MUJER Del Apocalipsis (Interpretacion)
MUJER Del Apocalipsis (Interpretacion)
MUJER Del Apocalipsis (Interpretacion)
La mujer en Apocalipsis 12
LUCA WEILER Resumen La mujer en Apocalipsis 12 acostumbra ser identificada con Mara, la Madre de Jess, Reina del Cielo. Este artculo persigue el itinerario interpretativo y los caminos hermenuticos recorridos para llegar a esta identificacin. Propone una lectura de los mitos que dieron origen al relato apocalptico cristiano. Deconstruyeel modelo interpretativo individualista y personalista que prevaleci en la Edad Media y reafirma el modelo comunitario, que encuentra en este texto apocalptico la Mujer Comunidad- Pueblo.
Abstract
The woman in Revelation 12 is customarily identified with Mary, the mother of Jesus, Queen of Heaven. This article follows the interpretive itinerary and the hermeneutical pathways which were followed to arrive at this identification. It proposes a reading of the myths which gave origin to the Christian apocalyptic account. It deconstructs the individualistic and personalistic interpretive model that prevailed in the Middle Ages and reaffirms the communitarian model, which encounters, in this apocalyptic text, the Woman-Community-People.
Cmo y por qu hablar de Mara en el Apocalipsis, si la lectura del ltimo libro de la Biblia no hace ninguna referencia directa a ella? Las breves consideraciones sobre el tema, arrancan de esta pregunta, y a travs del recurso de la hermenutica feminista de la sospecha, asumen el desafo y la osada de alcanzar el camino y las motivaciones bsicas que identificaron a Mara con la mujer de Apocalipsis 12. Encontramos tal identificacin en el imaginario popular cristiano, pero tambin en un gran nmero de comentarios bblicos y mariolgicos. Elementos mitolgicos y artsticos llenan a esta mujer de efectos utpicos y misteriosos, representndola, muchas veces, como una diosa o, por lo menos, una semi-diosa. La piedad medieval, marcada por una mariologa personalista, encuentra una fuerte reaccin, en pocas posteriores. Tiene lugar, entonces, un significativo rescate bblico de la figura corporativa de Mara Comunidad, Pueblo de Dios. Es en este icono mariolgico donde se inscribe la figura de la mujer de Apocalipsis 12,1-17. Comenzamos situando el libro del Apocalipsis y el estilo literario apocalptico, con el fin de buscar una aproximacin entre el tiempo del escrito y el tiempo de la lectura, que es el nuestro. Sigue un anlisis del texto de Apocalipsis 12, en clave mariolgica, teniendo como objetivo realizar una sinopsis de los diferentes comentarios sobre este texto. Finalmente, una propuesta de hermenutica y un ensayo de relectura, con la tentativa de recrear el texto, dentro de la realidad actual.
1. Apocalipsis y apocalptica cristiana No es sin razn que el libro del Apocalipsis, ocupe el ltimo lugar en la Biblia Cristiana, afirma Elisabeth Schssler Fiorenza, haciendo mencin sobre la dificultad que este libro encontr para ser aceptado en el canon de la Sagrada Escritura . En verdad, el Apocalipsis, considerado como literatura apocalptica juda, apenas levemente cristianizado, siempre fue un libro sospechoso, infravalorizado y marginado en la tradicin cristiana. Esto tuvo consecuencias trgicas para el cristianismo y la Iglesia . Por lo dems, en cuanto la lnea eclesial y teolgica oficial coloc este libro al margen, el imaginario popular siempre conserv su centralidad, aunque leyndolo, en la mayora de las veces, como orculo proftico que descifra y anuncia los acontecimientos presentes y futuros. Los textos apocalpticos seran, as, una alegora del plan de Dios para el fin
de los tiempos. Hoy, se da una creciente toma de conciencia y un rescate valorativo de la apocalptica cristiana. No podemos olvidar que la apocalptica cristiana, en cierto modo, provoc una sntesis entre la tradicin proftica y la tradicin apocalptica en vigor. Esta sntesis se da en la propia vida de Jess y en la comunidad post-pascual, desde los comienzos. Segn Pablo Richard, el cristianismo fue desde el inicio, un movimiento proftico -apocalptico . 1.1. Apocalipsis, un libro que revela y esconde El gnero literario apocalptico aparece situado, generalmente, como forma propia de anunciar la Buena Nueva en tiempos de crisis y de persecucin. Persecucin, como causa externa, y crisis, como causa interna, de la disgregacin de la comunidad. Al igual que el movimiento proftico, tambin el movimiento apocalptico busca, con lucidez, una actitud crtica frente a la realidad y una reinterpretacin de los hechos a partir de la fe, mostrando el otro lado, el lado escondido de los mismos hechos, que slo la fe es capaz de ver. Por esto el nombre apo-klupsis significa revelar, quitar la venda. En la propia palabra Apocalipsis, como en todo el lenguaje simblico, se esconde la tensin entre el revelar y el ocultar. No podemos olvidar que el lenguaje metafrico, propio del gnero literario apocalptico, es siempre un lenguaje slo aproximativo. Al revs de quitar la voz y la venda de los hechos y, sobretodo, de los personajes, la apocalptica, muchas veces, esconde ms que revela. Ah encontramos el sentido del misterio. Por el carcter utpico y el deseo de alimentar la esperanza del pueblo, el Apocalipsis cae en la tentacin de esconder el realismo de los conflictos, o revestirlos con una capa simblica muy recargada. Es dentro de este horizonte interpretativo donde aparece la mujer en Apocalipsis 12, texto reledo como mariolgico por la tradicin cristiana. 1.2. Claves interpretativas y modos de lectura del Apocalipsis El Apocalipsis, libro controvertido, de larga trayectoria hasta conseguir un lugar en el canon, sigue controvertido en los modos de lectura y en las claves interpretativas. Elisabeth Schssler Fiorenza, en su comentario sobre el Apocalipsis, acenta tres tendencias de la lectura apocalptica. La primera, caracterizada por el literalismo bblico, es aquella que busca seguridad religiosa y solidez, como ayuda, para enfrentar las amenazas de la vida cotidiana, en un mundo complejo, amenazador y en continuo cambio. Usa para ello, el modelo interpretativo de la alegora. La segunda, se caracteriza por el uso de la tipologa y busca un lenguaje de esperanza, como por ejemplo, paradigmas de liberacin, en un mundo de pobreza y de opresin. Ambas contextualizan sus lecturas del Apocalipsis en su propia situacin socio-poltica y religiosa. La diferencia consiste en el hecho de que la primera tiende ms hacia el mtodo alegrico tradicional y la segunda hacia el tipolgico. La tercera tendencia de lectura del Apocalipsis, se localiza en el movimiento de mujeres en la sociedad y en la Iglesia. Parte del reconocimiento consensual de que el Apocalipsis es un libro androcntrico. La autora menciona todava otras dos corrientes que surgen en la relectura e interpretacin crtica feminista de la poca: la deconstructiva y la reconstructiva . Hoy, esta perspectiva de lectura del Apocalipsis encuentra, ms y ms, adhesin entre las telogas y biblistas feministas, en sintona con las teologas de la liberacin latino-americana, caribea y sud-africana. As la dimensin poltica de las visiones apocalpticas aparecen aumentadas, como estrategia, para condenar profticamente la explotacin y la opresin, o para apoyar su visin de justicia. 1.3. El lugar incmodo de las mujeres en el Apocalipsis Las mujeres y las representaciones femeninas, en el Apocalipsis, como en la mayora de los libros y de los gneros literarios bblicos, ocupan un lugar desfavorable, cuando no invisible y poco relevante. Maricel Mena aborda esta temtica, rastreando los lugares en donde emergen las mujeres, y sus representaciones simblicas en el Apocalipsis . Leyendo su interesante investigacin y reflexin, percibimos que, en este libro, las mujeres y la simbologa femenina,
ocupan un lugar secundario, poco relevante. En las raras menciones explcitas, las mujeres aparecen, generalmente, en una situacin de crisis y de contraste entre vida y muerte, bien y mal. Elisabeth Schssler Fiorenza apunta hacia la tendencia general del simbolismo del mal, en el Apocalipsis, y se opone a su rgido dualismo . Las mujeres aparecen, en esta oposicin dualista, bien como la mujer mala, la prostituta, bien como la mujer buena, la pura. As, vemos a Babil onia como la gran madre de todas las prostitutas y de todas las abominaciones de la tierra (cf. 17,5) en contraste con la novia, la esposa del Cordero (21,9). Es interesante notar que las imgenes femeninas positivas del Apocalipsis como, por ejemplo, la figura de la mujer vestida del sol, y la de la novia del cordero, son silenciadas, no hablan, permanecen pasivas, sin poder. Segn Fiorenza, esto significa que el deseo de poder de las mujeres no es aceptado, sino ms bien controlado, cuando no castigado por el poder masculino. En este cuadro interpretativo dualista y de contraste, entra en escena Jezabel, como personificacin del mal (2,1829). Incorpora la prctica idoltrica de un grupo opositor, que corrompe la prctica solidaria de la comunidad . En contrapartida, la mujer grvida (12,1-17) representa la personificacin de la vida y de la esperanza de un pueblo que busca su liberacin . Debido al contexto histrico cultural en el cual emerge el libro del Apocalipsis, tanto el lenguaje cuanto los contenidos apocalpticos, son marcados por fuertes expresiones de dualismo, contrastes y oposiciones. Dentro de esta dinmica literaria, acrecentada por representaciones simblicas y mticas, aparece el contraste entre la Mujer y el Dragn (12, 1-17). 2. Mirando el texto de cerca El texto narrativo coloca en escena a un vidente, que se encuentra en tierra y contempla el cielo. Su visin no es esttica, ni terminada, sino ms bien dinmica. Las escenas se suceden con mucha vivacidad, creando expectacin y suspenso en las lectoras y en los lectores. Podemos reconocer tres partes en la estructura del texto de Ap 12,1-17: 12,1-6 - La mujer y el dragn 12,7-12 - Lucha contra el dragn e himno celestial de victoria 12,13-17 - La mujer y el dragn 2.1. La mujer identificada como r e i n a del c i e l o La figura de la mujer, vestida de sol, introducida luego del inicio de la visin, es poco conocida en la literatura apocalptica. Hace alusin al carcter csmico y a los acontecimientos de los ltimos das (cf. Mt 24,30; Ap 12,3;15,1). Esta mujer tiene la luna bajo sus pies y carga sobre su cabeza una corona de doce estrellas (ver 12,1). En opinin de Lohse, el sol, la luna y las 12 estrellas, para el vidente, no son, no ms, ornamentos de mujer. As el nmero 12, apunta hacia el hecho de estar representando el pueblo de Dios, las doce tribus de Israel . Esta imagen es originaria del mundo religioso de la astrologa. La diosa Isis no era slo venerada, como diosa madre, en Egipto, sino tambin en muchas partes del mundo en aquella poca. Era representada como una figura csmica que integra todo: luz y tinieblas, da y noche, fuego y agua, vida y muerte, principio y fin. La seal grandiosa, que aparece en el cielo, es una mujer grvida con todos los adornos de una reina. Ella dar a luz a un hijo, en el cual es necesario reconocer al Mesas: ya que Ap 12,5 es una realizacin de la profeca mesinica (cf. el Sl 2,9) . Siendo el Mesas, identificado con Jess de Nazaret, sera tambin posible ver en esta mujer, vestida de sol, a Mara, la madre de Jess, atribuyndole el ttulo de Reina del Cielo. As la Iglesia de la Edad Media, interpret esta imagen de mujer apocalptica y, consecuentemente, present y vener a Mara, como Reina del Cielo. Entretanto, siguiendo el texto, vemos que la interpretacin de la figura de la mujer asume una dimensin corporativa: adems de madre de Jess, es igualmente la madre de los fieles, su descendencia. Incorpora, as, el verdadero Israel, el Pueblo de Dios de la Antigua y de la Nueva Alianza, del cual naci Jesucristo y al cual pertenecen todas las personas que observan los mandamientos de Dios y guardan el testimonio de Jess (12,17). 2.2. La metfora de la mujer con dolores de parto
La mujer est grvida y grita en dolores de parto. Esta metfora, bastante comn en textos bblicos mesinicos del Antiguo Testamento (Mq 4,9-10; Is 21,3; 26,17), alerta para el proceso paradjico y la tensin dialctica de esta realidad. Solamente en Is 66,7-8 la llegada de los tiempos mesinicos es comparada como un parto sin dolores. En las colecciones de cnticos de alabanza, descubiertas entre los manuscritos del Mar Muerto, encontramos un texto que se asemeja notablemente a la narracin sobre la mujer que est en dolores de parto, como llamada a dar a luz al Mesas. El autor del cntico recuerda las aflicciones de las cuales Dios lo liber y agradece, porque fue salvado de la violencia de los hombres. Por eso clama a Dios: Ellos transformarn mi alma como un navo en alta mar y, al mismo tiempo, la convertirn en ciudad fuerte, frente a los enemigos. Estaba con afliccin como una mujer que est para dar a luz a su primognito; gemidos y fuertes dolores salen de su boca materna, en tanto aumentan las contracciones del vientre de la mujer grvida (1 QH III, 6-8). Al sufrimiento de quien se siente en angustia, como un navo en alta mar, o como una ciudad cercada, sigue un largo relato de sufrimiento y de peligro de muerte, teniendo como personaje central una mujer en parto. As dice el relato: Bajo convulsiones mortales, ella dio a luz un varn y bajo dolores infernales, surge del vientre de la parturienta un milagro, un consejero, con su fuerza de hroe y un hombre escapa de las ondas de las convulsiones (1QH III, 9 -10). Este texto que incluye el milagro del nacimiento del hijo: como consejero y hroe fuerte, recuerda la promesa mesinica de Is 9,5-6: su nombre ser: consejero maravilloso, hroe valiente, Padre para siempre y Prncipe de la Paz. Aunque los textos de Qumrn no se hallen en paralelo directo con Ap 12, ya que falta la imagen del dragn y la cita del Sl 2,9, pueden ayudarnos a comprender el contexto en el cual debe ser entendido el uso de la imagen de la mujer en dolores de parto, para significar el momento de afliccin de las comunidades, hacia el final del primer siglo .
2.3. El dragn como figura de contraste con la mujer En contraste con la mujer en dolores de parto, aparece en el cielo otra seal. Un dragn como enemigo, irritado contra la mujer (ver Apocalipsis de Baruc 29,3ss). En el mundo antiguo, la figura del dragn incorpora la fuerza catica (ver Is 51,9; Sl 74,12-14) que quiere luchar, como adversario, contra Dios. Su aparicin amedrentadora es narrada en estilo tradicional por el redactor del Apocalipsis. El color rojo de fuego, con el cual tambin era representada Babilonia, en Egipto, recuerda sus intenciones de persecucin sangrienta y asesina. Monstruos caticos tienen varias cabezas (cf. Sl 74,14). El dragn tena 7 cabezas y 10 cifras. Aunque podamos ver aqu una alusin a la visin apocalptica de Daniel (7,7), percibimos que hay una diferencia substancial. No se dice nada sobre la distribucin de las 10 cifras sobre las 7 cabezas, pero se menciona que en cada cabeza hay una diadema. Ciertamente, con esto ya se establece una relacin de este dragn (Ap12,3) con la bestia que es mencionada en 13,1, y que aparece adornada de diademas. La gran fuerza del dragn, es relatada a travs de una alusin a Dn 8,10: su cada arrastrar la tercera parte de las estrellas del cielo, lanzndolas sobre la tierra. Con violencia satnica, entra en el orden celestial y desarmoniza todo. De forma amenazadora, el dragn se coloca delante de la mujer, para devorar la criatura, luego que naciese. Quin lo impedir? Aparentemente, muy en breve ser su victoria. La mujer da a luz un hijo, un varn, segn el modo hebraico de hablar (cf. Jr 20,15). l apacentar todos los pueblos, con cetro de hierro (ver Sl 2,9). Por causa de la criatura, el dragn est furioso, frente a la mujer. Entretanto, no puede hacer nada contra l, porque cuando quiere devorar a la criatura, ella es arrebatada, inmediatamente, hacia el cielo.
La mujer, mientras tanto, contina expuesta a la furia del dragn, que ahora se dirige contra ella. Empero ella huye al desierto, donde Dios le prepara un lugar y en donde ser alimentada durante mil doscientos sesenta das . Este hecho parece no tener ninguna alusin a hecho histrico alguno. El smbolo del desierto, como lugar sagrado y de proteccin, marca la historia del pueblo bblico. En el desierto, el pueblo de Israel experiment siempre la fidelidad y el cuidado de su Dios (Os 2,16). En este paralelo, se sita tambin la figura de Agar, que encuentra la manifestacin, la proteccin y la bendicin de Dios en el desierto (Gn 16,1-15; 21,1-21). De igual manera, al final de los tiempos, la comunidad encontrar en el desierto una ciudad para su refugio, abrigo y proteccin, preparada por Dios (cf. 1QS VIII,13-14; Mc 1,3 par.). La figura de la reina del cielo, proviene de representaciones antiguas. Igualmente es conocida la increble violencia del dragn. Es enemigo de la mujer porque est por dar a luz al Mesas. El vidente apocalptico contempla este hecho, como algo que est por suceder en un futuro bien cercano. Por lo dems, el nacimiento de Jess ya pertenece al pasado. La criatura, despus de su nacimiento es arrebatada al cielo y no se habla nada de la actividad terrena de Jess, ni de su muerte y resurreccin. Cmo podemos entender estas particularidades de la imagen? nicamente las podremos comprender dentro del contexto de los mitos y de la historia de las religiones. 2.4. Origen mitolgico de las representaciones apocalpticas de la mujer y del dragn Hay diversas narraciones mitolgicas con los mismos personajes: una mujer, el nacimiento de una criatura y el dragn, conocidas en pueblos y naciones diferentes. En Grecia es conocido el mito del dragn Pitn que persigue a Leto. Ella estaba grvida de Zeus y tena que dar a luz a Apolo. El dragn sabe que la criatura ser una amenaza mortal. Poseidn, sin embargo, salva a Leto de su persecucin y la lleva hacia la isla Ortygia, donde dar a luz a Apolo. ste se vuelve tan fuerte, despus de 4 das, que sale en persecucin del dragn y lo mata. En Egipto, encontramos un mito semejante: el de la diosa Isis. Hathor-Isis es perseguida por el dragn Typhon-Seth. En la pequea isla Chemnis, ella encuentra proteccin y abrigo con su criatura recin nacida y puede criarla en la soledad, libre de cualquier persecucin. Ms tarde, Horos, el hijo, se levanta y vence al dragn. Muchos mitos, bastante difundidos, hablan pues de una criatura divina que es perseguida por fuerzas caticas, sin embargo, parte para luchar contra las mismas y sale victoriosa. Haba una expectativa muy grande con esta criatura salvadora que surge revestida de fortaleza y de gloria y que instaurar un reino maravilloso de paz . Probablemente, la tradicin mitolgica del nacimiento de la criatura, recibi una versin judaica, antes de ser asumida por el autor del Apocalipsis. De acuerdo con la expectativa judaica, la criatura, cuyo nacimiento se espera, es el ungido de Dios, que aparecer como salvador y rey de su pueblo. La mujer, entretanto, es el verdadero Israel, el pueblo de las doce tribus, del cual surgir el Mesas, que, segn el Salmo 2,9, aparece descrito como Seor y Juez de todas las naciones . Elisabeth Schssler Fiorenza, hace referencia al mito de la reina del cielo y del nio, que era conocido internacionalmente. Encontramos variantes del mismo mito en Egipto, en Babilonia, en Grecia y en Asia Menor, especialmente en textos relativos a religiones astrales . Recuerda que algunos trazos de este mito internacional, aparecen tambin en el culto imperial romano. As una moneda de Prgamo, por ejemplo, muestra la diosa Roma, como el emperador divino. En las ciudades de Asia Menor, Roma, la diosa de los cielos, era adorada como madre de todos los dioses. Su templo ms antiguo era el de Esmirna. Su hijo era considerado salvador del mundo y encarnacin del dios-sol Apolo. Por esto, para Fiorenza, el autor del Apocalipsis, probablemente est haciendo una alusin al culto ofrecido al Imperio Romano y a la diosa Roma, una vez que presenta a la mujer vestida de sol, como la anti-imagen de Babilonia, smbolo del poder del mundo en su tiempo (Ap 17 y 18) . Por lo que se refiere a nuestros mitos, la criatura era el personaje central, ya que venca al dragn; aqu, en el Apocalipsis, el personaje central es la mujer y su destino. Una vez que la criatura fue arrebatada al cielo y, como Mesas, est en el trono, a la derecha de Dios, y solamente su pueblo, la comunidad cristiana, continua peregrinando en la tierra, el final del mito deba quedar fuera. La narracin del nacimiento y arrebatamiento, es significativa para fundamentar la razn por la cual el dragn persigue a la mujer. Por eso no se relata en primer lugar la fuga de la mujer hacia el desierto, para que al llegar ah diera a luz a la criatura, sino que, primero la criatura es dada a luz y arrebatada, y despus la mujer es perseguida y puede huir hacia el desierto. As una antigua tradicin mitolgica, puede servir de base para un anuncio cristiano. Con la venida de Jesucristo, se inici la lucha final. La violencia catica del dragn, se dirigi contra el pueblo de Dios, el cual consigue salvarse por
medio de la huda al desierto (cf. tambin los vv.13-17). En el desierto, por lo dems, est bajo la proteccin de Dios. Una vez que el mito fue resumido de este modo, fue posible incorporar un mito proveniente de otra tradicin, para describir la cada del dragn (vv.7-12). 2.5. El centro del texto: la lucha contra el Dragn Llegamos aqu, en Ap 12,7-12, al corazn y centro del texto. Un poderoso guerrero se lanza ahora contra el Dragn. El vidente que se encuentra en tierra, contempla, una vez ms, el cielo y ve cmo irrumpe un gran combate, una verdadera guerra. Dios permite que sus siervos realicen el castigo del juicio sobre el dragn. Miguel entra en escena, sin necesidad de que sea hecha su presentacin. Ya era conocido en la tradicin apocalptica. l es el protector de Israel, el pueblo de Dios (cf. Dn 10,13.21; Henoc-Apoc 20,5; Jud 9; vea tambin 1QM XVII, 5-7 y 1QM IX,15-16). Miguel, con sus ngeles, inicia el combate contra el dragn. La reaccin del dragn es poderosa, embistiendo con todas sus fuerzas, mas no consigue vencer. Se rinde y no encuentra ya ms lugar para quedarse, con sus milicias, en el cielo . Este espacio fue perdido. Es expulsado definitivamente del cielo y precipitado sobre la tierra. As la derrota del Dragn fue sentenciada y l, nunca ms podr regresar hacia el mundo de lo alto (cf. Lc 10,18). La imagen de la guerra en el cielo, aparece conectada con la del juicio, donde Satans tiene la funcin de acusador y Miguel, de defensor del pueblo de Dios . El himno de victoria de la corte celeste (Ap 12,10-12) es introducido despus del drama mitolgico, para reclamar la realidad de la salvacin que se instaura en el cielo. Sin embargo, el contraste entre el cielo y la tierra, contina. En el cielo, reina la alegra y la victoria, porque lleg el tiempo de la salvacin, se estableci la fuerza y el reinado de Dios y del poder de su ungido, el Cristo. El acusador (el diablo) fue derribado, expulsado del cielo (12,10-12a). Por esto: Algrense ustedes, los cielos y los bienaventurados, que habitan en ellos! (Ap 12,12a). Con todo, la expulsin de Satans, del cielo, implica un nuevo Ay! para la tierra: Ay de ustedes, tierra y mar, porque el diablo descendi hasta ustedes, lleno de gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo! (Ap 12,12b). 2.6. La mujer con dos alas de guila Despus de la mencin del nuevo contraste, regresa la figura de la mujer, que diera a luz un hijo varn (Ap 12,13). Cuando el dragn se vio precipitado a tierra, se lanz inmediatamente en persecucin contra ella. As el v.13 establece un puente redaccional y temtico con el inicio del texto (Ap 12,1-2). Por medio de una maravillosa intervencin de Dios, la mujer es salvada del dragn. Recibe dos alas de guila, a fin de poder volar hasta el desierto, lugar de proteccin. La metfora de las alas de guila, para representar la nueva fuerza, recibida de Dios, aparece muchas veces en la Biblia (ver Is 40,31). Pero aqu no se habla de un modo genrico de las alas de guila y s de dos alas muy especiales de una determinada guila que como mensajera de Dios cumple sus rdenes (cf. la Asuncin de Moiss 10,8) y lleva a la mujer hacia el desierto . En el desierto, la mujer ser alimentada y cuidada por Dios (vea 1 Reyes 17,2ss; 19,4ss). Una vez ms, es llevada hacia un lugar solitario donde la serpiente no la podr alcanzar, aunque arme una ltima tentativa de destruccin. En base a los antiguos mitos, en los cuales, frecuentemente, aparecen dragones capaces de vomitar torrentes de agua (cf. Sl 74,13; Ez 29,3-4; 32,2-3), el dragn tambin vomit, como un ro de agua, tras la mujer, a fin de que ella fuese arrastrada por las aguas. Pero la tierra, que aqu aparece en su personificacin de madre -tierra, viene en socorro de la mujer afligida. La tierra abri su boca y trag el ro que el dragn vomitara contra la mujer (vea Nmeros 16,28-30) . As como el pueblo de Dios, en otro tiempo fue llevado al desierto, por la mano benevolente de Dios, o conducido bajo las alas del guila (ver Dt 32,11) y protegido contra todas las persecuciones enemigas, as tambin la mujer encuentra un lugar de proteccin en el desierto. Tenemos aqu una imagen sumamente familiar del Dios-con-nosotros, que est siempre presente en su comunidad y quiere salvarla y sostenerla en todos los momentos de necesidad y persecucin (cf. Mt 16,18). Por lo dems, el dragn, aparece cogido todava por una mayor furia. Como no puede ya alcanzar a la mujer, se lanza contra su descendencia. Por descendencia, entendemos el pueblo de Dios, personas que, como el Mesas, son hijas e hijos de la mujer. Aparecen caracterizados como los fieles, que guardan los mandamientos de Dios y dan testimonio respecto de Jess (ver 1,9; 6,9; 19,10; 20,4). Por causa de esto, deben enfrentar y sufrir la persecucin del dragn. Esta lucha alcanza a todo el pueblo, a todas las comunidades cristianas, a todo el mundo. Pero se sabe que Satans ya fue vencido y derrotado y que su furiosa irritacin es, apenas, una seal de su impotencia.
3. Hermenutica y recreacin del texto Dirijamos, ahora, nuestra atencin hacia la mujer: quin es esta mujer de Apocalipsis 12? Ciertamente habr dificultades hermenuticas al identificarla con Mara. De hecho, todo el escenario que nos transmite la historia de Mara, no es el cielo y s la tierra. Hay una distancia entre Mara de Nazaret, de Beln y esta mujer del Apocalipsis. Pero queda una pregunta: por qu la tradicin bblica y la mariologa, generalmente, identifican esta mujer del Apocalipsis 12 con Mara, la madre de Jess? Revisando algunos comentarios mariolgicos encontramos de modo ms o menos consensuado, que la mujer descrita en Apocalipsis 12 no es tanto una personalidad individual, sino ms bien corporativa. Es la Mujer-Pueblo de Dios, de la Antigua y de la Nueva Alianza. En el Antiguo Oriente, muchas veces la designacin de pueblos y ciudades era hecha a travs de la figura de una mujer. En el AT cuando se habla de la Hija de Sin, sta evoca la ciudad de Jerusaln o de su poblacin (Is 1,8; Jr 4,31; 4. de Esdras 9,38ss). En el contexto histrico de finales del primer siglo, la mujer-pueblo de Dios, vestida de sol y coronada como reina del cielo, sufre dolores de parto y huye hacia el desierto, es figura e imagen de la Iglesia perseguida, que en su propio cuerpo experimenta las tribulaciones del Siervo de Yavh . Y ahora, para concluir, volvemos a la pregunta: Quin es hoy esta mujer? Vestida de sol Generando vida nueva Uno, dos, tres de sus hijos fueron arrebatados al cielo Pero ella contina su lucha en la tierra Firme, sin miedo del dragn de tantos nombres Tus dolores son de parto, no de aborto Porque tienes fe en el imposible Ningn dragn disminuir en ti la insistencia por la vida Continas concibiendo, gestando, dando a luz con dolores de parto Nuevas relaciones de gnero y poder Eres mujer-Esperanza Mujer de las alas de guila Mujer de la solitud, del desierto Mujer Comunidad Mujer Pueblo Mujer Reino de Dios MARIA
Lucia Weiler
E. Schssler Fiorenza, Apocalipsis: visin de un mundo justo, Verbo Divino, Estella (Navarra), 1997, 20. Pablo Richard, Reconstruo da Esperana,Vozes, 2.a Ed., Petrpolis, 1999, 35. Idem, ibidem. Schssler Fiorenza, ob. cit., 22.. Maricel Mena Lpez, As mulheres e as representaes do feminino no Apocalipse. Texto disponible en Internet ([email protected]). E. Schssler Fiorenza, ob.cit., 29. Cf. Lpez, citando a Pablo Richard, Apocalipse, reconstruo da esperana, Petrpolis, Vozes, 1996, 106-107.
Cf. Pablo Richard, Apocalipse, 118. E. Lohse, Die Offenbarung des Johannes, 68-69. Cf. la nota de la Biblia Traduo Ecumnica TEB. Cf. E. Lohse, Die Offenbarung des Johannes,Gttingen, Vandenhoeck & Ruprecht, 1979, 70. 3 aos y medio; cf. 11,2s; 12,14; 13,5 Cf. E. Lohse, ob. cit., 71. Cf. Idem, 72. Cf. E. Schssler Fiorenza, ob. cit., 116. Cf. Idem. Probablemente existe, por detrs de esta frase, la idea (cf. Ascensin de Isaas 7,9ss. Henoc 7,1) de que Satans tuvo lu lugar en el cielo inferior. Cf. E. Schssler Fiorenza, ob. cit., 117. Nuevamente, el tiempo marcado es de tres aos y medio, es decir, el ltimo tiempo de persecucin (cf. Dn 7,25; 12,7; Apoc 11,2s.; 12,6; 13,5). Isabel Aparecida Flix; Mercedes de Budalls Diez: A terra e a mulher. Uma leitura ecolgica de Apocalipse 12,1 -18, en VV.AA., Biblia e vida: tecendo com fios ecofeminista, A Palavra na Vida 177/178, CEBI, So Leopoldo, 2002. Por ejemplo: A. Murada, Quem esta Mulher? Maria na Bblia, So Paulo, Paulinas, 1996; R. Laurentin,Tratado de Teologia Mariana, Petrpolis, Vozes, 1965; E. Schillebeeckx, Maria, Me da Redeno, Petrpolis,Vozes, 1966; I. Gebara - M. Cl. Bingemer, Maria, Me de Deus e Me dos pobres: um ensaio a partir da mulher e da Amrica Latina , Petrpolis, Vozes, 1987. GEBARA,I. BINGEMER, M.Cl., op.cit., p. 100
El Consejo Latinoamericano de Iglesias es una organizacin de iglesias y movimientos cristianos fundada en Huampan, Lima, en noviembre de 1982, creada para promover la unidad entre los cristianos y cristianas del continente. Son miembros del CLAI ms de ciento cincuenta iglesias bautistas, congregacionales, episcopales, evanglicas unidas, luteranas, moravas, menonitas, metodistas, nazarenas, ortodoxas, pentecostales, presbiterianas, reformadas y valdenses, as como organismos cristianos especializados en reas de pastoral juvenil, educacin teolgica, educacin cristiana de veintin pases de Amrica Latina y el Caribe .