Guillaume Boccara
Guillaume Boccara
Guillaume Boccara
o
46, vol. I, enero-junio 2013: 223-239
ISSN 0073-2435
GUILLAUME BOCCARA
*
LA 'HISTORIA NACIONAL MAPUCHE COMO RUPTURA ANTICOLONIAL.
A PROPOSITO DE .ESCUCHA, WINKA.' CUATRO ENSAYOS DE HISTORIA
NACIONAL MAPUCHE Y UN EPILOGO SOBRE EL FUTURO
!!
People are trapped in historv and historv is trapped in them.
James Baldwin,
Notes of a Native Son
MAS ALLA DE LA DICOTOMIA PARTICULAR JERSUS UNIVERSAL: CRITICA Y REFLEXIVIDAD DESDE
LA CONDICION DE OPRIMIDO
En buena parte del mundo academico existe un cierto recelo hacia las escrituras
minoritarias y los estudios subalternos, poscoloniales o decoloniales. Por razones
de distinta indole, muchos investigadores miran con malos ojos la critica hacia las
historiograIias tradicionales y las mitologias nacionales o la puesta en cuestion de la
division entre historia y memoria. Varios sospechan que las guerras de las memorias
particulares y la irrupcion de las memorias silenciadas puedan contribuir a diluir el
'deber de universalismo
1
de la disciplina historica o que la ideologia antirraciona-
lista y herderiana vehiculada por algunas corrientes 'post vayan trizando paulati-
namente el imaginario republicano. Numerosos cientistas sociales alertan sobre el
peligro representado por los pensadores antiiluministas, cuyas elucubraciones acade-
micas nos estarian conduciendo a la construccion de una Iunesta 'democracia racial
o incluso a una nueva guerra de las razas.
Es asi como el antropologo aIricanista Jean-Loup Amselle ve en el poscolonia-
lismo sudamericano 'un pensamiento que ha hecho del separatismo cultural y de
la Iragmentacion poscolonial uno de sus lemas centrales
2
. El autor percibe en la
voluntad de transIormar el objeto del conocimiento en sujeto del conocimiento un
peligro para la labor cienti!ca misma y tilda de 'amerindianocentrismo los intentos
de releer la historia desde las memorias y los conceptos politicos llamados autocto-
nos. Segun el, la valoracion de la 'indianidad y de la etnicidad en America Latina
*
Investigador del CNRS, MASCIPO-EHESS, Francia.
**
Pablo Mariman, Sergio Caniuqueo, Jose Millalen y Rodrigo Levil, .Escucha, winka.' Cuatro
ensavos de Historia Nacional Mapuche v un epilogo sobre el futuro, Santiago, Lom Ediciones, 2006.
1
Pascal Blanchard e Isabelle Veyrat-Masson, 'Les guerres de memoires: un objet d`etude, au
CarreIour de l`histoire et des processus de mediatisation, Pascal Blanchard e Isabelle Veyrat-Masson
(dirs.), Les guerres de memoire. La France et son histoire, Paris, La Decouverte, 2008, 16.
2
Jean-Loup Amselle, Loccident decroche. Enqute sur les postcolonialismes, Paris, Stock, 2008, 178.
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conllevaria el triple peligro de Ietichizar la etnicidad, romper en pedazos el ideal
universalista republicano y minimizar el peso de las relaciones de produccion y de
explotacion
3
.
Otro especialista de AIrica, Jean-Franois Bayart, se re!ere a los estudios pos-
coloniales como a un carnaval academico
4
. Asi, a!rma que, a !n de cuentas, lo que
anhelan los estudiosos de esta nebulosa academico-politica es conquistar un nicho
propio dentro del mercado academico
5
; acusa a los estudios poscoloniales de haber
contribuido a diIundir una ideologia culturalista y de haberse encerrado en el con-
cepto de identidad, etnicizando la cuestion social y politica
6
; y asevera, !nalmente,
que en lugar de entramparse en un ilusorio 'deber de memoria, los estudios criticos
deberian reivindicar un 'derecho a la historia
7
.
En una obra reciente, el sociologo bolivianista Franck Poupeau se interroga
sobre el triste derrotero de la critica izquierdista contemporanea
8
. Segun el, los de-
Iensores de la autonomia de la cultura de los pobres parecen haber renunciado a dar
cuenta 'de los principios explicativos de las desigualdades y de las relaciones de
dominacion
9
. Empero, en lugar de idealizar a las clases populares y su supuesta au-
tonomia, convendria preguntarse lo siguiente: 'Por que los dominados aceptan, y a
veces contribuyen, de manera mas o menos activa, a los modos de dominacion a los
que se encuentran sometidos?
10
. DesaIortunadamente, al presentar
'el trabajo de los cienti!cos sociales como monopolizacion del saber/poder y estigmatiza-
cion de la supuesta ignorancia de los dominados, la critica poscolonial de izquierda impide
pensar en que medida el conocimiento de los mecanismos de la dominacion pueden consti-
tuir una de las condiciones de la emancipacion social
11
.
La nueva critica de izquierda se habria quedado atrapada en la Iascinacion por las
luchas identitarias (en particular las indigenas), sin preocuparse por el hecho de saber
si la retorica indianista conduce realmente hacia politicas emancipadores de indole
universal. En pocas palabras, los supuestos radicalismos 'post no nos permitirian
asir las diversas dimensiones de la dominacion y sus modos de imposicion, pues, al
valorizar el saber de unos agentes subalternos supuestamente dotados de autonomia,
'ocultan el hecho de que las desigualdades de acceso al saber constituyen un Iuerte
obstaculo a la politizacion
12
.
En resumidas cuentas, y estirando un poco el pensamiento de Franck Poupeau,
pareciera ser que las corrientes 'post constituyen nada mas y nada menos que unas
3
Ibid., 198.
4
Jean-Franois Bayart, Les etudes postcoloniales. Un carnaval academique, Paris, Karthala, 2010.
5
Ibid., 37.
6
Ibid., 44-45.
7
Ibid., 98.
8
Franck Poupeau, Les mesaventures de la critique, Paris, Raisons d`Agir, 2012.
9
Ibid., 22.
10
Idem.
11
Idem.
12
Ibid., 28-29.
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de las maniIestaciones ideologicas del capitalismo diIerencialista. Una ideologia
basada en un culturalismo mecanico (una suerte de determinacion cultural en ultima
instancia), cuyo dispositivo politico esencial consistiria en despolitizar las luchas so-
ciales para reducirlas a unos meros problemas de comunicacion y de responsabiliza-
cion de los diversos actores culturales. Con el !n de escapar a este doble proceso de
etnicizacion del planeta y de demision de la critica social, se hace necesario, por una
parte, Iocalizar los estudios sobre la realidad de los mecanismos sociales de domina-
cion y, por otra, repolitizar las ciencias sociales. Frente al peligro del indianismo aca-
demico que, segun el, se puede transIormar en un indianismo politico radical cuya
meta seria rehabilitar la diversidad etnica de un pais, dejando de lado las desigualda-
des sociales, conviene relegitimar la nocion de lucha de clases e insistir en nuestros
analisis sobre los modos de dominacion anclados en las relaciones sociales. Si la
dinamica actual nos lleva peligrosamente hacia el etnicismo despolitizado, la labor
del cientista social debe consistir en repoliti:ar y desnaturali:ar mediante el examen,
tanto de los nuevos regimenes de control de la poblacion como del asentamiento
de nuevos regimenes de alteridad en nuestra epoca de neoliberalismo multicultural.
Hay que evitar, por consiguiente, dos escollos que remiten a dos maniIestaciones del
neoliberalismo multicultural: el primer escollo que consiste, desde la nueva antropo-
logia del liberalismo economico, en considerar a los 'actores como sujetos libres de
todo tipo de determinacion y a la sociedad como espacio de acuerdos, gobernanzas,
contratos, dialogos, etc.
13
; el segundo escollo que, al postular la autonomia de los
dominados, conduce a una suerte de populismo del saber, negador de 'toda posibi-
lidad de conocimiento del mundo social emanando de otros puntos de vistas que los
correspondientes a los actores que lo componen
14
. Vale decir, un populismo que
sostiene que solo los indigenas pueden hablar de los indigenas o, en otros terminos,
que la pertenencia a una categoria dominada es la condicion necesaria y su!ciente
del acceso a la verdad respecto de esta categoria
15
. Se trata, pues, de evitar tanto la
esencializacion de la autoctonia como el populismo epistemologico
16
.
Aunque yo resienta el mismo disgusto y la misma aprension que los estudiosos
antes citados Irente al proceso de racializacion y de etnicizacion de nuestras socie-
dades, me parece que sus analisis criticos tienden, por un lado, a no dar cuenta de la
complejidad de la nueva racionalidad politico-economica del capitalismo diIerencia-
lista y, por otro, a descartar de manera un tanto apresurada las potencialidades eman-
cipadoras y heuristicas de los intentos de repensar la historia, el Estado, la nacion y
la produccion de las identidades desde la condicion sociohistorica de dominado o de
oprimido.
No me detendre aca sobre la necesidad de desarrollar un analisis pormenorizado
del nuevo arte de gobierno neoliberal-multicultural para dar cuenta de los procesos
de etnicizacion, pues esto me conduciria a alejarme demasiado de la tematica que
13
Ibid., 106.
14
Ibid., 107.
15
Ibid., 111.
16
Ibid., 110.
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me he !jado aqui. Me parece, sin embargo, importante mencionar que los numerosos
estudios realizados por antropologos y sociologos sobre el multiculturalismo y la
gubernamentalidad neoliberal nunca aparecen citados en los trabajos mencionados
anteriormente
17
.
En cambio, quisiera plantear, apoyandome en un ejemplo concreto, que las escri-
turas minoritarias no caen necesariamente en el esencialismo o en el etnicismo y que,
ademas, pueden, bajo ciertas condiciones, participar de la renovacion del conoci-
miento respecto de las dinamicas socioculturales y politicas que se desplegaron a raiz
del encuentro, 'mal-encuentro o 'desencuentro colonial en las Americas.
De suerte que, lejos de renunciar a la ambicion explicativa de la sociologia historica
de la dominacion, quisiera dar un ejemplo de la manera en que un texto elaborado por
personas que se reclaman abiertamente de 'una categoria dominada consigue no solo
evitar el escollo esencialista, sino que ademas permite abrir nuevas pistas de investiga-
cion y develar los territorios pasados y actuales de la dominacion material y simbolica.
'EL GRITO MAPUCHE: HISTORIA DE LOS MAPUCHE(S) JERSUS HISTORIA NACIONAL MAPUCHE
El texto que traigo aqui a colacion se titula: .Escucha Winka.' Cuatro ensavos
de Historia Nacional Mapuche v un epilogo sobre el futuro, y Iue publicado en 2006
por Lom Ediciones, en Santiago de Chile. Escrito por cuatro estudiosos mapuches
(tres historiadores y un sociologo), aparece en un contexto sociopolitico marcado
por casi dos decadas de movilizaciones indigenas, de renovada presion ambiental por
parte de las multinacionales de la madera sobre las tierras indigenas y de institucio-
nalizacion de la represion y criminalizacion estatal de las demandas mapuches. Cabe
mencionar que, paralelamente al ejercicio de una violencia brusca y brutal por parte
de los aparatos represivos de Estado, los aparatos ideologicos de Estado desempean
un papel cada vez mayor, pues el periodo de la posdictadura, que se abre en 1989, se
caracteriza tambien por el asentamiento de una nueva politica publica de corte indige-
nista que se plasma mediante la promulgacion de una nueva ley indigena, la creacion
de la Corporacion Nacional de Desarrollo Indigena, la instauracion de una Comision
de Verdad Historica y Nuevo Trato, la puesta en marcha de programas de educacion
y salud intercultural y, last but not least, la ejecucion de un multimillonario Progra-
ma de etnodesarrollo (Origenes), concebido desde el Ministerio de Plani!cacion en
Santiago y el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington. Es en este contex-
17
Vease, entre otros: Guillaume Boccara, 'Le Gouvernement des Autres. Le multiculturalisme
neoliberal en Amerique Latine, Actuel Marx 50-2, Santiago, 2011, 191-206; Guillaume Boccara y Paola
Bolados, 'La nueva cuestion etnica: el multiculturalismo neoliberal en el Chile de la posdictadura,
Revista de Indias LXX:250, Madrid, 2010, 347-384, 2010; Charles Hale, 'Does Multiculturalism
Menace? Governance, Cultural Rights, and the Politics oI Identity in Guatemala, Journal of Latin
American Studies 34-3, Cambridge, 2002, 485-524; 'Rethinking Indigenous Politics in the Era oI the
Indio Permitido`, NACLA Report on the Americas 38-2, New York, 2004, 16-21; James Ferguson y
Akhil Gupta, 'Spatializing States: Toward an Ethnography oI Neoliberal Governmentality, American
Ethnologist 29:4, Davis CA, 2002, 981-1002.
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to, marcado por el Iuncionamiento en paralelo de una democracia dialogica de libre
mercado y de un estado de excepcion, asi como por la produccion correlativa de una
nueva dicotomia entre indio permitido/indio terrorista, que aparece esta obra.
Una obra que recibio una buena acogida por parte de los cientistas sociales lla-
mados progresistas, pero que, a seis aos de su publicacion, no parece haber surtido
todos los eIectos esperados. En eIecto, pareciera ser que muchos estudiosos no supie-
ron que hacer con este objeto politico-academico no identi!cado. Ademas, las !guras
centrales de la historiograIia nacional aun no lo han tomado realmente en cuenta
18
.
Ahora bien, me parece que el hecho de que los eIectos de la publicacion de esta
obra no hayan estado (hasta ahora) a la altura de las expectativas se puede explicar
por dos razones. La primera remite a la di!cultad o incomodidad que los cienti!cos
sociales no mapuches experimentarian a la hora de someter este trabajo politica-
mente signi!cativo a la critica teorica y metodologica. En eIecto, como realizar un
analisis critico-cienti!co de una obra que denuncia precisamente por lo menos en
su 'Nota de advertencia e 'Introduccion el colonialismo de las ciencias sociales?
Veremos mas adelante que la solucion a este dilema pasa, por un lado, por tomar en
serio lo que hacen estos estudiosos, precisamente desde la perspectiva critica de la
sociologia de la dominacion y, por otro, por mostrar que estos autores elaboran, des-
de su condicion sociohistorica de oprimido, una buena historia social critica.
La segunda razon que permite explicar el poco impacto que ha tenido un texto
que marca, segun mi punto de vista, un hito en el panorama historiogra!co nacional
chileno, es que existe a veces una tension entre lo que los autores pregonan y lo que
en realidad hacen. Pues si bien a!rman, como lo veremos a continuacion, que su
objetivo es pensar el devenir historico de su pueblo desde las conceptualizaciones
mapuches de la temporalidad y de la espacialidad, como si estas Iueran categorias
atemporales, resulta que el aspecto mas estimulante de su empresa no parece situarse
en ese plano de supuesta ruptura epistemologica desde la cultura. Es precisamente
porque plantean lo winka como problema desde y en relacion con su condicion his-
torica de indio, que rompen con la vision y division dominante y legitima del mundo
social y de la historia nacional. Plantearia, pues, que su trabajo se ubica mucho mas
dentro de la tradicion de la sociologia historica critica anticolonial
19
que en continui-
dad con la perspectiva etnogra!ca poscolonial. De suerte que el aspecto teoricamente
novedoso y politicamente insurrecto de este texto tiene mas a!nidades, a mi parecer,
con el enIoque critico de Pierre Bourdieu o de Roland Breton (citados en el libro)
18
Es asi como en un articulo reciente, Jose Bengoa no la menciona a pesar de reconocer que 'para
un pais que se cree moderno, la cuestion mapuche es uno de los asuntos politicos de mayor di!cultad de
resolver y que 'la historia del pais es inseparable de la historia mapuche. Jose Bengoa, 'Los mapuches:
historia, cultura y con"icto, Cahiers des Ameriques Latines 68-3, Paris, 2011, 89-107, pasajes citados, 90.
19
Aunque el titulo del libro pareciera remitir a las obras clasicas de la literatura anticolonial o
antirracista de los aos 50, 60 y 70 del siglo XX (por ejemplo: Richard White, White Man, Listen', 1957;
Vine Deloria, We talk, vou listen, 1972; Frantz Fanon, Peau noire, masques blancs, traducida al espaol
bajo el titulo Escucha, blanco'), cabe mencionar que la unica reIerencia a estas corrientes es una mencion
al Discurso sobre el colonialismo, de Aime Cesaire (1955), citado por Frantz Fanon, Pour une revolution
africaine, Paris, Maspero, 1978.
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que con el pluriversalismo de Ramon GrosIoguel, Walter Mignolo o Arturo Escobar
(no citados en el libro).
Concentremonos, pues, en el contenido de esta obra. Como lo indica el titulo, el
libro consta de cuatro capitulos de historia nacional mapuche, escritos por cada
uno de los autores, y de un epilogo redactado a cuatro manos. En una nota de adver-
tencia, asi como en la introduccion, los estudiosos exponen claramente el proposito
de su obra: 'retomar nuestro pasado bajo nuestra propia epistemologia y construir
nuevos conocimientos a partir de nuestra cultura
20
. Esta historia nacional mapuche
se construye en contraposicion y como alternativa a la historia de los mapuches,
pues, segun los autores,
'una Historia involucra analizar como se construye conocimiento desde lo mapuche, esta-
blecer los puntos de convergencia y de antagonismos con otras Iormas de conocimiento,
estudiar la construccion de conceptos y la operacionalizacion de estos, al mismo tiempo
que se hace la relacion lengua y construccion de conocimiento
21
.
El objetivo es romper con las escrituras de una historia de los mapuches, en el sen-
tido de describir y analizar los hechos del pasado que conciernen el desarrollo del pue-
blo mapuche, pues esta manera de hacer historia tenderia necesariamente a reproducir
una 'logica colonialista
22
. En este sentido, 'solo la accion de historiadores mapuches
que se atrevan a desarrollar mas investigaciones podra construir una Historia Mapuche
mas autonoma e independiente de la historiograIia nacionalista chilena
23
. En terminos
de los autores, el libro tiene como meta 'visibilizar la epistemologia indigena y pluri-
nacionalizar la diversidad existente
24
, asi como tambien 'liberarse del colonialismo
winka |para| lograr un nuevo entendimiento basado en aspectos eticos de respeto y
tolerancia, asi como con justicia y reparo de lo que se nos adeuda
25
.
Estas declaraciones de principios introductoras parecieran indicar que el escena-
rio esta preparado para que se pueda desencadenar una avalancha de propositos etni-
cistas y racializantes de corte 'amerindianocentrico y antioccidental. Sin embargo,
y es ahi donde aparece la tension a la que me reIeria anteriormente, varios elementos
de analisis (que se encuentran con!rmados en el resto de la obra) conducen a los au-
tores hacia otro derrotero critico.
Escucha Winka se presenta como 'un grito de colonizados hacia otros coloniza-
dos, y al mismo tiempo, al colonizador
26
. De suerte que lo winka, lo no mapuche,
no es unicamente el Estado-nacion opresor, sino tambien todos los individuos que
participan en la reproduccion de la logica colonial. Los autores a!rman que su libro
20
Pablo Mariman et al., .Escucha, winka.' Cuatro ensavos de Historia Nacional Mapuche v un
epilogo sobre el futuro, Santiago, Lom Ediciones, 2006.
21
Ibid., 9.
22
Idem.
23
Idem.
24
Ibid., 10.
25
Idem.
26
Idem.
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esta dirigido a todos los winka, sin distincion de clase, de genero o de origen, pues
ninguno de ellos o de ellas 'aporta ni ha hecho algo por superar las condiciones de
colonialismo que los ponen en una relacion de poder respecto de las poblaciones
indigenas
27
. Todos son productos y reproductores del Estado-nacion colonial.
El winka es, por lo tanto, el criollo. Pero quien o que es un criollo? Es un agente
social que piensa que existe por si mismo y que es universal, mientras que los autores
aseveran que no puede pensarse el winka sin la !gura constreida del indio ni Iuera de
la particularidad de su condicion sociohistorica de opresor. Por lo tanto, estamos en
presencia de una de!nicion politico-historica, y no cultural o esencialista, del criollo.
La interpelacion que se dirige hacia el winka no tiene como objeto o eIecto rei!carlo,
sino que hacerle tomar conciencia de que es tan producto del orden dominante como
el indio. El grito mapuche le dice al winka que su identidad historica esta intimamente
ligada al orden material y simbolico dominante, del que, lo quiera o no, sigue sacando
provecho. Es, por consiguiente, a la critica de la condicion sociohistorica de dominante
que apuntan los autores, pues vislumbran incluso su posible desaparicion, mediante la
construccion de una sociedad verdaderamente democratica y plurinacional
28
.
Una vez planteadas estas advertencias, que muy bien podrian haber sido escritas
por un anticolonialista como Albert Memmi, los historiadores Jose Millalen, Pablo
Mariman, Sergio Caniuqueo y el sociologo Rodrigo Levil se abocan a repensar y
reescribir la historia nacional mapuche, en Iuncion de los regimenes de alteridad im-
perantes en distintas epocas de la historia.
En las paginas que siguen, quisiera dedicarme a la presentacion de los tres capi-
tulos que llamaria mas historicos del libro, pues, como veremos, permiten descartar
de!nitivamente la acusacion segun la cual la perspectiva adoptada es Iundamental-
mente antihistorica o esencialista. Mi exposicion se Iocalizara en los aspectos Iorma-
les de la reconstruccion historica realizada por esos autores. Eso quiere decir que no
me concentrare en las paginas que siguen sobre los acontecimientos historicos o las
dinamicas sociales concretas del pueblo mapuche a traves del tiempo y del espacio,
sino mas bien en los aspectos teoricos y metodologicos de esta obra.
Una ultima precision. El ensayo sociologico de Rodrigo Levil, que aborda pro-
blemas contemporaneos, no sera comentado en estas lineas pues ello me llevaria a
alejarme del proposito de este texto, para considerar procesos sociales vinculados a
las politicas indigenistas de Estado desde los aos 1970 adelante.
HISTORIA ETNICA O SOCIOHISTORIA CRITICA?
El primer capitulo, escrito por Jose Millalen Paillal, esta dedicado a la sociedad
mapuche prehispanica y del periodo colonial. El segundo, a cargo de Pablo Mariman,
se concentra en la historia mapuche prederrota, lo que tradicionalmente se llama el
periodo republicano temprano, vale decir la epoca que va desde las guerras de la
27
Ibid., 13.
28
Ibid., 14.
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independencia hasta las sintomaticamente mal llamadas 'Paci!cacion de la Arauca-
nia en Chile y 'Conquista del Desierto en Argentina, en los aos cercanos a 1880.
El tercer capitulo, obra de Sergio Caniuqueo, Iocaliza su atencion sobre el periodo
posderrota, es decir, en la terminologia de la historiograIia dominante, el periodo
pospaci!cacion.
Cabe precisar, para los que desconocen la trayectoria historica de los mapuches,
que las distintas unidades sociopoliticas que conIormaban a este pueblo mantuvieron
su soberania territorial en el sur y centro sur de lo que hoy son los Estados chileno y
argentino hasta la penultima decada del siglo XIX.
UNA LECCION DE ETNOGRAFIA HISTORICA: KIMN, ARQUEOLOGIA Y ETNOHISTORIA
'Entregar algunos elementos para la discusion y comprension del pasado prehis-
panico de la sociedad mapuche que arrancan de su propia cultura y cosmovision
29
.
Tal es el objetivo planteado por Jose Millalen Paillal. El historiador precisa de en-
trada lo siguiente, con respecto de las Iuentes que contempla usar en su labor de re-
construccion de lo que el llama el 'horizonte cultural mapuche: 'Para ello tomamos
como datos reIerenciales basicos los registros etnohistoricos escritos por cronistas
espaoles durante los primeros aos de la conquista, entre los cuales podemos en-
contrar algunas palabras y conceptos escritos en mapudungun
30
. Ademas, combi-
nando los metodos y las perspectivas de la historia y de la antropologia y buscando
evidencias de la continuidad del Mundo Mapuche a lo largo de la historia, Jose
Millalen utiliza sus conocimientos etnogra!cos de la realidad mapuche contempora-
nea para suplir el caracter Iragmentario de los datos recolectados en los documentos
coloniales. A lo largo de su ensayo, se observa que la lectura del historiador es Iun-
damentalmente antiesencialista, pues pretende aprehender el Mundo Mapuche en la
historia y a!rma reiteradamente que nunca existio entidad mapuche pura: '|.| el
proceso de conIormacion de los elementos culturales mapuche, su homogeneizacion
en sus aspectos esenciales ha de haber sido el resultado de dinamicas de relaciones e
intercambios permanentes en el tiempo y en el espacio, tanto internamente como con
otras culturas y pueblos
31
.
Asi, adopta una perspectiva relacional que toma en cuenta las relaciones de poder
a la hora de tratar de la Iormacion de las identidades y a!rma, por ejemplo, que
'la autodenominacion mapuche por parte de los miembros de esta sociedad, independiente
del periodo en que se haya dado, constituye su propio proceso de maduracion y construc-
cion identitaria colectiva, proceso en el cual tiene mucho que ver la interaccion con el otro,
Iundamentalmente desde una perspectiva de relacion de violencia-resistencia
32
.
29
Ibid., 17.
30
Ibid., 19.
31
Ibid., 28.
32
Ibid., 35.
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A diIerencia de muchos estudiosos patentados, aprehende la unidad y la diver-
sidad propia del mundo mapuche y la Iormacion de un horizonte cultural singular
desde una perspectiva 'de dinamismo de relaciones
33
. Es interesante precisar aca
que su interes por los procesos que la antropologia historica ha llamado etnogenesis
le sera reprochado por un antropologo chileno que, siendo 'mas papista que el papa
y demostrando un populismo epistemologico asociado a una demagogia teorica y a
un paternalismo academico que, en eIecto, es de lo mas nauseabundo, se pregunta, en
un tipico gesto de nacionalismo posmoderno, por que Millalen sigue usando un ter-
mino acuado 'en las recientes preocupaciones de la ideologia Irancesa
34
. Aqui no
son los investigadores mapuches los que caen en el ultrarrelativismo epistemologico
posmoderno, sino que son los mismisimos investigadores patentados, conIortable-
mente establecidos en la academia chilena, quienes le (se) preguntan (sin obviamente
aportar ninguna respuesta): 'por que comparar las explicaciones mapuche con los
antecedentes de las ciencias historicas y arqueologicas |.| por que seguir usando
las reIerencias de un sistema de produccion de conocimientos como el de la ciencia,
cuando es criticado por su eurocentrismo y occidentalizacion?
35
.
La conclusion de Millalen con respecto de la estructura socioterritorial mapuche
es totalmente acorde con las ultimas investigaciones etnohistoricas, aunque el haya
tomado otro derrotero cuando a!rma: 'Desde el punto de vista propio mapuche el
concepto de ftalmapu se puede entender como la expresion identidad territorial`
36
.
Una entidad que 'se va a transIormar paulatinamente en unidad politico-social per-
manente de la sociedad mapuche
37
.
Es una vez mas usando datos etnohistoricos sacados de Iuentes hispano-criollas
y comparandolos con sus conocimientos relativos a la sociedad mapuche contem-
poranea, que Millalen hace una contribucion de lo mas interesante con respecto del
sistema de parentesco y de reclutamiento social mapuche, poniendo en evidencia la
importancia combinada del tuwn (el origen territorial de un individuo) y el kpan
(su !liacion tanto del lado paterno como materno).
Otro aspecto de este trabajo digno de notar es el hecho de que, inscribiendose en
la dinamica reciente de critica de las clasi!caciones coloniales y rastreando las arti-
culaciones entre poder y saber, Jose Millalen pone en tela de juicio los mecanismos
clasi!catorios impuestos por los grupos dominantes: 'En de!nitiva, la mayoria de las
denominaciones con las cuales se identi!co a las agrupaciones humanas no corres-
ponderian a las que ellos mismos se daban, correspondiendo muchas veces a toponi-
mia y adjetivaciones segun su comportamiento en relacion al otro invasor
38
.
Su ida y vuelta permanente entre el presente etnogra!co y el pasado historico y
su analisis sociolingistico de los terminos y conceptos en mapudungun registrados
33
Ibid., 49.
34
Roberto Morales, 'Resea de Escucha Winka, Revista Austral de Ciencias Sociales 12, Valdivia,
2007, 159-164 (pasaje citado la pagina 172).
35
Idem.
36
Ibid., 42.
37
Ibid., 43.
38
Ibid., 38.
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HISTORIA 46 / 2013
en las primeras Iuentes coloniales le permiten llegar a conclusiones en muchos as-
pectos novedosas y estimulantes. Es asi como, por ejemplo, rede!ne el sentido de la
nocion de 'mapu, generalmente traducida por 'tierra, cuando en realidad, segun el,
se trata de 'territorio. Cabe mencionar que, hasta el dia de hoy, casi ningun historia-
dor habia planteado esta hipotesis, cuya pertinencia he podido comprobar al trabajar,
yo tambien, sobre los vocabularios y diccionarios bilinges de los jesuitas y partien-
do de la realidad sociopolitica mapuche contemporanea
39
.
Del mismo modo, es a partir de un uso combinado del mito mapuche de socio-
genesis y de los datos recolectados en las Iuentes coloniales que Jose Millalen da
cuenta del universo simbolico autoctono, llegando a conclusiones que se asemejan
a las de las mejores etnograIias actuales. Es asi como, por ejemplo, no interpreta la
lucha entre las dos culebras miticas, tren-tren y kai-kai, como lucha entre el bien y
el mal, sino como uno de los mecanismos propios de la dinamica social mapuche:
'Trentren y kaikai luchan, se combaten pero a la vez parece no haber triunIadores o
vencidos, mas bien una nueva condicion, en donde las Iuerzas y energias opuestas,
pero complementarias para la existencia de todo el sistema de vida
40
. Releyendo las
Iuentes coloniales a la luz de su conocimiento del sistema simbolico mapuche actual,
Millalen evita proyectar sobre la realidad mapuche la moral cristiana, pues, para el,
es imposible encasillar la vision mapuche del cosmos y de las luchas entre distintas
entidades 'en concepciones unidireccionales del bien o el mal
41
.
En conclusion, diria de este primer capitulo que sus planteamientos sobre la per-
manencia y los cambios del Mundo Mapuche resultan ser una de las mejores introduc-
ciones a la historia sociocultural de este pueblo. Abre nuevas pistas de investigacion;
muestra que es inconcebible seguir escribiendo historia mapuche sin tener un cono-
cimiento, aunque sea basico, del mapudungun y de la realidad mapuche contempora-
nea; retoma uno de los principios Iundamentales de la etnologia, a saber, que se hace
necesario asentar nuestras reconstrucciones sobre las categorias de entendimiento y
conceptualizaciones de los individuos y de las sociedades con las cuales trabajamos;
y, !nalmente, tiende a mostrar que no se puede entender la cultura y la identidad Iuera
de la historia, vale decir Iuera de las relaciones de poder y de dominacion. 'Cultura,
poder y territorio: tal podria haber sido el titulo de este primer capitulo, que no tiene
nada que envidiar al celebre ensayo de James Ferguson y Akhil Gupta, en el que estos
dos antropologos criticos ponen en tela de juicio la razon culturalista
42
.
Si de 'descolonizacion social, politica y cultural
43
se trata, es en el sentido de
analizar de manera critica los procedimientos clasi!catorios de los agentes hege-
39
'|.| Mapu, commonly translated as land, should de!nitely be understood as territory. Guillaume
Boccara, 'The brighter side oI the indigenous renaissance, Part 2, Nuevo Mundo / Mundos Nuevos,
Debates, 2006, http://nuevomundo.revues.org/2483.
40
Ibid., 32.
41
Idem.
42
Akhil Gupta y James Ferguson, 'Culture, Power, Place: Ethnography at the End oI an Era, Akhil
Gupta y James Ferguson (eds.), Culture, Power, Place. Explorations in Critical Anthropologv, Durham
London, Duke University Press, 1997, 1-29.
43
Morales, op. cit., 170.
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GUILLAUME BOCCARA / LA 'HISTORIA NACIONAL MAPUCHE...
monicos y de releer la historia social mapuche partiendo de las categorias politicas
indigenas, que, en muchas comunidades, siguen vigentes o han tendido a ser reactua-
lizadas en las ultimas tres decadas. En otros terminos, es desde la condicion sociohis-
torica de dominado y de grupo, cuya singularidad ha sido recon!gurada a traves del
tiempo y no desde una supuesta esencia cultural mapuche, un 'mapuchismo auten-
tico, !cciones y abstracciones que Iuncionan como ilusiones, que este historiador-et-
nograIo de la realidad de su pueblo se ha lanzado en una empresa de rebelion simbo-
lica. Pues, como bien lo sealo Irne Hirt, se trato 'de desconstruir la manera como
los otros` (historiadores, cronistas, escritores, etc.) han tematizado a los Mapuche
44
.
De suerte que este primer capitulo es tanto un intento de repensar el Mundo Mapu-
che como un retrato del winka, un winka que se plantea desde ahora como un pro-
blema desde la conciencia desdoblada del minoritario. Es este desplazamiento de la
problematica el que puede explicar, segun mi punto de vista, el hecho de que muchos
no mapuches no sepan que hacer con este nuevo objeto. Pues, tomando prestada la
Iamosa Iormula de William Du Bois con respecto de la relacion del hombre negro
con el mundo, diria que hay que reconocer que no es nada Iacil empezar a sentir la
extraa experiencia de ser un problema
45
.
LA RUPTURA CON EL NACIONALISMO METODOLOGICO
En su contribucion titulada 'Los Mapuche antes de la conquista militar chileno-
argentina, el historiador Pablo Mariman mira el siglo XIX ya no desde la construc-
cion de los Estados nacionales, sino que desde la perdida de soberania indigena.
Ahora bien, este leve cambio de enIoque permite romper con una aproximacion
teleologica o !nalista de la historia. Hace posible que uno se interrogue sobre la
genesis del orden de las cosas actuales. Un orden de las cosas interiorizado y, por
lo tanto, vivido como natural, inmemorial y asentado para siempre jamas. Este sutil
desplazamiento de la mirada nos hace vislumbrar los caminos que no se tomaron o
que podrian haberse tomado y, sobre todo, plantea el problema de la mutacion de los
complejos Ironterizos coloniales en Ironteras Estato-nacional republicanas ocurrida
en el siglo XIX. Pensar la historia de manera macro desde el Wallmapu, es decir,
desde el espacio territorial bajo soberania indigena, pero tambien contarla desde una
perspectiva micro, vale decir partiendo de las unidades politicas autonomas del area
panmapuche, conduce a poner en evidencia el caracter de !ccion real o de impostura
legitima de estas entelequias llamadas Estado, nacion o identidad nacional. El hecho
de insistir sobre las articulaciones entre las distintas unidades politicas en interaccion
en este macroespacio de la Araucania, de las Pampas y del norte de Patagonia, abre
el camino a la construccion de historias conectadas, dejando de!nitivamente atras el
paradigma sustancialista que postula la existencia de culturas claramente separadas.
44
Irne Hirt, 'Resea de Escucha Winka, Cuadernos Interculturales 9:17, Valparaiso, 2011, 279-283
(pasaje citado la pagina 282).
45
W.E.B. Du Bois, Les ames du peuple noir, Paris, La Decouverte, 2007 |1903, edicion inglesa|.
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HISTORIA 46 / 2013
En este sentido, se puede observar que el texto de Pablo Mariman se inscribe
plenamente en la renovacion de la escritura de las historias indigenas y nacionales
que, tanto en Chile como en Argentina (y ciertamente mucho mas en Argentina), han
contribuido a poner en tela de juicio las historias nacionalistas. En este sentido, diria
que mas que una escritura historica desde lo que los autores llaman la 'epistemologia
mapuche, de lo que se trato aqui Iue de hacer una buena historia social critica, que
insistiera tanto sobre la especi!cidad de las organizaciones politicas indigenas como
sobre la genesis y estructuracion de los espacios nacionales que tendieron a imponer-
se por la razon o la Iuerza a las unidades autoctonas. Una vez mas, no me parece que
este intento entre en contradiccion con la produccion mas reciente de autores como
Raul Mandrini, Lidia Nacuzzi, Sara Ortelli, Walter Del Rio, Silvia Ratto, Julio Este-
ban Vezub, Alvaro Bello y muchos otros historiadores argentinos y chilenos.
EL COLONIADO CONTRATACA O EL WINKA EN EL VISOR
En 'Siglo XX en Gulumapu: de la Iragmentacion del Wallmapu a la unidad na-
cional mapuche. 1880 a 1978, el historiador Sergio Caniuqueo busca 'explicar el
contacto entre winka y mapuche a partir de las relaciones coloniales
46
. Su proposi-
to es dar cuenta de la manera en que se produce la Irontera etnica entre mapuche y
winka, de suerte que de lo que se trata es de aprehender la manera en que se ha ido
produciendo la condicion sociohistorica de oprimido y abarcar, en un mismo movi-
miento interpretativo, las articulaciones entre sociedad, identidad y poder. Quisiera
insistir sobre el hecho de que este tipo de empresa no se habia visto en Chile desde los
escritos pioneros de Milan Stuchlik y Wilson Cantoni en la decada de los 70. La reno-
vacion del pensamiento critico pareciera provenir, por lo tanto, en parte de pensadores
marginales y subalternos que no se satisIacen con la doxa neoliberal y multicultural
de la 'tercera via. Obviamente, no todos los mapuches adoptan perspectivas criticas,
pero la posicion de dominado que ocupan estos estudiosos, tanto dentro del campo
academico como dentro del espacio social total, puede explicar en gran medida la
re"exividad y la aproximacion critica que demuestran. Si bien Caniuqueo a!rma abo-
carse a la tarea de escribir 'una historia descolonizada
47
, es consciente de que resulta
una empresa titanica, por lo que se asigna como primer objetivo repensar la historia
mapuche desde una interrogacion sobre el colonialismo chileno. Asi, no pretende
interpretar la historia nacional mapuche desde una pureza cultural indigena, sino des-
de su relacion con la entidad e identidad criolla en construccion, en relacion con los
grandes procesos de construccion del Estado nacional y de implementacion del modo
de produccion capitalista. En la tradicion de Eric WolI o de Michel Rolph Trouillot,
pretende realizar una historia de los pueblos sin historia, que permita entender la ma-
nera en que su historia ha sido interrumpida y ocultada por los agentes dominantes.
46
Mariman et al., op. cit., 129.
47
Ibid., 130.
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GUILLAUME BOCCARA / LA 'HISTORIA NACIONAL MAPUCHE...
Es asi como, en la primera parte de su ensayo, Caniuqueo no se interesa directa-
mente por la sociedad mapuche sino por la sociedad dominante, por la manera en que
se Iue produciendo la incorporacion del pais mapuche (Wallmapu) al Estado chileno
o, en sus palabras, 'como se dio el proceso del colonialismo chileno. Insiste sobre la
dependencia economica, aIectiva e identitaria de la sociedad chilena con respecto de
los poderes europeos. La dependencia estructural es el marco a partir del cual hay que
pensar la historia economica, politica, social y cultural de Chile, a!rma. La elite chi-
lena realiza viajes a Europa, los ingleses invierten en Chile y desencadenan guerras,
el pais se encuentra atrapado en el intercambio desigual, tanto a nivel material como
simbolico. Es con la misma intencion de entender el punto de vista winka que Caniu-
queo se concentra en la manera en que lo mapuche y los mapuches han sido represen-
tados en la literatura criolla. Por lo tanto, no solo se interesa por la manera en que se
produce el nuevo orden legal, economico y politico dominante, sino tambien por la
produccion de un sistema representacional que legitima el nuevo orden de las cosas.
A la hora de hablar de las transIormaciones socioculturales experimentadas por
la sociedad mapuche, es posible observar que la perspectiva adoptada por Caniuqueo
es de!nitivamente anticulturalista, pues pone en tela de juicio la idea segun la cual
estariamos Irente a un choque de culturas o de civilizaciones. Para el, el problema
es de indole politica. Los procesos de deculturacion, hibridacion, mestizaje y presta-
mos no se pueden entender Iuera del contexto politico que los determina. Desde este
punto de vista, la postura de Caniuqueo evita caer en el escollo de muchos estudios
dedicados al mestizaje, que han caido en una suerte de contemplacion estetica de los
mecanismos de la mezcla. Aqui no se habla de perdida cultural mapuche, sino de la
manera en que algunas practicas culturales Iueron consideradas paulatinamente como
ilegales y de como Iueron sometidas a la nueva legalidad winka. Muestra que los
mapuches no han perdido su cultura (ceremonias Iunerarias, ritos agrarios), sino que
esta Iue declarada ilegal pues, segun los agentes dominantes, podian poner en tela
de juicio el orden material y simbolico dominante. Este tipo de interpretacion, que
articula los cambios culturales a los mecanismos de poder que se estan implemen-
tando, permite evitar el escollo culturalista de la gran mayoria de los estudios sobre
cambios culturales. Es asi como Caniuqueo rescata varios documentos de la epoca
posderrota, en los cuales aparece claramente la voluntad por parte de las autoridades
de la Irontera de erradicar, de una vez por todas, 'las practicas culturales salvajes
de los indigenas. La conclusion es clara: los mapuches no han 'perdido su cultura,
sino que han sido sometidos a un etnocidio, a lo que el autor llama 'las restricciones
culturales y a 'la prohibicion de los aspectos de la vida social que engendraba la
concentracion de una gran cantidad de personas mapuche
48
.
El insistir sobre los eIectos del ejercicio de la violencia militar y legal en termi-
nos de transIormaciones culturales me parece Iundamental y recalcaria que esto no
ha sido analizado con mucha seriedad por los etnologos. Se recurre muy a menudo a
interpretaciones de orden simbolico, sin tomar en cuenta el papel de la violencia en las
transIormaciones sociales y culturales experimentadas por una sociedad. Es asi como se
48
Ibid., 167.
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HISTORIA 46 / 2013
interpreta la desaparicion de los rituales agrarios, del chamanismo, del uso del idioma
mapuche y de los Iunerales en la zona costera como una 'perdida cultural, sin conside-
rar el contexto politico violento de la dictadura, durante el cual ser mapuche era en si un
hecho subversivo. Hablar mapu:ungun, tocar instrumentos mapuches o tener un kultrun
en su casa eran vistos como actos politicos por parte de las Iuerzas policiales, apoyadas
en su labor de represion por los evangelicos, que veian en el uso del idioma mapuche y
de los instrumentos locales una maniIestacion de Satanas. En este caso no hay 'perdida
cultural o procesos de hibridacion o sincretismo, sino que clara y llanamente etnocidio.
Los nuevos historiadores mapuches han contribuido a volver a darle vida a esta nocion
que habia sido, de manera un tanto apresurada, marginada del vocabulario etnologico
vigente. Desde este punto de vista, me parece que el ensayo de Caniuqueo reabrira el
debate con respecto de las articulaciones entre cultura y violencia.
Para terminar diria que el otro aporte de este ensayo reside en su intento por repo-
litizar las luchas mapuches del siglo XX. A diIerencia de lo que plantean la mayoria
de los estudiosos, no se trato solamente para los mapuches de recuperar o deIender
sus tierras o una cultura de!nida de manera abstracta, sino que de deIender su autono-
mia. Esta propuesta nos obliga a pensar el accionar mapuche como accionar politico,
nos conduce a considerar las Iormas indigenas de hacer politica y nos lleva a conside-
rar la !losoIia, el idioma y la institucionalidad politica mapuche; en !n, abre nuevos
caminos para una investigacion historico-etnogra!ca que tome realmente en cuenta la
especi!cidad del pensamiento y de la organizacion politica indigena dentro de un con-
texto sociohistorico dado, vale decir, tomando en cuenta el tipo de poder que se ejerce
en un momento dado del desarrollo capitalista y de la construccion del Estado-nacion
criollo. Una propuesta que se asemeja bastante a la labor que han intentado llevar a
cabo los antropologos de la corriente de la antropologia critica, ya sea Alban Bensa,
en Francia, o James Ferguson, Akhil Gupta o Jean y John ComaroII, en Estados Uni-
dos. De suerte que aca tampoco se puede acusar a los nuevos historiadores indigenas
de caer en una suerte de posmodernismo ultrarrelativista y antirracionalista que no
toma en cuenta las relaciones de dominacion o en un esencialismo que pretende expli-
carlo todo en reIerencia a una cultura idealizada o a un exclusivismo etnicista.
En resumidas cuentas, el ensayo de Sergio Caniuqueo, escrito desde una pers-
pectiva relacional anticolonial, reintroduce lo politico dentro del analisis de las
transIormaciones culturales, contribuyendo asi, desde su posicion de dominado, a
la critica de la razon culturalista. Si bien es cierto que poco se aprende del regimen
de historicidad mapuche y de la memoria historica de los indigenas actuales, mucho
mejor se entiende la manera en que se aprehende la historia desde la condicion socio-
historica de dominado y sobre la manera en que el winka se construye como winka,
produciendo y reproduciendo 'la Irontera etnica entre el y el mapuche
49
. Un aspecto
que merece ser destacado es, pues, el interrogante, ausente de la historiograIia de
los ultimos treinta aos, sobre la manera en que se ha ido reproduciendo la pequea
diIerencia colonial entre winka y mapuche, a pesar del objetivo pregonado de evan-
49
Ibid., 212.
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GUILLAUME BOCCARA / LA 'HISTORIA NACIONAL MAPUCHE...
gelizar, civilizar, asimilar o integrar al indigena
50
. Esta pequea diIerencia colonial,
maniIestacion del colonialismo interno y base de toda jerarquia sociorracial.
UNA HISTORIA POSNACIONAL
Quisiera terminar este ensayo con unas re"exiones respecto de la naturaleza de
la empresa editorial de estos cuatro estudiosos mapuches. Esta claro que este libro
toma sentido dentro de un proyecto autonomico, pues, segun los autores, para llegar
a ejercer la autonomia se necesita autoa!rmarse como pueblo, mediante la toma de
conciencia de lo que los mapuches han sido como colectivo a traves de la historia
51
.
Es por esto que los autores nunca hablan de Chile o de Argentina como de unas evi-
dencias, sino que intentan descubrir la manera en que estas entidades contribuyeron
a encubrir o intentaron suprimir el Wallmapu, el Gulumapu, el Puelmapu. Nunca
piensan el devenir de su pueblo desde la nocion de 'cultura mapuche, sino desde las
categorias politicas de 'Pais mapuche, 'Horizonte mapuche, 'Mundo mapuche
o 'Nacion mapuche. Asi, el trabajo del cienti!co social se encuentra intimamente
ligado o determinado por la labor politica de reconstruccion de autonomia y de con-
ciencia de pueblo. El objetivo es participar de la edi!cacion de una entidad plurietni-
ca y no etnonacional. La idea es trabajar en pos de una verdadera interculturalidad, y
no de la Ialsa interculturalidad propuesta por el Estado. Los estudiosos mapuches son
conscientes de que 'todo proceso de emancipacion recurre a la historia
52
y se re!e-
ren a un proceso de 'liberacion nacional
53
.
Este libro es sin lugar a dudas un mani!esto politico, nacional pero antinaciona-
lista, que se Iocaliza no sobre la reconstruccion de una identidad racial o etnica eter-
na, sino mas bien sobre la posibilidad de vislumbrar una sociedad posnacional sobre
la base del reconocimiento de la violencia a la que los mapuches Iueron sometidos.
Entre el republicanismo abstracto y el etnonacionalismo racializante, los autores
intentan imaginar una era posnacional, basandose en la desconstruccion de la condi-
cion historica de dominado y la superacion de la dicotomia indio/winka. Reanudan
de alguna Iorma con el principio de utopia que caracterizo una corriente del pen-
samiento critico europeo; asumen el caracter arbitrario de la division estricta entre
memoria e historia, mostrando que los riesgos de miti!cacion y amnesia acechan
tambien de manera permanente la labor del historiador
54
; y a!rman que conviene re-
"exionar sobre las condiciones de posibilidad de las historiograIias dominantes que,
al construirse a si mismas como lugares de memoria, tienen por eIecto de producir
50
'Creemos que las propuestas mapuche del pasado y presente poseen un continuo por el acervo
cultural de nuestro pueblo y el desarrollo de un colonialismo chileno que ha mantenido una Irontera
etnica (Idem).
51
Ibid., 254.
52
Ibid., 259.
53
Idem.
54
Vease, sobre este tema, EnzoTraverso, Le passe, mode demploi. Histoire, memoire, politique,
Paris, Editions La Fabrique, 2005.
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los no lugares de las memorias dominadas. Observan que, a !n de cuentas, la historia
no es nada mas que una 'memoria organizada y sistematizada
55
y que las rebeliones
actuales son actos de memoria en el presente. Tienden a mostrar que es cuando los
mapuches platean problemas que se puede replantear el problema mapuche, pero ya
no de manera esencialista, sino que desde la relacion indio/winka. Su trabajo tiende
a probar que el problema de la historia indigena solo se plantea cuando los indigenas
plantean problemas en el presente. Lo que hacen estos estudiosos es plantear la his-
toria como problema, para repensar el presente desde la historia y la historia desde el
presente. En resumidas cuentas, la cuestion que trazan los nuevos historiadores ma-
puches es la siguiente: que es un criollo? Mas que interrogarse sobre la naturaleza
de la mapucheidad, rompen con el esencialismo del nacionalismo criollo, al restituir
el sistema relacional que contribuye a producir el minoritario y el mayoritario.
Hay otro aspecto que me parece necesario destacar aca: al hablar abiertamente
de su vision de la historia y de las relaciones entre mapuche y winka, los nuevos
historiadores mapuches rompen con la trama del secreto, del enmascaramiento, de la
resistencia silenciosa. ParaIraseando a Richard Wright, diria que, al decir la verdad
al poder, se con!esan y dejan entrever al winka lo que realmente sienten
56
; dejan de
actuar con el !n de conIormarse a su habitus de dominado. A diIerencia de lo que
a!rman los que critican el proceso de autoexotizacion del indigena, me parece que
es precisamente en este momento de apertura hacia el winka que los indigenas de-
jan de actuar como indigenas, vale decir, como oprimidos. Se deindianizan; revelan
secretos etnicos a la etnia opresora. El criollo poco sabe de los indigenas hasta ese
momento de apertura, pero ahora tiene parte de los elementos para establecer un
nuevo tipo de relaciones. Esta reescritura de la historia no consiste en una huida en
el pasado. La religion a la que los nuevos historiadores se re!eren remite tanto a la
relacion especi!ca que su pueblo tiene con el mundo como a una manera de prego-
nar que uno es orgulloso de ser lo que es. La historiograIia indigena debe ser, por lo
tanto, considerada en todos esos aspectos y no solo evaluada a partir de un supuesto
criterio cienti!co rigido. Escribir historia indigena es tanto abrir el dialogo como
escaparse de la carcel que representa la condicion de oprimido. Uno cometeria un
grave error en tratar estas escrituras con desaire. La historia escrita desde la perspec-
tiva del oprimido pone el enIasis sobre el racismo, vale decir sobre el elemento de un
conjunto mayor que tiene que ver, como lo decia Frantz Fanon, con la opresion sis-
tematizada de un pueblo
57
. Esta nueva historia se interesa por la manera en que se ha
ido asentando un regimen colonial en territorio indigena y por la manera en que las
sociedades indigenas han sido encarceladas, encapsuladas, objetivadas y etni!cadas.
Lo que no deja, sin embargo, de cuestionarnos es por que esta cultura dominada no
ha tendido, a diIerencia de muchas otras, a momi!carse
58
.
55
Mariman et al., op. cit., 16.
56
Richard Wright, 'The psychological reactions oI Oppressed People, White Man, Listen ', New
York, Harper Perennial, 1995.
57
Frantz Fanon, 'Racisme et culture, Pour une revolution africaine, op. cit., 35.
58
Fanon, 'Racisme et culture, op. cit.
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GUILLAUME BOCCARA / LA 'HISTORIA NACIONAL MAPUCHE...
Si tuviera que resumir la enseanza que saco de la lectura de esta obra diria, re-
tomando y a!nando un poco un enunciado de Colette Guillaumin, que 'la situacion
real del minoritario determina, bajo ciertas condiciones, su posicion de cuestionador
dentro de la sociedad mayoritaria
59
.
Ahora bien, y para cerrar el circulo volviendo al problema que planteaba en la in-
troduccion, me parece que insistir sobre la naturaleza re"exiva de la condicion mino-
ritaria no implica caer en un primitivismo o romanticismo anticienti!co. Es, mas bien,
contemplar la posibilidad de pensar la condicion sociohistorica de dominante desde la
toma de palabra de los dominados, quienes, dentro de la ideologia racista o colonialista,
se encuentran siempre marcados por su particularidad
60
. Los trabajos de Albert Memmi,
Aime Cesaire, Frantz Fanon, James Balwin, Richard Wright y otros tienden a acreditar
que el punto de vista del minoritario, que bajo ciertas condiciones vive su estatus como
problema, permite pensar el mayoritario en su relacion con el minoritario y contribuye a
develar el estado de conciencia de la sociedad con respecto de sus propias estructuras
61
.
Es desde este punto de vista que plantearia, siguiendo una vez mas a Colette Guillau-
min, que los minoritarios pueden indicar nuevas posibilidades de conocimiento
62
. La
perspectiva minoritaria no conduce inevitablemente al esencialismo pues, al plantear la
condicion minoritaria como cuestion, entregan una implicacion reciproca de los grupos
existentes, cuestionando la condicion misma de dominador
63
. 'Si yo no soy el negro
aqui y si ustedes lo han inventado |.| entonces se hace necesario que se pregunten por
que?, decia James Baldwin en 1963
64
, para luego replantear el tema de las identidades
en un largo y Iamoso dialogo con la antropologa Margaret Mead, al a!rmar: 'La identi-
dad americana ha dependido siempre de mi exclusion
65
.
Pero hay mas. Si el trabajo re"exivo del dominado plantea un problema y abre
nuevas perspectivas, no es unicamente porque pone en tela de juicio el 'chovinismo
de lo universal o porque pretende restablecer las relaciones de una poblacion con su
pasado (unas relaciones que, como lo observa con razon Margaret Mead, 'han sido
seccionadas
66
). Es tambien porque la investigacion se presenta de entrada como ac-
tividad de conocimiento que pone en tela de juicio la mismisima actividad de conoci-
miento. No es un simple gesto desinteresado de vuelta re"exiva sobre la sociedad, es
un acto politico de un agente que intenta liberarse de la conciencia constreida que le
ha sido impuesta. Estas investigaciones marcan el acceso del minoritario a la existen-
cia social generalizada
67
.
59
Colette Guillaumin, Lideologie raciste, Paris, Galliamard, 1972, 177.
60
Ibid., 177.
61
Ibid., 179.
62
Ibid., 182.
63
Ibid., 179.
64
James Baldwin, Nous, les negres, entretiens avec Kenneth B. Clark, Paris, Editions La Decouverte,
2007, 47.
65
Margaret Mead y James Baldwin, Le racisme en question, Paris, Calmann-Levy, 1972, 197.
66
Ibid., 164.
67
Guillaumin, op. cit., 164-167.
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