Antonio Miguel Bernal Lo Más Español de España
Antonio Miguel Bernal Lo Más Español de España
Antonio Miguel Bernal Lo Más Español de España
Lo ms espaol de Espaa
Qu diferencias existieron entre los imperios coloniales espaol y britnico? El autor del artculo pone de relieve que, en el caso hispano, las Indias no constituyeron un mero reflejo de la metrpoli, sino que encarnaron fielmente su diversidad.
Antonio-Miguel Bernal, Premio Nacional de Historia.
Abordar la historia espaola del siglo XVI, pese a las abundantes y renovadas publicaciones que aumentan sin cesar, sigue siendo un reto difcil por dos razones. Por una parte, por las numerosas cuestiones entrecruzadas que se integran en esa centuria, y que los historiadores en el presente an no han resuelto bien. Por otra parte, por el impacto decisivo que esta etapa de nuestro pasado ejerce en el conjunto de la historia de Espaa.
como un don divino, pero la percepcin de estas cambi en los sucesivos reinados de ese siglo. De ese modo, Carlos I (1500-1558), a mediados del siglo XVI, pospuso su relevancia en beneficio del su imperio europeo sobrevenido (el llamado Sacro Imperio Romano) que l, como cabeza titular de la dinasta Habsburgo, representaba. Este era un vasto conglomerado esencialmente germnico, cuyos dominios carecan de cohesin interna. Finalmente, Felipe II (1527-1598) cambi la preponderancia de ambos imperios, pues este monarca no vea cmo podra sostener la supremaca poltica y militar que haba logrado alcanzar en Europa sin el carburante metlico que le proporcionaba la plata indiana. En realidad, lo que sucedi fue que Espaa, por circunstancias complejas, se vio abocada a liderar un doble imperio, uno europeo y otro colonial. El impacto de cada uno de ellos en la construccin de Espaa como Estado nacional fue sustancialmente distinto o, mejor, opuesto. El imperio europeo con el tiempo coadyuv a desvirtuar este proceso en relacin a las pautas seguidas por otros Estados europeos. En contrapartida, en los prolegmenos del siglo XVI, el imperio colonial demostr una capacidad de integracin de la diversidad poltica y cultural existente en la metrpoli que, paradjicamente, no se produca en ella. Por esta razn, result ser lo ms espaol de aquella Espaa en construccin.
materiales en una empresa comn de todos los pueblos y naciones que componan la monarqua contractual y, con ella, la empresa imperial. Precisamente esto fue lo que -a mi entender- fall en el caso espaol. Para comprenderlo partimos de una premisa clara y simple: sin colonias no hay imperio. Y sin colonias ni imperio, en la Europa de los siglos XVI, XVII y XVIII, los factores de formacin de los Estados nacionales occidentales se desvanecen. Esta realidad obliga a que la historia de Espaa y de su imperio colonial forme una realidad nica, porque ambas partes presentan una complementariedad insoslayable. As las cosas, el imperio de la monarqua espaola no pudo desempear el mismo papel que tuvo en Gran Bretaa ya desde sus inicios, debido a equvocos y perversiones en su usufructo y en su explotacin. Como hemos apuntado, descubiertas las Indias en 1492, estas se incorporaron oficialmente a la corona de Castilla en las Cortes de Valladolid de 1518, lo que comport la exclusin de Aragn y Catalua. Este tema est lejos de ser estudiado an como mereciera, al primar los prejuicios polticos, y ha sido objeto en mltiples ocasiones de manipulaciones histricas. Ello obedece a que, al abordar esta cuestin esencial del Imperio de Indias, se toma conciencia de que se toca un punto neurlgico que muchos historiadores acomodaticios procuran soslayar, pues el precio a pagar -dicen- sera ahondar un poco ms en la fractura de una frgil unidad nacional y estatal, inacabada, que hay que preservar a toda costa. Lamentablemente, esta ltima visin ha sido la que ha pretendido canonizar una historia oficial escrita de una vez por todas y para siempre bajo un sesgado prisma de intereses.