Leyenda Sobre El Origen de Los Incas

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LEYENDA SOBRE EL ORIGEN DE LOS INCAS Introduccin.

La cultura inca fue una de las ms extraordinarias civilizaciones de la humanidad; llegando a ser el ms extenso imperio del continente americano. Machu Picchu, el ms famoso complejo arquitectnico inca, es considerado hoy una de las siete maravillas del mundo. Por tanto, hablar de los incas, no es solo hablar del pasado sino tambin del presente, pues mucho de ese maravilloso misticismo an perdura en el Per actual. En tal sentido, dada la relevancia que tiene esta antigua civilizacin americana debemos conocer el origen de los incas que solo se logra explicar a travs de dos leyendas que cuentan la fundacin del Cusco por parte de Manco Cpac, primitivo rey de origen divino, que lleg a ser el patriarca del linaje imperial de los incas.

Machu Picchu.

Las dos leyendas.


Existen dos leyendas que explicaran el origen de esta civilizacin. Las leyendas fueron recogidas de fuentes orales de primera mano, los orejones y otros miembros de la familia imperial fueron los que contaron a los cronistas las historias y hazaas de sus antepasados. Entre los ms importantes cronistas se encuentran el espaol Juan Diez de Betanzos (marido de la usta Angelina, hermana del Inca Atahualpa); as como, el Inca Garcilaso de la Vega (hijo de un conquistador espaol y de la usta Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Tpac Yupanqui). Tanto Betanzos como Garcilaso vivieron en el Cusco en los primeros aos de la conquista espaola, adems de que ambos estaban emparentados con los ltimos incas; lo que hace de sus leyendas, tradiciones muy significativas para el estudio de este linaje.

Inca Atahualpa. La primera leyenda es la de los hermanos Ayar que eran cuatro varones y cuatro mujeres: Ayar Manco y Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua; y Ayar Auca y Mama Huaco. Estos hermanos salieron de las profundidades de las cuevas de Pacaritambo en el cerro Tampu Tocco. De all, luego de una serie de desavenencias y desgracias, qued solamente Ayar Manco (Manco Cpac) y su mujer Mama Ocllo quienes finalmente llegaran al Cusco.

Ayar Manco (Manco Cpac). El resto de sus hermanos se convirtieron convenientemente en huacas que los protegieron cual divinidades tutelares. Se piensa que no se trataran de hermanos sino de pueblos o naciones, cada una distinta a la otra pero unida en esencia; pese a salir de un mismo lugar se fueron apartado la una de la otra quedando solamente la nacin de Ayar Manco como la nica que lleg a la tierra prometida (Cusco), semilla del imperio venidero.

La segunda leyenda es la de Manco Cpac y Mama Ocllo, hijos del dios sol, que llegaron provenientes de la espuma del lago Titicaca. Su padre los haba enviado con la finalidad de civilizar al pueblo y fundar un gran imperio. Pero antes deban atravesar un largo camino y probar con una varilla de oro la tierra que deba acogerlos a ellos y a sus futuros descendientes. En el momento en que la varilla se hundiera fcilmente sobre la tierra sabran que su destino se haba cumplido finalmente. La leyenda cuenta que la varilla de oro se hundi en el cerro Huanacauti, muy cerca al Cusco, y desde all divisaron sus nuevas tierras y su pueblo al que instruyeron con mucho esmero pues as se lo haba ordenado su padre el dios sol. Es decir, Manco Cpac y Mama Ocllo no solamente fueron simples reyes sino que fueron padre y madre del pueblo, pues les ensearon, segn la tradicin, los oficios y dems quehaceres para que se convirtieran en una gran nacin.

Los Comentarios Reales por el Inca Garcilaso de la Vega.


Esta ltima leyenda fue recopilada por el Inca Garcilaso de la Vega en su magna obra Comentarios Reales escrita a principios del siglo XVII. Se sabe que esta tradicin fue escuchada cuando era an un pequeo nio en casa de su madre, mujer de alta posicin que reciba en su hogar a los pocos parientes que le quedaban tras la guerra fratricida entre Huscar y Atahualpa y la subsecuente conquista espaola. Fue all en ese clido hogar, de inmensos muros de piedra y relucientes techos de tejas espaolas, que la princesa y su hijo mestizo, el que sera el afamado Inca Garcilaso de la Vega, escucharan, una y otra vez, las leyendas de sus gloriosos antepasados.

Gmez Surez de Figueroa, conocido con el sobrenombre de "Inca Garcilaso de la Vega ".

Fue as como, el Inca Garcilaso, pregunt a uno de sus nobles tos, las historias de ese antiguo imperio, sus orgenes ms remotos y quin haba sido el patriarca de aquel fabuloso linaje. Sus preguntas hacen recordar los primeros pasos de todo genealogista, que sin saber mucho sobre el tema, pregunta todo lo que puede a sus mayores con la sola intencin de no dejar ningn cabo suelto. Por tanto, creo justo transcribir parte de los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega, pues solo as, leyendo el original, se podr entender a toda cabalidad el origen de esta gran civilizacin. Asimismo, se podr leer la justificacin que se da al surgimiento de estos reyes que venan a componer el catico mundo andino, pues as se los haba ordenado su divino padre el

dios sol. Manco Cpac es un rey mesinico y paternalista; su entrada en el Cusco es la de la llegada a la tierra prometida. En tal sentido, guindonos por esta hermosa leyenda, no resulta un error que los antiguos peruanos consideraran que el Cusco ciertamente era el ombligo del mundo y que desde all se irradiaba la civilizacin por toda la tierra.

Escudo de Armas del "Inca Garcilaso" , donde podemos observar las armas de los Vargas, de los Surez de Figueroa, los Sotomayor, los Mendoza y de los Incas.

El Inca Garcilaso de la Vega a su noble to:qu memoria tenis de vuestras antiguallas? Quin fue el primero de nuestros Incas? Cmo se llam? Qu origen tuvo su linaje? De qu manera empez a reinar? Con qu gente y armas conquist este gran imperio? Qu origen tuvieron nuestras hazaas? El Inca, como que holgndose de haber odo las preguntas, por el gusto que reciba de dar cuenta dellas, se volvi a m (que ya otras muchas veces le haba odo, mas ninguna con la atencin que entonces), y me dijo: Sobrino, yo te las dir de muy buena gana; a ti te conviene orlas y guardarlas en el corazn (es frasi dellos por decir en la memoria). Sabrs que en los siglos antiguos toda esta regin de tierra que ves eran unos grandes montes y breales, y las gentes en aquellos tiempos vivan como fieras y animales brutos, sin religin, ni polica, sin pueblo ni casa, sin cultivar ni sembrar la tierra, sin vestir ni cubrir sus carnes, porque no saban labrar algodn ni lana para hacer de vestir. Vivan de dos en dos, y de tres en tres, como acertaban a juntarse en las cuevas y resquicios de peas y cavernas de la tierra; coman como bestias yerbas del campo y races de rboles, y la fruta inculta que ellos daban de suyo, y carne humana. Cubran sus carnes con hojas y cortezas de rboles, y pieles de animales; otros andaban en cueros. En suma, vivan como venados y salvajinas, y aun en las mujeres se haban como los brutos, porque no supieron tenerlas propias y conocidas.

Advirtase, por que no enfade el repetir tantas veces estas palabras. Nuestro Padre el Sol, que era lenguaje de los incas, y manera de veneracin y acatamiento decirlas siempre que nombraban al Sol, porque se preciaban descender de l; y al que no era Inca, no le era lcito tomarlas en la boca, que fuera blasfemia y lo apedrearan.

Viracocha, con los atributos divinos del Sol.

Dijo el Inca: Nuestro Padre el Sol, viendo los hombres tales, como te he dicho, se apiad, y hubo lstima dellos, y envo del cielo a la tierra un hijo y una hija de los suyos para que los doctrinasen en el conocimiento de Nuestro Padre el Sol, para que lo adorasen y tuviesen por su dios, y para que les diesen preceptos y leyes en que viviesen como hombres en razn y urbanidad; para que habitasen en casas y pueblos poblados, supiesen labrar las tierras, cultivar las plantas y mieses, criar los ganados y gozar dellos y de los frutos de la tierra, con hombres racionales, y no como bestias. Con esta orden y mandato puso nuestro Padre el Sol estos dos hijos suyos en la laguna Titicaca que est a ochenta leguas de aqu, y les dijo que fuesen por do quisiesen, doquiera que parasen a comer o a dormir, procurasen hincar en el suelo una varilla de oro, de media vara en largo y dos dedos en grueso, que les dio para seal y muestras que donde aquella barra se les hundiese, con slo un golpe que con ella diesen en tierra, all quedara el Sol Nuestro Padre que parasen y hiciesen su asiento y corte. A lo ltimo les dijo: Cuando hayis reducido esas gentes a nuestro servicio, los mantendris en razn y justicia, con piedad, clemencia y mansedumbre, haciendo en todo oficio de padre piadoso para con sus hijos tiernos y amados, a imitacin y semejanza ma, que a todo el mundo hago bien, que les doy mi luz y claridad para que vean y hagan sus haciendas, y les caliento cuando han fro, y cro sus pastos y sementeras; hago fructificar sus rboles, y multiplico sus ganados; lluevo y sereno a sus tiempos, y tengo cuidado de dar una vuelta cada da al mundo por ver las necesidades que en la tierra se ofrecen, para las proveer y socorrer, como sustentador y bienhechor de las gentes; quiero que vosotros imitis este ejemplo como hijos mos, enviados a la tierra slo para la doctrina y beneficio de esos hombres, que viven como bestias. Y desde luego os constituyo y nombro por reyes y seores de todas las gentes que as doctrinredes con vuestras buenas razones, obras y gobierno.

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