La Evangelizacion y El Cristianismo en El Virreynato Del Peru
La Evangelizacion y El Cristianismo en El Virreynato Del Peru
La Evangelizacion y El Cristianismo en El Virreynato Del Peru
Luego del descubrimiento de Amrica por Cristbal Coln en 1492 y en acuerdo con los reyes de Espaa y Portugal, pequeos equipos de franciscanos, de jesuitas y dominicos acompaan a las primeras expediciones al nuevo continente. Las primeras acciones evangelizadoras buscan, en primer lugar, sacar a las poblaciones autctonas de las creencias animistas, fetichistas y helio centristas que por siglos estuvo presente en su mundo , vivas, complejas y variadas; estos evangelizadores llevan a cabo con sentido prctico una catequesis elemental e introducen con xito el sentido de las bienaventuranzas y los mandamientos, los Sacramentos de la iniciacin cristiana -el bautismo, la confirmacin y la Eucarista- van a constituir el punto de arranque indispensable para la vida sobrenatural y el crecimiento de la fe inicial.
La labor evangelizadora en el virreinato peruano empez el mismo da que los espaoles arribaron a estas tierras y emprendieron su empresa de conquista. La evangelizacin se dio de manera paulatina a medida que llegaban las rdenes religiosas, pero tambin con cierto desorden pues la dispersin de los misioneros impeda una eficaz labor centralizada. Las primeras acciones importantes de evangelizacin empezaron despus del primer Concilio Limense en 1551. Las directrices que se tomaron de la Instruccin, dictada por el arzobispo Loayza en 1545 y corregida en 1549, imprimen "por primera vez una orientacin general que marcara los primeros pasos de la iglesia catlica nacida en los Andes". La primera medida a tomar fue el bautizo de indgenas, que en el acto deban abandonar las prcticas idoltricas y todas las formas que iban contra las leyes eclesisticas y contradecan los mandamientos catlicos. En el segundo Concilio Limense (1567-1568) se retoma la idea de destruir las huacas y de colocar en su lugar cruces o levantar una iglesia o ermita (en caso de que la huaca haya sido un importante lugar de culto). Hay que tener claro que los primeros concilios no fueron ms que intentos o experimentos de pastoral indgena de las distintas ordenes religiosas que llegaron al Per. Cada una tena su propia metodologa de acercarse a los nativos y de adoctrinarlos.
UN PARENTESIS: El Per del siglo XVI fue una regin mucho ms difcil de administrar que Mxico como lo advirti el Consejo de Indias .Per no slo era ms extenso y presentaba mayor variedad en su territorio, sino que aquellos que fueron enviados para gobernarlo durante las primeras dcadas no pudieron lograrlo o no permanecieron el tiempo suficiente como para organizar realmente el virreinato. Todos los virreyes anteriores a Toledo murieron mientras ocupaban el cargo , con a excepcin del marqus de Caete , cuyo gobierno lo interrumpi el rey a raz de las numerosas quejas contra sus acciones arbitrarias. FELIPE II pens bien a la persona que iba a elegir, Con Toledo pondra punto final a muchas de sus preocupaciones. Lleno de encargo s Toledo se embarc el 19 de Marzo de 1569 en San Lcar de la Barrameda. Hizo su entrada a Lima el 30 de noviembre, con su llegada comienza una nueva etapa en la Historia del Per y sobre todo de la evangelizacin .El papa San PIO V apoy la decisin del rey respecto a Toledo , por eso el nuevo virrey se present como delegado del Rey y del Papa o, como escribi su bigrafo Tristn Snchez, como elegido por la majestad divida y nombrado por la humana Las instrucciones dadas a Toledo estn resumidas en 37 nmeros, pero divididas en tres partes : Del 1 al 11 trata de la organizacin general de las iglesias, patriarcado, dicesis provisin de obispados, facultades de los obispos, visitas pastorales, celebracin de concilios provinciales, provisin de las parroquias, jurisdiccin de los prrocos. Del 12 al 24 Trata directamente sobre la evangelizacin, los religiosos y las personas implicadas en ellas. Del 25 al 36 trata sobre el problema econmico de los Diezmos.
Algunas de estas instrucciones no pudieron cumplirse a cabalidad, Por las contradicciones que se encontraban en su ejecucin. Sin embargo se realiz el tercer concilio Limense. El Tercer Concilio Limense (1582-1583) marc un cambio significativo en la evangelizacin peruana. Al igual que el ordenamiento que realiz el virrey Toledo en la dcada de 1570, este concilio no innov en materia de juicio sobre las prcticas idoltricas. Reafirm lo que los anteriores concilios proclamaron acerca de la forma como destruir las huacas y extirpar las idolatras.
LAS RDENES RELIGIOSAS EN EL PER Y SU ACCIN EVANGELIZADORA: Si bien la evangelizacin fue una obra conjunta de los espaoles que llegaron a los territorios del Nuevo Mundo, quienes dieron un primer gran impulso a la obra misionera fueron principalmente los miembros de diversas rdenes religiosas. Al Per llegaron para evangelizar, las rdenes dominica, franciscana, agustina, mercedaria y jesuita. Todas ellas se lanzaron con gran entusiasmo y esfuerzo a realizar el objetivo de la evangelizacin que es el anuncio del Seor Jess, nico salvador del mundo ayer, hoy y siempre. Pero este anuncio supuso en cada caso algunos acentos particulares que enriquecieron y perfeccionaron el proceso evangelizador.
al Per en 1542, destacndose por su fervor misionero. Los franciscanos llegaron hasta los lugares ms recnditos del Per con la finalidad de llevar la Palabra de Dios a todos los indgenas. Se dedicaron ms que nada a las misiones populares, conviviendo prcticamente con los indios para transmitirles no solo con la palabra sino su testimonio de vida, la fe cristiana. Fieles a la unidad inseparable entre evangelizacinsalvacin y evangelizacin-promocin humana, junto con el anuncio de la Buena Nueva ensearon a los indios labores agrcolas (por ejemplo arar con bueyes, hacer yugos, arados y carretas), la gramtica castellana (leer y escribir) y el arte de tocar instrumentos musicales de viento y cuerda, entre otros oficios. El primer franciscano en llegar al Per fue Fray Marcos de Niza. Poco despus llegaron los frailes Jodocko Ricke, Pedro Gosseal y Pedro Rodeas. Para 1542 lleg al Per una expedicin conformada por doce frailes, lo cual dio origen a la provincia peruana franciscana de los Doce Apstoles. Entre los esfuerzos por inculturar la fe cristiana entre los indgenas, cabe sealar la obra de Fray Luis Jernimo de Or, autor del Smbolo catlico indiano, que adems de incluir una gramtica quechua y aymara, incluye una descripcin geogrfica del Per y valiosa informacin sobre las costumbres de los naturales. Finalmente no hay que olvidar que la orden franciscana ha dado a la Iglesia del Per un gran santo misionero, de quien hablaremos ms adelante: San Francisco Solano, apstol del Per y de la Argentina.
en 1551. En menos de diez aos tuvieron iglesias y conventos en las principales regiones del virreinato. Dedicados como los dems a la evangelizacin, tuvieron sin embargo un papel preponderante en la conversin de los curacas y de las personas ms importantes de los ayllus descendientes de los incas. Entre ellos destacan Fray Antonio de Calancha, autor de las crnicas sobre las acciones agustinas en el virreinato del Per y Fray Alonso de Ramos Gaviln, quien participara extensamente en la extirpacin de las idolatras.
escudo de los Jesuitas Es bueno sealar que todas las rdenes: dominica, franciscana, agustina, mercedaria, y jesuita, sin excepcin, fueron grandes defensoras de la dignidad de los indgenas, de sus derechos y justas aspiraciones. Desde la plena fidelidad al evangelio, denunciaron los abusos de los sistemas injustos aplicados a los indgenas, pero no por miras polticas ni por mviles ideolgicos, sino porque descubran en ellos serios obstculos a la evangelizacin, por fidelidad a Cristo y por amor a los ms pequeos e indefensos.
ALGUNOS GRANDES MISIONEROS DEL PER DURANTE EL VIRREYNATO Nos toca ahora ver la vida y la obra del algunos Grandes Misioneros del Per. Los evangelizadores de la primera hora. Son muchos los que podramos presentar, pero por no disponer de mucho tiempo, quisiera limitarme a slo tres: a Fray Vicente Valverde, a San Francisco Solano y a Santo Toribio de Mogrovejo. Creo que estas tres vidas son suficientes para comprender los Grandes Misioneros que tuvo el Per y para sacar de sus vidas inspiracin para que nosotros seamos los grandes misioneros que requiere hoy nuestra patria en el tercer milenio de la fe y as podamos ser artesanos de la Nueva Evangelizacin.
Con ocasin de la sublevacin de Manco Inca, que ocasion que el maltrato a los indios aumentara, Valverde llega a escribir que es difcil tarea, la de defender a esta gente de la boca de tantos lobos como hay contra ellos. Despus de diez aos de intensos trabajos apostlicos, fue muerto en circunstancias misteriosas en la isla de Puna (cerca de Guayaquil), el 31 de octubre de 1541, cuando se diriga al encuentro del gobernador Vaca de Castro con el fin de buscar una solucin a la disputa y falta de solidaridad y unin que haba entre los espaoles que vivan en su dicesis. Fue un hombre de particular valor y fortaleza, as lo reflejan las palabras que le escribiera en una ocasin al Rey de Espaa: Y Vuestra Majestad puede creer que despus que entr en esta tierra yo he tenido tantos trabajos y tanta contradiccin en servir a Dios y Su Majestad, que si no fuera porque Vuestra Majestad me tuviera por pusilnime y por hombre que no era para poner el pecho a estas cosas y otras mayores, ya me hubiera vuelto a Vuestra Majestad.
Sin lugar a dudas gran apstol de Amrica del Sur y especialmente del Per. Sus restos estn enterrados precisamente en la ciudad de Lima. Su ejemplo nos hace presente el de tantos misioneros no slo franciscanos sino de otras rdenes religiosas, que entregaron su vida por entero a la evangelizacin del Nuevo Mundo. Verdadero Apstol de Amrica, tanto por la extensin de su labor misional como por las huellas que dej a su paso, San Francisco Solano, no slo recorri gran parte del Per de entonces, sino otros cinco pases de Amrica del Sur. Naci el 10 de marzo de 1549 en Montilla (Crdoba). Sus padres eran gente de buena posicin. A los veinte aos de edad decide vestir el hbito franciscano atrado por la pobreza y la vida tan sacrificada de estos religiosos. Hace su profesin religiosa el 25 de abril de 1570 y es ordenado sacerdote en 1576. Tiene gran aficin por la msica, la que cultiv toda su vida. Por ello es nombrado en el convento sevillano de Nuestra Seora de Loreto, vicario de coro, es decir, encargado de dirigir el rezo y los cantos del oficio divino. Era amante de la austeridad y la pobreza. Hay que mencionar que el primer anhelo del santo al abrazar la vida religiosa era la de ser mrtir. Solicit sin xito ser destinado a Berbera (nombre genrico con que se designa el conjunto de pases del noroeste de frica: Trpoli, Tnez, Argelia y Marruecos, todos ellos poblados por bereberes), para morir en el intento de evangelizar a los africanos. En vista a la negativa de sus superiores, se fija otra meta: venir a Amrica. De regreso en Montilla (su ciudad natal) a raz de la muerte de su padre y para visitar a su madre enferma y casi ciega, realiz varias curaciones inexplicables que dieron comienzo a su fama como milagrero. En Amrica por la cantidad de prodigios y milagros que realizara se le lleg a llamar el Taumaturgo del nuevo mundo.
Toribio naci en Mayorga, Espaa en 1538. Estudi Derecho en las Universidades de Coimbra y Salamanca. El Rey Felipe II lo nombr juez principal de la Inquisicin en Granada. Al quedar vacante la Sede Arzobispal de Lima, el Rey decidi enviarlo como Arzobispo a la ciudad de los reyes. El Papa Gregorio XIII lo nombr Arzobispo de Lima como sucesor del Arzobispo Fray Jernimo de Loayza. Despus de recibir las sagradas rdenes, ya que al momento de su eleccin Toribio era laico, el Santo Arzobispo de Lima parte para el Per y desembarca en el puerto de Paita al atardecer del 11 de marzo de 1581. Desde ah comenz a dar los primeros pasos que lo llevaran en 25 aos de episcopado a recorrer un total aproximado de 40,000 kilmetros, llevando la luz y el calor del Evangelio por todo el Per.
La empresa misionera de Santo Toribio, iba a desarrollarse en una Arquidicesis de enorme extensin, unos mil por trescientos kilmetros. Abarcaba, en efecto, desde Chiclayo y Trujillo al norte, hasta Ica al sur, ms las regiones andinas, desde Cajamarca y Chachapoyas hasta Huancayo y Huancavelica, y an ms al oriente por Moyobamba. A las ciudades ya nombradas se aadan Huaylas, Cinco Villas, Caete, Carrin, Chancay, Santa, Saa -donde vino a morir-, ms otros pueblos y unas 200 reducciones y doctrinas de indios. Pero adems era Lima una Arquidicesis de suma importancia en lo eclesistico, pues tena como dicesis sufragneas la vecina de Cusco, las de Panam y Nicaragua, Popayn (Colombia), La Plata o Charcas (Bolivia y Uruguay), Santiago y La Imperial, despus trasladada a Concepcin (Chile), Ro de la Plata o Asuncin (Paraguay) y Tucumn (Argentina). Es decir, casi toda Sudamrica y parte de Centroamrica quedaba presidida por este hombre de Dios. La Arquidicesis de Lima, era fundamentalmente un territorio misionero. Y muy consciente de ello, Santo Toribio, a diferencia de otros obispos que se quedaban en su sede y dejaban a los religiosos y doctrineros (catequistas) la accin propiamente misional, se dedic principalmente al apostolado entre los indios, limitando casi sus estancias en Lima a los tiempos en que se celebraron sus tres Concilios o los Snodos diocesanos. Santo Toribio recorri toda su extensa Arquidicesis. A las visitas pastorales dedic 14 de sus 25 aos de episcopado. La primera visita le tom 7 aos (1584-1590); la segunda 5 aos (1593-1597), y la tercera 2 aos (1605-1606). Ser en sta ltima donde el Seor le llamar a su Reino para darle el premio que tiene reservado a sus mejores servidores. Resulta asombroso lo que Santo Toribio pas recorriendo aquellas inmensas distancias en sus visitas pastorales, sorteando peligros, fatigas, hambre, fro, y muchas otras situaciones de alto riesgo. Como los itinerarios de sus viajes quedaron registrados al detalle en el libro de sus visitas pastorales, puede calcularse con bastante exactitud que recorri unos 40.000 kilmetros. Este hombre, de buena salud, pero de constitucin fsica no demasiado fuerte, que hasta los 43 aos lleva una vida sedentaria y que a esa edad inicia 25 aos de vida pastoral intensa, la mayor parte de ella de camino, viviendo en chozas o a la intemperie, alimentndose muchas veces con slo pan y agua o con lo que los indios le comparten desde su pobreza, soportando la inclemencia del tiempo, es una demostracin patente de que el hombre lleno del amor de Dios y con el corazn inflamado de celo por la misin evangelizadora es capaz de todo, y es que para Dios no hay nada imposible. 10 No es nuestro el tiempo, la vida es breve y conviene velar cada uno sobre lo que tiene a su cargo sola repetir, demostrndolo con el ejemplo de una vida de total entrega al anuncio del Evangelio, no conociendo lo que era el descanso y mucho menos las vacaciones.
Apstol de la Confirmacin, administr este sacramento a cerca de 800,000 personas e hizo ms de 500,000 de bautismos. Entre aquellos a quienes confirm estuvieron nada menos que Santa Rosa de Lima y San Martn de Porres.
Para la evangelizacin de los indios impuls el conocimiento de las lenguas nativas por parte de los misioneros. El mismo Santo Toribio, estudi el quechua y a poco de llegar al Per, lo usaba para predicar a los indios y tratar con ellos. Siendo tantas las lenguas y dialectos existentes, sola llevar intrpretes para hacerse entender en sus innumerables visitas. Con todo, en su proceso de beatificacin se dio testimonio que en algunos casos tuvo el don de lenguas en forma milagrosa.
Al arribar al Per, descubre que la accin evangelizadora de la Iglesia atravesaba un momento de seria crisis. La disposiciones de su predecesor el Arzobispo Jernimo Loayza y de los dos Concilios de Lima no eran tomadas en cuenta. Asimismo la catequesis y la doctrina necesitaban adecuarse mejor a una pastoral indgena ms slida. Por ello y con la ayuda del Padre Jos de Acosta, organiza el III Concilio Limense (1582-1583) obra maestra de legislacin eclesial de Santo Toribio, aunque realiza en total trece snodos arquidiocesanos y tres concilios provinciales. El III Concilio Limense, establece las bases de la evangelizacin de Amrica Latina. Fue la asamblea eclesistica ms importante que vio el Nuevo Mundo hasta el siglo de la Independencia latinoamericana, y uno de los esfuerzos de mayor aliento realizados por la jerarqua de la Iglesia y la Corona espaola para enderezar por cauces de humanidad y justicia los destinos de los pueblos de Amrica, como exigencia intrnseca de su evangelizacin. 13 El III Concilio Limense, fue la aplicacin del gran Concilio de Trento (1545-1563) a la realidad de Amrica Latina. El Concilio dividi su cuerpo cannico en cinco partes o acciones.
8. El Nmero de Sacerdotes. El II Concilio Limense haba denunciado el hecho que muchas veces un sacerdote tiene a su cargo a innumerables indios y establece que debe haber un sacerdote por cada 1,300 almas de confesin. En una de sus cartas al Rey, Santo Toribio le informa como negocio de mucha consideracin y digno de ser llorado con lgrimas de sangre, el caso de una parroquia de 5,000 almas de confesin, con cuatro anexos que est a cargo de un solo sacerdote. De esta manera el III Concilio Limense acuerda poner un sacerdote por cada mil o cada setecientas almas de confesin. Para lograr esta meta, el Santo Arzobispo promueve el clero indgena y criollo, es decir el clero nativo. Para ello se debe prescindir de toda discriminacin racial, no excluir de las rdenes a grupo alguno de los naturales, sino admitirlos a todos por igual en principio: criollos, mestizos e indios. De otro lado era un hombre de una gran caridad. De su propio peculio financi escuelas, hospitales, templos y nuevas doctrinas. Todo lo regalaba y viva en gran austeridad y pobreza. He aqu una breve resea de los lugares que visit Santo Toribio en cada uno de sus cuatro viajes pastorales: 1er. viaje (1584-1590): abarca toda la Sierra del Norte peruano, desde Lima hasta Cajamarca, y el Oriente montaoso de Chachapoyas y Moyobamba. Lleg a los poblados de Pativilca, Cajacay, Huaraz, Recuay, Pallasca, Conchucos, Cajamarca, Chachapoyas, Huacrachuco, Hunuco, Conchamarca, Sicaya, Huarochir, San Damin, Cajatambo, Checras. 2do. viaje (1593-1599): 1ra. etapa (1593-1597): se inicia el 4 de abril de 1593 en Carabayllo y sigue hacia el norte por Aucallama, la costa de Ancash, Trujillo, Chiclayo y Lammbayeque, hallndose en Chachapoyas para la Semana Santa de 1597. 2da. etapa (1598-1599): luego de regresar por el mismo recorrido, dedica dos aos a visitar las zonas adyacentes a Lima y el Callao, como los valles de Mala, Caete, Chincha e Ica. 3er. viaje (1601-1604): visita Junn y Hunuco, considerables partes de Lima e Ica, y regresa por Cajatambo y Chancay a Lima. 4to. viaje (1605): por los arenales del norte, llega a Barranca, y remontando el ro Pativilca llega a Cajatambo, la zona de Huaylas, baja a la costa por Casma y sube por el litoral a los valles de Pacasmayo y Chiclayo. El 11 de marzo lo encontramos en Motupe, y decide quedarse en la villa de Saa para celebrar la Semana Santa. Pero ya agotado por los agotadores trabajos de su vida evangelizadora y padeciendo intensas fiebres, fallece el Jueves Santo, 23 de marzo de 1605. Hemos de tener en cuenta lo difcil de la geografa del territorio peruano y considerar que en esa poca no haba caminos carreteros trazados y todo el recorrido deba hacerse a pie o a lomo de mula y caballo, en lugares inhspitos, sufriendo las inclemencias del tiempo, bordeando precipicios, escalando alturas inimaginables. Tanto es as, que, despus de Santo Toribio, no ha habido nadie que tuviera el coraje ni la audacia para realizar, en iguales circunstancias, recorridos semejantes al suyo.
El mismo Santo Toribio relata de manera resumida sus propias experiencias, en una carta al Papa Clemente VIII, fechada en 1598: He visitado por su persona cuando todava habra de recorrer muchsimas leguas no incluidas en este recuento [...] muchas y diversas veces el distrito, conociendo y apacentando mis ovejas, corrigiendo y remediando lo que ha parecido convenir y predicando los domingos y fiestas a los indios y espaoles, a cada uno en su lengua y confirmando mucho nmero de gente [...] y andando y caminando ms de cinco mil y doscientas leguas, muchas veces a pie, por caminos muy fragosos y ros, rompiendo por todas las dificultades y careciendo a veces yo y mi familia de cama y comida; entrando a partes remotas de indios cristianos que, de ordinario, traan guerras con los infieles, adonde ningn Prelado o Visitador haba llegado. A los 68 aos Santo Toribio cay enfermo en Pacasmayo (norte de Lima). Muri en Zaa el 23 de marzo de 1606. Y luego de recibir la Uncin de los enfermos, en Jueves Santo, da de su muerte, pide al prior agustino que taese el arpa y rez: A ti, Seor, me acojoEn tus manos encomiendo mi espritu. El protector de los indgenas, fue un infatigable misionero y organizador de la Iglesia en nuestras tierras. Santo Toribio fue beatificado por el Papa Inocencio IX en 1679 y canonizado por Benedicto XIII en 1726. LA EXTIRPACIN DE LAS IDOLATRAS Hacia fines del siglo XVI y comienzos del XVII imperaba un gran optimismo entre las autoridades eclesisticas y civiles del Virreinato, puesto que pensaban que la tarea de la evangelizacin ya estaba realizada y que los indgenas haban adoptado del todo la fe cristiana. Las vocaciones religiosas y sacerdotales iban en constante aumento, mientras que no faltaba lugar de la geografa peruana adonde no hubieran llegado los misioneros. Por todas partes haba signos visibles de la implantacin de la fe: capillas, ermitas y cruces (sobre todo en los lugares altos, cerros, etc.). Por otra parte, no haba resistencia por parte de los pueblos indgenas frente a las exigencias de la nueva fe, y respetaban a los sacerdotes y a quienes representaban lo cristiano. Aparentemente, el paganismo haba sido eliminado del Per. Sin embargo, la obra evangelizadora todava no estaba consumada. As lo demostraron unos descubrimientos hechos entre 1607 y 1610 en las cercanas de Lima. Todo comenz cuando el criollo cuzqueo Francisco de vila, cura de San Damin (Huarochir), supo de la existencia de hechiceros, dolos y amuletos, que los mismos indgenas mantenan a escondidas de los espaoles. Los centros de prcticas idoltricas eran San Damin, San Pedro Mama y Santiago de Tuna, donde se adoraban a los dolos de Pariacaca, Chaupimocc (su hermana), Macaviza y Cocallivia. El indio Hernando Pucar era el principal difusor de estas creencias ancestrales. Habiendo vila notificado de esto al provincial de la Compaa de Jess quien por entonces era el padre Diego Alvarez de Paz, ste envi en junio de 1609 a dos jesuitas, los padres Pedro Castillo y Gaspar de Montalvo, quienes, junto con el cura cuzqueo, realizaron una vista de investigacin, solicitando a los indios primero de manera benvola que entregaran todos los objetos a los que rendan culto idoltrico, y luego conminndolos de manera severa. Se reunieron centenares de dolos y amuletos que, unidos a los que Francisco de vila ya haba requisado anteriormente, llegaron a conformar numerosos fardos, los cuales, incluyendo tambin varias momias, fueron llevados a Lima por vila en varias cabalgaduras en octubre de 1609.
La persistencia de estas creencias idlatras era un peligro para la fidelidad a la fe y la vida cristiana de los indgenas, pues ello conllevaba muchas veces costumbres contrarias a la dignidad humana. Por ello, se decidi que era necesaria una manifestacin espectacular, que tuviese como finalidad arrancar de raz los residuos de estas creencias. Es as que el entonces arzobispo de Lima, Bartolom Lobo Guerrero, y el virrey marqus de Montesclaros decidieron realizar un auto de fe el 20 de diciembre en la Plaza de Armas de Lima, convocando a todos los indios de cuatro leguas a la redonda. En la tarde del da indicado, en presencia del Cabildo, del virrey y el arzobispo, y ocupando lugar preferencial Francisco de vila, se realiz el espectculo. Colocados todos los dolos sobre un tabladillo, el cura vila predic a los indios, primero en quechua y luego en espaol. Luego, el indio Hernando Pucar, atado a un tronco, fue sentenciado a ser trasquilado (accin humillante dentro de la mentalidad indgena), sufrir doscientos azotes y ser desterrado a Chile. Finalmente, se quemaron todos los objetos idoltricos.
actividades dedicadas al culto andino: (1)Lectura de la Coca , (2) culto a sus momias ,(3)culto a lapacha mama. vila sera luego nombrado Visitador de la Idolatra, realizando pesquisas en los pueblos de la serrana de Huarochir, Yauyos y Chachapoyas, llevando a cabo una intensa campaa de extirpacin de la idolatra, recorriendo caminos arduos y peligrosos, con riesgo de la propia vida, y utilizando recursos propios en el financiamiento de esta campaa. Lo acompaaron varios jesuitas. Descubran a los indios hechiceros, destruan adoratorios y enseaban con paciencia y benignidad la verdadera doctrina a los indios. La situacin fue tan grave, que el mismo arzobispo de Lima la describa as en carta al rey Felipe II: Todos los indios desde Pir estn hoy tan idlatras como al principio cuando se conquist la tierra. Creo ha estado la falta en los que les han doctrinado, que solamente han atendido a su provecho e inters y no al bien de las almas de estos desventurados [...]. Hseles hallado innumerable multitud de dolos que adoraban por Dios, juntamente con cuerpos muertos de sus antepasados, que todo se ha quemado y en lugar de los adoratorios se han puesto muchas cruces (23 de abril de 1613).
Cmo proceda el Visitador cuando llegaba a un pueblo? Uno de los sacerdotes se diriga a los indios para tranquilizarlos y quitarles el miedo y se les convocaba al sermn muy temprano en la maana y a la puesta del sol para el catecismo. A las ocho de la noche deba terminar la misa y la prdica. Durante el da el Visitador peda a los pobladores que descubrieran las huacas (lugares de adoracin) y los objetos ligados al culto idoltrico. Haba un especial cuidado en interrogar al cacique y a los curanderos. Si se constataba el encubrimiento de las huacas o de su oficio de hechicero por parte de algn indio, se le castigaba pblicamente, con alguna pena que implicara ms humillacin que dao fsico (por ejemplo, ser trasquilado).
El visitador deba ser afectuoso y comprensivo a la vez que severo y enrgico, incluso amenazando con castigos, hacindoles notar a los indios que estaban excomulgados si no colaboraban, pero que podan ser perdonados y absueltos si confesaban y se arrepentan de sus idolatras. Por este motivo, la autoridad eclesistica deba tener cuidado de que el visitador nombrado fuera una persona de garanta moral, no inclinado al inters personal, y que tuviera un adecuado equilibrio personal y una intensa vida espiritual. Todo se apuntaba por escrito, para llevar cuenta de los procesos realizados. Una vez reunidos los objetos de culto idoltrico, se los llevaba a un lugar de las afueras del pueblo y se los quemaba en una gran hoguera. Luego, en el da sealado para la celebracin de la Cruz, los hechiceros, llevando al cuello una cruz de gran tamao junto con otras seales humillantes, deban hacer retractacin pblica de sus faltas y errores. Los ms peligrosos y persistentes en sus errores eran llevados a Lima y recluidos en la Casa de Santa Cruz en el Cercado, donde cada da un sacerdote les explicaba la doctrina cristiana. Adems, se dedicaban a labores manuales, como el hilado de lana. Al terminar la condena temporal, o una vez regenerados (rechazo del error y aprendizaje de la doctrina cristiana), eran dejados en libertad. Algunos murieron ya de viejos en esta casa. Haba adems otro establecimiento de carcter ms educativo que punitivo, dedicado a los hijos de los caciques, el Colegio de Prncipe, para ir educando a las nuevas generaciones de indgenas antes de que estuvieran expuestas al contagio de la idolatra.
A modo de conclusin Finalmente, la campaa de extirpacin destinada a reprimir todo smbolo que fuera en contra del cristianismo y a movimientos de corte mesinico como lo fue el Taki onqoy se desarroll como parte de la visita eclesistica realizada por el clrigo Cristbal de Albornoz en la regin de Huamanga. Los procedimientos procesales por medio de los cuales de deba llevar a cabo dicha tarea fueron establecidos por el segundo Concilio Limense de 1567 y la normativa inquisitorial contempornea. El objetivo de ello era cristianizar tanto un imaginario como una materialidad del indgena con el fin de incorporarlo en la dinmica colonial de control. Sin embargo, la pervivencia del culto andino y ms an, la presencia de movimientos mesinicos como lo fue el Taki Onkoy en el Per durante el periodo colonial puede interpretarse como una forma de resistencia a las costumbres espaolas y una forma de preservar las tradiciones de cada ayllu o comunidad. Estas formas de resistencia tuvieron diferentes matices, ya que el culto ya no se restringa a las huacas, sino que su poder se extendi a incluso solo trozos de los dolos, los que se podan ocultar con facilidad. As, una piedra sin ninguna forma extraa pasaba desapercibida para el doctrinero, sin embargo para los andinos esta insignificante roca posea atribuciones divinas. Otra forma de camuflar el culto andino fue a travs de figuras religiosas como Jess, la virgen Mara o santo Toms. Esta fue la ms ingeniosa forma de pervivencia del culto, pues los doctrineros no pudieron darse cuenta sino hasta muy entrado el siglo XVII. La extirpacin de idolatras atenu en forma dramtica el culto andino pero no lo extermin por completo. Este pervivi por muchos aos, inclusive hoy en da es posible apreciar el culto a la pachamama o las ofrendas en honor a los apus tutelares, ejemplos de una larga tradicin religiosa andina. Es por ello que si bien se present un proceso de a culturalizacin de las sociedades indgenas entorno al modelo de sociedad espaola, me parece que la extirpacin viene como contra respuesta al fenmeno de resistencia desatado por los indgenas en defensa de sus costumbres y sus derechos como sociedad.