PRINCIPIOS BÁSICOS Del Matrimonio

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PRINCIPIOS BSICOS Efesios 5:22-33 Ahora llegamos a lo que he estado describiendo como la aplicacin prctica del principio que

el apstol estableci en el versculo 21: 'Sometindoos unos a otros en el temor de Cristo. Este era el principio general, y ahora, como es su costumbre invariable, l viene a su aplicacin particular. No puede haber duda alguna de que eso es lo que el apstol est haciendo. Podemos probar esto en tres formas diferentes. La primera es la palabra 'estn sujetas que se encuentra en la versin Reina Valera (1960) y tambin en otras versiones. 'Las casadas estn sujetas a sus propios maridos. En realidad en el original la palabra traducida 'estn sujetas' no figura; simplemente dice 'Las casadas a sus propios maridos, como al Seor. Cmo explicamos la omisin de la palabra? Significa que el apstol est llevando el precepto sobre 'sometindoos' desde el versculo 21 al versculo 22. Entonces el hecho en s de que la palabra realmente no se repite es una prueba de que el versculo 22 es continuacin del versculo 21, y que el apstol est considerando el mismo tema, el principio general de la sumisin. El sabe que este tema estar en la mente de sus lectores y en consecuencia dice: 'Las casadas (con respecto a este tema de la sumisin) a sus propios maridos'. De modo que la ausencia en s de la palabra 'sujetar' en el original es una prueba en s de lo que el apstol est haciendo aqu. Pero hay una segunda prueba. Consiste en el hecho de mencionar a las casadas antes que a los maridos. Eso no es un accidente; ni lo hace por simple amabilidad o basado en el principio de 'las damas primero'. La Biblia, como hemos de ver, y conforme a lo que el apstol expone, invariablemente utiliza el otro orden. Es cierto que la ley de la costumbre lo hace as y nosotros en la conversacin comn, tambin lo hacemos. No solemos decir seora y seor fulanos de tal; en cambio decimos seor y seora fulanos de tal. De modo que cuando el apstol pone a las esposas en primer lugar en su consideracin de la relacin entre cnyuges, tiene buenos motivos para hacerlo. El motivo es que est particularmente preocupado por este tema de la sumisin'sometindoos'. Ese es el principio que ha bosquejado en el versculo 21. Ahora bien, en la relacin matrimonial, el aspecto de la sumisin, como l lo demuestra, se aplica particularmente a las esposas. Hay otro aspecto que se aplica a los maridosy va a considerarlo, porque su declaracin es una declaracin completa y equilibradapero, puesto que su preocupacin principal es el tema de la sumisin, inevitablemente, y en forma completamente natural, pone primero a las esposas. De modo que tenemos una segunda prueba que aqu el apstol est desarrollando el principio general que estableci en el versculo 21. Otro, y tercer argumento, es que usa la expresin 'a sus propios maridos'. Ntese el nfasis, 'las casadas estn sujetas a sus propios maridos'. En el versculo 21, ha establecido el principio general de la sumisin, en lo que respecta a todos los cristianos en su relacin con otros'Sometindoos unos a otros'. El argumento entonces es el siguiente: si ustedes lo hacen en trminos generales y si lo hacen respecto a otros, cunto ms

deberan hacerlo las casadas en relacin a sus propios maridos, en esta relacin peculiar que ha sido tan adecuadamente definida en el Antiguo Testamento. Me tomo el trabajo de subrayar esto, porque si no tenemos un concepto claro de que el versculo 21 realmente es el principio bsico, de ninguna manera podremos comprender correctamente esta detallada enseanza. Habiendo aclarado este punto, prosigamos. Antes de considerar este tema tan vital y de suprema importancia especialmente en los das actualeses imprescindible que primero miremos a la declaracin general del apstol. Observemos su mtodo. Tengo muchos motivos para proceder de esta manera. Veremos que lo que el apstol est haciendo aqu lo har tambin en el caso de 'hijos y padres' y 'siervos y amos'. En cada caso notarn el orden. Los hijos preceden a los padres. Por qu? Porque al apstol le preocupa la sumisin. Los hijos no preceden a los padres; pero en este caso s, porque se trata del tema de la sumisin. Y los siervos preceden a los amos por el mismo motivo. Sostengo que al estudiar una porcin de las Escrituras como es stay como ya he dicho, por el momento estoy preocupado por tratar el asunto en trminos generalesdescubriremos que el apstol emplea su mtodo acostumbrado; y si tenemos xito en discernir su mtodo respecto de un ejemplo particular, habremos descubierto la clave para el entendimiento de sus otros escritos. Y no slo eso; si estudiamos con exactitud cmo el apstol trata a cualquier problema, si realmente hemos descubierto su mtodo, entonces, estando frente a otro problema, veremos que no necesitaremos sino aplicar el mtodo y veremos que en la medida en que apliquemos el mtodo seremos capaces de descubrir la respuesta. Entonces, lo que estamos haciendo por el momento es estudiar el mtodo del apstol primeramente. Una vez hecho esto, hemos de ocuparnos del tema particular que l est considerando aqu. En este prrafo particular hay algunas cosas que sobresalen con mucha claridad y que ilustran el mtodo del apstol. He aqu la primera: el hecho de habernos convertido en cristianos no significa que automticamente estemos acertados en todo lo que pensamos y hacemos. Hay algunas personas que aparentemente piensan que ese es el caso. De acuerdo a ellas, en el momento que una persona se convierte en cristiana, todas las cosas quedan perfectamente corregidas y claras. Muchas veces se encuentran evangelistas que son culpables de esto, porque en su ansiedad por obtener resultados, hacen declaraciones extravagantes, dejando de esa manera muchos, muchos problemas para pastores y maestros. La impresin que ellos dan es que la persona entra a una especie de atmsfera mgica; nada es igual, todo es diferente, no hay problemas, ni dificultades! Todo lo que tiene que hacer es tomar su decisin, luego la historia ser: "y vivieron todos muy felices para siempre". Y de ah nunca habr ningn problema o dificultad. Por supuesto, esto es totalmente errneo. Si fuera cierto, nunca habra escrito ninguna epstola en el Nuevo Testamento. El hecho de habernos convertido en cristianos, y que el problema bsico de nuestra relacin con Dios haya sido corregido, no significa que ahora estemos automticamente acertados en todo lo que pensamos, decimos y

hacemos. Este prrafo que estamos considerando es una prueba por s sola del hecho que necesitamos ser instruidos acerca de ciertos asuntos. El segundo principio es este: no solamente es cierto, como he estado diciendo, que el cristiano no est automticamente acertado en todas las cosas por el slo hecho de ser un cristiano sino que podemos decir que el hecho de que alguien haya llegado a ser cristiano probablemente le causar nuevos problemas, problemas que nunca antes haya tenido que enfrentar. O bien, si esto no ocurre, con toda certeza le presentar problemas que nunca ha tenido que enfrentar de esta manera. Ahora ve las situaciones como nunca antes las haba visto. Aunque antes en realidad nunca haba pensado, en cambio ahora se siente compelido a pensar. Y tan pronto comienza a pensar, y por el hecho de pensar, tiene nuevos problemas que enfrentar. Esto fue lo que en gran manera ocurri en la iglesia primitiva. Las cosas ocurrieron ms o menos as. Tomemos el caso de una esposa. Un esposo y su esposa haban vivido juntos como paganos. No siendo cristianos ninguno de los dos, vivan su vida matrimonial como los paganos solan hacerlo en ese tiempo. Ms adelante hemos de referirnos a ello. Pero ahora la esposa se convierte y llega a ser cristiana. Inmediatamente surga para esa esposa la tentacin de decir: "Muy bien, ahora por supuesto estoy libre. Ahora entiendo las cosas como nunca antes las he entendido. El evangelio me ha dicho que: 'No hay brbaro, ni escita, ni hombre, ni mujer, ni esclavo, ni libre'. Por eso ahora ya no he de vivir como sola hacerlo antes. Ahora tengo un entendimiento que mi esposo no tiene". El peligro que corra esa esposa era de malinterpretar su nueva vida en tal forma de arruinar su relacin matrimonial. Lo mismo ocurra entre hijos y padres y lo mismo tiende a ocurrir en la actualidad. Muchas veces cuando los hijos son convertidos y sus padres no lo son, cuando tienen un entendimiento que sus padres no tienen, malinterpretan la nueva situacin y son guiados por el diablo a usar mal y abusar de ese entendimiento. Al fin de cuentas son culpables de quebrantar el mandamiento de Dios que dice que los hijos han de honrar a sus padres. De esa manera, y en forma casi inevitable, del discernimiento que viene por el hecho de ser cristianos nacen nuevos problemas que nunca antes se haban encarado. Entonces deducimos de este pasaje que el gran cambio que ocurre con la regeneracin tiende a producir nuevos problemas. El resultado es que debemos investigar con mucho cuidado para descubrir exactamente lo que es correcto en esta nueva vida y como hemos de aplicar esta nueva enseanza a la nueva situacin en la cual nos encontramos. El tercer principio es ste: el cristianismo tiene algo que decir sobre nuestra vida entera. No hay ningn aspecto de la vida que el cristianismo no considere y el cual no gobierne. No debe haber compartimentos en nuestra vida cristiana. Como se sabe, muchas veces los hay. El peligro para esos primeros cristianos era que dichas personasesposo y esposa, o hijos y padres al convertirse en cristianos se dijeran a si mismas: "Muy bien, por supuesto, esto es algo que tiene que ver solamente con mi vida religiosa, al elemento de adoracin en mi vida; nada tiene que ver con mi matrimonio, y nada tiene que ver con mi trabajo, nada tiene que ver en mi relacin con mis padresy as

sucesivamente". Ahora bien, eso es totalmente errneo de acuerdo a esta enseanza. No hay nada tan errneo y nada tan fatal que vivir una vida dividida en compartimentos. Llega el domingo a la maana y yo digo: "Ah, cierto, yo soy una persona religiosa''. Entonces me pongo mi equipo religioso. Luego viene el lunes por la maana y me digo a m mismo: "Ahora soy un hombre de negocios o algo as". Por lo tanto me visto con un equipo diferente. De esa manera vivo mi vida dividida en compartimentos; y el lunes resulta difcil decir que soy un verdadero cristiano. Por supuesto que el domingo lo demostr al ir a un lugar de adoracin. Este concepto es totalmente equivocado. La vida cristiana es un todo; la fe cristiana tiene algo que decir acerca de cada esfera y seccin de la vida. Cada uno de estos puntos es de suprema importancia y podra ser desarrollado extensamente. Existen aquellos que afirmany en cierta medida estoy dispuesto a concordar con ellosque la condicin actual de nuestras iglesias y del cristianismo se debe, en gran parte, a que muchos de nuestros abuelos Victorianos fueron excesivamente culpables de no comprender que el cristianismo gobierna la totalidad de la vida de una persona, y no slo una parte de ella. Muchos de ellos fueron personas muy religiosas; muchos de ellos tenan momentos de oracin en su trabajo o en su oficina durante la maana, pero luego, habiendo dicho sus oraciones, volvan a tener una actitud dura y un espritu codicioso, agrio, injusto y legalista. Sin duda eran responsables para un antagonismo de parte de muchas personas hacia la fe cristiana, porque tantas veces mostraban esta clase de dicotoma, este hecho de no comprender que la vida cristiana abarca toda la vida y que el cristiano nunca debe vivir una vida de compartimentos. Mi cristianismo debe penetrar mi vida matrimonial, la relacin con mis padres, mi trabajo, todo lo que soy y todo lo que hago. Ahora llego al cuarto principio que nuevamente es de suprema importancia, tanto del punto de vista doctrinal como teolgico y, en consecuencia, tambin lo es para la vida cotidiana. La enseanza cristiana nunca contradice o neutraliza la enseanza fundamental de la Biblia en cuanto a la vida y el vivir. Quiero decir que no hay contradiccin entre el Nuevo Testamento y el Antiguo. En la actualidad esto debe ser subrayado, debido a la actitud comn hacia el Antiguo Testamento. Algunas personas dicen en forma ligera y superficial: "Pero bien, lgicamente nosotros ya no estamos interesados en lo que dice el Antiguo Testamento; nosotros somos gente del Nuevo Testamento". Algunos son suficientemente necios para decir que no creen en el Dios del Antiguo Testamento. Ellos afirman: "Yo creo en el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo". Algunos as llamados predicadores cristianos dicen desde los pulpitos, y la gente los aplaude, que no creen en el Dios del Sina, el Dios de los Diez Mandamientos y de la ley moral. Descartan la enseanza del Antiguo Testamento y afirman que hemos de ser guiados solamente por la enseanza del Nuevo Testamento. Algunos van ms all por qu incluso dicen que no hemos de ser gobernados ni siquiera por el Nuevo Testamento, porque hoy en da sabemos mucho ms. Existe esta tendencia de descartar la totalidad de la enseanza bblica. Mi respuesta es: que el Nuevo Testamento, la enseanza especficamente

cristiana, nunca contradice, nunca descarta la enseanza fundamental de la Biblia respecto a las relaciones humanas y de las diferentes partes de la vida. Por supuesto me estoy refiriendo aqu, como hemos de ver, a temas como el matrimonio. El argumento del apstol est basado parcialmente en lo que ensea el Antiguo Testamento, incluso el libro de Gnesis. Lo mismo ocurre con respecto a la familia, lo mismo ocurre con todas estas situaciones fundamentales de la vida. El hecho de que alguien se convierte en cristiano no afecta a esas enseanzas. Lo que realmente hace es suplementar el Antiguo Testamento, explicarlo, le da una perspectiva ms amplia de l para ayudarnos a ver el espritu detrs del precepto original. Pero el Nuevo y el Antiguo Testamento nunca se contradicen. Este es un principio vital, de suprema importancia. Lo estoy subrayando porque, como pastor, he tenido que tratar este asunto tantas veces. De alguna manera la gente agarra la nocin que, por ser nuevas criaturas en Cristo, los principios fundamentales de antao ya no tienen validez. La respuesta del Nuevo Testamento es que s la tienen. Ntense como en todos estos ejemplos el apstol cita el Antiguo Testamento para demostrar que la enseanza original vino de Dios, y que siempre debe ser observada sin importar cuanto pueda ser suplementada por esta enseanza ms reciente. Prosigamos al quinto principio. El Nuevo Testamento siempre nos ofrece las razones de sus enseanzas. Siempre nos da razonesy nada me alegra tanto que precisamente eso. El Nuevo Testamento no se limita a arrojar delante de nosotros un paquete de reglas y mandatos diciendo, ahora bien, resptenlos. No! Siempre explica, siempre nos da un argumento, siempre nos da una razn. El tipo de cristianismo que simplemente impone reglas y mandatos a la gente, se aleja de la enseanza del Nuevo Testamento; es un mtodo que nos trata como si fusemos nios. Es una lstima que existe esa clase de cristianismo! Al final consiste en ponerse un uniforme y mgicamente todos los cristianos son 'parecidos como dos gotas de agua'. All los tiene, haciendo sus 'ejercicios'. Pero eso no es cristianismo! Nosotros siempre debemos saber por qu nos conducimos de esta manera; siempre debemos entender el motivo de hacerlo. Debemos tener un concepto claro de ello y estar contentos de actuar de esa manera; y por eso no debera haber tampoco contradiccin, no deberamos estar dando 'coces contra el aguijn, no deberamos remar contra la corriente, o sentir que debemos hacerlo cuando en realidad no deseamos hacerlo, y en realidad queremos estar tan lejos como fuese posible de ello. Eso no es cristianismo. El cristiano es una persona que se regocija en su forma de vivir. Tiene un concepto claro de ello, y no desea ninguna otra cosa; es algo inevitable, su mente est satisfecha. Eso es por qu afirmo que una persona que no es cristiana realmente no sabe lo que significa ser una persona. No hay otra enseanza en el mundo que nos haga semejante cumplido como esta palabra de Dios. Ella no nos trata como nios, ni nos gobierna por reglas y mandatos. La Palabra de Dios apela a la razn, al entendimiento. Esa es la autntica enseanza de la santidad; no es algo que se recibe en un paquete, no es algo que llega cuando uno est en una actitud ms o menos pasiva e

inconsciente. Se trata de razonar una enseanza, de tomar un principio y desarrollarlo, tal como el apstol lo hace aqu. Ese es el mtodo del Nuevo Testamento en cuanto a la santidad y santificacin. Gracias a Dios por ello! El sexto principio que observo aqu es un principio por dems glorioso. Cuan maravillosa es esta Escritura! Me llena de asombro. Al mirar por primera vez esta enseanza uno dice: Bien, por supuesto, sta es una enseanza limitada al matrimonio, a los esposos y a sus esposas. Pero luego comienza a descubrir los tesoros que se encuentran aqu; va de habitacin en habitacin y paulatinamente el tesoro se hace ms maravilloso. Han notado al leer este pasaje, la ntima relacin entre la doctrina y la prctica? La doctrina y la prctica nunca deben ser separadas porque una ayuda a la otra, una ilustra a la otra. Hay ciertos aspectos en que este pasaje que estamos considerando es, a mi entender, uno de los ms maravillosos de toda la Biblia. No digo que sea el ms grande, pero digo que es uno de los ms asombrosos. Estamos aqu en la epstola a los efesios, cerca del final del captulo 5. Y qu est ocurriendo en esta parte de la epstola? Bien, dice todo el mundo, ahora estamos en la seccin prctica de la epstola. Por supuesto, la gran seccin doctrinal la encontramos en los captulos uno, dos y tres. Un poco del elemento prctico penetr al captulo cuatro, pero ahora s hemos descendido al reino de lo prctico y de las relaciones ordinarias y asuntos comunes. El apstol nunca fue ms prctico que en esta seccincasadas y maridos, hijos y padres, siervos y amosuna seccin puramente prctica de la epstola. Sin embargo, se nota y acaso no han sentido asombro cada vez que se ha ledo el pasaje, o cuando se ha ledo en una boda? No han sentido asombro y encanto hasta lo profundo de su ser al ver que el apstol al tratar con este asunto eminentemente prctico, de pronto nos introduce a la ms exaltada de las doctrinas? Al decir a las esposas y sus maridos cmo comportarse el uno con el otro introduce la doctrina de la naturaleza de la iglesia y la relacin de la iglesia con Cristo. Y en realidad, debo ir ms all. En esta misma seccin el apstol nos da su ms exaltada enseanza sobre la naturaleza de la iglesia y la relacin de la iglesia con Cristo. Es algo que nunca deberamos perder de vista. Al leer esta epstola preprense a ser sorprendidos. Nunca se digan a s mismos: "Est bien, no necesito prestar mucha atencin a esto, pues esto es, por supuesto, un asunto prctico, simple y directo". De pronto, cuando menos lo esperan, el apstol le abrir una puerta y se hallarn cara a cara con la doctrina ms magnfica y gloriosa que hayan encontrado en su vida. . Esto me lleva a hacer el siguiente comentario prctico. Eviten el anlisis superficial de la Escritura. Conocen al tipo de persona que dice: "Captulo uno, esto; captulo dos, aquello". Todo tan perfecto, prolijo y compacto. Si tratan de hacer lo mismo con este captulo de la epstola a los efesios, se encontrarn apabullados, y vern trastornado su pequeo esquema. Aqu en la ms prctica de las secciones Pablo repentinamente introduce esta tremenda doctrina de la naturaleza de la iglesia y la relacin de la iglesia al Seor Jesucristo. Y lo que debemos tener en menteporque resulta de todo esoes que la doctrina y la prctica estn tan estrechamente

relacionadas que no pueden ser separadas. Por eso todo aquel que afirma: "Yo slo estoy interesado en los aspectos prcticos", en realidad est negando la esencia del mensaje cristiano. Esto es algo que nuestro pasaje demuestra en forma totalmente perfecta. Habiendo mencionado estas seis cosas, digo lo siguiente en sptimo lugar: Obviamente, a la luz de todo esto, al enfrentarse ante cualquier problema, nunca lo hagan en forma directa, nunca comiencen considerando el asunto per se, (en s mismo). Eso es lo que todos tendemos a hacer. Cuntas veces he encontrado esto en grupos de discusin y en reuniones! Se presenta un problemaun problema prctico en la vida cotidiana de alguna personay yo lo presento en la reunin. La gente tiene la tendencia de levantarse inmediatamente y dirigirse al asunto y expresar sus opiniones acerca de l. Y por eso generalmente se equivocan; porque esa no es la forma de comenzar a considerar un problema. El apstol no considera este problema de esposos y esposas, y de esposas y sus maridos directamente, en forma inmediata, per se, como si fuese un o tema aislado. Su mtodo es el siguiente: siempre se debe considerarlo en forma indirecta. Lo digo una vez ms: es 'La estrategia del enfoque indirecto'. Al encontrarme ante un problema particular, no debo dedicarle mis pensamientos en forma inmediata y directa. Primero debo hacerme esta pregunta, Acaso existe algn principio, alguna doctrina en las Escrituras que gobierne este tipo de problemas? En otras palabras, antes de comenzar a tratar con el problema individual que se le ha presentado, debo decirme: Muy bien, a qu familia pertenece l? Incluso puede dar un paso ms y decir: De qu nacionalidad es l? Logre una clasificacin amplia, y habiendo descubierto la verdad respecto a su grupo o clase o compaa, contine aplicando el principio correspondiente a ese ejemplo o caso particular. Esto es lo que el apstol hace aqu. El comienza con lo general y luego viene a lo particular. Muchas veces he usado la siguiente ilustracin. Todo aquel que ha practicado un poco de qumica y que ha tenido que identificar alguna sustancia, reconocer de inmediato el mtodo. De qu manera se procede? Hace precisamente lo que he estado diciendo. Comienza con las pruebas ms generales, con las pruebas de los grandes grupos. De esa manera puede excluir algunos grupos; y as los va limitando hasta llegar a un grupo particular. Luego tiene que dividir al grupo, establecer las subdivisiones del mismo; luego lo sigue limitando ms y ms, y finalmente llega a la sustancia particular e individual. Ese es el mtodo del apstol aqu, as como en todo otro lugar. Se trata de 'la estrategia del enfoque indirecto', el movimiento de lo general hacia lo particular. Nunca deben lanzarse sobre un problema, no traten nunca de desenredarlo; primero aprpiense del gran principio o de la doctrina que lo gobierna. Mi ltimo punto aqu es el siguiente, y nuevamente es uno muy prctico. Lo deduzco de todo lo que ha precedido. Ntese el espritu en el cual el apstol conduce su discusin. Aqu se est abogando al problema de la relacin de esposas y esposos, esposos y esposas; pero ntese su mtodo, ntese el espritu en el cual lo hace. Este es un tema de constantes bromas en el mundo, no es cierto? Este es un tema que siempre puede causar risa. El cmico ms mediocre trata de sacar algo

de este tema cuando no tiene otro recurso. Las relaciones matrimoniales, esposos y esposas, le dan tema. No necesito sealar que el apstol no lo trata de esta manera. Ningn problema cristiano puede ser tratado as. Pero adems hay otros aspectos negativos. No solamente se abstiene de tratarlo en forma jocosa, superficial y liviana, sino que adems hay una ausencia total aqu de espritu partidario. No hay nada acalorado en su discusin, nada asertivo, no hay una toma de posiciones en favor de ciertos derechos, ninguna ansiedad por demostrar que uno est acertado y el otro equivocado. Esa es la forma en que normalmente se tratan los asuntos, no es cierto? Y por eso tambin hay tantos problemas. Como he estado diciendo, el apstol evade todo eso, elevndolo y ponindolo en un contexto diferente; y al hacerlo de esa manera evita todas estas dificultades. Desde el punto de vista positivo su mtodo es ste: se trata del principio 'en el temor de Cristo' que el apstol ya haba establecido en el versculo 21: 'Sometindoos unos a otros en el temor de Cristo'. Luego lo repite: "Las casadas estn sujetas a sus propios maridos, como al Seor". Antes que comiencen a tomar su posicin, de un lado o del otroy si ya lo han hecho tambin ya estn condenado al fracaso, porque han asumido un espritu partidariol previene esa clase de espritu y eleva a ambos inmediatamente 'al Seor'. Todo tema discutido por los cristianos debera ser discutido de esa manera. Un cristiano que va a presentar un argumento y pierde el control no debera hablar. Sea que demuestre o no su punto, se ha perdido todo al perder el control. El tema es 'en el Seor', 'en el temor de Cristo'. Pablo est hablando de la sumisin, y su punto es que antes de considerar los mritos de estas dos personas, ambos deben someterse al Seor, 'Sometindoos unos a otros en el temor de Cristo'. Y cuando ambos lo hacen, su argumento estar 'de rodillas'. Cunta diferencia! Y si yo puedo usar un vulgarismo dira que no debe pararse de las patas traseras; mejor es bajar a sus rodillas. Si tan slo considersemos estos difciles asuntos de rodillas qu diferentes seran todas ellas! Esto no solamente es cierto en cuanto al tema de maridos y esposas. Piense en el calor generado sobre los argumentos referidos al pacifismo, y los diferentes asuntos que mantienen ocupada a la gente de hoy el celo, el espritu partidario, la animosidad! El mtodo, dice el apstol, el espritu en que siempre debemos hacerlo es sumisin al Seor; con un deseo de complacerlo, con una constante disposicin de ser enseados y guiados por l y por su Palabra. De esta manera hemos visto ocho principios generales que no solamente gobiernan este asunto particular, sino a cada uno de los problemas que pueden, de alguna forma, surgir en su vida cristiana. Habiendo procedido de esta manera, ahora consideremos el asunto desde el punto de vista particular. Todo lo que he estado diciendo est perfectamente ilustrado en el trato que el apstol da al concepto cristiano del matrimonio, de la enseanza cristiana referida al matrimonio. Pero, una vez ms debemos seguir ese mtodo. Antes de ocuparnos de los detalles, veamos brevemente lo que nos dice en general acerca del tema, La primera gran cosa que l nos dice es que el concepto cristiano del matrimonio es un concepto nico; es un concepto totalmente diferente de

cualquier otro concepto; es un concepto que slo se encuentra en la Biblia. Cmo ve el cristiano el matrimonio? Cul es la enseanza? Permtanme comenzar nuevamente con un punto negativo. La forma cristiana de ver el matrimonio no es la forma en que generalmente lo ve la mayora de la gente. Alguna vez han pensado en esto? Qu pasara si en este punto yo le pidiera escribir un informe sobre el concepto cristiano del matrimonio? Alguna vez lo ha hecho? Los cristianos hemos de avergonzarnos si no tenemos un concepto claro y bien definido de ello. Hemos descubierto la singularidad del concepto cristiano, hemos llegado a comprender sus diferencias tan esenciales del punto de vista general? Cul es ese punto de vista general? Por muy desabrido que sea, debo recordrselo. El punto de vista comn del matrimonio es puramente fsico. Es algo basado casi exclusivamente en la atraccin fsica y el deseo de gratificacin fsica. Es una legalizacin de la atraccin fsica y la gratificacin fsica. Con tanta frecuencia no es sino eso, y a ello se debe el escndalo del creciendo nmero de divorcios. Las dos partes ni siquiera han pensado al respecto, ni siquiera tienen un concepto del matrimonio; son totalmente gobernadas por instintos e impulsos; todo se encuentra puramente a nivel animal, y nunca se eleva de all. No hay un slo pensamiento referido al matrimonio en s; no es sino una legalizacin de algo que ambos estn ansiosos por hacer. Luego hay un segundo punto de vista comn que se eleva un poco por encima del primero. Este punto de vista es algo ms inteligente porque considera al matrimonio como un acuerdo humano y una invencin humana. La antropologa ensea eso, se dice. Sin duda hubo un tiempo, afirman, cuando los seres humanos eran ms o menos semejantes a animales; eran promiscuos y se comportaban semejantes a animales. Pero a medida que el hombre se fue desarrollando y evolucionando, comenz a comprender que se necesitaban ciertos arreglos, que la promiscuidad le conduca a la confusin y al exceso, y a un sinnmero de problemas; entonces, despus de un largo proceso de agona y desarrollo, un proceso de experimentos, ensayos y errores, la naturaleza humana en su sabidura, esto es, la civilizacin, lleg a la conclusin que sera correcto, apropiado y bueno, que debe haber un sistema de monogamiaun hombre casndose con una mujer. Es un asunto de desarrollo socialeso es lo que ensea la antropologa. Pero a lo largo de todo el desarrollo se afirma que es un descubrimiento del hombre. As como se aprueban reglas para controlar el trnsito, el estacionamiento y cosas por el estilo, as han descubierto en sus relaciones mutuas y en sus relaciones con los hijos. Se trata de algo totalmente ubicado en el plano humano. Probablemente esa es la presuncin comn hecha por la vasta mayora de la gente. Y por cierto, a veces la encuentro aun entre gente cristiana! Otra caracterstica de este punto de vistafruto de un punto de vista fundamentalmente equivocado del matrimonioes que el enfoque entero del matrimonio est en la expectativa de problemas. Eso era muy cierto en el mundo pagano. Los maridos tenan la tendencia de tiranizar a las esposas y de hacerlas esclavas suyas; las esposas por su parte actuaban con engao. La atmsfera matrimonial se caracterizaba por los celos y el

antagonismo, lo que conduca a peleas e inevitables querellas. En lugar de una sumisin comn al Seor, cada uno defenda sus propios derechos. En realidad no se trataba de una asociacin, sino un especie de acuerdo que, con algunos propsitos, ambos haran ciertas cosas juntos; pero en realidad haba en el fondo una amargura y antagonismo de espritu y un sentimiento de oposicin. Examinen el punto de vista comn referido al matrimonio, y de las relaciones y condiciones matrimoniales. Ustedes lo ven en los dibujos animados, en los informes de casos en las cortes, lo ven en las bromas populares. Por qu tiene que ser esto as? Cmo es que esto ha llegado a ser tan corriente? Se debe a este concepto completamente equivocado de lo que el matrimonio realmente significa. En la actualidad, todo el asunto se ha agravado aun ms debido a las nociones modernas de igualdad entre hombres y mujeres, fruto del as llamado movimiento feminista. Esto ha agravado todo el problema; y hace que el tema bajo consideracin sea en la actualidad un tema particularmente urgente. Hemos tenido este movimiento moderno del feminismo que pretende que hombres y mujeres sean en todos los sentidos iguales y que no debera haber absolutamente ninguna divisin o distincin, sino completa igualdad. Ahora bien, por un lado hay aspectos de esta enseanza con la cual toda persona cristiana debe estar totalmente de acuerdo. Lo mismo para cualquier persona sana e inteligente. Pero por otra parte, considerado en forma general y como principio, se opone a la enseanza clara de las Escrituras. Obviamente causa mucha confusin, muchos problemas y mucho dao, no slo al estado matrimonial pero tambin a la familia como unidad fundamental de la vida. El resultado es que la disciplina ha desaparecido, el orden se ha ido y los hijos resultan perjudicados. Por qu? Porque sus padres ya no estn en la correcta relacin el uno con el otro. En consecuencia, el hijo est aturdido ante la vista de esta competencia, conflicto, donde en realidad debera haber unin. Este moderno movimiento feminista tiene la tendencia de entenebrecer todo el asunto; y aunque sea increble, parece infiltrarse en el pensamiento de muchos as llamados evanglicos que pretenden creer en las Escrituras como la infalible Palabra de Dios y como nuestra nica autoridad. A primera vista vemos aqu que ese no es el enfoque cristiano del matrimonio. El concepto cristiano del matrimonio es total y solamente gobernado por las enseanzas de las Escriturastanto del Antiguo Testamento como del Nuevo. El apstol deduce su argumento tanto del Antiguo Testamento como de Cristo. De modo que una persona que pretende ser cristiana no dice, "Y bueno, lo que yo pienso acerca del matrimonio es esto". En cambio dice, "Qu es lo que la Biblia dice del matrimonio?" De manera que hay una diferencia total desde el comienzo mismo. El cristiano se "somete" a s mismo a la enseanza de este Libro. El cristiano no dice, "Por supuesto, hasta esta fecha hemos desarrollado y avanzado tanto, usted sabe, que las mujeres eran virtualmente consideradas como esclavas, aun por el apstol Pablo. El tena razn en la cuestin de la expiacin, pero no en cuanto al tema de las mujeres". En el instante que diga esto, en ese mismo momento deja de creer en las Escrituras, y pierde su derecho de afirmar que ellas son la infalible

Palabra de Dios. No, el cristiano dice, "Nada s aparte de lo que las Escrituras me dicen". De esa manera se somete al Antiguo Testamento y al Nuevo. Su vida entera ha de ser gobernada por ese principio tanto al rea de los pensamientos como la de la conducta. Segundo, descubrimos que el matrimonio no es una invencin o arreglo humano, sino una ordenanza de Dios, algo instituido por Dios, algo que Dios en su infinita gracia y bondad ha designado y ordenado y preparado y establecido para hombres y mujeres. Es de Dios y no del hombre. La enseanza de los antroplogos est basada en la especulacin y la imaginacin; y no es verdad. En este tema la Biblia tiene la verdad; es hechura de Dios y una ordenanza de Dios. Tercero, los trminos de la relacin, como hemos de ver, estn clara y sencillamente establecidos. Cuarto, el matrimonio slo puede ser totalmente entendido en la medida en que entendemos la doctrina del Seor Jesucristo y la iglesia. Notan que eso es de importancia cntrica; el apstol contina con el argumento sobre Cristo y la iglesia a lo largo de todo el prrafo. En otras palabras, el resultado es ste; si no tenemos un concepto claro sobre el Seor Jesucristo y la iglesia y la relacin de la iglesia con l, no podemos entender el matrimonio. Es imposible porque slo a la luz de esa doctrina podemos comprender realmente la doctrina referida al matrimonio. En consecuencia, hago estas dos deducciones. Solamente el cristiano entiende y aprecia verdaderamente el matrimonio. Ese es uno de los resultados maravillosos de ser un cristiano. El cristianismo no slo trata con su alma y con su salvacin final, con el hecho de evitarle el infierno y abrirle el cielo; el cristianismo afecta la totalidad de su vida mientras an vive en este mundo. Creo que puedo decir con toda honestidad que en mi experiencia pastoral no ha habido cosa ms maravillosa que ver la diferencia que el cristianismo produce en las relaciones entre esposos. Donde haba una tendencia de alejarse y separarse uno del otro, donde haba antagonismo y casi amargura y odio, ambos cnyuges, al convertirse en cristianos, se descubrieron mutuamente por primera vez. Tambin llegaron a descubrir por primera vez lo que el matrimonio realmente es, aunque haban estado casados durante muchos aos. Ahora ven lo hermoso y glorioso que es. No se puede entender el matrimonio a menos que sea un cristiano. Puedo aventurarme a expresarlo de la siguiente manera? A la luz de todo esto, lo asombroso no es que haya tantos divorcios, sino que no haya ms de ellos. Acaso no es asombroso y sorprendente que ante la ausencia general de pensamientos y aun ante pensamientos errneos una vez que se comienza a pensar, los matrimonios se mantienen? Ningn hombre, ninguna mujer tiene un concepto claro del matrimonio si no es cristiano; pero si somos cristianos no deberamos tener dificultades en cuanto a conocer lo que el matrimonio es y lo que significa. No debera haber argumentos, no debera haber disputas. Si cree en la enseanza doctrinal, entonces el concepto del matrimonio es inevitable. Y no slo es inevitable, sino que se siente dichoso porque es inevitable. Es algo tan maravilloso, algo tan glorioso, tan exaltado. Ya no hay dificultades, no hay discusiones, no hay argumentos. Se ha sometido a Cristo; y as lo ha hecho su cnyuge. Y ustedes dos se han sometido no slo el uno al otro,

sino a todos los miembros de la iglesia, la comunidad a la cual pertenecen. Son gobernados por una lealtad superior, por una lealtad hacia Aquel que no consider sus propios derechos y prerrogativas, sino que slo pens en ustedes y en su desesperada y horrible necesidad. El se humill a s mismo, se despoj de sus derechos y prerrogativas y tom sobre s aun la forma de un siervo, e incluso fue hasta la muerte, y muerte de cruz. Al mirarlo a l, y al ver que l no slo vino para salvarles del infierno, sino para darles vida y darles vida en abundancia, y de llenar su entendimiento respecto de todas las cosas conforme a su propia gloria al ver eso, ven el matrimonio de nuevo, ven todas las cosas de nuevo. No se oponen a la enseanza bblica, no se someten a ella, sino se regocijan en ella y alaban a Dios por ella. He ah entonces, nuestra introduccin a la enseanza detallada del apstol Pablo, en Efesios 5, con respecto al matrimonio cristiano. Ahora podemos proseguir considerando la enseanza en detalle.

*** EL ORDEN DE LA CREACIN Efesios 5:22-24 Comenzamos ahora una consideracin ms detallada de la enseanza de este texto, en efecto, de la enseanza del Nuevo Testamento y de toda la Biblia, respecto al matrimonio. Hasta aqu la hemos mirado en trminos generales y lo hemos hecho as debido a la forma en que el apstol nos la presenta; y es preciso que recordemos todo lo visto hasta aqu. De gran importancia es la actitud con que enfoquemos este asunto. Todo aquello que se realiza dentro de la esfera de la iglesia es distinto a lo que se realiza fuera de ella. El mundo y sus sociedades polemistas debaten el tema del matrimonio y lo hacen en una forma y manera particular presentando dos bandos, pro y contra, los defensores y los partidarios. Pero ese no es el modo en que la iglesia encara el problema; ella no encara ningn problema as. Aqu estamos confrontados con la autoridad que tenemos en la Palabra. No estamos preocupados por expresar nuestras propias opiniones; nuestro nico propsito es comprender la enseanza de la Palabra. Y lo hacemos juntosno un grupo contra otro, como si fuese dos partidos, defensa y ataque. Nos reunimos todos para descubrir juntos la enseanza de la Santa Escritura; y ya hemos visto que se han establecido ciertos grandes principios y esto ha sido hecho con tanta claridad que todo el tema es elevado al nivel de doctrina cristiana en su mxima expresin. Nos confrontan aqu algunas de las enseanzas ms profundas que se encuentran en todas las Escrituras referidas a la naturaleza de la iglesia cristiana. Habiendo mirado esos principios generales, ahora podemos proceder a su aplicacin particular. Notarn que en primer lugar hay un imperativo dirigido a las esposas. Recuerden que segn lo visto, las esposas figuran aqu antes que los esposos por una sola razn, es decir, el apstol est tratando el tema de la sumisin. El principio se encuentra en el versculo 21: 'Sometindoos unos a otros en el temor de Cristo'. En relacin con

este tema de la sumisin, l dice ante todo: 'Las casadas somtanse o estn sujetas a sus propios maridos como al Seor'. El tema que debemos considerar es esta 'sumisin' de las esposas a sus esposos. El apstol no slo les recuerda esto, sino que les dice llana y claramente, que es su obligacin hacer estocomo es obligacin de todos nosotros someternos los unos a los otros. Esto es algo muy especial, lo que el apstol dice, 'Las casadas estn sujetas a sus propios maridos'. Esto es aun ms obvio porque se trata de sus maridos, de sus propios esposos, y porque se trata de la enseanza referida a todo este asunto del matrimonio. El gran tema, dice Pablo, que surge aqu es la cuestin de la sumisinese es el tema que l subraya. Por eso debemos considerarlo detalladamente, y afortunadamente el apstol nos ayuda a hacerlo. No se trata de un simple imperativo expresado al pasar. En primer lugar, Pablo nos da un gran motivo para esta sumisin: 'Casadas, estn sujetas a sus propios maridos, como al Seor'. Debemos entender claramente esta frase porque ella puede ser, y ha sido, malinterpretada. Ella no significa, 'Casadas, somtanse a sus propios maridos exactamente de la misma forma en que se someten al Seor'. No es ese su significado, porque eso sera pasarnos de largo. La sumisin de cada esposa, y por cierto de cada uno de los creyentes cristianos sea hombre o mujer, al Seor Jesucristo, es una sumisin absolutamente exclusiva. No es eso lo que el apstol dice respecto de las relaciones entre esposas y maridos. Todos nosotros somos siervos de Jesucristo, los 'esclavos' de Cristo; sin embargo, nunca se afirma que la esposa ha de ser la esclava de su marido. Nuestra relacin con el Seor es una relacin de sumisin completa, entera, absoluta. No es esa la exhortacin dirigida a las esposas. Entonces, qu es lo que significa? Significa: 'Casadas, somtanse a sus propios maridos porque esto es parte de su deber para con el Seor, porque eso es una expresin de su sumisin al Seor'. O bien, 'Casadas, somtanse a sus propios maridos; hganlo de esta manera, hganlo como parte de su sumisin al Seor'. En otras palabras, no lo est haciendo por amor a su esposo solamente, lo est haciendo en primer lugar por amor al Seor mismo. Esto es una repeticin del tema general establecido en el versculo 21, 'Sometindoos unos a otros en el temor de Cristo'. En el anlisis final no lo hace por amor a su marido; la ltima razn y motivo no estn all; la sumisin es 'al Seor'. Lo hace por amor a Cristo, lo hace porque sabe que l le exhorta a hacerlo, porque es de agrado ante sus ojos que lo haga as. El hacerlo es parte de su conducta cristiana, es parte de su discipulado. 'Sea que comis, o que bebis', dice el apstol, utilizando el mismo tipo de argumento al escribir a los corintios en 1 Corintios 10, "Si, pues, comis o bebis, o hacis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios". Todo cuanto hacemos es hecho por amor a l, para agradarle a l, porque sabemos que l quiere que nosotros lo hagamos as. De esta manera el apstol, desde el comienzo, eleva el asunto, sacndolo del reino de la controversia y nos capacita a enfocarlo en el espritu correcto. El apstol dice, si est ansiosa de agradar al Seor Jesucristo y de hacer sus mandamientos y su voluntad, somtase a su propio marido. No puede haber otro motivo de mayor fuerza para determinada conducta

que ste; y toda esposa cristiana que sobre todas las cosas quiere agradar al Seor Jesucristo, no hallar dificultad en este prrafo; en efecto, ser su mayor delicia hacer lo que aqu el apstol nos dice. Yo ira un paso ms all. Como personas cristianas posiblemente nunca hemos tenido una mayor oportunidad de demostrar lo que realmente significa el cristianismo que precisamente en estos tiempos presentes, cuando la vida del mundo revela cada vez ms sus verdaderos colores. En este asunto de las relaciones matrimoniales y en todos los dems aspectos, la vida est siendo cada vez ms catica. Aqu hay una gloriosa oportunidad para demostrar la diferencia que existe en la vida de uno por el hecho de ser un cristiano. De modo, esposas cristianas, dice el apstol, ustedes tienen una maravillosa oportunidad; ustedes pueden demostrar que ya no son paganas, que ya no son irreligiosas, que ya no pertenecen al mundo. Y aquellas otras personasviviendo como viven, estableciendo sus propios derechos, y exhibiendo la arrogancia que conduce al caos que caracteriza la vidaal mirarlas vern algo tan completamente diferente que dirn, "Qu es esto? Por qu se comporta de esta manera? Cul es su motivo para hacerlo?" Y su respuesta no se limitar a esto, "Bueno, sucede que sencillamente soy as de nacimiento", sino que dir: "Me comporto de esta manera porque es la voluntad de mi Seor". De esa manera tiene inmediatamente una oportunidad para predicar y afirmar el evangelio. Ese es el por qu el apstol les exhorta a hacer esto. La mdula de toda esta exhortacin, como vemos a lo largo de todo este captulo y la mayora del captulo anterior, es que estas personas cristianas han de mostrar en cada detalle de sus vidas que habindose convertido en cristiano, uno es diferente en todo sentido. De manera que esta gran caracterstica de la vida cristiana puede ser exhibida por las esposas al someterse a sus propios maridos. Este es el motivo principal; y a menos que seamos movidos por l y animados por l, no habr otro argumento capaz de atraernos. Si todava no nos hemos sometido al Seor Jesucristo, y si todava no estamos preocupados, por encima de todas las dems cosas, por su nombre y su honor, todos los dems argumentos nos sern indiferentes. El apstol lo pone en primer lugar; y nosotros hemos de ponerlo en primer lugar tambin. Pero habiendo dicho eso, Pablo prosigue para darnos razones particulares, razones adicionales. Aqu nuevamente notamos la riqueza y la gloria de las Escrituras. Hay dos grandes motivos secundarios, dice el apstol, por los cuales cada esposa cristiana debe someterse a su propio marido. El primero es lo que podemos llamar 'el orden de la creacin'; el segundo es que se trata de algo que pertenece al reino de las relaciones de la iglesia con el Seor Jesucristo. Ambos motivos se encuentran en el versculo 23: 'porque' y aqu est el primer motivo'el marido es cabeza de la mujer'. El segundo motivo es ste: 'As como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y l es su salvador. Miren el primer motivo. Ocurre que sta es una parte del orden de la creacin, una parte de las ordenanzas de Dios, de los decretos de Dios, de la voluntad de Dios, de lo que Dios ha establecido con respecto a esta relacin entre hombres y mujeres. Esta es una enseanza que se encuentra en diferentes partes de la Escritura. Primero se encuentra en el

segundo captulo de Gnesis al comienzo mismo de la creacin; y se nota como todas las referencias del Nuevo Testamento nos conducen de vuelta all. Eso es lo que quiero decir al afirmar que pertenece al orden de la creacin. Antes que consideren el matrimonio desde el punto de vista especficamente cristiano, deben volver ms atrs, porque el Nuevo Testamento nos enva atrs. Nos enva de regreso al libro de Gnesis y a todo el tema de la creacin. Tambin nos refiere al tema de la cada. El relato de ella se encuentra en Gnesis 3:16, el texto crucial que nos relata lo que Dios dijo a la mujer por haber prestado atencin a Satans y a su tentacin y por haber comido del fruto prohibido. "A la mujer dijo: Multiplicar en gran manera los dolores en tus preeces; con dolor dars a luz los hijos; y tu deseo ser para tu marido, y l se enseorear de ti". Esta es una adicin a Gnesis 2 y debemos prestarle cuidadosa atencin. A fin de resumir la enseanza de las Escrituras en cuanto a este importantsimo asunto del matrimonio y la familia, podemos resumir de diferentes partes de la Escritura los principios que se nos presentan. Recuerden que estamos tratando esencialmente con el 'matrimonio' y no con la condicin de la mujer (o de todas las mujeres). Por cierto, tambin debemos deducir de las Escrituras la enseanza referida a las mujeres en general, en relacin con asuntos tales como la mujer en la vida profesional y asuntos parecidos. Pero no es ese el tema que estoy tratando, sino solamente el tema del matrimonio. Es eso lo que el apstol hace aqu; l se est dirigiendo a las esposas. En este momento no se est dirigiendo a las mujeres solteras. Hay enseanzas sobre ese tema, pero slo se encuentran en los lmites de nuestro texto aqu indirectamente. La enseanza es la siguiente: primero, ntese que el nfasis es puesto constantemente en el hecho que el hombre fue creado primero, no la mujer. De modo que hay una prioridad natural en cuanto al hombre. Las Escrituras tambin subrayan que la mujer fue hecha del hombre, tomada del hombre, con el propsito de ser 'ayuda' para el hombre, una ayuda 'idnea' para el hombre. Ninguno de los animales poda suplir esa necesidad. "Y puso Adn nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adn no se hall ayuda idnea para l". Y puesto que no hubo ayuda idnea para el hombre de entre los animales, fue creada la mujer. Esa es la enseanza bsica, y ntense que los apstoles le dan gran importancia. El hombre fue creado primero. Pero no slo eso; el hombre tambin fue hecho seor de la creacin. Fue al hombre a quien se le dio esta autoridad de gobernar sobre la creacin bruta y animal; fue el hombre a quien se le encarg ponerles nombre. Aqu tenemos seales de que el hombre fue puesto en una posicin de liderazgo, seoro, autoridad y poder. El toma las decisiones, l da las ordenanzas. Esa es la enseanza fundamental respecto a todo este asunto. El apstol Pedro subraya todo esto en aquella significativa frase suya donde dice a los maridos que den honor a sus esposas 'como a vaso ms frgil' (1P. 3:7). Qu quiere decir con 'vaso ms frgil'? Evidentemente se refiere a lo que se ensea con tanta claridad en los primeros captulos de Gnesis y en todas partes de la Biblia. Sobre todas las cosas se refiere a todo este tema del seoro y del liderazgo del hombre. El hombre es,

desde el punto de vista fsico y por naturaleza, ms fuerte que la mujer; l fue hecho para ser ms fuerte y lo es. Yo podra detallar esto ms. Sera muy fcil establecer esto, no slo desde el punto de vista anatmico, sino ms del punto de vista fisiolgico. Desde el punto de vista fsico, nervioso, y en muchos otros sentidos la mujer no deba de ser tan fuerte como el hombre. Ella es de constitucin diferente; y cuando el apstol dice que ella es el 'vaso ms frgil' de ninguna manera est hablando en sentido despectivo. Simplemente est diciendo que ella es, en esencia, diferente al hombre y que el hombre debe recordarlo siempre. En estos aspectos el hombre no debe tratar a la mujer como a su igual. Debe recordar que ella ha sido hecha diferente y que l la debe respetar y honrar y guardar y proteger conforme a ello. Esta es entonces la enseanza bsica, fundamental. El hombre ha de ser cabeza de la esposa y ha de ser cabeza de la familia. Dios lo ha hecho de esa manera, lo ha envestido de facultades y poderes y tendencias que lo capacitan a cumplir esto; y Dios hizo a la mujer de tal manera que sea un 'complemento' del hombre. Ahora bien, la palabra 'complemento' conlleva la nocin de sumisin; su funcin principal es compensar una deficiencia en el hombre. Por eso estos dos llegan a ser 'una carne'; la mujer es el complemento del hombre. Por tanto, el nfasis est en que el hombre no slo es responsable por s mismo, sino por su esposa, y por su familia en todos los asuntos de importancia ltima. La esposa debe ayudarlo, sostenerlo, auxiliarlo, y hacer todo lo que est a su alcance para capacitarlo a cumplir su funcin como seor de la creacin, posicin en la cual fue puesta por Dios. Ella fue creada para ayudar al hombre a cumplir esta gran y maravillosa tarea. Esa es la enseanza bsica referida a la relacin de esposos y esposas segn qued establecida por el mismo orden de la creacin. Estas son las reglas fundamentales en cuanto a la vida del hombre en este mundo. Pero debemos ampliarlo ms. As es como fue antes de la cada. Mientras el hombre y la mujer an eran perfectos, mientras todava vivan en el paraso sin pecado, sin ningn defecto en ellos, ese fue el orden establecido por Dios. Pero desafortunadamente algo ocurrila cada. La importancia de la cada es ilustrada con gran claridad, especialmente por el apstol Hablo en 1 Timoteo 2:11-15. Ntense que el apstol se esfuerza por sealar que fue la mujer quien fue engaada y quien cay primero, y no el hombre. De manera que la cada estableci otra diferenciaGnesis 3:16 lo afirma. Aqu lo vemos de nuevo: "A la mujer dijo: Multiplicar en gran manera los dolores en tus preeces". De esto uno no puede sino deducir que el nacimiento de los hijos probablemente habra sido sin dolor si no fuera por el pecado y la cada. "Con dolor dars a luz los hijos". Pero para nuestro propsito ahora, son significativas las palabras que siguen: "Tu deseo ser para tu marido, y l se enseorear de ti". Aqu tenemos un elemento adicional. No slo reitera el seoro, el liderazgo y el hecho de ser la cabeza, cosas ya establecidas antes de la cada; sino que adems lo acenta'el se enseorear de t'. Aqu hay un nuevo elemento; la subordinacin de la mujer respecto del hombre ha sido incrementada como resultado de la cada. Ahora bien, se puede alegar que el edicto de Dios fue promulgado por esta precisa razn, que la esencia misma de la cada, de lo que ocurri a Eva, es que ella, al ser

confrontada por la insinuacin y la sugerencia del diablo, en vez de hacer lo que deba haber hecho (lo que de otro modo habra hecho) y de hacer lo que se le haba enseado a hacer, es decir, ir a Adn y consultar con l sobre el punto, tom ella misma la decisin y se coloc en la posicin de liderazgo. Ella misma manej la situacin y como resultado de hacerlo as, en vez de llevarla a Adn, cosa que deba haber hecho, ella cay. Adems ella lo implic en la cada y as toda la raza humana cay. De modo entonces, en cierto sentido el pecado original fue que la mujer no lleg a comprender su lugar y su posicin en la relacin matrimonial, usurp la autoridad, el poder y la posicin, y de esa manera introdujo la calamidad y el caos. Eso no slo se expresa en Gnesis 3:15, sino que constituye la base entera del argumento del apstol respecto a las mujeres que toman autoridad, que ensean y predican, temas expuestos en 1 Timoteo 2. Esa es la enseanza en su esencia. Pero inmediatamente surge una objecin, una objecin que uno lee y oye con tanta frecuencia. Incluso proviene de gente evanglica que afirma creer en las Escrituras como la infalible e inspirada Palabra de Dios: "Pero bien, eso es slo la perspectiva del apstol Pablo. Obviamente era antifeminista, un hombre que se adhera al punto de vista en boga en sus tiempos respecto a las mujeres". Se subraya que en aquel entonces la mujer estaba en una posicin muy degradada. En aquel entonces todo el mundo se adhera a ese punto de vista; la mujer no era sino una 'cosa', una esclava. Y puesto que eso era cierto aun entre los judos, el apstol no era sino un tpico rabino judo. Ese es el hilo del argumento. No es sorprendente que personas que no creen en las Escrituras como la Palabra de Dios digan semejantes cosas. No slo afirman sin vacilacin que el apstol Pablo estuvo equivocado, sino que tambin el Seor Jesucristo estuvo errado. Ellos mismos son la autoridad; ellos mismos saben, ellos entienden. Yo no discuto con esa clase de personas; simplemente afirmo que no puedo tener ninguna pltica con ellos, porque no se trata simplemente de poner mi opinin contra la de ellos. No hay nada ms que decir al respecto no es de ninguna manera un argumento cristiano. El cristiano es una persona que se somete enteramente a la revelacin bblica; no sabe nada aparte de esto. De modo que al or este argumento, no slo lo lamentamos y rechazamos, tambin debemos responderle y le respondemos de esta manera: hablando en trminos generales, es perfectamente correcto decir que en el tiempo de nuestro Seor y del apstol Pablo se tena un concepto bajo de la mujer. Pero ese no era el concepto de los judos, pues ellos tenan estas Escrituras y las crean. Y ciertamente no era ese el concepto del apstol Pablo. Han notado lo que dice en 1 Corintios 11:11? Sus palabras dicen: "Pero en el Seor, ni el varn es sin la mujer, ni la mujer sin el varn". Este gran apstol se gloriaba en el hecho de que en Cristo Jess no haba ni brbaros ni escitas, esclavos ni libres, ni hombre ni mujer. Parte vital de su predicacin del evangelio era decir: "En este asunto de la salvacin hombres y mujeres son iguales, y la mujer tiene la misma oportunidad en la salvacin que el hombre". El se gloriaba en eso; y no hay hombre que hable ms delicadamente y ms gloriosamente sobre el estado de mujer, y de la verdadera gloria que hay en ser mujer, que el apstol Pablo.

Adems, ntense que no se limita a darnos una lista de los deberes de las esposas hacia sus maridos, sino que siempre nos dice tambin el deber del esposo hacia la esposa. Adems demuestra que el concepto que el esposo cristiano tiene de la naturaleza femenina y de la mujer y de su esposa es algo tan exaltado que supera a todo lo que el mundo haya conocido. El apstol pone todo en su lugar correcto. Siempre nos da los dos lados. Pero aparte de todo esto, el apstol nunca expresa estas cosas como si fuesen su propia opinin; siempre regresa a Gnesis y al orden de la creacin. El efecto es como si dijera: esto no es mi opinin, esto es lo que Dios ha establecido. La nica preocupacin del apstol es que la verdad de Dios sea conocida y que las ordenanzas de Dios sean constantemente puestas en prctica. De modo que esta tendencia de decir, 'esto es slo una opinin de Pablo', es una negacin de las Escrituras. Debemos estar muy claros sobre esto. Si dice creer que la Biblia es la infalible e inspirada Palabra de Dios, entonces no debe hablar como habla el mundo acerca del apstol Pablo; porque cuando l escribe, no slo cita a las Escrituras sino que tambin escribe como apstol inspirado. Cuando l da su propia opinin siempre tiene el cuidado de aclararlo, y si no dice que es su propia opinin, entonces es inspirado. Recuerde que el apstol Pedro instruye a sus lectores a prestar atencin al apstol Pablo. Afirma que algunas personas tuercen los argumentos y los escritos de Pablo para su propia destruccin 'como tambin las otras Escrituras' (2 P. 3:16). Lo que Pablo escribe es la Escritura; de manera que los crticos no estn disputando con Pablo sino con Dios, estn disputando con el Espritu Santo. Al mismo tiempo se colocan en la posicin contradictoria de decir que creen en la Biblia, pero slo en tanto ella no contradiga lo que ellos creen como criaturas del siglo XX. Eso es negar la creencia en la autoridad de las Escrituras. Habiendo tratado con esta necia objecinno hay nada ms necio que esa manera de hablarpermtanme resumir una vez ms la posicin. La mujer, de acuerdo a esta enseanza, la esposa, ha recibido cierta condicin. El hecho de estar sujeta a su marido no significa ser una esclava de l, no significa ser inferior a su marido como talno, ni por un solo momento. Eso hemos de ver con mayor claridad cuando lleguemos a considerar lo que el apstol dice acerca del deber del marido hacia su esposa. Lo que est diciendo es que la mujer es diferente, que es el complemento del hombre. Lo que el apstol prohbe es que la mujer trate de conducirse varonilmente, es decir, que trate de comportarse como un hombre, o que una mujer trate de usurpar el lugar, la posicin, y el poder que le han sido dados al hombre por Dios mismo. Eso es lo que est diciendo. No se trata de esclavitud; est exhortando a sus lectores a comprender lo que Dios ha ordenado. Por eso la mujer debera regocijarse en su posicin. Ella ha sido hecha por Dios para ayudar al hombre a funcionar como representante de Dios en este mundo. Ella ha de ser la ama de casa, la madre, la ayuda del hombre, su consoladora, aquella a quien el hombre puede hablar y mirar en busca de consuelo y alientoella es una ayuda idnea para el hombre. El hombre comprende la verdad acerca de s mismo, ella tambin comprende la verdad acerca

de ella misma, y de esa manera ella lo completa y le ayuda. Y juntos ellos viven para la gloria de Dios y del Seor Jesucristo. Una ilustracin quiz nos ayude aqu. La idea de liderazgo o del hecho de ser cabeza tropieza a algunas personas, porque piensan que eso necesariamente conlleva la idea de una inferioridad inherente y esencial. Pero no es ese el caso. Toda esta nocin de que el esposo es cabeza en la relacin matrimonial es comparable en muchos sentidos a la relacin de soldados con su lder. En un ejrcito reinara completo caos si cada uno tuviese el derecho de decidir cual sera el siguiente paso. Como ya he indicado anteriormente, tan pronto una persona se une a las fuerzas armadas se somete a ellas diciendo que va a obedecer la orden que viene desde arriba, no importando lo que l piense de ella; ese es su deber. Est concediendo este derecho de dar rdenes a su superior; y aunque pueda tener sus propias ideas y opiniones, ahora las pasa por alto; ahora se somete y permanece en sujecin. O si quieren pensar en un nmero de personas en un equipo jugando al ftbol o al bisbol. Lo primero que deben hacer es designar un capitn. No todos son capitanes; si as fuera, jams ganaran un partido. Lo primero Que hacen es designar a uno de ellos como capitn. Quizs ni siquiera sea el mejor jugador del equipo, pero ellos deciden por el que tiene el mayor don de liderazgo. De manera, entonces, que lo elevan a la posicin de capitn, y habindolo hecho as, deben someterse a l. Si fracasan en su sumisin, volver a reinar el caos. O bien, imagnense una comisin que ha sido reunida para considerar un asunto. Un nmero de hombres ha sido reunido. Lo primero que hacen es designar un presidente. Por supuesto! Por qu? Porque se necesita una autoridad. No se pueden hacer transacciones comerciales a menos que haya una presidencia a quien dirigirse y es preciso conducirse por las reglas de ese presidente. Nuevamente, nada tiene que ver con el tema de la inferioridad. Aqu simplemente significa que para hacer esto con eficiencia es preciso tener un lder. Supnganse una nueva cmara de Diputados. Lo primero que ellos hacen es designar a un presidente o moderador; y el trabajo del moderador es precisamente el de sentarse en el lugar de la presidencia y ejercer control e impartir sus rdenes. Otra vez, no significa que l sea el mayor de los hombres en la cmara de Diputados y que todos los dems sean inferiores a l. No! En su sabidura, y porque no se pueden realizar negocios sin esto, ellos elevan a uno de ellos a la posicin de autoridad. Ahora bien, la Biblia ensea que Dios ha colocado al hombre, al esposo, en esa posicin. De modo que el apstol dice a las esposas, 'casadas, estn sujetas a sus propios maridos' debido a que el esposo ha sido designado como cabeza. Pero un argumento aun mayor se encuentra en 1 Corintios 11, donde se nos dice que el hombre, esposo, es la cabeza de la esposa, que Cristo es la cabeza del hombre y que Dios es la cabeza de Cristo. Este es un argumento que no puede ser discutido. En qu sentido es Dios la cabeza de Cristo? La respuesta est en lo que a veces llamamos la Trinidad Econmica. El Padre, Hijo y Espritu Santo son iguales y coeternos. Cmo entonces puede el Padre (Dios) ser la cabeza de Cristo? Para el propsito de la salvacin el Hijo se ha subordinado al Padre y el Espritu se ha subordinado al Hijo y al Padre. Es una subordinacin voluntaria a

fin de llevar a cabo la salvacin. Es algo esencial para la realizacin de la tarea. El Hijo dijo, "Heme aqu, envame a m". Se present como voluntario. El pone a un lado este aspecto de la igualdad, y se convierte en siervo de su Padre, y el Padre lo enva'la cabeza de Cristo es Dios'. Esa es la forma en que lo expresa el apstol: 'As como la cabeza de Cristo es Dios, as Cristo es la cabeza del hombre, y as el hombre es cabeza de la mujer'. Por eso, 'casadas, estn sujetas a sus propios maridos como al Seor'. Esta es la exposicin positiva de esta tremenda enseanza, la nica en darnos un punto de vista correcto del matrimonio. De paso, he estado tratando un argumento, vuelvo a decir que es un argumento necio, que muchas veces es presentado. Alguien seguramente dice, "Sabe usted, esto est totalmente equivocado, porque yo conozco muchos ejemplos en los que la esposa es una persona mucho ms capaz que el marido, una persona mucho ms dotada en todo sentido. Acaso est diciendo usted que una mujer tan brillante y dotada ha de sujetarse a su marido, un hombre en todo sentido inferior a ella?" Hay una sola respuesta a ese argumento; la persona que lo presenta est disputando contra Dios. Dios sabe todo acerca de tales casos. Lo que Dios dice es que si esa mujer dotada y brillante no se sujeta a su propio marido, ella est pecando. Cualesquiera sean sus dones, ella debe someterse a su cnyuge. En este punto quisiera hacer dos comentarios. Ninguna mujer, cualesquiera sean sus dones, tiene siquiera el derecho de pensar en el matrimonio con determinada persona si no est dispuesta a someterse de esa manera. Es una sumisin voluntaria, es la forma en que Cristo se someti y subordin a s mismo. Ella debe comportarse del mismo modo, y si no est preparada a hacerlo, si no est convencida que podr someterse a este hombre, no debera casarse con l. Si ella entra al matrimonio con cualquier otra idea, est obrando contra la voluntad de Dios y est cometiendo pecado. Mi segundo comentario es ste. A veces pienso que una de las cosas ms maravillosas que he tenido el privilegio de presenciar, ha sido un caso de lo que he estado mencionando, puesto en prctica. Durante unos cuantos aos yo iba a cierta iglesia en el interior, y despus de predicar, pasaba la noche en casa del pastor y su esposa. Siempre fue una experiencia muy interesante, porque desde la primera visita me fue muy obvio que desde el punto de vista de la simple capacidad, no haba comparacin entre el esposo y su esposa. La esposa era una mujer excepcionalmente hbil y brillante. El esposo no careca de dones, pero sus dones principales estaban en el rea de la personalidadera una persona excepcionalmente buena, amigable, bondadosa y llena de gracia. Pero en cuanto a la habilidad intelectual no haba comparacin. En efecto, sus calificaciones acadmicasambos eran graduadoslo demostraban. La esposa se haba graduado en una carrera que en aquel entonces muy pocas mujeres seguan y se recibi con grandes honores. El marido, que haba seguido una carrera mucho ms fcil, slo haba logrado calificaciones medianas. No haba lugar a dudas, en cuanto a su habilidad; la comprensin de asuntos intelectuales, el entendimiento de ella, me haban impresionado inmediatamente, y a medida que los segua conociendo fueron ms evidentes. Pero lo que quiero decir es que no recuerdo haber visto nada

ms maravilloso que la forma en que aquella mujer pona a su esposo en la verdadera posicin bblica. Lo haca de manera muy inteligente y sutil. Ella saba poner argumentos en labios de l, pero la forma de hacerlo siempre sugera que los argumentos eran de l y no de ella. Hay un aspecto divertido en este asunto, pero yo lo estoy contando como una de las cosas ms conmovedoras y tremendas que jams he experimentado. Ella no slo era una mujer muy capaz, ella era una mujer cristiana y estaba poniendo en prctica este principio de que el esposo es la cabeza. El siempre tena que hacer la decisin aunque ella le haba sugerido las razones para ello. Ella actuaba como ayuda idnea para l. Ella posea las cualidades que l careca; ella lo complementaba, ella lo suplementaba. Pero el esposo era la cabeza y los hijos siempre eran referidos a l. Ella velaba por su posicin. Permtanme demostrar la importancia de comprender y apropiarse y de entender esta enseanza. Por qu darle tanta importancia, y especialmente hoy da? Por qu es ms importante que yo diga lo anterior en vez de dar mis opiniones sobre la poltica o sobre algn problema internacional? Es que la falta de comprensin y de implementacin de esta precisa enseanza causa la mayora de los problemas en el mundo de hoy da. El problema bsico en el mundo de hoy es el de la autoridad. El caos en el mundo se debe a que la gente de todas las esferas de la vida ha perdido todo el respecto por la autoridad, ya sea entre las naciones o en diversas esferas de las naciones, sea en la industria, en el hogar, sea en las escuelas o en cualquier otro lugar. El problema es la prdida de autoridad. Y en mi concepto, todo comienza en el hogar y en la relacin matrimonial. Por eso yo me atrevo a cuestionar si un hombre de estado, cuyo propio matrimonio est quebrantado, realmente tiene derecho de hablar sobre los problemas del mundo. Si fracasa en la esfera de su mayor competencia, qu derecho tiene de hablar sobre otras esferas? Debera retirarse de la vida pblica. El verdadero quebrantamiento comienza en el hogar, en la relacin matrimonial. Estoy afirmando que el impresionante incremento de divorcios que ha tenido lugar desde la segunda guerra mundial (se me dice que momentneamente han decrecido un poco, pero sugiero que es algo temporal solamente y que tiene su explicacin) se debe a una sola cosa, esto es, que hombres y mujeres no entienden esta enseanza de las Escrituras sobre el matrimonio y sobre esposos y esposas. La misma falta de entendimiento explica el quebrantamiento de la familia y de la vida de hogar que tambin es tan obvio en la actualidad. La familia est dejando de ser el centro como sola ser. Los miembros de la familia siempre estn en afuera y con frecuencia hasta tardsimo. La vida familiar con su maravillosa cohesinesta unidad fundamental en la vidaest desapareciendo. Aqu tambin encontramos la explicacin para la mala conducta e indisciplina entre los nios, y con ella la principal explicacin de la delincuencia juvenil. Incluso las estadsticas pueden probarlo! Los nios que han llegado a ser delincuentes, en forma casi invariable, son nios provenientes de hogares rotos, de matrimonios quebrantados. Como solemos decir nosotros, los nios son los perjudicados. Han sido criados en una atmsfera de incertidumbre, indecisin y conflicto, donde la esposa est contra el marido y el marido contra la esposa, de manera

que los nios en sus aos tiernos se convierten en cnicos. No tienen respeto ni por el padre ni por la madre, ni por nada ni nadie. El lugar donde un nio debera encontrar confianza, y donde tendra que poder ver autoridad y liderazgo y direccin, ha desaparecido. All no queda nada y entonces el pobre nio llega a ser un delincuente. Ha sido criado en esta atmsfera de conflicto entre padre y madre, entre esposo y esposa. Ciertamente existen otros aspectos en esta tendencia que me parecen ser aun ms siniestros. No es cierto que a medida que los hombres han estado renunciando a su posicin y se han retirado de ella y no han cumplido su deber como maridos y como padres, y que lo han hecho as a causa de simple pereza y egosmo? En forma creciente los maridos estn dejando la disciplina del hogar a las esposas, a las madres. Ya no se los puede molestar; llegan cansados del trabajo a casa y exigen que sus esposas mantengan apartados a los nios y que ellas respondan a sus preguntas. Acaso no est ocurriendo esto en forma creciente? Deliberadamente el marido est dejando vacante la posicin en la cual Dios lo ha colocado. Es algo que ocurre entre personas cristianas, pero ocurre aun ms entre personas no cristianas. El marido est abandonando su posicin y dejndola en su pereza a la mujer. Actualmente tambin ocurre esto en muchas otras direcciones. Muchas personas cristianas hoy da no quieren tocar la poltica ya que dicen que es un 'juego sucio'. Pero qu argumento tan asombroso es este. Su deber como ciudadanos del pas es interesarse y preocuparse. Pero aqu nos interesa particularmente la esfera del matrimonio. Entonces, al otro lado, el movimiento feminista ha llevado a una actitud agresiva de parte de la esposa, de la madre. Ella se est irguiendo como un igual, y socavando la influencia del padre en la mente de los hijos. El desdichado resultado es un enfoque completamente equivocado del asunto. No digo esto en un espritu de crtica. Es algo que estamos viendo ms y ms en este pas, pero en medida incomparable lo estamos viendo en los Estados Unidos de Norte Amrica. All hay lo que puede ser llamado ms o menos una sociedad matriarcal, donde ms y ms el hombre es considerado como aquel que provee los dlares, el que gana el salario, el hombre que trae el dinero necesario. La mujer, la madre es la persona culta, la cabeza del hogar; y el respeto de los nios va dirigido hacia ella. Este concepto falso y ajeno a las Escrituras acerca del hombre y la mujer, el padre y la madre, conduce a una sociedad matriarcal que a mi parecer es sumamente peligrosa. El resultado es, por supuesto, el crecimiento del crimen y todos los terribles problemas sociales que se estn encarando en ese pas. Luego, debido a su influencia sobre otros pases y a travs de pelculas y otras diferentes maneras, esta actitud es esparcida a travs de todo el mundo. Una sociedad matriarcal que tiene a la mujer como cabeza y centro del hogar es una negacin de la enseanza bblica y es, en efecto, una repeticin del viejo pecado de Eva. El problema est siendo reconocido cada vez ms. Por ese motivo se han formado concilios de consejo matrimonial y cuerpos similares. Pero lamentablemente en la mayora de los casos enfocan el problema en trminos de la psicologa. Y si se examina la vida matrimonial de muchos de estos psiclogos, uno recibe un susto. Estas personas que ofrecen consejo referido a como entrar al matrimonio, y en cuanto a como se

preserva y guarda el matrimonio, no pueden aplicar la enseanza a sus propios matrimonios. Por supuesto, no pueden! No es un asunto de psicologa. Lo que se requiere es simplemente un poco de sentido comn y sabidura y el espritu de compaerismo y una actitud de dar y recibir. Los hombres y las mujeres saben todo acerca de esto y siempre lo han sabido. Hasta que Dios sea la autoridad y el hombre y la esposa se sometan a l, hasta que ellos hagan todas las cosas 'como para el Seor', hasta no comprender que se trata del mismo tipo de liderazgo que el que vemos en Dios sobre Cristo, y Cristo sobre el hombre, no hay esperanza. En la medida en que hombres y mujeres durante los ltimos cien aos se han apartado ms y ms de la autoridad de la Biblia, esta terrible enfermedad social y este problema han llegado a ser ms y ms evidentes. Yo s que me va a decir, "Obviamente usted quiere retornar a aquel esposo y padre severo, represivo, autocrtico, Victoriano". Ello es totalmente falso. Yo s que en gran parte el problema moderno se debe a una reaccin contra el victorianismo, y condeno al victorianismo tanto como condeno a la posicin actual. Debemos regresar a la Biblia. No estoy abogando por un retorno al concepto Victoriano. Lo que estoy diciendo es: Vuelva a Dios, vuelva a Cristo, vuelva a la revelacin que se encuentra en la autoridad de la Palabra de Dios. Vuelva a considerar su perfecto planel hombre, y a su lado la mujer complementndolo, sindole de ayuda idnea; amndose mutuamente, reverencindose, respetndose, honrndose el uno al otro, pero nunca confundiendo ambas esferas. Quiera Dios en su gracia capacitarnos no solamente a ver la enseanza, sino a someternos a ella, y de esa manera honrar y glorificar el nombre del bendito Seor. 'Como al Seor'. *** LA ANALOGA DEL CUERPO Efesios 5:22-24 Volvemos a esta frase porque hasta aqu solamente hemos podido ver uno de sus aspectos en detalle. El apstol nos da dos grandes razones particulares por las cuales las esposas deben someterse a sus propios maridos. Hemos considerado el primero: es un asunto del orden de la naturaleza. El dice: 'Porque el marido es la cabeza de la mujer'. En el comienzo cuando Dios hizo al hombre y a la mujer, lo orden de esa manera; y hemos visto como el Nuevo Testamento no solamente lo confirma, sino que constantemente vuelve a ese ordenamiento original de Dios. De manera que ac estamos tratando con algo que es bsico y fundamental a la vida del hombre en su totalidad sobre la tierra y a su bienestar. Pero en todo esto todava no hemos dicho absolutamente nada que sea particular y especficamente cristiano. Aquello fue una enseanza del Antiguo Testamento, algo que todo el mundo debera reconocer, fuese cristiano o no. Esta es la ordenanza de Dios con respecto a la totalidad de la vida. As como hemos reconocido la familia, hemos de reconocer esto.

El Dios que estableci el estado, orden el matrimonio; y as como debemos someternos al estado, as tambin debemos prestar atencin a esta ordenanza fundamental de Dios con respecto a la posicin relativa de esposos y esposas, y a la relacin que debe subsistir entre ambos. Ahora bien, hasta aqu todo esto es en trminos generales. El hecho de ser cristianos no significa que no estemos interesados en los aspectos generales; el hecho de ser cristianos no significa que no necesitemos el Antiguo Testamento. Todava est all como un fundamento; nosotros construimos sobre l; por eso el apstol lo pone en primer lugar. Pero ahora prosigue a su segunda razn, que es particularmente cristiana: 'El marido es cabeza de la mujer'. Y luego un agregado cristiano'as como Cristo es cabeza de la iglesia'. Esto nos lleva un paso ms all; no Quita lo dicho anteriormente sino que lo suplementa y, en efecto, nos ayuda a comprenderlo. Eso es lo que la fe cristiana hace respecto a la vida en su totalidad. Slo el cristiano puede apreciar realmente la vida en este mundo. Quiero decir que en el anlisis final slo el cristiano puede disfrutar realmente la naturaleza. El cristiano ve la naturaleza en forma diferente al hombre del mundo. Para l hay un elemento de novedad. El cristiano no se limita a ver las cosas en s mismas; l ve al Gran Creador y las maravillas de sus manos, la variedad, el color y la belleza. En otras palabras, el hecho de ser un cristiano significa que la totalidad de su perspectiva sobre la vida es enriquecida. No importa de que se trate, cada don concedido al hombre, cada don que l manifieste, slo puede ser totalmente apreciado por el cristiano. El cristiano ve con mayor profundidad, tiene un entendimiento ms completo. Eso significa que el mensaje cristiano no slo aade a lo que tenamos antes, sino que lo engrandece en gran manera, y nos da un discernimiento ms profundo en ello. Aqu descubriremos que esta adicin especficamente cristiana no solamente nos ayuda a comprender el orden de la naturaleza ya establecido, sino que, adems y por encima de todo, le aade una nueva cualidad, otro aspecto, otro nfasis. Aqu estn las palabras del apstol: "El marido es cabeza de la mujer, as como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y l su Salvador". Lo que estamos considerando aqu es algo que slo un cristiano puede entender; nadie ms que l. Una persona que no cree en el Seor Jesucristo y que no conoce el camino de salvacin, obviamente no puede entender lo que las Escrituras quieren decir con "Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo y l es su Salvador". Para l son palabras carentes de significado; sencillamente no las puede comprender. Por lo tanto, esa persona no puede comprender este concepto especficamente cristiano del matrimonio. Esta es una deduccin de la doctrina cristiana de la iglesia; y por eso, si una persona no comprende la doctrina cristiana de la iglesia, de acuerdo al apstol, a fin de cuentas no puede comprender el concepto cristiano acerca del matrimonio. Esto nos lleva enseguida a trazar ciertas conclusiones. La primera es que obviamente una persona cristiana nunca debera casarse con una persona no cristiana. Eso se nos dice especficamente en la segunda epstola a los corintios: "No os unis en yugo desigual con los incrdulos" (2 Co. 6:14). Sin lugar a duda, sta es una referencia al tema

del matrimonio. Y si necesitamos una razn para aceptar esta exhortacin, la tenemos aqu. Y si el creyente se casa con un incrdulo la situacin ser que una de las personas en el matrimonio tendr este exaltado concepto cristiano del matrimonio, en tanto que la otra persona nada sabr de todo ello. Con eso ya habra un defecto en el matrimonio. Los dos no son uno en su relacin matrimonial; no estn entrando al matrimonio de la misma manera; ya hay una divisin; uno de ellos tiene algo que al otro le falta. Desde el comienzo existe la semilla de la discordia, segn lo demuestra el apstol en la misma declaracin en 2 Corintios 6. La segunda deduccin que yo trazara es que un culto cristiano en conexin con el matrimonio slo es apropiado para los cristianos. Este es un tema muy extenso, es parte del tema de la disciplina de la iglesia cristiana. La posicin ha llegado a ser muy catica. A veces personas que nada saben del cristianismo toman parte en un culto cristiano en el cual se lee esta declaracin sobre el marido como cabeza de la mujer 'as como Cristo es cabeza de la iglesia'. Para ellos es algo totalmente carente de sentido. Por eso deduzco que aqu hay algo que no se debera hacer. No se debe ensear elevada doctrina cristiana a aquellos que no son cristianos; a ellos se limita a predicar el arrepentimiento y la necesidad de fe. No hay forma en que ellos puedan entender la doctrina del matrimonio. Tiene que estar en la vida cristiana antes de poder entenderla. Por eso estoy afirmando que un culto cristiano en las bodas debera ser reservado nicamente para cristianos. Tener tal culto para otras personas sera hacer una farsa de todo el asunto. En tercer lugar deduzco que tal culto es apropiado y correcto y que debe ser celebrado y conducido cuando las personas que entran al matrimonio son cristianas. As creo. Hace trescientos aos algunos de los puritanos en su reaccin violenta contra el catolicismo romano, decidieron que no debera haber culto ninguno en relacin con el matrimonio. El matrimonio, afirmaban, no es sino un contrato legal. Podernos entender muy bien su reaccin y sentimos gran simpata con ella. La iglesia haba enseado el concepto falso y ajeno a la Biblia de que el matrimonio es un sacramento. Por eso los puritanos sintieron que deban alejarse lo ms posible de esa idea. Por eso dejaron de tener estos cultos. Pero sin lugar a dudas, a la luz de la enseanza del apstol aqu, eso fue totalmente errneo. Fue una reaccin demasiado violenta, tan violenta que lleg a ser no bblica. Hay aspectos del matrimonio que requieren un servicio religioso, por ejemplo la enseanza y el entendimiento de este texto particular y otros. Y puesto que, segn esta enseanza, el matrimonio es algo comparable a la unin mstica entre Cristo y su iglesia, afirmo que aqu hay una ocasin para la adoracin y el autntico culto cristiano. El matrimonio no es slo un contrato legal y por lo tanto debemos ser muy cuidadosos, como ya lo he subrayado, para no permitir que personas cuyo pensamiento es equivocado gobiernen nuestro pensamiento y nuestra conducta. El cristiano nunca debe limitarse a una reaccin contra algo; en cambio debe ser positivo y debe estar sujeto a las Escrituras. Pero existen aquellos que, en su odio hacia el catolicismo romano, van a tal extremo que terminan negando las mismas Escrituras que pretenden defender. Sin embargo, permtanme continuar. Si bien el concepto cristiano del

matrimonio inmediatamente sugiere aquellas tres cosas, no ensea aqu ni en ninguna otra parte, tal como lo hace la Iglesia Catlico-romana, que el matrimonio sea un sacramento. En ninguna parte de la Biblia existe una enseanza que sostenga tal idea. Desafo a quien quiera mostrarme tal Escritura. El matrimonio no es un sacramento. Cul es entonces la enseanza? La enseanza es lo que se ofrece aqu, es decir, toda esta idea de la unin mstica. La relacin entre esposo y mujer, y esposa y marido, es comparable a la unin entre Cristo y la iglesia, y la iglesia y Cristo. Para nuestro consuelo, el apstol dice un poco ms adelante, 'esto es un gran misterio'. La relacin entre Cristo y la iglesia es un misterio. Es un hecho, pero es un gran misterioesta unin mstica entre la iglesia y Cristo, entre el individuo cristiano y Cristo, es un misterio. Pero por ser un hecho debemos tratar cada vez ms de comprenderlo. Pablo afirma que la relacin entre marido y esposa y esposa y marido, es comparable a ese hecho. Pertenece a ese orden y esa es la manera en que debemos comenzar a pensar de l. Aqu somos introducidos al reino de esta elevada doctrina referida a la iglesia cristiana. El apstol, con su mente lgica, sabe que esto no debera poner dificultades en la mente de los efesios, puesto que l ya les ha enseado sobre esta precisa doctrina. Lo hizo en el captulo uno donde al final ora pidiendo que ellos lleguen a conocer "cul es la supereminente grandeza de su poder para con nosotros". El apstol afirma que es el poder "manifestado en Cristo al resucitarlo de los muertos... y someti todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo". All Pablo los ha introducido a la doctrina de la iglesia; ahora la est aplicando. Las personas que se apresuran por llegar al final de una epstola sin leer el comienzo, siempre se equivocan. Lo que aqu tenemos son dos deducciones. El apstol volvi a proceder de la misma manera aadiendo un poco ms a la definicin en 4:15, 16, donde dice: "Siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien es cuerpo, bien concertado y unido entre s por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, segn la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificndose en amor". Ahora toma sus deducciones de esa enseanza para que ellos puedan comprender la autntica naturaleza del matrimonio cristiano. Cul es el punto central aqu? Esencialmente es ste. El apstol est subrayando lo orgnico, la unin vital, la relacin ntima. El se ha referido a las 'coyunturas que se ayudan' en 4:16, a los 'tendones', los nervios y las arterias que llevan el sustento desde la cabeza, desde el centro a cada parte del cuerpo. Esa es una forma de subrayar esta unin vital y orgnica que existe entre el esposo y la esposa. Se trata de una vida, una vida idntica a la vida de la iglesia en su relacin a la cabeza, que es Cristo. Aqu, por supuesto, el apstol est particularmente interesado en un aspecto especfico, el aspecto de la dependencia: "Las casadas estn sujetas a sus propios maridos, como Al Seor; porque el marido es cabeza de la mujer, as como Cristo es cabeza de la iglesia". Pablo est considerando este aspecto de la dependencia y sumisin, e introduce

este nuevo elemento para que tengamos un concepto claro de cmo encaja con el asunto y por qu entra inevitablemente. Ms adelante dar su consideracin al otro lado, al marido con respecto a la esposa. Al considerar esta gran declaracin, de inmediato nos vemos confrontados por un problema. Miren otra vez el texto: "Porque el marido es cabeza de la mujer, as como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y l es su Salvador". El problema que cautiva tanto la atencin de los comentaristas, y con razn, es ste: Por qu aadi el apstol este otro elemento? Por qu no dijo simplemente, "el marido es cabeza de la mujer, as como Cristo es cabeza de la iglesia...as que, como la iglesia est sujeta a Cristo, as tambin las casadas lo estn a sus maridos en todo"? Por qu aadi, 'y l es su Salvador'? Hay algunos son mayora e incluyen grandes nombres como por ejemplo Charles Hodgeque no vacilan en decir que este punto es una adicin totalmente independiente, y que lo que el apstol quiere decir cuando afirma, 'y l es su Salvador', es evidentemente que el Seor Jesucristo es el Salvador de la iglesia. Ellos prosiguen para afirmar que esto nada tiene que ver con el esposo. Por qu entonces lo dijo Pablo? Bien, dicen ellos, lo dijo por la siguiente razn: Pablo estaba entregado a este asunto, al afirmar que el esposo es cabeza de la mujer, as como Cristo es cabeza de la iglesia, y que la sola mencin del nombre de Cristo le hace exclamar diciendo 'y l es su Salvador'. Nada tiene que ver con el argumento que est presentando ahora, pero la sola mencin del nombre de Cristo le hace decir esto que es tan maravilloso. De modo entonces, afirman ellos, esta es una frase independiente que no se aplica a la relacin del esposo con su esposa. Los argumentos que esgrimen son stos: Ellos preguntan, Puede afirmar usted que el esposo sea el salvador de su esposa, como Cristo es el Salvador de la iglesia? Esto, afirman ellos, no tiene sentido. Sabemos que Cristo muri por la iglesia. El nos salva mediante su muerte expiatoria y mediante su resurreccin; pero usted no puede afirmar eso acerca de ninguna otra relacin. Aquello es algo totalmente nico. El apstol simplemente fue arrastrado por la profundidad de su sentimiento, y lo expres mediante esta frase independiente que obviamente nada tiene que ver con la relacin marido-mujer. Qu respondemos a esto? Por supuesto, tenemos que admitir que si se lee esta declaracin en forma superficial y sin examinarla cuidadosamente, tiene que concordar con aquel argumento. No hay necesidad de discutirlo. En ese sentido Cristo, como Salvador de la iglesia, es nico, y obviamente esto no se aplica al esposo. Pero eso no es el fin de su argumento. Ellos esgrimen otro argumento al cual asignan gran importancia. Est basado en las palabras que se traducen 'as que, como' que se encuentran al comienzo del versculo 24. El versculo dice as: 'As que, como la iglesia est sujeta a Cristo, as tambin las casadas lo estn a sus maridos en todo'. Este es el punto que ellos destacan. Ellos afirman que la traduccin 'as que, como' es muy errnea; y tienen cierta razn al decirlo. Pero luego ellos prosiguen diciendo que las palabras que se traducen, 'as que' en realidad deberan ser traducidas, 'sin embargo'. Es una palabra de contraste, y siempre presenta un matiz de contraste. Entonces ellos afirman que deberamos

leerlo as: "Porque el marido es cabeza de la mujer, as como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y el es su Salvador. Sin embargoaunque ese no es el caso del esposo con respecto a su esposa, a pesar de ellolas esposas estn sujetas a sus propios maridos en todo". De esa manera ellos creen que su caso es totalmente inobjetable, que en realidad el apstol est diciendo, "Ahora bien, cuando dije que l es el Salvador del cuerpo yo haba olvidado momentneamente mi analoga entre la relacin de Cristo y la iglesia, y la del esposo con su mujer'sin embargo'a pesar de ello, aunque ese no es el caso en la esfera del marido y la mujer, no obstante, las esposas deberan someterse a sus propios maridos, as como la iglesia est sujeta a Cristo". Me parece a m que hay una respuesta adecuada a toda esta argumentacin. En primer lugar limita el significado de la palabra 'Salvador'. La palabra 'Salvador' no siempre lleva el significado exclusivo de Cristo dando su vida por la iglesia y derramando su sangre. Ese es el significado comn, pero no es el nico significado; el trmino 'Salvador' tiene un sentido ms amplio. Hay un ejemplo de esto en 1 Timoteo 4:10: "Por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen". Ahora bien, esa es exactamente la misma palabra que la utilizada en 'la cual es su cuerpo, y l es su Salvador'. Aqu se nos dice que Dios, el Dios viviente, es el Salvador de todos los hombres, especialmente de aquellos que creen. No puede decir que el significado de esto es que todos los hombres gozan de salvacin en un sentido espiritual, porque eso les convertira en universalistas. Por supuesto que no! Pues bien, entonces significa que la palabra 'Salvador' tiene una connotacin diferente. Lo que significa all es 'preservador' que Dios protege, que Dios se preocupa por los hombres. El es el preservador de todos los hombres, especialmente de aquellos que creen. Nuestro Seor nos recuerda que 'El hace salir el sol sobre malos y buenos y enva la lluvia sobre justos e injustos'; s, y a todos les da de comer. En ese sentido l es el Salvador de todos los hombres. Entonces, por qu no asignar ese significado a la palabra 'Salvador' ac? El es quien protege y guarda al cuerpo. Esa es una respuesta que podemos oponer al argumento citado. Pero yo tengo otras razones para rechazar esa exposicin que confinara esta pequea frase al Seor Jesucristo y a su obra salvadora. Esta es mi segunda razn: Yo afirmara que los versculos 28 y 29 que siguen ms adelante insisten en que interpretemos esta frase como aplicada al esposo y esposa, tanto como a Cristo y a la iglesia. Pablo dice, "As tambin los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a s mismo se ama. Porque nadie aborreci jams su propia carne". Y bien, Qu es lo que hace entonces? 'La sustenta y la cuida's, est actuando como un salvador respecto de ella, se est preocupando por ella, la est preservando. 'Porque nadie aborreci jams a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como tambin Cristo a la iglesia'. Y as sucesivamente. El apstol afirma que el esposo debe tratar a su mujer como a su propia carne, su propio cuerpo. El esposo no descuida su propio cuerpo, lo sustenta y lo cuida. En otras palabras, l es el 'salvador de su cuerpo'. Cuan importante es tomar

siempre el versculo en su contexto! Aun los grandes pueden caer en este aspecto. Sostengo que esos dos versculos existen aqu en esta clase de interpretacin, y que sta no es una frase aislada e independiente que se aplique slo al Seor Jesucristo. Pablo todava est hablando de esposos y esposas, 'El marido es cabeza de la mujer, as como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo y l es su Salvador'. Esta verdad se aplica a ambos casos. Pero, Qu de las palabras que se traducen 'as que, como' y que se encuentran al principio del versculo 24? Ahora, esto realmente es interesante. Me he tomado el trabajo de consultar algunos de los mejores lxicos al respecto. Es una palabra griega, 'All', y veo que no siempre debe ser traducida para indicar una especie de anttesis o algo que es opuesto y contrastante. Tmese por ejemplo el lxico griego-ingls del Nuevo Testamento (edicin 1952) por Arndt and Gringrich, uno de los mejores y ms autoritativos. Ellos dicen esto: Su verdadero significado es 'ahora' o 'entonces'. Paso a citarlos. Ellos dicen, "esto es usado para fortalecer el imperativo", no para implicar un contraste o diferencia, sino para subrayar el imperativo que se est impartiendo. Y efectivamente, ellos escogen a Efesios 5:24 como ilustracin de este uso particular de la palabra. Grimm-Thayer tiene una explicacin similar. Por eso me parece que en base a todos estos motivos debemos rechazar la interpretacin segn la cual esta sera una frase independiente referida solamente al Seor. En efecto, si as fuere, su uso en este lugar sera totalmente intil; slo causara confusin. No es eso lo que este apstol suele hacer. De manera entonces, leemos que 'el marido es cabeza de la mujer, as como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo y l es su Salvador'. Y luego'as que, como la iglesia est sujeta a Cristo, as tambin las casadas lo estn a sus maridos en todo'. Cul es entonces la doctrina? Claramente es sta. La esposa es la persona que es guardada, preservada, protegida, escudada y provista por el esposo. Esa es la relacinas como Cristo sustenta y cuida a la iglesia, as el esposo sustenta y cuida a la mujery la esposa debe comprender que esa es su posicin en esta relacin. El esposo es quien preserva, l es su salvador del cuerpo. Por lo tanto la esposa debera comenzar con esta idea, y siempre actuar a la luz de ella. Pero podemos proseguir aun ms. Cul es la relacin del cuerpo respecto a la cabeza? Lo que es cierto de la iglesia en su relacin con Cristo, tambin es cierto en cuanto a la esposa en su relacin con el esposo. Consideremos la ilustracin que Pablo usa aqu y en los ejemplos previos que he citado de la iglesia como cuerpo de Cristo, ejemplos tales como el de 1 Corintios 12 y Romanos 12. Cul es la enseanza? La esposa es al esposo lo que el cuerpo es a la cabeza, lo que la iglesia es a Cristo. Nuevamente, la idea es la del 'complemento'. El elemento esencial en el concepto cristiano del matrimonio es esta idea de lo entero, de lo completo. Ya la encontramos en Gnesis 2'ayuda idnea', alguien tomada del cuerpo de Adn, alguien que es una parte de l; y sin embargo, complementndolo, haciendo de l un ente entero. Esa es la idea que tiene inevitablemente al pensar acerca de su cuerpo; el cuerpo como un todo. El cuerpo no es una coleccin de partes, no es un nmero de dedos, manos y pies, talones y piernas, todo junto unido en

forma ms o menos suelta. Esa sera una nocin completamente falsa del cuerpo. El cuerpo es una unidad vital y orgnica; es una unidad, un todo. Ahora bien, esa es la precisa idea que tenemos aqu. El esposo y la esposa no estn separados; no son como dos reinos que mantienen relaciones diplomticas, que siempre estn en un estado de tensin, y siempre en peligro de una pelea. Eso sera totalmente lo opuesto del concepto cristiano de lo que es realmente el matrimonio. Cristo y la iglesia son uno as como el cuerpo y la cabeza son uno. Sin embargo, este ideal da lugar a diferentes funciones; y eso es lo que hemos de comprenderdiferentes funciones, diferentes propsitos, deberes especiales que slo pueden cumplir cada una de las partes. Pero es de vital importancia recordar que cada parte es una parte del todo y que todas las acciones separadas son parte de una accin unificada que conduce a un resultado corporativo. Pero desarrollemos esto un poco ms detalladamente para iluminar aun ms este tema de la condicin matrimonial y su relacin. Cuan importante es todo esto! Ya he mencionado algunas razones al respecto. Creo que en gran parte la falta de religin de nuestros das se debe a una reaccin contra aquel tipo de vida victoriana en la cual muchos esposos y esposas parecan ser grandes cristianos, pero de quienes la gente deca: 'Si slo les conocieras en su vida privada'. Nada daa ms al cristianismo que un hombre que no es el mismo en su casa como es en la iglesia o en la calle o en su oficina. Es en el hogar donde realmente se conoce a una persona. Cmo son las relaciones all? Por ese motivo estas cosas son importantes, su importancia no slo reside en ellas, sino que ellas son parte de nuestro testimonio general como cristianos. Cul es entonces la enseanza de esto acerca de la relacin de la esposa hacia su marido en cuanto a sujetarse a l? Evidentemente queda claro que no se trata de una mera y simple pasividad; la esposa no ha de ser enteramente pasiva. Decir que la esposa nunca debiera hablar, nunca debiera dar una opinin, sino mantenerse muda o sorda o completamente pasiva sera una interpretacin errnea de este cuadro. Interpretarlo de esa manera sera presionar la analoga y la ilustracin a un extremo donde pierde su significado. En cambio, lo que significa es esto: La esposa nunca debera ser culpable de acciones independientes. La analoga del cuerpo y la cabeza insisten en esto. El propsito de mi cuerpo no consiste en actuar independientemente. Soy yo quien con mi mente y cerebro y voluntad decido actuar. Mi cuerpo es el instrumento a travs del cual lo expreso. Si mi cuerpo comienza a actuar en forma separada, yo estara sufriendo de algn tipo de 'convulsiones'. Esto es lo que significa exactamente la palabra 'convulsiones'; significa que las partes del cuerpo de una persona se mueven de manera irracional. Las acciones carecen de propsito; la persona no quiere actuar as, pero no puede dejar de hacerlo; las partes de su cuerpo estn actuando independientemente de su mente y voluntad. Eso es caos, eso es convulsin. Aqu est la analoga, 'casadas, somtanse a sus propios maridos; estn sujetas y sean obedientes a ellos en todo'. Por qu? Porque como esposa y en esta relacin, no acta independientemente de su marido. Si lo hace el resultado es caos, convulsiones.

O bien, permtanme subdividirlo aun ms. La esposa no debe actuar antes que el marido. Toda la enseanza indica que l es la cabeza, que al final l es quien lleva las riendas. De modo que ella no slo no acta independientemente de l, sino que tampoco acta antes de l. Pero permtanme subrayar tambin este otro aspecto; as como es preciso decir que ella no debe actuar antes de l, es igualmente preciso decir que ella no debe demorar su actuacin, no debe permanecer inmvil, no debe rehusarse a actuar. Vuelva a la analoga del cuerpo. Piense en alguien que ha sufrido una 'parlisis'. Tal persona desea actuar pero el muslo est paralizado y as no puede hacerlo. Aunque la persona quiere moverse no hay movimientoel brazo no est sano, se resiste al movimiento. Esta es una parte de la enseanza; el tema implica la idea de que ella no acta antes del marido, ni se demora en su actuacin, no impide la accin, ella no paraliza la accin. Todos estos puntos son de vital importancia en toda esta relacin matrimonial; y debido a que la gente no comprende y no conoce estas cosas es que el matrimonio est desapareciendo alrededor nuestro. La accin independiente o adelantada, o la falta de accin, la parlisis, el rehusarse a actuar, todo es errneo; y todo ello se debe a que hombres y mujeres no entienden este concepto cristiano del matrimonio. Podemos resumirlo de esta manera: la enseanza seala que la iniciativa y el liderazgo pertenecen en el ltimo anlisis al marido, pero la accin siempre debe ser coordinada. Ese es el significado de este cuadro accin coordinada pero liderazgo en la cabeza. Nada de esto sugiere un sentido de inferioridad. La esposa no es inferior a su marido; ella es diferente. Ella tiene su propia posicin peculiar, llena de honor y respeto. Por eso, ms adelante se indica al hombre que debe sostenerla y cuidarla y amarla y protegerla y respetarla y honrarla. No hay implicancia de inferioridad. Lo que Pablo est enseando es que cualquier mujer cristiana que comprende esto querr agradar a su marido, a serle til, a ayudarle, a auxiliarlo, a capacitarlo para su propia funcin. Ella no vacilar en decir 'y obedecer' durante las bodas. Qu cosa tan triste es sta! Recientemente un amigo me cont que un ministro religioso que estaba por celebrar unas bodas haba afirmado que no utilizara la palabra 'obedecer'. Crea que de esa manera estaba siendo moderno, que estaba apelando al 'hombre de la calle'demostrando que, despus de todo, el cristiano no es tan cerrado! No comprenda que estaba negando la doctrina bblica. Cuan completamente inconsistentes son tales personas! Supongo que si una persona de stas estuviese en un partido de ftbol se jactara del espritu de equipo. Aunque todos estn jugando individualmente y todos tienen gran habilidad, ellos comienzan diciendo que hay un slo hombre que es capitn. Cada uno dice, 'yo no soy el capitn, yo me someto al capitn'. Eso es maravilloso, ese es el espritu de equipo; cada jugador va a obedecer al capitn. Pero no debe decir eso respecto del matrimonio! Eso es degradante para la mujer, eso es pasado de moda, eso es Pablo, ese es el rudo fariseo, eso es una actitud legalista, ese es el Antiguo Testamento! Pero as se niega la doctrina entera y aun es inconsistente en su supuesta modernidad. La esposa cristiana que entiende estas cosas desea decir 'y obedecer', 'amar, cuidar y obedecer'. Por supuesto! Por qu va a casarse? Acaso no es para producir 'una carne', un algo entero? Acaso no es para disfrutar esta accin

coordinada, esta cualidad de algo completo, que ser demostrada al mundo? Eso no es esclavitud; eso es vivir como vive la iglesia en su relacin con el Seor; eso es manifestar un espritu esencialmente cristiano. Pero permtanme decir una palabra final. Notaron que el final de esta exhortacin era, 'as que, como la iglesia est sujeta a Cristo, as tambin las casadas lo estn a sus maridos en todo'? En todo! Realmente quiere decir esto? Aqu volvemos a responder en trminos de la analoga de la Escritura en su totalidad. Cuando la Escritura hace una afirmacin global y general como sta, siempre espera que la interpretemos a la luz de sus propias enseanzas. De manera que al leer aqu que la esposa ha de sujetarse a su propio marido en todo, es lo mismo que cuando leemos que el cristiano debe sujetarse al estado, a los estados que gobiernan, tal como ocurre en Romanos 13 y en otros lugares. Significa entonces que la mujer ha de hacer literalmente todo lo que su esposo le dice, en todas las circunstancias y condiciones? Por supuesto que no. Eso sera ridiculizar las Escrituras. Aqu hay algunas condiciones. Cules son? Esta es una: Una regla fundamental de las Escrituras afirma que nadie jams debe actuar contra su propia conciencia. Esta exhortacin no implica que una esposa ha de actuar contra su conciencia. En el marco de las relaciones conyugales dentro de los trminos del matrimonio, el esposo no tiene derecho de condicionar la conciencia de la esposa. Aqu podramos citar un nmero de casos muy interesantes. Algunas vehay gran confusin en cuanto a obedecer la conciencia y aferrarse a una opinin. Ambas cosas no son iguales. Las Escrituras nos exhortan a obedecer la conciencia en todas las circunstancias; pero eso no necesariamente es lo mismo que aferrarse a la propia opinin. Permtanme darles una ilustracin de esto. Recuerdo haber ledo en el libro de teologa escocesa, por el doctor John Macleod, de un caso muy interesante que ilustra este preciso punto. Hubo en Escocia en el siglo 18 una disputa en cuanto a la relacin del cristiano hacia el gobierno local, y una parte de la iglesia se dividi en dos secciones conocidas como los Burgher y los anti-Burgher. Este fue un asunto de gran controversia. Hubo un pastor llamado James Scott que tena una esposa muy destacada llamada Alison. Era hija de aquel distinguido hombre Ebenezer Erskine, uno de los fundadores de la Secesin original en Escocia. Posea un carcter muy fuerte y era esposa de un hombre muy hbil. El Seor Scott y su esposa disentan en este punto: El seor Scott perteneca al partido anti-Burgher y la seora Scott al partido Burger. Surgieron muchas situaciones difciles. El seor Scott perteneca a un snodo que amonest y desposey a su suegro y to y cuado. La determinacin requiri mucho valor. Luego, habiendo hecho esto en el snodo, tuvo que regresar a su casa y contar a su esposa lo que haba hecho. En respuesta Alison Scott hizo esta famosa declaracin: "James Scott, todava eres mi esposo, pero ya no eres mi pastor". Luego ella puso en prctica lo que dijo y los domingos no iba a adorar en la iglesia donde su propio esposo diriga el culto y predicaba; ella asista a una de las iglesias de los Burgher. Qu hace de un caso como este? Yo no vacilara en decir que Alison Scott estaba totalmente equivocada, porque estaba poniendo su opinin en lugar de la conciencia. All, sin lugar a dudas, tenemos un caso

en que ella bajo todas las circunstancias deba haberse sometido a la direccin y gua de su esposo. Ella no habra violado su conciencia; aquello era un asunto de pura opinin. Repito, nunca debemos hacer el error de confundir la conciencia con la opinin. La esposa puede dar su opinin, pero al ver que su esposo est decidido, ella debe atenerse a su direccin. Permtanme darles otra ilustracin para compensar la anterior. Una de las experiencias ms notables y conmovedoras que he tenido desde que soy pastor de la capilla Westminster ocurri, si mal no recuerdo, hace unos dieciocho meses. Yo estaba predicando en la capilla; era la noche del primer domingo despus de mi retorno de las vacaciones de verano. El texto era, 'Somos embajadores de Cristo'. Yo estaba subrayando el aspecto del llamamiento del embajador. Habiendo descendido del pulpito me dirig a mi oficina, e inmediatamente me fue trada una dama obviamente muy agitada. Lo que ella quiso decirme era esto, que se senta plenamente segura de que ese sermn haba sido predicado para ella. Ella y su esposo haban estado casados durante diez aos. El tena la sensacin de ser llamado al ministerio y estaba renunciando a su trabajo como maestro de escuela. Ella de ninguna manera comparta ese sentimiento. Ella haba hecho todo cuanto poda para evitar que el esposo siguiera adelante, pero el esposo estaba seguro de lo que haca y continuaba, y as hubo una verdadera crisis en su vida matrimonial. Pero durante el culto aquella mujer haba sido profundamente convencida acerca de este asunto, de modo que vino directamente a confesarse conmigo y decirme que de inmediato buscara el telfono ms cercano para llamar a su esposo que estaba en el oeste del pas, adonde haba ido para ser examinado a fin de entrar al ministerio el domingo siguiente. Ella haba visto cuan equivocada haba estado al aferrarse a su opinin y de esa forma torcer el propsito de Dios en la vida de su esposo. Aquello no haba sido conciencia, aquello haba sido aferrarse a una opinin. Afirmo que nunca debemos violar la conciencia, pero tambin afirmo que siempre debemos estar dispuestos a someternos en asuntos de opinin. La posicin de la esposa en la relacin matrimonial no debe ser llevada al extremo de que ella vaya contra su propia conciencia; ni debe permitir que su esposo le haga cometer pecado. Si el esposo trata de hacer que su esposa peque, ella debe decir 'No!' No decirlo es ridiculizar las Escrituras. Si el esposo perdiera su equilibrio mental convirtindose en demente, obviamente ella no ha de obedecerle en todo. Las Escrituras nunca son ridculas; las Escrituras siempre llevan consigo su propio significado; y existen estos lmites inevitables. El cuarto punto que quisiera acentuar es que la esposa no ha de someterse a su marido al extremo de permitirle interferir en su relacin con Dios y el Seor Jesucristo. Ella debe hacer todo menos eso. En quinto lugar, el adulterio rompe la relacin matrimonial; y si el marido ha sido hallado culpable de adulterio, la esposa ya no est obligada a serle obediente en todo. Ella puede divorciarse de l; las Escrituras le permiten hacerlo. Ella tiene derecho de hacerlo porque el adulterio rompe la unidad, rompe la relacin. Ahora estn separados; ya no son uno. El ha roto la unidad, l ha buscado esa rotura. De modo que no debemos interpretar esta Escritura como enseando que la esposa est atada

irrevocable e inevitablemente a un esposo adltero por el resto de su vida. Quiz prefiera seguir junto a lpero eso es algo que ella debe decidir. Todo lo que afirmo es que estas Escrituras no lo ordenan, no lo convierten en algo inevitable. En otras palabras, stos son los lmites de estos asuntos. All estn entonces, en mi opinin, las principales deducciones de esta maravillosa ilustracin. El gran punto que se acenta aqu es que la esposa debe ir hasta los lmites extremos en su actitud de sumisin a su marido por amor a Cristo, y debe hacerlo por las razones que hemos mencionado, y slo detenerse antes de violar los principios que acabamos de establecer. Permtanme sugerir algunas ayudas prcticas para toda aquella esposa que se vea en problemas por este asunto. Si se encuentra en problemas, hgase la siguiente pregunta: Por qu me cas originalmente con este hombre? Cul fue el motivo en aquel entonces? Acaso no puede ser restaurado aquello? Trate de recuperar aquello en el Espritu de Cristo y del evangelio. "Ah, ero", dice usted, "eso es imposible, no puedo". Bien, entonces, respondo yo, como cristiano sienta lstima de su marido, ore por l. Ponga en prctica la enseanza del apstol Pedro en su primera epstola, captulo tres, donde dice tan claramente a las esposas a someterse, y no slo a aquellas que son cristianas: "Estad sujetas a vuestros maridos; para que tambin los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa". Trate de practicar eso; en humildad y mansedumbre trate de ganar a su esposo. "Vuestro atavo no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazn, en el incorruptible ornato de un espritu afable y apacible, que es de gran estima delante de Dios". Haga cuanto pueda, vaya hasta los lmites, trascienda los lmites hasta poco antes de llegar a los principios establecidos. Y finalmente hgase esta preguntahonestamente, Puedo presentarme con esta actitud y en esta condicin ante la presencia del Seor quien a pesar de m y a pesar de mi vileza y mi pecaminosidad descendi del cielo y fue a la cruz del Calvario y se entreg a s mismo y su vida por m? Si puede presentarse ante l todo est bien; nada tengo que decirle. Pero si en su presencia se siente condenada por causa de su actitud, por causa de cualquier aspecto de su relacin, vaya y ponga sus cosas en orden. De modo que cuando vuelva a l, lo haga con conciencia tranquila, con espritu abierto y capaz de regocijarse en su santa presencia. Este es un asunto cristiano; es semejante a la relacin de la iglesia a Cristo, del cuerpo a la cabeza. Mientras lo consideremos en estos trminos no habr problemas; ser un privilegio, es algo a lo cual Dios mirar con placer y deleite. 'Mujeres, estad sujetas''un espritu afable y apacible, que es de gran estima delante de Dios'. Y por mucho que deba sufrir aqu, su recompensa en el cielo ser muy grande

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