Análisis de LA SABANA
Análisis de LA SABANA
Análisis de LA SABANA
Ya en el comienzo del cuento, con el primer enunciado, George, me gustara que mirases el cuarto de los nios, notamos una cierta preocupacin por parte de Lydia, un indicio de inters en cuanto a lo que est ocurriendo. Luego, cuando la misma Lydia le propone a George que mire el cuarto de jugar de los nios o que llame a un psiquiatra, nos percatamos de que el problema no es pequeo e insignificante, sino, por el contrario, suficientemente grave como para que la familia necesite la ayuda de un profesional. Desde el principio de la historia, vemos que Lydia nota ciertos cambios en el cuarto de jugar de sus hijos (cuarto que meda doce metros de ancho, por doce de largo, por diez de alto, tamao que simblica o bien, metafricamente, podramos equiparar al amor que tanto Lydia como George sienten por sus hijos, amor por el cual decidieron comprar la casa de la vida feliz, que inclua dicho cuarto de juegos: en todas las casas tendra que haber un cuarto semejante deca el seor Hadley). Notamos en Lydia la desesperacin de cualquier madre ante un problema que tenga que ver con sus hijos, la preocupacin, los nervios, la ansiedad presente en ese intento por encontrar cuanto antes una solucin eficaz al problema. Arbitrariamente, George comienza mostrndose indiferente al inconveniente, tal vez un tanto insensible, o quizs, en realidad, solo intenta ocultar su verdadera intranquilidad interior. Ya en el cuarto de juegos, George Hadley sinti que unas gotas de sudor le corran por la cara. Alejmonos de este sol-dijo-. Es demasiado real, quiz. Pero no veo nada malo. A pesar de que George no ve nada malo en el cuarto, es aqu, en este momento del cuento donde se produce un primer roce o contacto entre la ficcin y la realidad, dentro de la ficcin, es decir: dentro de la ficcin de la historia, podemos distinguir una ficcin (como las proyecciones que se crean en las paredes) y una realidad (por ejemplo, que el seor y la seora Hadley fueron al cuarto de juegos porque Lydia manifest cierta preocupacin); pero George siente que unas gotas de sudor corren por su cara, y dicho sudor (real dentro de la ficcin) ha sido producido por el sol ardiente
que ha sido proyectado en el cuarto (ficcin dentro de la ficcin), entonces, es necesario detenernos un segundo y cuestionar lo siguiente: es posible que algo ficticio sea capaz de causar algo real?... El cuarto de jugar de los nios es capaz de reproducir olores, colores, sonidos, texturas, sabores En definitiva, es capaz de reproducir todo lo que el ser humano es capaz de captar, todo lo que el ser humano tiene la facultad de conocer a travs de sus sentidos. George y Lydia vieron buitres, que son smbolo de muerte, y, a lo lejos, a los leones, que acababan de comer e iban en busca de agua. Qu aparece en nuestras mentes si pensamos en leones? Claramente, al pensar en leones, pensamos en violencia, en salvajismo, en peligro, en muerte. Entonces, recordemos que el cuarto proyecta lo que los nios piensan, y reflexionemos: es esperable que haya en la mente de dos nios pequeos semejante imagen de muerte y violencia? Seguramente no. Evidentemente, es posible que los nios sean vctimas de cierto trastorno. Mientras que George pareca divertido y volva a admirar el genio mecnico que haba concebido este cuarto, Lydia se senta aterrorizada frente al rpido acercamiento de los leones, por lo tanto los estados interiores de estos dos personajes son, al menos por ahora, totalmente opuestos. Esta anttesis entre ellos vuelve a percibirse en el momento luego del que el seor Hadley cierra la puerta ruidosamente, cuando, mientras George se r1i, Lydia se ech a llorar. Aqu, George se muestra totalmente sereno, y afirma que los leones no eran en realidad leones, sino simplemente una pelcula suprasensible en tres dimensiones, exponiendo una explicacin racional y convincente segn la cual, ellos tienen control sobre el cuarto. El padre sigue sin percibir el problema, siendo indiferente a cualquier tipo de complicacin que aquel tecnolgico cuarto de juegos pudiera provocar. Lydia continuaba asustada, las proyecciones en el cuarto eran demasiado reales para ser simplemente proyecciones; entonces, propuso cerrar el cuarto por al menos unos das y afirm
que era la nica solucin. George respondi, y cerr desanimadamente la puerta. Luego, al plantearse la idea de cerrar la casa por un tiempo e irse de vacaciones, se produce una serie de preguntas y respuestas de la que podemos sacar diversas conclusiones. -Pero qu te ocurre, quieres frerme t misma unos huevos? Lydia asinti con un movimiento de cabeza. -Y barrer la casa? -S, s. -Pero yo cre que habamos comprado esta casa para no hacer nada. -Eso es, exactamente. Nada es mo aqu. Esta casa es una esposa una madre y una niera. Puedo competir con unos leones? Puedo baar a los nios con la misma rapidez y eficacia que la baera automtica? No puedo. Y no se trata slo de m. Tambin de ti. Desde hace un tiempo ests terriblemente nervioso. Parece como si no supieras qu hacer cuando ests en casa. Fumas un poco ms cada maana, y bebes un poco ms cada tarde, y necesitas ms sedantes cada noche. Comienzas, t tambin a sentirte intil. -Te parece? George pens un momento, tratando de ver dentro de s mismo. -Oh, George!-Lydia mir por encima del hombro de su marido, la puerta del cuarto-Esos leones no pueden salir de ah, no es cierto? George mir y vio que la puerta se estremeca, como si algo la hubiese golpeado desde dentro. -Claro que no -dijo George. En este fragmento se hace explcito el interior de Lydia, cmo se siente, cul es su lugar dentro de la familia, su funcin y su malestar interno Todos, si se nos pide definir la funcin de una madre dentro de una familia, responderamos aproximadamente de forma similar. Una madre cuida a sus hijos por sobre todas las cosas, los ama, les expresa a diario el cario que siente hacia ellos, los educa, les ensea valores; en definitiva, es su primer referente en la vida. Sin embargo si prestamos atencin al papel de Lydia dentro de la familia Hadley, nos encontramos que no es ms ni menos que una simple integrante ms, que, al igual que el resto, no tiene ningn deber aparente, ni obligaciones, ni tareas que
realizar. Y ella es conciente de esto, siente que ha perdido su funcin en aquella casa, que la haba sustituido completamente. La casa de la vida feliz realizaba todas las tareas que en una familia normal debera realizar la madre. Incluso, la familia estaba tan adaptada a que el genio mecnico hiciera todo, que la idea de que Lydia tuviera que frer unos huevos y barrer la casa, sonaba sumamente extrao, cosa que en una familia comn y corriente, es totalmente normal. Lydia se siente poco capaz, intil e insignificante en comparacin con lo que la tecnolgica vivienda era capaz de hacer. Dicha vivienda cumpla con el papel de esposa, madre y niera, entonces el papel de Lydia como madre queda totalmente desdibujado, a tal punto que, en realidad, pareciera que la propia casa es la mam de sus hijos. Lydia notaba a George terriblemente nervioso desde haca un tiempo, como si no supiera qu hacer cuando estaba en su casa: fumaba ms, beba ms, y necesitaba ms sedantes cada noche. Ser que en realidad la indiferencia de George ante el problema era una simple apariencia? Ser que en su interior la preocupacin era igual, o incluso mayor a la de su esposa?... Mientras coman, George comenzaba a reflexionar, y a darse cuenta de que evidentemente sus hijos estaban abusando un poco de frica. Ese sol. An lo senta en el cuello como una garra caliente. Y los leones. Y el olor de la sangre. Era notable, de veras. Las paredes recogan las emanaciones telepticas de los nios y creaban lo necesario para satisfacer todos los deseos. Los nios pensaban en leones y aparecan leones. Los nios pensaban en cebras, y aparecan cebras. En el sol, y haba sol. En jirafas, y haba jirafas. En la muerte, y haba muerte. George comienza a dudar, recuerda aquel sol ardiente y parece sentirlo, era demasiado real. Luego, si las paredes recogan las emanaciones telepticas de los nios y creaban lo necesario para satisfacer todos los deseos, entonces, los nios haban pensado en muerte, cosa que no es esperable en nios pequeos.
Adnde vas?-pregunt Lydia. George no contest. Dej, preocupado, que las luces se encendieran ante l, que se apagaran detrs, y se dirigi lentamente hacia el cuarto de los nios. Escuch con el odo pegado a la puerta. A lo lejos rugi un len. Hizo girar la llave y abri la puerta. No haba entrado an cuando escuch un grito lejano. Los leones rugieron otra vez. George entr en frica. Cuantas veces en este ltimo ao se haba encontrado, al abrir la puerta, en el pas de las Maravillas con Alicia, o con Aladino y su lmpara maravillosa. Pero ahoraesta frica amarilla y calurosa, este horno alimentado con crmenes. La figura solitaria de George Hadley se abri paso entre los pastos salvajes. Los leones, inclinados sobre sus presas, alzaron la cabeza y miraron a George. La ilusin tena un nico fallo: la puerta abierta y su mujer que cenaba abstrada ms all del vestbulo oscuro, como dentro de un cuadro. -Vyanse-les dijo a los leones. Los leones no se fueron. George conoca muy bien el mecanismo del cuarto. Uno pensaba cualquier cosa, y los pensamientos aparecan en los muros. -Vamos! Aladino y su lmpara!-grit. La pradera sigui all; los leones siguieron all. -Vamos, cuarto! He pedido a Aladino! Nada cambi. Los leones de piel tostada grueron. George volvi a su cena. -Ese cuarto idiota est estropeado-le dijo a su mujer-.No responde. -O -O qu? -O no puede responder-dijo Lydia-. Los nios han pensado tantos das en frica y los leones y las muertes que el cuarto se ha habituado. -Podra ser. George se da cuenta de que el problema da para preocuparse. Al intentar cambiar frica por Aladino y su lmpara y fracasar, George cree que el cuarto simplemente ha dejado de funcionar, pero Lydia, rpidamente, agrega que, tal vez el cuarto no pueda responder. Si el cuarto solo responde a los pensamientos de los nios, y estos han pensado en muerte, entonces, el problema poda agravarse demasiado si no se toman medidas drsticas.
A este giro en el personaje lo llamamos anagnrisis. La anagnrisis es un recurso narrativo que consiste en el descubrimiento, por parte de un personaje, de datos esenciales sobre su identidad, seres queridos o entorno, ocultos para l hasta ese momento. La revelacin altera la conducta del personaje y le obliga a hacerse una idea ms exacta de s mismo y lo que le rodea. En este caso, George se percata de la presencia del problema, que hasta ahora haba sido ignorado. Es ahora cuando el seor Hadley comienza a preocuparse realmente, cuando se da cuenta de que es necesario buscar una solucin rpida ante esta anormalidad presente en la mentalidad de sus hijos. -Llegan jusm, to a tiempo para cenar. -Comimos muchas salchichas y helados de fresadijeron los nios tomndose de la mano-. Pero miraremos cmo comen. -S. Hblennos del cuarto de juegos.-dijo George. Los nios lo observaron, parpadeando, y luego se miraron. -El cuarto de juegos? -frica y todas esas cosas-dijo el padre fingiendo cierta jovialidad. -No entiendo-dijo Peter. -Tu madre y yo acabamos de hacer un viaje por frica. -No hay frica en el cuarto-dijo Peter simplemente. -Oh, vamos Peter. Yo s por qu te lo digo. -No me acuerdo de ninguna frica-le dijo Peter a Wendy- Te acuerdas t? -No. -Ve a ver y vuelve a contarnos. La nia obedeci. -Wendy, ven aqu!-grit George Hadley; pero Wendy ya se haba ido. Las luces de la casa siguieron a la nia como una nube de lucirnagas. George record, un poco tarde, que despus de su ltima inspeccin no haba cerrado la puerta con llave. -Wendy mirar y vendr a contarnos. -A m no tiene nada que contarme. Yo lo he visto. -Estoy seguro de que te engaas, pap. -No, Peter. Ven conmigo. Pero Wendy ya estaba de vuelta. -No es frica-dijo sin aliento. -Iremos a verlo-dijo George Hadley, y todos atravesaron el vestbulo y entraron en el cuarto. Haba all un hermoso bosque verde, un
hermoso ro, una montaa de color violeta, y unas voces agudas que cantaban. El hada Rima, envuelta en el misterio de su belleza, se esconda entre los rboles, con los largos cabellos cubiertos de mariposas, como ramilletes animados. La selva africana haba desaparecido. Los leones haban desaparecido. George Hadley mir la nueva escena. -Vamos, a la cama-les dijo a los nios. Los nios abrieron la boca. -Ya me escucharon- dijo George. George cuestiona a los nios acerca del cuarto de juegos y de frica, pero Peter simula no entender de qu habla su padre. El nio le da rdenes a su hermana, como si tuviera cierta superioridad sobre ella, como si fuera su padre, y no su hermano; y la nia obedece, como si estuviera subordinada a l. En este cuento los nios tratan a sus padres de igual a igual, o incluso con mayor autoridad que ellos. Ya no haba en aquel cuarto ningn paisaje salvaje, sino un hermoso y pacfico bosque verde. Qu sucedi? Casi podramos afirmar que Wendy cambi el paisaje para tranquilizar a sus padres, para evitar que sus padres siguieran pensando que dicho cuarto era una mala influencia para ella y Peter. Hadley atraves el melodioso caaveral. Se inclin en el lugar donde haban estado los leones y alz algo del suelo. Luego se volvi lentamente hacia su mujer. -Qu es eso?-le pregunt Lydia. -Una vieja maleta ma-dijo George. Se la mostr. La maleta tena an el olor de los pastos calientes, y el olor de los leones. Sobre ella se vean algunas gotas de saliva, y a los lados, unas manchas de sangre. George Hadley cerr con dos vueltas de llave la puerta del cuarto. Qu significa esto? Cmo haba llegado hasta all la vieja maleta? Y, Qu significan el olor de los pastos calientes, la saliva y la sangre? An no tenemos herramientas suficientes para saberlo Haba pasado la mitad de la noche y todava estaba despierto, y saba que su mujer tambin estaba despierta. -Crees que Wendy habr cambiado el cuarto? -
pregunt Lydia al fin. -Por supuesto. -Convirti la pradera en un bosque y reemplaz a los leones por Rima? -S. -Por qu? -No lo s. Pero ese cuarto seguir cerrado hasta que lo descubra. -Cmo fue a parar all tu maleta? -No s nada-dijo George-slo s que estoy arrepentido de haberles comprado el cuarto. Me parece que voy a pedirle a David McClean que venga maana por la maana para que vea esa frica. -Pero el cuarto ya no es frica. Es el pas de los rboles y Rima. - Presiento que maana ser frica de nuevo. Ambos padres continuaban despiertos luego de la medianoche, observamos entonces que la preocupacin de George va en aumento; y que el mismo George que en un principio pareca totalmente indiferente al problema y admiraba la tecnologa presente en el cuarto de juegos, ahora padeca de insomnio a causa del trastorno aparente en sus hijos y se senta sumamente arrepentido de haberles comprado dicho cuarto. Vemos entonces un contraste entre el interior de George al comenzar la historia, y su estado interior en este momento de la misma. Incluso, por momentos pareciera ser mayor la preocupacin del seor Hadley que la de su esposa. Ninguno de ellos crey que Wendy y Peter no saban nada de frica; es ms, estaban seguros de que al da siguiente, aquel hermoso bosque volvera a ser el salvaje paisaje que haban visto antes. Un momento despus se oyeron dos gritos. Dos gritos. Dos personas que gritaban en el piso de abajo. Y luego el rugido de los leones. -Wendy y Peter no estn en sus dormitorios-dijo Lydia. George escuch los latidos de su propio corazn. -No-dijo-Han entrado en el cuarto de juegos. -Esos gritosMe parecieron familiares. -S? -Horriblemente familiares. Y aunque las camas trataron de acunarlos, George y Lydia no pudieron dormirse hasta despus de una hora. Un olor a gatos llenaba el
aire de la noche. -Pap?-dijo Peter. -S. Peter se mir los zapatos. Ya nunca miraba a su padre, ni a su madre. -Vas a cerrar para siempre el cuarto de juegos? -Eso depende. -De qu? -De ti y de tu hermana. Si intercalases algunos otros pases entre esas escenas de frica. OhSuecia, por ejemplo, o Dinamarca, o China. -No quiero que cierres el cuarto-dijo Peter framente-.Nunca. -A propsito. Hemos pensado en cerrar la casa por un mes, ms o menos. Llevar durante un tiempo una vida ms libre y responsable. -Eso sera horrible! -Muy bien, vete a tu pradera. -Vas a cerrar pronto la casa? -Estamos pensndolo. -Ser mejor que no lo pienses ms, pap! -No permitir que ningn hijo mo me amenace! -Muy bien. Y Peter se fue al cuarto de los nios. Era de esperarse que los nios volvieran al cuarto. Como toda madre, Lydia conoca perfectamente a sus hijos y estaba convencida de lo que estaba sucediendo. Ella saba que los nios haban vuelto a aquel cuarto que, poco a poco, un inconveniente ms que un beneficio para la familia. Por qu los gritos le resultaban tan familiares a Lydia? Quines eran aquellas dos personas que gritaban?... Peter ni siquiera mira a sus padres a la cara. Es esperable que un nio acte de tal forma? Claro que no. Sus padres ya no significaban nada para l, y, adems, tal vez tena otras razones para no poder mirarlos Lo nico que le importa a Peter es que no cierren el cuarto, a tal punto que hasta amenaza a su propio padre y vuelve al cuarto. -Llego a tiempo?-dijo David McClean.- Qu pasa aqu? -David, t eres psiquiatra. Quiero que examines
el cuarto de los nios. Lo viste hace un ao, en aquella visita. Notaste algo raro entonces? -No podra afirmarlo. Las violencias usuales. Lo comn. Todos los nios se creen perseguidos por sus padres. Pero, realmente nada. George y David McClean atravesaron el vestbulo. -Cerr con llave el cuarto-explic George-y los nios se metieron en l durante la noche. Dej que se quedaran y formaran las figuras. Para que t pudieras verlas. Un grito terrible sali del cuarto. -Ah lo tienes-dijo George Hadley-. A ver qu te parece. Los hombres entraron sin llamar. Los gritos haban cesado. Los leones coman. -Salid un momento, nios-dijo George-. No alteren la combinacin mental. Dejen las paredes as. Los nios se fueron y los dos hombres observaron a los leones, que agrupados a lo lejos devoraban sus presas con gran satisfaccin. -Me gustara saber qu comen-dijo George Hadley. -Te dar un buen consejo-dijo McClean-lbrate de este cuarto maldito y lleva a los nios a mi consultorio durante un ao. Todos los das. -Es tan grave? -Temo que s. Permitiste que esta casa los reemplazara a ti y a tu mujer en el cuidado y cario de tus hijos. Y ahora pretendes prohibirles la entrada. No es raro que haya odio aqu. Los leones haban terminado su rojo festn y miraban a los hombres desde las orillas del claro. -Los leones parecen reales, no es cierto?-dijo Geroge-Me imagino que es imposible que -Qu? -Que se conviertan en verdaderos leones. -No s. -Al cuarto no le va a gustar que lo desconecten. -A nadie le gusta morir. Ni siquiera a un cuarto. -Me pregunto si me odiar porque quiero apagarlo... -Se siente la paranoia en el aire- dijo McClean. Se inclin y alz del suelo una bufanda manchada de sangre.- Es tuya? -No-dijo George con el rostro tenso-Es de Lydia. Entraron juntos al cuarto de los fusibles y movieron el interruptor que mataba el cuarto.
El psiquiatra propone deshacerse del maldito cuarto y llevar a los nios a su consultorio durante un ao, y, adems, afirma que el problema que les est ocurriendo es demasiado grave. Tal como lo dice el propio McClean, George haba permitido que esa casa los reemplazara a l y a su mujer en el cuidado y cario de Peter y Wendy, y ahora pretenda prohibirles la entrada. No es raro que haya odio dentro de esos nios. Adems, al propio cuarto tampoco le gustar que lo cierren, a nadie le gusta morir, Por otra parte, volvi a aparecer un objeto manchado de sangre en el cuarto, en este caso, una bufanda de Lydia. Entonces, volvemos a cuestionarnos: Cmo llegan estos objetos de George y Lydia al cuarto de jugar de los nios?... Los dos nios tuvieron un ataque de nervios. Gritaron, patalearon y rompieron algunas cosas. -No puedes hacerle eso a nuestro cuarto! -Vamos, nios. Los nios se dejaron caer en un sof, llorando. -Geroge-dijo Lydia-por favor, encindeles el cuarto, aunque slo sea un momento. No puedes ser tan rudo. -No. -No puedes ser tan cruel. -Lydia, est parado y as seguir. Hoy mismo terminamos con esta casa maldita. Y George recorri la casa apagando relojes parlantes, estufas, atadores de zapatos y todos los aparatos que encontr en su camino. La casa se llen de cadveres. -No lo dejes!-gema Peter mirando el techo, como si estuviese hablndole a la casa.-No dejes que lo mate todo!-. Se volvi hacia George-Te odio!. -No ganars nada con tus insultos. -Slo un rato, un ratito-lloraban los nios. -George,-dijo Lydia- un rato no puede hacerles dao. -Buenobueno. Aunque slo sea para que se callen. Un minuto, nada ms. Y luego lo apagaremos para siempre. En seguida saldremos de vacaciones. McClean llegar en media hora, para ayudarnos con la mudanza y acompaarnos al aeropuerto. Bueno, voy a vestirme. Encindeles el cuarto un minuto,
Lydia. Pero slo un minuto, no lo olvides. Y la madre y los nios se fueron charlando animadamente, mientras George se dejaba llevar por el tubo neumtico hasta el primer piso. Lydia volvi un minuto ms tarde. -Me sentir feliz cunado nos vayamos-suspir la mujer. -Los has dejado en el cuarto? -Quera vestirme. Oh, esa frica horrorosa! Por qu les gustar tanto? -Ser mejor que bajemos antes que los nios vuelvan a entusiasmarse con sus condenados leones. Qu pasa con Lydia?, acaso no fue ella la primera en percibir el problema y sentir la necesidad de desconectar aquel cuarto? Acaso quiere que sus hijos acaben ms trastornados an? Cmo puede ser que luego de tanta preocupacin se flexibilice ante el llanto de sus hijos?... Al parecer, Lydia se vuelve ingenua, y el ataque de llanto de sus hijos la convence, hace que se olvide por un momento de lo peligroso que puede volverse el cuarto de juegos En realidad, ninguno de los dos se opone a conectar el cuarto por un minuto, cosa que deberan haber hecho Los padres siempre concluan consintiendo a sus hijos, en lugar de ponerles lmites. En ese mismo instante se oyeron las voces infantiles. -Pap, mam!, Vengan pronto! Rpido! George y Lydia bajaron por el tubo neumtico y corrieron hacia el vestbulo. Los nios no estaban all. -Wendy! Peter! Entraron en el cuarto de juegos. En la selva slo se vea a los leones expectantes, con los ojos fijos en George y Lydia. -Peter, Wendy? La puerta se cerr de golpe. -Wendy, Peter! George Hadley y su mujer se volvieron y corrieron hacia la puerta. -Abran la puerta!-grit George Hadley moviendo el pestillo. -Pero han cerrado del otro lado! Peter! George golpe la puerta-Abran! Se oy la voz de Peter, afuera, junto a la puerta.
-No permitan que paren el cuarto de juegos y la casa. El seor George Hadley y su seora golpearon otra vez la puerta. -Vamos, no sean ridculos, nios. Es hora de irse. El seor McClean llegar en seguida y Y se oyeron entonces los ruidos. Los leones avanzaban por la hierba amarilla, entre las briznas secas, lanzando unos rugidos cavernosos. Los leones. El seor Hadley y su mujer se miraron. Luego se volvieron y observaron a los animales que se deslizaban lentamente hacia ellos, con las cabezas bajas y las colas tiesas. El seor y la seora Hadley gritaron. Y comprendieron entonces por qu aquellos otros gritos les haban parecido familiares. Y as fue, un minuto ms que estuvieran los nios en el cuarto de juegos, poda costarles demasiado caro Ahora comprendemos por qu los gritos provenientes de aquel cuarto le parecan familiares a Lydia. -Bueno, aqu estoy- dijo McClean desde el umbral del cuarto de los nios.-Oh, hola- aadi, y mir fijamente a las dos criaturas. Wendy y Peter estaban sentados en el claro de la selva, comiendo una comida fra. Detrs de ellos se vean unos pozos de agua y los pastos amarillos. Arriba brillaba el sol. McClean empez a transpirar.-Dnde estn sus padres? Los nios alzaron la cabeza y sonrieron. -Oh, no van a tardar mucho. -Muy bien, ya es hora de irse. El seor McClean mir a lo lejos y vio que los leones jugaban lanzndose zarpazos, y que luego volvan a comer, en silencio, bajo los rboles sombros. Se puso la mano sobre los ojos y observ atentamente a los leones. Los leones terminaron de comer. Se acercaron al agua. Una sombra pas sobre el rostro sudoroso del seor MCClean. Muchas sombras pasaron. Los buitres descendan desde el cielo luminoso. -Una taza de t?-pregunt Wendy en medio del silencio.
Finalmente, luego de leer este cclico final de la historia, podemos responder a todas nuestras interrogantes anteriores. Las personas que gritaban, eran justamente ellos. Y al parecer, los nios tenan en mente la muerte de sus padres desde haca mucho tiempo. Por supuesto que siendo dos nios tan pequeos uno no espera que el final del cuento sea la muerte de los seores Hadley, sin embargo, estos nios son muy especiales, nios que han sido criados por una casa tecnolgica y no, como debera ser, por sus padres El papel de made de Lydia, y el de padre de George, estaban tan desdibujados dentro de aquella familia que los nios no los necesitaban en absoluto. Sentan amor por la casa, y odio por sus padres Conclusin: Vemos, al finalizar la lectura, una clara evolucin en el interior de Lydia, y tambin en el de George. Podramos decir que se establece un cierto contraste entre la evolucin de ambos personajes: al comienzo, Lydia se siente desesperada, preocupada, intranquila ante los cambios que nota en el cuarto de jugar de sus hijos, mientras que, arbitrariamente, George se muestra, al menos aparentemente, indiferente a cualquier tipo de problema que pudiera estar ocurriendo. Pero a medida que avanza la historia, el comportamiento y el interior de George se tornan cada vez ms opuestos a como eran en un principio, el seor Hadley es el ms preocupado en el final de la obra. En el caso de Lydia, a pesar de que comienza terriblemente ansiosa por cerrar el cuarto para comenzar de nuevo, es justamente la persona que termina abrindole camino a la muerte. Lydia, que al comienzo estaba completamente convencida de que el cuarto no era una buena influencia para sus hijos y que haba que desconectarlo, en la ltima parte de la obra se flexibiliza, cede, permite que sus hijos la convenzan de lo que ellos quieren, y, esto era, precisamente, acabar con ella y con su esposo para vivir e paz, en compaa de lo nico que los haca felices: el cuarto de juegos.