, y toda la tribu, con sus federados, se entronc al mismo antepasado. Al- Bakri. Citado en DE VAUX, Instituciones del Antiguo Testamento, p.28

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nes del patriarca tal como las leemos hoy en el Pentateuco: En el seno materno suplant a su hermano, y de mayor luch con Dios. Luch con el ngel y le pudo, llor y le implor gracia. En Betel le encontr y all habl con nosotros (Os 12,4-5). De modo que al menos en la primera mitad del siglo VIII ya se vinculaba con Jacob a las tribus del norte, como Efram, y de sur, como Jud (Os 10,11); y los relatos patriarcales contaban ya con una forma fijada. Sin embargo las primeras menciones de Abraham las encontraremos recin dos siglos ms tarde, durante el destierro en Babilonia. A comienzos del siglo VI aEC el profeta Ezequiel critica las pretensiones de los supervivientes de Jerusaln, que ponen sus expectativas en su antepasado: Uno solo era Abraham y obtuvo en posesin esta tierra. Nosotros somos muchos; a nosotros se nos ha dado esta tierra en posesin (Ez 33,24). Al contrario, otro profeta hacia el final del destierro apela al recuerdo del Patriarca para afianzar la esperanza de los exiliados: Reparad en Abraham vuestro padre, y en Sara, que os dio a luz; pues uno solo era cuando le llam, pero le bendije y le multipliqu (Is 51,2). La tradicin de Abraham, localizada en torno a Hebrn, la primera capital de David, activ la esperanza de retorno a la tierra cuando el reino davdico haba desaparecido. Finalmente, en torno al siglo V aEC se encontrara ya concluido un brillante relato tanto familiar como nacional. La fusin de las tradiciones de los distintos clanes dio como resultado una historia de salvacin, que se volvera muy actual para los integrantes de la tribu de Jud, que estaban regresando desde Babilonia a una tierra en la que haban vivido sus padres. Serva para recordar algo fundamental: Mi padre era un arameo errante que baj a Egipto y residi all como inmigrante siendo pocos an, pero se hizo una nacin grande, fuerte y numerosa... (Dt 26,5). Se expresaba as algo que se consideraba como una nota de la historia remota del pueblo, pero que poda ser motivo de gran esperanza para el futuro incierto que por entonces se planteaba: una vez Israel se haba afincado en un territorio y haba establecido all su patria. La historia se podra renovar... Las historias de los patriarcas no fueron transmitidas, entonces, simplemente para informar cuanto ocurri en tiempo remotos. En estas tradiciones se fue acumulando la experiencia religiosa de muchas generaciones en torno a una conviccin central: Dios hizo una promesa a los antepasados de Israel. Por eso, mientras que otras culturas sedentarias haban olvidado casi por completo su primitivo origen errante, Israel sigui teniendo siempre una conciencia viva de sus orgenes. Y as el Dios de Israel conserv en gran parte los rasgos del dios de los nmadas, del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Ese Dios sigui siendo un Dios errante y peregrino. Y por eso la fe del pueblo se mantuvo incluso fuera de la tierra patria. Dios march siempre a donde los avatares de la historia llevaron a Israel.
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Los narradores e historiadores de Israel


Quiz fue una noche de fro, junto al fuego, cuando comenz a contarse la historia de Israel. Primero los ancianos, que recordaban las andanzas de antepasados famosos. Llegaron ms tarde los grupos del desierto, relatando y exagerando las penalidades sufridas en Egipto, la terrible marcha hacia la tierra prometida, la revelacin concedida por el Seor a Moiss. Vendran luego los poetas populares, cantores de gestas realizadas contra los filisteos, que cambiaban batallas y ejrcitos por una buena comida antes de seguir su viaje. No faltaban sacerdotes que, en las peregrinaciones anuales a los santuarios, relataban al pueblo cmo se apareci Dios en aquel lugar sagrado. As, de boca en boca, transmitidas oralmente, comenzaron a conservarse y enriquecerse las tradiciones histricas de Israel. Hasta que surgi una clase ms culta, en torno a la corte de Jerusaln, en el siglo X a.C. Tambin le interesaban otros datos: la lista de los gobernadores de Salomn, los distritos en que dividi su reino, el lento proceso de construccin del templo de Jerusaln y del palacio, con sus numerosos objetos de culto o de adorno. Todos ellos comienzan a usar la escritura. No quieren que datos tan importantes se pierdan con el paso del tiempo. Por ltimo, dentro de esta tradicin escrita, surgen verdaderos genios, que recopilan con enorme esfuerzo los relatos antiguos y los unen en una historia continua del pueblo. Algunos se concentraron en los orgenes. Otros se limitaron a acontecimientos fundamentales de su poca, como la subida de David al trono o las terribles intrigas que provoc su sucesin. Incluso hubo un grupo que emprendi la tremenda tarea de recopilar las tradiciones que iban desde la conquista de la tierra (siglo XIII) hasta la deportacin a Babilonia, componiendo lo que conocemos como Historia deuteronomista (Josu, Jueces, Samuel, Reyes). Pero, siglos ms tarde, se produce un hecho curioso. Un autor vuelve a contar la historia de la monarqua. Para ello, coge los libros de Samuel y Reyes y los copia al pie de la letra, pero suprimiendo lo que no concuerda con su punto de vista y aadiendo otras tradiciones. Surge as la Historia cronista (1 y 2 Crnicas). Tambin en el siglo II a.C, dos autores distintos contarn la historia de la rebelin macabea. De este modo, siglo tras siglo, incansablemente, el pueblo de Israel puso en prctica la consigna de Goethe de que cada generacin debe escribir de nuevo la historia. Jos Luis Sicre, Introduccin al Antiguo Testamento (Estella, 2000), pp.65-66

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