Este capítulo introduce el tema del sentido en la vida humana. Argumenta que el ser humano es libre y puede elegir entre posibilidades, lo que hace que la búsqueda de sentido sea una parte central de la existencia humana. Explica que el sentido se refiere a cómo una persona da forma a su situación actual de manera creativa. Además, analiza por qué algunas personas no se sienten libres en cuestiones importantes de la vida y esperan que algo les suceda en lugar de tomar el control de su propio destino.
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Este capítulo introduce el tema del sentido en la vida humana. Argumenta que el ser humano es libre y puede elegir entre posibilidades, lo que hace que la búsqueda de sentido sea una parte central de la existencia humana. Explica que el sentido se refiere a cómo una persona da forma a su situación actual de manera creativa. Además, analiza por qué algunas personas no se sienten libres en cuestiones importantes de la vida y esperan que algo les suceda en lugar de tomar el control de su propio destino.
Este capítulo introduce el tema del sentido en la vida humana. Argumenta que el ser humano es libre y puede elegir entre posibilidades, lo que hace que la búsqueda de sentido sea una parte central de la existencia humana. Explica que el sentido se refiere a cómo una persona da forma a su situación actual de manera creativa. Además, analiza por qué algunas personas no se sienten libres en cuestiones importantes de la vida y esperan que algo les suceda en lugar de tomar el control de su propio destino.
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Este capítulo introduce el tema del sentido en la vida humana. Argumenta que el ser humano es libre y puede elegir entre posibilidades, lo que hace que la búsqueda de sentido sea una parte central de la existencia humana. Explica que el sentido se refiere a cómo una persona da forma a su situación actual de manera creativa. Además, analiza por qué algunas personas no se sienten libres en cuestiones importantes de la vida y esperan que algo les suceda en lugar de tomar el control de su propio destino.
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Captulo 1
Ser humano significa estar en camino
En este libro se hablar de sentido, de los recursos y los caminos por medio de los cuales se puede alcanzar sentido. Se tornar claro qu es sentido y cun estrechamente ligado est a la vida real. La actualidad de la bsqueda de sentido radica primero en la libertad del ser humano, en su condicin de inacabado. Segundo, en la valencia diferente de las cosas. Tercero, en el cambio constante de las situaciones. Es el ser humano realmente libre? Vida es el encargo de plasmar la libertad y las consecuencias de decisiones anteriores.
De antemano, sea dicho que sentido no se refiere aqu al nico gran sentido de la vida. Por sentido siempre se entiende aqu una manera especial de plasmar la situacin. Vivir con pleno sentido significa, por consiguiente, formulado muy genricamente, que el ser humano con sus disposiciones y capacidades, con su sentir y querer, se involucra en lo que le ofrece el presente, se confronta con ello creativamente, tanto recibiendo como dando. Sentido es una especie de compromiso, de estar metido en la cosa. Sentido es un tema que concierne a los seres humanos en todas las etapas de la vida, dado que la vida debe ser o bien plasmada o bien sobrellevada. El camino hacia delante no est prefijado hacia el futuro, todo est abierto. Quien no haya renunciado a vivir su vida activamente, quien est dando pelea para afrontar la vida cotidiana, para atravesar una crisis, un padecimiento o est planeando una etapa de su vida, quien quiera celebrar un acontecimiento o llevar a la prctica nuevas ideas, se encuentra todo el tiempo vinculado mentalmente con el valor de su accin, adems de dedicado a la tarea respectiva. Se sabe que la falta de sentido significa desesperacin. En tanto el ser humano no haya encaminado su vida, lucha con esta pregunta vital, de manera consciente o irreflexiva, ya sea bajo el concepto sentido o tambin bajo otros conceptos. El tema sigue siendo el mismo: lo referido al sentido tiene que ver de manera central con la vida del ser humano. Por qu pasa eso? Es slo porque la vida est inacabada, porque el futuro es incierto? Entonces tambin los animales deberan bregar con la pregunta por el sentido. La actualidad y el significado de la pregunta por el sentido, su peso y su caracterstica de insoslayable provienen esencialmente de tres experiencias bsicas del ser humano:
Mi voluntad libre, con la que puedo elegir entre las posibilidades. La experiencia de que no es indiferente qu es lo que elijo: decido acerca de valores. La inconstancia de las situaciones que cambian permanentemente.
Intentemos examinar por lo pronto el primer punto ms detalladamente. La vida del ser humano est alojada en un medio interior y uno exterior. Todo ser humano se halla en un entorno fsico y social, y est dotado de disposiciones que l no ha elegido. Todo depende entonces de cmo plasme su vida en este mundo. Todo ser humano puede hacer algo de su vida y de s mismo. La plasmacin plena de sentido de la vida tiene que ver, por lo tanto, con dos mbitos: la situacin y el ser humano en ella. En relacin a la situacin hay cosas y circunstancias en el mundo que pueden ser modificadas con pleno sentido y recibir una forma digna del ser humano. Y, en lo que respecta al ser humano, poder plasmar significa que l puede intervenir como quien acta, y experimenta que en su libertad est convocado a planear, diferenciar y decidir entre las posibilidades que se le brindan. l es, en ltima instancia, quien plasma su vida, es aquel que puede decidir para s y para su futuro. De l depende aprovechar estas posibilidades y expandirlas, o no prestarles atencin. No se trata aqu de un debate terico acerca de la libertad del ser humano. El punto en el que queremos hacer hincapi es en su propia experiencia. Hasta ahora no he encontrado a nadie que niegue poseer posibilidades de elegir en su vida. Esto se manifiesta en que cada uno conoce situaciones en las que se brega por una decisin, en las que se busca informacin que permita tomar la decisin correcta. En el trabajo se tiene a menudo esta experiencia al considerar con quin relacionarse comercialmente, qu mercadera comprar, si an se puede asumir este o aquel riesgo. Algunos seres humanos no pueden terminar de decidir dnde pasar las vacaciones: junto al mar o en las montaas? Y si algo sale mal se reprochan (en el caso de haber tomado ellos mismos la decisin) o le reprochan a otro (quien tom la decisin por ellos) no haber elegido la mejor alternativa. Los seres humanos son conscientes, por lo tanto, de que tienen o habran tenido otras posibilidades y de que no han sido obligados a esa eleccin, dado que entonces el reproche sera infundado y estara invalidado desde un principio. En la lgica de esta experiencia, no se trata de cun a menudo el ser humano carece de libertad, es decir de posibilidad de elegir, sino que se trata de la constatacin de que todo ser humano toma repetidamente decisiones y que se experimenta como quien decide, como alguien que es libre para la una u otra posibilidad que se le brinda. El ser humano s es libre. Pero su libertad es slo humana y no sobrenatural y por eso una libertad condicionada, una libertad dentro de ciertos lmites. Sera un error fatal no querer aprovechar este margen de maniobra por despecho, debido a que justamente el ser humano no es todopoderoso. En cuanto a la libertad, el fatalista reacciona enojndose y expresa: Si no tengo toda la libertad, entonces renuncio a la restante. De todos modos, el ser humano es tan libre como para tambin poder tomar una decisin as. Pero lo que nosotros queremos es la libertad que no conlleva desesperacin sino genuina plenitud. Usted tal vez objete: Bueno, siempre supe que soy libre hasta un cierto grado en mis actividades cotidianas y ocupaciones laborales, y que a veces puedo tomar decisiones por iniciativa propia. Seguramente puedo elegir dnde pasar las vacaciones y qu hacer el fin de semana, con quin y de qu hablar Pero la vida..., por vida entiendo algo totalmente diferente. Porque, de qu vale esta libertad si no puedo hacer lo que en realidad quiero hacer? Tiene algo que ver esta libertad con mi vida real? Efectivamente, mucha gente cree que slo tiene cierta libertad en algunas nimiedades de la vida. Pero, en aquello que atae medularmente a la vida, se consideran marcados y atados por dotacin y educacin. Todo lo que tiene que ver con la vida propiamente dicha transcurre por s mismo y sigue un desarrollo con ley propia. Cmo es que algunos seres humanos tienen semejantes objeciones ante la libertad y no se consideran libres en las cuestiones importantes de la vida? Eso est relacionado sobre todo con la idea que se tenga de la vida. La mayora de las veces, pueden orse dos tipos de respuestas. Algunos no pueden dar una respuesta exacta. Vida es para ellos algo totalmente difuso e irreflexivo, algo que es ms sueo que realidad, una idea tan borrosa y alejada de la realidad, que nunca puede suceder. Esto tiene por consecuencia que son impulsados por un hambre de experiencias que no es posible satisfacer, porque no saben de qu tienen hambre. Slo saben que esperan, esperan que algo pase. Una vida verdadera no es posible slo recin despus de que se haya ganado una fortuna en la lotera. Otros s tienen una idea concreta acerca de una vida verdadera. Son ideas de mayor seguridad o salud, de mejores condiciones de vida: otra pareja, otra ocupacin, ms recursos materiales. De ausencia de sufrimiento, de ms poder para imponer rpidamente y sin problemas la propia voluntad. En resumen, son ideas que giran en torno a la realizacin de deseos y metas autoimpuestas, y a menudo adquieren el carcter de exigencias. A los ojos de estos seres humanos, su vida actual es, en el mejor de los casos (si es que an no se han resignado), una etapa previa a la vida propiamente dicha, que ojal llegue en algn momento. Actualmente viven en un estado provisorio, y lo que hacen ahora no es realmente importante, dado que su vida propiamente dicha an no ha comenzado. Por supuesto, tambin acontece que tal conversacin tiene lugar en un momento en el que ya ha pasado una buena parte de la vida y se preguntan asustados si eso ha sido todo lo que la vida pudo brindarles. Parece ser parte de la vida no estar nunca lista, no haber llegado nunca, estar continuamente en camino y jams totalmente a salvo. En nuestra vida, algo est abierto todo el tiempo. Todos estamos toda una vida a la expectativa. Qu esperan los seres humanos? Los que no se consideran libres en las cuestiones decisivas de la vida, esperan un regalo de la vida, el cumplimiento de su deseo. Los otros, los que se precian de tener una influencia decisiva en su vida esperan las circunstancias para plasmarlas. La vida deja a nuestro arbitrio qu posicin tomamos frente a ella. Los unos esperan entonces el cumplimiento de sus deseos, que quieren recibir de la vida como regalo para ser capaces de vivir (o por lo menos para no estar en desventaja porque, si no, creen estar mutilados en la vida). Es como si en esta actitud inmadura se conservara el deseo infantil frente a los padres, de ser mantenido y alimentado. Algunos establecen el cumplimiento de sus deseos como una justa exigencia a la vida. El hecho de haber sido arrojados a la vida sin ser consultados, a su manera de entender, les da el derecho de poder exigir las mejores condiciones. (Para que no surja ningn malentendido, dejamos claro que ac se habla de exigencias a la vida, al destino, y no de exigencias legtimas por justicia social, interhumana.) Pero estos deseos y exigencias apuntan a algo que se quiere tener y que por eso est constantemente amenazado por la prdida, hasta que alguna vez, a ms tardar, en el lecho de muerte, se pierde realmente. Los otros eligen un camino existencial en aquello hacia lo que estn orientados. Para ellos no se trata en primera lnea de tener ms, sino de plasmar su vida lo mejor posible ante el trasfondo de aquella realidad en la que justamente estn parados en ese momento de su vida. Su expectativa tiene una forma abierta y, en lugar de estar orientados hacia deseos y exigencias, proyectados de adentro hacia fuera, estos seres humanos esperan interesados y serenos lo que la vida traiga. Su inters est orientado principalmente hacia cmo asumir ellos mismos los desafos de la vida y qu harn a partir de las circunstancias dadas (destino). La vida no llega a su plenitud al cumplirse sus deseos y derechos. La vida, existencialmente considerada, es antes bien tres cosas:
Vivenciar lo que tiene valor en s, lo que puede ser experimentado como bueno o bello y enriquecedor. Modificar y orientar, dondequiera que sea posible, hacia algo mejor, hacia algo mejor en s mismo y no algo mejor para m. Y, donde esto no sea posible, donde sea necesario soportar las circunstancias, ah se trata de no aceptarlas pasivamente, de crecer y madurar en ellas a pesar de todo sufrimiento, modificarse a s mismo en el pleno desarrollo de lo humanamente posible, orientarse uno mismo hacia algo mejor.
Con esto hemos esquematizado anticipadamente la enseanza frankliana acerca de los valores creativos, vivenciales y de actitud, como los tres caminos hacia una vida con sentido. Ellos ocupan un lugar central en el sistema del Anlisis Existencial y son de importancia prctica en su aplicacin como Logoterapia. Regresemos a la pregunta de hace un momento. Si tambin hay libertad en lo que atae centralmente a mi vida, entonces ahora se puede decir que la respuesta depende de la concepcin (modificable!) de qu es la vida. Porque si por vida se entiende el cumplimiento de deseos y exigencias, entonces esta vida es dependiente de las circunstancias, y en esa medida no es libre. Si la vida es considerada existencialmente como la confrontacin de mi persona con las circunstancias dadas de la situacin actual, entonces est llena de posibilidades de cmo puede ser plasmada o soportada. En nuestras reflexiones acerca de la libertad del ser humano, hay que considerar an algo importante. Si decamos ms arriba que el ser humano no posee una libertad absoluta, sino que es libre en la plasmacin de las circunstancias de su vida, entonces se sigue que incluso de nuestra libertad limitada no podemos disponer en todo momento. La vida est llena de oportunidades, y no slo se las puede echar a perder sino tambin dejar escapar. Como una casa se construye a partir de muchos ladrillos, as tambin nosotros vamos construyendo nuestra vida a partir de muchas pequeas decisiones. Las ltimas decisiones descansan sobre muchos pisos de decisiones anteriores, las cuales hace tiempo ya pueden haberse esfumado del recuerdo y de la consciencia. Sin embargo, ellas condicionan las posibilidades que hoy se abren y predeterminan la direccin para otras decisiones. Cuando un ser humano, por ejemplo, recurre al alcohol o a las drogas por pura curiosidad o por enojo debido a las obligaciones en su vida, entonces su decisin es absolutamente libre, como tambin lo son an los experimentos siguientes. Con el correr del tiempo, se desarrollan un automatismo y una dependencia que van estrechando cada vez ms esta libertad, de manera que cada vez ser ms difcil abstenerse de estas cosas. A travs de la ejecucin reiterada de ciertas acciones y actividades, sin importar si son acciones justificables o irresponsables, se allanan y ejercitan estos caminos de vida, y otros caminos, al mismo tiempo, no entran en consideracin. Nunca pasemos por alto que la libertad tiene una historia. Decisiones anteriores condicionan las posibilidades de hoy, las amplan o las limitan. A veces, cuando en conversaciones teraputicas llegamos a hablar de estos temas, los pacientes quedan muy asombrados al constatar cun libres fueron siempre en realidad para plasmar sus vidas. Un paciente, por ejemplo, padeca de persistentes estados de angustia y de contracturas musculares dolorosas en los hombros. Tena miedo de que l, contra su voluntad, pudiera caerse de una escalera, o de que su mujer lo abandonara sin su consentimiento. Despus de un esclarecimiento analtico-existencial de las circunstancias que haban conducido a los estados de angustia, debi reconocer que, en realidad, desde haca aos l se haba opuesto a s mismo y a su sensibilidad para lo correcto. En innumerables pequeas decisiones y qued comprobado que justamente eran decisiones, haba obrado contra sus propias convicciones y haba hecho a un lado asuntos y tareas pendientes cuando no le servan a su meta prioritaria. En qu consista esta meta? Claramente, los estados de angustia haban estallado porque su vida, as como l la pretenda, estaba en peligro extremo y ante el abismo. La estrechez en la que se haba metido se haca visible, de esa manera, ahora en su angustia. Esto deba ser descifrado en la terapia y luego desarticulado en un programa de ejercitacin. Tal vez tambin a usted le pase estar asombrado o incluso espantado al pensar cun a menudo, en un solo da, o en una sola hora, usted tiene la posibilidad de confrontarse con su mundo o consigo mismo, cun a menudo usted se decide la mayora de las veces y con razn! De manera totalmente espontnea y sin mucha reflexin consciente.
Efectivamente, cada minuto tiene docenas de posibilidades, las ms pequeas y las ms grandes posibilidades, entre las que elegimos ininterrumpidamente y seleccionamos una cada vez. As vamos plasmando nuestra vida, cada uno, dado que con lo que nos confrontamos en esta hora, en este minuto, eso es nuestra vida en esta hora, eso habr sido nuestra vida en aquella hora. Captulo 2 Maniobras evasivas
La libertad obliga a decidir. Tpicas maniobras evasivas son la actitud conformista y la totalitaria. La desorientacin, un estado de emergencia anmica de nuestro tiempo, conduce a un vaco existencial y a acciones caprichosas.
Hablamos en el captulo anterior de la libertad que tiene el ser humano en un cierto marco para plasmar configurar las circunstancias, para darle una impronta a su propia vida. Sin embargo, la libertad es simultneamente un regalo y una carga. Dado que, si bien la libertad le abre a uno el espacio para lael plasmacin acondicionamiento personal de la vida, al mismo tiempo exige ineludiblemente decisiones (ineludiblemente ya que, incluso en situaciones en las que uno no se decide ni por una ni por otra cosa, se ha decidido, justamente, por nada). Despus se recordar una situacin orgullosamente, quiz tambin melanclicamente consciente, de que entonces se fue libre. Lo que haya conseguido en la vida a partir de mi libertad al tener xito o al fracasar, lo he hecho yo mismo, por m mismo he preferido una cosa y postergado otra. Da lo mismo si esta decisin ha quedado en mi vida, en mi historia, como buena o mala; de todas maneras, soy responsable. Soy responsable en cada caso en el que soy libre. (Abordaremos esto en el ltimo captulo). Algunos seres humanos le temen, por esta razn, al camino de la libertad personal,. pPorque les resulta incmodo y molesto ser ellos mismos responsables si lo que hacen no sale bien. Qu agradable es tener para esos casos un chivo expiatorio, una excusa! Uno no necesita avergonzarse, ni ante uno mismo ni tampoco ante los otros. Y en consecuencia, uno no necesita modificarse, lo que resulta una de las tareas de mayor esfuerzo en la vida. Cmo suele excusarse la gente? Hay un grupo de excusas que acaban en un conformismo. La gente dice entonces que no se puede hacer otra cosa, porque hoy la cosa es as, y no se quiere estar en desventaja frente a los otros Adems, todos lo hacen y por una vez no pasa nada. Si bien se encuentran estas excusas en todas las edades (y no es necesario un vistazo en el consultorio psicoteraputico para encontrar un nmero demostrativo de ejemplos apropiados), la excusa conformista, segn mi experiencia, parece ser ms bien el problema de la gente joven. Otros, por el contrario, se sienten obligados por alguna instancia a actuar as y no de otra manera. Excusas del tipo totalitario evaden una presin, ya sea de adentro o de afuera, que estrecha el espacio de maniobra: una vez son las circunstancias sociales, la situacin poltica o econmica; otra vez, las necesidades laborales o tambin la vehemencia de los propios impulsos, la educacin, los padres internalizados. En el caso de este tipo de excusas, ya no se trata de adherir a la opinin de otros, sino de sentirse expuesto a una presin a la que creen estar rendidosentregados. Un ejemplo clarificar a lo que se alude. Una vez me dijo una pedagoga y profesora de cuarenta aos de edad, durante una conversacin sesin analtico-existencial: La educacin es todo lo que determina al ser humano. Al preguntarle a qu se refera ella, me enumer las influencias a las que est expuesto el nio. Y poda hablar de influencias que comienzan ya antes del parto y llegan hasta la edad adulta. La educacin desfigura finalmente al ser humano. l no puede escapar de ella, est programado por la educacin, dado que la educacin le inocula cmo se ha de decidir y le inculca de qu ha de alegrarse. Vea, as fue tambin en mi caso. Que yo en casa tenga alfombras orientales autnticas y que me agraden, se debe slo a la educacin de mi madre. En realidad, yo misma no le doy mucha importancia a eso. En este punto, su voz se haba vuelto dura. Escuchando con sensibilidad, dola la manera en que haba hablado de s misma. La sospecha de que lo dicho le serva de excusa para no tener que decidirse ella misma pudo ser confirmada por medio de un anlisis existencial. La conversacin le dej en claro a la mujer que con esa afirmacin se haba estado escapando durante aos de un conflicto de valores. Las bellas alfombras y otros artculos suntuarios de su casa, en realidad, no los poda justificar por motivos sociales. Segn su propio parecer, seran suficientes cosas sencillas, funcionales. En algunos mbitos, tiene efectivamente un estilo de vida sencillo. Ella habla bsicamente a favor de una manera sencilla de vivir, y la considera ms natural y mejor que una vida con artculos de lujo. Este dilema de si el lujo la apartaba de la vida en s, haba ido creciendo a lo largo de los aos, aparejado a la pregunta de si el lujo era socialmente sostenible. Ms all de eso, encontramos que ella era en el fondo muy insegura en relacin con la pregunta de qu es lo que perciba como realmente bello. Se torn claro por qu esta mujer sostena la influencia de su madre. Ella no quera abstenerse de ciertas cosas (lujosas). Y no quera admitir su inseguridad en torno a la pregunta acerca de qu es realmente bello. Entonces se ocultaba detrs de lo que la madre le haba mostrado y enseado. Es tan slo consecuente queEs mera consecuencia el que ella, despus de unos aos, sintiera concibiese exactamente justamente lo que deca: La educacin es todo. Por supuesto que la educacin tiene influencia sobre el ser humano, y la tiene que tener. Una vida personal y autnoma comienza, sin embargo, recin all donde el ser humano empieza a tomar posicin frente a las influencias de la educacin. Esta mujer no ha comenzado a vivir su propia vida en el mbito de la adquisicin de artculos de lujo. No se ha enfrentado al conflicto de la valoracin de los objetos de lujo, no ha desarrollado una opinin personal al respecto. Ella ha vivido una opinin ajena. Con excusas, la vida se vive por debajo de su valor. Entonces, el ser humano tiene que decidir de todas maneras, y finalmente tambin es una decisin si se involucra en una maniobra evasiva conformista o en una totalitaria. Pero qu nos dice cmo debemos decidirnos? A qu debemos atenernos si la situacin es an incierta? Lo abordaremos en el prximo captulo y en el subsiguiente. Ahora nos preguntaremos qu sucede si no se encuentra una respuesta autntica a esta problemtica. Se puede observar (ver, por ejemplo, Frankl, 1978) que la falta de ayuda para decidir en relacin con un problema particular se ha convertido en un estado de carencia anmica de nuestro tiempo. Frankl describe el surgimiento de la carencia de orientacin de nuestro tiempo escueta y acertadamente as: Contrariamente a los animales, ningn instinto le dice al ser humano qu debe hacer, y contrariamente al ser humano de ayer, ninguna tradicin le dice al ser humano de hoy qu hacer. Entonces, no sabiendo qu debe hacer ni qu hacer, parece a menudo que no sabe bien qu es lo que en el fondo quiere. As slo quiere lo que hacen los otros (conformismo). O slo hace lo que los otros quieren, quieren de l (totalitarismo) (Frankl, 1985). El aumento de la libertad slo se experimenta como liberacin si el liberado tambin sabe qu quiere,. Dado ya que ser libre sin saber para qu utilizar esa libertad, provoca que a la larga tal libertad sea acompaada por una sensacin de vaco insoportable que rpidamente puede transformarse en tormento (piense en las conocidas neurosis de domingo, depresiones del fin de semana). Frankl ha denominado esta sensacin de vaco, que est acompaada por una profunda sensacin de falta de sentido, vaco existencial 1 . Los comportamientos descritos ms arriba, del tipo conformista y del totalitario, tambin surgen de una falta de orientacin interior y representan intentos de evitar la incmoda incapacidad de decidir. Uno se amolda a los dems e intenta as eludir un gran tormento. Uno de los mayores tormentos es estar expuesto a la arbitrariedad, incluso la propia. Lo insoportable de la arbitrariedad es estar rendido al dictado veleidoso, ciego, del instante. A la arbitrariedad no le importa nada, a excepcin de ocuparse de s. La arbitrariedad quiere sumisin por s misma. La arbitrariedad se fija a algo sin motivo, siempre quiere slo lo que la casualidad pone en las manos. Quien anhela lo que un impulso cualquiera le mete en la cabeza, quien desea caprichosamente algo, ha desechado su libertad, slo para sacrsela de encima, y no habra diferencia para l si hubiera exigido otra cosa. Ciertamente, la libertad puede ser cargosa, ya que exige orientacin para no estar desamparado frente a las decisiones pendientes. En lugar de aguzar el propio sentido de la orientacin, una y otra vez es tentador eludir la libertad adhirindose a la decisin de
1 Volveremos sobre esto, ver pgina 89 !captulo xxxx otros o evadindose en lo antojadizo para deshacerse de ella lo ms rpido posible (por ejemplo, por medio del alcohol o de actos arbitrarios). Todo lo antojadizo, todo lo no vinculante es indiferente, no tiene valor en s mismo, slo vive de una meta breve, inmediata, que debe cumplir. De tal poca de la vida (Da lo mismo lo que haga...), no queda ms que el recuerdo de que esta aquella poca habra sido la oportunidad para algo... En este marco se mova un hombre cuya vida, a los treinta y cinco aos, se haba vuelto muy estrecha. Mientras que de un lado del sendero se abra el vaco de una profundidad turbadora, del otro se amontonaba una montaa de tareas sin resolver. Una montaa que era tan alta y empinada que ya no tena sentido hacer algo. El camino entre medio se haba vuelto angosto desde haca ya tiempo. Pero ahora se sumaban al miedo tambin intranquilidad y sofocones, alteraciones circulatorias y trastornos digestivos. A lo largo del da estaba deprimido, cansado, sin ganas de vivir. Por las noches tena trastornos del sueo y a menudo pesadillas que siempre tenan que ver con situaciones de prueba. l deca de s mismo que era un bicho raro. Su casa paterna fue mala y despus no pas nada decisivo en mi vida. Su vida haba sido desde la adolescencia una evasin, una evasin de toda decisin real. Viva desde haca veinte aos provisoriamente, viva para el instante, para el alivio a corto plazo, y se serva de las oportunidades que la casualidad le pona a mano. Anestesiaba suvaco existencial, su vaco interior, con todo tipo de actividades dispersas, para tener la sensacin de no llevar una vida vaca de sentido. Ha postergado decisiones ya en la escuela, contina relatando. Cuando tena pruebas o trabajos especiales, no apareca. En vez de confrontarse con sus padres, planeaba emigrar a Australia y se evada, con ayuda de planes por el estilo, a un mundo de ensueos. En ensueos, se ha estado desarrollando su vida ms propia a lo largo de aos. Cuando al terminar el colegio le haban conseguido un puesto fijo de trabajo, el primer da, en lugar de ir a trabajar, fue al dentista! Y no acudi nunca ms a aquel puesto de trabajo. Por aos hizo trabajos ocasionales menores, porque tena pensada una larga estada en la India. Ao tras ao, comenzaba un trabajo ocasional porque era slo por un ao. Y ao tras ao pasaba sin que hubiera viajado a la India. Nunca se haba decidido por algo, siempre decida contra algo. Con su parte de una herencia, por ejemplo, compr una casa. Pero no porque hubiera querido una casa, sino porque no quera que el dinero se echara a perder. Poco despus la vendi y se compr una casa rodante porque no quera vivir en un lugar fijo. La casa rodante era un smbolo de su manera de vivir: Yo quera vivir de viaje la mayor parte del ao.. Pero pronto la vendi y se compr un bote velero para dar la vuelta al mundo navegando a vela. Al primer da del viaje por el mundo, regres a puerto. Vendi el botevelero; le tena miedo al extenso espacio vaco. l haca y quera hacer lo contrario de lo que todos hacan. No quera ningn conformismo. l haca lo que todos no hacan, quera automarginarse. En su juventud, se haba unido a un grupo con el significativo nombre de Aves migratorias. En este grupo, encontr contencin por primera vez en su vida. Despus volvi a encontrar contencin en un automarginado que haca trabajos temporarios para luego vagabundear por ah largo tiempo. Lo convert en mi gur. Su vida estaba determinada por otros seres humanos. A unos los segua, como al gur o a las aves migratorias; de los otros quera diferenciarse. Quera la desvinculacin, la libertad total. Decidirse por algo significaba para l fijarse. Tena en claro que con cada decisin va unida una responsabilidad que l evitaba. Tena miedo a fallar al emprender algo concreto. Tena miedo a no valer nada porque podra cometer errores al comprometerse con algo. Tena un miedo casi quejumbroso a todo lo desagradable, y a sus ojos nada poda ser ms desagradable que la realidad. l se refugiaba de los golpes de la realidad, en el mundo de ensueos de una vida en Australia. Se figuraba la poderosa impresin que les causara a sus amigos una expedicin a la India lo ms prolongada posible. Soaba con navegar alrededor del mundo y se reclua en la realidad aparente de bellas sensaciones. Si se intenta comprender por qu este hombre vivi as, se encontrarn, siguiendo sus propias palabras, muchas razones en su mala infancia. Ah haba aprendido efectivamente a apartarse de la dura realidad, escapndose o refugindose en ensueos. De nio le pegaron tanto que no se poda imaginar la realidad ms que vinculada a golpes. Y los golpes tempranos lo haban herido mucho. Todo lo que hoy le pareca desagradable le debe haber hecho recordar aquellos golpes. Incluso como adulto segua huyendo de los golpes de su niez y de la ira de su madre. Se sinti muy comprendido cuando se le dijo esto. La conversacin analtico-existencial haba sacado a la luz algo completamente decisivo, que el terapeuta seal de la siguiente manera: Lo puedo comprender bien. En todas esas situaciones, no pudo hacer otra cosa. Evidentemente debi hacerlo as, y en el marco de sus posibilidades lo hizo bien. Entonces ocurri algo muy extrao. Por primera vez, el hombre tom conscientemente posicin con respecto a su vida y dijo: Es correcto, siempre tuve la sensacin de no poder hacer nada contra la realidad. Siempre obr con la sensacin: No me queda otra ms que obrar as. Pero no lo hice bien. Realmente no. Nunca me prepar para la realidad! Me siento sin culpa, pero no he hecho gran cosa de mi vida. Haba dado en el centro de la problemtica. Este hombre nunca se haba sentido libre en toda su vida para decidir, no poda hacer otra cosa, siempre crea no tener ninguna eleccin, dado que no saba qu hacer frente a las circunstancias adversas, fuera de huir. El ser humano slo puede ser realmente responsable y, en caso de fracaso, ser culpable, donde haya obrado libremente. Y por eso deca: Si hubiera una culpa en mi vida, no sabra dnde podra estar. No se senta libre porque no conoca ninguna otra estrategia que le hubiera permitido confrontarse con la realidad, en lugar de huir de ella. La vida de este hombre era un nico intento de escapar de la falta de libertad. Pero, cuanto ms rpido corra, tanto ms firmemente se enmaraaba en sus amarras. Y entonces se dio cuenta de que no era bueno correr, pero no saba cmo alcanzar su meta. La terapia consisti en reflexionar con l acerca de cmo se puede enfrentar la dura realidad. Examinamos minuciosamente algunas situaciones de su vida, soportamos la incmoda sensacin que las acompaaba y reflexionamos cmo l poda soportar un da de examen (recordar las pesadillas). Encontr recursos y caminos para poder mirar a los ojos a lo molesto en su vida y resolverlo en el plano de la realidad. Hablamos acerca de que no hay nadie que quiera cometer grandes errores, pero que stos desafortunadamente ocurren (lo que para l nunca antes le haba resultado tan claro). Hablamos acerca de que el mayor de todos los errores es no haber hecho absolutamente nada por miedo a los errores, y por eso no haber vivido nunca realmente (ver Frankl, 1984). Hablamos extensamente sobre los errores, sobre su valor y significado. Hablamos de que el ser humano no es idntico a su miedo, que no se es el miedo, sino que se lo tiene como un objeto (acto seguido dijo: Siempre consider el miedo como algo en m y por eso nunca poda hacer nada contra l). En este tiempo, l quiso saber ms y ley el pequeo libro de Frankl Das Leiden am sinnlosen Leben (El sufrimiento en una vida sin sentido). Hablamos acerca de cmo, con pequeos pasos, se puede construir algo que a uno le parezca importante. Hablamos de que l nunca se haba preguntado dnde se lo necesitaba. Finalmente hablamos del xito (ver captulo 5), y l dijo redondeando: Ahora s que debo preocuparme por el hacer, pero no por el xito. Las conversaciones duraron en total algunas horas. Cuando l volvi a pasar, tiempo despus, coment acerca de una nueva sensacin en su vida que persista. Se senta muy liberado y bien. Ahora saba que se poda hacer algo en la vida y que uno no es idntico a su propio miedo. Meses despus dijo que haba conseguido tener un buen panorama de su vida. Que las pocas conversaciones en slo algunos das hubieran podido obrar semejante cambio en su vida se deba, y no en ltima instancia, a la flexibilidad que haba conservado a lo largo de su vida. Por supuesto que esta historia de vida, como la de cada ser humano, es mucho ms compleja. De ella se podran elaborar muchos otros aspectos an. Pero era decisivo elaborar el punto de fuga de sus acciones y vivencias, el hilo de su vida. Y ste consista en la creencia equivocada de no poder hacer nada contra la realidad. Por eso l elega la fuga, pero la verdad constantemente lo alcanzaba. Viva provisoriamente, pero las molestias se convirtieron en un elemento permanente. Y, mientras intentaba salvar las sensaciones agradables, casi pierde todo el mundo.
Captulo 3 Caminos hacia el sentido
Diferenciar y decidir. El sentido depende de la situacin y de la persona. El significado del sentido. Tres vas principales hacia el sentido: valores vivenciales, valores creativos, valores de actitud. Manejarse con la pena insoslayable.
La libertad del ser humano consiste en que para l est abierto un gran nmero de posibilidades externas y de comportamientos personales. Pero con la libertad va unido un encargo. ste consiste en descubrir cul ser el referente que nos permitir orientarnos al decidir. Dado que decidir requiere una certeza, se trata por cierto de un compromiso personal. En los modos de vida presentados, no se llegaba a una certidumbre personal: no se captaba el sentido de la libertad. El sentido de la libertad, en otras palabras, consiste en buscar razones por medio de las cuales se torna posible decidir. A una verdadera decisin anteceden dos pasos:
Informacin.; Hay que apropiarse de saber, conocer la situacin. Tiene que estar en claro sobre qu se va a decidir y cules son las posibilidades a elegir. Captar la valencia: Los datos obtenidos son contrastados unos con otros considerando su valor propio y su valor til. De estos dos pasos resulta la orientacin pertinente como gua para la decisin.
Existen, por supuesto, otras posibilidades de orientacin: religiones, sistemas filosficos, ideologas, opiniones grupales. Si no han influido miedo, fanatismo o delirio en su adopcin, entonces tambin aqu anteceden estos pasos. Al no ser telogo, no me corresponde hacer afirmaciones acerca de la fe religiosa. Pero me parece que una fe profundamente sentida no se adapta bien a este sistema de explicacin, porque se alimenta ms de una visin esencialmente intuitiva que tal vez ya tenga ms un carcter de gracia. Regresemos ahora a la temtica analtico-existencial, la que desarrolla sus conocimientos ms ac de la fe religiosa, de modo que permanece aplicable para todo ser humano independientemente de sus vnculos religiosos. Decidirse requiere, por lo tanto, la diferenciacin. Slo un camino es, en las circunstancias dadas y justo para esta persona, el mejor camino. Como en el campo positivo, as tambin en el espectro negativo hay una jerarqua de valores. Los costos, los efectos secundarios, los lados oscuros que hay que aceptar pueden adquirir una dimensin diversa. Siendo libres, se trata de ponderar las cosas entre s, examinarlas en relacin con su valor y significado, y separar lo mejor de lo menos bueno, lo inocuo de lo daino. Diferenciando, comienzan a mostrarse estructuras a partir de la cuales a menudo la decisin se torna evidente. Ponderando las cosas segn su valor y significado, se va cristalizando de la cantidad indiferenciada de posibilidades la perspectiva especfica para el momento correspondiente. Al aprovechar esa perspectiva, nica en cada caso, el ser humano maximiza la plenitud de su vida; prefiriendo esta posibilidad entre todas las posibilidades, ella se torna el trasfondo de la decisin. Apartando electivamente una posibilidad, sta se distingue de las otras, y al llevarla a cabo se torna algo especial. Por consiguiente, no es que el ser humano con su libertad est desamparado y abandonado a s mismo, perdido en un vaco interior e incapaz de procurarse orientacin. Efectivamente, podemos orientarnos en cada situacin, para hallar una direccin, fundada y autntica, a seguir en el prximo tramo de vida, porque la posibilidad captada como la ms valiosa de la situacin particular, respecto de su valor y significado, alberga la plenitud del ser actual. Ella representa el sentido de la situacin. Lo que aqu describimos es una definicin del sentido existencial. Por eso una vida plena de sentido quiere decir ni ms ni menos, hacer lo mejor que se pueda de las circunstancias y las posibilidades de una situacin. La realidad, el mundo incluidos nosotros, los seres humanos, no est terminada. Ella est an per-ficere; con nuestras manos, an debe ser enteramente- acabada de la mejor manera posible, para que se torne perfecta. Las posibilidades de cada instante son casi inagotables; y quien tenga tan slo un poco de ejercitacin en el uso de la libertad, en la percepcin de los espacios de maniobra y en la utilizacin de la fantasa (creatividad), en absoluto le alcanza una vida para hacer todo lo que le gusta, le interesa, donde se sabe necesario. En el captulo anterior hablamos del peligro de que con su libertad (entendida como falta de compromiso) el ser humano se sienta perdido en un vaco interior y de que se aferre rpidamente a uno de los sucedneos de la libertad. Por otro lado, existe el peligro de que pudiera perderse en la profusin de intereses y posibilidades, y as nuevamente sentirse perplejo. Se est frente al peso de la decisin, hay que decidirse. Se tiene demasiada libertad por tener que escoger entre un gran nmero de oportunidades y posibilidades interesantes y valiosas? A diferencia de la situacin de vaco y desinters, que fue descrita anteriormente, existe ahora un escenario totalmente distinto. No hay ms rastro de aquel vaco, del estancamiento de un vaco existencial. La vida se ha vuelto rica y plena. La libertad del ser humano es la misma; la intensidad y la plenitud con que se vive son, sin embargo, radicalmente distintas. Retengamos: el ser humano es libre de decidirse, y no puede sustraerse realmente de esta libertad. El encargo que va unido al ser libre consiste en diferenciar y decidir. Slo as el ser humano puede abrirse el mejor camino en la confrontacin con la situacin. Se denomina este camino sentido. Por consiguiente, sentido puede ser definido como una posibilidad que se abre ante el trasfondo de la realidad. El sentido siempre es, por lo tanto, un camino enteramente realista, acorde con las circunstancias. Cmo se reconoce y, en qu se ve, cul la que es en cada caso es la mejor posibilidad? Se puede saber si otra decisin no sera mejor? Hay certeza de haber hecho lo correcto? Para poder responder a estas preguntas, es necesario explicitar an ms qu es sentido. Decimos que sentido alude a algo enteramente especfico que es caracterstico para cada situacin particular, cortado a su medida. Lo especial de cada situacin son las posibilidades que la habitan. Ellas cambian y deben ser descubiertas nuevamente en cada situacin. Pero no slo deben ser encontradas, tambin hay que sopesarlas entre s en cuanto a su valencia, ya que no se trata de tomar una decisin cualquiera, sino la mejor posible, la correcta. Como veremos enseguida, existen para ello guas bsicas. Hasta aqu, hemos hablado en relacin a un aspecto del sentido, el que depende de la situacin. En este punto, usted ya se habr preguntado hace mucho si las posibilidades de la situacin no dependen tambin de la persona que est en ella. Con ello se aborda el segundo factor que tiene que ver esencialmente con sentido. No todos aprovechan las posibilidades de igual manera. Una misma realidad es vista y apreciada de distinta manera por el bagaje diferente de dos seres humanos. Los seres humanos se diferencian adems por sus capacidades y habilidades, es decir, por los recursos innatos y aprendidos para la ejecucin de planes, lo que conduce a que las posibilidades de un ser humano representen una imposibilidad para otro. Lo que hay que entender por sentido existencial termina resultando una ecuacin con dos variables. Variables son las condiciones o las posibilidades de la situacin concreta, y variables son tambin las capacidades, propiedades y habilidades de la persona que se halla en esta situacin. Realista es una decisin tan slo si se consideran ambas, las posibilidades de la situacin y las capacidades de la persona, y si se las armoniza. Tan slo piense usted por ejemplo cunta buena intencin pero qu poco sentido tiene si alguien que apenas sabe nadar salta al agua tras uno que se est ahogando e intenta rescatarlo de donde no hace pie. Para l no est abierta la posibilidad que para un nadador socorrista es obvia. Si no obstante lo intenta, entonces la sobreestimacin de las propias capacidades conduce a una doble catstrofe. Quien no sabe nadar debe recurrir en este caso a otras posibilidades, a un bote, un salvavidas, dado que el sentido de la accin es salvar una vida, y no sacrificar dos. Una decisin o un acto tiene sentido slo si a uno le significa algo. Y con esto sea mencionado un tercer componenente, adems de la situacin y la persona. Lo que es indiferente no tiene sentido (lo que no excluye que despus lo tenga, es decir, se vuelva significativo). Ver sentido en una cosa quiere decir que a uno le importa, que hay una forma de relacin con ella (con otro ser humano). En el ejemplo mencionado, rescatar a un ser humano tiene sentido porque conservar la vida es considerado como valioso. Seguramente a uno no le resultara indiferente si otro ser humano, incluso un extrao, se ahogara. Quin podra ah mirar sin hacer nada? Valiosas pueden ser muchas cosas en la vida, y uno se pregunta cmo encontrar el camino en esta abundancia desconcertante y cmo lograr una vida plena de sentido. Por eso el mrito especial de Frankl es haber reunido por primera vez todas aquellas posibilidades cuyo valor incluye el de ser portadoras de sentido. Frankl describe estas tres vas principales hacia el sentido en sus libros y, porque ellas son de gran ayuda para plasmar la vida con sentido, especialmente cuando se lo busca desesperadamente, se las tratar aqu.
1. Valores vivenciales. Como plena de sentido se puede experimentar la vida si en un instante algo es percibido como bello en su policroma, en la variedad de sus formas, en la armona de sus proporciones. Esta vivencia, esta duracin de la vida, est llena de sentido. En absoluto es necesario pensar en el sentido mientras se est entregado a la belleza de la cosa. Una flor, por ejemplo, puede decirle tanto a uno: del devenir y el transcurrir, de la belleza del florecer y tener aroma, de colores y formas. Y cun distintas las experimentamos en la naturaleza, al contemplarlas, al recolectarlas, al cuidarlas. Cunta gracia y alegra puede trasmitir observar un animal: cmo se mueve gilmente, cmo est naturalmente inmerso en su medioambiente! Seguramente usted podra agregar muchas vivencias. Slo hay que observar con suficiente atencin. No slo tenemos vivencias con la naturaleza. Tambin lo creado por el ser humano brinda abundantes oportunidades: arte, deporte, tcnica, ciencia. Aqu est a disposicin una rica oferta que se aprovecha gustosamente. La diversin, la alegra, el placer que experimentamos, no adquieren su estmulo del valor de lo vivenciado? Uno de los valores vivenciales ms profundos es finalmente el encuentro con otros seres humanos. Puede tener lugar en una conversacin, en el trabajo, en una fiesta, al bailar, y especialmente en el amor a un T, donde el otro es captado en la unicidad de su ser. Todos conocen ese tipo de vivencias, pero por qu representan un sentido? Las vivencias se convierten en sentido, primero, cuando las cosas con las que uno se encuentra son bellas en s y, segundo, cuando quien vivencia las acoge y al mismo tiempo participa activamente plasmndolas, reproduciendo internamente su ser. Por medio de esa actividad, acoge en s algo valioso del mundo y se enriquece. Nuevamente, como todo lo que tiene que ver con el sentido, depende tanto del valor de las cosas como del ser humano que se pone en relacin y se involucra con ellas, sin entrega, las vivencias permanecen como plidas circunstancias. Entrega, empero, nunca es pasividad. En ella se da una reproduccin interior de la forma exterior, una incorporacin de aquella pronunciacin de las cosas que las hace tan agradables. Vivencias con sentido reciben su cuo, por ltimo, de la plasmacin personal, en la reproduccin interior, en el pos- vivenciar. Los valores vivenciales son importantes desde varias perspectivas. Por medio de ellos, experimentamos la belleza original de la vida y obtenemos nuestras fuerzas anmicas, las que nos permiten a su vez poder plasmar nuestra vida con sentido en otros mbitos.
2. Valores creativos. El ser humano experimenta su vida como plena de sentido tambin all donde obra creativamente en el mundo. Si los valores vivenciales ayudan a acoger en s algo valioso del mundo y as enriquecerse uno mismo, en el caso de los valores creativos se trata de poner a cambio algo valioso en el mundo, en el que se est momentneamente, y con ello enriquecerlo con algo valioso. Todo crecimiento y todo desarrollo se dan en el intercambio de dar y recibir, en un ciclo de acoger, transformar y volver a dar. Este principio de crecimiento impera en todos los niveles de la vida, en el biolgico (por ejemplo, respiracin, circulacin, alimentacin) tanto como en el psicolgico (en el mundo de los sentimientos y afectos), y por supuesto tambin en el nivel de la decisin y la responsabilidad. En lo que respecta a lo valores creativos, se trata de realizar una obra o de instaurar un hecho. Qu tipo de obra tiene que ser? Con seguridad, cuentan aqu las obras de arte; tambin se debe mencionar los hechos pioneros de la ciencia y la tcnica. Pero en el marco, de las posibilidades y capacidades del ser humano, no debe ser considerado tambin una obra cumbre cuando alguien cra un hijo, realiza su trabajo segn sus fuerzas y concienzudamente, alimenta una familia, provee a una casa, cuida un enfermo, saca su vida adelante? Nunca es lo espectacular lo que transforma una produccin en una obra. Es en primera instancia el compromiso, la seriedad, la entrega, lo que le otorga a un emprendimiento, incluso a uno pequeo, consistencia ante uno mismo, ante la propia transitoriedad. En relacin con esto escribi Frankl una vez: En este aspecto no podra perderse ningn gran pensamiento, incluso si nunca lleg a ser conocido antes de ser llevado con el autor a la tumba. La historia interior de un ser humano, con todo su drama e incluso tragedia, nunca podra haber acontecido intilmente, aun si nunca se reparara en ella, aun si ninguna novela atinara a relatarla. La novela que uno ha vivido es siempre una produccin incomparablemente ms grande y creativa que la que alguien haya escrito (1982). En el caso del realizar humano, no se trata tanto de la grandiosidad de lo realizado cuanto de la integridad del que realiza. Todos nosotros realizamos nuestras obras da a da, tanto en el trabajo como en el tiempo libre. La mayor obra en la que trabajamos constantemente es la de sacar la vida adelante. No se habla con razn de la obra de toda una vida al mirar retrospectivamente la de alguien que se la pas cumpliendo con su trabajo y ahora se jubila? No es acaso la obra de toda una vida cuando los hijos se van de casa y siguen su camino autnomamente? Los valores creativos no slo se refieren al plasmar con sentido al inventar, es decir al realizar y al crear lo nuevo, sino que, ms all de lo puramente material, se meten profundamente en el mbito del acrisolamiento humano. Se alude as a aquellas situaciones en las que un ser humano, con su accin, con su decisin, con su valiente tenacidad, contribuye a la conservacin de un valor o respalda una idea. Para un ser humano, puede ser extremadamente sensato fortalecer a un grupo unindose a l o, abandonndolo, manifestar una opinin distinta. Es uno de los grandes actos del ser humano ponerse delante de otro protegindolo, ser de ayuda cuando alguien tiene un impedimento, arriesgar el propio trabajo por la verdad. Al comprometerse por algo o alguien, el ser humano realiza un servicio a un bien y a su vez es colmado por este bien. stos son los dos caminos por los que el ser humano marcha por la vida. Sus capacidades originarias para plasmar la vida con pleno sentido se posan sobre estos dos pilares. Vivenciando y realizando, debemos cultivar nuestra vida. Qu pasa, sin embargo, con la vida que, por una enfermedad o el destino, se encuentra tan limitada que en su cautiverio ninguna de las dos resulta posible? All, dnde se puede buscar an un sentido?
3. Valores de actitud. El ser humano est por naturaleza mal equipado para situaciones desahuciadas, sumamente difciles. No sorprende, por ello, que nos resulten muy arduas. Pensemos tan slo en qu difcil es afrontar la muerte de un ser querido. Cun desamparados podemos estar de repente, cuando tenemos que vrnosla con el diagnstico de una enfermedad incurable! Nada nos fue dado desde la cuna para poder enfrentar el sinsentido de semejante sufrimiento. No ayudan ni nuestras manos ni nuestra inteligencia. No tenemos a mano nada ya listo con lo cual poder eliminar efectivamente semejante sufrimiento. Por otro lado, una y otra vez vemos seres humanos que asumen con una grandeza impresionante un golpe del destino, un sufrimiento grave o incluso la propia muerte. Posiblemente, dir usted ahora, a ellos los ayud su fe. Ella los hizo fuertes, ella los hizo resistir. Aquellos seres humanos en quienes eso es aplicable quizs ya se hayan convertido en maestros de vida. A ellos apenas se les podr decir algo ac. Y para todo creyente es de esperar que su fe le pueda brindar sostn en las horas difciles de su vida. Pero qu sucede cuando la fe no se sostiene? Si aparecen dudas y desesperacin? Qu pasa con aquellos seres humanos que no profesan ninguna confesin, que no creen en ningn Dios? Cmo pueden sobrellevar el sufrimiento? El anlisis existencial y la logoterapia de Frankl intentan mostrar aquellas posibilidades que estn abiertas para todos los seres humanos, independientemente de que sean creyentes o no. Como orientacin psicoteraputica, naturalmente no pueden hacer ninguna afirmacin teolgica. Ni siquiera cuestionaran su valor o la posicin de un creyente; al respecto, dejan todo abierto y todo cerrado. No ingresan en absoluto en el plano de la fe, pero tampoco obstruyen el acceso a ella. Qu puede hacer el ser humano en vista de la atrocidad del sufrimiento debido a la fatalidad, en el que no hay nada ms que modificar y nada ms que evitar? Sus manos estn atadas, sus sentidos estn sordos. Se sume en la impotencia frente al destino inexorable, y es esta conviccin de no poder hacer nada ms la que transforma lo grave en tragedia; dado que, donde no poseemos ninguna libertad ms, ah cesa tambin nuestro ser persona. Puede uno imaginarse algo ms inhumano que experimentar una prdida exterior que deba ir acompaada de la liquidacin total de la existencia personal? Y, en esta situacin realmente somos refractarios a todo tipo de influencia y estamos entregados totalmente al destino? Sentimientos de impotencia son efectivamente un componente firme del shock posterior a un acontecimiento fatal. La mujer que despus del fallecimiento de su marido haba quedado sola con cuatro hijos poda decir mucho al respecto. La conmocin la condujo en los primeros tiempos hasta el borde del desmayo. Con el tiempo y la ayuda de sus amigos, lentamente tom concienciase hizo consciente de dos cosas. Por un lado, se dio cuenta de que ahora, despus de la muerte de su marido, slo depende de ella sacar adelante a los cuatro hijos, lo que al principio tuvo la sensacin de que era imposible. Lentamente el panorama se fue aclarando, y se vio un nuevo camino alrededor del crter que el destino haba abierto justo en medio de su camino hasta ese momento. Ella vio no slo la posibilidad de criar sola a los hijos (cosa que logr hacer), sino que vio mucho ms. Vio una necesidad, una tarea que la esperaba y que nadie mejor que ella poda cumplir. Por otro lado, aprendi lentamente a aceptar la muerte de su marido. Se trataba slo del acostumbrarse a su ausencia? Haba sucedido algo mucho ms importante. Haba aprendido a ver que su marido, a travs de ella, poda seguir viviendo, si ella en su espritu continuaba su propia vida y si criaba a los hijos en el sentido de l. Su marido no seguira viviendo as de alguna forma en los hijos? En su duelo, haba notado que no haba debido despedirse totalmente de su marido, encontr una cercana ms ntima a l. En vez de tener que renunciar a l, ella haba internalizado su persona. Por su propio sufrimiento, ella se haba vuelto totalmente otra y comenz a integrar ms conscientemente el vnculo con su marido fallecido a su vida cotidiana. La seora B. experiment impotencia cuando se le comunic que tena un cncer inoperable. Qu habra podido hacer contra eso? Casi al mismo tiempo, se enter de que dos de sus hijos planeaban un viaje a Amrica del Sur. Enseguida supo de por lo menos una posibilidad de manejarse con su enfermedad: se decidi a ocultarles su enfermedad, ya que saba que los hijos no habran aprovechado la oportunidad nica de ese viaje si se hubieran enterado del estado de su madre. Ella reconoci enseguida la posicin clave en la que haba sido puesta por la enfermedad. Vio que dependa de ella posibilitarles el viaje a los hijos, a despecho de la enfermedad, o impedrselos. Resolvi no permitir que la enfermedad determinara todo (y as adopt por primera vez una posicin contra ella). Por lo menos en este punto, haba podido refrenar la enfermedad. Y en todo su sufrimiento por la enfermedad, que ya se haba hecho presente, haba siempre una reparacin oculta en acciones de este tipo, al haberle encontrado un para qu al sufrimiento. La vida de muchos seres humanos muestra que nunca estamos absolutamente entregados a un destino. A pesar de su carcter de inevitable e inmodificable, siempre existen posibilidades de obrar ms all de l; suponiendo que uno no se obstine en una exigencia que pretenda que el destino vuelva atrs lo inexorable. Ya que se desvanecen todas las otras posibilidades si se les antepone una condicin de cumplimiento imposible. En relacin con golpes del destino, posiblemente sea el mayor de los peligros sumirse (secundariamente) en la tristeza. sta conmueve porque constantemente se tiene presente todo lo que podra ser distinto, lo que habra podido ser ms lindo y mejor, tan slo si el destino no Como si la vida consistiera en que uno siempre puede escoger todas las condiciones de acuerdo con lo planeado! El destino a veces le cierra a uno una puerta, pero le deja una ventana abierta, como dice el dicho popular. Slo que no hay que considerar que es indigno de uno usar la ventana... Confrontado con la fatalidad y la propia falta de libertad para poder modificarla, cuenta menos de qu se sufre, eso se vuelve secundario, ya que est totalmente fuera de mi posibilidad de influir. Lo ms importante se vuelve entonces la decisin asumir el sufrimiento, o intentar lo imposible, sustraerme al destino (negacin, aturdimiento, adiccin, suicidio)? A m, y exclusivamente a m, me corresponde hacerme cargo del tipo y el modo de sufrir y de asumir el vnculo o el valor por el que, a pesar del sufrimiento, quiero conservar mi vida, incluso soportarla. Por qu cosa sufro es de lo ms ntimo en mi vida. Qu, si no la esencia de mi persona, se expresa en esta actitud? Porque el sufrir es parte de la esfera ms ntima del ser humano, no debe ser utilizado para representar el papel de hroe. En el sufrimiento, slo se trata en principio de permanecer uno mismo. Entretanto debera haberse tornado claro cmo, a travs de la actitud ante el destino, incluso en situaciones difciles, es posible dar sentido. La libertad exterior nos ha sido quitada por el destino. Sin embargo, sa no es la nica. Nos queda la libertad de adoptar una u otra actitud frente al destino: la de entregarnos a l sin luchar o la de arrebatarle su influencia determinante. No puede acaso desarrollarse desenvolverse as el ser humano nuevamente de manera personal (incluso si otros no lo notan)? No se expresa acaso, eEn su actitud posicin ante lo inexorable, no se expresa acaso su posicin actitud sobre el valor de toda la vida? Si esto es as para l, y yo no dudo de ello, no se muestra acaso en estas horas de la verdad aquel valor que en ltima instancia soy yo, se que representa la causa el fundamento de la dignidad?
Captulo 4 Sentido, la brjula hacia una vida lograda
La vida siempre tiene a disposicin posibilidades de sentido. El sentido tiene valor de para sobrevivenciair. Nueve descripciones detalladas de sentido y hallazgo de sentido. La postura clave para hallar sentido.
Aunque la vida es imprevisible e inslita, en cada caso y en cada situacin tiene a disposicin un sentido. En el captulo anterior, se describieron los caminos a travs de los que se puede encontrar sentido: vivenciando, por medio de la entrega a una cosa o a otro ser humano; realizando, por medio de la dedicacin a una obra, una tarea o a un ser humano. Los valores vivenciales y los creativos son los recursos con los que plasmamos nuestra vida con pleno sentido. En ambos casos, el sentido es una forma de la entrega a un valor. Donde esto no es posible, donde se ha perdido nuestra capacidad de trabajar y disfrutar, all, a pesar de toda iniquidad, se abre an una nueva posibilidad: a travs de nuestra actitud, extraerle a la vida el sentido ms personal. Si es relativamente sencillo disfrutar de algo bello o hacer algo con sentido, entonces hay un mrito especial de la persona en la manera en la que sobrelleva lo duro del destino y en la que supera la desesperacin cercana. 2 En la medicina actual, se piensa frecuentemente que la salud consiste en que el ser humano sea capaz de disfrutar y de trabajar. En esta idea, falta aquella dimensin que pone la madurez y la grandeza del ser humano en el centro: cuando un ser humano no se deja avasallar por el destino, cuando desarrolla la capacidad de oponerle resistencia y de permanecer erguido ante s mismo, cuando ha adquirido una capacidad de sufrir. Las tres vas principales hacia el sentido contienen la afirmacin increble de que la vida alberga posibilidades de sentido en toda circunstancia y hasta el ltimo respiro. En la vida no hay ninguna situacin imaginable a la que por lo menos una de las tres vas no pueda acceder. Todos los puntos de la vida, incluso en las ramificaciones ms extremas y sutiles de una existencia individual, estn conectados a estas vas del sentido. Yo mismo me he podido convencer a menudo de la esperanza, la confianza y la fuerza que conlleva saber esto, en el caso de muchos seres humanos con quienes entr en contacto en las situaciones ms diversas y difciles. Con frecuencia, encuentro seres humanos que estn hartos de su vida (actual) y piensan en suicidarse. Y todos tienen razones suficientes para querer quitarse la vida. Quin no pensara por momentos en ponerle fin a la vida cuando ha sido atribulado por una serie de desilusiones, cuando algo a lo que l est
2 (Si usted desea leer ms detalladamente acerca del valor de la actitud y del posible sentido que se le puede ganar al sufrimiento, puede remitirse a los siguientes libros de Frankl: El sufrimiento de una vida sin sentido, Direccin espiritual Pastoral mdica, y de manera especialmente detallada en Homo patiens, que fue reimpreso en el libro El hombre doliente.)
especialmente apegado fracasa o cuando una enfermedad fsica o mental estrecha demasiado el espacio habitual de vida? Pensar en suicidarse es comprensible en algunas situaciones de la vida. Lo que los seres humanos no ven ms en tales situaciones es exactamente lo que antes denominbamos el significado potencial de la vida. Ah, alguien puede ver todava posibilidades de extraerle sentido a la vida? A quien anda seriamente con la idea de suicidarse le falta en ese momento el contrapeso decisivo para sus pensamientos. Siente que no da ms porque ya no ve ninguna posibilidad viable. Se encuentra ante el vaco absoluto de sentido vital, y ah est la razn ltima y ms propia de por qu surge el peligro de suicidio a partir de una situacin grave. En su estrechez y desesperacin, l cree que no hay nada ms de lo que se pueda asir. En su impaciencia, no ve nada ms en lo que l todava se pueda desarrollar. Sin embargo, las posibilidades estn ah, para todo ser humano. El sentido no slo transmite un valor vital, sino que tambin se manifiesta siempre como un significativo valor para sobrevivir significativo. En l se reconoce la direccin que conduce la vida hacia un valor, al mximo valor dadas las circunstancias. En este punto, es necesario dominar mejor an el difcil concepto de sentido. Para tal fin, se brindarn algunas descripciones detalladas de sentido y se clarificarn malentendidos que, segn la experiencia, suelen aparecer. Preguntmonos, por lo tanto, una vez ms qu quiere decir vivir con pleno sentido o, simplemente, vivir con sentido.
1. Si lo llevamos a un denominador comn, vivir con pleno sentido quiere decir: realizar la tarea que corresponde. La tarea puede ser no hacer nada en esta hora, descansar o escuchar msica, disfrutar de una buena comida. En el momento siguiente, la tarea puede consistir en prestar una ayuda necesaria o dedicarse a un trabajo. Vivir con pleno sentido quiere decir extraerle el mejor valor posible a una situacin y realizarlo. No un valor cualquiera, sino aquel que se capta como el mejor valor segn el propio y verdadero saber y entender. Sentido es, por lo tanto, lo que en realidad debemos hacer ahora. En lugar de sentido, tambin se puede hablar de lo debido en cada caso. Es algo que todava no es, algo que justamente yo tengo que realizar. La posibilidad de sentido es siempre una oferta o un desafo del momento para el futuro. El sentido contiene por eso un programa de accin que est adaptado a la realidad, en el momento dado, de la mejor manera.
2. El sentido nNo se puede ser proporcionardado sentido. Los padres no pueden prescribirle al hijo cul debe ser su sentido; el jefe no se lo puede imponer a su empleado, ni el mdico a su paciente. No se puede ni dar ni decretar sentido; ste debe ser reconocido, debe ser encontrado. Todo lo que tenga sentido hay que enhebrarlo en el ojo de la aguja del conocimiento personal; cada persona por s misma debe captarlo y sentirlo en su vala, en su necesidad o en su fascinacin. De qu se trata cuando por m mismo no puedo decir S, hacer eso es bueno? Qu pasa cuando mis superiores me lo exigen, cuando mis padres me lo indican? Lo que en cuanto a su significado pueda ser claro para algn otro, representa para m, si yo no lo veo as, un encargo ajeno, una orden o una coaccin. Sentido, nunca es una coaccin. Lo que autnticamente tiene que ver con sentido nunca es un T debes!. El sentido es un hijo de la libertad. Que yo me d cuenta del sentido de una cosa no es algo a lo que se pueda obligar. Pero si yo lo he reconocido, tampoco se puede anular; incluso si me opongo y no lo realizo, sigue siendo sentido (reconocido).
3. Lo que se puede reconocer mirando y encontrar hallar buscando, deba estar ah ya antes. Y realmente las ofertas de sentido estn en el mundo, que me pone en las manos las posibilidades, el material (en forma de situaciones, tareas y valores) para trabajar. 3 Lo que en el mundo es percibido como sentido es una posibilidad entrelneas de la realidad. Es lo que nos llama, lo fascinante que nos asombra y admira, lo que me conmueve al ver las montaas en la incandescencia de un
3 (ver Lngle, 1985, pp. 82 y ss.).
atardecer o al estudiar un tejido celular en el microscopio. El valor creativo del entrelneas de los objetos es aquella tarea que no se ha realizado y para la que yo ahora estoy siendo necesario, para la que hago falta. Por medio de mi obrar, puedo hacer realidad una posibilidad valiosa que est latente en una situacin. Preguntmonos por un momento qu es lo oculto que puede ser descubierto detrs de una situacin dolorosa. Porque tambin en el sufrimiento se trata de algo, este a saber, es de una postura actitud con la que se pueda mantener el influjo del destino dentro de sus lmites. Pero no se trata slo de la posturaactitud; en cada sufrimiento se trata de un para qu que debe ser encontrado atravesando el sufrimiento. Se trata de otro ser humano, de un Dios, o por lo menos de conservar la libertad de la postura actitud y la dignidad de la propia persona ante el influjo destructor del destino. . El sentido que se puede aprovechar para salir de situaciones sin escapatoria est en cmo manejarse con ellas, en para qu sobrellevarlas. Cuanto ms difciles las circunstancias, tanto ms profundo permanece oculto el sentido entre ellas. Y tanto ms debe arder en nosotros el para qu, para extraer esa informacin aunque ms no sea en la forma de una sospecha, como el mineral de la roca estril.
Sentido siempre es una lo que llamademanda, en una doble acepcin de la palabra: interesando pidiendo (llamar la atencin) y demandando exigiendo(llamada de atencin). Con la respuesta correspondiente a esa demanda, se incorpora una porcin ms de vida al tejido de la personalidad.
4. Ver un sentido quiere decir captar una totalidad. De lo fragmentado se establece un contexto por medio de una cinta anmica que se nos presenta con la invitacin franca a meternos en ese contexto de sentido. De lo no vinculante surgen vnculos, vnculos a la situacin, a la cosa, a un ser humano. Sentido es en ltima instancia el cobijamiento de la existencia, en el que una y otra vez podemos poner a salvo nuestra vida. Porque sentido como la respuesta a la pregunta para qu? siempre remite ms all de las estrechas circunstancias, a un contexto futuro y mayor desde el que entonces s se las puede entender. Formalmente para nuestras reflexiones no juega ningn rol si el ltimo, el mayor contexto en el que un ser humano cree estar, lo ve en Dios o en otra cosa; por ejemplo, en la comunidad o en una idea. Para el vnculo de sentido, es importante tan slo ser conscientes de que nosotros nos podemos entender slo en contextos. Hace muchos aos, o una historia que ilustra bellamente cun diferentemente distinta lejos amplitud puede llegar a teneserr el radio de la vnculo relacin de sentido en el que se puede ver una misma situacin. Por eso la quiero relatar aqu. En plena Edad Media, un hombre segua su camino por una calle polvorienta. Donde encontraba seres humanos, se detena y les preguntaba en qu trabajaban y para quin lo hacan; porque desde haca un tiempo l ya no saba nada ms de su vida, no saba ms qu hacer ni para qu. Cansado de reflexionar, se march para escuchar de otros seres humanos qu los impulsaba. De esta manera, quera enterarse desde la experiencia de sobre lo que se le haba perdido. Entonces se top con un hombre que estaba sentado a la vera del camino y encorvado golpeaba una piedra. El caminante se detuvo y lo observ largamente. Dado que no comprenda lo que haca, le pregunt: Amigo, desde hace rato te observo golpeando esa piedra con destreza. Slo que no atino a comprender. Amigo, a m, un extrao y un lego en tu artesana, me puedes revelar qu es lo que ests haciendo? Sin detener su actividad, el hombre murmur malhumorado a travs de su barba: T ests vindolo, golpeo piedras. El hombre sigui caminando con pensamientos sombros. Qu vida es sa... pens..., golpear piedras todo el tiempo? Dado que su confusin era ahora an mayor, consider una suerte que poco despus volviera a ver a un hombre sentado que aplicadamente golpeaba una piedra de la misma manera que antes lo haca el otro hombre. El caminante se dirigi a l y enseguida le pregunt: Amigo, para qu golpeas esta piedra? El hombre, algo asustado por la pregunta inesperada, contest despus de vacilar: No ves? Hago piedras angulares! Afectado por su desconocimiento, continu el caminante su camino. La desesperacin creca en l, dado que no poda contentarse con lo que haba visto. Consista toda la felicidad de la vida en golpear piedras o hacer piedras angulares? Sumido en la pena de su corazn, casi no ve que haba pasado nuevamente al lado de un hombre. Tambin ste estaba sentado a la vera polvorienta del camino y golpeaba una piedra al estilo de los otros dos hombres. El caminante se detuvo y comprob lleno de asombro lo que haca este hombre. Despus de haberse convencido de que tambin este hombre con la misma habilidad simplemente golpeaba una piedra, fue lentamente hacia l y, dirigindole las palabras que ya no poda retener, le pregunt: Amigo, dime, qu ests haciendo? Tambin t slo golpeas piedras, o incluso haces piedras angulares? No, respondi el hombre y se sac la transpiracin de la frente. Acaso no ves? Yo construyo una catedral!
5. Es evidente que una vida plena de sentido est en otro nivel que la comodidad, el arribismo o el bienestar. El sentido sobrepasa el nivel de los recursos que propiamente no representan la finalidad ltima. Bienestar, para qu? Por el bienestar en s mismo? El sentido tampoco es una seguridad que le promete a uno tener una vida lo ms agradable posible por el camino ms sencillo. En lugar de ser una cmoda pliza de seguros, el sentido se presenta como un desafo vinculado con todo el riesgo que deben asumir empresas de cualquier envergadura. Es tambin el curso que mantiene un barco siguiendo a su brjula y que queda confirmado recin posteriormente, cuando se ha alcanzado el puerto de destino. La direccin emprendida no es, como tampoco el sentido, una garanta para la seguridad del barco, sino que contiene tan slo una esperanza de la meta por la que incluso se abandon un puerto seguro. Sentido es el curso de la vida para un determinado perodo. Siguindolo, se toma la huella en direccin a algo digno de ser vivido, se la toma a cargo. Y, como todo viaje est lleno de sorpresas y por momentos de privaciones, as tambin sucede con el sentido. Que privaciones sean parte del estar en camino, es considerado a menudo como innecesario, porque le son atribuidas a la propia torpeza. La realidad como la tierra de Jauja? Si yo pienso en mis propias vivencias y actividades, por las que fui viviendo mi vida de a tramos, entonces no recuerdo ni una satisfaccin que no est vinculada a un esfuerzo. De la ocupacin con el arte, la literatura, los idiomas o los pases, obtuve profundas satisfacciones. Pero, cunto trabajo lleva dedicarse a una inclinacin y ocuparse realmente, interesadamente, de algo? Cunto esfuerzo realic con gusto, incluso habiendo rezongado a veces? Y as me pas tambin repetidas veces en el caso de los valores creativos, como los hemos llamado. Incluso las actividades ms interesantes pueden incluir un tramo en el que hay que resistir arduamente, en alguna parte, en el medio, despus de que afloj el primer estmulo, y el xito an no se alcanza a ver. Esto fue as en todos los grandes proyectos, en la carrera como en el doctorado, cuando yo ya quera estar listo y an no lo estaba, y vuelve a ser as cuando escribo un trabajo grande o simplemente pinto un cuarto. Seguro que podra haberme organizado de una manera ms cmoda en la vida, y podra tener algunas cosas de una manera ms barata. Pero justamente hay una diferencia entre recorrer un pas viajando o slo conocerlo por folletos.
6. El sentido para siempre, se no lo captamosconcebimos. El sentido para nuestra vida no lo podemos poseer. A lo que nos referimos con sentido es siempre una posibilidad concretamente captable concebible y realizable. Qu forma tiene el sentido concreto? Siempre nos sale al encuentro con el ropaje de situaciones concretas. De manera que el sentido cambia con cada modificacin de la situacin; de un momento para el otro ya se puede tratarse de algo totalmente distinto. Vivir con pleno sentido quiere decir flexibilidad en la percepcin de los valores. La siguiente cita pretende subrayar, una vez ms, cun intensamente se mezclan en el concepto de sentido, lo individual de la persona con lo concreto de la situacin: Sentido es, por lo tanto, en cada caso el sentido concreto de una situacin concreta. En cada caso es la exigencia del momento. Pero, remitida en cada caso a una persona concreta. Y de la misma manera como cada situacin particular es algo nico, exactamente as cada persona particular es algo nico. Cada da, cada hora aguarda, por lo tanto, con un sentido nuevo, y otro sentido aguarda a cada ser humano. Entonces hay un sentido para cada quien, y para cada quien hay un sentido especial. De todo esto resulta que el sentido de lo que ah se trata debe cambiar tanto de situacin a situacin como de persona a persona. Pero l es ubicuo. No hay situacin en la que la vida deje de ofrecernos una posibilidad de sentido, y no hay persona para la que la vida no tenga una tarea a disposicin. La posibilidad de cumplir un sentido es en cada caso nica, y la personalidad que la puede realizar es en cada caso nica (Frankl, 1985). De la orientacin hacia lo correcto de cada situacin (haciendo lo mejor posible de cada situacin y creando las mejores condiciones para las siguientes situaciones), resulta la totalidad de sentido de nuestra vida. Piedra a piedra, puestas a plomo, se construye la casa. Paso a paso, se recorre el tramo. La direccin del curso bsico es hallada por un rgano perceptivo interior, una plomada interior por as decir. Una sensacin sentimiento de lo que es correcto, una profunda e interior ciencia profunda, interior (conciencia) nos da a entender, independientemente de toda racionalidad y toda ciencia aprendida, qu es lo que hay que hacer justo en esta situacin, para experimentar, crear o conservar lo bueno en ella. Esta sensibilidad personal despeja el camino hacia una plenitud de vida, de otro modo inexplorada. Sentido es algo que nos atae da a da, incluso si no hablamos de eso o si no reflexionamos a propsito sobre el sentido, como lo hacemos en situaciones excepcionales de la vida. Que sentido es un asunto de todos los das, que tambin all se trata de posibilidades de sentido (la mayora de las veces, pequeas y en absoluto de mucho peso), es lo que pretende demostrar la siguiente historia de la vida cotidiana. Tiene su peligro relatar algo cotidiano, dado que la expectativa del lector est dirigida a lo especial. En este caso, lo especial se encuentra en usted, en su cotidianidad, que tal vez pueda ser plasmada despus ms conscientemente por medio de sus reflexiones, al leer esta historia. El seor B. relata en rueda de amigos una noche llena de obstculos. En medio de los preparativos para el siguiente da de trabajo, su mujer lo llama a cenar. Realmente, qu tarde que se hizo! Pensar en los nios, que pronto deban irse a la cama, lo hizo interrumpir su trabajo y se uni a la familia; bastante tarde, como pudo comprobar, dado que los nios enseguida lo bombardearon con preguntas y deseos que se haban acumulado a lo largo del da. Qu podra haber hecho distinto? A pesar de que l no quera otra cosa que prestarles atencin, y maana nuevamente todo el da... Son el telfono: un amigo de negocios. Si ellos hoy a la noche... Imposible, justamente ahora que tengo tanto que hacer... A propsito, muchas gracias por tu ltima carta con los amables consejos. Realmente, deberamos encontrarnos lo antes posible. Qu tal la prxima semana?, yo estoy de todas maneras en... La comida estaba sabrosa. No haba notado en absoluto que tena tanto apetito. Fue a buscar una botella de cerveza y, mientras l terminaba la comida con ganas, los esposos intercambiaron las novedades del da. En realidad, l quera seguir trabajando despus de la cena, ya que las reuniones urgan y eran importantes. Pero la comida le haba dado sueo. Encendi un cigarrillo y se sent junto a su mujer en la sala. Ella lea una novela y l tambin se alegr de distenderse unos minutos leyendo. Se haba colgadoobsesionado leyendo un artculo. Se puso de pie de inmediato en cuanto mir el reloj y fue rpidamente al escritorio. Se necesitan unos minutos hasta que uno se vuelve a meter bien en el trabajo, pens, cuando de repente, de manera totalmente desacostumbrada para esa hora, son el timbre de la casa. Era unUn conocido que pasaba ocasionalmente. Entr con tanta determinacin que el seor B., sorprendido, no atin a proponerle que viniera otra noche, como tena en mente. Vengo de una reunin muy larga, necesito imperiosamente un whisky! Bueno, est bien, pero... Estoy mal. Contrariado y ofuscado interiormente, B. lo invit a pasar a la sala de estar. Seguramente ya era medianoche, y qu hora llegara a ser! Me acaban de despedir cont el visitante. En sus ojos aparecieron lgrimas. Un rato antes haba pensado en suicidarse, entonces se acord de B. Sin pensarlo mucho, vino. Recin ahora se empieza a dar cuenta... B. le pregunt cmo sucedi el despido. Pensaron Reflexionaron sobre qu se deba hacer en los das siguientes. l necesitaba dinero. B. se lo dio. Despus de una hora, B. le pidi a su conocido poder regresar a su trabajo. Ya aclaramos todo por hoy. Si algo sale mal, llmame! Lo despidi y regres a su escritorio. Era muy tarde, estaba muy cansado. Simplemente no debera haber atendido cuando son el timbre? Debera haber despachado al conocido ms rpidamente an, haberle preguntado enseguida si necesitaba dinero, y haberle contado del trabajo urgente que tena? Qu tipo de ser humano sera si no se hubiera involucrado a su manera? Lo empezaron a ocupar preguntas por el estilo. Entonces se dio cuenta de lo que antes haba sentido intuitivamente. No, por ms inoportuna que hubiera sido la visita, s era correcto cmo haba obrado. Incluso no pudiendo concluir los preparativos esa noche... Hasta aqu la historia de B., mi conocido. Por cierto, no es tan cotidiana, ya que por suerte un amigo con la idea de suicidarse no pasa todos los das. Pero la historia podra haber sido tan cotidiana que no valdra la pena relatarla, si B. por la sorpresa se hubiera cerrado; si no hubiera abierto, si enseguida le hubiera mostrado la puerta a su conocido y por su brusquedad no se hubiera enterado de la idea de suicidarse. Quien est dispuesto a abrirse encuentra que en toda situacin, como en la noche descrita, hay cosas de valor que hay que experimentar, crear o conservar. Y siempre se trata de obrar de modo que incluso a posteriori podamos reivindicar todo. Aunque la satisfaccin no siempre pueda consistir en haber hecho algo perfecto, s puede ser por lo menos el reconocimiento honrado de que no se lo podra haber hecho mejor.
7. As de difcil como puede ser, por un lado, captar lo correcto que hay que hacer en una situacin, as de poco depende, por otro lado, del coeficiente de inteligenciaintelectual. El sentido no se inventa. El pensamiento reflexivo puede ser incluso un obstculo en el camino al sentido, cuando es utilizado como mecanismo de defensa para borrar lo que se siente ntimamente, racionalizndolo. Lo que representa un sentido me capta totalmente, lo siento y lo percibo ya antes de que lentamente se me vuelva consciente. La seora N. est a los comienzos de los cuarenta. Tiene un largo camino tras de s en la historia del desarrollo de su personalidad. Fue educada muy apegadamente a tradiciones convencionales. De eso se haba podido liberar finalmente. Por sobre todo, haba ledo mucha bibliografa correspondiente a la represin de la sexualidad en general y de la mujer en particular. Despus de una primera experiencia, sorpresivamente placentera, con un hombre extrao, descubri finalmente que poda ser ella misma en la sexualidad libre, y no en el matrimonio convencional en el que viva. Secretamente y sin que su marido y sus hijos ya crecidos se enteraran, se entreg a aventuras erticas tan a menudo como pudo. Desde haca un tiempo, sin embargo, esto no funcionaba tan bien: tena sentimientos de culpa. Especialmente frente a su marido, quien en el ltimo tiempo se esmeraba mucho ms por ella. Pero ella sigui secretamente su camino de autoencuentro. Cuando despus de unas semanas los sentimientos de culpa se le tornaron demasiado molestos, busc a un psicoterapeuta para que la liberara de eso. En ese momento, ste le hizo ver cunto necesitaba ella estas aventuras para soltarse finalmente frente a los otros seres humanos y su imagen parental internalizada. Ella lo comprendi enseguida y desde aquel momento y por un largo tiempo fue finalmente libre de poder dar rienda suelta a mis inclinaciones y con ello a m misma. Tuve suerte de haber encontrado un terapeuta que me pudo liberar de mi culpa, porque l aprob lo que yo haba empezado. No caben dudas: esta mujer perciba exactamente lo que deba hacer, pero no lo quera saber. Ella senta culpa, pero no quera registrarla. Lea mucho para justificarse. Quera que su terapeuta la absolviera formalmente de su culpa (haciendo que l caracterizara estos sentimientos como un resto de una neurosis no tramitada) y se armaba una teora del autoencuentro, que se le haba transformado en una ideologa. A pesar de toda su destreza, se volvan a presentar estos malditos! sentimientos. Con la razn, no se poda ms con ellos. Para la logoterapia, nunca se trata de condenar a un ser humano, pero tampoco puede justificarlo. Ambas cosas slo las puede hacer el ser humano ante su propia conciencia o por medio de una religin aceptada por l. Que esta mujer hubiera obrado as era totalmente comprensible en el trasfondo de su biografa. Su manera de proceder, empero, no era la nica posibilidad que tena a disposicin. Su comportamiento no resultaba inexorablemente de su pasado. De lo que haca, era responsable slo ella, aunque no lo fuera de los errores cometidos en su educacin. Su camino ella lo haba elegido intencional y conscientemente. A pesar de toda la comprensin que ella misma aportaba a su situacin, no poda absolverse por eso de la culpa sentida. La seora N. repeta ahora ella misma aquellos errores que les reprochaba a sus padres: sofocar los sentimientos autnticos. El sentimiento que emerga nuevamente y ahora tan persistentemente, de haberse hecho culpable por las muchas aventuras amorosas ante su marido y ante s misma, no era justamente producto de la educacin. Era ella misma la que haba empezado a resistirse contra su propia represin. Porque estaba a punto de realizar un aborto anmico con su juicio perspicaz y con su inteligencia aguda. Con mucha mayor frecuencia, se percibe el sentido de una situacin vital intuitivamente, es decir espontneamente, que reflexionando conscientemente y pensando mucho. Hacer valer como autntico slo aquello de lo que el ser humano tiene es plenamente conscienciate sera una arrogancia intelectual de la que caera vctima la dimensin humana, dado que las antenas del ser humano alcanzan mucho ms all de aquel terreno enteramente cuantificado del que ha tomado posesin intelectualmente.
8. Todo ser humano puede encontrar sentido independientemente de su cociente coeficiente intelectual y de su edad, en tanto y en cuanto sea capaz de tomar decisiones, por ms simples y poco sensacionales que ellas sean (desde afuera, tal vez completamente inadvertidas). No necesita ni siquiera sus cinco sentidos, dado que el rgano del sentido (Frankl) es una sensibilidad interior para lo correcto, es lo que tambin se puede denominar conciencia. Obrar a conciencia es posible a cualquier edad, con cualquier inteligencia; es posible independientemente del gnero o de la religin, incluso de cualquier confesin. Numerosas investigaciones empricas corroboran (ver por ejemplo Frankl, La pregunta por el sentido en la psicoterapia) que la capacidad de hallar sentido es parte de lo ms propio del ser humano. Edad, experiencia, educacin, trasfondo cultural, nivel de formacin, estructura de carcter, vnculo religioso o inteligencia son parte del sistema de condiciones en cuyo marco se abren la libertad y la responsabilidad para hallar sentido como la posibilidad adecuada para esta persona en esta situacin.
9. El sSentido tiene numerosas facetas. Algunas que se revelan como especialmente tiles e importantes para manejarse prcticamente con sentido, han sido mostradas en las descripciones precedentes. Ahora nos apartaremos de la diferenciacin y, para finalizar este captulo, buscaremos una llave con la que se puedan abrir todas las puertas a las posibilidades de sentido. En este libro se ha sealado repetidamente que el sentido representa una ayuda para orientarse, de la que se puede esperar que le muestre a los seres humanos la direccin hacia una vida plena y lograda. Si ste es efectivamente el caso, entonces debe haber, independientemente de todas las reflexionesn acerca del sentido (y sta ellas llenan muchos libros), un concepto simple segn el cual sea posible una vida plena de sentido en todo momento. Decimos que en cada caso el sentido no est en nosotros; hay que buscarlo. Sentido es justo lo que hay que hacer de manera adecuada y considerada a cada situacin. Todo esto ya lo hemos escuchado. Entonces, seguimos preguntando: cmo reconozco lo que hay que hacer? Y encontramos que es percibido como llamar la atencindemanda, como lo que llama la atencinpide y (/o) como llamada de atencinlo que exige, como algo fascinante o como algo necesario. Bueno, dirn algunos, lo que se siente as no es ni de lejos algo comprobado! Es cierto, pero qu se habra ganado con ello? Ms all de la imposibilidad de semejantes pruebas, ellas son innecesarias dado que un sentido realmente reconocido y sentido ya representa lo ms certero. A ir ms all de la falta de entusiasmo y de decisin, no ayuda ninguna prueba. Depende esencialmente del valor de la cosa de la que se trata. Sin embargo, si lo ms certero se justificar finalmente, eso deber demostrarse, se manifestar en el desarrollo de la vida. En toda vida plena de sentido, subyace una postura actitud clave muy determinada: es la postura actitud del permitir preguntarse. Existir quiere decir estar entre signos de pregunta cuestin, ser-preguntado. Vivir quiere decir dar respuesta, responder las preguntas de cada momento particular. Frankl escribe que a la pregunta por el sentido de la vida hay que darle un giro de 180 grados para que se la pueda responder en su origen. Es la vida misma la que le hace preguntas al ser humano l es a quien la vida le pregunta, quien debe responder a la vida y responder por la vida. Pero las respuestas que da el ser humano slo pueden ser respuestas concretas a preguntas vitales concretas. En la responsabilidad por la existencia acontece la respuesta que se le da; en la existencia misma consuma el ser humano el responder a sus propias preguntas (Frankl, 1982). La clave para el sentido es la apertura del ser humano, radica en el orientarse hacia la vida. Hemos nacido, por cierto, en un mundo que es cualquier cosa menos ntegro. Pero en l ni por un momento faltan ofertas de sentido. Sustraerse a ellas querra decir rehuir del mundo que nos ha originado. Pero no slo el mundo, tambin nosotros seramos los defraudados, nos defraudaramos nada menos que en el desarrollo de nuestra existencia. Adoptando la actitud conveniente segn el sentido en cada caso, afrontndolo, llevamos nuestra existencia a la plenitud.
Captulo 5 Cmo sucede el xito?
xito: resultado del esfuerzo y la suerte. La obsesin por el xito conduce a una sensacin de vaco, contractura interior e inseguridad. Tres perturbaciones anmicas de la obsesin por el xito: adiccin al xito, miedo al fracaso, bloqueo anmico. El eco del sentimiento.
Ser exitoso es uno de los atributos ms bellos, especialmente en nuestro tiempo. Por eso vale la pena precisar en qu condiciones surge el xito y qu es lo que en realidad debe significar. Dado que en este libro nos dedicamos bsicamente a la pregunta de cmo logra el ser humano vivir con pleno sentido, entonces tambin vamos a preguntarnos acerca de la relacin entre sentido y xito. Es el sentido una receta para el xito? O el sentido requiere que debamos abstenernos del xito? Vamos a preguntarnos primero qu quiere decir tener xito. Para qu situaciones utiliza usted la esa palabra? Si comenzamos a reflexionar, nos produce extraezallama la atencin que por xito se entiendan cosas muy dismiles y ocasionalmente contrarias. Esto se relaciona con la evaluacin del objetivo del xito. Un sSuficiente en un trabajo en clase puede ser para un escolar un xito tanto como para otro representar un fracaso. A pesar de toda diferencia en la evaluacin del objetivo del xito, hay cosas en comn que legitiman el uso unificado del concepto. De xito slo se habla cuando lo precedi un obrar perseverante cuyo esfuerzo colabor esencialmente para alcanzar el objetivo. Cuando los acontecimientos por s mismos conducen al objetivo, casualmente u observando una regularidad inexorable, difcilmente se pueda hablar de xito. Tiene xito quien se puede considerar a s mismo como causante del resultado ambicionado. Y, donde el ser humano pone manos a la obra, ah hay inseguridades. As, a pesar de todo esfuerzo y de toda habilidad, se puede tener mala suerte y fracasar. El xito le puede ser esquivo a uno, y el trabajo no es coronado por un xito. Que esto pueda pasar es lo que constituye el problema con el xito. Con el xito se describe un mbito ubicado entre la necesidad de las leyes, por un lado, y el surgimiento puramente casual del efecto, por otro. En este mbito intermedio, se encuentra el obrar orientado al objetivo, el esfuerzo del ser humano para alcanzar un efecto determinado. De ello resultan dos cosas importantes para el manejarse con el xito:
1. Lo que representa un xito lo fija el ser humano (determinacin definitoria del xito). Hay que saber, por lo tanto, qu se considera como xito y qu como fracaso. 2. El xito puede ser allanado por el ser humano, pero no enteramente producido. El esfuerzo por s solo no provoca necesariamente el xito (insuficiencia en la realizacin del xito).
El primer punto, la localizacin del xito, acontece slo por medio del ser humano. Para el segundo punto, para el camino al xito, es necesariase necesita, adems de nuestros esfuerzos adecuados en intensidad y orientacin, una cuota ms o menos grande de suerte. Se necesita el favor del momento. El ser humano religioso dira tal vez: se necesita la bendicin o la gracia. El xito es un producto de dos componentes. Como una amalgama, se compone de la mezcla de esfuerzo y casualidad: Porque el surgimiento del xito no depende slo del ser humano, tampoco puede ser asentado totalmente como mrito propio. Y, de la misma manera, el fracaso no puede ser equiparado totalmente y sin ms con incapacidad (lo que, por ejemplo, suele hacer el depresivo o inseguro). Por supuesto que de la misma manera es valedero que el fracaso tampoco puede ser atribuido sin ms a la pura mala suerte, a lo que a su vez tiende el seguro de s mismo, dado que piensa que a l no se puede deber nunca cuando algo sale mal. En verdad, el xito real tiene como base, es decir como condicin previa, un esforzarse autnticamente. Sin embargo, el salir bien le cae en suerte a esta base. El esforzarse eleva la probabilidad del surgimiento del xito; con habilidad, ejercitacin, aplicacin y experiencia, el ser humano puede aumentar las perspectivas de xito y disminuir el influjo de la casualidad. Slo si precedi este ingrediente de la mano del ser humano, se puede hablar de un autntico xito. Si alguien encuentra un anillo de oro casualmente y sin buscar, esto no puede ser designado como xito, sino que es justamente pura casualidad. Esta diferencia debi aprenderla tambin aquel rabino quien, debido a su falta de xito, haba cado en serias dificultades econmicas y ya no saba cmo alimentar a sus cinco hijos. En su desesperacin, le implor a Dios un milagro al jugar a la lotera. Cuando despus de varias semanas no se insinu ni la menor ganancia, fue al templo e increp a Dios: Seor, no te ped hasta el hartazgo que ayudaras a mis hijos y a m? Primero me das cinco hijos y ahora no haces nada. Cmo podr seguir creyendo en ti? Entonces reson la poderosa voz de Dios: Rabino, veo tu necesidad, pero dame una oportunidad! Ve y por lo menos compra un billete de lotera! El esforzarse eleva las perspectivas del surgimiento del xito, decamos, pero el radio de accin de nuestras manos requiere la prolongacin por medio del favor del momento, para alcanzar el objetivo del xito.
Tomemos Hagmonos nuevamente conciencia conscientes de que el xito es definido enteramente por el ser humano. Por estas dos razones el xito necesita nuestro esfuerzo y es definido por nosotros, se produce fcilmente una grave confusin, que encima es alimentada por el pensamiento idealista. Sin haberlo reflexionado bien, se comienza a vivir como si directamente se ambicionara el xito. La motivacin para obrar es tan slo tener xito (como si se lo pudiera alcanzar nicamente obrando). Se pasa por alto que el xito consta de dos elementos que desde cierta perspectiva son contrarios. Slo uno puede aportar el ser humano para su consecucin. El otro se tiene que dar por s solo. Escapa a nuestro dominio. Cmo y por qu se da el encuentro de estos dos elementos, permanece como un misterio para nosotros. Por eso, cuanto ms intentamos intervenir en este proceso y manipularlo, tanto ms se trastorna y el xito ocurre tanto ms difcilmentecon mayor dificultad. La verdadera receta es limitarse al esfuerzo adecuado sin hacerse dependiente del xito. l se mostrar. Frankl (1985) representa esta situacin con un dibujo que explica grficamente el xito como efecto secundario:
El querer alcanzar directamente un efecto es efectismo; es ms parecer que ser. Para un efecto autntico, es fundamento y condicin previa el desvo por la confrontacin con las cosas en el mundo (como valores propios). Para ejemplificarlo brevemente: los padres son para sus hijos una autntica autoridad cuando la influencia se basa en el ejemplo de vida, en su saber previo y en su capacidad. Una indicacin que est fundamentada de esa manera tiene un efecto totalmente distinto sobre el adolescente, a que si los padres quieren ahorrarse esa molestia e intentan provocar determinado comportamiento de los hijos por el camino directo. Cmo se hace eso? Se elude la molestia y se imponen represalias, o el comportamiento deseado se compra, por as decir, por medio de un intercambio. Tambin el joven nota que aqu no hay una autoridad competente, percibe a los padres como autoritarios o extorsionadores. Siente la falta de autenticidad de los medios con los que debe ser logrado en l un determinado efecto y, con razn, se resiste a esa intromisin en su libertad, rebelndose contra la coaccin objetivamente infundada o redoblando la apuesta a la extorsin. El esforzarse intensamente por el contenido, el esmerarse al obrar, es parte del xito. Lo decisivo es que el esfuerzo se limite al campo del material y deje suceder lo que est ms all del lmite.
En la dedicacin a algo que represente algn valor est el sentido. De esa manera, el sentido est enteramente del lado de lo realizable, siempre est dentro del alcance del ser humano. El sentido no est en el tener xito, sino en la decidida dedicacin a un valor (como por ejemplo a una tarea, a un ser querido). Tener xito significa que en mi esfuerzo me he orientado hacia algo valioso. Por eso conserva pleno sentido incluso si no se alcanz el objetivo o no se pudo finalizar el trabajo. La falta de xito de una obra de arte que falla en su estreno no menoscaba su belleza, y algunas obras inconclusas cuentan entre las ms bellas de nuestra cultura. Si el sentido se debiera buscar en el xito, qu diferenciara entonces la bsqueda de sentido y un juego de azar? Una motivacin para obrar, que no se restringe a aquellos valores con los que se tiene que ver inmediatamente, es en el fondo exagerada, es decir, va demasiado lejos porque invade el campo del xito. El intento de querer forzar el xito a contrapelo de la naturaleza de la cosa es una frustracin existencial preprogramada (Frankl). Adnde conduce sta? Esencialmente, a tres efectos:
1. Sensacin de vaco (la mayora de las veces, pasa por depresin). 2. Contractura interior (seguida por contractura muscular). 3. Inseguridad (anmica e intelectual).
Cmo se llega a esto, ya le resultar a usted comprensible.
1. La persona orientada al xito se concentra en su deseo (tener xito) y pierde de vista cada vez ms el piso de los hechos (la base que conduce al xito). Adems, el para qu de su obrar es tener xito y si esto ocurre ya no tiene ningn para qu? ms. Tiene la satisfaccin (de su deseo) pero no la realizacin (de su persona). La concentracin en el tener xito implic un dficit en la base y en el objetivo: en razones reales y valores perdurables. Tarde o temprano, sigue forzosamente un vaco interior. O el xito no se dio (lo que no es improbable) o s se tuvo xito, pero se trataba slo del xito por s mismo y, por lo tanto, vaco de contenido.
2. Se intenta compensar el vaco surgido; ya sea porque no se conoce ningn otro camino, ya sea porque no se quiere ningn otro camino. Se intenta forzar nuevamente la suerte con la misma receta para el xito. Se percibe cun difcilmente funciona. Los esfuerzos se vuelven tanto ms intensos cuanto ms difcil es lograr la suerte. Uno se aferra a su postura, se obstina en sus esfuerzos (rigidez). La contractura se extiende al cuerpo (contractura de los msculos del hombro, presin arterial alta, respiracin superficial). Surge el estrs.
3. Aparece una profunda inseguridad, a menudo desapercibida por mucho tiempo. Es alimentada por dos experiencias: a) Uno se siente amenazado, porque se experimenta constantemente que el xito tambin depende de influencias ajenas al yo. Uno se siente expuesto. Se experimenta la limitacin de la propia capacidad de obrar. b) A causa del vaco posterior al xito, a causa de la creciente falta de xito de los esfuerzos o a causa de la magnitud de la dedicacin, surge ms y ms la pregunta de si realmente vale la pena vivir para el xito. Incluso eso puede ir tan lejos, que se produzca una conmocin de la cosmovisin y a uno le parezca todo lo que hace sin sentido y vaco (a pesar de no ser depresivo). La obsesin por el xito, con los tres sntomas, puede conducir tambin a perturbaciones anmicas. Esto es a comportamientos similares a las adicciones, miedos y bloqueos anmicos. Miremos ms detalladamente este conjunto de problemas. Dediqumonos primero a los comportamientos similares a las adicciones, y en particular a la adiccin al xito. La adiccin al xito se parece a aquella pasin que es conocida del juego de azar (Dostoievski la ha descrito excelentemente en El jugador). Como en el juego de azar, en la adiccin al xito se trata de desafiar la suerte, dado que todas las fibras del ser humano estn orientadas hacia una sola cosa sola: justamente el tener xito. Un adicto al xito puede trabajar da y noche para desarrollar su carrera. El valor de toda la vida depende de en qu se vea el xito: prestigio, dinero, poder, lujo, autoafirmacin. Entonces no queda en absoluto muy apartado del camino jugar con cartas marcadas, manipulando la situacin para forzar xitos, alardear de trabajos que nunca se hicieron y adornarse con plumas ajenas. El adicto al xito no vive del cumplimiento sino de la satisfaccin; lo que hace lo deja interiormente vaco. Porque siente esto, corre ms para no tener que sentir su vaco existencial, su vaco interior, se aturde. En estadios posteriores, comienza a jugar un rol tambin el alcohol. El adicto al xito es un ser humano en peligro, porque qu le queda cuando se derrumba su castillo de naipes? El vaco y el aburrimiento se abren, y se torna consciente del sinsentido de su estilo de vida. El adicto al xito necesita del xito, se ha definido por medio del xito, pero as se ha enajenado (porque es claro que para el xito debe aadirse algo de afuera). La obsesin por el xito est unida, adems, como ya fue dicho, a miedos que principalmente se tornan perceptibles como miedo al fracaso. En el caso del miedo al fracaso, se trata de la imagen en espejo de la adiccin al xito. Aqu hay un recelo ante el riesgo y el juego con la suerte. A menudo, precedieron malas experiencias con el juego de la casualidad, de manera que estos seres humanos son como nios quemados que se quieren prevenir lo ms posible. Tambin aqu hay una sobreestimacin del xito, en el cual se ve el mximo objetivo de la vida. A sus ojos, no hay nada peor que haberse esforzado intilmente, que regresar de la cacera sin presa, que no ser el vencedor celebrado. Estos seres humanos son malos perdedores. Por miedo a ser desairados, no invitan a bailar a la mujer de su vida. En el miedoso reparo ante el fracaso, ante errores, ante el fallar o ante la mala suerte, se privan del desarrollo de sus vidas. El tercer trastorno conduce por eso a un bloqueo anmico, porque se fuerzan procesos que naturalmente ocurren de manera espontnea y por s solos, y que en realidad slo as ocurren sin inconvenientes. Frankl habla de modelo de reaccin neurtico- sexual porque esta postura actitud aparece con mayor claridad en los trastornos sexuales. El modelo de reaccin no se observa slo en el caso de neurosis sexuales, sino que tambin es pertinente en todas las vivencias que (despus del esfuerzo precedente) deben producirse por s solas y slo entonces pueden ser consideradas autnticas. Quien quiera ser gracioso, quien quiera experimentar a toda costa una alegra, quien quiera ser feliz, cuanto ms forzada y directamente anhele esto, tanto ms inhibida, exigida y sobre todo vaca llegar a ser la vivencia. Uno se bloquea a s mismo porque uno pone manos a la obra sobre s mismo. En el modelo neurtico-sexual, subyace un triple error (ver tambin Frankl, 1985):
1. Una sobreelevada valoracin del xito (por ejemplo: Debo llegar al orgasmo; si no, me pongo en ridculo). 2. Un reflexionar exageradamente acerca de las posibilidades para llegar de todas formas al (tan ansiado) objetivo (das enteros pensando, fantaseando y preparndose para la prxima relacin sexual). 3. Una autocontemplacin en el acto (durante la consumacin), en lugar de la entrega a la pareja (Cun cerca estoy ya del orgasmo? Ser mejor esta vez?).
En la sexualidad, tal comportamiento desemboca tarde o temprano en trastornos como impotencia o frigidez. Porque lo que acontece natural y autnomamente, es decir, por s mismo, a travs del sistema nervioso central para el plano corporal y en el acto sexual en el mbito psquico, es entorpecido en su transcurso espontneo a travs de la actitud y un proceder manipulador. Se llega finalmente a un bloqueo. El modelo de trastorno tambin se da, como ya fue mencionado, cuando alguien se esfuerza por hacer especialmente divertida una noche con invitados, cuando se quiere causar la impresin de relajado e indiferente, cuando se quiere estar especialmente de buen humor para un momento determinado. El mismo modelo de trastorno se halla no slo en el caso de xitos puntuales. Del mismo modo, puede dirigir el obrar como postura ante laactitud de vida a travs de muchos aos; por ejemplo, cuando seres humanos intentan ser felices e intentan asegurar este ser felices lo ms posible, de modo que permanezca independientemente de las circunstancias. Para la felicidad no existe ningn cupn de racionamiento. As resumi una vez, una paciente, de manera acertada, los conocimientos de las horas de terapia precedentes. Tambin para la felicidad es vlido el principio del xito: Lo que el ser humano quiere realmente no es, en ltima instancia, el ser feliz en s, sino una razn para ser feliz. Porque tan pronto como hay dada una razn para ser feliz, se instala la felicidad, aparece el placer por s solo (Frankl, 1985). En el pasaje del que proviene esta cita, Frankl no habla slo de la felicidad, sino tambin del placer, que obedece al mismo principio. Al placer hay que atraerlo, y no hay nada que lo espante ms que el ruido de pelea. En la lucha por el placer, se intenta obtener placer directamente sin muchos rodeos. Pero lamentablemente: cuanto ms se propone uno el placer, tanto ms se le esfuma (Frankl, 1986). Por qu? Porque el experimentar placer satisfactoriamente es un efecto, una consecuencia de otra cosa que lo precedi. El experimentar placer satisfactoriamente es en realidad un efecto secundario, efecto secundario de un sentido cumplido y de un ser que encuentra (Frankl, 1985). Si por el contrario el experimentar placer, es decir, el estado psquico interior y no por ejemplo el objeto atrayente en el mundo, es transformado en objetivo inmediato del anhelo, entonces reclama toda la concentracin y se convierte en el nico contenido y objeto de la atencin. En la medida en que el ser humano neurtico se preocupa por el placer, pierde de vista la razn para el placer, y el efecto placer ya no puede surgir. Cmo se ve, someramente, una ayuda especfica que conduzca fuera de los mencionados trastornos? Nosotros decimos que la razn de estos trastornos se halla en una postura actitud que procura forzar los efectos por caminos directos, lo que va a contrapelo de la naturaleza de la cosa. Quien est metido en tal problemtica podr decir con Aldous Huxley: Cun feliz se podra ser si no se necesitara pensar en ser feliz. Una terapia adecuada inducir por eso la descontractura, guiando las intervenciones y el obrar del paciente hacia el campo de las razones, congruentemente con el alcance limitado de los brazos humanos, que no pueden alcanzar el otro lado, el del xito; es decir, hacia lo que se puede sostener efectivamente en las manos. Para el sentido, cuenta el comprometerse con algo o alguien por su valor, pero no por xito propio, inmediato. l Este ya vendr, no hay que preocuparse. No preocuparse especialmente por ellso conlleva una serenidad sanadora, con la que se puede evitar mucho estrs; lo que a su vez deja ms fuerza para el esfuerzo que conduce al objetivo. El neurtico sexual encuentra un camino de salida cuando se acerca a la pareja ya no ms como a un dispensador de placer, y aprende una manera de ver que le permite divisar al otro como amable e incluso amado. Se trata de que en la relacin sexual quite su atencin de s mismo (esto es, de los efectos placenteros de su parte). En lugar de eso, entregado al t de la pareja, estar atento a la belleza de sus atractivos sexuales, al encanto de la persona, a su ternura en la donacin, y a las muchas cualidades atractivas y amables del ser humano amado. Las tiene que disfrutar, en lugar de acechar su orgasmo. ste acontece por s solo y, por cierto, tanto ms intensamente, cuanto ms libre y espontneamente se lo deja llegar. ste es el principio bsico de un mtodo que Frankl denomin dersreflexin. El nombre dice que se aparta la reflexin del xito y se la dirige a las tareas, los valores y las bellezas en el mundo. Es conocido, pero se olvida a menudo por la influencia de trastornos anmicos, que tambin los sentimientos siguen una razn. Se los puede considerar como el eco interior de la constelacin de la situacin (estmulos, recuerdos, pensamientos...). Por eso son parte de la misma categora de fenmenos, que suceden por s mismos si son autnticos (estn exceptuadas ciertas enfermedades, como por ejemplo formas de depresin, que pueden aparecer en fases y prcticamente sin razn). El intento de modificar sentimientos por caminos directos (inducir sentimientos agradables y descartar sentimientos desagradables) representa un violentarse a s mismo, dado que desdea la razn de su surgimiento. De ah que sea psicolgicamente comprensible que la mejor manera de superar el mal humor sea confrontndose inmediatamente con su razn, prestndole la menor atencin posible o dedicndose a una tarea pendiente o a una pequea ocupacin. Quin no ha observado cun rpidamente se disipa entonces el mal humor, a veces para la propia sorpresa? El principio bsico del acontecer de los sentimientos y los humores se encuentra tambin en miedos y en algunas formas de depresin. Sin embargo, a menudo se requieren ciertas tcnicas y conocimientos metdicos para aplicarlo en trastornos clnicos. Se hace notar que lo aqu expuesto no debe inducir a intentar todo unilateral y exclusivamente desde la perspectiva de este captulo. Con seguridad, se trata de un aspecto importante que adopta una funcin clave en muchos modos de comportamiento, pero sigue siendo justamente slo un aspecto del comportamiento y de la actitud. Algunos seres humanos piensan que esta postura actitud desrreflexiva va unida a una renuncia, esto es, la renuncia a la felicidad, el placer, el prestigio, el xito. En realidad, lo cierto es lo contrario, como hemos visto. Se renuncia tan slo a la sobreestimacin manipuladora de s (algunos diran tambin narcisista), que cree poder disponer del destino. La postura actitud dersreflexiva se basa en un realismo fundamental que coloca el tamao y la influencia real del obrar humano en las proporciones correctas. Semejante realismo vale la pena de todos modos. Se puede plasmar la vida ms efectivamente y se torna as esencialmente ms plena. Uno no se ahorra el trabajo, pero s se ahorra un estrs innecesario. Comprender esto fue para un mdico jubilado la clave para una clara mejora de su disposicin de nimo y, por sobre todo, de la relacin con su mujer. l busc ayuda psicoteraputica porque su espritu emprendedor como jubilado decaa ms y ms, y sufra perturbaciones angustiantes-depresivas. Su estado le obstaculizaba directamente la felicidad, como l deca. Consideraba la felicidad como un estado que simplemente se posee. No le pareca que la felicidad deba tener una razn concomitante en la que se invierte el trabajo. Toda su vida vivi bajo el aspecto de la utilidad. La carga era en primer lugar su mujer. Ahora que l estaba constantemente en casa, no poda soportar las enfermedades (neurticas y corporales) de ella. Se senta responsable por ella, sin poderle conseguir realmente alivio, y ella rechazaba la ayuda de extraos. La falta de xito de sus esfuerzos lo ofenda, soportaba cada vez menos estar con su mujer, e incluso pequeas ayudas comenzaron a resultarle una carga. En qu consista aqu el problema? A los ojos de un ser humano que en su vida slo se gua segn la utilidad, una ayuda recin tiene valor cuando conduce a la curacin. Que la ayuda sea simultneamente expresin de la relacin, del amor, la dedicacin, cae fuera de este modelo de percepcin. Slo cuenta el xito. Si ste no se da, entonces el esfuerzo fue una inversin equivocada. La frustracin permanente de sus esfuerzos condujo a que sucumbiera su autoestima (Soy un fracasado, hago todo mal). Con este desarrollo, es comprensible que comenzara a evitar a su mujer, dado que le resultaba cada vez ms difcil estar junto a la supuesta causa de su frustracin. La mujer reaccion, por supuesto, con reproches por su alejamiento. Y falt poco para que, debido a la escalada, se llegara a una explosin. La depresin ofreca cierta proteccin, dado que una separacin habra contradicho su actitud, en ltima instancia amorosa, ante su mujer. Cmo poda salir de su situacin empantanada? Se necesitaron algunas horas de conversacin hasta que l lleg a una idea decisiva. sta consista para l en que poda conservar un orgullo real como mdico y esposo porque l poda decir: Por mi mujer hice todo lo que se puede hacer en cuanto a ayuda mdica para su mejora. Ms no es posible, incluso para un esposo mdico. En su escrupulosidad, no haba as dudas. Pero su orgullo estaba ahora acompaado por la modesta idea: Por el xito de mis esfuerzos, yo no soy responsable. La curacin ya no es mi tarea, de acuerdo con el viejo principio medicus curat, natura sanat (el mdico cuida, la naturaleza sana). La otra cara de la moneda de esta modestia fue una descompresin de la situacin: Por lo tanto, nNo tengo que hacer nada ms, por lo tanto! Justo como esposo, deber tener xito con la propia mujer (y nica paciente como jubilado) representaba una pretensin exagerada constante. sta haba cedido el lugar a una responsabilidad realista y autntica. Cumplir con ella era lo que tena que hacer, lo que tuvo efectos decisivos para la nueva autoestima. La inseguridad de ser un fracasado haba cedido. La relacin crispada con su mujer se relaj tanto de ese modo, que pudieron conversar nuevamente. l la pudo exhortar a expresarse acerca de su estado de sufrimiento, dado que l ahora tena la fuerza de participar de su sufrimiento. Su vida haba obtenido un sentido, estaba orientada segn el lema Lo logr!, en lugar de: Logr arruinarme!
Captulo 6 Tiene sentido la responsabilidad?
El sentido de la libertad es ser responsable. La responsabilidad est ligada irrevocablemente a la libertad. Responsabilidad: un concepto vincularrelacional. Manejarse con la culpa.
Lo logrado por accin propia es mi mrito. Lo que fracas por mi acto libre es mi culpa, se asienta como dficit en mi existencia. Cada acontecimiento para cuyo surgimiento jug un rol mi participacin, est entre los polos del mrito y la culpa, me favorece o me hace quedar mal parado ante m mismo (o tambin ante los dems), presuponiendo que particip como ser humano libre, es decir, decid y obr en conocimiento de aquello en lo que me meta y de lo que se trataba. En ninguna otra cosa se manifiesta ms claramente quin soy, que en acontecimientos que dependen de m. Mi reaccin, mi respuesta al sentido de la situacin (si y cmo le correspondo o lo dejo pasar), genera aquella luz en la que aparezco ante m mismo y ante los dems. Dado que como ser humano libre no obr en nombre de otro, no estaba como instrumento bajo coaccin. Fui yo slo quien le puso su sello al acontecimiento, est escrito con mi letra. Porque fui yo quien lo quiso hacer y lo llev a cabo, es mi mrito. Incluso si otro se beneficia con el xito o lo da por propio. Y es mi culpa si obr injustamente, incluso si otros lo consideran de otro modo. All donde haya obrado libremente, no puedo hacer responsable a nadie ms (atribuir la culpa a otro), y tampoco otro puede hacerse pasar por responsable (adjudicarse el xito). El hecho queda adherido a m; es expresin de la persona autnoma, real, y de los objetivos a los que se siente vinculada. Si obrando libremente se pudo obtener algo valioso, si fue exitoso, entonces no se quiere ceder la responsabilidad. Si por el contrario surgi un dao, entonces no hay que intentar en absoluto responsabilizar a otro, puesto que no se puede dejar de ser ni no ser uno mismo. De lo que haya hecho voluntariamente, soy responsable. Lo que no habra llegado a ser sin m, tambin da testimonio de m. Si primero yo tuve que ver con eso, despus eso tiene tendr que ver conmigo! En lo que sigue, se clarificar qu es verdadera responsabilidad, para despus llegar a hablar del asumir responsabilidades y finalmente hacer algunas reflexiones acerca de cmo poder manejar la culpa con ms sentido. Ser responsable significa meterse en el juego. En otras palabras, la responsabilidad aparece donde algo me importa. All donde se trata de m (cmo obro y si obro), en consecuencia, dondequiera que deba decidir, me encuentro en medio de la responsabilidad. Toda responsabilidad presupone la libertad de la persona. (Por eso nadie puede ser culpable por algo que ocurri a pesar de la debida precaucin y contra su voluntad, o por algo que l mismo no hizo. En tales casos, no se trata de culpa y no existe por eso ninguna culpa colectiva. A lo sumo, se puede debatir la pregunta por la posturaresponsabilidad.) Libertad y responsabilidad estn indisolublemente unidas, son como dos caras de una moneda. Libertad quiere decir justamente decidir uno mismo, y de ese modo ser el causante de un efecto. Obrar libremente implica necesariamente responsabilidad, sin importar si se lo sabe o no. Esta responsabilidad fundamental es la base para la responsabilidad concreta en cada situacin. A la responsabilidad, por lo tanto, le antecede la libertad. Si contemplamos estos pensamientos desde el otro lado, entonces esto quiere decir que, en el vnculo indisoluble de libertad y responsabilidad, se trata de cmo utilizar la libertad con sentido. Ser libre por ser libre en s desemboca en el vaco y la ausencia de todo compromiso. Si se tratara slo de la libertad, no podramos hacer nada ms, dado que de inmediato se desistira de la libertad por una decisin. Ya hemos visto antes (ver captulos 1 y 2) que debemos decidirnos de todos modos. Y vimos que la mejor decisin se llama sentido (ver captulos 3 y 4). Si uno pretende hacer con su libertad lo mejor, entonces eso sucede entregndola por el sentido de la situacin, dejndola consumirse en una decisin por lste. As, el vaco del libre de se transforma en la plenitud del libre para. Al aspecto negativo de la libertad, lo sustituye uno positivo: la libertad fue colmada con un sentido; el sentido de la libertad es la responsabilidad. Al final del cuarto captulo, hablamos de una actitud de vida como clave para todo hallazgo de sentido. All dijimos: el ser humano es bsicamente y desde el principio al que la vida le pregunta y el que debe responderle a la vida (Frankl, 1982). Al dar respuesta a las preguntas vitales pendientes, al realizar las tareas y comprometerse con los valores vivenciales, se responde por la vida. En el responder concienzudamente la pregunta por el sentido, consiste la responsabilidad. Por Para qu cosa es responsable el ser humano, ya fue dicho en lo expuesto en este libro: paraor la realizacin del sentido dado por las mejores posibilidades de cada situacin particular. Y qu es eso ante lo que el ser humano es responsable? Ante quin, ante qu instancia porta la responsabilidad? Bien, quin podra responder a esta pregunta por el otro? Acaso no tiene que decidir esta pregunta cada uno para s? (Frankl, 1981). Entonces no se puede dar a eso ninguna respuesta? Se puede mostrarmuestra una direccin para la respuesta, como antes esto fue posible a la pregunta de por para qu cosa es responsable el ser humano. Cul es el sentido concreto, tampoco fue dicho. Depende de la situacin y de la persona, y tampoco puede ser determinado por el terapeuta. De ah que la respuesta slo pueda ser decir cmo puede ser hallado este sentido. Entonces, aAnte qu es, existencialmente responsable entonces el ser humano, existencialmente responsable? Es responsable ante el valor ms alto que l conoce en su vida. Esto es para uno el valor que l mismo es: su conciencia. Otro se sentir responsable ante un ser amado, ante quien quiere mostrarse como digno. Para un tercero, ser su Dios ante quien quiere ser justo (ver Frankl, ibdem). Es totalmente posible e incluso hay que suponer que estos mbitos no se excluyen unos a otros, en tanto y en cuanto ellos son verdaderos para el ser humano, congruentes con l; dado que conciencia no se refiere en su acepcin existencial a adoptar valores tradicionales o aprendidos, sino a una congruencia percibida personalmente. Por medio de esta sensibilidad personal a lo que est bien y es correcto, obtenemos una orientacin para decidir y obrar de manera sensata y satisfactoria. Es en esta sensibilidad en la que se muestra, en ltima instancia, la responsabilidad existencial. En favor de la claridad, vale la pena describir la esencia de la responsabilidad con otras palabras (inusuales?). Responsabilidad es mi respuesta al sentido particular que se encuentra en resonancia con mi valor ms alto. De ah que la responsabilidad no tenga nada que ver con ejercicios obligatorios que alguien extrao demanda de m. Responsabilidad es un concepto de la libertad. Y no hay que confundirlo por eso con normas, leyes, instrucciones de uso y operacin. Responsabilidad es expresin de mi vinculacin con un ser humano, una idea o una cosa. Responsabilidad es un concepto vincularrelacional! La magnitud en la que se asume una responsabilidad (sobrellevando tiempo, esfuerzo y preocupacin) indica cun valioso me resulta el objeto de mi responsabilidad. Ser responsable quiere decir dedicarse. Querer entregarse, querer estar para algo, es comprometerse voluntariamente. Ser responsable por algo quiere decir amarlo a conciencia, vivir con ello en el sentido de mi valor ms alto. Responsabilidad es compromiso por sus valores. En el obrar responsable, culmina la autonoma de la persona, y la libertad es llevada a su sentido. De este modo, no asombra que el mximo objetivo de la logoterapia y del anlisis existencial de Frankl sea conducir al ser humano a su propia responsabilidad, dado que vida sin responsabilidad es como una vida no vivida, es una vida vivenciada 4 pero no vivida. Algunos seres humanos se estremecen ante la propia responsabilidad. Tienen miedo porque muy frecuentemente ven en ella una coaccin, una instancia ante la que deberan abandonar
4 De vivencia: pPalabra formada poque introdujo al espaolr el filsofo Ortega y Gasset para poder traducir el trmino alemn Erlebnis.
su libertad y seran despojados de lo amado. Es necesario mucho tacto para poder llegar a hablar sobre eso con ellos, y no imponer nada, no presionarlos, dado que la responsabilidad es una hija de la libertad personal. Justamente porque se los apremi, a menudo los seres humanos desarrollan un recelo a tomar en sus propias manos su responsabilidad, su vida. Y por eso es tan importante saber que la responsabilidad no puede ser enseada por medio de castigos y amenazas. Hacia la responsabilidad, uno slo se puede sentir atrado. Pero, para poder asumir una responsabilidad, es importante estimar, adems de la competencia, la magnitud de las exigencias que uno puede imponerse. La responsabilidad existencial por un hijo, por ejemplo, no quiere decir hacer uno mismo todo por el hijo. La responsabilidad existencial tiene por condicin previa poder hacer frente a la situacin. La forma de vida en la que la responsabilidad queda rezagada por trechos prolongados es la neurosis, es decir, una enfermedad causada anmicamente. Esto no quiere decir que uno se vuelva inmediatamente neurtico si uno no vive su responsabilidad. Slo hay que decir en este lugar que el neurtico advierte de manera tpica constantemente que no puede obrar de otra manera y que por eso no es responsable. En su neurosis, se experimenta pasivamente; es ms lo que l es vivido que lo que l mismo vive. Cuando tiene miedo, por ejemplo, ste lo determina y dispone de l. No se anima a salir de su casa por miedo a sufrir un infarto, si bien tiene un corazn totalmente sano. Algo similar le pasaba a un hombre joven. Despus de muchas horas de anlisis existencial (entre tanto, haba recuperado una apreciable libertad de movimiento), se volvi claro qu gran necesidad haba desarrollado, desde su adolescencia, de que se le prestara atencin. En ese momento, se haba separado su madre, algo que lo haba hecho sufrir mucho. Segua pendiendo sobre l el miedo de ser separado de seres queridos. Entonces se esforzaba temerosamente por recibir la solicitud de ellos. En eso vea la garanta de no ser dejado solo en lo inmediato. Hasta aqu, brevemente, el mecanismo psquico de este neurtico fbico. Mucho ms oculta en su pasado se hallaba una decisin que en su momento fue efectiva por poco tiempo y por eso haba cado bastante en el olvido. Ella haba determinado el rumbo del resto de su vida. A los catorce aos de edad, l no estuvo de acuerdo con la separacin de sus padres y se haba decidido a luchar. Pero cmo hacerlo? El padre desapareci del horizonte, y l dependa de su madre. La iba a agraviar mientras ella se preocupaba realmente por l y haca de todo por l? En su obstinacin, se decidi por una sentadahuelga de brazos cados: no quera convertirse en adulto. En aquel momento, empez a propsito a no asumir ninguna responsabilidad en muchos mbitos, sino a pasrselas a su madre. Tcticamente, eso fue hbil en tanto y en cuanto as no pona en peligro la relacin con su madre, y adems se aseguraba los esfuerzos de ella y, por lo menos segn su percepcin, poda castigarla por lo que haba hecho. Creci con ocasionales molestias psicosomticas. En su matrimonio desaparecieron, y por un buen tiempo vivi enteramente cobijado y prcticamente libre de preocupaciones. Entonces lleg un hijo. Con mi hijo cambi todo, ahora ya no haba una vida paradisaca, dado que por mi hijo yo quera asumir responsabilidades. Pero no me haba preparado en absoluto para eso! Poco despus del nacimiento del nio estall la neurosis fbica. Slo poda salir de la casa acompaado. Despus de muchas horas de terapia, supo de la razn de su enfermedad. A lo que le tengo miedo, en realidad, es a tener que arreglrmelas solo en la vida. La neurosis es en realidad tan slo el miedo ante la responsabilidad!, dijo. Y continu: Ahora me resulta claro por qu una neurosis puede llegar a ser tan fuerte. Se trata de toda la actitud frente a la vida. Por eso no se puede salir de all tan fcilmente. Repentinamente se le volvieron comprensibles muchas maneras de comportamiento en la neurosis. Por ejemplo, por qu slo poda salir de la casa acompaado de ciertas personas, por qu no poda usar taxis, por qu slo poda trabajar con determinadas personas, y en presencia de otras le daba miedo. Poda hacer de todo si saba que haba alguien junto a m, dispuesto a asumir responsabilidades por m y al que yo le tuviera confianza si la cosa se pona seria. En la entrevista siguiente: Entretanto se me torn claro que no he asumido la responsabilidad en muchos otros mbitos. Ahora he comenzado a asumir yo mismo la responsabilidad en muchas cosas pequeas: en la asignacin de dinero, la compra de ropa, de comida.... No por miedo sino por una comprensin equivocada, rehusaba la seora A. la responsabilidad. Tena muchas dificultades en el trato consigo misma y por eso quera tener una conversacin aclaratoria. Su historia ilustraba cmo por la presin de la educacin puede surgir un concepto equivocado de responsabilidad, contra el que ocasionalmente circunstancialmente se resiste un ser humano por largo tiempo, y en esoal mismo tiempo desagua la tina con el nio adentro arroja al nio con el agua de la tina. (El relato est limitado a una breve presentacin del aspecto de la responsabilidad.) La seora A. crea que su educacin como joven adaptada, y no ella misma, era culpable de sus problemas. Se le haba enseado que una muchacha deba estar dispuesta a asumir responsabilidades, y ya en la pubertad empez a rebelarse contra esto; dado que responsabilidad significaba para ella ser sumisa, tener que negarse, no poder ser ella misma, tener que obedecer normas. Por eso ella era alrgica a todo lo que tena aspecto de responsabilidad. Finalmente esto lleg tan lejos que ya con pequeeces tena sentimientos encontrados; por ejemplo, cuando quera comerse ella sola un chocolate entero. Por supuesto que saba que dependa slo de ella si lo coma, pero el hecho de que consumir chocolate a menudo produce caries, por lo cual ella sola deba asumir la responsabilidad, la haca rebelarse un poco, ya que no quera recibir nada impuesto desde fuera. Lo que la haba ayudado a largarse del callejn sin salida fue la cuidadosa conversacin en la que conoci un concepto vital de responsabilidad, el mismo que ha sido descrito aqu. Fueron necesarias muchas aclaraciones, y manejarse con el concepto de responsabilidad orientado al sentido requiri mucha ejercitacin. Surgi que ella desde siempre habra asumido gustosamente una responsabilidad as. Y tambin se torn claro que esencialmente su rebelin ya estaba sostenida por una responsabilidad por s misma. Sobre esto pudo construirse finalmente el concepto voluntario de responsabilidad. Ms arriba, dijimos que uno se siente atrado hacia la responsabilidad. De ello se concluye que es posible sustraerse a ella. Tambin dijimos que aquello con lo que ahora tengo que ver, despus tiene que ver conmigo. Qu puedo hacer si de eso surgi algo con lo que no estoy de acuerdo porque me equivoqu o porque fui culpable? Ya sucedi y no puede retrotraerse. se es justamente el peso de que no poseamos la libertad de transformar en no ocurrido lo que s ha ocurrido, lo cual deja ver de manera especialmente clara nuestra limitacin. Para qu entonces dedicarle muchos pensamientos a eso, si de todos modos no se puede hacer nada? Un ser humano creyente objetara esto de inmediato. l conoce el arrepentimiento, la confesin, liturgias penitenciales. Se halla en una situacin peor porque debe expiar, mientras que el no creyente puede mirar cmodamente, dado que para l la cosa ya sucedi y listo? Como lectora atenta o como lector atento, habr usted notado que a todo manejarse sensatamente con una cosa o un problema le precede un principio bsico: lo que se puede modificar hay que plasmarlo. Donde algo es inmodificable, ah puedo modificarme yo. Con la culpa, se abordan muchas problemticas. Desde un punto de vista psicoteraputico, el problema de la culpa es la impotencia del ser humano frente a lo inmodificable de lo acontecido. Porque los seres humanos no se las arreglan con ella, a menudo resultan de ello resignacin y un comportamiento equivocado. La culpa es negada o considerada una bagatela. O bien los seres humanos reaccionan con furia impotente hacia s mismo, con autorreproches incesantes y sentimientos compungidos, depresivos. Reacciones, por lo tanto, que se hallan entre el polo de la ligereza y el de la autodesmoralizacin. En un manejo adecuado de la culpa, se intentar, por el contrario, reintroducir la dimensin perdida de la libertad, para arreglrselas con lo sucedido. Para ello se requieren nuevamente los principios bsicos mencionados; sin embargo, esta vez, en el orden inverso, dado que en los acontecimientos que estn tras de m, en el pasado, donde todo ya est tan fijo que no es posible transformarlo en no ocurrido, son necesarios primero los valores de actitud; despus sigue el hacer. Y realmente todo lo que hemos dicho acerca de los valores de actitud (ver captulo 3) se puede aplicar a la culpa donde, del mismo modo, lo ocurrido se ha vuelto ineludible. Ahora bien, lo acontecido est cerrado, pero yo no termin de vrmelas con eso. Me puedo modificar a m mismo; tambin, mi actitud posicin hacia el acontecimiento, hacia mi hecho. De una postura actitud porfiada o rebelde, por ejemplo, puedo salir (a veces, slo con ayuda de otros), puedo mirar la situacin con tranquilidad, admitir el hecho, reconocer mis debilidades. El reconocimiento de lo fctico, es decir, de aquello que realmente pasa conmigo, recin muestra el abismo hasta el ideal. Comienzo a ver lo que es necesario modificar y trabajar en m, para no seguir huyendo de m mismo. Despus de la comprensin de la culpabilidad del hecho, sigue como segundo paso el determinar obligaciones an pendientes, esto es, aquello que a pesar de lo sucedido an puede ser modificado. Muy a menudo, se pueden aprovechar para eso las posibilidades de enmendar y prcticamente siempre las de enmendar sustitutivamente. De manera realista, no hay que pasar por alto que un dao a menudo puede ser eliminado o reemplazado. No sera la culpa incluso mayor si uno se desentendiera de eso, si uno reconociera haber sustrado algo, pero se negara a devolverlo? A veces, ya no es posible restituirle al ser humano afectado lo que se le ha quitado. Se me ocurreRecuerdo a una mujer que me cont que, muchos aos despus de haberse hecho una aborto, ya no lo consideraba como correcto y entonces haba comenzado a relevar con frecuencia y regularmente a sus vecinas en el cuidado de sus hijos;, se ocupaba mucho de hijos ajenos. Ella quera enmendar en ellos aquello de lo que se haba hecho culpable en su propio hijo. Sin este hecho, el reconocimiento tardo de su error habra sido para ella demasiado barato (ver Frankl, 1984). Ella quera que este reconocimiento le costara algo, correspondiente al valor que para ella personalmente iba unido a ello. Y no repar en los costos econmicos, en el tiempo, y tampoco en los esfuerzos. (Semejante acto voluntario de un ser humano est mucho ms all de la compensacin de una prdida que slo servira a la propia pretensin.) Quien haya comprendido que la culpa no es un destino por el que la vida con sentido se torna imposible, se volver ms libre para asumir responsabilidades, dado que ya no deber retroceder espantado por miedo ante una posible culpa. Se volver ms maduro para una vida autodeterminada. Sin embargo, la vida no se volver as ms cmoda; slo ms sustancial, ms provechosa, ms plena. Estos dos lados de la responsabilidad, lo difcil y lo bello en ella, sern abordados en el texto siguiente y se clarificar una vez ms la dimensin de la responsabilidad: Responsabilidad es aquello que a uno lo atrae, y a lo que uno se sustrae. La sabidura del idioma insina as que en el ser humano hay fuerzas opuestas que lo retienen de asumir responsabilidades. Y, de hecho, hay algo en la responsabilidad que es abismal: cuanto ms larga y profundamente se la mira, tanto ms tomamos conciencianos percatamos de eso, hasta que finalmente nos invade una especie de mareo. Si profundizamos en la esencia de la responsabilidad humana, entonces advertimos que la responsabilidad del ser humano es algo terrible y a la vez magnfica. Es terrible saber que en cada momento tengo la responsabilidad por el siguiente, que cada decisin, tanto la ms pequea como la ms grande, es una decisin para toda la eternidad, que en cada momento realizo o desaprovecho una posibilidad, la posibilidad de cada momento. Cada momento entraa miles de posibilidades. Y puedo elegir una sola para realizarla. Pero con eso ya sentenci todas las dems y las conden a no ser nunca, y tambin esto para toda la eternidad. Sin embargo, es magnfico saber que el futuro, mi propio futuro y con l el futuro de las cosas, de los seres humanos en torno a m, depende de mi decisin en cada momento, de algn modo aunque ms no sea en una pequea medida. Lo que realizo a travs de ella, lo que traigo al mundo, como dijimos, eso lo rescato hacia la realidad y as lo conservo resguardo de la transitoriedad (Frankl, 1981).
Captulo 7 Transitoriedad y sentido
Cmo puede tener la vida pleno sentido si sabemos que ella es limitada? As no se tornan ftiles muchas cosas? Encontramos respuestas a esta pregunta en la confrontacin con la muerte, el miedo a la muerte y las regularidades de nuestra existencia que all subyacen. Precisamente al ser conscientes de nuestra finitud surgen posibilidades de una vida plena de sentido y puntos de partida hacia un poder morir libre de miedo. La vida desaprovechada dificulta morir. Comencemos a vivir desde el principio considerando el final, para finalmente poder empezar a vivir!
Por qu solemos dejar de lado la muerte Al final de este libro, volvamos a hablar acerca de la vida. De la vida en su totalidad, no slo de aspectos parciales. De aquello que hace esencial a la vida. El tema vida en su totalidad, tal vez lo podemos explorar de la manera ms rpida con una pregunta poco comn, la del miedo. Qu es lo que da el mayor miedo en la vida? Como el mayor miedo de la vida, mencionan muchos seres humanos la muerte o una agona penosa. Si pensamos en ella, entonces la sentimos como un cuerpo extrao o un intruso amenazante. Intuitivamente se dira, en realidad en una buena vida la muerte no tiene nada que hacer. Slo hurta y destruye la vida. Y, cuando llega la muerte al final de la vida, no hacemos ms que desear que venga rpidamente, sin grandes dolores, sin la necesidad de cuidados prolongados. , oOjal en un entorno ntimo, que podamos morir con salud, por as decir, y sin enterarnos mucho. Percibimos la muerte como un principio enemigo de la vida. Pero lamentablemente a la larga no se lo le puede apartar de la vida. Con las primeras arrugas, las canas, los olvidos, etc., se mete furtivamente en la vida y comienza a molestar. Y por cierto que nos puede resultar un poco inquietante ver cun ocultamente obra el principio mortal. Peor es el contacto abrupto con la muerte. Nos asustamos cuando insospechadamente ella nos toma por sorpresa y sin consideracin penetra en nuestra vida; un amigo de nuestra misma edad se enferma de cncer, otro muere de un infarto al corazn, un nio tiene un accidente fatal, etc. Si lo afecta a uno mismo el diagnstico de una enfermedad con posibilidad de muerte, entonces estamos totalmente conmocionados y nos sentimos impotentemente expuestos a la desgracia. Aparece la desesperacin, especialmente cuando fracasa nuestra actual estrategia frente a la vida, porque estaba orientada hacia una vida sin una muerte. Seguramente los avances de la tcnica y el poder de la ciencia han impregnado el espritu de la poca de tal modo que l se caracteriza por la posibilidad de hacer y controlar. Las grandes invenciones de nuestro tiempo nos han tranquilizado y realmente han conjurado muchas amenazas de antes. Nunca fue tan sencillo volverse viejo. Todo eso nos ha inducido a creer que podemos hacer casi todo. As comenz a imponerse el vago parecer de que ya no necesitamos considerar seriamente la muerte en nuestra vida, gracias a los avances de la medicina y a la buena previsin. Por supuesto, si tomamos conciencianos hacemos conscientes de ello as, nos resulta claro de inmediato lo cuestionable de esta posturatoma de posicin. . Sin embargo, una consecuencia est vinculada al espritu de la poca. Si bien no de nuestra vida, la muerte est ampliamente desalojada de nuestroa concienciaconsciente. Por eso, una y otra vez, despertamos de esta creencia espantados, cuando realmente experimentamos lo que sabe todo nio: que a pesar de todo el progreso somos mortales y que incluso el ser humano moderno del maana puede morir en cualquier momento. La muerte, que hemos credo olvidar en lo cotidiano, aparece una y otra vez, ya sea en nuestra vida, en nuestro entorno personal, ya sea en las noticias acerca de catstrofes, tsunamis o enfermedades como sida, gripes epidmicas, etc. Desde siempre tuvieron los seres humanos miedo a la muerte. Y desde siempre estuvo amenazada la vida. Algunas amenazas ya no son tales actualmente. La peste est extinguida; contra el clera existen medicamentos efectivos. Pero Sin embargo, han aparecido nuevos peligros. El ms grande es haber desalojado la muerte del estado la conciencia consciente y no querer convencerse de la mortalidad, postergarla hasta que sea el momento. Pero Aahora es el momento de poder morir, porque. eEste momento es siempre. Todo momento es tambin momento de morir. Cuanto ms se reprima esta realidad, tanto mayor es el miedo.
Es realmente la muerte lo que da miedo? En una poca que ha olvidado la muerte y que ha desarrollado defensas eficientes frente a sus precursores la vejez, la enfermedad y el sufrimiento, es comprensible que la medicina y las ciencias naturales adquieran gran relevancia en la sociedad. Sus representantes (mdicos, cientficos) gozan de gran prestigio, y la ciencia se ha convertido en la religin de hoy, a la que se le cree ms fcilmente que a las religiones tradicionales. La muerte es aceptada como permitida recin a una edad avanzada. E incluso entonces tiene lugar en otra parte, alejada de lo cotidiano. La gente mayor vive fuera del mbito familiar, en geritricos, y la mayora de los seres humanos muere en el entorno asptico de un hospital. Hoy tenemos ms una muerte institucional que una muerte individual. La muerte es un cuerpo extrao que desalojamos de nuestro campo de visin; si es necesario, incluso con la ms moderna tecnologa. Pero por suerte la vida no nos da descanso. Ella es persistente. No se contenta con cosas por la mitad. Ella quiere que se la viva enteramente. Y por eso debe irrumpir una y otra vez en nuestro cmodo mundo de deseos y ensueos, y asustarnos con sus exigencias y catstrofes reales, justamente con el deber-morir. Eso puede hacernos sentir muy inseguros. Y entonces, paradjicamente, nos sentimos inseguros incluso de lo nico que es seguro en el futuro: de la muerte. Desalojando/Reprimiendo y excluyendo la muerte, por poco nos deshacemos de una buena parte de la vida. De una vida que ahora ya no buscamos en la omnipotencia del ser humano, sino en el florecer del rbol, en la vida de los espejos de agua, en los ciclos naturales sin perturbaciones, en el crecer, madurar y transcurrir. Asumiendo e Iincluyendo la muerte, estamos nuevamente abiertos a las leyes propias de la naturaleza. Podemos ver su valor propio, en lugar de deshojarla en pos de su valor de uso.
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En este punto, preguntmonos nuevamente: es realmente la muerte la que da miedo? Acaso no encontramos, una y otra vez, seres humanos que permanecen seguros a pesar del miedo natural a la muerte? Y no estoy pensando slo en los grandes de la historia, como por ejemplo Scrates o algunos santos y hroes, sino en los muchos seres humanos desconocidos y sencillos con los que nos hemos encontrado, quienes con una calma admirable pudieron mirar la muerte a los ojos y morir tranquilos. Para ellos, morir no era parte de lo ms terrible de la vida. Por lo tantoEntonces, qu dificulta tanto el morir? Cundo se convierte en el espanto terror de la vida? Lo que hace de la muerte un enemigo, y difcil el morir, es la vida desaprovechadadesperdiciada. Es, dDicho ms precisamente, es haberla desaprovechado desperdiciado en incontables situaciones para de amoar, para de produccinir y para de sufrimientor en incontables situaciones. Esto se corresponde exactamente con las tres vas principales hacia el sentido de Frankl, los valores vivenciales, los valores creativos y los valores de actitud (ver captulo 3). 5 La muerte se vuelve espantosa por sentir que todava no se ha vivido realmente en absoluto. Cuando se siente que an no se ha captado la vida, que uno an no fue captado por la vida. Esta muerte sera prematura, ya que lo que fue hasta ahora no puede haber sido la vida. En tanto contine doliendo la profunda aoranza por la vida verdadera, ntegra, plena de sentido, en tanto esta sed no haya sido aplacada, el ser humano se
5 Esto se corresponde exactamente con las tres vas principales hacia el sentido de Frankl, los valores vivenciales, los valores creativos y los valores de actitud (ver captulo 3). yergue y se resiste a esta forma de morir de sed espiritual. Morir significa, entonces, irse prematuramente.
Vida desaprovechada desperdiciada Lo peor es la vida desperdiciada desaprovechada por culpa propia. Hay muchas maneras de desaprovechar desperdiciar la vida. Generalmente son aspectos unilateralmente acentuados que afectan la totalidad. As es como algunos desaprovechan desperdician vivir porque estn demasiado ocupados por la seguridad en la vida. Para ellos la incertidumbre en torno a la hora de la muerte se convierte en un espanto y resulta insoportable, porque se les escurre escapa de su el control. Otros, en su miedo, se ocupan ms del de- qu podran morir y ponen todo su empeo en aventar ese mal. Pero el sentido de la vida no consiste slo en impedir un mal, sino en vivir para un bien, para algo valioso, como as tambin en experimentar el bien. Y a su vez otros les temen al dolor y al sufrimiento al morir. Tambin en ese momento puede ocurrir algo penoso, y tal vez no se pueda evitar algn dolor. Pero no existe acaso la posibilidad de que eso tenga sentido, sin que signifique embellecer la realidad de alguna manera? Tal vez alguien haya conocido el sufrimiento como algo que puede ser ms que slo molesto; que, a pesar de la gravedad, ha conducido a un crecimiento. Quien haya tenido una experiencia as puede entrar ms esperanzadamente en la ltima fase de la vida. Y nuevamente, para otros, la despedida de los familiares es la mayor preocupacin. Hay malas pasadas del destino, cuando los hijos son an pequeos, cuando uno es an muy necesario para la familia, cuando el nuevo amor recin ha comenzado. Con un giro existencial, el sufrimiento conduce a la pregunta de si ya anteriormente estbamos enteramente presentes, enteramente junto a nuestros seres queridos; si nos encontrbamos interiormente all cuanto estbamos con ellos. Ms no podemos hacer, pero eso s lo podemos hacer enteramente. Podemos intensificar el encuentro, si lo vivimos conscientes del carcter de irrecuperable, de nico, de cada momento. Si ocasionalmente nos animramos a pensar qu hara o dira si supiera que sta fuera la ltima vez que estamos juntos... Eso me mostrara si tal vez hubiera algo sin resolver an, si hubiera algo por hacer, para lo cual ya sera demasiado tarde. La vida es ms existencial si la despedida, el final, es tenido en cuenta desde el principio y no se lo deja como resto para lo ltimo.
Aceptar la vida y su curso Siempre hay razones para el miedo, para la preocupacin, posibilidades de fracasar, de sobrecargarse y de lastimarse. Eso es parte de la vida, pero no hace a la vida. El peligro existencial se halla en otro lugar. Se halla en la actitud con la que vivimos da a da, hora a hora. Si no logramos transformar la necesidad, extraer una ganancia espiritual de la prdida, y crecer y madurar interiormente; si no logramos aceptar y experimentar la posibilidad de la desgracia, la separacin, el sufrimiento como partes de la vida, entonces desaprovechamos la vida. Desaprovechamos el sentido de la vida. Dejamos de vivir ntegramente. Y Dejamos de vivir ntegramente, vivir ntegramentey esto significa vivir realistamente, en sintona con lo que es realmente y , con lo que es realmente posible. Aguardarvizorar tanto lo destructivo, peligroso, amenazante, doloroso, tanto como admitir la existencia de lo esperanzador, aorado, deseado, en la medida en que sea realista. Ir por la vida con los ojos as de abiertos es una seal de madurez existencial. Ms no podemos hacer; tampoco necesitamos hacer ms. Porque la vida toma su curso, el mundo va por su camino, y en l, yo voy por el mo.
Una vida completaplena Una vida completa, estoplena es, comprometerse con cada situacin con todas las fuerzas. Lo decisivo es que no sea cualquier cosa de lo que nos ocupamos, sino que sea algo que percibamos como pleno de sentido. Cuanto mayor sea el nmero de situaciones vividas con sentido, tanto ms plena llegar a ser la vida misma. Tanto ms firme se siente el piso bajo los pies. Acaso la muerte no pierde algo de su espanto si he vivido mi vida cabalmente en todo momento? Qu puede dar realmente miedo entonces, si no me sustraje a las preguntas y los ofrecimientos de la vida, sino que los afront? No se trata de que as la muerte se torne apacible, pero . Ss puede ser una redencin. Pero Sin embargo, igual puede truncar nuestra vida, dolorosa, brutal y desconsideradamente. Un cierto pavor por la forma en que aparezca permanecer tal vez siempre. Pero el poder destructor que recorre la vida y que la paraliza en su estructura de sentido, ese poder la muerte lo puede perder, si se vive consciente de que constantemente es una posibilidad. Porque el miedo a la muerte lo alimentan el arrepentimiento por la vida no vivida y el anhelo congnito del ser humano de alcanzar una vida plena y completa. De acuerdo con el anlisis existencial y, por consiguiente, con la logoterapia, es esto lo que el ser humano anhela profundamente cuando quiere algo. Esta voluntad por una vida plena de sentido y satisfactoria constituye la dinmica que se halla en el miedo a la muerte.
Por medio de qu obtiene el miedo su podero?
Miedo a lo que podra suceder Para comprender mejor por medio de qu obtiene el miedo su podero, queremos mirar lo que l hace con nosotros.,. Dado que normalmente a lo peligroso y amenazante slo le prestamos la atencin necesaria como para que no pase nada y no obremos descuidadamente. Por lo dems, nos ocupamos de los asuntos fcticos. Nos dedicamos a lo que est ah, a lo que concretamente sostenemos entre las manos. Es diferente si tenemos miedo. Con miedo, la atencin se dirige a lo que posiblemente podra pasar. Nos volvemos conscientes de que, a pesar de todas las medidas de precaucin, no hay seguridad frente a las eventualidades. La mayora de los seres humanos dice: el miedo viene porque no tenemos suficiente poder sobre la situacin. Porque no la podemos controlar y nos sentimos expuestos al destino, a las manipulaciones de los otros, de la naturaleza. Poderes ante los que nos convertimos en vctimas. Pero sigamos preguntando: por qu se siente eso como tan terrible? Porque no para todos es una fuerza dominante igual de grave: al suicida, por ejemplo, la amenaza no le da miedo. No retrocede ante la muerte. Las fuerzas dominantes dan miedo cuando tocan una postura toma de posicin en nosotros que constituye el trasfondo para el desarrollo del miedo. La postura toma de posicin fundamental para el desarrollo del miedo es la voluntad de vivir. O dicho manera ms genrica: una voluntad que est en contra de lo que pudiera ocurrir. Si por ejemplo se quiere vivir, es terrible perder la vida. Si no se quiere perder dinero, se teme al derrumbe burstil. Si no se puede estar sin una relacin o slo con gran dificultad, ya simplemente el pensar en romper con la relacin le da a uno miedo. El miedo nos indica la huella hacia donde creemos poder realizar nuestra existencia. Nos revela dnde suponemos que est nuestra vida, sobre qu estamos basando nuestra existencia.
Querer demasiado El miedo tambin nos muestra dnde queremos tal vez demasiado, dnde estamos demasiado apegados a las cosas, dnde tenemos demasiadao poca distancia y serenidad, dnde estamos demasiado pendientes de objetivos, del xito, del deseo. El miedo revela dnde son exagerados los valores y los resultados, algo que Frankl ha sealado con frecuencia. Esto eleva el nivel de miedo, y nos encontramos en medio de la inseguridad. Dado que qQuerer influir exageradamente en el desenlace, en los resultados, en los sucesos, en los acontecimientos, por consiguiente el intento deintentar someter a la vida, no es la forma en la que podemos llevar adelante la vida. As no se llega a la existencia.
Existir significa estar en dilogo. Como tal existir es un entregarse al mundo, pero tambin un retirarse y un escuchar qu dicen las cosas, un ver atentamente cmo se desarrollan. Existir es un cambio constante entre hacer y dejar acontecer. Existir significa estar e irse nuevamente, una presencia que prepara e incluye la despedida. Significa oscilar toda la vida entre la vida y la muerte. Quien no pueda dejar que las cosas acontezcan, nunca ser un agasajado por la vida. En este sentido, ya Hermann Hesse nos aconsejaba en su poesa Escalones: Despdete, alma, y sana.
No poder permitir La razn del miedo es que tenemos la sensacin de no poder ser en las circunstancias dadas. Cuando creemos o, ms an, sentimos que no soportamos lo que pueda suceder, entonces surge la sensacin de irnos a pique, de perder el piso de la existencia bajo los pies. Pero el miedo obtiene su poder por nosotros mismos. El miedo nos puede invadir slo si tenemos la sensacin de no poder permitir el posible acontecimiento. Poder ser quiere decir ante todo poder permitir, poder dejar que las cosas pasen, poder dejar que los acontecimientos sucedan. Poder dejar que los sucesos acontezcan. Pero, si se tiene la sensacin de no poder ser en estas circunstancias o slo muy difcilmente, entonces no puedo dejar que las cosas pasen. Se las quiere controlar, hay que controlarlas. Hay que hacer que su desenlace o su surgimiento sean dependientes del propio poder. Un control as genera miedo. Surge del miedo y conduce nuevamente al miedo. De ah que abandonar el intento de controlar el desenlace aminore el miedo. Alivia nuestra existencia si podemos dejar que las cosas pasen, dejar que sigan su curso y limitar nuestro obrar a lo que es acorde con las cosas y con nosotros mismos. Tal posturatoma de posicin de serenidad exige, por supuesto, muchoa fortaleza sostn interior.
Fortaleza Sostn interior Por qu se llama fortaleza interior? Al: En alemn est: Sostn interior (error de traduccin).
Comprender el miedo a la muerte Con lo expuesto, el miedo a la muerte todava no es totalmente transparente, porque todava no conocemos el objeto exacto del miedo bsico. La muerte es propiamente slo un smbolo, una indicacin de algo ms profundo. En lo profundo, el miedo a la muerte se revela como el miedo a la nada. Por consiguiente, el miedo es miedo al no-ser, a la no-vida, al no-ser- uno-mismo, o tambin a la futilidad del proyecto de vida. El miedo a la muerte puede tener que ver con el vaco en medio de la vida. El hecho incomprensible de haber venido al mundo le sugiere al ser humano que estoe debera tener algn significado. Apenas podemos vislumbrar este sentido ontolgico (sentido de la vida, del mundo) de nuestra existencia. Dado, por que el sentido que algo tiene slo por ser, lo conoce exclusivamente su generadorcreador. No puedo saber la respuesta a la pregunta de por qu existe este mundo, por qu existo yo, por qu hay enfermedad, desgracia y necesidad. La pregunta ontolgica por el sentido no es la el negociotarea del ser humano. Quizs se pueda intentar su respuesta en la filosofa, pero en el fondo ella es el mbito de las religiones. stas introducen un saber que va ms all del saber del ser humano. Para este sentido extenso, no alcanzan la racionalidad y el intelecto. No podemos precisar qu sentido tiene la propia existencia, si no por la mediacin de la fe, si se tiene una. Pero llevamos en nosotros la sensacin de que no por nada existimos. Sentimos que tiene que tener una explicacin. Por eso es difcil de soportar la sensacin de que se ha vivido para nada. Se siente muy claramente que esto ha pasado por alto el sentido de la vida. De la contradiccin explcita entre la propia comprensin espontnea de la existencia y la vida vivida, surge la desesperacin de haber equivocado el sentido de la vida. En la un obnubilado daestar conciencia consciente, con la consecuencia de una vida pobre de sentido o vaca de sentido, se abre el vaco existencial (Frankl, 1955) como un precipicio en medio de una vida llena de ocupaciones. Se tiene todo de lo que se puede vivir, pero nada para lo que valga la pena vivir. sta es la tpica sensacin de la frustracin existencial (ibdem). Si da a da uno intenta escapar del vaco y el aburrimiento con incontables recursos y distracciones, y sin embargo sigue sufrindolo, cunto ms terrible debe de ser entonces la muerte. No se ver sta no se ver como una potenciacin de la vida no vivida, como la nada absoluta?
Un para qu en la vida Ahora entendemos tambin por qu el ser humano intenta reprimir la muerte. Si se experimenta un vaco de sentido, se huye de todo lo que se percibe como vaco: la vivienda vaca, la relacin que se ha vaciado, como el silencio y la muerte. Tanto ms, la muerte reprimida imposibilita a la vida tener sentido. Faltara la necesidad de utilizarla para un valor, ; sin la muerte tendramos tiempo eternamente. De la futilidad de nuestra existencia, de nuestra destruccin slo podemos escapar teniendo un para qu vivir. Pero, si hay un para qu existencial, sustentable y pleno, entonces nunca puede ser hecho o construido por uno mismo. Varias veces hemos indicado, en el libro, que un sentido as ya est ah y debe ser percibido, hallado. Tampoco es algo discrecional, sino una determinada posibilidad en cada caso, que vale la pena ser rescatada dentro del pasado de la vida vivida. Y slo es un sentido si se corresponde con esta persona. Ni la imaginacin, ni los deseos, ni la consigna bien intencionada de valores, ni la caritativa simulacin de sentido pueden ayudar. Para sobreponerse al vaco existencial, slo ayuda un realismo firme que impulse a la accin, que no reprima la mortalidad del ser humano, sino que incluya la muerte como un elemento bsicoparte fundamental de la vida. Si esto no ocurriera, entonces no viviramos, soaramos.
Vivir finalmente La muerte no es algo ajeno a la vida, no constituye un principio reido con la vida. Ella posibilita la vida, es parte de la vida, como todo crecer, como todo transcurrir y todo devenir. Debemos despedirnos de la idea irreflexiva de que seguiremos viviendo as eternamente. Esta ilusin nos impide vivir realmente. Si queremos vivir realmente, entonces nos ayudar tener presente que:: Si,Ddesde el principio vivimos considerando el final.!Desde el inicio vivimos en finitud!
Entonces finalmente podemos empezar iniciar a el vivir! Dado que, slo considerando la finitud de la vida, captamos su singularidad. S, slo entonces experimentamos lo esencial. Si no, nos pasa como a aquel bebedor al que el mdico le advirti que ya era tiempo de dejar el alcohol ya lo que l respondi que opin resignadamente: Para eso ya es demasiado tarde! Pero contest el mdico, enojado, escuche, nunca es demasiado tarde para cesar de beber!! S? Bueno, entonces de todas formas tengo tiempo. . Por supuesto que una vida no tiene ms sentido por su duracin. As como la bondad de una biografa no depende de la cantidad de hojas del libro, como coment Frankl una vez.
Responderle a la vida Permanezcamos algo ms en esta misma la lnea de desarrollo del desarrollo del mismo pensamiento hasta ahora. Por ltimo, habamos comprobadoconstatado: si el ser humano fuera inmortal, no necesitara buscar un sentido. Sera Estara acabadoterminado. Podra descansar en s con total complacencia. Siempre tendra tiempo para lo que hubiera que hacer, hoy, maana, en mil aos. Pero, porque para l no es as, porque el ser humano es inacabado y slo vive limitadamente, por eso, en cada situacin es tiempo de algo, incluso tiempo apremiante. Porque cada situacin es nica e irrepetible. No vuelve nunca. Y eso no lo podemos modificar. Inconsultos estamos puestos en esta configuracin de condiciones. Si seriamente tomamos conciencianos hacemos conscientes de que no siempre tendremos tiempo, sino que hay que aprovechar cada instante antes de que se pierda, y con l una parte de nuestra vida, entonces nos encontramos en la posicin existencial de partida. Es la posicin de partida para una vida plena de sentido. Ya la conocimos al trmino del cuarto captulo. Pero es tan central que aqu nos referiremos a ella otra vez, brevemente. Si nos mantenemos conscientes de que cada situacin es nica e irrecuperable y de que cada persona es nica y no es intercambiable, entonces slo queda referirse de manera totalmente personal a ese aspecto concreto. La esencia de la existencia slo puede consistir en elevarse ms all de esta transitoriedad y ser fecundo en su singularidad. Esto puede resumirse en la frase: Ser humano quiere decir estar en cuestin o ser-preguntadoentre signos de interrogacin, y vivir quiere decir dar respuesta. Si el ser humano quiere vivir con pleno sentido, necesita esta apertura de dejarse interrogar. Y luego la accin, confrontndose con la mejor posibilidad a pesar de toda finitud y transitoriedad, y dndole el s, justamente debido a su carcter de irrecuperable. Estos pensamientos no son muy comunes en el tiempo de hoy. En general, se considera que la vida consistira en satisfacer el mayor nmero posible de necesidades. Slo quien tiene pretensiones puede conseguir algo en la vida. Si se cae en esta trampa de la expectativa en la vida, fcilmente todo puede perder su sentido. Dado, dado que la alegra por la vida, que nos hace esperar algo de ella, es slo una posibilidad de encontrar sentido en la vida. El sentido pleno de la vida lo extraemos slo despus de una conversin radical, un viraje de 180 en la actitud posicin frente a la vida. No son las expectativas cumplidas, o los valores estipulados desde afuera, los que hacen la vida plena de sentido. El presupuesto fundamental para una vida plena de sentido viene de adentro: yace en la posturatoma de posicin interior frente a la vida. Y a menudo ella nos torna visibles valores totalmente distintos de los que sostienen y nos sugieren ajenos.
Accesos a poder morir libre de miedo Si entonces preguntamos psicolgicamente no pastoralmente, ah hay otros accesos cul es la clave para una vida plena de sentido y, por lo tanto, para un poder morir libre de miedo, entonces se encuentra, como punto de partida y presupuesto fundamental, la actitud de apertura, del dejarse interrogar. La implementacin de esta actitud puede desdoblarse y as tornarse ms manejable por medio de algunas preguntas centrales. Estas preguntas valen para la vida en su totalidad; son tambin, por lo tanto, preparacin para el poder-morir, para el poder- permitir de acuerdo con la vida. Las ponemos bajo el ttulo:
La actitud de dejarse interrogar - Estar abierto a todo lo que pasa, incluso a veces ser curioso por lo que hay en el mundo. - Estar abierto a los valores; por lo tanto, a cmo experimentamos el mundo y a nosotros mismos. Estar abierto tambin a lo que pasa en nosotros y a lo que nos dicen los sentimientos de lo que experimentamos y de cmo obramos. - Estar abierto a la propia creatividad y fuerza creativa. Ella se torna asible en la voluntad y completa en la determinacin. Ella predispone a confrontarse da a da con las preguntas ms importantes y a responderlas. - Estar abierto al futuro, a lo que por uno mismo puede devenir en este mundo, y abierto a lo que venga, lo que haya que hacer o disfrutar; abierto, por lo tanto, a un futuro para todos nosotros, a un unos-con-otros y unos- para-otros, del que inevitablemente participa todo ser humano y del que por eso mismo tambin debe participar. Eso es sentido existencial.
* * * Eso es el sentido cuya existencia depende de uno mismo. Donde el ser humano participa creativamente en su estructura. La existencia quedara inacabada respecto de su sentido, si nosotros mismos no hubiramos colaborado plasmndola, si no hubiramos participado de ella con nuestra fuerza personal, espiritual; si no le hubiramos dado cabida en nuestra interioridad y no hubiramos aadido nuestro pensar y sentir, nuestra capacidad de amar y de sufrir. En tal caso no habramos vivido propiamente: nuestra vida apenas hubiese tenido un sentido relativo, frgil e incierto, del cual, hasta el final, estaramos dudando.Pues Puesto que entonces no habramos vivido;, entonces realmente nuestra vida tendra tan slo un sentido dudosocuestionable.
<p. impar> Estar interrogado por la vida: preguntas orientadoras para hallar el sentido
- Pregunta de partida., Lla mirada a la realidad: De qu se trata aqu? Para qu sirve este momento? Qu es necesario ahora? Qu se necesita de m? Qu es concretamente factible? Valores vivenciales? (Hay algo bello que en este momento sea nico?) Valores creativos? (Hay algo valioso que pueda hacer o causar? Acciones, obras, trabajo.) En situaciones inmodificables y adversas: valores de actitud?
- Pregunta acerca de valores: Es importante lo reconocido y sentido? Qu pasara si no lo hiciera? Siento un valor? (Pasara algo que no fuera bueno?)
- Pregunta acerca de la libertad: Debo hacerlo yo? Me podra imaginar no hacerlo? (Si la respuesta es no: Quin/qu me obliga?) Puedo decir yo lo quiero? Voluntariamente? Se corresponde conmigo?
- Pregunta acerca de la responsabilidad: Para qu/para quin hago esto en realidad? (Quiero hacerlo para eso?) Debo hacer esta cosa dadas las circunstancias? (Quin dice que yo debo hacerlo?) Corresponde que yo lo haga? (O corresponde ms que no lo haga?)