La Contaminación en La Oroya
La Contaminación en La Oroya
La Contaminación en La Oroya
El Complejo Metalrgico de La Oroya fue construido en 1922 en un cruce de caminos inhabitado ubicado a 3,700 metros sobre el nivel del mar, localizado entre la ciudad de Lima, el puerto del Callao y las minas de la compaa Cerro de Pasco Corporation. Desde entonces, la vida y la economa de esta poblacin de aproximadamente 30,000 habitantes, gira en torno a las necesidades de esta gran fundicin. Con el tiempo, la ciudad de La Oroya creci y se desarroll paralelamente al Complejo Metalrgico. En 1974 el gobierno militar del General Velasco Alvarado expropi el Complejo Metalrgico y otros activos de la compaa Cerro de Pasco Corporation, asignndolos a una nueva empresa de propiedad del Estado llamada Centromin Per. Esta empresa estatal fue responsable por la administracin del Complejo Metalrgico hasta su transferencia al sector privado en 1997. Despus de una subasta pblica durante la cual el primer postor (Industrias Penoles de Mxico) retir su oferta, Doe Run Per negoci los trminos de su adquisicin y adquiri el Complejo Metalrgico de Centromin Per en Octubre de 1997 (responsabilidad por temas ambientales). Los previos dueos del Complejo Metalrgico, incluyendo al Estado Peruano entre 1974 y 1997, hicieron un seguimiento insuficiente de polticas ambientales, lo cual result en la acumulacin de severas responsabilidades ambientales en detrimento de la poblacin de La Oroya. Como parte de los acuerdos adoptados en 1997, el Estado Peruano reconoci su responsabilidad en la limpieza y solucin del problema de los suelos de La Oroya as como la de afrontar todos los asuntos de contaminacin ambiental resultado de 75 aos de contaminacin incontrolada, as como durante el perodo del PAMA y su ampliacin.
PRINCIPALES CAUSAS DE CONTAMINACIN DEL AIRE EN LA OROYA 1. En La Oroya se vive una situacin de contaminacin permanente por la Fundicin del Complejo Metalrgico de La Oroya, que est afectando la vida de todos sus habitantes, especialmente de los grupos vulnerables como nios, nias y mujeres en edad gestacional. 2. Existe amplia evidencia cientfica generada por diversas fuentes, tales como DIGESA y el equipo tcnico de los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) que califican el problema de salud pblica ambiental de La Oroya, como grave y que representa un peligro inminente para la vida y salud de las personas. 3. El Estado peruano en el caso de La Oroya (a travs del CONAM, Ministerio de Energa y Minas, Ministerio de Salud, Gobierno Regional de Junn y Gobierno Local), no ha tenido la capacidad de ejercer el principio de autoridad e implementar una efectiva gestin ambiental para el control de los factores que generan riesgos en la salud de los pobladores de La Oroya, ni de minimizar los riesgos ambientales derivados de la actividad metalrgica en dicha zona. 4. Los importantes esfuerzos que han realizado las autoridades competentes por mejorar la situacin de La Oroya, aun no se traducen en resultados concretos ni suficientes en el mejoramiento de la salud de la poblacin en general, principalmente por la debilidad institucional para exigir a la empresa Doe Run Per y a CENTROMIN Per65 a reducir las emisiones de los contaminantes txicos. 5. En La Oroya se genera una disociacin entre los derechos fundamentales, que no tienen porque excluirse, como son el derecho a la vida, salud y ambiente sano con el derecho al trabajo, debido a la influencia de la empresa Doe Run Per en la zona. 6. El Estado peruano est obligado a ser el principal garante de que el Complejo Metalrgico de La Oroya desarrolle sus actividades en un adecuado marco de respeto a los derechos a un ambiente sano, a la vida y salud de cada uno de los habitantes de La Oroya. 7. Por la gravedad del riesgo en la salud de la poblacin de La Oroya, es necesario e impostergable que las autoridades competentes se articulen y logren un nivel de coordinacin para plantear y ejecutar medidas efectivas e integrales de proteccin de la vida, considerando el enfoque ecosistmico en salud. 8. El problema de salud pblica ambiental en La Oroya es mucho ms grave de lo que parece por la contaminacin combinada no slo del plomo sino tambin del arsnico, el cadmio y el dixido de azufre, principalmente, los mismos que hasta la fecha no han sido priorizados. Se requiere que la autoridad de salud identifique cada uno de dichos contaminantes para considerarlos dentro de un Plan de Atencin.
CONSECUENCIAS DE LA CONTAMINACIN DE LA OROYA Las consecuencias de la exposicin a estos contaminantes, van desde el deterioro irreversible del sistema respiratorio, diferentes tipos de cncer, efectos adversos en el sistema reproductivo y en el desarrollo y daos a rganos vitales; hasta cambios de conducta y en la actividad cerebral y agotamiento permanente, sobre todo a nios y nias menores de 6 aos. A pesar de ello, las autoridades de salud y ambientales del Per no han cumplido las obligaciones de control a la actividad metalrgica y de proteccin a la salud de las personas.
La Oroya es el nico lugar en Amrica del Sur, de acuerdo a un informe del Blacksmith Institute (2006), que presenta los peores niveles de contaminacin y afecta seriamente la salud de las personas, por ello ha sido incluida en una escalofriante lista de los 10 lugares ms contaminados del mundo, junto a Chernobyl donde ocurri el mayor accidente industrial del mundo, Dzerzhinsk una ciudad rusa donde se fabricaban armas qumicas, Linfen donde se desarrolla la industria de carbn en China y Rapinet donde ms de 3 millones de personas estn afectadas por desechos de curtidura en La India.
Cronologa De Hechos
En 1974 la fundicin pas a manos del Estado Peruano: CENTROMIN Per, quien present en 1996 su Plan de Adecuacin y Manejo Ambiental (PAMA). Plan de 10 aos, al cabo de los cuales la empresa se adecuara a las normas ambientales vigentes en el Per.
En 1997 el Complejo Metalrgico de La Oroya (CMLO) es vendido a la empresa norteamericana Doe Run Company y se crea Doe Run Per (DRP), quien desde el comienzo modifica 3 veces el PAMA y pide una ampliacin de su plazo (que venca en enero del 2007) por cinco aos ms. Despus de muchos escndalos y denuncias en medios de comunicacin, nacionales e internacionales, el Ministerio de Energa y Minas (MEM), en controversial desicin, resuelve en junio del 2006, darles la ampliacin del PAMA hasta el 2009.
Lamentablemente, esta desicin es tomada, aun sabiendo que desde 1999 se vienen realizando estudios de salud y a partir del 2001 se evidenciaron los altos niveles de plomo en sangre en mujeres gestantes y nios. Segn el propio Ministerio de Salud (MINSA), el 99.1% de los nios oronos tienen promedios altos de plomo en sangre, 33.6 ug/dl (microgramos por decilitro), sobrepasando los lmites mximos permisibles de la Organizacin Mundial de la salud (OMS), que son 10 ug/dl.
En el 2005 la Universidad de Saint Louis, Missouri, en convenio con el Arzobispado de Huancayo, realiz un Estudio sobre la contaminacin ambiental en los hogares de La Oroya y Concepcin y sus efectos en la salud de sus residentes, para determinar los niveles de metales txicos en sangre y orina. Los resultados del muestreo biolgico confirmaron la gravedad de la situacin de salud comunitaria, concluyendo que la poblacin de La Oroya y Concepcin estn contaminadas con plomo, arsnico, cadmio, antimonio, etc.
Esta situacin suscit que en Noviembre de 2005 las organizaciones Earthjustice, CEDHA (Centro de Derechos Humanos y Ambiente) y AIDA (Asociacin Interamericana para la Defensa del Ambiente), junto con el Dr. Carlos Chirinos (abogado peruano), solicitaran medidas cautelares (para que se hagan acciones urgentes) ante la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en nombre de un grupo de personas en La Oroya, incluyendo varios menores de edad.
El 27 de junio del 2006, se reconoci el derecho a la salud de la poblacin de La Oroya pues el Tribunal Constitucional peruano (TC) dict sentencia en un proceso de accin de cumplimiento, declarando culpable al MINSA y ordenando implemente en 30 das un sistema de emergencia para atender a las personas contaminadas con plomo en la sangre, debiendo priorizar la atencin mdica especializada de nios y mujeres gestantes.
Casi paralelamente, el 02 de agosto del 2006, el Consejo Nacional del Ambiente (CONAM) public el Plan a Limpiar el Aire de la Cuenca Atmosfrica de La Oroya, con el objetivo de proteger la salud de las personas y la calidad del ambiente a travs de la implementacin de estrategias, polticas y medidas de accin directas, concertadas y participativas para controlar la contaminacin ambiental, reduciendo las emisiones de la chimenea y las llamadas emisiones fugitivas del CMLO. Este plan inclua un "Plan de Contingencia", cuya finalidad era reducir la exposicin de la poblacin a altos niveles de contaminacin as como reducir las emisiones en los episodios ms agudos de contaminacin, las cuales deben contar con la activa participacin de la poblacin afectada y el macroemisor (DRP).
Como las acciones dentro de Per no se han cumplido, y las acciones que el MINSA argument ante el TC como eficientes (Convenio, modificacin al PAMA, acuerdos) no han sido suficientes para mejorar la situacin en la ciudad de La Oroya, tambin se present en Diciembre de 2006, ante la CIDH, una solicitud de caso (demanda) para que se determine la responsabilidad del Estado peruano por las afectaciones en la salud, la dignidad, la integridad y la vida y de los derechos de los nios, entre otros, debidos a la falta de control de la contaminacin en La Oroya.
La CIDH sigui recibiendo informacin actualizada del caso La Oroya y despus de estudiarlo, con fecha 31 de Agosto de 2007, decret medidas cautelares urgentes a favor de los 65 beneficiarios, para que el Estado Peruano brinde diagnstico y tratamiento mdico especializado, para prevenir daos graves en su integridad y vida.
Hasta la fecha no se ha cumplido la orden del TC, no se han implementado los planes aprobados gracias a la presin de la sociedad civil y el apoyo de algunas organizaciones sociales de base de La Oroya y los esfuerzos se estn centrando en hacer que el Estado implemente las medidas cautelares. Hacemos votos para que nuevos horizontes de esperanza y salud se abran para los oroinos quienes merecen vivir en un ambiente sano.
EN LA REFINERA DE LA OROYA SE FUNDEN ADEMS DE METALES PRECIOSOS, CONFLICTOS SOCIALES, LABORALES Y MEDIO AMBIENTALES.
El caso de Doe Run, en La Oroya, es mundialmente conocido. Es la quinta ms contaminada del mundo, segn el Ministerio de Salud, el 99,1% de los nios oronos tienen promedios altos de plomo en sangre, 33,6 ug/dl (microgramos por decilitro), lo que sobrepasa los lmites mximos permisibles de la Organizacin Mundial de la Salud: 10 ug/dl. Entonces, cmo es posible que se afirme que existe una contaminacin invisible, cuando esto est probado con evidencia cientfica. Pareciera ser algo ilgico, pero explorando el trasfondo nos daremos cuenta de que no es as.
La primera impresin que se tiene al llegar a la ciudad de La Oroya es que se trata de un pueblo fantasma. Uno no puede dejar de observar que la fundicin est ahora inactiva y que la ciudad parece extinguirse lentamente. Y es que hace ya dos aos que se inici el conflicto entre la empresa Doe Run y el gobierno del presidente Alan Garca. La empresa peda al gobierno una nueva ampliacin del plazo del Programa de Adecuacin y Manejo Ambiental (PAMA) y un salvataje econmico de ms de 150 millones de dlares para continuar con sus operaciones; de lo contrario cesara sus actividades y dejara sin trabajo a 3.500 obreros de su planilla y a otros 6.000 cuyo trabajo dependa indirectamente del complejo metalrgico. El gobierno de Garca decidi no renovarle la licencia y someter el complejo metalrgico a un proceso concursal ante INDECOPI. La interesada en adquirir la fundicin fue la empresa Cormin, parte de la corporacin Trafigura, que mantiene hasta hoy una disputa legal con Doe Run. Todo esto trajo consigo una serie de medidas de fuerza movilizaciones, bloqueos de pistas, marchas de sacrifico, paros regionales realizadas por los trabajadores de la empresa y las organizaciones sociales locales para exigirle al gobierno pronta solucin al problema. El pico ms alto de estas acciones fue el 2009. Los antecedentes del conflicto se remontan al ao 1997, cuando el gobierno de Alberto Fujimori privatiz el complejo metalrgico, antes propiedad de la empresa nacional CentrominPer. El multimillonario estadounidense Ira Rennert, dueo del grupo
transnacional Renco, adquiri el complejo y estableci la empresa Doe Run Per, que opera en Cobriza y La Oroya. Desde que se instal en La Oroya, Doe Run ha tratado de evadir, mediante postergacin, sus compromisos ambientales: ha solicitado varias veces la extensin del plazo del cumplimiento del PAMA. Su nica oposicin ha sido un grupo de ONG agrupadas en el Consorcio Unin para el Desarrollo Sustentable de la Provincia de Yauli, La Oroya (UNES), que fundara el Movimiento por la Salud de La Oroya (MOSAO) con algunos pobladores. Los gobiernos que sucedieron al de Fujimori le permitieron a Doe Run seguir funcionando a pesar de que la contaminacin que produca sobrepasaba los lmites mximos permisibles (LMP). Pese a la oposicin de las ONG y el MOSAO, en el 2006 la empresa logr que el gobierno de Alejandro Toledo le concediera la ampliacin del PAMA hasta el 2009. Este ltimo ao, el gobierno de Garca cuestion la renovacin de la licencia a Doe Run. Pero todo indica que no fue precisamente por su gran vocacin ambientalista recordemos las tesis del perro del hortelano , sino porque habra de por medio el inters de favorecer a la empresa Cormin, si nos atenemos a las versiones de los voceros de Doe Run, los trabajadores y representantes de la sociedad civil de La Oroya.
Lo ms sorprendente en este caso no es precisamente el aspecto objetivo, determinado por la existencia de una contaminacin que supera los LMP y que est envenenando a la poblacin, sino la dimensin simblica, constituida por las representaciones de los pobladores afectados por la contaminacin sobre la empresa y el conflicto. (Se usan nombres ficticios para proteger su integridad.) Cuando se pregunta a los pobladores acerca del problema ambiental que los aqueja, suelen responder que la contaminacin en la ciudad es mnima y que, por el contario, la empresa ha ayudado a reducirla, en relacin con los niveles anteriormente existentes: Aqu nadie se ha muerto o se ha vuelto mongolito o ha tenido cncer. La empresa Doe Run se ha portado bien. Ha limpiado la ciudad, sostiene Otilia, una comerciante de abarrotes de la ciudad. Juana, una vendedora ambulante, afirma que la contaminacin es puro cuento. Yo he nacido y crecido en La Oroya y no me ha pasado nada ni a m ni a mi familia. Centromn contaminaba ms, el gas de las chimeneas llegaba a todo el pueblo. Doe Run nos ayudaba con la limpieza del pueblo. A su vez, los dirigentes de los sindicatos de la empresa manejan un discurso similar al de los pobladores: La contaminacin no mata. Tantos aos que vivo en La Oroya y no pasa
nada. Que me traigan un nio o un anciano que tenga plomo (en la sangre), dice Mauro, un dirigente del Sindicato de Trabajadores Metalrgicos. Pedro, otro dirigente, asegura que Doe Run est haciendo obras. Ha limpiado el ro Mantaro. Es claro que, a pesar de los exmenes clnicos que prueban la existencia de plomo en la sangre de las personas, para los pobladores y trabajad ores de La Oroya que fueron entrevistados la contaminacin no es un problema visible que deba ser tratado con inmediatez.
LOS ANTECEDENTES DEL CONFLICTO SE REMONTAN AL AO 1997, CUANDO EL GOBIERNO DE ALBERTO FUJIMORI PRIVATIZ EL COMPLEJO METALRGICO.
Lo sustancial para ellos es mantener la fuente de trabajo y el flujo comercial. Para Rebeca, una de las dirigentes del Comit Provincial de Lucha, la empresa est dando muestras de que s quiere continuar operando con toda su planilla de trabajadores para bien de La Oroya. Juana, la vendedora ambulante antes consultada, est preocupada porque siente que la situacin la perjudica: Las familias de los trabajadores se van a Lima o a otras partes porque no ven solucin. Solo los trabajadores se quedan para marcar tarjeta. Eso nos perjudica a nosotros. Ya no vendemos como antes! La empresa tiene que abrir de nuevo. Para decirlo de otra forma: un grueso sector de los trabajadores y pobladores de La Oroya ha naturalizado la contaminacin, la ven como algo normal e incluso inexistente. En todo caso, sera el precio que hay que pagar para contar con un trabajo y un ingreso y mantener activa la ciudad. La percepcin de sus derechos es fragmentada. Su derecho al trabajo y a contar con ingresos dignos no es visto en conexin con otros derechos, como el de la salud, del que incluso parecen dispuestos a prescindir.
LAS ONG Y LOS CURAS ANTIMINEROS CONTRA LA OROYA Fuera las ONG anti-mineras de La Oroya!, es una de las pintas que se encuentra en una de las fachadas de la empresa en la entrada de La Oroya antigua. Y es tambin la opinin de los dirigentes de las organizaciones sociales y trabajadores entrevistados, quienes culpan a las ONG de haber magnificado el tema de la contaminacin ambiental: Las ONG antimineras mienten. Vienen a confundir, a decir que somos la ciudad ms contaminada del mundo, pero no es as, asevera Mauro, dirigente del Sindicato de Trabajado res Metalrgicos.
Pero no solo las ONG son percibidas como enemigas de La Oroya, sino tambin cierto sector de la Iglesia catlica que por largo tiempo vena exigiendo a Doe Run que cumpla con sus compromisos ambientales. Un comunicado del Comit de Lucha publicado el 2009 llama a cerrar filas ante los enemigos de la clase trabajadora [] supuestos defensores de la salud [] como el Arzobispo, Monseor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, S.J. [] Que se atengan a las consecuencias porque todo tiene su lmite. Lo paradjico de todo esto es que quienes defienden el medio ambiente y la salud son percibidos como los enemigos de La Oroya, mientras la empresa, que contamina y es la responsable de los altos niveles de plomo en la sangre de los pobladores, es vista como la defensora de los intereses de la ciudad.
Para entender por qu los pobladores de La Oroya cierran los ojos ante un problema objetivo como la contaminacin, resulta pertinente citar el testimonio del periodista Mario Huarcaya, publicado el 3 de junio de este ao en Correo Huancayo: De nio escuchaba decir a mi abuelo: El da que deje de salir humo de las chimeneas de la fundicin, la ciudad desaparecer. Para el abuelo de Huarcaya la fundicin era la ciudad. Es decir, el complejo metalrgico es lo que le da sentido e identidad a La Oroya. sta es exactamente la misma percepcin que tienen los pobladores entrevistados. Para ellos, La Oroya es tal porque existe el complejo metalrgico. Sin ste, la ciudad simplemente desaparecera. Y si bien esto tiene una explicacin material el complejo metalrgico ha sido y es hoy la fuente de subsistencia de los trabajadores y comerciantes que habitan en La Oroya, tambin estructura la identidad de los oronos. As, el complejo es mencionado siempre por los programas de las radios locales como el orgullo de La Oroya y de la regin Junn. El complejo metalrgico, desde que se fund en 1922 con la empresa Cerro de Pasco, hasta que se nacionaliz con CentrominPer en los 70 y se volvi a privatizar con Doe Run en los 90, ha contaminado permanentemente el medio ambiente. La nica diferencia es que antes de los 90 no exista una normatividad ambiental. Es decir, durante casi 70 aos el complejo y las empresas a su cargo han contaminado La Oroya sin que nadie les diga nada. La contaminacin es as, para los oronos, invisible. Porque es normal. El humo de las chimeneas siempre ha estado ah como parte de la vida de los pobladores. Lo raro, lo anormal, es que no haya humo. La necesidad econmica de los pobladores y este elemento identitario han sido muy bien aprovechados por Doe Run, que ha ofrecido mantener el puesto de trabajo de todos los
trabajadores de su planilla y garantizar la estabilidad econmica de la ciudad, con lo que ha aislado a las ONG y la Iglesia y su discurso ambientalista. De hecho, la incidencia sobre el tema ambiental realizada por las ONG y cierto sector de la Iglesia catlica no articul el plano laboral y econmico. En cambio, Doe Run lo hizo en todo momento, apareciendo como la representante no solo de sus intereses como empresa, sino tambin de los intereses de toda La Oroya, al ser la que tiene en su poder el complejo metalrgico, fuente de trabajo y a la vez elemento constitutivo de la identidad orona. Doe Run consolida su poder teniendo como principales aliados a los dirigentes de los sindicatos, organizaciones sociales y un sector de la poblacin, que, como se ha visto, reproducen su discurso, ya que para ellos La Oroya es el complejo metalrgico y el complejo metalrgico es Doe Run.
SOLUCIONES A LA CONTAMINACIN EN LA OROYA 1. Que el Estado peruano, a travs de la Presidencia del Consejo de Ministros, asuma la grave situacin de La Oroya, reconociendo la problemtica en su real dimensin, involucrando a los sectores competentes para revertir el peligro inminente para la vida de las personas de La Oroya. 2. Se requiere que la Presidencia del Consejo de Ministros implemente medidas de emergencia, a travs de un Decreto Supremo, para el corto, mediano y largo plazo para aliviar los efectos tan severos que la contaminacin producida por el Complejo Metalrgico viene produciendo en la salud humana en La Oroya. 3. La Presidencia del Consejo de Ministros deber conformar una Mesa Multisectorial e Interinstitucional para desarrollar e implementar un Plan Integral de Atencin a la Grave Situacin Socio Ambiental en La Oroya. La misma que deber constituirse en un plazo mximo de 60 das posteriores a la emisin del presente informe. 4. A travs de la Presidencia del Consejo de Ministros se debern formular, en un plazo no mayor a 60 das, las responsabilidades de cada una de las entidades del Ejecutivo que intervienen en la problemtica de La Oroya y de manera concertada con el Gobierno Regional y Local definir las estrategias y plan de intervencin. 5. La Mesa Multisectorial e Interinstitucional liderada por la Presidencia del Consejo de Ministros, deber considerar, entre otras acciones, lo siguiente: a. Elaborar e implementar un Plan Urgente de Salud Ambiental en La Oroya el cual incluya medidas de prevencin que alienten a toda la comunidad a participar en el proceso.
b. Priorizar la remediacin de los suelos de las zonas densamente pobladas, principalmente en La Oroya Antigua y determinar la posibilidad de su reubicacin a una nueva zona por encontrarse en una situacin crtica y ser un foco de contaminacin por pasivos ambientales. c. Evaluar el impacto que tiene el transporte de materiales asociados a las operaciones del Complejo Metalrgico sobre la salud de la poblacin. 6. La empresa Doe Run Per deber internalizar en sus costos las externalidades negativas que est generando en la salud de la poblacin de La Oroya, principalmente de los grupos vulnerables. En este sentido, el Ministerio de Salud, en coordinacin con el Ministerio de Energa y Minas, debern exigir a esta empresa la atencin y vigilancia epidemiolgica de los intoxicados con metales pesados y metaloides. 7. El Estado deber realizar todos los esfuerzos necesarios para revertir en el corto plazo la remediacin ambiental de La Oroya, en igual sentido la compaa Doe Run Per, titular del complejo metalrgico de La Oroya, deber asumir su responsabilidad por los daos que viene produciendo desde 1997 y evitar desde todo punto de vista el incremento de la contaminacin. 8. Que la Presidencia del Consejo de Ministros obtenga informacin oficial de las medidas adoptadas por el Estado Mexicano con la empresa Peoles y la poblacin de Torren para la adopcin de algunas medidas.