08 Desarrollo Personal
08 Desarrollo Personal
08 Desarrollo Personal
CAPÍTULO VIII
1. INTRODUCCIÓN
La maduración y desarrollo personal para el éxito es un tema ampliamente
generalizable a cualquier aspecto de nuestra vida. En cualquier ámbito que
analicemos de ésta podremos observar que nos comportamos con una ac-
titud u otra dependiendo de las ambiciones de éxito que nos suscite dicho
ámbito. Es por esto, que consideramos que dentro del ámbito laboral, y
más en concreto cuando nos planteamos crear una empresa, el desarrollo
personal hacia el éxito es un factor determinante para la consecución de
los objetivos laborales y personales que nos propongamos.
Para culminar con éxito el proceso de creación de una empresa necesita ir
acompañado de interés, afán de superación, confianza en las posibilidades
de uno mismo, conocimiento de las capacidades personales y sobre todo
de mucha decisión. Todo ello aderezado de ilusión por empezar algo nue-
vo, trabajo y ganas de éxito personal. Pues bien, esta es la razón de este
módulo dentro de este curso, ya que el objetivo principal de este módulo
es despertar el espíritu emprendedor del alumnado adoptando una direc-
ción personal hacia el éxito.
La mejor forma de desarrollar el espíritu emprendedor es partiendo de una
actitud positiva hacia el desarrollo personal confiando en las posibilidades
de uno mismo en la búsqueda del éxito en nuestra vida.
1.1. OBJETIVOS
· Despertar el espíritu emprendedor del alumnado.
· Aprender a trabajar con metas.
· Promover la inquietud por el desarrollo personal y el éxito.
· Favorecer la autorreflexión sobre nuestros procesos meta-cognitivos.
Desarrollo ⇐ Crecimiento.
Desarrollo
Superación. Proceso hacia
personal ⇐
la maduración
Superación
personal.
Toda persona nace con un potencial humano, esto quiere decir que todos
tenemos la posibilidad de llegar a conseguir logros de la índole que sean.
El desarrollo personal es el afán de superación que nos motiva a avanzar
hacia delante. Para buscar nuestro desarrollo personal debemos plantear-
nos dos preguntas clave:
1. ¿Qué quiero hacer?, ¿Es posible?, ¿Estoy preparado?, ¿Hay oportu-
nidades?.
2. ¿Cómo voy a conseguirlo?, ¿Qué tengo que hacer para conseguir
mis objetivos?.
Cuando nos fijamos un objetivo siempre nos encontramos con dificulta-
des que nos hacen las cosas más complicadas y menos accesibles. Nuestra
reacción ante estas dificultades va a ser decisiva para la consecución de
nuestras metas. Es bueno aprender a reaccionar positivamente a las difi-
cultades y aprender a superarlas.
Muchas personas padecen de depresión, frustración, sentimientos de infe-
rioridad, tristeza, apatía, etc. porque no encuentran sentido a su vida. Han
perdido la ilusión y la esperanza de conseguir las cosas que realmente les
gustan, hasta el punto que ya ni siquiera lo intentan.
Muchos de ellos se han acomodado a un trabajo que no les gusta, una
pareja a la que no soportan o una ciudad que les estresa, pero lo peor de
todo es que probablemente muchos de ellos hayan perdido su afán de su-
peración personal, han estancado su desarrollo personal. Quizás porque
no sepan cuáles son sus metas en la vida, o quizás porque incluso cono-
ciéndolas las han abandonado.
Cuando hablamos de metas en la vida hablamos de trabajo, tiempo libre,
amor de pareja, la familia, las amistades, etc.
La persona que busca y trabaja por su desarrollo personal tiende a equili-
brar todos estos aspectos de su vida (personal, profesional y de relación
con los demás).
Hay que pensar que la vida sólo se vive una vez y que podemos decidir
hacer en ella cosas que nos gustan o cosas que no nos gustan. En nosotros
está la decisión.
Aquella persona que desee desarrollarse personalmente ha de trabajar en las
cosas que realmente quiere y ahora, porque si no no lo hará nunca.
Para obtener resultados vamos a necesitar de una actitud positiva y de
mucho esfuerzo.
El desarrollo personal es una preparación psicológica para emprender y
conseguir nuestros proyectos en la vida, mejorando sustancialmente nues-
tra calidad de vida.
El desarrollo personal es acción. Todos podemos ser, tener o hacer cual-
quier cosa que nos propongamos en la vida si realmente estamos dispues-
tos a realizar ese esfuerzo.
El desarrollo personal es un reto personal que consiste en potenciar nues-
tros puntos fuertes y superar nuestras propias limitaciones, que en muchas
ocasiones son el resultado de las decisiones que hemos ido tomando a lo
largo de nuestra vida.
Para motivarnos hacia la superación personal debemos recordar que exis-
ten muchas oportunidades y que éstas servirán a la persona que sepa lo que
quiere y que esté preparada para aprovecharlas.
3. ÉXITO
La palabra éxito puede tener muchos significados, seguramente para cada
persona hay determinados aspectos de la vida que cobran más importancia
que otros. Cuando hablamos de éxito ampliamos el término a todo un
conjunto de cosas que afectan a la salud, el trabajo, las relaciones, el amor,
la familia, el dinero, etc.
Los elementos que componen el éxito son necesidades que tienen las per-
sonas. Hay quien define el éxito como la situación en que se tienen cubier-
tas todas las necesidades.
De forma muy resumida el éxito es la felicidad.
no sabemos por qué hacemos las cosas, cuando no tenemos unos valo-
res que sustenten nuestras acciones, entonces falla nuestra motivación.
Es muy importante tener objetivos que sean consecuentes con nuestros
propios valores, si no lo hacemos así, entramos en el juego de la doble
moral, hacemos cosas en las que no creemos, jugamos a la hipocresía.
· Autoconocimiento: comprenderse a sí mismo, saber cuáles son nues-
tras verdaderas motivaciones, nuestros puntos fuertes y débiles. Para
ello hay que ser honesto con uno mismo, ver la realidad y no querer
engañarse.
El autoconocimiento es un proceso que no acaba nunca; nuestros pen-
samientos, nuestras acciones y el mundo están siempre cambiando.
· La autorrealización: autorrealizarse significa que uno se está convir-
tiendo en todo lo que uno es capaz de ser, es la sensación de que uno
está progresando por el buen camino, uno siente que está satisfecho
con su vida. (Maslow).
Las personas autorrealizadas viven la vida como un reto en donde siem-
pre pueden dar mucho más, es, en definitiva, el afán de superación
aplicado a uno mismo.
La autorrealización es el resultado de tener unas metas e ideales dignos,
tener buenas relaciones afectivas, contar con un elevado grado de
autoconocimiento, tener salud, energía y serenidad.
El éxito en la vida siempre viene y se va, no es un lugar a donde se
llega, más bien es una forma de vida, porque siempre hay una sensa-
ción de que no lo hemos conseguido todo, de que la vida es incompleta
y eso nos mueve hacia delante.
4. MADUREZ
Mientras somos niños estamos en una etapa en la que somos completa-
mente dependientes y al ser así nos acostumbramos a buscar los motivos
de las cosas en nuestro exterior.
Según nos hacemos adultos, si no aprendemos lo contrario, conservaremos
esta dependencia y añoraremos lo que se conoce como pseudo–seguridad de
la infancia; ese periodo de la infancia en el que alguien nos cuida, nos da de
comer y nos viste, nos proporciona un hogar y un colegio, etc.
En ese periodo no hay que preocuparse porque alguien se ocupa de todo.
Cuando llegamos a la escuela allí también hay alguien que se ocupa de
nosotros, y si nos descuidamos llegamos al mundo del trabajo donde una
vez más alguien se ocupa de nosotros. Siempre hay alguien ajeno a noso-
tros en última instancia que se responsabiliza de nosotros.
Hay un momento en la vida de toda persona en donde uno tiene que en-
frentarse con la situación de que es responsable de su vida. Ese es un mo-
mento clave en donde hay que dar un gran salto... un gran salto que le
permitirá a uno entrar en el mundo de la madurez.
Imaginemos un abismo enorme. A un lado la tierra de la infancia, en donde
uno depende de los demás, donde no corre riesgos personales porque siem-
pre está protegido. En el otro lado la tierra de la madurez, en donde uno es
responsable de su vida, donde uno corre riesgos reales que dependen de uno
mismo. Cada uno de nosotros tiene que tomar la decisión de dar ese salto.
Si decidimos no saltar permaneceremos en la tierra de la infancia para
siempre.
Si decidimos saltar podremos crecer y desarrollar nuestra plena capacidad
como seres humanos. Este salto a veces viene impuesto por las circunstan-
cias y otras veces se hace de forma progresiva, pero siempre hay un momen-
to en el que nos damos cuenta de que somos completamente responsables de
nuestra vida, que somos los responsables de nuestro destino y que empeza-
mos a construir nuestro futuro.
Algunas personas no quieren dar el salto y se casan con alguien que les
cuida, buscan un trabajo sin responsabilidades, dicen que no han podido
disponer de medios económicos, o que han vivido en una época de dificul-
tades económicas.
Cuando uno decide tomar sólo algo de responsabilidad lo normal es que se
falle, uno se responsabiliza o no se responsabiliza. Si saltamos con poco
impulso caemos por ese abismo al valle de las excusas. Las excusas impi-
den avanzar y debilitan.
Buscar excusas para justificar nuestros fracasos es fatal para el éxito, para
conseguir metas.
El primer paso para asumir la responsabilidad es olvidarse de las excusas,
no hay excusas que valgan.
Nosotros somos quienes decidimos madurar o no, es decir, asumir respon-
sabilidades o no, pero si queremos desarrollar nuestro potencial humano al
máximo hemos de hacerlo.
La vida es una sucesión de retos, dificultades y obstáculos que hemos de
afrontar.
La diferencia entre las personas que les va bien y las que les va mal no son
los problemas, porque todo el mundo tiene problemas (en muchos casos
más serios de lo que podemos imaginar). La diferencia está en las respues-
tas que damos a los problemas.
Cada persona crece como ser humano en la medida en que hace frente a
los retos que se le presentan, en la medida en que responde con eficacia a
los problemas que se le plantean, sin excusarse.
Si decidimos hacer frente a los grandes retos de la vida, debemos empezar
a hacer frente a los pequeños retos de todos los días. Para ello hay que
aceptar responsabilidades, negarse a buscar excusas y seguir adelante.
«Si algo ha de cambiar, sólo depende de mí».
Si queremos que nuestra vida cambie somos nosotros quienes hemos de
hacerla cambiar. El punto de partida hacia el éxito, hacia nuestras metas,
consiste en la aceptación sin reservas de una responsabilidad completa e
incondicional.
5. INTELIGENCIA EMOCIONAL
A la persona que ha progresado significativamente en un determinado ám-
bito la consideramos inteligente (al menos en ese ámbito). Podríamos de-
cir entonces que una persona es inteligente en un ámbito cuando tras supe-
rar las dificultades, llega a desarrollar su máximo potencial en ese ámbito.
Así, si el tema que tratamos es el desarrollo personal, deberemos pensar
que una persona que supere las dificultades que la vida le plantea y consiga
sacar su máximo potencial humano en ella, será una persona inteligente.
Pero ¿de qué tipo de inteligencia estamos hablando?.
A lo largo de la historia de la psicología se ha relacionado el término inte-
ligencia con lo que ahora llamamos inteligencia académica o cognoscitiva.
En la actualidad existen muchas posturas acerca de la inteligencia, pero la
mayoría de ellas se decantan por una definición de inteligencia como ca-
pacidad de adaptación al medio, a las circunstancias y a la situación del
sujeto en cada momento.
Para ello, autores como Gardner hablan de siete tipos de inteligencia, dos de
las cuales, la inteligencia intrapersonal y la inteligencia interpersonal se en-
cuentran en estrecha relación con el desarrollo personal de cada individuo.
Gardner afirmó que hay inteligencias emocionales claves para el éxito en
la vida que son la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapersonal.
A principio de los 90, los psicólogos Salovey y Mayer acuñaron para el
concepto de inteligencia interpersonal e intrapersonal el nombre de inteli-
gencia emocional.
La inteligencia de una persona no se compone únicamente de la inteligen-
cia académica, sino que también entra en juego con mucha importancia la
inteligencia emocional.
Mientras que la inteligencia académica no nos asegura ningún éxito, la
inteligencia emocional es la que nos va a aportar esas cualidades para ser
seres humanos y para conseguir lo que uno quiere en la vida. Madurar
emocionalmente es un proceso que dura toda la vida, una parte hermosa
del potencial humano.
- Emociones.
- Personalidad o temperamento.
Las cinco capacidades que componen la inteligencia emocional son:
- Reconocer las propias emociones.
- Saber manejar las propias emociones (autocontrol).
- Utilizar el potencial existente.
- Saberse poner en el lugar de los otros (empatía).
- Crear relaciones sociales (sincronía emocional).
Salovey y Mayer defienden que las cualidades descritas por ellos pueden
aprenderse y desarrollarse. La atención es la base para la gestión de las
propias emociones y un trato consciente con las otras personas. Este es un
esfuerzo que vale la pena, puesto que la competencia emocional influye en
todos los ámbitos clave de la vida. Entre las cualidades emocionales que
pueden tener éxito en la vida destacan:
- La empatía.
-La expresión y comprensión de los sentimientos.
- El control de nuestro genio.
- La capacidad de adaptación.
- La simpatía.
- La capacidad de resolver problemas de forma interpersonal.
- La persistencia.
- La cordialidad.
- La amabilidad.
- El respeto.
Habilidades que componen la inteligencia emocional: (Hatch y Gardner)
- Organización de grupos: movilizar y coordinar los esfuerzos de un
grupo de personas.
- Negociar soluciones: Impidiendo la aparición de conflictos.
- Conexiones personales: Favorece el contacto con los demás, facilita
el conocimiento y respeto por sus sentimientos y sus intereses y permi-
te el dominio del arte de las relaciones.
- Análisis social: ser capaces de detectar e intuir los sentimientos, los
motivos y los intereses de las personas.
6. NUESTROS PENSAMIENTOS
Los pensamientos son una parte de nosotros que difícilmente podemos
separar del resto de nuestro ser. Cada vez que pensamos algo estamos en-
viando una respuesta global que se expresa a través de nuestro cuerpo,
nuestros músculos, nuestras emociones y nuestras acciones.
El principio de cualquier cosa que hagamos será un pensamiento.
El pensamiento es una «trampa» (según la filosofía Zen), es algo que hay
que dominar porque si no nos dominará a nosotros.
Nuestros pensamientos pueden funcionar con nosotros o contra nosotros.
Si queremos tomar las riendas de nuestra vida, debemos controlar esos
pensamientos que funcionan contra nosotros. Para ello, debemos conocer
los tipos de pensamiento que existen.
tan fácil pensar de forma positiva. Cuando más deberíamos poner en mar-
cha nuestro mecanismo de pensamiento positivo es cuando tenemos una
emoción negativa o una situación que nos causa estrés, pero es en ese
momento cuando más cuesta.
El pensamiento positivo es una cualidad que se desarrolla con esfuerzo
consciente y que con el tiempo permite enfrentarse al mundo y a los pro-
blemas con mayor eficacia.
Cada persona tiene un estilo de pensamiento positivo y todos son igual de
legítimos. Para encontrar el estilo que a cada uno le viene mejor lo primero
que uno tiene que hacer es desarrollar sus propias ideas positivas y meditar
sobre ellas. Es bueno experimentar y desarrollar el autodominio del pen-
samiento.
El pensamiento positivo no significa no ver los problemas; significa traba-
jar para solucionar los problemas y ver la existencia como un auténtico
reto, pasar por encima de los problemas.
Es más provechoso pensar positivamente que negativamente. Cuando abor-
damos un objetivo nos movemos entre el temor y el deseo porque nos
surgen pensamientos. Si estos pensamientos son positivos, creceremos el
deseo y si son negativos aumentaremos el temor.
Los pensamientos positivos nos dan coraje, valor, nos animan, nos dan
claridad, ponen en forma nuestra mente y nos acercan a nuestras metas.
Los pensamientos positivos nos hacen sentir fuerza interior.
Nuestra potencialidad como seres humanos viene determinada por tres
factores que son:
1.- Atributos congénitos: inteligencia cognitiva, temperamento..., di-
fícilmente modificables.
2.- Atributos adquiridos: educación, formación, experiencia, sabidu-
ría. Modificables (con bastante tiempo).
3.- Actitudes: muy modificables. Cada vez que mejoran nuestras acti-
tudes mejora nuestra capacidad.
Las personas con actitudes mentales positivas tienden a avanzar más de-
prisa, obtienen más satisfacción de la vida, les va mejor.
Una actitud mental positiva se traduce en aplicar un enfoque general cons-
tructivo a la vida que uno vive (trabajo, relaciones, problemas, etc.)
- Los padres.
- Los demás.
- Uno mismo.
- Si hemos hecho daño a otro debemos pedirle perdón: son
muchas las personas que arruinan su vida por no tener valor para
decir «lo siento».
El perdón de alguna manera es un acto egoísta. Perdonamos para tener
serenidad, porque sin perdón hay rencor y odio, no hay serenidad. El acto
de perdonar guía hacia el desarrollo de la plena potencialidad como ser
humano.
Una vez que aprendemos a anular las culpabilidades nos damos cuenta de
que no somos inútiles, es más, sabemos que somos muy útiles y capaces
de lograr lo que deseamos, superamos los fracasos y aprendemos a utili-
zarlos como formas de aprendizaje para mejorar en nuestros objetivos.
2.- Hacerse con los hechos: averiguar la verdad del asunto que nos
preocupa, aunque lleve tiempo. Muchas situaciones de gran preocupa-
ción se eliminan si se averiguan los hechos subyacentes.
3.- Técnica para eliminar preocupaciones:
a.- Poner por escrito lo que nos preocupa (en algunos casos no hay
problema, el problema se esfumó, y en otros casos los problemas
son varios, pequeños y fáciles de resolver de forma aislada).
b.- Pensar cuál es el peor resultado posible como consecuencia del
problema (a veces la resistencia psicológica comienza a disminuir
llegando incluso a desaparecer).
c.- Decidir aceptar lo peor si llegara a suceder (si no se puede hacer
nada, tendremos que aceptarlo).
d.- Empezar inmediatamente a mejorar lo peor (trabajar para que lo
negativo no suceda, para minimizar las pérdidas).
Este método también puede servir para tomar decisiones. Cuando tenga-
mos que tomar una decisión o tengamos una preocupación excesiva so-
bre un asunto nos preguntaremos: «¿Qué es lo peor que puede suce-
der?». Comenzaremos a actuar para disminuir las consecuencias negati-
vas y buscar soluciones constructivas.
Es más provechoso orientarse hacia las soluciones y hacia las acciones
que quedarse inmovilizado en los problemas.
El antídoto contra las preocupaciones es la acción positiva. Si pensa-
mos positivamente no hay momentos en la mente para preocuparse. La
preocupación casi siempre se produce cuando uno tiene demasiado tiem-
po libre.
cias las que hacen que veamos las cosas de un color u otro. Si tomamos
dos enfoques de una misma realidad, uno positivo y uno negativo, no po-
dríamos negar ninguno de los dos incluso con los datos objetivos de los
hechos en la mano. La diferencia está en que las personas que se sitúen en
el enfoque positivo tendrán actitudes más positivas y verán más oportuni-
dades en ello.
Recordamos así que la realidad viene siempre determinada por nuestras
creencias, y si desde un enfoque negativo creemos que no hay oportunida-
des probablemente no las tengamos.
La clave para cambiar nuestras creencias es buscar información sobre los
aspectos que queramos desarrollar. Si queremos ver el mundo lleno de
oportunidades, tendremos que formarnos y recibir información que nos
permita atacar el problema desde otro ángulo (menos televisión y menos
periódicos).
Para probar cosas nuevas hay que flexibilizar la mente, hay que abrirse y
tener el valor suficiente para probar lo desconocido.
Existe una posición llamada «la zona cómoda» que es el mejor lugar para no
tener éxito en la vida. La zona cómoda está en cualquier ámbito de la vida,
en una relación de pareja con la que uno no es feliz, en un trabajo o ciudad
que no nos guste, etc. pero como las cosas están tan mal uno no hace nada
por cambiarlo («más vale malo conocido que bueno por conocer»).
Es positivo luchar contra la zona cómoda, si uno quiere sentirse libre y
vivo y disfrutar más a fondo de la vida. Luchar contra la zona cómoda
implica riesgos. La realidad es que para cualquier cosa que hagamos en la
vida hemos de arriesgar. Para ello hemos de superar el miedo al fracaso
que nos inmoviliza, pasar por encima de él.
Además de todo lo citado anteriormente, hemos de tener muy en cuenta
para obtener el éxito los dos grandes poderes que controlan todo lo que
hacemos y nos sucede:
- El poder del amor: todo lo que hacemos lo hacemos para conseguir
amor o para compensar la falta de éste. El amor da forma a la persona-
lidad y al destino.
- El poder de la sugestión: todo lo que nos afecta de alguna manera
produce un efecto sobre nuestra personalidad. Todo cuenta, las cosas y
las personas, o nos favorecen o nos perjudican en algún sentido.
Algunos principios que pueden ayudarnos a conocernos mejor:
sólo a personas que también tengan metas y que intenten superarse. Para
muchas personas es más cómodo no tener metas que someterse a la crítica
o al rechazo.
- El miedo al fracaso. Es la primera razón por la que fracasamos. El «no
puedo». El miedo al fracaso inmoviliza, pero es imposible llegar al
éxito sin fracasar.
10. METODOLOGÍA
La metodología a llevar a cabo durante las sesiones se basará en:
- Trabajo activo y participativo por parte de todo el alumnado.
- Autoreflexión personal acerca del funcionamiento de los procesos
metacognitivos personales de cada uno de los alumnos.
- Exposición de determinados aspectos teóricos por parte del profesor.
- Análisis y reflexión de los contenidos en tareas individuales y de pe-
queño grupo.
- Exposición de las conclusiones obtenidas en las tareas citadas ante-
riormente.
- Exposiciones y comentarios personales al gran grupo.
Todo ello en un ambiente de comunicación grupal donde se respetarán
las opiniones de todos y las decisiones que cada uno tome acerca de sus
procesos, así como en un ambiente de diálogo cordial y tolerancia basán-
donos en el respeto a las diferencias y a la individualidad de la persona.
Para ello se realizarán las siguientes actividades:
del problema.
4.- Decidir aceptar lo peor si llegara a suceder.
5.- Empezar inmediatamente a imaginar y escribir qué podríamos
hacer para mejorar lo peor para que lo negativo no vuelva a suceder
y minimizar pérdidas.
6. Comentar al grupo.
11. BIBLIOGRAFÍA
Conesa Ferrer, M.A. (1992). Crece como persona. Mensajero. Bilbao.
Goleman, D. (1997). Inteligencia emocional Kairós. Barcelona.
Hergueta Garnica, S. (1995). Desarrollo personal. Madrid.
Martineaud, S. Y Engelhart, D. (1997). Test de inteligencia emocional Martínez Roca.
Barcelona.