Barzuna, Guillermo - Juglares y Trovadores en La Canción Latinoamericana
Barzuna, Guillermo - Juglares y Trovadores en La Canción Latinoamericana
Barzuna, Guillermo - Juglares y Trovadores en La Canción Latinoamericana
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R454r
Revista herencia. – Año 1, n 1º 1 /1988)
( San José, C. R.): Programa de Rescate y Revitalización del Patrimonio
Cultural, 1988- v. Semestral.
1. Costa Rica - Civilización - Publicaciones periódicas. 2. Folclore -
Costa Rica - Publicaciones periódicas.
CCC/BUCR
Directora Honorífica
M.SC. Ana Teresa Alvarez Hernández
Comité Editorial
Nora Garita
Álvaro Quesada
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Juan Katevas
Guillermo Barzuna
Directora - Editora
Nora Garita
Colaboradores
Osear Fonseca
Victoria Cabezas
Enrique Garnier
Juan Rafael Ouesada
UNIVERSIDAD DE COSTA RICA
Diagramación
Levantado de texto
VICRRECTORÍA DE Jacquelne Ramos
ACCIÓN SOCIAL Corrección de estilo y pruebas
Rocío Monge
Extensión Cultural
Ventas y suscripción en Costa Rica
Programa de rescate ¢ 350
Y revitalización
Las solicitudes deben hacerse a:
Del patrimonio cultural
Vicerrectoría de Acción Social
Universidad de Costa Rica 2050
san Pedro de Montes de Oca
San José, Costa Rica
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PROGRAMA DE RESCATE Y REVITALIZACION DEL PATRIMONIO CULTURAL
herencia
Premio 18 de abril 1992
JUGLARES Y TROVADORES
EN LA CANCIÓN
LATINOAMERICANA
Guillermo Barzuna
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JUGLARES Y
TROVADORES
EN LA CANCIÓN
LATINOAMERICANA
Guillermo Barzuna
Introducción
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más bien de “cantar opinando” los sucesos de lo humano; de ahí que América por
medio de su repertorio musical, al igual que con el resto de su producción artística
y literaria ha expresado al inagotable poder creador de su pueblo.
Con esta categoría de nueva canción se consolida un canto que expresa el sentir
continental de una manera coherente y unitaria. Resulta ser una opción distinta
frente a la canción de consumo masivo o “gastronómica” según Umberto Eco, que
dicho de antemano posee ciertas cualidades musicales rescatables. No se entra aquí
a discutir la validez o no de este tipo de producción, pues los maniqueísmos,
muchas veces, entorpecen la discusión. Baste aclarar que dicha música
«gastronómica» resulta ser un producto industrial, que lejos de perseguir alguna
intención artística, busca la satisfacción de las demandas del mercado de discos. Es,
pues, una opción más dentro de las posibilidades de música, de concierto,
experimental y de tradición popular. Aquí va a interesar un tipo de canción
alternativa que se ha nutrido de los recursos del folclor, incluso de la música ritual
y de lo experimental: una guitarra, quena o bombo, junto a una bacteria y a un
sintetizador. Coplas, romances junto al versolibrismo total. Reconocimiento de
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motivo central, de una segunda redondilla como mudanza y una tercera estrofa que
repetía las rimas de la estrofa central.
Además, existe una gran gama de posibilidades métricas que se escudan bajo el
nombre de canción. Formas que van desde el versolibrismo total hasta la asunción
de estructuras poéticas convencionales; bajo tonos que rayan en lo concreto, en lo
conversacional, pasando por lo panfletado algunas veces, alcanzando grandes
momentos líricos en otras y abordando lo documental y hasta narrativo en el caso
de los corridos mejicanos que bien recuerdan la estructuración del romance
medieval español.
Luego vendrían las canciones de coplas múltiples, que pasarían a América bajo
diversas tonalidades y adquiriendo nuevos matices de creación.
Desde luego que la premisa anterior parte de una división entre música popular
y erudita. Distinción relativa. Otras culturas, no occidentales, no hacen tal división
en su producción artística. Resultan muchas veces apreciaciones relativas en torno
a determinaciones de sentido, valor y significado. Estaría, por lo tanto, la música
popular, condicionada por la existencia de otras formas oponentes, con los cuales
contrasta, por ejemplo las inexactas categorías de «cultura, ilustrada o clásica».
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Valls Gorma establece que dentro de lo popular habría que reconocer distintos
niveles de creación: de cantos de origen campesino a la canción urbana: (concurso
de elementos del habla popular, con condiciones migratorias, problemas de la gran
urbe, otros; incorporación y dignificación del lunfardo por ejemplo, en el tango
argentino).
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Lo tradicional y le urbano
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Aparte de que nos interesa sobremanera que esas culturas no se pierdan, porque
allí están las verdaderas reservas musicales del futuro, como en los bosques están
las reservas pulmonares de los pueblos, y aún más, las reservas de agua necesarias
para la subsistencia. Es importante, por lo tanto, que luchemos porque ningún
medio de difusión de los que caracterizan a nuestro mundo moderno actúe en
desmedro de la música propia del folklor y del aborigen en nombre de una
superior dad que es relativa, porque ese concepto parte de nosotros y no de los
grupos humanos que la reciben; y porque además —y debemos reconocerlo desde
ya— la música que nuestra cultura les tiene destinada, la comercial, parte de que
es por lo general de muy baja calidad, es expresión de sentimientos y formas de
vida que no coinciden históricamente con los del hombre folk. o del aborigen”.
(Aretz-1977-259).
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Cantos y música de tradición que han sobrevivido en el continente desde la época colonial son
someramente los siguientes:
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Coincidentemente, Rossi Landi afirma que el valor estético de una obra artística
proviene de la relación dialéctica que ocurre entre la estructura intrínseca de la obra
y la circulación; por tanto, un mensaje artístico que usa ciertos materiales e
instrumentos para obtener un efecto estético, en una situación social precisa “...
sufrirá un cambio en cuanto salgamos de la situación...” (Rossi Landi, 1976: p.
95). Además, añade el mismo autor que la estructura interna (propiedades que
posee y por las cuales se le disfruta) del mensaje el artístico es su valor de uso,
mientras que el valor de cambio es el lugar que va a ocupar ese mensaje en el
mercado lingüístico-comunicativo y el efecto ideológico particular que provoca. En
la sociedad neocapitalista el valor de cambio termina por anular el valor de uso
(Rossi Landi, 1976: p. 100). Estas consideraciones indican que el efecto estético no
pertenece únicamente al ámbito del sentimiento y de la sensación “...sino que
compromete un comportamiento práctico, a los rituales activos del consumo
literario y de la práctica cultural” (Balibar y Macherey, 1975: p. 42) y que en su
conformación se implican por igual tanto el autor como el lector.
De acuerdo con Manuel Valls Gorma, en Europa, la decadencia del latín como
lengua viva convierte los nuevos lenguajes en formación (lenguas romances) en
nuevos instrumentos de invención. El pueblo se lanza a cantar a sus héroes:
Carlomagno, El Cid, corren de boca en boca hasta crear el mito, la leyenda. (Valls
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Por otra parte los goliardos, frailes mendicantes que habían colgado los hábitos
y vivían de las limosnas caminando por toda Europa, cantaban al vino y al amor en
un latín vulgarizado, profanando a propósito el discurso de lo sublime. Cantores
irreverentes, dotados de una formación humanística, aprendida en el convento, son
junto con los trovadores, quienes independizaron la música de las funciones casi
exclusivamente litúrgicas en que estaba sumergida, (CARMINA BURANA es un texto
goliardo por excelencia). (6)
Por último los juglares, más que creadores en sí, fueron los depositarios y
comunicadores, a través de generaciones, de la cultura no oficializada (pagana) en
el período del medioevo-europeo. Cultura del pueblo eclipsado durante muchos
siglos por la hegemonía espiritual de la iglesia. Los juglares añadirán al canto,
signos teatrales, la bufonería y la comicidad al espectáculo musical. Además,
legitiman la posibilidad de improvisar, quitando o añadiendo elementos a la
estructura originaria.
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Este salto histórico que se daría a fines del siglo XIV implica un cambio
sustancial en la concreción del canto. La música pasa a tener una función lúdica de
catarsis ya que su finalidad cambia a situaciones tales como agradar, divertir,
criticar.
“El hecho de que el pastor tocara la flauta surgió, no de una urgencia estética de
expresión personal, sino del descubrimiento de que ello era un medio admirable
para mantener unido al rebaño. Las canciones de caza, imitando el sonido de los
animales, usados como reclamo y los gritos callejeros para comunicar un producto
no son sino dos ejemplos más de esta etapa de música”. (Siegmeister, 1980: p. 30).
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Los cantantes y danzantes eran muy estimados. En general, todos los músicos
profesionales estaban exentos de pagar tributos. El cantor heroico o narrativo tenía
la importante misión de conservar los sucesos y conocimientos del pueblo (tal
como en Grecia se cantaban o recitaban LA ILIADA y LA ODISEA, con
acompañamiento instrumental y con preludios, interludios y posludios musicales).
Esto explica que la poesía, la música y el baile fueran de todas las artes, las
preferidas y más fomentadas.
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Sincretismo e identidad
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Aporte hispánico
“Duérmete niñito
que tengo que hacer
lavar las mantillas
y sentarme a coser”
(Canto del cancionero europeo antiguo, recopilado por Isabel Aretz en Talcahuano,
Chile en 1942)
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Un colibrí
que en una rama estaba
quiso salvarla
solícito y veloz
y cada vez que con el pico tocaba
se hundía en las aguas la preciosa flor.
El colibrí
amoroso y constante
salvó a la amada
flor de la ilusión
y dándole su aliento
y su cariño
con la adorada
al fin se desposó
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Yo soy el colibrí
si tu lo quieres
el torrente mi pasión
y tu la flor”
Aporte africano
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Ritmos de la esclavitud
contra amarguras y penas
al compás de las cadenas
ritmos negros del Perú.
En la plantación de caña
nació el triste socabón;
en el trapiche de ron
el negro cantó la saña.
El machete y la guardaña
curtió sus manos morenas;
y los indios con sus quenas
y el negro con tamborete
cantaron su triste suerte
al compás de las cadenas.
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se estucha la zamacueca
y el panalivio muy lejos
y se escuchan los festejos
Aporte indígena
Ya te aderezas un plumar
Ya te Uñes el rostro con la greda ritual
Oh Tlacahuepan, con ellas vas a la región del misterio
corno un matizado tigre es tu canto
como águila explazada es tu flor
Oh principe mío, como un bailador
hace estruendo con los escudos,
hermosamente tañes tu atabal
El licor del cacao embriaga a los hombres,
y con su canto, con sus flores va a engalanarse él
a la región del misterio
¡acaso allá cantan también los mexicanos!
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Otros pueblos fueron por diversas causas más abiertos al sincretismo y se han
alejado bastante de sus ancestros y han sumido la música europea e incluso la
influencia africana y, sobre todo en las metrópolis del Continente, centros urbanos
donde España tuvo una mayor incidencia cultural.
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humano realizada a fines del siglo pasado con el objeto de abrir paso a las
ambiciones de la oligarquía terrateniente a costa del enfrentamiento entre indios y
gauchos-. (Arnedo, 1982: 9. 88).
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Hay un peligro, sí, y es el que nos quiere borrar la faz para hacernos iguales a
todos. Las grabaciones comerciales que se imponen hasta en los pueblos más
recónditos, y los estudiosos de nuestra disciplina que les preocupa por encima de
todo el cambio, sin darse cuenta que con ello le hace el juego al comercio de la
música, son dos peligros reales. La educación solamente podría contrarrestar esto,
sembrando conciencia desde la Escuela y desde la Universidad sobre nuestros
auténticos valores y sobre el peligro de una pérdida de identidad por el uso de las
mismas ropas, de la audición de la misma música, de la siembra de las mismas
ideas, del gusto por la misma literatura, el mismo cine, etc. etc…” (Aretz; 1980: p.
331)
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Formalmente las dos estrofas tradicionales que se han consolidado más y de una
vigente subsistencia a lo largo de todo el continente americano, aunque bajo
algunas variaciones en cada región, son la décima y la copla. En Costa Rica los
copleros o cuarteteros en el Valle Central y las bombas en la sabana guanacasteca
constituyen variantes de la copla traída por los españoles.
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En las raíces del canto tradicional sobresalen y permanecen hasta nuestros días
tres formas básicas de composición poética: la copla, el romance y la décima.
Estrofas con variantes americanas y con modalidades distintas en las diversas zonas
del Continente.
La copla
Es una de las formas de tradición popular más antigua y vigente en casi todas las
lenguas romances. Se define estructuralmente como una estrofa formada por cuatro
versos octosilábicos, con rima asonante en los pares. Es una forma de poesía
popular que se concreta en imágenes cortas y produce una síntesis por excelencia
en la expresión de lo enunciado. Estos signos le confieren un carácter adaptable a la
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Carlos Magis afirma que cada vez se reafirma la idea de que la lírica folclórica
de nuestros días, en gran parte, se originó en la poesía forjada por la «escuela
popularizante» que asumieron los poetas «culteranos» del Renacimiento europeo,
quienes recrearon elementos folclóricos hasta fundar una nueva escuela poética:
“La nueva poesía volvió al pueblo y aunque distante de la antigua lírica popular,
termina por hacerse folclórica gracias a la capacidad de simpatía con los intereses
y las vivencias populares” (Magis, 1969: 10).
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En México:
En la Rioja, Argentina:
En la región de San Carlos, Costa Rica, una anciana nativa del cantón de San
Ramón cantó así:
“Estaba el pajarillo
pajarito en aquella higuera
anda dile que no llore
que se espere que muera.
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Estaba el pajarillo
paradito en aquella cima
anda y dile que no cante
que a mi corazón lastima”.
(Recopilada en 1985)
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La décima
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(DÉCIMAS MI ABUELO)
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El romance es una forma estrófica que surge y se elabora en Europa entre los
siglos XIV y XV. Consta ordinariamente de una serie indefinida de versos
octosilábicos con rima asonante. En España la estructura inicial se enriquece
paulatinamente y los versos adquieren otras medidas. El romance de siete sílabas se
llama endecha, el de seis, romance y el de once, romance heroico. Para Mercedes
Días Roig, el romancero medieval nace con un carácter marcadamente épico pero,
con condiciones líricas que lo diferencian de la canción de gesta y con un sello
tradicional que lo ha hecho sobrevivir más de seiscientos años frente a las variantes
que han sufrido estructuralmente otras composiciones líricas (Díaz Roig, 1976:4).
En cuanto a su repercusión en el cancionero hispanoamericano, el estudioso y
recopilador Vicente T. Mendoza le dedica al tema al menos dos trabajos de
indudable valor académico: EL ROMANCE ESPAÑOL y EL CORRIDO MEXICANO. EL
CORRIDO MEXICANO, proporciona importantes datos sobre la vigencia e
intertextualidad de este discurso. Se registran corridos de la época colonial
mexicana, en estrecho vínculo con la difusión de los romances españoles. A pesar
de la coexistencia de los dos textos con las posibilidades de conservación y
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Jorge Saldaña
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CORRIDO DE LA EXPROPIACIÓN
Guillermo Argote
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(LA ADELITA)
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LA ENTALLADITA
Pepe Albarrán
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CARITINA
Víctor Cordero
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La raíz délos textos del bolero, debe buscarse en el habla popular, la poesía de
mayor difusión, la influencia de los medios, el lenguaje y las formas de enamorar
de la época y el lugar donde se les escribe, es decir, su contexto.
En los sentimientos está el fondo del asunto, o el principio del bolero. Amores
frustrados, odios contenidos y, en el menor de los casos, idilios felices demarcan la
línea creativa de los compositores del género.
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Sin levantar capa y espada a favor del género, es necesario recordar el ambiente
en cuyo seno se han desenvuelto boleristas y canciones, los sectores populares
latinoamericanos.
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(Cañizales, 6: 1991)
Definíme si podés
esta contra que se ha dao
que por más que me arremango
no descubro un mango
ni por equivocación
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Sea como sea, la música y la danza designadas con esos nombres toman vuelo
en las dos orillas del Río de la Plata. Pero el éxito del tango deja relegada a la
milonga; es por esto que, para recordar el blasón de ésta, a veces se le llama tango.
La verdadera milonga renacerá gracias a Homero Manzi con su MILONGA
SENTIMENTAL (1931) y su MILONGA DE 1900, que tuvieron la suerte de ser
interpretadas y grabadas por Carlos Gardel
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La nueva canción:
"la guitarra como instrumento"
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Patricio Manns en Los PROBLEMAS DEL TEXTO EN LA NUEVA CANCIÓN señala que
“la nuera canción se estructura en dos vocaciones muy precisas: encamar la
versión de los valores convencionales arraigados de una parte, en la canción
tradicional: de otra indagaren lo profundo de la organización intelectual de
nuestros pueblos y, al mismo tiempo, se inmiscuyó en las luchas de liberación de
toda índole en esta segunda mitad del siglo XX”.
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señalada con epítetos peyorativos, por su carácter utilitario. En este sentido, hay
que señalar la utilidad histórica que ha cumplido el canto, ya sea la música
litúrgica, (cantos gregorianos, corales protestantes, villancicos), la música al
servicio de la política (cantos a la patria, a sus héroes) o los himnos a las
juventudes, cantos para alinear el trabajo, canciones de cuna, entre otros.
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“Charlie García”
Este fenómeno convive desde los años sesenta en Latinoamérica con la música
folclórica, con barreras cada vez menos importantes. (Mercedes Sosa canta a Fito
Páez y a Charlie García, por ejemplo). En la década de los años ochenta,
coincidente con la guerra de las Malvinas y la democratización argentina, el «rock-
tomó matices distintos, “el rock va a hablar, en esta etapa de repolitización de la
sociedad, generalmente desde su lugar, desde sus banderas, desde su consenso.
Los rockeros tienen una identidad, que muchos pueden sintetizar de manera
distinta pero sin por eso resquebrajarle”, dice Nicolás Casullo. (13) Para este autor
el “rock”, como movimiento sería un frente de batalla, de crítica a la corrupción
política entre otros frentes. Una voz entre otras voces, una forma de política a
través de una práctica que se autopercibe esencialmente como cultural, estética y
musical pero que, además, es movimiento, es aglutinación de sectores sociales y de
generaciones. Por lo tanto, importa esta producción que encara la vida y la política
de una forma particular
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NOTAS
(1) Alejo Carpentier en "La música en Cuba" (México, FCE, 1972) señala que la
división en música pura y no pura, en gran medida tiene sus orígenes en la liturgia católica. La
música religiosa colonial española trata de conservar la pureza de su estética musical
contraviniéndola con otras manifestaciones «profanas». Pero ante esta actitud conservadora, la
música de la calle tendría su acelerado desarrollo.
Plantea Carpentier cómo esta jerarquización musical se va realizando en Europa a mediados
del siglo XIX (música culta y profana), a raíz de la difusión de la opereta y de la llamada música
de “salón”, término inconcebible para algunos músicos sinfónicos, para quienes el salón era
precisamente el lugar donde se hacía la mejor música fuera del teatro y de la iglesia.
(2) En cuanto a los daños concretos inferidos en nuestros países a la música tradicional y a sus
portadores, podemos enumerar entre otros los siguientes:
a. Difusión de falso folclor y de “autores de folclor” que no saben —o para sus fines no les
importa saber— que “el folclor no se hace, porque ya está hecho”.
b. Rocolas, sinfonolas o “traganíqueles” y hasta altoparlantes que ensordecen a los
pueblos con su mala música comercial, impidiendo al pueblo hacer su propia música,
con el doble agravante de que alejan a los hombres de los hogares y les hacen gastar
parte de su salario en monedas para que la máquina funcione, y pesos para consumirlas
bebidas alcohólicas de rigor en los “sitios de esparcimiento”
c. Conjuntos musicales comerciales que invaden los campos cuando se celebran fiestas
típicas o patronales, utilizando los oficios de las autoridades civiles y hasta eclesiásticas,
que suelen creer que su pueblo progresa cuando contrata a los músicos populares y
modernos de la ciudad cercana.
d. Directores de ferias y oficinas de “recreación dirigida” cuando creen, de buena fe, que un
conjunto comercializado de otro país podría reemplazar, con más lucimiento, a los
conjuntos auténticamente folclóricos de lugar o del propio país.
e. Jóvenes que desdeñan la música folclórica porque piensan que es cosa de viejos, y no
saben que es el medio de expresión de centenares de miles de jóvenes
latinoamericanos y que, además, por sus valores decantados por una larga tradición, es
mucho más digna de figurar en sus diversiones.
f. Maestros que creen que lo que viene de la ciudad tiene el signo del progreso y sienten
hasta vergüenza de que las tradiciones locales no marchen de acuerdo con la “moda”
g. Directores de cultura quienes consideran que deben promover solamente las expresiones
de una élite cultural, ignorando que el folclor es la máxima expresión cultural de otra
parte de la propia nación. (Algunos más sensibles, cuando quieren difundirlo, caen en el
seudofolclor comercial, por falta de asesoramiento adecuado). (Aretz, 1977: 269).
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un saber espontáneo que se transmite por imitación o por elocución: es decir, por tradición. Este
«saber», traducción de lore, esta «sabiduría», es distinta, de la que proviene de otros vocablos
ingleses (learning, knowledge, sapience, etc). Es por sí un saber o sabiduría de experiencia
propia, por lo tanto, del folk, del pueblo. Lore, el saber, proviene de la experiencia común de un
grupo, de un folk que le ha dado origen y lo conserva. Es un conjunto de experiencias, de
hechos, materiales y espirituales, muy especial, por cuanto él es un fruto colectivo y patrimonio
o propiedad de un grupo generalmente no muy vasto, unido entre sí por ese saber. Este grupo
es el FOLK. En verdad, la traducción de folk como «pueblo» no da la idea cabal. Para el
folklore; el folk, pueblo, no es la nación, no es el pueblo de los políticos, ni el demos, ni el
pópulo; no es una clase, no es exactamente un «estrato» social. Es un grupo que se ubica
generalmente en uno de esos sectores, pero más limitado, más homogéneo, vinculado por
intereses restringidos, que pertenecen por igual y con igual intensidad a todos los individuos.
(5) Confróntese el texto PAUTAS PARA EL ESTUDIO DE LA LITERATURA POPULAR. Magda Zavala,
Guillermo Barzuna, Guiselle Chang, Rafael Cuevas. (Editorial Cecade, San José, 1987).
(6) Lulero examinó los viejos cantos gregorianos, las canciones populares, los cantos
callejeros y cualquier texto que le sirviera a sus propósitos; los mejoró procurando que fueran
de fácil aprendizaje para la población. Incorporó la religión a la canción popular. Sustituyó las
letras «ociosas y escandalosas» por palabras «sagradas y honestas» (Siegmeister, 1980: pp.
54-55).
En respuesta la Iglesia Católica en un afán por unificar al catolicismo establece la división entre
música divina y música profana o de resistencia a lo eclesiástico. El Papa Gregorio promulgó,
en el siglo VI, una lista de canciones aprobadas y envió emisarios, a través de todo el mundo
cristiano, con instrucciones de que esas canciones fueran, en adelante, la música exclusiva de
la iglesia cristiana
Como una parte del énfasis en lo pecaminoso del cuerpo, en su lucha contra el paganismo, la
iglesia intentó eliminar lodo elemento musical que tuviera origen en cualquier clase de actividad
física. Así, toda la música de baile, de trabajo, amorosa —en resumen, la música tradicional y
popular en todas sus variedades—, fue declarada como obra del demonio, los que la cantaran
serían arrojados al fuego eterno del infierno, los músicos populares (los trovadores y los
juglares) fueron excomulgados, e incluso llegó a proscribirse el modo mayor, porque en él se
componían la mayor parte de las canciones populares.
En lugar de esto, la iglesia desarrolló su propia clase de música —una música sin compás, sin
sonidos fuertes ni débiles, sin ritmos estimulantes acentuados (porque recordarían demasiado a
la danza), sin saltos melódicos ruidosos—. En el transcurso de varios cientos de años, se
desarrolló el canto gregoriano —una clase de canción flotante, suelta, impersonal—, que
lograba el objetivo principal de la liturgia: el de calmar, hipnotizar.
(7) En este sentido Elie Siegmeister señala ocho puntos de la estructura funcional de la
música:
1- La historia déla música está relacionada orgánica y dinámicamente con la historia de la
sociedad de la que no puede separarse sin perder su inteligibilidad.
2- La música ha tenido en todos los tiempos una o varias funciones sociales, en
correspondencia con las necesidades objetivas de la sociedad.
3- Los cambios en la estructura social y, por tanto, en las necesidades sociales han
implicado cambios en la función de la música; son las fuerzas motoras fundamentales
para el crecimiento y desarrollo de la música como un arte a través de la historia
4- Aún cuando las músicas de algunas clases sociales han interactuado en forma continua
unas con otras, y a veces unas han dominado a otras, cada clase, cuando ha llegado a
ser consciente de sus necesidades como clase, ha tendido a desarrollar su propia
música característica, adaptada funcionalmente a la satisfacción de tales necesidades
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(11) Copla suelta: Aquella que se puede cantar sola o en serie con otras coplas
con las que tiene una o ninguna relación Mercedes Díaz Roig utiliza el término copla en sentido
amplio de una unidad poética mínima o cuarteta octosilábica. Las canciones para esta autora
serían series de coplas que se cantan con las mismas tonadas (Díaz, Roig, 1976: 12)
Copla en parejas. Coplas estrechamente unidas por repeticiones textuales, paralelismos
entre otros, que se comportan como coplas sueltas
(12) En Cuba grupo de Experimentación Sonora. Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Manguaré,
Gerardo Alfonso, Enrique Núñez Ellos, junto con otros, reelaboraron el son, la guaracha, el
bolero, la rumba; le añadieron alimentos del “jazz”, del “blues”, del “rock” Unieron a sus cantos
con mayor énfasis los ancestros africanos iniciales del cubano: los rituales Yoruba, bongo y
Abakúa a la nueva trova cubana
(13) Nicolás Casullo: Instituto de Estudios Transnacionales. Buenos Aires, Argentina. El “rock”
en la sociedad política REVISTA COMUNICACIÓN Y CULTURA NB 12. México, 1984, p. 41).
En este marco de interpretación Casullo puntualiza con respecto al “rock” argentino lo siguiente:
1- Se genera como respuesta de rechazo de un determinado sector social a un orden de
existencia comunitaria y de valores dominantes establecidos: orden y valores que
inciden, de una manera particularmente negativa, sobre las llamadas nuevas
generaciones.
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15- El “rock”, sin intentar resolverlas, se limita a expresar las contradicciones que lo
acosan en tanto movimiento masivo juvenil en una sociedad en crisis, castigada
económicamente, postergada socialmente y desarticulada en lo político
16- El fundamento ideológico del “rock” radica en la rebeldía individual y grupal, más que
en la conciencia de ser parte de un bloque social sojuzgado al cual debería integrarse
en los términos más coherentes posibles
- Serie de coplas (estrofas o coplas sueltas) que se cantan con la misma tonada.
Por su parte, Carlos Magis, 1977: 536) define la copla en el sentido amplio de unidad
poética mínima, usualmente en la forma de cuarteta octosílaba.
- Canción con cuento: aquella en que se relata una anécdota a lo largo de sus estrofas.
- Canción serial: canción cuyas estrofas constituyen una enumeración y que muchas
veces son también repetitivas, ya que reiteran la misma idea en cada estrofa.
- Canción con coplas fijas: canción compuesta por coplas sueltas, pero que constituyen
un repertorio limitado.
- Canción con coplas libres: canción con copias sueltas; algunas (las primeras, siempre
las mismas, seguidas por cualquier copla al gusto o memoria del que canta.
El verso propio de la lírica musical es el verso corto (de arte menor) y el del
romancero, el verso largo doble octosilábico o doble hectasilábico). La copla, por
ejemplo, es verso corto-, el corrido, verso largo, variante y herencia en
Hispanoamérica, confróntese: (Carlos Magis, Mercedes Díaz Roig).
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herencia
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La síntesis cultural que refleja el cancionero popular latinoamericano evidencia lo que ha sido el
acontecer histórico del Continente.
De origen colonial, la canción, la canción hispanoamericana, es un texto en donde se concreta
claramente la idea del mestizaje de los pueblos del continente. A los elementos de origen
hispánico (lengua sobre todo) se unen los del mundo precolombino y en el caso de las Antillas,
elementos del África. Esto se concreta claramente en la asimilación de instrumentos y ritmos
americanos y europeos simultáneamente.
Cuatro grandes fuentes establecen diversos estudiosos en tres orígenes del canto:
1) Aporte hispánico (desde la conquista)
2) Aportes de otras culturas europeas (desde la segunda mitad del siglo XIX)
3) Aporte de distintas regiones africanas (vocablos, usos y prácticas musicales)
4) Diversidad de etnias indígenas americanas
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