La Lana de La Salamandra

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En la antigedad el amianto era usado con objetivos mgicos y rituales.

Una creencia popular deca que el amianto podra ser la lana de la salamandra, el animal que podra desafiar al fuego sin sufrir dao. De la leyenda a la tragedia de Casale Monferrato pasan miles de muertos por amianto y una larga batalla por la justicia, batalla conducida por trabajadores y ciudadanos de esta pequea comunidad que es fruto de un trabajo minucioso de recogida de datos realizado por el Inca CGIL para el reconocimiento de la enfermedad profesional. La tragedia de Casale Monferrato, narrada magistralmente por Giampero Rossi, forma parte de una epidemia y pandemia a nivel planetario con ms de 100.000 muertes al ao por cnceres debidos a la exposicin al amianto. Una fibra que se est llevando por delante no slo a quienes trabajaron con ella, sino a familiares y vecinos de fbricas, dando lugar a una nueva patologa conocida como mesotelioma familiar. Y esto es lo que est ocurriendo entre las poblaciones de Ferrol, Asturias, Euskadi, Madrid, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Andaluca y en todos los pases latinoamericanos a quienes va destinado este libro. Giampiero Rossi (Miln, 1964) es periodista. Actualmente es redactor jefe del semanal A (Rizzoli- Corriere della Sera). Durante 17 aos ha trabajado como cronista del diario LUnit, donde se ha ocupado en profundidad de los temas ligados al mundo del trabajo, dirigiendo reportajes y estudios sobre las consideradas muertes blancas y sobre el problema del amianto. Es autor de Mafia en Miln (Editori Riuniti, 1996), escrito con Mario Portanova y Franco Stefanoni. Junto a Simone Spina ha escrito Lo Spaccone, la verdadera historia de Humberto Bossi (Editori Riuniti, 2003), y El Boss de Chinatown, la mafia china en Italia (Melampo Editore, 2008). En 2004, junto a Luigi Ferro, ha escrito Las memorias de Adriano (el verdadero), biografa del jugador brasileo Adriano Leite Ribeiro. En 2005 publica el volumen Katu, sobre los indios de la foresta brasilea, y La esperanza en el penal, relato de una crcel boliviana de menores, editados por la CGIL de Lombarda y por LUnit. Con La Lana de la salamandra, la verdadera historia de la mortalidad en Casale Monferrato (Ediesse 2008) ha obtenido la distincin del Presidente de la Repblica al premio Piero Passetti, cronista del ao 2009. En 2010, siempre con Ediesse, ha publicado El trabajo que enferma, historia de las enfermedades profesionales.

La lana de la salamandra
Giampiero Rossi

La lana de la salamandra Giampiero Rossi

La verdadera historia de la mortalidad por amianto en Casale Monferrato


Traduccin y coordinacin: ngel Crcoba

EDICIONES GPS

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La lana de la salamandra

Ttulo original: La lana della salamandra: la vera storia della strage dell`amianto a Casale Monferrato 1 edicin: julio de 2008 Ediesse editorial 2 edicin en castellano revisada: abril de 2011 Para esta edicin Ediciones GPS Promueve: Fundacin 1 de Mayo y Secretara Confederal de Salud Laboral de CCOO Traduccin y coordinacin: ngel Crcoba DL: M-14295-2011 ISBN: 978-84-9721-444-5 Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares del copyright, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento.

Giampiero Rossi
La lana de la salamandra
La verdadera historia de la mortalidad por amianto en Casale Monferrato

A Cloti por infinitas razones

NDICE

Prlog o Pedro J. Linares .................................................................. 9 Pre se ntacin ngel Crcoba Alonso ........................................................ 13

Antes 1. La familia ........................................................................ 21 2. La fbrica ........................................................................ 41 Despus 3. La ciudad ........................................................................ 71 4. El proceso ...................................................................... 90 El porvenir 5. El futuro .......................................................................... 111

Cronolog a ........................................................................ 121 Ag rade cimie ntos .............................................................. 123

PRLOGO
498G E 2- 3A D 5G 9I . Este libro relata la historia desgarradora de muchos hombres y mujeres, de delegados y dirigentes sindicales que han protagonizado una batalla constante por el derecho fundamental a la salud, en tiempos en que era impopular confrontar este derecho con la preservacin del empleo. La tragedia de los habitantes de Casale Monferrato, con miles de muertos por cncer provocados por la exposicin al amianto, es la misma tragedia que viven miles de personas en Espaa y en multitud de pases que trabajaron y trabajan en condiciones ambientales indignas. La enfermedad y la muerte en el trabajo no son una maldicin o una fatalidad que persiga a la clase trabajadora y al movimiento obrero. Hay unas causas (exposicin al amianto) y unas consecuencias (enfermedades y cncer). La historia que aqu se relata nos muestra que podemos y debemos cambiar el curso de los acontecimientos, especialmente cuando estn en juego derechos fundamentales de millones de trabajadores que cada da contribuyen al bienestar de la humanidad. El proceso que est teniendo lugar en Turn contra la multinacional del amianto Eternit es un referente para todos aquellos que sufrimos idnticas situaciones. Comisiones Obreras (CCOO), con una larga historia de lucha contra el amianto, comprendi desde el principio la importancia de este proceso, haciendo un seguimiento de cada paso dado por los compaeros de Italia y participando activamente en diversos actos celebrados en Turn. Por ello, en cuanto lemos el libro DO Z O bO RS Z O gO Z O aO bRfO nos pusimos en contacto con el autor, Giampiero Rossi, y con la edito//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 1

Pedro J. Linares es secretario confederal de Salud Laboral de CCOO.


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Giampiero Rossi

rial Ediese (CGIL) para proponerles la traduccin al castellano, con el objetivo de que sirva de herramienta a sindicatos, trabajadores y organizaciones sociales de los pases de habla hispana que se enfrentan al drama de las enfermedades y muertes provocadas por el amianto. Vaya nuestro sincero agradecimiento, personal y en nombre de CCOO, al autor de este magnfico libro, a la editorial y al peridico LUnit. Se puede afirmar que no hay diferencias entre Eternit de Casale con el resto de fbricas de fibrocementos en cualquier parte del mundo. Es ms, donde dice Eternit, en Espaa debe leerse Uralita, Bazn, Renfe y Feve, Repsol, Casa, Jek Astlon, Altos Hornos, Ensidesa, etc. Uralita, por ejemplo, import en rgimen de monopolio ms de tres millones de toneladas de amianto entre 1967-2000, lo que ha supuesto que estas fibras asesinas formen parte de nuestras vidas cotidianas. La nica diferencia es que el amianto lleg a Espaa unos aos ms tarde que al resto de pases europeos y sus consecuencias se estn manifestando tambin ms tarde, pero con la misma intensidad y gravedad. Probablemente estemos en el inicio del verdadero problema espaol, de nuestra particular epidemia del amianto, y conviene que todos, Gobiernos central o autonmicos, Administraciones y los distintos agentes sociales tomemos plena conciencia de ello. A finales de los aos 70 del pasado siglo, cuando en Espaa nadie hablaba del amianto, CCOO se adelanta a la comunidad cientfica presentando a la opinin pblica una serie de informes sobre los riesgos que comporta la exposicin al amianto, exigiendo su prohibicin ante el rechazo de los poderes pblicos y del empresariado y la incomprensin de algunos trabajadores y trabajadoras para quienes la prioridad era el mantenimiento de los puestos de trabajo. Para conseguir la prohibicin CCOO desarroll una serie de campaas e iniciativas institucionales entre 1996 y 2001, que culminaron con una concentracin ante el Ministerio de Sanidad y Consumo el 28 de abril de 2001. El 7 de diciembre del mismo ao se public la orden por la que se prohiba la comercializacin y utilizacin del amianto en Espaa.
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En nuestro sindicato seguimos adelante con lneas de trabajo que permitan la toma de conciencia sobre el verdadero problema y su magnitud. As en CCOO hemos trabajado por conseguir: Una transicin justa hasta la prohibicin definitiva que evitara impactos indeseados en el empleo. La prohibicin de todo tipo de amianto. Registros histricos de empresas, de trabajadores y trabajadoras expuestos y afectados. Planes especficos de vigilancia de la salud. Planes de ayudas sociales y econmicas a las vctimas. Control del amianto instalado. Control de transferencia de riesgos a terceros pases. El proceso judicial que actualmente tiene lugar en Turn contra los dueos de Eternit se ha convertido en el smbolo de una lucha que no debe detenerse, en el smbolo de las muchas luchas que an estn pendientes, de las batallas que vendrn y en las que el sindicato siempre estar junto a los trabajadores y sus familias. La experiencia de Casale Monferrato debe servirnos de estmulo para mejor conocer y organizar una respuesta internacional al drama del amianto. Socializar los conocimientos con redes de expertos del sindicalismo, la judicatura, la medicina o la ciencia y promover iniciativas desde movimientos sociales debe contribuir para mejorar la necesaria reparacin moral y judicial de todas las vctimas del amianto. Es necesario, tambin, que la sociedad internacional asuma la creacin de un Tribunal Penal Internacional que haga efectivo el principio de justicia universal para las cientos de miles de muertes provocadas por la codicia de una industria irresponsable.
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Giampiero Rossi

Slo queda reiterar nuestro agradecimiento a Giampiero Rossi por este libro que expresa de manera rigurosa y sensible la dramtica realidad de una poblacin, de una sociedad y sus distintos actores, expuesta al amianto y a su polvo blanco responsable de tanto sufrimiento y muerte. EO kc RS 0. / . -

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PRESENTACIN
LD : 9C1 N G 7E65 0 C ED IE Desde hace ms de 60 aos se tienen evidencias cientficas sobre la relacin entre exposicin al amianto y el cncer de pleura, de pulmn y peritoneo, adems de otras patologas que causan la muerte a ms de 100.000 personas al ao en el mundo. Si una epidemia se define como las enfermedades producidas dentro de un territorio concreto y en un periodo de tiempo limitado, una pandemia sera la forma de epidemia a escala planetaria. Y esto es lo que ocurre con el amianto, que se ha convertido en el principal fp

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sigue, a travs de un proceso de concienciacin, aglutinar a diversos colectivos de la sociedad civil como periodistas, mdicos, abogados, jueces, polticos, ecologistas, de cara a conseguir la victoria frente al gigante mundial del amianto. Como dice Silvia de Be rnardinis, p muestra la historia de Romana Blasotti, smbolo de lucha contra la fbrica cancergena en Italia. Romana Blasotti perdi a su marido, a su hija, a su hermana, a una prima, a un sobrino y a muchos amigos por el amianto. La lana de la salamandra retrata la saga de trabajadores y trabajadoras, habitantes de una pequea ciudad italiana, ciudadanos y ciudadanas simples, que con el apoyo de sindicalistas, periodistas, tcnicos y cientficos transformaron sus tragedias personales en una lucha colectiva. El drama que aqu se relata nos muestra una nueva dimensin de la epidemia de cncer a la que habr que prestar mucha atencin. Una revisin bibliogrfica de casos en que dos a ms miembros de una misma familia se ven afectados por las patologas asociadas a la exposicin al amianto ha dado lugar a un nuevo cuadro denominado mesotelioma familiar, al que habra que aadir tambin el de mesotelioma vecinal. Nos referimos a aquellos casos, cada vez ms frecuentes, de afectacin por mesotelioma en poblaciones sin la variable de exposicin ocupacional. Aunque ya en 1960 encontramos trabajos que relacionaban dicha neoplasia con la exposicin al amianto (ver Wagner Sh O Z -(, no es mucho lo que se ha avanzado en este sentido. Es ms, algunos llegan a aventurar la hiptesis de una posible predisposicin gentica a padecer tales dolencias, lo que carece del mnimo apoyo metodolgico y rigor cientfico. Cuando varios miembros de una familia mueren por intoxicacin o ingesta de productos que contienen veneno, a nadie se le ocurre acudir a la predisposicin gentica como causa de dichas muertes.

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Giampiero Rossi

Prximame nte Francisco Be z2 publicar un extenso trabajo sobre este tema en el que relata ms de 40 trabajos sobre el mencionado mesotelioma familiar, similares a la tragedia vivida por Romana Blasotti, contada de forma magistral por Giampiero Rossi, a quien conoc en Turn con motivo del encuentro internacional que all tuvo lugar entre el 16 y el 18 de marzo de 2010. Nos impresion a todos su sensibilidad, su forma de expresar literariamente este drama real, su entrega a la causa de las vctimas del trabajo en general y del amianto en particular. Gracias, amigo Giampiero, por socializar tus conocimientos y permitir que DO Z O bO RS Z O gO Z O aO bRfO pueda difundirse en todos los pases de habla hispana en los que el amianto forma parte de nuestras vidas y sirva de herramienta para continuar la lucha contra las Eternits actuales que siguen causando tanto horror y sufrimiento. Por eso este libro es tambin un alegato a favor de la prohibicin mundial de todo tipo de fibras de amianto. No hay razones econmicas, ni ticas, ni sociales para seguir exponiendo a trabajadores y sus familias a unas fibras probadamente cancergenas que les conduzcan a la muerte. Sera necesario instalar un pedestal o mausoleo en cada ciudad o pueblo afectado por el amianto, en cada Casale repartido por el mundo, para que sirva de ptreo y mudo testimonio de tanta negligencia, de tanta impunidad, de tanto sufrimiento, de tantos silencios de unos y otros (empresas, gobiernos, medios de comunicacin y parte de la comunidad cientfica). El silencio se ha roto, ahora le toca hablar a las vctimas como han hecho en Casale Monferrato, con Romana Blasotti a la cabeza y contado por Giampiero Rossi a lo largo de estas pginas que tenis en vuestras manos.

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Francisco Bez. Amianto: el asesino en serie del crimen corporativo (mesotelioma familiar). Un captulo del libro Amianto: un genocidio impune, en fase de elaboracin y de prxima publicacin.
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Finalmente quiero expresar mi agradecimiento a cuantos han colaborado en la traduccin de este libro, especialmente a Mara So riano Ramo ne ll, scar Bayo na, Alfre do Me n nde z y Francisco Puche por su inters e identificacin con las vctimas de este drama.

ngel Crcoba Alonso Secretara de Salud Laboral de Comisiones Obreras Madrid, abril de 2010

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Antes

1. La familia
Mario Pavesi no blasfemaba nunca. O, mejor dicho, cuando estaba solo o con los amigos lanzaba alguna imprecacin al cielo, si las circunstancias lo justificaban. Pero en casa nunca. Aunque en cierta ocasin en su casa se le escap un rosario completo de improperios que fue repetido inmediatamente por la pequea voz de Ottavio, que le miraba por detrs de su constelacin de pecas de color rojizo, divertido por ver a pap avergonzado. As que no fue ms all de boia fus!3 cuando, muchos aos despus, tocndose la espalda solt un tmido me duele aqu en presencia de su esposa, Romana. Aquel maldito dolor le sorprenda de improviso en el lado derecho a la altura, ms o menos, de los riones. Haca casi dos aos que ese dolor vena a envenenarle los hermosos das de campo, de voces del nieto, de su mujer, del hogar, de trabajos para los vecinos, de los nios, del sonido de las partidas de cartas en el bar. Y eso que era un buen momento. Lleg tarde el regalo de la jubilacin a aquellos que, como l, haban disfrutado poco de la vida cuando eran unos nios. De hecho nunca haba querido hablar de esas cosas. Mario Pavesi nunca haba hablado en casa de aquello que afectase a sus sentimientos. Y ahora todo era diferente. Ahora su esposa, Romana, estaba siempre all, primorosa, afable, cmplice, cuidando de l. Por supuesto, incluso con su mal genio, porque para entenderse le bastaba slo una mirada. Mirada de ojos claros y vivos que transmitan serenidad, a Ottavio en primer lugar, a continuacin a Mara Rosa y finalmente al pequeo Michele. La familia completa. El dinero no sobraba, aunque en casa no faltaba de nada. Y ahora Mario, conocido como el HO j vW g por sus amigos, recordaba la vida sudorosa de la fbrica, el sufrimiento de una juventud durante la guerra compuesta por mil bocados secos, y los puntos determinantes de su trayectoria recuperados con precisin milimtrica y ordenados sobre la mesa hasta que le pregunt con severidad a su memoria infalible sobre las jugadas del destino.
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El trmino boia fus! es una expresin piamontesa equivalente a maldita sea!.


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Pero..., pero ahora, maldita sea, le visitaban con frecuencia aquellos dolores en la espalda, siempre iguales. Lo haba comentado con sus amigos, con quienes jugaba a las cartas, con quienes voceaba, con quienes comparti el trabajo, a quienes haca una seal para reducir el acelerador de su moto para escuchar las ltimas noticias de la fbrica. Pero a ella nada, a Romana no le deca nada de aquella invisible picadura que llegaba puntual, cada da, a torturarle, quin sabe qu diablos tena dentro de su cuerpo robusto e infatigable, y a envenenarle aquellos das de paz. - ? CG C En realidad se haba dado cuenta desde haca algn tiempo de sus muecas de sufrimiento, de la mano que iba a la espalda buscando una imposible tregua con el desconocido dolor. Pero nunca le dijo nada porque saba muy bien que para ciertas cosas, aunque los aos le haban suavizado mucho, a Mario era mejor dejarlo solo. Y quin poda pensar en aquel momento y en un hombre tan fuerte, saludable, infatigable, generoso y transparente que esa ridcula molestia en la espalda podra ser el anuncio de la inminente tragedia? Por otra parte, a pesar de toda una vida compartida con l, Mario siempre fue un poco misterioso, impenetrable en sus verdaderas emociones. Lo saba desde aquel domingo de abril de 1948, cuando le vio por primera vez mientras ella regresaba a casa y l sali del bar y se par frente a ella fijndose en sus hermosos ojos azules, herencia indiscutible de su madre eslovena. De hecho, Romana Blasotti haba llegado a Casale pocos meses antes desde Salna de Isonzo, cedida a Yugoslavia despus de la guerra y que hoy, convertida en Anhovo, forma parte de Eslovenia. Precisamente por este motivo pap Ottavio haba llevado a su esposa y sus cinco hijos lejos, en direccin al Piamonte. Trabaj en Salonit, una fbrica de amianto manufacturado situada en los confines de las fronteras entre Austria, Italia y Yugoslavia. Y debido a que su hermano haba encontrado un lugar en la fbrica del mismo grupo industrial abierta en 1906 en Casale Monferrato, la eleccin de la nueva ciudad fue casi automtica. Ottavio Blasotti, sin embargo, termin trabajando
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en un taller mecnico. Sus hijas, an jvenes, fueron enviadas a prestar servicio domstico en las casas de los ricos. Cuando conoci a Mario, Romana acuda a visitar a sus padres aprovechando el da de descanso semanal. Contrariamente a lo acostumbrado no recorra ese camino acompaada de su hermana, circunstancia que anim al Pavis. Haca poco que haba advertido la presencia de las chicas y en particular de una con el pelo rojo que le llam la atencin. Aprovech para poner en suerte las maneras propias de la poca, invitndola a pasear o al cine. Ella lo mir con timidez, en silencio, pero sonriente como siempre. Y luego se lanz sin red: Mira, tengo intenciones serias, de hecho me gustara poder hablar con tu padre. Romana tena 19 aos, pocos estudios, pero muchas lecturas de las buenas. Haba ledo con entusiasmo Ai SffO k dO l y ante la audacia de Mario en su respuesta hubo algo de la Natasha Rostova de Tolstoi: Pero, cmo puedo decir que s, si ni siquiera le conozco?, dijo con un hilo de voz. l no perdi el nimo y rpidamente replic: Bueno, entonces empecemos a conocernos. Para empezar la acompa un tramo de carretera. Poco despus Romana obtiene de su madre, que haba aceptado las visitas de Mario a su casa, permiso para ir al cine con aquel joven casalese. Fuimos a ver F W bch Q V Y O ) porque me gustaba mucho Greta Garbo recuerda, pero luego me enter que l ya la haba visto. Mario era prisionero de la pasin por aquella muchacha. Estoy seguro que las cosas irn bien entre nosotros le dijo en una ocasin con seguridad y sin pensarlo. Y ahora tutemonos. Siete meses despus, el 4 de noviembre de 1948, se casaron. Y el ao siguiente fue memorable porque naci Ottavio Pavesi, su primer hijo. En un par de aos, Romana aprendi a ser mujer y madre. Sigui trabajando como empleada domstica, sin perder ni un momento su espritu alegre, el gusto por la risa, por las canciones que siempre tena en sus labios. En cambio, Mario era diferente. Pacfico, s, no era un mal tipo, pero muy reservado. Romana, que se cri en una especie de clan familiar enorme que segua unido a pesar de la guerra y la emigracin, atribua la dureza de su marido a su historia familiar: el hecho de que el Pavis, nacido en 1922, fuera hurfano
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de padre desde los diecisis aos significaba que haba tenido que tirar del carro desde muy nio, no slo para mantenerse a s mismo, sino tambin a su madre y sus hermanos menores. Y luego, durante la guerra mundial, le toc un destino muy duro en el frente de los Balcanes, que dio lugar a su encarcelamiento en Yugoslavia hasta 1946, exactamente un ao antes de conocer a la mujer de su vida. Mario Pavesi pas tanta necesidad que no pudo despreciar un empleo en una mina de cemento en Coniolo, no lejos de su Casale. Pero justo tras haber formado su familia, ampliada en 1954 por la llegada de la segunda hija, Mara Rosa, la mina cerr y no le qued ms remedio que buscar ayuda para entrar en Eternit, la fbrica de cemento producido con amianto, lo que era considerado el mejor empleo de la zona. Como entrar a trabajar en un banco, dijo. Porque para los campesinos y los trabajadores de la zona de Casale, Eternit significaba seguridad, mejora econmica e incluso cierto prestigio. Romana, recin llegada de su tierra, tambin solicit un puesto en dicha fbrica pero no tuvo suerte. En 1957, sin embargo, se las arregl para ser contratada en una fbrica, trabajando a tres turnos, desplazndose siempre en bicicleta, mezclndose con una multitud sobre dos ruedas que se mova por las calles de la ciudad cada ocho horas. Aunque no era el tpico trabajador politizado y nunca se afili a ningn partido, Mario pronto se distingui por su conciencia y compromiso sindical, especialmente preocupado por mejorar las condiciones y el ambiente de trabajo. Tras algunos aos consigui mscaras de proteccin para l y para sus compaeros, ya que era evidente la presencia de demasiado polvo en el ambiente. Y as se convirti en delegado del comit de empresa de Eternit. Para los compaeros de trabajo y amigos era un personaje, un punto de referencia, pero cuando regresaba a casa se converta en un oso: carioso con los nios, pero siempre cerrado e introvertido. Los aos transcurran entre el trabajo, las reuniones sindicales en aquella fbrica llena de polvo blanco, los hijos que crecan y la mujer siempre hiperactiva para sacar adelante el hogar y la familia. Hasta la jubilacin deseada en enero de 1977. Aunque de todas for24

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mas al Pavis ya se le haba diagnosticado una asbestosis, enfermedad respiratoria que la gran mayora de los trabajadores contratados por Eternit contraan por la inhalacin de las fibras de amianto que revoloteaban por toda la fbrica. Le reconocieron 35 puntos de invalidez y esto le supuso el reconocimiento de las prestaciones otorgadas por el INAIL4 a quienes abandonaban un trabajo nocivo. As que desde ese momento se dedic a sus pasiones y, desde 1979, a su nieto Michele, hijo de Mara Rosa. Todo iba bien hasta el mes de febrero de 1982. Al principio nadie, salvo Mario, hizo caso de los sntomas y dolores de espalda. Romana lo observaba, pero l la funda con la mirada cuando intua que estaba a punto de decirle algo. El oso slo hablaba con sus amigos, sus antiguos compaeros porque entre ellos circulaba el rumor sobre las enfermedades y muertes prematuras que se estaban produciendo entre los que haban trabajado en Eternit. Pero tena sumo cuidado de no hacer comentarios en casa. Hasta el da en que en presencia de su esposa se le escap de forma instintiva y un tanto vergonzosa una maldicin tpica piamontesa: Boia fus!, me duele aqu. Ella aprovech la oportunidad para convencer a Mario de acudir a la consulta del mdico. No fue fcil, pero finalmente el Pavis lo hizo, probablemente animado por la perspectiva de obtener el reconocimiento de ms puntos por su asbestosis. Por lo general, las enfermedades respiratorias causaban una gran preocupacin en Casale, donde muchos haban aprendido a familiarizarse con los nombres de algunas enfermedades, sobre todo porque la propia Eternit tras un duro enfrentamiento con el sindicato haba aceptado someter a sus empleados a un reconocimiento mdico cada seis meses a bordo de una camioneta

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Instituto Nacional para el Aseguramiento de Accidentes de Trabajo.


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que se estacionaba delante de la fbrica. Pero cuando Mario se enfrent a las radiografas de trax que le haban realizado en el hospital de Alessandra, el diagnstico fue diferente: mesotelioma pleural. Cncer. Un tipo de tumor maligno e inexorable que se adhiere a la pleura, la membrana que recubre los pulmones, y que provoca metstasis en otros rganos y huesos. A Mario la noticia no le pill por sorpresa. En realidad, aunque nunca lo haba contado en casa, haba estado muchas veces en el hospital para visitar a sus antiguos compaeros afectados por esta maldita enfermedad. Pero Romana no saba nada. nicamente a partir de ese da comenz a prestar atencin a los rumores que corran por la ciudad sobre la salud de aquellos que haban trabajado en la fbrica. Sin embargo, fue ella la encargada de explicar todo a sus dos hijos, incluso del hecho de que se tratara de un tumor inoperable e incurable. En definitiva, una sentencia de muerte. - ?JR 1 3FI 39 G La vida de la familia Pavesi cambi bruscamente. Comenz una temporada de largo y doloroso peregrinaje de hospital en hospital en la zona de Alessandra, Vercelli, Casale, cargando con un fardo de carpetas de historias clnicas y placas que engordaba de semana en semana. Evidentemente Mario tena mucho miedo, pero todava le quedaban la esperanza y la ilusin de escapar y salvarse de nuevo. Ya se las haba apaado para escapar de los frentes de guerra de Grecia y Albania y ms tarde del campo de prisioneros en Yugoslavia. Por qu no podra volverlo a repetir? Quizs, quin sabe, la ciruga podra arrancar la inmundicia de sus pulmones. Con este espritu se presentaba a los ciclos continuos de quimioterapia. Su hija Mara Rosa segua su evolucin al detalle, solicitaba informacin a los mdicos con meticulosidad, a veces con casi la misma destreza que un profesional. Ella le acompa en su coche el
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da que ingres en Borsalino, el antiguo hospital de Alessandra, donde los tejados eran de cemento-amianto y el pavimento era limpiado con serrn. Cuando le acomodaron en una habitacin de nueve camas, Mario se encontr con un antiguo compaero de Eternit. Tambin l estaba all por el mismo motivo: mesotelioma pleural. Estaba un poco peor, con una acusada delgadez que confirmaba lo que tema. Cada ciclo de quimioterapia le mantena ocho das hospitalizado, tras lo que experimentaba cierta mejora durante el mes siguiente. Sin embargo, los perodos en el hospital le suponan un enorme desgaste, sobre todo anmico. Ver a los compaeros en estado terminal o recibir la noticia de otros que no haban sobrevivido se hizo cada vez ms penoso. Pero en casa siempre trataba de eludir el asunto. Slo una vez, cuando su esposa le sorprendi mirndose en el espejo y le pregunt: He cambiado?. Era la primera vez que admita estar enfermo, aunque de manera implcita, ante su mujer. Su esposa, por supuesto, sinti en todo momento el sufrimiento fsico y comparti el desgarro interior de su Pavis, pero tambin saba que no tena autorizacin para hablar abiertamente del problema. Hasta el punto de que para ella, despus de tantos aos, el recuerdo de aquel perodo constituye una mezcla de dolor y extraordinaria irona: Me pregunto muchas veces si, viendo que ya estaba enfermo y que yo no haca nada, l deba de pensar que yo era totalmente estpida al no darme cuenta de su estado. De hecho, en ms de una ocasin Mara Rosa le sugiri el uso de gafas de sol para evitar que Mario notase que haba estado llorando. Pero entre ellos dos las cosas siempre fueron as: se entendan sin hablar. Uno lo saba todo del otro, producindose una silenciosa simbiosis. La representacin familiar continu incluso cuando el va crucis hospitalario se vio ampliado con otras estaciones. Romana estuvo al borde del colapso cuando la mirada de un mdico del hospital de Vercelli le hizo entender sin una sombra de duda que no haba nada que hacer para conmutar aquella condena a muerte. Pero el rictus de miedo tuvo que ser eliminado para dar paso a la ley del silencio
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impuesta por el marido que, consciente de la situacin, le lleg a decir a la vuelta al domicilio: La prxima vez t no vienes al hospital conmigo. El oso estaba enfermo, cada vez ms grave, pero todava no se daba por vencido. m 9 cW OT t i g! El desenlace se iba acercando. De crisis en crisis, la extraordinaria fortaleza de Mario tuvo que rendirse a la enfermedad que estrangulaba sus pulmones, dentro de los cuales se iba acumulando el lquido que daba lugar a una fuente de dolores continuos. Los ltimos cuarenta y cinco das de su vida fueron un suplicio constante, con Romana acompandolo da y noche en el hospital. Mara Rosa quera seguir con detalle la progresin de la enfermedad de su padre. Un da, de regreso a casa, le confi a su madre: He cambiado de idea, no quiero tener ms hijos, porque no tiene sentido traer al mundo a una persona para hacerla vivir y que a continuacin sea condenada a una muerte tan terrible. Su decisin no admite rplica. Igual que su padre. Incluso Ottavio, aunque viva en Turn, segua todos los pasos de la enfermedad de su padre. En cuanto poda tomaba el coche y se reuna con la familia, siempre presente y discreto, a la manera de los Pavesi. Quera mucho a su padre, admiraba su humanidad, sobre todo por el terrible parntesis de la guerra y la prisin, y le estaba muy agradecido porque sus esfuerzos le permitieron estudiar. Por todo ello no soportaba la injusticia de verle sufrir tanto. La agona del HO j vW g se haca cada vez ms dura. Romana se senta impotente durante las noches de vigilia junto al marido, vindole retorcerse por la tos que le sacuda el pecho impidindole dormir. Es que no se puede hacer nada?, se preguntaba destrozada. La ltima noche fue terrible. Mario, a pesar de estar atiborrado de morfina, se encontraba muy agitado. Se arrancaba la mascarilla de oxgeno para volver a pedirla inmediatamente porque sin ella no poda respirar. Pareca una lucha espantosa contra fantasmas nicamente visibles para l, no as para el resto de personas presentes en la habitacin del hospital. Los nervios de su esposa se desataron definitivamente cuando a una enfermera siempre diligente y gene28

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rosa se le escap un comentario que en ese momento a ella le result insoportable: Pero, cmo este hombre resiste todava? Le son como un insulto: Cmo te atreves? La escena se convirti en la vlvula de escape por la que descargar toda la ira y la desesperacin que la consuman desde haca meses, como si fueran otro cncer. Pero enseguida comprendi que lo nico que aquella mujer estaba diciendo era que el final haba llegado, aunque ella no estuviera lista para aceptarlo. Pero incluso Mario, all en su cama, aparentemente consciente de todo lo que ocurra a su alrededor, entenda que su sufrimiento haba llegado a la fase terminal. Esa maana tuvo un gesto que Romana no olvidara nunca. Ella se haba quedado a espaldas de su cama para no molestar a las enfermeras que le efectuaban un electrocardiograma, de tal forma que aunque Mario no poda verla, saba que se encontraba all. En ese momento extendi su brazo hacia atrs, tendiendo su mano plida a Romana. Esa fue su despedida. Poco despus entr en un estado de coma del que ya nunca se recuperara. Muri a las ocho de la tarde del 15 de mayo de 1983. Tena 61 aos. En su homila, el prroco de Ronzone, el barrio industrial y popular de Casale, record al Mario que todo el mundo haba conocido: un hombre generoso y desinteresado hasta la inconsciencia. Y es as como Romana ha continuado recordando a su marido, el hombre al que amaba y admiraba sin reservas. . 1 A 1?49 39 SB Durante la despedida de Mario Pavesi la familia se vio acompaada de un pequeo grupo de amigos, colegas de trabajo de Eternit, vecinos y compaeros que haban ledo el obituario colgado en los tablones de anuncios existentes a lo largo de las calles, como entonces era costumbre en las ciudades pequeas. No fue un funeral especial. En ltima instancia se trataba de una muerte ms. Porque las personas mueren, incluso de enfermedades bastardas, pero todo entra siempre en la lgica que rige la vida en este extrao planeta. A
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quin le importaba, ms all del crculo de familiares y amigos, el trgico final del HO j vW g y el sufrimiento insoportable de su mujer, Romana Blasotti? Todo el mundo tiene algn muerto que llorar, que recordar u olvidar. La vida contina. Incluso en Casale Monferrato. La viuda de Mario se permiti, por fin, llorar las lgrimas que tuvo que reprimir en una larga lucha contra la naturaleza humana, pero aun as sufri el impacto de esos meses de tensin hasta el punto de necesitar la administracin de antidepresivos. Sin embargo, nunca dej de sentirse viva, porque a su alrededor an tena a sus dos hijos, a un nieto que adoraba a sus hermanas y al amplio crculo del clan familiar, que como ella segua hablando con acento del noreste, e incluso a nuevos amigos de Casale. Pero lo que Romana no poda imaginar era el destino que la palabra amianto y la empresa Eternit reservaban para ella. En la ciudad circulaban rumores acerca del polvo que miles de trabajadores haban inhalado durante dcadas en la fbrica y sobre su nocividad. Los cuadros sindicales de la CGIL5 en Eternit, sobre todo Bruno Pesce y Nicola Pondrano, haban impulsado algunas movilizaciones, casi quijotescas, para pedir garantas, vigilancia mdica, medidas de proteccin y procesos de sustitucin utilizando fibras alternativas al amianto. Poco a poco una alarma comenz a extenderse, pero todava se tratataba de unos conocimientos superficiales e inespecficos que no permitan intuir la terrible amenaza que se cerna en forma de nube blanca e impalpable. Y Romana Blasotti Pavesi no sospechaba que ella y su familia se convertiran en el smbolo de una tragedia colectiva. El segundo golpe lleg seis aos despus de la muerte de Mario. Esta vez la vctima fue la hermana de Romana. Su nombre era Libera y se trataba de la tercera de las cinco hijas de Ottavio Blasotti, el antiguo trabajador de Salonit emigrado a Monferrato. l tambin vivi en Casale, no lejos de la fbrica de Eternit. El mari////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 5

Confederacin General Italiana de Trabajadores.


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do y el hijo trabajaban en la fbrica de tubos, en la que todava usaban amianto. Un da de 1989 lleg el primer sntoma de la insospechable dolencia: un dolor en la parte baja de la espalda. Se someti a exmenes radiolgicos convencida de que pondran de manifiesto algn problema ginecolgico. Sin embargo, el mdico que examin las placas no tena ninguna duda. Se trataba de un mesotelioma pleural. Libera deseaba conocer enseguida los detalles de la enfermedad y la terapia, mostrando el coraje de una leona, segn el recuerdo de su hermana Romana. Libera siempre haba sido envidiada en la familia por su innata capacidad para aprovechar lo mejor de cada situacin: el mejor lugar para sentarse, el bocado ms delicioso, la cama ms cmoda, los mejores premios de la tmbola. Pero ya durante la enfermedad de Mario haba demostrado ser una mujer capaz de hacer frente a la adversidad. Haba sido la persona ms cercana a Romana en los meses difciles. De nuevo se repeta la dolorosa rutina de los hospitales, la quimioterapia, el oxgeno, pero esta vez vivindolo en primera persona. Casi de inmediato perdi todo el pelo, pero no perdi el nimo: no renunci a su vida habitual con sus paseos por la tarde y haciendo acopio de una buena dosis de irona cuestionaba el rigor de los mdicos. Pero pronto lleg de forma inexorable al final del tnel. Una llamada telefnica por la noche inform a Romana que su hermana quera verla urgentemente en el hospital de Alessandra. Cuando Libera la vio, sonri y le dijo concluyente: Quiero morir en mi casa. De esta manera, el marido y la hermana se fueron turnando en la administracin de las dosis de morfina necesarias para aliviarla del dolor que progresivamente iba creciendo en su pecho. Despus de una noche especialmente difcil, dijo con un hilo de voz: Maana a esta hora me habr ido. Dio instrucciones sobre la ropa que quera llevar en su entierro y se abandon a las ltimas horas de su vida. Al amanecer del da siguiente Romana se despert sobresaltada. Comprob la respiracin de su hermana, que ya era prcticamente imperceptible. Giuseppe... Libera se va, fue lo nico que pudo
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decir a aquel marido aturdido, desesperado, que se haba dejado la vida por ella. Quince minutos despus Libera Blasotti falleca. Tena 59 aos. Romana acababa de experimentar una segunda tragedia, otro ser querido que se desvaneca entre sus brazos por la misma maldita enfermedad. Fue entonces cuando decidi visitar a la trabajadora social de la Cmara del Trabajo6 de Casale Monferrato y all descubri que exista mucha ms informacin acerca de aquellos tumores que afectaban a la gente de la zona. En 1988 se reuni con Bruno Pesce, el secretario de la CGIL de Casale desde 1979, y con Nicola Pondrano, el trabajador de Eternit que haba sustituido a Mario en su papel como representante sindical en el comit de empresa, que adems, ironas del destino, celebraba su cumpleaos el mismo da. Averigu que ambos llevaban diez aos tratando de recomponer el mosaico de muertes que estaban convencidos que se deban al polvo de amianto. Los sindicalistas escucharon su testimonio, respondieron a sus preguntas y le contaron lo que estaban haciendo. Y finalmente dejaron caer una propuesta: Si creamos una asociacin de familias de las vctimas, estara dispuesta a ser la presidenta?. No poda hacerse a la idea, ella, una empleada domstica venida del ltimo rincn de Italia, hacindose cargo de una responsabilidad tan delicada. Al principio se resisti, pero la insistencia de Pondrano la convenci para ponerse a su disposicin. Las primeras reuniones convocadas por la recin nacida asociacin fueron difciles. A pesar de que ya existan acciones judiciales, haba muchas personas que no compartan los planteamientos de los dos sindicalistas que establecan relaciones entre el amianto y el cncer. Estaban acostumbradas a pensar que esta fbrica supona el medio de vida para muchas familias. Qu queran demostrar ahora estos tocapelotas? Acaso era Eternit la culpable de que la gente muriese de cncer?

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La Camera del Lavoro o Cmara del Trabajo es la organizacin territorial de la CGIL y comprende a las diferentes sedes de las federaciones de este sindicato en todo el territorio italiano.
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Desgraciadamente muchos entierros hubieron de celebrarse antes de que la ciudad se rindiese a la evidencia del desastre, que se extendi como una nube de fino polvo blanco. Incluso Romana Blasotti todava debera pagar un precio adicional: para ella no haba llegado el momento de abandonar el luto. La tregua concedida por la fibra asesina para su familia dur trece aos. Mientras tanto, la epidemia de muerte continuaba cobrndose vctimas en Casale y Cavagnolo, otra localidad de la provincia de Turn en la que exista otra fbrica de Eternit, y ello a pesar de que peridicos y televisin haban comenzado a hacerse eco de la inquietante historia de los tumores en Monferrato. Romana Blasotti comenz a ser conocida en la ciudad como presidenta de la Asociacin de Familiares de las Vctimas del Amianto. Esta tragedia haba llevado a un ama de casa a desempear un papel casi poltico, en lugar de dedicarse a sus asuntos. A partir de 2003, las razones de su actividad contra los seores del amianto se reforzaron notablemente. En primer lugar, como resultado de una noticia que provena de su lugar de origen. Su prima Anna, a la que estaba muy unida desde la infancia, desarroll un mesotelioma pleural. Como Mario, como Libera. Pero Anna no viva en Casale, por lo que aparentemente no poda relacionarse este caso con el tumor de otro miembro de la familia afectado por la maldicin de Eternit. Sin embargo, en el lugar de origen de Anna tambin exista una fbrica. De hecho ella haba vivido en las inmediaciones de una planta en Salonit, la filial de Eternit en la que haban trabajado el padre de Romana y otros muchos parientes. De dnde, sino, provena el polvo que haba provocado el deterioro de sus pulmones? Romana sigui a distancia la lenta agona de su prima, para ella tan bien conocida. Saba que la pobre mujer antes de morir ni siquiera era capaz de identificar qu parte de su cuerpo le ocasionaba ms dolor. Pero su creciente ansiedad, su creciente ansia de rebelin, su ira, su dolor, su indignacin, sufrieron el mismo ao un posterior y dramtico impulso: otro afectado por mesotelioma pleural en la familia, su sobrino Giorgio, el hijo de Libera.
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Lo haba visto nacer, de hecho ella asisti al parto. Lo haba visto crecer y convertirse en un hombre, en un trabajador de una fbrica de caucho en la cual se trabajaba con amianto. Giorgio no trabaj en la fbrica durante mucho tiempo porque pronto logr abrir su pequeo negocio. La enfermedad comenz poco a poco, como en el resto de enfermos. Al principio permitindole la ilusin de una vida aparentemente normal. Despus, sin previo aviso, alejndole, en el extremo del dolor y la terapia ms agresiva, de la esperanza cada vez ms tenue y acercndole el miedo a una muerte cada vez ms palpable. Romana se volc con l a pesar del luto, ayudando en todo lo que poda, administrando inyecciones, cocinando, lavando la ropa, dando palabras de aliento a su sobrino y a su cuado. Y aun as continu asistiendo a las reuniones de la Asociacin de Vctimas del Amianto, cada vez ms numerosas, enojada por el escepticismo de su propia familia. Es intil, le dijo su cuado. Pero ella le respondi de forma seca: Por supuesto que si nadie se mueve nunca suceder nada. Y pensaba en aquel polvo maldito que estaba escondido por todas partes y que en diciembre de ese ao le arrebat a su sobrino. En aquellos momentos de dolor record con consternacin un medioda de haca muchos aos, cuando ella y Mario haban llevado a la pequea Mara Rosa a pasear alrededor de la planta de Eternit, donde se acumulaban montones de residuos que liberaban nubecillas de un polvo ahora tan conocido y temido. Era incluso agradable a la vista, ligero como el talco, fino como la arena de las playas tropicales. Romana pensaba que todos ellos haban estado en contacto con el amianto y que la masacre poda continuar. Pero ahora, aunque endurecida y convencida de que haba que estar preparados para lo peor, no se poda imaginar el quinto mazazo, el ms doloroso.

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/ 2 J636C :bE El puetazo en el estmago, el golpe definitivo, lo recibi una tarde tres meses despus de la muerte de su sobrino. La noticia se la dio la propia Mara Rosa. Se present en casa con su hijo Michele y su hermano Ottavio, que siempre apareca cuando era necesario. Cuando Romana vio aparecer en la cocina, de forma inesperada, a sus tres familiares comenz a inquietarse. Pero no poda imaginar la noticia que iba a conocer. Sintate abuela la invit Michele, tenemos que decirte algo. Como un autmata, Romana obedeci en silencio. Su hija, mirndola a los ojos y con una sonrisa forzada, no supo encontrar una frmula ms suave: Madre, tengo mesotelioma. Ella, la mujer que ya haba enterrado a cuatro afectados por aquella enfermedad, se mantuvo aparentemente impasible, como si le hubieran dicho cualquier trivialidad. Pues s que estamos bien, fue todo lo que alcanz a contestar. Entonces fue Mara Rosa quien en contra de su consternacin mostr optimismo: Vamos a ir a Amrica, quizs all me operen; mam, vers cmo lo conseguimos. Los dos hombres, Ottavio y Michele, intentaron disimular ante una situacin tan dramtica porque teman que Romana no pudiera soportar el golpe a sus setenta y cinco aos. Sin embargo, ella permaneci impasible durante casi toda la reunin familiar. Slo cuando el hijo y el nieto se encaminaron hacia la puerta se abandon en un intenso e interminable abrazo con Mara Rosa: No te preocupes porque no te dejar sola, susurr, acaricindola con la mano en la espalda. Entonces la puerta se cerr y se qued sola. No llores, se dijo a s misma: Y ahora, qu hacemos?. Se prepar mentalmente para enfrentar un nuevo calvario. Esta vez el de su hija. Mara Rosa era una mujer de carcter fuerte, decidido, para nada pusilnime. Era la marca de fbrica de los Pavesi. Durante la lenta agona de su padre haba prometido que si alguna vez le tocaba sufrir una suerte semejante, no se esforzara en intentar curarse ni perdera el tiempo en la tortura fsica y psicolgica que supone el hecho de alimentar vanas ilusiones.

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Pero ahora que el mismo destino haba regresado a casa de los Pavesi pareca haber cambiado de idea: quera luchar, resistir el mal e incluso unirse a la batalla por la justicia iniciada por su madre y otras vctimas del amianto junto a un grupo de sindicalistas decididos. Mara Rosa nunca haba preguntado a su madre acerca de las reuniones en las que Romana participaba en el papel protagonista de presidenta que nunca busc. Para ella las palabras tumor, amianto o Eternit parecan no existir. Podemos imaginar, entonces, el estupor de su madre al recibir una carta certificada dirigida a la Asociacin de Familiares de Vctimas del Amianto con la solicitud expresa de leerla en pblico durante una asamblea. Estaba escrita de un tirn, sin perder demasiado tiempo en sopesar sus palabras. Este es el texto: oHSbgu ei S a W T O aW Z W OV O Pw O dO U O Rc Z c gi T W Q W Sbh S dcf Z c ei S gS fST W SfS O Za Sgch SZ W ca O -EW dO RfS a i fW y Sb / 651) a s g h O fRS i bO h w O aO h SfbOSb RW Q W Sa PfS RS 0. . 1- E W dfW a c RS 3. O xcg) V W X c RS a W h w O K W b Sa PO fU c) bc Sg gi T W Q W Sbh S--? ZdfW a Sfc RS a O fl c dO gO Rc a S h ca u i b Rw OZ W PfS dO fOW f OSgei W O f) V Sfa cgcg dO W gO X Sg) dW gh O g Sb i b Sgh O Rc ydh W a c k i bO h cbh OQ O w RO ; i fO bh S gSW g Rw O gh i j S i b RcZ cf W bh SfQ cgh O ZT i Sfh S) O gwei S SZgs PO , Rc dcf Z Oh O fRS O Q i RwO i fU SbQ W O g dO fO ei S a S j W SfO b- 8 Z U cV O PW , h iO Z )Q cgO g RS fi h W bO ? bQ cbh fu O aW U cg Sb fO RW cZ cU w O k Sgh i jSQ i fW cgSO bRc Z O g fO RW cU fO , T w O gO ZQ cbh fO Z i l - J Sgi Z h O PO Sj W RSbh S) W bQ Z i gc dO fO i bO dfcT O bO Q ca c kc) O Z j Sf SZ di Z a yb W l ei W SfRc Q ca dZ Sh O a Sbh S PZ O bQ c--B fybW Q O a Sbh S) W bQ Z i gc RcbRS a S Ri SZ S? b i bcg Rw O g Sgh O POgSbh O ROT fSbh S Oi b a uRW Q c ei S a S Z Sw Oi b RW O U , bygh W Q c7 nSdW h SZ W ca cfT c) a Sgch SZ W ca O a O Z W U bcq- E S ei SRu V SZ O RO ) gW Sa dfS V S ei SfW Rc Sgh O fW bT cfa O RO RS h cRc Z c ei S a S O T SQ h O PO ? ZRcZ cf di bl O bh S dcf Z O RSgSgdSfO Q W yb RS a W V W X c SfO a s g T i Sfh S ei S SZ a w c- ? Z fSQ i SfRc gW Sa dfS j W j c RSZ O h fcl gi T fW aW Sbh c RS a W dO RfS gW Sa dfS a S V OV SQ V c RSQ W f ei S F MF : 8 a S Q i fO fu36

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Lbo l kl , eb U Sj TfSal ab l m fkfk, sl t S eSU bo q l al il m l pfTib m lo I fU ebib, m l oj ,t m l o nr fbkbp pbSk q Sk abpSc l oq r kSal p U l j l tl . J l , kl j b aS sbo dbkuS abU foib S q l al p8 CO PKR E J BE DJ 9B9. I b m o bdr kq l pf sl t S dSkSo . LSsbpf, I So S Nl pS. ASpSibpS ab kSU fj fbkq l. Mr fkq S ab 0743. Una simple carta. Pero muy importante en esta historia. Porque desde ese da algo cambi en Casale Monferrato. Estas palabras fueron la chispa, el detonante de una rebelin que hasta entonces haba sido sofocada en unos hogares marcados por el duelo, pero que ahora pareca madura, lista para canalizar un ro trazado con paciencia inquebrantable por los sindicalistas que haban abierto el frente. La indignacin gritada por Mara Rosa Pavesi en letras maysculas, su reivindicacin orgullosa de pertenecer a esa ciudad, a esa comunidad, su ira, su dolor mesurado tocaron las fibras de tantos que quizs por resignacin implcita haban permanecido siempre en silencio. Ya antes del inicio, aquella asamblea de 2003 se intua diferente a las otras. La noticia de que la enfermedad haba afectado tambin a la hija de Mario Pavesi despert de inmediato la angustia. El pensamiento estaba puesto en la madre, todos estaban convencidos de que ese da Romana, su presidenta, no asistira a la reunin. Sin embargo, lleg puntual e inmediatamente despus del informe introductorio de Bruno Pesce pidi intervenir y leer la carta en un ambiente de emocin intensa. En el saln, abarrotado como nunca, se vean muchos ojos hmedos y las lgrimas se escaparon tambin en la mesa de la presidencia, abogados incluidos.

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El cncer, sin embargo, sigui haciendo su odioso trabajo, asediando los pulmones de Mara Rosa hasta

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respuesta que recibi fue de rabia: Querra verte a ti en mi lugar. Otro golpe al corazn. Con el avance del verano creca la sensacin de que el final se acercaba. Con el aumento de las inyecciones, ahora Mara Rosa necesitaba ayuda incluso para poder dormir un poco. Las crisis y los dolores la mantenan postrada en la cama, pero ella se negaba siempre que poda. Las atenciones de su madre eran constantes, resistindose a caer en momentos de debilidad. Ni una sola vez se permiti llorar delante de la hija, sino que trataba de estar siempre a su lado, incluso en la noche, verificando de cerca que su respiracin fuera regular. Hasta el da era 25 de agosto de 2003 en el que haba ledo en esos dos grandes ojos, para ella bellsimos e inolvidables, que Mara Rosa se estaba agotando. Tras una noche difcil tena mucho sueo, y continuaba adormecida cuando fuera ya atardeca. Romana le propuso comer algo: Mara Rosa, hay pollo como te gusta a ti, te apetece? S, mam. Pero mientras la ayudaba a levantarse, Romana vio en los ojos de su hija una mirada antinatural, pareca muy diferente. Se volvi hacia su madre con gran dulzura. En todos aquellos meses nunca haba tenido la sensacin de que necesitara tanto mi presencia como estaba sucediendo aquella maana recuerda Romana, y aquel cambio no me gustaba nada. Avis a su mdico, y vino la enfermera que asista a Mara Rosa en su domicilio y poco despus telefone a su nieto: Es mejor que vengas con tu madre, dijo controlando su voz para producir el tono ms neutro posible. Michele lleg en unos pocos minutos, junto con su padre, Franco, y su to, el inevitable Ottavio. Mara Rosa hizo un gran esfuerzo para mantenerse despierta en la cama el tiempo suficiente para conseguir abrazar a aquel muchacho pecoso, su hijo. Fue un abrazo muy fuerte. Luego cay en un sueo de dolor. Todos se mantuvieron a su lado hasta el ltimo aliento.

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/ 2 J23:2 O6C5FC FJ La noticia de la muerte de Mara Rosa Pavesi, la hija de Romana Blasotti Pavesi, caus una gran conmocin en todo Casale. Y rabia. Muchos en la ciudad se mostraron sorprendidos por la tragedia de esa familia. En parte porque Romana se haba convertido en un personaje y en parte porque muchos haban vivido o vivan en ese momento la agona de un enfermo de mesotelioma pleural en la casa. Porque yo no soy la nica que ha perdido tantos seres queridos repite siempre ella. Lamentablemente son muchas las familias destruidas como la ma y que ahora claman justicia. Las demostraciones de afecto y de dolor eran infinitas. Romana, exhausta y agotada por el dolor, no llor mucho. Todava, pasados muchos aos, le angustia recordarlo. Pero entonces el nico pensamiento que realmente importaba era buscar justicia por la masacre de sufrimiento y muerte que haba paralizado a muchas otras familias en la ciudad. Pero justicia, para qu? Por la trgica fatalidad que haba llevado a tantas personas a morir del mismo mal en un radio de pocos kilmetros? No, porque en ese momento en Casale todos aquellos que en alguna ocasin pretendieron ignorar la tragedia ahora saban quin estaba detrs de la anmala estadstica de mesotelioma pleural en Monferrato. Un nombre que resonaba casi como una maldicin: Eternit. Una tras otra, las pruebas reunidas por aquellos dos obstinados sindicalistas haban hecho visible la realidad de ese infierno. Y la seora Romana haba reconstruido todo lo que durante casi un siglo haba sucedido en aquella fbrica maldita. Cosas que ella nunca haba conocido antes, porque su Mario lo haba mantenido en secreto. Por amor.

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2. La fbrica
Qu has venido a hacer aqu? Tambin t has venido a morir? A tu edad? Aunque el tono de la voz se esforzaba en ser irnico, no fue una bienvenida cordial lo que el viejo obrero gru al joven recin llegado. As fue recibido Nicola Pondrano, un joven vercellese de mirada intensa. Marengo, se present el anciano de forma seca, mirndole perplejo de arriba abajo. El joven no poda entender en ese momento el verdadero sentido de aquella aspereza. Estaba demasiado ocupado en adaptarse al ambiente. El antro en que se encontraba, en el departamento de molinos, pareca horrible, triste, oscuro, lleno de materia prima acumulada, con el viejo Marengo comiendo tranquilamente el bocadillo sentado sobre una pila de sacos de amianto. Pondrano qued impresionado, aunque para l deba ser un buen da. Era el 11 de noviembre de 1974 y l haba encontrado un buen trabajo. Quien obtuviera un puesto de trabajo en Eternit era considerado un afortunado. Por ello haba acogido con satisfaccin trasladarse de Vercelli, a 25 kilmetros entre los campos de arroz, para hacer frente a una vida que ahora giraba en torno a tres turnos, incluyendo las noches y las madrugadas. Se trabajaba de cuatro de la maana al medioda, desde el medioda hasta las ocho de la tarde, y de ocho a cuatro de la maana. Horario absurdo en otros lugares, pero no en Casale, donde al menos el 60 por ciento de los trabajadores provena del campo y con aquel sistema de turnos podran aun encontrar tiempo para atender a sus campos. Entrar en aquella fbrica significaba tener un salario garantizado. En lugar de asociarlo con la muerte, siempre se haba dicho que aquello era un seguro de vida, con la garanta de que llegara el da de disfrutar de la jubilacin con una buena pensin y, quizs, habiendo podido comprar la propia casa. Cuando en el 55 comenc a trabajar, eleg como mdico al doctor Sampietro, que tena la consulta cerca de la fbrica recuerda, por ejemplo, Anna Mara Giovanola, empleada de la fbrica de amianto-cemento hasta su cierre en 1986 y cuando le dije que haba entrado en Eternit me respondi que para un trabajador era como un empleo fijo en la banca. Un puesto seguro y con un buen salario, me dijo el mdico. Y despus muri de mesotelioma.
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En resumen, antes que el peligro del amianto fuera reconocido, trabajar en Eternit significaba para muchas familias que aquel bendito establecimiento de va Oggero, desde que se decidi su instalacin en Casale, haba cambiado la suerte de generaciones enteras de antiguos agricultores. O , SB45 5G H 1FPB ?1GH FI 61G ! La fbrica se instal en 1906 e inici la produccin doce meses despus, en los primeros aos del siglo, cuando una planta de este tipo era el mayor exponente de progreso. La Schweizerische Eternitwerke AG era una sociedad joven, ambiciosa, en rpida expansin. La haba fundado en 1903 un hombre de negocios suizo llamado Alois Steinmann, que quera transformar en produccin industrial la patente del austraco Ludwig Hatschek, creador en 1901 de una frmula de amianto-cemento que haba bautizado como eternit, inspirndose en el latn aeternitas. Y ello debido a que aquel material creado mediante la adicin de un pequeo porcentaje de amianto a una mezcla de agua y cemento se consideraba resistente a ultranza, indestructible. En definitiva, eterno. Amianto o asbesto es en realidad un trmino derivado del griego: significa inmaculado, incorruptible, perpetuo, inextinguible. Bajo este nombre se agrupan numerosos silicatos hidratados de diversa composicin qumica, de estructura microcristalina y de aspecto fibroso: los ms comunes son la valiosa crocidolita, llamada amianto azul, y el crisotilo o amianto serpentina, tambin conocido como amianto blanco, abundante en la cantera piamontesa de Balangero. Se trata de minerales presentes en la naturaleza que tienen la propiedad de descomponerse en fibras finas pero muy densas, lo que les convierte en un material altamente resistente desde el punto de vista mecnico, pero al mismo tiempo flexible. Adems tiene una sorprendente resistencia trmica, al menos hasta los 500 grados y, si se mezcla con otras sustancias, incluso a temperaturas superiores. Tambin es resistente a la accin de agentes qumicos y biolgicos, a la abrasin y el desgaste. En definitiva, una bendicin para la industria, con miles de aplicaciones posibles: tubos, hojas y lminas de asbesto-cemento, azulejos para el pavimento, embra42

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gues, frenos y productos de friccin, juntas de estanqueidad, filtros para bebidas, ropa, mantas, guantes antiincendio, paneles y aislamientos trmicos y de sonido, pinturas, revestimientos, yesos, alfombras, azulejos, macetas, sillas de playa y muchas ms. El verstil mineral era utilizado en tiempos remotos: los persas y los romanos envolvan los cadveres para cremarlos obteniendo una ceniza ms clara, considerada ms pura. Plinio el Viejo en su obra FO h i fO Z W gV W gh cfW Oya nos habla del amianto. Ms tarde los vikingos y los habitantes del imperio de Catai cuenta Marco Polo en el EW Z W cbS hacan uso de l. Segn una antigua creencia el amianto no era otra cosa que la lana de la salamandra, esto es, del pequeo anfibio del que se crea (errneamente) con la cualidad de atravesar el fuego sin dao. En suma, haba algo mgico en aquella fibra, conocida desde la noche de los tiempos y ahora transfigurada en posibles aplicaciones industriales. Al inicio del siglo XX, Steinmann intuy que aquel material poda acompaar el desarrollo vertiginoso del nuevo siglo procurando ptimos beneficios a quienes lo introdujeran en el mercado. Es decir, su Eternit, la fbrica que erigi en Niederurnen, en el cantn de Glaris, a unos sesenta kilmetros al sur de Zrich. En el transcurso de un par de aos el xito de aquella intuicin fue evidente, hasta el punto de que se instalaron dos nuevas lneas de produccin que ofrecieron una gama cada vez ms amplia de objetos destinados a los mercados de todo el mundo. Incluso el propio rey de Siam, hoy Tailandia, orden la compra de tejas Eternit. En resumen, el amianto fue un xito rotundo y Eternit continu creciendo y haciendo negocios para responder a la incesante demanda de manufacturas siempre nuevas abriendo nuevas plantas lejos del cantn de Glaris. Fue en el curso de ese proceso de expansin cuando se produjo su asentamiento en Casale, una zona agrcola, de trufas, de viedos de Barbera, de Freisa y de Grignolino que, junto a las galletas Krumiri Rossi, gozaban de una reputacin ms all de los confines de Monferrato. La planta se extenda sobre una superficie de 94.000 metros cuadrados. La propiedad era inicialmente de una sociedad de Gnova, la Eternit Pietra Artificiale Societ Anonima, creada por el ingeniero Adolfo Mazza, un empresario que haba
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comprendido el potencial de aquel negocio y haba comprado la licencia al suizo para producirlo en Italia, eligiendo una zona de vocacin cementera. Una tradicin econmica de largo aliento, hasta tal punto que durante la Segunda Guerra Mundial Casale fue conocida como la ciudad blanca y los aviones aliados nunca fueron capaces de destruir su gran puente sobre el ro Po porque una constante nube de polvo impeda ver su posicin a los bombarderos. Para muchos agricultores la nueva fbrica, con unas dimensiones nunca vistas en la zona, se ofreca como una oportunidad totalmente novedosa. Abri nuevos escenarios, la perspectiva de un bienestar impensable: un sueldo todos los meses, que se una a lo producido en el campo por el resto de la familia. La llegada de Eternit fue un acontecimiento saludado con gran entusiasmo y desencaden una carrera en busca de mano de obra que dur casi ochenta aos. El crecimiento de la sucursal italiana fue meterico: a partir de 1913, con las instalaciones para elaborar tuberas de conductos a presin, se lograron varias patentes adaptadas a la gran factora de Monferrato. Mientras tanto en Suiza, a partir de los aos veinte, la familia Schmidheiny va adquiriendo un papel cada vez ms importante en la cpula de Eternit AG, primero a travs del patriarca Ernst, ms adelante por mediacin de su hijo Max, quien se uni al consejo de administracin en 1933 con tan slo 24 aos. La de los Schmidheiny ser, desde entonces, la dinasta que ligar su nombre a Eternit y a la mayor parte del amianto elaborado en todo el mundo. En Casale con el paso del tiempo aquel apellido sonar a algo siniestro, al enemigo. Porque desde 1973 el control de la fbrica de amianto-cemento en Italia pas de la familia Mazza, apoyada desde la posguerra por el belga De Cartier de Marchienne, a Schmidheiny, que adquiri un papel preponderante. De hecho, en la ciudad de Monferrato las plantas fueron dos: el depsito de la Plaza de Armas y la fbrica de va Oggero, a la que se le haba asignado la produccin de manufacturas de fibrocemento: losas, chimeneas y el famoso ondulado, utilizado durante dcadas para cubiertas en innumerables edificios. Hasta 1980, es decir durante setenta aos, todo el suministro de materia prima el amian44

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to en bruto proveniente de las minas de frica, Rusia, Canad, Brasil y la cantera Balangero llegaba en tren, en su mayora desde el puerto de Gnova. Desde la estacin era trasladado en carros y camiones hasta los departamentos de produccin de va Oggero, a dos pasos del centro de Casale. Los productos acabados hacan el camino inverso, hasta que el transporte por carretera fue reduciendo el protagonismo del ferrocarril. Las calles entonces eran un constante ir y venir de camiones cuyos volquetes esparcan por el aire impalpables nubes de polvo blanco y ligero que pronto se convirti en algo muy familiar en Casale. Durante el da y la noche, cada ocho horas, la otra imagen que caracterizaba a la ciudad era la riada de bicicletas conducidas por hombres de mono azul y mujeres de pauelo en la cabeza. Siempre se lo ponan los obreros de Eternit para no terminar con el cabello completamente blanco. Por otra parte, los convoyes que llegaban llenos de sacos de amianto deban ser descargados manualmente, a fuerza de brazos, para luego depositarlos sobre carretillas y distribuirlos por los diferentes departamentos de elaboracin. A continuacin con un tridente, similar a una horca, repetan los gestos de sus padres los agricultores, trataban aquellas fibras minerales como si fueran heno para empacar, paja seca o estircol en los campos. El amianto se acumulaba en silos muy altos, llenos hasta el borde. Los trabajadores encargados de los silos deban abrir una puerta que estaba a la altura de un hombre y sacarlo, utilizando la horca, como si fuera una madeja. En ese punto, la masa fibrosa sala de golpe con una fuerza capaz de hacer caer al suelo a una persona. La tcnica, por lo tanto, consista en extraer velozmente la primera madeja y luego alejarse rpidamente a una distancia segura. Posteriormente deban adentrarse en la nube de polvo para retornar a su puesto y reiniciar la carga que se enviaba de nuevo al proceso de fabricacin. Luego estaban los que trabajaban con las mquinas que actuaban como cardadoras de lana con la funcin de esponjar y suavizar el amianto en bruto para facilitar su mezcla con el cemento. Posteriormente, utilizando unos ventiladores se introduca en una gran sala a travs de tubos de gran tamao. Y una vez que este local estaba lleno, los empleados entraban y de nuevo, a fuerza de brazos
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y utilizando las horcas, depositaban el amianto semielaborado en carros. Todo en medio de una densa niebla microscpica, impalpable, de fibras finas de este material tan valioso que se aplicaba en todo el mundo y daba empleo a miles de personas. Y con el crecimiento de la automatizacin del proceso tambin aument la cantidad de amianto tratado. En algunos departamentos se instalaron filtros y aspiradores muy rudimentarios para reducir la concentracin de polvo, pero estas medidas no mejoraron de manera significativa las condiciones ambientales, que se caracterizaban por la presencia constante de densas nubes de minsculas fibras. Incluso los viedos de los alrededores eran blanqueados por la dispersin en la atmsfera del polvo de Eternit. A los obreros destinados a trabajar en un contacto ms estrecho con la materia prima la empresa les reconoca una pequea indemnizacin en el salario, unas pocas liras que servan como incentivo por sumergirse un da tras otro durante ocho horas en aquel polvo. Pero en aquel tiempo la vida era as en todas las fbricas, no slo para los trabajadores de Monferrato. Todava no haba arraigado la cultura de la salud en el trabajo, ni el inters del trabajador por un entorno de trabajo ms cmodo y saludable. Pero en Eternit la mejora de las condiciones no avanz de manera importante ni entonces, ni en aos ms cercanos a los actuales, cuando la industria haba asumido algunos de esos principios, ni incluso cuando los mismos trabajadores en Casale comenzaron a preocuparse por el riesgo del polvo que respiraban, apoyados por algunos sindicalistas valientes que presentaron demandas muy precisas. . 1G CG D5381 De hecho, algo extrao le suceda a los trabajadores de Eternit: moran. Ciertamente, tarde o temprano todo el mundo tiene que dejar este valle de lgrimas; as es el ciclo de la vida y nunca ha habido manera de cambiarlo. Pero entre los empleados de la multinacional suiza suceda algo muy particular: casi todos sufran una forma de trastorno respiratorio que les provocaba tos constante y un alto nmero terminaba sus das precozmente, sin tiempo para disfrutar de su merecida jubilacin, despus de una enfermedad pul46

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monar mortal. Casi todos los que trabajaron en la cardadora, por elegir un puesto, haban muerto antes de cobrar la pensin, algunos muy jvenes. Sin embargo, nunca nadie les haba advertido de que se trataba de una actividad peligrosa... Qu demonios estaba sucediendo en Casale? Haba algo en esa fbrica, en ese polvo, que no funcionaba bien. No poda ser casual que los trabajadores estuvieran muriendo tan jvenes. Y por qu otros individuos que no tenan nada que ver con la fbrica, haban muerto de la misma enfermedad que aniquilaba sus pulmones? Sin embargo tuvieron que pasar aos antes de que los trabajadores de Eternit plantearan reivindicaciones explcitas. A Italia todava no haba llegado el momento de las luchas de los trabajadores. En esas condiciones, durante ms de medio siglo, la empresa dispuso de recursos humanos a voluntad. Pero cuando el movimiento sindical estuvo preparado para que su mensaje llegara a todos los puestos de trabajo de Italia las cosas cambiaron, tambin en Casale Monferrato. Uno de los primeros en tocarle las pelotas a los patrones fue Mario Pavesi, que una vez elegido miembro del comit de empresa haba comenzado a exigir mscaras, filtros, ventiladores y todo aquello que, al menos en apariencia, podra proteger a los trabajadores contra aquella polvareda invasora y omnipresente. En aquel tiempo nadie pensaba que el amianto poda matar, pero que produca dao estaba claro, porque la asbestosis, la tos seca e irremediable, la tenan prcticamente todos. El INAIL, entre tanto, reconoci el primer caso de asbestosis contrada por un empleado de Eternit en 1947. Pero lo mximo que se consegua era el reconocimiento parcial de discapacidad, y nicamente despus de haber desarrollado la enfermedad por encima de cierto umbral. A los ms afortunados (y menos tocapelotas) se les traslad a departamentos con menos polvo. Sabamos que el polvo haca dao reconoca Giampaolo Bernardi, trabajador de Eternit desde el 62 al 86, antes de morir de mesotelioma pleural porque hubo quien lo pregunt y se lo reconocieron. Ciertamente, haba muchos que admitan que les faltaba el aliento, pero que causara la muerte no, no lo sabamos. Nadie nos lo haba dicho. Ni siquiera cuando nos reunamos con la direccin nos advirtieron que trabajar all comportara un riesgo. De hecho, cuando alguien se quejaba porque tena problemas para res47

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pirar le respondan que fumara menos. Y en las zonas donde se haban instalado filtros rudimentarios, el riesgo de amianto no se le haba reconocido a nadie. Desde los aos cincuenta las iniciativas sindicales colocaron casi siempre el asunto de la salud ambiental en el centro de sus reivindicaciones, pero todava de manera muy confusa y sobre todo con el objetivo de conseguir indemnizaciones econmicas suplementarias para las tareas que se consideraban ms peligrosas. Cuando Mario era delegado sindical todava se haca difcil trasladar a la empresa una tabla reivindicativa, ya que los propios trabajadores tenan miedo de alzar la voz, de chocarse contra un muro, porque todos ellos tenan familias que esperaban un salario en el hogar. Adems, los directivos saban perfectamente cmo actuar para dividirles, con el viejo pero eficaz mtodo del palo y la zanahoria. Exista un departamento utilizado para castigar rebautizado por todos, obreros y directivos, como el Kremlin. Estaba prcticamente a nivel del canal que corra junto a la planta y albergaba la maquinaria para el acabado de los tubos: haba multitud de tornos a la altura de un hombre y contaba con unos techos muy bajos. Casi todos los que trabajaron all murieron antes de los sesenta aos. Era habitual que el departamento de personal ubicara en el Kremlin a los activistas sindicales y a los rebeldes de todo tipo cuando se convertan en una molestia. Y por encima de todos, a los afiliados de la CGIL. Quien callaba la boca, sin embargo, siempre poda esperar una mejor consideracin, un puesto de trabajo ms seguro o una remuneracin ms elevada. As lo cuenta Remo Barbano, empleado de Eternit desde 1957 hasta el cierre del establecimiento: Las relaciones con la direccin eran a cara de perro, si se obtena algo era con las uas. Un da que ya no aguantaba ms, fui y les di ocho das. A la maana siguiente me haban destinado a la seccin de plsticos. As me habran despedido en una seccin en la que no habra tenido derecho a indemnizacin. Ni siquiera cuando ya era evidente que, sin ninguna duda, aquella niebla fibrosa provocaba graves problemas respiratorios, la cpula del coloso que utilizaba la patente suiza modific su estrategia. Un
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da, por ejemplo, despus de un examen mdico que haba revelado la presencia de polvo en sus pulmones, Giampaolo Bernardi se present al jefe de personal. Se encargaba del mantenimiento de los filtros, es decir, de cambiar las membranas que deberan detener las fibras sueltas de polvo de amianto, un trabajo que le obligaba a mantener un contacto muy estrecho con montones de polvo. Tengo treinta y seis aos, tres nios pequeos, me gustara verlos crecer un poco antes de morirme dijo al director, no pido que se me traslade inmediatamente, pero se podra asignar a otro trabajador, para que yo le ensease y aprendiera en seis meses o un ao, yo me retirara de ese puesto, l me sustituyera y a su vez l fuera sustituido por otro despus de cuatro o cinco aos? Por qu este trabajo tiene que conllevar la muerte? Ya tengo el 21 por ciento de polvo en los pulmones, hasta dnde llegar?. La respuesta que recibi fue breve y concisa: Bernardi, ya sabe dnde est la puerta. Este era el clima que prevaleca en Eternit. Pero ni siquiera este rgimen cuartelero poda evitar el malestar de los trabajadores, atrapados entre el miedo a perder sus puestos de trabajo y el terror a perder la salud que se puso de manifiesto en aquel perodo. En 1961, por ejemplo, una gran movilizacin sindical, basada precisamente en la cuestin del ambiente de trabajo, desemboc en el bloqueo del puente sobre el ro Po, con fuertes enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y detenciones en masa de los trabajadores. Pero posteriormente todo volvi a ser como antes. La empresa siempre tenda a minimizar los riesgos para la salud, o incluso a negar la existencia de un ambiente con presencia de polvo. En una ocasin, el jefe de personal baj al Kremlin y dijo que no haba polvo all dentro relata todava Anna Mara Giovanola, recuerdo que llevaba un sombrero negro de fieltro. Un trabajador le quit el sombrero de la cabeza y lo puso sobre una mquina. Luego dijo: Ven a recogerlo dentro de ocho o nueve das y veremos si aqu no hay polvo. No lo volvimos a ver ms por ah abajo. Despus supimos que l tambin muri a causa de mesotelioma. No era cosa fcil renunciar a aquel salario para probar en otra parte, porque, como recuerda Ferruccio Gabba, empleado de 1945 a 1958,
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si solicitabas un puesto en otra fbrica, lo primero que preguntaban era dnde habas trabajado antes. Y si decas que habas trabajado en Eternit fruncan el ceo. Nadie confiaba en el verdadero estado de salud de los trabajadores empolvados. Y pensar que l, Gabba, haba deseado tanto entrar en aquella maldita fbrica. Cuando todava trabajaba en las canteras, pasaba delante de la fbrica y me deca: Estos s que son afortunados. Luego fui contratado y empec a pensar que tal vez era mejor trabajar en la mina a ciento cincuenta metros de profundidad M - ?H I A CF 45 ) 1G 1?5N Pasaban los aos, los trabajadores seguan enfermando y era cada vez ms habitual entre los que haban trabajado en Eternit que murieran de una forma de cncer que alguien comenz a denominar como el tumor de Casale. En ese punto estaba claro, incluso en ausencia de un estudio epidemiolgico riguroso, que exista un nexo de unin muy estrecho entre el polvo de la fbrica y todas aquellas enfermedades pulmonares y muertes. No pasaba una semana, de hecho, sin que en los muros frente a la fbrica apareciera una nueva esquela de funeral por la muerte de un antiguo trabajador de Eternit. Era imposible evitarlo, ya que estaba vigente la tradicin de realizar una colecta entre los trabajadores para pagar una corona de flores. Fue fundamentalmente a partir de los aos setenta cuando se asumi que trabajar all tambin poda costar la vida. Y varios de los directivos, que en un principio negaban el nexo causal entre el amianto y el cncer, comenzaron a preocuparse, especialmente cuando constataron que la muerte no siempre haca distinciones entre los de mono azul y los de cuello blanco. El mesotelioma, de hecho, acab con un exgerente de la fbrica que haba tenido la psima idea de vivir en la fbrica, y posteriormente con muchos otros cuadros y directivos de Eternit Casale. Era el momento oportuno para la gran toma de conciencia, coincidiendo con la eleccin del joven Nicola Pondrano como portavoz del comit de empresa. Desde el punto de vista de la direccin, el
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departamento de personal que normalmente jugaba con las nuevas contrataciones para eliminar a los sujetos sindicalizados o politizados haba cometido un clamoroso error permitiendo que el estricto idealista, que siempre vesta un loden verde independientemente de la estacin del ao, fuera uno de los elegidos para formarse como jefe de turno. Pondrano haba mamado la poltica desde edad temprana: su madre, perseguida en los tiempos del fascismo, haba muerto cuando l tena slo cuatro aos, dejndolo al cuidado de un to que haba sido comandante partisano y que, en lugar de llevarlo con l al bar, se lo llevaba a diario a la Cmara del Trabajo de Vercelli. Si hubieran conocido este currculum, probablemente los responsables de la seleccin de personal de Eternit no se hubieran sorprendido al constatar que en enero de 1975, es decir, apenas dos meses despus de su admisin, Nicola Pondrano ya haba sido elegido para el comit de empresa. Y el inicio de su mandato coincidi con un hito importante en la batalla sindical en materia de salud de los trabajadores: de la tendencia de monetarizacin de cada riesgo identificado se pas a la exigencia de eliminar las situaciones consideradas peligrosas. Para trazar el primer surco de esta nueva orientacin sindical fue necesaria la aportacin, antes de la llegada de la ltima hornada de jvenes, del padre Bernardino Zanella, un cura-obrero que vena de otras experiencias en empresas con problemas de nocividad ambiental y que haba propuesto una investigacin sobre las condiciones de trabajo y los ciclos de produccin de la fbrica. l fue a pedirme, antes de nada, que diramos una vuelta por los departamentos para ver cul era la situacin all dentro. Y sobre aquella base naci una comisin sindical que tena el cometido de ocuparse exclusivamente de las condiciones ambientales, y de la cual Pondrano se convirti en el portavoz. Haba mucho trabajo por hacer porque hasta entonces nadie haba afrontado la cuestin de la salud en la fbrica de forma sistemtica. As, la comisin estableci rpidamente la costumbre de imponer a los representantes de la empresa una reunin cada lunes. Para apoyar desde el exterior al joven y batallador comit de empresa de 1979 estaba el secretario de la Cmara del Trabajo de Casale Monferrato: Bruno Pesce, hombre afable, de maneras siempre amables, pero que tras su cortesa y paciencia ocultaba una determina51

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cin muy cercana a la terquedad. Pesce tena un conocimiento personal del amianto; cuando tena 14 aos comenz a trabajar como garsun, es decir, como mozo de almacn en una de las muchas empresas de orfebrera de Valenza, su ciudad natal. Su formacin poltica (su padre, despus de haber resistido a los alemanes con su batalln en Yugoslavia, fue encarcelado en Alemania) lo llev inmediatamente al compromiso sindical con la misma rapidez, propia de su paciente tenacidad, que le permiti obtener resultados histricos para aquel mundillo. Pesce, de hecho, se convirti en el primer secretario de la liga de orfebres con la cual, entre 1964 y 1970, dirigi las luchas que llevaron al primer convenio de mbito nacional para los artesanos del sector. Ms tarde, poco antes de incorporarse a la CGIL Casale y despus de una experiencia con los trabajadores del metal, organiz la batalla para obtener, en Valenza, la primera mesa intersectorial para un gran nmero de trabajadores eventuales y la creacin de una escuela-taller para todos los jvenes aprendices. En esos aos conoci a Mario Scaiola primer secretario de la Cmara del Trabajo y posterior director del INCA7 de la provincia de Alessandra, a quien hay que considerar el precursor de todas las batallas por el reconocimiento de las enfermedades relacionadas con el amianto, y posteriormente su trayectoria sindical le llev a la secretara de la CGIL de Casale. As, en 1979, con Pesce a la cabeza del principal sindicato y Pondrano en el corazn del comit de empresa de Eternit, la batalla por la salud se increment de manera espectacular, gracias a continuas asambleas, reivindicaciones y a una investigacin ambiental cientficamente rigurosa, conquistada tras una huelga de 87 horas. El estudio fue encargado a la Clnica del Trabajo de Pava y se prolong durante cuarenta das, siempre con la presencia de dos o tres delegados sindicales encargados de proporcionar orientaciones y sugerencias a los tcnicos, basadas en su conocimiento directo del polvo de aquella fbrica y de los lugares de donde proceda y donde se acumulaba. Para los propios representantes de los trabajadores aquella fue la ocasin para tomar conciencia en primera persona de

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Instituto Nacional Confederal de Asistencia, patronato de asistencia de la CGIL.


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ciertas situaciones de sufrimiento, hasta entonces conocidas slo por rumores. Entrar en ciertos departamentos era un choque: sacos despanzurrados y tirados por cualquier sitio, filtros completamente bloqueados por las fibras de amianto, polvo acumulado en cada rincn, hombres cubiertos por aquella sutil ptina blanca y fina que parecan fantasmas saliendo del plat de una pelcula de terror de serie B. Sin embargo, los resultados de la investigacin cientfica no fueron muy satisfactorios para los trabajadores, que de hecho cuestionaron algunos datos que consideraban que eran producto de manipulaciones, como, por ejemplo, la limpieza general efectuada fuera del programa y los permisos de descanso concedidos a departamentos enteros durante esos cuarenta das. Los verdaderos puntos de conflicto no emergieron y los efectos concretos se limitaron a pequeos cambios en los ciclos de produccin para reducir la concentracin de polvo y, sobre todo, a un deterioro de las relaciones del sindicato con la empresa, que introdujo algunos elementos de chantaje con el objetivo de dividir el frente obrero. Primero con la cancelacin de la considerada indemnizacin del polvo, es decir, cerca de 24.000 liras al mes reconocidas en la nmina de los trabajadores ms expuestos al riesgo, despus con la amenaza de eliminar la tradicin de dar a todos los empleados un litro de aceite de oliva al mes. Un movimiento que, en efecto, cre algn dolor de cabeza a los representantes sindicales. Me present en una asamblea con 780 personas recuerda Pondrano y si no me pegaron, les falt poco. A finales de los setenta, sin embargo, cada vez era ms evidente que la empresa se encontraba muy incmoda con la comisin ambiental que Pondrano diriga junto a Sergio Minato, que tambin era delegado de la CGIL. Los directivos de Eternit intentaron contrarrestar los efectos de la actividad sindical, compuesta de reivindicaciones, huelgas y continuas denuncias a la Inspeccin de Trabajo. Un movimiento asombroso y torpe por parte de la empresa fue la institucin del SIL, el servicio de higiene en el trabajo que, como primera medida, distribuy un boletn informativo para la proteccin de la salud de los trabajadores que conclua con un anuncio bien visible: Recuerde que fumar es malo. La respuesta fueron dos horas de huelga.
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Si bien la empresa no ceda ni un milmetro en el frente ambiental y pona en prctica nuevas tcticas para debilitar al adversario, promocionando a quienes no molestaban (tambin lo intentaron con Pondrano: Sabe que usted tiene el perfil adecuado para entrar en el SIL?), en aquel momento a finales de los setenta la inquietud por la proteccin de la salud se haba extendido de un pequeo grupo de trabajadores sindicalizados a la mayora de los empleados de Eternit. Ms an, encontr un renovado vigor cuando una nueva investigacin requerida por la propia empresa redujo a dos los departamentos en los que se reconoca la existencia de un suplemento por exposicin a riesgos ambientales. Un movimiento sorpresivo, llevado a cabo con gran rapidez y sigilo, con el apoyo de la patronal local y que desplaz al sindicato. Pero slo se trataba del primer golpe bajo. El otro se produjo en el momento en el cual Nicola Pondrano acababa de ser requerido por Pesce para la direccin local del INCA de Casale, con el objetivo de impulsar la implicacin del sindicato en la proteccin individual de los trabajadores. Pero el intento de sofocar definitivamente a los revoltosos se haba revelado como la espoleta que dara lugar a una revuelta destinada a prolongarse durante dcadas. Era marzo de 1981 cuando, a eso de las nueve de la maana, Pondrano se enteraba por una llamada telefnica que Eternit haba decidido despedir al menos a 120 empleados utilizando el recurso de la dimisin incentivada con premios ad persnam. En realidad, las cifras ofrecidas a los candidatos para el despido eran ms bien modestas, en algunos casos ridculas: de 600.000 a 1.200.000 liras. Y aadindole una posterior y humillante condicin: para conseguir aquel magro incentivo los 120 trabajadores tendran que dimitir y renunciar a presentar ante el INAIL la solicitud de reconocimiento de la llamada renta de paso, es decir, la indemnizacin para aquellos que haban tenido que lidiar con el amianto. Sin contar que Eternit haba obtenido del INAIL la eliminacin de la prima adicional por el amianto, gracias a la declaracin de salubridad de todos los ambientes de trabajo. En resumen, una losa sobre la lucha sindical fatigosamente construida en aquellos aos en torno al polvo de Eternit.

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Nada ms enterarse de la audaz iniciativa de la empresa, Pondrano corri a buscar a Bruno Pesce, en ese momento secretario de la Cmara del Trabajo de Casale y, a la vez, decidido partidario desde haca mucho tiempo de hacer del amianto un punto central de la accin sindical. Los dos se miraron durante unos segundos interminables, buscando el uno en el otro el atisbo de una idea, de una posible va de escape de aquella trampa. Rompieron el silencio soltando algunas maldiciones en dialecto, referidas sobre todo a las madres de los directores de Eternit. Luego fue Pesce quien pronunci la afirmacin que, adems de abrir una larga campaa sindical, civil y poltica, cambi tambin su vida: No podemos dejar que se salgan con la suya dijo a propsito de la ofensiva de la empresa, si no reaccionamos inmediatamente es como darles la razn y como reconocer que el amianto no es peligroso, que nadie puede enfermar por ese polvo Evidente. Pero, cmo parar un proceso que ya se haba iniciado? En ese mismo momento, seguramente, algunos trabajadores ya estaban aceptando la convincente propuesta del jefe de personal que los acompaara hasta la puerta de la fbrica con un poco de dinero en la mano a cambio de un par de firmas aparentemente inocuas. Para los dos sindicalistas, por tanto, decidir la apertura de un nuevo y amplio frente de lucha significaba impugnar aquel procedimiento, pero para ello primero deban convencer uno por uno a los trabajadores interesados. Ni era una tarea que se pudiera realizar sin gran esfuerzo ni se trataba de una decisin fcil de tomar, porque dentro del sindicato, no slo en otras organizaciones sino tambin en la propia CGIL, existan divisiones, sensibilidades y estrategias diferentes: los que, como el INCA, consideraban que la batalla por el medio ambiente y la salud era la piedra angular de la accin sindical, y los que insistan en considerar la defensa de los puestos de trabajo como primer e imprescindible objetivo. A fin de cuentas aquella fbrica segua dando trabajo a un millar de personas, no pocas para una ciudad de provincias. Pesce y Pondrano, sin embargo, estaban convencidos de que la lucha por la salud de los trabajadores en Eternit no poda ser abandonada en esa circunstancia, frente al primer envite real de la empresa, ni se poda abrir una especie de negociacin jugando con los pulmones de los padres de familia y de los trabajadores jvenes.
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Pero ambos eran conscientes que la decisin de impugnar los despidos de la empresa significaba tener que cambiar la mentalidad de cada uno de aquellos trabajadores, afrontar las posiciones contrarias de los otros sindicatos y la perplejidad ms que evidente entre algunos miembros del comit de empresa. En definitiva, significaba tener que remar a contracorriente, aprovechar el hecho de que la respuesta que conjugaba salud y el empleo era la reconversin productiva y, tambin, elevando el punto de mira, ampliar el frente de la batalla contra el amianto incorporando a los ciudadanos de Casale mediante una campaa de informacin. En resumen, un esfuerzo ciclpeo, una montaa por escalar. Y para decidir si se acometa semejante empresa no haba mucho tiempo. Esa misma maana algunos trabajadores tenan previsto firmar los documentos que les ponan ante las narices los directivos de Eternit. Y entonces fue el instinto de ambos sindicalistas el que encontr el medio para proporcionar un cauce de participacin que convoc a miles de personas y a las ms altas esferas polticas, econmicas y judiciales, condicionando sus vidas al menos para el siguiente cuarto de siglo. - F9 B ( FC3; CJ 9 38 5B / CB65FF1H C Bruno Pesce golpe la mesa y salt como un resorte. Tenemos que ir a buscarlos y explicarles lo que est pasando, dijo hurgando en los montones de papeles que llenaban su escritorio y alargando instintivamente la otra mano hacia el telfono. Pondrano y l ya haban decidido ponerse en contacto, uno por uno, con los 120 candidatos seleccionados para renunciar a trabajar en Eternit con el fin de convencerlos para que rechazasen la propuesta de la empresa, explicando que se trataba de una estafa. Al igual que la ahora legendaria Erin Brockovich, un smbolo de la lucha de clases estadounidense, inmortalizada en el cine por Julia Roberts, Bruno y Nicola, aunque ambos decididamente menos agraciados, se arrojaron de cabeza a una misin imposible. Pondrano corri a la fbrica para interceptar a unos pocos trabajadores; a continuacin ambos se encargaron de convocar inmediatamente a decenas de trabajadores en la Cmara del Trabajo, se citaron en los bares donde se beba demasiado caf y vino; al final de aquella misma maana la lista reuna a 77. A todos les haban prometido que en el sindicato se estaba trabajando
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para encontrar la manera de que se les pagase todo lo que se les deba. Porque mientras tanto haban descubierto, por ejemplo, que Eternit haba logrado obtener una suspensin de la obligacin de pagar las primas adicionales por el riesgo por amianto gracias a esa misma investigacin ambiental realizada por su cuenta, en la que existan evidentes e inaceptables disparidades en el tratamiento de diferentes trabajadores de un mismo departamento. En suma, no haba necesidad de expertos o de abogados para entender que la empresa se estaba burlando de la sensatez, del esfuerzo, del riesgo, de la salud y de la dignidad de cientos de hombres y mujeres que haban escupido su fatiga en las nubes de polvo venenoso de la fbrica de va Oggero. Una vez que los trabajadores se enfrentaban a esta realidad no dudaban en reconocer el fundamento de los anlisis de los dos sindicalistas. Tanto es as que, nicamente mediante el boca a boca, a medioda haba otros 14 trabajadores en las oficinas de la CGIL para acordar una reaccin comn a la inaceptable propuesta de la empresa. En este punto, Pesce y Pondrano tenan de su lado al 70 por ciento de los trabajadores invitados a marcharse de la empresa, pero no bastaba. No era una cuestin de mayora relativa o absoluta, sino de lanzarse de cabeza a una batalla administrativa, jurdica y poltica que estuviera en condiciones de recoger el apoyo pblico de Casale Monferrato, la ciudad que durante ochenta aos, hasta entonces, era conocida por Eternit, hasta el punto de ser prcticamente el smbolo de la ciudad, ms que las trufas, ms que el Krumiri Rossi, ms que los vinos de Freisa, de Grignolino y Barbera. Ahora se trataba de informar a todos los ciudadanos de la peligrosidad del amianto y de los riesgos para la salud de todos ellos, incluidos los no empleados de la fbrica, a causa del polvo emitido constantemente a la atmsfera. Era 1982, el ao en que muri, entre tantos otros, Mario Pavesi y, si bien no existan an datos epidemiolgicos precisos, sacar a la luz los cientos de casos de enfermedad pulmonar y de muerte debidos a la inhalacin de fibras de amianto tuvo un fuerte impacto en la conciencia de muchos casaleses. Datos que un par de aos ms tarde comenzaron a aparecer en la prensa, acompaados de entrevistas y duras declaraciones, con las mismas palabras simples que los dos sindicalistas y los que haban decidido acompaar57

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los en esa campaa quijotesca utilizaban en cada octavilla, en cada asamblea, para decir que la gente se mora por el amianto. De su parte tenan, desgraciadamente, los nmeros (130 muertes slo en 1984 y una incidencia de enfermedades pulmonares veinte veces superior a la media nacional) y las esquelas de los antiguos empleados de Eternit que se superponan unas a otras rpidamente sobre las tapias cercanas a la fbrica, pero en el otro plato de la balanza estaba el millar de familias para las que la fbrica todava constitua su medio de subsistencia. Muchos trabajadores, por lo tanto, se colocaron instintivamente contra los dos promotores de la revuelta antiamianto. Pero Pesce y Pondrano, es decir la CGIL y el INCA, siguieron adelante con determinacin y con esas pizcas de imaginacin y fantasa necesarias para superar la resistencia de ciertas barreras. Decidieron, por ejemplo, que era necesario llevar sus protestas a Roma, a las puertas de la direccin general del INAIL. Y as, una noche, partieron en autobs con treinta y seis trabajadores de Eternit enfermos de asbestosis pulmonar para bloquear las entradas al Instituto Nacional para el Aseguramiento de Accidentes de Trabajo. Mostraban un gran cartel firmado por dos centenares de afectados por cuadros graves de insuficiencia respiratoria que no podan desplazarse. Por la maana, en Roma, llegaron para apoyarles incluso los lderes sindicales confederales y del INCA nacional, dispuestos a establecer una mediacin con la direccin del INAIL. Pero los casaleses no quisieron entrar en razn: Hemos hecho 600 kilmetros, hemos pasado las ltimas horas de la noche aqu delante, hemos venido a hablar por nosotros mismos. En realidad, la incursin en Roma serva para dar relevancia a la verdadera batalla, la de los primeros ochenta casos de solicitud de indemnizacin por daos a la salud causados por el amianto de Eternit, una iniciativa que desat un gran inters entre la opinin pblica de Monferrato, ya que si a aquellos primeros ochenta trabajadores se les daba la razn, se tratara del reconocimiento oficial de que aquel polvo maldito estaba matando a la gente. Y como en la fbrica de va Oggero se haba iniciado un rpido proceso de jubilacin, el nmero de candidatos
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potenciales a la enfermedad y a la indemnizacin aumentaba de mes en mes, contribuyendo a difundir la conciencia de ostentar ciertos derechos que hasta ese momento slo haban sido asumidos por unos pocos que haban decidido alinearse con los dos sindicalistas. Y al poco tiempo lleg la clave para remover el miedo, la rabia y la sed de justicia en muchas otras vctimas potenciales del polvo mineral: un informe cientfico, esta vez llevado a cabo de acuerdo con todas las normas, solicitado por un tribunal de asuntos civiles en el mbito de una causa presentada en 1981, para determinar la existencia de riesgos por amianto en varios departamentos de Eternit. El informe fue realizado por el profesor Salvini, del Instituto de Medicina del Trabajo de la Universidad de Pava, que sorprendi de hecho, inicialmente decepcion a todos porque se present a las puertas de Eternit sin ningn tipo de maquinaria o equipo cientfico, tan slo con una bolsa normal de la que sac un cepillo ordinario. Una comitiva de directivos y delegados sindicales segua la inspeccin dndose codazos, observando en un silencio lleno de perplejidad, mientras que pincel en mano se iba deteniendo aqu y all por todos los departamentos, introduciendo las muestras de polvo en los correspondientes recipientes sobre los que inmediatamente escriba las coordenadas del punto de recogida. Para la ocasin, la fbrica haba sido literalmente lustrada como se hace para una visita importante, hasta el punto que Pondrano, que asista en calidad de representante de la CGIL, se qued atnito y no poda reconocer los lugares donde haba trabajado durante tanto tiempo. Pero en esta ocasin la limpieza extraordinaria no fue suficiente para impedir que el muestreo proporcionara unos resultados aterradores. El informe final, en efecto, confirm de manera dramtica el fundamento de las quejas de los sindicalistas: la presencia de fibras de amianto en todos los departamentos alcanzaba tales valores que al profesor Salvini no le qued ms remedio que poner por escrito no slo que existan factores de morbimortalidad ambiental, sino que tambin el nivel de peligrosidad era tal que le obligaba a transmitir los resultados de su investigacin cientfica a la Procuradura de la Repblica, para que se procediese a la correspondiente determinacin de las responsabilidades sobre la seguridad en los entor59

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nos de trabajo en el interior de la factora. Afirmaciones muy reflexionadas, que dieron alas al cada vez ms nutrido frente de revoltosos, que al poco tiempo lograron un segundo e importante resultado: la victoria, tras un fallo de la Corte de Casacin, en la primera causa por resarcimiento de daos ocasionados por exposicin al amianto de Eternit. Un triunfo de sus razones que de inmediato hizo hincapi en la organizacin de una primera e importante conferencia sobre estas cuestiones, promovida por el INCA y la Cmara del Trabajo. Era 1984 y todo Casale Monferrato se dio de bruces contra una realidad, que hasta ahora slo se sospechaba, se tema y se susurraba, construida sobre la asbestosis, la silicosis pulmonar, las bronconeumopatas por silicatos y, especialmente, sobre el mesotelioma pleural. Es ms, otro estudio fue an ms all y ofreci a los casaleses un mapa detallado de los vientos y los efectos que stos producan trasladando el polvo a su paso por las calles de la ciudad. Demostr que en algunas calles del centro, por ejemplo en va Roma, se creaba una especie de canalizacin del aire y, en consecuencia, del flujo de la nube blanca liberada por la vecina fbrica. Y, casualmente, en va Roma haban vivido siete personas que murieron de aquel maldito tumor. Ese estudio tuvo en especial consideracin el proceso de fragmentacin de manufacturas de amianto, provenientes de la factora napolitana de Bagnoli, que Eternit desarrollaba a cielo abierto en el patio de la fbrica, para poder reciclar aquel material. Y como las concentraciones ms elevadas de polvo tambin se detectaban en las calles recorridas regularmente por los vehculos que, sin ningn tipo de proteccin, transportaban esos materiales fragmentados. La primera conquista seria del movimiento antiamianto fue el cubrimiento de aquellos camiones que durante dcadas se haban paseado dispersando nubes blancas y mortales hasta los tejados de las casas que bordeaban su recorrido. Comenzaron a llover sobre Casale informaciones, noticias, documentos esclarecedores: desde el libro editado en Suiza La fibra que mata, hasta los textos cientficos de investigadores como Irving Selikoff que en ese momento eran los ms adelantados en el mundo en materia de amianto y que ya haban determinado claramente que
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aquella fibra era letal para la salud humana. En suma, ahora no bastaba con repasar con una mirada diferente el pasado reciente de muchas familias, el final de tantas vidas, a partir de la de Luigi Poletti, fallecido en 1978, el primero que se relacion con el mesotelioma pleural y no genricamente con un tumor pulmonar como haba venido ocurriendo durante tanto tiempo. Ya no se limitaban simplemente a decir que el polvo enferma. En esa poca, en la ciudad se tena cada vez ms claro que el polvo mata. En resumen, ya no se trataba de la lana de salamandra, el amianto ya se haba revelado como un veneno. . CG2I LCGK ?CG61BH 1G A 1G Si antes constitua un velado e inconfesable temor que anidaba en el pensamiento de tantos trabajadores de Eternit, desde ese momento se convirti en el terror ms presente en sus vidas. Poco a poco los obreros, as como el resto de empleados y ejecutivos, descubrieron cuntos gestos cotidianos y lugares haban devenido peligrosos, dentro y fuera de esa fbrica. Aprendieron incluso que el uso de aire comprimido para realizar la limpieza a fondo en las instalaciones comportaba unos tremendos riesgos, porque en realidad las partculas letales para sus pulmones se dispersaban an ms, flotando en el ambiente durante das y das antes de depositarse en el suelo. Una fibra de amianto liberada a un metro de altura, de hecho, puede tardar hasta 24 horas en tocar el suelo. As alguno, ms asustado y menos fatalista que otros, corri a protegerse como pudo y como le sugiri su fantasa. El ms famoso de todos, precisamente por esa mana de protegerse del polvo que lo rodeaba cada da en el trabajo, era Evasio Coppo, un obrero de Eternit que invent y construy un sistema, tan ingenioso como rudimentario y burdo, para aislarse del ambiente circundante: adems de llevar constantemente una mscara que le cubra boca y nariz, trabajaba con bolsas de plstico bloqueadas con elsticos que se cerraban hermticamente (por lo menos, l as lo crea) en mangas, cuello y parte inferior de los pantalones. Pondrano, del que era muy amigo, le dijo en broma que pareca un buzo y l contest, sin dejar de sonrer, que se haba casado tarde, que tena un nio pequeo y que quera protegerse para verlo crecer.
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Desgraciadamente, su meticulosa prudencia se revel intil: Evasio Coppo muri joven a causa de mesotelioma pleural. Haba descubierto que estaba enfermo despus de una cada casual en bicicleta: el dolor persistente en su costado no era consecuencia del batacazo de la cada, sino del cncer que se haca presente. Otro trabajador destinado a permanecer imborrable en la memoria de los compaeros y los sindicalistas que participaron en la lucha contra el amianto era Giovanni Demicheli, uno de los ms involucrados en las protestas y en cualquier iniciativa desarrollada para conseguir ms proteccin y que no dud en formar parte de aquel primer grupo de ochenta que present una demanda para obtener una indemnizacin por daos. En 1983 se sinti enfermo la ltima etapa de la asbestosis y su estado se deterior rpidamente. Incluso durante su dolorosa enfermedad se comport como en los das de lucha en la fbrica: Quiero ir a declarar, insista a quien lo visitaba y le informaba de las novedades del proceso. Y, en efecto, su entrada en camilla en la sala del juzgado fue un momento muy dramtico en aquel juicio. Su testimonio, ms all de lo que dijo ese da, dej una profunda huella en Casale. Tambin porque era la ltima cosa que Demicheli haba logrado hacer en este mundo: muri cinco das despus. Por asfixia. Pero fuera del crculo de trabajadores y de sus familias, para la sociedad civil de Casale todava era difcil de acoger como del todo cierta aquella hiptesis demasiado inquietante para ser aceptada: la idea de que incluso corra peligro la vida de aquellos que jams haban puesto un pie en el interior de Eternit. Contribuy a agitar las conciencias la muerte de un profesor de escuela primaria, el maestro Bertolotti, uno de los primeros afectados por mesotelioma pleural a pesar de no haber tenido ninguna relacin con la fbrica de amianto-cemento. Pero hacer odos sordos a la realidad era tambin consecuencia, por otra parte aterrorizante, de saberse rodeado de aquella fibra asesina. El uso de productos de Eternit estaba muy extendido en todo el mundo, an ms en Casale, donde muchos se haban beneficiado del material desechado que la empresa generosamente pona a disposicin de todos los ciudadanos. Ahora, algunas personas comenzaron a darse cuenta de que estos regalos eran
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el caballo de Troya que acarreaba el peligro de muerte al interior de los muros de sus casas, a sus techos, a las aceras, a los jardines que constituan el marco de la vida cotidiana de sus seres queridos. Nicola Pondrano nunca olvidar a los amigos que, a sabiendas de que ahora estaba dedicado a tiempo completo en la lucha contra la fibra asesina, le invitaban a sus casas ensalzando las virtudes y las ventajas prcticas de su cubierta y sus jardineras de eternit8. Tambin porque en ese preciso momento aquella familia tena un hijo ingresado en el hospital a causa de un agravamiento por un mesotelioma. Pero poco a poco, lamentablemente, tambin la ciudadana no obrera descubri estar contaminada por el polvo de Eternit. No haba un bloque de edificios en el que no viviera un paciente con cncer, eran muy pocas las familias que no tenan un pariente en el hospital y no haba mdico que no tuviera que realizar de vez en cuando este terrible diagnstico. Desde el momento en que, por desgracia, se vieron confirmados progresivamente sus temores, el sindicato se ofreci a los trabajadores y a sus familias como punto de referencia sanitaria. A partir de 1978 el patronato INCA-CGIL de Casale Monferrato contaba con la participacin de una joven licenciada en Medicina, Daniela Degiovanni, quien atendi, uno tras otro, a prcticamente todos los trabajadores de la fbrica de amianto-cemento, primero como mdico del patronato, posteriormente como oncloga hospitalaria: hombres y mujeres con treinta o cuarenta aos de trabajo a sus espaldas y con los pulmones jvenes y ya maltrechos de los que sufran de asbestosis o silicosis. En resumen, haba mucho que hacer y, joven y apasionada como era, la doctora Degiovanni se sinti inmediatamente comprometida en esa actividad. Y el encuentro con Nicola Pondrano y Bruno Pesce no hizo ms que acelerar el proceso emocional que hizo que la cuestin del amianto y de Eternit se convirtiera en el tema central de su vida profesional. Sin embargo, el punto de partida para un mdico sin experiencia y con ansias de desarrollar un verdadero servicio para sus pacientes
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Denominacin comercial del producto manufacturado, equivalente al trmino uralita en Espaa.


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era ms bien desolador: en aquel periodo el INAIL era todava un organismo impenetrable, ciego y sordo a las solicitudes o indicaciones del patronato. No se reconoca prcticamente nada y los cuadros de enfermedades profesionales estaban tan restringidos que no comprendan ni el mesotelioma pleural ni el cncer de pulmn. Pero incluso los mdicos de cabecera y de los hospitales de la zona, acostumbrados a enfrentarse a pacientes con estos sntomas recurrentes, eran desconocedores de la existencia de enfermedades de origen laboral de este tipo. En el diagnstico de hospitalizacin o de baja se reflejaba, como mucho, una bronquitis crnica mal curada. La amargura por este cuadro clnico, a los ojos de Daniela Degiovanni, que tena un gran deseo de hacer lo que fuera necesario, de aplicar su formacin cientfica y su entusiasmo juvenil para modificar esa realidad, para revertir la injusticia, explot cuando en 1982 puso por primera vez sus pies en la fbrica que desde haca cuatro aos era la fuente de su trabajo diario y el motivo de sufrimiento de tantos trabajadores que pasaban por su consulta. La ocasin para franquear aquellas verjas inviolables fue una investigacin periodstica y el espectculo que se despleg ante los ojos de la joven mdico fue realmente desolador: el polvo estaba diseminado por todas partes; lo sentas encima, recuerda todava. Obreros que no slo respiraban sino que incluso lo coman junto a sus bocadillos que, si eran llamados por cualquier motivo por un superior, eran depositados en algn rincn para luego ser recogidos con las manos y llevados a la boca, ya cubiertos de una fina capa de polvo. Daniela qued impactada por cuanto vio all dentro y comprendi que era indispensable intentar superar el muro del INAIL para proporcionar a aquellos obreros al menos el reconocimiento de las enfermedades profesionales a las que se vean brutalmente expuestos. Comenz una batalla mdico-legal sin tregua, llegando a numerosos enfrentamientos que dieron lugar a litigios judiciales. Y cuando, en el plazo de slo dos meses, se les neg a tres trabajadores con mesotelioma el reconocimiento de enfermedad profesional, la combativa doctora crey que era demasiado, que haba llegado el tiempo de romper con tanta demora y que haba que pasar
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a utilizar armas no convencionales. Sabiendo que incluso dentro del INAIL algo empezaba a resquebrajarse el comit que haba rechazado las tres demandas no se manifest de manera unnime, pens que antes de iniciar los procesos judiciales se deba hacer pblica aquella situacin para tratar de remover un poco las aguas. En 1987, ella misma escribi a varios peridicos, de lUnit a Il Manifesto, de La Repubblica a La Stampa, relatando cuanto haba visto, cmo vivan y moran aquellos obreros y la injusticia que supona la denegacin del derecho a recibir una indemnizacin econmica por los daos irreparables para su salud. Y en efecto, en el INAIL saltaron las alarmas: por primera vez la direccin general decidi contactar con el INCA y con la doctora Degiovanni. Haba cado un muro: la doctora continu su accin integrando las prcticas con todos los informes de las pruebas realizadas en los pulmones devastados. En los tres casos se constat la presencia de fibras de amianto y, sobre todo, el nexo de causalidad con el mesotelioma. Un punto de inflexin histrico para los trabajadores afectados por el polvo de amianto, ya que desde aquel momento el INAIL no volvi a rechazar a priori un reconocimiento de esas enfermedades profesionales e, incluso, ampli el obsoleto listado de las mismas. . 1 F5J I 5?H 1 45 . 9 ?9 DI H Ahora los diques haban saltado por los aires; el muro de silencio y de miedo al coloso que haba proporcionado el trabajo, el bienestar e incluso el prestigio en Casale se estaba resquebrajando. Quedaba meridianamente claro que la fbrica no haba llegado para hacer beneficencia y que si algo haban hecho los casaleses era contribuir con su trabajo para hacer ganar un buen beneficio a los propietarios. A lo que haba que aadir que en los ltimos aos haban reducido el nmero de empleados, y se haban incrementado las horas en los expedientes de regulacin de empleo, lo que era una seal inequvoca del progresivo desinters empresarial por aquella vieja factora italiana. Ya se haba interrumpido definitivamente el flujo continuo de empleados de Italia hacia la casa madre de Niederurnen u otras plantas en el mundo, pero continuaban, por necesidades de organizacin de personal, desplazndolos hacia el establecimiento
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de Cavagnolo Saca, en la provincia de Turn, otra sede piamontesa de Eternit que desde 1982 qued bajo el control de los administradores que gestionaban el complejo de Casale. En 1983, la plantilla de la fbrica de va Oggero se reduca a 500 veteranos, pero aunque la produccin continuara disminuyendo, aquello segua siendo su trabajo, su fuente de subsistencia. As que, aunque ya se hablaba abiertamente en cada esquina de Casale de la amenaza mortal del polvo blanco, el tema del cierre de Eternit segua siendo un tab. Incluso en el interno del sindicato el debate persista, en ocasiones de forma muy tormentosa. Pero a pesar de todo, Bruno Pesce no dud en situar a la CGIL de Casale Monferrato a favor de la reconversin y, por tanto, del cierre de la que entonces era una fbrica ms peligrosa que til; ya no se trataba del lugar donde se ofrecan las oportunidades de una vida mejor a muchas familias, sino de un lugar de muerte. A pesar de lo embarazoso de la situacin, Pesce y la CGIL coincidan de forma involuntaria con Eternit quien consideraba que, tras casi un siglo de explotacin a pleno rendimiento de la fbrica, haba llegado el momento de deshacerse de ella. A peticin de las empresas involucradas, en junio de 1986 el tribunal de Gnova declar la quiebra de la rama de aquello que en el pasado se haba convertido en un imperio industrial helvtico y belga. Pero el verdadero final no haba llegado todava porque inmediatamente despus de la orden judicial la filial francesa del grupo se ofreci a reabrir la fbrica, mediante un contrato de arrendamiento, y a reiniciar la produccin de losas de fibrocemento. Entonces todava quedaban 350 desempleados y los sindicatos del sector aceptaron la solicitud de Eternit Francia para negociar las condiciones de trabajo, poniendo toda la atencin en todas las medidas posibles para protegerse del polvo. Sin embargo, la Cmara del Trabajo de Casale reiter su negativa: la produccin slo podra reanudarse utilizando materiales que no contuvieran amianto. Mientras tanto, el impulso de la demanda popular por la seguridad del medio ambiente y la salud sigui aumentando, incluso en la ciudad. Fuera de la fbrica surgieron comits, una seccin de
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Legambiente9 , asociaciones y grupos de ciudadanos que exigieron la intervencin de las autoridades sanitarias para comenzar la recuperacin de los suelos, que por entonces se consideraban envenenados durante un siglo de polvo. Incluso si Eternit decida cerrar, todava quedaba alguien dispuesto a reabrirla. Pero la losa lleg un ao despus, el 2 de diciembre de 1987, con una ordenanza del alcalde de Casale Monferrato, Ricardo Coppo, que por primera vez en Europa sancionaba la prohibicin, con efecto inmediato, de la utilizacin de losas de cemento-amianto y otros artculos de amianto en las construcciones de cualquier tipo en el municipio; la prohibicin de la utilizacin para cualquier uso de los materiales, as como de residuos de procesos de produccin, que contengan fibras de amianto; que en caso de retirada y eliminacin de materiales que contengan fibras de amianto las empresas ejecutoras de la obra debern atenerse a las prescripciones tcnico-sanitarias que hayan sido dispuestas por la autoridad competente. Tres disposiciones claras, revolucionarias, sacrosantas, que dictaban la ltima palabra sobre cualquier posible actividad de Eternit en Casale Monferrato. Se iniciaba una nueva fase: despus de ochenta y un aos de daos, era hora de poner manos a la obra y de intentar recuperar unas condiciones de normalidad. Una ciudad entera reclamaba seguridad, pero tambin justicia y verdad. Y continuaban producindose nuevas muertes a las que llorar.

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Organizacin ecologista italiana.


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Despus

3. La ciudad
En Casale Monferrato, el nuevo siglo comienza cuando an no ha terminado el viejo milenio. Comienza el 16 de febrero de 1989 en la sala atestada de gente del cine Politeama, donde se ha organizado una reunin con el ttulo, ingenuo pero elocuente, de No al amianto. Aqu se encuentran los sindicalistas locales y los familiares de las vctimas, los primeros que han decidido convertirse en vanguardia de una batalla que a otros les parece imposible; y en los manifiestos, adems, estn escritos los nombres de los dirigentes sindicales locales, regionales y nacionales que la CGIL y el INCA han querido implicar, junto a cientficos y mdicos, en una iniciativa que supondr un giro en la manera de afrontar el tema del amianto en Italia, tal y como quedar demostrado en la siguiente dcada. La reunin se clausura por el secretario confederal de la CGIL, Fausto Vigevani, que con sus palabras lanza un mensaje poltico que hasta ese momento no se daba por descontado: el sindicato italiano, de hecho, apoya plenamente las propuestas de esta pequea Cmara del Trabajo, dice Vigevani, y la CGIL, la CISL y la UIL se comprometen a organizar una plataforma nacional por la prohibicin del amianto de nuestro pas, as como a proteger a los trabajadores expuestos. Efectivamente, en agosto de 1989, los tres sindicatos nacionales presentan esta peticin al Gobierno. En suma, desde el 16 de febrero de 1989, algo muy importante ha cambiado en la actitud del sindicato y en la cultura de una ciudad entera, Casale, que ya se ha dado cuenta de que el mesotelioma no se limita a herir y matar a los obreros de Eternit, sino que tambin provoca estragos lejos de los muros de la fbrica y afecta a ciudadanos que nunca se acercaron por va Oggero. Basta. No ms polvo arrojado al aire desde todos los rincones de la fbrica, desde el almacn, por la descarga de materiales defectuosos. Eternit ya no est. Lleva cerrada tres aos, quebr y no volver a abrir, porque nadie la quiere y porque sus mismos dueos no sabran qu hacer con una fbrica que slo puede producir esos buenos productos elaborados con amianto, que se vendan tan bien en los mercados internacionales. Pero el juego ha terminado,
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las reglas se han roto. O, mejor, se ha extendido la sospecha de que alguien ha hecho trampas. Ahora en Casale es tiempo de balance, incluida la triste cuenta de muertos y enfermos, es tiempo de reaccin, de respuestas, de hacer algo para evitar que la estela de lutos prosiga y que la enfermedad entre en ms casas y destruya otras familias. Pero tambin es hora de hacer algo porque no es justo, porque alguno debe pagar, debe responder por un desastre an por valorar, porque se debe hacer justicia. El riachuelo que en un principio slo se alimentaba de las solitarias energas de Bruno Pesce, Nicola Pondrano, Romana Blasotti y pocos ms, ahora se ha convertido en un torrente arrollador, impulsado por la rabia y el dolor de toda una ciudad. Existe tambin un miedo nuevo, en una situacin irreal, dominada por la frustracin de generaciones enteras crecidas en el escenario del polvo, con los ritmos marcados por los turnos de la fbrica, y que ahora se descubren hurfanos y viudas de Eternit, por culpa de Eternit. La ciudad, en suma, tiene que pasar cuentas con una tragedia cuya dimensin real no ha terminado de descubrir. Nadie podra decir cuntos han perdido la vida por culpa del amianto, pero, sin duda, sus implicaciones cientficas y mdicas son ya de dominio pblico. Y revelan una verdad que resulta an ms terrorfica. Ahora, menos quien no quiere enterarse, en todo Casale se sabe bien cmo se forman estos malditos tumores en los pulmones. Las fibras del amianto inhaladas tanto por los trabajadores de Eternit como por los ciudadanos que se encuentran en contacto con este material omnipresente e indestructible se depositan en los pulmones y con el tiempo, a travs del drenaje linftico del propio pulmn, alcanzan la pleura. El tiempo que tardan en llegar depende del tipo de fibra: cuanto ms helicoidal y apuntada sea la forma de estas partculas filamentosas, ms rpido ser su movimiento dentro del aparato respiratorio, donde terminan provocando daos mortales. Los primeros sntomas de que se est formando un mesotelioma son tan sutiles como el polvo que los ha provocado, por lo que resulta prcticamente imposible descubrirlo a tiempo. Al principio slo se siente un ligero dolor en el trax o, lo que es ms habitual, se respi72

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ra con dificultad. Cuando las molestias llegan al punto de tener que ir al mdico y, por lo tanto, de realizar una radiografa, se advierten por fin las irregularidades en la pleura. Pero a estas alturas, cuando los sntomas se han manifestado con tanta evidencia, la enfermedad ya se encuentra en fase avanzada: el cncer ha trabajado durante aos y resulta muy complicado enfrentarse quirrgicamente a una formacin fibrosa muy compacta. As, la neoplasia crece casi sin freno hasta que provoca una insuficiencia respiratoria, el deterioro progresivo de los pulmones, de los rganos intratorcicos e intestinales, hasta causar la muerte. Porque si un ser humano no puede respirar, se muere. Desde que se manifiestan las primeras molestias graves hasta la muerte transcurre un ao. Es una secuencia inexorable por la que han pasado cientos de antiguos trabajadores de Eternit y ciudadanos de Casale. Es un tumor, por lo tanto, particularmente canalla: tarda en manifestarse, pero mata con rapidez. No necesita extenderse mucho para provocar la muerte del paciente, sealan los mdicos; no se aprecian diferencias en el crecimiento o en la salud entre quien ha estado expuesto al amianto y quien no, ni entre jvenes y ancianos. Y, por este largo perodo de incubacin, resulta previsible que la masacre no haya terminado en absoluto y que lo peor est an por llegar. Las estadsticas epidemiolgicas europeas indican que la curva del mesotelioma por amianto no empezar a descender hasta el ao 2020; y no suceder nicamente en Casale Monferrato donde las salas de oncologa estn siempre atestadas, sino en todos los pases del mundo, en los cuales, mientras tanto, el amianto ha sido prohibido, pero slo despus de que haya arrojado sus fibras asesinas al aire y a los pulmones de la gente. 0 5B5BC DCF ?5K Esta dolorosa conciencia es lo que aglutina nuevas fuerzas en torno al ncleo duro del frente contra el amianto de Casale. El eje compuesto por la Cmara del Trabajo, el INCA y la Asociacin de Familiares de las Vctimas, mientras tanto, se va reforzando con el esfuerzo de otras asociaciones y de un creciente nmero de ecologistas, mdicos, polticos y miembros de la Administracin pblica
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que, aunque entonces no lo saban, contribuirn a mantener viva la llama de una batalla destinada a prolongarse durante aos. De la unin de las fuerzas desplegadas en esta batalla surge el Comit Conflicto del Amianto, cuya coordinacin se confa a Bruno Pesce cuando se jubila, en el ao 1995, y delega la direccin de la Cmara del Trabajo en Adriano Marchegiani. La iniciativa que, de todas maneras, siguen enarbolando Pesce y Pondrano se desarrolla con objetivos ambiciosos en distintos frentes. La primera meta es conseguir la completa prohibicin de la produccin y del empleo de productos que contengan amianto. Al mismo tiempo, sin embargo, hay que prevenir, porque en Casale hay muchos antiguos trabajadores de Eternit y muchos ciudadanos conscientes de que ya han respirado este polvo nefasto. Son personas que viven con el miedo de sentir un da, de repente, un pequeo dolor en la espalda, el primer sntoma de una muerte inminente. Y, sobre todo, resulta necesario ofrecer compensaciones sociales, es decir, una pensin adecuada, a los trabajadores de la empresa asesina en funcin del tiempo que han estado expuestos al amianto. En tercer lugar, teniendo en cuenta el considerable envenenamiento de buena parte del territorio, es igual de urgente elaborar un plan de saneamiento y ayuda para los lugares ms contaminados; y, de forma progresiva, para todos los edificios desde asilos a hospitales cuyas estructuras contengan este fibrocemento, tan utilizado durante casi un siglo en Casale. Por ltimo, hay que definir un horizonte nuevo en la estrategia sanitaria. Si es aqu donde se est extendiendo, lenta pero inexorablemente, la epidemia del mesotelioma dicen los sindicalistas y los familiares de las vctimas, entonces es conveniente que sea justo aqu, en Casale Monferrato, donde se constituya un centro de observacin e investigacin oncolgica de alcance nacional. En realidad, un observatorio sobre tumores ya existe en el Piamonte; pero se trata de una iniciativa de un magistrado de Turn, Raffaele Guariniello, que, a raz de sus frecuentes investigaciones relacionadas con temas de salud en ambientes laborales, tuvo la intuicin de basarlas en un control ms exhaustivo y constante de algunas patologas presentes en el territorio.
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Ms all de esto, algunos aos despus, el nombre de Guariniello reapareci con fuerza en el centro de la batalla de los casaleses contra el amianto. Es en esta etapa cuando, adems de la CGIL, el INCA y la FILLEA (la federacin sindical de la construccin) que desde las organizaciones generales no han escatimado esfuerzos en apoyar la batalla conducida por los sindicalistas casaleses, incluso a pesar de algunos momentos delicados, como el de la no reapertura de Eternit, se suman los polticos, aunque slo de la izquierda, que se acercan al grupo que desde Monferrato realiza propuestas concretas y advierte a todo el pas sobre una cuestin aterradora. Porque el amianto no est slo en Casale, sino por toda Italia, por toda Europa, por no hablar de otros continentes donde se contina extrayendo a costa de un sinfn de vidas humanas. El apoyo poltico resulta fundamental en este momento, cuando Pesce y Pondrano pisan el acelerador para conseguir que la Seguridad Social reconozca los aos de exposicin al amianto para los trabajadores de Eternit. Entre finales de la dcada de los aos ochenta y principios de los noventa, se pierde la cuenta de los viajes a Roma para protestar. El guin se repite con una regularidad obsesiva: Habra que organizar otra buena sentada en Roma dice Bruno Pesce con su perenne aspecto angelical, que, en realidad, es sobre todo apariencia. Otra vez? responde desesperado Giampaolo Bernardi, delegado sindical desde que trabajaba en la fbrica y que an sigue siendo una referencia para los antiguos compaeros. Cada vez que desde la Cmara del Trabajo llega la peticin de organizar los autobuses para la capital, le toca a l y a otros veteranos contactar uno por uno con todos los compaeros y convocar una asamblea para explicar la situacin de una batalla que parece estancada. Despus, como poco, una docena de veces en menos de dos aos, hacia las diez de la noche se organiza una pequea caravana de coches hacia Alessandra, donde se coge el tren nocturno para Roma.
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A la maana siguiente se repite de nuevo el tour capitolino: Ministerio de Trabajo, Montecitorio (la Cmara), el Palazzo Madama (el Senado), el Palazzo Chigi enarbolando pancartas y carteles en los que se muestran, siempre al da, las cifras del caso Eternit: el nmero de desempleados, de enfermos, de muertos. De protesta en protesta, el nmero de manifestantes va creciendo. En ayuda de los casaleses, adems de parlamentarios y sindicalistas nacionales, llegan tambin trabajadores de otras zonas y fbricas en las que la produccin con amianto ha sembrado su cosecha de muerte: desde Cerdea, Bagnoli, Mondov y Cuneo, desde Balangero. Esta batalla tambin les interesa. Es ms, luego se descubri que afectaba a un nmero extraordinario de ciudadanos italianos, tal y como demostraron con el tiempo las cientos de miles de demandas presentadas para conseguir una indemnizacin por la exposicin al amianto. En Roma, en nombre de la Fillea CGIL nacional, es Romeo Lazzaroni quien se ocupa de la organizacin logstica de las iniciativas. Y, sabiendo bien que el simple coste del viaje ya supone un sacrificio para una pequea Cmara del Trabajo, en todas las ocasiones se preocupa de que a los manifestantes no les falte una comida, que vaya si es apreciada. Todo se repeta una y otra vez, pareca que no haba salida, a pesar de que desde los palacios de la poltica llegaban seales cada vez ms alentadoras. Pero la tenacidad de los casaleses y el compromiso de la CGIL, la CISL y la UIL nacionales al final se vieron recompensados: en Italia se prohbe el amianto en 1992 y el INPS (Instituto Nacional de Previsin) tiene que aceptar las demandas de jubilacin de los antiguos trabajadores de Eternit, reconocindoles un 50 por ciento ms en la contribucin a la Seguridad Social por los perodos en los que han trabajado expuestos al riesgo del amianto. Alegra, fiesta, satisfaccin? No, porque un nuevo imprevisto aleja la meta: una de las ltimas bombas del presidente de la Repblica, Francesco Cossiga, cae como un jarro de agua fra. No firma en seguida la ley con la excusa de que falta cobertura financiera. Es una noticia que provoca una gran decepcin en Casale. Pero es martes, da de mercado, an no han terminado los reproches contra el pre76

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sidente cuando la Cmara del Trabajo ya ha propuesto coger los megfonos y bajar a los puestos de piazza Castello para recoger firmas por la inmediata implementacin de la nueva ley. En pocos minutos se recogen cientos de firmas. Comienzan de nuevo las peregrinaciones a Roma, hasta que el 27 de marzo de 1992 se pone en marcha la nueva ley a todos los efectos. Ya slo hay que esperar un ao para resolver los detalles administrativos. Paradjicamente, a pesar de su justo derecho, los primeros trabajadores en beneficiarse son los de la cantera de Balangero, los ms escpticos y menos colaboradores. Casale Monferrato an tiene que esperar hasta el 1 de julio de 1993 para ver los primeros resultados. Es un momento fundamental, ya que es la primera victoria tangible que llega a casa desde que haba comenzado la lucha contra el coloso industrial, contra el vaco legal italiano y contra el escepticismo que reinaba entre los propios casaleses masacrados por el polvo asesino. Y es tambin la justa recompensa a la accin comenzada en 1981, con la fbrica an abierta, cuando los dos sindicalistas impulsores de la batalla civil persiguieron y convencieron, uno por uno, a 88 trabajadores para que renunciaran a la indemnizacin de Eternit y emprendieran el camino legal con el objetivo de que el INAIL, despus de la sentencia del Supremo de 1987, reconociera la fSbRW , h ORW dO ggO U U W c (una prestacin que se otorga a los enfermos de silicosis o asbestosis con una incapacidad inferior al 80 por ciento). Sin embargo, en realidad, conllevaba mucho ms este texto de ley, un tanto ilegible. Conllevaba la prohibicin definitiva del amianto en Italia. Despus de que, cinco aos antes, el alcalde de Casale estableciera de facto que en su territorio no poda utilizarse la fibra asesina, ahora una ley de la Repblica Italiana lo sancionaba, negro sobre blanco. Un pulso, una campaa lanzada con el simple objetivo de que fueran reconocidos unos derechos sindicales, se haba propagado mucho ms all de su frontera original para convertirse en el frente ms adelantado de la lucha por la salud en los centros de trabajo, as como de la salud medioambiental en relacin con la contaminacin por amianto. Porque ahora casi nadie dudaba ya de su peligrosidad. Y, luego, lleg aquella ley del Estado a establecer77

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lo definitivamente. La Ley 257 de 1992, efectivamente, prohbe todos los productos que contienen amianto y veda su extraccin, importacin, comercializacin y su fabricacin. Es ms, tambin estableca un programa de cese productivo, que deba haber concluido el 28 de abril de 1994 como plazo mximo; aunque, lamentablemente, no fue respetado y se qued en un gesto simblico. Sin embargo, la misma ley regulaba el proceso de cese, definiendo incluso los criterios de financiacin para las empresas interesadas en la reconversin productiva, as como las ayudas sociales para los trabajadores del sector. Y, adems, tambin contemplaba disposiciones especficas para el control de las empresas involucradas en la elaboracin, mantenimiento, saneamiento y eliminacin del amianto, incluido un registro especial en el que deben inscribirse todos los que quieren trabajar en el proceso de la eliminacin del amianto. La Ley 257 tambin presta atencin prioritaria al problema del amianto en las estructuras de los edificios, definiendo como situaciones de mayor riesgo aquellas en las que el amianto se encuentra suelto o ligado en matriz friable. Los propietarios de los inmuebles tienen la obligacin de notificar a la USL (Unit Sanitaria Locale) la presencia de amianto en matriz friable, y, si lo consideran oportuno, las regiones tienen el poder de solicitar la retirada de esos materiales con los gastos a cargo de los propietarios. An hay ms cuestiones en este texto, pues tambin contempla, finalmente, una ordenanza del Ministerio de Sanidad de 1986 que, con retraso, recoga una directiva europea referente a las primeras limitaciones a la admisin y al empleo de crocidolita, es decir, de una clase de amianto muy empleado en los puestos de trabajo industriales de Italia. Ahora, aunque sea algo tarde, se toman en consideracin toda la gama de problemas que provocan estas fibras minerales cancergenas, desde la salud de los trabajadores hasta la proteccin del medio ambiente. Ya era hora. Pero, al mismo tiempo, se produjo tambin cierta amargura, puesto que los representantes de las comisiones parlamentarias, antes de la
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aprobacin del texto definitivo, sugirieron sin ambages que se deba renunciar a la creacin de un fondo nacional para las vctimas del amianto. De lo contrario dicen quin sabe cundo podremos votar esta ley! Es una verdadera lstima, porque se trata de una ayuda que los casaleses consideran fundamental, sobre todo, para los ciudadanos que han enfermado por causas ajenas al trabajo y que, por lo tanto, no pueden acceder a las ayudas del INAIL. De todas maneras, para Pesce, Pondrano y los dems estandartes del creciente movimiento contra el amianto de Casale es una seal positiva y estimulante. Mientras tanto, a la par de su protesta, se lanzan otras desde otras localidades de Italia donde el polvo ha causado estragos: Monfalcone, Bagnoli, La Spezia, Taranto, Broni y muchos otros lugares donde se ha trabajado con la fibra asesina y que ahora estn pagando una factura mortal. . CG8I Q F61BCG45 ?1 :I G H 9 39 1 En Casale ya se haban establecido las condiciones para proseguir la batalla y plantearse objetivos ms ambiciosos, inimaginables pocos aos atrs. En este momento es la propia ley la que establece que ellos obreros, sindicalistas, mujeres, hijos tenan razn cuando decan que esa porquera era puro veneno, que haca dao, que mataba a su gente. Sin embargo, en ocasiones, no es suficiente con que haya sido dada la razn, porque en Casale se sigue muriendo por el amianto, cada vez hay ms personas enfermas y sigue creciendo la lista de los mesoteliomas diagnosticados por los mdicos: porque la fbrica, aunque parada, sigue ah con su cargamento letal; porque cada rincn de la ciudad y de cada casa est empapado de esa fibra mortal que los directivos de la fbrica ofrecan de regalo a los casaleses, dejando a su disposicin en un depsito al descubierto los productos defectuosos y rotos, as como los sacos de cemento de amianto, que luego se emplearon para reforzar techos, aceras, escaleras, muros y un largo etctera desde los campos cultivados a las casas de la ciudad. En suma, quin se ocupar, ahora, de hacer justicia a los muertos? Cmo se conseguir limpiar del territorio este mineral que acecha por doquier? Quin curar, y con qu
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medios, a todos los nuevos enfermos que, mes a mes, se suman a esta lista que no para de crecer de los tumores de Casale? Desde haca algn tiempo, los sindicalistas que aglutinaban el pequeo, pero cada vez ms numeroso, movimiento ciudadano contra el amianto contaban tambin con la ayuda de algunos abogados, dado que era evidente que la problemtica legal iba a ser un eje fundamental de cualquier iniciativa. La primera en ofrecer su ayuda fue Bianca Guidetti Serra, una abogada de Turn que, desde hace tiempo, combina su profesin con el compromiso civil y poltico. Con la fuerza heredada de su experiencia partisana, no tarda en presentarse voluntaria cuando se trata de defender a sindicalistas y trabajadores de acusaciones de calle, es decir, de lo que queda tras una manifestacin. Y sigui con este contencioso durante mucho tiempo, hasta los procesos contra la empresa. Luego llega el abogado Sergio Bonetto. Adems de la experiencia forense, este abogado, con perilla y el acento caracterstico de Turn, tambin trae consigo un pasado de estrecha colaboracin con la CGIL, siempre por asistencia legal, y un traumtico encuentro previo con el amianto. Era el 1 de mayo de 1980 recuerda con una mirada que nos lleva al pasado y fui a Balangero, donde haba una cantera de amianto, para asistir al mitin de la CGIL. En la plaza no haba nadie escuchando, porque estaban disgustados con la CGIL, que haba pedido el cierre de la mina. Son tiempos difciles, en los que el director de la mina se toma la molestia de mostrar, orgulloso, al abogado y los sindicalistas el museo del amianto que ha querido levantar en ese lugar donde la tierra muestra una herida abismal. No es verdad que el amianto haga dao dice el responsable de la cantera. Lo dice sonriendo, porque an no sabe que dentro de un ao tambin l habr muerto de un mesotelioma plurico y ni se le pasa por la cabeza que su familia se encontrar entre las que piden una compensacin por daos a la empresa.
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El comando de abogados que acompaan al grupo de Casale, con el tiempo, va en aumento. Del despacho de Guidetti Serra llega el apoyo de la abogada Anna Fussari y del de Bonetto viene Bruno Lasagno; de Alessandra se presenta el abogado Oberdan Forlenza y de Gnova, Paolo Pissarello. Ninguno de ellos ha pasado nunca una factura. Efectivamente, era ms que necesario contar con abogados en Casale Monferrato y alrededores, porque hay que resolver en las salas de la justicia un problema que ya va ms all de lo sindical, pero que an no se ha convertido en una cuestin totalmente poltica. Algunas leyes regulaban el peligro del trabajo en situaciones de exposicin al polvo y a porqueras varias, pero no a la utilizacin de esa maldita fibra mineral. Fue precisamente sobre la base de esas leyes cuando en 1993 se dict una primera sentencia de reconocimiento judicial, casi al mismo tiempo que la legislacin sobre el amianto. Pero hubo que esperar hasta 1997 para que el Tribunal Supremo confirmase la condena a seis dirigentes de la rama italiana de Eternit, aunque fue por una sola muerte y con penas muy leves. El tribunal de Casale Monferrato ya haba admitido la responsabilidad de los directivos por homicidio culposo de los trabajadores de la fbrica y, en particular, por la ausencia o insuficiente o tarda adopcin de soluciones tcnicas apropiadas para la reduccin, aspiracin y contencin del polvo de amianto presente en todos los departamentos del establecimiento, lo que haba originado las enfermedades del amianto; as como la responsabilidad, de relevancia penal, de no haber informado a los trabajadores de los riesgos que supona el trabajo que estaban desempeando, teniendo en cuenta, adems, la estructura del ciclo productivo vigente en la empresa hasta 1974 y, finalmente, haber encargado a trabajadores con reconocidas enfermedades profesionales, las mismas tareas que ejercan antes, en las mismas condiciones que haban provocado que la contrajeran. A los que dirigan la fbrica de va Oggero, en suma, se les acusa de no haber atendido a las condiciones de salud y seguridad en el tra81

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bajo establecidas por ley. Los jueces precisan las responsabilidades individuales de cada administrador y directivo que se ha sucedido a cargo de Eternit del Piamonte, sobre todo para el perodo previo a 1978, que fue el momento de mayor transformacin de la fbrica con una disminucin importante del nivel de polvo en el ambiente. Sin embargo, antes de este proceso, esos directivos tenan el deber, no cumplido, de tener en cuenta el impacto que poda suponer el exceso de concentracin de polvo en la atmsfera. Y no pueden argumentar que no lo saban, porque como se lee en la sentencia, la Inspeccin de Trabajo haba sancionado a la empresa en varias ocasiones por esta situacin. Valga lo mismo para el presidente y los altos directivos del holding italiano con sede en Gnova, porque las actas de los consejos de administracin permitan a cualquier persona, y sobre todo a los altos cargos, saber que exista una situacin de riesgo. Durante la apelacin, sin embargo, se caen decenas de imputaciones, por prescripcin (en un principio, las partes perjudicadas eran 1.700 entre herederos y enfermos), a causa del reconocimiento de atenuantes genricos. Se mantiene en pie slo un caso, el de Evasio Coppo el Buzo, el trabajador que haba intentado lo imposible para protegerse de ese polvo que vea como un enemigo. Junto a la mujer y al hijo, entre las partes civiles, se encuentran tambin los sindicatos, el Ayuntamiento de Casale y el INAIL, que, despus de haber tardado en reconocer el mesotelioma como una enfermedad laboral, quera tomar represalias contra Eternit por las indemnizaciones que haba tenido que reconocer a los trabajadores expuestos al amianto. La sentencia de condena se retras hasta su confirmacin definitiva por el Tribunal Supremo en 1997, para gran consternacin de quien esperaba que se hiciera justicia. Aunque el camino hasta este proceso fue largo y extenuante, aunque los abogados tuvieron que aguantar horas y horas de antecmara en la fiscala de la Repblica, en la que reinaba, cuanto menos, el ms completo escepticismo sobre la posibilidad de que se celebrase nunca un juicio con los directivos de Eternit sentados en el banquillo de los acusados, vali la pena que fueran escuchados decenas de testimonios de viudas, hurfanos, enfermos y supervivientes de la
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fbrica, as como la bsqueda de documentos y peritajes. Ahora es el Tribunal Supremo quien dictamina que alguien se ha equivocado, tambin de cara a la ley, al permitir que hombres y mujeres entrasen cada da, durante aos y aos, en esa fbrica arriesgando as su vida. Pero, es suficiente? Y son esos directivos los verdaderos y nicos responsables de lo que ha sucedido en Casale Monferrato desde 1906 hasta 1978? Por qu el calendario y la mira de la justicia deben detenerse en esa fecha y esos objetivos? - ? 31A 1F5FC K ?1 D1B145F1 Hay muchas dudas y cuestiones por resolver que siguen impulsando las asambleas contra el amianto; a lo que se suman las cuentas, los hechos de una realidad ineludible, porque se trata de enfermos y muertos. La actividad del patronato INCA-CGIL, gracias a la accin conjunta de Nicola Pondrano y la doctora Degiovanni, permite presentar, entre 1979 y 1986, ms de 800 denuncias por enfermedad laboral por parte de los antiguos trabajadores de Eternit, originando as el mayor contencioso mdico, legal y judicial jams afrontado por el INAIL de Piamonte, con resultados positivos en el 65 por ciento de los casos. El listado de patologas es siempre el mismo, de la asbestosis a los tipos de tumores bien conocidos en la ciudad. Pero es la seal, admitiendo que an fuera necesaria, de que el polvo de la fbrica suiza realmente nunca ha dejado de cumplir su trabajo asesino de forma lenta e inexorable. Es ms, probablemente es hacia finales de la dcada de los noventa cuando la epidemia de enfermedades provocadas por el amianto alcanz el pico de la previsin estadstica: de 20 a 25 casos nuevos al ao, los mesoteliomas llegan sin tardanza a una media en torno a los 40 / 45 diagnsticos anuales. Y por lo menos tres cuartas partes de estos casos son de personas que nunca han trabajado en Eternit y que han estado expuestas a las fibras de amianto, presumiblemente, en otra poca bien lejana. As enferma, por ejemplo, Egle Lupano, que viva cerca del depsito donde se descargaban los sacos, abiertos, llenos de amianto. Ella, nacida en 1939, tendra unos siete u ocho aos cuando iba a jugar
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justo en aquel lugar y, pasados ms de cuarenta aos, en 1982, le diagnostican una asbestosis. Se la descubrieron por casualidad, mientras estaba internada en el hospital de Pava por una pequea intervencin quirrgica. Las placas torcicas de la seora Lupano asustan a los mdicos, que concluyen que se trata de un tumor y le realizan un examen tras otro. No conseguan entender cmo era posible que los resultados sealasen varias metstasis mientras me vean con relativa buena salud dice recordando. Luego lleg el profesor Moncalvo, vio las placas y, sin saber nada de m, dijo: esta seora, seguro que viene de Casale. As, me pregunt si haba trabajado en Eternit y me dijeron que mi enfermedad era muy habitual entre los trabajadores del amianto. Con el pasar de los aos, Egle Lupano acude, para su disgusto, a varios hospitales, donde le confirman el diagnstico de asbestosis y le dan un informe para aclarar cualquier duda al respecto que pudieran tener los mdicos que, en un futuro, observaran estas placas imposibles. Le piden tambin que les deje mostrar sus radiografas a los estudiantes y, lo peor, le explican que es una enfermedad incurable y que ir empeorando lentamente. Pero en su caso, adems del dao fsico, hay una burla: aunque le resultar muy complicado encontrar un trabajo compatible con esa minusvala respiratoria, la seora Lupano no puede llamar a la puerta del INAIL para pedir un subsidio por invalidez parcial, dado que su asbestosis no es resultado del trabajo. A fin de cuentas, ella no ha respirado polvo de amianto trabajando, sino jugando. Sin embargo, al polvo le da igual el trabajo que realizan las mujeres y los hombres de Casale. Sencillamente, viaja por el aire de la ciudad y se introduce sutilmente, invisible e inodoro, en las vas respiratorias. El gran problema es que basta poqusimo polvo para matar, incluso aunque haya transcurrido mucho tiempo. Es por esto por lo que, en el curso de los aos, enferma y muere Mara Pastorino, la panadera que trabajaba en un local adyacente a la fbrica, donde los trabajadores acudan famlicos durante el cambio de turno; por esto enferma y muere Guglielmo Cavalli, antiguo secretario de la Cmara del
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Trabajo, as como Piercarlo Busto, empleado en un banco, que muere a los 33 aos por culpa del amianto, como reza el manifiesto fnebre pegado por las paredes de la ciudad; por esto enferma y muere Gianna Gonnella, agente de seguros. Y muere tambin de un mesotelioma Paolo Ferraris, consejero regional y promotor de la primera financiacin para el trabajo de saneamiento. Son slo unos pocos ejemplos, entre muchos, de personas que jams pisaron la fbrica. La nica causa que provoc su muerte por mesotelioma fue vivir en Casale Monferrato, una ciudad hermosa pero infectada, contaminada, envenenada por las fibras del amianto. Y la lista de las vctimas del polvo, es decir, de Eternit, crece sin tregua cada semana. El camarero de piazza Castello, el antiguo empleado de la empresa suiza, el polica municipal Lorenzo Ferruti, la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento Luisa Minazzi, fundadora de la seccin local de la asociacin Legambiente y muy comprometida con la batalla contra el cncer de Casale. Fue ella misma quien comunic pblicamente la noticia, amarga, de que estaba enferma: pero quiero seguir luchando hasta el final, dijo, inclusive ahora, en la bsqueda de un tratamiento contra el mesotelioma, porque hay que dar esperanzas a todo el mundo. En cada asamblea que se convoca para informar a los ciudadanos sobre los progresos del conflicto del amianto se dirigen las miradas hacia la ltima vctima, hacia el nuevo enfermo del que se ha tenido noticia. Y l, o ella, durante un da, sin darse cuenta, se convierte en el protagonista y le embarga esa incontrolable y amarga euforia de quien se sabe en el centro de atencin, pensando con optimismo que podr conseguirlo, que podr derrotar a esta enfermedad tan cotidiana ya en la ciudad. Con discrecin o con estruendo, susurradas entre los vecinos o anunciadas a gritos en los peridicos o las asambleas, salen a la luz todas las historias que haban permanecido silenciadas tras los muros domsticos. El sufrimiento y el luto de las familias se convierten en patrimonio, mejor dicho, en la carga de un colectivo que, a su pesar, tiene que enfrentarse con esta realidad. Siempre son reuniones serenas, quizs a causa de la naturaleza piamontesa, quizs porque la colectivizacin del dolor est funcionando. Sin embargo,
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la situacin es tan dura que, incluso, va modificando el humor de muchas personas: una investigacin de la Universidad de Turn demuestra, de hecho, que en Casale aumentaron los sndromes depresivos y los trastornos anmicos durante estos aos. Resulta paradigmtico el caso de una secretaria del abogado Bonetto, que sigue uno tras otro los expedientes de las muchas vctimas del amianto que pasan por el despacho. Aunque se trata de trabajo, aunque, en cierta manera, est acostumbrada a tratar con asuntos que en ocasiones son desagradables, consciente del drama humano de estas personas, sigue indirectamente la evolucin de su enfermedad a travs de los certificados, las llamadas para anular citas y los certificados de defuncin. Llega un momento que por involucrarse emocionalmente necesita tomarse un perodo de descanso. Es un resumen dramtico, en suma, que empieza sobre todo con los ms de 2.000 casos de enfermedades laborales relacionadas con el amianto que hay slo en Casale, a los que hay que sumar otras cifras de las dems localidades de la zona Eternit, como la cantera de Balangero, Cavagnolo, donde haba una fbrica de Eternit, y otros sitios de Italia, como Bagnoli y Reggio Emilia. Es un escenario en el que los promotores de la demanda ya no se enfrentan slo a Eternit, sino tambin a distintos niveles institucionales y polticos. Los objetivos prioritarios deben ser la restauracin de condiciones de salud para los casaleses y mejorar la prestacin mdica y cientfica, en la medida de lo posible, para quien ya ha sido alcanzado por el polvo. La lucha, por lo tanto, se convierte en una batalla sin cuartel, y se convierte en una de las consignas de las asambleas, con unos objetivos tan claros y ambiciosos como legtimos. En Italia, por otra parte, los tumores de origen profesional matan, cuanto menos, mil personas al ao, y los mesoteliomas, en particular, han aumentado entre los aos 70 y finales de los 90 un 15 por ciento anual. Por lo tanto, entre los primeros asuntos del orden del da est el saneamiento del territorio por las toneladas de amianto esparcidas por doquier. El objetivo es conseguir un Monferrato desamiantizado, lo cual implica elaborar leyes y partidas presupuestarias O RV cQ -

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El primer paso es limpiar los edificios pblicos y, despus, elaborar un plan para las viviendas privadas. Con el impulso del grupo de Casale se disparan actuaciones legislativas que implementan financiaciones pblicas completas para eliminar el polvillo, es decir, los materiales ms friables y, por ende, los ms peligrosos y parciales, hasta el 50 por ciento de los costes para las cubiertas de amianto. El plan de saneamiento territorial prev tambin un servicio de recogida, a solicitud de comits e instituciones creadas ex profeso para eliminar el amianto, despus de que a finales de los aos 90 el Ayuntamiento hubiera puesto en marcha un servicio de recogida y eliminacin gratuito para los ciudadanos que queran librarse de todos los materiales peligrosos que tenan en casa. El otro gran objetivo urgente es la atencin mdica directa a quien ya ha enfermado, as como a toda la poblacin en riesgo potencial por la simple exposicin al amianto. El enemigo nmero uno, la pesadilla, la amenaza, se cierne sobre todos. Es el mesotelioma. Y para la lucha contra el tumor mortal, cuyo nombre resulta tan familiar en Monferrato, se necesitan nuevas herramientas que sean capaces de asegurar la prevencin, los diagnsticos, el tratamiento, la investigacin y la asistencia mdica. Casale pide el equipo suficiente para hacer frente a esta emergencia; la ciudad quiere poder dar respuestas a las necesidades causadas por la epidemia de cncer por amianto, es decir, centros de investigacin epidemiolgica, biolgica, gentica y todo aquello que sirva para devolver la normalidad a un lugar que Eternit ha sembrado de muerte. El grupo de sindicalistas que encabeza el conflicto del amianto pide que se potencie y racionalice de una vez el servicio oncolgico del hospital de la ciudad, as como los servicios de neumologa, diagnstico y resonancia magntica y otros servicios mdicos repartidos en el territorio comprendido entre Novara, Alessandra y Valenza. El objetivo que puede parecer ambicioso, pero que, en realidad, resulta absolutamente coherente con lo absurdo de la situacin es que sea justo aqu, en estas ciudades que de otra manera habran permanecido en el anonimato, donde se localice la vanguardia, el centro de operaciones, la atalaya de la guerra contra el mesotelioma. Es un proyecto que necesita una coordinacin estrecha entre las distintas instituciones sanitarias, los centros de investigacin cientfica y la
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Administracin. Piensan en todos los impulsores de la rebelin de Casale, tienen una propuesta que hacer para cada detalle de esta transformacin que dicta la necesidad. Pero, sobre todo, tienen muy claro lo que necesitan con ms premura: una atencin mdica eficaz, til, humanizada, reforzada con servicios de atencin social en los domicilios, los cuales deben servir de sostn a las familias de los millares s, ya son millares de personas afectadas por patologas provocadas por la existencia de fibras de amianto en cada bocanada de aire. ) I9 414C 3CB 5G CG4CG Durante toda la dcada de los aos 90 se organizan en la ciudad congresos, asambleas, debates, reuniones y encuentros a todos los niveles sobre el problema del amianto. De Casale salen una tras otra apelaciones y delegaciones tanto hacia Roma como hacia las ciudades europeas que sufren el mismo cncer provocado por el polvo venenoso. Se organizan exposiciones con instalaciones tan interesantes como las cpsulas de la memoria y obras de teatro, se producen pelculas y libros sobre el monstruoso asunto de Eternit y empiezan a tomar cuerpo los dossieres de prensa, porque, aunque sea a cuentagotas, los peridicos han comenzado a tratar el caso de una ciudad ahogada por el amianto. Aqu nacen peticiones, propuestas de ley y sugerencias para que se destinen recursos de las partidas presupuestarias. Detrs de cada iniciativa estn siempre las mismas personas: Pesce, Pondrano y, de vez en cuando, el tcnico o el poltico que es capaz de aportar buenas ideas a estos dos casaleses infatigables. Se entra as en el nuevo milenio. A estas alturas, despus de haber llevado a buen puerto el contencioso ms grande y comprometido de la historia del INAIL por el reconocimiento del perjuicio padecido por los trabajadores de Eternit, despus de haber conquistado la Ley 257 de 1992, que prohiba el amianto, estando an abierto el frente por la compensacin de la quiebra de la marca suiza, delante del tribunal de Gnova, los dos sindicalistas, junto con los abogados que desde haca un cuarto de siglo compartan el pan cotidiano del dolor como estmulo de la batalla civil, se preparan para lanzar el
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golpe ms clamoroso, el ms difcil, el ms ambicioso y provocador, el movimiento capaz de encender nuevos focos sobre el problema: un nuevo proceso contra Eternit. Pero ya no es contra una entidad abstracta y unos pocos directivos annimos. No, esta vez el objetivo es gigantesco, poderoso, peligroso y, quizs, inalcanzable: el objetivo de los liliputienses de Monferrato ahora se dirige contra los dueos mismos del coloso suizo, los herederos del imperio Schmidheiny, que desde principios de los aos 70 han asumido el control del grupo Eternit y, por lo tanto, tambin de las empresas que tiene repartidas por el mundo, y su socio belga, el barn De Cartier de Marchienne. Ahora se concentran sobre ellos las graves acusaciones de una ciudad entera, se les responsabiliza de cientos de muertes, de masacrar familias, de diezmar generaciones, de vidas no vividas y sufrimientos prolongados. Es esto lo que se prepara entre la Cmara del Trabajo de Casale, un par de despachos de abogados de Turn y el Saln Tartara de piazza Castello: una combinacin de ingredientes humanos, econmicos, jurdicos, cientficos, tcnicos y mediticos que genera la imagen manida, pero eficaz, del proceso del siglo.

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4. El proceso
La ofensiva que no pareca posible, el desafo que se pensaba destinado a quedarse preso entre las frases ms fuertes de los dilogos amargos y ofendidos, empieza formalmente el 22 de diciembre de 2004. Turn est completamente sumergida en el frenes tpico de la semana que precede a la Navidad, apenas perturbada por una pequea manifestacin promovida por el INCA y animada por una decena de personas llegadas desde Casale a la cabeza Romana Blasotti Pavesi, tambin desde Npoles. A mitad de la maana, un grupito compuesto de abogados y sindicalistas se rene para tomar caf en un bar frente al Palacio de Justicia. Su actitud es mesurada; las risas que responden a las bromas que por turnos hacen all en medio de un corro, son contenidas y ostentosas al mismo tiempo. Es como si una mezcla de euforia e inquietud hubiese abrazado a todo el mundo. Luego, todas las miradas se concentran sobre el abogado con bigote que hace un amplio gesto con la mueca izquierda para mirar la hora. Venga, vamos, indicando con la cabeza un lugar impreciso pero que pareca estar bien claro para todo el grupo. El abogado Sergio Bonetto se encamina con paso decidido hacia el ascensor central, seguido de forma dispersa por los compaeros Anna Fusari, Paolo Pisarello, Oberdan Forlenza y por el abogado de INCA, Massimo di Celmo. Con ellos est la pareja que nunca falta, Pesce-Pondrano, y el secretario general de la CGIL del Piamonte, Vincenzo Scudiere. A todo el mundo ha llegado el mensaje alentador y el apoyo incondicional de la abogada de primera hora, Bianca Guidetti Serra. Los abogados portan sus inseparables carteras con mucho cuidado, como si esta vez no contuvieran papeles sino huevos, cristales y quiz incluso explosivos. Salen hasta la quinta planta del ala del palacio que alberga los despachos de la fiscala de la Repblica. Tienen una cita que esperan desde hace una decena de aos, con un centenar de personas. Van a la Cancillera para presentar su denuncia, que resume en 56 pginas toda el hambre de justicia, todo el sufrimiento, todo lo que un territorio y sus habitantes han soportado durante ms de ochenta aos. Estn enumerados los daos sufri90

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dos, las causas que los han provocado y, tambin, los nombres de los culpables de todo esto. Grandes nombres altisonantes, impronunciables ms all de las dificultades implcitas en la fontica teutnica. Son los nombres de los dueos de Eternit, de los herederos del imperio construido sobre el amianto. En aquel primero, casi temerario acto judicial aparecen los nombres de los propietarios del coloso mundial de Eternit. Los hermanos suizos Thomas y Stephan Schmidheiny y el barn belga Louis de Cartier de Marchienne. Es decir, los herederos de los dueos del amianto, gente riqusima y muy poderosa de dinastas que alcanzan generaciones por lo menos durante tres siglos. Pero en contra de ellos ahora el pueblo de Casale Monferrato promueve formalmente una acusacin muy grave: aquellos seores saban lo que hacan, conocan que el amianto daaba la salud, saban que estaban matando, pero decidieron deliberadamente y conscientemente no reconvertir de inmediato la peligrosa produccin. Prefirieron, en nombre del beneficio, retrasar por lo menos veinte aos la eliminacin de la conveniente pero mortal materia prima. Seran ellos por lo tanto, segn el frente de las vctimas, los responsables de tantas muertes, de innumerables enfermedades y de las que todava estn por manifestarse a causa de los daos al medio ambiente, envenenado por el amianto. Y en aquellas 56 pginas, resumiendo, los abogados cuentan esta historia de venenos, de cinismo homicida, de decisiones que se han mantenido escondidas y de la complicidad a nivel altsimo en el interior de los discretos confines helvticos. Todo se decida en Suiza y entonces las responsabilidades se tienen que atribuir a los vrtices mximos de Eternit. Precisamente, los dos millonarios herederos del imperio Schmidheiny y el noble De Cartier, representantes de unas dinastas emparentadas con la casa real de Blgica. Pero quines son los Schmidheiny del tercer milenio? Thomas y Stephan son dos riqusimos seores sesentones, hombres de xito, ligados a los ms importantes poderes econmicos y polticos del planeta, que siempre siguieron la regla de su padre, Max: invertir continuamente el dinero, en cualquier lugar, desde Nicaragua
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hasta el Monferrato. As se multiplica un patrimonio ya de por s considerable. Stephan Schmidheiny est muy metido en los salones internacionales ms importantes: representante de la ONU para el desarrollo sostenible, consejero de Bill Clinton, docente de globalizacin en algunas Universidades pontificias, dos licenciaturas honoris causa en EEUU, fundador del Consejo Mundial por el Desarrollo Sostenible, creador de Swatch, accionista de UBS y de Nestl, filntropo pluripremiado con 1,5 millones de dlares dados en beneficencia, ha heredado con 26 aos la direccin del grupo Eternit, ramificado en 72 pases. Pero una vez cerrado el captulo amianto y cemento habla sobre todo de naturaleza y defensa del medio ambiente con tono de campesino de otros tiempos y escribe libros con mensajes ms cercanos al movimiento antiglobalizacin que a los ambientes que frecuenta habitualmente. El amianto? Claro, es consciente, pero no toma ni siquiera en consideracin la hiptesis de haber tenido la mnima responsabilidad en los estragos provocados por el polvo liberado de sus fbricas. Es ms, se siente casi un hroe en la batalla en contra del mineral asesino (matador): Cuando miro atrs y me doy cuenta de las vctimas causadas por el amianto escribe en su defensa me consuela el hecho de haberme mantenido firme en la decisin de interrumpir la produccin de este mineral. S, eso es lo que dice de s mismo, apuntando con el ndice en contra del resto del mundo, gobiernos e industrias que no se han dado cuenta como l de aquellos peligros y no hicieron nada para evitar lo peor. El hermano Thomas, dos aos mayor, todava es titular de la primera industria cementera del mundo, Holcim, y da vueltas por el mundo con su hermana para una serie de fabulosas exposiciones de arte itinerantes, gran pasin de la familia, se dedica al turismo y a sus viedos en Suiza, al fin y al cabo otro buclico, y tambin muy reservado, segn tradicin de los millonarios y de los suizos. Se cuenta que ha ido ms veces a visitar Casale Monferrato, aun sin dejar de afirmar que l no tena nada que ver con el hecho terrible
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que haba pasado entre aquellas colinas. Y de hecho, constatara personalmente que la situacin no era normal sino efectivamente txica. El barn Louis de Cartier de Marchienne, llamado a responder de los daos del amianto junto con los dos hermanos helvticos, desciende de una familia importante de nobles y diplomticos al servicio del rey Leopoldo y reconocido con la Orden de la Corona de Blgica. l es un hombre de negocios que en los aos sesenta se ha sentado en la cspide de Eternit, que controla por medio de la sociedad Etex. Luego, desde el principio de los setenta cede gran parte de su peso en las empresas del amianto a su socio suizo, pero mantiene de todas formas una importante participacin, teniendo en cuenta su potencial econmico y poltico no parece casual el hecho de que en Blgica, su pas, el uso del amianto haya sido definitivamente prohibido slo en 1998. / I 38C A PGEI 5 61H 1?9 414 Antes de llegar a cumplir el paso judicial ms atrevido y esperado, el comit de denuncia del amianto de Casale Monferrato ha reunido un imponente archivo de informaciones, sobre todo gracias al minucioso trabajo desarrollado por el INCA en su funcin de preparacin de las prcticas para el reconocimiento de las enfermedades profesionales. Y es exactamente a partir de la gran cantidad de informacin que se mueven las acusaciones ahora dirigidas a los jefes mximos del gigante industrial. Varios elementos surgidos en el curso de las entrevistas con las vctimas se lee en la primeras pginas del memorial de 2004, es decir recabados de documentos afortunadamente encontrados o de publicaciones extranjeras, llevan a los representantes a pensar que la mayor parte de las patologas y de los fallecimientos sean el fruto de una estrategia de la empresa conscientemente adoptada a partir de los aos setenta y que tiende a retrasar, tal vez con instrumentos bastante desarrollados, la finalizacin y la prohibicin a nivel internacional de las producciones de manufacturas en amianto. La acusacin gravsima es por lo tanto que mientras ya era evidente, por lo menos desde los aos 70, que aquel polvo era mortal para la salud humana, la cpula de
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Eternit haba materialmente operado para distorsionar y ocultar informaciones y conocimientos, siguiendo en ejercicio las actividades industriales que difundan gravsimas patologas. En resumidas cuentas, comportamientos de inaudita gravedad y de segura relevancia penal. A la denuncia de los casaleses se asocian tambin las vctimas extrabajadores y simples ciudadanos que nunca entraron en uno de los establecimientos del grupo suizo de las dems sedes Eternit en Italia: Bagnoli (Npoles), Siracusa, Rubiera (Reggio Emilia), Balangero (la cantera en la zona turinesa) y por supuesto la cercana Cavagnolo (tambin en la provincia de Turn). Dado que la documentada conviccin es que en todas las fbricas del mundo, y seguramente en Italia, se aplicaban rgidamente las rdenes emanadas desde la sede central suiza, incluido aquello de complicar la existencia a los sindicalistas, magistrados, periodistas y curiosos de todo tipo. Un trabajo de chinos permiti reconstruir tambin los procesos de toma de decisin con exactitud suficiente para afirmar que entre 1970 y 1986, aos del cierre y de la quiebra de la rama italiana, las estrategias y las polticas que interesaban tambin en los centros productivos italianos se cumplieron a nivel centralizado por Eternit AG, que tiene su sede Niederurnen. La direccin suiza intervena directamente en todas las decisiones acerca de la gestin de las empresas controladas sirvindose de centros de asesora mdico-cientfica. Partiendo siempre de la direccin suiza se lee ms adelante en el memorial llegaban todas las indicaciones tcnico-productivas necesarias para el normal funcionamiento de los establecimientos, que eran constantemente controlados en la produccin y en el medio ambiente. Tambin en base a los testimonios ofrecidos pblicamente por algunos directivos de la misma Eternit, a partir de los aos 70 se adoptara, segn la denuncia, una estrategia a nivel mundial que llev al grupo a reconvertir con la mxima lentitud posible sus producciones en amianto en otras actividades menos arriesgadas. En esta reconstruccin acusatoria adquiere un peso decididamente mayor una vieja praxis adoptada por la empresa en Casale
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Monferrato, en Cavagnolo y en los dems establecimientos italianos: aquella de regalar a dependientes y ciudadanos materiales sobrantes. De esa forma escriben los abogados que representan a las vctimas del amianto contribuyeron tambin por medio de la trituracin y distribucin de material defectuoso transformado en grava a una dispersin sobre el territorio de material cancergeno, cuya utilizacin se vea incrementada por la gratuidad de la oferta. El frecuentsimo caso de utilizacin impropia de material Eternit sobrante para cubrir caminos vecinales o patios o para la cubierta artesanal de ambientes habitados ha sido de hecho animado por la misma compaa, que quizs pensaba que la difusin amplia de sus productos, a bajo o ningn costo, constitua la mejor garanta acerca de un consentimiento de la poblacin y de los trabajadores hacia su modo de producir. Ahora que estn convencidos de poder demostrar que los mximos dirigentes del coloso del cementoamianto saban de la nocividad de las sustancias que trataban, recordar estos detalles de las polticas empresariales pone en evidencia una especie de ulterior y deliberado delito. Y no sera el nico, si se contina leyendo la historia de Eternit: La empresa, entre otras cosas afirmadas por los abogados en sus denuncias, nunca proporcion ni a sus dependientes, ni a los trabajadores empleados en actividades de transporte de los materiales informacin acerca de la especfica peligrosidad de los productos, ni igualmente proporcion nunca alguno de los medios especficos de proteccin individual, llegando a permitir el transporte de materiales sobre medios descubiertos y obligando a los dependientes al lavado de los uniformes de trabajo en su propio domicilio, de hecho animndoles a circular fuera del establecimiento llevando la ropa de trabajo siempre impregnada del polvo del amianto, y llegado a este punto se aade el hecho de que las materias primas y los productos acabados siempre se conservaron en el interior de los establecimientos en reas expuestas a la accin de los agentes atmosfricos (en particular al viento), en grado de determinar su dispersin en el ambiente circundante. Y es ejemplar con respecto a esto el caso de tuberas que nunca han sido limpiadas de los polvos generados por
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el pulido y dejadas en un primer momento al aire libre y luego cargadas sobre camiones destapados.

En fin, un desastre. Una secuencia de comportamiento que, siempre partiendo de la hiptesis acusatoria de la consciencia de los riesgos ligados al amianto, proyecta sobre los hombres que estaban a cargo de Eternit una luz realmente inquietante. Y razones para apuntar con el dedo sobre los mx1aYeeiifKaKd em 1StTXf1aYcicidKaKd 1

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to ms capilar que aquella ejercitada por los belgas. Adems, la familia Schmidheiny sigue suscribiendo aumentos de capital de Eternit SPA, aun cuando los dems socios se niegan a hacerlo y as ve rpidamente crecer su cuota del capital social. Ningn miembro de la familia en aquella poca asume directamente cargos en la empresa pero, sin embargo, la empresa se transforma en una entidad controlada por el grupo suizo que conduce a los Schmidheiny. Y no se trata solamente de trazar estrategias industriales o lneas financieras, porque en realidad emergen pruebas especficas de la ingerencia de la casa madre suiza en las decisiones de Eternit SPA en relacin a la obtencin de financiacin, a efectuar las inversiones en maquinarias e instalaciones, a la poltica sindical, a la poltica de gestin del riesgo del amianto. Es decir, a los nudos sensibles de la catstrofe que se abati sobre Casale Monferrato. A la hora de tomar las riendas de la multinacional es especialmente Stephan Schmidheiny, uno de los dos hijos de Max y nieto del patriarca Ernst, quien en 1975, con slo 28 aos, asume el cargo de administrador delegado de Eternit AG. No es una poca inocua desde el punto de vista del tipo de producciones, teniendo en cuenta que es a partir del ao siguiente cuando se introduce en los mercados la lmina ondulada a presin, un xito clamoroso a nivel mundial para Eternit, que consigue vender sus productos tambin (aunque no sobre todo) a los estratos ms pobres de la poblacin: es suficiente mirar cualquier poblado de chabolas para constatar la difusin de las coberturas en cemento-amianto forjadas en los establecimientos del coloso helvtico. El gran cambio, por lo menos a nivel terico, llega en 1978, cuando Stephan Schmidheiny llega a ser presidente del consejo de administracin y, con ocasin del 75 aniversario de la empresa familiar, declara la decisin de dejar en suspenso la fabricacin de productos que contienen amianto. La versin oficial contada con grandilocuencia por una publicacin editada por la misma multinacional no dice el porqu y el cmo se haba madurado una decisin de ese tipo. Sin embargo, eliminar el amianto no es sin duda un paso que cuente poco para un coloso industrial que precisamente construy
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sobre aquel mineral fortunas inmensas que perduraban por siglos y atravesaban los ocanos. Evidentemente tambin sobre las mesas de Niederurnen llegaron los partes mdicos y textos de derecho de medio mundo que explican claramente que aquella fibra mata. Pero eso no se encuentra en la publicacin oficial. Lo que la hagiografa de Eternit cuenta es ms bien la sorprendente rapidez slo cuatro aos con la que los laboratorios suizos consiguen desarrollar una mezcla de fibras que se puede integrar en el proceso de produccin en el acto. A tal punto que, se lee, en 1984 el 50 por ciento de la produccin ya se puede entregar libre de amianto. De esa forma, despus de que en 1989 Thomas Schmidheiny retomara todo el capital accionarial y la presidencia del consejo de administracin de su hermano Stephan, en 1994 la era del amianto llega a su final porque ha sido fabricado el ltimo tubo que contiene amianto. Viva! Se puede celebrar serenamente el siglo de Eternit; en 2003, con alegre jornada de puertas abiertas, lleg el nuevo milenio, olvidemos el novecientos. Todo esto cuenta la historia del grupo suizo. Pero tambin esta versin es una fuente de pruebas de las responsabilidades que los casaleses atribuyen a la cpula de Eternit. Efectivamente, adems de diferentes indicios ulteriores sobre la centralidad de las decisiones a partir del momento de inicio de algunas producciones en todos los establecimientos, existe la confirmacin negro sobre blanco del hecho de que slo en 1978 se inicia efectivamente una poltica de abandono progresivo del amianto, material que todava en 1984 estaba presente en el 50 por ciento de la produccin de Eternit y que se abandon definitivamente slo en 1994. Otro dato de hecho es la cadena de mando, que en ltimo anlisis lleva a un consejo de administracin en el cual se suceden los herederos Schmidheiny. La reconstruccin de los abogados del pleito del amianto de Casale insiste adems sobre algunos elementos que llevan a pensar que fuera all arriba, en la sede central helvtica, donde se tomaban todas las decisiones importantes desde los tiempos en los que el amianto llegaba por toneladas a Monferrato, y hasta el cierre del establecimiento piamonts, cuando ya la ciudad haba empezado a contar los muertos por las enfermedades relacionadas con aquel
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maldito polvo. En efecto, recuerda la denuncia, muchos trabajadores italianos fueron enviados a lugares en el extranjero que no tenan ninguna relacin con Eternit Italia, lo que hace suponer la existencia en Eternit AG de un centro de gestin de los recursos humanos del grupo. Y lo mismo pasaba en otros pases y siempre despus de una formacin en la sede central. Adems, el jefe del grupo suizo organizaba cursos de formacin permanente tcnica en Niederurnen, donde entre otras cosas se decida la misma actividad productiva y financiera de los establecimientos italianos, as como desde all llegaron siempre las indicaciones acerca de las tecnologas productivas y de gestin. En el plano organizativo era una sociedad creada a propsito, llamada sugerentemente Amiantus, que gestionaba todas las informaciones relacionadas con el perfil tecnolgico de la produccin. Ms centralizado as Pero hay algo ms: El grupo utilizaba para la gestin de las actividades productivas de las sociedades participadas se lee otra vez en el acta de acusacin popular presentada en 2004 estructuras superpuestas como el Asbest Institut de Neus (Suiza), constituido y financiado por Eternit AG y durante aos dirigido por el doctor Robock con el fin de controlar la produccin en todos los pases y facilitar indicaciones tcnicas que permitieran la continuidad de las producciones que contenan amianto, incluso en presencia de intervenciones legislativas o denuncias administrativas de Estados individuales que tendan a limitar o controlar la emisin de polvo de amianto. En resumen, una fbrica de ideas tcnico-jurdicas que tena que ofrecer instrucciones para intentar saltarse las normas que en cada pas podan obstaculizar la actividad industrial relacionada con aquella fibra mineral que ya estaba en el punto de mira de los mdicos y de las instituciones de medio mundo. Y de hecho al Dr. Robock le tocaban continuos viajes a diferentes establecimientos de los cuales sacaba elementos tiles para elaborar despus verdaderas prescripciones acerca de los niveles de contaminacin aceptables, y tambin manuales de defensa a los cuales los dirigentes de los establecimientos individuales tenan que referirse en caso de contestaciones por parte de organismos pblicos u rganos de prensa relativos a la peligrosidad de las producciones.
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El mismo instituto trabaja mucho para promover u organizar, entre los aos 70 y los 80, congresos cientficos internacionales, algunos tambin en el politcnico de Turn, es decir a dos pasos de las localidades contaminadas por el polvo, con el propsito de sostener la tesis de la posibilidad tcnica de seguir sin riesgos en la produccin de manufacturas que contienen amianto adoptando tcnicas especficas, una especie de catequesis que vale mucho dinero y que parece evidentemente orientada, en aos en los que ya estaba generalmente reconocido el efecto cancergeno de la inhalacin de fibras de amianto, a la difusin del conocimiento cientfico, consintiendo de esta forma en una planificacin para el abandono, en un perodo de quince aos, de producciones cuyas consecuencias mortales eran perfectamente conocidas por todos los operadores del sector. Esto denuncia la CGIL y el INCA, la Cmara del Trabajo y la Asociacin de Familiares de las Vctimas en su memorial. Y a propsito del nivel de informacin acerca de la peligrosidad de aquel material fibroso y de normas de prevencin aaden: Es suficiente pensar que las directrices de la Comunidad Econmica Europea, CEE, para la prohibicin del amianto se remontan a 1981 y los conocimientos cientficos que llevaron a la elaboracin de tales normas estaban difundidos en los ambientes especializados desde los aos 60. Una acusacin pesada como una losa, entonces, que por una especie de nmesis se basa mucho en las afirmaciones de los acusados mismos. Como la de Stephan Schmidheiny, en una entrevista en el diario nicaragense DOHfSbgO ) el 13 de octubre de 2003: o: i O bRc kc h Sbw O 04 O xcg V SfSRu SZW a dSfW c RSZO aW O bh c,Q Sa Sbh c a sg U fO bRS RSZa i bRc pfSj SZ O p k bc h O fRu Sb RO fa S Q i Sbh O RS ei S gS h fO h O PO h O bh c RS i bO a O Z RW Q W yb Q ca c RS i bO cdcfh i bW RO R8 PO bRcbu SZ O aW O bh c Sb SZ a ca Sbh c O RSQ iO Rc pZ Z SU O O RSQ W fp: ca c a W T i Sfl O Sb SZa SfQ O Rc a S Q cbQ SRw O SZh W Sa dc RS RSgO ffc, Z Z O f bi Sj O gh SQ bcZ cU w O g) SZ W aW bu SZO aW O bh c RS a W g dfcRi Q h cg) Q fS, O bRc bi Sj cg dfcRi Q h cg RS T W PfcQ Sa Sbh c- ? b O Z U i bcg Q O gcg j SbRw Z O g Sa dfSgO gc Z O gQ Sffu- ? gh c a S dSfa W h W y i bORW j SfgW T W Q O Q W yb O Q h W j ORS Z O g dfcRi Q Q W cbSgr - Hcf h O bh c) Q cbQ Z i kS7 oK W b Ri RO SZ RSgh W bc a S gcbfW y k PSbRW X c aW g bi Sj cg dfckSQ h cg) k O V cfO gck j O fW O g j SQ Sg a s g fW Q c ei S Q iO bRc V SfSRu Z OT cfh i bO RS a W dO RfSr -

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Palabras petulantes, que entraron directamente en las denuncias de los casaleses, porque demasiados hechos parecan no confirmar aquellos tiempos adecuados, muchas veces abanderados por el seor del amianto. Por ejemplo, Schmidheiny no explica cmo ha sido posible obtener del SUVA10, ente pblico suizo, que se puede comparar con nuestro INAIL, la certificacin de no peligrosidad de procesos productivos, luego aplicados en todos los establecimientos Eternit del mundo, relativa a la produccin de manufacturas que contenan amianto. En el memorial de 2004 se llega tambin ms lejos: La prestigiosa certificacin se lee otra vez a propsito del SUVA, obtenida con mtodos desconocidos por los exponentes pero evidentemente en contraste con los cientficos de la poca, consinti, con el aplazamiento de la prohibicin de las manufacturas en amianto, una difusin a nivel planetario con el efecto que los expuestos por las zonas de Cabagnolo y Casale Monferrato pueden desgraciadamente documentar con el largo elenco de fallecimientos, elenco destinado, dada la larga latencia de las patologas por amianto, a incrementarse durante muchos aos. Dudas pesadas como losas, por lo tanto. A las cuales se aaden aquellas que ya afloran tambin ms all de los Alpes: En realidad, la U Z O gbcgh de la que se reviste Eternit escribe Stefano Guerra en un artculo publicado en Suiza en 2004 y adjunto a la denuncia de los sindicalistas piamonteses es una espesa cortina de humo detrs de la cual la empresa desde hace aos oculta datos e informaciones imprescindibles para comprender totalmente, por un lado, el significado y la imagen real de su trgica herencia y, por otro, las razones de la falta de responsabilidad hacia los extrabajadores. En lugar de vanagloriarse de jugar el papel pionero a nivel mundial en la reconversin del amianto-cemento al fibrocemento contina el duro artculo, Eternit debera explicar por qu la decisin de abandonar el mineral cancergeno se tom ms de diez aos despus de que la relacin entre fibras de amianto y meso////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 10

El organismo ms importante de aseguramiento de accidentes en Suiza que sustituy al antiguo INSAI: Instituto Nacional Suizo de Previsin Social contra los accidentes de trabajo.
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telioma haba sido demostrada de forma inequvoca, especialmente con la publicacin de los estudios del Dr. Irving Selikoff en el C ci fbO ZcTh V S 8 a SfW Q O b E SRW Q O Z8 ggcQ W O h W cb en 1964 y, adems, la empresa de Niederurnen debera incluso explicar los motivos por los cuales el proceso de reconversin ha durado casi veinte aos. Por tanto un ataque directo a Stephan Schmidheiny: En algunos pases su staff encontr materiales sustitutivos. Pero donde los ingredientes alternativos eran demasiado caros o de mala calidad, Eternit sigui utilizando amianto hasta el final de los aos 80, es decir, por lo menos veinte aos despus de que su peligro para la salud haba sido ampliamente reconocido. La empresa, segn el periodista suizo, siempre se defendi afirmando que todas las posibles medidas de proteccin haban sido adoptadas, pero por parte de los trabajadores italianos, incluidos los que emigraron hacia las fbricas suizas, lleg un seco e incontrovertible desmentido. Y entonces, qu transparencia? Demasiadas preguntas inquietantes quedan todava sin respuesta: Dnde ha acabado el millar de trabajadores expuestos a los polvos del mineral cancergeno en los establecimientos de compaas controladas por la familia Schmidheiny en Europa, Oriente Medio, frica y Amrica Latina? Y, finalmente es la pregunta provocativa, si jugara realmente la carta de la glasnost, por qu Eternit hubiera intentado de todos modos oponerse a la rogatoria con la cual la fiscala de Turn haba pedido el libro de matrcula de los empleados en Niederurnen y sus documentos personales custodiados por el SUVA? - ?H TB5? Esto es, por lo tanto, el acta de acusacin que sale de Casale Monferrato y recoge la demanda de justicia de los trabajadores de las dems fbricas italianas del grupo Eternit. Los abogados, los sindicalistas, los ciudadanos comprometidos en la batalla no esconden para nada que va a ser un proceso difcil. Ya en el pasado intentaron llamar a la puerta de algn magistrado, directamente a la fiscala de Casale Monferrato, pero como recuerda el abogado Bonetto con una sonrisa sarcstica y amarga al mismo tiempo los
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dirigentes de aquella oficina jurdica eran los primeros que no crean en la posibilidad de llevar a Eternit al tribunal: Abogado, tmese las cosas con calma le haban dicho claramente una vez porque el proceso nunca se celebrar. Y ahora, en cambio, todo hace prever que pronto la cpula del coloso industrial y financiero estar llamada a responder por acusaciones muy graves en un debate pblico que algunos, como siempre pasa en casos como stos, ya definen del siglo. Porque en Turn la batalla del movimiento de Casale ha encontrado el respaldo aadido del fiscal Raffaelle Guariniello, un magistrado que dedic su vida profesional a la iniciativa judicial que tutela la salud en el ambiente de trabajo. Exactamente l ya produjo, como juez de primera instancia, en aos que hoy suenan pioneros, la primera jurisprudencia italiana sobre el amianto, adems de sobre miles de otras situaciones de amenaza para la salud o para la vida de los trabajadores. l parece creer en la oportunidad de investigar en la direccin indicada por las propias vctimas; es ms, su despacho ya estaba trabajando desde haca tiempo sobre documentos relacionados con el amianto y con Eternit, por esto la instruccin acaba en su escritorio. Pero una pista que lleva directamente a las esferas de la multinacional suiza la ofrece, paradjicamente, la misma cpula de la empresa. Probablemente por distraccin o por infravaloracin. El desliz suizo abre la va que partiendo de la fiscala de Turn lleva hasta las oficinas de Niederurnen, llega junto a la primera fase del pluridecenal tira y afloja judicial entre Casale Monferrato y Eternit, aquella relacionada con la causa por la quiebra de la empresa. Cuando, por fin, se reconoce la primera cantidad de dinero destinada a los extrabajadores, el cheque por el cual Eternit SPA, quebrada en 1986, paga a los abogados a travs del Banco del Gottardo. Por qu los suizos pagan si nuestros adversarios fueron los italianos?, se preguntan los abogados del sindicato. Y, efectivamente, detrs de aquel cheque se esconde la primera revelacin de la verdadera relacin entre Eternit SPA y Eternit AG: aquel dinero, de hecho, llega de las cajas de Stephan Schmidheiny. Los mismos abogados italianos todava no lo saben
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en aquel momento, pero todo el grupo helvtico parece realmente depender, tambin a nivel internacional, de una nica cpula. Sern ms tarde las investigaciones de Guariniello las que vienen a confirmar y a consolidar esta intuicin y a dar mayor consistencia a la gran sospecha: en Casale y en Gnova los dirigentes de Eternit siempre se movieron casi como simples tteres de los propietarios suizos. Para los promotores del pleito del amianto de Casale lanzarse en esta aventura judicial es como coger un largo tnel oscuro, hay euforia pero tambin mucha ansiedad. El miedo fundado es el de encontrarse con la desilusin de quien ha puesto sobre la mesa todas las cartas y las ve quemadas por un adversario que juega con sus propias reglas y que nunca pierde. Es reconfortante saber, en esta fase, que las cartas las est trabajando el fiscal Guariniello, porque por fin la sensacin que los abogados consiguen trasmitir a cada nueva asamblea de los familiares de las vctimas es la de una oficina judicial que utiliza realmente todos los medios a su disposicin para hacer un hueco en la cortina de humo de la proverbial discrecin suiza y superar el muro que en algunos casos las mismas instituciones helvticas levantan para custodiar los secretos de Eternit. La batalla ms dura, para el fiscal, es la que se juega sobre los documentos del SUVA, el ente suizo que gestiona la providencia relacionada con los accidentes en el trabajo. Frente a las peticiones de la fiscala de Turn se oponen objeciones de peso cada vez mayor, hasta el extremo del secreto de estado. Sera suficiente esto para explicar cul ser el potencial empleado por los Schmidheiny, en trminos de influencia poltica, para defenderse de las incursiones italianas en sus negocios. Pero la tenacidad de Guariniello permite llegar en 2006 a un veredicto por fin favorable por parte de la Corte federal suiza. Los papeles del SUVA pueden encaminarse hacia Italia. Son documentos importantes, porque cuentan en detalle la vida laboral de centenares de italianos la gran mayora de la provincia de Lecce emigrados a Suiza para ganarse la vida en las dependencias de Eternit, en Niederurnen y en Payerne.

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Vueltos a casa para disfrutar de la jubilacin y de la casa construida ahorrando, muchos de ellos han descubierto estar enfermos de mesotelioma pleural y al cabo de pocos meses han dejado este mundo. A partir de estas historias empez la primera serie de investigaciones sobre Eternit por parte de la fiscala de Turn y es tambin en estos papeles donde los fiscales encuentran mayores pruebas de la estrecha relacin de dependencia de los establecimientos italianos del grupo helvtico con la casa madre. Pero el obstculo del SUVA no es el nico pasaje difcil en una investigacin que tiene que escarbar, remontndose aos atrs, en los sitios ms secretos de un coloso industrial en un pas notoriamente reservado cuando se trata de empresas. Pero al final Guariniello consigue juntar un legajo que se compone de ms de 220.000 pginas, es decir, 150 archivos que llenan dos habitaciones que estaban acondicionadas exclusivamente para albergar los documentos de la investigacin Eternit, incluidas las actas de las reuniones de la SAIAC, o sea, del cartel internacional que desde los aos 30 reuni a los productores mundiales de amianto para ejercer un control casi total sobre el precio y sobre las informaciones relacionadas con la mortal fibra mineral. No faltaron, en estos aos de investigaciones, los contactos con la contraparte, es decir con los abogados de los indagados. En cierto momento, en el verano de 2006, parece incluso que se hubiera casi alcanzado un acuerdo para una sustanciosa indemnizacin a los familiares de las vctimas por parte de Stephan Schmidheiny y del barn De Cartier, pero todo se esfuma porque, en el curso de un encuentro entre abogados, llega la noticia del indulto que el Parlamento italiano est a punto de votar, aligerando de esta forma tambin la posible posicin judicial de los tres seores del amianto. Pareca conseguido, y en cambio haba que volver a afilar las armas procesales. Guariniello no descuida nada y consigue tambin verbalizar las declaraciones de Thomas Schmidheiny y de algunos fidelsimos, que se presentan en Turn para ser interrogados. Slo es cuestin de paciencia y mucho trabajo. Y los resultados llegan. A principios de
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agosto de 2007 de la fiscala de Turn salen los avisos de cierre de las investigaciones, sntesis de aos de bsqueda para reconstruir delitos y responsabilidades entre Casale Monferrato, Niederurnen, Rubiera y Bagnoli. El primer elemento, el que golpea como un puo en el estmago, es el nmero de las vctimas acreditadas: 2.969. 2.969 personas afectadas por enfermedades directamente relacionadas con la inhalacin de fibras de amianto, mesotelioma pleural en primer lugar. Y no se trata slo de personas que han trabajado en los establecimientos italianos de Eternit o de trabajadores emigrados de nuestro pas, a partir de los aos 50, para ir a ganarse un futuro en las fbricas helvticas o alemanas de la multinacional del cementoamianto. Hay otros muchos ciudadanos, sobre todo de Casale, epicentro de los estragos del polvo, donde segn el legajo judicial las vctimas de la fibra killer (asesina), de las que tienen que responder los propietarios del coloso helvtico, son 2.272 y entre ellos por lo menos 482 nunca han pasado la puerta del establecimiento Eternit o, por lo menos, este es el nmero de aquellos indicados en los documentos procesales sin tiempos de prescripcin, nexos de causalidad y de todos aquellos aspectos formales que hacen una muerte diferente de la otra, el final de una vida debida a la fatalidad o la voluntad divina y aquella provocada por un destino decidido por alguien en esta tierra. Esto cuentan, en el lenguaje tpico de los procedimientos penales, las 105 pginas del aviso de cierre de las investigaciones con las graves acusaciones de desastre medioambiental doloso y omisin dolosa de normas antiaccidentes dirigidas el 1 de agosto de 2007 slo a dos personas: uno lleva el aparatoso nombre de Louis Marie Ghislain de Cartier de Marchienne, es decir, el barn belga que tuvo el control de Eternit italiana en los aos incriminados; el otro es Stephan Schmidheiny, es decir, uno de los dos herederos del imperio helvtico del amianto. Son ellos, escriben el fiscal Guariniello y los suplentes Sara Panelli y Jean Franco Colace, en calidad de responsables efectivos de la gestin de la compaa, quienes deben responder de aquellas graves imputaciones.
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Al cabo de tres aos de investigaciones los fiscales estn convencidos de haber reconstruido la cadena de mando y el papel de los propietarios cubiertos por una espesa red empresarial por medio de una minuciosa reconstruccin de documentos Eternit que comprenden tambin cartas de Stephan Schmidheiny a los administradores del grupo en las que apareceran explcitas disposiciones acerca de la organizacin del trabajo, de los sistemas de proteccin de la salud de los trabajadores, rdenes sobre la posibilidad de eliminar o no el amianto del ciclo de produccin. Mi cliente es un objetivo equivocado declara su abogado defensor, nunca gestion los establecimientos italianos y siempre impuls medidas de seguridad en el mbito de todo el grupo, dando cuerpo a importantsimas inversiones. Resumiendo, anticipa la lnea de defensa, pero tendr que explicar el porqu de la frecuente correspondencia entre Stephan y algunos dirigentes de la fbrica de Casale, donde los investigadores han encontrado intercambio de informaciones y directrices acerca de la actividad industrial. Sale del proceso en cambio Thomas Schmidheiny, cuya posicin ha sido eliminada: su papel en la cpula de la multinacional familiar no habra comportado el mismo grado de implicacin de los dos indagados, por lo menos en lo que atae a las decisiones que estn en el centro de la investigacin. Aquellas que, segn las acusaciones, habran provocado la muerte de millares de personas. Y teniendo en cuenta el imperio de 20.000 empleados esparcidos en una veintena de establecimientos en todo el mundo, considerando las minas donde durante decenios se ha extrado el mineral fibroso que ha hecho la fortuna de por lo menos tres generaciones, el macabro recuento de los lutos podra asumir proporciones incluso mayores. La fiscala aplica tambin una ley recin aprobada, la 231 del 25 de agosto de 2007, para llamar al banquillo de los acusados adems de a las dos personas fsicas indagadas tambin a las sociedades suizas y la belga (Anova Ag, Etex Group y otras) que legalmente controlaron la actividad industrial que sembr polvo y muerte. De hecho, la norma prev que cuando los administradores de una sociedad cometen un delito de los que las mismas sociedades obtienen provecho, estas ltimas pueden ser llamadas a responder penalmente y ser san107

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cionadas en base a los daos provocados, con multas, embargos, retiro de autorizacin y licencias o prohibicin de desarrollar sus actividades. En resumen, ms all de la responsabilidad civil, la compaa llega a ser un sujeto autnomo dentro del proceso. El caso Eternit representa el debut absoluto, en Italia, de este tipo de instrumento de ley y no es para nada un aspecto marginal del proceso que la fiscala de Turn quiere celebrar, porque la responsabilidad de los sujetos jurdicos conlleva consecuencias muy graves. Slo en trminos de multas, por ejemplo, en caso de muerte se prevn cantidades que llegan hasta 1.500.000 euros considerando los nmeros de los que se trata en el legajo relacionado con la multinacional helvtica. Estas cifras ya podran resultar un incentivo para la bsqueda de un acuerdo extrajudicial con las partes afectadas. Pero no es el nico escenario nuevo abierto por esta norma. El encausamiento de las sociedades podra efectivamente resultar muy importante desde el punto de vista civil. Y sobre todo comentan cargados de esperanza los promotores del pleito del amianto de Casale que golpear directamente a la compaa podra revelarse especialmente eficaz para los que tienen el objetivo de ganar definitivamente la partida planetaria en contra del amianto, porque atacan directamente la razn de ser de los sujetos econmicos; hay que hacer antieconmicas ciertas actividades que a golpe de sanciones y limitaciones empresariales podran revelarse el mejor desincentivo para este tipo de empresas. Aquella que antepone el beneficio a la salud y a la vida humana.

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5. El futuro
Llega el otoo en el Monferrato, y aquella de 2007 es una estacin repleta de citas para el frente antiamianto. Nos encontramos varias veces en el Saln Tartara de Casale, en la plaza Castello, reunidos en asamblea para discutir unas novedades importantes que llegan desde el Palacio de Justicia de Turn, desde Suiza, pero tambin desde otros lugares del mundo. Son encuentros con mucha participacin, adems de los irreductibles de la controversia amianto se vuelven a ver tambin personas que en los ltimos tiempos haban quedado ms apartadas. Todos los asientos estn ocupados, las sencillas palabras con las que Bruno Pesce intenta sintetizar el estado de la situacin son asimiladas una a una por una platea atenta como a menudo no ocurre ni en las iglesias durante las mejores homilas del obispo. Son rostros de otros tiempos muchos de los que sondean cada guio del exsindicalista; rostros que revelan cromosomas campesinos, mejillas vigorosas, narices pronunciadas, ojos intensos. Pero ni una sola vez podemos pasar sin notar las ausencias: algunos ya no estn, porque la enfermedad aquella enfermedad se los ha llevado para siempre, otros no pueden moverse, porque estn en tratamiento y no son pocos los hijos de los protagonistas de medio siglo de pulso con Eternit llegados aqu en representacin de sus padres. Por lo dems bastara una secuencia de instantneas de las asambleas reunidas durante tres dcadas para captar los signos del tiempo: alrededor de la mesa, con Pesce, no faltan nunca los principales motores humanos del movimiento de Casale Nicola Pondrano, Romana Blasotti Pavesi, Sergio Bonetto, Daniela Degiovanni y los dems con algunas seales ms en el rostro, algunos cabellos grises de ms, algn achaque nuevo, pero siempre con la misma idntica energa y el mismo discernimiento, siempre dispuestos a dar respuestas inmediatas y nunca titubeantes acerca de los prximos movimientos, los prximos objetivos. Llegados a este punto, 22 aos despus de que los suizos hayan cerrado las verjas de su venenosa fbrica y se hayan largado, el horizonte hacia donde orientar las miradas es una sala de tribunal. La perspectiva de ver en el banco de los imputados a los propietarios
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del establecimiento donde han sido sacrificadas tantas vidas, los seores del amianto de medio mundo, no es cosa pequea para esta gente. Espero de verdad que llegue pronto el momento en que podr mirar a los ojos a los responsables de tantas masacres, recalca con seguridad Romana Blasotti Pavesi, con la irrepetible mezcla de fuerza y dulzura que sabe infundir en cada acto. Es esta la sntesis ms eficaz de la sed de justicia que mueve a tantas personas ya no tan jvenes, que siguen ocupndose de cuestiones que nunca hubieran considerado, en lugar de dedicarse a sus propios nietecitos, o de trabajadores, padres, maridos, esposas, hijos y los mismos nietos que se presentan en el Saln Tartara cada vez como a una de las citas importantes de su vida. Ahora que el procurador Guariniello ha cerrado su investigacin, ahora que son conocidas las acusaciones en contra de los presuntos responsables de todo lo que ha ocurrido en Casale y en otros sitios, ahora que se empiezan a conocer las bases de las cargas probatorias que se les imputan, la esperanza de llegar a ese proceso es verdaderamente fuerte. Pero la batalla no habr terminado all, en la sala, antes bien habr un nuevo inicio, el ensimo, no menos difcil que los precedentes: habr que dejarse ver, estar all, en la sala, testigos silenciosos de la propia demanda de justicia. Vosotros sois los ladrillos del muro que desde hace aos intentamos levantar en contra de los responsables de esta masacre explica consternado el abogado Bonetto dirigindose a los familiares de las vctimas, por eso tenis que estar fsicamente presentes en Turn cuando llamen al banco de los imputados a los responsables de Eternit. Muy despacio concluye quizs extraado l mismo por la realidad que est describiendo estamos atisbando el final del largo tnel en el que hemos entrado hace tantos aos sin saber dnde nos conducira. El aplauso que estalla liberatorio y las cabezas asintiendo enfticamente demuestran que todos estn de acuerdo con esta eleccin: Hace falta exigir justicia para todos los que han muerto por esa porquera. Y en seguida se planea la organizacin de los autobuses para Turn y de los turnos de presencia en la sala que albergar el proceso a sus potentes adversarios.

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Pero cuando Bruno Pesce, casi desconcertado, comunica otra noticia sorprendente, una noticia de las que normalmente deberan inducir a celebraciones, cala el silencio, afloran las dudas y se impone de nuevo el sentido del futuro, a pesar del pasado doloroso. Thomas Schmidheiny, ya absuelto y por eso fuera del proceso, ha decidido donar 3 millones de euros a la comunidad de Casale. No es un acontecimiento del todo inesperado, pues durante demasiado tiempo la contraparte helvtica ha agitado manojos de billetes virtuales para despus hacer desaparecer la mano y el dinero delante de un grupo de ciudadanos que no estaban dispuestos a moverse ni un milmetro de su propio intento de obtener justicia. Ahora que para el mayor de los hermanos Schmidheiny el final de las hostilidades procesales ha llegado formalmente por la supresin de su posicin debido al aviso de conclusin de las investigaciones de la procuradura de Turn, es precisamente ahora cuando la intencin de indemnizar de alguna forma a la gente de Casale se concreta en esos 3 millones de euros. Desde la asamblea sube un murmullo, alguien teme que sea un movimiento para ablandar la disputa. Pero Pesce, Pondrano, los abogados, Romana, no dudan: no cambiar una coma en las elecciones del comit, antes bien, dado el caso aquel dinero servir para cubrir tambin los muchos gastos legales del proceso. Sern municiones para armarse en contra de los dos imputados. Y entonces se extiende otra hiptesis, maliciosa, de la que en definitiva importa poco, pero siempre es mejor intentar comprender: quizs est aconteciendo un conflicto familiar entre los dos millonarios suizos, y por eso un hermano financia de esta forma la batalla judicial de los habitantes de Casale en contra del otro hermano? Thomas Schmidheiny, que evidentemente sigue con atencin todo lo que se hace y se dice entre el Saln Tartara y la Cmara del Trabajo de Casale, niega: Es slo un gesto humanitario, sin ningn otro objetivo, subrayan sus portavoces. Thomas ama Italia, repiten con nfasis, conoce la situacin del Monferrato, sabe perfectamente qu ha sucedido durante estos aos de polvo y de muerte. Ha ido varias veces a visitar la ciudad se dice y se ha dado cuenta de que la situacin no es normal, es efectivamente txica. Por culpa de su fbrica, por eso se siente obligado a hacer algo l mismo. Y para el que las revistas
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especializadas colocan en la posicin nmero 146 de los hombres ms ricos del mundo (su hermano menor est slo en el nmero 222 de la misma lista) la iniciativa slo puede ser econmica. Pero Stephan est al corriente, sabe todo y lo comparte, asegura el Sbh ci , fO U S de Thomas, no se est librando ninguna guerra fratricida. Tras haber decidido aceptar el dinero, despus de tantos rechazos a ofertas anteriores indignas de ser tomadas en consideracin, los coordinadores de la controversia amianto tienen las ideas claras sobre cmo emplearlo. Un milln y medio va al hospital Santo Spirito de Casale para la adquisicin de aparatos diagnsticos adecuados para hacer frente a la epidemia tumoral que no se vislumbra vaya a aplacarse; 800.000 euros servirn para cubrir las indemnizaciones que quedaron pendientes en el mbito de la curadura por la quiebra de Eternit; 250.000 euros se asignan a la asociacin Vitas, que asiste a no pocos enfermos terminales de la zona; 100.000 euros se destinan a financiar la investigacin en oncologa; 400.000 euros van a las asociaciones que representan a las vctimas en el proceso en contra de Sthephan Schmidheiny y el barn De Cartier. Para que no haya equivocaciones, al donante se le comunica anteriormente en qu se va a utilizar su dinero y se dicta a quin hay que endosar cada taln. En definitiva, los resistentes de Monferrato tienen las ideas claras, lo confirman las manos levantadas para aprobar por unanimidad la eleccin de los lderes y los comentarios de algunos veteranos de esta lucha en contra del invisible gigante helvtico. Ese dinero hay que invertirlo para hacer justicia comenta en caliente la seora Anna Mara Scaiola, que todava hoy tiembla recordando cuando sala de trabajar de Eternit llevando el delantal impregnado de polvillo para correr a amamantar a su hija, nosotros podemos tirar con la pensin. Lo dice tambin Luisa Minazzi, que como concejala de Medio Ambiente del ayuntamiento siempre se ha empeado y se ha prodigado en primera persona en sustentar la campaa cultural, poltica, administrativa y legal en contra de los seores del polvo y que ahora tiene que luchar en contra del tumor de Casale, porque la mortfera ruleta del mesotelioma ha decidido golpearla.
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Y, como ella, todos piden fundamentalmente tres cosas: justicia, descontaminacin ambiental, investigacin mdica. Por el momento ya circulan en la ciudad imgenes de lo que surgir en el lugar donde estaba la fbrica, completamente arrasada y sepultada bajo un sarcfago de hormign: el proyecto Eter-not del Ayuntamiento de Casale prev una recalificacin ambiciosa del barrio Ronzone, algo as como 6 millones de euros. Segn el proyecto presentado por el alcalde, Paolo Mascarino, el rea antes ocupada por el establecimiento industrial devendr en una zona verde de ms de 36.000 m2 entre la ciudad y el ro. Mientras tanto prosiguen los trabajos de saneamiento y la monitorizacin del aire y del agua. . 1 5G H F1H 579 1 45? 31F13C? Cierre de la fbrica, leyes contra el amianto y en apoyo de quienes han estado expuestos, procesos a los dueos del imperio del fibrocemento, dinero desde Suiza para sostener todos los mbitos en los que el comit de Casale acta. Uno tras otro, los objetivos de la controversia amianto se logran, lentamente ya que se han necesitado ms de treinta aos de esfuerzos pero llegan. La paciencia constante a lo largo de este tiempo parece compensar. La unin entre sindicalistas, trabajadores, mdicos, abogados, administradores pblicos, ambientalistas, familiares de las vctimas y ciudadanos asustados ha producido resultados excepcionales, considerando adems que Casale no supera los 40.000 habitantes y no tiene el clsico santo en el paraso, el poltico en activo, el eterno ministro que asfalta autopistas a domicilio o concede prebendas a su circunscripcin electoral. La lucha contra el amianto ha sido decididamente una lucha colectiva, ha sido la obstinacin de la estrategia del caracol sntesis perfecta entre la paciente constancia de Bruno Pesce y la ms impetuosa de Nicola Pondrano a mover montaas que parecan inalcanzables. Y ellos dos, Bruno y Nicola, son personas conocidas, respetadas y apreciadas en la ciudad. Hasta por algunos exdirigentes de Eternit que despus han decidido afiliarse a la CGIL. En medio est el rol asumido por el patronato INCA, es decir, el de la tutela individual de los trabajadores frente a los riesgos, el
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desarrollo de conocimientos y competencias para conquistar un justo reconocimiento de las vctimas. El rol del sindicato tiene que ser en primer lugar el de tutelar a cada trabajador observa Pesce y para eso es necesario unir, entrelazar el rol de los delegados que se ocupan de la seguridad con los representantes sindicales, las organizaciones de rama y las confederaciones. As se puede intervenir para la prevencin de los riesgos con mayor conocimiento y no slo, como todava ocurre casi siempre, cuando ya el desastre se ha producido. Otro asunto delicado que aflora en el caso de Casale es la exigencia de unir la atencin a la cuestin ocupacional con la salvaguardia de la salud. Si se separan estos intereses, o peor se contraponen explican los dos sindicalistas promotores de la lucha contra Eternit, nos encontramos con la derrota en ambos frentes, porque el trabajador es el eslabn dbil de la cadena. Entonces qu se puede hacer? Y la receta llega del Monferrato. Se necesita conquistar un dominio de los procedimientos de transformacin que tutele y libere al trabajador del chantaje ocupacional, la sociedad entera tiene que sentirse corresponsable en garantizar un trabajo seguro y limpio a sus propios hijos. As quedan inamovibles en el horizonte de los habitantes de Casale empeados en esta lucha los objetivos para el despus, para el futuro; cuando el proceso haya terminado, se habr hecho justicia, las vctimas sern resarcidas y la verdad afirmada de una vez por todas. Hay que salvar el mayor nmero de vidas posible, porque todo hace temer que los casos de mesotelioma causados por el amianto no se reducirn en muchos aos todava en una zona tan contaminada por el polvo asesino. Por eso la cuestin de la respuesta mdico-cientfica a esta plaga es una de las prioridades puesta por el comit: oncologa, hospital de da, asistencia a los enfermos terminales, cuidados paliativos, screening en el territorio, investigacin. Todo esto tiene que nacer, crecer, potenciarse, coordinarse en la que en un tiempo fue tierra de viedos y trufas y hoy se conoce como la capital mundial del amianto. Casale tiene que llegar a ser un punto de referencia para todos los que trabajan sobre el mesotelioma, afirman los promotores de esta lucha, no es un capricho sino
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una necesidad, y quizs tambin una oportunidad impuesta por la historia de los ltimos cuarenta aos y, probablemente, tambin de los prximos veinte. Pero no termina aqu. Porque el razonamiento hacia atrs, a lo largo del recorrido que conduce desde un mineral fibroso a la muerte de millares de personas, impone otra reflexin: si es la presencia de amianto en tantos edificios de la zona la que provoca la perpetuacin de este desastre, entonces hay que quitarlo. El saneamiento es por lo tanto otra de las urgencias por la que luchan los infatigables rebeldes del Monferrato. Ese es el futuro dice una afligida Romana Blasotti Pavesi, cada vez que se toca el tema, significa proteger la vida de los nios de Casale, hasta de los que todava no han nacido. Pero no es una cosa sencilla, porque para manejar el amianto hacen falta cautelas y procedimientos muy especficos, de otro modo nos arriesgamos a provocar ulteriores desastres. Entonces se necesitan de la financiacin de la iniciativa pblica e incentivos a particulares, exige coordinacin entre autoridades administrativas a todos los niveles territoriales y nacionales. Pero todava no hemos terminado. No se debe a ambicin o megalomana, sino a un razonamiento instintivo que el paso sucesivo de este remonte a lo largo de la hilera de la muerte en polvo conduce al origen de todo: al mineral. En efecto, el grupo de Casale no renuncia tampoco a emplearse en la lucha mundial contra la utilizacin del amianto. A partir de esos pases que todava permiten su empleo en la industria y su extraccin: China, Brasil, Canad y toda frica, donde desde siempre los mineros de los yacimientos de amianto azul mueren como moscas. Y jvenes. En esto tambin el grupo de Casale ha llegado a ser una referencia a nivel internacional, gracias a la repercusin de la larga campaa contra Eternit, el logro de resultados judiciales, polticos y de informacin que se les han escapado a los otros grupos de ciudadanos tocados por la desgracia del polvo y que han intentado reaccionar. Desde Francia,
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desde Canad, pero tambin desde Alemania y Suiza llegan continuas y cada vez ms numerosas peticiones de encuentros y ofrecimientos de apoyo, porque Casale Monferrato ha llegado a ser una referencia a nivel mundial de esta lucha. Existe una propuesta francesa que podra revelarse como el banco de pruebas para el naciente movimiento transnacional: crear una especie de multinacional de las vctimas, participar masivamente, desde todos los pases, en una manifestacin en Turn el da de la apertura del proceso contra los seores de Eternit y transformar esa ocasin en un da mundial de la clera contra el amianto. Pero adems de la clera, en Casale, todos querran volver a encontrar la paz. Para darse cuenta de esto basta con pasear un poco por este bonito pueblo extendido sobre las colinas. Llegando al puente sobre el Po, bordeando durante un tramo las riberas antes de llegar al centro, se tiene ya la sensacin de que a pesar de todo algo queda de la antigua aldea campesina piamontesa. Y una vez se llega a la plaza Castello, sobre todo en das de sol cuando desde all parece de verdad que podemos abrazar la ciudad entera, se respira todava ms claramente el enorme deseo de volver a ser sencillamente la capital del Monferrato, lugar de gastrnomos, tierra de buenos vinos. En definitiva, lo que hay es un gran deseo de vivir y nada ms; de dejar atrs, pero sin olvidar nunca, la maldicin de esa fbrica y las ms de dos mil personas que faltan a la cita. Esto se comprende en seguida escuchando tambin a una seora como Romana Blasotti Pavesi, que tendra todas las razones para estar enfadada con el mundo entero (y seguramente tambin con una buena porcin del ms all), definirse, a pesar de todo, una persona con suerte porque he vivido muchas cosas buenas. Es bonito observarla caminar por las calles de la ciudad que la ha adoptado hace ahora ms de sesenta aos y verla fundirse en una sonrisa encantadora y encantada delante de un nio. Me gustan con locura los nios pequeos dice con esa franqueza que no puede ocultar, cuando veo uno, dejo de razonar y slo quiero ponerme a jugar.

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Giampiero Rossi (en el centro), junto a Laurie Kazan (Ban Asbestos) y ngel Crcoba (CCOO)

Franco Basciani, trabajador de Eternit, muestra una fotografa del encausado Schmidheiny. Al fondo, una relacin de trabajadores de nacionalidad italiana vctimas del amianto en Suiza

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Romana Blasotti y Bruno Pesce en la sede de la CGIL de Casale Monferrato, 17 de marzo de 2010

Encuentro en Casale Monferrato, 17 de marzo de 2010

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Cronolog a 1901: El austraco Ludwig Hatschek patenta una mezcla de cemento y amianto y la bautiza bajo el nombre de eternit, del latn aeternitas, es decir eternidad. 1903: El comerciante Alois Steinmann adquiere la patente y dirige la produccin en Eternit conjuntamente con la Schweizrische Eternitwerke Ag de Niederurnen, en Suiza. 1906: Adolfo Mazza adquiere la licencia para Italia e instala el establecimiento Eternit en Casale Monferrato, donde iniciar la produccin en los aos sucesivos. 1946: El belga De Cartier de Marchienne entra en la compaa propietaria de la Eternit italiana. 1947: El INAIL reconoce por primera vez un caso de asbestosis como enfermedad profesional. 1961: Primera gran protesta de los trabajadores de Eternit de Casale Monferrato con el bloqueo del puente sobre el Po para reclamar la salubridad del ambiente de trabajo. 1964: Difusin de los primeros estudios cientficos que demuestran la nocividad del amianto y los riesgos mortales en seres humanos. 1972: La familia Mazza cede su cuota del control de la Eternit italiana a la familia suiza Schmidheiny. 1981: Primera causa judicial promovida por la CGIL y el INCA de Casale por el reconocimiento de la enfermedad profesional por amianto. 1984: Informe pericial de la Universidad de Pava que individualiza los graves riesgos para la salud en la fbrica Eternit.

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1986: Quiebra y clausura de la fbrica Eternit de Casale Monferrato. 1992: Aprobacin de la ley 257 que sanciona la prohibicin del amianto en Italia. 1993: Sentencia de casacin, con la confirmacin de la condena por la muerte de un solo trabajador y la prescripcin de los otros casos. 2004: El comit del proceso amianto de Casale presenta un voluminoso manifiesto-denuncia contra los propietarios de Eternit por la muerte de otras dos mil personas. 2007: La procuradura de Turn concluye la investigacin por desastre ambiental doloso contra Stephan Schmidheiny y Louis de Cartier de Marchienne.

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. D a7: A 9G OG A PcRb Gracias a Lisa Bartola por haberme escuchado, a Rafaelle Minelli, Enrico Moroni, Humberto Saccone y a todo el INCA-CGIL nacional por haber credo en la utilidad de contar esta historia. Gracias a Sonia Cappelli por haberme regalado el ttulo de este libro. Gracias al abogado Sergio Bonetto y a todos mis amigos casaleses (en particular a Bruno Pesce y Nicola Pondrano, y tambin a Enrico Fava, Italo Formica, Sergio Roggero, Alessadro Tomasso, Doris Vizia del INCA y a todos con quienes me he encontrado en estos meses) por la cortesa y la paciencia con que han colaborado. Gracias a Antonella Calcaterra, Lillo Garlisi, Cosimo Palazzo, Ileana Sciara, Giuseppina Guendalina Pacine por haberme ayudado cuando no tenan necesidad. Un agradecimiento especial se lo debo a Romana Blasotti Pavesi, por la disponibilidad, la cordialidad y el afecto.

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La segunda edicin de este libro, promovido por la Fundacin 1 de Mayo y la Secretara Confederal de Salud Laboral de CCOO, impreso en los talleres de Unigrficas GPS, Madrid, en Munken Print ahuesado 90 gr los interiores y Carta Integra 235 gr la cubierta, se ha terminado el 8 de abril de 2011.

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