Arresto Domiciliario
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DETENCION DOMICILIARIA, SU ABONO COMO PENA EFECTIVA Y OTROS PROBLEMAS CONEXOS Julio Csar Espinoza Goyena 1. Cuestin preliminar Una gran discusin se ha generado alrededor de la institucin de la detencin domiciliaria y de la ya derogada Ley 28568 que modificaba el artculo 47 del Cdigo Penal en el sentido que el tiempo de detencin domiciliaria que haya sufrido el imputado se abonar para el cmputo de la pena impuesta a razn de un da de pena privativa de libertad por cada da de detencin. Un primer punto que debo plantear, sin perjuicio de un mayor anlisis, es que este problema constituye slo la punta del iceberg, pues, la creciente demanda de esta institucin en los ltimos aos ha generado una serie de problemas, que no se agotan slo en el de su abono para el cmputo de la pena efectiva y que deben ser consideradas por el operador jurdico y sobre todo por el legislador. Ciertamente el tema es mucho ms complejo y existen otras cuestiones conexas, por ejemplo: el del plazo mximo de la detencin domiciliaria, el de su abono para el cmputo del plazo mximo de la detencin preventiva, el de la unificacin de los plazos de la prisin provisional y de la detencin domiciliaria segn el nuevo CPP en todo el pas a partir de febrero de 20061, el de su imposicin en el mbito de la violencia familiar y el de su ejecucin o control. Basta con citar, por ejemplo, el caso de una menor agraviada en un proceso por violacin sexual en el que al agresor se le dicta mandato de detencin domiciliaria que debe ser cumplido en el mismo domicilio donde reside la menor. As tambin la seria problemtica relativa a la ejecucin de esta medida que da cuenta de cmo la Polica Nacional deja de resguardar la seguridad ciudadana en las calles por tener que disponer de numerosos efectivos para vigilar las casas de quienes se encuentran con esta medida. Segn informacin recientemente publicada son 78 reos sin sentencia que sufren detencin domiciliaria, 48 por corrupcin y los restantes por robo agravado, narcotrfico, violaciones y homicidios los que distraen de sus labores de seguridad ciudadana a unos 260 policas2.
Ponencia presentada en el Seminario de Derecho Procesal Penal realizado en la ciudad del Cusco el 9 de julio de 2005 en el Colegio de Abogados del Cusco. 1 El numeral 5) de la primera Disposicin Final del Cdigo Procesal Penal de 2004 establece que las normas que establecen plazos para las medidas de prisin preventiva y detencin domiciliaria entrarn en vigencia en todo el pas el da 01 de febrero de 2006. 2 Diario El Comercio, martes 05 de julio de 2005, p. A9
2. Naturaleza jurdica La naturaleza cautelar de la detencin domiciliaria es un tema que no genera discusin alguna. Sin embargo, es necesario advertir que en el mbito de la cautela personal, esta medida presenta algunas notas diferenciadoras que es fundamental conocer. En primer trmino es una medida restrictiva de la libertad. En el mbito de la tutela de la libertad personal existe una clasificacin planteada por Banacloche Palao3 y que Eguiguren Praeli recoge, segn la cual es posible distinguir entre privacin y restriccin, como dos modalidades de limitacin de la libertad personal. La privacin sera una afectacin grave e intensa motivada por un proceso penal actual o futuro, o relacionada con casos autorizados por la ley. La restriccin, por su parte, sera una limitacin de carcter breve pero intenso, realizada con la finalidad de efectuar determinadas averiguaciones. Esta clasificacin nos sirve para entender que en el mbito cautelar existen diversos grados de afectacin a la libertad personal. Es por ello que tanto el CPP de 1991 como el CPP de 2004 contienen una serie de medidas cautelares que con distinta intensidad afectan el derecho a la libertad personal. En esa escala, la detencin con incomunicacin es la ms grave de ellas y la comparecencia simple sera la menos lesiva, existiendo entre ambos extremos varias alternativas. Si bien es cierto, todas ellas restringen la libertad personal, no puede soslayarse la realidad de su diferente entidad. Una segunda nota caracterstica del tema en cuestin es que dentro de las diferentes medidas coercitivas personales la detencin domiciliaria es la ms grave despus de la prisin provisional. As lo reconoci el Tribunal Constitucional ya desde el ao 2000 en el caso Bueno Acea4, que por lo dems es el primer caso conocido de detencin domiciliaria5, al sealar que dicha medida despus de la detencin es una de las ms aflictivas dentro de la escala coercitiva que prev nuestro ordenamiento legal razn por la cual
Eguiguren Praeli, Francisco, El derecho a la libertad personal: contenido, restricciones y proteccin frente a las detenciones arbitrarias. En Materiales de enseanza del Seminario de Derecho Procesal Penal I. PUCP, ao 2004, pgs. 95 y 96. 4 El Caso Bueno Acea fue el primer caso al que se aplic la detencin domiciliara, conforme a los trminos del art. 143 del C.P.P. de 1991. En efecto mediante resolucin del 30 de marzo de 1998 la Sala de Apelaciones de Procesos Sumarios con Reos en Crcel revoc el mandato de detencin impuesto contra dicho ciudadano espaol e impuso en su lugar la detencin domiciliaria (Exp. 435-98-A). Esta medida se prolong desde esa fecha hasta el 12 de abril de 2000 en que el Tribunal Constitucional declara fundada la accin de habeas corpus que dispone la cesacin de esa medida coercitiva y en consecuencia su libertad. 5 Con anterioridad a este caso solo conocemos el voto singular del vocal Talavera Elguera (Julio de 1997) en cuyo Considerando Quinto sealaba que, a fin de compatibilizar el derecho del encausado a la libertad y el derecho del Estado de asegurar la presencia del mismo al proceso penal, dada la gravedad del hecho instruido, es menester optar por un estado intermedio de goce de la libertad, como es la detencin domiciliarala que le es aplicable al caso por tratarse de un imputado que adolece de incapacidad fsica. (Exp. 164-97, Sala penal Superior Corporativa, Lima, 03 de julio de 1997.)
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la necesidad de su aplicacin y el plazo de su duracin debe dosificarse considerando la existencia de peligro de fuga u obstruccin probatoria por parte del procesado (Exp. 066-2000-HC/TC) Ese mismo criterio fue luego reiterado en los casos Bozzo Rotondo (Exp. 376-2003-HC/TC) y Chumpitaz Gonzles (Exp. 1565-2002-HC/TC). 3. Modelos de regulacin6 Una revisin de la legislacin comparada que regula esta institucin nos permite distinguir que existen dos grandes modelos7 de regulacin de esta medida cautelar. El primero es el modelo amplio de detencin domiciliaria que, en lo fundamental, sigue las siguientes lneas: 1. Considera a la detencin domiciliaria como una medida alternativa a la prisin provisional, 2. Es de carcter facultativo para el juzgador, 3. Se aplica de manera general a cualquier persona, 4. Admite frmulas de flexibilizacin (permisos para trabajo, atencin de salud, etc). El modelo amplio es el que ha sido acogido por el Cdigo Modelo para Iberoamrica8 de 1989 y luego extendido en Chile, Costa Rica, Bolivia y ms recientemente en el Proyecto de Cdigo Procesal Penal de la Nacin Argentina de 2004, este ltimo actualmente en debate parlamentario9. En Europa este modelo es el seguido por los Cdigos Procesales Penales de Francia10, Italia11 y Alemania12.
Los conceptos que en este punto desarrollamos forman tambin parte del artculo presentado en el Seminario de Derecho Procesal Penal realizado el 9 de julio en la ciudad del Cusco. El numeral 14) y 16) in fine de la sentencia del Tribunal Constitucional que declara la inconstitucionalidad de la Ley 28568 sobre arresto domiciliario, copi este punto. 7 Delmas-Marty, Mireille, Modelos actuales de poltica criminal, Ministerio de Justicia, Coleccin de temas penales, Serie a N 4, Madrid, 1986, p. 49 y ss. Los modelos como herramienta de anlisis poltico criminal constituyen una representacin esquemtica de un objeto o de un proceso, el modelo es por definicin una aproximacin a lo observado. El modelo permite por simplificador, globalizar la materia tratada y evitar reducciones demasiado unilaterales. Sin embargo, debe respetar ciertas reglas: las de coherencia lgica (criterio de validez interna) y de adecuacin a la realidad (validez externa). En otros trminos, la construccin del modelo supone la elaboracin de un esquema lo ms prximo posible a la realidad, obedeciendo a las leyes elementales de la composicin. 8 Por ser el antecedente de ms influencia en la legislacin comparada reciente citamos a continuacin el texto pertinente del Cdigo Modelo: Art. 209.- Siempre que el peligro de fuga o de obstaculizacin para la averiguacin de la verdad pueda razonablemente evitarse por aplicacin de otra medida menos gravosa para el imputado, el juez o tribunal competente, de oficio, preferir imponerle a l, en lugar de la prisin (art. 202), alguna de las alternativas siguientes: 1. el arresto domiciliario, en su propio domicilio o en custodia de otra persona, sin vigilancia alguna o con la que el tribunal disponga 9 Proyecto de Cdigo Procesal Penal de la Nacin Argentina, Ad hoc, Buenos Aires, 2004. 10 El Cdigo Procesal Penal Francs regula esta medida bajo la frmula del control judicial segn se desprende de su art. 138.2. 11 Cfr. Dalia/Ferraioli, Manuale di diritto processuale penale, terza edicin, Cedam, Milano, 2000, p. 244. 12 Cfr. Roxin Claus, Derecho procesal penal, Del Puerto, Buenos Aires, 2000, p. 272.
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El segundo modelo es el restringido que, en contraposicin al primero, tiene las siguientes notas distintivas: 1. Considera a la detencin domiciliaria como una medida sustitutiva de la prisin preventiva, 2. Se impone de manera obligatoria por el Juez (cuando no puede ejecutarse la prisin provisional en crcel), 3. Se regula de manera tasada (slo en determinados supuestos: gestantes, mayores de 65 aos, enfermos terminales, etc); 4. Admite permisos slo de manera excepcional en casos de urgencia. Este modelo es el seguido por la Lecrim espaola13 y ms recientemente por el CPP peruano de 2004. En el Per, al existir dos regulaciones al respecto debemos distinguir tambin que los modelos acogidos en ambos regmenes son distintos. En efecto, el rgimen vigente, el del CPP de 1991, ha seguido una frmula mixta pues la detencin domiciliaria constituye una medida aplicable de manera general a cualquier supuesto y con carcter facultativo para el Juez14. La referencia que hace la norma a casos particulares, que segn el primer prrafo del artculo 143 opera cuando el imputado tiene ms de 65 aos, adolezca de una enfermedad grave o de incapacidad fsica, es slo eso una referencia que no obliga al Juez, tngase en cuenta desde una interpretacin literal que en este punto la norma dice tambin podr. Una lectura de la Exposicin de Motivos del CPP de 1991 revela que el real sentido que el legislador de entonces intent darle a esta institucin era seguir el modelo restringido pues se indica que la detencin domiciliaria sea extensiva a personas mayores de 65 aos de edad que se encontraren padeciendo una enfermedad grave o padezcan incapacidad permanente pero, al mismo tiempo se prev los correctivos puntuales para que en la prctica no sea desnaturalizada (Resaltado nuestro). Lo que ha ocurrido en nuestro pas es que la imprecisin de la redaccin de la norma en cuestin (primer prrafo y numeral 1 del art. 143) gener aquello que su exposicin de motivos quera evitar, esto es, su desnaturalizacin a partir de su aplicacin indistinta para casos diversos de los supuestos antes sealados alterando su real alcance. Coincidimos por ello con Snchez Velarde15 cuando anota que hubiera sido aconsejable incorporar el arresto domiciliario como una medida cautelar autnoma y debidamente
13 Segn su ltima modificatoria a travs de la Ley Orgnica 15/2003 de noviembre de 2003 el art. 508 de la LECr establece que El Juez o tribunal podr acordar que la medida de prisin provisional del imputado se verifique en su domicilio, con las medidas de vigilancia que resulten necesarias, cuando por razn de enfermedad el internamiento entrae grave peligro para su salud. El Juez o tribunal podr autorizar que el imputado salga de su domicilio durante las horas necesarias para el tratamiento de su enfermedad, siempre con la vigilancia precisa 14 Tambin el vigente CPP de Honduras ha configurado un modelo mixto, pues, la detencin domiciliaria puede imponerse como medida alternativa a la prisin provisional, (art. 184) pero tambin est prevista para los casos de personas valetudinarias en cuyos supuestos el Juez est obligado a sustituir la prisin provisional por el arresto domiciliario (art. 183). 15 Snchez Velarde, Pablo, Manual de derecho procesal penal, Idemsa, Lima, 2004, p. 745.
reglamentada a efecto de evitar cualquier confusin en la interpretacin y el control de su aplicacin. En este mismo sentido Herrera Velarde16. Fue en atencin a ese hecho que el legislador del 2004 consider necesario regular esta medida de manera autnoma y restringir su aplicacin a supuestos excepcionales. En efecto el artculo 290 numeral 1) del CPP de 2004 seala que se impondr detencin domiciliaria cuando, pese a corresponder prisin preventiva, el imputado: a) es mayor de 65 aos de edad; b) Adolece de una enfermedad grave o incurable; c) Sufre grave incapacidad fsica permanente que afecte sensiblemente su capacidad de desplazamiento; d) Es una madre gestante. Ascencio Mellado ha sealado con precisin que la regulacin de la detencin domiciliaria prevista en el CPP peruano no constituye una medida alternativa estrictamente hablandoanalizando su previsin legal se est en presencia de una medida sustitutiva acordada cuando, por razones humanitarias, es conveniente establecer un rgimen de privacin de libertad ms apropiado a las condiciones objetivas o subjetivas del inculpado17. En ese sentido, an cuando concurran todos los presupuestos para la imposicin de la prisin preventiva, slo por razones humanitarias y en tanto persistan los supuestos sealados en el numeral 1) del 290, es posible sustituir la ejecucin de la misma para que se cumpla en el domicilio del imputado o en otro que el Juez designe. Tan clara es la norma respecto al alcance de esta medida que ha sealado adems que s desaparecen los motivos de detencin domiciliaria establecidos en los literales b) al d), el Juez previo informe pericial- dispondr la inmediata prisin preventiva del imputado, numeral 4) del artculo 290. 4. El abono de la detencin domiciliaria 4.1. Para el cmputo de la ejecucin de la pena
El abono de la privacin de la libertad a ttulo cautelar para el cmputo de la pena es una institucin que no ofreca mayor discusin en nuestro medio ni en el derecho comparado. El fundamento de esta institucin, seala Gutirrez de Cabiedes18, se halla en la circunstancia de que, a pesar de la naturaleza preventiva o cautelar de la prisin provisional, sta constituye una privacin del derecho a la libertad por lo que una honda razn de justicia lleva a que,
Herrera Velarde, Eduardo, en: La detencin domiciliaria, Derecho y Sociedad, Ao XIV, n 21, 2003, p. 126. 17 Ascencio Mellado, Jos Mara, La regulacin de la prisin preventiva en el cdigo procesal penal peruano, en: El nuevo proceso penal, estudios fundamentales, Palestra, Lima 2005, p. 501. 18 Gutirrez de Cabiedes, Pablo, La prisin provisional, Thomson-Aranzadi, Navarra, 2004, p. 285.
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una vez producida la condena, pueda el tiempo pasado en tal situacin de prisin preventiva computarse como tiempo de cumplimiento de condena. Respecto al alcance del abono, que generalmente est vinculado a la prisin provisional, es posible distinguir en derecho comparado dos tendencias. La primera segn la cual la prisin provisional sufrida por la persona puede abonarse no slo en la causa en que se impuso dicha medida de coercin sino tambin en otros procesos diferentes que el imputado pueda tener en curso. Ello ocurre por ejemplo en Espaa (Art. 58.2 del Cdigo Penal espaol) en que es posible abonar el tiempo de prisin provisional en causa distinta a la que gener la prisin provisional. Esta posibilidad se presenta cuando por ejemplo en la causa en que se impuso la medida coercitiva se impone una sentencia absolutoria o se impone una pena inferior en su duracin a la prisin provisional19. Esta formula de abono alternativo se funda, segn ensea Zaffaroni20 en razones procesales y de fondo. (a) En lo procesal, no puede admitirse que la absolucin pueda perjudicar al procesado. (b) El derecho penal material dispone para el concurso real una nica condenacin, que debe materializarse en una nica sentencia condenatoria, si esa sentencia nica no puede abarcar tambin todas las declaraciones de hechos, es slo por imperio del respeto al juez designado por la ley antes del hecho de la causa, pero el mantenimiento de esta garanta no puede volverse contra el procesado. Por su parte Muoz Conde seala que el fundamento de esta regulacin debe encontrarse antes en razones pragmticas de justicia material que en un planteamiento coherente con el sentido de la prisin preventiva y su conexin con la causa en la que se acuerda21. El otro modelo de regulacin del abono, ms arraigado en Latinoamrica, permite que el tiempo de prisin cautelar se abone solo en el proceso en que dicha medida fue dictada. El Art. 47 del C.P. peruano, si bien no contiene una regulacin expresa respecto al abono en causa distinta, tampoco lo prohbe, razn por la que en atencin a las consideraciones antes sealadas creo perfectamente viable esa posibilidad. Lo contrario supondra que se habra padecido un tiempo de prisin -de idnticos efectos a una condena- de modo indebido, esto es, injusto, lo cual resultara contrario al carcter no punitivo de esta medida cautelar22. En lo que respecta al abono de un da de detencin domiciliaria por un da de pena efectiva incorporada al art. 47 del C.P. a travs de la ya derogada Ley 28568, debe tenerse presente que esta frmula de bono se encuentra regulada
Cfr. De la Oliva /Aragoneses/Hinojosa/Muerza/Tom, Derecho procesal penal, Sptima edicin, Editorial Universitaria, Madrid, 2004, p.411. 20 Zaffaroni, Eugenio Ral, Derecho penal parte general, Ediar, Buenos Aires, 2002, p.942. 21 Muoz Conde/Garca Arn, Derecho penal, parte general, 4ta edicin, Tirant lo blanch, Valencia, 2000, p.580. 22 Cfr. Gutirrez de Cabiedes, Op. Cit. p.288.
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en el CPP de 2004 en sus artculos 399 numeral 1) y 490 numeral 2) que de manera expresa sealan que, cuando se imponga condena a pena privativa de libertad efectiva, el Juez de la Investigacin Preparatoria realizar el cmputo de la pena, descontando de ser el caso el tiempo de detencin, de prisin preventiva y de detencin domiciliaria que hubiera cumplido la persona23. El referente ms directo en el derecho comparado que, por lo dems, sirvi de fuente al legislador de 2004 es el Cdigo Procesal Penal de Costa Rica de 1996 que en su artculo 460 establece El tribunal de sentencia realizar el cmputo de la pena, y descontar de esa la prisin preventiva y el arresto domiciliario cumplidos por el condenado, para determinar con precisin la fecha en la que finalizar la condena..." Es importante sealar que, salvo la referencia contenida en el Cdigo de Costa Rica, en la legislacin procesal penal latinoamericana ms reciente (Colombia, Argentina, Ecuador, Bolivia, Chile, el Salvador, Honduras, etc.) no se regula esta situacin. En el mbito del derecho penal sustantivo tambin ha sido tratado el tema. En efecto, el artculo 45 del Anteproyecto de Cdigo Penal24, de abril del 2004, seala que el tiempo de detencin policial o judicial, incluido el arresto domiciliario, que haya sufrido el procesado se abonar para el cmputo de la pena impuesta a razn de un da de pena privativa de libertad por cada da de detencin.. Esta propuesta de reforma del Cdigo Penal tiene como fuente la legislacin penal europea que, aunque sin la misma precisin, ha regulado el tema. As por ejemplo, el Cdigo Penal Alemn prescribe en su artculo 51 que si el condenado, con motivo de un hecho que es o ha sido objeto de un proceso, ha cumplido prisin preventiva u otra privacin de libertad, se contabilizar sta como pena privativa de libertad y como multa. El tribunal sin embargo, podr disponer que el abono en cuenta se omita total o parcialmente, si ste no se justifica por la conducta del condenado posterior al hecho. En esa misma lnea el Cdigo Penal Italiano que en su artculo 137 indica que la custodia cautelar sufrida antes que la sentencia se encuentre firme se descontar de la duracin completa de la pena temporal de detencin o del monto de la pena pecuniaria.
Con anterioridad al 2004, el abono de la detencin domiciliaria en el cmputo de la pena efectiva no se haba regulado en nuestro ordenamiento jurdico, en efecto, ni el CPP de 1991 ni el Proyecto de CPP de 1995 se ocuparon del tema. 24 Elaborado por la Comisin Especial Revisora formada por Ley N 27837
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Ms recientemente el Cdigo Penal Espaol de 1995 establece en su artculo 58 numeral 1) que el tiempo de privacin de libertad sufrido preventivamente se abonar en su totalidad para el cumplimiento de la pena o penas impuestas en la causa en que dicha privacin haya sido acordada. Numeral 2) Igualmente se abonarn en su totalidad, para el cumplimiento de la pena impuesta, las privaciones de derechos acordadas cautelarmente Finalmente, el artculo 59 seala que cuando las medidas cautelares sufridas y la pena impuesta sean de distinta naturaleza, el Juez o Tribunal ordenar que se tenga por ejecutada la pena impuesta en aquella parte que estime compensada En jurisprudencia nacional existen dos casos en los que se ha tratado el tema y que son inclusive anteriores a la discusin generada por la polmica Ley 28568. El primero de ellos es el Caso Mestanza Benzaquen en el que la Sala Especial B, al pronunciarse respecto al abono de la detencin domiciliaria, seal que resulta necesario en este punto establecer que dicha sumatoria slo tiene efecto como medida cautelar preventiva, ms no tiene el mismo efecto cuando se trata del cumplimiento de la condena, donde s es vlido sumar como parte de ella la detencin preventiva y excluir de dicho cmputo el arresto domiciliario debido a los fines y efectos que ambas medidas persiguen y la naturaleza misma (Exp.033-01-Y3, Lima 19 de agosto de 2004). El segundo de los precedentes, ms reciente y especfico que el anterior, proviene de la Sala Especial C que en el Caso Gmez Rodrguez seal que no corresponda abonar el tiempo de detencin domiciliaria al cmputo de la pena. Entre los fundamentos que esgrimi el Tribunal es de destacar los siguientes: a) La detencin cautelar derivada del mandato de detencin regulada en el artculo ciento treinta y cinco del Cdigo Procesal Penal, muestra caractersticas y particularidades propias que la distinguen respecto del arresto domiciliario derivado del artculo ciento cuarenta y tres del Cdigo Procesal Penal; b) Es cierto que ambas importan la restriccin de la libertad personal, lo que en modo alguno permite sostener la existencia del equilibrio de condiciones fcticas en su cumplimiento, por el nivel de aflictividad que cada una produce; c) El arresto domiciliario y la detencin preventiva merecen tratamientos normativos propios, que se distinguen por los niveles de intensidad no slo en el aspecto fctico sino subjetivod) En nuestro ordenamiento penal no existe la previsin legal para descontar de la pena efectiva el tiempo de arresto domiciliario que cautelarmente mantuvo el sentenciado, conforme al artculo 47 del Cdigo Penal; e) Por estas consideraciones no es posible acceder a lo solicitado por el acusadoms an si en el Pleno Jurisdiccional llevado a cabo los das 10 y 11 de diciembre del 2004 en la ciudad de Trujillo al debatir este tema se acord: Stimo Acuerdo Plenario: EL TIEMPO DEL ARRESTO DOMICILIARIO NO SE DEBER COMPUTAR PARA EL CUMPLIMIENTO DE LA PENA
PRIVATIVA DE LA LIBERTAD (Expediente 24-02, Lima, junio de 2005) En doctrina jurisprudencial espaola existe ms de un precedente que se decanta en favor de considerar que la detencin domiciliaria y la prisin provisional tienen la misma entidad. En efecto el Tribunal Constitucional Espaol ha establecido que el Juez de Instruccin incurri en un error manifiesto y notorio al considerar que el arresto domiciliario que sufra el demandante de amparono implicaba la privacin de su libertad. (STC 31/1985)25. En suma, la persona no recupera su situacin de libertad porque el Juez Togado le pueda autorizar a acudir a su trabajo habitual o a asistir a sus prcticas religiosasSostener que la persona se encuentra en situacin de libertad desde el momento en que puede ser autorizado a acudir a su trabajo o a cumplir sus obligaciones religiosas es algo que se compadece con dificultad con los presupuestos de un orden poltico que se comprende a s mismo como un rgimen de libertades (STC 56/1997) 26. En ese mismo sentido la jurisprudencia del Tribunal Supremo Espaol viene manteniendo criterios interpretativos bastante amplios en esta materia entendiendo que debe computarse y abonarse no slo la prisin preventiva, sino tambin privaciones de libertad diversas: 1) la mera detencin (STS de 30 de enero de 1906); 2) el arresto domiciliario del quebrado (STS de 20 de julio de 1992); 3) el arresto militar disciplinario; 4) el arresto por impago de multa o 5) privacin de permiso de conducir27. Sin embargo, la jurisprudencia penal y constitucional espaola que sobre la materia se conoce hay que entenderla en su preciso contexto, es decir, teniendo en cuenta que en dicho pas la regulacin normativa de la prisin atenuada (que es como se conoce a la detencin domiciliaria) sigue las pautas del modelo restringido en los trminos antes expuestos y, por lo tanto constituye una modalidad de prisin preventiva antes que una medida alternativa o forma de comparecencia28, siendo, slo por ello, entendible que cierta doctrina espaola acepte la posibilidad de que un da de arresto domiciliario se compute como un da de prisin efectiva. Adems, la jurisprudencia constitucional espaola conoce tambin de posiciones discordantes que consideran que en modo alguno puede asemejarse el arresto domiciliario a la prisin efectiva. A este respecto los
http://www.boe.es/g/es/bases_datos_tc/doc.php?coleccion=tc&id=SENTENCIA-1985-0031 Citada por Gimeno Sendra, Vicente, Los procesos penales, T.4 Bosch, Barcelona, 2000, p. 175. Tambin puede encontrarse en: http://www.boe.es/g/es/bases_datos_tc/doc.php?coleccion=tc&id=SENTENCIA-1997-0056. 27 Citada por Odone Sanguin, Prisin Provisional y derechos fundamentales, Tirant lo blanch, Valencia, 2003, p. 209. 28 Cfr. Moreno Catena/Corts Domnguez, Derecho procesal penal, Tirant lo blanch Valencia, 2004, p.288 y ss.
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votos particulares de Vicente Gimeno Sendra29 y de Enrique Ruiz Vadillo en la conocida Sentencia del Tribunal Constitucional Espaol N 56/1997, Caso Perote Pelln. Asimismo, con anterioridad a dicha sentencia el Tribunal Constitucional Espaol haba establecido que entre la libertad y la prisin s que existen situaciones intermedias, por lo que, junto a la privacin absoluta del derecho a la libertad pueden existir restricciones de dicho derecho fundamental, distintas a la que implica la prisin provisional (STC 14/1996)30. En ese mismo sentido, en doctrina espaola, es de citar a Gutirrez de Cabiedes quien al referirse a la prisin atenuada -lase arresto domiciliario- ha sealado que propiamente no nos encontramos ante una medida de prisin (una modalidad de la misma). Difcilmente un fenmeno que no comparte el elemento bsico, el denominador comn de toda prisin (que es cumplirla en prisin, esto es, en un centro penitenciario), puede ser considerada propiamente una especie de ese gnero31. Como hemos definido antes, en el mbito del proceso penal la detencin domiciliaria importa una restriccin a la libertad, diferente de lo que en puridad es una privacin de la libertad. Esta diferencia de rigor en la afectacin a la libertad personal tambin se presenta en el mbito penal sustantivo en el que existen distintos tipos de penas. As por ejemplo, seala Caro Coria32, puede observarse una valoracin que se asemeja a la del arresto domiciliario y
Voto particular del Magistrado Vicente Gimeno Sendra: junto a la privacin absoluta del derecho a la libertad pueden existir restricciones de dicho derecho fundamental, distintas a la que implica la prisin provisional. En esta ltima situacin hay que reputar incluida a la prisin atenuada, la cual, si bien es cierto que conlleva una privacin de libertad, tampoco lo es menos que dicha privacin no es absoluta, pues, a diferencia del preso preventivo, el sometido a arresto domiciliario goza de distintos derechos fundamentales, que se le pueden negar al sometido a prisin provisional, tales como el derecho a la vida privada y familiar, el derecho al trabajo, a la libertad de cultos, etc Por tanto, cuando la Constitucin, en su art. 17.4, establece la necesidad de que la prisin provisional se encuentre sometida a plazo, esta garanta constitucional hay que restringirla a esta medida cautelar penal y no a toda medida cautelar, lo cual no significa que el legislador ordinario, como sera lo deseable, no pueda someter a plazo a las dems medidas cautelares penales o, incluso, en la lnea de los Cdigos Procesales Penales italiano y portugus, de 1988 y 1989, a la propia instruccin. Pero sta es una facultad del legislador ordinario, que no se deriva directamente del art. 17.4 C.E., aunque pueda inferirse del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas del art. 24.2 C.E. Al extender la Sentencia, objeto de nuestro voto particular, la prisin provisional a la prisin atenuada puede tener unos efectos expansivos no deseados, como lo son la extensin del plazo a figuras anlogas, tales como el arresto del quebrado, medidas de seguridad como el internamiento en un centro psiquitrico y, por qu no, la propia libertad provisional que, al conllevar la obligacin de comparecencia apud acta, retirada del pasaporte o del permiso de circulacin, tampoco permiten afirmar la existencia de una situacin plena de libertad. Es ms, cuando se reforme la Ley de Enjuiciamiento Criminal en punto a ponerla en consonancia con el nuevo Cdigo Penal, muchas de las penas privativas de derechos del art. 39 C.P. y, sobre todo, de suspensin de la ejecucin de la pena privativa del art. 83 o medidas de seguridad del art. 96, que impliquen restriccin del derecho a la libertad, pasarn a convertirse en medidas de control judicial a imponer por el Juez de Instruccin, en cuyo caso tambin podr reclamarse esta expansiva doctrina con el riesgo de que se malogren los fines de la instruccin penal (Sic) 30 http://www.boe.es/g/es/bases_datos_tc/doc.php?coleccion=tc&id=SENTENCIA-1996-0014 31 Op. cit. p. 200 32 Caro Coria, Carlos, El abono del arresto domiciliario en el cumplimiento de la pena, Lima, julio de 2005.
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detencin preventiva, pues dentro del catlogo de penas que contiene nuestro Cdigo Penal encontramos por un lado las penas limitativas de derechos (art. 31) dentro de las que se encuentra la pena de arresto de fin de semana (art. 35) y, de otro lado, la pena privativa de libertad (art. 29). Siendo ello as, una lnea de coherencia con el principio de proporcionalidad nos conduce a sostener que las consecuencias de las medidas de coercin personal en el mbito de la ejecucin penal (especficamente de la detencin domiciliaria y la prisin provisional) deben tener directa relacin con el tipo de medida cautelar y con la intensidad con que afectan la libertad personal. Esta consideracin ha sido reconocida por el Tribunal Constitucional de nuestro pas que en el caso Chumpitaz Gonzles ha sealado que tales figuras no pueden ser equiparadas ni en sus efectos personales, ni en el anlisis de sus elementos justificatorios pues, es indudable que la primera de las mencionadas se configura como una de las diversas formas a las que, de manera alternativa, puede apelar el juzgador con el objeto de evitar la segunda de ellas, esto es, la detencin preventiva (STC 1565-2002-HC/TC). Esa misma lnea jurisprudencial fue reiterada en el caso Bozzo Rotondo en el que estableci que si bien ambas figuras, al estar encaminadas a asegurar el xito del proceso penal, responden a la naturaleza de las medidas cautelares, no pueden ser equiparadas ni en sus efectos personales ni en sus elementos justificatorios, dado el distinto grado de incidencia que generan sobre la libertad personal del individuo (STC 376-2003-HC/TC). En esta misma lnea los casos Wolfeson Woloch (STC 2712-2002-HC/TC), Olazbal Roldn (STC 2404-2003-HC/TC) y ms recientemente el caso Joy Way Rojas (STC 2631-2004-HC/TC). Ese es pues el factor material de anlisis que ni el Proyecto de Cdigo Penal de 2004 ni menos la derogada Ley 28568 han advertido al establecer una frmula de abono en razn de un da de detencin domiciliaria por uno de pena efectiva. Ciertamente, segn el rgimen actual, una persona con detencin domiciliaria tiene afectada su libertad, pero no con el mismo rigor que otra que esta en prisin, inclusive con posibilidad de incomunicacin. El carcter ms flexible de la detencin domiciliaria ha sido reconocido por la jurisprudencia y la doctrina nacionales habiendo inclusive aceptado la posibilidad de que la persona detenida en su domicilio pueda obtener permiso para trabajar, para atender cuestiones familiares o de salud personal33.
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Cfr. Mixn Mass, Florencio, En qu consiste la detencin domiciliaria?, en: El Peruano, 30 de abril de 1998, p.B-6.
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Todo lo hasta aqu planteado nos lleva a concluir que la detencin domiciliaria limita la libertad personal pero no en la misma intensidad que la prisin provisional. Sin embargo, como hemos sealado entre todas las medidas alternativas a la prisin provisional, la detencin domiciliaria es la ms lesiva. No se puede ignorar este hecho y por lo tanto corresponde, sobre la base de todas estas consideraciones, reconocer que la detencin domiciliaria tiene que repercutir generando consecuencias jurdicas concretas en el mbito del cmputo de la pena, pero reconociendo al mismo tiempo las diferencias materiales que existe entre ambas. Considerar que un da de detencin domiciliaria equivale a un da de prisin efectiva, implica por ello, desconocer esas claras diferencias y otorgarle un valor no proporcional. Asimismo, considerar que los das de detencin domiciliaria no deben ser considerados para el cmputo del plazo de la prisin efectiva equivale a tener por inexistente la limitacin a la libertad personal que dicha medida conlleva, hecho ste insostenible desde todo punto de vista34. Si bien es cierto el CPP de 2004 permite en sus artculos 399.1 y 490.2 que la detencin domiciliaria se abone al cmputo de la pena privativa de libertad, dicha norma hay que entenderla en el contexto del nuevo CPP, es decir, es aplicable para los supuestos en que dicho cuerpo normativo los permite y adems entrar a regir progresivamente recin a partir de febrero de 2006. Por ello, cuando se invoc el nuevo CPP para sustentar la modificacin del artculo 47 del Cdigo Penal se incurra en un error35. El quantum del abono para el cmputo de la prisin efectiva debe tener en cuenta que la detencin domiciliaria constituye una restriccin a la libertad que, por lo mismo, resulta menos intensa que la prisin efectiva. Una frmula razonable sera la sealada por Caro Coria36 que, sobre la base de una valoracin semejante a la ocurrida en el mbito de la pena de arresto de fin de semana, considera que el abono debera ser como mnimo de un da de prisin efectiva por dos de detencin domiciliaria. 4.2. Abono para el cmputo del plazo mximo de detencin preventiva
Un problema que se deriva del anterior es el siguiente: puede abonarse el tiempo de duracin de la detencin domiciliaria para computar el plazo
34 Cfr. Fernndez Lazo, Nora, Detencin domiciliaria, Revista peruana de Jurisprudencia, Normas Legales Ao 7/N47/Enero 2005. 35 Ver exposicin de motivos del Proyecto de Ley N 12952/2004-CR 36 Ibid. p. 6.
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mximo de la prisin provisional y de esa manera alcanzar la libertad por vencimiento del plazo? Estamos ante la hiptesis de una persona que ha cumplido detencin domiciliaria por un lapso de tiempo37, supongamos 20 meses, luego sta medida le es revocada y en su lugar impuesta la prisin provisional que se extiende por 16 meses. Puede en ese caso solicitarse la excarcelacin por vencimiento del plazo por considerar que entre el arresto domiciliario y la prisin provisional ya se han cumplido los 36 meses de plazo mximo que prev el art. 137 del CPP de 1991? Desde el plano normativo, nada dice la legislacin vigente. Esta ausencia de claridad en la norma se ha reflejado tambin en la jurisprudencia nacional que ha presentado dos posiciones claramente encontradas. La primera es la planteada por el Tribunal Constitucional que en el Caso Arbul Seminario estableci que no era posible acumular el tiempo en que el beneficiario se encontraba con mandato de detencin domiciliaria al tiempo en que estuvo con detencin preventiva, por lo que la demanda debe ser desestimada, al no haber transcurrido el plazo de detencin ordinario dispuesto por el artculo 137 del C.P.P (STC N 2717-2002-HC/TC). Una lnea de interpretacin distinta es la adoptada en el Pleno Jurisdiccional de 2004 que, aparatndose del criterio del Tribunal Constitucional estableci en su Sexto Acuerdo Plenario que EL TIEMPO DEL ARRESTO DOMICILIARIO ES COMPUTABLE COMO PARTE DE LOS 18 MESES ESTABLECIDO EN EL CODIGO PROCESAL PENAL PARA CONCEDER LA LIBERTAD POR EXCESO DE DETENCIN SIN SENTENCIA38. Esta ltima posicin tiene su fundamento en la idea de considerar que ambas medidas (prisin provisional y detencin domiciliaria) tienen la misma naturaleza cautelar y adems que afectan el mismo derecho: la libertad personal. Sin embargo desconoce el diferente grado de afectacin que dichas medidas generan a la persona.
Segn Martha Hildebrandt, la expresin lapso de tiempo se encuentra autorizada por la Academia de la Lengua y adems constituye una lcita figura de construccin gramatical, en: El Habla Culta (o lo que debiera serlo), 2da edicin, Lima 2003, p. 235. 38 Segn el Dcimo Primer Acuerdo del Pleno Jurisdiccional de 2004 las resoluciones del Tribunal Constitucional son vinculantes si efectan una interpretacin del artculo ciento treinta y siete del Cdigo Procesal Penal, de conformidad con el derecho a la libertad individual; y si se trata de fallos reiterados y uniformes debe tenerse en consideracin lo dispuesto por la cuarta disposicin final y transitoria de la Constitucin; adems que los intrpretes finales de los derechos son los organismos supranacionales.
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Por ello, si seguimos una lnea de coherencia con el planteamiento antes tratado tendremos que aceptar tambin que cuando se trata del abono de la detencin domiciliaria para el cmputo de la prisin cautelar deber otorgrsele a la detencin domiciliaria el mismo quantun de abono que el considerado para el cmputo de la ejecucin de la pena. En otras palabras, debemos aplicar la misma regla de abono tanto para el cmputo de la pena como para el cmputo del plazo mximo de detencin. En esa lnea, si bajo la Ley actual se computa 1 x 1 para efectos de ejecucin penal, tambin debe seguirse la misma regla para efectos de abono de la detencin preventiva. Siguiendo esa misma lgica, si es que se modificara dicha norma y se cambia la regla de abono por ejemplo en razn de 2 das de domiciliaria por un da de pena efectiva, se deber extender esta misma regla para el cmputo del plazo mximo de la detencin preventiva y la consecuente excarcelacin, con lo que si una persona sufri veinte meses de detencin domiciliaria dicho tiempo equivaldra a diez meses de detencin preventiva. 5. El Plazo de la detencin domiciliaria Uno de los vacos ms evidentes en la legislacin vigente tiene relacin con la limitacin temporal de la detencin domiciliaria; en efecto, el C.P.P. de 1991 que rige esta materia no fija un plazo preciso, hecho ste que desmerece y deslegitima dicha institucin cautelar y que debiera tambin ser considerado para evitar al mximo su utilizacin. Daniel Pastor ha sealado categricamente que el ejercicio del poder -especialmente el penal, que es el que ms menoscaba la libertad natural de los seres humanos- slo puede ser legtimo si est circunscrito por autorizaciones legales precisas que fijen lmites categricosentre los cuales estn incluidos tambin sus contornos temporales39. Este hecho ha sido relativamente advertido por la jurisprudencia penal y constitucional de nuestro pas en diversos casos en los que invocando el principio general de no dejar de administrar justicia por vaco o deficiencia de la ley (artculo 139 numeral 8 de la Constitucin) se ha intentado, aunque no siempre con coherencia, sentar algunas directrices40. En ese sentido ya el ao 2000 en el Caso Bueno Acea el Tribunal Constitucional declar fundada la accin de habeas corpus estableciendo que la necesidad de su aplicacin [de la detencin domiciliaria] y el plazo de su duracin debe dosificarse considerando la existencia de peligro de fuga u
39 Pastor, Daniel. El plazo razonable en el proceso del estado de derecho, Ad hoc, Konrad Adenauer, Primera edicin, octubre de 2002, p. 671 y 674. 40 El Pleno Jurisdiccional en lo Penal de 2004 discuti y estableci en su Segundo Acuerdo Plenario que EL ARRESTO DOMICILIARIO DEBE TENER UN PLAZO PORQUE LIMITA LA LIBERTAD DEL PROCESADO Y RESTRINGE SUS DERECHOS.
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obstruccin probatoria por parte del procesado (STC N 066-2000HC/TC, 12 de abril de 2000). Sin embargo, ha sido en el Caso Villanueva Chirinos que el Tribunal Constitucional ha fijado pautas generales de ndole cualitativo para la limitacin temporal de la detencin domiciliaria que son del caso anotar. Seala el Tribunal que tomando en cuenta lo dispuesto en el inciso 8 del artculo 139 de la Constitucin, y, a fin de salvar este vaco legal, el Tribunal considera importante resaltar dos premisas: a)la existencia del plazo mximo, no resulta el nico criterio determinante para constatar que una detencin deviene en desproporcionada y arbitraria luego de vencido el plazo, pudiendo tornarse en tal, inclusive antes del cumplimiento del mismo cuando por ejemplo, desaparezcan las razones que motivaron el propio mandatob)la inexistencia de un plazo mximo legal, de ninguna manera puede admitirse como justificacin vlida para la permanencia de une medida restrictiva de derechos, de forma indefinida, arbitraria y desproporcionada, debiendo ms bien ser valorado en cada caso, segn los elementos de juicio objetivos existentes Indica asimismo esta sentencia que el exceso de detencin domiciliaria puede verificarse en cada caso concreto atendiendo a una serie de elementos, dentro de los cuales, la existencia de un plazo mximo como referente derivado del principio de proporcionalidad solo es uno de ellos y no el nico determinante Finalmente, el Tribunal Constitucional establece dos criterios que expone con carcter vinculante: 1) Peligrosidad Procesal y, 2) La Razonabilidad. Respecto del Peligro Procesal seala el TC que el principal elemento a considerarse con el dictado de una medida cautelar debe ser el peligro procesalsi el llamado peligro procesal no permanece como amenaza efectiva en tanto dure la medida decretada, la misma devendr en ilegtima desde el momento mismo en que desaparece la amenazaen tales casos, de proseguir la medida, la situacin del imputado bajo arresto domiciliaria estara basada ya no en razones objetivas sino en retrasos judiciales. Con relacin a la Razonabilidad el TC, refirindose a su vez a su sentencia en el Caso Tiberio Berrocal (STC N 2915-2004-HC/TC), seala que los elementos para evaluar la razonabilidad del plazo son: a) La actuacin diligente de los rganos judiciales, b) La complejidad del asunto 41, c) La actividad procesal del detenido.
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La referida sentencia desarrolla tambin los factores a tener en cuenta para calificar un caso como complejo, entre los cuales debe destacarse la naturaleza y gravedad del delito, hechos investigados, alcances de la
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Este precedente es importante ms que por su contenido por la forma en que nos revela cmo as el desarrollo de criterios genricos o abstractos para la determinacin de los plazos mximos no siempre sirven para tutelar el derecho fundamental al plazo razonable y, ms an, pueden no ser considerados en el caso concreto e inclusive utilizados de manera arbitraria. En efecto, contra lo que pudiera parecer la sentencia antes glosada del TC desarrolla toda esa argumentacin aparentemente consistente pero, pese a reconocer que la detencin domiciliaria en el caso en cuestin ha excedido los treinta y seis meses, falla sin disponer la excarcelacin de la persona y convalidando en la prctica dicho exceso. Tiene razn por ello Pastor42 al sostener que dichos criterios de examinacin de la razonabilidad del plazo constituyen pautas laxas que no brindan precisin alguna ni permiten una evaluacin seria que soporte las exigencias propias del principio del Estado de derecho como lmite de la legitimidad del ejercicio del poder penaldetrs de la declaracin de que la razonabilidad se estudia bajo estos criterios vagos y ambiguos solo existe una carte blanche para que quien decida sobre la razonabilidad lo pueda hacer libremente, sin ms ataduras que las de sus predilecciones discrecionales. Ahora bien, la complejidad que el tema genera en nuestro pas nos presenta casos diversos en los que muchas veces los criterios de razonabilidad y proporcionalidad no son suficientes para resolver un caso concreto ms an cuando existe una tendencia fuertemente afirmada en la judicatura penal a valorar los plazos mximos de las dos medidas en cuestin (prisin provisional y detencin domiciliaria) en funcin de criterios cuantitativos. En ese orden de ideas, son dos los supuestos que la casustica nacional nos presenta respecto a la determinacin del plazo de la detencin domiciliaria: 1. Homologacin del plazo de prisin preventiva a la detencin domiciliaria y, 2. Homologacin/acumulacin del plazo de la prisin preventiva a la detencin domiciliaria. 5.1. Homologacin del plazo de detencin preventiva a la detencin domiciliaria
actividad probatoria para el esclarecimiento de los eventos, la pluralidad de agraviados o inculpados, o algn otro elemento que objetivamente permita calificar una causa como complicada.... Sin perjuicio de ello tambin puede tenerse en cuenta que el artculo 342 numeral 3) del CPP 2004 que considera complejo un proceso cuando: a) requiera la actuacin de una cantidad significativa de actos de investigacin; b) comprenda la investigacin de numerosos delitos; c) involucra una cantidad importante de imputados o agraviados; d) investiga delitos perpetrados por imputados integrantes o colaborares de bandas u organizaciones delictivas; e) demanda la realizacin de pericias que comportan la revisin de una nutrida documentacin o de complicados anlisis tcnicos; f) necesita realizar gestiones de carcter procesal fuera del pas; o, g) deba revisar la gestin de personas jurdicas o entidades del Estado. 42 Ibidem, p. 672.
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El Tribunal Constitucional nunca ha considerado la posibilidad de homologar el plazo de la detencin preventiva a la detencin domiciliaria. En efecto, en los casos Bueno Acea y Villanueva Chirinos la pretensin de los accionantes era que se aplique a la detencin domiciliaria el mismo plazo que a la prisin preventiva y consecuentemente se revoque la detencin domiciliaria a partir de una aplicacin analgica del art. 137 del CPP; sin embargo, el Tribunal Constitucional sin mayor anlisis consider [en el Caso Villanueva Chirinos] que los plazos contenidos en dicha norma estn referidos a la detencin preventiva ms no as a la detencin domiciliaria43. En esa misma lnea, en el caso Bozzo Rotondo la Corte Suprema, estableci que al no existir en nuestro ordenamiento vigente el plazo mximo para el arresto domiciliario () resultara contraproducente y atentatorio a los derechos fundamentales del procesado puesto que no existira distincin entre una medida coercitiva y otra, contraviniendo de ese modo los principios de legalidad y proporcionalidad (Exp. 3681-2004, Voto Singular del Vocal Gonzles Campos, Primera Sala Penal Transitoria). Sin embargo en ese mismo caso es de destacar la resolucin de primera instancia que seal el arresto domiciliario tendra como plazo mximo los 36 meses en aplicacin de la analoga in bonam partem de la norma procesal ya que de incurrir en demora el rgano jurisdiccional, el procesado tendra derecho a su libertad vencido este plazo (Exp. 31-02, Voto singular de la Vocal Castaeda Otsu, Sala Penal Especial C). En esa misma lnea la resolucin en el Caso Villanueva Chirinos, posterior al fallo del Tribunal Constitucional, que estableci que tanto en la privacin de libertad como el arresto domiciliario hay una privacin del derecho fundamental a la libertad personal, por lo que resulta plenamente vlido que el arresto domiciliario tampoco pueda prolongarse ms all de los treinta y seis mesessi el artculo 137ha establecido plazos mximos de detencin preventivaestos tambin deben aplicarse a la detencin domiciliaria, pues ante una omisin del legislador corresponde al rgano jurisdiccional resolver los pedidos que formulen los justiciables (Exp. 002-01, Sala Especial C, Lima 30 de diciembre de 2004). Es importante destacar esta ltima jurisprudencia pues la ausencia de un plazo mximo legal en la detencin domiciliaria no puede resultar afectando al procesado, mxime si es que conforme al artculo 7.5 de la Convencin Americana de Derechos Humanos toda persona detenida o retenida tiene derecho () a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que contine el proceso.
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No obstante ello, un criterio simple de ponderacin nos indica que existiendo evidentes diferencias entre la detencin preventiva y la domiciliaria, si la ley hubiera regulado un plazo mximo para sta medida, el mismo hubiera sido siempre menor que el de la detencin preventiva; con lo que inclusive aplicar analgicamente in bonam partem el plazo de la detencin preventiva de treinta y seis meses resulta excesivo y desproporcionado. La situacin se torna ms crtica an, cuando se presentan casos en los que la detencin domiciliaria puede extenderse por un tiempo tan prolongado que inclusive puede coincidir con la duracin total del proceso. Sobre este particular, Gialdino44 ha explicado bien como as la CADH distingue dos clases de plazos: el del proceso en su conjunto y el de la prisin preventiva en particular, debiendo ser este ltimo necesariamente mucho menor que el destinado para todo el juicio (CoIDH, Informe 12/96). 5.2. Homologacin/Acumulacin del plazo de detencin preventiva a la detencin domiciliaria Otro de los supuestos que la casustica reciente nos presenta es aquel en que luego de un perodo de prisin provisional se revoca sta y se impone en su lugar detencin domiciliaria. En supuestos como este cul es el lmite temporal que debe tener la detencin domiciliaria impuesta a continuacin de la detencin preventiva? Puede aplicarse a este caso el plazo mximo de la detencin preventiva y acumular ambos plazos para posibilitar la cesacin de la detencin domiciliaria por vencimiento del plazo? La jurisprudencia penal presenta dos posiciones encontradas al respecto. Una primera que considera que no es posible aplicar a la detencin domiciliaria el plazo de la detencin preventiva. As por ejemplo, el Caso Gamarra Olivares a quien se vari la detencin preventiva imponindose en su lugar detencin domiciliaria. Al cabo de un tiempo de cumplir la detencin domiciliaria dicha persona solicit la cesacin de dicha medida considerando que sumados el tiempo que estuvo detenido en el penal y en su domicilio se haba cumplido en plazo mximo que estableca el art. 137 del CPP. La Corte Suprema declar que resultaba improcedente la suspensin de la detencin domiciliaria por vencimiento de plazo. En dicha ejecutoria el Supremo Tribunal Penal seal que dicha pretensin no se ajustaba a derecho dado que la privacin de la libertad a la que alude el plazo del artculo 137 del C.P.P. exige que su cumplimiento sea en un centro penitenciario (Exp. AV-11-2001, Lima).
44 Gialdino, La prisin preventiva en el derecho internacional de los derechos humanos, 1999, p. 45, citado por San Martn Castro, Csar en: la privacin de la libertad personal en el derecho internacional de los derechos humanos, Derecho y Sociedad N 20, Lima, p.172.
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Una lnea jurisprudencial contraria es la planteada por la Sala Penal Especial de la Corte Superior de Lima en el Caso Mestanza Benzaquen en el que se estableci que resulta coherente, vlido y constitucional afirmar que los tiempos de detencin y arresto domiciliario, afectan el derecho a la libertad y consecuentemente tratndose de medidas preventivas de carcter cautelar son acumulables, correspondiendo en el presente caso otorgarle al solicitante su libertad individual por haber alcanzado ms de 36 meses sometido a privacin de libertad al haber permanecido 20 meses y dos das en detencin y 16 meses y 5 das con arresto domiciliario (Exp. 033-01-Y3, Lima, 19 de agosto de 2004). 6. Detencin domiciliaria y proteccin del agraviado El derecho procesal penal no puede estar alejado de la realidad, sobre todo cuando se trata de la proteccin de bienes jurdicos que generan una gran afectacin a la persona humana. Hace poco hemos sido testigos de un caso paradigmtico planteado al inicio: un acusado por delito de violacin de su hijastra a quien se le impuso mandato de detencin pero que al haberse vencido el plazo obtuvo su liberacin habiendo el tribunal dispuesto en su lugar la detencin domiciliaria. El caso no generara mayor discusin si no fuera porque la detencin domiciliaria la tuvo que cumplir en el mismo domicilio donde viva la menor agraviada. Este caso, gener en su momento y sigue generando una serie de crticas e interrogantes que vale plantearnos Debi ordenarse la detencin domiciliaria en la casa donde viva la menor agraviada? Cmo debi haber procedido el tribunal? Qu medida cautelar debi haber dispuesto el Juez? Existe el marco normativo que nos ayude a resolver estos casos? Intentaremos responder estas interrogantes. Queda claro que es misin concreta del proceso penal resolver o por lo menos redefinir el conflicto generado por el delito. Por lo tanto, debe buscar siempre un equilibrio entre la tutela de los derechos del imputado con las necesidad de garantizar la seguridad y la proteccin de la vctima, ese otro gran actor del proceso. La necesidad de que el derecho procesal penal nos provea de mecanismos que eviten una doble victimizacin se torna ms urgente cuando se trata de proteger bienes jurdicos tan trascendentes como la libertad sexual, la dignidad humana y sobre todo la integridad del menor.
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El Cdigo de Procedimientos Penales de 1940 no contiene norma alguna aplicable a casos como el planteado. El nuevo CPP contiene en su art. 247 y siguientes algunas reglas de proteccin pero no alcanzan a tutelar supuestos como el planteado, adems no son, en sentido estricto, medidas cautelares. Por lo tanto, al interior de la codificacin procesal penal existe un vaco. Existen referentes importantes en el derecho comparado que deben tenerse en cuenta. As por ejemplo, la Ley de proteccin a las vctimas de malos tratos (Ley Orgnica 14/1999, de 09 de junio de 1999) que modificando el art. 544 de la LECRIM espaola introdujo una serie de medidas cautelares a ttulo de prohibiciones temporales de residencia o de comunicacin, que restringen aspectos concretos de la libertad personal del imputado y que podrn ser impuestas con fines de proteccin de la vctima. Entre estas medidas es de destacar: a) la prohibicin de residir en un determinado lugar, barrio o municipio; b) prohibicin de acudir a dichos lugares; c) prohibicin de aproximarse o comunicarse con determinadas personas a fin de permitir el distanciamiento fsico entre el agresor y la vctima. En esa misma lnea, el CPP de Chile que en su artculo 155 lit. g) establece como medida cautelar la prohibicin de aproximarse al ofendido o su familia y, en su caso, la obligacin de abandonar el hogar que compartiere con aqul. 7. Permiso para trabajo y otros fines Otro de los aspectos interesantes que en nuestro pas se ha presentado tiene relacin con la posibilidad de que el imputado a quien se le ha impuesto mandato de detencin domiciliaria pueda salir de su domicilio para desarrollar ciertas actividades, por ejemplo trabajo, atencin de su salud, atencin de personas dependientes, cultos religiosos, etc. La legislacin comparada, pese que no ha tratado mucho el tema, nos presenta tambin dos tendencias claramente marcadas que es del caso tener en cuenta. La primera, adscrita al modelo restringido de detencin domiciliaria establece que slo en casos excepcionales es posible conceder permiso a la persona para salir de su domicilio. Este es el caso de la Lecrim espaola que establece en su vigente art. 508 que el Juez o tribunal podr autorizar que el imputado salga de su domicilio durante las horas necesarias para el tratamiento de su enfermedad, siempre con la vigilancia precisa45. Esta misma es la opcin seguida por el Cdigo Procesal Penal de Italia cuyo artculo 284 permite a la persona salir en el tiempo estrictamente necesario para los asuntos vitales, si no puede llevarlos a cabo de otra manera (imposibilidad
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La versin anterior del art. 508 (LO 13/2003 de 24 de octubre) tambin contena esta misma prescripcin.
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fsica, legal o econmica); por ejemplo curaciones ambulatorias, cobro de pensiones en ventanilla, auxilios alimentarios, un trabajo externo impuesto Portu pobreza absoluta y cuando lo llame la autoridad judicial46. En esa misma orientacin el Cdigo Procesal Penal de Bolivia47. La segunda de las tendencias en esta materia sigue el modelo amplio de detencin domiciliaria y, por ello mismo, permite al imputado ejercer los derechos que no tienen directa relacin con la medida de cautela personal impuesta. En Espaa se ha seguido esta tendencia pero curiosamente slo en el mbito del derecho militar. En efecto, la Ley Orgnica Penal Militar 2/1989 establece que el que se encuentre en prisin atenuada puede salir del lugar en que la cumpla durante el tiempo necesario para acudir a su trabajo habitual, al ejercicio de sus actividades profesionales, o a prestar los servicios que sus Jefes puedan encomendarle, con la obligacin de reintegrarse al lugar de internamiento al trmino de estas actividades e igualmente para asistir a sus prcticas religiosas o para recibir asistencia mdica, que, siendo necesaria, no pueda serle prestada en el lugar en que estuviere cumpliendo la prisin atenuada, o por cualquier otra causa justificada a juicio del Juez. Una similar distincin de estas dos tendencias es la que nos indica Snchez Velarde48 al sealar que en doctrina se acepta que la detencin domiciliaria puede ser absoluta o relativa, la primera si el mandato de arresto se cumple en el lugar fijado sin que el imputado pueda salir del mismo, con excepcin de las diligencias judiciales; la segunda si encontrndose en dicha situacin obtiene la autorizacin judicial para salir del domicilio a realizar sus actividades laborales o de estudio, con retorno inmediato. En nuestro pas, no obstante que el Proyecto de Cdigo Procesal Penal de 1995 s regulaba esta posibilidad49, la normatividad actualmente vigente as como el C.P.P. de 2004 no han tratado el tema, por lo que tambin en este punto ha sido la doctrina y la jurisprudencia las que han perfilado algunas pautas que resultan pertinente conocer. As por ejemplo, seala Or Guardia50 que an cuando el texto del Proyecto de CPP de 1995 no se encuentra vigente resultara til como elemento
Cfr. Cordero Franco, Procedimiento penal, Temis, Bogot, 2000, p.424. El art. 240 numeral 1) del CPP de Bolivia dice: si el imputado no puede proveer a sus necesidades econmicas o a las de su familia o si se encuentra en situacin de indigencia, el juez podr autorizar que se ausente durante la jornada laboral. 48 Snchez Velarde, Pablo, Op. Cit. p. 746. 49 El Proyecto de Cdigo Procesal Penal de 1995, sealaba en su artculo 157 tercer prrafo que Si esta medida pone en peligro la subsistencia del procesado y la de quienes de l dependen o si se encontrase en situacin de absoluta indigencia, el Juez mediante decisin singular y debidamente fundamentada podr autorizarlo a ausentarse de su domicilio en el curso del da, por el tiempo estrictamente necesario para proveer a las mencionadas exigencias o para ejercer una actividad laboral. 50 Or Guardia, Arsenio, Manual de derecho procesal penal, Alternativas, Lima, 1999, p. 350.
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interpretativo aplicable a los casos o situaciones antes descritos, en atencin a una interpretacin evolutiva o progresiva que ayude a cubrir el vaco del vigente texto procesal de 1991. En esa misma lnea Mixn Mass51 quien nos indica que el silencio que presenta el artculo 143 del CPP de 1991 no implica prohibicin alguna, pues satisfacer necesidades de subsistencia o salvar el estado de indigencia actual o prevenir una inminente son acciones inherentes a dos derechos fundamentales de la persona, como son, los relativos a la salud y a la vida. En el mbito jurisprudencial el primer referente que se conoce en nuestro pas es el Caso Bueno Acea a quien se le autoriz a laborar exclusivamente los das hbiles, en horario de ocho de la maana a seis de la tarde encargndose a la Delegacin Policial del sector informar semanalmente al Juez el cumplimiento del permiso (Exp. 027-98, Trigsimo Cuarto Juzgado Penal de Lima, 30 de junio de 1998). Luego, la jurisprudencia que se conoce se ha generado recin a partir del ao 2001 a propsito de los procesos en el denominado sistema anticorrupcin siendo posible advertir en ese mbito dos tendencias jurisprudenciales. La primera sigue una perspectiva restrictiva y fija las siguientes pautas: 1. El permiso de salida no est regulado en nuestro ordenamiento y por lo tanto no puede ser dispuesto por el Juez. 2. Excepcionalmente podr autorizarse el permiso pero slo cuando sea necesario para la manutencin del imputado o de quienes de ella dependan. Dentro de esta orientacin se encuentra el Caso Wolfenson Woloch en que se estableci que las concesiones de carcter excepcional a la detencin domiciliaria deben fundarse en el principio de necesidadque la solvencia econmica descrita precedentemente desvirta el estado de necesidad que pueda estar sufriendo el procesado que permitira la flexibilizacin de la medida impuesta en su contra, por lo tanto en este caso no se daran los supuestos fcticos de excepcional riesgo esto es la falta de medios econmicos a fin de evitar dao a su integridad (Exp.36-01, Primer Juzgado Penal, Lima, 22 de julio de 2002, confirmada en segunda instancia mediante resolucin de fecha 30 de enero de 2003). En ese mismo sentido el caso Chumpitaz Gonzles (Exp. 15-2001-M, expedido por la Sala penal Especial con fecha 22 de abril de 2003). La segunda tendencia jurisprudencial en esta materia ha seguido una lgica amplia y se basa fundamentalmente en considerar que el derecho al trabajo es un derecho fundamental y no puede ser afectado durante el proceso penal. En esta perspectiva se ubica el Caso Bueno Acea en el que se dispuso el permiso de trabajo bajo la consideracin de que la detencin domiciliaria en ningn caso determina el enclaustramiento total del justiciable en su
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Op. cit.
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morada, pues su apartamiento de un espacio con barrotes no es el elemento diferenciador de su reclusin efectiva (Exp. 027-98, Lima 30 de junio de 1998). En esa misma orientacin el Caso Pedraza Barreda en el que se estableci que la detencin domiciliaria no se debe contraponer a los dems derechos constitucionales que no han sido limitados, como es el derecho a trabajar libremente garantizado as por la Constitucin Poltica (Exp. 12-2001, Cuarto Juzgado Penal Especial, Lima, 09 de mayo de 2003). Asimismo la ejecutoria de la Corte Suprema en la que se seala que el inculpado est permanentemente recluido en su domicilio, ya que ste puede trabajar, estudiar, realizar necesidades vitales, ya que en realidad la medida implica sobre todo un estado de sujecin al proceso y no una prisin domiciliaria permanente (Exp. 189-2003, Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema52). 8. Ejecucin de la medida: el control electrnico Como sealramos al inicio, a la fecha son 78 reos sin sentencia los que sufren detencin domiciliaria, los que distraen de sus labores de seguridad ciudadana a unos 260 policas53. Este hecho se origina en una errnea interpretacin de la norma que regula esta institucin (art. 143 del C.P.P. de 1991) pues es suficiente que el control de su ejecucin se efecte a travs de visitas peridicas o inopinadas del rgano policial. Inclusive la norma permite la custodia de otra persona o inclusive sin ella54. En el caso Torres Velsquez, la Sala Nacional de Terrorismo seal que estando a que la custodia policial a la que se ha hecho referencia no podr darse de manera oportunadispusieron la variacin de la detencin domiciliaria con custodia policial ordenada en contra del acusado por la medida de detencin domiciliaria sin custodia policialordenaron la verificacin inopinada de la permanencia del acusado en mencin en el inmueble donde se ejecutar la medida dispuesta por parte de los seores adscritos (Exp. 295-02, Sala Nacional de Terrorismo, Lima 23 de junio de 2005). Sin embargo, la complejidad de la persecucin de la criminalidad organizada y no convencional que conoce nuestro pas no siempre permite que el uso de las visitas inopinadas como mecanismo de control neutralice el peligro de fuga. Adems, pueden existir casos en que no
Citada por Herrera Velarde, Eduardo, Op. Cit. p. 121. La Polica Nacional gasta ms de tres millones de soles anuales en el sueldo de los policas que tiene que destinar para ejecutar los mandatos de detencin domiciliaria (El Comercio, 15 de Julio de 2005 p. a8). 54 En derecho comparado casi todos los pases que se han seguido la frmula del Cdigo Procesal Penal Modelo para Iberoamrica (Bolivia, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Guatemala) permiten que la detencin domiciliaria se imponga en custodia de otra persona o sin vigilancia alguna
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hay alternativa a la detencin domiciliaria pero el imputado no cuenta con domicilio, por ejemplo, cuando se trata de extranjeros55. Frente a esta situacin surge la necesidad de examinar otros mecanismos de ejecucin de la detencin domiciliaria56 o de control cautelar alternativos o complementarios cuya incorporacin a nuestro ordenamiento jurdico podran ser perfectamente aplicables. Entre ellos la incorporacin, a ttulo cautelar, del control electrnico del imputado a travs del denominado brazalete electrnico, ampliamente regulado y utilizado en otros pases como alternativa a la pena efectiva y recientemente incorporado al mbito del proceso penal. En efecto el novsimo Cdigo Procesal de Colombia que entr en vigencia progresiva este ao regula dentro de las medidas de coercin personal esta medida (Art. 307). Lo mismo viene ocurriendo en Chile cuyo parlamento ya viene discutiendo esta cuestin57. Dichos pases vecinos tomaron como fuente la experiencia ocurrida en Francia, Italia y recientemente en Espaa (en este ltimo pas en el mbito de la proteccin contra la violencia familiar). Si bien el Cdigo Procesal Penal peruano de 2004 contiene una regla genrica sobre el uso de sistemas electrnicos de control de las restricciones (art. 287.1), dicha norma podra ser ms precisa a fin de establecer los presupuestos necesarios para su aplicacin y fundamentalmente incorporar una clusula relativa al consentimiento, como lo explicaremos luego. Segn Escobar Marulanda58, existen tres argumentos por los cuales se considera que el control con monitores electrnicos podr funcionar: 1. La prisin provisional podra cumplirse de manera diferente al ingreso en la crcel, por ejemplo con la detencin domiciliaria; 2. Puede operar como una media cautelar intermedia entre la prisin provisional y la comparecencia simple; 3. Contribuira enormemente a la disminucin carcelaria (de presos sin condena) y disminuira enormemente los costos al Estado.
55 En el caso Cartel de Tijuana sucedi este problema, pues el plazo mximo de prisin provisional haba vencido y la nica alternativa que evitara el peligro de fuga era la detencin domiciliaria. Lo paradjico era que varios de los imputados eran de nacionalidad mexicana y no tenan domicilio en el Per. En este caso, el Ministerio Pblico solicit que en el caso de los procesados extranjeros, se les seale como domicilio el establecimiento penitenciario en donde se encuentran, al no tener domicilio en el pas (Exp. 1987-2002, Primera Sala Penal con Reos en Crcel, Lima, 16 de junio de 2005). 56 Una alternativa interesante es el funcionamiento del denominado Centro Transitorio para procesados con Arresto Domiciliario. Segn informacin reciente, la Polica nacional viene implementando este centro en el distrito del Callao. (El Comercio, 05 de julio de 2005). 57 El 20 de abril de 2005 ingres a trmite en el parlamento chileno el Proyecto de Ley 3846 presentado por el diputado Maximiano Errzuriz cuyo texto seala lo siguiente: Artculo nico.- Las personas sometidas a proceso por delitos que no sean de sangre, podrn permanecer en sus domicilios, en prisin preventiva hasta la condena, contando con un microprocesador de identificacin personal localizable a travs del Global Positioning System (GPS) de un satlite u otro sistema que permita u monitoreo electrnico. El costo ser de cargo del procesado, el que podr optar por permanecer en un centro de detencin preventiva u otro establecimiento del Estado si no pudiere absolver el costo del equipo destinado a fiscalizar su ubicacin en su domicilio 58 Citado por Odone Sanguin, Op cit. p. 668.
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Un aspecto de reflexin es el relativo a la constitucionalidad de esta medida cautelar, ello en tanto constituye una afectacin no slo a la libertad personal sino tambin a otros derechos fundamentales: la dignidad e intimidad personales. Odone Sanguin59 plantea sobre este particular algunas pautas de anlisis para que esta medida sea compatible con la Constitucin y que pueden ser perfectamente aplicables a nuestro ordenamiento nacional. En primer lugar, como el control electrnico implica una grave afectacin a los derechos de intimidad y dignidad personales ser necesario que la norma que la regule tenga carcter de Ley Orgnica. En nuestro caso se requerira de una norma que haya sido aprobada por mayora absoluta, es decir, se requiere el voto de ms de la mitad del nmero legal de miembros del congreso (Art. 106 de la Constitucin Poltica). En segundo trmino, su compatibilidad con la constitucin estar determinada por las circunstancias de cada caso concreto, segn el principio de la ponderacin de la intromisin. En tercer lugar, la aplicacin del control electrnico como medida cautelar alternativa a la prisin provisional debera contar con el consentimiento del afectado, pues de lo contrario se estara produciendo una injerencia del Estado en la intimidad del imputado. Sobre este particular, es del caso anotar que el reciente Proyecto de Ley N13370/2004 suscrito por el Congresista Javier Barrn60 propone incorporar el art. 47-B en los siguientes trminos a las personas a quienes se le haya impuesto el arresto domiciliario, se les deber colocar obligatoriamente un grillete electrnico satelital, a fin de conocer su ubicacin geogrfica real y evitar una posible fuga.. Esta frmula legislativa, que impone al imputado la utilizacin del control electrnico desconoce que una medida como esta incide, como lo hemos sealado en la esfera de la intimidad de la persona por lo que, en nuestro criterio afectara dicho derecho fundamental. Por lo dems, esta ha sido la frmula adoptada en Italia segn la ltima modificacin realizada al Cdice di Procedura Penale61 y que en nuestra opinin debera acogerse en nuestro pas62.
Op. cit. p. 669 http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/TraDocEstProc/CLProLey2001.nsf 61 Modificacin introducida al CPP Italiano a travs del Decreto N 341 del 24 noviembre de 2000 62 El art. 275-bis del Cdigo Italiano seala: Particolari modalit di controllo) - 1. Nel disporre la misura degli arresti domiciliari anche in sostituzione della custodia cautelare in carcere, il giudice, se lo ritiene necessario in relazione alla natura e al grado delle esigenze cautelari da soddisfare nel caso concreto, prescrive procedure di controllo mediante mezzi elettronici o altri strumenti tecnici, quando ne abbia accertato la disponibilit da parte della polizia giudiziaria. Con lo stesso provvedimento il giudice prevede l'applicazione della misura della custodia cautelare in carcere qualora l'imputato neghi il consenso all'adozione dei mec e strumenti anzidetti. 2. L'imputato accetta i mezzi e gli strumenti di controllo di cui al comma 1 ovvero nega il consenso all'applicazione di essi, con dichiarazione espressa resa all'ufficiale o all'agente incaricato di eseguire l'ordinanza che ha disposto la misura.
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Por supuesto que esta propuesta no pasa slo por su consideracin jurdica sino tambin por las posibilidades fcticas de su implementacin en nuestra realidad, sin embargo me queda claro que, por las ventajas que ofrecera debera considerarse seriamente esta posibilidad. Tngase en cuenta para ello que este mecanismo de monitoreo es usado en nuestro pas por las compaas de seguridad y ampliamente comercializado en la proteccin de vehculos a manera de alarma contra robos. Si advertimos que, como en el caso ocurrido hace poco respecto a una persona procesada por delito de narcotrfico, son cerca de veinte mil soles mensuales los que gasta el Estado al destinar veinticuatro policas para controlar la ejecucin de la detencin domiciliaria de una sola persona, concluiremos que sta alternativa, adems de ser jurdicamente viable, resultara ser, en trminos de costo beneficio, mucho ms eficaz. Finalmente, si es que consideramos la serie de limitaciones que por lo general produce la detencin domiciliaria, siempre ser menos lesivo el control electrnico que su ejecucin ordinaria. En efecto, como bien acota Bucheli de Osejo63, los fines permisivos, benvolos que tericamente se buscaron con la norma, tampoco se cumplen, porque se traslada al hogar todas las peculiaridades, problemas e inconvenientes de la crcel, pero adems, la situacin de restriccin de libertad, afecta no solo al detenido sino a todo su ncleo familiar.
La dichiarazione trasmessa al giudice che ha emesso l'ordinanza ed al pubblico ministero, insieme con il verbale previsto dall'articolo 293, comma 1. 63 Bucheli de Osejo, Mara Cristina, La detencin domiciliaria, Ibez, Bogot, 1998, p.190.
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