La Gestión de La Seguridad en El Cono Sur P 122-146 en Asepol2009sem1

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ISSN: 0718-5464 N 4, julio 2009

En la senda del liderazgo policial

Estudios Policiales

Las opiniones y conclusiones expresadas en los artculos son de exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente representan la poltica institucional.

Se autoriza la reproduccin parcial o total de los trabajos publicados en la revista siempre que se mencione la fuente.

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REVISTA ESTUDIOS POLICIALES


Revista de la Academia Superior de Estudios Policiales POLICA DE INVESTIGACIONES DE CHILE N 4, julio 2009 ISSN: 0718-5464

Director de la Revista Editor Consejo Editorial

Prefecto Vctor Donoso Diez Rogelio Rodrguez Muoz Prefecto Vctor Donoso Diez Comisario Eduardo Silva Fuentes Ana Mara Gutirrez Ibacache Federico Blanc Boric Rogelio Rodrguez Muoz

POLICA DE INVESTIGACIONES DE CHILE Director General Marcos Vsquez Meza Jefe de Educacin Policial Prefecto Inspector Claudio Preller Pinochet Director Academia Superior Prefecto Vctor Donoso Diez Secretario de Estudios Academia Superior Comisario Eduardo Silva Fuentes

Sumario
EDITORIAL REFORMA POLICIAL Y ACCOUNTABILITY: DESAFOS CONTEMPORNEOS PARA UNA POLICA MODERNA 9 13

ARTURO HERRERA VERDUGO


APUNTES SOBRE CRIMINOLOGA 27

HUMBERTO LAGOS SCHUFFENEGER


EXPERIENCIA, APRENDIZAJES Y DESAFOS DE LA POLICA DE INVESTIGACIONES DE CHILE EN RENDICIN DE CUENTA PBLICA 35

IAN BADIOLA HERESMANN


NUEVOS MODELOS DE POLICIAMIENTO: EL CASO DEL MODELO DE GESTIN OPERATIVA DE LA BRIGADA DE ROBOS DE RANCAGUA 67

CARLOS SEZ LARRAVIDE


RUMBOS DE LA PDI COMUNITARIA 95

ERICK BELLIDO YEZ


LA NECESIDAD DE UNA INVESTIGACIN CIENTFICA 108

GILBERTO LOCH REYES


LA GESTIN DE LA SEGURIDAD PBLICA Y CIUDADANA EN PASES EN EL CONO SUR: CONDICIONES NECESARIAS PARA EL DESARROLLO DE POLTICAS Y LA EJECUCIN DE PROGRAMAS 122

PATRICIO TUDELA POBLETE


NOTAS SOBRE LIBROS 147

ROGELIO RODRGUEZ MUOZ


ACTIVIDADES DE LA ACADEMIA SUPERIOR CRITERIOS EDITORIALES 150 163

EDITORIAL

os grandes hitos en la historia de nuestra Institucin enmarcan la publicacin de este nuevo nmero de ESTUDIOS POLICIALES: nuestro septuagsimo sexto aniversario y la asuncin del nuevo Director General de la PDI Marcos Vsquez Meza. En este momento de su desarrollo, la Polica de Investigaciones de Chile se encuentra en pleno proceso de modernizacin y est en slidas condiciones para enfrentar con xito los desafos del presente y del futuro. Nuestra publicacin desea contribuir a la marcha ascendente de la Institucin generando anlisis y conocimiento. Tal es el propsito de la seleccin de trabajos que constituyen el contenido de este nmero. En primer lugar, viene un artculo de nuestro ex Director General Arturo Herrera Verdugo Reforma policial y accountability: desafos contemporneos para una polica moderna. A partir de la experiencia de la Polica de Investigaciones de Chile en los ltimos aos, se desarrolla un enfoque que articula modernizacin y accountability policial y se examinan los procesos de reforma de las policas. El hecho de que la sociedad espera y exige de sus policas una gestin transparente y de calidad es un reto sustantivo para una institucin policial moderna, tanto desde la perspectiva de la eficacia como de la actuacin y legitimidad social. En segundo lugar se presenta un trabajo del profesor Humberto Lagos Schuffeneger titulado Apuntes sobre Criminologa, cuyo objetivo es orientar pedaggicamente sobre esta especialidad tan esencialmente vinculada al quehacer policial. Definida como una ciencia del ser, de carcter emprico, la Criminologa ha ido perfeccionando su aproximacin al fenmeno social delictivo a partir de

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EDITORIAL
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una historia de aportes tericos que en este artculo tambin se muestra sintetizada. A continuacin, el periodista y profesional de la PDI Ian Badiola Heresmann nos entrega el trabajo Experiencia, aprendizajes y desafos de la Polica de Investigaciones de Chile en rendicin de cuenta pblica, el que describe la experiencia de nuestra Institucin en la rendicin anual de cuenta pblica que se desarrolla regularmente desde el ao 2004, con la finalidad de promover la reflexin sobre los aprendizajes y los retos que se desprenden de la implementacin de esta prctica, adems de identificar las condiciones que pueden fortalecer su sustentabilidad y apropiacin por parte de los miembros de la organizacin. Para esto se examinan los antecedentes de la cuenta pblica en el contexto de la modernizacin del Estado y la modernizacin institucional, relacionando este ejercicio con el concepto de accountability policial. 10 Nuevos modelos de policiamiento: el caso del Modelo de Gestin Operativa de la Brigada de Robos de Rancagua, del antroplogo y profesional de la PDI Carlos Sez Larravide, es el artculo que sigue. En l se revisan brevemente algunos modelos innovadores de policiamiento que se estn adoptando en diversas instituciones policiales del mundo. Luego, se indaga en la experiencia particular de la Polica de Investigaciones de Chile en esta materia a partir de un caso especfico: el Modelo de Gestin Operativa de la Brigada de Robos de la ciudad de Rancagua, fruto del trabajo conjunto entre la Fundacin Paz Ciudadana y la PDI, al que ms tarde se uni el Ministerio Pblico de la regin de OHiggins. Ms que una revisin descriptiva, el texto se orienta a promover una reflexin vinculada a la necesidad de innovar en la gestin operativa policial, considerando como base experiencias locales y tendencias internacionales de respuesta al delito. En quinto lugar, el subcomisario Erick Bellido Yez nos entrega su colaboracin Rumbos de la PDI comunitaria. Muestra en estas pginas que muchas unidades policiales, sin descuidar sus labores investigativas, operativas, administrativas o formativas, segn sea el caso, destinan adems tiempos importantes para in-

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crementar el trabajo con la comunidad en las reas de la prevencin de los delitos complejos y delincuencia organizada, victimizacin secundaria y terciaria. Esto es reflejo del proceso modernizacin de la PDI en la bsqueda de su estructuracin como una organizacin policial de alto rendimiento. A continuacin, el trabajo titulado La necesidad de una investigacin cientfica del prefecto inspector Gilberto Loch Reyes aboga por una investigacin criminalstica asentada en un modo organizado de trabajar, aplicando conocimientos cientficos y herramientas tecnolgicas, ejerciendo un liderazgo efectivo y motivando a los equipos de trabajo. Asimismo, la creatividad y el ingenio son tambin elementos valiosos para el esclarecimiento de delitos complejos, de manera que un investigador debe ver los problemas como una oportunidad de crecimiento personal y profesional. Finalmente, se presenta el artculo La gestin de la seguridad pblica y ciudadana en pases en el Cono Sur: condiciones necesarias para el desarrollo de polticas y la ejecucin de programas, del profesor Patricio Tudela Poblete. Desde una perspectiva estructural y sistmica compara los componentes ms importantes que caracterizan la gestin pblica en cuatro pases de Sudamrica Argentina, Brasil, Chile y Uruguay que condicionan sustantivamente la naturaleza y calidad de la respuesta de los Estados y gobiernos en el campo de la seguridad pblica y ciudadana. Las observaciones se ordenan en torno a las dimensiones Gestin de la informacin, Desarrollo del sistema estatal-gubernamental, Doctrina, enfoque y poltica, Disponibilidad de recursos humanos, tcnicos y econmicos, Marco de referencia institucional, Participacin ciudadana y Gestin por resultados.

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Vctor Donoso Diez

Prefecto Director Academia Superior

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REFORMA POLICIAL Y ACCOUNTABILITY: DESAFOS CONTEMPORNEOS PARA UNA POLICA MODERNA*


ARTURO HERRERA VERDUGO**

I. INTRODUCCIN

a inseguridad ciudadana se ha vuelto un mal caracterstico de las sociedades urbanas y se trata de un problema pblico de primer orden y creciente importancia. Amrica Latina tiene una larga tradicin de violencia, crimen e inseguridad. Distintos estudios coinciden en sealar que es una de las regiones ms inseguras del planeta, por cuanto se registran diversos niveles y tipos de inseguridades, segn sean los factores y elementos que se tengan a la vista. Una mirada a nuestra historia reciente, en particular a la dcada de los noventa en Amrica Latina, nos ensea que desde hace algunos aos las instituciones de gobierno y los rganos policiales se empean en una bsqueda incesante de respuestas a cuestionamientos de diversa ndole. Ninguna duda cabe que a la inseguridad objetiva y subjetiva en nuestros pases se suman cuadros cada vez ms crticos producto de situaciones como la violencia, la violacin de los derechos humanos y civiles, la corrupcin y otras irregularidades en las actuaciones policiales. En varios pases las tasas de denuncia siguen creciendo, la cifra negra y la subdeclaracin no retroceden, los ndices de victimizacin siguen en alza y la percepcin de mayor eficacia de la actuacin policial

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Esta publicacin resume la intervencin del suscrito en la Primera Conferencia Regional de la Red de Policas y Sociedad Civil, realizada en Santiago el 14 de noviembre de 2008: Deontologa y accountability: desafos contemporneos para una reforma policial exitosa. ** Ex Director General de la Polica de Investigaciones de Chile.

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ARTCULO

no muestra una tendencia positiva (CIMA 2008: 14 y 22). En sntesis, hay un deterioro del clima de seguridad, que afecta de manera importante la calidad de vida de muchas personas y grupos de diversa ndole. En este contexto, es innegable que la actuacin de las instituciones de prevencin y control del delito y de aquellas organizaciones que integran el sistema de seguridad y de administracin de justicia no ha sido suficiente para detener los efectos del crimen y la violencia en las sociedades latinoamericanas. Este panorama es preocupante. Aqu llaman la atencin dos situaciones transversales que se presentan, con mayor o menor fuerza y evidencia, en la mayora de los pases: la subjetivizacin de la inseguridad, por una parte, y el surgimiento de una exigencia o demanda pblica a las policas, por la otra, como es la responsabilizacin y rendicin de cuentas. Mirando nuestra regin se puede afirmar que sin un esfuerzo decisivo, dirigido a promover reformas en los sistemas policiales y el accountability policial, es probable que no lleguemos a ser testigos de avances sustantivos en materia de eficacia y calidad de servicio policial.

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II. LA MODERNIZACIN ES MATERIA DE ACCOUNTABILITY


La modernizacin y el desarrollo policial involucran el componente accountability, por cuanto ambos se fundan en la conviccin de que la modernizacin policial involucra tanto el perfeccionamiento de sus capacidades, en funcin de una mayor eficiencia y eficacia, como tambin una especial mirada sobre la forma en que sta se desenvuelve. En esencia, hay principios fundamentales que vinculan y expresan una raz comn. Primero, la certeza de que una alianza entre la polica y la comunidad es ms productiva a la hora de abordar problemas y conflictos, cuya solucin no radica en la exclusiva actuacin de la propia organizacin, como es el caso de la inseguridad ciudadana, y la conviccin de que es necesario contar con fuerzas policiales con altos estndares de calidad y confianza ciudadana. En este contexto, conceptos tales como: coalicin, co-produccin para la seguridad e intersectorialidad de las polticas pblicas, entre otros, han llegado a ser claves. En la Polica de Investigaciones la modernizacin se sustenta en premisas que sientan las bases de un enfoque axiolgico y su horizonte de interpretacin, que a continuacin se citan (PICH 2007: 15-17):

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(a) Un Estado y una Polica de Investigaciones de Chile ms moderna no es slo ms eficaz y eficiente, tambin debe ser ms transparente y estar en sintona con la sociedad. La comunicacin permanente desde la ciudadana a la polica y desde sta hacia la sociedad son dimensiones ineludibles de un proceso de modernizacin. (b) Es fundamental concebir el Estado y la Polica de Investigaciones de Chile como un instrumento al servicio de las personas. As, la eficacia y la eficiencia de la gestin pblica son slo valores instrumentales. (c) Modernizar el Estado y la Polica de Investigaciones de Chile significa dotarla de la capacidad de servir en forma ms adecuada, conciliando los roles, funciones y objetivos del Estado con los conceptos, mtodos y estilos de nuestra poca. (d) La modernizacin de la gestin pblica y de la Polica de Investigaciones de Chile es esencial para la erradicacin de la marginalidad social y posibilitar el acceso a los bienes pblicos, porque la demanda de servicios de justicia y seguridad se asocia a los servicios que el Estado y su polica entrega y produce, pues la investigacin policial tiene relevancia social y comunitaria, constituyndose en una herramienta para la solucin de conflictos. (e) La gestin moderna del aparato pblico y de la Polica de Investigaciones de Chile tiene que ver con personas, con liderazgos que sean capaces de innovar y adaptar nuevas tecnologas organizacionales y de gestin, con recursos humanos capaces de emplear esas tecnologas, y con climas laborales que promuevan el desarrollo de los funcionarios, as como el logro de los objetivos institucionales. (f) El sentido ms profundo de la modernizacin del Estado y de la Polica de Investigaciones de Chile radica en el trnsito gradual hacia un estilo de gestin orientado a los resultados y el servicio pblico de excelencia. Ms all de las premisas antes descritas, tambin la modernizacin se ancla en preceptos que sobrepasan la dimensin tecnolgica y sociopoltica y se ubican en el plano de las conductas. Una de ellas es la transparencia de la propia estrategia modernizadora a travs de un Co-

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mit de Gestin, que coordina y monitorea la ejecucin de los proyectos, y de un Consejo Consultivo, integrado por el Alto Mando y autoridades de los Ministerios de Interior y de Defensa Nacional, de organismos privados de reconocida trayectoria en materia de seguridad pblica y ciudadana y dos representantes de la sociedad civil. Sus integrantes tienen la misin de supervisar el proceso control externo y formular directrices de ejecucin1. En rigor, con la conviccin de que una polica es una institucin que, debido a la naturaleza de sus funciones profesionales, est expuesta permanentemente a diversos factores de riesgo con un indiscutido potencial corruptor y que ello constituye una de las ms probables amenazas a la funcin policial, la deontologa policial y la tica profesional pasan a constituirse en un pilar y componente fundamental. Por lo tanto, la modernizacin supone asumir que la organizacin necesita contar con reglamentos claros y, especialmente, con slidas orientaciones morales que aseguren ante la sociedad el mantenimiento de su misin policial, y actuar consecuentemente.

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Por tal razn, el enfoque sobre la modernizacin policial concibe la tica policial que gua y orienta la conducta de todo el personal institucional como fundamental, hundiendo sus races principalmente en la tica social (centrada en valores que promueven la convivencia social) y la deontologa policial, as como en la tica pblica (cuyo valor bsico es la probidad). Esto explica que sus principios y valores tengan por finalidad orientar las conductas pblicas y privadas de los policas y colaborar a la construccin de relaciones sociales fluidas y respetuosas, teniendo a la persona humana como nico centro de sus valores. En consecuencia, la estrategia modernizadora pone en el centro de la gestin las modalidades y procedimientos de actuacin policial, la calidad de la interaccin entre la sociedad y su polica y la labor o efica-

1 Desde el 2006 la Polica de Investigaciones de Chile cuenta con un Plan Estratgico de Desarrollo Institucional Plan Minerva-, definido en sintona con las autoridades del pas, de conocimiento pblico y de fcil acceso (www.policia.cl), el cual incentiva el accountability y asume como valor y propsito la legitimidad social de la polica. En el documento que consolida la visin, el enfoque, los componentes, los mecanismos de supervisin y los plazos y metas, es posible conocer las directrices, orientaciones y objetivos que dan origen a los 12 programas y 25 proyectos que lo componen y que tienen por finalidad promover cambios de proporciones en la cultural laboral, el desarrollo tecnolgico y la actualizacin de habilidades y competencias del personal.

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cia de sta. De esta forma, incluso la modernizacin de una polica debe ser materia de accountability, pues la gestin policial siempre debe estar sujeta al escrutinio pblico.

III. LEGITIMIDAD Y RENDICIN DE CUENTA


La tica y la deontologa policial son el fundamento que debe orientar todas las acciones de los policas, sus lineamientos o directrices centrales, sus planes, programas y proyectos. Son, en definitiva, la fuente que inspira y otorga sentido a la profesin, liberndola y protegindola de aquellas influencias y tendencias que buscan desconocer la importancia central de la dignidad humana. El horizonte hermenutico de la tica policial es el servicio a la sociedad y la promocin del desarrollo humano. A partir de esta clave de interpretacin, es posible comprender el sentido ms profundo y permanente de la labor profesional del polica. La accin policial no es sino un medio para conseguir un fin. As, los encargados de hacer cumplir la ley deben tomar en cuenta que la sociedad es nuestro principal objetivo, y que sta espera y exige de nosotros un servicio cuya calidad satisfaga plenamente sus requerimientos y expectativas. En rigor, cualquiera sean las misiones, la estructura y el tamao de una organizacin policial, todas comparten un conjunto de convicciones relativas a la prctica policial. Por ejemplo, que la funcin y organizacin policial es un servicio pblico y que dicha misin debe realizarse de manera eficiente y eficaz, en consecuencia, que es indispensable mantener una actitud y un comportamiento policial de respeto por la poblacin, particularmente en lo relativo a la dignidad humana y a las libertades y derechos fundamentales de la persona. Por ende, la polica debe actuar con la conviccin de que es prestadora de un servicio a la comunidad y no a la inversa. Toda polica precisa contar con el respaldo de la sociedad para cumplir su misin con eficacia. La opinin y valoracin de la sociedad es, en ltima instancia, reflejo de la aceptabilidad de la conducta policial, de nuestros esfuerzos y eficiencia. Es en este punto donde radica la relevancia de la legitimidad social. Esta es una dimensin a explorar y profundizar, pues se trata del marco de referencia que le da sentido a todo emprendimiento dirigido al desarrollo policial y al mejoramiento continuo de la eficacia y calidad del servicio policial.

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Hoy, la eficacia policial no se puede medir slo por el logro de la verdad criminalstica, la detencin de imputados o de prfugos de la justicia, es decir, mirando el resultado policial con un enfoque tradicional. Ello no basta. Si hoy la deontologa policial y la tica pblica nos interpelan, es porque ambas cambian nuestro marco de referencia y enfatizan otros componentes en la construccin de seguridad, como la calidad de los servicios, la legitimidad social y la satisfaccin ciudadana. De esta forma, la deontologa policial, que tiene como finalidad orientar el comportamiento profesional de los policas segn determinados criterios de accin una funcin de servicio pblico; una funcin social; un servicio que promueve el desarrollo humano; una actividad que promueve la excelencia del servicio, plantea una serie de retos a la cultura policial, ya que sus principios y valores sustentan una tica policial moderna, especialmente en lo relativo a la realizacin humana y al desarrollo de profundos y slidos vnculos sociales

IV. ACCOUNTABILITY POLICIAL


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En un contexto complejo y caracterizado por una creciente demanda por ms seguridad ciudadana, las policas de la regin se ven exigidas a dar respuestas rpidas, poniendo en peligro la calidad, la imparcialidad y la transparencia de los procedimientos. Esto aumenta el riesgo de conductas alejadas de la probidad funcionaria y facilita la corrupcin policial, el incumplimiento de la ley y el peligro de que se transgredan los imperativos de los derechos humanos. Con frecuencia los medios de comunicacin y las autoridades en diversos pases manifiestan y reconocen que algunas policas de la regin muestran debilidades importantes y rasgos preocupantes: Una fuerte dependencia de la poltica. Una dbil cultura democrtica en lo social y lo poltico. Deficiencias en cuanto al rgimen disciplinario. Ausencia generalizada de mecanismos transparentes de rendicin de cuentas que faciliten el controles externos confiables, y La persistencia de prcticas represivas, de la corrupcin y de graves violaciones de los derechos humanos.

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Para nadie puede ser una novedad, entonces, la creciente demanda de herramientas de accountability ms all del control jurisdiccional, legislativo, jerrquico y de los resultados policiales ya presentes en nuestros pases que promueven el control externo o social sobre la actuacin de la polica. Qu salidas o posibles soluciones tienen estos problemas? La respuesta es sencilla, pero exige un enorme esfuerzo de conviccin, visin estratgica y conduccin del liderazgo policial: deontologa, accountability y reforma.

V. REFORMA Y ACCOUNTABILITY POLICIAL


Tanto desde el mundo acadmico como desde organizaciones de la sociedad civil se sostiene que es necesaria una reforma policial, y que es imperativo impulsar una agenda de cambio que asegure mayores niveles de responsabilizacin policial y una actuacin ms acorde con los desafos de la democracia, en un contexto complejo y diverso en cada pas. A la luz de este escenario emergente en la regin, las policas enfrentan la necesidad de identificar, disear y responder interrogantes claves. Entre otras: cmo una polica moderna puede hoy ayudar a construir seguridad en democracia? O bien, qu cambios deben emprenderse para ganar en legitimidad social y, de esta forma, que las policas sean activas colaboradoras en la construccin de ms seguridad en trminos objetivos y subjetivos para las personas? Intentar responder estas interrogantes nos lleva a plantear nuestra tesis de fondo: que una polica moderna es aquella que apuesta a mejorar sus limitaciones y debilidades, con transparencia y mejores resultados, que busca generar certezas y que aspira a ser ms creble y ms confiable ante la sociedad, procurando entregar un servicio de calidad. Esto es lo que busca una reforma policial. De esta forma, en los albores del siglo XXI las policas enfrentan una encrucijada, derivada de la necesidad de asumir nuevos trminos de referencia para la gestin policial y un ethos laboral distinto. En esta poca el desafo no consiste slo en forjar policas ms eficaces y profesionales, sino que tambin ms transparentes, crebles y confiables a los ojos de la sociedad y sus autoridades. Las instituciones que no producen resultados satisfactorios para la poblacin, no gozan de legitimidad y capital social. Estos son factores decisivos para el clima de

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seguridad ciudadana en una sociedad. La propia respuesta policial juega un papel relevante para la legitimidad de su funcin. Para que esto suceda es preciso innovar y destacar aquellas buenas prcticas o medidas que permitan a las fuerzas de seguridad y a los agentes encargados de hacer cumplir la ley, materializar esfuerzos que reflejen estos preceptos. En consecuencia, si se vuelve la mirada a nuestra Amrica, una polica moderna ser aquella que es capaz de responsabilizarse, de rendir cuenta y de actuar ante un escenario deteriorado por la inseguridad y la falta de legitimidad social de la polica. En rigor, renovar los paradigmas de actuacin policial constituye el principal desafo y tarea para una reforma policial efectiva. Esto se logra promoviendo una cultura policial democrtica y respetuosa de los derechos humanos que, a su vez, facilite la generacin de procesos de actualizacin de prcticas, creencias y principios. As ser posible contribuir a la excelencia profesional y a la consolidacin de la comunidad como principal referente, sustentando el accionar policial en la integracin, la cooperacin y la coordinacin, entre otras directrices de trabajo.

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VI. ACCOUNTABILITY POLICIAL Y SUS IMPLICANCIAS PARA UNA


POLICA Accountability policial es hacer que el personal y la organizacin en su conjunto sean responsables por su desempeo, medido lo ms objetivamente posible, informando sobre su quehacer y dejando que la sociedad se forme un juicio objetivo y crtico sobre su actuacin. En la prctica, es el resultado de mltiples mecanismos, tanto internos como externos, que deben trabajar armoniosamente para lograr un cambio permanente de la conducta del personal policial. As, responsabilizacin, rendicin de cuentas y transparencia representan desafos de igual relevancia que la anhelada calidad de los servicios de justicia y seguridad. La experiencia de las policas de pases desarrollados y tambin de la Polica de Investigaciones de Chile ensea que para que pueda haber accountability policial son necesarios tanto un marco doctrinal como modalidades o mecanismos que faciliten la supervisin y control sobre

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la polica, que apunten a construir credibilidad y confianza, reduciendo as la distancia entre el ciudadano y su polica. Detrs de esta prctica subyace el concepto de co-produccin de seguridad. La inseguridad no es un tema exclusivamente policial. Entre las distintas innovaciones necesarias, se requiere disear, convocar y emprender en conjunto con la sociedad un camino que haga posible rearticular y redefinir, por ejemplo, circuitos de informacin. Es all donde se pone a prueba el carcter pblico de toda institucin policial. Generar accountability en una polica implica romper el encierro y apostar por la transparencia y la legitimidad social, por va de incentivar y facilitar el control social externo. Esto ayuda a romper un crculo vicioso y sustituirlo por uno virtuoso, asegurando que el comportamiento y las reglas no escritas de una institucin sean congruentes con las reglas formales y la misin de la misma. No puede haber accountability adecuado y suficiente sin una apropiada gestin de informacin que registre y demuestre lo que hace la polica y lo que no logra hacer bien, lo que se corrige y lo que necesita de la sociedad. Para que esto sea as, se requiere disear, convocar y emprender en conjunto con la sociedad un camino que haga posible rearticular y redefinir circuitos de informacin. Es all donde se pone a prueba el carcter pblico de toda poltica orientada a los problemas sociales, como la inseguridad ciudadana. La transparencia en el aparato pblico, en especial en una polica, es una obligacin que nace de la responsabilidad social, de la tica pblica, y del paradigma de una polica democrtica. Ello es necesario para la coproduccin de la seguridad y para lograr mejores niveles de seguridad ciudadana. Se requiere construir, entonces, un balance funcional en materia de acceso, tipo y calidad de la informacin entre los actores y las instituciones pblicas y privadas. De acuerdo a esto, la ausencia de una estrategia de colaboracin sociedad civil-polica, orientada a la gestin de informacin y gestin del conocimiento, seguir siendo una de las principales debilidades de la gestin policial, si en el marco de la implementacin de polticas pblicas no se integra un enfoque de accountability policial, es decir, transparencia, responsabilizacin y rendicin de cuentas.

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La literatura entrega algunos elementos que permiten definir un marco de accin, supuestos y modalidades, para que se pueda ejercer un tipo de supervisin y control de la polica2, a saber: (a) Mediante modelos eficientes para el accountability una organizacin policial no slo est preparada para el escrutinio pblico, sino que se vuelve capaz de monitorearse de forma permanente. Esto, con el objetivo de identificar aquellos procesos en donde prevalecen o emergen criterios opacos y espacios autoritarios y ajenos a su propio control institucional, para suprimirlos o modificarlos. (b) Que los derechos se protegen y promueven mucho mejor cuando las autoridades policiales y las instancias pblicas oficiales comparten la misma visin con los que abogan por el accountability, que con los que estn en contra. (c) Si bien es necesario una mirada caso a caso, es una manera ineficiente e insuficiente de acabar con los problemas estructurales o sistmicos de abuso y corrupcin policial, porque stos normalmente tienen sus races en elementos ms profundos de la vida institucional, como la ausencia de polticas y prcticas de reclutamiento, capacitacin, incentivos, cultura y supervisin. (d) El accountability es, en la prctica, el resultado de mltiples mecanismos, tanto internos como externos. Es un sistema que puede ayudar a lograr un cambio sostenible de comportamiento en el personal policial. (e) Ms all de la importancia de desarrollar mecanismos internos de control, tambin hay que subrayar que stos van a funcionar mejor si estn sujetos a fiscalizacin, anlisis y comentarios constructivos.

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Roberg et al 2002; Varenik 2004; Muniz y Proena Jnior 2005; Frhling 2005; Insyde 2006; Roberts 2006; Bayley 2005.

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Para lograr aquello es necesario que se den tres requisitos complementarios a los ya descritos: (a) Voluntad interna: La polica debe aceptar que tiene que jugar un papel para asegurar que funcione el accountability. Es decir, la polica debe convencerse de que sus intereses estn mejor servidos cuando son proactivos y hacen suyo el proceso de ser y demostrar que es una regla institucional. (b) Voluntad poltica y participacin ciudadana: Si bien una polica debe responsabilizarse y dar cuenta de su gestin y resultados en cuanto a la criminalidad, la conducta de sus funcionarios, as como de los costos, eficiencia y probidad, la sociedad tambin debe ser capaz de involucrarse en los procesos de accountability, apoyando a la polica en un cambio que toma tiempo. Construir accountability supone estmulos para la polica. La confrontacin no es positiva ni fructfera, la colaboracin es fundamental en los cambios estructurales y en los procesos graduales de modificacin de la polica hacia un paradigma democrtico. (c) Claridad de la poltica institucional: La existencia de polticas institucionales claras facilita el buen ejercicio de la discrecin de cada oficial en particular. Mientras ms certeza haya sobre la conducta que se espera de los oficiales en el campo, ms sencillo ser producir indicadores para el monitoreo y la rendicin de cuentas. Frecuentemente la mirada sobre el actuar policial se dirige hacia l slo cuando hay escndalos o crisis con un fuerte impacto meditico, generndose a veces comisiones especiales parlamentarias. Sin embargo, esta prctica debe volverse habitual y debe existir un monitoreo o mecanismo continuo para fiscalizar su aplicacin.

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VII. REFLEXIONES FINALES


En Amrica Latina se ha insistido en la necesidad de accountability por parte de la polica, para asegurar que no se repitan los patrones de abuso, negligencia, discrecionalidad y conductas indebidas. El enfoque que se desarrolla aqu se sostiene en dos paradigmas fundamentales: La construccin de seguridad en democracia y el de la polica democrtica, ambos se vinculan estrechamente a travs del Estado de Derecho, destacando la manera de hacer las cosas, de ser polica y de servir a la comunidad. Ninguna duda cabe que los Estados representan construcciones polticas dirigidas a materializar el bien comn y que, en consecuencia, el desarrollo poltico, el desarrollo a escala humana, la democracia y la seguridad, representan marcos de referencia para la actuacin de las instituciones policiales. Una polica moderna es aquella capaz de responder a dichos valores. Las policas no deben afirmar que son modernas, ellas deben parecerlo y demostrarlo. Esta afirmacin resume en gran medida la experiencia de la Polica de Investigaciones en materia de reforma policial.

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APUNTES SOBRE CRIMINOLOGA


HUMBERTO LAGOS SCHUFFENEGER *

n este texto analtico diseado para orientar pedaggicamente respecto de la Criminologa, nuestra lectura del tema ha preferido esbozar lo que podemos reconocer como contenidos esenciales en mbitos de la importante especialidad referida. Por ello, y tras este propsito de cercana con los perturbadores espacios del hecho delictivo, proponemos adentrarnos descriptivamente en los aportes criminolgicos para entenderlo, ms all de lo que define la propia norma penal.

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I. QU ES HOY LA CRIMINOLOGA
La Criminologa dispone de: a) objeto de conocimiento propio; b) mtodos especficos; c) cuerpo de Doctrinas referido al fenmeno social delictivo. Lo cientfico de la Criminologa se funda en un mtodo que entrega informacin vlida y confiable sobre las complejidades del problema social criminal. Entre los objetos de la Criminologa estn la comprensin explicativa de la criminalidad y de la conducta individual asociada, con el propsito de entender adecuadamente la estructura de personalidad del delincuente para orientar una efectiva poltica de tipo criminolgico. La disciplina criminolgica integra sus objetivos con los elementos siguientes: a) el delito; b) el delincuente; c) la vctima; y d) el control social de las conductas delictivas. Mientras el Derecho se define como Ciencia del Deber Ser (culturalmente normativa), la Criminologa es definida como Ciencia del Ser, de tipo emprica.

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Doctor y Licenciado en Sociologa, Abogado y Licenciado en Derecho, Licenciado en Ciencias del Desarrollo. Profesor universitario y de ASEPOL, autor de numerosos libros publicados en Chile y otros pases.

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ARTCULO

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La Criminologa en tanto que del mbito de la ciencias empricas, invoca que su objetivo (delito, delincuente, vctima y control social) pertenece al campo de lo cotidiano, al mundo real, donde las acciones son verificables, medibles y casusticas. Lo emprico de la Criminologa se instala en que sus preocupaciones son ms los hechos que las opiniones, ms la observacin que el discurso terico. Sus hiptesis son verificables y pueden confirmarse o desestimarse al amparo del anlisis de los hechos objetivos. La Criminologa aborda el hecho delictivo sin antejuicios ni prejuicios, sin mediaciones, buscando obtener de aqul la informacin directa necesaria para resolver el delito investigado. A la Criminologa le importa la realidad en tanto tal, explorndola cientficamente en direccin de entender y resolver el hecho delictivo. La Criminologa es una ciencia emprica, pero no necesariamente experimental. Sin embargo, el criminlogo funda sus respuestas empricas respecto de las hiptesis de trabajo con las garantas exigidas por el conocimiento cientfico, usando otras tcnicas no experimentales que hacen fiables los resultados. El mtodo emprico no es el nico a utilizar por el criminlogo. Siendo el crimen un fenmeno humano y cultural, comprenderlo exige del investigador actitudes abiertas y flexibles, intuitivas, que contribuyan a captar integralmente el problema humano, individual y colectivo, inmerso en las conductas delictivas y en los significados del espacio criminal. Si bien la Criminologa es una ciencia autnoma, es innegable que el principio interdisciplinario est asociado al proceso de su consolidacin histrica. Siendo muchas y variadas las disciplinas cientficas que abordan el delito, el crimen, en tanto que fenmeno social de corte individual y colectivo (por ejemplo: Sociologa del Crimen, Biologa y Psicologa en las especialidades criminolgicas), es la Criminologa la instancia especializada que asume la coordinacin de los aportes sectoriales, proporcionados por la plural variedad de las disciplinas preocupadas por el fenmeno social delictivo. Entendiendo a la Ciencia como el conjunto de conocimientos de una misma naturaleza, obtenidos a travs de un mtodo lgico y sistemtico, mediante el cual se observan y clasifican hechos con el propsito

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de establecer teoras que puedan verificarse, se pueden decantar de ella las caractersticas siguientes: a) un conocimiento racional y cientfico; b) trasciende los hechos y no se limita a la cuestin especfica investigada; c) anlisis y especializacin; d) claridad y precisin en los resultados del fenmeno investigado; e) asume generalidad y comunicabilidad; y f) es explicativa, predictiva y til. 14. La Criminologa es una ciencia caracterizada por el empirismo y la interdisciplinariedad, que tiene como objetivo especfico el estudio analtico de: a) el delito; b) el comisor de la conducta antijurdica; c) la vctima del crimen; y d) el control social del comportamiento delictivo. En estos campos de especialidad, la Criminologa proporciona informacin vlida y contrastable sobre el origen, lgicas y variables estructurales del crimen o delito, asumindolo como hecho social de ejecucin individual y colectiva. La Criminologa es una ciencia del ser que, disponiendo de un conocimiento propio, de metodologas especficas y de un escenario terico-doctrinal, aporta, respecto del hecho criminal, informacin vlida, confiable, y contrastada a partir del mtodo emprico que, a su vez, se asienta en el anlisis y observacin de la realidad. La Criminologa no es, ni pretende serlo, una ciencia exacta, pues si bien sus conclusiones respecto del hecho criminal especfico contribuyen a esclarecerlo, sus conclusiones no son, necesariamente, de aplicacin general a otros hechos similares. El comportamiento humano es complejo y las motivaciones de las conductas criminales, si bien pueden predecirse a partir del anlisis de tipo casustico, son peculiares y nicas. La Criminologa, hoy, ha extendido su saber especializado, incorporando en los mbitos analticos criminolgicos una ponderacin nueva sobre la vctima de la conducta criminal y, otra, respecto del control social del crimen, que invoca el tema de la prevencin del delito. Respecto del saber criminolgico son, por lo menos, dos los ambientes de su expresin: a) el conocimiento suministrado por la Criminologa para entender el hecho delictivo y su entorno (delincuente, vctima, control social, prevencin) y b) el uso que de este saber especializado hagan los poderes pblicos para atender las exigencias de la sociedad en los espacios delictivos.

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II. CRIMINOLOGA Y EMPIRISMO CIENTFICO


1. Un marco terico se elabora bajo los prismas de anlisis y exposicin de teoras, enfoque, investigaciones y antecedentes de tipo general que se estima pueden aportar precisiones al objeto de estudio analtico. Por teora puede entenderse un conjunto de ideas que permiten la explicacin de un fenmeno especfico y la prediccin de sus consecuencias. Si bien relacionadas, existen distinciones entre teora y ciencia. La teora deviene a ley cientfica cuando, previos los pasos de anlisis y prediccin, es posible verificarla. Las etapas de comprobacin y verificacin son ms fciles en el campo de las ciencias fsicas y ciencias exactas (ej.: ley de gravedad). En el caso de la ciencia emprica, su objetivo es analizar con el propsito de predecir (anticipar), para, luego, verificar y controlar el fenmeno explorado. En el marco de una teora emprica, se relacionan las variables intervinientes con los efectos respectivos. En el anlisis relacionado con lo emprico, quien investiga debe explicar por qu y cmo ciertas variables pueden contribuir a la produccin de un efecto determinado. En el campo cientfico de la empiria no se habla de causas sino de variables. Si el objeto de estudio se ubica al interior de lo emprico, nos estamos refiriendo al mundo tangible, al de la vida cotidiana, a sus objetos, a los acontecimientos. Ello contrasta con lo cientfico de las ciencias formales o abstractas (ej.: matemticas, lgica). La Criminologa como ciencia emprica o fctica se caracteriza esencialmente por: a) su objeto de estudio es especfico, con entidad concreta propia, y se lo percibe, se lo aprehende, por medio de los sentidos; b) elabora y desarrolla formas metodolgicas de carcter cientfico para recolectar datos y contrastarlos con las hiptesis sobre el tema de investigacin; y c) su accin fctica se vuelca sobre la realidad concreta y es de tipo directo. En el anlisis de las materias especficas relacionadas con el campo criminolgico, el aporte del socilogo Max Weber, referido a la construccin de tipos ideales como medios para el estudio de la

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realidad social, es fundamental, teniendo en cuenta que en las ciencias sociales no es posible la experimentacin y medicin de fenmenos como en el caso de las ciencias naturales. El tipo ideal weberiano constituye un recurso metodolgico que permite apreciar cmo la realidad se aproxima o aleja de l. 10. La Criminologa puede ser definida como una Ciencia CausalExplicativa (descifra la conducta delictiva desde sus orgenes y explica su desarrollo en la sociedad que lo genera); el Derecho Penal adscribe a la calidad de Ciencia Normativa (modelos del comportamiento humano que la ley tipifica como delitos, y las consiguientes sanciones aplicables a los comisores); y la Criminalstica puede ser reconocida como una Ciencia Aplicativa (explora, indagatoriamente, las circunstancias temporales, espaciales, instrumentales y personales en que se ejecut el hecho delictivo y punible).

III. ALGO DE CRIMINOLOGA


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LA

HISTORIA

CONTENIDOS

DE

LA

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La Criminologa se aproxima al fenmeno social delictivo desde pticas causales explicativas asumiendo analticamente el delito desde sus orgenes y respecto de sus formas de desarrollo en el ambiente social en que se concreta. Por su parte lo normativo se ocupa del delito en cuanto hecho sucedido y sancionable. Lo aplicativo se refiere a las circunstancias temporales, espaciales, instrumentales y personales en que se ejecuta la conducta delictiva punible. En el ambiente de entender lo descrito en el nmero anterior, debe definirse a la Criminologa como una ciencia causal explicativa, al Derecho Penal como ciencia normativa, y a la Criminalstica como ciencia aplicativa. El tema del delito y de su responsabilidad autoral se remonta a pocas muy antiguas. Todas las sociedades, an las primarias y elementales en trminos de organizacin social, han reflexionado sobre el particular y adoptado decisiones para entenderlo y asumirlo. Filsofos como Scrates, Platn, Hesodo, Pitgoras, Aristteles y otros expresaron preocupacin analtica sobre la cuestin delictiva y respecto de las sanciones aplicables a quienes se comprometan en hechos contrarios a la normalidad de la convivencia.

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El filsofo medieval Toms de Aquino hizo aportes tericos a lo que puede denominarse como filosofa del derecho penal. Pero una actividad ms intensa y con sesgos cientficos respecto de la criminologa se aprecia desde el siglo XIX. Son los tiempos (1764) en que el jurista milans Cesare Beccaria publica su Trattato dei delitti e delle pene (traducido al espaol en varias versiones en los aos 1820, 1821, 1822, 1851, 1879... y en 1945 en Buenos Aires). Diversos aportes de la investigacin sobre actos y situaciones humanas relacionadas con el evento delictivo convergen para dar forma a lo que hoy tiene estructura definida y constituye la Criminologa. En las relaciones histricas especializadas, se reconoce a Lombroso como fundador de la Criminologa Cientfica. Sin embargo, antes de este destacado especialista hubo otros investigadores preocupados del tema criminal y que aportaron fundamentos para configurar la actual Criminologa. Jeremas Bentham propona reformar el sistema legal y penal ingls, y su compatriota Howar analizaba el estado de las prisiones en Inglaterra y Gales. Lavater se preocupaba de los temas fisonmicos. Gall (1882) publicaba su obra Les fonctions du cerveau (Las funciones del cerebro); a ste investigador se lo considera como el verdadero fundador de la Antropologa Criminal. Morel apoyaba la consideracin de que el crimen era una conducta degenerativa hereditaria de tipo individual y familiar. Broca encontraba particularidades especiales en los crneos de los criminales. Wilson, en 1869, investig caractersticas de 464 crneos de delincuentes, y en 1870 Thomsom public sus estudios sobre 5.000 presos, en el Journal of Mental Science. Las propuestas doctrinales de Lombroso eran apoyadas por trabajos diversos, entre ellos La tesis de la locura moral publicada por Prichard en 1835; las referencias analticas sobre la vida psquica del criminal y sus tendencias a la locura, la imbecilidad y las carencias de de sensibilidad encontradas en las publicaciones de Nicolson entre los aos 1873 y 1875. Morel se preocupaba de los problemas de la psiquiatra forense. Son diversas las Escuelas Jurdico-Penales que se ocupan de los mbitos de la Criminologa, entre ellas referimos: 7.1 La Escuela Clsica: que se estructura con los dichos de Enrico Ferri quien denominaba as a los juristas pre-

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positivistas y posteriores a Beccaria, quien es el representante de esta corriente clsica, asentndola a partir de su obra De delitos y castigos (1764). Esta escuela propuso la humanizacin del derecho penal a travs del respeto a la ley, del reconocimiento de las garantas individuales y de la limitacin del poder absoluto del Estado. En este ambiente aparece Francisco Carrara (1805-1888) con su Programa di Diritto Criminale (1859). Algunas caracterstica proposicionales de esta Escuela Clsica se refieren a: 1) bases filosficas fundadas en el Derecho Natural; 2) respeto absoluto al principio de legalidad; 3) el delito es un ente jurdico y no un ente filosfico; 4) el libre albedro; 5) la pena es retributiva respecto del mal causado a la sociedad por el delincuente; 6) el derecho de castigar corresponde al Estado a ttulo de tutela jurdica... y otros. 7.2 La Escuela Positiva: Los representantes ms reconocidos de ella son: Lombroso, Ferri y Garfalo. Sus principales propuestas doctrinales se corresponden con: 1) uso del mtodo cientfico; 2) el delito es un hecho de la naturaleza y debe ser abordado como un ente real, actual y existente; 3) es determinista; 4) sustituye el concepto de pena por el de sancin, la que se aplica en consonancia con la peligrosidad del criminal; 5) la ley penal no restablece el orden jurdico, y su misin es combatir la criminalidad a la que se considera un fenmeno social; y otros. La Escuela Eclctica: Esta asume los mismos presupuestos que la Escuela Clsica (el contrato social). Sus objetivos son romper con reglas o esquemas tericos monolticos en el mbito de entender el fenmeno criminal, incorporando el concepto de situacin, referido al medio fsico y social. La Escuela Social: Es apoyada por el socilogo Durkheim y plantea su asiento terico en la dialctica. Se relaciona con investigadores como Lacassagne y Tarde (Las sociedades tienen los criminales que se merecen y el medio social es el caldo de cultivo de la criminalidad, mientras que el microbio es el criminal). Para esta Escuela, es presupuesto fundante la desigualdad material y la divisin del trabajo, dejando de lado la igualdad del contrato social. Su enfoque es esencialmente sociolgico, desplazando la patologa al campo

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individual y social e incorporando la motivacin de quien ejecuta el acto criminal. Lo que destaca en la Escuela Social es la introduccin del concepto funcin social del derecho, proponiendo a la ley como el mecanismo necesario para una justa composicin y un equitativo desarrollo de la sociedad. 7.5 La Escuela Anmica: Su fundamento terico ms destacado es la anomia, entendiendo que el desarrollo social supera, desborda, al control institucional (desigualdad material y mayor divisin del trabajo). El acto delictivo se ubica en la sociedad y no en el individuo. Su enfoque es sociolgico, en una mirada contracultural (Slo el proletario aparece representado en las estadsticas de criminalidad). La Escuela Ecolgica: Afirma que la formacin de la sociedad es orgnica y no contractual. Encontrar el equilibrio bitico-social es la finalidad del sistema jurdico. El aporte bsico de esta Escuela (con sede en Chicago) se dirige a interpretar la delincuencia mafiosa en los Estados Unidos.

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IV. A MODO DE REFLEXIN FINAL


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La Criminologa, si bien se ha perfeccionado como ciencia emprica y no necesariamente experimental, en el decurso de su especificidad contina siendo objeto de discusiones prcticas y tericas en variados aspectos. Particularmente interesante es aquel relacionado con la Victimologa, a la que por su entidad y caractersticas algunos expertos en el tema tienden a reconocerla como una nueva ciencia caracterizada por los mismos elementos fundantes de la Criminologa, a saber: empirismo y ciertos sesgos experimentales. Es un hecho demostrado la utilidad de la Criminologa en el trabajo policial, que debe asumir analticamente los diversos componentes relacionados con las desestabilizadoras y variadas conductas delictivas, para descifrarlas, sancionarlas e inhibirlas va las variadas formas de control social preventivo, poniendo atencin especial sobre las vctimas resultantes de las acciones ilcitas.

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EXPERIENCIA, APRENDIZAJES Y DESAFOS DE LA POLICA DE INVESTIGACIONES DE CHILE EN RENDICIN DE CUENTA PBLICA


IAN BADIOLA HERESMANN*

I. INTRODUCCIN

l 19 de junio de 2004 la Polica de Investigaciones de Chile rindi su primera cuenta pblica. En esa ocasin, el Director General y los Jefes Regionales dieron a conocer a lo largo de todo el pas los resultados de la gestin realizada durante el ltimo ao, as como el estado de avance de los compromisos asumidos por la institucin. Tambin entregaron informacin sobre las condiciones en que se desenvuelve la labor policial, abarcando su cobertura territorial, infraestructura, dotacin, presupuesto y demanda del sistema de justicia criminal, entre otros aspectos que antes se abordaban nicamente con las autoridades del sector. De esta forma, la tradicional ceremonia de aniversario institucional, de carcter autoreferente y protocolar, se transform en un espacio de encuentro con la sociedad orientado a promover un dilogo informado sobre el desarrollo de la organizacin y su contribucin a la produccin de seguridad y justicia. Al cumplirse cinco aos desde que se realizara la primera cuenta pblica institucional es preciso efectuar un balance de los aprendizajes organizacionales que se derivan del proceso de implementacin de una

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Periodista y Licenciado en Comunicacin Social (Universidad Diego Portales). Actualmente cursa un Master en Gestin y Planificacin Estratgica (Universidad Autnoma de Barcelona). Miembro del Centro de Investigacin y Desarrollo Policial (CIDEPOL) de la Polica de Investigaciones de Chile.

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ARTCULO

prctica que ha facilitado el control social sobre las actuaciones policiales, mejorando a la vez los niveles de credibilidad, confianza y legitimidad1 que requieren todas las instituciones pblicas en un contexto democrtico y muy especialmente las encargadas de la seguridad pblica y ciudadana. Este artculo obedece al siguiente esquema de exposicin: Para comenzar, el ejercicio de rendicin de cuentas se inscribe en el marco de la modernizacin del Estado y la propia experiencia de modernizacin de la Polica de Investigaciones de Chile. A continuacin se relaciona con el accountability policial2, con la intencin de analizar sus implicancias y proyectar los desafos que impone su aplicacin. Finalmente, se realiza un balance de los aprendizajes asociados a la implementacin de esta prctica y se recomiendan criterios para fortalecerla, concluyendo con una propuesta sobre los contenidos que se estiman relevantes en una cuenta pblica, que pudiera resultar de utilidad para las Jefaturas Nacionales, Jefaturas Regionales y Prefecturas Provinciales de la institucin.

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II. CUENTA PBLICA Y MODERNIZACIN DEL ESTADO


En las ltimas dcadas se han experimentado cambios acelerados a causa del proceso de globalizacin, las reformas de mercado y la revolucin de las tecnologas de la informacin y la comunicacin. En este contexto, el advenimiento de sociedades ms complejas y dinmicas enfrent a los gobiernos a la necesidad de emprender procesos de reforma y modernizacin del Estado para responder a los desafos planteados por nuevas tensiones polticas, sociales y econmicas. La crisis del sistema burocrtico, pensado para dominar antes que para servir, dio paso a una forma totalmente distinta de concebir la administracin pblica. Este enfoque postula un Estado de excelencia dedicado a optimizar la gestin al interior de sus instituciones, en la lnea

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1 Para obtener ms informacin sobre las tendencias que exhiben los resultados de diversas encuestas y estudios de opinin pblica en el perodo reciente, se sugiere consultar la seccin Evaluacin Ciudadana de la cuenta pblica 2008 de la Polica de Investigaciones de Chile, disponible en el sitio web institucional (http://www.pdichile.cl). 2 Accountability policial es un concepto de origen anglosajn, que pese a no contar con una traduccin literal en nuestro idioma se asocia con transparencia, rendicin de cuentas y responsabilizacin.

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de prestar servicios de calidad a la ciudadana, satisfacer las mltiples demandas sociales, generar igualdad de oportunidades y fortalecer la gobernabilidad democrtica. En este sentido, ya no basta con la legitimidad de origen otorgada por el voto popular. Ahora el sector pblico debe demostrar su eficacia y eficiencia, pues la consolidacin de la democracia conduce a evaluar a la poltica como gestin. Esto implica obtener resultados concretos y la aprobacin del ciudadano, quien desea ser protagonista, consultado, atendido y satisfecho3. Asimismo, el Estado asume la obligacin de aceptar responsabilidades por los resultados de sus actuaciones y omisiones, en un escenario caracterizado por un aumento de expectativas ciudadanas, que a la vez desencadenan mayores exigencias hacia los gobiernos. En esta perspectiva cobra especial trascendencia el concepto accountability, que si bien no cuenta con una traduccin exacta en nuestra idioma, en trminos generales se refiere a que individuos y organizaciones sean responsables por su desempeo, medido de la manera ms objetiva posible. En el mbito poltico el accountability conlleva al menos dos dimensiones bsicas: Por una parte, la obligacin de autoridades y funcionarios de informar sobre sus decisiones y de justificarlas ante quienes representan. Por otra, la posibilidad de que existan consecuencias a partir de sus faltas o insuficiencias4. De este modo, el accountability lleva a la autoridad a abrirse a la inspeccin pblica a travs de la entrega permanente de informacin detallada sobre los alcances de su gestin, le impone explicar y justificar sus acciones, y le supedita a la amenaza de la sancin en caso de violacin de sus atribuciones y deberes polticos. La rendicin de cuentas responde a este proceso de fortalecimiento del accountability que es propio de las democracias modernas y de la madurez de la cultura cvica. Ms all de la facultad de controlar legal y administrativamente a los gobiernos, representa un mecanismo por medio del cual las instituciones pblicas buscan garantizar sintona con la comunidad de la que forman parte.

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Friedmann (2004: 66) Ministerio Secretara General de la Presidencia (2007: 8)

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Como seala Tudela, el fortalecimiento del accountability del sector pblico es ms que combatir la corrupcin o el abuso. Se trata de democracia, gobernabilidad, derechos de las personas, informacin pblica y transparencia de los rganos ante la sociedad y las propias autoridades. Implica el fortalecimiento de las bases de un gobierno al que los ciudadanos estn dispuestos a dar su confianza5. En otras palabras, al rendir cuentas se reconoce que el ejercicio del poder poltico debe realizarse a travs de una accin articulada con la sociedad civil, que asegure la legitimidad y la confianza en su actuar. Este acto comprende una contribucin al desarrollo de las democracias, que fomenta la participacin ciudadana y el aprendizaje institucional en el marco de la igualdad poltica, por cuanto todos los actores son potencialmente partcipes de la interpretacin de los problemas y de la bsqueda de soluciones: Se trata de un esfuerzo de igualacin en el cual la apuesta ms importante consiste en que cada miembro de la sociedad tenga la posibilidad y la oportunidad de participar de las definiciones y decisiones en aquellos campos, materias o mbitos que son relevantes en sus vidas y fundamentales para su desarrollo personal6. En sntesis, la cuenta pblica busca hacer transparente la gestin de los organismos pblicos ante la ciudadana y sus autoridades, as como promover la responsabilizacin de las jefaturas y directivos de las instituciones. Asimismo, permite la participacin activa de la comunidad en el seguimiento y control de las iniciativas gubernamentales facilitando el control social mediante el acceso a la informacin: Para ejercer el control sobre el gobierno y las instituciones del Estado, los ciudadanos necesitan ante todo tener acceso a la informacin. Esto es plenamente coherente con el relevamiento y reconocimiento de la persona como ciudadano7. En el contexto de la transicin a la democracia, el Estado chileno asume un nuevo trato con la sociedad civil que se expresa en el impulso al proceso de modernizacin de sus instituciones y servicios. En lneas generales, estos cambios promueven actuaciones ms eficaces y eficientes, buscando mayor confianza y cercana con los ciudadanos. La gestin

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Tudela (2005: 3) Tudela (2004: 5) 7 Op.cit. 7.


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por resultados y la rendicin de cuentas se convierten as en prcticas regulares en la administracin pblica de nuestro pas desde la dcada de los noventa. El ao 2000, el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar dicta el Instructivo Presidencial sobre Participacin Ciudadana en el que se establece la obligatoriedad de las cuentas pblicas para la administracin central: Los Ministerios y Gobiernos Regionales realizarn entre diciembre y enero de cada ao, reuniones con las organizaciones de la sociedad civil de su sector, a objeto de presentar una cuenta pblica de su gestin y dialogar acerca de las prioridades para el perodo siguiente. Slo algunos meses ms tarde llegara el turno de las policas. En octubre de 2001, se dicta un nuevo instructivo con 20 medidas para mejorar la justicia y la seguridad ciudadana, entre las que se establece que las policas deben contar con metas objetivas conocidas por la sociedad y rendir cuentas en forma peridica. Esta decisin se produce luego de los eventos ocurridos en la localidad de Alto Hospicio, en donde se configur un escenario de crisis que puso en duda las actuaciones de las dos instituciones policiales del pas8. Esta situacin permiti hacer patente la necesidad de redoblar esfuerzos para garantizar la legitimidad social y la credibilidad de la comunidad en su labor, bajo la premisa de que la confianza que se construye a lo largo de muchos aos, siempre est expuesta a perderse producto de un evento en particular. De esta forma, la influencia del proceso de reforma y modernizacin de la administracin pblica y el nuevo trato entre el Estado y la sociedad civil llev a la Polica de Investigaciones de Chile a mejorar paulatinamente su gestin por medio de la planificacin estratgica, con el fin de incorporar criterios de eficacia, eficiencia y calidad, con transparencia en sus acciones y una mayor responsabilizacin de su desempeo ante las autoridades y la ciudadana.

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Se trata de un caso en un sector de escasos recursos de la poblacin de Iquique, que involucr una serie de homicidios y violaciones en contra de adolescentes durante meses, y que alcanz alta connotacin y preocupacin pblica por la falta de coordinacin y falencias en la investigacin policial.

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III. EL CONTEXTO DE LA MODERNIZACIN INSTITUCIONAL


La prctica de rendir cuentas se inscribe en un proceso de modernizacin institucional que busca mejorar la calidad de la gestin y los servicios policiales. La modernizacin de la Polica de Investigaciones de Chile, ms que un estado al cual se pretende arribar, es concebida como un proceso en permanente desarrollo. Los dinmicos y complejos cambios del entorno demandan una adecuacin continua de las instituciones pblicas, especialmente de las policas, que participan en la produccin de bienes pblicos como la seguridad y la justicia, que son pilares fundamentales del Estado de Derecho. El proceso de modernizacin de la Polica de Investigaciones comenz a fines de la dcada de los noventa, con la ejecucin de un conjunto de proyectos destinados a superar un dficit histrico en infraestructura, logstica, informtica y recursos para la investigacin criminal. Las iniciativas del Plan Fnix I y Plan Fnix II mejoraron las condiciones de trabajo del detective y dignificaron su labor como servidor pblico. Entre 1998 y 2003 la organizacin reforz su perfil cientfico-tcnico y ajust sus actuaciones para cumplir su misin en un contexto democrtico, promoviendo el pleno respeto de los derechos humanos y la tica profesional. Estos avances establecieron las bases para impulsar una reflexin colectiva sobre las fortalezas y limitaciones de la institucin, as como dimensionar los desafos a enfrentar en los prximos aos. En 2003, a partir de un diagnstico organizacional apoyado por una consultora del Departamento de Ingeniera Industrial de la Universidad de Chile, se instala la necesidad de planificar el desarrollo organizacional con un sentido estratgico. Entonces comienza una segunda etapa del proceso de modernizacin, que responde a las definiciones del Alto Mando para conducir el cambio organizacional entre los aos 2004 y 2010. El carcter del cambio apunta a alcanzar un estado de desarrollo propio de un servicio pblico moderno y de alto rendimiento, con la capacidad de otorgar servicios de calidad a sus distintos usuarios y satisfacer las demandas sociales de seguridad y justicia.

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En este perodo se desencadenan importantes cambios en la cultura organizacional, con la introduccin de directrices innovadoras, como la planificacin estratgica, la orientacin a resultados, el monitoreo permanente de la gestin y la rendicin de cuentas, que permitieron la asimilacin de nuevos enfoques y prcticas en procesos cotidianos de trabajo. Por otra parte, se impulsa una decidida poltica de transparencia y acercamiento a la comunidad. Asimismo, la puesta en marcha de un nuevo sistema de justicia criminal en el pas impuls un cambio de paradigma en la labor policial, lo que tambin signific articularse con nuevos actores en el mbito de la investigacin criminal. La planificacin estratgica se asumi entonces como una tarea orientada a adecuar en forma continua la respuesta de la institucin ante los cambios del entorno y las necesidades de sus usuarios. Se desarrollaba as la capacidad de reconocer la situacin actual, anticipar escenarios y trazar la ruta para avanzar hacia un estado futuro deseado. Producto de esta reflexin, en 2004 se disea e implementa un sistema de control de gestin que considera el establecimiento de metas institucionales, metas adicionales e indicadores de gestin policial de jefaturas regionales, nacionales y administrativas. Estas metas son monitoreadas peridicamente, lo que por primera vez permite medir y evaluar con criterios tcnicos las actuaciones policiales. La informacin que se genera es puesta a disposicin de las autoridades y la comunidad a travs de la rendicin de cuentas pblicas a nivel nacional, regional y local. En esa ocasin, cada jefe policial informa sobre los logros y resultados alcanzados, hacindose responsable por su desempeo. Un ao despus, sobre la base de los diagnsticos existentes y el conocimiento emprico de la gestin institucional que posibilit el registro estadstico de resultados policiales, se formula el Plan Estratgico de Desarrollo Institucional, Plan Minerva, que plantea una misin renovada, enfocada en cuatro reas de servicio9, adems de 12 programas y 25 proyectos destinados a producir la capacidad de desarrollar una gestin de calidad orientada a usuarios. La ejecucin del plan es supervisado por
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Las reas de servicio de la Polica de Investigaciones de Chile corresponden a Investigacin Criminal, Prevencin Estratgica, Control Migratorio y Seguridad Internacional y Seguridad Pblica y Ciudadana.

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un Consejo Consultivo compuesto por autoridades polticas, acadmicos, expertos en polticas pblicas y representantes de la sociedad civil, en la lnea de promover el accountability y el involucramiento de diversos actores en los asuntos referidos al desarrollo organizacional.

IV. IMPLICANCIAS DEL ACCOUNTABILITY POLICIAL


Junto con asumir los procesos de modernizacin como un marco de referencia para la cuenta pblica, es necesario considerar que en los ltimos aos el accountability se ha extendido al mbito de la funcin policial, en el entendido que las organizaciones policiales no slo deben actuar conforme a derecho y sujetas al imperio de la Ley, sino que tambin responder ante la sociedad por el uso de los poderes y facultades extraordinarias que sta le otorga10. La polica es un rgano del Estado que recibe un mandato que implica una concesin de poderes de parte de quien lo concede y la toma de responsabilidades por parte de quien lo recibe. De lo anterior se desprende que el accountability policial no es una simple concesin a las demandas externas que se originan en la ciudadana, sino que implica ser responsable por la obligacin de cumplir con las exigencias intrnsecas de cualquier mandato, independiente de la existencia de contextos y mecanismos que promuevan el control y la supervisin11. Se tratara entonces de una suerte de contrato social preexistente incluso al hecho de que un cuerpo policial se reconozca a s mismo como objeto de control o accountability. A la nocin de un mandato intrnseco que preestablece la rendicin de cuentas en el sistema poltico se suma un contexto de transformacin del paradigma de la seguridad que ha acelerado la asimilacin del accountability policial en la regin. Ciertamente, la seguridad desempea un papel cada vez ms relevante en las polticas pblicas, dando cabida a una serie de discusiones sobre los enfoques que se utilizan para abordar la problemtica y la gama de respuestas que se des-

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Herrera (2008: 11). Muniz y Proena Jnior (2007: 26)

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prenden de cada uno de ellos. Asimismo, en una tendencia sostenida durante los ltimos aos, la inseguridad se ha instalado entre las principales preocupaciones de la ciudadana, dando cuenta de un fenmeno caracterstico de las sociedades urbanas contemporneas. Como parte de este proceso, cobra aceptacin un nuevo paradigma que concibe la seguridad como bien pblico, al tiempo que se reconoce la limitacin de un enfoque centrado en el control policial y penal. De esta nocin se deriva la participacin de diversos actores sociales en un esquema de coproduccin de seguridad, como organizaciones no gubernamentales, agencias de cooperacin internacional, referentes acadmicos especializados y la sociedad civil organizada. En este nuevo escenario, entra en crisis el modelo burocrtico profesional de la polica, que no slo se revela distante de las nuevas formas de articulacin que se establecen en la sociedad para abordar la seguridad, sino que tambin resulta insuficiente para contener efectivamente la criminalidad y responder a las crecientes demandas asociadas al aumento de la inseguridad subjetiva. De acuerdo con Herrera: en este contexto es innegable que las actuacin de las instituciones de prevencin y control del delito, y de las restantes organizaciones que integran el sistema de administracin de justicia penal, no ha sido suficiente para detener los efectos del crimen y la violencia en las sociedad latinoamericanas12. A esto se agrega el problema de la violacin de los derechos humanos y las irregularidades en los procedimientos policiales que constituyen patrones recurrentes en la regin. Lo anterior conduce a una prdida de legitimidad, credibilidad y capital social, que, tal como indica Villalobos, configura un problema que no se solucionar si se circunscribe nicamente a un asunto de productividad, pues tambin remite a la coproduccin de seguridad y a un cambio de actitud en la relacin con el entorno: La legitimidad implica que la actuacin de la polica sea redefinida por un nuevo arreglo institucional, que considere que no slo debe de enfrentar la inseguridad social en trminos de reduccin de las tasas de delincuencia, aumentar el nmero de presentados ante el ministerio pblico de presuntos infrac-

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Herrera (2008: 3)

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tores o el cumplimento de un mayor nmero de averiguaciones, implica la restauracin de la relacin polica-sociedad; que la sociedad se vea refleja en la polica que tiene13. Villalobos aade que un cuerpo policial que rinde cuenta pblica, privilegia la apertura, la transparencia y la prevalencia de decisiones tcnicas es ms rentable para la sociedad que una institucin cerrada que no permite la observacin externa. En otra direccin, el accountability policial tambin ha sido conceptualizado como un mecanismo prometedor para regularizar la discrecionalidad, limitar el mal desempeo, la ilegalidad y los abusos. Sin embargo, al centrarse nicamente en estas connotaciones se reduce su campo de aplicacin, que trasciende el control sancionatorio. Lo cierto es que la observacin del desempeo puede tener consecuencias negativas o positivas. En este ltimo caso, el accountability se convierte en la inspiracin para el desarrollo de mecanismos a travs de los cuales la polica se torna una institucin de aprendizaje de buenas prcticas, a la vez que obtiene, por un lado, recursos y, por el otro, el respeto y la confianza del pblico14. En definitiva, una polica que rinde cuenta es capaz de medir su experiencia y aprender de ella. Herrera relaciona accountability con deontologa policial, disciplina que tiene como finalidad orientar el comportamiento profesional de los policas, que se funda en el servicio a la sociedad y la promocin del desarrollo humano. Los componentes de la deontologa policial pueden expresarse en el respeto de la dignidad y derechos de las personas, el acercamiento a la comunidad y, por ltimo, la tica pblica y probidad funcionaria. Herrera advierte que los problemas de legitimidad social que enfrentan las policas slo podrn revertirse a travs de nuevos paradigmas de actuacin que otorguen un lugar central a la actualizacin de prcticas, actitudes y creencias sustentadas en estos principios, que son los que definen a una polica moderna, otorgando un marco orientador a sus lineamientos, acciones y conductas: Hoy la eficacia policial no se puede medir slo por el logro de la verdad criminalstica, la detencin de imputados o de prfugos de la justicia, es decir, mirando el resultado policial con un enfoque tradicional. Ello no basta. Si hoy la de13 14

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Villalobos (2007: 3) Varenik (2005: 30)

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ontologa policial y la tica pblica nos interpelan, es porque ambas cambian nuestro marco de referencia y enfatizan otros componentes en la construccin de seguridad, como la calidad de los servicios, la legitimidad social y la satisfaccin ciudadana15.

V. APRENDIZAJES
PBLICA EN LA PDI

EN LA IMPLEMENTACIN DE LA CUENTA

Actualmente, la rendicin de cuenta pblica es una prctica internalizada en las jefaturas de la Polica de Investigaciones de Chile. Sin embargo, el proceso que se inici en 2004 no ha estado exento de resistencias, dado el profundo cambio cultural que implica comprometer metas y transparentar resultados en una organizacin que histricamente se comport de forma reservada respecto a su gestin. Al presentar en perspectiva los hitos de los ltimos cinco aos, se busca contribuir al desarrollo de una visin alejada de la autocomplacencia, orientada a identificar los elementos y condiciones que permiten proyectar esta prctica en el futuro, perfeccionndola y asegurando su sustentabilidad. Estos aprendizajes pueden organizarse en trminos de cobertura, gestin de la informacin, ampliacin de contenidos, transferencia de conocimientos y capacidad de respuesta ante un escenario de mayor control social externo.

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1. Cobertura El proceso interno de implementacin de esta prctica comenz en enero de 2004, por medio de la Orden N 9 del Director General, que conform una comisin encargada de la elaboracin de propuestas para la rendicin de cuenta pblica. Producto de esta reflexin, ese ao la Polica de Investigaciones de Chile rinde su primera cuenta pblica con cobertura a nivel nacional, con el objetivo estratgico de aumentar su legitimidad social e incrementar sus niveles de apoyo, respaldo e influencia en el contexto de la administracin del Estado. Este ejercicio se desarrolla el da 19
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de junio fecha en que se conmemora el aniversario institucional, siendo presidido por el Director General con la rendicin simultnea de cuenta pblica por parte de los jefes de todas las regiones del pas. Profundizando esta lnea de actuacin, en enero de 2005 se dicta la Orden General 2040, que ampla las metas institucionales en gestin policial16. En el rea del fortalecimiento de la relacin policacomunidad, se define la meta de realizar una cuenta pblica anual por cada Jefatura Regional, Jefatura Nacional y Prefectura Provincial. En la prctica, entre los aos 2006 y 2007 se incorporan gradualmente las Prefecturas Provinciales al proceso de rendicin de cuentas, abarcando as los diversos niveles territoriales de la institucin. En tanto, en 2008 se realiz la primera cuenta pblica de la Subdireccin Operativa y se incorporaron a esta prctica las Jefaturas Nacionales. Por otro lado, durante la IX Jornada de Alto Mando, reunin de los mximos directivos institucionales desarrollada en diciembre de 2007 y enero de 2008, se gener un amplio consenso sobre la importancia de que la Subdireccin Administrativa y sus jefaturas dependientes se incorporen a este ejercicio. En abril de 2008, la Jefatura de Bienestar marc un importante hito, al convertirse en la primera jefatura administrativa que rinde cuentas sobre su desempeo al propio personal de la institucin. En el mbito de la gestin operativa, la ampliacin de la cobertura ha obedecido a criterios de descentralizacin y especialidad. El primero apunta a que la polica se enfoque en las necesidades y problemas de seguridad en el contexto local, vinculndose con las autoridades y la

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16 Las metas fueron formalizadas y dadas a conocer a toda la organizacin mediante la Orden N 9 de enero de 2004. Se trataba de siete compromisos pblicos de gestin para toda la institucin, los cuales deban concretarse en el curso del ao, asociados a la rendicin de cuenta pblica. De esta manera, por primera vez se incorpora a la lgica del trabajo operativo la orientacin a resultados. La tesis de fondo era demostrar eficacia, con resultados medibles y demostrables, para ganar en confianza ciudadana y el respaldo de las autoridades en trminos de recursos. El 13 de enero de 2005 se dicta la Orden General N 2040, que perfecciona la Orden N 9, estableciendo un nuevo diseo compuesto por trece metas o compromisos de gestin por un perodo de dos aos (2005-2006). La Orden General 2135 actualiza estas metas para el perodo 2007-2008, introduciendo modificaciones menores. En diciembre de 2008, nuevamente se amplan las metas para el perodo 2009-2010, siendo formalizadas mediante la Orden General N 2218 del 14 de enero de 2009.

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comunidad. El segundo, se orienta a posicionar las cuatro reas de servicio y dar a conocer la gestin especializada de las Jefaturas Nacionales. Alcanzar esta cobertura ha significado una transformacin radical de las formas de trabajo al interior de la organizacin, que implica adecuaciones en los mecanismos de control de gestin, la construccin de indicadores de gestin policial y la implementacin de bases de datos validadas en permanente actualizacin, pues aquella informacin que se da a conocer en un momento, unos meses ms tarde, cuando corresponde a otras jefaturas rendir cuenta, ya est obsoleta. No obstante, no slo ha representado una asimilacin de nuevas tecnologas de captura de datos, sino que tambin un profundo cambio cultural, orientado a transparentar sistemticamente la informacin que se desprende de la gestin policial, y asumir la responsabilizacin frente a toda la comunidad respecto a las metas y objetivos que se han propuesto.

2. Gestin de la informacin El ejercicio de rendir cuentas no podra realizarse sin informacin objetiva y confiable sobre resultados policiales. Slo de esta forma puede demostrarse el cumplimiento de los compromisos asumidos. Por lo tanto, la gestin de la informacin es un proceso fundamental para la cuenta pblica17. El establecimiento de metas y la creacin de un sistema de monitoreo del control de gestin permitieron fortalecer la gestin de la informacin de la polica civil, al instaurar mecanismos uniformes de registro de las actividades y resultados de las unidades policiales, que luego son sistematizados y validados a nivel central. Con el control de gestin se construye un sistema estadstico confiable, orientado a monitorear regularmente el desempeo de las unidades policiales, apoyando as la toma de decisiones por parte de las jefa-

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17 La gestin de la informacin se puede definir como el conjunto de actividades realizadas con el fin de controlar, almacenar y, posteriormente, recuperar adecuadamente la informacin producida, recibida o retenida por una organizacin responsable en el desarrollo de sus actividades. Herrera (2008: 24).

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turas. Por otra parte, el sistema tambin gener las condiciones para canalizar la informacin institucional hacia el exterior. Gracias a esta capacidad instalada, la estrategia de acercamiento a la comunidad se vio fortalecida por la introduccin de prcticas de accountability que encuentran su mejor exponente en la rendicin de cuentas, promoviendo la transparencia, la probidad tanto en el empleo de los recursos como en labores del mbito operativo y la responsabilizacin por el desempeo. Una adecuada gestin de la informacin, expresada en la rendicin de cuentas, permite ganar en confianza y credibilidad, adems de respaldar las demandas presupuestarias en funcin de la gestin realizada. En otras palabras, puede demostrarse que la inyeccin de recursos en la polica es rentable para el pas. Entre 2004 y 2009, se han generado instrumentos complementarios para medir objetivamente distintas facetas de la gestin policial, como el informe de avance de metas, el informe de indicadores y el anlisis estadstico de causas a nivel nacional, entre otros. Estos instrumentos ayudan a examinar tendencias y visualizar problemas de gestin, productividad, participacin y posicionamiento en el sistema penal. En definitiva, hoy existe ms informacin que antes acerca de lo que hace la Polica de Investigaciones de Chile, y sobre cmo lo hace. En el marco del Plan Minerva, durante el 2006 comienza a implementarse el proyecto Sistema de Control de Gestin, II Etapa, con el objetivo de perfeccionar el sistema de monitoreo de metas y estndares de desempeo a nivel nacional, regional, de jefaturas nacionales, prefecturas y brigadas. Estas adecuaciones contemplaron la creacin de indicadores por unidad estratgica de negocios, la definicin de estndares de cumplimiento y la ponderacin de metas e indicadores. Por su parte, el proyecto Sistema de Monitoreo de Control de Gestin, que concluy en 2009 tras un proceso de marcha blanca, contempl el desarrollo de un sistema de monitoreo informtico para automatizar procesos de captura, almacenado y consulta de informacin por unidad, con lo que en la actualidad se dispone de un sistema en lnea

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que permite a las jefaturas y unidades policiales realizar consultas en tiempo real respecto a sus resultados. En este contexto, los jefes nacionales, jefes regionales y prefectos provinciales han debido prestar especial atencin a la implementacin de este nuevo sistema. Se ha procurado que personas debidamente capacitadas y entrenadas sean responsables del registro peridico de las estadsticas, pues esta informacin es uno de los principales insumos de la cuenta pblica, junto a componentes tales como el cumplimiento de las metas adicionales, logros segn reas de servicio y difusin de buenas prcticas, entre otros. El desafo apunta a potenciar cada vez ms la apropiacin y uso de esta informacin por parte de las jefaturas.

3. Ampliacin de contenidos En sus inicios, la cuenta pblica de la Polica de Investigaciones estaba centrada en la entrega de informacin estadstica. Sin embargo, en el perodo 2004-2009 se han incorporado otros contenidos relevantes para la ciudadana y las autoridades, buscando promover un dilogo social sobre los retos de la institucin. De este modo, se busca comunicar la visin de largo plazo acerca de los objetivos estratgicos de la polica, desarrollando una perspectiva integral sobre sus prioridades y decisiones. Esto es complementario con el enfoque local y especializado de cada una de las jefaturas. La apertura y explicitacin de las polticas institucionales est orientada a que la sociedad se involucre ms en los asuntos de su polica. Se trata, entonces, de construir en forma permanente sintona con las necesidades y demandas del entorno, con una actitud atenta a los cambios sociales que derivan en nuevas problemticas en materia de seguridad y aquellos que imponen desafos atingentes al desarrollo organizacional. En cuanto a la naturaleza de la informacin que aporta la cuenta pblica, se ha estimado que sta debiese cubrir todo el espectro de inquietudes e intereses que pueden expresar las autoridades, las organizaciones civiles, los medios de comunicacin y los propios ciudadanos. En trminos generales, los contenidos de la cuenta pblica abarcan infor-

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macin en resultados de gestin, dotacin de personal, ejecucin presupuestaria, empleo de los recursos, probidad en las actuaciones policiales, diagnstico de fenmenos de criminalidad y directrices para abordarlos, instancias de vinculacin con la ciudadana, alianzas estratgicas, cursos de de capacitacin y perfeccionamiento, entre otros. Las jefaturas tienen la tarea de seleccionar los contenidos ms relevantes que describen su gestin, en el marco de las siguientes orientaciones: Considerar la cuenta pblica como una oportunidad de posicionamiento para dar a conocer la labor que desarrolla la institucin en sus cuatro reas de servicio; enfatizar los atributos que la distinguen como una organizacin moderna, confiable y cercana a la comunidad; comunicar sus principales logros, avances y desafos en materia de gestin; y abordar el ejercicio en la perspectiva de una demostracin de resultados, asociados a metas, indicadores y recursos disponibles. En estos trminos, la institucin ha estimado que la rendicin de cuenta no puede darse en trminos neutros, preestablecidos y sin espacio para la adecuacin y la innovacin. Al contrario, este proceso requiere asimilar las expectativas y necesidades de informacin que manifiesta el interesado, es decir, la sociedad y sus representantes18. 4. Transferencia de conocimientos y habilidades En otra dimensin, la prctica de rendicin de cuentas requiere la instalacin de capacidades en las jefaturas y el empoderamiento de los equipos responsables en estas materias. Por este motivo, se han impulsado diversas acciones de transferencia de conocimientos y habilidades necesarias para asegurar la sustentabilidad de este ejercicio. El primer paso se dio en enero de 2004, al constituirse una comisin encargada de definir los objetivos, metodologa y contenidos de las cuentas pblicas. Dicha comisin tom en cuenta las recomendaciones que el Ministerio del Interior haba formulado en el 2002 a partir de los sucesos de Alto Hospicio y los estudios de percepcin y opinin sobre las policas que se haban efectuado en esa poca. Posteriormente, en 2006,

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Tudela (2004: 9).

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la Subdireccin Administrativa, la Jefatura de Comunicaciones19, el Departamento de Anlisis, Planificacin y Desarrollo Institucional (DAPLAD) y el Centro de Investigacin y Desarrollo Policial (CIDEPOL) editaron una gua de apoyo para la ceremonia de cuenta pblica. En abril y mayo de 2008, la Jefatura Nacional de Asuntos Pblicos, con la colaboracin del Centro de Investigacin y Desarrollo Policial y la Jefatura de Educacin Policial, organizaron dos talleres de capacitacin, convocando a personal de Jefaturas Nacionales, Jefaturas Regionales y Prefecturas Provinciales. El objetivo de los talleres fue instalar habilidades en planificacin, gestin, anlisis y comunicaciones relativos a la rendicin de cuentas, con actividades encaminadas a promover la reflexin grupal. En abril de 2009 el taller volvi a impartirse, esta vez, integrando a personal de la Subdireccin Operativa y Administrativa. Adems, desde 2004 en adelante, DAPLAD y CIDEPOL han aportado a las Jefaturas Regionales la estructura bsica del discurso de cuenta pblica, destacando los elementos transversales a comunicar. A partir de estas recomendaciones, cada jefe adapta el formato a su contexto local. No obstante, se advierte la necesidad de que progresivamente se desarrolle un discurso propio, que recree las particularidades de la situacin regional y provincial. Finalmente, cabe destacar que la experiencia de la Polica de Investigaciones de Chile en rendicin de cuentas se ha constituido en un referente para las policas de la regin. Con motivo del Curso Accountability y Modernizacin organizado conjuntamente con la Organizacin de Estados Americanos en mayo de 2008, expositores institucionales capacitaron en estas materias a 20 oficiales directivos de distintas policas del hemisferio.

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En la actualidad, Jefatura Nacional de Asuntos Pblicos.

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5. Capacidad de respuesta ante el control social externo En los ltimos aos, el control social externo sobre la polica ha aumentado. Esta es una tendencia que refleja el fortalecimiento de la democracia y abarca a todas las instituciones del Estado. En este escenario, la institucin ha profundizado su poltica de transparencia y rendicin de cuentas. Es gracias a la experiencia acumulada desde el 2004 en adelante que existe esta capacidad de respuesta. A continuacin se exponen brevemente tres hitos que han demandado la adaptacin a nuevas formas de control.

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Estrategia Nacional de Seguridad Pblica: En 2006, el Gobierno implementa la Estrategia Nacional de Seguridad Pblica, que contempla metas, plazos, sistemas de evaluacin y rendicin de cuentas sobre su avance. Esta actividad involucra el reporte de todos los sectores involucrados, por eje de accin. En el eje Control y Sancin, durante 2006 y 2007 la Polica de Investigaciones participa con una meta. En 2008 se proponen tres nuevas metas, cuyo estado de cumplimiento se informa peridicamente al Ministerio del Interior.

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Modificacin a la Ley de Presupuesto: Desde el ao 2008, la Ley de Presupuestos para el sector pblico dispone que durante el primer trimestre la Polica de Investigaciones elaborar y entregar a la Comisin Especial Mixta de Presupuestos y al Ministerio de Hacienda un informe con los resultados de su gestin operativa del ao anterior, a lo que se aade el cumplimiento de programas, objetivos, tareas y metas para el ao en curso.

Ley de Acceso a la Informacin Pblica: En vigencia a contar de abril de 2009. Establece que toda la informacin que est en poder del Estado es pblica y exigible de parte de cualquier persona. La iniciativa, adems, contempla el principio de transparencia activa, que obliga a los organismos pblicos a actualizar mensualmente en sus sitios web informacin que abarca desde las remuneraciones del personal hasta la contratacin y adquisicin de bienes y servicios.

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VI. DESAFOS Y RECOMENDACIONES


Al observar los avances y aprendizajes del proceso de rendicin de cuentas desde el 2004 a la fecha es posible advertir lecciones para asegurar el perfeccionamiento y la sustentabilidad de la prctica en el largo plazo. Para que esto suceda es necesario enfrentar los desafos del presente, procurando generar cambios, corregir las deficiencias e introducir innovaciones. En esta direccin, se proponen ocho criterios de actuacin para fortalecer la rendicin de cuentas de las jefaturas de la Polica de Investigaciones de Chile: a) Apropiacin de la cuenta pblica: No es un sntoma generalizado, pero es prudente reconocer que en ciertos casos las jefaturas asumen la cuenta pblica como un obstculo a su gestin ms que como una instancia para dar a conocer sus logros y resultados, desperdiciando de esta manera una oportunidad comunicacional para posicionarse ante las autoridades, los fiscales, los medios y la ciudadana. La cuenta pblica es una exigencia propia del sistema democrtico que contribuye a generar la confianza y legitimidad social que las policas requieren para cumplir con su labor. b) De los datos a la comunicacin: La informacin estadstica es un aspecto fundamental de la cuenta pblica, pero slo tiene impacto en la medida que es usada para construir mensajes simples y relevantes que permitan comunicar una idea. Se trata de facilitar el dilogo social sobre los asuntos de la polica. c) Innovar en los contenidos y la ceremonia: La cuenta pblica como actividad no debiese transformarse en un ejercicio repetitivo, sino considerar los intereses de sus pblicos estratgicos y el contexto local para ajustar sus contenidos y puesta en escena. Es preciso transitar desde una ceremonia en el mes aniversario a una actividad que facilite el encuentro con los actores sociales interesados. d) Fortalecer la coordinacin interna: Es imprescindible fortalecer los procesos internos de coordinacin de modo de contar desde comienzos de cada ao con una agenda anual de las

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cuentas pblicas que rendirn las Jefaturas Regionales, Prefecturas Provinciales y Jefaturas Nacionales. En este sentido, es importante la conduccin de la Jefatura Nacional de Asuntos Pblicos, como tambin el compromiso de las jefaturas involucradas de enviar la informacin oportunamente y respetar los cronogramas acordados. e) Evaluar para mejorar: Se recomienda que las propias jefaturas realicen evaluaciones sobre su rendicin de cuentas, con nfasis en los aspectos que hay que modificar o corregir. Asimismo, se estima pertinente introducir la perspectiva de una evaluacin comunicacional en trminos de la recepcin de los pblicos y fomentar una comparacin cualitativa entre las cuentas pblicas que brindan las distintas jefaturas. f) Descentralizacin y especialidad: Considerando que las Jefaturas Nacionales tienen asiento en la Regin Metropolitana, la rendicin simultnea de cuentas pblicas en un perodo relativamente corto implica el riesgo de saturar a las autoridades y los medios de comunicacin. Por este motivo, se recomienda estudiar la viabilidad de rendir su cuenta pblica en regiones, apostando a un mejor posicionamiento de la institucin a lo largo de todo el pas, que contribuye a potenciar su perfil cientficotcnico y permite a la comunidad de una regin conocer en detalle diversas facetas de las funciones de la institucin. g) Interpretar el entorno: Existen diversos instrumentos que aportan informacin muy til al momento de planificar la rendicin de cuenta pblica. Los informes institucionales y los estudios externos de opinin pblica permiten orientar comunicacionalmente el nfasis de los mensajes. Se recomienda considerar para estos efectos cifras de victimizacin, temor, evaluacin del desempeo de la polica y la composicin de la demanda del Ministerio Pblico. h) Crear buenos equipos: Para realizar una buena cuenta pblica, el jefe policial tendr que apoyarse en equipos que renan un conjunto de conocimientos y capacidades relacionados con la materia. Este equipo debe conformarse con antelacin y sosteAcademia Superior de Estudios Policiales

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ner diversas reuniones para planificar aspectos que abarcan desde la definicin de los mensajes centrales, hasta la preparacin de la ceremonia y los elementos de apoyo audiovisual que se presentarn en ella. Estas personas, idealmente, debiesen disponer del tiempo y los recursos suficientes para desarrollar su labor y procurar una coordinacin permanente con el jefe, responsable final del proceso.

VII. CONTENIDOS
CUENTA PBLICA

NECESARIOS PARA LA RENDICIN DE

La rendicin anual de cuenta pblica es un mecanismo que hace posible el accountability, al facilitar las condiciones para que la sociedad pueda ejercer su derecho a estar informada sobre la labor de la polica, evaluar su desempeo y participar en un dilogo sobre sus logros, limitaciones y desafos. Los contenidos de la cuenta pblica, por lo tanto, debiesen orientarse a promover este dilogo social, abordando una amplia gama de temas que respondan a los intereses y expectativas de diversos sectores de la ciudadana, pero que adems constituyan una invitacin a involucrarse en el destino de su polica para alcanzar objetivos comunes relativos a la seguridad y el desarrollo humano. Este enfoque se sustenta en una concepcin de la seguridad como bien pblico, individual y colectivo que atae a todas las personas y grupos de la sociedad. Por otra parte, considera que los ciudadanos son agentes activos que participan en las definiciones y decisiones relevantes para sus vidas y no slo destinatarios pasivos de las polticas pblicas. En el discurso de la cuenta pblica institucional de junio de 2008, el Director General de la Polica de Investigaciones de Chile, Arturo Herrera Verdugo, formul una pregunta que nos recuerda que los contenidos de la rendicin de cuenta pueden ser una gran oportunidad para impulsar la coproduccin de seguridad: Cmo instalar un dilogo que nos permita construir juntos la polica que queremos y la polica que el pas precisa en funcin del desarrollo nacional? Ciertamente, quien intente dar respuesta a esta pregunta al mismo tiempo estar definiendo

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cules son los contenidos aconsejables para la rendicin de cuenta pblica en la polica. Con este propsito, a continuacin se presenta una propuesta de contenidos para la cuenta pblica que pudiese resultar de utilidad para las Jefaturas Nacionales, Jefaturas Regionales y Prefecturas Provinciales de la Polica de Investigaciones de Chile. Esta propuesta recoge elementos presentes en la cuenta pblica de carcter nacional que se desarrolla desde el ao 2004, que son transversales a la organizacin. A la vez, sugiere la introduccin de nuevos temas y plantea recomendaciones para su abordaje a nivel local. El primer requisito para instalar un dilogo social es otorgar acceso a la informacin sobre el desempeo policial en sus ms diversas facetas, lo que abarca, por una parte, los resultados de su actuacin y, por otra, sus procedimientos. En otras palabras, es importante conocer qu hace la polica y tambin conocer cmo lo hace, por cuanto la organizacin debe cumplir su misin de manera eficaz y eficiente en un marco de irrestricto apego a la legalidad y pleno respeto a los derechos humanos. Hasta los resultados ms positivos pasaran a segundo plano si para obtenerlos se vulneran los derechos de las personas y se incurre en faltas a la tica y la deontologa policial. El siguiente paso consiste en desagregar las informaciones que describen las diversas facetas del trabajo policial y convertir el conjunto de datos disponibles en un mensaje comprensible y relevante que posibilite la comunicacin, el acercamiento y la sintona entre las necesidades de la sociedad y la respuesta institucional. En este sentido, una cuenta pblica debiese contener ciertas categoras transversales a desarrollar de acuerdo a cada contexto local. Estas categoras transversales pueden abordarse a modo de preguntas generales que se responden tomando en consideracin la realidad de cada Jefatura Nacional, Jefatura Regional y Prefectura Provincial. La estructura expositiva en que se expresen las respuestas a estas preguntas no debe ser rgida, pues slo constituye una recomendacin de los elementos a considerar en la cuenta pblica. Asimismo, estos elementos pueden cambiar de orden y experimentar distintos nfasis en funcin de lograr una mejor articulacin de los conceptos a instalar. Se recomienda tambin complementar el discurso de la cuenta pblica con
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un documento de profundizacin que posteriormente pueda ser utilizado por referentes externos.

1. Qu hace la polica? Las personas necesitan contar con informacin sobre lo que hace la polica para comprender los alcances y lmites de su labor. Ciertamente, lo que no se conoce no puede valorarse. Este aspecto es fundamental porque en general existe desconocimiento en torno a su misin y funciones principales, lo que provoca que la evaluacin sobre su desempeo se funde en percepciones que no se corresponden necesariamente con la realidad, o bien, que involucran al funcionamiento del sistema de justicia criminal en su conjunto. Por este motivo, se requiere una explicacin que considere la misin establecida en la Ley Orgnica, la misin renovada que se define en el Plan Estratgico de Desarrollo Institucional (Plan Minerva) y una descripcin detallada de las reas de servicio a travs de las cuales la institucin presta servicios, as como quines son sus diferentes usuarios, procurando siempre un abordaje de acuerdo a cada jefatura, en sintona con los intereses locales. Un segundo aspecto importante es la estructura orgnica, vale decir, la jurisdiccin, organigrama y unidades dependientes de una Jefatura Nacional, Jefatura Regional o Prefectura Provincial. Esto permitir a la ciudadana comprender cmo se organiza la institucin para responder a sus necesidades.

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2. Con qu recursos cuenta y cmo los emplea? Los recursos de la polica no son ilimitados, aunque pareciera que este punto es olvidado con frecuencia por los demandantes de sus servicios. En ocasiones, una unidad policial puede seguir operando incluso cuando experimenta un dficit significativo en sus recursos. Por este motivo, transparentar informacin relativa a dotacin, infraestructura, presupuesto y medios logsticos o materiales, permite vincular los recursos existentes a los resultados obtenidos, lo que nos remite a la nocin de rentabilidad social. En esta direccin, cobra importancia el sealar cul es el impacto de la utilizacin de los recursos en determinadas reas de trabajo o programas especficos, proyectando las mejoras que podr-

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an obtenerse si se reduce un determinado dficit. Al mismo tiempo, al referirse a los recursos debiese explicitarse la planificacin y polticas de inversin e infraestructura. De este modo ser posible ajustar las expectativas de la ciudadana, por cuanto se reduce el riesgo de que exista una percepcin sobredimensionada de los medios y recursos con que cuenta una jefatura, que se traducira en demandas desproporcionadas hacia su gestin. Por otra parte, estos contenidos permiten apreciar la probidad en el empleo de los caudales pblicos. Al desagregar los recursos disponibles, se recomienda desarrollar al menos los siguientes puntos: Dotacin: Informacin sobre dotacin a nivel local, distribucin por plantas, distribucin en el territorio, oficiales policiales en labores operativas, estadsticas de retiro, participacin femenina y relacin entre el nmero de habitantes por investigador policial, destacando las variaciones significativas y su incidencia en la brecha existente para contar con una dotacin ptima.

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Infraestructura y cobertura de servicios: Aporta informacin sobre la infraestructura de la polica a nivel local, expresada en nmero de Complejos Policiales, Cuarteles, Laboratorios de Criminalstica, Brigadas de Investigacin Criminal, Brigadas Especializadas y Avanzadas, precisando la cobertura territorial a nivel de comunas, as como unidades inauguradas y/o reacondicionadas. Gestin presupuestaria: Aporta informacin sobre ejecucin presupuestaria local, distribucin de los recursos asignados y comparacin con el presupuesto de aos anteriores, como tambin obtencin de fondos externos para proyectos y programas. Logstica y Recursos Materiales: Proporciona informacin en materia de equipamiento para la investigacin criminal, cobertura de servicios, vehculos disponibles, estaciones de trabajo y conectividad, destacando avances importantes y sealando las limitaciones.

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3. Cules son sus metas y resultados? La cuenta pblica supone un ejercicio de demostracin de resultados asociado a recursos disponibles, lo que implica fomentar un juicio evaluativo sobre su desempeo. Por tanto, los resultados obtenidos en el perodo deben ser comunicados en funcin de las metas que la institucin se haya comprometido a alcanzar, indicando cmo stas constituyen un aporte a la seguridad local. Tambin es aconsejable explicar cules son las formas de evaluar las metas, de una forma comprensible para todos los actores interesados. No hay necesidad de profundizar en los aspectos tcnicos, pero s es relevante explicitar los criterios que subyacen a las mediciones, respondiendo a la pregunta de por qu se mide de una manera y no de otra. En este punto es preciso situar el estado de cumplimiento de metas institucionales, metas adicionales y compromisos personales de los jefes en relacin con el contexto local. Los resultados policiales se informan a partir de los indicadores asociados a las cuatro reas de servicios, dando cuenta de las variaciones significativas en comparacin con perodos anteriores junto con la evolucin y composicin de la demanda del sistema de justicia criminal, transparentando tanto los logros como las insuficiencias de la gestin: Investigacin Criminal: Destaca los resultados de descriptores asociados a rdenes de investigar recibidas, denuncias recibidas y remitidas al Ministerio Pblico, denuncias por delitos complejos, peritajes criminalsticos, informes periciales, participacin en juicios orales, participacin en juicios orales con sentencia condenatoria, procedimientos criminalsticos especializados (concurrencias a sitio del suceso, inspecciones oculares, reconstituciones de escena, entre otros) y tasas de esclarecimiento. Igualmente, puede hacerse referencia a los casos emblemticos del perodo. Prevencin Estratgica: Aborda procedimientos en crimen organizado y delitos complejos, en el mbito del trfico de drogas, procedimientos por Ley de Drogas, delitos econmicos, delitos informticos, delitos sexuales y contra menores. Se proporciona informacin sobre el total de casos investigados, tasas de esclarecimiento y nmero de organizaciones criminales desbaratadas.

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Control Migratorio y Seguridad Internacional: Destaca resultados de descriptores asociados a movimiento migratorio controlado, infractores detenidos en pasos fronterizos y cancelacin de rdenes de aprehensin pendientes. Adems, se entrega informacin sobre cooperacin con policas extranjeras para prevenir o combatir el crimen internacional, considerando reuniones, encuentros y actividades de actualizacin y capacitacin. Seguridad Pblica y Ciudadana: Destaca resultados de descriptores sobre nmero de detenidos, detencin de prfugos de la justicia, casos investigados de personas perdidas y presuntas desgracias y servicios preventivos de control de identidad. Informa sobre la participacin de la polica en los consejos regionales y comunales de la Estrategia Nacional de Seguridad Pblica. Da cuenta de hitos y acciones relevantes en la relacin polica-comunidad.

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4. Cules son sus limitaciones y problemas? Como se ha sealado anteriormente, la cuenta pblica busca fomentar el dilogo, por lo que no debe confundirse con un ejercicio de marketing. Transparentar la gestin significa hacerse cargo de los logros, las limitaciones y las insuficiencias, exponiendo adems los motivos por los cuales no fue posible cumplir con las metas y resultados esperados, en un acto de responsabilizacin frente a la comunidad. En una cuenta pblica se procura equilibrar los aciertos, dificultades y desafos de la gestin de cada jefatura. El equilibrio produce mayor credibilidad que un recuento de aspectos positivos, promueve la empata y genera condiciones para dialogar sobre los problemas que enfrenta la polica en el contexto local, abriendo la puerta a la bsqueda colectiva de soluciones. Un tema especialmente sensible que requiere ser transparentado ante la ciudadana es la informacin sobre las conductas indebidas cometidas por funcionarios de la institucin. Un acto de esta naturaleza lesiona gravemente la fe pblica y pone en riesgo la credibilidad y confianza de todos los miembros de la polica por los errores y abusos de unos pocos. Al dar a conocer informacin sobre faltas a la probidad se

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logra reparar en parte el dao causado y se restauran las expectativas de las personas en relacin a su seguridad y la proteccin de sus derechos. La entrega de informacin en esta materia permite situar la real dimensin del problema, evitando que se instale la percepcin de un sntoma generalizado. Adems, representa una oportunidad para dar a conocer las actuaciones de la polica en materia de prevencin, represin y monitoreo de las conductas indebidas, faltas a la probidad y eventuales hechos de corrupcin20. Finalmente, permite demostrar eficacia en el funcionamiento de los mecanismos de control interno, que cuentan con la capacidad de detectar irregularidades y someter a los responsables a medidas sancionatorias, o bien, ponerlos a disposicin de la justicia, dependiendo de la magnitud de los hechos constatados. En esta direccin, otro mbito factible de ser abordado en la cuenta pblica se relaciona con la recepcin y respuesta ante los reclamos y quejas presentadas por la ciudadana en contra de funcionarios de la institucin, abarcando su volumen, las situaciones que las motivan y cules han sido las acciones y medidas adoptadas en cada caso.

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5. Qu se est haciendo para mejorar? Esta pregunta apela a la capacidad de comunicar cul es el horizonte de desarrollo y la visin estratgica de la polica, explicando tambin a travs de qu directrices, polticas y decisiones se busca fortalecer las capacidades institucionales para actuar con mayor eficacia, eficiencia, calidad y transparencia. Este mbito remite al proceso de modernizacin institucional y la planificacin estratgica, que si bien son aspectos que involucran a la organizacin en su conjunto, deben tratarse de acuerdo a la realidad de cada jefatura. En este sentido, es recomendable que el jefe efecte un desglose las siguientes materias:
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Se recomienda consultar la intervencin del Director General, Arturo Herrera Verdugo, ante la Comisin Permanente de Seguridad Ciudadana y Drogas de la Honorable Cmara de Diputados y el Informe Situacin de la probidad y las conductas indebidas en la Polica de Investigaciones de Chile. Comisin Permanente de Seguridad Ciudadana y Drogas de la Honorable Cmara de Diputados. Ambos documentos estn disponibles en el sitio web institucional (http://www.pdichile.cl).

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Gestin Institucional: Se destacan hitos vinculados al mejoramiento de procesos de gestin, tomando como referencia el estado de avance y la incidencia de los proyectos de carcter institucional, proyectos particulares de la regin, prefectura o especialidad, as como referencias a las buenas prcticas policiales desarrolladas en el perodo. Formacin, especializacin y actualizacin: Contempla iniciativas dirigidas a la capacitacin del personal, como cursos, talleres y seminarios, tanto en instancias institucionales como extrainstitucionales. Es importante entregar informacin concreta sobre nmero de cursos, la naturaleza de stos, y cantidad de asistentes, sealando tambin los resultados obtenidos y/o esperados. Gestin de la informacin y tecnologa: Se refiere al perfeccionamiento de los sistemas de registro y mantencin de informacin de la investigacin, sealando cmo el empleo de herramientas tecnolgicas contribuye a la calidad del servicio policial. Destacan estadsticas de consultas al Sistema de Gestin Policial, consultas para la identificacin de huellas dactilares al Sistema AFIS y consultas al Sistema IBIS de balstica. Principales desafos: Conforme al anlisis del contexto local, se proponen orientaciones generales y acciones especficas para mejorar la gestin y entregar un mejor servicio.

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6. Cmo afecta a la ciudadana el trabajo de la polica? Si consideramos al ciudadano como el principal referente del trabajo policial, una cuenta pblica debiese entregar informaciones que tengan sentido, resulten tiles y sean comprensibles desde el punto de vista de sus mltiples intereses, necesidades y demandas. Esto implica conocer las caractersticas del territorio y su poblacin, diferenciando los temas que son prioritarios segn segmentos sociales heterogneos, de modo de articular un discurso que contenga respuestas a las preocupaciones y problemticas de la comunidad, promoviendo un dilogo consistente con su pluralidad.

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De igual forma, es crucial explicitar cmo las actuaciones policiales inciden en la vida cotidiana de las personas, para hacer visibles sus efectos y facilitar el entendimiento muto. En relacin al contexto local para un ciudadano sera conveniente conocer asuntos tales como las unidades policiales que tienen jurisdiccin en la zona en que reside, en qu casos intervienen, quines son los jefes a cargo de estas unidades, cules son los servicios con los que puede contar desde el punto de vista investigativo y preventivo, que programas se estn implementado en el territorio, qu objetivos persiguen y a qu segmentos se dirigen, como asimismo los mecanismos existentes para hacer una denuncia, presentar una queja, conocer sus derechos al asistir a una unidad policial, las instancias para solicitar informacin y los espacios para interactuar con los policas o solicitar una reunin con los directivos. Una rendicin de cuenta que considere estos aspectos puede contribuir de manera decisiva a reducir el temor y la inseguridad subjetiva de los ciudadanos, mejorando la confianza en el sistema de justicia y fortaleciendo la gobernabilidad democrtica.

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7. Cmo se relaciona la polica con el entorno? La polica participa en un esquema de coproduccin de seguridad en que intervienen los actores del sistema de justicia criminal, organizaciones sociales, el sector privado, el mundo acadmico y la ciudadana representada a travs de sus lderes y autoridades. Por lo tanto, el resultado de sus intervenciones tambin depende de la capacidad de articularse con diversos referentes. Esta premisa sustenta la necesidad de comunicar cmo marchan las relaciones con su entorno, haciendo mencin a las reuniones celebradas, convenios de cooperacin o alianzas estratgicas, ya sea a nivel local o internacional, as como los resultados obtenidos y/o esperados.

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VIII. CONSIDERACIONES FINALES


La rendicin de cuentas constituye un espacio en donde confluyen las expectativas de la ciudadana, las autoridades y la propia polica, dismiles por naturaleza. Los contenidos de la cuenta pblica pueden ayudar a compatibilizar estas expectativas y proyectarlas hacia objetivos comunes. Al dar a conocer qu hace la polica, los recursos de los que dispone y los resultados que obtiene, es posible minimizar percepciones inexactas y situarlas en el presente, en correspondencia con una visin realista sobre lo que la organizacin puede hacer de acuerdo a sus funciones y atribuciones. A partir de este proceso es posible iniciar un dilogo informado. Promover el dilogo implica reconocer al destinatario de la cuenta pblica como un agente activo que ejerce el control y supervisin sobre el desempeo policial. Por lo tanto, se facilitan las condiciones para que pueda formular una evaluacin crtica, tomar postura y participar en decisiones que afectan la seguridad individual y colectiva.

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Si la cuenta pblica es un momento del accountability que facilita el comienzo y la actualizacin del dilogo sobre los asuntos de la polica, se debe asumir el desafo de ser receptivos respecto a la respuesta de la ciudadana, generando canales de retroalimentacin y seguimiento que permitan recoger las propuestas de referentes sociales en condiciones de aportar redefiniciones de criterios y prioridades.

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IX. BIBLIOGRAFA

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NUEVOS MODELOS DE POLICIAMIENTO: EL CASO DEL MODELO DE GESTIN OPERATIVA DE LA BRIGADA DE ROBOS DE RANCAGUA
CARLOS SEZ LARRAVIDE *

I. BREVE

INTRODUCCIN

LOS

NUEVOS

MODELOS

DE

POLICIAMIENTO

os nuevos modelos de policiamiento han sido un tema recurrente en las ltimas dcadas, no slo en organismos policiales del mundo, sino tambin en las agencias relacionadas al combate del crimen y la produccin de seguridad. No obstante, se mantienen ciertas confusiones en la aplicacin de estos modelos que, si bien no requieren ser pensados inflexiblemente (pues de la mezcla de ellos puede obtenerse un mejor provecho dependiendo del caso), conviene conocer elementos tericos que los diferencian, con el fin de obtener un mejores dividendos de ellos, as como de maximizar sus aplicaciones en nuestra realidad nacional. Las definiciones de estos modelos tambin difieren segn el autor y del enfoque que se escoja para categorizarlos. Algunos estudiosos reconocen once tipos distintos (Brodeur, 2007), de hecho otros se enfocan en las caractersticas organizacionales; modelo tradicional, burocrtico o militarizado, profesional y una variacin de ste, el modelo comunitario (Martn, 1992), como tambin en aquellos modelos que se orientan a la sociedad y las personas (sociocntricos) y aquellos de corte legalista que

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Antroplogo, Profesional del Centro de Investigacin y Desarrollo Policial (CIDEPOL) de la Polica de la Investigaciones de Chile.

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ARTCULO

estn enfocados ms en la propia institucin policial que en el entorno social que la rodea (Tudela, 2007 y 2008). Los enfoques variarn, a su vez, dependiendo del nivel en que sean ideados estos modelos , pues quienes abordan los cambios en las instituciones policiales desde una perspectiva macro, tienden a observarlos desde un visin panormica ms extensa, asocindola a procesos socio histricos en los que se enmarcan las instituciones policiales y cmo ello impacta en sus estructuras organizacionales, en este caso la temtica pueden ser la modernizacin y reforma de los organismos policiales (Fruhling, 1998). Del mismo modo, una revisin especfica de modelos policiales puede dirigirse a desentraar aspectos del desempeo operativo y tctico de stos, abarcando los principales referentes (Varela, 2007); modelos de polica orientada a la comunidad (COP, Comunity Oriented Policing) y su vertiente europea polica de proximidad, la polica orientada a solucin de problemas (POP, Problem Oriented Policing), y la polica orientada por inteligencia (ILP, Intelligence-Led Policing).

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Para efectos de este artculo, el anlisis se centrar ms en esta ltima alternativa, con el fin de establecer ciertos elementos coincidentes en la propuesta del Modelo de Gestin Operativa de la Brigada de Robos de Rancagua, ciudad perteneciente a la jurisdiccin de la VI Regin Policial, en particular a la Prefectura Provincial del Cachapoal1.

II. COP, POP e ILP


La polica orientada a la comunidad (COP) tiene sus orgenes en los Estados Unidos2 en la dcada del sesenta. Surge a partir de una serie de factores que conllevan a una crisis en la legitimidad social de los organismos policiales. Brevemente, es posible identificar la falta de legitimidad policial en el agotamiento del modelo de polica profesional que

1 La VI Regin Policial est compuesta por dos Prefecturas: Prefectura Provincial del Cachapoal y Prefectura Provincial de Colchagua, el trabajo del Piloto de Rancagua se centr en la primera. 2 Para los efectos de este documento, y debido a la influencia del modelo norteamericano, se har alusin slo al desarrollo de la polica comunitaria de los EEUU, teniendo en cuenta que existen otras modalidades de policas comunitarias en otros continentes. Esto es aplicable tambin a la presentacin que se har sobre el POP.

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se fue distanciando de las comunidades (suspende los patrullajes a pie por los motorizados y los contactos persona a persona por los realizados a travs de llamados telefnicos). En definitiva, el modelo COP constituye una respuesta a la polica profesional que con su caracterstica reactiva no logr prevenir los delitos ni hacerlos descender, perdiendo contacto con las personas, lo que se tradujo en una baja legitimidad y credibilidad social. El COP posiciona la participacin de la comunidad en la definicin de sus propias necesidades y demandas en seguridad como rea primordial, representando un aliado para la polica en una dinmica de coproduccin de seguridad. A finales de los aos setenta, policas, formuladores de polticas pblicas e investigadores, empiezan a reflexionar sobre aquellos aspectos no resueltos mediante el enfoque COP y aquellas dimensiones vigentes en los modelos tradicionales de polica que perduraban sin ningn tipo de resultado. De este proceso ir tomando forma el policiamiento orientado a problemas (POP). En todo caso, este modelo no se configura como una manera de reemplazar al COP, pues, como se ver, tiende a potenciarlo en sus rasgos ms dbiles. El nfasis del POP est radicado en el amplio espectro de problemas que la comunidad espera que la polica resuelva, as como en la efectividad con que lo realice. El objetivo ltimo de la polica, en este esquema, no es slo aplicar la ley, sino cmo se lidia efectivamente con los problemas subyacentes a los delitos, idealmente anticipando la ocurrencia de los mismos. En este modelo, los delitos no son el foco, sino los problemas mayores en los que stos se insertan, la capacidad de identificarlos y diagnosticarlos (mediante analistas, mapeo georreferenciado, etc.), para luego determinar las soluciones ms adecuadas. Ello puede implicar la participacin de otras instituciones, adems de la polica, en la formulacin de respuestas (servicios de salud, de apoyo social, etc.). En el POP el anlisis criminal es uno de los pilares fundamentales, as como el involucramiento con la comunidad. Desde este punto de vista, el policiamiento orientado a problemas refina una serie de elementos ya presentes en el COP, y se aboca adems, a corregir prcticas tradicionales que no daban resultados satisfactorios. Tericamente se sustenta en la criminologa ambiental (prevencin situacional), as como en la teora de las acciones rutinarias, adems se sirve de un mtodo

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muy difundido en la solucin de problemas, el Modelo SARA (Scanner, Analysis, Response y Assesment), cuyos componentes traducidos al espaol seran: bsqueda, anlisis, solucin y evaluacin la Polica Comunitaria posee un nfasis mayor en el desarrollo comunitario, en tanto que el POP tiene un mayor foco en el anlisis y en la forma de abordar el anlisis policial. (Varela, 2007:13). Finalmente, de los tres modelos de policiamiento propuestos en esta breve revisin, se encuentra el policiamiento guiado por inteligencia (ILP) cuya versin original proviene del Reino Unido y se desarroll en la dcada de los noventa, especficamente en la polica de Kent a cargo de Sir David Phillips (Anderson, 1997:5). No obstante, especialmente luego del atentado a las torres gemelas en Nueva York, el ILP se ha incorporado en varios organismos policiales de los Estados Unidos y se ha difundido como una estrategia interesante de aplicar aunque, en ciertos casos, mezclndola con los modelos COP y POP. En esta lnea, Carter (2004:41) sugiere que el ILP, continuando con la perspectiva norteamericana, es complementario al modelo COP en el sentido de generar una integracin simbitica con la comunidad, donde las unidades de anlisis de inteligencia criminal se incorporen a la organizacin y pierdan su tradicional carcter annimo. Por su parte, Peterson (2005:11), siguiendo los postulados del POP y el COP, estima que otorgar mayor protagonismo a los policas de primera fila, de calle, entregndoles ms herramientas y conocimientos en anlisis criminal e inteligencia criminal, potencia el modelo ILP, pues permite una retroalimentacin ms significativa entre los analistas y los policas en terreno. No obstante, el ILP en su versin britnica, posee ciertos rasgos que lo diferencian de los modelos POP y COP que es preciso tener en consideracin. El ILP se origina como respuesta a una serie de cuestionamientos hacia el trabajo policial y a dar el paso desde una polica de carcter reactivo a la de una proactiva utilizando el anlisis de inteligencia criminal y el uso y sistematizacin de la informacin (Ratcliffe, 2008a). Mientras el POP se organiza alrededor del anlisis criminal, es decir, la informacin sobre el contexto y el medio en el cual se producen los delitos (patrones geogrficos, de horario, frecuencia, etc.), la inteligencia criminal lo hace focalizndose en la informacin referente a los ofensores reincidentes y las organizaciones criminales (Ratcliffe, 2007).

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El ILP se dirige a interrumpir las actividades delictuales, mediante la combinacin del anlisis criminal y la inteligencia criminal con el fin de lograr sacar del circuito a los infractores de mayor productividad o ms prolficos de acuerdo a los postulados de Jerry Ratcliffe (2003, 2008a, 2008b), as como a quienes cometan delitos de mayor gravedad. El ILP, desde esta perspectiva, se hace cargo del criminal, no de las circunstancias que rodean el crimen. Esto ltimo, con la conviccin de que gran parte de los delitos son cometidos por un porcentaje reducido de ofensores (Ratcliffe, 2008a), por ende, sacndolos del circuito se reduciran gran parte de las transgresiones. El ILP se ha definido como un modelo de negocios y una filosofa de gestin donde el anlisis de datos y la inteligencia criminal son fundamentales en un marco de toma de decisiones que facilita la reduccin y prevencin del crimen y la distribucin racional de los recursos policiales, potenciando la figura de los analistas y donde la inteligencia constituye un rea central para la toma de decisiones de los directivos de la organizacin. La centralidad que adquiere la inteligencia policial en este modelo lo distingue del POP y del COP, aunque no necesariamente son excluyentes. En este sentido, la inteligencia como producto debe ser confiable y seducir a los tomadores de decisiones, tanto en la propia polica, como en organismos externos a ella y que influyen en que sta sea realmente efectiva (jueces, fiscales, etc.). Por ello el ILP considera la inteligencia como una estructura, un proceso y un producto. Una estructura, pues en los organismos policiales existe una unidad, un departamento o una seccin que se dedica a esta funcin, con personas que poseen ciertas habilidades y competencias, con mtodos de trabajo y una organizacin interna. Un proceso, debido al ciclo continuo que incorpora en la asignacin, recoleccin de datos, anlisis, diseminacin y retroalimentacin que luego da paso a un nuevo proceso o al refinamiento del mismo. Este proceso ser el responsable del producto de inteligencia que se elabore, destinado a influir en el pensamiento de quienes toman las decisiones (Ratcliffe, 2003). La efectividad del ILP radica en el xito de los resultados policiales a diferencia del COP y el POP que pueden tambin encauzarse a mejorar la imagen y confianza en la polica y a incrementar la relacin con la comunidad. El ILP en cambio, se centra en la disminucin de delitos, sin

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excluir por ello la posibilidad de trabajar dentro de paradigmas ms amplios o en conjunto con otras instituciones. Como seala Jerry Ratcliffe (2008b:271) producto de estas caractersticas, el ILP facilita su adopcin en los cuerpos policiales, pues impedir las actividades de criminales serios y prolficos, as como interrumpir sus actividades delictuales, es definitivamente el tipo de trabajo por el cual la mayor parte de los oficiales policiales se unen a la polica.

III. EL

IMPERATIVO DE ADOPTAR NUEVOS MODELOS PARA EL

TRABAJO POLICIAL En Chile el tema de los nuevos modelos de policiamiento no ha estado ausente. En este sentido, tal como lo seal el Ministro del Interior, Edmundo Prez Yoma, el 28 de julio en ocasin de la celebracin del Consejo Consultivo de la Fundacin Paz Ciudadana3: Tanto Carabineros como Polica de Investigaciones han incorporado en sus discursos institucionales, los desarrollos policiales internacionales que han probado ser cruciales para el xito en la reduccin del delito; tales como los modelos de polica orientada a los problemas, polica guiada por la inteligencia, y metodologas de anlisis delictual. (2008: 4) La dificultad y desafos que constituyen el trnsito de un modelo tradicional hacia estos nuevos modelos de policiamiento, es ms que la adopcin de nuevas tcnicas, herramientas y tecnologas de trabajo o metodologas innovadoras de investigacin, ellos suponen, ms bien, un profundo cambio cultural que trasciende lo instrumental Todas estas modificaciones en los tres modelos de policiamiento implican a su vez un cambio cultural y un desafo a la tradicin jerrquica y militarizada de las organizaciones policiales, pues se espera que estos cambios posibiliten la flexibilidad en los procedimientos, mayor adaptabilidad al escenario dinmico, y por lo tanto, soluciones ms rpidas y atingentes a las necesidades ms prximas. (Varela, 2007:34) Esta situacin ha sido advertida en Latinoamrica desde la dcada de los noventa, ya que la gran traba de adoptar nuevos modelos policiales ha radicado en unas creencias y valores muy arraigados en los cuerpos de
3 La Fundacin Paz Ciudadana es un organismo privado dedicado al estudio e investigacin del mbito de seguridad ciudadana en Chile. www.pazciudadana.cl

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seguridad de la regin, especialmente aquellos vinculados al mundo castrense y las estructuras altamente jerarquizadas y rgidas (Frhling, 1999:35; Rico, 2005:38), que a la postre impiden que los oficiales policiales adquieran roles de mayor proactividad (toda vez que las organizaciones militarizadas priorizan la obediencia debida por sobre la libre iniciativa). A esta situacin se suman una serie de elementos que hacen ms apremiante la adopcin de sistemas que modifiquen aspectos de las labores policiales que han demostrado limitaciones. Jos Mara Rico (2005:19-20) dentro de una serie de factores que identifica como problemas para que las instituciones policiales alcancen reformas sustantivas, indica la ausencia o serias deficiencias en cuanto a los mecanismos de compilacin y anlisis de la informacin, gestin, planificacin y evaluacin, as como la limitada coordinacin entre policas y con otros componentes del sistema penal (especialmente con el Ministerio Pblico). Se relevan estos elementos, de una variada lista que sugiere este autor, ya que se relacionan directamente con las dificultades que se diagnosticaron durante el proceso de implementacin del Modelo de Gestin Operativa de Rancagua, el que se analizar en detalle ms adelante. Un aspecto fundamental que resulta de la aplicacin de modelos y estrategias internacionales, dice relacin con la necesidad de conciliarlos con el propio acervo cultural de cada pas y de cada institucin. Ello plantea una serie de interrogantes; en primer trmino sobre el uso de la informacin, segundo respecto a la valoracin de la inteligencia policial y el tercero referido a los controles externos e internos de la polica y la coordinacin de sta con otras instituciones del sistema de justicia. Respecto al primer punto, tanto el ILP como el POP, promueven un nuevo enfoque, donde la informacin y la gestin del conocimiento trascienden a todos los niveles de las instituciones. Un hecho que, por cierto, no deja de ser problemtico producto de las caractersticas del trabajo policial de calle que a menudo desmerece el aporte que la gestin de la informacin y del conocimiento pueden tener en sus labores diarias. Como menciona Matthew White (2008:17), el trabajo policial es una de las pocas profesiones que todava subestima la labor de los analistas, sus logros no son realzados y se les asocia a la ejecucin de tareas administrativas secundarias.

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El segundo tem, relacionado a la inteligencia policial cobra relevancia especialmente en pases como los latinoamericanos, donde el anlisis de informacin y el uso de unidades de inteligencia se utilizaron en el pasado en la lucha antisubversiva, cuyas prcticas y mtodos se aplicaron en secreto y sin ningn tipo de control formal. Esta situacin profundiza el aislamiento que demuestran los entes a cargo de la inteligencia policial, as como la fragmentacin de quienes generan informacin. El tercer punto y muy ligado a lo anterior, se refiere a la tradicin que acompa a los servicios de inteligencia latinoamericanos que en el pasado les otorg un carcter reservado, carente de supervisin y monitoreo por parte de entes externos a las policas, e incluso de las propias instituciones. Como afirma Manuel Ugarte (2007: 7) basadas en la guerra ideolgica, en vez de dirigir la inteligencia criminal hacia la prevencin y represin del delito, fomentando los controles externos e internos que aseguren el uso adecuado de la inteligencia producida y eviten abusos y corrupcin, para ello, afirma este autor, se requiere de una eficaz coordinacin de estas actividades con el Ministerio Pblico y los rganos judiciales. Como se ver en el siguiente apartado, el modelo que ac se analiza est orientado a la instalacin de competencias de anlisis criminal y de inteligencia convirtindolas en prcticas y estrategias transversales en todos los niveles de la organizacin, a perfeccionar la relacin con el Ministerio Pblico, as como a modelar formas de trabajo con el fin de facilitar su replicabilidad, transferencia y capacidad, mediante el registro, la planificacin y la evaluacin de los modos de trabajo y fortalecer la capacidad de identificar, corregir y mejorar errores, en la bsqueda constante de alcanzar una gestin policial optimizada. El Modelo de Gestin Operativa implementado en la Brigada de Robos de Rancagua, contiene una serie de elementos en sintona con los lineamientos del ILP, adems, conjuga los elementos del anlisis delictual y mtodos de trabajo del POP, en este caso representados por la experticia que en este campo posee la Fundacin Paz Ciudadana. Por estos motivos, modelos que potencien las capacidades de anlisis, as como la centralidad que adquiere la inteligencia en organismos orientados a la prevencin estratgica y la investigacin criminal (dos

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de las cuatro reas de servicio definidas por la PDI)4 representan oportunidades de crecimiento y aprendizaje muy valorados para los efectos de estas labores policiales. A continuacin, se expondr la experiencia de implementacin del Modelo de Gestin Operativa de la Brigada de Robos de Rancagua de la Polica de Investigaciones de Chile, sus antecedentes, cules son sus elementos constitutivos y los actores principales involucrados en la puesta en marcha, as como los cambios que ha significado en relacin al modo de trabajo previo al desarrollo del modelo.

IV. PILOTO DE RANCAGUA: ANTECEDENTES GESTIN OPERATIVA

DEL

MODELO

El ao 2004, en el marco del Convenio Colaboracin Tcnica entre la Polica de Investigaciones de Chile y la Fundacin Paz Ciudadana, se dio inicio a un trabajo de investigacin en materias de gestin policial aplicado a diversas unidades de la Prefectura Provincial del Cachapoal en la VI Regin Policial. Esta iniciativa recibi el nombre de Proyecto de Gestin Operativa en Unidades de la Polica de Investigaciones de Chile, tambin conocido como Proyecto Piloto de Rancagua. En este primer acercamiento, los esfuerzos se concentraron en levantar indicadores de desempeo y diagnosticar la gestin operativa y administrativa de las unidades dependientes de esta Prefectura, con el fin de analizarlos en relacin al funcionamiento global de la institucin. Este proyecto se encauz a reconocer el modelo de funcionamiento bsico, subyacente en las unidades policiales en cuestin. A partir de lo anterior, se busc identificar estrategias innovadoras que permitiesen mejorar el uso de los recursos para un ptimo cumplimiento de las metas institucionales de la organizacin. La decisin de llevar adelante esta iniciativa en la VI Regin Policial, estuvo mediada por criterios prcticos y tcnicos. Lo primero, producto de la cercana geogrfica con la capital Santiago, haca posible la ejecucin de las labores de monitoreo, supervisin y acompaamiento

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Las cuatro reas de servicio de la Polica se definieron en el Plan de Desarrollo Institucional: Plan Minerva. Estas reas son: Investigacin criminal; Prevencin estratgica; Control migratorio y seguridad internacional; Seguridad pblica y ciudadana. Para mayor informacin www.policia.cl

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de parte de la Direccin General de la Polica de Investigaciones Chile y de la Fundacin Paz Ciudadana. En cuanto a lo segundo, al representar una experiencia piloto, el trabajo que se abordaba requera de una ciudad donde existiesen elementos de control suficientes para identificar aquellos aspectos que mejoraran con las intervenciones que se estimaran necesarias luego del levantamiento y diagnstico de las unidades de la prefectura. Por consiguiente, era preciso operar en una ciudad de poblacin media, donde la complejidad de los delitos y de las estructuras policiales no fuesen tan diversas como para no lograr visualizar qu variables estaban involucradas en posibles mejoras en la gestin policial. El Proyecto Piloto de Rancagua, se inserta dentro del proceso de modernizacin emprendido por la Polica de Investigaciones de Chile, especficamente en la dimensin concerniente a los pilares estratgicos Gestin de la informacin y La mejor gestin del conocimiento, contenidos en el Plan de Desarrollo Institucional: Plan Minerva5. De igual forma, se vincula con el pilar, del mismo plan, asociado a la Gestin estratgica de recursos, pues el modelo propone lneas de actuacin dirigidas a lograr la gestin y uso ms eficiente de los recursos con que cuentan las brigadas de la PDI. Este proyecto no slo intentaba diagnosticar, medir, cuantificar y levantar informacin, sino que su sentido ltimo era aprovechar tambin los aprendizajes ganados a lo largo de la historia institucional, hacerlos visibles, darles consistencia y, a partir de ello, fortalecer aquellos elementos beneficiosos, desprenderse de aquellos negativos para, de esta forma, mejorar los servicios policiales entregados a la comunidad. Luego de esta primera etapa de diagnstico y levantamiento que abarc a toda la Prefectura del Cachapoal y sus unidades dependientes se eligi la Brigada de Robos (BIRO) de Rancagua para implementar todos aque-

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5 El Plan Minerva constituye la estrategia orientadora del proceso de modernizacin de la PDI, est compuesto por nueve pilares estratgicos: Gestin del cambio organizacional, Gestin estratgica de recursos, Gestin de recursos humanos, Gestin administrativa, Gestin de la informacin, La mejor gestin del conocimiento, Reingeniera y procesos de trabajo, Mejor socio estratgico y El mejor servicio pblico del sector seguridad y justicia. El horizonte temporal de este plan corresponde al perodo 2004-2010. www.policia.cl

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llos ajustes relacionados con el Piloto los que se operacionalizaron en lo que pas a llamarse Modelo de Gestin Operativa. La decisin de trabajar con la BIRO, tambin estuvo determinada por elementos tcnicos y prcticos. Estos ltimos, semejantes a los que mediaron en la eleccin de la VI Regin Policial: cercana geogrfica. En tanto los elementos tcnicos estuvieron definidos por las caractersticas de los delitos que esta Brigada enfrenta, pues los robos (delitos contra la propiedad en general) son difciles de pesquisar, lo que se traduce en bajo nmero de casos con resultados (individualizacin de imputados, condenas, etc.). Asimismo, la cantidad y frecuencia de estos delitos los transforman en uno de los ejes de la inseguridad subjetiva de las personas, como indag Johanna Espn en el Distrito Metropolitano de Quito, tanto o ms que los homicidios (2008:4-9). Finalmente, y similar a lo expuesto sobre la eleccin de la VI Regin Policial, focalizar las labores en una sola brigada, permita poseer mayor control sobre los impactos y resultados de las modificaciones introducidas a travs del modelo. De igual modo, la apuesta por enfocar los esfuerzos hacia una brigada especfica, se concibi en una lnea similar a lo expuesto en la gua de gestin de procesos elaborada por la Asociacin de Jefes de Polica de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte (ACPO) que establece que, mientras ms bajo el nivel de la organizacin en el que los mejoramientos de procesos se introducen, ms fcil implementar los cambios identificados (2004:17). En el ao 2006 se llega a la conclusin de que, para elevar el rendimiento y desempeo de la BIRO de Rancagua y promover la puesta en marcha del Modelo de Gestin Operativa, era un requerimiento fundamental optimizar la relacin con el Ministerio Pblico y, de ser posible, integrarlos al trabajo. Esto, en gran medida, debido a la importancia de los fiscales como aliados estratgicos de la Polica de Investigaciones de Chile en la bsqueda por brindar servicios de excelencia a la comunidad, que no slo redundara en detenciones de mayor calidad, sino tambin en salidas judiciales6 que garantizaran a las vctimas y a cualquier persona en general, que quienes cometen actos delictivos no quedaran impunes luego de
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Este trmino se utiliza para establecer aquellos casos que cuentan con una resolucin judicial.

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efectuadas la detenciones por parte de la polica. De este modo a partir del ao 2006, la Fiscala de Rancagua se une a esta iniciativa.

V. DESCRIPCIN MODELO DE GESTIN OPERATIVA


Durante el ao 2006 se trabaj en la definicin del Modelo de Gestin Operativa de la BIRO de Rancagua, junto al Ministerio Pblico y el asesoramiento tcnico de la FPC. De parte de la PDI, se cont a su vez con el asesoramiento del Centro de Investigacin y Desarrollo Policial (CIDEPOL) y del Departamento de Anlisis, Planificacin y Desarrollo Institucional (DAPLAD) dependientes de la Direccin General, as como de la Unidad de Anlisis SIG perteneciente a la Subdireccin Operativa. En los primeros meses del ao 2007, el Modelo de Gestin Operativa comenz en su fase de implementacin, luego del perodo de ajustes experimentado a lo largo del ao 2006. A continuacin se exponen los ejes centrales del Modelo de Gestin Operativa, a partir de una serie de entrevistas individuales y grupales efectuadas a los principales actores involucrados, realizadas durante el ao 2007, con el fin de identificar las bases del modelo establecido en este trabajo conjunto entre la Fundacin Paz Ciudadana, la Fiscala de Rancagua y la Polica de Investigaciones de Chile, instancia que fue de utilidad para reconstruir el proceso que ha conllevado esta experiencia. El Modelo de Gestin Operativa, as como los productos principales que de l se desprenden, son fruto de las labores que se llevaron a cabo desde el ao 2005 y responden a optimizar dinmicas de trabajo que los diagnsticos previos definieron como dimensiones factibles de perfeccionar y modelar. En lneas generales, es posible describir el modelo en base a cuatro pilares de funcionamiento que interactan entre s:

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Mejoramiento Gestin Interna: Este pilar incluye la optimizacin de procesos internos en la Brigada de Robos, con el objetivo de mejorar la calidad de las investigaciones, as como sus resultados. Se enfatiza el carcter de investigador del detective. Asimismo, se promueve el trabajo colaborativo en equipo para, de esta manera, propiciar un mejor aprovechamiento de la informacin, coordinacin entre causas, as

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como la incorporacin de elementos de planificacin que faciliten el trabajo de la unidad (estandarizacin y mayor calidad en los informes policiales7, etc.).

Investigacin por Foco Delictivo: Se basa en la identificacin y definicin de dos lneas principales de trabajo operativo: delitos de mayor connotacin y alta complejidad, y problemas delictivos. En este ltimo punto, tanto la Fiscala como la BIRO, definen aquellos problemas delictivos ms relevantes a abordar, guindose segn los criterios de frecuencia, focalizacin territorial y conmocin y connotacin pblica, estableciendo de esta manera Focos de Delitos que faciliten su identificacin y esclarecimiento. Esta metodologa de trabajo permite reconocer aquellas reas donde destinar mayores recursos, en base a criterios comunes entre policas y fiscales. Posee cierta semejanza con la definicin de problemas que se efecta en el POP, pues los criterios de frecuencia, distribucin territorial y horaria, son coincidentes en los anlisis del policiamiento orientado a problemas, no obstante, en este caso se trata de problemas acotados a la dimensin del delito y no de ndole social como podra llegar a acontecer en el POP.

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Relacin Ministerio Pblico-PDI: Dentro de este pilar se establecen espacios de coordinacin formal entre las dos instituciones, mejorando la comunicacin entre fiscales y detectives, permitiendo mayor eficacia en relacin a los resultados operativos, as como regular la carga laboral en funcin de la administracin y distribucin de los tiempos de trabajo de policas y detectives. Se designa un fiscal y un equipo de detectives (por lo general tres) con dedicacin preferencial en el rea de robos de acuerdo a los problemas delictivos definidos como focos investigativos. Se profundiza el conocimiento mutuo entre las labores de detectives y fiscales, con el fin de optimizar la comunicacin y coordinacin entre ambos.

Los informes policiales son los documentos escritos que elaboran los policas en respuesta a las instrucciones entregadas por los fiscales en las causas que llevan adelante, sean estas verbales o escritas.

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Unidad de Anlisis: Este pilar se sustenta en la creacin de una unidad especializada en la gestin de la informacin al interior de la Brigada de Robos. Procesa las rdenes, las agrupa y sistematiza, facilitando el trabajo de los detectives. Entrega insumos de anlisis criminal, mediante informes estadsticos y georreferenciacin delictual (SIG). Sugiere la distribucin de rdenes de investigar agrupadas de acuerdo a categora del delito, frecuencia, prevalencia geogrfica, horarios, etc. Evala de manera regular el estado de avance de las investigaciones en la Brigada. Sugiere cursos de accin para dar cuenta de las denuncias u rdenes de investigar con menor probabilidad de xito. Junto al pilar asociado a la determinacin de Focos delictivos, evidencia el nfasis en el anlisis criminal que posee este modelo. Estos cuatro pilares se complementan y potencian interactuando unos con otros, no obstante, se debe destacar que es posible que se implementen de modo separado, o progresivamente. En el caso de esta experiencia, los pilares se fueron diseando de acuerdo a las necesidades y requerimientos que fueron emergiendo durante el trabajo con la FPC, a medida que se diagnosticaban debilidades o reconocan elementos que pudiesen ser anexados y facilitaran el mejoramiento de la gestin operativa de la Brigada. Por estos motivos se trabaj en la modelacin de las dinmicas de trabajo interna, para acentuar la planificacin de la actividades, as como promover el trabajo asociativo entre los detectives con el fin de evitar la fragmentacin y la investigacin caso a caso. En este contexto, la creacin de una Unidad de Anlisis dedicada a sistematizar la informacin, acopiarla, agruparla, generar mapeos georreferenciados, identificar hot spots delictivos, se presentaba como un elemento coincidente con las acciones previas y permita profundizar en las lneas de la gestin de la informacin y el conocimiento. No obstante, an quedaba un campo pendiente relacionado a mejorar la gestin operativa de la Brigada; sin un trabajo asociado con el Ministerio Pblico, los esfuerzos encaminados a la reduccin del delito por parte de la polica se vean limitados. En esta lnea, el trabajo con el Ministerio Pblico era indispensable para potenciar los esfuerzos y aprovechar al mximo el modelo emergente. En esta asociacin entre policas y fiscales, la definicin conjunta de Focos Delictivos, fortaleci el sentido de contar con una Unidad de Anlisis y coordinar me-

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diante fiscales y detectives con preferencia en robos, las investigaciones, facilitando y agilizando los procedimientos.

VI. EL ANTES Y EL DESPUS DEL MODELO


La introduccin de esta nueva forma de trabajo, ha conllevado una serie de cambios en las actividades diarias de la Brigada de Robos, as como en la relacin con el Ministerio Pblico. A modo de sntesis, estas modificaciones entre el antes y el despus de la implementacin del modelo, es resumida, siguiendo las opiniones de los actores que participaron en su construccin y de acuerdo a los cuatro pilares antes descritos, de la siguiente manera: En materia de Mejoramiento de la Gestin Interna, se observ, previo a la introduccin del modelo la carencia de planificacin en las tareas cotidianas que se realizaban, falta de registro de las labores realizadas y una tendencia a trabajar las causas de forma individual. Consiguientemente, se constat que los informes policiales consignaban informacin de poca utilidad para esclarecer los delitos. Una vez implementado el modelo, se pudo observar un mayor nfasis en la planificacin de actividades, lo que se tradujo en la optimizacin del uso del tiempo y de los recursos disponibles. Asimismo, se formalizaron los modos de hacer las cosas, en el sentido de estandarizarlos. Por su parte, se promovi el trabajo en equipo y los informes policiales sobre las causas incrementaron su calidad, establecindose criterios bsicos de lo que deba ser consignado, as como reportar informacin significativa que facilitara el esclarecimiento de las causas. En cuanto a la Investigacin por Foco Delictivo, antes de su funcionamiento, el criterio que se utilizaba para asignar los casos a investigar era la experiencia de los detectives: a mayor experiencia del oficial, se otorgaba los casos de mayor complejidad. Se observaba cierto desorden en cuanto a la organizacin y distribucin de las investigaciones en la Brigada, pues no exista total claridad sobre quines estaban investigando qu. Ello repercuta en que en ciertas ocasiones detectives estuvieran investigando delitos de similares caractersticas, probablemente relacionados, sin llegar a interconectarlos, pues se desconoca en la Brigada las causas que cada detective tena a su cargo. Con el modelo, se asignan los casos a investigar segn los tipos de delito identificados pre-

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viamente en conjunto con los fiscales (por ejemplo, se investigan slo aquellos casos de robo de alambre de cobre de manera conjunta y a cargo de los mismos detectives). Se logra una mayor eficiencia8 en las investigaciones, adems se fortalece el anlisis criminal y de inteligencia policial al identificar a travs del criterio de Foco Delictivo la frecuencia, tipo y complejidad de los casos que se investigan, asociando e interconectando causas. En lo referente a la Relacin Ministerio Pblico-PDI, antes del modelo, se observaba una baja fluidez en la comunicacin entre fiscales y detectives. La relacin dependa en gran medida de factores informales (por ejemplo, simpata entre detective y fiscal), para que funcionara adecuadamente. Asociado a esto ltimo, se constataron trabas en las investigaciones debido a problemas de sintona entre fiscales y detectives, as como desconocimiento de la labor que realizaban unos y otros, provocando problemas de comunicacin (se desconoce la carga laboral de los detectives, y los detectives desconocen el estado en que estn las investigaciones que han efectuado). A su vez, se observ que no exista coincidencia entre fiscales y detectives que investigaban las causas, ya que, tanto detectives como fiscales deban interactuar con distintas personas, independiente si se trata de causas similares. En este sentido, con la operacionalizacin del modelo se enfocaron los esfuerzos a estrechar la interrelacin entre fiscales y detectives, formalizndola por medio de reuniones peridicas entre ambas instituciones. Consecuentemente, se corrigieron los problemas de comunicacin entre detectives y fiscales, producto del acercamiento inducido por medio de la realizacin de reuniones sistemticas. De igual manera, se increment el conocimiento de la labor que efectan detectives y fiscales, facilitando la interaccin y coordinacin, evitando el surgimiento de prejuicios y mitos sobre la labor de unos y otros. Se designaron tambin, detectives y fiscales con dedicacin preferente segn tipo de delito, lo que fortaleci la coordinacin en la investigacin de las causas agilizando las salidas judiciales de stas.

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Esto debido a que la focalizacin de las investigaciones permite ahorrar recursos al buscar exactamente lo que se quiere en vez de llevar a cabo mltiples pesquisas, as como tambin, se evita que dos o ms detectives destinen esfuerzos separados en investigar delitos provenientes de una misma banda o autor criminal, ahorrando tiempo y destinacin de recursos materiales (bencina, uso de carros policiales, etc.).

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Por su parte, anterior a la puesta en marcha de la Unidad de Anlisis, se constataba carencia de insumos informacionales para llevar a cabo investigaciones de mayor calidad, que permitiesen agrupar y asociar causas, lo que redundaba en una menor coordinacin entre causas investigadas. El diagnstico que dio sustento a la creacin de esta unidad, comprob que un nmero importante de investigaciones se llevaban a efecto ms por intuicin que por criterios basados en evidencia emprica y objetiva de los delitos (frecuencia, tipo de delitos, etc.). Una vez en marcha, la Unidad de Anlisis proporcion mayor capacidad de seleccin en las causas investigadas gracias a la informacin que aporta a la Brigada, as como investigaciones criminales ms coordinadas. Se optimiz la utilizacin de los tiempos dedicados a las diferentes causas, al conocer de mejor manera qu investigar y dnde hacerlo Ello impuls investigaciones en base a criterios basados en la informacin potenciando el anlisis criminal. Asimismo, se foment la proactividad de los detectives, pues en base a las denuncias que recibe de parte de la Fiscala, esta unidad elabora reportes que entrega a los fiscales, permitiendo que los policas inicien con antelacin las investigaciones adelantando el esclarecimiento de las causas. La informacin que entrega el Ministerio Pblico a la Unidad de Anlisis, permiti la elaboracin de mapas georreferenciados y el conocimiento del escenario criminolgico de todo el espectro de delitos, facilitando la identificacin de patrones y tendencias delictuales.

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VII. EVALUACIN DEL MODELO DE GESTIN OPERATIVA


Como seal de sustentabilidad, era de suma importancia conocer las percepciones sobre el Modelo de Gestin Operativa en cuanto a la evaluacin que los distintos actores que acompaaron el proceso hasta la implementacin, incluyendo al Ministerio Pblico y la Fundacin Paz Ciudadana. Desde esta lnea de anlisis, se estim que el modelo como experiencia general permiti reconocer los elementos que actan en las dinmicas diarias de trabajo de la Brigada para, de esta manera, poder mejorar su eficacia permanentemente. De igual modo, se percibi que ayudaba a instalar la necesidad de la planificacin como una herramienta fundamental en el mejoramiento de la gestin operativa policial, por medio del ejercicio prctico cotidiano,

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al observarse sus beneficios en cuanto a reducir esfuerzos y maximizar resultados. En resumen, la percepcin generalizada de los diversos actores implicados en el modelo de gestin, es que representa mejoras incuestionables, lo que no implica que el modelo como tal est acabado, sino que requiere ser perfeccionado continuamente en sintona con las necesidades criminolgicas que el ambiente vaya presentando. A su vez, la opinin general, es que luego de un comienzo donde se pudieron apreciar ciertas resistencias a esta nueva manera de enfrentar el trabajo policial, los detectives se han apropiado del modelo, favoreciendo un trabajo ms motivado y comprometido Si estas apreciaciones se extrapolan a la evaluacin realizada segn cada uno de los cuatro pilares contenidos en el modelo, el Mejoramiento de la Gestin Interna se consider como un factor que mejora los elementos de la gestin existentes, sistematizndolos y permitiendo un aprovechamiento ms acabado. De la misma manera, se opin que la implementacin del modelo otorg mayor independencia investigativa a los detectives al operar mediante la utilizacin de insumos informacionales y de anlisis, estimulando la proactividad de los detectives y fortaleciendo el perfil investigativo de la Polica de Investigaciones de Chile. En tanto, la Relacin Ministerio Pblico-PDI, se apreci como un facilitador, tanto de la labor de los fiscales como de los detectives instaurando una alianza estratgica entre ambas instituciones lo que promueve, a su vez, resultados de mayor calidad y en la que los dos actores se definen como coproductores de seguridad. Uno de los aspectos ms valorados, consisti en el progreso de la relacin y la comunicacin detective-fiscal, fortaleciendo la confianza mutua. Asimismo, se consider que el modelo representa una buena oportunidad para acrecentar la participacin en investigaciones de delitos de alta complejidad y mayor connotacin social ya que los fiscales confan en la labor de los detectives al conocer qu metodologas de trabajo se estn empleando. Adems se apreci el hecho de que implicara beneficios tanto en la mejora de las detenciones, como en la calidad de las salidas judiciales (condenas). Al respecto, se valor adems, que el modelo permitiese un compromiso ms activo de parte de los policas respecto a los casos que investigan, no slo hasta el momento de la detencin, sino en el seguimiento hasta la salida judicial.

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En lo referente a la Investigacin por Foco Delictivo, se estim que promueve un ordenamiento mayor al momento de abordar las investigaciones policiales. Permite enfrentar e identificar delitos de alta complejidad, asociando mltiples causas a un ofensor o a organizaciones criminales, permitiendo la identificacin de modus operandis subyacentes a los delitos perpetrados. Por estos motivos, se estim que este pilar es fundamental en la profundizacin de las capacidades y competencias en anlisis criminal y de inteligencia policial, la utilizacin de la informacin y la gestin del conocimiento. Finalmente, la Unidad de Anlisis se observ como un factor primordial para garantizar el actuar policial basado en antecedentes, permitiendo el desarrollo de investigaciones mejor fundamentadas. De igual modo, se valor, al igual que en el caso de los Focos Delictivos, el que fomente el perfil cientfico-tcnico de la Polica de Investigaciones. Adems se estim que facilit el trabajo de los detectives al seleccionar informacin significativa para las causas, diferencindola de aquella que no ayuda al esclarecimiento de los delitos.

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VIII. PROCESO DE MEJORAMIENTO CONTINUO DEL MODELO


A pesar de la buena evaluacin que existe de parte de los actores involucrados hacia este nuevo modelo de trabajo, existe la conviccin de que se requiere profundizar en las mejoras sealadas con el fin de asentarlas y otorgarles sustentabilidad en el tiempo. En efecto, no solo debido a que el modelo abarca una serie de prcticas innovadoras que se encuentran en proceso de apropiamiento por parte de los implicados, sino tambin debido a que constituye, en muchas de sus facetas, modificar ciertas creencias asentadas en los organismos policiales, as como en las dinmicas que se establecen con los fiscales en la reduccin, prevencin y combate de los delitos. Como sealan Clark y Erk (2003: 16), las nuevas tendencias en seguridad ciudadana promovidas por polticos y jefes policiales constituyen una serie de esfuerzos que aparecen recurrentemente reemplazando unos a otros. Oficiales experimentados las aplican durante un tiempo en espera que se pierda el inters inicial para luego retornar a las prcticas tradicionales. Por consiguiente, los esfuerzos deben ser sistemticos para as garantizar su instalacin definitiva.

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En cuanto al Mejoramiento de la Gestin Interna se observa la importancia de continuar depurando los mecanismos de control de gestin al interior de la unidad, enfatizando la necesidad de planificar, as como la calidad de los informes policiales. Esta situacin representa un punto no menor, tomando en consideracin una divisin bastante determinante que se lleva a cabo en los cuerpos policiales relacionado a lo estrictamente policial, encarnado en las labores operativas o de calle, y aquello que se percibe como administrativo, menos vinculado al ser policial, donde pueden ser encasilladas las funciones de planificacin, anlisis, gestin de la informacin y del conocimiento, facilitando un menor compromiso con estas tareas por parte de los detectives La trascendencia de la investigacin y planificacin en el enfrentamiento al delito es patente. La polica debe conocer al detalle la distribucin espacial y en el tiempo de los hechos delictuales, debe tener una visin realista de los cambios que experimentan los padrones de criminalidad y, finalmente, conocer su desplazamiento geogrfico. (Frhling, 1998:17)

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Por este motivo, y para que el modelo sea comprendido y apropiado por los policas, se debiese promover la proactividad y el compromiso de quienes estn a cargo de monitorear y ejecutar los cambios internos. Asimismo, prestar especial atencin en las jefaturas directas de las brigadas, considerando la estrecha influencia y responsabilidad que ejercen sobre los detectives, promoviendo que ellas faciliten la adopcin del nuevo modelo, pues como menciona Manuel Martn (1992: 211), la polica se orienta a la defensa de la ley y la captura de delincuentes. En gran parte de los cuerpos policiales todas las actividades que no se asocian a estas tareas, no son consideradas como funciones policiales. Por esta razn, incorporar la conviccin de que el anlisis y la planificacin de actividades son indivisibles de las labores operativas y, por ende, tareas policiales fundamentales, es un asunto medular para garantizar la perdurabilidad de esta forma de trabajo. Por su parte, la relacin Ministerio Pblico-PDI, requiere seguir incrementando el conocimiento entre las labores que efectan ambas instituciones, con el fin de evitar interpretaciones errneas sobre las tareas que desarrollan en conjunto. Por ello, es vital que las reuniones peridicas entre ambas instituciones se enmarquen dentro de un plan agendado previamente que garantice una comunicacin formal permanente. Esta dimensin del modelo es, quiz, uno de los ejes de mayor trascendencia

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en este modelo, pues demanda una revisin de las dinmicas laborales que establecen policas y fiscales. A su vez, la Investigacin por Foco Delictivo, est estrechamente ligada a la relacin entre la fiscala y la polica, pues de las reuniones de coordinacin entre ambas y del anlisis sistemtico de la informacin que se desprenda de la revisin de las denuncias, es posible detectar nuevos patrones delictuales, as como mantener actualizada la definicin de Focos Delictivos, de modo que reflejen fielmente qu sucede en materia criminolgica, as los esfuerzos investigativos se concentran en las reas ms sensibles en un momento dado, respondiendo a las necesidades de los ciudadanos. Asimismo, la atencin no debiese menguar en cuanto a mejorar la calidad y unificar criterios en los informes policiales (qu es lo que se desea que sea consignado) para potenciar la retroalimentacin con la Unidad de Anlisis y favorecer el trabajo con los fiscales. La Unidad de Anlisis, en el mbito interno de la Brigada de Robos, debiese continuar mejorando la retroalimentacin con los policas a cargo de las diversas causas, para ello es preciso validarla constantemente como ncleo de las investigaciones, eje central en el trabajo operativo. Por este motivo, adquiere centralidad el instalar competencias en anlisis criminal y de inteligencia criminal no slo en quienes realizan actividades de analistas, sino tambin en los detectives que reciben la informacin, para facilitar su interpretacin y, a su vez, potenciar la calidad de informacin recabada en terreno que puedan entregar a los analistas fortaleciendo la retroalimentacin entre la Unidad de Anlisis y los detectives de la Brigada. Esta labor implica un desafo no menor teniendo en cuenta la tradicin de las policas latinoamericanas, como argumenta Rachel Neild (2003:15), la alta militarizacin y jerarqua de mando de las instituciones policiales de la regin, valora y afirma la obediencia y la capacidad fsica por sobre la capacidad analtica y comunicativa.

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IX. CONCLUSIN
El Modelo de Gestin Operativa desarrollado por la Polica de Investigaciones de Chile, junto a la Fiscala de Rancagua y la Fundacin Paz Ciudadana, demuestra los beneficios del trabajo conjunto entre instituciones que se desempean desde sus respectivos mbitos en el rea de seguridad. La diversidad de perspectivas contribuye a enriquecer los resultados, combinando lo tcnico y la experiencia que aportan los actores involucrados en la produccin de seguridad. El modelo descrito en este artculo no representa caractersticas inmutables, sino ms bien un marco orientador de cmo abordar prcticas innovadoras y mejorar procesos a partir de una simbiosis entre la experiencia internacional y el acervo de conocimientos locales en materia de seguridad. La flexibilidad de su implementacin responde al hecho de que las instituciones policiales varan enormemente, no slo producto de las culturas de los pases a las que pertenecen, sino adems en su estructura organizacional y funciones. Si bien la PDI se ha inspirado en el policiamiento guiado por inteligencia, mientras la Fundacin Paz Ciudadana se ha focalizado en asentar el anlisis criminal, las caractersticas de este modelo permiten aprovechar las experticias de ambos enfoques. La Polica de Investigaciones de Chile, adopta el ILP como una forma de potenciar dos de sus reas de servicio: Investigacin criminal y Prevencin estratgica, lo que, en ningn caso, implica desatender la relacin polica-comunidad, reflejado en una visin de polica sociocntrica como enfoque transversal a todas las funciones de la organizacin, incluyendo las dos reas de servicio restantes (Control migratorio y seguridad internacional; Seguridad Pblica y ciudadana). Desde este punto de vista, la filosofa que viene desarrollando la PDI, considerando los principios orientadores del proceso de modernizacin (2006:27) contempla cuatro funciones principales: Funcin de servicio pblico, funcin social (contribuir a la paz, justicia y la cohesin social), un servicio que promueve el desarrollo humano, y una actividad que promueve la excelencia del servicio. Desde esta lnea argumentativa, la confluencia de visiones recoge los avances que se han realizado en diversos pases y, desde un punto de vista eclctico,

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incorporar aquellos sistemas que sean congruentes con la misin y tareas diversas que gua y desempean cada institucin policial. El caso que se ha analizado, corresponde a uno de los campos primordiales de una polica de carcter investigativo como la PDI, un modelo que se propuso optimizar la gestin policial, fomentar el anlisis criminal y de inteligencia policial, as como estrechar la relacin con el Ministerio Pblico. Estrategias de reduccin del delito, como el COP, el POP y el ILP, sirven como insumo para fortalecer la implementacin de iniciativas innovadoras en las organizaciones policiales, dependiendo de las funciones de que se deseen potenciar y los niveles en la estructura organizacional donde se los quiera ubicar. De igual modo, el impulso del anlisis criminal y de inteligencia criminal, en un modelo que suscita interacciones fluidas con el Ministerio Pblico, compartiendo los principios de una polica moderna que desarrolla mecanismos constantes de rendicin de cuentas y accountability, no puede ms que potenciar su instauracin, pues fortalece la transparencia y el respeto a los derechos humanos, lo que garantiza un correcto uso de estas capacidades. La inteligencia criminal como producto nodal en la toma de decisiones dentro de este escenario, pierde el carcter negativo que la ha distinguido en el pasado, pues se convierte en un proceso transversal en la institucin y rompe el encierro de la informacin al ser compartida con la fiscala, en pos de un objetivo comn: coproducir seguridad. Lo mismo acontece con la participacin de un ente civil como la Fundacin Paz Ciudadana, en el entendido de que la produccin de seguridad no es materia exclusiva de alguna institucin en particular, sino que en su produccin est la sociedad entera comprometida. Sin duda, el Modelo de Gestin Operativa de la BIRO de Rancagua no constituye en ningn caso una panacea a todos problemas que enfrenta la polica. Supone, sin embargo, una estrategia novedosa para enfrentar los delitos y maximizar la gestin policial, donde los detectives dejan de ser tramitadores de causas, para constituirse en actores protagnicos en la produccin de seguridad. Tampoco constituye una perspectiva revolucionaria (Anderson, 1997:8) en materia policial, pues recoge sistemas de trabajo que se han realizado durante dcadas por parte de los detectives. De igual modo, la revisin del Modelo de Gestin Ope-

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rativa, permite visualizar, cmo elementos de estrategias internacionales como el COP, POP o ILP, pueden complementar y fortalecer aspectos de un modelo desarrollado a partir de una experiencia local. Si bien las policas chilenas gozan de una alta valoracin pblica, ello no debe reflejarse en una falsa creencia de que todo est hecho y, por ende, no sera necesario evolucionar (Vanderschueren, 2005:24). El Modelo de Gestin Operativa de la Brigada de Robos de Rancagua representa uno de los esfuerzos que se llevan a cabo con el objetivo de estar a la altura de los complejos desafos que plantean los delitos en sus variadas manifestaciones, as como la posibilidad de sacar provecho a la experiencia internacional sin por ello restar espacio a las iniciativas locales relacionadas a la gestin policial.

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RUMBOS DE LA PDI COMUNITARIA


ERICK BELLIDO YEZ *

iversas son las unidades policiales que al interior de la PDI destinan tiempos importantes para incrementar el trabajo con la comunidad las reas de la prevencin de los delitos complejos y delincuencia organizada, victimizacin secundaria y terciaria. A modo de ejemplo, dentro de las metas institucionales periodo 20062007, se efectuaron a nivel nacional 3.038 charlas preventivas en el ao 2006, mientras que en el ao 2007 se desarrollaron 3.684 charlas, lo que reflej un incremento de 21,3%1.

Cabe destacar que la PDI, por medio de las Brigadas Especializadas (Brisexme, Briant, Briup, Bidema, Bridepi, Birom, Bridec), Jenapu y Dacom, adems de las respectivas Bicrim, REPOL y la propia ESCIPOL, sin descuidar sus labores investigativas, operativas, administrativas y formativas segn sea el caso, paralelamente, efecta labores de accin comunitaria con positivos resultados de intervencin y acercamiento transversal, lo que beneficia a sectores sociales presentes a lo largo y ancho del territorio nacional, positivando en el consciente colectivo la imagen que se tiene de nuestro integral acervo institucional. Lo anterior no es ms que el reflejo de los esfuerzos que realiza la PDI en su proceso de transformacin y modernizacin, el cual avanza en pos de perfilarse hacia una organizacin policial de alto rendimiento, junto con dar respuesta a las necesidades reales que actualmente demanda nuestra sociedad en materia de polica de proximidad y su rol en materias de Seguridad Pblica y Ciudadana.

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Subcomisario, Jefatura Nacional de Delitos Contra la Familia. Periodista y comunicador social, Universidad de Artes y Ciencias Sociales. 1 Herrera, Arturo: Cuenta Pblica 2008, Una nueva polica, capital humano y buenas prcticas. Polica de Investigaciones. Santiago, Chile. 2008.

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ARTCULO

A fin de fomentar las confianzas, la PDI se ha puesto como autodesafo el transparentar los procedimientos, incrementando la eficiencia y eficacia en su accionar en virtud a la vorgine con que evolucionan los cambios econmicos, polticos, sociales y policiales que experimenta Chile inserto en un contexto globalizado. En el marco de una cultura organizacional que promueve el liderazgo, las buenas prcticas, la gestin y la innovacin, la PDI ha demostrado con altos estndares de calidad que ha sabido responder a los complejos desafos de la criminalidad, al elevar los indicadores de seguridad social, anticipando riesgos emergentes, potenciando el capital humano por medio de la capacitacin continua, fortaleciendo las competencias operativas, indicadores de gestin y procedimientos policiales, e implementando acciones de acercamiento preventivo-educativo, esto ltimo mediante una serie de herramientas orientadas a desalentar el desarrollo de conductas violentas o infractoras de la Ley, al indexar estrategias de intervencin social proactiva, las cuales se plasman mediante dilogos abiertos con los principales actores sociales, gestin de la cultura policial y la concrecin de programas focalizados en la concientizacin, todo lo cual redunda en pro de la integracin comunitaria y una normal convivencia, propia de una nacin en plena democracia. As, al avanzar en la modernizacin de las normas y procesos de gestin policial, clave resulta el mejoramiento de los procesos internos para aspirar a una polica civil de excelencia, razn por la cual al alero del Plan de Desarrollo Institucional Minerva sustentado en cuatro reas estratgicas de servicio2, han ido surgiendo nuevas dimensiones prosociales ancladas a los temas de Seguridad Pblica y Ciudadana y la Prevencin Estratgica, que requieren ser atendidas con la debida dedicacin y planificacin, a fin de potenciar los nuevos paradigmas emergentes ligados al valor de fortalecer y centralizar la creacin de pautas direccionadas hacia la prevencin, pero bajo el enfoque que brinda la llamada Polica Comunitaria, la cual se complementa indisolublemente con el quehacer que trae consigo la Responsabilidad Social, concepto muy arraigado al mundo empresarial, y que en los ltimos aos, tambin cobra valor al interior de las Fuerzas Armadas. Un caso a destacable en tanto ejercicio de transparencia, es el capitalizado con xito por
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Balance del Plan Minerva. Polica de Investigaciones. Santiago, Chile. 2008.

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el Ejrcito de Chile, el cual ya public sus dos primeros Reportes de Responsabilidad Social3. Para abordar los fenmenos sociales asociados a la violencia y la delincuencia desde una ptica renovada se debe, en consecuencia, estar conciente de que un sistema de justicia no puede limitarse a la aplicacin de determinados procedimientos policiales, jurdicos y administrativos de control, aunque ello sea necesario, ya que complementariamente a los ejes antes citados, se deben asumir las nuevas realidades socioculturales desde la perspectiva del riesgo del comportamiento individual o colectivo suscitadas al entrar en interaccin con el contexto social, a objeto de actuar a tiempo al fortalecer los mensajes de prevencin policial sobre el pulso que brindan de los hechos los medios de comunicacin social, los cuales desde su interpretacin editorial tienden a entregar percepciones sesgadas a las audiencias sobre determinados fenmenos que se propagan rpidamente producto de la mediatizacin, oportunidad que muchas veces no es resuelta con la debida celeridad desde la oferta de servicios comunitarios que ofrece la PDI, y que van ms all de las misiones meramente investigativas. La relacin de la polica con la comunidad es un mbito que amerita reflexin a la luz de las actuales tendencias socio-polticas y criminales en la regin. Se trata, sin duda, de un mbito sujeto a revisin y reformulacin que refleja expectativas poltico-sociales y deontolgicas. Este es un espacio de articulacin en el cual tanto la sociedad civil como la organizacin policial manifiestan sus valores y motivaciones, algunas explcitas y otras no, que orientan y presionan los cambios y transformaciones en una polica. As, las actuaciones en los campos de la inseguridad y de la gestin pblica obedecen a las culturas polticas y modelos conductuales dominantes. Estos no son uniformes y su aceptacin vara en cada segmento, por ende cada uno de los componentes o referentes sociolgicos de la actuacin policial la organizacin, las autoridades y la sociedad misma son portadores de visiones, formas concebir los

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Reporte de Responsabilidad Social del Ejrcito 2006-2007. Santiago, Chile.

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roles en funcin de objetivos y modelos de actuacin ms o menos valorados que otros4. Quizs la lista de recetarios posibles puede ser muy amplia, pero al interior de nuestra institucin ha trado buenos resultados la planificacin de proyectos con asistencia en red con otras instituciones pblicas, sumadas a esfuerzos de autogestin a travs de metodologas de intervencin que suman experiencias obtenidas desde el mbito psicosocial y del esbozo de estrategias comunicacionales, muchas nacidas tambin desde la singular ptica que brinda la policiologa, la cual permite prospectar la capacidad de concentrar variadas perspectivas con mltiples objetivos de anlisis y orientadas a promover convocatoria de audiencias de forma prctica, educativa y proactiva, consignado una estrecha atencin focalizada en entrelazar vnculos con diversos grupos objetivos para dar atencin temprana a problemticas coyunturales, en aras de incorporar conceptos imprescindibles para desinhibir, informar, sensibilizar, educar, formar criterio y reflexionar oportunamente acerca del mundo en el cual nos movemos e interactuamos, aportando a la ciudadana matices que amplan la cosmovisin sobre las diversas categoras delictuales y los mecanismos para mitigar la consumacin de hechos lamentables, o bien, tomar posicin sobre los caminos ticos y procedimentales a seguir, junto con analizar los escenarios en que se redireccionan las tendencias sociales que impactan directamente en la forma y rapidez con la cual mutan progresivamente la variada gama de delitos que investigan las policas en Chile y a escala global.

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PAUTAS, CLAVES Y PREMISAS


Al comprometer recprocamente a todos los actores bajo el paraguas de la Responsabilidad Social, se logra sentar las bases para delinear convergencias sobre la importancia de consolidar el accionar de una Polica Comunitaria, dotada con infraestructura idnea y especialmente acondicionada, para materializar nuevos proyectos con capacidad de producir cambios directos, sustentados en la viabilidad de que estos cambios innovadores permanezcan en el tiempo, constituyendo una
Tudela, Patricio: Reforma policial, COP y POP: Perspectivas latinoamericanas de aplicacin y paradigmas de gestin policial dirigida a la comunidad. Santiago, Chile. Septiembre 2007.
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alternativa complementaria a la labor policial operativa, puesto que permite incrementar no slo la interaccin con el entorno para hacer ms eficiente el resguardo y seguridad que brinda la polica por medio de la labor que realizan las Bicrim y las Brigadas Especializadas, sino que, adems, se expande el potencial de anticiparse prospectivamente a eventos complejos o figuras delictuales, lo que redunda en la prevencin del crimen junto a la poblacin, evitando la bsqueda frentica del antdoto para erradicar el mal. En consecuencia, al erradicar la represin selectiva del delito, y dar soluciones a problemas coyunturales, se propaga una seal prosocial, cual si fuera un sentimiento de seguridad que tiende a mejorar la calidad de vida del individuo y su grupo familiar en el medio, sea este rural o urbanizado. Visto desde otra perspectiva, al analizar el rol preponderante que juega la polica de acercamiento comunitario para elevar la sensacin de seguridad y cercana policial a los reales problemas que aquejan a las personas, denota que los beneficios que traen consigo los mecanismos tendientes a brindar asesora y cooperacin asistida in situ a la poblacin, ya que por medio de la prevencin y educacin se logra un efecto multiplicador y altamente positivo para todos los grupos sociales involucrados en estas redes como autores y/o receptores. Siguiendo la lgica argumental y de cara al Bicentenario, quizs valga la pena plantearse la posibilidad, de manera prospectiva, de habilitar una dependencia dedicada exclusivamente a labores de policiologa comunitaria, para contribuir ms proactivamente al bienestar social y expandir la apertura de espacios para inculcar una cultura basada en valores que permitan tener en cuenta las expectativas del entorno en el que se mueve toda organizacin humana y de servicio pblico, al imprimir un sello de alta calidad en las relaciones interpersonales, mejorando el clima de los grupos, organizaciones, comunidades, y al mismo tiempo, ofrecer canales para la creacin de alternativas en la solucin de conflictos. Si bien esto ya se hace desde hace poco ms de un lustro a la fecha, el trabajo comunitario en la PDI an es segregado o atingente a reas muy especficas, salvo contadas excepciones propiciadas para eventos especficos que demandan masiva concurrencia y coordinacin entre unidades especializadas que brindan servicios en la lnea antes referida.

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Sin duda, un tema para reflexionar y debatir sobre la ruta futura a seguir para fortalecer lo hasta ahora logrado. Es altamente relevante consolidar los pasos ya dados con miras a desarrollar un nuevo enfoque de trabajo policial abierto a la interaccin y retroalimentacin polica-comunidad, brindando un espacio real orientado a la participacin directa en torno a los ejes de entrega informativa; prevencin continua y fomento de capacitacin asistida por personal institucional calificado que conforma las filas de la PDI. Dadas las actuales exigencias de la Reforma Procesal Penal y la Estrategia Nacional de Seguridad Pblica, la polica civil se ha visto en la necesidad de evolucionar en su prestacin de servicios, para lo cual resulta coherente repensar en implementar un espacio fsico con infraestructura idnea disea y pensada especialmente para estrechar lazos comunitarios desde un enfoque asistencial no represivo, amigable e integral, a fin de entregar directrices para programar campaas de educacin, prevencin y capacitacin sistemticas en temas relacionados con: drogadiccin, delitos sexuales, propiedad intelectual y derechos de autor, delitos cibernticos, ubicacin de personas, delitos ambientales y patrimoniales, adems de consejos para mitigar la concrecin de robos y actos delictivos diversos. Esto traer por aadidura una serie de beneficios, pues fortalecer la participacin activa de Oficiales Policiales de Lnea especializados en los delitos precitados, sumando adems las competencias que brinda los Oficiales Policiales Profesionales con estudios en el campo de la psicologa, periodismo, asistencia social, ingeniera comercial, comunicacin audiovisual, relaciones pblicas, diseo, prvulo y educacin fsica, todos los cuales eventualmente podran potenciar de forma integral la oferta de servicios que se brinda al pas en el mbito de la accin comunitaria. De esta manera, al conformar un cuerpo de trabajo multidisciplinario, se facilitar la ejecucin de las acciones pertinentes para impulsar la gestin de una cultura policial prosocial de acercamiento y empoderamiento comunitario, al instaurar un espacio permanente que acoja dentro de un mismo lugar a un grupo multidisciplinario de la Polica de Investigaciones; incrementando el alcance e impacto de los mensajes policiales, junto con ganar espacio para incrementar los canales de comunicacin, lo cual aporta en mitigar la brecha de las confianzas depositadas por los ciudadanos en la polica.

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MISIN Y DESAFO
Sabido es que la PDI es un organismo pblico con rango constitucional, de carcter profesional, civil, cientfico-tcnica, que existe para dar eficacia al derecho, junto con garantizar el orden y seguridad interior, mediante la investigacin criminalstica de los delitos; es por ello que su forma de relacionarse con la poblacin debe ser ejemplarizadora y esencialmente de carcter cvico, teniendo como mxima, la bandera de la probidad y transparencia, factores esenciales para una institucin que requiere contribuir permanentemente al desarrollo de Chile. Esta filosofa, es reiterada en el Cdigo de tica Profesional, agregndose conceptos asociados al bien comn y al compromiso con los tribunales de justicia, en los cuales se enmarca su espritu de servicio, sostenido con la contribucin econmica de la comunidad, y a la cual debe servir por ser un cuerpo policial altamente especializado. Si bien la misin fundamental de la PDI segn el artculo 4 de la Ley Orgnica Institucional es investigar los delitos a travs de la produccin de los antecedentes criminalsticos y criminolgicos recogidos, de conformidad a las instrucciones que al efecto dicte el Ministerio Pblico, sin perjuicio de las actuaciones que en virtud de la Ley, le corresponde realizar sin mediar instrucciones particulares de los fiscales, ello exige ofrecer a las fuerzas vivas de una comuna determinada, informacin seria y til para establecer polticas y planes policiales eficaces para fortalecer la Seguridad Ciudadana. No obstante, si se cuenta formalmente con una Unidad de Accin Comunitaria y Responsabilidad Social dedicada exclusivamente a generar lineamientos estratgicos para articular a nivel nacional campaas de prevencin para incrementar la percepcin del bienestar y seguridad en la poblacin, se entregan subliminalmente seal de evolucin respecto a la funcin y actuacin policial, en consecuencia, resulta urgente trabajar de la mano con la autoridad y sus rganos dependientes apostando a develar las capacidades de la PDI para dar nuevos pasos en el mbito de la gestin y liderazgo a la hora de trabajar en la senda expuesta. En sntesis, la legitimidad social depende de las actuaciones derivadas del cambio de ver las cosas afrontando con altura de mira los nuevos paradigmas.

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De llegar a crearse por Orden General una Unidad de Accin Comunitaria y Responsabilidad Social utilizando mucho menos personal institucional del que actualmente se dedica a ello, permitira no slo optimizar capital humano y recursos econmicos, sino hacer las veces de ente gestor y coordinador en el desarrollo e implementacin de programas de intervencin social, calendarizar actividades, entregar pautas para quienes ofician como verdaderos ejecutivos policiales, optimizar recursos financieros y humanos para hacer prevencin sistemtica, disear estrategias proactivas prospectando escenarios con inteligencia policial, adems de entregar lineamientos y criterios a replicar en las distintas regiones policiales, permitiendo reforzar la intervencin en los espacios comunes, entregando de forma coordinada contenidos ldicos asociados a la seguridad, prevencin y educacin, lo que fomenta la entrega de valores e intercambios de experiencias con escolares, universitarios, docentes, vecinos, pobladores, turistas, familias, trabajadores, empresarios, actores polticos y sociales relevantes ligados directa o indirectamente a la toma de decisiones.

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Si se unifican consensos e incrementan los escenarios para el dilogo guiado, se lograra consolidar al interior de nuestra institucin un proyecto comn sobre como actuar de forma homologable de Arica a Puerto Williams, lo que proyectara imagen uniforme al momento de efectuar accin comunitaria, junto con fomentar la premisa de que la lucha contra la delincuencia se gana mancomunando visiones innovadoras y esfuerzos conjuntos, captando in situ, las inquietudes de las personas, o bien acogindolas al interior de espacios especialmente diseados para estimular las confianzas y el sano esparcimiento con la tutora de la PDI. Cabe sealar que en las sociedades democrticas de los pases desarrollados, las policas utilizan tres dimensiones claves para proyectar resultados concretos, apelando en su accionar a los conceptos de: eficacia, eficiencia y validez. Al aplicar estas tres premisas como parte de una estrategia mltiple y flexible, se logra incorporar en ellas la participacin de la comunidad local de un modo creciente o escalado, en efecto cascada en todos quienes habitan en nuestra nacin. Pero el todo sistmico se diluye si hay ausencia de cualquiera de ellas en el quehacer prctico del polica ajustado a la labor del trabajo comunitario. Ah radica el presente desafo.

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ACERCAMIENTO COMUNITARIO
Son muchos los tericos e intelectuales que postulan que, para fortalecer los cimientos de una nacin, se debe comenzar por robustecer la cultura mediante acciones de intervencin comunitaria, a fin de dar sustento para que las personas participen permanentemente en la estructura del entramado que ofrece cada sociedad y para que la nacin pueda consolidar su imagen pas e identidad, en un mundo que, pese a avanzar cada vez ms afiatado y dependiente de la globalidad, ofrece aristas y realidades dismiles al cruzar de una frontera a otra5. Si bien la PDI abre espacios permanentemente para la participacin ciudadana, su orientacin es evidentemente estratgica, pues no slo ha logrado consolidar el reconocimiento por sus dimensiones creativas o expresivas, sino por el profesionalismo y seriedad con la cual enfrenta los retos para capturar la atencin de una sociedad moderna que exige ciertos estndares de calidad e innovacin continua. Pero cmo se ha estado innovando en materia de acercamiento comunitario? Ejemplos sobran, aunque determinadas voluntades o acciones se diluyen en el tiempo por rotativas de personal de una unidad a otra, u otras razones ms de fondo. Durante el ao 2008 la PDI exhibi tres Avant Premiere de pelculas tanto en Santiago como en provincias, sobre temticas criminales y policiales en paralelo a su estreno en salas de cine, materializando forocines en que se logr congregar a una importante multitud de personas y de forma absolutamente gratuita, llamando la atencin de los medios de comunicacin, pues al final de cada exhibicin se realizaban paneles con la participacin de especialistas en criminalstica, peritos, mdicos forenses y policas, todos los cuales aterrizaban la fantasa de los filmes a la realidad de los procedimientos policiales que efectan los verdaderos detectives. Otro ejemplo de gestin e innovacin prosocial producido por la PDI, se realiz en la Sala Amrica de la Biblioteca Nacional, al desarrollar del 2 al 25 de junio de 2008, el evento que llev por nombre Sin lugar para el crimen, y el cual convoc a periodistas de crnica roja,
5 Rampaphom, Nancy (editora) y varios autores. Ciudadana, participacin y cultura. Editorial LOM, Santiago, Chile. 2008.

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escritores de novela negra y policas en servicio activo y en condicin de retiro como panelistas, dando vida a una actividad que congreg en ocho sesiones a cerca de 2.000 personas, siendo bien acogida por quienes asistieron, al igual que la crtica fue muy positiva de parte de la opinin pblica en los medios radiales y escritos, con lo cual se marc un hito sin precedentes en la forma de hacer cultura policial y acercase a la comunidad. Destacable es tambin, el rol que realiza la Jefatura Nacional de Delitos contra la Familia. A travs de su Departamento de Apoyo y Accin Comunitaria (DACOM) fortalece los vnculos de la PDI con la comunida, por medio de campaas de difusin, informacin, educacin y prevencin en diversas materias que son trabajadas por las veintiun Brisexme presentes a lo largo y ancho de Chile. Mediante charlas apoyadas con presentaciones pensadas y diseadas especialmente para nios, adolescentes, docentes, organizaciones sociales, juntas de vecinos y la comunidad en general, han logrado ganarse con creces un espacio para ensear a hacer uso de los derechos ciudadanos y generar conciencia social para colaborar mediante el tejido de redes sociales en la formacin de los agentes multiplicadores en prevencin social, sobre todo tipo de abusos, cautelando con ello el idneo resguardo de la buena convivencia en comunidad. Reflejo de lo anterior, el DACOM, ha participado en mltiples ferias que abordan el tema de la seguridad ciudadana, junto con marcar presencia dictando capacitaciones en el marco de talleres y seminarios sobre Agentes Preventivos en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar realizados en las ms prestigiosas universidades presentes en Chile; hecho que en el ao 2008 le permiti obtener el primer lugar dentro del concurso de Buenas Prcticas del Instituto Nacional de la Juventud; representando tambin a la institucin en Congresos Nacionales e Internacionales, adems de estar presentes en los diferentes comits y mesas intersectoriales convocadas por diversas carteras ministeriales y los respectivos Gobiernos Regionales. En consecuencia, es dable destacar el trabajo realizado con nios y nias hijos de madres temporeras a los cuales en los meses de enero y febrero de 2009, dentro del margen de las campaas de verano que realiza la Jenafam, permiti capacitar a 1.544 menores en zonas

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como Vicua, Diaguitas, La Serena, Via del Mar, Regin Metropolitana, Los Andes, San Felipe, Rancagua, San Fernando, Talca, Curic, Linares, Chilln, Licanray y Purranque, llegando a un segmento de la poblacin altamente vulnerable, toda vez que estos nios y nias durante los meses de verano se encuentran sin sus padres, por cuanto stos laboran en el sector agrcola. As, durante el ao 2008, el DACOM recorri las principales ciudades del pas presentes de Arica a Punta Arenas, logrando capacitar un total de 18.588 personas, lo cual adems es posible gracias a la donacin por parte del Gobierno Regional Metropolitano de un furgn corporativo diseado especialmente para realizar charlas preventivas al aire libre. Un trabajo similar es el que ha realizado la Jefatura Nacional de Ubicacin de Personas, la cual ha penetrado intensamente en el tejido social con Sano y Seguro Siempre, el cual consta de un Pasaporte en el cual se guarda el ADN de nios, fotografa actualizada, impresin digito pulgar y sus datos personales, experiencia sin duda exitosa y requerida permanentemente en todo el territorio nacional por centros educacionales, municipios, y gobiernos regionales y Regiones Policiales. Otro producto destacable desarrollado ntegramente por la Jenaup es SEBRA, un Brazalete de Seguridad, en el cual se indica el nombre, telfono de contacto (preferente el celular de los padres), domicilio de habitual y de veraneo, logrando una alta acogida en las campaas de verano realizadas en playas, plazas ciudadanas, establecimientos educacionales y festivales o eventos de convocatoria masiva. Tanto el rol social desempeado por la Jenaup como por la Briup, han logrado legitimar el trabajo policial que realizan, mediante campaas en asociatividad con empresas como Metro, Manquehuenet, Soprole, Terra y Chilectra, enfocadas en lograr ubicar a personas extraviadas mediante fotografas y datos impresos en afiches y pack, segn sea el caso. ltimamente la Jenaup, Jenant, Jenafam y la Brigada Canina, han desarrollado experimentalmente alianzas espordicas para fortalecer la entrega de mensajes preventivos a la comunidad, logrando una positiva recepcin por parte de la sociedad, lo que demuestra que las voluntades existen por alinear esfuerzos para fortalecer la gestin a la hora de trabajar en el mbito de la Polica Comunitaria.

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Siguiendo esta misma senda, destaca el llamado efectuado por la Jenafam al Primer Concurso de Fotografa y Grfica en Delitos Contra la Familia, el cual decant con el montaje ldico de una muestra artstica en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural Estacin Mapocho, durante todo el mes de junio del presente ao, para posteriormente itinerar por diversas casas de la cultura, ferias ciudadanas y centros de formacin profesional, con la finalidad de sensibilizar a la ciudadana sobre los delitos sexuales, violencia intrafamiliar, maltrato infantil, peores formas de maltrato infantil, grooming, bulliyng, violencia de gnero y trata de personas, apoyando la labor preventiva que efecta el DACOM. Destacable es que tambin la labor de la Jefatura Nacional Antinarcticos (Jenant), la que por medio del Departamento de Educacin Antinarcticos, desarrolla el programa de Capacitacin Antidrogas para Agentes Multiplicadores, cosechando buena acogida, pues es una actividad dirigida a docentes, inspectores, consejeros de establecimientos educacionales y lderes religiosos, que trabajan directamente con los nios, adolescentes y jvenes. A ello se suman las Campaas Antinarcticos de Verano, dirigidas a toda la familia, utilizando una metodologa participativa e integradora entre padres e hijos, y la cual tiene por objeto prevenir el consumo de drogas y fortalecer las relaciones, desarrollando dinmicas recreativas que sirvan como alternativas de vida vlidas para distraer a la comunidad y alejarla del consumo ilcito de drogas, dando a conocer herramientas de prevencin aplicables en el seno del pilar bsico de la sociedad. La Jenant cuenta tambin con los Programas de Sensibilizacin en Antinarcticos, dirigidos por una parte a los establecimientos educacionales a padres, docentes y alumnos. Y en segunda instancia, se llega al mbito de la empresa privada, dividido en dos niveles, uno para los administrativos (ejecutivos, directivos, gerentes) y otro para el personal que compone la mano de obra y sociedad en general, incluyendo en este programa lo que son las exposiciones fotogrficas realizadas por el Departamento de Educacin a nivel nacional. Finalmente, se debe destacar el Programa de Asesoras Antinarcticos que otorga asesora a instituciones pblicas y privadas en la implementacin de trabajos y polticas antinarcticos, dando a conocer las directrices impartidas por el Supremo Gobierno y las metodologas aprendidas en ms de 40 aos de experiencia en el trabajo de control y

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prevencin del consumo de drogas. Dirigido principalmente a ramas de la defensa nacional, justicia, municipios, empresas e instituciones preocupadas por el tema. Con todo ello, sumado a otras actividades en materias de prevencin, durante el 2008 la cantidad de personas capacitadas por la Jenant y su Departamento de Educacin Antinarcticos fue de 308.716 a nivel nacional. Resulta evidente que estos ejemplos no recogen la diversidad de acciones en pro de la comunidad que realiza la PDI en todo el territorio nacional, pero en cierta forma dimensionan el alcance e impacto que estas charlas y formulas de trabajo prosociales alcanzan, siendo elaboradas por personal altamente calificado, pero dejan entrever la necesidad de incorporar dispositivos o modelos de gestin y administracin de muchos otros proyectos que pondrn a la accin comunitaria y gestin de la cultura policial como tema prioritario del desarrollo preventivoeducativo local, regional y nacional, debiendo para ello mejorar las condiciones en que se desarrolla el acercamiento a la comunidad, a fin de cubrir prioridades de infraestructura, estudio de costos de produccin y modalidades de financiamiento para nuevos emprendimientos u otros en curso, y asistir oportunamente la elaboracin de planes de gestin y asistencia para cada Regin Policial.

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LA NECESIDAD DE UNA INVESTIGACIN CIENTFICA


Consideraciones criminalsticas en busca de la excelencia y calidad
GILBERTO LOCH REYES*

a investigacin criminalstica es una actividad profesional compleja, que necesita de un trabajo fundamentado en slidos conocimientos de las variadas disciplinas cientficas que participan en las diferentes etapas de la investigacin. La experiencia emprica de aos de trabajo en la pesquisa de delitos complejos permite comprender que uno de los factores que originan errores en la formulacin de hiptesis, juicios o otros razonamientos que tcnicamente se involucran en el desarrollo del procedimiento penal, es simplemente la falta de rigurosidad en el uso del mtodo cientfico y la carencia de conocimientos que brinda la criminalstica para reconocer, comprender y evaluar distintos aspectos tcnicos que se presentan en la indagacin de un delito. Dicho esto, queda claro entonces que la investigacin criminalstica es una tarea sistemtica y metdica, de carcter social y grupal, que se construye sobre la base de conocimientos que se acumulan y que est puesta siempre al servicio de la bsqueda de la verdad. Ello exige una manera organizada y ordenada de trabajar y hacer las cosas, actuando con un propsito determinado: obtener conocimientos referentes a un conjunto de aspectos o hechos de inters judicial. Una investigacin cientfica criminalstica se hace significativa cuando logra identificar problemas, descubre interrelaciones entre los fenmenos y las variables ocurridas. En este orden de ideas, la ciencia y la tecnologa, con su imprevisible desarrollo, aporta da a da conocimientos antes desconocidos para abordar la indagacin de delitos, trasPrefecto Inspector, Jefe de la V Regin Policial Valparaso.

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formando la criminalstica en una disciplina exigente y de alta calificacin profesional. Hoy, a travs del mtodo cientfico, el conocimiento racional y la aplicacin rigurosa de la ciencia y la tecnologa, es posible una nueva perspectiva para observar el lugar donde se ha producido un hecho de inters criminalstico, entregando evidencias objetivas que permiten esclarecer el delito investigado, sustentado en la obtencin de pruebas o evidencias tiles y vlidas procesalmente, ms all de los testimonios de personas. Se trata entonces, de demostrar, fuera de toda duda razonable, que lo que se afirma est apoyado en pruebas cientficamente respaldadas y vlidas segn las exigencias procesales. Saber ver con los ojos y la razn y mirar a travs de instrumentos de ltima generacin, ser la clave fundamental para los nuevos investigadores.

BSQUEDA DE LA VERDAD
El fsico Albert Einstein afirm en una ocasin que ms hermosa que la verdad es la bsqueda de la verdad. Definitivamente el famoso cientfico se refera a la belleza que est oculta detrs de los procedimientos seguidos en cualquier investigacin para descubrir la verdad. Siguiendo esta premisa, la aplicacin del mtodo cientfico en la construccin de un objeto de estudio es un elemento caracterstico de cualquier ciencia; es por ello que la ciencia penal no escapa a la necesidad de establecer igualmente un rigor metdico en las investigaciones judiciales que son parte de un proceso penal y cuyo fin primordial es el hallazgo de la verdad acaecida a consecuencia de un hecho criminal. El proceso de investigacin criminal con fines judiciales requiere de un conocimiento relevante para la comprensin y el anlisis de los hechos a pesquisar. Una investigacin es un proyecto de verdad, cuyo fin es establecer una hiptesis que pueda ser sometida empricamente a un proceso de verificacin, basndose todo ello en una evidencia que debe ser cientfica y legalmente establecida. Concretamente, la investigacin criminalstica tiene como fin primordial determinar qu sucedi con anterioridad, por lo que la validez lgica de tal reconstruccin depende del rigor cientfico seguido en las tcnicas de recopilacin de los indicios materiales, que originarn el material probatorio para la edificacin de la verdad procesal.

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METODOLOGA INVESTIGATIVA
La investigacin de delitos complejos implica forzosamente cumplir procedimientos que nos permitan alcanzar el fin que procuramos. No es posible obtener un conocimiento racional, sistemtico y organizado actuando de cualquier modo; es necesario seguir un mtodo, un camino que nos aproxime a una determinada meta. El mtodo es el procedimiento o conjunto de procedimientos que se utilizan para obtener el conocimiento. El estudio del mtodo o de los mtodos, si se quiere dar al concepto un alcance ms general se denomina metodologa, y abarca los diversos procedimientos concretos que se emplean en las investigaciones y la discusin acerca de sus caractersticas, cualidades y debilidades. No existen mtodos nicos e inflexibles de investigacin. La experiencia histrica muestra que los procedimientos cambian, porque son distintos los delitos y las modalidades que se van planteando y, por tanto, los instrumentos deben adaptarse forzosamente a las particulares caractersticas del caso en particular. La investigacin es un proceso creativo, plagado de dificultades imprevistas, de obstculos de todo tipo. Por ello, la nica manera de abordar con xito un delito es empleando la metodologa investigativa partiendo de criterios comunes, considerando en su evolucin un conjunto de variables para conseguir resultados en la pesquisa policial.

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CONSIDERACIONES
INVESTIGACIN

GENERALES

SOBRE

EL

ESCENARIO

DE

El elemento central e inicial de toda investigacin es el sitio del suceso. Teniendo muy claro esto, debemos sealar que la mayora de las escenas de crimen cuentan una historia. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las historias, en general, tienen un comienzo, personajes, conflictos, un desenlace y un final. Estas historias son escritas por autores que dirigen a sus lectores hacia un final predeterminado. Por su parte, la verdad criminalstica histrica que se obtenga de una escena de crimen depender por lo general del conocimiento, habilidad y experiencia de los investigadores a quienes se les deleg el caso. Las habilidades de los investigadores para analizar la escena del crimen y para determinar quin, qu, porqu y cmo se desarroll la historia del cri-

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men es fundamental para asegurar un final satisfactorio, esto es, el hallazgo de la verdad y la identificacin y aprehensin del victimario. Los investigadores deben tener muy claro que el final depende del anlisis de las dinmicas del comportamiento humano. Estas caractersticas individuales trabajan en concierto para causar que cada persona acte, reaccione, funcione o realice cosas en una forma nica y especfica. El comportamiento individualista generalmente se mantiene consistente, sin importar la actividad que se realiza. La dinmica que se constata a partir del anlisis de la escena del crimen involucra, como ya se ha dicho, todas las formas del comportamiento humano, teniendo presente que nuestra aproximacin al escenario del delito persigue buscar pistas de este comportamiento. Sin lugar a dudas, a lo que todos debemos aspirar es a convertirnos en investigadores diagnosticadores, capaces de encontrar y descifrar los mensajes ms ocultos e imperceptibles de las dinmicas de este comportamiento, capaces de reconocer e interpretar sus diferentes manifestaciones, para poder as tambin hacer las preguntas correctas para obtener respuestas vlidas.

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EXCELENCIA Y CALIDAD INVESTIGATIVA


Lograr la excelencia y calidad se constituye en nuestro principal reto y aspiracin como profesionales de la investigacin. Si bien es cierto, el mtodo cientfico nos entrega una forma ordenada y sistemtica de hacer las cosas, existen tambin otras variables necesarias de considerar para conseguir y asegurar el xito que buscamos. Planteo, entonces, que un factor determinante en el cumplimiento de los objetivos de una organizacin son las personas, por cuanto son ellas las que en definitiva planificarn, implementarn y ejecutarn el trabajo. De esta manera, toda mejora de calidad de servicios, aunque se tenga una metodologa y una estructura organizada de trabajo, estar irremediablemente ligada a la actitud, condiciones individuales, profesionales y desarrollo eficiente de las personas. Conseguir la calidad en una organizacin es la ms importante de las tareas y ella se refiere, simplemente, a lograr la satisfaccin o superacin de las necesidades y expectativas a quien o quienes le prestamos un servicio, que, para el caso de nuestra institucin, se relaciona con la seguridad y la justicia de la sociedad en general. Para alcanzar este logro debemos promover y enfatizar una cultura

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permanente de mejoramiento continuo, que permita desarrollar a su mxima expresin las habilidades y destrezas de nuestros investigadores mediante mtodos modernos de entrenamiento y educacin. Analizaremos a continuacin algunas temticas y conceptos relacionados con la excelencia y calidad a que aspiramos, con la actitud requerida y con todas aquellas condiciones personales y profesionales necesarias para alcanzar los objetivos propuestos y el xito de la organizacin.

LIDERAZGO Y MANDO
La direccin investigativa se ha movido durante muchos aos bajo las funciones de mando y control. Esta situacin est siendo cada vez ms reevaluada, dando paso a una mayor autonoma en todos los niveles organizacionales. Dicho esto, cabe preguntarse por qu algunos jefes son capaces de obtener mejores resultados que otros. Qu genera la diferencia? Puede ser la forma en que algunos jefes organizan su trabajo. Tambin puede ser la manera como aplican su autoridad y ella es aceptada por los subordinados. Mientras que otros sealan que son importantes los lazos de afinidad o de simpata que se generan entre las partes, es decir, la respuesta que obtiene de su grupo de trabajo. En realidad encontrar recetas mgicas para asegurar el xito de la gestin es complejo; sin embargo, existen conceptos fundamentales que indican que una direccin eficiente slo podr lograrse si el lder tiene las condiciones personales adecuadas, posee los conocimientos necesarios, sabe ejercer la autoridad y utiliza mtodos de trabajo apropiados. Las condiciones personales que se requieren en un jefe dependen de la naturaleza y de la importancia de la funcin que cumple. Mientras ms alta es su responsabilidad, mayor debe ser su capacidad de administracin. Ahora bien, el descubrimiento del fenmeno motivacin hizo ver que esta capacidad de administracin deba complementarse con otros atributos que hiciesen aparecer todas las virtudes del equipo de trabajo. As es como ha sido posible diferenciar entre un jefe con caractersticas de administrador, en el sentido de que sabe manejar mtodos, procedimientos y controles, y un jefe con caractersticas de lder. El primero se desempea bien en medios de poca incertidumbre. El segundo lo hace mejor cuando las actividades son inciertas y se ven afectadas por presiones de tiempo y de recursos. Se dice que un lder hace las cosas correctas (efica-

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cia) y un administrador las cosas en forma correcta (eficiencia). Tambin se seala: El lder no solo administra, sino tambin fija rumbos; alinea gente; motiva e inspira a sus seguidores.

EQUIPOS DE ALTO RENDIMIENTO


Hay muchos objetivos que no dependen del buen desempeo de una persona, ni siquiera de varias aisladas, sino del funcionamiento de un grupo de personas con sus formas de relacionarse, normas e, inclusive, sentimientos. Un equipo de trabajo es una organizacin social con identidad propia que experimenta ciertas dinmicas y produce resultados que van ms all de la suma de sus partes. Liderar un equipo, por lo tanto, es ms complejo que liderar a un conjunto o grupo de personas. No todos los equipos funcionan igual, algunos no consiguen despegar, otros obtienen resultados por debajo de las expectativas. Otros, en cambio, son capaces de alcanzar metas que sorprenden. Qu hace que un equipo funcione bien? Cul es el papel que tiene el lder del equipo en este proceso? El equipo no es una realidad que viene dada, sino una realidad en movimiento que hay que desarrollar en forma adecuada. En esto juega un papel fundamental el lder, quien debe saber descifrar las caractersticas de cada situacin y adaptar su conducta de acuerdo a ello. sta es la base del liderazgo situacional. Hemos enfatizado lo importante que es reconocer el nivel de madurez de los seguidores y el grado de participacin que resulta apropiado darles segn la decisin a tomar. Si una persona sobresale como lder, es gracias a sus subordinados. El lder debe tener conciencia de esta realidad. Por ello, una responsabilidad esencial es saber elegir un buen equipo de trabajo. Este es el primer paso. A continuacin ocurre algo que nosotros, como seres sociales, no podemos evitar. Por el solo hecho de estar juntos se afecta nuestra conducta. Las personas que forman los grupos se influyen mutuamente de muchas formas. Esto ocurre a veces sin darnos cuenta, pero el lder debe tomar conciencia de que es la persona del grupo que tiene el mayor grado de influencia sobre las dems. De aqu nace su responsabilidad en la direccin del grupo, por lo que el siguiente paso es saber cules son las estrategias que le pueden dar mejor resultado. Por ltimo, el lder debe manejar el grupo en tiempos buenos y malos. Los equipos pasan por distintas etapas y algunas son muy difciles. La

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lentitud, el conflicto y la ineficiencia afectan la buena relacin entre las personas y los resultados del grupo.

GRUPO EXITOSO?
Cmo evaluar si el equipo funciona bien? Existen varias maneras. La ms evidente es el logro de la tarea para la cual se form el equipo. Un equipo exitoso es el que consigue el objetivo para el cual fue formado. Pero si todos los miembros del equipo terminan peleados entre s, el equipo puede haber sido efectivo para el propsito, pero no para las personas. Para medir la efectividad de un equipo, el cumplimiento de la tarea es importante y el proceso que se utiliza tambin: si se logr el compromiso de los miembros, si la experiencia es repetible. Tambin, cuando los equipos se establecen para un plazo largo, se busca que cada miembro tenga la oportunidad de desarrollarse profesional y personalmente. As, el xito de un equipo se mide en dos dimensiones:

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El logro de la tarea: Referido al grado en que el resultado del trabajo grupal cumpli con los estndares de cantidad, calidad y tiempo requerido para dicha labor, todo ello verificado mediante sistemas objetivos de medicin de la satisfaccin, evaluada por los usuarios o clientes de su servicio. El proceso utilizado para conseguir la tarea: Referido a los mecanismos, modalidades o procesos empleados para llevar a cabo el trabajo y la capacidad desarrollada o advertida por los miembros del equipo para actuar juntos en forma interdependiente en el futuro. Existen grupos que operan de un modo tal antagonismo mutuo que sera imposible que volvieran a trabajar juntos, aceptando inclusive un fracaso colectivo antes que compartir conocimientos individuales. En otros grupos, sin embargo, cada vez ms los miembros tienen mayores destrezas en el trabajo conjunto, lo que da como resultado una unidad de creciente capacidad.

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LA ESTRATEGIA EN LA INVESTIGACIN CRIMINALSTICA


El proceso de revisin de la estrategia a seguir debe incluir una etapa donde se identifican todas las variables que se enfrentan, mediante un amplio debate estimulado por antecedentes relevantes. Lo recomendable es no tomar decisiones, sino que concentrarse en el levantamiento exhaustivo de ideas o antecedentes que potencialmente podran estructurar los caminos de solucin de un problema. Las decisiones se toman en una segunda etapa del proceso, que corresponde a la formulacin propiamente tal, donde la oportunidad de ser creativo expira. Cumplida la etapa de creatividad y divergencia, el proceso tiene que converger a una estrategia bien perfilada. Concluida esta fase, el lder y el personal ms experimentado deben utilizar el mximo rigor posible para tomar decisiones, para elegir cules de las muchas ideas generadas en la primera etapa se implementarn y cules no. Una estrategia es un conjunto grande de decisiones que deben ser tomadas coherentemente; lo importante es hacer bien el todo, ms que hacer todo bien. Sin embargo, aunque pudiera pensarse que todas las decisiones son iguales, hay algunas ms iguales que otras. De las decisiones que componen una estrategia, muchas son incrementales y reversibles, cada una de impacto relativamente menor, y unas pocas son estratgicas e implican compromisos irreversibles. Las decisiones reversibles, que no implican costos para el xito de una investigacin, pueden gestionarse utilizando el mtodo de ensayo y error, pueden tomarse con un anlisis somero de su impacto, probarse y, si no resultan convenientes, rectificarse. Muchas de las decisiones identificadas en la etapa creativa del proceso son de este tipo. Las decisiones que implican situaciones irreversibles requieren un anlisis ms profundo que incluye usar el mtodo deductivo. Este ltimo consiste en evaluar las decisiones utilizando los principios de gestin para analizar las alternativas y elegir racionalmente.

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LA INNOVACIN EN LA INVESTIGACIN CRIMINALSTICA


La investigacin de delitos complejos implica muchas veces grandes dosis de creatividad e ingenio para su esclarecimiento. Por tanto, elegir ser detective creativo es esencial para alcanzar el xito que aspiramos. Cuando nos enfrentamos a un problema criminalstico debemos prestar atencin a nuestras reacciones y recordar, ms que lamentarnos, que es gran oportunidad para usar nuestra creatividad al servicio de la justicia y la verdad y tomar esta instancia, en definitiva, como un nuevo desafo. La mayora de nosotros nos quedamos muy tranquilos cuando tenemos un problema y encontramos la solucin como si fuera la nica posible. Sin embargo, la primera o las primeras ocurrencias son las ms corrientes, las que han pensado todos. Difcilmente saldrn las ideas ms creativas a la primera, pues por lo general las mejores ideas toman ms tiempo en producirse. Una buena prctica es acostumbramos a buscar siempre y cuando el tiempo y la situacin lo permitan ms de una alternativa frente a un problema. Hacerlo, aun cuando estemos satisfechos con las opciones encontradas, es un buen hbito. La tcnica llamada lluvia de ideas o brainstorming con la participacin de todos, nos ayudar a producir muchas alternativas y llegar a soluciones ms creativas. Un factor clave dentro de una institucin es la promocin de la innovacin. Ello no requiere de un esfuerzo en especial sino que es una forma de vida y constituye una parte integral de una frmula de xito. Una brigada especializada puede que hoy preste un excelente servicio y exista una gran demanda por l. Sin embargo, si no seguimos innovando podramos caer en una autocomplacencia muy peligrosa, que nos podra hacer proclive, sin lugar a dudas, a ser sobrepasados por otros, que pudieran eventualmente aspirar a prestar un mejor servicio.

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PROBLEMAS COMO OPORTUNIDADES


Un investigador creativo debe ver los problemas complejos como una oportunidad de crecimiento, como un desafo personal y profesional. Los problemas nos ofrecen una gran oportunidad para crecer profesionalmente, inclusive son una muy buena ocasin para chequear y poner a prueba nuestro talento creador e inteligencia. El resistir un problema no lo solucionar, slo ayudar a perpetuarlo. Es importante

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tener en cuenta que la mayora de los problemas se pueden transformar dependiendo del punto de vista del cual se miran. Esto se refiere al vaso medio lleno o medio vaco. La vida nos funciona bastante mejor cuando decidimos considerar el vaso medio lleno y pensar que mientras ms grande es el problema, mayor es la oportunidad o el desafo. Un cambio de percepcin no cambia los hechos, pero s puede modificar el significado, importancia e interpretacin que les demos a stos.

RIESGOS CALCULADOS
Hoy estamos obsesionados por el xito: es prcticamente lo nico que vale la pena mostrar y hacemos un gran esfuerzo por cubrir nuestros fracasos. Por otra parte, la mayora de las personas tenemos mucho miedo de tomar riesgos, especialmente por el temor a fracasar. Analizndolo con mayor profundidad, muchas veces no es tanto el miedo al fracaso, sino a la opinin de los otros si nos va mal (generalmente, un montn de desconocidos): el qu dirn. Por ello, mucha gente evita los riesgos. Obviamente nos referimos a riesgos evaluados, no a la accin impulsiva de hacer lo primero que se nos ocurre; no es una licencia para el descuido. Sin embargo, el fracaso es un paso necesario para lograr xito. Por lo general, uno va a tener que experimentar muchos reveses antes de lograr el xito. Lo fundamental es saber manejar el fracaso. Muchas personas no se dan cuenta de que el xito viene despus de muchas frustraciones. Usualmente, los traspis de las personas exitosas no son conocidos y queda la impresin de que han sido siempre triunfadoras o que el xito es un estado permanente. El camino al xito est pavimentado de malogros y ms vale familiarizarse con ellos y pensar que, al tomar riesgos e intentar cosas nuevas, las posibilidades de fracasar o cometer errores aumentan. Lo ms importante es aprender de estos errores. La experiencia demuestra que las personas exitosas no le temen mayormente al riesgo, ya que poseen una gran habilidad para manejar el fracaso; ste no los detiene, aprenden de l, son monos porfiados: se caen y se levantan una y otra vez. Los grandes investigadores saben que no se alcanza el xito sin tropiezos en el camino. Por tanto, siempre hay que estar preparado para los obstculos que se puedan presentar. Lo importante, como ya se ha dicho, es sobreponerse a ellos y no dejar que stos nos sobrepasen. Siempre exis-

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tirn dificultades, lo necesario ser perseverar, perseverar y perseverar, pensar en forma estratgica, no slo tctica, procurando siempre actuar en forma proactiva y no reactiva.

PERSISTENCIA
Ser perseverante constituye una de las caractersticas bsicas de un buen investigador de delitos complejos. Para ello, son fundamentales las ganas de disfrutar lo que uno hace y la pasin que se le imprime a cada desafo investigativo. Que algo sea difcil de hacer o de lograr no es razn suficiente para abandonarlo. Hoy vemos muchas situaciones de xito policiales, pero poco sabemos del trabajo duro y la persistencia que hay detrs. Un viejo detective segua investigando un crimen tras haber fallado ms de 30 veces en la captura del homicida. Un joven detective le pregunt: Por qu usted persiste en la bsqueda si ha fallado en ms de 30 oportunidades? l le respondi: No he fallado ni una sola vez. Ahora s 30 formas distintas de cmo no hacerlo. Su persistencia fue tan grande que al final, tras 9 aos de trabajo, logr atrapar al homicida. En la innovacin, como en cualquier otro esfuerzo, hay talento, hay ingenio y hay conocimiento. Pero, en ltimo trmino, lo que se requiere es trabajo duro, enfocado y decidido. Si faltan la diligencia, la perseverancia y el compromiso, el ingenio y el conocimiento no sirven de nada.

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INVESTIGADOR INSACIABLE
Sin duda, cada da tenemos una mayor especializacin por rea de delitos. Esto, a pesar de tener varias ventajas, tambin promueve el que busquemos respuestas a nuestros problemas en un rea muy delimitada, lo que no favorece a veces encontrar soluciones muy creativas. Es muy importante ser un explorador, mirar, preguntar y escuchar, buscar ideas fuera de nuestras reas o zona de confort, de modo de ir ampliando el espectro de conocimientos y poder as integrar diversas visiones para dar soluciones a un problema. La expresin sta no es mi rea debera estar fuera de nuestro vocabulario.

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MOTIVACIN
La motivacin, en palabras simples, es la forma como a un detective se le conduce a aumentar el amor y la pasin por su trabajo. Un polica puede tener grandes pergaminos y gran experiencia laboral, al igual que una gran habilidad investigativa; pero es la motivacin lo que realmente determinar lo que har y el xito que obtendr. Histricamente todos usamos una combinacin de incentivos basados en la la zanahoria y el garrote para controlar a los investigadores. Sin embargo, sa es una combinacin peligrosa por cuanto el motor que tienen los trabajadores no es el gusto de lo que se hace, sino los incentivos que se van a recibir o los castigos que van a evitar. Convertirse en un gran motivador significa lograr que sus subordinados se apasionen por su trabajo. Que en el plano laboral se comprometan con su tarea por el desafo que sta conlleva y porque disfrutan con hacerla. Sin embargo, todos los seres humanos por mucho que nos guste lo que hacemos, necesitamos or y, ms an, sentir que nuestro trabajo es importante. Es vital entonces reconocer generosa, abierta y pblicamente el trabajo de personas y equipos, aun antes de que se conozca el real impacto de ste: no seamos tacaos con los piropos. A veces nos cuesta reconocer un buen trabajo o el xito de los otros; quizs pensamos que eso nos hace vernos ms dbiles o menos competentes frente a los dems. Es necesario darles el crdito a las personas o equipos involucrados y no atribuirse el mrito de algo que uno no ha realizado, aunque uno sea el jefe. El atribuirse acciones o diligencias que no son propias, crea rabia e impotencia y cada vez se generar ms antipata, porque siempre estar latente la pregunta Para qu hacerlo, si otro se llevar el reconocimiento?.

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UN CONTINUO APRENDIZAJE
En un mundo tan cambiante, lleno de tecnologa que evoluciona da a da, la habilidad de capacitarse y aprender puede ser la diferencia entre un polica normal y otro de nivel superior. La clave del aprendizaje no es evitar cometer errores, pero s aprender de ellos. Hay algunos que no estn abiertos al aprendizaje, ni siquiera a aprender de sus errores, y los repiten una y otra vez, sintiendo nuevamente la misma frustracin. Las nuevas situaciones e informaciones que recibimos, nos obligan a estar

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abiertos a un aprendizaje continuo para poder ir rediseando y ajustando nuestras capacidades y habilidades al servicio de la investigacin.

RECOLECCIN DE BUENAS IDEAS


Los buenos investigadores generan ideas que otros, por lo general, las ven como raras, sin ninguna utilidad, por lo que son rechazadas. Luego la persona creativa trata de convencer a los otros y, al lograrlo, poco a poco va aumentando el valor de esa idea. Siempre se deben buscar ambientes en los cuales los subordinados se sientan seguros de dar nuevas ideas, no acallando las opiniones que expresen o descalificndolas desde una posicin mayoritaria. Un clima organizacional que incentive, promueva y acepte la opinin quizs logre que algunos salgan de su cascarn y se atrevan a aportar.

DESCUBRIENDO TALENTOS
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Si queremos buenos investigadores debemos saber reconocer quines lo son. Recuerden utilizar diversas formas de reconocimiento. Un jefe hbil es aquel que sabe identificar las capacidades de los integrantes de su equipo de trabajo y emplearlas en beneficio del xito de la investigacin. Este reconocimiento, junto con las capacidades necesarias, debe llevar implcita la deteccin por la pasin por lo que se hace, esto ltimo no asegura por s solo un trabajo eficiente; pero el desagrado con lo que se hace s garantiza la total ausencia de ese deseo y ganas de aportar al esclarecimiento de un caso. Por lo anterior, un lder inteligente que descubra, reclute y dirija personas con mezclas de compromiso, deseos, ganas y capacidades, permitir encontrar buenos investigadores con los talentos necesarios para alcanzar el xito en cualquier investigacin.

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TICA EN LA INVESTIGACIN CRIMINALSTICA


Actuar ticamente no es un asunto de sentimientos ni emociones. Quien es capaz de distinguir, analizar y reflexionar para conseguir lo mejor en una situacin, ocupando la racionalidad cientfico-tecnolgica y tica a la vez, tiene la capacidad de distinguir lo que es un bien de lo

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que no lo es. Desgraciadamente, no siempre es fcil saber lo que hay que hacer. Son muchos los valores y complejidades en juego. Esto implica que debemos prepararnos adecuadamente y educarnos para aspirar siempre a aquello que es lo bueno, lo justo, lo correcto y lo mejor, porque es lo que nos dignifica; en definitiva, buscar siempre la verdad y la justicia. La dificultad de las decisiones exige nuestros mejores esfuerzos. Necesitamos de una buena metodologa de anlisis para formarnos un juicio moral adecuado y actuar en consecuencia. Un anlisis profundo debe ayudarnos a reconocer y calificar los dilemas ticos que se nos puedan presentar en una investigacin criminalstica.

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ARTCULO
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LA GESTIN DE LA SEGURIDAD PBLICA Y CIUDADANA EN PASES EN EL CONO SUR: CONDICIONES NECESARIAS PARA EL DESARROLLO DE POLTICAS Y LA EJECUCIN DE PROGRAMAS
PATRICIO TUDELA POBLETE (PH.D.) *

I. INTRODUCCIN

ntre los aos 2005 y 2007 el Banco Interamericano de Desarrollo promovi los estudios Polticas Pblicas de Seguridad Ciudadana: Los casos de Argentina, Chile y Uruguay y Valoracin de las Polticas de Seguridad Pblica y Ciudadana en Brasil: Fortalezas y oportunidades de la gestin contra el delito violento con el propsito de conocer el estado de la seguridad pblica y ciudadana en los pases y, asimismo, identificar el nivel de desarrollo de la gestin pblica en el sector1. Aqu se resumen los hallazgos y principales conclusiones de los estudios mencionados relativos a los obstculos observados para una gestin eficiente y eficaz en materia de prevencin de la criminalidad y la violencia en los pases. Dichas monografas permitieron revisar las iniciativas gubernamentales, analizar las polticas en el ltimo quinquenio y entrevistar a ms de 70 actores relevantes, entre autoridades de los gobierno en el nivel central y local, jefes de policas, jefes de servicios pblicos involucrados en la prevencin y control del crimen y la violencia, y especialistas de centros de

Dr. en Antropologa (Alemania), Master en Gestin y Direccin de la Seguridad (Espaa), Profesor de Academia Superior de Estudios Policiales y Profesor de la Facultad de Ciencia Sociales de la Universidad de Chile. Es miembro del Centro de Investigacin y Desarrollo Policial (CIDEPOL) de la Polica de Investigaciones de Chile. 1 Los estudios fueron financiados por la Divisin de Programas Sociales de la I Regin y estuvieron bajo la supervisin de Beatriz Lpez.

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investigacin y universidades. Las investigaciones desarrolladas permitieron conocer la capacidad y la respuesta estatal en el sector y caracterizar una serie de factores estructurales relevantes que explican la importante brecha entre las propuestas (polticas y programas) y lo que en definitiva se logra hacer o ejecutar, entre las expectativas, los componentes de las iniciativas y el desempeo de aparato pblico para abordar las demandas. Cules son las debilidades de las respuestas del Estado frente a la inseguridad? Qu elementos comunes se observan en los pases examinados? Hay cambios en las fuerzas poltico-institucionales, culturales y sociales que propicien respuestas ms eficaces ante el aumento del crimen, de la violencia y la inseguridad de las personas en los ltimos aos? Con una perspectiva estructural y sistmica aqu comparamos los componentes ms importantes que caracterizan la gestin pblica en cuatro pases de Sudamrica Argentina, Brasil, Chile y Uruguay que condicionan sustantivamente la naturaleza y calidad de la respuesta de los Estados y de los gobiernos en el campo de la seguridad pblica y ciudadana. Las observaciones se ordenan en torno a diversas dimensiones y toman como base distintos descriptores. Las dimensiones ms relevantes son: i) Gestin de la informacin; ii) Desarrollo o estructuracin del sistema estatal-gubernamental; iii) Doctrina, enfoque y poltica; iv) Disponibilidad de recursos de recursos humanos, tcnicos y econmicos; v) Marco de referencia institucional; vi) Participacin ciudadana; vii) Gestin por resultados (control y evaluacin, los impactos y eficacia). La identificacin de elementos recurrentes con un acento en debilidades de planificacin, de ejecucin, de monitoreo y evaluacin de polticas y programas en el sector contribuye a la reflexin y a vislumbrar el camino que an nos queda por recorrer para superar algunos obstculos en cada pas y asegurar, en consecuencia, una mejor gestin en el sector.

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II. CONTEXTO Y ENFOQUE


El panorama de la seguridad pblica y ciudadana en los pases del Cono Sur es preocupante. Las estadsticas oficiales de los ministerios con competencias en materias de seguridad pblica, de las policas y de tribunales en cada pas, as como diversos estudios de opinin y diagnsticos realizados, revelan que si bien se han hecho y se estn emprendiendo esfuerzos importantes, al mismo tiempo, no hay avances sustantivos. Hay muchas expectativas y no faltan propuestas de solucin. Hay una creciente inquietud tanto en la sociedad como en el nivel poltico, y un abrumador aumento de la inseguridad y la insatisfaccin ciudadana. En efecto, en la ltima dcada se han elevado los ndices de criminalidad y de temor, ha aumentado el trfico y el consumo de drogas, y la violencia se reproduce y manifiesta de mltiples maneras, particularmente en los principales centros urbanos. La mayora de la gente cree que ser vctima de un delito. El temor se acrecienta y hay una mayor percepcin de riesgo y vulnerabilidad. Al mismo tiempo que se afirma que la delincuencia ha aumentado, una mayora sostiene que la inseguridad ha empeorado en el ltimo ao. El temor al delito es un problema social importante, confirmado a travs de estudios de opinin. Es evidente que son necesarias intervenciones que no apunten nicamente a reducir el delito sino los niveles de inseguridad subjetiva. En este marco de mayor inseguridad, se han incrementado las demandas de seguridad y justicia. Las autoridades y los organismos pblicos responsables se encuentran en medio de un huracn y la inquietud por la eficacia de la polica y de los servicios de justicia hace de estas facetas de la gestin de la seguridad un tema central y controvertido. Es notorio tambin el escaso optimismo ante la gestin de las autoridades en el sector. Cada pas enfrenta la misma necesidad, esto es, contar con un conjunto de organismos pblicos y privados, nacionales y locales, que se relacionen entre s actuando concertada y ordenadamente, coordinados por una ley, una poltica y principios o normas de actuacin, con la funcin de anticipar y reaccionar ante los problemas de inseguridad pblica y ciudadana, con el objeto de reducir sus causas y efectos a travs de instrumentos (estrategias, planes y/o programas, recursos tcnicos y humanos, lo-

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gsticos y materiales), para proveer prestaciones suficientes y efectivas ante los estados de necesidad social e individual, formando parte del sistema de proteccin civil y social de una sociedad (Tudela y Lpez 2005: 5). Esta falta de optimismo evidencia problemas de eficiencia y eficacia, la insuficiencia de acciones concertadas y coordinadas entre organismos pblicos y privados, nacionales y locales, y -a su vez- de consenso entre actores, instituciones y diversos sectores de la sociedad respecto del diagnstico y de las intervenciones necesarias para mejorar los niveles de seguridad pblica y ciudadana, entendidas como el ejercicio del derecho a la seguridad y la justicia y la proteccin o prevencin contra el crimen y la violencia. El debate pblico esta subjetivado por representaciones sociales dominantes sobre los problemas de la inseguridad. El crimen y la droga, los jvenes y la pobreza, as como el funcionamiento de la polica y la justicia son motivos de preocupacin, pues se afirma generalmente que las intervenciones se centran por ejemplo en la actuacin de la polica y no en la prevencin social. Por lo general, se estima que el esfuerzo de prevencin en sus distintas modalidades y tipos es insuficiente. Tambin se seala la existencia de percepciones de discriminacin social e inequidad en los servicios del Estado. En sntesis, la inseguridad se agrava y las implicancias que la vinculan a las condiciones sociales, econmicas, institucionales y simblico-culturales se siguen reproduciendo, y tampoco tienden a mejorar. Los recursos humanos, tcnicos y econmicos que disponen los Estados y las instituciones pblicas no parecen suficientes en relacin a la demanda. Sin embargo, se trata ms de insuficiencias en los modelos de gestin que de cualquier otra cosa. Al margen de la envergadura y el grado, las respuestas a la inseguridad pblica y ciudadana, el debate pblico y el desarrollo de las polticas del sector poseen atributos similares en los cuatro pases. Hay problemas, presiones y condicionamientos estructurales comunes, que son factores crticos. Las formas y estrategias de prevencin y control del delito y la violencia de un pas reproducen y reflejan en gran medida el orden social en l. Las transformaciones en la polica, el rol de la teora criminolgica, el valor social del castigo, los nfasis de las polticas penales dominantes, la labor judicial, el papel de la seguridad privada, el tratamiento de las vctimas, entre otros campos vinculados, interactan como campo insufi-

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cientemente estructurado. Estos son componentes decisivos en todo esfuerzo sistemtico e integral dirigido a mejorar la prevencin y la justicia penal. A lo anterior debemos agregar que mientras las decisiones y la elaboracin de polticas pblicas son tpicamente reactivas y corte poltico-ideolgico (caracterstica que debe ser asumida como un dato de la causa), la poltica y las polticas de seguridad incluida la poltica criminal se vuelven sustantivas en el debate electoral2. Ellas se hallan atrapadas generalmente en las exigencias de la competencia electoral (lo que refleja la necesidad de transitar desde polticas gubernamentales a polticas de Estado). En efecto, en cuanto a las respuestas para hacer frente al delito y la violencia y los procesos socio-institucionales que subyacen en la naturaleza y la calidad de stas, ningn pas constituye una excepcin, quizs porque los desarrollos econmicos, sociales y culturales en cada caso nos remiten al mismo escenario y contexto polticas inconclusas y una reforma del estado an en progreso y no difieren de los problemas propios de la modernidad latinoamericana. Esta suerte de modernidad tarda y controvertida que nos caracteriza juega hoy un papel crucial para entender las actuales formas y la calidad de las respuestas ante la inseguridad. En general, no hay suficiente consenso y compromiso sobre los diversos componentes de una poltica eficaz para la prevencin y control de la delincuencia y la violencia en cada caso. Si bien hay acuerdo sobre el cuadro general de la inseguridad, los emprendimientos tienden a concentrarse en determinadas prcticas que no muestran grandes resultados, porque no hay por ejemplo una cultura de la evaluacin suficientemente desarrollada en el Estado latinoamericano. No se evidencian prioridades compartidas sobre los problemas de gestin en el sector y sobre las posibles soluciones.

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De esta forma, el proceso de generacin y ejecucin se ha politizado con enfrentamientos ajenos a la naturaleza de los problemas mismos. La poltica pblica tiende a ser formulada por grupos polticos y asesores, ms que tcnicos. La disciplina poltica partidaria y el clculo poltico de corto plazo han llegado ser relevantes en este campo. Hay un empobrecimiento del debate y una curiosa convergencia de propuestas polticas entre los partidos dominantes del escenario pblico.

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El estado de desarrollo de polticas pblicas en el sector seguridad y justicia en los pases de la regin es insuficiente y muestran debilidades que afectan notablemente la calidad de las respuestas de los gobiernos nacionales, estaduales, regionales y locales, confirmando que en la prevencin del delito y la violencia no son decisivos slo las causas y los factores de riesgo, sino tambin cmo se trabaja y qu oportunidades reales hay para gestionar apropiadamente con eficiencia y eficacia los esfuerzos. No es slo un tema de suficiencia de recursos, hay factores crticos como son la insuficiente profesionalizacin del sector, la coordinacin inter-agencias y las escasas evaluaciones, entre otros. No obstante, hay preocupacin por introducir nuevos paradigmas de gestin en el sector. En los ltimos aos va surgiendo entre actores institucionales, polticos y especialistas una mirada comn sobre la necesidad de introducir principios y prcticas de gerencia pblica y metodologas de diseo, monitoreo y evaluacin de proyectos sociales, entre otras, en un campo tradicionalmente manejado con una cierta autarqua e independencia de la experiencia y de las enseanzas de otras reas de la gestin de las polticas pblicas en los pases. En suma, el panorama en cada pas presenta grados diferentes de desarrollo, de progresos y, asimismo, de debilidades en la gestin del sector en el perodo de anlisis. Aqu nos enfocamos en identificar elementos comunes que constituyen obstculos y nos concentramos en ciertas facetas de funcionamiento o de actuacin del aparato pblico que inciden directamente en la efectividad y la eficacia asociada a la prevencin del delito y la violencia en una sociedad, en las respuestas del Estado y de los gobiernos frente a la inseguridad asociada al crimen y la violencia. Buscamos, en definitiva, respuestas a una interrogante fundamental: por qu las cosas no funcionan? Responder esta pregunta ayuda, sin duda, a determinar la real capacidad de gestin y emprender soluciones. Cabe advertir, sin embargo, un peligro. Todo esfuerzo por escrutar patrones estructurales imposibles de destacar de otra forma involucra un riesgo. Esta revisin puede incurrir en un error de sobregeneralizacin y es posible que las conclusiones puedan contener omisiones involuntarias. Esto, sin embargo, no deslegitima el intento de inferir circunstancias estructurantes que explican dificultades o limita-

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ciones de gestin en el sector. Se trata de un rea de anlisis escasamente desarrollada, que requiere ms estudios de esta naturaleza y que exige que el propio campo de anlisis no slo se ocupe de la respuesta del Estado, sino tambin se enfoque tanto en las prcticas formales como informales de prevencin y control del delito, de la violencia y la inseguridad, incluyendo las matrices de pensamiento, de actuacin y los sentimientos que organizan y motivan las respuestas pblicas. Sin embargo, estas ltimas intereses, valores, sensibilidades, supuestos y compromisos culturales- son ms difciles de observar. Las culturas laborales y las culturas polticas asociadas a las prcticas de gestin en el sector pblico y el privado juegan un rol mucho ms decisivo. No obstante, en ocasiones esto no es ni evidente ni totalmente evidenciable.

III. PROBLEMAS IDNTICOS, RESPUESTAS SIMILARES


A pesar de las grandes diferencias que puedan citarse respecto al derecho, la cultura y la poltica, los pases enfrentan presiones similares que impulsan y demandan cambios en Estado en el nivel central y local. Si deliberadamente restamos importancia a los rasgos distintivos, como estructura social, niveles de desigualdad, tasa de criminalidad y violencia, derecho constitucional, cdigo penal, sistema y organizacin estatal, entre otros aspectos, puede sostenerse que cada pas est respondiendo ms o menos de manera similar y con estrategias o formas semejantes a idnticas exigencias, an con distintos grados de avance o desarrollo. Los desafos son ms similares que distintos.

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1. Gestin de la informacin Ms all de algn esfuerzo de alguna poca, no suele existir un diagnstico integral y actualizado, de carcter pblico, sobre el estado de la criminalidad y la violencia, en trminos de problemas relevantes, evolucin de los indicadores vinculados a la seguridad objetiva y subjetiva, factores causales, focalizacin, etc. Lo anterior no significa que no exista informacin relevante. Si bien en cada caso se dispone de informacin esencial, sta se encuentra dispersa y poco sistematizada. No hay una institucionalidad que coordine y promueva la generacin (produccin) de datos relevantes, no hay esfuerzos de produccin peridica. El siste-

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ma de informacin que aborda los aspectos ms sustantivos de la inseguridad suele ser precario. Las herramientas y fuentes de informacin disponibles privilegian un uso intensivo y casi nico de la estadstica policial y, luego, judicial. La parcialidad y escasa legitimidad pblica de stas es proporcional a su relevancia en la gestin. Los estudios de victimizacin, por su parte, son menos frecuentes y slo recientes, con limitaciones de cobertura en algunos casos. Aun cuando en los cuatro pases se ha instalado la prctica de aplicar encuestas, con excepcin de Chile no hay una estrategia que permita un uso ms intensivo de este tipo de antecedentes. La informacin disponible y de acceso pblico es limitada. No hay certeza y garanta de una aplicacin peridica, y tampoco hay mecanismos que promuevan su uso ms all de las fronteras de la institucin que se ocupa de su implementacin. No hay una asignacin de recursos suficiente que asegure la necesaria periodicidad y cobertura de esta herramienta. Hay esfuerzos, por cierto, focalizados en provincias o estados en Argentina y Brasil. Algo similar ocurre con el uso parcial de los sistemas de informacin geogrficos para georeferenciar la criminalidad. En efecto, luego de importantes inversiones en los principales centros urbanos hay sistemas de informacin geogrficos que permiten geoposicionar delitos y sucesos relevantes de/para la seguridad pblica y ciudadana. Su explotacin o aplicacin, sin embargo, se mantiene todava en un campo restringido. El uso de esta herramienta radica original y preferentemente en la prevencin situacional y policial (despliegue operativo de medios), particularmente orientado al control de delito, y escasamente en la prevencin social del delito. Las encuestas de percepcin u opinin pblica no son parte del paquete de herramientas o tcnicas que los organismos pblicos suelan emplear profusamente, si bien se les reconoce como necesarias. El inters en stas radica en su potencial como termmetro de la opinin pblica sobre la evaluacin de las actuaciones de los organismos pblico. Recin en el ltimo tiempo se observa una apertura a incluir la percepcin ciudadana, el temor y la inseguridad subjetiva como componentes y referentes claves para la gestin. Demostracin de ello es la evolucin de los instrumentos de medicin y sus contenidos. En todos

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los pases se necesitan estudios sistemticos y anlisis de este tipo, dirigidos a medir el carcter del temor y reacciones frente al delito, correlacionndolo con patrones reales de riesgo y victimizacin, en funcin de disear estrategias focalizadas y prcticas. Pero, tambin es necesario promover un uso intensivo de la informacin en las instituciones del sector cuando dichos estudios se realizan. En consecuencia, una debilidad importante en materia de gestin de informacin no radica nicamente en la parcialidad de la produccin sistemtica de antecedentes necesarios, si no tambin en la ausencia de una poltica inter-agencia, la falta de centralidad (que no signifique monopolizacin), as como en la ausencia de un sistema integrado de informaciones. Pero, ms relevante an es la ausencia de una poltica pblica en materia de informaciones, no existe an el concepto de uso de informacin para la promocin de polticas pblicas, slo existen esfuerzos limitados de diseminacin de datos referidos a la criminalidad y las manifestaciones ms graves de la violencia social.

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Con excepcin de Argentina, que posee una ley que regula este campo, en los dems pases se impone la fuerza de la costumbre, pues no hay un marco legal que defina con claridad la responsabilidad de determinadas autoridades e instituciones en la materia. Ello crea serias dificultades, por cuanto se reconoce, adems, cierta reticencia entre las instituciones a compartir informacin y a trabajar mancomunadamente. A su vez, destaca la ausencia de estrategias organizacionales de aprendizaje basado en el conocimiento y la experiencia acumulada en materia de gestin de polticas pblicas de seguridad (gestin del conocimiento). En sntesis, no hay un desarrollo suficiente de observatorios integrales de la criminalidad. El monitoreo de la violencia no es una prctica frecuente. Tampoco hay diagnsticos concluyentes relativos a identificar carencias en materia de gestin de la informacin en el aparato pblico y superar dichas debilidades estructurales en el mbito gubernamental (nivel central) y/o local (nivel descentralizado). En consecuencia, la posibilidad de disear en el nivel central e implementar descentralizadamente polticas comprensivas y programas de seguridad se ve comprometida.

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2. Desarrollo del sistema en el sector Aun cuando se reconocen esfuerzos en esa direccin, en los cuatro casos no hay un desarrollo suficiente del sistema de seguridad pblica y ciudadana que precisa el pas, coherente con la envergadura y naturaleza de los desafos que se imponen en los ltimos aos. Los esfuerzos que buscan construir con una filosofa de responsabilidades compartidas en el marco de un sistema o conjunto de organismos pblicos y privados, nacionales y locales, que se relacionan entre s actuando concertada y ordenadamente, coordinados eventualmente por una ley, una poltica y principios o normas de actuacin para responder a las demandas objetivas y subjetivas de inseguridad son a todas luces insuficientes. Por otra parte, aun cuando el lugar o relevancia de la seguridad ciudadana que conceden los gobiernos de turno en la agenda pblica no es materia de cuestionamiento, sta queda frecuentemente subordina y comprometida con el marco de referencia de los esfuerzos paralelos y las directrices de las polticas sociales en sectores tradicionales, como la educacin, la salud, la pobreza, etc. En general se suele confundir prevencin con poltica social, ecuacin que por cierto no es del todo acertada. De esta manera, la actuacin o gestin pblica preventiva ante la delincuencia y la violencia es un campo de actividad emergente que debe, primero, hacerse espacio entre instituciones y enfoques de ms larga data, validndose entre quienes presumen de la suficiencia de la respuesta policial y del sistema criminal, y de la distancia entre prevencin y promocin de factores de riesgo en el mbito de los delitos violentos y una poltica social, por ejemplo. Esta debilidad es reconocida por los actores. Al mismo tiempo, se seala la escasa permeabilidad de las instituciones a eventuales directrices emanadas de la(s) institucin(es) o autoridad(es) a cargo en el sector (la cultura y la prctica laboral se sujetan a principios de autora y autonoma entre las instituciones). De esta forma, no hay una institucionalidad suficiente que promueva y facilite la interaccin, la co-gestin intergubernamental e inter-agencias. La seguridad pblica y ciudadana no tiene un sector o referentes institucionales claramente definidos en cada pas.

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3.

Doctrina, enfoque y poltica

Se asume la inseguridad como un problema vinculado estrechamente a la criminalidad, la violencia y el desorden social. En ningn caso se desconoce la relevancia de la seguridad de las personas y cmo la inseguridad objetiva afecta el ejercicio de los derechos ciudadanos, pero en varios sentidos se trata de una problemtica polmica. Ms all de un debate que a veces es ideolgico y que se ordena en torno a la polarizacin gobierno/oposicin, se observan ciertas encrucijadas en relacin a la actuacin de autoridades e instituciones, que evidencian la falta de consensos y dificultan la construccin de coaliciones entre diversos sectores de la sociedad, tales como: polica/sociedad civil; represin/prevencin; conservadurismo/progresismo, seguridad pblica/ seguridad ciudadana; efectismo/eficacia, entre otros. Todava hay un problema de definicin y ajuste entre responsabilidades y roles. En rigor, no hay una poltica ni una institucionalidad desarrollada que englobe a los principales organismos, capaces de responder a procesos claves y estratgicos en el diseo, ejecucin y evaluacin. Tampoco hay acuerdo suficiente en materia de enfoques y prioridades, lo que no significa que la autoridad de turno no posea una carta de navegacin o una agenda propia. Una debilidad importante es, entonces, el carcter gubernamental de la agenda y la ausencia de mecanismos que aseguren una gestin estatal y supra gubernamental (poltica de Estado). Los cambios polticos en el nivel gubernamental constituyen amenazas y restan sustentabilidad y continuidad a las intervenciones y acciones del Estado. Por otro lado, se asume y presume como un logro significativo la existencia de una poltica que refleja e ilustra la preocupacin de la autoridad gubernamental en el sector. No obstante, ella no es suficientemente explcita y generalmente se compone de declaraciones que ponen ciertos nfasis. Ms all de las declamaciones, ella se confunde generalmente con el debate pblico y las frecuentes crisis de inseguridad de tono meditico. Con excepcin de Chile, no suele existir una formulacin explcita -documento pblico- que sirva de referente sistemtico de las acciones e intervenciones, que refleje los acuerdos y oriente o gue el rol de las instituciones en el sector, asimismo, los objetivos y metas en un perodo. De tal forma, es difcil comparar y medir grados de avance o retrazo en la gestin.

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La poltica de seguridad es difusa, al menos, y no incide suficientemente en la estructura y oferta pblica de servicios. Es motivo de cuestionamiento la brecha entre recursos dirigidos a la prevencin, el control, la sancin y la rehabilitacin de delincuentes. El reforzamiento del sistema penal, as como procesos vinculados a las instituciones y servicios pblicos, el escaso fortalecimiento de los gobiernos locales, entre otros aspectos, muestran inconsistencias y evidencian procesos inconclusos. No hay una orientacin y regulacin suficiente de la oferta desde el Estado. Esto explica en parte la creciente insatisfaccin ciudadana que se expresa en una mala evaluacin sobre el desempeo, la falta de confianza tanto en las autoridades e instituciones como en la polica y la justicia, y los mayores ndices de inseguridad subjetiva. En otras palabras, los indicadores de confianza, subdeclaracin de delitos, desconfianza a la polica, victimizacin, inseguridad subjetiva no reflejan impactos claramente positivos. Tampoco existen prcticas desarrolladas dirigidas a medir sistemticamente los distintos grados de satisfaccin ciudadana y la suficiencia de los servicios prestados por los organismos del sector para cubrir las demandas de la poblacin vulnerable a la criminalidad y la violencia.

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4. Disponibilidad de recursos de recursos humanos, tcnicos y econmicos En general, el perfil de recursos asignados y requeridos refleja el grado de institucionalizacin del sector. En rigor, las tendencias y los vaivenes que experimenta el presupuesto en un sector definido tradicionalmente de competencia restringidas para muchos la seguridad es todava materia de la polica, la escasa incidencia de referentes tcnicos o profesionales entrenados en los niveles estratgicos gubernamentales, situacin que se acompaa de la poca profesionalizacin en el rea, entre otros aspectos, explican las insuficiencias en planificacin y gestin plurianual (programas) y la escasa capacidad para promover la convergencia de recursos econmicos, tcnicos y humanos. De esta forma, un denominador comn es la concomitancia entre debilidad institucional e insuficiencia de medios y recursos necesarios.

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No existe una poltica presupuestaria evidenciable, que refleje de manera suficiente el compromiso de los recursos pblicos. De la misma forma, la escasa informacin disponible relativa a programas en el sector slo permite reconstruir ciertas facetas y encontrar indicios que poco ayudan a observar con claridad el rumbo de los esfuerzos y recursos, la suficiencia de stos y sus resultados. Hay muchas evidencias que permiten sostener, sin embargo, que hay una importante dispersin de esfuerzos, recursos y medios, y que esto se relaciona con la ausencia de prcticas permanentes de planificacin y la insuficiente fijacin y explicitacin de objetivos y metas monitoreables. En consecuencia, la capacidad de planificar polticas eficaces, coherentes e integrales se ve comprometida.

5. Marco de referencia institucional La redefinicin y el fortalecimiento de una institucionalidad funcional a las necesidades de conduccin, coordinacin y gerenciamiento de los esfuerzos pblicos constituyen en los cuatro casos una de las principales facetas a desarrollar. Esto no significa cuestionar la condicin comn de que un Ministerio sea, por definicin legal, el rgano directamente responsable en la materia. No obstante, la extendida conviccin de que la inseguridad de las personas es un tema de un slo Ministerio afecta una gestin intersectorial necesaria. En la prctica, la necesidad de redefinicin obedece tambin a la distancia que se observa entre el plano normativo legal y el plano operativo en cada caso, que en la prctica constituye el factor ms decisivo que dificulta la operacionalizacin de las polticas necesarias: quin define y conduce la poltica?, por una parte, y quines la ejecutan o deben llevar a la prctica?, por la otra, son interrogantes cuyas respuestas no son univocas. El modelo y la institucionalidad vigente en cada pas se relacionan con un enfoque y definicin de gestin gubernamental que sigue una matriz que ha perdido vigencia ante las nuevas inseguridades. Hay cierta incongruencia entre las necesidades y las capacidades de accin del sistema. Es decir, la definicin y el tratamiento de los problemas y problemticas de gestin se refiere frecuentemente a la antigua matriz dominante, empleada an para entender y abordar problemas de seguridad interior y orden pblico. Esta aparece hoy insuficiente e inadecuada. A ello se agrega que en sus inicios la primera inclinacin en cada

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caso ha sido a apostar al reforzamiento de la justicia criminal ms que a la construccin de una institucionalidad basada en un enfoque diferente tanto de la conducta desviada como del rol del Estado y la sociedad civil. De esta forma, una debilidad observada en estos casos se refiere a la existencia de una institucionalidad y enfoques no totalmente legitimados al interior del Estado y de la sociedad civil, haciendo evidente el problema del liderazgo en el sector, fundamental para promover las necesarias coaliciones. Ello se expresa tambin en la insuficiente coordinacin, la limitada capacidad de gerenciamiento inter-agencia y la escasez de socios estratgicos para dichas instituciones, en particular al momento de promover ciertas reformas necesarias, tales como los modelos de actuacin policial o estrategias de fortalecimiento de la relacin polica-comunidad (policiamiento orientado a la comunidad y policiamiento orientado a la solucin de problemas). Igualmente, tampoco se observan rganos de consulta permanentes y eficaces en vistas a la promocin e integracin tcnica y operativa de reas necesarias como la seguridad y poltica social tanto a nivel central como municipal. La existencia de comisiones o consejos u otras instancias intersectoriales tienen como eje dominante la promocin y bsqueda de actuaciones convergentes en materia de las polticas sociales, pero no de seguridad ciudadana. Si bien ambas se relacionan, en rigor no son lo mismo. Sin embargo, hay plena conciencia sobre la necesidad de crear una institucionalidad ms eficiente que reduzca cierta anomia, descoordinacin y autarqua institucional en el esfuerzo estatal.

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6. Participacin ciudadana En todos los pases se cuenta con rganos de consulta, tales como Consejos de Seguridad, particularmente a nivel estatal o provincial, incluso en la mayora de los casos a nivel municipal, que recrean una eventual descentralizacin y desconcentracin de funciones, pero esto no obedece totalmente a la figura de la co-gestin. La calidad de la participacin en las decisiones y procesos crticos del diseo, implementacin, ejecucin y evaluacin de las intervenciones vara en cada caso. Las redes sociales, los centros de investigacin y las instituciones privadas que actan en el sector son ms desarrolladas en Argentina y Brasil que en

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los otros pases. An a pesar de las culturas polticas dominantes, la tendencia general ha sido la creciente insercin o empoderamiento (empowerment) de la sociedad civil en este campo o sector, dada la difusin de experiencias internacionales y la identificacin de buenas prcticas comunitarias de prevencin del delito y la violencia. Pero, se trata de un proceso emergente vinculado a ciertos ciclos y procesos polticos de mayor envergadura. Sin embargo, el contraste entre el discurso de la participacin ciudadana y la formulacin de mecanismos operativos dirigidos a canalizar y promover constructivamente dicha participacin social, en el marco de una poltica que busca involucrar a diversos sectores de la sociedad, es notable y funcional. A veces el mayor grado involucramiento de las comunidades obedece ms en una reaccin de la autoridad de turno que concede espacios para la solidaridad ante la demanda y la crisis ms que a la construccin de redes permanentes de actuacin (gobernabilidad en el nivel local). As, la participacin ciudadana en estos pases no tiene el doble efecto de la vigilancia y responsabilizacin de la autoridad ante la ciudadana y la cogestin en procesos crticos de las intervenciones necesarias para garantizar las respuestas flexibles. Ambos frentes se estiman esenciales, pero no estn desarrollados. Es los cuatro pases es preciso fortalecer instancias de mejor calidad de participacin y de mejor representacin, especialmente en los territorios ms vulnerables y ms afectados. Los gobiernos locales son paradjicamente reconocidos como actores y protagonistas fundamentales, pero a la vez en la mayora de los casos no cuentan con las facultades, capacidades, competencias y medios requeridos. Se involucran o se les involucra, no obstante el espacio de gestin, el empoderamiento y la apropiacin son difciles. Por otro lado, la ausencia de observatorios en el campo de la participacin social en el mbito preventivo impide el necesario trnsito desde un trabajo comunitario (organizacin de la comunidad) hacia la proteccin de la comunidad (defensa de la comunidad) y el desarrollo de la comunidad (generacin de capital social, redes y capacidades permanentes). En cada caso han existido experiencias embrionarias, con

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una fuerte impronta clientelista, no suficientemente validadas como para su replicacin sin mayores adecuaciones3. Desde otro punto de vista, en cada pas se observa la necesidad de un control ciudadano sobre la polica. Hay un enorme consenso sobre esta necesidad de controles externos. Pero no existen mecanismos validados suficientemente (por ejemplo auditoras externas, accountability institucional o comisiones parlamentarias eficaces) y recin se introducen buenas prcticas para promover un control democrtico, desde el Estado y la sociedad civil, sobre los distintos organismos y la ejecucin polticas de seguridad.

7. Gestin por resultados Se observa una significativa insuficiencia de capacidades institucionales y habilidades tcnicas claves en el campo del gerenciamiento y la conduccin de procesos estratgicos vinculados a la ejecucin de polticas pblicas. Es necesario introducir un enfoque de planificacin en el sector. En efecto, se observa la ausencia de instancias permanentes de coordinacin, planificacin, evaluacin y control de gestin en los distintos niveles y, al mismo tiempo, es frecuente la indefinicin de compromisos de gestin y metas institucionales vinculadas a la prevencin y control de la delincuencia y la violencia. En rigor, no slo falta disponibilizar informacin sobre las estrategias e intervenciones, sino tambin falta promover la evaluacin de las mismas. Si en la actualidad los pases realizan acciones conducentes a cubrir estas carencias, stas son generalmente desconocidas o bien escasamente publicitadas. En sntesis, la revisin de estas siete dimensiones revela que, a pesar de diferencias importantes y obvias, referidas a la escala e intensidad de los problemas, en los cuatro casos hay presiones similares y factores crticos estructurantes, es decir, que producen y reproduce respuestas parecidas o anlogas, cuyos efectos son tambin parecidos, aun cuando operan a travs de instituciones polticas y jurdicas muy distintas.

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Por ejemplo, se apuesta a una prevencin orientada a mejorar el control social y el medio fsico; al apoyo a las familias y los jvenes; a un mayor involucramiento de los integrantes de la sociedad; a la ruptura del crculo de la violencia; a la concertacin de acciones y la focalizacin en el espacio urbano.

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Qu debilidades estructurales deben superarse?. Los puntos focales o nudos de problemas parecen ser similares en los cuatro pases: la ejecucin de las estrategias y enfoques; las dinmicas polticas y las capacidades institucionales que prevalecen. De esta forma, es urgente emprender esfuerzos dirigidos a superar debilidades de funcionamiento que resultan del insuficiente desarrollo de: i) un marco regulatorio e institucionalidad para la seguridad pblica y ciudadana; ii) la capacidad de gestin de un rgano ejecutivo encargado del diseo e implementacin de polticas integrales; iii) el desarrollo de un rea de soporte tcnico e informacin para diagnsticos; iv) la existencia de rganos de asesoramiento, consulta y/o cogestin de la seguridad; v) las instancias de participacin social (privado /comunitario) para una gestin focalizada; y, finalmente, vi) el fortalecimiento de la gobernabilidad a travs de mecanismos de control externo (accountability).

IV. SEALES DE CAMBIO EN LOS PASES?


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En un contexto de profundizacin o desarrollo de la democracia, en el ltimo tiempo cada pas vive lo que podra calificarse como una transicin inconclusa en el campo del diseo y ejecucin de sus polticas para enfrentar el delito, la violencia y la inseguridad ciudadana. Esta transicin es fruto de cambios o hitos de la agenda pblica de la seguridad. Estos constituyen o bien pueden ser vistos oportunidades para las estrategias necesarias a desarrollar en el sector, en asociacin con actores de la sociedad civil y la comunidad internacional. El cambio ms grande se refiere al lugar que ocupan el delito, la violencia y el temor en la vida cotidiana de las personas, en su entorno y en el imaginario social y cultural (representacin social). Basta examinar las cifras que entregan algunas encuestas de opinin, percepcin y victimizacin, para constatar que la inseguridad es generalizada y especfica a la vez, y que se concentra en ciertos segmentos sociales. Lo que antes era situacional y focalizado hoy es un problema social extenso y caracterstico de las urbes contemporneas. Sin embargo, sera un error sostener que se trata de procesos sociales indiferenciados. Hay particularidades que aumentan la complejidad y nos deben llevar a ser cautos ante la administracin de recetas.

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A pesar de las diferencias en la magnitud del problema del delito y la inseguridad objetiva, las estructuras de gobierno y las circunstancias econmicas y sociales, los cuatro pases enfrentan cambios que podran llegar a ser histricos. A continuacin se describen diez seales de cambio en los pases del Cono Sur que merecen ser observadas, por cuanto algunas pueden ser objeto de promocin, ya que implican recrea dinmicas necesarias en la transicin hacia la instalacin de prcticas estatales y gubernamentales ms eficaces y eficientes. 1. En perjuicio de la conviccin de que ante la criminalidad la respuesta ms eficaz y suficiente es la promocin de leyes que fortalecen el castigo (mano dura), un denominador comn son los esfuerzos por desarrollar polticas pblicas con formatos que no dependan ni del incremento del poder estatal ni de la reduccin de las libertades civiles (promocin, participacin, etc.). 2. Proteger a las personas es el tema cada vez ms recurrente en la poltica penal. Se pone un nuevo y creciente nfasis en la necesidad de ms seguridad, en la contencin de los peligros y en la identificacin y manejo de los riesgos. La demanda de proteccin del Estado (seguridad interior) es desplazada progresivamente por la exigencia de proteccin desde el Estado (seguridad ciudadana). Con la informacin disponible que refleja que las penas de reclusin no son totalmente eficaces en la reduccin de los tipos ms frecuentes de criminalidad, la promocin de leyes que aumentan las penas comienza a perder respaldo4. 3. Posicionamiento de la vctima como eje central de las polticas en el sector. Actualmente, la vctima es un actor mucho ms representativo, cuya experiencia se considera como comn y colectiva, en lugar de individual y atpica. Existe elementos comunes que destacan un mayor nfasis en los beneficiarios y grupos vulnerables de la gestin gubernamental y estatal en el sector. Actualmente, se invocan los sentimientos de las vctimas o de la

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Igualmente valido es sostener, por otra parte, que cada vez hay una mayor conciencia acerca de los lmites de la justicia penal en cuanto a la capacidad de controlar el delito y proveer seguridad. Sin embargo, ms all de procesos de reforma judicial o procesal penal, las estructuras de justicia penal no han cambiado lo suficiente, de tal forma que no ha se advierten cambios en los supuestos y poltica criminal que las mueven.

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familia de las vctimas o de un pblico temeroso e indignado para apoyar reformas y cambios. 4. Malestar y sensacin de crisis. En los ltimos aos, la ciudadana ha ido perdiendo confianza en el sistema penal, lo que eleva la temperatura en torno a las polticas pblicas del sector. Existe la percepcin generalizada de que los esfuerzos estn mal coordinados. Los dispositivos de control del delito comienzan a ser vistos como inadecuados e incoherentes entre s. Los problemas no son vistos slo como una falta de recursos o la implementacin insuficiente de programas. Existe mayor conciencia de que deben ser reforzados con ms recursos y capacidades profesionales, pero tambin que se necesitan reformas que acrecienten la eficacia y el impacto de las intervenciones y de las instituciones del sector. 5. En paralelo a un discurso explcitamente anclado en la retribucin, dominado por la incapacitacin y el castigo (lo que ha hecho posible y ms fcil expresar sentimientos punitivos y la aprobacin de leyes draconianas), se cuestiona la eficacia rehabilitadota del sistema penitenciario. Las tasas de reclusin se elevan, pero el problema de la criminalidad e inseguridad no se detiene. Con ello se inicia el debate y la bsqueda de modos no punitivos de gestionar el delito. Se cree menos en la reclusin y ms en la rehabilitacin. 6. Cuestionamiento a respuesta tradicional del Estado/gobierno. Hay incertidumbre y preocupacin por el estilo, los contenidos y la eficacia de las polticas pblicas de seguridad. Hay giros importantes. Por ejemplo, se apunta ms a medidas proteccin de los ciudadanos que a la fuerza del control y la eficacia punitiva. Tambin hay debates que adquieren ms fuerza, como es el caso de las causas y los factores de riesgo entre actores sociales legitimados y ejecutores de la poltica. De esta forma, la descentralizacin de las acciones, la privatizacin de la seguridad y la municipalizacin de la seguridad ciudadana constituyen tendencias que desafan el tradicional rol del Estado.

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7. Giro desde la aplicacin de la ley al management de la seguridad. En paralelo al desarrollo de una justicia penal ms eficiente y eficaz en cada pas (reforma procesal penal), surgen nuevos enfoques sobre la culpabilidad, el dao y la victimizacin y los gobiernos son ms concientes de sus limitaciones 5. Hay una mayor apertura a recientes desarrollos en relacin a la produccin y gestin de seguridad y las respuestas necesarias para una gestin social y estatal ante la desviacin, el delito y el desorden. Se abre una ventana de reflexin e innovacin en la manera cmo se est trabajando. 8. Hay intentos de cambios en las respuestas del Estado frente al delito y la violencia. Si bien las cifras de detenidos y la tasa de poblacin penal indican, por ejemplo, que hay ms ejercicio punitivo, en paralelo los recursos invertidos y la existencia de programas llevan a pensar que tambin hay ms preocupacin por prevenir. Se observa una reversin de la tendencia hacia la monopolizacin estatal del control de delito y del esfuerzo preventivo por parte de agencias especializadas de gobierno. Los signos de esta transicin, desde un sistema diferenciado de control del delito monopolizado por el Estado a un sistema no-exhaustivamente diferenciado o acotado, que involucra asociaciones entre actores estatales y no estatales, son evidentes. Su materializacin, como estructura estatal y sistema abocado a enfrentar los problemas de inseguridad no es, sin embargo, an del todo suficiente. 9. Diversificacin de actores. Existe cada da ms conviccin respecto del rol de los gobiernos locales y la comunidad organizada, abrindose a una respuesta social ms diversificada y menos especializada. Se observa una apertura y expansin de la seguridad privada, como actor subsidiario del Estado, acrecentndose al mismo tiempo el riesgo de inequidad social frente a un bien pblico.

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Las ideas criminolgicas que impregnan la poltica son una mezcla eclctica de teoras psicolgicas sobre la anormalidad y teoras sociolgicas sobre la anomia, la privacin relativa, las subculturas y el etiquetamiento. La criminalidad es vista por muchos como problema de individuos o familias mal adaptadas o como sntomas de necesidades insatisfechas, de la injusticia y la privacin social. En general, un tratamiento correccional individualizado, apoyo y supervisin a las familias y medidas de reforma social que mejoran el bienestar social, en particular la educacin y la creacin de empleo, constituyen respuesta necesarias que deben ganar espacios en la oferta pblica del sector.

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10. Desarrollo de una infraestructura primaria a nivel local para enfrentar el delito, el desorden y la desviacin social. Sobre la base de redes de coalicin y esquemas de trabajo inter-agencias para promover la prevencin del delito y fortalecer la seguridad comunitaria, primordialmente a travs de la participacin y la diseminacin de ideas y prcticas exitosas de prevencin. Esta infraestructura persigue objetivos distintos y complementarios a la persecucin, castigo y justicia penal.

V. CONCLUSIONES
La revisin de las intervenciones sobre la base de una pauta de observacin comn y la opinin de ms de 70 actores institucionales y especialistas ayuda a destacar limitaciones y a identificar reas crticas. Cada pas presenta grados de desarrollo diferente, pero debilidades institucionales similares para la gestin en el sector. En rigor, a pesar de diferencias, referidas a la escala e intensidad de los problemas de inseguridad y a la envergadura de los recursos y estrategias para dar respuesta a las demandas y desafos, en los cuatro casos examinados hay procesos y factores crticos estructurales equivalentes que estn produciendo respuestas o conjuntos de efectos parecidos, aun cuando operan a travs de instituciones polticas y jurdicas muy distintas. No deben confundirse, sin embargo, movimientos de corto plazo con cambios estructurales. Los problemas de criminalidad, de violencia y de inseguridad ciudadana son abordados ms o menos de manera similar en los cuatro pases. Las limitaciones sistmico-institucionales y las respuestas poltico-gubernamentales son semejantes en cada caso, permitiendo sostener que hay situaciones o tendencias estructurantes caractersticas. Hay respuestas, carencias e insuficiencias compartidas, que eventualmente reproducen patrones socio-institucionales anlogos, quizs debido a desarrollos histricos comunes, derivados de culturas laborales y polticas fuertemente enraizadas y caractersticas del Estado y la sociedad latinoamericana.

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Argentina, Brasil, Chile y Uruguay comparten situaciones estructurales y poltico-sociales internas en un contexto de creciente inseguridad crnica. Buscan nuevas formas de responder a los riesgos e inseguridades que emergen de un escenario social en el que, al mismo tiempo, la falta de confianza en las instituciones y autoridades gubernamentales y el individualismo se instalan con fuerza. Las similitudes en las experiencias recientes de estos pases no nacen de la mera imitacin poltica y la transferencia o intentos por replicar de polticas pblicas exitosas en otros contextos internacionales. Ellas se deben a procesos sociales, culturales e institucionales anlogos y casi irreversibles y que obedecen a alteraciones en la matriz de relaciones entre la sociedad y el aparato pblico. Sin embargo, an es temprano para sealar que en la gestin pblica del sector hay transformaciones duraderas y sustentables. Existe la percepcin generalizada de que las instituciones pblicas deben cambiar su forma de actuar, integrando referentes tales como eficiencia, eficacia, efectividad, calidad de servicio, transparencia y accountability. La necesidad de cambios en la manera de actuar en un sector an emergente en los pases como son las polticas pblicas para la seguridad pblica y ciudadana, implica promover transformaciones importantes en varias facetas o dimensiones de la gestin pblica para enfrentar el delito y la violencia en democracia tanto en la prevencin general y especfica, en la actuacin policial y en la persecucin penal como en la imposicin de condena y el uso de sanciones penales, demostrando tambin la necesidad de promover y construir vas que facilitan la confluencia en el campo de poltica pblica, poltica criminal y poltica social en cada pas. En los cuatro casos la gestin de la seguridad presenta dificultades debido a la insuficiencia de mecanismos reguladores y condiciones de ejecucin que ayudan a una gestin ms eficiente y ms eficaz. Ms all de la necesidad de recursos que resulta ser una variable constante, las respuestas a los mayores niveles de inseguridad en los ltimos aos plantean la importancia de enfocarse ms en cmo se est trabajando en el sector y en la apertura o comprensin de las propias instituciones y de los principales actores sobre la naturaleza de las mejoras que resultan urgentes para mejorar la gestin de las polticas pblicas.

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Con mayor o menor nivel de dificultad, cada pas precisa esfuerzos modernizadores en el sector. Las respuestas a la inseguridad, miradas desde la objetivos de la reforma del Estado en cada casa, abren un espacio de gestin dirigido a la creacin y consolidacin de capacidades necesarias, campo que requiere tanto de estrategias y programas para la transferencia de buenas prcticas en distintos niveles de la orgnica y estructura del aparato pblico y en los diferentes sub-sectores (por ejemplo, los subsistemas de prevencin social de la violencia y el delito, el subsistema policial, el subsistema de persecucin penal y el subsistema de seguridad privada). La demanda de seguridad, as como el fortalecimiento del Estado y los gobiernos de turno abren un espacio de gestin que requiere ser abordado a travs de estrategias de cooperacin internacional y la transferencia de buenas prcticas en distintos niveles y mbitos. En este contexto, es esencial promover procesos dirigidos a mejorar las competencias y responsabilidades de los diferentes actores e instituciones; la claridad de las polticas pblicas y la naturaleza de los programas; los diagnsticos y la gestin de la informacin oportuna; las capacidades tcnicas instaladas y los medios apropiados; el involucramiento de autoridades y actores nacionales, provinciales y locales, as como de la sociedad civil; y, los aspectos del sistema vinculados con la coordinacin y articulacin intra-institucional e inter-agencias para una gestin intersectorial, entre otras, son facetas insoslayables.

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VI. BIBLIOGRAFA
CHALOM, M., LONARD, F. VANDERSCHUEREN Y C. VECINA (Edts.). Seguridad ciudadana, participacin social y buen gobierno: el papel de la Polica; UN-Habitat y Centro Internacional para la Prevencin del Crimen-CIPC, Santiago, 2001. KULACH, J.; NIGEL WHISKIN Y ERICH MARKS. Urban crime prevention policies in Europe: towards a common culture? European Forum for Urban Safety. Serie SECUCITIES LOCAL POLICIES, 2006. En: http://www.fesu.org MIN. DEL INTERIOR DE CHILE, BID Y UAH. Polticas de Seguridad Ciudadana en Europa y Amrica Latina. Lecciones y Desafos. Ministerio del Interior de Chile, Banco Interamericano de Desarrollo y Universidad Alberto Hurtado. Santiago, 2004. TUDELA, PATRICIO Y LPEZ, BEATRIZ. Propuesta de marco conceptual para el estudio de polticas pblicas de seguridad ciudadana. Los casos de Argentina, Chile y Uruguay (RG-P1065), Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, enero de 2005. www.idbdocs.iadb.org /publications (911756) TUDELA, PATRICIO. Informe Chile. Estudio Polticas Pblicas de Seguridad Ciudadana en Chile (RG-P1065). Responsable Beatriz Lpez (RE1/SO1). Washington, 2005. TUDELA, PATRICIO. Informe Argentina. Estudio sobre Fortalezas y Oportunidades de la gestin de informacin para el diseo y ejecucin de Polticas de Seguridad Ciudadana en Argentina y Uruguay (RGP1065). Banco Interamericano de Desarrollo. Responsable Beatriz Lpez (RE1/SO1). 2006. TUDELA, PATRICIO. Informe Uruguay. Estudio sobre Fortalezas y Oportunidades de la gestin de informacin para el diseo y ejecucin de Polticas de Seguridad Ciudadana en Argentina y Uruguay (RG-P1065). Banco Interamericano de Desarrollo. Responsable Beatriz Lpez (RE1/SO1). 2006.

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TUDELA, PATRICIO. Informe Brasil. Valoracin de las Polticas de Seguridad Pblica y Ciudadana en Brasil: Fortalezas y oportunidades de la gestin contra el delito violento. Banco Interamericano de Desarrollo. Responsable Beatriz Lpez (RE1/SO1). 2007. WALLER, IRVIN; DANIEL SANSFAON Y BRANDON WELSH. Digesto de Prevencin del Delito II. Anlisis comparativo de polticas exitosas en materia de seguridad comunitaria. Centro Internacional para la Prevencin del Delito, ICPC-Canad. 2001.

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NOTAS SOBRE LIBROS


ROGELIO RODRGUEZ MUOZ*

EL EFECTO LUCIFER, de Philip Zimbardo. Ediciones Paids, Barcelona, 2008. (676 pgs.)
El siglo XX ha sido llamado de muchas maneras. El psiclogo social Philip Zimbardo le agrega otra denominacin: el siglo de las matanzas. En 1915 los turcos mataron a un milln y medio de armenios; a mediados de siglo los nazis asesinaron a seis millones de judos, tres millones de prisioneros soviticos, dos millones de polacos y centenares de miles de indeseables; Stalin asesin a veinte millones de rusos; Mao Zedong a treinta millones de chinos; en Camboya, los jemeres rojos exterminaron a ms de un milln y medio de ciudadanos; Saddam Hussein acab con cien mil kurdos iraques. En lo que va de este siglo, el genocidio ha estallado en la regin de Darfur, en la Repblica de Sudn, y tambin en Ruanda, en el frica Central. Ante tal horror pareciera que los ideales humanistas de lograr mejoras en las sociedades se enfrentaran a desafos casi imposibles de superar. Pero una manera de avanzar en pos de su superacin es analizar el fenmeno con lucidez, despojados de supuestos, creencias y prejuicios. Aqu, entonces, los planteamientos de este autor se vuelven importantes de considerar. La pregunta que se debe hacer, para situar la problemtica en terreno concreto, es: Qu hace que una persona, que conoce y hasta ahora ha practicado los dictados morales de lo bueno y lo recto, de pronto acte violando esos preceptos y comience a hacer el mal? Dicho de otro modo: Hay gente buena y gente mala separadas por un abismo insalvable, o cualquiera de nosotros, de*

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Profesor y Coordinador de Extensin de la Academia Superior de Estudios Policiales.

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RESEAS

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pendiendo de las circunstancias y oportunidades, podemos actuar indistintamente con bondad o con maldad? Zimbardo seala que, generalmente, no prestamos una atencin suficiente a los factores externos que determinan nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros actos. Escribe: Los psiclogos sociales nos preguntamos en qu medida los actos de una persona se pueden deber a factores externos a ella, a variables situacionales y a procesos propios de un entorno o un marco dado. Este cientfico de la conducta sabe de lo que habla, pues --con la finalidad de investigar las influencias situacionales-- en el mes de agosto del ao 1971 llev a cabo un experimento, conocido como la prisin simulada, en la Universidad de Stanford, estudio ya clsico en el mbito de la psicologa social. En l participaron 24 estudiantes normales, sanos e inteligentes, dividindose por azar entre carceleros y reclusos. Zimbardo intentaba determinar qu ocurre cuando se coloca a gente buena en un lugar malo: triunfa la humanidad o la fuerza de la situacin acaba corrompiendo a los buenos? El estudio pretenda tener una duracin de dos semanas, pero antes del final de la primera semana se tuvo que poner trmino al experimento. En el plazo de seis das, los estudiantes, completamente posesionados de sus roles, estaban descontrolados: los guardias convirtieron en norma el abuso, la agresin e, incluso, la humillacin contra los prisioneros, y stos no perdan oportunidad de rebelarse y tratar de escapar. Algunos prisioneros sufrieron colapsos emocionales y en algunos guardias afloraron claras muestras de sadismo. Este libro que relata, paso a paso, cada jornada del experimento realizado hace ms de 35 aos y que, a partir de all, extrae importantes conclusiones sobre la dinmica psicolgica de la conducta humana hasta ahora no haba sido escrito, pues Zimbardo dice no haber estado preparado para revivir aquella desagradable experiencia. Ahora, desde una perspectiva ms madura, ha decidido redactarlo, sobre todo por las similitudes entre lo ocurrido en la crcel simulada de Stanford y los maltratos llevados a cabo hacia los reclusos de la prisin real de Abu Ghraib, ubicada en Irak y donde se descubri que militares norteamericanos torturaban a los detenidos, en su mayora civiles iraques (en el juicio contra un oficial acusado de torturas, Zimbardo declar como perito judicial). La mente humana dice este autor tiene una infinita capacidad para convertirnos en una persona amable o cruel, compasiva o egosta, creativa o destructiva y es el poder de las situaciones sociales lo que nos llevar por el camino de convertirnos en hroes o por el de convertirnos en villanos. Cuando somos empujados a situaciones nuevas, desconocidas, los viejos hbitos o las caractersticas de nuestra personalidad ya no funcionan o no son tan relevantes y somos vulnerables a las fuerzas de la situacin, tales como la dinmica de grupos para conformarnos, la dilucin de la responsabilidad por nuestros actos, la deshumanizacin de otros, los sentimientos de anonimato y prdida de

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la necesidad de rendir cuentas, entre otras. Zimbardo maneja las variables de la Persona, la Situacin y el Sistema: La Persona es un actor en el escenario de la vida, cuya libertad a la hora de actuar se funda en su modo de ser personal, en sus caractersticas genticas, biolgicas, fsicas y psicolgicas. La Situacin es el contexto conductual que, mediante sus recompensas y sus funciones normativas, tiene el poder de otorgar identidad y significado a los roles y al estatus del actor. El Sistema est formado por los agentes y las agencias que por medio de su ideologa, sus valores y su poder crean situaciones y dictan los roles y las conductas de los actores en su esfera de influencia. Los sistemas malvados crean situaciones malvadas en que personas comunes y corrientes, en general buenas, ejercen conductas malvadas. Teniendo esto en claro, los seres humanos podemos aprender a resistir influencias situacionales no deseadas. En directa relacin con el concepto de banalidad del mal, expresado por Hannah Arendt, Zimbardo acua la expresin banalidad del herosmo. La filsofa alemana a partir del juicio contra Eichmann formula la idea de que los nazis acusados de crmenes contra la humanidad no deben considerarse excepcionales, como si fueran monstruos o sdicos enfermos. Son personas ordinarias, comunes y corrientes, que tendieron al mal en las especiales circunstancias en que se vieron envueltos. Para Arendt, la mayora de las personas que daan a otras son terrorficamente normales, e incluso en su relacin con sus seres queridos, con sus vecinos y compaeros de trabajo, son individuos ejemplares. El socilogo Zygmunt Bauman, analizando los horrores del Holocausto, llega tambin a la conclusin de que la crueldad se debera atribuir ms a sus orgenes sociales que a unos factores caracterolgicos o a unos defectos de la personalidad. Indica que las excepciones a esta norma son las raras personas que tienen la capacidad de reafirmar su autonoma moral y resistirse a las exigencias de autoridades destructivas. Zimbardo seala: Podemos considerar la nocin de que la mayora de la gente que comete maldades es directamente comparable a la que realiza actos heroicos en el sentido de que son personas totalmente normales y corrientes. La banalidad del mal tiene mucho en comn con la banalidad del herosmo. Ninguno de los dos es consecuencia directa de unas tendencias disposicionales especiales; ni en la psique ni en el genoma del ser humano hay atributos especiales para la patologa o la bondad. Las dos condiciones surgen en unas situaciones y en unos momentos determinados, cuando las fuerzas situacionales impulsan a ciertas personas a pasar de la pasividad a la accin. Lo esencial, entonces, es descubrir, limitar o evitar las fuerzas situacionales y sistmicas que pueden impulsarnos a la maldad. Debemos andar despiertos por la vida para que, frente a las circunstancias, seamos hroes. Esto significa, sencillamente, que debemos recordar siempre los principios ticos que nuestra sociedad nos ha inculcado y disponernos a hacer lo correcto cuando tenemos que decidir.

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ACTIVIDADES ACADMICAS
Nuevo director de ASEPOL
nal permanente de ASEPOL, de pro fesores y oficiales alumnos de la Aca demia Superior, y de funcionarios po liciales y administrativos de la Escuela de Investigaciones Policiales. Actu como Interventor el Prefecto Inspector David Mesa Fuentes, Jefe Nacional Antinarcticos. El Subprefecto Vctor Donoso Diez es un polica con 29 aos de ser vicio a la fecha. Egres de la Acade mia Superior como Oficial Graduado en Investigacin Criminalstica el ao 2006 y desde entonces ha cumplido funciones en la Jefatura de Educacin y, luego y hasta ahora, como Subjefe de la Inspectora General.

EVENTOS
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En solemne ceremonia efectua da el da 10 de noviembre de 2008, asumi como nuevo Director de la Academia Superior de Estudios Poli ciales por disposicin de la Orden Reservada N 28 del 7 de noviembre de 2008 de la Direccin General el Subprefecto Vctor Donoso Diez. Hi zo entrega del cargo el Prefecto Clau dio Preller Pinochet, quien pas a desempear funciones como Jefe de Educacin Policial y Director de la Escuela de Investigaciones. El acto cont con la asistencia de los jefes de las unidades que conforman la Jefa tura de Educacin Policial, del perso

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Curso de Oficial Graduado promocin 2009


Un total de 51 oficia les alumnos ingres el da 25 de febrero a la Acade mia Supe riores de Estudios Policiales para integrar la promocin 2009 del curso de Oficial Graduado en Investigacin Criminalstica. La ceremonia se efectu en de pendencias de la Asepol y fue presi dida por el Jefe de Educacin Poli cial, Prefecto Inspector Claudio Preller Pinochet, y el Director de la Academia, Subprefecto Vctor Dono so Diez. En la oportunidad, el Prefecto Inspector Claudio Preller dio la bien venida a los oficiales alumnos al ini cio del curso, a quienes inst a gene rar conocimiento, participacin y opinin durante su proceso de per feccionamiento en este plantel. Agreg que esta es una instan cia sin exclusin y es el lugar adecua do para el intercambio de ideas. Es necesario que los oficiales de la Aca demia posean opinin debido a la participacin que cada uno tendr en las polticas de gobierno, por ejemplo en el papel que tiene la PDI en la Estrategia Nacional de Seguri dad Pblica. En tanto, el Subprefecto Vctor Donoso destac que los selecciona dos para integrar este curso han sorteado exitosamente las exigencias para llegar a la Academia Superior, plantel que ser el responsable de su preparacin como futuros jefes y lderes de nuestra institucin y hoy merecidamente ocupan un lugar en nuestras aulas. La Polica de Investigaciones de Chile necesita jefes de calidad, lderes de excelencia y en consonan cia con el alto grado de exigencia que demanda esta funcin, seal el Di rector de la Academia, instndolos al mismo tiempo a caminar con res

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ponsabilidad por la senda del lide razgo policial. Por su parte, el Subdi rector Administrativo, Prefecto Ge neral Alfredo Jimnez Ogalde, tambin salud a los oficiales alum nos y los inst a redoblar sus esfuer zos en su permanencia en la Acade mia Superior, ya que a su juicio son el futuro de la institucin, quie nes la guiarn, apoyarn y trabaja rn por ella para hacer cada da ms grande a la Polica de Investigacio nes de Chile.

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Oficiales alumnos en actividades de Teambuilding

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Durante los das 26 y 27 de febre ro los oficiales alumnos de la Acade mia Superior participaron en un Ta ller Outdoor realizado en el Spa San Francisco Lodge, en la ciudad de Los Andes. Fueron acompaados en esta actividad por el Director de la ASEPOL, subprefecto Vctor Donoso Diez, el Secretario de Estudios, co misario Eduardo Silva Fuentes, y otros funcionarios del plantel.

En ambas jornadas y en un es pritu de cordial camaradera los policas vivieron interesantes expe riencias y practicaron activas din micas de grupo tendientes a otorgar les herramientas adecuadas para ejercer un liderazgo efectivo y un tra bajo en equipo con sus subordinados en sus jefaturas respectivas.

Inicio Curso Alto Mando en ASEPOL


Subdirector Administrativo, Prefecto General Alfredo Jimnez Ogalde, y del Jefe de Educacin Policial, Prefecto Inspector Claudio Preller Pinochet, se llev a efecto el da 2 de abril la ceremonia de inauguracin del Curso de Alto Mando 2009, impartido por la Universidad Alberto Hurtado, en el auditorio de la Academia Superior. Los oficiales policiales profesionales de lnea que integran este programa acadmico son los siguientes:

Con la presencia del Subdirector Operativo de la PDI, Prefecto General Oscar Gutirrez Cceres, del

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SUBPREFECTOS Rodrigo Torres Rojo Edita Salgado Gonzlez Ana Mara Uzqueda Kovacevic Francisco Palma Franjola Oscar Miranda lvarez Mario Morales Snchez Jorge Fuentes Sotomayor Oscar Sandoval Cofr Mario Loyola Gmez Hero Muoz Mardones Leonardo Acua Vilches Nelson Jofr Cabello Ral Seplveda Vidal Luis Valenzuela Riveros Guillermo Alarcn Cabezas Mauricio Briones Lecaros Marcos Salgado Arriagada Hctor Silva Caldern Ernesto Vidal Capetillo Jorge Trevigno Arco Luis Nieto Parra Augusto Briceo Jara Augusto Gmez Aguilar Juan Francisco Galleguillos Acua Vctor Donoso Diez Hctor Espinosa Valenzuela Edgardo Quintana Ortiz Marcos Quezada Andrade Aquiles Reyes Pea Luis Carreo Hohn

El Jefe de Educacin Policial agradeci el valioso aporte de la Universidad Alberto Hurtado en la alianza acadmica que mantiene con la Polica de Investigaciones de Chile. Felicit a los integrantes del Curso de Alto Mando por el logro alcanzado y los inst a ejercer, en esta instancia, el intercambio de ideas, el dilogo razonado y la autocrtica con visin de futuro. Les seal que las aulas que los acogen nuevamente no son lugar ni para el silencio cmplice, ni para la crtica subterrnea ni para una mirada cortoplacista. Es necesario dedicar todo el esfuerzo a aprobar el curso, pues hacerlo es un plus para entregar un mejor servicio a la comunidad. Finaliz sus palabras indicando que la PDI necesita lderes eficientes, eficaces, ticos y probos sobre cuyos hombros descansen confiadamente los destinos de esta querida Institucin.

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Luego habl el director del programa, Fabin Pressaco Chvez, en representacin del equipo responsable de la Universidad Alberto Hurtado, sumndose a las felicitaciones y a los deseos de xito para los integrantes y dando a conocer los lineamientos generales de este Curso de Alto Mando que se extiende desde abril hasta agosto.

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A continuacin, hizo uso de la pa labra el Subdirector Administrativo de la PDI, quin expres un mensaje motivador a los oficiales alumnos, instndolos a conducirse con proac tividad, empeo, responsabilidad, gentileza y humildad en sus nuevas tareas, y a sentirse orgullosos de per tenecer a la Polica de Investigacio nes de Chile. Cerr esta importante ceremonia el Subdirector Operativo de la PDI,

quin felicit a los oficiales alumnos por haber cumplido recientemente 30 aos de servicio efectivo en la Institucin. Indic que fueron elegi dos para integrar el Curso de Alto Mando los mejores de la promocin y les dese xito frente al nuevo desafo acadmico, lo que est asegu rado si siguen manteniendo la vocacin y el compromiso que han manifestado hasta ahora en su carre ra policial.

Inauguracin Plan de Fortalecimiento de la Formacin Continua Investigaciones Policiales, estuvieron presentes adems otras altas autoridades de la PDI, profesores del programa, oficiales alumnos de los cursos de formacin que comenzaron en esa fecha, oficiales alumnos de ASEPOL y aspirantes de la Escuela de Investigaciones. En la ocasin, hicieron uso de la palabra el Jefe de Educacin Policial, Prefecto Inspector Claudio Preller Pinochet, y el representante del equipo docente en convenio de la Universidad de Barcelona, profesor Manuel Martin Fernndez. El Jefe de Educacin Policial seal que se ha materializado un gran proyecto de la PDI: crear una cadena de conocimientos que reduzca la brecha entre el egreso de la Escuela de Investigaciones y el ingreso a la Academia Superior, con lo que se

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Con la presencia del Director General de la Institucin, don Arturo Herrera Verdugo, del Subsecretario de Investigaciones, don Ricardo Navarrete Betanzo, y del Agregado de la Guardia Civil de Espaa en Chile, don Jos Godar Moreira, se llev a efecto el da 6 de abril la ceremonia de inauguracin del Plan de Fortalecimiento de la Formacin Continua delineado conjuntamente por la Fundacin Bosch i Gimpera de la Universidad de Barcelona y la Academia Superior de Estudios Policiales. En el evento, realizado en el Aula Magna de la Escuela de

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contribuye a entregar una educacin de excelencia a nuestros detectives. Esta formacin constante es un paso ms para llevar a la PDI a ser un referente de las policas americanas, y un aporte al proceso modernizador de la Institucin en pos de cumplir el propsito de lograr profesionales cada vez ms competentes. Termin indicando que se seguir trabajando para llevar este programa a todos los detectives del pas. Por su parte, el profesor Martin ex puso que este programa trata de en tender el papel de la Polica y el rol de la seguridad, y que su inauguracin implica una institucin policial atenta a la sociedad. El compromiso que ma nifiesta la PDI por la capacitacin con tinua es un gran compromiso por la profesionalizacin y obedece a la visin de futuro de un cuerpo policial moderno.

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Talleres de vocera
El da 28 de abril se llev a cabo un Taller de Vocera organizado por la Academia Superior destinado a jefes y subjefes policiales de la provincia de Llanquihue. Dieciocho oficiales de Osorno, Puerto Varas, Puerto Montt, Ancud y Castro participaron del taller impartido por el equipo Comunicacio nes Fran, que dirige Antonio Neme, y fueron capacitados para enfrentar me dios de prensa. En esta ocasin, se cont tambin con la relatora de Mnica Sanhueza, periodista de Chilevisin. Acompaaron al equipo
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de profesionales el Secretario de Estu dios de la Academia Superior, comisa rio Eduardo Silva, y el asistente policial Sergio Cuevas. El programa se realiz en la Sede Provincial de Educacin de la ciudad de Puerto Montt.

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Luego, el da 18 de mayo se repiti el Taller de Vocera, esta vez desti nado a jefes y subjefes policiales de la XV Regin Policial de Arica Pari

nacota. Veinte oficiales participaron del taller impartido por el equipo Comunicaciones Fran de Antonio Neme, contando tambin en esta ocasin con la relatora de Mnica Sanhueza. El programa se realiz en dependencias de la unidad policial de la ciudad de Arica y cont con la presencia del Jefe Regional subro gante, subprefecto Marcos Salgado Arriagada.

Talleres de anlisis criminal


En un Taller de Anlisis Criminal, realizado por el subprefecto Benjamn Cerda Barake, participa ron los oficiales alumnos de la Academia Superior. Este se llev a cabo en forma separada para cada seccin de la promocin. El da 7 de mayo partici paron los oficiales alum nos de la seccin A, en tanto que los de la seccin B realiza ron la actividad el da 13 de mayo. El subprefecto Cerda, Jefe de la BI CRIM de Puente Alto, ense en for

ma grfica cmo se puede prevenir el delito en una ciudad haciendo un anlisis de las zonas geogrficas en que se encuentra focalizado.
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Aniversario N 32 de la Academia Superior


mente el mensaje encerrado en la expresin del Director General: No necesitamos ms jefes; necesitamos lderes. Para concretar ese compro miso, la ASEPOL cuenta con un cuer po de profesores de calidad, oficiales alumnos responsables y motivados, y un componente directivo pequeo, pero muy comprometido. Con la presencia del Director Gene ral de la institucin, don Arturo He rrera Verdugo, y su distinguida espo sa, seora Gladys Riveros, Presidenta Nacional del Crculo de Damas, se celebr el da 14 de mayo la ceremonia del trigsimo segundo aniversario de la Academia Superior de Estudios Po liciales. En el evento estuvieron pre sentes, adems, el Subsecretario de Investigaciones, don Ricardo Nava rrete Betanzo, oficiales generales, ofi ciales superiores y oficiales jefes de la institucin, exdirectores de ASE POL, representantes de otras Acade mias de las Fuerzas Armadas, docen tes del plantel y todos los oficiales alumnos de la Academia Superior. En su discurso, el director de ASE POL, subprefecto Vctor Donoso Diez, seal que en el devenir de las insti tuciones, una mirada hacia el ayer permite aquilatar el valor de su actual condicin y proyectar lneas de accin hacia el maana. En ese sentido, se refiri a la esencia del oficial que se grada de la Academia Superior, quin debe ser una persona ntegra que rena frreamente sus capacida des reflexivas con profundos valores ticos y morales; as se demuestra cla ramente que se ha entendido clara Explayndose sobre los proyectos ya realizados y las metas por cumplir en las reas de la extensin y la investigacin, se refiri tambin a la

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importante iniciativa que se est lle vando a efecto en la ASEPOL desde este ao: el plan de fortalecimiento de la formacin continua, en convenio con la Universidad de Barcelona. Con satisfaccin y certeza podemos aseverar que hemos acogido el men saje de que no existe posibilidad de crecimiento si carecemos de una visin acadmica cuyo eje fundamen tal no radique en la apertura necesaria para todos los componentes de la Po lica de Investigaciones. Nuestra Aca demia ya no es privilegio slo de algu nos. En sus pasillos y aulas, circulan y conviven no slo oficiales de alta graduacin, tambin aquellos que es tn iniciando su carrera policial, quie nes han optado desde el umbral de

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sus carreras por el camino del cono cimiento y, por consiguiente, con ac ciones concretas decidimos institucio nalmente apoyarlos. Les aseguro que esta instancia constituye un motivo de alegra y permanente compromiso para continuar por la misma senda. Estamos adelantando la tarea, en el plano de formacin de los futuros je fes policiales. En sntesis, trabajamos originando fortalezas para hacer fren te a los futuros desafos.

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Finaliz saludando y agradeciendo a los ex-directores del plantel por su contribucin al avance de la Acade mia Superior, destacando la labor realizada por el Director General, don Arturo Herrera Verdugo, cuando es tuvo asumiendo este cargo. Respecto del futuro, concluy que trabajando comprometidamente todo aquello que se avizora como imposible puede ser transformado en realidad. La nota artstica estuvo a cargo de la cantante Ammy Amorette, quin interpret dos piezas musica les, acompaada en el teclado por Nahum Rivera.

A continuacin, por haber aporta do una significativa contribucin a la educacin policial institucional y por sus destacados mritos intelec tuales y profesionales volcados en ctedras, libros, ensayos y conferen cias, se invisti al Director General de la PDI, don Arturo Herrera Ver dugo, con el ttulo Oficial Policial Graduado Honoris Causa, ttulo dis puesto en el Captulo II, Artculo 93, del Decreto N 9 del 12 de febrero de 1980 del Ministerio de Defensa Na cional, y conferido por primera vez en su historia por la Academia Supe rior de Estudios Policiales. Otorga ron el ttulo y un estmulo al Director General el Jefe de Educacin Policial, prefecto inspector Claudio Preller Pi nochet, y el Director de ASEPOL, subprefecto Vctor Donoso Diez. Cerrando la ceremonia, el Director de la Academia Superior entreg tambin un ramo de flores a la seora Gladys Riveros de Herrera, Presidenta del Crculo Nacional de Damas de la PDI y esposa del Direc tor General. Una vez terminada la ceremo nia, el Director General y otras al tas autoridades de la PDI visitaron el recin inaugurado Laboratorio de Computacin de la Academia Superior.

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Actividades de Extensin
El da 9 de abril se llev a efecto la inauguracin del ciclo de confe rencias 2009 de la Academia Supe rior de Estudios Policiales, con la exposicin Anlisis de la economa nacional e internacional dictada por Cristin Sols de Ovando Lavn, inge niero comercial de la Universidad de Chile, miembro del directorio del Diario Estrategia, Grupo Security e Instituto Libertad, presidente de la Cmara Chileno-Taiwanesa de Co mercio, Servicios y Turismo, y socio responsable del Centro Regional de Finanzas Corporativas de la empresa internacional KPMG Auditores Con sultores Ltda. La presentacin, realizada en el Saln de Eventos de la Escuela de Investigaciones, cont con la asis tencia del Jefe de Educacin Policial, prefecto inspector Claudio Preller Pinochet, del Director de ASEPOL, subprefecto Vctor Donoso Diez, de oficiales alumnos del Curso de Alto Mando, de profesores, de oficiales alumnos de la Academia Superior y de otros invitados especiales. En su conferencia, Cristin Sols de Ovando seal que la crisis econmica global que nos afecta tie ne como base la destruccin de la confianza. Para averiguar sus causas hay que preguntarle a psiclogos y socilogos, ms que a economistas o cientistas polticos. Compar esta crisis con la del ao 1929 y con la cri sis asitica de hace unos aos, con cluyendo que la actual crisis subpri me es ms grave: como existe una economa globalizada se contagian todos los pases. Aunque el mayor efecto de esta crisis para Chile es el desempleo, indic que nuestro pro blema es menor que, por ejemplo, el de Estados Unidos, puesto que tene mos una banca slida, un mercado de capitales desarrollado y nuestras instituciones son serias. Alab las medidas que han tomado nuestra Presidenta y el Ministro de Hacien da. Finaliz su exposicin con una mirada optimista, diciendo que se ya la luz al final del tnel, pues se est empezando a restablecer la confian za y los mercados comienzan a subir en el mundo.

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Primer Panel Internacional sobre Marginalidad y Violencia Juvenil


nalidad y la violencia juvenil de in cuestionable preocupacin para el quehacer policial cruza transversal mente distintos mbitos disciplina rios, cuyos enfoques son necesarios de atender para una mayor comprensin del fenmeno. Resalt la oportunidad brindada por el Panel para intercambiar visiones tericas, practicar el dilogo fecundo y ejercer la reflexin. El da 2 de junio se llev a efecto el Primer Panel Internacional sobre Marginalidad y Violencia Juvenil, organizado por la Academia Supe rior. Los panelistas fueron: Luca Dammert, sociloga, especialista en Seguridad Ciudadana, directora del Programa Seguridad y Ciudadana de FLACSO; Claudio Duarte Quap per, socilogo, director de Departa mento de Sociologa de la Universi dad de Chile; y Humberto Lagos Shuffeneger, socilogo, abogado, en cargado de Asuntos Religiosos para el gobierno de Chile y docente de ASEPOL. Este evento cont con la presencia de los oficiales alumnos de la Academia Superior, de oficiales policiales de otras unidades y de in vitados especiales. El director de la Academia Supe rior, subprefecto Vctor Donoso Diez, se refiri a la actividad sealando que el tema de la margi La primera exposicin la dict Humberto Lagos, quin destac que existen muchos componentes sociolgicos que detonan la diversificacin de las pandillas en di ferentes tribus urbanas. Asimismo, seal que las tribus urbanas reco gen las dinmicas sectarias religiosas y, desde esa perspectiva, se podra considerar al neotribalismo como un fenmeno imitativo que, si bien po see rasgos propios y endgenos, se basa principalmente en modelos y arquetipos importados. En su intervencin, Claudio Duar te indic que no es posible entender el fenmeno de la violencia sin antes investigar atentamente los compo nentes de la marginalidad. Ambas seran dinmicas recprocas y retroa limentadas. Adems, enfatiz la tesis de que la violencia constituye una prctica social y que, por lo tanto, debe ser analizada a partir de consi derar como factores relevantes la

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biografa del sujeto que comete vio lencia y el contexto en el cual sta se manifiesta.

dizada por los elementos propios de la globalizacin, los cuales la instalan en el contexto social y la instrumen talizan. El Panel finaliz con un plenario moderado por el profesional de ASEPOL Erick Valds Meza, doctor en filosofa en el cual los ponentes desarrollaron sus conclusiones en torno a los temas tratados, enfati zando el carcter social de la violen cia, esto es, un fenmeno convencio nal y contextual, complejo y dinmico, sin perjuicio de los com ponentes genticos que la confor man y que pueden llevar a pensar que todos somos naturalmente violentos. Finalmente, destacaron el rol que le corresponde a la PDI en la lucha contra la delincuencia y la im portancia que tiene el hecho de que nuestra institucin se interese por discutir desde una plataforma terica dicho fenmeno, toda vez que lo aborda diariamente desde la prctica criminalstica.

En la tercera y ltima presentacin, Luca Dammert destac que los jvenes, ms que victimarios, son vctimas de diversos tipos de violen cia, la cual sufren en distintos mbi tos existenciales, tales como el ho gar, el colegio, la TV y el espacio pblico en general. En este sentido, sostuvo que la violencia constituye un fenmeno transversal, presente en toda la sociedad y que se ve agu

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CRITERIOS EDITORIALES
Las personas interesadas en colaborar con la Revista Estudios Policiales deben hacer llegar sus trabajos a la Academia Superior de Estudios Policiales, Avda. Gladys Marn N 5783, 7 piso, comuna Estacin Central. Los textos deben venir acompaados de los datos relativos a la condicin profesional o acadmica, pertenencia institucional y direccin electrnica y telfonos de sus autores. Los artculos, que pueden adoptar la modalidad de ensayo o resultados de investigacin, deben ceirse a las siguientes normas: 1. Deben ser inditos. 2. Los contenidos, independientemente del tema tratado y de la disciplina en que se enmarquen, deben tener una vinculacin con reas de la investigacin y/o el quehacer policiales. 3. Su extensin no debe sobrepasar las 20 pginas tamao carta incluyendo bibliografa, notas, cuadros y otros, considerando una letra tamao 12 y un interlineado simple. 4. Estar cuidadosamente presentados en lo que se refiere a escritura, redaccin y usos gramaticales. 5. Venir encabezados con un breve resumen de su contenido de no ms de 10 lneas. 6. Acompaar la bibliografa ordenada por orden alfabtico de autores al final del texto, sealando todos los datos que permitan su identificacin. 7. Tener las citas referidas a la bibliografa final mediante parntesis incorporado en el prrafo respectivo, encerrando el apellido del autor, el ao y la pgina, cuando corresponda, de la publicacin utilizada. 8. Colocar las notas ubicadas a pie de pgina y numeradas en forma correlativa. Los trabajos deben presentarse en una copia impresa en papel junto a un CD con su archivo en programa Word. El Comit Editorial se reserva el derecho de incluir en la Revista los artculos que estime convenientes sobre la base de criterios temticos, de rigurosidad acadmica y de relevancia para el plantel y/o la Institucin. El editor se reserva el derecho, asimismo, de hacer la correccin de estilo y los cambios editoriales que considere necesarios para mejorar una colaboracin. Los originales no seleccionados no sern devueltos a sus autores.

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En la senda del liderazgo policial

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