Sagrada Escritura II - Pentateuco e Históricos
Sagrada Escritura II - Pentateuco e Históricos
Sagrada Escritura II - Pentateuco e Históricos
171
. Se trata de un juego de palabra de carcter popular, muy a propsito para expresar de modo
fcilmente inteligible, la igual naturaleza de la mujer y del hombre, aunque los sexos sean diferentes.
La igual dignidad del hombre y de la mujer queda tambin formulada con una expresin tpicamente
semtica, muy sonora, pronunciada por Adn al ver a la mujer. La razn del sueo profundo y misterioso en
el que Dios hizo caer al hombre, quiz se encuentre en el hecho de que as se ha querido expresar que en la
creacin de la mujer, como en la del hombre, hubo una especialsima intervencin de Dios, de por s
indescriptible, que no es posible entender con plenitud.
El versculo de conclusin
172
tiene un carcter etiolgico, es decir, es una explicacin a la luz de la fe bblica
de la naturaleza del matrimonio y su carcter mongamo e indivisible. El matrimonio es una realidad
querida por Dios, que ha establecido que para el crecimiento de la humanidad se unieran un slo hombre a
una sola mujer, formando una sola carne, como un nico cuerpo, una nica persona. El vnculo matrimonial
es, por esto, ms firme que el de la sangre.
EL PECADO DE NUESTROS PROGENITORES (3, 1-24)
La tentacin y el pecado
En el relato del Gnesis aparece ahora un nuevo personaje que no haba sido mencionado antes
173
. De ella
se seala su gran astucia, caracterstica que induce a pensar en algo que supera la simple condicin de un
reptil; a la vez el narrador precisa su ndole de bestia salvaje, por tanto de un ser creado por Dios. El
contexto deja claro que nos encontramos ante una potencia hostil a Dios y enemiga del hombre, a la que la
tradicin posterior denominar diablo y Satans.
167
ela del hebreo costilla, costado. Sin embargo, tiene otras acepciones, como: falda de un monte,
lados del tabernculo, del altar o del arca de la alianza, e incluso las habitaciones laterales del templo. Pero
debido a que en el sumerio el trmino ti significa tanto costilla como vida, en hebreo puede significar
fuerza vital.
168
El verbo utilizado para la creacin de la mujer es distinto al del hombre. Con la mujer usa Banah, que
significa edificar, restaurar, pero en sentido figurado es formar, fundar.
169
Mujer, varona; esposa.
170
Gn 2, 23.
171
Hombre, varn; esposo.
172
Gn 2, 24.
173
En las culturas orientales antiguas, la serpiente aparece en los cultos idoltricos como smbolo de la
inmortalidad y de la fertilidad, y se le reconocen poderes mgicos y adivinatorios. En la epopeya de
Gilgamesh es precisamente una serpiente la que le quita la planta de la vida al hroe, y le deja sometido a la
muerte. Quiz esta simbologa pueda explicar el papel de la serpiente en el relato del Gnesis como
tentador. El autor inspirado habra querido inculcar la idea de que el don de la vida fue sustrado al hombre
por un ser malvado, enemigo de Dios y del hombre, a la vez que reaccionar contra la ofiolatra de los cultos
orientales. La raz hebrea de naha, adems de corresponder al sustantivo serpiente, tambin conlleva la
idea de inducir en tentacin.
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La serpiente pone en marcha un sutil juego psicolgico, orientado a hacer pensar a la mujer que los planes
de Dios no son justos, y que el precepto establecido no es para el bien de ellos. Insina en efecto la idea de
que Dios intenta salvaguardar sus privilegios, asegurndose de que nadie pueda usurprselos, para lo cual,
el tentador fuerza el dilogo, exagerando la prohibicin: pone el acento en ningn rbol, cuando se
trataba de slo un rbol. A la respuesta de la mujer que llevada por la tentacin tambin exagera
aadiendo que Dios les haba dicho no lo debis tocar so pena de muerte; la serpiente afirma contra toda
verdad: de ninguna manera morirn, es que Dios sabe muy bien que el da que coman de l se les abrirn
los ojos y sern como dioses, conocedores del bien y del mal. Ante la mujer surge as una alternativa,
aparentemente mejor que le plan de Dios: convertirse ellos mismos como Dios, en conocedores del bien y
del mal, por lo que era mejor desobedecer.
conocer en el lenguaje bblico, indica no slo una sabidura intelectual, sino sobre todo concreta, personal,
de vida vivida que se puede traducir por acumular experiencia, poseer, tener el dominio. conocer el bien y
el mal significa en consecuencia llegar a hacer para s mismo norma de vida, poder decidir
arbitrariamente sobre el actuar recto. Adn y Eva se dejan seducir, la soberbia y la ambicin se apoderan de
ellos, dudan de Dios, entonces el fruto les parece agradable y deseable. Al violar el precepto se dan cuenta,
sin embargo, de que todo ha sido un engao, conocen s el mal que han cometido, tambin la diferencia que
va del bien en que se encontraban al mal que los atenaza: descubren la propia debilidad, se avergenzan de
su desnudez y se esconden. Las consecuencias que se describen a continuacin son el signo de una fractura
profunda que ha desquebrajado su ser.
La condena
Despus del pecado, y a pesar de lo sucedido, Dios aparece en el jardn del Edn buscando al hombre, el cual
era ignorante de la reaccin divina, pues era el primer pecado cometido en la historia de la humanidad, y el
hombre no haba podido constatar lo que significaba la misericordia y perdn de Dios. Comienza entones un
dilogo que si bien, por un lado pone al descubierto la desobediencia cometida, por otro manifiesta la
misericordia inagotable de Dios que anuncia una esperanza de salvacin insospechada. A la pregunta de
Dios, Adn hace recaer la culpa sobre la mujer, y sta sobre la serpiente. A la serpiente Dios no le hace
pregunta alguna. Causa externa del pecado, no parece necesitar que se le convenza de su culpa, la serpiente
es directamente maldecida, se trata de la primera maldicin que Dios pronuncia en la historia de la
humanidad, y una de las pocas en las que maldice directamente a un ser creado. En realidad se trata de la
formulacin de un juicio contra quien en su oposicin a Dios, fue culpable de la introduccin del pecado en
el mundo.
El lenguaje con que se le anuncia a la serpiente que se arrastrar sobre su vientre y comer del polvo de la
tierra es fuertemente metafrico, y quiere expresar la extrema humillacin a la que ser sometido aqul a
quin la serpiente representa hasta su derrota completa. A la mujer, Dios anuncia un castigo que la hiere en
lo que estaba destinado a ser para siempre una bendicin y motivo de alegra, es decir, su doble condicin
de madre y esposa; como madre dara a luz a sus hijos, pero con dolor; como mujer-esposa, la adhesin al
hombre atraer sobre ella la sujecin al domino de ste. Tambin el hombre es castigado en lo que ms le
caracteriza: su dominio sobre la tierra, desde entonces deber trabajar con fatiga y con el sudor de su
rostro. El trmino hebreo correspondiente a fatiga es el mismo que se utiliza para el dolor del parto de la
mujer, ibn. La tierra maldecida dar sus frutos con la fatiga del hombre, con su dolor y cansancio, la
maldicin de la tierra indica que ella har penosa la vida del hombre, cuyas fatigas se acabarn slo con la
muerte.
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Pecado y salvacin
La maldicin dirigida a la serpiente y el castigo anunciado al hombre y a la mujer no constituyen el ltimo
acto del drama del pecado de los primeros padres. Si sobre el trasfondo se ve el contraste con la bendicin
que Dios haba otorgado a la creacin y al hombre desde el inicio
174
, el relato desemboca en una promesa de
salvacin para toda la humanidad. Despus de la cada, Dios no abandona al hombre, al contrario, Dios le
anuncia de modo todava ms misterioso que el mal sera vencido y que la humanidad sera levantada de su
cada, el Creador toma as, la defensa de la humanidad para vengar su desventura. A este texto
175
se le
conoce como proto-evangelio, porque constituye el primer anuncio de salvacin. Desde entonces, como
testimonian las pginas de la sagrada Escritura, Dios tendr un cuidado constante del gnero humano. La
tradicin cristiana ha visto en el texto del Gnesis un anuncio del Redentor, el Mesas prometido, Cristo, y
junto a l de su Madre, Mara Santsima.
La enemistad entre la serpiente y la mujer
Dios es quien establece una relacin de hostilidad entre la mujer y su descendencia por un lado, y la
serpiente y su estirpe por otro. El trmino hebreo bah, termino raro en la biblia, expresa sobre todo en Ez
25, 15, donde se aade el adjetivo eterno, un estado permanente y radical de odio y hostilidad: el nimo
lleno de odio de los filisteos contra Israel
176
y el odio ancestral de Edom contra los Israelitas
177
. El verbo at
(poner), en su forma gramatical (imperfecto en hebreo), indica una accin que se desarrolla en el presente y
se mantiene en el futuro; se habla, por tanto, de una enemistad entre la serpiente y la mujer, comenzada ya
en el momento del anuncio y que durar para siempre. El artculo determinado
178
, sugiere que se trata de
una persona especfica.
La lucha no slo se establece entre la serpiente y la mujer, sino tambin entre sus descendencias. El trmino
hebreo zera
179
, frecuente en los contextos mesinicos, puede referirse a un solo individuo o a una
colectividad que forma un uno, de este modo se puede traducir como descendiente o descendientes.
Resulta claro que cuando se habla de la serpiente, no se trata de una descendencia fsica, sino moral: la
raza de quienes siguen su ejemplo.
La descendencia de la mujer
Para clarificar ms cul es la descendencia de la mujer, debemos examinar el texto con ms detenimiento.
En ste se descubre un fenmeno lingstico peculiar, presente en las versiones griegas y latinas antiguas
(Vetus latina y LXX), y en cierto modo en los Targumin. El texto en cuestin dice: Enemistad pondr entre ti
y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: l te pisar la cabeza mientras acechas t su calcaar. En el texto
masortico, el pronombre personal h (l), masculino singular, concuerda gramaticalmente con el
sustantivo masculino singular zera al que se refiere, no sucede as con el pronombre personal outoo,
masculino singular, que no sustituye un sustantivo singular, sino un neutro singular, otco; este hecho
supone que los LXX realizaron una concordancia siguiendo probablemente una antigua tradicin hebrea, es
decir, entendieron zera no como colectividad de individuos, sino como un sujeto singular masculino, un
descendiente, y por eso utilizaron un pronombre personal en funcin de lo que otco representaba, un
sujeto individual. Algo similar sucede en la vetus latina, donde le pronombre masculino singular ipse,
sustituye el sustantivo neutro singular semen.
174
Gn 1, 22.28.
175
Gn 3, 15.
176
Ex 25, 15.
177
Ez 35, 5.
178
La mujer.
179
Significa descendencia o linaje.
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Sin tomar en cuenta algunos elementos propios de la literatura Targumica, se observa que si de una parte el
targm aplica Gn 3, 15 a la victoria definitiva del Mesas sobre la serpiente, existe una referencia a la
colectividad formada por todos los hijos de la mujer, que vencern o no sobre la serpiente, segn su
adhesin a la ley. El targm realiza por tanto, una interpretacin de carcter colectivo a la vez que
individual. En esta lnea de interpretacin, algunos autores consideran que en Gn 3, 15 nos encontramos
ante un caso de personalidad corporativa, es decir, el texto hara referencia de modo preeminente a un
personaje singular, que encarna y acta en nombre de toda una colectividad.
Si la tradicin interpretativa representada por los LXX, los Targumim y la vetus latina es correcta, entonces
se puede postular que Gn 3, 15 anuncia un futuro descendiente de la mujer, Cristo, que asume en s la
totalidad de los que con l y en l vencen al maligno. La estructura simtrica del texto, parece favorecer esta
interpretacin: en el primer verso se anuncia una enemistad entre dos individuos, la serpiente y la mujer, en
el segundo se habla de las dos descendencias, la de la mujer y la de la serpiente, en el tercero parece lgico
suponer que a la serpiente deba corresponder un personaje individual, un descendiente eminente de la
mujer. En cualquier caso, Gn 3, 15 proclama con claridad el triunfo de la descendencia de la mujer.
La victoria definitiva de la descendencia
El final de la lucha viene indicado por un trmino que aparece dos veces en el texto, el verbo f, que slo
aparece otras dos veces en la Biblia (Jb 9, 17; Sal 139, 11). Dicho trmino puede significar aplastar, como
en los dos pasajes bblicos que acabamos de mencionar, o tambin acechar, espiar, atentar. La versin
de los setenta utiliza el mismo verbo griego en ambos casos, el verbo tqce. La vetus latina, seguida por la
vulgata, distingue por el contrario, en funcin del contexto, los dos significados del verbo: aplastar cuando
se trata de la accin de la descendencia de la mujer que vence a la serpiente; insidiar para las acciones de
la serpiente contra la descendencia de la mujer. Esto parece tanto ms correcto cuanto no parece que se
pueda aplicar a la serpiente la accin de aplastar. Si se tradujese en ambos casos el verbo f por insidiar,
la lucha se transformara en una insidia sin fin y por tanto sin esperanza, lo que sera contrario a la
interpretacin hebreo-cristiana de este texto bblico.
La lectura del Targum, corresponde a la de la vetus latina; por un lado, en efecto, traduce: los Hijos de la
mujer te quebrantarn la cabeza y te matarn, por otro lado: t le herirs a l en su taln y le hars
enfermar. Podemos concluir, por tanto, con el Targum, que mientras que habr un remedio para los hijos
de la mujer, para la serpiente no habr remidi.
Sentido eclesiolgico y mariolgico del texto
Parece que San Jernimo quiso explicitar el sentido mariolgico del texto, tradicional en su tiempo,
utilizando el pronombre ipsa, y concordndolo con mulier. La traduccin cristiana haba hecho la siguiente
reflexin: la mujer, comprometida en la lucha contra la serpiente, es la madre de la descendencia de los
que vencern a la serpiente, es decir Eva; no obstante, tambin se puede considerar que es Mara, la Madre
del descendiente Cristo. El Nuevo Testamento parece referirse en varios momentos a la mujer del proto-
evangelio
180
, y sobre todo Ap 12, que puede ser considerado un comentario midrsico de Gn 3, 15.
En Ap 12, en efecto, aparecen los mismos personajes de Gn 3, 15: la mujer, su hijo y el dragn infernal; sin
embargo, el Apocalipsis, segn la interpretacin, tal vez, ms comn, entiende la mujer de Gn 3, 15 en
ambos sentidos: eclesiolgico y mariolgico. Podemos afirmar que a la luz del Nuevo Testamento, Mara
est presente en el proto-evangelio, en un sentido literal eminente. En la descendencia de la mujer, en
efecto, est incluida Aquella que, junto a Cristo, derrot a la serpiente.
180
Jn 2, 4; 19, 26; Gal 4, 4.
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Dios no abandona al hombre
El pecado cometido al inicio de la historia de la humanidad trastorn profundamente toda la creacin. La
inamovilidad de la Palabra de Dios sobre la suerte futura del hombre, se expresa en el texto bblico con la
imagen de los querubines y de la llama de espada vibrante, puestos para guardar el camino del rbol de
la vida
181
. Dios, sin embargo, seguir ocupndose del hombre, tal como haba anunciado a la promesa
primordial
182
. El nombre que Adn da a la mujer Eva, porque sera la madre de todos los vivientes, pone de
manifiesto la conviccin del hombre de que la bendicin de Dios sobre la multiplicacin y difusin de la
humanidad se realizara a pesar de todo. El cuidado de Dios para que el hombre y la mujer estuvieran
vestidos con tnicas de piel, y el hecho de que renueve al hombre expulsado del paraso, su misin de
trabajar la tierra, confirman que Dios est dispuesto a asistir a la humanidad cada hasta el final. Obligado a
alejarlo del jardn del Edn, Dios ayuda y acoge al hombre como lo que es: un ser cado para levantarle.
CAPTULO V HISTORIA DEUTERONOMISTA
INTRODUCCIN
Los libros de Josu, Jueces, 1 y 2 de Samuel, y 1 y 2 de reyes, han sido considerados por la tradicin
hebrea y cristiana, como un nico bloque Teolgico-literario, fuertemente unitario de la historia de Israel.
Dicho bloque abarca desde la entrada en la tierra prometida hasta la destruccin de Jerusaln y el Templo
por el ejrcito Babilonio, con la subsiguiente deportacin de la clase noble, y la gran mayora del pueblo de
Israel a Babilonia, concluyndose as un periodo histrico muy determinado. Con la destruccin de Jerusaln
el ao 587 a.C., en efecto, queda trazada una gran lnea divisoria entre la situacin de Israel en la tierra
prometida y la de un pueblo en cautividad, con un modo de vida peculiar.
En la tradicin hebrea, dicho bloque literario, recibe el nombre de profetas anteriores. Un grupo de cuatro
libros que contrabalancea el conjunto formado por los cuatro profetas posteriores. La tradicin cristiana lo
ha denominado libros histricos, coleccin que incluye tambin a Ruth y algunos libros ms. La exgesis
moderna lo designa con el ttulo Historia Deuteronomista, y a su posible autor o autores, le atribuye el
nombre de deuteronomista. El adjetivo deuteronmico, se reserva para todo lo relacionado con el libro
del Deuteronomio.
LIBRO DE JOSU
TTULO Y TEXTO
El libro de Josu, toma su ttulo del personaje bblico Josu (Y
e
hua, que significa Yahveh es Salvacin) a
quien se encuentra profundamente vinculada la conquista de la tierra de Canan. Este nombre le fue
impuesto por Moiss, cambindole el original Hea (que significa salvacin), por un nombre Teofrico
183
.
El libro constituye el primer volumen de los profetas anteriores del canon hebreo, como tambin de los
libros histricos del canon cristiano, despus del Pentateuco. Originalmente escrito en hebreo, el libro de
Josu presenta dos formas diferentes en la tradicin textual. El texto masortico contiene, en efecto,
diferencias marcadas, comparado con el texto griego de los LXX, especialmente en la parte geogrfica. Los
estudiosos se orientan por dar un mayor peso crtico al texto masortico, por su convergencia con la versin
siraca Pesshita, el Targm y la Vulgata. De hecho, la vulgata sigue un texto afn al texto masortico; la
181
Gn 3, 24.
182
Gn 3, 15.
183
Nm 13, 8.
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afinidad entre los LXX y el fragmento encontrado e Qumrn (4QJos) confirma que la versin griega se basa
en un texto hebreo diferente del que representa el texto masortico, ms breve en muchos casos.
PLAN DE LA NARRACIN
El libro de Josu relata cmo se realiz la promesa divina a Abraham sobre la posicin de la tierra
prometida. Esa finalidad de la obra queda puesta de manifiesto en el esquema del libro, en el que dos
textos
184
, relacionados entre s, segn la dialctica promesa-cumplimiento, funcionan como polos extremos
de una inclusin, que orienta en su dialctica toda la lectura del libro.
En conformidad con este proyecto narrativo, que pone en evidencia que el cumplimiento de la promesa
divina sobre la posesin de Canan, se realiz gracias a una constante y extraordinaria providencia de Dios,
el libro de Josu se organiza en dos partes fundamentales: la primera muestra cmo se llev a cabo la
conquista de Canan, debido a la constante ayuda de Dios
185
; la segunda muestra el modo en que, siguiendo
lo que haba sido indicado por Dios, a travs de Moiss, tuvo lugar la distribucin de la tierra prometida
186
.
Completa el libro un eplogo centrado en tres temas: el establecimiento de las tribus de Transjordania en su
territorio
187
, las ltimas recomendaciones de Josu al pueblo
188
y la renovacin de la Alianza en Siquem
189
.
GNERO LITERARIO DEL LIBRO
De acuerdo con su finalidad, el libro de Josu no pretende trazar un relato completo y circunstanciado de la
conquista. El redactor del libro de Josu no intent en su narracin, una finalidad simplemente histrica,
busc ms bien ofrecer una recopilacin de algunos acontecimientos, los ms destacados de la conquista
desde el punto de vista religioso, para demostrar que todo haba sucedido gracias a la fidelidad de YHWH a
sus promesas. Es YHWH quien domina la escena del libro, desde el principio hasta el final: es l quien
combate a favor de su pueblo, para conducirlo a la posesin de la tierra prometida a los patriarcas, sin que
nunca falte su ayuda admirable. Conviene aadir que esta finalidad de Dios se mostr favorable a Israel,
gracias a que Josu, por su parte, mantuvo fielmente los compromisos de la alianza, actuando como Dios le
haba dicho
190
. La alianza entre Dios e Israel se convierte as en el verdadero hilo conductor de la narracin,
encontrando este tema, su momento ms elevado en la conclusin del libro
191
.
Por este motivo, el libro adquiere en su desarrollo los tonos propios de una epopeya, gnero literario en el
que ms habitualmente se clasifica la obra, y que se caracteriza por poner el acento sobre lo milagroso,
utilizar un lenguaje enftico y no raramente hiperblico, dejar de lado detalles ms banales, suprimir
factores humanos, que ciertamente contribuyeron al xito de la conquista, y otras caractersticas ms, como
el tono pico de algunos relatos, el esquematismo de otros, el carcter incompleto de la descripcin, el uso
de artificios propios del antiguo oriente, el recurso a las etiologas, y la preocupacin del autor por acentuar
la accin divina durante la conquista. Para valorar el carcter histrico del libro, por tanto, es necesario
tener en cuenta el gnero literario y la intencin teolgica del autor.
LA RENOVACIN DE LA ALIANZA (TEMA TEOLGICO CENTRAL)
184
Jos 1, 1-9; 21 43-45.
185
Jos 2 12.
186
Jos 13 21.
187
Jos 22.
188
Jos 23.
189
Jos 24.
190
Jos 1, 6-9.
191
Jos 24, 1-28.
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Un elemento estructurante del libro de Josu es la renovacin de la alianza, realizada por dos veces en
Siquem, localidad consagrada por la memoria de los patriarcas
192
. Siquem fue una de las pocas ciudades
importantes de Canan, que Josu, al parecer, conquist pacficamente, lo que concuerda con la
investigacin arqueolgica. La primera renovacin de la alianza tuvo lugar poco despus de la entrada en
Canan, una vez conquistadas Jeric y Ay
193
. La segunda hacia el final de la vida de Josu, ya cercana su
muerte
194
. Se trata de dos momentos de importancia crucial para la historia de Israel.
LA PRIMERA ASAMBLEA EN SIQUEM (JOS 8, 30-35)
El relato de la primera asamblea de Siquem se presenta de un modo esquemtico y resumido, reducido a
sus elementos esenciales. No se detallan los sacrificios ni cul fue el texto de la ley que ley Josu ni lo que
escribi como recuerdo. Todo parece estar dirigido a resaltar este momento singular de la historia de la
conquista, sin prestar atencin a otros detalles, como es caracterstico del estilo pico del libro de Josu. Los
investigadores han entrevisto por otra parte, un paralelismo entre el evento sinatico y la entrada en
Canan: igual que el xodo, culmina en la alianza del Sina; la entrada en Canan culmina con la alianza
celebrada en Siquem
195
.
LA SEGUNDA ASAMBLEA DE SIQUEM (JOS 24)
Esta asamblea posee un cierto paralelismo con el relato de Dt 29, 8-28. As como en Dt 29, Moiss, ya
anciano, exhorta a la fidelidad a la alianza; Josu, al final de su vida, convoca a las tribus para confirmar la
alianza con YHWH. El rito y su mensaje constituyen la conclusin de todo el libro. El texto contiene un
discurso histrico-salvfico, al que sigue una viva exhortacin a aceptar la alianza y a renovar el compromiso
con Dios.
El discurso se introduce con una panormica histrica
196
, en la que Josu hace una sntesis de la historia
patriarcal
197
, del xodo
198
y de la conquista
199
, momentos centrales de la historia de la salvacin, para
mostrar sobre la base de los momentos histricos, la actitud de YHWH con respecto a su pueblo, la
proteccin otorgada y la fidelidad a su palabra. Sigue a continuacin una viva exhortacin: Josu propone a
Israel que realice una eleccin decisiva y para siempre entre YHWH y las divinidades extranjeras
200
. El pueblo
se declara a favor de YHWH
201
, haciendo una profesin de fidelidad al Dios del xodo. Surge entonces un
dilogo cerrado entre Josu y el pueblo en el que se insertan una serie de preguntas y respuestas. Al final del
dilogo tiene lugar la ceremonia de renovacin de la Alianza.
La frmula pactar una alianza, que corresponde a la conocida expresin karat b
e
rt, alude al sacrificio que
habitualmente formaba parte del rito de la alianza. Tambin se mencionan el signo de la alianza: Tom
luego una gran piedra y la plant all, al pie de la encina que hay en el santuario de Yahveh. Josu dijo al
todo el pueblo: Mirad, esta piedra ser testigo contra nosotros, pues ha odo todas las palabras que Yahveh
192
Gn 12, 6-7; 33, 18.
193
Jos 8, 30-35.
194
Jos 24.
195
Ex 27, 2-8.
196
Jos 24, 2-13.
197
Jos 24, 2-4.
198
Jos 24, 5-7.
199
Jos 24, 8-13.
200
Jos 24, 14-15.
201
Jos 24, 16-18.
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ha hablado con nosotros; ella ser testigo contra vosotros para que no reneguis de vuestro Dios.
202
. La
piedra destinada a perdurar se convierte as en signo de la alianza.
Con este dilogo de carcter litrgico en el que Josu atesta que Dios se mostrar siempre dispuesto a asistir
al pueblo y a combatir a su favor, exigiendo a cambio el deber de observar las leyes de la alianza, se
concluye el libro de Josu, que presenta el periodo de la conquista de Canan como un tiempo especial de
fidelidad religiosa del pueblo de Israel al pacto libremente asumido en la tierra prometida.
LIBRO DE JUECES
TTULO DEL LIBRO
El libro de los Jueces sefer f
e
tm, obra annima escrita en hebreo, y atribuida en su forma final a la
redaccin deuteronomista, como el libro de Josu recibe su nombre de la funcin ejercitada por los
personajes que Dios suscito para asistir a su pueblo en el periodo que sigui a la muerte de Josu, la de
juzgar (afat). Este periodo histrico durar hasta Samuel, ltimo juez de Israel, quien establecer la
monarqua. Hay que tener presente que el sustantivo f
e
tm, que normalmente se traduce por jueces, as
como el verbo correspondiente afat, que significa juzgar, no corresponden a la moderna nocin jurdica.
Son trminos que unen al significado bsico de otorgar justicia, liberar un inocente oprimido,
restablecer una situacin injusta; de hecho, mucho de los jueces del relato bblico, tuvieron
fundamentalmente la misin de liberar Israel de la opresin de otros pueblos.
El relato del libro, cubre un periodo histrico que se extiende aproximadamente desde el ao 1225 a.C.
hasta poco antes del 1030 a.C., ao en que Sal es ungido rey de Israel. La expresin tpica en el tiempo de
los jueces, permanecer en el recuerdo de la tradicin bblica como un testimonio de la importancia de
este periodo glorioso.
CONTENIDO Y ESTRUCTURA GENERAL
El libro comprende una seccin central con la historia compendiada de doce jueces de Israel
203
, precedida
por dos prlogos, uno de ndole histrico-geogrfico
204
, y otro Teolgico doctrinal
205
, y con dos extensos
apndices finales
206
.
LOS DOS PRLOGOS
Los dos prlogos sirven para presentar la situacin de las tribus de Israel despus de la muerte de Josu,
ofreciendo la vez una valoracin Teolgica de la poca de los jueces. Dato central es que despus de que la
generacin de Josu fue a reunirse con sus padres, le sucedi otra generacin que no conoca a YHWH, ni
lo que haba hecho por Israel. Entonces los hijos de Israel hicieron lo que desagradaba a YHWH y sirvieron a
los Baales
207
. El periodo de los jueces, constituye, por tanto, como una segunda etapa distinta de la de la
poca de Josu, caracterizada por un alejamiento progresivo de Dios, lo que indica la frase no conoca a
YHWH. La generacin de Josu, en efecto, si se excepta el pecado de Adn, haba sido fiel a las clusulas
de la alianza.
202
Jos 24, 26-27.
203
Jc 3, 7 16, 31.
204
Jc 1, 1 2, 5.
205
Jc 2, 6 3, 6.
206
Jc 17 19; 20 21.
207
Jc 2, 10-11.
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La parte central del libro se refiere a la historia de doce jueces, y se caracteriza externamente, porque la
historia de seis de ellos es narrada con mayor amplitud, por lo que se les conoce como jueces mayores:
Otniel, Ehud, Dbora, Geden, Jeft y Sansn. De los dems se describen algunos acontecimientos muy
breves, por lo que se les denomina jueces menores: Sambar, Tol, Yar, Ibsn, Eln y Abdn.
Los dos apndices relatan episodios aislados, independientes entre s, pertenecientes a la poca de los
jueces. El primero
208
relata la fundacin del santuario de Dan. El segundo
209
narra los hechos trgicos que
condujeron a la casi destruccin de la tribu de Benjamn por mano de las dems tribus, debido al delito
cometido contra la concubina de un levita en la ciudad de Guibea.
LA MISIN DE LOS JUECES
La fisonoma del ministerio de los jueces de Israel, al menos por lo que se refiere a los jueces mayores, de los
que poseemos datos ms precisos, se puede resumir del siguiente modo: los jueces eran personajes elegidos
por Dios, dotados de un carisma especial, del Espritu de YHWH, con la misin de liberar al pueblo de la
opresin enemiga, por esto, su autoridad era absoluta. Realizaban la justicia en el sentido de que
combatan las batallas del Seor para reivindicar los derechos de todo el pueblo. En tiempos de paz, algunos,
al parecer, ejercitaron tambin la justicia ordinaria, estableciendo el derecho y gobernando con
autoridad
210
. Los jueces no fueron ni jefes de la nacin, ni de las tribus, ni legisladores; llamados por
inspiracin divina desarrollaban un ministerio limitado en el tiempo, con la tarea especfica de liberar al
pueblo de Israel de sus opresores, una vez concluida su misin, normalmente cesaba su oficio.
LA CLAVE TEOLGICA DEL LIBRO
El libro de los jueces no es una narracin histrica completa. El hagigrafo ha querido ilustrar en su libro la
historia de la alianza entre Dios y el pueblo de Israel, precisando cul haba sido despus de la muerte de
Moiss y Josu, la actitud ambivalente de fidelidad-infidelidad del pueblo en relacin con la alianza
establecida en el Sina. Por un lado, Dios siempre se mostr fiel a su alianza y dispuesto a perdonar y a
manifestar su misericordia. Por otro lado, Israel recorri una historia sealada por la infidelidad, que slo iba
seguida de un amargo arrepentimiento cuando el castigo divino afliga a la nacin, de este modo se reafirma
una verdad del mensaje bblico: sin fidelidad, la alianza con Dios no es operativa, porque el pecado
obstaculiza la opcin divina.
Esta finalidad aparece explicitada en la reflexin Teolgica que contienen los dos prlogos introductorios,
particularmente el segundo. El primero de carcter ms bien de carcter histrico-geogrfico
211
, describe la
situacin de Canan a la muerte de Josu. Las incursiones de las tribus al ocupar sus territorios respectivos,
tuvieron de hecho resultados diferentes. El prlogo, en definitiva, presenta un relato realista de lo que se
haba conquistado, y lo que quedaba por hacer, lo que constituye la base histrica de la reflexin religiosa
del segundo prlogo.
El segundo prlogo
212
que posee un carcter marcadamente religioso-doctrinal, reinterpreta en clave
religiosa el periodo de los jueces, subrayando la ambivalencia de la historia israelita: por un lado, la continua
fidelidad de YHWH que asiste al pueblo y lo protege contra los enemigos; por otra la fidelidad de Israel, que
a menudo rechaza los compromisos de la alianza, y se deja arrastrar por toda clase de pecados,
208
Jc 17 18.
209
Jc 19 21.
210
Jc 10, 2-3.
211
Jc 1, 1 2, 5.
212
Jc 2, 5 3, 6.
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especialmente la idolatra, seducidos por los ritos de los pueblos cananeos, atrayendo sobre s el castigo
divino. Dios, por esto, manifest su desdeo contra Israel, y se dirigi a los israelitas en Betel por medio de
su ngel
213
.
En este contexto, el segundo prlogo pone de manifiesto sintetizndola, la dialctica Teolgica que
constantemente se repiti en el periodo de cada uno de los jueces, caracterizada por el sucederse de cuatro
momentos fundamentales: pecado, castigo, arrepentimiento y salvacin. Este ciclo religioso, evidenciado
por el prlogo, es concretamente el siguiente:
1. Los israelitas hacan el mal a los ojos del Seor
214
. El pecado de idolatra de Israel es presentado
como prostitucin y adulterio.
2. Dios castigaba entonces sus pecados, permitiendo la opresin ce sus enemigos
215
.
3. En esta amarga situacin, el pueblo invocaba a Dios, y Dios, movido por su gran piedad y
misericordia, enviaba jueces para que salvaran a los israelitas de la opresin
216
.
4. Cuando el juez mora, sin embargo, volvan a corromperse ms todava que sus padres, yendo tras
otros dioses, sirvindoles y postrndose ante ellos, sin renunciar en nada a las prcticas y a la
conducta obstinada de sus padres
217
.
Esta secuencia Teolgica, organizada en cuatro momentos, sirve de gua al redactor en la estructuracin de
todo el libro. En el ciclo histrico, dedicado a cada juez, se repite en efecto la alternancia: pecado, castigo,
arrepentimiento y salvacin; con una sucesiva recada al pecado, que volva a poner en marcha la secuencia.
La obstinacin en el pecado, hace que el hagigrafo concluya el segundo prlogo del libro de los jueces, de
la siguiente manera:
Se encendi la ira de Yahveh contra el pueblo de Israel y dijo: Ya que este pueblo ha
quebrantado la alianza que prescrib a sus padres y no ha escuchado mi voz, tampoco
yo arrojar en adelante de su presencia a ninguno de los pueblos que dej Josu
cuando muri. Era para probar con ellos a Israel, a ver si seguan o no los caminos
de Yahveh, como los haban seguido sus padres. Yahveh dej en paz a estos pueblos,
en vez de expulsarlos enseguida, y no los puso en manos de Josu
218
LOS LIBROS DE SAMUEL (LA INSTITUCIN DE LA MONARQUA EN ISRAEL)
TTULO
El ttulo actual refleja la antigua opinin hebrea que atribua su autora a Samuel. Originalmente constituan
un solo volumen, lo mismo que los libros de los reyes. Los LXX dividieron estos libros en cuatro,
denominndolos libros de los reinos, lo que fue seguido por la Vetus Latina. La Vulgata conserv la divisin
en cuatro libros, pero los denomin con mayor precisin los cuatro libros de los reyes, de acuerdo con la
tradicin hebrea que prefera referirse a las personas ms que al reino. En Hebreo el artculo es Sefer
m
e
lakm. Los libros actuales de Samuel fueron designados por los LXX y la Vulgata como 1, 2, 3 y 4 de
213
Jc 2, 1-3.
214
Jc 2 11-13.
215
Jc 2, 13-15.
216
Jc 2, 18.
217
Jc 2, 19.
218
Jc 2, 20-23.
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Reyes; hoy se prefiere la terminologa 1 y 2 de Samuel, y 1 y 2 de Reyes, que es la que sigue la neo-
vulgata, y que adopta tambin el texto masortico.
MARCO HISTRICO
El marco histrico-poltico que sirve de fondo a la historia contenido en los libros 1 y 2 de Samuel, se
extiende aproximadamente desde el ao 1050-970 a.C., y se relaciona en particular con los pueblos que se
haban establecido en palestina desde la poca de los jueces. Egipto, Asiria y los hititas, que hasta ese
momento dominaban el escenario medio-oriental, se encuentran en plena decadencia. Egipto (1204-947
a.C.) se presenta debilitado por las luchas internas. Asiria, aunque an extiende su hegemona sobre el
oriente prximo, sufre los intentos de expansin del imperio babilnico. Los hititas despus del tratado de
paz estipulado con Ramss II, hacia el ao 1280 a.C., se haban retirado a Capadocia occidental y Siria.
En este contexto de crisis de los grandes imperios tradicionales, los filisteos, uno de los grupos tnicos que
formaban los pueblos del mar, y que se establecieron en la cuenca del mediterrneo hacia el 1200 a.C.,
alcanzan una slida organizacin en la granja costera situada al sur de Canan, y tienden a penetrar en el
territorio cananeo a travs de las montaas de Galilea, tenindose que enfrentar duramente con los
Israelitas. Por los datos arqueolgicos, conocemos la presencia, o por lo menos el influjo, que ejercitaban los
filisteos en ciudades como Bet emes, Bet Sen, Guzer, y tambin los alrededores de Sil y Jerusaln.
Segn algunos estudiosos, los filisteos habran destruido Sil durante la primera guerra filistea.
Adems de los filisteos, otro gran pueblo enemigo de Israel en este periodo son los amalecitas, una
poblacin nmada del desierto, que recorra el Sina, el Negueb y Transjordania. Aparecen ya en la poca
mosaica, y son mencionados de nuevo en las campaas militares de los jueces de Israel, Sal y Davd,
desapareciendo despus de los relatos histricos. Israel ha tenido que luchar tambin con otros pueblos que
entonces eran menos fuertes, como los amonitas, los moabitas y los idumeos
ESTRUCTURA Y CONTENIDO
El hilo narrativo de 1 y 2 de Samuel se puede dividir en tres grandes partes, que se corresponden con los
tres protagonistas de la obra: Samuel, Sal y David; con ellos se da el paso del periodo de los jueces a la
monarqua.
SAMUEL, LTIMO DE LOS JUECES DE ISRAEL (1S 1 12)
SAL, PRIMER REY DE ISRAEL (1S 13 2S 1)
EL REINADO DE DAVID (2S 2- 24)
CARACTERSTICAS LITERARIAS
En el libro aparecen una gama variada de gneros literarios. Junto a diversos bloques de carcter
compilatorio
219
, se encuentran extensos discursos, como el discurso de despedida de Samuel
220
,
parbolas
221
, himnos de accin de gracias
222
, un orculo
223
, el estribillo de un canto de victoria
224
, algunos
219
2S 23, 8-39.
220
1S 12.
221
2S 12, 1-4.
222
1S 2, 1-10.
223
2S 23, 1-7.
224
1S 18, 7.
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proverbios sapiensales
225
, otros proverbios populares
226
, etctera. En su conjunto se puede afirmar que los
libros de Samuel representan un relato histrico exacto del camino de Israel hacia la monarqua. Este
carcter histrico de la obra est contrasea do por la intencionalidad del autor, que no duda en describir a
los hroes de la narracin con sus errores y pecados, los numerosos detalles incluidos en el relato, la
fiabilidad del contexto histrico que emerge del libro, y las conexiones puntuales con las excavaciones
arqueolgicas en diferentes localidades de palestina.
TEMAS TEOLGICOS CENTRALES DE LOS LIBROS DE SAMUEL
El contenido religioso del primer y segundo libro de Samuel es muy amplio, y en l se descubre como lnea
fundamental la tesis Deuteronomista resumida en el prlogo del libro de Jueces: la fidelidad o infidelidad del
pueblo a la alianza como criterio de valoracin de la proteccin divina. A diferencia de Josu y Jueces, sin
embargo, en primer y segundo libro de Samuel, la situacin llega a ser ms crtica, predominando en Israel
ya no la fidelidad como en tiempos de Josu, o una alternancia entre fidelidad e infidelidad, como en la
poca de los jueces, sino un rechazo cada vez ms decidido a las clusulas de la Alianza.
Existen en el libro, por otra parte, dos temas que se encuentran como en el centro de la obra, porque en
ellos se pone en marcha una nueva realidad en el pueblo de Israel, y porque sobre ellos se vuelve a modelar
la esperanza mesinica de la nacin: el nacimiento de la institucin monrquica y la promesa sobre el
mesianismo real del profeta Natn.
LA INSTITUCIN DE LA MONARQUA (1S 8, 1-22)
El relato de la institucin de la monarqua en Israel, constituye un evento de difcil interpretacin, debido a
que en l entran en juego dos tendencias en contraste, una favorable a la monarqua, otra anti-monrquica,
esto ha llevado a los estudiosos a considerar el bloque entro integrado por el entrecruzarse de al menos dos
versiones de los hechos. En cualquier caso, la narracin cannica final expresa con eficacia la tensin ms
profunda que se produjo entre las dos voluntades o puestas, la de Dios y la del pueblo, y muestra que la
institucin de la monarqua fue un acto debido sustancialmente a la decisin divina que haba establecido
proporcionar un rey al pueblo de Israel, a pesar de que la peticin del pueblo de tener un rey como las
dems naciones no era buena, porque demostraba un trasfondo de desconfianza hacia YHWH.
La peticin de un rey por parte del pueblo, en efecto, aunque estaba motivada por razones fundadas:
Samuel era ya anciano, y sus hijos no seguan su camino. Naca sobre todo el deseo de tener un rey como
todos los pueblos. Samuel se opuso precisamente por esto, porque vea en esa peticin un planteamiento
opuesto a las exigencias de la alianza, evento que sancionaba la severidad de Israel respecto a todas las
dems naciones, y que reclamaba de la nacin una confianza absoluta e incondicional a YHWH. En virtud de
la alianza, Dios haba adquirido un derecho sobre Israel
227
, e Israel se haba convertido en su propiedad
entre todos los pueblos de la tierra
228
. Israel se encontraba vinculado a Dios como a su soberano y Seor.
Por esto, la peticin de un rey era un rechazo de la eleccin hecha en el Sina a favor de YHWH, y revelada la
pretensin de buscar una seguridad basada en las fuerzas humanas. Era una desconfianza en que YHWH
tuviera la posibilidad de salvara a Israel en las circunstancias presentes, como lo haba hecho en pocas
225
1S 2, 25.
226
1S 10, 12.
227
Dt 4, 20.
228
Ex 19, 5.
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precedentes, por esto YHWH dice a Samuel: Haz caso a todo lo que el pueblo te dice. Porque no te han
rechazado a ti, me han rechazado a m, para que no reine sobre ellos.
229
El texto bblico seala cmo Dios, usando de su condescendencia, consiente en que se lleve a cabo la
peticin del pueblo. En realidad, la institucin monrquica entraba desde el principio en el designio salvador
de YHWH, que la haba previsto como realidad histrica de proyeccin mesinica, como pone de manifiesto
particularmente la profeca de Natn
230
, en su momento Dios la habra concedido a Israel, pero debido a que
ahora se trataba de una peticin proveniente de una actitud de incredulidad y desconfianza hacia Dios, la
institucin monrquica entraba en Israel como un acontecimiento contradictorio; por ello, Dios enva a
Samuel para que anunciase al pueblo que si por una parte l consenta en la uncin de un rey, por otra, la
monarqua iba a comportar para ellos grandes males
231
.
El relato de la institucin de la monarqua culmina con la uncin de Sal a quien Dios design y da a conocer
a Samuel
232
. Primero es ungido en forma privada, en las cercanas de Ram, la ciudad de Samuel por el
mismo Samuel; sucesivamente, la designacin se realiza de modo manifiesto ante el pueblo por eleccin
popular en la asamblea de Misp, donde YHWH es interrogado a travs de las suertes, un procedimiento por
nosotros desconocido
233
. El mismo Samuel dicta el fuero real, con los derechos de la realeza Israelita, y lo
puso por escrito depositndolo delante de YHWH
234
. Tal vez este fuero real sea un eco de las palabras de
Samuel
235
, o un texto conforme a Deuteronomio
236
. En Guilgal por ltimo, despus de la victoria de Sal
contra los amonitas, que trajo consigo el reconocimiento general de su eleccin como rey. El reino es
inaugurado en el mbito de una gran fiesta de accin de gracias
237
. En todo el relato se pone de manifiesto
que la realeza entraba en Israel por designio de Dios, es Dios quien da a conocer a Samuel a quin debe
ungir, y es a Dios a quien se consulta en la asamblea solemne de Misp. Samuel, por otra parte, dirige e
interviene en los momentos decisivos de la eleccin. La eleccin por suertes pona de manifiesto que no era
el pueblo al elegir al rey, sino que aceptara al monarca designado por Dios; con ella adems, se evitaba toda
sospecha de que Samuel hubiera actuado segn preferencias. El largo y emotivo discurso de Samuel en
Guilgal ante Sal y todo Israel, marca de modo definitivo el paso de la poca de los Jueces a la mora qua
238
.
En este discurso, que tiene mucho de testamento, Samuel renuncia definitivamente al ministerio de Juez, y
exhorta al pueblo para que corresponda a los beneficios divinos.
LA PROMESA DIVINA A DAVID (2S 7) LA PROFECA DE NATN
La promesa divina a David por el nombre del profeta que recibi la misin de comunicarla (Natn) puede ser
considerada el vrtice Teolgico de los libros de Samuel. Su importancia para la historia de Israel y para la
historia de la salvacin se pone de manifiesto por el modo en que con frecuencia se recurre a ella en los
diversos periodos de la historia poltico-religioso de Israel. Se encuentra formulada en segundo libro de
Samuel captulo 7, tambin en el primer libro de Crnicas captulo 17, y es recordada sobre todo en los
salmos 89 y 132, que iluminan su significado.
229
1S 8, 7.
230
2S 7.
231
1S 8, 9-18
232
1S 9, 15-17.
233
1S 10, 17-21.
234
1S 10, 25.
235
1S 8, 11-18.
236
Dt 17, 15-20.
237
1S 11, 14-15.
238
1S 12.
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2S 7
Este texto se puede dividir en tres partes: 1) circunstancias en que tiene lugar la promesa, es decir, el
propsito de David de construir un templo para el Arca
239
; 2) plan divino comunicado a David por medio de
Natn
240
; 3) la accin de gracias de Davd
241
.
El texto clave se encuentra en los versculos 12-16:
Y cuando tus das se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmar despus
de ti la descendencia que saldr de tus entraas, y consolidar el trono de su realeza.
(El constituir una casa para mi Nombre y yo consolidar el trono de su realeza para
siempre.) Yo ser para l padre y l ser para m hijo. Si hace mal, le castigar con vara
de hombres y con golpes de hombres, pero no apartar de l mi amor, como lo apart
de Sal a quien quit de delante de m. Tu casa y tu reino permanecern para siempre
ante m; tu trono estar firme, eternamente.
El texto juega con el doble significado con el trmino hebreo Bayit, que puede significar tanto casa en
sentido material, como tambin casa real, dinasta o descendencia. Este recurso literario sirve para dar
nfasis al texto de la promesa que contrapone el deseo de David de construir una casa, es decir, un Templo
para Dios, y la promesa de YHWH de dar esta habilidad a la casa de David, a su dinasta, a su descendencia.
La promesa divina se muestra ciertamente ms generosa, porque no parece referirse slo al primer sucesor
de David, que era Salomn, y al templo que ste construy, sino que se extiende a un lejano futuro como
declara David en la oracin de accin de gracias; interpretacin que confirman las relecturas bblicas
posteriores de la profeca de Natn.
LA REFERENCIA A SALOMN
El contexto inmediato sugiere, sin duda, una referencia histrica a Salomn, sucesor de David, porque
Salomn construy una casa, el grandioso templo que llevaba su nombre, y tuvo un reinado estable y en
paz. 1Cro 22 refiere que David, precisamente porque era consciente de este significado de la profeca,
exhort a Salomn a comenzar la construccin del templo. El mismo Salomn entendi las palabras de
Natn, al menos en parte, en esta perspectiva personal, y as en su discurso ante le pueblo en la ceremonia
de la dedicacin del Templo exclam: Bendito sea YHWH, Dios de Israel, que habl por su boca a mi padre
David, y ha cumplido por su mano lo que dijo. YHWH ha cumplido la promesa que dijo; he sucedido a mi
padre David, me he sentado sobre el trono de Israel como YHWH haba dicho, y he construido la casa al
nombre de YHWH, Dios de Israel
242
. Las palabras de Natn, por tanto, expresaban de modo explcito un
designio para el inmediato sucesor de David, y as fueron entendidas desde el principio. La Tradicin bblica
era consciente de ste hecho, del que se hace eco en el umbral del Nuevo Testamento.
LA DINASTA DAVDICA
De modo ms amplio, la profeca de Natn se diriga a la casa de David, entendida como dinasta o
descendencia, a la que Dios estaba dispuesto a confiar la tarea de guiar a Israel para siempre. David era
consciente de esta perspectiva, cuando en su oracin de accin de gracias invoca la bendicin sobre su
239
2S 7, 2-3.
240
2S 7, 4-17.
241
2S 7, 18-29.
242
1R 8, 15.20.
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casa
243
. Tambin Salomn entendi que las palabras de Natn tenan una proyeccin que alcanzaba la
dinasta davdica en su conjunto, por lo que en su oracin, sta quedaba incluida
244
. De las ltimas palabras
se trasluce que tambin para Salomn, la profeca de Natn comprenda la promesa de que la dinasta
davdica permanecera para siempre, anuncio del que se harn eco las relecturas teolgicas de los salmos
132 y 89.
SENTIDO MESINICO
En la profeca de Natn, hay todava algo ms, una dimensin mesinica que se va haciendo cada vez ms
clara, a medida que transcurren los tiempos de la historia salvfica. De esta fe, existen precisos testimonios
en la narracin bblica, sobre todo en la literatura proftica, donde se descubren numerosas resonancias
mesinicas. Lo sugiere el mismo texto de la promesa. La frmula inicial cuando tus das se hayan cumplido
sitan el cumplimiento pleno de las palabras afirmar despus de ti la descendencia que saldr de tus
entraas, en un tiempo posterior a la muerte de David, en un momento histrico claramente diferente del
de Salomn, que fe ungido rey cuando todava David estaba en vida
245
, adems el hecho de que la profeca
anuncie un reino eterno que durar para siempre
246
no puede aplicarse ni a Salomn y ni a la dinasta
davdica, por esto no sorprende que con la profeca de Natn hubiera surgido en la tradicin hebrea la
esperanza de un mesianismo real, es decir, de un mesas rey descendiente de David, la cual era muy viva en
el periodo que reflejan los textos del nuevo Testamento
247
.
En la tradicin neo testamentaria, la profeca de Natn se aplica en diversos contextos a Cristo Mesas. A ella
alude el ngel en la anunciacin a Mara para manifestarle quin era ese Hijo que de ella iba a nacer
248
. La
carta a los Hebreos aplica las palabras yo ser para l padre, y l ser para m hijo
249
que son tomadas de
Samuel
250
, aplica las palabras a la filiacin divina del Mesas, y San Pedro en el discurso del da de
Pentecosts, afirma que David, siendo profeta, saba que Dios le habra asegurado con juramento que se
sentara en su trono un descendiente de su sangre, que es Cristo
251
. Por este motivo, a semejanza de lo que
haba ocurrido en la tradicin hebrea, la profeca de Natn pas a la tradicin Cristiana como uno de los
anuncios de mayor y ms claro significado mesinico, interpretndose consecuentemente en sentido
cristolgico. En esta interpretacin, Cristo, Hijo de David, constituido Hijo de Dios, es presentado como el
Rey a quien se le ha prometido un reino eterno, pues su reino durar para siempre con la misin de
construir una casa, lo que se ha realizado en la edificacin de la Iglesia. Salomn, debido a que construy
el templo y tuvo un reino de paz, es considerado figura de Cristo. Algunos padres de la Iglesia han
interpretado las palabras de 2S 7, 14 en el sentido de que, de hecho, Cristo carg sobre s los pecados de
toda la humanidad.
DAVID, FIGURA DE CRISTO
En el mbito de la reflexin patrstica y Teolgica, David, rey sufriente y traicionado, es considerado figura
de Mesas, que por sus sufrimientos en bien de su pueblo, alcanz la gloria eterna. Jess es reconocido y
243
2S 7, 25-26
244
1R 8, 23-26.
245
1R 1, 32-40; 2S 7, 12.
246
2S 7, 13.
247
Mt 22, 41-45.
248
Lc 1, 32-33.
249
Heb 1, 5.
250
2S 7, 14.
251
Hch 2, 29-30.
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aclamado como Hijo de David y Rey
252
. No obstante, l mismo se refiri a ese mesianismo davdico muy
escasamente, para que su misin espiritual no quedase comprometida por una interpretacin avocada slo
a una expectativa terrena.
Jess precisa por otro lado que l era ms grande que David, porque siendo su hijo, era a la vez su Seor
253
.
Despus de su resurreccin, los Apstoles predicaban en mltiples ocasiones sobre Jess como
descendiente de David
254
, viendo en l la realizacin de las promesas hechas al gran rey de Israel
255
. Mateo
Evangelista recuerda a David como antepasado del Mesas, y partiendo del valor numrico que corresponde
a las tres letras hebreas del nombre de David, distribuye su genealoga en tres partes, cada una con catorce
descendientes, como un signo de la plenitud davdica realizada en Jess
256
. La tradicin cristiana, siguiendo
esta lnea interpretativa, ha considerado la Iglesia fundada por Cristo como el verdadero Templo, lleno de la
gloria de YHWH. El reino de Salomn, reino de paz y abundancia, ha sido, por esto, reledo en clave
mesinica y escatolgica.
LOS LIBROS DE LOS REYES
TTULO
Los libros de Reyes toman su nombre de su contenido, que abarca la historia del reino de Israel y de Jud,
desde la muerte de David hasta el exilio babilnico. Originariamente formaba un slo volumen, que la
versin griega de los setenta dividi en dos, designndolos Tercero y Cuarto libro de los reinos. El primero y
segundo libro de los reinos son los que actualmente se denominan primero y segundo libro de Samuel
252
Mt 15, 22; 21, 9.15; Jn 18, 28ss.
253
Mt 22, 41-46.
254
Rm 1, 3; 2 Tim 2, 8; Ap 5, 5.
255
Hch 2, 30; Heb 1, 5.
256
Mt 1, 1-17.