Cultura Escolar-Cultura Mediática

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Lasescenas anterioresintentan ponerenescena algunas de lasrelacionesqueniosy jvenes establecencon losmedios de comunicacin y las nuevas tecnologas.

Instalados en nuestra cotidianeidad, los medios imponen nuevas formas de transmisin del conocimiento, nuevos modos de percibiryrelacionarse. Atravs delconsumomeditico e informtico, nios y adolescentes no slo usan los medios, adems comoilustran las escenas,construyenconocimientos,organizansusprcticascotidianasapartirdeellos, comparten con pares cdigos, objetos, conversaciones, juegos y sedistinguende otros deacuerdoagustosodiferentesposibilidadesdeacceso. Inmersos en este ecosistema comunicativo (Barbero, 2003), las nuevas generaciones participan de unaexperienciaculturalnueva,desarrollanunasensibilidadacostumbradaa la velocidad y fragmentacin de los discursos audiovisuales, al zapping constante y la interaccin con las mltiples posibilidades del entorno informtico. Con naturalidad, chicos y jvenes se mueven en un universo cultural que se rige por una lgicayvalores muydistintosquelosquelegitimalaculturaescolar. Este proceso produceundesfazajefuerteentrelasvivenciasqueloschicosexperimentan por fueradelaescuelayelmodeloescolar detransmisindeconocimientosMientrasque la institucin escolar se rige todava por los principios que la regularon en susorgenes (homogeneidad, jerarquizacin, sistematicidad, orden y secuencia lineal) , los alumnos son portadores de culturas diversas, traen consigo otros lenguajes y saberes que, la mayoradelasveces,nosontomadosencuentaenelmbitoescolar. As, la experiencia escolar se convierte a menudo en una frrea frontera donde se enfrentandiversos universosculturales.La preguntaquesurge,entonces,essiesposible achicar la distancia, cada vez ms grande,entre laculturaescolar y laculturameditica, sabiendo que ambas constituyen, hoy, el territorio comn de la formacin de las subjetividades. Cmo podemos acercarnos a las culturas infantiles y juveniles, a sus experiencias cotidianas, a sus consumos mediticos, y a la vez encarar una accin pedaggica que permita problematizar y cuestionar la aparente transparencia de los mensajesmediticosylosvaloresimpuestosporlaculturadelconsumo? Para responder este interrogante, nos proponemos primero, contextualizar las transformaciones en los modos de concebir las identidades infantiles y juveniles, reinstalando el carcter de construccin histrica que han tenido, en relacin, en primer lugar,conlaescolarizaciny,actualmente,conlasindustriasculturalesyelconsumo. 2.Cuandolosniosseconvirtieronenalumnos Los que nos desempeamos en las instituciones escolares, tendemos a considerar la escuela como el contexto natural del desarrollo del nio. Acostumbrados al paisaje escolar, perdemos de vista el proceso histrico, social y cultural que desempe la

escolarizacinmasivaenlaconstruccindelainfanciamoderna. Diversos aportes histricos1, contextualizan cmo los nios comienzan a tener un tratamiento diferencial en la modernidad cuando se los comienza a diferenciar de los adultos a partir, sobre todo, de su incompletud, de su debilidad y de la necesidad de tutela. La infancia es vista como una etapa de transicin, de preparacin para la vida ciudadana. Por lo tanto, educar era completar al nio para volverlo adulto. Pero, para educarlo de acuerdo a las necesidades de las nacientes sociedades industriales era preciso crear instituciones capaces de producir un efecto formativo y normalizador sobre una niez que, de acuerdoasuspertenencias familiares, era portadorade diversidades sociales y culturales. Para absorber los distintos modos de ser nio, se construye entonces una nueva categora: el alumno. Ser a partir de entonces (hasta que entra en crisis la funcin homogeneizadora de la escuela), el sujeto alumno y no ya losdistintos nioslos quetransitenlasetapasdelaescolarizacin. As, la escuela fue el dispositivo creado por la pedagoga moderna y los Estados nacionales para normalizar la infancia y moldear losfuturosciudadanos. Entre fines del sigloXlXyprincipiosdelXX,lamayoradelasnacioneslegislsueducacinprimariayla volviobligatoria. Ennuestro pas,bajoellemasarmientinoeducaralnio,educaralciudadano,laescuela se convirti en un poderoso agente socializador y formador de la identidad nacional. Inmigrantes y comunidades indgenas diversas fueron integrados mediante una configuracin de contenidos de los cuales se excluyeron sus propios orgenes, sus prcticas culturales y religiosas.Lo que laescuelaproducaera,sobretodo,unaidentidad comn y la producaeficazmente atravsdelaculturaescolar:losniosalumnosdeban hablar de una manera,debanformarysentarseenlugarespreestablecidos,seguirritmos de aprendizaje prefijados, participar en rituales colectivos, subordinarse a la autoridad docente,serobedientes,higinicosyaplicados. La escuela era una mquina de imposicindeidentidades,perotambinextendaunpasaporte a condiciones mejores de existencia (Sarlo, 1998) poreso, adems desustentarse en las leyes de obligatoriedad escolar dispuestas por el Estado, la accin pedaggica se legitimaba en una fuerte alianza entre familia y escuela. Las familias perciban que la escuela serva porque encaminabaasushijos, atravsdelesfuerzoyelmrito,haciaun futuromejorparaellos.

1 Entre ellos: Aris, Philieppe ( 1975), L enfant et a vie famillliate sans lAncienne Regime, Plon, Pars y Narodowski,Mariano(1994)Infanciaypoder.Laconformacindelapedagogamoderna,Aique,Bs.As

Con eficacia, la escuelaseerigien el lugar privilegiado deaccesoalaculturalegtima a travs de latransmisinyreproduccin dedeterminadosconocimientos2, desterrando fuera de lasaulas las manifestaciones propias de lasculturaspopularescomolosrelatos orales,eltango,elftboloelcine. Este monopolio del saber estaba fundado en las nuevas tecnologas de la palabra: la escritura y la imprenta. La cultura escolar pone su epicentro en la enseanza de la escritura y la lectura y los libros de texto van a ser instrumentos fundamentales de transmisindeconocimientosyvalores.Desde laspginasde loslibros se legitiman los valores hegemnicos que la cultura escolar transmite: lenguaje nico, historia oficial, higiene,buenascostumbresyurbanismo. El dispositivo escolar se sustentabaademsen una relacininmodificable entremaestro y alumno. El lugardel docente era eldel adultoque sabe frenteaunnioalumnoque no sabe o tiene conocimientos vulgares que hay que sustituir. Laautoridad pedaggica se constituyeasdesdeelpoderyelsaberyera,porlotanto,incuestionable. Desde esta matriz cultural, nias y niosfueronmoldeadoscomoalumnos,normalizados a travs de valores, disciplina y conocimientos impartidos por una institucin que garantizabalainsercinsocialyelprogreso. Pero, a partir de los aos 70, en el contexto de crisis econmica y debilitamiento del EstadodeBienestar,la ilusin igualadorasefue desmoronando. La escuela noslono era capazdeproducir elascenso socialesperado,ademsesacusadadereproducirlas diferencias sociales. Acorralada, la cultura escolar intenta mantener sus rituales, pero estos ya no ofrecen lacargasimblica que ledioorigenfrenteaalumnosqueson,desde tempranaedad,socializadosporunentornomassmeditico.

3.Mercadoymedios:lanuevapedagogizacindelainfancia En las ltimas dcadas del siglo XX, el avance del Mercado y la llamada cultura del consumo transformaron el tradicional proceso de socializacin infantil basado en la alianza escuela/ familia. Hoy,los nioscomienzan aser interpelados por losmedios y el mercado mucho antes de ingresar a la escuela y, a diferencia de lo que ocurra en los albores de la escolarizacin, los chicos portan una experiencia cognitiva desarrollada a travsdelainteraccinconlasnuevasagenciasdeconocimiento.
2 Segn Pierre Bourdieu (La Distincin, 1988) la escuela ejerce una arbitrariedad cultural ya que transmite una determinada seleccin de conocimientos como si fuera la cultura legtima de toda la socie dad. En este proceso,se ocultanlasdiferenciasculturalesysemarginanlossectoresquenocompartenelcanonculturaldelaescuela.

Para problematizar esta nueva forma de socializacin de la infancia, es necesario conceptualizar el consumocomoun proceso mscomplejoque elmero acto compulsivo decomprar o adquirirdeterminadosobjetos.En lassociedadescontemporneas,bajola oferta incesante de mercaderas y una febril innovacin tecnolgica que acelera la caducidad de los productos, emerge una nueva forma de ciudadana que busca el reconocimiento social mediante el consumo distintivo3 de bienes y signos. Como afirma Garca Canclini, (1995:44) consumir es participar en un escenario de disputas por aquelloquelasociedadproduceyporlasmanerasdeusarlo. Por eso, reflexionar sobre los consumos culturales implica enfocar la mirada en los procesos y las prcticas de apropiacin simblica que realizan los sujetos inmersos en unacultura,endondeelMercadonoslopromuevelaexpansinydiversificacindebie nesyservicios, adems establecemodosdeidentificacin a travsdelaposesinyuso delosobjetosycreadeseosenrelacinaloquenosetiene. De esta forma, la cultura del consumo, vehiculizada por los medios, inunda nuestra cotidianeidad con imgenes y publicidadesdeproductos,dandolugaranuevasprcticas culturales que trastocan el lugar social asignado a la infancia en la sociedad moderna. Pantallas omnipresentes, publicidades, cybers, shoppings, conforman los nuevos espacios desde los cuales nios y jvenes ya no son interpelados comohijoso dciles alumnos,sinocomopotencialesclientes. Trastocando los valores de esfuerzo, trabajo, mrito y acortando el lento camino de preparacin para la ciudadana que la modernidad impona a la infancia, el mercado impone una forma socializadora ms rpida y seductora: el consumo. Nios y adolescentes se vuelven un sectorapetecibleycobranvisibilidad atravs delconsumoy si no puedenconsumir, lesdepara lainvisibilidad social,la exclusinyla marginalidad. Es que msall delconsumomaterial, se instaura unconsumosimblico que determina pertenencias, comportamientosydistincionessociales.ProgramasdeTV,pelculas,ropa, celulares,zapatillas,sitiosWebfavoritos,bandasmusicales,seconviertenenreferentes identitariosydemarcandiferenciasentrelosgruposapartirdeldesigualconsumo. As como dijimos que el dispositivo escolar necesitaba de la alianza entre familia y escuela,la nuevaformadepedagogizacindelainfanciasebasaenlaredituablealianza entre mercado y medios. El mercado necesita crear un entorno donde los objetos adquieran valor, se vuelvan deseables para los millones de chicos que pueden y tambinparalosquenopuedenadquirirlos.(Minzi,2003).
3 Pierre Bourdieu ( op.cit ) argumenta que en las sociedades contemporneas las relacionessocialesseconstruyen, ms que en la lucha por los medios de produccin y la satisfaccin de necesidades materiales, mediante la apropiacindelosmediosdedistincinsimblica.

Motorizados por potentes merchandinsing, los programas de televisin abonan su xito sembrando infinidaddeproductosen lavidainfantil.Comomostrabalaescenaconlaque empezamos este texto, mirar Chiquititas,ms alldel programa, se vuelve significativo para las niasatravs de la cantidad deinteracciones conobjetos culturalesyprcticas que habilita a travs de Cds, figuritas, ropa, juegosyconversacionesposibles. De igual manera,qupelculaslogranserxitodetaquillasinosonacompaadasporunafuerte campaa de marketing que inunde con sus imgenes locales de hamburguesas, jugueteras y spots publicitarios? Como en un infinito hipertexto cada producto cultural pelculas, programas, megarecitales propone hipervnculos abriendo mltiples formas deaccesoacadaunodeellos. Mientras que la escuela tradicional aspiraba ala homogenizacinyala construccin de una identidad nica, el mercado agudiza la fragmentacin social, segmentando audiencias, diversificando la oferta de productos y mercaderas de acuerdo a gustos, intereses, edades, nivel adquisitivo, etc. Desdibujados los referentes tradicionales que daban cohesin a la vida social (familia, escuela, Nacin), se multiplica la aparicin de distintas tribus urbanas que se aglutinan en torno a consumos, gustos, experiencias y adscripciones identitarias especficas punks/rollyngas/tecnos/cumbieros , delimitando espaciosdiferencialesydesiguales. En estos nuevos procesos de socializacin, elgrupode pares cobra importancia central en la transferencia de cdigos y reglas con los amigos se aprende y se crean comunidades de sentidocompartido. Deestamanera,losjvenesparecenautogestionar sus formas organizativas sin intermediacin de adultos o instituciones educativas, que suelen negar la existencia de otros lenguajes y modos de apropiacin distintos a los consagradosporlosprogramasydisposicionesescolares. Antela irrupcindelasmltiplesmanerasdesernio,nia,adolescente, joven,laescuela suele reaccionar lamentando la prdida de los valores tradicionales, juzgando negativamente las diversas manifestaciones culturales, culpabilizando a los medios por influirenelimaginarioinfantilyalasfamiliasporhaberabandonadolaalianza. 4.Porquyparaquintegrarlosconsumosculturalesenlaescuela? Es innegable, como expusimos en el aparado anterior, el lugar cada vez ms preponderante quetienenelmercadoylosmediosdecomunicacinenlaconstruccinde las identidades infantiles y juveniles. Vimos cmo el mercado no slo oferta y vende productos, sobre todo conforma su mundo simblico: El mercado redacta el guin de la vida infantil, define qu es lo quelos chicosdesearn,aqujugarn,sobrequecharlarn,sobre qu discutirn o agradecern a sus padres, qu compartirn con sus pares, qu pensarn, qu

dibujarn,qusoarn,qupedirnaPapaNoel.(Minzi,2003). Reconocer y aceptar la capacidad modeladora que ejerce la cultura meditica 4 sobre las prcticas y el imaginario de chicos y adolescentes no implica que debamos atrincherarnos enposicionesdefensivasoingenuas.Noserdesdeactitudesmoralistas ni desde la pasividad acrtica que la escuela logre reposicionarse en elmundoinfantil y juvenil. Por el contrario, la escuela puede fortalecer su funcin social acercndosealas culturas juveniles, reconociendo sus diversas conformaciones y prcticas, abriendo espacios de dilogosobrelos consumos culturales,asumiendo unaalfabetizacincrtica que integre los nuevos lenguajes y medios, ofreciendo herramientas para interrogar la informacin, analizar las representaciones y estrategias utilizadas, problematizando y desnaturalizando los mensajes mediticos. Para esto, es importante que encaremos accionespedaggicasquepermitan: Crearespaciosdedilogosobrelosconsumosmediticos: Si como indican estudios y encuestas5 sobre consumo televisivo infantil, este se realiza cada vez ms en forma solitaria, sin mediacin de adultos (en las clasespopulares por ausencia delos padres y en los niveles mediosyaltosporla proliferacin de televisores en distintos mbitos del hogar), es necesario que generemos espacios de dilogo y reflexin sobre los consumos culturales de los alumnos y el mundo construido por los medios. Conversarsobrelos programasque los chicosven,sobrelospersonajesconlos queseidentifican, indagar sobre los productos o juegos que realizan apartir deellos,no sloayudaaacercarlaculturamediticaalaula,tambinimplicasalirdelconsumoindivi dual,paraintercambiarydebatirconotrossobregustosypreferencias. Losconsumosylas apropiacionesvaran segnel contextosocial, poresoesimportante que los docentes suspendamosla valoracin, aprendamos a conocer lo que loschicos piensan y hacen, propiciandola reflexinyel dilogo, nocensurandosusconsumossino hacindolos pensar acerca de ellos. Es decir, podemos actuarslocomoconsumidores, situndonos en ellugar quenosasignael mercado o podemosejercercomociudadanos una reflexin ms amplia sobre qu y cmo consumimos, reconstruyendo los diversos contextosenquelosobjetosculturalesysususosnospermitenencontrarnosy dialogarconlosotros.

4 La cultura meditica, en cuanto transformadora de prcticas, saberes y representaciones sociales, opera desde dentro de la cotidianeidad, ms all de las situaciones especficas derecepcin, audienciacin o del carcter de pblico, consumidores o usuarios de los sujetos, extendindose a todaslas formasdelavidasocial. (Huergo, 2000:47)
5Las encuestas realizadas a alumnos de distintas escuelas de Capital, por el Programa Medios en la Es cuela ,

duranteeldesarrollodelostalleresdeiniciacinenmedios,confirmanestatendencia.

Generarunaalfabetizacinintegral Sabemos que los chicos ingresan, hoy, a la escuela primaria con una serie de conocimientos y cdigos adquiridos en su interaccin con los diversos medios, con las mltiples pantallas,porloquelaescuela noslotienequeposibilitarelaccesoalacultura escrita sino tambin a la mltiples lecturas y escrituras que conforman la cultura contempornea. En vez de excluir, integrar los nuevos medios y lenguajes, posibilitando unaalfabetizacincrtica quepermita a lasnuevas generaciones no slo usarlas nuevas tecnologas, adems brindarles herramientas para reflexionar sobre los valores transmitidos, cuestionar la aparente objetividad de undiario ounnoticiero,analizarlas estrategias de marketing usadas por las publicidades para convencer a lasaudiencias cuestionarsobretodoelinjustoaccesoalosbienesculturales. Abrirlaagendatemticayampliarlaofertacultural. Atravs de los mecanismos de construccindela informacin, losmediosseleccionany jerarquizan algunos acontecimientos, los muestran de determinada manera y ocultan otros. De estamanera, lasempresas mediticashacen circularagendastemticasque influyen en la opinin pblica. La escuela puede posicionarse crticamente deconstruyendoconlos alumnosestosmecanismosypermitiendo,adems,queingresen al aula problemticas propias de las culturas juveniles que los medios no muestran o muestran en forma estigmatizante (asociando a los jvenes, sobre todo delos sectores populares,conlaviolencia,ladroga,ladelincuencia,etc.). Explicamosanteriormentecomoel mercadoproduceaccesosdesigualesalosproductos culturales,esenesteaspectoquelaescuelapuedecumplirunaimportantefuncinsocial, posibilitando el acceso a los nuevos mediossin exclusionesyampliando laofertacultural a travs del acercamiento a productos diversos, alternativos a los que circulan por ejemplo,enlaTVoelcinecomercial. .Encararpropuestasdeproduccindemediosyexpresindedis cursospropios. La alfabetizacin crtica en medios tiene como propsito que chicos y jvenes se constituyan enproductoresculturales,capacesdeinterpretarlaculturamediticaquelos rodeaytambinparticipar,generandodiscursospropios. Por eso, es importante que laescuela desarrolle proyectosde produccinmeditica,no para competir con los grandes medios sino para que los alumnos produzcan en forma colectiva sus mensajes, accediendo a circuitos reales de comunicacin y haciendo circularotrasvoces. Es en el propio proceso de produccin donde se dan las posibilidades de utilizar el lenguaje audiovisual y deconstruir los conocimientos mediticos para generar nuevas

narrativas,mostrarotros puntosdevistaydiferentesmiradas,ampliandoenloposibleel horizontedelovisibleydecibleenlosdiscursoshegemnicos.6 Losdocentespodemosayudaraquechicosychicasexplorenydescubrannuevasformas creativas dedar aconocersusrealidades,expresarsusvivenciasyqueestaspuedanser compartidas con otros a travs de la produccin y difusin de videos, programas de radiosonotasperiodsticas. Ensntesis, una formadeempezaraconstruir puentes entrela cultura escolaryla cultura meditica es que la escuela y los docentes nos asumamos como parte de esta problemtica y aceptemos que ya no es posible construir identidades nicas e ideales porque, hoy, las identidades son diversas y se definen entre los cruces de la cultura letrada,laaudiovisualylastecnologasdigitales..

6 Mc Laren (1994) propone alfabetizaciones posmodernas crticas cuya finalidad es crear comunidades de resistencia a lo hegemnico. Postula una pedagoga expresada desde los mrgenes, que parta de la accin del sujetoydevuelvalaalteridadalasvocesquefueronysonacalladasporlosdiscursosdominantes.

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