Längle - Vivir Con Sentido

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Captulo 1

Ser humano significa estar en camino



En este libro se hablar de sentido, de los recursos y los caminos
por medio de los cuales se puede alcanzar sentido. Se tornar
claro qu es sentido y cun estrechamente ligado est a la vida
real.
La actualidad de la bsqueda de sentido radica primero en la
libertad del ser humano, en su condicin de inacabado. Segundo,
en la valencia diferente de las cosas. Tercero, en el cambio
constante de las situaciones. Es el ser humano realmente libre?
Vida es el encargo de plasmar la libertad y las consecuencias de
decisiones anteriores.

De antemano, sea dicho que sentido no se refiere aqu al
nico gran sentido de la vida. Por sentido siempre se entiende
aqu una manera especial de plasmar la situacin. Vivir con pleno
sentido significa, por consiguiente, formulado muy
genricamente, que el ser humano con sus disposiciones y
capacidades, con su sentir y querer, se involucra en lo que le
ofrece el presente, se confronta con ello creativamente, tanto
recibiendo como dando. Sentido es una especie de compromiso,
de estar metido en la cosa.
Sentido es un tema que concierne a los seres humanos en
todas las etapas de la vida, dado que la vida debe ser o bien
plasmada o bien sobrellevada. El camino hacia delante no est
prefijado hacia el futuro, todo est abierto.
Quien no haya renunciado a vivir su vida activamente, quien
est dando pelea para afrontar la vida cotidiana, para atravesar
una crisis, un padecimiento o est planeando una etapa de su vida,
quien quiera celebrar un acontecimiento o llevar a la prctica
nuevas ideas, se encuentra todo el tiempo vinculado mentalmente
con el valor de su accin, adems de dedicado a la tarea
respectiva.
Se sabe que la falta de sentido significa desesperacin. En
tanto el ser humano no haya encaminado su vida, lucha con esta
pregunta vital, de manera consciente o irreflexiva, ya sea bajo el
concepto sentido o tambin bajo otros conceptos. El tema sigue
siendo el mismo: lo referido al sentido tiene que ver de manera
central con la vida del ser humano. Por qu pasa eso? Es slo
porque la vida est inacabada, porque el futuro es incierto?
Entonces tambin los animales deberan bregar con la pregunta
por el sentido.
La actualidad y el significado de la pregunta por el sentido,
su peso y su caracterstica de insoslayable provienen
esencialmente de tres experiencias bsicas del ser humano:

Mi voluntad libre, con la que puedo elegir entre las
posibilidades.
La experiencia de que no es indiferente qu es lo que elijo:
decido acerca de valores.
La inconstancia de las situaciones que cambian
permanentemente.

Intentemos examinar por lo pronto el primer punto ms
detalladamente. La vida del ser humano est alojada en un medio
interior y uno exterior. Todo ser humano se halla en un entorno
fsico y social, y est dotado de disposiciones que l no ha
elegido. Todo depende entonces de cmo plasme su vida en este
mundo. Todo ser humano puede hacer algo de su vida y de s
mismo. La plasmacin plena de sentido de la vida tiene que ver,
por lo tanto, con dos mbitos: la situacin y el ser humano en
ella. En relacin a la situacin hay cosas y circunstancias en el
mundo que pueden ser modificadas con pleno sentido y recibir
una forma digna del ser humano. Y, en lo que respecta al ser
humano, poder plasmar significa que l puede intervenir como
quien acta, y experimenta que en su libertad est convocado a
planear, diferenciar y decidir entre las posibilidades que se le
brindan. l es, en ltima instancia, quien plasma su vida, es aquel
que puede decidir para s y para su futuro. De l depende
aprovechar estas posibilidades y expandirlas, o no prestarles
atencin.
No se trata aqu de un debate terico acerca de la libertad
del ser humano. El punto en el que queremos hacer hincapi es en
su propia experiencia. Hasta ahora no he encontrado a nadie que
niegue poseer posibilidades de elegir en su vida. Esto se
manifiesta en que cada uno conoce situaciones en las que se brega
por una decisin, en las que se busca informacin que permita
tomar la decisin correcta.
En el trabajo se tiene a menudo esta experiencia al
considerar con quin relacionarse comercialmente, qu
mercadera comprar, si an se puede asumir este o aquel riesgo.
Algunos seres humanos no pueden terminar de decidir dnde
pasar las vacaciones: junto al mar o en las montaas? Y si algo
sale mal se reprochan (en el caso de haber tomado ellos mismos la
decisin) o le reprochan a otro (quien tom la decisin por ellos)
no haber elegido la mejor alternativa.
Los seres humanos son conscientes, por lo tanto, de que
tienen o habran tenido otras posibilidades y de que no han sido
obligados a esa eleccin, dado que entonces el reproche sera
infundado y estara invalidado desde un principio. En la lgica de
esta experiencia, no se trata de cun a menudo el ser humano
carece de libertad, es decir de posibilidad de elegir, sino que se
trata de la constatacin de que todo ser humano toma
repetidamente decisiones y que se experimenta como quien
decide, como alguien que es libre para la una u otra posibilidad
que se le brinda.
El ser humano s es libre. Pero su libertad es slo humana
y no sobrenatural y por eso una libertad condicionada, una
libertad dentro de ciertos lmites. Sera un error fatal no querer
aprovechar este margen de maniobra por despecho, debido a que
justamente el ser humano no es todopoderoso.
En cuanto a la libertad, el fatalista reacciona enojndose y
expresa: Si no tengo toda la libertad, entonces renuncio a la
restante. De todos modos, el ser humano es tan libre como para
tambin poder tomar una decisin as. Pero lo que nosotros
queremos es la libertad que no conlleva desesperacin sino
genuina plenitud.
Usted tal vez objete: Bueno, siempre supe que soy libre
hasta un cierto grado en mis actividades cotidianas y ocupaciones
laborales, y que a veces puedo tomar decisiones por iniciativa
propia. Seguramente puedo elegir dnde pasar las vacaciones y
qu hacer el fin de semana, con quin y de qu hablar Pero la
vida..., por vida entiendo algo totalmente diferente. Porque, de
qu vale esta libertad si no puedo hacer lo que en realidad quiero
hacer? Tiene algo que ver esta libertad con mi vida real?
Efectivamente, mucha gente cree que slo tiene cierta
libertad en algunas nimiedades de la vida. Pero, en aquello que
atae medularmente a la vida, se consideran marcados y atados
por dotacin y educacin. Todo lo que tiene que ver con la vida
propiamente dicha transcurre por s mismo y sigue un desarrollo
con ley propia. Cmo es que algunos seres humanos tienen
semejantes objeciones ante la libertad y no se consideran libres en
las cuestiones importantes de la vida? Eso est relacionado sobre
todo con la idea que se tenga de la vida.
La mayora de las veces, pueden orse dos tipos de
respuestas. Algunos no pueden dar una respuesta exacta. Vida es
para ellos algo totalmente difuso e irreflexivo, algo que es ms
sueo que realidad, una idea tan borrosa y alejada de la realidad,
que nunca puede suceder. Esto tiene por consecuencia que son
impulsados por un hambre de experiencias que no es posible
satisfacer, porque no saben de qu tienen hambre. Slo saben que
esperan, esperan que algo pase. Una vida verdadera no es
posible slo recin despus de que se haya ganado una fortuna en
la lotera.
Otros s tienen una idea concreta acerca de una vida
verdadera. Son ideas de mayor seguridad o salud, de mejores
condiciones de vida: otra pareja, otra ocupacin, ms recursos
materiales. De ausencia de sufrimiento, de ms poder para
imponer rpidamente y sin problemas la propia voluntad. En
resumen, son ideas que giran en torno a la realizacin de deseos y
metas autoimpuestas, y a menudo adquieren el carcter de
exigencias.
A los ojos de estos seres humanos, su vida actual es, en el
mejor de los casos (si es que an no se han resignado), una etapa
previa a la vida propiamente dicha, que ojal llegue en algn
momento. Actualmente viven en un estado provisorio, y lo que
hacen ahora no es realmente importante, dado que su vida
propiamente dicha an no ha comenzado. Por supuesto, tambin
acontece que tal conversacin tiene lugar en un momento en el
que ya ha pasado una buena parte de la vida y se preguntan
asustados si eso ha sido todo lo que la vida pudo brindarles.
Parece ser parte de la vida no estar nunca lista, no haber
llegado nunca, estar continuamente en camino y jams totalmente
a salvo. En nuestra vida, algo est abierto todo el tiempo. Todos
estamos toda una vida a la expectativa. Qu esperan los seres
humanos? Los que no se consideran libres en las cuestiones
decisivas de la vida, esperan un regalo de la vida, el
cumplimiento de su deseo. Los otros, los que se precian de tener
una influencia decisiva en su vida esperan las circunstancias para
plasmarlas.
La vida deja a nuestro arbitrio qu posicin tomamos frente
a ella. Los unos esperan entonces el cumplimiento de sus deseos,
que quieren recibir de la vida como regalo para ser capaces de
vivir (o por lo menos para no estar en desventaja porque, si no,
creen estar mutilados en la vida). Es como si en esta actitud
inmadura se conservara el deseo infantil frente a los padres, de ser
mantenido y alimentado.
Algunos establecen el cumplimiento de sus deseos como
una justa exigencia a la vida. El hecho de haber sido arrojados a la
vida sin ser consultados, a su manera de entender, les da el
derecho de poder exigir las mejores condiciones. (Para que no
surja ningn malentendido, dejamos claro que ac se habla de
exigencias a la vida, al destino, y no de exigencias legtimas por
justicia social, interhumana.) Pero estos deseos y exigencias
apuntan a algo que se quiere tener y que por eso est
constantemente amenazado por la prdida, hasta que alguna vez, a
ms tardar, en el lecho de muerte, se pierde realmente.
Los otros eligen un camino existencial en aquello hacia lo
que estn orientados. Para ellos no se trata en primera lnea de
tener ms, sino de plasmar su vida lo mejor posible ante el
trasfondo de aquella realidad en la que justamente estn parados
en ese momento de su vida. Su expectativa tiene una forma
abierta y, en lugar de estar orientados hacia deseos y exigencias,
proyectados de adentro hacia fuera, estos seres humanos esperan
interesados y serenos lo que la vida traiga. Su inters est
orientado principalmente hacia cmo asumir ellos mismos los
desafos de la vida y qu harn a partir de las circunstancias dadas
(destino). La vida no llega a su plenitud al cumplirse sus deseos y
derechos. La vida, existencialmente considerada, es antes bien
tres cosas:

Vivenciar lo que tiene valor en s, lo que puede ser
experimentado como bueno o bello y enriquecedor.
Modificar y orientar, dondequiera que sea posible, hacia
algo mejor, hacia algo mejor en s mismo y no algo mejor para
m.
Y, donde esto no sea posible, donde sea necesario soportar
las circunstancias, ah se trata de no aceptarlas pasivamente, de
crecer y madurar en ellas a pesar de todo sufrimiento, modificarse
a s mismo en el pleno desarrollo de lo humanamente posible,
orientarse uno mismo hacia algo mejor.

Con esto hemos esquematizado anticipadamente la
enseanza frankliana acerca de los valores creativos, vivenciales y
de actitud, como los tres caminos hacia una vida con sentido.
Ellos ocupan un lugar central en el sistema del Anlisis
Existencial y son de importancia prctica en su aplicacin como
Logoterapia.
Regresemos a la pregunta de hace un momento. Si tambin
hay libertad en lo que atae centralmente a mi vida, entonces
ahora se puede decir que la respuesta depende de la concepcin
(modificable!) de qu es la vida. Porque si por vida se entiende
el cumplimiento de deseos y exigencias, entonces esta vida es
dependiente de las circunstancias, y en esa medida no es libre. Si
la vida es considerada existencialmente como la confrontacin de
mi persona con las circunstancias dadas de la situacin actual,
entonces est llena de posibilidades de cmo puede ser plasmada
o soportada.
En nuestras reflexiones acerca de la libertad del ser humano,
hay que considerar an algo importante. Si decamos ms arriba
que el ser humano no posee una libertad absoluta, sino que es
libre en la plasmacin de las circunstancias de su vida, entonces
se sigue que incluso de nuestra libertad limitada no podemos
disponer en todo momento. La vida est llena de oportunidades, y
no slo se las puede echar a perder sino tambin dejar escapar.
Como una casa se construye a partir de muchos ladrillos, as
tambin nosotros vamos construyendo nuestra vida a partir de
muchas pequeas decisiones. Las ltimas decisiones descansan
sobre muchos pisos de decisiones anteriores, las cuales hace
tiempo ya pueden haberse esfumado del recuerdo y de la
consciencia. Sin embargo, ellas condicionan las posibilidades que
hoy se abren y predeterminan la direccin para otras decisiones.
Cuando un ser humano, por ejemplo, recurre al alcohol o a
las drogas por pura curiosidad o por enojo debido a las
obligaciones en su vida, entonces su decisin es absolutamente
libre, como tambin lo son an los experimentos siguientes. Con
el correr del tiempo, se desarrollan un automatismo y una
dependencia que van estrechando cada vez ms esta libertad, de
manera que cada vez ser ms difcil abstenerse de estas cosas.
A travs de la ejecucin reiterada de ciertas acciones y
actividades, sin importar si son acciones justificables o
irresponsables, se allanan y ejercitan estos caminos de vida, y
otros caminos, al mismo tiempo, no entran en consideracin.
Nunca pasemos por alto que la libertad tiene una historia.
Decisiones anteriores condicionan las posibilidades de hoy, las
amplan o las limitan.
A veces, cuando en conversaciones teraputicas llegamos a
hablar de estos temas, los pacientes quedan muy asombrados al
constatar cun libres fueron siempre en realidad para plasmar sus
vidas.
Un paciente, por ejemplo, padeca de persistentes estados de
angustia y de contracturas musculares dolorosas en los hombros.
Tena miedo de que l, contra su voluntad, pudiera caerse de una
escalera, o de que su mujer lo abandonara sin su consentimiento.
Despus de un esclarecimiento analtico-existencial de las
circunstancias que haban conducido a los estados de angustia,
debi reconocer que, en realidad, desde haca aos l se haba
opuesto a s mismo y a su sensibilidad para lo correcto. En
innumerables pequeas decisiones y qued comprobado que
justamente eran decisiones, haba obrado contra sus propias
convicciones y haba hecho a un lado asuntos y tareas pendientes
cuando no le servan a su meta prioritaria.
En qu consista esta meta? Claramente, los estados de
angustia haban estallado porque su vida, as como l la pretenda,
estaba en peligro extremo y ante el abismo. La estrechez en la que
se haba metido se haca visible, de esa manera, ahora en su
angustia. Esto deba ser descifrado en la terapia y luego
desarticulado en un programa de ejercitacin. Tal vez tambin a
usted le pase estar asombrado o incluso espantado al pensar cun
a menudo, en un solo da, o en una sola hora, usted tiene la
posibilidad de confrontarse con su mundo o consigo mismo, cun
a menudo usted se decide la mayora de las veces y con razn!
De manera totalmente espontnea y sin mucha reflexin
consciente.

Efectivamente, cada minuto tiene docenas de posibilidades,
las ms pequeas y las ms grandes posibilidades, entre las que
elegimos ininterrumpidamente y seleccionamos una cada vez. As
vamos plasmando nuestra vida, cada uno, dado que con lo que
nos confrontamos en esta hora, en este minuto, eso es nuestra vida
en esta hora, eso habr sido nuestra vida en aquella hora.
Captulo 2
Maniobras evasivas

La libertad obliga a decidir. Tpicas maniobras evasivas son la
actitud conformista y la totalitaria. La desorientacin, un estado
de emergencia anmica de nuestro tiempo, conduce a un vaco
existencial y a acciones caprichosas.

Hablamos en el captulo anterior de la libertad que tiene el
ser humano en un cierto marco para plasmar configurar las
circunstancias, para darle una impronta a su propia vida. Sin
embargo, la libertad es simultneamente un regalo y una carga.
Dado que, si bien la libertad le abre a uno el espacio para lael
plasmacin acondicionamiento personal de la vida, al mismo
tiempo exige ineludiblemente decisiones (ineludiblemente ya que,
incluso en situaciones en las que uno no se decide ni por una ni
por otra cosa, se ha decidido, justamente, por nada).
Despus se recordar una situacin orgullosamente, quiz
tambin melanclicamente consciente, de que entonces se fue
libre. Lo que haya conseguido en la vida a partir de mi libertad al
tener xito o al fracasar, lo he hecho yo mismo, por m mismo he
preferido una cosa y postergado otra. Da lo mismo si esta decisin
ha quedado en mi vida, en mi historia, como buena o mala; de
todas maneras, soy responsable. Soy responsable en cada caso en
el que soy libre. (Abordaremos esto en el ltimo captulo).
Algunos seres humanos le temen, por esta razn, al camino
de la libertad personal,. pPorque les resulta incmodo y molesto
ser ellos mismos responsables si lo que hacen no sale bien. Qu
agradable es tener para esos casos un chivo expiatorio, una
excusa! Uno no necesita avergonzarse, ni ante uno mismo ni
tampoco ante los otros. Y en consecuencia, uno no necesita
modificarse, lo que resulta una de las tareas de mayor esfuerzo en
la vida.
Cmo suele excusarse la gente? Hay un grupo de excusas
que acaban en un conformismo. La gente dice entonces que no
se puede hacer otra cosa, porque hoy la cosa es as, y no se
quiere estar en desventaja frente a los otros Adems, todos lo
hacen y por una vez no pasa nada. Si bien se encuentran estas
excusas en todas las edades (y no es necesario un vistazo en el
consultorio psicoteraputico para encontrar un nmero
demostrativo de ejemplos apropiados), la excusa conformista,
segn mi experiencia, parece ser ms bien el problema de la gente
joven.
Otros, por el contrario, se sienten obligados por alguna
instancia a actuar as y no de otra manera. Excusas del tipo
totalitario evaden una presin, ya sea de adentro o de afuera, que
estrecha el espacio de maniobra: una vez son las circunstancias
sociales, la situacin poltica o econmica; otra vez, las
necesidades laborales o tambin la vehemencia de los propios
impulsos, la educacin, los padres internalizados. En el caso de
este tipo de excusas, ya no se trata de adherir a la opinin de
otros, sino de sentirse expuesto a una presin a la que creen estar
rendidosentregados.
Un ejemplo clarificar a lo que se alude. Una vez me dijo
una pedagoga y profesora de cuarenta aos de edad, durante una
conversacin sesin analtico-existencial: La educacin es todo
lo que determina al ser humano. Al preguntarle a qu se refera
ella, me enumer las influencias a las que est expuesto el nio. Y
poda hablar de influencias que comienzan ya antes del parto y
llegan hasta la edad adulta. La educacin desfigura finalmente al
ser humano. l no puede escapar de ella, est programado por la
educacin, dado que la educacin le inocula cmo se ha de
decidir y le inculca de qu ha de alegrarse. Vea, as fue tambin
en mi caso. Que yo en casa tenga alfombras orientales autnticas
y que me agraden, se debe slo a la educacin de mi madre. En
realidad, yo misma no le doy mucha importancia a eso.
En este punto, su voz se haba vuelto dura. Escuchando
con sensibilidad, dola la manera en que haba hablado de s
misma. La sospecha de que lo dicho le serva de excusa para no
tener que decidirse ella misma pudo ser confirmada por medio de
un anlisis existencial. La conversacin le dej en claro a la mujer
que con esa afirmacin se haba estado escapando durante aos de
un conflicto de valores.
Las bellas alfombras y otros artculos suntuarios de su casa,
en realidad, no los poda justificar por motivos sociales. Segn su
propio parecer, seran suficientes cosas sencillas, funcionales. En
algunos mbitos, tiene efectivamente un estilo de vida sencillo.
Ella habla bsicamente a favor de una manera sencilla de vivir, y
la considera ms natural y mejor que una vida con artculos de
lujo. Este dilema de si el lujo la apartaba de la vida en s, haba
ido creciendo a lo largo de los aos, aparejado a la pregunta de si
el lujo era socialmente sostenible.
Ms all de eso, encontramos que ella era en el fondo muy
insegura en relacin con la pregunta de qu es lo que perciba
como realmente bello. Se torn claro por qu esta mujer sostena
la influencia de su madre. Ella no quera abstenerse de ciertas
cosas (lujosas). Y no quera admitir su inseguridad en torno a la
pregunta acerca de qu es realmente bello. Entonces se ocultaba
detrs de lo que la madre le haba mostrado y enseado. Es tan
slo consecuente queEs mera consecuencia el que ella, despus de
unos aos, sintiera concibiese exactamente justamente lo que
deca: La educacin es todo.
Por supuesto que la educacin tiene influencia sobre el ser
humano, y la tiene que tener. Una vida personal y autnoma
comienza, sin embargo, recin all donde el ser humano empieza a
tomar posicin frente a las influencias de la educacin. Esta
mujer no ha comenzado a vivir su propia vida en el mbito de la
adquisicin de artculos de lujo. No se ha enfrentado al conflicto
de la valoracin de los objetos de lujo, no ha desarrollado una
opinin personal al respecto. Ella ha vivido una opinin ajena.
Con excusas, la vida se vive por debajo de su valor.
Entonces, el ser humano tiene que decidir de todas maneras, y
finalmente tambin es una decisin si se involucra en una
maniobra evasiva conformista o en una totalitaria. Pero qu
nos dice cmo debemos decidirnos? A qu debemos atenernos si
la situacin es an incierta? Lo abordaremos en el prximo
captulo y en el subsiguiente.
Ahora nos preguntaremos qu sucede si no se encuentra una
respuesta autntica a esta problemtica. Se puede observar (ver,
por ejemplo, Frankl, 1978) que la falta de ayuda para decidir en
relacin con un problema particular se ha convertido en un estado
de carencia anmica de nuestro tiempo. Frankl describe el
surgimiento de la carencia de orientacin de nuestro tiempo
escueta y acertadamente as:
Contrariamente a los animales, ningn instinto le dice al ser
humano qu debe hacer, y contrariamente al ser humano de ayer, ninguna
tradicin le dice al ser humano de hoy qu hacer. Entonces, no sabiendo
qu debe hacer ni qu hacer, parece a menudo que no sabe bien qu es lo
que en el fondo quiere. As slo quiere lo que hacen los otros
(conformismo). O slo hace lo que los otros quieren, quieren de l
(totalitarismo) (Frankl, 1985).
El aumento de la libertad slo se experimenta como
liberacin si el liberado tambin sabe qu quiere,. Dado ya que ser
libre sin saber para qu utilizar esa libertad, provoca que a la
larga tal libertad sea acompaada por una sensacin de vaco
insoportable que rpidamente puede transformarse en tormento
(piense en las conocidas neurosis de domingo, depresiones del
fin de semana).
Frankl ha denominado esta sensacin de vaco, que est
acompaada por una profunda sensacin de falta de sentido,
vaco existencial
1
. Los comportamientos descritos ms arriba,
del tipo conformista y del totalitario, tambin surgen de una falta
de orientacin interior y representan intentos de evitar la
incmoda incapacidad de decidir. Uno se amolda a los dems e
intenta as eludir un gran tormento. Uno de los mayores tormentos
es estar expuesto a la arbitrariedad, incluso la propia.
Lo insoportable de la arbitrariedad es estar rendido al
dictado veleidoso, ciego, del instante. A la arbitrariedad no le
importa nada, a excepcin de ocuparse de s. La arbitrariedad
quiere sumisin por s misma. La arbitrariedad se fija a algo sin
motivo, siempre quiere slo lo que la casualidad pone en las
manos.
Quien anhela lo que un impulso cualquiera le mete en la
cabeza, quien desea caprichosamente algo, ha desechado su
libertad, slo para sacrsela de encima, y no habra diferencia
para l si hubiera exigido otra cosa. Ciertamente, la libertad puede
ser cargosa, ya que exige orientacin para no estar desamparado
frente a las decisiones pendientes.
En lugar de aguzar el propio sentido de la orientacin, una y
otra vez es tentador eludir la libertad adhirindose a la decisin de

1
Volveremos sobre esto, ver pgina 89 !captulo xxxx
otros o evadindose en lo antojadizo para deshacerse de ella lo
ms rpido posible (por ejemplo, por medio del alcohol o de actos
arbitrarios). Todo lo antojadizo, todo lo no vinculante es
indiferente, no tiene valor en s mismo, slo vive de una meta
breve, inmediata, que debe cumplir. De tal poca de la vida (Da
lo mismo lo que haga...), no queda ms que el recuerdo de que
esta aquella poca habra sido la oportunidad para algo...
En este marco se mova un hombre cuya vida, a los treinta y
cinco aos, se haba vuelto muy estrecha. Mientras que de un lado
del sendero se abra el vaco de una profundidad turbadora, del
otro se amontonaba una montaa de tareas sin resolver. Una
montaa que era tan alta y empinada que ya no tena sentido
hacer algo. El camino entre medio se haba vuelto angosto desde
haca ya tiempo. Pero ahora se sumaban al miedo tambin
intranquilidad y sofocones, alteraciones circulatorias y trastornos
digestivos.
A lo largo del da estaba deprimido, cansado, sin ganas de
vivir. Por las noches tena trastornos del sueo y a menudo
pesadillas que siempre tenan que ver con situaciones de prueba.
l deca de s mismo que era un bicho raro. Su casa paterna fue
mala y despus no pas nada decisivo en mi vida. Su vida haba
sido desde la adolescencia una evasin, una evasin de toda
decisin real. Viva desde haca veinte aos provisoriamente,
viva para el instante, para el alivio a corto plazo, y se serva de
las oportunidades que la casualidad le pona a mano.
Anestesiaba suvaco existencial, su vaco interior, con
todo tipo de actividades dispersas, para tener la sensacin de no
llevar una vida vaca de sentido. Ha postergado decisiones ya en
la escuela, contina relatando. Cuando tena pruebas o trabajos
especiales, no apareca. En vez de confrontarse con sus padres,
planeaba emigrar a Australia y se evada, con ayuda de planes por
el estilo, a un mundo de ensueos. En ensueos, se ha estado
desarrollando su vida ms propia a lo largo de aos.
Cuando al terminar el colegio le haban conseguido un
puesto fijo de trabajo, el primer da, en lugar de ir a trabajar, fue
al dentista! Y no acudi nunca ms a aquel puesto de trabajo. Por
aos hizo trabajos ocasionales menores, porque tena pensada
una larga estada en la India. Ao tras ao, comenzaba un trabajo
ocasional porque era slo por un ao. Y ao tras ao pasaba sin
que hubiera viajado a la India.
Nunca se haba decidido por algo, siempre decida contra
algo. Con su parte de una herencia, por ejemplo, compr una casa.
Pero no porque hubiera querido una casa, sino porque no quera
que el dinero se echara a perder. Poco despus la vendi y se
compr una casa rodante porque no quera vivir en un lugar fijo.
La casa rodante era un smbolo de su manera de vivir: Yo quera
vivir de viaje la mayor parte del ao.. Pero pronto la vendi y se
compr un bote velero para dar la vuelta al mundo navegando a
vela. Al primer da del viaje por el mundo, regres a puerto.
Vendi el botevelero; le tena miedo al extenso espacio vaco.
l haca y quera hacer lo contrario de lo que todos hacan.
No quera ningn conformismo. l haca lo que todos no hacan,
quera automarginarse. En su juventud, se haba unido a un grupo
con el significativo nombre de Aves migratorias. En este grupo,
encontr contencin por primera vez en su vida. Despus volvi a
encontrar contencin en un automarginado que haca trabajos
temporarios para luego vagabundear por ah largo tiempo. Lo
convert en mi gur.
Su vida estaba determinada por otros seres humanos. A unos
los segua, como al gur o a las aves migratorias; de los otros
quera diferenciarse. Quera la desvinculacin, la libertad total.
Decidirse por algo significaba para l fijarse. Tena en claro que
con cada decisin va unida una responsabilidad que l evitaba.
Tena miedo a fallar al emprender algo concreto. Tena miedo a
no valer nada porque podra cometer errores al comprometerse
con algo. Tena un miedo casi quejumbroso a todo lo
desagradable, y a sus ojos nada poda ser ms desagradable que la
realidad.
l se refugiaba de los golpes de la realidad, en el mundo
de ensueos de una vida en Australia. Se figuraba la poderosa
impresin que les causara a sus amigos una expedicin a la India
lo ms prolongada posible. Soaba con navegar alrededor del
mundo y se reclua en la realidad aparente de bellas sensaciones.
Si se intenta comprender por qu este hombre vivi as, se
encontrarn, siguiendo sus propias palabras, muchas razones en
su mala infancia. Ah haba aprendido efectivamente a apartarse
de la dura realidad, escapndose o refugindose en ensueos. De
nio le pegaron tanto que no se poda imaginar la realidad ms
que vinculada a golpes. Y los golpes tempranos lo haban herido
mucho. Todo lo que hoy le pareca desagradable le debe haber
hecho recordar aquellos golpes. Incluso como adulto segua
huyendo de los golpes de su niez y de la ira de su madre.
Se sinti muy comprendido cuando se le dijo esto. La
conversacin analtico-existencial haba sacado a la luz algo
completamente decisivo, que el terapeuta seal de la siguiente
manera: Lo puedo comprender bien. En todas esas situaciones,
no pudo hacer otra cosa. Evidentemente debi hacerlo as, y en el
marco de sus posibilidades lo hizo bien.
Entonces ocurri algo muy extrao. Por primera vez, el
hombre tom conscientemente posicin con respecto a su vida y
dijo: Es correcto, siempre tuve la sensacin de no poder hacer
nada contra la realidad. Siempre obr con la sensacin: No me
queda otra ms que obrar as. Pero no lo hice bien. Realmente no.
Nunca me prepar para la realidad! Me siento sin culpa, pero no
he hecho gran cosa de mi vida.
Haba dado en el centro de la problemtica. Este hombre
nunca se haba sentido libre en toda su vida para decidir, no
poda hacer otra cosa, siempre crea no tener ninguna eleccin,
dado que no saba qu hacer frente a las circunstancias adversas,
fuera de huir. El ser humano slo puede ser realmente responsable
y, en caso de fracaso, ser culpable, donde haya obrado
libremente. Y por eso deca: Si hubiera una culpa en mi vida, no
sabra dnde podra estar.
No se senta libre porque no conoca ninguna otra estrategia
que le hubiera permitido confrontarse con la realidad, en lugar de
huir de ella. La vida de este hombre era un nico intento de
escapar de la falta de libertad. Pero, cuanto ms rpido corra,
tanto ms firmemente se enmaraaba en sus amarras. Y entonces
se dio cuenta de que no era bueno correr, pero no saba cmo
alcanzar su meta.
La terapia consisti en reflexionar con l acerca de cmo se
puede enfrentar la dura realidad. Examinamos minuciosamente
algunas situaciones de su vida, soportamos la incmoda sensacin
que las acompaaba y reflexionamos cmo l poda soportar un
da de examen (recordar las pesadillas). Encontr recursos y
caminos para poder mirar a los ojos a lo molesto en su vida y
resolverlo en el plano de la realidad. Hablamos acerca de que no
hay nadie que quiera cometer grandes errores, pero que stos
desafortunadamente ocurren (lo que para l nunca antes le haba
resultado tan claro).
Hablamos acerca de que el mayor de todos los errores es no
haber hecho absolutamente nada por miedo a los errores, y por
eso no haber vivido nunca realmente (ver Frankl, 1984).
Hablamos extensamente sobre los errores, sobre su valor y
significado. Hablamos de que el ser humano no es idntico a su
miedo, que no se es el miedo, sino que se lo tiene como un objeto
(acto seguido dijo: Siempre consider el miedo como algo en m
y por eso nunca poda hacer nada contra l).
En este tiempo, l quiso saber ms y ley el pequeo libro
de Frankl Das Leiden am sinnlosen Leben (El sufrimiento en una
vida sin sentido). Hablamos acerca de cmo, con pequeos pasos,
se puede construir algo que a uno le parezca importante.
Hablamos de que l nunca se haba preguntado dnde se lo
necesitaba. Finalmente hablamos del xito (ver captulo 5), y l
dijo redondeando: Ahora s que debo preocuparme por el hacer,
pero no por el xito. Las conversaciones duraron en total algunas
horas. Cuando l volvi a pasar, tiempo despus, coment acerca
de una nueva sensacin en su vida que persista. Se senta muy
liberado y bien. Ahora saba que se poda hacer algo en la vida y
que uno no es idntico a su propio miedo. Meses despus dijo que
haba conseguido tener un buen panorama de su vida. Que las
pocas conversaciones en slo algunos das hubieran podido obrar
semejante cambio en su vida se deba, y no en ltima instancia, a
la flexibilidad que haba conservado a lo largo de su vida.
Por supuesto que esta historia de vida, como la de cada ser
humano, es mucho ms compleja. De ella se podran elaborar
muchos otros aspectos an. Pero era decisivo elaborar el punto
de fuga de sus acciones y vivencias, el hilo de su vida. Y ste
consista en la creencia equivocada de no poder hacer nada contra
la realidad. Por eso l elega la fuga, pero la verdad
constantemente lo alcanzaba. Viva provisoriamente, pero las
molestias se convirtieron en un elemento permanente. Y, mientras
intentaba salvar las sensaciones agradables, casi pierde todo el
mundo.



Captulo 3
Caminos hacia el sentido

Diferenciar y decidir. El sentido depende de la situacin y de la
persona. El significado del sentido. Tres vas principales hacia el
sentido: valores vivenciales, valores creativos, valores de actitud.
Manejarse con la pena insoslayable.

La libertad del ser humano consiste en que para l est
abierto un gran nmero de posibilidades externas y de
comportamientos personales. Pero con la libertad va unido un
encargo. ste consiste en descubrir cul ser el referente que nos
permitir orientarnos al decidir. Dado que decidir requiere una
certeza, se trata por cierto de un compromiso personal.
En los modos de vida presentados, no se llegaba a una
certidumbre personal: no se captaba el sentido de la libertad. El
sentido de la libertad, en otras palabras, consiste en buscar
razones por medio de las cuales se torna posible decidir. A una
verdadera decisin anteceden dos pasos:

Informacin.; Hay que apropiarse de saber, conocer la
situacin. Tiene que estar en claro sobre qu se va a decidir y
cules son las posibilidades a elegir.
Captar la valencia: Los datos obtenidos son contrastados
unos con otros considerando su valor propio y su valor til.
De estos dos pasos resulta la orientacin pertinente como
gua para la decisin.

Existen, por supuesto, otras posibilidades de orientacin:
religiones, sistemas filosficos, ideologas, opiniones grupales. Si
no han influido miedo, fanatismo o delirio en su adopcin,
entonces tambin aqu anteceden estos pasos. Al no ser telogo,
no me corresponde hacer afirmaciones acerca de la fe religiosa.
Pero me parece que una fe profundamente sentida no se adapta
bien a este sistema de explicacin, porque se alimenta ms de una
visin esencialmente intuitiva que tal vez ya tenga ms un
carcter de gracia.
Regresemos ahora a la temtica analtico-existencial, la que
desarrolla sus conocimientos ms ac de la fe religiosa, de modo
que permanece aplicable para todo ser humano
independientemente de sus vnculos religiosos. Decidirse
requiere, por lo tanto, la diferenciacin. Slo un camino es, en las
circunstancias dadas y justo para esta persona, el mejor camino.
Como en el campo positivo, as tambin en el espectro
negativo hay una jerarqua de valores. Los costos, los efectos
secundarios, los lados oscuros que hay que aceptar pueden
adquirir una dimensin diversa.
Siendo libres, se trata de ponderar las cosas entre s,
examinarlas en relacin con su valor y significado, y separar lo
mejor de lo menos bueno, lo inocuo de lo daino. Diferenciando,
comienzan a mostrarse estructuras a partir de la cuales a menudo
la decisin se torna evidente. Ponderando las cosas segn su valor
y significado, se va cristalizando de la cantidad indiferenciada de
posibilidades la perspectiva especfica para el momento
correspondiente.
Al aprovechar esa perspectiva, nica en cada caso, el ser
humano maximiza la plenitud de su vida; prefiriendo esta
posibilidad entre todas las posibilidades, ella se torna el trasfondo
de la decisin. Apartando electivamente una posibilidad, sta se
distingue de las otras, y al llevarla a cabo se torna algo especial.
Por consiguiente, no es que el ser humano con su libertad
est desamparado y abandonado a s mismo, perdido en un vaco
interior e incapaz de procurarse orientacin. Efectivamente,
podemos orientarnos en cada situacin, para hallar una direccin,
fundada y autntica, a seguir en el prximo tramo de vida, porque
la posibilidad captada como la ms valiosa de la situacin
particular, respecto de su valor y significado, alberga la plenitud
del ser actual. Ella representa el sentido de la situacin. Lo que
aqu describimos es una definicin del sentido existencial.
Por eso una vida plena de sentido quiere decir ni ms ni
menos, hacer lo mejor que se pueda de las circunstancias y las
posibilidades de una situacin. La realidad, el mundo incluidos
nosotros, los seres humanos, no est terminada. Ella est an
per-ficere; con nuestras manos, an debe ser enteramente-
acabada de la mejor manera posible, para que se torne
perfecta. Las posibilidades de cada instante son casi
inagotables; y quien tenga tan slo un poco de ejercitacin en el
uso de la libertad, en la percepcin de los espacios de maniobra y
en la utilizacin de la fantasa (creatividad), en absoluto le alcanza
una vida para hacer todo lo que le gusta, le interesa, donde se sabe
necesario.
En el captulo anterior hablamos del peligro de que con su
libertad (entendida como falta de compromiso) el ser humano se
sienta perdido en un vaco interior y de que se aferre rpidamente
a uno de los sucedneos de la libertad. Por otro lado, existe el
peligro de que pudiera perderse en la profusin de intereses y
posibilidades, y as nuevamente sentirse perplejo. Se est frente al
peso de la decisin, hay que decidirse.
Se tiene demasiada libertad por tener que escoger entre un
gran nmero de oportunidades y posibilidades interesantes y
valiosas? A diferencia de la situacin de vaco y desinters, que
fue descrita anteriormente, existe ahora un escenario totalmente
distinto. No hay ms rastro de aquel vaco, del estancamiento de
un vaco existencial. La vida se ha vuelto rica y plena. La libertad
del ser humano es la misma; la intensidad y la plenitud con que se
vive son, sin embargo, radicalmente distintas.
Retengamos: el ser humano es libre de decidirse, y no puede
sustraerse realmente de esta libertad. El encargo que va unido al
ser libre consiste en diferenciar y decidir. Slo as el ser humano
puede abrirse el mejor camino en la confrontacin con la
situacin. Se denomina este camino sentido. Por consiguiente,
sentido puede ser definido como una posibilidad que se abre ante
el trasfondo de la realidad. El sentido siempre es, por lo tanto, un
camino enteramente realista, acorde con las circunstancias.
Cmo se reconoce y, en qu se ve, cul la que es en cada
caso es la mejor posibilidad? Se puede saber si otra decisin no
sera mejor? Hay certeza de haber hecho lo correcto? Para poder
responder a estas preguntas, es necesario explicitar an ms qu
es sentido.
Decimos que sentido alude a algo enteramente especfico
que es caracterstico para cada situacin particular, cortado a su
medida. Lo especial de cada situacin son las posibilidades que la
habitan. Ellas cambian y deben ser descubiertas nuevamente en
cada situacin. Pero no slo deben ser encontradas, tambin hay
que sopesarlas entre s en cuanto a su valencia, ya que no se trata
de tomar una decisin cualquiera, sino la mejor posible, la
correcta. Como veremos enseguida, existen para ello guas
bsicas.
Hasta aqu, hemos hablado en relacin a un aspecto del
sentido, el que depende de la situacin. En este punto, usted ya se
habr preguntado hace mucho si las posibilidades de la situacin
no dependen tambin de la persona que est en ella. Con ello se
aborda el segundo factor que tiene que ver esencialmente con
sentido. No todos aprovechan las posibilidades de igual manera.
Una misma realidad es vista y apreciada de distinta manera por el
bagaje diferente de dos seres humanos. Los seres humanos se
diferencian adems por sus capacidades y habilidades, es decir,
por los recursos innatos y aprendidos para la ejecucin de planes,
lo que conduce a que las posibilidades de un ser humano
representen una imposibilidad para otro.
Lo que hay que entender por sentido existencial termina
resultando una ecuacin con dos variables. Variables son las
condiciones o las posibilidades de la situacin concreta, y
variables son tambin las capacidades, propiedades y habilidades
de la persona que se halla en esta situacin. Realista es una
decisin tan slo si se consideran ambas, las posibilidades de la
situacin y las capacidades de la persona, y si se las armoniza.
Tan slo piense usted por ejemplo cunta buena intencin pero
qu poco sentido tiene si alguien que apenas sabe nadar salta al
agua tras uno que se est ahogando e intenta rescatarlo de donde
no hace pie. Para l no est abierta la posibilidad que para un
nadador socorrista es obvia. Si no obstante lo intenta, entonces la
sobreestimacin de las propias capacidades conduce a una doble
catstrofe. Quien no sabe nadar debe recurrir en este caso a otras
posibilidades, a un bote, un salvavidas, dado que el sentido de la
accin es salvar una vida, y no sacrificar dos. Una decisin o un
acto tiene sentido slo si a uno le significa algo. Y con esto sea
mencionado un tercer componenente, adems de la situacin y la
persona. Lo que es indiferente no tiene sentido (lo que no excluye
que despus lo tenga, es decir, se vuelva significativo). Ver
sentido en una cosa quiere decir que a uno le importa, que hay
una forma de relacin con ella (con otro ser humano). En el
ejemplo mencionado, rescatar a un ser humano tiene sentido
porque conservar la vida es considerado como valioso.
Seguramente a uno no le resultara indiferente si otro ser humano,
incluso un extrao, se ahogara. Quin podra ah mirar sin hacer
nada?
Valiosas pueden ser muchas cosas en la vida, y uno se
pregunta cmo encontrar el camino en esta abundancia
desconcertante y cmo lograr una vida plena de sentido. Por eso
el mrito especial de Frankl es haber reunido por primera vez
todas aquellas posibilidades cuyo valor incluye el de ser
portadoras de sentido. Frankl describe estas tres vas principales
hacia el sentido en sus libros y, porque ellas son de gran ayuda
para plasmar la vida con sentido, especialmente cuando se lo
busca desesperadamente, se las tratar aqu.

1. Valores vivenciales. Como plena de sentido se puede
experimentar la vida si en un instante algo es percibido como
bello en su policroma, en la variedad de sus formas, en la
armona de sus proporciones. Esta vivencia, esta duracin de la
vida, est llena de sentido. En absoluto es necesario pensar en el
sentido mientras se est entregado a la belleza de la cosa. Una
flor, por ejemplo, puede decirle tanto a uno: del devenir y el
transcurrir, de la belleza del florecer y tener aroma, de colores y
formas. Y cun distintas las experimentamos en la naturaleza, al
contemplarlas, al recolectarlas, al cuidarlas. Cunta gracia y
alegra puede trasmitir observar un animal: cmo se mueve
gilmente, cmo est naturalmente inmerso en su medioambiente!
Seguramente usted podra agregar muchas vivencias. Slo
hay que observar con suficiente atencin. No slo tenemos
vivencias con la naturaleza. Tambin lo creado por el ser humano
brinda abundantes oportunidades: arte, deporte, tcnica, ciencia.
Aqu est a disposicin una rica oferta que se aprovecha
gustosamente. La diversin, la alegra, el placer que
experimentamos, no adquieren su estmulo del valor de lo
vivenciado?
Uno de los valores vivenciales ms profundos es finalmente
el encuentro con otros seres humanos. Puede tener lugar en una
conversacin, en el trabajo, en una fiesta, al bailar, y
especialmente en el amor a un T, donde el otro es captado en la
unicidad de su ser. Todos conocen ese tipo de vivencias, pero
por qu representan un sentido? Las vivencias se convierten en
sentido, primero, cuando las cosas con las que uno se encuentra
son bellas en s y, segundo, cuando quien vivencia las acoge y al
mismo tiempo participa activamente plasmndolas,
reproduciendo internamente su ser. Por medio de esa actividad,
acoge en s algo valioso del mundo y se enriquece.
Nuevamente, como todo lo que tiene que ver con el sentido,
depende tanto del valor de las cosas como del ser humano que se
pone en relacin y se involucra con ellas, sin entrega, las
vivencias permanecen como plidas circunstancias. Entrega,
empero, nunca es pasividad. En ella se da una reproduccin
interior de la forma exterior, una incorporacin de aquella
pronunciacin de las cosas que las hace tan agradables.
Vivencias con sentido reciben su cuo, por ltimo, de la
plasmacin personal, en la reproduccin interior, en el pos-
vivenciar.
Los valores vivenciales son importantes desde varias
perspectivas. Por medio de ellos, experimentamos la belleza
original de la vida y obtenemos nuestras fuerzas anmicas, las
que nos permiten a su vez poder plasmar nuestra vida con sentido
en otros mbitos.

2. Valores creativos. El ser humano experimenta su vida
como plena de sentido tambin all donde obra creativamente en
el mundo. Si los valores vivenciales ayudan a acoger en s algo
valioso del mundo y as enriquecerse uno mismo, en el caso de
los valores creativos se trata de poner a cambio algo valioso en
el mundo, en el que se est momentneamente, y con ello
enriquecerlo con algo valioso. Todo crecimiento y todo desarrollo
se dan en el intercambio de dar y recibir, en un ciclo de acoger,
transformar y volver a dar. Este principio de crecimiento impera
en todos los niveles de la vida, en el biolgico (por ejemplo,
respiracin, circulacin, alimentacin) tanto como en el
psicolgico (en el mundo de los sentimientos y afectos), y por
supuesto tambin en el nivel de la decisin y la responsabilidad.
En lo que respecta a lo valores creativos, se trata de realizar
una obra o de instaurar un hecho. Qu tipo de obra tiene que
ser? Con seguridad, cuentan aqu las obras de arte; tambin se
debe mencionar los hechos pioneros de la ciencia y la tcnica.
Pero en el marco, de las posibilidades y capacidades del ser
humano, no debe ser considerado tambin una obra cumbre
cuando alguien cra un hijo, realiza su trabajo segn sus fuerzas y
concienzudamente, alimenta una familia, provee a una casa, cuida
un enfermo, saca su vida adelante? Nunca es lo espectacular lo
que transforma una produccin en una obra. Es en primera
instancia el compromiso, la seriedad, la entrega, lo que le otorga a
un emprendimiento, incluso a uno pequeo, consistencia ante uno
mismo, ante la propia transitoriedad.
En relacin con esto escribi Frankl una vez: En este
aspecto no podra perderse ningn gran pensamiento, incluso si
nunca lleg a ser conocido antes de ser llevado con el autor a la
tumba. La historia interior de un ser humano, con todo su drama e
incluso tragedia, nunca podra haber acontecido intilmente, aun
si nunca se reparara en ella, aun si ninguna novela atinara a
relatarla. La novela que uno ha vivido es siempre una
produccin incomparablemente ms grande y creativa que la que
alguien haya escrito (1982). En el caso del realizar humano, no
se trata tanto de la grandiosidad de lo realizado cuanto de la
integridad del que realiza. Todos nosotros realizamos nuestras
obras da a da, tanto en el trabajo como en el tiempo libre. La
mayor obra en la que trabajamos constantemente es la de sacar la
vida adelante. No se habla con razn de la obra de toda una
vida al mirar retrospectivamente la de alguien que se la pas
cumpliendo con su trabajo y ahora se jubila? No es acaso la obra
de toda una vida cuando los hijos se van de casa y siguen su
camino autnomamente?
Los valores creativos no slo se refieren al plasmar con
sentido al inventar, es decir al realizar y al crear lo nuevo, sino
que, ms all de lo puramente material, se meten profundamente
en el mbito del acrisolamiento humano. Se alude as a aquellas
situaciones en las que un ser humano, con su accin, con su
decisin, con su valiente tenacidad, contribuye a la conservacin
de un valor o respalda una idea.
Para un ser humano, puede ser extremadamente sensato
fortalecer a un grupo unindose a l o, abandonndolo, manifestar
una opinin distinta. Es uno de los grandes actos del ser humano
ponerse delante de otro protegindolo, ser de ayuda cuando
alguien tiene un impedimento, arriesgar el propio trabajo por la
verdad. Al comprometerse por algo o alguien, el ser humano
realiza un servicio a un bien y a su vez es colmado por este bien.
stos son los dos caminos por los que el ser humano marcha
por la vida. Sus capacidades originarias para plasmar la vida con
pleno sentido se posan sobre estos dos pilares. Vivenciando y
realizando, debemos cultivar nuestra vida.
Qu pasa, sin embargo, con la vida que, por una
enfermedad o el destino, se encuentra tan limitada que en su
cautiverio ninguna de las dos resulta posible? All, dnde se
puede buscar an un sentido?

3. Valores de actitud. El ser humano est por naturaleza mal
equipado para situaciones desahuciadas, sumamente difciles. No
sorprende, por ello, que nos resulten muy arduas. Pensemos tan
slo en qu difcil es afrontar la muerte de un ser querido. Cun
desamparados podemos estar de repente, cuando tenemos que
vrnosla con el diagnstico de una enfermedad incurable! Nada
nos fue dado desde la cuna para poder enfrentar el sinsentido de
semejante sufrimiento. No ayudan ni nuestras manos ni nuestra
inteligencia. No tenemos a mano nada ya listo con lo cual poder
eliminar efectivamente semejante sufrimiento.
Por otro lado, una y otra vez vemos seres humanos que
asumen con una grandeza impresionante un golpe del destino, un
sufrimiento grave o incluso la propia muerte. Posiblemente, dir
usted ahora, a ellos los ayud su fe. Ella los hizo fuertes, ella los
hizo resistir. Aquellos seres humanos en quienes eso es aplicable
quizs ya se hayan convertido en maestros de vida. A ellos apenas
se les podr decir algo ac. Y para todo creyente es de esperar que
su fe le pueda brindar sostn en las horas difciles de su vida.
Pero qu sucede cuando la fe no se sostiene? Si aparecen
dudas y desesperacin? Qu pasa con aquellos seres humanos
que no profesan ninguna confesin, que no creen en ningn Dios?
Cmo pueden sobrellevar el sufrimiento?
El anlisis existencial y la logoterapia de Frankl intentan
mostrar aquellas posibilidades que estn abiertas para todos los
seres humanos, independientemente de que sean creyentes o no.
Como orientacin psicoteraputica, naturalmente no pueden hacer
ninguna afirmacin teolgica. Ni siquiera cuestionaran su valor o
la posicin de un creyente; al respecto, dejan todo abierto y todo
cerrado. No ingresan en absoluto en el plano de la fe, pero
tampoco obstruyen el acceso a ella.
Qu puede hacer el ser humano en vista de la atrocidad del
sufrimiento debido a la fatalidad, en el que no hay nada ms que
modificar y nada ms que evitar? Sus manos estn atadas, sus
sentidos estn sordos. Se sume en la impotencia frente al destino
inexorable, y es esta conviccin de no poder hacer nada ms la
que transforma lo grave en tragedia; dado que, donde no
poseemos ninguna libertad ms, ah cesa tambin nuestro ser
persona.
Puede uno imaginarse algo ms inhumano que
experimentar una prdida exterior que deba ir acompaada de la
liquidacin total de la existencia personal? Y, en esta situacin
realmente somos refractarios a todo tipo de influencia y estamos
entregados totalmente al destino? Sentimientos de impotencia son
efectivamente un componente firme del shock posterior a un
acontecimiento fatal.
La mujer que despus del fallecimiento de su marido haba
quedado sola con cuatro hijos poda decir mucho al respecto. La
conmocin la condujo en los primeros tiempos hasta el borde del
desmayo. Con el tiempo y la ayuda de sus amigos, lentamente
tom concienciase hizo consciente de dos cosas. Por un lado, se
dio cuenta de que ahora, despus de la muerte de su marido, slo
depende de ella sacar adelante a los cuatro hijos, lo que al
principio tuvo la sensacin de que era imposible.
Lentamente el panorama se fue aclarando, y se vio un nuevo
camino alrededor del crter que el destino haba abierto justo en
medio de su camino hasta ese momento. Ella vio no slo la
posibilidad de criar sola a los hijos (cosa que logr hacer), sino
que vio mucho ms. Vio una necesidad, una tarea que la esperaba
y que nadie mejor que ella poda cumplir. Por otro lado, aprendi
lentamente a aceptar la muerte de su marido. Se trataba slo del
acostumbrarse a su ausencia?
Haba sucedido algo mucho ms importante. Haba
aprendido a ver que su marido, a travs de ella, poda seguir
viviendo, si ella en su espritu continuaba su propia vida y si
criaba a los hijos en el sentido de l. Su marido no seguira
viviendo as de alguna forma en los hijos? En su duelo, haba
notado que no haba debido despedirse totalmente de su marido,
encontr una cercana ms ntima a l. En vez de tener que
renunciar a l, ella haba internalizado su persona. Por su
propio sufrimiento, ella se haba vuelto totalmente otra y
comenz a integrar ms conscientemente el vnculo con su marido
fallecido a su vida cotidiana.
La seora B. experiment impotencia cuando se le
comunic que tena un cncer inoperable. Qu habra podido
hacer contra eso? Casi al mismo tiempo, se enter de que dos de
sus hijos planeaban un viaje a Amrica del Sur. Enseguida supo
de por lo menos una posibilidad de manejarse con su enfermedad:
se decidi a ocultarles su enfermedad, ya que saba que los hijos
no habran aprovechado la oportunidad nica de ese viaje si se
hubieran enterado del estado de su madre.
Ella reconoci enseguida la posicin clave en la que haba
sido puesta por la enfermedad. Vio que dependa de ella
posibilitarles el viaje a los hijos, a despecho de la enfermedad, o
impedrselos. Resolvi no permitir que la enfermedad determinara
todo (y as adopt por primera vez una posicin contra ella). Por
lo menos en este punto, haba podido refrenar la enfermedad. Y
en todo su sufrimiento por la enfermedad, que ya se haba hecho
presente, haba siempre una reparacin oculta en acciones de este
tipo, al haberle encontrado un para qu al sufrimiento.
La vida de muchos seres humanos muestra que nunca
estamos absolutamente entregados a un destino. A pesar de su
carcter de inevitable e inmodificable, siempre existen
posibilidades de obrar ms all de l; suponiendo que uno no se
obstine en una exigencia que pretenda que el destino vuelva
atrs lo inexorable. Ya que se desvanecen todas las otras
posibilidades si se les antepone una condicin de cumplimiento
imposible.
En relacin con golpes del destino, posiblemente sea el
mayor de los peligros sumirse (secundariamente) en la tristeza.
sta conmueve porque constantemente se tiene presente todo lo
que podra ser distinto, lo que habra podido ser ms lindo y
mejor, tan slo si el destino no Como si la vida consistiera en
que uno siempre puede escoger todas las condiciones de acuerdo
con lo planeado! El destino a veces le cierra a uno una puerta,
pero le deja una ventana abierta, como dice el dicho popular. Slo
que no hay que considerar que es indigno de uno usar la ventana...
Confrontado con la fatalidad y la propia falta de libertad
para poder modificarla, cuenta menos de qu se sufre, eso se
vuelve secundario, ya que est totalmente fuera de mi posibilidad
de influir. Lo ms importante se vuelve entonces la decisin
asumir el sufrimiento, o intentar lo imposible, sustraerme al
destino (negacin, aturdimiento, adiccin, suicidio)? A m, y
exclusivamente a m, me corresponde hacerme cargo del tipo y el
modo de sufrir y de asumir el vnculo o el valor por el que, a
pesar del sufrimiento, quiero conservar mi vida, incluso
soportarla.
Por qu cosa sufro es de lo ms ntimo en mi vida. Qu, si
no la esencia de mi persona, se expresa en esta actitud? Porque el
sufrir es parte de la esfera ms ntima del ser humano, no debe ser
utilizado para representar el papel de hroe. En el sufrimiento,
slo se trata en principio de permanecer uno mismo. Entretanto
debera haberse tornado claro cmo, a travs de la actitud ante el
destino, incluso en situaciones difciles, es posible dar sentido. La
libertad exterior nos ha sido quitada por el destino. Sin embargo,
sa no es la nica. Nos queda la libertad de adoptar una u otra
actitud frente al destino: la de entregarnos a l sin luchar o la de
arrebatarle su influencia determinante.
No puede acaso desarrollarse desenvolverse as el ser
humano nuevamente de manera personal (incluso si otros no lo
notan)? No se expresa acaso, eEn su actitud posicin ante lo
inexorable, no se expresa acaso su posicin actitud sobre el valor
de toda la vida? Si esto es as para l, y yo no dudo de ello, no se
muestra acaso en estas horas de la verdad aquel valor que en
ltima instancia soy yo, se que representa la causa el fundamento
de la dignidad?



Captulo 4
Sentido, la brjula hacia una vida lograda

La vida siempre tiene a disposicin posibilidades de sentido. El
sentido tiene valor de para sobrevivenciair. Nueve
descripciones detalladas de sentido y hallazgo de sentido. La
postura clave para hallar sentido.

Aunque la vida es imprevisible e inslita, en cada caso y en
cada situacin tiene a disposicin un sentido. En el captulo
anterior, se describieron los caminos a travs de los que se puede
encontrar sentido: vivenciando, por medio de la entrega a una
cosa o a otro ser humano; realizando, por medio de la dedicacin
a una obra, una tarea o a un ser humano. Los valores vivenciales y
los creativos son los recursos con los que plasmamos nuestra vida
con pleno sentido.
En ambos casos, el sentido es una forma de la entrega a un
valor. Donde esto no es posible, donde se ha perdido nuestra
capacidad de trabajar y disfrutar, all, a pesar de toda iniquidad, se
abre an una nueva posibilidad: a travs de nuestra actitud,
extraerle a la vida el sentido ms personal. Si es relativamente
sencillo disfrutar de algo bello o hacer algo con sentido, entonces
hay un mrito especial de la persona en la manera en la que
sobrelleva lo duro del destino y en la que supera la desesperacin
cercana.
2
En la medicina actual, se piensa frecuentemente que la
salud consiste en que el ser humano sea capaz de disfrutar y de
trabajar. En esta idea, falta aquella dimensin que pone la
madurez y la grandeza del ser humano en el centro: cuando un ser
humano no se deja avasallar por el destino, cuando desarrolla la
capacidad de oponerle resistencia y de permanecer erguido ante s
mismo, cuando ha adquirido una capacidad de sufrir.
Las tres vas principales hacia el sentido contienen la
afirmacin increble de que la vida alberga posibilidades de
sentido en toda circunstancia y hasta el ltimo respiro. En la vida
no hay ninguna situacin imaginable a la que por lo menos una de
las tres vas no pueda acceder. Todos los puntos de la vida,
incluso en las ramificaciones ms extremas y sutiles de una
existencia individual, estn conectados a estas vas del sentido.
Yo mismo me he podido convencer a menudo de la
esperanza, la confianza y la fuerza que conlleva saber esto, en el
caso de muchos seres humanos con quienes entr en contacto en
las situaciones ms diversas y difciles.
Con frecuencia, encuentro seres humanos que estn hartos
de su vida (actual) y piensan en suicidarse. Y todos tienen razones
suficientes para querer quitarse la vida. Quin no pensara por
momentos en ponerle fin a la vida cuando ha sido atribulado por
una serie de desilusiones, cuando algo a lo que l est

2
(Si usted desea leer ms detalladamente acerca del valor de la actitud y del posible sentido que se le puede ganar al sufrimiento,
puede remitirse a los siguientes libros de Frankl: El sufrimiento de una vida sin sentido, Direccin espiritual Pastoral mdica, y
de manera especialmente detallada en Homo patiens, que fue reimpreso en el libro El hombre doliente.)

especialmente apegado fracasa o cuando una enfermedad fsica o
mental estrecha demasiado el espacio habitual de vida? Pensar en
suicidarse es comprensible en algunas situaciones de la vida.
Lo que los seres humanos no ven ms en tales situaciones es
exactamente lo que antes denominbamos el significado potencial
de la vida. Ah, alguien puede ver todava posibilidades de
extraerle sentido a la vida? A quien anda seriamente con la idea
de suicidarse le falta en ese momento el contrapeso decisivo para
sus pensamientos. Siente que no da ms porque ya no ve
ninguna posibilidad viable. Se encuentra ante el vaco absoluto de
sentido vital, y ah est la razn ltima y ms propia de por qu
surge el peligro de suicidio a partir de una situacin grave. En su
estrechez y desesperacin, l cree que no hay nada ms de lo que
se pueda asir. En su impaciencia, no ve nada ms en lo que l
todava se pueda desarrollar.
Sin embargo, las posibilidades estn ah, para todo ser
humano. El sentido no slo transmite un valor vital, sino que
tambin se manifiesta siempre como un significativo valor para
sobrevivir significativo. En l se reconoce la direccin que
conduce la vida hacia un valor, al mximo valor dadas las
circunstancias. En este punto, es necesario dominar mejor an el
difcil concepto de sentido. Para tal fin, se brindarn algunas
descripciones detalladas de sentido y se clarificarn
malentendidos que, segn la experiencia, suelen aparecer.
Preguntmonos, por lo tanto, una vez ms qu quiere decir vivir
con pleno sentido o, simplemente, vivir con sentido.

1. Si lo llevamos a un denominador comn, vivir con pleno
sentido quiere decir: realizar la tarea que corresponde. La tarea
puede ser no hacer nada en esta hora, descansar o escuchar
msica, disfrutar de una buena comida. En el momento siguiente,
la tarea puede consistir en prestar una ayuda necesaria o dedicarse
a un trabajo.
Vivir con pleno sentido quiere decir extraerle el mejor valor
posible a una situacin y realizarlo. No un valor cualquiera, sino
aquel que se capta como el mejor valor segn el propio y
verdadero saber y entender. Sentido es, por lo tanto, lo que en
realidad debemos hacer ahora.
En lugar de sentido, tambin se puede hablar de lo debido
en cada caso. Es algo que todava no es, algo que justamente yo
tengo que realizar. La posibilidad de sentido es siempre una oferta
o un desafo del momento para el futuro. El sentido contiene por
eso un programa de accin que est adaptado a la realidad, en el
momento dado, de la mejor manera.

2. El sentido nNo se puede ser proporcionardado sentido.
Los padres no pueden prescribirle al hijo cul debe ser su sentido;
el jefe no se lo puede imponer a su empleado, ni el mdico a su
paciente. No se puede ni dar ni decretar sentido; ste debe ser
reconocido, debe ser encontrado. Todo lo que tenga sentido hay
que enhebrarlo en el ojo de la aguja del conocimiento personal;
cada persona por s misma debe captarlo y sentirlo en su vala, en
su necesidad o en su fascinacin.
De qu se trata cuando por m mismo no puedo decir S,
hacer eso es bueno? Qu pasa cuando mis superiores me lo
exigen, cuando mis padres me lo indican? Lo que en cuanto a su
significado pueda ser claro para algn otro, representa para m, si
yo no lo veo as, un encargo ajeno, una orden o una coaccin.
Sentido, nunca es una coaccin. Lo que autnticamente tiene que
ver con sentido nunca es un T debes!.
El sentido es un hijo de la libertad. Que yo me d cuenta del
sentido de una cosa no es algo a lo que se pueda obligar. Pero si
yo lo he reconocido, tampoco se puede anular; incluso si me
opongo y no lo realizo, sigue siendo sentido (reconocido).

3. Lo que se puede reconocer mirando y encontrar hallar
buscando, deba estar ah ya antes. Y realmente las ofertas de
sentido estn en el mundo, que me pone en las manos las
posibilidades, el material (en forma de situaciones, tareas y
valores) para trabajar.
3
Lo que en el mundo es percibido como
sentido es una posibilidad entrelneas de la realidad. Es lo que
nos llama, lo fascinante que nos asombra y admira, lo que me
conmueve al ver las montaas en la incandescencia de un

3
(ver Lngle, 1985, pp. 82 y ss.).

atardecer o al estudiar un tejido celular en el microscopio. El
valor creativo del entrelneas de los objetos es aquella tarea que
no se ha realizado y para la que yo ahora estoy siendo necesario,
para la que hago falta.
Por medio de mi obrar, puedo hacer realidad una posibilidad
valiosa que est latente en una situacin. Preguntmonos por un
momento qu es lo oculto que puede ser descubierto detrs de
una situacin dolorosa. Porque tambin en el sufrimiento se trata
de algo, este a saber, es de una postura actitud con la que se pueda
mantener el influjo del destino dentro de sus lmites. Pero no se
trata slo de la posturaactitud; en cada sufrimiento se trata de un
para qu que debe ser encontrado atravesando el sufrimiento.
Se trata de otro ser humano, de un Dios, o por lo menos de
conservar la libertad de la postura actitud y la dignidad de la
propia persona ante el influjo destructor del destino. . El sentido
que se puede aprovechar para salir de situaciones sin escapatoria
est en cmo manejarse con ellas, en para qu sobrellevarlas.
Cuanto ms difciles las circunstancias, tanto ms profundo
permanece oculto el sentido entre ellas. Y tanto ms debe arder en
nosotros el para qu, para extraer esa informacin aunque
ms no sea en la forma de una sospecha, como el mineral de la
roca estril.

Sentido siempre es una lo que llamademanda, en una
doble acepcin de la palabra: interesando pidiendo (llamar la
atencin) y demandando exigiendo(llamada de atencin). Con la
respuesta correspondiente a esa demanda, se incorpora una
porcin ms de vida al tejido de la personalidad.

4. Ver un sentido quiere decir captar una totalidad. De lo
fragmentado se establece un contexto por medio de una cinta
anmica que se nos presenta con la invitacin franca a meternos
en ese contexto de sentido. De lo no vinculante surgen vnculos,
vnculos a la situacin, a la cosa, a un ser humano.
Sentido es en ltima instancia el cobijamiento de la
existencia, en el que una y otra vez podemos poner a salvo nuestra
vida. Porque sentido como la respuesta a la pregunta para qu?
siempre remite ms all de las estrechas circunstancias, a un
contexto futuro y mayor desde el que entonces s se las puede
entender.
Formalmente para nuestras reflexiones no juega ningn rol
si el ltimo, el mayor contexto en el que un ser humano cree estar,
lo ve en Dios o en otra cosa; por ejemplo, en la comunidad o en
una idea. Para el vnculo de sentido, es importante tan slo ser
conscientes de que nosotros nos podemos entender slo en
contextos.
Hace muchos aos, o una historia que ilustra bellamente
cun diferentemente distinta lejos amplitud puede llegar a teneserr
el radio de la vnculo relacin de sentido en el que se puede ver
una misma situacin. Por eso la quiero relatar aqu.
En plena Edad Media, un hombre segua su camino por una
calle polvorienta. Donde encontraba seres humanos, se detena y
les preguntaba en qu trabajaban y para quin lo hacan; porque
desde haca un tiempo l ya no saba nada ms de su vida, no
saba ms qu hacer ni para qu. Cansado de reflexionar, se
march para escuchar de otros seres humanos qu los impulsaba.
De esta manera, quera enterarse desde la experiencia de sobre lo
que se le haba perdido.
Entonces se top con un hombre que estaba sentado a la
vera del camino y encorvado golpeaba una piedra. El caminante
se detuvo y lo observ largamente. Dado que no comprenda lo
que haca, le pregunt: Amigo, desde hace rato te observo
golpeando esa piedra con destreza. Slo que no atino a
comprender. Amigo, a m, un extrao y un lego en tu artesana,
me puedes revelar qu es lo que ests haciendo? Sin detener su
actividad, el hombre murmur malhumorado a travs de su barba:
T ests vindolo, golpeo piedras. El hombre sigui caminando
con pensamientos sombros. Qu vida es sa... pens...,
golpear piedras todo el tiempo?
Dado que su confusin era ahora an mayor, consider una
suerte que poco despus volviera a ver a un hombre sentado que
aplicadamente golpeaba una piedra de la misma manera que antes
lo haca el otro hombre. El caminante se dirigi a l y enseguida
le pregunt: Amigo, para qu golpeas esta piedra? El hombre,
algo asustado por la pregunta inesperada, contest despus de
vacilar: No ves? Hago piedras angulares! Afectado por su
desconocimiento, continu el caminante su camino. La
desesperacin creca en l, dado que no poda contentarse con lo
que haba visto. Consista toda la felicidad de la vida en golpear
piedras o hacer piedras angulares?
Sumido en la pena de su corazn, casi no ve que haba
pasado nuevamente al lado de un hombre. Tambin ste estaba
sentado a la vera polvorienta del camino y golpeaba una piedra al
estilo de los otros dos hombres. El caminante se detuvo y
comprob lleno de asombro lo que haca este hombre. Despus de
haberse convencido de que tambin este hombre con la misma
habilidad simplemente golpeaba una piedra, fue lentamente hacia
l y, dirigindole las palabras que ya no poda retener, le
pregunt: Amigo, dime, qu ests haciendo? Tambin t slo
golpeas piedras, o incluso haces piedras angulares? No,
respondi el hombre y se sac la transpiracin de la frente.
Acaso no ves? Yo construyo una catedral!

5. Es evidente que una vida plena de sentido est en otro
nivel que la comodidad, el arribismo o el bienestar. El sentido
sobrepasa el nivel de los recursos que propiamente no representan
la finalidad ltima. Bienestar, para qu? Por el bienestar en s
mismo? El sentido tampoco es una seguridad que le promete a
uno tener una vida lo ms agradable posible por el camino ms
sencillo.
En lugar de ser una cmoda pliza de seguros, el sentido se
presenta como un desafo vinculado con todo el riesgo que deben
asumir empresas de cualquier envergadura. Es tambin el curso
que mantiene un barco siguiendo a su brjula y que queda
confirmado recin posteriormente, cuando se ha alcanzado el
puerto de destino. La direccin emprendida no es, como tampoco
el sentido, una garanta para la seguridad del barco, sino que
contiene tan slo una esperanza de la meta por la que incluso se
abandon un puerto seguro.
Sentido es el curso de la vida para un determinado perodo.
Siguindolo, se toma la huella en direccin a algo digno de ser
vivido, se la toma a cargo. Y, como todo viaje est lleno de
sorpresas y por momentos de privaciones, as tambin sucede con
el sentido. Que privaciones sean parte del estar en camino, es
considerado a menudo como innecesario, porque le son atribuidas
a la propia torpeza. La realidad como la tierra de Jauja?
Si yo pienso en mis propias vivencias y actividades, por las
que fui viviendo mi vida de a tramos, entonces no recuerdo ni una
satisfaccin que no est vinculada a un esfuerzo. De la ocupacin
con el arte, la literatura, los idiomas o los pases, obtuve
profundas satisfacciones. Pero, cunto trabajo lleva dedicarse a
una inclinacin y ocuparse realmente, interesadamente, de algo?
Cunto esfuerzo realic con gusto, incluso habiendo rezongado a
veces?
Y as me pas tambin repetidas veces en el caso de los
valores creativos, como los hemos llamado. Incluso las
actividades ms interesantes pueden incluir un tramo en el que
hay que resistir arduamente, en alguna parte, en el medio, despus
de que afloj el primer estmulo, y el xito an no se alcanza a
ver. Esto fue as en todos los grandes proyectos, en la carrera
como en el doctorado, cuando yo ya quera estar listo y an no lo
estaba, y vuelve a ser as cuando escribo un trabajo grande o
simplemente pinto un cuarto.
Seguro que podra haberme organizado de una manera ms
cmoda en la vida, y podra tener algunas cosas de una manera
ms barata. Pero justamente hay una diferencia entre recorrer un
pas viajando o slo conocerlo por folletos.

6. El sentido para siempre, se no lo captamosconcebimos.
El sentido para nuestra vida no lo podemos poseer. A lo que nos
referimos con sentido es siempre una posibilidad concretamente
captable concebible y realizable. Qu forma tiene el sentido
concreto? Siempre nos sale al encuentro con el ropaje de
situaciones concretas. De manera que el sentido cambia con cada
modificacin de la situacin; de un momento para el otro ya se
puede tratarse de algo totalmente distinto. Vivir con pleno sentido
quiere decir flexibilidad en la percepcin de los valores.
La siguiente cita pretende subrayar, una vez ms, cun
intensamente se mezclan en el concepto de sentido, lo individual
de la persona con lo concreto de la situacin:
Sentido es, por lo tanto, en cada caso el sentido concreto de
una situacin concreta. En cada caso es la exigencia del
momento. Pero, remitida en cada caso a una persona concreta. Y
de la misma manera como cada situacin particular es algo nico,
exactamente as cada persona particular es algo nico. Cada da,
cada hora aguarda, por lo tanto, con un sentido nuevo, y otro
sentido aguarda a cada ser humano.
Entonces hay un sentido para cada quien, y para cada quien
hay un sentido especial. De todo esto resulta que el sentido de lo
que ah se trata debe cambiar tanto de situacin a situacin como
de persona a persona. Pero l es ubicuo. No hay situacin en la
que la vida deje de ofrecernos una posibilidad de sentido, y no
hay persona para la que la vida no tenga una tarea a disposicin.
La posibilidad de cumplir un sentido es en cada caso nica, y la
personalidad que la puede realizar es en cada caso nica (Frankl,
1985).
De la orientacin hacia lo correcto de cada situacin
(haciendo lo mejor posible de cada situacin y creando las
mejores condiciones para las siguientes situaciones), resulta la
totalidad de sentido de nuestra vida. Piedra a piedra, puestas a
plomo, se construye la casa. Paso a paso, se recorre el tramo.
La direccin del curso bsico es hallada por un rgano
perceptivo interior, una plomada interior por as decir. Una
sensacin sentimiento de lo que es correcto, una profunda e
interior ciencia profunda, interior (conciencia) nos da a
entender, independientemente de toda racionalidad y toda ciencia
aprendida, qu es lo que hay que hacer justo en esta situacin,
para experimentar, crear o conservar lo bueno en ella. Esta
sensibilidad personal despeja el camino hacia una plenitud de
vida, de otro modo inexplorada.
Sentido es algo que nos atae da a da, incluso si no
hablamos de eso o si no reflexionamos a propsito sobre el
sentido, como lo hacemos en situaciones excepcionales de la vida.
Que sentido es un asunto de todos los das, que tambin all se
trata de posibilidades de sentido (la mayora de las veces,
pequeas y en absoluto de mucho peso), es lo que pretende
demostrar la siguiente historia de la vida cotidiana. Tiene su
peligro relatar algo cotidiano, dado que la expectativa del lector
est dirigida a lo especial. En este caso, lo especial se encuentra
en usted, en su cotidianidad, que tal vez pueda ser plasmada
despus ms conscientemente por medio de sus reflexiones, al
leer esta historia.
El seor B. relata en rueda de amigos una noche llena de obstculos.
En medio de los preparativos para el siguiente da de trabajo, su mujer lo
llama a cenar. Realmente, qu tarde que se hizo! Pensar en los nios,
que pronto deban irse a la cama, lo hizo interrumpir su trabajo y se uni a
la familia; bastante tarde, como pudo comprobar, dado que los nios
enseguida lo bombardearon con preguntas y deseos que se haban
acumulado a lo largo del da. Qu podra haber hecho distinto? A pesar de
que l no quera otra cosa que prestarles atencin, y maana nuevamente
todo el da... Son el telfono: un amigo de negocios. Si ellos hoy a la
noche...
Imposible, justamente ahora que tengo tanto que hacer... A
propsito, muchas gracias por tu ltima carta con los amables consejos.
Realmente, deberamos encontrarnos lo antes posible. Qu tal la prxima
semana?, yo estoy de todas maneras en...
La comida estaba sabrosa. No haba notado en absoluto que tena
tanto apetito. Fue a buscar una botella de cerveza y, mientras l terminaba
la comida con ganas, los esposos intercambiaron las novedades del da. En
realidad, l quera seguir trabajando despus de la cena, ya que las
reuniones urgan y eran importantes. Pero la comida le haba dado sueo.
Encendi un cigarrillo y se sent junto a su mujer en la sala.
Ella lea una novela y l tambin se alegr de distenderse unos
minutos leyendo. Se haba colgadoobsesionado leyendo un artculo. Se
puso de pie de inmediato en cuanto mir el reloj y fue rpidamente al
escritorio. Se necesitan unos minutos hasta que uno se vuelve a meter bien
en el trabajo, pens, cuando de repente, de manera totalmente
desacostumbrada para esa hora, son el timbre de la casa. Era unUn
conocido que pasaba ocasionalmente. Entr con tanta determinacin que el
seor B., sorprendido, no atin a proponerle que viniera otra noche, como
tena en mente.
Vengo de una reunin muy larga, necesito imperiosamente un
whisky!
Bueno, est bien, pero...
Estoy mal.
Contrariado y ofuscado interiormente, B. lo invit a pasar a la sala de
estar. Seguramente ya era medianoche, y qu hora llegara a ser!
Me acaban de despedir cont el visitante.
En sus ojos aparecieron lgrimas. Un rato antes haba pensado en
suicidarse, entonces se acord de B. Sin pensarlo mucho, vino. Recin
ahora se empieza a dar cuenta... B. le pregunt cmo sucedi el despido.
Pensaron Reflexionaron sobre qu se deba hacer en los das siguientes. l
necesitaba dinero. B. se lo dio. Despus de una hora, B. le pidi a su
conocido poder regresar a su trabajo.
Ya aclaramos todo por hoy. Si algo sale mal, llmame!
Lo despidi y regres a su escritorio. Era muy tarde, estaba muy
cansado. Simplemente no debera haber atendido cuando son el timbre?
Debera haber despachado al conocido ms rpidamente an, haberle
preguntado enseguida si necesitaba dinero, y haberle contado del trabajo
urgente que tena? Qu tipo de ser humano sera si no se hubiera
involucrado a su manera? Lo empezaron a ocupar preguntas por el estilo.
Entonces se dio cuenta de lo que antes haba sentido intuitivamente. No,
por ms inoportuna que hubiera sido la visita, s era correcto cmo haba
obrado. Incluso no pudiendo concluir los preparativos esa noche...
Hasta aqu la historia de B., mi conocido. Por cierto, no es
tan cotidiana, ya que por suerte un amigo con la idea de suicidarse
no pasa todos los das. Pero la historia podra haber sido tan
cotidiana que no valdra la pena relatarla, si B. por la sorpresa se
hubiera cerrado; si no hubiera abierto, si enseguida le hubiera
mostrado la puerta a su conocido y por su brusquedad no se
hubiera enterado de la idea de suicidarse.
Quien est dispuesto a abrirse encuentra que en toda
situacin, como en la noche descrita, hay cosas de valor que hay
que experimentar, crear o conservar. Y siempre se trata de obrar
de modo que incluso a posteriori podamos reivindicar todo.
Aunque la satisfaccin no siempre pueda consistir en haber hecho
algo perfecto, s puede ser por lo menos el reconocimiento
honrado de que no se lo podra haber hecho mejor.

7. As de difcil como puede ser, por un lado, captar lo
correcto que hay que hacer en una situacin, as de poco depende,
por otro lado, del coeficiente de inteligenciaintelectual.
El sentido no se inventa. El pensamiento reflexivo puede ser
incluso un obstculo en el camino al sentido, cuando es utilizado
como mecanismo de defensa para borrar lo que se siente
ntimamente, racionalizndolo. Lo que representa un sentido me
capta totalmente, lo siento y lo percibo ya antes de que lentamente
se me vuelva consciente.
La seora N. est a los comienzos de los cuarenta. Tiene un
largo camino tras de s en la historia del desarrollo de su
personalidad. Fue educada muy apegadamente a tradiciones
convencionales. De eso se haba podido liberar finalmente. Por
sobre todo, haba ledo mucha bibliografa correspondiente a la
represin de la sexualidad en general y de la mujer en particular.
Despus de una primera experiencia, sorpresivamente
placentera, con un hombre extrao, descubri finalmente que
poda ser ella misma en la sexualidad libre, y no en el matrimonio
convencional en el que viva. Secretamente y sin que su marido y
sus hijos ya crecidos se enteraran, se entreg a aventuras erticas
tan a menudo como pudo.
Desde haca un tiempo, sin embargo, esto no funcionaba tan
bien: tena sentimientos de culpa. Especialmente frente a su
marido, quien en el ltimo tiempo se esmeraba mucho ms por
ella. Pero ella sigui secretamente su camino de autoencuentro.
Cuando despus de unas semanas los sentimientos de culpa se le
tornaron demasiado molestos, busc a un psicoterapeuta para que
la liberara de eso.
En ese momento, ste le hizo ver cunto necesitaba ella
estas aventuras para soltarse finalmente frente a los otros seres
humanos y su imagen parental internalizada. Ella lo
comprendi enseguida y desde aquel momento y por un largo
tiempo fue finalmente libre de poder dar rienda suelta a mis
inclinaciones y con ello a m misma. Tuve suerte de haber
encontrado un terapeuta que me pudo liberar de mi culpa, porque
l aprob lo que yo haba empezado.
No caben dudas: esta mujer perciba exactamente lo que
deba hacer, pero no lo quera saber. Ella senta culpa, pero no
quera registrarla. Lea mucho para justificarse. Quera que su
terapeuta la absolviera formalmente de su culpa (haciendo que l
caracterizara estos sentimientos como un resto de una neurosis no
tramitada) y se armaba una teora del autoencuentro, que se le
haba transformado en una ideologa. A pesar de toda su destreza,
se volvan a presentar estos malditos! sentimientos. Con la razn,
no se poda ms con ellos.
Para la logoterapia, nunca se trata de condenar a un ser
humano, pero tampoco puede justificarlo. Ambas cosas slo las
puede hacer el ser humano ante su propia conciencia o por medio
de una religin aceptada por l.
Que esta mujer hubiera obrado as era totalmente
comprensible en el trasfondo de su biografa. Su manera de
proceder, empero, no era la nica posibilidad que tena a
disposicin. Su comportamiento no resultaba inexorablemente de
su pasado. De lo que haca, era responsable slo ella, aunque no
lo fuera de los errores cometidos en su educacin. Su camino ella
lo haba elegido intencional y conscientemente.
A pesar de toda la comprensin que ella misma aportaba a
su situacin, no poda absolverse por eso de la culpa sentida. La
seora N. repeta ahora ella misma aquellos errores que les
reprochaba a sus padres: sofocar los sentimientos autnticos. El
sentimiento que emerga nuevamente y ahora tan
persistentemente, de haberse hecho culpable por las muchas
aventuras amorosas ante su marido y ante s misma, no era
justamente producto de la educacin. Era ella misma la que haba
empezado a resistirse contra su propia represin. Porque estaba a
punto de realizar un aborto anmico con su juicio perspicaz y
con su inteligencia aguda.
Con mucha mayor frecuencia, se percibe el sentido de una
situacin vital intuitivamente, es decir espontneamente, que
reflexionando conscientemente y pensando mucho. Hacer valer
como autntico slo aquello de lo que el ser humano tiene es
plenamente conscienciate sera una arrogancia intelectual de la
que caera vctima la dimensin humana, dado que las antenas del
ser humano alcanzan mucho ms all de aquel terreno
enteramente cuantificado del que ha tomado posesin
intelectualmente.

8. Todo ser humano puede encontrar sentido
independientemente de su cociente coeficiente intelectual y de su
edad, en tanto y en cuanto sea capaz de tomar decisiones, por ms
simples y poco sensacionales que ellas sean (desde afuera, tal vez
completamente inadvertidas). No necesita ni siquiera sus cinco
sentidos, dado que el rgano del sentido (Frankl) es una
sensibilidad interior para lo correcto, es lo que tambin se puede
denominar conciencia.
Obrar a conciencia es posible a cualquier edad, con
cualquier inteligencia; es posible independientemente del gnero
o de la religin, incluso de cualquier confesin. Numerosas
investigaciones empricas corroboran (ver por ejemplo Frankl, La
pregunta por el sentido en la psicoterapia) que la capacidad de
hallar sentido es parte de lo ms propio del ser humano.
Edad, experiencia, educacin, trasfondo cultural, nivel de
formacin, estructura de carcter, vnculo religioso o inteligencia
son parte del sistema de condiciones en cuyo marco se abren la
libertad y la responsabilidad para hallar sentido como la
posibilidad adecuada para esta persona en esta situacin.

9. El sSentido tiene numerosas facetas. Algunas que se
revelan como especialmente tiles e importantes para manejarse
prcticamente con sentido, han sido mostradas en las
descripciones precedentes. Ahora nos apartaremos de la
diferenciacin y, para finalizar este captulo, buscaremos una
llave con la que se puedan abrir todas las puertas a las
posibilidades de sentido.
En este libro se ha sealado repetidamente que el sentido
representa una ayuda para orientarse, de la que se puede esperar
que le muestre a los seres humanos la direccin hacia una vida
plena y lograda. Si ste es efectivamente el caso, entonces debe
haber, independientemente de todas las reflexionesn acerca del
sentido (y sta ellas llenan muchos libros), un concepto simple
segn el cual sea posible una vida plena de sentido en todo
momento.
Decimos que en cada caso el sentido no est en nosotros;
hay que buscarlo. Sentido es justo lo que hay que hacer de manera
adecuada y considerada a cada situacin. Todo esto ya lo hemos
escuchado. Entonces, seguimos preguntando: cmo reconozco lo
que hay que hacer? Y encontramos que es percibido como llamar
la atencindemanda, como lo que llama la atencinpide y (/o)
como llamada de atencinlo que exige, como algo fascinante o
como algo necesario.
Bueno, dirn algunos, lo que se siente as no es ni de lejos
algo comprobado! Es cierto, pero qu se habra ganado con ello?
Ms all de la imposibilidad de semejantes pruebas, ellas son
innecesarias dado que un sentido realmente reconocido y sentido
ya representa lo ms certero. A ir ms all de la falta de
entusiasmo y de decisin, no ayuda ninguna prueba. Depende
esencialmente del valor de la cosa de la que se trata.
Sin embargo, si lo ms certero se justificar finalmente,
eso deber demostrarse, se manifestar en el desarrollo de la vida.
En toda vida plena de sentido, subyace una postura actitud clave
muy determinada: es la postura actitud del permitir preguntarse.
Existir quiere decir estar entre signos de pregunta cuestin,
ser-preguntado.
Vivir quiere decir dar respuesta, responder las preguntas de
cada momento particular.
Frankl escribe que a la pregunta por el sentido de la vida hay
que darle un giro de 180 grados para que se la pueda responder en
su origen. Es la vida misma la que le hace preguntas al ser
humano l es a quien la vida le pregunta, quien debe responder
a la vida y responder por la vida. Pero las respuestas que da el ser
humano slo pueden ser respuestas concretas a preguntas vitales
concretas. En la responsabilidad por la existencia acontece la
respuesta que se le da; en la existencia misma consuma el ser
humano el responder a sus propias preguntas (Frankl, 1982).
La clave para el sentido es la apertura del ser humano,
radica en el orientarse hacia la vida. Hemos nacido, por cierto, en
un mundo que es cualquier cosa menos ntegro. Pero en l ni por
un momento faltan ofertas de sentido. Sustraerse a ellas querra
decir rehuir del mundo que nos ha originado.
Pero no slo el mundo, tambin nosotros seramos los
defraudados, nos defraudaramos nada menos que en el desarrollo
de nuestra existencia. Adoptando la actitud conveniente segn el
sentido en cada caso, afrontndolo, llevamos nuestra existencia a
la plenitud.


Captulo 5
Cmo sucede el xito?

xito: resultado del esfuerzo y la suerte. La obsesin por el xito
conduce a una sensacin de vaco, contractura interior e
inseguridad. Tres perturbaciones anmicas de la obsesin por el
xito: adiccin al xito, miedo al fracaso, bloqueo anmico. El
eco del sentimiento.

Ser exitoso es uno de los atributos ms bellos, especialmente
en nuestro tiempo. Por eso vale la pena precisar en qu
condiciones surge el xito y qu es lo que en realidad debe
significar. Dado que en este libro nos dedicamos bsicamente a la
pregunta de cmo logra el ser humano vivir con pleno sentido,
entonces tambin vamos a preguntarnos acerca de la relacin
entre sentido y xito. Es el sentido una receta para el xito? O el
sentido requiere que debamos abstenernos del xito?
Vamos a preguntarnos primero qu quiere decir tener xito.
Para qu situaciones utiliza usted la esa palabra? Si comenzamos
a reflexionar, nos produce extraezallama la atencin que por
xito se entiendan cosas muy dismiles y ocasionalmente
contrarias. Esto se relaciona con la evaluacin del objetivo del
xito. Un sSuficiente en un trabajo en clase puede ser para un
escolar un xito tanto como para otro representar un fracaso.
A pesar de toda diferencia en la evaluacin del objetivo del
xito, hay cosas en comn que legitiman el uso unificado del
concepto. De xito slo se habla cuando lo precedi un obrar
perseverante cuyo esfuerzo colabor esencialmente para alcanzar
el objetivo. Cuando los acontecimientos por s mismos conducen
al objetivo, casualmente u observando una regularidad
inexorable, difcilmente se pueda hablar de xito. Tiene xito
quien se puede considerar a s mismo como causante del resultado
ambicionado.
Y, donde el ser humano pone manos a la obra, ah hay
inseguridades. As, a pesar de todo esfuerzo y de toda habilidad,
se puede tener mala suerte y fracasar. El xito le puede ser
esquivo a uno, y el trabajo no es coronado por un xito. Que
esto pueda pasar es lo que constituye el problema con el xito.
Con el xito se describe un mbito ubicado entre la necesidad de
las leyes, por un lado, y el surgimiento puramente casual del
efecto, por otro.
En este mbito intermedio, se encuentra el obrar orientado al
objetivo, el esfuerzo del ser humano para alcanzar un efecto
determinado. De ello resultan dos cosas importantes para el
manejarse con el xito:

1. Lo que representa un xito lo fija el ser humano
(determinacin definitoria del xito). Hay que saber, por lo tanto,
qu se considera como xito y qu como fracaso.
2. El xito puede ser allanado por el ser humano, pero no
enteramente producido. El esfuerzo por s solo no provoca
necesariamente el xito (insuficiencia en la realizacin del xito).

El primer punto, la localizacin del xito, acontece slo
por medio del ser humano. Para el segundo punto, para el
camino al xito, es necesariase necesita, adems de nuestros
esfuerzos adecuados en intensidad y orientacin, una cuota ms o
menos grande de suerte. Se necesita el favor del momento. El
ser humano religioso dira tal vez: se necesita la bendicin o la
gracia. El xito es un producto de dos componentes. Como una
amalgama, se compone de la mezcla de esfuerzo y casualidad:
Porque el surgimiento del xito no depende slo del ser
humano, tampoco puede ser asentado totalmente como mrito
propio. Y, de la misma manera, el fracaso no puede ser
equiparado totalmente y sin ms con incapacidad (lo que, por
ejemplo, suele hacer el depresivo o inseguro). Por supuesto que
de la misma manera es valedero que el fracaso tampoco puede ser
atribuido sin ms a la pura mala suerte, a lo que a su vez tiende
el seguro de s mismo, dado que piensa que a l no se puede deber
nunca cuando algo sale mal.
En verdad, el xito real tiene como base, es decir como
condicin previa, un esforzarse autnticamente. Sin embargo, el
salir bien le cae en suerte a esta base. El esforzarse eleva la
probabilidad del surgimiento del xito; con habilidad,
ejercitacin, aplicacin y experiencia, el ser humano puede
aumentar las perspectivas de xito y disminuir el influjo de la
casualidad.
Slo si precedi este ingrediente de la mano del ser humano,
se puede hablar de un autntico xito. Si alguien encuentra un
anillo de oro casualmente y sin buscar, esto no puede ser
designado como xito, sino que es justamente pura casualidad.
Esta diferencia debi aprenderla tambin aquel rabino quien,
debido a su falta de xito, haba cado en serias dificultades
econmicas y ya no saba cmo alimentar a sus cinco hijos. En su
desesperacin, le implor a Dios un milagro al jugar a la lotera.
Cuando despus de varias semanas no se insinu ni la menor
ganancia, fue al templo e increp a Dios: Seor, no te ped
hasta el hartazgo que ayudaras a mis hijos y a m? Primero me das
cinco hijos y ahora no haces nada. Cmo podr seguir creyendo
en ti? Entonces reson la poderosa voz de Dios: Rabino, veo tu
necesidad, pero dame una oportunidad! Ve y por lo menos
compra un billete de lotera!
El esforzarse eleva las perspectivas del surgimiento del
xito, decamos, pero el radio de accin de nuestras manos
requiere la prolongacin por medio del favor del momento, para
alcanzar el objetivo del xito.

Tomemos Hagmonos nuevamente conciencia conscientes
de que el xito es definido enteramente por el ser humano. Por
estas dos razones el xito necesita nuestro esfuerzo y es
definido por nosotros, se produce fcilmente una grave
confusin, que encima es alimentada por el pensamiento idealista.
Sin haberlo reflexionado bien, se comienza a vivir como si
directamente se ambicionara el xito. La motivacin para obrar es
tan slo tener xito (como si se lo pudiera alcanzar nicamente
obrando).
Se pasa por alto que el xito consta de dos elementos que
desde cierta perspectiva son contrarios. Slo uno puede aportar el
ser humano para su consecucin. El otro se tiene que dar por s
solo. Escapa a nuestro dominio. Cmo y por qu se da el
encuentro de estos dos elementos, permanece como un misterio
para nosotros. Por eso, cuanto ms intentamos intervenir en este
proceso y manipularlo, tanto ms se trastorna y el xito ocurre
tanto ms difcilmentecon mayor dificultad. La verdadera receta
es limitarse al esfuerzo adecuado sin hacerse dependiente del
xito. l se mostrar.
Frankl (1985) representa esta situacin con un dibujo que
explica grficamente el xito como efecto secundario:

El querer alcanzar directamente un efecto es efectismo; es
ms parecer que ser. Para un efecto autntico, es
fundamento y condicin previa el desvo por la confrontacin
con las cosas en el mundo (como valores propios).
Para ejemplificarlo brevemente: los padres son para sus
hijos una autntica autoridad cuando la influencia se basa en el
ejemplo de vida, en su saber previo y en su capacidad. Una
indicacin que est fundamentada de esa manera tiene un efecto
totalmente distinto sobre el adolescente, a que si los padres
quieren ahorrarse esa molestia e intentan provocar determinado
comportamiento de los hijos por el camino directo.
Cmo se hace eso? Se elude la molestia y se imponen
represalias, o el comportamiento deseado se compra, por as decir,
por medio de un intercambio. Tambin el joven nota que aqu no
hay una autoridad competente, percibe a los padres como
autoritarios o extorsionadores. Siente la falta de autenticidad de
los medios con los que debe ser logrado en l un determinado
efecto y, con razn, se resiste a esa intromisin en su libertad,
rebelndose contra la coaccin objetivamente infundada o
redoblando la apuesta a la extorsin.
El esforzarse intensamente por el contenido, el esmerarse al
obrar, es parte del xito. Lo decisivo es que el esfuerzo se limite
al campo del material y deje suceder lo que est ms all del
lmite.

En la dedicacin a algo que represente algn valor est el
sentido. De esa manera, el sentido est enteramente del lado de lo
realizable, siempre est dentro del alcance del ser humano. El
sentido no est en el tener xito, sino en la decidida dedicacin a
un valor (como por ejemplo a una tarea, a un ser querido).
Tener xito significa que en mi esfuerzo me he orientado
hacia algo valioso. Por eso conserva pleno sentido incluso si no se
alcanz el objetivo o no se pudo finalizar el trabajo. La falta de
xito de una obra de arte que falla en su estreno no menoscaba su
belleza, y algunas obras inconclusas cuentan entre las ms bellas
de nuestra cultura.
Si el sentido se debiera buscar en el xito, qu diferenciara
entonces la bsqueda de sentido y un juego de azar? Una
motivacin para obrar, que no se restringe a aquellos valores con
los que se tiene que ver inmediatamente, es en el fondo
exagerada, es decir, va demasiado lejos porque invade el campo
del xito. El intento de querer forzar el xito a contrapelo de la
naturaleza de la cosa es una frustracin existencial
preprogramada (Frankl). Adnde conduce sta? Esencialmente, a
tres efectos:

1. Sensacin de vaco (la mayora de las veces, pasa por
depresin).
2. Contractura interior (seguida por contractura muscular).
3. Inseguridad (anmica e intelectual).

Cmo se llega a esto, ya le resultar a usted comprensible.

1. La persona orientada al xito se concentra en su deseo
(tener xito) y pierde de vista cada vez ms el piso de los hechos
(la base que conduce al xito). Adems, el para qu de su obrar es
tener xito y si esto ocurre ya no tiene ningn para qu? ms.
Tiene la satisfaccin (de su deseo) pero no la realizacin (de su
persona).
La concentracin en el tener xito implic un dficit en la
base y en el objetivo: en razones reales y valores perdurables.
Tarde o temprano, sigue forzosamente un vaco interior. O el
xito no se dio (lo que no es improbable) o s se tuvo xito, pero
se trataba slo del xito por s mismo y, por lo tanto, vaco de
contenido.

2. Se intenta compensar el vaco surgido; ya sea porque no
se conoce ningn otro camino, ya sea porque no se quiere ningn
otro camino. Se intenta forzar nuevamente la suerte con la misma
receta para el xito. Se percibe cun difcilmente funciona. Los
esfuerzos se vuelven tanto ms intensos cuanto ms difcil es
lograr la suerte. Uno se aferra a su postura, se obstina en sus
esfuerzos (rigidez). La contractura se extiende al cuerpo
(contractura de los msculos del hombro, presin arterial alta,
respiracin superficial). Surge el estrs.

3. Aparece una profunda inseguridad, a menudo
desapercibida por mucho tiempo. Es alimentada por dos
experiencias:
a) Uno se siente amenazado, porque se experimenta
constantemente que el xito tambin depende de influencias
ajenas al yo. Uno se siente expuesto. Se experimenta la
limitacin de la propia capacidad de obrar.
b) A causa del vaco posterior al xito, a causa de la
creciente falta de xito de los esfuerzos o a causa de la magnitud
de la dedicacin, surge ms y ms la pregunta de si realmente vale
la pena vivir para el xito. Incluso eso puede ir tan lejos, que se
produzca una conmocin de la cosmovisin y a uno le parezca
todo lo que hace sin sentido y vaco (a pesar de no ser depresivo).
La obsesin por el xito, con los tres sntomas, puede
conducir tambin a perturbaciones anmicas. Esto es a
comportamientos similares a las adicciones, miedos y bloqueos
anmicos. Miremos ms detalladamente este conjunto de
problemas.
Dediqumonos primero a los comportamientos similares a
las adicciones, y en particular a la adiccin al xito. La adiccin
al xito se parece a aquella pasin que es conocida del juego de
azar (Dostoievski la ha descrito excelentemente en El jugador).
Como en el juego de azar, en la adiccin al xito se trata de
desafiar la suerte, dado que todas las fibras del ser humano estn
orientadas hacia una sola cosa sola: justamente el tener xito.
Un adicto al xito puede trabajar da y noche para
desarrollar su carrera. El valor de toda la vida depende de en qu
se vea el xito: prestigio, dinero, poder, lujo, autoafirmacin.
Entonces no queda en absoluto muy apartado del camino jugar
con cartas marcadas, manipulando la situacin para forzar
xitos, alardear de trabajos que nunca se hicieron y adornarse con
plumas ajenas. El adicto al xito no vive del cumplimiento sino de
la satisfaccin; lo que hace lo deja interiormente vaco. Porque
siente esto, corre ms para no tener que sentir su vaco existencial,
su vaco interior, se aturde. En estadios posteriores, comienza a
jugar un rol tambin el alcohol.
El adicto al xito es un ser humano en peligro, porque qu
le queda cuando se derrumba su castillo de naipes? El vaco y el
aburrimiento se abren, y se torna consciente del sinsentido de su
estilo de vida. El adicto al xito necesita del xito, se ha definido
por medio del xito, pero as se ha enajenado (porque es claro que
para el xito debe aadirse algo de afuera).
La obsesin por el xito est unida, adems, como ya fue
dicho, a miedos que principalmente se tornan perceptibles como
miedo al fracaso. En el caso del miedo al fracaso, se trata de la
imagen en espejo de la adiccin al xito. Aqu hay un recelo ante
el riesgo y el juego con la suerte. A menudo, precedieron malas
experiencias con el juego de la casualidad, de manera que estos
seres humanos son como nios quemados que se quieren prevenir
lo ms posible.
Tambin aqu hay una sobreestimacin del xito, en el cual
se ve el mximo objetivo de la vida. A sus ojos, no hay nada peor
que haberse esforzado intilmente, que regresar de la cacera sin
presa, que no ser el vencedor celebrado. Estos seres humanos son
malos perdedores. Por miedo a ser desairados, no invitan a bailar
a la mujer de su vida. En el miedoso reparo ante el fracaso, ante
errores, ante el fallar o ante la mala suerte, se privan del
desarrollo de sus vidas.
El tercer trastorno conduce por eso a un bloqueo anmico,
porque se fuerzan procesos que naturalmente ocurren de manera
espontnea y por s solos, y que en realidad slo as ocurren sin
inconvenientes. Frankl habla de modelo de reaccin neurtico-
sexual porque esta postura actitud aparece con mayor claridad en
los trastornos sexuales. El modelo de reaccin no se observa slo
en el caso de neurosis sexuales, sino que tambin es pertinente en
todas las vivencias que (despus del esfuerzo precedente) deben
producirse por s solas y slo entonces pueden ser consideradas
autnticas.
Quien quiera ser gracioso, quien quiera experimentar a toda
costa una alegra, quien quiera ser feliz, cuanto ms forzada y
directamente anhele esto, tanto ms inhibida, exigida y sobre todo
vaca llegar a ser la vivencia. Uno se bloquea a s mismo porque
uno pone manos a la obra sobre s mismo. En el modelo
neurtico-sexual, subyace un triple error (ver tambin Frankl,
1985):

1. Una sobreelevada valoracin del xito (por ejemplo:
Debo llegar al orgasmo; si no, me pongo en ridculo).
2. Un reflexionar exageradamente acerca de las
posibilidades para llegar de todas formas al (tan ansiado) objetivo
(das enteros pensando, fantaseando y preparndose para la
prxima relacin sexual).
3. Una autocontemplacin en el acto (durante la
consumacin), en lugar de la entrega a la pareja (Cun cerca
estoy ya del orgasmo? Ser mejor esta vez?).

En la sexualidad, tal comportamiento desemboca tarde o
temprano en trastornos como impotencia o frigidez. Porque lo que
acontece natural y autnomamente, es decir, por s mismo, a
travs del sistema nervioso central para el plano corporal y en el
acto sexual en el mbito psquico, es entorpecido en su transcurso
espontneo a travs de la actitud y un proceder manipulador. Se
llega finalmente a un bloqueo.
El modelo de trastorno tambin se da, como ya fue
mencionado, cuando alguien se esfuerza por hacer especialmente
divertida una noche con invitados, cuando se quiere causar la
impresin de relajado e indiferente, cuando se quiere estar
especialmente de buen humor para un momento determinado.
El mismo modelo de trastorno se halla no slo en el caso de
xitos puntuales. Del mismo modo, puede dirigir el obrar como
postura ante laactitud de vida a travs de muchos aos; por
ejemplo, cuando seres humanos intentan ser felices e intentan
asegurar este ser felices lo ms posible, de modo que permanezca
independientemente de las circunstancias.
Para la felicidad no existe ningn cupn de racionamiento.
As resumi una vez, una paciente, de manera acertada, los
conocimientos de las horas de terapia precedentes. Tambin para
la felicidad es vlido el principio del xito: Lo que el ser
humano quiere realmente no es, en ltima instancia, el ser feliz en
s, sino una razn para ser feliz. Porque tan pronto como hay dada
una razn para ser feliz, se instala la felicidad, aparece el placer
por s solo (Frankl, 1985).
En el pasaje del que proviene esta cita, Frankl no habla slo
de la felicidad, sino tambin del placer, que obedece al mismo
principio. Al placer hay que atraerlo, y no hay nada que lo espante
ms que el ruido de pelea. En la lucha por el placer, se intenta
obtener placer directamente sin muchos rodeos. Pero
lamentablemente: cuanto ms se propone uno el placer, tanto ms
se le esfuma (Frankl, 1986).
Por qu? Porque el experimentar placer satisfactoriamente
es un efecto, una consecuencia de otra cosa que lo precedi. El
experimentar placer satisfactoriamente es en realidad un efecto
secundario, efecto secundario de un sentido cumplido y de un ser
que encuentra (Frankl, 1985). Si por el contrario el experimentar
placer, es decir, el estado psquico interior y no por ejemplo el
objeto atrayente en el mundo, es transformado en objetivo
inmediato del anhelo, entonces reclama toda la concentracin y se
convierte en el nico contenido y objeto de la atencin. En la
medida en que el ser humano neurtico se preocupa por el placer,
pierde de vista la razn para el placer, y el efecto placer ya no
puede surgir.
Cmo se ve, someramente, una ayuda especfica que
conduzca fuera de los mencionados trastornos? Nosotros decimos
que la razn de estos trastornos se halla en una postura actitud que
procura forzar los efectos por caminos directos, lo que va a
contrapelo de la naturaleza de la cosa. Quien est metido en tal
problemtica podr decir con Aldous Huxley: Cun feliz se
podra ser si no se necesitara pensar en ser feliz.
Una terapia adecuada inducir por eso la descontractura,
guiando las intervenciones y el obrar del paciente hacia el campo
de las razones, congruentemente con el alcance limitado de los
brazos humanos, que no pueden alcanzar el otro lado, el del xito;
es decir, hacia lo que se puede sostener efectivamente en las
manos. Para el sentido, cuenta el comprometerse con algo o
alguien por su valor, pero no por xito propio, inmediato. l Este
ya vendr, no hay que preocuparse. No preocuparse
especialmente por ellso conlleva una serenidad sanadora, con la
que se puede evitar mucho estrs; lo que a su vez deja ms fuerza
para el esfuerzo que conduce al objetivo.
El neurtico sexual encuentra un camino de salida cuando se
acerca a la pareja ya no ms como a un dispensador de placer, y
aprende una manera de ver que le permite divisar al otro como
amable e incluso amado. Se trata de que en la relacin sexual
quite su atencin de s mismo (esto es, de los efectos placenteros
de su parte). En lugar de eso, entregado al t de la pareja, estar
atento a la belleza de sus atractivos sexuales, al encanto de la
persona, a su ternura en la donacin, y a las muchas cualidades
atractivas y amables del ser humano amado. Las tiene que
disfrutar, en lugar de acechar su orgasmo. ste acontece por s
solo y, por cierto, tanto ms intensamente, cuanto ms libre y
espontneamente se lo deja llegar.
ste es el principio bsico de un mtodo que Frankl
denomin dersreflexin. El nombre dice que se aparta la
reflexin del xito y se la dirige a las tareas, los valores y las
bellezas en el mundo. Es conocido, pero se olvida a menudo por
la influencia de trastornos anmicos, que tambin los sentimientos
siguen una razn. Se los puede considerar como el eco interior
de la constelacin de la situacin (estmulos, recuerdos,
pensamientos...). Por eso son parte de la misma categora de
fenmenos, que suceden por s mismos si son autnticos (estn
exceptuadas ciertas enfermedades, como por ejemplo formas de
depresin, que pueden aparecer en fases y prcticamente sin
razn).
El intento de modificar sentimientos por caminos directos
(inducir sentimientos agradables y descartar sentimientos
desagradables) representa un violentarse a s mismo, dado que
desdea la razn de su surgimiento. De ah que sea
psicolgicamente comprensible que la mejor manera de superar el
mal humor sea confrontndose inmediatamente con su razn,
prestndole la menor atencin posible o dedicndose a una tarea
pendiente o a una pequea ocupacin. Quin no ha observado
cun rpidamente se disipa entonces el mal humor, a veces para la
propia sorpresa?
El principio bsico del acontecer de los sentimientos y los
humores se encuentra tambin en miedos y en algunas formas de
depresin. Sin embargo, a menudo se requieren ciertas tcnicas y
conocimientos metdicos para aplicarlo en trastornos clnicos. Se
hace notar que lo aqu expuesto no debe inducir a intentar todo
unilateral y exclusivamente desde la perspectiva de este captulo.
Con seguridad, se trata de un aspecto importante que adopta una
funcin clave en muchos modos de comportamiento, pero sigue
siendo justamente slo un aspecto del comportamiento y de la
actitud.
Algunos seres humanos piensan que esta postura actitud
desrreflexiva va unida a una renuncia, esto es, la renuncia a la
felicidad, el placer, el prestigio, el xito. En realidad, lo cierto es
lo contrario, como hemos visto. Se renuncia tan slo a la
sobreestimacin manipuladora de s (algunos diran tambin
narcisista), que cree poder disponer del destino.
La postura actitud dersreflexiva se basa en un realismo
fundamental que coloca el tamao y la influencia real del obrar
humano en las proporciones correctas. Semejante realismo vale la
pena de todos modos. Se puede plasmar la vida ms
efectivamente y se torna as esencialmente ms plena. Uno no se
ahorra el trabajo, pero s se ahorra un estrs innecesario.
Comprender esto fue para un mdico jubilado la clave para
una clara mejora de su disposicin de nimo y, por sobre todo, de
la relacin con su mujer. l busc ayuda psicoteraputica porque
su espritu emprendedor como jubilado decaa ms y ms, y sufra
perturbaciones angustiantes-depresivas. Su estado le
obstaculizaba directamente la felicidad, como l deca.
Consideraba la felicidad como un estado que simplemente se
posee. No le pareca que la felicidad deba tener una razn
concomitante en la que se invierte el trabajo.
Toda su vida vivi bajo el aspecto de la utilidad. La carga
era en primer lugar su mujer. Ahora que l estaba constantemente
en casa, no poda soportar las enfermedades (neurticas y
corporales) de ella. Se senta responsable por ella, sin poderle
conseguir realmente alivio, y ella rechazaba la ayuda de extraos.
La falta de xito de sus esfuerzos lo ofenda, soportaba cada vez
menos estar con su mujer, e incluso pequeas ayudas comenzaron
a resultarle una carga.
En qu consista aqu el problema? A los ojos de un ser
humano que en su vida slo se gua segn la utilidad, una ayuda
recin tiene valor cuando conduce a la curacin. Que la ayuda sea
simultneamente expresin de la relacin, del amor, la
dedicacin, cae fuera de este modelo de percepcin. Slo cuenta
el xito. Si ste no se da, entonces el esfuerzo fue una inversin
equivocada. La frustracin permanente de sus esfuerzos condujo a
que sucumbiera su autoestima (Soy un fracasado, hago todo
mal). Con este desarrollo, es comprensible que comenzara a
evitar a su mujer, dado que le resultaba cada vez ms difcil estar
junto a la supuesta causa de su frustracin.
La mujer reaccion, por supuesto, con reproches por su
alejamiento. Y falt poco para que, debido a la escalada, se
llegara a una explosin. La depresin ofreca cierta proteccin,
dado que una separacin habra contradicho su actitud, en ltima
instancia amorosa, ante su mujer. Cmo poda salir de su
situacin empantanada?
Se necesitaron algunas horas de conversacin hasta que l
lleg a una idea decisiva. sta consista para l en que poda
conservar un orgullo real como mdico y esposo porque l poda
decir: Por mi mujer hice todo lo que se puede hacer en cuanto a
ayuda mdica para su mejora. Ms no es posible, incluso para un
esposo mdico. En su escrupulosidad, no haba as dudas. Pero
su orgullo estaba ahora acompaado por la modesta idea: Por el
xito de mis esfuerzos, yo no soy responsable. La curacin ya no
es mi tarea, de acuerdo con el viejo principio medicus curat,
natura sanat (el mdico cuida, la naturaleza sana).
La otra cara de la moneda de esta modestia fue una
descompresin de la situacin: Por lo tanto, nNo tengo que
hacer nada ms, por lo tanto! Justo como esposo, deber tener
xito con la propia mujer (y nica paciente como jubilado)
representaba una pretensin exagerada constante. sta haba
cedido el lugar a una responsabilidad realista y autntica. Cumplir
con ella era lo que tena que hacer, lo que tuvo efectos decisivos
para la nueva autoestima.
La inseguridad de ser un fracasado haba cedido. La relacin
crispada con su mujer se relaj tanto de ese modo, que pudieron
conversar nuevamente. l la pudo exhortar a expresarse acerca de
su estado de sufrimiento, dado que l ahora tena la fuerza de
participar de su sufrimiento. Su vida haba obtenido un sentido,
estaba orientada segn el lema Lo logr!, en lugar de: Logr
arruinarme!

Captulo 6
Tiene sentido la responsabilidad?

El sentido de la libertad es ser responsable. La responsabilidad
est ligada irrevocablemente a la libertad. Responsabilidad: un
concepto vincularrelacional. Manejarse con la culpa.

Lo logrado por accin propia es mi mrito. Lo que fracas
por mi acto libre es mi culpa, se asienta como dficit en mi
existencia. Cada acontecimiento para cuyo surgimiento jug un
rol mi participacin, est entre los polos del mrito y la culpa, me
favorece o me hace quedar mal parado ante m mismo (o tambin
ante los dems), presuponiendo que particip como ser humano
libre, es decir, decid y obr en conocimiento de aquello en lo que
me meta y de lo que se trataba.
En ninguna otra cosa se manifiesta ms claramente quin
soy, que en acontecimientos que dependen de m. Mi reaccin, mi
respuesta al sentido de la situacin (si y cmo le correspondo o lo
dejo pasar), genera aquella luz en la que aparezco ante m mismo
y ante los dems.
Dado que como ser humano libre no obr en nombre de
otro, no estaba como instrumento bajo coaccin. Fui yo slo
quien le puso su sello al acontecimiento, est escrito con mi letra.
Porque fui yo quien lo quiso hacer y lo llev a cabo, es mi mrito.
Incluso si otro se beneficia con el xito o lo da por propio.
Y es mi culpa si obr injustamente, incluso si otros lo
consideran de otro modo. All donde haya obrado libremente, no
puedo hacer responsable a nadie ms (atribuir la culpa a otro), y
tampoco otro puede hacerse pasar por responsable (adjudicarse el
xito). El hecho queda adherido a m; es expresin de la persona
autnoma, real, y de los objetivos a los que se siente vinculada. Si
obrando libremente se pudo obtener algo valioso, si fue exitoso,
entonces no se quiere ceder la responsabilidad. Si por el contrario
surgi un dao, entonces no hay que intentar en absoluto
responsabilizar a otro, puesto que no se puede dejar de ser ni no
ser uno mismo.
De lo que haya hecho voluntariamente, soy responsable. Lo
que no habra llegado a ser sin m, tambin da testimonio de m.
Si primero yo tuve que ver con eso, despus eso tiene tendr que
ver conmigo!
En lo que sigue, se clarificar qu es verdadera
responsabilidad, para despus llegar a hablar del asumir
responsabilidades y finalmente hacer algunas reflexiones acerca
de cmo poder manejar la culpa con ms sentido.
Ser responsable significa meterse en el juego. En otras
palabras, la responsabilidad aparece donde algo me importa. All
donde se trata de m (cmo obro y si obro), en consecuencia,
dondequiera que deba decidir, me encuentro en medio de la
responsabilidad.
Toda responsabilidad presupone la libertad de la persona.
(Por eso nadie puede ser culpable por algo que ocurri a pesar de
la debida precaucin y contra su voluntad, o por algo que l
mismo no hizo. En tales casos, no se trata de culpa y no existe por
eso ninguna culpa colectiva. A lo sumo, se puede debatir la
pregunta por la posturaresponsabilidad.) Libertad y
responsabilidad estn indisolublemente unidas, son como dos
caras de una moneda.
Libertad quiere decir justamente decidir uno mismo, y de
ese modo ser el causante de un efecto. Obrar libremente implica
necesariamente responsabilidad, sin importar si se lo sabe o no.
Esta responsabilidad fundamental es la base para la
responsabilidad concreta en cada situacin. A la responsabilidad,
por lo tanto, le antecede la libertad.
Si contemplamos estos pensamientos desde el otro lado,
entonces esto quiere decir que, en el vnculo indisoluble de
libertad y responsabilidad, se trata de cmo utilizar la libertad con
sentido. Ser libre por ser libre en s desemboca en el vaco y la
ausencia de todo compromiso. Si se tratara slo de la libertad, no
podramos hacer nada ms, dado que de inmediato se desistira de
la libertad por una decisin.
Ya hemos visto antes (ver captulos 1 y 2) que debemos
decidirnos de todos modos. Y vimos que la mejor decisin se
llama sentido (ver captulos 3 y 4). Si uno pretende hacer con
su libertad lo mejor, entonces eso sucede entregndola por el
sentido de la situacin, dejndola consumirse en una decisin por
lste. As, el vaco del libre de se transforma en la plenitud del
libre para. Al aspecto negativo de la libertad, lo sustituye uno
positivo: la libertad fue colmada con un sentido; el sentido de la
libertad es la responsabilidad. Al final del cuarto captulo,
hablamos de una actitud de vida como clave para todo hallazgo de
sentido. All dijimos: el ser humano es bsicamente y desde el
principio al que la vida le pregunta y el que debe responderle a la
vida (Frankl, 1982). Al dar respuesta a las preguntas vitales
pendientes, al realizar las tareas y comprometerse con los valores
vivenciales, se responde por la vida. En el responder
concienzudamente la pregunta por el sentido, consiste la
responsabilidad.
Por Para qu cosa es responsable el ser humano, ya fue
dicho en lo expuesto en este libro: paraor la realizacin del
sentido dado por las mejores posibilidades de cada situacin
particular. Y qu es eso ante lo que el ser humano es
responsable? Ante quin, ante qu instancia porta la
responsabilidad? Bien, quin podra responder a esta pregunta
por el otro? Acaso no tiene que decidir esta pregunta cada uno
para s? (Frankl, 1981).
Entonces no se puede dar a eso ninguna respuesta? Se
puede mostrarmuestra una direccin para la respuesta, como antes
esto fue posible a la pregunta de por para qu cosa es responsable
el ser humano. Cul es el sentido concreto, tampoco fue dicho.
Depende de la situacin y de la persona, y tampoco puede ser
determinado por el terapeuta. De ah que la respuesta slo pueda
ser decir cmo puede ser hallado este sentido.
Entonces, aAnte qu es, existencialmente responsable
entonces el ser humano, existencialmente responsable? Es
responsable ante el valor ms alto que l conoce en su vida. Esto
es para uno el valor que l mismo es: su conciencia. Otro se
sentir responsable ante un ser amado, ante quien quiere
mostrarse como digno. Para un tercero, ser su Dios ante quien
quiere ser justo (ver Frankl, ibdem). Es totalmente posible e
incluso hay que suponer que estos mbitos no se excluyen unos a
otros, en tanto y en cuanto ellos son verdaderos para el ser
humano, congruentes con l; dado que conciencia no se
refiere en su acepcin existencial a adoptar valores tradicionales o
aprendidos, sino a una congruencia percibida personalmente.
Por medio de esta sensibilidad personal a lo que est bien y
es correcto, obtenemos una orientacin para decidir y obrar de
manera sensata y satisfactoria. Es en esta sensibilidad en la que se
muestra, en ltima instancia, la responsabilidad existencial.
En favor de la claridad, vale la pena describir la esencia de
la responsabilidad con otras palabras (inusuales?).
Responsabilidad es mi respuesta al sentido particular que se
encuentra en resonancia con mi valor ms alto. De ah que la
responsabilidad no tenga nada que ver con ejercicios obligatorios
que alguien extrao demanda de m. Responsabilidad es un
concepto de la libertad. Y no hay que confundirlo por eso con
normas, leyes, instrucciones de uso y operacin.
Responsabilidad es expresin de mi vinculacin con un ser
humano, una idea o una cosa. Responsabilidad es un concepto
vincularrelacional! La magnitud en la que se asume una
responsabilidad (sobrellevando tiempo, esfuerzo y preocupacin)
indica cun valioso me resulta el objeto de mi responsabilidad.
Ser responsable quiere decir dedicarse. Querer entregarse, querer
estar para algo, es comprometerse voluntariamente. Ser
responsable por algo quiere decir amarlo a conciencia, vivir con
ello en el sentido de mi valor ms alto.
Responsabilidad es compromiso por sus valores. En el obrar
responsable, culmina la autonoma de la persona, y la libertad es
llevada a su sentido. De este modo, no asombra que el mximo
objetivo de la logoterapia y del anlisis existencial de Frankl sea
conducir al ser humano a su propia responsabilidad, dado que
vida sin responsabilidad es como una vida no vivida, es una
vida vivenciada
4
pero no vivida.
Algunos seres humanos se estremecen ante la propia
responsabilidad. Tienen miedo porque muy frecuentemente ven
en ella una coaccin, una instancia ante la que deberan abandonar

4
De vivencia: pPalabra formada poque introdujo al espaolr el filsofo Ortega y Gasset para
poder traducir el trmino alemn Erlebnis.

su libertad y seran despojados de lo amado. Es necesario mucho
tacto para poder llegar a hablar sobre eso con ellos, y no imponer
nada, no presionarlos, dado que la responsabilidad es una hija de
la libertad personal.
Justamente porque se los apremi, a menudo los seres
humanos desarrollan un recelo a tomar en sus propias manos su
responsabilidad, su vida. Y por eso es tan importante saber que la
responsabilidad no puede ser enseada por medio de castigos y
amenazas. Hacia la responsabilidad, uno slo se puede sentir
atrado.
Pero, para poder asumir una responsabilidad, es importante
estimar, adems de la competencia, la magnitud de las exigencias
que uno puede imponerse. La responsabilidad existencial por un
hijo, por ejemplo, no quiere decir hacer uno mismo todo por el
hijo.
La responsabilidad existencial tiene por condicin previa
poder hacer frente a la situacin. La forma de vida en la que la
responsabilidad queda rezagada por trechos prolongados es la
neurosis, es decir, una enfermedad causada anmicamente. Esto
no quiere decir que uno se vuelva inmediatamente neurtico si
uno no vive su responsabilidad.
Slo hay que decir en este lugar que el neurtico advierte de
manera tpica constantemente que no puede obrar de otra manera
y que por eso no es responsable. En su neurosis, se experimenta
pasivamente; es ms lo que l es vivido que lo que l mismo vive.
Cuando tiene miedo, por ejemplo, ste lo determina y dispone de
l. No se anima a salir de su casa por miedo a sufrir un infarto, si
bien tiene un corazn totalmente sano.
Algo similar le pasaba a un hombre joven. Despus de
muchas horas de anlisis existencial (entre tanto, haba
recuperado una apreciable libertad de movimiento), se volvi
claro qu gran necesidad haba desarrollado, desde su
adolescencia, de que se le prestara atencin. En ese momento, se
haba separado su madre, algo que lo haba hecho sufrir mucho.
Segua pendiendo sobre l el miedo de ser separado de seres
queridos. Entonces se esforzaba temerosamente por recibir la
solicitud de ellos. En eso vea la garanta de no ser dejado solo en
lo inmediato.
Hasta aqu, brevemente, el mecanismo psquico de este
neurtico fbico. Mucho ms oculta en su pasado se hallaba una
decisin que en su momento fue efectiva por poco tiempo y por
eso haba cado bastante en el olvido. Ella haba determinado el
rumbo del resto de su vida. A los catorce aos de edad, l no
estuvo de acuerdo con la separacin de sus padres y se haba
decidido a luchar. Pero cmo hacerlo?
El padre desapareci del horizonte, y l dependa de su
madre. La iba a agraviar mientras ella se preocupaba realmente
por l y haca de todo por l? En su obstinacin, se decidi por
una sentadahuelga de brazos cados: no quera convertirse en
adulto. En aquel momento, empez a propsito a no asumir
ninguna responsabilidad en muchos mbitos, sino a pasrselas a
su madre. Tcticamente, eso fue hbil en tanto y en cuanto as no
pona en peligro la relacin con su madre, y adems se aseguraba
los esfuerzos de ella y, por lo menos segn su percepcin, poda
castigarla por lo que haba hecho.
Creci con ocasionales molestias psicosomticas. En su
matrimonio desaparecieron, y por un buen tiempo vivi
enteramente cobijado y prcticamente libre de preocupaciones.
Entonces lleg un hijo. Con mi hijo cambi todo, ahora ya no
haba una vida paradisaca, dado que por mi hijo yo quera asumir
responsabilidades. Pero no me haba preparado en absoluto para
eso! Poco despus del nacimiento del nio estall la neurosis
fbica. Slo poda salir de la casa acompaado.
Despus de muchas horas de terapia, supo de la razn de su
enfermedad. A lo que le tengo miedo, en realidad, es a tener que
arreglrmelas solo en la vida. La neurosis es en realidad tan slo
el miedo ante la responsabilidad!, dijo. Y continu: Ahora me
resulta claro por qu una neurosis puede llegar a ser tan fuerte. Se
trata de toda la actitud frente a la vida. Por eso no se puede salir
de all tan fcilmente.
Repentinamente se le volvieron comprensibles muchas
maneras de comportamiento en la neurosis. Por ejemplo, por qu
slo poda salir de la casa acompaado de ciertas personas, por
qu no poda usar taxis, por qu slo poda trabajar con
determinadas personas, y en presencia de otras le daba miedo.
Poda hacer de todo si saba que haba alguien junto a m,
dispuesto a asumir responsabilidades por m y al que yo le tuviera
confianza si la cosa se pona seria.
En la entrevista siguiente: Entretanto se me torn claro que
no he asumido la responsabilidad en muchos otros mbitos. Ahora
he comenzado a asumir yo mismo la responsabilidad en muchas
cosas pequeas: en la asignacin de dinero, la compra de ropa, de
comida....
No por miedo sino por una comprensin equivocada,
rehusaba la seora A. la responsabilidad. Tena muchas
dificultades en el trato consigo misma y por eso quera tener una
conversacin aclaratoria. Su historia ilustraba cmo por la presin
de la educacin puede surgir un concepto equivocado de
responsabilidad, contra el que ocasionalmente
circunstancialmente se resiste un ser humano por largo tiempo, y
en esoal mismo tiempo desagua la tina con el nio adentro arroja
al nio con el agua de la tina. (El relato est limitado a una breve
presentacin del aspecto de la responsabilidad.)
La seora A. crea que su educacin como joven adaptada, y
no ella misma, era culpable de sus problemas. Se le haba
enseado que una muchacha deba estar dispuesta a asumir
responsabilidades, y ya en la pubertad empez a rebelarse contra
esto; dado que responsabilidad significaba para ella ser sumisa,
tener que negarse, no poder ser ella misma, tener que obedecer
normas. Por eso ella era alrgica a todo lo que tena aspecto de
responsabilidad.
Finalmente esto lleg tan lejos que ya con pequeeces tena
sentimientos encontrados; por ejemplo, cuando quera comerse
ella sola un chocolate entero. Por supuesto que saba que dependa
slo de ella si lo coma, pero el hecho de que consumir chocolate
a menudo produce caries, por lo cual ella sola deba asumir la
responsabilidad, la haca rebelarse un poco, ya que no quera
recibir nada impuesto desde fuera.
Lo que la haba ayudado a largarse del callejn sin salida fue
la cuidadosa conversacin en la que conoci un concepto vital de
responsabilidad, el mismo que ha sido descrito aqu. Fueron
necesarias muchas aclaraciones, y manejarse con el concepto de
responsabilidad orientado al sentido requiri mucha ejercitacin.
Surgi que ella desde siempre habra asumido gustosamente
una responsabilidad as. Y tambin se torn claro que
esencialmente su rebelin ya estaba sostenida por una
responsabilidad por s misma. Sobre esto pudo construirse
finalmente el concepto voluntario de responsabilidad.
Ms arriba, dijimos que uno se siente atrado hacia la
responsabilidad. De ello se concluye que es posible sustraerse a
ella. Tambin dijimos que aquello con lo que ahora tengo que ver,
despus tiene que ver conmigo. Qu puedo hacer si de eso surgi
algo con lo que no estoy de acuerdo porque me equivoqu o
porque fui culpable? Ya sucedi y no puede retrotraerse.
se es justamente el peso de que no poseamos la libertad de
transformar en no ocurrido lo que s ha ocurrido, lo cual deja ver
de manera especialmente clara nuestra limitacin. Para qu
entonces dedicarle muchos pensamientos a eso, si de todos modos
no se puede hacer nada?
Un ser humano creyente objetara esto de inmediato. l
conoce el arrepentimiento, la confesin, liturgias penitenciales.
Se halla en una situacin peor porque debe expiar, mientras que
el no creyente puede mirar cmodamente, dado que para l la
cosa ya sucedi y listo?
Como lectora atenta o como lector atento, habr usted
notado que a todo manejarse sensatamente con una cosa o un
problema le precede un principio bsico: lo que se puede
modificar hay que plasmarlo. Donde algo es inmodificable, ah
puedo modificarme yo. Con la culpa, se abordan muchas
problemticas.
Desde un punto de vista psicoteraputico, el problema de la
culpa es la impotencia del ser humano frente a lo inmodificable
de lo acontecido. Porque los seres humanos no se las arreglan con
ella, a menudo resultan de ello resignacin y un comportamiento
equivocado. La culpa es negada o considerada una bagatela. O
bien los seres humanos reaccionan con furia impotente hacia s
mismo, con autorreproches incesantes y sentimientos
compungidos, depresivos. Reacciones, por lo tanto, que se
hallan entre el polo de la ligereza y el de la autodesmoralizacin.
En un manejo adecuado de la culpa, se intentar, por el
contrario, reintroducir la dimensin perdida de la libertad, para
arreglrselas con lo sucedido. Para ello se requieren nuevamente
los principios bsicos mencionados; sin embargo, esta vez, en el
orden inverso, dado que en los acontecimientos que estn tras de
m, en el pasado, donde todo ya est tan fijo que no es posible
transformarlo en no ocurrido, son necesarios primero los valores
de actitud; despus sigue el hacer. Y realmente todo lo que hemos
dicho acerca de los valores de actitud (ver captulo 3) se puede
aplicar a la culpa donde, del mismo modo, lo ocurrido se ha
vuelto ineludible.
Ahora bien, lo acontecido est cerrado, pero yo no termin
de vrmelas con eso. Me puedo modificar a m mismo; tambin,
mi actitud posicin hacia el acontecimiento, hacia mi hecho. De
una postura actitud porfiada o rebelde, por ejemplo, puedo salir (a
veces, slo con ayuda de otros), puedo mirar la situacin con
tranquilidad, admitir el hecho, reconocer mis debilidades. El
reconocimiento de lo fctico, es decir, de aquello que realmente
pasa conmigo, recin muestra el abismo hasta el ideal. Comienzo
a ver lo que es necesario modificar y trabajar en m, para no
seguir huyendo de m mismo.
Despus de la comprensin de la culpabilidad del hecho,
sigue como segundo paso el determinar obligaciones an
pendientes, esto es, aquello que a pesar de lo sucedido an puede
ser modificado. Muy a menudo, se pueden aprovechar para eso
las posibilidades de enmendar y prcticamente siempre las de
enmendar sustitutivamente. De manera realista, no hay que pasar
por alto que un dao a menudo puede ser eliminado o
reemplazado. No sera la culpa incluso mayor si uno se
desentendiera de eso, si uno reconociera haber sustrado algo,
pero se negara a devolverlo? A veces, ya no es posible restituirle
al ser humano afectado lo que se le ha quitado.
Se me ocurreRecuerdo a una mujer que me cont que,
muchos aos despus de haberse hecho una aborto, ya no lo
consideraba como correcto y entonces haba comenzado a relevar
con frecuencia y regularmente a sus vecinas en el cuidado de sus
hijos;, se ocupaba mucho de hijos ajenos. Ella quera enmendar en
ellos aquello de lo que se haba hecho culpable en su propio hijo.
Sin este hecho, el reconocimiento tardo de su error habra
sido para ella demasiado barato (ver Frankl, 1984). Ella quera
que este reconocimiento le costara algo, correspondiente al valor
que para ella personalmente iba unido a ello. Y no repar en los
costos econmicos, en el tiempo, y tampoco en los esfuerzos.
(Semejante acto voluntario de un ser humano est mucho ms all
de la compensacin de una prdida que slo servira a la propia
pretensin.)
Quien haya comprendido que la culpa no es un destino por
el que la vida con sentido se torna imposible, se volver ms libre
para asumir responsabilidades, dado que ya no deber retroceder
espantado por miedo ante una posible culpa. Se volver ms
maduro para una vida autodeterminada. Sin embargo, la vida no
se volver as ms cmoda; slo ms sustancial, ms provechosa,
ms plena.
Estos dos lados de la responsabilidad, lo difcil y lo bello en
ella, sern abordados en el texto siguiente y se clarificar una vez
ms la dimensin de la responsabilidad:
Responsabilidad es aquello que a uno lo atrae, y a lo que
uno se sustrae. La sabidura del idioma insina as que en el ser
humano hay fuerzas opuestas que lo retienen de asumir
responsabilidades. Y, de hecho, hay algo en la responsabilidad
que es abismal: cuanto ms larga y profundamente se la mira,
tanto ms tomamos conciencianos percatamos de eso, hasta que
finalmente nos invade una especie de mareo.
Si profundizamos en la esencia de la responsabilidad
humana, entonces advertimos que la responsabilidad del ser
humano es algo terrible y a la vez magnfica. Es terrible saber que
en cada momento tengo la responsabilidad por el siguiente, que
cada decisin, tanto la ms pequea como la ms grande, es una
decisin para toda la eternidad, que en cada momento realizo o
desaprovecho una posibilidad, la posibilidad de cada momento.
Cada momento entraa miles de posibilidades. Y puedo elegir una
sola para realizarla. Pero con eso ya sentenci todas las dems y
las conden a no ser nunca, y tambin esto para toda la
eternidad.
Sin embargo, es magnfico saber que el futuro, mi propio
futuro y con l el futuro de las cosas, de los seres humanos en
torno a m, depende de mi decisin en cada momento, de algn
modo aunque ms no sea en una pequea medida. Lo que realizo
a travs de ella, lo que traigo al mundo, como dijimos, eso lo
rescato hacia la realidad y as lo conservo resguardo de la
transitoriedad (Frankl, 1981).



Captulo 7
Transitoriedad y sentido

Cmo puede tener la vida pleno sentido si sabemos que ella es
limitada? As no se tornan ftiles muchas cosas? Encontramos
respuestas a esta pregunta en la confrontacin con la muerte, el
miedo a la muerte y las regularidades de nuestra existencia que
all subyacen. Precisamente al ser conscientes de nuestra finitud
surgen posibilidades de una vida plena de sentido y puntos de
partida hacia un poder morir libre de miedo. La vida
desaprovechada dificulta morir. Comencemos a vivir desde el
principio considerando el final, para finalmente poder empezar a
vivir!

Por qu solemos dejar de lado la muerte
Al final de este libro, volvamos a hablar acerca de la vida.
De la vida en su totalidad, no slo de aspectos parciales. De
aquello que hace esencial a la vida. El tema vida en su
totalidad, tal vez lo podemos explorar de la manera ms rpida
con una pregunta poco comn, la del miedo.
Qu es lo que da el mayor miedo en la vida? Como el
mayor miedo de la vida, mencionan muchos seres humanos la
muerte o una agona penosa. Si pensamos en ella, entonces la
sentimos como un cuerpo extrao o un intruso amenazante.
Intuitivamente se dira, en realidad en una buena vida la muerte
no tiene nada que hacer. Slo hurta y destruye la vida.
Y, cuando llega la muerte al final de la vida, no hacemos
ms que desear que venga rpidamente, sin grandes dolores, sin la
necesidad de cuidados prolongados. , oOjal en un entorno
ntimo, que podamos morir con salud, por as decir, y sin
enterarnos mucho.
Percibimos la muerte como un principio enemigo de la vida.
Pero lamentablemente a la larga no se lo le puede apartar de la
vida. Con las primeras arrugas, las canas, los olvidos, etc., se
mete furtivamente en la vida y comienza a molestar. Y por cierto
que nos puede resultar un poco inquietante ver cun ocultamente
obra el principio mortal.
Peor es el contacto abrupto con la muerte. Nos asustamos
cuando insospechadamente ella nos toma por sorpresa y sin
consideracin penetra en nuestra vida; un amigo de nuestra misma
edad se enferma de cncer, otro muere de un infarto al corazn,
un nio tiene un accidente fatal, etc. Si lo afecta a uno mismo el
diagnstico de una enfermedad con posibilidad de muerte,
entonces estamos totalmente conmocionados y nos sentimos
impotentemente expuestos a la desgracia. Aparece la
desesperacin, especialmente cuando fracasa nuestra actual
estrategia frente a la vida, porque estaba orientada hacia una vida
sin una muerte.
Seguramente los avances de la tcnica y el poder de la
ciencia han impregnado el espritu de la poca de tal modo que l
se caracteriza por la posibilidad de hacer y controlar. Las grandes
invenciones de nuestro tiempo nos han tranquilizado y realmente
han conjurado muchas amenazas de antes. Nunca fue tan sencillo
volverse viejo. Todo eso nos ha inducido a creer que podemos
hacer casi todo. As comenz a imponerse el vago parecer de que
ya no necesitamos considerar seriamente la muerte en nuestra
vida, gracias a los avances de la medicina y a la buena previsin.
Por supuesto, si tomamos conciencianos hacemos
conscientes de ello as, nos resulta claro de inmediato lo
cuestionable de esta posturatoma de posicin. . Sin embargo, una
consecuencia est vinculada al espritu de la poca. Si bien no de
nuestra vida, la muerte est ampliamente desalojada de nuestroa
concienciaconsciente. Por eso, una y otra vez, despertamos de
esta creencia espantados, cuando realmente experimentamos lo
que sabe todo nio: que a pesar de todo el progreso somos
mortales y que incluso el ser humano moderno del maana puede
morir en cualquier momento.
La muerte, que hemos credo olvidar en lo cotidiano,
aparece una y otra vez, ya sea en nuestra vida, en nuestro entorno
personal, ya sea en las noticias acerca de catstrofes, tsunamis o
enfermedades como sida, gripes epidmicas, etc.
Desde siempre tuvieron los seres humanos miedo a la
muerte. Y desde siempre estuvo amenazada la vida. Algunas
amenazas ya no son tales actualmente. La peste est extinguida;
contra el clera existen medicamentos efectivos. Pero Sin
embargo, han aparecido nuevos peligros. El ms grande es haber
desalojado la muerte del estado la conciencia consciente y no
querer convencerse de la mortalidad, postergarla hasta que sea el
momento. Pero Aahora es el momento de poder morir, porque.
eEste momento es siempre. Todo momento es tambin momento
de morir. Cuanto ms se reprima esta realidad, tanto mayor es el
miedo.

Es realmente la muerte lo que da miedo?
En una poca que ha olvidado la muerte y que ha
desarrollado defensas eficientes frente a sus precursores la
vejez, la enfermedad y el sufrimiento, es comprensible que la
medicina y las ciencias naturales adquieran gran relevancia en la
sociedad. Sus representantes (mdicos, cientficos) gozan de gran
prestigio, y la ciencia se ha convertido en la religin de hoy, a la
que se le cree ms fcilmente que a las religiones tradicionales.
La muerte es aceptada como permitida recin a una edad
avanzada. E incluso entonces tiene lugar en otra parte, alejada de
lo cotidiano. La gente mayor vive fuera del mbito familiar, en
geritricos, y la mayora de los seres humanos muere en el
entorno asptico de un hospital. Hoy tenemos ms una muerte
institucional que una muerte individual. La muerte es un cuerpo
extrao que desalojamos de nuestro campo de visin; si es
necesario, incluso con la ms moderna tecnologa.
Pero por suerte la vida no nos da descanso. Ella es
persistente. No se contenta con cosas por la mitad. Ella quiere que
se la viva enteramente. Y por eso debe irrumpir una y otra vez en
nuestro cmodo mundo de deseos y ensueos, y asustarnos con
sus exigencias y catstrofes reales, justamente con el deber-morir.
Eso puede hacernos sentir muy inseguros. Y entonces,
paradjicamente, nos sentimos inseguros incluso de lo nico que
es seguro en el futuro: de la muerte.
Desalojando/Reprimiendo y excluyendo la muerte, por poco
nos deshacemos de una buena parte de la vida. De una vida que
ahora ya no buscamos en la omnipotencia del ser humano, sino en
el florecer del rbol, en la vida de los espejos de agua, en los
ciclos naturales sin perturbaciones, en el crecer, madurar y
transcurrir. Asumiendo e Iincluyendo la muerte, estamos
nuevamente abiertos a las leyes propias de la naturaleza. Podemos
ver su valor propio, en lugar de deshojarla en pos de su valor de
uso.

* * * * *

En este punto, preguntmonos nuevamente: es realmente la
muerte la que da miedo? Acaso no encontramos, una y otra vez,
seres humanos que permanecen seguros a pesar del miedo natural
a la muerte? Y no estoy pensando slo en los grandes de la
historia, como por ejemplo Scrates o algunos santos y hroes,
sino en los muchos seres humanos desconocidos y sencillos con
los que nos hemos encontrado, quienes con una calma admirable
pudieron mirar la muerte a los ojos y morir tranquilos. Para ellos,
morir no era parte de lo ms terrible de la vida.
Por lo tantoEntonces, qu dificulta tanto el morir? Cundo
se convierte en el espanto terror de la vida? Lo que hace de la
muerte un enemigo, y difcil el morir, es la vida
desaprovechadadesperdiciada. Es, dDicho ms precisamente, es
haberla desaprovechado desperdiciado en incontables situaciones
para de amoar, para de produccinir y para de sufrimientor en
incontables situaciones.
Esto se corresponde exactamente con las tres vas
principales hacia el sentido de Frankl, los valores vivenciales,
los valores creativos y los valores de actitud (ver captulo 3).
5
La
muerte se vuelve espantosa por sentir que todava no se ha vivido
realmente en absoluto. Cuando se siente que an no se ha captado
la vida, que uno an no fue captado por la vida.
Esta muerte sera prematura, ya que lo que fue hasta ahora
no puede haber sido la vida. En tanto contine doliendo la
profunda aoranza por la vida verdadera, ntegra, plena de
sentido, en tanto esta sed no haya sido aplacada, el ser humano se

5
Esto se corresponde exactamente con las tres vas principales
hacia el sentido de Frankl, los valores vivenciales, los valores
creativos y los valores de actitud (ver captulo 3).
yergue y se resiste a esta forma de morir de sed espiritual.
Morir significa, entonces, irse prematuramente.

Vida desaprovechada desperdiciada
Lo peor es la vida desperdiciada desaprovechada por culpa
propia. Hay muchas maneras de desaprovechar desperdiciar la
vida. Generalmente son aspectos unilateralmente acentuados que
afectan la totalidad. As es como algunos desaprovechan
desperdician vivir porque estn demasiado ocupados por la
seguridad en la vida. Para ellos la incertidumbre en torno a la
hora de la muerte se convierte en un espanto y resulta
insoportable, porque se les escurre escapa de su el control.
Otros, en su miedo, se ocupan ms del de- qu podran
morir y ponen todo su empeo en aventar ese mal. Pero el sentido
de la vida no consiste slo en impedir un mal, sino en vivir para
un bien, para algo valioso, como as tambin en experimentar el
bien.
Y a su vez otros les temen al dolor y al sufrimiento al morir.
Tambin en ese momento puede ocurrir algo penoso, y tal vez no
se pueda evitar algn dolor. Pero no existe acaso la posibilidad
de que eso tenga sentido, sin que signifique embellecer la realidad
de alguna manera? Tal vez alguien haya conocido el sufrimiento
como algo que puede ser ms que slo molesto; que, a pesar de la
gravedad, ha conducido a un crecimiento. Quien haya tenido una
experiencia as puede entrar ms esperanzadamente en la ltima
fase de la vida.
Y nuevamente, para otros, la despedida de los familiares es
la mayor preocupacin. Hay malas pasadas del destino, cuando
los hijos son an pequeos, cuando uno es an muy necesario
para la familia, cuando el nuevo amor recin ha comenzado.
Con un giro existencial, el sufrimiento conduce a la
pregunta de si ya anteriormente estbamos enteramente presentes,
enteramente junto a nuestros seres queridos; si nos encontrbamos
interiormente all cuanto estbamos con ellos. Ms no podemos
hacer, pero eso s lo podemos hacer enteramente. Podemos
intensificar el encuentro, si lo vivimos conscientes del carcter de
irrecuperable, de nico, de cada momento. Si ocasionalmente nos
animramos a pensar qu hara o dira si supiera que sta fuera la
ltima vez que estamos juntos... Eso me mostrara si tal vez
hubiera algo sin resolver an, si hubiera algo por hacer, para lo
cual ya sera demasiado tarde.
La vida es ms existencial si la despedida, el final, es tenido
en cuenta desde el principio y no se lo deja como resto para lo
ltimo.

Aceptar la vida y su curso
Siempre hay razones para el miedo, para la preocupacin,
posibilidades de fracasar, de sobrecargarse y de lastimarse. Eso es
parte de la vida, pero no hace a la vida. El peligro existencial se
halla en otro lugar. Se halla en la actitud con la que vivimos da a
da, hora a hora. Si no logramos transformar la necesidad, extraer
una ganancia espiritual de la prdida, y crecer y madurar
interiormente; si no logramos aceptar y experimentar la
posibilidad de la desgracia, la separacin, el sufrimiento como
partes de la vida, entonces desaprovechamos la vida.
Desaprovechamos el sentido de la vida. Dejamos de vivir
ntegramente.
Y Dejamos de vivir ntegramente, vivir ntegramentey esto
significa vivir realistamente, en sintona con lo que es realmente
y , con lo que es realmente posible. Aguardarvizorar tanto lo
destructivo, peligroso, amenazante, doloroso, tanto como admitir
la existencia de lo esperanzador, aorado, deseado, en la medida
en que sea realista. Ir por la vida con los ojos as de abiertos es
una seal de madurez existencial. Ms no podemos hacer;
tampoco necesitamos hacer ms. Porque la vida toma su curso, el
mundo va por su camino, y en l, yo voy por el mo.

Una vida completaplena
Una vida completa, estoplena es, comprometerse con cada
situacin con todas las fuerzas. Lo decisivo es que no sea
cualquier cosa de lo que nos ocupamos, sino que sea algo que
percibamos como pleno de sentido. Cuanto mayor sea el nmero
de situaciones vividas con sentido, tanto ms plena llegar a ser la
vida misma. Tanto ms firme se siente el piso bajo los pies.
Acaso la muerte no pierde algo de su espanto si he vivido
mi vida cabalmente en todo momento? Qu puede dar realmente
miedo entonces, si no me sustraje a las preguntas y los
ofrecimientos de la vida, sino que los afront? No se trata de que
as la muerte se torne apacible, pero . Ss puede ser una redencin.
Pero Sin embargo, igual puede truncar nuestra vida, dolorosa,
brutal y desconsideradamente. Un cierto pavor por la forma en
que aparezca permanecer tal vez siempre.
Pero el poder destructor que recorre la vida y que la paraliza
en su estructura de sentido, ese poder la muerte lo puede perder, si
se vive consciente de que constantemente es una posibilidad.
Porque el miedo a la muerte lo alimentan el arrepentimiento por la
vida no vivida y el anhelo congnito del ser humano de alcanzar
una vida plena y completa.
De acuerdo con el anlisis existencial y, por consiguiente,
con la logoterapia, es esto lo que el ser humano anhela
profundamente cuando quiere algo. Esta voluntad por una vida
plena de sentido y satisfactoria constituye la dinmica que se halla
en el miedo a la muerte.

Por medio de qu obtiene el miedo su podero?

Miedo a lo que podra suceder
Para comprender mejor por medio de qu obtiene el miedo
su podero, queremos mirar lo que l hace con nosotros.,. Dado
que normalmente a lo peligroso y amenazante slo le prestamos la
atencin necesaria como para que no pase nada y no obremos
descuidadamente. Por lo dems, nos ocupamos de los asuntos
fcticos. Nos dedicamos a lo que est ah, a lo que concretamente
sostenemos entre las manos.
Es diferente si tenemos miedo. Con miedo, la atencin se
dirige a lo que posiblemente podra pasar. Nos volvemos
conscientes de que, a pesar de todas las medidas de precaucin,
no hay seguridad frente a las eventualidades.
La mayora de los seres humanos dice: el miedo viene
porque no tenemos suficiente poder sobre la situacin. Porque no
la podemos controlar y nos sentimos expuestos al destino, a las
manipulaciones de los otros, de la naturaleza. Poderes ante los
que nos convertimos en vctimas. Pero sigamos preguntando: por
qu se siente eso como tan terrible? Porque no para todos es una
fuerza dominante igual de grave: al suicida, por ejemplo, la
amenaza no le da miedo. No retrocede ante la muerte.
Las fuerzas dominantes dan miedo cuando tocan una
postura toma de posicin en nosotros que constituye el trasfondo
para el desarrollo del miedo. La postura toma de posicin
fundamental para el desarrollo del miedo es la voluntad de vivir.
O dicho manera ms genrica: una voluntad que est en contra de
lo que pudiera ocurrir. Si por ejemplo se quiere vivir, es terrible
perder la vida. Si no se quiere perder dinero, se teme al derrumbe
burstil. Si no se puede estar sin una relacin o slo con gran
dificultad, ya simplemente el pensar en romper con la relacin le
da a uno miedo.
El miedo nos indica la huella hacia donde creemos poder
realizar nuestra existencia. Nos revela dnde suponemos que est
nuestra vida, sobre qu estamos basando nuestra existencia.

Querer demasiado
El miedo tambin nos muestra dnde queremos tal vez
demasiado, dnde estamos demasiado apegados a las cosas,
dnde tenemos demasiadao poca distancia y serenidad, dnde
estamos demasiado pendientes de objetivos, del xito, del deseo.
El miedo revela dnde son exagerados los valores y los
resultados, algo que Frankl ha sealado con frecuencia. Esto eleva
el nivel de miedo, y nos encontramos en medio de la inseguridad.
Dado que qQuerer influir exageradamente en el desenlace, en los
resultados, en los sucesos, en los acontecimientos, por
consiguiente el intento deintentar someter a la vida, no es la forma
en la que podemos llevar adelante la vida. As no se llega a la
existencia.

Existir significa estar en dilogo. Como tal existir es un
entregarse al mundo, pero tambin un retirarse y un escuchar qu
dicen las cosas, un ver atentamente cmo se desarrollan. Existir
es un cambio constante entre hacer y dejar acontecer. Existir
significa estar e irse nuevamente, una presencia que prepara e
incluye la despedida. Significa oscilar toda la vida entre la vida y
la muerte. Quien no pueda dejar que las cosas acontezcan, nunca
ser un agasajado por la vida. En este sentido, ya Hermann Hesse
nos aconsejaba en su poesa Escalones: Despdete, alma, y
sana.

No poder permitir
La razn del miedo es que tenemos la sensacin de no poder
ser en las circunstancias dadas. Cuando creemos o, ms an,
sentimos que no soportamos lo que pueda suceder, entonces surge
la sensacin de irnos a pique, de perder el piso de la existencia
bajo los pies. Pero el miedo obtiene su poder por nosotros
mismos. El miedo nos puede invadir slo si tenemos la sensacin
de no poder permitir el posible acontecimiento. Poder ser quiere
decir ante todo poder permitir, poder dejar que las cosas pasen,
poder dejar que los acontecimientos sucedan. Poder dejar que los
sucesos acontezcan.
Pero, si se tiene la sensacin de no poder ser en estas
circunstancias o slo muy difcilmente, entonces no puedo dejar
que las cosas pasen. Se las quiere controlar, hay que controlarlas.
Hay que hacer que su desenlace o su surgimiento sean
dependientes del propio poder. Un control as genera miedo.
Surge del miedo y conduce nuevamente al miedo. De ah que
abandonar el intento de controlar el desenlace aminore el miedo.
Alivia nuestra existencia si podemos dejar que las cosas pasen,
dejar que sigan su curso y limitar nuestro obrar a lo que es acorde
con las cosas y con nosotros mismos. Tal posturatoma de posicin
de serenidad exige, por supuesto, muchoa fortaleza sostn
interior.

Fortaleza Sostn interior Por qu se llama fortaleza interior?
Al: En alemn est: Sostn interior (error de traduccin).

Comprender el miedo a la muerte
Con lo expuesto, el miedo a la muerte todava no es
totalmente transparente, porque todava no conocemos el objeto
exacto del miedo bsico. La muerte es propiamente slo un
smbolo, una indicacin de algo ms profundo. En lo profundo, el
miedo a la muerte se revela como el miedo a la nada. Por
consiguiente, el miedo es miedo al no-ser, a la no-vida, al no-ser-
uno-mismo, o tambin a la futilidad del proyecto de vida. El
miedo a la muerte puede tener que ver con el vaco en medio de la
vida.
El hecho incomprensible de haber venido al mundo le
sugiere al ser humano que estoe debera tener algn significado.
Apenas podemos vislumbrar este sentido ontolgico (sentido de
la vida, del mundo) de nuestra existencia. Dado, por que el
sentido que algo tiene slo por ser, lo conoce exclusivamente su
generadorcreador. No puedo saber la respuesta a la pregunta de
por qu existe este mundo, por qu existo yo, por qu hay
enfermedad, desgracia y necesidad.
La pregunta ontolgica por el sentido no es la el
negociotarea del ser humano. Quizs se pueda intentar su
respuesta en la filosofa, pero en el fondo ella es el mbito de las
religiones. stas introducen un saber que va ms all del saber del
ser humano. Para este sentido extenso, no alcanzan la racionalidad
y el intelecto.
No podemos precisar qu sentido tiene la propia existencia,
si no por la mediacin de la fe, si se tiene una. Pero llevamos en
nosotros la sensacin de que no por nada existimos. Sentimos que
tiene que tener una explicacin. Por eso es difcil de soportar la
sensacin de que se ha vivido para nada. Se siente muy
claramente que esto ha pasado por alto el sentido de la vida. De la
contradiccin explcita entre la propia comprensin espontnea de
la existencia y la vida vivida, surge la desesperacin de haber
equivocado el sentido de la vida.
En la un obnubilado daestar conciencia consciente, con la
consecuencia de una vida pobre de sentido o vaca de sentido, se
abre el vaco existencial (Frankl, 1955) como un precipicio en
medio de una vida llena de ocupaciones. Se tiene todo de lo que
se puede vivir, pero nada para lo que valga la pena vivir. sta es
la tpica sensacin de la frustracin existencial (ibdem). Si da
a da uno intenta escapar del vaco y el aburrimiento con
incontables recursos y distracciones, y sin embargo sigue
sufrindolo, cunto ms terrible debe de ser entonces la muerte.
No se ver sta no se ver como una potenciacin de la vida no
vivida, como la nada absoluta?

Un para qu en la vida
Ahora entendemos tambin por qu el ser humano intenta
reprimir la muerte. Si se experimenta un vaco de sentido, se huye
de todo lo que se percibe como vaco: la vivienda vaca, la
relacin que se ha vaciado, como el silencio y la muerte. Tanto
ms, la muerte reprimida imposibilita a la vida tener sentido.
Faltara la necesidad de utilizarla para un valor, ; sin la muerte
tendramos tiempo eternamente. De la futilidad de nuestra
existencia, de nuestra destruccin slo podemos escapar teniendo
un para qu vivir.
Pero, si hay un para qu existencial, sustentable y pleno,
entonces nunca puede ser hecho o construido por uno mismo.
Varias veces hemos indicado, en el libro, que un sentido as ya
est ah y debe ser percibido, hallado. Tampoco es algo
discrecional, sino una determinada posibilidad en cada caso, que
vale la pena ser rescatada dentro del pasado de la vida vivida. Y
slo es un sentido si se corresponde con esta persona.
Ni la imaginacin, ni los deseos, ni la consigna bien
intencionada de valores, ni la caritativa simulacin de sentido
pueden ayudar. Para sobreponerse al vaco existencial, slo
ayuda un realismo firme que impulse a la accin, que no reprima
la mortalidad del ser humano, sino que incluya la muerte como un
elemento bsicoparte fundamental de la vida. Si esto no ocurriera,
entonces no viviramos, soaramos.

Vivir finalmente
La muerte no es algo ajeno a la vida, no constituye un
principio reido con la vida. Ella posibilita la vida, es parte de la
vida, como todo crecer, como todo transcurrir y todo devenir.
Debemos despedirnos de la idea irreflexiva de que seguiremos
viviendo as eternamente. Esta ilusin nos impide vivir realmente.
Si queremos vivir realmente, entonces nos ayudar tener presente
que::
Si,Ddesde el principio vivimos considerando el final.!Desde el
inicio vivimos en finitud!

Entonces finalmente podemos empezar iniciar a el vivir!
Dado que, slo considerando la finitud de la vida, captamos
su singularidad. S, slo entonces experimentamos lo esencial. Si
no, nos pasa como a aquel bebedor al que el mdico le advirti
que ya era tiempo de dejar el alcohol ya lo que l respondi que
opin resignadamente: Para eso ya es demasiado tarde! Pero
contest el mdico, enojado, escuche, nunca es demasiado
tarde para cesar de beber!! S? Bueno, entonces de todas
formas tengo tiempo. .
Por supuesto que una vida no tiene ms sentido por su
duracin. As como la bondad de una biografa no depende de la
cantidad de hojas del libro, como coment Frankl una vez.

Responderle a la vida
Permanezcamos algo ms en esta misma la lnea de
desarrollo del desarrollo del mismo pensamiento hasta ahora. Por
ltimo, habamos comprobadoconstatado: si el ser humano fuera
inmortal, no necesitara buscar un sentido. Sera Estara
acabadoterminado. Podra descansar en s con total complacencia.
Siempre tendra tiempo para lo que hubiera que hacer, hoy,
maana, en mil aos. Pero, porque para l no es as, porque el ser
humano es inacabado y slo vive limitadamente, por eso, en cada
situacin es tiempo de algo, incluso tiempo apremiante.
Porque cada situacin es nica e irrepetible. No vuelve nunca. Y
eso no lo podemos modificar. Inconsultos estamos puestos en esta
configuracin de condiciones.
Si seriamente tomamos conciencianos hacemos conscientes
de que no siempre tendremos tiempo, sino que hay que
aprovechar cada instante antes de que se pierda, y con l una parte
de nuestra vida, entonces nos encontramos en la posicin
existencial de partida. Es la posicin de partida para una vida
plena de sentido. Ya la conocimos al trmino del cuarto captulo.
Pero es tan central que aqu nos referiremos a ella otra vez,
brevemente.
Si nos mantenemos conscientes de que cada situacin es
nica e irrecuperable y de que cada persona es nica y no es
intercambiable, entonces slo queda referirse de manera
totalmente personal a ese aspecto concreto. La esencia de la
existencia slo puede consistir en elevarse ms all de esta
transitoriedad y ser fecundo en su singularidad. Esto puede
resumirse en la frase:
Ser humano quiere decir estar en cuestin o ser-preguntadoentre
signos de interrogacin, y vivir quiere decir dar respuesta.
Si el ser humano quiere vivir con pleno sentido, necesita
esta apertura de dejarse interrogar. Y luego la accin,
confrontndose con la mejor posibilidad a pesar de toda finitud y
transitoriedad, y dndole el s, justamente debido a su carcter de
irrecuperable. Estos pensamientos no son muy comunes en el
tiempo de hoy.
En general, se considera que la vida consistira en satisfacer
el mayor nmero posible de necesidades. Slo quien tiene
pretensiones puede conseguir algo en la vida. Si se cae en esta
trampa de la expectativa en la vida, fcilmente todo puede perder
su sentido. Dado, dado que la alegra por la vida, que nos hace
esperar algo de ella, es slo una posibilidad de encontrar sentido
en la vida.
El sentido pleno de la vida lo extraemos slo despus de una
conversin radical, un viraje de 180 en la actitud posicin frente
a la vida. No son las expectativas cumplidas, o los valores
estipulados desde afuera, los que hacen la vida plena de sentido.
El presupuesto fundamental para una vida plena de sentido viene
de adentro: yace en la posturatoma de posicin interior frente a la
vida. Y a menudo ella nos torna visibles valores totalmente
distintos de los que sostienen y nos sugieren ajenos.

Accesos a poder morir libre de miedo
Si entonces preguntamos psicolgicamente no
pastoralmente, ah hay otros accesos cul es la clave para una
vida plena de sentido y, por lo tanto, para un poder morir libre de
miedo, entonces se encuentra, como punto de partida y
presupuesto fundamental, la actitud de apertura, del dejarse
interrogar.
La implementacin de esta actitud puede desdoblarse y as
tornarse ms manejable por medio de algunas preguntas centrales.
Estas preguntas valen para la vida en su totalidad; son tambin,
por lo tanto, preparacin para el poder-morir, para el poder-
permitir de acuerdo con la vida. Las ponemos bajo el ttulo:

La actitud de dejarse interrogar
- Estar abierto a todo lo que pasa, incluso a veces ser
curioso por lo que hay en el mundo.
- Estar abierto a los valores; por lo tanto, a cmo
experimentamos el mundo y a nosotros mismos. Estar
abierto tambin a lo que pasa en nosotros y a lo que nos
dicen los sentimientos de lo que experimentamos y de
cmo obramos.
- Estar abierto a la propia creatividad y fuerza creativa.
Ella se torna asible en la voluntad y completa en la
determinacin. Ella predispone a confrontarse da a da
con las preguntas ms importantes y a responderlas.
- Estar abierto al futuro, a lo que por uno mismo puede
devenir en este mundo, y abierto a lo que venga, lo que
haya que hacer o disfrutar; abierto, por lo tanto, a un
futuro para todos nosotros, a un unos-con-otros y unos-
para-otros, del que inevitablemente participa todo ser
humano y del que por eso mismo tambin debe
participar.
Eso es sentido existencial.

* * *
Eso es el sentido cuya existencia depende de uno mismo.
Donde el ser humano participa creativamente en su estructura. La
existencia quedara inacabada respecto de su sentido, si nosotros
mismos no hubiramos colaborado plasmndola, si no
hubiramos participado de ella con nuestra fuerza personal,
espiritual; si no le hubiramos dado cabida en nuestra interioridad
y no hubiramos aadido nuestro pensar y sentir, nuestra
capacidad de amar y de sufrir.
En tal caso no habramos vivido propiamente: nuestra vida
apenas hubiese tenido un sentido relativo, frgil e incierto, del
cual, hasta el final, estaramos dudando.Pues Puesto que entonces
no habramos vivido;, entonces realmente nuestra vida tendra tan
slo un sentido dudosocuestionable.



























<p. impar>
Estar interrogado por la vida:
preguntas orientadoras para hallar el sentido

- Pregunta de partida., Lla mirada a la realidad:
De qu se trata aqu? Para qu sirve este momento?
Qu es necesario ahora? Qu se necesita de m? Qu es
concretamente factible?
Valores vivenciales? (Hay algo bello que en este momento sea
nico?)
Valores creativos? (Hay algo valioso que pueda hacer o causar?
Acciones, obras, trabajo.)
En situaciones inmodificables y adversas: valores de actitud?

- Pregunta acerca de valores:
Es importante lo reconocido y sentido?
Qu pasara si no lo hiciera? Siento un valor? (Pasara algo
que no fuera bueno?)




- Pregunta acerca de la libertad:
Debo hacerlo yo? Me podra imaginar no hacerlo? (Si la
respuesta es no: Quin/qu me obliga?)
Puedo decir yo lo quiero? Voluntariamente? Se corresponde
conmigo?

- Pregunta acerca de la responsabilidad:
Para qu/para quin hago esto en realidad? (Quiero hacerlo para
eso?)
Debo hacer esta cosa dadas las circunstancias? (Quin dice que
yo debo hacerlo?)
Corresponde que yo lo haga? (O corresponde ms que no lo
haga?)

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